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1. DEFINICION
a) ARTICULO 1447. La acción rescisoria por lesión solo puede ejercitarse
cuando la desproporción entre las prestaciones al momento de celebrarse el
contrato es mayor de las dos quintas partes y siempre que tal desproporción
resulte del aprovechamiento por uno de los contratantes de la necesidad
apremiante del otro. Procede también en los contratos aleatorios, cuando se
produzca la desproporción por causas extrañas al riesgo propio de ellos.
b.1) Simple lesión. - En el caso de que la desproporción sea de los dos quintos,
pero no llegue a los dos tercios, no se aplicará la presunción de
aprovechamiento, y -como hemos dicho- estará a cargo de la víctima el
probarlo. La desaparición en el Código vigente del párrafo que contenía el
artículo 1473 del Primer Proyecto se justifica por la existencia de normas
procesales que establecen cuál de las partes carga con la prueba, como bien lo
explica De la Puente y Lavalle.
Vemos así que el Código de 1852, en el artículo 1460 disponía: "Para probar
la lesión se apreciará la cosa por el valor que tenía al tiempo de la venta"; y el
artículo 1439 del Código de 1936, decía: "Para probar la lesión se estimará el
bien por el valor que tuvo al tiempo de la venta; pero incumbe al juez apreciar
todas las circunstancias del contrato". El último párrafo de ese artículo, es
original del Derecho peruano, y corresponde a la fórmula elaborada por
Olaechea. Incluso debemos destacar que en aquellos sistemas en los cuales la
fórmula represiva de la lesión nada dice sobre el momento de apreciar la
desproporción, los tribunales han debido llegar a la conclusión de que ella
debe calcularse al tiempo de celebración del contrato, y no con posterioridad.
En nuestro caso, el legislador además de los antecedentes nacionales que
hemos reseñado, se ha inspirado de manera inmediata en el artículo 1448 del
Código Civil italiano y en el 954 del Código Civil argentino, de los que tomó
el artículo 1472 del primer proyecto la "subsistencia de la desproporción",
tema del que nos ocuparemos en la segunda parte.
La norma vigente brinda un elemento útil para distinguir la lesión de la teoría
de la "imprevisión", también llamada por algunos "lesión sobreviniente". En
efecto, en ambos casos se encuentra el elemento objetivo de la inequivalencia
entre las prestaciones de las partes; pero, mientras en la lesión esa
inequivalencia es el producto del aprovechamiento, y existe desde el momento
en que el acto se celebra, en la "imprevisión", en cambio, la desproporción
recién se presenta con posterioridad, como consecuencia de circunstancias
extrañas a la voluntad de las partes, y que fueron totalmente imprevisibles al
tiempo de celebrar el acto.
f) PETICION DE REAJUSTE
h) CADUCIDAD DE LA PETICION
ARTICULO 1454 La acción por lesión caduca a los seis meses de cumplida
la prestación a cargo del lesionan te, pero en todo caso a los dos años de la
celebración del contrato.
i.1. La transacción
"siendo la transacción un contrato, es dable que las condiciones sean
impuestas por una de las partes abusando del estado de necesidad en que se
encuentra la otra", pero incluso vamos más allá, porque la fuerza de "cosa
juzgada" que tienen las transacciones solo puede ser reconocida como tal
cuando el acto no ha padecido vicios en el momento de su formación. Es
menester destacar que el acto transaccional tiene una formación distinta a la
sentencia; en la sentencia se expresa solamente la voluntad del juez y en la
transacción debe concurrir la voluntad de ambas partes y esa decisión "no debe
ser fruto de un aprovechamiento lesivo".
j) LESION EN LA PARTICION
Estimamos que para nuestro estudio tiene particular interés lo dispuesto sobre
el tema en los Códigos de 1852 Y 1936.
El primero de ellos, después de consagrar la lesión ultra dimidium en las
ventas (artículo 1459 y ss.), en el Título dedicado a la comunidad y la partición
(artículos 2128 y ss.), declara rescindible las particiones por lesión de más de
un tercio. En ese Código se pone límites a la acción rescisoria por lesión si
hubiese resolución judicial sobre el punto que motiva la lesión (artículo 2164),
o si entre los coherederos ha mediado una transacción (artículo 2166), o si uno
de los herederos le ha vendido su parte a otro. A su vez en el Código de 1936
también se trata de manera separada la lesión en las ventas. Para las cuales se
exige que la diferencia sea de más de la mitad del valor (artículo 1439), y la
lesión en las particiones, donde basta que la diferencia exceda la cuarta parte,
estableciendo de manera expresa que no puede intentar la acción por lesión
"el heredero que hubiese enajenado todo o parte considerable de los inmuebles
que se le adjudicaron" (artículo 792). De estos antecedentes extraemos como
consecuencia que en el derecho peruano anterior al Código de 1984, la acción
rescisoria de las particiones recibía un tratamiento bien diferenciado de la
"lesión enorme", en razón -especialmente- de las diferentes causas que las
fundamentan y, además, que en el caso de las particiones se vedaba la acción
al copartícipe que, luego de recibido su lote, lo enajenaba total o parcialmente,
pues esa actitud contenía una aceptación confirmatoria del acto de partición.
CONCLUSION