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PROCEDIMIENTO : TUTELA LABORAL

MATERIA : ACCIÓN DE TUTELA POR VULNERACIÓN DE


DERECHOS FUNDAMENTALES CON OCASIÓN DEL
DESPIDO.
DEMANDANTE : CENIA MARIA ALDAS ARGUELLO
RUT : 22.486.533-3
DOMICILIO : MORANDE 626, SANTIAGO
ABOGADO PATROCINANTE : JULIO FELIPE GUERRA PEREZ
RUT : 15.442.583-7
DOMICILIO : CATEDRAL N° 1009, OFICINA N° 1106, SANTIAGO
CORREO ELECTRONICO : felipeguerraperez@gmail.com
DEMANDADO : MEDICAL STORE SPA
RUT : 76.923.031-9
DOMICILIO : AVENIDA EL CANAL 19591, PUDAHUEL
REPRESENTANTE : JAIME FUENTEALBA ALMARZA
RUT : 10.550.955-3
_________________________________________________________________________

EN LO PRINCIPAL: DEMANDA DE TUTELA LABORAL POR VULNERACIÓN DE DERECHOS


FUNDAMENTALES OCURRIDA CON OCASIÓN DEL DESPIDO Y COBRO DE
INDEMNIZACIONES.

PRIMER OTROSI: EN SUBSIDIO, DEMANDA EN JUICIO ORDINARIO COBRO DE


BENEFICIOS INDEMNIZATORIOS.

SEGUNDO OTROSI: LITIGACIÓN Y NOTIFICACIONES ELECTRÓNICAS.

TERCER OTROSI: ACOMPAÑA DOCUMENTO

CUARTO OTROSI: PATROCINIO Y PODER.

S.J.L DEL TRABAJO DE SANTIAGO

CENIA MARIA ALDAS ARGUELLO, Químico farmacéutico, cedula de identidad


numero 22.486.533-3, domiciliada en calle Morandé 626, comuna de Santiago, Región
Metropolitana, a US. Con respeto digo:
Que, encontrándome dentro de plazo legal, y de conformidad a lo dispuesto en los
artículos 2°, 485 y siguientes del Código del Trabajo en relación con los Nºs 1 inciso primero, y Nº
16 ambos del Art. 19 de la Constitución Política de la República de Chile, vengo en interponer
denuncia de Tutela por Vulneración de DERECHOS FUNDAMENTALES ocurridas con ocasión
del despido del que fui objeto por mi ex empleador, despido injustificado, nulidad del despido y
cobro de prestaciones e indemnizaciones en contra de la empresa MEDICAL STORE SPA
representada legalmente por JAIME FUENTEALBA ALMARZA, factor de comercio, cedula de
identidad número 10.550.955-3, o por quien lo subrogue o represente, ambos domiciliados en
AVENIDA EL CANAL 19591, comuna de PUDAHUEL, de acuerdo a los fundamentos de hecho y
de derecho que paso a exponer:

I.- ANTECEDENTES DE LA RELACIÓN LABORAL.


Inicio de la Relación Laboral y acuerdos adoptados en forma previa con mi empleador.
Soy Químico Farmacéutico de profesión y cuento con más de 30 años de experiencia en el
rubro. Llegue a Chile en el año 2007, época desde la cual me he empleado en distintas cadenas
farmacéuticas. Durante el año 2018, quede sin empleo, razón por la cual en el mes de noviembre de
2018, fui contactada por el demandado, señor Jaime Fuentealba Almanza, quien me ofreció
hacerme cargo del proyecto que venía desarrollando, esto es, una farmacia ubicada en la comuna
de Pudahuel. Asimismo, el señor Fuente alba me ofreció una serie de beneficios, comenzando por
el sueldo, el cual estaba de acuerdo a lo que yo estaba buscando.
Es así como con fecha 1 de Diciembre de 2018 ingresé a prestar servicios personales bajo
vínculo de subordinación y dependencia, para mi ex empleador según consta en el contrato
escriturado y suscrito por las partes.
Debo señalar que antes de iniciar la relación laboral le señale al señor Fuentealba que tenía
dentro de mis planes viajar hasta mi país natal para visitar a mis familiares entre el día 20 de
diciembre y la primera semana de enero, cuestión a la que no se opuso y autorizo sin ningún
inconveniente.
Naturaleza de los servicios prestados y lugar de trabajo.
El trabajo para cual fui contratada era el de Director Técnico de la Farmacia ubicada en calle El
Canal 19.591 local 4 en la comuna de Pudahuel. Las obligaciones están contenidas en el referido contrato y
en particular se debe poner atención en lo descrito en las clausulas relativas a las obligaciones y
prohibiciones impuestas, tal como detallaremos a lo largo del presente libelo.
Remuneración. De acuerdo a lo pactado con mi ex empleador en el contrato de trabajo suscrito con
fecha 1 de diciembre de 2018, por mis servicios percibía una remuneración mensual de 1.400.000
pesos líquidos.
Jornada laboral. Junto a mi ex empleador, convenimos una jornada laboral de 45 horas semanales,
distribuidas en 5 días de lunes a viernes, entre las 10.00 horas y las 19.00 horas.
Duración del Contrato de Trabajo. Al inicio de la relación laboral estableció una duración
indefinida del contrato de trabajo en comento.

II.- HECHOS VULNETARORIOS DE DERECHOS FUNDAMENTALES. TERMINO DE LA RELACION


LABORAL.

EXIGENCIAS REALIZADAS POR LA DEMANDADA.


Durante los meses de diciembre y enero las primeras funciones que tuve que desempeñar fue
realizar un levantamiento de información y una serie de actividades para poner en funcionamiento la
farmacia, para lo cual me puse a disposición en forma plena, comenzando con la recopilación de
antecedentes y preparación de los distintos documentos necesarios para abrir la farmacia a público,
debiendo asistir ante distintos organismos públicos, para solicitar los permisos respectivos. Fue así
como se fueron cumpliendo los objetivos y ya en el mes de marzo del 2019, logramos abrir la
farmacia, para lo cual fue necesaria además la contratación de otros profesionales que permitieran
realizar los trámites ante el servicio de salud.
Una vez abierto el local, y habiendo comenzado con la venta directa al público, las ventas se
empezaron a ejecutar de acuerdo a lo proyectado, por ende existía plena conformidad de mi trabajo
para la demandada. Sin embargo, como su señoría bien sabe, existen ciertas restricciones en
cuanto a la venta de medicamentos, para lo cual debía existir un estricto control de los
medicamentos existentes, los que se iban vendiendo, tal cual lo exige la actual normativa vigente.
Sin perjuicio de lo anterior, y a poco andar de la farmacia, mi jefe, el señor Fuentealba, comenzó a
exigirme que pudiera disponer de una serie de medicamentos controlados, para poder venderlos sin
receta médica, es decir vulnerando las disposiciones legales vigentes, ante lo cual inmediatamente
me negué en forma categórica. Esta respuesta, por supuesto, no fue la esperada por mi empleador
e inmediatamente sentí una actitud poco amable en el trato hacia mi persona. Con el correr de los
días, mi empleador insistió de manera cada vez más enérgica en que pudiera disponer de estos
medicamentos, a lo que nuevamente me negué, argumentando que no podía pasar a llevar las
reglamentaciones y disposiciones legales vigentes, pues exponía no solo a la farmacia a sanciones,
sino que también mi autorización sanitaria para ejercer mi profesión, la cual ejerzo hace más de 30
años y no estaba dispuesta a poner en riesgo por un trabajo como este. Cabe señalar que los
medicamentos que el señor Fuentealba me ordenaba vender, son los que tienen condición de venta
bajo receta médica y de receta retenida. La idea del señor Fuentealba es que a ciertos clientes se
les vendiera sin inconveniente alguno. Esta actitud hizo que mi empleador comenzara a hostigarme
en forma permanente para que hiciera vista gorda de lo que me estaba pidiendo y vendiera estos
medicamentos sin el control respectivo. Dicha actitud se fue tornando totalmente insoportable, pues
a raíz de esos hechos es que comenzó a amenazarme, diciendo que ya no servía y que sino hacia
caso me despediría, razón por la cual decidí denunciar estos hechos ante la autoridad sanitaria
respectiva, lo cual trajo inmediatas consecuencias, esto es el despido del cual fui objeto.
NO PAGO DE REMUNERACIONES.
Otro hecho atentatorio de mis derechos fundamentales como trabajadora, lo constituye la
circunstancia relativa al no pago de mis remuneraciones en forma íntegra, lo cual se tornó una
situación absolutamente tormentosa, pues si bien se pactó el pago de 1.400.000 pesos mensuales,
esto no fue respetado por mi empleador durante los casi 5 meses que estuve al servicio de la
demandada, tal como veremos a continuación.
Respecto al mes de diciembre de 2018, no se me pago el sueldo acordado, situación que
obviamente reclame en forma inmediata y solo el 15 de enero de 2019 me abono en mi cuenta
corriente la suma de 85.669 pesos, dinero que solicite me reembolsara para pagar la Isapre Cruz
Blanca, pues tampoco a esa fecha había pagado mis cotizaciones previsionales. Esta situación fue
reclamada por mi ante mi ex empleador, quien se excusó en que aún no estaba abierta la farmacia
a público, y que yo me había tomado 15 días de vacaciones, en circunstancias que sabía de
antemano que la farmacia no abriría jamás antes de 3 meses, y el permiso para ausentarme durante
las fiesta de fin de año habían sido acordados previo a mi incorporación al trabajo. Ante toda esta
situación el señor Fuentealba me engaño señalándome que me pagaría todo antes de fin de mes y
que por favor comprendiera que se regularizaría todo en el transcurso de los días.
Terminado el mes enero, y habiendo soportado casi 2 meses sin sueldo, el señor Fuentealba,
con fecha 5 de febrero me deposita en mi cuenta corriente la suma de 619.654 pesos. Al otro día, es
decir, el 6 de febrero me deposita 67.754 pesos, para luego el día 14 de febrero depositarme
560.000 pesos. Todo lo anterior en forma de abonos a mis sueldos. Ante lo cual nuevamente se
excusó en la falta de apertura de la farmacia. Cabe destacar que el señor Fuente alba realizo estos
abonos desde sus cuentas personales y de otra de las empresas que le pertenece.
Llegado fines de Febrero, el demandado deposito en mi cuenta corriente la suma de 797.159
pesos, para luego el día 15 de marzo de 2019 depositarme “la diferencia” de 521.780 pesos.
Finalmente, ante la abrupta salida que tuve producto del término de la relación laboral, el
demandado no me pago íntegramente el mes de marzo ni los 15 días trabajados en el mes de abril,
y solo me abono 839.114 pesos.
Ahora bien, más allá de la deuda que el demandado acumulo durante los casi 5 meses de
trabajo, debo señalar que desde el primer día que supe que el demandado no me pagaría como
habíamos acordado comencé a sentirme absolutamente menoscabada, por cuanto no solo no se
estaba cumpliendo con lo acordado, sino que además debí humillarme en más de una ocasión,
implorando que se pusiera en mi lugar y el de mi familia y que me pagara como habíamos acordado.
La única justificación que me daba tanto mi ex empleador como el contador de la empresa, era
que se me pagaría todo cuando la farmacia abriera, ya que ahí se recuperaría todo lo que habían
invertido, incluido mis sueldos y cotizaciones previsionales, lo que como su señoría comprenderá,
no ocurrió, pues la farmacia, gracias a mi gestión realizada, abrió en el mes de marzo, mes en que
tampoco se me pago ni lo adeudado los meses anteriores, ni lo correspondiente a ese mes.
Estas situaciones de constantes humillaciones y maltratos también son constitutivas del acoso,
pues se suma a los hostigamientos denunciados por mi negativa a vender medicamentos
controlados sin receta médica, las constantes amenazas de que si no daba mi brazo a torcer
tampoco me pagaría mis remuneraciones. En el fondo mi ex empleador me uso para abrir la
farmacia, al igual que uso a otros profesionales, no pago lo acordado, y cuando tuvo el local abierto
a publico me desecho denigrándome no solo en mi integridad como persona sino también como
profesional.
Todas estas situaciones las tolere solo por miedo a perder mi única fuente de ingresos, por
escasos que fueran, y ante la promesa del señor Fuentealba de pagarme todo apenas el local
abriera a público, el problema es que jamás pensé que además de poner en marcha el negocio, me
solicitara cometer actos ilegales como la venta de medicamentos controlados sin receta médica, lo
cual jamás hice.
CIRCUNSTANCIAS DEL TÉRMINO DE LA RELACIÓN LABORAL.
Todas estas situaciones descritas anteriormente no fueron soportadas por mi ex empleador,
quien en forma expresa el día 1 de abril, me exigió que dejara de ser la directora Técnica de la
farmacia a contar de ese mismo día (1 de abril), para lo cual me hizo firmar un documento el que
señalaba que dejaba la dirección técnica inmediatamente y asumía como químico farmacéutico
“complementaria” hasta el 15 de abril, lo que en realidad no ocurrió, pues inmediatamente firmado
dicho documento, me despidió en forma verbal sin cumplir con ningún tipo de formalidad legal, todo
lo cual ocurrió el día 1 de abril de 2019, reitero, de manera verbal. El empleador utilizo ese
documento, como argumento ante la inspección del trabajo, señalando que eso constituía una carta
de renuncia, cuestión que como su señoría comprenderá resulta absolutamente inverosímil, pues
nunca fue mi intención dejar de trabajar en la farmacia, y muy por el contrario, el hecho de haber
firmado dicho documento bajo presión, solo responde a una exigencia realizada por el dueño de la
farmacia. Es más, aun cuando la fecha de término de la relación laboral es el referido 1 de abril,
producto del despido verbal, seguí estando relacionada con el demandado hasta el 15 de abril pues,
hasta esa fecha seguía siendo la Directora Técnico de la farmacia según registros de la autoridad
sanitaria, y para efectos de poder mantener abierta la farmacia me exigió que firmara el libro de
asistencia y de esa forma no cerrar a público. Es decir, aun habiendo sido despedida se me exigió
que fuera a mi lugar de trabajo mientras regularizaba su situación administrativa ante las
autoridades de carácter sanitaria.
Debo señalar su señoría que, entre el 1 y el 15 de abril, accedí a toda esta serie de situaciones,
primero por la ignorancia ante temas de derechos laborales y segundo ante la amenaza de que no
me pagaría mis remuneraciones en forma íntegra, lo cual finalmente no hizo.
Del despido verbal realice la denuncia ante Carabineros en forma inmediata, y posteriormente,
ante la inspección del trabajo, lugar donde lamentablemente no fui bien asesorada, ni al interponer
el reclamo, ni al momento del comparendo, en el cual no se logró ningún tipo de acuerdo en cuanto
a la forma que se puso término a mi trabajo, y sus causas legales y solo se me pago el derecho a
vacaciones proporcionales y un saldo adeudado por concepto de Isapre, pero que en caso alguno
fiscalizo como es debido los contratos de trabajo, cotizaciones previsionales y el pago de
remuneraciones, es por eso que hoy lo hago ante esta instancia de manera que definitivamente se
haga justicia con todo lo vivido.

III.- INDICIOS DE LA EXISTENCIA DE ACOSO MORAL LABORAL


Durante los casi 5 meses que alcancé a desempeñarme para el demandado, estando
abocada al cumplimiento de las metas asignadas por el dueño de la empresa denunciada, pude
descubrir las verdaderas razones que los dueños tenían, y estas eran vender medicamentos sin
receta médica a pacientes sin que tuvieran asesoría médica, con la única intención de
incrementar las ventas, todo lo cual se encuentra reñido con la legislación vigente.
Como comprenderá S.S., resulta una total paradoja que, por haberme negado a la venta
irregular de medicamentos, y el haber descubierto e informado a las autoridades respectivas los
múltiples conflictos que se producían a la luz de los hechos descritos, y por haber desbaratado
las maniobras aparentemente delictuales, totalmente reñidas con la ética, me hayan separado
arbitrariamente de mi trabajo, provocando consecuencias irreparables, no solo en mi integridad
como persona y profesional, sino también en el aspecto patrimonial, por cuanto fui despojada de
mi fuente laboral en forma abrupta y sin que se respetaran los mas mínimos derechos
establecidos por nuestra legislación laboral.
Asimismo el haberme mantenido atada a esta empresa, sin cumplir con la normativa
legal, atentando en todo momento contra mis derechos básicos como trabajadora, al no pagarme
mis remuneraciones, constituye una serie de actos de carácter abusivo que debe ser sancionado
de acuerdo a nuestra legislación.
Como se hecha de ver, claramente el poco tiempo que estuve en la empresa denunciada
fue suficiente para que se generara un clima laboral perverso y casi de caos al interior de ella, por
cuanto, como lo comentaron algunos de los involucrados: “les estaba jodiendo el negocio”,
cuestión que era un secreto a voces y nadie hacia nada. Todos esos comentarios, y muchas
otras situaciones, estaban naturalmente encaminados a tratar de desanimarme, y que dejara de
seguir indagando sobre las tropelías que se cometían al interior de la empresa. Pero, cuando
constataron que yo no iba a claudicar en mis negativas y denuncias, pues estaban directamente
vinculadas con el desarrollo de mis funciones, entonces urdieron la manera de convencer a quien
correspondía para que me desvincularan y como no existían motivos que les permitiera “caducar”
mi contrato de trabajo por algunas de las causales que permite el Art. 160 del Código del Trabajo,
procedieron a despedirme en forma arbitraria e ilegal.

IV.- CONSECUENCIAS DEL ACOSO MORAL LABORAL DESCRITO.


Antes de adéntrame en la parte estrictamente legal de lo que vengo describiendo, creo
útil recordar que el artículo 2 del Código del Trabajo señala que “…es contrario a la dignidad
de la persona el acoso laboral, entendiéndose por tal toda conducta que constituya
agresión u hostigamiento reiterados, ejercida por el empleador o por uno o más
trabajadores, en contra de otro u otros trabajadores, por cualquier medio, y que tenga
como resultado para él o los afectados su menoscabo, maltrato o humillación, o bien que
amenace o perjudique su situación laboral o sus oportunidades en el empleo.”
De su lado, el profesor Sergio Gamonal, define el acoso moral laboral como: “Proceso
conformado por un conjunto de acciones u omisiones, en el ámbito de las relaciones
laborales públicas y privadas, en virtud de los cuales uno o más sujetos acosadores crean
un ambiente laboral hostil e intimidatorio respecto de uno o más acosados, afectando
gravemente su dignidad personal y dañando la salud del o los afectados, con miras a
lograr distintos fines de tipo persecutorio”, (GAMONAL CONTRERAS SERGIO Y PRADO
LOPEZ PAMELA, “EL MOBBING O ACOSO MORAL LABORAL” EDITORIAL LEXIS NEXIS).
De estas definiciones, aplicada a los hechos ya señalados a lo largo de este libelo,
queda de manifiesto la existencia del acoso moral laboral realizado en mi contra por mi ex
empleador, que al adoptar la medida de despido en mi contra sin invocar una causal, y menos
cumplir con las formalidades legales, ha vulnerado no solo las normas legales vigentes sobre la
materia, especialmente lo establecido en el Art. 184 del Código Laboral, sino que, además, las de
carácter constitucional, todo vez que el empleador me hostigo en forma permanente hasta que
decidió desvincularme en forma ignominiosa. Asimismo, como fruto de esa serie de actos de
fastidio hacia mi persona no estuve tranquila y mi familia lo veía a diario, ya que se me fueron
produciendo y agudizando situaciones de stress.
En efecto, todos estos hechos constituyen un menoscabo en lo emocional por cuanto se
ha vulnerado mi integridad psíquica, lo que es un hecho objetivo que ni siquiera necesita de
prueba ya que es de toda evidencia que si se maltrata de esa forma a un trabajador, y se procede
a despedirlo inventando para ello una situación que no existe, toda esa situación necesariamente
repercute en el estado anímico y emocional de una persona por muy fuerte que esta pueda ser.
No obstante esa situación objetiva, que para los fines de este juicio en mi parecer no requiere de
mayor prueba, debo hacer presente a Us. Que, además del constante estrés que viví al realizar
mi trabajo.
Toda esta situación, me ha impedido volver a confiar en mí, como persona y profesional,
ha repercutido perniciosamente en mi autoestima, ya que temo salir nuevamente a buscar trabajo
y encontrarme con el mismo escenario que pasé y tuve que vivir en la empresa demandada.
Todo ello, también ha repercutido en mi familia, ya que me ve a diario sin ánimo y sin ninguna
motivación para desarrollar alguna actividad.

V.- FUNDAMENTOS DE DERECHO QUE SIRVEN DE SUSTENTO A ESTA DEMANDA.


VULNERACION DE DERECHOS FUNDAMENTALES CON OCASIÓN DEL DESPIDO DEL QUE
FUI OBJETO. GARANTIAS VULNERADAS.
Como lo señala nuestra doctrina, tradicionalmente el Derecho del Trabajo ha cumplido la
función de establecer condiciones laborales mínimas, socialmente aceptables, para el
desenvolvimiento de la relación existente entre empleador y trabajador, asumiendo como premisa
básica que este último tiene la calidad de contratante débil. Con el correr del tiempo, las funciones
asignadas a esta especial rama del Derecho han ido en expansión, tutelándose, además de los
derechos laborales propiamente tales, los derechos fundamentales del trabajador.
A nivel legal, lo anterior se encuentra recepcionado en el artículo 5, inciso 1º, del Código del
Trabajo, el que señala que “el ejercicio de las facultades que la ley reconoce al empleador,
tiene como límite el respeto a las garantías constitucionales de los trabajadores, en especial
cuando pudieran afectar a la intimidad, vida privada u honra de éstos”.
Actualmente, el reconocimiento de los derechos fundamentales -como garantías
plenamente exigibles al interior de la relación laboral-, dispone de una herramienta procesal
específica para recabar su tutela, dejando atrás la falencia de que adolecía la normativa laboral en
esta materia por la falta de mecanismos procesales específicos e idóneos que hicieran operativas
las normas en referencia.
En efecto, el artículo 485 del Código del Trabajo nos señala que las garantías
fundamentales del trabajador se encuentran protegidas por medio del procedimiento contenido en el
párrafo 6º -Del procedimiento de tutela laboral-, pero que en la práctica es el de aplicación general
con normas específicas destinadas a dar una efectiva protección a estos derechos.
De esta manera, considero se han vulnerado las siguientes Garantías Constitucionales.
A. LA GARANTÍA DEL ARTÍCULO 19 N° 1 INCISO PRIMERO DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LA REPÚBLICA.
Nuestra Carta Primera se ha encargado de garantizar la protección adecuada de la vida y
de la integridad física y psíquica de los ciudadanos que viven y residen en el país, y diversas
disposiciones de nuestra legislación laboral refrendan esa garantía constitucional a favor de los
trabajadores. Se pretende con ello no solo que no se discrimine porque cualquier acto de esa
índole naturalmente que repercute en la parte psíquica de un trabajador, sino que se trata de evitar
que empleadores inescrupulosos, abusando de su poder empresarial y de dirección en la empresa,
atenten de tal manera en contra del trabajador, con actos de hostigamiento, de persecución o de
naturaleza semejante, que todo ello repercuta en su estado de salud.
En mi situación específica, ya ha quedado dicho el profundo daño psíquico que mi ex
empleador me ha provocado a consecuencia de haberme despedido por todo lo que denuncié
profusamente en la empresa, cumpliendo de esa manera con mis obligaciones, no solo
contractuales, sino también legales y éticas, como es de conocimiento de Us., al tenor de lo
dispuesto en el Art. 1546 del Código Civil, el contrato se debe cumplir y ejecutar de “buena fe” por
ambos contratantes, lo que precisamente no sucedió en el caso de autos, por cuanto el empleador
no actuó de buena fe, y muy por el contrario, el comportamiento denunciado revela la más absoluta
mala fe de este, quien no midiendo las consecuencias y el impacto que pueden producir en una
profesional como yo, las medidas verdaderamente discriminatorias, persecutorias y humillante
adoptadas en mi contra al despedirme, no hacen otra cosa que no sea no solo afectar mi situación
patrimonial al quedar cesante en forma imprevista e inesperada, sino que conforme a lo dicho ellas
repercuten ostensiblemente en mi estado de salud y esto me lleva a denunciarlo aquí, en esta
instancia laboral, en que supongo encontraré la adecuada protección que el empleador no me
brindó, y éste será por ello sancionado en forma ejemplar y de la manera en que lo establece y
permite la ley.
B.- LA GARANTIA RELATIVA A LA LIBERTAD DE TRABAJO.
Como también es de conocimiento de Us. el Nº16 del Art. 19 de la Carta Fundamental del
Estado garantiza la “…libertad de trabajo y su protección” y el Art. 485 del Código Laboral
considera como un derecho fundamental del trabajador precisamente el “…relativo a la libertad de
trabajo, al derecho a su libre elección y a lo establecido en su inciso 4º” del Nº 16 en cuestión
de la Carta Primera.
Si bien en virtud del derecho que tiene el empleador de dirigir su empresa adecuadamente y
en razón de ello puede determinar si un trabajador debe o no seguir prestando servicios en la
misma, no lo es menos que la arbitrariedad no es de la esencia de la relación laboral. En ese
contexto, impera el principio de la proporcionalidad en cuya virtud la medida que adopte el
empleador en contra de un trabajador debe ser proporcional al hecho que lo lleva a desvincularlo,
de suerte que si incluso, según la doctrina existe mérito para poner término a un contrato de trabajo,
ello no significa que el trabajador pueda desmitificar las razones reales que tuvo a la vista el
empleador para despedirlo si considera, como en mi caso, que ellas no son ciertas ni efectivas, sino
que, por el contrario son absolutamente desproporcionadas , más aun si en cuenta se tiene la forma
eficaz en que yo estaba ejerciendo y desempeñando mis labores ajustadas plenamente a mi
contrato de trabajo, y por no acceder a las presiones del empleador, quien, en vez de protegerme
las arremetió en mi contra y cuando solo llevaba 4 meses de labores atenta contra mi libertad de
trabajo, garantizada y asegurada por la Constitución Política del Estado y con absoluto perjuicio a mi
persona procede a despedirme sin ninguna justificación legal.
Las causales de despido de un trabajador no pueden ser ejercidas en forma abusiva. La
legislación las ha puesto a disposición del empleador para que cuando ellas verdaderamente
existan procedan a desvincular a un trabajador como este también puede invocarlas en contra de su
empleador y ejercer el denominado auto despido o despido indirecto si considera que su empleador
quien ha incurrido en hechos que le permiten poner término indirectamente al contrato de trabajo.
En mi caso particular al tenor de todo lo que ya largamente he descrito aparece irrefutable que mi
empleador prefirió sacarme de la empresa de la manera ignominiosa en que lo hizo en vez de
adoptar medidas para evitar las irregularidades descritas.
INDICIOS.-
Los indicios de haber existido una efectiva vulneración de las dos garantías constitucionales
que se han aludido, y que sirven de sustento a esta demanda por haber sido manifiestamente
vulneradas por mi ex empleador, se resumen en los siguientes hechos:
1. La no existencia de una carta de aviso de término de servicios.
2. Los resultados obtenidos durante mi desempeño en la empresa, todos los cuales no
sólo cumplen las metas impuestas sino que, en muchos casos, las superan (como fue
relatado con detalle en el primer capítulo de esta demanda). Estos hechos son
claramente demostrativos de que mi despido no se fundó en mi “capacidad o
idoneidad personal para desempeñar el cargo”, sino que obedece solo a una
represalia por las denuncias efectuadas y los constantes reclamos que realice por la
forma en que se pretendía llevar adelante la farmacia
3. el no pago de las remuneraciones, también constituye un indicio claro de las
vulneraciones ocurridas.
4. Finalmente, constituye un indicio por sí mismo, la evidente conexión temporal que
existe entre las denuncias de irregularidades que efectué ante las autoridades
sanitarias respectivas y que serán parte del presente juicio.

CONCLUSION.
Conforme a los antecedentes expuestos, se concluye indubitablemente que el despido de
que fui objeto el 19 de abril recién pasado por parte de mi ex empleador es vulneratorio de mis
derechos fundamentales ya indicados, existiendo una clara y directa relación entre los hechos
denunciados y el despido como conducta atentatoria y el menoscabo que este hecho produjo en mi
persona, vulnerándose de esa forma mis garantías constitucionales de respeto a la Integridad Física
y Psíquica, consagrada en el articulo 19 numero 1 inciso primero de la Constitución Política de La
Republica y la del derecho a la libertad de trabajo y a su libre elección consagrada por el Nº16 de
ese mismo Art. 19 en cuestión ambas en relación con el inciso 1º del Art. 485 del Código del
Trabajo.
VI. NULIDAD DEL DESPIDO
Además de los hechos ya narrados anteriormente, y que doy por expresamente reproducidos,
debo señalar que la demandante no solo dejo de cumplir con su obligación de comunicarme
legalmente el despido, sino que además infringió lo dispuesto en el artículo 162 inciso 5º del Código
del Trabajo, el cual dispone que “Para proceder al despido de un trabajador por alguna de las
causales a que se refieren los incisos precedentes o el artículo anterior, el empleador le
deberá informar por escrito el estado del pago de las cotizaciones previsionales devengadas
hasta el último día del mes anterior al del despido, adjuntando los comprobantes que lo
justifiquen. Si el empleador no hubiere efectuado el integro de dichas cotizaciones
previsionales al momento del despido, éste no producirá el efecto de poner término al
contrato de trabajo”.
Pues bien, de acuerdo a los Certificados de Cotizaciones de Seguridad Social -esto es de
cotizaciones previsionales obligatorias a mi cuenta individual y de salud- que adjunto a esta
presentación, ellas no se encuentran íntegramente pagadas, y peor aún en el mes de abril ni
siquiera fueron declaradas. En consecuencia el despido de que fui objeto es nulo, dado que la ley
exige para que el despido surta sus efectos propios, es necesario acreditar el pago de las
cotizaciones de seguridad social hasta el último día del mes anterior al del despido, si ello no ocurre
éste no produce respecto del empleador el efecto de poner término al contrato de trabajo.
De manera que el efecto de esta “nulidad” es mantener vigente la obligación del empleador
de remunerar y las demás que se establezcan en el contrato respectivo, hasta la “convalidación” del
despido. Esta nulidad, salvo el nacimiento de las acciones para ejercerlo y el cobro de las
prestaciones que señala la ley, no tiene efecto alguno respecto del trabajador para quien el despido
es una cuestión de hecho que se verifica al momento de la separación efectiva, quedando, en este
caso, liberado de todas sus obligaciones, especialmente, la de prestar los servicios.
Para que proceda esta nulidad y su efecto especial es necesario, en primer lugar, que al
momento del despido exista una “deuda previsional”, lo que ocurre en la especie, como he señalado
anteriormente.
En consecuencia, siendo de cargo del demandado el pago de dicho aporte y encontrándose
impagas mis cotizaciones de seguridad social por todo el período trabajado para él, debe
indemnizarme por ello en los términos que detallo más adelante.
Por su parte, el inciso 7 del artículo 162 del Código del Trabajo, expresa que “Sin perjuicio
de lo anterior, el empleador deberá pagar al trabajador las remuneraciones y demás prestaciones
consignadas en el contrato de trabajo durante el período comprendido entre la fecha del despido y
la fecha de envío o entrega de la referida comunicación al trabajador”.
Conforme a los antecedentes expuestos, se concluye indubitablemente que el despido de
que fui objeto el 1 abril de 2019, por parte de mi ex empleador es nulo, con los efectos establecidos
en el artículo 162 incisos quinto y séptimo del Código del Trabajo, pues al momento del despido mis
cotizaciones de seguridad social se encontraban impagas por todo el período trabajado y me
adeuda el demandado las prestaciones que he señalado.
VII PETICIONES CONCRETAS.
En consecuencia, someto a la decisión de V.S. las siguientes pretensiones:
1.- Que se declare el despido como Vulneratorio de mi derecho a la integridad psíquica y
física, y a la libertad de trabajo y su libre elección, ambos reconocidos y protegidos por las normas
constitucionales antes ya indicadas y todo ello por los hechos descritos y narrados en el texto de
este arbitrio judicial.
2.- Que, como consecuencia de lo anterior, la empresa demandada sea condenada a
pagarme la indemnización máxima contemplada en el artículo 489 inciso tercero del Código del
Trabajo, que corresponden a 11 meses de mi última remuneración, o lo que su señoría estime que
en derecho proceda,
3.- Que el demandado debe pagarme las siguientes indemnizaciones y prestaciones legales:
- Remuneraciones pendientes entre los meses que van desde diciembre de 2018 y abril de
2019
- Indemnización por falta de aviso previo, equivalente a la cantidad de $ 1.400.000 de
acuerdo a lo preceptuado en el artículo 162 inciso cuarto del Código del ramo.
- Remuneraciones y demás prestaciones que se devenguen desde la fecha de mi despido
hasta que este sea convalidado, con el pago efectivo e íntegro del total de mis cotizaciones de
seguridad social, de conformidad a lo establecido en el artículo 162, inciso 7º del Código del
Trabajo, monto que deberá liquidarse en la etapa de ejecución del fallo.
- Todo lo anterior con reajustes e intereses de acuerdo a lo señalado en los artículos 63 y
173 del Código del Trabajo, y
- Las costas de la causa.

POR TANTO;
En mérito de lo expuesto y de conformidad a lo señalado en los artículos 2, 73, 162, 163, 168, 172,
173, 184, 446 y siguientes, 485 y siguientes del Código del Trabajo y demás normas citadas o
pertinentes;
A S.S. RESPETUOSAMENTE PIDO: Tener por deducida la presente demanda en Procedimiento
de Tutela de Derechos Fundamentales en contra de mi ex empleador MEDICAL STORE SPA
representada legalmente por JAIME FUENTEALBA ALMARZA, ambos ya individualizados, darle
tramitación y acogerla en todas sus partes, declarando en definitiva:
1.- Que se hace lugar a la demanda y se declara que el despido de que fui objeto vulnera las
dos garantías constitucionales ya señaladas en la parte narrativa de este exordio;
2.- Que la demandada me debe pagar la indemnización contemplada en el artículo 489 inciso
tercero del Código del Trabajo, esto es, la suma de $15.400.000 que corresponden a 11 meses de
mi última remuneración, o lo que su señoría estime que en derecho proceda,
3.- Que, me debe pagar las siguientes indemnizaciones y prestaciones legales:
- remuneraciones pendientes, por la suma de 2.603.870.
- Indemnización por falta de aviso previo, equivalente a la cantidad de $ 1.400.000, de
acuerdo a lo preceptuado en el artículo 162 inciso cuarto del Código del ramo.
4.- Que el despido que fui objeto es nulo y se ordene el pago de las remuneraciones y demás
prestaciones que se devenguen desde la fecha de mi despido hasta que este sea convalidado, con
el pago efectivo e íntegro del total de mis cotizaciones de seguridad social, de conformidad a lo
establecido en el artículo 162, inciso 7º del Código del Trabajo, monto que deberá liquidarse en la
etapa de ejecución del fallo
- Que todo lo anterior se me debe pagar con reajustes e intereses de acuerdo a lo señalado
en los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, y
4.- Que la empresa demandada queda condena a pagar las costas de este juicio.
PRIMER OTROSI: Que de conformidad a lo dispuesto en el artículo 489 inc. 7 del Código del
Trabajo, y en carácter subsidiario de la demanda principal y para el evento de su rechazo, vengo en
deducir demanda por despido injustificado y nulidad del despido y cobro de prestaciones, en contra
de MEDICAL STORE SPA representada legalmente por JAIME FUENTEALBA ALMARZA, factor
de comercio, cedula de identidad número 10.550.955-3, o por quien lo subrogue o represente,
ambos domiciliados en AVENIDA EL CANAL 19591, comuna de PUDAHUEL, en razón de los
hechos ya indicados en la parte principal de esta presentación, los que doy por expresamente
reproducidos por razones de economía procesal, todo lo relacionado a lo injustificado del despido, la
nulidad del despido y las prestaciones pendientes de pago.
POR TANTO;
A S.S. RESPETUOSAMENTE PIDO: tener por interpuesta en subsidio de la demanda principal y
para el evento de su rechazo, la presente demanda en juicio ordinario en Procedimiento de
Aplicación General por Despido injustificado, Nulidad del Despido y cobro de prestaciones en contra
de MEDICAL STORE SPA representada legalmente por JAIME FUENTEALBA ALMARZA ya
individualizado, dar tramitación a la demanda y acogerla en todas sus partes, declarando en
definitiva:
1.- Que se hace lugar a la demanda y se declara que el despido de que fui objeto es
injustificado y por ende la demandada me debe pagar las siguientes indemnizaciones y prestaciones
legales:
- remuneraciones pendientes, por la suma de 2.603.870.
- Indemnización por falta de aviso previo, equivalente a la cantidad de $ 1.400.000, de
acuerdo a lo preceptuado en el artículo 162 inciso cuarto del Código del ramo.
2.- Que el despido que fui objeto es nulo y se ordene el pago de las remuneraciones y
demás prestaciones que se devenguen desde la fecha de mi despido hasta que este sea
convalidado, con el pago efectivo e íntegro del total de mis cotizaciones de seguridad social, de
conformidad a lo establecido en el artículo 162, inciso 7º del Código del Trabajo, monto que deberá
liquidarse en la etapa de ejecución del fallo
3 - Que todo lo anterior se me debe pagar con reajustes e intereses de acuerdo a lo
señalado en los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, y
4.- Que la empresa demandada queda condena a pagar las costas de este juicio.

SEGUNDO OTROSÍ: Solicito a S.S. en virtud de lo dispuesto en los artículos 433 y 442 del Código
del Trabajo, autorizar que las actuaciones procesales de esta parte, a excepción de las audiencias,
puedan realizarse por medios electrónicos y que las notificaciones que proceda realizar a su
respecto en la secuela del juicio se practiquen en forma electrónica a los correos
felipeguerraperez@gmail.com.
TERCER OTROSI: que vengo en acompañar a esta presentación lo siguientes documentos:
1. Copia de acta de comparendo celebrada ante la inspección del trabajo.

CUARTO OTROSI: Solicito a S.S. tener presente que designo como abogado patrocinante y
confiero poder a don JULIO FELIPE GUERRA PEREZ, domiciliado para estos efectos en Catedral
1009 oficina 1106, que podrán actuar, en forma conjunta o separada indistintamente, según lo
dispuesto en los artículos 426 y 434 del Código del Trabajo, confiriendo expresamente a los
mandatarios todas y cada una de las facultades contempladas en el artículo 7º del Código de
Procedimiento Civil, en especial las facultades de desistirse en primera instancia de la acción
deducida, aceptar la demanda contraria, absolver posiciones, renunciar los recursos o los términos
legales, transigir y percibir.

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