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Conflicto Rusia y Ucrania

En su aspecto más abstracto, la noción de un marco para la acción o estructura histórica


es la descripción de una particular configuración de fuerzas. Esta configuración no
determina acciones directas, ni un camino mecánico, pero impone presiones y
limitaciones. Los individuos y los grupos pueden superar las presiones o resistirse y
oponerse a ellas, pero no pueden ignorarlas. En la medida en que resisten exitosamente
a una estructura histórica prevaleciente, ellos apuntalan sus acciones con una
configuración de fuerzas emergentes alternativa, una estructura rival. (pp.24)

Tres categorías de fuerzas interactúan en una estructura: capacidades materiales, ideas e


instituciones.

Las capacidades materiales son potenciales productivos y destructivos. En su forma


dinámica. Existen como capacid a des tecnológicas y organizativas, y en sus formas
acumuladas como recursos naturales con tecnología que puede ser transformada, stocks
de equipamiento (por ejemplo, industrias y armamentos) y la riqueza de que se pueda
disponer.

Las ideas son de dos clases. Una consiste en pensamientos intersubjetivos, o en aquellas
nociones compartidas de la naturaleza de las relaciones sociales que tienden a perpetuar
hábitos y expectativas de conducta. Ejemplo la gente es organizada y dirigida por
Estados que tienen autoridad sobre territorios definidos; que esos Estados se relacionan
entre ellos mediante agentes diplomáticos; que ciertas reglas se aplican a la protección
de agentes diplomáticos por ser de interés común de todos los Estados; y que es
esperada cierta clase de conducta cuando los conflictos se dan entre Estados, tales como
negociación, confrontación o guerra. Esas nociones, si bien se mantienen a lo largo de
prolongados períodos, están condicionadas históricamente. Las realidades de la política
mundial no siempre han sido representadas precisamente de esta manera y pueden no
serlo en el futuro. Es posible diseñar los orígenes de tales ideas y también detectar
signos de debilitamiento de algunas de ellas

La otra clase son las imágenes colectivas de orden social que tienen diferentes grupos.
Son diferentes perspectivas tanto respecto a la naturaleza y la legitimidad de las
relaciones de poder prevalecientes, como a los pensamientos de justicia y bien público,
entre otras. Si bien los pensamientos intersubjetivos habitualmente son comunes en una
estructura histórica particular y constituyen el suelo común del discurso social (incluido
el conflicto), las imágenes colectivas pueden ser diversas y opuestas. La colisión de
imágenes colectivas rivales proporciona evidencia sobre la posibilidad de formas
alternativas de desarrollo y plantea cuestiones tales como la posible base material e
institucional para que emerja una estructura alternativa.

La institucionalización es un medio de estabilizar y perpetuar un orden particular. Las


instituciones reflejan las relaciones de poder prevalecientes en su punto de origen y
tienden, al menos inicialmente, a apoyar imágenes colectivas consistentes con esas
relaciones de poder. Eventualmente, las instituciones asumen su propia vida; ellas
pueden convertirse en un campo de tendencias opuestas o las instituciones rivales
pueden reflejar diferentes tendencias. Las instituciones son particulares amalgamas de
ideas y poder material que, a s u vez, influencian el desarrollo de ideas y capacidades
materiales.

El método de las estructuras históricas representa lo que pueden ser llamadas totalidades
limitadas. La estructura histórica no representa el mundo global, sino más bien una
particular esfera de la actividad humana en su totalidad históricamente localizada.

Para los propósitos de la presente discusión, el método de las estructuras históricas es


aplicado a los tres niveles o esferas de actividad : 1. organización de la producción, más
especialmente con respecto a las fuerzas sociales generadas por el proceso de
producción; 2. formas de Estado derivadas de un estudio de los complejos de
Estado/sociedad; 3. órdenes mundiales, o sea las particulares configuraciones de fuerzas
que sucesivamente definen la problemática de guerra o paz para el conjunto de Estados.
Cada uno de esos niveles puede ser estudiado como una sucesión de estructuras rivales
dominantes y emergentes.

Los tres niveles están interrelacionados. Los cambios en la organización de la


producción generan nuevas fuerzas sociales, las cuales, a su turno, provocan cambios en
la estructura de los Estados; a su vez, la generalización de los cambios en la estructura
de los Estados altera la problemática del orden mundial.

https://www.eldefinido.cl/actualidad/mundo/10637/Claves-para-entender-el-conflicto-
entre-Rusia-y-Ucrania-que-busca-Putin-en-Europa-del-Este/

Claves para entender el conflicto entre Rusia y Ucrania: ¿qué busca Putin en
Europa del Este?
Entre Ucrania y Rusia, las tensiones han aumentado tanto que, hace pocos días, el
gobierno ucraniano prohibió la entrada al país a todos los hombres rusos que tengan
entre 16 y 60 años. Aquí te explicamos qué está pasando en esa parte del mundo.

Con el colapso de la Unión Soviética en 1991, varias de las regiones que constituían la
URSS se declararon repúblicas independientes. Entre ellas, varios países ubicados en
Europa del Este, como Letonia, Lituania, Moldavia, Georgia y Ucrania. Durante la
década de 1990, todos los antiguos componentes de la Unión Soviética ubicados en
Europa (incluyendo a Rusia), parecían moverse en la misma dirección hacia la
democracia y a una economía abierta de mercado. Fue precisamente durante esta
década, cuando Estonia, Letonia y Lituania, lograron importantes avances que llevaron
a una rápida incorporación a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) y a la
Unión Europea.

El fin de la Unión Soviética

Sin embargo, la historia de progreso no se replicó en toda Europa del Este. En 1999, una
crisis económica en Rusia catapultó a un ex-agente de los servicios de inteligencia
soviéticos, Vladimir Putin, a la presidencia en Moscú. Desde entonces, los
acercamientos de otras exrepúblicas soviéticas a la Unión Europea se han visto
dificultados por un presidente ruso que busca defender los intereses regionales de su
país.

La era Putin

La llegada de Vladimir Putin al Gran Palacio del Kremlin es profundamente


significativa, ya que el actual presidente es un nostálgico de la grandeza que antaño
disfrutó su país. Al mismo tiempo, el presidente Putin no es fiel creyente en los valores
occidentales de la democracia, la economía de mercado y la libertad de la sociedad civil.
Más bien, resalta los méritos que tuvo el reino del zar en la Rusia imperial, y clasifica el
colapso de la Unión Soviética como la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX.

Es como si el Putin se viese a sí mismo como el líder de un país cuya misión es


representar valores distintos a los que prevalecen en la Unión Europea y en
Norteamérica, a fin de demostrar que sí existen otros modelos de desarrollo, mediante
líderes fuertes y economías dirigidas desde arriba. Es precisamente por esta distinta
visión del mundo, que el presidente Putin ha procurado restablecer alrededor de su país
un cinturón de influencia con dos propósitos. En primer lugar, defenderse de cualquier
ataque o influencia externa. Segundo, poder proyectar sus ideas y valores hacia las
sociedades y gobiernos de sus vecinos. Por ejemplo en el caso de Bielorrusia, pues en
1999 firmó junto a Rusia un acuerdo de unión mediante la conformación de una un
confederación.

Problemas de vecindario

Esta política de influencias provoca tensiones naturales entre Moscú y sus vecinos
cuando estos no quieren adoptar el modelo. Tal es el caso, por ejemplo, de los tres
países bálticos que no demoraron en apartarse de Rusia mediante un rápido ingreso a la
OTAN y la Unión Europea.

Igualmente, aunque con mayor lentitud y más dificultades, tal ha sido también el caso
de Ucrania. Después de su independencia en 1991, Ucrania se mantuvo bajo la esfera de
influencia de su vecino ruso mediante una serie de gobernantes que respondían a los
intereses de Moscú. Sin embargo, en 2004, luego de que una elección evidentemente
fraudulenta fuese declarada a favor de Viktor Yanukovich, aliado del presidente Putin,
tuvieron lugar una serie de protestas pacíficas. Estas protestas pasaron a conocerse
como la Revolución Naranja, cuando lograron que Yanucovich abandonase su
pretendida victoria y tomara la presidencia el reformista Viktor Yushchenko.

Tras varios años repletos de dificultades y enemigos tanto internos como externos, el
accidentado gobierno progresista de Yushchenko se volvió enormemente impopular. Por
ende, no debe sorprender que el opositor Yanucovich finalmente llegase al poder en el
2010. Para sorpresa de algunos, durante sus primeros años, Yanucovich continuo con
una agenda política en favor de un acercamiento con la Unión Europea.

El conflicto en Ucrania

El actual conflicto en Ucrania comenzó a finales del 2013, cuando el parlamento


ucraniano votó en contra de un acuerdo de asociación con la Unión Europea que se
venía gestando desde hace años. El pueblo ucraniano, deseoso de mayores libertades
políticas y oportunidades económicas al estilo europeo, se sintió traicionado por
Yanucovich. Entonces, la mayoría del pueblo, particularmente en la ciudad capital de
Kiev, se tomó las calles para protestar contra los acercamientos con Rusia que el
gobierno impulsó al abandonar el acuerdo de asociación con la Unión Europea.
Desafortunadamente, las manifestaciones en contra del gobierno de Yanucovich hacia
finales del 2013 y principios del 2014, se tornaron violentas cuando el gobierno se
rehusó a escuchar a sus ciudadanos y decidió reprimirlos con fuerza excesiva.
Finalmente, ante la presión ejercida, el presidente Yanucovich salió de Ucrania a finales
de febrero del 2014 y se exilió en Rusia.

Rusia reacciona

Ante la pérdida de su aliado en la capital ucraniana de Kiev, Putin temió por sus
intereses y movilizó elementos de su ejército para asegurar posiciones en las regiones
fronterizas entre los dos países. Es así que el conflicto asumió una escala internacional
en la península de Crimea, al igual que en las regiones fronterizas de Lugansk y
Donetsk, en el este de Ucrania.

En marzo del 2014, Putin orquestó un plebiscito de legitimidad cuestionable en la


península de Crimea. La finalidad del plebiscito era reclamar esta importante península,
que había sido territorio ucraniano desde 1954, como territorio soberano de Rusia. Algo
así como si el gobierno de Perú organizara un plebiscito en Arica, declarase que la
ciudad votó a favor de ser peruana y el ejército de Perú entrara a defender y gobernar su
nuevo territorio.

La diferencia es que muchos habitantes de la península localizada entre el mar Negro y


el mar de Azov, tienen doble ciudadanía, Rusa y Ucraniana, y sienten simpatía por
Rusia, lo que le facilitó al presidente Putin la anexión de este territorio. Además, Crimea
es particularmente importante para Rusia, ya que en la ciudad de Sebastopol la marina
rusa mantiene su principal base naval con acceso al mar Negro y al Mediterráneo.

Un conflicto que perdura

Fue precisamente en las aguas costeras y territoriales de la península de Crimea, donde


tuvo lugar el más reciente episodio de tensión y conflicto entre Rusia y Ucrania.

El domingo 25 de noviembre, a tres barcos de la marina ucraniana se les denegó el paso


a través del Estrecho de Kerch, entre Crimea y la península de Tamán, en Rusia. El
Estrecho de Kerch es importante, ya es el único acceso marítimo entre el Mar Negro y
el Mar de Azov, donde tanto Ucrania como Rusia tienen importantes puertos. Durante la
confrontación, no solo fue bloqueado el paso por el Estrecho de Kerch, sino que
también las fuerzas armadas rusas arrestaron a 24 soldados ucranianos y confiscaron
tres de sus barcos.

En una declaración durante la Cumbre del G20 en Buenos Aires, el presidente Putin
declaró que los marineros ucranianos serán procesados judicialmente por alegada
violación de las aguas territoriales rusas. Simultáneamente, el actual presidente
ucraniano, Petro Poroshenko, ha tomado medidas para asegurar al país ante las
crecientes agresiones rusas. El 26 de noviembre, Poroshenko y el Parlamento de
Ucrania aprobaron una declaración de ley marcial en ciertas regiones por un periodo de
treinta días. Esto quiere decir que el ejército nacional asegurará proactivamente la
seguridad en estas regiones, localizadas principalmente en las zonas fronterizas de
Ucrania, y que algunas libertades civiles, como el derecho a la protesta, quedan
suspendidas.

De igual forma, el gobierno de Poroshenko ha prohibido la entrada a Ucrania a todos los


varones rusos entre las edades de 15 y 60 por miedo a que Putin esté enviando soldados
encubiertos para un ataque próximo. También le ha solicitado a la alianza militar de la
OTAN que mantenga buques en el mar de Azov para asegurar la seguridad y libre
circulación en dicha región.

¿Qué más esperar?

Por el momento, las tensiones entre Rusia, Ucrania y la Unión Europea parecen seguir
aumentando sin resolución en el horizonte. Es por esto que recientemente el presidente
de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, sugirieron la
creación de un ejército conjunto para la Unión Europea. Sin embargo, mientras Putin
continúe dedicado a proyectar su poder militar y su influencia política en los países de
su vecindario, la inestabilidad seguirá caracterizando a Europa del Este.

Te puede interesar: ¿Un ejército europeo? La nueva idea de integración que ronda las
cabezas de Macron y Merkel

Finamente, Ucrania debe celebrar sus próximas elecciones el 31 de marzo de 2019. El


resultado final de estas anticipadas elecciones, determinarán el rumbo de un país que
solo busca progresar, en paz y tranquilidad.

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