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Movido por el interés por el estudio y discusión respecto del campo psicoanalítico, el
presente grupo de estudios se propone como una aproximación dialogada a la lectura de la obra de
Freud en su dimensión técnica, la que refiere a principios y estrategias para el desarrollo del análisis,
en la que Freud pone en juego una actitud de sospecha, en términos de una actitud de interrogación
por lo que ocurre en el espacio analítico, ampliando sus distintos registros y significaciones posibles,
en una aproximación paciente y metódica en que el trabajo es propuesto como una laboriosa función
que se realiza pieza por pieza, sesión a sesión, en una apuesta en que lo pasado por alto, lo que
aparece como poco significativo, o sin sentido, tienen la posibilidad de adquirir valor, en la medida
en que el terapeuta construya el espacio en que es posible el pensamiento, la reflexión, en que lo
que el paciente dice o hace queda abierto a la posibilidad de significar otra cosa, en la medida en
que da lugar a la fantasía, al relato del sueño, al recuerdo o distintas formas de ensoñación, de
figuración, en que al menos esta última ocurre también del lado del analista.
En este sentido, la clínica psicoanalítica propuesta por Freud incorpora el desarrollo de una
cierta sensibilidad que si bien tiene que ver con el interés por el sufrimiento, no se agota en él,
alcanzando una dimensión estética en que se miran los procesos de producción y la economía a la
que este responde, atendiendo a las formas en que se articula el malestar y exigiéndole al terapeuta
poner en juego su plasticidad y creatividad para ajustarse a cada momento y sujeto en la situación
analítica, analizando y produciendo mediante la interpretación lo que Jean-Luis Deótte define como
régimen de visibilidad, y que hace del psicoanálisis un aparato estético en analogía con el museo y
el cine, en el sentido de que actúan sobre las condiciones en que la experiencia del sujeto se ofrece
a la mirada y a la escucha de otros.
La relación con lo estético es transversal a la obra de Freud, en el trabajo del sueño y en la
fantasía desde la analogía con el trabajo del poeta y el miramiento por la figurabilidad, pasando por
el análisis y comentario de obras de arte y al proceso creativo, y presente también en sus escritos
técnicos desde el inicio, pero cuya relevancia retorna en “Recordar, repetir, reelaborar” en que la
repetición es propuesto como escenificación, y más tarde en “Construcciones en análisis” en que la
labor del analista es propuesta del lado de la ensoñación y del delirio, en que se pone en juego su
propio trabajo de figurabilidad orientado a darle un lugar a lo no inscrito a lo irrepresentable de la
historia del sujeto, y en que el deseo no se analiza, sino que se produce.
Con este propósito, se propone el siguiente recorrido: