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LA IGUALDAD DE GENERO

Mucho se habla hoy sobre la igualdad de género, sin embargo ¿qué es igualdad? y
¿qué es género?, por ello es importante, antes de comenzar, definir cada uno de
estos dos términos que se utilizarán a lo largo del presente escrito.
La igualdad es un valor de carácter social y que trata de la constante búsqueda de la
justicia social, con el fin de asegurar que todas las personas tengan las mismas
condiciones de vida y de trabajo, dignas e igualitarias, sin que exista una diferencia
debido al extracto social, de sexo o género al que pertenezcan.
Y se puede definir género como la designación de lo que se considera propio de las
mujeres (femenino) o propio de los varones (masculino) y se atribuye como prejuicio
sociocultural a unas y a otros.
“Hombre y mujer han sido siempre sexualmente diferentes. En un proceso complejo
y largo, se separaron hasta llegar a desconocerse. Así se conformaron los géneros
por la atribución de cualidades sociales y culturales diferentes para cada sexo, y por
la especialización y el confinamiento exclusivo del género femenino en la sexualidad
concebida como naturaleza, frente al despliegue social atribuido al género masculino.

Hoy todas las sociedades están estratificadas en géneros y casi todas, además, en
clases y otras categorías sociales”.
El concepto de igualdad de género parte de idea de que todas y todos somos iguales
en todos los aspectos: políticos, económicos, sociales, educativos, y que, por ende,
tenemos los mismos derechos. El problema aquí es que se parte del hecho de que
todas y todos tenemos las mismas oportunidades, hecho que no es cierto porque
éstas dependen del contexto social, económico, étnico, político y cultural de cada
persona.
Mientras que la equidad de género es un valor de carácter social que trata de la
constante búsqueda de la justicia social, con el fin de asegurar que todas las personas
tengan las mismas condiciones de vida y de trabajo, dignas e igualitarias, sin que
exista una diferencia debido al extracto social, de sexo o género al que pertenezcan.

En nuestra Constitución el principio de igualdad ante la ley ha inspirado la


formulación de artículos que reconocen derechos en favor de las personas que se
encuentran en situaciones especiales o presentan características que los ponen en
desventaja frente a la mayoría.
Es de vital importancia lograr la equidad de género, ya que, si a la mujer se le
restringe el acceso al campo productivo, al campo laboral o al campo comercial, se
genera pobreza. En el caso de mujeres estudiantes y trabajadoras, las madres
solteras que son el pilar de la familia, ¿Qué pasa si no tienen una fuente generadora
de ingresos? Se restringe la educación, el esparcimiento, la recreación, la salud y
sobre todo la alimentación.
El caso de los varones resulta complejo; durante años han ocupado un lugar
superior al de la mujer; sus compañeros de escuela y de trabajo siempre habían
sido hombres. Su papel en la familia estaba claramente delimitado y así era
respetado independientemente si lo cumplía o no.
También las empresas las rechazan debido a que cuando una mujer se encuentra
en estado de gestación éstas pierden dinero, y eso es lo que menos desean.

Para mi si todas las personas no dejamos de pensar como antes la igualdad de


género nunca se dará, ya que existen diferentes situaciones donde todos dejamos
de ser iguales, por ejemplo, en el camión si no hay asientos para las mujeres los
hombres tenemos que ser caballerosos y cederle el lugar, ahí es donde la equidad
de género desaparece.
Hoy en día, hablar de “género” resulta de fundamental importancia, por su impacto
en el desarrollo de hombres y mujeres, la construcción de sociedades más justas y
respetuosas de la dignidad humana. A través de los años, se ve la amplia brecha
existente entre la igualdad de los géneros, de hombres y mujeres, brecha que no ha
sido cubierta por la educación, y demás instituciones que giran en torno al desarrollo
de la sociedad. La historia ha dado múltiples muestras de discriminación,
especialmente sobre las mujeres, “esta se centra en los estereotipos creados a nivel
sexual y cultural”
Ellos, han repercutido de manera determinante en la falta de oportunidades para el
desarrollo de las mujeres, así como la exposición a la violencia emocional,
económica, sexual y física. Superar estos problemas, es una labor que exige
la atención desde distintos frentes: político, jurídico, cultural y educativo. El
desarrollo como seres humanos, ha permitido el conocimiento y crecimiento del
término “género” mediante diversas prácticas, asumiendo a éste como “el conjunto
de diferencias sociales entre los sexos (hombres y mujeres), partiendo de roles,
creencias y valores que a cada uno se le confiere”
De esta manera, la equidad de género significa que hombres y mujeres,
independientemente de sus diferencias biológicas, tienen derecho a acceder con
justicia e igualdad al uso, control y beneficio de los mismos bienes y servicios de la
sociedad, así como la toma de decisiones en los ámbitos de la vida social,
económica, política, cultural y familiar.
“La búsqueda de la aceptación de las diferencias, o de la lucha contra las mismas,
generó el crecimiento del movimiento feminista, en contra de la ideología, de que el
hombre era ante todo el que tomaba las decisiones importantes, era escuchado,
opinaba y concluía sobre la familia y la sociedad”
Han pasado años, en el desarrollo de ambos movimientos, que han mitigado de una
u otra manera, el crecimiento de la sociedad, el desarrollo de la igualdad de los
derechos y la disminución de patrones culturales que incitan a sobre exponer al
hombre, o persuadirá la mujer; generando en esto, el mantenimiento de la violencia
sobre la base de género, siendo está una articulación, o una “coacción de jerarquías
de poderes y desigualdades estructurales nutridas por los diferentes sistemas.
Para la mujer y el desarrollo de la misma, no es sencillo tener que desenvolverse
entre dos mundos.

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