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INDICE

1. ¿QUÉ ES LA COMUNICACIÓN? ………………………………………… 1

2. EPISTEMOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN EN EL ÁMBITO 7


PSICOLÓGICO …………………………………………………………….

3. REFERENCIAS ……………………………………………………………. 13

4. ¿DISCIPLINA, INTERDISCIPLINA, MULTIDISCIPLINA, 14


TRANSDISCIPLINA O CAMPO? …………………………………………

5. EPISTEMOLOGÍA ………………………………………………………… 16

6. DATOS IMPORTANTES SOBRE LA EPISTEMOLOGÍA DE LA 25


COMUNICACIÓN .…………………………………………………………

7. RESUMEN …………………………………………………………………. 25

8. CONCLUSIONES …………………………………………………………. 27

9. BIBLIOGRAFÍA …………………………………………………………… 28
¿QUÉ ES LA COMUNICACIÓN?

La comunicación constituye en la actualidad una categoría polisemántica, al no ser su


estudio privativo de una ciencia en particular sino de varias como por ejemplo,
la lingüística, la antropología social, la psicología, la pedagogía y la sociología, entre otras.
En cada una se le estudia de acuerdo con su objeto peculiar y en correspondencia con el
enfoque o modelo científico adoptado.

A pesar del amplio espectro que posee el contenido de la comunicación, es indiscutible su


base sociopsicológica, al ser concebida dentro de la vida social como fenómeno subjetivo y
extraindividual a la vez. Sin embargo, existen algunas posiciones que pretenden llevar la
comunicación hasta el mundo físico y el mundo animal.

En varios sistemas filosóficos la comunicación ha sido objeto de análisis teórico general de


manera más o menos explícita. En el caso de la corriente existencial, fue erigida en una de
las categorías centrales dentro de su conceptualización filosófica.

La filosofía marxista concibió siempre a la comunicación estrechamente vinculada con


la naturaleza social del hombre y con la evolución de su conciencia. En diferentes obras de
C.Marx y F. Engels aparecen reiteradas, certeras y profundas reflexiones sobre ella (1),
pero incipientes y necesitadas de un tratamiento posterior más sistemático que no se ha
producido. Es en la filosofía no marxista donde más aportes a una epistemología de la
comunicación se han realizado hasta el presente.

Pero la comunicación tampoco puede entenderse como una supercategoría que sustituya o
suplante a otras categorías generales en la explicación de la esencia humana, como ocurrió
con el enfoque comunicativo dentro de la psicología marxista a finales de los años 70 e
inicios de la década de los años 80 (2).

Después de la Segunda Guerra Mundial comienzan a proliferar los estudios sobre la


comunicación en varias ciencias a la vez debido a las propias exigencias de la vida
moderna, de su desarrollo y el predominio de enfoques humanistas en las ciencias.

1
Es en el decenio de los años 60 cuando se produce lo que puede ser denominado como el
boom de las investigaciones sobre comunicación al ocurrir el salto cualitativo de los
trabajos iniciados décadas atrás. Este fenómeno llega hasta la actualidad con gran ímpetu,
pues se incorporan cada vez más ciencias a su estudio y con resultados de gran repercusión
interdisciplinaria y nivel de complejidad (3).

A pesar de los antecedentes filosóficos sobre la comunicación, es en las ciencias


particulares donde más resultados concretos se han encontrado y más preocupación por
estudiarla con mayor sistematicidad, lo cual promovió el estudio de aspectos aislados de
ella al principio y de su intento por vincularlos entre sí después, con la limitación que
provoca la existencia de marcos epistemológicos disímiles (A.Muñoz, 1986; F.González,
1993, 1995; M.Santos, 1990).

El enfoque multidisciplinario de la comunicación presupone una interpretación teórica de


ella que condiciona su definición conceptual. En la misma medida en que existan diferentes
concepciones epistemológicas, aparecerán varios conceptos sobre ella. En la actualidad se
pueden precisar dos interpretaciones: una amplia o genérica y otra restringida o particular.

La concepción amplia o genérica concibe la comunicación como una categoría común al


hombre y a los animales, a las ciencias sociales, biológicas y físicas (A.Muñoz, 1986). O
sea, la comunicación no solo ocurre entre las personas, sino entre los animales, e incluso
entre los fenómenos físicos cuando se produce intercambio de energía. Es obvio que
este concepto es tan abarcador que resulta incómodo desde el punto de vista metodológico
para operar con él, al igualar formas del movimiento de la materia muy diferentes, pero
como tal constituye una conceptualización filosófica sobre la comunicación.

El concepto restringido o particular limita la comunicación a las ciencias sociales, al


hombre, al ser este el único portador de un lenguaje y de hecho descarta el reino animal y
las ciencias exactas en cuanto a su campo de acción (4). Precisamente este concepto es el
que más resonancia ha obtenido en los medios científicos mundiales al haber focalizado
múltiples investigaciones en esta dirección.

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En la actualidad se habla, acorde con este concepto, de la preparación de una teoría social
de la comunicación que permita elaborar una epistemología sobre ella, a partir del
entronque de las ciencias de la sociedad con las ciencias de la comunicación (B.Lomov,
1989; Colectivo de Autores, 1989), es decir, que existe una mutua dependencia y
condicionamiento entre el sistema social y el sistema de comunicación, pues las
transformaciones ocurridas en uno provocan cambios en el otro. El sistema de
comunicación es entendido, en este caso, como el conjunto de todos los elementos que
participan en el intercambio de mensajes o información - objetivos y subjetivos - entre las
personas, dentro de la sociedad.

En este concepto restringido de la comunicación van a operar diferentes ciencias sociales,


que a su vez le confieren un matiz peculiar a su estudio, de forma tal que aparecen y se
desarrollan enfoques sobre la comunicación con ópticas sociológicas, lingüísticas,
psicológicas, antropológicas, etc. los cuales no implican la fragmentación de
su investigación, sino el enfoque multidisciplinario imprescindible para analizar esta
categoría tan compleja de forma rigurosa y sistémica.

Los resultados de este enfoque multidisciplinario no constituyen un fin en sí mismo, hay


que concebirlos con una doble finalidad: hacer avanzar a las ciencias sociales en sus objetos
particulares y contribuir a la conformación de una teoría general de la comunicación que
integre y sistematice elconocimiento científico que se va acumulando. En la actualidad
ambas finalidades constituyen tendencias en las ciencias sociales, lo que queda
testimoniado en los intentos de erigir la teoría de la comunicación como una de las ciencias
sociales y a concebir el fenómeno comunicativo como esencial en el origen y desarrollo
social (J.L.Piñuel, 1986; B.Lomov, 1989; G.M.Andreieva, 1984; S.Ariana, 1995; J.Asensio,
1991).

También es creciente el número de trabajos investigativos y publicaciones dedicadas a


abordar las cuestiones esenciales de la epistemología y teoría de la comunicación con
perspectivas informacionales y sistémicas (M.Roig y A.Muñoz, 1986; A.Borzone y
A.Rosemberg, 1994; I.Cuadrado, 1991; A. de Acosta y J.Serna, 1994).

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Sin embargo, esta tendencia plantea, a su vez, nuevos problemas y contradicciones en
el pensamiento científico contemporáneo, pues los enfoques actuales sobre la
comunicación, sean de corte epistemológico o no, presentan ciertas regularidades:

1. - Reflejan un gran pluralismo teórico y metodológico.

2. - Intentan estructurar una ciencia general sobre la comunicación que agrupe a varias
ciencias particulares.

3. - No solo se ha incrementado el número de publicaciones sobre el tema, sino que se ha


institucionalizado en las universidades su estudio como carrera y como profesión
(comunicólogo).

4. - Vincula conceptos de diferentes niveles de generalidad y de distintas ciencias con la


intención de establecer paradigmas científicos de cierto grado de universalidad.

5. - Tiene un basamento experimental sistemático de carácter funcional que garantiza su


aplicación práctica en la sociedad y su correspondiente teorización.

6. - Manifiesta un predominio del enfoque sistémico y cibernético.

7. - Contiene una conceptualización peculiar, con préstamos lingüísticos y científicos de


otras ciencias (naturales y exactas).

8. - Ofrece cierta complejidad terminológica y conceptual al no lograrse siempre la


necesaria articulación desde el punto de vista lógico formal.

9. - Se destacan indistintamente los niveles teórico generales, particulares y metodológicos


de la teoría científica (5).

10. - Se reconoce unánimemente el impacto de las nuevas tecnologías informativas en


el proceso comunicativo, con la aparición de la palabra impresa y las imágenes reales y
virtuales.

11. - Introduce variables políticas como determinantes en la comunicación de masas


(políticas estatales de comunicación).

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Por tanto, la categoría comunicación y su estudio científico se inserta cada vez más en la
vida moderna, sobre todo dentro de las ciencias sociales a través de cada ciencia particular,
pero la situación de cada una no es la misma con respecto a la comunicación, por la
propia lógica de su objeto de estudio.

Por ejemplo, la psicología, la sociología y la antropología, por la necesidad de buscar


nuevos modelos explicativos que validen epistemológicamente los postulados sociológicos
sobre la comunicación, proponen algunos aplicables en pequeños grupos (M.Roig, 1986),
partiendo de que se produce en varios niveles:

- Comunicación personal: en el plano de la intersubjetividad.

- Comunicación interpersonal: en las relaciones entre participantes.

- Comunicación de masas: en la difusión y canalización de la opinión pública.

Los modelos son los siguientes (M.Roig, 1986):

A.- Teoría del interaccionismo simbólico (G.H.Mead): presupone el condicionamiento


social de la interacción y orientación necesaria de los roles comunicativos hacia los demás
y hacia sí mismo. Considera que el individuo es a la vez sujeto y objeto de la
comunicación, la personalidad se forma en el proceso de socialización por la acción
recíproca de elementos objetivos y subjetivos en la comunicación. A través del intercambio
de símbolos el individuo aprende a utilizar códigos interindividuales, sociales y culturales.

La comunicación humana es el mecanismo que ha hecho posible la sociedad humana. Es un


principio básico de organización social, una forma de interacción singular que permite a los
sujetos participar en actividades comunes, teniendo presente las actividades correlativas de
los otros copartícipes. La sociedad consiste, esencialmente, en un proceso de comunicación.

La comunicación se dirige a otros y a sí mismo con implicación lógica y ética a través de la


utilización de símbolos significantes (I.Sánchez, 1991).

B.- Teoría de la información: pretende optimizar los mecanismos tecnológicos de la


comunicación (cambios artificiales) para lograr una mayor comunicación interpersonal.

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Posee la paternidad en la creación de conceptos tales como entropía,
redundancia, ruido y retroalimentación.

C.- Teoría general de los sistemas: establece relación entre el sistema de comunicación y el
sistema social. Aplica los principios de la cibernética al análisis de los sistemas sociales.

D.- Teorías antropológicas de la comunicación: establecen nuevas relaciones entre el


lenguaje, la cultura y la comunicación. Refuerzan el papel de la comunicación en las
culturas humanas.

En estos modelos se perciben algunas características comunes, a pesar de sus disimilitudes:

1. - Destacan, de forma explícita, el valor de la comunicación en el desarrollo de la


sociedad, la personalidad y la cultura.

2. - Reflejan algunas posiciones del materialismo histórico sobre el origen y el papel de la


comunicación en el hombre.

3. - Se aprecian intentos de aplicar conceptos y conocimientos obtenidos en ciencias no


sociales.

4. - Cada una expresa la concepción del mundo de la cual parten sus autores.

5. - Por su valor heurístico, permiten profundizar científicamente en los problemas de la


comunicación, desde el punto de vista que la enfocan.

6. - Constituyen modelos comunicacionales para el estudio de diferentes fenómenos


sociales con lenguajes muy formalizados en algunos casos y con carácter teórico general.

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EPISTEMOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN EN EL ÁMBITO
PSICOLÓGICO

Por otra parte, en la psicología social, como ciencia de interacción entre la psicología y la
sociología, se ha continuado desarrollando la teoría de la comunicación, concibiéndola
como un concepto bastante amplio que abarca todo contacto o interacción como requisito
necesario; toda conducta humana es comunicación, según esta teoría. La comunicación
exige finalidad, normatividad y bilateralidad, así como unidad del sentido y del significado
(J.Asensio, 1991; C.S.Fitchen et all, 1992; A.Galindo, 1991; F.González, 1995).

En el caso de las ciencias pedagógicas se ha sentido también la influencia de los estudios


sobre la comunicación, con la aparición de concepciones del proceso educativo como
comunicación intencional, como mutualidad y permeados de un sentido ético-sociológico
(F.Bárcena, 1987; G.Jover, 1987; J.Martínez, 1990; E.Ortiz y M..Mariño, 1995b; W.Darós,
1991).

Aunque la pedagogía tuvo un sensible retraso dentro de las ciencias sociales para investigar
y aplicar sobre los problemas comunicativos, en el caso de la pedagogía de orientación
marxista esta situación se hizo más crítica al comenzar a utilizar tardíamente los aportes de
la psicología en este campo (6).

A partir de la década del 70, la pedagogía de orientación marxista comienza aglutinar mejor
los aportes de la psicología y a utilizarlos en el plano teórico-práctico, específicamente los
problemas comunicativos, pero con alcances muy limitados. Los resultados renovadores en
el campo educativo, que destruían los esquemas tradicionales, los cuales obstaculizaban el
desarrollo social, tuvieron muy poca generalización a nivel de toda la sociedad y muchas
veces se quedaron dentro de los laboratorios.

Para lograr una comprensión teórico general de la comunicación, hay que considerar
obligatoriamente al proceso educativo no solo en su comprensión institucionalizada, sino en
su acepción más abarcadora de formación y desarrollo de la personalidad en diversas
esferas de la vida social, desde la familiahasta el colectivo laboral.

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Otro elemento importante, dentro de esta comprensión, lo constituye el lograr una mayor
delimitación de sus rasgos definitorios para eludir esas posiciones que pretenden concebirla
como cualquier conducta, contacto o interacción humanas. Compartir este enfoque es
aceptar todo, prácticamente, como comunicación y ocurriría un proceso de identificación
con otros conceptos sociológicos, tales como actividad, relaciones sociales, conducta,
interacción, etc.

Concepción tan abarcadora de la comunicación en la sociedad también llevaría a la pérdida


de la especificidad de su esencia y a la confusión terminológica, metodológica y
epistemológica, así como a la tautología. Aquí se vuelve a manifestar el intento de erigirla
en una supercategoría en el plano de las ciencias sociales.

En realidad, su carácter polisemántico permite que pueda ser explicada en diferentes


niveles de análisis:

I - Nivel epistemológico (filosófico-sociológico): vinculado con la naturaleza social del


hombre y con la evolución de su conciencia en el proceso de hominización, asociado a la
actividad productiva. El enriquecimiento paulatino de las relaciones sociales y la
realización de disímiles actividades condicionaron el incremento de la comunicación entre
los hombres; mientras más variadas fueron, se alcanzó mayor desarrollo humano como ser
social. La evolución de la sociedad hasta el presente se ha caracterizado, entre otras cosas,
por el incremento, cuantitativo y cualitativo de la comunicación.

Constituye una categoría inseparable del hombre, junto con la categoría actividad, lo cual
ha llevado a dos principios planteados por la psicología marxista, pero con repercusión
extrasubjetiva: los principios de la unidad de la comunicación y la conciencia y de la
unidad de la comunicación y la actividad (F.González y A.Mitjáns, 1989 y F.González,
1989; F.González e H.Valdés, 1994; F.González, 1995).

A través de la filogenia, la conjugación de actividades conjuntas y de la comunicación


interpersonal ha condicionado un avance incesante de la conciencia, no sin contradicciones.
En la ontogenia humana, salvando las diferencias, también se ha manifestado esta unidad
de manera irreversible y progresiva.

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La comunicación también propicia la conformación de una concepción sistematizada del
mundo, de una ideología en las personas. En ella se produce el proceso de aprehensión de
los significados históricamente elaborados, lo cual plantea el problema del sentido y el
significado.

Se han delineado en el extranjero algunos principios para la comunicación de franco


enfoque epistemológica (B.Lomov, 1983; 1989):

1. - La comunicación no se reduce al lenguaje verbal porque todo el organismo es


instrumento de ella.

2. - No se restringe a la mera transmisión de información, no solo se trasmite, se crea dentro


del propio proceso comunicativo.

3. - En la comunicación se resuelve la contradicción entre lo particular y lo general de los


hombres, entre sus cualidades generales y particulares.

4. - El hombre se realiza y asimila en la comunicación su esencia general.

De estas posiciones se deriva la imposibilidad de la socialización del hombre sin la


comunicación. Incluso, cualquier actividad humana sin ella no tiene sentido no solo a nivel
individual, sino a nivel social porque ella ocurre también en grandes y pequeños grupos.

Posee, además, como características generales una especialización semiótica y un nivel de


mediatización, debido a los procedimientos que utiliza: gestos, lengua y señales, y a la
diferente distancia social que existe entre los comunicadores y receptores.

La comunicación es un fenómeno social conjunto, que posee una orientación y


una dinámica peculiares, lo cual ha provocado que la humanidad haya creado un rico
sistema de procedimientos y formas comunicativas que van variando constantemente con la
impronta de la cultura de cada pueblo.

Sin embargo, todos estos argumentos están necesitados de una mayor sistematización
epistemológica para obtener una coherencia conceptual y terminológica satisfactoria, que
organice mejor la abundante dispersión de conocimientos y enfoques existentes y se

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trascienda la mera declaración de principios. Conciencia de ello han tomado las ciencias
sociales contemporáneas, por lo que se trabaja en esa dirección con vehemencia, con
resultados palpables y promisorios.

II - Nivel teórico particular (sociológico concreto): está asociado al conocimiento


aportado por las ciencias sociales especificas. Posee ciertaindependencia con respecto al
nivel anterior, pero lo tiene de base.

Por ser de patrimonio humano es que la comunicación tiene un fuerte arraigo socio-
psicológico, individual, que parte de la subjetividad del individuo y lo trasciende al resto de
sus semejantes como fenómeno social concreto también, pero vuelve a él en forma de
ciclos continuos en espiral ascendente. Lo anterior permite explicar que como realidad
fenoménica tenga un amplio espectro de estudio dentro de las ciencias sociales sin la
posibilidad de la reiteración investigativa.

La propia definición de lo que es comunicación está matizada por los enfoques antes
mencionados dentro de este nivel teórico particular. El consenso más general es
considerarla como una de las formas que tienen las personas para relacionarse en el proceso
de la actividad, en ella se descubren y realizan las relaciones sociales y personales. No
deben identificarse los términos relación (o interacción) con comunicación, si bien están
muy vinculados; el primero es mucho más general y el segundo constituye una
manifestación, una concreción de aquel.

Representa la comunicación un proceso de intercambio de informaciones que contienen los


resultados del reflejo de la realidad en las personas, parte inseparable de su ser social y
medio de formación y funcionamiento individual y social. Posee un carácter en extremo
activo y los elementos que participan lo hacen en condiciones de sujetos de ese proceso.

El concepto de comunicación puede ser asociado a diferentes términos que contribuyen a su


definición, no sin discrepancias por parte de algunos investigadores, como por ejemplo,
mutualidad, reciprocidad, comunión, comunidad, posesión de algo en común, participación,
transmisión, información, contaminación, expresión, codificación, accesibilidad,
descodificación, similitud, trato, expansión, sociabilidad, afabilidad, afectividad, regulación

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y simpatía. Desde el punto de vista etimológico, proviene de la palabra latina
"communicatio", que a su vez tiene su origen en el término "communis", común.

Estos términos no expresan una relación de sinonimia pero permiten describir mejor la
compleja fenomenología comunicativa, pues solo existe cuando entre los sujetos ocurre un
continuo, ininterrumpido y mutuo intercambio, no solo de mensajes, sino de cierta
afectividad y afinidad. En términos absolutos es completamente falso hablar de
incomunicación total porque resulta absurdo que entre dos personas con alguna relación
temporal no exista cierto entendimiento, aunque sea mínimo.

Con frecuencia se utiliza el término comunicación en acepciones extremas. En su sentido


lato se aplica a cualquier información o mensaje que se trasmite a múltiples destinatarios
relativamente lejanos, como es el caso de los llamados medios de comunicación masiva,
como comúnmente aparece en diferentes países y por parte de varios autores. Más riguroso
sería llamarles medios de información masiva porque en realidad el fenómeno
comunicativo no ocurre en su esencia.

Es necesario reiterar que en torno al concepto de comunicación no existe unidad de


criterios, por el contrario, muchas discrepancias a partir de los enfoques generales de los
que se parte y algunos de los cuales ya fueron analizados. Pero también existen
coincidencias (aunque no sean totales) con lo expuesto aquí. Las ventajas de este enfoque
radican en que permite una mayor integración de los aportes de la sociología y la psicología
en su estudio, ya que el componente subjetivo y social es muy fuerte y decisivo para
interpretar correctamente la comunicación.

Corresponde ya al análisis histórico la introducción del esquema tradicional emisor,


receptor, mensaje y canal transmisor, así como la estructura¿quién?, ¿qué?, ¿a quién? y
¿por qué canal? (R.Medina y N.Rodríguez, 1987). A partir de la década de los años 80,
comienzan a desarrollarse nuevos enfoques, que superan a los tradicionales (J.Ibáñez, 1987;
R.Penman, 1980; M. Pope and T. Keen, 1981), al valorar que la comunicación constituye
un acto que participa en las relaciones como un proceso de interacción, critican su
concepción habitual como simple intercambio de mensajes y plantean la necesidad de
concebirlo como un proceso diádico (la conducta de una persona en el contexto de la otra).

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Proponen, además, el enfoque sistémico al estudio del proceso comunicativo, que permita
valorar varios vínculos simultáneos sin restringirse a la relación emisor-receptor y tener en
cuenta el complejo flujo circular de dicho proceso. Se comienza a concebir la comunicación
como un modelo, como un circuito espacio temporal de eventos concatenados que incluyen
a dos o más personas que se encuentran en el campo perceptual del otro. Y se estima su
conceptualización como un proceso multifacético, con función interactiva e informativa, a
través de la cual se establecen las relaciones interpersonales, mantenidas y cambiantes. Por
ejemplo, el español J. Ibáñez (1987) enfoca la comunicación como compartir, hacer
partícipe al otro de lo que uno tiene, lo que evidencia un intento serio de trascender las
concepciones antiguas sobre esta categoría.

En estos momentos su interpretación es más amplia y profunda, lo cual permite un análisis


más cabal. De forma resumida se puede afirmar que la concepción teórico general de la
comunicación lleva implícita:

1. - Un estudio más integral de su fenomenología.

2. - Un enfoque interdisciplinario en el que los aportes de la sociología y la psicología


poseen amplio destaque.

3. - La superación de los primitivos esquemas restringidos a transmitir y recibir contenido.

4. - El influjo de varios intentos muy necesarios y no fructificados totalmente de elaborar


una epistemología comunicativa.

5. - Su enriquecimiento constante por el aporte ininterrumpido de varias ciencias sociales


abocadas a su estudio.

6. - La precisa delimitación de su fuerte raigambre social y psicológica.

7. - La gran acumulación de hechos comunicativos diversos que todavía no están


organizados satisfactoriamente en la teoría.

8. - Su aplicabilidad amplia y exitosa en muchas esferas de la vida social.

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REFERENCIAS

1. - En diferentes obras de estos grandes pensadores es posible encontrar valoraciones muy


interesantes y útiles sobre el problema de la comunicación desde el punto de vista filosófico
y sociológico, que contribuyen a su comprensión teórico general, por ejemplo, obras tales
como La Ideología Alemana, Tesis sobre Feuerbach, El Capital y El papel del trabajo en el
proceso de transformación del mono en hombre, que aparecen profusamente publicadas en
idioma español, tanto en Cuba como en América Latina.

2. - Este intento por absolutizar una categoría por encima de otras se aprecia nítidamente en
algunos representantes del enfoque comunicativo dentro de la psicología soviética.
Distintos elementos de este enfoque los presenta B.Lomov en El problema de la
comunicación en psicología, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1989, y en Las
categorías de comunicación y actividad en la psicología, en el libro Temas sobre actividad
y comunicación, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1989.

La polémica desatada entre los defensores del enfoque comunicativo y del enfoque de la
actividad, se ha convertido en antológica dentro de la literaturamarxista desde los años 70,
como reflejo de la falta de un análisis realmente sistémico en la valoración del justo lugar
que deben ocupar ambas categorías desde los puntos de vistas psicológico y socio-histórico.
Es ilusorio y antidialéctico tratar de buscar una categoría que se baste a sí misma para
explicar la esencia del objeto de estudio de una ciencia; de lo que se trata es de precisar
aquellos conceptos más generales que, jerárquicamente, desde una óptica deductiva,
permiten organizar mejor el sistema de conocimientos psicológicos en particular y de la
ciencia en general. Sobre esta discusión se pueden consultar los artículos de H.Valdés,
Teoría de la actividad y comunicación: ¿continuidad o ruptura?, p. 3-11, en Revista Cubana
de Psicología, No. 2-3, La Habana, 1989; y de J. Potrony, La actividad y la comunicación:
convergencias y divergencias, p.81-88, en Revista Cubana de Psicología, No. 2, Vol. 9, La
Habana, 1992.

3. - Un ejemplo de ello se encuentra en la Revista Española de Investigaciones Sociológicas


# 33, Enero-Marzo de 1986, la cual está dedicada íntegramente a la comunicación desde la
óptica de las ciencias sociales, pero con varios enfoques alternativos.

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4. - Esta precisión no es absoluta, porque dentro del estudio de la comunicación en las
ciencias sociales se utilizan términos, conceptos y enfoques de las ciencias biológicas,
físicas y de la cibernética, que no están desacertados ni son obsoletos.

5. - El nivel teórico general es aquel en el que aparecen expresados, de forma explícita o no


en la teoría científica, los postulados filosóficos que la sustentan. El nivel particular es
donde se concretan los principios de la propia teoría; y el nivel metodológico constituye el
conjunto de métodos y medios para investigar el objeto de estudio. Para profundizar en ello
ver los artículos de E.Ortiz Torres y otros, La crítica por niveles a la psicología burguesa
contemporánea en algunos contenidos de psicología general, en Revista Cubana de
Psicología # 1, Vol. IV, 1987; y La crítica por niveles a la psicología burguesa
contemporánea en la enseñanza de la psicología: la corriente biogenética, en Boletín de
Psicología # 1, Vol. IX, Enero-Abril, 1986.

¿DISCIPLINA, INTERDISCIPLINA, MULTIDISCIPLINA,


TRANSDISCIPLINA O CAMPO?

El “boom” de las comunicaciones a nivel mundial ha originado la imposición de nuevos


paradigmas a la hora de pensar la dinámica social. Es por ello que considero necesario
evaluar y escoger las metodologías idóneas para el estudio de este amplio proceso.

En primer lugar, acerca de la comunicación como disciplina, Robert Craig afirma que “la
Comunicación como una disciplina […] ha sido construida […] sobre el fundamento de la
comunicación como una categoría cada vez más central en las sociedades modernas y la
cultura global” . Tomar a la comunicación como disciplina es intentar trascender su
polisémico concepto y enfocarlo más bien a su relación con las formas y procesos sociales
modernos.

Por otro lado, María del Carmen de la Peza Casares señala: “El reconocimiento intelectual
de la comunicación como un campo de saber legítimo y autónomo en relación con los
demás campos disciplinarios presiona al campo para constituirse –tal vez prematuramente-
en una disciplina”.

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En contraste con este punto de vista, la comunicación también puede entenderse como
interdisciplina, entendiendo ésta como “la relación entre varias disciplinas en las que se
divide el saber-hacer humano” . Lo anterior implica la dependencia de la comunicación con
otras disciplinas (por ejemplo la psicología o la sociología). La disciplinareidad es una
“fuerza opuesta” a la interdisciplinareidad.

Sobre la comunicación como multidisciplina, es preciso señalar la existencia de cierta


similitud con la transdisciplina, sin embargo difiere de esta, como lo señala Wallerstein :
“La multidisciplinaridad al parecer trata de trascender a las disciplinas, pero en la práctica a
menudo sólo las refuerza. Así sucede porque el término mismo supone la legitimidad y la
importancia de las categorías disciplinarias por separado, y aboga en favor de la integración
de sabidurías distintivas”.

Respecto a la comunicación como transdisciplina, Fuentes Navarro afirma que “la situación
de la investigación de la comunicación en México no tiende hacia una convergencia
conceptual o a una consolidación disciplinaria, sino hacia lo contrario: a una creciente
diversificación de marcos de fundamentación y a una especialización temática que se basa
en marcos transdisciplinarios de las ciencias sociales y las humanidades”. El paradigma
actual, bien que mal, de la comunicación es definido como transdisciplinario, acorde a la
situación de las maestrías de comunicación que más que interrelacionar las disciplinas, las
dividen en especialidades específicas.

Sobre la comunicación como campo, Múnera , P. (2010b) afirma lo siguiente:

“En los debates realizados en el contexto internacional sobre el estatuto epistemológico de


la comunicación para definir si se trata de una ciencia, de una disciplina, de una
interdisciplina, de una transdisciplina, de un campo de conocimiento, o incluso, si como
prefiere Fernando Andrach (2001), de una indisciplina‟, la acepción que más fuerza ha
tomado es la de campo trans e interdisciplinar de conocimiento de las ciencias humanas y
sociales”.

De esto deducimos que los diversos paradigmas se han ido superando. Esto origina la idea
de los estudios comunicacionales como un campo trans e interdisciplinar.

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EPISTEMOLOGÍA

En la mayoría de los textos la palabra epistemología se encuentra relacionada como aquella


ciencia, o parte de la ciencia encargada de la teoría del conocimiento; caso de Tamayo
(1997) que, al citar a Aristóteles, la reconoce como la ciencia que tiene por objeto conocer
las cosas en su esencia y en sus causas.

Para Piaget, la epistemología "es el estudio del pasaje de los estados de menor
conocimiento a los estados de un conocimiento más avanzado, preguntándose Piaget, por el
cómo conoce el sujeto (como se pasa de un nivel de conocimiento a otro); la pregunta es
más por el proceso y no por lo "qué es" el conocimiento en sí" (Cortes y Gil 1997).

Para Ceberio y Watzlawick (1998), "el término epistemología deriva del griego episteme
que significa conocimiento, y es una rama de la filosofía que se ocupa de todos los
elementos que procuran la adquisición de conocimiento e investiga los fundamentos,
límites, métodos y validez del mismo".

Ahora bien, la adquisición de conocimiento se fundamenta en vivencias otorgadas por el


mundo de la vida, (1) en la cotidianidad del sujeto; pero son las constantes que se verifican
en esas vivencias, en la adecuación y relación sujeto –objeto - sujeto, en la validez de los
conceptos que surjan de dicha adecuación, y en la posibilidad de predecir o interpretar
acciones estableciendo causas o comprensiones sobre lo que realmente la epistemología
legisla. Se puede esbozar entonces que la epistemología tiene por objeto ese conocimiento
que se soporta en sí mismo o que soporta alguna disciplina en su especificidad; lo que la
sustenta como tal, su esencia, sus alcances y límites en su acepción interna (propia de la
disciplina) y externa (su influencia en el contexto social).

Para otros autores, la epistemología es aquella parte de la ciencia que tiene como objeto(no
el único) hacer un recorrido por la historia del sujeto respecto a la construcción del
conocimiento científico; es decir, la forma cómo éste ha objetivado, especializado y
otorgado un status de cientificidad al mismo; pero a su vez, el reconocimiento que goza este
tipo de conocimiento por parte de la comunidad científica. Es aquella epistemología que
estudia la génesis de las ciencias; que escudriña cómo el ser humano ha transformado o

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comprendido su entorno por la vía de métodos experimentales o hermenéuticos en el deseo
o necesidad de explicar fenómenos en sus causas y en sus esencias.

Concepción esta última asumida por Thuillier (citado por Mardones 1991) al considerar la
noción de epistemología como aquella "ciencia o filosofía de la ciencia que no impone
dogmas a los científicos sino que estudia la génesis y la estructura de los conocimientos
científicos". Para el autor, la epistemología no es un sistema dogmático conformado por
leyes inmutables e impuestas; sino que mas bien, es ese trasegar por el conocimiento
científico que se mueve en el imaginario de la época; las reflexiones sobre el mismo, y el
quebranto o "crisis" de las normas que sustentan un paradigma en particular propio de una
comunidad científica (Ver Kuhn 2001).

Ahora bien, relacionar la epistemología con la génesis de los conocimientos científicos,


permite reconocer en ella los diferentes alcances que tienen este tipo de conocimientos en
las instituciones de una sociedad, los saberes ideológicos de la época, y el impacto y
transformación cultural causado por un conocimiento objetivo que a veces se abstrae de la
realidad.

Desde el reconocimiento del entorno y la emergencia(emerger) del conocimiento en medio


de la historia, Osorio (1998) percibe dos visones en la epistemología: una externa y una
interna; yo entiendo la visión externa, comenta el autor, "como la consideración del
contexto social y cultural en la actividad reflexiva acerca del conocimiento; y por la visión
interna, los aspectos epistemológicos sin dicho contexto." Visión esta que se aleja un tanto
del término formal de epistemología como objeto de estudio respecto a la esencia de algo, e
invita más bien, a tener una mirada ecológica del mundo real en relación con un saber
disciplinar.

Para Galindo (1998), poseer una mirada ecológica, es tener presente los alcances del
conocimiento en cuestión (de una disciplina en particular) en su acepción interna, y la
influencia del contexto o entorno donde se gesta y se hace presente dicho conocimiento.

El mismo Lakatos, en su propuesta "Los programas de Investigación Científica", considera


que todo programa posee una historia interna, una historia externa y una historia real. En la

17
historia interna del programa, "se precisan los desplazamientos progresivos o regresivos de
las problemáticas que lo han afectado, y la victoria que emerge lentamente de un programa
sobre otro, consiguiendo así, una explicación racional del crecimiento del conocimiento";
por otra parte, la historia externa "son aquellas explicaciones (del crecimiento racional del
programa) que requieren de teorías empíricas para explicar los factores residuales no
racionales del programa; por tanto, la historia externa, suministra explicaciones del ritmo,
localización y selectividad entre otros, de los acontecimientos históricos del contexto en el
cual se ha desarrollado el programa". Por último, ambas historias (interna – externa) son
contrastadas en la historia real del programa. Sin embargo, es importante aclarar que
Lakatos (1983) otorga prioridad a la historia interna.

A mi juicio, la historia real del programa, es esa mirada ecológica que hace el científico -
investigador al confrontar sus postulados verosímiles con una realidad que no le es ajena.
Por consiguiente, "la aptitud de contextualizar tiende a producir el surgimiento de un
pensamiento "ecologizante" en el sentido de que sitúa todo acontecimiento, información o
conocimiento en una relación inseparable con el medio - cultural, social, económico,
político y por supuesto natural, no hace más que situar un acontecimiento en su contexto e
incita a ver cómo éste modifica al contexto o cómo le da luz diferente" (Morín 1999).

Poseer una mirada ecológica, permite asumir la epistemología como una forma de
comprender la construcción del conocimiento científico unido a la vida cotidiana del sujeto;
puesto que por más que el científico (social o natural) quiera dar sus explicaciones o
comprensiones al margen de la vida, y apoyar sus postulados sin un fundamento del mundo
vital cotidiano, no será capaz (intento fallido) por cuanto sus explicaciones carecerían de
vida y sensibilidad; su misma esencialidad (humana) lo invita, o más bien lo consume y lo
"arrastra" a explicar y comprender que sus planteamientos sistemáticos y coherentes tienen
como principio fundante una racionalidad sazonada con el sueño, el mito, el asombro, el
deseo de descubrir y de hacer de sus utopías "científicas" algo realizable y plausible.

"La epistemología es a mi criterio, ese punto de vista desde el cual me relaciono con las
cosas, con los fenómenos, con los hombres y eventualmente con lo trascendente. Esto, que
se produce en el ámbito personal y cotidiano, también ocurre en el ámbito científico, donde
proliferan distintas corrientes y sistemas de pensamiento que resultan ser, en definitiva,
18
formas de ver el mundo..... Podríamos comparar la Epistemología con un mirador u
observatorio de la realidad que, con lentes más o menos agudos, la miran críticamente,
dándose cuenta que no se halla fuera de ella, sino contribuyendo a constituirla; es decir, no
es meramente un proceso de observación, sino una participación activa en el hecho o
fenómeno estudiado" Ricci (1999).

Noción de Ricci que se asemeja al “conocimiento proliferante” propuesto Mill, el cual


invita a mirarlo "no sólo como una interpretación de la experiencia, ni como algo que sólo
responde a problemas epistemológicos, ni tampoco como una mera definición del acto del
conocer, sino a considerar el conocimiento como una solución a un problema de la vida.
Citado por Feyerabend (1974). Solución que necesita de una epistemología que se pregunte
si aquellos conocimientos producto de una investigación, llevan a un beneficio social y
cultural.

En tal sentido, se trata de mirar el conocimiento "científico" como algo que hace parte de la
vida del hombre, no sólo de su deseo, sino también de su necesidad; por consiguiente, la
epistemología lo debe ser también. Visión epistemológica en la que yo, como investigador,
soy capaz de "darme cuenta" (pensar y reflexionar) del alcance de mis observaciones en un
mundo que estoy viendo como objetivo desde mi visión subjetiva; el cual, a su vez objetivo
con mis verificaciones o comprensiones.

¿Qué es entonces un mirar epistemológico? Es poseer conciencia histórica y reflexiva de un


mundo que me observa, me rodea y me absorbe por más que quiera objetivarlo desde mis
propios argumentos racionales; es una epistemología donde se alberga el ser y quehacer de
mi disciplina específica rodeada de otras tantas que la pueden complementar
(transdisciplinariedad). De lo que se trata entonces, es de tener presente como modifico el
mundo, pero también, como soy modificado por él en el ciclo de mi espacio vital.

Siendo así, epistemología no sería sólo el objeto de estudio de una disciplina, ni el trasegar
de ésta a través de la historia. Es más que esto; es una práctica continua y móvil de un
mundo dinámico que: aunque esté plagado de leyes fijas e inmutables, el científico-
investigador por multiplicidad de razones (la mayoría de ellas en confrontación y reflexión

19
con el otro) se encarga de desenterrar o arrancar toda esa urdimbre estática que sustenta la
ciencia en su generalidad, y especial, aquellas propias su saber disciplinar.

La misión del epistemólogo entonces, es estar en constante movimiento crítico - reflexivo,


así tienda a formar nuevamente leyes fijas e inmutables, las cuales a su vez, debe volver a
desenterrar y poner a consideración de los otros (pares u homólogos); ya que todo su ser
inquieto, movido por la crítica constructiva (y a veces destructiva) de sus pares, vuelve a
remover lo estatificado para ponerlo nuevamente en escena.

"Las categorías y todos los elementos estables de nuestro conocimiento deben ser puestos
en movimiento...nuestra tarea es hacer fluido el material petrificado que encontremos, y
volver a iluminar los conceptos y contenidos en esa materia muerta...disolver la oposición
de una subjetividad y una objetividad congeladas y comprender el origen del mundo
intelectual y real como un devenir." Mill citado por Feyerabend (1974).

En la percepción de ese congelamiento estatificado en que duermen los conceptos y que


muchas veces se aceptan ciega y acríticamente, fue que Sir Karl Popper criticó la teoría de
T. S. Khun acerca de la forma como concibe éste el progreso del conocimiento científico en
su teoría de “Ciencia Normal”. Para Popper, la labor que ejerce el científico dentro de la
Ciencia Normal, es de alguien que desarrolla una ciencia poco crítica y reflexiva; es decir,
petrificada y agonizante; que asume los paradigmas de forma ingenua sin someterlos a
procesos de conjetura y refutación permanente. Inclusive, Popper anuncia que quien
construye este tipo de conocimiento científico es “digno de compasión” capaz de conducir
la ciencia e incluso la civilización al aniquilamiento.

5.1. Problemas epistemológicos contemporáneos en el estudio de la Comunicación

El primer problema epistemológico en nuestro ensayo lo expone Klaus Jensen; él afirma:


“El hecho de que los medios sean al mismo tiempo negocios, formas estéticas y recursos
culturales tiene interés teórico y empírico primario en la medida en que esos rasgos
conforman la producción mediada de sentido. Precisamente por la complejidad de los
medios como objetos de análisis, el campo debe contar con una variedad de enfoques

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teóricos, disciplinarios así como interdisciplinarios, tomando en consideración la gran
periferia de factores explicativos que convergen en su centro”.

Las diferentes formas de manifestación de los medios no existen separadas, sino que son en
conjunto factores esenciales de estudio para realizar propuestas mediáticas. Siendo un
“objeto de estudio” tan grande, debe ser abordado desde una perspectiva múltiple, desde un
enfoque interdisciplinario.

Un segundo problema es señalado por Raúl Fuentes Navarro cuando afirma que “el
panorama de diversificación de las ocupaciones del “sector” mediático se ha hecho más
complejo y difícil de sistematizar en las últimas décadas, y los cambios asociados al
desarrollo tecnológico son aún muy difíciles de identificar y clasificar”.

Tunstall , de acuerdo con el anterior autor, afirma que “conforme se han expandido los
medios masivos, también lo han hecho las ocupaciones mediáticas y se han vuelto más
centrales en las sociedades modernas”. El ‘explosivo’ avance en las tecnologías de la
comunicación ha significado un estancamiento en las investigaciones epistemológicas de
esta área.

Es importante el planteamiento de Fuentes Navarro y de Tunstall ya que proponen una


situación contemporánea respecto al problema de los estudios sobre comunicaciones. En las
últimas décadas, para ser más precisos desde los 80’s, las labores del comunicador se han
diversificado a tal punto que es difícil realizar estudios que los abarquen a todos

5.2. Hacia una definición de la Comunicación

Una primera aproximación nos remite al trasfondo confuso y nebuloso que es definir la
comunicación, como expone Sarale:

“No decimos nada nuevo al enunciar que el campo académico de la comunicación se


caracteriza por su indeterminación y su complejidad en cuanto a la definición de su objeto
teórico propio y a su constitución disciplinaria. Estas dificultades para algunos tienen que
ver, tanto con lo polisémico del término comunicación, como por su triple dimensión en
tanto proceso, disciplina y profesión”.

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Esto lo confirma De la Peza Casares , al afirmar que “la comunicación es un fenómeno
sociocultural, es un campo profesional y es, también, un campo académico. Esta definición,
si bien aporta una riqueza al campo que nos ocupa, no está exenta de problemáticas, sobre
todo en lo que a la institucionalización del campo se refiere”. No hay una sola definición de
comunicación, existen varias.

Entendamos entonces qué se puede afirmar sobre el “proceso comunicacional”. Emilio de


Ípola y M. de Bajtín afirman lo siguiente:

“Es necesario articular los aportes de la lingüística, la semiología y la filosofía del lenguaje
con una perspectiva socio-histórica, para comprender la especificidad de los procesos de
comunicación como procesos sociales de significación, es decir, socio-históricamente
determinados, y su especificidad como lenguajes”.

Entender la creación de sentido (o de significación) como producto o característica del


proceso comunicacional es conferirle una forma lingüística en la que intrínsecamente
podemos encontrar una inexorable intencionalidad formativa, como habría mencionad
Saussure. La comunicación, en un intento de definirla, es un proceso en el que existe
transmisión de información y de meta-información, esta última le brinda sentido a la
primera en un modo implícito. Le otorga el sentido a las palabras y las hace circular entre
los actores de la comunicación.

5.3. Naturaleza epistemológica de las Teorías de la Comunicación

Para Miguel de Moragas, las investigaciones en las teorías de la comunicación se han


desarrollado en contextos sociales que han condicionado (y relativizado) estos estudios a
los diferentes referentes territoriales . Una primera afirmación sobre la naturaleza de las
teorías de la comunicación sería, entonces, el relativismo metodológico e interpretativo.

Otro importante autor también se refiere a la validez referencial de las teorías de la


comunicación, Raúl Fuentes Navarro afirma que estas teorías poseen una “condición local
y provisionalmente satisfactoria” . Enfatizamos el hecho de que el espacio-tiempo jugaría
un rol muy determinante a la hora de estudiar las teorías, ya que tienen un “tiempo de
expiración”.

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Sin embargo, critico el planteamiento de que en la historia de las teorías de la comunicación
éstas solo son válidas en su contexto. Sería un error epistemológico hacer tal aseveración; a
mi consideración, las teorías poseen una validez local y “global” (aplicables a todo tipo de
sociedades), aunque parciales.

La propuesta de Moragas consiste en enfocar, como prioridad a los estudios


epistemológicos de la comunicación, la interconexión de las diversas teorías de la
comunicación a lo largo de sus particulares desarrollos. De este modo, se pretenden
formular metodologías “estructurales” que respondan a fenómenos como la globalización, o
la mundialización.

A consecuencia de plantearnos metodologías “estructurales”, las diferencias (como las


tecnológicas) ya no serán obstáculos para las investigaciones sino que se transformarán en
factores necesarios para entender determinados procesos mediáticos en nuestro mundo
globalizado. Al tomar metodologías estructurales para determinar funciones estructurales,
nos daremos cuenta de que es posible señalar a la producción y circulación de sentido como
rasgo distintivo de los medios. Se piensa que este planteamiento permitirá la reflexividad
colectiva y la acción coordinada en una escala sin precedentes.

Aún así, la producción y circulación de sentido no es característica exclusiva de los medios


de comunicación de masas. El lenguaje ya cumplía esta función discursiva desde sus
inicios: produce el signo y lo renueva. Como resultado de esta reflexión, no solo las
academias de la lengua serían autoridades lingüísticas, sino también los medios de
comunicación.

5.4. Implicancia epistemológica en el desarrollo de las Teorías de la Comunicación


sobre la mente

Ramirez Castro afirma, respecto a las principales teorías acerca de la cuestión sobre cómo
interactúan las mentes:

“Lo interesante en la convergencia de estas dos teorías [refiriéndose al Interaccionismo


Simbólico y a la Teoría Matemática de la Información] es que esta unidad psíquica no solo
es pensada como condición de posibilidad de la comunicación, sino que se establece como

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el objetivo mismo de la comunicación. Según este principio, el asunto fundamental que
debe ser resuelto por la comunicación es el de alcanzar la simetría entre la «primera
persona» y la «tercera persona» pues sólo gracias a esta simetría es posible la reproducción
exacta de los mensajes y la producción solidaria de significados”.

La comunicación debe intentar alcanzar esa “sincronización” entre las mentes, esta sería su
meta principal en las investigaciones. El lenguaje sería también determinante, pues, según
Ramírez Castro, este permite que “el organismo humano supere la mera comunicación
gestual de los animales y llegue a otorgarle significados a sus acciones y a la de los demás
organismos”.

Sin embargo, una crítica que podríamos realizarle a este planteamiento es que no toma en
cuenta el factor que corrientes sociológicas como la teoría crítica reafirman. Es necesario
reafirmar las implicancias sociales que tienen nuestras investigaciones epistemológicas,
solo así, consideramos, se podrá realizar una labor humanística y ética.

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DATOS IMPORTANTES SOBRE LA EPISTEMOLOGÍA DE LA
COMUNICACIÓN

Podemos pensar que la ciencia es infalible, que no comete errores, que por ser un conjunto
organizado de conocimientos avalado por una comunidad científica se debe tener una
convicción, casi ciega, en ella. Sin pretender hacer un análisis de los impactos de la ciencia
en la sociedad contemporánea, muchas veces se incurre en errores de gran envergadura que
unido a los avances tecnológicos tienden a poner en peligro la vida en el planeta. En esta
orientación, traigo esta problemática al terreno de la Ciencia de la Comunicación para
trazar algunas ideas de una epistemología de la comunicación cuyo propósito es hacer
visible los errores que se suscitan en el quehacer investigativo. Cito algunas falencias de la
comunicología: Confusiones conceptuales y emocionales del mismo investigador.
Desconocimiento de los paradigmas científicos y de la disciplina comunicacional.
Seducción ante las modas teóricas. No se cuestiona los fundamentos que se han arraigado
como verdades universalmente aceptadas. No se explicita los supuestos de la práctica
científica. Estos aspectos en nada contribuyen a la búsqueda de la verdad y el desarrollo
humano, como orientación ética suprema.

RESUMEN

En el primer capítulo exponemos las siguientes visiones respecto a la comunicación: como


disciplina, como interdisciplina, como transdisciplina, como multidisciplina y como campo.
Se realiza una crítica dirigida hacia las limitaciones epistemológicas de cada forma de
investigar. Finalmente, se considera que la comunicación es un campo trans e
interdisciplinario.

Luego, nos planteamos las dificultades epistemológicas (que se encuentran aún en


discusión y debate) hacia el problema del estudio de la comunicación. La polisemia del
concepto “comunicación” y la gran diversificación de especialidades representan las
principales cuestiones en debate.

Finalizando el primer capítulo, nos atrevemos a realizar una definición de la comunicación,


tomando en cuenta los subcapítulos anteriores, afirmamos que es un proceso en el que

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existe transmisión de información y de meta-información, esta última le brinda sentido a la
primera en un modo implícito, le otorga el sentido a las palabras (o a las significaciones) y
las hace circular entre los actores de la comunicación.

En el segundo capítulo exponemos las diversas labores del profesional de la comunicación:


la investigación, la docencia y el accionar político-social. Es importante entender estas
categorías ya que cualquier estudiante de comunicaciones debe saber qué áreas de trabajo
estrictamente académicas irá a realizar. Las tres son diferentes, pero a la vez se
interrelacionan.

Para el tercer capítulo, abordamos una visión epistemológica de las teorías de la


comunicación, desde su naturaleza epistemológicas hasta sus implicancias en el curso de su
desarrollo.

La naturaleza de las teorías viene a ser la de un paradigma. Provisionalmente satisfactoria y


siempre referida a los contextos sociales en los que se crea, además de parcial por el hecho
de ser incompleto y el de no poder alcanzar una “verdad absoluta”. La propuesta que nos
planteamos para solucionar esta situación es valernos de metodologías epistemológicas
estructurales.

Con respecto a las implicancias epistemológicas de las teorías de la comunicación que


abordan el tema de la mente, tenemos a las dos principales, las cuales son el
Interaccionismo Simbólico y la Teoría Matemática de la Información. En el estudio de
ambas teorías se desprende una interesante conclusión: el objeto de estudio de la
comunicación es la “sintonía” de mentes, aquella relación que se efectúa en base a una
sincronización entre las personas.

A manera de conclusión, la epistemología de la comunicación es un tema que se viene


debatiendo y discutiendo por dos cosas: legitimar el campo de estudios de la comunicación
y poder señalar un objeto de estudios claro y coherente. Esto implica, básicamente, vencer
las limitaciones que nos someten y obstaculizan para llegar al camino de la verdad, en el
aspecto comunicativo.

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CONCLUSIONES

1. La comunicación no es una ciencia. La comunicación es un campo trans e


interdisciplinar. A esta conclusión se ha llegado luego de superar los paradigmas
epistemológicos anteriores, se ha recogido lo mejor de cada metodología.

2. Los problemas en el estudio de las comunicaciones y las limitaciones en su área de


trabajo y en su objeto de estudio son aún problemas irresolubles aunque hay autores
que plantearían lo contrario. Planteamos que es necesario: uno, mayor debate en el área
epistemológica y dos, el consenso en los problemas más urgentes de la comunicación.

3. El profesional de la comunicación se puede desempeñar como docente e investigador


sin muchas dificultades, solamente las académicas. Sin embargo, en su accionar
político y social se puede ver impedido por determinadas fuerzas políticas, ya que
perseguiría fines éticos y humanísticos que en su formación se le ha inculcado.

4. Los estudios comunicacionales en la actualidad persiguen fines de legitimación de su


campo. Esto tendría grandes implicancias en la forma en que son tomadas estas
investigaciones. Sin embargo, también percibo una aceleración del proceso de
“legitimar” el campo, lo cual afecta a los estudios meta-investigativos sobre la
comunicación.

5. Finalmente, el actual mundo globalizado representa todo un desafío para los


comunicólogos, al estudiar los rápidos cambios que en el mundo suceden. La forma de
trascender las divisiones para encontrar el conocimiento unívoco de la realidad todavía
es una utopía, sin embargo, considero que los actuales estudios apuntan hacia ese fin:
encontrar metodologías estructurales dirigidas a comprender el mundo.

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