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Es un fenómeno jurídico en virtud del cual el titular de una acción pierde la facultad de
acudir ante la jurisdicción por no haber ejercido su derecho dentro del término que
señala la ley para ese efecto.
Precisa la Sala que en el sub - lite, los hechos que dieron origen a la condena
proferida el 23 de mayo de 2002 por el Consejo de Estado Sección Segunda
Subsección A en contra de la entidad demandante, se produjeron el 15 de abril de
1997, (…) De tal manera que en los aspectos de orden sustancial son aplicables
las disposiciones contenidas en los artículos 90 de la Constitución Política de
1991, 77 y 78 del Decreto-ley 01 de 1984. Así mismo, se advierte que en cuanto a
las normas procesales por ser éstas de orden público y que rigen hacia el futuro
con efecto general e inmediato, se aplicarán las contenidas en la Ley 678 de 2001,
tanto para los procesos que se encontraban en curso al momento en que empezó
su vigencia, así como los procesos que se iniciaron con posterioridad a dicho
momento, con excepción de “los términos que hubieren empezado a correr, y las
actuaciones y diligencias que ya estuvieren iniciadas”, los cuales “se regirán por la
ley vigente al tiempo de su iniciación”.
COSTAS - No condena
CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCION TERCERA
SUBSECCION C
I. ANTECEDENTES
1. La demanda y pretensiones.
3- Que la sentencia que ponga fin al presente proceso, sea de aquellas que
reúna los requisitos exigidos por los artículos 68 del Código Contencioso
Administrativo y 488 del Código de Procedimiento Civil, es decir, que en ella
conste una obligación, clara, expresa y actualmente exigible a fin de que
preste mérito ejecutivo.
2. Hechos de la demanda.
Sin embargo, con el oficio No. 0414 de 15 de abril de 1997, el Director encargado
de la Unidad Administrativa Especial, de la junta administradora seccional de
Deportes de Santa Fe de Bogotá en periodo de liquidación, Doctor Carlos de
Jesús Sotomonte Amaya, le comunicó a la señora Hawk Martínez que el cargo
que venía desempeñando no había sido incorporado a la planta de personal de
Instituto, y por tal razón, se procedía a su desvinculación a partir del 16 de abril de
1997, cancelándole las prestaciones sociales e indemnización respectiva.
Por su parte, mediante la resolución No. 044 de 6 de marzo de 2003 proferida por
la Subdirección Técnica Administrativa y Financiera del I.D.R.D., se reconoció en
favor de la señora Hawk Martínez la suma de $104.720.651. Mediante
comprobante de egreso 55284 de 4 de junio de 2003, se canceló en favor de la
señora la suma antes citada.
Por su parte, el Ministerio Público emitió el concepto de rigor (Fls. 245 a 257 C. 1)
indicando que efectivamente se tenía probado la condena impuesta a la entidad
demandante, pero el Instituto no analizó si la conducta del demandando fue a
título de dolo o culpa grave y por el solo hecho de que existiera una condena en
contra de la entidad, no era indicativo per se para determinar actuar del
funcionario o ex funcionario (Fls. 256 C. 1).
6. El recurso de apelación.
Expresó la entidad que, si bien era cierto que la reliquidación de interés era un
trámite interno y que siendo una mora que no puede ser imputable al demandado,
también era cierto que no podía desconocerse su calidad de dinero que se originó
como consecuencia del fallo proferido contra la entidad, y que hace parte del pago
total a la que estaba obligada la entidad. (Fls. 275 y 276 C. ppal)
Agregó que si bien la entidad demandante acreditó un pago posterior, esto es, el
pago de intereses moratorios en favor de la señora Hawk Martínez mediante el
comprobante de egreso No. 55823 de 31 de julio de 2003, este pago debía ser
tenido en cuenta para el cómputo de la caducidad, por cuanto su origen es el
trámite del fallo proferido contra la administración, tiene fuente exclusiva en la
conducta de la entidad, pero se pagaron como consecuencia del trámite interno.
Además si no se hubiera proferido la sentencia en contra del I.D.R.D., no se
hubiera efectuado un trámite para el pago de una condena y no habría existido el
pago de intereses moratorios al respecto. (Fl. 276 C. ppal)
Por otro lado, consideró el ente demandante que respecto de las copias de las
providencias proferidas tanto por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca de 6
de abril de 2000 así como la del Consejo de Estado el 23 de mayo de 2002, fueron
aportadas al expediente previa expedición por parte del mismo Tribunal
Administrativo. Y si bien no contenían el sello, no significaba que podía
desconocerse sus efectos. Además era extraño que el propio Tribunal no tuviera
en cuenta los otros documentos que efectivamente se encontraban autenticados y
que de ellos se deducían los elementos de la responsabilidad en la acción de
repetición. (Fls. 276 vto y 277 C. ppal)
Por otra parte, alegó la parte actora que se desconoció la prevalencia del derecho
sustancial sobre el formal, por cuanto se desconocieron las copias de las
sentencias proferidas por la jurisdicción contenciosa administrativa sin tener en
cuenta las pruebas aportadas por el I.D.R.D. (Fl. 278 C. ppal). Por último, alegó el
recurrente que se vulneró el principio del impulso procesal y oficiosidad en materia
de pruebas por parte del Juez, máxime cuando los intereses económicos del
Estado se encontraban comprometidos. (Fl. 279 C. ppal). Por lo anterior solicitó
con fundamento en el artículo 214 del C.C.A., oficiar para la práctica de algunas
pruebas.
Así mismo, consideró que en el evento en que se tomara el pago de los intereses
moratorios como pago total (caso en el cual la acción no habría caducado), el ente
fiscal consideró que tampoco estaban dados los presupuestos para la prosperidad
de la acción de repetición. Lo anterior, por cuanto si bien estaba acreditado el
pago efectivo y la calidad del servidor público, la parte demandante no acreditó
que la conducta de éste último fue constitutiva de dolo o culpa grave. Tal
consideración se sustenta en que no puede aplicarse las presunciones
establecidas en la ley 678 de 2001 como quiera que tales disposiciones no
estaban vigentes para el 15 de abril de 1997 (fecha en la cual se suscribió el oficio
de desvinculación de la señora María Belle Hawk Martínez) además porque del
escaso acervo probatorio es imposible determinar si la conducta del demandado
es constitutiva de dolo o culpa grave. Incluso no se puede determinar si el señor
Sotomonte Amaya tenía el cargo para conceptuar o incidir en la emisión de los
actos de incorporación del personal de la Junta Administradora de Deportes al
I.D.R.D. (Fls. 305 a 307 C. ppal)
II. CONSIDERACIONES
1. Competencia.
2. Normatividad aplicable.
Precisa la Sala que en el sub - lite, los hechos que dieron origen a la condena
proferida el 23 de mayo de 2002 por el Consejo de Estado Sección Segunda
Subsección A en contra de la entidad demandante, se produjeron el 15 de abril de
1997, fecha en la cual el demandado en calidad de Director encargado de la
Unidad Administrativa Especial de la Junta Administradora de Deportes de Santa
Fe de Bogotá D.C., suscribió el oficio 0414 mediante el cual le informó a la señora
Edna Belle Hawk Martínez que el cargo de carrera administrativa que estaba
ocupando no había sido incorporado a la nueva planta de personal del I.D.R.D.,
motivo por el cual procedió a la desvinculación de la funcionaria ordenándose la
liquidación e indemnización que diera lugar (Fl. 78 C.2). De tal manera que en los
aspectos de orden sustancial son aplicables las disposiciones contenidas en los
artículos 90 de la Constitución Política de 1991, 77 y 78 del Decreto-ley 01 de
19842.
Así mismo, se advierte que en cuanto a las normas procesales por ser éstas de
orden público y que rigen hacia el futuro con efecto general e inmediato, se
aplicarán las contenidas en la Ley 678 de 2001, tanto para los procesos que se
encontraban en curso al momento en que empezó su vigencia, así como los
procesos que se iniciaron con posterioridad a dicho momento, con excepción de
“los términos que hubieren empezado a correr, y las actuaciones y diligencias que
ya estuvieren iniciadas”, los cuales “se regirán por la ley vigente al tiempo de su
iniciación””3.
2
Respecto de la aplicación de las normas sustanciales en los casos de acción de repetición, se ha entendido
que si los hechos o actuaciones que dieron lugar a la demanda y posterior condena contra la entidad, fueron
anteriores a la expedición de la Ley 678 de 2001, las normas aplicables para dilucidar si se actuó con culpa
grave o dolo serán las vigentes al tiempo de la comisión de la conducta del agente público que es la fuente de
su responsabilidad civil frente al Estado. Sentencia de 5 de diciembre de 2006, expediente: 22056; 2 de mayo
de 2007, expediente: 18621; 6 de marzo de 2008, expediente: 26227; 16 de julio de 2008, expediente: 29221.
3
Art. 40 de la ley 153 de 1887 que indica: “Las leyes concernientes a la sustanciación y ritualidad de los
juicios prevalecen sobre las anteriores desde el momento en que deban empezar a regir. Pero los términos
que hubieren empezado a correr, y las situaciones y diligencias que ya estuvieren iniciadas, se regirán por la
ley vigente al tiempo de su iniciación”.
Para la Sala, la caducidad de la acción es un fenómeno jurídico en virtud del cual el
titular de una acción pierde la facultad de acudir ante la jurisdicción por no haber
ejercido su derecho dentro del término que señala la ley para ese efecto.
Dado lo anterior, se toma lo que ocurra primero en el tiempo, esto es, el pago de la
suma a que se condenó, o por la cual se concilió, o cuyo reconocimiento se
realizó, o el vencimiento de los 18 meses a que se refiere el artículo 177 del
C.C.A., sin que se haya realizado el pago de tal suma como el momento para que
empiece a correr el término para ejercer la acción.
4
Bajo los mismos términos, el artículo 136 numeral 9 dispone que: La de repetición caducará al vencimiento
del plazo de dos (2) años, contados a partir del día siguiente de la fecha del pago total efectuado por la
entidad.
5
En la Sentencia C-832 del 8 de agosto de 2001 (Exp: D-3388. Magistrado Ponente: Dr. Rodrigo Escobar
Gil), la Corte Constitucional al pronunciarse sobre la constitucionalidad de esta norma, resolvió: “Declarar
EXEQUIBLE la expresión “contados a partir del día siguiente de la fecha del pago total efectuado por la
entidad", contenida en el numeral 9º del artículo 136 del Código Contencioso Administrativo, bajo el
entendido que el término de caducidad de la acción empieza a correr, a partir de la fecha en que
efectivamente se realice el pago, o, a más tardar, desde el vencimiento del plazo de 18 meses previsto en el
artículo 177 inciso 4 del Código Contencioso Administrativo.”
6
De acuerdo con la posición de la Sección Tercera los requisitos que debe acreditar la entidad demandante
son los siguientes: i) La calidad de agente del Estado y su conducta determinante en la condena; ii) La
existencia de una condena judicial, una conciliación, una transacción o de cualquier otra forma de terminación
de conflictos que genere la obligación de pagar una suma de dinero a cargo del Estado; iii) El pago efectivo
realizado por el Estado; iv) La cualificación de la conducta del agente determinante del daño reparado por el
Estado, como dolosa o gravemente culposa.
7
Sentencia de 27 de noviembre de 2006, expediente: 22099; 6 de diciembre de 2006, expediente: 22056; 3 de
octubre de 2007, expediente: 24844; 26 de febrero de 2009, expediente: 30329; 13 de mayo de 2009, expediente:
25694; 28 de abril de 2011, expediente: 33407; 9 de mayo de 2010, expedientes: 26044 y 30328; entre otras.
respecto que:
“(…) el plazo con que cuenta la entidad para realizar el pago de las
sentencias de condena en su contra, no es indeterminado, y por lo tanto,
el funcionario presuntamente responsable, objeto de la acción de repetición,
no tendrá que esperar años para poder ejercer su derecho de defensa.
Bajo los anteriores criterios las pruebas allegadas al plenario fueron las siguientes:
a. Copia simple de la resolución No. 000618 de 11 de mayo de 1994 por medio del
cual el Director del Instituto colombiano de la juventud y el deporte - Coldeportes -
en uso de sus facultades legales y estatutarias encargó de la dirección ejecutiva
de la junta administradora de Deportes de Bogotá a Carlos Sotomonte Amaya. (Fl.
61 C.2)
b. Copia simple del acta de posesión con fecha 11 de mayo de 1994 del señor
Sotomonte Amaya. (Fl. 62 C.2)
c. Copia simple de la resolución No. 001853 de 25 de octubre de 1996 mediante el
cual se aceptó una renuncia y se hizo un encargo. En este caso el Director
General del Instituto Colombiano del Deporte aceptó una renuncia y encargó de
las funciones de la dirección ejecutiva de la Junta Administradora Seccional de
Deportes de Bogotá al señor Carlos de Jesús Sotomonte Amaya a partir del 1° de
noviembre de 1996. (Fl. 64 C.2)
d. Copia simple del acuerdo No. 17 de 6 de septiembre de 1996 mediante el cual
el Concejo de Bogotá incorporó la junta administradora Seccional de Deportes de
Bogotá al I.D.R.D., surtiendo los efectos de la incorporación a partir del 1º de
enero de 1997. (Fls. 90 y 91 C.2)
e. Copia simple del oficio No. 414 de 15 de abril de 1997 suscrito por Carlos
Sotomonte Amaya, Director encargado de la Unidad Administrativa Especial,
mediante el cual informó a la señora Edna Belle Hawk Martínez su desvinculación
de la entidad, por cuanto el cargo de carrera administrativa no fue incorporado en
la planta de personal. Así mismo ordenót la correspondiente indemnización. (Fl. 78
C.2)
g. Copia simple del edicto fijado desde el 25 de abril de 2000 hasta el 27 de abril
de la misma anualidad. (Fl. 19 C.2)
o. Copia auténtica de la Resolución No. 198 de 25 de julio de 2003 por medio del
cual se ordenó la liquidación de intereses moratorios desde el 6 de marzo de 2003
(fecha en la que se procedió a liquidar la sentencia a favor de la señora Hawk
Martínez) hasta el 6 de junio de 2003 (según la resolución indica que en esa fecha
se pagó efectivamente a la señora) por un valor de $5.514.983. (Fls. 78 y 79 C.1)
8
Consejo de Estado, Sección Tercera, 4 de mayo de 2000, expediente: 17566; 27 de noviembre de 2002,
expediente: 13541; 31 de agosto de 2006, expediente: 28448; 21 de mayo de 2008, expediente: 2675; 13 de
agosto de 2008, expediente: 35062, entre otras.
9
Este numeral fue declarado exequible por la Corte Constitucional, mediante sentencia C-023 de 1998.
10
Posición reiterada en sentencia de 6 de marzo de 2008, expediente: 26227.
procesales con excesivo rigorismo y en forma restrictiva, con el fin de desconocer
lo que las mismas partes no han hecho y ni siquiera han discutido durante el
proceso, como lo es la autenticidad de los documentos allegados por la parte
demandante en copia simple.
4. Condena en costas.
RESUELVE
13
La ley 678 de 2001 agregó que la obligación de pago también puede surgir de una conciliación aprobada
legalmente.
TERCERO: En firme esta providencia devuélvase el expediente.