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Los humanos podremos recoger datos, inventar teorías y construir modelos, pero no
podemos predecir un sismo, mientras que otros animales parecen tener la habilidad de
escapar antes de que llegue un desastre.
cuando lo que los llena de pavor venga justamente como una tempestad, y el propio
desastre de ustedes llegue aquí justamente como un viento de tempestad,+ cuando la
angustia y los tiempos difíciles les sobrevengan (PROBERVIOS 1 27)
En el año 373 A.C., los griegos describieron como ratones, serpientes, comadrejas,
ciempiés y escarabajos abandonaron la ciudad de Hélice días antes de un terremoto
devastador.
El tsunami de 2004 que cobró la vida de 200.000 personas aparentemente mató pocos
animales.
Estos hechos han generado varias investigaciones, pero no se ha podido descubrir en los
animales habilidades misteriosas.
Lo que parece cierto es que algunos de ellos son capaces de detectar diminutas vibraciones
o cambios atmosféricos que los humanos no podemos.
Ratones y perros pueden escuchar frecuencias más altas, los elefantes frecuencias más
bajas y muchos insectos sienten vibraciones a través de las patas.
Estos y otros sentidos podrían ayudarles a detectar pequeños cambios en el ambiente y
motivarlos a emprender la huida.
La respuesta final parece derivarse del propia estrés de la Tierra ante los movimientos, una
reacción en cadena que acaba llegando a familias de animales antes que al hombre. Ciertos
animales pueden detectar los cambios químicos que se producen en las aguas subterráneas
cuando un terremoto está a punto de acontecer.
La investigación comenzó una vez que los científicos observaron como una colonia de
sapos abandonaba su estanque en L´Aquila (Italia) en el año 2009, días antes de que se
produjera el terremoto. Los científicos comenzaron entonces a estudiar los efectos
químicos que se habían producido alrededor como respuesta al movimiento de los sapos.
Los investigadores encontraron que la corteza de la Tierra había liberado una reacción en
las aguas subterráneas. Los animales que viven cerca de estas aguas son muy sensibles a
cualquier tipo de cambio en su composición química.
La diferencia con cualquier caso de catástrofe natural frente a un terremoto es que los
movimientos de la Tierra son acontecimientos variables, muchas veces imposibles de
predecir con exactitud. El caso de los sapos abrió una investigación diferente a las
anteriores.
Gatos: Los felinos pueden presentir desastres horas antes de que ocurran, y no solo captan
los sonidos, sino que también notan los cambios en la presión ambiental y la deformación
del suelo. Cuando lo sienten cambian drásticamente su comportamiento, así que si ves que
tu gato pierde la calma e intenta salir de la casa buscando refugio al aire libre, puedes
empezar a preocuparte.
Vacas: Vale, no son mascotas, pero las tenemos cerca. Las vacas pueden predecir
terremotos con mucha anticipación, días antes de un terremoto disminuyen la producción
de leche a causa del fuerte estrés que sienten por los movimientos telúricos de la Tierra.
Esta observación se pudo constatar en la catástrofe del 2011 acontecida en Japón.