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BACON Organum
Traducción directa del latín:
C l e m e n t e Fe r n a n d o A l m o r í
LOSADA
S i g u e l a s e g u n d a p a r t e d e l a I n s t a u r a t io , q u e
COMPRENDE LA DIVISIÓN DE LAS CIENCIAS Y UN USO MÁS
VERDADERO DEL INTELECTO Segunda parte de la obra, llamada
m O rganum , o indicaciones verdaderas acer
Pero no en forma de tratado regular sino de aforismos
conteniendo las partes esenciales. ca de la interpretación de la naturaleza
f p ,, . Prefacio
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nación sobre" las dificultades de la investigación y la oscuridad 1 ahora detenemos un momento y fijar nuestra atención en este
de las cosas, y como tascando el freno, no dejaron de insistir ’empl° como en un espejo', examinaremos, si os place, el ca
en su propósito y de comunicarse con la naturaleza, creyendo so en que hubiera que transportar un obelisco de colosal tama
al parecer, que lo adecuado era no discutir esto de si se p u e¿ÍH ño para el esplendor de un triunfo u otra solemnidad cualquie
o no saber algo, sino intentarlo. Así y todo, ellos mismos se ra y en que los hombres acometiesen esta empresa con solas
contentaron con emplear a secas la fuerza de su espíritu sus manos, ¿no diría un espectador sensato que aquello era un
aplicar regla alguna y dejándolo todo al poder de la reflexión y acto de locura? ¿Y no se afirmaría en esta creencia, si los viera
a la inquietud y agitación perpetua del espíritu. ■ convencidos de que aumentando el número de obreros po
Nuestro método es tan fácil de expresar como difícil^ •= drían vencer la dificultad? Y si pretendiesen establecer un cri
aplicar. Todc> él consiste en fijar grados de certidumbre, en^g. terio selectivo, separando a los más débiles y echando mano so
rantizar la percepción de los sentidos por medio de ciertas lamente de los más robustos y vigorosos, esperando lograr así
tricciones y comprobaciones, en rechazar, las más veces, la in su propósito, i no proclamaría esto que su delirio era cada vez
tervención del pensamiento que trata de seguir de cerca ajos más agndo? Y si no contentos con esto fuesen más allá y deci
sentidos, y finalmente, en abrir y dejar expedito al pensamlen diesen por fin volver sus ojos hacia los atletas y mandasen que
to un camino nuevo y firme partiendo de las percepcionesjnaji se presentaran inmediatamente aquellos cuyas manos, múscu
mas de los sentidos. Sin duda alguna vieron esto también los los y tendones estuviesen untados y preparados conforme a las
que tanta importancia dieron a la dialéctica, lo cual nos de reglas de este arte, ¿no exclamaría nuestro espectador que aque
muestra que ellos también consideraban necesarios puntales lla gente tomaba sus medidas para desbarrar con cierto méto
para la inteligencia y miraban con recelo la marcha natural y eí ¡ do y discreción?
avance espontáneo de la mente. Pero este remedio resultaba ya ^ Ahora bien, si nosotros hubiéramos adoptado los mismos
tardío en un estado perdido de cosas, cuando lecciones y doc- f métodos que siguieron los antiguos y después pretendiéramos
trinas impuras se habían apoderado del espíritu, que estaba so- f haber traído cosas mejores que ellos, no podríamos evitar, por
metido a los ídolos más vanos. Por esto el arte aquel de la dia- derroche de ingenio que hiciéramos, que se estableciese una
léctica tomando precauciones, ya tardías, como dijimos, e J comparación y en cierto modo una competencia entre su talen
incapaz por otra parte de reformar las cosas, tuvo más fuerza to, méritos y capacidad, y los nuestros. Claro está que a fin de
para fijar los errores que para descubrir la verdad. Queda como cuentas esto no sería una cosa reprensible e inaudita, pues ¿por i
único remedio saludable repasar de nuevo el trabajo de la men qué razón no hemos de poder nosotros, lo mismo que todos, j
te en su totalidad, y que ni en el comienzo mismo quede ésta señalar y reprender con perfecto derecho todo aquello que vié- í
confiada a sus propias fuerzas, sino que se la dirija en todo mo ramos que no era acertado? Pero un certamen de esta índole,]
mento, y que la obra toda se lleve a cabo como por medio de por muy justo y lícito que fuera, resultaría desventajoso para
máquinas. A fe que si ios hombres hubieran tratado de ejecu nosotros por la mediocridad de nuestras fuerzas.
tar los trabajos mecánicos con solas sus manos, sin el auxilio y • Pero ía cuestión cambia por completo desde el momento
fuerza de los instmmentos, en la misma forma en que no han en que lo que nosotros pretendemos es abrir un camino com
titubeado en acometer las obras del intelecto con las fuerzas ca pletamente nuevo que ellos no han explorado ni conocido. No
si solas de su mente, pequeñas en extremo serían las cosas que hay lugar entonces a rivalidades ni enconos; nosotros nos limi
hubieran podido mover y acabar, aunque en la ejecución de tamos al papel secundario de guías, cosa que tiene más de suer
sus obras hubieran empleado todos sus esfuerzos. Si queremos te, como si dijéramos, que de mérito y talento. Esta adverten-
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d a previa tiene un carácter personal; la que doy a continUa. nombres empleados aparezca lo que propongo de un mo-
ción, un valor objetivo, !i°Smás familiar, he optado por llamar anticipación de la intelmn-
Np. es propósito nuestro, ni mucho menos, echar por tierra ■ al primer^ de estos dos métodos o caminos e interpretación
las doctrinas filosóficas florecientes hoy día, ni otra alguna jg Id ftdtufdkzd AÍ. segundo.
présente o futura, más rica o exacta que ésta. Tampoco tíos ^Tbngó además que pedir una cosa. Yo, por mi parte, he
oponemos a que esta filosofía hoy en boga, y otras por d esti esto mucha atención y cuidado en que lo que iba a propo
lo, sirvan de base en los certámenes, de adorno en los discur- ner no solamente fuese verdadero sino también que no apare
sos, se profesen y defiendan en las cátedras y se aproveche su ciese de una manera desagradable y dura al espíritu de los hom
poder de concisión en las discusiones de la vida civil. Es más, bres -ocupado y obstruido de tan extrañas maneras-. En
declaramos y manifestamos abiertamente que la filosofía que cambio es justo se me conceda, especialmente tratándose de
presentamos no ha de ser muy útil para esas cosas. No está en una reforma tan profunda de doctrinas y de ciencias, que todo
todo momento al alcance de cada uno, ni se la toma al paso, ^^n^quejguiera dar un juicio o apreciación de mi obra, ya sea
ni se presta a halagar al entendimiento dejándolo partir de cier por propio impulso, ya movido por la multitud de autoridades,
tas prenociones, ni ha de descender al alcance del vulgo si no ya por las fórmulas de demostración (que han venido ahora a
es en sus efectos y consecuencias prácticas. tener la fuerza de leyes judiciales), que no espere poder hacer
Haya, pues, en buenhora, dos centros, por decirlo así, de lo de pasada y como ocupándose de otra cosa; sino que se en-
emanación y propagación de doctrinas (y ojalá que esto sea en tere bien del asunto, que pruebe despacio por sí mismo el ca-
beneficio de ambos). Haya del mismo modo dos tribus o fami miño éste que yo he trazado v tendido, que se acostumbre a la
lias de filósofos y pensadores, que, lejos de estar enemistadas y sutííidad de las cosas que se apoya en la experiencia; que corri
apartadas entre sí, estén unidas y enlazadas por mutuos servL ja, en fin, con toda la calma que el caso requiera, los malos há
cios: haya finalmente un método para cultivar las ciencias y bitos de la mente tan profundamente arraigados; y sólo enton
otro distinto para crearlas. Y a todos aquellos que consideran té cuando haya empezado a ser dueño de sí.mismo, emplee
mejor y más aceptable aí primero, ya por premura de tiempo, sil propio criterio si le place.
ya por razones de la vida práctica, o ya porque la debilidad de
su mente no les permita comprender y abarcar este otro (cosa
que necesariamente ha de suceder a muchísimos), les deseo
mucha suerte en su empresa y que alcancen lo que persigan.
Mas si hubiere alguien que desee y busque, no atenerse exclu
sivamente a los descubrimientos hechos y servirse de e11os, si
no pasar más
tos sino a la naturaleza con industria y finalmente no emitir
conjeturas bonitas y probables sino saber con seguridad y con
pruebas palmarias, esos hombres, como hijos genuinos de ja"
ciencia, únanse a mí si íes parece, para que abandonando de
una vez el vestíbulo de la naturaleza’ gastado va por las pisadas
de tantos, quede abierto por fin el paso al interior secreto de la
misma. Y con el fin de que se me entienda mejor, y de que por
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Aforismos sobre la interpretación
de la naturaleza y el reino del hombre
Aforism os
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II IV
Ni la mano desnuda ni eí entendimiento abandonado a sí En sus operaciones el hombre no puede hacer otra cosa \
mismo pueden mucho; la cosa se lleva a cabo con instrumen qUe juntar o separar cuerpos naturales; lo demás lo realiza la 1
tos v auxilios de los que precisa tanto la inteligencia como U naturaleza interiormente.6
mano; y deí mismo modo que los instrumentos de la mano im
f C-
pulsan o guían los movimientos de ésta, así los de la mente ins V?
piran el intelecto o le previenen.3
Los que se ocupan de operaciones naturales son general- yB
mente el mecánico, el matemático, el médico, el alquimista y (vQ,v€k¿ \
III . el mago,8 pero (en el estado actual de cosas) todos con esfuer- i
zos débiles, y resultados escasos.9
Ciencia y poder humanos coinciden en una misma cosa,
puesto que la ignorancia de la causa defrauda el efecto.4 A la VI
naturaleza no se la vence si no es obedeciéndola5 y lo que en
la observación es como causa, es como regla en la práctica. Serta insensato v aun contradictorio en sí mismo pensar
qne lo que nunca se ha hecho hasta ahora pueda hacerse si no
es por métodos nunca probados hasta ahora.
distinguir, como cree Fowler, entre los hechos observados y el proceso ulterior
de reflexión sobre tales observaciones; o bien entre la observación del mundo
externo y la de nuestra mente, o sea entre la percepción externa y la interna.: VII ■■■■■■■;■
La oscuridad de la expresión no quita claridad a la idea central; Bacon
quiere asentar el cortocircuito - y el poder que de él se deriva—en la obser Las producciones de la mente y de la mano parecen varia
vación de los hechos. dísimas a juzgar por los libros y manufacturas. Pero toda esa
Como es notorio, el principio gnoseológico contenido en este aforismo variedad se funda en hábiles sutilezas y en derivaciones de unas
fue retomado y profundizado por Locke en su Essdy on Human Understanding
pocas cosas divulgadas, y no en el número de axiomas.10
(Ensayo sobre el entendimiento humano), publicado en 1690. Cfr. Hb. II, espec.
cap. I, §§ 2, 3, 4 y 5.
Con una ligera diferencia verbal, este primer aforismo figura en la
Distributio Operis, pág. 62. v 6 El contenido de este aforismo se opone, a lo que afirma el autor en I,
3 Cfr. I, 9. Años más tarde, Descartes señalará nuevamente la importan 75. ,
cia del método para la investigación déla verdad en su Discurso del Método (1* :7 Los aforismos 5 a 10 están dedicados a señalar la infecundidad de la
y 2a partes) y Reglas para la dirección del espíritu, espec. regla IV in iniúo. ciencia anterior a Bacon. :
4 Es una ampliación del principio establecido en el aforismo 1, que po 8 En I, 85 infine, Bacon separa la magia natural de la supersticiosa. Evi
dría sintetizarse en la conocida expresión inglesa: saber es poder (Knowkdge dentemente alude aquí a la primera, a la que considera como una forma le
is power). No se establece aquí una equivalencia entre el poder y el saber dd gítima de indagación en su obra De Augmentis Scientiarum, hb. III, cap. 5.
hombre sino más bien uña sumisión del conocimiento a la acción, tal cual 9 En Gogitata et Visa (§§ 1 y 2) se expone extensamente el contenido de
la entienden los pragmatistas contemporáneos. Cfr. II, 1 y 4. este aforismo.
5 Esta afirmación, tan importante en la concepción de Bacon, se repite : í0 El término axioma, usado con frecuencia por Bacon, equivale a propo
casi textualmente en 1 ,129 infine y en Distributio Operis, pág. 62. sición o verdad general. En I, 17 y 18 se opone los axiomas a las nociones, y
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VIII XIis
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Aun las producciones descubiertas ya se deben más bien al Así como las ciencias en el estado en que hoy día se en
azar y al empirismo11que a la ciencia; pues las ciencias queg^r cuentran, son inútiles para descubrir cosas nuevas, así la lógica
ahora poseemos no son otra cosa que disposiciones y arregj^j «fifi hoy dm se emplea es inútil para la invención científica.
de cosas encontradas antes; no métodos de invención ni fór. i
muías para nuevas producciones.'12 XII
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