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Revolución Digital: las brechas de

Chile en una de las mayores


transformaciones de la historia

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1. La Revolución Digital

La tecnología está cambiando nuestras vidas. En pocos años hemos evolucionado hacia un
mundo hiperconectado e inteligente, a la vez que globalizado, donde las fronteras físicas
quedan superadas por este nuevo mundo digitalizado. El impacto tecnológico es muy superior
a cualquier etapa anterior y la conectividad es el factor clave que marca su expansión. Se
trata de una Revolución Digital, un nuevo ciclo, marcado por un cambio tanto o más
significativo de lo que fue la Revolución Industrial.

Algunos números que nos permiten dimensionar la magnitud de esta transformación son los
que nos entrega la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT), que ha estimado para
fines de 2015 un total de 3,2 Billones de usuarios de internet en el mundo, lo que representa un
43% de la población conectada a esta red. Somos cada vez más digitales y dentro de esto,
también más móviles a través de un crecimiento exponencial de las conexiones inalámbricas:
la banda ancha móvil es el segmento de mercado más dinámico, alcanzando una
penetración por habitante de 47% en 2015, estos es doce veces la que tenía a fines de 2007.

Fuente: Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU, por su sigla en inglés), organismo especializado de las Naciones Unidas
para las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). http://www.itu.int/es/Pages/default.aspx

La base de esta transformación ha sido internet, cuyo surgimiento suele datarse a fines de los
años 60 con el surgimiento en Estados Unidos de ARPANET, considerada por algunos el

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embrión de la red, que marca el primer intento por unir computadoras ubicadas en distintos
lugares a través de conexiones telefónicas, en la búsqueda de desarrollar un sistema de seguro
de transmisión de información en plena época de la Guerra Fría.

Un nuevo hito en esta evolución la marca la puesta en servicio en 1985 de la red NSFNET,
creada por la National Science Foundation-NSF, financiada por el gobierno de Estados Unidos,
con una columna vertebral o troncal (backbone) de 56 Kbps, usando protocolos TCP/IP para la
conexión de redes, buscando interconectar a todas las universidades de ese país para facilitar
el intercambio de información, especialmente resultados de investigaciones académicas.
Chile es el segundo país de Latinoamérica en conectarse a la red, después de México, en abril
de 1990. Esta red estuvo operativa hasta el año 1995, en que dejó de prestar servicio y cuando
ya varias compañías proporcionaban conexión a internet.

Sería el nuevo milenio el que marcaría la verdadera explosión y masificación de internet,


acompañada del desarrollo de computadoras cada vez más portables, otros aparatos
inteligentes capaces de brindar conectividad en la palma de la mano y el desarrollo de
nuevas aplicaciones, en una transición que significó pasar de ser una herramienta tecnológica
a un soporte base de toda la comunicación que se desarrolla a nivel mundial, todos
conectados a un solo clic.

Crecimiento de usuarios conectados a internet en el mundo

1995, + de 40 millones usuarios

2000, + de 360 millones de usuarios

2005, + de 1 mil millones de usuarios

2010, + de 2 mil millones de usuarios

2015, + de 3 mil millones de usuarios

Fuente: Internet Live Stats

Mapa interactivo crecimiento de usuarios internet en el mundo hasta 2008:


http://news.bbc.co.uk/2/hi/technology/8552410.stm

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Los más de 3.200 millones de internautas en el mundo, que representan más
de un tercio de la población mundial, comparten algún tipo de información,
conocimiento y relaciones sociales a través de esta red. Hoy, en muy pocos
días, se genera mayor cantidad de información en internet que toda la que
se ha venido acumulando a lo largo de la historia de la humanidad.

Y a la conexión de las personas se suma un nuevo paso, la conexión de las cosas, más
conocido como el “Internet de las Cosas” (IoT es su abreviatura para su nombre en inglés
Internet of Things), basado en la conexión máquina a máquina (M2M) y el uso intensivo del big
data, que tiene un potencial enorme y que recién comenzamos a dimensionar en su real
magnitud. Si en el año 2.000 había 200 millones de cosas conectadas, en la actualidad esta
cifra ha aumentado hasta 10.000 millones. Pero se estima que el 99 % de los objetos físicos
están aún sin conectarse y se espera que en 2020 haya 10 dispositivos por persona y 50.000
millones de “cosas conectadas”.

La internet de las cosas se está tomando la agenda de diversas industrias verticales que ven en
su uso y aplicación una nueva economía, que permite eficientar los costos, gestionar activos y
ampliar sus mercados en las áreas más diversas. Y no solo las empresas han visto este
potencial, también algunos gobiernos que consideran que el avance de la internet de las
cosas se puede transformar en un mecanismo de gestión de políticas públicas como no hemos
conocido hasta ahora. De hecho, existe un caso particular en las naciones del Golfo, que se
han centrado en la aplicación de soluciones de monitoreo de salud de forma remota para
hacer frente y abordar el aumento de las enfermedades crónicas en esa región.

Pero internet de las cosas no es la última palabra en esta Revolución Digital, pues ya se ha
comenzado a abordar el paso siguiente: la densidad digital, que será el motor que seguirá
impulsando la transformación de todo lo que conocemos. Primero se conectaron
organizaciones, luego personas, hoy máquinas y se sigue avanzando en interacciones cada
vez más complejas.

Y mientras todo esto ocurre, nuestro país marca hitos por sus altos niveles de conectividad, sin
embargo nuestro principal uso sigue siendo la entretención y aún no hemos quedado en la
vereda de lo que significan las oportunidades de la economía digital asociada a nuestro
sistema productivo. Contamos como nunca con alta información proporcionada libremente
por las personas a través de sus interacciones con las distintas aplicaciones disponibles en la
red y en los aparatos inteligentes, y si bien algunas empresas ya gestionan esa información

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para caracterizar a sus usuarios y ajustar la oferta de productos, a nivel de Estado nos estamos
quedando muy atrás, sin gestionar el big data de las políticas públicas en los que debería
radicar nuestra propia revolución, aquella que nos permita de una vez por todas avanzar al
desarrollo de manera efectiva y con solidez.

Pero para ello, no basta con ser los principales usuarios de tecnología, sino que debemos pasar
a ser desarrolladores en la economía digital y guiar una nueva transición nacional: de la
entretención a la gestión digital. Porque necesitamos cambiar la forma en que hemos venido
pensando el desarrollo, y esto va más allá de la permanente discusión en torno a los
commodities, el mundo está hablando en una nueva clave, la conectividad, y nosotros
estamos siendo incapaces de entender lo que realmente significa. Prueba de ello es cómo
pensamos soluciones a problemas tan habituales como la falta de especialistas en el área de
la salud y hacemos grandes esfuerzos por proponer la construcción de recintos a lo largo del
país. Sin embargo, la falta de especialistas es un tema crítico, más aún en zonas alejadas de los
grandes centros urbanos, y la disponibilidad de recursos financieros también es limitada.
Cuánto más rápido podríamos avanzar si Chile se propusiera por ejemplo en este campo,
implementar una red de salud digital de alto nivel, utilizando para ello todas las soluciones que
brinda el e-Health, y disponibilizáramos para la población atenciones en línea, con exámenes y
atención de especialistas en tiempo real. Toda esa tecnología está disponible, las
capacidades profesionales también, y el costo resulta eficiente respecto a sus beneficios a
mediano y largo plazo, pero nos falta la audacia como país para decidir que nuestro
desarrollo se hará en las claves que marca la Revolución Digital.

Lo mismo en el campo de la educación, Chile se encuentra en medio de la discusión de una


de las mayores reformas que se hayan hecho en el país en esta área, pero es una propuesta
basada en el pasado y no en el futuro. Porque si estuviéramos hablando de una reforma con
visión prospectiva, sus ejes deberían estar centrados en cómo hacer que la población
completa dé el salto digital que requiere para formar las competencias que el nuevo
escenario de revolución está demandando. Esto significa aprovechar el aprendizaje que ya
traen los nativos digitales y volcarlo en las salas de clases con un enfoque nuevo de todo el
proceso de enseñanza-aprendizaje, con un mayor y más eficiente uso de las tecnologías para
enseñar a distancia, para recoger el capital de conocimiento que está fuera de nuestras
fronteras y traerlo de manera práctica y activa para remecer el cotidiano de las aulas en los
distintos niveles de enseñanza. Y para quienes no son nacieron en medio de esta revolución,
disponer una sistema de enseñanza que les permita no quedar excluidos de la revolución
digital. Y para todo esto debería estarse trabajando también en la adaptación de los currículos
de formación docente en Chile, para insertar el enfoque digital en el centro de la formación
de los que ejercerán la docencia. La revolución digital necesita con urgencia entrar en las

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salas de clases de una forma radical, de manera de quebrar los viejos esquemas y permitir dar
el salto que el país necesita.

Es por eso que si la decisión es que queremos insertarnos de manera efectiva en esta nueva
forma de desarrollo tenemos que empezar a revisar nuestras decisiones políticas, sociales y
económicas, porque si seguimos invirtiendo en Tic´s al ritmo habitual, no tenemos opción
alguna de avanzar (la inversión PIB promedio de Chile en los últimos años es equivalente a la
que destinaba Corea del Sur a principios de los años 60), nuestra legislación debería ajustarse a
un marco regulatorio más flexible que se adapte no sólo a lo presente sino también a lo que
sigue en materia de conectividad con visión de más largo plazo, que promueva el desarrollo
público –privado de la inversión digital, y avanzar en una pedagogía ciudadana digital para
incrementar los niveles de participación y transparencia como claves de la profundización de
la democracia. Es una decisión urgente que necesitamos asumir como hoy país.

2. El prisma del análisis

De acuerdo a Robert Gordon (2012), la segunda revolución industrial comprendió tres grandes
inventos y sus respectivas ramificaciones: electricidad, motor de combustión interna y el
sistema de distribución de agua bajo sistemas de redes de alta presión que permitió que el
agua llegase al interior de las viviendas. Si uno mira con detalle cada uno de éstos, concluirá
con rapidez que se trató de innovaciones tecnológicas respecto de las cuales, cualquier país,
independientemente de su nivel de ingreso o características, debía obtener cobertura
universal, más temprano que tarde si no quería quedarse fuera del desarrollo. Por ejemplo, el
motor eléctrico y el motor de combustión interna estaban llamados a sustituir, por completo, al
motor a vapor. Esto, porque lo dominaban en todo el rango de posibilidades: eran más
eficientes y eficaces para todo el rango de precios relativos plausibles y lo que es más
importante, permitían el desarrollo de terceras industrias que sin este acceso no serían posibles.
Luego, habría sido un error pensar que el grado de penetración de uno u otro (motor eléctrico
y motor de combustión interna) debía ser un asunto que debiese ser medido en términos
relativos, por ejemplo, en consideración al ingreso: se trataba de un cambio cuyo desempeño
era más propiamente medido por estándares absolutos.

Los países que descubrieron con prontitud la importancia de estos cambios, dieron pasos más
agresivos para facilitar la penetración de estas tecnologías. Piénsese por ejemplo en los

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grandes planes de electrificación de la Ex Unión Soviética (Plan GOELRO, llevado a cabo
desde 1920 a 1936), en el gran plan de construcción de infraestructura carretera de los Estados
Unidos de Norteamérica (un total de 77.000 kilómetros construidos desde 1956 a 1991, y que
tuvo un costo total de US$ 425 billones) y en los avances (más modestos) que intentó Chile con
la fundación de Endesa, por ejemplo, por parte del Estado, en 1943.

Hoy resulta de suyo evidente que los cambios tecnológicos de la segunda revolución industrial
estaban llamados a ser universales. A mediados de los setenta, Chile se puso como meta
lograr la penetración universal del sistema de agua potable por medio de redes de alta
presión que permitiesen el acceso al interior de la vivienda (un invento de casi un siglo atrás);
sería impensable hablar hoy de Chile como un promisorio país emergente, con aspiraciones de
“inclusivo” con la penetración de agua potable que tenía a principios de los setenta, donde
menos de un 67 % de la población tenía acceso a ese servicio esencial (32% en el caso de
alcantarillado). Hoy resulta evidente que Chile hizo lo correcto: en materia de agua potable,
se puso una meta absoluta, no relativa, esto es, no pretendió medir su éxito en cobertura de
agua potable comparándose con otros países de similar ingreso sino que percibió la
relevancia tecnológica de esa innovación y su necesaria consecuencia: cobertura universal.
Siempre se ha hablado de los beneficios sociales que esto habría tenido en salud –
mortalidades infantiles de 82 (cada 1000 habitantes) a comienzos de los setenta comparadas
con 8 a la fecha de hoy – pero del mismo modo, hubo también efectos económicos
productivos no medidos pero de dimensiones macroeconómicas: piénsese en el ahorro de
horas hombre, principalmente fuerza de trabajo femenina, en ir a buscar el agua al camión
aljibe o a la noria. En otras palabras, la cobertura universal en agua potable era parte esencial
del proceso de desarrollo.

Sostenemos en este documento que internet y sus tecnologías asociadas, corresponden, como
de hecho lo ha sugerido Gordon (2012), a una tercera revolución industrial o revolución digital,
y que como tales la vara para medir su desempeño no es relativa sino absoluta. Esto es, no
basta con comprobar que Chile lo ha hecho relativamente bien, o incluso marginalmente
mejor que otros países de ingreso comparable, como se verá en la siguiente sección, sino que
la vara debe ser de naturaleza absoluta: estamos frente a un cambio tecnológico que domina
a las alternativas en todo el rango plausible de precios relativos.

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3. Lo que hemos avanzado

En materia de penetración de telefonía, nuestro país se ubica, tanto en términos absolutos


como relativos, en óptimas condiciones. Éste ha sido un cambio revolucionario que ha tenido
lugar en muy poco tiempo.

La Figura 1.2 muestra la penetración de telefonía móvil en Chile desde 2000 a 2014 medida
como número de abonados cada 100 habitantes. Como se puede apreciar, la misma
aumentó desde 22 en 2000 a 132 en 2014, con tasas de crecimiento anuales que promediaron
un 15,5%. Asimismo, se aprecia una estabilización en el crecimiento los últimos dos años, lo que
hace suponer que el nivel de penetración actual corresponde al de un equilibrio de largo
plazo.

FIGURA 1.2:

PENETRACIÓN DE TELEFONÍA MÓVIL EN CHILE 2000-2014

160,000

140,000

120,000

100,000

80,000

60,000

40,000

20,000

-
jul-00
ene-00

ene-01
jul-01
ene-02
jul-02
ene-03
jul-03
ene-04
jul-04
ene-05
jul-05
ene-06
jul-06
ene-07
jul-07
ene-08
jul-08
ene-09
jul-09
ene-10
jul-10
ene-11
jul-11
ene-12
jul-12
ene-13
jul-13
ene-14
jul-14

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE LA SUBTEL

Éste ha sido un cambio del todo inesperado, al menos en cuanto a tasa de cambio. En
efecto, la tabla 1.1 compara, para una serie de fijaciones tarifarias, la tasa esperada de
crecimiento de la telefonía móvil con los datos efectivos. Como puede apreciarse, el regulador
se equivocó sistemáticamente respecto de la velocidad que tenía este cambio tecnológico
en la población: en promedio, desde 2003 a 2013 pronosticó tasas de crecimiento 11,6%
inferiores a las efectivas.

TABLA 1.1:

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CRECIMIENTO DE TELEFONÍA MÓVIL EFECTIVO Y ESTIMADO

Tasa de crecimiento efectiva Tasa de crecimiento estimada Diferencia

2003 17.3% 2.6% -14.7%

2004 14.6% 5.2% -9.4%

2005 18.1% 2.3% -15.8%

2006 11.2% 1.7% -9.4%

2007 37.8% 2.8% -35.0%

2008 36.7% 30.2% -6.5%

2009 16.7% 9.7% -7.0%

2010 21.3% 9.4% -11.9%

2011 18.2% 8.4% -9.8%

2012 17.9% 6.6% -11.3%

2013 1.6% 5.4% 3.9%

Promedio 19.2% 7.7% -11.6%


FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE LA SUBTEL

Y hay más. La penetración de internet, por la vía de internet móvil, ha superado también
largamente las expectativas. Acompañado de esto, puede apreciarse cómo ha subido
también el número de usuarios con smartphones en Chile – Figura 1.3 –. Así, mientras la
penetración de internet móvil, desde 2009, ha pasado de 15 a casi 60 conexiones cada 100
personas, la penetración de Smartphone asciende actualmente a 55 (desde un 0 en 2007, año
de irrupción en el mercado de estos aparatos).

FIGURA 1.3:

PENETRACIÓN INTERNET MÓVIL Y SMARTPHONE.

70
60
50
40
30
20
10
0
abr-09

abr-10

abr-11

abr-12

abr-13

abr-14
ene-14
ene-09

jul-09

ene-10

jul-10

ene-11

jul-11

ene-12

jul-12

ene-13

jul-13

jul-14
oct-09

oct-10

oct-11

oct-12

oct-13

oct-14

Penetración internet móvil Penetración smartphone

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE LA SUBTEL

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Los desarrollos anteriores colocan a Chile a la cabeza de Sudamérica en Internet y telefonía,
pero dentro del rango esperable dado su nivel de ingreso; algo más que ello en el caso de la
telefonía pero sólo lo esperable en materia de internet. En otras palabras, en materia de
internet, el país tiene lo que se podría esperar dado su nivel de ingreso: si lo hace “mejor” que
el resto de América Latina es porque tiene uno de los ingresos per cápita más altos de la
región, no por otro motivo aparente.

En efecto, al graficar la penetración de telefonía celular y de banda ancha (fija y móvil)


contra el nivel de ingreso de un grupo de países medido a PPP se observa que Chile en
telefonía móvil (con 134 conexiones cada 100 habitantes, como señalamos antes) ocupa un
lugar de avanzada, por sobre el nivel que le correspondería dado su nivel de ingreso, lo que
rondaría las 106 conexiones. En banda ancha sin embargo, el país se encuentra en línea con
otros países de similar nivel de ingreso (Ver Anexo A.1.9, el punto rojo en cada gráfico
corresponde a Chile)

Los gráficos 1.4 y 1.5 muestran con más detalle los países individualmente considerados (la
barra de color rojo representa a Chile).

FIGURA 1.4.:
PENETRACIÓN DE TELEFONÍA MÓVIL VERSUS INGRESO PER CÁPITA 2013.

250 90.000

80.000

200
70.000

60.000
150
50.000

40.000
100
30.000

20.000
50

10.000

- -
Chile
Denmark
Belgium

Namibia
Sri Lanka
Singapore

Austria

France
Japan

Spain
Slovenia
Sweden

Portugal
Greece

Paraguay
Turkey

Morocco

Angola

India
Bolivia

Honduras

Sudan

Ethiopia
Switzerland
Ireland

Hungary
Kazakhstan

Panama
New Zealand

Belarus
Bulgaria
Islamic Republic of Iran

Colombia
Botswana

Dominican Republic
Jordan
Tunisia

Ghana
Bangladesh
Kenya
Thailand

Ecuador

Georgia

Nicaragua

Tanzania
Senegal
Afghanistan
Burkina Faso

Malawi

Ingreso Penet. Telef. Movil Lineal (Penet. Telef. Movil)

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE LA ITU

FIGURA 1.5.:

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PENETRACIÓN INTERNET (FIJO ARRIBA Y MÓVIL ABAJO) VERSUS INGRESO PER CÁPITA 2013.

50 90.000

45 80.000

40
70.000
35
60.000
30
50.000
25
40.000
20
30.000
15
20.000
10

5 10.000

- -
France
Sweden

Chile
Denmark

Spain
Singapore

Belgium

Japan

Slovenia

Namibia
Sri Lanka
Paraguay
Morocco

Angola
Austria

Kazakhstan

Turkey
Panama

India
Honduras

Sudan

Ethiopia
Switzerland

Jordan

Bolivia

Ghana
Ireland

Portugal
Greece
Hungary

Bulgaria
Islamic Republic of Iran
New Zealand

Belarus

Botswana

Colombia
Dominican Republic

Tunisia

Senegal

Burkina Faso

Malawi
Thailand

Ecuador

Georgia

Nicaragua

Bangladesh
Kenya
Tanzania

Afghanistan
Ingreso Penet. Int. Fija Lineal (Penet. Int. Fija)

Estudios anteriores han mostrado que en materia de precios, los de Chile son comparables a
los de la OCDE (Quiroz y Asociados (2014)); así, por ejemplo, nuestro país tiene menores precios
que el promedio de esos países en conexiones con velocidades inferiores a los 10 Mbps, en las
que se encuentra el grueso de las conexiones del país. Finalmente, se han observado avances
notables en la velocidad promedio de las conexiones de internet, la que en solo 7 años se ha
multiplicado por 51.

Con todo, y como ya se ha adelantado, si bien Chile ocupa un lugar destacado cuando se le
compara con otros países de ingreso similar, exhibe un rezago significativo si la comparación se
hace con los más adelantados en la materia, particularmente en banda ancha. En efecto,
Chile se encuentra en el lugar 61 y 56 en cuanto a penetración de internet fijo y móvil
respectivamente, situándose muy lejos del nivel de penetración de algunos países como Suiza,
Dinamarca, Holanda, Francia o Corea del Sur, que tienen más de 3 veces la penetración de
Chile.

1 Fuente: State of the internet. Ver anexo.

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Por ende, si el prisma con que ha de mirarse la penetración de internet es el de una tercera
revolución industrial, donde por fuerza la métrica debiese ser más absoluta que relativa, hay
razones para estar preocupados por el rezago que muestra Chile en comparación con los
países más desarrollados.

La figura 1.6 (ver también Anexo A.1.11), que desagrega la penetración en banda ancha por
comunas, ilustra que esto es precisamente lo que está pasando. En ella se puede observar que
existe una relación positiva entre ingresos y penetración de internet, en donde las comunas de
ingresos altos presentan penetraciones como las de los países desarrollados antes descritos, y
las de ingresos bajos como las de los países más pobres del mundo.

FIGURA 1.6:

PENETRACIÓN INTERNET (FIJO ARRIBA Y MÓVIL ABAJO) VERSUS INGRESO PER CÁPITA MENSUAL ($) PER CÁPITA 2013 EN
COMUNAS DE CHILE.

40,00 1.200.000

35,00
1.000.000

30,00

800.000
25,00

20,00 600.000

15,00
400.000

10,00

200.000
5,00

- -
pedro aguirre…

parral
vitacura

nogales
copiapó

hualqui
cerrillos

coquimbo
puerto montt

quellón

carahue

colbún
lota
viña del mar

maipú

san antonio

paine

longaví
la reina

algarrobo

el bosque

angol
la serena

san vicente

coronel
calera

teno
machalí

estación central

lampa

independencia

recoleta
casablanca
río bueno
molina
san miguel

curanilahue
chiguayante

constitución

sagrada familia

Ingreso Penet. Fijo

En otras palabras, la penetración de internet no hace sino reflejar la disparidad de ingresos del
país. Si se tratase de agua potable o electricidad, los inventos más importantes de hace un
siglo, un resultado como éste sería considerado un escándalo, pero en relación al servicio de
Internet no se escuchan voces de preocupación, al menos no con niveles de urgencia y
alarma que lo vuelvan una “preocupación pública”. Claramente, estamos considerando, de
modo tácito, a internet como un bien de consumo más, que se mide por la vara relativa de lo

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que los ingresos puedan pagar, y no como una necesidad propia de una tercera revolución
industrial, que es lo que correspondería.

Lo anterior es refrendado también por la figura 1.7, donde se presenta la penetración de


internet fijo por quintil de ingresos. Como dicha figura muestra, el primer quintil muestra una
penetración similar a la que presentan países como Jamaica, Irán y El Salvador, mientras que el
quinto una equivalente a la de Japón y EE.UU: la penetración de internet se limita a replicar
nuestra desigual distribución de ingresos.2

FIGURA 1.73:

PENETRACIÓN INTERNET POR QUINTIL DE INGRESOS 2013.

30
Conexiones cada 100 habitantes

25

20

15

10

1 2 3 4 5
Quintil de ingresos

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE LA CASEN 2013

En este sentido, los enormes esfuerzos que en algún momento de su historia hizo Chile en
materia de políticas públicas para promover la cobertura universal de agua, luz, alcantarillado,
o los esfuerzos que hoy realiza el país para destinar recursos públicos para el financiamiento de
educación gratuita y de calidad o para financiar la actividad política en condiciones de
transparencia y probidad, son esfuerzos y compromisos-país que también se necesitan para
hacer un cambio de paradigma digital, no solo en el discurso, sino que con acciones
concretas que permitan romper la brecha e incorporar a todos sus habitantes, a todos sus
hogares, a todos sus colegios, al nuevo mundo digital que ha llegado para quedarse.

2 Es necesario señalar, no obstante, que la velocidad de crecimiento de los quintiles más bajos ha sido superior a
la de los más altos.
3 Las penetraciones reportadas en la encuesta CASEN son distintas porque la pregunta realizada difiere de la
realizada por la Subtel

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Si como señalamos antes, el acceso a internet es clave para alcanzar el desarrollo, las
desigualdades en el acceso expuestas no harán si no exacerbar las desigualdades
económicas de las que son un reflejo.

Con todo, el que Chile esté a la cabeza de países de ingreso comparable es de todas formas
un logro. Esto ha sido posible, básicamente, por una combinación virtuosa de reglas del juego
adecuadas y especialmente una gran disposición a invertir por parte de las empresas. En
efecto, si consideramos la inversión bruta total en telecomunicaciones en el periodo 1990-2014,
concluimos que ésta asciende a unos 28 mil de millones de dólares, un monto que es
equivalente a 3 veces lo que ha invertido Chile en concesiones de obra pública de
infraestructura en el mismo periodo, que ronda los 10 mil millones de dólares, o 3 veces el costo
de multiplicar por dos la extensión de la actual línea de metro.

A modo de referencia, la figura 1.8 exhibe los montos de inversión anuales de la industria de
telecomunicaciones desde 1990 a 2014. Como puede observarse, hasta 1997 el grueso de la
inversión correspondió a despliegue de líneas fijas. Las consecuencias de dicho despliegue
fueron un aumento de más de 1,8 millones de líneas fijas, lo que se tradujo en un aumento de
más de 177% en la penetración de la misma. Ello es equivalente a decir que un 71% de los
hogares disponían de teléfono fijo en 1997, comparado con un 26% en 1990. Luego, desde
1998 empieza a adquirir mayor importancia la inversión en redes móviles. Así, si en promedio
entre 1990 y 1997 la participación de las redes móviles en la inversión ascendió a un 8% del
total, desde 1998 a 2014 esta cifra alcanzó el 50%. El corolario de dichas inversiones fue un
explosivo aumento en las líneas de telefonía móvil, desde 400.000 en 1997 a 23 millones en
2014, lo que se tradujo en un incremento en la penetración superior al 4600%. Finalmente, la
inversión realizada en redes móviles no impidió un fuerte aumento en la inversión en redes fijas
en el mismo período. Así, si entre 1990 y 1997 se invirtieron un total de USD 4.200 millones en
redes fijas (a un promedio anual de USD 542 millones), desde 1998 hasta 2014 se invirtieron USD
11.436 millones (a un promedio de USD 672 millones por año). Ello repercutió en un aumento de
las conexiones de internet fijo desde 62.000 en 1997 a más de 2,5 millones en 2014, esto es, un
aumento superior al 3800%. De esta manera, si en 1997 tan solo el 1,6% de los hogares disponía
de una conexión de internet (en su mayoría conmutada), en 2014 un 49% de los hogares
dispone de internet (la gran mayoría banda ancha).

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FIGURA 1.8:

INVERSIÓN NOMINAL ANUAL EN TELECOMUNICACIONES (USD MILLONES)

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

500

fija móvil

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE TELEFÓNICA Y SUBTEL

Esta inversión ha tenido lugar porque las reglas del juego han sido las adecuadas. Destacamos
en este punto, por ejemplo, la regla del “que llama paga”, que abrió paso a la gran explosión
en telefonía móvil; y el respeto irrestricto a principios básicos en el cálculo de los cargos de
acceso, tendientes a no desincentivar a aquellos actores que destinan ingentes recursos a la
inversión en redes.4 5

Vale la pena detenerse en el mecanismo de esa regla, que de acuerdo a nuestro diagnóstico
permitió el explosivo crecimiento de telefonía móvil. La regla del que llama paga, unida a
estrategias de discriminación eficiente de precios por parte de las compañías, permitió que
emergiera un mercado dual, que actuó como círculo virtuoso del desarrollo móvil: la
coexistencia de clientes de contrato con clientes de pre-pago. Los primeros, grandes emisores
de llamadas, y con atributos como para ser sujetos de crédito en contratos donde se

4 Una regla fundamental en este punto, viene del reconocimiento de que existen economías de escala en redes,
por lo que la tarificación del acceso debe considerar, además del costo marginal de expansión, un factor de
escalamiento para cubrir los costos medios. Esta regla, esencial para asegurar el autofinanciamiento de las
redes, fue siempre respetada irrestrictamente hasta la última fijación de 2014, donde, lamentablemente, se
innovó en la dirección contraria, fijándose una tarifa que no necesariamente cubre el costo de expansión de las
redes. La señal entonces, si bien puede ser favorable para operadores que se definan como usuarios de redes
existentes, es dañina para quienes estén considerando expandir su red.
5En Chile, las empresas de telecomunicaciones reinvierten aproximadamente un 20% de sus ingresos, uno de los
ratios inversión/ingresos más grandes del mundo entre empresas de telecomunicaciones. Ver figura A.10 en
anexo.

10/15 14
comprometían minutos mínimos de gasto; los segundos, como grandes receptores de llamada
donde el pago que recibía la compañía era esencialmente el cargo de acceso (de ahí la
relevancia de “el que llama paga”). En términos de equilibrio general, el sistema de cobros,
que es el que financia en último término toda la red, gracias a las reglas del juego, permitió
cobrar (en el margen) menos a quienes tuvieran menos ingreso y menos disposición a pagar,
facilitando así la irrupción masiva de la red.6

Con ello se permitió la compartición de costos entre usuarios con distinta disposición a pagar,
lo que se unió a una política clara en materia de cargos de acceso, que incentivaba la
inversión en redes, y que posibilitó que Chile hoy, en materia de telefonía móvil, esté muy por
sobre lo que el mero crecimiento de su ingreso habría permitido augurar.

Pero ese desarrollo virtuoso, que se vio en telefonía móvil, no se ha dado en banda ancha, en
que el crecimiento es un reflejo esperable de la situación de ingreso del país – y por ende
también-, reflejo de la mala distribución de ingresos.

Lamentablemente, si algo ha ocurrido en materia de reglas del juego en el último tiempo son
modificaciones que, al menos, podrían calificarse de controvertidas si no derechamente
adversas. En efecto, se han observado cambios que han retardado las inversiones necesarias
para acortar la brecha digital. Un retraso en la licitación de espectro (tanto la de 2.600 Mhz,
como, especialmente, la de 700 Mhz), por ejemplo, se ha traducido en un despliegue de la
red 4G muy distinto a lo que a lo que ocurrió con las redes 2G y 3G, en las que Chile se
destacó por ser pionero en su despliegue en Latinoamérica. La figura 1.9 muestra dicha
situación, evidenciando la relación existente entre la penetración 4G y el PIB per cápita para
un grupo selecto de países7.

6Ello no es muy distinto de lo que ocurre en agua potable, donde la red completa se financia con una suerte de
subsidio cruzado desde zonas de mayor consumo per cápita a zonas de menor consumo, por la vía de cobrar
una mayor porción de la tarifa como proporcional al consumo que al cargo por conexión (mucho mayor de lo
que recomendaría un criterio puramente marginalista). Es un hecho reconocido en economía que el
sostenimiento de ciertas industrias de gran envergadura, y particularmente la industria de redes, precisa de
reglas que faciliten una ”discriminación eficiente” de precios, como la que ocurre en la industria aeronáutica por
ejemplo, o el ya citado caso de las compañías de agua potable.
7Se incluyen EE.UU., Reino Unido, Japón, China, Corea del Sur, Alemania, Canadá, Rusia, Brasil, Arabia Saudita,
Sudáfrica, Colombia, Rumania, México, Perú, Filipinas, Australia, Suecia, Holanda, España y Tailandia.

10/15 15
FIGURA 1.9:

PENETRACIÓN DE 4G EN FUNCIÓN DEL INGRESO PER CÁPITA 2014

70

60
Conexiones 4G cada 100 habitantes

50

40

30

20

10

0
0 10000 20000 30000 40000 50000 60000
Ingreso anual per cápita (USD PPP)

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE ITU

Como puede apreciarse, Chile (el punto rojo) se encuentra muy por debajo de la recta, lo que
indica que con su nivel de ingreso per cápita debiera presentar aproximadamente 10
conexiones 4G por cada 100 habitantes, esto es, un 233% más de lo que actualmente presenta
(solo 3). Ello redunda en que nuestro país presente un número de conexiones muy por debajo
de la que presentan países desarrollados, e incluso por debajo del promedio mundial, que
alcanza las 6.2 conexiones por cada 100 habitantes.

En otras palabras, Chile parece tener un pasado esplendoroso, un presente con potencial,
pero sería un error caer en la complacencia: para los nuevos desarrollos de 4G como se ve,
nuestro país ya ni siquiera tiene un desempeño “esperable” dado su nivel de ingreso: está
derechamente por debajo de aquello8.

8Si bien, se debe considerar que los distintos países partieron en fechas distintas desplegando 4G; ahora bien, el
mismo retraso ya es una señal de rezago.

10/15 16
Los desafíos de Chile

Estamos siendo testigos de la Revolución Digital, que marca la tercera revolución industrial en
la historia de la humanidad, pero que se produce a una velocidad exponencial, nunca antes
vista y cuyas proyecciones parecen infinitas.

Chile ha dado un gran paso en el desarrollo de su industria de telecomunicaciones,


especialmente desde su privatización a la fecha, situándolo como líder en Latinoamérica
según lo consigna el Reporte de Industria TIC 2014 de Colombia (9 ), que cita varios indicadores
elaborados por fuentes especializadas en el tema, como son el World Economic Forum, Banco
Mundial y UIT.

Todo este desarrollo alcanzado en las últimas dos décadas y media ha sido posible, en gran
medida, porque el país fue capaz de generar un círculo virtuoso público-privado con las
condiciones adecuadas para la inversión privada. Así fue como se construyeron nuevas
centrales y redes telefónicas que conectaron al país y a sus habitantes. Pasamos de ser un país
que tenía listas de espera para poder acceder a una línea telefónica fija, con un bajo grado
de digitalización de su red y un rezago importante en la penetración de servicio, a
transformarnos en uno líder en penetración dentro de la región, con una red completamente
digitalizada, un amplio despliegue de antenas para absorber el crecimiento de las
comunicaciones móviles, sistemas de fibra óptica para interconectar, cual grandes autopistas,
las diferentes ciudades del país y la mejor tecnología disponible para atender las necesidades
de los clientes de cada servicio.

Todo esto ha implicado un gran esfuerzo inversor, que roza los US$ 28 mil millones entre 1990 y
2014, una buena parte de los cuales (US$ 17 mil millones) se concentra en estos 10 últimos años
en que el país se ha perfilado con liderazgo en materia de nuevas tecnologías y redes.

No obstante, este círculo virtuoso que se configuró con políticas públicas que permitieron al
país hacer las inversiones necesarias para ir a la vanguardia tecnológica es solo un primer
peldaño de un desafío mayor que es promover una sociedad inclusiva, en que toda la gente,
de manera equitativa, tenga acceso a los beneficios que trae consigo el avance tecnológico.
La clave de la equidad de aquí en adelante estará marcada por la el acceso o no a la
conectividad, y por supuesto, por la calidad de ese acceso.

9(https://www.crcom.gov.co/recursos_user/Documentos_CRC_2014/Informes/Reporte_industria_TIC_2014_V40.pdf)

World Economic Forum publica el Network Readiness Index (NRI) que busca medir la capacidad que tienen los países para utilizar las
tecnologías de información. Banco Mundial publica el índice Doing Business que mide qué tan bien son las regulaciones de los países
para ayudar a mejorar las relaciones en el mercado y a proteger el interés general. ITU publica el Indice de Desarrollo de las Tic (IDI)
orientado a comparar la evolución en el acceso y uso de las TIC y el estado de la brecha digital.

10/15 17
Si bien Chile es líder en Latinoamérica, aún está lejos de los estándares de desarrollo que hoy
tienen los países que representan el grupo de avanzada en materia de tecnologías de la
información y las comunicaciones (TIC`s). Y en este punto se configuran entonces los 4 desafíos
claves de Chile en la Revolución Digital:

1. Un nuevo eje digital: que nos permita pasar como país de un uso mayoritario en
entretención a una utilización progresiva en materia de crecimiento y productividad. Porque
hasta ahora estamos haciendo un uso marginal de las oportunidades que brindan las nuevas
tecnologías y tenemos un alto rezago en materia de economía digital. Para ello resulta
fundamental aumentar la inversión en TIC`s, estructurar políticas públicas digitales, utilización
efectiva del big data y plantear una hoja de ruta de largo plazo con metas claras respecto a
lo que el país se propone alcanzar en los próximos diez años. Esto no se trata de una nueva
agenda digital, sino de hacer política pública con visión de Estado y perspectiva de desarrollo
y de ir rompiendo las barreras que limitan el acceso equitativo a la conectividad.

2. Ciudadanía Digital: como clave para promover la participación ciudadana, la transparencia


el desarrollo y la profundización de la democracia. Se requiere implementar sistemas que
favorezcan aún más la disponibilidad de servicios de conectividad al alcance tanto de nativos
digitales como de aquellos que presentan rezago, de manera que los cambios que en materia
digital experimente el país, vayan de la mano de la incorporación activa de sus ciudadanos,
que sean partícipes del desarrollo y puedan utilizar de buena forma todas las oportunidades
que el país les puede ofrecer. En la misma línea, promover la formación de recursos humanos
especializados en aquellas áreas consideradas críticas para el desarrollo congruentes con lo
que demanda la revolución digital, no se trata de un currículo en particular, sino de ejes
transversales que deberían formar parte de todos los programas de formación en los distintos
niveles educacionales.

3. Un país 100% conectado: se requiere aumentar la penetración y calidad de los servicios de


banda ancha para situarnos en la media de los países OCDE. Si bien este organismo nos ha
situado entre los de mayor crecimiento en cuanto a penetración de banda ancha fija, sólo por
detrás de Luxemburgo, en términos relativos. la OCDE nos ubica muy lejos de los países líderes
en esta materia e incluso muy por debajo de la media del conjunto de países desarrollados.

Para ello, Chile debe resolver la desigualdad de acceso que tiene a nivel de segmento
socioeconómico. En los 3 segmentos de menores ingresos de la población, que en total
representan el 76% de los hogares, la penetración de internet es inferior al 50% de los hogares. Y

10/15 18
no se trata sólo de brindar conectividad, sino de avanzar hacia una de calidad progresiva y
sostenida en el tiempo.

4. Legislación digital: todo esto debe ir acompañado de un marco regulatorio ajustado,


suficientemente flexible para dar cabida a todo lo que significa la Revolución Digital. En esto se
requiere una decisión del legislador con visión prospectiva, que permita ir resolviendo cómo el
país promoverá el desarrollo digital, de qué forma enfrentará los desafíos que irá fijando el
desarrollo de la internet de las cosas y luego, la densidad digital, así como el necesario
resguardo a los derechos de propiedad digital (tal vez bajo ejes distintos a los que hoy se
aplican en otros ámbitos) y de qué manera ir marcando el ritmo de todo este cambio.

Se requiere con urgencia que el país asuma la importancia de ponerse al día en todo lo que
involucra la Revolución Digital para Chile y sus ciudadanos, que superemos el letargo que nos
limita darle el verdadero valor que tiene el mundo que se ha desplegado a partir de internet y
que marcará cada vez con más fuerza quienes accederán o no al desarrollo.

10/15 19
ANEXOS

10/15 20
Anexos

FIGURA A1.1:

EVOLUCIÓN DE NÚMERO DE LÍNEAS FIJAS EN CHILE (1990-2014)

4.000.000

3.500.000

3.000.000

2.500.000

2.000.000

1.500.000

1.000.000

500.000

0
2001
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000

2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DEL BANCO CENTRAL Y SUBTEL

FIGURA A1.2:

EVOLUCIÓN DE LA PENETRACIÓN DE TELEFONÍA FIJA EN CHILE (LÍNEAS POR CADA 100 HABITANTES)

25

20

15

10

0
1990

2008
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007

2009
2010
2011
2012
2013
2014

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DEL BANCO CENTRAL Y SUBTEL

10/15 21
FIGURA A1.3:

EVOLUCIÓN DE NÚMERO DE LÍNEAS MÓVILES EN CHILE (1990-2014)

30.000.000

25.000.000

20.000.000

15.000.000

10.000.000

5.000.000

0
1996
1990
1991
1992
1993
1994
1995

1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DEL BANCO CENTRAL Y SUBTEL

FIGURA A1.4:

EVOLUCIÓN DE LA PENETRACIÓN DE TELEFONÍA MÓVIL EN CHILE (LÍNEAS POR CADA 100 HABITANTES)

160

140

120

100

80

60

40

20

0
1991

1996

2012
1990

1992
1993
1994
1995

1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011

2013
2014

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE ITU Y SUBTEL

10/15 22
FIGURA A1.5:

EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE CONEXIONES DE INTERNET FIJO EN CHILE (1997-2014)

3.000.000

2.500.000

2.000.000

1.500.000

1.000.000

500.000

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DEL BANCO CENTRAL Y SUBTEL

FIGURA A1.6:

EVOLUCIÓN DE LA PENETRACIÓN DE INTERNET FIJO EN CHILE (CONEXIONES POR CADA 100 HABITANTES)

16

14

12

10

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE ITU Y SUBTEL

10/15 23
FIGURA A1.7:

EVOLUCIÓN DE LA PENETRACIÓN DE TELEFONÍA MÓVIL EN CHILE POR QUINTIL DE INGRESOS (LÍNEAS CADA 100 HAB.)

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
00
2000 2003 2006 2009 2011 2013

I II III IV V

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE CASEN

FIGURA A1.8:

EVOLUCIÓN DE LA PENETRACIÓN DE INTERNET FIJO EN CHILE POR QUINTIL DE INGRESOS (LÍNEAS CADA 100 HAB.)

30,00

25,00

20,00

15,00

10,00

5,00

0,00
2000 2003 2006 2009 2011 2013

I II III IV V

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE CASEN

10/15 24
FIGURA A1.9:

PENETRACIÓN TELEFONÍA MÓVIL VERSUS PIB PER CÁPITA 2013.

250
Conexiones cada 100 habitantes

200

150

100

50

0
0 20.000 40.000 60.000 80.000 100.000 120.000 140.000 160.000
Ingreso per cápita anual (USD)

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE LA ITU

PENETRACIÓN INTERNET FIJA VERSUS INGRESO PER CÁPITA 2013.

70
Conexiones cada 100 habitantes

60

50

40

30

20

10

0
0 20.000 40.000 60.000 80.000 100.000 120.000 140.000 160.000
Ingreso per cápita anual (USD)

10/15 25
PENETRACIÓN INTERNET MÓVIL VERSUS INGRESO PER CÁPITA 2013.

180

Conexiones cada 100 habitantes


160
140
120
100
80
60
40
20
0
0 50000 100000 150000 200000
Ingreso per cápita anual ($)

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE LA ITU

10/15 26
FIGURA A1.10:

EVOLUCIÓN DE LA VELOCIDAD DE INTERNET FIJO EN CHILE (KBPS)

6000

5000

4000

3000

2000

1000

0
3-2007

1-2008

3-2008

1-2009

3-2009

1-2010

3-2010

1-2011

3-2011

1-2012

3-2012

1-2013

3-2013

1-2014

3-2014
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE WWW.STATEOFTHEINTERNET.COM

FIGURA A1.11:

PENETRACIÓN INTERNET (FIJO ARRIBA Y MÓVIL ABAJO) VERSUS INGRESO PER CÁPITA MENSUAL ($) PER CÁPITA 2013 EN
COMUNAS DE CHILE.

50

40
Conexiones cada 100

30
habitantes

20

10

00
0 200.000 400.000 600.000 800.000 1.000.000 1.200.000
-10
Ingreso per cápita mensual ($)

10/15 27
35

30

Conexiones cada 100


25

habitantes 20

15

10

0
0 200.000 400.000 600.000 800.000 1.000.000 1.200.000
Ingreso per cápita mensual ($)

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE INFORMACIÓN DE LA CASEN 2013

FIGURA A1.12:

INVERSIÓN/ VENTAS EN INDUSTRIA DE TELECOMUNICACIONES 2006-2011

FUENTE: MORGAN STANLEY

10/15 28

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