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UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERIA

FACULTAD DE INGENIERIA GEOLOGICA MINERA Y METALURGICA

PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LA PLATA EN EL PERU

T E S I S

PARA OPTAR EL TÍTULO PROFESIONAL DE


INGENIERO DE MINAS

PRESENTADA POR:

JORGE ROLANDO FALLA CORDERO

LIMA - PERÚ
1,989
A MI MADRE
Barcelona, 1533

La Providencia acaba de regalarle


un nuevo reino, donde el oro y la
plata abundan como el hierro en Vizca­
ya. El asombroso botin está en cami­
no. Con él podrá tranquilizar a
los banqueros que lo ahorcan ·y podrá
por fin pagar a sus soldados� piquero�
suizos, lansquenetes alemanes, tercios
españoles, que no ven una moneda
ni en sueños.

El rescate de Atahualpa financiará


lps guerras santas contra la media
luna del Islam, que ha llegado hasta
las puertas de Viena, y contra los
herejes, que siguen a Lutero en Alema­
nia. El emperador armará una gran
flota para barrer del Mediterráneo
al sultán Soliman y al viejo pirata·
Barbarroja.

Eduardo Galeano
La Memoria del Fuego
Tomo I: Los Nacimientos.

i i.
PREFACIO

Consciente de la responsabilidad que comporta el abordar un tema


tan �omplejo como el de la plata, debo dejar constancia que las asevera­
ciones presentadas a lo largo de las páginas siguientes son simples
hipótesis de trabajo, destinadas � ser perfeccionadas o superadas.
Empero, no es exagerado afirmar que e 1 meta 1 argentífero es un factor
que no puede ser pasado por alto al �xaminar la senda histórica peruana;
a ·través de guerras, sucesos políticos, acontecimientos económicos
y movimientos·
. sociales es una·
. de las constantes· que permite entender
el substrato de la sociedad peruana y seguir su derrotero desde una
óptica diferente •

. Esta es mi conclusión final, más al momento de acometer esta empre­


sa poco era lo que sabía en relación a la plata; a medida que avanzaba
en la recolección de datos me fu-í percatando; primero de las singulares
�aracterísticas del metal argentífero, luego del importantísimo rol
que ha jugado, juega y probablemente jugará para el Perú. A continua­
ción fuí dándome cuenta de la imposibilidad de disociar lo que acontece
en el sector minero de la marcha general del país. De ahf lo ambicioso
del :título.

En este sentido, el presente trabajo no pretende otra originalidad


que el afán integrador, el esbozar una visión de conjunto, el present�r
a la plata �Y a la minería- como piezas insustituibles de ese rompecabe­
zas que es el Perú, el encuadrar al país en una dimensión más amplia;
y el atisbar de los peligros y desafíos que sobre él se ciernen como
consecuencia· de las rápidas y profundas transformaciones acontecidas
en el mundo moderno.

. Dada la __ naturaleza de·l tema, el trabajo ha sido eminentemente ,


de inv,esJ{gación bibliográfica, mediante la consulta en archivos y
. i otecas; _r-e½urrjendo
bibl . . ··.
. .. � a libros, revistas, folletos y publicaciones
sobre asuntos tan diversos cbmo minería, economía, historia, relaciones

ii i
internacionales, etc,· muchos de los cuales no se hallan disponibles
eri nuestro medio. La información así obtenida fue primeramente ordenada
y clasificada para luego proceder a cruzarla y correlacionarla, procu­
rando en la medida de lo posible una no siempre fácil objetividad.
En cuanto a las cifras, éstas son presentadas en forma de cuadros,
gráficos y �apas para así permitir una·pronta y ágil visualización.

Los apuntes sacados de cada libro, de Cfda documento, constituían


una masa informe;_ por ello la parte más difícil fue la redacción.
El seleccionar y conjugar retazos de muy vario origen no es sencillo,
pero· el··. estructurar a partir de ellos una narración que no carezca
de unidad y sentido, el enlazar el hilo de una frase y el cabo de una
metáfora, es tarea titánica. Al reelaborar las -ideas ajenas tomadas
en préstamo, ensamblando temas aparentemente inconexos e incorporándolos
al texto, en una construcció� situada en un tiempo y espacio no estáti­
cos, éstas resultaron absorbidas, asimiladas a un corpus cuyas partes
se implican ' mutuamente sin que pueda prescindirse de ninguna, al punto
que resulta difícil distinguir su procedencia. Por este motivo se
da la bibliografía por capítulos.

En el primer capítulo se establece la significación de la plata


para el país a través del tiempo, teniendo como punto de partida un
enfoque multidisciplinario, el cual enlaza el desenvolvimiento de la
actividad minera con los ·acontecimientos socioeconómicos a la luz de.
las últimas investigaciones históricas. El segundo capítu,.o está dedi­
cado al análisis del carácter ambivalente del 'metal argentifero (metal
precioso/metal industrial), haciendo un seguimiento de los factores
que condicionan la evolución de largo plazo del mercado: oferta, deman­
da, precios, sustitución tecnológica.

En el tercer capítulo se ubica al Perú entre las demás naciones,


estableciendo de paso la significación de la plata para la economía
peruana, y se pasa revista a las estadísticas de producción, exporta­
ción, consumo, etc, de,sde-1950.en adelante. El examen de las transfor­
maciones operadas en la escena internacional y sus implicacaiones a
futuro· para- -1-a industria
.
minera (situando al Perú en este contexto)
es mate-ri.a·; del cuarto capítulo. Por considerarlo de interés, se han
incluid� varios .apéndtc�s al final del texto.

iv
A decir verdad, el tema no está agotado. Los aspectos geológicos,
metalúrgicos y de comercialización no han sido abordados_; por razones
de disponibilidad de información apenas s� menciona la �misión d� mone­
das de plata; s� alude al manejo de instrumentos financieros sin entrar
en mayor deta11e. Fuerza es recono�er que el tratamiento riguroso,
de tE!mas tan amplios amerita un estudio especial.

· Jorge R. Fa11a

UN!, Mayo de 1989

V
AGRADECIMIENTOS

Agradezco a todos aquellos que de una u otra forma contribuyeron


· en la elaboración de este trabajo y pi.do disculpas por cualquier omisión
involuntaria. Vaya mi reconocimiento al Ing. Carlos Loret de Mola
por el aliento recibido, al Ing. A1berto Benavides, quien revisó el
tercer capftulo y formuló algunas sugerenci�s y observaciones, asi
como al Dr. Carlos del Rfo, y al Ing. Eduardo Quiroz. La consulta
en las bibliotecas y centros de documentación de las siguientes institu­
ciones fue de suma importancia:

Acuerdo de Cartagena
Banco Centfal de Reserva del. Pera
Banco Minero
B6lsa de Valores de Lima
Corporación Financiera de Desarrollo
Instituto Geológico, Minero y Metaldrgico -_.;

Ministerio de Energfa y Minas


Naciones Unidas.

En no pocas ocasiones me encontré en un punto muerto, sin ha11 ar


respueita a mis interrogantes y sin contar con la información necesaria
para poder continuar; ante la. virtual imposibilidad de conseguirla
localmente solicité ayuda -no sin cierta aprensión- a aquéllos que
pudiesen orientarme. Grande fue mi sorpresa ante el apoyo decidido
y entusiasta que recibf desde ultramar; muchos enviaron sus propios
trabajos, otros remitieron publicaciones de interés o me pusieron en
contacto con sus co1 egas. Con e11 os estoy en deuda y no podfan estar
ausentes en este recuento:

Dr. Gerhard Anders


(Ontario M.Jnislry of Northern Development and Mines)

vi
Dr. David L. Anderson -
(Centre for Resource Studies)
.Mrs. Leanhe M. Baker
(Philipp Brothers Inc.)
Prof. Michael B. 8ever
(Ma�sachusetts Institute of Technologyy
Prof. Michel
. .
Bilodeau
.
(Me Gill University}
Mr� C.D.G. Black
(British Geological �urvey)
Mrs. johanne Bourgeois
(Royal Canadian Mint)
Mr� K.J. Burns
(The Australasian Institute of Mining and Metallurgy)
Mr. Michael. N. Cramer
(Manufacturers Hanover Trust Co.)
Mr. Daniel ,P. Cahill
(United States Mint)
Prof. Timothy J. Considine
(The Pénnsylvania State University}
Prof. Herbert H. Einstein
(Massachusetts Institute of Technology)
·Mr. Samuel F. Etris
(The Si1ver Inititute)
Dr. D. L. Hu11
(Energy, Mines and Resources Canada)
Prof. David A. Gulley
(Columbia University)
Mrs. Pauline Johnson
(The Mining Journal Ltd.)
Prof. Danie G. Krige
(Unfversity of the Witwatersrand)
Prof. Hendrik S. Houthakker
(Harvard University)
Prof. David S. Landes
(Harvard ��jversity)
Mr. C.L: Ma.l�by
(Anglo American Corporation of South Africa Ltd.)
vii
Mr. John D.S. Mac Leod
(CRA Limited)
Mr. Peter McBride
(Falconbridge Ltd.)
Mr. I. Mcleod
(Departament of Primary Industries and fnergy - Australia)
M r. C. George Miller
(The Mining Association of Canada)
Dr. Thomas P. Mohide
Mrs. Diana Monnet
(Energy, Mines and Resources Canada)
Dr. Arnt Müller
(Bundesanstalt für Geowissenschaften und Rohstoffe)
Dr. Alfred Pfaller
(Friedrich Ebert Stiftung)
Dr. David Rees
{GoÍdCorp Australia)
1 •

Mr. Robert G. Reese Jr.


(United States Bureau of Mines)
Prof. Ronald Schramm
(Columbia University)
Prof. Daniel M. Schydlowsky
(Boston University)
Prof. Rosemary··rhorp :

(University of Oxford)
Mrs. Margot J� Wojciechowski
(Centre for Resource Studies)
Mrs. Mary D. Young
(United States Bureau of Economic Analysis)

Huelga decir que este tributo_ de gratitud no compromete en modo


alguno a las personas e instituciones antes mencionadas con las opinio­
nes expresadas a lo largo de este trabajo, las cuales son de mi entera
responsabilidad.

viii
Por Oltimo, aunque no por ello con menos calor, mi agradecimiento
a Marisabel de Martin, quien tuvo la gentileza d� corregir las pruebas,
y a Martha Calderón por el tipeo y diagramaci6n final.

A todos ellos muchas gracias una vez más.

ix
I N D I C E

Página

Prefacio iii
Agradecimientos vi

CAPITULO 1 : PERFIL HISTORICO DE LA MINERIA DE PLATA


EN EL PERU
1• 1 Epoca Precolombina 1
1.2 Epoca Colonial 4
1 • 2.1 La Monarqufa Hispánica de los
Habsburgo 4
1 • 2.2 El Reformismo Español de los
Barbones 10
1• 3 Epoca Republicana 18
1 • 3.1 Del Caudillismo Militar a 1 a
Guerra con Chile 18
1.3.2 De la Guerra con Chile a la
Depresión 23
1 • 3.3 De la Depresión al Código de
Minerfa de 1950 29
1.3.4 Del Código de Minerfa de 1950 a
la Crisis del Petróleo 34
1 • 3.5 De la Crisis del Petróleo al
Presente 40

CAPITULO 2 . LA PLATA EN EL MERCADO MUNDIAL


2.1 Oferta 44
2.1 • 1 Producción Primaria 45
2.1.2 Producción Secundaria 55
2.1.3 Perspectivas 59
2.2 Demanda 63
2.2.1 Estructura 63
2.2.2 Sustitución Tecnológica 71
2.2.3 Perspectivas 74
2.3 Precios 78
2.3.1 Inversionistas y Especuladores 82
2.3.2 Nivel de Precios y Estructura del
Mercado 89
2.3.3 Perspectivas 94

CAPITULO 3 LA PLATA EN EL PERU


3.1 · -El Marco Global 99
3.1.1 El Perú en el Mundo 100
3.1.2 Las Ultimas Décadas en Cifras 108
3. 1. 3 .1..o·s Prob 1 emas 120

X
Página

3.2 Producción 123


3.3 Refinación 136
3.4 Consumo 141
3.5 Observaciones 144

CAPITULO 4: EL FUTURO
4 .1 Los Ciclos de Largo Aliento 152
4.2 El Sistema Internacional 157
4.3 La Eco"nomía Mundial 161
4.4 La División Internacional del Trabajo 166
4.5 La Industria Minera 172
4.6 El Caso del .Perú 178

CONCLUSIONES 182

APENDICE 1 Nomenclatura 189


APENDICE 2 La Plata en los Estados Unidos 190
APENDICE 3 La Política Minera 198

B IBLIOGRAFIA 207

xi
1

CAPITULO 1

PERFIL HISTOR.ICO DE LA MINERIA DE PLATA EN EL PERU

1.1 · EPOCA PRECOLOMBINA

El aprovechamiento de rocas, metales y minerales por los primeros


habitantes del Perú se pierde en la noche de los tiempos. Los obj�
tos metálicos desempeñaron un papel significativo en el desarrollo
de las altas culturas de. los Andes y la Costa peruana. Los seña-
ríos y curacazgos del Antiguo Pera se fuhdarrin y organizaron si­
guiendo
, las leyes que presiden la evolución de. los pueblos primiti-
.

vos; el hombre sentía la presencia de un sistematismo producido por


leyes naturales. Esta concepción naturalista se vió acrecida por
un medio agreste, dominado por fuerzas telúricas que dejaron huella
indeleble en su sicología, tan apegada al mundo visible de la natu­
raleza circundante.

El primer.período se remonta a los albores de la época lítica, hace


más de 19 000 años. Un segundo período se inició a partir del pri-
.mer milenio A.C. con la confección de objetos metálicos de oro, pl�
ta, cobre y bronce durante el Horizonte Cha�in, al cual esti asoci�
da la metaturgia mis antigua, la misma que habria de s�r perfeccio­
nada en el Horizonte Mochica. En los objetos artísticos de oro y
plata encontrados en las huacas de la cultura Nazca puede apreciar­
se un prolijo trabajo de vaciado, laminado, pulido y repujado.

Sin embargo, al margen de los materiales arqueológicos, poco o nada


se sabe acerca de los procedimientos mineros y metalúrgicos de la
etapa pre-incaica; no obstante, se ha llegado a establecer que la
;.,

región _cos-tera albergó los grandes centros metalúrgicos de plata .

La soci-edad -andina fue esencialmente agrícola. El empleo racional


de 1 s ue 1 o, e l. uso de abonos, 1 a rotación estaciona 1 de los sembríos ,
2

el cultivo por pisos ecológico�, los altos índices de productividad


y sus obras hidráulicas son claro testimonio de su adelanto en este
campo. El ejercicio de la _minería ten,í a en aquellos tiempos un ca­
riz mistico; los antiguos indígenas.se sentfan fntimanente unidos a
las minas -como a todo en la naturaleza-, y las veneraban ofrecién-
doles _presentes conforme a sus ritos panteístas.

A principios del siglo XV el curacatgo del Cusco doblegó a los agu�


rridos Chancas, suceso que marca el inicio de una expansión inaudi­
ta en la esfera de influencia de los señores cusqueños, a los cua­
les la posteridad conocerá con el nombre de incas.

Los incas desarrollaron y perfeccionaron las actividades y los cong_


cimientos de los pueblos que iban incorporando a sus dominios, en
un proceso de asimilación política y cultural. La época incaica es
también oscura en muchos puntos por falta de escritura; empero, sus
tradiciones están mejor testimoniadas, tanto porque existió una or­
ganización especial ideada para su conservación, cuanto porque en
'ciertos aspectos.fueron constatadas por conquistadores y cronistas.

En la minería incaica se dis-tinguen 2 orientaciones nítidas: la prg_


ducción de metales preciosos de un lado, y la de cobre por el otro.
La produc_ción de_oro y plata estaba destinada al adorno personal de
los notables, al ornato de templos y mansiones reales, y a la fabri
cación de objetos destinados al uso en actos ceremoniales y religi.Q_
sos. La producción de cobre e.ra destinada a la fabricación de ar­
mas y herramientas, para lo cual lo alearon con el estaño obtenien­
do bronce. Conocieron además ·el plomo, pues lo obtenían al fundir
los �etales argentiferos, pero al igual que al mercurio, no le en­
con_tra.ron mayor uti 1 idad.

Vistas las limitadas aplicaciones de los metales, no es de extrañar


que la actividad minera tuviese un carácter secundario, más bien
artesana 1. Las manu.facturas de cobre Y,,__ bronce que 1 e hubieran im­
preso �n tarácter más industrial no pasaron de su infancia; y en
cuantQ_a·-ros metales preciosos que, por ser más fáciles de trabajar
fu�ron.la orientación más avanzada, tuvieron un uso meramente deco­
rativo, por·lo qué 'tampoco fueron materia de un esfuerzo colectivo
y organizado .por parte de aquella sociedad que desconocía la rueda,
3

la moneda y el mercado; basada en la reciprocidad, la redistribu­


ción y el trueque.

La minería sólo ocupaba a aquellos hombres a quienes la guerra, la


agricultura, las obras públicas y Jas artes fabriles dejaban algún
tiempo disponible. Sus trabajos propiamente mineros se redujeron a
la explotación de depósitos detríticos y de la parte superficial de
los yacimientos ricos de más fá¿il acceso. No se tiene noticias de
labores subterráneas de alguna consideración, y al parecer sólo tra
bajaban a cielo abierto o con pequeñas galerías semejantes a cue-
vas, las que nunca progresaban más allá de la luz natural.

La plata abundaba en la.superficie del Perú más que en cualquier


otro país sudamericano, en
. . fonna nativa y en menas de variada com-
plejidad. La explotación de la plata pura y de las especies miner-ª-
les pl umbo-argentíferas no requería de mayores esfuerzos por en·con-
trarse' en apreci ab1es cantidades en los 11amados sombreros de fie­
rro, originados por la acción del intemperismo en los afloramientos
de los f1lones, los cuales recibían la denominación quechua de
paco.

Los depósitos superficiales explotados en la actualidad se hallan


agotados.·:-. Es imposible siquiera aventurar una cifra de la cantidad
de oro y plata extraída en la época precolombina, pues aparte del
botín recogido por los conquistado.res -cuyo monto exacto nadie ha
podido precisar�, sólo se dispone de relatos y tradiciones. Pese a
la falta de información precisa, puede asegurarse que estas cantida-,..
des fueron enormes; a este respecto es unánime el parecer de todos
aquellos que alcaniaron a ver restos de tan inmensas riquezas y/o
recogieron de primera yoz los relatos de los compañeros de Pizarra
y de los notables del extinto imperio.

La irrupción de los españoles cortó de raíz la evolución autónoma


de una civilización de reciente estructuración. Sólo con Pachacu­
tec (med��dos del siglo XV) el estado inca había adoptado una orga­
ni��ct9n imperial; el proceso de integración de las últimas conquis
tas- no 'estab_�. aú_n cpnsolidado cuando fue paralizado por las luchas
-:: -:

intestinas que desangraron al imperio.


4

El Tahuantinsuyu no llegó a su mayoría de edad, de hecho no había


alcanzado los albores de la Edad de Hierro cuando de improviso, sin
mayor transición, sin que mediara preparación alguna, se vió enfren
tado a una nación hostil, conocedora de una siderurgia bastante
avanzada.

1.2 EPOCA COLONIAL

1.2.1 La Monarquía Hispánica de los Habsburgo

Durante los 3 primeros lustros de dominación española se ve­


rifica la destrucción del estado inca y la ruptura tajante de la e�
trUctura y dinámica demográfica de la sociedad indígena. En este
lapso la actividad económica es muy restringida; en un primer mame!!_
to porque el pingue botín de la conquist� bastaba para satisfacer
la codicia más desmedida, y luego porque las enconadas guerras civj_
les que esa misma codicia y las rivalidades de los caudillos engen­
draron, absorbfan toda 1� atención de los forasteros que, afiliados
a uno;u otro bando, no podfan pennanecer ajenos a la lucha.

Clausurado el período de la hueste conquistadora con el so­


juzgamiento de la resistencia organizada, y repartida la riqueza
acumulada por los vencidos, lo que realmente importa son los recur­
so,s que se encuentran dentro de la región y que constituyen el pre­
mio duradero: la tierra y la explotación servil de la_pobla�ión na­
tiva. El nuevo grupo dominante no estaba confonnado por colonos si·
no por aventureros ávidos de rápido enriquecimiento, razón por la :
cual descuidaron la agricultura, orientándose preferentemente a lá
explotación de metales preciosos. ·

.Va en la década 1531-1540 la camposici ón del valor total de ::


la exportación minera era: oro· 52%, plata 48%. En la década si-:.',
guiente: oro 17,2%, plata 82,8%. A par!ir de ese momento la dife- \·
rencia se hace aún más pronunciada, y entre 1571-1600 el oro no 11e :·
ga a_�igñffica.r el 1% del valor de la producción del pujante virrei
nato peruano, por lo que la explotación de metales preciosos se re-
·duce en la prácff¿a· a la monoproducción de plata.
5

Los centros argentiferos de la Nueva España (México) se


veían empequeñecidos ante el mítico Potosí (descubierto en 1534),c!!_
ya famosa montaña de plata se elevaba hasta los 4000 metros en los
g�lidos y desolados parajes del Alto Pera. Los descubrimientos se
suceden y a finales del siglo XVI ya se trabajaba en los Reales de
Minas de Huantajaya (1566), Castrovirreyna (1555) y 0r.uro (1575),
por solo citar algunos de los más importantes.

El progresivo agotamiento de los ricos clavos de los filones


de enriquecimiento secundario, cargados con especies argentiferas
de muy alta ley, conduce en 1569 a la primera gran depresión poto­
siana. El descubrimiento de azogue (mercurio) en Huancavelica
Cl566) pennite que a partir de 1571 el beneficio, que hasta enton­
ces se efectuaba.en las �uayras incaicas, sea por amalgamación per­
mitiendo el aprovechamiento de minerales-hasta ese momento conside­
rados pobres y desmontes. Durante las 2 primeras décadas de labo-
reo no fue difícil para los mineros de Potosí atraer la cantidad
adecuada de operarios, ya que los altos beneficios que se obtenían
penuitían ofrecer un sueldo semanal de 9 pesos. La baja en la ley
del mineral y los gastos del nuevo proceso de amalgamación, encare­
cieron de sobremanera la fuerza laboral voluntaria.

Accediendo al pedido de los mineros locales, el Virrey Tole­


do regula en 1574 la mita de Potosí, estableciendo el reclutamiento
de conscriptos en las 16 provincias ubicadas entré el Cusca y el
lago Titicaca (región hoy denominada Trapecio Andino), con una paga
que en el mejor de los casos llegaba a los 2,5 pesos a la semana.
La mita fue extendida en 1577 a Huancavelica, fuente del principal
insumo para la producción potosina.

El proceso de acumulación, punto de partida para la crea-


ción de riqueza, se inicia cuando se despoja a los vencidos de la
propiedad de la tierra y los medios de producción para incorporar­
los compulsivamente al nuevo orden impu1!i'sto por la casta privilegi�
da. Es dentro de esta lógica que se inscriben las ordenanzas tole­
danas·:; ·se decreta la monetización de la renta de la encomienda, cu­
yo pago .se· efectu_aba hasta entonces en productos, y el asentamiento
de la población aborigen en ghettos llamados 'reducciones de in-
6

dios', desarraigándolos de sus lares ancestrales, obligándolos a


trabajar bajo el control directo de los españoles -a través de la
mita- en el campo, las ciudades y las minas.

La audacia de los aventureros, que acudían cada vez en mayor


número, y las facilidades ofrecidas por la inicua explotación de
los nativos, hizo que las exploraciones se extendieran por todo el
virreinato y qüe los trabajos mineros se multiplicaran. Se inicia
de este modo un .rápido proceso de crecimiento económico sujeto a 1.
desarrollo del sector minero, el cual es estimulado por la ávida d�
manda de la metrópoli y el mercado europeo, el cual también es aba�
tecido de frutos tropicales y materias tintóreas. Las regiones do�
de se localizan estas producciones junto con su correspondiente nú­
cleo urbano exportador-i�portador, mantienen una rel.ación directa y
privile�iada con Eipaña.

Entre 1561-1600 el sector no-minero en su conjunto represe�


. ta solamente el 14,3% del quantum de las exportaciones, repuntando
entre.1600-1651 hasta un 20%; huelga decir que no llegó a consti­
tuir un contrapeso a la mine.ría. El sector minero necesita para su
funcionamiento de una amplia gama de producciones complementarias;
esta necesidad.se traduce en demanda de bienes y servicios, lo que
a su vez determina la formación de un mercado interno. Es a través
de esta demanda que la,producción de plata genera efectos de arras­
tre sobre otros conjuntos definidos en el espació económico y geo­
gráfico, promoviendo en ellos la producción mercantil, integrándo�
los consecuentemente al mercado en fonnación.

La existencia del virreinato del Perú exige y determina el


surgimiento del espacio peruano, el mismo que constituye sin lugar
a dudas la piedra angular del imperio español en la segunda mitad
del sigio XVI y gran parte del XVII; posición de preeminencia· a la
que accede por la gravitaci-ón de su sector dominante: la minería de
plata, sector que asimismo lo cohesiona '·interiormente. Este espa­
cio económ4co· se superpone coherentemente a la zonificación políti­
ca,�e;�anto se extiende sobre el á�bito geográfico del virreinato.
Está coherenGia está basada en la vertebración a travfis de 2 cen­
tros directrices, simbolizados por el cer�o de Potosí, con su fabu-
l

losa producción del metal precioso, y Lima; capital política y ciu­


dad-puerto que detenta a título exclusivo el comercio con la metró­
poli, ajustado a un estricto bilatera i ismo monopólica a través de
la feria de Portobelo.

Lima y Potosí son polos ·.de desarrollo cuyo. efecto multiplic-ª._


dor origina un crecimiento regional polarizado. Simultáneamente y
por una reacción en cadena, Lima y Potosí generan una segunda onda
expansiva que impulsa la creación de nuevos centros de producción
con sus respectivos circuitos de intercambio, lo cual deviene en la
estructuración general del espacio peruano mediante la integración
de aquellas regiones que, sin mantener un contacto directo con Lima
y Potosí, se relacionan en cambio con las regiones previamente inte
gradas.

Para el conjunto de regiones insertas en este espacio polari


zado (que abarca además del Perú: Ecuador, Bolivia, Chile, Paraguay,
Uruguay y Argentina) acceder al comercio interregional significa r�
montar un nivel estacionario de productividad. Proveer una salida
externa para la .Producción conlleva una división y - especialización
regional del trabajo, un cierto grado de transformación de la es­
tructura productiva, y conforma desde el principio el único modelo
posible de .. crecimiento económico regional.

Desde fines del siglo XVI y -durante todo el siglo XVII, el


virreinato del Perú, una división política del imperio español, os­
tenta un alto grado de integración regional y autosuficiencia. Es­
ta autosuficiencia se pone de manifiesto al examinar la composición
·de las importaciones: textiles de calidad para el grupo dominante,
hierro y lana manufacturados y, al agudizarse la crisis demográfica
indígena, esclavos negros. Estas importaciones son saldadas exclu­
sivamente con plata, producto que vincula el espacio peruano con el
exterior.

Lo��conceptos de autosuficiencia, integración y especializa­


ción..- Y-\egional anteriormente vertidos, no son estáticos y tampoco
tes timo'nian la annol')Ía en las relaciones interregionales. Muy po.r
.. . ..·· .
. . -:.;.
el contrario, el espacio peruano está minado por contradicciones es
8

tructurales, las cuales se ponen de manifiesto con cruda rudeza en


múltiples ocasiones. Es que el modelo de crecimiento económico im­
puesto no es espacialmente unifonne, origina desequilibrios; canee!!_
tra y desconcentra inversiones, mano de obra, retarda o acelera el
crecimiento de ciertas regiones; un mero cambio en la ruta de circu
lación de las mercancías condena los viejos nudos de tránsito, en­
cumbrando a otros distfntos.

Durante el siglo XVII y a la par con el auge de los obrajes,


la producción argentifera desciende constantemente, alcanzando sus
niveles más bajos al promediar la centuria. Naturalmente, la caída
de la producción de plata se debe a la crisis de Potosí, .la cual P-ª.
ra la hacienda real se tradujo en la brusca merma de la recaudación
del tributo del quinto. Múltiples son las causas de la crisis potQ_
sina; a la menor ley de los minerales explotados, la baja producti­
vidad, los altos costos de producción, los problemas financieros y
las técnicas rudimentarias, habrán de agregarse los males endémicos
de la minería virreinal: el deficiente suministro de azogue y el
agotamiento de la oferta de mano de obra indígena.

La. crisis se manifiesta en la disminución de la demanda de·


bienes y servicios, con el consiguiente derrumbe de los precios por
exceso de ·oferta; los márgenes de ganancia se contraen o desapare­
cen, muchas unidades �conómicas colapsan. Cunde la recesión, una
ola de pobreza inunda el espacio peruano; la actividad económica rg_
trocede a niveles de subsistencia, el costo de vida se encarece,
1 as ciudades se despueb1 an. Productores de diversas regiones 1 u-.'
chan entre sí, no sólo por mantener ténninos de intercambio favora- ..
bles sino también por su propia supervivencia.

Este fenómeno se superpone en el tiempo al ya insoslayable


eclipse del poderío español, reflejado en América por la crisis del
régimen de f1 atas, cuya periodicidad anua1 era 1 a viga maestra de 1 ·
sistema comercial de la Hispania Magna con su imperio colonial. El
mecanismo_económico de la monarquía descansó en el suministro de ar
tícy.lo.s·suntuarios y productos de consumo a las colonias, y en la
importaciónAesde,.é,stas de metales preciosos. Todo ello monopoliz�
do por los mercaderes de la Lonja de Sevilla, en remunerador contu-
9

bernio con los funcionarios de la Casa de Contratación y los merca­


deres extranjeros {genoveses, y después de su ruina, flamencos, in­
gleses y franceses).

El desastre de la Armada Invencible (.1588) marcó el princi­


pio del fin; las primeras heridas causadas en el mar Caribe por in­
gleses y holandeses no fueron restañadas a tiempo. Con el desastre
naval de Matanzas (.Cuba, 1628), las líneas de comunicación imperia­
les saltaron por los aires; desde entonces incluso los piratas de
La Tortuga se atrevieron con el antiguo coloso de los mares. Así,
entre 1685 y 1726 sólo za.rpan de Cádiz 5 annadas.

Este vacío es llenado por el comercio ilegal francés e in­


glés. El contrabando produce las primeras fisu.ras en los circuitos
comerciales tradicionales del espacio pe�uano, y conducirá paulati­
nament� a la quiebra de la rígida estructura comercial que privile­
gia a Lima. El contraóando no significó el surgimiento de una fuer
·te y continua demanda de materias primas, sino más bien la evasión
de metálico
. .
(oro y plata); es el punto de partid� del trasiego de
la importancia geopolítica del Pacífico al Atlántico, del surgimie!!_
to de Buenos Aires en abierta competencia con Lima.

La �risis de Lima consiste en la pérdida gradual de su capa­


cidad de dominar comercialmente todo su espacio vital, como conse- ·
cuencia de la ruptura de su monopolio exportador�importador, hecho
que se ve agravado por la disminución de su disponibilidad de me­
dios de pago (plata metálica) para saldar las importaciones, con lo
que pierde el control de su sector externo. Paradójicamente, los·
centros mineros consumen sólo un porcentaje limitado de las mercan­
cías importadas, el grueso es absorbido po.r las distintas regiones
agrarias y manufactureras que conforman el mercado interno.

La baja en la producción y circ�lación de plata, la desean


centración demográfica y el rompimiento de la estructura comercial
monopª)iéa� son los factores que signan la declinación de Lima y
Potósí .como centros directrices, con la consiguiente mengua de su
capacidad ·vertebr�dora del espacio peruano. Si bien la desintegra­
ción principia con esta crisis, la ruptura y disolución de los vín-
. culos y relaciones político-económicas no es contemporánea a ella.
10

Las contradicciones internas puestas de manifiesto por la crisis,


la presión de factores externos y el agotamiento del modelo de cre­
cimiento económico regional, que alcanzó rápidamente su techo en es
te mareo 1 imitado, habrán de carcomer a 1 espacio peruano.

Al avanzar el siglo XVI el ideal hispánico se confunde con


el que representa Castilla, eje del imperio: la monarquia univer­
sal, la misión ecuménica, la defensa de la ortodoxia, de la pureza
de la fe. Las elevadas aspiraciones que guiaron a los monarcas de
la Casa de Austria los hicieron marchar a contrapelo de las corrien
tes de 1 a época.

Pese a las deficiencias del sistema agrario, al escaso rendi


miento de la industria, a la incompetencia financiera de la corte,
pese a todo, _Castilla está en pie, en lucha contra una Europa · que
se debate ante las sucesivas arremetidas de la marea protestante.
En los momentos críticos cuenta con la inyección de metal precioso
del Perú y México; de este modo las minas de plata se convirtieron
en el pilar del edificio económico del imperio español. Las _gue­
rras exteriores y la miseria: agrícola dilapidaron las riquezas que
la fortuna le brindó tan pródigamente, conduciéndola inev.i tablemen­
te cuesta ·:�bajo, arrastrando consigo a sus posesiones de ultramar.

La organización·económica metropolitana, con sus vicios y d�


fectos, fue transplantada allende el mar sin modificación alguna.
El mercantilismo de vía estrecha practicado agotó las posibilidades
de Castilla y maniató a los lejanos dominios. Las trabas impuestas
al comercio entre virreinatos tenninaron por dejarlos inermes ante
lascrisis cíclicas o cualesquiera contrariedad.

1.2.2 El Reformismo Español de los Borbones



La España de los Austrias y la Contrareforma ha tenninado.
Las negras-ropillas de la co�te madrileña son sustituidas por las
brill��ies y polícromas vestiduras de Versalles. Desvanecido el
sueno imperia+ y-desvinculada de los compromisos que ligaron a los
Habsburgo con Europa Central, la dinastfa que sentó sus reales en
11

la península en 1700 concentró su atención preferentemente en Espa­


ña y sus territorios americanos. El reformismo borbónico se propu­
so rehacer la potencialidad de España er Europa y América, encauzan
do al Estado -vía el Despotismo Ilustrado- hacia un rigido raciona­
lismo.

La nueva clase dirigente que impulsó el prpgrama borbónico


de reforma en Iberoamérica en la segunda mitad del siglo XVIII, con
denó acremente la antigua estructura económica, basada durante más
de 2 siglos en los metales preciosos y las restricciones comercia­
les. No es que la producción de oro y plata fuese intrínsecamente
mala, es que la obsesión de los monarcas por el envío de tesoros ha
bía conducido al abandono de los recursos agrarios, los cuales en
adelante contarán con prptección y apoyo real.

Los obstáculos que dificultaron la expansión minera (malas


vías de comunicación, población reducida, aislamiento geográfico),
fueron los mismos que frenaron el desarrollo agrícola. La realidad,
maciza e incontrastable, detenninó que la minería de plata continua
se siendo el soporte económico del desgastado virreinato peruano
hasta su fin. Desembocamos en el problema cardinal de la minería
colonial: la mano de obra indígena. En las postrimerías del incan�
to la población ascendía a diez millones de habitantes, en 1550 al­
canzaba los cinco millones, hacia 1600 era de un millón setecientas
mil almas, en 1700 llegaba a seiscientas ocho mil. Estas cifras,
aunque aproximadas, hablan por si solas d�l celo desplegado por los
hispanos en su magna obra civilizadora y evangelizadora.

Ante la sangría biológica experimentada por su fuente de ma­


no de obra, los mineros respondieron con la sobre explotación. Ra­
ciones de hambre, negligencia, malos tratos y epidemias condujeron
a la muerte a mil�s de trabajadores conscriptos. Territorio y po­
b�laci-ón dejaron de corresponderse; fren�,: al riesgo de la despobla­
ción total se procedió a restringir paulatinamente el otorgamiento
de est_�� prerrogativas.

En el ·siglo�-xvIII, aparte de Potosí, el único asiento minero


con derecho formal a cuota de mitayos era Huancavelicp. Sin embar-
12

go, el sistema de mita continuó siendo importante durante la fase


final del período colonial, cobrando �nfasis el trabajo agrícola y
los servicios en obrajes. Los demás centros mineros pasaron a de­
pender de operarios voluntarios para la extracción y beneficio de
minerales.

El incremento de los costos de producción ocasionado por el


empleo de mano de obra libre en Cerro de Paseo, Huantajaya y otros
lugares fue uno de los factores detenninantes para que, con la ayu­
da del subsidio y pese a su decadencia, Potosí continuase siendo el
más importante centro argentifero peruano en el siglo de las luces.
La mayoría de minas menos favorecidas en el Bajo Perú tenían inevi-·
tablementé menores tasas de rentabilidad y adolecían por añadidura
de crónicos problemas de�liquidez.

Primer y único grado de articulación con el exterior, la mi­


nería de plata constituía la categoría económica dominante; es en
el asiento minero donde la plata metálica en barras, producto del
trabajo, se intercambia como valor por otras mercancías, igualmente
productos.del trabajo. Allí; en el centro de producción se opera
la transmutación jerárquica, la alquimia que convierte la categoría
económica dominante en actividad económica dominada. Allí el capi­
tal de producción minero es sometido al capital comercial - financi�
ro.

El problema de la escasez de capital de parte de los mineros


debe ser visto a la luz del contexto global y del ordenamiento so­
cial imperante. No es de extrañar que, en una sociedad dominada
por oligarquías mercantiles y burocráticas con acceso a la corte v!
rreinal, en la cual la corona se yió forzada a proclamar por edicto
que el· trabajo manual no era deshonroso (1783), la minería no fuese
considerada como una ocupación 'decente•. Toda vez que quienes se
incorporaban a ella perdían categoría soc:rial, la aristocracia crio­
lla era renuente a comprometerse por razones fundadas en prejuicíos
s oci a 1 e.� . "· .....

La·p·�cá.·incn�ación de los capitalistas a invertir directa­


mente tiene una explicación más prosaica. No estaban dispuestos a
13

facilitar capital de largo plazo a los mineros dada la naturaleza


especulativa del negocio, la fama de malos pagadores de muchos de
ellos y fundamentalmente, porque la experiencia les había enseñado
que podían conseguir mayores y más rápidos dividendos invirtiendo a
través de los comerciantes locales.·

Los mineros obtenían de los comerciantes locales créditos de


muy corto plazo y altas tasas de interés; pagaban sus deudas en pl�
ta sin acuñar, sujeta a descuentos, viéndose obligados a aceptar
parte de los préstamos en mercancias (incluyendo azogue) a precios
de agio. Los comerciantes lo�ales, también llamados aviadores o h�
bilitadores, eran minoristas que a su vez dependían de los distri­
buidores limeños, cerrándose de- este modo el círculo vicioso.

. La disponibilidad de azogue era de.importancia capital y de­


tenninapa el nivel de producción, ya que sin él los mineros no po­
dían convertir sus pastas en lingotes, no teniendo para pagar a op�
rarios y acreedores. Ante el agotamiento de los yacimientos huanc�
velicanos se recurrió a la importación de azogue ibérico. Pero In­
glaterra señoreaba en los mares y ante el menor incidente interrum­
pía el comercio español, por lo que la llegada de los embarques del
metal líquido era función del estado de las alianzas europeas. El
fracaso de 1a misión del barón Yon Nordenflicht en sus tentativas
por ofrecer una alternativa al proceso de amalgamación, coridenó de­
finitivamente a la minería virreinal a la dependencia forzosa del
suministro de azogue.

El comercio entre España y sus posesiones de ultramar pasa


por :3 etapas durante el siglo XVIII: En un primer momento continúa
, vigente el caduco sistema monopólico de Cádiz y Sevilla. Luego, y
a raíz del permiso o�orgado.a Inglaterra para comerciar con las co­
lonias americanas (Tratado de Utrecht, 1713), surgen los tardíos in
tentos. poio constituir compañías privilegiadas

bajo auspicio regio.
Es desde esta perspectiva que se concede autorización a Buenos Ai-
rés para comerciar directamente con la metrópoli (.1721), sustrayé.!!_
dola--de Ja tutela limense. Culmina finalmente con la liberaliza-
ción-del comercio·{.1178), la cual es precedida por la primera part.i_
ción dentro del orden colonial, que conlleva la creación de los vi-
14

rreinatos de Nueva Granada y del Rio de la Plata (1776).

En virtud de la nueva demarcación politica, Potosi junto con


el Alto Perú, pasaron a jurisdicción del nuevo virreinato platense.
E] virreinato del Perú fue privado de golpe del 60% de su produc­
ción argentifera. Por ser la plata medio de pago de aceptación unj_
versal, la pérdida era sumamente grave y sus consecuencias fueron
aún peores. El primer virrey del Río de la Plata prohibió por de­
creto la exportación del Alto al Bajo Perú de metales preciosos no
acuñados a cambio de textiles y productos agropecuarios, cuyo sumi­
nistro a la zona minera provenia tradicionalmente de las provincias
de Cusco y Arequipa.

El mutilado virretnato debe.rá contar en adelante sólo con


los recursos de sus propias minas las cuaies, a excepción de Huanta
jaya (provincia de Tarapacá), se encontraban dispersas en los an­
des, en regiones yermas donde a duras penas crece la hierba. Es de
bido a la particularidad de su localización espacial que los cen­
tros.mineros peruanos no se convirtieron en zonas autosuficientes
con granjas y haciendas propias, a semejanza de la Nueva España, sj_
no en poblados aislados, de crecimient,o fortuito, enclavados en un
ambiente hosco y estéril. Comida, ropa, herramientas, pólvora, sal
y muchos productos esenciales debian ser transportados desde los
yalles a través de caminos escabrosos con el inevitable encareci­
miento.

Superado el choque del primer momento, la mineria argentife­


ra .virreina] experimenta un nuevo e impresionante crecimi_ento. Di -
versas circunstancias concurren en este fenómeno. El rico yacimie!!_
to de Cerro de Paseo (descubierto en 1630), se cónvierte en el
asiento minero más importante, debido tanto a la exitosa aplicación
de esquemas de drenaje, lo que permitió disponer de abundantes re­
servas de min�rares ricos, cuanto al hec�� que sus· provincias cir­
cundantes se encontraban entre las más pobladas del Perú; factores
éstos q�i ii conjugaron con una mejora temporal en el suministro de
azogue..

A este cuadro halagueño vino a sLUTiarse el re-descubrimiento


15

de Hualgayoc. Al finalizar la centuria, la producción de plata du­


plicó las cifras registradas antes del desmembramiento. La activi­
dad minera reverdece ajados laureles; Cerro de Paseo desempeña, en
una escala más reducida, el papel que antaño le cupo a Potosí. No
obstante, los problemas de fondo siguen siendo los mismos y condu­
cen a un callejón sin salida. Así, las dificultades para conseguir
mano de obra y la dependencia del azogue están íntimamente vincula­
dos a su primitivismo tecnológico y perenne escasez de capital.

Es sintomático que la intervención directa de la corona en


la minería peruana durante el último cuarto del siglo .XVIII se con­
centrase, no en·los métodos de extracción y técnicas de. beneficio,
sino en·su estructura administrativa y en la legislación que la re­
gía. Los burócratas de Madrid confiaban en que un buen control, in!_
pirado_en sabias disposiciones, sería la panacea que solucionaría
todos los males económicos, financieros, sociales y administrativos
que agobiaban a esta actividad en 1776.

Con la llegada del Visitador Areche en 1777 se inicia un pe­


ríodo de 10 años dedicado a inspeccionar y reorganizar, el cual con
·cluye cuando los miembros del novísimo Tribunal de Minería toman P.Q.
sesión de sus cargos en 1787. El Tribunal de Minería, con sus dip_!!
taciones provinciales y regionales debía ser el portavoz del gre­
mio, explicando los problemas al virrey y demás funcionarios para
buscar las soluciones del caso. El gremio de mineros de plata ad-
. quirió nuevos e importante poderes, y -en teoría- primerísima res­
ponsabilidad para dirigir su sector y ocuparse de su bienestar.

Las serias reyertas a que dió lugar la convocatoria a elec­


ciones para el Tribunal. son signo inequívoco de la inmadurez polí­
tica e indisciplina de los mineros peruanos, siendo criollos en su
mayoría, la fonna en que ejercieron sus derechos fue un anticipo de
la anarquía que corromperia..Ja vida política del Perú independiente.

El fin práctico más importante que se propuso el tribunal


al en..trar en funciones fue rescatar al minero de las garras del
aviador, prov�yéndq.l e· de capita1 a bajos intereses, ya fuese median
te préstamos directos o a través de bancos de rescate, lo que faci-
16

litaría la conversi6n de sus lingotes en moneda acuñada. Esta pla�


sible iniciativa choc6 inevitablemente con los intereses de los
acaudalados comerciantes limeños, quienes presionaron al virrey pa­
ra_que ordenase el cierre de los diversos bancos que venían operan­
do exitosamente, como en efecto sucedió.

Otro sentido anhelo que tampoco 11 egó a concretarse fue 1a


creación de un Colegio de Minería, concebido a semejanza del que ya
funcionaba en México. El desfase tecnol6gico era mayGsculo, en pl�
na Primera Revolución Industrial la plata era producida por métodos
iguales a los utilizados en los 2 siglos precedentes. Incluso los
lugares clasificados por el Tribunal de Minería como 'minas', no
eran sino conjuntos de sinuosas labores regidos por el más espanto­
so desorden, basados en ,1 empirismo y la codicia.

,La libera1 izaci ón del comercio y el nuevo énfasis en los re­


cursos agrarios que tanto éxito tuvieron en aquellas regiones que,
por carecer de metales preciosos, casi habían caído en el olvido
lRío de la Plata), fueron calurosamente apoyados por el círculo en­
ciclopedista del "Mercurio Peruano", imbuido de las inquietudes cie_!l
tíficas .Y filosóficas de la época. La idea central es la libertad
. .

individual, de la cual nace la noción de los- derechos del hombre.


Los negocios del Estado dejan de ser cosas del Rey, pasan a ser prQ_
blemas de todos, el súbdito se conyierte en ciudadano; los estados
patri_moniales (.propiedad de unos pocos} pasan a convertirse en esta
dos nacionales.

Esta semilla ideológica no llegó a fructificar del todo en


suelo peruano; en un medio abiertamente hispanófilo, favorecido du­
rante más de 250 años por regias prebendas, la fidelidad al Rey só­
lo será quebrantada por la fuerza de las annas. Gracias a un rígi­
do encuadre del país bajo el Virrey Abascal (1806-1816), fue posi ··
ble convertirlo en centro de la resistencia moná;qui�a en toda Suda
mérica, con un papel a menudo divergente de sus propios intereses
nac iona 1 es'.�-
.. ..._. '•

Al a1ba del·�iglo XIX, el sector minero manifestaba una ten­


dencia rece�iva; negros nubarrones se cernían sobre el ya una vez
cercenado espacio peruano. La crisis tuvo su punto de partida en
17

las dificultades productivas que afrontaba Cerro de Paseo, cuyos p2._


zos de drenaje fueron insuficientes para el desague de las minas. A
este hecho se sumaron facto.res cíclicos: penuria de azogue, agota­
miento de los yacimientos en explotación; y factores coyunturales-:
desórdenes sociales, movimientos separatistas. El telón de fondo
lo constituían sus crónicos padecimientos: escasez de capital y ma­
no de obra.

Las prolongadas guerras en España y América, ton su inevita­


ble cortejo de caos y desarticulación de las actividades producti­
vas y mercantiles, condujeron paulatinamente a la dislocación econó
mica. A partir de 1812 los comerciantes empezaron a retirar su ca­
r
pital; la iice�tidumbre es el �asgo caracteristico de este período.
Ello no fue óbice para que entre 1815-1820 se introdujesen las pri­
meras máquinas de drenaje a vapor en Cerro· de Paseo, adelanto que
para los, peninsulares llegó demasiado tarde. El último y decisivo
acto del movimiento emancipador continental se escenificó en el Pe­
rú (.Ayacucho, 1824), ejércitos extranjeros reforzados con batallo ...
nes peruanos borraron el último yestigio de dominación española en
América.

Como consecuencia de las guerras de la independencia, la ec2._


nomia peruana.quedó arruinada. La cuarteada unidad del espacio
peruano sufrió contemporáneamente un nuevo tirón -de factura boliva
riana- con la escisión de las Audiencias de Quito y Charcas, dando
lugar al nacimiento de Ecuador y Bolivia.

La mineria colonial, por no estar sustentada en sistemas de


trabajo coordinado según planes preconcebidos, no tuvo el carácter
de. una verdadera industria; constituyó más bien un conjunto de em­
presas de aventura. El actuar dentro de una estructura económica
periclitada, al margen de los más elementales principios técnicos,
la convirtió en victima de sí misma. -

El- ro1 económico y monetario desempeñado por lá plata en


..... el
virreinato debe ser examinado en su doble vertiente: como valor de
intercambio ·y como·va1or monetario. La plata es el medio de cambio
por excelencia, el vehículo que posibilita la circulación de todas
.18

las mercancías; pero en cuanto a t�l, posee al mismo tiempo su pro­


pia circulación: la circulación del din�ro. Las variaciones de su
valor monetario y el volumen de la producción condicionan las altas
y bajas en el nivel de precios del mercado minero, transmitiéndose
en cadena, rítmicamente, por todo el espacio regional.

No se conoce l� producción de los centros mineros en sí, tan


sólo· aquella fracción que fue registrada en los Jugares de recep-
. ción (callanas de fundición). A juicio del barón von Humboldt,
quien recorrió el Perú a fines de esta época, hasta la cuarta parte
de la plata producida en Hualgayoc y Cerro de Paseo se exportaba
ilegalmente, ora por el Pací fico, ora por el Amazonas (.vía Brasil)
al Atlántico.
. .
El movimiento de descolonización de lberoamérica coincidió
con las necesidades de expansión de la nueva potencia mundial: el
Imperio Británico, cuyos banqueros prestaron oportuno e interesado
apoyo financiero a los insurrectos; Inglaterra fue la primera en re
conocer a las nacientes Repúblicas. A partir de ese momento, el
proceso peruano empieza a diferenciarse y adquirir perfiles pro-
pios; el escenario está dispuesto.

1.3 EPOCA REPUBLICANA

1.3.1 Del Caudillismo Militar a la Guerra con Chile

Los primeros años de vida independiente de la República


Peruana fueron de agitación militar y política, de cuartelazos y
montoneras; en el interín, el régimen socio�económico de la colonia
se iba adaptando externamente a las instituciones republicanas. Ex
ceptuando a la Iglesia, la única institución que conservaba cierta
-
cohesión era el ejército.
..
Irrumpe entonces el caudillismo militar
con su torrente· de energías dispersas en ·-luchas facciosas, carentes
de aspiración
.r.,.
colectiva; mal de la época, pero que en el Perú alean
zó áeioes extremos.

La vida pública plena de luchas externas e internas, no per-


19

mitió una adecuada organización de la hacienda. Los sucesivos cam�


bios de gobierno van casi siempre acompañados de radicales reformas
constitucionales y legislativas que devienen en confusión adminis­
trativa e inestabilidad financiera. En medio de tantas convulsio­
nes, la minería recomenzó sus actividades y creció; tirios y troya­
nos eran concientes que no convenía a sus intereses la parálisis de
la actividad productiva por excelencia.

Las guerras de la independencia no cancelaron la primacía de


tentada por la minería sobre las demás actividades económicas. A
la debacle de los años 1820-1824 sigue una fase de crecimiento que
transcurre �ntre 1825-1842, evidencia tangible de la potencialidad
del sector. La rápida reconstitución de la estructura productiva
pennite que, transcurrido algún tiempo, se recuperen los anteriores
niveles de rendimiento. La iniciación de la República no supuso el
tránsitp de un modo de producción con síntomas evidentes de agota­
miento a uno nuevo, por lo que habrán de repetirse los ciclos y ril
mos económicos ya· anotados en el coloniaje. El sistema bimetalista
se conservó.

La reiniciación de los trabajos en el socavón de Quiulacocha


(.1825), el regreso· al laboreo subterráneo y las nuevas inversiones
inglesas, acabaron dándole nueva vida a la minería del ahora perío­
do republicano. El estado colonial fue proteccionista, el estado
republicano era liberal, pero sus escasas medidas promocionales es­
tuvieron impregnadas de un claro determinismo geográfico. Luego de
la decadencia de Huancavelica y la crisis de Potosí, la minería c.Q_
lonial se diversificó, la republicana por el contrario se concentró·
en Cerro de Paseo ocasionando un mayor abandono de las demás regio.­
nes mineras. Jlmbas políticas tuvieron un efecto desigual sobre los
diversos segmentos del espacio peruano, pero la República centrali­
zó aún más esta tendencia.

Desaparecido el Tribunal de Minería con sus Diputaciones y


cerrad�J la� callanas de fundición, puede hablarse con propiedad de
acefalía. gremial. El reordenamiento subsiguiente transformo a Ce­
rro de Paseo en un·céntro cuasi-monopólico; coadyuvaron a este pro­
ceso el nítido dirigismo estatal y la coetánea atonía de los demás
centros mineros:
20

La idea de crisis en la minería post-colonial debe regional.!_


zarse: crisis en el norte y el sur, crecimiento en el centro. Cu­
riosamente, tanto la crisis de la independencia como la posterior
recuperación fue muy sentida en Cerro de Paseo; en lugares como
.Hualgayoc, Huancavelica, Huantajaya, no hubo crisis ni recuperación,
tan solo una larga declinación. Las vicisitudes cerreñas fueron
circunstanciales, consecuencia directa de la gesta emancipadora y
el ulterior desarrollo de un proceso de transferencia de propiedad,
acelerado por la emigración o expulsión de españoles y las expropi_!
ciones, lo que derivó en una concentración relativa de la propie­
dad minera.

Conforme la empresa va creciendo y dispone de mayor capital


de inversión, tiende a reunir en si las fases extractiva y de bene­
t
ficio; abarcar la totalidad del proceso productivo er una unidad
econ6mica equivale a liberarse de la sujección al capital mercan­
til. La producción argentifer� durante esta etapa no puede ser vis
ta como un todo, debe desagregarse en las producciones regionales
contribuyentes, las cuales son recepcionadas en las 7 cal lanas exii.
tentes desde fines del virrefnato,a saber: Cerro de Paseo, Lima,
Trujillo, Huamanga, Arequipa, Tacna y Puno. Estas a su vez articu­
laban una rE!gión minera, lo que detenninó el resurgimiento de espa­
cios y mercados regionales, basados en los contactos · establecidos
entre los centros mineros y las callanas de fundición. La capaci­
dad de compra estaba supeditada a los vaivenes de la minería local. -�

Los diferentes ciclos regionales de producción de plata po­


seen relativa autonomía; economía y demografía obedecen en el Perú
a la suma de lógicas regionales distintas, no a una dinámica nacio­
nal. Los ciclos de crecimiento nacional y cerreño se corresponden,
de suerte que el tipo de regionalismo históricamente desarrollado
en el Perú resulta, paradójicamente, un sutil centralismo.

En las zonas norte y sur se �esarrolla una economía natural


en sus 2-vertientes: la parcela campesina o comunal, y el latifun­
dio....... Oe,este último derivaría el gamonalismo, precisamente en
r
áreas deprimidas e·r t�nninos mineros. Hacia él apuntan, aunque in­
conci entemente, los propios mineros; quieren hacer fortuna de golpe
21

y retirarse del oficio, bien hacia el comercio, diversificando su


capital, ó bien accediendo a la propiedad de la tierra. Los flujos
y reflujos poblacionales están condicionados por oscilaciones coyu!!_
turales y estacionales, presididos por la evolución de los ciclos
minero y agrario. Cuando existía incompatibilidad entre ambos se
recurría -una vez más- a la leva y el trabajo forzoso, práctica que
fue institucionalizada al decretarse su convalidación por el servi­
cio militar.

· Empero, la más significativa contradicción se desprende al


cotejar los precios del metal. Mientras las cotizaciones interna­
cionales permanecen relatiyamente estables, regidas por la ley de
oferta y demanda, e internamente existen precios institucionales (C-ª.
sas de Moneda), en los imperfectos mercados regionales imperan
otros precios basados en la escasez relativa de mercancías, con
drásticas fluctuaciones; es precisamente allí donde operan las ca­
llanas que el capital comercial es hegemónico.

Es este hecho el que transparenta el ciclo de producción mi­


nera y el nivel de precios en los diversos mercados y espacios eco­
nómicos. La diferencia promedio entre el precio de la plata en Lo!!_
dres y el precio en la mina era del 40%, lo que constituye el mar­
gen de ganancia bruta en el extranjero, y del 18% entre el· precio
pagado en la Casa de Moneda y en el centro minero, que era a su vez
la ganancia bruta en el mercado interno. El minero gana, pero el
negocio se redondea en �1 intercambio; he aquf el origen de todas
las distorsiones e irracionalidades; a más de esto el capital exce­
dente generado no regresaba a las minas, era trasladado al sector
agro-ganadero y al sector emergente: el guano de las islas.

El metal precioso se encuentra en las entrañas de los Andes


y para extraerlo es menester sortear ciclópeas montañas y salvar
enormes distancias. El g_uano y el salit�� �on -sui generis. A su
explotación no se oponen la remota ubicación y las rudimentarias c.Q_
municaciori��; yacen en la costa, casi al alcance de los barcos que
vengan a.buscarlos. La explotación del salitre se inicia en 1830,
1 a de-1 guarfÓ ·elf .1842 / a 1 canzando su cúspide entre 1862-1873. Co­
mienza entonces una nueva era de opulencia, el virreinato del oro y
Ta plata es reemplazado por la república del guano y el salitre.
22

Las lentas y aleatorias especulaciones de la minería que para ser


. fructuosas requieren conocimiento y perseverancia, dejaron de ser
atractivas.

La fácil explotación de los nuevos recursos naturales dominó


todas las manifestaciones de la ·vida económica. Sus utilidades se
convirtieron en la principal renta del fisco; el país se sintió ri­
co, el Estado usó su crédito sin medida, vivió del derroche, hipot�
cando su porvenir a los financistas europeos. Una política de gra!!,_
des empréstitos (Contrato Dreyfus) llevó a su apogeo la aparente
prosperidad.

Hasta la emergencia de estas sustancias como principal rubro


del comercio de exportac�ón, la languideciente economía peruana re­
posó en el funcionamiento de los tradicionales latifundios serra­
nos, la_exportación lanera y fundamenta.lmente en los asientos mine­
ros. Si bien los niveles globales de producción de éstos son infe­
riores a los de la colonia, fueron lo suficientemente significati- ·
vos para mantener la acuñación monetaria. Con excepción de las
plantacione� algodoneras y azucareras de la costa norte, la bonanza
guanera no impulsó el desarrollo del potencial productivo del país;
más aún, la precisa localización regional de aquei'los recursos pro­
fundizó la ·�egmentación interna del cqnstreñido espacio peruano.

A principios de 1812 se habían consumido por adelantado los


ingresos del guano y el salitre correspondientes a todo el ejerci­
cio presupuestal, el cataclismo era inminente; la balanza comercial
era mantenida artificialmente al precio de la pérdida de respaldo
metálico. En estas circunstancias se inicia la depreciación de la
plata en los mercados mundiales, la cual coincide con el fin de la
Segunda Revolución I�dustrial; intentando detener la caída se decre
ta el monometalismo de plata. La inflación se desboca al año si­
guiente, ing.resándose al �régimen del papel...
moneda, como medida in
extremis se vincula la garantía del bille'te al crédito del Estado.
El incumpli-m-iento de 'las obligaciones contraídas arruina al fisco.

- Ta 1 fue� e 1 ·tr.i's te pre 1 udio de 1 a guerra devastadora; e 1 Pe­


rú, país de riquezas fabulosas, se encontró frente a ella desarmado
y en bancarrota, a la sombra de la imprudencia y las ambiciones.
. 23

1.3.2 De la Guerra con Chile a la Depresión

la derrota significó, ante todo, la mutilación de unos


190 000 kilómetros cuadrados de territorio (que incluían la provin­
cia más rica del país), y la pérdida de las principales fuentes de
acumulación: el guano y el salit�e; Con ellos desapareció la.gara�
tía que respaldaba los cuantiosos empréstitos contraídos en la pre­
guerra; la deuda en cambio permaneció. Pocos dudaron en aquel en­
tonces que el futuro del Perú dependía de la explotación de sus re­
cursos naturales, nadie puso cortapisas al papel preponderante. que
estaba llamado a desempeñar el capital extranjero, pero para ello
era menester recuperar la confianza internacional.

Con este propósito. . se procedió a retirar de circulación el


depreciado papel moneda y a entablar negociaciones con los tenedo­
res ext�anjeros de bonos (.a raíz del incumplimiento de los compromj_
sos de la deuda durante la década de 1870), lo que culminó con la
firma del Contrato Grace (.1890).; según lo estipulado, se entregaba
en cómpensación el sistema ferroviario lo que aún quedaba del negocio
del guano y otras regalias menores. Este es un hecho sin preceden­
tes, se pagó deuda con patrimonio.

Las relaciones entre el gobierno y la empresa establecida


por los antiguos tenedores de bonos, la Peruvian Corporation (en
adelante Peruvian}, se deterioraron rápidamente luego que el Congrg_
. so denegase a la Peruvian los derechos de concesión que alegaba pa­
ra drenar las minas de Cerro de Paseo. A partir de 1892 el precio
de la pl ata experimenta nuevamente un vertiginoso descenso. Los
signos monetarios de los países regidos por el patrón de piata -en
tre e11os el Perú," se deprecian con rapidez. En esta atmósfera car
gada, la tirantez entre el gobierno y la Per.-uvian dió ténnino a
las buenas relaciones con el capital británico.

Pese a hallarse áislado de los cen\ros financieros mundiales


el país se".Y!ehizo; removidos los escombros, se despereza en un am­
plio ,mov1miento de recuperación. La fuerza motriz de este proceso
está en los.propios.,p·eruanos. A partir de 1893 los capitalistas l.Q.
cales enfrentaron el reto de organizar, financiar y controlar una
expansión económica de carácter genuinamente nacional. Una intensa
24

movilización de recurios potenci6 el desarrollo de nuevos sectores


de exportación; sus efectos fueron relátivamente amplios, incluso
la migración interregional reapareció.

Siendo la plata el princi_pal producto de exportaci6n, el de­


rrumbe de su cotización internacional condujo inevitablemente a la
depreciación del tipo d� cambio; la rentabilidad de los exportado­
res y los fabricantes. locales que competían con las importaciones
aumentó. El alto valor de retorno y los precios relativos favora­
bles se conjugaron con la protección arancelaria, traduciéndose en
un mayor volumen de inversión. El entorno propicio para la nacien­
te industria no obedeció a una deliberada política gubernamental,ni
a las presiones de algQn grupo de poder, sino más bien a una afortu
nada combinación de ci.rcunstancias que per:-mitieron la diversifica­
ción, el logro de una mayor capacidad.tecnológica y la incorpora­
ción de·un sector manufacturero orientado hacia el mercado local.

La estabilización de los precios mundiales de la plata, acae


cida a fines de la década de 1890, hubiese supuesto la fijación de
la paridad cambiaria. Sin embargo, un poco antes (.1897), se decre­
tó la sus�ensión de la libre acu�ación de_monedas de plata, empeza.!!_
do a regir 4e facto el patrón de oro, surtiendo el mismo efecto con
algunos meses de antelación .. El más tenaz opositor a esta medida
fue el gremio de mineros de plata.

Evacuado el país por el invasor en 1883, se reanudó con ahí!!_


co la explotación del metal argentifero, acicateada por el envilec!
miento del papel moneda. La minería que renace es cualitativamente
diferente a la de siglos precedentes: está mejor dirigida, los mét.Q_
dos de prospección, explotación y beneficio se renuevan. Todo ello
gracias al concurso de profesionales peruanos formados en la Escue­
la de Ingenieros. Despojado de atávico empirismo, el laboreo de
las minas va perdiendo su carácter aleatorio para convertirse en un
problema técnico-industrial. El Cateador de Minas es reemplazado
�- . ..
.....

por el --Ingeniero de Minas. El interés británico impulsó la exten­


sión -�del� Ferrocarril _ Central hasta La Oroya (1890-1893), posibili­
tando el descu°brimfento de nuevos distritos mineros (Casapalca y Mo
�acocha); con el retiro de los insulares, el terreno quedó libre p�
ra los mineros locales.
25

Hasta 1890 el sector minero estaba constituido por pequeñas


empresas ubicadas a lo largo de la Sierra, buen número de las cua­
les se hallaba en Cerro de Paseo;· todas dedicadas en lo sustanti­
vo a 1 a extrac_ción de 1 meta 1 precioso. Los ricos yac imientos cerr�
ños de óxidos (susceptibles de ser tratados por amalgamación con
mercurio) se estaban agotando, muchas labores se acercaban peligro­
samente a la napa freática; si bien se disponía de grandes reservas
de sulfuros, la tecnología para su tratamiento estaba aún en cier­
nes.

Desde 1890 se produce una desconcentración hacia los nuevos


centros argentiferos, tanto en la Sierra Central (.Casapalca, Moroco
cha, Yauli), como en otros lugares (Quiruvilca, Castrovirreyna, Caí
llorna). En 1895 la producción estaba en pleno auge, sin llegar a
alcanzar los niveles del período anterior,·especialmente donde se
empleaban las nuevas tecnologías: fundición y lixiviación. En Ce­
rro de Paseo la producción permaneció a duras penas estacionaria,
debido tanto a la baja en la ley del mineral, cuanto al agravamien­
to de los problemas de drenaje.

Al desplomarse los precios, el uso de la plata en la acuña­


ción de monedas constituyó el único alivio para los mineros. Sus­
pendida ésta·y cerrada la Casa de Moneda, la crisis se agudizó. A
los bajos precios se sumó la sobreproducción del metal, asistida
por los progresos metalúrgicos, deprimiendo aún más su valor. Las
empresas dejaron de producir; la plata metálica era prácticamente�� 1:.t:

inservible. En medio del más siniestro pesimismo, la buena nueva\ .. ,


de la elevación del precio_ del cobre a niveles.sin precedente, fuet�·:
casi un don del cielo.

En Cerro de Paseo existían grandes depósitos de mineral de:


cobre de alta ley, distantes 360 kilómetros de la fundición más cer·'
cana (.Casapalca); efectuar el beneficio e� forma local se constitu-·
yó en el imperativo categórico. Al iniciarse el siglo XX existían
ya 11 f�ndiciones en Cerro de Paseo y alrededores; el paso siguien­
te era el tránsito de la producción de pequeña a gran escala media!!_
te el-establec-imient'o··de una sola fundición. Sólo la optimización
de los procedimientos minero-metal�rgicos posibilitaría el pleno
aprovechamiento del potencial productivo de la zona.
26

La expansión de la minería cuprífera cerreña debe sortear


los mismos escollos que obstaculizaron a la minería de plata: dre­
. naje y aislamiento geogr�fico. El drenaje de las minas a un nivel
inferior al del socayón de Quiulacocha debía esperar la construc­
ción del socavón de Rumiallana. Posterionnente debería encararse
el álgido problema de la incomunicación mediante la construcción
de la línea férrea La Oroya - Cerro de Paseo.

Entre 1890 y 1900 e] volumen de las exportaciones de plata


se incrementó en un 150%, su valor en cambio aumentó sólo en un 47%.
Al dejar de ser generadora de grandes dividendos, la minería propiª­
mente argentifera, en tanto expresión de una identidad diferenciada,
pierde importancia; en adelante el metal blanco se obtendrá como
sub-producto de la minerfa de cobre. Coincidentemente, la Tercera
Revolución Industrial está ya en marcha.

El precio del cobre bajó bruscamente en 1901. El temperame!l_


to en Cerro de Paseo no era nada optimista. Las ganancias de corto
plazo eran reducidas, las de largo plazo dependían de la evolución
de una serie de acont.ecimientos inciertos: nivel de precios, obras
de drenaje y transporte. Por si esto fuera poco, se temía que con
la recupera�i�n de la industria las presiones de la Peruvian para
el reconocimiento de sus presuntos derechos pudiesen contar con la
'simpatía' de algún gobernante. No es por tanto de extrañar que e!!_
tre setiembre y octubre de aquel año el 80% de las minas cerreñas
pasasen a poder de la Cerro de Paseo Mining Company (en adelante:
Cerro), empresa norteamericana que también adquirió la concesión P!.
ra la construcción del anhelado ferrocarril La Oroya-Cerro de Paseo.

La decisión de vender no se debió a la incapacidad o inefi­


ciencia del minero peruano, fue simplemente un problema de precio,
los magnates extranjeros valoraban los yacimientos más que sus pro­
pios dueños. Las grandes corporaciones tomaron sucesivamente el
control de los mejores depósitos minerale�- del país. El sector mi­
nero nativo'·prácticamente desaparece, así como la tecnología nacio­
nal eñ mfnería y fundición; igual suerte corrieron las 1nstitucio­
nes que apoyaron a 1" ·h:�nacimiento primigenio del sector. La Cerro
monopoli�ó la explotación de cobre a lo largo del eje Casapalca-
27

Cerro de Paseo, a lo cual habría de añadir el monopolio de la comer


cialización y tratamiento de minerales, consolidando así su posi-
ción hegemónica.

Una nueva potencia (Estados Unidos) iniciaba su ascenso; el


efecto inmediato de la intervenció" n estadounidense en Cerro de Pas­
eo fue la paralización o reducción de actividades de las minas ad­
quiridas, en tanto culminaban los preparativos y negociaciones para
operar en gran escala. Concluidos el ferrocarril y el túnel de dr�
naje, todo quedó expedito. El inicio de la inversión extranjera di_
recta c001porta la monopolización de los recursos y su desnacionali­
zación. Durante los 3 primeros decenios de este siglo el reinado
del cobre alcanza su cenit; las 3 principales empresas extranjeras
participan con no menos �el 97% en la exportación de metales. Los
dramáticos cambios acontecidos en minería son a su vez expresión de
un fenómeno de mayor" amplitud.

El proceso de crecimiento autónomo iniciado en la década de


1890 estuvo sustentado en el impulso del sector exportador (azúcar,
algodón, lana, caucho y minerales) controlado por capitalistas loe-ª._
les. Fueron esos mismos intereses, en armonía con el pujante capi­
tal internacional, los que decidieron concientemente su abandono d�
finitivo. Este. asentimiento está preñado de graves augurios. La
división internacional del trabajo, que condena al Perú a la condi-
ción de productor primario, cuyo inconexo sector industrial es inc-ª._
paz de generar un mercado interno de reproducción y consumo, queda ·
consolidada.

La penuria post-bélica fue superada gracias al esfuerzo na­


cional, recién entonces se produce la inversión extranjera, piedra
de toque del proceso de reincorporación a la economía de mercado.
El control foráneo de los recursos naturales es sólo el primer paso,
progresivamente quedan bajo su tutela: la balbuceante industria,
la �anca y los servicios públicos.

� K)a inestabilidad precedente (1883-1895) siguió un período


de paz civil.;- ·s.e- inª.ugura la 'República Aristocrática', a la que S,!!
cede el 0ncenio 1 (1919-1930), durante el cual se ba.rrunta la exis­
1

tencia de grandes recursos inexplotados y se producen las últimas


28

desmembraciones territoriales. La primacía del sector exportador


es ya incuestionable, los negocios· ingresan en una senda de prospe­
ridad, el auge de 1 a agricultura de exportación conduce a 1as primg_
ras crisis en el ramo de las subsistencias y sus precios; en adela!!_
te el espectro del hambre no cesará de rondar. Ante la balanza co­
mercial favorable resurgió el opfimismo, ignorábase que la mayor
parte del capital no regresaba al país.

El esta11 ido de 1 a Primera Guerra Mundial (1914-1918) encon­


tró a un sector minero agrandado y diversificado (oro, plata, co­
bre, plomo, carbón, vanadio, tungsteno, molibdeno). Sus consecuen­
cias fueron: contracción del crédito, cierre de los mercados de
uno de los bandos en lucha, escasez y elevación del costo de fletes
y seguros., amén de difiq.1ltades en el abastecimiento de maquinarias,
repuestos e insumos. La compensación provi�o del alza de precios
de las m�terias primas que conlleva todo conflicto bélico; las ex­
portaciones aumentaron, la bonanza efectiva duró hasta 1921. A par
tir de 1922 1 os precios de los p.roductos primarios empiezan a ba­
jar; el crecimiento llega a su fin. En un intento por mantenerlo
artif- icialmente se recurrió nue.vamente al endeudamiento externo,
soslayando la posibilidad de una discreta intervención estatal acom
pañada de un reordenamiento en el agro; la situación se tornaba in­
sostenib 1 e. •·

Aquel mundo que se solazaba a los alegres compases del char­


leston se hallaba al borde del precipicio. Con el pánico de la Bol
sa de Nueva York el sistema financiero internacional entró en cri­
sis. Sus efectos en el Perú fueron devastadores: bancarrota finan
ciera del Estado, contracción del comercio internacional de import�
ción y exportación, devaluación traumática, restricción del . crédi­
to, descapitalización del país y desocupación masiva. El oncenio
sucumbió ante la magnitud de la crisis.

Pese a su aparente progr�so, el Pert seguía siendo un paraje


exótico dond�·se producía lana, un poco de algodón, ciertos minera­
les y al·g�q de azúcar; todo lo cual era exportado. El estado agra­
rio era más o· menos· e- l·. que existía después de la independencia, to­
dos sus progresos se circunscribían a los valles. La mayoría de la
29

población seguía siendo indígena y analfabeta, permanecía aislada y


diseminada en las altas regiones andina�� dedicada a una agricultu­
ra primitiva, azotada de continuo por la furia de·los elementos: se
quía, heladas, huaycos.

Las relaciones de trabajo ·seguían siendo regidas por el en­


ganche. Los primeros síntomas de cambio social se advierten en la
distribución de la población. El paso de la población rural al sec
tor urbano es lento e imperceptible al principio, intensificándose
conforme transcurre el siglo.

1.3.3 De la Depresión al Código de Minería de 1950

La depresión mund�al marcó. un nítido. punto de inflexión en


la historia económi.ca de la mayoría de países latinoamericanos; a
la abrupta contracción de los mercados de bienes se sumó la crisis
de la deuda. Las dificultades de las economías metropolitanas (USA
en especial), llevaron a la suspensión de la inversión directa en
el exterior. La crisis internacional no sólo tuvo efectos económi-
. cos, fue a la vez fin de fiesta de una época y punto de partida de
profundos cambJos, que se sucederán confonne nuevas fuerzas socia­
les hagan sentir su voz.

Acicateadas por la desconfianza y la inestabilidad política


y social, estallaron aquellas pasiones que hasta entonces sólo ha­
bían visto la luz de manera sesgada; la agitación subsiguiente for­
zó a las 'fuerzas vivas' a clamar por un 'gobierno fuerte', punto
de partida del proceso de fortalecimiento del Estado.

La galopante inflación interna se tradujo en hemorrágica pér.


dida de divisas.· Ante la gravedad de la situación se procedió a d�
clarar la moratoria unilateral en el pago de la deuda externa (se­
tiembre de 1931). La Misión Kemmerer, ll�gada en octubre del mismo
año, recomendó e 1 abandono del "Gold Coin Standard" (patrón de oro
acuñado}. 4 y·sÜ reemplazo por el "Gold Exchange Standard" (patrón de
divisi di oro). La crisis empezó a ceder en 1933, iniciándose un
""
proceso sostenfdo de recuperación mundial; juntamente con la mayor
demanda mejoraron las cotizaciones de las materias primas.
30

Los peruanos estaban nuevamente obligados a manejar su pro­


pia recuperación económica sin ayuda externa. La ausencia de nueva
inversión extranjera condujo a una virtual resurrección de la acti­
vidad empresarial local en los sectores de exportación. En la medí
da en que la participación de las empresas nativas iba en aumento,
la integración del sector exportador con el resto de la economíaª.!:!.
mentaba también. No obstante, la reorientación del aparato produc­
tivo fue mínima.

En aquel tiempo muchos gobiernos latinoamericanos optaron


por modelos de desarrollo 'hacia adentro', dando énfasis a la susti
tución de importaciones con apoyo estatal, y a la expansión del ga�
to público como medio de estimular la demanda interna. El Perú de
entonces se aferró con miopía a la tradici?n; pese a haberse conceD._
trado en la promoción de exportaciones, y no en la industrializa-
ción, la-economía peruana se recuperaba con lentitud. Gran parte
del impacto de la recesión recayó sobre los beneficios repatriados
por las grandes corporaciones mineras más que sobre el ingreso de
divisas al país. Las pequeñas y medianas compañías que aún sobrevi
YÍan acusaron recibo del golpe, muchas de ellas fueron absorbidas
por las mis poderosas,

En cuanto al cobre, el control ejercido por las empresas ex­


tranjeras, tanto sobre su producción como sobre los grandes yaci�
mientas inexplotados, había conducido a un virtual monopolio .. Con
la depresión su precio sufrió un descenso de casi 70%; el oro repun
tó en la misma proporción. Entretanto la cotización de la plata,
metal que contribuía significativamente a la rentabilidad de la mi­
nería cuprífera, decayó notablemente. La pérdida de perfil propio
no dió al traste con la plata, convirtiéndola en reliquia del pasa­
do; muy por el contrario, muchas minas eran -y son hoy en día- ex­
plotables por su contenido argentifero. Al bajar su precio dismi­
nuyó e 1 va 1 or de 1 minera 1 exp 1 atado; much.a.s operaciones se torna­
ron antieconómicas.

� Al ·calor de los elevados precios, los financistas locales


volvieron su atenciOn a la minería aurífera. Su expansión tropezó
con 2 graves limitaciones: el reducido tamaño de los yacimientos y
31

la progresiva pérdida de rentabilidad. La fijaci6n institucional


del precio del oro en 35 US$/oz (que subsisti6 hasta 1972), por oc!!_
rrir dentro de un marco inflacionario, volatilizó las ganancias.
Ante el ocaso del cobre, la plata y el oro, la estrella de plomo y
el cinc se encumbr6 en el firmamento:

Las minas peruanas son por lo general polimetálicas, en


· ellas tanto el plomo como el cinc acompañan a la plata. La técnica
de concentración de minerales por flotación pennitió la recupera­
ción simultánea de varios productos. Pese a que dicho método apar�
ció en 1918, sólo las grandes corporaciones (Cerro, Vanadium, Nor­
thern) tenían plantas en operación durante los años '20. Las plan­
tas concentradoras podían ser instaladas junto a la mina; a su míni
mo consumo de combustibl� se añadía la posibilidad de ser acciona­
dos con energía hidráulica. Por si esto füera poco, los concentra­
dos obteryidos podían ser directamente exportados y vendidos en el
exterior, reduciendo de este modo la dependencia de las empresas lo
cales respecto a las grandes plantas de procesamiento (Oroya, de la
Cerro; Shorey, de la Northerh).

La minería de plomo·-cinc era la.· inversión más rentable post-


depresión. Durante los años '30 los precios de ambos metales aume.!!_
. taren más ráp.idamente que la inflación interna; las utilidades se
incrementaron notablemente. Una serie de nuevas compañías naciona­
les reabrieron antiguas minas de plata e instalaron plantas concen­
tradoras capaces de recuperar plata, plomo y cinc. Tres de ellas
son de particular importancia: Minas de Cercapuquio, Compañía Min�
ra Atacocha, Sindicato Minero Río Pal langa. La particip�ción de •··.
las compañías de reciente creación en la exportación de metales cr� ;,�
ció con prontitud; las corporaciones no desaprovecharon lá ocasión
para ampliar y modernizar sus instalaciones.

La de�resión fue superada gracias a) veloz ·resurgimiento de


las exportaciones de algodón, seguido por el dinamismo de los nue­
vos prod_��tos�·-mineros, y por la acelerada expansión de la produc­
ción petrqlera por parte de- la International Petroleum. Company (en
adelante; -_lPCh'"' -Terminaban de disiparse los efectos de la recesión
(.1929-1933) cuando estalló la Segunda Guerra Mundial (1939--1946.).
32

Sus consecuencias negativas fueron las mismas de la anterior con­


tienda, empero, la eventual compensación derivada del alza de pre-
.cios de las materias primas quedó excluida desde el primer momento
por la rapidez y el vigor con que Inglaterra y Estados Unidos impu�
sieron topes a las cotizaciones de los productos primarios, partic.!:!_
larmente metales.

Cerrados los mercados europeos y de oriente y urgido por el


impulso de la producción bélica, Estados Unidos requería materias
primas con urgencia. Se inicia entonces una luna de miel en las
asimétricas relaciones bilaterales entre ambos países. Como resul­
tado de este clima de armoniosa comprensión, el Perú aceptó pronto
y de buen grado los controles de guerra sobre los productos prima­
rios, incluidos los minerales. Estos acuerdos deprimieron el ingrg_
so de divisas por concepto de expotaci ones,- fina 1 izado e 1 conf 1 icto
-se disponía de menos reservas que otros 'países latinoamericanos y
se había progresado poco hacia el autoabastecimiento.

La guerra redujo la oferta de bienes manufacturados prove­


nientes de los países desarrollados, fomentando en muchos países
sub-desarrollados un empuje industrial; también privó al mercado
norteamericano de sus principales proveedores pesqueros (.Japón y
Escandinavial". Ausente el interés foráneo, los empresarios loca.les.
pusieron manos a la obra. El aumento de la demanda impulsó un ma­
yor grado de transformación del producto: del pescado en conserva
se pasó a la harina y aceite de pescado.

Si bien la actividad minera canalizó cuantiosas inversiones,


revitalizó la capacidad empresarial local y aprovechó las nuevas
oportunidades (plomo-cinc), no pudo mantener su dinamismo durante
los años '40; los crecientes costos locales y el congelamiento del
tipo de cambio la hicieron menos competitiva. La creciente crisis
económica comprometió la delicada situación del sector;-a ello se
sumó la decadencia de la industria del pet;Óleo. E�tretanto la pl.?_
ta encontró ·oo nuevo campo de aplicación. Desdé el abandono del bi
metalismopro-plata por la mayoría de las naciones, se venía em­
pleando sales·de pla t-a··en fotografía, pero no fue sino hasta 1940
0

que las inmensas existencias mundiales fueron usadas masivamente


con·fines industriales.·
33

Hacia fines de la década del '40 la recuperación de post-gu�


rra era estimulada por politicas expansivas en toda Europa y por el
Plan Marshall. Los precios de las mercancias comenzaron a elevar­
se, la escasez de alimentos fue la bola de nieve que desencadenó la_
avalancha inflacionaria. El PerG, setular importador de alimentos,
sintió el impacto en carne propia.

El clamor de las nuevas fuerzas socio�económicas detenninó


un cambio en el rumbo de los acontecimientos. Paulatinamente van
apareciendo las políticas de intervención económica de factura gu­
bernativa, caracterizadas por el control de cambios e importacio­
nes, racionamiento de divisas, incremento del gasto público y gravá
menes adicionales sobre las exportaciones de productos tradiciona­
les; se intentaba así transferir el excedente de los sectores de ex
portación a los grupos urbanos. La incoherente implementación hizo
inviable la nueva concepción económica. De un lado la industria
perdía protección arancelaria, de otr·o los controles eran mal admi­
nistrados. Las políticas sectoriales eran delineadas sobre una ba­
se ad hoc y a menudo contradictoria. ·Paralelamente, la severa y
creciente intranquilidad laboral, el elevado costo de vida, pero so
bre todo la escasez de las subsistencias, caldearon los ánimos.

Abortádo el primer ensayo refonnista, el liberalismo volvió


a brillar en todo su esplendor. En 1950 el Perú era una rara avis
en América Latina debido al entusiasmo con que el crecimiento gene­
rado por las exportaciones, y en general la orientación hacia el ex
terior, seguían siendo estimulados de manera expresa; con tal fin
se estableció un nuevo marco legal que atrajese la inversión en mi­
nería y petróleo. A principios de la década del '50 habían desapa­
recido todos los signos del experimento anterior; el sistema perua­
no de comercio e intercambio era el más libre de toda Latinoaméri­
ca, a juicio de muchos observadores, el Perú estaba llamado a con­
vertirse en el paradigma del desarrollo ortodoxo.

La re1-ativa facilidad del negocio minero, al cual 'muchos in-


tereses confluían y tantos dividendos proporcionaba, determinó la
profundización de la-.·especialización productiva basada en las vent�
jas comparativas. El surgimiento y consolidación de varios 'compl�
34

jos sectoriales' (textil, bebidas, materiales de construcción), no


fue sinónimo de industrialización; ésta a�anzaba a paso de tortuga,
sin mayores rupturas, en un lento proceso de ocupación del mercado
creado por el ímpetu exportador. Medio siglo de centralismo a ul­
tranza determinó la concentración de casi todo en Lima, incluyendo
el asfalto de los caminos.

1.3.4 Del Código de Minería de 1950 a la Crisis del Petróleo

las políticas de promoción puestas en marcha estuvieron basa


das en una alianza implícita entre los inversionistas locales y ex­
tranjeros; ambos estaban interesados en el desarrollo de las indus­
trias básicas siempre que se les otorgase incentivos especiales, al
amparo de los cuales se produciría la inversión directa, orientándo
se preferentemente hacia los sectores tradicionales.

Promulgado en nuevo Código dé Minería (1950), las reglas de


juego estaban dadas. Contando con estabilidad jurídica y tributa­
ria se produjo el efecto deseado. Si bien ASARCO había adquirido
en 1948 el título legal de la propiedad cuprífera de Toquepala, se
acogió a la� disposiciones de la nueva ley, constituyendo una nueva
compañia, la Southern Peru Copper Corporation (en adelante: Sou-
thern). En 1!fü2 se suscribió un contrato con la Marcona Mining
company (en adelante: Marcona), para la explotación del yacimiento
de hierro del mismo nombre, único gran depósito mineral de riqueza
constatada que pennanecia fuera de control extranjero, bajo el cual
ya se encontraban: Quellaveco, Antamina, Michiquillay, Tintaya, Fe­
rrobamba, Chalcobamba, Magistral y Bayóvar.

La selectividad puesta de manifiesto por las transnacionales- _


en la adquisición de yacimientos, comprometió l�s posibilidades de
ampliación en la escala de operaciones por parte de los mineros lo­
cales; para ellos solo quedaron los depósit�-� minerales medianos y
pequeños. Tras la eliminación de los controles de divisas y de im�
portación_i estimuladas por los altos precios, una pléyade de comp�
ñías netamente peruanas_iniciaron sus actividades, entre ellas Com­
pañía d� Mi�a��uenaventura y Compañía Minera Milpo. Al igual que
en las décadas de 1890 y 1930, la prosperidad de las empresas mine-
35

ras nativas y sus altos valor�s de retorno dieron un espaldarazo a


la industria local de bienes de capital; ·se crecfa hacia el exte­
rior.

En tanto los grandes proyectos- no madurasen, las compañías


locales detentaton el liderazgo en la producci6n de metales no fe­
rrosos, recién entonces se harfa patente la gravitación de las em­
presas multinacionales en el desarrollo futuro. El abandono de la
política de reservas estratégicas de plomo y cinc por el gobierno
norteamericano en 1957, agravó el efecto de la crisis internacional
(1957-1959). Dos años de bajos precios de los metales pusieron de
manifiesto las debilidades y peligros de la extrema dependencia de
los sectores de exportación.

El aporte de Southern y Marcona al t6tal de la producci6n mi


nera fue .creciendo progresivamente; ambas efectuaban grandes e in­
tensivas operaciones de capital, pero sus valores de retorno eran
bajos. Las disposiciones adoptadas por el gobierno en 1964 tuvie­
ron 2 repercusiones: elevaron dichos valores, pero a la vez conduj�
ron a un enfrentamiento con los intereses de las multinacionales.
El incremento logrado en el valor de retorno, unido a los altos pre
cios de los minerales de fines de los '60 y principios de los '70,
disfrazó la tendencia del sector en el largo plazo: retraso en el
crecimiento y en .la inversión. Este retraso tenía a su vez 2 dimen
sienes: en primer término, una pérdida de momentum por parte de las
empresas locales (pequeña y mediana minería); en segundo término,
1 a ausencia de nuevas inversiones por parte de las empresas transna­
cionales.

La pérdida de dinamismo de los mineros locales se remonta a


la debacle de los precios del plomo y el cinc; la entrada en produf_
ción de los depósitos conocidos más importantes que se encontraban
en manos peruanas, estrechó aún más su ya �:_imitado campo de acción
forzando a una decisi6n. Desde entonces el esfuerzo empresarial s�
rá canalizaá<f·hacia la construcción y la industria. La ausencia de
'•"' .

nueva inversi6n extranjera se debia, parad6jicamente, a la liberali


dad de-los térmh1os·contractuales contemplados por el Código de
1950; las demás corporaciones abrieron un compás de espera, confian
36

do en lograr un tratamiento semejante al recibido por Southern.


Los nuevos proyectos de envergadura permanecieron en suspenso, a­
guardando la 'buena disposición' del gobierno.

Debido al ·largo período de gestación de los grandes proyec­


tos, la expansión de la produccion no se vió afectada en el media­
no plazo; terminado el flujo. de los proyectos gigantescos, el impaf_
to de largo plazo pennaneció estacionario. Hasta principios de la
d�cada del ·'60, la tasa anual de cr�cimiento del sector minero fluf_
tuó entre el 13% y el 20%, cayendo luego hasta un 2%. Esta abrupta
disminución del crecimiento fue enmascarada por el incremento del
valor de retorno. La ausencia de nuevos proyectos que empezasen a
producir a fines de los 60 y principios de los 70 era inquietante.
1 1

Hacia 1965, la mayoría de los recursos que en los turbulentos


años '20 pennanecían aún inexplotados entraron en producción. Así,
los productos agrícolas de exportación alcanzaron elevados estánda-
res de eficiencia, pero su producción se vió restringida por la
oferta inelástica de tierras irrigadas. Los yacimientos de alta
ley de hierro, plomo y cinc entraron en producción. Tras 30 años
de infructuosa exploración no se localizaron nuevos campos petrolí­
feros de importancia. La pesca, último gran recurso natural en ser
aprovechadotse acercaba peligrosamente a sus límites ecológicos de
extracción. Los recursos fo.restales de la amazonia, que tantas ilu
iiones alimentaron desde principios de siglo, resultaron poco renta
bles como productos de exportación.

Era cada vez más evidente que ante la ausencia de nueyos des
.cubrimientos de importancia, el futuro del Perú como país exporta­
dor de productos primarios dependía por entero de la explotación de
los yacimientos porfiríticos de cobre, los cuales se encontraban en
manos de las transnacionales. El momento propicio para la puesta
en marcha de los nuevos proyectos se desvaneció� du-r:-ante el enfrenta-
.
., . .

miento entre el gobierno y las grandes corporaciones (1964-1967).


Este hecho "de importancia capital pasó desapercibido en su oportu-
..... .
nidad ¡ lo,s ojos del país no estaban más en la minería sino en la
industria.·
37

Desde 1950 el paisaje social venía sufriendo un intenso meta


morfismo. El estancamiento de la produc�ión agropecuaria y el au­
mento del déficit nutricional marchaban al unísono. Las condicio­
nes de vida en el campo se deterioran, el trabajo escasea y es mal
remunerado. Aquella fuerza de trabajo con tradiciones y conocimie.!!_
tos vinculados a las labores del agro transmitidos de generación en
generación, no tenía posibilidades de encontrar ocupación producti­
va en su terruño. El desborde migratorio de los Andes y un insóli�
to proceso de urbanización (proliferación de cinturones de miseria),
patentizan los límites del modelo de desarrollo centrado en la ex­
plotación de los recursos naturales. Ante el baldío horizonte sur­
ge la industrialización como una promesa, como un artículo de fe.

Es gracias a este consenso, fundado en una cierta lectura de


los problemas y posibilidades del país y orientado en lo profundo
por la bGsqueda de tina identidad nacional, que la industria se con­
vierte en actividad económica prioritaria; ante su pedestal se sa­
crificarán en adelante los excedentes de los otros sectores. El
cambio de centro de gravedad económico es un acontecimiento trasce.!!_
dental, y su influjo determina la actitud de los gobiernos venide­
ros, sin distinción alguna. Las industrias extractivas -la minería
en lugar primerísimo- dejan de ser un fin en sí mismas para conver­
tirse en un·medio; ya no son el desarrollo, ni siquiera su palanca,
tan sólo su caja fuerte.

El tardío vuelco hacia la industrialización, ostensible des­


de principios de los años '60, comportaba la adhesión a un proceso
de desarrollo promovido por las corporaciones multinacionales, con­
centrado en bienes de consumo fuertanente dependiente del exterior
que utilizaba insumos, tecnología y marcas registradas, provocando
graves distorsiones en la economía local. Entre 1967-1968 se llegó
a un punto de no-retorno. El desarrollo perdía fuerza, la conduc­
ción económica se hacía cada vez más dificil. El núcleo de la cri­
sis yacía en el agotamiento del sector ex�6rtador; las restriccio­
nes aparecían simultáneamente en varios frentes. Con excepción del
sectot pesquero (ecológica), en todos los danás la limitación no
era a_bsol�ta;, l� ej��u.ción de una serie de grandes proyectos permi -
tiria el relanzamiento-del modelo. La abstención voluntaria de los
. empresarios locales dejó en la arena sólo al Estado y al capital ex
38

tranjero. Las corporaciones se mostraban renuentes a invertir por


consideraciones de estrategia, el Estado era aún política y finan­
cieramente débil.

Los modelos estructuralistas de desarrollo, entonces en boga


(CEPAL), hacían hincapié en la necesidad de reformas, liberando asi
recursos para el progreso. El Perú requería de tales reformas con
carácter de urgencia: ora para salvar el modelo de crecimiento por
exportaciones, ora para promover la transición hacia un sistema al­
ternativo ante el creciente descontento.

La junta militar que tomó el podér en 1968 se propuso cons­


truir una sociedad más justa, libre y solidaria. El sentido refor­
mista no era novedoso, lo sorprendente fue la inusitada determina­
ción con que las nuevas medidas fueron aplicadas. El carácter radi
cal del nuevo gobierno se acentuó con la dación de una serie de dis
positivos legales y expropiaciones de las grandes empresas foráneas,
entre ellas la Cerro y Marcona. CENTROMIN PERU y HIERRO PERU, fla­
mantes empresas estatales se hicieron cargo respectivamente de to­
das sus operaciones e intereses.

A juicio de la administración castrense, los problemas del


sector exportador eran consecuencia del escaso interés de extranje­
ros y oligarcas por invertir; la ruptura de la obstrucción del flu-
jo de recursos elevaría de inmediato la tasa de inversión y poten- .,,
"":.�

ciaría el crecimiento. Las fuentes serían las empresas mineras ex­


tranjeras y los industriales nativos, librados ya de oligárquicas
influencias. A fines de 1969 se 11 egó a un acuerdo con Southern pa
ra la explotación del yacimiento cuprífero de Cuajone. Durantel97O
se presionó a las demás corporaciones para que en sociedad con el
Estado trabajasen sus concesiones inexplotadas. Considerando insa­
tisfactorias las propuestas presentadas, se procedió a expropiarlas;
MINERO PERU, un nuevo ente estatal, se hizo cargo de todas ellas.

Las sucesivas nacionalizaciones consagraron la segmentación


...:�:-

del p-:.oceso productivo entre productores minero-metalúrgicos (en el


país),- y pro.ductores metalúrgico-manufactureros (en el exterior).
- .. .-: . . -::�

Pese a no existir una integración territorial, la continuidad del


proceso de transformación. estuvo hasta entonces garantizada por el
39

eslabonamiento de las fases productivas en manos de las empresas


multinacionales. Rotos los vinculos, se vió la necesidad de contar
con un agente intermediario, creándose para tal fin un organismo co
mercializador estatal: MINPECO.

La doctrina oficial era lograr un desarrollo industrial per­


manente y autosostenido. Pese a contar con un mercado cautivo, pro
tección arancelar1a y estabilidad polftica, la inversión tendia a
declinar; el crecimiento se debfa más bien a la utilización de la
capacidad ociosa. La inflamada retórica nacionalista del régimen
llevó al empresariado local a una crisis de identidad, y finalmente
se inhibió. De la meta original de una economfa mixta con un fuer­
te sector privado se pasó rápidamente a un capitalismo de Estado,
dando como. resultado una·gran transformación de la estructura de
propiedad.

Los pregonados 'cambios revolucionarios' suponían, necesaria


mente, un ataque frontal a la estructura socio-económica dual que
privilegiaba al sector �oderno, dinámico y minoritario, en detrime!l
to del sector tradicional, tardo y mayoritario. La gran reforma de
la estructura productiva que revertiria la tendencia histórica no
se produjo; �-1 fracaso de la refo nna agraria (fa 1 ta de técnicos, se
millas, abonos, etc} comprometjó en definitiva el futuro del segun­
do ensayo reformista. Las limitaciones conceptuales del plan de gQ_.
bierno empezaban a aflorar. Su visión modernizadora era bastante
convencional ; su prioridad eran los grandes proyectos. de desarro- .,,
llo, tal como lo requeria e_l anterior modelo. Su opción fue la su-
peditación del sector privado a los designios de un gran Estado re-
distribuidor. Su objetivo fue administrar mejor lo s Qltimos recur­
sos de una prosperidad imaginaria. De manera sutil e imperceptible
se habia vuelto� depender de los precios y las finanzas internacio
nales.

La brusca elevación de los precios de los hidrocarburos en


1973 actuó como detonante de un proceso de largo plaz�: el fin de
la Cua"i--ta,Revolución Industrial, iniciada bordeando 1950. La cri­
sis del pétr6leo- dese_s.tabilizó los mercados de materias primas, la
demanda disminuye en tanto la oferta se incrementa, los precios
40

caen por los suelos, el proteccionismo recrudece. La firmeza demos


trada por la plata en aquellos difíciles.momentos mantuvo a flote a
muchas compañías mineras, no obstante la producción argentifera pe!:_
maneció estacionaria.

Teniendo como norte los proyectos transformadores, se había


expedido en minería y petróleo nuevos dispositivos legales de carác
ter promotor. -s·i bien en minería no hubo resultados concretos, en
el sector petrolero se intensificó la búsqueda de nuevos campos, p�
ro ésta nunca fructifica de inmediato. Con un agro desorganizado y
una pesca en retroceso, sólo quedó en pie el sector minero; éste se
erguía desde sus denuncios y concesiones como la espina dorsal de
un entramado económico que empezaba a crujir. Comienza a perfilar­
se con nitidez una tendencia de incalculables consecuencias.

Situado entre la espada de sus múltiples ambiciones y la pa­


red de sus magros recursos, el Estado recurrió al fácil expediente
del endeudamiento externo. Complementariamente se establece la cos
tumbre de aumentar la carga impositiva sobre eJ sector minero según
lo exija el vaivén de las necesidades fiscales, disminuyendo consi­
derablemente su rentabilidad.

1.3.5 De la Crisis del Petróleo al Pre�ente

El estancamiento y la irresolución flotaban en el ambiente.


El desarrollo industrial permanente y autosostenido no se dió: los
costos eran altos y la productividad baja. El sector exportador en
su conjunto retrocedía. Ambos a la vez presionaban reduciendo el
mercado interno y disminuyendo la disponibilidad de divisas para ad
quirir insumos y bienes de capital. La exportación no-tradicional,
como alternativa, empieza a tomar forma. Más allá de buenos deseos
e intenciones, la nue'{a concepción económica no satisfizo a nadie.
En este sentido, él recambio gub�rnativo (i975) constituyó un golpe
de timón; petdo ya para entonces el margen de maniobra se había es­
trechado��onsiderablemente. Se había entrado a un período de fran­
co deferioro-;· con térrrtinos de intercambio adversos, crecí ente serví
cio de la deuda y aumento de las importaciones.
41

Entre 1978-1980 la situación mudó, volvieron a soplar vien­


tos favorables. A 1� maduración de las tnversiones realizadas (Cu�
jone, oleoducto Nor Peruano), vale decir, a los mayores volúmenes
embarcados de cobre y petróleo, se sumó la favorable evolución de
los precios internacionales, posibilitando el relanzamiento del ci­
clo de inversión sustentado en el ahorro interno; las compañías mi­
neras iniciaron programas de expansión.

Producida la transferencia de poder a la civilidad, el go­


bierno electo introdujo modificaciones básicas en la asignación de
recursos, las que apuntaban a la eliminación de· industrias inefi­
cientes y el afianza�iento de polos exportadores compensatorios. La
estabilidad jurídica y tributaria para la nueva inversión, consagr�
da .en las nuevas Leyes de Hidrocarburos y Minería, sería el talis­
mán que atraería al.capital extranjero.

En momentos en que la recesión azotaba violentamente a las


naciones industrializadas (J981-1982), los precios de las materias
primas caían aparatosamente, el proteccionismo alcanzaba su némesis
y las tasas de interés se elevaban de manera exorbitante, el Perú
persevera firme y gallardo en la aplicación de políticas contraindi
cadas. Las _importaciones se desbocan, se levantan las barreras que
protegían a la endeble industria nacional, se contrae nueva deuda
en condiciones . adversas. La naturaleza también pone su cuota, los
desastres de 1983 oscurecieron el ya de por sí sombrío panorama.

Ni la industria petrolera, ni mucho menos la minería, reci­


bieron la benéfica influencia que suponía la inyección de aquel di­
nero fresco que no llegó. Ante las inciertas perspectivas de la
economía mundial, y alentadas por las altas tasas de interés, las
grandes empresas destinaron sus capitales a la especulación y no a
la producción.

La caída de los precios internacionales iniciada en 1980 dis


minuyó e.o, igu.al proporción los ingresos de las empresas mineras; las
restrfcciones crediticias impuestas descapitalizaron a muchas de
º l
�llas. Trá� �stos l echos se vislumbran las deficiencias estructura
les de la actividad minera: la tendencia al estancamiento de la pro
42

ducción por falta de nuevas inversiones, la obsolescencia de muchos


equipos, la dependencia de las fluctuaciones del mercado internaci.Q_
nal, la ausencia de articulación con otros sectores de la economía
y la inexistencia de programas que apunten al incremento del valor
agregado de los productos mineros.

Pese al baj6n de las exportaciones, el incremento de la deso


cupación, la dolarización de la economía y la acechanza del terro­
rismo, el liberalismo vernáculo no cejó en su empeño. El bálsamo
de la recuperación mundial (1983-1987} no llegó al Pera. El meollo
de la crisis estaba en el desaliento al sector exportador, la apertu
ra indiscriminada y el deterioro sin precedentes de las relaciones
de intercambio. En 1985 era evidente que una reactivación semejan-·
te a las de 1895, 1933, �950 y 1978, basadas en la elevición del V.Q.
lumen exportado y la favorable evolución de las cotizaciones era
inviable. En un momento de desmoralización y desesperanza, el país
apostó por un futuro diferente.

La propuesta era crear un nQcleo de crecimiento dinámico que


transmitiese su energía al resto de la economía por medio de un pr.Q_
grama expansivo. Lo novedoso estribó en la original reestructura­
ción de costos y la estabilización de la� espectativas; esto no só­
lo permitió un crecimiento acelerado, la desdolarización y la desin
flación, sino que aseguró una. inusual mejora en los términos de in­
tercambio campo-ciudad y, en general, una mejor distribución del in
greso. El éxito del programa suponía la ruptura del entrampamiento
ocasionado por la falta de divisas, generando el nivel suficiente
de ellas para financiar la adquisición de los insumos y bienes des
capital que requiere todo proceso de crecimiento. En este sentido;
el Perú vinculó el pago de su deuda externa a la suerte de sus ex,;. ::
portaciones y no a un más favorable saldo en la balanza comercial>;�
El programa de corto plazo aplicado surtió los efectos deseados sin
llegar a tocar los problemas de fondo.

Dos años de resultados positivos no lograron exorcizar los


fantasma'sdel pasado; la inflación recrudeció, las reservas intern�
eiona 1·es cayeron, la,., fnversión no se e 1 evó. Irónicamente, el éxito
de.la recuperación acortaba el plazo en el que se podría seguir ere
43

ciendo sin nuevas inversiones. Al igual que en ·una compra a pla­


zos, los beneficios se consiguieron de inmediato, el costo en cam­
bio fue diferido.

Tras la crisis bursátil de fines de 1987 se disipan los temo


res de un colapso generalizado imperantes en años anteriores. Pero
el Perú no responde a la llamada del momento; atrapado en un discur
so irreal se ve imposibilitado de sacar pirtido de la nueva fiebre
del oro (acontecida a lo largo de la década), y de la mejora gene-
ral en la cotización de las materias primas (registrada en 1987};
el volumen de las exportaciones no logró remontar el nivel alcanza­
do en los años '60. Aquel año marcó el fin del tercer ensayo refor
mista.

La posición de segundo productor mu�dial de plata, alcanzada


por el Perú en 1980-, no ha ido de la mano con una mayor utilización
del metal argentffero en aplicaciones-industriales; esta es una pa­
tente demostración de atraso, teniendo en consideración que es pre­
cisamente en los países de reciente industrialización (PIRs) donde
el consumo de plata ha experimentado un rápido crecimiento. Al
igual que en los años '20, el grueso de la producción sigue siendo
exportado como concentrados. Entretanto, la Quinta Revolución In­
dustrial estf ad portas.
44

CAPITULO 2 -

LA PLATA EN EL MERCADO MUNDIAL

2.1 OFERTA -

Se denominan preciosos o nobles a aquellos metales que soportari ele


vadas temperaturas y ambientes corrosivos, que resisten la oxida­
ci6n del aire, del aguai.Y aún el ataque de soluciones ácidas; es
decir, aquellos que no se disuelven en medios que corroen con faci­
lidad tanto a los metales base (plomo, cobre, cinc) como a los de-
más. Así, la nobleza en el reino mineral puede ser definida como
la habilidad de permanecer inalterado en las más diveras y adver­
sas condiciones.

Los 8 metales nobles son: Plata (Ag), Oro (Au), Platino (Pt), Iri­
dio (.Ir), Osmio (Os),· Paladio (Pd), Rodio (Rh) y Rutenio (Ru}. De
ellos los_ do"s- primeros son conocidos desde tiempos pre-históricos,
en tanto los seis restantes han sido descubiertos en épocas más re­
cientes.··

La plata es el menos caro de los metales preciosos; se trata de un


elemento calcófilo de color blanco, perteneciente al grupo 18 de la
tabla periódica. Es suave y pesado, dúctil y maleable, propiedades
a las que deben añadirse aquéllas inherentes a su condición nobili!_
ria, circunstancias éstas que le confieren características únicas.
Ocurre en la naturaleza en una gran variedad de ambientes geológi­
.cos-: _ presenta afinidad geoquímica. con muchos metales pesados y otros
elementos calc6filos, se le encuentra comú�mente en sulfuros y sul­
fosales, pe�o, también en arseniatos, haluros, seleniuros y teluriu­
ros. .Aún-_cuando sus asociaciones con el cinc y el plomo son las de
mayor impo.rtanc:ia económica, se halla más íntimamente ligada con
el oro que con cualquier otro elemento debido a su configuración
45

electrónica y demás propiedades.

Se calcula que durante los últimos 6000 años el hombre ha extraído


de las minas unos 900 billones de toneladas métricas de plata (900
GTM); es por esto sorprendente saber ·que aproximadamente un 80% · de
este tota 1 se encuentra aún di spo.nib 1 e hoy en día bajo diversas fo.!:_
mas: tesoros, objetos artísticos, monedas antiguas, joyería, inven­
tarios, etc. Tres cuartas partes del astronómico total consignado
provienen del continente americano (Canadá, USA, México y Perú) y
han sido extraídas en los 4 últimos siglos.

Cuando menos un 55% del total de la plata consumida en el planeta


en las 2 últimas décadas ha sido obtenido de fuentes primarias -mi
nas-, en tanto el resto proviene de fuentes secundarias, vale decir
de la refinación de chatarra y otros desechos industriales así como
del des-atesoramiento. Si bien los desperdicios de plata han veni­
do siendo aprovechados desde hace siglos, el sustancial incremento
de su participación en la producción global· se ha debido al aumento
del consumo industrial y a las alzas registradas en el precio del
metal argentifero. Habida cuenta de esta dualidad en la fuente de
la oferta, es conveniente analizar ambas por separado.

En este trab�j-0 la de�ominación producción 'mundial total' compren­


de a todos los paises del orbe, en tanto la expresión producción
'mundial' incluye únicamente a los países de economia de mercado,
excluyendo a aquéllos de economia centralmente planificada. Sien­
pre que no se indique lo contrario, los valores reales/constantes
consignados están expresados en dólares norteamericanos de 1983.
Los gráficos correspondientes a cada sección se encuentran al final
de ellas.

2.1.1 Producción Primaria

Los 5°'_,!Dayores productores mundiales de plata (México,_Perú, C!_


nadá, JJSA'y Australia) repr:esentan en conjunto el 73% de la produc­
ción mundial,. t?tal (ye-r gráfico N2 1); no se dispone de información
exacta de los países socialista� pero se sabe que sus exportaciones
46

anuales bordean los 10-20 Moz anuales, entre ellos destaca con niti
dez la Unión Soviética.

La producción primaria se incrementó entre 1971-1981 (12%) y


en los anos 1981-1983 (16%), a partit de 1984 se inicia un descen­
so. Visto en perspectiva, el fu�rte incremento registrado entre
1971-1984 estuvo concentrado en México (85,3%), Perú (47,1%) y Aus­
tralia (47,5%). Estos tres países representan el 85,5% del incre­
mento de la producción mundial durante este período: en ellos las
ampliaciones estaban ya en marcha antes de la estampida de los pre­
cios (1979-1980); ésta a su vez aceleró el ritmo de aquellas. Aún
cuando los precios descendiesen en términos reales a 4 US$/oz la
capacidad instalada, que en 1981 era de 290 Moz, podría alcanzar
los 300 Moz a principios.del próximo decenio; cifra que sería aun
,_ /'.

más abultada si el mercado evolucionase favorablemente.

A grosso modo puede decirse que casi toda la producción est�


dounidense proviene de estados al oeste de Mississippi. Los depósj_
tos mexicanos se encuentran en los estados de Zacatecas y Chihua­
hua. Los yacimientos peruanos se encuentran distribuidos a lo largo
de la Cordillera de los Andes. Pese al hermetismo que se guarda al
respecto, es sabido que las regiones mineras soviéticas se hal1an
en los Urale's, Kazakhasten, Armenia y Siberia. Las minas canadien-
ses en las que se recupera plata se hallan en las provincias de On­
tario y Columbia Britinica. La producción australiana proviene de
la explotación de menas complejas en los estados de Queensland y
Nueva Gales del Sur.

Teniendo en mente que el concepto de reservas no es estiti­


co, y que es función de los flujos y reflujos del mercado, la mejor
manera de estimar los recursos con que se cuenta es a partir del
contenido recuperable del metal argentifero de cada mina o yacimie.!!_
to mineral; procediendo de est� modo se ,t�man en cuenta las posi-
"
bles pérdidas ocurridas durante las diversas fases de explotación y
beneficio. �-t.:-a evaluación de las reservas mundiales disponibles· en
un total de 436 depósitos minerales distribuidos en 41 países de
economía de m'ercado�·- subdivididos a su vez en 5 grandes categorías,
a saber:
47

- predominantemente plata
predominantemente cinc
- predominantemente plomo
- predominantemente cobre
- predominantemente oro

establecidas luego de identificar al metal de mayor importancia ec.2_


nómica en ellos, arrojó un total de 5,99 Goz de plata recuperable,
distribuidos de la siguiente manera:

Cuadro N2 1

Tipo Reserva %
Goz

Plata 1,408 23,5


Cinc 2,630 43,9
Plomo 0,245 4,1
Cobre 1,587 26,5
Oro 0,120 2,0

Total 5,991 100,00

Fuente: u.s: Bu�eau of Mines (1986}

Las variables en juego para la producción de plata en los d�


pósitos minerales comprendidos en cada una de estas categorías di­
fiere� entra sf, pese a lo cual muestran una marcada interdependen­
cia reciproca, en especial las categorías referidas a los metales
base (.vease el gráfico N2 2). La participación porcentual de cada
una de estas categorías varía de país'en país, sin embargo, a esca­
la mundial la mayoría de la producción es obtenida como sub- o co­
producto; el caso extremo es Australiam don4e casi el 100% de la
producción proviene de explotaciones de los metales base. Estados
Unidos por; ,ef�contrario obtiene el 60% de su producción de minas
clasiffcadás como predominantemente de plata; en México y el Perú
este aporte representa el 42% y el 27% respectivamente. La produc­
ción de las mi.nas de cobre es muy importante en USA y Canadá, mien-
48

tras en México y Perú -y a nivel mundial- las explotaciones plomo­


cinc son preponderantes.

En la categoría de minas predominantemente de plata, México


tiene los más bajos costos de producción en el largo plazo y la re
serva más importante del grupo; pese a sus grandes recursos y sus
bajos costos, la competitividad de los productores norteamericanos
se ha visto mermada por la fortaleza del dólar. Las demás catego­
rías representan el 76,5% del total de plata recuperable.

En países como México, Perú y Australia, la plata contenida


en las menas complejas explotadas tiene un impacto nada desdeñable
en la rentabilidad de las operaciones mineras. El amplio rango de
variación de estas leyes. en los yacimientos de cinc (1,1- 330,7
g/TM) y plomo (1,5- 250 g/TM) no desdice la· importancia relativa de
la plata.. Ambas categorías combinadas constituyen parte significa­
tiva de la reserva .total de un país, representando 97,8% en Austra­
lia, 64,4% en Canadá, 38,4% en México, 35,6% en el Perú y 27,6% en
USA.

Las minas de cobre son 1 a segunda fuente én importancia; es


preciso acotar que en esta categoría están incluidos los depósitos
inexplotados más grandes, en todos ellos las leyes de plata son ba­
jas (._2,3 g/TM en promedio), por lo que, salvo casos muy particula­
res, su impacto no es de gran consideración. Las propiedades aurí­
feras son 1 as menos importantes de todas las reseñadas, ellas tam­
bién muestran un generoso margen de fluctuación (0,1 - 96,7 g/TM),
son por lo común de un orden de magnitud inferior al de las minas
de cobre, por lo que la significación del metal argentifero en es­
tas operaciones es muy reducida.

Es pertinente recalcar que la distinción entre 'predominant�


mente', 'co-producto' y 'sub-producto' es ��stante ambigua y está
sujeta a la evolución de los precios relativos de los metales invo­
lucrados, aúñ"'··cuando en ciertos casos la abundancia mineralógica de
ciertas especies hace evidente el discernimiento.

Estados Unidos posee una de las mayores reservas, más de


49

lOOO·Moz, distribuida tanto en minas en operación como en prospec­


tos debidamente cubicados; no obstante, el grueso de esta reserva
se encuenta en yacimientos ubicados a gran profundidad y carece de
otras asociaciones metalogénicas de importancia económica; por esta
razón su explotación no podría ser emprendida a precios por debajo
de 6 US$/oz. Otros grandes productores cuentan también con impor­
tantes reservas: Canada 1000 Moz, México 900 Moz, Australia 750 Moz,
Perú 500 Moz. Estas cifras son conservadoras, las cifras actuales
son de seguro mucho mayores.

Aproximadamente un 30% de la producción actual proviene de


depósitos en los cuales los mayores dividendos provienen de la pla­
ta (monometálicos}, en tanto el 70% restante es producido como co­
o subproducto en minas pplimetálicas; en éstas el grueso de los in­
gresos es aportado bien por el cobre, el cinc, el plomo o el oro�
Con excepción de USA los demás productores son menos vulnerables a
los bajos precios, pues �1 ser la plata un producto agregado sus
costos de minado son más bajos. En el gráfico 3 figura una curva
que representa la oferta de plata y ha sido construida en base a d-ª.
tos de costo mina-mina. Como se observa, unos 150 Moz pueden ser
producidos sin costo alguno, en tanto otros 240 Moz pueden serlo a
menos de 6 US$/oz.

La producción de mina responde en el corto plazo de manera


inelástica a los condicionamientos del mercado (ver gráfico N2 4);
el costo de cerrar y reabrir una mina es alto, lo decisivo es el
comportamiento en el largo plazo. El incremento observado en Méxi­
co y Perú· es fiel reflejo de la imperiosa necesidad de estos países
por cubrir el servicio de su �euda externa, el descenso de la coti­
zación ha sido compensado con creces por sus propias de.va 1 uaciones.
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77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87

f¿zjusA �CAN �MEX �PER � AUS � Otros

:.: t:,F;:t9yra N 2 l.- Producción primaria mundia 1 de plata por países


<.TI
o
.
51
MTM PRODUCCION PRIMARIA MUNDIAL DE CINC, PLOMO Y COBRE

.' '.
14 :f
I •
13
.
/• • 1
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' •I .
12

11
.,-,.¡ .'
10
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9
Plomo -+/...¡ i •

8
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7
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.
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5
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4

3
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.
.

2
. ··
·-...•" . . ··..·
. •
·. . . . ••
1

o
TM PRODUCCION PRIMARIA MU:t,..1TIIAL DE PLATA
9000

7500

6000

Plata
4500

3000

1500

o
1900 1910 ' 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980

Fuente: Silver, Ontario Mineral Policy Background N2 20.


Figura N� 2
52

US$ Constantes

10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
o
,O 40 80 . 120 160 200 240 280 Moz

Otros precios:
Cinc 60 USt/lb
Plomo 24 USi/lb.
Oro 425 US$/oz

Fuente: Charles River Associates

Figura N2 3.- Costo vs. Volumen de Producción


53

MKg ±b/Kg

14

13 ,.
,, 275
12 '1
11
' 1
11 1
250
1 l
10 ' 1
1 1 . 225
9 ' 1

'
'1 1
1 200
8 1
1
1 �
1 1\
7
' I \
1 \ _ - 175
6 1 ' \
j
\ 150
'\

1 1
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5
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J \
,
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\1
\
\.
'(Plata) J , ___, \ 125
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3
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\,
\ .. 100
I ' I \
2 I ', /
I 75
' , ....... -- ..... -- -
\ ,'
1 A
/
-,
-, I \_ 1

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985

Producción mundial de mina


Precios reales en libras esterlinas
Año Base: 1980

Fuente: World Mineral Statistics 1982-1986

Figura �2 4.- Respuesta de la Producción de Mina ante la Evolución


del Mercado.
Cuadro N2 2. Emisión de monedas de plata por países (en Moz)

País 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 TOTAL

Francia
. ;
6.8 10.4 7.6 .1 - 1.3 2.2 3.9 2.2 2.4 36.9
,,
,, 3.9 2.1 2.2 1.5 1.8 l. 7 4.9 1.2 26.8
Aust.r'ia 3.0 4.5
- -
.1

Méxic;o 3.3 6.6 .5 5.1 - 2.5 3.5 3.0 24.5


,,
,,.
Estados Unidos .1 - .2 .1 .1 1.8 2.0 2.0 .8 10.3 17.4
Alemania Fe deral
0

3.6 1.8 3.7 - - - - - - - 9.1


Unión Soviética - 3.5 1.7 2.2 - - - - - - 7.4
Canadá '
- - - - - - - - - 6.4 6.4
Japón .3 .3 .3 .2 .3 .3 .3 .3 .5 1.3 4.1
Suecia 1.5 - - .4 - - .3 .1 .2 - 2.5
r=
'
Isla de Man - .1 .2 .2 .3 .2 .4 .2 - .5 2.1
Resto del Mundo 3.2 3.5 6.3 3.4 3.0 4.8 2.9 2.3 1.3 2.5 - 33.2

_To t a l 21.8 30.7 24.4 13.8 5.9 9.9 9.9 13.0 13.4 27.6 170.4

Fuente: The Silver Institute


u,
55

2.1.2 Producción Secundaria

Reciclar es recolectar los desperdicios de los materiales de


sechados y procesarlos para volver a usarlos bajo una nueva forma;
se entiende por desperdicios a aquellos productos ya usados, como:
componentes eléctrico-electrónicos� material fotográfico, solucio­
nes para platinado, platería, joyería y monedas. Estos objetos son
comprados por las refinerías y procesados contra el pago de dere­
chos, la cantidad disponible en un momento dado es función de facto
res como el precio y el nivel de inventarios; luego de ser tratados
vuelven a ser convertidos en barras y lingotes idénticos a los obte
nidos al procesar la producción primaria.

Dentro de los propios procesos productivos también se gene­


ran desperdicios, a part,r de ellos se obtiene plata y ·se la vuelve
a emplear en una constante retroalimentación. La recuperación de
plata a partir de desechos industriales y objetos en desuso aunada
al des-atesoramiento permite balancear la ecuación oferta-demanda.
En los años '70 la producción secundaria satisfacía el 45% del con­
sumo mundial, a principios de los '80 se _verificó una reducción de
la oferta total no-minera (chatarras, tesoros hindúes, monedas) de­
bido tanto a un.menos consumo industrial como a la percepción de
que los precios eran 'bajos'.

Existen diversas fuentes de desechos industriales, pero casi


las tres cuartas partes provienen de la industria fotográfica. El
resto se distribuye en partes iguales entre productos eléctrico­
electrónicos y joyería-platería. El volumen de metal argentifero
recuperado anualmente al reciclar los desperdicios en cuestión de- �
pende del consumo industrial en el año en curso y el precedente,
así como del nivel de precios.

Los flujos de tesoros hindúes constituyen la segunda fuente


no-minera en importancia, con una oferta anüalizada promedio
,-
de
40 Moz duranta.1 os '70 y lo que va de los '80. Debido, a una serie
de razone?�ocio-culturales, los hindúes han venido atesorando pla­
tá desde tiempos,.inme!D.oriales. Las existencias con que cuentan son
enormes (2000-3000 Moz), pero son poco sensibles al precio porque
son poseídas _como salvaguarda frente a epidemias, inundaciones y
56

perturbaciones de cualquier indole. Desde hace muchos aílos no se


observan exportaciones significativas provenientes de China. Hay
quienes estiman que el gobierno chino posee unos 200 Moz de plata,
principalmente como objetos y monedas; una cantidad semejante es P2.
seída por particulares.

La posesión de tan inmensas existencias de plata en países


del lejano oriente: China, India y las modernas repúblicas de Pakis
tan y Bangladesh, que no son ni han sido importantes productores
del metal argentifero, obedece a razones histórico-comerciales. In
gleses, portugueses y franceses compraron té, especies, sedas, dro­
gas, perlas y periodos de paz a los potentados locales durante si­
glos a cambio del único bien tangible que ambicionaban: plata en
sus diversas fonnas; sólo ocasionalmente se aceptaba que el pago se
efectuase en oro. En las últimas décadas la situación ha cambiado.

Dos factores condicionari la oferta de monedas de plata, la


cantidad de circulante sin poder cancelatorio que pennanece oculta,
y el volumen de éste que es anualmente fundido. A principios de
los 80 estos inventarios eran del orden de 700 Moz, de los cuales
1

6_00 Moz correspondían a monedas norteamericanas. Otras fuentes tra


dicionales de suministro han sido las ventas de diversos gobiernos
y la reducción de los stocks estratégicos estadounidenses.

Los gobiernos suelen mantener inventarios estratégicos, los


cuales constituyen un potencial de oferta en reserva; el propósito
de las intervenciones de factura estatal ha sido: bien para 'en­
friar' el mercado (USA}, para afrontar problemas internos {_México, ?; ·
India), o un gesto teatral {_Perú: suspensión de las ventas, 1987). . ·..

La reserva estratégica norteamericana de plata ha venido diminuyen-


do ininterrumpidamente en las 2 últimas décadas; debido a la pugna.
de intereses entre los diversos grupos de presión en relación a
las ventas de plata, las diferentes administraciones tardav en pro­
nunciarse a este respecto, la reacción del �ercado ant� el anuncio
de nuevas ventas es de pavor.

los_ invén-tarios ·manejados por los mercados de metales son un


barómetro muy preciso del nivel de existencias disponible en un mo-
57

mento dado, sus fluctuaciones son los latidos del corazón de la in­
dustria; constituyen el mercado terminal para las refinerías, prov�
yendo a la vez un lugar físico que .da cabida a todo aquel que se e!!_
cuentre en el negocio: productores primarios y secundarios; casas
financieras especializadas en metales preciosos y especuladores. Un
continuo incremento es sinónimo de exceso de oferta debido a una me
nor demanda industrial y/o es·peculativa, una baja constante es re­
flejo de una situación tirante causada por el repunte de una o am�
bas demandas.

Es imposible estimar con exactitud la cantidad de plata po-


sefda por particulares, se sabe que e� muy grande, pero no existe
registro de las transacciones efectuadas por este concepto.

La producción de plata a partir de fuentes secundarias se


halla mayormente concentrada en las naciones industrializadas (USA,
Japón, Canadá·, CEE); los mercados terminales acusan igual distribu-
. ción geográfica. El caso norteamericano es interesante, las refin�
rfas que.tratan la producción primaria -y las minas- se hallan dis­
persas en estados al oeste del Mississippi; por el contrario las
refinerfas que tratan la producción secundaria se hallan distribui­
das en los estados del este y a lo largo de la costa oeste. Tres
compaftfas fabricantes y procesadoras satisfacen los dos tercios del
consumo doméstico total de plata refinada: Eastman Kodak Co., Handy
& Hannan Inc. y Engelhard Corp. Las casi 500 firmas industriales
consumidoras se hallan distribuidas en los estados del noreste.

El monto de las existencias ocultas puede ser estimado de


una manera f�directa. En 1953 el Minerals Yearbook estimaba la pro
ducción mundial total entre 149�-1953 en 19,8 Goz distribuido del
siguiente modo: un tercio aún circulaóa como monedas o era atesora­
do por los diversos gobiernos con fines monetarios, otro tercio se
encontraba en manos privadas, en tanto el tercio restante había si­
do mal empleado, desapareciendo sin dejar rastro.

Entre 1954-1983 han sido producidos unos 8,5 Goz adicionales


en todo �l mu·na�,-·en tanto el inventario más importante -el del 92_
bierno norteamericana- ha sido casi del todo liquidado; suponiendo
Moz
,· 240

220

200

180·

160

140
,,
.,
120·

100

80

60

40

20

o
1975 1980 1985
� Gob. USA [SSJ Otros Gob. �India � Monedas � Reciclaje
o,
Figura N2 5.- Oferta Secundaria según su Origen co
59

que todo aquel tercio que circulaba como monedas y era atesorado,
así como el total de la producci6n minera mundial hubiesen pasado
por completo a engrosar inventarios particulares, éstos alcanzarían
los 21,7 Goz; si de este total sustraemos el consumo mundial total
acumulado de los países de economía de-mercado (10 Goz) y de los
países de economía centralmente planificada (1,5-2 Goz), entonces
los inventarios privados se encontraban entre 9,7-10,2 Goz. Entre
1984-1986 la oferta mundial total fue de 1,1 Goz, en tanto el cons�
mo mundial fue de 1,2 Goz, por lo que en lo sustantivo el valor de
1983 permanece inalterado.

En países como Argentina, Brasil y Perú, los agudos procesos


inflacionarios locales han forzado a mucha gente a vender sus jo­
yas, las cuales son fundidas reingresando al mercado internacional.

2.1.3 Per�pectivas

En la figura 6 está graficada la oferta proveniente de fuen­


tes primarias y secundarias. La producci6n no-minera ha experimen­
tado un nítido descenso, el incremento observado en la producci6n
minera no llega� compensar esta disminuci6n; en consecuencia, la
oferta total ha caído. Desde hace 2-3 años la producción total de
las minas ha empezado a estabilizarse, esto es de suyo importante,
pero lo verdaderamente trascendente es la evolución a largo plazo.
Dos tercios del total de plata producida en el mundo proviene de mj_
nas polimetálicas, en tanto el tercio restante lo es de explotacio­
nes monometálicas. Este hecho pone de manifiesto la interdependen­
cia de los diversos mercados de metales, un enfoque global no puede
circunscribirse únicamente a la plata.

A diferencia de lo acontecido á principios de la presente dé


cada, durante los próximos 5 -o más años- no se producirá un incre­
mento significativo en la producci6n argentifera proveniente de mi­
nas polimetálicas; más aún, hacia fin de siglo la producción prove-
niente de.JTien�s cupríferas empezará a declinar, pues durante 1 os
'80 la( nuevas_ explotac1ones puestas en marcha han sido del tipo
cobre-molibden�,'-en efl�s la asociación mineralógica con la plata
no es tan íntima. La participaci6n de los yacimientos catalogados
60

como predominantemente de oro aumentará debido a la gran cantidad


de explotaciones auríferas puestas en marcha y proyectadas en años
recientes en el mundo entero.

La figura 7 es· el resultado de un análisis de costo efectua­


do en unas mil minas del mundo entero. La tendencia global muestra
un incremento en la cantidad de plata producida a 7 US$/oz. Igual
ha ocurrido con la curva correspondiente a 10 US$/oz. El volumen
de la oferta primaria producida a precios más bajos ha sufrido un
notorio descenso. Esta es, a grandes rasgos, la distribución de la
curva de producción minera para los próximos 10-15 años.

Pese a su disminución, el reciclaje industrial constituye


aan el 75-85% de la oferta no-minera. La retracción de la oferta
secundaria -sin incluir barras- se debió tanto a la menor fundición
de monedas sin curso legal, cuanto al descenso de las exportaciones
hindúes, comparadas con su nivel de 1980. Aún más importante es o!?_
servar que precisamente el rubro de desechos reciclados es el que
ha venido recuperándose significativamente en este tiempo. Es con­
venienté que la chatarra sea fundida a un ritmo regular en vez de
ir a engrosar los inventarios, y esto parece estar ocurriendo.

Tanto las ventas del Departamento del Tesoro norteamericano,


como de los demás gobiernos, se reducirán o serán liquidados en el
futuro. Las exportaciones provenientes de la India podrían prome­
diar los 20 Moz anuales, y no se esperan flujos significativos de
China.

La inestabilidad registrada en años recientes confronta a


productores y consumidores con el mismo problema, mantener la conti
nuidad de sus respectivas operaciones. tratando de minimizar los
efectos perniciosos; a este respecto las compañías mineras tienen ·.
varias· opciones: recurrir a estrategi__as de comercialización apro­
piadas, diversificar sus actividades hacia b'tras industrias,e inte-·
grar verticalmente la producción mina-refinería como una alternati- .·
va para,. aca'rtar el tiempo requerido para que el mineral en bruto
pueda ser vendidoco�q_ metal refinado, permitiendo así una respues­
ta más rápida a las oscilaciones del mercado.
Moz
320

300

280

260

240

220

200

180

160

140

120
O Primaria
100
+ Secundaria (sin incluir barras en poder de inversionistas)
80
197[1 1980 1985

Figura N2 6.- Oferta Mundial de Plata SegGn la �ente de Procedencia m .


Moz
380
370
360
.. 350
- j4Q
33'0 $7/oz.

320
310
300
290
$5/oz.
280
270
260
250
240 $3/oz.
230
220
85 87 89 91 93 95
Fuente: Charles River Associates

Figura 7.- Posible Oferta de Plata a Diferentes Cotizaciones


O'I
N2 N
63

2.2 DEMANDA

Hablar del origen de la demanda de plata es remontarse a la apari­


ción del género humano y hurgar en sus arcanos; referirse a su sig­
nificado es emprender un viaje imaginario a través de los siglos.
Las grandes crisis y revoluciones han tenido su punto de partida en
la incapacidad para generar o disponer de la riqueza suficiente pa­
ra proporcionar bienestar y seguridad a los hombres. La posesión
de metales preciosos es y ha sido siempre el mejor y más confiable
indicador de riqueza.

Todos, absolutamente todos los pueblos a su paso por la historia se


han sentido fascinados por el brillo y delicadeza sin par del metal
argentifero, al punto que éste posee una acepción propia en todos
los idiomas y dialectos en uso y en desuso conocidos a la fecha.

La plata es escasa (sin llegar a ser rara) en la corteza terrestre,


es sinónimo de calidad, posee durabilidad y versatilidad; no obsta!!_
te, su significación en el mundo moderno reviste características p�
culiares, las que se perfilan con meridiana claridad al analizar la
demanda.

2.2.1 Estructura

Es importante diferenciar demanda y consumo. La locución de


manda comprende la cantidad total de plata requerida o solicitada
sin distinguir el propósito, bien sea para consumo o inversión. El
consumo presupone un fin práctico, en tanto la inversión un . afán
utilitario. La figura 8 representa de modo esquemático la estructu
ra de la demanda.

Tal como se aprecia en la figura 9, el consumo del metal ar­


gentifero repuntó ha�ta 1979 y a partir de 1985, justámente en los
períodos de bajos precios. La mera constatación de esta tendencia
no pone d� _man1fiesto el cambio estructural acontecido en el merca­
do al promediar la siguiente centuria. Tal como se aprecia en la
figura 10� el '·ernpleo -;de: plata en amonedación ha venido cayendo en
picada desde 1920; el crecimiento de la demanda se ha debido primo!:_
64

dialmente a su masivo uso industrial y en menor medida al acapara­


miento por parte de inversionistas y. especuladores. Estos se vuel­
can a la plata como una alternativa a las formas tradicionales de
inversión y/o en busca de mayores márgenes de.rentabilidad.

Todos los paises del mundo üsan cuando menos algo de plata
con algún propósito; el principal consumidor es USA, cuyo consumo
en los 1 70 fluctuó entre 150-170 Moz anuales, lo cual representó el
36% del consumo mundial. Otros usuarios de importancia con: Alema
nia Federal (9%), Japón (J5%), Italia (8%), Reino Unido (6%), Fran­
cia (5%), India (4%}., Bélgica (_4%). El consumo mundia 1 tota 1 por
categorias finales se detalla en la figura 11; la distribución por-
J .

centual aproximada aparece en el Cuadro N2 3 y trasunta la patrones


de consumo.

En países subd.esarrollados la plata es mayormente usada en


plateria-joyeria, en tanto que en las naciones desarrolladas se la
emplea con fines no-decorativos, vale decir, prácticos; más aún, la
estructura de la de�anda es semejante en todas ellas.

El uso más importante de la plata es en material fotográfi­


co: se la emplea en la fabricación de películas, papel para fotogr�
fías y fotocopias, películas de rayos X, placas para impresión foto
gráfica y demás productos fotosensibles. Estos materiales son pro­
ducidos al depositar capas delgadas de sales de plata, gelatinas y
tintes sobre una superficie-que le sirve de soporte. Los granos de
sal al ser expuestos a la luz se reducen a plata metálica, el grado
en que se.opera esta transformación depende de la intensidad de la
exposición primigenia, contorneándose siluetas metálicas negras que
constituyen el negativo de la fonna original.

Debido a su alta conductividad térmica y eléctrica (.1 a mayor


entre las sustancias naturales}, así como por su resistencia a la
corrosión ha encontrado numerosas aplicaciones en productos eléctri
co-electrónice�. Sin temor a exagerar se la puede caracterizar co­
mo fuertemente resistente a la oxidación atmosférica y extraordina­
riamente re� i s,tente ª" J a corrosión por ácidos débiles. Si bien es
usual que la plata reaccione con los gases de azufre contenidos en
65

el aire formando una pátina sulfurosa; la pátina en sí no ofrece m-ª._


yor resistencia al paso de la corriente el,éctrica, posibilitanto su
uso en contactos y conductores.. Es usua 1 emplear plata en 1 a fabri
cación de conmutadores para corrientes de tensión baja y media; en
aplicaciones para las que se requiere �ue los artefactos tengan
gran resistencia y mayor duración,·mejor resistencia al pandeo o me
nor costo, se la emplea aleada con otro metal como el cobre o el P-ª.
ladio para obtenef un material de las características deseadas.

Las baterias son otro uso importante; las baterias de plata


proporcionan una alta tensión de salida en relación a su peso y ta­
maño, pero_ son costosas y de corta vida; es precisamente debido a
estas circunstancias que se las prefiere en aplicaciones militares
y aeroespaciales, pues e� ellas lo que cuenta es la relación: peso/
tamaño/confiabilidad. No obstante, el uso de pequeñas celdas Ag-Zn
en forma de botón se.ha incrementado en calcu_ladoras y audífonos.

El uso de plata con fines decorativos puede a su vez ser sub


dividido en 3 grandes categorias: joyeria, platería y electropla­
teado. Quizá el más antiguo entre todos los usos sea el de joye­
ría; la plata o una aleación de ella -usualmente plata-cobre- es
alisada dándosele la forma de objetos que pueden ser lucidos y exhi
bidos por su feliz propietario( 9). La plateria consta de articulos
como la vajilla y otros utensilios que son a la vez funcionales y
decorativos, hechos de plata esterlina {_92,5% plata; 7,5% cobre).
Los objetos electroplateados son del mismo tipo que los de plate-
ria, pero a diferencia de éstos que son enteramente de plata, en
aquéllos �ólo la pelicula superficial que recubre el objeto es de
plata; de ahí su me�or precio.

En las industrias de refrigeración y aire acondicionado se


la emplea aleada con el .bronce debido a la habilidad de estos com­
puestos para humedecer a los metales base a temperaturas por debajo
de su punto de fusión. Estas sustancias diÍícilmente atacan al ace
ro, son dúcti,.1.es y resistentes a las más variadas temperaturas, pu­
diendo .aden1ás ser incorporadas a diversos materiales. Por lo gene­
ral se adiciona _plata�a· las soldaduras más diversas para mejorar
sus propiedades de fluidez, resistencia a la corrosión y mojabili�
dad.
66

El metal argentifero también es usado en la elaboración de


productos medicinales, amalgamas dentales, espejos, catalizadores,
cojinetes, medallas y otros objetos conmemorativos.· En los espejos
se aprovecha su alta reflectividad en la porción visible del espec­
tro electromagnético. Los catalizadores de plata encuentran aplic�
ción en reacciones de oxidación corrio aquéllas que producen formald_g_
hídos a partir de nitratos y cianatos (sales solubles), al igual
que en la elaboración de óxidos, haluros y compuestos proteínicos
(insolubles). Los rellenos de amalgama son importantes en curacio­
nes dentales.

Tales son, a grandes rasgos, los más importantes campos de


aplicaci6n industrial de la plata.

Cuadro N:! 3

Patrón de consumo de plata

Ru b r o %

Fotografía 37,0
Electricidad-Electrónica 26,0
Aleaciones y Soldaduras 5,0
Platería-Joyería 19,0
Catalizadores 2,7
Medallones 1,8
Espejos 0,6
Dental-Médico 5,7
Amonedación 3,4
1
1
1
1 Industrial
F Radiografía :
o
Médica (Rayos X)
1
T : Dental
ó ------------ ---------+-------------------�--------------
G : Periódicos
R • - Artes Gralf.1cas :
Impresión Comercial
A _______________ .__-----r: ----------------------------------
F
Fotografía de· : C amaras
1 I

CONSUMO I
ESTRUCTURA
Entretenimiento : Películas
A
DE LA : Videos
_------�------------------�------+--------------- ------------------
DEMANDA
. 1 Contactos y Conductores
1

Electricidad & Electrónica :


----------------------- _ : Baterías
Platería - Joyería - otros

INVERSION Barras - Monedas

Figura Nº 8

°'
......,
Moz------------------:--�-�----�---------,
500

400

300

200

100

O ., i,, 1//1
i
1 r 'r , 1 t: 't: 1 , t: 't: , 1 t: 1t: 1 1 L 'L 1 1 L1L 1 1 LiL 1 1 L L 1 1 LfL 1 1 L L I V/d
i i

1975 1980 1985


.. :.•\••
IZZ¿j Industrial � Acuñación

Figura N2 9.- Consumo Mundial de Plata °'


o:,
69

CI Sin incluir acuñaci6n


400
r¿) Acuñaci6n

300

200

100

1920 1950 1970 1980 198i

Figura N2 10.- Demanda Mundial de Plata (Moz)


i-t Moz Moz
IJO- 120

120 -irn,,••••••••• 110


1980 � 1985
100
too DO·
90
80
no
70
70
·eo
60
�o
40
40
30
30

20 20

'º 10

'
0---.....1«1&111&1 K-.i&«&.:;&1
1 K&&61.Ci&«;I K;.c;;.c;;.r.:;.-;�1
1 o
USA CEE JAP Resto USA CEE JAP Resto

'22) lS:sJ V12I � � �


Fotografia Electri e. & Aleaciones & Plateria & Catalizadores Otros
Electrónica Soldaduras Joyería

Figura N2 11.- Distribución del Consumo Regional


......,
o
71

2.2.2 Sustitución Tecnológica

En tanto evento tecnológico, la sustitución es el reemplazo


de un material, proceso, dise�o o tecnologia por otro; puede deber­
se tanto a modificaciones en la composición o calidad de los produ_f
tos acabados, como a cambios operados en las diversas variables de
producción: energía, trabajo, capital, _insumos, etc. Desde un pun­
to de vista económico es importante por varias razones. En princi­
pio porque permite suplir recursos caros y escasos con otros más ba
ratos y abundantes. La sustitución ha sido el catalizador que ha
neutralizado históricamente las tendencias alcistas en el precio de
las materias primas, orientadas a su vez por el agotamiento de los
· yacimientos más ricos, y cuyos minerales eran de fácil acceso y pr.Q_
cesamiento.

En segundo lugar, la sustitución puede actuar como amortigu�


dar ante una escasez originada por un conflicto bélico, embargo,
desordenes sociales, desastres naturales y carteles de países pro­
ductores. Si bien es raro que las penurias en el suministro duren
más que algunos a�os, lo rápido e impredecible de su aparición pue­
de conducir a una desarticulación de ciertas actividades económicas.
En tercer término, la sustitución obliga a los productores a mane­
jarse segGn criterios de competitividad. AGn en las industrias en
las que se registra una mayor concentración de capital y donde las
firmas dominantes cargan un costo de producción uniforme, el reem­
plazo de algunos materiales puede prevenir una desmedida elevación
de precios y ganancias monopólicas. Análogamente, la sustitución
puede desalentar la formación de carteles de productores, y si esto
sucediese, podría dejarlos sin piso.

Recientemente han cobrado impor.tancia factores como el rígi­


do control de calidad, preocupaciones estratégicas, consideraciones
ambientales y la actitud�de la ciudadanía.

La sus.t_itución tecnológica comporta la reducción de la canti


dad de __mat�rial necesaria p�ra fabricar o elaborar un producto par­
tí cular-; dé ahi .,�u r.�gercusión en la demanda. El metal argentifero
es inigualable en muchas de sus aplicaciones, por lo que a falta de
72

una inverosímil interrupción de la oferta, el factor de sustitución


más importante es el precio. La cotización de la plata es la más
baja entre los metales preciosos, pero es alta en relación a los d�
más metales, por lo que será sustituida hasta do�de sea posible por
materiales de bajo costo. Pero en aplicaciones militares y aeroes­
paciales, y en general donde prime la confiabilidad sobre el costo,
se la seguirá prefiriendo.

En el rubro de mayor consumo, la fotografía, la tendencia es


hacia la reproducción de imágenes sin emulsiones de plata, los ade­
lantos logrados han reducido la cantidad de plata requerida para
productos tales como los rayos X; esta tendencia se pronunciará, se
sabe ya de placas radiográficas que no contienen plata. De otro la
do, las técnicas de rayo� X van dando paso a la tomografía axial
computarizada, la que detecta las radiacionés sintetizando la infor.
mación de manera digital para producir imágenes coloreadas de gran
exactitud. En aerofotografia ya se emplean películas termográficas
que tampoco contienen plata, las imágenes son producidas por tintes
orgánicos. Otras :técnicas fotográficas que no emplean plata inclu­
yen la electrofotografía; adicionalmente se trabaja en películas en
blanco y negro que no fijan granos de plata en el negativo, empleá.!!_
dose para tal fin el bismuto, cuyo precio es módico, si bien otros
metales son también sustitutos potenciales. No obstante, ninguna
de las nuevas técnicas es aplicable a las películas en color.

Se trabaja con ahinco en el diseño de nuevas técnicas de re­


vestimiento y en emulsiones fotográficas de mayor sensitividad con
menor contenido de plata. Algo semejante ocurre con las aplicacio­
nes eléctrico-electrónicas, los componentes de estado sólido dismi- ..•·
nuirán la demanda de plata para bañar los contactos y conexiones; (
igual efecto tendrá la micro-miniaturización. El estudio y desa-\� /
rrolln de la metalurgia de los polvos sinterizados, los procesos de:?'
deposición de plata sobre sustratos de metales ordinarios y la mejo::
, �
ra de las propiedades físicas de los conta.ctos empleados, contribui
rán en conjunto a reducir el empleo de plata. Empero, es muy difí-
cil prescipdir de la plata en esos usos debido a su excelente con-
ductivfdad térmica y-eléctrica, pese a lo cual se explora el uso
eventual de elementos de relleno como óxido de cadmio, tungsteno y
73

carburo de tungsteno.

La más significativa disminuci6n del consumo industrial de


plata podría ocurrir en el campo de las soldaduras; en virtud del
perfeccionamiento �n el diseño de empalmes y el parcial reemplaza­
miento por otros agentes y medios de uni6n, la tendencia es a em­
plear las aleaciones para soldadura en menor proporci6n; en algunos
casos se han logrado buenos resultados con el f6sforo. Las nuevas
técnicas de ensamblaje {por enlace, por fricción, etc), se han di­
fundido ampliamente en muchas industrias. En cuanto a las pilas p�
queñas -del ·tamaño de un botón-, si bien es posible una leve reduc­
ción del contenido de plata y un incremento simétrico en la canti­
dad de óxido de manganeso presente, no se puede prescindir de la
plata sin una brusca merllla en la tensión de salida de la corriente.

En la fabricación de espejos y reflectores se emplea alumi­


nio y rodio e.orno sustitutos de análogas propiedades lumínicas, sin
que 16s productos finales t�ngan 1� misma eficiencia. De manera se
mejante, la gran resistencia a la fatiga que presentan aquellos ma­
teriales entre cuyas capas se ha intercalado compuestos de plata
puede ser también .
proporcionada por otros
.
que contengan aluminio,
cobre-plomo o bronce, pero estas sustancias no soportan tan bien ei
soldado y la f1jación. Se ha investigado poco la� alternativas de
sustitución en usos catalíticos, en este campo se avanza con lenti­
tud. Las más recientes variedades de amalgamas dentales contienen
menor cantidad de plata, las hay también sin ella; si bien no son
tan buenas como las fabricadas con el me.tal argentifero, .su utiliz�
ción podría extenderse si la diferencia de precio entre ambas se
pronunciase.

En cuanto al instrumental quirargico, suturas y pernos de


plata, una alternativa que ha encontrado amplia aceptación es el
tantalio. La� su-lfoamidas y antibióticos han reemplazado casi to­
talmente a la plata en el tratamiento de infecciones graves. Las
aleaciones_] _cóbre-níquel, cobre-cinc y níquel-aluminio han reempla­
zado ma�ivamente a la plata en la acuñación de circulante; si bien
los coléccionis'tas si·gue"t, prefiriendo las monedas y medallones de
plata, mucha de la platería doméstica ha venido siendo sustituída
74

por acero inoxidable y, más recientement� por bronce.

No todo apunta hacia la sustitución, día a día la plata en­


cuentra nuevas y sofisticadas aplicaciones en las tecnologías de
punta por sus únicas propiedades; este es el aspecto promisorio del
adelanto tecnológico y científico.

2.2.3 Perspectivas

La demanda de chatarra siempre se incrementa ante signos


alentadores de recuperación; esto se debe a que las grandes corpor-ª._
ciones prefieren comprar estos desperdicios antes de dar el costoso
paso conducente a la reapertura de algunas minas, o a la elevación
de sus niveles de producción; primero se aseguran que los indicado­
res económicos muestren un repunte sostenido.

Un elevado porcentaje de la demanda total (más del 80% en lo


que va de la década) se emplea en fotografía, usos eléctrico-elec
trónicos y platería-joyería. Esta distribución variará poco hasta
fin de siglo. En lo que resta de la presente centuria continuará
la tendencia hacia una menor exposición a los rayos X por cada per­
sona; no obst"arte, el número total de exposiciones se incrementará
debido al crecimiento demográfico; el efecto neto será un leve cre­
cimiento en la demanda de la plata para radiografía médica.

La demanda de ias artes gráficas ha experimentado un retardo


debido a las nuevas técnicas de impresión electrónica. La demanda
en esta sUb-categoría caerá en adelante. Esta sustitución tecnoló­
gica tendrá lugar independientemente del nivel de precios, si bien
la velocidad a la cual ocurrirá será función de la cotización del
metal argentifero.
.
En cuanto a la fotografía
.
de entretenimiento,
las imágenes electrónicas pueden llegar a popularizarse, pero la
química convencional basada en los haluros d� plata segu,irá- siendo
dominante durante los '90.

los contactos y conductores constituyen el 85% de la demanda


con fines elét��f¿o-el�cirónicos, sub-categoría que es sumamente
sensible a los precios. El uso en contactos y conductores decrece
75

rá lentamente hasta fin de siglo, debido a que sus aplicaciones do-


mésticas y fabriles constituyen un mercado .saturado en los países
desarrollados. La demanda para baterías (tanto militares como co­
merciales) transita por el camino inverso, no es sensible al precio
y se incrementará progresivamente en el futuro hasta convertirse en
un componente importante de este rubro.

El consumo de plata en aleaciones para soldadura permanecerá


estacionario; fuerzas opuestas concurren en este punto. De un lado
la recuperación de la economía mundial incrementa la demanda en es­
tas aplicaciones; del otro la creciente automatización de las lí­
neas de montaje y la optimización de las técnicas de soldadura indu
cen una contracción de la demanda por este concepto. El consumo en
esta sub-categoría es muy sensible al precio y podría verse drásti­
camente reducido su la cotización excediese los 15 US$/oz durante
un período _prolongado.

Pese a ser históricamente baja, la demanda para platería-j.Q_


yería no se recuper�rá de sus actuales niveles en esta generación,
es más bien cuestión de modas y gustos, no guarda relación alguna.
con los indicadores económicos y ha devenido anticuada; es más, re­
quiere de algunas ideas frescas.

La distribución del consumo regional cambiará significativa­


mente en el futuro. La figura 11 muestra estimados regionales se­
gún el uso final. Es notorio el crecimiento relativo de la partici .,.,
pación del Japón, y en menor medida de los países asiáticos y lati- · ·"
noamericanos. La identificación de aquellas tecnologías que despu.!!_
tan y de las sustituciones que se producen reviste importancia ca­
pital para identificar los nuevos mercados potenciales.

La demanda mundial ha declinado de 507 Moz en 197 (indus-


trial+ acuñación) a aproximadamente 370 Moz en 1981. El -0escenso
1980-1981 se debió fundamentalmente a la capacidad de sustitución
puesta de �a_ni-f..iesto por los usuarios industriales.· Se avizora un
crecimiento;de la demanda global, que era de 430 Moz en 1979 con
tendenciá a la·baja; deséle entonces se ha recuperado y en 1987 se
halla cercana a los 400 Moz, lo que indica que en algunos años po-
76

dríamos estar de nuevo en la cercanía de los 430-440 Moz, con impul


so ascendente. Esto si es que la.metha encendida por una eventual
escalada de los precios no hace saltar todo por l�s aires.

La figura 12 sintetiza la tendencia general de la demanda


(sin incluir con:ipra-venta de barras) durante los próximos 10- 15
años. Es de rigor tener presente que la elevación del precio con­
lleva una significativa reducción de la demanda industrial; ésta
crece a un ritmo determinado por el nivel de precios. Un estudio
minucioso de las aplicaciones finales indica que el leve pero soste
nido incremento en los usos industriales, perceptible desde 1980 po
dría convertirse en un 3% anual en lo que resta del siglo.

AOn cuand6 aparezca como una modesta fuente de consumo en


términos cuantitativos; la acuñación formal contribuye a la demanda
total, pero su impacto sicológico es de una importancia incalcula-
ble pues reafirma la condición de metal precioso de la plata, resti
tuyéndole este rango a los ojos del pOblico. Para ello no es precj_
so retroceder y cambiar los patrones monetarios, se trata tan solo
se emplear la plata como una aleación en la fabricación de monedas.
Algunos países (USA, C�nad§, Japón, entre otros) hah reiniciado es­
ta pr§ctica en 1986, de ahí el crecimiento observado recientemente.
(Ver Cuadr6·�2 2).
Moz
560
540
520
500
:; -i80
460
�40
-420
-400
380

360
340

320
JOO
1979 1982 1985 1988 1991 1994
Fuente: Charles River Associates

Figura N2 12.- Demanda Industrial en Función del Precio ".J



78

2.3 PRECIOS,

la plata posee un valor intrínseco, per se, no necesita de firma al


guna que la avale; su vinculaci6n con el oro es hist6rica, el rol
monetario desempeñado por ambos se remonta a los albores de la huma
nidad. Hay qüienes aOn.hoy en dia �e guian por una relaci6n que
tiene bastante de cabalística, el cociente obtenido al dividir los
precios del oro y la plata (ver figura N2 13). Antes de entrar en
materi-a es conveniente revisar someramente aquellos elementos del
mercado del oro que afectan a la plata.

El oro es una de las pocas materias primas en cuya transacci6n com­


pradores y vendedores se alegran por igual ante el repunte de los
precios. la cantidad de oro almacenado es inmensa, se trata en ci­
fras gruesas de unos 2,8-3 Boz; frente a esta enonne cantidad la
producción mundial (.un. os 50 Moz en 1986) es muy pequeña, así el in­
ventario aurífero se incrementa anualmente en un 2%.

Lo que en realidad fija el precio del oro es un margen: el margen


entre la norma de conducta de quienes poseen la mayor parte del oro
existente y el monto total de la producción minera. Una nada des­
preciable propórción de los grandes poseedores está constituida por
inversionistas·institucionales: bancos centrales, bancos comercia­
les, empresas financieras, etc. Otra cantidad considerable está en
manos de inversionistas individuales en forma de joyería, barras,
lingotes, entre otras. Lo decisivo es saber quienes vienen adqui­
riendo oro y si seguirán haciindolo; para ello es menester diferen­
ciar a los compradores en dos grupos: 'N y 1 S 1 Todo gira en torno
a 2 actitudes: el querer (deseo) y el poder (.capacidad).

La capacidad es a su vez sinónimo de estándar de vida de uno o va­


rios grupos socioeconómicos. El deseo es básicamente el ansia la­
tente de atesorar al interior de un estrato social. El grupo 'N'
(Ji gura 14), el del círculo grande, tiene una gran capacidad pues
vive en la abundancia; el grupo 'S' por el contrario, el del circu­
lito, posee' una capacidad menor. Es sintomático observar el tipo
de valores que --ambos g:rúpos poseen; en el grupo N hay poca i ne 1 i-
I I

nación hacia los metales preciosos, pero �í una marcada preferencia


79

por los valores financieros y bienes raices en ese orden, en tanto


en el grupo 'S' la escala de preferencias es exactamente inversa;
éste es el componente de deseo.

A lo largo del presente siglo la riqueza ha crecido a un ritmo del


3-4% anual en el mundo entero. El ingrediente de capacidad está en
aumento y el circulito 'S' (Sur, países en desarrollo) va crecien­
do. Puesto que en ellos existe un ansia reprimida, la cantidad que
estarán dispuestos a comprar será muy grande, sus acrecidos medios
les permitirán aproximarse a la satisfacción de sus deseos.

Prosiguiendo con este raciocinio podría relacionarse oro y petró­


leo. La elevación de los precios del crudo multiplicó de la noche
a la mañana la capacidad.de las naciones productoras, las cuales m�
teriali.zaron un viejo anhelo adquiriendo ingentes cantidades del m�
tal aurífero; los precios se dispararon. La posterior debacle del
oro negro precipitó un ajuste simétrico en la cotización del oro m�
tálico. Quienes compraron oro en los '80 se vieron forzados a ven­
derlo a compradores tradicionales redistribuyendo las existencias
ocultas; concluido este proceso los precios se recuperaron.

Por su parte, en el grupo 'N' (Norte, pafses desarrollados) se ha


registrado un l·eve repunte en la tendencia a poseer metales precio­
sos debido a una cierta actitud defensiva por parte del público. En
suma hay dos fuerzas motrices, la creciente capacidad de algunos
países del sur, y un ligero incremento en el deseo de los países
del hemisferio norte. En tanto el componente del deseo se modifica
en largos períodos de tiempo, de generación en generación, la capa­
cidad puede experimentar saltos mucho más espectaculares.

La relación oro:plata no es una guía,•es sólo una referencia útil,


que a modo de espejo retrovisor pennite establecer algunas semejan-
zas con situaciones pasadas; su rango de fluctuación se encuentra
-aparentemente- entre 14 y 95. No conviene perderla de vista para
estimaciones de.corto plazo.
.. ;..
80

1000

500

Precio de la plata

100

50

100:1

N
10
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o
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en
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1--i------,.------,,--.---,,----..----------------------------+­
-=...:�·-

1870 1880 1890 ..... 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990

Fuente: Silvei:-,,-.U.J<. MJrteral Dossier N2 25.

Figura N2 13:- Precio de la Plata y Valor de la.Relación Oro:Platá


Bienes
Ot�os • Raíces
.,

Metales Metales
Preciosos, Preciosos Valores
Financieros

Valores Bienes
Financierosi Raíces

GRUPO 1 N1 GRUPO 1 S1

Figura N2 14.- Demanda por Grupo de Países


(X)
t-'_
82

2.3.1 Inversionistas y Especuladores

El entusiasmo por alguna nueva inversi6n es siempre una opo�


tunidad para el público y la plata es el vehículo ideal; particula�
mente en épocas de incertidumbre: posee liquidez propia, es recono­
cida internacionalmente como medio·de cambio, es reportada por to­
das las organizaciones, puede practicársele un análisis técnico; pe
ro sobre todo: posee una identificación hist6rica como moneda, es
símbolo de poder, se encuentra disponible en joyas y artefactos, y
por si todo esto fuese poco, tiene una cierta mística y está al al­
cance de todos. Todo ello puede ser amalgamado en una gran campaña
publicitaria cuyo lema podría ser: "Invertir en plata es la única
protección segura contra la inflación". ¿Sería cierto?

Las existencias ocultas de plata en todas sus formas exceden


los 10 Boz, los cuale� no reaccionan al unisono frente a los vaive­
nes del mercado; su patrón de comportamiento se pone de manifiesto
teniendo presente que existen en el mundo 3 formas de atesoramiento
de los mateles preciosos (.figura .15): platería-joyería, monedas y
barras.

La actitud de quienes compran platería-joyería es semejante


a la de aquel que compra por primera vez una casa; es decir, pien-
. san en el componente de inversión antes de adquirir, pero no se
deshacen de sus caudales al compás de la fluctuación de los precios.
Por el contrario se sienten satisfechos, les agrada saber que su
'inversión' reditúa, pero ésta no es tal, en realidad se trata de
consumo; por tanto, el flujo proveniente de estas existencias es ca
si despreciable.

Una pequeña proporción de monedas, y quizá una muy discreta


cantidad de barras, se encuentra en manos de los agoreros del jui­
cio final, aquellos que aguardan el fin del mundo para con ellas
comprar la última hogaza de pan antes de morlr; ellos no se van a
deshacer por na.da de sus sencillos, sólo los pondrán en circulación·
ante un _sutéso de magnitud cósmica. Así, el los son también insensi ·.··
bles a los precio�.
83

Se calcula que en el mundo existen unos 400 Moz en monedas y


cerca de 580 Moz en barras. De ellos aproximadamente unos 518 Moz
de plata en barras -sin incluir otras formas- fueron adquiridos por
inversionistas entre 1980 y el presente. Quienes negocian con pla­
ta constituyen un_ grupo heterogéneo, el-cual pese a su diversidad
puede ser dividido en 2 grandes segmentos, bien como inversionistas
especuladores, o como inversionistas a futuro. Los primeros buscan
tasas de retorno competitivas, en otras palabras, esperan ganar más
dinero con la plata que -por decir- con bienes raíces. Los que in­
vierten a futuro buscan proteger su portafolio de valores reducien­
do riesgos personales, políticos y económicos. Es imperativo anali
zar las espectativas de ambos grupos, son ellos en definitiva, ora
vendiendo, ora almacenando, q�ienes transparentan el mercado.

La clave que nos permitirá encontrar el hilo de la madeja es


la tasa real de retorno compatible con el riesgo de invertir en pl�
ta. El metal argentifero es un activo sumamente volátil, más que
la acción común promedio; no obstante, las inciertas ganancias que
reditúa no guardan r,elación con los beneficios obtenibles con otros
valores cuya rentabilidad está íntimamente ligada a la marcha de la
actividad económica. Es por esto que buena parte de la incertidum­
bre (también llamada riesgo) inherente a la posesión de plata se
diluye cuando ésta forma parte de una cartera diversificada de in­
versiones (figura 16).

Un análisis comparativo frente a otros valores de riesgo co­


mo las acciones (figura 17) indica que en números redondos, una ta­
sa real de retorno del 3% es necesaria para garantizar que se conti
núe_ invirtiendo en plata (y oro) formando parte de portafolios am­
pliados. Un margen de ganancia tal es aceptable para quienes pre­
fieren protegerse de esta manera y constituye el punto crítico ries
ge-beneficio en el mercado de inversiones. Para valores inferiores
al 3% los inventarios de barras serían liquidados en su totalid�d,
·para valores mayores se produciría una acumulación neta por parte
de los que invJ�rten a futuro.

Un e 1 e.vado .porc_�!"ltaje de los stocks de barras de p 1 ata (más


del 80%) se encuentra en manos de especuladores. Para ellos una ta
84

sa real de ganancia del 3% está bastante por debajo de la tasa pro­


medio de retorno de todos los valores (6%), siendo insuficiente pa­
ra satisfacer sus ambiciones. Confrontados con utilidades inferio­
res al 6%, los especuladores podrían deshacerse de unos 300 Moz du­
rante la próxima década.

Los parámetros dentro de los cuales se mueve el mercado pue­


den visualizarse si consideramos los casos extremos. Si los inver­
sionistas observasen una pasividad absoluta, el precio se incremen­
taría; si por el contrario rematasen por completo sus inventarios,
estos se agotarían antes de 1995, luego el precio volvería a disp�
rarse. Ambos casos son notoriamente irreales y se encuentran repr�
sentados en la figura 18 por las curvas superior e inferior respec­
tivamente. Lo que en realidad ocurra se encuentra aproximadamente
acotado por ambos límites; se puede jugar con una serie de alterna­
tivas, pero la más verosímil no debe pasar por alto un factor harto
difícil de cuantificar: el componente de subjetividad, el pánico
que en contados pero trascendentales momentos se apodera del merca­
do.

Las altas tasas de interés vigentes en norteamérica hacen


más atractivas aquellas inversiones que reditOan intereses y/o ga­
nancias líquidas fijas en detrimento de la plata, cuyos precios
han venido disminuyendo; el encarecimiento del dinero obliga a pen­
sar 2 veces antes de contratar un empréstito para comprar plata y
especular a futuro. Si se espera un crecimiento económico acompañ-ª._
do de un aumento del consumo industrial, los especuladores prefie­
ren comprar plata en vez de acciones, aguardando una respuesta más
directa a su inversión y mayores dividendos.

A fin de cuentas, el precio del oro, la plata y todas las de


más formas de inversión no es otra cosa que el reflejo de la canti­
dad de riqueza futura asociada con cada una de estas alternativas,
de ahí que l�s cotizaciones se mueven con ant�cipación a la infla­
ción y otros eventos de impacto financiero .
. :.:.. .
Cuand9 los precios del petróleo caen, se reducen también las
espectatfvas infla-cionarfas en los países industrializados, por lo
que la plata deja de ser atractiva como protección contra la infl�-
Como protección Flujo muy sensible al precio
Flujo= O
Para obtener altos beneficios
( Especu 1 adores)
Flujo= O
Agoreros del
Juicio Final
Flujo = O
Platería
&
�:-·:-·:-.·:·
·:·.··.:·.:··..-·:·..:-··..·:·..:-··..·:··...:·-:�:...-�t�...._,,,. Flujoalalgo
..

·Joyería .,¡. ...;::-.

sensible
'·:-·:-,,··:-,··:-,.·,.:-.,.., · :-· . precio

Figura N2 15.- Existencias Ocultas de Plata Según la Actitud de sus Poseedores


(X)
(Jl
Valor A Valor B

l 11 t t t 1111t1 1 1 11 11 1 Ti
+o • 111 t t , 1 empo· �_ 1 1 1 '- 1 1 1 1 1 1 ' 1 • 1 1- 1 1 1 1 1 1 1 1

Portafolio A & B

+
o l 11 11
1 '11
11
1 I 1 1 1• 1 I I
• •
'
'Tiempo

Figura N2 16.- Efecto de Diversificación


(X)
O)
87

Tasa real de
retorno(%)

10

.Plata (1979-1980)
AT&T

Plata(1974-1978) Riesgo

0.5 1.0 1.5 2.0

Bonos del Tesoro USA

Fuente: Charles River Associates

Figura 17.- Riesgo vs. Beneficio


US$/oz

11

7
CASOII

j;

5-t- -"T-,--,,��
1 1 1 1 �:=::,-,r
1 1 1 1 ::�T--r-,r
1 1 1 ' -r���-r-,r
1 1 1 1 -r--,-r--, ;1
196?. 1986 1990 1995 2001
Fuente: Charles River Associates

Figura 18.- Parámetros del Mercado


(X)
N2 (X)
89

ción; cuando el precio del crudo se estabiliza se recuperan las co­


tizaciones. Otras veces, la relación no es tan directa; las noti­
cias de intranquilidad en Sudáfrica repercuten directamente en el
mercado del oro, pese a que la oferta del metal argentifero no gua!:_
da relación con los acontec�mientos que·se desarrollan en el Africa
austral, su vinculación con el oro y su condición de metal precioso
actúan como fermento, calmados los ánimos el precio retrocede. La
especulación cesa también.

2.3.2 Nivel -de Precios y Estructura del Mercado

Para tener una visión global de la estructura del mercado de


la plata debe tenerse en consideración: la producción primaria y se
cundaria, la demanda industrial y de consumo, _así como las compras
especulativas. El cuadro N 2 4 es una radiografía del mercado. La
primera línea representa la producción minera total, luego siguen
los renglones correspondientes a todas las fuentes secundarias, y a
continuación las exportaciones de/o hacia los países socialistas;
pese a que este intercambi-o es sólo un componente residual del mer­
cado es importante no descuidarlo. La última línea comprende sólo
oferta (.liquidación de barras. por parte de inversionistas) o deman­
da, dependiendo __ del signo.

El cbnsumo mundial del metal argentifero (figura 19) ha fluf_


tuado alrededor de los 400 Moz anuales durante los '70, en tanto la
producción minera ha promediado los 250 Moz por año. Es decir, du­
rante la última década el consumo ha excedido a la producción prim-ª._
ria en unos 150-200 Moz cada año. La oferta no-minera de plata que
balanceó el mercado incluía muchos componentes. A principios de __
los '70 las ventas de plata del Depar�amento del Tesoro norteameri­
cano constituyeron la mayor fuente secundaria de suministro, siendo
también importantes las monedas antiguas, el reciclaje industrial y
las exportaciones hindúes. Al finalizar la década los desechos y
chatarras se convirtieron en el componente principal, llegando a
-::�.
totalizar la- mitad de la oferta total por este concepto.
·-
La figura 20 permite apreciar la oferta proveniente de todas
las fuentes excepto barras y muestra el consumo mundial.� La oferta
no cae tan drámaticamente como el consumo durante el decenio prece­
dente. A principios de los '80 la diferencia entre consumo y pro­
ducción primaria decreció en cerca de 100 Moz. Aquí deben observa.!:._
se 2 hechos. En primer término, hacia 1980 tanto los precios como
la producción primaria se incrementaron-violentamente, a ello si­
guió una caida igualmente brusca de la demanda. Si bien esto se de
bió en parte a �ambios de inventario, en mucho se debió a la susti­
tución y uso más eficiente de la plata. Este fenómeno no pertenece
al pasado y bien podría repetirse.

La segunda observación importante es que la oferta total, es


decir, la producción primaria y secundaria sin incluir la liquida­
ción de barras, ha venido declinando desde 1980. Esta es una buena
noticia para la industria minera; el significado de este descenso
de oferta no debe malinterpretarse. Si nos remontamos a lo aconte­
cido antes de 1979, veremos que la demanda fue ligeramente superior
a la oferta y que muchas instituciones financieras afirmaron que h-ª._
bía una escasez de oferta, lo que acarreó una ola de compras. Ob­
servando lo ocurrido a partir de 1980 veremos que la oferta total
excede holgadamente a la demanda industrial, lo cual significa que
toda esta oferta fue adquirida por especuladores e inversionistas.
· Se-trata de una cantidad enorme, del orden de los 518 Moz de plata
en barras, sin·.incluir otras fonnas de posesión.

Desde 1980 el mercado ha sido fuert�mente influenciado por


quienes compran o venden barras; esto no implica en modo alguno que
la suerte del metal argentifero esté en sus manos, sólo significa
que nos encontramos en un periodo de 10 o quizá 20 años durante los
cuales los especuladores tienen fuerza decisiva.

Habida cuenta de los monstruosqs excedentes acumulados a lo


largo de los '80 es necesario que la demanda industrial crezca sos­
tenidamente, cuando menos durante algunos años, superando a la pro­
ducción minera. 1986 fue el primer año en qüe la demanda sobrepujó
a.la oferta. �Q.uizá estemos ad portas de una nueva ronda de desin­
formació_ri,.'-y haya quienes proclamen a los 4 vientos que la oferta
es insuficiente. No e:�:iste escasez; importa comprender que lo deci
sivo es la forma en la cual se produce el balance del mercado.
Cuadro N2 4 • ..; Estructura del Mercado de 1 a Plata (.cifras en Moz)

A Ñ O 1 9 7 9 1 98 O 1 9 8 5 1 98 6 198 7
•·1

PRODUCCION PRIMARIA TOTAL 270 255 332 324 342


1'

,.
,,
,
¡1

PRODUCCION SECUNDARIA
Gobierno Norteamericano o o (1) 3 14
.
'
:i
Otros Gobiernos 3 5 (5) (2) (6)
Teso'ros Hindúes 34 45 21 18 15
Monedas, 26 55 3 1 2
Reciclaje. 4 81 122 72 65 76
Oferta secundaria� sin incluir
barras 144 227 90 85 101

CONSUMO
1
I ndustri 1 + Acuñación
� 462 368 370 421 441

Oferta de barras 49 (114) (52) 12 (2)

Exportaciones a los países


socialistas 5 5 (3) 6 (7)

1.0
......
500

4 00 · Demanda

300
Producci6n Primaria
200

100

1970 1975 1980 1981

Figura N2 19.-Demanda y Producción Primaria Mundia


l de Plata (.Moz) I.O
N
Moz
490

480

470

460

450

440

439

420

410

400

390

380

370

360
1975 1980 1985
o Oferta + Demanda + Exportaciones
(sin incluir barras en poder de inversionistas)
I.O
w
' : : • \ : • 1 � i"J ( �

.-...: _; · ._,,_. Figura N2 20.- Balance Global del Mercado


94

Con una producción minera relativamente estable, es de de­


sear que la demanda industrial aventaje a la oferta total, permi­
tiendo que durante algunos anos se proceda a la liquidación de cier
ta cantidad de barras, la cual se verificará en la medida que los
agentes perturbadores del mercado perciban que sus espectativas de
grandes ganancias no se materializarán, canalizando sus inversiones
hacia otros valores y títulos que ofrezcan mejores tasas de retorno
para riesgos equivalentes. No obstante, se seguirá conservando
cierta cantidad de plata como una suerte de escudo protector, por
ser un valor que permite diversificar riesgos dentro de un portafo-:­
lio de activos tales como bienes raíces, acciones y bonos.

Si esto no ocurriese podría producirse un nuevo pico en e1


precio, lo cual sería nocivo para la industria minera, pues la pla­
·ta sería automáticamente'sustituida en muchas de sus aplicaciones
i ndus tria 1 es

2.3.3 Perspectivas

El mercado de la plata semeja al gabinete de un alquimista,


con muchos grifos y retortas, el fuego es avivado de continuo, cuan
to en él entra sale de alguna manera, a veces invisible, otras sub­
repticiamente. El precio del metal argentifero es una suerte de
filtro preparado en base a ingredientes volátiles de diversa proc�
dencia : económicos·, políticos, tecnológicos y emocionales, los cu�
les no se combinan nunca en las mismas proporciones. Así, los pro­
nósticos de precios se reducen por sublimación a los datos disponi­
bles, con un fuerte énfasis en el nivel de inventarios. Es justa­
mente durante los períodos de febril actividad cuando esta tarea se
torna más difícil, pues el fervor especulativo toma cuerpo, dificul
tanda la estimación del nivel real de·precios y la magnitud de la
corrección subsiguiente. De ahí la imperiosa necesidad de apreciar
estos vaivenes en perspectiva, identificando las tendencias, los p�
trones de acumulación y distribución, rastreando 1 os pun_tos críti­
cos. Este ha si'do el propósito perseguido en las secciones prece-
.;::, . _ ·.

dentes.

En ge�eral, cuando la demanda sobrepasa a la oferta los pre-


95

cios crecen, proporcionando un aliciente para incrementar la produ�


ción primaria -vía ampliaciones, desarrollo qe yacimientos inexplo­
tados y prospectos de baja ley, pero paralelamente se · perfeccionan
�as técnicas para recolectar, procesar y refinar los desperdicios,
contribuyendo a satisfacer la demanda. Los usuarios industriales
mantienen una actitud bastante objetiva, el encarecimiento trastoca
su estructura de costos y les resta competitividad, reaccionan ra­
cionalizando y sustituyendo. Los inversionistas en general están
obsesionados por la inflación y temen un apocalipsis financiero, su
comportamiento tiene mucho de irracional; quienes entran al mercado
cuando la coti·zación alcanza su tope liquidan cuanto poseen hacien­
do más pronunciada la caída. Muchas de las alzas que periódicamen­
te se registran son inducidas por quienes desean obtener beneficios
con la mayor rapidez.

Las perspectivas.de la economía mundial condicionan las es­


pectativas de crecimiento futuro del consumo industrial, el cual a
juicio de muchos expertos es función de la evolución del PBI de los
pafses industrializados, hechas las correcciones pertinentes por i.!!_
flación. Estas consideraciones no son válidas para la amonedación.

Entre 1968 y 1984 los precios crecieron nominalmente entre


375-400% y 40% e"r¡· ténninos reales. Los acontecimientos políticos y
económicos (desordenes en Sudáfrica, guerra Irán-Iraq, crisis bursá
til, etc), que en condiciones normales hÚbiesen catapultado el pre­
cio a niveles bastante más altos que los registrados se han visto
ensombrecidos por espectativas deflacionarias en los productos básj_
cos -agrícolas y mineros-, a las que se suman las enonnes existen­
cias que penden cual espada de Democles sobre el mercado.

Esta 'pérdida de reflejos' por part� de 1 a plata es 1 a más


palmaria demostración del carácter híbrido del metal argentifero en ·
el mundo moderno, su pasado monetario se ve ensombrecido por su co.!!_
dición de metal industrial, el cual a modo de �stigma lo pone en
pie de igualdad-::oon los metales base. Esta dualidad de roles habrá
de resolverse en el futuro; quizá en algún momento la plata deje de
pertenecer" al exclusivocclub de los metales preciosos, del cual es
miembro fundador conjuntamente con el oro. ·
96

El mercado mundial de la plata ha venido creciendo sostenid�


mente desde 1970 (Cuadro N� 5). El precio de la plata ha aumentado
considerablemente, bastante por encima de la inflación durante la
última década; la figura 21 muestra el precio promedio de la plat�
entre 1971-1986. En ella puede apreciarse un comportamiento seme­
jante a la montaña rusa por parte del mercado; es interesante obser
var lo acontecido en los últimos años, los precios se vinieron aba­
jo para luego recuperarse hasta su nivel actual de 6,5 US$/oz. El
quid del asunto es estimar un precio de equilibrio lPero cuál?.

Tratar- de predecir lo que sucederá exactamente es algo así


como adivinar quién será el próximo presidente. Empero, a juicio
de algunos analistas, existe la posibilidad que el �ercado crezca
hasta alcanzar los 500 Moz a principios de los '90. Es probable
qüe los precios decrezcan en el corto �lazo para luego alcanzar un
valor real de 11 US$/oz; esto no debe entenderse como que la cotiz�
ción permanecerá estable en esta cifra pues la volatilidad de corto
plazo es alta. Probablemente se registren agudas oscilaciones (5 -
15 US$/oz), esta inestabilidad no debería afectar el balance en el
largo plazo.

La volatilidad del mercado se ha acentuado por la prolifera­


ción
.
de contratos a futuro y de opción, así. como por las encontra-
das estrategias de los corredores y agentes de bolsa. Por cierto
que la plata continuará ofreciendo buenas oportunidades a aquellos
inversionistas que cuenten con asesoramiento profesional.

Las transformaciones que vienen operándose en el sistema in­


ternacional y la reestructuración -ya en curso- de las relaciones
económicas a nivel planetario conforman el marco global de referen­
cia.
Cuadro N2 5.- Tamaño del Mercado Mundial

;f
A Ñ O 1920 1950 1970 1980 1981 1985 1986 1987

CONSUMO (Moz) 270 202 .. 366 368 372 370 421 4 41

PRECIO PROMEDIO (.US$/oz) 1,0 0,74 1,8 10,6 11,0 6, 1 5,5 7,0

TAMAÑO DEL MERCADO (8$) 0,3 0,1 0,6 7,3 4,1 2,3 2,3 3, 1

1.,0
......,
US$/oz
21
20
19
18
17
16
15 ,.;;
14"J
.,
13
12
11
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
1971 1976 1981 1986
O Promedio H & H
,-,� ' ,: , .... ': '. '� q
!il

Figura N2 21.- Cotización Anual Promedio de la Plata \O


co
99

CAPITULO 3

LA PLATA EN EL PERU

3.1 EL MARCO GLOBAL

En ocasiones se ha pensado y actuado como si el Perú tuviese una


gran capacidad para influir en el curso de los acontecimientos eco­
nómicos internacionales; nada más falso. Gruesos errores como és­
te, atribuibles en el mejor de los casos a la falta de información,
son inexcusables cuando se pretende aplicar razonamientos análogos
a la industria minera.

En la literatura sobre la minería peruana pareciera existir consen­


so en que las váriabTes que han gobernado la expansión y contrac­
ción de la producción son las fluctuaciones en los precios y en la
demanda mundial de minerales, relegando implícitamente a un segundo
plano la incide.�_cia de factores internos. Esta es una verdad a me­
dias. Si bien el precio es fijado por las leyes del mercado (afer_
ta/demanda), estas variables se conjugan con los parámetros de ope­
ración y el marco institucional al cual está adscrito cada produc­
tor, dando cómo resultado un costo de producción y una productivi­
dad, los que en última instancia determinan la competitividad.

La cuantía e importancia sin parangón de la exportación de minera­


les conlleva un síndrome de dificil curación, cual es la tendenci�
de la economía del país a evolucionar'como si el ingreso provenien­
te por este concepto fuese a continuar percibiéndose indefinidamen­
te; la persistencia de este sesgo :clevendrá n��esariamente en crisis
cuando las rentas provenientes del sector minero dejen de aumentar
o empie¿en"a· d�iminuir. La incapacidad de sostener el nivel de vi­
da de 1a:pdb)ac1ón trae consigo estancamiento y miseria.
100

3.1.1 El Perú en el Mundo

El Perú se caracteriza por tener una economía �bierta y alt�


mente dependiente. El grado de apertura hacia el exterior (export�
-
ciones más importaciones como porcentaje_del PBI) era del 29,3% en
1986, cifra mayor que el promedio de -América Latina y bastanta alta
en relación a los países industrializados (ver Cuadro N2 7). La de
pendencia es, a fin de cuentas, un haz de relaciones económicas, s�
ciales y políticas con otros países, gobiernos o empresas multina-
. cionales signadas por la desigualdad.

La presencia económica del Perú en el contexto internacional


es poco significativa en términos globales; la participación del
PBI peruano en el producto mundial era inferior al 0,2% en 1986,
cifra insignificante ten1endo en consideración.que los países indu�
trializados· representan· alrededor del 80% del total (ver 'cuadro N2
8). En el ámbito latinoamericano, tan sólo México y Brasil aporta­
ron en conjunto aquel año más del 60% del PBI regional, en tanto el
Perú alcanzaba a duras penas un 3,2%, y con tendencia a la baja
(ver Cuadro N2 9).

En lo que respecta al comercio mundial, la presencia de Amé­


rica Latina viene decreciendo desde los 60s (Cuadro N2 10), cedien­
do posiciones ante los 4 dragones del sudeste asiático: Corea, Hong
Kong, Singapur y Taiwan. La asimetría observada en el PBI se repi-
te en el comercio regional, en el cual al Perú le cupo un magro
3,1% frente al 22,6% del Brasil y 18,1% de México (.Cuadro N2 11);
cifras que plantean serias dudas en relación al aprovechamiento que
hace el Perú de los mecanismos de integración y cooperación existen
tes.

Lo expuesto pone de manifiesto de manera inequívoca la esca­


sa participación del Perú en el sistema económico internacional y
sus remota_s posibilidades de influir en él globalmente. Sin embar­
go, cabría preg��tarse si esta conclusión es también válida en el
caso de los-mercados de los principales productos de exportación;
- .
después de tcfdo,_._más_ de l�s dos terceras partes del comercio exte-
rior peruano �orresponden a productos primarios, ya sean agrícolas
o pesqueros, minerales o hidrocarburos.
101

Entre los productos mineros descuellan con nitidez: el co­


bre, la plata, el plomo y el cinc; metales cuya comercialización g_g_
gera el 16%(Cu), 10%(Ag) y 13%(Pb-Zn) del total de divisas que
ingresan al país por concepto de exportaciones. Si a ellos se aña­
de el hierro y el oro se redondea el aporte minero: 45%. En cada
uno de estos casos la participación peruana en el total mundial es
importante tanto en producción como en reservas� séptimo, segundo,
quinto y tercer productor mundial de cobre, plata, plomo y cinc res
pectivamente. los datos �obre reservas figuran en el Cuadro N2 6.

Cuadro N2 6.- Cuadro comparativo de reservas y producción


(1987)

Rubro / Metal Cu Ag Pb Zn

Reservas mundiales(MTM) 510 0,27 146 290


Reservas peruanas (MTM) 3.1,2 0,037 5,2 11,9
Producción peruana (kTM) 406 2 203 612
Producción/Reservas(%) 1,3 5,4 3,9 5,1

Fuente: Ministerio de Energía y Minas

Pero esta presencia en los mercados respectivos no es deter­


minante; el consumo está controlado por los países ,industrializados,
algunos de los cuales son también productores, con el agravante del
continuo desarrollo y perfeccionamiento de técnicas y procesos de -·
�:..•
minimización de costos y sustitución. En los casos del hierro y el
oro el Perú no llega a representar el 1% de la producción total, ra
zón por la cual no han sido considerados.

Entre los_ productos agrícolas destacan el café y el algodón,


pues el azúcar pasó a ser importado. De ambos sólo el café reviste
alguna importancia a escala global con un 2% d.e participación, el
cual palidece ante el 31% del Brasil y el 11% de Colombia. Los pr.Q_
duetos pesqµftrOS�-peru;nos siguen Siendo importantes en el comercio
mundial, tota-

lizando el 25%
- de la producción de harina de pescado,
º
pero sin llegar a·detentar una posición de liderazgo, consecuencia
de la irrupción de nuevos y más eficientes productores(Chile) y la
102

15

10

o
1905 1915 1925 1935 1945 1955 1965 1975 1985

Fuentes:
1900-1970 Crisis y Acumulación en la Minería Peruana
1975-1987 Anuario de la Minería del Perú.

'Figura N2 22.-. Participación Porcentual Peruana" en la Produc ción:;


Primaria de Plata a Nivel Mundial .
103

Cuadro N� 7

GRADO DE APERTURA HACIA EL EXTERIOR POR GRUPO DE PAISES

Grupo ( *) 1950 19.60 1970 1980 1986

Industrializados

Alemania 20,2 30,0 34,8 46,8 48,5


Estados Unidos 6,9 7,2 8,5 17,8 14,4
Japón 15,5 19,8 18,7 25,7 17,2

América Latina

Argentina 21,3 19,7 16,4 13,3 16,6


Bolivia 29,7 26,6 31,2 26,6 45,4
Brasil 33,8 10,6 11,6 18,1 17,2
Chile 28,5 25,5 23,8 36,2 42,3
Colombia 26,1 24,4 22,1 28,3 23,6
México 20,9 15,9 10,1 21,0 16,6
Perú 34,1 32,0 28,8 36,2 29,3
Venezuela 54,1 29,2 8,5 12,2 5,1

Otros

Corea - 9,8 32,1 63,9 67,6


Hong Kong 180,5 170,9 208,3
Singapur 352,6 211,8 413,9 276,8

(*) No incluye a los países socialistas.

Fuentes: La Economía Peruana en el Contexto Internacional.


Statistical Bulletin for Latin America.
International Financial Statistics - Yea·rbook.
104

Cuadro N� 8

PARTICIPACION PORCEN TASAS ANUALES DE


TUAL EN EL PBI MUNDIAL · CRECIMIENTO EN PORCENTAJE

Grupo(*) 1965 1980 1985 70-79 1980 1985 1987

Total Países
en Desarrollo 19,54 23,89 18,83 5,6 3,4 3,2 3,1

América Latina 5,33 8,42 5,97 5,7 6,1 3,1 2,3


Africa 2,99 4,49 3,56 4,4 3,6 1,9 0.9
China & India 6,55 4,49 4,10

Exportadores de
Petróleo 0.40 2,33 .1,58 7,1 0,9 - -0,2

Total Países
Desarrollados 80,06 73,78 79,59 3,3 1,2 3,2 3,1

Alemania 6,72 9,33 5,81 3,1 1,5 2,0 1,7


Estados Unidos 40,33 29,46 36,66 2,8 -0,2 3,0 2,9
.•.
Japón 5,33 11,84 12,33 5,2 4,3 4,9 4,2

TOTAL MUNDIAL 100,00 100,00 .100,00 4,1 2,1 3,2 3,0

(*) No incluye a los países socialistas.

Fuentes: La Economía Peruana en el Contexto Internacional.


World Development Report.
World Economic Outlook.
105

Cuadro N� 9

PARTICIPACION PORCENTUAL POR PAISES EN EL PBI DE AME RICA LATINA.

P a í s 1950 1955 61-70 71-80 81-85 1987

Argentina 24�2 21,3 14,9 11,7 9,3 10,1


Bolivia ·1 ,3 0,6 1,2 1,1 0,9 0,5
Brasil 17,7 21,7 27,3 32,8 34,7 38,0
Chile 4,6 1,0 5,1 3,6 3,2 5,2
Colombia 7,1 11,7 4,7 4,6 4,7 3,6
Ecuador 1,0 1,0 1,3 1,5 1,7 1,6
México 12,6 15,6 22,3 23,6 26,3 24,1
Perú 2,6 3,6 4,3 3,7 3;2 3,0
Venezuela 8,3 12,4 8,3 7,6 6,6 6,3

Resto 20,-6 11,1 10,6 9,8 9,4 7,8

Fuentes: La Economía Peruana en el Contexto Internacional.


Balance Preli minar de la Economía Latinoamericana.
Statistical Yearbook for Latin America and the Caribbean.
106

Cuadro N2 10

PARTICIPACION PORCENTUAL EN EL COMERCIO.MUNDIAL POR GRUPOS DE PAISES

Grupo(*) 1950 1955 61-65 55:.70 71-80 81-85 1986 1987

Total Países
en Desarrollo 35,9 38,5 27,5 24,5 28,4 30,4 25,2 24,2

América Latina 10,5 9,6 7,1 6,0 5,6 5,3 3,9 3,5
Africa 6,5 6,8 5,4 4,7 4,5 3,6 2,9
-China & India 2,8 3,2 2,7 2,0 1,6 2,0 2,4 2,3
Hong Kong 1,1 0,6. 0,7 0,8 1,0 1,4 1,7 2,0
Corea - 0,2 0,2 0,4 0,9 1,5 1,6 1,8
Singapur 1,7 1,3 0,8 0,7 0,9 1,4 1,2 1,3
RESTO 13,3 16,8 10,6 9,9 13,9 15,2 11,5

Total Países
Desarrollados 64,1 61,5 72,5 75,5 71,6 69,6 74,8 75,8

Alemania 3,9 6,7 9,7 10,4 10,5 9,3 10,9 11,3


Estados Unidos 16,8 15,7 14,7 15,1 12,2 14,5 15,2 14,5
Japón 1,5 3,5 4,3 5,9 7,1 8,2 8,5 8,2
RESTO 41,9 35,6 43,8 44,1 41,8 37,6 40,2 41,8

TOTAL MUNDIAL 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

(*) No incluye a los países socialistas

Fuentes: La Economía Peruana en el Contexto Internacional.


International Financial StatiS.tics Ye�_rbook.
(Varios años) .
Cuadro N2 11.- Participación Porcentual por Países en el Comercio Exterior de América Latina (*)

·, P a í s 1950 1955 61-65 66-70 71-80 81-85 1986 1987


,i•

,,
Argentina 17,2 12,2 11,9 10,4 8,3 7,3 7,5 7,6
Bolivia 1,1 .. 1,0 0,9 · 1,1 0,5 0,5 0,8 0,7
Brasil 19,9 15,9 13,1 14,9 21,9 22,1 24�3 22,6
Chile 4,2 4,9 5,4 6,4 4,3 4,0 4,6 4,7
Colombia 6,1 7,3 4,8· 4,5 3, 8 4,3 5,8 4,9
Ecuador 1,2 1,3 1,3 1,5 1,9 2,2 2,6 2,3
México 8,7 9,7 10,9 11,7 10,6 20,3 18,2 18,1
Perú {t 3,1 3,3 5,6 5,6 3_,3 3,1 3,4 3,1
Venezuela 10,1 16,9 17,3 14,8 15,5 13,4 12,6 11,8

Resto 28,4 27,5 28,8 25,8 27,1 20,6 17,5 21,6

(*) No incluye a Cuba.


Fuentes: La Economía Peruana en el Contexto Internacional.
.....
International Financial Statistics - Yearbook. o
-....J
108

existencia de sustitutos como la harina de soya, por lo que la par­


ticipación peruana tampoco es determinante.

Así, esta somera reseña pone al descubierto la poco relevan­


te presencia del Perú en los mercados de sus principales productos
de exportación. Al efectuar análoga revisión para las. principales
importaciones, el resultado es aún más contundente, el Perú repre­
senta menos del 1% de la.demanda total en cualquier caso. Por todo
ello, la persistencia en algunos sectores de la colectividad de
ideas equivocadas sobre la posición real del Perú en el concierto
de las naciones es motivo de profunda extrañeza.

3.1.2 Las Ultimas Décadas en Cifras

Los gobiernos liberales de la década del '50 promovieron in­


versiones cuantiosas en el sector minero, en tanto la agricultura
de exportación se modernizaba y la industria pesquera hacfa su apa­
rición; sólo el sector petrolero registró un estancamiento. En la
década del '60 se da el apogeo del desarrollismo privilegiando a la
industria manufacturera como núcleo dinámico de la economía, a la
par que se refrenaba la pujanza de las exportaciones, hecho que no
se dejó sentir ·de inmediato, pues las inversiones efectuadas en el
decenio anterior empezaron a rendir frutos.

A partir de 1968 es _ perceptible un retroceso de los volúme- ,u

nes exportados, pese a lo cual su valor siguió en aumento gracias


al efecto de pantalla ejercido por la mejoría de los precios de al­
gunos metales (.Zn, Pb, Ag). A raíz de la contracción de las expor­
taciones agrícolas la estructura del sector exportador sufre una mo
dificación cualitativa y cuantitativa� va perdiendo su diversifica­
ción, rasgo característico de los 50s, para apoyarse cada vez más
en el sector minero, con todos los riesgos que ello entraña.

0urante�:.0s 70s se produjeron cambios trascendentales en la


escena internacional, los cuales enmarcaron la inestabilidad de los
precios de la_s mate_ rias-:. ,primas y un continuo incremento de las im­
portaciones. Las inversiones más importantes fueron canalizadas h�
109

cia la minería y el petróleo, sectores cuyas exportaciones crecie­


ron en 32% y 700% respectivamente al finalizar el decenio. la deca
dencia coetánea de la pesquería y la agricultura se hizo inoculta-
ble. La gravitación del componente minero hipersensibilizó al país
ante los vaivenes del mercado de metales. La exportación no tradi­
cional evolucionó favorablemente.

Ya en los 80s, la conjunción de factores exógenos y endóge­


nos adversos impidió que las sucesivas reformulaciones de política
surtiesen·los efectos deseados; entre.1980-1985 no se realizaron
las inversiones que hubiesen pennitido expandir la oferta exporta­
ble y relanzar la economía una vez superada la recesión. Las expor_
taciones tradicionales fueron el convidado de piedra a partir de
1985.

Todo� estos hechos se desprenden del. análisis de las figuras


23 al 30.

Al examinar la contribución porcentual desagregada por sect.Q_


res al PBI se observa que el sector manufacturero casi ha duplicado
su participación en este lapso de tiempo {.1950-1987). En el sector
agropecuario, por el contrario, se ha dado un marcado declive� en
tanto 1 os rubros· ·gobierno y otros han permanecido aproximadamente
constantes (Figura N2 23). Esto puede resultar sorprendente dada
la importante presencia del Estado en las actividades económicas. �
El peso de la participación estatal debe ser buscado a través del
• componente de la inversión pública en la inversión nacional, el
,· ·:

cual se triplicó en los 70s.

Se ha convertido en un lugar común el referirse al deterioro ·; ! �


de los términos de intercambio, indicador obtenido al dividir el in . ¡ 1
dice de precios de las exportaciones tradicionales entre el indice :? :·.:
de precios de las importaciones, obtenido a partir de la tasa de i� �
flación ponderada de los principales socios c�merciales del Pe.rú
(figura N2 25); estando ambos índices referidos a un mismo año base.
La relación de intercambio mejora nítidamente cuando repuntan las
cotizaciones de las materias primas, lógica consecuencia de la com­
posición de la oferta exportable peruana: harina de pescado, algo-
110

dón, azGcar, café, cobre, plata refinada, plomo, cinc, petróleo y


derivados.

La fluctuación de los volGmenes de las mercaderias embarca�


das hacia el exterior se trasluce con ayuda del índice del quantum
(figura N2 26), el cual también está. referido a un año base y se
obtiene de acuerdo a la estructura de las exportaciones del mismo.
Del cotejo de ambos gráficos (N2s 25 y 26) se concluye que la mejo­
ra en los términos de intercambio no siempre ha coincidido con el
repunte de las exportaciones y viceversa; es más, algunas ocasiones
favorables han sido desaprovechadas�

Pero a su vez el índice del quantum de las exportaciones to­


tales, con sus valles y pendientes, no es sino una réplica amplifi­
cada del indice del quaritum de las exportaciones mineras (figura N2
27). Suma� culmen de las posibilidades y limitaciones de una eco­
nomia sustentada en la exportación de materias primas, el sector mi
nero es el adelantado de la conquista del progreso y sinónimo de
esfuerzo productivo.

De la observación anterior se desprende que la curva del va­


lor total de las exportaciones (.figura N2 28) debe seguir el patrón
dictado por 1 os··p· roductos mineros, 1 o cua1 es fáci1 de constatar.
La estructura porcentual de las exportaciones mineras (Figura N2 30)
revela a su vez la preponderancia indiscutible del cobre sobre los
demás metales, seguido en importancia por el cinc, el plomo y la
plata refinada. Es importante no perder de vista el hecho que una
fracción nada despreciable de la producción local de plata -55% p�
ra ser precisos- es vendida como concentrados y aparece incluida
dentro de los rubros de plomo, cobre y cinc en la contabilidad del
Banco Central de Reserva. ..
%
90

Otros

70

Minería + Petróleo + Pesquería + Construcci6n


50

Manufacturas
30

Gobierno
t
-�
10 -------
Agropecuario.· #

. - ····--.. .

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985


Fuente: Banco Central de Reserva del Perú
......
......
......
Figura N� 23.- Composición Porcentual del Producto Bruto Interno
..
%

12

Pesquería

Minería Metálica

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985


Fuentes: Banco Central de Reserva del Perú; Instituto Nacional de de Estadística.
.....
.....
Figura N2 24.- Composición Porcentual Desagregada del Producto Bruto Interno. N·
113

Cuadro N2 12

PARTICIPACION PORCENTUAL TOTAL DE LA INDUSTRIA MINERA


EN EL PRODUCTO BRUTO INTERNO ( PBI)

A ñ o Minería Refinación Total


Metálica de metales Minería

1970 6,3 1,8 8, 1


75 4,5 2,0 6,5
1980 7,1 7,5 14,6
81 6,5 7,3 13,8
82 7,b 7,0 14,1
83 7,4 6,6 14,0
84 7,5 6,5 14,0
1985 7,8 6,6 14,4
86 7,0 7,2 14,2
87 6,6 7,2 13,8

Fuente: Evolución y Problemática de la Minería Metálié�


.1980-1988.
114

·140

120

100

80

60

1950 1955 1960 1965 1970


.
1975
-� 1980 1985

Fuentes: Banco Central de Reserva del Perú


Instituto Nacional de Estadística

Figura N2 25.- Indice de Términos de Intercambio


115

400

300

200

100

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985


Fuentes: Perú 1890-1977
Growth and Policy in Open Economy
Banco Central de Reserva del Perú
Figura N� 26.- Indice del Quantum de las Expor-taciones.
116

700

500

300

100

, 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985

Fuente: Instituto de Estudios Económicos Mineros

Figura N2 27.- .
Indice del Quantum de las Exportaciones Mineras.
117

M$

4000

3600·

3200

2800

2400

Resto
2000

1600

Total
1200

800

Minería
400

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985


Fuente: Memoria del Banco Central de Reserva del Perú

Figura N2 28.- Valor FOB de las Exportaciones (1950-1987)


%

90 No Tradicional

Pesquería

70

Agricúltura

50

30

Minería

10

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985

Fuentes: Banco Central de Reserva del Perú


Actualidad Económica
........
Figura N2 29.- Composición Porcentual del Valor Total de las Exportaciones Peruanas. oo·
%
Resto

90

70 Cinc

50

30 Cobre

10

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985

Fuente: Memoria del Banco Central de Reserva del Perú

Figura N2 30.- Composición Porcentual del Valor Total de las Exportaciones Mineras. .....
..... .
\O
120

3.1.3 Los Problemas

SegGn estimados del Ministerio de Energía y Minas, la indus­


tria minera genera 10 unidades de divisas por cada unidad que cons�
me; es decir, su proceso de transformación arroja un balance positj_
vo de nueve unidades. Con un multiplicador de divisas de 9 y un
multiplicador de empleo de 5, el aporte minero a las cuentas nacio­
nales es de primerísima importancia, tanto en términos de valor co­
mo de empleo directo e indirecto, por lo que su expansión impulsa a
los demás sectores. A más de dinamizar el mercado interno, levanta
la mayor restricción al crecimiento del sector manufacturero: la es
casez de divisas.

Pese a su condición de industria descentralizada y no urba­


na, pese a su efecto de arrastre sobre las demás actividades econó-
micas, pese a contribuir con el 45% de los ingresos por exportacio-
nes, pese a'aportar directamente el 14% del PBI y de generar como
tal el 4% del empleo no agropecuario del país, y pese a adquirir i.!!_
ternamente más· del 80% de sus insumos, la industria minera no ha re
cibido un trato acorde a su importancia. Está sujeta a una políti-
ca cambiaria perjudicial y un régimen tributario zigzagueante, cap­
ta escasamente el 5% del total del crédito otorgado por el sistema
financiero nacional, hechos que serán abordados suscintamente a con
tinuación y en ese orden.

Tipo de Cambio.- Dado el grado de apertura de la economía peruana,


tanto el intercambio de bienes y servicios como los flujos de capi­
tal son vitales para el país; de ahí la importancia que reyiste la
política cambiaria. El ·tipo de cambio representa el precio en tér­
minos de la moneda doméstica de una determinada moneda extranjera.
Siendo un factor de conversión se con�tituye en un elemento determi
nante para la fijación de los precios locales de todos los produc­
tos transados. Pero hay algo más, el tipo de cambio gobierna las
relaciones entre los sectores vinculados al m�rcado internacional y
al mercado interno.

En acatamiento de los preceptos del modelo de sustitución de


importaciones, el manejo económico peruano del último cuarto de si-
121

glo ha sido pródigo en el fomento de un tipo de cambio 'barato•, el


cual apunta al subsidio de actividades de con�umo y de sectores pr.Q_
ductivos con alto componente de insumos importados. Tan sólo por
diferencias cambiarias, el sector minero ha dejado de percibir 7000
millones de dólares entre 1950-1987, lo que le ha restado impulso y
productividad.·

R�gimen Tributario.- Entre 1950-1975 la presión tributaria que re­


cayó sobre el sector minero fue relativamente baja, dependiendo an­
te todo del impuesto sobre las utilidades; a partir de 1977 empieza
a elevarse significativamente, alcanzando su pico histórico 2 años
después, manteniendo niveles bastante altos hasta 1983 para iniciar
luego una tendencia declinante. La correspondencia entre la evolu­
ci6n de la presión tributaria mirtera y aquella registrada por las
cotizaciones de los metales exportados es notória. Por un lado,
ella se explica por los efectos directos de los precios en los in­
gresos y utilidades del sector y, por otro, responde a la reacción
que estos mayores precios producen en las autoridades fiscales, siem
pre ávidas de participar de las ganancias derivadas de precios anor
malmente elevados.

Es preciso resaltar que a partir de 1984 la correlación se


interrumpe, la presión .tributaria no sigue la misma evolución de
las cotizaciones ni de los ingresos en forma clara; ha estado por
debajo del promedio entre 1985-1987. En los Gltimos 10 años la car
ga impositiva más fuerte estuvo constituida por impuestos indirec- �
:.· .
tos, los 'impuestos ciegos', que gravaban a la utilidad productiva �
en sí misma, i ndependientemente que ésta arrojase o no resultados
positivos; los gravámenes sobre las utilidades de operación fueron
bastante menores. Esto permite afinnar que la minería ha tributado
más sobre el valor bruto de la producción que sobre la renta.

Recursos Financieros.- En la medida en que su �aptación de ahorro


financier_o es exigua, y que por circunstancias inherente-s a su acti
vidad {dependencia de la fluctuación de las cotizaciones) agravadas
por una política cambiária adversa, el sector minero no está en co.!!_
diciones de generar un mayor nivel de ahorro interno real, sus posi
bilidades de alcanzar tasas sostenidas de crecimiento de la inver-
Cuadro N2 13

DISTRIBUCION SECTORIAL DEL CREDITO OTORGADO POR EL SISTEMA FINANCIERO NACIONAL

Sector / Año 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986

Agricultura 15,1 14,8 13,6 12,9 14,1 16,6 24,2


Pesqueria 0,6 1,0 0,8 0,9 1,1 1,1 1,1
Industria 38,7 30,9 29 t4 34,7 33,5 34,7 28,3
Mineria 4,3 4,2 4,5 4,5 6,1 6,8 4,0
. Comercio 11,5 15,8 14,7 13,9 12,8 13,3 14,8
Vivienda y Construcción 13,1 15,6 15,5 15,l 13,7 9,7 · 8,3

Hidrocarburos 0,1 0,4 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1


Electricidad 1,8 2,4 5,6 3,6 2,3 1,4 1,0
1
'rransportes y Comunicaciones 0,3 0,9 0,8 0,7 0,4 0,2 0,2
Diversos 14,5 14,0 14,9 13,6 15,9 16,6 18,0

Fuente: El Sector Minero y su Financiamiento, Problemática y Propuesta de Solución


(Documento Preliminar)
.....
N
.N
123

sión serán limitadas. El bajo nivel de transferencia de recursos


financieros al sector minero registrado en aftas recientes, es preo­
cupante. Ver Cuadro N2 13.

La crisis que agobia a la minería· a lo largo de los 80s se


manifiesta con crudeza en la elevada·capacidad ociosa, la cual se
estima en un 20% para la minería en su conjunto, siendo los más
afectados los pequeños mineros. Por ello, el incentivar la máxima
utilización de la capacidad instalada debiera ser el primer paso a
darse para potenciar el sector, teniendo como prioridades el diseño
de instrumentos que permitan la canalización de mayores recursos fj_
nancieros hacia il (_nacionales y extranjeros), así como una políti­
ca cambiaría más justa, que no impida el traslado de los mejores
precios a los productore�.

A todos estos obstáculos se suman los conflictos laborales,


las dificultades en la importación de repuestos y equipos de reem­
plazo, además de factores de inseguridad asociados a los problemas
de subversión que confronta el país; mas aun falta un ingrediente,
aquella inelasticidad que es consustancial con la actividad minera.
Esto es, responde a factores y decisiones de largo plazo, requirie_!l
do por ende de �n horizonte de planeamiento para incrementar signi­
ficativamente los volúmenes producidos. Por estas causas el repun­
te de las cotizaciones (.1987) no halló eco, por el contrario, el nj_
vel de exportaciones ni siquiera se mantuvo, bajó al año siguiente.

3.2 PRODUCCION .

La Ley Gener.al de Minería vigente (Decreto Legislativo N2 109) est-ª.


blece una distinción entre las empresas mineras en base al volumen
de producción instituyendo 3 categorías: Pequeña Minería (hasta
350 TM/dia), Mediana Minería (350-5000 TM/día) y Gran Minería (más
de 5000 TM/día). Estos 3 estratos está sujetos a regímenes cambia­
rios y tributarios diferentes. La existencia de normas legales pr.Q_
tectoras, o de tratamiento favorecido por parte del Estado ha teni-
do un efecto imprevisto; algunas empresas de mediana minería han o.e.
tado por subdividirs�, ora para ser tratadas como pequeñas, ora pa-
ra no ser clasificadas entre las grandes.
124

Esta estructura estratiforme trasunta una cierta especialización.


Con un 88%.del volumen total producido, la gran minería se centra
en la explotación del cobre. La mediana minería -10% del total- se
concentra en la plata y el cinc; la pequeíla minería ap6rt� el 2% y
es mis plural, se mantiene en el cobre ��ro se abre hacia el oro,
la plata, el cinc y el plomo. El pattón se repite en la captación
de divisas: gran minería 60-62%, mediana minería 30-35%, . pequeña
minería 5-8%.

La cotización de la plata se incrementó moderadamente entre 1950-87


(figura N2 32), año en que inició su meteórica marcha ascendente,•
alcanzando su cenit en 1979, debido a las maniobras especulativas
de la familia Hunt, para luego caer aparatosamente sin poder recupe
rarse desde entonces. D� la comparación con la siguiente figura
(N2 33) se desprende que la producción argentifera peruana se ha in_
crementado paulatinamente y es poco sensible a las cambiantes condj_
ciones del mercado; consecuencia a su vez de la desesperada necesi­
dad de divisas del país y al hecho de que para algunas empresas el
costo de dejar de operar sería mucho mayor que el seguir producien­
do � aunque sea a pérdida.

Las empresas mineras estatales están presentes en el negocio de la


plata en sus diférentes fases. Centromín Perú, Tintaya y San Juan
de Lucanas producen concentrados de plata (Cuadro N2 14). El pro-
pio Centromín Perú y Minero Perú producen plata refinada, la cual
es comercializada por Minero Perú Comercial (MINPEC0). El origen
de cada una es diverso. Centromín Perú sobrevive a la Cerro de Pas
co Corporation, nació cuando ésta fue expropiada. Minero Perú y
MINPEC0 fueron creadas por iniciativa del gobierno en 1970 y 1974
respectivamente. Los accionistas de Tintaya, empresa constituida
en 1980 son Centromín Perú, Minero Per-ú y la Corporación Financiera
de Desarrollo (.C0FIDE, otro ente estatal). San Juan de Lucanas pa-
só a poder del Estado en 1967 de resultas de uo litigio entre sus
antiguos propietarios y el Banco Minero, el cual también es del Es­
. tado.

Sólo algunas compañías mineras privadas productoras del metal arge_!l


tifero cuentan con accionistas extranjero� en alguna proporción;
125

MTM

2,0

Total

1 ,5

Gran Minería
1,0

Mediana Minería
0,5

· ...Pequeña Mi ne ría

1970 1975 1980 1985


Fuente: Anuario Minero Comercial (varios años)

Figura N2 31.- Producción Minero-Metalúrgica de Plata por Estratos


126

US$/oz

Valores Corrientes
20 Valores Constantes
Año Base: 1967

15

10


11
I1

,'
1 1

, '1
1 1

I
I 1
' 1 .
5 I
I 1
1
/ \\ "
\ ,' ', t- '.- '.
/ I \

' ",I ,,_., J �

-- " '-
-.... '"""-'-'/
__________ ,,,._

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985


Fuentes: American Metal Statistics
U.S. Bureau of Mines
Figura N2 32.- Precio de la Plata (1950-1987)
127

MTM

2,0

1,5

Producci6n �otal
,..
I
I
I

I
1,0 ,
I
I
I
Productos Metalúrgicos I
I
(refinados) ,-
,
I
1'\
'
,
I
I

I \
0,5 ,/'\ // \.\ A
¡'/'' ...._ " ;
" 1 '' ' "
,' ' ,¡ V ../ '-' l ,I
rJ ' _J
I \ I
,', ,. - -1 \ I
\ / \ I
I
\ I I
v Productos Mineros \

(concentrados)

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985


Fuente: Anuario de la Minería en el Perú (varios años)

Figura N� 33.- Producción Recuperable de Plata (1950-1987)


128

M$

400
Valores Corrientes
Valores Constantes
Año Base: 1967
350

300

250

200

150

100

50

- - .,,.
195 0 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985.

Nota: No incluye el contenido de otros concentrados.


Fuente: Anuario de la Minería en el Perú (varios años)
Figura N 2 34.- Valor FOB de las Exportaciones de Plata
( 1950-.1987}
129

Cuadro N2 14
EMPRESAS ESTATALES: PROOUCCION MINERA.DE PLATA ( kg}

Año San Juan Centromin Tintaya · Total % Total


de Lucanas Perú Estatal Nací ona 1 ..

1987 15 080 500 566 25 781 541 435 26,4


1986 13 281 437 929 23 628 474 838 14,7
1985 19 180 483 333 - 502 513 27,9
1984 24 330 407 594 - 431 924 26,2
1983 19 097 359 028. - 378 125 24,1
1982 18 913 230 101 - 249 014 19,1
1981 14 359 229 772 - 244 131 20,7
1980 10 364 224 239 - 234 603 19,0
1979 13 393 327 910 - . 327 910 24,8
1978 14 614 298 280 - 312 894 24,4
1977 15 155 276 429 - 298 134 24,6
1976 21 705 302 648 - 324 353 27,0
1975 19 270 · •. 275 130 - 294 400 27,8
1974 16 107 265 342 - 281 449 26,0
1973 19 872 - - 19 872 1,7
1972 25 544 - - 25 544 2,2
1971 29 131 - - 29 131 2,5
1970 36 340 - - 36 340 3,3

Fuent�: Anuario de la Minerfa del PerG (varios años)


Cuadro N.2 15

PRINCIPALES PRODUCTORES DE PLATA: GRAN MINERIA DEPARTAMENTO 1

1) Empresa Minera del Centro del Perú {Centromín)


la) Unidad Cerro de Paseo (Cerro) Cerro
1
:-]b) Unidad Cobriza (Cobriza) Huancavelica
le) Unidad Casapalca (Casapalca.) Lima
ld) Unidad San Cristóbal (San Cristóbal) Junin
le) Unidad Morococha
. (Morococha) Junín
lf) Unidad Yauricocha (Yauricocha) Lima
• 1a ) 1 lg) Unidad Andaychagua (Andaychagua) Junín

2) Southern Peru Copper Corporation (Southern)


•1
1'

• 1b { 1 2a) Unidad Cuajone . (Cuajone) Moquegua
2b) Unidad Toquepala (Toquepala) Tacna
3•
-( 1 3) Empresa Minera Especial Tintaya (Tintaya) Cusco

....
w
o
Cuadro N2 16

PRINCIPALES PRODUCTORES DE PLATA: GRAN MINERIA (1987)

Capacidad de Oz de plata R E S E R V A S
N2 Productor tratamiento producidas TM oz Ag/TM % Pb % Zn % Cu % Mo

1 Centromín 16 093 547


la Cerro 6450 TCS/d 5 206 099 33 690 890 3,17 3,80 9,80
lb. Cobriza 10000 TCS/d 849 839 25 833 780 0,52 1,46
le Casapalea 3000 TCS/d 4 827 299 8 239 920· 6,21 1,70 3,40 0,42
ld San Cristóbal 1950 TCS/d 1 333 032 5 367 020 4,49 1,00 7,70 0,20
le Morococha •· 1600 TCS/d 2 142 780 682 780 9,59 2,20 · 6,00 1,10
i
lf Yauricocha 1500 TCS/d 1 551 914 1 353 860 7,16 4,20 6,40 0,90
lg Andáychagua 1000 TCS/d 182 584 1 290 790 5,20 1,00 5,10
2 Southern 2 624 944
2a Cuajone 50000 TM/d 1 391 482 261 886 342 0,87
2b Toquepala 39000 TM/d 1 233 462 80 662 593 0,80
3 Tintaya 8000 TM/d 828 877 29 299 410 0,80
�w.....
Cuadro N2 17

PRINCIPALES PRODUCTORES DE PLATA: MEDIANA MINERIA DEPARTAMENTO

1) Compañía de Minas Orcopampa (Orcopampa) Arequipa


2) Compañía de Minas Buenaventura (Buenaventura}
2a} Unidad Julcani (Julcani) Huancavelica
2b) Unidad Uchucchacua (Chacua) Lima
3) so·ciedad, Minera El Broca 1 (.Broca 1 ) Paseo
4) Minas de Arcata (.Arcata} Arequipa
5) Compañía Minera Caylloma (Cayllorna} Arequipa
6) Compañía Minera Huarón (.Huarón) Paseo
11 t 1 7) Compañía Minera Milpa (Milpo) Paseo
8) Corporación Minera Castrovirreyna (Corp.Castrov.-) Huancavelica
9) Corporación Minera Nor Perú

1
(Northern) La Libertad
•15 �
10} Compañía Minera Raura (Raura) Lima
11} Compañía Minera Santa Luisa (Santa Luisa) Huánuco

,�J
12) Compañía Minera Atacocha (Atacocha) Paseo
13) Castrovirreyna Compañía Minera
•16 •4 (Cía . Castrov.) Huancavelica
••
1 5
14) Compañía Minera Millotingo (Millotingo} Lima
15} Sociedad Minera Yauli (Yauli} Junín
16} Empresa Minera San Juan de Lucanas (Lucanas) · Ayacucho
17) Minsur (Minsur) Puno ....
1
Cuadro N2 18

PRINCIPALES PRODUCTORES DE PLATA: MEDIANA MINERIA (.1987)

Capacidad de Oz de plata R E S E R V A S
N2 Productor tratamiento producidas TM oz Ag/TM % Pb % Zn % Cu oz Au/TM

1 Orco pampa 1000 TCS/d 4 363 525 2 220 366 16·,8 0,16 0,15
2 Buenaventura 5 791 545
2a Julcani 700 TCS/d 1 960 406 464 460 16,1 0,90 0,59
2b Chacua 1000 TCS/d 3 831 139 l. 680 696 13,4 1,00 1,60
3 Brocal 1500 TM/d 1 664 345 7 167 531 · 3,8 3,00 6,10 3,28
4 Arcata 800 TM/d 3 976 527 1 936 000 15,0
5 Caylloma 700 TM/d 2 453 227 584 750 10,9
6 Huarón 1500 TM/d 3 216 935 6 186 403 8,5 2,00 3,80 0,40
7 Milpa 1800 TM/d 2 357 707 4 440 868 5,3 3,90 5,40
8
1,

Corp. Castrov. 550 TCS/d 1 437 297 895 073 10,5 1,75 2,07 · 1,05
9 Northern 1500 TCS/d 3 030 750 2 632 786 8,9 1,67 4,72 0,82
10 Raura ¡' 1500 TCS/d 1 285 353 5 318 995 .4,4 2,72 6,82 0,02
11 Santa Luisa 1300 TCS/d 1 728 261 3 960 280 7,9 4,72 11,21 0,31
12 Atacocha 2200 TM/d 1 658 687 5 166 228 3,6 3,83 5,80 0,01
13 Cía. Castrov. 600 TCS/d 1 437 297 392 783 12,3 1,03 o, 71 0,02
14 Millotingo 320 TM/d 985 258 1 043 793 7,5 2,91 3,59 1,48
15 Yauli 590 TM/d 764 126 693 871 7,4 2,92 6,03 0,50
16 Lucanas 350 TM/d 485 090 225 310 11,9 0,10 1-"
17 w
Minsur 250 TM/d 326 490 273 497 8,6 0,94 3,33 w,
Cuadro N2 19

PRINCIPALES PRODUCTORES DE PLATA: PEQUEÑA MINERIA DEPARTAMENTO

1) Minera Pachapaqu-i (Pachapaqui} Ancash


2) Sociedad Minera Carolina {Carolina) Cajamarca
3} Sociedad Minera Austria Duvaz (Duvaz) Junin
4} Compañía Minera Santa .Rita {Santa Rita) Junin
5) Volean Compañia Minera {.Volean) Junin
•1
? • .�,5, 10 ,.

'
1
1
6) Compañia Minera Sayapullo .
7) Compañía Minera Huampar
(Sayapullo)
(.Huampar)
Cajamarca
Lima
•4
\ 1 8) Compañía Minera Algamarca (.Algamarca} .La Libertad
•11 r 1 9} Sindicato Minero Pacococha {Pacococha) Lima
10} Centraminas {Centraminas} Junin
11} Compañia Minera Recuperada (Recuperada) Huancavelica
12} Compañia Minera Colquirrumi (Colquirrumi) Cajamarca
Cuadro N2. 20

PRINCIPALES PRODUCTORES DE PLATA: PEQUEÑA MINERIA (1987)

Capacidad de Oz de plata R E S E R V A S
N2 Productor tratamiento producidas TM oz Ag/TM % Pb % Zn % Cu oz Au/TM

1 Pachapaqui 600 TM/d 1 378 224 �94 075 13,60 1,50 2,16
2 Carolina 330 TM/d 784 991 378 230 9,47 2,13 3,36
3 Duvaz 450 TM/d 802 128 714 175 5,88 1,01 -4,31 0,54
4 Santa Rita . 450 TM/d 1 564 839 966 685 8,21 1,65 3,77 0,34
5 Volean 1800 TCS/d 536 274 1 145 500 1,53 0,83 8,07
6 Sayapullo l·
200 TCS/d 421 271 840 940 9,10 0,94 2,03 2·,01
7 Huampar 350 TM/d 352 179 1 040 000 4,80 2,39 2,61 0,25 0,03
8 Algamarca
. , 300 TM/d 638 738 60 759 9,26 2,86 0,06
9 Pacococha 250 TM/d 405 774 677 929 5,25 1,02 4,63 2,23
10 Centraminas 350 TM/d 521 227 399 294 7,75 1,76 2,39
11 Recuperada 500 TCS/d 161 625 236 544 10,58 2,19 3,33
12 Colquirrumi 350 TM/d 197 309 257 575 4,10 3,20 8,30
.....
w
u,
136

los casos pueden ser contados con los dedos de la mano: Buenaventu­
ra {y por ende Orcopampa), Arcata {y por ende Caylloma), Huarón,
Raura, Santa Luisa, Corporación Minera Nor Perú, Southern Perú. En_
tre todas representan el 41% de la producción de plata y son algu­
nas de las más pujantes del sector.

3.3 REFINACION

Desde la expropiación de la Cerro de Paseo Corporation el Estado


ejerció un virtual monopolio sobre los procesos más avanzados de
transformación de los metales. Las 2 únicas refinerías que poseían
circuitos de recuperación de plata pertenecían al Estado; estas son:
el complejo metalúrgico de La Oroya (Centromín Perú) y la refinería
de cobre de Ilo (Minero Perú). Este panorama cambia con la entrada
en operación de la fundición de plomo de Fundición de Concentrados
(Fundeconsa). a fines de 1986, la cual es de propiedad privada. La
refinería de cinc de Cajamarquilla pertenece también a Minero Perú,
y si bien en ella no se produce plata refinada se obtienen residuos
de plomo-plata, circunstancia que amerita su inclusión en este re­
cuento.

Cajamarguilla.- La refinería de c1nc fue inaugurada en 1981, posee


una capacidad di.producción de 101,5 kTM/aRo de cinc electrolftico.
Al tratar unas 200 kTM anuales de concentrados con una ley de cabe­
za de plata de 4,5 oz/TC se obtienen 12 TM de residuos de plomo-pl!_
ta en promedio, con una ley de 40 oz/TC, los cuales se han venido
almacenando en un talud por su elevado contenido de humedad.

Debido a restricciones en el suministro de energía eléctrica, las


metas de producción son de dificil cumplimiento; así, de las 96 kTM
de cinc refinado programadas para 1987 sólo llegaron a producirse
78,716 kTM, 208 TM de cadmio metálico, 139,330 TM de ácido sulfúri­
co, 12 TM de residuos de plomo-plata y 1618 TM de cemento de cobre.

Entre los proyectos contemplados para mejorar la rentabilidad de la


refinería destacan dos vinculados al metal argentifero: el trata­
miento selectivo de las calcinas, lo que mejorará sustancialmente
Cuadro N.2 21

PRODUCCION REFINADA DE PLATA, ORO Y PLOMO


CUADRO COMPARATIVO
1988 1987

PLATA REFINADA (oz) 16 406 470 21 270 710


Centromín Perú 12 379 289 19 180 593
Minero Perú 1 563 369 · 1 541 594
Fundecorisa 1 463 821 548 523

ORO REFINADO (oz} 30 123 34 261


Centromín Perú 24 777 30 145
lo'undeconso
• Lo Oroyo (Centromfo Perú) Minero Perú 2 972 2 834
Fundeconsa 2 374 1 382

PLOMO REFINADO (TM) 53 601 71 333


Centromín Perú 44 266 66 487
Fundeconsa 9 335 4 846

Fuente: Carta Minera

.....
w
.......
138

las leyes de los residuos de Pb-Ag y, la flotación de estos mismos.


Con esto se logrará incrementar su volumen en 9,5 TM y la ley a
300 oz/TC, pennitiendo su comercialización como concentrados en el
mercado internacional.

Ilo.- La refinería de cobre fue puesta en marcha en 1975 con una


capacidad de producción de 150 kTM/año de cátodos de cobre refinado
a partir de cobre ampolloso. Los lodos anódicos resultantes de es­
te proceso son tratados en una unidad de recuperación ad-hoc, pues­
ta a punto en 1985 (Ver cuado N2 22). En esta refinería se hace
'toll' para Southern Peru con el cobre ampolloso proveniente de la
fundición de la empresa norteamericana.

En 1987 se produjeron 147,443 kTM de cátodos de cobre electrolíti­


co, de los que se obtuvo 129 TM de lodos anódicos cuyo tratamiento
arrojó un total de 47,95 TM de plata refinada. Existe un proyecto
para incrementar la capacidad de producción en 25 kTM, cuya ejecu­
ción pennitiria elevar la producción de lingotes de plata en 8,1 TM.

Cuadro N2 22

PRODUCCION DE LA PLANTA DE LODOS ANODICOS


REFINERIA DE ILO

Año Ag en 1 ingotes. Au en barras

1985 36,343 TM 60,804 kg


1986 42,547 TM 88,975 kg
1987 47,950 TM 87,615 kg

Fuente: Minero Perú

Fundeconsa.- Es la primera fundición privada �e plomo que se esta­


blece en el país en muchos años; fue inaugurada a fines de 1986.
Posee una capacidad de tratamiento de 24 kTM anuales de concentra­
dos de plomo, ha sido diseñada para producir 12 kTM anuales de plo­
mo refinado y 42 TM de plata refinada. Los concentrados de plomo
139

son refinados por cuenta de Minpeco bajo un convenio de 'tolling'.


Se espera que opere a plena capacidad en 1989.

La Oroya.- El complejo metalúrgico de La Oroya inició sus operaci0


nes en 1922 y a lo largo de su dilatada trayectoria ha experimenta­
do una serie de mejoras y ampliaciones; en él se efectúa el benefi­
cio de minerales y concentrados, tanto del propio Centromín como de
aquellos adquiridos a ter.ceros, obteniendo metales refinados y derl
vados que totalizan 22 productos comercializables. Está constitui­
do por las fundiciones de cobre y plomo, planta de tostación de
cinc, las reflnerías de cobre, plomo y plata, la planta electrolíti
ca de cinc y otras instalaciones menores.

Cuadro N2 23

COMPLEJO DE LA OROYA:
CAPACIDAD DE PRODUCCION

Fundición.de cobre 137 MLb/año


Fundición de plomo 205 MLb/año
Fundición de cinc 152 MLb/año
Fundición de cobre .127 MLb/año
Reflnería de plata 25 Moz/año

Fuente: Carta Minera, Anuario 1987.

Casi la totalidad de la plata es obtenida de la refinación de con­


centrados de cobre y plomo. Entre lqs proyectos contemplados para
incrementar la eficiencia del Complejo destacan la construcción de
una planta de utilización de oxígeno, reduciendo así el consumo de
combustible; además de la conversión de las instalaciones de petró­
leo a carbón y la recuperación de la plata contenida en los pads
(.ferritas de cine).

El recuento de productores de plata refinada no concluye aquí, res­


ta ver lo concerniente a las compañías mineras auríferas. Compañia
de Minas Acomsa es cabeza de un grupo centrado en el negocio del
140

Cuado N2 24

COMPLEJO DE LA OROYA: PRODUCCION.DE PLATA (oz)

Año Fina Esterlina Total ( *)

1987 19 180 593 - 19 180 593


1986 19 769 126 8 294 19 777 420
1985 22 970 245 30 896 23 001 141
1984 23 538 553 45 579 23 548 132
1983 21 717 077 8 199 21 725 276
1982 24 619 i49 85 315 24 704 464
1981 23 853 133 - 23 853 133
1980 23 796 824 173 740 23 970 564
1979 25 066 931 421 186 25 488 117
1978 20 396 110 500 418 20 896 528
1977 .4-1 077 351 494 997 21 572 348
1976 18 470 582 757 119 19 227 701
1975 16 649 486 1 211 780 17 861 266
1974 16 880 727 744 019 17 624 746

{..*). No incluye la plata contenida en el cobre ampolloso.

Fuente: Centromín Perú, Memorias Anuales.


141

oro, comprende a: Minas de Ocoña, Explatoro, Mina Santa Clarita y


Molino de Oro. Acomsa y Compañía Minera Otuzco poseen plantas de
cianuración en las que se obtiene plata como subproducto. Aurífera
Libertad y Poderosa, empresas del Grupo Arias (dueño de la mina San
Vicente, segundo productor nacional de cinc) obtienen co�o resulta­
do de sus operaciones un precipitado de oro, el cual es refinado por
Finesse, recuperando plata en el proceso.

Finesse es una fábrica de joyas para exportación, y no es la única


en su ramo que refina plata, también lo hacen entre otros: Joyeros
Peruanos, Línea Nuova, ARIN, AUX, Oroplat, Aurindustria, Pachacutec,
etc. Procesadora Sudamericana constituye un caso singular, se ini­
ció en la producción secundaria del metal argentifero adquiriendo
material radiográfico usado para reprocesarlo y recuperar plata; ª.f.
tualmente refina oro y plata por deserción de carbón activado, �}n
por ello descuidar su rubro tradicional.

3.4 CONSUMO

Sólo una pequeña fracción de plata producida (5%) es destinada al


mercado local, el_ cual permaneció prácticamente estacionario hasta
1979, año en que alcanzó niveles sin precedentes para luego caer y
volver a repuntar en 1982 y 1987 (ver figura N2 35). Estas subidas
repentinas obedecen a una lógica; la plata se vende internamente a
un precio por debajo del que rige en el mercado internacional, una
elevación de su cotización hace atractivo el adquirirla en el Perú,
ya sea legal o ilegalmente, y enviarla de contrabando al extranje­
ro, obteniendo pingues ganancias. Se estima que una de cada seis
onzas producidas es sacada subrepticiamente del país.

Los hechos descritos demuestran la persistencia en el tiempo


de males que también aquejaron a la mineria vtrreinal: el centraban
do y el desigual reparto de utilidades. El minero gana, pero el n�
gocio se redondea en la comercialización; la rentabilidad del inte.r_
mediario es superior a la del productor. El caso de la exportación
de productor no tradicionales no ha sido la excepción. El espíritu
22b;o

TM

120

100

80

60

40

20

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985


Fuente: Anuadct:cleL la Mfñ�:t.fa- del Perú
.....

Figura N2 35.- Consumo Local Aparente de Plata N
143

Cuadro N2 25

CENTROMIN PERU: VENTAS DE PLATA REFINADA (TM)

Volumen de ventas % Valor


Año Total
Locales Exportación Total

1987 219,1 364,0 583,2 31,8


1986 Q0,2 539,9 630, 1 33,0
1985 . 58,4 650,7 709,1 36,7
1984 12,5 708,8 721,3 42,7
1983 1,2 674,7 676,0 51,1
1982 9,5 759,6 769,1 44,9
1981 1,9 824,2 826,1 46,5
1980 194,8 462,2 656,9 59,9
1979 112,5 675,8 788,3 . 44,5
1978 24,6 610,9 635,5 36,0
1977 16,-6. 670,9 687,5 32,9
1976 29,6 565,8 595,4 28,2
1975 37,9 572,0 609,9 29,9
1974 30,6 499,6 530,2 23,7

Fuente: Centromín Perú, Memorias Anuales

NOTA: El porcentaje del valor está referido al total de las


ventas de los productos de Centromín.
144

de los dispositivos promocionales es .otorgar un premio al exporta­


dor en función del valor agregado del producto que elabora o manu­
factura, pero esto ha dado lugar a abusos, dos de los cua 1 es se men ·
cionarán a guisa de ejemplo: la joyería y la soldadura de plata.

El grueso del consumo local es derivado hacia la fabricación de ar­


tículos de platería y joyería, actividades de larga data que han a1
quirido un nuevo cariz: la confección de seudo-joyas y seudo-arte
sanías, carentes de valor estético o artístico, las cuales no son
otra cosa que bloques de plata maciza. El caso de la soldadura es
análogo; ésta ·Se fabrica a base de plata y estaño, el valor agrega­
do es casi nulo pero se percibe un reintegro tributario. Una vez
en el lugar de destino, el producto es vuelto a fundir para ser ven
dido como meta.l, obteniendo así una doble utilidad: interna y ex­
ternamente.

3.5 OBSERVACIONES

La inclusión de Southern y Tintaya en el recuento de la producción


es de rigor; si bien estas empresas de la gran minería son ante to­
do productoras de cobre y sus concentrados tienen una ley muy baja
de plata, el volumen de sus operaciones las convierte en importan­
tes· productoras del metal argentifero. Centromín no es sólo .el pri
mer productor nacional de plata, por su tamaño y diversificación es
la más importante empresa minera del país; con excepción de Cerro
de Paseo y Cobriza, sus demás unidades productivas son minas que de
operar individualmente serian clasificadas dentro de la mediana mi­
nería. Centroinín posee adicionalmente participación en el acciona­
riado de Buenaventura y Tintaya.

En el ámbito de la mediana minería destaca nítidamente el Grupo Bu�


.

naventura, primer productor privado y segundo productor nacional de


plata. Está constituido por la casa matriz -Buenaventura- y sus
subsidiarias: Orcopampa, Recuperada y Compañía Minera Condesa, es­
tas últimas de pequeña minería; posee además intereses en Brocal y
Colquirrumi. Le sigue en importancia al grupo Hochschild, el cual
145

administra las minas de Arcata, Caylloma, Huarón y Raúl (principal


productor de cobre de la mediana minería).

Las siguientes compañías dependen del Grupo Milpo: Milpa, Corpora­


ción Castrovirreyna, Pacococha y Sayapullo; es también dueño de una
parte de Huarón. Asarco y The Mannon Group (USA) controlan Raura y
Northern, poseyendo además importantes intereses en Southern. El
grupo Santa Rita ha venido expandiéndose en años recientes, abar­
cando la propia Santa Rita� Yauli, Carolina y Fundeconsa. Esta in­
cursión en el campo de la refinación de metales -a través de Funde
consa- marca un hito significativo, señalando un camino por el que
de seguro e�rumbará Buenaventura.

Santa Luisa es propiedad del Grupo Mitsui (_japonés)� La producción


de plata de Minsur provi�ne de su unidad Santa Bárbara. Entre los
proyectos más importantes que se encuentran en cartera. destacan:
Shila (Buenaventura), Puma Shahuindo (Algamarca), Ccoroccohuayco
(Jintaya), Exito y Pumagayoc (Centromín).

Las cifras de reservas son bastante conservadoras y no reflejan el


verdadero potencial de los yacimientos explotados, habida cuenta
que la severidad de la crisis restringió al mínimo los presupuestos
de exploración de-muchas compañías a lo largo de los 80s. Las re-
servas mineras por departamento de algunos metales aparecen en el.�
Cuadro N2 26, el cual va acompañado de un mapa (figura N2 35) para:::
facilitar la ubicación geográfica, y están referidas únicamente a�:;' �',
las concesiones empadronadas.

Los distritos mineros ya conocidos (Morococha, Cerro de Paseo, Hual >


gayoc, etc) siguen siendo trabajados con ahinco, y a eJlos se suman
nuevas zonas de interés de descubrimi'ªnto relativamente reciente,)::
cual es el caso de las áreas circundantes a las minas de Arcata, §
Caylloma y Orcopampa, así como la zona vecina a Raura, Uchucchacua
y Santa Luisa, y la región colindante con Recuperada y Castrovirrei
na. Estos hallazgos son la más firma garantía de la continuidad
en volumen e importancia de la producción peruana de plata, y ha­
brán de ser seguidos por otros a medida que se destinen más recur­
sos a este fin.
146

Figura N2 36.- División Política del Perú por Departamentos.


147

Cuadro N2 26

RESERVAS MINERAS POR DEPARTAMENTOS (1987)


(cifras en miles de unidades)

N2 Departamento Cobre Plomo Cinc Plata


TMF TMF TMF oz

1 Amazonas - - - -
2 Ancash 2 181,5 119,1 1 957,8 109 338,6
3 Apurímac 52,8 2,4 1,2 2 680,8
4 Arequi pa 607,9 13,4 23,2 85 241,9
5 Ayacucho 2,9 27,6 22,9 5 229,9
6 Cajamarca 10 856,7 49,4 84,1 29 585,6
7 Cusco 1 243,5 25,9 54,6 4 971,5
8 Huánuco 41,5 280,0 667,1 39 298,2
9 Huancavelica 401,2 72,9 59,2 31 765,6
10 lea 1 441,4 0,9 0,6 439,8
11 Junín 36,6 192,3 3 034,2 68 872,4
12 La Libertad 25,1 181,9 312,0 35 973,7
.13 Lima 342,5 478,3 1 877,1 162 183,7
14 Lambayeque 69,0 - - 6,0
15 Loreto - - - 0,2
16 Madre de Dios - - - -
17 Moquegua 5 544,2 - - -
18 Paseo 24,2 1 922,2 4 316,1 246 696,3
19 Piura 972,9 - 621,8 51 290,0
20 Puno 215,3 17,2 7,2 73 225,2
21 San Martín - - - -
22 Tacna 64 368,8 - - -
23 Tumbes - - - -
24 Ucayali - - .. - -
T O T A L .. 88 428,2 3 383,7 13 039,2
·: ·
946 799,6

Fuente: Ministerio de Energía y Minas


148

Los grandes proyectos inexplotados son mayormente cupríferos: Anta


mina, Tambo Grande, Berenguela, Quellaveco, Michiquillay, Las Bam­
bas, Toromocho, Cañariacu, Pashpap, y están en manos- del Estado, a
ellos debe añadirse uno de tamaño mediano: Iscay Cruz. De todos
los anteriormente nombrados sólo Berenguela, Iscay Cruz, Tambo Gra.!!_
de, Antamina y Toromocho poseen-contenidos significativos de plata
(_Cuadro N 2 27). El caso de Berenguela es particularmente complejo
por los problemas metalúrgicos que presenta el tratamiento del mate
rial refractario. La promoción de estos proyectos y su puesta en
marcha se ha visto innecesariamente retardada por espacio de casi
una generación.

Parece existir consenso en la comunidad internacional en cuanto a


que los trueques deuda-patrimonio {_debt-equity swap), vale decir,
la conversión de los títulos de la deuda en inversión productiva,
ofrecen una solución de· mercado frente al problema de las naciones
deudoras y, a la vez, un instrumento constructivo para la asigna­
ción de recursos al sector privado. Los proyectos mineros son la
primera opción; resta ,estipular las normas, los incentivos y las
disposiciones fiscales que permitan a las partes asumir los costos
de estas operaciones.

Uno de los mecanismos que ha contribuido en mayor medida a finan­


ciar el explosivo incremento de la producción de oro en los 80s ha
sido precisamente el préstamo en oro(gold loan), el cual ya exis­
tía desde hace tiempo sin haber gozado hasta entonces de marcada
preferencia. Pues bien, no existe razón por la cual no pueda dise­
ñarse algo análogo para el metal argentifero; algo así como un pré�
tamo en plata Csilver loan). El modus operandi es simple.

Un banco comercial presta una cantidad de metal precioso depositado


por algún banco central o gobierno a una compañía minera, a una ta-
sa de interés bastante baja (inferior al 3%), ésta vende e] metal
en el mercado o lo compromete para cubrir obligaciones de ventas f.!:!_
turas de acuerdo a los términos pactados; los fondos obtenidos se
aplican al desarrollo o expansión de la mina. El préstamo empieza
a ser reembolsado en metálico -no en efectivo- a los 2 ó 3 años con
parte de la producción; si por alguna razón ésta sufriese merma con
.149

siderable, la compañía minera está obligada a efectuar el repago


comprando el mismo metal precioso en el mercado.

Para procurarse capital de trabajo podría recurrirse a un préstamo


respa 1 dado por 1 a materia prima, más conocido como leas e Ó commodity
backed lo an. Sea un productor de plata que dispusiese de reservas
reconocidas inteniendo utilidades cuando la cotización de la plata
se encuentra por sobre los 6 US$/oz, incluyendo el servicio de sus
deudas. Una institución crediticia podría acceder a recibir plata
metálica durante el término de un año como forma accesitaria de pa­
go y a un precio fijo.

Para fines de esta discusión, supóngase que la cotización del metal


argentifero fuese de 6,5. US$/oz; a este precio el productor obten­
dría una ganancia operativa neta de 0,5 US$/oz de plata. El banco
podría a su ,vez recurrir a un mercado terminal y vender esta plata
a futuro a un precio de -por decir- ?,1 US$/oz. Esto le reportaría
una ganancia anualizada del 9,23%; el minero por su parte obtendría
un préstamo de bajo costo.

Las fuentes de financiamiento no están restringidas a los países in


dustrializados tradicionales; importa destacar que ninguno de los
países de recierite industrialización del sudeste asiático posee re­
cursos naturales propios. Cuando las perspectivas de la industria
son alentadoras no es imposible encontrar financiamiento a un costo
razonable. El reciente caso de La Escondida es el mentís más rotun
do a quienes sostenían que, al igual que los dinosaurios, los gran­
des proyectos mineros eran cosa del pasado.
150

•cañariacu

• Michiguillay

• Pashpap

• Antamina

• Iscay Cruz
•Toromocho

Las,- Bambas••
Berenguela

Figura N2 37.- Principales Proyectos Mineros en Manos del Estado.


Cuadro N2 27.

PROYECTOS EN MANOS DEL ESTADO CON CONTENIDOS SIGNIFICATIVOS DE PLATA

Altura Reservas L e Y e s
Yacimiento Ubicación (msnm) (MTM)
oz Ag/TM % Cu % Zn % Pb % Mo
..

Berenguela Puno 4200 15,.8 4,72 1,26


(Minero Perú)

Iscay Cruz Lima 4700 3,3 1,53 0,21 18,4 1,89


(Minero Perú)

Tambo Grande Piura 60 43,3 1,21 2,30 1,47


(Minero Pel'ú)

Antamina Ancash 4200 166 0,52 1,30 1,10 0,04


(Milnero Perú)

Toromocho Junín 4600 275 0,31 0,68


(Centromín)

Fuentes: Perú Minero 1974 {Toromocho)


Minero Perú (demás yacimientos)
.....
......
<.n
152

CAPITULO 4

EL FUTURO

4.1 LOS CICLOS DE LARGO ALIENTO

Confusión e incertidumbre: he ahí las palabras que expresan con ma­


yor elocuencia el sentir generalizado, consecuencia a su vez de las
transformaciones fundamentales que viene produciéndose. La estruc­
tura y dinámica del sistema internacional, la economía, las finan­
zas, el comercio y la división internacional del trabajo vienen ad­
quiriendo nuevos e insospechados perfiles; variables como la deuda
externa, el ritmo inflacionario, los avances tecnológicos, el pro­
teccionismo, el precio de las materias primas y las paridades cam­
biarías no son fáciles de correlacionar.

La teoría de los ciclos económicos de largo aliento (45-60 a�os) es


el hilo conductor que permite sustraerse de los problemas cotidia­
nos y ensayar una interpretación de los problemas que aquejan a la
sociedad post industrial desde una perspectiva más amplia. Estos
ciclos de crecimiento y parálisis de las actividades económicas son
presididos por el afianzamiento, consolidación y sobre-expansión de
una intrincada red de tecnologías y procesos industriales, los cua­
les en algQn momento devienen caducos e incapaces de marchar al ri!
mo de los acontecimientos por corresponder a otro tempo. Desde el
advenimiento de la era industrial las .sociedades de los países desa-
rrollados han experimentado 4 grandes ciclos evolutivos, cada uno
de los cuales ha estado identificado con una gama de tecnologías,
materiales, industrias, fuentes de energía, medios de comunicación,
etc. (Ver cuadro NS 28).

Durante las épocas de prosperidad los sectores industriales de ma-


Cuadro N2 28

LOS CICLOS ECONOMICOS DE LARGO ALIENTO (VERSION DE VAN DIUJN)

VARIABLE6 ler Ciclo 2do Ciclo 3er Ciclo 4to Ciclo Sto Ciclo

Prosperidad 1783-1803 1847-1866 1893-1913 1949-1967


Recesión 1815-1826 1866-1875 1921-1929 1967-197-S
Depresión 1826-1837 1875-1884 1929-1938 1975-
Recuperación 1837-1847 1884-1893 1938-1949

FUERZAS DOMINANTES

Industria Textil Ferroviaria Automotriz Electrificación Informática


Material Algodón Hierro Acero Plásticos Semiconductores
Energ1a Agua Madera Carbón Petróleo Solar
Comunicaciones Super.ficiales Telegráficas Telefónicas Aéreas Espaciales
Nación Francia Inglaterra Alemania Es tados Unidos .?
¿.

, Tomado con ligeras variantes de:


The Transition Between Eras, The Long-Wave Cycle. (Erickson, Scott W.)
......
c.n
w
154

yor rentabilidad son sobredimensionados y crecen más allá del punto


de equilibrio en el largo plazo, excediendo las oportunidades que
puede brindar el mercado; el nivel de endeudamiento se incrementa.
La recesión y la depresión subsiguientes ponen fin a la sobre-expa!!_
sión; el exceso de capacidad productiva es físicamente eliminado
y/o financieramente depreciado� removidos los escombros puede pro­
cederse a colocar los cimientos del nuevo orden. La merma experi­
mentada en las utilidades durante esta etapa dificulta el repago de
las deudas contraídas, lo cual obliga a personas, empresas y nacio­
nes a incumplir sus obligaciones.

Diversos indicadores trans�arentan este comportamiento cíclico. El


índice de precios de las materias primas (figura N2 38) revela que
desde los albores de la revolución industrial se han experimentado
4 procesos inflacionarios y deflacionarios, los cuales se han regi�
trado cada 45-60 años� lapso durante el cual la inflación y las al­
tas tasas de interés marchan al unísono. Los pánicos financieros,
recesiones y depresiones se concentran en el arco descendente de la
curva de crecimiento; los factores concomitantes: desempleo, banca­
rrotas, crisis bursátiles y quiebras bancarias han observado el mis
mo comportamiento en los 4 períodos.

Quizá el salto .. más prodigioso de los últimos tiempos haya sido el


de la innovación tecnológica, pero ello no debe llamar a sorpresa
por cuanto la innovación básica, aquélla de consecuencias expansi­
vas para la actividad económica por dar origen a nuevas industrias
y/o transformar las existentes, sigue también un patrón de altas
y bajas. Los tiempos difíciles obligan a aguzar el ingenio; es jus
'tamente durante el tránsito de una era económica a otra cuando la
innovación básica se incrementa, es ella la que permitirá superar
la postración general-. Diversos estudios han establecido que los
procesos de innovación básica se dan cada 50 años. Permanentemente
se patentan nuevos inventos, pero la transformación de los inventos
en innovaciones que logren amplia difusión c�mercial ocurre en olea
das que van al compás del ciclo económico. La invención es constan
te, la aplicación es cíclica.

Las gran_des expansiones al interior de cada período se nuclean


1000

" 700
INDICE DE PREDIOS DE LAS MA�ERIAS PRIMAS ..

, -+ 500

300

.
,- 1
200

t-wJ\'',,,.
' .l..

·J�,,
H

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H roo
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� 80
'

50

30

20

1 t , 1 , , 1 1 1 1 1 1 , 1 1 1 f 1 ., 1 1 t 10
1800 1820 . 1840 1860. 1880 1900 1920 1940 1960 1980 2000

Fuente: 0utlook for the Mineral Industry of the West Pacific. (Carruthers, Donald S.)

· Figura N2 38.- Indice de Precios de las Materias Primas ....


u,
u,
156

prosperan al amparo de una combinación de tecnologías altamente in­


tegradas y mutuamente sostenidas., una vez consolidada esta enrevesa
da trama de relaciones e interrelaciones, las innovaciones incompa­
tibles con el esquema resultante son rechazadas como ideas impracti
cables; es esta la razón por la cual las demás innovaciones son com
primidas en un recinto cuya escotilla se abre cada 50 años. Cuando
los precios se incrementan la innovación básica va cuesta abajo y
viceversa, es que el aliciente para innovar es escaso cuando la pro
ducción de 1 os bienes ya existentes es a1 tamente rentab1 e, por e11 o
se verifica preferentemente en las épocas de transición.

Las fuerzas dominantes en la economía y la sociedad experimentan f�


ses de transición entre un período y el siguiente, durante éstas se
verifican grandes transfonnaciones en el comercio y los negocios;
las actividades económicas sufren traspiés debido a que la otrora
industria pivote alcanzó su máximo apogeo y empieza a declinar. El
crecimiento continúa, pero no en los sectores que llegaron a la ma-
durez, sino en aquéllos con mayor componente de innovación. Los
periodos de depresión son menos severos en aquellos pafses
. .
cuyas
economías albergan un fermento empresarial activo; el abanico de
opciones es muy amplio y si se dispone de la libertad necesaria se
exploran todas las posibilidades, aquellas que fructifiquen contri­
buirán a moldear la era económica venidera por ser ellas las que
atraerán la inversión y se expandirán hasta constituir los cimien­
tos del siguiente ciclo económico.

La presente es, qué duda cabe, una época de transición. Ninguno de


los aspirante� a las preseas en industria pivote, material indus­
trial, fuente de energía, medio de comunicación, potencia dominan­
te, etc. ha logrado aventajar claramente a sus contrincantes. Has-
_ta principios del próximo siglo se verif icará la muerte clínica del
cuarto período y el orto del quinto, al cual la nueva gama de fuer-

zas emergentes infundirá su hálito vital.


15 7

4,2 EL SISTEMA INTERNACIONAL

El sistema internacional contemporáneo es el resultado de un proce­


so hidtórico que abarca los últimos 500 años, lapso que coincicle
con el proceso de expansión del capitalismo europeo, el cual se ha
plasmado en una estructura económica que comprende todo el orbe y
que a la vez de base de unidad lo es también de conflicto. Esta es
tructura económica enlaza a todas las formaciones sociales existen­
tes, dando lugar a situaciones de dep�ndencia y dominación cuya ca�
salidad ha merecido un sinnúmero de ensayos interpretativos, siendo
quizá el más difundido aquel de Centro-Periferia.

Tres son los componentes del liderazgo global: poder económico, po­
der polftico y poder milita�. No es ningún secreto que los paises
económicamente dominantes han sentido la obligación de ejercer su
poderío militar. Francia fracasó en su empeño de conquistar Europa
a principios del siglo XIX; Inglaterra se sintió oblig_ada a cumplir
la función de policia mundial durante el resto del siglo XIX; los
intentos alemanes pira someter a Európa terminaron en las catástro­
fes de 1918 y 1945; Estados Unidos siguió en la estela dejada por
Inglaterra, desempeñando análogas funciones policíacas en los últi­
mos 40 años. Esta alternancia no es casual.

Si bien Inglaterra fue la primera nación en iQdustrializarse, Fran­


cia fue (cuando menos hasta el fin de las guerras napoleónicas) la
mayor potencia militar y económica del mundo. Entre 1815-1840 In­
glaterra tomó su lugar y detentó una supremacía incuestionable. Al
finalizar el segundo período, en algún momento entre 1880-.1895, .1a
unificada Alemania inició su carrera ascendente. Entre 1930-1945,
al finalizar el tercer periodo, USA se convirtió en superpotencia,
al tiempo que la Unión Soviética, siguiendo una trayectoria anti­
nómica pasaba a ser su gran oponente (ver cuadro N2 28).

Pese a su incont�astable supremacía económica, los japoneses son


reacios en la hora actual a hacer frente a muchas de las obligacio­
nes inherentes al liderazgo global; más aún, se aferran a su condi­
ción de socios de los Estados Unidos. Este empeño en no marcar dis
tancias con los norteamericanos (figura N2 39) significa que el mun
158

INVERSIONES EN EL EXTERIOR $
1200

-
- ... 1000
-
- ... 800
- -
� ... 600
...
..
- ... 400
.. ...
... 200

1 -1 1 1· - - ... .... o
75 77 _79 81 83 85- 87

Estados Unidos O Japon a

SALDO EN CUENTA CORRIENTE $

+ 100
Japo�
+ 50

., o
50

•• 100
Estados Unidos �,
' 150

200
75 77 79 81 83 85 &7
Fuente: The New York Times (31.01.88)
(Cifras en miles de millones de dólares)

Figura N 2 39
159

do está entrando en uno de esos raros períodos en que se carece de


un lider, de una fuerza dominante, tal como aconteció en los turbu­
lentos 2Os y los 3Os, cuando Inglaterra arriaba su bandera luego de
vencer a Alemania y USA aún no emergía.

Antes que concluyese la Segunda Guerra Mundial, en 1944, se cele­


bró la Conferencia de Bretton Woods; en ella se definieron los fun­
damentos y la racionalidad del nuevo orden internacional. Allí se
crean el Fondo Monetario Internacional· (FMI), el Banco Mundial (BM),
se reemplaza la libra esterlina por el dólar como patrón monetario,
y se adoptan· las decisiones que asegurarán la influencia estadouni­
dense en los procesos de reconstrucción económica de las naciones
devastadas por la guerra {.sin excluir a los vencidos), las que ha­
brían de concretarse en el Plan Marshall. En el campo de la seguri
dad USA articuló su sistema plane�ario de defensa al concluir una
serie de ali�nzas milítares. La diplomacia multilateral no podía
ser dejada de lado, la Carta de San Francisco, partida de nacimien­
to de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), refleja esta e�
tructuración e intereses en la forma, composición y funcionamiento
de su Consejo de Seguridad •

En la Conferencia de Yalta (1945) quedó consagrada la división del


. mundo en 2 zona:s de influencia: norteamericana y soviética. Los ru
sos no se quedaron atrás,. promovieron el Pacto de Varsovia y el Con_
sejo de Ayuda Mutua Económica (CAME}, sin por ello dejarse sustraer ---
. . :.·
de las funciones_ estrictamente policiales; desde la guerra fria la ;:
:_.,
··-' :
,' ,•·

constante de su accionar ha sido el mantenimiento de 1 a paridad es-


tratégica y de su capacidad de disuasión. �1 nuevo liderazgo sovié ·-·
tico ha comprendido que la continuación de esta política condenará {." _

a su país a su ocaso como potencia; la redefinición del orden de ·-


prioridades inclinando la.balanza del lado de la modernización y la __ :
eficiencia es su divisa; les urge recuperar el tiempo perdido. Pe_; .,
ro-tos vientos de cambio no se han detenido en la llanura rusa, han
transpuesto el Himalaya llegando a la China; . luego de un prolongado
letargo el gigante asiático se despereza manifestando una impresio­
nante voluntad de cambio y progreso, aún no ha mostrado del todo su
verdadera capacidad.
!'· .
.

160

Es poco probable que Jap6n o alguna otra nación logre a mediano pl�
zo el poder absoluto detentado por Inglaterra en tiempos de la rei­
na Victoria, y por los Estados Unidos en los años de · Eisenhower,
por 2 razones. Pese a controlar una porci6n cada vez mayor de 1�
riqueza mundial, la economía japonesa (segunda en tamaño) medida en
ténninos del total de bienes y sérvicios producidos es 3 veces me­
nor que la estadounidense, pero además USA posee una influencia mi­
litar y política -los otros dos componentes del liderazgo global­
muy superior a la de cualquier otra nación, con el agravante de la
poca inclinación nipona a asumir grandes responsabilidades en estos
terrenos.

El status de superpotencia presupone un sentido del deber, una no­


ción de misión encomendada, de destino por cumplir, algo de lo que
carecen los japoneses en lo absoluto; la id�a imperial no seduce a
esta generación, tienen dificultades hasta para integrar un cuerpo
de paz de la ONU, por ello parecen inclinarse por el fortalecimien­
to de su relación simbiótica con los Estados Unidos. En este pri­
mer escenario ambas naciones compartirían el liderazgo, proveyendo
la fuerza político-militar y el vigor económico respectivamente,
situación que sólo tendría un precedente en la historia moderna,,
cuando en el s1glo XVI la España de Carlos V detentaba el poder su-·
premo en lo po1ltico y militar, en tanto el ceritro de gravedad eco-
nómico pasaba de Florencia a Amb.eres.
..

La pérdida de reflejos de la economía norteamericana y su dificul­


tad para relanzarse han debilitado la influencia estadounidense en
regiones tan conflictivas como América Latina y el Medio Oriente,
dando pie a un segundo escenario en el cual emergerían bloques co­
merciales alrededor de Japón (.Asia), Alemania (Europa) y Estados
Unidos (Norteamérica). Esto pone nuevamente sobre el tapete el te­
ma del trilateralismo, estrategia de liderazgo colegiado (Alemania
posee la cuarta economía en tamaño tras la,U�]on Soviética), cuyo
.
encanto está en que pennitiría suplir la carencia japonesa de aque-.
lla vocación imperial que en su hora manifestaron USA e Inglaterra.

Resta examinar el caso de los países tercermundistas. Pese a ence­


rrar un concepto de contenido impreciso, la expresión Tercer Mundo
161

resulta de gran utilidad para denominar a los sectores mayoritarios


de la población del planeta; ésta comprende ordenamientos sociopolf
ticos disimiles, cuyo denominador común es hallarse inscritas den­
tro de una realidad dé pobreza y atraso. Si bien la evolución de
los acontecimientos internacionales repércute sobre sus propias re-ª._
lidades, la intensidad de esta repercusión depende de la respuesta
que se dé internamente a sus influencias; no pudiendo sustraerse de
los condicionamientos externos, han intentado con poco éxito poner
en marcha mecanismos de cooperación y defensa de sus i�tereses. Las
nuevas orientaciones del sistema internacional encuentran a muchos
de ellos en muy mala situación, poniendo en tela de juicio su viabi
lidad como Estado-Nación.

4.3 LA ECONOMIA MUNDIAL

Los casi 25 años de prosperidad, de crecimiento rápido y sin mayo­


res tropiezos, de auge extraordinario de la economía de post-guerra
dieron pábulo a firmes creencias acerca de la inevitabilidad del
progreso. En virtud de los Acuerdos de �retton Woods las tasas de
cambio permanecieron razonablemente estables, el comercio mundial
se expandió a medida que los controles en vigor en los 30s y 40s
iban siendo paulatinamente desmantelados. Se formularon ambiciosos
planes de inversión con el aval de los gobiernos confiando en la
continuidad del crecimiento; podrían haber pausas, pero éstas se-
.

rfan temporales. El proceso de transnacionalización se halla en su


apogeo y no se restringe al fomento de la industrialización sustitu
tiva, se extiende a los patrones de consumo, el estilo de vida y
las preferencias culturales.

Durante los 70s colapsaron las bases económicas y energéticas que �­


sustentaban este estilo de desarrollo, reemplazando en definitiva ···
una concepción económica orientada hacia el crecimiento y el .,..p-leno
. ,

empleo por otra centrada en la estabilidad monetaria y financiera


internacional. La devaluación del dólar, la denuncia de'los Acuer­
dos de Bretton Woods y el reciclaje de los grandes excesos de liqui
dez son sus signos exteriores; las causas profundas han de ser bus­
cadas en 1 a creciente vulnerabilidad de 1 a potencia dominante (USA),
162

asi como en las tendencias diferenciales de productividad y compe­


titividad internacional.

Hasta mediados de los 60s la supremacía estadounidense fue apabu­


llante en todos los ámbitos (económico, -comercial, miiitar); para
entonces la reconstrucción de Europa·y el Japón habia concluido, el
dinamismo de las economías de estos actores redivivos, su alta pro­
ductividad y el bajb costo de sus productos los convierte en compe­
tidores formidables. Con la profundización de este proceso se gen�
ra una crisis de sobreproducción que desemboca en disputas comerci-ª._
les, las ventas empiezan a disminuir y con ellas las ganancias, el
crecimiento se desacelera, cunde el desempleo. El color rojo empi�
za a asomar en las cuentas externas norteamericanas a medida que
las importaciones se incrementan, la Reserva Federal reacciona im­
primiendo más billetes con la efigie de Washington, que al ser colo
cados sin encaje en los mercados mundiales presionan sobre los pre­
cios. Este proceso se ha visto .mimetizado por un hecho circunstan­
cial: el súbito encarecimiento del petróleo, que excedió con largue
za el promedio de los demás incrementos.

Es indudable que el alza del precio del crudo (1973) fue el deto-
nante de la crisis. El regreso de la enorme ·masa monetaria made in
USA a su país de origen estaba bloqueado por las políticas anti-in
flacionarias norteamericanas, la permanencia forzosa de estos depó- -�
sitos en bancos europeos da como resultado la creación del eurome!.
11

cado" y la aparición del "eurodólar". Sin embargo, el mercado tra- (.-.,

·:..: �

dicionalmente receptor del crédito, compuesto por las grandes empre


sas multinacionales y los gobiernos centrales y locales de los paí­
ses desarrollados, se encontraba virtualmente saturado; todo ello
en un contexto de espiral inflacionaria y estancamiento económico
(�stagflación). Se apela entonces ·al recurso de la exportación de
capital-dinero hacia los países del Tercer Mundo, como una forma de
ampliar el mercado externo mediante préstamos y 'ayudas'. La trans
ferencia de la crisis se ha consumado, el problema de la deuda ha
nacido.

Entre 1974-1975 la crisis se convierte en recesión; la contracción


generalizada de la demanda interna obliga a los países industriali-
°
163

zados a potenciar sus exportaciones y penalizar las de los países


del Tercer Mundo, a los cuales se presiona simultáneamente para que
abran sus mercados a las importaciones; los desequilibrios fiscales
se agudizan. Este es uno de los brazos de un diestro movimiento de
pinzas, el otro es una agresiva reestructuración industrial que prj_
vilegia procesos e industrias con mínimo consumo de energías conve.!!_
cionales, sustentada -inevitablemente- en la investigación científi
ca. El encarecimiento del petróleo convirtió buena parte de la ca­
pacidad instalada existen.te en antieconómica; los procesos productj_
_vos caracterizados por el predominio de los medios mecánicos, el
control humano directo y el consumo masivo de materias primas queda
ron heridos de muerte.

La inversión de fondos líquidos en actividades productivas se retra


jo; agotado el expediente de la exportación de· capital-dinero hacia
el Tercer Mundo, la búsqueda de formas alternativas de ganancias se
intensificó, estimulada por el sistema de paridades flotantes surge
entonces la es�eculación monetaria: al devaluarse unas y revaluarse
otras, los diferenciales cambiarios se transforman en utilidad ne­
ta. La crisis económica y el marasmo productivo terminaron socavan
do las bases del sistema monetario internacional. Las políticas de
estabilización
.
seguidas en los países
.
desarrollados (USA en partic_!!
lar} han privilegiado la lucha contra la inflación teniendo como
sus�ento la fortaleza del dólar, lo que a su vez permite a los Esta
dos' Unidos atraer capitales para enjugar sus cuantiosos déficits al
precio de crear dinero y expandir el crédito retroalimentando la in
flación.

Para los países del Tercer Mundo la receta fue otra. El efecto de
la aplicación de políticas aperturistas de austeridad y sacrificio
resultó contraproducente, la distancia entre los propósitos explícj_
tos e irnplícitos era demasiado grande; el fin verdadero no era el
control de la inflación y el alivio de la balanza de pagos sino per_
mitir a los acreedores seguir cobrando, la fuga de capitales hacia
lós centros financieros se hizo aún más pronunciada. Con la cesa­
ción de los pagos mexicanos (1982) el problema de la deuda se con­
virtió en crisis, crisis cuya solución definitiva escapa a la esfe­
ra de la influencia de los paí�es deudores.
164

En momentos en que la economía internacional se muestra reacia a PQ..


nerse en marcha otra vez y pareciera contentarse con un ritmo míni­
mo de crecimiento, las finanzas internacionales prosperan. Un mega
mercado financiero, dotado de una pasmosa capacidad de movilización
de recursos se halla en proceso de formación; la liberalización
(desregulación) y los nuevos instrumentos (futuros, opciones, cobe!._
turas, bonos negociables), han coadyuvado a la expansión (en número
y volumen) de las operaciones, las cuales gracias a los avances te�
nológicos se efectúan ininterrumpidamente en todo el orbe. Así, el
examen de los problemas que aquejan al dólar y a las finanzas inter..
nacionales revela la extraordinaria fluidez y, simultáneamente, la
profunda unidad de los sistemas monetario y financiero.

Tres han sido los cambios de mayor trascendencia. Primero: el cre­


cimiento de la economía industrial ya no está sustentada en la ex­
plotación de los recursos naturales. Segundo: en la economía in­
dustrial la producción depende cada vez menos del empleo; la roboti
zación y la automatización han desquiciado la estructura tradicio­
nal de costos. Tercero: el movimiento de capitales y no el comer­
cio e intercambio de bienes y servicios es la fuerza motriz de la
economía internacional.

La economfa·de·tas sociedades post-industriales viene evolucionando


de 1a producción masiva de bienes a la de servicios, el crecimiento
depende más de la acumulación de capital que del empleo, pero los
servicios dependen a su vez de la disponibilidad de los bienes de
capital que los generan, por lo que el desarrollo de ambos sectores
está estrechamente relacionado; si un país perdiese.la base de pro­
ducción de los bienes, perdería también el liderazgo tecnológico de
los servicios. Siendo los servicios el rubro más promisorio, su i.!!_
clusión en la agenda del GATT no es casual; los esfuerzos de coordj_
nación llevados a cabo en las reuniones cumbre de los países indus-
trializados, tanto a este respecto como en lo ,toca-nte a la.economía
y las finanzas internac iona 1 es, apuntan hacia"· un manejo conjunto SQ..
bre el cual no existe unidad de criterio, 'si bien se ha logrado con
jurar el peligro de una guerra comercial abierta.

El d�ficit comercial y el nivel de endeudamiento alcanzados por los


165

Estados Unidos han conducido a esta nación a una situación que es


en economía lo que un hueco negro es en astronomía; cuanto más se
penetre en él más difícil es salir. Una vez dentro del hueco negro
la estructura y el comportamiento de la �ateria�no obedecen las le�
yes conocidas; cuanto más larga sea la persistencia de las perturb-ª­
ciones económicas, más dramáticos serán los cambios que acontezcan
en la estructura y el ordenamiento mundial. De hecho un nuevo ti­
tán ha entrado en 1 iza: ·Japón.

La creciente_fortal�za económica del Japón no es sólo eso, es algo


más, los nipones han puesto de manifiesto alqo que sólo Inglaterra
y USA lograron en sus días de gloria, la capacidad de acumular una
enorme riqueza sin importar el valor de su signo monetario; ésta al
ser reinvertida hace a la comunidad internacional dependiente del
país acreedor. La sociedad japonesa evoluciona aceleradamente, sus
exportaciones se contraen, pero ya no depende tanto de ellas; su
crecimiento se sustenta en el dinamismo de su mercado interno y en
los ingresos provenientes de sus actividades en ultramar. A medida
que invierten sus ingentes riquezas, los nipones van tomando deci­
siones que hacen recaer sobre ellos -muy a pesar suyo- el liderazgo
económico mundial: son l_a principal fuente de recursos frescos del
BM y del FMI, v�n camino a convertirse en los prestamistas más im­
portantes.

Entre las funciones vitales desempañadas por el líder económico des


tacan la apertura de sus fronteras a otras naciones y la garantía de
la estabilidad y el crecimiento económico. Inglaterra lo hizo el
siglo pasado con los países que incorporabé a su imperio colonial y
las nacientes repúblicas latinoamericanas. Estados Unidos también
lo hizo con Japón y Europa en la post-guerra, pero en las actuales
circunstancias nadie puede pennitirse este lujo, la situación es se
- mejante
-
a lo acontecido en
. los 30s, �uando el comercio mundial de
, ....evaporaba sin que ninguna nación hiciese de mercado-para-todos. Pe
ro.el líder económico es también el prestamista en la hora nona,rol
que nadie desempeñó para aquella vencida y castigada Alemania de
los 20s que habría de precipitarse en brazos del nazismo; en la
próxima década alguien debería hacer lo propio con aquellos países
del Tercer Mundo incapaces de pagar sus deudas.
166

4.4 LA DIVISION INTERNACIONAL DEL TRABAJO

La metáfora Centro-Periferia, sustanciada por este par d� antónimos,


no se sustenta en la lejanía geográfica, ni en propiedades internas
específicas, sino en la naturaleza de la interacción entre ambos PQ..
los en base a una diferenciaci6n definida de funciones en el contex
to de la economía mundial, puesta de manifiesto principalmente en
la división internacional del trabajo.· En el Centro la producción
es diversificada y homogénea, mientras en la Periferia -por contra�
te� es invariante y heterogénea. Esta polarización no da como
resultado una distribución bimodal sino más bien trimodal de países
a lo largo del espectro Centro-Periferia, o más generalmente Norte­
Sur.

De allí que, aparte de los países industrializados tradicionales


(PITs) del Centro, y de los países atrasados (PATs) de la Perife­
ria, exista·un estrato intermedio de países diferenciable por su e�
tructura que constituyen la Semiperiferia. La diferencia básica en
la dinámica de desarrollo entre el . Centro, la Periferia y la Semi­
periferia estriba en que el Centro es capaz de un desarrollo autog�
nerador que responde a sus necesidades internas, en tanto los otros
2 estratos tienen un desarr.ollo de tipo reflejo, con estructuras de
producción fragmentadas y especializadas. La distinción entre Peri
feria y Semiperiferia ha .de ser buscada en el grado de articulación
con la economía doméstica y·1a integración interna.

El concepto de Semiperiferia es eminentemente funcional y comprende


a los países de indu�trialización reciente (PIRs), los cuales están
caracterizados por la dicotomía de su ubicación en la jerarquía eco
nómica internacional; poseen 2 series contrapuestas de ventajas com
parativas, una para con los países del Centro (hacia donde se orie.!!_
tan) y otra para con 1os de la Periferia (a. quienes han dejado
atr�st. Esta particularidad les permit� intercambiar diferentes
clases de productos con cada estrato; semfmariufacturas por tecnolo-
, gía y manufacturas por materias primas, respectivamente,

La comprensión de los nuevos derroteros en la división internacio­


nal del trabajo, entre los que descuella el progresivo.abandono del
167

comercio vertical (productos primarios por manufacturas} en favor


del comercio horizontal (manufacturas por manufacturas}, parte del
análisis de 3 tendencias divergentes. Una de ella� es un cambio in
ducido por el crecimiento económico, la_misma que se condice con la
teoría de los flujos comerciales, según la cual el comercio permite
una más eficiente asignación de recursos. Otra tendencia, semejan­
te en apariencia pero que obedece a una dinámica distinta, es la r�
asignación de la producción industrial hacia nuevas regiones compe­
titivas (Sur}. Una tendencia adicional que viene ganando terreno
es la reconquista por parte del Norte de las ventajas comparativas
perdidas.

En el curso de un proceso de crecimiento los productores del Norte


confrontan un paulatino encarecimiento de los factores productivos
domésticos, de ahí la -conveniencia de delegar ciertas actividades
con el fin ·de liberar su capacidad y poder concentrarse en los ru­
bros más rentables: los de alta tecnología. La gama de procesos
industriales descontinuados es reubicada en el Sur en función de
sus ventajas comparativas (dotación de recursos naturales y huma­
nos). Esta podrfa ser una manera de organizar el crecimiento econó
mico a nivel mundial siempre que el volumen de actividades transfe­
ridas al Sur se.a compensado.por un incremento equivalente en las ªf.
tividades restantes y emergentes, condición que se satisface en ta!!_
to y cuanto la especialización del Norte y la expansión concomitan­
te de la capacidad exportadora del Sur son fruto del crectmiento
económico. Esta es la primera tendencia.

Dos mecanismos superpuestos conectan el crecimiento con una exten­


sión tal en la división internacional del trabajo. La reasignación
de actividades productivas a la Periferia crea en ésta ingresos y
puede tener efectos multiplicadores y de aceleración en la economía
local, pe�mitiéndole participar en el crecimiento de las regiones i!!._
dustrializadas. El segundo mecanismo opera ·en sentido inverso; el
crecimiento económico de la Periferia crea allí demandas importad.Q_
ras, las cuales serán saldadas con parte de la creciente produc­
ción. Así, ante la imposibilidad de un desarrollo autárquico, el
Sur depende de la buena voluntad del Norte para comprometerse a una
mayor división internacional del trabajo con él, y de ajustar sus
168

estructuras productivas en concordancia.

Se ha objetado que este enfoque parte de un diagnóstico equivocado,


que la transición hacia una nueva división internacional del traba­
jo no guarda relación con las ventajas comparativas, siendo más
bien el resultado de la homogenización del mercado laboral mundial,
en virtud de la cual ia fuerza laboral del planeta tiende a est�r
disponible para la producción industrial en relación a la moviliqad
geográfica del capital y la transferencia de tecnologfa. En conse­
cuencia, el acceso a ocupaciones de alta productividad ha dejado de
ser una prerrogativa detentada con exclusividad por los trabajado­
res del Norte, estos deben competir con otras fuerzas laborales ba­
jo nuevas reglas de juego. He aquf la segunda tendencia.

En aquellos pafses que hasta hace poco permanecieron encasillados


en sistemas lo�ales de·producción e intercambio relativamente inefi
cientes, los trabajadores ofrecen sus serv1c1os a un precio mucho
menor que el que pueden permitirse sus pares del Norte. El proble­
ma con la reasignación industrial es que la producción mundial no
ha sido, no es, ni será en el futuro suficiente para brindar a la
población económicamente activa del planeta la oportunidad de lo­
grar una remuneración comparable siquiera al promedio de un país i.!l
dustrializado ...Si bien esto no es nada nuevo, el debate acerca de
quien puede participar en los procesos productivos de alta flexibi­
lidad de ingresos y quien no ha sido reabierto.

El elevado salario percibido por los agentes económicos de unos po­


cos países se debió a su privilegiado acceso a 2 factores de produc
ción: capital y conocimiento, y sólo podrá ·ser mantenido si dicho
privilegio permanece inalterado; quienes pierden su sitial en el ··· 'J

circulo selecto deberán competir en los demás mercados con los re-
cién llegados sin poder imponer condiciones. Frente a esta disyun-
ti'L.P la competencia entre países industrializados por la superiori-
,-dad tecnológica se convierte en una lucha que·:---decidirá la pobreza y
riqueza en el largo plazo; el ánfasis del Norte en la alta tecnolo-
gía no sería el resultado de una reestructuración, sino de una con­
tracción unilateral; algo así como perfeccionarse en el manejo de
un brazo por haber sufrido la amputación del otro.
169

Las 2 tendencias se�aladas caracterizan procesos evolutivos diferen


tes. La primera tipifica la relación PITs-PATs, en tanto la segun­
da hace lo propio en el caso PITs-PIRs, cada una de ellas apunta h�
cia una dirección propia� claramente distinguible pot separado (la
preservacion y la subversión del status quo respectivamente), pero
cuyo efecto combinado es incierto. La estructura piramidal de la
jerarquía económica internaciona 1 po.dri a angostarse adoptando un
perfil más aguzado, en la cumbre habría sitio sólo para unos pocos
competidores, la zona intermedia se alargaría para dar cabida a los
PIRs y aquellos PITs en decadencia, tendiendo a moverse hacia abajo
a medida que la competencia se-haga más encarnizada. El destino de
los PATs estaría oscurecido por algo más que las sombras de la no­
che.

No obstante, hay algunos factores que alumbran esta desoladora per1.


pectiva para aquellos PITs perdedores del grand prix tecnológico.­
Son estos t_anto la infraestructu�a como el material humano y el mar.
co institucional heredado, la posibilidad de establecer relaciones
preferenciales con los líderes tecriológicos y la bonanza en mate­
rias primas que algunos de ellos experimentan (Inglaterra, Canadá);
factores estos que armonizados los ponen a cubierto, constituyendo
el primer hito de la tercera tende_ncfa, cual es la recuperación de
las ventajas competitivas en productividad por parte de los PITs.

Ante el desafío de los bajos sueld�s el Norte ha procedido a reem- :·',


\:.
plazar a sus costosos trabajadores por sofisticados equipos, pues- ·-�
�:�
tos a punto por los avances científico-tecnológicos; esta menor in-,� {J.·

cidencia de los salarios en el costo de producción no puede ser fá- �: •. ;

cilmente compensada por un país Periférico o Semiperi.férico. Si


bien el impulso de la reubicación industrial permanece incólume, el ;�
L.�
umbral se halla más distante en el caso de los bienes sofisticados, >
lo cual es también válido en el caso de aquellos productos estanda- -·
rizados que con ayuda de la maquinaria y el conocimiento transferi­
bles pueden-ser ventajosamente fabricados lejos del Centro, pues
son reemplazados por otros del mismo tipo pero con mucho mayor va-
lor agregado, que incorporan esfuerzos considerables en investiga-
ción y desarrollo (l&R) y/o dependen de una estructura local alta­
mente desarrollada de insumos industriales y servicios, como lo de-
170

muestra el caso del automóvil.

Si la tendencia a la reversión de las ventajas competitivas (terce­


ra tendencia), llegase a sobreponerse a la de reubicación indus­
trial (segunda tendencia), bloquearía de- paso una mayor extensión
del crecimiento económico {primera tendencia); las amenazas para el
empleo e ingreso de los PITs quedarían sin efecto, la competencia
de los países de bajos _sueldos no sería mayor preocupación, la acti
tud hacia las importaciones sería otra, pues una protección adicio­
nal a aquella proveída por la superioridad científico-tecnológica
sería innecesaria.

Estos hechos permiten reinterpretar el recrudecimiento del protec­


cionismo; éste no se debe a la inhabilidad de las sociedades ricas
para proceder a un ajuste debido a una esclerosis institucional, no.·
Es que la i�posición de trabas y restricciones es su forma de defen
derse, porque el penalizar al contrincante les permite ganar un
tiempo precioso para poder encarar el reto desde una posición de
fuerza, visto y considerando que en las actuales circunstancias no
están seguros de la victoria. La ventaja de unos es la desventaja
de los demás.

Esta vUel ta de ·tuerca en favor de los PITs permite apreciar la com­


petencia tecnológica Norte-Norte bajo otro ángulo. La parte supe- -�
rior de la pirámide jerárquica podría seguir siendo lo suficiente­
mente espaciosa como para proveer cómodos alojamientos unos cuantos
pasos bajo la cúspide -como ha sucedido hasta ahora-; incluso po-_
dría haber espacio para este o aquel recién llegado que desarrolla-
se la capacidad tecnológica suficiente para competir en productos ·-
L .,
no tan sofisticados. Asf, éstos y los PITs restantes participarian ··
del crecimiento económico global sobre la base de un conjunto alta- ""-�:
mente competitivo de tecnologías ya desarrolladas, y en función de
aquel1a-s otras que siendo nuevas ya han ido más allá de la primera
fase de su ciclo vital. Si bien los punteros-tecnológicos tendrían
asegurado un ingreso adicional y un premio en crecimiento, harto
significativos en tiempos de desempleo crónico y lento crecimiento,
el ir un poco rezagado, es decir, la no pertenencia al grupo de pi.Q_
neros del despegue industrial del mañana no equivaldría·a la conde-
171

na irremisible a un destino calamitoso.

El problema de la deuda y la insolvencia de muchos paisés ha reduci


do el mercado mundial; el comercio vertical ha decrecido notableme.!!_
te, al punto que algunos países de la Periferia parecen haber ingr�
sado a una fase de desconexión económica. La quiebra del orden co­
mercial tradicional causa dolores de cabeza en el Norte, pero no
por los daños que acarrea en el Sur, sino porque desquicia complet-ª­
mente los circuitos de comercio e intercambio, dificultando su pro­
pia recuperación económica y amenazando los más vitales intereses
de quienes dependen de ellos en mayor medida (como Alemania y Sui­
za). El mayor peligro no está en gravar las importaciones prove­
nientes de la Periferia y la Semiperiferia, sino en el efecto deva�
tador que tendrían aque-1 las medidas in extremis celosamente guarda­
das en el arsenal de la competencia Norte-Norte. De ahí el énfasis
t
en el comercio horizor tal.

El predominio económico va de la mano con el poder de f1jar los pa­


rámetros comerciales_; Inglaterra y Estados Unidos ejercieron el su­
yo para imponer el sistema que los fayorecía: el de libre comercio.
Pero esta ventaja perduró en tanto su tecnología y sus productos
fueron reputados como los mejorés del mundo; ahora que las manufac­
turas japonesas-son.las preferidas, USA ha dejado de patrocinar el
libre comercio, el aEiandono de este principio condu·ce a un vacio
que los nipones no pueden llenar por carecer de una cosmovisión pro
pia.

Pareciera que el mundo se orienta hacia la fragmentación en grandes


bloques comerciales: Comunidad Económica Europea, USA-CANADA-México,
Japón-Sudeste Asiático; creando las precondiciones para el manteni�
miento y reconstitución de la máxima libertad al interior de cada
bloque, al tiempo que la competencia entre ellos arrecia. En este
nuevo orde� los intereses de los paises periféricos sólo recibi-
rían atención residual, limitándose a influir· en los procesos inter
nos de toma de decisiones, dado que el acceso a estos nuevos merca­
dos ampliados estaría condicionado al seguimiento de la polí tica
'correcta'.
172

4.5 LA INDUSTRIA MINERA

Lograr y mantener una posición com�etitiva en la producción de min�


rales dependió por muchos, muchos años, del acceso al exterior, las
caracteristicas del depósito y un razonable apoyo financiero. Las
transfonnaciones operadas han cambiado la faz de la industria obli­
gando a re-examinar el camino recorrido. Los cambios profundos su.Q_
vierten el orden establecido, crean ganadores y perdedores a más de
muchos y difíciles problemas, pero ofrecen -paradójicamente- nuevas
e insospechadas posibilidades; y es aquí donde está el reto, en
maximizar el.aprovechamiento de las oportunidades minimizando el
costo del ajuste. Estas transformaciones son fruto de la interac­
ción de un complejo conjunto de factores, como la innovación tecno­
lógica y las tendencias diferenciales en la productividad y competí
tividad internacional, siendo a su vez consecuencia y contraparte
inevitable del devenir del ciclo económico.

Cuando la economia crece el consumo se incrementa, los pedidos se


acumulan, los sindic_atos ventilan sus reclamos; no es difícil
conseguir crédito para efectuar nuevas inversiones, aunque para
ello deba pagarse tasas más altas de interés; los intermediarios
aprovechan la ocasión pára manipular los precios, y los consumido­
res están predispuestos a pagarlos. Se presiona sobre costos y pr�
cios. Pero, toda vez que las expansiones de la capacidad instalada
ocurren en etapas prolongadas y con largos tiempos muertos, la cad�
na de producción minera va a la zaga de la evolución del mercado de
bienes de capital al que abastece; de ahí la propensión del mercado
de metales a amplificar las oscilaciones del ciclo comercial.

Este último punto es la clave. Modestas variaciones en el ritmo de


1 as actividades económicas. durante un cielo comercia1 pueden tradu-
cirse en abundancia o escasez de uno o varios metales, la cual sin
_ir..Jl)ás a11 á de unos pocos puntos porcentuales puede reflejarse en
cambios sustantivos de las cotizaciones de la-bolsa cuando los pro-
ductores pugnan entre sí por vender algo más o, cuando los usuarios
hacen lo mismo para cubrir sus necesidades. De lo expuesto se des­
prende que los metales son sensibles al mismo tipa de condicionan­
tes que influyen sobre el ritmo de la inflación, y .:>ºn en si indica
173

dores claves (�er figura N2 40). El éxito de la lucha anti-infla


cionaria desembocó en una recesión que virtualmente eliminó la de­
manda especulativa de metales, deprimiendo su precio. Las prefere_!!
cias de los inversionistas mudaron entonces a los valore� financie­
ros.

El fin de la era del petróleo barato obligó a repensar los procesos


industriales priorizando el ahorro de energía, dando lugar en pri­
mer término a la sustitución· entre metales y, sin proponérselo, ex­
pandiendo la demanda de plásticos, cerámicos y otras sustancias exó
ticas. Una nueva generación se abre paso, son los materiales campó
sitos. No sólo pueden ser más económicos, también pueden ser ,más
fuertes que el acero, más livianos que el aluminio, más resistentes
que el titanio, y ser fabricados a pedido del cliente. Esta pennea
bilidad ante las necesidades del cliente y la capacidad de ajustar
el nivel de producción a los requerimientos del mercado pusieron al
descubierto las debilidades de la industria minera.

Si las ·empresas mineras estuviesen involucradas en la fabricación


de artículos de consumo, trátese de artefactos eléctricos o zapati­
llas, entonces el seguimiento de hábitos, preferencias y modas, 1ª
promoción de nuevos productos, asi como el manejo publicitario se-
rían la norma.··. Es claro_ que este no es el caso. La naturaleza mis
ma de su activid�d: el producir materias primas a partir de recur­
sos naturales, los cuales no son destinados de _inmediato al consumo
final, coloca a la minería en desventaja, manteniéndola alejada de
aquellos que toman las decisiones más relevantes para su futuro (Ó.!:_
denes de compra), así como de aque1las industrias que son sus usua­
rios finales y cuyos productos sólo contienen una pequeña propor­
ción de insumos de base minera. Pero aquí no acaba todo, el minero
no fija el precio de sus productos, está obligado a aceptar el que
esté vigente.

A partir del embargo petrolero, y dada la tirantez de sus relacio­


nes con muchos 'países de tradición minera, las naciones industriali
zadas pusieron en práctica una serie de medidas encaminadas a mini­
mizar la utilización de los metales y minerales no existentes en
sus territorios, y a disminuir su dependencia de posibles interrup-
10000 1 ·,
Inflación
(USA)
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o
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Inflación
(Inglaterra)

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1600 1900 2000


1400 1500 1600 1700.
1200 1300

es. (Anders, Gerhard)


. Fuente: Gold Price Forecasting, Conmodity and Monetary Perspectiv .....�
1-'

Figura N2 40.- Evolución Histórica de la Inflación y el Precio de la Plata


175

ciones en el abastecimiento externo, las cuales unidas a la estag­


flación empeoraron la situación del mercado. Los problemas confron
tados por la industria de minerales metálicos son un· vívido ejemplo
de la superposición de 2 conjuntos de transformaciones: una estruc­
tural y otra cíclica, en la oferta-demanda y costo-precio, respecti
vamente.

La demanda se ha reducido en los mercados tradicionales debido al


menor crecimiento de las economías de los países industrializados ,
la generalización del reciclaje de los desechos industriales, las
nuevas prácticas de fabricación 'a la medida' que reducen los inve.!!_
tarios, pero también se ha desvinculado progresivamente de la mar­
cha de la actividad económica debido al surgimiento de una economía
de servicios a expensas de aquella basada en bienes tangibles, la
sustitución de los metales por otros materiales, y al hecho que los
productos destinados al consumo masivo son cada vez más pequeños,
más livianos y más delgados. A ello deben añadirse tanto la retrae
ción del esfuerzo en I&R, con miras a encontrar nuevas aplicaciones
y poner a punto nuevos productos que permitan expandir el mercado
de las sustancias metálicas, como la reorientación geográfica de la
demanda (PIRs). Estos son cambios estructurales.

Pese al debilitamiento de la demanda, la oferta se ha inflado debi­


do a la inhabilidad de los productores para identificar las trans­
. formaciones operadas en la composición de la demanda, el reciclaje
del eurodólar hacia inversiones en minería, la mentalidad 'hazlo
ahora o nunca' engendrada por las espectativas inflacionarias y el
temor a la escasez, atizados por los vaticinios del Club de Roma.
Se procedió a incrementar la producción en abierto desafío a las s�
ñales del mercado, en lo cual cumplieron un papel destacado las pre
siones del FMI, B.M y Club de Paris sobre los países del Tercer Mun­
do para que continuasen produciendo, estos a su vez pasaron la fac­
tura a las empresas privadas, a lo cual se ��mó la progresiva ·r·eau.f.
ción de costos operativos -que evitó el cierre de muchas,minas-,así
como la creciente importancia de las empresas estatales, consecuen­
cia de la proliferación de países productores.

Para la mayoría de los metales los precios permanecieron deprimidos


176

desde fines de los 70s, alcanzando su punto más bajo a principios


de los 80s, cuando en muchos casos no llegaron a cubrir el costo de
producción. El vínculo costo-precio se quebró. La preponderancia
de las bolsas de metales (_mercados terminales) ha enmar:-cado el oca­
so del sistema de precios de ·productores como patrón de referencia·;
los precios allí fijados s·on muy inestables, inestabilidad que se
ha visto exacerbada por la fluctuación de las tasas de cambio, las
que alteran la competitividad de los diverso� productores. Si bien
el consumo de metales empezó a recuperarse en 1984, no hubo mejoría
en los precios sino hasta 1987; este comportamiento es cíclico, los
precios suben y bajan, pero la tendencia secular es ligeramente des
cendente (figura N� 41)�

Al calor de los múltiples problemas (oferta, demanda, costos, pre­


cios, deudas) la dura competencia se transformó en lucha por la pr.2_
pia existencia; la magnitud de la crisis obligó al replanteo de es-
trategias (operativas, comerciales, financieras, organizativas,
etcl dando paso a una reestructuración a fondo. Elevada la produc-
tividad, mejorada la eficiencia, disminuidos los costos, empiezan a
reducirse las deudai. Los sobrevivientes han sentido en carne pro­
pia la magni.tud del reto tecnológico y se reagrupan para enfrentar­
lo; la coordinación y dirección de los esfuerzos de investigación y
desarrollo (I&�) viene siendo efectuada al interior de grandes gru­
pos industriales, o dentro de programas concertados a escala nacio­
nal que vinculan �1 gobierno, la industria y la universidad en una
causa común: prosperar.

Las ventajas competitivas están del lado de aquellas corporaciones


que detentan el liderazgo tecnológico y son capaces de operar a es­
cala mundial, integrando actividades propiamente mineras (incluyen­
do consultoría y fabricación de equipo) dentro de grandes complejos
productivos diversificados. Tanto la ola de fusiones y adquisicio­
nes como la multiplicación de empresas de riesgo compartido no son
sino cara y sello de una misma estrategia de reestructuración que
modifica la disposición táctica de los contendores, originando reac
ciones en cadena. La competencia adopta nUevas formas; ya no se
trata sólo de vender productos en un cierto mercado, lo que está en
juego es la compra-venta/participación de/en las empresas que fabri
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Fuente: Gold Price Forecasting, Conmodity and Monetary Perspectives (Anders, �erhard)
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Figura N2 41.- Indice de Precios Reales
178

can esos productos.

La recuperación económica internacional no puede ser vista como el


bálsamo que fortalecerá la posición de la industria minera para
siempre, considerando la menor utilización de insumos mineros por
unidad de producto manufacturado; tampoco los mercados emergentes
en países del Tercer Mundo restituirán a la demanda el vigor de an­
taño, por cuanto muchos de ellos se están convirtiendo en producto­
res de bajo costo -y por ende en competidores-, y porque además es­
tán pasando por alto aquellas tecnologías que conllevan un alto con
sumo de metales, yendo de frente a la fibra óptica· y los materiales
sintéticos. Los cambios acontecidos en la Unión Soviética y China
apuntan hacia un incremento de su consumo de metales; pero ambos
países poseen ingentes recursos mineros por lo que su impacto en la
demanda global no será determinante. El tipo de mineralización,
los coproductos y subproductos no son más la salvación que alguna
vez fueron.

Hay evidencias que i�dican que hacia fin de siglo podría verificar­
se un resurgimiento de la industria minera en los países industria­
lizados. Las nuevas inversiones mineras se han orientado en no po�
ca medida hacia USA, Canadá, Australia, Sudáfrica, etc; de otro la­
do las nuevas tecnologías estarían en · condiciones de posibilitar
tanto la explotación de yacimientos hoy considerados marginales, co
mo el tratamiento metalúrgico de desmontes y relaves, con el consi­
guiente incremento de su participación en las reservas mundiales.
Es posible que en algún momento de los 90s la capacidad instalada
sea aprovechada al máximo pese al_ modesto crecimiento del consumo,
y que la participación de los PITs en la oferta total crezca, habi­
da·cuenta de su recuperación de las ventajas competitivas.

4.6 EL CASO DEL PERU

· Los ciclos económicos de largo aliento permi-t-en explicar satisfacto


riamente la historia económica del Perú. La inversión extranjera
ha llegado en oleadas que han coincidido con la fase de prosperidad
de cada ciclo económico (ver cuadro N2 28 y el primer capítulo), pr� .
cisamente la crisis actual es reflejo de la culminación de una lar-
179

ga étapa en la cual fue relativamente fácil para el país expandir


su oferta exportable, vía explot�ci6n de nuevos recursos naturales
y/o maduración de inversiones; situación que penniti6 mantener un
nivel aceptable de captación de recursos externos. Los males endé­
micos se han manifestado con mayor crudez� en las fases recesivas y­
depresivas: déficit comercial, endeudamiento creciente, inestabili­
dad de precios, bajos sueldos, emigración.

Si bien los problemas de la economía peruana pueden ser interpreta­


dos como una consecuencia de la integración en términos desventajo­
sos en una división internacional del trabajo desigual, y no sólo
en función del tardío ensayo de industrialización, no puede menos­
preciarse la gravitación de los factores internos. En un plano más
amplio la cuestión medular no es si las exportaciones mineras, agrí
colas o no tradicionales. llevan en sí mismas a una interacción ex­
terna desfavorable, sino mis bien si el pai� se sume en el papel de
productor pri�ario, o puede partir de ahí para erigir una estructu­
ra económica viable.

El examen de los cambios operados en la escena internacional condu­


ce inevitablemente al replanteo de conceptos y estrategias. La pre
misa de que los países de la Periferia importan bienes de capital
exportando.a cambio materias primas, las que son adquiridas por el
Centro a un ritmo acorde con su producción industrial, carece ya
de valide·z. El estatismo de las ventajas comparativas (mano de
obra, recursos naturales) ha cedido ante el dinamismo de las venta­
jas competitivas (innovación tecnológica, movilización de recursos).
El inevitable deterioro de los términos de intercambio obliga a vol
ver la mirada a los ensayos de integración (.Pacto Andino, Sistema
Económico Latinoamericano); un mercado regional ampliado permitiría
compensar la estrechez del mercado interno.

El Perú debe enfrentar los desafíos de esta etapa de transición de


una era económica a otra en momentos en que se.encuentra inmerso en
la mis grave crisis de su historia; debe obtener recursos suficien­
tes para evitar que el país se paralice, ya que amortizar la deuda
externa en las actuales circunstancias es impensable; pero debe ha­
cerlo al tiempo que modifica sus estructuras de producción y expor-
180

tación. Es improbable que obtenga los recursos necesarios gracias


únicamente a la expansión de las exportaciones, pues ésta se verá
obstaculizada por la profundización de las diferencias en producti­
vidad y te�nologia. Pero estos no son los únicos problemas.

Al examinar los procesos de industri.alización ocurridos en esta cen


turia se observa que el Japón empezó exportando materias primas,
principalmente té y seda a precios siempre crecientes; Alemania en
cambio se concentró en las industrias de punta de su tiempo, en ta!!_
to un tercer pais, Estados Unidos, siguió ambos caminos. Estas vias
son hoy en día intransitables por el Perú debido al deterioro de
los términos de intercambio de los productos primarios (.caso japo­
nés), y por requerir de un bagaje cultural y una infraestructura e­
ducativa fuera del alcance de un país pobre (_caso alemán}.

El fenómeno de globalización es indetenible; las fronteras desapar�


cen, los impedimentos son removidos. Un ejemplo: comprar materias
primas en Brasil para producir bienes semielaborados en México con
patente alemana y robots japoneses, los cuales serán ensamblados en
España y vendidos en Suecia a través de un banco suizo. Este es el
futuro, y quizá los taiwaneses lo estén haciendo realidad ahora, en
este momento. ¿y el Perú?.

El Perú se halla en una situación alimentaria crítica y sin visos


- .

de solución; su situación energética, aunque todavía soportable es


incierta en el futuro si no se realizan nuevas inversiones; su ubi-
cación geográfica es 'incómoda', el espacio peruano no contiene ni!!_
gún elemento geográfico-estratégico que pueda ser utilizado para ª.!:!
mentar su capacidad de negociación internacional. El Perú no se ha
proyectado todavia hacia la Cuenca del Pacífico, ni ejerce hegemo-
nía en el área sudamericana de ese océano. Al contrario, depende
en última instancia para el abastecimiento de insumos y alimentos
del Canal de Panamá y el Cabo de Hornos.

El desacertado manejo económico ha llevado al país a una situación


insostenible, el aislamiento de la comunidad financiera internacio
nal ha agudizado el proceso de desconexión que ya se perfilaba; en
181

la medida que es menos relevante como mercado de bienes industria­


les, y que los flujos de capital por deuda e inversión le son adver
sos, el Perú deja de ser tomado en cuenta.
182

CONCLU5ION

El nombre del Perú fue durante largo tiempo sinónimo de riqueza sin
par, pais cuyos fabulosos tesoros se encontraban caso a flor de tierra,
el de las miticas minas de plata. Durante casi cuatro siglos (XVI-XIX)
el metal argentifero constituyó el principal producto de exportación,
eje de articulación económica y vinculo con el exterior por excelencia.
En el transcurso del siglo XX la mineria siguió ocupando un sitial de
privilegio, registrándose un aumento en la gravitación de los metales ba
se en detrimento de la plata, al punto que en la actualidad no puede ha­
blarse con propiedad de mineria argentifera, en tanto ésta no es poseed2._
ra de una identidad diferenciada. Los problemas que confrontan los pro-
ductores de plata son en esencia los mismos que aquejan a las demás em-
presas; verdad de Perogrullo teniendo.en consideración que la gran mayo­
ria de minas peruanas son polimetálicas, así, buena parte de las empre­
sas mineras producen plata en mayor o menor medida.

En estos 450 añ9s las crisis mineras han conducido inexorablemente :


a c risis fiscales, las cuales fueron superadas en base al esfuerzo de
los propios peruanos; por sus efectos de arrastre la actividad minera
fue en cada caso la de mayor dinamismo. Sin embargo, pese a su indiscu­
tible preponderancia sobre los demás sectores productivos a lo largo de
un periodo tan dilatado, la presencia de la mineria como sector institu­
cional ha sido más bien discreta, limitándose en la práctica a vaciar su
rica bolsa en los siempre exhaustos cofres del erario real (primero) y
de 1 tesoro púb 1 ico (_después) .

A pesar de su menor importancia relati�a,- la plata sigue siendo pi�


za clave del comercio exterior peruano, represent�ndo alrededor del 10%
de las divisas obtenidas por el pais. ta posición de segundo productor
de plata detentada por el Perú ha dado pábulo en años recientes a insen­
satos malabares, en un vano intento por influir en un mercado que no se
rige po)· decretos 1 eyes, ignorando sus más e 1 emen ta 1 es características .
183

La plata es una materia prima poseedora de una personalidad disoci-ª.


da e inestable, durante años ha pugnado por logr�r un equilibrio -harto
difícil- entre su condición de metal industrial y su mucho más antiguo y
tradicional rol como metal precioso. A diferencia del oro, el cual gra­
cias a sus usos cuasi-monetarios y a su atractivo como componente esen­
cial de las reservas oficiales se ha mantenido firme en las buenas y en
las malas en la preferencia de lqs inversionistas; la plata ha tendido
por el contrario a perde·r posiciones debido a una serie de factores, par.
ticularmente cuando el mercado se halla deprimido.

Entre estos factores adversos destacan, en primer término, el hecho


que en promedio el 70,� de la oferta total del metal argentifero sea can�
lizada hacia usos industriales, en contraste con el 15% registrado por
el oro. En segundo lugar está la persistencia de un desfavorable balan­
ce del mercado; los altos niveles de inventarios y los bajos costos de
producción contribuyeron a ·acrecentar la sensación de que la plata sería
finalmente arrojada del selecto cluó de los metales preciosos.

· Pese a ello, el éxito alcanzado por las recientes emisiones de mone


das y medallas de plata ha servido para demostrar que el metal argentífe
ro mantiene aµn su encanto como metal noble y de atesoramiento, todo ·10
cual no debe magnificarse. Su bajo precio unitario, lo reducido de su
mercado de inversión-y el .exceso de oferta corresponde a la faceta 'in-
. dustrial' de �u personalidad. As�, en un mercado neutral o en baja, es
por lo general el activo de más bajo rendimiento, demorando más tiempo
en recuperarse; pero es el primero en reaccionar ante cualquier súbita
disparada originada por temores. Sus características fundamentales se
refuerzan entre si, y a menos que el oro tenga momentum suficiente para
liderar la subida, la plata volverá a bajar. Por el contrario, cuando
la evolución del mercado es paulatina, la percepción de las poco atracti
vas características de inversión del metal argentifero servirá para re­
tardar 1 a respuesta de su cotización y /o posteriormente para debilitarla.

Casi el 60% de la producción primaria de plata proviene de minas en


las cuales el metal argentifero es obtenido como co- y subproducto del
cinc y el plomo, en tanto un 10% lo es del cobre y el oro (cuya importa.!!_
cia va en aumento). Más aún, el 75% de las minas en las cuales la plata
es la principal fuente de ingresos se hal-lan ubicadas en América Latina,
184

región en la cual la depreciación y envilecimiento de las monedas loca­


les compensa cuando menos en parte a los mineros.ante eventuales caídas
en la cotización, la misma que se expresa en dólares; por esto su volu-
men de producción es p6co sensible al nivel de precios.

La producción primaria de plata vierie aumentando tomo resultado de


la entrada en operación de nuevos proyectos, así como de la reactivación
y ampliación de otras m1nas; _todo ello estimulado por la persistencia de
mejores cotizaciones de los metales base. Puesto que la demanda indus­
trial fluctGa dentro de márgenes previsibles, el precio dep�nde en buena
cuenta, tanto del· nivel de ventas de monedas y medallas conmemorativas,
como de la demanda de inversionistas del Medio Oriente, cuya importancia
se ha hecho patente en los últimos tiempos, y es función -en lo sustanti
vo- del precio del crudo.

Si bien el _nivel de producción secundaria no es insensible al pre­


cio, está influenciado por el consumo registrado en años precedentes, a
lo cual ha de añadirse un hecho adiciona'!) el contenido de plata presen­
te en las chatarras y desechos industriales ha venido disminuyendo como
consecuencia del menor consumo por unidad de producto. La sustitución
tecnológica es una amenaza omnipresente para cualquier metal; si el pre­
cio se incrementa con excesiva rapidez la respuesta del mercado es optar
por un material alte·rnativo en cuestión de semanas o meses, y una · vez
que esto se da puede durar años o ser definitivo. Es, en suma, el más
poderoso antídoto contra las sacudidas del mercado.

En varias ocasiones el_ gobierno peruano ha intentado influir en el merca


do al suspender la exportación de plata. El efecto inicial de estas de­
cisiones ha sido desencadenar una breve y febril especulación, seguida
de una relativa estabilidad, la que precedió a una nueva caída de la co­
tización una vez normalizado el suministro peruano. Estas maniobras de
'aprendiz de brujo' han sido de dudoso beneficio para el pafs.

Para México, segundo productor mundial de pl�ta, la variación de la


cotización del metal argentifero no es demasiado significativa, pues és­
te representa menos del 1% de sus ingresos por exportaciones. Igual su-
cede con Canadá, Australia y Estados Unidos, tercer, cuarto y quinto
productores mur.diales respectivamente. En estos países podría incluso
185

llegarse a restringir la producción si es que las condiciones del merca­


do empeorasen demasiado. El Perú no puede permitirse este lujo, necesi­
ta de cada onza que produce.

El consumo local de plata es bajísimo, representa menos del 5% de


la producción refinada nacional, siendo destinado a fines decorativos;
el resto es embarcado hacia el exterior sin mayor grado_ de elaboración,
lo cual no hace sino reflejar la endeblez de la industria peruana. En
el Perú ni siquiera se produce material fotográfico, pese a que una in­
dustria eficiente en este ramo tendría todas las ventajas comparativas y
competitivas imaginables; sólo recientemente se ha empezado a fabricar
amalgama para usos dentales y nitrato de plata. El empleo del metal ar­
gentifero con fines utilitarios es todavía incipiente y constituye un re
to a la visión y capacidad de mineros y empresarios locales.

Al exportar el grueso de su producción en-forma de barras y concen­


trados, el Perú RO se beneficia en nada de su condición de metal precio­
so. Una forma de lograrlo sería la acuñación de monedas-metal (bullion
coins), monedas con valor numismático y medallas conmemorativas. Para
ello e. s preciso efectuar ·un estudio exhaustivo y profesional; todos los
países productores de plata (México, Canadá, Estados Unidos, Australia),
e incluso otros no productores (Japón, Inglaterra, Suiza) lo hacen, la
excepción es el Perú� Se puede optar por diversas estrategias para co­
mercializar las monedas emitidas, lo crucial es llevar a cabo la idea y
no -perder de vista el entorno.

Respondiendo al moderado -pero sostenido- crecimiento de las econo­


mías de los países industrializados, disipados los temores engendrados
por la reciente crisis bursátil, alentada por la recuperación de los pre
cios y fortalecida, tanto por la reestructuración como por el replanteo
global de estrategias, la industria minera mundial ha emergido del panta
no recesivo reencontrando la senda de la prosperidad. En el ínterin el
Perú perdió primero el compás y 1 uego el paso •

La vigencia de percepciones desfasadas y prejuiciosas en relación a


la actividad minera impidió su fortalecimiento en las últimas décadas,
la cartera de proyectos por emprender es en esencia la misma desde hace
veinte años. Si bien los problemas técnico-financieros no son de poca
186

monta, la deficiencia más grave es de índole político-social, originada


en la no consolidación de un núcleo político pragmático, flexible y rea­
lista, que coordine y concerte para luego estructúrar conceptos en torno
a los cuales se pueda lograr un consenso social. Los oblicuos procedi­
mientos seguidos y los magros resultados obtenidos, ponen en tela de jui
cio la legalidad y legitimidad de las disposiciones adoptadas a lo largo
de todos estos años.

Los mecanismos de coordinación y concertación antes aludidos no son


un fin en sí mismos, son un medio para proyectarse a partir de conceptos
basados en objetivos comunes, posibilitando la puesta en práctica de un
programa de acción que sea armónico en lo externo y transparente en lo
interno. Sobre el particular, la naturaleza de los límites y condicio­
nantes que confronta el sector minero es diversa.

Algunos �on un lastre del pasado; asi, el Estado peruano ha vivido


a lo largo de su historia de los tributos recaudados por concepto de ex­
portación (principalmente de sustancias minerales), sin preocuparse dema
siado en fomentar la generación de otras fuentes de riqueza que sirvan
de contrapeso y/o complemento a la explotación de los recursos natura­
les. Otros provienen de su carácter de industria de exportación (vulne-
rable ante condicionamientos externos), la cual obedece (las más de 1 as.-.-
veces)_ a una dinámic�- que no guarda relación con los acont�cimientos do'
-
mésticos: ciclos de precios, niveles de oferta y demanda, etc. En el
marco de la nueva estructura de las relaciones económicas internaciona- - • 1 f

les, ordenadas jerárquicamente en función de variables tecnológico-finan_


cieras, la competencia se da en nuevos terrenos tornándose eliminatoria
este es el gran peligro. --: .

El potencial minero del Perú es inmenso y aún no ha sido evaluado >­


en su totalidad; gran parte del país está mineralizado. En cuanto a la
plata las posibilidades son bastante promisorias, nuevos yacimientos y
distritos mineros aguardan aún la-hora de su descubrimiento. Pero dicho
potencial no podrá ser aprovechado a cabalidad sin��l concurso de la tec
nología y el capital extranjero, )os cuales no llegarán a estas costas
en tanto reine el caos y los peruanos logren ponerse de acuerdo entre
sí, repensando sin eufemismos el papel del Perú en la escena internacio­
nal.
187

De persistir el actual estado de cosas es muy probable que un di'a,


quizi no muy lejano, los peruanos despertemos de la alucinante pesadilla
en que estamos sumidos y descubramos que el altimo tren hacia el futuro
ya parti� deján donos en la est�ci6n, solos y sin equipaje. Confiemos en
que ello no ocurra.
A PEND I C ES
189

APENDICE 1: NOMENCLATURA

Símbolos

Ag Plata
Au Oro
Cu Cobre
Pb Plomo
Zn Cinc
US$ Dólar norteamericano

Prefijos

k kilo (mil) = 10 3
M mega (.mi 11 ón) = 106
G giga (billón) = 109

Unidades

d día = 24 horas
g gramo = 0,01 kg
gr grano = 0,0647 99 g
kg kilogramo = 1000 g
lb libra = 453,59 24 g
oz onza troy = 31,i0 348 g
TM tonelada métrica = 1000 kg
TCS tonelada corta seca = 2000 lb

Nota.- Se han seguido las convenciones consagradas por el Sistema In­


ternacional de Unidades; las equivalenci�� han sido tomadas de:
American National Standard Metric Practice
ANSI/IEEE Standard 2 68-1982.
190

APENDICE 2: LA PLATA EN LOS ESTADOS UNIDOS

Promulgada la Constitución en 1789, el general Washington fue elec­


to Presidente de la Unión. El diligente trabajo de Alexander Hamilton
condujo 3 años más tarde al establecimiento de Lin patrón monetario dual
(1792); era éste un valor constante basado en el oro pero también expre­
sable en plata, cuyas unidades de referencia eran:
El dólar de oro , conteniendo 24,75 granos de Au puro (0,052 oz)
El dólar de plata, conteniendo 371,25 granos de Ag pura (o·,373 oz)

Esta razón de acuñación: 15 partes de plata por 1 de oro (371,�5/


24,75), estaba dictada por ·el modo de producción de la época. La mine­
ría de aquel tiempo se basaba en el uso intensivo de mano de obra; hoy
en día la caracteristica es el uso intensivo de capital. Obtener una º.!!.
za de oro requería 15 veces más horas-hombre de trabajo que una onza de
plata; se asignó a la plata un valor arbitrario de 1,2929 US$/oz, cifra
obtenida al dividir el número de granos contenidos en una onza de plata ,,

(480.) entre el número de granos contenido en el recientemente creado dó-


· 1ar de plata {371,25·). Esta forma de cálculo del valor monetario de la
plata habría de perdurar hasta la década de 1960.

El valor del oro con respecto a la plata fue determinado por decre­
to, pero los precios de mercado no se rigen por disposiciones de esta in
dole. La constante fluctuación de los valores relativos creaba una disp�
ridad entre el precio institucional, pagado por la Casa de Moneda y la
cotización libre en el mercado. Los especuladores acaparaban las mone­
das de aquel metal que se encontrase oficialmente sobrevaluado y las cam
biaban, recibiendo a su vez monedas del metal de mayor valor, las cuales
eran retiradas de circulación. ..- ..

Ya a principios del siglo XIX la relaéión 15:1 era notoriamente


irreal, el drenaje experimentado por el oro convirtió a la plata en el
patrón monetario de facto hasta la década de 1830, cuando el oro fue re-
191

valuado, fijando la relación en 16:1. Durante la Guerra de Secesión


(1861-1865) y al calor de la brusca elevación de los precios, la infla­
ción sé disparó; concluida la contienda los precios declinaron por dive.r.
das razones, la demanda de materias primas se contrajo, los abundantes
excedentes agrícolas provenientes de la expansión al oeste del Mississi­
ppi no encontraban compradores. Los agricultores y deudores en general
pedían a viva voz el restablecimiento del nivel de precios del tiempo de
guerra por una vía sui generis: demandaban la redención de sus bonos en
papel moneda, no en oro.

Si bien la paridad oro-plata se hallaba oficialmente fijada en 16:1,


la plata estaba subvaluada por lo que hacía tiempo había desaparecido de
la circulación.- La suspensión de la acuñación de monedas de plata decr�
tada por el Congreso en 1873 determinó la desmonetización de facto de la
plata, hecho acontecido por omisión, pues la Ley no incluyó un dispositi
vo que proveyese la continuidad de la emisión de dólares de plata de
371,25 granos. Ya para·entonces se había iniciado la producción masiva
del metal argentifero, partiendo casi de cero en 1860 para alcanzar los
25-30 Moz al promediar la década de 1870.

Entre 1873 y 1876 la plata cayó de 1,30 a 1,16 US$/oz, debido tanto
al aumento de la oferta proveniente de las nuevas minas de Nevada, como
al cierre de ios mercados de plata en los países europeos regidos por el
patrón de oro. Quienes abogaban por la elevación de los precios (tam­
bién conocidos como Greenbackers) creyeron llegada su hora, solicitaron
el restablecimiento de la acuñación ilimitada de monedas de plata para
con ellas honrar sus compromisos. Al cancelar sus deudas con el abundan
te metal blanco hubiesen inyectado plata en el sistema monetario a un
ritmo claramente inflacionario, con la consiguiente alza de precios.

Sus designios no se cumplieron, lo más que lograron fue la aproba­


ción de la Ley Bland-Allison (.1878), por la que se obligaba al Departa­
mento del Tesoro (en adelante: Tesoro) a comprar mensualmente mineral de
plata hasta por un valor de 2 M$ a un precio de 1,2 US$/oz,para ser us�
da en la acuñación de monedas y/o como respaldo de los nuevos certifica­
dos de plata, captando así el 60% de la producción doméstica. Estos ce.!:.
. .

tificados de plata vinieron a reemplazar a los antiguos billetes del Ba.!!_


co Nacional, los cuales venían siendo retirados de circulación conforme
192

las deudas de guerra eran amortizadas. La subsiguiente contracción de


la oferta de papel moneda exacerbó a los Greenbackers quienes redobla ron
su furioso trompeteo; el gobierno respondió decretando el reinicio del
pago en especies en 1879.

Durante los 10 años posteriores el precio de la plata cayó aún más,


situándose por debajo de los 94 f/,/oz; entretanto la producción argentífe
ra se había elevado de 34 a 54 Moz bordeando 1890. Greenbackers y popu­
listas se coaligaron juntando fuerzas para reclamar medidas urgentes, el
resultado fue la Ley Sherman (1890), una ley de compromido por la cual
el Tesoro debía adquirir mensualmente 4,5 Moz de plata metálica, un poco
más de la producción doméstica de aquel entonces; estas compras serían
pagadas con billetes fiscales redimibles en oro o plata. Pese a todo
los precios de los productos primarios siguieron cayendo; si bien la can
tidad de circulante no se i_ncrementó, la producción de plata sí creció
alcanzando los 6,3 Moz en 1893.

Aquel año estalló una cr1s1s financiera, las llamas fueron atizadas
por la fuga de divisas (oro}; la disminución de las reservas se debía a
la continua redención de billetes instituida por la malhadada Ley. Dos
bandos contendían desembozadamente: los defensores del oro y sus homólo­
gos de la plata. L�s primeros propugnaban la adopci�n del patrón de oro
dejando a la plata librada a su suerte en el mercado, en tanto los segu.!!_
dos pretendían la implantación de la acuñación ilimitada a razón del6:1.
Si bien la Ley Shennan fue derogada ese mismo año (1893), el triunfo de
los partidarios del oro se consumó cuando la ley de creación del dólar
de oro de 25,8 granos fue aprobada (1897}.

A pesar que en la subida general de los precios de las materias pri


mas (40% entre 1896-1914) no estuvo comprendida la plata, la cuestión
fue relegada a un segundo plano, pasando al olvido en 1900. Irónicamente
la coalición populista vió colmadas sus aspiraciones gracias a los cam­
_bios operados en la oferta mundial de -0ró-y no a través de la manipula-
ción de la plata. Los recientes �escubrimientos efectuados en las Améri
cas aumentaron las existencias mundiales de oro, las nuevas técnicas de
procesamiento incrementaron la productividad de las operaciones; los in­
ventarios se elevaron. La mayor producción se tradujo en una mayor acu­
ñación, este aumento de circulante no guardaba relación con la oferta de
.193

bienes y servicios, la jnflación renació, los precios subieron.

Complementariamente se desarrolla un acelerado proceso de urbaniza­


ción, el cual proporcionó a los productores del campo un mercado amplia­
do para sus productos. Estos. a_su vez comprendieron que la demanda iñ­
terna era tanto o más estable y segura que la del exterior; las facilid�
des crediticias y de transporte hicieron el resto. La plata -en tanto
factor político- se sumió en un profundo letargo hasta la Depresión.

Entretanto la producción se había estabilizado (1895-1910) f1 uctuan_


do entre 50-54 Moz; en este período se inició la producción de plata ob­
tenida como subproducto de la explotación de yacimientos porfiríticos de
cobre, incrementándose sostenidamente durante el lustro siguiente (1911-
1916). A ello coadyuvaron, la gran demanda de monedas de plata por par­
te de los países de la Entente Cordiale durante la Primera Guerra Mun­
dial (.1914-1918) y, aunque en menor grado, la aplicación de la nueva te.f_
nologia de concentración de minerales por flotación. Finalizada la con­
tienda la producción decayó, totalizando 47 Moz en 1921.

En los años '20 y pese a la desfavorable evolución de la cotización


(1922: 1 US$/oz; 1929: 25 t./oz}, la producción volvió a repuntar oscila!!._
do·_ entre 59-70 Moz anuales, para caer estrepitosamente con la Depresión
(1929: 60 Moz; 1932-:. 23 Moz); en este último año el precio alcanzó su
más bajo nivel histórico: 25 t/oz. Resurgieron voces que clamaban por
la··elevación de los precios a los niveles en que la gran mayoría de deu- ��:··�

das había sido contraída, ergo 1 os de 1 a guerra; e 1 prob 1 ema era semejan_ :�·
te al experimentado luego del conato secesionista. El movimiento pro­
reinvindicación de la plata apareció redivivo; exceptuando el breve pe­
ríodo alcista propio del pasado conflicto bélico, el precio del metal a.r:_
gentifero venía cayendo en picada desde 1873. El paquete de medidas di.f.
tadas en 1934 contemplaba una mayor impresión de billetes, la acuñación
ilimitada de monedas de plata, el fomento a las transacciones con títu­
los y valores qel Tesoro, la reducción en un 59% de la cantidad de oro
contenido en el dólar de .1900, y 1 a Ley de Compra .. _de Plata.

En virtud de este último dispositivo el Tesoro estaba obligado a


adquirir a productores nativos y foráneos plata metálica hasta que el
precio subiese a 1,2929 US$/oz, o hasta que su volumen alcanzase la ter-
194

cera parte del valor monetario de la reserva de oro. Este estimulo ele­
vó la producción de 25 Moz (1933) a 70 Moz (1936), totalizando 470 Moz
en el periodo 1934-1941.

La disminución en el contenido fino del circulante apuntaba al in­


cremento de la masa monetaria, y fue seguido por el alza de los precios
de las materias primas, el cual no llegó a alcanzar el monto de la deva­
luación (41%); la recuperación era aún incierta. En el transcurso de la
Segunda Guerra Mundial la producción declinó dramáticamente (1941: 66
Moz; 1946: 24 Moz); al iniciarse la Guerra Fria (1948) la producción ya
había repuntado a 37 Moz. Los precios pagados por el Tesoro a los pro­
ductores mineros entre 1934-1955 fueron superiores a los del mercado; de
1955 a 1961 fueron casi iguales. Hasta entonces la plata era vista por
el gran público únicamente como metal precioso; empero, una gran trans­
formación estaba en marcha.

Desde la última conflagración mundial y al calor de los bajos pre­


cios, la plata había encontrado un sinnúmero de aplicaciones industria-
les; a fines de los '50 su consumo mundial se incrementó en un 4% anual,
en tanto la producción lo hacia só.l o en 1.5%. El faltante fue cubierto
con la venta de las existencias libres de que disponia el Tesoro -aqu!_
llas no ccmprometidas para acuñación o como respaldo�, los precios se
mantuvieron medianamente estables en 91 t/oz. La oferta del Tesoro dis­
minuía sin cesar; no obstante, se disponía aún de 1700 Moz en garantfa
de cértificados de plata. De éstos, Únos 400 Moz avalaban pagarés por
5 y 10 US$, en tanto los restantes 1300 hacían lo propio con los de .1 y
2 US$.

El incremento del consumo industrial habría de privar a la postre


al metal argentifero de su rol monetario, ya a principios de los '60 el
Tesoro era el princi·pal proyeedor de la industria. Un peligro más gra­
ve venía tomando forma, cuando el precio fuese de 1,29 US$/oz el valor
del metal contenido en las monedas de 1 dólar igualaría su valor nomi­
nal; a precios por sobre este nivel hubiese sido · negocio fundirlas y re­
cuperar el metal precioso, con la consiguiente disminución de la canti­
dad de circulante. Pasando la barrera de 1,30 US$/oz hubieran corrido
igual suerte las monedas fraccionarias; la imposibilidad de controlar el
mercado selló la suerte de la p.lata.
195

Las ventas de plata libre fueron suspendidas a fines de 1961, el re


tiro de circulación de todos los certificados de 5 y 10 US$ emitidos con
anterioridad permitió disponer de 400 Moz para nuevas acuñaciones. La
reversión de la ecuación oferta-demanda se tradujo en la subida del pre­
cio (40%) verificada al año siguiente. La promulgación de la Ley 88---36
(1963) dejó sin efecto toda la legislación argentifera precedente, libe­
rando a la plata de todas las restricciones a que estaba sujeta; de re­
sultas de su puesta en vigor fue posible comerciar nuevamente con opcio­
nes de plata a futuro en el mercado de Nueva York. Se decretó igualme.!!._
te la redención de los restantes certificados de plata (1-2 US$) así co­
mo de la plata metálica a un valor de .1,2929 US$/oz, autorizando a la
Reserva Federal a emitir billetes de denominación similar sin respaldo.
Este fue el golpe de gracia al circulante garantizado por plata y consti
tuyó su desmonetización de jure y definitiva; 1964 fue el último año en
que se acuñaron monedas de plata fina-(9/10), en adelante sólo se la usa
rá marginalmente con fines monetarios.

Las existencias de plata en las bóvedas del Tesoro eran de 1,9 Goz
en 1959, alcanzaban los_l,2 Goz en 1964, totalizando 0,5 Goz a mediados
de 1967. Llegado este punto, la dación de la Ley 90-29 estableció un
plazo límite e improrrogable de 1 año para la redención de certificados
de �lata, transfirió 165 Moz al Inventario de Defensa Nacional y autori­
zó al Tesoro a vender semanalmente 2 Moz de plata a terceros a un precio
no inferior a su valor monetario (1,2929 US$/oz). En adelante el precio
de la plata será regido por las fuerza·s del mercado, el Tesoro se retira
ba del negocio de la plata.

Los primeros compradores fueron quienes ya poseían el metal argentí


fero; cierto número de especuladores había vaciado el mercado entre fi­
nes dél '66 y principios de '67 traficando con ventas a futuro, su inten
ción era provocar una escasez artificial. Tradicionalmente las alzas re
gistradas· en los mercados de materias primas sólo concitaban la atención
de quienes ya estaban en el negocio, entusiasmando únicamente a algunos
intermediarios. El nuevo mercado capturó la imaginación de todos, pron­
to·adquirió una dimensión nueva, no-económica y más bien emocional mer­
ced a la masiva participación del público. Vigente aún la prohibición
de efectuar transacciones con el oro, la plata aparecía como la alterna­
tiva ideal.
196

Abiertas las compuertas, el público se precipitó a la arena argentí


fera; durante los años fiscales 1968-1971 las ventas totalizaron 305 Moz.
El frenético ritmo de compras elevó el precio anualizado a 2,15 US$/oz
en 1968; la sicosis hizo tabla rasa de las diferencias socioeconómicas,
simples amas de casa y atildados banqueros Deoyorquinos luchaban a brazo
partido con igual ardor e idéntico fin: comprar algo más de plata; la
nota pintoresca la pusieron aquellos predicadores evangélicos que con ª.!:.
dorosa elocuencia vaticinaba la inminencia del juicio final. A despecho
de su heterogeneidad, todos eran guiados por un mismo impulso.

El consumo mundial de plata sobrepujaba a la producción desde hacía


años y la tendencia continuaba, no faltó quien hiciese un cálculo de re­
gresión lineal concluyendo que esta disparidad y la inhabilidad del Teso
ro para cubrirla habrían de pronunciarse en el largo plazo por lo que la
plata era 'cosa segura'. A fines de los '60 los paladines de la causa
preveían una nueva depresión a la cual seguiría la anarquía; ante la
proximidad de tan siniestros acontecimientos, invertir en plata era la
tabla de salvación, significaba asegurar la posesión del que estaba lla­
mado a convertirse en medio de cambio por excelencia y cuyo valor no de­
crecería. Un sinnúmero de nuevas organizaciones de ventas se constituye
ron, cada una estaba integrada por pelotones de representantes quienes
ofertaban el manto protector contra la inflación, vale decir, plata en
todas sus fonnas: -monedas, barras, 1 i ngotes y contratos a futuro; ven­
dían al contado o por consignación a precios desmedidos.

Compradores y vendedore� experimentaban igual regocijo ante el alza


de los precios, la cual a su vez posibilitó la explotación
.
económica
.
de
menas de baja ley, así como el reciclaje de desechos industriales y
otros objetos en desuso. En 1968 los precios se estabilizaron, el cons�
mo industrial cayó, el mercado se saturó, los inversionistas vieron la
luz al final del túnel. Aquel mismo año se pennitió el funcionamien­
to de un mercado libre de oro, lo cual significó el abandono de facto
del patrón universal; el precio de la plata empieza entonces su caída
volviendo en 1971 a fojas cero {_1,29 US$/oz). Ante la continua caída de
las reservas de oro se decretó la inconvertibilidad del dólar, a lo cual
siguió la denuncia unilateral de los acuerdos de Bretton Woods (1972).

Desde entonces y al amparo del bajo nivel de precios, el consumo i!!.


197

dustrial volvió a incrementarse, la brecha oferta-demanda se ensanchaba


de año en año; los especuladores volvieron su atención hacia el metal ar
gentifero, una nueva estampida de precios se produjo en 1979 (enero:
5,96 US$/oz; diciembre: 28 US$/oz). Si vertiginoso fue el ascenso, es-
trepitosa fue la caída, dos meses después la cotización tocó fondo (10,8
US$/oz). Las maniobras alcistas terminaron estrangulando el mercado, a
la sobreproducción s� sumaron la drástica caida del consumo y la sustitu
ción tecnológica.·

En el lapso comprendido entre 1949 y 1987 la producción minera s�


mantuvo dentro de un rango definido (30-44 Moz anuales), se trata del
período de mayor esta�ilidad de la producción desde su inicio en 1860.
. .

Desde 1983 la producción minera empieza a caer y vuelve a iniciarse un


nuevo ciclo de aumento de la demanda industrial acicateado por el depri­
mido nivel de precios�. la Ley 99-61 (1985) autorizó l. a acuñación de mon�
das de plata metálica con fines numismáticos, en este año la demanda in­
dustrial volvió a superar a la producción total.

Desde 1860 hasta li87 la producción de plata proveniente de las mi­


nas totaliza unos 5,4 Goz; 3,3 de los cuales corresponden a la etapa de
minado relativamente superfi ci a 1 (1860-1933), en tanto 1 os 2,1 Goz ·res­
tantes (1933-1987) reflejan la importancia de la producción como sub- y
ca-producto, y de las. minas subterráneas de la región de Idaho.
198

APENDICE 3: LA POLITICA MINERA

Nadie ignora que el Perú está en guerra y que ésta se libra en dos
frentes. En el primero y más.espectacular la lucha es contra el terro­
rismo. En el segundo no se da un enfrentamiento de fuerzas, es una con­
tienda menos estridente pero igualmente mortífera , la lucha es por la s!!_
pervivencia económica, por la viabilidad del Perú como nación soberana
de cara al próximo milenio.

El problema más apremiante no es difícil de identificar: el Perú no


produce la riqueza suficiente para poder vivir. Ni más ni menos. La in
dustria manufacturera, esa industria tan maravillosa a la que se quiere
promover a todo trance porque genera empleo y bienestar,está enganchada
vía primer, segundo o tercer multiplicador a la agricultura y la mine­
ría; prescindiendo de ambas sólo quedan algunas fábricas de productos
químicos con altísimo componente importado. La economía peruana no es
sino un frágil �eroplano de 2 motores: agricultura y minería. Tiempo ha
que el motor agrari? viene fallando y la nave pierde altura, cada vez
que el motor minero se recalienta se va en picada.

La minería ha sido la espina dorsal de la economía peruana desde la


inserción del pais al Sistema Internacional -vía la conquista española-,
y es pieza clave en la fonnulación de aquel plan de batalla que con tan­
ta urgencia se requiere, pero su legado es ambiguo. De un lado no se le
puede ignorar y sus entretelones deben ser conocidos para comprender pl�
namente el presente; de otro lado es común y peligroso permanecer enca­
sillado en los horizontes del pasado. Cualquier nueva política conten­
drá inevitablemente elementos de sus predecesoras, pero estos serán -o
cuando menos deberían ser- concordados con los c��bios económicos y so­
ciales acaecidos. La orientación de las políticas seg�idas hasta la fe­
cha es notoria; con fines de análisis se las puede tipificar como 'pro­
motoras' e 'intervencionistas'.

La polít�ca promotora se sustenta en la apertura; la apuesta implí-


199

cita es que la empresa privada es el mejor vehículo para lograr el crecí


miento del sector, y que la distribuci6n de sus beneficios a toda la so­
ciedad se manifestará en la creaci6n de puestos de trabajo, mejores suel
dos Y salarios, así como mayores ingresos fiscales; Su coherencia se
torna ambivalente en lo tocante al rol del Estado; se predica la máxima
participaci6n de éste en los riesgos: aporte de infraestructura, régimen
de excepci6n, incentivos tributarios, etc, pero se proclama a la vez la
mínim_a ingerencia de este mismo Estado.en la distribuci6n de los benefi­
cios, pues para ello se confía en la excelencia de los mecanismos del
mercado.

La política intervencionista es inequívocamente estatista, está avo


cada a max1m1zar la captación de los recursos provenientes del sector mi
nero, sus instrumentos de política terminan inhibiendo el desarrollo del
sector. Se parte de la premisa que la minería está lo suficientemente
'madura' para sostenerse a sí misma y apoyar directamente a otras indus­
trias o sectore� económicos; por tanto el énfasis está en la redistrib�
ción intersectorial vía aumento de la presión tributaria, capturando ren
tas y canalizándolas ha�ia otros sectores económicos y sociales.

- Corresponde al Estado el dictar una polítiéa minera que sea conoci­


da y aceptada por la sociedad, el mantenerla a través de los avatares de
la vida pública para. dar a la inversión de largo plazo la estabilidad
que le permita obtener r' entabil idad, y, dentro de esta po 1 ítica, e 1
marco legal debe establecer·los beneficios que la comunidad y el país en
general obtienen de cada proyecto minero, destinando parte de las utili­
dades a la región donde el recurso no renovable viene siendo explotado,
teniendo como fin último el desarrollo nacional� Partiendo de estas pre
misas, el balance de ambas políticas, promotora e intervencionista, deja
bastante que desear.

La política promotora es consustancial con el modelo de crecimiento


económico controlado por las exportaciones. La historia económica del
Perú independiente se ha caracterizado por una s.er-ie de breves e inten­
sas etapas de crecimiento, separadas entre sí por períodos de transición
e incertidumbre. Fuera de los dichos ingresos por exportaciones no hubo
fuerza motriz alguna que sentase las bases de un desarrollo autososteni­
do durante los largos. interregnos. La política intervencionista és a su
200

vez una herramienta del modelo de desarrollo por sustitución de importa­


ciones; el fallido intento de industrialización ha creado nuevos elemen­
tos de vulnerabilidad y dependencia sin tener como contrapartida una ma­
yor autonomía. Llevada a sus últimas consecuencias ha degenerado en un
estatismo omnipresente, dispendioso e improductivo.

En ambos casos las constantes han sido: la no-diversificación econó


mica, la marginaci6n de grandes sectores de la población, la opresiva
preponderancia de Lima; pero eso no es todo. Pese a ser una actividad
prioritaria, la coherencia no ha sido precisamente el signo distintivo
de la política minera, a despecho de las solemnes declaraciones oficia­
les; actitud que si bien no es privativa del sector, resulta a todas lu­
ces descabellada tratándose de una actividad que requiere de seguridad
para florecer. En virtud de la permanente modificaci6n del marco legal
la inseguridad ha devenido en nonna jurídica.

Las medidas arbitrarias han respondido las más de las veces a urge.!!_
cias inmediatas, de suerte que a través del tiempo el rago característi
co es el cambio, pero no un cambio al vencimiento, no un cambio dentro
de las reglas de juego, sino cambios repentinos dictados por la penuria
fiscal. Una vez producidos éstos no se da al afectado o comprendido en
el nuevo régimen una cierta estabilidad por un período transitorio, que
por lo menos le permita morigerar.la distorsi6n introducida. Huelga de­
cir que los problemas de fondo no han sido enfrentados, que cada crisis
cíclica ha cogido desprevenidos a los responsables, que la reiterada de­
claratoria del sector en emergencia ha tenido por finalidad el proporciQ_
narle oxígeno de emergencia, más no incrementar su rentabilidad.

El tema de la rentabilidad minera es bastante complejo. No es pos.!_


ble centrarse simplemente en la tasa de cambio que el exportador recibe
y prescindir de los demás elementos, pues dentro de un sistema arancela
rio-cambiario relativamente complejo es necesario tomar en cuenta otros
elementos. En primer término se encuentran los gravámenes a las exporta
ciones, que hacen que la tasa de cambio neta que--se recibe no sea siem­
pre igual a la tasa de cambio aparente. En segundo lugar no pueden des� '
tenderse aquellos elementos que inciden sobre los costos.mineros, que en
parte provienen del sistema arancelario-cambiario, y en parte de la con­
trataci6n de recursos locales. Tal es el caso cuando los insumos mine-
201

ros se importan con una tasa de cambio/aranc�l preferencial, si están li


berados de derechos de importación o están particularmente gravados. En
. el ámbito doméstico es de mucha importancia el régimen de costo energéti
co así como los costos de transporte, e inclusive los gravámenes que _in­
cidan sobre el petróleo y la gasolina, y en menor medida los sueldos y
salarios. Finalmente es relevante tomar en cuenta si la empresa es
peruana o extranjera, si hay contratos de asistencia técnica y/o rega-
1 ías, etc.

Con monótona periodicidad los empresarios mineros reclaman devalua­


ciones. Manejando el tipo de cambio se logra rentabilidad en INTIS, vía
la disminución de los costos relativos de los bienes, servicios e insu­
mos denominados en moneda local a expensas del mercado interno; pero con
la fijación de una nueva paridad cambiaria no se consigue ganar un DOLAR
más en el corto plazo, si bien se tiene la posibilidad de lograrlo en el
futuro . Porque si hay rentabilidad hay ahorro, y si hay ahorro quizá
haya inversión, y de repente se pueda exportar más en el mediano plazo.
Es precisamente esto lo que deberia negociarse con el gobierno, un paque
te conjunto de tipo de cambio e incentivos de inversión que vaya de la
mano con el compromiso de metas de producción.

Pero no hay que engañarse. Es improbable que gobierno peruano algu


no ponga todas sti� cartas sobre la �esa, y aQn cuando lo hiciere, es po­
sible que en cierto momento sus iniciativas dejen de ser comprensibles o
predecibles por cuanto las políticas no son sólo objetivos o metas, sino
instrumentos que interactOan
.
en el tiempo. La prescripción
.
de limites
taxativos de tiempo y de lugar le restaria indudablemente flexibilidad y
margen de maniobra, por no decir clientelismo político; las rigideces ex
tremas están contraindicadas. Toda politica exitosa parte de 2 premisas
básicas. En primer término, sus objetivos deben ser claramente defini­
dos, realizables y mutuamente consistentes; en segundo lugar, el marco
jurídico debe ser el más idóneo para la consecución de las metas fijadas.

Si lograr consenso en cuanto a metas y obj�tivos no es fácil, el


llevarlos a la práctica es aQn más difícil. Para ello es imprescindible
desprenderse -cuando menos parcialmente- de intereses particulares y/o
sectoriales y de corto plazo para insertarse en un contexto socioeconómi
co más amplio, lo cual no puede ni defie entenderse como la subordinación
202

de la industria y la polftica minera a un vago y elusivo 'interés gene­


ral'. Por el contrario, la maduración de una polftica minera integral,
ágil Y mancomunada influirá decisivamente en el rumbo económico.

La incapacidad de las instancias gubernamentales pertinentes y de


las organizaciones representativas de la industria en contribuir a enri­
quecer el debate sobre polftica económica sólo retardará la marcha del
país, manifestando trágicamente la incapacidad de aprender una de las P.Q.
cas enseñanzas claras de la historia. El voluntario mutismo institucio­
nal ha tendido una cortina de humo en torno a la gravitación del sector
minero a los ojos de la colectividad, al punto que ocupa un lugar de se­
gundo orden en la escala de prioridades, asignándosele como función pri­
mordial la generación de divisas, lo cual contrasta con la ubicuidad de
los demás empresarios y comerciantes, nucleados en ADEX y la SNI, ante
cuyo redoble de tambores los sucesivos gobiernos no se han mostrado del
todo insensibles.

Esta somera descripción explica la situación de la hora presente.


Agobiadas por pasadas· deudas y faltas de capital de trabajo, muchas com­
pañías mineras se encuentran virtualmente incapacitadas de emprender pro
gramas vigorosos de exploración y desarrollo, por no decir proyecto alg�
no, raión por la cual urgert medidas de aliento sostenido (sin que ello
signifique �ondonif la ineficiencia}, y una reestructuración del sector.
Reestructuración necesariamente selectiva, con énfasis en las fusiones y
adquisiciones, cuyo éxito será medido en la reducción de costos, el in­
cremento de la productividad, la modernización de las instalaciones y la
diversificación productiva� Son estos retos fonnidables y tienen como
denominador común la tecnologfa.

Hay muchas fonnas de reducir costos, pero más allá de cierto 1 imite
sólo es posible proseguir renovando métodos, procedimientos y equipos;
vale decir, recurriendo a la innovación tecnológica. La productividad
min·era es el resultado de la combinación de 3 elementos principales: la
calidad del recurso natural, la mano de obra y la tecnologfa empleada;de
el los los 2 primeros son ventaja·s comparativas que juegan en favor de la
minería peruana, el talón de aquiles está en el esfuerzo inversor neces-ª­
rio para introducir las mejoras tecnológicas que modernizarán l_as insta­
laciones, proveyendo el sustento para la integración vertical y la diver
203

sificación productiva. ¿y de dónde proviene la tecnología? Pues de la


investig�ción y desarrollo (I&R). Pero las compafiías mineras no han si­
do constituidas para contribuir al avance de la ciencia o para servir a
la humanidad; están en el negocio para obtener y mantener tasas atracti­
vas de rentabilidad. lSe ve el vínculo? lSe percibe la contribución de
la tecnología a la buena marcha de las operaciones?.

El mercado interno es insignificante para justificar y financiar la


inversión necesaria para seguir siendo competitivos y poner en marcha
nuevas operaciones. La respuesta es ampliar el acceso al mercado inter­
nacional, sólo así se podrá atraer· los grandes capitales requeridos; no
hay alternativa, de lo contrario los productores locales corren el ries­
go de ser desalojados en algún momento del mercado mundial. El tema del
financiamiento requerido conduce de modo fatal e ineludible a la discu­
sión del rol que le corresponde a la inversión extranjera.

Es claro que las políticas de incentivos y demás medidas específi­


cas que pueda adoptar un gobierno tendrán sólo una repercusión relativa
en la afluencia de la. inversión extranjera directa al sector; factores
tales como las condiciones del mercado y el costo de producción de un
proyecto son más importantes al momento de decidir donde invertir, que
los alicientes especiales que puedan ofrecerse. Es más, las multinacio­
nales son renuentes a invertir cuando las condiciones ofrecidas son dem�
· siado favorables ante la posibilidad que una administración posterior
cambie las reglas, quizá antes que el inversionista haya ·recuperado su
dinero. Un marco legal que no ofrezca tantas granjerías pero estable y
sencillo podría resultar más eficaz para atraer al inversionista foráneo.

En el mundo de hoy el capital financia una amplia gama de proyectos


en los cuales los socios comparten beneficios por encima de estrechos
prejuicios ideológicos, de lo cual se infiere que el quid del asunto no
es el origen del capital sino el uso que de él se haga. Pasando por al­
tG su procedencia, el capital -nacional o transnacional- busca maximizar
sus ganancias; el problema para el país anfitrión es atraerlo y obtener
de él el mayor provecho posible. La experiencia ha demostrado hasta la
saciedad que quien controla el financiamiento está en condiciones de O.Q.
tener los dividendos más jugosos; en buena cuenta no se trata de cerrar
las puertas al capital de extrañjero, sólo de mant�ner sujetas las rien­
das, tanto en la promoción de los proyectos como en la negociación.
204

La promoción de proyectos incluye la identificación de potenciales


inversionistas, el contactarlos en los foros adecuados y la fonnación de
equipos de especialistas que puedan negociar con el respaldo de una esta
bilidad política y un marco legal claro. lPero cómo negociar, cuáles
son los límites?. A este respecto no exis�en pautas de validez univer­
sal. Toda asociación fructífera presupone beneficios concretos para las
partes involucradas, el país soberano y el inversionista que asume el
riesgo; saber negociar también significa conocer no sólo las propias po­
sibilidades y limitaciones, ·sino también la estructura, organización y
transformaciones operadas en el capital transnacional y en aquellos age.!!_
tes que proveen_de financiamiento a la minería.

Una posibilidad para atraer inversionistas es conjugar deuda exter­


na y minería; la conversión de parte de la deuda, específicamente de
aquellos renglones de dudosa cobranza, en capital de riesgo aplicable a
proyectos no puede dejar de ser considerada.· Otra alternativa es la
constitución de empresas de riesgo compartido. Estas ideas y otras aún
por esbozar dependen nada más, nada menos, que de la capacidad del lide­
razgo político para presentar opciones novedosas.

Si bien la época de los proyectos faraónicos no pertenece al pasa­


do, el incierto nivel de precios de los metales y el alto costo del dine
ro hacen que mucho.� de 1 os grandes proyectos de 1 os meta 1 es base no pre­
senten rentabilidades suficientemente atrayentes; debería prestarse aten
ción preferente a aquellos que sean susceptibles de financiación propia
o regional y que garanticen tanto la pronta recuperación de la inversión
como una alta rentabilidad; esta es la oportunidad de los metales preci.Q_
sos. En este sentido, la banca de fomento (BID, BM, FMI) y las institu­
ciones regionales {Pacto Andino, SELA, FLAR, ALADI, OLAMI) están llama­
das a desempefiar un rol protagónico en la. canalización de recursos hacia
el sector productivo. Cualquiera sea el modelo de financiación emplea­
do, éste debe generar confianza, permitiendo a la vez la correcta com­
prensión 4e los propósitos y el flujo oportuno de infonnación entre pre1.
tamistas y prestatarios.

Ninguna política minera puede soslayar el tema de la integración,


cuyos esfuerzos son singularmente promisorios en este sector, dada la
potencialidad de los recursos mineros de la Subregión Andina y de Améri-
205

ca Latina en general, el efecto multiplicador de las sinergias y los be­


neficios derivados de la operación a gran escala. Urge estudiar deteni­
damente el comercio interregional con miras a la suscripción de acuerdos
de reciprocidad y/o negociación conjunta, así como la recopilación, sis­
tematización y compatibilización de la dispersa información técnico-eco
nómica. �n materia de inversiones y tecnología el énfasis debería estar
en la producción de bienes sem.ielaborados y manufacturas de uso final;
no se trata de multiplicar fundiciones, refinerías e industrias por do­
quier, sino de establecer acuerdos mutuos de maquila y complementación.

La dinámica de la comercialización internacional de los productos


mineros está en relación directa al grado de elaboración de los mismos.
Acceder a nuevos mercados manteniendo la presencia en aquellos en los
que ya se participa comporta el seguimiento de la evolución de la estruc
tura industrial de los socios comerciales presentes y potenciales, sin
perder de vista las pulsaciones oferta-demanda. Los trueques deuda-p-ª­
trimonio, el comercio compensado y los nuevos instrumentos financieros
(futuros, opciones, coberturas) no son sino respuestas de la comunidad
internacional ante una etapa de transición, pero no son las únicas.

La iniciativa privada reconoce más y más los inmensos beneficios


que le reporta el transponer el umbral de ese vasto almacén de conoci­
miento, competenci:a y capacidad de investigación existente en las uni­
versidades-, los gobiernos ven a su vez con b�enos ojos esta cooperación
y la apoyan sin regatear su aporte; comparten riesgos péro también bene­
ficios. Redes, alianzas, vínculos, asociaciones y centros de excelencia
con participación tripartita (industria, gobierno, universidad) vienen
siend� vertiginosamente e�tablecidos en todo el planeta; son ellos los
encargados de coordinar iniciativas minimizando la duplicidad de esfuer­
zos, deshaciendo la maraña burocrática. Los proyectos están orientados
en función de las necesidades de la industria, que es la que provee bue­
na parte del financiamiento.

Este enfoque integral, ágil y mancomunado de la política minera,


que no es ni exclusivo ni excluyente, no será viable en el Perú en tanto
el gobierno y la industria no tomen conciencia, pero en los hechos y no
solo de palabra, de que los cuadros dirigentes de un país son formados
en sus universidades, que aquellas. a quienes compete tan delicada tarea
206

deben llevarla a cabo -salvo 'alguna excepción- en la más espantosa estr�


chez, que la permanente postergación ha condenado a la universidad a una
minusvalia forzosa que priva al pais de un torrente de energia creadora
en momentos en que se debate en la más grave crisis de su historia.
207

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Credit Suisse

European Affairs
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