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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO


“SANTIAGO MARIÑO”
EXTENSIÓN PORLAMAR

REPARACION DE ELEMENTOS
EN CONCRETO ARMADO

Docente: Integrantes:
Argenis Uriepero Manuel Oliveira C.I 26.082.345

PORLAMAR, JULIO DE 2019


El concreto de cemento Portland ha probado ser el material de construcción más
adecuado para las estructuras, superando con grandes ventajas otras alternativas viables,
como madera, acero o albañilería.

Desde los inicios del empleo del concreto armado, creado en Francia en 1849 por
Monier, los edificios, obras de arte, carreteras, canales y otras construcciones civiles en
concreto armado o pretensado han resistido las más variadas sobrecargas y accione del
medio ambiente.

No obstante el concreto pudiera ser considerado un material prácticamente eterno,


siempre que reciba un mantenimiento sistemático y programado, hay construcciones que
presentan manifestaciones patológicas de significativa intensidad e incidencia,
acompañadas de elevados costos para su reparación. Siempre hay compromiso de los
aspectos estéticos y en la mayoría de los casos, reducción de la capacidad resistente,
pudiéndose llegar en ciertas situaciones, al colapso parcial o total de la estructura.

Ante estas manifestaciones patológicas se observa en general una actitud


inconsecuente, que conduce en unos casos a simples reparaciones superficiales, y en otros
a demoliciones o refuerzos injustificados. Ninguno de los dos extremos es recomendable,
con la existencia hoy día de gran cantidad de técnicas y productos desarrollados
específicamente para solucionar estos problemas.

Existen varios manuales de reparación, refuerzo y protección de las estructuras de


concreto, que son elaborados para servir de guía práctica y que proporcionen la solución
a la mayoría de los problemas que enfrentan los arquitectos e ingenieros en su trabajo de
diseñar, construir, supervisar y conservar las obras civiles. La cual es elaborada por un
especialista en patología, que es quien formula el diagnóstico correcto del problema, de
la reparación y de los controles de calidad durante la ejecución, las cuales deben ser
efectuadas por equipos multidisciplinarios de laboratorios de ensayos y controles.
La Patología puede ser definida como la parte de la ingeniería que estudia los
síntomas, los mecanismos, las causas y los orígenes de los defectos de las obras civiles,
o sea, es el estudio de las partes que componen el diagnóstico del problema. A la
Terapia le corresponde el estudio de la corrección y la solución de estos problemas
patológicos. Para obtener éxito en las medidas terapéuticas, es necesario que el estudio
precedente, es decir el diagnóstico del problema, haya sido bien definido.

Los problemas patológicos, salvo raras excepciones, presentan manifestaciones externas


características, a partir de las cuales se puede deducir cual es la naturaleza, el origen y
los mecanismos de los fenómenos involucrados. Todo problema patológico ocurre a
través de un proceso, de un mecanismo. Por ejemplo: la corrosión de las armaduras en
el concreto armado es un fenómeno de naturaleza electroquímica, que puede ser
acelerado por la presencia de agentes agresivos externos, del ambiente, o internos,
incorporados al concreto. Para que la corrosión se manifieste es necesario que haya
oxígeno (aire), humedad (agua), y el establecimiento de una célula de corrosión
electroquímica (heterogeneidad de la estructura), que solamente ocurre después de la
despasivación de la armadura.

Conocer el mecanismo del problema es fundamental para una terapia adecuada. Es


imprescindible saber por ejemplo, que deben ser limitadas las sobrecargas o reforzar las
vigas cuando las fisuras son consecuencias del momento flexionante.

El proceso de construcción y uso puede ser dividido en cinco grandes etapas:


planeación, proyecto, fabricación de materiales y elementos fuera de la obra, ejecución
propiamente dicha, y uso; esta última etapa más larga en el tiempo, involucra la
operación y mantenimiento de las obras civiles. Si por un lado las cuatro primeras
etapas representan un período de tiempo relativamente corto, en general menos de dos
años, por otro lado, las construcciones deben ser utilizadas durante períodos largos, en
general más de cincuenta años para edificaciones y más de doscientos para presas y
obras de importancia social
Los problemas patológicos sólo se manifiestan después de la ejecución propiamente
dicha, última etapa de la fase de producción. Normalmente ocurren con mayor
incidencia en la etapa de uso. Ciertos problemas como por ejemplo los resultantes de las
reacciones álcalis-agregados, sólo aparecen con intensidad después de seis a doce años.
Hay casos de corrosión de armaduras en losas de entrepisos de departamentos que se
manifestaron intensamente inclusive con el colapso parcial, sólo después de trece años
del "habitable" (fin de la construcción).
Un diagnóstico adecuado del problema debe indicar en que etapa del proceso
constructivo tuvo origen el fenómeno. Por ejemplo, una fisura de momento flexionante
en vigas, tanto pudo se por un diseño inadecuado, como por la calidad inferior del acero
usado; tanto por la mala ejecución con un concreto de resistencia inadecuada, como por
la mala utilización que se hace del elemento, con la colocación sobre la viga, de cargas
mayores a las previstas inicialmente. Para cada origen del problema existe la terapia
más adecuada, aunque el fenómeno y los síntomas puedan ser los mismos.
Cabe resaltar que la identificación del origen del problema permite también identificar,
para fines judiciales, quién cometió la falla. Así, si el problema tuvo origen en la fase de
proyecto, el proyectista falló; cuando el origen está en la calidad del material, fué el
fabricante quien falló; si en la etapa de ejecución, se trata de falla de la mano de obra,
omisión de la supervisión o de la constructora; si en la etapa de uso, la falla es de
operación y mantenimiento.

En general los problemas patológicos son evolutivos y tienden a agravarse al transcurrir el


tiempo, además de arrastrar otros problemas asociados al problema inicial. Por ejemplo: una
fisura de momento flexionante puede dar origen a la corrosión de las armaduras; flechas
excesivas en vigas y losas pueden conducir a fisuras en muros y deformaciones en pisos rígidos
apoyados sobre elementos flexionados

Se puede afirmar que las correcciones serán más durables, más efectivas, más fáciles de
ejecutar y mucho más económicas, cuanto antes fueran ejecutadas. La demostración más
expresiva de esta afirmación es la llamada "ley de Sitter" que prevee los costos crecientes
según una progresión geométrica. Dividiendo las etapas de construcción y de uso en cuatro
períodos, correspondientes al de diseño, al de ejecución propiamente dicha, al del
mantenimiento preventivo efectuado antes de los tres primeros años, y al del mantenimiento
correctivo efectuado posterior al surgimiento de los problemas, a cada uno corresponderá un
costo que sigue una progresión geométrica de razón cinco

Una interpretación adecuada de cada uno de estos períodos puede ser la que sigue:

Proyecto: toda medida tomada a nivel de diseño con el objetivo de aumentar la protección y
durabilidad de la estructura, por ejemplo, aumentar el espesor del recubrimiento del refuerzo,
reducir la relación agua/cemento .del concreto, especificar tratamientos protectores
superficiales, escoger detalles constructivos adecuados, especificar cementos, aditivos y
adiciones con características especiales y otras, implica un costo que podemos asociar al
número 1 (uno).

Ejecución: toda medida fuera del proyecto, tomada durante la ejecución propiamente dicha,
incluyendo en ese período la obra recién construida, implica un costo 5 (cinco) veces superior
al costo que se hubiese ocasionado si esta medida hubiera sido tomada a nivel de diseño, para
lograr el mismo "grado" de protección y durabilidad de la estructura. Un ejemplo típico sería la
decisión en obra de reducir la relación agua/cemento para aumentar la durabilidad del
concreto y la protección de las armaduras. La misma medida tomada durante el proyecto
permitiría el redimensionamiento automático de la estructura, considerando un concreto de
resistencia a compresión más elevada, de menor módulo de deformación, de menor
deformación diferida y de mayores resistencias a bajas edades. Estas nuevas características del
concreto traerían la reducción de las dimensiones de los elementos estructurales, ahorros en
cimbras, reducción de cuantía de acero, reducción de volúmenes y peso propio, etc. Esta
medida tomada en obra, a pesar de ser eficaz y oportuna desde el punto de vista de la
durabilidad, ya no propicia alteraciones que mejoren los elementos estructurales que fueron
antes definidos en el diseño estructural.

Mantenimiento preventivo: toda medida tomada con antelación y previsión, durante el


periodo de uso y mantenimiento de la estructura, puede ser asociada a un costo 5 (cinco)
veces menor que aquel necesario para la corrección de los problemas generados a partir de
una intervención no preventiva tomada con precedencia a la manifestación explícita de
patología. Al mísmo tiempo estará asociada a un costo 25 (veinticinco) veces superior a aquel
que habría ocasionado una decisión de proyecto para la obtención del mismo "grado" de
protección y durabilidad de la estructura. Como ejemplo puede ser citado la eliminación del
moho ácido y la limpieza de la fachada, resanes y remiendos de las superficies expuestas,
pinturas con barnices hidrofugantes, renovación y construcción de botaguas, goteras, pretiles
y otras medidas de protección.

Mantenimiento correctivo: corresponde a los trabajos de diagnóstico, pronóstico, reparación y


protección de las estructuras que ya presentan manifestaciones patológicas, o sea, corrección
de problemas evidentes. A estas actividades se les puede asociar un costo 125 (ciento
veinticinco) veces superior al costo de las medidas que podrían haber sido tomadas de nivel de
proyecto y que redundan en un mismo "grado" de protección y durabilidad que se estime de la
obra a partir de la corrección.

Donde luego entra lo que conocemos como terapia que son las medidas terapeuticas de
correcion de los problemas pueden tanto incluir pequeñas reparaciones localizadas, como una
recuperación general izada de la estructura, o refuerzos de los cimientos, columnas, vigas o
losas. Es siempre recomendable, que después de cualquiera de las intervenciones citadas, sean
tomadas medidas de protección de la estructura, con la implantación de un programa de
mantenimiento periódico. Este programa de mantenimiento debe tener en cuenta la vida útil
prevista, la agresividad de las condiciones ambientales de exposición y la naturaleza de los
materiales, y medidas protectoras adoptadas.

Y luego encontramos el procedimiento que es la selección de los materiales, la técnica de


corrección a ser empleada depende del diagnóstico del problema, de las características de la
zona a ser corregida y de las exigencias de funcionamiento del elemento que va a ser objeto de
la corrección.
Por ejemplo: en los casos de los elementos estructúrales que necesitan ser colocados en carga
después de algunas horas de la corrección puede ser necesario y conveniente, utilizar sistemas
de base epóxica o poliéster. En los casos de plazos algo más prolongados (días), pudiera ser
conveniente utilizar morteros e inyección de lechadas de base mineral, y en condiciones
normales de so licitación (después de veintiocho días) los materiales podrían ser morteros y
concretos correctamente dosificados.

El concreto de cemento Portland es el material tradicionalmente usado en reparaciones y


refuerzos. En la gran mayoría de los casos, requiere una dosificación que mejore algunas de
sus características naturales. Puede que sea necesario obtener altas resistencias iniciales,
eliminar la contracción por secado, lograr ligeras y controladas expansiones, elevada
adherencia al sustrato, baja permeabilidad y otras propiedades, normalmente obtenidas a
costa del empleo de aditivos y adiciones tales como plastificantes, reductores de agua,
impermeabilizantes, escoria de alto horno, cenizas volantes, microsílica y, la clásica reducción
en la relación agua/cemento.

Esas exigencias para la obtención de elevadas características reducen en la práctica la


viabilidad del empleo directo del concreto elaborado en la obra para uso en reparaciones y
refuerzos, salvo en lugares donde se necesiten grandes volumenes y exista asistencia técnica y
orientación permanente del personal especializado en tecnología del concreto.

Existen en el mercado microconcretos y morteros industrializados ya adecuadamente


dosificados para uso en reparaciones y refuerzos según el tipo de problema patológico que se
presente, según las características de la zona a ser reparada, por ejemplo, vertical u horizontal,
y resistentes a la agresividad del medio ambiente.

Están incluidos en este grupo el concreto lanzado, tanto vía seca como vía húmeda.
Normalmente usan agregados gruesos de tamaño máximo carcterístico igual a 9 mm, lo que en
realidad los clasificaría como microconcretos o morteros lanzados.

Los materiales avanzados, formulados a base de resinas y combinaciones de resinas con otros
materiales, fibras, relleno, etc. Se establecieron como respuesta científico-técnica moderna a
las exigencias de comportamiento y durabilidad en continua evolución en todo el mundo,
especialmente en las situaciones en que el concreto necesita ser modificado o donde su uso es
inadecuado.

También podemos encontrar el uso de aditivos, morteros poliméricos, morteros y lechadas


orgánicos, inyección de lechada a base de cemento, morteros de base epoxica, morteros de
base fenólica, revestimientos monoliticos, morteros de base poliéster y de base estervinílica,
morteros de base furánica, silicatación, metasilicato de sodio o potasio, tetrafluoruro de silicio,
Fluor silicato de magnesio o de zinc, ladrillos anticorrosivos, morteros de azufre, productos
para anclaje y remediar barras de acero, selladores. pinturas bituminosas y de alquitrán de
hulla base epóxica, pinturas orgánicas.

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