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En estos casos, más que buscar culpables entre el colectivo de profesionales sanitarios
de la Comunidad Autónoma de Madrid, como algún político ha sugerido, deberíamos
preguntarnos administradores, gestores y profesionales: ¿qué ocurrió? Una vez más se
abandonó el marco interpretativo de la enfermedad a la hora de confeccionar el
procedimiento de actuación: se nos olvidó que no estábamos en Sierra Leona ni en
Liberia; se nos pasó por alto que en España hay una farmacia en cada esquina y que
en cualquiera de ellas se sirven antipiréticos sin receta médica; obviamos el hecho de
que casi en cualquier hogar español hay, de forma cotidiana, antipiréticos; no se tuvo
en cuenta que las cifras de temperatura varían según los dispositivos que se utilicen
para medirla y la técnica que se ponga en práctica para tomarla, etc. En definitiva, se
nos olvidó adaptar cultural, ambiental y socialmente un dato objetivo y medible como
la cifra de temperatura. Para todas las personas, indistintamente del lugar en el que
vivan, presentar una temperatura axilar entre 36oC y 37oC es completamente normal;
sin embargo, las condiciones culturales, sociales y geográficas hacen que, en el
contexto de una enfermedad como el ébola, no tenga el mismo significado clínico la
cifra de 38,6oC de temperatura en Liberia que en Madrid. Esto nos hace pensar que
incluso esos cuidados universales y generalizables deben ser interpretados y
contextualizados.
La gestión del conocimiento en salud exige, pues, no tan solo conocer e interiorizar
qué aspectos del cuidado pueden ser considerados generales y cuáles específicos de
una determinada cultura, sino también reflexionar sobre qué aspectos del cuidado
global precisan ser adaptados a las diferentes culturas locales y viceversa. En esta
adaptación transcultural e universal de los cuidados, la experiencia clínica de los
profesionales sanitarios podría jugar un papel crucial. Si es así deberíamos
preguntarnos: ¿en qué tipo de documentos se puede consultar la experiencia de los
profesionales de la salud?
Los casos clínicos y las narrativas clínicas son artículos científicos que transforman la
experiencia de los profesionales sanitarios en material consultable por otros
profesionales. En esencia, a la hora de redactarse, narrativa clínica y caso clínico
difieren en su enfoque de partida, en su forma de mirar los cuidados y los procesos de
salud-enfermedad. Los casos clínicos, con enfoque eminentemente científico-técnico,
son documentos que recogen la descripción detallada tanto de los acontecimientos que
ocurren a un paciente en el curso de una enfermedad como de los datos
complementarios proporcionados por los procedimientos diagnósticos, el curso del
razonamiento clínico, la conclusión diagnóstica, el tratamiento empleado y la evolución
del enfermo.4 La narrativa clínica, con enfoque hermenéutico - fenomenológico, es un
documento que recoge, desde un punto de vista reflexivo, la lógica, la narrativa y la
experiencia de los profesionales sanitarios en su relación terapéutica con los
pacientes.5
En este punto surge un problema con la narrativa clínica que tiene que ver con nuestra
forma polarizada de entender el conocimiento en salud. El caso clínico goza de un largo
bagaje y prestigio en la comunidad científica. En cambio, la narrativa clínica no es un
documento que cuente con el apoyo de todos los miembros de la comunidad científica.
Su aspecto subjetivo, individual y centrado en lo relacional no es tan conocido como la
parte técnica de la asistencia y ello crea desconfianza; de aquí que su uso no esté tan
extendido como el del caso clínico. A este respecto, Amezcua concluye en uno de sus
trabajos sobre el papel de la narrativa clínica en el campo de la investigación en salud
y la práctica clínica con las siguientes palabras: "No deberíamos tener miedo a producir
subjetividades, a sabiendas que serán objetivadas por el lector crítico. El mundo está
lleno de sujetos, y aunque nos empeñemos en negarlo, los profesionales y los
investigadores también lo somos, y como tales deberíamos comportarnos".5
El estudio de los núcleos disciplinarios básicos (persona, entorno, salud, cuidado), los
elementos conceptuales, filosóficos, y los principios que han orientado a la profesión
desde las épocas de Florence Nigthingale son hoy esenciales para la comprensión de la
naturaleza de los cuidados enfermeros, con el propósito de descubrir la riqueza de un
pensamiento no reconocido aun en los servicios de salud y por las mismas enfermeras
(Kérouac, 1996).
En relación a lo anterior, en un estudio realizado por Wolf (1989) y citado por Susan
Kérouac (1996) se comparó la práctica de enfermería con la práctica médica con el
propósito de delimitar la identidad profesional de cada una. Los resultados de dicho
estudio muestran que el médico brinda cierta forma de cuidado cuando realiza una
operación quirúrgica y tratamientos medicamentosos, la enfermera, por su parte, crea
una serie de intervenciones que marcan una diferencia en la vida de las personas,
mostrando así el cuidado, es decir, permite a las personas dar sentido a sus
experiencias de salud y a su vida. A veces es menos visible contribuir a la salud de una
persona mediante una intervención centrada en los recursos interiores de las personas
(cuidado integral), que una intervención que utiliza los recursos exteriores (la etiología,
la enfermedad y el tratamiento).
La enfermera clínica ocupa un lugar privilegiado para preguntar, poner en práctica los
resultados de las investigaciones, recolectar nuevos datos y desarrollar sus habilidades
en este terreno. Otra forma de enriquecer la gestión y la práctica es la participación en
la formación de futuras enfermeras. Explicar ante un novato el qué y el cómo del
cuidado y compartir con él el progreso en la creación de un cuidado o en el acto de
cuidar, favorecen la reflexión y el cuestionamiento y dan testimonio de una práctica
profesional constantemente renovada.
Con frecuencia se reconoce que el papel principal de una Jefe o Gerente o Gestora en
enfermería consiste en planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos financieros,
humanos y materiales con la intención de cumplir eficazmente los objetivos de la
institución. La enfermera que realiza el papel de gestora debe guiar sus actividades a
partir de los conocimientos que brindan las ciencias administrativas, la economía y la
política. Las teorías y los principios relativos a estas disciplinas son necesarias para la
práctica administrativa del cuidado de enfermería. Pero también la enfermera
responsable de la gestión debe considerar los valores, actitudes y conocimientos de la
disciplina que le brindan una visión distinta y específica de la gestión de los cuidados.
Así deberá ejercer un liderazgo comprensivo que motive a los usuarios internos
(personal de enfermería) hacia la mejora del cuidado.
Meleis (1989) dice que la gestión de los cuidados se ejerce no solamente con los
recursos que dan las teorías de la administración, sino también con las relaciones y
concepciones propias de la disciplina de enfermería; es el cuidado de la persona, el
centro del servicio de enfermería. A partir de lo anterior Susan Kérouac (1996) define
la gestión del cuidado enfermero como "un proceso heurístico, dirigido a movilizar los
recursos humanos y los del entorno con la intención de mantener y favorecer el
cuidado de la persona que, en interacción con su entorno, vive experiencias de
salud" .
Meleis (1988) sostiene que la dirección de los cuidados de enfermería debe tener una
visión clara y explicita de la disciplina de enfermería con el fin de contribuir de manera
distinta a la solución de los problemas relativos a los cuidados, a los pacientes, su
familia y al personal. La dirección de los cuidados tiene la responsabilidad de crear una
cultura de organización que favorezca la práctica de los cuidados, seleccionar
prioridades, elaboración de políticas, selección del personal con excelente formación en
cuidados enfermeros, desarrollar la capacitación y la implementación de un modelo
para guiar la práctica de enfermería. En este contexto es necesario diseñar algunas
estrategias que pueden ser consideradas por los responsables de la gestión del
cuidado, a manera de ejemplo:
-Discutir con el personal los valores, los paradigmas, los conceptos y los objetivos de
los cuidados.
Conclusiones
Si deseamos realmente una nueva concepción dirigida hacia la gestión del cuidado
requerimos un proceso de integración profesional, investigación basada en evidencias
científicas, una nueva estructura del sistema de salud que favorezca la práctica de
enfermería hacia el cuidado y que la enfermería se transforme y de muestras con un
quehacer profesional y humanizado del importante papel que desempeña en el ámbito
de la salud.
El cuidado de enfermería a
los grupos humanos
María Isabel Lagoueyte Gómez1
Forma de citar: Lagoueyte Gómez MI. El cuidado de enfermería a los grupos humanos.
Rev Univ Ind Santander Salud. 2015; 47(2):209-213.
Aun cuando lo anterior es cierto y pareciera que no cabe ninguna discusión, es preciso
tener presente que esto no ha sido siempre así. Desde sus inicios la enfermería se ha visto
marcada de manera categórica por el desempeño de sus funciones en el ambiente
hospitalario y al cuidado de los enfermos, todo esto supeditado a las órdenes médicas. Por
esta razón, es preciso hacer una reflexión acerca de lo que se puede llamar el otro
escenario del ser de la enfermería: el cuidado comunitario.
A partir de esta definición se pueden analizar varios aspectos interesantes. En primer lugar
se afirma que la enfermería tiene un amplio marco de acción que se ve reflejado en la
palabra "abarca" la cual es sinónimo de inclusión, de englobar, de contener2. De igual
manera expresa que su fin es la provisión de cuidados a todo tipo de personas, y de
manera explícita habla de grupos y comunidades dándole así el sentido del quehacer
comunitario, lo cual se ve corroborado cuando habla de realizar el cuidado en "todos los
contextos", lo cual quiere decir en todos los ámbitos en los cuales se encuentran las
personas, además incluye el desempeño desde la promoción de la salud y la prevención de
la enfermedad, es decir, trasciende la mera práctica clínica como expresión del quehacer de
la enfermería. Así esta definición va más allá y reitera la amplitud del campo de acción al
expresar las funciones de la enfermería.
Por otro lado, la legislación acerca de la Enfermería en Colombia, aporta elementos muy
interesantes sobre el tema. La ley 266 de 19966 en el capítulo I, artículo 2 expone los
principios de la práctica de la enfermería, a saber: integralidad, individualidad, dialogicidad,
calidad, continuidad y expresa que el proceso de cuidado está dirigido a la persona, familia
y comunidad, lo cual demuestra claramente que la enfermería tiene un papel en la atención
comunitaria.
Esta misma ley en el capítulo II, artículos 3 define lo relativo a la enfermería y a los
ámbitos del ejercicio profesional, en los cuales expresa que la enfermería tiene como
sujetos de atención a la persona, la familia y la comunidad. De igual manera, al hablar del
ejercicio de la profesión de enfermería, manifiesta que el propósito general es entre otros
promover la salud y prevenir la enfermedad. Además y en clara alusión al cuidado de
enfermería afirma que "tiene como fin dar cuidado integral de salud a la persona, a la
familia, la comunidad y a su entorno; ayudar a desarrollar al máximo los potenciales
individuales y colectivos, para mantener prácticas de vida saludables que permitan
salvaguardar un estado óptimo de salud en todas las etapas de la vida".
En relación con el ámbito de ejercicio profesional, la ley 266 en al artículo 4º al hablar del
ámbito del ejercicio profesional expresa que "el profesional de enfermería ejerce sus
funciones en los ámbitos donde la persona vive, trabaja, estudia, se recrea y se desarrolla,
y en las instituciones que directa o indirectamente atienden la salud"
De igual manera la ley 911 de 20047 en el capítulo II, define el acto de cuidado como la
esencia de la profesión y declara que éste se da a partir de la relación humanizada del
profesional de enfermería con los sujetos de cuidado, entre quienes está la familia o grupo
social. También asevera que uno de los fines de este cuidado, es promover la vida.
Este breve repaso a las leyes que rigen la enfermería en el país da elementos muy claros
en relación con el ejercicio profesional, a saber:
Para efectos de claridad, puede resultar importante anotar la definición que la OMS8 da
sobre comunidad: "Grupo específico de personas, que a menudo viven en una zona
geográfica definida, comparten la misma cultura, valores y normas, y están organizadas en
una estructura social conforme al tipo de relaciones que la comunidad ha desarrollado a lo
largo del tiempo. Los miembros de una comunidad adquieren su identidad personal y social
al compartir creencias, valores y normas comunes que la comunidad ha desarrollado en el
pasado y que pueden modificarse en el futuro"
De igual manera expresa que es "… la enfermería comunitaria, definida como un área de
práctica que es principalmente externa a los hospitales donde la mayoría del personal de
enfermería, continúa con su práctica". Esta afirmación contribuye a aclarar que la práctica
comunitaria de la enfermería se da por fuera de los espacios institucionalizados de los
hospitales, aunque sea en estos en donde la gran mayoría de los profesionales desarrollan
su labor.
Según Duque11, en "Colombia, y con origen en Antioquia desde finales de los años
cincuenta, se dan los inicios de la enfermería comunitaria con personal profesional y no
profesional, al crearse el Programa de Promotoras Rurales de Salud, mediante la
capacitación y supervisión de líderes comunitarios a cargo de profesionales de enfermería".
La autora afirma que la enfermería comunitaria tuvo un auge y protagonismo especial en la
intervención en problemas de salud pública logrando así posicionarse de manera exitosa.
En relación con las labores que desempeñan los profesionales de enfermería también se
dan diferencias y similitudes, obviamente marcadas por la legislación de cada país.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es lo relativo a la legislación sobre Promoción de
la salud y prevención de la enfermedad que rige en el país.
La ley 1438 de 201116 adoptó la Atención Primaria en Salud como uno de los componentes
principales de la prestación del servicio público de salud. El profesional de enfermería debe
conocer a profundidad esta legislación, sus alcances, sus limitaciones y la forma como
puede integrar su quehacer profesional dentro de los equipos multidisciplinarios.
Aunque si bien es cierto que la labor profesional se debe regir por los lineamientos legales,
no es menos cierto que los profesionales de enfermería deben tener una visión más amplia
de los conceptos de salud y de promoción de la salud, con el fin de tener un campo de
acción más vasto. En ese sentido, es importante que se conozcan las cartas internacionales
sobre promoción de la salud y en la medida de lo posible se implementen sus
recomendaciones.
Es así como resulta importante que en la labor comunitaria se trabaje con el fin de hacer
realidad otras esferas de la promoción de la salud. Desde la carta de Ottawa 17 quedó claro
que la búsqueda de la salud va más allá del mero hecho de sentirse sano y que para que
esto sea posible las personas y comunidades deben hacerse responsables y partícipes de
procesos que estimulen y promuevan aspectos tan diversos como el cuidado del ambiente
con el fin de crear ambientes saludables, organización de espacios de trabajo y de ocio,
entre otros. Para todo esto la participación comunitaria, se presenta como estrategia
medular ya que involucra la contribución de los saberes y las voluntades de todos en torno
a un proyecto común.
En este orden de ideas queda claro que el trabajo con comunidades no es sencillo ni de
poca monta. Quienes trabajen en este ámbito, deben tener conocimientos sólidos no solo
de la disciplina, sino de las ciencias sociales, como la antropología, la sociología, la
psicología, ser enfermeras/os con amplia sustentación teórica del fenómeno salud-
enfermedad, y deben también conocer la legislación que rige la prestación del servicio.
Además de esto deben tener competencias tanto teóricas como prácticas, según sea el
caso, en:
En cuanto a las cualidades del profesional de enfermería que trabaja en la comunidad hay
que tener en cuenta las siguientes: profundo respeto por la cultura de las personas y
comunidades, actitud de escucha, capacidad de trabajo en equipo y de ejercer un sano
liderazgo, ética profesional. En este sentido, el artículo de Ferrer 19 ilustra de manera amplia
las cualidades y valores que deben tener quienes trabajan en atención primaria, así como la
percepción que tienen los usuarios sobre el desempeño de los profesionales de enfermería
que trabajan en el ámbito comunitario.
Visto lo anterior hay que afirmar que la enfermería comunitaria existe, tiene validez e
importancia y constituye un campo de acción para los profesionales de enfermería, en
donde se pueden desarrollar todas las potencialidades de la profesión al cuidado de la vida.
resumen
Este artículo pretende hacer un aporte a la práctica de la
Enfermería en el contexto de cuidado de enfermería. Hace una
descripción fundamental del Cuidado y analiza en forma
detallada las posibilidades de realizar la medición de éste.
Summary
This article pretends to contribute to the nursing practice within
the nursing care context. The author T makes a fundamental
description of care and analyses in a detail form the different
ways in which care can be meassure. The three ways in which
care is meassure are: client satisfaction, care outcomes and
quality of care indicators.
Indicador
Se define como un medio para constatar, estimar, valorar,
controlar y autorregular los resultados de un pro ceso. La
aplicación de un indicador requiere condiciones específicas y
fijas para no alterar el resultado. Los indicadores deben
evaluarse en forma permanente.
Actitudes de cuidado
Bajo este término se pueden analizar los procesos con profundidad, hacer los
cambios y evaluar los resultados de tales cambios.
Medición de resultados