Vous êtes sur la page 1sur 11

LA SOBERANÍA DE DIOS

(ENSAYO)

CESAR AUGUSTO CONTRERAS QUINTERO.

“DOCTRINAS DE LA GRACIA”

TUTOR:

ADONIS MORALES OSORIO

SEMINARIO INTERNACIONAL DE MIAMI

MINTS

MONTERIA

2014
INTRODUCCIÓN

Hablar de la Soberanía de Dios es un reto increíble, ya que tratar de explicar la grandeza

del control absoluto de Dios sobre la creación entera, lo que requiere de la guía del

Espíritu para explorar e investigar las Sagradas Escrituras y demás libros de apoyo

teológico, y de esta forma entender dicho concepto y transmitir de manera fidedigna

una doctrina sana y coherente con la verdad divina.

La soberanía de Dios es proclamada de manera asombrosa en Job 26, donde se manifiesta

la magnificencia del control de Dios sobre toda su creación. Expresiones como:

“Las columnas del cielo tiemblan, Y se espantan a su reprensión” (Job 26:11), dejan ver el

dominio y poder del Soberano sobre los cielos. En la Escritura, se puede ver como se

reconoce la soberanía de Dios, “… Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la

tierra, el mar y todo lo que en ellos hay” Hch. 4:24, si Dios manifiesta por medio de su

Palabra que es Soberano sobre todo los creado, es porque definitivamente así es.

“Luego de la reforma protestante, la Biblia se empezó a redescubrir con gran éxito”1, su

enseñanzas o doctrinas fueron identificadas claramente, éstas han tomado fuerza durante

los últimos años, aunque existen opositores, la firmeza de éstas radica en que su principal

y mejor argumento se fundamenta en demostrar y defender la soberanía absoluta de Dios,

quien es el principio y el fin de todo, antes de la fundación del mundo ya Él era y ha

seguido siendo durante el trascurso de los tiempos y seguirá existiendo luego del fin,

pues Él es eterno y planeó todo desde la eternidad, por lo que nada escapa de su

control.

(1)
SMALLING, Roger L. ¡Si, Jesús! Una Introducción A Las Doctrinas De la Gracia. 1990. Pág. 3
LA SOBERANÍA DE DIOS

“La palabra "soberanía" quiere decir "controlar todo". Esta doctrina significa que Dios

controla todo lo que pasa. Indica que toda la realidad es la consecuencia de decretos

divinos hechos en la eternidad antes de la creación del mundo”2. Dios desde antes de la

fundación del mundo lo planeó todo, lo pre-ordenó todo, en un plan perfecto, dispuso

todas las cosas, para que en su existencia, todas durante y al fin fueran dirigidas en

menor o mayor proporción a darle gloria al creador. Dios, es soberano sobre toda

esa creación, que el concibió, planeo, ejecutó y está supervisando continuamente, y

nadie interrumpirá la realización de sus propósitos que son eternos.

La Soberanía de Dios, implica un pleno control de la creación, que se traduce en la

omnisciencia y omnipotencia divina, atributos a través de los cuales Jehová creo todo de

forma perfecta. Jehová habló y todo fue hecho por su inmenso poder. La mente

humana no tiene la capacidad para entender o comprender como fue que Dios lo creo

todo en la eternidad. El ser humano hace parte de la creación, hecho con limitaciones, bajo

circunstancias que lo condicionan aún más, como son el tiempo y el espacio que le rodea.

¿Cómo imaginar para poder analizar o cuestionar, una existencia en la eternidad que no

podemos alcanzar? ¿Cómo entender a un Dios tan grande? Su poder, su majestad o su

grandeza, escapan de nuestra limitada realidad. No hay vida suficiente para establecer un

fundamente teórico, con las bases suficientes para poder cuestionar el accionar de un

Dios que no conoce límites. El hombre es como un pequeño muñeco de arcilla, sin vida,

queriendo comprender a aquel que le hizo, no lo podría lograr nunca, sólo si su

hacedor le da vida podrá tener un conocimiento limitado del mismo, nunca le verá

en su total esplendor.
(2)
SMALLING, Roger L. ¡Si, Jesús! Una Introducción A Las Doctrinas De la Gracia. 1990. Pág. 3
¿Puede entender el hombre a Dios apoyándose en sus propios razonamientos? De ninguna

manera, pues el hombre solo sabe hacer lo malo, la única posibilidad de hacer lo bueno es

siendo guiado por aquel que le formó. Entonces el hombre debe acercarse a su creador

para que éste le de vida y sabiduría para ver claramente la verdad de su existencia.

¿Podrá el hombre buscar a Dios? No lo puede hacer pues su naturaleza es pecaminosa y

Dios es Santo, así que cómo buscar algo bueno si se es malo. El hombre por si solo

está perdido. Solo Dios es Soberano; por lo que decidió, porque Él puede, y estaba

pre-ordenado salvar a un grupo de pecadores que no lo merecían, pero Dios lo hizo

así, porque le plació.

“Ya que hemos notado la incapacidad del hombre y la imposibilidad de que el hombre se

salve por sí mismo, debemos considerar ahora la iniciativa soberana de Dios para la

salvación del hombre. Para tal propósito debemos considerar primero la naturaleza de

Dios como Dios soberano. Cuando hablamos de la soberanía, estamos hablando apenas de

unas características o atributos de Dios y se debe observar que la soberanía de Dios ha de

verse dentro del contexto de todos los atributos de Dios”3. Dios se revela como Dios

soberano en la Creación (En el principio creó Dios…Gn.1:1; Y dijo Dios sea… Gn. 1:3).

También dice la Escritura en He. 11:3 “Por la fe entendemos haber sido constituido el

universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”.

Sal. 33:6 “por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos. Y todo el ejército de ellos por

el aliento de su boca”. Dios en su soberanía da fe al hombre para que éste crea, y

pueda ser salvo. Dios mismo restaura la relación con el hombre sólo por gracia, Dios

inicia todo un proceso de misericordia con su creación, a través del cual levantará

una parte escogida, dentro de todo lo que estaba caído, pues así lo quiso.
(3)
DONNER, Theo G. La Soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre. 1987. Pág. 11
Dios en su soberanía dio al hombre el don de la fe, para poder ser salvo. Ef. 2:8 dice:

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de

Dios”. Dios se encarga de direccionar a los que Él eligió en la eternidad. Esta fe es

la que permite al hombre creer en algo que no ha visto, “ Es, pues, la fe la certeza de

lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”(He. 11:1). Dios nos dio la fe, porque

Él en su soberanía puede cumplir lo que ya está pre-ordenado, nada se interpone en

sus planes, Él dispone todo para bien de los que le aman, pues todo procede de su

persona. Smalling dice que “Dios es Soberano, porque: Primero, sólo un Dios Soberano

puede garantizar sus promesas. Si no controla todo, no podemos confiar en Él para la

salvación, porque tal vez algo le impediría salvarnos. Segundo, si Dios no fuera Soberano,

sería imposible sacar las lecciones espirituales de los eventos de nuestras vidas. Sería

imposible saber si Dios está enseñándonos algo, o si los eventos de la vida son meras

casualidades. Tercero, la soberanía de Dios es la única base para darle gloria. Cuarto, es la

única base para la oración. ¿Para qué orar a un Dios que no es Soberano? Si Él no está en

control de todo, quizás no pueda contestarnos. Todo lo anterior conduce a afirmar que

cualquier intento de calificar la Soberanía de Dios, es una negación de ella”.

La fe es la que salva, pero ¿Qué pasa con los que no creen”, Donner, afirma que “el Dios

soberano (Ef. 1:11) obra a través de las acciones libres de los hombres y juzga a los

hombres que obran maldad, aun cuando esa maldad sirve a su propósito. Dentro de esta

parte debemos observar también que la bondad, la soberanía y la providencia de Dios no le

protegen al hombre de las consecuencias de su propio pecado. La soberanía y el amor de

Dios no se muestran en una protección contra el pecado sino en la provisión de un remedio,

de una solución al problema del pecado en Jesucristo en cuya persona Dios también

comparte el dolor y el sufrimiento de la humanidad”.


Dios es soberano, esta soberanía se manifiesta según Smalling en cuatro fundamentos

bíblicos y “estos siguen un orden lógico: 1. Los atributos divinos de Omnisciencia y

Omnipotencia: La existencia de estos dos atributos en Dios confirma la imposibilidad de

que algo pase sin el permiso divino. 2. La Voluntad Inmutable de Dios: significa que Dios

"nunca cambia” y que Él es irresistible. Dios permite que los hombres trasgredan estas

leyes y al hacerlo, pecan. Pero cuando Dios decreta que Él va a cumplir algún propósito, no

permite que nadie lo invalide ni que Le impidan cumplir con ese propósito. 3. La realidad

es producto de los decretos divinos. "Porque Él dijo, y fue hecho; El mando, y existió."

Sal.33:9. Ap. 4:11 dice: "Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque

Tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas." Esta afirmación es

terminante. Todas las cosas deben su existencia a la voluntad de Dios. Una profecía es

simplemente una declaración de esa voluntad. La realidad sigue lo que Dios manda.

4. Dios es dueño de todo, y por lo tanto, lo controla: En Ex. 9:29b dice: “...para que sepas

que de Jehová es la tierra”. Ex.19:5b; “...porque Mía es toda la tierra” Deut. 10:14 “He

aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas

que hay en ella”; Job 41:11 “Todo lo que hay debajo del cielo es mío”, I Cron. 29:11

“Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque

todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas”, Sal.89:11 “Tuyos son los

cielos, tuya también la tierra; El mundo y su plenitud, tú lo fundaste”.

Por lo anterior se puede afirmar que la Soberanía de Dios, es una verdad,

independientemente que muchos no lo crean, Él tiene el control de todo, al cristiano le

toca abandonarse teniendo mucha fe, y esperar en Dios, seguro de que el proveerá

y dispondrá las circunstancia necesarias para que su plan se realice y al final ser

preservados para la vida eterna en Cristo Jesús.


Conviene al hombre creer únicamente en la doctrina de la Soberanía de Dios, que en

cualquier otros cuestionamiento, pues, ésta nos da la seguridad de que en Cristo,

gracias a la voluntad perfecta de Dios, hemos recibido un regalo inmerecido (la

salvación) solo porque a Él le plació. Pero, ¿qué sucedería si este la salvación

estuviera en nuestras manos, ¿podríamos sostenerla y asegurarla? o el diablo, el

mundo y nuestras concupiscencias arrebatarían toda posibilidad de salvación. La

misma Palabra de Dios dice en Mt. 12:34 “¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis

hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. Se

puede concluir que es mejor que la creación este en las manos del todopoderoso, eso

incluye nuestras vidas y nuestra salvación.

Dios a pre-ordenado en soberanía, que la maldad en general e incluso la del hombre

redunden para reconocer que solo Él es digno de toda gloria. “La Soberanía de Dios

y la libertad del hombre corren juntos en las Escrituras como dos rieles de tren.

Los escritores de la Biblia nunca pensaron que eso era auto-contradictorio. Un ejemplo

de ello sucedió cuando los hermanos de José lo vendieron para esclavitud por motivo

de celos y odio. La idea de obedecerle a Dios ni siquiera les pasó por la mente,

sin embargo, las Escrituras describen este acto traicionero como un acto divino.

Gén.45:8 “...Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios...” Gén.50:20

“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien,..” El Apóstol

Pablo enseña que la incredulidad de los judíos forma parte del plan divino para

incluir a los gentiles en el Pacto de la Gracia. (Rm. 11:7-11)”4.

Dios en su soberanía, sabía cómo sucedería todo, cómo sería el desarrollo de las

(4)
SMALLING, Roger L. ¡Si, Jesús! Una Introducción A Las Doctrinas De la Gracia. 1990. Pág. 16
circunstancias y que rumbo tomarían, pues, Él tiene el control de todo, por lo que

dispuso dentro de su plan eterno, una fase de restauración de su creación, y en

especial del hombre (los elegidos). “Jesús fue a la cruz consciente de que era la “hora”

de las “tinieblas”. Aunque sabía que los agentes de las tinieblas le cogían, no era a las

tinieblas que entregaba Su espíritu, sino en las manos del Padre. Comprendía que Su

Padre, no Satanás, le había entregado la copa para beber. Aceptó la copa, no como

proveniente de las tinieblas, sino de la luz. No se regocijó en el dolor, sino en el bien

mayor que venía de ella. Este es el punto de tensión consolador en donde Dios quiere que

vivamos”5.

Dios es soberano, Jesús, sabía esto, Él conoce al Padre, por eso siempre le dio toda

la gloria solo a ÉL. El hombre en su terquedad está ciego, por lo que siempre

está negando el poder absoluto de Dios sobre toda su creación, por otro lado los

verdaderamente elegidos han entendido la gracia de Dios derramada sobre todo

pecador, sabiendo que en su soberanía Dios planeo salvar a los que creyesen, a

éstos les dio una fe salvadora, que los hiciese resistir hasta el final de sus vidas no

negando aquel que los creó.

Donner, comenta que “el Nuevo Testamento muestra que no solamente la venida y el

ministerio de Jesús indican la soberanía de Dios, sino que además la misma apropiación de

la salvación por los hombres es determinada por la acción soberana de Dios. Es este último

punto que llamamos la elección. Todo el Antiguo Testamento proclama el concepto de la

elección. Vemos que Dios soberanamente elige a ciertas personas para el cumplimiento de

(5)
SMALLING, Roger L. ¡Si, Jesús! Una Introducción A Las Doctrinas De la Gracia. 1990. Pág. 18
sus propósitos. Dios elige a Noé para salvar a la humanidad en el diluvio. Dios elige a

Abram para bendecir a todas las familias de la tierra por medio de él. Dios elige a Isaac (no

a Ismael), Dios elige a Jacob (no a Esaú), Dios elige a Israel, la descendencia de Abraham,

Isaac y Jacob y a ningún otro pueblo. El Dios soberano muestra su soberanía en la elección,

una elección que no se fundamenta en los méritos o las buenas cualidades del hombre sino

que es “incondicional”.

El Nuevo Testamento habla de este tipo de elección en Efesios. “Bendito sea el Dios y

Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los

lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para

que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para

ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad…”

(Efesios 1:3-5). También vemos este concepto en Romanos 8:28-30: “Y sabemos que a los

que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su

propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que

fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre

muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; a éstos también justificó;

y a los que justificó, a éstos también glorificó”.

Es fácil concluir diciendo que gracias a que Dios es soberano, hoy el hombre

puede tener esperanza de salvación en Cristo, solo por su gracia, por su poder que

no tiene límites, pues solo Él es Dios.


CONCLUSIÓN

Es bueno concluir que la soberanía de Dios es absoluta. Cuando se dice que Dios es

soberano, se afirma su derecho a gobernar el universo, que ha hecho para su propia gloria,

según su beneplácito. Por tanto es el derecho del alfarero sobre el barro, pues, lo puede

moldear en la forma que quiera, haciendo de la misma masa un vaso para honra y otro para

vergüenza (Ro.9:21). Afirmamos también que Dios no está sujeto a ninguna norma o ley

alguna fuera de su propia voluntad, por cuanto él es ley para sí mismo y no tiene obligación

alguna de dar cuenta a nadie de lo que hace. La soberanía caracteriza todo el ser de Dios

porque la ejerce según quiere, cuando quiere y donde quiere. La Escritura nos muestra

múltiples ejemplos de ello, siendo uno de los más significativos la liberación de Israel de la

esclavitud de Egipto y como Faraón no quiso dejarlo ir voluntariamente, su pueblo sufrió

las consecuencias y su ejército fue destruido.

Por otro lado se puede concluir que la soberanía de Dios es ejercida por gracia, esto

quiere decir que se trata del favor mostrado hacia el que nada merece o mejor dicho el que

merece la condenación. “La gracia es la antítesis de la justicia; ésta exige que la ley sea

aplicada imparcialmente y que cada uno reciba exactamente lo que merece. La justicia no

concede favores ni hace acepción de personas. La justicia como tal, no muestra compasión

ni conoce misericordia, pero la gracia divina no se ejerce a expensas de la justicia, sino

como dice Ro. 5:21 "la gracia reina por la justicia" y si la gracia reina es que es

soberana”6.

(6)
http://www.iglesiamistral.org/200566.htm
BIBLIOGRAFÍA

 SMALLING, Roger L. ¡Si, Jesús! Una introducción a las Doctrinas de la Gracia.

1990.

 DONNER, Theo G. La Soberanía de Dios y la Responsabilidad del Hombre. 1987.

 http://www.iglesiamistral.org/200566.htm

Vous aimerez peut-être aussi