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Luis Villero

De la libertad
a la comunidad

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lnstltU'IOT~
ydo~­

Instituto Tecnológico y de Estudios


Superiores de Monterrey
Fondo de Cultura Económica de España
Sumario

Prólogo, por LucRECIA LozANO 9

l. De la libertad a la comunidad . . . 17
11. Los niveles de la asociación política 39
111. La asociación para el orden o. o o o •••• o. o ••• 51
Coloquio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
IV. La asociación para la libertad: el modelo liberal . . 71
Coloquio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Primera edición, 2001
V. La asociación para la libertad: el modelo igualitario. 93
Segunda edición, FCE-España, 2003
Coloquio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . lOS
Concepto editorial: Juan Guillermo López
Diseño de portada: Leo Garáa Navarro La Cátedra Alfonso Reyes .................. lll
Fotografia: Archivo de la Cátedra AlfOnso Reyes (ITESM)
Tipograña y formación: Anormi, S.L.

Derechos reservados
© 2001, 2003, Cátedra Alfonso Reyes (ITESM) /Luis Villoro
© 2003, Fondo de Cultura Económica de España, S.L.
Fernando el Católico, 86. 28004 Madrid
fondodeculturae@terra.es

ISBN: 84-375-0557-7
D.L.: M-40048-2003

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puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna'
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Impreso en España
Prólogo

Lucrecia Lozano

1 1 siglo XX llegó a su término estableciendo el fin de la


modernidad. Concluye, así, una época que se proyectó
por más de cinco siglos y en la que el sentido de la his-
toria estuvo regido por la idea del progreso lineal y con-
tinuo. El poder de la razón humana hizo posible el avan-
ce impetuoso de la modernidad. En el Siglo de las Luces
esa razón universal se impuso sobre la intolerancia, la
superstición, los preceptos y los dogmas religiosos. El
racionalismo se erigió como puerta de acceso a la verdad
y la felicidad, y se convirtió en la base del conocimiento
que sustituyó como fuente del mismo a la autoridad del
poder real y de la Iglesia.
La modernidad significó el reino del hombre sobre la
Tierra. La idea de un progreso ineluctable y universal
-técnico, material, intelectual, moral- fue creación de una
razón arrogante, como afirma Luis Villoro, la cual se vio
a sí misma como la gran develadora de la realidad.
Mediante los viajes de navegación y los grandes des-
cubrimientos, los siglos XV y XVI anunciaron el nací-
miento del mundo moderno. Después vendrían la refor-
ma protestante, la expansión del capitalismo comercial
estimulado por las fabulosas riquezas del nuevo mundo
y el nacimiento de los Estados en una nueva concepción.

9
La modernidad apenas se anunciaba. Su eclosión ten- hhl rales y sus tensiones con el poder de los antiguos re-
dría lugar en el siglo XVIII. Mientras este alumbramiento ~lmenes absolutistas, lo que desembocó en revoluciones
se preparaba, prevaleció en Occidente, cuna de la mo- nacionalismos, pero también en imperialismos. Es el
dernidad, una visión jerárquica y estamental de la socie- 1iglo de la visión autocomplaciente de Occidente como
dad; la economía rural tradicional continuó siendo el \ ivilización universal y de su misión sobre el mundo.
fundamento de la producción; la Iglesia y la religión se Asentada en la ideología del liberalismo y el individua-
mantuvieron como factores reales de poder en la vida lismo, la modernidad occidental gestó en el siglo XIX el ger-
política y social, y las tesis doctrinales del absolutismo men de su propia antítesis: el marxismo y el movimiento
depositaron en la autoridad del monarca una soberanía socialista. Se trató, paradójicamente, de una contradicción
ilimitada estableciendo para los súbditos el imperativo y que surgió no desde fuera, sino en el seno mismo de la
el deber natural de la obediencia. civilización que estableció el culto al progreso.
El Siglo de las Luces engendró a la revolución indus- Liberalismo y socialismo compartieron la misma apues-
trial y encumbró a la razón como fuente universal del ta histórica por la razón y el progreso, aunque con medios
conocimiento, la verdad y la felicidad: fue el siglo de las y sujetos distintos. Si el primero representó a la razón
ideas. Representó la culminación del movimiento de la liberal, que promovió el progreso a través de la libertad
Ilustración que se gestó desde el Renacimiento y esta- y el mercado y proclamó la democracia y el ideal del
bleció al racionalismo como el ejercicio individual de la individuo y sus derechos, el socialismo, por su parte,
razón y al individuo como el sujeto portador de ésta, de representó a la razón utópica, que impulsó el progreso a
la reflexión y de la acción. El siglo XVIII exaltó a la razón través del cambio y la revolución y exaltó el ideal de la
universal y engendró a la autonomía moderna, que re- justicia y la fraternidad sociales, así como los derechos de
chazó toda autoridad fuera de la razón y la voluntad las grandes masas explotadas y marginadas.
humanas. También descubrió la existencia del hombre La razón liberal devino egoísta y utilitaria: en aras del
como individuo y afirmó las ideas de libertad y de igual- progreso capitalista renunció a la justicia social. La razón
dad materializadas en la Revolución francesa. utópica devino totalitaria e intolerante: en aras del pro-
Heredero de la Ilustración, el siglo XIX no se limitó a greso colectivo suplantó al hombre y sus derechos indi-
acoger las ideas revolucionarias de las Luces, sino que las viduales por la máquina del Estado y su opresión buro-
proyectó en la acción económica, política, social y cultu- crática. Temerosas del reto que significaba para su visión
ral: fue el siglo del progreso. La época del desarrollo ex- universalista de la realidad social, ambas ideologías del
plosivo de la industria y de la técnica; de la modernización progreso negaron también la pertinencia histórica de la
social; de la definición de las clases sociales y su conflicto; asociación comunitaria. El liberalismo tradicional, por-
del liberalismo y el socialismo; del énfasis en el individuo que entraba en contradicción con su credo sobre la libertad
y sus derechos; de las revoluciones sociales; del secularis- del individuo y el papel de éste como eje de la organización
mo; de la expansión voraz del capitalismo industrial; de social. Para los regímenes comunistas, que rechazaron el
la irrupción de los valores e instituciones democrático- principio liberal de libertad individual, toda idea de orga-

JO 11
nización colectiva fue circunscrita al pri privilegio exclusivo 1111 proceso, no una condición y es cuestionada
del Estado y los partidos marxistas. 11 día no sólo por sus alcances excluyentes, sino
Si el XIX fue el siglo del progreso, e], el XX fue el de las r Jllt, a diferencia de las propuestas universalistas del
ideologías encontradas. Liberalismo, C<' comunismo y fas- , 1<, se muestra incapaz de articular una respuesta
cismo, hijos de la racionalidad occident?ntal, chocaron y se 1 11! ildora a las múltiples necesidades y aspiraciones de
enfrentaron tratando de imponer a unp.na sociedad mun- •" 1cdad; además, tampoco puede atender -porque en
dial atrapada en la confrontación su vü visión totalizadora 1 111 e: corresponsable de ello- los grandes problemas
del mundo: la relación del individuo cocon el poder y con t u.tlcs de la humanidad como la pobreza, la margina-
la libertad; su organización económica, se social y política. La u 111 y la destrucción del medio ambiente.
segunda guerra mundial enterró al fascisJsmo pero vio nacer ¡: tamos siendo testigos de la consumación de la mo-
la guerra fría, competencia entre dos ~ campos de ideas '' rnidad, del fin de la idea del progreso lineal comanda-
materializadas en poderosos siste~as. lo por los Estados-nación. ¿Por qué?
El sentido de la historia a partir de la la posguerra estu- Por una parte porque la noción de progreso ilimita-
vo determinado por la concurrencia y é el conflicto entre do postulada por la modernidad llegó a su término. El
esos dos grandes campos ideológicos. E El fin de la guerra progreso tiene límites marcados por el mismo mundo
fría, simbolizado por la caída del muro dc<fe Berlín en 1989, natural. Durante cinco siglos el racionalismo occidental
marcó no sólo el derrumbe histórico o del comunismo , oncibió a la naturaleza como una fuente inagotable de
como ideología y como sistema históridco, también plan- recursos puestos al servicio del hombre para ser explota-
teó, en la última década del siglo xx, u una interrogante: dos indiscriminadamente y así saciar su culto al progre-
¿cuál es ahora el sentido de la historia? 1El liberalismo, la so. No fue sino hasta la segunda mitad del siglo XX, con
ideología sobreviviente de la declinante ; modernidad, ¿ha la emergencia de la conciencia ecológica, que el mundo
sido capaz de llenar la pérdida del senticido que generó el occidental empezó a considerar al hombre como parte
fin de la rivalidad histórica entre las dos 1s ideologías? integrante de ese mundo natural, tal y como lo han hecho
La crisis de sentido, como numeroscsos autores la de- durante siglos las comunidades tradicionales. Es en con-
nominan, parece marcar la dinámica in11ternacional con- gruencia con esta visión que el discurso político contem-
temporánea. La razón arrogante, liberral Y utópica del poráneo hace referencia al desarrollo sustentable.
pasado aparece hoy en día desencantadaa Yagotada, en el Por otra parte porque la fortaleza y viabilidad del Es-
mejor de los casos, o repudiada por aqt'uellos --<:omo las tado-nación y su soberanía, productos históricos del mundo
sociedades islámicas- que en los dos úlJtimos siglos fue- moderno, están hoy sometidas a la presión de diversos
ron objeto de la expansión y las pretenssiones civilizado- factores también históricos: la que ejercen las poderosas
ras de Occidente. fuerzas del capital global -las corporaciones multina-
Esta época de cambio y de crisis coin<cide con el avan- cionales y el capital financiero-; la representada por la
ce de la globalización, que ha sido la ap1uesta de muchos universalización de asuntos humanos --<:omo las migra-
como el nuevo sentido de la historia. p,ero la globaliza- ciones, los derechos humanos, el medio ambiente, el ere-

12 13
cimiento demográfico mundial, las grandes pandemias de lo que denomina el liberalismo renovado y su relación
como el sida, etcétera-; la encarnada por la acción de una con el movimiento de restauración de la comunidad y
sociedad civil emergente y crecientemente organizada, y los valores comunitarios -la nueva comunidad fundada
la constituida por la irrupción de movimientos étnicos, en la autonomía individual, afirma-; propone establecer
separatistas y nacionalistas. vasos comunicantes entre la democracia participativa Y
Finalmente, porque hoy parece desdibujarse la cen- la democracia representativa; se refiere a los derechos
tralidad de Occidente, que fungió en el pasado como el humanos individuales como «fundamento de toda ética
eje articulador de la historia mundial, y se pierde el sen- pública de alcance universal>>; se cuestiona sobre la posi-
tido universalista de la historia, que en el transcurso de bilidad de pensar una sociedad en la que fueran compa-
los siglos se fijó sucesivamente en la religión, el naciona- tibies la libertad indiVidual y la comunidad; reflexiona
lismo y la ideología. En el siglo XXI que comienza el sen- sobre un modelo político igualitario -el «liberalismo de
tido es diferencialista. Los nacionalismos y los particula- la igualdad» o, como él lo llama, el modelo del socialis-
rismos étnicos, religiosos o culturales se reafirman y mo democrático o socialdemocracia- en el que el Estado
proyectan en su singularidad rechazando su adhesión a realiza, entre sus múltiples fines, la igualdad, y promue-
cualquier proyecto universalista. ve la tolerancia, el pluralismo, la cooperación. Temas,
Pero si la modenúdad toca hoy a su término porque todos ellos, de una vieja agenda comprometida con la
su propuesta universalista se agotó, también deja un le- democracia pero también con la justicia social.
gado para rescatar y proyectar hacia el futuro: la libertad
individual y los derechos humanos, la noción de demo-
cracia y la idea del desarrollo.
En su participación en la Cátedra Alfonso Reyes,
organizada por el Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Monterrey como una contribución al aná-
lisis y el debate sobre las humanidades y la cultura de
nuestra época, el filósofo mexicano Luis Villoro nos
ofrece su reflexión sobre la complejidad y los retos del
mundo contemporáneo.
Hombre comprometido con su tiempo, desde su
perspectiva humanista y su visión cuestionadora, crítica y
felizmente propositiva, Luis Villoro recorre y examina
con nosotros temas de una asombrosa vigencia en nues-
tra realidad mundial contemporánea, los cuales se tornan
particularmente provocadores para analizar y compren-
der la evolución actual de México. Así, nos habla acerca

14 15
I
De la libertad a la comunidad

México, sentimos todos, vive un proceso de cambio: exis-


te un país que parece escurrírsenos de las manos y otro
que apenas asoma en la esperanza. Hace menos de un
siglo, un joven regiomontano vivió un momento seme-
jante, asistió a una transformación de su país más profun-
da que la que ahora barruntamos y trató de comprender-
la. Alfonso Reyes siempre tuvo puesto su corazón en
México, pero para sentirlo nunca le fue necesario apartar
su mirada del espacio universal del que su país formaba
parte.
Es un honor compartir mis reflexiones bajo la advo-
cación de ese mexicano universal, Alfonso Reyes, e
intentar seguir, aunque con torpeza, mi camino: con el
corazón puesto en nuestro país, tratar de comprender su
situación con la mirada dirigida a la escena del mundo,
marcada por el anuncio del fin de una época. Porque
muchos han leído en nuestro siglo signos del declinar de
la época moderna. Entre esos signos ninguno tan dra-
mático como la terminación. de un sueño colectivo.
Los últimos siglos de la era moderna estuvieron ani-
mados por una ilusión colectiva. La modernidad se con-
cibió como la edad de la razón. Era una razón arrogan-
te, omnipresente. Desde el siglo XVI pretendió establecer
su dominio sobre la naturaleza, comprender sus leyes,

17
liberarnos de los demonios de la superstición y de las la insatisfacción con la realidad. «Revolución» y «progre-
tinieblas de la ignorancia: trató de construir, en conse- so» fueron las dos palabras que mencionaban un mismo
cuencia, una morada racional para el hombre, mediante sueño de la razón. Pues bien, ese sueño parece haber ter-
la técnica, el arte y el buen gobierno. En los inicios de minado. Después de la opresión colonial en nombre de
nuestra época, Francis Bacon proclamaba el advenimiento la civilización; luego de dos carnicerías mundiales bajo el
del regnum hominis, el reino del hombre sobre la Tierra. lema de la libertad; después de la degradación de la natu-
En los últimos 200 años muchos creyeron llegada la raleza por obra de la tecnología, ¿quién puede pronun-
hora de instaurar ese reino en la ciudad humana. Fue ciar, sin un dejo de ironía, la palabra «progreso»?
la esperanza de las revoluciones democráticas, la france- Aun los esfuerzos de cambios paulatinos nos han
sa, la estadunidense, a las que sucedieron, en muchos dejado un mal sabor de boca. Destinadas a moderar los
países del mundo, los movimientos de independencia y excesos de un capitalismo salvaje, las reformas socialde-
las revoluciones sociales que iluminaron y asolaron los si- mócratas y populistas tuvieron que aceptar, a la postre,
glos XIX y XX. Ideal de todas ellas era la instauración, administrar el sistema que pretendían cambiar. Los logros
mediante la razón, de una sociedad emancipada, digna que, sin duda, obtuvieron en aumentar el bienestar ma-
del hombre. Primero fue la afirmación de la libertad, terial de la mayoría, se vieron oscurecidos por el incre-
gracias a la cual la humanidad alcanzaría por fin -según mento de la miseria de muchos al lado de la afluencia de
el decir de Kant-la «mayoría de edad». Después, la libe- pocos.
ración de la explotación que daría comienzo -de acuer- Pero la decepción más hiriente ha sido el despertar
do con Marx- a la verdadera historia. del sueño revolucionario. La anunciada emancipación del
Los dos últimos siglos vivieron bajo esa advocación. hombre condujo, en la realidad, a una atroz barbarie en
La historia tenía, para ellos, un sentido, era la realiza- los países que la intentaron; la apuesta por la igualdad
ción de un sueño que se presentaba en varias escenas. A llevó a la opresión; el anuncio del hombre renovado, a
menudo expresaba un anhelo de transformación que se una nueva forma de esclavitud. El sueño se había con-
resunúa en una palabra: revolución. Todo debía empezar vertido en pesadilla.
de nuevo, desde cero; había que construir un «hombre Cuatro siglos después del proyecto de la modernidad,
nuevo» que erigiera la sociedad para siempre emancipa- de la construcción de ese «reino del hombre» por la razón,
da. Nada suscitó más horror ni más esperanza que ese comprobamos su inanidad. ¿Qué queda al despertar?
sueño. Por él dieron su vida millones de hombres y Al abrir los ojos después del sopor, suelen embargar-
mujeres en todo el planeta. nos varios sentimientos. En primer lugar, puede quedar
Otras veces, las más, el sueño se templaba. Los más una nostalgia por lo perdido. Cierta tristeza, un sordo
realistas, los más timoratos también, no osaban una desencanto al percatarnos de que todo era ilusión. Por
renovación total pero apostaban a un cambio racional otra parte, el nuevo choque con la realidad. Hay cierta
paulatino. Invocaban entonces el progreso. Esa era la dificultad para aceptarla y un reto por lograrlo. Por últi-
otra cara de la necesidad de cambio, la otra expresión de mo, la duda: ¿debemos conformarnos con la realidad

18 19
recuperada y renunciar para siempre a nuestros sueños o
sión totalitaria y el fracaso del intento de transfiguración
podemos aún acariciarlos sin sucumbir a sus engaños?
racional de la sociedad, puede apreciarse de nuevo el
Sentimientos colectivos semejantes a ésos parecen dar
valor tal vez más modesto pero más real, de las liberta-
un tono a nuestro momento histórico. La conciencia del
des ~oncretas que preservan la vida de los individuos.
fin de la época moderna se acompaña, ante todo, de
Pero el liberalismo renovado ya no presenta ahora un
desencanto. Melancolía por la vida perdida en falsas es-
estro heroico. La historia ya no se proclama como una
peranzas; descreimiento en las promesas de una razón
«hazaña de la libertad», según la visión de Benedeto
ilusoria. Desde hace tiempo nos embarga el escepticismo
Croce· la sociedad liberal ya no asegura la plena realiza-
ante las grandes explicaciones del mundo y de la historia
ción d~l hombre como Stuart Milis creía. El liberalismo
que pretenden ser totales, las grandes ideologías. Somos
se desprende de ~odo afán utópico. Ha dejado de ser di~­
conscientes de las falsas promesas de ideologías y utopías;
ruptivo, ahora es aceptante. Podríamos llamarlo un «li-
estamos prevenidos contra un uso de la razón que, por
beralismo desencantado».
creerse incorregible, se destruye a sí misma. Ese es el
No me refiero a esa variante del liberalismo como a
temple de ánimo de las corrientes que se autodenomi-
nan «posmodernas». una doctrina global sobre la sociedad y sobre la historia.
Prefiero intentar descubrir una mentalidad que subyace
Junto al desencanto, un templado realismo. Puesto
bajo varias doctrinas contemporáneas y les otorga un
que no cabe esperar un cambio radical, habría que acep-
enfoque teórico común; es una manera de pensar la so-
tar nuestra situación tal cual es. Esa actitud presenta dos
ciedad política que da su color a esta época del desper-
caras. La primera, una sana modestia: conformarnos con
tar. Podríamos resumirla en unas cuantas ideas generales
nuestras limitaciones, hacer lo posible en nuestro contex-
que expresan los supuestos indiscutidos de lo que, con
to particular sin empeñarnos en violentarlo. La otra es
una expresión simplista, algunos han llamado el «pensa-
menos clara: dejar caer los brazos, aceptar ser cómplices
miento único». Esas ideas son aceptadas sin reparos por
de una realidad mediocre o desdichada; el conformismo
varias corrientes políticas, opuestas en otros muchos
suele ser compañero del desencanto. Ese realismo
aspectos tanto en Europa como en Améric~; por ejem-
puede dar lugar también a una actitud moral nueva: en
plo, en los partidos socialistas europeos lo rmsmo que en
el seno del desencanto renovar virtudes antiguas. Pero
sus rivales democráticos de derecha. Son supuestos que
ahora, sin soñar con transformar la realidad a toda cos-
no se ponen en cuestión ni en los program_as «neolibe-
ta, aceptando la imperfección de la situación. Las virtu-
rales» ni en los «reformistas». Son cuatro «tdeas-lema.?4
des, pensadas antes como heroicas, se convertirán en
sin las cuales ningún programa político actual podría
caseras, con todas las limitaciones que el contexto dia-
rio les impone. f?.!:Osperar: ~
@La primera idea intocable es la ~
Al agotarse el proyecto racional de cambio radical,
Frente a los horrores del gulag y del holocausto, nadie
podemos considerar de nuevo, con un sano realismo, las
puede dejar de considerar inviolable la libertad de las per-
virtudes del viejo liberalismo. Tras la pesadilla de la opre-
sonas que asegura su dignidad. ~os derechos
20
21
humanos individuales está por convertirse en fundamen- felicidad. Pues bien, hay que amarrarle las manos al mons-
_!2. de toda ética pública de alcance urJ.i.yersal Se entiende truo. Cabría incluso -¿por qué no?- convertirlo en débil
que ~eto de esos. @echos son jQ~ indi_yidnos aisla- servidor de nuestras empresas privadas.
do~,~era que sean ~~_eert~~ias colectivas. 4) rc;du"di~on las últimas ideas cla-
La doctrina universal de los derechos humanos es la ve. No hay gobierno, no hay programa político que no
manifestación más alta del valor insustituible de la per- inscriba entre sus objetivos esa meta. La liberación de las
sona humana y, a la vez, la consagración del individua- _fuerzas del rne~a caída de las trabas a la industria
lismo en la moral pública. El libe al rei- o-al-.(:Q.llercio son los medios que habrán de conseguifla.
vindicar las lib~rta~ .IDdividna!es, protege a la :P'3l"lio.Ra.. Estas cuatro ideas-lema: libe;ud indiyid,ual, ~mocra­
contra la.intromisióu d~JQm~~.dcl Estado, alza una_ cia:futado_siebilitado ~ desarrollo.,_ ..r..csumen cl Qen~~.:
barrera frente a J.~ e~~n~~s d~Jas colectitidades .a la~ m~ .de. un li~talismQ~ado. ~ {La(~e h~~g:
qu~ pert~nece y_ permite la manifestación....abiau..Qe. ~ gbtenido con$enso _El~tari.Q.:..
v.ou:i¿dus UlQ:5ese~ .paf.timlares Pero he calificado a ese liberalismo de desencantado.
~La se~unda palabr~ clave es~ Des- Porque, en efecto, la adhesión que suscita no se acom-
pues de la ca.tda de los regunenes totalitanos, ningún país paña de entusiasmo, sino de un crecierw; malestar QQ!
se atreve a proclamarse ajeno a la democracia. Aun las sus resultados y una nostalgia dolorosa. ~ aceptació..n
naciones de América Latina, África o Asia donde antes universal de esos principios no acierta a disi!J\lJJ.ar. una
campeaban dictaduras más o menos disfrazadas, se visten ~ realidad .q~ no refleja los ideaks.~
ahora de democráticas; hasta los gobiernos integristas Asomémonos ahora a ese lado oscuro.
tienen que ocultar bajo ese término sus prácticas. Es El nuevo liberalismo ~§Q~ del §..~ño
cierto que en algunos países perduran vestigios de siste- falaz de un Estado que lograra la felicidad de todos; pero
. mas autoritarios, pero no hay que preocuparse: basta para ello hubo que pagar un precio: la exclusión. La
declararlos en «tránsito a la democracia». Por democra- libertad que sostiene el credo liberal es la capacidad de
cia se entiende naturalmente una serie de procedimien- cada quien para elegir un plan de vida, pero no igual
tos de gobierno adoptados por los países occidentales posibilidad a todos para realizarlo. Si se quiere realizar lo
más desarrollados: elecciones, representación popular, que elegirnos, no basta con la garantía de la ley y la
división de poderes, decisiones por mayoría, etcétera. anuencia de los otros, es menester que existan condicio-
Esa forma de democracia es coherente con el individua- nes sociales adecuadas. No todos los individuos son libres
lismo, pues se supone resultante de las decisiones indivi- si no están todos en situación de convertir en realidad
d~~~ sumadas de ciudad~os iguale~ _entre sí -~ la~ sus elecciones de vida razonables. La igualdad en la li-
_ \¿2,) El tercer lema comuo es el ~eJgaz~ bertad supone dos cosas: primero, igualdad en las con-
~s~Los sueños de la razón habían~u~ m~ns-­ diciones mínimas para satisfacer las necesidades básicas
truo, el «ogro filantrópico», corno lo bautizó Octavio cuya carencia impide toda elección: alimentación, vivienda,
Paz, encargado de devorar a los hombres para lograr su vestido, protección contra la enfermedad y la muerte

22 23
viol.enta. En s~gundo lugar, supone la igualdad de opor- tarea. Un Estado neutral, sin capacidad de imposición,
turudades sociales para ejercer nuestra elección: con- espera a que las libertades individuales en competencia le
diciones mínimas semejantes de educación 1 de trabajo señalen cómo actuar.
de cuidado a la salud. Una sociedad que no procura esa~ Así, el pensamiento político que parece gozar actual-
condiciones para todos está necesariamente escindida. mente de un consenso general, para reivindicar las liber-
No puede dejar de producir un resultado: la exclusión de tades individuales ha tenido que debilitar las instancias que
una p~te notable de la población. La conciencia de per- aseguraban la pertenencia de todos a una misma colecti-
tenencia de todos a una misma colectividad se ha roto. vidad. Tal parece que la libertad individual requeriría de
En. ~a sociedad cuyos valores supremos son la pre- una ausencia, la de la comunidad. Pero podemos pregun-
servaciOn de los derechos individuales y la protección de tar: ¿tiene que ser así? ¿Podríamos pensar en una socie-
la vida privada, cada individuo tiende a retraerse al ámbi- dad en la que fueran compatibles la libertad individual y
to de su vida personal y familiar, a resguardar sus intere- la comunidad? ¿Cómo sería una sociedad tal? "f(
ses particulares y desentenderse de los colectivos. Debe Ante todo precisemos qué se entiende por «comuni-
entonces asumir el peligro de la disgregación de los lazos dad». Recordemos la definición de Mcuc Weber: «Llama-
comunitarios basados en la conciencia de pertenencia co- mos comunidad de una relación social -escribe-, cuando
mún a una misma entidad social. y en la medida en que [ ... ] se inspira en el sentimiento
La sociedad liberal es el escenario de la competencia subjetivo (afectivo o tradicional) de los participantes de
uni:ersal. Sobresalir, para la persona o el grupo, quiere construir un todo» .1
decu vencer en un torneo: competencia en el mercado La comunidad se distingue de una sociedad por con-
en el mundo profesional, en la política. Las relacione~ trato. Esta última es resultado de las decisiones indivi-
soci~e~ son un juego en el que cada jugador intenta ganar duales de los contratantes dirigidos por sus intereses par-
el manmo al menor costo posible. En el enfrentamiento ticulares. La comunidad, en cambio, se dirige por el
d~ los intereses particulares, la vida en común queda ato- interés del todo. Cada individuo se considera a sí mismo
mizada. Hay algo que resulta ridículo siquiera plantear: un elemento perteneciente a una totalidad, de manera
la comunidad. que lo que afecta a ésta le afecta a él: al buscar su propio~
An~es, el ogro filantrópico, aunque no se preocupaba bien busca el bien del todo. En cualquier comunidad
demasiado por resguardar las libertades privadas, cum- existe una tensión que no se puede evitar entre los inte-
plía la misión de mantener unido el tejido social. En la reses particulares y los del todo. Sólo cuando los sujetos
lucha de intereses particulares era el encargado de pre- de la comunidad incluyen en sus deseos lo deseable para
servar un interés común, de disminuir las desigualdades todos la comunidad se realiza cabalmente; cuando no es
causadas por la competencia. De hecho, tanto en los '
gobiernos populistas como en los Estados de bienestar
cumplió, no sin rezagos y fallas, esa función. Muerto ei I Max Weber, Economfa y rociedad, Fondo de Cultura Económica,
ogro, ya no hay ninguna instancia que reemplace su México, 1981, 1, p. 40.

24 25
así, permanece como una meta regulativa, en tensión per- generosidad, desprendimiento, abnegación, fidelidad, so-
petua, a la que podemos acercarnos pero nunca alcanzar. lidaridad, humildad y, la más alta de todas, fraternidad.
La comunidad tiene por fundamento el servicio, no Pero la comunidad es inestable. Está perpetuamente ~
el cálculo del propio beneficio. Cada quien tiene la obli- amenazada de caer en dos escollos antagónicos. El pri-
gación de prestar una contribución al bien común. El mero es el individualismo: los intereses personales o fa-
servicio ha de ser recíproco: nadie está dispensado de él, miliares se colocan por encima de cualquier servicio a la
pues es el signo de pertenencia a la comunidad. Un ser- comunidad. Celoso de sus derechos, el individuo se opone
vicio puede ser impuesto o aceptado libremente. En el a toda limitación en favor de una mayor igualdad. Enton-
primer caso se transforma en servidumbre, y la comuni- ces, al afirmar su libertad acepta de hecho la exclusión.
dad, en opresión. Pero cuando el servicio es asumido El escollo contrario es la anulación de la libertad indi-
con libertad, como don, permite la realización de sí mismo vidual por las exigencias de la colectividad. El servicio se
en un nivel superior. 2 convierte en coacción, y el libre don, en imposición. La
La comunidad no renuncia a la afirmación de la pro- persona es aplastada por la misma relación social que
pia identidad personal. Por el contrario, intenta una vía debiera dar un sentido superior a su vida. Porque la co-
distinta para descubrir el verdadero yo: la ruptura de la munidad sólo existe allí donde cada servicio es, a la vez,
obsesión por sí mismo y la apertura a los otros, a lo otro. un paso hacia la realización de una vida personal más
Sabe que cada quien se realizará con mayor plenitud si plena.
incluye entre sus fines contribuir al bien del todo al que En todo tiempo han existido espacios de relaciones
decide libremente pertenecer. La asociación política de humanas donde pueden construirse comunidades peque-
corte liberal propicia virtudes públicas derivadas del res- ñas limitadas a un reducido número de individuos. El
peto a la libertad de los demás; la principal es la toleran- '
más común es la familia. La familia puede estar basada
cia. La comunidad va más allá: respeta la pluralidad de formalmente en un contrato matrimonial, pero, con con-
fines y valores que cada individuo se plantea, pero tam- trato o sin él, puede dar lugar también a una comunidad
bién postula fines y valores comunes que cada quien basada en el amor recíproco en la que cada individuo
tendrá que hacer suyos si pretende superarse. Su ética enriquece su identidad personal, sin eliminarla, al hacer
pública no propone solamente respetar la libertad de los suyo el interés del todo familiar. Igual que en cualquier
otros, sino contribuir a su realización mediante el servi- otra comunidad, la fragilidad es su sino y está de continuo
cio recíproco. En el don de sí que supone el servicio, amenazada por dos peligros opuestos, ya sea por actitu-
pueden crecer virtudes sociales hoy en día casi olvidadas: des autoritarias que convierten en opresivas las relacio-
nes interpersonales o, por el contrario, por la oposición
de los intereses individuales entre los miembros de la
2
En lo sucesivo, sigo ideas que expuse anteriormente en El poder y familia.
el valor. Fundamentos de una ética politica, Fondo de Cultura Económi- Otro tipo de comunidades reducidas no se basa sólo
ca, México, 1997, cap. 16. en el afecto mutuo, sino también en el consenso sobre

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27
los valores superiores que dan un sentido a la vida. En dos teocráticos anteriores a la conquista se mantuvo esta .
todas las culturas y épocas han existido comunidades re- estructura comunitaria en los ámbitos locales, aunque
ligiosas, más o menos cerradas, unidas por una fe común desapareció, desde luego, en la amplitud del Estado. Aún
Yuna misma decisión de vida. En ellas, cada quien asume bajo la colonia lucharon por permanecer y ahora, cinco
como_ ~ropio un bien colectivo conducente a su propia siglos más tarde, reivindican de nuevo sus derechos.
salvac10n .. Pero esas son entidades.sociales pequeñas que Con mayor o menor pureza, la idea de comunidad
pueden ruslarse del resto de la sociedad. Para el tema permanece como un ideal por alcanzar. A menudo se
que n~s ocupa me interesa destacar otro género de encuentra adulterado por nociones derivadas de la colo-
c_omurudade~: las que tienen relación con un poder polí- nización, primero, de la modernidad, después. La comu-
ttco. A este ttpo pertenecen muchas comunidades tradi- nidad originaria se corrompe a veces por las ambiciones
cion~~' al nivel de dan, de poblado o de nación, que de poder ligadas a las estructuras propias del Estado na-
subsisttan antes de las revoluciones liberales modernas. cional; otras, se superpone a ellas. Pero la comunidad
En ellas la adhesión a un bien común era un requisito de permanece como un ideal de convivencia que orienta y
la pertenencia de una persona a la comunidad. Los valo- da sentido a los usos y costumbres locales aunque no se
res Yfines colectivos eran transmitidos por la tradición y realice plenamente. Es ese proyecto el que tratan de
reafirmados por la costumbre, de modo que la adhesión renovar los nuevos movimientos en favor de los dere-
de 1~~ individuos podía realizarse de manera espontánea chos indígenas en toda nuestra América.
al VIVIr en la colectividad. La definición citada de Max En muchas comunidades indias su sustento económi-
~eber hace seguramente referencia a este tipo de comu- co, la tierra, no es apropiable individualmente, no es una
rudades premodernas cuando señala que el sentimiento mercancía, sino un bien común; el trabajo colectivo es
comunitario es «afectivo o tradicional». muy importante, al igual que el disfrute de todos en la
Para as~marnos a ejemplos concretos de este género fiesta. La relación con los otros implica reciprocidad de
de_ comurudades no tenemos que ir demasiado lejos: co- servicios: el tequio, el cumplimiento de cargos, son ser-
eXIsten a nuestro lado. Son algunas de las comunidades vicios desinteresados a los que todo individuo está obli-
indígenas de nuestro país. gado; en correspondencia, todos, ante sus dificultades,
En t~da Améri_ca, pese a los cambios introducidos por son objeto de ayuda colectiva. No existen funcionarios
la colorua, los anttguos poblados indígenas mantuvieron permanentes. En sus sistemas de cargos las autoridades
el sentido tradicional de la comunidad en coexistencia ocupan una función por tiempo limitado y no perciben
con _las institu~iones sociales y políticas derivadas del pen- remuneración alguna; por el contrario, a menudo gastan
samiento occidental. La estructura comunitaria forma en el servicio su escaso patrimonio. Las decisiones se
parte de la matriz civiliz~toria americana, tanto en el toman en asambleas, en las que participa toda la pobla-
norte como en el sur del continente, como lo han hecho ción, moderadas por un «consejo de ancianos».
ver algunos importantes antropólogos, entre ellos el más El etnolingüista Carlos Lenkersdorf, quien vivió mu-
notable, quizás, Guillermo Bonfil. En los grandes Esta- chos años en comunidades tojolabales en Chiapas, des-
28
29
cribe así una asamblea en un poblado: «En la asamblea En nuestros pueblos originarios podemos encontrar
todos toman la palabra y discuten: al final de la discusión ejemplos de una forma colectiva de vida, pero ¿podría-
un anciano interpreta y resume la decisión a que se ha mos realmente seguirla nosotros?
llegado. Anuncia: "nosotros pensamos y decidimos ... " Las formas de vida y los valores de las comunidades
Es decir -escribe Lenkersdorf- nosotros somos iguales y descritas se remontan a muchos siglos. Siguen una tradi-
el anciano, gracias al hecho de tener corazón ya, intuye ción que se ha prolongado como una forma de resisten-
nuestro pensar comunitario y lo anuncia. Se ha logrado cia a las transformaciones del México actual. Correspon-
un consenso expresado por la palabra "nosotros". Esta den a una concepción anterior al pensamiento moderno.
clase de asambleas nos demuestra la intersubjetividad en Son propios de sociedades fundadas en la necesidad del
acto. Es la comunidad que vive gracias a la participación trabajo colectivo. Se trata, por lo general, de sociedades
de todos y cada uno». 3 agrarias. El trabajo colectivo en el campo exige coope-
Cuando los zapatistas actuales, recogiendo un lema ración, igualdad entre todos, ayuda mutua. Se requiere
tradicional en los pueblos indígenas, hablan de que las para ello la posibilidad de un contacto personal entre todos
autoridades deben «mandar obedeciendo», se refieren a • los miembros de la población. La comunidad agraria está
este tipo de vivencia de una comunidad en ejercicio. arraigada en un suelo, restringida a un territorio limita-
Pero ese ideal comunitario no siempre se realiza. La convi- do donde todos pueden participar cotidianamente de las
vencia durante 500 años con una concepción diferente del mismas tareas.
poder, la fragilidad de los pueblos indígenas que subsisten, Todo ello se rompe al pasar a una forma de vida «mo-
la corrupción y el ansia de enriquecimiento de caciques derna>>. El territorio se vuelve tierra apropiable, como
locales y grupos de interés económico, pervierten con fre- cualquier mercancía; la actividad productiva se indivi-
cuencia el espíritu comunitario. Sin embargo, en muchos dualiza. La destrucción de la comunidad tradicional se
pueblos aborígenes subsiste como un modelo ideal por completa con la desaparición del arraigo del individuo a
alcanzar y a cuya pureza original hay que regresar. En estos un espacio local determinado: el nuevo individuo ya no
últimos años el movimiento de restauración de la comuni- se siente ligado a una tierra, ni siquiera a un pueblo o a
dad está en obra. Frente al individualismo de la mentalidad una familia. Los hombres y las mujeres que inician la •
liberal, contra la idea de una sociedad resultante de la lucha modernidad no tienen un lugar fijo de por vida, ni una
entre intereses particulares, ese ideal proclama la supedita- tarea común de la que dependa su subsistencia. Con la
ción del beneficio individual a un fin común: «Para todos :Y. ruptura de la comunidad tradicional nacen, a la vez, el
todo, nada para nosotros». En ese lema zapatista podría aislamiento y la autonomía del individuo. La persona ya
resumirse el ideal del comunitarismo indígena. no adquiere sentido por su pertenencia; ella misma se
considera la fuente de sentido y de valor. Nace la liber-
tad individual; con ella nace el desamparo.
3 Carlos Lenkersdorf, Los hombres TJerdaderos. Voces y testimonios tojo·
Las formas de vida de las comunidades tradicionales
labales, Siglo XXI, México, 1996, p. 80. no son exportables sin más a la sociedad moderna. Sin

30 31
embargo, dan testimonio, a nuestro lado, de otros valo- Pero ¿cómo sería ese tipo de sociedad nueva? Recorde-
res posibles que permitirían vencer las taras del indivi- mos las cuatro ideas regulativas que vertebraban la con-
dualismo moderno. Nos revelan la posibilidad de otra cepción consensuada de una sociedad liberal. La nueva
forma de dar sentido a nuestras vidas colectivas. Provo- forma de comunidad no abandonaría lo que tienen de
can nuestra nostalgia por viejas virtudes olvidadas. Son valioso: reinventaría esas ideas para levantarlas a un nivel
un ejemplo, una llamada de atención: «Cuidado -pare- éticamente superior. En el liberalismo desencantado con- •
cen decir-, no han llegado al fin de la historia. Existen duáan, de hecho, a la exclusión; en la comunidad renova-
alternativas a su sociedad egoísta y excluyente. Atrévan- da tendrían, por fin, la cooperación de todos en la equidad.
se a intentar formas de vida más altas». Detengámonos brevemente en cada una de esas ideas.
El retorno al pasado es imposible. Pero podemos pro- l) El fin principal de todo liberalismo es garantizar la
yectar una forma de vida colectiva que, sin negar los libertad individual. La forma de sociedad alternativa no
logros de la modernidad, recobrara valores comunita- renunciaría a su conquista más alta: el respeto a los dere-
rios. Se trataría de un tipo de comunidad aún inédito. La chos humanos. A diferencia de algunas formas de colecti-
comunidad tradicional fundaba la pertenencia de los vidades premodernas, en las que se imponen al individuo
individuos al todo en los usos y costumbres heredados, prejuicios colectivos heredados, cualquier forma moderna
la nueva comunidad la fundaría en la autonomía indivi- de comunidad tiene que basarse en la salvaguarda irres-
dual. En ambos casos, sin embargo, la persona recobra- tricta de las libertades personales fundamentales, que no
ría el valor y el sentido de su vida colectiva por su servi- podrían ser violadas por ninguna decisión comunitaria.
cio a la comunidad. Pero en el nuevo tipo de comunidad Pero la comunidad debe ir más allá en asegurar la
ese servicio no sería producto de una convención social, libertad de todos, porque no admite ninguna exclusión.
menos aún de la imposición de una colectividad: sería efec- En primer lugar, debe procurar asegurar no sólo las
to de una elección social y política plenamente libre, libertades privadas para elegir una forma de vida, sino
acordada democráticamente. Dejaría de ser, po~ lo tanto, también la libertad de todos para realizar lo que elijan.
una costumbre heredada, para convertirse en un progra- Las libertades de realización implican la satisfacción de
ma colectivo por alcanzar de carácter ético. La comuni- las necesidades mínimas que permitan, efectivamente,
dad no sería entonces algo dado, que se impone desde el una elección libre, condiciones que deben ser reforzadas
nacimiento; sería un fin asumido para dar un sentido por una igualdad de oportunidades en las posibilidades
superior a nuestras vidas: la nueva comunidad sería un de desempeñar cargos y funciones. Por supuesto que
mundo otro, construido por la voluntad concertada de estas metas comunes no pueden realizarse de la noche a
muchos. la mañana, son un objetivo común que debe irse logran-
Ese proyecto no destruiría los valores de la moderni- do paulatinamente, de acuerdo con los niveles de esca-
dad. Sería un movimiento para restituir los valores de la sez de la sociedad en su conjunto.
comunidad, levantándolos, es decir, conservándolos al En segundo lugar, ningún individuo puede elegir y
transformarlos, al nivel del pensamiento moderno. realizar libremente un plan de vida más que en el abani-

32 33
co ~e.posibilidades reales qte le ofrece la cultura en que 1 11 ~k nuevo: comités de barrio, consejos obreros,
~arttctpa, por rudimentaria q.Ie ésta sea. Condición de la 11 •ncs sindicales, gremios profesionales, municipios
libertad individual, en un pas multicultural, es el respe- 11,, asociaciones múltiples de la sociedad civil. El fin
to a la autonomía de las culturas diversas en las que h11110, a largo plazo, sería la difusión progresiva del po-
transcurre la vida de los individuos. Si nadie ha de ser I de la cima de un Estado centralizado a esas comu-
excluido, ninguna forma de :ultura puede ser desdeña- ud 1dcs de base múltiples y diferenciadas.
da. Aliado de los derechos dd individuo, están los dere- 4) Pero el Estado mismo debería asumir un fin co-
chos de los pueblos que componen la nación. Éstos no lllllllitario. El Estado ideal del liberalismo es el que actúa
0
s.e ~?nen a los primeros, son una condición de su rea- le, menos posible. El Estado comunitario futuro tan1po-
lizaciOn.
o podría imponerse a los ciudadanos. Tendría que r~s­
, 2) La democracia es la segunda idea aceptada co- jll tar la multiplicidad de fines, valores y formas ~e ~~a
~~mente en este nuevo liberalismo. Pero en los proce- JIIC' componen la sociedad real. En ese punto comci~­
di~te~tos ~e la democracia representativa, el pueblo real ''·' con el Estado liberal. Pero diferiría de él por asumtr
se liffilta a mtervenir cada y cuando introduciendo una una función propia: eliminar progresivamente la exclu-
b?leta en una urna. Después, se va a su casa y otros go- aión, alcanzar paulatinamente la libertad de realización
biernan; todo el poder se ejerce, fuera de su control, por
para todos. ., , . #
un ~u~o de dele~ados. Una auténtica democracia ga- Eliminar la excluston es la uruca manera de alcanzar la
ranttzana que los ciudadanos, •ituados en las comunida- equidad. Y la equidad es la marca de la justici~. En. ese
des donde viven Y trabajan, puedan decidir colectiva- punto el Estado no podría ser neutro. Corregrr las me-
~en~e sob~e los problemas que afectan sus vidas, lo cual quidades derivadas de situaciones históricas anteriore~
Implica la mstauración de procedimientos para que los compensar las desigualdades que genera la competenc~a
representantes electos en los distintos niveles de gobier- en el mercado, avanzar hacia la igualdad de oportuni-
no puedan ser llamados a cuenta y aun destituidos por dades para todos: esa sería la función primordial de un
sus ele~tores, de manera que los gobernantes «manden Estado que pretendiera pasar de la asociación a la comu-
obedeciendo». Eso es democracia participativa y no puede nidad. Para ello tendría que ser un Estado fuerte; pero
ree~plazar pero sí complementar y corregir' a la demo- "*- su fuerza no derivaría de poder económico o de poderes
cracia representativa.
antidemocráticos, sino, por el contrario, de una demo-
. La democr~cia participativa puede ser e:xpresion poü- cracia participativa de la que nadie quedara excluido.
tlca de una VIda .comunitaria renovada. En los países 4) Por último, tanto la asociación liberal como la
desarrollados la VIda comunitaria se ha perdido en la comunidad nueva tendrían entre sus fines el incremento
mayoría de su territorio. En cambio en los del tercer de la productividad y el desarrollo. Pero éste no podría
mund~. subsiste apenas en ciertos m~dios campesinos. redundar en la marginación de una gran parte de la
La ~olíttca ~e una sociedad posliberal se dirigiría a repro- población; tendría que estar sujeto a una regla ~e equi-
ducir espac10s sociales donde las comunidades pudieran
dad. (Podría seguir, tal vez, una norma semeJante al
34
35
segundo de los principios ce justicia de John Rawls.)4 Se
podrían admitir desiguci.lda:ies económicas en la medida lllcr lugar, muchos de nuestros compatriotas guardan
en que fuesen necesarias, en una sociedad sujeta al mer- 'd al comunitario que puede oponerse al desam-
11111 un 1 e . . . . ·da-
cado, para aumentar la producción en beneficio de todos. paro de nuestra sociedad mdiVIdualist~. Las, comuru
Las ventajas de los más fa\-orecidos podrían justificarse des indígenas renuevan ese ideal y estan allí, a nuestr0
sólo si son indispensables para aumentar la producción, lado, para incitarnos con su ejemplo. . .
de tal manera que, con ello, sean beneficiados los menos En segundo lugar, heredamos una larga histona de
favorecidos. luchas populares, desde Hidalgo hasta Za~ata, que p_ug-
Todos somos conscientes de la crisis por la que ac- naron por una sociedad con justicia social. co~panb~e
tualmente pasa nuestro país. Es sin duda reflejo de una con las libertades individuales. Nuestra histona sena
crisis mundial, pero en México es más patente porque incomprensible sin esa corrie~~e libertaria: ,
hemos asistido a la pérdida del proyecto nacional que, El nuevo proyecto de nacio~ no_ tendría ~or que ex-
desde la revolución de 1910, prestaba orientación a presarse en una ideología doctrmana. ~astana con pro-
nuestra vida colectiva. Ahora nos preguntamos: ¿a dónde clamar la unión de dos ideas regulanvas, claves para
vamos?
orientar la construcción de una sociedad renovada. Esas
Parece necesario pensar en un nuevo proyecto de na- ideas serían: libertad de realización para todos y, entre
ción. Se habla mucho de «reforma del Estado» de «trán- todos, comunidad.
sito a la democracia». Ambas frases mencionan' necesida-
des reales. Pero no bastan. Me parece que detrás de ellas
se oculta un problema más profundo: la crisis del Estado
liberal. Para empezar a resolverla, la vía no es volver a
concepciones políticas rebasadas, renovar ideologías es-
tatistas o populistas, ni menos aún buscar en el reino de
la utopía ciudades perfectas que producen lo contrario
de lo esperado. La vía está, tal vez, en recuperar la comu-
nidad perdida pero superándola, levantándola al nivel
del pensamiento liberal moderno.
En esa empresa nuestra historia nos ofrece una situa-
ción privilegiada que no comparten otros países. En pri-

4
John Raw!s, Tbeory of]ustice, Harvard University Press, Cambrid-
ge, Mass., 1971, p. 302. Traducción al español: Teoría de la justicia,
F.C.E., México, D.F.

36

37
II
Los niveles de la asociación política

El tema del que nos vamos a ocupar es el de las distintas


formas de la asociación política, o como deáan los clási-
cos, de la res publica, la república, la sociedad organiza-
da políticamente.
Trataremos los temas de un modo bastante introduc-
torio, eludiendo profundos análisis conceptuales y veri-
cuetos técnicos, intentando ser lo más asequibles posible
para los no especialistas en estos temas.
El tema introductorio a estos seminarios será en qué
consiste realmente una asociación política, y lo vamos a
abordar desde el punto de vista de los valores éticos; lo
que nos vamos a preguntar es cuál es la relación entre los
valores morales y los sistemas de poder en una asociación
política. Porque en efecto, en toda asociación política se
manejan dos tipos de conceptos, el primero de los cuales
es el que corresponde al poder. Una asociación política no
puede comprenderse si no hay un sistema de poder, cier-
tas estructuras que facilitan que algunos hombres y gru-
pos puedan tener poder o dominar sobre otros grupos y
hombres que acatan lo que los dominantes les dicen.
Una asociación política es necesariamente una forma
de gobierno, por lo tanto de dominación, por lo tanto de
poder. Por una parte existe una serie de conceptos, en
cualquier teoría o filosofia política, que se refieren a las

39
formas de poder. Por ejemplo, en el Renacimiento, Ma-
niveles que se diferencian en la familia de valores públi-
quiavelo es uno de los primeros grandes expositores de
cos, esto es, en aquellos que se consideran buenos para
los mecanismos del poder. Si leemos El príncipe, encon-
todos. El primer nivel es el de la asociación politica
tramos un ejemplo muy claro de un análisis de en qué
cuyos valores superiores para justificar el poder son los
consiste el poder y cuáles son los medios, los mecanis-
de la familia del orden. Sociedades, repúblicas en las cua-
mos para mantenerlo u obtenerlo. La ciencia política es,
les se trata de mantener, sobre todo, el orden, lo cual no
por una parte, la ciencia del poder, de sus mecanismos.
quiere decir que no mantengan otros valores, pero el
Marx es también, en considerable medida, un gran ana-
más importante, el prioritario, es el orden. Son socieda-
lista de los sistemas del poder en la época capitalista.
des en las que se buscan, por lo tanto, la armonía, el con-
Por otra parte, la teoría y la filosofia politicas también
senso entre todos, la ausencia de conflicto, la paz, todos
tratan de otro asunto: el poder no puede ser totalmente
ellos valores de la familia del orden, y para ello necesitan
arbitrario, porque si lo fuera, no lo aceptaría la aso-
de un poder específico para mantenerlo.
ciación política, el conjunto de personas que la constitu-
Un segundo tipo de asociación se distingue del ante-
yen. Todo poder trata de justificarse pero, ¿qué quiere
rior porque los valores prioritarios que elige son los de la
decir justificarse? Proponer ciertos objetivos de este po-
libertad, o sea, los de la realización de sí mismo. Este tipo
der que son benéficos para todos los ciudadanos que
de asociación politica es el resultado de revoluciones
componen la asociación política. A estos objetivos bené-
democráticas liberales que empiezan desde el siglo XVII
ficos para todo ciudadano vamos a llamarles «valores».
con la Revolución inglesa, pero que se desarrollan, sobre
Así, todo sistema y todo programa politicos tratan de
todo, a fines del XVIII y a lo largo del XIX. Podríamos lla-
justificarse proponiendo valores. No es posible un siste-
marla asociación para la libertad, a diferencia de la ante-
ma politico, por más cínico que fuere, que no proponga
rior, que era la asociación para el orden. En este segun-
valores; aun los sistemas politicos más dictatoriales yapa-
do nivel el valor más importante es la realización libre de
rentemente arbitrarios han debido proponer valores, o
todos los ciudadanos, pero también hay valores colatera-
lo que ellos consideran valores, aunque puedan estar
les como los derechos humanos, la capacidad de cada
equivocados. Por tanto, todo análisis de lo que es una
individuo para elegir el poder que quiera, por lo tanto,
asociación politica debe establecer la relación entre estos
aquí es donde encontramos la teoría de la democracia.
dos grupos de conceptos, el poder y el valor.
Este segundo tipo de asociación vamos a dividirlo en dos
De modo que todo análisis de una asociación politi-
modelos fundamentales que denominaremos modelo
ca debe señalar cómo la asociación pretende realizar cier-
liberal y modelo igualitario. Ambos constituyen maneras
tos valores a partir del poder, o bien, cómo toda aso-
diferentes de concebir los valores de la libertad.
ciación pretende utilizar valores para justificar un poder,
Un último nivel de asociación es el que vamos a llamar
dos fórmulas que dicen lo mismo.
asociación para la comunidad, que no existe todavía, es
En nuestro análisis veremos los diferentes niveles de
una utopía. La comunidad es un proyecto ético que se
esta relación entre poder y valor, y lo haremos en tres
plantea desde hace tiempo y que actúa como orientación
40
41
de las transformaciones sociales. En algún sentido se puede condición, restringir nuestras libertades, porque si todos
decir que sí se realiza pero no dentro de una asociación aceptamos que vamos a obedecer a una cierta autoridad,
política grande, países como México, Estados Unidos o estamos limitando nuestras libertades, por ejemplo, en el
Alemania, sino en asociaciones más pequeñas. sentido de que no podemos hacer nada que no esté de
Trataremos ahora del problema de las relaciones entre acuerdo con la autoridad; así, entonces, restringimos
poder y valor en cada uno de estos niveles, pero para ello nuestros derechos, porque no vamos a tener derecho a
debemos considerar la famosa teoría del contrato políti- todo, por ejemplo, a matar al prójimo o a comer las
co o contrato social. Desde los pensadores griegos, una manzanas de la huerta vecina, o a decirle a los demás que
manera racional de concebir la asociación política es asi- me obedezcan. Tenemos algunos derechos, pero otros
milarla a un contrato, a un pacto entre los ciudadanos. debemos donarlos, debemos hacer cesión de ellos para
Esta idea está en los sofistas, en Aristóteles, luego pasa a que pueda existir acuerdo entre todos y una autoridad que
la Edad Media con santo Tomás de Aquino, y más tarde establezca el orden».
se expresa en el concepto de pacto de Suárez, pero se En síntesis, este es el contrato que aparece por pri-
consolida y se hace más precisa en la época moderna, mera vez claramente definido por Thomas Hobbes en
desde el siglo XVII en adelante. su libro principal, Leviatán. Hobbes, en el siglo XVII, es
La idea del contrato social parte del planteamiento de el primer gran filósofo de la modernidad; establece una
qué pasaría si no existiera orden político, si no existiera teoría del contrato pero con los siguientes matices:
sistema de poder. Pues estaríamos en lo que los teóricos parte de la idea de que si no hubiera orden político tam-
llaman «Estado de naturaleza», como los antropoides. No poco habría civilización. Sin orden político todo el
hay orden social y político, no hay dominación, todos mundo sería libre frente a los demás, permaneceríamos
somos libres, todos somos iguales, todos estamos des- en Estado de naturaleza, pero en este Estado cada quien
bandados. se defiende con sus propias uñas y trata de dominar al
Si partimos del Estado de naturaleza, tenemos que otro, porque el hombre es un animal malo, según Hob-
explicar cómo surge, cómo se funda el orden civil de una bes un animal con instinto de dominio, de prevalencia
asociación política; así, la teoría del contrato, del pacto ' el otro. En un Estado sin autoridad, todos po-
sobre
social, establece la hipótesis de que, para llegar a la aso- drían competir, luchar contra todos, sería un Estado de
ciación política, es menester que todos los hombres y guerra de todos contra todos, el principio de la guerra
mujeres en Estado de naturaleza se reúnan y decidan: «Si universal. No estaba tan equivocado Hobbes si consi-
vamos a vivir juntos, hagamos un pacto, un contrato, deramos las actuales crisis de los Estados: cuando acaba
¿cómo vamos a vivir juntos? Acordemos ciertas condi- el poder político empieza la guerra de todos contra
ciones. Fundamentalmente, designar una autoridad que todos; pensemos en el Líbano, hasta hace poco, en el
nos gobierne a todos y a quien todos aceptemos, para vacío de autoridad en los Balcanes. Pensemos en lo que
que, rigiéndonos, juzgue lo que es bueno y lo que es podría ocurrir en México si dejara de haber autoridad,
malo e impida los conflictos entre nosotros. La segunda la poca que queda.

42 43
De ahí surge también la idea de que el hombre, aban- ver la relación con el valor. El contrato tipo Hobbes, el
donado a sí mismo, es un lobo para el hombre, una frase que establece la autoridad para liberarse de la guerra de
que viene desde la época clásica romana. Así pues, en el todos contra todos, se basa en una necesidad que parte
Estado de naturaleza todos los hombres se rigen por su del interés individual; es decir, cada individuo tiene inte-
afán de poder frente a los demás, por su interés en pre- rés en preservar su vida, por ello actúa dentro del con-
valecer y en evitar que los demás los dominen. Pero tam- trato y acepta la soberanía, acepta ceder sus derechos a
bién se rigen por la razón; tenemos, afortunadamente, la una libertad absoluta; así, el contrato, la asociación polí-
facultad de la razón que nos hace pensar en algún mo- tica en este caso, se basa en la conjunción de los intere-
mento: «Estoy cometiendo un error, estamos matándo- ses particulares, personales, egoístas, de cada quien. El
nos los unos a los otros, compitiendo constantemente contrato no resulta de que cada individuo generosamen-
los unos con los otros y viviendo en un Estado de terror, te, desinteresadamente, piense que es buena la aso-
de miedo a la muerte violenta causada por el otro, un ciación política, no; se basa en el interés de cada indivi-
Estado de inseguridad. ¿Por qué no tratamos de hacer duo en que ya no lo sigan golpeando, en preservar su
un esfuerzo para que haya paz y para salvar nuestra vida?» vida, en no vivir con miedo a que lo maten; todos, para
Para salvar nuestra vida, para salvarnos de la violencia, garantizar su interés personal, dicen: «Es en interés de
para que haya paz y orden, están los valores de la prime- todos acordar el contrato».
ra asociación de que hemos hablado, la asociación para Segundo punto: la conjunción de estos intereses egoís-
el orden. Para que haya orden en este infierno, para que tas y particulares da lugar a bienes comunes: el orden, la
no nos estemos matando los unos a los otros, vamos a paz, la seguridad. Pero el bien común es resultado de
hacer un pacto. Entonces se reúnen todos los individuos intereses particulares, no se persigue porque generosa-
y, siguiendo su razón, deciden que más vale ceder liber- mente se haga a un lado el interés particular para lograr
tades con tal de asegurar la paz y el orden y se realiza un el bien común.
contrato, como resultado del cual se ponen de acuerdo Tercer punto: si esto es así, si cada individuo acepta
para nombrar un soberano y entonces es éste quien esta- este bien común, el orden, la paz, porque va en favor de
blece orden y ley, y al hacerlo, asegura la paz. Los pro- su interés particular, entonces en realidad no considera
pósitos del soberano son paz, orden, armonía, castigar a al otro como parte de su propio interés, sino como un
quien ofenda el orden, impedir que sigan peleando los individuo que también está ligado por su interés parti-
unos con los otros. Así encontramos, según la teoría de cular y a quien acepto no matar o no robar en la medi-
Hobbes, el primer fin fundamental de la asociación polí- da en que él acepte no robarme o no matarme. Es un
tica: el establecimiento de la seguridad, del orden, y la contrato entre dos para preservar cada quien su interés
garantía de que la vida humana será respetada. particular, aunque si yo pudiera, sin perjudicar el contra-
Una asociación política que no garantiza la vida de to en general, tomar ventaja sobre el otro, lo haría. Nos
sus ciudadanos se está suicidando. Pero, en realidad, ¿en hemos puesto de acuerdo para lograr un orden determi-
qué se basa este tipo de contrato? Ahora empezaremos a nado, pero si yo puedo, manteniendo ese orden, meter-

44 45
le una zancadilla al otro, hacerlo a un lado y apropiarme dejarle al soberano esta obligación. El soberano es el en-
de su puesto sin que esto afecte el orden y la paz gene- cargado de hacer cumplir la ley, de castigar a quien no la
rales, lo haré porque no tengo ningún otro propósito. Es cumple; por lo tanto, en este tipo de contrato, en este
como un juego. Cada quien está jugando a ganar el tipo de asociación política, yo no soy el garante, pero
orden y la paz para que el otro no lo ataque, pero cada tampoco ninguno de los ciudadanos pactantes lo es, por-
quien está jugando a lograr los mayores beneficios para que todos hemos cedido nuestro derecho a establecer la
él, dentro de este orden y de esta paz. Por lo tanto, en ley, las obligaciones políticas, al soberano.
este tipo de contrato no se suprime la competencia entre Jean-Jacques Rousseau, por su parte, propone otro
la gente; al revés, subsiste, pues sólo se le elimina en tipo de contrato que será la base de la asociación para la
aquella esfera muy reducida en la que el soberano esta- libertad fundamento de la democracia. Este segundo tipo
blece el orden y la paz, la esfera de la ley en un régimen ' . .
de contrato es primordialmente ético y tiene las s¡gu¡en-
democrático, en un Estado de derecho. Lo que se supri- tes características: igual que en el pacto propuesto por
me es la lucha violenta; ya no se puede matar al otro Hobbes, todos los hombres en Estado de naturaleza se
pero s1' ponerle una zancadilla y tratar de dominarlo. En' reúnen y hacen un convenio, un contrato para vivir jun-
el campo del pacto, que es el del soberano y por lo tanto tos, pero el objeto de su vivir juntos ~o es sólo _l,a preser-
la expresión de la soberanía, que es la ley, no podemos vación de la vida, el orden y la paz, smo tamb1en poder
atacarnos los unos a los otros o prevalecer los unos sobre realizarse libremente cada quien a sí mismo; se pacta con
los otros, pero en todo el resto sí. Este tipo de contrato los demás para garantizar la realización plena de cada
no elimina la competencia, no es un pacto social que lle- individuo, para asegurar su libertad, entendiendo por li-
gue a una asociación en la cual, de algún modo, se eli- bertad la capacidad de elegir su propio plan de vida y de
mine la discordia; tampoco se suprime la lucha de los realizarlo, naturalmente dentro de los límites de la si~a­
intereses particulares y egoístas; sigue habiendo compe- ción en que se encuentre. Así, el fin de este segundo npo
tencia, todos los intereses particulares tratan de prevale- de convenio es la libertad de cada quien; pero mientras
cer, sólo que se ponen de acuerdo en cierta esfera de que en el convenio tipo Hobbes al contratar se. cedía
derechos, que son los que el soberano establece, los de- libertad para que el soberano fuera el que estableciera el
rechos de la ley. orden en este segundo tipo el individuo sólo cede su
Pero, ¿qué pasa si no cumplo con mi contrato? Ob- libert;d a sí mismo. Una verdadera paradoja. Efectiva-
viamente se me obliga a cumplirlo por medio del sobe- mente dice el principio del contrato social de Rousseau
rano, porque nos hemos puesto de acuerdo en que habrá que toda la ciencia política parte de una paradoja: ¿cómo
un soberano que nos obligue a mantener el pacto; por lo puedo establecer una asociación en la que estando some-
tanto, quien mantiene el contrato, quien garantiza el tido a un poder político, sea tan libre como antes, abso-
contrato y castiga a quien no lo cumple, o sea, la fuente lutamente libre? Y la respuesta es: en la medida en que el
de la obligación política, es el soberano, no cada uno de poder político sea efecto, producto de la libertad de los
los pactantes, porque se ha establecido un pacto para ciudadanos; esa es la democracia. Para que esto sea así,

46 47
para que el poder político sea efecto de la libertad de los trato, la asociación política, no lo resguardaba, me sien-
ciudadanos, el soberano deja de ser una persona, ya no to con todo el derecho de ir en contra porque acepté el
es el rey, el dictador; ya no es el jefe del partido político, contrato en función de mi interés egoísta, y si no res-
ya no es un grupo. El soberano son los propios pactan- ponde a él, me rehuso a continuarlo. En cambio, en el
tes, o sea, el pueblo; en eso radica la democracia, ese es segundo tipo de contrato, puesto que lo acepto buscan-
su fundamento. do el bien de todos por medio de la voluntad general,
Así como en el contrato anterior todos los pactantes aunque vaya en contra de mi interés personal, seguiré
se rigen por su interés egoísta particular de que no los fiel al contrato. Por último, en el primer tipo de contra-
maten, en este otro tipo de contrato cada quien se rige to quien impone la obligación política es una instancia,
por la voluntad general, como la llama Rousseau, es de- el soberano, que es diferente a los ciudadanos, es el dic-
cir, por el interés general de buscar no sólo mi propio tador, el rey, el grupo dominante, el partido nazi, el par-
bien, sino el bien de todos; por ejemplo, si formo parte tido bolchevique, Pinochet. Hay un grupo que impone
del Estado mexicano, puedo aceptarlo según el primer la voluntad y la ley. En el segundo tipo de contrato el
tipo de contrato porque me interesa hacerlo en función soberano somos todos y el fin de la asociación es lograr
de mi conveniencia personal, porque si no pago impues- la libertad de todos, de tal modo que el garante, el que
tos voy a tener muchos problemas; o bien, puedo acep- está obligado a hacer respetar el contrato, ya no es un
tar formar parte del Estado mexicano porque decido soberano sino el pueblo mismo, el conjunto de los ciu-
que, en gran medida, mis actos públicos no sólo van a dadanos que están obligados a hacer respetar el contrato,
estar en favor de mi interés particular, sino también voy ellos son los garantes de la ley. Esto es lo que más tarde
a buscar el interés del todo que es México. Rige enton- Emmanuel Kant llamará «autonomía», de auto: yo mismo,
ces un interés que no es excluyente, pues al ser el interés y nomos: ley: yo mismo me doy mi ley. La democracia es,
de todos no excluye a nadie. En la medida en que hago en este segundo tipo de contrato, una asociación políti-
mío el interés de cualquier grupo o asociación, adopto la ca que a la vez, necesariamente, es ética, porque es la
voluntad general. manera de tener una entidad pública que garantice la li-
En el caso del convenio anterior dijimos que el bien bertad de todos, y que sea, por lo tanto, garante de la
común, la paz, el orden, eran el resultado casual de la autonomía; ésta, a su vez, es el signo de la dignidad
convergencia de los intereses particulares; en este caso el humana para Kant, quien está muy influido por Rousseau
bien común se busca por sí mismo, independientemen- en este punto. Esta es, pues, una asociación profunda-
te de mis intereses exclusivos, de tal modo que soy capaz mente ética y el propio Rousseau dice que es la manera
de hacer a un lado mi interés particular si perjudica al de pasar al nivel de ética porque garantiza la autonomía.
bien común, lo cual constituye la actitud ética, moral,
como veremos más adelante.
Por otra parte, en el convenio anterior cada quien hacía
el contrato para resguardar su interés particular; si el con-

48 49
III
La asociación para el orden

Hemos hablado acerca de cómo podernos considerar la


asociación política resultado de dos tipos de convenio
entre los miembros de la asociación. Al primero pode-
mos llamarle «convenio conforme al poder», en el cual
las personas que acuerdan esta asociación política siguen
cada quien su propio interés tratando de obtener el mayor
número de ventajas al menor costo posible. Este tipo de
convenio establece ciertos bienes comunes a todos por-
que al chocar los intereses particulares de cada quien en
busca de su propio beneficio, se llega a un bien conve-
niente para todos: obtener una asociación que asegure la
paz de todos y el cumplimiento del interés de cada quien
al menor costo posible. El bien común que se obtiene es
resultado azaroso del choque de los intereses particula-
res, y la autoridad consecuente, o sea el soberano pro-
ducto de este convenio, es una autoridad común a la cual
todos se someten por conveniencia propia para lograr el
máximo beneficio con el mínimo de daño posible.
Esa autoridad a la que se someten, es externa a los
contratantes y se les impone para poder mantener el bien
común y hacer que todos sean fieles al acuerdo. Este es
un tipo de convenio interesado, por así decirlo, que
corresponde al mayor o menor poder de cada quien y en
el cual cada uno busca su propio interés y, al mismo

51
tiempo, puede dejar de cumplirlo si no va en su benefi- toda la asociación. Como hemos dicho.' se pue,den e~ta­
cio. La obligacion de mantenerse en el convenio le es blecer tres niveles de asociaciones políncas segun el npo
impuesta por la autoridad, por el soberano. de valores que se establezcan como prioritarios e~. ellas:
Es claro que en este tipo de convenio el bien común en el primero se privilegian los valores de la famiha del
al que se llegue será más favorable a aquellos que tengan orden; en el segundo, la libertad, pero este se~~do
más fuerza real, puesto que no se elimina la competen- nivel puede presentar dos tipos de modelo de as~ciac~ón
cia y cada quien busca su propio interés; por lo tanto, política, uno al que llamarem~~ liber~,. y otro, igualita-
obtendrá mayor beneficio aquel que tenga mayor fuerza. rio. El tercer nivel de asociac10n políuca es aquel q~e
Frente a este tipo de convenio existe otro que es el otorga principal importancia a los valores de la c~mum­
propiamente ético. El primero obedece a la mayor o dad. Así pues, orden, libertad, en dos modelos diferen-
menor fuerza de que cada quien disponga para imponer tes y comunidad.
su propio interés; en el segundo, el convenio ético, en Vamos a asomarnos brevemente al primero de estos
cambio, los participantes buscan no sólo su propio inte- niveles, el de la asociación política que privilegia los valo-
rés, sino que tratan de realizar un interés común, un res del orden. En efecto, los valores comunes buenos
valor común, es decir, aquello que resulte benéfico para para todos, y no para un grupo o una persona nada más,
todos y no solamente para un grupo o un individuo. deben responder a necesidades comunes, a aquello que
Buscar el valor común quiere decir atenerse a la es necesario para todo hombre en sociedad y no sólo
voluntad general, que conviene a todos y no sólo a una para uno 0 para un grupo de hombres. Las necesida~es
persona o a un grupo. En este tipo de convenio, lograr comunes deben ser satisfechas para todos, pues su sans-
que el interés personal, la voluntad de cada individuo, se facción es deseable para todo hombre y toda mujer den-
atenga al interés y a la voluntad comunes es la muestra, tro de una sociedad. ¿Y cuáles son estos bienes deseables
el criterio de una acción ética, de una acción moral en la para todos y que responden, por lo tanto, a necesidad~s
sociedad. En resumen, existen estas dos formas de con- comunes? Parece evidente que debemos colocar en pn-
venio, una que responde al interés personal y queman- mer lugar aquellos que corresponden a la vida human~.
tiene la competencia entre todos en la búsqueda del bien Todos tenemos como necesidad fundamental la sobreVl-
común, y otra, la propiamente ética, que en la asociación vencia la necesidad de satisfacer las condiciones elemen-
busca para cada quien un bien común, un bien general y tales q~e nos permitan seguir viviendo, de obtener bi~nes
permite, además, que cada individuo logre que su pro- que llamaremos, como cualquier aut~r c~ntemporaneo
pia voluntad coincida con esta voluntad general. de filosofia política, primarios, es decrr, bienes ele~en­
Estos dos tipos de convenios se encuentran en los dis- tales de que todo hombre y toda mujer en soc~edad
tintos niveles de asociación política de que hemos habla- deben disponer para sobrevivir. Cualq~er otro. bie~ o
do, los cuales pueden distinguirse según la familia de valor requiere como condición est~s bien~s pnman~s.
valores que se considere prioritaria, valores que, a su vez, No puedo tener ningún valor en sociedad Si no he satls-
sean concebidos como bienes comunes benéficos para fecho antes estas necesidades primarias que son las que

52 53
me permiten sobreVJ·,,; ... a1im nt . ,
de relacionarme sexualme •u. e acton 'd
' vesti o, capadda luo en la sociedad, y ésta será su prioridad. En este sen-
·
mdemendas del li E nte' protecciOn ·'
contra las tido cumple con ciertos derechos, en primer lugar el
e ma. stos son 1 b'
venda que todo indi 'd os Ienes de sobrevi- derecho a la pretensión de todos los miembros de la
Vl uo en una · d d
satisfacer si quiere sob . . socte a debe poder 1>ciedad de que se satisfagan esas necesidades.
p reVJVlr.
ero al hablar de bienes de s b . . Se supone que la asociación poütica para el orden es
mencionar los bienes d . o. reVJvencta debemos un sistema que da cumplimiento a los derechos de cada
, e conVJvenc~a 110 d h
solo debe sobrevi•,;.. · o ombre no uno de sus miembros: derecho a la vida, fundamental-
· •u personalmente d b
ctdad de convi•".·.. , e e tener la capa- mente, a la sobrevivencia en la asociación y a que la aso-
•u, porque todo h b
sociable que necesita par . . om re es un animal ciación poütica le suministre los medios para ella. En se-
1as relaciones sexuales y a VlVlr compartir su Vlda, .
desde gundo lugar, la asociación poütica debe satisfacer la
. amorosas que ·
pareJa, con los hiJ'os hast . mantiene con una seguridad en contra de la violencia interna, así como fren-
. , a compartir 'd
ClOnes de convivencia . su Vl a en las rela- te al exterior; por eso, en una asociación para el orden el
h ombres y muJ'eres e que sostiene co .
1 n sus semeJantes monopolio del ejercicio de la violencia legítima puede y
sociedad elaborada ' n un e an , en una tn'b u o en una' debe garantizar seguridad en el interior y hacia el exte-
. ' como una naci, Lo b'
conVJvencia comprend on. s Ienes de rior. Por último, satisface también el derecho a la perte-
'd en, a su vez lan 'd d
n ad; para poder e o . . ' ecest a de segu- nencia, es decir al reconocimiento de cualquier miembro
nVJvrr con los d ' .
que la relación con ell . emas necesito saber de la asociación de su integración en la misma; es decir,
. . os se realizará .
ffii Vlda. La seguridad la ~on segundad para todo individuo de esta asociación poütica debe contar
que se manifiestan los b~ pedrtenencta son maneras en con un lugar reconocido, cualquiera que sea éste, dentro
, tenes e con · .
mas. Seguridad quier d . ':vencta con los de- del orden social, no puede quedar excluido de él.
d emás pueda real' e ecrr que ffii
1aciOn.,
Izarse con un míni re con los La asociación para el orden intenta cumplir con estas
lencia; la pertenenct'a d b d mo de paz y sin vio- necesidades y valores básicos de todo individuo fundán-
e e tra ucirse 1 .
que cada individuo h b . en a aceptación de dose, según dijimos antes, en un contrato, en un conve-
' om re o muJer
vamente a una colectividad . , pertenece efecti- nio de todos sus miembros, que puede estar basado en
acoge. 'a una soctedad mayor que lo
el interés personal y en el conflicto de intereses, o bien
Estos bienes elementales . . puede basarse en un acuerdo conforme a valores éticos.
satisfacer las necest'dad ñ' _pnmanos, de sobrevivenda: En el primer caso tenemos un convenio para el orden
es s1cas prim dial
mentación vestido ., or es como ali- que se realiza mediante la dominación de una persona o
, ' ' protecaon contr 1 . 1
etcetera, y los bienes d . . a as me emendas, un grupo frente a otros. En la lucha y competencia de
· e conVJvencta q
gundad frente a los dem , 1 ue otorgan la se- intereses prevalece el interés o la fuerza de una persona
cuando son satisfechos e ast byl a pertenencia a la sociedad, o de un grupo.
La asociación para el ,.ds a ecen á
paz y d
or en para todos. Maquiavelo señalaba cómo, de hecho, los sistemas
. 0 • en ser aquella
necesidades realizando val que cumpla estas poüticos tienen como origen la fuerza, el predominio de
ores comunes a todo indivi-
una persona o de un grupo sobre los demás, el cual es
54
SS
imp~esto Yaceptado m~diante 1.l:l convenio en el que los
ciernas acatan la preemmencia, ~ dominio de un grupo orden, la paz, la seguridad y la satisfacción de ~us .nece-
sidades primarias gracias a su dominio, intenta JUStificar-
o de una persona, porque más les vale vivir en paz así
se mediante una ideología en la cual dice sencillamente,
que man~enerse en una guerra <J.Ie van a perder.
para resumirlo en una frase: «Acept~ mi dominio, ~
Maqmavelo hace notar cómodesde la época romana
autoridad, es lo conveniente para realizar el valor comun
la so_ciedad es víctima de la luchade clases, de la compe-
de la paz, de la seguridad, de la satisfacción de las nece-
tencta de grupos por el dominb, pero que en ella se
sidades primarias para todos los ciudadanos. En suma,
es~ablece una tregua y un contrab por medio del cual el
acepten mi dominación para que yo les asegure (so! el
mas fuerte, el dominante, logra mantener su dominio
sobre el.más d~bil de manera qte se alcance la paz y la
único que puede hacerlo) la satisfacción de sus necesida-
des de sobrevivencia y de convivencia».
concordia mediante la sujeción d<l más débil al más fuer-
La dominación sólo se justifica, obviamente, en la
te. Gracias a esta sujeción se contruyen el orden la paz
y la seguridad. ' medida en que cumpla la satisfacción de esas necesida-
des. Pero además de esta justificación ideológica que
. La asociación para el orden es propia de todas las so-
trata de presentar como universalmente válido el interés
~tedades aut?ritarias que pueden tariar, desde dictaduras de dominación de una persona o de un grupo, la aso-
e una o vanas personas o de un trupo hasta sociedades
ciación para el orden puede alegar también una justi-
en las que el dominio se disfrazt tras instituciones de
ficación de tipo ético, en la cual el bien común es per-
participación, en mayor o menor IJ¡edida, de los ciudada-
seguido por todos y corresponde al interés colectivo.
nos. Pero de cualquier modo, este tipo de asociación al
darle prioridad al orden a la sem...:d d 1 '.al ¿Cual sería entonces el criterio para establecer que estos
. ' o·.u• a , a a paz soct valores del orden de que estamos hablando, los valores
frente a cualqmer otro valor, justlica el dominio de la
primarios, no sólo respondieran al interés perso~al o
persona 0 grupo en el poder qu~ puede instrumentar
de grupo de los dominadores, sino que correspon~eran
esta p~z,_ este orden y esta segurid<\f. Desde luego, el es-
al interés de todos? El criterio no puede ser mas que
table.ctmtent? de estas condiciones por parte de un grupo
uno: un valor es común y benéfico para todos en la
dommante nene que justificarse y a eso es a lo que gene-
ralmente llamamo 1·d 1 ' medida en que sea efectivamente un valor de todos, no
s eo og¡a, que ~s una manera de sos- nada más de una persona o de un grupo. Si el valor es
tener valores pretendidamente universales, que se presen-
deseable para todos, entonces podemos considerarlo
tan ~omo tales pero que disfrazan, en realidad, intereses
como un valor común. Si sólo es deseable y por lo tanto
part:Jculares. Una ideología es un ltnguaje, un discurso,
realizable por un individuo o por un grupo, no pode-
una manera de argumentar en la cu.allos intereses parti-
mos decir que lo sea. Valor común es aquel que corres-
cul.ares de un grupo o de una persotla se presentan como
ponde por lo tanto, al interés de todos. ¿Pero cuál es el
uruversales y válidos para todos. l,a asociación para el
orden, cuando se basa en la imposkión de un grupo criterio' para establecer que un valor sea comun. , ) Q ue
0 valga para todos. Y a esto es a lo que podemos llamar
de una persona que domina a las demás y les asegura el
equidad.
56
57
Detengámonos un momento en este concepto. Los dad de las reglas con las cuales son juzgadas. Por ejem-
valores que persiguen las distintas sociedades pueden plo, se puede decir que los niños de una misma escuela
variar considerablemente, algunas pueden proyectar tienen igual trato porque todos, por diferentes que sean,
como valor común la gloria, el honor, el prestigio; otras, reciben una calificación evaluada por igual según el re-
la armonía cósmica, la santidad, la salvación personal; sultado de sus exámenes. Los distintos individuos de esta
otras más pueden perseguir como valor común la liber- escuela están sometidos a un trato igual, aunque sean
tad, la fraternidad, etcétera. Cada asociación puede esta- diferentes en muchas otras propiedades; unos son rubios
blecer distintos valores comunes, pero por distintos que y otros son morenos, unos son altos y otros bajos, unos
éstos sean, serán valores objetivos, deseables para todos tontos y otros inteligentes, pero todos están sometidos a
los miembros de la asociación, en la medida en que iguales requisitos cuando presentan un mismo examen.
todos y cada uno los compartan. Que unos valores sean ¿Hay igualdad en el trato? Sí, si todos son evaluados
compartidos por todos supone que sean iguales para to- igual por el mismo tipo de examen. Podemos afirmar,
dos; pero la igualdad es un valor de categoría diferente. entonces, que en una asociación política todos tienen
Una asociación puede perseguir como fin último la igualdad en la medida en que todos sean sometidos al
armonía cósmica, como las sociedades precolombinas, mismo trato.
por ejemplo, o bien, el honor y la gloria, como tantas En el caso que nos ocupa, podemos decir que todos
asociaciones políticas en el mundo; también puede se- reciben satisfacción a sus necesidades de sobrevivencia y
guirse como valor supremo la libertad personal, tal es el convivencia si a todos se les trata por igual para cumplir-
caso de las sociedades modernas democráticas, o incluso las. Los diversos miembros de una sociedad pueden ser
la salvación, como muchas asociaciones políticas que muy diferentes: provenir unos de una cultura y otros de
siguen valores religiosos. Cualesquiera que sean estos otra·, ser de un género o de otro; tener determinadas. cua-.
valores, si son comunes a toda la asociación deben ser lidades unos y otros, pero los valores de conVIvencta y
iguales para todos. Podemos decir que dos personas o sobrevivencia serán satisfechos por igual en la medida en
dos grupos son iguales porque comparten determinadas que la asociación política cumpla con estas necesidades
propiedades comunes; afirmar, por ejemplo, que todos en condiciones de igualdad para todos sus componentes
los jugadores de un equipo de futbol son iguales en la por distintos que éstos sean. Sólo entonces la asociación
camiseta que visten cuando juegan o que todos los política podrá decir que se justifica realmente en el cum-
miembros de una escuela lo son también en el sentido de plimiento de valores objetivos comunes para todos.
que comparten el mismo sistema de inscripción; pode- En resumen, la asociación para el orden cumple con
mos decir que dos personas son iguales en estatura o en el derecho a la vida, el derecho a la seguridad y el dere-
inteligencia. Este tipo de igualdad establece una relación cho de pertenencia de todos sus miembros en la medida
entre propiedades. Pero también podemos afirmar que en que estos derechos son asegurados para todos los
varias personas, situadas en una misma relación, están individuos; sólo así se justifica la asociación para el orden.
sometidas a un juicio igual porque comparten la igual- Pues bien, este cumplimiento de ciertos valores con

58 59
sobre los demás mediante la garantía del orden y la paz
equidad para todos es el signo de la justicia. La justicia
pública, será también una sociedad conforme a la ética si
social consiste en la aplicación de la misma regla para
satisface esta necesidad de justicia, el aseguramiento de
todos, de tal manera que al aplicarla se cumplan determi-
nados valores por igual para todos. Supongamos que en los valores de la vida, de la sobrevivencia y de la convi-
vencia por igual conforme a las mismas normas por todos
una clase se establece la costumbre de entregar un cara-
melo al final a todos los niños. Éstos pueden ser muy y para todos. No será, en cambio, una s?ciedad co~for­
diferentes, sin embargo, podemos decir que este trato, la me a la ética si el orden, la paz, la segundad, la satisfac-
ción de la pertenencia de todos a la misma comunidad,
entrega de los caramelos, será justo si no hace excepción
de personas, si se entregan a todos los niños por igual. la se satisfacen excluyendo a unos frente a otros. Justicia
relación de justicia no consiste, por lo tanto, en una pro- implica no exclusión, es claro, puesto qu~ la justicia c?-
rresponde al trato igual a todos para satisfacer los rms-
piedad que sea común a todos los niños, sino en tratarlos
mos valores para todos a pesar de las diferencias.
a todos conforme a una pauta, a una regla igual, la cual
se aplica a todos independientemente de las diferencias La exclusión, en cambio, de ciertos individuos frente a
que existan entre ellos. Justa será la regla si se entrega el otros será causada por la preeminencia del interés particu-
lar de los individuos que excluyen a los demás. Una socie-
caramelo a todos y cada uno de los individuos que com-
ponen la clase e injusta será si se excluye a algunos de dad excluyente es una sociedad injusta. En la sociedad para
ellos por ser más feos o más bajos de estatura que otros. el orden, por lo tanto, los criterios de eticidad y de justicia
consisten en que las necesidades básicas elementales sean
Justa es una relación de competencia si se da el pri-
satisfechas para todos; una sociedad que no lo haga será
mer lugar, el primer premio, a quien vence en la com-
excluyente en la medida en que prevalezca el interés de un
petencia; injusto será, en cambio, no entregar este pre-
mio a quien alcance el primer lugar. En la competencia grupo social frente al de los demás y las necesidades de una
los participantes son muy diferentes entre sí y ocupan parte de la sociedad frente a las de los demás. . ..
lugares distintos; la justicia no consiste en igualar en Por último, para terminar el tema de la pos1bilidad
de un comportamiento ético en una sociedad para el
propiedades a todos, sino en aplicar a todos la misma
orden es claro que esta sociedad, que concede principal
regla de que el primero en llegar será el que obtenga el
primer premio. La justicia no establece uniformidad en impor~ancia a los valores del orden, acepta la domin~­
las diferencias, sino igualdad de trato a las mismas. Muy ción necesaria en todo orden político, acepta la auton-
dad con el objeto de que garantice este mismo orden. Tal
a menudo se dice que una sociedad justa es una socie-
dad uniforme. No, eso es una sociedad homogénea; tipo de sociedad es la deseada, la propuesta por a~,uellos
una sociedad justa admite todas las diferencias, es aque- grupos sociales que suelen tener mayor preocupac1on por
el establecimiento y la conservación del orden y mayor
lla que da el mismo trato a todas las diferencias, no
aquella que uniformiza las diferencias. miedo por todo aquello que lo altere; corresponde, por
lo tanto, al programa de aquellos grupos sociales que,
Si esto es así, una sociedad para el orden que privile-
gia los valores de la sobrevivencia y de la convivencia por ser más privilegiados dentro de la sociedad y dispo-

61
60
ner de condiciones de vida preferenciales respecto de las
de otros grupos sociales, otorgan mayor importancia al
establecimiento y mantenimiento del orden, la paz y
la seguridad sociales sobre otros valores como los de la Coloquio
libertad o los que rompen el orden para establecer cam-
bios sociales. Corresponden estos tipos de programas a
ideologías, a modos más o menos conservadores de con- Llama la atención que los valores que está manifestando son
cebir la sociedad al privilegiar valores que aseguran el no aquellos que uno aplica hacia el hombre, hacia uno mismo; es
cambio, la seguridad, la estabilidad, la paz, sobre valores decir, el orden, la moral, la ética, todo lo que va hacia nuestro
que son vistos con miedo porque pueden romper el orden. interior, y de algún modo estos valores de pronto se vierten al
Este tipo de asociación política que privilegia los valo- exterior, se externan y empiezan a motivar o a generar dominio
res del orden no por ello rehusa una forma de ética; pue- público. No en el sentido de que se den a conocer, sino que se
den ser asociaciones políticas morales, a pesar de esta empiezan a aplicar en el terreno del orden o de la ética, pero per-
limitación, en la medida en que los valores del orden que tenecen al mismo individuo, éste los aplica como una especie de
implican la satisfacción de los bienes primarios sean ase- autoconciencia o de autorregulación sobre si mismo y, de pronto,
gurados, en justicia, en la misma forma para todos los como le parecen bien para él mismo, le parecen bien para los
miembros de la asociación, de tal modo que nadie quede demás. En la actualidad, en la mayoría de las sociedades se apli-
excluido; en esa medida la asociación para el orden cum- ca un fenómeno semejante. Usted ha mencionado a Pinochet y yo
ple con bienes objetivos, comunes a todos y por lo tanto pienso en él con ese estilo de gobierno que impuso en los setenta y en
realiza valores de justicia, esto es, valores éticos. Pero los ochenta y que benefició solamente a un sector de la población, lo
la asociación para el orden pertenece a un primer nivel vemos cuando entrevistan a miembros de ese sector en Inglaterra
de asociación política que da prioridad a estas necesida- o en Chile, y dicen: «No, nosotros estamos bien, el que está mal es
des elementales y que no satisface todavía otro tipo de ése, que es un rebelde». ¿Cómo se aplica o en qué terreno cabe la
necesidades de nivel superior. ética cuando ésta no es un bien común aceptado por todos?
La filosofía no es una ciencia oculta ni una ciencia
técnica; no es como la química, por ejemplo, en la que Hay dos puntos importantes en su intervención. El primero es
hay que utilizar un lenguaje muy preciso; desde luego, que señala la necesidad de establecer una distinción clara entre
tampoco como la física, en la que es necesario recurrir a valores subjetivos y valores objetivos. Usted afirma que son va-
teorías con proposiciones y conceptos muy claros y dis- lores que uno ve por sí mismo; efectivamente, el valor es, ante
tintos. La filosofía, en realidad, es una disciplina en la todo, aquello que es deseado por uno y que satisface una acti-
cual se busca hacer racionales los pensamientos, nuestras tud positiva propia. ¿A qué le llamo yo valor? A aquello que
maneras de ver el mundo; es un intento de racionali- estimo, deseo, quiero, y hacia lo cual mantengo una actitud
zación de lo que todos sabemos. positiva, independientemente de cualquier meta.fisica. Un
valor, es decir, algo que considero valioso, es aquello que esti-

62 63
mo porque de algún modo satisface una carencia o una nece- misma de un valor moral implica que sea benéfico para todos
sidad mía. Hasta aquí estamos en lo que podemos llamar valor y que no cause daño a nadie. Justamente, un valor objetivo _es
subjetivo, algo que considero deseado por mí, bueno para mí. aquel que es deseable para todos y que no excluye a nadie.
Pero no todo lo que yo considero valor para mí, es valor obje- Pero también un valor subjetivo puede ser objetivo. Puedo
tivo, esto es, bueno o benéfico para todos, para cualquier ente considerar subjetivamente que algo es bueno, que una deter-
racional. No digo para todos los que estamos aquí, sino para minada cosa que me gusta mucho, una sinfonía de Beethoven,
cualquier miembro de la especie humana o incluso, si hay por ejemplo, puede gustar también y ser un bien para cual-
habitantes en otros planetas, para cualquier ente racional de quiera otro a pesar de que sea un valor subjetivo, pero lo que
cualquier planeta. Esto sería un valor objetivo. Ahora bien, constituye el daño moral es que el valor subjetivo que yo creo
¿cuál es el criterio del valor objetivo? Pues que sea término de bueno para mí excluya a los demás y pueda realizarse sólo a
una actitud favorable no sólo mía, sino de cualquier ente ra- costa de esta exclusión. En el caso de Pinochet sólo podía rea-
cional que lo considere. lizarse el bien de una mayor prosperidad económica -porque
indudablemente en Chile hubo una mayor prosperidad eco-
¿En dónde radica el error de una persona al concebir que ciertos nómica para un sector- a costa de excluir a muchos: meterlos
valores que estableció como correctos, que pensó correctos para él, en la cárcel, torturarlos, exiliarlos, etcétera.
constituyen el bien común? Por ejemplo, el caso de Chile. Éste es
el terror del planeta ahora, lo estamos viviendo en Chechenia, lo Entonces, en este caso, entenderíamos que no se dio de manera
acabamos de vivir en Kosovo, estamos terminando de vivirlo en plena la asociación para el orden.
Yugoslavia, se está viviendo en Africa, en Oriente Medio, y en el
sur de México enfrentamos un planteamiento semejante en el Así es no se concretó. Esa era la pretensión, porque si nos
. preguntamos
' por qué Pinochet toma el poder, la respuesta es
estado de Chiapas.
porque se dijo: «Esto es un caos, un desorden, vamos a esta-
Yo no diría que es un error, sino un daño; es decir, si conside- blecer el orden, la ley, la paz, la seguridad». Esa era la preten-
ro que en esto que es bueno para mí no deben participar los sión, pero no se logra porque no hay este elemento ético del
demás y lo impongo; si considero que es bueno para mi bien que hemos hablado antes que es la realización de los valores
y el de mi grupo, pero excluyo a los demás de ese bien, enton- de seguridad, de paz, para todos conjuntamente, sin excluir a
ces causo un daño a los otros; ahí está el ejemplo de Pinochet, nadie. Pero en Chile no se realiza, es decir, una sociedad que
que ya citamos, o de cualquier dictador o sistema autoritario. no es ética no se realiza plenamente. Esa es la tesis.
Al excluir a los demás de ese bien, les causo un daño. El sim-
ple hecho de que un bien o un valor sea no compartible, que Pero ¿cómo lograr que la población del mundo esté enterada de
no sea considerado para todos los individuos que pudiesen estos pequeños detalles de sabiduría para que no incurramos en
tener acceso a él, sino que por principio sea privativo mío o de esas frustraciones, en esos intentos que de antemano sabemo~ ~an
mi grupo, y del cual se excluya a los demás, provoca necesa- a ser frustrados? No dudo que Augusto Pinochet y su famJlJa Y
riamente una situación de daño para los demás. La definición sus amigos hayan tenido la gran oportunidad de su vida de

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65
desarrollar emporios, grandes industrias, de ser excelsos en 141
Voy a tratar de realizar la sociedad perfecta mañana a como dé
cuestiones económicas de su pais, pero el dolor mundial es muy
lugar. Yo apuesto por acciones políticas y sociales que vayan a
grave en el ánimo de las realizaciones de la humanidad, es un
r-ealizar esta sociedad perfecta cueste lo que cueste». En este
retraso muy grande porque hay mucha población en Chile qu
1 sentido, utopía es la concepción de que la sociedad perfecta es
permanece con un resentimiento que no le permite vivir con
realizable en una sociedad determinada. A causa de ello el uto-
libertad. Si Pinochet no hubiera existido, la vida de los chilent11
pista puede emplear la más terrible de las viol~nci~. Y ~os
hubiera podido ser otra1 habrían dedicado> tal vez, un poco mdt
de tiempo a la filosofia1 al arte, a la cultura. utopistas en la Edad Media eran justicieros muy b~en mtenciO-
nados· uno de los santos más grandes de ese penodo fue san
' ,
Francisco de Asís; los fraticcelli, los hermanitos que lo segman,
Claro, ¿cómo se podría? Sólo si el valor objetivo es compartí•
eran gente absolutamente santa, pero creían que su sociedad
ble por todos, si asegura su realización por igual para todos,
estaba corrompida, empezando por la Iglesia, y entonces había
que es lo que afirmamos antes acerca del criterio de justicia. Si
que instaurar el reino de Dios en la Tierra, había que establecer-
esto es así, si el valor objetivo es deseable para cualquiera en-
lo ya, la sociedad perfecta estaba ahí; así, estos santos e~pezaron
to~c~s la mejor manera de asegurar que se cumplan valores
a practicar las más atroces violencias, porque los obispos,. los
obJetivos es que todos participen en su realización. Pero este
~s ~1 ideal, porque es evidente que los hombres somos muy curas estaban a su lado llenos de joyas, de oro, eran abomma-
bles. i-fabía pues que instaurar el reino de la pobreza e~angé~ca
limitados y. no podemos realizar esas posibilidades porque
en la Tierra y se dedicaban a practicar las más terribles vt~lena~.
nuestras ~asiones, nuestros intereses particulares, se oponen a
Los utopistas son capaces de destruir con una vtolenCia
ello. Ese I9.eal es el de la participación de todos en una comu-
espantosa todo aquello que no sea la sociedad perfecta, y creen
nidad en la que todos confluyan en la realización de un valor
que la sociedad perfecta se puede realizar aquí, en est~ mundo.
Lo más aproximado a ello, pero lejano todavía, es la democracia:
Utopía, en este sentido, no tiene que ver con una actitud mo-
El de la democracia es un valor ético porque es la mejor manera
de a~e~~arse a, 1~ posibilidad de que los valores comunes que la
ral, responsable, política. .
Pero la utopía puede entenderse también en el sentido de
asOCiaaon política garantice sean buenos para todos y que todos
que existe una sociedad buena que realiza los valores hum~­
decidan lo que sea bueno para ellos. En una democracia se inten-
ta que todos decidan lo que es deseable para todos. nos como un ideal al que debemos ir poco a poco aproXI-
m~donos sin pretender que se vaya a realizar en una sociedad
en particular, que probablemente no se realizará nun~a por-
¿No es utópico su planteamiento? ¿Cuál es su punto de vista acer-
ca de la tolerancia? que el hombre está sometido a muchas. limitaciones~ Imper-
fecciones, impurezas; está regido por sus mtereses particulares,
por los deseos de dominar al otro. Pero podemos acercarnos
Ha! dos maneras de concebir la utopía. Una es pensar que la
al ideal poco a poco. Para ello necesitamos esa socied~d como
soae~ad perfecta se va a realizar mañana. Así, utópico es aquel
una guía, como una especie de estrella. En este s~nndo toda
q~e piensa: «Yo no voy a hacer concesiones a lo que está suce-
posición política de carácter ético mantiene este tipo de uto-
diendo ahora, tengo que buscar sociedades mejores que esta.
pía y no puede negarla.
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Por otra parte, en nuestro país tenemos la suerte de que Latina; estamos en un momento en que los regímenes políticos
existan ciertas comunidades indígenas que, por más atrasadas todos tienen que cambiar para dar prioridad a encontrar la solu-
que puedan considerarse a los ojos de la mentalidad moderna, ción a esta exclusión, darle prioridad sobre cualquier otra cosa.
por más pobres que sean, han conservado el ideal de la comu- Ningún régimen o sistema político cumple a cabalidad estos
nidad. No es que lo cumplan cabalmente, pues si ustedes acu- objetivos, somos humanos. Pero en mi opinión, en México se
den a estas comunidades, en muchas de ellas predominan los logró mucho después del caos y la violencia revolucionarios.
caciques, los intereses particulares, en fin, perversiones de Los gobiernos posrevolucionarios, a partir de 1917 sobre todo,
diversa índole. Pero aun así, persiste en ellas el ideal, un ideal empiezan a establecer un sistema que se aproxima a un régi-
que ahora están recuperando; es el caso, por ejemplo, de las men de orden y logran muchos progresos; sin duda alguna,
comunidades de Chiapas que he visitado. Es un ideal de co- hubo mayores oportunidades para un porcentaje más amplio
munidad que podríamos calificar tal vez de premoderno, que de la población, seguro social, aumento de la salud, aumento de
corresponde a sociedades agrarias atrasadas, pero debemos la escolaridad, mayor igualdad, servicios sociales; en cierta
preguntarnos si en sociedades modernas, por ejemplo en medida se logró asegurar las necesidades fundamentales de so-
Monterrey, en la ciudad de México, en Guadalajara, podemos brevivencia y convivencia, pues hubo un mayor sentido de
o no recuperar ciertas virtudes morales, éticas, que correspon- pertenecer todos a una misma nación, sentido de unidad na-
den a estas comunidades primitivas. No somos comunidades cional. Si comparamos, por ejemplo, la situación de la mayoría
agrarias, no tenemos la necesidad del trabajo colectivo como de los países de América del Sur, que constantemente estuvieron
la tienen ellos, no vivimos en comunidades como las de ellos sujetos durante este periodo a golpes de Estado, a rebeliones, a
llevamos un tipo de vida completamente diferente. Entonces,' dictaduras sangrientas, México fue, relativamente, un oasis de
¿es posible o no? seguridad y de paz. Esto no se puede negar. Pero después vino
Persiste el problema de la existencia de dos Méxicos: el que otro proyecto: el neoliberalismo, es decir, el proyecto nacional
tiene posibilidades relativas de disponer de educación, cuida- de esa época se empezó a terminar. ¿Dónde está el proyecto
do de la salud, una manera de vivir decorosa, y el México nacional revolucionario actualmente? Se ha terminado des-
desprovisto de la satisfacción de las necesidades primarias. pués de las reformas al artículo 27, la globalización, la privati-
Hemos hablado de las necesidades fundamentales de toda aso- zación de todos los recursos del Estado. Parece haber termi-
ciación política, las más básicas: sobrevivencia y convivencia. nado ese ciclo con la exclusión de gran parte de la población.
En México, desgraciadamente, una gran parte de la población Estamos en el momento de buscar otro proyecto nacional.
no puede satisfacer estas necesidades elementales: alimenta-
ción, vestido, cuidado de la salud, igualdad de oportunidades, La famosa economía de mercado, el neoliberalismo, no ha dado
etcétera. Así, podemos decir que dentro de una sociedad para buen resultado en la forma en que se ha aplicado. ¿No existe
el orden, mientras esté excluida una parte, no se realizan ple- alguna otra vía que se pueda adaptar a las condiciones de nues-
namente estos valores. Esta es la exclusión en el seno de la tro presente? Giddens, en su nuevo concepto del neoliberalismo,
sociedad y existe en todo el planeta, hay grandes sectores de propone una tercera vía con una mayor participación de la
la humanidad en esta situación en África, en Asia, en América sociedad civil. Si el capital humano se volviese fuerte y la socie-

68 69
dad civil participara en ese proyecto, en el cual tenemos además
recursos limitados, carga pohlacional, glohalización :ubcultu:
'
ras, etcetera, '
¿cree usted que podríamos lograr algo mejor?

~e está toc:mdo jus~ente el tema del mercado y la posibi-


lidad de la IntervenCión del Estado para rectificar las desigual-
dades que genera. Ante los hechos históricos recientes es evi- N
dente que falló la planificación económica como se pretendía La asociación para la libertad:
hacer en los paises del socialismo real y en cambio el mercado
cumple una necesidad indispensable para la producción y el
el modelo liberal
desarrollo de un país. El mercado es inevitable, pero por sí
solo crea grandes injusticias. Entonces, la necesidad de un Esta- Así como la asociación política para el orden trata de
do que modere o incluso logre rectificar estas injusticias pare- satisfacer necesidades comunes a todo individuo y, por lo
ce una necesidad creciente. Las poüticas liberales estrictas no tanto, tiene como valores prioritarios los del orden, la
toman en consideración este papel del Estado. paz y la seguridad, así en la asociación para la libertad se
toma en consideración y se le da prioridad a otro valor
¿Cuál es 1~ teoría aterrizada de Luis Vi/Joro, su mensaje prácti- superior. No se suprimen los valores necesarios para dar
co, no teónco, para los jóvenes que están ahora en formación, res- satisfacción a las necesidades de sobrevivencia y de con-
pecto de los actuales cambios pollticos que vive México? vivencia, que deben estar presentes también en una aso-
ciación para la libertad, pues de lo contrario ésta no
Lo único que puedo decirles es que tengan fe en la demacra_ podría ejercerse. Pero por sobre los valores de conviven-
cia Y que, por lo tanto, pongan su grano de arena participan- cia y sobrevivencia hay uno fundamental, propio del ser
do en las elecciones democráticas y exijan que los funcionarios humano, que no compartimos con ninguna otra especie
que resulten electos cumplan. Que tengan una participación animal: la necesidad de dar sentido a nuestra vida, de que
real como miembros de la sociedad, como ciudadanos con no sea aleatoria, de que no sea una vida absurda sobre la
plenos derechos, eso es la democracia. Que participen y que cual no tengamos ningún control; la necesidad de esti-
~o se dejen llevar por los lemas absurdos de la «mercadopoü- pular propósitos valiosos a nuestra vida y de encontrar
ttca» que sólo emite slogans, sino que examinen en cada caso los medios adecuados para lograrlos; la necesidad, por lo
quién~s son las personas que pretenden realizar un programa tanto, de elegir nuestra vida.
Yanalicen los valores impücitos en esos programas y a las per- El hombre y la mujer, todo ser humano, necesita,
sonas detrás de ellos; no por sus lemas de tipo mercantil, sino para serlo, establecer un plan de vida, naturalmente den-
por lo que han hecho y lo que pretenden hacer. En esta tro de las circunstancias que le ha tocado vivir: no puedo
coyuntura es indispensable que todos los ciudadanos tenga- elegir como mi plan de vida volar por los aires o vivir
mos esa actitud. como un mandarín de China. Pero sí puedo, dentro de

70 71
1 . .
as crrcunstanctas ffsicas s 'al
elegir un programa d ' ~dI es, que me han tocado vivil
e VI a aquello . ' mas. Concretamente, puesto que estamos hablando de
como los medios adecu d ' que qUiero ser, asJ ti bertades políticas, es la capacidad de obrar o no fuera
blecer un plan de vida a os para tratar de lograrlo. Esta
fundamental para y pdoder realizarlo es la condici6Jl
de la obligación del poder político, la libertad de elegir
que ca a qui . lo que yo quiera sin coacciones, sin trabas por parte de
personal en la cual en tenga una Identidad
. reconocerse Cad . di . la autoridad o de la ley. Mi capacidad de elegir, en una
nusmo en la medida h · a m VIduo es éJ
. en que a eleuid 1 . asociación política, puede estar trabada por una autori-
es libre para ejercerlo. o- o un pan de VIda y
dad más o menos despótica que me obligue a hacer tal o
Este valor superior es lo cual cosa. En una sociedad democrática, en un Estado
Podemos dar una defini . , que llamamos «libertad».
d e lo que entendemos por cton muy ese . de derecho, en una sociedad de leyes, la libertad perso-
lib d ueta, muy Simple, nal de elegir está también limitada por el marco de la ley,
Muchos autores lo han . erta en el campo social.
1a definición de un a t Intentado· po · pues ésta me dice lo que me está prohibido hacer y me
. , ' r eJemp1o, veamos
~y
1 • u or mgles Carritt deja libre, en cambio, respecto de todo lo que la ley
aci1 Y adecuada. «T -lib d ' ' muy sencilla
li' · Lit erta es el pod d h ' me permite. La libertad negativa puede definirse como
e )amos sin interferencia de la . , der e acer lo que lo hace Thomas Hobbes: «La libertad es aquello que
y, acciOn e otr
engamos presente esta den . . , as personas». puedo hacer en el silencio de la ley». Es decir, lo que la
una asociación para 1 lib ructon para ~ntender qué es
ley no me prohíbe, aquello respecto de lo cual la ley
ciación política cuu aal ertad, es dectr, aquella aso-
;O v or prim dial . guarda silencio, es el ámbito, el marco en el que puedo
cual supone el orde or es la libertad, la
d e hacer lo que eli].anlo n, pues no pued · · ejercer mi libertad negativa. Por ejemplo, en nuestra so-
. . e eXIstir el poder
s ciedad, las leyes me prohíben robar, asesinar o incluso ven-
otras personas sí no . . sm Interfere neta e 1a acctón
· d . de
VIVImos en un . d der o comprar en determinados términos que estén fuera
asegure la sobrevivencia y 1 . a socte ad que nos
de la ley. Todo esto coarta mi libertad porque no puedo
ese valor es un ru've1 . a conVIvencia; por lo tanto
supenor m' . ' hacer esas cosas que la ley me prohibe. Pero en todo aque-
orden, pero no lo suprime T _'libas co~p1eJo que el del
llo que la ley no me prohíbe, por ejemplo, el hecho de que
d ad de elegir pero tamb., · Lit ertad
1 . 1mPli ca 1a capad-
estemos aquí juntos tratando de adelantar un poco nues-
elijamos, de ejercer de rieealin. a capacidad de hacer lo que
En la teoría política ' zar eso que h . tro conocimiento acerca de las asociaciones políticas o lo
tr di . emos e1egtdo.
que yo haga en mi casa como me dé la gana, mis despla-
tres tipos o niveles de libert:d c;~almente se. distinguen
zamientos en la nación o fuera de ella, en fin, todo esto que
podemos llamar neg ,.; . nmero, una libertad que
auva· segund li la ley no me prohibe, es el ámbito de la libertad negativa.
va; y por último un l'b' o, una bertad positi-
' a 1 ertad que n
1os autores pero que considero fund o aparece en todos Otro autor, Montesquieu, un filósofo francés del si-
glo XVIII, definía la libertad negativa como el derecho de
llamar «de realización». amen tal y que voy a
hacer aquello que las leyes permiten. Es por ello que la
La libertad negativa es la e . libertad negativa en una asociación para la libertad impli-
ser obligado, sin ser coart d apactdad ~~ obrar o no sin
a o por la acciOn de otras per- ca que el individuo tenga una serie de derechos a su
libertad que no estén coartados por la ley.
72

73
Como todos sabemos, en la Constitución mexica ,
11 1 Todo régimen, toda asociación política par~ la liber-
se han consagrado una serie de garantías individual lo
11
derechos humanos, por ejemplo, el derecho a pensar ltd sea del modelo que sea, como veremos mas adelan-
co~o me venga en gana, a expresarme o a opinar como ll tiene como prioridad asegurar estas libertades.

qwera, a reunirme con otras personas dentro de lo qur ' .y las libertades positivas? Si bien las libertades nega-
las leyes permiten, a realizar asociaciones políticas, a des IIVa~ son la prioridad de un Estado liberal, l~s liber~ades
plazarme por el territorio nacional o abandonarlo si así ¡>ositivas son la prioridad de una democra~ta. La liber-
lo deseo, en fin, los famosos derechos humanos indivi- tad positiva no consiste sólo, como la negatlva, en. obrar
duales de que ~to se habla. Estos derechos constituy 0 no en congruencia con el Estado o e~~ las ley~, s~o en

la esfera de la libertad negativa que está a salvo de las ser dueño de mí mismo, en elegir, dectdir y regrr 1lU p~o­
coacciones del Estado y, por lo tanto, de las prohibido-. pia vida conforme a mis propias reglas, a lo que yo d~ctda
nes de las leyes promulgadas por ese Estado. Es por ello que es bueno, independientemente de 1? que me diga la
que la doctrina de los derechos hwnanos es una salva- sociedad. En efecto, las libertades negatlvas pueden coe-
guarda de la libertad personal válida en todos los Esta- xistir con lo que Kant llamaba «la heteron?mía», de het~­
dos democráticos. Claro que en un Estado autoritario ros, el otro, y nomos, ley. La libertad negatlva es compatl-
no sucede así, por ejemplo, en la época de Pinochet en ble con que yo rija mi vida de acuerdo con ~~ reglas que
Chile. Pero en un Estado democrático no está pernriti- otros han establecido; por ejemplo, en cualqmer co~por­
do a~entar contra ninguna de estas libertades que son las tamiento, moral o no, convencional los niños stguen
propias de un Estado liberal. generalmente lo que les dicen sus padres. o sus maestros,
La Revolución de Independencia estadunidense en el y aún de adultos, muchos ciudadanos stguen lo que es
siglo xvm, fue la primera en establecer, en el Bit! of;ights. costumbre, lo que es propio, lo que es usual dentro. de
los derechos individuales; luego, la Revolución france~ una sociedad debido a la moral pública que establece cter-
sa los hizo. universales y los precisó más, y después todas tas reglas· este es un comportamiento heterónomo por-
las revoluciOnes posteriores, de independencia, como la que sigu; las reglas que otros han establecido.
nuestr~ en ~éxico, o democráticas como en otros países La libertad positiva consiste en pasar de la heterono-
de .África, Asia o Europa, siguieron este patrón de esta- mía a la autonomía, en regir mi propia vida no por lo
blec~r asocia~iones políticas en las cuales el Estado ga- que otros me dicen o establecen, no ~or lo que el Esta-
rantlzara las libertades individuales. do o la sociedad me induce a hacer, smo por lo que yo,
Se le llama libertad negativa en el sentido de tener la conforme a mi propia razón, mi propio crite~o y con-
libertad de no ser coartado. Constituyen, por lo tanto Ji- vicciones decido que es bueno. Entonces soy libre, ple-
b~rtades privadas del individuo, lo que puedo hacer'en namente libre porque sigo mi propia voluntad~ .no la
1lll casa, que es inviolable en el marco de esta libertad voluntad de otro, entonces ejerzo la libertad posttlva.
~egativa. Pero también lo que puedo y debo hacer como Según ya vimos, Montesquieu definió la libertad ne-
Ciudadano sin que el Estado interfiera conmigo. gativa como «el derecho de hacer aquello que las leyes
permiten», es decir, lo que puedo hacer dentro del marco
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de la ley. En cambio, la definición de libertad de Rous-
seau corresponde a la libertad positiva: «La obediencia a de ellas, de tal modo que éstas no sean ajenas ~ suj~~o
las leyes que uno mismo ha prescrito». Veamos la dife- que las obedece, sino que sean resultado de la propta acaon
rencia. La libertad negativa consiste en poder elegir todo del sujeto· esto es la democracia.
Por lo 'tanto la democracia es un intento no sólo de
a~u~llo que está dentro de las leyes, pero, ¿quién pres-
cnbtó las leyes? Otros, el Estado, la sociedad, la tradición alizar la liber~d negativa, sino también las libertades
re . di 'd
positivas. Esto es, un sistema en el cual el m VI uo no
o la moralina tradicional católica, protestante, islámica.
sólo tiene libertad en su vida privada dentro del margen
En cambio, la libertad positiva consiste en obedecer las
de lo que la ley determina, sino que además participa en
leyes o reglas que yo mismo he prescrito; esa es la auto-
nomía. La autonomía es para Kant el signo claro de la la elaboración de la ley, de una u otra forma. Por supues-
libertad moral: sólo es libre moralmente el que es autó- to, hay muchas formas de democracia, muchas formas de
participar en la elección de la ley, pero debe hacerse de tal
nomo, el que actúa conforme a su propia voluntad dán-
dose a sí mismo las leyes que su razón le dicta. modo que se ejerza la libertad no sólo en el marco. de lo
En la asociación política, la libertad negativa no im- que las leyes dicen, sino en la elaboraci?n de las rmsmas.
plica necesariamente que quienes obedecen las leyes las Esto quiere decir que un régimen hb~ral no es nece-
hagan, porque la libertad negativa es simplemente la li- sariamente democrático, son dos cosas diferent~s. ?e.ne-
bertad de elegir individualmente en la vida privada sin ralmente en el lenguaje cotidiano, en el penodísttco,
' .
que las leyes lo impidan. De tal modo que la libertad solemos confundir liberalismo y democracta; g~av~ ~rror.
negativa puede coexistir perfectamente con un tipo de El liberalismo es un régimen que garantiza el eJercici? de
régimen político en el cual sean otros los que dicten la las libertades negativas que permiten las leyes, pe~o es~as
ley y no yo. Por ejemplo, en ciertas monarquías ilustra- podrían no ser resultado de la acción de 1?~ propios CIU-
das. del siglo XVII~ había, sin duda, un amplio margen para dadanos. En cambio, un régimen democrattco, qu~ tam-
la libertad negativa, o en la época romana de los Anto- bién permite la libertad negativa, igu~. que el It?eral,
ninos, periodos de Estados tolerantes hacia las libertades tiene como fin, además, la libertad posltlva, es decrr, los
priva~as. Había un amplio margen de libertad negativa individuos que se someten a la ley son coautores de la
~ut?~zado P?r el Estado, lo cual no quiere decir que los misma en alguna medida.
mdiVIduos rmsmos legislaran; en modo alguno, lo hacían Ahora bien, hay muchos procedimientos para que los
otros. individuos sean coautores de la ley. Pongamos el caso de
La libertad positiva, en cambio, en el ámbito del Esta- John Locke, de quien podemos decir que es un ~utor
do, consiste en que cada quien obedece sus propias liberal pero no demócrata, porque sostiene una se~e de
reglas conforme a su propia razón, en poder obedecer- ideas que garantizan los derechos individuales, la liber-
me a mí mismo, obedecer lo que dicto con mi propia tad negativa, pero no tiene una doctrina clara acerca ~e
razón; supone que sea el mismo sujeto de la libertad el cómo el conjunto de los ciudadanos, homb~es Y ~UJe~
que dicte las leyes, el que de algún modo sea responsable res deben ser los autores de la ley. En cambio, qmen SI
tie~e una doctrina democrática es Rousseau, Y Montes-
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77
quieu también, y Kant y los posteriores a él, Tocqueville,
Pongamos un ejemplo sencillo. Supongamos un cam-
J:ffer~on en Estados Unidos. Y entre nosotros, José Ma pesino pobre de un pueblo de Oaxaca: tiene liberta~
na Lws Mora, por ejemplo.
negativa, esto es, puede actuar en el marco de la ley; si
Pasemo~ ahora al tercer tipo de libertad, al que yo he hay un Estado de derecho, en su casa no se va a ~eter
llamado «li~ertad de realización». Recordemos lo que
nadiel a no ser que haya bandidos, en fin, puede libre-
hemos defirudo hasta ahora; Carritt afirma: «La libertad
ment~ opinar lo que quiera. Si, insisto, estamos en un
es el poder de hacer lo que elijamos sin la interferencia
Estado de derecho, también tiene libertad positiva: lleva-
de la acción de otras personas». La libertad negativa es
do o no de la mano por algún organismo del PRI, puede,
el poder de hacer lo que esté en nuestra mano en el marco
de todos modos, depositar un voto. El Estado nacional,
de la ley. La libertad positiva consiste en poder decidir
la Constitución, autorizan a este ciudadano a participar
~uestros propios fines y valores. Pero hay otro nivel de
en las leyes, aunque más allá de éstas haya otros proble-
libe~tad indispensable, el de poder ejecutar, convertir en mas de corrupción o de no cumplimiento del resultado
realidad aquello que hemos elegido y decidido. Pode-
de las elecciones, pero si la ley le permite participar, en-
mos ~:UUar a.e~te tercer tipo de libertad, que es una forma
tonces tiene libertad positiva en el sentido de que puede
t~bien positlva pero más radical, «libertad de realiza- elaborar sus propias leyes. Sin embargo, debemos pre-
CIOn». Naturalmente que este tipo de libertad está limi-
guntarnos lo más importante: ¿tiene libertad de re~za­
tado por las circunstancias. No tengo libertad de realizar
ción?, ¿puede realmente realizar aquello que ha eleg¡~~'
~o lo que he imaginado; de poseer, por ejemplo, la la forma de vida que quisiera llevar dentro de las posibi-
. erza de un león o de saltar como un gamo; no tengo
lidades que le ofrece su medio? Lo más probable es que
libertad de ser astronauta (¿a mi edad y en México?). No
no, porque no tiene las condiciones para re~zar la fo~ma
te~go libertad de encontrar las leyes de la gravitación
de vida que elegiría, el mínimo de educac10n o de ms-
uruversal porque no tengo las condiciones para hacerlo.
trucción para obtener un trabajo determinado, proba-
Pero en principio la libertad de realización radica en
blemente no tiene los servicios de salud suficientes para
poder realizar lo que yo elija sin interferencia de la acción
poder realizar esa mejor forma de vida, y así s~cesi.~a­
de otras personas. Puedo no realizar lo que elijo por in-
mente. Estas coacciones para su libertad de re.alizaaon
terferencias de la naturaleza o por la escasez de mi socie-
se deben a la interferencia de la acción de otras perso-
dad, porque en México somos pobres y no podemos ser
nas, es decir, a la interferencia de la sociedad de la
astronautas ni realizar un plan como los de la NASA. Así
que todos formamos parte, y nosotros, esas «otras per-
~ntonces, si las imposibilidades de la realización de mi
libert~d se deben a factores que no dependen de la inter- sonas», al participar en la vida política y social de nues-
ferenaa ~e la acción de otras personas, entonces no pode-
tra sociedad no le damos a ese campesino de Oaxaca las
mo~ dectr que no haya libertad, simplemente no podemos
posibilidade~ de realizar lo que elige. En esa medida, es
la interferencia de otras personas, es decir, de nosotros,
realizar lo que imaginamos, pero existe la libertad de rea-
lización. la que le impide su libertad; así, no es libre en este ter-
cer sentido.
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Siempre estamos con la palabra libertad en la boca y ren por el alcance de las libertades. El liberal se propone
decimos: «México es un país libre». Sí, lo es en el senti- como fin primordial garantizar la libertad individual, por
do de libertad negativa. En la medida en que se cumple lo tanto las libertades negativas. Hemos ya dicho que las
un Estado de derecho, tenemos libertad negativa; en esa libertades negativas son las de cualquier individuo en el
misma medida, si además existen las facilidades necesa- marco de la ley y que si ese modelo liberal es democrá-
rias para que todos los ciudadanos coadyuvemos en la tico (actualmente la mayoría lo son, pero en el siglo XVIII
elección de las leyes, en la medida en que haya demo- aún había liberalismos no democráticos, eran monárqui-
cracia plena, tenemos libertad positiva. Pero libertad de cos o jerárquicos, como en Inglaterra) entonces garantiza,
realización, sólo una parte de México la tiene, porque además de las libertades negativas, las libertades positivas
hay muchas poblaciones del país que carecen de ella en el sentido de participación de todos los ciudadanos
debido a la interferencia de la acción de otras personas y, por igual en la elaboración de las leyes mediante proce-
por ello, no pueden realizar lo que eligen, no tienen las dimientos llamados democráticos; ese es el primer punto.
condiciones para hacerlo. Entonces podemos decir que Segunda característica del modelo liberal: puesto que
están excluidos de la libertad; en la medida en que no trata de garantizar las libertades individuales, ve a todos
pueden realizar su libertad están excluidos de ella. los ciudadanos, hombres o mujeres, como iguales ante la
Consideremos ahora los distintos modelos de aso- ley; no iguales en condiciones económicas o sociales,
ciación para la libertad, que diferirán entre sí según el sólo iguales ante la ley. Se trata, pues, de un modelo que
tipo de libertades que garanticen: libertad positiva, liber- considera que cualquier ciudadano tiene los mismos
tad negativa, libertad de realización, según la relación de derechos, de ahí que insista tanto en los derechos indivi-
la libertad con la equidad, con la justicia, y según la idea duales y en el Estado de derecho frente a la ley.
que tengan del fin o del bien común que es preferible Tercer punto. Puesto que todos los ciudadanos son
realizar. iguales y el fin del Estado es garantizar la libertad indivi-
Hay dos grandes modelos de la asociación para la li- dual, entonces el Estado liberal debe respetar las diferen-
bertad. Al primero vamos a llamarle «modelo liberal» cias en la elección de valores y fines de los ciudadanos.
porque tiene como fin primordial las libertades negativas Puesto que todos los ciudadanos son iguales y tienen el
y, en la medida en que sea democrático, porque el mode- derecho individual de opinar y pensar como les dé la
lo liberal puede serlo o no, tendrá también como fin las gana, entonces se debe admitir la multiplicidad de valo-
libertades positivas, no así las libertades de realización. res que componen a los individuos y grupos del Estado.
Al segundo modelo le denominaremos «modelo iguali- Por lo tanto, el Estado liberal, en principio, debe respe-
tario» por su insistencia en que las libertades individua- tar todas las opiniones y, por lo tanto, permitir todos los
les del modelo liberal sean compartidas por todos con partidos políticos, por ejemplo, que responden a opinio-
igualdad. nes diferentes: conservadores, disidentes, de oposición,
Tratemos esquemáticamente de las tres características todos los partidos deben tener su lugar en este Estado y
del modelo liberal. Decimos que los dos modelos difie- se deben respetar todas las opiniones. Es un Estado en el

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cual el gobierno tiene que ser neutro frente a las opinio- libertad de cada quien se rige por sus propósitos e inte-
nes variables de grupos, partidos e individuos que asu- reses individuales, de tal manera que en esta competen-
men elecciones diferentes en la sociedad. Por lo tanto, si cia cada quien quiere ganar más al menor costo compi-
es neutro, no debe perseguir un bien o un valor común tiendo con todos los demás y si es posible venciéndolos.
a todos; debe dejar a la gente conforme a sus fines sin Es lo que tratan de hacer los competidores en el merca-
intervenir más que con la ley para impedir que se come- do del trabajo: ganar más, tener los mejores puestos con
tan crímenes en los que las libertades de uno se opongan el menor daño posible y dejar a un lado a los demás.
a las libertades de los otros, pues su papel es mantener La tolerancia no es incompatible con la competencia
las libertades de todos. Así pues, la virtud fundamental a muerte. Puedo tolerar perfectamente las opiniones del
de un Estado liberal es la tolerancia. otro, pero en el juego trato de ganarle a corno dé lugar,
En la llamada transición a la democracia de México se y si se queda fuera a costa de mi éxito, mejor, pues este
habla mucho de tolerancia, virtud de un Estado liberal es el juego. La competencia necesariamente trae corno
democrático. Es decir, tolero las opiniones del PAN o las consecuencia, a pesar de la tolerancia, que los más capa-
del PRD o las del PRI, aunque no me gusten, y vamos a ces ganen y dejen fuera del juego a los demás; necesaria-
ponemos a discutir todos y a toleramos mutuamente, y mente una situación competitiva, por más que queramos
el Estado debe ser neutro frente a esto. La tolerancia, la remediarlo, va a dejar en último lugar, marginados de la
aceptación de las libertades del otro, es virtud funda- competencia, a quienes no tienen las mismas armas que
mental de un Estado liberal. Evidentemente, el Estado aquellos que ganan, que tienen éxito. Un régimen de
liberal tiene muchas virtudes; frente al Estado conforme este tipo produce necesariamente la marginación de algu-
al orden, el modelo liberal garantiza las libertades indi- nos, los vencidos, en la competencia frente a los vence-
viduales y ésta es una enorme virtud; garantiza la convi- dores. La desigualdad, la marginación, es un elemento
vencia de todas las opiniones y de todas las libertades. esencial del Estado liberal que analizarnos, un Estado en
¿Pero no tiene también su lado oscuro? Sí, y muy terri- el cual hay indefectiblemente división, desigualdad y exclu-
ble. En primer lugar, el Estado liberal es necesariamente sión de muchos elementos.
individualista, pues tiene corno fin garantizar las liberta- Tercer rasgo. Puesto que el Estado tiene corno fin
des individuales, las negativas o de participación; es un garantizar las libertades individuales en competencia, y
Estado que tolera todas las opiniones pero tolera tam- corno medio la tolerancia de todo lo que hagan los indi-
bién la competencia de todos los individuos; es, pues, un viduos sin meterse él a hacer nada, dado que es neutral
Estado en el cual cada quien tiene la libertad de compe- frente a los bienes colectivos, entonces el Estado no tiene
tir económicamente en el juego del mercado, en el juego ya la misión de establecer bienes comunes para todos y,
profesional, para la búsqueda de trabajo; en el terreno por lo tanto, pierde la función tradicional de los Estados:
poütico, a ver quién gana más. Es un Estado que se basa mantener unido el tejido social. Y esto es así porque la
en la libertad de los individuos para competir entre sí y unión social supone un tejido comunitario en el cual los
para que gane el más apto, en el cual necesariamente la intereses de cada quien cooperan con los del otro. El

82 83
tejido social necesita, además de la tolerancia, la coope- mo lo mismo que nosotros. Para ellos el «liberal» es un
ración; si no, no existe. El Estado liberal no tiene entre hombre más preocupado por las cuestiones sociales; a
sus fines expresos la cooperación, sino la tolerancia. aquello que nosotros llamamos neoliberalismo en Estados
Estas fallas son inherentes al modelo de Estado liberal, Unidos se le llama «conservadurismo» y corresponde al
no son circunstanciales: «Es que funciona mal el Esta- programa del partido republicano o de sectores conser-
do ... Es que la corrupción ... ». No, son fallas inherentes vadores de éste. Por liberalismo nosotros entendemos
al modelo de Estado liberal porque las características que exclusivamente liberalismo de la neutralidad o neolibe-
hemos señalado necesariamente llevan a esto. Por lo tanto, ralismo, como se le conoce ahora. En Estados Unidos,
resulta indispensable pensar en otro modelo de Estado en cambio lo que yo llamo modelo igualitario y Dwor-
para la libertad que nazca del intento de evitar estas '
kin denomina liberalismo de la igualdad correspondena

fallas, no del intento de destruir el Estado liberal, sino de, a los programas de los partidos demócratas, en ~l. senti-
aceptando las libertades que el Estado liberal consagra, do estadunidense, que tienen mucha preocupac10n por
poder evitar estas fallas necesarias; este sería lo que he lla- la igualdad social, como Roosevelt en su momento.
mado el Estado igualitario, un Estado que no sólo acep- En Europa los socialistas democráticos corresponde-
ta como fines últimos de la asociación política la libertad rían al modelo igualitario, con muchas variantes, y los
negativa y la libertad positiva o democrática, sino que partidos conservadores de derecha correspond~rían al
también acepta adelantar hacia la libertad de realización, liberalismo de la neutralidad. Los nombres vanan, no
la tercera de que hemos hablado. Al hacerlo, el Estado nos fijemos mucho en ellos sino en el modelo que repre-
igualitario intenta superar las fallas propias del Estado li- sentan, en los principios que siguen.
beral.
Ambos modelos han sido tratados por otros autores;
hagamos algunas referencias. Un autor estadunidense
excelente, Ronald Dworkin, llama a estos dos modelos .
de Estado «liberalismo de la neutralidad» y «liberalismo
de la igualdad». Yo los he llamado «modelo liberal» y
«modelo igualitario» porque el término liberalismo no
me parece muy adecuado; Dworkin habla del liberalismo
de la neutralidad, que corresponde al que hemos expues-
to bajo el nombre de modelo liberal, y liberalismo de la
igualdad, al que denominamos modelo igualitario. Este
liberalismo de la neutralidad frente al liberalismo de la
igualdad corresponde también grosso modo a formas de
ideología diferentes que en otros países tienen otros
nombres. Lo estadunidenses no entienden por liberalis-

84 85
situación de esclavo; la mujer, conforme al mérito que corres-
ponde a su situación subordinada, que no le da muchos dere-
chos, y así sucesivamente. Esta es la defuúción de justicia de
Coloquio Aristóteles; por lo tanto, puede existir una sociedad para el
orden con un sentido de justicia que responda a esta idea clá-
sica que es compatible con la dominación. Ese sentido está
A lo lat;!JO de la historia hemos visto cómo el poder depositado en excluido, desde luego, en regímenes arbitrarios, dictatoriales y
las manos de unos cuantos hace SUt;!Jir en ellos el egoísmo, con lo tiránicos, como también lo decía Aristóteles, quien también
que el apego a la justicia pierde todo sentido. ¿Er irremediable decía que en un régimen aristocrático o monárquico sí se
que esto suceda en cualquier asociación política para el orden? puede dar este tipo de justicia.

Toda asociación para el orden supone, sin duda, dominación, ¿Cómo se relaciona el hecho de que el Estado de alguna manera
pu~ tiene como fin fundamental no la libertad, que es el pro- define la concepción de la libertad con la necesidad de concebir
pósito de la asociación para la libertad, sino establecer la armo- al Estado como una asociación para la libertad, en sus distintas
nía, la paz a como dé lugar; esta es su primera intención, su variantes, con el discurso respecto del modelo económico? Porque
valor más alto, prioritario. Por ello toda asociación para el en México, cuando se firmó el Tratado de libre comercio con
orden supone siempre dominación. Ahora bien, puede a su EEUU, de manera muy tramposa se manejó en la prensa que
vez ser una asociación basada en una autoridad, en una domi- era automático nuestro ingreso como país a la democracia, y ya
nación arbitraria no justificada; pensemos en las dictaduras, en se ha visto que esta es una transición con debilidades mayores.
las monarquías absolutas, en los Estados integristas. 0 bien
puede ser una asociación para el orden que permita que haya El liberalismo tiene dos acepciones: una, meramente econó-
paz Y armonía sin exceso de violencia. En el primer caso, como mica, consiste en dejar libertad a las fuerzas del mercado para
en toda tiranía, como en todo régimen arbitrario, está exclui- que compitan entre ellas y que el Estado no intervenga. Lais-
da cualquier posibilidad de justicia. Pero hay asociaciones para ser faire, laisser passer, decían los liberales clásicos del siglo XIX,
el orden que pueden mantener un sentido de justicia. Los clá- «dejar hacer, dejar pasar». El liberalismo económico permite
sicos antiguos definían el sentido de justicia como dar a cada que, en el mercado donde todos compiten, el más poderoso
quien según su mérito, definición de Aristóteles. Pero, ¿qué se económicamente pueda acabar con el económicamente más
entendía por méritor Aquello que le corresponde al individuo débil. La libertad económica es parte del liberalismo clásico.
según su situación social. Así, dar a cada quien según su méri- El que hemos tratado aquí es más bien el liberalismo político,
t.o, ~n la defuúción aristotélica, no supone una sociedad igua- en el cual se antepone como función principal de la asociación
litana en la que todos tengan los mismos derechos, sino una política la conservación y garantía de las libertades individua-
sociedad aristocrática o esclavista en la que quien es libre reci- les. Ahora bien, ¿qué relación hay entre ambosr La tesis más
be según su mérito, es decir, su situación de ciudadano libre· aceptada actualmente es que el liberalismo político no puede
el esclavo recibe conforme al mérito que corresponde a s~ existir sin el liberalismo económico, lo que en México se acos-

86 87
vención, por lo tanto, se acepta el liberalismo económico. Esa
tumbra llamar «neoliberalismo». Incorrectamente, me parece,
es la tesis de Hayek, la que llevó a cabo Ronald Reagan desde
porque no sabemos bien qué es eso, creo muy dificil que los
el gobierno de Estados Unidos, o Margaret Tatcher desde el
que hablan tanto del neoliberalismo lo puedan definir. Sin em-
gobierno de Inglaterra; la misma que en México ha tratado de
bargo, lo que solemos entender por esta palabra es justamente
imponerse desde hace varios sexenios.
liberalismo económico y político conjugados. Una tesis, cuyo
autor más influyente es Hayek, pretende que sin liberalismo
Entonces el sistema liberal, en su lado oscuro, al establecer la
económico no puede haber democracia, porque se entiende
competencia por la economía de mercado no es un Estado libre o
como democracia el liberalismo político que garantiza las li-
que permita la libertad, más bien es un Estado que coarta la
bertades de todos los ciudadanos y se opone a la intervención
libertad de realización y al hacerlo coarta a los grupos más limi-
del Estado en la economía.
tados por las consecuencias olrPias de un desarrollo, de una dis-
El liberalismo político basado en el liberalismo económico
tribución del ingreso o calidad de educación, salud, vivienda,
es lo opuesto a la planificación de la economía por el Estado ,
como sucedía en los países del socialismo real, como todavía muy desiguales.
sucede en Cuba, en alguna medida, o en China, en alguna
Por eso hice la distinción de tres tipos de libertad. Es un Esta-
medida también. La intervención del Estado en la planificación
do que sí permite la libertad negativa; no hay libertad de rea-
de la economía, según la tesis de Hayek, llega a coartar las
lización, es cierto, pero no metamos todo en el mismo saco,
libertades individuales, por lo tanto llega a coartar el liberalis-
pues hay libertad negativa y positiva. Es decir, existe libertad
mo político. Según esta tesis, la única forma de asegurar el
en el sentido de que sí hay un Estado de derecho, nadie me va
liberalismo político y la democracia es el liberalismo económi-
a estar coartando mis libertades de opinión, de que me asocie
co. La apertura a las fuerzas del mercado corresponde, en lo
con quien quiera o que viaje a través del país como quiera, etc.
económico, a un régimen de competencia en el cual el Estado
En el caso de la competencia, hablando del modelo liberal
no interviene. En contra de esa tesis, el Estado debe interve-
que implica una economía de mercado, no siempre e~enta­
m: no para coartar o para planificar la economía, sino para eli-
mos una doble competencia, la interna y la externa. El unpe-
mmar las descompensaciones y desigualdades que se producen
rialismo, en sus nuevas formas, nos coarta más por lo que re~­
en la competencia dentro del mercado. Son dos cosas diferen-
pecta a libertad de realización y agudiza las divisiones, ya no
tes. El mercado económico necesariamente produce la elimi-
en el mismo Estado, sino entre Estados diferentes, entre países
nación de los menos dotados y el éxito de los más fuertes eco-
nómicamente. Conduce también a la concentración de la diferentes, entre el norte y el sur.
riqueza en pocas manos; es el juego del mercado. Un Estado
Pero en este tipo de Estado necesitamos también de la inversión
que procurara intervenir políticamente no para eliminar el
extranjera. ¿Hay entonces una contradicción?
mercado, sino para evitar o compensar las desigualdades a que
éste da lugar y evitar así la destrucción de los más débiles por
No hay contradicción alguna; sería absurdo poner trabas a las
las fuerzas económicas, superaría el modelo liberal de que
inversiones extranjeras en la actual situación globalizadora.
hemos hablado, pero en el modelo liberal no se da esta ínter-
89
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Puede perfectamente existir libertad de inversión en un Esta- pensar las marginaciones con una pequeña ~bra del Esta~o en
do por parte de los consorcios extranjeros, pero eso no impi- favor de los menos favorecidos, pero resulto totalmente msu-
de que el Estado tenga como misión reparar de algún modo ficiente porque fue apenas una pequeña ayuda que se le dio a
las injusticias y desigualdades que el capitalisro"o mundial puede los más pobres sin cambiar la estructura misma del Estado,
causar. En tomo al tema del proteccionismo económico, en Méxi- aunque constituyó un paliativo.
co contamos con leyes antimonopolio, lo mismo que en otros Giuseppe Tomasi di Lampedusa, en El Gatopardo, dijo que
países. ¿Este tipo de proteccionismo económico puede llegar hay que cambiarlo todo para que nada cambie. Es decir, hay que
a damos una libertad de realización1 Sería un elemento que hacer los cambios necesarios para que el sistema permanezca.
ayudaría, sin duda, pero no suficiente. Para obtener libertad
de realización hacen falta medidas positivas que compensen las El gobierno neutro favorece ese liberalismo que provoca la com-
desigualdades mediante políticas sociales de Estado. petencia y, por lo tanto, la injusticia. ¿Estamos preparados para
tener un gobierno con valores, que realmente favorezca la co~pe­
Al liberalismo en México el ex presidente Salinas le llamó «libe- ración? Usted dice que se permite la solidaridad, la cooperauón,
. ?
ralismo social», ¿no hay una contradicción en cuanto a incluir ¿qué tan preparados estamos para un gobierno de este tJpo.
al otro? El programa social Solidaridad pretendía, y creo que el
Progresa también, lograrlo. ¿Cómo lo ve en este esquema políti- No creo que sea cuestión de preparación, sino de disponer de
ca y económicamente? la voluntad política que recoja las propuestas de quienes tie-
nen interés en que no haya exclusión, en que el tejido social
Salinas tomó el concepto de liberalismo social de Reyes Hero- sea cooperativo, de tal manera que no sean unos cuantos los
les, quien lo acuñó justamente porque era consciente de los que tienen todo y los muchos queden exc~uidos. ¿~uiénes son
excesos de marginación social a que llevaba el liberalismo de los que manifiestan ese interés? Los proptos exclmdos ..No es
mercado competitivo. No que fuera ningún socialista, pero era una cuestión de preparación académica o intelectual, smo de
un hombre inteligente y consciente. Inspirado en nuestro libe- organización y voluntad de aquellos que tengan interés en no
ralismo tradicional del siglo XIX, el de Zarco y otros autores de ser excluidos. Organización y voluntad de todos aquellos gru-
la época de la república restaurada, Reyes Heroles crea la idea, pos sociales, por diferentes que sean, que tengan la. necesidad
que luego acogió Salinas, de liberalismo social, es decir, el pro- de una libertad igualitaria con los demás, de una libertad de
grama de tratar de compensar los estragos de marginación realización que no sea ya exclusiva de un grupo al cual noso-
social que estaba causando la nueva política liberal mediante tros pertenecemos. No me refiero nada más a los grandes
una política de asistencia del Estado hacia los más pobres. De millonarios, sino a todos nosotros, la clase media.
ahí nacieron Solidaridad y Progresa. Los excluidos son los que pueden cambiar la situación.
Ahora bien, independientemente de la corrupción que puede Así por más preparación que tengamos, nosotros no vamos
'
haber invadido esos programas, de la desviación de su objeti- a cambiarla, sino aquellos que están excluidos, y lo h aran

me-
vo primordial en favor de intereses particulares o de partido, diante organizaciones que, si queremos un orden no violento,
en mi opinión la intención era buena, pues se intentaba com- tendrán que ser organizaciones democráticas.

91
90
V
La asociación para la libertad:
el modelo igualitario

Hemos hablado de los dos modelos que corresponden a


dos formas del liberalismo y que Dworkin llama «libe-
ralismo de la neutralidad>>, el primero, en el que el Esta-
do es fundamentalmente neutral, y «liberalismo de la
igualdad», el segundo, donde el Estado trata de realizar,
entre sus fines, precisamente, la igualdad. En otros paí-
ses el primer modelo se conoce como liberal a secas, in-
cluso en nuestro país se le pone el mote de «neoliberal».
El segundo modelo corresponde a lo que nosotros lla-
maríamos más bien un modelo de socialismo democrático
o de socialdemocracia. Socialismo, con tal de no enten-
derlo en sus versiones que conducen a regímenes tota-
litarios, como se dieron en los países del este de Europa,
sino de acuerdo con la definición que se da en los progra-
mas de los actuales partidos socialistas europeos, por ejem-
plo, o de los partidos socialdemócratas. En nuestro país,
en cierto modo, durante un tiempo respondieron a este
modelo los movimientos nacionalistas y populistas pro-
ducto de la Revolución mexicana, aunque hay que seña-
lar que este tipo de programas se debilitaron, si no es que
fueron hechos a un lado, en los últimos sexenios, de mane-
ra que ahora los programas de los gobiernos se inclinan hacia
el primer modelo, el que denominamos modelo liberal.

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Hemos señalado también que los dos modelos, el li- La segunda diferencia radica en que el modelo libe~al
beral y el igualitario, difieren en tres puntos fundamen- establece una relación de igualdad entre todos los cm-
tales. En primer lugar, en el alcance de las libertades que dadanos que se suponen libres. La igualdad define la
el modelo considera prioritarias. En el modelo liberal son ciudadanía, de tal manera que el modelo liberal de aso-
las llamadas libertades negativas, además de la libertad ciación política trata a todos los ciudadanos por igual
positiva que consiste en participar en la designación de fun- bajo los preceptos de la ley establecida. Es, por lo tanto,
cionarios públicos, participación, por lo tanto, de todos los igualdad ante la ley sin coacción ni arbitrariedad. Por eso
ciudadanos en el gobierno. El primer aspecto, el respeto un Estado liberal se presenta también a sí mismo como un
a las libertades neg~tivas, esto es, las libertades privadas Estado de derecho en el cual todos los individuos deben
y familiares a las que todo individuo tiene derecho, sin ser tratados igualmente por las mismas leyes. Esta igual-
coacción por parte de la ley o del poder público, corres- dad se basa, fundamentalmente, en el respeto a ciertos
ponde a la teoría tradicional del liberalismo y es requisi- derechos o garantías que la ley defiende como privilegio
to de toda asociación política que se quiera respetuosa de cualquier ciudadano; son los llamados derechos huma-
de las libertades, desde las revoluciones liberales y demo- nos individuales, que en nuestra Constitución se expresan
cráticas de fines del siglo XVIII y de todo el siglo XIX, y en en las llamadas «garantías individuales» y que aparecen en
nuestro país a partir de la revolución de independencia. todas las constituciones democráticas y liberales del mundo.
A estas libertades, que constituyen los derechos funda- El modelo igualitario difiere en este punto en que, si
mentales de una democracia, la democracia añade la li- bien también pretende ser un Estado de derecho, si bien
bertad de que todos los ciudadanos contribuyan a la acepta como base inviolable de cada ciudadano los dere-
promulgación de las leyes que deben regir su conducta chos humanos individuales, pretende, asimismo, que la
dentro del Estado. igualdad que se proponga el Estado borre las desigu~­
En este primer punto, el modelo igualitario difiere del dades reales producto de condiciones sociales, econórm-
liberal en que no sólo establece como prioridad de la cas y políticas diferentes de los distintos grupos o clases
asociación política las libertades negativa y positiva, sino de ciudadanos y que, por lo tanto, vaya más allá de la
que, además, hace especial hincapié en la posibilidad de igualdad de los ciudadanos ante la ley, hacia un~ ~itua­
garantizar, aunque sea parcialmente, lo que he llamado ción en la que se favorezca la igualdad de condiCiones
«libertades de realización», es decir, las condiciones para para lograr la libertad de realización. .
que lo que una persona elija y decida hacer de su vida Si el Estado igualitario pretende respetar la Igualdad
pueda efectivamente ejercerse. Hacen falta ciertas condi- de realización para todos los miembros de la asociación,
ciones mínimas con las que todo individuo debe poder es claro que para ello tiene que impulsar la igualdad de
contar para intentar ejecutar lo que elige. Las libertades condiciones para realizar la libertad. Esta igualdad de con-
de realización, son, pues, diferentes a las simples liberta- diciones es también un derecho del ciudadano, tanto como
des negativas si, como deáamos, las libertades negativas los derechos humanos individuales, en lo que algunos
están limitadas por el marco de la ley. tratadistas han llamado derechos de segunda generación,

94 95
o sea los derechos sociales. Por ejemplo, el derecho al
trabajo se establece desde el siglo xrx después de la revo- ciertos fines y no hacia otros. Este respeto por la plura-
lución de 1848 en Francia y posteriormente en todo el lidad, por la diversidad de opinió?, ~~ común a .los dos
mundo. Derecho al trabajo, a la educación, a la salud, a modelos pues es propio de la asociac10n para la hbertad.
un mínimo de bienestar, a un mínimo de ingresos eco- Pero, por su parte, el Estado igualit~o añade que, pese
nómicos que permitan dar satisfacción a las necesidades a este respeto por las diferentes oprmones Y, valores~ el
elementales. Esta igualdad rebasa, no elimina pero reba- Estado tiene la salvaguardia de un valor comun, un b~en
sa, las igualdades proclamadas por la asociación de tipo común, que debe ser gozado por igual por todos los .ciU-
puramente liberal. dadanos: la equidad. El Estado es garante de ella y nene
El tercer elemento que diferencia a estos dos mode- como misión la realización de este bien común .par:a
los, es que en el modelo liberal tradicional el Estado es todos los ciudadanos. La equidad es el signo de la J.Ustl-
neutral y debe aceptar todos los diferentes valores que cia social puesto que consiste en dar un trato semeJante
libremente los ciudadanos se propongan. En un Estado a todos de manera que puedan realizar por igual su
múltiple, democrático, se expresan muchas concepcio- propio plan de vida; es, por lo tanto, un fin del Esta~~'
~es acerca del bien y del valor de la vida, tanto del bien el cual en este modelo igualitario, no puede admitir
personal como del bien colectivo; hay muchas opiniones las desi~aldades que impidan la equidad, por el contr~­
en conflicto y el Estado debe respetarlas todas y ser, por rio, debe promover la supresión al ~áximo de las desi-
lo tanto, neutro frente al valor. Ser neutro no quiere decir gualdades y, al mismo tiempo,. rectificar aquellas que
carecer de capacidades administrativas o de recaudación crea la competencia entre los ffilembros Y grupos de la
económica, sino ser imparcial frente a todas las distintas asociación. Así pues, al Estado neutral se opone un Esta-
opiniones que se presenten en una sociedad democráti- do con un propósito específico: equidad para que to~os
ca y que compitan entre sí, aceptando la que venza por los ciudadanos tengan la libertad de realizar sus prop~as
voto de las mayorías. En los Estados liberales democrá- elecciones en condiciones igualitarias; equidad en e~ dis-
ticos, si lo son plenamente, se debe aceptar que puedan frute de los mismos derechos sociales. El Estado nene,
cambiar los partidos en el gobierno y, por lo tanto, los por lo tanto, un fin que no es neutral y que no se ?~one,
programas de gobierno, los valores, Jos fines que los ciu- desde luego, a la diferencia de valores, fines Y oprmones
dadanos se proponen. Así pues, el Estado no tiene un de los distintos grupos del Estado.
bien común propio que proponer, más allá de Ja impar- Recordemos que el modelo liberal de asociación para
cialidad y la neutralidad frente a Jos bienes que Jos gru- la libertad tiene una virtud pública fundamental. En efec-
pos de ciudadanos propongan. to si el modelo liberal se basa en el respeto a todas las
El modelo igualitario sostiene también que el Estado o~iniones, en la neutralidad del Estado frente a todas
debe respetar Ja multiplicidad de opiniones y, si es demo- ellas y en la garantía de asegurar las libe~tades personales
crático, aceptar que las mayorías de los ciudadanos pue- y los derechos individuales para todo cmdadano dentro
dan inclinar el Estado hacia un programa que persigue de la ley, es claro que una virtud máxima fundamental de
la convivencia social será la tolerancia. Todos debemos
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tolerar la diversidad de opiniones, esto es lo que hace esta alternativa entre los dos modelos, la cual se manifies-
posible la competencia política en un ámbito democráti- ta en las luchas políticas de las democracias contemporá-
co sin violencia y en paz. neas, aunque parezca, en terminos generales, prevalecer
Por supuesto, el modelo igualitario acepta la toleran- el primer modelo.
cia, puesto que busca la igualdad de oportunidades de Sin embargo, sobre todo en las democracias avanza-
realización para todos, pero dado que tiene como fin das esta batalla en la arena democrática se libra entre
común disminuir en lo posible las desigualdades, crear '
programas políticos puramente liberales que insisten en
una situación de equidad, no le basta con la tolerancia los derechos fundamentales del individuo, en la neutra-
porque ésta supone simplemente que el que tiene mejo-' lidad del Estado y en la tolerancia entre todas las opinio-
res condiciones de vida en la sociedad, acepte y tolere las nes, y los modelos igualitarios que, aceptando estas ideas,
opiniones del menos fuerte, pero con ello no remedia la les añaden la necesidad de procurar la libertad de reali-
desigualdad entre uno y otro. Para remediar las desi- zación para todos, las condiciones iguales para todos y la
gualdades y establecer la equidad es menester que sobre posibilidad de que el Estado tenga como fin esta dismi-
la tolerancia se implante la cooperación, la cual implica la nución de las desigualdades.
acción en común para lograr la equidad y debe ser pro- Esta pugna se da con muchos membretes; no todos
movida e impulsada por el Estado. los partidos que impulsan una u otra de estas alternati-
La cooperación puede tener muchos niveles, es un vas tienen los mismos nombres. En México tenemos,
término muy general que estaba ya contemplado en el por una parte, la versión neoliberal propiciada por muchos
programa de la Revolución francesa en su famoso lema: sectores antes herederos de una revolución social y que
«Libertad, igualdad, fraternidad». Este tercer término ahora ya no lo son; este modelo es propuesto por una
fraternidad, es la virtud que apunta a este tipo de aso~ parte del sector político de la población, mientras que el
ciación política. Hemos señalado ya las fallas y el lado modelo igualitario es defendido por otros grupos de la
oscuro del modelo liberal; precisamente, el modelo igua- sociedad civil y partidos políticos que critican al primero.
litario surge para tratar de evitar algunas de estas fallas. Detengámonos en los tres puntos del modelo iguali-
En efecto, históricamente los programas de asociación tario de que hemos hablado. El primero es asegurar la
política que corresponden al modelo igualitario frente al libertad de realización, lo cual supone que los indivi-
modelo liberal se deben justamente a una lucha contra duos, hombres y mujeres, que pertenecen a la asociación
las desigualdades, malformaciones o errores de un mode- política satisfagan las necesidades básicas cuya realiza-
lo puramente competitivo de corte liberal; los moví- ción les permite ejercer un cierto grado de libertad: que
mientos obreros, sindicales, revolucionarios del siglo XIX todos tengan el mínimo de acceso a la vivienda, a la ali-
Y del XX intentan superar estas fallas y en la actualidad, mentación, a la seguridad personal, a la salud; pero tam-
aun cuando muchos de estos modelos han mostrado sus bién necesitan ser aseguradas condiciones mínimas que
propias carencias y han debido ser abandonados sobre permitan abrir frente a ellos un abanico de posibilidades
'
todo los que nacieron de revoluciones violentas, persiste de realización de sus elecciones. Para que cualquier per-

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sona pueda realizar un mínimo de libertad de elección pudiese proporcionarse el mismo cuidado de la salud a
necesita, en primer lugar, condiciones culturales: no todo el mundo, pero hay un mínimo que el Estado debe
puedo elegir un programa de vida fuera de las alternati- garantizar.
vas que la cultura en la que estoy inserto me ofrece, por Esto por lo que respecta al primer punto, satisfacción
lo tanto es menester, para garantizar esta libertad de rea- de las necesidades básicas de sobrevivencia y de convi-
lización, que se respeten las formas culturales. En un país vencia para todos. El segundo punto es la igualdad, no
rnulticultural corno México, lo cual está aceptado inclu- sólo frente al derecho sino igualdad sobre todo en las
so en el artículo cuarto de su Constitución (no perda- condiciones que permiten la realización de la libertad, lo
mos de vista que la mayoría de los países son rnulticul- cual supone iguales oportunidades para todos. No nece-
turales, y México no es excepción), una manera de sariamente que tengan el mismo ingreso económico,
permitir que cualquiera realice su programa de vida es pues también esto sería imposible -lo ha demostrado
respetar el ámbito cultural que ofrece alternativas de rea- claramente la historia-, quizás hasta indeseable, pero sí
lización; por lo tanto, el derecho de los pueblos a que supone igualdad de oportunidades, que es mucho más
sean respetadas sus culturas y la aceptación de un Estado que igualdad ante la ley. Igualdad de oportunidades quie-
rnulticultural que brinde iguales oportunidades a todos re decir no discriminación para acceder a un puesto, a
los pueblos que pertenecen e integran una nación, per- una función, a una situación de privilegio económica,
mite la libertad de realización. política, social, cultural; quiere decir, por lo tanto, no
Otros elementos son más generales, por ejemplo la exclusión de nadie. En el modelo liberal, sin poderlo evi-
educación. Es evidente que entre las alternativas para tar, la competencia universal necesariamente conduce a
realizar mi vida no sólo intervienen los elementos cultu- que ciertos grupos y personas excluyan a otros de la
rales heredados de mi comunidad, sino también una capacidad de participar activamente en un mercado eco-
capacitación mínima para alcanzarlas. Es obvio que sólo nómico, de la educación, en general de los puestos y ser-
corno un ideal utópico podernos establecer la meta de vicios. La igualdad de oportunidades supone una socie-
que todos tengan la misma capacitación educativa, sería dad que busque disminuir la exclusión, cualquiera que
un ideal regulativo a largo plazo; pero lo que sí podernos ésta sea, y digo disminuir porque se trata de regulacio-
exigir corno derecho humano fundamental en una socie- nes sujetas al elemento de escasez del Estado. Es claro
dad que responda a un modelo igualitario, es que haya que una asociación para la libertad no puede, de la
un mínimo de capacitación educativa para que un indi- noche a la mañana, eliminar todas las desigualdades ni
viduo pueda realizar la elección de su plan de vida. Otra satisfacer las necesidades de todos los ciudadanos por
condición es la salud; es claro que nadie puede realizar igual para permitirles realizar su libertad, y no lo podrá
su plan de vida si no es mediante un cuidado mínimo mientras tenga niveles de escasez. Tal vez podría lograr-
de salud. También es utópico pensar que en una socie- lo en una situación ideal en la que hubiera recursos para
dad de escasez corno la nuestra (todas las sociedades tie- todos, pero desgraciadamente esto, por lo menos en el
nen un índice de escasez, aun las más ricas, corno EU) actual nivel del desarrollo histórico, no es posible.

100 101
Lo que busca un modelo igualitario es tener la posi- todos: crear más fuentes de trabajo, colocar más mer-
bilidad de acercarse a esta situación de igualdad de opor- cancías en el mercado a mejores precios. Se justifica
tunidades, de no exclusión, en los límites en que la esca- entonces la existencia social del inversionista en la medi-
sez general lo permita, lo cual quiere decir que para da en que produce en beneficio de todos; pero, ¿cómo
enfrentar las desigualdades debemos seguir ciertos prin- sabemos si realmente es en beneficio de todos? En la
cipios. El filósofo estadunidense John Rawls, cuyo princi- medida en que beneficia a los menos favorecidos, a los
pal libro es Teoría de la justicia, partiendo de una visión excluidos, sólo en esa medida las desigualdades son jus-
de país desarrollado establece dos principios fundamen- tificadas. Como vemos, se trata de una teoría de la igual-
tales -que seguiremos con las correcciones necesarias a dad social que toma en cuenta las necesidades del mer-
nuestro punto de vista de país subdesarrolladcr- en que cado capitalista, no plantea que para lograr la igualdad sea
debe basarse la equidad, o sea la justicia. El primero es necesario eliminar el mercado y establecer una doctrina
respeto a las libertades básicas. de planificación económica, como fue el caso del llama-
Cualquier asociación política debe respetar las liber- do socialismo real del este de Europa, sino que busca la
tades básicas de todos los ciudadanos, las cuales no pue- equidad respetando las condiciones de una economía de
den ser reducidas ni eliminadas por ningún concepto. En mercado capitalista.
este punto Rawls sostiene la vigencia de la asociación Segunda condición: las desigualdades son aceptables
para la libertad. Por lo que toca al segundo principio, si y sólo si se acompañan de una igualdad absoluta de
afirma que se pueden aceptar las desigualdades econó- oportunidades, es decir, si el acceso a las oportunidades
micas y sociales existentes si y sólo si cumplen estas dos y a las funciones no está ligado a la mayor disponibilidad
condiciones: primera, que redunden en beneficio de económica; debe haber igualdad de oportunidades para
todos; por ejemplo, puede aceptarse el hecho de que todos, independientemente de su situación económica Y
unos tengan más dinero que otros si esto redunda en social más o menos favorecida. En mi opinión, estos dos
beneficio común, es decir, en una mayor produccion principios de Rawls, que me parecen lógicos y están muy
tanto para el Estado como para la sociedad. Dentro de bien argumentados, deberían someterse a una rectifica-
una economía de mercado parece indispensable que ción tomando el punto de vista de quienes pertenece-
haya inversiones de capital suficientes así como compe- mos a sociedades no desarrolladas. Y es que para poder
tencia entre capitales, y para que así suceda es menester realizar los dos principios de que habla Rawls, deben
que algunos posean capital; entonces, las desigualdades estar precedidos por otro principio, el de que todos los
en este campo son aceptables si y sólo si redundan en individuos de la sociedad tienen derecho a las condicio-
una mayor producción. Es claro que el peso de la prue- nes mínimas para ejercer las libertades básicas, porque si
ba recae en quien es desigual y que, para aceptar estas vivimos en una sociedad en la que hay muchos ciudada-
desigualdades, los favorecidos con mejores niveles eco- nos excluidos de las condiciones que permiten nuestras
nómicos deben mostrar, para justificar la desigualdad, libertades básicas, debe existir un principio anterior que
que ésta es necesaria para producir más en beneficio de establezca como fundamental el principio de acceso de

102 103
todos los individuos al disfrute de las condiciones que
permitan la realización de estas libertades. El propio
Rawls, en un escrito posterior, parece aceptar, aunque de
pasada y quizás de mala gana, esta condición. Coloquio
El tercer punto es el Estado. Es evidente que en este
modelo el Estado debe procurar los fines de que hemos
hablado. El modelo igualitario tiende a una situación Respecto al libro de ]ohn Rawls que comentó, si nos remontá-
que no se realiza plenamente, pues de realizarse pasaría- ramos a la teoría de la acumulación originaria de capital, se
mos a la asociación para la comunidad que sintetiza la explicaría muy bien por qué en el actual proceso de globaliza-
asociación para el orden con la asociación para la liber- ción, en el modelo liberal, unos paises, como el nuestro y muchos
tad. La asociación para la comunidad, que no se realiza otros, quedan completamente rezagados aunque aparentemente
cabalmente en ningún Estado actual, aunque sí en pe- estén insertos. ¿Podría ahondar en esto?
queñas comunidades locales, sería el fin último a conse-
guir para realizar plenamente un modelo igualitario de Como dije antes, no soy economista y mis conocimientos en
asociación para la libertad que cumpliera cabalmente sus esa materia son muy limitados. Lo que puedo decir es que
fines.
definitivamente es acertado afirmar que los problemas econó-
micos están en la base de todo esto. La producción capitalis-
ta, ya lo señalaban todos los críticos del capitalismo, empe-
zando por Marx, es un movimiento económico que logra
aumentar considerablemente los productos, la riqueza, y en
ese sentido la producción capitalista es sumamente avanzada y
progresista para la humanidad porque aumenta el caudal de
productividad considerablemente. En la época contemporá-
nea hemos visto cómo todo intento de eliminar el mercado, la
competencia de los capitales en favor de una economía plani-
ficada, ha fracasado, por eso entonces la alternativa a la acu-
mulación capitalista que hizo adelantar mucho la productivi-
dad no puede ser la eliminación del mercado, sino el aumento
de los consumidores en el mercado por medio del aumento de
sus posibilidades de adquisición de productos. Sin eliminar el
mercado puede haber una política redistributiva que permita
ampliarlo de tal manera que al mismo tiempo se eleve el nivel
de capacidad de consumo de los individuos que pertenecen a
ese mercado. Por otra parte, también la política puede influir

104
105
en la economía limitando las inversiones capitalistas de talma- La unión latinoamericana me parece un ideal cultural y
nera que no sean especulativas sino productivas. político que tendrá que realizarse, creo que nunca lo hemos
Desgraciadamente, en la época contemporánea el capitalis- perdido de vista ninguno de los países latinoamericanos, pero
mo ha evolucionado hacia una situación en la que el capital enfrenta muchas dificultades. Sobre el mercado de libre co-
financiero, con su movilidad enorme, predomina sobre el capi- mercio creo que inevitablemente el mundo va hacia la inte-
tal de inversión industrial. Pero las políticas del Estado pueden gración progresiva de las economías de los Estados nacionales,
muy bien obstaculizar este dominio del capital financiero y pro- en formas multinacionales de economía; me parece que es
piciar que los beneficios de la producción capitalista en el mer- muy claro que la competitividad económica sólo puede ejercer-
cado se desparramen a todos aquellos que colaboran en la pro- se en la medida en que los estados nacionales abandonan su
ducción de la empresa, es decir, que los trabajadores participen cerrazón de estructuras proteccionistas y se abocan a mante-
de los beneficios de las empresas en que trabajan. Estas medidas ner relaciones en entidades regionales más amplias. Es el caso
pueden poner obstáculos y paliar las injusticias generadas por el de la Unión Europea y del Mercosur en Sudamérica; es el ca-
mercado, pero no lo eliminan. Y no podemos decir que sean las so también del Pacífico y las naciones de Asia sudorienta! que
medidas radicales de un gobierno que pretendiendo eliminar tratan, por su parte, de realizar un mercado común.
las injusticias del capitalismo, elimina la competencia en el mer- Considero que, en principio, la historia va en ese sentido;
cado, que fue la que hizo posible la productividad capitalista. es natural que México se integre más f.ícilmente con Canadá y
Estados Unidos que con Sudamérica por razones geográficas,
Desde el sitflo pasado, desde las guerras de independencia, se ha económicas. Por otra parte, ya desde antes del establecimien-
luchado porque América Latina esté siempre unida. Bolívar, to del mercado de libre comercio, México tenía una relación
como Morelos, pensaba posiblemente en las libertades del ser económica privilegiada con Estados Unidos, con ellos se lle-
humano. ¿Usted cree que los tratados de libre comercio ayuden a vaba a cabo la mayoría de sus exportaciones e importaciones;
que el panamericanismo sea real? ¿A qué nos llevaría en Amé- realmente no fue un paso revolucionario el haber conseguido
rica Latina que no nada más la conciencia, sino que los merca- esto, sino sólo seguir la tendencia natural de la economía.
dos y los capitales se unificaran? Acerca de un juicio concreto sobre este tratado, he oído
muchas críticas de economistas, más competentes que yo en
Son preguntas muy dificiles y no tengo respuestas claras. El este dominio, que piensan que el tratado es modificable y que
ideal de la unión latinoamericana ha sido siempre, desde Bolí- hay muchísimos elementos que no hemos sabido aprovechar;
var justamente, más cultural y político que económico, es evi- que no hemos sabido defender las suficientes garantías para
dente. Las dificultades enormes para realizar de hecho esta proteger nuestra pequeña y mediana industria; que muchos de
unión latinoamericana son de muy distinta índole: geográficas nuestros productos deberían estar protegidos, durante un
-nuestras distancias son enormes-, las comunicaciones -tene- tiempo por lo menos, para evitar la competencia excesiva de
mos más comunicación con Texas que con Argentina-, de in- otros que resultan más baratos en el mercado mexicano y que
tercambios económicos, lo mismo que culturales, aparte de las vienen de fuera. Pero el principio general, me parece que está
dificultades políticas que siempre ha habido. dentro de la linea histórica y que no podemos hacernos a un

106 107
lado. ¿Cuál sería la manera de evitarlo1, ¿volver a una economía tóteles, parque mediante la filosofía racional llega a establecer
cerrada que produce ineficiencia y corrupción? Yo creo que no. ciertos principios y normas generales que no son 1~ que él ha
derivado de la sociedad en la que se encuentra, smo las que
Una pregunta muy concreta, ¿qué diferencia existe, si la hay, racionalmente considera justificadas.
entre valores éticos y valores morales?
. , d lb" ?
¿lA, ética se inclina más hacia la realizacton e ten.
Buena pregunta. Las palabras «moral» y «ética>> suelen utilizarse
en el lenguaje común como sinónimos, pero en lenguaje filosó- La ética se enfoca hacia un conjunto de normas que sean justi-
fico no lo son. Por moralidad y moral entendemos el conjunto ficadaS de manera racional, independientemente de lo que la
de prácticas y de reglas que de hecho son consensuadas por una sociedad acepte o no; en cambio, la moralidad son las r~~as
sociedad y establecen pautas para el comportamiento de las per- os todos en la sociedad sin ponerlas en cuesnon.
que aceptam
sonas que la integran; es decir, la moral consensuada, habitual, es
el conjunto de reglas y prácticas usadas por la mayoría de la socie- fA, ética podría ser entonces de carácter universal y la moral de
dad, aunque siempre hay disidentes, siempre existirá el extrava- carácter particular de un grupo o región.
gante, el excepcional, el libertario. La moral puede ser pública o
privada, pero debe ser consensuada; es aquello que enseñamos a
Correcto.
nuestros niños en la familia, por ejemplo la obediencia, el respe-
to a los padres, el decálogo que hemos heredado del cristianis- ¿Este concepto implica, al ser la ética_un nivel su~eri~~ después
mo, en fin, los valores generales que consensualmente se ense- de la moral que se racionaliza y cuesttona, la real~zacton del se:
ñan y que aceptamos por convivencia social, porque desde niños · d · "dual al encontrar precisamente esa capactdad de realt-
se nos han inculcado, porque no los ponemos en cuestión, por- m m . d" ~
· , y si lo transmitimos seria de muchos m tvt uos con
zacton, . .
que son los valores que nos permiten ser aceptados dentro de capacidad de realización, un plan y metas deftmdas, un sent~-
nuestra sociedad; eso es la moralidad. La ética, en cambio, es el do de la vida, del principio y del fin, un sentido de pertenen~a
conjunto de reglas, de normas, de prácticas y de comportamien- r? Esa capacidad de formar la ética desde pequenos
y d eactua o o r
tos que un individuo, después de haber puesto en cuestión la en los niños, junto con las leyes morales, en las cuales van tmp ~-
moralidad social en la cual ha sido educado, establece como nor- cadas las costumbres y tradiciones, ¿sería posible que los pa~res o
mas racionales. Es decir, después de seguir esta moralidad que se las instituciones que se dedican a la formación, la educactón _de
me ha enseñado, en un momento dado puedo ponerla en cues- la mnez. - y la JUVen
· tud puedan empezar a formar ese senttdo
tión y decir: «Pues a mí me han enseñado esto y lo otro, pero ético y critico para que el ser humano se recu~ere ~n poco de la
creo que aquí está mal y voy a ponerlo en cuestión y a buscar las '" ..4ón y la desviación de su existir? ¿Impltcarta la consecu-
con1u.. . . l
reglas que mi razón me dicte poniendo en tela de juicio las que ción de un bien en todas las demas instituciones, ~nc1ustve en a
he recibido de la moralidad». Eso es ética: el conjunto de reglas, asociación politica, si formamos hijos, jóvenes, ctudad~nos con
normas, valores'y prácticas que se establecen mediante una teo- ..4do de la ética que se ha confundido o se ha perdtdo en la
este sen~· , ?
ría racional; por eso hablamos, por ejemplo, de la ética de Aris- sociedad actual? Redundaría en un bien comun, ¿no es así.

108 109
Desde luego, pero es necesaria una precisión. Cualquier com-
portamiento ético se basa en la autononúa, por lo tanto, en la
aceptación de valores y normas en forma autónoma, en forma
puramente libre. Así pues, la preparación para un comporta-
miento ético que puede darse en la familia o en las institucio-
nes educativas no es el inculcamiento de valores aceptados en
la sociedad, no es decirle a los niños o a los educandos «haz
La Cátedra
esto» o «haz lo otro» porque la sociedad o la religión lo dicen, Alfonso Reyes
porque tal teoría lo dice; inculcarles desde fuera valores es
heterononúa. La verdadera educación para la ética los prepara
para que por sí mismos aprendan poco a poco a ver por su
propia razón, sin necesidad de que se lo digan los padres o los
maestros. Que con su propia razón aprendan a distinguir lo
que ellos saben es bueno o es malo y a elegir libremente sus
propios valores, aunque no coincidan con los comúnmente
a_ceptados en la sociedad.
Así pues, la educación para la ética es distinta de la inculca-
ción de valores. Esto es lo que muy a menudo no se entiende
en los programas de educación pública -lo mismo en México
que en cualquier otro país-, en los cuales se piensa que educar
para la ética es inculcar a los niños un determinado decálogo
de valores. Eso no es educación para la ética sino para la sumi-
sión moral a la sociedad, para la aceptación de lo que dice la
sociedad, lo cual puede favorecer la paz pública, pero la ver-
dadera educación para la ética es procurar fomentar el razona-
miento moral independiente y libre del educando para que él
decida cuáles son los verdaderos valores frente a los otros;
es decir, que aprenda a usar su autononúa.
N o T A . El desarrollo original de los planteamientos vertidos en este libro
puede encontrarse en Luis Villoro, El poder y el valor. Fundamentos de
una ética política, Fondo de Cultura Económica, México, 1997.

110
INSTITUTO TECNOLÓGICO y DE ESTUDIOS
SUPERIORES DE MONTERREY

Rafael Rangel Sostmann


Rector del Sistema

Hilda Catalina Cruz La Cátedra Alfonso Reyes


Vicerrectora Académica

Vivimos una época de cambios radicales que están con-


Silvia Garza Garza duciendo a la humanidad hacia un nuevo orden social.
Directora de
La integración económica que está borrando las fronte-
la Cátedra Alfonso Reyes
ras de nuestro mundo globalizado, los avances tecnoló-
gicos que nos permiten tener acceso inmediato a la
información dondequiera que ésta se encuentre, la in-
CONSEJO CONSULTIVO
fluencia cada vez mayor que tienen los medios de comu-
DE LA CÁTEDRA ALFONSO REYES
nicación en la formación de los criterios de importantes
grupos sociales, y la demanda de una mayor partici-
Carlos Fuentes
pación ciudadana, son fuerzas motrices que están mode-
Tomás Eloy Martínez
lando el futuro.
David Brading
Dentro de este contexto internacional, nuestro país está
Luisa Valenzuela
también experimentando una profunda transformación en
Friedrich Katz
los aspectos económico, social y político. Recientemente
Gonzalo Celorio
nos hemos incorporado al conjunto de las naciones de-
Nora Guzmán
mocráticas.
]avier Ordóñez
Estamos, pues, en una época de transición que, por
Sealtiel Alatriste
tanto, plantea nuevos desafios a la tarea educativa. En
efecto, es misión de las instituciones universitarias, ade-
más de la transmisión de los conocimientos, formar a
los profesionales con la visión de estos nuevos tiempos,
consolidando en ellos los criterios que les permitan con-
ducir los cambios con el propósito de preservar siempre
la dignidad humana.
Para lograr este objetivo, el Tecnológico de Monte-
rrey ha instituido la Cátedra Alfonso Reyes, en la que

113
nuestra comunidad académica y estudiantil lleva a cabo
un provechoso diálogo con el pensamiento visionario
de reconocidas personalidades en orden a la construc-
ción del futuro.
Asimismo, esperamos, con la publicación de los cur-
sos, seminarios y conferencias de la Cátedra, hacer par-
tícipes de los beneficios a otras universidades de Méxi- Los Cuadernos de
co y América Latina. la Cátedra Alfonso Reyes
RAFAEL RANGEL SosTMANN Xavier Villaurrutia llamó a Alfonso Reyes "hombre de
Rector del Sistema ITESM
caminos", definición apropiada para un pensador que
con su obra señalaba directrices y puntos de encuentro
entre diferentes visiones, disciplinas y culturas. Direc-
ción y rumbo son constantes de su obra.
Cuando en el Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Monterrey nos propusimos el ambicioso
proyecto de rescatar la tekné griega, en que la poesía y
la ciencia van de la mano; de vincular el quehacer tecno-
lógico con la visión humanística, consideramos que na-
die más apropiado que Alfonso Reyes para auspiciar
nuestra idea. Con este espíritu, la casa recién edificada
de esta Cátedra empezó a habitarse de ideas y propues-
tas que nos alertaron sobre la necesidad de atender los
ideales de Reyes: la pluralidad de pensamiento y la pers-
pectiva humanista, imprescindibles para darle sentido a
la información, fuerza motora del universo.
Los Cuadernos de la Cátedra Alfonso Reyes preten-
den la permanencia de la memoria: perpetuar nuestras
experiencias donde se ha encontrado el saber y por
medio de las palabras incitar a la reflexión y al análisis
como fundamentos y principios de la creatividad.
Nuestro primer agradecimiento es para Carlos Fuen-
tes, hombre generoso a quien mucho debemos que la
Cátedra Alfonso Reyes se haya convertido en uno de los
114
115
espacios intelectuales más vigorosos del país. También
CUADERNOS DE LA
nuestra gratitud a Luisa Valenzuela, Gonzalo Celorio,
CÁTEDRA ALFONSO REYES
Friedrich Katz, Tomás Eloy Martínez, Sealtiel Alatriste,
David Brading, Nora Guzmán, Fidel Chávez e Inés
Sáenz, indispensables aliados en nuestra tarea de edu-
car; es decir, en intentar ser más inteligentes más libres
más solidarios y, por ello mismo, más humanos. ' ' OTROS TÍTULOS

SILVIA GARZA Carlos Monsiváis


Las tradiciones de la imagen

Luisa Valenzuela
Escritura y Secreto

Eduardo Subirats
El reino de la belleza

Juan Goytisolo
Tradición y disidencia

Javier Ordóñez
Ciencia, tecnología e historia

Sergio Pitol
De la necesidad a la literatura

Fernando Savater
Los caminos para la libertad. Ética y educación

Mario Vargas Llosa


Literatura y política

116
Este libro se terminó de imprimir
en el mes de septiembre de 2003
en los talleres de Ibérica Grafic, S. L.,
San Juan, 22, Pol. El Palomo, Fuenlabrada,
Madrid.
DE LA LIBERTAD A LA COMUNIDAD

tfj ·
11111111111111111111~111111111
9 788437 505572
%Descuento Precio FCE
15 $102.85

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