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De lo anterior,
Se deduce que esos escritos y supuestos aportes, que de inmediato, acuden a
imponerse como una verdad absoluta y que empujan a una materialización de una
impostura dictatorial e irresponsable que parte incluso de entes u órganos que se
ofrecen representantes del Estado Social de Derecho, pero que a su vez, se muestran
como dictaduras administrativas, NO han de ser del todo legitimas y mucho menos
escuchadas como una voz absoluta, sino como verdaderos engendros jurídicos, que
avasallan y vulneran los derechos de los demás, en la búsqueda de imponerse como
verdaderas dictaduras administrativas que ningún bien le hacen a la educación en
Colombia.
ACOSO SEXUAL
“(…) a expresar y difundir libremente el propio pensamiento, opiniones, informaciones e ideas, sin limitación, a
través del medio y la forma escogidos por quien se expresa. Desde esa perspectiva puede ser entendida como una
libertad negativa pues implica el derecho de su titular a no ser molestado por expresar su pensamiento, opiniones,
informaciones o ideas personales, y cuenta con una dimensión individual y una colectiva, pero también como una
libertad positiva pues implica una capacidad de actuar por parte del titular del derecho y un ejercicio de
autodeterminación”. Asimismo, se ha entendido que la libertad de expresión es un derecho que va más allá de la
autonomía individual que tiene cada persona de expresarse, como tener acceso a la información, a recibir y a
expandir sus opiniones mediante medios masivos pues se ha sostenido que de esta manera se robustecen las
sociedades democráticas y esto permite el avance de quienes las integran.
En ese sentido se ha destacado que: “[e]l ejercicio pleno de la libertad de expresión, la libertad de prensa e
información es esencial para cualquier sociedad democrática, pues permite que las personas defiendan todos sus
derechos como seres humanos. Además, su ejercicio es también vital para asegurar la transparencia de los
gobiernos y luchar contra la corrupción, permitiendo que la toma de decisiones de cada ciudadano esté
fundamentada en la mayor diversidad de información posible; solo así se consigue la participación activa
de los ciudadanos en la vida pública”. (Negrilla fuera de texto).
Al garantizar la libertad de las personas para expresarse se permite la creación de una sociedad crítica, lo cual trae
consigo cambios y progresos sociales, así como la curiosidad de buscar diferentes fuentes de información en
medios masivos y así poder definir sus propias opiniones culturales, sociales, religiosas o políticas, para ejercer
derechos de participación respecto de la gestión política de cada país y, en esa medida, contener el ejercicio
arbitrario de los poderes públicos y privados.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) creó la Relatoría para la Libertad de Expresión, la cual,
a su vez, elaboró la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión, que representa una pauta interpretativa
relevante en ese derecho. “La CIDH adoptó este documento con plena conciencia de que la consolidación y
desarrollo de la democracia dependen de la libertad de expresión y convencida de que cuando se
obstaculiza el libre debate de ideas y opiniones se limita la libertad de expresión y el efectivo desarrollo del
proceso democrático.” (Negrilla fuera de texto). Corte Constitucional, Sentencia T-089 del 01 de marzo de
2019. Magistrado Ponente: ALBERTO ROJAS RÍOS
ACOSO SEXUAL
Ahora bien,
Respecto al delito del Acoso Sexual, como un delito autónomo dentro de nuestro Código
Penal Colombiano, cabe destacar su concepto taxativo de la siguiente manera:
Código Penal Colombiano. Artículo 210-A. Acoso sexual. El que en beneficio suyo o de un tercero y
valiéndose de su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social,
familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a
otra persona, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años.
Pero,
Emerge una clara, precisa y contundente pregunta:
¿Hasta dónde se puede tipificar una conducta reiterativa, como un acoso sexual?
Un acto materializado verbal o físico que implica “acciones, tocamientos, señas o conductas de naturaleza
ostensiblemente sexual y que por defecto o por tipicidad no constituyen un delito más grave”. Se trata, además, al
hablarse de acoso sexual, de una pluralidad de conductas no consentidas, que buscan un favor sexual en beneficio
propio o de un tercero.
Esa es la descripción que hizo la Corte Suprema de Justicia sobre lo que consiste un acoso sexual, delito que da
una pena de entre uno y tres años de cárcel. Aunque no hay una única definición y no ha tenido mayor desarrollo
en la jurisprudencia del país –pues solo desde hace 10 años se tipificó en Colombia como delito–, el alto tribunal
estableció sus límites.
La Corte Suprema de Justicia, dijo, por ejemplo, que el acoso sexual, se configura cuando no se da en una sola ocasión.
Aunque no está definido un tiempo específico, lo cierto es que debe ser una conducta repetitiva, insistente,
que genere mortificación en la víctima.
El alto tribunal, es decir la Corte Suprema de Justicia, también estableció que la diferencia entre el acoso sexual y otros delitos
más graves como los actos sexuales abusivos o el acceso carnal violento; es que:
“en el primero (acoso sexual) hay una insinuación que no va más allá y NO se materializa, y en cambio, en los dos últimos
(actos sexuales y acceso carnal) las pretensiones positivamente si se consuman. La Corte Suprema de Justicia, dice,
entonces, que: “no se trata de un delito de resultado, en lo que al cometido eminentemente sexual
respecta”.
El acoso sexual, también es distinto de la injuria por vías de hecho, conducta que se da de manera ocasional, como sucede
en los tocamientos en vehículos de servicio público o en aglomeraciones.
Sin embargo, el acoso sexual no se limita a esos contextos. La Corte dijo que en este delito debe haber una relación de
superioridad, sin que esta necesariamente implique que se trate siempre de un jefe y un subordinado. Esa relación de
superioridad, por ejemplo, se puede dar en relaciones de autoridad, poder, edad, sexo; posición laboral, social, familiar o
económica.
La mayoría de las normas y resoluciones internacionales frente al acoso sexual se han dado para proteger a las mujeres,
quienes más sufren esta conducta, pero el acoso también se configura en hombres.
No hay discusión cuando se da en escenarios de trabajo y la esencia del delito radica en las posibilidades que surgen de la
asimetría entre la víctima y el agresor
Todas estas definiciones hacen parte de un fallo, con ponencia del magistrado Fernando León
Bolaños, en el que la Corte estableció la importancia de que los jueces y fiscales diferencien un
acoso sexual de otros delitos.
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Las notas características de los delitos de acoso sexual e injuria por vías de hecho, así
como su diferencia con los actos sexuales violentos.
Desde luego que el agravio, si ese es el querer del ofensor, puede ocupar
matices sexuales, visto que este es un aspecto que como el que más puede
incidir en el honor de las personas. Por ello, si es factible hablar de injurias verbales
cuando se pone en tela de juicio el honor de una persona en esta materia, algo similar cabe
predicar del mancillamiento sexual, por vías de hecho.
ACOSO SEXUAL
Es claro, eso sí, que los casos que comportan matices sexuales, o mejor, que involucran a
través de este medio la injuria, no pueden desbordar el simple tocamiento o caricia fugaz o
imprevista, so pena de que, ya superados estos límites, la conducta derive hacia otros tipos
penales, dada la mayor envergadura del bien jurídico afectado. (actos sexuales o acceso
carnal).
Vale decir, en los casos en los cuales surge evidente el ánimo rijoso que acompaña el acto,
cuando este no se presenta ocasional o fugaz e independientemente del medio utilizado, la
ilicitud no reposa en la injuria por vías de hecho. Esto es, si el acto o actos de claro
contenido erótico-sexual, dirigido indudablemente a satisfacer la libido del sujeto activo,
se manifiesta evidente, ajeno a la repentina y fugaz acometida, no es posible mutarlo
hacia una conducta ontológica y jurídicamente diferente –injuria por vías de hecho-;
sino que emerge como actos sexuales abusivos u otro delito de mayor envergadura.
Entonces, si no cabe duda de que el sujeto activo ejecutó las maniobras y cumplió
su cometido, evidentemente emergen ya como constitutivas, de actos sexuales, acorde
con la textura abierta que estos comportan, el delito nunca puede acomodarse típicamente
dentro del espectro de la injuria por vías de hecho, pues los hechos o acciones si se
consumaron.
ACOSO SEXUAL
b) ACOSO SEXUAL
No es, este, un tipo penal que haya sido objeto de un extenso o un detenido examen en la
Corte Suprema de Justicia, dada su novedosa incorporación como delito.
Por ello, no es de extrañar que la primera de las normas internacionales dirigida a proteger
a las mujeres del acoso sexual, corresponda a una resolución del año 1985 de la OIT,
encaminada a luchar contra este tipo de hostigamientos, como medio adecuado para obtener
la igualdad y eliminar la discriminación de la mujer.
“Artículo 2. Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y
psicológica:
a. que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación
interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la
mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso sexual;
b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución
forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones educativas,
establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y
ACOSO SEXUAL
c. que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra.”
También es de destacar, respecto del modo a que refiere la conducta, cómo esta
busca diferenciarse del estricto delito de contenido sexual –dígase el acceso carnal o
los actos sexuales- a partir de sancionar no el hecho consumado, sino, precisamente, las
insinuaciones, tratos o solicitudes que, prevalidas de la posición de autoridad o
producto del ámbito laboral, busquen ese como fin.
A este efecto, para evitar equívocos el artículo 165 del Código Penal de El Salvador, advierte:
“El que realice conducta sexual indeseada por quien la recibe, que implique frases, tocamiento,
señas u otra conducta inequívoca de naturaleza o contenido sexual y que no constituya por sí
sola un delito más grave, será sancionado con prisión de tres a cinco años.”.
En el mismo sentido, cabe destacar que, si bien, no se posee una definición unívoca de
acoso sexual, sí es posible determinar un lugar común, referido a que:
Ahora bien, en Colombia el delito de acoso sexual fue instaurado en la Ley 1257 de
2008: "Por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de
violencia y discriminación contra las mujeres, se reforman los Códigos Penal, de Procedimiento
Penal, la Ley 294 de 1996 y se dictan otras disposiciones"
Por consecuencia de ello, al Código Penal se agregó el artículo 210 A, así redactado:
ACOSO SEXUAL
En principio, mirado el contexto dentro del cual se inscribe el delito, podría advertirse,
apreciadas también las características históricas y de derecho internacional y comparado, que
la ilicitud busca proteger, en especial, a la mujer, en cuanto víctima secular de
discriminación y violencia sexual en los contextos laboral, social y familiar.
Ello, sin embargo, no puede conducir a significar que el delito sólo opera respecto de la
mujer como sujeto pasivo, pues, tal conclusión no se desprende del texto de la norma, en
cuanto remite al genérico “el que”, para referirse al agresor, pero de igual manera, delimita que
la víctima lo es “otra persona”, sin definir género específico.
Precisamente, en torno de estos elementos es necesario señalar que el artículo 210A, contiene
una textura bastante abierta, a la espera de consignar allí todas las posibilidades de ejecución
de la conducta e incluso de beneficiarios de la misma, pues, se alude al “beneficio” propio o de
un tercero. En este sentido, se hace evidente que lo buscado es superar el ámbito meramente
laboral, educativo o de salud y la relación de dependencia y subordinación que de los mismos
emana, como quiera que alude no solo a la superioridad manifiesta que pueda existir de
parte del perpetrador hacia la víctima, sin establecer en dónde puede radicar esta, sino
a las relaciones de “autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social o
económica”.
ACOSO SEXUAL
Tan variado catálogo, imposibilita que pueda aventurarse un listado de hechos que, aunque
fuese a título ejemplificativo, delimiten en cuáles circunstancias es factible ejecutar el delito,
sin que ello impida, desde luego, sostener que no existe discusión acerca de la materialidad
del punible en escenarios de trabajo y que la esencia de la conducta radica en las posibilidades
que surgen de la asimetría entre la víctima y el agresor, en cuanto permite a este último
subyugar, atemorizar, subordinar, amedrentar, coaccionar o intimidar a la
primera, permitiéndole agraviarla, humillarla o mortificarla.
Ahora bien, de similar forma a los aspectos descriptivos y normativos, el tipo penal, propone
una enumeración exhaustiva de los verbos rectores que conforman la conducta, significando
que ella se materializa en los casos en que el sujeto activo “acose, persiga, hostigue
o asedie física o verbalmente”.
De dichos verbos rectores cabe anotar que todos indican, en principio, una idea de actos
persistentes o reiterativos en el tiempo, pues, basta verificar las acepciones consagradas en
el diccionario, para asumir dinámico y no estático el comportamiento.
Así, en torno del término “acosar”, dice la RAE, en su primera acepción: Perseguir, sin darle
tregua ni reposo, a un animal o a una persona”.
3. tr. Molestar, conseguir que alguien sufra o padezca procurando hacer el mayor daño
posible.”
“1. tr. Dar golpes con una fusta, un látigo u otro instrumento, para hace mover juntar o
dispersar.
“1. tr. Cercar un lugar fortificado, para impedir que salgan quienes están en él o que reciban
socorro de fuera. Asedió el castillo.
ACOSO SEXUAL
Se ratifica, con lo transcrito, que el acoso sexual, en sus varios verbos rectores, dice relación
con una suerte de continuidad o reiteración, que no necesariamente, aclara la
Corte, demanda de días o de un lapso prolongado de tiempo, pero sí de persistencia por
parte del acosador.
Ello, estima la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, para evitar que por sí misma
una manifestación o acto aislado puedan entenderse suficientes para elevar la conducta a
delito, independientemente de su connotación o efecto particular, en el entendido que la
afectación proviene de la mortificación que los agravios, le causan a la persona.
Desde luego, es posible advertir que el bien jurídico tutelado –libertad, integridad y
formación sexuales-, puede verse afectado con un solo acto, manifestación o roce físico, pero
se entiende que para evitar equívocos el legislador, dado que aplicó un criterio bastante
expansivo de la conducta, estimó prudente consagrar punibles solo los actos reiterados,
persistentes o significativos en el tiempo, y así lo plasmó en la norma con la delimitación
de dichos verbos rectores, compatibles con la noción de acoso.
De haberse pretendido sancionar penalmente hechos aislados o individuales, bastaba con así
referenciarlo a través de verbos como “insinuar”, “manifestar”, “solicitar” o “realizar”, como así
sucede en la ley penal española, donde a más de circunscribirse el delito a ámbitos laboral,
docente o de prestación de servicios, directamente se sanciona a quien “solicitare favores de
naturaleza sexual para sí o para un tercero” .
Se resalta, eso sí, que el asedio, entre otros verbos contemplados en la norma examinada, no
reclama de prolongación en el tiempo, sino de insistencia en el actuar, que se traduce en la
inequívoca pretensión de obtener el favor sexual a pesar de la negativa reiterada de la víctima.
En estas circunstancias, cabe relevar, el asedio se refleja en el mal objetivo que resulta de
la negativa, en cuanto, el acosador no ofrece salida digna para quien se halla a su merced.
Por último, en lo que al tipo penal respecta, este contiene lo que la doctrina denomina
elemento subjetivo específico o ánimo especial, referido a que el acoso tenga, en favor del
sujeto activo o de un tercero, “fines sexuales no consentidos”.
ACOSO SEXUAL
Debe precisarse aquí, que la conducta se consuma y el daño es producido por razón del acoso,
hostigamiento, asedio o persecución emprendidas por el victimario, que en términos
generales genera zozobra, intimidación o afectación sicológica a quien lo padece, para
no hablar de la limitación que se produce respecto de la libertad sexual.
Vale decir, el acoso sexual opera ajeno a algún tipo de acto sexual o acceso carnal que se
produzca por ocasión de los comportamientos del victimario, en tanto, cabe reiterar, lo
sancionado no es que se logre el propósito, sino que con tal fin
se emprendan conductas en sí mismas vejatorias que
directamente afectan a la persona, razón suficiente para definir
que no se trata de un delito de resultado, en lo que al cometido
eminentemente sexual respecta.
Sobre el particular, la Corte Suprema de Justicia, precisó, que con la introducción que hizo
la Ley 1719 de 2014, del artículo 212A del Código Penal, evidente se advierte que si el
comportamiento del agente alcanza los hitos del acto sexual o el acceso carnal,
la conducta punible a atribuir no lo es el acoso sexual, eventualmente alguno de
aquellos, siempre y cuando converjan todas las exigencias normativas para ello.
“Violencia. Para los efectos de las conductas descritas en los capítulos anteriores, se
entenderá por violencia: el uso de la fuerza; la amenaza del uso de la fuerza, la coacción física
o psicológica, como la causada por el temor a la violencia, la intimidación; la detención ilegal;
la opresión psicológica; el abuso de poder; la utilización de entornos de coacción y
circunstancias similares que impidan a la víctima dar su libre consentimiento.”
Para la Corte Suprema de Justicia, no cabe duda de que, dentro de las hipótesis reseñadas
en la norma como constitutivas de violencia, se incluyen los factores de superioridad, autoridad
o poder, que por su factor intimidatorio, menguan la oposición de la víctima al vejamen, en los
casos de acoso sexual. Por manera que, la distinción entre la materialización de un delito de
acceso carnal o actos sexuales violentos, y uno de acoso sexual, estriba en los alcances de
lo ejecutado por el agente, es decir, si fuese consumado (actos o acceso) o si NO fuese
consumado (Acoso Sexual).
ACOSO SEXUAL
En los colegios,
Ha de acudirse a cumplir esencialmente un orden imperativo en lo penal, primero que
lo administrativo; ello en acato estricto a lo normado penalmente, como lo indicado
en orden cronológico desde las pautas penales, así:
Entonces,
Cabe destacar, que el Ministerio de Educación, NO legisla, y que los decretos y
resoluciones, y demás argumentos jurídicos municipales, NO están por encima de
la ley ordinaria, ni de la ley orgánica, pues deben someterse al imperio de la ley, en
estricta jerarquía. Eso traduce, que la ley 1098 de 2006, está por encima de los
decretos municipales y demás ordenanzas o conceptos o directivas del M.E.N.
En segundo lugar,
Se debe obedecer a la ley 1146 de 2007, en sus artículos 12 y 15:
Ley 1146 de 2007. Artículo 12. OBLIGACIÓN DE DENUNCIAR. El docente está obligado a denunciar ante las
autoridades administrativas y judiciales competentes, toda conducta o indicio de violencia o abuso sexual
contra niños, niñas y adolescentes del que tenga conocimiento.
Léase,
OBLIGACIÓN E INDICIO.
ACOSO SEXUAL
Ley 1146 de 2007. Artículo 15. DEBER DE DENUNCIAR. En ejercicio del deber constitucional de protección de
los niños, niñas y adolescentes, el Estado y la sociedad tienen el deber de denunciar oportunamente a las
autoridades competentes cualquier indicio o caso de abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes dentro de las
24 horas siguientes al conocimiento del hecho.
Léase,
DEBER Y 24 HORAS.
En tercer lugar,
Si se obedece a lo normado en la ley 1620 de 2013; (administrativa y No penal), en lo
que estrictamente compete a la obligación administrativa de denuncia, que ostenta el
Rector o Director:
4. Reportar aquellos casos de acoso y violencia escolar y vulneración de derechos sexuales y reproductivos
de los niños, niñas y adolescentes del establecimiento educativo, en su calidad de presidente del comité
escolar de convivencia, acorde con la normatividad vigente y los protocolos definidos en la Ruta de Atención Integral
y hacer seguimiento a dichos casos.
ACOSO SEXUAL
En resumen, para determinar si una declaración anterior al juicio oral, que se lleva al juicio oral, constituye prueba
de referencia, deben tenerse en cuenta criterios como los siguientes: (i) establecer cuál es la declaración que podría
constituir prueba de referencia (la rendida por fuera del juicio oral); (ii) precisar si la declaración anterior hace parte
del tema de prueba (por ejemplo, en los casos de injuria o calumnia) o si está siendo aportada como medio de
prueba (sólo en este caso podrá constituir prueba de referencia); (iii) analizar si con la admisión de la declaración
anterior, a título de prueba de referencia, se afecta el derecho a la confrontación; (iv) tener en cuenta que el carácter
de prueba de referencia de una declaración no depende de la edad del testigo ni de la manera como la legislación
denomine un determinado medio de conocimiento, y (v) cuando se trata de declaraciones de menores de edad,
víctimas de delitos, debe establecerse cómo se armonizan sus derechos con las garantías debidas al procesado».
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Es una tarea de la ruta de atención escolar, y del debido proceso, empoderar a las
presuntas víctimas, para que puedan desarrollar, la protección, el restablecimiento y
acompañamiento de sus derechos sexuales y reproductivos.
Igualmente, acudir a la tarea inexcusable e inaplazable, de brindar a los educandos,
estrategias, mecanismos y herramientas para “educar a la comunidad” a través del
componente de PROMOCIÓN Y PREVENCIÓN; materializando el mensaje radical y
tajante de que el acoso sexual y las demás violencias de orden sexual; NO son
aceptadas en el ámbito escolar. Para que los aberrados y enfermos de filias, que
emergen como los presuntos agresores, también sepan, que están incurriendo en una
conducta penal y prohibida y que serán denunciados para que sean objeto del peso
de la ley».
ACOSO SEXUAL
Es relevante resaltar,
Que avanza un ostensible cambio positivo, que se manifiesta al evidenciar un
incremento en la tasa de denuncias, porque hay un cambio cultural, y se empodera a
las personas víctimas de ese tipo de violencias sexuales, para que tomen conciencia,
de que deben defender plenamente sus derechos y tener el conocimiento y la
oportunidad de denuncia.
Es importante,
Que se desarrollen actividades de PREVENCION Y PROMOCIÓN, desde los proyectos
transversales lúdico-pedagógicos, (artículo 20 de ley 1620 de 2013) que hagan la
violencia sexual, mucho más visible y mucho más denunciable. Liderar y formalizar
acciones concretas en formalizar acciones, de sensibilización y conocimiento del tema,
para maximizar y garantizar, protocolos claros de atención.
Ejemplo:
La Procuraduría destituyó e inhabilitó por 16 años y 7 meses a José Lino González Sevillano, docente de inglés de
la Institución Educativa Agropecuaria Hermes Martínez, del municipio de Morales, Cauca, por acoso
sexual a estudiantes.
La Procuraduría Regional estableció que González Sevillano, adscrito a la Secretaría de Educación Departamental,
entre 2013 y 2017 de manera reiterativa sometió a varias estudiantes, entre los 13 y 17 años, a
comportamientos morbosos, seguimientos cuando iban al baño y uso de frases inapropiadas.
El ente de control también comprobó que citó a las menores fuera de las instalaciones del plantel educativo, y
les propuso encuentros en lugares privados, generando ausentismo escolar, temor, zozobra, incomodidad,
intranquilidad, inseguridad y preocupación en las estudiantes, con lo que incurrió en el delito de acoso sexual
consagrado en el Código Penal.
En fallo de primera instancia, el Ministerio Público calificó la conducta de González Sevillano como falta gravísima
a título de dolo, por vulnerar los derechos de sus estudiantes al abusar de su cargo y desvirtuar su misión como
educador, irrespetando los principios y valores de la profesión.
El disciplinado y su apoderado interpusieron recurso de apelación, que será resuelto por Procuraduría
Delegada para la Vigilancia Administrativa y Judicial.
https://www.wradio.com.co/noticias/regionales/destituyen-e-inhabilitan-por-16-anos-a-docente-por-acoso-
sexual-a-estudiantes-en-cauca/20181006/nota/3808632.aspx
ACOSO SEXUAL
FLAGRANCIA.
Sobre la figura de la flagrancia, ha dicho la jurisprudencia de esta Corte que corresponde a “una situación actual
que torna imperiosa la actuación inmediata de las autoridades [o de los particulares], cuya respuesta pronta y
urgente impide la obtención previa de la orden judicial para allanar y la concurrencia del fiscal a quien, en las
circunstancias anotadas, no podría exigírsele que esté presente, ya que de tenerse su presencia por obligatoria el
aviso que debería cursársele impediría actuar con la celeridad e inmediatez que las situaciones de flagrancia
requieren, permitiendo, de ese modo, la reprochable culminación de una conducta delictiva que pudo haber sido
suspendida merced a la penetración oportuna de la autoridad al lugar en donde se desarrollaba(…)”.
ACOSO SEXUAL
Esta excepción a la reserva judicial de la primera palabra está determinada por la proximidad viva al hecho delictivo
en cuanto tal, lo cual genera una autorización a quien fuera, particular o autoridad pública, para capturar al que lo
comete, lo ha cometido, o existen ciertas, claras y objetivas razones para creer que así lo es o lo fue. Lo anterior,
de acuerdo a la jurisprudencia de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, donde se ha dicho que la expresión
flagrancia viene de “flagrar” que significa arder, resplandecer, y que, en el campo del derecho penal, se toma en
sentido metafórico, como el hecho que todavía arde o resplandece, es decir que aún es actual. No obstante, también
se ha precisado que este requisito ofrece una cierta graduación temporal, limitada por una determinada inmediatez
a la comisión del delito. En ese sentido se ha dicho que habrá flagrancia en tres supuestos diferentes: el primero,
al que se le ha denominado “flagrancia en sentido estricto”, cuando la persona es sorprendida y aprehendida al
momento de cometer el delito; el segundo supuesto, el de la “cuasi flagrancia” cuando la persona es sorprendida
o individualizada al momento de cometer el delito y aprehendida inmediatamente después por persecución o voces
de auxilio de quien presencie el hecho; por último la “flagrancia inferida” hipótesis en la que la persona no ha sido
observada en el momento de cometer el delito, ni tampoco ha sido perseguida después de realizarlo, sino que es
sorprendida con objetos, instrumentos o huellas de los cuales aparece o se infiere fundadamente que momentos antes
ha cometido un hecho punible o participado en él.
FECHA: ___________________________
Mediante la presente acta especial de informe y relación, se hace anotación del hecho ocurrido
hoy lunes, 04 de Noviembre de 2019, al interior de las instalaciones de nuestra INSTITUCIÓN
EDUCATIVA “COLEGIO (AQUÍ VA SU NOMBRE)” en el salón del grado 8º en el área
noroccidental de la institución, cuando siendo las 8:45 am. “Presuntamente” se
desarrolla, la manifestación inapropiada de insinuaciones y gestos erótico-sexuales
irregulares y NO permitidos, que causan malestar e inducción y estímulo a conductas de
índole sexual no permitidas y que se consagran como el presunto punible de: ACOSO
SEXUAL, con verbo rector “hostigamiento”; como lo indica el artículo 210-A; Código Penal
Colombiano, y como lo consagra el articulo 20 numeral 4 de la ley de infancia y adolescencia
1098 de 2006, que constituye un grave irrespeto en el ámbito escolar.1
La alumna, presunta víctima, al ser escuchada y de su puño y letra, relata en sus descargos
siguiente:
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Por su parte, los tres (3) alumnos menores de 14 años de edad; que fungen como los testigos
de los hechos, menores de 14 años de edad, que al ser escuchados en descargos relatan, y de
su puño y letra consignan, lo siguiente:
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De lo cual se presume, que los hechos, se constituyen como una infracción de ley o Inducción,
estímulo y manipulación o coerción, ACOSO SEXUAL, o ACTOS SEXUALES, toda vez que el
alumno XXXXXXXXXXXXX, quien cuenta con 15 años, y los tres educandos menores de 14
años que fungen como testigos, declaran haber visto al EDUCADOR XXXXXXXXXXXXXXXXX,
hacer gestos sexuales y manifestaciones obscenas de masturbación a la menor de 13 años de
edad del grado 8º; la alumna XXXXXXXXXXXXXXXX y además los presuntos actos sexuales,
y ACOSO SEXUAL, los desarrolló ---presuntamente—el educador: XXXXXXXXXXXXXXXX,
“en presencia” de tres (3) menores de grado cuarto de primaria que son menores de catorce
(14) años. (Actos sexuales con menor de 14 años de edad).
Resaltando además, que estas manifestaciones sexuales, NO puede contar con la autorización
y visto bueno de los padres de la menor en cuestión, para NO incurrir en maltrato infantil por
descuido, omisión y trato negligente y presunta inducción a la prostitución o proxenetismo, y
que de ninguna manera, este tipo de acciones o de manifestaciones sexuales, ligada ---
presuntamente--- con actos erótico-sexuales masturbatorios dentro de las instalaciones de
nuestro colegio o fuera de él, portando el uniforme, pueden existir.
ACOSO SEXUAL
Al interpretar el artículo 16 de la Constitución que consagra el derecho al libre desarrollo de la personalidad, la corte
constitucional y la doctrina han entendido que: “ese derecho consagra una protección general de la capacidad que la
Constitución reconoce a las personas para auto determinarse, esto es, a darse sus propias normas y desarrollar planes
propios de vida, siempre y cuando no afecten derechos de terceros”. Sentencia C-481 de 1998.
Código Penal Colombiano. Artículo 210-A. Acoso sexual. El que en beneficio suyo o de un tercero y
valiéndose de su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social,
familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a
otra persona, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años.
ACOSO SEXUAL
ART. 209. ACTOS SEXUALES CON MENOR DE CATORCE AÑOS. El que realizare actos sexuales diversos
del acceso carnal con persona menor de catorce (14) años o en su presencia, o la induzca a prácticas
sexuales, incurrirá en prisión de nueve (9) a trece (13) años”.
Razones por las cuales, el EDUCADOR: XXXXXXXXXXXXX, responderá, ante las entidades
como Fiscalía General de la Nación Unidad de Delitos Sexuales y Unidad de Delitos Sexuales
de POLICÍA – DIJIN; toda vez que se trata de un mayor de edad. Y además le hace, civilmente
responsables, por daños y perjuicios, según sea el caso.12 De los cuales nos eximimos
como colegio.
En cualquiera de las instancias, nuestro colegio y sus directivas, se eximen de cualquier daño
a la integridad, dignidad y decoro a la parte física, psíquica y emocional de la alumna
XXXXXXXXXXXXXXX de 13 años de edad, y de los tres (3) alumnos menores de diez (10)
años, de primaria; causados por las actuaciones del EDUCADOR: XXXXXXXXXXXXXXX, por
lo cual, en estricto acato a la normativa legal vigente, se redacta esta acta especial de informe,
para armonizar el debido proceso, activar la ruta de atención escolar, cumplir el conducto
regular, y desarrollar el protocolo pertinente para casos de índole sexual, en presunto ACOSO
SEXUAL.
Se formaliza la presente acta el día lunes 04 de noviembre de 2019, siendo las 9:02 minutos
de la mañana.
Firman en constancia:
RECTOR(A).
COORDINADOR DE CONVIVENCIA.
Documento elaborado bajo derechos de autor; Titular de los derechos: JOSHUA ELIJAH GERMANO / 305 416 01 14
ACOSO SEXUAL