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Capítulo I

El poder de la visión

Margi y yo tuvimos el privilegio de pasar cuatro días con los pastores de 15 de las
súper iglesias de los Estados Unidos de Norteamérica y sus esposas. El escenario
era el fabuloso centro de retiros del doctor Robert Schuller en el Rancho
Capistrano, -al sur de California. Para ser invitado a este creativo retiro, uno tenía
que ser pastor titular de una iglesia que tuviera una asistencia dominical superior a
las 2.500 personas. Respondiendo a la invitación para asistir y estar con el doctor
Schuller durante cuatro días, hubo pastores titulares de iglesias presbiterianas,
metodistas, bautistas del sur, asambleas de Dios, luteranas, reformadas, así como
pastores de varias congregaciones independientes.
Pasamos cuatro días juntos compartiendo el amor y el ministerio cristianos. Me
impactó la singularidad de la personalidad de cada líder. Además de tener un
profundo amor por Dios y por la gente, estos líderes tan distintos tenían una cosa
en común. ¿Sabes qué era? Todos ellos eran personas de visiones y sueños.
En este primer capítulo quiero compartir contigo sobre el < Trascendente poder
de una visión».
Hace varios años me encontraba en Columbus, Ohio, en una mañana de domingo.
Columbus, la patria de los Buckeyes del Estado de Ohio, es donde fui criado. Esa
mañana me levanté temprano, desayuné y luego conduje hacia el sudoeste al
suburbio de Grove City, donde asistía al servicio matutino del domingo de la Iglesia
Nazarena.
De todas las iglesias de Columbus, ¿por qué escogí asistir a este servicio? Porque
veinte años antes, en 1963, al graduarme del seminario acepté la visión de crear
una nueva Iglesia del Nazareno en Grove City, Ohio. Ir allá y empezar una iglesia
nueva fue el cumplimiento de una visión y de un sueño que había concebido a los
quince años de edad, y que había llevado conmigo durante la universidad y el
seminario.
Mientras lanzaba esta nueva obra, mi clara visión fue la de una iglesia que algún
día tendría 400 miembros y sería la Iglesia Nazarena más grande del centro de
Ohio. Cuando me fui de ahí, cuatro años después, la iglesia tenía unos 100 miembros
y marcaba el ritmo del crecimiento de la denominación. Mientras estuve ahí dirigí a
la iglesia en la compra de tres acres en el centro de la ciudad, a construir el primer
edificio, luego agregar un ala para salas de clase, y plantar en sus corazones y
mentes la visión del santuario definitivo con capacidad para unas 400 personas.
Ahora ahí estaba yo, dieciséis años después de haber dejado de ser el pastor,
sentado en la tercera fila, contando desde adelante, en el mismo santuario cuya
visión había tenido años antes. Conté la gente presente. ¿Sabes cuántas personas
estaban esa mañana dominical? Había 400 personas.
De súbito esta conciencia me golpeó como si fuera una tonelada de ladrillos. Esta
iglesia local, después de veinte años, era del tamaño exacto de mi visión que tuve
para ella antes que fuera. Ni más pequeña ni más grande.
Ese día Jesús habló a mi corazón por medio de su Espíritu y dijo: «Conforme a tu
fe te sea hecho».
Antes de lanzar la Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza de Portland,
Oregón, el 14 de octubre de 1972, yo tenía la clara visión de que la iglesia sería una
iglesia para los miles que no pertenecen a una iglesia. Mi visión fue que tendríamos
1.000 miembros al cabo de diez años. El tamaño de mi visión estaba limitado por el
marco de la denominación en que fui criado. Cuando yo era un niño creciendo en la
casa del administrador de la iglesia, la más grande de nuestra denominación era una
de 1.000 miembros. Así que eso fue mi techo para el tamaño mayor que pensaba
podría tener una iglesia. Después de nueve años y medio llegamos a la meta de
tener nuestros primeros 1.000 miembros. Habiendo traspasado esa barrera, llevó
menos de dos años para llegar al segundo millar de miembros. Y ahora, el tercer
millar ha llegado en menos tiempo que eso. Mientras más grande es la visión, más
grande llegará a ser la iglesia. Las cosas más milagrosas pasan cuando alguien tiene
una visión clara.

¿Qué es una visión?

La visión es la habilidad o el don dado por Dios para ver esas cosas que no son
propiamente una realidad. La visión es presentada en la Palabra de Dios en esta
definición de fe de Hebreos 11:-1: «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera,
la convicción de do que no se ve». Parafraseando, < La fe es visión, y la visión es
verlo mucho antes que sea». .

¿Cuán importante es la visión?

Oí una anécdota de un grupo de trabajadores que cavaban un hoyo de poco más


de tres metros de profundidad. Luego de agotadoras horas de duro trabajo,
finalmente terminaron de cavarlo. El jefe no se había molestado en decirles cuál
era el propósito de cavar el hoyo. Efectivamente, después de hacerlo, él los miró y
les dijo: «Rellénenlo».
Los hombres dejaron el trabajo de inmediato diciendo: «Nos vamos. ¡Queremos
que nos pague ahora!
Cuando el jefe les preguntó por qué, contestaron: < Cavar y rellenar hoyos
solamente nos hace lucir como tontos».
Entonces el jefe se dio el tiempo para explicarles el propósito de hacer el hoyo.
Era para ubicar una fuga de gas que estaba poniendo en peligro la salud de la gente
que vivía en esa zona. Una vez que ellos encontraron que excavar tenía propósito,
quedaron satisfechos y permanecieron en el trabajo.
Muy dentro de cada uno de nosotros está la necesidad de hacer que nuestras
vidas cuenten. Nada hay como una visión que lo consume todo para dar a nuestras
vidas el significado y el propósito que anhelamos.
Sin una visión la vida es monótona y rutinaria. La Biblia dice: < Sin profecía
elpueblo se desenfrena». (Proverbios 29:18).
¡Qué verdad! Pero con una visión la vida se vuelve emocionante; cada día es una
nueva aventura.
Con una visión, la gente no sólo ataca lo imposible sino que lo cumple. Sin una
visión se intenta poco de valor. Las cosas buenas no pasan por accidente.

La iglesia sin visión


es una iglesia aburrida

La gente sin visión tal vez sólo pueda sobrevivir, y ni pensar en prosperar. Es la
visión lo que agrega entusiasmo y emoción a la vida de la gente. Me duele el corazón
por las cantidades de iglesias donde todo es aburrido, como siempre. Ayer almorcé
con un nuevo miembro de nuestro equipo. Con lágrimas en los ojos me dijo lo mal
que se sentía por algunos amigos suyos que tenían poco o ningún gozo en sus vidas
cristianas, debido a los años que llevaban siendo miembros de una iglesia sin visión.
Sí, ellos aman a Jesús, pero asisten a la iglesia y no sirven por entusiasmo sino por
deber.

¿De dónde vienen


las visiones y los sueños?

Dios quiere obrar por medio de aquella función de nuestra mente que llamamos
visualización, a fin de cumplir su obra en esta tierra. Las grandes bendiciones
vienen a nosotros primero por verlas. Considera cómo obró Dios con Abraham. «Y
lo llevó afuera, y de dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes
contar. Y le dijo; Así será tu descendencia» (Génesis 15:5).
Dios dijo a Abraham que mirara al cielo y contara las estrellas, pero esas
estrellas se volvieron incontables, y Dios dijo: < Abraham, tu simiente, tus
descendientes, serán tan numerosos como esas estrellas».
En ese momento los ojos de Abraham se llenaron de lágrimas de gozo, cuando se
vio él mismo llegando a ser el padre de una gran nación.
Tú tienes que entender que, hasta ese momento, Abraham y su esposa Sara
habían sido estériles. Habían sido incapaces de tener un hijo y ahora estaban
bastante pasados de la edad de tenerlos. Efectivamente, cuando Sara oyó por
primera vez la visión de Abraham se rió fuerte. Era ridículo, imposible. Abraham
debe estar loco.
No es raro que hombres y mujeres que tienen la visión de Dios sean
considerados locos. Espera hasta que oigas la visión que Dios ha dado al autor de
este libro.
La cosa que debemos ver es que el poderoso milagro
Dios dando a Abraham su hijo Isaac, y haciéndolo padre de la nación de Israel---
empezó con la visión de Abraham. La visión llegó a ser el instrumento creativo por
medio del cual Dios hizo su poderosa obra.
La verdad es que estoy viendo claramente que el ser usado por Dios,
poderosamente usado por Él, empieza a ocurrir por obtener la visión de Dios para
tu vida.

El Espíritu Santo es el portador


de visiones y sueños
En Hechos 2:17 aprendemos que cuando el Espíritu Santo viene sobre nosotros
nos dará visiones y sueños. «Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi
Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros
jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños. »
A medida que aprendemos a confraternizar con el Espíritu Santo, Él actúa como
el mensajero de Dios plantando en nuestras mentes y corazones las semillas de
pensamientos de sueños y visiones. Quiero decirte que cuando vives en la tierra de
las visiones y los sueños con Dios, la vida es cambiada desde lo ordinario a lo
extraordinario. Un día no es sólo un día, se vuelve un día especial.
Los hombres y las mujeres de visión y sueños no tienen problema en orar, porque
tienen algo por lo cual orar.
Los hombres y las mujeres de visión y de sueños no tienen problema en diezmar
porque creen en ello, de todo corazón.
Los hombres y las mujeres de visión y sueños no tienen problema en creerle a
Dios para las grandes cosas, porque saben que Dios puede hacer lo imposible.
Los hombres y las mujeres de visión y sueños no tienen problema con ir a la
deriva y con la ociosidad, porque saben dónde van y son puestos en marcha por
Jesús.
Los hombres y las mujeres de visión y sueños se encuentran estableciéndose
metas medibles, realistas, motivadoras y alcanzables, aunque no son metas fáciles
sin un reto a la fe.
Nuestro llamamiento de Dios es aprender la vida del Espíritu y ser hombres y
mujeres de visiones y sueños.

¿Cuán grande puede llegar


a ser una iglesia?

En el retiro de pastores de superiglesias pregunté cuán grande puede llegar a


ser una iglesia. Nadie tenía una respuesta. Las Escrituras nos dicen que «Nada es
imposible con Dios». Lo trágico es que la mayoría de los líderes de iglesia se
interesan más por cuán grande no puede llegar a ser una iglesia que por cuán
grande sí puede llegar a ser.
Lo que se necesita en la sociedad de hoy son hombres y mujeres de visión, que
vean a la iglesia no como una iglesita de campo sino como el supermercado grande
que satisface la complejidad de necesidades que la gente tiene en nuestra

actual sociedad. Se necesita una iglesia grande para tener los ministerios que
satisfacen las necesidades reales, que servirá adecuadamente a la gente de hoy.
Mientras más grande la iglesia, más ministerios puede tener para encontrar a la
gente donde ésta la necesita. Mientras más fuerte se vuelve la iglesia, mayor es su
impacto en la comunidad. Mientras más grande la iglesia, más grande la red. Y
como sabes, mientras más grande la red, más pescados vas a capturar.

La curva exponencial

La mayoría de las iglesias crecen poco o nada. Algunas muestran un lento


agregado. Unas pocas tienen multiplicación. Mi oración ruega que muchas iglesias
lleguen a la curva exponencial. Esta curva es como una bola de nieve que cae
montaña abajo. Mientras cae, va tomando impulso hasta que tienes multiplicación
por multiplicación por multiplicación, lo que es igual a la explosión.
En nuestra iglesia local estamos al comienzo de la curva exponencial. En nuestros
doce años de historia hemos tenido más del 28% de aumento por año. Durante los
últimos tres años hemos estado creciendo en más de 500 miembros nuevos por año.
Mi visión es que esta tasa continuará y el número de miembros nuevos por año se
acelerará.

Todo empieza con una visión

Cuéntame tu visión y te diré tu futuro. ¿Cuál es tu visión para tu iglesia?


¿Cuántos miembros esperas tener en cinco años, diez años, veinte años, contando
desde ahora?
Antes que puedas recibir la visión que Dios ha puesto en tu mente, debes sacar
los límites de tu mente.
Permíteme contarte una pequeña experiencia que tuve cuando estaba visitando la
iglesia del doctor Cho en Seúl, Corea. Fui ahí con otros ministros, asistiendo a su
Conferencia Mundial sobre Crecimiento Internacional. Ellos nos instalaron en el
Hotel Lotte, de primera clase, en el centro de Seúl.
Mi dormitorio estaba en el piso 17. Los primeros cinco días pensaba que estaba
cerca del techo del hotel, porque el ascensor que usaba diariamente tenía un panel
que señalaba que llegaba hasta el piso 22. Quiero decir que yo pensaba que estaba
justo en la parte más alta.
Entonces, en la sexta mañana, justo el día antes de volver a casa, nos dijeron que
íbamos a tomar desayuno en el piso 36. Ni siquiera me había imaginado que había
pisos más arriba, porque tenía una limitación restrictiva en mi mente.
Muchas personas tienen limitaciones autoimpuestas, estructuradas en sus
mentes. < Dios puede hacer esto, pero Él no puede hacer más». Lo que quiero hacer
es sacar todos los límites. Lo que deseo es que saques los límites de tu mente.
Ábrete a la gran visión de Dios. Ábrete al hermoso sueño consumidor.

SIETE COSAS QUE HACER PARA


REALIZAR TU VISIÓN

I. CUADRO:
UN CUADRO MUY CLARO DE LA VISIÓN EN TU MENTE

Tu mente tiene dentro de sí una capacidad de hacerse cuadros que no tienen las
mejores cámaras fotográficas que se fabrican hoy. Una cámara fotográfica
solamente puede tomar una fotografía de lo que ya es visible físicamente. Dentro
de tu imaginación creadora está la maravillosa habilidad de retratar lo que aún no
ha sucedido. Cuando esto pasa, la creatividad es liberada y empieza a trabajar.
Bill Glass, el ex jugador profesional de fútbol americano -y ahora evangelista
nacional- cuenta su historia. Una joven mujer dio a luz a un bebé prematuro. El
bebé tuvo que ser mantenido en un sistema artificial en la sala de incubación,
lejos de la madre. Separada de su bebé, la madre se dio cuenta de que no le
bajaba la leche. Entonces una enfermera tuvo la brillante idea de tomar un
fotografía del bebé con una cámara Polaroid, y luego poner la fotografía donde la
madre pudiera disfrutar la vista de su nueva hija. Mientras la madre miraba la
fotografía, adivina qué pasaba. Su leche bajaba.
Hace muchos años, aun antes de lanzar el ministerio de la Iglesia de la
Comunidad de la Nueva Esperanza, Dios me dio una clara visión sobre la clase de
propiedad en que íbamos a edificar. Compartí esta visión con nuestros primeros
líderes y se volvió la visión fija de la iglesia. Veíamos que nuestro edificio, para dar
ministerio a miles de personas, iba a estar ubicado en una importante calle de
tránsito rápido, en la ladera de una hermosa colina verde. Iba a tener visibilidad y
buen acceso. Iba a ser un lugar de belleza que corta la respiración y que inspiraría
a la gente. Esto describe exactamente dónde está ubicada hoy la Iglesia de la
Comunidad de la Nueva Esperanza, con la ventaja agregada de que estamos
directamente al frente de uno de los más grandes centros comerciales del Estado
de Oregón, cruzando la autopista. Todo empezó con un claro cuadro en la mente.
Muchos de los ministerios que buscan satisfacer las necesidades de la gente en
la Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza fueron primeramente retratados
en la mente de algún miembro. Acabábamos de terminar nuestro 12° Campamento
Familiar Anual, realizado en el Campamento Friends Twin Rocks, en la costa de
Oregon. Fue un tiempo delicioso y entretenido para todas las edades al celebrar la
vida cristiana con toda la familia reunida. Cientos de personas estaban presentes y
sacaron provecho de esta experiencia de campamento familiar.
¿Cómo empezamos a tener estos campamentos familiares? Uno de nuestros
laicos puso en su mente el cuadro de un campamento donde gentes de todas las
edades disfrutaban mutuamente. Vino a verme y compartió su visión conmigo y yo la
acepté como una bella idea de Dios. En el paso de los años ese cuadro ha crecido
hasta ser una maravillosa experiencia de campamento, donde cientos de personas
de nuestra gente disfruta y saca provecho. Todo empezó cuando uno de nuestros
laicos tuvo este cuadro en su mente.
¿Qué cuadro te ha puesto Dios en tu mente? ¿Cuál es la visión de ministerio que
Dios te ha dado? El primer paso para ver algo bello volverse realidad es tener un
cuadro muy claro de la visión en tu mente.

II. CORAZÓN:
COMPROMÉTETE AL CUMPLIMIENTO DE LA VISIÓN

Antes que estés listo para moverte a cumplir tu visión, ésta debe llegar a tu
corazón. Recuerdo haber visto a un equipo estudiantil de fútbol americano, de
limitado talento, derrotar a un equipo campeón de destrezas superiores. El equipo
que tenía menos habilidad ganó porque esa noche tuvieron más corazón. Ellos se
metieron por completo en el juego y jugaron más allá de su habilidad. Su ardiente
deseo les dio el triunfo.
Si vas a hacer algo grande para Dios, entonces puedes contar con que te
enfrentarás a obstáculos. Mientras más grande sea tu visión, más grandes y más
frecuentes serán los obstáculos que vas a enfrentar. Cuando la cosa se pone
difícil, aquellos que no han puesto sus corazones en ella, se rinden.
Cuando nuestro hijo menor, Scott, tenía seis años, aprendió a andar en bicicleta
sin las ruedas de ayuda, durante las vacaciones de verano de la familia. Él había
estado andando antes con el auxilio de esas pequeñas ruedas de entrenamiento,
pero en esta mañana particular, mi esposa Margi y yo decidimos que era hora de
sacar esas ayudas y que Scott aprendiera a andar en bicicleta solo.
Primero, convencimos a Scott que no podría hacerlo si no ponía todo su empeño.
Sin embargo, me puse a caminar al lado suyo mientras él trataba de andar. Yo
seguía diciéndole: «Puedes hacerlo, Scott. Va a ser mucho más divertido andar sin
esas ruedas. ¡Puedes hacerlo! Tan sólo pedalea más rápido.»
De repente, antes de darme cuenta, él empezó a andar en bicicleta. Entonces
me hallé gritando: «¡Más despacio, más despacio!», mientras corría sin aliento
tratando de mantenerme al lado de un ciclista que huía.
No va a pasar hasta que pongas tu corazón en ello. Jesús dijo: «Porque donde
esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mateo 6:21). Aquello
que tengas en alta estima es lo que tendrá el dominio de tu corazón. La palabra
«corazón» en la Biblia significa el centro de tus afectos. Para cumplir una gran
visión tienes que quererla con todo tu corazón.
El salmista lo dijo de esta manera: «Pon tu delicia en el Señor, y él te dará las
peticiones de tu corazón» (Salmo 37:4, BLA). A1 graduarme del seminario en 1963
-hace más años de lo que me gustaría recordar- tuve una visión de que llegaría a
ser un ganador personal de almas. Esto se volvió un ardiente deseo dentro de mí.
Aunque había sido criado en una iglesia, había ido a una universidad cristiana y me
había recibido en uno de los mejores seminario de este país, ni siquiera sabía cómo
conducir a alguien personalmente a Jesucristo. Pero tenía el deseo ferviente.
Cuando me levanté en la mañana empecé mi día pidiendo a Dios que me hiciera un
ganador de almas. Varias veces al día suplicaba a Dios que me ayudara a llevar a
alguien a Él. Era una llama ardiente dentro de mí. El cuadro de ser un ganador de
almas y mi deseo de serlo me hicieron leer todo libro que pude encontrar sobre el
tema de ganar almas personalmente. Esta búsqueda ferviente para cumplir la visión
siguió por días y meses.
Entonces Dios trajo a un joven a mi vida, respondiendo a mi oración, el cual me
mostró en cinco minutos cómo usar la Escritura para conducir personalmente a
alguien a Jesucristo. Esa misma tarde fui a visitar la casa de una de las personas
con que estaba trabajando y lo conduje a Jesucristo. Estaba muy entusiasmado.
Cuando me fui de ahí me dirigí a otra casa y conduje a toda la familia a Cristo. Ese
fue el comienzo de una vida personal de ganar almas. Nunca hubiera pasado sin el
ardiente deseo de mi corazón. Para cumplir tu visión tienes que adentrarla en tu
corazón.

III. ALMA:
ORA HASTA QUE SEPAS QUE TU VISIÓN
ES LA VOLUNTAD DE DIOS PARA TU VIDA

Dos de los líderes de iglesia que Margi y yo disfrutamos al confraternizar con


ellos en la reunión de las superiglesias fueron el Obispo John y Mary Lee Meares,
pastores del Templo Evangel de Washington D.C. Su iglesia ha sido recientemente
destacada como una de las que sobresalen en los Estados Unidos de Norteamérica
por la revista Charisma. John y Mary Lee son blancos, y tienen el honor y la
distinción de pastorear una congregación de negros en el centro de nuestra ciudad
capital.
Su historia es una de las más inspiradoras que he oído. John es un hombre de
visión y sueños, y de tremenda compasión.
Más de 30 años atrás él fue a Washington con la visión de edificar una gran
iglesia en el centro de esa ciudad. Él puso corazón y compromiso en esa visión.
John empezó con cruzadas evangelísticas de sanidad. Grandes cantidades de
personas iban, pero a medida que pasaba el tiempo, John vio claramente que debía
haber un ministerio de enseñanza. Estas personas que vivían en el centro de la
ciudad necesitaban el Evangelio para hacer del cielo su hogar. Sin embargo,
también necesitaban ayuda para llegar a ser aquello para lo cual Dios los había
creado. Así John empezó el ministerio de enseñar a la gente cómo concretar sus
potenciales y llegar a ser todo lo que Dios planificó para ellos.
En los primeros años su congregación estaba compuesta por blancos y negros.
Era una congregación integrada. Luego, en los sesenta, cuando los disturbios se
encendieron y la ciudad estuvo en un caos, los blancos huyeron de puro miedo.
John y su esposa se quedaron. Un domingo llegaron los manifestantes a la
congregación para atacar al pastor blanco y su esposa. Los hombres de la
congregación de John tomaron a los perturbadores y los arrojaron fuera por la
puerta principal.
¿Por qué se quedó John cuando todos los demás se fueron? Porque años antes él
había orado y tenía la seguridad en su corazón de que su visión era de Dios.
Treinta y cuatro años después tiene una congregación negra de miles de personas.
Y él ha presenciado milagro tras milagro a medida que su gente fue pasando de
vivir de la caridad pública a tener éxito en los negocios, las profesiones y las
posiciones de liderazgo en Washington.
Recientemente su iglesia compró un sitio de 400 acres en el cual crear más aún
la visión del ministerio que Dios ha puesto en sus corazones. La manera de probar
un sueño es orar por completo hasta saber que sabes que esto es la visión y el
sueño de Dios para tu vida.

IV ENFOQUE:
CONCÉNTRATE EN EL CUMPLIMIENTO DE LA VISIÓN

Mucha gente nunca triunfa en su vida porque se dispersan en todas direcciones.


Para cumplir una gran visión se necesita un propósito único. Se ha dicho que lo que
te llama la atención te llama a ti. Para cumplir una visión debes concentrarte en el
cumplimiento de la visión.
Recuerdo que de niño tenía una lupa. Me iba al patio cuando el sol brillaba y
enfocaba la lente de la lupa en una hoja. Al concentrarse los rayos del sol sobre la
hoja, ésta se encendía. Un día, cuando empezaba a enfocar mi lupa sobre una hoja,
pasó un perro corriendo y me olvidé de lo que estaba haciendo y me puse a correr
tras el perro. Perdí la concentración y, por consecuencia, no pasó lo que yo me
había puesto a hacer.
Si quieres lograr tu sueño, va a insumir mucha concentración. Va a significar
negar cosas menores para ganar esta visión mayor.
V. ORGANIZAR:
PARA CUMPLIR LA VISIÓN

Dios tiene un plan maestro para que nosotros ingresemos al crecimiento


explosivo de iglesia. Este plan no es una idea nueva para mí pues fue usada en la
primera explosión de crecimiento de la iglesia. Es lo que llamo visión 20/20, porque
se encuentra en Hechos 20:20. «y cómo nada que fuese útil he rehuido de
anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas» (Ver también Hechos 5:14 y
Hechos 5:41).
La iglesia de los primeros tiempos se reunía para la celebración gigantesca en el
Día de la Resurrección, el primero de la semana. Y durante la semana se reunían de
casa en casa en pequeños grupos célula.
El poder del plan de casa en casa puede verse en el moderno milagro que ha
ocurrido en la China Roja, donde se estima que en la actualidad hay unos cincuenta
millones de cristianos. ¿Cómo puede ser? Pocos o ningún edificio de iglesia. Nada de
servicios públicos. Por décadas nada de ministros profesionales. Ha sido ilegal, so
pena de muerte, ser un cristiano practicante.
Nadie tenía idea cuántos millones de cristianos había en la China Roja, hasta hace
poco. Evidentemente el gobierno pasó por un momento en que invitaron a todos los
cristianos a pronunciarse. En el fondo de sus mentes pensaban que iban a lograr
que el cristianismo saliera a la superficie y, entonces, podrían eliminarlo. Pero para
su desmayo, fueron tantos los cristianos que se declararon como tales que el
gobierno nada pudo hacer al respecto. No podían exterminar a 50.000.000 de
personas.
¿Cómo sucedió este fenómeno moderno? Aconteció porque descubrieron el Plan
Maestro de Dios para evangelizar al mundo. Se reunieron en casas en pequeños
grupos. A menudo se reunían pasada la medianoche en las primeras horas de la
madrugada para no ser detectados por el gobierno. Leían juntos la Biblia. Oraban
unos por otros por medio del poder del Espíritu de Dios. Compartían juntos su fe.
Y uno por uno sacaban a sus amigos de la tiniebla a la luz de Jesús.
Para cumplir nuestra visión dividimos actualmente la zona metropolitana en
cuatro distritos, conducidos por cuatro pastores de distrito. Ellos tienen la ayuda
de pastores ayudantes para supervisar y motivar a 525 pastores laicos, que
conducen a más de 500 grupos de Atención Afectuosa y Tierna, los que se reúnen
semanalmente. Ya tenemos instalada una organización sin límites en su capacidad
de seguir expandiéndose. Al mantenernos al ritmo mismo del crecimiento hacemos
posible un crecimiento exponencial aun mayor. En Nueva Esperanza estamos
liberando y equipando a los laicos para ministerios significativos. Compartiré
contigo los detalles de esto en la PARTE 111- Plan para el crecimiento de la iglesia.

VI. RIESGO:
CORRE EL RIESGO DE FRACASAR
PARA GANAR EL ÉXITO DE TU VISIÓN

Justo después de la Segunda Guerra Mundial, los dos minoristas gigantes de los
Estados Unidos de Norteamérica tomaron dos decisiones muy diferentes que
afectaron sus destinos por separado. Uno era la Compañía Sears Roebuck y el otro
era Montgomery Ward.
La dirección de Ward esperaba que hubiera una depresión económica después de
la guerra, así que se frenaron y rehusaron correr el riesgo de ampliarse.
Mientras tanto, la dirección de Sears decidió que habría crecimiento económico
en tal forma como los Estados Unidos de Norteamérica nunca había visto antes.
Así que se arriesgaron y se ampliaron a nuevos mercados por todo el país. Como
resultado, Sears subió mientras que Ward cayó mucho. Sears corrió el riesgo, se
arriesgaron a fracasar y así ganaron un éxito mayor. Ward se refrenó y hoy sigue
sufriendo las consecuencias de su falta de voluntad para correr riesgos.
No hablo aquí de riesgo irresponsable e imprudente, sino del riesgo basado en la
fe. Después de hacer toda la investigación, después de buscar el mejor consejo
posible, llega el momento en que tienes que lanzarte.
El éxito es un proceso. Si alguna vez dejas de lanzarte, entonces dejarás de
ser exitoso. El éxito es como los escalones, un escalón se construye sobre el
anterior, mientras que prepara al próximo.
En nuestro ministerio de la Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza nunca
hemos llegado a una cima nueva sin estar dispuestos a arriesgarlo todo. Pero yo soy
uno que prefiere intentar algo grande por Dios y fallar, a no hacer nada y triunfar.

VII. FE:
PON EN ACCIÓN TU FE EN LA VISIÓN
QUE DIOS TE HA DADO

Antes que una visión se haga realidad debe empezar a ser dicha en palabras
de fe pronunciadas. Las visiones verbalizadas en palabras de fe liberan los
poderes creativos de Dios para obrar por medio de nuestras vidas para dar
existencia a lo que no era.
A comienzo de los días iniciales de nuestro ministerio de la Nueva Esperanza,
Dios me dio una carga por la gente sola. Visualicé que tendríamos un gran ministerio
que satisface las necesidades de sus vidas. Compartí esta consumidora visión con
mi amigo y colega pastor Rich Kraljev, y también se volvió su visión. Durante meses
oramos juntos por el lanzamiento de esta visión.
El Domingo de Pascua de 1977, sabiendo que el tiempo de Dios era ahora,
lanzamos el ministerio a los «Solteros Positivos». Sin nadie, visualizamos y dijimos
las palabras de fe al publicitar a los de Oregón lo siguiente: «Cien hombres
cristianos en los Solteros Positivos de la Nueva Esperanza». Entonces les dimos el
tiempo y el lugar. No sólo visualizamos que tendríamos hombres sino que
pronunciamos aquellas palabras de fe, basados en la seguridad de nuestros
corazones de que esto era lo que Dios quería.
Una vez que comencé a captar esta verdad espiritual en cooperación con el
Espíritu Santo, principié a decir las palabras de salvación al concluir mi mensaje.
Ahora, semana tras semana, no importa qué predique, siempre hay un flujo de
salvación. Grandes cantidades de personas se paran, dicen la oración del pecador y
entregan sus vidas a Jesucristo.
Este principio es demostrado aun más por la terminación de nuestro auditorio de
3.000 asientos, el que fue construido en menos de doce meses. En cooperación con
el Espíritu Santo dijimos las palabras de fe y participamos en la creación de un
milagro maravilloso. ¡Una visión que ahora ha llegado a ser una realidad de la
Iglesia de la Comunidad de la Nueva Esperanza!
Quiero esclarecer este punto. No se trata solamente de que te pares y digas
algo, y eso suceda automáticamente. Eso no es fe en acción, eso es necedad. Eso
es sólo decir palabras.
Lo que debes entender es que hay un período de incubación, tal como el tiempo
que debe pasar antes que nazca un bebé. Pasa tiempo con tu visión,
confraternizando con el Espíritu Santo, esclareciendo, cristalizando esa visión.
Purifica tus motivos y deseos y asegúrate de que Dios quiere usar tu vida para
hacer que esto pase. Ora por entero y obtiene la certeza de tu corazón de que
esta es la voluntad de Dios para tu vida. Asegúrate de encontrar su tiempo
perfecto.
Entonces, como el Moisés de antaño a quien Dios le dio la visión para liberar de
Egipto a los hijos de Israel, toma la palabra que Dios te ha dado, párate y
pronúncialas.
Moisés se preparó y se alistó durante años. En Éxodo 14 vemos que como
resultado de las diez plagas, los hijos de Israel están en marcha saliendo de la
esclavitud cuando llegan al Mar Rojo. Súbitamente todos están asustados. Ante
ellos está esa imposible e inmensa masa de agua. Tras ellos está el ejército egipcio
con muchas armas. Ellos caen presa del pánico y claman: «¿Qué haremos?»
«Entonces dijo el Señor a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel
que se pongan en marcha. Y tú levanta tu vara y extiende tu mano sobre el mar, y
divídelo; y los hijos de Israel pasarán por en medio del mar, sobre tierra seca»
(Éxodo 14.15,16, BLA).
Y cuando Moisés dio la orden, dijo las palabras, Dios usó sus palabras para crear
un milagro. El mar se abrió y los israelitas pasaron por el mar abierto a la seguridad
del otro lado.
Te desafío a que te embaraces con la visión del crecimiento exponencial de tu
iglesia local. Estoy convencido de que Dios quiere hacer no sólo grandes cosas por
medio de nuestras vidas, sino «aun mayores» (Juan 14:12).

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