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, 11 de agosto de 2019
Luego de dar la última batalla de su vida y haber recibido los auxilios espirituales de
la Santa Madre Iglesia, en compañía de su apreciable familia, en su domicilio
particular, y acompañado con la oración de innumerables personas, debo
informarles que en este día domingo, a las 8:40 pm, nuestro querido Arzobispo
emérito y Cardenal Don SERGIO OBESO RIVERA ha partido a la casa del Padre.
Rogamos a Dios nuestro Padre que lo reciba con los brazos abiertos y lo introduzca
en las moradas eternas.
Son innumerables las obras y el quehacer pastoral que el Cardenal Sergio Obeso
fue realizando a lo largo de su servicio en esta arquidiócesis; somos testigos de su
cercanía con sus fieles, su capacidad de interlocución con diferentes actores y su
exquisita capacidad para conversar así como su don de gentes. El Cardenal Sergio
Obeso Rivera vivía con mucha discreción y no le gustaba hablar de sus cualidades
y de sus logros. Sin embargo todos nosotros somos testigos de sus dones y de sus
virtudes
El Cardenal Sergio Obeso fue una persona consagrada a Dios que fue invitado
desde muy pequeño a prepararse para trabajar en la viña del Señor. Muchos años
de su ministerio sacerdotal los dedicó a la formación de los sacerdotes y después
como Arzobispo, recorrió incansablemente el territorio de la arquidiócesis de
Xalapa, Dios adornó su vida con cualidades extraordinarias que él utilizó en la
predicación evangélica, en la conducción de la Arquidiócesis y en el trato con todo
tipo de personas; fue un ser humano extraordinario que supo atender con diligencia
a todos los que tuvieron la fortuna de tratarlo directamente.
El Cardenal Sergio Obeso Rivera fue una persona admirable en todo sentido.
Tuvimos el privilegio de ser guiados por él, siempre escuchamos con mucha
atención su consejo y sus orientaciones. Lo reconocimos como un hombre culto,
como una persona amable, brillante y con una calidad humana reconocida por
propios y extraños. Era elocuente al hablar, sus enseñanzas manifestaban la
profunda solidez de su formación y la claridad de su pensamiento.
El Cardenal don Sergio Obeso fue sobre todo un testigo elocuente de la fe. De esta
experiencia religiosa se desprendía también su profunda visión de la vida y sus
grandes virtudes. El contacto con la Sagrada Eucaristía y con la Palabra de Dios
despertaban en él todo tipo de virtudes: piedad, caridad pastoral, dedicación,
respeto, claridad, solidez, firmeza y transparencia entre otras.
El Cardenal Obeso supo integrar muy bien el cultivo de su fe con el compromiso con
las realidades temporales. Fue admirable la austeridad con la que siempre vivió
mostrando una gran libertad ante los bienes de este mundo. Su grandeza interior le
permitía apreciar la belleza de este mundo sin perder la mirada en las cosas del
cielo.
Fue un pastor cercano con las personas de bajos recursos, y por eso muchas veces
recorrió las comunidades rurales y los pueblos de la sierra del estado de Veracruz
con una gran disposición y caridad pastoral. Siendo el pastor de esta arquidiócesis
supo crear las estructuras eclesiales que permitieron el acercamiento y
acompañamiento a los sectores más desprotegidos. Don Sergio nos enseñó con su
ministerio y testimonio de vida que la verdadera fe no se puede encerrar solo en la
sacristía. Pero también que el servicio a nuestros hermanos, resulta más auténtico
cuando se inspira en nuestra pertenencia a Cristo. Fe y vida fue un binomio muy
bien conjugado por nuestro cardenal.
El Cardenal Obeso nos enseñó con el testimonio de su vida que se puede y debe
servir a los pobres sin asumir posturas radicales y sin demagogias. Se puede servir
a los más desprotegidos y ser testigos en el mundo sin renunciar a los valores
cristianos ni perder nuestra pertenencia a Cristo. El cardenal Sergio Obeso le sirvió
al mundo porque tenía una gran pertenencia a Cristo.
Los restos del Cardenal Sergio Obeso Rivera serán velados en la Santa Iglesia
Catedral de Xalapa donde también será sepultado. Su misa exequial será el martes
13 de agosto a las 12 hrs. «Que por la misericordia de Dios, el alma de nuestro
querido Cardenal Sergio Obeso Rivera, descanse en Paz».
Que el Señor aumente en nosotros su gracia y nos conceda por intercesión de Santa
María de Guadalupe, San Rafael Guízar Valencia y el beato Darío Acosta Zurita
cumplir con alegría su santa voluntad. Que a todos nos conceda el consuelo de la
fe.
Arzobispo de Xalapa