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ACOSO SEXUAL

Es menester en primer lugar,


Acudir a manifestar, que posiciones personalísimas, criterios propios y conceptos
unilaterales que acuden a promover la heterofobia, la homofobia, la aceptación o la
denegación de la masculinidad o de la feminidad, acuden a ser simplemente,
engendros jurídicos que en nada aportan a la libertad de conciencia, y que, si
emergen violadores de la carta superior, en su artículo 18 de nuestra Constitución
Nacional.

Sentencia SU – 108 de 2016. LIBERTAD DE CONCIENCIA-Alcance de la protección.


Tres prerrogativas nacen del derecho a la libertad de conciencia: (i) nadie podrá ser objeto ni de acoso ni de
persecución en razón de sus convicciones o creencias; (ii) ninguna persona estará obligada a revelar sus
convicciones y (iii) nadie será obligado a actuar contra su conciencia.

OBJECION DE CONCIENCIA- Derecho fundamental.


El reconocimiento a la objeción de conciencia se encuentra intrínsecamente relacionado con el derecho a la libertad
de conciencia y no se constituye en una evasión al ordenamiento jurídico, sino que, por el contrario,
toda sociedad democrática debe estar interesada en el respeto de los derechos individuales de cada uno
de los ciudadanos. No se trata de hacer prevalecer el interés de uno o unos pocos frente a muchos o la inmensa
mayoría. Es un problema de calidad democrática y respeto a los derechos individuales básicos: cuando el Estado
admite la objeción de conciencia de un particular, está potenciando en beneficio de toda la sociedad ese valor
fundamental.

De lo anterior,
Se deduce que esos escritos y supuestos aportes, que de inmediato, acuden a
imponerse como una verdad absoluta y que empujan a una materialización de una
impostura dictatorial e irresponsable que parte incluso de entes u órganos que se
ofrecen representantes del Estado Social de Derecho, pero que a su vez, se muestran
como dictaduras administrativas, NO han de ser del todo legitimas y mucho menos
escuchadas como una voz absoluta, sino como verdaderos engendros jurídicos, que
avasallan y vulneran los derechos de los demás, en la búsqueda de imponerse como
verdaderas dictaduras administrativas que ningún bien le hacen a la educación en
Colombia.
ACOSO SEXUAL

También es menester aclarar, que aquellos que se autoproclaman asesores o adalides


de la verdad, pero que desean imponer su criterio propio desde sus conceptos quizás
cargados de intimidación y de imposiciones a la luz de una supuesta
constitucionalidad, no hacen otra cosa que violar, la Constitución que dicen promover
y resguardar, puesto que anteponen su criterio propio y lo imponen, como una manera
de CENSURA de los aportes y pensamientos constructivos de los demás, como una
clara violación del articulo 20 de la Constitución Política en Colombia.

Corte Constitucional, Sentencia T- 353 de 2018.


DERECHO A LA LIBERTAD DE CONCIENCIA-Concepto
La conciencia determina el actuar de las personas, les permite definir el sentido de su vida, establecer cuál es la
forma correcta y cómo se ha de obrar, es por esto que la dimensión de la libertad de conciencia es un derecho
fundamental que cumple funciones estructurales en un Estado Social de Derecho. Actuar según los dictados de la
conciencia, en libertad, es un presupuesto de la construcción de una sociedad democrática, respetuosa de la
dignidad humana. Por eso, se trata de una facultad esencial de toda persona, que necesita el espacio suficiente
para desarrollarse. Esta Corporación en la sentencia C-442 de 2011, definió la libertad de expresión en stricto
sensu como el derecho que tienen las personas:

“(…) a expresar y difundir libremente el propio pensamiento, opiniones, informaciones e ideas, sin limitación, a
través del medio y la forma escogidos por quien se expresa. Desde esa perspectiva puede ser entendida como una
libertad negativa pues implica el derecho de su titular a no ser molestado por expresar su pensamiento, opiniones,
informaciones o ideas personales, y cuenta con una dimensión individual y una colectiva, pero también como una
libertad positiva pues implica una capacidad de actuar por parte del titular del derecho y un ejercicio de
autodeterminación”. Asimismo, se ha entendido que la libertad de expresión es un derecho que va más allá de la
autonomía individual que tiene cada persona de expresarse, como tener acceso a la información, a recibir y a
expandir sus opiniones mediante medios masivos pues se ha sostenido que de esta manera se robustecen las
sociedades democráticas y esto permite el avance de quienes las integran.

En ese sentido se ha destacado que: “[e]l ejercicio pleno de la libertad de expresión, la libertad de prensa e
información es esencial para cualquier sociedad democrática, pues permite que las personas defiendan todos sus
derechos como seres humanos. Además, su ejercicio es también vital para asegurar la transparencia de los
gobiernos y luchar contra la corrupción, permitiendo que la toma de decisiones de cada ciudadano esté
fundamentada en la mayor diversidad de información posible; solo así se consigue la participación activa
de los ciudadanos en la vida pública”. (Negrilla fuera de texto).

Al garantizar la libertad de las personas para expresarse se permite la creación de una sociedad crítica, lo cual trae
consigo cambios y progresos sociales, así como la curiosidad de buscar diferentes fuentes de información en
medios masivos y así poder definir sus propias opiniones culturales, sociales, religiosas o políticas, para ejercer
derechos de participación respecto de la gestión política de cada país y, en esa medida, contener el ejercicio
arbitrario de los poderes públicos y privados.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) creó la Relatoría para la Libertad de Expresión, la cual,
a su vez, elaboró la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión, que representa una pauta interpretativa
relevante en ese derecho. “La CIDH adoptó este documento con plena conciencia de que la consolidación y
desarrollo de la democracia dependen de la libertad de expresión y convencida de que cuando se
obstaculiza el libre debate de ideas y opiniones se limita la libertad de expresión y el efectivo desarrollo del
proceso democrático.” (Negrilla fuera de texto). Corte Constitucional, Sentencia T-089 del 01 de marzo de
2019. Magistrado Ponente: ALBERTO ROJAS RÍOS
ACOSO SEXUAL

Ahora bien,

Respecto al delito del Acoso Sexual, como un delito autónomo dentro de nuestro Código
Penal Colombiano, cabe destacar su concepto taxativo de la siguiente manera:

Código Penal Colombiano. Artículo 210-A. Acoso sexual. El que en beneficio suyo o de un tercero y
valiéndose de su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social,
familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a
otra persona, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años.

Pero,
Emerge una clara, precisa y contundente pregunta:

¿Hasta dónde se puede tipificar una conducta reiterativa, como un acoso sexual?
Un acto materializado verbal o físico que implica “acciones, tocamientos, señas o conductas de naturaleza
ostensiblemente sexual y que por defecto o por tipicidad no constituyen un delito más grave”. Se trata, además, al
hablarse de acoso sexual, de una pluralidad de conductas no consentidas, que buscan un favor sexual en beneficio
propio o de un tercero.

Esa es la descripción que hizo la Corte Suprema de Justicia sobre lo que consiste un acoso sexual, delito que da
una pena de entre uno y tres años de cárcel. Aunque no hay una única definición y no ha tenido mayor desarrollo
en la jurisprudencia del país –pues solo desde hace 10 años se tipificó en Colombia como delito–, el alto tribunal
estableció sus límites.

La Corte Suprema de Justicia, dijo, por ejemplo, que el acoso sexual, se configura cuando no se da en una sola ocasión.
Aunque no está definido un tiempo específico, lo cierto es que debe ser una conducta repetitiva, insistente,
que genere mortificación en la víctima.
El alto tribunal, es decir la Corte Suprema de Justicia, también estableció que la diferencia entre el acoso sexual y otros delitos
más graves como los actos sexuales abusivos o el acceso carnal violento; es que:

“en el primero (acoso sexual) hay una insinuación que no va más allá y NO se materializa, y en cambio, en los dos últimos
(actos sexuales y acceso carnal) las pretensiones positivamente si se consuman. La Corte Suprema de Justicia, dice,
entonces, que: “no se trata de un delito de resultado, en lo que al cometido eminentemente sexual
respecta”.
El acoso sexual, también es distinto de la injuria por vías de hecho, conducta que se da de manera ocasional, como sucede
en los tocamientos en vehículos de servicio público o en aglomeraciones.

La mayoría de los casos de acoso sexual se identifican en ámbitos educativos, de servicios de


salud o laborales. Un ejemplo sería cuando el encargado de brindar un empleo reclama favores sexuales a quien busca
obtenerlo. “El contexto deja en una suerte de sin salida a la víctima, puesta en el parangón de acceder a lo solicitado o perder
dicha posibilidad”, dice la Corte.
En esos casos, “no hay discusión cuando se da en escenarios de trabajo y la esencia del delito radica en las
posibilidades que surgen de la asimetría entre la víctima y el agresor, en cuanto le permite
subyugar, atemorizar, subordinar, amedrentar, coaccionar, intimidar” a la víctima.
ACOSO SEXUAL

Sin embargo, el acoso sexual no se limita a esos contextos. La Corte dijo que en este delito debe haber una relación de
superioridad, sin que esta necesariamente implique que se trate siempre de un jefe y un subordinado. Esa relación de
superioridad, por ejemplo, se puede dar en relaciones de autoridad, poder, edad, sexo; posición laboral, social, familiar o
económica.

La mayoría de las normas y resoluciones internacionales frente al acoso sexual se han dado para proteger a las mujeres,
quienes más sufren esta conducta, pero el acoso también se configura en hombres.

No hay discusión cuando se da en escenarios de trabajo y la esencia del delito radica en las posibilidades que surgen de la
asimetría entre la víctima y el agresor

Todas estas definiciones hacen parte de un fallo, con ponencia del magistrado Fernando León
Bolaños, en el que la Corte estableció la importancia de que los jueces y fiscales diferencien un
acoso sexual de otros delitos.

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Las notas características de los delitos de acoso sexual e injuria por vías de hecho, así
como su diferencia con los actos sexuales violentos.

a) LA INJURIA POR VÍAS DE HECHO


El artículo 226 de la Ley 599 de 2000, tipifica el delito, por remisión al artículo 220 anterior,
de la siguiente manera.

Código Penal Colombiano. Artículo 226. “Injuria por vías de hecho.


En la misma pena prevista en el artículo 220 incurrirá el que por vías de hecho agravie
a otra persona”.

No mucho se ha dicho jurisprudencialmente sobre este delito, dada su muy ocasional


ocurrencia y la textura bastante abierta del tipo, que se remite de manera genérica al agravio.
Se entiende, al efecto, que se trata de las formas, distintas a las verbales, en que se ofende el
honor de una persona, como cuando se le abofetea –sin que se trate, en estricto sentido, de
lesiones personales-, escupe o somete a escarnio –despojarla de sus vestiduras, arrojarle
excrementos, etc.-

Desde luego que el agravio, si ese es el querer del ofensor, puede ocupar
matices sexuales, visto que este es un aspecto que como el que más puede
incidir en el honor de las personas. Por ello, si es factible hablar de injurias verbales
cuando se pone en tela de juicio el honor de una persona en esta materia, algo similar cabe
predicar del mancillamiento sexual, por vías de hecho.
ACOSO SEXUAL

Es a esto a lo que atendió la Corte Suprema de Justicia, en reciente decisión ya conocida,


incluso expuesta en el proceso penal, en la que se decretó la nulidad de todo lo actuado
procesalmente, por entenderse que la Fiscalía, debió enfilar su investigación hacia la injuria
por vías del hecho y no respecto de un acto sexual violento objeto de acusación.

Es claro, eso sí, que los casos que comportan matices sexuales, o mejor, que involucran a
través de este medio la injuria, no pueden desbordar el simple tocamiento o caricia fugaz o
imprevista, so pena de que, ya superados estos límites, la conducta derive hacia otros tipos
penales, dada la mayor envergadura del bien jurídico afectado. (actos sexuales o acceso
carnal).

Vale decir, en los casos en los cuales surge evidente el ánimo rijoso que acompaña el acto,
cuando este no se presenta ocasional o fugaz e independientemente del medio utilizado, la
ilicitud no reposa en la injuria por vías de hecho. Esto es, si el acto o actos de claro
contenido erótico-sexual, dirigido indudablemente a satisfacer la libido del sujeto activo,
se manifiesta evidente, ajeno a la repentina y fugaz acometida, no es posible mutarlo
hacia una conducta ontológica y jurídicamente diferente –injuria por vías de hecho-;
sino que emerge como actos sexuales abusivos u otro delito de mayor envergadura.

Entonces, si no cabe duda de que el sujeto activo ejecutó las maniobras y cumplió
su cometido, evidentemente emergen ya como constitutivas, de actos sexuales, acorde
con la textura abierta que estos comportan, el delito nunca puede acomodarse típicamente
dentro del espectro de la injuria por vías de hecho, pues los hechos o acciones si se
consumaron.
ACOSO SEXUAL

b) ACOSO SEXUAL
No es, este, un tipo penal que haya sido objeto de un extenso o un detenido examen en la
Corte Suprema de Justicia, dada su novedosa incorporación como delito.

De un rastreo realizado a algunas legislaciones foráneas internacionales, es posible


extractar que por virtud del ámbito en el cual se ejecuta, y lo buscado proteger, las más de las
veces su sanción opera en planos meramente administrativos, civiles o disciplinarios, como
quiera que corresponde a situaciones de subordinación laboral que derivan en sometimiento,
retaliaciones u hostigamientos, en la mayoría de los casos ejecutados sobre mujeres.

Por ello, no es de extrañar que la primera de las normas internacionales dirigida a proteger
a las mujeres del acoso sexual, corresponda a una resolución del año 1985 de la OIT,
encaminada a luchar contra este tipo de hostigamientos, como medio adecuado para obtener
la igualdad y eliminar la discriminación de la mujer.

A partir de allí, el acoso sexual ha sido definido como mecanismo de discriminación o de


violencia contra la mujer, entre otros, en:

-La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la


Mujer (CEDAW, 1979);

-La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra


la Mujer (Convención de Belém do Pará, 1994);

-La Declaración y Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y


Desarrollo (El Cairo, 1994);

-La Declaración y Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer


(Beijing, 1995); y

-El Convenio Nº 169 de la OIT.

En este sentido, el artículo 2°, de la Convención de Belem do Pará de 1994, reseña:

“Artículo 2. Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y
psicológica:

a. que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación
interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la
mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso sexual;

b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución
forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones educativas,
establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y
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c. que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra.”

En seguimiento de pautas y tratados internacionales, muchos países de América, entre


ellos Brasil, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, República
Dominicana y Venezuela, tipifican como delito el acoso u hostigamiento sexual, hallándose
que en muchas de estas legislaciones –e incluso en España- la conducta es circunscrita a
ámbitos laborales, educativos y de salud, o aquellos en los que pueda manifestarse algún tipo
de superioridad del victimario sobre la víctima, en seguimiento de la Convención de Belem Do
Pará, antes citada.

También es de destacar, respecto del modo a que refiere la conducta, cómo esta
busca diferenciarse del estricto delito de contenido sexual –dígase el acceso carnal o
los actos sexuales- a partir de sancionar no el hecho consumado, sino, precisamente, las
insinuaciones, tratos o solicitudes que, prevalidas de la posición de autoridad o
producto del ámbito laboral, busquen ese como fin.

A este efecto, para evitar equívocos el artículo 165 del Código Penal de El Salvador, advierte:
“El que realice conducta sexual indeseada por quien la recibe, que implique frases, tocamiento,
señas u otra conducta inequívoca de naturaleza o contenido sexual y que no constituya por sí
sola un delito más grave, será sancionado con prisión de tres a cinco años.”.

En el mismo sentido, cabe destacar que, si bien, no se posee una definición unívoca de
acoso sexual, sí es posible determinar un lugar común, referido a que:

“se trata de actitudes o comportamientos que por sí mismos causan


mortificación o crean un clima hostil en ámbitos de trabajo o similares,
respecto de actos, gestos o palabras que en muchas ocasiones
representan una pretensión, pero no la consumación de la misma”.

Sobre el particular, la Directiva 2002/73/EC, del 23 de septiembre de 2002, de la Unión


Europea, califica como acoso sexual: “La situación en que se produce cualquier
comportamiento verbal, no verbal o físico no deseado de índole sexual, con el propósito o el
efecto de atentar contra la dignidad de una persona, en particular cuando se crea un entorno
intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo.

Ahora bien, en Colombia el delito de acoso sexual fue instaurado en la Ley 1257 de
2008: "Por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de
violencia y discriminación contra las mujeres, se reforman los Códigos Penal, de Procedimiento
Penal, la Ley 294 de 1996 y se dictan otras disposiciones"

Por consecuencia de ello, al Código Penal se agregó el artículo 210 A, así redactado:
ACOSO SEXUAL

“Acoso sexual. El que en beneficio suyo o de un tercero y valiéndose de


su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad,
sexo, posición laboral, social, familiar o económica, acose, persiga,
hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos,
a otra persona, incurrirá en prisión de uno (1) tres (3) años.”

En principio, mirado el contexto dentro del cual se inscribe el delito, podría advertirse,
apreciadas también las características históricas y de derecho internacional y comparado, que
la ilicitud busca proteger, en especial, a la mujer, en cuanto víctima secular de
discriminación y violencia sexual en los contextos laboral, social y familiar.

Incluso, la Corte Constitucional cuando se ha referido al tema lo ha hecho en clave de la


protección de la mujer, al punto de significar que (sentencia T-265 de 2016): “la violencia contra
la mujer, y específicamente el acoso sexual en el ámbito laboral, constituye una forma de
violación al Derecho Internacional de los Derechos Humanos”.

Ello, sin embargo, no puede conducir a significar que el delito sólo opera respecto de la
mujer como sujeto pasivo, pues, tal conclusión no se desprende del texto de la norma, en
cuanto remite al genérico “el que”, para referirse al agresor, pero de igual manera, delimita que
la víctima lo es “otra persona”, sin definir género específico.

En consecuencia, es factible advertir que, si bien, el delito en cuestión opera


por lo general en contra de la mujer, nada impide que en determinados casos
específicos pueda determinarse materializado el mismo respecto de
víctimas de otro género o identidad sexual, independientemente de que el
agresor lo sea otro hombre o una mujer y siempre y cuando se cubran los
presupuestos modales, objetivos y subjetivos, que diseñan el tipo penal en
examen.

Precisamente, en torno de estos elementos es necesario señalar que el artículo 210A, contiene
una textura bastante abierta, a la espera de consignar allí todas las posibilidades de ejecución
de la conducta e incluso de beneficiarios de la misma, pues, se alude al “beneficio” propio o de
un tercero. En este sentido, se hace evidente que lo buscado es superar el ámbito meramente
laboral, educativo o de salud y la relación de dependencia y subordinación que de los mismos
emana, como quiera que alude no solo a la superioridad manifiesta que pueda existir de
parte del perpetrador hacia la víctima, sin establecer en dónde puede radicar esta, sino
a las relaciones de “autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social o
económica”.
ACOSO SEXUAL

Tan variado catálogo, imposibilita que pueda aventurarse un listado de hechos que, aunque
fuese a título ejemplificativo, delimiten en cuáles circunstancias es factible ejecutar el delito,
sin que ello impida, desde luego, sostener que no existe discusión acerca de la materialidad
del punible en escenarios de trabajo y que la esencia de la conducta radica en las posibilidades
que surgen de la asimetría entre la víctima y el agresor, en cuanto permite a este último
subyugar, atemorizar, subordinar, amedrentar, coaccionar o intimidar a la
primera, permitiéndole agraviarla, humillarla o mortificarla.

Ahora bien, de similar forma a los aspectos descriptivos y normativos, el tipo penal, propone
una enumeración exhaustiva de los verbos rectores que conforman la conducta, significando
que ella se materializa en los casos en que el sujeto activo “acose, persiga, hostigue
o asedie física o verbalmente”.
De dichos verbos rectores cabe anotar que todos indican, en principio, una idea de actos
persistentes o reiterativos en el tiempo, pues, basta verificar las acepciones consagradas en
el diccionario, para asumir dinámico y no estático el comportamiento.

Así, en torno del término “acosar”, dice la RAE, en su primera acepción: Perseguir, sin darle
tregua ni reposo, a un animal o a una persona”.

“Perseguir”, acorde con la misma obra, responde a:

“1. tr. Seguir a quien va huyendo, con ánimo de alcanzarle.

2. tr. Seguir o buscar a alguien en todas partes con frecuencia e importunidad

3. tr. Molestar, conseguir que alguien sufra o padezca procurando hacer el mayor daño
posible.”

A su turno, “hostigar” se define como:

“1. tr. Dar golpes con una fusta, un látigo u otro instrumento, para hace mover juntar o
dispersar.

2. tr. Molestar a alguien o burlarse de él insistentemente.

3. tr. Incitar con insistencia a alguien para que haga algo.”

Y, por último, “asediar”, se define como:

“1. tr. Cercar un lugar fortificado, para impedir que salgan quienes están en él o que reciban
socorro de fuera. Asedió el castillo.
ACOSO SEXUAL

2. tr. Presionar insistentemente a alguien. La delantera asedió al equipo contrario. “

Se ratifica, con lo transcrito, que el acoso sexual, en sus varios verbos rectores, dice relación
con una suerte de continuidad o reiteración, que no necesariamente, aclara la
Corte, demanda de días o de un lapso prolongado de tiempo, pero sí de persistencia por
parte del acosador.

Ello, estima la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, para evitar que por sí misma
una manifestación o acto aislado puedan entenderse suficientes para elevar la conducta a
delito, independientemente de su connotación o efecto particular, en el entendido que la
afectación proviene de la mortificación que los agravios, le causan a la persona.

Desde luego, es posible advertir que el bien jurídico tutelado –libertad, integridad y
formación sexuales-, puede verse afectado con un solo acto, manifestación o roce físico, pero
se entiende que para evitar equívocos el legislador, dado que aplicó un criterio bastante
expansivo de la conducta, estimó prudente consagrar punibles solo los actos reiterados,
persistentes o significativos en el tiempo, y así lo plasmó en la norma con la delimitación
de dichos verbos rectores, compatibles con la noción de acoso.

De haberse pretendido sancionar penalmente hechos aislados o individuales, bastaba con así
referenciarlo a través de verbos como “insinuar”, “manifestar”, “solicitar” o “realizar”, como así
sucede en la ley penal española, donde a más de circunscribirse el delito a ámbitos laboral,
docente o de prestación de servicios, directamente se sanciona a quien “solicitare favores de
naturaleza sexual para sí o para un tercero” .

Se resalta, eso sí, que el asedio, entre otros verbos contemplados en la norma examinada, no
reclama de prolongación en el tiempo, sino de insistencia en el actuar, que se traduce en la
inequívoca pretensión de obtener el favor sexual a pesar de la negativa reiterada de la víctima.

Si se tratase de ejemplificar, es posible señalar que existe asedio y, en consecuencia,


acoso sexual, cuando el encargado de brindar un empleo, de manera específica reclama
favores sexuales a quien busca obtenerlo, pues, efectivamente el contexto informa de
una suerte de sin salida para la víctima, puesta en el parangón de acceder a lo solicitado
o perder dicha posibilidad.

En estas circunstancias, cabe relevar, el asedio se refleja en el mal objetivo que resulta de
la negativa, en cuanto, el acosador no ofrece salida digna para quien se halla a su merced.

Por último, en lo que al tipo penal respecta, este contiene lo que la doctrina denomina
elemento subjetivo específico o ánimo especial, referido a que el acoso tenga, en favor del
sujeto activo o de un tercero, “fines sexuales no consentidos”.
ACOSO SEXUAL

Debe precisarse aquí, que la conducta se consuma y el daño es producido por razón del acoso,
hostigamiento, asedio o persecución emprendidas por el victimario, que en términos
generales genera zozobra, intimidación o afectación sicológica a quien lo padece, para
no hablar de la limitación que se produce respecto de la libertad sexual.

Vale decir, el acoso sexual opera ajeno a algún tipo de acto sexual o acceso carnal que se
produzca por ocasión de los comportamientos del victimario, en tanto, cabe reiterar, lo
sancionado no es que se logre el propósito, sino que con tal fin
se emprendan conductas en sí mismas vejatorias que
directamente afectan a la persona, razón suficiente para definir
que no se trata de un delito de resultado, en lo que al cometido
eminentemente sexual respecta.
Sobre el particular, la Corte Suprema de Justicia, precisó, que con la introducción que hizo
la Ley 1719 de 2014, del artículo 212A del Código Penal, evidente se advierte que si el
comportamiento del agente alcanza los hitos del acto sexual o el acceso carnal,
la conducta punible a atribuir no lo es el acoso sexual, eventualmente alguno de
aquellos, siempre y cuando converjan todas las exigencias normativas para ello.

En efecto, el artículo 212A, Código Penal Colombiano; contempla:

“Violencia. Para los efectos de las conductas descritas en los capítulos anteriores, se
entenderá por violencia: el uso de la fuerza; la amenaza del uso de la fuerza, la coacción física
o psicológica, como la causada por el temor a la violencia, la intimidación; la detención ilegal;
la opresión psicológica; el abuso de poder; la utilización de entornos de coacción y
circunstancias similares que impidan a la víctima dar su libre consentimiento.”

Para la Corte Suprema de Justicia, no cabe duda de que, dentro de las hipótesis reseñadas
en la norma como constitutivas de violencia, se incluyen los factores de superioridad, autoridad
o poder, que por su factor intimidatorio, menguan la oposición de la víctima al vejamen, en los
casos de acoso sexual. Por manera que, la distinción entre la materialización de un delito de
acceso carnal o actos sexuales violentos, y uno de acoso sexual, estriba en los alcances de
lo ejecutado por el agente, es decir, si fuese consumado (actos o acceso) o si NO fuese
consumado (Acoso Sexual).
ACOSO SEXUAL

ACOSO SEXUAL EN LA ESCUELA.


Existen situaciones y actuaciones, que son reales e inequívoca materialización del
acoso sexual en la escuela; pero también, existen situaciones y actuaciones ficticias,
falaces y mentirosas en las cuales, las estudiantes en algunas ocasiones, en busca de
evadir su comportamiento disciplinario paupérrimo, o su irregular proceder
conductual, acuden a mentir, a engañar y a sindicar a profesores y profesoras de
supuesto acoso sexual, con el fin material de promover un delito en contra del
educador o educadora y así, lograr dirigir la atención al supuesto y falaz vejamen que
jamás ocurrió, para salir libres de sus actitudes y comportamientos negativos,
disociativos e irresponsables. Entonces cabe aclarar, que NO todas las
sindicaciones de acoso sexual son reales y son insinuaciones y vejámenes
materializados; pero que tampoco todas las acusaciones o sindicaciones son
falsas; por lo cual, es imperativo, lograr una exhaustiva indagación de los elementos
de modo, tiempo y lugar, para que podamos acercarnos a la verdad más próxima, y
NO causar un daño irremediable a la presunción de la inocencia; como tampoco crear
un desconocimiento y vulneración del “in dubio pro reo”; pero tampoco acudir a rayar
en la impunidad y favorecimiento de los aberrados y culpables.
ACOSO SEXUAL

En los colegios,
Ha de acudirse a cumplir esencialmente un orden imperativo en lo penal, primero que
lo administrativo; ello en acato estricto a lo normado penalmente, como lo indicado
en orden cronológico desde las pautas penales, así:

1- Articulo 44 numeral 9 de la ley 1098 de 2006.


Código de la Infancia y Adolescencia. Artículo 44. Obligaciones complementarias de las
instituciones educativas. Los directivos y docentes de los establecimientos académicos y la
comunidad educativa en general pondrán en marcha mecanismos para:
(…)
4. Garantizar a los niños, niñas y adolescentes el pleno respeto a su dignidad, vida,
integridad física y moral dentro de la convivencia escolar.
(…)
9. Reportar a las autoridades competentes, las situaciones de abuso, maltrato o peores
formas de trabajo infantil detectadas en niños, niñas y adolescentes.

Por encima de los Decretos, de las demás normas administrativas internas,


Municipales o Resoluciones o Directivas del Ministerio de Educación Nacional, emerge
la ley 1098 de 2006; ley ordinaria de la protección de los niños, niñas y adolescentes.
En primer lugar, a obedecer el articulo 44 numeral 4 y luego el articulo 44 numeral 9
de la ley 1098 de 2006; para NO incurrir en abandono (articulo 20 numeral 1 de ley
1098 de 2006) y tampoco incurrir en maltrato infantil, (por omisión, descuido o trato
negligente); a voces de lo que indica la pirámide de Kelsen:

Hans Kelsen creador de la pirámide de Kelsen, jurista, político y profesor de filosofía en la


Universidad de Viena, definió este sistema como la forma en que se relacionan un conjunto de
normas jurídicas y la principal forma de relación entre estas dentro de un sistema, es sobre la
base del principio de jerarquía.

Entonces,
Cabe destacar, que el Ministerio de Educación, NO legisla, y que los decretos y
resoluciones, y demás argumentos jurídicos municipales, NO están por encima de
la ley ordinaria, ni de la ley orgánica, pues deben someterse al imperio de la ley, en
estricta jerarquía. Eso traduce, que la ley 1098 de 2006, está por encima de los
decretos municipales y demás ordenanzas o conceptos o directivas del M.E.N.

En segundo lugar,
Se debe obedecer a la ley 1146 de 2007, en sus artículos 12 y 15:

Ley 1146 de 2007. Artículo 12. OBLIGACIÓN DE DENUNCIAR. El docente está obligado a denunciar ante las
autoridades administrativas y judiciales competentes, toda conducta o indicio de violencia o abuso sexual
contra niños, niñas y adolescentes del que tenga conocimiento.

Léase,
OBLIGACIÓN E INDICIO.
ACOSO SEXUAL

Ley 1146 de 2007. Artículo 15. DEBER DE DENUNCIAR. En ejercicio del deber constitucional de protección de
los niños, niñas y adolescentes, el Estado y la sociedad tienen el deber de denunciar oportunamente a las
autoridades competentes cualquier indicio o caso de abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes dentro de las
24 horas siguientes al conocimiento del hecho.

Léase,
DEBER Y 24 HORAS.

En tercer lugar,
Si se obedece a lo normado en la ley 1620 de 2013; (administrativa y No penal), en lo
que estrictamente compete a la obligación administrativa de denuncia, que ostenta el
Rector o Director:

Ley 1620 de 2013. Artículo 18, numeral 4:

ARTÍCULO 18. RESPONSABILIDADES DEL DIRECTOR O RECTOR DEL ESTABLECIMIENTO EDUCATIVO EN


EL SISTEMA NACIONAL DE CONVIVENCIA ESCOLAR Y FORMACIÓN PARA LOS DERECHOS HUMANOS, LA
EDUCACIÓN PARA LA SEXUALIDAD Y LA PREVENCIÓN Y DE LA VIOLENCIA ESCOLAR. Además de las que
establece normatividad vigente y que le son propias, tendrá las siguientes responsabilidades:
(…)

4. Reportar aquellos casos de acoso y violencia escolar y vulneración de derechos sexuales y reproductivos
de los niños, niñas y adolescentes del establecimiento educativo, en su calidad de presidente del comité
escolar de convivencia, acorde con la normatividad vigente y los protocolos definidos en la Ruta de Atención Integral
y hacer seguimiento a dichos casos.
ACOSO SEXUAL

RUTA DE ATENCIÓN ESCOLAR.


Por orden de la ley 1620 de 2013; se debe activar la ruta de atención escolar (artículo
29); y en estricto acato a la ley 1146 de 2007; se debe acudir a materializar, la
denuncia antes de 24 horas de haber conocido del presunto abuso sexual o acoso
sexual.

De las versiones de los menores de edad:


Corte Suprema de Justicia; Radicado No 43866; del 16 de marzo de 2016.
Esta Corporación concluyó que para establecer si una declaración anterior al juicio oral constituye prueba de
referencia, debe verificarse si está siendo presentada como parte del tema de prueba (como en los casos de injuria,
calumnia, falso testimonio o falsa denuncia, entre otros), o si el propósito de la parte es utilizarla como medio de
prueba. En este segundo evento, se activa para el acusado (y también para la Fiscalía, según se indicó en
precedencia) el derecho a interrogar o hacer interrogar al testigo y, en general, a ejercer el derecho a la
confrontación (CSJ AP, 30 Sep. 2015, Rad. 46153). Este criterio adquiere una especial trascendencia frente a las
declaraciones de menores de edad, principalmente cuando han sido víctimas de delitos sexuales, porque la
obligación de brindar especial protección a estas víctimas y/o testigos, según los tratados internacionales sobre
derechos humanos y la legislación interna, que serán analizados en el punto 5 de este apartado, pueden generar
confusión frente a un aspecto de especial relevancia para lo que es objeto de decisión: una cosa es que una
declaración anterior se pretenda utilizar como medio de prueba y que dicho uso limite la posibilidad de ejercer las
garantías judiciales consagradas en los artículos 8 y 14 de la Convención Americana de Derechos Humanos y el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, respectivamente, desarrolladas a lo largo de la Ley 906 de
2004, según se indicó en el numeral 2.1., y otra muy diferente que dicha limitación se justifique por la necesidad de
proteger los derechos de los menores. Si se analiza en su esencia, una declaración incriminatoria no pierde su
carácter porque (i) haya sido rendida por un menor de edad o un adulto, (ii) se documente de una determinada
manera, o su existencia y contenido se demuestre a través de testimonios y/o dictámenes periciales, o (iii)
legalmente se le denomine de una determinada manera: evidencia física, prueba documental, elemento material
probatorio, etcétera. En el caso de declaraciones rendidas por menores de edad por fuera del juicio oral, cuando
son presentadas como medio de prueba del abuso, la responsabilidad del acusado o cualquier otro aspecto
relevante del tema de prueba, no cabe duda que constituyen prueba de referencia, porque (i) encajan en la
definición de prueba de referencia consagrada en el artículo 437 de la Ley 906 de 2004, según el desarrollo
jurisprudencial de la misma (CSJ AP, 30 Sep. 2015, Rad. 46153 y los pronunciamientos allí relacionados); (ii)
constituyen testigos de cargo, en la medida en que las declaraciones están orientadas a soportar la acusación de
la Fiscalía, lo que activa el derecho a interrogar o hacer interrogar a quienes han hecho la declaración, sin perjuicio
de las demás expresiones del derecho a la confrontación, y (iii) la posibilidad de ejercer el derecho a la confrontación
se ve afectada por la no comparecencia del testigo al juicio oral, principalmente cuando la defensa no tuvo la
oportunidad de participar en el interrogatorio rendido por fuera de este escenario, bien controlando la forma de las
preguntas, formulando los interrogantes que considere pertinentes, etcétera. De ahí que en la Ley 1652 de
2013, que será analizada en el numeral 2.5 de este apartado, se reguló la manera de recibir
las declaraciones de menores de edad en orden a evitar su doble victimización, se fijaron
reglas sobre la documentación de este tipo de declaraciones y se dispuso que las mismas
constituyen prueba de referencia admisible.
ACOSO SEXUAL

En resumen, para determinar si una declaración anterior al juicio oral, que se lleva al juicio oral, constituye prueba
de referencia, deben tenerse en cuenta criterios como los siguientes: (i) establecer cuál es la declaración que podría
constituir prueba de referencia (la rendida por fuera del juicio oral); (ii) precisar si la declaración anterior hace parte
del tema de prueba (por ejemplo, en los casos de injuria o calumnia) o si está siendo aportada como medio de
prueba (sólo en este caso podrá constituir prueba de referencia); (iii) analizar si con la admisión de la declaración
anterior, a título de prueba de referencia, se afecta el derecho a la confrontación; (iv) tener en cuenta que el carácter
de prueba de referencia de una declaración no depende de la edad del testigo ni de la manera como la legislación
denomine un determinado medio de conocimiento, y (v) cuando se trata de declaraciones de menores de edad,
víctimas de delitos, debe establecerse cómo se armonizan sus derechos con las garantías debidas al procesado».

-------------------------------------------------------------------------------------

Código de la Infancia y la Adolescencia. Ley 1098 de 2006.


Artículo 150. Práctica de testimonios. Los niños, las niñas y los adolescentes podrán ser citados como testigos
en los procesos penales que se adelanten contra los adultos. Sus declaraciones solo las podrá tomar el
Defensor de Familia con cuestionario enviado previamente por el fiscal o el juez. El defensor sólo
formulará las preguntas que no sean contrarias a su interés superior.
Excepcionalmente, el juez podrá intervenir en el interrogatorio del niño, la niña o el adolescente para conseguir que
este responda a la pregunta que se le ha formulado o que lo haga de manera clara y precisa. Dicho interrogatorio
se llevará a cabo fuera del recinto de la audiencia y en presencia del Defensor de Familia, siempre respetando sus
derechos prevalentes.
El mismo procedimiento se adoptará para las declaraciones y entrevistas que deban ser rendidas
ante la Policía Judicial y la Fiscalía durante las etapas de indagación o investigación.
A discreción del juez, los testimonios podrán practicarse a través de comunicación de audio video, caso en el cual
no será necesaria la presencia física del niño, la niña o el adolescente.

El acoso sexual, como se ha decantado en las referencias del presente documento; no


implica tocamientos o acceso carnal violento; por el contrario, incluso desde las
palabras, a través de las miradas, que acuden con actitudes de acecho, de
hostigamiento o que supongan doblegamiento o puesta en posición de
minusvalía de la víctima, puede existir una actuación de acoso sexual.

Es una tarea de la ruta de atención escolar, y del debido proceso, empoderar a las
presuntas víctimas, para que puedan desarrollar, la protección, el restablecimiento y
acompañamiento de sus derechos sexuales y reproductivos.
Igualmente, acudir a la tarea inexcusable e inaplazable, de brindar a los educandos,
estrategias, mecanismos y herramientas para “educar a la comunidad” a través del
componente de PROMOCIÓN Y PREVENCIÓN; materializando el mensaje radical y
tajante de que el acoso sexual y las demás violencias de orden sexual; NO son
aceptadas en el ámbito escolar. Para que los aberrados y enfermos de filias, que
emergen como los presuntos agresores, también sepan, que están incurriendo en una
conducta penal y prohibida y que serán denunciados para que sean objeto del peso
de la ley».
ACOSO SEXUAL

Es relevante resaltar,
Que avanza un ostensible cambio positivo, que se manifiesta al evidenciar un
incremento en la tasa de denuncias, porque hay un cambio cultural, y se empodera a
las personas víctimas de ese tipo de violencias sexuales, para que tomen conciencia,
de que deben defender plenamente sus derechos y tener el conocimiento y la
oportunidad de denuncia.

Es importante,
Que se desarrollen actividades de PREVENCION Y PROMOCIÓN, desde los proyectos
transversales lúdico-pedagógicos, (artículo 20 de ley 1620 de 2013) que hagan la
violencia sexual, mucho más visible y mucho más denunciable. Liderar y formalizar
acciones concretas en formalizar acciones, de sensibilización y conocimiento del tema,
para maximizar y garantizar, protocolos claros de atención.

«Algunas estudiantes agredidas, llegarán, manifestando situaciones como depresión,


ansiedad, inclusive ideaciones de suicidio, y solo después de varias citas de
acompañamiento en orientación y psicología, o psiquiátrica a través del plan de salud,
de las EPS, se logrará, identificar que la causa raíz, puede ser que acuda a ser, una
situación asociada con violencias de este tipo sexual».

Los orientadores escolares, deben estar idóneamente alertas y preparados, para


escuchar el dolor, la queja y los sentimientos íntimos de las presuntas víctimas, y
para denunciar en las 24 horas siguientes (artículo 15 de ley 1146 de 2007); además,
deben incluso adecuar la tarea de escucha a que la presunta víctima, pueda elegir, a
un hombre o a una mujer para que sea el profesional que las atiende. Además, se les
debe hacer saber a las presuntas víctimas, que es mejor relatar una sola vez la
situación de vejamen, con minucioso detalle, para NO incurrir en una gravosa
revictimización y de manera tal, que se optimice la ruta de atención escolar, y con
ello, materializar de la mejor manera, la denuncia penal formal, que garantiza la
acción penal y civil y por ende el respeto estricto por el debido proceso.

También, se debe acudir a un verdadero y asertivo acompañamiento psico jurídico,


psico social, y jurídico penal, por parte de la Secretaría de la Mujer del Municipio, o
incluso a través de la línea 123, o línea 141; en las cuales, tienen equipos idóneos de
acompañamiento; en los cuales, asesoran a las víctimas de los presuntos delitos
sexuales, acerca de cómo establecer las debidas acciones penales, actos urgentes,
denuncias y demás acciones legales.
ACOSO SEXUAL

Ejemplo:

La Procuraduría destituyó e inhabilitó por 16 años y 7 meses a José Lino González Sevillano, docente de inglés de
la Institución Educativa Agropecuaria Hermes Martínez, del municipio de Morales, Cauca, por acoso
sexual a estudiantes.
La Procuraduría Regional estableció que González Sevillano, adscrito a la Secretaría de Educación Departamental,
entre 2013 y 2017 de manera reiterativa sometió a varias estudiantes, entre los 13 y 17 años, a
comportamientos morbosos, seguimientos cuando iban al baño y uso de frases inapropiadas.
El ente de control también comprobó que citó a las menores fuera de las instalaciones del plantel educativo, y
les propuso encuentros en lugares privados, generando ausentismo escolar, temor, zozobra, incomodidad,
intranquilidad, inseguridad y preocupación en las estudiantes, con lo que incurrió en el delito de acoso sexual
consagrado en el Código Penal.
En fallo de primera instancia, el Ministerio Público calificó la conducta de González Sevillano como falta gravísima
a título de dolo, por vulnerar los derechos de sus estudiantes al abusar de su cargo y desvirtuar su misión como
educador, irrespetando los principios y valores de la profesión.
El disciplinado y su apoderado interpusieron recurso de apelación, que será resuelto por Procuraduría
Delegada para la Vigilancia Administrativa y Judicial.

https://www.wradio.com.co/noticias/regionales/destituyen-e-inhabilitan-por-16-anos-a-docente-por-acoso-
sexual-a-estudiantes-en-cauca/20181006/nota/3808632.aspx
ACOSO SEXUAL

SEÑALES O INDICIOS DE PRESUNTO ACOSO SEXUAL.

• Actitudes de sometimiento irregular o de acato con temor.


• Retraimiento o manejo disperso de las órdenes.
• Depresión, manifestada o subjetiva a través de indicios.
• Llanto espontaneo sin razón o episodios de llanto inesperado.
• Conductas aleatorias de intenciones o ideaciones suicidas.
• Aislamiento, físico, emocional, sentimental.
• Tristeza excesiva, decaimiento físico, emocional o parental.
• Temor excesivo al contacto físico normal.
• Conducta erótica – sexual o hipersexualizada inapropiada en público.
• Conocimiento, expresiones corporales y lenguaje sexual propios de un adulto.
• Juegos sexuales inadecuados con niños o entre pares, con juguetes o con sus
propios cuerpos, o conductas sexuales mono - agresivas hacia terceros.
• Intercambio de material audiovisual personal con contenido sexual o sexualmente
explícito por medios electrónicos (sexting). O a través de redes sociales.
• Uso de códigos manifiestos o parametrizados en pos de una comunicación bizarra
que oscurantice sus procesos de comunicación, irregular entre los NNA.
• Permanencia en casa en compañía de personas ajenas al núcleo familiar que
consumen SPA.
• Bajo rendimiento académico.
• Dificultades para concentrarse en la escuela.
• Falta de participación en actividades sociales y escolares.
• Permanencia prolongada en la escuela o animadversión a la misma.
• Mala relación con los pares y dificultades para establecer amistades.
• Desconfianza, en especial hacia figuras significativas o de autoridad.
• Temor excesivo y violento a estar cerca de familiares o personas conocidas.
• Es hermano o hermana de otro menor identificado y reportado con una presunta
situación de violencia sexual.
• Abuso o dependencia de SPA.
• Evasión del hogar por parte del niño, niña o adolescente.
• Ausencia injustificada del establecimiento educativo por lapsos amplios.
• Deserción escolar manifiesta.
• Tenencia de dinero o de objetos costosos en cantidades mayores a las esperadas de
acuerdo con sus condiciones psico – sociales y socio - economicas.
• Encuentro con personas desconocidas, al finalizar la jornada escolar, con quienes
se dirige a un lugar diferente al hogar. (Generalmente esperan a los educandos en
las salidas de la escuela).
ACOSO SEXUAL

FLAGRANCIA.

Se identifica en flagrancia una presunta violencia sexual y/o se conoce de una


presunta situación reciente, o se hace manifiesta la denuncia por parte de la presunta
víctima, o algún educador, se percata del acoso sexual.

Se debe activar el protocolo de inmediato, a partir de lo exigido por el articulo 29 de


ley 1620 de 2013; y por el artículo 15 de ley 1146 de 2007. (24 horas para denunciar).

Conforme a lo expresado taxativamente, por el artículo 57 de la Ley 1453 de 2011, se


entiende que estamos ante una presunta flagrancia, cuando:

1. “La persona es sorprendida y aprehendida durante la comisión del delito.


2. La persona es sorprendida o individualizada durante la comisión del delito y aprehendida inmediatamente
después, por persecución o cuando fuere señalado por la víctima u otra persona como autor o cómplice del delito
inmediatamente después de su perpetración.
3. La persona es sorprendida y capturada con objetos, instrumentos o huellas, de los cuales aparezca
fundadamente que acaba de cometer un delito o de haber participado en él.
4. La persona es sorprendida o individualizada en la comisión de un delito en un sitio abierto al público a
través de la grabación de un dispositivo de video y aprehendida inmediatamente después. La misma regla operará
si la grabación del dispositivo de video se realiza en un lugar privado con consentimiento de la persona o personas
que residan en el mismo”.

Por su parte, la Corte Constitucional, en su Sentencia C-239 de 2012 indica que la


flagrancia tiene una temporalidad, “limitada por una determinada inmediatez a la
comisión del delito. En ese sentido se ha dicho que habrá flagrancia en tres supuestos
diferentes: el primero, al que se le ha denominado “flagrancia en sentido estricto”,
cuando la persona es sorprendida y aprehendida al momento de cometer el delito; el
segundo supuesto, el de la “cuasiflagrancia” cuando la persona es sorprendida o
individualizada al momento de cometer el delito y aprehendida inmediatamente
después por persecución o voces de auxilio de quien presencie el hecho; por último la
“flagrancia inferida” hipótesis en la que la persona no ha sido observada en el
momento de cometer el delito, ni tampoco ha sido perseguida después de realizarlo,
sino que es sorprendida con objetos, instrumentos o huellas de los cuales aparece o
se infiere fundadamente que momentos antes ha cometido un hecho punible o
participado en él”.
(…)
FLAGRANCIA-Alcance/FLAGRANCIA-Supuestos.

Sobre la figura de la flagrancia, ha dicho la jurisprudencia de esta Corte que corresponde a “una situación actual
que torna imperiosa la actuación inmediata de las autoridades [o de los particulares], cuya respuesta pronta y
urgente impide la obtención previa de la orden judicial para allanar y la concurrencia del fiscal a quien, en las
circunstancias anotadas, no podría exigírsele que esté presente, ya que de tenerse su presencia por obligatoria el
aviso que debería cursársele impediría actuar con la celeridad e inmediatez que las situaciones de flagrancia
requieren, permitiendo, de ese modo, la reprochable culminación de una conducta delictiva que pudo haber sido
suspendida merced a la penetración oportuna de la autoridad al lugar en donde se desarrollaba(…)”.
ACOSO SEXUAL

Esta excepción a la reserva judicial de la primera palabra está determinada por la proximidad viva al hecho delictivo
en cuanto tal, lo cual genera una autorización a quien fuera, particular o autoridad pública, para capturar al que lo
comete, lo ha cometido, o existen ciertas, claras y objetivas razones para creer que así lo es o lo fue. Lo anterior,
de acuerdo a la jurisprudencia de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, donde se ha dicho que la expresión
flagrancia viene de “flagrar” que significa arder, resplandecer, y que, en el campo del derecho penal, se toma en
sentido metafórico, como el hecho que todavía arde o resplandece, es decir que aún es actual. No obstante, también
se ha precisado que este requisito ofrece una cierta graduación temporal, limitada por una determinada inmediatez
a la comisión del delito. En ese sentido se ha dicho que habrá flagrancia en tres supuestos diferentes: el primero,
al que se le ha denominado “flagrancia en sentido estricto”, cuando la persona es sorprendida y aprehendida al
momento de cometer el delito; el segundo supuesto, el de la “cuasi flagrancia” cuando la persona es sorprendida
o individualizada al momento de cometer el delito y aprehendida inmediatamente después por persecución o voces
de auxilio de quien presencie el hecho; por último la “flagrancia inferida” hipótesis en la que la persona no ha sido
observada en el momento de cometer el delito, ni tampoco ha sido perseguida después de realizarlo, sino que es
sorprendida con objetos, instrumentos o huellas de los cuales aparece o se infiere fundadamente que momentos antes
ha cometido un hecho punible o participado en él.

De acuerdo con lo anterior se considera también flagrancia, ante la presunción de


una situación reciente de violencia sexual, asociada con el acoso sexual, cuando
puede ser evidenciada a través de la presencia de algunos signos físicos como
demostrativos de shock o de trauma, y que llamen la atención (como miedo ostensible,
temor insuperable, ansiedad extrema, llanto imparable o alguna actuación emocional
inesperada) o cualquier otra actividad que denote una condición que requiera de
atención prioritaria, porque pone de manifiesto, algún peligro, para la vida, la
integridad, o la dignidad o para la libertad, integridad y formación sexuales de la
presunta víctima o NNA.

El primer respondiente (NO confundir con el primer garante que es la figura


únicamente atribuible al rector o rectora) conocedor directo del hecho y/o de la
presunta violencia sexual, es el educador, que a voces del articulo 12 de la ley 1146
de 2007; tiene la obligación de reportar y denunciar el hecho ante las autoridades
competentes, administrativas (rector - articulo 18 numeral 4 de ley 1620 de 2013) y
ante las autoridades penales (Policía de infancia y Fiscalía Unidad de Delitos Sexuales
o CAIVAS) para que realicen el proceso de judicialización correspondiente.
EL DOCENTE, realizará la respectiva denuncia, independiente de que se presuma o
de que se sepa en certeza, de que exista otra denuncia por parte de los padres,
representantes legales o defensores de familia para el caso de los NNA.
ACOSO SEXUAL

INSTITUCIÓN EDUCATIVA OFICIAL


“COLEGIO (AQUÍ VA SU NOMBRE)”
Resolución:
NIT: _________________________

FECHA: ___________________________

Resolución Rectoral, No: ______________________________________

ACTA ESPECIAL DE REFERENTE:


PRESUNTO – ACOSO ESCOLAR A MENOR DE EDAD.

Mediante la presente acta especial de informe y relación, se hace anotación del hecho ocurrido
hoy lunes, 04 de Noviembre de 2019, al interior de las instalaciones de nuestra INSTITUCIÓN
EDUCATIVA “COLEGIO (AQUÍ VA SU NOMBRE)” en el salón del grado 8º en el área
noroccidental de la institución, cuando siendo las 8:45 am. “Presuntamente” se
desarrolla, la manifestación inapropiada de insinuaciones y gestos erótico-sexuales
irregulares y NO permitidos, que causan malestar e inducción y estímulo a conductas de
índole sexual no permitidas y que se consagran como el presunto punible de: ACOSO
SEXUAL, con verbo rector “hostigamiento”; como lo indica el artículo 210-A; Código Penal
Colombiano, y como lo consagra el articulo 20 numeral 4 de la ley de infancia y adolescencia
1098 de 2006, que constituye un grave irrespeto en el ámbito escolar.1

CORTE CONSTITUCIONAL, SENTENCIA DE TUTELA, T – 143 DE 2016.


80. Sin embargo, ha destacado la Corte, que la exteriorización de la identidad sexual encuentra su límite en situaciones
generadoras de perjuicio social, sosteniendo que “las manifestaciones de la diversidad sexual solo pueden ser reprimidas o
limitadas cuando lleguen a lesionar derechos de otras personas, alteren el orden público y social, afecten los estándares
generales de decencia pública2 o se “conviertan en piedra de escándalo, principalmente para la niñez y la adolescencia3”. Así
lo ha considerado la Corte Constitucional frente a específicos supuestos en los que, con la conducta homosexual,
objetivamente, se han transgredidos derechos de terceros4 o se ha abusado de los derechos personales en detrimento de la
colectividad5”6. Hay consenso en cuanto a que dichas limitaciones no deben basarse en una posición discriminatoria, que
reconduce a una que se sustenta exclusivamente en el carácter diverso de la expresión para censurarla. Así, se reconoce
que frente a exteriorizaciones de la opción sexual, los estándares mínimos requeridos corresponden a aquellos “exigidos en
el desarrollo de cualquier orientación sexual”7, de modo que “se debe establecer y verificar por el juez constitucional, si la
conducta desplegada hubiese sido objeto del mismo reproche en caso de que quien la hubiera practicado fuera una pareja
heterosexual en contextos similares. Si del estudio se concluye que es tolerada en parejas heterosexuales y no en
homosexuales se constituye en un criterio abiertamente trasgresor y discriminador que amerita medidas judiciales tendientes
a evitarlo”8.

1 Ver páginas 68 a 82 de nuestro manual de convivencia escolar.


2
Corte Constitucional. Sentencia C-098 de 1996. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
3 Corte Constitucional. Sentencia T-539 de 1994. M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
4 Corte Constitucional. Sentencia T-035 de 1995. M. P. Fabio Morón Díaz y T-569 de 1994. M. P. Hernando Herrera Vergara.
5 Corte Constitucional. Sentencia SU-476 de 1997.M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.

6 Sentencia T-673 de 2013 M.P. Gabriel Eduardo Mendoza.


7 Ibíd.
8 Ibíd.
ACOSO SEXUAL

La joven Adolescente: XXXXXXXXXXXXXXXX del grado 8º a voces del joven


XXXXXXXXXXXXX del grado 9º, “presuntamente” también a voces de los niños y niñas, que
fungen como los menores de 14 años de edad, testigos; manifiestan y presentan, la
participación del EDUCADOR: XXXXXXXXXXXXXXXXX, en palabras y gestos morbosos, y
toques inapropiados a manera de masturbaciones y gestos de sus genitales; con dirección a
la menor: XXXXXXXXXXXXXXXXXXXX del grado 8º.

Que, según nuestro manual de convivencia, NO están permitidos al interior de nuestras


instalaciones y mucho menos protagonizadas por educadores de nuestra institución, ni
mucho menos vulnerando a nuestras estudiantes, estén o no, portando el uniforme fuera de
las instalaciones del colegio.9 Igualmente se presenta una doble infracción de ley por cuanto
el joven Adolescente: XXXXXXXXXXXXXX de grado 9º; es testigo, y los otros testigos menores
de 14 años de edad, y la jovencita XXXXXXXXXXXXXXXXXXX, únicamente, tiene 13 años lo
que la incluye en la edad en la cual todo estimulo sexual que proviene de alguien “mayor” de
catorce (14º) años, se presume o se investiga como ACTOS SEXUALES ABUSIVOS.10
De lo que se desprende que bajo el cargo de presunción y en orden de armonía jurídica en
acato al debido proceso y con base en el artículo 12 y artículo 15º de ley 1146º de 2007;11 se
presume que se ha presentado un presunto delito de: ACOSO SEXUAL, EN CONCURSO CON
ACTOS SEXUALES ABUSIVOS, en materia de la –presunta-- actuación del educador en contra
de menor de 13 años de edad y en frente de menores de 14 años de edad.

9 Ver páginas 68 a 82 de nuestro manual de convivencia escolar.


10 3. La facultad que tienen los establecimientos educativos de exigir el cumplimiento de los manuales de disciplina.
3.1. En este caso, es pertinente dejar claro en la sentencia que, aunque al iniciar, un proceso disciplinario en contra de Sergio Urrego, de
la manera en que se hizo, sus derechos fundamentales fueron flagrantemente vulnerados por el colegio accionado, comportamiento que
es evidentemente censurado por la Corte, ello no significa que las instituciones educativas no tengan en ningún momento la facultad de
hacer exigibles las reglas establecidas en los manuales disciplinarios de tales establecimientos. De ese modo, por un lado, las pautas de
comportamiento deben ser seguidas por los estudiantes, y por otro, a los colegios les corresponde hacer que las mismas sean cumplidas,
en tanto el respeto por los derechos fundamentales de los alumnos no implica que sea imposible corregir o velar por el mejoramiento de
la conducta de los alumnos. Por lo anterior, es necesario que los establecimientos educativos tengan manuales de convivencia, en los
cuales se establezcan pautas de comportamiento en el ambiente escolar, como ocurre con las expresiones de cariño entre alumnos. De
tal forma, las mismas pueden ser controladas en dichos manuales, siempre y cuando se dirijan a muestras de afecto tanto entre parejas
homosexuales, como heterosexuales, respetando así la opción sexual de los jóvenes, quienes por ningún motivo pueden ser discriminados
en razón de su orientación sexual.
3.2. A ese respecto, vale indicar que, en reiterada jurisprudencia, esta Corporación ha sostenido que la educación:
"tiene la doble naturaleza de derecho deber10 que implica, tanto para' el educando como para la institución educativa, el cumplimiento de
las obligaciones correlativas a las que se han comprometido como parte del proceso educativo. En particular, la Corte ha considerado que
los estudiantes, desde el momento de su ingreso al establecimiento, tienen el deber de cumplir con las exigencias impuestas por las
normas internas del respectivo centro, y, en particular, por lo dispuesto en el reglamento interno. De esta manera, la jurisprudencia ha
considerado que los educandos no pueden invocar la protección de su derecho a la educación para justificar el incumplimiento de las
exigencias académicas y administrativas.10 Corte Constitucional, T – 478 DE 2015.
11 De modo, que la Jurisprudencia, ha indicado en Colombia, a través de Sentencia de unificación del 5 de noviembre de 2008,
expediente 30.305. Magistrado Ponente: Augusto J. Ibáñez Guzmán, en la cual, la Corte Suprema de Justicia, estableció que: “los
tocamientos corporales no consentidos, realizados sin violencia sobre personas capaces, configuran el delito de injuria por vías de hecho
y que, por el contrario, tratándose de niños y de persona incapaz, el legislador penalizó la conducta de actos sexuales abusivos aun sin
que fuera violenta, pudiéndose tipificar ese punible bajo cualquiera de estas tres conductas: (i) Realizar actos sexuales diversos del acceso
carnal con menor de 14 años; (ii) realizar esos mismos actos en presencia del menor, o (iii) inducir a este a prácticas sexuales.
La Corte indica que el legislador, al consagrar este tipo penal, quiso prohibir cualquier ejercicio de sexualidad en los menores de 14 años
porque presume la incapacidad para la libre disposición sexual y que estos actos sexuales cometidos sobre ese grupo poblacional afectan
el desarrollo de su personalidad y pueden producir alteraciones importantes que incidan luego en su vida y equilibrio futuro”. Negrilla y
subrayado fuera del texto.
Ver página 73 de nuestro manual de convivencia escolar.
ACOSO SEXUAL

La alumna, presunta víctima, al ser escuchada y de su puño y letra, relata en sus descargos
siguiente:
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________

Por su parte, los tres (3) alumnos menores de 14 años de edad; que fungen como los testigos
de los hechos, menores de 14 años de edad, que al ser escuchados en descargos relatan, y de
su puño y letra consignan, lo siguiente:
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________

Por tal motivo, se hace el llamado al Director de Grupo y al Coordinador de Convivencia de la


Institución, para brindar cumplimiento al debido proceso respecto del Articulo 26 de la ley
1098 de 2006, de infancia y adolescencia, y brindando cumplimiento a lo ordenado en las
páginas 68 a 82 y 104 a 116 de nuestro manual de convivencia escolar. En el cual,
taxativamente, se señala que No le está permitido a los educadores, ninguna relación íntima,
erótico – sexual; emocional o sentimental con las estudiantes y mucho menos, acudir a
materializar, --presuntos—delitos de orden sexual, en contra de los educandos.

Mucho menos, inducir, coercitar, promover y/o estimular acciones o comportamientos de


carácter erótico-sexual que agredan la integridad, física, psíquica y moral o la dignidad de los
alumnos y alumnas menores de 18 años de edad, dentro de la institución educativa, en
estricto acato y obedeciendo al artículo 20 numeral 4 de la ley 1098 de 2006, al artículo 44
numeral 4 de la ley 1098 de 2006 y artículos 12 y 15º de ley 1146º de 2007 y artículos 25;
210-A y artículo 209º del Código Penal.

De lo cual se presume, que los hechos, se constituyen como una infracción de ley o Inducción,
estímulo y manipulación o coerción, ACOSO SEXUAL, o ACTOS SEXUALES, toda vez que el
alumno XXXXXXXXXXXXX, quien cuenta con 15 años, y los tres educandos menores de 14
años que fungen como testigos, declaran haber visto al EDUCADOR XXXXXXXXXXXXXXXXX,
hacer gestos sexuales y manifestaciones obscenas de masturbación a la menor de 13 años de
edad del grado 8º; la alumna XXXXXXXXXXXXXXXX y además los presuntos actos sexuales,
y ACOSO SEXUAL, los desarrolló ---presuntamente—el educador: XXXXXXXXXXXXXXXX,
“en presencia” de tres (3) menores de grado cuarto de primaria que son menores de catorce
(14) años. (Actos sexuales con menor de 14 años de edad).

Resaltando además, que estas manifestaciones sexuales, NO puede contar con la autorización
y visto bueno de los padres de la menor en cuestión, para NO incurrir en maltrato infantil por
descuido, omisión y trato negligente y presunta inducción a la prostitución o proxenetismo, y
que de ninguna manera, este tipo de acciones o de manifestaciones sexuales, ligada ---
presuntamente--- con actos erótico-sexuales masturbatorios dentro de las instalaciones de
nuestro colegio o fuera de él, portando el uniforme, pueden existir.
ACOSO SEXUAL

Mucho menos, de parte de un educador en contra de una estudiante menor de 18 años de


edad. Y mucho menos en presencia de otros alumnos o alumnas menores de 14 años de edad.
Por tal motivo se reúne a los alumnos implicados, para dar lugar, a la reunión de descargos
obedeciendo al debido proceso.

Opción 1: Pasados 7 minutos y realizada la correspondiente reunión de descargos en la


coordinación, los alumnos declaran que en efecto vieron al educador:
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXX, realizar gestos de hostigamiento en gestos masturbatorios
contra la menor: XXXXXXXXXXXXXXXXX de grado 8º.
AFIRMACIÓN, que va en contra de lo consagrado taxativamente, en las páginas: 68 a 82 y
104 a 116 de nuestro manual de convivencia escolar y del artículo 44 numeral 4 de la ley de
infancia 1098 DE 2006, consignado en el manual de convivencia, por lo que se le impone el
debido proceso a la situación irregular. Se activa la ruta de atención escolar, y se acudirá, a
denunciar, los hechos ante los entes y autoridades competentes y pertinentes, en armonía
con los artículos 12 y 15º de ley 1146 de 2007 y artículo 25 del Código Penal; acto seguido se
citará a los padres de familia para que acudan a brindarle continuidad al debido proceso, y
notificarse de los hechos; para que EL EDUCADOR indiciado, acuda a manifestar y
materializar su derecho a la defensa; y acuda a responder en caso de que se adecue su
actuación a una falta de ACOSO SEXUAL Y DE ACTOS SEXUALES CON MENOR DE 14 AÑOS
DE EDAD. Indicando que NO obedece a lo literado en punto de lo que la corte constitucional
emana al respecto del libre desarrollo de la personalidad:

Al interpretar el artículo 16 de la Constitución que consagra el derecho al libre desarrollo de la personalidad, la corte
constitucional y la doctrina han entendido que: “ese derecho consagra una protección general de la capacidad que la
Constitución reconoce a las personas para auto determinarse, esto es, a darse sus propias normas y desarrollar planes
propios de vida, siempre y cuando no afecten derechos de terceros”. Sentencia C-481 de 1998.

Opción 2: pasados 17 minutos mientras se realizaba la reunión de descargos, el EDUCADOR:


XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX, confiesa y acepta su falta, en punto de lo consagrado en el
manual de convivencia escolar, que respecta a las páginas: 68 a 82 y 104 a 116 de nuestro
manual de convivencia escolar, y la presunta carga penal por ACOSO SEXUAL, Y PRESUNTOS
ACTOS SEXUALES ABUSIVOS CON MENOR DE 14 AÑOS, y decide acogerse a las normas
del manual de convivencia, por lo cual, se citará a los padres de los educandos en mención
para notificarse y para que el EDUCADOR: XXXXXXXXXXXXXXX; acuda a responder por la
situación y hasta evidenciar, la responsabilidad del suceso y el visto bueno y responsabilidad
del mayor de edad, los padres de los afectados, deben acercarse para realizar el seguimiento
ante el denuncio penal por ACOSO SEXUAL Y PRESUNTOS ACTOS SEXUALES CON MENOR
DE 14 AÑOS, que en tratándose de menores de 14º años, NO permite “conciliación
formal”, por lo cual, el caso, activada la ruta de atención escolar, pasa a la instancia jurídica
y penal, correspondiente; puesto que la presunta victima XXXXXXXXXXXX, cuenta con 13
años y además el agravante es que se desarrollaron, los presuntos vejámenes, “en presencia
de” tres (3) alumnos menores de 14º años de edad. En tanto cursa el debido proceso, los
alumnos XXXXXXXXXXXXXXX y XXXXXXXXXXXXXXXXX, XXXXXXXXXXXXXXXX,
XXXXXXXXXXXX; serán objeto de acompañamiento Psicológico, que les brindará, atención,
vigilancia y observación.

Código Penal Colombiano. Artículo 210-A. Acoso sexual. El que en beneficio suyo o de un tercero y
valiéndose de su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social,
familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a
otra persona, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años.
ACOSO SEXUAL

ART. 209. ACTOS SEXUALES CON MENOR DE CATORCE AÑOS. El que realizare actos sexuales diversos
del acceso carnal con persona menor de catorce (14) años o en su presencia, o la induzca a prácticas
sexuales, incurrirá en prisión de nueve (9) a trece (13) años”.

Dado que el caso en mención, NO permite acudir a una instancia de conciliación


favorable para el presunto abusador, el EDUCADOR: XXXXXXXXXXXXXX; los padres de
la menor: XXXXXXXXXXXXXX, mediante la presente acta y dando seguimiento al
debido proceso en cumplimiento al artículo 44 numeral 9 de la ley 1098 de 2006, y
artículos 12 y 15º de ley 1146º de 2007, así como al artículo 25 del Código Penal, deben
reportar, el caso a las instancias y autoridades competentes y correspondientes, bajo la
presunción de ACOSO SEXUAL Y ACTOS SEXUALES CON MENOR DE 14º AÑOS, Verbo
Rector: Hostigamiento y “en presencia de”, presuntamente logrando una: inducción,
coerción, estímulo y manipulación psicológica en la escala volitiva y conductual de una
menor de edad (13 años) y en tres (3) menores de grado cuarto de primaria que NO
sobrepasan los diez (10) años de edad. Lo mismo y lo pertinente realizará de manera
paralela, la educadora CONOCEDORA DEL CASO EN SITUACIÓN DE PRIMER
RESPONDIENTE Y EL RECTOR DE ACUERDO AL ARTÍCULO 18 NUMERAL 4 DE LEY
1620 DE 2013.

Razones por las cuales, el EDUCADOR: XXXXXXXXXXXXX, responderá, ante las entidades
como Fiscalía General de la Nación Unidad de Delitos Sexuales y Unidad de Delitos Sexuales
de POLICÍA – DIJIN; toda vez que se trata de un mayor de edad. Y además le hace, civilmente
responsables, por daños y perjuicios, según sea el caso.12 De los cuales nos eximimos
como colegio.

12 TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE. Corte Constitucional Colombiana. SENTENCIA C-250 de 2011:


RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR HECHO AJENO-Concepto/RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL POR HECHO AJENO-Carácter excepcional. La responsabilidad por el hecho ajeno se
encuentra en el artículo 2347 del Código Civil que dispone: “Toda persona es responsable no sólo de sus propias
acciones para el efecto de indemnizar el daño, sino del hecho de aquellos que estuvieren a su cuidado”.
Esta forma de responsabilidad por el hecho ajeno ha sido considerada por la Corte Constitucional como de carácter
“excepcional”, basada en la presunción de culpa indirecta o mediata del responsable. TERCERO CIVILMENTE
RESPONSABLE EN EL PROCESO PENAL-4Concepto/TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE EN EL PROCESO
PENAL-Cambios suscitados respecto de su vinculación y participación en el proceso penal.
El tercero civilmente responsable es la persona que civilmente debe responder por el daño causado por la conducta
del condenado, siendo su papel responder por el hecho ajeno y resarcir los perjuicios ocasionados a la víctima. La
obligación de reparación solo nace una vez se ha determinado la generación del daño y con posterioridad a la
sentencia de condena. La figura del tercero civilmente responsable tiene su fundamento en la existencia de la
responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno, también conocida como indirecta o refleja. Hasta antes del
Acto Legislativo 03 de 2002, el tercero civilmente responsable era un sujeto procesal que podía participar en el
trámite incidental de la liquidación de perjuicios que se promoviera con posterioridad a la sentencia, no pudiendo
ser condenado en perjuicios cuando no hubiese sido notificado debidamente ni se le hubiera permitido controvertir
las pruebas en su contra. Posteriormente, en los términos de la Ley 600 de 2000, la vinculación del tercero
civilmente responsable podía solicitarse desde la admisión de la demanda de parte civil, o incluso antes de
proferirse la providencia de cierre de la investigación, por lo que el embargo y secuestro de los bienes de aquél
podía solicitarse una vez ejecutoriada la resolución de acusación, reconociéndosele, de conformidad con el artículo
141 de la citada Ley, los mismos derechos y facultades de cualquier sujeto procesal. Mediante el Acto Legislativo
03 de 2002 y la Ley 906/04 se avanzó hacia un sistema de investigación y juzgamiento penal de marcada tendencia
acusatoria, que introduce un nuevo enfoque respecto de los actores que integran la relación jurídico-procesal,
previendo expresamente la intervención en el proceso de: (i) las víctimas; (ii) el imputado; (iii) el fiscal; (iv) el juez
de conocimiento; (v) el Ministerio Público; (vi) el juez de control de garantías. Tales modificaciones incidieron en la
regulación legal del tema bajo examen: al (i) desaparecer la parte civil; (ii) al dejar el tercero civilmente responsable
de ser sujeto procesal; (iii) al permitirse durante la etapa de investigación la imposición de una medida cautelar
consistente en la entrega provisional del vehículo, nave o aeronave, para el caso de los delitos culposos; y (iv) al
establecer un incidente de reparación integral, el cual se lleva a cabo con posteridad al fallo condenatorio y previa
solicitud expresa de la víctima, del fiscal o del Ministerio Público, durante el cual es citado quien debe responder
por el hecho ajeno.
ACOSO SEXUAL

En cualquiera de las instancias, nuestro colegio y sus directivas, se eximen de cualquier daño
a la integridad, dignidad y decoro a la parte física, psíquica y emocional de la alumna
XXXXXXXXXXXXXXX de 13 años de edad, y de los tres (3) alumnos menores de diez (10)
años, de primaria; causados por las actuaciones del EDUCADOR: XXXXXXXXXXXXXXX, por
lo cual, en estricto acato a la normativa legal vigente, se redacta esta acta especial de informe,
para armonizar el debido proceso, activar la ruta de atención escolar, cumplir el conducto
regular, y desarrollar el protocolo pertinente para casos de índole sexual, en presunto ACOSO
SEXUAL.

Se formaliza la presente acta el día lunes 04 de noviembre de 2019, siendo las 9:02 minutos
de la mañana.

Firman en constancia:

RECTOR(A).

PROFESOR CONOCEDOR DEL CASO.

COORDINADOR DE CONVIVENCIA.

DIRECTOR DE GRUPO GRADO 8º

PADRES DE LOS ALUMNOS

Documento elaborado bajo derechos de autor; Titular de los derechos: JOSHUA ELIJAH GERMANO / 305 416 01 14
ACOSO SEXUAL

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