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Elprimer pasoque debemos efectuar a la hora de poner en práctica una habilidad motriz es
informamos, tanto sobre las características del entorno en el que la vamos a ejecutar,
como sobre nuestras propias posibilidades de actuación.
Este proceso de percepción no se limita a una recogida pasiva de información, sino que el
sujeto busca activamente las informaciones que necesita con la finalidad de efectuar una
configuración perceptiva de la realidad que le permita abstraer las características del
ambiente y de su propia situación.
1.2. Las capacidades físicas básicas como componentes del mecanismo de ejecución
motriz.
Las capacidades físicas básicas ocuparían, dentro de este modelo simplificado, el aspecto
cuantitativo de la ejecución motriz, siendo las encargadas de posibilitar (mediante la
generación de tensión muscular o el aporte de energía, por ejemplo) el cumplimiento de
las órdenes dadas.
Supongamos, pero, que se trate de un peso de tal magnitud que el sujeto, aun “sabiendo”
como moverlo no “pueda” hacerlo. En este caso, atribuiremos a una falta de fuerza
muscular la incapacidad del sujeto de conseguir la tarea propuesta. Es decir que lo que
falla no es el aspecto cualitativo (saber hacer) del movimiento, sino el aspecto cuantitativo
(“poder hacer”) de éste.
Pongamos otro ejemplo. La habilidad de correr es una habilidad alcanzada, desde muy
temprana edad, por parte de los sujetos que no presentan algún tipo de minusvalías. Sin
embargo, pocas personas son capaces de aguantar corriendo la distancia, por ejemplo, de
una Maratón. Al igual que en el caso anterior, lo que falla aquí no es el saber ejecutar una
habilidad, sino el tener la capacidad necesaria para ejecutarla dentro de unos
requerimientos determinados.
A lo largo de este tema se describirán y analizarán las diferentes capacidades que, dentro
del mecanismo de ejecución, constituyen su aspecto cuantitativo, es decir, se describirán
las capacidades físicas básicas. Antes de iniciar éste análisis es importante efectuar una
clasificación de estas capacidades que facilite su estudio y comprensión.
Han sido varios los autores que se han propuesto efectuar una clasificación de las
capacidades físicas básicas y del papel que estas juegan dentro de la motricidad humana.
Hegedus [1973], en Mora, [1989] distingue entre la técnica (que representaría el aspecto
cualitativo del movimiento) y lo que él denomina como acondicionamiento físico básico,
que incluye la fuerza, la velocidad y la resistencia.
En esta misma línea, Manno [1986] diferencia entre las capacidades coordinativas y las
capacidades condicionales, dentro de las que incluye a la fuerza, la resistencia, la
velocidad y la flexibilidad.
Bouchard ([1970], en Mora, por su parte añade una comparación entre las estructuras
corporales y las cualidades que ellas generan, acercándose, a pesar de su antigüedad, a
las tendencias más modernas ya que distinguen entre cualidades orgánicas (o
responsables del aporte energético necesario para cualquier actividad) de tipo muscular
(responsables de la producción de la tensión muscular) y “perceptivo-cinéticas” (en las que
incluyen además de las coordinaciones, ºdeterminadas manifestaciones de la velocidad).
Por último, el propio Mora (op cit) propone un sistema de clasificación en el que, a partir de
3 sistemas iniciales (el sistema de movimiento encargado de la producción mecánica, el
sistema de alimentación encargado del aporte energético y el sistema de dirección
encargado de la coordinación del movimiento) se diferencian una serie de cualidades
físicas. Así, la fuerza, la velocidad y la flexibilidad se originarían en el sistema de
movimiento, mientras que la resistencia aeróbica y la anaeróbica provendrían del sistema
de alimentaci4n,
Teniendo en cuenta la etapa en la que se deberá aplicar este trabajo (la infancia y la
preadolescencia), el entorno,en el cual se hará (la escuela, con la simplificación de
objetivos y contenidos que éste entorno, en el campo del acondicionamiento físico
conlleva) y las características de este trabajo, hemos optado por la adopción de un sistema
simplificado de clasificación de las capacidades físicas básicas. Así, al igual que Manno
consideraremos las capacidades condicionales divididas en 4 grandes bloques como son
la fuerza, la velocidad, la resistencia y la flexibilidad, de las cuales nacerán diferentes
subdivisiones.
Con todo, creemos que dadas las condiciones de aplicación y las características de este
trabajo, nos hallamos frente a un sistema de clasificacióbn óptimo. Óptimo en tanto en
cuanto recoge las diferentes expresiones del acondicionamiento físico y lo hace de una
forma suficientemente clara y explícita.
Por fuerza entendemos aquella capacidad de los músculos de producir una tensión con el
fin de vencer una resistencia externa.
Así, cuando un músculo se contrae, tira de las palancas óseas a las que está fijado y, si es
capaz de vencer la resistencia a la que se le somete, genera movimiento.
Estas miofibrillas están, básicamente formadas, por unas proteínas contráctiles que
reciben el nombre de actina y miosina, de tal forma que las moléculas de miosina sirven de
“puente” o de unión a las moléculas de actina.
El acercamiento entre moléculas de acuna responde a la ley fisiológica del “todo o nada”.
Esto quiere decir que las moléculas o se acercan o no se acercan, pero si lo hacen, lo
hacen siempre de. la misma forma, con la misma magnitud, no existiendo término medio.
Sin embargo, no siempre que un músculo se contrae lo hace con la misma intensidad, sino
que somos capaces de regular la fuerza que desarrollamos ¿cómo es esto posible? La
posibilidad de control del nivel de fuerza ejercida radica en la posibilidad de controlar el
número de fibras musculares que se contraen, de tal forma que, a mayor número de fibras
contraídas, superior nivel defuerza ejercido. /íiftSlSStSilS
En efecto las neuronas encargadas de conducir la excitación hasta los diferentes grupos
musculares (motoneuronas alfa) se van ramificando de tal forma que cada pequeña
terminación nerviosa es la encargada de inervar, de portar la señal el´éctrica, a un número
determinado de fibras musculares. A la terminación nerviosa y el conjunto de fibras
musculares que inervase le denomina “unidad motora”. Así, todas las fibras pertenecientes
a una misma unidad motora se contraerán o relajarán “de forma simultanea, dado que su
inervación es común. A la unión entre la terminación nerviosa y la fibra muscular se la
conoce como placa motora, siendo el lugar en el que se produce la última sinapsis, es
decir la última unión, en este caso entre la fibra nerviosa y la fibra muscular.
Tampoco todas las fibras musculares son del mismo tipo. Así, se distinguen dos grandes
tipos de fibras musculares: las fibras lentas (también denominadas rojas, tipo I o ST) y las
fibras rápidas (conocidas también como blancas, tipo II o FT).
Dentro del segundo tipo de fibras se distingue asu vez entre las fibras tipo IIa y las Ilb. Las
fibras lIb representan el tipo antagónico a las fibras de tipo I. Así están muy pobremente
vascularizadas, su contenido en mioglobina es muy bajo y presentan altos niveles dé
concentración del enzima ATPasa. Todo esto conlleva que la repuesta contráctil de este
tipo de fibras sea muy rápida pero de alta fatigabilidad, es decir que dan respuesta a
trabajos muy intensos pero cortos, característicos de los regímenes anaeróbicos de aporte
energético. Las fibras lIa, igualmente englobadas dentro de las fibras rápidas, representan,
un eslabón intermedió entre las fibras I ylas fibras IIb.
Estos tipos de fibras están presentes, en diferentes proporciones, en todos los músculos,
existiendo un predominio de uno u otro tipo que varía según el individuo y según el grupo
muscular. Así existen determinados grupos musculares con mayor presencia de fibras
rápidas (musculatura denominada “fásica”) que se caracterizan por ser capaces de
desarrollar altas velocidades de contracción. Por contra, otros grupos musculares (los
denominados “tónicos”) presentan porcentajes muy reducidos de fibras rápidas y, por lo
tantoun gran predominio de fibras lentas. Estos músculos se caracterizan por ser capaces
de mantener estados de contracción durante largos períodos de tiempo, aunque la
velocidad que son capaces de desarrollar no sea muy elevada.
En este tipo de contracción las partes contráctiles del músculo se ven acortadas, mientras
que las no contráctiles se ven estiradas.
Vemos pues que esta primera clasificación de la fuerza atendiendo al tipo de contracción
muscular, se puede resumir atendiendo únicamente a la relación entre la fuerza que puede
generar el músculo y la resistencia que se pretende vencer. Si la fuerza muscular es
superior a la resistencia ofrecida nos hallaremos frente a una contracción isotónica
concéntrica. Si ambas son iguales tendremos una contracción isométrica. Por último, si la
resistencia ofrecida es superior a la fuerza generada, nos hallaremos frente a una
contracción isotónica excéntrica.
Hablamos de fuerza máxima cuando un grupo muscular supera una resistencia máxima
para sus posibilidades, es decir, cuando nos acercamos a la máxima resistencia que un
músculo es capaz de superar. Un ejemplo de actividad deportiva donde se utiliza la fuerza
máxima lo constituye la halterofilia.
Hablamos de fuerza rápida cuando un grupo muscular supera una resistencia no máxima
haciéndolo a alta velocidad. El lanzamiento de peso, la carrera de velocidad o el salto, son
ejemplos de actividades donde se emplea la fuerza rápida.
a) Factores estructurales:
La influencia positiva del aumento de la sección transversal sobre la fuerza que el músculo
es capaz de generar es un hecho admitido desde hace ya mucho tiempo.
En relación al predominio relativo de uno u otro tipo de fibras musculares, nos remitimos al
apartado 3.1.2. de éste mismo tema. Simplemente afirmaremos que a mayor proporción de
fibras rápidas el individuo será capaz de desarrollar niveles superiores de fuerza, tanto
máxima como rápida, mientras que si el predominio es de fibras lentas, el sujeto se
caracterizará por una alta resistencia al esfuerzo.
b) Factores nerviosos:
Los factores nerviosos son también muy importantes a la hora de condicionar la fuerza
muscular.¿Qué pruebas tenemos de la contribución de los factores nerviosos en el
aumento del nivel de fuerza?. Se ha comprobado que un sujeto sometido a un
entrenamiento adecuado de fuerza aumenta sus niveles de rendimiento en esta cualidad
sin que se haya producido ningún cambio estructural en su musculatura. Es decir que, en
las primeras fases del entrenamiento, donde se da un aumento del nivel de fuerza sin que
se de ningún cambio estructural en el músculo, debemos buscar las causas de tal mejora
en otro tipo de factores. Estos factores serán los factores nerviosos.
Así pues, y siempre de acuerdo con Comettí distinguimos dentro de los factores nerviosos
que condicionan la fuerza muscular, entre el reclutamiento de unidades motoras, la
sincronización de éstas y el aumento de la coordinación intermuscular.
Por último él aumento de la coordinación intermuscular quiere decir que, con la práctica y
el entrenamiento, el funcionamiento de los diferentes músculos implicados en la acción
(agonistas, sinergistas y antagonistas) se hace más coordinado, mejorando de esta forma
el nivel de prestación.
Se ha comprobado que en los trabajos en los que él músculo es estirado de forma previa a
la contracción el rendimiento se ve, bajo determinadas condiciones de ejecución,
mejorado. Es decir que un músculo sometido a un pre-estiramíento responde, en su
contracción, con niveles superiores de fuerza. Por ejemplo, a la hora de efectuar un salto
vertical a pies juntos (sin carrera de impulso previa) el rendimiento se mejora si, antes de
saltar el sujeto efectúa una rápida y no excesivamente profunda flexión de sus rodillas (de
hecho la forma “natural” o “intuitiva” de efectuar un salto máximo incluye una leve flexión
de rodillas de forma previa a su extensión). Este hecho es el que lleva a diversos autores,
como Cometti, a hablar de un tercer grupo de factores que influyen sobre la fuerza,
englobados bajo el término factores ligados al estiramiento. Dentro de este grupo hallamos
la actuación del reflejo miotático y la propia elasticidad muscular.
3.2. La Resistencia.
3.2.1. Concepto de resistencia
La pregunta es ¿Cómo puede nuestro organismo obtener este compuesto?. Se sabe que
no se puede ingerir, que no se puede obtener directamente del exterior, siendo, por tanto,
necesario sintetizarlo en el interior de la célula muscular.
La primera vía de aporte energético es aquella que aprovecha las reservas que, en la
célula muscular existen de este compuesto. Estas reservas de ATP son limitadas y, en
pocos segundos, se agotan. Lo que ocurre es que en el músculo existen también unas
reservas de otro compuesto, la fosfo creatina (CP), que mediante unas reacciones
bioquímicas contribuye a formar de nuevo ATP, con lo que la posibilidad de obtención de
energía por esta vía se alarga unos segundos más. La segunda forma que tiene el
organismo para obtener ATP (siempre ciñéndonos al metabolismo de los glúcidos) implica
a toda una serie de complejas reacciones bioquímicas que se desarrollan
mayoritariamente en la mitocondria de las células musculares (y entre las que cabe
destacar el cIclo de Krebbs), cuya función es la transformación la glucosa en ATP.
De esta cadena de reacciones salen como productos el ATP (36 unidades de ATP por
cada unidad de glucosa) el anhídrido carbónico (CO2) y el agua (H2O). Como vemos, se
trata de una vía de obtención de energía muy interesante para el organismo ya que, por un
lado es altamente “rentable” (por cada unidad de glucosa obtenemos 36 de ATP) y, por
otro lado, los residuos que produce son absolutamente inofensivos para el organismo y
muy fáciles de eliminar. Por todas estas razones será la vía prioritaria de obtención de
energía para la inmensa mayoría de acciones que, cotidianamente, desarrollemos. De
todas formas esta vía necesita el aporte de oxígeno, O2, para poder realizar sus
reacciones, ya que, sin el, éstas son del todo imposibles.
En este sentido, debemos tener en cuenta que la capacidad de nuestro organismo para
introducir oxígeno desde el exterior hasta las células musculares está limitada por
numerosos factores (capacidad pulmonar, capacidad de absorción de oxígeno…) lo que
hace que no seamos siempre capaces de introducir en ellas todo el oxígeno que
necesitaríamos para obtener energía por esta vía.
¿Qué ocurre cuando necesitamos más energía de la que somos capaces de fabricar
gracias a esta vía?¿Como obtenemos esta energía “extra”?
¿En qué tipo de actividades se utilizará, de forma prioritaria, cada una de las tres vías?
La via anaeróbica aláctica, como se ha dicho, aprovecha las reservas celulares de ATP y
de CP. Dado que estas reservas son limitadas, esta vía de aporte energético durará muy
poco tiempo. Podemos hablar de una duración que oscila entre los 10 y los 30 segundos
de actividad. Por tanto esta vía suministrará energía, fundamentalmente, en aquellas
actividades de muy corta duración y alta intensidad de ejecución (en caso de actividades
muy cortas pero también muy poco intensas no se utilizará, ya que la poca intensidad de la
actividad permitirá la utilización de la vía aeróbica).
La vía aeróbica es la que se utilizará siempre que, mediante el aporte de oxígeno, seamos
capaces de producir toda la energía que necesitemos. Dado que, como se ha comentado
anteriormente, nuestra capacidad de introducir oxígeno en nuestras células es limitada,
esta vía se utilizará en aquellas actividades de intensidad media o suave y de larga
duración.
Por último la vía anaeróbica láctica se utilizará en aquellos casos en los que necesitemos
más energía de la que somos capaces de producir por la vía aeróbica, complementando
de alguna manera, el aporte de ésta. Así pues se utilizará en actividades de intensidad alta
(no máxima) y de duración media (entre los 30 segundos y los dos minutos
aproximadamente). Como podemos suponer, en la mayoría de los casos se dará un aporte
combinado de varias vías energéticas, es decir que la energía total utilizada, provendrá de
más de una fuente o vía de aporte energético.
Según la utilización mayoritaria de una u otra vía de aporte energético en una determinada
tarea podremos hablar de dos tipos fundamentales de resistencia, la resistencia aeróbica,
(cuando la vía mayoritaria sea la aeróbica), y la resistencia anaeróbica (cuando lo sea la
anaeróbica láctica).
El tipo de tareas que demandan la utilización de la vía anaeróbica aláctica, no suelen
clasificarse dentro de las tareas de resistencia sino, por su corta duración y alta intensidad;
dentro de las tareas de velocidad o fuerza.
Así la resistencia aeróbica se caracteriza por dar soporte a trabajos de intensidad media o
baja pero de prolongada duración. Por contra, la resistencia anaeróbica se utiliza en tareas
de intensidad media o alta pero de corta duración (menos de dos minutos)
En este apartado repasaremos algunos de los factores de los que depende esta capacidad
física a la vez que analizaremos cual es la evolución de éstos a lo largo de la infancia y
adolescencia, intentando con ello establecer algunos paralelismos entre la evolución de la
capacidad y la de sus factores condicionantes.
Uno de los parámetros más utilizado para explicar el rendimiento en tareas de resistencia
es la capacidad de absorción de oxígeno o VO2Max. Este parámetro mide la cantidad
máxima de oxígeno que un individuo puede obtener del medio ambiente. Puede
expresarse en valores absolutos, es decir en mililitros de oxígeno absorbidos por unidad
de tiempo (normalmente por minuto), o en valores relativos al peso corporal, es decir en
mililitros de oxígeno absorbidos por unidad de tiempo y kilogramo del peso corporal. Si
recordamos que, para utilizar la vía aeróbica, es absolutamente necesario aportar oxígeno
a las células musculares, nos será fácil entender la relación existente entre esta capacidad
y los índices de absorción de oxígeno.
¿Cómo evoluciona la capacidad de absorción de oxígeno con la edad? Si analizamos la
evolución de la VO2Max absoluta con la edad, vejemos que ésta aumenta de forma
constante con el paso del tiempo durante la infancia y la adolescencia. Sin embargo, al
observar la evolución del V02Max relativa al peso corporal vemos que sus valores
permanecen, a lo largo del crecimiento, estables y constantes, por lo que, a primera vista
podemos pensar que la evolución de este parámetro no puede explicar, por sí solo, la
mejora de la resistencia durante la infancia.
Al igual que la absorción de oxígeno, la función cardiaca es uno de los puntos clave para
explicar el rendimiento en las pruebas de resistencia. La evolución de este órgano con la
edad aporta algunos datos de interés. Así, si bien el tamaño del corazón aumenta con la
edad, la relación entre su volumen y el peso total del cuerpo ( ratio volumen cardiaco/peso
corporal) se mantiene prácticamente constante a lo largo de la infancia y la adolescencia.
De esto podemos deducir que el aumento del tamaño del corazón no contribuye a explicar
la mejora de la resistencia durante la etapa de crecimiento.
Uno de los factores más utilizados en la actualidad para explicar el rendimiento en pruebas
de resistencia aeróbica es la denominada eficiencia energética. Podemos afirmar que,
suponiendo a dos individuos de peso semejante, uno tendrá una superior eficiencia
energética en la realización de una determinada actividad si, en la ejecución de ésta,
consume menos energía que el otro sujeto. Dicho con otras palabras, la eficiencia
energética daría muestra de lo que, a cada sujeto le “cuesta”(energéticamente) efectuar
una actividad determinada. Lógicamente, a mayor eficiencia energética, menor gasto
energético y, por consiguiente, mejor rendimiento en las tareas de resistencia. Es
importante recalcar que la eficiencia energética se refiere al uso de una habilidad en
concreto y que no parece fácil poder extrapolarla al uso de otras habilidades: un sujeto
puede tener mucha eficiencia energética al usar la carrera y muy poca al usar, por
ejemplo, la natación. Parece claro que la mejora de la eficiencia energética está muy
ligada a la práctica y al entrenamiento (Barbany) así como a la edad (Malina op cit) por lo
que podríamos hallarnos frente a uno de los aspectos que permitan explicar, en parte, la
mejora de la capacidad de resistencia durante el crecimiento: la ejecución de las
habilidades (marcha, carrera,…) cada vez, al aumentar su eficiencia energética, sería
menos costosa, en términos energéticos, para los niños y niñas, por lo que se podría
aumentar tanto el tiempo de actividad como la intensidad de esta.
3.3. La Flexibilidad
3.3.1. Concepto de flexibilidad
Que una articulación tenga uno u otro grado de movilidad depende, en términos generales,
de factores ligados a la propia articulación y de factores ligados a los músculos que la
rodean e inciden sobre ella.
Esta disposición ocasiona que, si una fibra muscular se ve estirada, el huso también se
estirará. Estos órganos son sensibles al estiramiento muscular.
Fijémonos por tanto que un estiramiento muscular brusco tiene como respuesta refleja (y
por tanto involuntaria y automática) la contracción de este grupo muscular.
Si analizamos las metodologías tradicionales de estiramiento, basadas en repetidos y
bruscos “tirones” sobre el músculo, veremos que lo que en realidad provocan es, por vía
refleja, la contracción del músculo qué pretenden estirar ( amén de otros problemas
secundarios como las “microrroturas” fibrilares,…).
Podemos hablar de unos factores propios del individuo y de otros externos a el.
– Estado de los tejidos para-articulares: la articulación está rodeada por una serie de
estructuras con diversas funciones (como la cápsula articular, la membrana sinovial o los
ligamentos) que tienen una influencia importante en las posibilidades de movimiento de
ésta.
– Hora del día: En términos generales, las primeras y últimas horas del día son las menos
favorables para el desarrollo de esta cualidad, aunque este hecho puede verse alterado
por la costumbre de practicar actividad física a estas horas.
De todos estos aspectos, vemos que hay algunos sobre los que se puede incidir fácilmente
con el entrenamiento y otros sobre los que, o no se puede, o, si se puede, es con medios
complejos y sofisticados.
Durante las fases de crecimiento acelerado se suele dar el período más critico de
rendimiento en esta cualidad dado, entre otros factores, que el hueso crece de forma
previa al músculo, con lo queeste se ve “empequeñecido” dificultando así la amplitud de
los movimientos. Así, se habla del período comprendido entre los 11 y los 14 años como la
fase crítica de la flexibilidad.
Sea como fuere, en cualquier etapa de la vida, las mujeres muestran, por término medio,
niveles de flexibilidad sensiblemente superiores a los de los hombres.
3.4. La Velocidad.
3.4.1. Concepto de velocidad
Llamamos velocidad a aquella capacidad que nos permite realizar una acción determinada
en el mínimo tiempo posible.
Aunque muy interrelacionados entre si, podemos distinguir tres tipos diferentes de
velocidad: la velocidad de reacción, la velocidad acíclica y ala velocidad cíclica.
La velocidadde reacción es aquella que permite acortar el tiempo que transcurre entre la
presentación de un estímulo y el inicio de la respuesta motora que a éste se le asocia. Por
ejemplo, la capacidad de acortar el tiempo existente entre el disparo del juez y el inicio del
movimiento de la salida en una prueba de velocidad en atletismo, es un claro exponente
de la velocidad de reacción.
La velocidad acíclica (también conocida como velocidad gestual) es aquella que permite
efectuar gestos unitarios y no repetidos lo más rápidamente posible. Un ejemplo de
aplicación de este tipo de velocidad lo hallamos en un lanzamiento de jabalina, en el cual
el atleta intenta efectuar el gesto, único y sin repetición, a la máxima velocidad que sea
capaz.
La velocidad cíclica es aquella que permite efectuar gestos repetidos a la mayor frecuencia
posible. El ejemplo más claro de este tipo de velocidad lo hallamos en la velocidad de
desplazamiento, presente por ejemplo en las carreras de natación donde el gesto técnico
se sucede a alta velocidad.
A1) La primera es la percepción del estímulo por los órganos sensoriales especializados.
Esta primera fase se ve afectada por múltiples factores:
Durante esta fase se produce, con mucha frecuencia, el fenómeno de la anticipación que
consiste en escoger, como desencadenante de la respuesta motora, un estímulo anterior
en el tiempo al que en realidad debería desencadenarla. Pongamos por ejemplo un portero
de fútbol enfrentado al lanzamiento de un “penalty”. Teóricamente el estímulo que debería
servir al portero para iniciar su respuesta es la trayectoria de la pelota. Sin embargo
podemos comprobar que en la mayoría de lanzamientos, el portero inicia su actividad
motora antes incluso de que el balón haya sido chutado por el delantero. Esto se debe a
que el portero ha anticipado el estímulo, es decir, ha escogido un estímulo anterior en el
tiempo para desencadenar la respuesta motora con la finalidad de reaccionar más
rápidamente. El estímulo escogido suele ser la trayectoria y las acciones del jugador que
chuta del balón, intentando deducir, según éstas, hacia donde lo enviará el. Como vemos
esta fase es mejorable con el entrenamiento en diferentes aspectos (concentración,
anticipación…)
A2) La segunda fase es la transmisión del impulso nervioso desde el órgano sensorial
hasta el sistema nervioso central. Según parece, esta fase no es mejorable con el
entrenamiento, dado que la velocidad de transmisión del impulso nervioso es un factor
congénito.
A4) y A5) son las dos últimas fases, la transmisión del impulso hasta el músculo y el inicio
de la estimulación de las diferentes unidades motoras implicadas, no son, según parece
mejorables con el entrenamiento.
b) Velocidad cíclica:
B2) Los factores intramusculares, hacen relación al estado del músculo o de los músculos
encargados de ejecutar el movimiento. Estos factores son, principalmente, el PH (grado de
acidez) del músculo, su viscosidad interna, o el grado de fatiga, por poner algunos
ejemplos Son fácilmente mejorables mediante el entrenamiento e, incluso gracias a un
correcto calentamiento.
B3) Por último los factores intermusculares hacen referencia a la coordinación que debe
existir entre los diferentes grupos musculares implicados en la acción. Aquí es donde las
capacidades coordinativas tienen su mayor peso, ya que estas se encargan, justamente,
de regular la “colaboración” entre diferentes grupos musculares a la hora de llevar a cabo
un determinado gesto.
c) Velocidad cíclica:
Al hablar de la repetición de un gesto, deberemos tener en cuenta los factores citados para
la velocidad acíclica y otros como la fuerza o la resistencia. El ejemplo más frecuente de
velocidad cíclica es la velocidad de desplazamiento. En ella se implican directamente la
fuerza rápida y la resistencia a la velocidad.
Según parece, justamente la vía más importante de mejora de esta cualidad pasa por la
mejora de estas otras dos, fácilmente mejorables con el entrenamiento.
Por otro lado, al estar englobadas dentro del término velocidad cualidades tan diferentes
como la velocidad de reacción y la velocidad de desplazamiento, se hace difícil hablar de
una evolución general de esta cualidad, ya que esta evolución va a ser diferente para cada
tipo de velocidad
Además entre los diferentes autores que han estudiado esta cualidad no existe siempre
acuerdo a la hora de hablar de la evolución o de la entrenabilidad de esta cualidad.
Tal y como se ha comentado, Ia velocidad se relaciona con un número bastante elevado
de cualidades diferentes, de la evolución de las cuales dependerá su propia evolución. Así,
la maduración del sistema nervioso condiciona, a lo largo del crecimiento y desarrollo
infantil, las posibilidades de ejecución en esta cualidad, al incidir directamente sobre la
velocidad de transmisión del impulso nervioso o sobre los mecanismos de coordinación
neuromuscular por citar solo algunos ejemplos.
Sea como sea, se halla una relativa mejora de la velocidad gestual ( acíclica) a partir de
los 7-9 años, la velocidad de reacción lo hace a partir de los 10 años y la velocidad de
desplazamiento, sobre todo, a partir del cambio puberal. A lo largo de las diferentes
edades, los chicos mantienen un nivel ligeramente superior, por término medio, a las
chicas.
BIBLIOGRAFÍA
1. Bibliografía consultada.
2. Bibliografía recomendada.
LAMB, DR. [1985]: Fisiología del ejercicio. Respuestas y adaptaciones. Pila Telena,
Madrid.
MORA, J. [1989]: Las capacidades físicas o bases del rendimiento motor. Col. Educación
física 12-14años. Diputación de Cádiz, Cádiz.
TEMA 6: Capacidades Físicas Básicas, su evolución y
factores que influyen en su desarrollo (Maestro de Primaria)
Este tema se destina a un análisis y descripción de las capacidades físicas básicas, así
como de los diferentes factores implicados en su desarrollo durante la edad escolar. Para
ello se han estructurado los contenidos del tema en 3 apartados.
En el primer apartado se analiza el papel, que en la ejecución motriz humana, juegan las
capacidades físicas básicas, llegándose a la conclusión de que éstas representan el
aspecto cuantitativo de la capacidad humana de generar movimiento. Dicho con otras
palabras, las capacidades físicas básicas suponen el aporte mecánico y energético
necesario para el cumplimiento de las órdenes motoras que dirigen el desarrollo de
nuestro movimiento. ,
Tanto el primer como el segundo apartados, tienen un carácter introductorio del núcleo
central de los contenidos del tema, que se desarrolla en el apartado tercero.
Contenido:
1. TEMA 6 de Educación Física para Primaria
2. 1. UBICACIÓN DE LAS CAPACIDADES FÍSICAS BÁSICAS EN LA MOTRICIDAD HUMANA.
3. 2. CLASIFICACIÓN DE LAS CAPACIDADES FÍSICAS BÁSICAS.
4. 3. LAS CAPACIDADES FÍSICAS BÁSICAS: DESCRIPCIÓN, EVOLUCIÓN Y FACTORES
CONDICIONANTES
1. 3.1. La Fuerza.
2. 3.2. La Resistencia.
3. 3.3. La Flexibilidad
4. 3.4. La Velocidad.
Elprimer pasoque debemos efectuar a la hora de poner en práctica una habilidad motriz es
informamos, tanto sobre las características del entorno en el que la vamos a ejecutar,
como sobre nuestras propias posibilidades de actuación.
Este proceso de percepción no se limita a una recogida pasiva de información, sino que el
sujeto busca activamente las informaciones que necesita con la finalidad de efectuar una
configuración perceptiva de la realidad que le permita abstraer las características del
ambiente y de su propia situación.
1.2. Las capacidades físicas básicas como componentes del mecanismo de ejecución
motriz.
Dentro de este último eslabón de la capacidad humana de generar acción motriz, se ha
distinguido, de forma tradicional, entre un aporte cualitativoy un aporte cuantitativo.
Las capacidades físicas básicas ocuparían, dentro de este modelo simplificado, el aspecto
cuantitativo de la ejecución motriz, siendo las encargadas de posibilitar (mediante la
generación de tensión muscular o el aporte de energía, por ejemplo) el cumplimiento de
las órdenes dadas.
Supongamos, pero, que se trate de un peso de tal magnitud que el sujeto, aun “sabiendo”
como moverlo no “pueda” hacerlo. En este caso, atribuiremos a una falta de fuerza
muscular la incapacidad del sujeto de conseguir la tarea propuesta. Es decir que lo que
falla no es el aspecto cualitativo (saber hacer) del movimiento, sino el aspecto cuantitativo
(“poder hacer”) de éste.
Pongamos otro ejemplo. La habilidad de correr es una habilidad alcanzada, desde muy
temprana edad, por parte de los sujetos que no presentan algún tipo de minusvalías. Sin
embargo, pocas personas son capaces de aguantar corriendo la distancia, por ejemplo, de
una Maratón. Al igual que en el caso anterior, lo que falla aquí no es el saber ejecutar una
habilidad, sino el tener la capacidad necesaria para ejecutarla dentro de unos
requerimientos determinados.
A lo largo de este tema se describirán y analizarán las diferentes capacidades que, dentro
del mecanismo de ejecución, constituyen su aspecto cuantitativo, es decir, se describirán
las capacidades físicas básicas. Antes de iniciar éste análisis es importante efectuar una
clasificación de estas capacidades que facilite su estudio y comprensión.
Han sido varios los autores que se han propuesto efectuar una clasificación de las
capacidades físicas básicas y del papel que estas juegan dentro de la motricidad humana.
Hegedus [1973], en Mora, [1989] distingue entre la técnica (que representaría el aspecto
cualitativo del movimiento) y lo que él denomina como acondicionamiento físico básico,
que incluye la fuerza, la velocidad y la resistencia.
En esta misma línea, Manno [1986] diferencia entre las capacidades coordinativas y las
capacidades condicionales, dentro de las que incluye a la fuerza, la resistencia, la
velocidad y la flexibilidad.
Grosser et al (Grosser [1988]) efectúan por su parte una clasificación de la condición física
dividida en’fuerza, rapidez, resistencia y movilidad, todas ellas con subdivisiones e
influidas, en su conjunto, por diferentes aspectos como por ejemplo la edad, la “psique” o
el momento del entrenamiento, tal y como se muestra en la figura 3.
Bouchard ([1970], en Mora, por su parte añade una comparación entre las estructuras
corporales y las cualidades que ellas generan, acercándose, a pesar de su antigüedad, a
las tendencias más modernas ya que distinguen entre cualidades orgánicas (o
responsables del aporte energético necesario para cualquier actividad) de tipo muscular
(responsables de la producción de la tensión muscular) y “perceptivo-cinéticas” (en las que
incluyen además de las coordinaciones, ºdeterminadas manifestaciones de la velocidad).
Por último, el propio Mora (op cit) propone un sistema de clasificación en el que, a partir de
3 sistemas iniciales (el sistema de movimiento encargado de la producción mecánica, el
sistema de alimentación encargado del aporte energético y el sistema de dirección
encargado de la coordinación del movimiento) se diferencian una serie de cualidades
físicas. Así, la fuerza, la velocidad y la flexibilidad se originarían en el sistema de
movimiento, mientras que la resistencia aeróbica y la anaeróbica provendrían del sistema
de alimentaci4n,
De todos estos sistemas de clasificaciónpodemos extraer una serie de conclusiones
comunes:
Teniendo en cuenta la etapa en la que se deberá aplicar este trabajo (la infancia y la
preadolescencia), el entorno,en el cual se hará (la escuela, con la simplificación de
objetivos y contenidos que éste entorno, en el campo del acondicionamiento físico
conlleva) y las características de este trabajo, hemos optado por la adopción de un sistema
simplificado de clasificación de las capacidades físicas básicas. Así, al igual que Manno
consideraremos las capacidades condicionales divididas en 4 grandes bloques como son
la fuerza, la velocidad, la resistencia y la flexibilidad, de las cuales nacerán diferentes
subdivisiones.
Con todo, creemos que dadas las condiciones de aplicación y las características de este
trabajo, nos hallamos frente a un sistema de clasificacióbn óptimo. Óptimo en tanto en
cuanto recoge las diferentes expresiones del acondicionamiento físico y lo hace de una
forma suficientemente clara y explícita.
Por fuerza entendemos aquella capacidad de los músculos de producir una tensión con el
fin de vencer una resistencia externa.
Los músculos son capaces de desarrollar tensión porque son capaces de contraerse, de
disminuir su tamaño, como respuesta a la excitación nerviosa.
Así, cuando un músculo se contrae, tira de las palancas óseas a las que está fijado y, si es
capaz de vencer la resistencia a la que se le somete, genera movimiento.
Estas miofibrillas están, básicamente formadas, por unas proteínas contráctiles que
reciben el nombre de actina y miosina, de tal forma que las moléculas de miosina sirven de
“puente” o de unión a las moléculas de actina.
El acercamiento entre moléculas de acuna responde a la ley fisiológica del “todo o nada”.
Esto quiere decir que las moléculas o se acercan o no se acercan, pero si lo hacen, lo
hacen siempre de. la misma forma, con la misma magnitud, no existiendo término medio.
Sin embargo, no siempre que un músculo se contrae lo hace con la misma intensidad, sino
que somos capaces de regular la fuerza que desarrollamos ¿cómo es esto posible? La
posibilidad de control del nivel de fuerza ejercida radica en la posibilidad de controlar el
número de fibras musculares que se contraen, de tal forma que, a mayor número de fibras
contraídas, superior nivel defuerza ejercido. /íiftSlSStSilS
En efecto las neuronas encargadas de conducir la excitación hasta los diferentes grupos
musculares (motoneuronas alfa) se van ramificando de tal forma que cada pequeña
terminación nerviosa es la encargada de inervar, de portar la señal el´éctrica, a un número
determinado de fibras musculares. A la terminación nerviosa y el conjunto de fibras
musculares que inervase le denomina “unidad motora”. Así, todas las fibras pertenecientes
a una misma unidad motora se contraerán o relajarán “de forma simultanea, dado que su
inervación es común. A la unión entre la terminación nerviosa y la fibra muscular se la
conoce como placa motora, siendo el lugar en el que se produce la última sinapsis, es
decir la última unión, en este caso entre la fibra nerviosa y la fibra muscular.
Tampoco todas las fibras musculares son del mismo tipo. Así, se distinguen dos grandes
tipos de fibras musculares: las fibras lentas (también denominadas rojas, tipo I o ST) y las
fibras rápidas (conocidas también como blancas, tipo II o FT).
Dentro del segundo tipo de fibras se distingue asu vez entre las fibras tipo IIa y las Ilb. Las
fibras lIb representan el tipo antagónico a las fibras de tipo I. Así están muy pobremente
vascularizadas, su contenido en mioglobina es muy bajo y presentan altos niveles dé
concentración del enzima ATPasa. Todo esto conlleva que la repuesta contráctil de este
tipo de fibras sea muy rápida pero de alta fatigabilidad, es decir que dan respuesta a
trabajos muy intensos pero cortos, característicos de los regímenes anaeróbicos de aporte
energético. Las fibras lIa, igualmente englobadas dentro de las fibras rápidas, representan,
un eslabón intermedió entre las fibras I ylas fibras IIb.
Estos tipos de fibras están presentes, en diferentes proporciones, en todos los músculos,
existiendo un predominio de uno u otro tipo que varía según el individuo y según el grupo
muscular. Así existen determinados grupos musculares con mayor presencia de fibras
rápidas (musculatura denominada “fásica”) que se caracterizan por ser capaces de
desarrollar altas velocidades de contracción. Por contra, otros grupos musculares (los
denominados “tónicos”) presentan porcentajes muy reducidos de fibras rápidas y, por lo
tantoun gran predominio de fibras lentas. Estos músculos se caracterizan por ser capaces
de mantener estados de contracción durante largos períodos de tiempo, aunque la
velocidad que son capaces de desarrollar no sea muy elevada.
En este tipo de contracción las partes contráctiles del músculo se ven acortadas, mientras
que las no contráctiles se ven estiradas.
Vemos pues que esta primera clasificación de la fuerza atendiendo al tipo de contracción
muscular, se puede resumir atendiendo únicamente a la relación entre la fuerza que puede
generar el músculo y la resistencia que se pretende vencer. Si la fuerza muscular es
superior a la resistencia ofrecida nos hallaremos frente a una contracción isotónica
concéntrica. Si ambas son iguales tendremos una contracción isométrica. Por último, si la
resistencia ofrecida es superior a la fuerza generada, nos hallaremos frente a una
contracción isotónica excéntrica.
Hablamos de fuerza máxima cuando un grupo muscular supera una resistencia máxima
para sus posibilidades, es decir, cuando nos acercamos a la máxima resistencia que un
músculo es capaz de superar. Un ejemplo de actividad deportiva donde se utiliza la fuerza
máxima lo constituye la halterofilia.
Hablamos de fuerza rápida cuando un grupo muscular supera una resistencia no máxima
haciéndolo a alta velocidad. El lanzamiento de peso, la carrera de velocidad o el salto, son
ejemplos de actividades donde se emplea la fuerza rápida.
Por último, la fuerzaresistencia se da en aquellas actividades en las que, una resistencia
leve, se vence durante un largo período de tiempo. El remo es un buen ejemplo de
actividad deportiva donde se usa la fuerza resistencia.
a) Factores estructurales:
La influencia positiva del aumento de la sección transversal sobre la fuerza que el músculo
es capaz de generar es un hecho admitido desde hace ya mucho tiempo.
En relación al predominio relativo de uno u otro tipo de fibras musculares, nos remitimos al
apartado 3.1.2. de éste mismo tema. Simplemente afirmaremos que a mayor proporción de
fibras rápidas el individuo será capaz de desarrollar niveles superiores de fuerza, tanto
máxima como rápida, mientras que si el predominio es de fibras lentas, el sujeto se
caracterizará por una alta resistencia al esfuerzo.
b) Factores nerviosos:
Los factores nerviosos son también muy importantes a la hora de condicionar la fuerza
muscular.¿Qué pruebas tenemos de la contribución de los factores nerviosos en el
aumento del nivel de fuerza?. Se ha comprobado que un sujeto sometido a un
entrenamiento adecuado de fuerza aumenta sus niveles de rendimiento en esta cualidad
sin que se haya producido ningún cambio estructural en su musculatura. Es decir que, en
las primeras fases del entrenamiento, donde se da un aumento del nivel de fuerza sin que
se de ningún cambio estructural en el músculo, debemos buscar las causas de tal mejora
en otro tipo de factores. Estos factores serán los factores nerviosos.
Así pues, y siempre de acuerdo con Comettí distinguimos dentro de los factores nerviosos
que condicionan la fuerza muscular, entre el reclutamiento de unidades motoras, la
sincronización de éstas y el aumento de la coordinación intermuscular.
Por último él aumento de la coordinación intermuscular quiere decir que, con la práctica y
el entrenamiento, el funcionamiento de los diferentes músculos implicados en la acción
(agonistas, sinergistas y antagonistas) se hace más coordinado, mejorando de esta forma
el nivel de prestación.
Se ha comprobado que en los trabajos en los que él músculo es estirado de forma previa a
la contracción el rendimiento se ve, bajo determinadas condiciones de ejecución,
mejorado. Es decir que un músculo sometido a un pre-estiramíento responde, en su
contracción, con niveles superiores de fuerza. Por ejemplo, a la hora de efectuar un salto
vertical a pies juntos (sin carrera de impulso previa) el rendimiento se mejora si, antes de
saltar el sujeto efectúa una rápida y no excesivamente profunda flexión de sus rodillas (de
hecho la forma “natural” o “intuitiva” de efectuar un salto máximo incluye una leve flexión
de rodillas de forma previa a su extensión). Este hecho es el que lleva a diversos autores,
como Cometti, a hablar de un tercer grupo de factores que influyen sobre la fuerza,
englobados bajo el término factores ligados al estiramiento. Dentro de este grupo hallamos
la actuación del reflejo miotático y la propia elasticidad muscular.
3.2. La Resistencia.
3.2.1. Concepto de resistencia
La pregunta es ¿Cómo puede nuestro organismo obtener este compuesto?. Se sabe que
no se puede ingerir, que no se puede obtener directamente del exterior, siendo, por tanto,
necesario sintetizarlo en el interior de la célula muscular.
La primera vía de aporte energético es aquella que aprovecha las reservas que, en la
célula muscular existen de este compuesto. Estas reservas de ATP son limitadas y, en
pocos segundos, se agotan. Lo que ocurre es que en el músculo existen también unas
reservas de otro compuesto, la fosfo creatina (CP), que mediante unas reacciones
bioquímicas contribuye a formar de nuevo ATP, con lo que la posibilidad de obtención de
energía por esta vía se alarga unos segundos más. La segunda forma que tiene el
organismo para obtener ATP (siempre ciñéndonos al metabolismo de los glúcidos) implica
a toda una serie de complejas reacciones bioquímicas que se desarrollan
mayoritariamente en la mitocondria de las células musculares (y entre las que cabe
destacar el cIclo de Krebbs), cuya función es la transformación la glucosa en ATP.
De esta cadena de reacciones salen como productos el ATP (36 unidades de ATP por
cada unidad de glucosa) el anhídrido carbónico (CO2) y el agua (H2O). Como vemos, se
trata de una vía de obtención de energía muy interesante para el organismo ya que, por un
lado es altamente “rentable” (por cada unidad de glucosa obtenemos 36 de ATP) y, por
otro lado, los residuos que produce son absolutamente inofensivos para el organismo y
muy fáciles de eliminar. Por todas estas razones será la vía prioritaria de obtención de
energía para la inmensa mayoría de acciones que, cotidianamente, desarrollemos. De
todas formas esta vía necesita el aporte de oxígeno, O2, para poder realizar sus
reacciones, ya que, sin el, éstas son del todo imposibles.
En este sentido, debemos tener en cuenta que la capacidad de nuestro organismo para
introducir oxígeno desde el exterior hasta las células musculares está limitada por
numerosos factores (capacidad pulmonar, capacidad de absorción de oxígeno…) lo que
hace que no seamos siempre capaces de introducir en ellas todo el oxígeno que
necesitaríamos para obtener energía por esta vía.
¿Qué ocurre cuando necesitamos más energía de la que somos capaces de fabricar
gracias a esta vía?¿Como obtenemos esta energía “extra”?
La via anaeróbica aláctica, como se ha dicho, aprovecha las reservas celulares de ATP y
de CP. Dado que estas reservas son limitadas, esta vía de aporte energético durará muy
poco tiempo. Podemos hablar de una duración que oscila entre los 10 y los 30 segundos
de actividad. Por tanto esta vía suministrará energía, fundamentalmente, en aquellas
actividades de muy corta duración y alta intensidad de ejecución (en caso de actividades
muy cortas pero también muy poco intensas no se utilizará, ya que la poca intensidad de la
actividad permitirá la utilización de la vía aeróbica).
La vía aeróbica es la que se utilizará siempre que, mediante el aporte de oxígeno, seamos
capaces de producir toda la energía que necesitemos. Dado que, como se ha comentado
anteriormente, nuestra capacidad de introducir oxígeno en nuestras células es limitada,
esta vía se utilizará en aquellas actividades de intensidad media o suave y de larga
duración.
Por último la vía anaeróbica láctica se utilizará en aquellos casos en los que necesitemos
más energía de la que somos capaces de producir por la vía aeróbica, complementando
de alguna manera, el aporte de ésta. Así pues se utilizará en actividades de intensidad alta
(no máxima) y de duración media (entre los 30 segundos y los dos minutos
aproximadamente). Como podemos suponer, en la mayoría de los casos se dará un aporte
combinado de varias vías energéticas, es decir que la energía total utilizada, provendrá de
más de una fuente o vía de aporte energético.
Según la utilización mayoritaria de una u otra vía de aporte energético en una determinada
tarea podremos hablar de dos tipos fundamentales de resistencia, la resistencia aeróbica,
(cuando la vía mayoritaria sea la aeróbica), y la resistencia anaeróbica (cuando lo sea la
anaeróbica láctica).
El tipo de tareas que demandan la utilización de la vía anaeróbica aláctica, no suelen
clasificarse dentro de las tareas de resistencia sino, por su corta duración y alta intensidad;
dentro de las tareas de velocidad o fuerza.
Así la resistencia aeróbica se caracteriza por dar soporte a trabajos de intensidad media o
baja pero de prolongada duración. Por contra, la resistencia anaeróbica se utiliza en tareas
de intensidad media o alta pero de corta duración (menos de dos minutos)
En este apartado repasaremos algunos de los factores de los que depende esta capacidad
física a la vez que analizaremos cual es la evolución de éstos a lo largo de la infancia y
adolescencia, intentando con ello establecer algunos paralelismos entre la evolución de la
capacidad y la de sus factores condicionantes.
Uno de los parámetros más utilizado para explicar el rendimiento en tareas de resistencia
es la capacidad de absorción de oxígeno o VO2Max. Este parámetro mide la cantidad
máxima de oxígeno que un individuo puede obtener del medio ambiente. Puede
expresarse en valores absolutos, es decir en mililitros de oxígeno absorbidos por unidad
de tiempo (normalmente por minuto), o en valores relativos al peso corporal, es decir en
mililitros de oxígeno absorbidos por unidad de tiempo y kilogramo del peso corporal. Si
recordamos que, para utilizar la vía aeróbica, es absolutamente necesario aportar oxígeno
a las células musculares, nos será fácil entender la relación existente entre esta capacidad
y los índices de absorción de oxígeno.
¿Cómo evoluciona la capacidad de absorción de oxígeno con la edad? Si analizamos la
evolución de la VO2Max absoluta con la edad, vejemos que ésta aumenta de forma
constante con el paso del tiempo durante la infancia y la adolescencia. Sin embargo, al
observar la evolución del V02Max relativa al peso corporal vemos que sus valores
permanecen, a lo largo del crecimiento, estables y constantes, por lo que, a primera vista
podemos pensar que la evolución de este parámetro no puede explicar, por sí solo, la
mejora de la resistencia durante la infancia.
Al igual que la absorción de oxígeno, la función cardiaca es uno de los puntos clave para
explicar el rendimiento en las pruebas de resistencia. La evolución de este órgano con la
edad aporta algunos datos de interés. Así, si bien el tamaño del corazón aumenta con la
edad, la relación entre su volumen y el peso total del cuerpo ( ratio volumen cardiaco/peso
corporal) se mantiene prácticamente constante a lo largo de la infancia y la adolescencia.
De esto podemos deducir que el aumento del tamaño del corazón no contribuye a explicar
la mejora de la resistencia durante la etapa de crecimiento.
Uno de los factores más utilizados en la actualidad para explicar el rendimiento en pruebas
de resistencia aeróbica es la denominada eficiencia energética. Podemos afirmar que,
suponiendo a dos individuos de peso semejante, uno tendrá una superior eficiencia
energética en la realización de una determinada actividad si, en la ejecución de ésta,
consume menos energía que el otro sujeto. Dicho con otras palabras, la eficiencia
energética daría muestra de lo que, a cada sujeto le “cuesta”(energéticamente) efectuar
una actividad determinada. Lógicamente, a mayor eficiencia energética, menor gasto
energético y, por consiguiente, mejor rendimiento en las tareas de resistencia. Es
importante recalcar que la eficiencia energética se refiere al uso de una habilidad en
concreto y que no parece fácil poder extrapolarla al uso de otras habilidades: un sujeto
puede tener mucha eficiencia energética al usar la carrera y muy poca al usar, por
ejemplo, la natación. Parece claro que la mejora de la eficiencia energética está muy
ligada a la práctica y al entrenamiento (Barbany) así como a la edad (Malina op cit) por lo
que podríamos hallarnos frente a uno de los aspectos que permitan explicar, en parte, la
mejora de la capacidad de resistencia durante el crecimiento: la ejecución de las
habilidades (marcha, carrera,…) cada vez, al aumentar su eficiencia energética, sería
menos costosa, en términos energéticos, para los niños y niñas, por lo que se podría
aumentar tanto el tiempo de actividad como la intensidad de esta.
3.3. La Flexibilidad
3.3.1. Concepto de flexibilidad
Que una articulación tenga uno u otro grado de movilidad depende, en términos generales,
de factores ligados a la propia articulación y de factores ligados a los músculos que la
rodean e inciden sobre ella.
Esta disposición ocasiona que, si una fibra muscular se ve estirada, el huso también se
estirará. Estos órganos son sensibles al estiramiento muscular.
Fijémonos por tanto que un estiramiento muscular brusco tiene como respuesta refleja (y
por tanto involuntaria y automática) la contracción de este grupo muscular.
Si analizamos las metodologías tradicionales de estiramiento, basadas en repetidos y
bruscos “tirones” sobre el músculo, veremos que lo que en realidad provocan es, por vía
refleja, la contracción del músculo qué pretenden estirar ( amén de otros problemas
secundarios como las “microrroturas” fibrilares,…).
Podemos hablar de unos factores propios del individuo y de otros externos a el.
– Estado de los tejidos para-articulares: la articulación está rodeada por una serie de
estructuras con diversas funciones (como la cápsula articular, la membrana sinovial o los
ligamentos) que tienen una influencia importante en las posibilidades de movimiento de
ésta.
– Hora del día: En términos generales, las primeras y últimas horas del día son las menos
favorables para el desarrollo de esta cualidad, aunque este hecho puede verse alterado
por la costumbre de practicar actividad física a estas horas.
De todos estos aspectos, vemos que hay algunos sobre los que se puede incidir fácilmente
con el entrenamiento y otros sobre los que, o no se puede, o, si se puede, es con medios
complejos y sofisticados.
Durante las fases de crecimiento acelerado se suele dar el período más critico de
rendimiento en esta cualidad dado, entre otros factores, que el hueso crece de forma
previa al músculo, con lo queeste se ve “empequeñecido” dificultando así la amplitud de
los movimientos. Así, se habla del período comprendido entre los 11 y los 14 años como la
fase crítica de la flexibilidad.
Sea como fuere, en cualquier etapa de la vida, las mujeres muestran, por término medio,
niveles de flexibilidad sensiblemente superiores a los de los hombres.
3.4. La Velocidad.
3.4.1. Concepto de velocidad
Llamamos velocidad a aquella capacidad que nos permite realizar una acción determinada
en el mínimo tiempo posible.
Aunque muy interrelacionados entre si, podemos distinguir tres tipos diferentes de
velocidad: la velocidad de reacción, la velocidad acíclica y ala velocidad cíclica.
La velocidadde reacción es aquella que permite acortar el tiempo que transcurre entre la
presentación de un estímulo y el inicio de la respuesta motora que a éste se le asocia. Por
ejemplo, la capacidad de acortar el tiempo existente entre el disparo del juez y el inicio del
movimiento de la salida en una prueba de velocidad en atletismo, es un claro exponente
de la velocidad de reacción.
La velocidad acíclica (también conocida como velocidad gestual) es aquella que permite
efectuar gestos unitarios y no repetidos lo más rápidamente posible. Un ejemplo de
aplicación de este tipo de velocidad lo hallamos en un lanzamiento de jabalina, en el cual
el atleta intenta efectuar el gesto, único y sin repetición, a la máxima velocidad que sea
capaz.
La velocidad cíclica es aquella que permite efectuar gestos repetidos a la mayor frecuencia
posible. El ejemplo más claro de este tipo de velocidad lo hallamos en la velocidad de
desplazamiento, presente por ejemplo en las carreras de natación donde el gesto técnico
se sucede a alta velocidad.
A1) La primera es la percepción del estímulo por los órganos sensoriales especializados.
Esta primera fase se ve afectada por múltiples factores:
Durante esta fase se produce, con mucha frecuencia, el fenómeno de la anticipación que
consiste en escoger, como desencadenante de la respuesta motora, un estímulo anterior
en el tiempo al que en realidad debería desencadenarla. Pongamos por ejemplo un portero
de fútbol enfrentado al lanzamiento de un “penalty”. Teóricamente el estímulo que debería
servir al portero para iniciar su respuesta es la trayectoria de la pelota. Sin embargo
podemos comprobar que en la mayoría de lanzamientos, el portero inicia su actividad
motora antes incluso de que el balón haya sido chutado por el delantero. Esto se debe a
que el portero ha anticipado el estímulo, es decir, ha escogido un estímulo anterior en el
tiempo para desencadenar la respuesta motora con la finalidad de reaccionar más
rápidamente. El estímulo escogido suele ser la trayectoria y las acciones del jugador que
chuta del balón, intentando deducir, según éstas, hacia donde lo enviará el. Como vemos
esta fase es mejorable con el entrenamiento en diferentes aspectos (concentración,
anticipación…)
A2) La segunda fase es la transmisión del impulso nervioso desde el órgano sensorial
hasta el sistema nervioso central. Según parece, esta fase no es mejorable con el
entrenamiento, dado que la velocidad de transmisión del impulso nervioso es un factor
congénito.
A4) y A5) son las dos últimas fases, la transmisión del impulso hasta el músculo y el inicio
de la estimulación de las diferentes unidades motoras implicadas, no son, según parece
mejorables con el entrenamiento.
b) Velocidad cíclica:
B2) Los factores intramusculares, hacen relación al estado del músculo o de los músculos
encargados de ejecutar el movimiento. Estos factores son, principalmente, el PH (grado de
acidez) del músculo, su viscosidad interna, o el grado de fatiga, por poner algunos
ejemplos Son fácilmente mejorables mediante el entrenamiento e, incluso gracias a un
correcto calentamiento.
B3) Por último los factores intermusculares hacen referencia a la coordinación que debe
existir entre los diferentes grupos musculares implicados en la acción. Aquí es donde las
capacidades coordinativas tienen su mayor peso, ya que estas se encargan, justamente,
de regular la “colaboración” entre diferentes grupos musculares a la hora de llevar a cabo
un determinado gesto.
c) Velocidad cíclica:
Al hablar de la repetición de un gesto, deberemos tener en cuenta los factores citados para
la velocidad acíclica y otros como la fuerza o la resistencia. El ejemplo más frecuente de
velocidad cíclica es la velocidad de desplazamiento. En ella se implican directamente la
fuerza rápida y la resistencia a la velocidad.
Según parece, justamente la vía más importante de mejora de esta cualidad pasa por la
mejora de estas otras dos, fácilmente mejorables con el entrenamiento.
Por otro lado, al estar englobadas dentro del término velocidad cualidades tan diferentes
como la velocidad de reacción y la velocidad de desplazamiento, se hace difícil hablar de
una evolución general de esta cualidad, ya que esta evolución va a ser diferente para cada
tipo de velocidad
Además entre los diferentes autores que han estudiado esta cualidad no existe siempre
acuerdo a la hora de hablar de la evolución o de la entrenabilidad de esta cualidad.
Tal y como se ha comentado, Ia velocidad se relaciona con un número bastante elevado
de cualidades diferentes, de la evolución de las cuales dependerá su propia evolución. Así,
la maduración del sistema nervioso condiciona, a lo largo del crecimiento y desarrollo
infantil, las posibilidades de ejecución en esta cualidad, al incidir directamente sobre la
velocidad de transmisión del impulso nervioso o sobre los mecanismos de coordinación
neuromuscular por citar solo algunos ejemplos.
Sea como sea, se halla una relativa mejora de la velocidad gestual ( acíclica) a partir de
los 7-9 años, la velocidad de reacción lo hace a partir de los 10 años y la velocidad de
desplazamiento, sobre todo, a partir del cambio puberal. A lo largo de las diferentes
edades, los chicos mantienen un nivel ligeramente superior, por término medio, a las
chicas.
BIBLIOGRAFÍA
1. Bibliografía consultada.
2. Bibliografía recomendada.
LAMB, DR. [1985]: Fisiología del ejercicio. Respuestas y adaptaciones. Pila Telena,
Madrid.
MORA, J. [1989]: Las capacidades físicas o bases del rendimiento motor. Col. Educación
física 12-14años. Diputación de Cádiz, Cádiz.
https://www.oposinet.com/temario-primaria-educacion-fisica/temario-2-primaria-
educacion-fisica/tema-17-desarrollo-de-las-capacidades-fsicas-bsicas-en-la-edad-escolar-
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