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INTRODUCCIÓN

La historia militar está aún muy asociada al magisterio, de la experiencia vivida y

relatada de 5.000 años de guerras y enfrentamientos humanos que se tienen registros, de

los que se trata de extraer ideas significativas y expresarlas a través de principios,

preceptos, procedimientos, normas y motivos. De estas trágicas experiencias se busca sacar

conocimiento y experiencias, de valor para las necesidades didáctico-prácticas de la época

actual y cuya manipulación y ordenamiento sistemático forman la teoría del "arte de la

guerra".

En el caos que se representa en un conflicto armado, los elementos técnicos de la

teoría del arte de la guerra nos sirven de guía para determinar las etapas o fases del

conflicto, teniendo en cuenta conceptos tales como: el centro de gravedad, los puntos

decisivos y culminantes y el ritmo.

Pero en la guerra no es solo ciencia. En ella no reina la exactitud, ni la estabilidad,

también se ponen de manifiesto fuerzas morales que tratan de imponerse al caos y la

incertidumbre que tratan de hacer prevalecer la luz sobre la oscuridad y que el liderazgo

enfila hacia una meta común, por tanto, es también un arte.

La guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, fue bloqueada desde el 9 de

septiembre de 1932 hasta el 12 de junio de 1935, para el control del Chaco Boreal. Fue la

guerra más importante de América del Sur durante el siglo XX.

Desde 1537, Paraguay, aun siendo la verdadera provincia española, por decisión del

país desarrollado, Juan de Ayolas, el primero y los gobernadores que lo sucedieron,

hicieron su penetración en el Chaco Boreal con la intención de venir al Perú, el país de oro

y la plata.
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LOS INCIDENTES

El Estado Mayor General de Bolivia elaboró un Plan de Penetración y Ocupación

del Chaco, el cual consistía en extender y consolidar la posesión boliviana de todo el

territorio no ocupado aún por el Paraguay, y una vez consolidado éste, pasar al empleo

violento del brazo armado para la ocupación y control total del Chaco Boreal. La

fundación y ocupación de los fortines mencionados cumplió con su cometido, pero aún

faltaba la comunicación directa por tierra entre los fortines de los frentes del Sudeste y del

Oriente. El primer aviso que tuvo el gobierno paraguayo fue la publicación de un mapa

boliviano en que estaban señalados los fortines. El libro Bolivia y el Paraguay de la autoría

del Dr. David Alvestegui aparecido en 1925.

En el ejercicio de la soberanía nacional y con el propósito de hacer efectiva la

ocupación del Chaco conteniendo así el avance del altiplano, los gobiernos nacionales

acrecentaron la fundación de fortines como asiento de guarniciones militares. Pero con el

riesgo de que la proximidad de los mismos a los reductos bolivianos llevara tarde o

temprano a incidentes y enfrentamientos.

EL INCIDENTE EN FORTÍN SORPRESA

Un asesinato que condujo a la guerra con Bolivia

Hace 92 años, era asesinado por soldados bolivianos el Tte. Adolfo Rojas Silva, en

las proximidades del Fortín Sorpresa. El grave incidente fue utilizado en la época para

forzar la defensa del Chaco, invadido por el enemigo. El poeta Emiliano R. Fernández

utilizó su genialidad para llamar a la movilización y vengar el cobarde asesinato.


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El Tte. Adolfo Marcial Rojas Silva nació en Asunción el

22 de febrero de 1906. Sus padres fueron Liberato Rojas y Susana

Silva. Su padre don Liberato era de profesión agrimensor. Fue

presidente de la República provisional entre 1911 y 1912. Rojas

Silva inició sus estudios primarios en 1911 en el Colegio San

José. Por motivos políticos su padre tuvo que abandonar el país

con su familia (su esposa Susana y los hijos Adolfo, Hermógenes

y Julio Arístides) para ir a radicarse en Montevideo, donde

Adolfo continuó sus estudios. A la muerte de su padre, el 22 de agosto de 1922, su familia

decide retornar a Asunción en enero de 1923.

Con 17 años ingresa como cadete en la Escuela Militar de Asunción. El 25 de enero

de 1927 fue comisionado al Chaco como jefe de los fortines Presidente Ayala y Comandante

Orihuela, con una dotación de 32 hombres, 15 para el fortín Presidente Ayala y 17 para

Orihuela. Su misión era elaborar un programa de acción y telegrafiar permanentemente al

Comando. A escasos días de haberse hecho cargo, tuvo noticias de que al Suroeste

merodeaban “cuatreros”, que serían: “abigeos o patrulla boliviana”. Organizó un patrullaje

con dos baqueanos indígenas maka. Le acompañaron 17 soldados bien pertrechados.

Llegaron hasta la orilla del río Confuso (zona de Presidente Hayes), que estaba

desbordado. El 22 de febrero, aproximadamente a las tres de la tarde, bordean el río Confuso,

y no encontraron nada. La misma tarea realizaron el día 23. El 24 de febrero de 1927, siendo

aproximadamente a las ocho de la mañana, se escucha rumbo Oeste, el estampido de un arma

de fuego. Rojas Silva ordena a los soldados Remigio Argüello, Isabelino Chaparro, Fermín

González y al baqueano maka, que se apresten para acompañarlo hacia donde sonaron los
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tiros de fusil. Antes de partir dispuso, que si en 24 horas no retornaban, debía iniciarse su

búsqueda y la de los acompañantes.

A una distancia de más o menos dos horas a caballo, encontraron a un grupo de ocho

tropas bolivianas refrescándose en las aguas del Confuso. Grande fue la sorpresa de los

bolivianos al ver a los soldados paraguayos a caballo y armados, y ellos desnudos y sin

armas.

Rojas Silva les preguntó si estaban cerca de algún fortín boliviano, a lo que

contestaron “que sí”. La segunda pregunta fue quién lo comandaba y respondieron que

estaban al mando de un capitán y un teniente.

Un asado y la traición

Transcurrieron las horas hasta que se presentó ante los soldados paraguayos una tropa

boliviana que les invitó a ir al Fortín Sorpresa, comandado por el boliviano capitán Antonio

González, quien ordenó a Rojas Silva y a su tropa a pasar a la Cuadra del Cuartel para aplacar

el apetito con un rico venado asado. Después de comer, esperaron cierto tiempo para ir a

buscar sus fusiles y cuán grande fue la sorpresa que ya no estaban en el lugar donde los

dejaron. El oficial paraguayo se apersonó donde estaba el capitán González preguntando si

él y su tropa se encontraban como prisioneros. El oficial boliviano dijo que no, pero que sí

estaban en carácter de detenidos.

Rojas Silva dijo en guaraní a los soldados que, si no les daban la libertad, se irían del

fortín de cualquier manera al día siguiente. Aproximadamente a las dos de la tarde del 25 de

febrero, Rojas Silva se apersonó nuevamente al Cap. González y le manifestó que ya

esperaron mucho y en vista de que no llegaba una orden boliviana, decidió abandonar el

fortín porque tenía tropa que le esperaba, con órdenes precisas de que si no retornaba, debería

ir a su búsqueda. En eso llega la orden de la Comandancia boliviana.


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El Cap. González lee la comunicación de que no se disponía su libertad. Rojas Silva

ordenó a los otros miembros de su tropa abandonar el lugar y los bolivianos armados con

fusil rodearon a los paraguayos. Luego de un forcejeo, Rojas Silva y el soldado Argüello

lograron escapar, no así los otros dos acompañantes.

Al rato de la huida, una patrulla boliviana salió en persecución de ellos. Después de

una hora, la patrulla llega al lugar donde los paraguayos estaban escondidos. Rojas Silva le

preguntó qué iban a hacer con ellos. Los bolivianos gritaron para comunicar a los demás

dónde estaban los paraguayos. Rojas Silva y su acompañante reaccionaron para callarlos.

Alertada por los gritos, la patrulla boliviana abrió fuego sobre los paraguayos. Rojas Silva

le contestó que no iban a rendirse. Los bolivianos volvieron a disparar sin dar en el blanco.

Uno de los soldados se adelantó y desde muy cerca disparó contra el Tte. Rojas Silva, quien

sin proferir palabra, cae abatido, un 25 de febrero de 1927, hace 89 años. Fue el asesinato de

un gran patriota, hijo de un presidente, que entregó su vida por la patria en el Chaco. No

como otros descendientes de mandatarios que solo se dedicaron al tráfico de influencias.

Aquella brutal muerte inspiró al poeta Emiliano R. Fernández a escribir una canción que

llamaba a vengar aquel cobarde derramamiento de sangre y a defender el Chaco.

Por Decreto No. 514 del 31 de enero de 1936 se ha conferido "el ascenso póstumo al

grado inmediato superior al teniente 2o. de Infantería don Adolfo Rojas Silva". En virtud del

mismo Decreto se lo ha declarado "Héroe Nacional al teniente 1º. de Infantería don Adolfo

Rojas Silva, primer mártir militar inmolado en defensa del Chaco paraguayo", debiendo

erigirse también un obelisco en el patio de la Escuela Militar, para perpetuar el nombre del

héroe.
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Alguien dijo que "la muerte de Rojas Silva prendió la chispa de la guerra". Otro dijo

que "Rojas Silva con su muerte, dio la voz de alerta" sobre la guerra del Chaco, que se veía

venir de modo inexorable.

Los restos mortales del recordado teniente Rojas Silva, fueron traídos por el entonces

Teniente Coronel Alfredo Ramos de "territorio argentino", ya usurpado el Chaco paraguayo

en aquel lejano poniente. Desde aquel tiempo la Urna con sus restos ya está en Asunción,

lejos del alcance de los lobos famélicos que escamotearon una importante fracción del

territorio patrio de aquel sector del Chaco, no respetando ni la cruz del joven militar

paraguayo inmolado en defensa de la heredad nacional, y que conforma el más caro y el más

sagrado hito del territorio patrio, exhibiendo ante el resto de América y el mundo su sacrílega

y bastarda condición e inconducta.

Según cuenta el Coronel, S.R. Alfredo Ramos, y que ha ratificado tres veces al autor

de estas líneas, el fortín Sorpresa Viejo donde mataron al teniente 2o. Adolfo

Rojas Silva, quedó luego en territorio argentino como fruto espúreo de una inaudita

usurpación del territorio paraguayo, a pesar de la fementida "hermandad" y de todos los

reclamos formulados. Los militares argentinos llaman fortín Coronel Brandsen a Sorpresa

Viejo después de la anexión a su territorio, para disfrazar su alevosa ocupación y despojo

territorial, emulando así a los bolivianos en materia de invasión y usurpación, pero

superándolos como estrategas consumados en lo que atañe al desvío del cauce natural del

Río Pilcomayo, practicado con sigilo, rapidez y "guapeza".

Con la invasión, ocupación y anexión a su territorio de un extenso sector del fortín

Sorpresa Viejo, la Argentina ha usurpado al Paraguay centenares de kilómetros cuadrados,

tras la derrota del ejército boliviano en la batalla de Zenteno Gondra el 11 de diciembre del

año 1933, cuando los bolivianos abandonaron precipitadamente el sector Sorpresa antes de
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quedarse cortados de su base el fortín Muñoz, actualmente General Díaz, presionados por el

avance arrollador del victorioso e incontenible ejército paraguayo.

La reacción popular

Cuando el 18 de marzo de 1927, la ciudadanía paraguaya tuvo conocimiento del

incidente del fortín Sorpresa, el Centro de Estudiantes de Derecho realizó una reunión en el

Unión Club para reflexionar y debatir ante los incidentes ocurridos en el Chaco. Fueron

invitados los directores de periódicos, presidentes de partidos políticos, el obispo diocesano

y otros notables. Unos días después, una multitudinaria manifestación de repudio por el

alevoso asesinato del teniente Rojas Silva llenó las calles de la capital paraguaya.

El suceso del fortín Sorpresa inquietó tremendamente a la opinión pública en ambos

países, por lo que ambos gobiernos se vieron obligados a apelar al ofrecimiento de

mediación del gobierno argentino, a lo que siguieron varias reuniones diplomáticas, que

lograron apaciguar, por el momento, los ánimos abiertamente beligerantes.


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ANEXOS
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CONCLUSIÓN

La guerra del Chaco desarrollado principalmente en una etapa con cursos de agua

raquíticos, sin carreteras y fue extremadamente inhóspito para la vida humana, hay

luchadores tenían que sufrir sed y enfermedades, y necesitaba recurrir a todos su habilidad e

ingenio para superar las dificultades y toda su fuerza física y moral para sobrevivir.

En la última fase de la guerra del Ejército paraguayo es lanzada al pie de los Andes

sus líneas de abastecimiento se proyectan hasta el límite de su capacidad que conduce

inexorablemente al desplazamiento estratégico que lo coloca en el umbral. Para empeorar la

situación, tiene que enfrentarse a una poderosa contra-ofensiva boliviana, que es frenada por

la quiebra de cercas y la realización de encuentros.

La guerra terminó con un saldo trágico de sangre para ambos lados, pero Paraguay,

salió victorioso de disputa armada sobre el Chaco, el 12 de junio en 1935, cesaron fuego en

el teatro, con grandes manifestaciones de júbilo popular.

Esta fue la guerra más importante del continente sudamericano durante el siglo XX.

Bolivia movilizados en tres años, 250.000 soldados y 150.000 Paraguay, que luchó en las

batallas en que había muchos muertos y desaparecidos (70.000 bolivianos y paraguayos

30.000) y un gran número de heridos y mutilados.

Los diversos tipos de enfermedades, tanto físicas como psicológicas, las propiedades

hostiles y la falta de agua y buena nutrición afectaron la salud de las personas sobrevivientes,

muchas de ellas de por vida.

Pero la guerra continuó técnicamente hasta que el derecho al territorio en cuestión

fue destacado por la firma del acuerdo de paz de 1938, que nadie celebra ni recuerda.

Paraguay mantuvo 3/4 del Chaco Boreal, Bolivia obtuvo un área en el río Paraguay, donde

hoy se encuentra Puerto Busch.


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BIBLIOGRAFÍA

 http://batallashistoricas.com/c-otras-guerras/guerra-del-chaco/#Conclusion

 https://www.abc.com.py/edicion-impresa/locales/adelantado-y-martir-96508.html

 https://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/un-asesinato-que-condujo-a-la-

guerra-con-bolivia-1456320.html

 https://www.portalguarani.com/2432_alejandro_mazacotte/17584_ensayo_sobre_la_gu

erra_del_chaco__tomo_i__por_alejandro_mazacotte.html
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ÍNDICE

Pág.

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 1

LOS INCIDENTES ............................................................................................................... 2

EL INCIDENTE EN FORTÍN SORPRESA ......................................................................... 2

Un asesinato que condujo a la guerra con Bolivia ............................................................. 2

Un asado y la traición ........................................................................................................ 4

La reacción popular ........................................................................................................... 7

ANEXOS ............................................................................................................................... 8

CONCLUSIÓN ................................................................................................................... 10

BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................. 11

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