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*Domingo de Valores*

*Los Valores dan valor a tu vida*

*La Decencia*, del latín decentia, es el recato, la compostura y la honestidad de cada


persona. El concepto permite hacer referencia a la dignidad en los actos y en las palabras. Es el valor
que hace que una persona sea consciente de la propia dignidad humana. La decencia suele asociarse
a la desnudez o a la provocación sexual.
Al tratarse de una noción algo abstracta, puede resultar complicado explicarle a un niño qué
es la decencia e instruirlo al respecto. Los psicólogos afirman que la decencia debe enseñarse en
todo momento, tanto en conversaciones como en los gestos, las actitudes y la vestimenta. Es
importante trabajar en la difusión de este valor ya que los pequeños no tienen conciencia sobre las
consecuencias de un comportamiento indecente.
La decencia es el valor humano que mejor refleja la dignidad humana. Abarca los cinco
sentidos: Vista, oído, gusto, olfato y tacto e incluye la imaginación y el propio cuerpo, pues trata de
evitar exponerlo a la morbosidad y al uso indebido, de la sexualidad humana y todo lo que de ella
se deriva. También se relaciona con el aseo, la compostura, el adorno de las personas, el recato, la
honestidad, la modestia y la dignidad en los actos y en las palabras. Para vivir el valor de la decencia
se necesita una gran educación, buena calidad humana y mucho respeto por uno mismo y por los
demás.
No basta ser decente, es necesario actuar con decencia, aunque eso suponga un motivo de
burla de la sociedad. La decencia no es un valor humano para tímidos y cobardes, que se dejan llevar
por lo que la comodidad y el placer dictan, es un valor que templa el carácter, lo fortifica y
ennoblece. Una persona decente es aquella que siempre mide sus palabras y actúa como norma,
con gentileza y tacto con sus semejantes. El hecho de ser decente, vivir con decencia, actuar
decentemente y tener actitudes decentes, lleva a respetarnos a nosotros mismos, a nuestro cuerpo
y a nuestras cosas. Decente es el hombre o la mujer, que trata a los demás con dignidad y respeto y
exige, que le traten de igual manera. Sin decencia no se puede tener buenas relaciones con otras
personas.
Comportarse decentemente significa desempeñar en actos concretos una conducta que
refleje la riqueza como persona y el respeto a los otros. Significa saber valorar a los otros y
considerarlos en toda su riqueza humana. Ser decente significa ser una persona cabal, que es
congruente, que tiene una unidad de vida que dice lo que piensa, que actúa conforme a lo que dice
y que se comporta ante el mundo como tal, considerando en las relaciones humanas los respetos a
que deben ser sujetos los otros que conviven con uno.
En política la decencia tiene que ver con la conducta responsable y respetuosa, por tanto
digna, que se asume ante los ciudadanos, el país y ante la propia conciencia. En el contexto de la
política lo central no es sólo si la persona es la decente, sino sí la línea política que se sigue es la
decente y que es por donde han entrado todas las indecencias que terminan por calificar a la
persona.
No cabe duda de la importancia de inculcar durante la infancia los conceptos que resultarán
indispensables para el desarrollo de una vida sana en la adultez. Y la decencia, como se expone en
párrafos anteriores, no sólo está relacionada con el plano sexual, sino que hace referencia al
conjunto de acciones y de ideas que definen la calidad de una persona, sus inclinaciones en
cuestiones como la justicia, la compasión y el respeto de la libertad ajena.

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