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UNA

ANTORCHA
QUE ARDÍA
La Historia del
Pastor Walter Schubert
Edgardo D. Iuorno

Paraná, Entre Ríos


2019
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

PREFACIO
Desde su organización administrativa el adventismo supo
estructurar una evangelización potente y relevante en torno a un
mensaje controvertido e impopular. Los rasgos distintivos de esa
evangelización singular fueron la presentación de las bestias o
imperios sucesivos en la historia desde la perspectiva profética,
los debates doctrinales con los representantes de otras
denominaciones en defensa de los pilares de fe adventistas, tales
como la vigencia de la ley divina, el reposo sabático, y la no
inmortalidad del alma, y la presentación de las guerras del
mundo como señales de la pronta venida de Cristo.
Este enfoque permitió que el historicismo conquistara a la
audiencia popular aunque fuera rechazado por la erudición
protestante, consolidó la presencia adventista en el marco
protestante norteamericano, ganando el respeto de otros clérigos
por la solidez doctrinal y bíblica de sus predicadores, y fue
experimentado como una reivindicación del premilenialismo
sostenido por la denominación en un mar de ideas de carácter
posmilenialista.
Este estilo de evangelización, sin embargo, aunque se mostró
efectivo fue criticado como árido, confrontativo y
sensacionalista. No todos los predicadores encontraron el
equilibrio que demostró William Simpson, señalado por Elena
de White como un modelo a seguir. Las deficiencias fueron
corrigiéndose no sin dificultades, aunque las modificaciones no
afectaron la singularidad sustancial de la evangelización
profético doctrinal de la iglesia. Y el audaz detrás de este proceso
fue Walter Schubert.

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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Este formato, pensado para un público protestante, y con


algunos de sus defectos de origen, comenzaría a ser exportado a
otras partes del mundo por medio de los misioneros de
ultramar. El contexto sudamericano, sin embargo, por ser
católico era completamente diferente. Debía reconocerse la
dificultad para luego realizar una adaptación que ajustara el
mensaje adventista a la realidad latinoamericana. De esto se
ocupará este libro.

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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

ÍNDICE

WALTER SCHUBERT: INNOVADOR Y ADAPTADOR ...... 7


Una Pincelada Biográfica ......................................................... 8
Fue una llama que ardía ......................................................... 16
En la Galería de los Grandes .............................................. 17
La Chispa que Encendió el Fuego ...................................... 17
Tres episodios dramáticos ................................................... 18

NACE UNA NUEVA ERA EN LINIERS ................................ 22


Una revolución en la metodología evangelizadora ............ 27
Ajustes Pensando en el Oyente Católico ............................... 29
Organización Temática De Las Conferencias ........................ 30
Que Es y Que no Es Evangelismo .......................................... 34
Formación y Esfuerzo Continuo ............................................ 35
Gran Impulso en Buenos Aires .............................................. 36
El Hombre Correcto en el Lugar Correcto ............................ 38

ANTES Y DESPUÉS DE SCHUBERT EN LA


EVANGELIZACIÓN PÚBLICA SUDAMERICANA ............. 44
Resistencia en La Serena, Chile ............................................. 44

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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

El esfuerzo público en la ciudad de Mercedes. Uruguay ....... 45


Primeros Frutos en Resistencia .............................................. 48
Esfuerzo en La Plata ................................................................ 51
Esfuerzo en Rosario ................................................................ 51
Esfuerzo en Arequipa, La “Roma” del Perú ........................... 53
Continuidad en Arequipa ...................................................... 54
Se Rompe el Prejuicio ............................................................. 55
Ciclo en Lima .......................................................................... 57
Gran Ciclo en Mendoza ......................................................... 60
Fervor Misionero en Valparaíso ............................................. 62
Jovenes en la Música ............................................................... 63
La División Haciendo Pie en las Grandes Ciudades ............. 63
Una Mirada de Gratitud......................................................... 66
Ecos De Un Esfuerzo en Paraguay ......................................... 68
Gran Ciclo en Valparaíso ....................................................... 70
Ciclo en La Habana, Cuba ..................................................... 72
Predicadores al Ritmo de Schubert ........................................ 74
Discípulos Ilustres de Walter Schubert .................................. 77

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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

SCHUBERT APLICA EN EL MUNDO EL MÉTODO


CREADO EN SUDAMÉRICA ................................................. 83
Interamérica Reproduce la Experiencia Sudamericana ......... 83
Un Nuevo Concepto en Norteamérica .................................. 83
Arteaga Adapta a Norteamérica los Métodos Sudamericanios
de Schubert ............................................................................. 84
Escuelas Prácticas de Evangelización ...................................... 85
“Los Adventistas Me Están Persiguiendo” ............................. 87
Mirando el ministerio en retrospectiva .................................. 88
Inspirar Nuevos Evangelistas .................................................. 92
Pasión por las Almas Perdidas ................................................ 93
Fallecimiento del pastor Walter Schubert ............................. 94

SUPLEMENTO FOTOGRÁFICO ........................................... 95

BIBLIOGRAFÍA....................................................................... 106

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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

WALTER SCHUBERT: INNOVADOR Y ADAPTADOR

Entre la gran cantidad de inmigrantes alemanes que le dieron


impulso a la obra adventista quizá ninguno influyó más en el
destino de la predicación en Sudamérica como lo fue el pastor
Walter Schubert.
Aunque era hijo de padres talentosos y destacados, pocos
veían en Walter cualidades destacadas, hasta que de manera
providencial se abrió paso hacia la mies y empezó a demostrar
cualidades excepcionales que lo llevaron a responsabilidades
cada vez mayores.
Pero Schubert dejó algo más que muchedumbres de
convertidos: dejó multitud de predicadores, siendo quien
esparció en todo el continente, como reguero de pólvora, los
elementos que permitieron una explosión de crecimiento en
cada país de la División.
Walter Schubert fue uno de los evangelizadores más
prominentes de la historia adventista1.Esta distinción se debe a
sus brillantes ideas innovadoras y a su fuerza de pionero. Marcó
el inicio de una nueva era en la evangelización en Sudamérica,

1
Daniel Plenc, ed., Misioneros fundacionales del Adventismo
sudamericano (Libertador San Martín, Entre Ríos, Argentina: Universidad
Adventista del Plata Editorial, 2012).,210-229.
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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Interamérica, y más allá, porque adaptó el mensaje adventista a


la cultura de las naciones católicas de América Latina1.

Una Pincelada Biográfica

Schubert nació en Bremen, Alemania, el 8 de diciembre


de 1896. Fue el mayor de cuatro hermanos. Su padre, George,
fue pastor, administrador y evangelista en Europa y luego
regresó a Estados Unidos para trabajar nuevamente como
secretario de la Asociación General. La madre de Walter emigró
de joven a Estados Unidos, donde conoció las doctrinas
adventistas y las aceptó. Con el tiempo fue enviada a Alemania
como instructora bíblica y conoció allí a George, con quien
luego se casó.

Walter Schubert nació en Bremen, Alemania, en 1896, y era el


mayor de cuatro hermanos. Su padre, George W.
Schubert,pastor metodista, enfrentó la verdad del sábado
mientras leía su Biblia. Asombrado por el descubrimiento se
preguntó: “¿Por qué observamos el domingo cuando las Sagradas
Escrituras hablan claramente del sábado?”

Semanas más tarde, en una posada de la comarca, encontró el


libro Bible Readings for the Home Circle. La lectura de esta obra
robusteció su convicción de que el sábado bíblico era el día del
Señor. Allí mismo tomó la decisión de ser fiel a Dios; renunció a
su pastorado metodista y se unió a la Iglesia Adventista del
Séptimo Día y a su ministerio. Después de servir en las filas de

1
Malcolm Bull y Keith Lockhart, Seeking a Sanctuary: Seventh-Day
Adventism and the American Dream (Indiana University Press, 2007).,144.
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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

los colportores y en el pastorado, en 1903 llegó a ser el


presidente de la Asociación Adventista de Rhemish y Prusia. En
un período de gran tensión espiritual, dramatizada por la
catástrofe de la Primera Guerra Mundial, se lo nombró
presidente de la Unión Adventista del Centro de Europa. En
1926 fue nombrado secretario consultor de la Asociación
General con asiento en Washington, D. C., y en 1934 la iglesia
lo designó presidente de la División de Europa Central.

El hogar de George Schubert fue un lugar donde se


practicó el afecto y el amor entre padres e hijos. Los padres
tuvieron un firme interés en criar a sus hijos en la fe cristiana y
por ello organizaban cultos de familia cada día, donde relataban
historias bíblicas y de misioneros a sus hijos. Estas historias
impresionaron la mente de Walter cuando niño, y creció con la
ambición de ser un misionero en África.

En el hogar de los Schubert, los padres se preocuparon


por enseñar el respeto por el otro, el orden, la cortesía y la
amabilidad. La música también era parte de la vida familiar.
Walter estudió piano y violín. Además cada miembro de la
familia tenía una tarea de la que encargarse. A Walter se le
asignó la limpieza de los zapatos cada viernes de tarde. Pero el
objetivo específico de los padres fue que sus hijos aprendieran
modelos de vida basados en las enseñanzas de la Biblia.6

Después de realizar sus estudios secundarios en


Alemania, Walter asistió al Colegio Newbold, en Inglaterra.
Ante la inminencia de la Primera Guerra Mundial, los Schubert
decidieron enviar a Walter a la Argentina junto con un amigo
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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

adventista que había llegado de visita y regresaba nuevamente a


ese país.
Luego de trabajar en diferentes empleos, una voz pareció
decirle que fuera a la oficina de correo pues había allí una carta
para él. Pensó que eso era imposible, pues nadie conocía su
paradero. Pero para calmar su conciencia fue y se encontró con
que realmente había un cheque por 35 pesos para él, enviado
por Ernesto Roscher, un adventista residente en Crespo,
provincia de Entre Ríos. Éste amigo no sólo le envió dinero sino
que le ofreció un buen trabajo.

Desde 1916 y durante dos años, Walter fue empleado


como maestro en la escuela adventista de Seguí, Entre Ríos, y
trabajó corno colportor durante los veranos. A fines de 1917
viajó a Chile, pues había sido llamado a trabajar, a inicios de
1918, como ayudante de oficina y contador en la Asociación de
Chile. El 7 de marzo de 1921, cuando tenía 25 años, se casó con
Amera Balada, con quien tuvo una hija. Dorita, quien a los
nueve años ya colaboraba con su padre en los ciclos de
evangelización por medio de sus dotes musicales. Más tarde,
viajó a los Estados Unidos donde se casó con el Dr. Wesley
Buller.

Aunque de niño Walter Schubert soñaba con ser


misionero en África, las circunstancias de la vida lo trajeron al
sur del continente americano. En este continente inició un largo
camino que lo llevó desde los inicios más humildes como
maestro de escuela rural hasta colaborar entusiasmando a
muchos líderes y miembros de iglesia en la obra evangelizadora,
desarrollando sus actividades como pastor de iglesia, presidente
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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

de asociaciones, director de departamentos de unión y división,


y culminando su fructífero ministerio como director asociado de
la Asociación Ministerial de la iglesia mundial.

En Chile se encargaba del control de la venta de los


libros y mantener correspondencia con los colportores. Pero los
sueños de Walter como misionero incluían predicar y compartir
activamente el evangelio. Por eso, comentó con sus jefes este
anhelo, y aunque no fue considerada su petición pues se
pensaba que su problema de tartamudez era un impedimento
insalvable, continuó participando activamente como miembro
laico.

Su fiel trabajo hizo que en ocasión del 13o Congreso


Anual de la Asociación Chilena, realizado el 16 de marzo de
1919, fuera escogido como secretario del Departamento de Obra
Misionera de Iglesia y de los Jóvenes Misioneros Voluntarios.
Durante otra reunión anual para las iglesias del sur de Chile,
celebrada en Pitrufquén, del 18 al 23 de diciembre de 1919, el
pastor Roscoe Baer informó que Walter Schubert trabajó con
entusiasmo y dando evidencia de que su corazón estaba en la
tarea de promover la difusión del evangelio. Durante 1920, R.
Baer, informó que Walter Schubert dedicaba la mayor parte de
su tiempo a la promoción evangelizadora y que ese
departamento se estaba convirtiendo en uno de los más
importantes del campo.
Walter Schubert dirigió las reuniones para los jóvenes
durante la sesión anual de la Asociación Chilena de 1923. Ese
año recibió un llamado para trabajar en otro lugar, pero el
presidente de la Asociación de Chile, para no perder su ayuda,
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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

le ofreció trabajar como pastor de la iglesia de Valparaíso, Chile.


En realidad, se pensó que no tendría éxito en esa labor pues
Schubert evidenciaba ciertos problemas de habla. Sin embargo,
en lugar de ser un impedimento, esto se transformó en un rasgo
atractivo de su personalidad. Ese fue el momento que Walter
Schubert había estado esperando por tanto tiempo: brindar sus
servicios como pastor y evangelizador. Y sus éxitos en Valparaíso
fueron la muestra de lo que vendría después1.

Durante 1924, la obra realizada por un colportor dio


frutos en Viña del Mar, Chile, y el pastor Schubert comenzó
reuniones de evangelización en ese lugar. En 1925, fue
ordenado al ministerio pastoral en la localidad de Puiggari,
provincia de Entre Ríos, Argentina.

Walter Schubert continuó trabajando en la obra


evangelizadora. Durante los años 1927 y 1928 realizó campañas
de evangelización en Santiago, Chile. Como resultado, 141
personas aceptaron el mensaje adventista y fueron recibidos
como miembros de la Iglesia Adventista. En esta tarea fue
auxiliado por dos mujeres que trabajaron como instructoras
bíblicas, probablemente las jóvenes Wheeler y Dünner.

En un informe del año 1929, Walter Schubert relató los


progresos de la obra evangelizadora en Chile. Particularmente
sus continuos esfuerzos como evangelizador en la ciudad de
Santiago durante los meses de invierno. Su entusiasmo y

1
Floyd Greenleaf, The Seventh-Day Adventist Church in Latin America
and the Caribbean (Andrews University Press, 1993).,273.
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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

dedicación dieron un nuevo rumbo a su ministerio. En 1930


comenzó sus actividades como presidente electo de la Asociación
de Chile.

El pastor Schubert salía todos los domingos a vender


ejemplares de El Atalaya .Daba el ejemplo porque durante esos
años existía el lema “Seis por miembro". El mismo hacía alusión
a que cada miembro de iglesia asumiera el reto de distribuir seis
ejemplares del periódico El Atalaya para difundir las creencias
adventistas.

En 1931 realizó una campaña evangelizadora en la Iglesia


de Alameda, Santiago, donde daba tres charlas semanales. El 26
de diciembre, al finalizar esas reuniones, y como fruto del
esfuerzo de varios feligreses de distintos lugares, se bautizaron 32
personas.
Durante ese años en la ciudad de Santiago solamente fueron
añadidas a la iglesia por el bautismo 75 personas, y cinco más
por profesión de fe. Además, el pastor Schubert dirigió una
numerosa clase bautismal en preparación. La iglesia de Santiago
cuenta con más de 250 miembros, siendo quizás la más grande
congregación de habla castellana de la América del Sur. El
pastor Schubert está celebrando reuniones los domingos por la
noche con una asistencia que oscila alrededor de 500 personas1.
A comienzos de 1932, visitó la localidad de Cherquenco, Chile,
donde había algunos interesados y realizó reuniones de
evangelización sin previo aviso junto con el pastor Pidoux. Las

1
R.R. Breitigam, «The Message in Chile», South American Bulletin, agosto de
1931.
13
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

reuniones fueron bien concurridas y los asistentes solicitaron


que las mismas se prolongaran. C. Haynes, presidente
de la División Sudamericana, decía que "la actividad
preeminente de un predicador es predicar, a pesar de que
eventualmente pudiera estar ocupando un puesto ejecutivo".
Los presidentes de Asociación y Misión tomaron en serio sus
consejos. Durante los cinco años anteriores a las reuniones de
Haynes, la membresía chilena había crecido a más de 400
miembros, haciendo de la Asociación Chilena el campo más
grande de la Unión Austral. El pastor Hancock, presidente de
Asociación en aquel entonces, atribuye parcialmente el éxito de
la iglesia a las condiciones políticas moderadas y a cierta
estabilidad económica. Aprovechando este clima Walter
Schubert bautizó a 75 personas en 1926. Inmediatamente
después de mitad de año, en 1927, completó otra serie con una
clase bautismal de 60, y estaba planificando más reuniones en
Valparaíso. Para fin de año la congregación de Santiago era la
iglesia hispana más grande de la deno¬minación. Mientras
Haynes fue presidente de División, la tasa bautismal anual de
Chile nunca cayó por debajo de los 2001.
Como se ve el trabajo de Schubert como administrador no
menguó su actividad como evangelista sino que la potenció.
Aunque se deseaba que asumiera el liderazgo en la Asociación
Bonaerense, finalmente se lo designó presidente de la
Asociación Argentina Central en 1933.

1
Floyd Greenleaf, A Land of Hope: The Growth of the Seventh-Day
Adventist Church in South America (Casa Publicadora Brasileira, 2011).,301.
14
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Después de la inauguración de un nuevo templo en la


ciudad de Rosario, el 17 de junio se inició un ciclo de
evangelización que duró tres meses en el que Schubert colaboró
junto con el pastor local, Conrado Aeschlimann. Éste, en un
comentario, dijo: "El pastor Schubert ha bombardeado el fuerte
con muy buenos resultados”. Sus esfuerzos apuntaron también a
incrementar la cantidad de colportores, quienes en sus palabras
eran "ganadores de almas”.

A partir del 11 de mayo de 1934 comenzó a colaborar


con las reuniones de evangelización en la Iglesia de Córdoba, y
como fruto en octubre se bautizaron varias personas. Schubert
predicó en diecinueve de las conferencias.
Del 16 al 21 de octubre de 1934 se realizó el Congreso
Bienal de la Asociación Argentina Central, en el cual se
eligieron las autoridades correspondientes al siguiente período.
Fue en ocasión de esas reuniones que se solicitó que finalmente
Schubert asumiera la presidencia de la Asociación Bonaerense y
también que fuera responsable del área de evangelización de
dicha Asociación. Del 12 al 16 de diciembre de 1934, participó
del congreso de jóvenes de la Asociación Bonaerense.

Los primeros meses de 1935, lo encontraron


intensamente activo haciendo planes y preparativos para la
evangelización de la ciudad más populosa de Argentina. Sus
planes apuntaron a iniciar el 7 de abril una campaña de
evangelización pública en la Iglesia de Palermo. Las reuniones
fueron anunciadas por radio, en los principales periódicos y
mediante la distribución de volantes. Schubert fue el orador.
15
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Contó con el apoyo de varios pastores e instructores bíblicos. El


predicador solía realizar fervientes llamados después de cada
exposición.

Fue una llama que ardía

Salim Japas refiere que “aunque no tuve la fortuna de trabajar


con Walter Schubert en sus campañas, la influencia de su
liderazgo y la dinámica de su técnica produjeron gran impacto
en mi vida. En el año 1939, cuando él era presidente de la
Asociación Bonaerense, visitó el hogar de mis padres, en Lomas
de Zamora, Buenos Aires, Argentina. Entonces el pastor W.
Schubert tendría unos 43 años de edad. Era alto, delgado, de
porte y maneras distinguidas. Vestía el sombrero de un
diplomático y llevaba un bastón en su mano derecha. Con su
acento pronunciadamente alemán, y sin poder disimular su
tartamudeo, se dirigió a mi padre, en su comercio de telas y ropa
confeccionada. Impresionado éste por la noble figura del
visitante, lo escuchó con interés”.

Continuó relatando que “era un joven de 17 años de edad y mi


unión a la Iglesia Adventista del Séptimo Día provocó una
aguda crisis de identidad. Después de diez años la tensión se
suavizó cuando mi hermana Angela, ahora de Dorado, se unió a
la iglesia. La visita de Schubert a nuestro hogar no cambió a mi
padre, pero sí robusteció en mí la decisión de avanzar con el
Señor a pesar de las dificultades”.

16
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

En la Galería de los Grandes

Para Japas, “Walter Schubert fue uno de los evangelistas más


arriesgados y comprometidos. Su nombre debería pasar a la
posteridad junto a los de J. L. Shuler, Carlyle B. Haynes, W. W.
Simpson, G. Vandeman, E. E. Cleveland, R. A. Ander-son,
Fordyce Detamore, D. Hammerly Dupuy, Alcides
Campolonngo, Geraldo de Oliveira, Enoch de Oliveira, Gustavo
Storch y otros pioneros, puesto que Schubert tenía como ellos la
idea chispeante de innovador y la fascinación de una
personalidad vigorosa y distinta. Estoy convencido de que su
personalidad extravagante, más que su metodología, ha ejercido
una influencia profunda en el programa evangelizador de toda
una generación de obreros exitosos”.

La Chispa que Encendió el Fuego

Al tratar de analizar aspectos parciales del ministerio de W.


Schubert, particularmente más cercanos a su vocación
evangelizadora, nos colocamos en la ruta de un hombre
encendido del fervor evangelizador, que además de haber sido
un evangelista singular fue, por su personalidad y la
circunstancia histórica en la cual le tocó actuar, un punto de
transición entre dos épocas. Así como nosotros lo visualizamos,
Schubert, por la providencia de Dios, llegó a ser protagonista,
quizá no el único, pero sí la llama que encendió el fuego para un
nuevo y vibrante evangelismo, y el punto de partida de la gran
explosión adventista en América del Sur.

17
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Fue a los pies de un padre saturado de fervor misionero y una


madre piadosa y tierna donde Schubert captó el llamamiento
divino para la misión. Entonces nació en él el deseo de ir al
Africa, pero, por razones que calificaremos de providenciales, se
embarcó hacia el “continente de las oportunidades”, América
del Sur. A Schubert no lo envió la iglesia, ni una junta votó su
nombramiento, ni una institución pagó su pasaje, pero la misma
fuerza divina que hizo sonar su clarín en Pentecostés, lo llevó al
escenario de sus agonías, de sus innovaciones, de sus
contradicciones y de sus victorias.

Tres episodios dramáticos

En una escuela rural de Seguí, Entre Ríos, Argentina, en 1916,


Schubert inició su ministerio docente. Mientras Schubert
transitaba por una de las polvorientas calles de un pueblo
norteño, sin dinero, con hambre y sin amigos, le pareció oír una
voz que le decía: “Ve al correo que allí hay una carta para ti...”
Aunque no conocía a nadie que pudiera interesarse en él, fue a
la oficina de correos. Allí había una carta con un cheque por
treinta y cinco pesos argentinos y una promesa de trabajo. La
carta estaba firmada por Ernesto Roscher, un agricultor
adventista de Crespo, Entre Ríos, Argentina. Conmovido por
esa evidencia del amor divino, Schubert buscó un lugar solitario
para arrodillarse y, derramó lágrimas, elevó su voz en plegaria y
dijo a Dios: “¡Gracias, Señor!” Siguió enseñando en la escuela de

18
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Seguí hasta 1918. Luego, por cuarenta y seis años hasta su


jubilación en 1962, sirvió a la iglesia como maestro, oficinista,
departamental, tesorero, presidente de asociación, secretario
ministerial de división y finalmente como asociado ministerial
de la Asociación General. A lo largo de cuarenta y seis años
“pocas veces me he sentido sano”, escribió Schubert. Avanzó
con confianza en el Señor mientras en silencio hacía frente a las
alternativas de su enfermedad.
Hubo tres momentos críticos en la vida de Schubert que
desencadenaron los momentos sobresalientes en su ministerio.
La primera crisis culminó en 1923, cuando algunos coetáneos
pensaron que Schubert carecía de las condiciones personales
para hacer evangelismo público. ¿Cómo podía una persona
tartamuda hacer frente a la demanda evangelizadora? Por esta
razón, hasta el año 1923, Schubert se desempeñó como maestro
de escuela, oficinista y departamental a nivel de Asociación. En
el mismo año la iglesia lo llamó para ser departamental de la
Unión Austral, con sede en Florida, Buenos Aires, Argentina,
pero el presidente de la Asociación, queriendo retener a su
hombre, le ofreció, aunque con resistencia, trabajo pastoral en la
Iglesia de Valparaíso. Schubert aceptó con regocijo ya que
consideraba que el pastorado era la puerta de la oportunidad
para hacer la obra de evangelización con la cual había soñado.
Cuando la noticia fue conocida algunos menearon la cabeza y
dijeron: “Será un fracaso”.

Sin embargo, los resultados indicaron lo contrario. Con


persistencia, apoyado en la voluntad de hierro y en la continua
oración, su defectuosa comunicación, en lugar de ser un
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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

impedimento, se transformó en un atractivo para los oyentes. Su


personalidad distinta cautivó a su auditorio y en tres años de
ardua labor el número de miembros de la iglesia de Valparaíso
se triplicó. Antes, como ahora, la escasez de dinero hacía más
difícil la tarea evangelizadora, pero siempre hubo líderes y
hermanos que se arriesgaron y facilitaron los recursos
indispensables para que se proclamara el Evangelio. Y así, la
primera crisis culminó en victoria.

En la segunda crisis, una mujer extraordinaria, llena de fe y


comprometida con el Señor, salvó al predicador. Schubert fue
“tentado a tomar ventaja en ofertas de trabajo fuera de la
denominación y así librarse de las presiones económicas, y de la
angustia de un evangelizador”. Una mañana se dispuso a escribir
su renuncia. Cuando la terminó se dispuso a entregarla, pero
mientras iba saliendo, se interpuso su buena esposa Amera.
Abriendo sus brazos e impidiendo su salida, le dijo: “No te
dejaré salir hasta que me prometas que no abandonarás el
ministerio. Yo me casé con un ministro y quiero que ese hombre
llamado Walter Schubert continúe siendo un ministro de Dios”.
Conmovido por las lágrimas de su esposa, Walter renovó su
promesa de lealtad al Señor. Una buena mujer puede motivar a
un hombre para el servicio a Dios, como también una carente
de fe y confianza puede conducirlo al fracaso

Los que hemos tenido la buena suerte de ser testigos de los


episodios que dieron origen a la tercera, y quizá más fructífera
crisis, sabemos que Dios continúa al timón de su iglesia. El
escenario de esa crisis fue el congreso cuadrienal de la Unión
Austral convocado en 1946. Walter Schubert, entonces con una
20
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

vasta experiencia administrativa y con treinta años de servicios


en la División Sudamericana, era un candidato potencial para
ocupar la presidencia de esa provincia eclesiástica. Pero, contra
toda lógica, los hermanos eligieron presidente al pastor Alfredo
Aeschlimann, quien, aunque tenía una experiencia
administrativa limitada, gozaba del respeto de todos. La
sabiduría de esa elección se demostró en la habilidad y la
madurez administrativa de Aeschlimann al conducir la unión
con particular eficiencia al buscar los objetivos
denominacionales.

Como pueden imaginarse, el chasco y la frustración de Schubert


fueron amargos y los resultados difíciles de entender en ese mo-
mento, pero Dios tenía un plan mejor. Una puerta se había
cerrado para siempre, pero Dios había abierto otra y por ella
ingresóSchubert para vivir los últimos años de su ministerio en
la romántica aventura de la evangelización. Durante treinta años
había deseado hacer la obra evangelizadora sin retáceos ni
impedimentos, pero los hermanos intentaron hacer de él un
administrador. En verdad fueron años de aprendizaje duro,
aunque la experiencia ganada fue fructífera. Ahora estaba
esperando, aunque no acabadamente, para hacer de la
proclamación evangelizadora la tarea exclusiva de su vida. Los
años 1946-1948 marcaron el punto de transición; el final de una
era y el comienzo de una nueva experiencia en la vida de
Schubert. En este año, Schubert pasó a ser el evangelista de la
División Sudamericana.

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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

NACE UNA NUEVA ERA EN LINIERS

El 27 de abril de 1935 organizó, junto con el pastor Walter


Murray y el profesor Daniel Hammerly, la nueva Iglesia de
Liniers. A los pocos días, el 4 de mayo, comenzó una serie de
reuniones de evangelización. La concurrencia fue muy
numerosa. Estas reuniones las dictaba simultáneamente con las
de Palermo. La razón de esto fue la necesidad de probar un
nuevo método de presentar el mensaje adventista, y se escogió
como lugar piloto esta iglesia del oeste de la capital.
Según relata W. E. Murray, una señora adventista
llamada Herminegilda Di Longhi, descendiente de italianos,
tenía muchos familiares a los que deseaba comunicar el mensaje
adventista. Ella los invitó a las reuniones que se realizaron en la
Iglesia de Palermo. Después de asistir a algunas de ellas, y a
causa de que al comienzo de las reuniones se exhortó a los
presentes a aceptar las doctrinas adventistas, estos familiares
dejaron de asistir. La señora Di Longhi habló con el pastor
Schubert y le expresó la situación brevemente, preguntándole
porqué solicitaba a los católicos que practicaran las creencias
adventistas antes de conocer cuáles eran.
Además, le sugirió que condujese las reuniones como si
fueran ponencias académicas, eliminando los cantos
congregacionales, las oraciones y las ofrendas. Si necesitaba
dinero, ella podía darlo para apoyar las reuniones.

Esta intervención de la señora Di Longhi tuvo


consecuencias de importancia histórica. Confirmó en alguna
medida lo que ya estaban pensando Schubert y sus colegas. No
22
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

sólo habló presentando su propio problema, sino el que existía


en el pensamiento y en el corazón de varios otros.

Schubert y quienes trabajaban con él consideraron que


sería muy bueno comenzar las reuniones como si fueran
conferencias. Esto haría que se tuviera confianza en el orador. Se
dieron cuenta de la importancia que tenía para los
latinoamericanos su hogar y la unidad familiar. Revisaron
incluso las creencias religiosas que se habían practicado por
siglos y llegaron a la conclusión de que, en adelante, tenían que
presentar el mensaje bíblico con más simpatía, bondad y
paciencia. Se había empezado a comprender lo que significaba
para muchos vivir como adventista en una cultura y trasfondo
mayoritariamente católico.

En relación con este giro metodológico, se propusieron


los siguientes objetivos: (1) En lugar de condenar abiertamente
las creencias, había que presentar las verdades bíblicas en forma
sencilla, sincera y dejar los resultados al Espíritu de Dios. (2) A
causa de que durante mucho tiempo se habían practicado varias
creencias en forma errada, tenían que dar tiempo a que
maduraran las decisiones en la mente y el corazón de los
interesados1. (3) Estudiar nuevos modelos de predicación. (4)
Estudiar el establecimiento de nuevas relaciones con familiares,
amigos y empleadores, en forma considerada y comprensiva.

1
E.R. Walde, «Radio-TV Department», General Conference Session
Bulletin, 16 de agosto de 1962.,7.
23
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

La comisión de la Asociación se reunió para considerar


los nuevos planes y procedimientos. Las decisiones se aplicaron
en las reuniones de Liniers en la que Schubert fue elegido como
expositor. El plan piloto incluyó: (1) Realizar las primeras seis
reuniones de la campaña de evangelización como si fueran
ponencias. (2) El orador debía ser presentado por alguien que se
encargara de presidir las reuniones y anunciar todas las partes
del programa. En el caso de la Iglesia de Liniers, se escogió al
pastor Daniel Hammerly. (3) La selección musical consistía en
música clásica en lugar del canto congregacional. (4) El orador
tenía autoridad para decidir si era oportuno introducir la
práctica de elevar una plegaria o de juntar ofrendas. (5) Los
temas para iniciar las ponencias tendrían que ser sobre el hogar,
el secreto de la felicidad, el valor de la vida, las relaciones
matrimoniales, etcétera1. Todas debían contener una
presentación completa del mensaje adventista.
Al poner en práctica este cambio, Schubert descartó las
oraciones de apertura, los himnos y las ofrendas hasta establecer
una relación con su auditorio, pero a medida que avanzaba con
sus conferencias introducía a sus oyentes en las profecías y otros
aspectos tradicionales de las reuniones religiosas. Estos cambios
demostraron ser efectivos, pero estaban en agudo contraste con

1
Walter Schubert, «A Public Effort Among Catholics», Ministry
Magazine, accedido 14 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archi
ve/1949/11/a-public-effort-among-catholics. Alberto Timm, «Building a
growing church: The South American experience», Ministry Magazine,
accedido 14 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archi
ve/2008/10/building-a-growing-church.html.
24
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

el método adventista tradicional de validar la Biblia mediante la


interpretación de las profecías de Daniel a fin de mostrar la
intervención de Dios en la historia, un procedimiento que los
ministros habían usado desde el movimiento millerita1.
Su metodología para evangelizar logró dos grandes objetivos,
según lo expresó Salim Japas: (i) Abandonar el enfoque
protestante de los ministros norteamericanos que utilizaban las
profecías de Daniel como temas para llegar a la audiencia. La
técnica que usaron era insuficiente e inapropiada. (2) Idear e
introducir una metodología que concordaba más con la cultura
a la que tenía que dirigir el mensaje. Esto consistió en dar
conferencias basadas bíblicamente sobre cuestiones familiares y
otros asuntos sociales. Su concepto base era construir la
confianza en la validez de los consejos bíblicos para responder a
las inquietudes personales. Es decir, presentar un enfoque social
de abordaje de las Escrituras antes que profètico. Esto último lo
dejaba para el final.

Con el cambio de enfoque las reuniones superaron la


capacidad del salón alquilado. Recibían con aplausos al orador.
Después de unas pocas noches, Schubert consideró oportuno
empezar con la práctica de hacer plegarias y juntar ofrendas
dando explicaciones específicas de su destino. A medida que el
tiempo transcurrió, la audiencia fue guiada a estudiar temas con
lecciones bíblicas vitales.
1
Richard W. Schwarz, Floyd Greenleaf, y General Conference of
Seventh-Day Adventists Department of Education, Portadores de luz: historia de
la Iglesia Adventista del Séptimo Día (ACES, Asociación Casa Editora
Sudamericana, 2002).,541
25
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Después de este exitoso trabajo, la señora Di Longhi y su


esposo donaron un terreno donde construir un lugar de
adoración para los nuevos miembros bautizados. Esto se
concretó en 1938. Schubert escribió sobre el progreso de la
difusión de las creencias adventistas y comentó que se registró
un aumento significativo en el número de interesados que
deseaban recibir estudios bíblicos y también el entusiasmo que
generaron estos nuevos métodos para esparcir el mensaje
adventista.

Schubert también se preocupó por proveer edificios de


adoración adecuados, incluso en el caso de las congregaciones
pequeñas. Observó que las congregaciones crecían más rápido
cuando existía un buen templo que las albergara.
La gente latinoamericana del tiempo de Schubert no
tenía mucha oportunidad de conocer las doctrinas bíblicas. La
circulación de la Biblia no era todavía una práctica universal y la
Iglesia Católica no alentaba su estudio. Schubert, en lugar de
criticar otras creencias, enseñó y predicó las verdades de la Biblia
de modo que sus oyentes pudieran sacar sus propias
conclusiones. Las personas se convencían de que las verdades
bíblicas eran el fundamento para el modelo de creencias y
prácticas cristianas. El tiempo era un elemento importante en el
proceso de enseñanza-aprendizaje, y por esa razón, Schubert
extendía sus reuniones de evangelización por tres o cuatro

26
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

meses. En ese lapso las personas maduraban y renunciaban a sus


antiguas creencias y prácticas1.

Una revolución en la metodología evangelizadora

El escritor católico Robert Wood señaló una vez el punto débil


de la evangelización adventista. Afirmó que los adventistas
encontraron mucha oposición en América Latina porque fueron
abiertamente anticatólicos. Confiesa cándidamente que, sin
embargo, “los adventistas del séptimo día se encuentran en
todas partes de la América Latina... Son tan activos como grupo
misionero, que las tres cuartas partes de ellos están fuera de los
Estados Unidos”. Al concluir hace esta observación: “Si su
enfoque fuera más positivo y diplomático sin duda obtendrían
aun mayor éxito”2. Eso es lo que Schubert quiso implementar.
Puede discutirse si alcanzó esos objetivos o no, pero lo que nadie
podrá negar es que tuvo la intención de presentar el evangelio
desde una perspectiva diplomática, positiva y atractiva.

Schubert avanzó enormemente en la dirección correcta. Logró


dos grandes objetivos: Abandonó el enfoque protestante de los
ministros norteamericanos, técnica que demostró ser
insuficiente o inadecuada, e introdujo una metodología más

1
Walter Murray, «An Evening With the South American Division»,
General Conference Session Bulletin, 1 de junio de 1954.,11.
2
Robert Wood, Missionary Crisis and Challenge in Latin America (Saint Louis:
Herder Book Co., 1964).62.
27
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

armónica con el temperamento y con la cultura a la cual dirigía


su mensaje.

El pastor Schubert narraba un incidente histórico ya


mencionado para demostrar la importancia de escuchar y
evaluar las opiniones de los hermanos laicos. Mientras él
realizaba una campaña de evangelización en la iglesia de
Palermo, en la ciudad de Buenos Aires, la hermana H. Longhi le
dio un consejo que apresuró un cambio metodológico. Esta
hermana había logrado traer a las reuniones a varios de sus
familiares, pero al día siguiente fueron a la iglesia católica a
confesarse por temor de haber cometido un pecado mortal. La
hermana Longhi dijo a Schubert que sus familiares habían
estado durante todo el tiempo de la predicación temblando de
miedo, especialmente cuando se los invitó a dar ofrenda, cantar
y orar. Entonces, hizo la siguiente acotación: “¿Por qué insiste en
hacer que los asistentes a sus reuniones oren, canten y den
ofrendas cuando en realidad se los ha invitado para oír un tema
religioso? Usted debiera dar las conferencias como lo hacen los
profesores de la universidad, y si necesita dinero pídalo a ios
hermanos en la iglesia”.

Aquella noche, Schubert se desveló. Por la mañana citó a la


junta directiva de la Asociación para realizar una consulta
especial. Les explicó lo ocurrido con la hermana Longhi. El
pastor Hammerly Dupuy apoyó ampliamente la innovación y la
junta votó que se hiciera un intento piloto. Se alquiló un teatro
con capacidad para 400 personas. El resultado fue sorprendente,
y originó una nueva dimensión evangelizadora desconocida
hasta entonces. Pronto los pastores de Argentina y Uruguay
28
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

siguieron su ejemplo y como consecuencia el número de


conversos aumentó considerablemente1.

Ajustes Pensando en el Oyente Católico

Schubert, en ese sentido, tenía la agudeza mental necesaria para


captar la demanda del momento y hacer los cambios apropiados.
Con pequeños grandes detalles Schubert aconsejó predicar ante
católicos, presentando las verdades bíblicas sin herir sus
sentimientos culturales. Hablar de la "Biblia" y no de las
"escrituras sagradas" despierta sospechas. El error fundamental
de la evangelización antes de Schubert fue que se utilizó una
nomenclatura adventista incomprensible para el oyente católico
y, en algunos casos, se utilizó la ofensiva. Luego de Schubert,
María sería referida como “la virgen María”, el apóstol Pedro
como “San Pedro” y la Biblia sería presentada como “la Sagrada
Escritura”. Salim Japas reflexiona que la tragedia de algunos
evangelistas era y sigue siendo la de usar un vocabulario
denominacional. Si el evangelista tiene que presentarse ante las
personas con potencial de redención, los medios de
comunicación tendrán que utilizarse sin obstrucciones.

Durante años los obreros adventistas olvidaron el consejo


inspirado. El "sectarismo" obstaculizó el camino al poder del
evangelio. Los resultados, como se pudo ver, fueron mediocres.
Schubert entendió que un evangelismo de diseño amplio debía
reemplazar el enfoque estrecho y limitado. Con reparos al
1
Salim Japas, «Walter Schubert» (term paper Andrews University, 1974).
29
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

comienzo, pero finalmente con más coraje, eliminó la canción


congregacional, la oración pública, las ofrendas, el uso de la
"terminología interna" de la iglesia y todo lo que podía dar a las
reuniones un sentido de adoración. Introdujo música
instrumental y vocal (cuartetos y coros), utilizó una terminología
más adecuada y se aseguró de que el programa se mantuviera
dentro de la categoría que calificaría como actividad cultural.
Schubert eliminó el término "campaña evangelística". No se
presentó a sí mismo como un "evangelista" y en el público
dirigido al exterior usó el concepto de "conferencias".

Organización Temática De Las Conferencias

Walter Schubert usó el orden temático que denominó "lógico-


psicológico”. Para su época fue un avance audaz. Schubert
quería romper las cadenas que lo ataban a la "vieja escuela", pero
esa tarea estaba reservada a la generación más joven de
evangelistas nativos. El orden que Schubert utilizó es el
siguiente:

Cuatro temas para ganar confianza


1. La era atómica y el destino del mundo.
2. El secreto de la felicidad.
3. ¿Puede el hombre cambiar el destino del mundo?
4. El cortejo, el matrimonio y el hogar

Schubert dijo que estas reuniones tenían como objetivo


convencer al público de que el orador deseaba lo mejor para

30
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

ellos y, en segundo lugar, que el mundo se iba a la destrucción


haciendo que los interlocutores se interesaran en sus mensajes.

Luego predicaba tres temas diseñados para asegurar la confianza


en la Biblia. Después de que el orador se hubiera ganado la
confianza del público, daba el segundo paso, enseñaba Schubert,
transfiriendo la confianza despertada en sí mismo a las Sagradas
Escrituras.

Él sugiere los siguientes temas:


5. La brújula que necesita nuestro país confundido
6. La Biblia y la Arqueología.
7. La profecía y las Sagradas Escrituras.

Al final de la tercera reunión, le pedía al público que firmase la


siguiente promesa: “Mi decisión. Reconociendo que las Sagradas
Escrituras constituyen verdaderamente la Palabra de Dios y son
una carta de amor para la humanidad, prometo hacer de este
Libro Sagrado la guía de mi vida y obedecer todos los Diez
Mandamientos.Prometo también leer diariamente algunas partes
de él para mi consejo y ayuda”.

Al firmar esta promesa de hacer de la Biblia la guía de sus vidas y


de obedecer todos los diez mandamientos, las personas se
estaban preparando de antemano para guardar el Sábado Santo,
cuando se les presentase esta verdad.

Temas para la aceptación de la segunda venida.


Dando por sentado que el público ahora tenía confianza en la
Biblia, Schubert presentaba lo que consideró la más doctrina
31
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

importante, atractiva y más fácil de aceptar para el católico: la


segunda venida de Cristo. Los temas eran los siguientes:

1. Daniel 7 (sin el "cuerno pequeño")


2. Señales de la venida de Cristo (sol, luna, estrellas)
3. Señales de la venida de Cristo (social y económica)
4. Armagedon
5. Milenio (segunda venida y el juicio)

Schubert sigue un orden cronológico en estos cinco temas. Esto


facilita su convicción y su deseo de hacer una inteligente Luego
de estos temas se firmaba otra tarjeta de decisión a favor de la
verdad.

Temas para la aceptación de Cristo como Salvador


En este cuarto paso los títulos utilizados por Schubert eran los
siguientes:
1. ¿Quién es responsable del origen del mal, el dolor y el
sufrimiento?
2. Las profecías mesiánicas
3. La historia más conmovedora de amor y sacrificio.
4. La radio bidireccional del alma En esta etapa se toma la
primera ofrenda.
5. Temas relacionados con el santuario.

Después de esto ingresaba a la parte más difícil del programa, la


presentación de las diferencias doctrinales. Para esto, Schubert
seguía el siguiente esquema:

32
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

1. El libro del Apocalipsis en esta era apocalíptica (Mensaje de


los tres ángeles)
2. El error más grande que la humanidad haya cometido (Dan.
8)
3. Profecía y Matemáticas (2300 días)
4. Un templo misterioso y sus grandes tesoros (santuario)
5. Un mensaje de esperanza para un mundo en agonía (iglesia
adventista)
6. ¿Dónde se puede encontrar paz mental y felicidad?
(Diez Mandamientos en general)
7. Confusión espiritual de nuestros días (Ley y gracia)
8. La verdadera causa de los males y la corrupción de la sociedad
(análisis de cada uno de los Diez Mandamientos)
9. Creación y evolución (sábado)
10. Origen e historia del descanso semanal (sábado)
11. Las innovaciones introducidas en el cristianismo (sábado)
12. Los cuatro jinetes del Apocalipsis.
13. Bautismo
Despues de haber presentado las tres conferencias sobre las
Sagradas Escrituras al comienzo del esfuerzo, y una vez que la
gente había prometido hacer de la Biblia su guía de vida, llegaba
el momento psicológico, según Schubert, para comenzar las
clases bíblicas, a fin de descubrir aquellos que estaban
realmente interesados en la verdad. Hacía la pregunta:" ¿A
cuántos les gustaría poder conocer la verdad de la Sagrada
Escritura? "Prácticamente toda la congregación levantaba la
mano. Luego los invitaba a una reunión especial. La clase bíblica
se reuniría una vez por semana. Los primeros veinte minutos se
usaban para explicar el uso de los capítulos y versículos, etc. y los
últimos cuarenta minutos para desarrollar un estudio bíblico.
33
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Los hombres del equipo y sus esposas se ubicaban en lugares


estratégicos para ayudar a aquellos que eran inexpertos en la
búsqueda de los textos. Los primeros dos estudios discutían el
valor y la importancia de la Biblia; el tercero sobre el poder de la
oración efectiva y desde aquí los estudios se conectaban con el
tema de las conferencias en las reuniones. Todas las doctrinas
bíblicas se ba con la excepción del diezmo, el Espíritu de
profecía y las normas cristianas que se enseñaban en el círculo
más reducido de la clase bautismal.

Que Es y Que no Es Evangelismo

Schubert declaró ya a fines de los sesenta lo siguiente:

"Hoy el evangelismo ha degenerado. A menudo se


considera que todo lo que se hace por la obra del Señor
es evangelismo. Cualquier tipo de campaña de la iglesia
es evangelismo. Estos son medios para el evangelismo,
pero evangelismo en el sentido puro de la palabra
significa presentar directamente la verdad a una persona
que no la conoce”.

Realmente estableció un camino claro por el cual el creyente


católico o aún agnótico pudiera ser incorporado en las filas
adventistas1. Por eso fue llamado “Mr. Evangelismo” 2.

1
J.D. Cristobal, «Theological Seminary Extension School», Far
Eastern Division Outlook, julio de 1956.,6.
2
Timm, «Building a growing church».
34
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Formación y Esfuerzo Continuo

Schubert, aunque hablaba aceptablemente el español,


reconoció la necesidad de mejorar su conocimiento. Le daba
importancia a la preparación intelectual, y por ello tomó clases
privadas de idioma, y asistió a clases de sociología, psicología,
historia, y otras en la Universidad de Buenos Aires por tres
años. Todo esto mientras trabajaba tiempo completo como
evangelizador y presidente de la Asociación Bonaerense!

Inmediatamente, después que terminó con su campaña


en Liniers, comenzó reuniones de reavivamiento en la Iglesia de
Florida, lugar donde se había comenzado una campaña
evangelizadora a cargo de los pastores Marcelo Fayard y José
Ramos. Schubert también estaba interesado en la difusión del
mensaje adventista en la ciudad de La Plata. Allí se había
iniciado un grupo bajo el liderazgo del pastor Enrique J.
Westphal. Schubert fue comisionado para dictar conferencias en
la campaña de evangelización que se realizó desde mediados de
1936 en esa ciudad. También dio inicio a otra campaña de
evangelización en la Iglesia de Palermo.

Desde el 14 al 18 de octubre de 1935, participó de las


reuniones del Congreso Anual de la Asociación Bonaerense. En
esa ocasión había recibido indicación médica de descanso.
Aunque aquejado de intensos dolores, no obstante, colaboró en
las reuniones y contribuyó a su éxito.
Pero su forma intensa de trabajar quebrantó su salud. En
1937, Schubert tuvo que tomarse una licencia de seis meses para

35
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

descansar y recuperar sus energías. Para ello viajó a Estados


Unidos junto con su familia. Zarpó el 17 de abril y fue
despedido por muchos hermanos que vinieron de diferentes
iglesias de Buenos Aires, y entonaron los himnos "Dios os
guarde en su divino amor” y “Jamás se dice adiós allá” en forma
emotiva mientras el querido líder zarpaba.

Gran Impulso en Buenos Aires

Durante el año 1939, estuvo participando de varios


congresos regionales organizados en distintos lugares de la
asociación. Fue una oportunidad para presentar nuevos desafíos
a los miembros de iglesia. Hasta ese año había tres iglesias en la
Capital Federal: Palermo, Liniers y Villa Urquiza. Schubert
presentó el plan de organizar otra iglesia en la zona de Parque
Patricios.

Entre el 5 y el 7 de enero inició y colaboró con una serie


de conferencias realizadas en la ciudad de Junín, provincia de
Buenos Aires. Después continuó en la ciudad de Pergamino los
domingos y lunes de noche. Los informes de las actividades
evangelizadoras realizadas en la Asociación Bonaerense
aparecieron en la revista de la misma asociación. El 17 de mayo,
visitó nuevamente la localidad de Junín para participar en la
inauguración de un nuevo local de cultos y la nueva aula para la
escuela primaria adventista.

Del 9 al 13 de octubre estuvo organizando el Congreso


Bienal de la Asociación Bonaerense. Los comentarios sobre este
36
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

congreso y el liderazgo de Schubert fueron muy elogiosos. Se


consideró a Schubert un líder "eficiente” y “enérgico". En este
informe consta que bajo su liderazgo en los meses anteriores, se
habían realizado quince series de reuniones públicas dictadas
por diferentes pastores. Durante el congreso se realizó un
bautismo de 40 personas, fruto de esos trabajos de difusión del
evangelio. Es notable como, durante los pocos años que estuvo a
cargo de la Asociación Bonaerense, ésta creció en cantidad de
miembros y congregaciones. A fines de 1934, cuando asumió
como presidente de la misma, en la Capital Federal había sólo
una congregación con edificio propio. Unos cinco años después
ya había nueve iglesias organizadas y cinco grupos en la Capital
Federal y sus alrededores. Esto ocurrió tanto por la inspiración
que el pastor Schubert le imprimió a la tarea, como por el fuerte
apoyo que logró de sus pastores, instructores bíblicos y
miembros de iglesia.
El sábado 24 de mayo de 1941, Schubert participó de la
dedicación del templo de Villa Urquiza, Capital Federal.
Durante la reunión, presentó una historia de la obra adventista
en ese barrio. También tuvo a su cargo el sermón de dedicación.
Al sábado siguiente, Schubert comenzó una serie de
conferencias públicas en el lugar. Posteriormente, comenzó a
funcionar allí una escuela.

Del 24 al 31 de octubre, Schubert participó y colaboró


en la asamblea de colportaje de la Asociación Bonaerense.
Seguidamente, del 31 de octubre hasta el 2 de noviembre,
estuvo presente en el congreso de esa asociación. Durante la
tarde del sábado, en ocasión del bautismo, Schubert organizó

37
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

una reunión donde los candidatos dieron su testimonio sobre


cómo habían llegado a conocer el evangelio. Se reconoció a
Schubert como "nuestro entusiasta e inspirador presidente".

Del 4 al 8 de octubre de 1944, se realizó el congreso


bienal de la Asociación Bonaerense. Durante dicho congreso
"después de haber trabajado durante diez años en forma
incansable al frente de la presidencia”, Schubert "se aleja para
desarrollar nuevas actividades". Estas nuevas actividades incluían
iniciar cursos de evangelización en el Colegio Adventista del
Plata para los graduandos de la carrera de Teología. El primero
lo dirigió en la Iglesia de Palermo, Buenos Aires, y duró tres
meses. El propósito era que los alumnos participantes ingresaran
luego como aspirantes al ministerio. Schubert dictó el curso
mencionado desde noviembre a diciembre de 1945.

El Hombre Correcto en el Lugar Correcto

Durante treinta años, Schubert había anhelado ser evangelista,


pero los líderes de la iglesia lo nombraron permanentemente
administrador. Fueron treinta años de duro aprendizaje, pero
fructíferos. Ahora estaba preparado para la fuerte y rigurosa
aventura de la evangelización. El evangelista es el hombre que
vive en la frontera misma de la iglesia, allí donde termina el
reino de Dios y comienza el reino de la oscuridad. El evangelista
como soldado en las líneas del frente, no tiene tiempo para otras
tareas que no son parte de su misión.

38
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Los años 1946-1948 marcaron el punto de transición, el


comienzo de una nueva experiencia en la vida de Schubert, y al
mismo tiempo el punto de partida para el gran renacimiento
evangelístico en la División Sudamericana, cuando sus
innovaciones abarcaron todo el continente y más allá.

Con su método Walter Schubert resolvió el problema señalado


por Robert Wood. Schubert hizo dos cosas fundamentales.
Abandonó el enfoque protestante traído por los misioneros
norteamericanos, una técnica que se había mostrado ineficaz
para satisfacer las necesidades de la población de América
Latina. Se presentó una metodología cuyos puntos destacados
armonizaba con el temperamento y la cultura de esos pueblos.

El protestantismo en América Latina fue acusado de ser un


agente del "imperialismo estadounidense" o la "quinta columna"
del comunismo internacional. En el caso particular de los
adventistas, recibieron el apodo de judíos. La Escritura era un
"libro desconocido", y en las masas estaba instalado el concepto
de "libro prohibido", un concepto estimulado por la jerarquía
católica. La influencia clerical era decisiva en la vida
comunitaria, así como en los ámbitos político y cultural.
Todos estos factores y otros que no mencionamos por falta de
espacio, se tuvieron que considerar al elegir el enfoque.

La iglesia mundial tomaba nota del fenómeno. Walter Schubert


estaba prestando un gran servicio a través de la celebración de
frecuentes consejos ministeriales y de evangelización, así como
también realizando campañas evangelísticas importantes una o
dos veces al año. Las escuelas de campo del evangelismo
39
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

formaron parte de cada campaña, brindando capacitación a los


trabajadores menos experimentados. Esto demostró ser
altamente efectivo1.

En ocasión del XLV Congreso de la Asociación General de la


Iglesia Adventista realizado ese mismo año, se nombró a Walter
Schubert como director del Departamento Ministerial de la
División Sudamericana, cargo que ocupó hasta junio de 1954.
Schubert comenzó a aplicar su método desde 1935, pero otros lo
incorporaron a partir de 1940. Recién cuando fue a trabajar a la
División, en 1947, y le tocó preparar a otros evangelizadores se
evidenció un cambio notable. En buena medida debido a su
influencia el crecimiento adventista en América del Sur se
incrementó rápidamente2.

1
LeRoy Edwin Froom, «The Ministerial Association», General
Conference Session Bulletin, 15 de julio de 1950.,9.
2
Gary Land, Historical Dictionary of Seventh-Day Adventists (Scarecrow
Press, 2005).,297. R.A. Wilcox, «Evangelistic Expolsion in South America»,
Ministry Magazine, accedido 14 de abril de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archi
ve/1969/06/evangelistic-expolsion-in-south-america. “El verdadero padre de
la evangelización de América Latina fue Walter Schubert. El reconoció la
necesidad de entender la psicología básica de la sociedad católica. La
metodología que él y sus colegas desarrollaron todavía está en uso hoy en día,
aunque modificado para cumplir con las condiciones actuales. Se pone
énfasis en hacer un impacto total en la ciudad o área en la que una campaña
se llevará a cabo. Ninguna otra religión es atacada de ninguna manera. La
verdad es su mejor defensa y prueba. Los temas iniciales presentados están de
acuerdo con las relaciones del hogar y la familia. Los temas doctrinales se
presentan habitualmente a través de un enfoque de enseñanza, de dos a tres
meses”. James W. Zackrison, «Church Growth In Inter-America», Ministry
Magazine, accedido 14 de abril de 2015,
40
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Por ser el primer secretario ministerial de tiempo


completo para la División Sudamericana tuvo oportunidad de
preparar a otros evangelistas en métodos de evangelismo urbano.
El cambio fue impresionante. En 1948 los ministros de
Sudamérica condujeron 158 series de reuniones evangelizadoras
formales. Mientras que usualmente consideraban cincuenta
bautismos como una culminación exitosa de una serie de
reuniones, los bautismos de una sola campaña comenzaron a
alcanzar comúnmente un centenar.

Como evangelista de la División dirigió reuniones de


evangelización en Arequipa, Perú, por dos meses en 19481. En el
informe, y para incentivar la evangelización, dijo: “El Señor nos
ordenó que predicáramos el Evangelio por todo el mundo. No
nos dijo: "Construid sanatorios", "publicad libros”, ni "equipad
escuelas", sino: "Ve, y anuncia el reino de Dios’’. La predicación
del Evangelio debe ser el tema que más preocupe a nuestras
juntas y que más se destaque en nuestros planes y en nuestro
presupuesto. No desmerezco en forma alguna la obra de los
demás departamentos, pues todos son necesarios; y me gusta
trabajar por todos ellos; pero debemos reconocer que la obra
terminará sólo mediante la evangelización en gran escala.

https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archi
ve/1977/09/church-growth-in-inter-america.

1
Schubert, Walter, «Esfuerzo público en Arequipa», Revista Adventista, 3
de enero de 1949.
41
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Predicó en Mendoza, Argentina, por dos meses y medio


en 19491. El 18 de marzo de 1950 comenzó una serie de
conferencias en Valparaíso, Chile, y luego en Guayaquil,
Ecuador. Realizó dos ciclos evangélicos en Brasil en 1952, uno
en San Pablo y otro en Río de Janeiro. Al mismo tiempo dirigió
una escuela evangelizadora para unos 25 pastores y empleados
de la iglesia que colaboraron con él.

En 1953 se encargó de las campañas más grandes


propuestas hasta entonces en la División. Se realizaron en San
Pablo y Manaos, Brasil, desde el 24 de mayo y hasta el mes de
septiembre. Luego asistió como delegado de la División al
Congreso de la Asociación General de la Iglesia Adventista,
donde fue elegido director asociado de la Asociación Ministerial
de la Asociación General de la Iglesia Adventista.

Durante la primera parte de la década de 1950 Schubert


añadió otras variaciones a sus métodos, a veces conduciendo dos
series de reuniones evangelizadoras simultáneamente en una
sola ciudad grande al alternar las noches cuando predicaba.
También desarrolló equipos evangelizadores incluyendo
personal médico para dictar conferencias sobre temas de salud.
En Quito, Ecuador, añadió una transmisión radial diaria a su
programa evangelizador. En muchos casos conducía escuelas
prácticas de evangelismo para otros ministros quienes más tarde
se independizaban para organizar campañas en busca de
feligreses en centros urbanos. La lista de ciudades grandes donde

1
Walter Schubert, «Las conferencias públicas en Mendoza», Revista
Adventista, de setiembre de de 1949.
42
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

predicaron ya sea Schubert o sus colegas incluía casi cada región


metropolitana grande en la División, aunque comunidades
menores de sólo 25.000 personas también llegaron ser el blanco
del nuevo evangelismo.

Cuando Schubert dejó Sudamérica para unirse al


Departamento Ministerial de la Asociación General en 1954,
había instilado su ardiente consagración al evangelismo a una
generación de evangelistas que llevaron adelante su legado
incluso con más intensidad1.

1
Schwarz, Greenleaf, y Education, Portadores de luz.,541
43
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

ANTES Y DESPUÉS DE SCHUBERT EN LA

EVANGELIZACIÓN PÚBLICA SUDAMERICANA

Para dimensionar el cambio que se efectuó por medio de la


influencia del pastor Schubert es necesario conocer la situación
previa y posterior a las innovaciones que introdujo. A tales fines
se han seleccionado algunas experiencias evangelizadoras en las
décadas de los años veinte, treinta y cuarenta, de modo que
quede claro el giro conceptual que experimentó la iglesia y el
ministerio sudamericano.

Resistencia en La Serena, Chile

El 14 de octubre de 1913 Damaso Soto y el hermano Balada


arribaron a La Serena para comenzar una serie de reuniones,. Se
sumaron a Roberto Tapia que había llegado antes para trabajar
en el colportaje.
El mismo día empezaron a buscar local para las reuniones pero
no encontraron. El hermano Oyanader, residente local, les
proporcionó una pieza, y empezaron las reuniones sin mucha
concurrencia a caisa de la oposición. La gente era muy contraria
a causa del catolicismo. Había cerca de veinte iglesias en un
pueblo chico. No obstante, un buen número de personas oyó la
verdad, y algunos tomaron interés.
El domingo 26 de octubre dierom una conferencia sobre el
alcoholismo, en el salón de la Sociedad de Artesanos; y

44
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

asistieron como cien personas. Repartieron allí un buen


número de tratados. “Hemos sembrado ya la semilla y
confiamos en el Señor la hará crecer”, comentaron con fe1. Los
humildes comienzos en la evangelización pública sudamericana
demostraron la necesidad de un abordaje que eludiera la
oposición prematura.

El esfuerzo público en la ciudad de Mercedes. Uruguay

El pastor A. R. Sherman fue enviado a Mercedes para un


esfuerzo público. Al buscar un local apropiado halló el teatro.
Las condiciones resultaron tan favorables y el empresario tan
amigable, que pudo conseguir el teatro por dos meses por la
suma de $ 150.00 moneda uruguaya. Tan pronto como tuveo el
contrato por el teatro, resultó que las damas católicas querían
dar una función en pro de los tuberculosos y le pedían que les
concediere el uso del teatro, cediéndoselo Sherman. Aunque
ellas no pudieron dar su función por causa de ciertas
circunstancias; sin embargo, ello la buena voluntad demostrada
le granjeó la simpatía de la gente más pudiente de la ciudad, y
como resultado, le mandaron una carta de agradecimiento
firmada por la presidenta y secretaria de esa liga.
Después la Asociación de Maestros pidió el teatro para una
función pro tuberculosis y se lo cedió. Este privilegio, que fue
muy agradecido, también le hizo ganar el favor de algunas de las
principales personas.

1
Damaso Soto, «Serena, Chile», Revista Adventista, enero de 1914.12.
45
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Sherman relata que


“Antes de empezar el esfuerzo público, hicimos todos los
preparativos a nuestro alcance. Imprimimos volantes,
que repartimos en toda la ciudad, una linda tarjeta con
invitación personal que fue entregada a las familias
principales, reservando palcos para ellos en el teatro.
También hicimos grandes letreros para colocar en
diferentes partes de la ciudad. El día de la primera
conferencia, enviamos un carro con grandes letreros por
toda la dudad, acompañado de un muchacho que tocaba
una campana. Hemos repetido esto varias veces desde
entonces y hallamos que es un método eficaz y
económico para avisar al público”.
Resultó que la primera noche asistieron unas 300 personas. En
las primeras conferencias hubo casi únicamente hombres, pero
después asistieron muchas familias. Calculó que la asistencia
llegó hasta 400. Muchas personas asistieron con regularidad, y
abrigaban la esperanza de que un buen número acepte la verdad.
Unas 60 personas dieron sus nombres, invitándolos a visitarlas,
y unas 30 quedaron recibiendo estudios bíblicos.
Feliz de ver manifestarse a los sinceros, Sherman dijo que
Da gusto ver a estas almas hambrientas de la verdad.
Citaré dos ejemplos: el otro día nos visitó un hombre en
nuestra casa y nos dijo que había asistido a cada
conferencia y que estaba muy gozoso de oír estas
preciosas verdades. Dijo que había buscado durante artos
46
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

la luz, pero que había quedado chasqueado hasta haberse


encontrado con nosotros. Compró la Biblia, dos libros, y
empezó a asistir a la escuela sabática. El otro ejemplo: el
viernes a la noche, mientras orábamos alguien llamó a la
puerta. Era un joven bien instruido que trabaja en un
gran negocio como tenedor de libros, y además da clases
de noche en el liceo. Solo dijo que deseaba estudiar la
Biblia con nosotros y preguntó por el precio de las clases.
Naturalmente le dijimos que estas lecciones eran gratis, y
ahora él estudia todos los días, sacrificando la hora de
siesta, puesto que es la única hora que tiene disponible
durante el día.
Al principio, oyeron que el pastor metodista temía mucho la
propaganda adventista. Tuvieron una larga conversación con él
diciéndole que no era el propósito combatirle, sino compartir
un mensaje para el mundo entero, y que todos los que quisieran
estudiar la Biblia serían recibidos gustosamente. Los metodistas
fueron asistentes regulares a esas conferencias.
Desde el principio utilizaron profusamente los diarios, haciendo
un convenio con los dos diarios principales para media columna
diaria a fin de publicar los sermones. “Hemos recibido también
una invitación de otro lugar para ir a predicar el evangelio y nos
han ofrecido el teatro para este fin, diciendo que habían visto
nuestra propaganda en los diarios, y que hacían falta tales
reuniones allí”, relataba el evangelista americano.

47
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

La obra personal fue igualmente intensa, porque repartieron


muchos tratados al fin de las conferencias y visitaron todas las
casas de la ciudad, entregándoles un tratado y una cordial
invitación.
Las reuniones se llevaron a cabo hasta el 16 de enero. Después
las reuniones continuaron en el salón de la casa pastoral. El
hermano Pedro Brouchy continuó encargado del desarrollo del
interés. Quedarán hasta mediados de febrero, el hermano José
luorno y esposa, y las hermanas Amalia y Flora Block para
ayudarle.

Asimismo siguieron colportando la ciudad con El Atalaya y “


Problemas Mundiales". Muchas personas se subscribieron al
periódico y compraron el libro, porque saben que son de la
propaganda adventista. “Esperamos una buena cosecha de esta
amplia siembra de la palabra de Dios”1.
Por lo que relató Sherman quedó claro que el abordaje
adventista era liso y llano, lo cual producía de todos modos
buena asistencia aunque proporcionalmente pocos estudiantes
regulares de la Biblia.

Primeros Frutos en Resistencia

Desde 1929 los esposos Kunstmann iniciaron la obra en la


ciudad de Resistencia viéndose obligados a afrontar problemas

1
A.R. Sherman, «El Esfuerzo Público En La Ciudad De Mercedes, Uruguay»,
Revista Adventista, 29 de enero de 1920.7,8.
48
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

muy complejos, como ocurre en todo campo nuevo donde no se


dispone de local para las reuniones, no hay creyentes, amigos ni
conocidos.
A mediados, de febrero Enrique Block fue llamado a unirse al
hermano Kunstmann para iniciar la segunda serie de
conferencias públicas, y después de casi cinco meses de trabajar
juntos, Kunstmann fue llamado a Corrientes, quedando Block
como encargado de seguir con las reuniones.
Como primicia de su labor presentó al hermano J. San José, “el
evangelista de Resistencia''. Dicho hermano fue bautizado por
los bautistas en la Capital Federal en el año 1917, trasladándose
después a Resistencia, Chaco, acompañado de su familia y sin
otros recursos que los que le proporcionaba su oficio de sastre.

Desde su conversión decidió prepararse predicar el evangelio, a


cuyo efecto dedicó siete años al prolijo estudio de las Escrituras.
Compró varios libros de los colportores adventistas, y en
especial conservaba un ejemplar de “Videntes y lo Porvenir” .
En 1924 solicitó al pastor bautista de Corrientes autorización
para celebrar reuniones evangélicas en su casa; y habiendo
despertado un buen interés alquiló un amplio salón a dos
cuadras de la iglesia católica. Los dirigentes de la parroquia
comenzaron a inquietarse al ver que continuamente aumentaba
la asistencia a las reuniones evangélicas. El clero comenzó a
lanzar calumnias y quejas en el diario "La Opinión,” contra “el
hereje pantalonero” amonestando al público a no darle trabajo,
49
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

como tampoco a sus hijos”, procurando, de esta manera hacerle


huir de Resistencia, lo cual consiguieron al poco tiempo. Fue
necesario deshacer el hogar: la madre con algunos hijos fueron a
Buenos Aires, quedando el padre con dos hijos, dispuesto a dar
su vida por el evangelio.
Poco tiempo después, por instigación del clero, se exigió el
salón. Como el hermano San José se opuso, el dueño lo
desalojó por la fuerza, aunque él siguió mientras el predicaba el
evangelio del reino en las esquinas y plazas.
Le ofrecieron además un empleo público con buen sueldo, que
aceptó con algunas sospechas. Al poco tiempo le dieron una
orden que le prohibía dar conferencias contra la religión oficial,
siendo él empleado de gobierno, lo que lo indujo a renunciar.
Entonces fue cuando conoció el mensaje adventista y lo estudió
detenidamente, en especial la ley de Dios, la cuestión del
diezmo, el bautismo, etc. Habiéndolo entendido todo lo aceptó
con gozo, prometiendo ser fiel hasta el regreso de nuestro Señor
Jesucristo.
Su nueva decisión le impulsó a publicar su último tratado,
anunciando la suspensión de las conferencias por las calles, e
invitando a todos sus amigos y simpatizantes a unirse a las filas
del gran Maestro1. Como se ve, en algunas ciudades la
oposición era muy cruda y era necesario un abordaje indirecto
aunque efectivo.

1
Enrique Block, «Primeros frutos en Resistencia», Revista Adventista, 10
de noviembre de 1930.13,14.
50
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Esfuerzo en La Plata

En la ciudad de La Plata, después de una intensa campaña de


propaganda con anuncios las columnas de los diarios se logró
una asistencia record a la primera conferencia del domingo 19
de abril de 1936 en el templo adventista. En esa ocasión 215
personas llenaron el local. Los 37 hermanos de la iglesia más los
pastores Thomann y Sittner ayudaron a repartir las invitaciones
y a pegar 200 carteles en los negocios.
Dios acompañó al pastor Schubert mientras abría, tal vez por
primera vez delante de los ojos de la mayoría la Biblia, llamando
la atención del público al tiempo solemne que vivían, basándose
en las profecías referentes a las guerras. El enfoque profético-
bélico llamaba la atención entonces. Antes del segundo día de
reuniones pese a la lluvia se entregaron 5000 volantes y 100
personas asistieron a la invitación de los esforzados obreros
adventistas1.

Esfuerzo en Rosario

El pastor Godofredo Block tenía a su cargo la obra en esta


ciudad de medio millón de habitantes, y estaba desarrollando un
interesante programa misionero. Comenzamos el año 1943 con
la campaña de la Recolección, antes de un gran esfuerzo público

1
Enrique Westphal, «El esfuerzo público de La Plata», Revista Adventista, 1
de junio de 1936.11.
51
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

en la zona sur de la ciudad, y, desde el 3 de octubre se abocaron


a las conferencias en una localidad a sólo 29 kilómetros de
Rosario.
La juventud de la iglesia hizo un trabajo intenso en la zona sur
con la nueva serie de folletos y se buscó en dicho lugar un salón
para nuestro esfuerzo de evangelización. Después de mucho
buscar, por fin se encontró un salón grande, que se prestaba
excelentemente para la época del verano, pero no para los
grandes fríos del invierno. Sin embargo, como no había otra
opción mejor, optaron por alquilarlo.
Se hizo la propaganda necesaria, los jóvenes organizaron de
nuevo el coro y las conferencias recibieron así una gran ayuda.
A pesar de los grandes fríos asistió mucha gente, y se levantó un
buen interés. Una noche mientras el coro cantaba un himno
conmovedor, el pastor Block hizo un llamado especial, y más
de cien personas pasaron al frente. Quedaron preparando a los
más interesados para un próximo bautismo1. Los obreros
adventistas, al compás de Schubert, iban encontrando medios
para llegar a más personas con el mensaje adventista.

1
Godofredo Block, «Noticias de Rosario: El esfuerzo público», Revista
Adventista, 10 de enero de 1944.10.
52
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Esfuerzo en Arequipa, La “Roma” del Perú

El pastor Schubert trabajo en el esfuerzo público en la ciudad


de Arequipa, Perú, en compañía del pastor Francisco Scarcella,
evangelista de la Unión Incaica y del hermano Segundo
Andrade, pastor de la Iglesia de Arequipa, además de los
hermanos José Linares, Daniel Flores, Antenor Salazar y
Sergio Bendrell. Arequipa, la "Roma” peruana, como la
llamaban los mismos católicos, tenía entonces unos setenta mil
habitantes, la mayoría de los cuales eran católicos militantes.
En dicha ciudad había 53 templos e iglesias y otras tantas
escuelas.
No siendo posible alquilar un salón decidieron hacer una
pequeña modificación en el templo adventista de modo que
pudieran colocarse 300 asientos, capacidad que fue desbordada
por una asistencia de 450 personas. Por ese motivo se instaló
un parlante en el subsuelo. Tuvieron libertad para trabajar las
dos primeras semanas pero la tercera se presentó en la puerta
un sacerdote jesuita acompañado por un grupo de jóvenes de
la Acción Católica arengando a la gente a no entrar a las
reuniones, acusando a los adventistas de demonios.
Esta campaña de desprestigio fue amplificada por medio de
volantes y la radio, y desanimó a algunos, aunque quedaron
firmes 350 participantes. Doscientos treinta personas firmaron
su compromiso de guardar el sábado y se bautizaron en una
primera ceremonia 37 personas, lo cual duplicó la membresía
adventista local. Luego bautizaron veinte más, y cincuenta
53
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

más tomaron su decisión de unirse a la iglesia, lo cual cristalizó


el objetivo de llegar a cien personas bautizadas1. En la
oposición los evangelistas adventistas se alentaban y
redoblaban esfuerzos.

Continuidad en Arequipa

El de Arequipa fue esfuerzo público más importante celebrado


hasta esa fecha en la Unión Incaica. Como broche de oro de los
dos meses de intensa labor evangélica bajo la dirección del
pastor Walter Schubert tuvieron un bautismo de 25 preciosas
almas más. Con su partida, la obra, bien encaminada, quedó en
manos del pastor Scarcella.
Hubo momentos en que las conferencias adventistas eran el
tema obligado de todas las conversaciones, tanto del hombre de
la calle como de los profesionales, docentes, estudiantes,
periodistas, personal de las radios, altos funcionarios públicos y
autoridades locales. Unos abogaban en favor de los adventistas,
otros eran adversos. En verdad, la mejor propaganda fue la que
trataron de hacer en contra los seguidores del sacerdote jesuita
antedicho. Hacia mediados de enero, tras largos meses de lucha
tesonera, gracias a la generosa bendición del Altísimo y a los
obreros y hermanos que ayudaron alcanzaron prácticamente el
de 100 bautismos. Acababa de escribirse una nueva página para
jalonar el curso de la obra de Dios en el Perú.
1
Schubert, Walter, «Esfuerzo público en Arequipa», Revista Adventista, 3
de enero de 1949.8. Walter Schubert, «Public Effort at Arequipa», South
American Bulletin, diciembre de 1948.
54
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Al partir Scarcella a la ciudad de Lima, Segundo Andrade


quedó a cargo de la dirección de la iglesia, secundado por los
esposos Bendrell. Hacia fines de febrero Scarcella acompañó al
pastor Walter Schubert en una breve visita a “la ciudad blanca.”
Fueron días de refrigerio espiritual para los hermanos de
Arequipa. El pastor Schubert pronunció conferencias y dirigió
estudios bíblicos que robustecieron la fe de los nuevos
creyentes. El sábado 12 de marzo, trece nuevos hermanos
sellaron su fe en Cristo en un solemne bautismo. Así, el blanco
de 100 almas fue sobrepasado, gracias al Señor, pues el total de
personas bautizadas como resultado de este esfuerzo de
evangelización llegó a 112. Media docena de jóvenes
promisorios decidieron concurrir al colegio superior de la
Unión Incaica, en Ñaña, a fin de prepararse y ser obreros
eficientes en la viña del Señor1. La evangelización adventista ya
era el tema de la calle, causaba impacto en la sociedad, ganaba
buenas familias para las iglesias y jóvenes para los colegios.

Se Rompe el Prejuicio

Gastón Clouzet había oído y leído declaraciones de evangélicos


en las que manifestaban que los adventistas, o “sabatistas,”
como acostumbran llamarlos, no eran cristianos, habían errado
de la fe y pretendían salvarnos por la obediencia formal de los

1
Scarcella, Francisco, «La obra de Dios en la ciudad blanca», Revista
Adventista, 1 de julio de 1949.11,12
55
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

mandamientos, no predicaban a Cristo sino al sábado, que


estaban vacíos del Espíritu Santo y eran “lobos rapaces” y
“ladrones de almas.”
Un joven misionero en el sur de Chile cierta noche asistió a un
culto de una iglesia pentecostal denominada “Iglesia del Señor.”
Cuando supieron quién era, lo invitaron a predicar el sermón,
no sin ciertas dudas y algunos escrúpulos. Este hermano podría
haber predicado acerca del sábado o del estado de los muertos o
podía haber elegido cualquier otro tema que hubiera producido
controversia, pero decidió predicar que el pecado era la
transgresión de la ley y que Dios quiere que mediante Cristo
obtengamos el perdón y la santificación, y que por medio del
poder de su Santo Espíritu quiere capacitarnos para obedecer
sus mandamientos.
Las lágrimas corrían por los rostros y toda la congregación
respondía fervorosamente. Algunos dieron su testimonio
después de la reunión y agradecieron a Dios por haberles
enviado al pastor “sabatista” para que les diera ese mensaje tan
hermoso. Al cantar la última estrofa del último himno, el
prejuicio se había roto.
Algunos meses más tarde, cuando un senador presentó en las
cámaras un proyecto de ley tendiente a conseguir que en todos
los establecimientos educacionales se enseñara obligatoriamente
la religión católica, los protestantes y evangélicos de Chile se
unieron para pedir al presidente de la República que vetara este
proyecto en caso de que fuera aprobado por las dos ramas

56
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

legislativas. En la ciudad a que nos hemos referido, se formó


también, con este motivo, un “Comité Evangélico." Como el
prejuicio estaba roto, se invitó a la Iglesia Adventista para que
también formara parte de ese comité, el cual organizó una serie
de reuniones interdenominacionales y en cada una de ellas,
invariablemente, ha hecho uso de la palabra algún predicador
adventista dando a conocer un punto importante del mensaje
de Dios1. Se iba entendiendo la necesidad de cooperación y
tender puentes que no comprometieran la misión adventista.

Ciclo en Lima

El 14 de mayo de 1949 hicieron su primera presentación Los


Mensajeros de la Felicidad en la ciudad de Lima, para cooperar
con un gran esfuerzo público. Formaron el equipo los esposos
Tenorio, los hermanos Emilio Casas, Juan Arauzo, Licinio
Bendezú, Antenor Salazar, Serafina de Vargas y el pastor
Francisco Scarcella. Una entusiasta comisión de música y
canto se encargó de amenizar las conferencias que se
desarrollaron durante tres meses cada domingo, jueves y
sábado.
Los hermanos de dicha iglesia habían repartido
sistemáticamente durante varias semanas una serie de folletos
previamente escogidos, y al final de dicha campaña obtuvieron
las direcciones de todos aquellos que se interesaron en

1
Gastón Clouzet, «Se rompe el prejuicio», Revista Adventista, 3 de enero
de 1949. 10.
57
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

continuar recibiendo publicaciones. Se invitó a todas estas


personas, por medio de cartas, a asistir a las Conferencias
Orientadoras que iniciarían los Mensajeros de la Felicidad.
Para las dos primeras conferencias se repartieron trece mil
volantes en zonas estratégicas de la ciudad de Lima. Además, se
enviaron 1.200 cartas e invitaciones por correo. Un buen
anuncio transmitido por radio so encargó de recordar a los
limeños el importante ciclo de conferencias.
El templo estuvo de gala esa noche. Unas quinientas personas
escucharon con profundo interés el desarrollo del tema
titulado “La Bomba Atómica y el Fin del Milenio”. El Espíritu
de Dios se manifestó poderosamente, e impresionó en forma
vivida cada corazón.
En la segunda conferencia tuvieron una asistencia de
seiscientas almas, señal de que el interés iba en aumento.
Hubo noches, durante la primera semana, en que hubo una
concurrencia superior a las setecientas personas. La iglesia y los
obreros, contagiados por este fuego espiritual, oraban
fervorosamente para que el Señor concediera las 100 almas
que se habían fijado como blanco al comenzar el esfuerzo.
Después de la segunda semana comenzamos la clase bíblica con
unos 350 presentes. El sábado 9 de julio hablaron acerca de la
temperancia cristiana ante unas 700 personas. Es digno de
notar que a esta altura del esfuerzo el interés se había
concretado ya en una numerosa cantidad de creyentes que
concurrían noche tras noche para escuchar con avidez temas
58
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

netamente doctrinales. Esa noche recolectaron 270


direcciones.
Al día siguiente, después de la conferencia dictada por Moisés
Tenorio, presentaron los cursos de la Escuela Radiopostal, e
inscribieron a más de doscientas personas. Se presentaron
además varios temas sobre la verdad del sábado. En el último
de ellos 165 buenos creyentes hicieron un pacto con Dios para
guardar todos sus mandamientos, inclusive el cuarto. El primer
sábado después de esta decisión, 82 nuevos hijos de Dios
estaban presentes a la hora del sermón. El sábado siguiente su
número había subido a 110. El gozo no tuvo límites ese día,
puesto que Dios había sido magnánimo para bendecir los
humildes esfuerzos desplegados por los Mensajeros de la
Felicidad.
El último sábado de la permanencia del pastor Scarcella en
Lima, 6 de agosto, se celebró un solemne acto bautismal. Todo
fue grandioso y emocionante. Había una asistencia superior a
800 personas. La mayoría de ellas contemplaban por primera
vez un acto tal. En esta ocasión 31 preciosas almas dieron este
paso decisivo. Cuando se hizo un llamado a los que quisieran
entregarse a Cristo y obedecerle 101 personas respondieron, y
firmaron la tarjeta preparada para este fin. Aceptaron el
mensaje, entre otras personas, una señorita profesora, doctora
en Ciencias Pedagógicas; un profesor de la Universidad con su
familia; varios contadores; algunos estudiantes de la
Universidad; algunos comerciantes de buena posición; un
grupo de hermanos evangélicos, el mejor elemento de sus ex
59
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

iglesias; un alto empleado de la Empresa Eléctrica; un


ingeniero; un alto empleado de las oficinas del Ferrocarril
Central y varios buenos hermanos procedentes de la Iglesia
Católica1. A mitad de siglo la metodología pro-católica ya
estaba afinada.

Gran Ciclo en Mendoza

La ciudad de Mendoza también pudo escuchar el triple mensaje


del Apocalipsis. Era ésta una ciudad culta, universitaria,
también conocida como la “ciudad jardín,” por sus parques,
jardines y huertos. El pastor Hugo Beskow realizó
eficientemente los preparativos para llevar a cabo un gran ciclo
de conferencias públicas. Se elaboraron cuidadosamente todos
los planes a fin de que resultaran un éxito. Colaboraron con él
Atilio Gianelli, Luis Zamorano y Teresa de Itín. Además,
ayudaron abnegadamente por tres meses Carlos Treptow, de la
Rioja, Sergio Arias, de Chile, Amera de Schubert y María
Bacigalupi. La hermana Flora de Beskow cooperó
entusiastamente en la preparación de un coro mixto formado
por algunos miembros de la iglesia, el cual contribuyó
grandemente a dar realce a las reuniones. El hermano R.
Valderrama se esmeró en preparar los mejores volantes y
carteles para invitar al público, los cuales resultaron muy
económicos. El hermano Guillermo Itín tuvo a su cargo la

1
Scarcella, Francisco, «Ecos del esfuerzo público de Lima», Revista
Adventista, 3 de octubre de 1949.11,12.
60
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

música en grabaciones y el joven Erwin Beskow manejó la


máquina de vistas luminosas.
El pastor Schubert dirigió las conferencias durante los primeros
dos meses en el mismo templo recientemente inaugurado.
Comenzaron el 24 de abril de 1949. Se dictaron tres
conferencias semanales o sea los jueves, sábados y domingos a
las 21:15 horas, más un estudio bíblico todos los martes de
noche. La asistencia fue de 300 personas durante los domingos.
Después de tres disertaciones en cuanto al sábado, 183 personas
firmaron una tarjeta en la que prometían observar el santo día
del Señor. Se invitó a la congregación a que comenzara a
concurrir el sábado de mañana al culto de adoración y 55
personas asistieron al culto sabático! Los miembros de la iglesia
estaban conmovidos y no cesaban de dar gracias a Dios por las
bendiciones recibidas. Al sábado siguiente por la mañana, este
grupo aumentó a 64.
Cuando se expuso la doctrina del bautismo y su significado, y
después de hacer una síntesis de las doctrinas fundamentales de
la Iglesia Adventista, 104 personas firmaron dos pergaminos
que estaban sobre una mesa frente al pulpito. Se ganaron
muchas victorias mediante el Espíritu de Dios durante esta serie
de conferencias. Ex adventistas volvieron al redil; hermanos que
perdieron “su primer amor” lo volvieron a recuperar; hombres y
mujeres del mundo, prometieron abandonar los vicios, los

61
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

placeres y cualquier cosa que los alejara de Dios1. Los ciclos que
estableció Schubert resultaron una bendición completa para las
ciudades con y sin presencia adventista.

Fervor Misionero en Valparaíso

En Valparaíso, el pastor Schubert y su esposa trabajan con


energía extendiendo también sus esfuerzos a muchos lugares
en los alrededores de esa ciudad. Tanto en Santiago como en
Valparaíso, tienen clases numerosas de candidatos para el
bautismo. Cuentan con alrededor de 100 entre las dos y
esperamos que la mayoría de ellos sean bautizados.

Estamos muy agradecidos al Señor y a los hermanos de la


División y Unión por haber hecho posible la llegada de un
obrero nuevo para empezar a trabajar entre los de habla alemana
en el sur de Chile, el Hno. Kuntsmann. Después de asociarse
por algún tiempo con el Hno. Schubert en Valparaíso, el
hermano Kuntsmann irá al sur para establecerse en la ciudad de
Valdivia.
En Valparaíso se celebró también un esfuerzo a favor de los
jóvenes. El pastor Schubert tiene un blanco de 30 almas a
bautizarse para el 1 de septiembre. El número de miembros que

1
Schubert, «Las conferencias públicas en Mendoza»; Walter Schubert,
«Public Effort in Mendoza», South American Bulletin, agosto de 1949.
62
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

asiste ahora a esta clase bautismal es de 20. Además del pastor


Schubert y su esposa junto a los hermanos Kuntzman han hecho
una excelente obra en aquella grande y promisoria ciudad1.

Desde sus comienzos en el ministerio el pastor Schubert formó y


alentó los esfuerzos de sus compañeos en la misión.

Jovenes en la Música

Los jóvenes de Valparaíso se organizaron bajo la dirección de W.


Schubert como una clase que estudiaba violín con el objetivo de
formar una orquesta que tocase en las reuniones de la iglesia.
Esta clase, bajo la hábil dirección del profesor Lagos, hizo
notables progresos y pronto tres jóvenes fueron capaces de tocar
el violín en las reuniones, adquiriendo éstas un notable
atractivo. La iglesia les pagaba los gastos de estudio y se
beneficiaba de los talentos que formaba.

La División Haciendo Pie en las Grandes Ciudades

El programa de construcciones para el continente


abarcaba todos los países de la División Sudamericana. Lima
tuvo su buen templo desde 1935. Arequipa tenía el suyo, y una
iglesia importante, bien reforzada por la serie de conferencias

1
R.R. Breitigam, «Report of the Chile Conference», South American
Bulletin, mayo de 1927.8.
63
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

que dictó el pastor Schubert acompañado por el pastor


Scarcella, de la Argentina, pues desde allí se habían enviado ya
muchos misioneros a otros lugares. Era una verdadera base
misionera.

En una de las mejores avenidas de Valparaíso, Chile, se


levantó el templo adventista de aquella ciudad. Santiago, a su
vez, tenía varias iglesias, además de la de Porvenir, y una de ellas,
la de La Paz, tuvo su buen templo desde 1940. Más o menos
desde entonces tiene el suyo, y verdaderamente magnífico,
Montevideo, la capital del Uruguay, país que ya tenía capillas en
Nueva Helvecia, San Pedro, Paysandú, Meló, Rivera y otros
lugares.

El Paraguay contó en Asunción con su templo


construido, como reedificó Nehemías el muro de Jerusalén, en
tiempos angustiosos, de revolución y dificultades de todas clases,
que probaron la constancia de los hermanos.

Todos estos templos, juntamente con las instituciones


como el Colegio y Sanatorio de Puiggari, la fábrica de alimentos
Gránix, y los colegios de Chillán (Chile), Progreso (Uruguay),
Instituto Florida y Leandro Alem (Argentina), Juliaca y Ñaña
(Perú), Cochabamba (Bolivia), amén del Hospital y Escuela
de Enfermeros de Chulumani y la Clínica de Juliaca, y por
supuesto la Casa Editora.

Muy poco de todo esto existía en 1915. Es muy posible


que donde entonces no existieran tal vez 100 adventistas, es
decir en Buenos Aires y sus alredores, para el año 50 hubiera
64
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

1.500, repartidos en unas catorce o quince iglesias y grupos, la


mayoría con locales propios, y apoyados por poderosas ins-
tituciones. El avance evangelizador permitió e hizo necesario el
edilicio1.

1
Walter Murray, «Dedication of the Rosario Church», South American
Bulletin, octubre de 1933; Juan Riffel, «Dedicação de um Templo em
Manaus», Revista Adventista, edición brasileña, enero de 1956; Murray, Walter,
«Dedication of New Church in Argentina», Review and Herald, 24 de julio de
1952; Brouchy, Pedro, «Dedication Of The New Church In Montevideo»,
South American Bulletin, marzo de 1941; Brown, J.L., «Dedication Of The
Lagarto Church Building», South American Bulletin, setiembre de de 1942;
Edna Edeburn, «Rededication of Church at Paysandu, Uruguay», South
American Bulletin, octubre de 1954; B.A. Larsen, «Dedication of “Templo
Adventista” in Callao, Peru», South American Bulletin, octubre de 1954;
Larsen, B.A., «New Adventist Church Dedicated in Ancient City of Cuzco»,
South American Bulletin, segundo trimestre de de 1957; Nielsen, N.P.,
«Dedication of New Temple in Recife, Brazil», South American Bulletin, enero
de 1934; L.H. Olson, «Two churches dedicated in Austral Union», South
American Bulletin, agosto de 1955; Olson, H.O., «Dedication of the Sao
Salvador Church», South American Bulletin, junio de 1940; Olson, L.H., «Salta,
Argentina Church Dedicated», South American Bulletin, cuarto trimestre de de
1958; Riffel, «Dedicação de um Templo em Manaus»; Riffel, Juan,
«Dedication of the Colonia Wilson Church», South American Bulletin, agosto
de 1948; Riffel, Juan, «Dedication of the Villa Ocampo Church, C.
Argentine Conference», South American Bulletin, agosto de 1953; C.S. Storch,
«Dedication of ihe Church at Terezina Brazil», South American Bulletin,
diciembre de 1950; Benjamin Treiyer, «Dedication of the Church in
Asuncion», South American Bulletin, octubre de 1948; Tillman, A.N., «Temple
Dedication, Babahoyo, Ecuador», South American Bulletin, abril de 1955;
Storch, «Dedication of ihe Church at Terezina Brazil»; P.R. Tabuenca,
«Dedication Of Church At Las Toscas», South American Bulletin, octubre de
1941.
65
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Una Mirada de Gratitud

El pastor Schubert celebraba que “al dar una mirada


retrospectiva, podemos agradecer al Señor por lo que ha hecho
en los últimos cincuenta años en la Argentina. Recuerdo muy
bien que en el año 1912 todo el país formaba una sola
Asociación, con pocos miembros, la mayoría de ellos en Entre
Ríos y en las zonas rurales, y ¡he aquí lo que Dios hizo a partir
de esa fecha, por medio de los abnegados obreros y evangelistas!
Ahora podemos contemplar, debido al progreso alcanzado sobre
todo en los últimos veinte años, doce iglesias organizadas en el
Gran Buenos Aires, e iglesias fuertemente establecidas en todas
las ciudades importantes”, se gozaba Schubert.

En Mendoza, “la hermosa ciudad jardín”, el pastor


Hugo Beskow y sus colaboradores estaban realizando una gran
obra de evangelización. Visitaban más de doscientos hogares con
el mensaje, y preparaban un gran número de creyentes para el
bautismo. De este modo establecieron un fuerte centro, para
evangelizar todo el resto de la Misión de Cuyo1.

También el pastor Schubert fue testigo privilegiado y


protagonista de la bendición de Dios sobre la obra en Chile.
“Recuerdo aún cuando recibí un llamado en el año 1917 para
colaborar en la causa de Dios en ese país. Había entonces, a lo
largo de la República chilena, solamente algo más de 450
miembros. Hoy, con la bendición de Dios y gracias al espíritu de
evangelismo de los hermanos y obreros, la ciudad de Santiago y

1
Schubert, «Public Effort in Mendoza».
66
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

sus suburbios tienen un buen número de iglesias con más de


1.000 miembros, y en toda la república hay más de 4.500
adventistas”.1

Hablando acerca del Uruguay, en 1916 había en todo el


país alrededor de 100 miembros. Hacia el 50 Montevideo, su
capital, tenía tres iglesias organizadas con más de 600 miembros
y en todo el país hay cerca de 1.600 hermanos2.

En el Perú reinaba un verdadero espíritu de


evangelización. El abnegado hermano Andrade, pastor de la
iglesia de Arequipa, secundado durante algunos meses por el
evangelista Francisco Scarcella y por otros colaboradores bautizó
127 almas en el término de un año, como resultado de los
esfuerzos públicos. En la ciudad de Lima, el evangelista
Francisco Scarcella, secundado por el Hno. Moisés Tenorio y
otros, acababa de celebrar un gran esfuerzo público, como
también otro de menor envergadura, en el barrio Miraflores.
El mismo pastor Scarcella estaba celebrando otro gran esfuerzo
cerca de la selva del Amazonas3.

1
C.R. Scully, «Evangelism in Santiago, Chile», South American Bulletin,
octubre de 1950; Frank L. Baer, «Forward with the Printed Page in Chile»,
South American Bulletin, agosto de 1952; Soto, Ner, «News from the South
Chile Conference», South American Bulletin, junio de 1951; Walter Schubert,
«Accomplished through the Blessings of God in Chile», South American
Bulletin, abril de 1932.
2
Brouchy, Pedro, «Dedication Of The New Church In Montevideo»; Walter
Schubert, «Public Effort in Montevideo», South American Bulletin, febrero de
1948.
3
Schubert, Walter, «Esfuerzo público en Arequipa»; Scarcella, Francisco,
«Ecos del esfuerzo público de Lima».
67
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

En Asunción del Paraguay, donde el pastor Hámmerly


terminó de dirigir un importante esfuerzo público, se estaba
dictando actualmente una serie de 4 conferencias por semana en
el templo. El público que asistió llenó por completo el recinto
noche tras noche. El pastor Daniel Iuorno, abuelo del autor de
este libro, estaba a cargo de la obra, con la colaboración del
Hno. Alejandro Arn y las Hnas. Amparo de Castro y Elena de
Maiorov, y esperaban ganar, como resultado de este esfuerzo, 50
nuevas almas en seis meses. Con esto el número de miembros la
iglesia prácticamente se duplicaría, llegando a constituir una
base para la rápida extensión de la obra en toda su zona de
influencia1.

En todo el continente fueron sentandoise fuertes bases


misioneras desde las cuales avanzar más allá.

Ecos De Un Esfuerzo en Paraguay

El pastor Schubert predicó en Asunción por cinco


semanas. Se ilustraban las conferencias con proyecciones
luminosas, y se usaba el pizarrón para aclarar los conceptos.

En ese lapso se presentaron las verdades más


importantes, de tal manera que los oyentes las pudieran

1
Daniel Iuorno, «Active Evangelism in Asuncion, Paraguay», Missions
Quarterly, segundo trimestre de de 1951; Treiyer, «Dedication of the Church
in Asuncion».
68
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

entender y aceptar. Al predicarse del verdadero día de reposo


113 personas firmaron la tarjeta comprometiéndose a guardarlo.
Varios de los firmantes, que por primera vez asistían a esa serie
de conferencias, y que se enteraron de las mismas por medio del
diario, se prepararon después para recibir el bautismo. Ellos
mismos pasaban al frente, cuando se los invitaba para elevar una
oración especial en su favor.Ni al presentarse los temas más
difíciles disminuyó la asistencia. Cada uno de los oyentes pudo
ver claramente lo que es la verdad.

Es digno de mención el hecho de que, después de la


presentación de la profecía de los 2.300 años, todos los temas
siguientes trataron del reavivamiento de la verdad, y del deber
de observar la Ley de Dios para alcanzar la salvación que Cristo
nos ha concedido. Las dos últimas conferencias versaron sobre
la verdadera felicidad y la conservación de la salud.

En la primera ceremonia bautismal se bautizaron cuatro


preciosas almas. Fueron ellas las primeras de las cincuenta que
pensaban alcanzar. Asistieron 65 personas interesadas en el
bautismo, y 25 prometieron bautizarse pronto.

Aunque el pastor Schubert debió partir de Asunción, los


interesados seguían asistiendo a las conferencias y reuniones que
el pastor Daniel Iuorno, de la Iglesia de Asunción, dirigía
juntamente con sus colaboradores.

69
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Gran Ciclo en Valparaíso

El pastor Walter Murray contaba de una serie de


esfuerzos de evangclización. El 18 de marzo el pastor Walter
Schubert empezaba en la ciudad de Valparaíso, Chile, con una
asistencia de 750 personas en la primera reunión. Estas
reuniones se celebraron en nuestro templo, el cual tenía
capacidad para sólo 500 personas sentadas. La segunda noche la
asistencia fué de 600; la tercera de 800 y la cuarta la misma
cantidad.

El grupo de obreros, procedentes del campo local, que


ayudaron al pastor Schubert en su esfuerzo estaba constituido
por tres pastores, tres instructores bíblicos, uno de tiempo
completo y dos de medio tiempo y dos aspirantes al ministerio.
Además de ellos, otros cuatro habían ido de diferentes campos
de la Unión Austral para tomar parte en esta “escuela práctica
de evangelismo”. El pastor Schubert informó que el blanco de
este esfuerzo era de cien bautismos.

El ciclo comenzó18 de marzo con el sugestivo tema


científico profètico, “El Destino del Mundo y la Bomba de
Hidrógeno”. Desde los comienzos se programaron tres
conferencias semanales, a cargo del mismo orador, a celebrarse
los domingos, jueves y sábados. Al comenzar la cuarta semana se
agregaron a éstas una cuarta reunión pública, que se celebraba
los martes, con el carácter de clase bíblica.

70
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

La asistencia osciló entre 550 y 900 personas en las


conferencias, y entre 300 y 350 personas en las clases bíblicas.
Esta cantidad de concurrentes se mantenía a mes y medio de
iniciado el ciclo. Además los misioneros contaban con más de
mil direcciones de personas que habían manifestado interés en
los temas que se presentaron. De entre ellas, cuarenta guardaban
el sábado, 160 se manifestaban muy promisorias, además de
veintenas que asistían con mucho interés y recibían nuestras
publicaciones en sus domicilios.

El equipo evangelizador estuvo integrado por los pastores


Walter Schubert, de la División Sudamericana ; Eduardo
Torreblanca, de la Asociación Central Norte de Chile; Samuel
Fayard, pastor de la Iglesia de Valparaíso; Francisco Jiménez, del
norte de Chile; Enrique Block, de la Asociación Bonaerense,
Argentina; y los Hnos. Silvio Fernández, misionero de
Montevideo, Uruguay; Emilio Arias, de la Asociación del Sur de
Chile; Mariano Renedo y Julio Espinoza, de la Asociación
Central Norte de Chile; y las instructoras bíblicas Hnas. Fresia
de Torreblanca, Eliana Renedo y Aída de Espinoza.

En el primer bautismo 36 almas sellaron su compromiso


añadiéndose a la hermandad de la iglesia de V alparaíso.
Funcionaban allí actualmente dos clases bautismales, la primera
a cargo del pastor Torreblanca con un centenar de personas. La
otra se celebra bajo la dirección del pastor Fayard, y tenía una
concurrencia que oscila entre los cien y los 150 asistentes.

La asistencia a la escuela sabática, después de invitar a los


interesados a que participaran de los cultos del día de reposo, se
71
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

mantuvo en torno a los 400 concurrentes, en circunstancias que


antes del esfuerzo a lo sumo se reunían 150 personas. También
la asistencia a las reuniones de los domingos de noche, a pesar
del tiempo frío y lluvioso, era numerosa, dado que llenaba
completamente el templo1.

Ciclo en La Habana, Cuba

Walter Schubert se preocupó no solo por los intereses en ese


campo extenso y disperso, sino también por otras latitudes. Al
ser invitado a predicar en La Habana, Cuba2. Había realizado
dos y, a veces, tres campañas evangélicas cada año, ganando
hasta seiscientas personas en un solo año.

Durante los últimos tres meses de 1953 estuvo en La Habana,


Cuba, liderando dos campañas de evangelización simultáneas, y
el Señor bendijo grandemente la predicación de su Palabra. El
ciclo tuvo amplia repercusión en los medios de comunicación3.
Nueve semanas después de que empezara a predicar más de 550
personas firmaron la decisión de guardar el sábado. Cientos de
estos nuevos creyentes comenzaron a asistir a las iglesias allí, y

1
Olson, L.H., «Conference Sessions in Chile», South American Bulletin, abril
de 1952.3. Walter Murray, «Forward to Victory in South America», South
American Bulletin, junio de 1951.1.
2
L.F. Bohner, «The Antillian Union Annual Committee», Inter
American Division Messenger, febrero de 1954.,9
3
Arthur H. Roth, «Evangelism in the City of Havanna», Inter
American Division Messenger, abril de 1954.,2.
72
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

los más de veinte obreros que colaboraron1 quedaron ocupados


consolidando ese interés2 y cosechando muchas almas3.

En ese ciclo no solamente se ganaron almas, sino también


nuevos ciclos4 y evangelistas5. Uno de ellos fue Antonio Arteaga.
Como un joven pastor aun no le había ido demasiado bien en
sus campañas, pero al notar la consagracion de Schubert y el
método de introducir la Biblia con temas sociales decide aplicar
el mismo metodo en una localidad donde antes había fracsaado,
cosechando cien bautismos. Poco después es nombrado
evangelista en California.
Estudiando en el Colegio de La Sierra conocio al pastor Mario
Soto quien influyó para que le extiendan un llamado a la Unión
Austral. Fue llamado a ser pastor en Tucumán, habienbdose
votado “pedir a las Conferencias de la Unión del Pacífico y del
Sureste de California que liberen a Antonio Arteaga y
transmitirle el llamado a conectarse con la División

1
Arthur H. Roth, «Inter America Brevities», Inter American Division
Messenger, julio de 1954.,11.
2
Roy Allan Anderson, «The Ministerial Association», General
Conference Session Bulletin, 30 de mayo de 1954.,23.
3
Arthur H. Roth, «News from Our, Evangelists», Inter American
Division Messenger, diciembre de 1954.,2.
4
Silvia Powers, «Evangelism in Cuba», Inter American Division
Messenger, octubre de 1954.,10.
5
Clyde O. Franz, «The Havana Evangelistic School And Effort», Inter
American Division Messenger, marzo de 1954.,10.
73
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Sudamericana para servir como pastor-evangelista en la Misión


del Norte de Argentina”1
Luego fue evangelista en la Misión del Norte. Despuès de ir a
estudiar a Andrews, vuelve para ser evangelista de la Unión
Austral del 68 al 70, donde tuvo un ministerio fecundo2. De allí
vuelve a ser pastor en California, y luego Coordinador Hispano
en Los Ángeles. Tiempo después decide ser obrero de sostén
propio en México haciendo varios ciclos de conferencias hasta
que se jubila a los 66 años.

Predicadores al Ritmo de Schubert

El pastor Walter Schubert, en compañía de los dirigentes


de la Misión Ecuatoriana y de los hermanos que ayudaron en el
esfuerzo evangélico no se acobardaron, ni hicieron caso de las
publicaciones insidiosas que aparecieron en su contra, sino que
siguieron adelante con las conferencias. Invitaron a las 400
personas cuyas direcciones habían obtenido y como resultado, el
salón de cultos estuvo repleto noche tras noche.
Sobre los 97 miembros de la iglesia de Guayaquil,
Ecuador, acaban de ser rociadas las primeras gotas de la lluvia
tardía. Durante el mes de agosto los hermanos celebraron
reuniones especiales de reconsagración al Señor, confesando sus
pecados y entregándose a la dirección del Espíritu Santo,

1
Fighur, Reuben, «General Conference Commitee» (4 de abril de 1961).44.
2
Antonio Arteaga, «Evangelizing Our Spanish Neighbors», Ministry Magazine,
junio de 1959; Antonio Arteaga, «Public Evangelism in Argentina», Review
and Herald, 18 de julio de 1963; Arteaga, «Eager Throngs Hear the Gospel in
Chile»; Arteaga, «Evangelism in Iquique, Chile»; Arteaga, «Evangelism in
Buenos Aires, Argentina».
74
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

conjuntamente con todos los obreros de la Misión, antes dé


iniciar una gran serie de conferencias públicas. W. Schubert
pudo ayudar al evangelista Segundo E. Andrade y sus
colaboradores.
Teresa de Tillman proporcionó cada noche muy buena
música mediante el piano o el acordeón. Los hermanos,
juntamente con los obreros, oraban tres veces al día por el
blanco de cien nuevos conversos, pero el Señor, mediante su
Espíritu Santo, impresionó de tal manera los corazones de los
asistentes a las conferencias y las clases bíblicas, que se calculaba
que no menos de 250 almas podrán ser bautizadas.

En San Pablo, Brasil, el evangelista Geraldo de Oliveira y


sus seis ayudantes celebraron una importante serie de
conferencias públicas en salón en el cual cabían 400 personas,
siempre está colmado de gente a pesar de hallarse situado en un
barrio nuevo de la ciudad. Un fiel médico adventista, el Dr.
Carlos Schwantes, estaba al frente de las actividades misioneras
de aquel esfuerzo.

El presidente de la Misión Nordeste del Brasil, pastor


José Baracat celebró, con la ayuda de dos obreros, una serie de
conferencias públicas en Joao Pessoa, y cerca de 25 personas
abrazaron la verdad. “Nos alegramos de que el presidente de un
campo tan grande haya encontrado tiempo para ocuparse en la
más noble tarea que existe: la de salvar a los perdidos”, elogiaba
Schubert.

75
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

En Porto Alegre, capital del estado “gaucho” de Río


Grande do Sul, Brasil, Schubert pudo presenciar también la
caída de las primeras gotas de la lluvia tardía. Fué también su
privilegio secundar a los fieles obreros de aquella ciudad de
350.000 habitantes, en una serie de conferencias celebradas en
un tabernáculo. El activo presidente de la asociación, pastor
Renato E. Oberg, fué el traductor del conferenciante y
contribuyó en toda forma posible para que aquella empresa se
convirtiera en un éxito. El evangelista del esfuerzo fué el
incansable pastor Aracely Mello, asistido por el entusiasta pastor
de la iglesia de Porto Alegre, Roberto Azevedo y el pastor Silas
Gianini que trabajó también con toda abnegación. Merecen
citarse también las fieles instructoras bíblicas Rosa Engel,
Pacífica Oliveira e Irma Conrad, como también Joao Rabello,
los cuales vieron bautizarse, con la ayuda de Dios, a 175 almas.
En vista del progreso inusitado de la obra en Porto Alegre,
acababan de colocar la piedra fundamental de la segunda iglesia
de aquella ciudad, a fin de dar cabida a todos los que aceptaron
gozosos el mensaje de esperanza.

En Montevideo, el activo pastor Humberto Cairus


dirigió 2 series de conferencias públicas, con la ayuda de un
grupo de miembros laicos que usaron su tiempo libre para
contribuir al triunfo del mensaje de Dios en esta generación.

En el Gran Buenos Aires también estaba creciendo la


obra de Dios. El pastor Samuel C. Weber pensaba añadir treinta
almas a la iglesia de Palermo como resultado de su trabajo del
año. Lo mismo el joven pastor Juan Tabuenca, a cargo de las

76
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

iglesias de Liniers y Morón, esperaba añadir un grupo semejante


a la iglesia nombrada en primer término1.

Discípulos Ilustres de Walter Schubert

Entre los discípulos y sucesores de la tarea evangelizadora


de Schubert se cuentan algunos hombres eruditos y destacados.
Posteriormente aparecieron en Sudamérica Víctor Ampuero
Matta y Daniel Hammerly Dupuy. Aunque no tuvieron mucho
éxito como evangelistas, si lo tuvieron como profesores de
teología y, en el caso de Ampuero Matta, además, como redactor
de la Casa Editora Sudamericana por el resto de su vida. Hacia
el final de sus ministerios, la Universidad de Andrews les
confirió el título de doctor honoris causa. El problema de ellos
no se dio tanto en la atracción de público, sino en la cosecha.
Ambos eran de corte enciclopedista. Abarcaban todas las ramas
del conocimiento religioso, histórico, científico y cultural.
La tendencia evangelística de entonces apuntaba a las capas
más altas de la sociedad. Sus libros y artículos se publicaron en
las revistas adventistas y en otros medios, así como los del
hermano médico de Hammerly, Marcelo, sobre salud, abrieron
surcos por toda América latina y Europa (España en especial),
permitiendo a otros cosechar lo que ellos habían sembrado.
En algunos lugares Ampuero Matta no consiguió
siquiera público. Cuentan que solía espiar en sus conferencias
por la puerta entornada para ver si venía alguien. En Paraná y

1
Greenleaf, A Land of Hope.470-480.
77
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

otros lugares, sin embargo, consiguió en su momento mucho


público al hablar de las profecías. Pero la gente se le iba cuando
tocaba algunos temas como el de la unión de las iglesias. Para
esa época era imposible, en la opinión de la gente, que las
Iglesias Protestantes y Evangélicas se uniesen con la Iglesia
Católica.
En marcado contraste con el apacible Marcelo, Daniel
Hammerly Dupuy era muy combativo. En ciudades secularizadas
como la de Montevideo le gustaba desafiar por diario y radio a
catedráticos de la Universidad ateos, sacudiendo la opinión
pública. Era un ratón de biblioteca y se metía en cuanto aspecto
de la ciencia pudiera interesar a la gente. Dominaba también
mucho sobre historia. Fue muy criticado en su momento porque
esa gente elevada no es fácil de cosechar, sino que requiere un
proceso de preparación más largo, tal cual se vio en la
conversión de Nicodemo que duró tres años. De modo que al
evaluar los resultados de las campañas, por lo general escasos en
cantidad de conversos, solían generarse discusiones entre los
colegas. Más allá de esto revelaba en sus temas mucha sabiduría
y conocimiento histórico. Sus muchos libros le dieron a la
Iglesia Adventista en Sudamérica una comprensión mayor del
lugar que ocupa en la historia.
En la primera parte de la segunda mitad del S. XX se
destacaron tres oradores en el mundo hispano latinoamericano
cuyo éxito fue más marcado. Entre ellos se destacaron Salim
Japas (de origen árabe) en Argentina, y Arturo Schmidt (de
origen alemán). Japas se destacó más tarde en Puerto Rico como
profesor de teología y evangelista, y culminó su labor como
evangelista de la División Interamericana. Schmidt comenzó a
78
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

tener gran éxito en Chile y llegó a ser no sólo evangelista de las


Divisiones Sudamericana e Interamericanas, sino también de la
Asoc. General. Japas y el intentaron hacer obra entre los árabes
también, destacándose Schmidt por su audacia en dar
conferencias en el mundo árabe como “musulmán adventista”.
Las conferencias se daban a menudo en teatros y cines
costosos y se ponía énfasis en los aspectos sociales. La familia, el
hogar, los problemas de la juventud, el sexo, cómo vencer en la
vida, como resolver los problemas económicos, etc., eran temas
comunes. Japas explotó tal vez más que ninguno el carisma del
orador. A veces se lo acusaba de convertir la gente a su persona y
no a Cristo. Como buen árabe disfrutaba más que nadie de la
admiración y las simpatías de la gente, y daba a la gente también
todo su corazón. Así como Hammerly hacía de su sabiduría un
culto, Japas se esforzaba por el reconocimiento afectivo de la
gente. Incluía algunos aspectos de la profecía, pero de una
manera muy general para no chocar con el mundo católico.
Tanto él como Schmidt desembocaban en las doctrinas bíblicas
de nuestra iglesia, o las intercalaban en los temas que tocaban
durante sus conferencias.
Entre los evangelistas que ocuparon el cargo de Director
Ministerial de la División Sudamericana figuró también el
pastor Rubén Pereyra, nacido en Uruguay. Su estilo fue
promocional en la forma de exponer los temas. También
terminó en la administración y completó su jubilación como
profesor de teología en Puerto Rico.
Otro orador que comenzó a destacarse en América Latina fue
Carlos Aeschlimann. Nacido en Chile, de padres chilenos,

79
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

estudió en el Colegio Adventista del Plata, pero le dieron pocas


esperanzas como pastor. Más tarde su vocación religiosa se
despertó. De relativo éxito en Sudamérica, logró llegar al
pináculo del evangelismo en Interamérica. El pastor
Aeschlimann sacudió iInteramérica y logró atraer inmensos
públicos. Fue él quien inició las grandes conferencias
metropolitanas, en donde se involucraba a todo el mundo en un
determinado tipo de tarea con un objetivo final en mente. Fue
el autor de La Fe de Jesús, el método más sencillo de dar estudios
bíblicos que aún hoy se utiliza hoy Latinoamérica.
Otro orador de marcado éxito fue el mejicano Arteaga,
que pisó también las orillas rioplatenses atrayendo grandes
multitudes. Su acento mejicano resultaba atractivo para la gente
del sur. Una parálisis facial no le permitía sonreír, lo que no
impedía que tuviera a la gente a las risotadas con sus chistes,
muchos de ellos mejicanos. Su estilo hilarante, pero lograba
también lograba dirigir la atención al mensaje del evangelio, y la
gente respondía a su llamado. A menudo los anuncios eran
simplemente: “Escuche a Arteaga”, sin necesidad de grandes
títulos1.

1
Antonio Arteaga, «Evangelizing Our Spanish Neighbors», Ministry
Magazine, accedido 9 de septiembre de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/https://www.ministrymagazine.org/archi
ve/1959/06/evangelizing-our-spanish-neighbors; Antonio Arteaga, «A Cada
Uno Su Obra», Ministerio Adventista, octubre de 1969; Antonio Arteaga,
«Evangelism in Tucuman, Argentina», Review and Herald, 14 de marzo de
1963; Antonio Arteaga, «Eager Throngs Hear the Gospel in Chile», Review
and Herald, 4 de junio de 1964; Antonio Arteaga, «Evangelism in Iquique,
Chile», Review and Herald, 20 de agosto de 1964; Antonio Arteaga,
80
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Walter Schubert fue todo un modelo de personalidad


con alta motivación interna. Su persona mostraba coraje,
ingenio, audacia, no se desanimaba fácilmente frente a las
dificultades y obstáculos, y, sin dudas, sentía pasión y amor por
las personas. Su entrega y dedicación eran un aliciente para
otros. Se preocupaba por alentar positivamente a quienes
trabajaban junto a él destacando su esfuerzo. Se dedicó a educar
y formar a otros. Esto hizo que su liderazgo fuera apreciado y
querido. Podría decirse que sus lemas personales fueron. (1) No
contentarse con lo bueno, sino buscar lo mejor. (2) No sólo
decir lo que hay que hacer, sino dar el ejemplo de cómo hacerlo.
Esto se aprecia en las diferentes actividades que fomentó siendo
el primero en participar. Numerosos futuros dirigentes se
prepararon bajo su liderazgo. (3) Avanzar y dar todo de sí.
Schubert comentó que su trabajo tuvo que realizarlo
mayormente enfermo; constantemente tuvo que exigirse, casi
contra toda razón, a trabajar. Pero a pesar de ello, sintió que
Dios lo sostuvo.
La tarea evangelizadora de Schubert influyó profunda y
definidamente sobre el programa de evangelización de una
generación completa de ministros de varias partes del mundo,
pero particularmente, de los países que conforman la División
Sudamericana de la Iglesia Adventista1.

«Evangelism in Buenos Aires, Argentina», Review and Herald, de setiembre de


de 1965.
1
Aurora Chavez, «Tribute To A Fallen Leader», Inter American News
Flashes, 25 de noviembre de 1980.,2.
81
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Su ministerio exitoso se caracterizó por impulsar


simultáneamente todas las áreas de la IASD: publicaciones
(colportaje), evangelización, recolección, escuela sabática, etc. En
resumen, apoyó la difusión del evangelio tanto fuera como
dentro de la iglesia. Su preparación paulatina en los distintos
lugares que le tocó servir, hicieron que, a lo largo de sus años de
servicio en la Iglesia Adventista, oficiara como maestro,
oficinista, director de departamentos, tesorero, presidente de
asociación, secretario ministerial de división y finalmente como
asociado ministerial de la Asociación General.

Una de las frases inspiradoras de este hombre


consagrado a Dios fue: "Trabajar sin orar, es orgullo; y orar sin
trabajar, es hipocresía”. Y, según lo expresó S. Japas: “La
metodología de Schubert no fue perfecta, su personalidad no
fue perfecta, pero su pasión por las almas si lo fue y eso significa
mucho".1

Su vida nos lega la lección de no dejar de innovar y


adaptar de continuo el mensaje a las cambiantes condiciones de
la sociedad que debe recibirlo.

Luego de esta semblanza de la trayectoria del pastor


Schubert conviene retroceder para profundizar en el antes y el
después del acople que lograra hacer entre la tradición
evangelizadora adventista y la realidad latinoamericana.

1
Alberto R. Treiyer, «Tendencias Evangelísticas Adventistas» (2001),
http://www.adventistdistinctivemessages.com/Spanish/articulos.html.
82
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

SCHUBERT APLICA EN EL MUNDO EL MÉTODO

CREADO EN SUDAMÉRICA

Una vez que el pastor Schubert fue designado parte del staff de
la Asociación Ministerial de la Asociación General comenzó a
aplicar y promover su método en las audiencias católicas de
otras partes del mundo, y aún las no católicas. Estos principios
además, iluminarían la manera de abordar audiencias de otras
religiones. 1

Interamérica Reproduce la Experiencia Sudamericana

A partir de 1954, Schubert y otros tres evangelistas


sudamericanos, Arturo Schmidt, Carlos Aeschlimann y Salim
Japas, introdujeron el nuevo método evangelizador en
Interamérica. Uno tras otro organizaron campañas de ganancia
de miembros en las ciudades capitales de Cuba, República
Dominicana, México y Colombia, como también en áreas
urbanas menores. La población adventista de México se
expandió en más de 34.000 miembros entre 1950 y 1970.

Un Nuevo Concepto en Norteamérica

En Estados Unidos presentó técnicas evangelísticas


similares a las que había en América del Sur. Schubert sugirió
que el evangelista debe ser consciente de que el hombre no está

1
Rifai Boerhanoe’ddin, «Islam Leader Now a Bible Teacher», Far
Eastern Division Outlook, abril de 1958.,15.
83
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

particularmente interesado en el evangelismo como tal. Pero


como resultado de su indiferencia hacia Dios, sufre de miedo y
ansiedad. Por lo tanto él va a escuchar a alguien que puede
ayudar a resolver su ansiedad, inseguridad, complejos de culpa,
etc. Por eso el éxito en la evangelización requiere un enfoque
que enfatice en temas de interés social y psicológico definido. Lo
que la persona promedio busca es la esperanza, la paz, el perdón,
la felicidad, un mejor nivel de vida, la seguridad y la confianza,
el reconocimiento y el compañerismo1.

Arteaga Adapta a Norteamérica los Métodos Sudamericanios


de Schubert

Antonio Arteaga escribió que “uno de los principales problemas


en nuestro trabajo evangélico es saber cómo adaptar la verdad
que nunca cambia a un mundo que siempre está cambiando. En
la Asociación del Sureste de California, intentamos durante
muchos años evangelizar a la población de habla hispana,
utilizando más o menos los mismos métodos que se usan entre
las personas de habla inglesa, pero los resultados no fueron
alentadores. La asistencia a las reuniones fue pobre y los
bautismos pocos. Finalmente, llegamos a la conclusión de que
estos métodos simplemente no funcionarían. Pero, gracias a
Dios, Él tiene muchos métodos. Durante los últimos cuatro
años hemos estado usando uno que ha traído los mejores
resultados conocidos hasta ahora. Este método ha sido utilizado
en Sudamérica por el pastor Walter Schubert y ahora lo están

1
Howard B. Weeks, Adventist Evangelism in the Twentieth Century
(Hagerstown, MD: Review & Herald Pub. Association, 1969).,259.
84
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

usando muchos otros en diferentes países. Desde nuestra propia


experiencia podemos decir que realmente funciona y trae
resultados. Por supuesto, no todos pueden seguir el patrón
exacto, pero cualquier persona que esté dispuesta a probar algo
diferente puede seguir los principios”.

En lo que se manifetaba como un giro metodológico de lo bélico


a lo sociológico declaró que “Hemos encontrado que los
sermones sobre futuros conflictos armados, o el fin de todas las
cosas, no traen muchos oyentes. La mayoría de la gente ya está
asustada; prefieren escuchar un poco de paz en lugar de piezas. Y
muchos viven en hogares que ya están destrozados por el
divorcio o la delincuencia, no quieren escuchar que el mundo
entero también será "destruido". Sin embargo, todos están
interesados en un hogar feliz y en una larga vida, así que
comenzamos por decirles cómo vivir felices en esta tierra antes
de intentar interesarlos en vivir en el próximo.1

Escuelas Prácticas de Evangelización

Trabajando juntos como ministeriales asociados, los pastores


Walter Schubert y Earl E. Cleveland hiciron valiosas
contribuciones metodológicas al campo mundial2. Al dirigir
campañas evangelísticas las emplearon como escuela práctica
para demostrar procedimientos vitales para la ganancia de almas.
En cinco años desarrollaron siete campañas evangelísticas y

1
Arteaga, «Evangelizing Our Spanish Neighbors».
2
J.R. Obregon, «Youth Activities in West Visaya», Far Eastern Division
Outlook, abril de 1962.,11.
85
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

escuelas de campo donde se agregaron a la iglesia más de 1500


nuevos miembros”1.

Walter Schubert, de la Asociación Ministerial de la Asociación


General, realizó tres esfuerzos en español simultáneamente en el
Bronx, Manhattan y Brooklyn durante la primera mitad de
1955. Los resultados en los bautismos fueron muy gratificantes2.

Desarrolló también un ciclo de conferencias en Springfield en


19573 y Pittsfield4 y Hartford5. Las reuniones se celebraron cada
dos semanas en cada lugar hasta el 17 de diciembre, momento
en el que se suspendieron hasta después de las vacaciones.

El trabajo continuo de Schubert durante la campaña de


evangelización demostró ser una inspiración y una bendición
para los miembros de nuestra iglesia, así como para los obreros
de la zona. Aunque no pudo permanecer el tiempo suficiente
para cosechar el interés que surgió de las reuniones, se informó
que hubo 174 personas interesadas de las ciudades

1
Roy Allan Anderson, «The Ministerial Association», General
Conference Session Bulletin, 23 de junio de 1958.,13.
2
G.E. Jones, «Greater New York Conference Report», Atlantic Lake
Union Gleaner, 30 de marzo de 1959.,17.
3
Merle Mills, «Another Bible Instructor Joins Conference», Atlantic
Lake Union Gleaner, 28 de octubre de 1957. 6.
4
Lewis Lenheim, «Around the Union», Atlantic Lake Union Gleaner,
25 de noviembre de 1957. ,1.
5
«Spot News», Atlantic Lake Union Gleaner, 23 de diciembre de
1957.,6.
86
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

mencionadas1. Otros obreros pudieron tener una buena cosecha


posterior2. Tiempo después predicó Long Beach e Island Park.3
Irlanda, un terreno difícil, también recibió la predicación de
Schubert, con ciclos en Dublin y Belfast4. En Milan y Turín
sorprendió al bautizar cien almas en esa region5 y reavivó las
iglesias de la zona6.

“Los Adventistas Me Están Persiguiendo”

Walter Schubert, trabajando entre personas de habla hispana en


los Estados Unidos, informó que durante un servicio que realizó
en Los Ángeles, una mujer le preguntó cómo él, alemán, podía
hablar español. . "¿Quién es usted?", preguntó ella. "Soy un
pastor adventista", dijo. Su cara se demudó. "Ustedes los
adventistas me están persiguiendo", dijo. "Estando internada en
un hospital en Sudamérica, una mujer en la cama de al lado
compartió conmigo su fe adventista. Cuando salí del hospital
me visitó en mi casa. Llegué a Estados Unidos y escuché el
programa de radio La Voz de la Profecía. Lo disfruté y me inscribí

1
Merle Mills, «Elder Schubert Leaves and Returns», Atlantic Lake
Union Gleaner, 20 de enero de 1958.,5.
2
Merle Mills, «Elder Dan Harris Commcnccs Winter Campaign»,
Atlantic Lake Union Gleaner, 3 de febrero de 1958.,9.
3
Herminio Ortiz, «Walter Schubert Visits Bay Shore Spanish
Church», Atlantic Lake Union Gleaner, 20 de marzo de 1961.,5.
4
W.J. Hackett, «Greetings from the Fall Council!», Atlantic Lake
Union Gleaner, 6 de noviembre de 1961.,2.
5
Roy Allan Anderson, «The Ministerial Association», General
Conference Session Bulletin, 31 de julio de 1962. ,11.
6
Marius Fridlin, «Southern European Division», General Conference
Session Bulletin, 1 de agosto de 1962.
87
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

en el curso de correspondencia bíblica. Me gustó mucho, hasta


que supe que era adventista del séptimo día. Ahora vengo a
escucharlo a usted y disfruto de sus sermones, y descubro que
también es adventista del séptimo día. Regresaré mañana por la
noche para escucharlo, pero no me uniré a su iglesia". Esta
mujer, sin embargo, poco después fue bautizada."1 El adventismo
palpitaba el mismo sentir evangelizador en todas las áreas de la
iglesia.

Mirando el ministerio en retrospectiva

Walter Schubert miró su ministerio en retrospectiva de la


siguiente manera:

De niño me sentí llamado por el Señor al ministerio,


pero muchos obstáculos estaban en el camino. Algunos
de los hermanos dirigentes pensaron que no tenía
talento para predicar. Ellos pensaron que yo debería
hacer trabajo de oficina o ir a la enseñanza. Así fue
como los primeros años de servicio los pasé enseñando
en la escuela de la iglesia. Más tarde, me desempeñé
como contador en una oficina de asociación y, después,
como secretario de departamento.

Cuando recibí un llamado a otro campo misionero, el


presidente de mi asociación local me dijo: "Si está

1
Lawrence Maxwell, «The Day in Cleveland», General Conference
Session Bulletin, 23 de junio de 1958.,5.
88
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

dispuesto a permanecer en este campo, le daré el


pastorado en Valparaíso, Chile". Estaba encantado. Mi
convicción inspirada por Dios se había hecho realidad.
Incluso antes de comenzar, algunas personas predijeron
mi fracaso. Pero cuando entré en este trabajo sagrado,
entregué nuevamente mi corazón al Señor, y Él me
otorgó el don de hablar. El enemigo de toda verdad trató
de sacarme del ministerio. En varias ocasiones tuve la
tentación de aprovechar las oportunidades que me
ofrecían de ganar buen dinero fuera de la denominación,
sin vivir bajo las dificultades económicas y la tensión, y la
angustia, o la perseverancia y la oración que se requieren
de un evangelista que quiere ver a las almas nacidas en el
reino.

Una mañana estaba listo para renunciar. Cuando iba a


ver al presidente de la conferencia con ese propósito, mi
esposa me encerró en la casa y me dijo que no me dejaría
salir hasta que le prometiera que permanecería en el
ministerio. Ella me dijo que se casó con un ministro y
me quería en la obra del Señor, y que estaba dispuesta a
sufrir la pobreza y las dificultades conmigo mientras yo
permaneciera en la causa del Señor. Oramos
fervientemente juntos, pidiendo la guía del Señor en este
asunto. Entonces y allí decidí dar mi vida completamente
al ministerio, pase lo que pase.

Mirando hacia atrás después de cuarenta y dos años en la


obra de Dios, puedo decir honestamente que no
intercambiaría todas las experiencias en ganar almas que
89
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

he tenido a lo largo de los años por nada en el mundo Si


pudiera volver a vivir mi vida, volvería a entrar en el
ministerio. He encontrado mi mayor satisfacción al
ayudar a las personas en la aflicción, consolar a los
afligidos, orar por los enfermos, convertir a los
pecadores, ateos y agnósticos, y verlos unirse con la
iglesia que se está preparando para el segundo destino de
Cristo.

Una lección que Schubert aprendió en su ministerio fue que


cuando se pone el corazón y todo lo que uno posee en la obra
del Señor, Dios cuida al misionero.
“Recuerdo muy bien mi primer año como
pastorevangelista. A principios de año prometí dar 100
pesos al fondo evangelístico de la asociación. Era el
equivalente de casi la mitad de mi salario mensual, y mis
escasos ingresos no me habían permitido cumplir mi
promesa. Llegó el mes de diciembre. Mi esposa y yo
decidimos que íbamos a cumplir nuestra promesa, pero
después de diezmar y pagar el alquiler, quedamos con
poco dinero. Decidimos no endeudarnos. Fue en años
de crisis y las papas eran especialmente baratas, por lo
que decidimos vivir con papas. Nos estábamos cansando
de papas tres veces al día (aunque mi esposa las preparó
de muchas maneras diferentes) cuando un día a
mediados del mes fui a mi correo como de costumbre.
He aquí que había una carta para mí de los Estados
Unidos de América! Era de una hermana que, con su
esposo, había trabajado en Alemania en mi infancia y me
había preparado para el bautismo. No había sabido nada
90
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

de ella por quince años. El punto principal de su carta


decía: "Walter, no pude dormir anoche. El Señor me
impresionó que te escribiera y te enviara cincuenta
dólares, ya que estás en extrema necesidad. No sentí paz
en mi corazón hasta que te mandé el dinero, que se
adjunta a continuación "Así descubrí que el Señor hace
milagros. Fui directamente al banco y recibí 200 pesos
por los cincuenta dólares, que era el doble de lo había
dado al Señor. Luego me fui de compras. Cuando llegué
a casa con un paquete grande, mi esposa se sorprendió
mucho. Ella preguntó: "¿De dónde sacaste el dinero para
comprar cosas tan buenas?" Yo le mostré la carta, nos
arrodillamos y le agradecimos al Señor por sus grandes
bendiciones. Ese mes iniciamos nuestra primera cuenta
de ahorros con 100 pesos. A través de esta experiencia,
aprendimos que si somos fieles en ayudar a apoyar la
obra del Señor, Él nunca nos abandonará”.

En el ministerio Schubert también aprendió que los prejuicios


debilitan la espiritualidad del trabajo. “Pienso en un esfuerzo
hace años cuando varios obreros que estaban trabajando
conmigo tenían prejuicios contra algiuen del equipo. Lo
describieron como uno que siempre estaba esquivando el
trabajo. Una noche, justo cuando estaba subiendo a la
plataforma, me dijeron que se había ido a la casa sin pedir
permiso, y que no le importaba lo que sucediera con su trabajo
designado. Este informe me perturbó, pero cuando terminó la
reunión encontré a este ministro cumpliendo con sus deberes,
dándole la mano a la gente cuando salían. Más tarde, me dijo:
"Perdone mi mano vendada. Antes de la reunión, estaba
91
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

arreglando algunos cables y me lastimé el dedo, y tuve que irme


a la casa para vendarlo". Cuando miro hacia atrás en mi vida, le
agradezco al Señor desde lo más profundo de mi corazón que Él
me ha honrado al dejarme servir como ministro en su obra" 1

Inspirar Nuevos Evangelistas

Hacia el fin de un maravilloso instituto ministerial, un joven


ministro le dijo al pastor Schubert lo siguiente: "La instrucción
recibida durante esta semana ha reavivado en mí la antigua
convicción del honor de ser embajador de Cristo. Ahora he
decidido permanecer en el ministerio. He pastor de distrito
durante tres años, pero nunca estuve muy seguro de si era lo
correcto para mí. Antes de ir a la universidad, estaba seguro de
que el Espíritu Santo me había llamado alministerio, pero en mi
último año, el profesor de Biblia trató de persuadirme de que
me preparara para una profesión lucrativa, una carrera fuera de
la obra.

Este joven ministro continuó: "Estaba constantemente a punto


de entregar mi renuncia, pero ahora estoy decidido a ser un
soldado de Cristo hasta que la obra esté terminada. La cuestión
está resuelta de una vez por todas".

1
Walter Schubert, «My Spiritual “High Andes”», Inter American
Division Messenger, noviembre de 1958.,8.
92
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Schubert escribió que es una gran satisfacción que


prácticamente todos nuestros ministros y profesores de la Biblia
son cristianos leales que consideran un gran honor que los
hermanos "les impusieran las manos", dedicándolos a la obra
más grande y noble de ganar almas. Aunque el salario sea
pequeño y el mundo no los honre ni los reconozca, a los ojos del
cielo son grandes. También alentarán a los hombres talentosos
que son buenos oradores y tienen un aprecio y amor básicos por
las personas, y que están convencidos de que son llamados por
el Señor, para prepararse para la tarea tan importante de ganar
almas1.

El pastor Schubert siempre estuvo interessdo en inspirar y


formaar nuevos obreoros y evangelistas.

Pasión por las Almas Perdidas

En 1962 apareció un artículo suyo en la revista El


Ministerio Adventista. En dicho artículo hizo un análisis de la
crisis de esos años y de las dificultades que se debían enfrentar
para la predicación del evangelio. La Iglesia Adventista estaba
planteándose muchos desafíos y poniéndose blancos pero, dijo
Schubert: “Debemos recordar que estos blancos de ganancia de
almas pueden alcanzarse en esta "terrible crisis" únicamente bajo
"las circunstancias más desalentadoras y difíciles". Requiere en
primer lugar un ministerio lleno del Espíritu, un ministerio que

1
Walter Schubert, «The Sacredness and High Calling of the Ministry
- Ministry Magazine», accedido 9 de septiembre de 2015,
https://www.ministrymagazine.org/archive/1960/06/the-sacredness-and-
high-calling-of-the-ministry.
93
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

esté dispuesto a soportar dificultades y al mismo tiempo ser


audaz y valiente; un ministerio que no permanezca inactivo
cuando se vea frente a las dificultades y los obstáculos, no
importa cuán insalvables parezcan. Pero más que ninguna otra
cosa, requiere un ministerio que tenga una pasión y un amor
por las almas perdidas y sienta que ningún sacrificio es
demasiado grande para ganarlas para Cristo”.
Con estas palabras no sólo describió lo que la Iglesia
Adventista necesitaba, sino, en cierta medida, resume los valores
y las directrices que guiaron su propia vida.

Fallecimiento del pastor Walter Schubert

Durante sus 46 años de ministerio y luego como jubilado


se preocupó por adquirir más conocimiento con el propósito de
enriquecer su servicio. Constantemente atendió a muchas
personas que buscaban su consejo para solucionar problemas
personales, de matrimonio o de administración de la iglesia.
Justamente el sábado anterior a su muerte, estuvo aconsejando a
un joven cerca de tres horas y habían planeado seguir el
siguiente sábado con la conversación. El pastor Walter Schubert
falleció el 29 de octubre de 1980 en Loma Linda, California,
Estados Unidos. Su esposa, su hija, sus tres nietos, sus tres
bisnietos y todos sus hermanos en la fe lamentaron el
alejamiento temporal de quien fue el pionero de la
evangelización pública en Sudamérica. Una maravillosa corona
repleta de gemas lo espera al resucitar para vida eterna.

94
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

SUPLEMENTO FOTOGRÁFICO

Con el equipo del ciclo de Buenos Aires

Junto al equipo del ciclo de Los Angeles en 1957

95
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Junto al grupo de obreros en el ciclo de San Pablo. Una


muchedeumbre lo despide pese al temporal

96
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Personas bautizadas en Ecuador

97
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Conferencias introductorias en Conservatorio de San Pablo.


Auditorio con quinientas sillas.

98
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Ciclo en San Pablo

99
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Escuela práctica para pastores

100
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Maestro de Predicadores

101
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Ciclo en Porto Alegre

102
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Ciclo en Italia

103
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Bautismo en Milán

104
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Con su esposa en la tumba de los White.

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UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

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115
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

TÍTULOS DE LIBROS DESCUBRA EDICIONES


https://descubraediciones.wordpress.com
1. Abraza La Misión
2. Hazañas Del Espíritu Santo
3. Corte Con El Cigarrillo
4. Dios En La Realidad Humana
5. Maravillosa Salvación
6. Así Dice El Señor: El Don De Profecía En Las Escrituras
7. Adventismo En Debate
8. Dilemas Eticos Contemporáneos
9. Más Sublime Que Los Cielos: Estudios Exegéticos Y
Teológicos Sobre La Carta A Los Hebreos
10. Teología Hoy: Antología De Materiales, Investigaciones Y
Monografías Sobre Problemas Teológicos Candentes
11. Fe Viviente: Comentario Bosquejado De Romanos
12. Descubra Romanos
13. Descubra Jeremías
14. Este Es El Camino: Comentario Bosquejado De Jeremías
15. Profeta Del Evangelio: Comentario Bosquejado De Isaías
16. Asalto A La Fortaleza: La Dinámica Evangelizadora
Adventista A Inicios De Los 60
17. Para Que El Mundo Conozca: Avances Adventistas En 1970
18. Cruzada A Mitad De Siglo: El Desarrollo Del Adventismo
Sudamericano A Inicios De Los Años 50
19. Adventismo Nn: El Impacto De Las Nuevas Tendencias De
Interpretación Profética En La Iasd
20. Reunir O Desparramar: Ministerios De Apoyo Y Ministerios
Independientes En La Iasd

116
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

21. La Mies Es Mucha: Conceptos Inspirados Para Ganar Más


Almas
22. La Soga Y La Plomada: Comentario Bosquejado De Oseas Y
Amós
23. Fondos Para Servir: El Arte De Pedir Para Dar, Y Las
Posibilidades De La Recolección Adventista
24. Gente De La Palabra: Luchas, Victorias Y Milagros De La
Evangelización Pública Adventista
25. Portavoces Del Mensaje: Hombres Decisivos En El
Evangelismo Público Adventista
26. Mensajeros De Valor: El Intrépido Colportaje Adventista
De Inicios De Los 60
27. Noventa Días De Poder: El Apogeo Del Evangelismo
Público Adventista
28. Todo Un Mundo Por Ganar: El Perfil Del Ministerio
Adventista En Los Inicios De La Obra En Sudamérica
29. Pagados Y Contados: Comentario Bosquejado Del Libro De
Los Números
30. El Mesías En Acción: Comentario Bosquejado Del
Evangelio De Marcos 1:1 A 4:29
31. Construyendo El Reino: Comentario Bosquejado Del
Evangelio De Marcos 4:30 A 9:41
32. El Hombre A Quien Dios No Quiso Ayudar: Comentario
Bosquejado De Marcos 9:42 A 16:20
33. Encrucijadas En La Biblia: Pasajes Bíblicos Complejos
Enfocados Por Diferentes Métodos Hermenéuticos
Contemporáneos
34. La Palabra Permanece: Revelación, Inspiración Y Doctrina
De La Escritura

117
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

35. Un Pueblo, Un Libro, Un Mensaje: Sermones Que Exaltan


La Vigencia Y El Poder De La Palabra De Dios
36. Con Dios A La Conquista: Comentario Bosquejado Del
Libro De Josué
37. Corazón De Fuego: La Historia Del Pastor Daniel Belvedere
38. El Pueblo Del Pacto: Hechos Destacados En La Historia De
Israel
39. Inquirir Para Cumplir: Antología De Estudios Exegéticos
Del Antiguo Testamento
40. De Profetas Y Milagros: Comentario Bosquejado Del
Segundo Libro De Los Reyes
41. Del Texto Al Púlpito: Ejercicios Exegéticos Para Una Mejor
Homilética
42. Misión Diversa: La Obra Adventista En Argentina A
Mediados De Los Ochenta
43. Jesús Todo Lo Llena En Todos: Comentario Bosquejado De
La Carta A Los Efesios
44. El Trono Es Del Señor: Comentario Bosquejado Del Primer
Libro De Los Reyes
45. Heraldo De La Felicidad: La Historia Del Pastor Francisco
Scarcella
46. Dios Sana A Su Cuerpo: Comentario Bosquejado De La
Primera Carta A Los Corintios
47. Él Viene Con Las Nubes: Estudios Exegéticos Y Teológicos
Sobre El Apocalipsis
48. Rumbo A Un Mundo Nuevo: Estudios Exegéticos Y
Teológicos Sobre El Apocalipsis
49. La Palabra Bien Trazada: Estudios Exegéticos Del Nuevo
Testamento.
50. El Espíritu Escudriña: Estudios Exegéticos Del Nuevo
118
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Testamento
51. Las Arras Del Espíritu: Comentario Bosquejado De La
Segunda Carta A Los Corintios
52. Rueda Sobre Ruedas: Comentario Bosquejado Del Libro De
Ezequiel
53. Dilo En Las Montañas: La Obra Adventista En La Región
De Cuyo
54. Un Siglo Iluminando: Inicios De La Misión Adventista En
La Ciudad De Paraná
55. El Precio De La Profecía: Louis Were Y La Profundización
Del Historicismo Adventista
56. Predicando En El Aire: Pioneros De La Radiofonía
Adventista En Sudamérica Y El Mundo.
57. Predica La Palabra: Consejos Para Un Buen Sermón
Expositivo
58. Adventismo En Marcha: El Ritmo Misionero De Los Años
Sesenta en la Unión Austral
59. Luchando Por Altas Metas: La Evangelización Pública
Adventista De 1966 A 1970 en la Unión Austral
60. Esfuerzos Recompensados: Ciclos Evangelizadores
Emblemáticos En El Adventismo Mundial
61. Cautivos del Señor: Comentario Bosquejado De Esdras,
Nehemías y Ester
62. Corazón de Rey: Comentario Bosquejado Del Primer Libro
de Samuel
63. Las Batallas Del Señor: Comentario Bosquejado Del
Segundo Libro De Samuel
64. Luz De Los Gentiles Y Gloria De Israel: Comentario
Bosquejado Del Evangelio De Lucas 1:1 a 9:50.

119
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

65. Aptos Para El Reino De Dios:Comentario Bosquejado Del


Evangelio De Lucas 9:51 A 17:4
66. Dios Es Propicio: Comentario Bosquejado Del Evangelio De
Lucas 17:5 a 24:53
67. Tus Pecados Sepultados: Comentario Bosquejado del
Abdías, Jonás y Miqueas.
68. Fortaleza en el Dìa de la Angustia: Comentario Bosquejado
De Nahum a Hageo
69. Monumentos De Fe Y Amor: La Construcción y Dedicación
de Templos y Capillas Adventistas en Sudamérica entre
1925 y 1966
70. Dulce Esperanza: Los Progresos Adventistas en la Provincia
de Tucumán Desde sus Inicios Hasta 1966.
71. Capturados Por El Gozo: La Historia Del Pastor Antonio
Arteaga
72. Alumbrar Un Continente: Daniel Belvedere, Líder De La
Evangelización Pública Sudamericana
73. Con Poder Y Valor: Las Estrategias De Evangelización
Pública Adventista Entre 1955 Y 1960
74. Vestidos De Gala: Comentario Bosquejado De Zacarías Y
Malaquías
75. Bueno en Gran Manera: Comentario Bosquejado de
Génesis 1 al 11.
76. Bitácora Doctoral: Antología De Estudios y Apuntes
Teológicos
77. Ejercicios de Posgrado: Antología De Estudios y Apuntes
Teológicos
78. Hierba, Espiga y Grano Lleno: La Misión Adventista En La

120
UNA ANTORCHA QUE ARDÍA

Ciudad De Paraná En Su Contexto Antropológico


79. El Aula de Cristo: Antología De Estudios Teológicos y
Pastorales
80. Babilonia Está Afuera: Una Mirada Global Al Problema De
La Disidencia En La Iglesia Adventista Del Séptimo Día
81. La Ciencia de la Redención: Antología De Estudios y
Apuntes Teológicos
82. Ejercicios Doctorales: Antología De Estudios y Apuntes
Teológicos
83. Dios Guía a Su Pueblo: Antología de Estudios Sobre
Historia del Adventismo.
84. La Simiente Bendita: Comentario Bosquejado Del Libro De
Génesis 12 al 26
85. De Ateo a Predicador: La Historia de William Simpson,
Primer Evangelista Metropolitano
86. La Esgrima de la Verdad: El Arte del Debate en la
Evangelización Pública Adventista
87. Guerras, Bestias y Debates: La Singularidad de la
Evangelizaciòn Profètico-Doctrinal en la Iglesia Adventista
del Séptimo Día.
88. Pólvora & Azufre: El Tratamiento De Las Guerras Del
Mundo En La Evangelización Pública Adventista
89. Te Llamarás Israel: Comentario Bosquejado Del Libro De
Génesis 27 al 50.

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