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NORMATIVA
1.- RASGOS GENERALES.-
En general puede decirse que las obras de la gran corriente teórica normativa
intentan, como toda teoría, describir y explicar los fenómenos de la vida política,
pero ellas lo hacen poniendo el acento en lo que la política puede o debe ser, razón
por la cual se aproximan fuertemente a la Filosofía Política, hasta confundirse con
ella en algunas ocasiones. En todo teoría de esta corriente siempre subyacen
preguntas tales como: Cuál es el mejor régimen político? o Cuál es el mejor régimen
político posible? Estas teorías están siempre en relación con lo que se piensa que
puede esperarse de la convivencia humana; y con el sentido de la vida que tenga
cada autor y cada época según su particular cosmovisión. Transitamos, como puede
verse, por un ámbito de fuerte vocación filosófica.
Las teorías de todo tipo son siempre producto del trabajo intelectual humano, en el
marco de condiciones históricas objetivas y de trasfondos cosmovisionales de
naturaleza fundamentalmente ideológica. Esto es particularmente visible en el caso
de las teorías normativas, a tal punto que su mejor clasificación la proporciona la
Historia de las Ideas Políticas. Podemos hablar así de teorías políticas normativas
clásicas y de teorías contemporáneas.
Las contemporáneas son las originadas a partir del siglo XVIII. Todo esto se refiere
al marco de la cultura occidental. Algo similar, con algunas diferencias, encontramos
en el pensamiento político chino e hindú, como veremos más adelante.
Las teorías políticas antiguas se presentan como expresiones de filosofía práctica,
en las que se entrecruzan las especulaciones racionales con las observaciones de
la experiencia histórica y del devenir cotidiano. Procuran configurar doctrinas de la
vida justa y buena, muy vinculadas a la Ética. En general entienden que la Ética es
la visión estática y la Política es la visión dinámica del mismo objeto. Estas teorías
se refieren a fenómenos que no son del "episteme", o sea de los determinismos
naturales, sino del campo de las opciones conscientes de los hombres, en las que
lo esencial es lograr la "phronesis", es decir, la cabal comprensión de la situación
para actuar con lucidez y mesura, algo que también expresa el significado latino
originario de la "prudentia".
La segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del siglo XX se caracterizan por
obras que marcan la emergencia de los socialismos y los nacionalismos, en una
atmósfera ideológica en general opuesta, por diversos motivos, a las ideas de 1789.
La mayor parte de estas teorías basan sus desarrollos en alguna ontología. Avanzan
por medio de conceptos hacia la construcción de una visión sistematizada,
basándose en alguna ontología deductiva, de inspiración humanística teocéntrica o
antropocéntrica. En general aceptan la hipótesis de la "verdad objetiva", aunque
discrepen en los métodos para acercarse a ella o reconocerla.
Estas teorías en general alientan un fuerte escepticismo sobre el valor real que
pueda tener la acumulación de datos pormenorizados, al estilo positivista o
empirista. Tienen, en cambio, algunos puntos en común con los enfoques críticos
de la nueva izquierda: la oposición al neopositivismo, la finalidad del conocimiento
orientada a la acción, etc. Por su parte, suelen recibir desde la izquierda el reproche
de que pretenden construir una teoría finalista pero que no define su finalidad, y que
termina adhiriendo en la práctica al sistema vigente y al statu-quo.
* Metodología: Las teorías normativas han aportado poco a la investigación
empírica. Su enfoque metodológico no es semejante al de las ciencias naturales
(medición, explicación causal, generalización) sino similar al de las ciencias
prácticas, como la jurisprudencia, la terapéutica o la educación, que parten de
problemas individualizados, o sea de la casuística, y tratan de resolverlos en base
a reglas generales y precedentes. Son muy escépticas respecto del valor de los
modelos abstractos y las teorías de alcance medio, y en especial de la teoría
sistémica. Prefieren las teorías históricas (genésicas), los estudios de casos y las
monografías prescriptivas. Frente a los intentos de reducción de los procesos
políticos a otros tipos de variables, tales como las clases sociales, las condiciones
tecnológicas o de producción, etc., son decididas partidarias de la autonomía de la
política y de la "política pura".
En cuanto al lenguaje, los autores de esta corriente mantienen una relación estético-
normativa con el idioma. En general escriben con un estilo depurado, elegante,
consumado; y rechazan el vocabulario tecnicista de los neopositivistas.
En síntesis, podemos decir que las teorías normativas han promovido el estudio de
las ideas políticas; que han hecho sugerencias valiosas sobre temas significativos
para la investigación empírica; y que su aporte es muy importante para neutralizar
la irracionalidad en los planteos del deber ser.