Vous êtes sur la page 1sur 5

Participación accionaria y aportes de

capital. Tu pones el conocimiento y yo


pongo el dinero
¿Te ha sucedido que te proponen una sociedad en estas condiciones: “tu pones el
conocimiento y yo pongo el dinero”? O quizás ¿Yo pongo el capital y tu pones el
trabajo… y vamos al 50% cada uno?

Este tipo de sociedades es muy frecuente, parecen relaciones justas. En estos


artículos verás que no siempre 50% a 50% es una relación justa y que hay “mucha
tela que cortar” cuando un socio invierte el dinero y otro aporta el conocimiento o su
trabajo personal.

Muchas personas han hecho negocios bajo algunas de la siguientes


circunstancias:

• Un socio tiene el conocimiento o la idea de un producto genial, pero NO tiene


el capital para invertir, así que busca a un amigo o a un inversionista para que
coloque el dinero y deciden “ir al 50%”.

• Otra persona tiene un negocio en marcha, sabe que necesita capital para
aprovechar nuevas oportunidades de mercado, pero no tiene capital y tampoco
tiene garantías para ofrecer como colateral en un banco para obtener
financiamiento. Así que un conocido aporta el capital, y este emprendedor ofrece
a cambio una parte de las acciones.

• Una pareja, novios o casados, deciden emprender un nuevo negocio, para que lo
correcto sea repartir las acciones entre los dos al 50% para cada uno.

• Los padres ya llevan años en el negocio y ahora quieren repartir la empresa entre
sus dos hijos, uno de ellos trabaja para la empresa, el otro no. Pero las acciones
las reparten al 50%.

• Dos hermanos emprenden una nueva empresa. Uno tiene su empleo bien pagado
en un banco, ha estudiado en la universidad y tiene algunos ahorros. El otro es un
empírico, muy trabajador, también tiene algunos ahorros; pero sabe que tiene serias
deficiencias en la parte administrativa. Ellos dos conversan y deciden llevar el
negocio al 50%.

Estas son solo algunas pocas de las circunstancias que llevan a dos personas a
emprender un negocio al 50%, “a medias” como dicen en algunos países latinos.
Cuando pasan los años estos dos socios que comenzaron con muchas
expectativas, ven que la situación es diferente ahora y alguno de los dos siente que
está en desventaja.

Las situaciones pueden ser igual de graves y las consecuencias también, sea que
la empresa está teniendo éxito económico como si no lo está teniendo. Si hay
ganancias, surge el problema de cuál es la forma justa de repartirlas. Si hay
pérdidas la situación también es muy grave, máxime cuando uno de los socios
lleva la carga del trabajo y otro ha puesto garantías reales en crédito con los
bancos. ¿Qué sucedería si la empresa fracasa?

En la Conferencia de los 30 Errores hablo de que tres de esos 30 Errores, son


pecados mortales y que uno de los pecados mortales es: “elegir un mal socio de
negocios”.

En realidad, no siempre elegimos malos socios de negocios, lo que elegimos es mal


a nuestros socios de negocios o quizás al no conversar alguno de los temas
álgidos, se darán las circunstancias para que “el lado malo” que todos tenemos
surja en la relación.

También cuento la historia de aquel emprendedor esforzado y entusiasta que busca


un socio inversionista para montar una “escuela de natación para niños”. Necesita
sesenta mil dólares, que no los tiene. Tiene clara la idea de negocio, ha negociado
el contrato de alquiler a largo plazo; pero es joven, no tiene crédito bancario y
tampoco garantías para ofrecer. Su amigo le ofrece el dinero; pero le pidió el 50%
de las acciones y algo más… Le pidió que se encargara completamente de la
construcción, administración del negocio y la operación a cambio de un salario de
mil dólares mensuales.

Pasados unos tres años, su socio aparece un viernes cada mes a recoger el dinero
“invertido” y sus ganancias, llega radiante en su BMW del año, con sus lentes sobre
el cabello, saluda amistosamente a su socio quien está en la piscina dando clases
a un grupo de niños. Unos treinta minutos después toma su cheque, se despide y
se va. El otro queda en la piscina pensando que “esa relación” ya no es justa. El
piensa que trabaja más, se fuerza más, llega a las cinco de la mañana todos los
días, se va a su casa a las nueve de la noche y solo toma un día libre a la semana
para descansar. Sigue ganando mil dólares semanales, aunque está recibiendo
también el cheque de sus utilidades el mismo día que llega su radiante socio.

Tendré que preparar una conferencia sobre este tema, porque es extenso y tiene
muchas aristas. Pero en este breve artículo quiero hacerte reflexionar sobre varios
aspectos que debes tomar en cuenta cuando te enfrentes a la situación de una
sociedad al 50% en donde uno pone el dinero y el otro pone el trabajo o el
conocimiento.
Aspectos a tomar en cuenta:

1. Lo primero es que te olvides de este mito: “Las sociedades al 50% son las mas
justas”. El mito NO es cierto.

2. Las sociedades justas son las sociedades en donde las aportes son
valorados al precio de mercado, en el mejor de los casos o a un precio “justo”
y las acciones se distribuyen de acuerdo con el valor de esos aportes
individuales.

3. Antes de invertir en un nuevo negocio debes tener claro el Flujo de Caja que
tendrá ese negocio a través del tiempo. Lo usual son proyecciones a doce
meses. Lo ideal son proyecciones a cinco años. En este flujo proyectas los
ingresos y los egresos de caja estimados para obtener el flujo neto de caja mensual,
que determinará tus necesidades de capital y la recuperación del dinero invertido.

4. Antes de invertir y de comenzar un nuevo negocio debes tener claro el capital de


inversión inicial: instalaciones, maquinaria, equipo, inventarios y capital de
trabajo. El capital incluye las necesidades de dinero para cubrir el crédito a los
clientes, las planillas de los trabajadores y los gastos de los primeros meses hasta
que la empresa alcance el punto de equilibrio.

5. El socio que pone el capital o dinero para las primeras compras debe tener claro
que ese dinero ya no es de él, pasa a ser propiedad de la empresa. No debe esperar
que se le devuelva, como se le devolvería un préstamo. A este socio se le pagarán
utilidades cuando la empresa las empiece a producir.

6. El socio que aporta una idea de negocios, pero no aporta trabajo ni dinero,
debe negociar con sus socios en valor de esa idea de negocios, de ese
conocimiento y de ese producto. Igual no debe esperar recibir a cambio una
mensualidad por ese conocimiento. El recibirá utilidades cuando la empresa las
empiece a generar.

7. El socio que aporta trabajo NO puede esperar recibir un salario de acuerdo con
la profesión, la posición privilegiada de socio o por su presupuesto familiar
personal. Tampoco puede esperar un salario por ser “los ojos del dueño en la
empresa”. El socio que trabaja debe esperar un salario de acuerdo con el puesto
que desempeñe propiamente en la empresa. La mejor forma de estimar ese salario,
es saber cuál sería el salario que se pagaría a una persona capaz y competente en
el mercado para ocupar ese puesto. El socio que trabaja debe cumplir las normas
de horarios y desempeño de cualquier otro trabajador.

8. ¿Cómo paga las acciones el socio que trabaja? Generalmente el socio que
trabaja no tiene dinero para invertir o tiene poco. La cantidad de acciones que
desea adquirir las puede pagar de dos formas:
a. Dejando una parte de su salario, cada mes como pago de esas acciones.

b. No retirando utilidades cuando empiecen a girarse, hasta pagar el valor de las


acciones.

La forma correcta de establecer el porcentaje de acciones en una nueva


sociedad se logra siguiendo este orden:

Paso 1

Calculen el capital de inversión inicial que será necesario para montar la empresa:
instalaciones, maquinaria, equipo, permisos, gastos legales, gastos de
organización, marcas, diseños, etc.

Paso 2

Establezcan un valor a la idea de negocios o al producto que estará aportando


uno de los socios a la empresa. Esta valoración es una actividad que debería
realizar un experto; pero lo socios pueden hacerlo estimando las ventas o las
ganancias potenciales. Valorar este aporte es tan importante como estimar la
inversión inicial.

Paso 3

Definan el puesto que ocupará el socio que aportará trabajo. Definan las
obligaciones y responsabilidades de ese puesto, igual como si estuvieran
contratando a un particular. Luego establezcan el salario que ganará ese socio
mientras trabaje en la empresa.

Paso 4

Elaboren el Flujo de Caja proyectado a 12 meses o, mejor aún, a 5 años. En este


muestran los ingresos y egresos que se estiman para la empresa. Siempre sugiero,
al menos dos escenarios: uno optimista y otro más conservador.

Paso 5

Definan y escriban un acuerdo sobre la forma en que serán distribuidas las


utilidades cuando la empresa empiece a generarla. Cómo se distribuirán las
utilidades y cada cuándo debe hacerse antes de comenzar.

Paso 6

Definan un capital social inicial y la cantidad de acciones u cuotas que lo


representarán. Un ejemplo: cien mil dólares es el capital social y estará
representado por 100 acciones de 1,000 dólares cada mes. Tomen en cuenta que
no siempre todo el aporte de capital inicial será aportado como capital social. Los
socios podrían acordar que una parte de ese aporte será devuelta a los socios. En
otro artículo hablaremos sobre esto.

Paso 7

Luego deben sumar los aportes que cada socio estará haciendo a la
empresa: efectivo aportado, propiedad intelectual (ideas o productos) o trabajo en
especie (el salario que no retirará el socio que trabaje). Estas partidas se suman y
se calculan el porcentaje. Sucede con frecuencia que el socio que invierte capital
resulta “favorecido” con un porcentaje mayor y que el que trabaja con menos,
porque no puede dejar una suma muy alta de su salario. En este punto comienzan
a surgir los conflictos; pero es mejor ahora que no después, cuando ya la empresa
tenga muchos años en marcha.

El porcentaje de los que tienen menos aporte se puede mejorar, acordando


devolver al socio que invierte capital una parte de su dinero, reconociendo
una tasa de interés como si fuera un préstamo. También se puede mejorar,
generando en la empresa una cuenta por cobrar a los socios, que luego pagarán de
la forma en que se acuerde: sea con un pago mensual o mediante retención de
utilidades.

Vuelvo a recomendar lo que recomendé en la artículo: ”4 temas álgidos para


hablar con tu socio de negocios”:

“Elaboren un documento o acta en donde todos estos acuerdos queden por


escrito. Cuanto más detallado mejor. Todos firman el documento y cada uno se
queda con una copia. Una parte de estos acuerdos formarán luego parte de la
constitución de la sociedad; pero el documento original será como el estatuto de la
sociedad”

En una próxima entrega ofreceré un ejemplo de lo que podría ser todo este
proceso. Presten atención a esto que es delicado, hablen con sus socios sobre el
tema, sea que estén comenzando o que tengan años en esto. Es mejor que lo
conversen ahora antes de que surjan conflictos.

Vous aimerez peut-être aussi