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Antagonistas en la iglesia

No podemos vivir con ellos, no podemos vivir sin ellos


Por Kenneth C. Haugk.

Más de 1,000 personas se habían reunido en el santuario de la iglesia en California para celebrar la
instalación del Pastor Smith. Él había servido exitosamente a una congregación de Oklahoma por 15 años
y esperaba con interés las oportunidades y desafíos de este nuevo pastorado.
Temprano en su ministerio en Oklahoma, el Pastor Smith había sobrevivido un ataque vicioso de un
antagonista. Gracias a Dios, la situación fue resuelta con poco daño, el antagonista salió de la
congregación, y la congregación había prosperado durante el resto de su tiempo allí como pastor.
La vida es buena, pensó el pastor cuando entró en el comedor de la iglesia para la celebración después del
servicio. Miró a las personas que habían venido para las festividades. Fue en ese momento cuando los
vio. El antagonista de Oklahoma y su esposa habían viajado 1,500 millas (2400 Km.) para asistir a la
instalación del pastor y empezar chismes para desacreditarlo.
El antagonismo es una realidad dolorosa en muchas congregaciones. Resulta en vidas quebrantadas y
personas lastimadas, desanimadas, e indiferentes en cuanto a su nueva vida en Cristo. Palabras no pueden
expresar la tragedia del antagonismo en la iglesia. Un mundo perdido debería tener la habilidad de repetir
las palabras de Tertuliano, "Mira cuanto se quieren." Pero más bien, los problemas que el público ve llevan
a las personas a decir, "Mira pelean más que todos nosotros."
Para muchos miembros de la iglesia — aun pastores — se les hace difícil creer que hay gente en su
congregación que ataca a otros cruel, egoísta, y destructivamente. Estos ataques causan la interrupción de
cuerpos oficiales, comités, y aun el ministerio de la congregación entera.

No podemos confundir el antagonismo con simplemente una crítica o un conflicto sano.


Las personas a veces usan la palabra antagonistas para describir a los que están en el otro lado del
conflicto. Para los conflictos sanos, la iglesia debe considerar el uso de la terminología del parlamento
británico, llamando a los con opiniones diferentes la oposición honorable. Este no es el significado del
uso de antagonismo en este artículo. Antagonismo es conflicto poco sano, y antagonistas no son personas
honorables.
Si usted ya tiene a alguien en mente que podría ser un antagonista, pregúntese:
¿Es divisivo el comportamiento de esta persona?
¿Es irracional el ataque?
¿Se esfuerza la persona para iniciar conflictos?
¿Son insaciables las demandas de la persona?
¿Son mínimas o falsas las preocupaciones sobre las cuales esa persona basa sus ataques?
¿Evita esta persona causas que involucran riesgo, sufrimiento, o sacrificio personal?
¿Parece ser egoísta su motivación?

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Antagonistas en la iglesia
No podemos vivir con ellos, no podemos vivir sin ellos
Por Kenneth C. Haugk.

Si usted respondió positivamente a varias de estas preguntas, tiene evidencia suficiente para sugerir que
tiene un antagonista en su iglesia, y necesita examinar más cuidadosamente la situación.

¿Quiénes son los antagonistas?

Los antagonistas no solamente son personas descaminadas o equivocadas. Tienen la intención de lastimar
a otros, y lo hacen. Tarde o temprano la mayoría de individuos y congregaciones enfrentarán antagonistas.
Además de las iglesias, aparecen en reuniones tales como la mesa directiva de la escuela o hospital. Los
puede encontrar entre los padres de los niños en el equipo deportivo o en otras actividades de sus hijos.
Interrumpen asociaciones del vecindario, asociaciones estudiantiles, y hasta organizaciones de
voluntarios. En pocas palabras, pueden aparecer en cualquier lugar.

Los antagonistas, aunque pocos en número, tienen el potencial de interrumpir y destruir


desproporcionadamente el ministerio de cualquier iglesia, y también la paz y bienestar de todos en la
congregación.

La palabra antagonista está definida y usada a través de este artículo con el significado siguiente:
Antagonistas son individuos que, sobre la base de evidencia no substantiva, se esfuerzan a hacer demandas
insaciables, normalmente atacando a la persona o trabajo de otros. Estos ataques son egoístas en su
naturaleza, derribando en lugar de edificar, y frecuentemente están dirigidos hacia los líderes.

Algunas frases clave en esta definición merecen una explicación más completa.

EVIDENCIA NO SUBSTANTIVA

Los argumentos que los antagonistas presentan normalmente se basan sobre poca - o muy distorsionada -
evidencia. Tienden a discutir por nimiedades, proveyendo evidencias fuertes para puntos irrelevantes, o
exagerar las posiciones de sus adversarios. Una táctica favorita es hacer una declaración que no se puede
desmentir y entonces afirmar que la inhabilidad de desmentirla prueba que es verídica.

SE ESFUERZAN

Los antagonistas inician problemas; no esperan que los problemas vengan. Esto típicamente tiene mucho
que ver con su hipersensibilidad. Tienden a considerar que cada palabra y acción son ataques personales
y reaccionan agresivamente. Por ejemplo, algo tan insignificante como una situación en donde usted está
preocupado por algo y lo paso en el pasillo sin saludarlo podría resultar en un ataque. Los antagonistas
preferirían causar problemas que concederle a alguien el beneficio de la duda.

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DEMANDAS INSACIABLES

Los antagonistas nunca están satisfechos. No importa cuánto usted o la congregación traten de apaciguarlos,
nunca bastará. En lugar de calmar al antagonista, los intentos de aplacarlos solamente los animará a exigir
aún más. Muchos antagonistas luchan hasta que ya no queda más que escombros. A veces aun eso no les
para.

ATACANDO

La palabra atacando es severa, pero describe correctamente lo que hacen los antagonistas. Aunque pueden
presentar puntos válidos, generalmente los antagonistas no ofrecen una crítica constructiva. Su meta
implícita es el control, no importa lo que cueste a otros.

EGOÍSTAS EN SU NATURALEZA

Los ataques de los antagonistas son para su propio beneficio. Frecuentemente usan un lema o escogen
algún asunto válido y fingen que están luchando por eso. Pero pocas veces es así. Un antagonista
rápidamente dejará a un lado este lema o asunto una vez que no beneficien sus ambiciones.

DERRIBANDO EN LUGAR DE EDIFICAR

Cuando las personas tienen conflictos el uno con el otro, es el resultado de las acciones de un
antagonista. En lugar de unir al pueblo de Dios, un antagonista lo divide. Muéstreme una congregación
dividida y llena de contiendas, y yo le mostraré una congregación que contiene por lo menos un
antagonista.

Hay ocasiones cuando todos somos egoístas o testarudos. Sin justificar tal conducta, podemos estar
seguros que esta conducta ocasional no nos define como antagonistas. Lo que nos separa de los
antagonistas es la ferocidad de los ataques y la cualidad insaciable o tenaz que alarga el problema
interminablemente.

¿POR QUE HAY ANTAGONISTA EN LAS CONGREGACIONES

Los antagonistas surgen en las congregaciones debido a sus propias naturalezas, el apoyo que reciben de
otros, y la estructura de las congregaciones.

LA NATURALEZA DE LOS ANTAGONISTAS

Los antagonistas existen en la iglesia porque existen en todas partes. Si no fueran antagonistas en su
iglesia, serían antagonistas en otra iglesia, en el trabajo, en la escuela, o cualquier otro lugar. Son
antagonistas en su naturaleza. El antagonismo forma parte de su característica psicológica; es parte de su
personalidad. (Véase la barra lateral Las diferentes clases de Antagonistas.)

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APOYO DE OTROS

Los antagonistas tienden a atraer seguidores porque la mayoría de las personas tienden a seguir a líderes
poderosos. Pero los que apoyan activamente a los antagonistas permiten que esta tendencia los deje
ciegos. La ayuda de estos seguidores es parte de la causa de la intensificación del conflicto antagónico en
las congregaciones de una pequeña tormenta hasta llegar al nivel de un tifón devastador.

LA ESTRUCTURA DE LAS CONGREGACIONES

Por demasiado tiempo, los antagonistas han obrado exitosamente en las congregaciones. Aprenden que sus
riesgos en la congregación son relativamente pequeños con pocas consecuencias porque la gente no cree
que tiene el derecho de pararlos. Muchos cristianos creen que tienen que amar el uno al otro sin importar
el costo, vivir en paz el uno con el otro, y no enfrentar a otro cristiano.

Debido a que las congregaciones frecuentemente son pequeñas, los antagonistas también las consideran
lugares ideales para recibir la atención que anhelan. En el ambiente de una congregación pequeña y
amistosa, los antagonistas pueden satisfacer más fácilmente su necesidad de atención — la necesidad de
ser alguien importante.

Los antagonistas frecuentemente prosperan en las congregaciones porque la iglesia es un lugar donde todos
oran, predican, estudian, y discuten abiertamente los asuntos. Las tensiones sobre puntos doctrinales y
asuntos prácticos pueden ser saludables y serán una parte de la vida de la iglesia hasta que Cristo regrese.
Sin embargo, cuando un antagonista se mete en tales asuntos, el resultado frecuentemente es destructivo y
divisivo.

Ya que todos somos humanos, ¿no habrá siempre conflicto en las congregaciones? La respuesta sencilla es
sí. El conflicto es algo neutral. Puede ser bueno o malo, sano o no sano, creativo o destructivo. El
antagonismo solamente compone un porcentaje pequeño de los diversos conflictos que existen en las
congregaciones. Pero recientes escritos en el área de la resolución de conflicto reconocen que hay
individuos que inician y disfruten de los conflictos no sanos, personas que no tienen ningún deseo de
resolver el conflicto. Estas personas son antagonistas verdaderos.

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¿QUE DICE LA BIBLIA ACERCA DE LOS ANTAGONISTA?

Los antagonistas no son un fenómeno nuevo, una novedad en la iglesia en las últimas décadas. La Biblia
habla francamente de su existencia y motivaciones, los efectos, y el tratamiento necesario.

CAUSA DEL ANTAGONISMO

"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes"
(Efesios 6:12).

Las huestes espirituales que se rebelan contra Dios y contra el pueblo de Dios sin duda tienen algo que ver
con el comportamiento de antagonistas. Los antagonistas redundan en beneficio de las huestes que quieren
destruir la misión sanadora y amorosa de la iglesia. El fruto del Espíritu (Gálatas 5:22,23) debe
caracterizar la vida de la comunidad cristiana. Pero los antagonistas siembran rencor, enojo, y odio. La
tragedia es que los antagonistas no solamente están bajo el poder de fuerzas malignas, pero también lo
disfrutan. Debido a que el antagonista se niega a participar en la vida de la iglesia como un pecador
arrepentido y perdonado y insiste en seguir el camino de odio y contiendas, su presencia significa problemas
para una congregación.

CLASES DE ANTAGONISTAS

Antagonistas aficionados: son personas seriamente perturbadas frecuentemente paranoicas que no pueden
ver la realidad. Tienden a tener una tenacidad y deseo increíble de causar problemas. Es posible que el
apóstol Pablo estaba pensando en esas personas cuando advirtió a los líderes de la congregación en Éfeso:
"Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos. ...
Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al
rebaño" (Hechos 20:28,29).

Antagonistas mayores: tienen un trastorno de carácter o personalidad pero no están tan perturbados como
los antagonistas aficionados, aunque a veces puedan manifestar una conducta similar. Tienen mucha
hostilidad junto con un anhelo irreprimible de conseguir poder.

Los antagonistas moderados: se pueden distinguir de los otros de dos maneras. Primero, faltan la cualidad
de los otros de poner algo en marcha. Una oportunidad tiene que ser claramente disponible para que un
antagonista moderado llegue a ser activamente antagónico. Segundo, faltan la tenacidad de los antagonistas
aficionados y mayores. Sin embargo, son buenos seguidores de los antagonistas aficionados y mayores.

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LOS EFECTOS DEL ANTAGONISMO EN LA IGLESIA

"En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Juan 13:35).

Cuando contiendas y antagonismo apoderan de una congregación, su testimonio del Dios de amor está
destruido. Los antagonistas escogen no vivir en el amor de Cristo. Hay peleas en lugar de amor, y con las
peleas también existen los celos y enojo. El efecto primordial del antagonismo en el pueblo de Dios es
destrucción. Las expresiones visuales del amor incondicional de Cristo son las primeras bajas del
antagonismo activo. El antagonismo destruye el testimonio único y amoroso de los cristianos y la vitalidad
de la congregación, despertando la ira de Dios.

EL TRATAMIENTO DEL ANTAGONISMO

"Más os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que
vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos" (Romanos 16:17).

Este siempre es el primer paso en el tratamiento del antagonismo: estar atento y tener cuidado. El apóstol
Pablo no pidió que sus lectores imaginaran en quién deben fijarse. Ellos debían fijarse en los que causaban
divisiones y tropiezos.

La Biblia habla claramente acerca del tratamiento final para los que persisten en causar división y problemas
en la iglesia: "Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo
que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio" (Tito 3:10,11).

No debemos tomar a la ligera la decisión de desechar de alguien. Pero la palabra "deséchalo" es una
respuesta clara para un individuo que se empeña a causar divisiones aun después de la primera y segunda
amonestaciones. Pablo le dijo a Tito que no se esforzara extensivamente a arreglar los asuntos con el
antagonista; él simplemente debía desecharlo.

La pauta apostólica es clara: Cuando uno se enfrenta a un antagonista, tiene que reconocer que hay una
probabilidad que no habría ningún cambio. Él está "condenado por su propio juicio." Apártese de esa
persona.

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¿COMO PUEDO RECONOCER A UN ANTAGONISTA?

La mayoría de los antagonistas se acercará a usted orgullosamente revelando las señales de


advertimiento. El capítulo 8 en mi libro, Antagonists in the Church: How to Identify and Deal With
Destructive Conflict [Antagonistas en la iglesia: Cómo identificar y tratar con el conflicto destructivo],
describe 20 señales de advertencia que anuncian la presencia de un antagonista. Aun una de estas señales
debe llamar la atención del pastor. Abajo encontrará las señales más significantes.

LA SEÑAL DE ANTECEDENTES PREVIOS

Algunos antagonistas anunciarán la señal diciendo: "Mira como me he comportado antagónicamente en el


pasado." Si usted descubre que esa persona en su congregación ha atacado a uno o más pastores o otras
personas en el pasado, tenga cuidado. Es tentador a veces pensar que no le atacará porque usted trata de ser
un buen pastor. Estos son pensamientos peligrosos. Los antagonistas no eximen a los buenos pastores de
sus ataques.

LA SEÑAL DE ANTECEDENTES PARALELOS

Los individuos que se comportan antagónicamente en otros lugares - juntas cívicas o el trabajo — son
perfectos candidatos para llegar a ser antagonistas activos en la iglesia. Es posible que aún se jacten de su
conducta antagónica. Quizá usted espera que esas personas callen la verdad de su participación en los
conflictos destructivos, pero frecuentemente no es así. Debido a su naturaleza orgullosa, frecuentemente
están convencidos de que nadie podría estar en desacuerdo con ellos.

LA SEÑAL DE "OTRAS PERSONAS"

Tenga cuidado cuando alguien le critica y añade a la crítica "y otras personas están de acuerdo
conmigo." Los que no son antagonistas no sienten la necesidad de mencionar a otras personas que
supuestamente se sienten de la misma manera que ellos; ellos simplemente expresan sus propios
pensamientos y sentimientos. Para probar la situación, pregunte quiénes son los otros. Si la persona le
ofrece una lista de unos cuantos nombres, probablemente no se está enfrentando a un antagonista. Por el
otro lado, un antagonista probablemente tendrá una respuesta similar a esta: "No le puedo decir. Vinieron
a hablar conmigo en confianza."

LA SEÑAL DEL ANTECESOR

Tenga cuidado con la persona que se acerca muy amistosamente con usted para informarle que su antecesor
en el pastorado no tenía ningún valor y era inefectivo. Si él le halaga mientras critica al antecesor, esté
atento. Está mostrándole su señal de advertencia.

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LA SEÑAL DE LA PERSONA QUE BRINCA DE IGLESIA EN IGLESIA

Fíjese en las personas que constantemente van de una iglesia a otra. Cualquier persona razonable visita
varias iglesias antes de hacerse miembro de una. Pero alguien que va de iglesia en iglesia — y nunca tiene
nada bueno para decir acerca de las otras congregaciones — no está buscando la iglesia que mejor encaja
con sus creencias y prácticas. Tenga cuidado.

LA SEÑAL DE CONTRIBUCIONES GRANDIOSAS

Es posible que cualquier persona que notablemente usa su dinero para llamar la atención a sí mismo sea
un antagonista. Las iglesias son lugares ideales en donde los antagonistas pueden demostrar esta
característica. A los antagonistas les gusta hacer contribuciones especiales a un programa específico, y se
aseguran que la contribución es visible a todos. Como un líder de la iglesia, es una tentación descartar la
advertencia de contribuciones grandiosas. Siempre hay mucha necesidad. Pero tenga cuidado de no estar
engañado por el dinero. El precio a largo plazo es demasiado.

Evite la tendencia de juzgar a las personas inmediatamente, pero recuerde que por el bien de la congregación
y la misión y ministerio de Dios, es necesario usar discernimiento. Las personas que muestran estas
tendencias merecen estar bajo vigilancia.

¿CUALES SON LAS SEÑALES DE UN ATAQUE INMINENTE?

De la misma manera que los antagonistas se revelan señales de advertencia en cuanto a su carácter, también
muestran señales de advertencia que comunican sus intenciones de iniciar un ataque.

LAS PRIMERAS SEÑALES DE ADVERTENCIA

Al estar atento a las primeras señales de advertencia de un ataque de un antagonista, usted puede minimizar
los daños potenciales tratando efectivamente con la persona antes de tener problemas mayores.

Un cambio negativo en la relación. Cuando una persona que ha estado mostrando señales de advertencia
cambia su manera de relacionarse con usted, tenga cuidado. Una actitud fría o ofensiva, especialmente
cuando están en grupos, es frecuentemente una señal inicial de un ataque antagónico.

Preocupaciones azucaradas. Cuando un antagonista empieza sus actividades, puede ser que vaya a
visitarle o mandarle una carta de preocupación. Tenga en cuenta que la visita o carta es solamente el primer
paso. Más seguirá — cuánto más depende de su respuesta a estos pasos iniciales.

Preguntas molestas. Una señal de advertencia puede empezar con un número de preguntas fastidiosas,
buscando información sobre detalles como, "¿En dónde compramos nuestro papel de computadora?" o
"¿Cuántas veces se reunió el cuerpo oficial el año pasado?" Puede empezar a sentirse irritado cuando el
antagonista llega a ser una constante molestia, frecuentemente haciendo preguntas que no le corresponden.

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Movilizando las fuerzas y provocando discordia. Para proseguir una campaña eficaz, el antagonista tiene
que reunir un grupo de apoyo y provocar discordia, conflicto, y duda. Él puede intentar un sin fin número
de cosas para lograr esto. La conducta podría ser algo que parece inofensivo como susurrar un comentario
a otros durante una reunión de comité. El antagonista también podría convocar reuniones no oficiales,
normalmente en lugares fuera de la iglesia. Podría inundar la congregación con chismes destructivos e
insinuantes estratégicamente dirigidos hacia personas clave. Como resultado, otros podrían llegar a ser
críticos, azotados por las acciones del antagonista. El número de personas quizás le haga preguntarse: ¿Hay
algo malo de mí o mi liderazgo? Hágase esta pregunta, pero no sea demasiado introspectivo si la fuente de
la confusión es alguien que está mostrando varias señales de advertencia.

Resistencia. Usted quizá notará una creciente resistencia del antagonista — abiertamente ridiculizando el
liderazgo de la congregación, desafiando su autoridad como pastor o laico, impidiendo la aprobación de
ciertos asuntos que normalmente están aprobados fácilmente. Un antagonista también puede utilizar la
resistencia pasiva al retirarse de una actividad mientras públicamente anuncia su acción — enfatizando que
su decisión de no participar está conectada con las preocupaciones que ha estado expresando acerca de la
iglesia.

LAS SEÑALES POSTERIORES DE ADVERTENCIA

No todos los antagonistas son idénticos. Sin embargo, aun en medio de la diversidad de su conducta surgen
ciertos patrones. Una lista parcial sigue, describiendo las conductas típicas de los antagonistas cuando sus
ataques ya están desarrollados. Si usted se encuentra con un antagonista activo, observará por lo menos
algunos de estos comportamientos característicos.

Usar lemas. Los antagonistas frecuentemente usan uno o más lemas cargados emocionalmente para
difundir discordia. Por ejemplo, "El Pastor Juan es un buen hombre, pero no es la persona indicada para
esta congregación."

Acusar. Cuando las preocupaciones del antagonista ya no están comunicadas endulzadamente, usted podría
escuchar: "Usted nunca (o siempre) está en la oficina." O, "Usted es demasiado grande (o joven) para
satisfacer las necesidades de esta congregación."

Espiar. En maneras obvias o no tan obvias, el antagonista quizá empiece a espiar a usted. Puede que llame
al lugar donde usted está o aun seguirle. Los antagonistas a veces graban sus conversaciones por teléfono
con usted. Una regla sabia es: Cuando sea posible no se comprometa con nada cuando está hablando por
teléfono con alguien que muestra señales de advertencia.

Distorsionar. Los antagonistas frecuentemente distorsionan sus informes de diferentes situaciones,


mencionando de vez en cuando pequeñas verdades para mantener su credibilidad. Por ejemplo, si uno de
los diáconos se molesta un poco durante una reunión, el antagonista podría comentar a alguien: "Viste cómo
Juan se enojó tanto. Su falta de control afectó el resto de la reunión. ¿Cómo es posible que una persona así
fue elegida?"

Citar incorrectamente la Escritura. Los antagonistas frecuentemente citan incorrectamente la Biblia para
probar que sus campañas o comportamientos son legítimos. Al sacar los pasajes de sus contextos, imponer

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sus propios significados idiosincrásicos a las palabras, o usar varios otros métodos, apelan a la lealtad de la
congregación a las Escrituras, comparando falsamente su causa con la misma Biblia.

Sonreír con presunción. Un antagonista quizá tenga una sonrisa inapropiada o de presunción cuando se
encuentra con la persona que está atacando. Tal sonrisa comunica, "Te estoy venciendo." Es exasperante,
pero solamente complacerá al antagonista si usted permite que perciba los efectos. Sonrisas con presunción
y otras expresiones despreciables pueden acontecer en reuniones también.

Molestar. Los antagonistas a veces molestan a los líderes de la iglesia al llamar por teléfono constantemente
o quedarse después del servicio o reunión diciendo, "Me gustaría hablar con usted por un minuto." Sus
molestias constantes prueban su carácter tenaz.

Comunicarse copiosamente. Los antagonistas frecuentemente bombardean a los líderes con correos
electrónicos, notas, o aun cartas. Debe reconocer estas acciones en el principio - quizá con una llamada
breve o una respuesta como la siguiente:

Querido _________,

Gracias por su preocupación. Agradezco los comentarios responsables.

(Con su firma o nombre)

Una de las reacciones más contraproducentes es responder detalladamente en una carta larga refutando las
acusaciones del antagonista punto por punto. Eso solamente aviva los ánimos del antagonista en lugar de
apagarlos.

Aquí hay una suposición fundamental en cuanto a los antagonistas que usted necesita aplicar como principio
que guía sus confrontaciones con ellos: Las maneras normales de tratar con el conflicto y crítica no
funcionan con los antagonistas, más bien empeoran la situación. Una vez que usted pueda ajustar su manera
de pensar, se ha ganado la mayoría de la batalla.

FUENTES DE INFORMACIÓN

Conocimiento de las señales de advertencia es útil, pero quizá todavía se está preguntando cómo puede
juntar la información que necesita para saber si un ataque está a punto de empezar o no.

Abra sus ojos y oídos. Esté atento a lo que está pasando alrededor de usted. Si sabe de las 20 señales de
advertencia de un antagonista y puede reconocer cuando alguien está manifestando una o más de estas
señales, entonces ya tiene una ventaja.

Preste atención a las observaciones de miembros de confianza de la iglesia. Cuando personas en que usted
confía y respeta afirman algo acerca de alguien que usted ya había reconocido como un posible antagonista,
sería muy sabio considerar lo que ellos le están diciendo.

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Haga preguntas. Tenga cuidado en la manera que hace esto. Necesita estar extremamente sensible al hacer
las preguntas en cuanto al tiempo, lugar, situación, y persona. Un miembro de confianza del cuerpo oficial
que ha servido fielmente por muchos años quizá haya observado algo. Pregunte, pero sea discreto y
comprensivo.

Confíe en sus instintos. A veces puede tener un sentido que algo anda mal — una incertidumbre vaga que
un individuo específico no es de confianza. No sea demasiado sospechoso, pero al mismo tiempo trata de
escuchar razonablemente a sus instintos.

Sea lo que sea, mantenga abiertos los ojos y oídos. No cierre sus ojos esperando que lo que a usted no le
gusta se va a desaparecer. No sucederá.

¿CUAL ES LA MEJOR MANERA DE TRATAR CON UN ANTAGONISTA?

Cuando reconocemos los mandatos de Cristo de amar a nuestros enemigos y darle la otra mejilla, los
pastores y laicos a veces están confundidos y desconcertados cuando tratan de tratar con los antagonistas
efectivamente. Los pastores frecuentemente debaten entre el deseo de ministrar a los antagonistas debido a
su amor vulnerable por ellos y el deseo de atacar a la persona con toda la fuerza que la ley y juicio
proporcionan. Los pastores empiezan a sentirse inefectivos y desamparados. Aún pueden empezar a sentirse
que casi todos en la congregación están en contra de ellos y que su ministerio ha sido comprometido.

Aparte del daño que experimenta el pastor, los ataques del antagonista son muy destructivos para la
congregación entera. El liderazgo de la iglesia frecuentemente pierde muchas horas asistiendo reuniones,
escribiendo cartas, haciendo llamadas, o preparando documentos — solamente para tratar con una persona
o un grupo de seguidores de esa persona. De vez en cuando, un espíritu vengativo está permitido crecer
hasta que domine la congregación. Las personas llegan a sentirse lastimadas, indignadas, y apáticas.
Algunos dejan de aportar a la iglesia, pensando que quieren que sus contribuciones sean usadas para el
ministerio, no solamente para pelear. Otros terminan cambiando su membresía a otra iglesia. El conflicto
ha durado tanto tiempo que ya no sienten que sus necesidades espirituales están satisfechas en la iglesia.

Para evitar la destrucción que un antagonista puede crear en su congregación, es importante reaccionar
rápidamente cuando ve que las actividades de un antagonista están empezando.

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PONER FIN AL PROBLEMA

Cuando los antagonistas atacan, normalmente quieren poder y autoridad — el poder y autoridad que usted
tiene. Su respuesta necesita mostrar que esta autoridad todavía es tuya, y usted no planea cederla.

Cuando los ataques aumentan, el antagonista quizá empezará a insultarle públicamente y acusarle sin razón,
tratando de hacer que usted contraataque. La mejor muestra de su poder es evitar caer en tal trampa. No
contraataque inmediatamente; no piense en voz alta cómo es posible que alguien haya pensado algo tan
estúpido; no haga nada. De esta manera, usted mostrará que es mejor que tales tácticas y que no piensa que
tales denuncias merecen una reacción. Confrontaciones abiertas son poco deseables. Un escándalo
emocional minimiza su autoridad y da crédito al antagonista. El poder se muestra con calma, acciones
controladas, y trabajando por medio de los comités y otras estructuras establecidas.

Aunque el negar responder a los ataques irracionales de un antagonista puede quitar el crédito de los ataques
efectivamente, un tiempo quizá llegará cuando, usando su autoridad activamente, usted puede poner fin al
problema. Por ejemplo, si un antagonista está usando un pasaje bíblico incorrectamente como la base de
criticarle, use su autoridad para decir, "Esa no es una interpretación correcta de ese pasaje." No discuta la
interpretación. Simplemente, si es necesario repita de nuevo que es una interpretación incorrecta y, en pocas
palabras, ofrezca la interpretación correcta.

Los pastores quizá van a querer evitar que el antagonista logre tener cualquier posición de poder en la
congregación. Si el antagonista ya tiene una posición de poder y amenaza dejarla, acepte su resignación.
Es mejor no permitir que el lobo vigile las gallinas.

A veces los antagonistas se enojan tanto que sus ataques siguen creciendo en vehemencia. Este es el tiempo
para tratar con ellos rápida y efectivamente.

TRATANDO EFECTIVAMENTE CON ANTAGONISTAS

Debido a la agitación y confusión que el antagonista provoca, es tentador para un pastor empezar a creer
que él mismo es la única causa del problema. Recuerde, la razón por la cual un antagonista está atacando
a usted y su ministerio normalmente no es su culpa; las razones se encuentran profundamente dentro del
antagonista. Usted es simplemente el receptor de su enojo y hostilidad.

Instruya al liderazgo de su iglesia en cuanto a los antagonistas para que puedan ayudarle a tratar con el
problema. La iglesia está bajo ataque, no solamente usted. Cuando el pastor y liderazgo de la iglesia trabajan
juntos, pueden defenderse efectivamente contra el antagonista. Los antagonistas solamente pueden tener
éxito si hay personas que les creen y apoyan. Formando un grupo unido con los líderes de la congregación
puede ayudar a eliminar cualquier apoyo que el antagonista busca.

La imagen de usted la manera en que su congregación le ve durante el ataque - debe continuar igual que
siempre. Al tratar con la congregación, sea consecuente, responsable, y controlado. No politice. No use las
visitas pastorales como una oportunidad de convencer a las personas de la justicia de su causa. Esto
solamente causará confusión y resentimientos.

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Ni debe usar sus comunicaciones públicas como la media de anunciar el problema con el antagonista. Los
sermones tienen el propósito de proclamar el evangelio y edificar el cuerpo de Cristo, no para defenderse
ni reprender sutilmente a alguien. Los boletines, hojas informativas, y otras comunicaciones de la iglesia
no deben reflejar una ansiedad ni ser usados para referirse indirectamente al problema. Si usted empieza
a hablar acerca de la controversia con cualquier grado de preocupación, está mostrando su debilidad al
agresor y también arrastrando a su congregación por medio de los problemas.

Evitar la trampa de compasión también es vital para un pastor bajo ataque. A muchos pastores les encanta
la aceptación y gratitud que reciben de los que están bajo su ministerio. Se ven como siervos que sacrifican
todo para su gente. Pueden sentirse culpables si tienen que enfrentar duramente a alguien. Junto con esto
es el hecho de que los miembros de la iglesia la mayoría de tiempo esperan que sus pastores tengan
compasión sobrehumana y que estén dispuestos a sufrir. Todos estos factores pueden causar que los pastores
tengan compasión con un antagonista en lugar de enfrentar su comportamiento destructivo. Los miembros
de la iglesia aún pueden tratar de convencer a su pastor a pedir disculpas del antagonista para hacerle las
paces. Sin embargo, esta clase de compasión casi nunca funciona con los antagonistas. Frecuentemente
consideran que esta es una señal de debilidad y doblan sus ataques. Cuando alguien le pide que caiga en la
trampa de compasión, simplemente rechácelo diciendo, "No funcionará."

Puede llegar el momento cuando todos los esfuerzos para controlar la actividad de un antagonista resulten
inútiles. Los ataques del antagonista continúan, y la iglesia se está dividiendo bajo sus esfuerzos. En esta
situación, hay dos opciones más: el pastor puede renunciar o pueden sacar el antagonista de la iglesia.

Si el pastor renuncia, el problema no ha sido resuelto. La congregación no solamente pierde a un buen


pastor con experiencia, pero también el antagonista todavía estará en la iglesia, listo para atacar al pastor
siguiente, y el que sigue, y así sucesivamente. (lea más abajo Cuando es necesario irse.)

A veces los ataques de un antagonista llegan al punto donde es necesario hacer una decisión entre excluir a
esa persona de la iglesia o tener muy pocos miembros que quedan en la iglesia. La conducta del antagonista
tiene que ser de tal grado que los reglamentos de la iglesia requieren sacarlo. Esta medida extrema de sacar
al antagonista de la iglesia es el último recurso, un paso que solamente se considera con temor y temblor -
y mucha oración. Este es un paso difícil, pero es necesario a veces para asegurar la estabilidad de la
congregación.

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Antagonistas en la iglesia
No podemos vivir con ellos, no podemos vivir sin ellos
Por Kenneth C. Haugk.

PREVINIENDO EL ANTAGONISMO

Un solo antagonista en una congregación puede afectar tanto al pastor y los líderes de la iglesia que tienen
que usar lo que parece 90 por ciento de su tiempo y energías tratando con esa persona y el caos que crea. La
prevención es la mejor solución. Los dos métodos principales de la prevención son crear un ambiente anti-
antagonista y educar a los líderes de la iglesia en cuanto al antagonismo.

CREAR UN AMBIENTE ANTI-ANTAGONISTA

Cuando hay un procedimiento y política establecidos para la administración de la iglesia, un antagonista


tiene menos posibilidad de crear problemas en una congregación. Varios pasos pueden ayudar mucho para
crear dicho ambiente.

Siga la política establecida. Todos deben seguir el procedimiento y política establecidos de una
congregación. Los líderes nunca deben practicar ni permitir que otros rompan estos procedimientos porque
protegen contra los antagonistas.

Establezca vías de comunicación funcionales. Establezca y utiliza vías claras de comunicación. La


comunicación abierta entre los líderes de la iglesia y los miembros es vital. Para facilitar esto, los líderes
tienen que explicar claramente a la congregación cuáles son las vías apropiadas de comunicación — y
repetirlas frecuentemente. Cuando existen vías claras de comunicación que están explicadas con detalle,
un antagonista que descaradamente muestra indiferencia es más fácilmente descubierto.

Cree descripciones de trabajo. Las descripciones claras de trabajo crean un ambiente desfavorable para
los antagonistas. Los pastores, ancianos, diáconos, miembros del cuerpo oficial, y otros con posiciones de
autoridad necesitan entender claramente sus responsabilidades y sus relaciones con los otros líderes. Los
miembros de la iglesia también necesitan ser conscientes de esto. El riesgo de animar conflictos malsanos
entonces disminuirá.

Establezca una base amplia de responsabilidad. Una base amplia y fuerte de autoridad en asuntos de
administración y programas puede ayudar mucho para frustrar los ataques de un antagonista. Cuando un
solo individuo tiene mucho poder en una congregación, una lucha de uno a uno (normalmente antagonista
contra pastor) frecuentemente resulta. Cuando un antagonista se da cuenta que el poder está
cuidadosamente distribuido entre un grupo de personas, pensará dos veces antes de iniciar un problema.

Discipline cuando sea necesario. La disciplina funcional también es esencial para mantener un ambiente
anti-antagonista. Las congregaciones en donde la disciplina es mínima o ausente tienden a animar más a
los antagonistas. El factor crucial es este: Lo que sean los procedimientos de disciplina de su denominación
o congregación, sígalos.

Establezca la unidad. El equipo pastoral y los líderes laicos tienen que mantener la unidad sin tener
problemas con chismes o fricción malsana. Un antagonista descubrirá los conflictos malsanos entre los
líderes y los usará. La unidad no significa que siempre están de acuerdo sobre todos los asuntos, más bien
el respeto y apoyo mutuo de las responsabilidades de otros.

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No podemos vivir con ellos, no podemos vivir sin ellos
Por Kenneth C. Haugk.

EDUCAR EL LIDERAZGO DE LA IGLESIA EN CUANTO AL ANTAGONISMO

La educación prepara a las personas para lo que necesitan hacer, no importa que tan incomoda sea la tarea
— y pocas tareas son más incomodas que el tratar con antagonistas. La educación acerca de los
antagonistas viene en dos categorías: general y específica.

La educación general. La prevención es el primer propósito de la educación general. La meta de la


educación general es comunicar un entendimiento de las dinámicas del antagonismo y las maneras de
tratarlo efectivamente. Incluya todos los miembros posibles del equipo pastoral y líderes laicos en el
proceso. Cuando los líderes de la iglesia reconocen las tácticas de los antagonistas, son mejor preparados
para dirigir. El segundo propósito es proveer una fundación para la educación específica cuando o si llegue
a ser necesaria.

La educación específica. Esto educa a los líderes acerca de individuos específicos que están empezando a
comportarse antagónicamente. No se habla del tema del antagonismo; se habla de personas
específicas. La educación específica se difiere de la educación general con respecto a los espectadores. La
educación específica es solamente para los líderes que tienen una responsabilidad legítima con el
problema. Si su congregación tiene un comité o junta separada para tratar con asuntos de disciplina,
entonces miembros de ese comité, junto con los que están directamente involucrados en el ataque, podrían
ser las personas para recibir la educación específica.

Hay dos propósitos con la educación específica: Primero, los líderes tienen la oportunidad de evaluar
correctamente la situación particular. Segundo, la educación específica allana el camino para poder hacer
planes para resolver el problema, permitiendo que los líderes apropiados se traten con la situación.

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No podemos vivir con ellos, no podemos vivir sin ellos
Por Kenneth C. Haugk.

CONCLUSION

¿De quién es el problema del antagonismo? Es el problema de todos. En el arca de la salvación, que es
la iglesia, nadie puede decir, "Tu lado del barco se hunde." Una actitud que dice, "Todos estamos juntos
en esta situación" provee un antídoto sumamente poderoso y efectiva para vencer el veneno destructivo del
antagonismo.

Una congregación está estructurada especialmente para enfrentar esta obligación porque la iglesia es un
cuerpo — el cuerpo de Cristo — y se considera más que la suma de muchas partes. Parece más a un
organismo que una organización, palpitando con la misma vida de Jesús, fluyendo en sus miembros por
medio del Espíritu Santo.

El antagonismo es como una enfermedad virulenta en el cuerpo. El cuerpo no puede considerar que un
ataque contra una sola parte es una amenaza inconsecuente que no requiere ninguna respuesta por las otras
partes. El antagonismo amenaza no solamente un órgano asilado pero también el organismo entero que
sufre hasta que la enfermedad está vencida. El cuerpo entero tiene que luchar para vencerla.

Superar el antagonismo no es una causa sin esperanza. El aprender habilidades de tratar con los
antagonistas y métodos de prevenir sus ataques son fuentes de esperanza. Más importante, la iglesia es del
Señor. Él la ha creado, y Él no la fallará. Esta es esperanza sin medida.

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