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Apunte de aprendizaje n°8:

“Los factores de riesgo


del cantante y cuidados vocales”

Educación digital de calidad y a


tu alcance
Autor: Marcelo Saldías O´Hrens
Validador: Mabel Angulo B
Los factores de riesgo del cantante y
cuidados vocales
Los cantantes forman parte de un grupo de personas que, debido a su ocupación, se
encuentran expuestos a un gran riesgo de presentar algún problema o patología vocal.
El impacto de dicho problema es doble, puesto que no sólo implicará la aparición de
síntomas y cambios en la voz, sino que también producirá altos niveles de estrés
emocional y ansiedad por los efectos que dicho problema produce en sus vidas,
principalmente a nivel laboral (Phyland, Oates & Greenwood, 1999; Behlau, Feijó,
Madazio, Do Brasil, Pontes & Azevedo, 2001; Braun-Janzen & Zeine, 2009; Stemple,
Glaze & Klaben, 2010).

Es por esto que a continuación se describirán los distintos factores de riesgo que
rodean a un cantante, y así poder considerarlos al momento de trabajar con este
grupo de personas y evitar desarrollar un problema de voz a futuro.

La voz profesional

Diariamente todos dependemos de nuestra voz en términos comunicativos y


experimentamos dificultades en grado variable cuando presentamos algún tipo de
problema en ella. No obstante, existe un grupo de personas denominadas
“profesionales de la voz”, donde una dificultad vocal puede convertirse en más que
una molestia o dificultad pasajera (Stemple et cols., 2010).

El profesional de la voz corresponde a cualquier persona que utiliza su voz como


herramienta primaria de trabajo, requiriendo determinadas características vocales
para llevar acabo su quehacer. Por lo tanto, un profesional de la voz es toda persona
que buscaría otra fuente laboral alternativa en caso de presentar un daño importante
en su voz. En este sentido, en este grupo se pueden incluir profesionales como los
profesores, teleoperadores, recepcionistas, abogados y locutores, entre otros (Behlau
et cols., 2001; Stemple et cols., 2010; Titze & Verdolini, 2012).

Desde el punto de vista de la voz profesional artística, claramente el cantante


profesional cumple con las características descritas anteriormente, es decir, es
profesional no sólo porque presenta mayor estudio en relación al canto, sino porque
además vive de él (Behlau et cols., 2001; Stemple et cols., 2010; Titze & Verdolini,
2012).

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Fig.1: El cantante profesional. Un cantante profesional no aquel que más estudios tenga sino que aquel
que use su voz como herramienta de trabajo y que en caso de alterarse su voz, buscaría otra fuente
laboral donde ésta no sea requerida para su desempeño.

Es más, un cantante profesional, dependiendo del uso que le de a su voz y de las


exigencias del medio, puede ser considerado incluso como un intérprete de elite, es
decir, puede ser considerado como un “atleta vocal”, cuya voz debe ejecutarse de
manera óptima para satisfacer los requerimientos de su trabajo, como es el caso de los
cantantes clásicos y de teatro musical (Stemple et cols., 2010; Phyland, Thibeault,
Benninger, Vallance, Greenwood & Smith, 2012).

Por lo tanto, la presencia de un problema de voz, ya sea agudo o crónico, en un


cantante profesional puede amenazar, acortar, cambiar o incluso terminar con su
carrera, impactando negativamente su calidad de vida (Stemple et cols., 2010; Phyland
et cols., 2012; Titze & Verdolini,

El canto clásico v/s la música comercial contemporánea

Definiciones

El cantante profesional puede desenvolverse tanto en la música clásica como en la


música comercial contemporánea (CCM). En cuanto a la música clásica, ya sea vocal o
instrumental, corresponde a aquella que se desarrolló en la época clásica y estaba
relacionada por una parte a la música sacra, como también a lo artístico (música
profana) e incluye a la música barroca, romántica, lírica, la ópera, etc. Cabe destacar
que en el canto clásico no se requiere de amplificación y es necesario en este contexto
sobrepasar el sonido de los instrumentos que componen la orquesta. Desde esta
mirada, los cantantes clásicos requieren de un óptimo desarrollo de la técnica vocal
(Behlau et. Cols, 2001).

Por otro lado, la música comercial contemporánea (CCM) se define como cualquier
tipo de música distinta a la clásica, es decir, incluye estilos como Cabaret, Country,
Experimental, Folk, Gospel, Jazz, Teatro Musical, Rock, Rhythm and Blues (R&B), entre

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otros (LoVetri & Weekly, 2003; LoVetri & Weekly, 2009; Kob, Henrich, Herzel, Howard,
Tokuda & Wolfe, 2011). Actualmente la MCC es el género musical más amplio, y
posiblemente, el más popular en los Estados Unidos (Gilman, Merati, Klein, Hapner &
Johns, 2009). A este tipo de música nosotros la conocemos también como música
popular. Cabe destacar que los cantantes de CCM requieren de amplificación a través
de la microfonía, a diferencia de un cantante clásico (Sataloff, 2005; McCoy, S. &
Halstead, 2012).

Fig.2: El canto clásico y el popular. Es necesario considerar las diferencias técnicas y estilísticas de los
cantantes al momento de trabajar con ellos.

La situación de riesgo

Antes de definir los factores de riesgo, es muy importante considerar que no todos los
cantantes profesionales comprenden la situación de riesgo, es decir, la relación que
existe entre las conductas de riesgo y las consecuencias de éstas en la salud vocal y los
cambios potenciales que pueden generar en la voz. Del mismo modo, no todos los
cantantes conocen en profundidad la anatomía y fisiología del sistema de producción
vocal, y además manejan muchas veces información errada o mitos acerca de estos
aspectos. Por lo tanto, independiente de lo acabada que pueda ser su técnica, las
conductas de riesgo son muchas veces las que causan los problemas de voz que esta
población presenta, más que la técnica en sí (Stemple et cols., 2010).

“El show debe continuar”: actitudes relacionadas a la salud vocal

Retomemos la analogía del atleta. Los atletas están en constante riesgo de presentar
algún daño muscular o articular debido a la naturaleza física de su trabajo. En relación
a esto, un cantante depende de su voz para su actividad, por lo que realizará una
mayor demanda de ella que el resto de las personas y por lo tanto está expuesto a un
gran riesgo de presentar algún tipo de patología laríngea (Phyland et cols., 1999;
Stemple et cols., 2010).

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La diferencia en esta comparación se manifiesta en el hecho de que el atleta con una
lesión realiza reposo y sigue un tratamiento para así poder superar su lesión. No
obstante, el cantante ante la misma dificultad tiende a minimizar el problema para
evitar cancelar presentaciones o compromisos laborales, por lo que continúan
utilizando su voz, propiciando la presencia de un riesgo permanente de daño (Stemple
et cols., 2010).

Fig.3: El cantante como un atleta. Al considerar a los cantantes como deportistas de alto rendimiento,
debemos pensar en toda la preparación y cuidados que éstos requieren. La producción del canto es un
acto motor neuromuscular, por lo que al igual que un atleta , al cantante debe preparase y entrenarse
permanentemente, independiente del estilo musical al que éste se dedique.

Ahora bien, en un estudio de Phyland et cols. (1999) sobre cantantes profesionales


(clásicos, de teatro musical y de CCM) se determinó que como grupo amplio presentan
efectivamente más problemas vocales que los sujetos que no son cantantes (69.2% en
comparación a un 41.5%). Además, se observó que como grupo tienden a otorgarle
mayor importancia a los cambios que se producen en sus voces.

Por lo tanto se puede interpretar que como grupo, los cantantes son más sensibles a
estos cambios debido a que su voz es efectivamente su fuente laboral. Es por esto que
se piensa que los cantantes desarrollan una mayor conciencia en relación a su voz a lo
largo de su experiencia y de su entrenamiento, y debido a esto suelen buscar
tratamiento médico más frecuentemente que los sujetos que no son cantantes
(Phyland et cols., 1999; Achey, He & Akst, 2015).

No obstante, existen algunas diferencias al comparar a los cantantes clásicos con los
cantantes populares en relación a la preocupación ante un problema vocal, la
búsqueda de ayuda médica y a las estrategias que utilizan para encontrar información
sobre la salud vocal. Cabe destacar que la información que se presenta a continuación

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es sólo referencial, puesto que se requiere de mayor investigación en relación a este
tema a nivel nacional, sin embargo desde la experiencia clínica esta información es
bastante similar a lo que sucede en nuestro país.

En relación a los cantantes clásicos, tanto profesionales como aquellos que están
estudiando, ante un problema o cambio en su voz demuestran un gran interés por
conocer y comprender más dicha dificultad y buscan información consultando a su
profesor de canto como primera fuente de información, lo que demuestra el
importante rol que tienen el entrenador vocal o profesor de canto en este contexto, lo
que lo enfrenta a la necesidad de tener y manejar un conocimiento acabado en
relación a la fisiología y fisiopatología de la voz (Braun-Janzen & Zeine, 2009; Petty,
2012; Kwak, Stasney, Hathway, Minard & Ongkasuwan, 2014).

Es más, es frecuente encontrar tanto en estudiantes como en profesionales del canto


clásico sensaciones y síntomas como ronquera, reducción del rango tonal, fatiga vocal,
tensión, sequedad o dolor, sin embargo no consultan directamente a un especialista
(Braun-Janzen & Zeine, 2009; Achey, et cols., 2015).

Por otro lado, cabe mencionar que para superar los problemas o dificultades en su voz,
la mayoría de los cantantes optan por remedios caseros y no por resoluciones médicas
o terapéuticas de un especialista (Petty, 2012).

A pesar de que los médicos y fonoaudiólogos son quienes manejan mayor información
relacionada con la salud vocal, son consultados por los cantantes en última instancia,
es decir, los cantantes no sienten mayor necesidad por acudir a ellos. Sin embargo,
dicha necesidad cambia en relación a la experiencia y formación del cantante, es decir,
aquellos con más experiencia consultan más a un especialista que aquellos que se
encuentran en un periodo de formación inicial (Petty, 2012; Kwak et cols., 2014).

De lo anterior se puede deducir que los cantantes profesionales tienen mucho más
que perder ante un problema vocal que aquellos cantantes en formación. Aún así,
como grupo tienden a consultar más a un especialista que el resto de la población, sin
embargo, se enfrentan a la dificultad de no saber dónde y a quién consultar (Kwak et
cols., 2014).

En cuanto al conocimiento que los cantantes clásicos manejan en relación a la


fisiología y fisiopatología de la voz, se suele hipotetizar que en la medida en que
adquieren mayor experiencia y mejor manejo de la técnica con los años, van
adquiriendo también mayor conocimiento, sin embargo se ha visto que esto no es así
(Braun-Janzen & Zeine, 2009; Kwak et cols., 2014).

Como se mencionó anteriormente, los cantantes clásicos tienden a sentir mayor


necesidad de buscar información relacionada con la producción vocal, lo que también

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sucede con los profesores de canto y directores corales. La información que más
buscan se relaciona a los cuidados vocales, demostrando preocupación por la salud del
mecanismo vocal. No obstante, se ha observado que a pesar de sentir un buen manejo
de la información, presentan un conocimiento poco acabado y es frecuente encontrar
“mitos” en relación a la fisiología y fisiopatología de la voz (Braun-Janzen & Zeine,
2009).

Ahora bien, en cuanto a los cantantes de CCM y la búsqueda de soluciones ante un


problema vocal, se ha visto que como grupo son los que menos acuden a un
especialista en comparación a los cantantes clásicos, y que consultan aún menos
aquellos que presentan menor formación (Verdolini & Raming, 2001; Gilman et cols.,
2009; Kwak et cols., 2014).

A pesar de que manifiestan que sus voces son muy importantes para su contexto
laboral, suelen consultar más a médicos generales que a un otorrinolaringólogo. Las
explicaciones ante esto pueden ser la baja toma de conciencia, desconocimiento,
problemas financieros, poca cobertura de los programas de salud, la ansiedad que les
produce consultar a un especialista, miedo a realizarse exámenes endoscópicos de la
laringe y miedo a lo que pueden encontrar como diagnóstico (Gilman et cols., 2009;
Kwak et cols., 2014).

Con todo lo anterior, los cantantes populares suelen ignorar el problema real de voz y
lo asocian a gripes, alergias o ronqueras temporales, sin embargo desconocen que el
problema vocal que están presentando muchas veces puede ser algo más y que puede
detener sus carreras (Gilman et cols., 2009).

Por otro lado, los cantantes de CCM generalmente presentan un escaso entrenamiento
vocal a nivel formal, como también se ha visto que presentan un menor conocimiento
y entendimiento de los aspectos fisiológicos y fisiopatológicos de la producción vocal
que los cantantes de música clásica (Gilman et cols., 2009; Phyland et cols., 2012).
Incluso, como grupo sienten que sus entrenadores o profesores de canto no
comprenden los estilos y sus necesidades vocales relacionados al canto popular
(Gilman et cols., 2009).

Por lo tanto, de todo lo anterior se puede concluir que:

• Los cantantes en general consultan poco a los especialistas indicados al


enfrentarse a un problema de voz.
• Los cantantes tienden a resolver sus inquietudes con sus profesores de canto o
entrenadores vocales.
• El rol del entrenador vocal o profesor de canto es relevante para poder orientar
adecuadamente la salud vocal de sus estudiantes.

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• Los cantantes, a pesar de interesarse en saber más, poseen conocimientos
poco acabados y confusos respecto del funcionamiento de la voz, existiendo
aún muchos mitos.
• Los cantantes expuestos a un entrenamiento formal y que poseen mayor
experiencia poseen un mejor manejo de la información, tanto de la anatomía y
fisiología de la voz, como sobre la acceso a la salud vocal que aquellos que se
no poseen entrenamiento formal o se autoentrenan y que además poseen
menor experiencia.

Finalmente, cabe mencionar que el saber sobre la anatomía y fisiología no


producirá mejores voces necesariamente, sin embargo puede determinar un mejor
acceso a la información, puede disminuir los riesgos de patología vocal y puede
entregarle al cantante más confianza al enfrentarse al proceso de aprendizaje del
canto.

Los factores de riesgo

Como se mencionó anteriormente los cantantes se encuentran expuestos a un gran


riesgo de presentar algún problema o patología vocal debido a las características de su
ocupación. (Phyland et cols., 1999; Behlau et cols., 2001; Braun-Janzen & Zeine, 2009;
Stemple et col., 2010). Ahora bien, el riesgo de presentar un problema o patología
vocal dependerá del estilo musical, presencia o ausencia de entrenamiento, estado de
salud general y otras características relacionadas al cuidado de la voz (Aronson & Bless,
2009).

A continuación se revisarán aquellos factores de riesgo más importantes presentes en


los cantantes y que se relacionan con la aparición de patologías vocales: la
deshidratación, los irritantes, el uso de drogas y el fonotrauma (Stemple et cols. 2010).

La deshidratación

Para la producción de una voz sana, con una perfecta sincronización entre la
configuración glótica y el flujo del aire que pasa a través de la laringe, se hace
necesaria la presencia de un movimiento ondulatorio de la cubierta de los pliegues
vocales sin esfuerzo, el cual depende tanto de los tejidos propios de las cuerdas
vocales como también de la viscosidad del moco (Barbosa & Maliska, 2012).

En relación a lo anterior, la presencia de pliegues vocales y moco más viscosos


disminuye el movimiento ondulatorio y produce mayor esfuerzo, mientras que la
presencia de pliegues vocales y moco menos viscosos permite un movimiento
ondulatorio óptimo y con un menor esfuerzo (Barbosa & Maliska, 2012).

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Fig.4: Deshidratación. En la imagen de la izquierda se puede observar una laringe bien hidratada,
mientras que en la imagen de la derecha, se advierte cómo aumenta la secreción de moco espeso en los
pliegues vocales durante la fonación.

La hidratación laríngea ha sido ampliamente estudiada y se ha convertido en uno de


los factores más importantes para mantener una cubierta óptima de los pliegues
vocales, así como también una óptima viscosidad del moco que los recubre y lubrica,
propiciando las características necesarias para el movimiento ondulatorio, así como
también para lograr una función laríngea óptima en general (Thomas & Stemple, 2007;
Verdolini, 2008; Aronson & Bless, 2009; Stemple et cols., 2010; Barbosa & Maliska,
2012; McCoy & Halstead,2012).

Se han descrito 2 mecanismos responsables de la hidratación de los pliegues vocales y


de la laringe en general: la hidratación sistémica y la hidratación de la superficie de los
tejidos de los pliegues vocales y del tracto respiratorio. La hidratación sistémica implica
la mantención del volumen celular normal de los tejidos del cuerpo a través de la
regulación del líquido extracelular (Tanner, Roy, Merrill, Muntz, Houtz, Sauder, Elstad
& Wright-Costa, 2010).

Por otro lado, para que los 3 subsistemas de la producción vocal trabajen de manera
eficiente y sin esfuerzo, se requiere además de esta adecuada hidratación sistémica, es
decir, de todo el organismo, entendiendo que el cuerpo funciona de manera óptima
cuando se encuentra hidratado. La deshidratación causa la pérdida de humedad a nivel
celular, por lo que una deshidratación sistémica puede aumentar o empeorar la
situación (Stemple et cols., 2010). Por lo tanto, la hidratación sistémica adecuada
ayudaría a mantener una hidratación laríngea adecuada (Barbosa & Maliska, 2012).

El segundo mecanismo, la hidratación de la superficie de los tejidos de los pliegues


vocales y de la vía aérea, se relaciona con el transporte del agua sobre estos tejidos,
manteniendo una capa delgada de agua que los lubrica (Tanner et cols., 2010).

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Fig.5: Hidratación. Existen 2 mecanismos para la hidratación laríngea: la hidratación sistémica o
indirecta (imagen de la izquierda) y la hidratación de la superficie de los tejidos de los pliegues vocales o
hidratación directa (imagen de la de derecha).

Se ha observado en diversos estudios cómo laringes “bien hidratadas” funcionan con


menor esfuerzo, presentando un movimiento ondulatorio de los pliegues vocales más
fácil, especialmente en los tono más agudos, mientras que las laringes más bien
“deshidratadas” presentan un movimiento ondulatorio de los pliegues vocales más
difícil o más forzoso (Thomas & Stemple, 2007; Verdolini, 2008; Aronson & Bless, 2009;
Stemple et cols., 2010).

Por lo tanto, una adecuada “humedad” a nivel laríngeo y a nivel sistémico es


sumamente necesario para disminuir el esfuerzo durante la producción de la voz
(Stemple et cols., 2010).

La irritación

Existen sustancias o partículas que se denominan irritantes, debido a que causan una
serie de respuestas en la laringe, dañando la mucosa (cubierta) de los pliegues vocales
e interfiriendo en el movimiento oscilatorio de éstos (Marcelino & Oliveira, 2005).

La irritación como respuesta inflamatoria corresponde a una respuesta defensiva de


los tejidos del organismo ante una injuria o estímulo desencadenante y que busca
restablecer el daño ocurrido (Serhan, Ward & Gilroy, 2010). Parte de los efectos
asociados a un proceso inflamatorio en la laringe incluye: deshidratación de los tejidos,
moco viscoso (espeso), edema (hinchazón) y eritema (enrojecimiento de los tejidos
producto de la vasodilatación) (Marcelino & Oliveira, 2005; Sataloff, 2005; Aronson &
Bless, 2009; Stemple et cols., 2010).

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Fig.6: Irritación laríngea. Existe una respuesta inflamatoria de la laringe ante determinadas sustancia
irritantes, producto de lo cual los tejidos sufren de eritema (enrojecimiento) e inflamación.

Es importante destacar que la presencia de moco más espeso conlleva la aparición de


conductas de carraspeo y tos, las cuales dañan el tejido de los pliegues vocales
(Stemple et cols., 2010).

Los factores asociados a irritación laríngea son variables y pueden incluir: tabaquismo,
uso de drogas, la cafeína, procesos alérgicos, químicos del ambientes, reflujo
faringolaríngeo (RFL), entre otros. Estos factores son los responsables de cambiar el
mecanismo de vibración de los pliegues vocales (Marcelino & Oliveira, 2005; Sataloff,
2005; Aronson & Bless, 2009; Stemple et cols., 2010).

El uso de drogas

El uso de algunos medicamentos pueden producir efectos secundarios en los tejidos


de la laringe (Stemple et cols., 2010; McCoy & Halstead, 2012; Titze & Verdolini, 2012).
Este es el caso de los antihistamínicos utilizados para el control de las reacciones
alérgicas, los que tienen un efecto secante sobre los tejidos de los pliegues vocales.
Otros medicamentos con efecto secante son: esteroides nasales (también utilizados
para las alergias), medicamentos diuréticos, inhaladores para el asma, los
antidepresivos, entre otros (McCoy & Halstead, 2012; Titze & Verdolini, 2012).

Por otro lado, existen medicamentos que pueden producir mayor riesgo de
hermorragia en los pliegues vocales por su acción vasodilatadora, por lo que si el
cantante se expone a mayor demanda vocal durante el uso de este tipo de drogas
puede presentar un daño de este tipo. Este es el caso de medicamentos como la
aspirina, antiinflamatorios no esteroidales (como el ibuprofeno), algunos
complementos vitamínicos, entre otros (Stemple et cols., 2010; McCoy & Halstead,
2012; Titze & Verdolini, 2012).

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Fig.7: Medicamentos. No todos los medicamentos son nocivos para la laringe, sin embargo algunos
pueden provocar efectos adversos en ella como la deshidratación o aumentar el riesgo de hemorragia.

Ahora bien, existen también drogas conocidas como “recreacionales”, las cuales
también pueden generar tanto un efecto secante o irritante, como también aumentan
el riesgo de hemorragia en los pliegues vocales. El uso de estas drogas en los cantantes
muchas veces se relaciona con el estrés y la presión de las audiciones, el estrés de la
presentación en vivo, sentirse responsable de complacer al público, horarios exigentes,
problemas personales y para establecer relaciones interpersonales, y conflictos
emocionales, entre otros (Stemple et cols., 2010).

Alguna drogas y sustancias que causan efectos nocivos en el sistema de la producción


vocal corresponden al alcohol (irritante, secante y vasodilatador de la mucosa
laríngea), la cafeína presente en el café, el té, el chocolate y bebidas gaseosas
(irritante, secante y vasodilatador de la mucosa laríngea), el humo del cigarrillo y la
marihuana (secante e irritante del a mucosa laríngea y respiratoria) y la cocaína
(irritante severo de la mucosa nasal, oral y laríngea) (Stemple et cols., 2010; McCoy &
Halstead, 2012).

Fig.8: Otras drogas. El consumo de otro tipo de drogas también tiene potenciales riesgos sobre el
sistema de producción vocal, ya sea por sus efectos secantes, irritantes y de vasodilatación.

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El Fonotrauma

El fonotrauma corresponde a una respuesta inflamatoria en los tejidos de los pliegues


vocales producto de la excesiva fuerza de colisión entre ellos al momento de su
oscilación durante el proceso de fonación. En otras palabras, el fonotrauma ocurre
cuando los pliegues vocales son forzados a aducirse (cerrarse) vigorosamente, lo que
se produce cuando el mecanismo laríngeo se encuentra hiperfuncional (Stemple et
cols., 2010; Titze & Verdolini, 2012).

Cuando esta conducta hiperfuncional se mantiene en el tiempo, produce un cambio en


los tejidos superficiales de los pliegues vocales (cubierta) y favoreciendo la
permanencia de la conducta maladaptativa de la musculatura laríngea, es decir, en el
tiempo el mecanismo laríngeo se acostumbra a funcionar de manera hiperfuncional.
Por lo tanto, este tipo de funcionamiento es el responsable de la mayoría de las
alteraciones vocales (Verdolini, 2008; Stemple et cols., 2010; Titze & Verdolini; 2012).

Dentro de las conductas hiperfuncionales podemos encontrar el gritar, hablar a alta


intensidad, hablar frente a ruido ambiente (que implica aumentar la intensidad de la
voz sin control), realizar ruidos con excesivo esfuerzo (sonidos que no son del habla
propiamente tal, como onomatopeyas), entre otros (Verdolini, 2008; Stemple et cols.,
2010).

Una de las conductas hiperfuncionales más frecuentes es el carraspeo y la tos, que


corresponden a una vigorosa aducción de los pliegues vocales realizada con el fin de
“aclarar la garganta”. Esta conducta muchas veces es aprendida, es decir, ante un
estímulo determinado (como la presencia de moco espeso en la laringe) la persona
comienza a carraspear o a toser y en el tiempo su laringe se vuelve hipersensible a este
estímulo y cada vez responde más rápido a este, desencadenándose el carraspeo o la
tos como conducta frecuente, incluso cuando el moco ya no sea tan viscoso. Tanto la
tos como el carraspeo se asocian a la presencia de reflujo faringolaríngeo (Verdolini,
2008; Braun-Janzen & Zeine, 2009; Stemple et cols., 2010).

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Fig.9: Conductas hiperfuncionales. Las conductas hiperfuncionales se cracterizan por una fuerte
aducción de los pliegues vocales, aumentando la fuerza de colisión entre estos. A esta fuerza de colisión
se le denomina “estrés de impacto”.

Ahora bien, en relación al contexto del cantante, el fonotrauma se asocia a las mismas
conductas presentes en la población en general, sin embargo el impacto de dichas
conductas en la vida profesional marca la diferencia para los cantantes y, por otro
lado, los estilos de vida y exigencias vocales a las cuales están expuestos facilita la
presencia de conductas fonotraumáticas constantes, como: hablar ante ruido
ambiente, hablar fuerte en fiestas o celebraciones, la alta demanda vocal en el habla y
el canto (interpretación de personajes y emociones), cantar en tonos que no son
cómodos o que escapan a su tesitura, escasos periodos de descanso vocal, cantar en
espacios con características acústicas inapropiadas y la falta de entrenamiento y
técnica vocal, entre otros (Braun-Janzen & Zeine, 2009; Stemple et cols., 2010).

Cabe destacar que si un cantante no maneja adecuadamente una técnica, compensará


desde los 3 subsistemas, presentando un soporte respiratorio inadecuado, forzando el
cierre glótico y comprimiendo el tracto vocal de manera excesiva. Una de las técnicas o
recursos estilísticos de mayor riesgo, sobretodo cuando no se domina, es el “belting”
que en términos generales se asocia a la producción de sonidos agudos, a una alta
intensidad y con un cierre glótico firme (Stemple et cols., 2010).

Por lo tanto, siempre es necesario identificaren los cantantes todas aquellas


conductas que puedan alterar producir tanto deshidratación, irritación o como
también daño en los tejidos por exceso de estrés de impacto o fuerza de colisión entre
los pliegues vocales.

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A continuación se presenta un esquema con los pilares del cuidado vocal adaptado
desde la propuesta de la Dra. Katherine Verdolini (2008) y que serán revisados en la
videoclase correspondiente:

Fig.10: Los pilares del cuidado vocal. La Dra. Katherine Verdolini propone 3 principios de cuidado vocal,
que para efectos de este curso hemos denominado como “pilares” por su importancia dentro del
funcionamiento óptimo del sistema de producción vocal: favorecer conductas de hidratación, controlar
la exposición a irritantes y controlar las conductas de hiperaducción cordal.

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* Imágenes

- Figura 2. Adaptación de imágenes recuperadas de:

http://ww3.hdnux.com/photos/03/72/51/1026630/5/622x350.jpg

http://www.billboard.com/files/stylus/2528869-michael-jackson-617-409.jpg

- Figura 3. Imagen recuperada de:

http://www.elblogdeyes.com/wp-content/uploads/atleta.jpg

- Figura 4. Adaptación de imágenes recuperadas de:

http://www.britishvoiceassociation.org.uk/voice_information/effects-stress-emotion-voice/normal-lx-abducted-
folds.jpg

http://bastianmedicalmedia.com/wp-content/gallery/laryngopharynx-acid-reflux-disease-lprd/nc1-90020214.jpg

- Figura 5. Adaptación de imágenes recuperadas de:

http://2.bp.blogspot.com/-Yg4suU-EsWk/VLBSul7tgSI/AAAAAAAASR8/xFsfI8oxvag/s1600/beber-agua1.jpg

http://www.10puntos.com/wp-content/uploads/2012/04/3-Inhalar-eucalipto-y-mentol.jpg

- Figura 6. Imagen recuperada de:

http://www.scielo.org.co/img/revistas/rcg/v26n3/a06f2.JPG

- Figura 7. Imagen recuperada de:

http://www.farmaconsejos.com/wp-content/uploads/2011/12/medicamentos1.jpg

- Figura 8. Imagen recuperada de:

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http://www.blogenfermedades.com/wp-content/uploads/2013/08/clasificacion-de-las-drogas.jpg

- Figura 9. Adaptación de imágenes recuperadas de:

http://www.euribor.com.es/empleo/wp-content/uploads/2013/05/gritar.jpg

http://biotrucos.com/wp-content/uploads/2013/12/Remedios-para-la-tos-300x227.jpg

- Figura 10. Adaptación de imagen recuperada de:

http://www.eliseorangel.com/wp-content/uploads/2013/11/pilares-rangeleliseo.jpg

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