Vous êtes sur la page 1sur 715

SAGRADA BIBLIA

VERSIÓN DIRECTA DE
LAS LENGUAS ORIGINALES

POR

E L O Í N O N Á C A R FUSTER (t)
CANÓNIGO LECIORAL DE LA S. I . C. DE SALAMANCA

A L B E R T O C O L U N G A , O . P.
PROFESOR DE SAGRADA ESCRITURA EN EL CONVENTO DE SAN
ESTEBAN Y EN LA PONTIFICIA U N I V E R S I D A D DE SALAMANCA

PRÓLOGO DK S. JCMCIA, RVDMA. El* CARDENAL

GAETANO CICOGNANI
ANTIGUO N U N C I O DE S U SANTIDAD EN ESPAÑA

UNDÉCIMA EDICIÓN

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS


MADRID . MCMLXI
BIBLIOTECA
D B

AUTORES CRISTIANOS
Declarada de interés nacional

ESTA COLECCIÓN SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA


DIRECCIÓN DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

LA COMISIÓN D E DICHA PONTIFICIA


U N I V E R S I D A D E N C A R G A D A D E LA
INMEDIATA RELACIÓN CON LA B. A. C ,
E S T A I N T E G R A D A E N E L A Ñ O 1961
POR LOS SEÑORES SIGUIENTES :

PRESIDENTE:

Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. Fr. FRANCISCO BARBADO VIE-


JO, 0 . P., Obispo de Salamanca y Gran Canciller de la
Pontificia Universidad.
VICEPRESIDENTE: n m 0 . Sr. Dr. LORENZO TURRADO, Rec-
tor Magnífico.
VOCALES: R. p . Dr. Luis ARIAS, 0. S. A., Decano de
la Facultad de Teología; R. P. Dr. MARCELINO CABRE-
ROS, C. M. F., Decano de la Facultad de Derecho;
M. I. Sr. Dr. BERNARDO RINCÓN, Decano de la Facultad
de Filosofía; R. P. Dr. JOSÉ JIMÉNEZ, C. M. F., De-
cano de la Facultad de Humanidades Clásicas; reveren-
do P. Dr. Fr. MAXIMILIANO GARCÍA CORDERO, 0 . P., Ca-
tedrático de Sagrada Escritura; R. P. Dr. BERNARDINO
LLORCA, S. L, Catedrático de Historia Eclesiástica.

SECRETARIO: M. I. Sr. Dr. Luís SALA BALUST, Profesor.

LA EDITORIAL CATÓLICA, S. A. APARTADO 466

MADRID . MCMLXI
Í N D I C E G E N E R A L
NihU obstat: Pr. E. Cuervo, O. P . , Bac. S. Theol.
l'r, K. ilt> Tuya, O. P . , S. Theol. Lect.
Imprimí potes!: l'r. A. l'i-rnandez, O. P. Prior Provincialis.
NIMl obstat: Dr. Iv. Turrado, Censor.
Imprimatur: t Fr. Franciscus, ü . P., Epise. Salmant.
Saloianticae, 30 octobris 1960. Págs.

Prólogo de S. Bmcia. Rvdtna. el Card. Gaetano Cicognani, antiguo


Nuncio de S. S. en España ix
Encíclica «Divino afilante Spiritu», de S. S. Pío X I I xxm
Prólogo de los traductores :
A la i. a edición xxxix
A la 2. a y 3. a edición xu
A la 4. a , 5. a , 6. a , 7. a , 8. a , 9. a , io.» y 11. a edición xuv
Consejos de San Agustín a los lectores de la Sagrada Escritura ... xuv
Siglas xuv
Introducción general a los libros de la Sagrada Escritura 1
Introducción especial a los libros históricos 12

ANTIGUO TESTAMENTO

Pentateuco 20
Génesis 24
Éxodo 84
I/evítico 131
Números 161
Deuteronomio 201
Josué 238
Jueces 262
Rut 286
Samuel 290
I Samuel 291
II Samuel 322
Reyes 348
I Reyes 349
II Reyes 384
Paralipómenos o Crónicas 414
I Crónicas 415
II Crónicas 439
Esdras y Nehemías 469
Esdras 470
Begistro núm. 5.786-1960 Nehemías 480
Depósito legal M 4.180-1961 Tobías 493
Judit 503
ÍNDICE GENERAL VI VII ÍNDICE GENERAL
PÍÍS. Págs.
Ester 516 A los Gálatas 1207
I Macabeos 527 Epístolas de la cautividad 1213,
I I Macabeos 556 A los Efesios 1214
Libros sapienciales 576 A los Filipenses 1219
Job 578 A los Colosenses 1223
Salmos .' 601 Epístolas a los Tesalonicenses 1227
Proverbios 67a I a los Tesalonicenses 1228
Eclesiastés 694 I I a los Tesalonicenses 1231
Bl Cantar de los Cantares 702 Epístolas pastorales 1232
Sabiduría 711 I a Timoteo 1233
Eclesiástico 727 II a Timoteo 1237
I/ibros proféticos 767 A Tito 1240
Isaías 772 A Filemón 1241
Jeremías 819 A los Hebreos 1242
I/amentaciones 869 Santiago 1253
Barnc 874 Epístolas de San Pedro 1257
Ezequie1. , 881 I de San Pedro 1258
Daniel 926 II de San Pedro 1261
Oseas 946 Epístolas de San Juan 1264
Joel 952 I de San Juan 1265
Amos 956 II de San Juan 1268
Aibdías 961 III de San Juan 1269
Jonás 962 San Judas 1269
Miqueas 964 Apocalipsis 1271
Nahurn _. 969 índice bíblico doctrinal 1296
Habacuc 971 Mapas 1333
Sofonías 973
Aigeo 975
Zacarías 977
Malaquías 985

NUEVO TESTAMENTO

Introducción general al Nuevo Testamento 989


Introducción general a los Evangelios 999
San Mateo 1000
San Marcos 1041
San i/ucas 1063
San Juan 1103
Hechos de los Apóstoles 1136
Epístolas de San Pablo 1167
A los Romanos 1170
I a los Corintios 1185
I I a los Corintios ¡. 1199
PRÓLOGO
POR S. EMCIA. RVDMA. EL CARDENAL

GAETANO CICOGNANI
Antiguo Nuncio de Su Santidad en España

L A EDITORIAL CATÓLICA, bajo los auspicios y alta dirección de la


Pontificia Universidad de Salamanca, da. comienzo a su BIBLIOTECA
DE AUTORES CRISTIANOS con una versión completa de la Biblia, la
primera traducción íntegra de las Sagradas Escrituras hecha directamente
de las lenguas originales, hebrea y griega, por autores católicos a la len-
gua de Cervantes.
¡Sea muy bien venido este primer volumen de la BAC! Porque ni el
contenido puede ser más elevado y oportuno, ni las circunstancias más
propicias, ni las cartas credenciales que lo avalan más autorizadas y augus-
tas, acompañado como viene e inspirado en la gran encíclica Divino af-
ilante Spiritu, de Su Santidad el Papa Pío XII.
El mundo católico, y de manera especial los que en la Iglesia ejercen
el magisterio o se dedican al apostolado, celebran con íntimo júbilo y
con ánimo agradecido el 50. 0 aniversario de la Providentissimus, en que
León XIII, enfrentándose de lleno con errores y corrientes que parecían
triunfar y que daban a los pusilánimes y tímidos la sensación de haber
de acabar con la Iglesia, proclamó el origen divino de las Sagradas Es-
crituras en toda su integridad sin titubeos ni compromisos. «La solicitud
de nuestro cargo apostólico—declara desde las primeras líneas del in-
mortal documento—nos anima y en cierto modo nos impulsa, no sola-
mente a querer que esté abierta con toda seguridad y amplitud, para la
utilidad del pueblo cristiano, esta preciosa fuente de la revelación cató-
lica, sino también a no tolerar que sea enturbiada en alguna de sus partes,
ya por aquellos a quienes mueve una audacia impía y que atacan
abiertamente a la Sagrada Escritura, ya por los que suscitan a cada
paso innovaciones engañosas e imprudentes».
El gran Pontífice, que en su largo y fecundo pontificado no dejó de
tratar con suprema visión ninguna de las cuestiones vitales que afectan
a la Iglesia misma y al interés de los pueblos y de las naciones; que habló
magistralmente del origen del Poder civil y de la constitución de los
Estados, de la verdadera y falsa libertad y de las obligaciones de los
ciudadanos, del matrimonio y de la familia, de los errores funestos del
socialismo y del comunismo, proclamando en el magno problema social
y económico los grandes principios de la Rerum Novarum; el gran pro-
pulsor de los estudios filosóficos según las doctrinas y el método de
Santo Tomás de Aquino, no podía menos de fomentar y recomendar y
PRÓLOGO X

dirigir, en conformidad con las exigencias de los tiempos, el nobilísimo


estudio de las Sagradas Escrituras.
A la exaltación de la Biblia, considerada como fuente única de la
Revelación y arbitro supremo de la verdad divina a través de una inter-
pretación puramente personal, a esa exaltación enarbolada en el tiempo
de la Reforma como bandera y señal contra la Iglesia, se suceden en PRÓLOGO
fuerza del mismo principio del libre examen las desviaciones del espí-
ritu humano, que empieza por despojar a las Sagradas Escrituras de su
aureola más preciada, de su carácter de libros divinos, inspirados por el POR S. EMCIA. RVDMA. EL CARDENAL
mismo Dios, y en pos de sus cavilaciones, altanero e infatuado por los
progresos obtenidos en las ciencias físicas y en las disciplinas históricas, GAETANO CICOGNANI
frente a las dificultades que surgen, acaba por desvirtuarlo todo y por Antiguo Nuncio de Su Santidad en España
negarlo todo, arrebatando a los Sagrados Libros hasta la fe y la autori-
dad humana, que concede fácilmente a otros escritos de la antigüedad,
y dejándolos reducidos a un conjunto de mitos y leyendas. «Miran a los
Sagrados Libros—decía León XIII—no como el relato fiel de aconteci- A EDITORIAL CATÓLICA, bajo los auspicios y alta dirección de la
mientos reales, sino como fábulas ineptas y falsas historias. A sus ojos
no han existido profecías, sino predicciones forjadas después de haber
L Pontificia Universidad de Salamanca, da comienzo a su BIBLIOTECA
DE AUTORES CRISTIANOS con una versión completa de la Biblia, la
ocurrido los acontecimientos, o bien presentimientos producidos por primera traducción íntegra de las Sagradas Escrituras hecha directamente
causas naturales; para ellos no existen milagros verdaderamente dignos de las lenguas originales, hebrea y griega, por autores católicos a la len-
de este nombre, manifestaciones de la omnipotencia divina, sino hechos gua de Cervantes.
asombrosos que no traspasan en modo alguno los límites de las fuerzas ¡Sea muy bien venido este primer volumen de la BAC! Porque ni el
de la Naturaleza, o más bien ilusiones y mitos; y que, en una palabra, contenido puede ser más elevado y oportuno, ni las circunstancias más
los Evangelios y los escritos de los apóstoles no han sido escritos por los propicias, ni las cartas credenciales que lo avalan más autorizadas y augus-
autores a quienes se atribuyen». tas, acompañado como viene e inspirado en la gran encíclica Divino af-
Y para sostener todo ese cúmulo de negaciones y monstruosidades, ilante Spiritu, de Su Santidad el Papa Pío XII.
se somete el texto a constante tortura en nombre de una crítica interna El mundo católico, y de manera especial los que en la Iglesia ejercen
asentada sobre prejuicios racionalistas, se mutilan a capricho partes el magisterio o se dedican al apostolado, celebran con íntimo júbilo y
integrantes de los Libros Sagrados hasta dejarlos reducidos a un cuerpo con ánimo agradecido el 50.° aniversario de la Providentissimus, en que
sin alma, mejor diríamos a un esqueleto sin carne y sin nervios, del que León XIII, enfrentándose de lleno con errores y corrientes que parecían
vanamente podríamos esperar palabras de vida. triunfar y que daban a los pusilánimes y tímidos la 'sensación de haber
Ni faltaron desprecios y sarcasmos, scurriles ioci, y toda una propa- de acabar con la Iglesia, proclamó el origen divino de las Sagradas Es-
ganda baja y vulgar, si bien en los ambientes intelectuales y de mediana crituras en toda su integridad sin titubeos ni compromisos. «La solicitud
cultura el tono era de mentida serenidad y de aparato científico atrayente de nuestro cargo apostólico—declara desde las primeras líneas del in-
y seductor, tan seductor, que causó a veces el desconcierto entre los mortal documento—nos-anima y en cierto modo nos impulsa, no sola-
mismos escritores católicos, produciendo en unos vacilaciones, en otros mente a querer que esté abierta con toda seguridad y amplitud, para la
afán de componendas a base de sacrificar y restringir el concepto y el utilidad del pueblo cristiano, esta preciosa fuente de la revelación cató-
alcance de la inspiración divina y de la revelación, y empujando a algunos lica, sino también a no tolerar que sea enturbiada en alguna de sus partes,
a aventurar hipótesis híbridas y aun a declararse ineptos y vencidos. ya por aquellos a quienes mueve una audacia impía y que atacan
A pesar, sin embargo, del ropaje vistoso con que se presentaba, toda abiertamente a la Sagrada Escritura, ya por los que suscitan a cada
esta inmensa construcción adolecía de un defecto fundamental, radicado paso innovaciones engañosas e imprudentes».
precisamente en el principio erigido contra la Iglesia: el libre examen. El gran Pontífice, que en su largo y fecundo pontificado no dejó de
Los sistemas se sucedían sin cesar, diferentes y aun contrarios los unos tratar con suprema visión ninguna de las cuestiones vitales que afectan
de los otros, presentándose cada nueva teoría como definitiva para a la Iglesia misma y al interés de los pueblos y de las naciones; que habló
resolver el problema de la Biblia, pero cediendo el paso a los pocos años, magistralmente del origen del Poder civil y de la constitución de los
si no a los pocos meses, a una nueva explicación, destinada también a Estados, de la verdadera y falsa libertad y de las obligaciones de los
caer muy pronto en el descrédito y en el olvido. Frente a este vértigo ciudadanos, del matrimonio y de la familia, de los errores funestos del
de doctrinas y de contradicciones levanta su voz augusta el Papa León XIII socialismo y del comunismo, proclamando en el magno problema social
para infundir nueva vida a todo aquel cúmulo de ruinas, para poner y económico los grandes principios de la Rerum Novarum; el gran pro-
nuevamente sobre los Libros Santos la aureola de su carácter divino, pulsor de los estudios filosóficos según las doctrinas y el método de
Santo Tomás de Aquino, no podía menos de fomentar y recomendar y
PROLOCO X XI PRÓLOGO

dirigir, en conformidad con las exigencias de los tiempos, el nobilísimo invitando a colaborar en esta obra de defensa y de restauración del autén-
estudio de las Sagradas Escrituras. tico sentido cristiano acerca de las Sagradas Escrituras a los cultivadores
A la exaltación de la Biblia, considerada como fuente única de la de las ciencias teológicas y a los dedicados al ministerio pastoral, y
Revelación y arbitro supremo de la verdad divina a través de una inter- trazando a este respecto todo un plan y programa de trabajo y de estudio,
pretación puramente personal, a esa exaltación enarbolada en el tiempo «de tal modo que a esa ciencia nueva, a esa falsa ciencia, se oponga la
de la Reforma como bandera y señal contra la Iglesia, se suceden en doctrina antigua y verdadera que la Iglesia ha recibido de Cristo por
fuerza del mismo principio del libre examen las desviaciones del espí- medio de los apóstoles».
ritu humano, que empieza por despojar a las Sagradas Escrituras de su La encíclica fué acogida con gran entusiasmo y aplauso, aun por
aureola más preciada, de su carácter de libros divinos, inspirados por el todo un sector protestante; fue estudiada y comentada en las Univer-
mismo Dios, y en pos de sus cavilaciones, altanero e infatuado por los sidades y Academias, divulgada y explicada en libros y revistas. No
progresos obtenidos en las ciencias físicas y en las disciplinas históricas, faltaron, es verdad, como no podían faltar, voces de crítica, y se volvió
frente a las dificultades que surgen, acaba por desvirtuarlo todo y por a lanzar al rostro de la Iglesia el ya viejo dicterio de «obscurantista»;
negarlo todo, arrebatando a los Sagrados Libros hasta la fe y la autori- pero, pese a esas voces discordantes, cuando a la distancia de cincuenta
dad humana, que concede fácilmente a otros escritos de la antigüedad, años contemplamos la ubérrima cosecha producida en el campo de los
y dejándolos reducidos a un conjunto de mitos y leyendas. «Miran a los estudios bíblicos por la encíclica Providentissimus, no podemos menos
Sagrados Libros—decía León XIII—no como el relato fiel de aconteci- de unirnos a los entusiasmos con que fue saludada su publicación y de
mientos reales, sino como fábulas ineptas y falsas historias. A sus ojos comprobar con íntimo regocijo que las esperanzas concebidas por el
no han existido profecías, sino predicciones forjadas después de haber Pontífice y compartidas por el mundo católico son hoy una consoladora
ocurrido los acontecimientos, o bien presentimientos producidos por realidad.
causas naturales; para ellos no existen milagros verdaderamente dignos Esto mismo es lo que comprueba y pone de relieve el Sucesor de
de este nombre, manifestaciones de la omnipotencia divina, sino hechos León XIII en la Cátedra de la Verdad, Pío XII, en su reciente encíclica
asombrosos que no traspasan en modo alguno los límites de las fuerzas Divino afflante Spiritu, en la cual, después de señalar cuál fuera el fin
de la Naturaleza, o más bien ilusiones y mitos; y que, en una palabra, principal de la Providentissimus, el de exponer la doctrina de la verdad
los Evangelios y los escritos de los apóstoles no han sido escritos por los contenida en los Sagrados Libros y vindicarlos de las impugnaciones,
autores a quienes se atribuyen». con el alma henchida de gozo hace desfilar ante nosotros sus normas y
Y para sostener todo ese cúmulo de negaciones y monstruosidades, enseñanzas y las instituciones que durante estos cincuenta años, por el
se somete el texto a constante tortura en nombre de una crítica interna impulso y vigilante celo de los Sumos Pontífices, fueron creadas para
asentada sobre prejuicios racionalistas, se mutilan a capricho partes el progreso del estudio de la Biblia: la Escuela Bíblica de Jerusalén,
integrantes de los Libros Sagrados hasta dejarlos reducidos a un cuerpo la Comisión Bíblica, la creación de grados académicos y programas de
sin alma, mejor diríamos a un esqueleto sin carne y sin nervios, del que estudios bíblicos, el Instituto Bíblico de Roma, la revisión de la Vulgata,
vanamente podríamos esperar palabras de vida. la difusión en el pueblo de los Libros Sagrados.
Ni faltaron desprecios y sarcasmos, scurriles ioci, y toda una propa- De estas instituciones, la Escuela Bíblica de Jerusalén nació a la vida
ganda baja y vulgar, si bien en los ambientes intelectuales y de mediana por obra personal de León XIII, y su pensamiento generador parece
cultura el tono era de mentida serenidad y de aparato científico atrayente que estuvo inspirado en el ejemplo y en la práctica del gran San Jeró-
y seductor, tan seductor, que causó a veces el desconcierto entre los nimo. Conocido es su axioma de que «desconocer las Sagradas Escrituras
mismos escritores católicos, produciendo en unos vacilaciones, en otros es desconocer a Cristo», como conocido es también su criterio de que para
afán de componendas a base de sacrificar y restringir el concepto y el penetrar más lucidamente en el sentido y valor de los Sagrados Libros
alcance de la inspiración divina y de la revelación, y empujando a algunos contribuye en gran manera, juntamente con el estudio de las lenguas
a aventurar hipótesis híbridas y aun a declararse ineptos y vencidos. en que fueron escritos, la visión directa de los lugares en que se desarro-
A pesar, sin embargo, del ropaje vistoso con que se presentaba, toda llaron los hechos que prepararon y consumaron la Redención. Sanctam
esta inmensa construcción adolecía de un defecto fundamental, radicado Scripturam—dice escribiendo a Domnión—lucidius intuebitur, qui Iudaeam
precisamente en el principio erigido contra la Iglesia: el libre examen. oculis contemplatus est et antiquarum urbium memorias locorumque vel eadem
Los sistemas se sucedían sin cesar, diferentes y aun contrarios los unos vocabula vel mutata cognoverit. Unde et nóbis curae fuit, cura eruditissimis
de los otros, presentándose cada nueva teoría como definitiva para Hebraeorum hunc laborem subiré, ut circumiremus provinciam quam univer-
resolver el problema de la Biblia, pero cediendo el paso a los pocos años, sae Christi Ecclesiae sonant.
si no a los pocos meses, a una nueva explicación, destinada también a Por eso el gran Doctor, que pasó toda su vida dedicado a estos estu-
caer muy pronto en el descrédito y en el olvido. Frente a este vértigo dios, se estableció definitivamente en Belén, dando de mano a todas las
de doctrinas y de contradicciones levanta su voz augusta el Papa León XIII grandezas de Roma, cuyos tesoros le parecían pequeños al lado del que
para infundir nueva vida a todo aquel cúmulo de ruinas, para poner encerraba la pequeña ciudad cuna de Jesús: Habeat Roma quod angustior
nuevamente sobre los Libros Santos la aureola de su carácter divino, Urbe Romana possidet Bettlehem!; y sus discípulas predilectas, las nobi-
XIII PRÓLOCO
PRÓLOGO XII

llsimas Paula y Eustoquio, deseando que la queridísima amiga Marcela Lo que la Escuela Bíblica de Jerusalén ha contribuido al desenvolvi-
las imitara fijando como ellas su residencia en Palestina, describen en miento y a la dignificación de los estudios de la Sagrada Escritura, lo
una carta, escrita bajo el dictado del Maestro, el encanto espiritual de la demuestran palmariamente los sabios volúmenes que ha publicado, las
vida en Tierra Santa, donde cada lugar recuerda un hecho de la Sagrada excavaciones practicadas y la difusión en las esferas intelectuales de los
Escritura, cada nombre suscita una visión y despierta un afán de per- éxitos alcanzados.
fección, donde se puede orar en el mismo pesebre in quo infantulus vagiit, Con el fin, sin embargo, de que estos estudios, que tantas dificultades
llorar en el mismo sepulcro en que lloraron las santas mujeres, aspirar encierran y tantos peligros ofrecen, no se apartaran del recto camino,
y sentirse elevados voto et animo hacia el cielo en el monte de los Olivos fue instituida la Comisión Bíblica, ese alto Consejo de varones preclaros
y donde hasta la gente más humilde recuerda el ambiente en que se «que tuvieran por encomendado a sí el cargo de procurar y lograr por
desenvolvió la vida de Cristo. Hasta sus cánticos comunes, dicen, son todos los medios que los divinos oráculos hallen entre los nuestros en
bíblicos y regocijantes: Quocumque te verteris, arator stivam tenens, alle- general aquella más exquisita exposición que los tiempos reclaman y se
luia decantat; sudans messor psalmis se avocat, et curva attondens vitem conserven incólumes no sólo de todo hálito de errores, sino también
falce vinitor, aliquid Davidicum canit. («Adondequiera que fueres, el de toda temeridad de opiniones».
arador con la mano en la esteva canta el aleluya, el segador sudoroso Instituida por el mismo León XIII, la Comisión Bíblica fue sucesi-
se distrae con salmos; el viñador, mientras poda la vid con el corvo vamente confirmada por los Sumos Pontífices, y de manera especial
cuchillo, entona algún cántico de David».) No sé si estos cuadros, de por Pío XII, el cual, en la encíclica que comentamos, le tributa un ho-
un dulce sabor virgiliano, se ofrecen hoy al viajero que visita Palestina: menaje de estimación y de complacencia. Los que siguen el crecido
tales y tantas han sido las vicisitudes de aquella tierra a lo largo de los progreso de los estudios bíblicos y se afanan con santa pasión por penetrar
siglos, tales y tantas sus destrucciones materiales y sus convulsiones cada día mejor el genuino sentido de los Libros Sagrados, conocen la
políticas, que no creo empeño fácil, ni imaginarse ante la realidad pre- labor vigilante y delicada de la Comisión, su voz orientadora y tranqui-
sente el cuadro que nos describen San Jerónimo y sus discípulas, ni dar lizadora. Bastaría recordar a este propósito su actuación tan eficaz en
una reconstrucción exacta de lo que fue la Tierra y la Ciudad Santa; los agitados tiempos del Modernismo, fuego fatuo que se creyó iba a
sin embargo, aun en el estado actual, el conocimiento de aquellos lugares encender fatalmente una lucha difícil y duradera, y la carta dirigida en
y las investigaciones, racionales y metódicas, de sus ruinas venerandas, agosto de 1941 a los arzobispos y obispos de Italia para poner coto a
siguen siendo instrumento eficacísimo para la inteligencia de las Sagra- tendencias de sabor iluminista. Mientras el Modernismo, en nombre de
das Escrituras y para la contemplación del drama humano-divino de la la Ciencia y del pretendido progreso humano, había intentado repetir
Redención. los errores que León XIII tan enérgicamente anatematizara en su Carta,
Y al hablar de este tema, prologando una versión de la Biblia nacida recientemente un alma desviada se pronunciaba contra todo estudio
en tierra española, a la sombra augusta de la Universidad salmantina, científico y erudito de las Sagradas Escrituras, contra el estudio de las
me complazco en recordar aquí ciertos lazos, no por tenues menos gra- lenguas orientales y de las ciencias auxiliares, contra los esfuerzos de la
tos, que existen entre la Escuela Bíblica y aquella Universidad. crítica textual y la compulsación de códices y manuscritos antiguos,
La Escuela Bíblica de Jerusalén fue fundada en un convento de abogando por el uso exclusivo de la Vulgata, menospreciando la cuida-
dominicos, que lleva el mismo nombre del celebérrimo convento de dosa investigación del sentido literal y defendiendo una exégesis y una
Salamanca, San Esteban, y que fue construido por un español, por el hermenéutica a base únicamente de sencilla lectura y de piadosa medi-
Maestro General de la Orden, P. Larroca, con la intención primera de tación. El episodio quedó muy pronto truncado por la vigilante inter-
que sirviera de noviciado, siendo luego ofrecido por el mismo a Su San- vención de la Comisión Bíblica, y a él hace clara alusión Pío XII en su
tidad León XIII apenas supo que el augusto Pontífice deseaba fundar reciente encíclica.
en Jerusalén una Escuela de Estudios Bíblicos. Es verdad que el convento La creación de esas dos grandes instituciones, la Escuela de Jerusalén
y la escuela pasaron a pertenecer a la Provincia Dominicana francesa, y la Comisión Bíblica, respondía a fines específicos de la mayor impor-
pero esta circunstancia no rompió, antes reforzó, aquellos lazos, al ser tancia; pero ya la mente previsora de León XIII, en su deseo de hacer
encargado de la dirección de aquel centro de altos estudios el P. José M.
todavía más en orden a la restauración de los estudios bíblicos y a la
La grange, el cual había hecho su noviciado y sus estudios teológicos en
el convento de San Esteban, de Salamanca. En época aciaga para las eficacia salvadora de la verdad revelada, había acariciado la idea de
congregaciones religiosas en Francia, el P. Lagrange tuvo que dejar fundar en el corazón mismo del mundo cristiano, en Roma, un ateneo
su patria y vino a Salamanca, donde, además de experimentar la gene- donde se formara toda una pléyade de sabios sacerdotes, profunda y
rosa hospitalidad española, de la que conservó siempre un agradecido cuidadosamente preparados, que, encendidos en un santo ardor, llevaran
recuerdo, pudo conocer directamente y empaparse en la doctrina de los por todos los ámbitos del mundo y a todos los campos del apostolado
grandes teólogos y escrituristas españoles, que sin duda templaron y sacerdotal, al Seminario, a la cátedra, al pulpito, al libro y a la revista,
forjaron su espíritu para que, frente a las dificultades, se mantuviera, la luz de una auténtica ciencia escriturística y la hicieran servir eficaz-
como supo mantenerse, recio en la fe y ardiente en el deseo de Dios. mente a los grandes fines que San Pablo señalara a las Sagradas Escri-
PRÓLOGO XIV
xv FRÓLOGO

turas: ad docendum, ad arguendum, ad corripiendum, ad erudiendum in didad los divinos oráculos, ilustrarlos con más claridad y proponerlos
iustitia. con mayor lucidez».
Esa idea de León XIII halló un munífico realizador en el Pontífice Y hablando de los progresos modernos en el conocimiento de las
San Pío X, que instituyó primero los grados académicos en Sagrada lenguas orientales, y en particular de aquellas en que fueron originaria-
Escritura, trazó después un completo plan de estudios bíblicos para los mente escritos los Libros Sagrados, ve en ello el Santo Padre una nueva
seminarios y erigió, finalmente, el Instituto Bíblico de Roma, que, ayuda, a la par que un poderoso estímulo, para que los intérpretes cató-
confiado a la ínclita Compañía de Jesús, puesto bajo la especial protec- licos traten de acercarse lo más posible a la fuente original de la verdad
ción del Sagrado Corazón de Jesús, cuya hermosa estatua domina el revelada, calificando de ligereza y de desidia el descuido en aprender
salón principal del Instituto, y organizado sabiamente por un hombre aquellas lenguas, y aun la crítica textual, con su paciente rebusca y cotejo
de eminente sabiduría y de gran fe, el ilustre P. Leopoldo Fonk, ha sido de códices y manuscritos, es plenamente justificada, loada y estimulada
y es la forja donde se forman y de donde salen para el mundo entero por Su Santidad, como medio necesario para «que se restituya a su ser
los maestros de la Sagrada Escritura. el sagrado texto lo más perfectamente posible», y todo ello «por la reve-
Juntamente con estas obras de alta formación y de dirección, se rencia debida a la divina palabra» y «por la misma piedad por la que
inician por el impulso vigoroso del mismo Papa San Pío X y se prosi- debemos estar sumamente agradecidos a aquel Dios providentísimo,
guen con la decidida protección de Pío XI los pacientes trabajos de la que desde el trono de su Majestad nos envió estos libros a manera de
revisión de la Vulgata en el Monasterio de San Jerónimo de Roma, al cartas paternales, como a propios hijos».
cual va gloriosamente unido el nombre del cardenal Adriano Gasquet, Por otra parte, como la mayoría de los fieles no pueden llegar en sí
y en el cual continúan esta meritoria labor los Padres benedictinos con mismos a esas fuentes de la Revelación en su texto latino y menos aún
su proverbial e infatigable laboriosidad; y para que toda esta empresa en los textos originales, el Santo Padre, al hablar de la declaración de la
cultural y al mismo tiempo apostólica no quedara encerrada en las autenticidad hecha por el Concilio Tridentino a favor de la Vulgata,
escuelas y en los monasterios, surge la Sociedad de San Jerónimo para dice expresamente: «Y ni aun siquiera prohibe el decreto del Concilio
la difusión de los Evangelios, se multiplican las Congresos y las Semanas Tridentino que, para uso y provecho de los fieles de Cristo y para más
Bíblicas, se publican libros y revistas, y yo me complazco en destacar fácil inteligencia de la divina palabra, se hagan versiones en lenguas
aquí la contribución no pequeña que España ha prestado a ese floreci- vulgares, y eso aun tomándolas de los textos originales, como ya en
miento de los estudios bíblicos, contribución que, si se vio pasajeramente muchas regiones vemos que loablemente se ha hecho, aprobándolo la
truncada por el vendaval de la guerra civil, ha vuelto a renacer con mayor autoridad de la Iglesia».
pujanza y con renovados bríos apenas pasada la tempestad y serenado Eso que alaba y aprueba la Iglesia es justamente lo que han preten-
el ambiente nacional. dido hacer los preclaros y beneméritos traductores de esta primera ver-
sión de la Biblia en lengua castellana sobre los textos originales, y eso es
• • • lo que L A EDITORIAL CATÓLICA entiende brindar a España y a los países
del mundo hispanoamericano con la publicación del Libro de los libros
Pero la encíclica Divino afflante Spiritu, antepuesta como pórtico en este primer volumen de su BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS.
insuperable a esta versión de la Sagrada Biblia, no es solamente un re- En su empresa les ha guiado el amoroso afán de poner al alcance de los
cuerdo y una evocación de la Providentissimus y de los frutos por ella fieles de habla castellana el riquísimo tesoro de las Sagradas Escrituras
producidos, ya que tiene una segunda parte, mucho más importante, mediante una traducción lo más fiel y exacta posible del texto original,
la parte doctrinal, en la cual el Santo Padre, siguiendo la trayectoria aprovechándose para ello todos los adelantos realizados en la ciencia
de sus antecesores, consciente del depósito sagrado que le fue confiado escriturística y en el conocimiento de las lenguas orientales durante los
el día en que el Espíritu Santo le escogió para regir la Iglesia de Dios, últimos años, y dejándose guiar, en la interpretación de los pasajes más
con la autoridad de su palabra, con la amplia comprensión de su inteli- obscuros y difíciles, por el magisterio de la Iglesia y por la luz y sabiduría
gencia, y, a pesar de las hondas preocupaciones que agobian su corazón de los Santos Padres y de los grandes teólogos y escrituristas.
y de las solicitudes paternales que de El reclaman los sufrimientos de los
pueblos, nos traza y nos señala los caminos y los métodos que las condi- # * »
ciones actuales exigen para que el estudio y la lectura de las Sagradas
Al lograr los traductores su alto empeño han realizado una triple
Escrituras sean cada día más fecundos en frutos de santificación y de obra: de cultura, de piedad y de apostolado.
conquista de las inteligencias y de los corazones de los hombres.
Esta versión completa de la Sagrada Biblia al castellano constituye
Las nuevas e importantes excavaciones realizadas en el suelo pales- ante todo una auténtica obra de cultura, que viene a enriquecer el ya
tinense, el hallazgo de nuevos y valiosos documentos escritos, el conoci- espléndido acervo de saber escriturístico cosechado por España desde
miento cada día más amplio de las lenguas orientales, «invita en cierta los primeros siglos de la Era Cristiana y desarrollado en los siglos poste-
manera y apremia a los intérpretes de los Sagrados Libros a aprovecharse riores con asombrosa fecundidad. Desde los tiempos en que el Papa
con denuedo de tanta abundancia de luz para examinar con más profun- Dámaso, el santo y culto Pontífice español, se complacía en fijar en
PROLOGO xvi
hexámetros trozos del Antiguo y del Nuevo Testamento y encargaba a xvn PROLOGO
San Jerónimo una revisión general de los Libros Sagrados, sosteniéndole
y protegiéndole en sus dificultades y luchas; y el presbítero Desiderio, con gran provecho; nuevas traducciones de los Salmos, de los Evangelios
nacido, según todas las probabilidades, en la ciudad de Barcelona, rogaba y de las Epístolas de San Pablo; la reciente publicación de una edición
al mismo San Jerónimo que emprendiera la versión de los Libros Sagra- crítica del Nuevo Testamento en griego y en latín, y, finalmente, esta
dos, y el noble español Licinio enviaba amanuenses para que bajo la versión del texto original de toda la Biblia, que no dudo ha de marcar
dirección del mismo Santo copiaran la Biblia, y el enciclopédico arzobispo un hito luminoso en la historia de la ciencia bíblica española.
de Sevilla, San Isidoro, considerado como el heredero más fiel del pen- Sería presunción y desconocimiento de las dificultades que ofrece
samiento y de la obra del gran dálmata, salvaba en sus libros el rico siempre una versión de las Sagradas Escrituras el que los traductores
tesoro de la antigua cultura cristiana, y pasando luego a través de un pensaran haberlas superado plenamente y consideraran su obra como
sinnúmero de códices bíblicos esparcidos en catedrales y monasterios, acabada y perfecta. Ellos saben que no han de faltarles ni observaciones
en aulas regias y en casas señoriales, hasta la gran Biblia Complutense ni diversidad de criterios; pero de antemano piden indulgencia por los
yerros en que hayan podido incurrir, y la esperan confiadamente en
y los excelsos escrituristas que florecieron en el Siglo de Oro, y que aún razón de lo difícil del empeño que asumieron y de la buena voluntad
causan asombro por su portentosa erudición y por su fino sentido exe- que en lograrlo han puesto.
gético, España representa el supremo anhelo de conocer, de penetrar y
Hablando precisamente el Santo Padre de las dificultades que en
de defender los Sagrados Libros. este género de trabajos existen, «nadie se admire—dice—que no se ha-
Considerando Menéndez Pelayo este florecimiento tantas veces secu- yan todavía resuelto y vencido, sino que aún hoy haya graves problemas
lar de la ciencia bíblica en España, escribía con harta razón en una que preocupan los ánimos de los exegetas católicos». Y después de exhor-
famosa carta incluida en La Ciencia Española: «El nombre sólo de Arias tar a los intérpretes católicos a que, movidos de un amor eficaz y decidido
Montano basta para llenar un siglo... Pero España posee, además, una de su ciencia y sinceramente devotos a la Santa Madre Iglesia, se esfuer-
larga serie de cultivadores ilustres de las ciencias bíblicas, serie que cen por hallar una explicación sólida a aquellas dificultades, añade: «Y por
empieza con los colaboradores de la Poliglota Complutense y con aquel lo que hace a los conatos de esos estrenuos operarios de la viña del Señor,
Diego López de Estúñiga, que tan malos días y tan malas noches hizo recuerden los demás hijos de la Iglesia que no sólo los han de juzgar con
pasar a Erasmo, y termina, bien entrado el siglo XVII, con Pedro de equidad y justicia, sino también con suma caridad..., y estar alejados de
Valencia y Fray Andrés de León». «No hay libro de la Escritura—afirma aquel espíritu poco prudente con el que se juzga que todo lo nuevo, por
el gran pensador santanderino—sobre el cual no poseamos algún co- el mismo hecho de serlo, debe ser impugnado o tenerse por sospechoso».
mentario de un español célebre en las escuelas católicas»; y en confir- Santas palabras que salen de un corazón solícito y paternal y de una in-
mación de su aserto hace una larga enumeración de los más preclaros teligencia comprensiva, deseosa de hacer llegar a los espíritus apasiona-
comentaristas. dos por la busca de la verdad una palabra de afectuosa concordia y de
Los dos siglos que siguieron fueron de tono menos elevado, y los santa emulación. La historia de las versiones de la Sagrada Escritura y
estudios bíblicos en España participaron de la general decadencia, si de los problemas que a ésta atañen, no está libre de fuertes divergencias
y de acres polémicas, excusables tan sólo porque la pasión por la verdad
bien no dejaron de brillar algunos esfuerzos, tan meritorios como aisla- puede encender a veces en demasía nuestros espíritus; pero siempre se
dos, ni faltaron muy aceptables traducciones de la Vulgata, como las deben tener presentes los paternales consejos de Pío XII, y en último
dos tan conocidas y tantas veces impresas, en las que continuaron ali- término acudir al remedio supremo, en el que San Jerónimo buscaba la
mentándose las almas deseosas de conocer la palabra de Dios; pero luz y la concordia en sus trabajos y, en medio de sus graves polémicas,
cuando el vendaval del Modernismo, que apenas salpicó la recia fe la oración: «Ruégote ahora, carísimo Desiderio, que ya que me hiciste
española, se desató para manchar y debilitar la verdad cristiana, vuelven emprender tamaña empresa y empezar mi labor desde el Génesis, me
en España a cobrar lozanía y vigor los estudios eclesiásticos, aparecen ayudes con tus oraciones, a fin de que pueda trasladar al latín los Santos
revistas de cultura religiosa, cuyos nombres y cuyos méritos están en Libros con el mismo espíritu con que fueron escritos».
el pensamiento de todos, y en el mismo terreno de la ciencia escriturís-
tica sale a luz la revista Estudios Bíblicos, se publica la Biblia de Mont- # * *
serrat, se reeditan con profusión y con muy útil aparato de notas e intro-
ducciones las conocidas versiones castellanas, en particular las del Nuevo Obra de cultura, es además esta versión de la Biblia una obra eminen-
Testamento; se constituye la A. F. E. B. E. para el fomento de los estu- te de piedad. En el pasaje de San Pablo arriba citado, en el que expone
dios bíblicos, se publican muy estimables manuales, y tras la dolorosa las utilidades que la Sagrada Escritura ofrece, a saber: «para enseñar,
pausa impuesta por la guerra civil reflorecen con nuevo brío todas convencer, corregir y educar en la justicia», añade el Apóstol esta finali-
aquellas actividades y apuntan otras nuevas de singular importancia, dad suprema: «a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté prepa-
entre las que merecen destacarse la fundación del Instituto «Arias Mon- rado para toda obra buena», ut perfectus sit homo Dei, ad omne opus bonum
tano», del Consejo Superior de Investigaciones Científicas; la celebración instructus.
de Semanas Bíblicas, organizadas con mucho acierto y desarrolladas Demasiado poco representaría esta versión si fuera considerada úni-
camente como obra de cultura, aunque nobilísima; demasiado poco, ya
PRÓLOGO
xvm XIX PRÓLOCO

que estas Cartas paternales dadas por Dios a la Humanidad tienen por ta de la lectura y meditación de la Biblia, e inculca su estudio a las vírge-
fin rehabilitar al hombre, redimirle, elevarlo hasta las alturas del cono- nes para que sepan conservarse puras e intactas de las salpicaduras del
cimiento de los misterios de Dios y a la participación de la vida divina, mundo, a los religiosos para que sepan elevarse a las cumbres de la per-
sostenerlo en las luchas del espíritu, santificarlo en todo momento, en- fección, a las viudas para que sepan llevar con dignidad su viudez, y a
cauzarlo por los caminos que conducen a las celestes moradas. Y esto las madres, como en su carta a Leta, para que con la Biblia en la mano
mismo es lo que los autores de esta versión han pretendido ofrecer a sepan formar desde los primeros años el corazón de sus hijos. «Léela con
los fieles. frecuencia y aprende lo más posible de ella—escribía a la virgen Eus-
San Juan Crisóstomo, que supo revestir sus inmensos conocimientos taquio—; que el sueño te sorprenda con el libro en la mano y que al
bíblicos con una elocuencia portentosa, se quejaba amargamente de que inclinarse tu cabeza la reciba la página santa»; y a la virgen Demetríades:
los fieles de su vastísima diócesis no conocieran bastante ni leyeran los «Ama las Santas Escrituras y te amará a ti la Sabiduría; ámala y te guar-
Sagrados Libros, quedando por ello privados de uno de los mas podero- dará; hónrala y te abrazará. Estos aderezos cuelguen de tu pecho y de
sos medios de santificación. El hubiese querido que existiese en cada casa tus oídos». Y en idénticos términos se expresa escribiendo al monje Rús-
cristiana una Biblia y que sus fieles supiesen de memoria al menos algu- tico, al presbítero Nepociano, al santo Obispo de Ñola y a todos aque-
nos salmos o algunos trozos escogidos del Santo Evangelio; pero com- llos a los que favorecía con sus consejos y exhortaciones.
prueba dolorosamente—y su lamento pudiéramos repetirlo en nuestros San Agustín escribe sobre el particular un pequeño pero admirable
días—que sus fieles saben muy bien los nombres y el historial de los ca- tratado: De doctrina christiana, que puede considerarse como una intro-
ballos y de los jinetes que toman parte en las carreras, pero no saben ducción al estudio y a la interpretación de las Sagradas Escrituras, y en
siquiera cuántas son las Epístolas de San Pablo y desconocen casi por él se esfuerza por convencer a los hombres de que el estudio que versa
completo el Libro que encierra la fuente de la vida. acerca de la Sabiduría divina, ómnibus rebus est anteponendus, se ha de
Unos alegan como excusa de su descuido y negligencia que están anteponer a todas las demás cosas e intereses. «Leed las Escrituras—de-
muy ocupados con los negocios o con los quehaceres de la casa, otros cía en otra ocasión con gran vehemencia a sus ermitaños el santo Obispo
que no tienen dinero; pero es un absurdo—dice el Santo—pretextar in- de Hipona—, leedlas para que no seáis ciegos y guías de ciegos. Leed
digencia o exceso de trabajo cuando de la lectura de los Libros Sagrados la Santa Escritura, porque en ella encontraréis todo lo que debéis prac-
se saca tanta utilidad. Quomodo non ábsurdumfuerit... ubi tanta decerpen- ticar y todo lo que debéis evitar. Leedla, porque es más dulce que la
da est utiütos, occupationes et inopiam defiere! miel y más nutritiva que cualquier otro alimento».
Junto a los que no compran el Libro Sagrado están los que lo tienen Me he limitado a citar testimonios de estos tres insignes Santos Pa-
pero sólo como adorno de la casa, no como alimento del espíritu. Muy dres, porque a ellos de manera singular los señala León XIII como maes-
bien describe a los tales el santo Arzobispo y elocuentísimo orador: tros en el estudio e interpretación de las Sagradas Escrituras; pero aná-
«¿Quién de vosotros, pregunto, toma en su casa un libro y examina sus logos testimonios y recomendaciones podrían espigarse a millares de la
sentencias, o escudriña las Escrituras? Nadie, ciertamente; sino que en- riquísima literatura patrística.
contraremos en la mayoría de las casas dados y tabas, pero libros nunca Mas para que el estudio y la lectura de la Biblia produzcan aquellos
o muy raras veces. Y el mismo reproche merecen los que los tienen, frutos de santificación que quiere Dios y busca la Iglesia, no basta cual-
pero los conservan atados o colocados en los armarios y ponen todo su quiera disposición del espíritu, sino que es necesaria aquella que tan
interés en la suavidad de las membranas o en la elegancia de los caracte- acertadamente indicaba el Papa Benedicto XV en su encíclica Spiritus
res, menospreciando, en cambio, su lectura. Porque no los adquieren Paraclitus; es decir, que hay que acercarse a estas fuentes sagradas de la
para ningún fin útil, sino solamente para hacer presuntuosa ostentación verdad divina pia mente, firma fide, humili animo et volúntate proficiendi,
de su opulencia: ¡tan fuerte es el vano fausto de la gloria! A nadie oigo con mente piadosa, con fe firme, con ánimo humilde y con voluntad de
que ambicione el comprender los Libros, sino más bien jactarse de que aprovechar. Así lo exige el carácter divino de las Escrituras, así lo deman-
posee libros escritos con letras de oro. Y yo pregunto: ¿Qué provecho dan el respeto y la sumisión con que nuestra pequenez humana ha de
puede haber en esto?» Et quid, quaeso, hinc lucri provenit? acercarse a Dios. Y como este depósito sagrado ha sido confiado por Dios
Me haría interminable si quisiera citar todos los pasajes en que San a la Iglesia, a la que ha hecho intérprete infalible de sus oráculos, es tam-
Jerónimo excita a sus discípulos y discípulas a la lectura de la Biblia, bién necesario que nuestro estudio y nuestra lectura vayan iluminados
pero no quiero dejar de consignar algunos, ya que el eco de sus encen- y dirigidos por la luz que brota del magisterio infalible de la Santa Ma-
didas palabras puede animar también hoy a las almas sedientas de Dios dre Iglesia.
y de la perfección cristiana a frecuentar esta provechosa lectura. Para el Altísimo ejemplo de esta sumisión al magisterio de la Iglesia nos han
gran Doctor la palabra divina contenida en la Sagrada Biblia no sólo es dejado aquellos tres grandes Doctores cuyas palabras recogíamos hace
alimento, sino también fuerza del espíritu, arma segura contra todo lo poco. Conocedores profundos de la Biblia y propagandistas fervorosos
que abate y deprime, contra todo lo que puede rebajar el alma y el cuer- de su lectura y meditación, coinciden todos en afirmar la absoluta nece-
po. Desde el Cenáculo del Aventino, donde un grupo de selectísimas sidad de atenerse a las enseñanzas y normas de la Mater nostra communis,
matronas cultivaba la vida de perfección, se hace él un gran propagandis- Ecclesia, cuya solidez de cimientos y seguridad en las direcciones pon-
PROLOCO XX
XXI PROLOCO

deraba el Crisóstomo frente al caos de las herejías que pululaban en gares con aprobación de la autoridad de la Iglesia, ya de palabra, ya con
Oriente. el uso práctico, cuando lo permitan las leyes de la Liturgia».
En una gran cuestión acerca de la Trinidad, el gran dálmata escribía La atención tan preferente que en la encíclica Divino afflante Spiritu
al Papa Dámaso: «Por esto he creído que debía consultar a la Cátedra de ha dedicado Su Santidad a los simples fieles, no sólo en lo tocante a la
Pedro y a la fe alabada por labios apostólicos, pidiendo recibir el alimen- lectura y meditación de las Sagradas Escrituras, sino también en lo que
to de mi alma de allí mismo de donde antes recibiera la vestidura... Yo atañe a esa forma de apostolado que es su propaganda y difusión por
que a nadie sigo como a primero sino a Cristo, me uno en comunión de medio de adecuadas ediciones y traducciones, y la novedad muy signi-
espíritu con Vuestra Beatitud, es decir, con la Cátedra de Pedro»; y en ficativa de que la tradicional dedicatoria de la encíclica vaya dirigida no
otra de sus cartas declara: «Yo entretanto clamo: Si alguno está unido a solamente, como de costumbre, «a los Patriarcas, Primados, Arzobispos,
la Cátedra de Pedro, ése es de los míos». Cada vez que se presentaban Obispos y demás Ordinarios en comunión con la Santa Sede Apostó-
cuestiones acerca del canon de los Libros Sagrados, él, que tanto había lica», sino también «a todo el Clero y fieles del Orbe católico», deben
estudiado y que tan autorizado estaba para exponer una opinión propia, servir a todos los católicos de motivos de gratitud y de legítima satisfac-
sólo admite una regla definitiva: Sed haec non recipit Ecclesia Dei: pero ción, y al mismo tiempo de poderoso estímulo para secundar con fervo-
esto no lo admite la Iglesia de Dios. roso entusiasmo los deseos del Santo Padre y prestar a esta alta empresa
Celebérrimo es también el en cierto modo paradójico axioma de San su más decidida colaboración.
Agustín: Ego vero Evangelio non crederem, nisi me Catholicae Ecclesiae
commoveret auctoritas: yo no creería en el Evangelio si no me moviese • • •
a ello la autoridad de la Iglesia católica. Así lo ha entendido L A EDITORIAL CATÓLICA al encabezar su BIBLIO-
Es verdad que la Iglesia limitó un tiempo y aun prohibió la lectura TECA DE AUTORES CRISTIANOS con esta versión de la Biblia, y santamente
de la Biblia en lengua vulgar a los fieles; pero ésa fue una medida pro- puede gloriarse de haberse colocado con ella en la vanguardia de la co-
visional, plenamente justificada por la malicia de los tiempos. En una laboración pedida por el Papa, ofreciendo a los millones de fieles que en
época de apasionadas discusiones religiosas, en la que el principio del España y en Hispanoamérica hablan y rezan en español este medio tan
libre examen y de la interpretación personal y subjetiva de las páginas poderoso de conocimiento de la palabra divina y de santificación de
sagradas hacía brotar aun entre los medios más plebeyos e indoctos, in- sus almas.
térpretes más o menos visionarios y exaltados, la prudente medida de Ponderábamos al comienzo de este prólogo la oportunidad con que
la Iglesia evitó en los países católicos la frondosa exuberancia de diver- salía a la luz esta versión castellana del texto original de las Sagradas
gencias doctrinales, que hizo del protestantismo un abigarrado conjunto Escrituras, en el 50. 0 aniversario de la Providentissimus y a raíz de la
de sectas, a las que apenas queda más que un disipado y movedizo fondo encíclica Divino afflante Spiritu; pero no quisiéramos dejar de recordar
común de cristianismo. aquí otra razón de oportunidad, la misma que el Santo Padre ha querido
Esta versión de la Biblia que estamos prologando no está hecha con recoger al final de su encíclica, a saber, la terrible y dolorosa crisis por
un fin de lucha y de combate, ni tampoco de vana curiosidad o de esté- la que atraviesa en estos momentos la Humanidad.
riles discusiones, sino con el santo propósito de que los fieles puedan En medio de este caos de opiniones encontradas y de intereses anta-
acercar sus labios a la fuente purísima de la sabiduría divina y saciar gónicos, en medio de tantas ruinas materiales y espirituales, de tantos
en ella su sed de Dios, de paz y de verdad. dolores de los cuerpos y de tantas amarguras de las almas, la luz sólo
puede venir del Único que tiene palabras de Vida eterna, Cristo Jesús,
• • • a quien nos dan a conocer las páginas sagradas; la paz verdadera sólo
puede esperarse del amor de Dios y del prójimo, en los que, en frase de
Constituye, finalmente, esta versión una obra de apostolado. Al final San Agustín, está la plenitud de las Escrituras. Bien venida sea esta ver-
de su encíclica, el Papa Pío XII exhorta con acento apasionado al clero sión de la Biblia si con ella contribuyen sus autores y editores a que
para que difunda las riquezas de los Libros Sagrados y para que sepa este mundo estremecido de dolor conozca más a Cristo y aprenda a prac-
hacerlo «con tanta elocuencia, con tanta distinción y claridad, que los ticar mejor la ley suprema del amor de Dios y del prójimo.
fieles no sólo se muevan y se inflamen a poner en buen orden sus vidas, A España y a todo el mundo hispánico ofrece L A EDITORIAL CATÓ-
sino que conciban también en sus ánimos suma veneración a la Sagrada LICA esta nueva traducción de la Biblia; se la ofrece con el mismo afecto
Escritura». De una manera especial el Santo Padre insiste en recomendar y con el mismo celo evangelizador con que los primeros misioneros espa-
a los prelados «que favorezcan y presten su auxilio a todas aquellas pías ñoles llevaron al Continente americano la luz y la caridad de Cristo; se
asociaciones que tengan por fin editar y difundir entre los fieles ejempla- la ofrece con el cariño de hermanos que hablan una misma lengua, y
res impresos de las Sagradas Escrituras, principalmente de los Evange- tienen una misma cultura, y comulgan en la misma fe y en la misma
lios, y procurar con todo empeño que en las familias cristianas se tenga, liturgia; se la ofrece segura de que la acogerán con entusiasmo cordial,
ordenada y santamente, cotidiana lectura de ellas; recomienden eficaz- para que, correspondiendo a los deseos e invitaciones del Santo Padre,
mente la Sagrada Escritura, traducida en la actualidad a las lenguas vul- sea todo este gran mundo hispanoamericano uno de los agentes más
PROLOCO
rxii
eficaces de la auténtica paz de Cristo en los espíritus y en los corazones. C A R T A E N C Í C L I C A
Y al presentársela parece q u e florecen en los labios d e autores y edi-
tores aquellas palabras con q u e hace trece siglos el abad Floro ofrecía d e nuestro Santísimo Señor Pío, p o r la divina Providencia Papa X I I
al gran Isidoro de Sevilla u n trabajo semejante: la revisión del texto del
Salterio, que había llevado a cabo p o r encargo s u y o : «Por t u s ruegos
comencé con m a n o escrupulosa y con gran sudor d e fatiga a buscar las
primitivas lecturas d e los Libros D i v i n o s ; y ahora, devuelta su belleza
al pensamiento hebraico y renovada y hermoseada la frase griega, p o -
SOBRE EL PROMOVER OPORTUNAMENTE
dremos, levantando nuestras voces hasta más allá d e las estrellas, cantar LOS ESTUDIOS DE LA SAGRADA BIBLIA
los himnos sagrados con el m i s m o acento d e los ángeles:
(30 s e p t i e m b r e 1943)
Sed tamen hebraica rursus ratione polita
ac simul argolica denuo pida mana,
A los venerables hermanos patriarcas, primados, arzobispos, obispos y demás ordi-
mellifluas caeli apargens trans sidera voces narios en paz y comunión con la Sede Apostólica y al universo clero y todos los fieles
concrepat angélico carmina sacra sonó». cristianos del orbe católico
Sean mis últimas palabras para los q u e se disponen a recorrer con
ánimo piadoso en las páginas de esta versión de los Libros Santos aquellas VENERABLES HERMANOS, AMADOS HIJOS, SALUD Y APOSTÓLICA BENDICIÓN
mismas q u e u n día pronunciara San Gregorio M a g n o : Disce cor Dei in
verbis Dei, ut ardentius ad aeterna suspires: «Aprende a conocer el cora- i. Inspirados por el Divino Espíritu escribieron los escritores sagrados los
zón de Dios en las palabras d e Dios, para q u e con más ardor aspires a las libros que Dios, en su amor paternal hacia el género humano, quiso dar a éste «para
cosas eternas». enseñar, para argüir, para corregir, para instruir en la justicia, a fin de que el hom-
bre de Dios sea perfecto y esté pertrechado para toda obra buena» 1. Nada, pues,
de admirar si la Santa Iglesia ha guardado con suma solicitud un tal tesoro, venídole
del cielo y que tiene ella por fuente preciosísima y norma divina de la doctrina de
fe y costumbres, y como incontaminado lo recibió de mano de los apóstoles, le
defendió de toda falsa y perversa interpretación, y con toda diligencia lo ha em-
pleado en el ministerio de comunicar a las almas la vida sobrenatural, como clara-
mente lo atestiguan documentos innumerables de casi todas las épocas. Y en tiem-
pos recientes, cuando el divino origen y la recta interpretación de las Sagradas
Letras se pusieron en duda de un modo especial, puso también la Iglesia especial
empeño y estudio en defenderlas y protegerlas. Ya el Santo Concilio Tridentino
prescribió en solemne decreto que han de tenerse «por sagrados y canónicos los
libros enteros con todas sus partes, como la Iglesia católica acostumbró a leerlos y
los tiene la antigua edición Vulgata latina» 2 . Y en nuestro tiempo el Concilio
Vaticano, para reprobar doctrinas falsas acerca de la inspiración, declaró que estos
libros han de ser tenidos en la Iglesia por sagrados y canónicos, «no porque, com-
puestos únicamente por humana industria, hayan sido después aprobados por su
autoridad, ni tampoco solamente por contener una revelación sin error, sino por-
que, escritos con la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios por autor, y como
tales han sido entregados a la misma Iglesia» 3 . Más adelante, cuando contra esta
solemne definición de la doctrina católica, que a los libros «enteros con todas sus
partes» atribuye una tal autoridad divina, que goza de la inmunidad de cualquier
error, algunos escritores católicos osaron coartar la verdad de las Sagradas Es-
crituras sólo a las cosas de fe y costumbres, mientras todo lo demás, perteneciente
al orden físico o al género histórico, lo reputaban como dicho de paso y sin conexión
alguna con la fe, como ellos pretendían, nuestro Predecesor, de inmortal memoria,
León XIII, en sus letras encíclicas Providentissimus Deus, de 18 de noviembre
de 1893, reprobó justísimamente estos errores y apoyó los estudios de los Libros
Sagrados sobre bases y normas sapientísimas.
2. Y pues tenemos por conveniente conmemorar el término del quincuagé-
simo aniversario de la publicación de aquella encíclica, que se tiene como ley
1
2 T i m 3,16 s.
2 Ses.4 d e c r . i : Ench. BibU, n.45.
3
Ses.3 c.2: Ench. Bibl., n.62.
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII XXIV
XXV ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII
fundamental de los estudios bíblicos, Nos, conforme a la solicitud que desde el 5. Por lo cual el mismo Pontífice, así como había, tiempo antes, aprobado y
principio de nuestro pontificado 4 mostramos respecto de las sagradas disciplinas, alabado la Escuela de Estudios Bíblicos, fundada en San Esteban de Jerusalén
hemos juzgado que sería convenientísimo confirmar lo que nuestro Predecesor gracias a la solicitud del Maestro General de la Sagrada Orden de Predicadores,
sabiamente estableció y lo que añadieron sus sucesores para reforzar y perfec- y de la cual, como él mismo dijo, «los estudios bíblicos habían recibido gran in-
cionar la obra, y decretar a la vez lo que al presente parecen exigir los tiempos, cremento y los esperaba aún mayores» n , así en el último año de su vida añadió
para más y más incitar a todos los hijos de la Iglesia que a estos estudios se de- una nueva disposición, por la cual estos estudios, con tanto encarecimiento reco-
dican a empresa tan necesaria y tan laudable. mendados en la encíclica Providentissimus Deus, se perfeccionasen cada día más
y con mayor seguridad se promoviesen, pues en las letras apostólicas Vigilantiae,
de 20 de octubre de 1902, instituyó un Consejo, o, como dicen, una Comisión
I. PARTE HISTÓRICA de graves varones «que tuvieran por cometido procurar y hacer con toda la po-
sible eficacia que los divinos oráculos tuvieran entre nosotros toda aquella exqui-
Labor de los últimos Pontífices en p r o m o v e r los estudios bíblicos sita exposición que los tiempos exigen y permaneciesen incólumes no sólo de
toda mancha de error, sino de toda temeridad de opiniones» 12 . Consejo que
LEÓN XIII Nos ciertamente, siguiendo el ejemplo de nuestros Predecesores, hemos afirmado
3. El primero y principal empeño de León XIII fue exponer la doctrina y de hecho acrecentado, valiéndonos, como antes muchas veces, de su ministerio
acerca de la verdad de los Libros Sagrados y vindicarla de las impugnaciones. para retraer a los intérpretes de los Libros Santos a las sanas normas de la exégesis
Por eso, con muy graves palabras, declaró que no hay error alguno en que hablando católica que los Santos Padres y Doctores de la Iglesia y los mismos Sumos Pon-
el hagiógrafo de cosas físicas «siguiera las apariencias sensibles», como dice el tífices nos enseñaron 13 .
Angélico s, hablando «o a modo de metáfora o como el lenguaje en aquellos tiempos
común lo exigía y aun hoy lo exige muchas veces en la vida ordinaria hasta entre los Pío X
más doctos», pues «los escritores sagrados, o mejor aún—son palabras de San 6. Y no parece ajeno al propósito recordar aquí con gratitud lo más principal
Agustín 6 —el Espíritu de Dios, que por ellos hablaba, no quiso enseñar a los y útil que para el mismo fin hicieron después nuestros Predecesores, y que po-
hombres eso—es decir, la íntima constitución de las cosas visibles—, que de dríamos llamar complemento o fruto de la feliz empresa leonina. Y, en primer
nada había de servirles para la salvación»7; y esto «convendrá aplicarlo a las lugar, Pío X, queriendo proporcionar un modo seguro de preparar buen número
disciplinas afines, sobre todo a la historia», esto es, refutando «de modo semejante de maestros recomendables por la gravedad y la pureza de la doctrina, que en
las falacias de los adversarios» y defendiendo de sus impugnaciones la verdad las escuelas católicas interpreten los Sagrados Libros, instituyó «los grados aca-
histórica de la Sagrada Escritura 8 . Que no puede tampoco atribuirse error al démicos de licenciado y doctor en Sagrada Escritura, que habría de conferir la
escritor sagrado cuando «al transcribir los códices se les escapó a los copistas Comisión Bíblica» 14 , y luego dio la ley acerca de la norma que había de seguirse
algo inexacto o queda en duda la genuina sentencia de algún lugar. Por último, en los estudios de Sagrada Escritura en los Seminarios de clérigos, con el fin de
que no es en modo alguno licito «restringir la inspiración de la Sagrada Escritura que los alumnos seminaristas no sólo conocieran ellos y penetraran la fuerza, el
a algunas partes tan sólo», o conceder «que erró el escritor sagrado, cuando la modo y la doctrina de los Libros, sino que pudieran, además, ejercer conveniente-
divina inspiración» no sólo excluye por sí misma todo error, «sino que lo excluye mente el ministerio de la divina palabra y defender de las impugnaciones los libros
y rechaza tan necesariamente, cuan necesario es que Dios, Verdad suma, no sea escritos con inspiración de Dios» 15, y, finalmente, «para que en la ciudad de
autor de error alguno. Esta es la antigua y constante fe de la Iglesia» 9 . Roma hubiera un centro de los más altos estudios de los Libros Sagrados, que
4. Esta doctrina, pues, que con tanta gravedad expuso nuestro Predecesor con la mayor eficacia posible promoviese la doctrina bíblica y las disciplinas anejas
León XIII, la proponemos Nos con nuestra autoridad e inculcamos que todos a ella, según el sentir de la Iglesia católica», fundó el Pontificio Instituto Bíblico,
religiosamente la retengan. Ni con menor empeño establecemos que aun hoy que quiso estuviera provisto de los más altos magisterios y de todo medio de
han de seguirse los consejos y estímulos que él tan sabiamente añadió, conforme erudición bíblica, y al que dio leyes y ordenaciones, proponiéndose en esto con-
a su tiempo. Pues como surgiesen nuevas y no leves dificultades y cuestiones, seguir «el saludable y fructuoso proposito» de León XIII 1 6 .
ya por los prejuicios del racionalismo que por todas partes cundía, ya principal-
mente del desentierro y exploración de monumentos antiquísimos hechos por P í o XI
doquier en las regiones del Oriente, el mismo Predecesor nuestro, impulsado 7. Todo esto, finalmente, lo acabó nuestro próximo Predecesor, Pío XI, de
por la solicitud de su apostólico oficio, no sólo para que la preclara fuente de la feliz memoria, mandando, entre otras cosas, que nadie en los Seminarios enseñase
revelación católica se abriera más segura y abundantemente para la utilidad de la asignatura da Sagrada Escritura sin haber legítimamente obtenido grados aca-
la grey del Señor, sino también para impedir que en cosa alguna fuese deturpado, démicos en la Comisión Bíblica o en el Instituto Bíblico, después de haber hecho
deseó y anheló «que cada vez fuesen más los que convenientemente tomasen el curso correspondiente; y dispuso que estos grados tuvieran los mismos efectos
sobre sí y constantemente retuviesen el patrocinio de las Divinas Escrituras, y que los legítimamente otorgados en Sagrada Teología o en Derecho Canónico,
que principalmente aquellos a quienes la divina gracia llamara a las sagradas
órdenes pusieran cada día más diligencia e industria, como es muy de razón, en 11
Litt. apost. Hierosolymae in coenobio, d. d. 17 sept. 1892; LEONIS XIII Acta XII pp.239-241,
leerlas, meditarlas y exponerlas» lo. v. p.240.
12
Cf. LEONIS XIII Acta XXII p.232 ss.: Ench. Bibl., nn.130-141; v. nn.130.132.
13
4 Pontificiae Commissionis de Re Bíblica Litterae ad Excmos. PP. DD. Archiepiscopos et
Sermo ad alumnos Seminariorum... in Urbe (die 24 ¡unii 1939): AAS 31 ('939) PP-245-25I- Episcopos Italiae d. d. 20 aug. 1941: AAS 33 (1941) pp.465-472.
5
Cf. 1 q.70 a. 1 ad 3. 14
Litt. apost. Scripturae Sanctae, d. d. 23 febr. 1904; Pu X Acta I pp.176-179: Ench. Bibl.,
6
De Gen. ad litt., II 9,20: PL 34.27° s.; CSEL 28 (sect.3 pars 2) p.46. nn.142-150. v. nn.143-144.
' LEONIS XIII Acta XIII p.355: Enea. Bibl, n.106. 15 Cf. Litt. apost. Quoniam in re bíblica, d. d. 27 mart. 1906; Pn X Acta III pp.72-76: Ench.
9
» Cf. BENEDICTOS XV, ene. Spiritus Paraclitus: AAS 12 (1920) p.396; Ench. Bibl., IM7I- Bibl., nn.155-173, v. n.155.
LEONIS XIII Acta XIII p.357: Ench. Bibl, n.109 s.
10 Cf. LEONIS XIII Acta XIII p.328: Ench. Bibl., n.67 s. "> Litt. apost. Vinea electa, d. d. 7 maü 1909: AAS I (1909) PP-447-449: Ench. Bibl., nn.293-
306, v. nn.296 et 294.
ENCÍCLICA »K 8. S. PÍO XXI XXVI
xxvn ENCÍCLICA DE S. S. PÍO Xll
«mandando, además, que a nadie se confiriese beneficio al cual canónicamente
estuviera am-ju la carga de explicar al pueblo la Sagrada Escritura, si además investigando, ya escribiendo, ya enseñando y predicando, ya también traduciendo
de los otros requisitos no hubiera obtenido la licencia o la láurea en Escritura», y propagando los Sagrados Libros, ha progresado no poco entre los católicos la
y exhortando a la vez, tanto a los superiores mayores de las Ordenes religiosas ciencia y el uso de las Sagradas Escrituras, pues son ya muchísimos los cultiva-
cuanto a los obispos del orbe católico, a enviar a las aulas del Instituto Bíblico dores de la Escritura Santa que han salido y cada día salen de las aulas en que
a los más aptos de sus alumnos, para obtener allí los grados académicos; exhorta- se enseñan las más altas disciplinas en materia teológica y bíblica, y principalmente
ciones que confirmó con su ejemplo, señalando con liberalidad rentas anuales a de nuestro Pontificio Instituto Bíblico, los cuales, animados de esta ardiente
este fin *7. afición a los sagrados volúmenes, se la comunican al clero adolescente y continua-
mente le transmiten la doctrina que ellos bebieron. No pocos de ellos han tam-
8. Y el mismo Pontífice, después que con el favor y la aprobación de Pío X,
bién promovido y promueven con sus escritos los estudios bíblicos, ya editando
de feliz memoria, el año 1907 «se encomendó a los monjes benedictinos el cargo
los textos sagrados en ediciones hechas según las normas de la crítica, ya expli-
de hacer investigaciones y preparar los estudios en que se apoye la edición de la
cándolos e ilustrándolos, ya traduciéndolos para su piadosa lectura y meditación,
versión latina de las Escrituras, que ha recibido el nombre de Vulgata» !8, que-
ya, en fin, cultivando y adquiriendo las disciplinas profanas útiles para la expla-
riendo afianzar con mayor firmeza y seguridad «esta laboriosa y ardua tarea», que
nación de la Escritura. Así, pues, por estas obras emprendidas, que de día en día
exige largos trabajos y cuantiosos gastos, y cuya grande utilidad ponían en evi-
se propagan y robustecen, como, por ejemplo, las Asociaciones en pro de la
dencia los volúmenes ya publicados, levantó desde los cimientos el monasterio
Biblia, los Congresos, las Semanas de asamblea, las Bibliotecas, las Asociaciones
urbano de San Jerónimo, y le dotó largamente de biblioteca y de todos los otros
para meditar el Evangelio, concebimos la no dudosa esperanza de que en adelante
medios de investigación 1 9 .
por doquiera crezcan más y más para bien de las almas, reverencia, uso y cono-
cimiento de las Sagradas Letras, siempre que con firmeza, valentía y confianza
Solicitud de los Pontífices por la difusión de la Sagrada Escritura mantengan todos la norma para los estudios bíblicos prescrita por León XIII,
explicada con más claridad y perfección por sus sucesores y por Nos confirmada
9. Ni parece haya de pasarse aquí en silencio cuánto esos mismos Predece- y fomentada—que es, en realidad, la sola segura y confirmada por 'a experiencia—,
sores nuestros, al presentarse ocasión para ello, recomendaron ya el estudio, ya sin dejarse en modo alguno arredrar por las dificultades que, como en todo lo
la predicación, ya la piadosa lectura y meditación de las Sagradas Escrituras. humano, suelen ocurrir, y no le faltará tampoco a esta preclara obra.
Pues Pío X aprobó con toda vehemencia la Asociación de San Jerónimo, que
procura persuadir a los fieles cristianos a seguir la en verdad laudable costumbre
de leer y meditar los santos Evangelios, y pone cuanto puede en hacérselo más
fácil; y para que con mayores ánimos insistieran en lo comenzado, los exhortó II. PARTE DOCTRINAL
diciendo «que era cosa útilísima, y la que mejor respondía a los tiempos», «pues
contribuye no poco a desarraigar la opinión de que la Iglesia repugna la lectura Estado actual de los estudios bíblicos
de las Sagradas Escrituras en lengua vulgar u opone a ello algún impedimento» 2 0 .
Y Benedicto XV, al recurrir al decimoquinto centenario de la muerte del Doctor 11. No hay quien fácilmente no vea que las condiciones de los estudios bí-
Máximo en exponer las Sagradas Escrituras, después de inculcar ahincadamente blicos y las de los otros que para éstos son de utilidad se han modificado mucho
tanto los preceptos y ejemplos del mismo Doctor, cuanto los principios y normas en estos cincuenta años, pues pasando por alto otras cosas, cuando nuestro Prede-
dadas por León XIII y por él mismo, y recomendar otras cosas en esto oportuní- cesor publicó su encíclica Providentissimus Deus, apenas si había comenzado a
simas y que nunca deben darse al olvido, exhortó a «todos los hijos de la Iglesia, explorarse algún que otro lugar de excavaciones en Palestina relacionadas con
principalmente a los clérigos, a unir la reverencia a la Sagrada Escritura con la estos estudios, en tanto que ahora las investigaciones de este género se han mul-
piadosa lectura y la asidua meditación de la misma», y advirtió «que en estas tiplicado y llevado a cabo con métodos más severos y, perfeccionadas por el
páginas ha de buscarse el alimento con que la vida espiritual se nutra para mismo ejercicio, nos enseñan más y con mayor certeza. Y cuánta en verdad sea la
la perfección» y que «la principal utilidad de la Escritura está en el santo y fruc- luz que de estas investigaciones brota para entender mejor y más plenamente
tuoso ejercicio de la divina palabra», y nuevamente alabó la obra de la Asociación los Sagrados Libros, lo saben muy bien los peritos y cuantos a estos estudios se
llamada con el nombre de! mismo San Jerónimo, gracias a la cual se divulgan en consagran. Y crece aún la importancia de estas investigaciones por los documentos
muy gran extensión los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles, «de suerte que escritos hallados de cuando en cuando, que contribuyen mucho al conocimiento
ya no hay familia cristiana que de ellos carezca, y todos se acostumbran a su coti- de las lenguas, literatura, historia, costumbres y religiones antiquísimas. Ni es
diana lectura y meditación»21. de menor importancia el hallazgo y la investigación, tan frecuente en nuestro
tiempo, de papiros, que tan útiles han sido para conocer las literaturas y las institu-
ciones públicas y privadas, principalmente del tiempo de nuestro Salvador. Y ade-
Fruto de esta acción múltiple de los Pontífices más han sido hallados y editados con exquisito cuidado vetustos códices de los
Sagrados Libros; se ha investigado más y más plenamente la exégesis de los
10. Y es justo y grato reconocer que no sólo en virtud de estas instituciones, Santos Padres, y, en fin, se ilustran con innumerables ejemplos los modos de
preceptos y estímulos de nuestros Predecesores, sino también por la obra y la decir, de narrar o de escribir de los antiguos. Todo esto, que no sin especial
labor de todos aquellos que diligentemente los secundaron, ya estudiando, ya consejo de la providencia de Dios ha alcanzado nuestra época, invita, y en cierto
" Cf. Motu proprio Bibliorum scientiam, d. d. 27 aprilis 1924: AAS 16 (1924) pp. 180-182. modo amonesta, a los intérpretes de las Sagradas Letras a escrutar más profunda-
18
Epistula ad Revmum. D. Aidanum Gasquet d. d. 3 dec. 1907; Pn X Acta IV pp.u7-H9: mente, a ilustrar más claramente y a proponer más lucidamente los Divinos
Ench. ¡Ubi., n.285 s. Oráculos, sirviéndose gustosamente de tanta abundancia de luz. Y si con gran
" Const. apost. ¡nter praecipuas, d. d. 15 iunii 1933: AAS 26 (1934) pp.85-87.
20
Epist. ad Emum. Card. Casetta Qui piam, d. d. 21 ian. 1907; Pn X Acta IV pp.23-25. contento del alma vemos que los intérpretes han obedecido valientemente y
21
Ene. Spiritus Paraclüus, d. d. 15 sept. 1920: AAS 12 (1920) pp.385-422; Ench. Bibl.. nn.457- siguen obedeciendo a esta invitación, éste no es el último ni el menor de los
508, v. nn.457.495.491.497. frutos de las letras encíclicas de nuestro Predecesor León XIII Providentissimus
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII XXVIII
XXIX ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII
Deus, en las que, como presagiando este florecimiento de los estudios bíblicos,
debida a la divina palabra, pues por su mismo fin tiende a restituir a su primitivo
llamó a la obra a los exegetas católicos y definió sabiamente el camino y el modo
para ella. Y para que la labor no sólo permanezca constantemente, sino se haga ser el sagrado texto lo más perfectamente posible, purificándole de las corrup-
cada día más perfecta y fecunda, también Nos deseamos conseguir con estas ciones en él introducidas por los amanuenses y librándole cuanto se pueda de
nuestras letras encíclicas, puesta sobre todo nuestra intención en mostrar a todos inversiones de palabras, repeticiones y otros defectos de la misma especie, que
lo que aún resta por hacer y con qué ánimo debe emprender hoy el exegeta católico suelen furtivamente introducirse en escritos transmitidos de unos a otros durante
tan importante y elevado cargo, y dar nuevo estimulo y nuevos ánimos a los muchos siglos. Aunque casi ni necesario es advertirlo, esta crítica que de algunos
operarios que constantemente trabajan en la viña del Señor. decenios acá han empleado no pocos absolutamente a su capricho, y de tal modo
no pocas veces que podría decirse que la hicieron para introducir en el sagrado
texto sus prejuicios, ha llegado a alcanzar tal estabilidad y seguridad, que ha venido
Estudio de las lenguas bíblicas a ser un insigne instrumento para editar la divina palabra con mayor pureza y
esmero, y es fácil de descubrir todo abuso. Ni hace falta traer aquí a la me-
12. Ya los Padres de la Iglesia, y en primer lugar San Agustín, recomendaron moria—porque es claro y sabido de todos los que estudian las Sagradas Escri-
encarecidamente al intérprete católico que pretendiese entender y explanar las turas—en cuánta estima ha tenido la Iglesia desde los primeros siglos hasta
Sagradas Escrituras, el estudio de las lenguas antiguas y el recurso a los textos nuestros tiempos estos estudios críticos. Hoy, pues, que este arte ha llegado
originales 22 .
a alcanzar tal perfección, es para los cultivadores de los estudios bíblicos una
Pero las condiciones de los tiempos no consentían entonces que fuesen muchos honrosa tarea, aunque no siempre fácil, procurar con todo ahinco que cuanto
los conocedores de la lengua hebrea, y eran causa de que aun éstos la conocieran antes se preparen por católicos ediciones ajustadas a estas normas, no sólo de los
imperfectamente. Y en la Edad Media, cuando más florecía la Teología escolástica,
textos sagrados, sino también de las versiones antiguas, que a la suma reverencia
el conocimiento de la lengua griega había disminuido entre los occidentales hasta
hacia el sagrado texto añadan la escrupulosa observancia de todas las leyes de la
un punto tal, que aun los sumos Doctores de aquellos tiempos, al explicar los
Divinos Libros, sólo se apoyaban en la versión latina llamada Vulgata. Por el crítica. Y sepan bien todos que esta larga labor no sólo es necesaria para el recto
contrario, en nuestros tiempos, no sólo la lengua griega, que desde el renacimiento conocimiento de los escritos divinamente inspirados, sino que la exige además
de las humanas letras ha sido en cierto modo como resucitada a nueva vida, es vehementemente la piedad con que debemos mostrarnos sumamente agradecidos
familiar a casi todos los cultivadores de la antigüedad y de las letras, sino el de la al Dios providentísimo que como a hijos propios nos mandó estas paternas letras
hebrea y las otras lenguas orientales está ampliamente difundido entre los litera- desde la sede de su majestad.
tos, y es hoy tal la abundancia de medios para aprender estas lenguas, que el
intérprete de la Biblia que por negligencia se cierre la puerta para el conocimiento La autenticidad de la Vulgata
de los textos originales, no podrá en modo alguno evitar la nota de ligereza y
desidia, pues al exegeta le toca como cazar con sumo cuidado y veneración aun 14. Ni se figure nadie que este uso de los textos primitivos, obtenido con el
las más pequeñas cosas que con divina inspiración salieron de la pluma del hagió- empleo de la crítica, se opone en modo alguno a las sabias prescripciones del
grafo, para más profunda y plenamente entenderle. Por lo cual ha de procurar Concilio Tridentino respecto de la Vulgata latina 24 . Documentalmente consta
diligentemente adquirir una pericia cada día mayor de las lenguas bíblicas, y que los Padres de aquel Concilio no sólo no rechazaban los textos primitivos,
aun de las otras orientales, para apoyar su interpretación en todos los subsidios sino que expresamente rogaron al Sumo Pontífice que, «en bien de la grey de
que supedita toda clase de filología. Eso, en verdad, procuró solícitamente San Cristo encomendada a Su Santidad, además de la edición de la Vulgata latina,
Jerónimo, conforme a los conocimientos de su época, e igualmente no pocos de cuidase de que la Santa Iglesia de Dios 2 5 tuviera también por medio de él un
los grandes intérpretes de los siglos XVI y XVII, aunque el conocimiento de las códice griego y otro hebreo lo más correctos que pudiera ser»; y si por las dificul-
lenguas fuese entonces mucho menor que hoy o a lo menos lo procuraron con tades de los tiempos y otros impedimentos no pudo entonces darse plena satis-
infatigable esfuerzo y no mediano fruto. De ese modo, pues, ha de explorarse el facción a estos deseos, al presente, como lo esperamos, aunados los esfuerzos
mismo texto original, que, como escrito por el mismo autor sagrado, tendrá de todos los doctos católicos, podrá mejor y más plenamente satisfacerse. Y el
mayor autoridad y mayor peso que en cualquier versión, ya antigua, ya moderna, haber querido el Concilio Tridentino que la Vulgata fuese la versión que «todos
lo cual más fácil y útilmente podrá hacerse si al conocimiento de las lenguas se usaran como auténtica», esto, como cualquiera ve, sólo se refiere a la Iglesia
añade también una sólida pericia del arte de la crítica cuanto al mismo texto. latina y al uso público de la Escritura, y en nada disminuye la autoridad y la
fuerza de los textos originales. Pues ni se trataba entonces de los textos originales,
sino de las versiones latinas que en aquel tiempo corrían, entre las cuales el Con-
Importancia de la crítica textual cilio, con mucha razón, decretó había de preferirse la que «en la misma Iglesia
13. De cuánta importancia sea esta crítica lo advierte sabiamente ya San había sido aprobada por el largo uso de tantos siglos». Por tanto, esta precedente
Agustín, cuando, entre las reglas que al que estudia los Sagrados Libros han de autoridad, o, como dicen, autenticidad de la Vulgata, no fue establecida por el
inculcarse, puso en primer lugar el cuidado de hacerse con un texto correcto. Concilio principalmente por razones críticas, sino más bien por su legítimo uso
«Los que desean conocer las Sagradas Escrituras—dice aquel preclarísimo Doc- en la Iglesia, ya de tantos siglos, por el cual se demuestra que en las cosas de fe
tor de la Iglesia—deben, ante todo, estar en vigilante alerta a corregir los códices, y costumbres está enteramente inmune de todo error, de modo que, por testimo-
para que los no correctos cedan ante los correctos» 23 . Hoy este arte, que se llama nio y confirmación de la misma Iglesia, puede aducirse con seguridad y sin peligro
critica textual y se aplica laudable y provechosamente a los libros profanos, con de error en las disputaciones, lecciones y sermones, y, por tanto, no es una auten-
toda razón ha de ejercitarse también en los Sagrados por la misma reverencia ticidad primariamente crítica, sino más bien jurídica. Por tanto, esta autoridad
de la Vulgata en las cosas doctrinales no impide en modo alguno—antes hoy más
22
Cf. ex.gr. S. HIERON., Praef. in IV Evang. ad Damasum: PL 29,526-527; S. AUGUST., De bien exige casi—que esa misma doctrina se compruebe y confirme también por
doctr.
23
christ., II 16: PL 34,42-43.
De doctr. christ., II 21: PL 34,46. ?¡ í?e'cr- 'k editione et usu Sacrorum Librorum; Conc. Trid., ed. Soc. Goerres, t.5 p.91 s.
25
Ib., t.io p.271; cf. t.5 pp.2g.59.65; t.io p.446 s.
ENCÍCLICA i)K 8. 8. PÍO XII XXX
XXXI ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII
los textos originales y que a cada momento se acuda a los textos primitivos, en los
cuales siempre, y cada d(a más, se aclare y exponga la verdadera significación de indica y nos lo enseña el mismo divino Salvador; lo profesan de palabra y por
la Sagrada Escritura. Ni prohibe tampoco el Concilio Tridentino que para uso escrito los Apóstoles, imitando el ejemplo del Maestro; lo demuestra la cons-
y bien de los fieles cristianos, y para más fácil inteligencia de la divina palabra, tante doctrina tradicional de la Iglesia, y, finalmente, lo declara el antiquísimo
se hagan versiones en lengua vulgar, y éstas se tomen aun de los mismos textos uso de la liturgia según la conocida sentencia: Lex praecandi lex credendi est.
originales, como con la aprobación de la autoridad de la Iglesia sabemos se ha Pongan, pues, en claro y expongan los exegetas católicos, con la diligencia que
hecho laudablemente en muchas naciones. la dignidad de la divina palabra pide, este sentido espiritual por el mismo Dios
intentado y ordenado, pero guárdense religiosamente de proponer como genuino
sentido de las Sagradas Escrituras otros sentidos traslaticios, pues aunque al des-
Investigación del sentido literal empeñar el cargo de la predicación puede ser útil para ilustrar y recomendar las
cosas de la fe un más amplio uso del sagrado texto, siempre que se haga con
15. Excelentemente pertrechado del conocimiento de las lenguas y de los moderación y sobriedad, nunca, sin embargo, ha de olvidarse que este uso de las
recursos de la crítica, pase ya el exegeta católico a la tarea suprema entre cuantas palabras de la Sagrada Escritura le es a ésta como exterior y añadido, y que sobre
se le imponen, de hallar y exponer el verdadero sentido de los Sagrados Libros, todo hoy, no deja de ser peligroso, pues los fieles cristianos, principalmente los
y al hacerlo, tenga siempre ante sus ojos que lo que más ahincadamente ha de instruidos en las sagradas y las profanas disciplinas, buscan lo que Dios nos da
procurar es ver claramente y definir cuál es el sentido de las palabras de la Biblia, a entender en las Sagradas Escrituras, más bien que lo que un fecundo orador
que llaman literal, «del cual únicamente—como muy bien dice el Aquinatense— o escritor dice empleando con cierta habilidad las palabras de la Biblia. Ni nece-
puede deducirse argumento». Sea esta literal significación de las palabras la que sita tampoco la palabra de Dios, «viva y eficaz y más penetrante que espada de
con toda diligencia averigüen por el conocimiento de las lenguas, por el examen dos filos, y que llega hasta la división del alma y del espíritu, y de las coyunturas
del contexto y por la comparación con los lugares semejantes, pues de todo esto y las medulas, y discernidora de los pensamientos e intenciones del corazón» 27 ,
suele hacerse uso también en ¡a interpretación de los escritos profanos, para que de afeites o acomodaciones humanas para mover y sacudir el ánimo, porque las
aparezca clara la mente del autor. Pero teniendo siempre en cuenta el exegeta mismas sagradas páginas, escritas con inspiración divina, tienen por sí mismas
de las Sagradas Letras que aquí se trata de palabra divinamente inspirada, cuya abundancia de verdadero sentido; enriquecidas de divina virtud, valen por sí;
custodia e interpretación ha sido por el mismo Dios encomendada a su Iglesia; adornadas de soberana hermosura, por sí lucen y resplandecen, siempre que el
atienda con no menos diligencia a las exposiciones y declaraciones del magisterio intérprete las explique tan íntegra y cuidadosamente, que saque a luz todos los
de la Iglesia, a las dadas por los Santos Padres y también a la «analogía de la fe», tesoros de sabiduría y prudencia que en ellas se encierran.
como sapientísimamente lo advierte León XIII en su encíclica Providentissimus
Deus 26 . Pero pongan singular empeño en no exponer solamente—como con dolor
vemos se hace en algunos comentarios—lo tocante a la historia, a la arqueología, El estudio de los Santos Padres y Doctores católicos
a la filología y a otras disciplinas semejantes, sino que, empleando éstas oportuna-
mente en cuanto pueden contribuir a la exégesis, expongan principalmente cuál 17. En esto podrá el exegeta servirse muy bien del estudio de las obras en
es la doctrina teológica de fe y costumbres de cada libro o de cada lugar, de manera que los Santos Padres, los Doctores de la Iglesia e ilustres intérpretes de las Sa-
que su explanación no sólo ayude a los doctores teólogos a proponer y confirmar gradas Letras en tiempos pasados las expusieron, ya que éstos, si a veces estaban
los dogmas de la fe, sino sirva también a los sacerdotes para explicar al pueblo la menos provistos de erudición profana y del conocimiento de las lenguas que los
doctrina cristiana y, en fin, a todos los fieles para llevar una vida santa y digna de nuestros tiempos, culminan, sin embargo, de conformidad con el oficio que
de un cristiano. Dios les dio en la Iglesia, por cierta suave perspicacia de las cosas celestiales y una
admirable agudeza de entendimiento, con que íntimamente penetran las profun-
didades de la divina palabra y ponen de manifiesto cuanto puede ser conducente
Recto uso del sentido espiritual a la ilustración de la doctrina de Cristo y a la santidad de la vida. De doler es, en
verdad, que tan preciosos tesoros de la cristiana antigüedad sean demasiado poco
16. Dando una tal interpretación teológica ante todo, reducirán eficazmente conocidos a muchos de los escritores de nuestros tiempos, y que todavía los cul-
al silencio a los que aseguran no hallar casi nada en los comentarios bíblicos que tivadores de la historia de la exégesis no hayan llegado a hacer cuanto en cosa de
eleve la mente a Dios, nutra el alma y promueva la vida interior, diciendo que tanta importancia parece necesario para conocerla y estimarla como ella merece.
hay que recurrir a una cierta interpretación espiritual y mística, como ellos dicen. Ojalá sean muchos los que, examinando diligentemente los autores y las obras
Cuan poco acertado sea este su juicio lo demuestra la misma experiencia de de interpretación católica, y como alumbrando las casi inmensas riquezas en ellas
muchos que, meditando y considerando una y otra vez la divina palabra, llevaron acumuladas, contribuyan eficazmente a que cada día más aparezca en qué alto
sus almas a la perfección y se sintieron movidos de vehemente amor a Dios, y lo grado vieron ellos la doctrina de los Libros Santos, cuánto la ilustraron, y los in-
demuestran también claramente la perpetua enseñanza de la Iglesia y los consejos térpretes modernos tomen de ellos ejemplo y oportunos argumentos. Llegaráse
de los sumos Doctores. No es que de la Sagrada Escritura se excluya todo sentido así, al fin, una vez a la fecunda unión de la doctrina y espiritual suavidad en el
espiritual, pues lo que en el Antiguo Testamento se dijo y se hizo fue sapientísi- decir de los antiguos y la mayor erudición y más adulto arte de los modernos, que
mamente ordenado y dispuesto por Dios de tal manera, que las cosas pretéritas producirá indudablemente nuevos frutos en el campo de las Divinas Letras, nunca
presignificasen de modo espiritual lo que en la nueva ley de gracia había de suficientemente cultivado, nunca exhausto.
suceder. Por lo cual el exegeta, como debe investigar y exponer la significación
propia, o, como dicen, literal de las palabras que el hagiógrafo intentó y expresó,
debe también investigar y exponer la espiritual, siempre que conste que fue Condición actual de la exégesis
dada por Dios, pues sólo Dios pudo conocer y revelarnos a nosotros esa signi-
ficación espiritual. Ahora bien, este sentido, en los santos Evangelios, nos lo 18. Es también de esperar que nuestros tiempos podrán en algo contri-
buir a una más profunda y exacta interpretación de las Sagradas Letras, pues
26
LEONIS XIII Acta XIII pp.345-346: Ench. Bibl., nn.g4-o6.
" Heb. 4.12.
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII XXXII
XXXIII ENCÍCLICA DE S. S. FIO XII
no pocas cosas, y entre ellas principalmente las referentes a la historia, o apenas usamos nosotros, sino más bien aquellos que entre los hombres de sus tiempos
o insuficientemente fueron explicadas por los expositores de los pasados siglos, y lugares estaban en uso. Cuáles fueran éstos, no puede el intérprete determinarlo
ya que les faltaban casi todas las noticias necesarias para ilustrarlas. Cuan difíci- de antemano, sino solamente en virtud de una cuidadosa investigación de las lite-
les y casi inaccesibles fuesen algunas cuestiones para los mismos Padres, se mues- raturas del Oriente. Esta, llevada a cabo en los últimos decenios con mayor cui-
tra, por no hablar de otras cosas, en los conatos que muchos de ellos repitieron dado y diligencia que anteriormente, nos ha hecho ver con más claridad qué for-
para interpretar los primeros capítulos del Génesis; igualmente los repetidos tan- mas de decir se usaron en aquellos antiguos tiempos, ya en la descripción poética
teos de San Jerónimo para traducir los Salmos de modo que se viese claramente de las cosas, ya en el establecimiento de normas y leyes de vida, ya, por fin, en
su sentido literario de la letra misma. Hay, finalmente, libros santos, cuyas di- la narración de hechos y sucesos. Esta misma investigación ha probado ya con
ficultades de interpretación ha puesto al descubierto la época presente, después lucidez que el pueblo de Israel se aventajó singularmente a las otras antiguas na-
que el más exacto conocimiento de las antigüedades ha hecho surgir nuevos pro- ciones orientales en escribir bien la historia, tanto por la antigüedad como por la
blemas que nos hacen penetrar en la cosa con mayor exactitud. Erradamente, fiel narración de hechos, lo cual seguramente procede del carisma de la divina
pues, algunos, viendo mal las condiciones actuales de la ciencia bíblica, dicen inspiración y del fin peculiar de la historia bíblica, que es religioso. Sin embargo,
que al exegeta de nuestros días no le queda ya nada que añadir a lo que la anti- también entre los escritores sagrados, como entre los demás antiguos, se hallan
güedad cristiana produjo, cuando, por el contrario, son tantos los problemas por ciertas artes de exponer y narrar, ciertos idiotismos, propios, sobre todo, de las
nuestro tiempo planteados, que necesitan nueva investigación y nuevo examen lenguas semíticas, las llamadas aproximaciones, y ciertos modos de hablar hiper-
y estimulan no poco la actividad del intérprete moderno. bólicos; más aún, a veces hasta paradojas, con las cuales más firmemente se gra-
ban las cosas en la mente, cosa nada de admirar para quien rectamente sienta
La índole de los escritores sagrados acerca de la inspiración bíblica. Porque no hay modo alguno de decir de que entre
los antiguos, principalmente los orientales, solía servirse el humano lenguaje para
19. Nuestra época, como acumula nuevas cuestiones y nuevas dificultades, expresar las ideas, que sea ajeno a los Libros Sagrados, siempre a condición de
así también, por favor de Dios, suministra nuevos recursos y subsidios a la exé- que el empleado no repugne a la santidad y verdad de Dios, como ya tenazmente
gesis. Entre ellos parece digno de especial mención el que los teólogos católicos, lo advirtió el mismo Doctor Angélico con estas palabras: «Las cosas divinas se
siguiendo la doctrina de los Santos Padres, y principalmente la del Angélico y Co- nos dan en la Escritura al modo que los hombres acostumbran usar» 3 0 . Pues así
mún Doctor, han explorado y expuesto, mejor y más perfectamente que en los como el Verbo substancial de Dios se hizo semejante a los hombres en todo,
pasados siglos solía hacerse, la naturaleza y los efectos de la inspiración bíblica, «excepto el pecado» 31 , así las palabras de Dios, expresadas en lengua humana,
pues, partiendo del principio de que el escritor sagrado, al escribir su libro, es se hacen en todo semejantes al humano lenguaje, excepto el error, cosa que ya San
órgano e instrumento del Espíritu Santo, vivo y racional, observan rectamente Juan Crisóstomo alabó sobremanera como una sincatábasis o condescendencia de
que, bajo el influjo de la divina moción, de tal manera hace uso de sus facultades Dios providente y repetidamente afirmó que se da en los Libros Sagrados 32 .
y energías, que por el libro nacido de su acción puedan todos fácilmente colegir 21. Por esto el exegeta católico, para satisfacer a las actuales necesidades
«la índole propia de cada uno, y, por así decirlo, sus singulares características de la ciencia bíblica al exponer la Sagrada Escritura, demostrando y probando estar
y rasgos» 28 . Ha de esforzarse, pues, el intérprete con toda diligencia, sin descuidar enteramente inmune de error, válgase también prudentemente de este recurso
luz alguna que hayan aportado las modernas investigaciones, por conocer la ín- e investigue lo que la forma o género literario empleado por el hagiógrafo pueda
dole propia y las condiciones de vida del escritor sagrado, el tiempo en que flore- contribuir para la verdadera y genuina interpretación, y esté persuadido de que
ció, las fuentes, ya escritas, ya orales, que utilizó y los modos de decir que empleó, esta parte de su oficio no puede desdeñarse sin gran detrimento de la exégesis
pues así podrá mejor conocer quién fue el hagiógrafo y qué quiso significar al católica. Pues no pocas veces—para no mencionar sino esto—, cuando muchos,
escribir, y a nadie se le oculta que la suprema norma para la interpretación es ver . cacareando, reprochan al autor sagrado haber faltado a la verdad histórica o haber
y definir qué pretendió decir el escritor, como egregiamente lo advierte San Ata- narrado las cosas con poca exactitud, hállase que no se trata de otra cosa que de
nasio: «Aquí, como conviene hacerlo en todos los otros lugares de la divina Es- los modos de decir y escribir propios de los antiguos, que a cada paso lícita y co-
critura, hay que observar con qué ocasión habló el Apóstol; ha de atenderse con rrientemente se empleaban en las mutuas relaciones de los hombres. Exige, pues,
cuidado y exactitud a cuál es la persona, cuál el motivo que le indujo a escribir, una justa ecuanimidad, que al hallar tales cosas en la divina palabra, que con pa-
no sea que ignorándolo uno, o entendiendo una cosa por otra, yerre en la verdad labras humanas se expresa, no se les tache de error, como tampoco se hace cuando
de la sentencia» 2 9 . se hallan en el uso cotidiano de la vida. Conociendo, pues, y exactamente estiman-
do los modos y maneras de decir y escribir de los antiguos, podrán resolverse mu-
Los géneros literarios chas dificultades que contra la verdad y la fidelidad histórica de las Sagradas Es-
crituras se oponen, y semejante estudio será muy a propósito para recibir más
20. Pero no es muchas veces tan claro en las palabras y escritos de los antiguos plena y claramente la mente del autor sagrado.
autores orientales, como lo es en los escritos de nuestra época, cuál sea el sentido
literal, pues lo que aquéllos quisieron significar no se determina por las solas leyes
de la gramática o de la filología, ni por el solo contexto del discurso, sino que es El estudio de las antigüedades bíblicas
preciso que el intérprete vuelva, por decirlo así, a aquellos remotos siglos del 22. Atiendan, pues, también a esto nuestros cultivadores de los estudios
Oriente, y con ayuda de la historia, de la arqueología, de la etnología y otras bíblicos con toda diligencia y nada omitan de cuanto de nuevo aporten ya la ar-
disciplinas, discierna y distintamente vea qué géneros literarios, como dicen, qui- queología, ya la historia antigua, ya el conocimiento de las antiguas literaturas,
sieron emplear y de hecho emplearon los escritores de aquella vetusta edad, pues ya cuanto contribuya a penetrar mejor en la mente de los antiguos escritores,
no siempre empleaban las mismas formas y los mismos modos de decir que hoy
20
Comment. ad Hebr., c.l lect.4.
2» Cf. BENEDICTOS XV, ene. Spiritus Paraclitus: AAS 112 (1920) p.390; Ench. Bibl., n.461. " Heb4,i5-
2» Contra Arianos, I 54: PG 26,123. » Cf. v.gr. In Gen., I 4: PG 53,34-35; In Coi., II 21: PG 53.121; ¡n Gen., III 8: PG 53,135:
Hom. 15 in lo., ad I 18: PG 59,97 s.
ENCÍCLICA DE 8. S. PÍO XII XXXIV XXXV ENCÍCLICA DE S, 9. PÍO XII

sus modos y maneras de discurrir, de narrar y escribir. Y en esto tengan en cuenta mos a resolverlos y escudrinarlos, sino también para que, experimentando saluda-
aun los católicos seglares que no sólo contribuyen al bien de la ciencia profana, blemente los límites de nuestra inteligencia, nos ejercitemos en la debida humil-
sino que merecen bien de la causa cristiana si, como es de razón, se entregan con dad. Y nada de admirar si de alguna que otra cuestión no se llega nunca a una
ahinco y constancia a la exploración e investigación de las antigüedades y en la solución plenamente satisfactoria, tratándose a veces de cosas obscuras y dema-
medida de sus fuerzas ayudan a resolver cuestiones de este género, hasta ahora siado remotas de nuestro tiempo y nuestra experiencia, y también la exégesis,
poco claras y conocidas. Pues todo humano conocimiento, aun profano, como por como otras más graves disciplinas, puede tener sus secretos, que, inaccesibles
sí tiene una nativa dignidad y excelencia—por ser una cierta participación finita a nuestros entendimientos, con ningún esfuerzo logremos descubrir.
de la infinita ciencia de Dios—, recibe una nueva y más alta dignidad y como con- 25. Pero en tal estado las cosas, jamás debe cejar el intérprete católico en
sagración cuando se emplea para ilustrar con más clara luz las cosas divinas. acometer una y otra vez las cuestiones difíciles aún no resueltas, llevado de un
fervoroso amor a su profesión y de una sincera devoción a la Santa Madre Iglesia,
no sólo para rebatir lo que los adversarios opongan, sino esforzándose por hallar
Dificultades resueltas una solución que fielmente concuerde con la doctrina de la Iglesia, y principal-
mente con lo por ella enseñado acerca de la absoluta inmunidad de todo error de
23. Por la tan avanzada exploración de las antigüedades orientales de que las Sagradas Escrituras, y satisfaga también debidamente a las conclusiones ciertas
hemos hablado, por la más cuidadosa investigación de los mismos textos origi- de las disciplinas profanas. Y tengan presente todos los hijos de la Iglesia que los
nales, por un más amplio y diligente conocimiento de las lenguas bíblicas y de conatos de esos valientes operarios de la viña del Señor deben juzgarlos no sólo
todas las otras orientales, felizmente, con el auxilio de Dios, ha venido a suceder con justicia y ecuanimidad, sino también con suma caridad, y deben estar muy
que no pocas cuestiones que al tiempo de nuestro predecesor de inmortal memo- lejos de ese poco prudente espíritu que juzga que hay que rechazar todo lo nuevo
ria León XIII suscitaban contra la autenticidad, antigüedad, integridad y fidelidad por nuevo o tenerlo a lo menos por sospechoso. Y tengan, en primer lugar, ante
histórica de los Libros Sagrados los críticos ajenos a la Iglesia y otros hostiles los ojos que en las normas y leyes dadas por la Iglesia se trata de las cosas de fe
a ella, hoy han quedado eliminadas y resueltas, pues los exegetas católicos, usando y costumbres, y que de lo mucho que en los Libros Sagrados, legales, históricos,
rectamente de la ciencia, de que no pocas veces abusaban los adversarios, de una sapienciales y proféticos se contiene, son muy pocas las cosas cuyo sentido haya
parte han hallado interpretaciones conformes a la doctrina católica y al genuino sido declarado por la autoridad de la Iglesia y no son tampoco más aquellas en
sentir de nuestros mayores, y de otra parecen haberse al mismo tiempo capacitado que unánimemente convienen los Padres. Quedan, pues, muchas y muy graves
para resolver las dificultades que o nuevas exploraciones o nuevos hallazgos tra- cosas en cuyo examen y exposición puede y debe ejercitarse libremente el inge-
jeren o para su resolución dejó la antigüedad a nuestra época. De ahí ha resultado nio y la agudeza de los intérpretes católicos, para utilidad de todos, para adelan-
que la confianza en la verdad y la fidelidad histórica de la Biblia, en algunos un tamiento cada día mayor de la doctrina sagrada y para defensa y honor de la Iglesia.
tanto debilitada, hoy en los católicos se halla por entero restablecida, y hasta no Esta verdadera libertad de hijos de Dios, que fielmente mantenga la doctrina de
faltan escritores, aun no católicos, que después de investigaciones emprendidas la Iglesia y como don de Dios reciba con gratitud y aproveche cuanto los conoci-
con sobriedad y ecuanimidad han llegado a abandonar los prejuicios de los mo- mientos profanos aporten, por todos exaltada y mantenida, es condición y fuente
dernos y, por lo menos, acá o allá han vuelto a las más antiguas sentencias. Esta de todo sincero fruto y de todo sólido adelantamiento en la ciencia católica, como
gran mudanza se debe, por lo menos en gran parte, al incansable trabajo con que preclaramente nos lo amonesta nuestro predecesor de feliz memoria León XIII,
los expositores católicos de las Sagradas Letras, sin arredrarse ante dificultades diciendo: «A no quedar a salvo la unión de los ánimos y a seguro los principios
y obstáculos de todo género, han puesto todo su empeño en procurar que se haga de los varios esfuerzos de muchos, no podrán esperarse grandes frutos para el
el debido uso de cuanto las investigaciones de los eruditos actuales proporcionaba progreso de esta disciplina» 34 .
para la solución de las cuestiones, ya en el campo de la arqueología, ya en el de
la historia y la filología.
D e l e m p l e o de la Sagrada Escritura en el ministerio sagrado
Dificultades a ú n n o resueltas 26. Quien considere la ingente labor que por espacio de casi dos mil años
24. Pero nadie se admire de que no hayan sido todavía expeditas y resueltas se ha echado sobre sí la exégesis católica para que la palabra de Dios, llegada
todas las dificultades y queden aún hoy graves cuestiones que agitan no poco la a los hombres por las Sagradas Escrituras, cada día más perfecta y plenamente se
mente de los exegetas católicos. No por eso hay que acobardarse, ni debe darse entienda y con más vehemente amor se ame, fácilmente se persuadirá de que a los
al olvido que en las humanas disciplinas acontece de modo semejante al de la fieles cristianos y sobre todo a los sacerdotes incumbe el grave deber de usar
naturaleza, es decir, que, comenzadas, crecen poco a poco, y sólo después de mu- mucho y santamente de ese tesoro durante tanto tiempo y por sumos ingenios
chos años se recogen los frutos. Así ha sucedido que ciertas cuestiones que en acumulado, pues no dio Dios a los hombres los Libros Sagrados para satisfacer
pasados años no habían sido resueltas y estaban en suspenso, al fin en nuestra a su curiosidad o para facilitar materia de estudio e investigación, sino, como
época, con el progreso de los estudios, han sido felizmente resueltas. Lo cual da advierte el Apóstol, para que los divinos oráculos pudieran «instruir para la sal-
esperanza de que también aquellas que hoy parecen muy arduas e intrincadas, vación por la fe en Cristo Jesús», para que «el hombre de Dios sea perfecto, para
al fin y al cabo y con esfuerzo constante llegarán a mostrarse a plena luz. Y si la toda buena obra apercibido» 3S . Deben, pues, los sacerdotes, a quienes está en-
deseada solución se retrasa largo tiempo y el feliz éxito no nos sonríe a nosotros, comendado el oficio de procurar la salud eterna de las almas, después de recorrer
sino que se reserva acaso a los venideros, nadie por eso se irrite, pues justo es que ellos mismos con diligente estudio las sagradas páginas, haciéndolas suyas por la
también a nosotros nos toque lo que ya en su tiempo advirtieron los Padres, y prin- oración y la meditación, exponer cuidadosamente al pueblo estas soberanas rique-
cipalmente San Agustín 33: que Dios de intento sembró de dificultades los Libros zas de la divina palabra en sermones, homilías y exhortaciones; confirmar la doc-
Sagrados, que él mismo inspiró, no sólo para que más intensamente nos excitára- trina cristiana con sentencias tomadas de los Libros Sagrados; ilustrarla con pre-
34
33
Cf. S. AUGUST., Epist. 149 ai Paulinum, n.34: PL 33,644; De diversis quaestionibus, q.53 n.2: Litt. apost. Vigilontioe; LEONIS XIII Acto XXII p-237: Ench. BibU, n.136.
33
PL 40,36; Enan. in Ps. 146 n.12: PL 37,1907- Cf. 2 Tim 3,15-17-
XXXVH ENCÍCLICA. DE S. S. PÍO XH
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII XXXVI
Actualidad de la palabra de Dios en los momentos presentes
claros ejemplos de la Historia Sagrada, sobre todo del Evangelio de Cristo nuestro
Señor, y todo esto evitando con cuidado y diligencia acomodaciones que sugiere 28. Todo esto que hemos dicho, venerables hermanos y amados hijos, si
el propio individual arbitrio y tomadas de cosas muy ajenas al asunto, lo cual bien es en todo tiempo necesario, urge sin duda mucho más en los luctuosos
no es usar, sino abusar de la divina palabra. Expónganlo con toda elocuencia, con nuestros, mientras se sumergen los pueblos y naciones casi todos en un piélago
tanta distinción y claridad, que los líeles no sólo se muevan y enciendan a ordenar de calamidades, mientras la dura guerra acumula ruinas sobre ruinas, muertes
rectamente su vida, sino a concebir una suma veneración hacia la Sagrada Escri- sobre muertes, y mientras, excitados hasta la exacerbación los mutuos odios de
tura. Por lo demás, procuren los prelados acrecentar y perfeccionar cada día más los pueblos, con sumo dolor vemos que en no pocos se extingue no ya el senti-
esta veneración en los fieles a ellos encomendados, promoviendo cuanto empren- miento de la cristiana benignidad y caridad, sino aun el de la misma humanidad.
dan varones que, llenos de espíritu apostólico, laudablemente procuran excitar A estas mortales heridas de la humana convivencia, ¿quién otro podrá poner re-
y fomentar entre los católicos el conocimiento y el amor de las Sagradas Escritu- medio sino aquel a quien el Príncipe de los Apóstoles, lleno de amor y confianza,
ras. Fomenten, pues, y ayuden a las asociaciones piadosas cuyo propósito sea di- invoca con estas frases: «¿A quién iremos, Señor? T ú tienes palabras de vida eter-
fundir entre los fieles ejemplares de las Sagradas Escrituras, principalmente de na» ? 37 . Es, pues, necesario reducir a todos, poniendo en ello todo nuestro esfuerzo,
los Evangelios, y procurar con todo ahinco se haga bien y santamente su cotidia- a este nuestro misericordiosísimo Redentor, pues El es el divino consolador de
na lectura en las familias cristianas: recomienden eficazmente de palabra y de obra, los afligidos; El quien a todos—ya presidan con pública autoridad, ya estén sujetos
cuando las leyes litúrgicas lo permitan, las Sagradas Escrituras, que hoy, con la con el deber de la obediencia y la sumisión—enseña la verdadera probidad, la
aprobación de la autoridad de la Iglesia, se traducen a lenguas vulgares, y tengan íntegra justicia y la caridad generosa; El en fin, y sólo El, quien puede ser funda-
ellos, o hagan que las tengan otros sagrados oradores muy peritos, disertaciones mento y defensa de la paz y la tranquilidad. «Pues nadie puede poner otro funda-
o lecciones públicas de asuntos bíblicos. Todos los sagrados ministros den su mento fuera del que puesto está, que es Cristo Jesús» 38 . Y a este Cristo, autor de
ayuda, en la medida de sus fuerzas, a las revistas periódicas que con tanta loa la salud, tanto más plenamente le conocerán los hombres, tanto más intensamente
y fruto se publican en varias partes del orbe, ya para tratar y exponer científica- le amarán, tanto más fielmente le imitarán, cuanto más movidos se sientan al co-
mente estas cuestiones, ya para acomodar los frutos de estas investigaciones, bien nocimiento y la meditación de las Sagradas Escrituras, principalmente del Nuevo
al sagrado ministerio, bien a la utilidad de los fieles, y divúlguenlas conveniente- Testamento. Pues, como dice San Jerónimo, «ignorar las Escrituras es ignorar
mente entre los varios órdenes y clases de su grey. Y estén persuadidos todos los a Cristo» 3 9 , y «si algo hay en esta vida que contenga al varón sabio y le persuada
sagrados ministros de que todo esto y cuanto de más por el estilo el celo apostó- a permanecer ecuánime entre las apreturas y tormentas del mundo, creo que más
lico y el amor a la divina palabra invente a este propósito, será para ellos un eficaz que todo es la meditación y la ciencia de las Escrituras» 4 0 . Porque de aquí sacarán
auxiliar en la cura de las almas. los que se ven fatigados y oprimidos por la adversidad y la desgracia verdaderos
consuelos y divina virtud para padecer y sufrir; desde aquí—desde los santos Evan-
gelios—se nos muestra a todos Jesús, sumo y acabado ejemplar de justicia, de ca-
La enseñanza en los Seminarios
ridad y de misericordia, y se le abren al género humano, desgarrado y trepidante,
27. Pero a nadie se le oculta que todo esto no pueden los sacerdotes hacerlo las fuentes de aquella gracia, preterida la cual y desconocida no podrán los pue-
bien si ellos antes, durante su permanencia en el Seminario, no han bebido este blos ni sus directores iniciar ni establecer la tranquilidad ni la concordia; de aquí,
activo y perenne amor a la Sagrada Escritura. Por tanto, velen diligentemente los finalmente, sacarán todos los conocimientos de Cristo, «que es la cabeza de todo
prelados, a los que incumbe el paternal cuidado de los Seminarios, por que tam- principado y potestad» 41 y «que se ha hecho para nosotros sabiduría de Dios y jus-
poco en esto se omita nada de cuanto pueda conducir a la consecución de este fin. ticia y santificación y redención» 42 .
Y los profesores de Sagrada Escritura de tal manera den en los Seminarios toda
la enseñanza bíblica, que armen a los jóvenes que se forman para el sacerdocio
y para el ministerio de la divina palabra del conocimiento de las Divinas Letras CONCLUSIÓN
y les infundan el amor a ellas, sin las cuales no pueden obtenerse frutos abundan-
tes de apostolado. Por lo cual la exposición exegética ha de ser principalmente 29. Expuestas, pues, y recomendadas estas cosas referentes a la acomodación
teológica, evitando inútiles disputas y omitiendo aquello que más bien nutre la de los estudios escriturísticos a las necesidades del día, resta ya, venerables her-
curiosidad y no fomenta la verdadera doctrina y la piedad sólida; propongan el manos y amados hijos, no sólo felicitar con ánimo paternal a todos y cada uno de
sentido llamado literal, y principalmente el teológico, con tanta solidez, explí- los devotos hijos de la Iglesia que fielmente siguen su doctrina y obedecen sus nor-
quenlo tan sabiamente, incúlquenlo con tal fervor, que lleguen sus alumnos a ex- mas, por haber sido llamados y elegidos a cargo tan excelso, sino alentarlos tam-
perimentar en cierto modo lo que los discípulos de Jesucristo cuando iban a Emaús, bién a que con fuerzas cada día renovadas sigan con todo empeño y cuidado cum-
que al oir las palabras del Maestro exclamaron: « ¿No ardía en verdad nuestro co- pliendo la obra felizmente comenzada. Cargo excelso decimos; pues ¿qué cosa hay.
razón en nosotros mientras nos explicaba las Escrituras?» 36 De este modo serán más sublime que escudriñar, explicar, exponer a los fieles y defender contra los
las Divinas Letras para los futuros sacerdotes de la Iglesia pura y perenne fuente infieles la palabra misma de Dios, dada a los hombres por inspiración del Espí-
de vida espiritual para cada uno y alimento y robustez del sagrado ministerio de ritu Santo? Con este espiritual alimento se nutre el alma misma del intérprete
la predicación que han de tomar sobre sí. Y si esto en verdad llegan a conseguir «para memoria de la fe, para consuelo de la esperanza, para exhortación de la
los profesores de esta gravísima disciplina en los Seminarios, gócense persuadidos caridad» 43 . Vivir entre esto, meditar esto, no querer saber más que esto, sólo
de que han contribuido grandemente a la salud de las almas, al adelantamiento
de la causa católica y al honor y la gloria de Dios. 3 ' Jn 6,69.
' 8 1 Cor 3 , " .
39 S. H I E R O N . , In Isaiam, prol.: PL 24,17.
36 40
Le 24,32. ID., In Ephesios, prol.: P L 26,430.
41 Col 2,10.
42 1 Cor 1,30.
«3 Cf. S. AUGUST., Contra Faustum, XIII 18: P L 42,294; CSEL 25 p.400. •
ENCÍCLICA DE S. S. PÍO XII xxxvm
esto buscar, ¿no parece ya habitar aquí en la tierra el reino de los cielos?» ** Apa-
ciéntense también con este mismo alimento las almas de los fieles y de ahí saque
PROLOGO DE LOS TRADUCTORES
cada uno el conocimiento y el amor de Dios, y el aprovechamiento de su alma,
y la felicidad. Dense, pues, de todo corazón a esto los expositores de la divina
palabra. «Oren para entender» 45 ; trabajen para cada día más profundamente
penetrar en los secretos de las sagradas páginas; enseñen y prediquen para abrir
a los demás los tesoros de la palabra de Dios. Lo que en los pasados siglos lleva- A la primera edición
ron a cabo con fruto aquellos preclaros intérpretes de las Sagradas Escrituras,
emúlenlo según sus fuerzas los del día, de manera que, como en los tiempos No es nada fácil el oficio de traductor, si el que traduce no ha de hacer verdadero
pasados, tenga también hoy la Iglesia doctores eximios en exponer las Sagradas el proverbio italiano: «Traduttore, traditore».
Escrituras, y los fieles de Cristo, gracias al trabajo y al esfuerzo de aquéllos, La dificultad es mucho mayor cuando lo que se ha de traducir es la Sagrada
perciban toda la luz, toda la fuerza persuasiva y todo el gozo de las Sagradas Escritura, cuyos textos originales fueron escritos en hebreo o en griego bíblico, y la
Escrituras. Y en esta labor, ardua y grave en verdad, tengan ellos también «por traducción ha de hacerse a una lengua de tan distinta índole como respecto de aquéllas
consuelo los Libros Santos» 46 , y acuérdense de la retribución que les aguarda, es la castellana.
ya que «los sabios brillarán como la luz del firmamento, y los que a muchos Si la primera cualidad de una versión ha de ser la fidelidad, mucho más necesaria
enseñan la justicia, como estrellas por perpetuas eternidades» 47 . será ésta al traducir la Sagrada Escritura, por ser obra divinamente inspirada,
palabra de Dios, pues de no dar la versión fielmente el sentido de los originales, ofre-
30. Y entretanto, mientras a todos los hijos de la Iglesia, y nominalmente a cería el traductor como palabra de Dios lo que realmente sería palabra humana. Por
los profesores de la ciencia bíblica, al clero adolescente y a los oradores sagrados, eso, al hacer esta versión, nos hemos propuesto que sea en primer término enteramente
les deseamos fervorosamente que, meditando continuamente los divinos oráculos, fiel. Aun siendo firmísimo el propósito, son a veces insuperables las dificultades que a
gusten cuan bueno y cuan suave es el espíritu del Señor 48 , a vosotros, venerables su realización se oponen, por no haber siempre exacta correspondencia entre las
hermanos y amados hijos, a todos y a cada uno en particular, como prenda de palabras de las lenguas originales y las de nuestra lengua. No creemos, sin embargo,
los dones celestes y testimonio de nuestra paternal benevolencia, os damos de que la fidelidad obligue al traductor a seguir servilmente la letra del original, repro-
todo corazón en el Señor la bendición apostólica. duciéndola exactamente con palabras castellanas. Esto, más que una traducción, sería
Dado en Roma, en San Pedro, el día XXX del mes de septiembre, en la fes- una transcripción, y en la mayor parte de los casos, un verdadero galimatías in-
tividad de San Jerónimo, Doctor Máximo en exponer las Sagradas Escrituras, el inteligible y enteramente insoportable. De traducciones así podríamos aducir nume-
año MCMXLIII, quinto de nuestro pontificado. rosos ejemplos; pero, atendiendo a la brevedad, nos limitamos a consignar el hecho.
PIÓ PP. XII. También a las palabras del texto ha de atender el traductor; pero más que a
ellas ha de atender, y principalmente, al sentido de las construcciones, para darlo
** S. HIERON., Ep. 53,10: PL 32,54; CSEL 54 P-463.
*5 S. AUGUST., De doctr. christ., III 56: PL 34, 89. con escrupulosa fidelidad en la lengua a que traduce. Esto es imposible de conseguir
46 1 Mac 12,9. si no ha de tener el traductor cierta libertad, pero es al mismo tiempo causa de que
47 Dan 1 2 > 3 t el traductor navegue siempre entre dos escollos a cuál más peligroso: el excesivo ser-
48 Cf. Sab 12,1.
vilismo a la letra y la excesiva libertad en la interpretación. En evitar el uno y el
otro hemos puesto gran empeño; mas seguramente habremos dado no pocas veces en
alguno de los dos.
Las lenguas originales empleadas en la Biblia tienen, como todas las lenguas,
sus modismos, hebraísmos principalmente, y los tiene también la lengua castellana.
Los de aquéllas se corresponden a veces exactamente con los de ésta, o han pasado a
ella por el influjo que sobre nuestra lengua ha ejercido la literatura bíblica. Cuando
es asi, no hay dificultad en la traducción. Pero son muchos los casos en que el hebraísmo
es intraducibie, o solamente con muchos rodeos podría traducirse de manera que lo
entendiese el lector castellano. En estos casos, o hemos dado en la versión el sentido
del mismo, o lo hemos aclarado en breve nota exegética.
En la transcripción de nombres propios, personales o geográficos, hemos seguido
el camino que siguió nuestra lengua al apropiárselos, acomodándolos a su índole.
Así, hemos transcrito siempre por nuestra j e! Iod inicial, excepto en el nombre Yavé,
por parecemos intolerable a oídos castellanos la palabra que de hacerlo resultaría.
No transcribimos las semivocales, creyéndolas suficientemente representadas por nues-
tras vocales. Hemos, sin embargo, exceptuado e¡He, sobre todo enprincipio de palabra,
por tener en nuestra ortografía su correspondiente, la h. Hemos prescindido de la
diversa pronunciación, dura o suave, de ciertas consonantes hebreas, excepto en los
casos en que esa pronunciación tiene correspondencia en los sonidos consonantes de
nuestra lengua. Todas las sibilantes, en que tan rica es la lengua hebrea, las trans-
cribimos por nuestra s, fuera del Zain, que corresponde a nuestra z o a nuestra c suave.
Hemos prescindido de la duplicación o alargamiento de las consonantes, tan frecuente
en hebreo, fuera de los casos en que, por darse dos nombres distintos, uno con la du-
plicación y otro sin ella, el suprimirla podía ser causa de confusión.
PRÓLOGO HK LOS TRADUCTORES XL
XLI PRÓLOGO DE LOS TRADUCTORES
Tampoco transcribimos el Ayin más que por su vocal, ya que esta consonante ni
tiene correspondiente gráfico en nuestro alfabeto ni es para nosotros pronunciable. A la segunda y tercera edición
La transcripción de los nombres propios griegos no ofrece ya tanta dificultad, por No era pequeña la fe que tanto los editores como los traductores abrigaban sobre
la mayor afinidad de ambas lenguas. Al transcribirlos, hemos seguido también el el éxito de la obra, pero éste superó con mucho las esperanzas de todos. La Sagrada
proceso que al apropiárselos siguió nuestra lengua, acomodándonos a las normas Biblia fué el acontecimiento editorial del año 1944. En un año quedó agotada una
corrientes en la derivación de tantas palabras griegas como han entrado a formar edición de 15.000 ejemplares. Y esto casi sólo en España, pues, a causa de las cir-
parte de nuestro léxico. cunstancias creadas por la guerra mundial, fueron pocos los ejemplares que pasaron
Además de la fidelidad, ha de tener toda buena traducción la claridad, pues de el Atlántico. Prueba clara del ambiente espiritual reinante y del ansia que había de
nada servirla todo si la traducción fuera ininteligible. Hemos puesto todo nuestro em- una Biblia traducida a base de los textos originales. No podemos dudar que la elegante
peño en procurarla, hasta el punto de sacrificar a veces en aras de ella otras deseables presentación y la modicidad de precio han tenido también grande parte en el éxito.
cualidades. Hay, sin embargo, casos en que la claridad es imposible, si la versión ha Sobre todo fue de grande satisfacción para nosotros la buena acogida que la obra
de ser fiel, por ser obscuro el texto mismo; y en estos casos hemos preferido dar el ha tenido en Roma, como lo prueban las cartas de felicitación recibidas de la Secre-
texto con su propia obscuridad, antes que exponernos a falsearlo con nuestra inter- taría de Estado de Su Santidad, del Prefecto de la Sagrada Congregación de Semi-
pretación. En casos tales hemos procurado aclararlo en breve nota exegética. Afortu- narios y Universidades, Emmo. Cardenal Pizzardo; del Prefecto de la Pontificia
nadamente esos casos no son muchos. Comisión Bíblica, Emmo. Cardenal Tisserant; del Secretario de la misma Comisión,
No está todo conseguido si se logra una versión fiel y clara. Es preciso que la P.J. Vosté, O. P.; del Rector del Pontificio Instituto Bíblico, P. Agustín Bea, S. I., y
versión esté verdaderamente en lengua castellana, en frase castellana, con períodos del Prefecto de la Biblioteca Vaticana, P. Anselmo M. Albareda, O. S. B. Con
castellanos, conforme a la sintaxis de nuestra lengua. Mas al procurar esto se corre gusto reproduciríamos aquí estas cartas; pero por no alargar este prólogo nos con-
el peligro de quitar a la obra su color semítico o griego. Es, pues, necesario armonizar tentamos con transcribir las tres primeras. Creemos que con ello daremos también
lo uno con lo otro, dar a la versión color castellano sin que pierda su color hebreo o gusto a los lectores.
griego, y esto sí que es arduo y difícil. Por conseguirlo hemos hecho cuanto nos ha sido
posible; mas no se nos oculta que muchas veces no lo hemos alcanzado.
Hemos, pues, pretendido, al hacer esta versión directa de los textos originales de SECRETARÍA DE ESTADO DE SU SANTIDAD
la Sagrada Escritura, dar al lector una versión castellana lo más fiel, clara y limpia Prot. núm. 80972
que nosotros hemos podido y sabido hacer. Lo difícil del empeño en sí y la buena vo- Vaticano, 19 de octubre de 1944.
luntad que en lograrlo hemos puesto muevan al lector, no a disimular, mas sí a perdo-
nar los yerros que hayamos cometido. Muy ilustre señor: Tengo el honor de comunicarle que el augusto Pontífice
Sabido es que tanto el texto hebreo masorético cuanto la versión alejandrina, y ha recibido con particular satisfacción el ejemplar de la traducción española de
aun el mismo texto griego del Nuevo Testamento, no han llegado hasta nosotros la Sagrada Biblia que usted y el R. P. Alberto Colunga, O. P., han hecho con
enteramente puros, y que a veces sus lecciones no son las originales de los hagiógrafos. tanto esmero.
Por eso, a la interpretación ha de preceder la crítica de los textos. Al hacerla hemos El fin que en este difícil e importante trabajo se habían ustedes propuesto:
procurado seguir siempre con la mayor escrupulosidad las normas de la más sana dar a los lectores de lengua castellana una versión fiel, clara y límpida de los tex-
crítica, rechazando sólo las lecciones evidentemente erróneas, por no dar sentido o tos originales, bien se puede decir que, con las luces divinas, lo han conseguido
dar un sentido contradictorio del contexto. Si a veces, para la reconstrucción del plenamente; adornando, además, la hermosa edición de todo aquello que puede ser
texto, hemos tenido que recurrir a la conjetura, hemos procurado reducirla a lo menos útil a los fieles para conocer mejor y amar más la Sagrada Escritura.
posible. Dar razón de esta crítica textual, más que de una versión, es propio del El Santo Padre se complace en agradecerles de todo corazón este homenaje y
comentario, y por eso tan sólo algunas veces damos razón de ella en breve nota crítica. los sentimientos de filial e inquebrantable adhesión con que lo han hecho. El
Cuando en el texto masorético hemos creído ver omisiones, las hemos suplido. Cuando aprovecha esta oportunidad para alentarles en estos trabajos, que, al coincidir
en él hemos creído ver traslocaciones, el orden del texto y el que a nuestro parecer con el pujante y consolador renacimiento de los estudios eclesiásticos españoles
tuvo antes van suficientemente indicados por ía numeración de los versos. y el noble anhelo de cultura religiosa en los seglares, están llamados a producir
La versión va precedida de una breve introducción general a todos los libros de los más ricos frutos en esa nación, que con motivo puede gloriarse de sus
la Sagrada Escritura. Hemos procurado que, dentro de la brevedad, sea lo más com- méritos en el campo de las ciencias bíblicas.
pleta posible, dando al lector lo más necesario para entrar preparado en la lectura Con vivos deseos de que el Señor los colme de sus divinas gracias y les pague
de los libros. abundantemente todo el bien que ha de hacer a las almas la obra que han realizado,
Las introducciones especiales son generalmente introducciones a grupos de libros; Su Santidad les manifiesta su paternal benevolencia, otorgándoles con todo afecto
mas hemos creído conveniente hacer preceder también cada libro de una introduc- una especial bendición apostólica.
ción particular. En todas ellas hemos procurado ser breves, pero completos en cuanto Gustoso en participar a usted, lo mismo que al P. Colunga, cuanto antecede,
a lo más necesario. aprovecho la ocasión para profesarme de usted seguro servidor, G. B. MONTINI.—
Por lo que hace al orden de los libros, hemos seguido el tradicional, aunque intro- M. I. Sr. D. Eloíno Nácar Fuster, Canónigo Lectoral de la S. I. C. de Salamanca.
duciendo en él una ligera modificación. En cada grupo de libros van éstos en el orden
acostumbrado; mas nos ha parecido conveniente invertir en algo el de los grupos, COMISIÓN PONTIFICIA BÍBLICA
poniendo los proféticos a continuación de los históricos y dejando los sapienciales
para el fin, ya que los proféticos son principalmente la explicación o inculcación de Núm. a/45
la Ley, que principalmente contienen los históricos, y los sapienciales son como la Roma, 14 de febrero de 1945.
corona, la flor, diríamos más bien, de la Ley y de la profecía. Cuanto al Nuevo Testa- Sr. Canónigo, Rvdo. Padre: Os agradezco que, por intermedio de S. E. Mgr. Ca-
mento, en la sucesión de los grupos de las epístolas paulinas hemos seguido el orden yetano Cicognani, hayáis pensado en remitirme un ejemplar de la nueva versión
cronológico. castellana de la Biblia, según los textos originales, preparada por vosotros. U n
PRÓLOGO DE LOS TRADUCTORES XLII XLIII PRÓLOCO DE LOS TRADUCTORES

viaje a Francia, que duró casi dos meses, me ha impedido acusaros recibo antes felizmente reinante, Pío XII, ha sido oportunísima, no sólo si se considera el
de ahora; os ruego que tengáis la bondad de excusarme. lado doctrinal, sino si se mira al práctico. El solemne documento, que renueva
Admiro la presentación tipográfica, elegante y clara, de vuestro magnifico y completa las altas enseñanzas de la Tradición y del Magisterio católico conte-
volumen, realzado con reproducciones artísticas juiciosamente escogidas. Pero nidas en la Providentissimus Deus, constituye una guía segura para quien se dis-
todavía he apreciado más el cuidado pueBto, sea en las introducciones especiales, ponga a emprender el estudio de la Palabra de Dios, un estímulo autorizado
sea, sobre todo, en la introducción general, cuya erudición y precisión teológica para estudiar con renovado esfuerzo la Revelación escrita.
satisfarán particularmente a vuestros lectores. Por una feliz coincidencia, la apari- Tanto las introducciones generales como las particulares de cada libro han
ción de vuestra obra ha seguido de cerca la publicación de la reciente encíclica sido redactadas con cuidado y exactitud, de suerte que el volumen viene a ser
Divino afflante Spiritu, cuyo texto habéis tenido la buena idea de reproducir un prontuario completo para la lectura de la Biblia en orden a la edificación en
íntegramente. No quiero insistir en la oportunidad y utilidad grande de vuestra la fe y en las costumbres.
versión, la primera versión española católica de la Biblia según los textos origina- Las mismas ilustraciones están escogidas con delicado sentido artístico, si
les, porque ellas son a todos manifiestas y quedan bien ilustradas con el prólogo bien la reproducción es a veces un tanto deficiente. Los grandes maestros del
de S. E. el Nuncio Apostólico en Madrid. siglo XVI vienen a rendir el homenaje de su genio a la Palabra divina añadiendo
Vuestra noble empresa, honra de las letras españolas, es una nueva prueba el encanto y la elocuencia de sus grabados. Alguna vez, sin embargo, hubiéramos
de la renovación de los estudios bíblicos en vuestra nación, que con justicia se preferido ilustraciones más en armonía con el gusto y la inteligencia del amplio
ha llamado «la nación teológica». Vivamente deseo que vuestra Biblia tenga un público a quien se destina el volumen.
éxito verdadero y creciente. En las nuevas ediciones, que dentro de poco habéis Porque ningún trabajo humano logra desde un principio su perfección aca-
de tener, sin duda, ocasión de publicar, pensad, desde luego, en el deber de per- bada, la Sagrada Biblia presenta también algún defecto o laguna, que en las
feccionar la obra, ya sea poniendo el texto al corriente de las conquistas ciertas próximas ediciones serán corregidos. Nos atrevemos, ante todo, a indicar mayor
de la crítica textual, ya también precisando y enriqueciendo las notas, así del cantidad de notas ilustrativas del sagrado texto en los libros del Antiguo Testa-
Nuevo como del Viejo Testamento, teniendo presente el adagio: Non progredi mento, ateniéndose al estilo conciso felizmente adoptado por los eximios traduc-
est regredi. No progresar es retroceder. tores. También sería oportuno algún retoque de la versión para hacerla más
Aceptad, Sr. Canónigo y Rvdo. Padre, con la expresión de mi gratitud, la fiel al texto sagrado, aunque sin quitarle nada de la claridad y soltura que distin-
seguridad de mi estima cordial en Jesús y María.—EUGENIO, Card. Tisserant. guen su estilo.
FR. J. VOSTÉ, O. P., Secretario.—Sr. Canónigo Nácar y R. P. Alberto Colunga, O.P. Augurando al precioso volumen la más amplia difusión, bien asegurada ya por
la entusiasta acogida que ha merecido del público de la España católica, ruego
a V. E. haga presente al Sr. Eloíno Nácar y al P. Alberto Colunga, O. P,, mis
SAGRADA CONGREGACIÓN DE SEMINARIOS más cordiales felicitaciones. Dígnese aceptar V. E. la expresión de mi más pro-
Y UNIVERSIDADES funda estima, junto con los sentimientos del más deferente respeto.
Tomo la feliz ocasión para expresarme de V. E. Rvdma. s. s., CARD. PIZZARDO.—
Prot. niun. 312/44 Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Cayetano Cicognani Arzob. tit. de Ancira, Nuncio
Roma, 3 de junio de 1944. Apostólico en España. Calle del Nuncio, 13. Madrid.
Excelentísimo y reverendísimo señor: Le estoy profundamente agradecido por
Obedeciendo a esta indicación de Su Eminencia, nos hemos esforzado por mejorar
el hermoso ejemplar de la «Sagrada Biblia, versión directa de las lenguas origi-
nuestra obra, primero sometiendo el texto a una corrección lo más cuidadosa que nos
nales», que ha tenido la amabilidad de enviarme, junto con una carta ilustrativa
ha sido posible, y segundo, aumentando las notas, sobre todo en el Antiguo Testamento.
con que ha tenido a bien acompañar tan precioso obsequio. El grueso volumen
A las ilustraciones artísticas de la primera edición hemos substituido otras de carácter
atrajo, desde luego, toda mi atención, y con sumo placer y admiración profunda
arqueológico que nos han parecido más aptas para ilustrar el texto. Asimismo hemos
lo recorrí. Más que de un libro nuevo, trátase, en efecto, de un acontecimiento,
añadido un copioso índice de materias, calcado sobre el ya publicado en la edición de
que hará época en la historia de la España católica.
la Vulgata Colunga-Turrado. No dudamos que sea de gran provecho a muchos de
Hasta ahora, la palabra de Dios había quedado en poder de los protestantes. nuestros lectores. Obedeciendo a sugerencias de algunos críticos hemos adoptado el
España tenía, sí, es verdad, dos versiones de la Vulgata; pero versión de los plan de la Vulgata en la ordenación de los libros. Asimismo, en aquellos lugares en
textos originales sólo circulaba la judío-protestante de Casiodoro Reina, corre- que la numeración de los versículos del original no concuerda con la de la Vulgata,
gida por Cipriano de Valera. En Italia, como sabe V. E., se prepara una versión hemos puesto aquéllos entre paréntesis ( ) . También hemos indicado en el texto la
integral de la Biblia sobre los textos originales. nota explicativa mediante un asteriscof*).
De todo corazón, pues, tributamos nuestro más cordial aplauso a la próvida Por fin, siguiendo el ejemplo de los editores de los escritos de Su Santidad Pío XII,
iniciativa de La Editorial Católica, que ha prestado un laudabilísimo servicio a que publica la Junta Central de Acción Católica, nos hemos permitido substituir la
la causa de la Santa Madre Iglesia. traducción oficial de la encíclica «Divino afflante Spiritu» por una nueva traducción.
Los dos ilustres traductores, Sr. Canónigo D. Eloíno Nácar y el R. P. Alberto No creemos haber agotado las posibilidades de mejorar nuestra obra, y dejamos
Colunga, O. P., han realizado una obra muy meritoria, tanto si se la mira desde para ediciones sucesivas el introducir las que nuestros lectores nos sugieran o a nos-
el punto de vista del apostolado como del lado científico. La versión, que hemos otros se nos vayan ocurriendo. Con el antiguo adagio arriba citado, queremos recordar
cotejado diligentemente en algunos puntos más difíciles y delicados, nos ha pare- las palabras del Salmo: «El día habla al día, y la noche comunica sus pensamientos
cido fidelísima, limpia y atrayente. Bien es verdad que las notas al pie de la pagina a la noche» (Sal. 19,3).
son escasas; pero bien se puede decir que el mejor comentario está en la profunda
fidelidad al texto bíblico, del cual se traducen de ordinario aun los más ligeros
matices.
La idea de anteponer al volumen la reciente encíclica del augusto Pontífice,
PRÓLOUO Mi LOS TKAUUCTORE8 XLIV XLIII PRÓLOGO DE LOS TRADDCTOHBS

A la cuarta, quinta, sexta, séptima, octava, felizmente reinante. Pío XII, ha sido oportunísima, no sólo si se considera el
novena y décima edición lado doctrinal, sino si se mira al práctico. El solemne documento, que renueva
y completa las altas enseñanzas de la Tradición y del Magisterio católico conte-
Gracias al Señor, las ediciones de la Sagrada Biblia se suceden sin interrupción nidas en la Providentissimus Deus, constituye una guia segura para quien se dis-
cada año. Motivo de grande alegría esta señal del nuew> espíritu que reina entre los ponga a emprender el estudio de la Palabra de Dios, un estimulo autorizado
católicos de lengua española. Deseosos de corresponder por nuestra parte a este para estudiar con renovado esfuerzo la Revelación escrita.
favor del cielo y de los hombres, nos esforzamos por que cada día salga nuestra obra
lo menos imperfecta posible, y para ello procuramos corregir las erratas, que en obra Tanto las introducciones generales como las particulares de cada libro han
tan extensa no pueden menos de faltar, y de mejorar la versión y las anotaciones, sido redactadas con cuidado y exactitud, de suerte que. el volumen viene a ser
afm de que los lectores hallen la lectura de los Libros Santos más grata y más prove- un prontuario completo para la lectura de la Biblia en orden a la edificación en
chosa. la fe y en las costumbres.
Las mismas ilustraciones están escogidas con delicado sentido artístico, si
bien la reproducción es a veces un tanto deficiente. Los grandes maestros del
siglo XVI vienen a rendir el homenaje de su genio a la Palabra divina añadiendo
CONSEJOS DE SAN AGUSTÍN A LOS el encanto y la elocuencia de sus grabados. Alguna vez, sin embargo, hubiéramos
LECTORES DE LA SAGRADA ESCRITURA preferido ilustraciones más en armonía con el gusto y la inteligencia del amplio
público a quien se destina el volumen.
Porque ningún trabajo humano logra desde un principio su perfección aca-
«Cuantos temen a Dios y por la piedad son mansos, buscan en todos estos bada, la Sagrada Biblia presenta también algún defecto o laguna, que en las
libros la voluntad de Dios. próximas ediciones serán corregidos. Nos atrevemos, ante todo, a indicar mayor
Gomo ya hemos dicho, lo primero en este empeño y trabajo ha de ser conocer cantidad de notas ilustrativas del sagrado texto en los libros del Antiguo Testa-
estos libros, leyéndolos, aunque no todavía para entenderlos; más bien, o para mento, ateniéndose al estilo conciso felizmente adoptado por los eximios traduc-
aprenderlos de memoria o, por lo menos, para que no le sean enteramente des- tores. También sería oportuno algún retoque de la versión para hacerla más
conocidos. fiel al texto sagrado, aunque sin quitarle nada de la claridad y soltura que distin-
Después se ha de investigar ya más solicita y cuidadosamente lo que en ellos guen su estilo.
claramente se dice, ya sean reglas de vida, ya reglas de fe, y en esto tanto más Augurando al precioso volumen la más amplia difusión, bien asegurada ya por
podrá hallar cada uno cuanto mayor capacidad de entender tenga, pues en esto la entusiasta acogida que ha merecido del público de la España católica, ruego
que claramente se dice en las Escrituras está cuanto pertenece a la fe y a las cos- a V. E. haga presente al Sr. Eloíno Nácar y al P. Alberto Colunga, O. P., mis
tumbres de vida; es decir, a la esperanza y a la caridad, de que tratamos en el más cordiales felicitaciones. Dígnese aceptar V. E. la expresión de mi más pro-
libro anterior. funda estima, junto con los sentimientos del más deferente respeto.
Luego, una vez adquirida cierta familiaridad con el lenguaje mismo de las Tomo la feliz ocasión para expresarme de V. E. Rvdma. s. s., CARD. PIZZARDO.—
Divinas Escrituras, procédase a explicar y discutir lo que de obscuro hay en ellas, Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Cayetano Cicognani Arzob. tit. de Ancira, Nuncio
tomando ejemplos de locuciones claras, para ilustrar por ellas las locuciones más Apostólico en España. Calle del Nuncio, 13. Madrid.
obscuras, y por las sentencias ciertas resolver las dudas de las dudosas. En esto
servirá de mucho la memoria; pero si ésta falta, no se la darán a nadie estas reglas.» Obedeciendo a esta indicación de Su Eminencia, nos hemos esforzado por mejorar
nuestra obra, primero sometiendo el texto a una corrección lo más cuidadosa que nos
(De doctrina christiann, 2 c.9.) ha sido posible, y segundo, aumentando las notas, sobre todo en el Antiguo Testamento.
A las ilustraciones artísticas de la primera edición hemos substituido otras de carácter
arqueológico que nos han parecido más aptas para ilustrar el texto. Asimismo hemos
añadido un copioso índice de materias, calcado sobre el ya publicado en la edición de
S I G L A S la Vulgata Colunga-Turrado. No dudamos que sea de gran provecho a muchos de
nuestros lectores. Obedeciendo a sugerencias de algunos críticos hemos adoptado el
Abd(ías) Ex(odo) Jos(ué) Prov (erbios) plan de la Vulgata en la ordenación de los libros. Asimismo, en aquellos lugares en
A c t (os) Ez (equiel) Jue (ees) Re (yes) que la numeración de los versículos del original no concuerda con la de la Vulgata,
Ag(eo) Finí (Filemón) Lam (entaciones) Rom (anos) hemos puesto aquéllos entre paréntesis ( ) . También hemos indicado en el texto la
Am(ós) Flp (Filipenses) Le (Lucas) Rut nota explicativa mediante un asterisco (*).
Ap (ocalipsis) Gá\(atas) Lev (ítico) Sab (iduría) Por fin, siguiendo el ejemplo de los editores de los escritos de Su Santidad Pío XII,
Bar (uc) Gen (esis) Mac (abeos) Sal (mos) que publica la Junta Central de Acción Católica, nos hemos permitido substituir la
Cant (ar) üab(acuc) Mal (aquías) Sam (uel) traducción oficial de la encíclica «Divino afflante Spiritu» por una nueva traducción.
Col (osenses) Heb (reos) Me (Marcos) Smt(iago) No creemos haber agotado las posibilidades de mejorar nuestra obra, y dejamos
Cor (intios) Is(aías) Miq (ueas) Sof(onías) para ediciones sucesivas el introducir las que nuestros lectores nos sugieran o a nos-
Dan(iel) Job Mt (Mateo) Tes ( alonicenses) otros se nos vayan ocurriendo. Con el antiguo adagio arriba citado, queremos recordar
Dt (Deuteronomio) Jds (Judas) Nah (um) Tim (oteo) las palabras del Salmo: «El día habla al día, y la noche comunica sus pensamientos
Ecl (Eclesiastés) Jdt (Judit) Neh (emías) TitfoJ a la noche» (Sal. 19,3).
Eclo (Eclesiástico) Jer (emías) Núm (eros) Tob (ías)
Ef(esios) Jl (Joel) Os (eos) Zac (arias)
Esd (ras) Jn (Juan) Par ( alipómenos)
Etit(er) Jon(ás) Pe(dro)
PROLOGO DE LOS TRADUCTORES XLIV

A la cuarta, quinta, sexta, séptima, octava, INTRODUCCIÓN GENERAL A LOS LIBROS


novena y décima edición DE LA SAGRADA ESCRITURA
Gracias al Señar, las ediciones de la Sagrada Biblia se suceden sin interrupción
cada año. Motivo de grande alegría esta señal del nuevo espíritu que reina entre los
católicos de lengua española. Deseosos de corresponder por nuestra parte a este
favor del cielo y de los hombres, nos esforzamos por que cada día salga nuestra obra I. LA REVELACIÓN PROFETICA
lo menos imperfecta posible, y para ello procuramos corregir las erratas, que en obra
tan extensa no pueden menos de faltar, y de mejorar la versión y las anotaciones, I. La» Sagradas Escrituras, inestimable don de Dios
a fin de que los lectores hallen la lectura de los Libros Santos más grata y más prove-
chosa. Las Sagradas Escrituras son un inestimable don de Dios que el hombre no
podrá nunca suficientemente agradecerle. Elevado al orden sobrenatural, a la
participación de la misma naturaleza divina, y caído de él por el pecado de nues-
CONSEJOS DE SAN AGUSTÍN A LOS tros primeros padres, plugo a Dios en su infinita misericordia redimirle, eleván-
dole de nuevo a una altura sobrenatural mayor todavía que aquella de que cayó.
LECTORES DE LA SAGRADA ESCRITURA Estos sus amorosos designios sobre él ha ido Dios descubriéndoselos al hombre
gradualmente, revelándoselos, dándole asi a conocer los inefables misterios de la
vida divina, de su amorosa providencia, especialmente en cuanto a la redención,
«Cuantos temen a Dios y por la piedad son mansos, buscan en todos estos
en los cuales participaría el hombre por su incorporación como miembro al cuer-
libros la voluntad de Dios.
po místico de la Iglesia, cuya cabeza es el Unigénito del Padre, hecho carne, que
Como ya hemos dicho, lo primero en este empeño y trabajo ha de ser conocer con su sangre preciosa había de redimir a la caída humanidad de la servidumbre
estos libros, leyéndolos, aunque no todavía para entenderlos; más bien, o para del pecado.
aprenderlos de memoria o, por lo menos, para que no le sean enteramente des-
conocidos. a. Principal contenido de las Sagradas Escritura*.
Después se ha de investigar ya más solícita y cuidadosamente lo que en ellos La revelación
claramente se dice, ya sean reglas de vida, ya reglas de fe, y en esto tanto más
podrá hallar cada uno cuanto mayor capacidad de entender tenga, pues en esto Esta revelación, hecha de una manera gradual y progresiva, es el principal
que claramente se dice en las Escrituras está cuanto pertenece a la fe y a las cos- contenido de las Sagradas Escrituras, pues aunque en ellas se contengan otras
tumbres de vida; es decir, a la esperanza y a la caridad, de que tratamos en el muchas cosas accesibles a la humana inteligencia, que reveló Dios al hombre para
libro anterior. que con mayor facilidad y certeza pudiera conocerlas sin mezcla de error, todas
Luego, una vez adquirida cierta familiaridad con el lenguaje mismo de las ellas se subordinan al fin principal de las Sagradas Escrituras: dar a conocer al
Divinas Escrituras, procédase a explicar y discutir lo que de obscuro hay en ellas, hombre los inescrutables amorosos designios de Dios sobre él,
tomando ejemplos de locuciones claras, para ilustrar por ellas las locuciones más
obscuras, y por las sentencias ciertas resolver las dudas de las dudosas. En esto 3. No son las Sagradas Escrituras la fuente única
servirá de mucho la memoria; pero si ésta falta, no se la darán a nadie estas reglas.» de la revelación
No son solamente las Divinas Escrituras las que contienen este sagrado depó-
(De doctrina christiana, 2 c.q.)
sito. Se contiene, además, en la tradición viviente de la Iglesia de Cristo, que es
la fiel depositaría del divino tesoro y el intérprete autorizado de los sagrados libros.
Sólo la Iglesia puede indicarnos con infalible certeza cuáles son los libros que,
escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, contienen ei sagrado depósito. Cual-
S I G L A S quier otro criterio será del todo insuficiente y sólo podrá servir para confirmar la
verdad de la doctrina de la Iglesia, pues siendo la inspiración un hecho sobrena-
Abd fías) Ex(odo) Jos(ué) Prov (erbios) tural, sólo una autoridad de orden sobrenatural e infalible podrá suficientemente
Act (os) Ezfequie!) Jue (ees) Re fyesj certificarnos de él.
Ag(eo) Flm (Filemón) Lam (entaciones) Rom (anos)
Am(ós) Flp (Filipenses) Le (Lucas) Rut 4. Las Sagradas Escrituras son obra de Dios
Ap (ocalipsis) Gal fatas) Lev (ítico) Sab (iduría) y del h o m b r e
Bar (uc) Gen (esis) Mac(abeos) Sal (mos) Todos y sólo los libros canónicos, es decir, los que ha incluido la Iglesia en su
Cantear) Hab (acuc) Mal (aquias) Sam (uel) canon de las Sagradas Escrituras, han sido escritos bajo la inspiración del Espí-
Col (osenses) Heb (reos) Me (Marcos) SantfiagoJ ritu Santo, y son, por tanto, obra divina. Tienen a Dios por autor principal, aun-
Cor (intios) Is (aías) Miq (ueas) Sof(onías) que sean también al mismo tiempo obra humana, cada uno del autor que, inspi-
Dan (iel) Job Mt (Mateo) Tes (alonicenses) rado, lo escribió. Este doble carácter de los libros santos, totalmente obra de Dios,
Dt (Deuteronomio) Jds (Judas) Nah (um) Tim (oteo) totalmente obra del hombre, es fundamental y capitalísimo para el conocimiento
Ecl (Eclesiastés) Jdt (Judit) Neh (emías) Tú. (o) e interpretación de las Divinas Escrituras, y de no tenerlo en cuenta tropezara
Eclo (Eclesiástico) Jer (emías) Núm (eros) Tob (las) el lector de estos libros con innumerables e insolubles dificultades.
'Eí(esios) Jl (Joel) Os (eas) Zacfarias) El autor humano es órgano, instrumento del Espíritu Santo, pero instrumento
Esd (ras) Jn (Juan) Par (alipómenos) vivo y racional, que bajo la acción de Dios desarrolla su actividad y usa de su»
Est(er) Jon(ás) Ve(dro)
NáenT-Colunza l
S INTRODUCCIÓN GENERAL
INTRODUCCIÓN GENERAL 2
del profeta revestidas de imágenes sensibles. El tercero, finalmente, es la ilustra-
facultades de tal manera que en el libro por él escrito queda como grabada su ción por la cual el profeta juzga, con una verdad y certeza que excede las fuerzas
personalidad, que fácilmente podrá de él deducir el lector. Es, pues, necesario, del humano entendimiento natural, de cosas cuyo conocimiento adquiere por me-
al interpretar, penetrar en ello cuanto sea posible sin prescindir de nada que pue- dios naturales. Es propio este último grado de profecía de aquellos escritores sa-
da contribuir a darnos a conocer al autor en todos sus rasgos personales caracte- grados que tratan de cosas cuyo conocimiento es asequible a la razón, verbi gratia,
rísticos y en el desarrollo de su actividad, su índole, su carácter, su formación de materias históricas. En esta misma categoría puede incluirse los que tratan de
espiritual, sus condiciones de vida, el tiempo en que vivió, las fuentes que utilizó, cosas aun sobrenaturales, cuyo conocimiento han adquirido por la vía ordinaria
ya orales, ya escritas; las formas de decir o géneros literarios que empleó. En del estudio o de la fe, por ser enseñanzas de profetas anteriores.
cuanto posible sea nos hemos de hacer otro él. (Véase la encíclica Divino af-
flante Spiritu.) 9. El conocimiento profético de los hagiógrafos
5. La profecía Este último grado de profecía es el más común a los autores sagrados, aunque
en muchos de los libros santos se contengan partes, de mayor o menor extensión,
Sacra doctrina llama muy bien Santo Tomás a la Sagrada Escritura y, por en que se exponen revelaciones por ellos recibidas en el modo correspondiente
consiguiente, a la Teología, que de ella toma sus principios, ordenándolos siste- al primero o al segundo grado de la profecía. Conviene, pues, determinar con algu-
máticamente y desarrollándolos y considerando cuanto trata bajo la razón formal na mayor precisión qué significa ese conocimiento profético y qué es lo que añade
de la divinidad, sub ratione Deitatis, pues es Dios mismo, o algo a El ordenado al adquirido por vía natural y ordinaria. Santo Tomás dice que esa luz profética
como principio o como fin, y siempre visto a la luz de la divina revelación y en se les concedía para conocer las cosas y juzgar de ellas secundum veritatem divinam,
cuanto por ella cognoscible. Esta luz es el lumen propheticum, pues no ha querido secundum certitudinem veritatis divinae; con divina verdad, con la certeza de la
Dios revelarse inmediatamente a todos y cada uno de los hombres, sino a algunos divina verdad. La Fe, como la Teología, contempla todas las cosas bajo una razón
solamente, que, como intermediarios entre Dios y el resto de los humanos, reci- formal divina y sobrenatural. De un modo semejante, los hagiógrafos conocen
biesen de El las divinas enseñanzas y en su nombre y con su div-na autoridad las las cosas y juzgan de ellas a la luz de los altos principios divinos, y conocen y juz-
transmitiesen a los demás. gan con aquella claridad, verdad y certeza que dimana de la que de esos principios
divinos tienen. Esos principios son como su filosofía de la historia, basada, no en
6. Los profetas la especulación, sino en el conocimiento sobrenatural de los atributos divinos: del
Por esto han sido llamados profetas o intérpretes de Dios, y en su nombre poder, de la justicia, de la misericordia, de la bondad, de la veracidad de Dios,
y con su divina autoridad transmiten las verdades sobrenaturales que sobrenatu- que todas las cosas las ordena a la manifestación de su Verbo y a la salud de los
ralmente les dio Dios a conocer. Por haber sido hecha de este modo se llama tam- predestinados. Tal es, por ejemplo, la filosofía divina en que se inspira Moisés
bién la divina revelación doctrina profética, principalmente la del Antiguo Tes- al narrar el origen de las cosas, la historia de la humanidad primitiva, la de los
tamento, pues la del Nuevo nos ha sido hecha directa e inmediatamente por el patriarcas, la de Israel. Tal la de Josué al describirnos el cumplimiento de las di-
mismo Verbo de Dios encarnado, aunque a los que no pudimos oírla de sus divi- vinas promesas en la distribución de la tierra prometida, etc. Esa misma es la que,
nos labios nos haya sido transmitida por sus apóstoles y discípulos en los libros camino de Emaús, exponía el Salvador a sus dos discípulos, mostrándoles por los
que divinamente inspirados escribieron algunos de ellos y en las divinas tradicio- profetas, a partir de Moisés, cómo era preciso que Cristo muriese y por la muerte
nes que, de ellos recibidas, conserva fielmente la Iglesia, fundada sobre ellos como entrase en su gloria. La misma era la que exponía el santo Protomártir en su dis-
cimiento por Cristo Nuestro Señor. curso ante el Sanedrín, que tantas dificultades encierra para los exegetas dema-
siado esclavos de la letra. El Espíritu Santo, que es quien inspira a los santos, es
7. Objeto de la profecía siempre el mismo, y siempre les muestra las cosas a'la luz de Dios y les hace en
todas buscar a Dios.
El objeto de estas divinas comunicaciones se extiende, según Santo Tomás,
a todas aquellas cosas que pueden ser conocidas por vía sobrenatural: los miste- Este aspecto del conocimiento de las cosas contenidas en la Sagrada Escritura
rios de la vida divina, de su providencia, especialmente de la redención; las leyes es común a los profetas y hagiógrafos o escritores sagrados por iluminación di-
de las buenas costumbres, por las que el hombre se encamina a Dios; sucesos vina, y a los simples fieles por fe y teología, pues constituye el objeto formal
futuros, etc. Es, pues, el objeto de la profecía el mismo que el de la fe, que define quod, o ratio formalis quae attingitur en todo conocimiento sobrenatural, que versa
San Pablo: Sperandarum substantia rerum, la firme certidumbre de las cosas que acerca de Dios y sus misterios o acerca de las criaturas en orden a Dios.
esperamos, indicando asi que la fe nos muestra aquí, tras el velo del misterio, lo Mas en el conocimiento profético y hagiográfico hay otro aspecto, que les es
que con su visión nos hará bienaventurados. Las otras cosas que no sean la ver- propio y singular y constituye como su objeto formal quo, y es la luz divina
dad divina, en tanto pertenecen a la fe, en cuanto tienen relación con Dios y nos (lumen propheticum), con el que juzgan con infalible certeza divina de la verdad
declaran algo de su naturaleza. Los mismos misterios de la humanidad de Jesu- de las cosas que enseñan de palabra o por escrito, aunque se trate de aquellas ver-
cristo y de su Iglesia sólo caen dentro del objeto de la fe en cuanto que por ellos dades cuyo conocimiento hayan adquirido por modo ordinario de la razón o del
nos encaminamos a Dios: in quantum per haec ordinamur ad Deum. magisterio, de tradición o del estudio de anteriores libros sagrados.
Esta luz sobrenatural, junto con la moción divina para escribir, constituye la
8. Los grados de la profecía inspiración de los libros sagrados, en virtud de la cual éstos son, al mismo tiempo,
obra de Dios—autor principal—y de los hagiógrafos—instrumentos racionales—:
Dentro del amplísimo objeto de la ciencia que comunica Dios a sus profetas, toda de Dios y toda de los autores sagrados.
cabe distinguir varios grados en la ilustración de la mente del profeta y el conoci-
miento por él así adquirido. Es el primero aquella ilustración divina en virtud 10. El progreso de la revelación profética
de la cual conoce el profeta las verdades sobrenaturales, los misterios divinos que
se ofrecen a su mente, en forma clara, inteligible, sin los velos de imágenes sensi- Esta revelación profética de las verdades divinas se ajusta a una ley que importa
bles. El segundo es la ilustración en que las cosas divinas se presentan a la mente mucho conocer. Es la ley del progreso, que expone admirablemente Santo Tomás,
INTRODUCCIÓN GENERAL 4 5 INTRODUCCIÓN GENERAL

extendiéndola a todas las verdades, tanto a las especulativas cuanto a las prácticas. gar describe las cosas tal cual las perciben los sentidos; y asi también el escritor
La doctrina de la fe va desarrollándose a la manera como se desarrollan las verda- sagrado, advierte Santo Tomás, expresa las apariencias sensibles, o aquello que Dios
des de una ciencia, procediendo de los principios a las conclusiones. La razón de mismo, hablando a los hombres, expresa de humano modo, para acomodarse a la
este progreso no está en Dios, que desde el primer momento podía revelarlo todo, humana capacidad (encíclica Providentissimus Deus).
sino en el hombre, que no era materia dispuesta para recibir de una vez todo
cuanto Dios quería comunicarle. Aun los mismos profetas, órganos del magiste- 14. La verdad en materia histórica
rio divino, aunque más ilustrados que el pueblo a quien se dirigían, no siempre Es historia una gran parte de los libros sagrados. Contiene ésta, en primer tér-
vieron cuanto en sus conceptos y en las palabras con que los expresaban iba im- mino, la narración de hechos que forman parte del tesoro revelado, como, por
plícito. También para ellos había un progreso correspondiente al del pueblo, pues ejemplo, el pecado de nuestros primeros padres, el nacimiento de Cristo, su muer-
siendo el fin de la profecía el bien y la utilidad espiritual del pueblo, tanto a cada te y su resurrección, etc. Otros hay que, si no cada uno de por sí, pero sí en su
uno de ellos se les comunicaba en términos claros o en imágenes y símbolos cuanto conjunto, constituyen el objeto de algún dogma, por ser como la expresión de una
en cada tiempo convenía enseñar al pueblo. Así llevó Dios a plena ejecución su ley de la sobrenatural intervención de Dios en la economía de la salud. Tales son
plan, comenzando la revelación desde los orígenes mismos de la Humanidad. Jesu- las profecías y los milagros. Estas cosas vienen a ser la realización del artículo de
cristo, que es el fin y la consumación de la antigua alianza, puso el sello a la divina la fe credo in Spiritum Sanctum, qui locutus est per prophetas; pero la mayor parte
revelación, por sí o por sus apóstoles y discípulos, y entregó a su Iglesia ese divino de la historia sagrada la forman sucesos naturales, que muestran la providencia
tesoro de la revelación, dándole al mismo tiempo su Espíritu, y asegurándola con de Dios sobre Israel o sobre el mundo todo, ordenada a la realización de sus desig-
la promesa de su asistencia hasta el fin de los siglos. Con ella y por ella repite la nios de salud por Jesucristo. En la narración de estos hechos, los autores sagrados,
Iglesia día tras día al mundo las mismas divinas enseñanzas en forma acomodada como inspirados, son del todo infalibles, como lo son en las cosas de la fe y costum-
a las necesidades de cada época, para que nadie se vea privado del don de Dios. bres, ya que escriben la historia sagrada inspirados por el Espíritu Santo, autor
principal de la Sagrada Escritura, que ni puede engañarse ni engañarnos. Esta es
la doctrina de la Iglesia, que hemos de retener firmemente y siempre al interpre-
II. LA INSPIRACIÓN Y LA VERACIDAD DE LAS tar la Escritura.
SAGRADAS ESCRITURAS Para resolver las dificultades históricas que se presenten, hemos de examinar
con toda atención y rigor científico el texto sagrado y los documentos profanos,
II. La Sagrada Escritura es veraz con verdad divina no dando por sentido cierto de la Sagrada Escritura lo que realmente no lo es,
Es doctrina de la Iglesia que cuanto se contiene en las Sagradas Escrituras ha ni dando por dato histórico cierto lo que en verdad no dice el monumento o do-
sido inspirado por Dios, y es, por consiguiente, infaliblemente verdadero en el cumento.
sentido en que el autor inspirado intentó decirlo, sin que en esto haya que distin- En esto es preciso tener muy en cuenta las enseñanzas de la encíclica Divino
guir entre cosas tocantes o no tocantes a la fe y a las costumbres. Así dice León XIII afilante Spiritu: «Pero no es muchas veces tan claro en las palabras y escritos de
que no puede tolerarse la conducta de los que en la solución de las dificultades no los antiguos autores orientales, como lo es en los escritores de nuestra época, cuál
vacilan en conceder que la inspiración se extiende sólo a las cosas de fe y costum- sea el sentido literal, pues lo que aquéllos quisieron significar no se determina por
bres, y dicen que cuando se trata de la verdad de las sentencias de la Escritura, no las solas leyes de la gramática o de la filología, ni por el solo contexto del discurso,
se ha de atender tanto a lo que dice Dios cuanto a la razón por que lo dice. Todos sino que es preciso que el intérprete vuelva, por decirlo así, a aquellos remotos si-
los libros que la Iglesia recibe y propone como canónicos y sagrados han sido en glos del Oriente, y con la ayuda de la historia, de la arqueología, de la etnología
todas sus partes escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo; y está la divina ins- y otras disciplinas discierna y distintamente vea qué géneros literarios, como di-
piración tan lejos de admitir error alguno, y tanto por su misma naturaleza lo ex- cen, quisieron emplear y de hecho emplearon los escritores de aquella vetusta
cluye cuanto es imposible que Dios, suma verdad, esté sujeto a error. Tal es la edad, pues no siempre empleaban las mismas formas y los mismos modos de decir
antigua fe de la Iglesia, definida solemnemente por los Concilios de Florencia que hoy usamos nosotros, sino más bien aquellos que entre los hombres de sus
y Trento, confirmada por fin y más solemnemente expuesta por el Concilio Va- tiempos y lugares estaban en uso. Cuáles fueron éstos no puede el intérprete de-
ticano (encíclica Providentissimus Deus). terminarlo de antemano, sino solamente en virtud de una cuidadosa investiga-
ción de las literaturas del Oriente. Esta, llevada a cabo en los últimos decenios con
12. La verdad en materia de fe y costumbres mayor cuidado y diligencia que anteriormente, nos ha hecho ver con más claridad
qué formas de decir se usaron en aquellos antiguos tiempos, ya en la descripción
No se limita esta veracidad a las cosas de fe y costumbres, aunque sean éstas
poética de las cosas, ya en el establecimiento de normas y leyes de vida, ya, por
el objeto propio y per se de la Sagrada Escritura, al cual se ordena todo lo demás
fin, en la narración de hechos y de sucesos.»
que en ella se dice; pero en éstas ha de tenerse en cuenta principalmente lo que en
el número 10 se dijo acerca del progreso de la revelación, sin lo cual no sería po-
sible establecer la concordia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
III. SENTIDOS DE LA ESCRITURA Y REGLAS
13. L a verdad en materia científica HERMENÉUTICAS
Los libros sagrados hablan con frecuencia de las cosas creadas, y en ellas nos 15. El sentido literal
muestran la grandeza del poder, de la soberanía, de la providencia y de la gloria
de Dios; pero como la misión de los autores inspirados no era enseñar las ciencias Es el sentido literal el pensamiento que las palabras de la Escritura expresan
humanas, que tratan de la íntima naturaleza de las cosas y de los fenómenos na- según la intención de quien las dice. No importa que las palabras estén tomadas
turales, y acerca de ellas no recibían por ¡o general revelación alguna, nos las des- en su significación propia o en una acepción metafórica; el sentido que según la
criben, o en lenguaje metafórico, o según el corrientemente usado en su época, intención del autor expresan es siempre literal, literal propio o literal metafórico.
como sucede todavía en muchos puntos aun entre los más sabios. El lenguaje vul- En la religión se dan también cosas o acciones que se ordenan a expresar ideas
INTRODUCCIÓN GENERAL é
7 INTRODUCCIÓN GENERAL
y sentimientos del que las ejecuta. Tales ideas y sentimientos son, por consiguiente,
sentido literal de las mismas. Pero la Sagrada Escritura es, toda, obra de dos auto- significar las ideas, no sólo palabras, sino también cosas. Y siendo común a todas
res: el autor humano y el Espíritu Santo, que le ilustra y le mueve a escribir. Como las ciencias expresar las ideas con palabras, la ciencia de la Sagrada Escritura
advierte Santo Tomás, la mente del autor sagrado es instrumento imperfecto del tiene esto de propio: que en ella también significan algo las cosas mismas, expresa-
Espíritu Santo inspirante, y, por tanto, aun los verdaderos profetas no siempre das por las palabras. Esa primera significación, por la que las palabras expresan las
alcanzan todo cuanto en las visiones que vieron o en las palabras que oyeron quiso cosas, pertenece al sentido literal o histórico; aquella otra, en virtud de la cual las
el Espíritu Santo encerrar. Dios no comunica siempre a cada uno de los profetas cosas mismas contenidas en las palabras representan y expresan a su vez otras
toda la luz que por medio de ellos quiere derramar sobre el mundo, y cada uno cosas, se llama sentido típico, que supone el literal, y en él se apoya». La razón
de ellos viene a representar una fase en el progreso del magisterio divino, sin tener objetiva de este sentido la expone Santo Tomás como sigue: «Dios, autor del orden
a veces por eso pleno conocimiento de cuanto obscura e implícitamente se halla sobrenatural y ordenador de los hechos históricos, va disponiendo suavemente
en sus profecías contenido. el curso de los sucesos, de suerte que todo se dirija a la glorificación de su Verbo
y a la realización de su obra de salud». La semilla de la verdad va disponiendo las
De aquí que en las Sagradas Escrituras puedan distinguirse dos sentidos lite- almas a recibir la revelación del gran misterio; las instituciones y observancias
rales: uno, el propiamente literal histórico; el otro, más espiritual, que, por tener de la ley fomentan la piedad y el fervor religioso, que recibirán de Cristo su
en el Evangelio su pleno desarrollo, puede llamarse evangélico. El primero de- última perfección; las personas, los acontecimiento de la vida familiar o nacional,
pende de las circunstancias históricas del escritor sagrado y de las de los destina- que contribuyen a preparar la obra mesiánica, sirven por el mismo caso para
tarios inmediatos de su obra. Tal, por ejemplo, el sentido histórico de la Ley, es anunciar desde lejos al gran Rey de las naciones, y para ir, aunque confusamente,
el que ésta tenía para los israelitas que la practicaban y para quienes era nor- dibujando el plan de su obra portentosa. Los profetas señalan repetidas veces la
ma de vida. liberación de la servidumbre egipcia como señal y prenda cierta de otra libera-
El segundo viene a ser el mismo literal histórico visto a la luz de revelaciones ción más insigne, la de la cautividad babilónica o de la salud mesiánica. La bondad
posteriores, principalmente de la revelación evangélica. Es, por tanto, más am- divina, mostrada por algún hecho especial, era motivo para excitar la confianza
plio, más perfecto, pues el Espíritu Santo, que destinaba las Sagradas Escrituras, de los fieles en recibir otros más excelentes favores de Dios o prepararlos para
aun las del Antiguo Testamento, para alimento espiritual de la Iglesia de Cristo, ellos. Así se cumple que la vida en la antigua Ley es en todo una preparación de
no coartaba el sentido de la letra a la mente del escritor sagrado, ni a la necesidad la vida cristiana, y la Ley misma, la primera etapa, la figura, el vaticinio del
transitoria del pueblo de Israel, al cual iban inmediatamente destinados los libros. Evangelio. Debe, sin embargo, advertirse que este sentido, por la misma impre-
Y así vemos que en los Salmos y en otros libros que a diario usa la Iglesia hallan cisión de los signos que lo expresan, aunque apto para fomentar la piedad, no
los fieles sublimes enseñanzas religiosas y la expresión de los más exquisitos sen- sirve para probar los dogmas de la fe, sino cuando de su existencia en un deter-
timientos de piedad, como si para los cristianos directamente hubieran sido es- minado lugar de la Escritura nos conste, por la autoridad de un autor inspirado,
critos, pues, como dice Santo Tomás, «el Espíritu Santo fecundó la Sagrada Es- la de la Iglesia o la unánime interpretación de los Padres. En estos casos tendrá el
critura con verdad más abundante de la que los hombres pueden comprender» texto la autoridad de los intérpretes.
(II Sent. 12,1,2 ad 7).

16. Reglas para la investigación del sentido literal 18. La Tradición y la Escritura
histórico y del evangélico Además de estas normas hermenéuticas, derivadas de la naturaleza divina de
Las reglas hermenéuticas que en la investigación del sentido histórico se deben las Escrituras, se impone a los católicos la autoridad de la Tradición, represen-
seguir están condensadas en estas palabras de Eutimio: «Los que leen las Sagradas tada por el magisterio de la Iglesia y las enseñanzas de los Santos Padres. Podría
Escrituras deben inquirir la intención del que habla, las disposiciones del que oye, parecer que esto es un elemento extraño a la Escritura, y que, como dicen los
atender a los lugares y a los tiempos, observar los modismos, y no tomar de igual heterodoxos, impide y coarta el estudio científico de la misma. ¿Cómo justificar
modo todas las cosas, si quieren alcanzar el sentido y no quedarse en la superficie esta intrusión? No hay tal intrusión. La verdad divina, que es el objeto de la
de la letra». En cuanto al espiritual o evangélico, más perfecto que el histórico, Sagrada Escritura, fue depositada primero en la mente de los profetas, órganos
pues la tendencia a la espiritualidad y a la perfección es la norma de la acción di- de Dios, para la revelación de sus misterios. Los profetas, antes que nadie, reci-
vina sobre el hombre, son dos las reglas que en su investigación han de observarse. bieron la vida que de esa revelación brota, y laboraron luego por infundirla en
Es la primera la unidad lógica que liga todas las verdades reveladas, haciendo de el corazón del pueblo elegido, antes de que la escribieran en sus pergaminos.
ellas un perfecto organismo. La segunda es el progreso de la revelación, la ten- No fue otra también la obra de Cristo y de sus apóstoles y discípulos. De manera
dencia al desenvolvimiento lógico de esas verdades, partiendo de los más elemen- que la verdad revelada, alma y vida de la Iglesia, antes que en los libros, fue
tales principios para llegar a las más elevadas cumbres. Atendiendo a esta tenden- escrita en la inteligencia y en el corazón de la misma. Allí reside vivificada por
cia ascensional, y apoyados en el sentido histórico de los lugares que sobre cada el Espíritu Santo, libre de las mutaciones de los tiempos y de la fluctuación de
punto de la doctrina revelada forman como una cadena, podremos ver implícitas las humanas opiniones; no expuesta a los descuidos de los amanuenses, ni a la
en textos obscuros de los primeros libros verdades que más claramente se contie- ignorancia de los transcriptores y traductores, ni a la malicia de los herejes,
nen en libros posteriores, hasta llegar al Nuevo Testamento, conforme al antiguo
manifiesta a los sencillos, oculta a los soberbios y segura de los tiranos. El Espíri-
axioma: Vetus Testamentum in Novo patet, Novum in Vetere latet.
tu Santo, que la depositó en la Iglesia, es el que da a ésta la inteligencia de la
17. El sentido típico misma, y, por la inteligencia, la vida. Por eso el sentir de la Iglesia católica, la
doctrina de los Padres y Doctores, que son sus portavoces y testigos, la voz del
La tradición judía y la cristiana reconocen que hay en la Escritura, además mismo pueblo fiel, unido a sus pastores y formando con ellos el cuerpo social de
del sentido literal, un sentido en que no son las palabras, sino las cosas o personas la Iglesia, son el criterio supremo, según el cual se han juzgado siempre las con-
por ellas expresadas, las que inmediatamente significan. «El autor principal de troversias acerca de los puntos doctrinales, así teóricos como prácticos; y así
la Escritura—dice Santo Tomás—es Dios, en cuyo poder está emplear, para decretó el Concilio Tridentino que en la exposición de la Sagrada Escritura,
jfc
INTRODUCCIÓN GENERAL 8
en las cosas de fe y costumbres, a nadie es lícito apartarse del sentir de los Padres 9 INTRODUCCIÓN GENERAL
y de la Iglesia.
Su Santidad Pió XII, en su encíclica Divino afflante Spiritu, dice: «Pongan Testamento son: Epístola a los Hebreos, II de San Pedro, II y III de San Juan*
singular empeño en no exponer solamente—como con dolor vemos se hace en la de Santiago, la de San Judas y el Apocalipsis de San Juan.
algunos comentarios—lo tocante a la historia, a la arqueología, a la filología y a
otras disciplinas semejantes, sino que, empleando éstas oportunamente en cuanto V. TEXTOS Y VERSIONES
pueden contribuir a la exégesis, expongan principalmente cuál es la doctrina
teológica, de fe y de costumbres, de cada libro o de cada lugar, de manera que su ai. Lenguas en q u e fueron escritos los originales
explanación no sólo ayude a los doctores teólogos a proponer y confirmar los de la Sagrada Escritura
dogmas de la fe, sino sirvan también a los sacerdotes para explicar al pueblo la
doctrina cristiana y, en fin, a todos los fieles para llevar una vida santa y digna Acerca de un libro, sobre todo si es antiguo, importa mucho conocer dos cosas:
de un cristiano». la lengua en que fue escrito y la fidelidad con que su texto reproduce el original
del autor. Esto impone a los estudiosos de la Sagrada Escritura larga y penosa labor.
Los libros santos fueron escritos en la lengua hablada por aquellos a quienes in-
mediatamente se destinaron. Así, la mayoría de los libros del Antiguo Testa-
IV. EL CANON DE LOS SAGRADOS LIBROS mento fueron escritos en hebreo. Algunos de ellos tienen trozos en arameo,
lengua afín y muy semejante al hebreo, y que hablaron vulgarmente los judíos
19. Criterio de canonicidad desde los tiempos de la cautividad babilónica. Finalmente, hay también algunos
Llámase canon a toda regla de la fe o de la disciplina eclesiástica. De aquí escritos en griego, lengua hablada por los judíos después de la dispersión, sobre
procede la denominación de canónicos que se da a los libros sagrados como tales, todo en Egipto; y otros que, originalmente escritos en hebreo o en arameo, sólo
pues son regla de nuestra fe y de la vida cristiana, y, además, porque han sido se han conservado en una versión griega. De los libros del Nuevo Testamento
incluidos en otra regla más alta y universal, que es la tradición viva de la Iglesia. sólo el evangelio según San Mateo fue originalmente escrito en arameo, como
inmediatamente destinado a los judíos convertidos de Jerusalén; pero sólo en la
De esta regla decía San Agustín que no creería en la Escritura si no le dijera la
versión griega se ha conservado, y en griego fueron originalmente escritos todos
Iglesia que había que creer en ella. En la tradición de la Iglesia se contiene la los otros libros.
doctrina, no sólo acerca de la naturaleza de los libros santos, sino de cuáles son
éstos. El medio por el cual se nos transmite esto último es principalmente la Esta doctrina va resumida en el siguiente cuadro sinóptico:
lectura pública de estos libros en la liturgia eclesiástica. Por eso los más antiguos
documentos oficiales que poseemos sobre el canon de los libros sagrados regu- fDaniel: Hebreo, con fragmentos árameos y griegos deute-
laban la lectura pública en la Iglesia. En ella, sobre todo, se apoyaron los Conci- rocanónicos.
lios de Florencia y de Trento para definir y declarar de fe el siguiente: Esdras: Hebreo, con inserción de documentos árameos.
Ester: Hebreo, con fragmentos griegos deuterocanónicos.
20. C a n o n de los Libros Sagrados Eclesiástico y Libro I de los Macabeos: Hebreo, pero con-
Antiguo Testamento. •< servados en griego.
«Son los que a continuación se enumeran: del Antiguo Testamento: cinco de Tobías y Judit: Hebreo o arameo, conservados en griego.
Moisés, a saber: el Génesis, el Éxodo, el Levítico, los Números y el Deuterono- Baruc, fragmentos deuterocanónicos de Daniel y Ester:
mio; Josué, Jueces, Rut, cuatro de los Reyes, dos de los Paralipómenos: Esdras, Hebreo, conservados en griego.
el primero, y el segundo, que se llama Nehemías; Tobías, Judit, Ester, Job; el Sabiduría y Libro II de los Macabeos: Griego.
Salterio davidico, que comprende 150 salmos; Proverbios, Eclesiastés, Cantar de Todos los demás: Hebreo y conservados en hebreo.
los Cantares, Sabiduría, Eclesiástico, Isaías; Jeremías con Baruc, Ezequiel, Da-
niel; doce profetas menores, a saber: Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas, ("Evangelio según San Mateo: Arameo, conservado en
Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías; y dos de los Macabeos, Nuevo Testamento...^ griego.
primero y segundo. Del Nuevo Testamento: cuatro evangelios: de San Mateo, LTodos los otros: Griego.
de San Marcos, de San Lucas y de San Juan; Hechos de los. Apóstoles, escritos por
el evangelista San Lucas; catorce epístolas de San Pablo Apóstol: a los Romanos, 22. Versiones antiguas
dos a los Corintios, a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses, Los judíos de la dispersión primero, y luego los cristianos, que no entendían
dos a los Tesalonicenses, dos a Timoteo, a Tito, a Filemón y a los Hebreos; la lengua original de los libros sagrados, hubieron de procurarse versiones de
dos de San Pedro Apóstol, tres de San Juan Apóstol, una de Santiago Apóstol, ellos en su lengua vulgar, para poder leerlos en las sinagogas y en las iglesias.
una de San Judas Apóstol y el Apocalipsis de San Juan Apóstol». A los judíos de Alejandría se debe la primera y más antigua versión de la Biblia
A esta lista añadió el Concilio Tridentino el siguiente canon: «Si alguno no hebrea, hecha por varios autores, entre los siglos III y I antes de Cristo. Es la
recibiere por canónicos y sagrados estos libros, íntegros, con todas sus partes, versión llamada de los LXX, que los Apóstoles autorizaron con su uso y entre-
garon a las iglesias por ellos fundadas. De esta versión griega, por desconocer el
como en la Iglesia católica acostumbraron a leerse y se contienen en la antigua
hebreo, hicieron después versiones los latinos, los coptos y otros, mientras que
edición Vulgata latina, sea anatema». los sirios, cuya lengua es afín del hebreo, hicieron directamente de esta lengua
Estos libros suelen distinguirse en protocanónicos y deuterocanónicos, según la versión a la suya.
que desde luego y sin vacilaciones fueron reconocidos como canónicos, o fueron
objeto durante algún tiempo de dudas y discusiones. Los deuterocanónicos del ag. Orígenes de la Vulgata latina
Antiguo Testamento son: Tobías y Judit, los dos de los Macabeos, Eclesiástico
y Sabiduría, Baruc, con algunos fragmentos de Ester y Daniel. Los del Nuevo A San Jerónimo, llamado por ja Iglesia Doctor maximus in interpretandis sacris
tcripturis, se debe un triple trabajo sobre ellas. Primeramente corrigió la versión
INTRODUCCIÓN GENERAL lü
H INTRODUCCIÓN GENES*
latina del Salterio, según la edición griega corriente. Después corrigió el mismo
Salterio y otros libros del Antiguo Testamento, según la edición hexaplar de cretó había de preferirse la que en la misma Iglesia «había sido aprobada con e
Orígenes. Por último, tradujo directamente del hebreo todos los libros del canon largo uso de tantos siglos». Por tanto, esta precelente autoridad, o, como áice<il
judio, y del arameo los libros de Tobías y Judit. Algunos de estos trabajos no autenticidad de la Vulgata, no fue establecida por el Concilio principalmente P°
pasaron al uso público de las iglesias y sólo se conservaron en poder de los eruditos. razones críticas, sino más bien por su legítimo uso en la Iglesia, ya de tantos sigí 0 ^
Los demás fueron siendo poco a poco adoptados por las iglesias, aunque mez- por el cual se demuestra que en las cosas de fe y costumbres está enteramente l<i,
clados con lecciones de la primitiva versión latina y reteniendo otras de ésta que muñe de todo error, de modo que por testimonio y confirmación de la misma
San Jerónimo con sus correcciones había excluido. De estos elementos vino a sia puede aducirse con seguridad y sin peligro de error en las disputaciones, l e ^
formarse el texto de la actual Vulgata, que el Concilio de Trento, apoyándose, ciones y sermones, y, por tanto, no es una autenticidad primariamente crW •',
no en un examen crítico de la versión, sino en el uso tradicional de la Iglesia, sino más bien jurídica. Por tanto, esta autoridad de la Vulgata en las cosas doC tr> ,
declaró auténtica, mandando que nadie, bajo ningún pretexto, osara rechazarla nales no impide en modo alguno—antes hoy más bien exige—que esa misma d°j*
en los actos públicos del magisterio ordinario de la Iglesia, como lecciones, pre- trina se compruebe y confirme también por los textos originales y que a <& t$
dicaciones, etc. El cuadro trazado a continuación como resumen indica los ele- momento se acuda a los textos primitivos, en los cuales siempre y cada día <** •,
mentos de que consta la Vulgata, cuya corrección, después de la verificada por se aclare y exponga la verdadera significación de las Sagradas Escrituras. Ni pí°^$
Sixto V y Clemente VIII, está actualmente encomendada a la Orden Benedictina. be tampoco el Concilio Tridentino que, para uso y bien de los fieles cristiaf'L
y para más fácil inteligencia de la divina palabra, se hagan versiones en lengua ^A(i
fa) Libros protocanónicos: Traducidos del hebreo por gar, y éstas se hagan aún de los mismos textos originales, como con la aprobad 0
San Jerónimo, excepto el de la autoridad de la Iglesia sabemos se ha hecho laudablemente en m u d 1
b) Salterio: Corregido por San Jerónimo según el texto naciones.»
hexaplar.
c) Tobías y Judit: Traducidos por San Jerónimo del 25. Versiones españolas
texto arameo.
Las múltiples versiones españolas, ya totales, ya parciales, de los libros s^.,
Antiguo Testamento. d) Baruc y los Macabeos: De la versión latina primitiva.
grados son, unas, del texto latino de la Vulgata; otras, de los textos original? 0
e) Fragmentos deuterocanónicos de Daniel: Traducidos
por San Jerónimo del texto griego de Teodoción. Las primeras contienen todos los libros, como hechas por autores católicos; ,
segundas, como hechas por judíos o protestantes, sólo contienen los libros P{H$
f) Fragmentos deuterocanónicos de Ester: Traducidos
tocanónicos del Antiguo Testamento, es decir, aquellos cuyo texto hebreo ./
por San Jerónimo del texto griego de los LXX.
llegado hasta nosotros, las de judíos; o los protocanónicos de uno y otro T e g t
g) Sabiduría y Eclesiástico: De la antigua latina, lige- mentó, las de protestantes. A
ramente corregidos por San Jerónimo según el
[ texto griego. i.° En su Crónica General, Alfonso X el Sabio incluyó la traducción de c®
toda la Escritura hecha del latín: Biblia alfonsina. ¡,
2." En los siglos XIV y XV, los judíos hicieron hasta seis versiones de la ¡u
f a) Evangelios: Corregidos ciertamente por San Jerónimo
según el texto griego. blia, la principal de las cuales, la única impresa, es la llamada Biblia de Alba, e
Nuevo Testamento... tada en Madrid, Imprenta Artística, 1920. ..,
b) Los demás libros: Corregidos probablemente por San 3. 0 En el 1553, los judíos españoles residentes en Italia publicaron la ¥>& ,0$
Jerónimo según el texto griego. traducida «palabra por palabra», en dos ediciones, la una dedicada a los jtfd \í
y la otra dedicada a los católicos. Del lugar de su impresión lleva el nombre
24. Autenticidad de la Vulgata
Biblia de Genova. $
Respecto de la autenticidad de la Vulgata, más que decir nada por nuestra 4. 0 En Basilea (1567-1569), Casiodoro de Reina, protestante, publicó v ¿ '
cuenta, preferimos reproducir lo que respecto de ella dice S. S. Pío XII en su en- versión de toda la Biblia, que es conocida por Biblia del Oso. Esta misma, cOfíóí
cíclica Divino afflante Spiritu: gida luego por Cipriano de Valera, fue impresa en Amsterdam (1602), Es' la 4
«Ni se figure nadie que este uso de los textos primitivos, obtenidos con el acredita y difunde por España la Sociedad Bíblica inglesa. 1$
empleo de la crítica, se opone en modo alguno a la sabia prescripción del Con- 5. 0 Modificada la legislación eclesiástica, que desde el siglo XVI prof>' fi
cilio de Trento respecto de la Vulgata latina. Documentalmente consta que los la lectura y, por consiguiente, la impresión de los libros santos en lengua V U I É ^ '
Padres del Concilio no sólo no rechazaban los textos primitivos, sino que expre- publicó el P. Felipe Scío, escolapio, la traducción española hecha del latín (
samente rogaron al Sumo Pontífice que, en bien de la grey de Cristo, encomen- lencia 1791-1793). fí»
dada a Su Santidad, además de la edición de la Vulgata latina, cuidase de que la 6.° Don Félix Torres Amat, canónigo entonces de Barcelona, dio a luz ° ,)•
Santa Iglesia de Dios tuviera también por medio de él un códice griego y otro nueva versión de la Vulgata latina, hoy muy difundida, en Madrid (1823-18 a'
hebreo, lo más correctos que pudiera ser. Y si por las dificultades de los tiempos Parece que en la preparación de su trabajo el Sr. Torres Amat utilizó una ^
y otros impedimentos no pudo entonces darse plena satisfacción a estos deseos, ducción inédita del P. José Miguel Petisco, S. I. .'
al presente, como lo esperamos, aunados los esfuerzos de todos los doctos cató- 7. 0 El año 1947 salió a luz, en esta misma BIBLIOTECA DE AUTORES CRIS^ $
licos, podrá mejor y más plenamente satisfacerse. Y el haber querido el Concilio NOS, la Sagrada Biblia, versión crítica sobre los textos hebreo y griego, po* A
Tridentino que la Vulgata fuese la versión «que todos usaran como auténtica», P. José María Bover, S. I., y D . Francisco Cantera, profesor de lengua h.¿°
esto, como cualquiera ve, sólo se refiere a la Iglesia latina y a su uso público de en la Universidad Central. A¿
la Escritura, y en nada disminuye la autoridad y la fuerza de los textos originales. Fuera de estas versiones generales, ya del Antiguo Testamento hebreo, y 9 ¿?
Pues ni se trataba entonces de los textos originales, sino de las versiones latinas la Biblia toda, abundan las traducciones y ediciones de libros particulares °
que en aquel tiempo corrían, entre las cuales el Concilio, con mucha razón, de- grupos de libros de uno u otro Testamento. Ai
Al dar a la pública luz esta nueva versión castellana directa y completa
INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS HISTÓRICOS 12 II INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS HISTÓRICOS
las Sagradas Escrituras llenamos un vacío de tiempo ha sentido en nuestra Espa- tar un cuadro comienza por el dibujo, y va luego, poco a poco, dándole el colo-
ña, y al encomendarla a la benevolencia de los lectores les pedimos y rogamos rido, hasta dejarlo acabado. La segunda ley es la de la adaptación. El progreso
instantemente que la reciban y juzguen con la ecuanimidad y suma caridad que de la revelación es ya una adaptación a la capacidad del hombre, como bellamente
a todos los hijos de la Iglesia recomienda Su Santidad Pío XII en su reciente en- lo declara San Juan Crisóstomo. Pero hay, además, otra adaptación a las condi-
cíclica para con los conatos de los valientes operarios de la viña del Señor en las ciones intelectuales, morales y religiosas del hombre, en virtud de la cual va Dios
cosas bíblicas, huyendo de ese poco prudente prurito de impugnar o al menos de elevando constantemente las ideas, los sentimientos, las instituciones, los ritos
tener por sospechoso todo lo nuevo, pues sólo en un ambiente de mutua confianza y ceremonias, para cada vez mejor expresar la verdad revelada y ennoblecer los
y caridad podrán dar frutos los aunados esfuerzos que, manteniendo incólumes los sentimientos que de ella brotan. Más lejos lleva todavía Dios esta adaptación,
principios dogmáticos y la doctrina de la Iglesia, aporte cada uno lo que pueda llegando hasta condescender temporalmente con ciertas flaquezas humanas, es-
para el bien de todos, para provecho cada día creciente de la doctrina sagrada perando a que la fuerza de su gracia venga a hacerlas desaparecer. De aquí que
y defensa y honor de la Santa Iglesia. La verdadera libertad de los hijos de Dios, las verdades de orden moral y religioso, como destinadas por su naturaleza a in-
fomentada y sustentada por todos, es condición y fuente de todo fruto verdadero formar y regir la vida humana, comiencen por tomar cuerpo en la misma organi-
y de todo progreso de la ciencia católica, como ya egregiamente lo expuso Su San- zación social, en las leyes e instituciones civiles, en las costumbres domésticas
tidad León XIII, diciendo: «Sin la común conspiración y la seguridad en los prin- y en las ceremonias y ritos religiosos, ya antes conocidos y practicados por Israel,
cipios no podrán esperarse para estos estudios grandes provechos de los esfuerzos y vaya purificándolos y elevándolos en virtud de un nuevo principio de vida so-
aunados de muchos». brenatural, elevando mediante ellos la vida misma del hombre. Esto explica la
gran semejanza entre la vida de Israel y la de los otros pueblos, especialmente si
son de su misma raza o han vivido en estrecha relación con él. De ahí las coinci-
dencias de Israel con esos pueblos en cuanto al nacionalismo, la venganza personal,
la poligamia, el divorcio y otras cosas tocantes a la religión y a la moral, que va
INTRODUCCIÓN ESPECIAL Dios por sus profetas poco a poco restringiendo, hasta que del todo quedan co-
rregidas con la promulgación del Evangelio.
A LOS LIBROS HISTÓRICOS Por esta incorporación de la revelación divina a la vida del pueblo se explican
también las influencias que han ejercido en el desarrollo de la Historia Sagrada
los sucesos históricos, como guerras, invasiones extranjeras, deportaciones, cam-
bios de dinastía, etc.
i. L a Historia Sagrada
Estas sencillas pero fundamentales consideraciones nos dan la solución de
Se llama Historia Sagrada a la historia del pueblo de Israel, escogido por Dios las dificultades y argumentos que oponen los racionalistas, y en que apoyan éstos
para preparar la obra de la salud mesiánica. El concepto de esta historia depende su teoría de la absoluta semejanza entre la Historia Sagrada y la historia de IOB
del que de la misma salud se tenga. Para los racionalistas, esta salud no implica otros pueblos, por las analogías externas que entre una y otra se ofrecen.
nada sobrenatural, y así, la historia de Israel no se distingue substancialmente de
la historia de los otros pueblos. Según ellos, Israel, por una selección lenta y na- 3. Clasificación de los libros históricos
tural, bajo la influencia de los pueblos vecinos más cultos que él, fue elevándose Del concepto que de la Historia Sagrada hemos expuesto se desprende que
de su estado primitivo de ignorancia y barbarie hasta la perfección moral y reli-
los documentos primarios de la misma son los escritos de los profetas, por los que
giosa de que nos da testimonio la Biblia.
se comunica la divina revelación, y los textos legislativos en los que esa revelación
Mas para quien cree en los destinos sobrenaturales del hombre y en la inter- toma cuerpo para obrar sobre la vida del pueblo. Pero no es de estos libros de los
vención sobrenatural y extraordinaria de Dios en la historia del humano linaje, que ahora tratamos, sino de aquellos que formalmente narran la vida del pueblo,
la Historia Sagrada es la historia de esta sobrenatural intervención de Dios por sus vicisitudes, sus guerras, deportaciones, caídas y resurgimientos religiosos, en
medio de sus enviados, los profetas y legisladores de Israel. Desde los comienzos los que, como importantes actores de la historia, intervienen los ministros de la
de la humanidad depositó Dios en el corazón del hombre una aspiración y una revelación. Estos libros son, en el Antiguo Testamento, los siguientes: el Génesis
esperanza: la aspiración a participar de la vida divina y la esperanza de poder y, en parte, los otros cuatro libros del Pentateuco; Josué, los Jueces, Rut, los dos
algún día alcanzar el término de esa aspiración, no obstante los impedimentos de Samuel, los dos de los Reyes, los dos de las Crónicas, comúnmente llamados
que a ello puedan oponerse. Esta aspiración y esta esperanza van tomando forma Paralipómenos; Esdras y Nehemías, Tobías, Judit, Ester y, finalmente, los dos
cada vez más clara en el corazón humano, hasta llegar a Jesucristo, que las lleva de los Macabeos. De ellos, la mayor parte contienen la historia general de Israel;
a feliz término. Tal desarrollo no se realiza sin enconada lucha, por oponerse a él otros se limitan a episodios personales importantes en la vida del pueblo; por
las mismas fuerzas humanas. Pues bien, la Historia Sagrada es la historia de esa ejemplo, Judit y Ester; otros son biografías particulares, pero siempre relacionadas
intervención divina, de sus luchas con las fuerzas adversas y de sus progresos hasta con la vida del pueblo, por ejemplo, Rut y Tobías. Los que contienen la vida
lie gar a la cumbre de la perfección en Jesucristo. San Agustín nos ofrece esta his- general del pueblo forman dos series, aunque con algunos vacíos. En el Penta-
toria como la historia de dos ciudades opuestas: la ciudad de Dios, que vive del teuco, el Génesis, que es como la prehistoria de Israel, y el Deuteronomio, que
amor del Sumo Bien y lucha por El, y la ciudad del mundo, que vive del amor de es un resumen de la historia y de la ley, forman dos obras literariamente distintas
sí misma y combate por hacerle triunfar. de los otros tres libros, en que se nos cuentan la liberación de la servidumbre
egipcia, la legislación dada a Israel y las peregrinaciones por el desierto. Entre
3. Las leyes de la Historia Sagrada el Génesis y el Éxodo hay un vacío de varios siglos, correspondiente a la estancia
La primera ley que rige el desarrollo de esta historia es la del progreso de la de Israel en el país de los Faraones. Josué, que cuenta la conquista y la distribu-
revelación profética, de que antes hemos hablado en la «Introducción general». ción de la tierra de Canán entre las tribus, empalma literaria e históricamente con
San Cirilo de Alejandría compara la obra de Dios a la de un pintor, que al ejecu- el Deuteronomio. Los Jueces son literariamente obra distinta, pero su historia
INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS HISTÓRICOS 14 INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS HISTÓRICOS
15
enlaza con la que le precede y la que le sigue; abarca el espacio de varios siglos Iglesia, la primera persecución contra ella desencadenada por los judíos, la voca-
que median entre Josué y Samuel. Los dos que en hebreo llevan el nombre de ción de los gentiles, la conversión de Pablo, el Concilio de Jerusalén y algunos
este último, y que en los LXX y en la Vulgata son los dos primeros de los Reyes, de los principales hechos de la actividad apostólica de Pedro y de Pablo.
forman literariamente una sola obra, que narra los orígenes y la consolidación
de la monarquía, precedida de la judicatura de Samuel, que es el órgano de Dios 4. Concepción pragmática d e la historia
para la introducción de este cambio de gobierno en Israel. Con esta obra enlazan
históricamente los dos libros de los Reyes, que en los LXX y en la Vulgata son Por lo que hace al método con que han sido escritos los libros históricos, es
el III y el IV de los Reyes y forman literariamente una obra independiente, en preciso distinguir entre la concepción de la historia y su ejecución literaria. La
que se narran la historia de la monarquía davldica en tres períodos: primero, concepción de la historia es en los autores sagrados pragmática, es decir, de tesis
el reinado de Salomón (i Re I - I i ) ; luego, la historia paralela de los dos reinos, hasta doctrinal, y su pragmatismo se funda en los principios religiosos enseñados por los
la destrucción de Samaría en 721 (1 Re 12; 2 Re 17); y, por fin, la historia de Judá profetas y expuestos en muy varias formas en los libros de la Escritura. Estos prin-
hasta la cautividad en 587 (2 Re 18-25). cipios son distintos en los distintos autores; pero todos se derivan de la especial
Los libros siguientes a éstos forman una segunda serie paralela a la primera. providencia que Dios había prometido a Israel. En la primera parte del Génesis
Los Paralipómenos o Crónicas resumen en forma de genealogías toda la historia es manifiesto el propósito de narrar algunos sucesos en que se manifiestan los
que media entre Adán y Samuel, y prosiguen luego en la forma histórica ordinaria divinos atributos, principalmente aquellos que tienen más estrecha relación con
la historia de la monarquía de Jerusalén, en sus relaciones con el Santuario, hasta el orden moral, y el de tejer las humanas genealogías, hasta llegar a Abraham, en
la destrucción de la ciudad santa. Literaria e históricamente entroncan con el quien y en cuya descendencia se concretan las divinas promesas. Los restantes
libro de Esdras, que narra los esfuerzos para la restauración de Jerusalén, después libros del Pentateuco y el de Josué demuestran cómo cumplió Dios la promesa
de la vuelta de la cautividad. Nehemías completa la historia de este período; hecha a Israel de tomarle por pueblo suyo, sacándole de la servidumbre egipcia,
pero ni literaria ni históricamente enlaza con las dos obras precedentes. Los dos haciendo con él una alianza y dándole la tierra prometida. El pragmatismo de los
de los Macabeos son dos libros independientes y, en parte, paralelos entre sí. Jueces se halla claramente formulado en la segunda introducción (2,6-29). Cuando
Por vía de introducción comienza el primero contando la historia de Alejandro Israel, olvidado de su vocación y de su pacto con Dios, se deja seducir por el culto
Magno y de sus sucesores hasta Antíoco IV, que con su tiranía originó la suble- idolátrico de los cananeos, el Señor le manda enemigos que le castiguen, y el castigo
vación de los judíos, objeto principal de la obra. Cuenta las hazañas de los tres le reduce a penitencia. Convertido, le envía Dios un juez, que le libra de sus
hijos de Matatías: Judas, Jonatán y Simón, durante un espacio de cuarenta años enemigos. El pragmatismo de Samuel tiende a demostrar cuáles son los deberes
U75-I35)- El libro segundo toma el hilo de la historia desde Seleuco IV, predece- de la monarquía teocrática de Israel, cuyos reyes no deben obrar como señores
sor de Antíoco IV, y termina en 161 con la victoria de Judas sobre Nicanor. absolutos a semejanza de los de los otros pueblos, sino mostrarse dóciles a la
Entre Esdras-Nehemías y los de los Macabeos queda sin llenar un espacio bastante ley divina y a la dirección de los profetas. David es el modelo de los reyes de
largo de tiempo. Israel. Sobre este mismo concepto está calcado el plan de los libros de los Reyes
En cuanto a las historias episódicas particulares, no cabe duda de que la de y de las Crónicas. En general, puede decirse que los historiadores sagrados van
Rut pertenece a la época de los Jueces; pero acerca de la de Judit discuten mucho siempre guiados por un fin doctrinal, inspirado en la ley y en los profetas. No
los críticos si pertenece a la época anterior o a la posterior a la cautividad. La de En razón incluyeron los judíos sus escritos en la sección de profetas. De aquí
Ester no cabe dudar que es de la época de los persas. Tobías cuenta sucesos acaeci- procede que para establecer su pragmatismo, su filosofía de la historia, no nece-
dos bajo la dominación asiría. sitan hacer una completa exposición de los hechos, de los que poder deducir
En el Nuevo Testamento son históricos los cuatro evangelios y los Hechos científicamente sus conclusiones. Los hechos, más bien que material para una
de los Apóstoles. Ninguno de los evangelios es la perfecta y completa biografía argumentación inductiva, son como ejemplos en los que se realizan los principios
de Cristo Nuestro Señor, pues aunque todos ellos tengan por objeto la narración conocidos por la revelación; y así la narración no necesita ser completa, ni en la
de los sucesos de su vida, sus milagros y sus predicaciones, hay, como advierte exposición general de los hechos ni en la detallada descripción de los mismos.
San Juan al fin del suyo, otras muchas cosas que hizo Jesús, y que si todas se Ya hemos indicado que hay largos lapsos de tiempo sobre los que nada nos dicen
consignaran por escrito, ni el mundo todo podría contener tantos libros. Cada los historiadores, y añadiremos que no pocas veces la narración está lejos de
uno de los evangelistas consignó de los hechos y de las predicaciones del Salvador ser suficientemente detallada y completa para darnos cabal conocimiento de los
aquellos que más hacían al fin doctrinal que cada uno se propuso. Los tres prime- hechos.
ros tienen entre sí gran semejanza en el material histórico que eligieron y aun
en el orden que siguieron en su narración. Por eso se llaman sinópticos, pues los 5. Ejecución literaria d e la historia
tres nos dan una común visión de la vida de Jesús, en su mayor parte durante su
ministerio evangélico en la Galilea. El cuarto, el de San Juan, se distingue nota- Dos métodos se muestran claramente en el modo que los historiadores siguie-
blemente de los otros tres, y el material histórico, principalmente sermones del ron en la composición de sus obras: el de redacción personal y el d e compilación
Salvador, lo toma de su ministerio evangélico en la Judea. El no ser los cuatro o transcripción de documentos. Judit, Tobías y I de los Macabeos nos ofrecen un
evangelios biografías propiamente dichas de Jesús no obsta para que contengan ejemplo del primer modo. El segundo aparece claramente en los Reyes, las Cróni-
y de ellos se deduzca una historia bastante completa, lo completa que quiso Dios cas, Esdras-Nehemías y II de los Macabeos. Según la opinión de algunos exe-
que la tuviéramos, de la vida y del ministerio evangélico del Salvador, pues nos getas, esto último sucede también en los restantes libros del Antiguo Testamento,
describen su origen, su ministerio, sus dichos, su pasión y muerte, su gloriosa desde el Génesis hasta los de Samuel.
resurrección y su ascensión a los cielos. Acerca de este segundo método hay que advertir que la transcripción y com-
pilación de documentos se hace alguna vez sin ninguna indicación d e las fuentes,
Los Hechos de los Apóstoles son la narración de algunos acontecimientos de y aunque de ordinario se redactan adaptándolos al cuadro histórico que el autor
capital importancia acaecidos en la Iglesia primitiva desde la ascensión del Señor sagrado se ha propuesto, alguna que otra vez se transcriben tal y como se hallan
hasta la cautividad de San Pablo en Roma, como son: la solemne fundación de la en sus fuentes; pero con esto gana la historia, si no en claridad, en autoridad
humana, toda vez que se nos dan mejor a conocer las fuentes en q u e la Historia
INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS HISTÓRICOS lí 17 INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS HISTÓRICOS

se apoya; y éstas, cuanto son más antiguas y más cercanas a los hechos mismos, semejanzas con el relato bíblico, fuera de lo que atañe a la noción de Dios, son
tanto mayor crédito merecen ante el tribunal de la razón histórica. innegables.
3. 0 Además de la lista de los diez reyes antediluvianos, que nos era conocida
6. Relaciones entre la Historia Sagrada y la profana por Beroso, otras más han sido halladas recientemente en Mesopotamia, muy
útiles para descifrar el misterio de los diez patriarcas ante y posdiluvianos conte-
Debemos recordar el concepto que de la Historia Sagrada hemos expuesto, nidos en Gen 5 y 11,10-26.
según el cual es la historia de la verdad y de la gracia divinas, encarnadas en el 4. 0 La inscripción de Meneftá, único documento egipcio en que se menciona
pueblo de Israel, cuya vida tienden a elevar, a divinizar, según la expresión de a Israel, y que, si en su estilo fuera más preciso, podría servir para fijar mejor la
los místicos. Por esta incorporación en la vida de Israel, la Historia Sagrada época del éxodo.
viene a ponerse en contacto con la profana y a recibir sus influencias. 5. 0 Para el estudio de la Ley contribuye el monumental código de Hammu-
Primeramente hay que considerar en la historia de los pueblos gentiles sus rabí, juntamente con otros muchos documentos jurídicos y religiosos que nos ofre-
instituciones políticas, sociales, domésticas, etc., para compararlas con las del ce la literatura cuneiforme.
pueblo hebreo. Asimismo se ha de atender a la vida moral y religiosa, a la manera 6.° La correspondencia diplomática de El-Amarna nos da una idea muy
de concebir la divinidad y sus relaciones con el hombre, a las ceremonias y ritos cumplida del estado político de Palestina en la época de la invasión de los hebreos,
del culto, etc. Aun prescindiendo de lo que en esto pudiera haber que remontase conducidos por Josué. No hay hasta hoy modo de ilustrar el período de los jueces
a la tradición primitiva, se ha de tener en cuenta que son con frecuencia manifes- ni los comienzos de la monarquía.
taciones de la razón natural, que son un destello del Verbo divino y que algunas 7. 0 De la misma época ha sido hallada en Ras-Shamra, al norte de Fenicia,
son buenas y tienden a la perfección de la vida humana, aunque en ellas, como toda una biblioteca escrita en lengua cananea y en escritura alfabética, pero
en todo, quepan no pocos errores. Participando Israel de la cultura antigua, y cuneiforme. Su valor es grande para conocer la vida religiosa de Siria y Fenicia.
recibiendo las influencias de otros pueblos, en muchas cosas más adelantados 8.° Sesak nos dejó grabados en los muros de Karnak los nombres de las
que él, es natural que tales influencias hayan alcanzado a sus costumbres y a la ciudades de Palestina por él conquistadas en la expedición de que nos da cuenta
manera de expresarlas. De aquí proceden las grandes semejanzas que en muchos el libro segundo de las Crónicas (12,3).
puntos existen entre el pueblo de Israel y los otros pueblos con quienes vivió en 9." Mesa, rey de Moab, celebra en su inscripción las victorias alcanzadas
contacto. Pero al lado de estas semejanzas hay una substancial diferencia y una sobre Israel, de que hace mención el libro segundo de los Reyes (4,3 s.).
manifiesta superioridad en la verdad sobrenatural que anima la vida del pueblo 10. Muy ricos en noticias son los archivos asirios, en los que hallamos minu-
hebreo. Hay en la religión de Israel un soplo de vida que tiende a elevar las almas ciosos relatos de las campañas de Salmanasar, Teglatfalasar IV, Sargón, Sena-
a las altas regiones de lo divino. Y de aquí procede el término que una y otra querib, Asaradón y Asurbanipal.
cultura han tenido. Murió la gentílica con los pueblos que la crearon, a no ser en n . Otro tanto sucede con las crónicas de Babilonia, que ilustran la historia
aquellos elementos que fueron asimilados por la religión bíblica, mientras que de los imperios mesopotámicos hasta la conquista de Babilonia por Ciro.
ésta va cada día progresando y contribuyendo al progreso espiritual del mundo. 12. A la época de la restauración de Jerusalén pertenecen los papiros de
En el primer aspecto de esta exposición, cuanto contribuya a ilustrar la historia Elefantina, que esclarecen notablemente la historia de Esdras y Nehemías.
de la antigua cultura servirá para ilustrar la historia bíblica. 13. Para la época posterior tenemos los historiadores clásicos, principalmente
En segundo lugar, hemos de considerar los grandes sucesos históricos de Flavio Josefo, que para trazar la historia de los últimos días de su patria dispuso,
influencia universal que más resonancia han tenido en la historia del pueblo sin duda, de más abundante documentación que los extraños y presta una gran
hebreo, tales como emigraciones, invasiones, guerras, nacimientos y caídas de contribución a la Historia Sagrada.
imperios, etc. Fueron éstos en gran número porque Palestina ha sido el lugar de 14. Desde el año 1947 se han hallado en las grutas existentes en la orilla
encuentro de las antiguas civilizaciones y de los antiguos imperios. Por eso, occidental del M. Muerto gran cantidad de documentos: unos son textos de la
cuantos documentos contribuyan a ilustrar la historia de Egipto, de Asiría, de S. Escritura, que habrán de ejercer grande influencia en la crítica textual de la
Caldea, del imperio de Alejandro Magno y de sus sucesores, pueden contribuir Biblia; otros, que ilustran notablemente la vida de la secta esenia judía, ya co-
a ilustrar la Historia Sagrada, que tantas veces los menciona o los supone cono- nocida, pero que los nuevos hallazgos nos dan mejor a conocer.
cidos de los lectores. Al contrario, son muy raros los casos en que los documentos
de la historia profana hacen mención del pueblo de Israel o de cosas tocantes a 8. La cronología bíblica
él, y cuando esto ocurre, hablan de él sólo como objetivo de alguna de sus cam- La historia describe los hechos, condicionados por el espacio y el tiempo; por
pañas; pero la vida religiosa de Israel, lo que constituye su privilegiada grandeza, eso se dice que la geografía y la cronología son los dos ojos de la historia. Para
fue totalmente desconocido de los escribas egipcios, asirios y babilónicos. Sola- muchos es casi un axioma que en la Escritura no hay cronología, y la verdad es
mente los griegos, curiosos investigadores de las cosas extranjeras, se dieron que las incertidumbres en la cronología bíblica son muchas, aunque no las mis-
cuenta de este hecho, y el juicio que de él formaron concuerda con el que más mas en todos los libros. La cronología precedente a la época de Abraham se
tarde se hicieron del Evangelio (i Cor 1,22 s.). halla en las dos genealogías de los diez patriarcas anteriores y posteriores al
diluvio. Adicionados los años que corren entre el nacimiento de cada uno de
7. Principales documentos históricos estos patriarcas y el de su primogénito o sucesor, nos dan la duración de cada uno
de estos períodos. Pero la inseguridad de las cifras y la incertidumbre acerca de
Entre los principales documentos que contribuyen a ilustrar la Historia Sa- la naturaleza de estos números y de estas genealogías hace aquí verdadera la
grada indicaremos los siguientes: anterior afirmación de que no hay cronología bíblica. El historiador caldeo Beroso
i.° El relato caldeo de la Creación, siquiera sea por el manifiesto contraste nos presenta también para los tiempos antediluvianos una serie de diez reyes
con la narración del Génesis. que reinaron en Caldea; pero la obscuridad de la cronología bíblica no se disipa
2." El del Diluvio, bastante más interesante que el de la Creación, y cuya* con este también obscuro documento. Los datos generales de la historia de Caldea,
INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS HISTÓRICOS 18
de Egipto, de Elam y, sobre todo, los de la Prehistoria parecen demostrar que
estas genealogías bíblicas son muy incompletas.
Ha sido bastante común aceptar la coincidencia de la época de Abraham con
la de Hammurabí; pero nuevos documentos han obligado a mudar de sentencia.
Los más recientes descubrimientos cuneiformes colocan el comienzo del reinado
de Hammurabí por el año 1700. No hay, pues, hasta ahora punto fijo en
la cronología profana que pueda en este período servirnos de apoyo para la
cronología bíblica del mismo. Todos convienen en que la inmigración de Israel
en Egipto se verificó durante la dominación de los reyes Hiksos; pero habiendo
durado ésta varios siglos, y siendo muy obscura su historia, en esa misma o mayor
obscuridad quedamos respecto del tiempo de la inmigración. El tiempo del
éxodo tampoco puede con seguridad determinarse. Las opiniones de los egiptó-
logos se dividen, optando unos por el reinado de Amenofis II, en la postrera mitad
del siglo XV a. C , y otros por el de Meneftá, dos siglos más tarde, hacia el
año 1230 a. C. La sentencia común hace recaer el año 1000 a. C. en el reinado
de David. La duración del período de los jueces queda sin determinar. Son bien
conocidas las palabras de San Jerónimo sobre la obscura cronología de los libros
de los Reyes. Sin embargo, a la nueva luz de los documentos asirios, la crono-
logía bíblica adquiere algunos puntos fijos en este período. Así la campaña siro-
efraimita, que tan importante lugar ocupa en los vaticinios de Isaías, ocurrió por
los años 734-732 a. C ; la destrucción de Samaría por Sargón, el año 722-1 a. C.
Para el último período de la vida de Judá no hallamos ya tantos datos en
los documentos asirios. La destrucción de Nínive ocurrió en el 612 a. C ;
en 586, la de Jerusalén, y en 539, la conquista de Babilonia por Ciro. Con ésta
termina oficialmente la cautividad. La cronología de la restauración, aunque
más fija, tiene todavía sus dificultades, y los doctos disputan sobre el orden que
en la historia tienen las legaciones de Esdras y Nehemías. En los libros de los
Macabeos el cómputo de los años es más preciso, pues ambos libros parten de
la misma fecha, la de la batalla de Baza, comienzo de la era seléucida, que principia
el primero de octubre del año 312 a. C. Pero el libro primero comienza a contar
a partir de la Pascua de dicho año, mientras que el segundo cuenta desde el
otoño del mismo, originándose así una diferencia de seis meses en el cómputo
del uno y del otro.
1297 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL

A d r a m e l e c : ídolo d e los sefarvaimitas, cuyo [Alfarero]


ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL culto pasa a Samaría: 2 Re 17,31-
A d u l t e r i o : prohibido por la L e y : Ex 20,14;
Eclo 38,32-34; Jer 18,3—prueba sus vasos en el
horno: Eclo 27,6—también hace ídolos: Sab 15,8.
Lev 18,20; 20,10; N ú m 5,13; D t 22,22; M t Alfeo: padre del apóstol M a t e o : M e 2,14
14,4; Jn 8,5—reprendido por los profetas: 2 Sam —padre del apóstol Santiago el Menor (Mt 10,3;
12,17; Jer 5,8; Ez 22,11; O s 4,2—excluye del M e 3,18; L e 6,15; Act 1,13), llamado también
reino de D i o s : 1 Cor 6,9; H e b 13,14—consejos Cleofás: M t 27,56; M e 15,40; Jn 19,25.
[Abstinencia] para q u e sea evitado: Prov 2,16; 6,29-35; 7, A l i a n z a , v. P a c t o .
A r ó n : biznieto d e L e v í : E x 6,16; 18,20—her- los ídolos: Ex 34,15; Rom 14,20; 1 Cor 8,13;
m a n o y ayudador de Moisés: Ex 4,14.16.30; 10-27; 22,14; Eclo 23,32-33—el pueblo d e Is- A l i m e n t o ; d a d o al h o m b r e después d e la
10,28—de las comidas d e los paganos en gene- rael, adúltero de D i o s : Is 5 7 , 3 - n ; Jer 3 , 1 ; 13, creación: G e n 1,29 (v., sin embargo, G e n 4,2.
7,1.10; 16,2-3; M i q 6,4—ausente Moisés, hace ral para mayor seguridad: T o b 1,12; Jdt 12,2;
el oficio del h e r m a n o : Ex 24,14; 32,1—se p r o - 21-27; O s 2,4- 4.20)—después del diluvio: G e n 9,3—prohibido,
D a n 1,8. v. A b s t i n e n c i a : principales alimentos de los
mete el sacerdocio a él y a sus hijos: Ex 2 8 , 1 ; Á f r i c o : viento del Mediterráneo q u e sopla
29,9; H e b 5,4—es consagrado con ritos especia- A c e i t e : como el vino, m u y abundante en Pa- del S O . : Ez 20,46. israelitas: leche, queso, miel, tortas, carnes, pes-
les: Lev 8,1-36—es instruido él y sus sucesores lestina: D t 28,40; 33,24; Jer 31,12; O s 2,22; cados, langostas y otros (v. A g r i c u l t u r a ) : G e n
A g a r : da a luz al hijo Ismael: G e n 21,14;
por u n terrible juicio de Dios sobre la reveren- Jl 2,19.24; M i q 6,15; Ag 2,20—muy necesario 27,9; Ex 3,8; Lev 11,22; D t 32,13-14; Jue 4,19;
Gal 4,30.
cia con q u e deben cumplir el oficio sagrado: para la vida h u m a n a : 1 Re 17,12.16; 2 Re 4,7; 2 Sam 16,1; 1 Re 4,22-23; M t 3,4; 15,34; L e 24,
1 Par 12,40; Eclo 39,31; Ez 16,13—su uso en A g e o : uno de los profetas menores, q u e ejer-
Lev 10,1-2; N ú m 3,4; 26,61—Dios defiende su ció su cargo profético en el a ñ o segundo del rey 4 2 ; Jn 21,9-13.
sacerdocio contra los m u r m u r a d o r e s : N ú m 16,3. los ritos de la consagración: G e n 28,18; 31,13;
35,14; Ex 25,6; 27,20; 29,2; Lev 6,20; 8,12.26; Darío (520 a.J. C ) : Esd 5 , 1 ; Ag 1,1; 2,1, 11.21. A l o e : árbol aromático y su flor: Sal 44,9;
11.31; 17,5.8—recibe como derecho perpetuo las A g r i c u l t u r a : impuesta por D i o s : G e n 3,17; Cant 4,14; Jn 19,39-
primicias del pueblo y las décimas de las déci- 9,4—en los sacrificios: E s 29,40; Lev 2,1-3.4-5.
7—en la unción (2 Sam 14,2), y, por tanto, sím- Eclo 7,16—ejercida también por los nobles: G e n A l m a : dícese por vida: Ex 21,23; Lev 17,11;
mas d e los levitas: N ú m 18,8-15.26-28—su muer- 4 , 3 ; 26,12; 1 Sam 11,5; 1 Re 19,19; 2 Par 26, 2 Re 7,7; M t 2,20; Jn 10,11—por el viviente en
t e : N ú m 20,29; 33,38; D t 10,6; 32,50—su ala- bolo de bendición, de alegría: Sal 44,8; 54,22;
103,15; Prov 27,3; Cant 1,2; Is 5,1; 61,3; 10—se cultivaba el trigo, la cebada, el haba, la general y en especial por el h o m b r e : Lev 2 , 1 ;
banza: Eclo 45,7-27. lenteja, el guisante, el comino, el mijo, la negui- 5,1; Jos 10,35; Job 10,1; Sal 6,5; Act 2,41.43;
Zac 4,14.
A b b a : voz aramea, con la cual llamaba su 11a, los cohombros: 1 Sam 25,i8;2 Sam 17, 2 8 ; R o m 13,1—por el espíritu inmortal en oposición
A c e p c i ó n d e p e r s o n a s : se debe evitar: Lev Is 1,8; 28,25; Ez 4,9—modo d e batir el g r a n o : al cuerpo: G e n 2,7; 37,35; 2 S a m 12,23; 1 Re 17,
Padre el mismo Señor, conservada por los auto- T
9 , i 5 ; D t 1,17; 10,17; 16,19; 1 Sam 16,7; 2 Par
res sagrados junto con la interpretación griega: D t 25,4; Jue 6,11; R u t 2,17; Is 28,27-28; 4 1 , 2 1 ; Job 14,22; Ecl 12,7; Is 26,19; D a n 12,2;
19,7; Job 34,19; Prov 18,5; 24,23; 28,21; Sab 15—cada siete años debían dejar d e cultivar el M t 10,28.39; 16,25; H e b 10,39—por el asiento
M e 14,36; R o m 8,15; Gal 4,6. 6,8; Eclo 35,15-16; Is 11,3; M a l 2,9; M t 22,16;
A b d í a s : uno de los profetas menores, del cual c a m p o : Ex 2 3 , n ; Lev 25,4; 2 Par 36,21; N e h d e los afectos: 1 Sam 1,15; L e 2,35; Jn 10,24;
M e 12,14; L e 20,21; Act 10,34; Rom 2,11; Gal 10,31; 1 M a c 6,49. Act 4,32.
nada conocemos excepto su breve oráculo. 2,6; Ef 6,9; Col 3,25; 1 Pe 1,17; Sant 2,9.
A b e j a : la silvestre es frecuentísima en Pales- A g u a s : superiores e inferiores: G e n 1,6-7; A l t a r : de los holocaustos: Ex 2 7 , 1 ; 38,1;
A d á n : primer padre d e todo el género h u m a - Sam 1,3; 1 Par 21,29; 2 Par 1,5; 4 , 1 ; Esd 3,2;
tina: Ex 3,8; D t 32,13; Jue 14,8; 1 Sam 14,25-27; Sal 135,6; 148,4; Prov 8,27-29; 2 Pe 3,5—santa
no, creado a imagen y semejanza d e D i o s : G e n Ez 43,13; 1 M a c 4,44-47—del timiama o del
Jer 41.8; M e 3,4—témanse comparaciones de para explorar a la mujer adúltera: N ú m 5,17-28
1,26-27; 2,7; Eclo 17,1; 33,10—colocado en el incienso: Ex 3 0 , 1 ; 37,25; 40,5; r Re 7,48;
las abejas: D t 1,44; Sal 117,12; Eclo 11,3; Is —lustral: N ú m 19,9-21 —de contradicción: N ú m
paraíso, viola el precepto de D i o s : G e n 2,15-16; 2 Par 4,19; L e 1,10; H e b 9,4—de la nueva
17,18. 20,10-13; Sal 105,32—se prescribe para varias
3,6; O s 6,7—su prevaricación no sólo le perjudi- alianza: H e b 13,10—altares levantados por los
A b e l : segundo hijo d e A d á n y Eva, pastor d e lociones: L e v 1,9.13; 14,8; 16,26; 22,6; M t 15,
ca a él, sino a toda su descendencia: G e n 3,17-19; antiguos patriarcas: Gen 8,20; 12,7; 13,18; 22,9;
ovejas y agradable a D i o s : Gen 4,1-4; H e b 11, 2; M e 7,3-4—materia necesaria del bautismo:
Rom 5,12-19; 8,20; 1 Cor 15,22—se le promete 26,25; 33,20; Ex 17,15—altares levantados en
4—es muerto por Caín, su h e r m a n o : Gen 4,8; Jn 3,5—metafóricamente para explicar la bendi-
la salud, q u e ha de obtenerse por la descendencia tiempo posterior: Jos 8,30; Jue 6,24; 1 Sam 7,17:
1 Jn 3,12—es contado por Cristo entre los pro- ción divina: Is 4 4 , 3 ; Jer 2,13; Ez 47,1-12; Jn 4,
de la mujer: G e n 3,15—tipo d e Cristo: R o m 2 Re 16,15; 1 Par 21,18.
fetas: M t 23,35; L e 11,51—tipo d e Cristo: H e b 14; 7,38-39—para designar las persecuciones y
5,14; 1 Cor 15,45.
12,24- otros males: Sal 17,17; 68,2.15-16; Is 8,7; Jer A m é n : voz hebrea q u e significa firme, digno
A d a r : mes duodécimo del calendario israeli- 47,2; A p 17,1-15- de confianza; dícese d e D i o s : Is 65,16—-de
A b n e g a c i ó n : antes de Cristo: Eclo 18,30-31; t a : Esd. 6,15; Est 3,7; 16,20; 1 M a c 7,431 2 M a c
2 M a c 6,23—es exigida por Cristo: M t 16,24; A g u a d e l u s t r a c i ó n : destinada a la expiación Cristo: A p 3,14—a modo d e adverbio: D t 27,
15,37- 15-16; T o b 9,12; Is 2 5 , 1 ; Jer 11,5; M t 6,13;
L e 9,23—la misma ley es enunciada d e diver- y a la purificación: N ú m 8,7; 19,1-10.20 (v.
A d i v i n a c i ó n : frecuentísima entre los pueblos Aguas). L e 24,53; Jn 3,5; Rom 1,25; 2 Cor 13,13;
sos modos: M t 5,29; 10,39; 19,21; M e 10,21; antiguos, q u e no se atrevían a emprender cosa al-
L e 14,26; 17,33; 18,22; j n 12,25—es inculcada guna sin consultar a los dioses; se prohibía con Á g u i l a : se cuenta entre las aves i n m u n d a s : 1 Pe 4,11; A p i,6-7-
por el Apóstol: Rom 6,12; 13,14; T i t 2,12. severidad a los israelitas: Lev 19,20.31; N ú m L e v 11,13; D t 14,12—distinguida por su rápido A m i s t a d : entre los hombres: D t 13,6; 1 Sam
A b o m i n a c i ó n d e la desolación, esto es, la 23,23; D t 18,9-14; 1 Re 14,2-16—en su lugar vuelo: D t 28,49; J o b 9,26; 39,27; Prov 23,5; 18,1-3; 2 Sam 1,26; Prov 11,13; 22,24; 27,19;
profanación del templo por Antíoco I V : D a n deben consultar a Dios por medio d e los profe- jer 4 , 1 3 ; 48,40—imagen de la providencia divi- Ecl 4,9-12; 6,11-17; 7,13; 9,14; 12,8; 20,17; 22,
9,27; 1 M a c 1,57-62; 2 M a c 6,2-5; M t 24,15. tas, por efod, etc.: 1 Sam 9,6; 14.18; 23,2-4; na sobre el pueblo d e Israel: Ex 19,4; D t 32,11. 28—entre Dios y los hombres justos: Is 41,8;
A b r a m (llamado después A b r a h a m : G e n 17, 1 Re 22,7- A j e n i o : hierba amarga, cuyo n o m b r e se emplea Sab 7,27; Jn 15,14-15; Sant 2,23; 2 Pe 1,4.
5): hijo de T a r e j : G e n 11,27—se casó con Sara, A d i v i n o , v. E n c a n t a d o r e s . metafóricamente para designar las cosas penosas A m o r r e o s : denominación general d e los ha-
hermana por p a r t e del p a d r e : G e n 11,29; 20, A d j u r a c i ó n , v. J u r a m e n t o . y dañosas: Jer 9,15; D a n 3,15-19; A m 5,7; A p bitantes d e la tierra prometida: G e n 15,16;
12—por llamamiento del Señor sale hacia la tie- A d o n a i : voz hebrea para designar a Dios, q u e 8,11. 2 Sam 21,2—antes de la entrada de los israelitas
rra d e C a n á n : 12,1-4—al volver de la persecu- responde al latino Dominas (meus): Ex 6,3; Ajías. P r o f e t a : divide la capa en doce partes: habitaban la tierra montañosa d e Palestina:
ción de Codorlaomor le sale al encuentro Mel- Jdt 16,16. 1 Re 11,30—predice males a la mujer de Jero- N ú m 13,30; D t 1,7; Jos 7,7; 10,5-6—en la
quisedec ofreciéndole p a n y vino: G e n 14,17-20 b o a m : 1 Re 14,6.10—escribió profecías (perdi- región transjordánica el río Arnón les separaba
—frecuentemente recibe la promesa de una des- A d o n i s (en hebreo Tammuz): amante mitoló- d a s ) : 2 Par 9,29. de los moabitas: N ú m 21,13-35—se hace de
cendencia: G e n 15,4; 17,16; 18,10—en él serán gico de Venus, muerto por M a r t e . E n su aniver- A l a b a n z a : se refiere comúnmente a la materia ellos mención con frecuencia: Jos 24,8; Jue 1,34;
benditas todas las gentes: Gen 12,3; 18,18; 22, sario era llorado por mujeres como muerto. Se- d e la alabanza: Ex 15,2; D t 10,21. 1 Sam 7,14;- 1 Re 9,20; Esd 9 , 1 ; Sal 134,11;
18; 26,4; 28,14—le nace Ismael d e A g a r : G e n guían días d e máxima lascivia para celebrar su A l a b a s t r o : para hacer pequeños vasos d e per- Ez 16,3.
16,4.15—recibe la circuncisión como señal d e resurrección: Ez 8,14. fumes, d e donde prevaleció el uso d e designar A m o s : uno d e los profetas menores, q u e
alianza con Dios: G e n 17,11 —le nace Isaac y está A d o p c i ó n : entre los h o m b r e s : Ex 2,10; Est bajo la voz «alabastro» o «alabastro de perfume» ejerció su ministerio profético bajo Jeroboam I I :
dispuesto para ofrecerle a Dios: G e n 21,2; 22, 2,7—de los hombres por Dios antes de Cristo: cualquier vaso de perfumes, a u n q u e algunas 2 Re 14,23; A m 1,1—fue llamado al ministerio
10—su fe, alabada muchísimas veces: G e n 22, Ex 4,22; 19,5-6; D t 14,1; Is 1,2; 1 Par 28,6; veces no fuera d e piedra d e alabastro, sino de profético de humilde estado: A m 7 , I 4 - i 5 -
16; Eclo 44,20-23; Jdt 8,22; 1 M a c 2,52; Rom Sab 9,7; Rom 9,4—después d e Cristo: Rom 8, otra materia: M t 26,7; M e 14,3; L e 7,37. A n a : madre de Samuel: 1 Sam 1,20—mujer
4,1-25; Gal 3,6-29; H e b 11,17; Sant 2,23—hi- 14-17-23; Gal 3,26; 4,5; Ef 1,5; 2 Pe 1,4; 1 J n 3 , 2 . A l c a p a r r a : planta cuya yema sirve como con- de T o b í a s : T o b 1,9—mujer de Ragüel, primo
jos de A b r a h a m : M t 3,9; L e 19,9; Jn 8,33.39; A d o r a c i ó n : de los h o m b r e s : Gen 23,7; 33,3; dimento para excitar el apetito: Ecl 12,5. de T o b í a s : T o b 7,2—profetisa del tiempo de
R o m 9,7; Gal 3,7. 50,18; R u t 2,10; 1 Sam 24,9; Jdt 10,20; Est A l e l u y a : palabra hebrea que responde al lati- Cristo: L e 2,36-38.
A b s t i n e n c i a : de comidas i n m u n d a s : Ex 21, 3,2; Act 10,25—de los ángeles: N ú m 22,31; no laúdate Iahveh, alabad al Señor: Sal 104-106; A n a s : sumo pontífice de los judíos en los
28; 22,31; Lev 11,4-8.13-20.32-34-41-42; 22,8; Jos 5,14; T o b 12,16; A p 19,9; 22,8—de Dios^j 110-118; 134-135; 145-150 al principio; 147-150 años 6-15 d. J. G , al cual sucedieron Ismael
D t 14,7-8.12-19—de la carne con sangre: Gen G e n 24,26; 47,31; Ex 4 , 3 1 ; 1 Sam 1,19; Jn . f l al fin. (15-16), Eleazar (16-17), Simón (17-18), Caifas
9,4; Lev 17,10-14; 19,26; D t 12,23; 1 Sam 14,33; 20-21; A p 4,8-11; 7-i2---de Cristo: M t 2 , i i f l AMa y o m e g a : primera y última letras del (18-36). Era suegro de Caifas y gozaba de gran
Act 15,20-—de cosas que están consagradas a 8,2; 9,18; 15,25; Jn 9,38—de los ídolos: E f l alfabeto griego: Expresión apocalíptica dicha de autoridad sobre él: L e 3,2; Jn 18,13-
Dios de algún m o d o : Ex 29,34; Lev 3,17; 7, 20,5; 23,24; 34,14; Lev 2 6 , 1 ; D t 4,19. I Cristo. A p 1,8; 21,6; 22,13—semejantes expre- A n a m e l e c : ídolo de los sefarvaimitas: 2 Re
23-25; 19,6-8.23; 23,14; M t 12,47-deI nervio A d r a m e c i a : ciudad marítima de Misia cerefl siones de D i o s : Is 41,4; 43,10; 44,6; 48,12. I7,3i-
ciático: Gen 32,32—de las carnes inmoladas a de T r ó a d e : Act 27,2- ^ A l f a r e r o : su modo de trabajar: Sab 15,7; A n a t e m a : exvotos colgados en los muros de
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1298 1299 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL

[Anatema] [Aparición] [Arquisinagogo] [Avaricia]


los templos: Jdt 16,23; 2 M a c 9,16; L e 21,5 Jos 5,13 (v. Á n g e l d e Yavé)—de los ángeles, había que hacer en la sinagoga y cuidar por el 23,8; D t 16,19; 27,25; Sal 25,10; Prov 15,27;
—cosa o persona entregada a la destrucción en v. Ángel—-de los hombres: 1 Sam 28,12; M t 17, orden: M e 5,35; L e 13,14; Act 18,8.17. 17,23; 28,16; Is 5,23; 33,15; Ez 22,12-13; M i q 3.
honor de Dios (en hebreo, j é r e m ) : N ú m 21,2-3; 3; 27,53. Apariciones de Cristo: a María Mag- A r r a s : se dice del Espíritu Santo q u e se da a 1 r—contra ella hablan muchas veces los profetas:
Dt 7,26; 13,6-9; 15-17; Jos 6,17; 7.1-23; i Sam dalena: M e 16,9; Jn 20,14—a las demás piadosas sus fieles como prenda de la gloria celestial q u e Is 5,8; 56,11; 57.17; Jer 6,13; 8,10; 22,17;
15,3; 1 M a c 5,5; M e 14,71; Act 23,12; Rom 9.3; mujeres: M t 28,9—a P e d r o : L e 24,34; 1 Cor 15,5 después ha d e ser otorgada: 2 Cor. 1,22; 5,5; Ez 33,31; H a b 2,9—algunos perecieron por causa
1 Cor 12,3; 16,22; Gal 1,8-9- —a los discípulos de E m a ú s : M e 16,12; L e 24, Ef 1,14 (v. Rom 8,16; Ef 4,30). de la avaricia: Jos 7,21; 1 Sam 8,3; 2 Re 5,26-27;
A n c i a n o : hombre prudente por su experien- 15—a los discípulos en el Cenáculo, faltando Artífices: en tiempo de Moisés llenó Dios de 2 M a c 10,20; M t 26,15; Jn 12,6; Act 5,2; 24,26.
cia: Job 12,12; Prov 16,31; Eclo 6,35; 8,9-10 T o m á s : L e 24,36-43; Jn 20,19-23; r Cor 15.5 sabiduría y ciencia a aquellos artífices q u e debían A v e s : puras e i m p u r a s : Lev 11,13-19; D t 14.
—por eso es digno de honor y respeto: Lev 19,32; —a los discípulos presente T o m á s : M e 16,14; hacer el tabernáculo: Ex 31,2-11; 35,30-35—en 11-20—sacrificables: G e n 8,20; 15,19: Lev 1,14;
Eclo 32,4-5-13; 2 M a c 6,24 (v. Sab 4,8-9)—una Jn 20,26-29—a siete discípulos junto al mar de los tiempos d e David y Salomón tuvieron que 12,6; 14,4-7—comestibles: D t 14,11.20; 22,6;
vejez feliz es premio de ía virtud: Gen 15,15; Galilea: Jn 21,1 -23—a los discípulos en un recurrir a los artífices fenicios para edificar el Is 10,14; L e 11,12.
25,8; D t 5,16; Jdt 8,32; Sal 54.24—molestias monte de Galilea: M t 28,16-17—a quinientos templo y la casa real: 2 Sam 5,11-12; 1 Re 5,1-18 A y o : 2 Re 10,1.5; Est 2,7; Is 49,23; O s 11,3;
de la vejez: Ecl 12,1-7; Eclo 3,14-15- hermanos a la vez: 1 Cor 15,6—en el día de la —en tiempo de Saúl no había ningún herrero 1 Cor 4,46; Gal 3,24.
A n c i a n o s : los magnates o nobles y más in- Ascensión: M t 28,18-20; M e 16,15-18; L e 24, en Israel: 1 Sam 13,19—sin embargo, también A y u n o : señal d e luto y tristeza por alguna
signes en dignidad: Ex 3,16; N ú m , 11,24; D t 21,2; 50; Act 1,9. entre los hebreos había artífices de distintas calamidad: Jue 20,26; 1 Sam 31,13; Jer 41,2;
Jdt 11,7; 1 S a m 3 0 , 2 6 - 3 r ; 1 Re 8,1; 20,7; Esd 10, A p o l o : varón m u y elocuente y docto en las artes: 2 Re 12,11; 24,14; Jer 14,1; 23,2. 52,12; Zac 7,2-5; 8,9; M t 9,15—señal también
14; Ez 2 0 , 1 ; 2 M a c 14,37—el sanhedrín, según Escrituras: Act 18,24— e s rnuy apreciado por A s e r a : diosa cananea de la fertilidad, mencio- de penitencia y aflicción interior, al que se añade
el Nuevo Testamento, se componía de escribas, San P a b l o : 1 Cor 1,12; 3.6.22; 4.6; 16,12; nada muchas veces en la Biblia. Solía ser repre- la oración para aplacar la ira de Dios y obtener
sacerdotes y ancianos solamente: M t 16,21; 27, T i t 3.13. sentada por u n tronco q u e se designaba con el su misericordia: Lev 19,29; N ú m 30,14-26;
4 1 ; M e 11,27; 1 5 . x ; L e 9,22 (v. P r e s b í t e r o ) . A p o s t a s í a : deserción de la verdadera religión mismo nombre: D t 7.5; 12,3-16.21; 2 Re 17,16; T o b 12,8; 1 M a c 3,47; 2 M a c 13,12; M t 17,20;
Á n g e l : están ante D i o s : 1 Re 22,19; Is 6,2-3; o de la observancia de la ley: Jos 22,22; Ez 2,3; 23,4; Miq 5,13. Act 13,2-3; 14,22; 2 Cor 6,5; 11,27—en la ley
D a n 7,10; M t 18,10; L e r2,8; A p 5,11; 7,11 Act 21,21—de manera especial la gran deser- Asideos: piadosos honradores d e Dios que mosaica estaba prescrito u n solo día de ayuno
—sus diversos ministerios cerca de los nombres: ción antes de la venida del anticristo: 2 T e s 2,3. velaban por la cuidadosa observancia de la ley al a ñ o (Lev 16,29; Act 27,9), aunque se cele-
Gen 19,7; 28,12; 1 Re 19,5; Job 5,1; Sal 33,8; A p ó s t o l : son elegidos por Cristo: M e 3,14; mosaica: 1 M a c 2,42; 7,13; 2 M a c 14,6. brasen muchas veces ayunos por las calamidades
90,11; 2 M a c 10,29; L e 15,10; Act 5,19; 8,26; L e 6,13—se les enumera cuatro veces en el Asirios: insignes en el a r t e de la guerra y en públicas o infortunios privados—con qué espí-
10,3; 12,7; 27,23; H e b 1,13-14; A p 5,8; 8,3-4 Nuevo T e s t a m e n t o : M t ro,2-4; M e 3,16-19; la crueldad: Is 33,1; N a h 2,1-3,19—destructores ritu se ha de ayunar: Is 58,3-7; Jer 14,12;
—ocúpanse del Mesías: D a n 9.24; M t 1,20; L e 6,14-16; Act 1,13—su misión a predicar: del reino de Israel: 2 Re 15,29; 17,6—deseando M t 6,16-18.
13,41; 24,31; 25,31; 28,2; L e i , 1 1 ; 22,43—di- M t 10,1-15; 28,19; M e i 6 , r 5 ; L e 24,46; Jn 15, destruir el reino d e Judá, son estorbados por A z a r í a s : profeta q u e amonestó al rey Asa
versos órdenes de los ángeles: Col 1,16; Ef 1,21; 16.27; 20,21; Act 1,8; 10,42—sus persecuciones Dios: 2 Re 19,32-36; Is 33-36. sobre la observancia de la alianza teocrática:
1 T e s 4 , r 5 ; Jds 9—Gabriel, Miguel y Rafael y trabajos: M t 10,16-23; 1 Cor 15.30-32—su 2 Par 15,1-8—nombre m u y frecuente, q u e se
A s m o d e o : mató siete maridos a Sara antes
son designados con nombres especiales: T o b 12, deserción y miedo: M t 26,56.70-74; Jn 20,19—su de consumado el matrimonio: T o b 3,8—es atado presenta en la Sagrada Escritura más de 25 veces.
15; D a n 8,16; 9,21; 10,13.21; 12,1; Le 1,19.26; fortaleza después de la venida del Espíritu Santo: por el ángel Rafael en el desierto del Egipto Á z i m o s : pan cocido sin fermento: exigido en
Jds 9; A p 12,7—a veces se llaman hijos de Act 2,14; 3,12; 4,19-20; 5.19; 1 Cor 3,4-4,5; superior: T o b 8,3 (v. L e 8,31; 11,24; A p 18,2). la fiesta de la Pascua: Ex 12,8.18-20.34; 13.6-7;
Dios: Job 1,6; 2 , 1 ; 38,7; Sal 28,1; 88,7—el 2 Cor 10,4-6; Gal 6,12—también otros, además A s n o (en el Oriente es m u y superior en forma N ú m 9,11; D t 16,3—en los sacrificios: Ex 23,18;
ángel de Yavé: Ex 14,19; 23,20; N ú m 20,16; de los doce y Pablo, son llamados apóstoles: y presencia a sus hermanos occidentales): es 29,2.23; 34,25; Lev 2,11; 7 , 1 2 ; 8,2.26; N ú m 6,
Jue 2 , 1 ; 6,12; 2 Sam 24,16; 2 Re 1,3; 19,35; Act 14,4.13; 1 Cor 10,4-6; 2 Cor 8,23; Flp 2,25 gran parte de la hacienda de los semitas: Gen 12, I5.I7-I9 (Jue 6,19)—en sentido metafórico: 1 Cor
Sal 34-5; D a n 3,49; 6,22; Zac 1,11; L e 2,9; ( —Cristo se llama apóstol por una razón singu- 16; 30,43; 34,28; N ú m 31,28.34; D t 28,31; 5,7-8.
Act 7,30—el nombre de los ángeles aplicado a lar: H e b 3,1. Jue 6,4; 1 Sam 8,16; 1 Par 5,21; 27,30; Job 1,14 A z u f r e : frecuentemente n o m b r a d o en la Sa-
los hombres: Is 18,2; Mal 2,7; 3 , 1 ; M t 11,10;
Á r b o l : indicase la distinción general de los —enumérase entre los animales impuros: Ex 13, grada Escritura para describir el juicio de Dios
A p 1,20—ángeles malos, v. D e m o n i o s .
árboles y arbustos respecto de las hierbas m e - 13; 2 Re 6,25—no le empleaban para empresas y los tormentos del infierno: G e n 19,24; D t 29,
A n i m a l e s : distinción en cuatro clases tomada nores: Gen r, 11.29; Ex 9,25; 10,15—de la ciencia guerreras, sino para trabajos de paz: G e n 22,3; 2 3 ; Sal 10,7; Is 30,33; E z 38,22; A p 9,17;
de la consideración vulgar de la naturaleza: del bien y del mal (nombre eventual, en cuanto 42,26; D t 22,10; Jos 9,4; 2 Sam 16,1; Eclo 33,25; 14,10; 21,8.
Gen 1,26; 9,2; Lev 11,46; D t 4,17-18; Sant 3,7 q u e el hombre comiendo de él conoció por ex- Is 30,24 (cf., sin embargo, 2 Re 7.7; Is 21,7)
—distinción en puros e i m p u r o s : Gen 7,2; periencia el bien que perdió y el mal en que —también los ricos cabalgaban sobre él: Ex 4,20;
Lev 11,2-47; D t 14,3-20. cayó): Gen 2,9.17; 3,3.6—de la vida, cuyo fruto 1 T i m 6,9-10—el Mesías entra en Jerusalén sobre J j a a l (que significa amo, d u e ñ o , señor): dios
A n i l l o : colocado en el dedo o sobre el pecho: era apto para conservar la vida del cuerpo por un asno: Zac 9,9; M t 21,7; Jn 12,14. cananeo, cuyo culto a d o p t a r o n con frecuencia
G e n 38,18; 41,42; 1 Re 21,8; Est 3.10; Jer 22,24 tiempo indefinido: Gen 2,9; 3,22.24—de la vída Á s p i d : serpiente pequeña, pero m u y veneno- los israelitas: Jue 2,11; 3,7; 6,25.30; 9,4; 10,6;
—en las orejas o narices: Gen 24,47; Is 3,21; espiritual: Prov 3.18; i r , 3 0 ; 13,12; 15.4; Ez 47, sa: Job 20,16; Sal 90,13; Is 11,8. 1 Sam 7,3; i Re 16,31; 18,19; 19,18; 22,54;
Ez 16,12—en los brazos y alrededor de la gar- 12; A p 2,7; 22,2. A s t a r t é (Venus semita): diosa d e los cana- 2 Re 10,18-20; 17,16; 2 P a r 21,6; 23,17; 28,4;
ganta y de los pies: G e n 24,22; 2 Sam 1,10; A r c a : de N o é : Gen 6,14-16; Sab 10,4; 14,6; neos, a la cual se rendía culto junto con Baal: 34,4; O s 13,1; Sof 1,4—en t i e m p o antiguo lla-
Is 3,19-20. M t 24,38; H e b 11,7; r Pe 3,20—de la alianza Jue 2,13; 10,6; 1 Sam 7,4; 12,10—diosa d e los mábase también así el v e r d a d e r o Dios, como
A n t i c r i s t o : insigne adversario de Cristo al fin o del testimonio: Ex 25,10-15; 37,1-3; Jue 20,27; sidonios: 1 Re I I , 5 - 3 3 » 2 Re 23,13. se deduce de algunos n o m b r e s propios: 2 Sam 5,
de los tiempos: 2 T e s 2,3-10; 1 Jn 2,18; 4,3—sus r Sam 6,2-17; 1 Re 8,4-6; 2 Par 35,3; 2 M a c 2, A s u e r o : de quien se trata en Esd 4 y 6 y en 20; 1 Par 8,33-34; 9,39-40; 12,5 (v. 2 Sam 2,8;
precursores y satélites: 1 Jn 2,22; 2 Jn 7—la 4-5—lo que contenía: Ex 25,16.21; 16,34; N ú m Est 1,1, es Jerjes I, rey de los persas (485-465 an- O s 2,16).
imagen del anticristo encuéntrase en varios lu- 17,10; D t ro,2; 31,26; 1 Re 8,9; H e b 9,4—gran tes J. C.). En cambio, aquel de quien se habla B a a l B e r i t ( = B a a l d e la alianza): ídolo de
g a r e s : Ez 3 8 - 3 9 ; D a n 7 , 8 . 1 1 . 2 0 - 2 1 ; 8 , 9 . 2 3 ; testimonio de la divina Providencia hacia Israel en D a n 9,1 debe de ser u n rey de los medos los siquemitas: Jue 9,4 (v. J u e 9,46).
A p 13. y tipo para los tiempos mesiánicos: Ex 25,22; (625-585 a. J. G ) . B a b e l : Babilonia: ciudad antiquísima: G e n
A n t í o c o : nombre de muchos reyes Seléucidas. N ú m 10,33; Jos 3,3-4; 6,4; Jer 3,16; Col 2,17; A s u r : pueblo descendiente de Sem: G e n 10,22 10,10; 11,9—capital del i m p e r i o caldeo, célebre
El más famoso, Antíoco IV Epifanes, perseguidor A p 11,19. •—ciudad real, de la q u e tomó Asiria su nombre, por la soberbia y la c o r r u p c i ó n : Is 13,11.19;
de la religión judaica: 1 M a c 1,11-67; 2 M a c 6-7 A r c o : arma útil para la caza y para la guerra: antes que floreciese Nínive: G e n 10,11—la na- 14,11-14; 47,5-8; Jer 50,23-24; 51,1-25; Bar 6,
—su m u e r t e : 1 M a c 6,1-16; 2 M a c 1,11-17; G e n 27,3; 48,22; 2 Sam 22,35; 1 Par 5.18; Job 20, ción d e los sirios: N ú m 24.22; Is 7,18; 10,5; 42; H a b 1,6-10—figura d e la gran prostituta:
9,1-29- 24—iris: Gen 9,13-17; Eclo 43,12-13; A p 4,3. 30,31; 31,8. i Pe 5,13; A p 17,5; 19,2—cautividad d e Babi-
A ñ o : espacio de tiempo que consta de doce A r e ó p a g o : colina de Atenas donde se hallaba A u g u r e s , v. E n c a n t a d o r e s . lonia: 2 Re 23,27; 25,14-16; Esd 3,8; Jer 15,2.
meses lunares ( = 354.367 días; por consiguiente, establecido el tribunal supremo de los atenienses: A u s t r o : viento del mediodía portador de calor B a l a a m : adivino llamado p o r Balac para mal-
10,875 días menor q u e el año solar)—mosaico, Act 17,19-22. 0 tempestad: Job 37,17; Is 2 1 , 1 ; Zac 9,5; decir a Israel: N ú m 22,5-20—ya en el camino,
según el cual contaban su reinado los reyes de A r e u n a : 2 Sam 24,16— el mismo es llamado ganado por la avaricia, q u i s o satisfacer el d e -
Israel y de Judá; comienza el día 1 del mes de L e 12,55-
O r n a n : 1 Par 21,15. seo de Balac: N ú m 22,22.32; Jos 24,9-10; 2 Pe
Nisán (marzo-abril)—el de los sirios, según el A v a r i c i a : amor de las riquezas; nada aprove-
A r i e l : nombre de varón: N ú m 26,17; Esd 8,16 2,15; Jds 11—es impedido p o r el Señor y ben-
cual se cuenta en el 2 d e los Macabeos, comienza cha: Ecl 2,16; 5,9; Eclo 14,3; M e 8,36; L e 12,15
—Jerusalén y el altar del Señor: Is 29,r; Ez 43,15 dice al pueblo: N ú m 22,35; 23,1-24.25; D t 23,
el día 1 de Tisri (septiembre-octubre)—el agrí- —causa de todos los males: Prov 1,19; Eclo 10,9;
—varones valerosos: 1 Par 11,22. 5; N e h 13,2; M i q 6,5—induce a los israelitas
cola, como se supone en Ex 23,16, se contaba Jos 15,18; Jue 5,10; 10,4; 12.14; 1 Sam 25,20;
A r o m a s : tomados principalmente del reino al culto de Baal Fogor: N ú m 31,8.16; Jos 13,
de otoño a otoño (esto es, desde que se prepara 2 Sam 17,23; 1 Re 2,40; 2 R e 4,22—especie de
vegetal, y empleados para varios usos: Ex 25,6; 22; A p 2,14.
e l campo para la siembra hasta la siguiente pre- idolatría; M t 6,24; Col 3,5; Ef 5,5—hay q u e
30,23-25; 34-35; M e 16,1; Jn 19,40. guardarse de ella: Sal 118,36; M t 6,19; L e 12,15; B a l a n z a : indispensable e n la antigüedad para
paración). A r q u i s i n a g o g o : jefe de la sinagoga o miembro 1 Cor 6,10; T i t 1.7.11; H e b 13,5—guárdense determinar el valor d e los metales preciosos,
A p a r i c i ó n : de D i o s : Gen 23,24-30; Ex 3,2; de la junta a la cual tocaba dirigir las cosas que de ella principalmente los jueces: Ex 18,21; ya q u e no se empleaban m o n e d a s acuñadas:
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1300 1301 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL

[Balanza] [Bendición] [BotínJ [Camello]


G e n 23,16 (v. L e v 19,36; Prov 11,1; Is 40,12; sus hijos: G e n 9 , 1 ; 12,2-3; 17,16; 25,11—a los ías mujeres cautivas era lícito tomarlas por espo- te, q u e soporta m u c h o la sed y el calor: empleá-
O s 12,7; A m 8,5; M e 6 , r i - i 2 ) . adoradores de D i o s : G e n 49,25; Ex 23,25; sas: N ú m 31,18; D t 21,11-14—nada se debía base para llevar cargas y también en la guerra:
B a r a q u í a s , de quien se había en M t 23,35, D t 7,13; 28,2-14; Sal 5,13; Prov 3,33; Eclo 11, coger d e las ciudades condenadas al a n a t e m a : G e n 37,25; 1 Sam 30,17; Is 21,7—es mencionado
es probablemente el mismo q u e Joyada (v. 2 Par 24—de los padres a los hijos: G e n 27,4.27.35; Jos 3 , 2 i ; 1 Sam I7.3.I9- con frecuencia en la Sagrada Escritura ya desde
24,20-25). 48,15; Eclo 3,11; 1 M a c 2,69—de los reyes a B r o n c e : para hacer vasos e instrumentos: el tiempo d e los patriarcas: G e n 12,16; 30,43;
B a r b a : natural adorno del varón: 2 Sam 10, los subditos: D t 3 3 , 1 ; Jos 22,6; 2 Sam 6,18; Ex 26,11.37; 27,2-6; 28,8; L e v 6,28; 1 Reg 7, Jue 7,12; 2 R e 8,9; 1 Par 12,40; 27,30; Esd 2,67;
4 - 5 ; 19,24: Sal 132,2; Is 7,20; 15,2; Jer 41,5; 1 Re 8,14—de los sacerdotes al pueblo: L e v 9, 15.23-27; 1 Par 15,19—designa metafóricamente Job 1,3'—cuéntase entre los animales impuros:
Bar 6,30; Ez 5,1—se prohibe a los israelitas 22; N ú m 6,23-27; D t i o , 8 ; 1 Sam 2,20—de la fortaleza o la d u r e z a : L e v 26,19; D t 28,23; L e v 11,4; D t 14,17—de sus pelos se hacían ves-
cortar el extremo de la barba, según la costumbre cualquiera al prójimo: L e 6,28; R o m 12,14—dí- Jer 1,18; M i q 4,13* tidos m u y d u r a d e r o s : M t 3,4; M e 1,6.
de los idólatras: L e v 19,27; 21,5. cese del beneficio o don q u e se confiere a al- B u e y : animal doméstico, principal parte deí C a m i n o : en su aspecto metafórico tiene u n
B á r b a r o : el q u e habla en lengua extranje- g u n o : G e n 33,11; Jos 15,19; 1 Sam 25,27. patrimonio entre los semitas: G e n 12,16; D t 8, sentido moral e indica la regla de nuestras accio-
ra: Sal 113,1; Act 2 8 , 1 ; 1 Cor 14,11; Gol 3,11. B e r n a b é : sobrenombre d a d o por los apósto- 13; 2 Sam 12,2; Job 1,3—múltiple empleo d e n e s : Job 13,15; Sal 1,6; 5,9; 26,11; Jer 18,11;
B a r J o ñ a : lo mismo q u e hijo de Jonds o d e les a José: Act 4,36—compañero de Pablo en los bueyes: N ú m 7,3; D t 25,4; 1 R e 19,19; Act 9,2; R o m 11,33.
J u a n : v. M t 16,17 y Jn 21,15. el apostolado: Act 9,27; 11,22-24.37; 1 Cor 9, Job 1,14. C a m o s : dios d e los moabitas: N ú m 21,29;
B a r t o l o m é A p ó s t o l ( M t 10,3; M e 3,18; 6; Gal 2,9. B u l : octavo mes del calendario israelita: z R e J u e 11,24; 1 R e 11,7; 2 R e 23,13; Jer 48,9.13-46-
L e 6,14; Act 1,13): probablemente es el mis- B e s o : señal de paz y c a n d a d : G e n 29,13; 6,38. C a m p a m e n t o s : de los caminantes: G e n 32,
mo q u e N a t a n a e l : Jn 1,45; 21,2. 4 5 , i 5 ; 48,10; Ex 4,27; 1 Sam 20,41; Job 9,8; 21—de los guerreros: Ex 14,20; Jue 7 , 1 ; 2 R e 7,5;
B a r u c : amanuense de Jeremías para escri- 11,11; Est 15,15; L e 15,20; Act 20,37; R o m 16, Jdt 16,13—del pueblo d e Israel en su marcha
bir los oráculos: Jer 32,12-13; 36,4—descendió 15; 1 Cor 16,20; 2 Cor 13,12; 1 T e s 5,26; C a b a l l o : ya desde m u y antiguo era usado por por el desierto: N ú m 3,2-34; 33,i-49-
a Egipto junto con Jeremías: Jer 43,3-7—profe- 1 Pe 5,14 (v. Eclo 29,5; L e 22,47)—dado a los los egipcios, principalmente para carros d e gue- C a n d e l a b r o : e n las casas particulares: 2 Re 4,
tiza en Babilonia: Bar 1,1-3. ídolos es señal de adoración: 1 R e 19,18; r r a : G e n 17,17; Ex 14,7-9.18.23; 15,1.4—igual- r o ; D a n 5,5; M t 5,15—de oro en el santuario
Basilisco: serpiente venenosa, que, según la Job 31,27. m e n t e d e los cananeos: D t 2 0 ( i ; Jos 11,4; 19,16— mosaico: Ex 25,31-39; 37,17-24—en el templo de
opinión de los antiguos, causaba la m u e r t e sólo Bestias: deben descansar los sábados del tra- también de otros pueblos: 2 Sam 8,4; 2 R e 6,14; Salomón: 1 R e 7,49; Jer 52,19—en el templo
con la m i r a d a : Sal 90,13; ís 30,6. bajo: Ex 20,12; D t 5,14; Prov 12,10. Is 5,28; Ez 26,7; 1 M a c 3,39—entre los israelitas restaurado después del destierro: Eclo 26,22;
B a t o : medida de líquidos empleada por los B e t e l : antigua ciudad cananea recordada m u - t a n sólo los usaron desde el tiempo d e David y 1 M a c 1,23; 4,49—como símbolo: Zac 4,1-14;
hebreos, cuyo valor era 38,88 litros: 1 R e 7,26. chas veces en tiempo de los patriarcas y de los Salomón: 2 Sam 8,4; 15,1; 1 R e 1,5; 9,19.22; A p 1,20.
B a u t i s m o (lavatorio): loción para quitar la jueces: G e n 12,8; 28,19; 35,6-7; Jos 8,17; Jue 10,26 (v. Jos 11,6-9). C a ñ a : caña d e medir: Ez 40,3-6; 42,16-18;
impureza legal: Ex 29,4; Lee r 4 , 8 ; M e 7,4; 1,23; 4.5; 1 Sam 7,16; 10,3—en ella erigió C a b e l l o : ornato deí varón: 2 Sam 14,16; A p 11,1; 21,15—caña de escribir: 3 Jn 13 (Jer 36,
Le 11,38—como baño q u e soporta el q u e es Jeroboam u n becerro d e oro y constituyó sacer- 2 R e 2,23; C a n t 5,11—su cuidado entre las m u - 23)—bastón: M t 27,29; M e 15,19—empléase con
cubierto por grandes males: M e 10,38-39; L e 12, dotes de los lugares excelsos: 1 R e 12,29-32; jeres: 2 R e 9,30; Is 3,24; Jdt 10,3; 16,10; Cant frecuencia en comparaciones: 1 R e 14,15; M t 11,
50—rito de loción sagrada o de bautismo in- 2 R e 10,29; 23,15—a las prevaricaciones de 4 , 1 ; 7,5; 1 Cor 11,15—ni el varón (1 Cor 11,14) 7; 12,20.
troducido por Juan Bautista en señal de peni- Betel aluden muchas veces los profetas: Jer 48, ni la mujer deben conservarlo con interés: 1 T i m C a r b o n e s s o b r e la c a b e z a d e a l g u n o : expre-
tencia y cambio de vida: M t 3,6-7; 21,25; 13; O s 10,15; A m 3,14; 4,4; 5,5-6—habitó en 2.9; 1 Pe 3,3—se cortaba en señal d e l u t o : Is 22, sión proverbial con que se designa la confusión
M e 1,4-5; L e 3,31 Jn 1,28; Act 19,3-4—sacra- ella aquel sacerdote puesto por el rey de Asiría 12; Jer 7,29; 48,37; Ez 7,18; M i q 1,16—en los del enemigo si le hubiésemos hecho beneficios:
mento instituido por Cristo: M t 3,11; 28,19; para que enseñase la ley de D i o s : 2 R e 19,28. leprosos: L e v 13,10.30; 14,9—en los nazareos: Prov 25,22; R o m 12,20.
M e 16,16; Jn 3,5; Act 2,28.41; 8,12; 19,5; B e t s a b é : mujer d e Urías, con la cual a d u l - N ú m 6,5; Jue 13,5; Act 18,18—en frase p r o - C a r i d a d : d e Dios para con todas las gentes:
22,16; 1 Cor 1,14-17 (v. Jn 3,22; 4,1-2)—se teró D a v i d : 2 Sam 11,2-4; Sal 50—muerto verbial, por cosa insignificante: 2 Sam 14,11; G e n 12,3; Sab 11,24-25; Is 45,22; 53,12; M i q 4,
virtud y eficacia según San Pablo: R o m 6,3-4; Urías, la tomó por mujer David, a quien dio D a n 3,94; M t 10,30; Act 27,34. 1; M t 5,45; L e 15,11-32; Jn 3,16; R o m 8,31-32;
1 Cor 12,13; 15,29; Gal 3,26-27; Col 2,12; cuatro hijos en Jerusalén: 1 Par 3,5—las dos
T i t 3,5; H e b 6,2-6 (v. 1 Pe 3,21). C a b e z a : dícese por eí h o m b r e : Ex 16,16; 2 Cor 13,11; Ef 2,4-7; 1 T i m 2,4; 1 Jn 3 , 1 ; 4,
genealogías de Cristo se reducen a dos hijos 1 Sam 28,2; Sal 65,12—por eí príncipe o gober- 8-10—de manera especial hacia el pueblo de Is-
B e d e l i o : cierta goma o árbol de q u e proce- de Betsabé (Salomón y N a t á n ) : M t 1,6; L e 3,31. n a n t e : N ú m 1,16; D t 28,13; 2 Sam 22,44; I Cor rael: Ex 4,22; 19,5; D t 4,37; Eclo 24,12-13;
d e : G e n 21,12; N ú m 11,7. B e t ú n : mineral de mal olor, semejante a la 11,3; Ef 5,23. Is 1,2; Jer 3,19; 13,11; O s 11,3-4—hacia los
B e b i d a : hay d e diferentes clases: d e agua, pez empleada para calafatear los navios y en C a b o : pequeña medida hebrea, q u e era la justos: Sal 33,16; Eclo 34.19; Is 64,4; Jn 14,23;
que se tiene en mucha mayor estima en Pales- vez de mortero para las construcciones: G e n 6, sexta p a r t e del b a t o : 2 R e 6,25. 16,27; R o m 8,28—hacia Cristo: Jn 15,9-10; 17,
tina q u e entre nosotros por su escasez: 1 Sam 14; i x , 3 ; Ex 2,3. C a d á v e r : de u n h o m b r e ( N ú m 19,13) o de 26; Col 1,13—-de Cristo hacia los h o m b r e s :
25,11; Prov 25,25; Jer 2,13; L a m 5,4; M t 10, B i e n a v e n t u r a n z a : de los justos en la vida u n animal inmundo cuyo contacto debía evitar- Prov 8,31; Jn 10,11; 15,9; R o m 8,35; 2 Cor 5,14;
42; M e 9,40—de vinagre, o más bien d e agua futura: Sab 3,3-9; 5,16-17; D a n 12,2-3; M t 13, se: L e v 11,11.24-25 (y. Sal 78,12; Is 5,25)—de Ef 3,19—del hombre para con D i o s : D t 6,5;
mezclada con vinagre: R u t 2,14 (v. M t 26,48; 43; 25,34; L e 16,25; 22,30; Jn 16,22; 17,24; cualquier animal m u e r t o de m u e r t e natural, no 30,6.16.20; Sal 17,2-3; 30,24; M t 22,37; L e 11,
M e 15,36; Jn 19,29)—de vino, q u e había m u - H e b 10,34-37; 1 Pe 1,4; 5,4; A p 7 , 9 - i 7 ; 2 1 . violenta, cuyas carnes no era lícito comer: L e v 42—para con el prójimo: Ex 23,4-5; L e v 19,
cho en la tierra de G a ñ á n : Jue 9,13; Sal 103,14; 1-27—manera d e adquirirla: M t 5 , 3 - U ; 19,29; 22,8; D t 14,21. 17-18.33-34; Job 3i>29-30; Prov 24,17; 25,21;
Prov 21,19; 31,6; Eclo 19,2; 31,35-39; 3 9 , 3 i ; 20,23; 25,10.21.23; L e 22,28-30; Jn 3,15-16; M t 5,44; 22,39; L e 10,37;, 23,34; Jn 13,34-35;
40,20—<le licores, hecha de varias frutas: Jue 13, Caifas (José): sumo pontífice d e los judíos en
36,5.24; Act 2,21; 16,31; Ef 1,13.14; 2 T i m 1, los años 18-36 d. J. Q , q u e condenó a Cristo; 1 Jn 4,11-21—ha de practicarse con las obras:
4 ; L e 1,15 (v. N ú m 6,3; 1 Sam 1,15)—-de leche, 9; T i t 3,5; Sant 1,12; A p 12,7.10—naturaleza M t 25,34-36; Jn 14,23-24; 1 Jn 2,5-15; 5,3;
que era m u y a b u n d a n t e por la multitud consi- M t 26,3.65; Jn 11,49-50.
que t e n d r á : M e 12,25; 1 Cor 15,42-44. C a í n : primogénito de los primeros p a d r e s : 2 Jn 6—es con frecuencia inculcada por los após-
derable de rebaños: G e n 18,8; Jue 4,19; 5,25 B l a s f e m i a : contumelia u oprobio q u e se di- G e n 4,1—fratricida de A b e l : G e n 4,8; Sab 10,3; toles: R o m 12,10; 14,15; 1 Cor 10,14; 2 Cor 8,
(v. Is 7,15). rige a otro con palabras: 2 Sam 2,21; Is 43,28; 1 Jn 3,12; Jds 11. 24; Gal 5,13; 6,10; Ef 4,2; F l p 1,9; 1 T e s 4,9;
B e c e r r o : víctima preceptuada para algunos 51,7; Ez 5,15; Rom 3,8; 1 Cor 4,13; 10,30—es- C a l d e o s : pueblo situado a la orilla del golfo 1 T i m 6,11; F l m 7 ; H e b 10,24; Sant 1,27; 1 Pe 1,
sacrificios: Ex 24,5; Lev 1,4; 8,2; 9,2; 16,3; pecialmente ofensa contra D i o s : Lev 24,16; Pérsico (v. G e n 11,28), pero mezclado poco a 22; 1 Jn 3,17-18; A p 2,4—es la suma de todas
23,18—de oro hecho por Arón con las joyas del N ú m 16,30; 2 R e 19,6; T o b 13,16; 2 M a c 8,4 poco con los habitantes de Babilonia, de tal m a - las virtudes: 1 Cor 13,1-3; Gal 5,14; Col 3,141
pueblo y q u e representaba la imagen del Señor: —contra el Espíritu Santo: M t i2,3r-32—Cristo nera q u e con frecuencia en los libros de los 1 T i m 1,5.
Ex 32,1-6—puesto por Jeroboam en Bétei y es acusado de blasfemia: M t 9,3; 26,65; Jn 10,33. profetas todos los babilonios son llamados cal- C a r í s m a : cualquier don divino benévolamen-
D a n para q u e el pueblo no subiese a Jerusa- B o c i n a : esto es, cuerno encorvado; se tocaba deos: Esd 5,2; Is 23,13; 4 7 , i ; Jer 24,5; 51,24; te dado a los h o m b r e s : R o m 1,11; 6,23; 11,29;
lén: 1 R e 12,28-32. en la guerra: Jos 6,4; 1 Sam 13,3; 2 Sam 18, Bar 1,2; Ez 11,24; 16,29—tanto se d a b a n a los 1 Cor 9,7; 2 Cor 1,11; 1 T i m 4,14; 2 T i m 1,6—-en
B e l c e b ú (señor d e las moscas): ídolo de los 16; Job 39,25; Jer 4,19—empleada para reunir estudios astronómicos, que, entre los antiguos, sentido más estricto y casi técnico: aquellas gra-
acaronitas: 2 Re 1,2-3—príncipe d e Jos demo- al pueblo en las festividades: Ex 19,13; L e v los astrólogos y augures se llamaban sencilla- cias extraordinarias tan frecuentes en la primi-
nios: M t ro,25; 12,24-27; M e 3,22; L e 11,15. 25,9; N ú m 29,1; 2 Sam 15,10; 1 Re 1,34. mente caldeos: D a n 2,2.4. tiva Iglesia, concedidas a alguno p a r a utilidad
18-19, B o t í n e n la g u e r r a : se debía dividir de modo C a l e n d a s : primer día del mes, en el cual se d e los d e m á s : Act 2,4-13; 10,44-46; R o m 12,
B e l : dios de los babilonios: Is 4 6 , 1 ; Jer 50, diverso: las vestiduras y toda clase de vasos, a ofrecían sacrificios especiales: N ú m 28,11; 1 Sam 6-8; 1 Cor 12,1-14,40; Gal 3,5; Ef 4,11-12. Tales
2 ; 5 i , 4 4 ; Bar 6,40; D a n 14,2. partes iguales entre los combatientes y los que 20,5; Ez 46,1 (v. N e o m e n i a ) . carismas, anunciados por el profeta joel (2,28-29),
Belial: voz hebrea q u e significa inútil o im- guardaban el bagaje: N ú m 31,27; 1 Sam 30, C á l i z : copa o vaso para b e b e r : M t 23,25; habían sido prometidos por Cristo: M e 16,17-18;
p í o : D t 13,13; 1 Sam 1,16; 10,27; 2 Sam 16,7; 22-25; 2 M a c 8,28.30—de los ganados, se reser- 26,27; L e 22,17—contenido del cáliz: L e 22,20; Jn 14,12.
2 Par 13,7; N a h 1,15—el diablo o el impío por vaba una parte al Señor: 2 Par 15,11 (v. N ú m 31, 1 Cor 10,20; 11,25—suerte q u e toca a a l g u n o : C a r n e : voz frecuentísima en la Sagrada Es-
excelencia: 2 Cor 6,15. 28)—de las cosas preciosas, una parte también Sal 10,7; 15,5; Is 51,17.23; Jer 25,15; Ez 23,31; critura, empleada en múltiple sentido: parte car-
B e n d i c i ó n : de Dios a los animales y a los se consagraba al Señor: N ú m 31,49-54; Jue 8, M t 20,22; M e 14,36; Jn 18,11. nosa del cuerpo h u m a n o y animal: G e n 9,4;
h o m b r e s ; G e n 1,22.28; 5,2—a Abraham y a 24-27; 2 Sam 8,10-12 (v. G e n 14,20; Jos 6,24)-— C a m e l l o : animal doméstico común en O r i e n - ! Ex 16,38; R o m 2,28; A p 17,16—el cuerpo h u -
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1302 1303 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL
[Carne] C í n i f e s : la tercera plaga de E g i p t o : Ex 8,16- [Conciencial
m a n o : Áct 2,26.31; Ef 5,29; Col 2 , 1 ; H e b 10,20; 11,20-21—imagen del remo mesianico y de la 18; Sal 104,31; Sab 9,10. q u e no se le dé ocasión de ofensa: Rom 14,1-23;
1 Pe 3,18—el h o m b r e m i s m o : G e n 6,12; M t 24, gloria celestial: L e 12,37; 14,16; A p 19,9-17- C i r c u n c i s i ó n : (abscisión del prepucio, esto es, 1 Cor 8,7-12: 10,28-29.
22; L e 3,6; Jn 1,14; Rom 3,20; Gal 2,16—el C e n á c u l o : habitación situada en la parte su- abscísión de la p a r t e externa de la piel movible C o n c i l i o : cualquier reunión o congregación:
hombre en cuanto débil y enfermo: Sal 55,5! perior de la casa: Jue 3,20; 1 Re 17,19; 2 Re 1,2; con q u e se halla cubierto el miembro viril): se- N ú m 16,2.6; Sal i , s ; 21,17; Prov 26,26—de
Eclo 28,5; Jer 17,5; 2 Cor 4,11—en cuanto in- 4,10-11; Jer 22,13-14; D a n 6,10; M e 14,15. ñal de la alianza con D i o s : Gen 17,10-14; Ex 12, los jueces de algún lugar o ciudad: M t 10,17;
clinado al m a l : Sal 77,39; M t 26,41; R o m 7>5; C e n i z a : para designar la fragilidad h u m a n a : 44.48; Gal 5,3—hacíase a los ocho días del na- M e 13,9—los asesores del presidente: Act 25,
Gal 5,16-24; Ef 2,3—en cuanto q u e hace algo G e n 8,27; Job 13,12; Eclo 10,9; 17,31; Is 33.12 cimiento: G e n 17,12; Lev 12,3; L e 1,59; 2,21; 12—el sanhedrín d e Jerusalén: M t 5,12; 26,59;
por sólo el orden común d e la naturaleza sin la —para componer el agua lustral: N ú m 19,9—so- Jn 7,23; F l p 3.5—con cuchillo d e piedra: Ex 4, M e 15,1; Le 22,66; Act 5,1; 23,1 (v. 1 Mac 12,
gracia especial de D i o s : M t 16,17; Jn 1,13; bre la cabeza en señal de luto y dolor; 2 Sam 13. 25; Jos 5,2—era tenida en gran estima por los 6; 2 M a c 1,10)—así llamado el de los apósto-
Rom Q , 8 ; Gal 4,29—objeto de orden natural en 19; J d t 7,4; Est 14,2; Jer 6,26; M t 11,21. judíos: Jue 14,3; 1 Sam 17,26; Ez 28,10; 1 M a c les: Act 15,6-29; Gal 2,1-10.
oposición al orden sobrenatural: Jn 8,15; i Cor C e n t u r i ó n : jefe d e 100 soldados: M t 8,5; 27, 2,46; Act 15,1; 16,3; Gal 6,12-13—en el reino C o n c o r d i a d e los h e r m a n o s : recomiéndase:
1,26; 2 Cor 5,16; 11,18; F l p 3,3—del h o m b r e 54; Act lo, 1; 21,32; 22,25. t Este palabra se en- de Cristo no vale ya n a d a : Act 15,1.5.10.19.29; Sal 132,1; Eclo 25.2; R o m 12,18; 15,5-6; 1 Cor 1,
consanguíneo o de la misma raza: Gen 37.27; cuentra con frecuencia en unión con la de tribuno, Gal 5,2—espiritual: D t 10,16; 30,6; Jer 4,4; 6,10; 10; Ef 4,3; Flp 2,2; 1 P e 3,8.
2 Sam 5,1; Is 58,7; Rom 11,14—dada al h o m b r e con la de quincuagenario y con los decanos: Act 7,51; R o m 2,29; Col 2,11. C o n c u b i n a : mujer legítima, aunque de ardan
para alimento; Gen 9,3-4; L e v 11,2-47. Ex 18,21; D t 1,15; i Sam 22,7; 1 Par 13,1; C i r o : rey de los persas, quien permitió a los inferior, cuando estaba en vigor la poligamia:
C a r n e r o : se designa para diversos géneros d e 1 M a c 3,55. judíos desterrados la vuelta a su patria y les Jue 8,30; 2 Sam 5.13; 1 Re 11,3; 2 Par 11,21.
sacrificios: Gen 15,9; 22,13; Ex 2 9 , 1 ; Lev 5> T 5; C e r a s t e s ; serpiente cornuda, q u e yace en la devolvió los vasos del templo q u e N a b u c o d o n o - C o n c u p i s c e n c i a : dominante en los hombres:
16,3; 23,18; N ú m 6,14; 7,15; 28,11.19. arena de los caminos, m u y peligrosa para los ca- sor les había arrebatado: 2 Par 36,22-23; Esd 1, M e 4,19; Rom 7,7-9; Ef 2 , 3 ; Sant 1,14; 1 P= 2,
C a s i a : planta aromática m u y estimada entre ballos: Gen 49,17- 1-11; 5,14—precursor y tipo del Mesías liberta- 14.18; 1 Jn 2,16—ha d e mortificarse: Ex 20,
los antiguos: Ex 30,24; Sal 44,9. C e r d o : se le considera como uno d e los ani- d o r ^ Is 44.28-45.3. 17; Prov 6,25; Eclo 18,30; M t 5,28; Rom 6,
C a s l e u : noveno mes del calendario israelita: males inmundos: Lev 11,7; D t 14,8 (v. Is 65,4; C i s t e r n a : (hoya cavada para recoger las aguas 12; 13.14; Gal 5,16-24; Col 3,5; 1 T e s 4.4-5;
N e h 1,1; 1 M a c 1,57. 66,3; 1 M a c 1,50; 2 M a c 6,18; 7.1)—imagen de pluviales): en el campo, para abrevar los ganados, T i t 2,12; 1 Pe 2,11; 4.2.
C a s t i d a d : la de los célibes, preferible al m a - la impureza: Prov 11,22; 2 P e 2,22 (v. M t 7,6; q u e solía estar cerrada con una losa: G e n 21,30; C o n d e n a c i ó n d e los i m p í o s : Sab 5,1-14;
trimonio: M t 19,10-12; 1 Cor 7»7-32-4o; A p . 14. L e 15,15-16). 26,15; 29,2; 37.24; Ex 21,33-34; 2 Par 26,10—en D a n 12,4—en fuego inextinguible; M t 3,12;
- 4 (Sab 3,13-4,2)—en el matrimonio: 1 Sam 21,5; C e r e m o n i a : por precepto, observancia, rito el patio d e las casas: 2 Sam 17,18; Jer 38,6; 7,19; 13,42-50; M e 9,42; L e 3,9; H e b 10,27
T o b 6,17-18; 1 Cor 7,5—en la conversación y sagrado: G e n 26,5; N ú m 9.3-4; D t 4 , 8 ; r Re 2 , 3 ; L a m 3.53. —fuego del infierno: M t 5,22; M e 9,44.46—lla-
trato h u m a n o s : Eclo 26,20; M t 5,28; i T i m 4,12; 2 Re 17,13; 1 Par 29,19; Esd 7 , n ; Ez 44,5. C i u d a d e s d e r e f u g i o : aquellas a las cuales mas de fuego: 2 T e s 1,8—en los tormentos del
5,2; T i t 2,5—y las segundas nupcias: Jdt I$,H: C e r e t e o s y feleteos: soldados mercenarios a huían t a n t o los israelitas como los extranjeros t á r t a r o : 2 Pe 2,4—en las cadenas eternas: Jds 6
16,26; 1 T i m 3,2—cosa difícil y fruto del Espí- quienes estaba encomendada la custodia del rey q u e hubieran causado una m u e r t e involuntaria: —en el lago del fuego: A p 19,20; 20,9-10; 21,8.
ritu Santo: M t 19,11; Act 24,25; Gal 5,23. David y q u e eran filisteos de raza: 2 Sam 8,18; D t 4,41-43; 19,1-13; Jos 20,1-9. C o n j u r a c i ó n : varios ejemplos: N ú m 16,1-50;
C a s t o r e s : Castor y Pólux (Dióscoros), a quie- 15,18; 20,7; 2 Re 11,19. C i z a ñ a : m u y parecida al trigo cuando aún Jue 9,25; 2 Sam 15,1-12; 20,1-2; 1 Re 1,5; Est
nes invocan los marineros y cuyas imágenes pin- C é s a r : n o m b r e común de los emperadores ro- no está espigada: M t 13,25-30. 2,21.
taban en las naves: Act 28,11. manos a partir de A u g u s t o : M t 22,21. Dícese Cleofás, v. Alfeo. C o n s a g r a r : es apartar del uso profano una
C a u t i v i d a d : proveniente de la guerra: N ú m de A u g u s t o : L e 2 , 1 ; de T i b e r i o : Jn 19,12; de C o d o : m e d i d a d e longitud q u e consta de dos cosa para dedicarla a D i o s : a los primogénitos:
31,26-27; D t 20,14; 21,10; r M a c 3.41—en la Claudio: Act 17,7; de N e r ó n : Act 25,8. palmos o veinticuatro dedos = para muchos, Ex 13,2.12; N ú m 3,12—a los levitas y sacer-
cárcel: Gen 39,20; Lev 24,12; N u m 15,341 J u e C e t á c e o : ( = en hebreo Tanniri): las grandes 0,450 m. (codo vulgar), 0,525 m . (codo mayor o dotes: Ex 29,1; 32,29; L e v 8,2-36; N ú m 8,5-26
16,10; 1 Re 22,27; Jer 20,2; 28,6; Esd 7,26; bestias marinas cetáceas, como el delfín, tiburón, regio): G e n 6,15; D t 3,11; Ez 40,5; Jn 21,8; —al hombre al culto de D i o s : N ú m 6,2; Jue ió,
M t 18,30; Act 8,3; 28,16—ha de visitarse a los j etcétera: G e n 1,21; Job 7.12; Sal 148,7; M t 12,40. A p 21,17. 17; 1 Sam 1,11.28; L e 1,15—los vasos sagrados
cautivos: T o b 1,15; M t 25.36; 2 T i m 1,16; C e t r o : emblema de la potestad regia: Esd 8,4 y otros objetos: Ex 40,11; Lev 27,10.28—parte
H e b 13,3. C o h o r t e : décima parte d e la legión roma-
—el mismo rey o su dinastía: G e n 49,10; A m 1,5. del botín después de la guerra: Jos 6,19; 2 Sam
na (600 soldados), aunque a veces se dice de
C a u t i v i d a d d e E g i p t o : se predice: Gen 15, C i e g o : ( = privado de la vista): debe ser res- 8,11 (véase A n a t e m a ) .
cualquier pelotón d e soldados: M t 27,27; Jn 18,
13-16; 50,23-24—dureza de la cautividad: Ex 1, p e t a d o : Lev 19,14; D t 27,18—de la m e n t e : 3.12. C o n s e j o : de Dios, o sea los decretos divinos
13-14.22; S,7-i8; Act 7,18-19—liberación por Is 42,19; M t 23,17; M e 3,5; Jn 9,41; R o m 11, acerca de los hombres: Job 15, 8; Sal 32,11; Prov
D i o s : Ex 3,16-17; 6,6; 12,50; 13,21-22—memo- 25—ciegos sanados por Cristo: M t 9,29; 20,34; C o l c h a : cobertor de la c a m a : Prov 31.32.
C o l e c t a : reunión sagrada: L e v 23,36; D t 16, 8,14; L e 7,30; Act 2,23; Ef 1,11; H e b 6,17—es
ria del beneficio de la liberación: Ex 20,2; Lev 22, M e 8,23; Jn 9,6-7—heridos por Dios con la útil: Prov 11,14; 15,22; Eclo 6,6—Dios desbarata
23; D t 4,37; 7.8; 8,14; 16,1-3; J u « 6,8-10; ceguera: G e n 19,11; 2 Re 6,18; A c t 9,8; 13,11. 8; 2 Par 7,9; N e h 8,18—colección de dinero:
R o m 15.26; 1 Cor 16,1-2. el consejo malvado: Gen 50,20; N ú m 22,10-12:
1 Sam 10,18; 2 Re 17,7; Os 13,4; M i q 6,4. C i e l o y t i e r r a : esto es, el m u n d o t o d o : G e n 1, 2 Sam 17,14; N e h 4,15; Job S.I3; Sal 2,1-4; 20,
C a z a (de aves, ciervos...): famosa entre los i ; E x 3 i , i 7 ; D t 3 , 2 4 ; E s d s , i i ; M t 5 , i 8 ; L c 6 , r 7 ; C o l o n o : el q u e cultiva los campos o las
12; 32,10; Is 7,58; Act 9,23-25; 23,12-19—de la
hebreos: Gen 10,9; 25,28; 27,3; L e v 17,13; Act 4,24—parte superior de este m u n d o visible, viñas: M e 12,7; L e 20,9—el extranjero o pere-
castidad y pobreza en la N u e v a L e y : M t 19,12.21;
D t 14,5; 1 Re 4,23; Sal 90,3; Eclo 27,22; Ez 19,4. 0 sea la región del aire, d e las nubes y d e las grino: G e n 21,34; Ex 12,49-
1 Cor 7,7— del consejero del rey: 2 Sam 15,12;
C e b a d a : (hay diversas variedades en Palesti- estrellas: G e n 9.14; I5.5Í Ex 16,4; D t 11,17; C o l o q u í n t i d a : calabaza silvestre: 2 Re 4,39- 2 Par 25,16; Esd 4,5; 7,14-15; Is 1 9 , n -
na) : con frecuencia se recuerda en la Sagrada Jue 5,4; 2 Re 7,2; M t 6,26; M e 13,25; L e 9,54; C o l u m n a : d e nube y de fuego en la salida C o n s o l a c i ó n : ha de esperarse de Dios: Sal 22,
Escritura: D t 8,8; R u t 3,2; 1 Sam 26,8; 2 Sam 2, Jn 1,32—morada de los ángeles y de Dios: D t 26, de los israelitas d e Egipto: Ex 13,21; N ú m 14, 4; 85,17; 93,19 ¡Is 49,13; 51.12; 66,13; Jer 31,13;
10; Job 31,40; Is 28,25—su harina es panifica- 15; 1 Re 8,30; 22,19; M t 5.10.34-45; 6,9; M e 12, 14; N e h 9,19; Sab 10,17—doble en el pórtico M t 5,5; Act 9,31; 2 Cor 1,3 7.
ble: Jue 7,13; 2 Re 4,42; Jn 6,9—muy usada en 25; Act 7,49—morada de Cristo glorificado y de del t e m p l o de Salomón: 1 Re 7,15-22; 2 Par 3, C o n s t a n c i a y fortaleza en la defensa de la reli-
casa de los pobres: 2 Re 7,1,16.18; A p 6,6. los bienaventurados: M e 16,19; L e 6,23; 2 Cor 15-17; Jer 52,21-23. gión, ejemplos que imitar: 1 Sam 13,13; 16,36;
C e d r o : árbol de los montes del Líbano, fa- 5,1; Flp 3,20; 1 Pe 3,22—el mismo D i o s : 2 Par C o m i d a : se hacía al mediodía: R u t 2,14; 1 Re 18,15-18; 2 Re 3,13-14; Jdt 8,10-11; 1 Mac
mosísimo por su elevación, firmeza y hermosura, 28,9; D a n 4,23; 1 M a c 4,10; M t 3,2; L e 15,18 T o b 2 , 1 ; D a n 13,13; 14.33; L e 14,12—en cuan- 1,65; 2,24; 2 M a c 6,19; 7 , i - 4 i ; D a n 13-23;
empleado con frecuencia en las comparaciones: —en la locución hiperbólica «hasta el cielo», tó- to a la refección principal a la caída de la tar- M t 14,4; Act 4,8-13; Gal. 2,14; 1 T e s 1,6.
Sal 36,35; 9 r . i 3 ; Eclo 50,13; Is 2,13; Ez 31,3; mase por la máxima altura: D t 1,28; 4 , 1 1 ; de, v. C e n a — e l desayuno, a no ser por excep- C o n t a m i n a c i ó n : externa o legal: Lev 11,24-
A m 2,9—para la construcción del templo y la 1 Sam 5.12; M t 11,23. ción, era siempre muy parco: Eclo 10,16; Is 5, 40; 12,2; 13,2-43; 15.2-27; 20,25—verdadera
casa del rey: 2 Sam 5,11; 1 Re 5,6-10; 6,9; 7.2; C i e r v o : enumérase entre los animales p u - 11; Jn 21,5—los antiguos egipcios y hebreos por el pecado: Lev 18,24; O s 5.3Í 6,10; M t 15,
9,11; Esd 3,7—para la purificación del leproso ros: D t 14,5; r5.22; 1 Re 4,23—empléase con comían sentados a la mesa ( G e n 27.19; 42,23; 17-20.
y la preparación del agua lustral: Lev 14,4-6; frecuencia en las comparaciones por su esbeltez 1 Sam 20,5), pero los más modernos, recostados, C o n v e r s i ó n : de la idolatría al culto del ver-
N ú m 19,6. de cuerpo y belleza de forma: G e n 49,21; 2 Sam a estilo griego: Est 1,6; M t 9,10; M e 2,16; dadero Dios: Act 14,14; 26,18; 1 T e s 1,9—del
C e d r ó n : nombre de u n torrente y valle cerca 22,34; Cant 2,7.17; Is 35.6—parto difícil y m a - L e 5,29; Jn 12,2. pecado a Dios por la penitencia: 1 Re 8,46; 2 Par
d e Jerusalén, llamado también por los escritores ravilloso de la cierva: Job 39,1-4; Sal 28,9; C o m i n o : hierba q u e los antiguos usaban 7,14; T o b 13,8; Eclo 17,21-24; I s 5 5 . 7 : E x 3 3 . 1 1 ;
eclesiásticos valle d e Josafat: 2 Sam 15,23; 2 Re Jer 14,5. para condimentar las comidas: Is 28,25.27; O s 14,2; M t 4,17; L e 24,47; i Act 3,19—para la
23,4-12; Jer 3 M o ; Jn 18,1—ciudad d e Judea: Cilicio: especie de vestido vil, a manera de M t 23,23. conversión es necesaria la gracia: Sal 79.4; Jer 3*.
1 M a c 16,9. saco, q u e se adhería al cuerpo y q u e se vestía en C o n c i e n c i a : enseña lo q u e hay q u e hacer o 18-20; L a m 5,21; Jn 6-44—a la verdadera con-
C e n a (refección principal tomada al caer de señal de luto y de dolor: Gen 37,34; 2 Re 6,30; huir: R o m 13,5; 1 Cor 8,10; 10,25; 1 Pe 2,19 versión se le promete el p e r d ó n : D t 4,29; 2Par 7,
la t a r d e ) : profana: Jdt 6,19; M t 23,6; M e 6,21; Jdt 4.9; Sal 68,12; M t 11,21. —aprueba las cosas bien hechas y reprueba las 14; 34,26-27; Sal 31,5; P r a v 2,8,13; Eclo 17,28;
L e 14,12; Jn 12,2—pascual: M t 26,17; M e 14,12; C í m b a l o : instrumento músico d e metal com- cosas mal h e c h a s : Prov 12,18; Sab 17,20; Rom 2, Is 1,16-18; 45,22; 55.7; Jer 18,8; 29,12; Ez 18,21;
L e 22,7; Jn 13,2; i Cor 11,23—del Señor (con- puesto de dos platillos q u e se chocan entre sí: 15; 1 T i m 1,19; H e b 10,22; 1 Pe 3,16—ha de 33.14-15; Jl 2,12-13; Zac 1,3; L e 15,18,20—
sistente en el ágape y la cena eucaristica): 1 Cor 1 Par 13,8; Esd 3,10; 1 Cor 13,1. tenerse en cuenta la conciencia del otro para ejemplos de verdadera conversión: Jue 10,15-16;
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1304
1305 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL
[Conversión] C r i s t o : voz griega q u e significa lo mismo que
2 Sam 12,12-13; 2 Par 33.12-131 Jn 3 , 5 - i o ; M t Mesías en hebreo o Ungido en latín: dícese d e los D a n i e l : poderoso delante de Dios y eximio [Dedicación] '
26,75; L e 7,37-50; 15,18; 18,13; 23,41-43: Act 2, reyes teocráticos (los reyes solían ser ungidos): por su sabiduría: Ez 14,14.20; 28,3—es condu- ción en tiempo d e Cristo: Jn 10,22 (v. 1 M a c 4,
37-41—cuánto ayudan las tribulaciones para la 1 Sam 24,7; 2 Sam 1,14; Sal 17,51; 19,7—del rey cido al palacio real de Babilonia: D a n 1,3-21—in-
conversión: Sal 82,17; Ez 6,9.10; O s 2,6-7; extranjero (no ungido) enviado p o r . D i o s : Is 45,1 59; 2 M a c 1,9).
terpreta sueños y visiones: D a n 2,1-49; 4,1-34; D e m o n i o ( = Satanás, diablo, maligno, dra-
L e 15,17- —de los patriarcas: Sal 104,15—del q u e es llama- 5,1-31—es arrojado dos veces en la leonera y li-
C o r a z ó n : órgano de! c u e r p o : 2 Sam 18,14; do ungido d e manera extraordinaria y a quien gón, serpiente antigua): pecan y son arrojados
b e r t a d o : D a n 6,1-28; 14,22-42; 1 M a c 2,60—sus del cielo: A p 12,7-12—jerarquías entre ellos:
2 Re 9,24; Sal 44,6—asiento de la vida corporal, esperaban los judíos como venidero: Sal 2,2; visiones proféticas: D a n 7-12; M t 25,15—libra
de ahí q u e se emplee por h o m b r e : G e n 18,5; Is 6 1 , 1 ; M t 2,4; 22,42; Jn 1,20; Act 2,36 (v. J e - M t 12,24.45; 25,41; M e 5,9; L e 11,15; 1 Cor
de la m u e r t e a Susana: D a n 13. 15,24; Ef 6,12; A p 12,7.9—se les da culto en los
Sal 103,15; Act 14,16; Sant 5,5—asiento d e la sucristo).
D a n z a : de las jóvenes y mujeres con tímpa- ídolos d e los gentiles: Lev 17,7; D t 32,17; 2 Par
vida espiritual, del conocer, querer y sentir: Gen C r u z : palo levantado verticalmente, del cual nos y otros instrumentos para celebrar los prós- 11,15; Sal 95.5; 105,37; Is 24,21; Bar 4,7;
6,5: Ex 7,13-14; 28,3; D t 6,5; 32,46; 1 Sam 17, se suspende a una persona: Gen 40,19; Jos 8,29;
peros acontecimientos del pueblo: Ex 15,20; Jue 1 Cor 10,20—bajo la forma de serpiente tienta a
2 8 : 2 Sam 17,10; 1 Re 2,44,* Prov 10,13; 16,9; 2 Sam 2 r , 6 ; Est 5,r4 (v. N ú m 25,4; D t 21,23)
11,34; 1 Sam 18,6 (v. Ecl 3,4; L a m 5,15)—en los primeros p a d r e s : G e n 3,1.4.13.14; A p 12,9-
Jer 9,26: Ez 11,19; M t 15,8; L e 2 , 5 1 ; 16,18; —palo levantado verticalmente con otro trans-
los b a n q u e t e s : Eclo 9,4; M t 14,16; M e 6,22 14-15; 20,2—tienta a David y a J o b : 1 Re 22,
Sant 4,8—la p a r t e interior d e una cosa: Sal 45,3; versal (suplicio m u y frecuente entre los romanos,
(v. L e 15,25)—en las solemnidades religiosas: 19-22; 1 Par 2 1 , 1 ; 2 Par 18,18-23; Job 1,6.9.12;
Jn 2,4; M t 12,40—de D i o s : G e n 6,6; 1 Sam 13 usado con los siervos, ladrones y sediciosos); en
2 Sam 6,5.14.16; 1 Par 15,29. 2,1.3-4.7; Zac 3,i—impugna el reino d e D i o s :
14; 1 Re 9 , 3 ; Sal 3 2 , i x ; Jer 3,15; L a m 3,33- uno d e éstos fue clavado Jesucristo: M t 27,32-42;
D á r i c o : moneda de oro persa, cuyo valor era M t 13,10; 25,38-39; M e 4,15; L e 8,12; Jn 8,
C o r d e l : se usa para dar solidez a las tiendas: M e 15,21-32; L e 23,26; Jn 19,17-31; Col 1,20; como d e 25 pesetas: N e h 7,70-72. 44-47; Ef 6,16; 1 Jn 2,13; 5 , i 8 ; A p 2,9-10.13;
te 33,20; 54,2—para medir los campos: 2 Sam 8, 2,14; F l p 2,8 —de Cristo, escándalo para los in- 3,9; 9,1-11; 12,3-18; 16,13-14; 20,7-10—tienta
2; A m 7,17; Míq 2,5—por eso se dice frecuente- fieles, consuelo para los cristianos: Gal 5,11; D a v i d : rey teocrático de Israel: la genealogía:
R u t 4,18-22—egregio cantor d e Saúl y d e Israel: a Cristo: M t 4 . 1 - n ; M e 1,13; L e 4,4 _ I 3—y le
mente, en vez de campo, suerte, heredad: D t 32, 6,12.14; F l p 3,18; H e b 12,2—y tribulación para entregó a la muerte por J u d a s : L e 23,3; Jn 13,
c ; Sab 77,54; Sof 2,5—en sentido trasladado se todos cuantos viven piadosamente: T o b 12,13; 1 Sam 16,14-23; 2 Sam 23,1—ungido rey por
Samuel y señalado por el p u e b l o : 1 Sam 16,1-13; 2.27—confiesa a Cristo: M t 8,29-34; M e 1,24-
aplica a las emboscadas en q u e son capturados los J d t 8,21-22; Sal 33,20; Sab 3,5; 2 M a c 6, 12; M t 27-34; 5,7-17—es adversario perpetuo de su rei-
hombres: 2 Sam 22,6; O s 11,4 (véase Bar 6,42). 5,10; 10,16.38; 16,34; 24,9; M e 13,9; L e 14,26- 1 7 , 1 - 1 8 , 9 — p e r s e g u i d o d u r a m e n t e por S a ú l :
n o : M t 26,18; 2 Cor 6,14-15; 12,7-9; Ef 5,8;
C o r d e r o : pascual, v. P a s c u a — d e Dios, v. J e - 27; Jn 12,25; iS,2o; 16,1-2.33; Act 14,21; R o m 8 , 1 Sam 18,10-30; 19-26; 27-30—elegido rey d e Ju-
6 , n ; Col 1,13; 1 T e s 5,5; 1 Pe 5.8-9; 1 Jn 3,19!
sucristo. 17-18; 2 Cor 1,4; 4,8-17; 1 T e s 3 , 3 ; 2 T e s 1,4; dá e Israel: 2 Sam 2,1-7; 2,8-4,12—conquista a
5,18—su poder vencido por la m u e r t e d e Cristo:
C o r i a n d r o : hierba q u e da una semilla d e olor 2 T i m 3,12; Sant 1,12; A p 3,1°- Jerusalén y la constituye en capital del reino:
L e 10,18; Jn 12,31; 14,30; 16,11; 1 Jn 3,8; H e b
agradable, al cual seasemejaba el m a n á : Ex 16,31; C u a d r a n t e : moneda romana equivalente a la 2 Sam 1,1-15; 6,1-23—defiende a su pueblo con- 2,14-15—y ha de ser destruido desde su raíz:
N ú m 11,7. cuarta p a r t e d e u n as ( = 0,97 pesetas): M t 5,26; t r a los enemigos: 2 Sam 5,16-25; 8,1-4; 10,1-19 M t 25,41; 1 T e s 2,3-10; 2 Pe 2,4; Jds 6; A p 19,
C o r o : medida máxima de áridos y líquidos en- M e 12,42. —prepara la edificación del t e m p l o : 1 Par 22, 19-21; 20,1-10.
tre los hebreos, y que contiene diez efás o batos: 1-29,25—recibe la promesa de la dinastía per-
C u a r e n t a , v. N ú m e r o .
N ú m 11,32; 2 Par 2,10; L e 16,7—viento que petua: 2 Sam 7,8-29—la cual alguna vez debió D e n a r i o : moneda romana de plata equivalen-
C u e r n o : vaso hecho d e c u e r n o : 1 Sam 16,1; conservarse de modo maravilloso: 2 Re 11-12;
sopla del N O : Act 27,12. r R e 1,39; Job 42,14—cualquier extremidad pa- te a una dracma, cuyo valor era de 0,90 pesetas:
16,7-9; Is 7.1-10—los profetas vaticinan muchas M t 20,2; M e 6,37; Jn 12,5.
C o r o : del cual se habla en L e 16,6; está puesto recida al cuerno: Ex 27,2; Lev 4,7.18; 1 Re 1,50; veces y d e modos diversos el cumplimiento de
por el bato. A p 9,13—ala del ejército: 1 M a c 9,1.12.16—rayo D e s p o s o r i o s : oficio del padre para con sus
la promesa mesiánica: Is 7,10-11,16; Jer 17,25; hijos, principalmente para con las hijas, el de
C o r o y d a n z a s como signo de pública alegría: de luz esplendorosa: Ex 34,29-30; H a b 3,4—sig- 23,4-5; 30,°; 33,14-26; Ez 34,23-31; 37.23-28;
Ex r5,2o; 32,19; Jue 11,34; 1 Sam 29,5; Sal 150, no de consistencia y fortaleza: 1 Sam 2,1.10; buscarles esposa o esposo: G e n 24,1-9; 34,1-4.
O s 3,5; A m 9,11; Zac 12,10; 13,1—su hijo, rey 12; 38,6; Ex 21,9; Jue 14,2; 1 Sam 18,23—a ve-
4 ; Jer 31,4. 2 Sam 22,3; Sal 17,3; Eclo 47,6.8; L e 1,69. mesiánico, es celebrado en los Salmos: Sal 2 ; 4 5 ;
C o r o n a : parte del adorno del rey: 1 Par 20,2; C u e r p o : asiento del pecado y de la concu- ces los hijos mismos se buscaban esposa contra
72; 89; 110—en virtud de sus méritos, Dios per- la voluntad de sus padres: G e n 27,46—-había que
Est 8,15; Sal 20,4; Ez 21,26; 1 M a c 10,20; M t 27, piscencia: Rom 6,6.12; 7,23-24; 8,10-13; 1 Cor 9. dona los pecados de los reyes: 1 Re 11.12.34-36;
29—señal d e victoria y d e gozo festivo: Sab 2,8; 27; Gal 5,17—en la resurrección: 1 Cor 15,35-44 pagar al padre d e la esposa cierto precio por ella:
2 Re 8,19; 19,34; 20,6—su reino se manifiesta Gen 29,18-27; 1 Sam 18,25; 2 Sam 3,14-16; O s
Eck>32,3; 1 Cor 9,25; A p 4 , 4 — m e r c e d o premio: (v- J n 20,19-26)—místico d e Cristo: Rom 12,5; realizado en el Nuevo T e s t a m e n t o : M t 1,20;
Prov 4,9; 2 T í m 4 , 8 ; Sant 1,12; r Pe 5,4; A p 2,10 1 Cor 10,16-17; 12,13.27; Ef 1,23; 2,16; 4,4.12. 3,3—hechos los desposorios, el esposo adquiría
9,27; 21,15; 22,42; M e 10,47; 11.11; L e 1,27- pleno derecho sobre la esposa, de tal modo que,
—aquello de q u e alguno se gloría: Prov 12,4; 16; 5,23-30; Col r,r8.24; 2,19; 3,15—el antitipo 33:18,38-39; R o m 1,3; 2 T i m 2,8; A p 3 , ? ; 5,5;
F l p 4 , 1 ; T e s 2,19. si fuese sorprendida en infidelidad, se la castiga-
0 la misma cosa bosquejada en el Antiguo T e s - 22, T 6. ba como adúltera: D t 22,23-37—Dios es como
C o r r e a : por cosa de poquísima importancia t a m e n t o : Col 2,17. el esposo de Israel; de aquí que los pecados del
en los proverbios: Gen 14,23; Is 5.27- C u e r v o : cuéntase entre las aves i n m u n d a s : D é b o r a : juzgaba con instinto profético en el
monte d e Efraím al pueblo q u e acudía a ella: pueblo, principalmente el de idolatría, se llaman
C o r r e c c i ó n f r a t e r n a : Sal 140,5; Prov 9,7-8; Lev 11,15; D t 14,4—providencia de Dios hacia adulterios: Is 49,18-19; 61,10-11; Jer 2,2; Ez
12,1; 17,10; 27,5; 28,23; 2 9 , 1 ; Ecl 7,6; Éclo él: Job 38, 4 1 ; Sal 146,9; L e 12,24 (v. G e n 8,6; Jue 4,4-5—su gran autoridad es fomentar la su-
blevación de Barac contra el rey Jasor: Jue 4, 16,23; 37,26-28; O s 2,4-23; Cant 1-8—Cristo,
19,15; 21,7; M t 18,15; Gal 2 , 1 1 ; 1 T i m 5,20; 1 Re 17,4). esposo de la Iglesia: Jn 3,29; 2 Cor 11,2; Ef 5,
H e b 3,13; Sant 5,19-20 (v., sin embargo, M t 7,3)* 6-5.31.
C u i d a d o : el exagerado ha d e evitarse: Sal 54, 22-23; A p 21,9-22,17.
C r e a c i ó n : del m u n d o por Dios d e la n a d a : 2 3 ; 144,15-16; Prov 13,25; M t 6,25; 13.22; 16, D é c i m a s : costumbre antiquísima que data ya
Gen 1,1; Sal 148,5; Sab 1,14; Eclo 18,1; 2 M a c 7, 7-10; L e 8,14; 12,12; 1 Cor 7,32; F l p 4,6; H e b desde el tiempo d e A b r a h a m y Jacob: G e n 14, D e s t i e r r o , v. T r a n s m i g r a c i ó n .
28; M e 13,19; Jn 1,3; Col 1,16; H e b i r , 3 ; A p 4 , 13,5; 1 Pe 5,7 (v. Ex 34,21; L e v 25.20; D t 8,3; 20; 28,22—habían de ser consumidas ante el D í a : natural es aquel q u e dura mientras el sol
11; 10,6—obra d e Dios, q u e sólo puede ser lle- M t 10,9). Señor: D t 14,22-29; 26,12-15; T o b 1,6-8 (v. A m . está sobre el horizonte, y se opone a la noche:
vada a cabo por la divina potencia (Gen 1,21; C u l e b r a : serpiente: G e n 49,17; Prov 23,32; 4,4)—con ellas quedan santificados todos los fru- G e n 1,14-16—astronómico o civil, el q u e co-
A m 4,13; Sal 50,12), d e manera especial aquella Sab 16,5; Eclo 21,2; 25,22—estrella: Job 26,13. tos, asi d e árboles como de animales (Lev 27. menzaba con la puesta del sol y comprendía el
con que Cristo restituyó al género h u m a n o su C u l t o d e D i o s : en los tiempos premosaicos: 30-33); 1° mismo a los levitas y sacerdotes (las día y la n o c h e : Ex 12,18; Lev 23,32; Jue 14,
primera integridad: 2 Cor S,i7; Gal 6,15; Ef 2, Gen 4,3-4; 8,20-21; 12,7-8; 13,4-18; 28,18; 3 1 , d e estos últimos se llamaban décimas de las dé- 18—-del Señor, aquel en q u e Dios vendrá a eje-
10; 4,24. 54; 35,14; 46,1—en la ley mosaica: Ex 25,10-30. cimas) les eran asignadas a causa de su ministe- cutar su juicio sobre las naciones, sobre Israel y
C r e e r : d a r fe a uno q u e afirma o promete algo: 38; 1 Par 23,2-26,26; H e b 9, 1 (v., sin embargo, r i o : N ú m 18,21-32; 2 Par 31,5-19; N e h 10,37- sobre todos los h o m b r e s : 1 Sam i . i o ; Sal 95,13;
Gen 15,6; Ex 4 , r ; 5,8.31; Sal 77,22; M t 18,6; en tiempo anterior a la edificación del t e m p l o : 38; 12,43; r 3.5-*4—en tiempo de Cristo los fa- Is 2,12; 13,6; Sof 1,14; M a l 4,1—o escatológi-
Le 1,45; Jn 14,1.10; Act 11,17; 1 Cor 13,7—con- Ex 20,24; Jue 6,18; 21,4; 1 Sam 9-12; 2 Sam 7,7) riseos extendían las décimas a la menta, anís y co, absolutamente desconocido por todos: M t
fiar algo a u n o : Gen 39,4; Sab 14,5; L e 16,11; —sinagogal: L e 4,15-21; Act 13,14-15; 17,1-2 comino: M t 23,23; L e 11,42 (v. L e 18,12)—de 24,36.50; M e 13,32; L e 17,24-30; Act 1,7; 1 T e s
j n 2,24; Rom 3,2; 1 Cor 9,17 (v. F e y C o n - (v. N e h 8,3; 9,3)—--de los cristianos: Jn 4,23-24; las mieses y viñas se ofrecían como tributo al 5,1-3; 2 Pe 3,10; A p 3,3; 16,15—dominical: Act
fianza). Act 2,42; 20,7; 1 Cor 11,20-24; 16,2—requiere rey: 1 Sam 8,15. 20,7; 1 Cor 16,2; A p 1,10.
C r i a d o : tomado por siervo: G é n 4 i , i 2 ; D t 12, obras externas además del afecto interior del D e d i c a c i ó n (rito por el cual una cosa se D i a b l o , v. D e m o n i o .
12; Jer 34,11—en cualquiera que habla para de- alma: D t 5,29; 6,5; 10,12; 1 Sam 15.22; Sal 49, substrae al uso profano y se consagra a la reli- D i á c o n o : son instituidos siete diáconos d e en-
signar la reverencia de inferior ante u n superior: 7.23; Is 1,11-17; 29,13; Jer 7,3-4.21-23; M i q 6, gión) : del tabernáculo y todos sus vasos hecha tre los helenistas q u e se encarguen del cuidado
Gen 42,11; 44,18; Ex 5,16—se dice de aquel que 7-8; M t 15,8. por Moisés: Ex 40,1-36; Lev 8,10-11.33; N ú m de los pobres: Act 6,1-16 (v. acerca d e su minis-
sirve al Señor: Jos 1,13.15; 8,31; 11,12; Jue 2,8; 7,10-88—del templo hecha por Salomón: 1 Re terio: Act 6,8-8,2; 8,5-13.26.40; 21,8)—son n o m -
i Re 8, 25; H e b 3,5- 8,1-66; 2 Par 5,1-7,10—del altar y del templo brados a la vez q u e los obispos, como ministros
C r i s t i a n o : sobrenombre de los discípulos de D a g ó n : ídolo d e los filisteos con figura humana por los q u e volvieron de la cautividad: Esd 3, de las iglesias: F l p I , I ; 1 T i m 3,8-13.
Cristo empleado por primera vez por los paganos desde la parte superior hasta la cintura, terminan- 1-5; 6,16-17—el muro de Jerusalén por N e h e - D i a d e m a : cinta de tela preciosa con que los
en Antioquía: Act 11,26 (v. Act 26,28; r Pe do después en figura de pez: Jue 16,23; 1 Sam. 5, mías: N e h 12,27-42—del templo por Judas M a - reyes acostumbraban a ceñir la cabeza: 2 Sam 1,
4,16). 2-6; r Par 10,10; 1 M a c 10,83-84; 11,4. cabeo después d e la profanación de Antíoco: l o ; 12,30; 2 Re 11,12; Est 1,11; 2,17; Is 62,3;
i M a c 4,52-58— conmemoración de esta dedica- 1 M a c 1,9; 6,15.
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1306 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINA!
1307
D i a m a n t e : mineral a cuya dureza se alude [ D i o s ]
muchas veces: Jer 17,1; Ez 3,9; Zac 7,12. [Educación] [Esaú]
4,7-21—juez de todos los h o m b r e s : Ex 20,5; D t tura y fue suplantado por su h e r m a n o Jacob:
D i a n a (gr. A r t e m i s ) : antigua divinidad asiá- 4,24; 6,15; Job 3 4 , n ; Sal 61,13; Prov 24,12; 6,7; 11,19; 32,46; Sal 77,3-6; Is 38,19—su obe-
diencia y reverencia para con los ascendientes: G e n 25,31-34; 27,1-46; H e b 12,16-17—por otro
tica, m u y venerada en Efeso, que no se debe Eclo 10,15; Jer 31,29-30; Ez 5,11-17; 16,42; io,
nombre se le llama E d o m (v. E d o m ) .
confundir con Artemisa, diosa de los griegos, 1-32; Sof 1,18; M t 25,31-46; R o m 2,6-11; A p E x 20,12; 21,15.17; D t 4,9; 21,18-21; 27,16;
E n c a n t a d o r e s ( h e c h i c e r o s , a d i v i n o s , sa-
hermana de Apolo (Act 19,24-35). 20,11-15. Prov 1,8; 20,20; 23,22; Ef 6,1-4; Col 3,20-21 bios...): entre los egipcios y babilonios: G e n 41,
D i d r a c m a : moneda de plata de valor de dos D i ó s c o r o : nombre de un mes, desconocido —la corrección por la vara y la disciplina: 8; Ex 7,11.22; Is 47,12; D a n 2,2.27—entre los
dracmas áticas: M t 17,24 (v. D r a c m a ) . por otra p a r t e : 2 M a c 11,21. Probablemente se P r o v 13,24; 22,15; 23.13; 29,15; Eclo 7,25-26; israelitas, quienes en absoluto tenían prohibido
D i f a m a c i ó n : se debe evitar: Prov 4,24; 10,8; ha de leer el nombre del mes macedónico Dius 26,13; 30,1-2. ir a ellos: Ex 32,18; L e v 19,31; 26,6; D t 18,
Sab 1 , n ; 2 Cor 12,20; 1 Pe 2 , 1 ; Sant 4,11—es como en 2 M a c 11,33.38. Efá o efí: medida que se usaba para medir 10-11; 1 Sam 28,3; 2 Par 36,6; Jer 27,9; M a l 3,
castigada por D i o s : N ú m 12,8-15; 14,11-12.23- D i p o n d i o : pequeña moneda romana igual a áridos, de capacidad igual a u n b a t o : Ex 16,36; 5; Act 8,9; 13,6-8.
25—Job y David se quejan de ser difamados: dos ases ( = 0 , 1 8 ptas.): L e 12,6, R u t 2,17; Ez 45,10-11 (v. B a t o ) . E n c i n a : árbol bajo cuya sombra frecuente-
Job 19,18; Sal 3 7 , 2 i ; 70,13; 108,4.20 (v. t a m - D i s c í p u l o : oyentes d e algún profeta: Is 8,16; E f o d : vestido (=superhumerale, en la Vulgata) m e n t e se entierran muertos y se levantan alta-
bién Prov 24,9; 25,23; Ecl 10,11; R o m 1,30). M a l 2,12; Jn 1,35—oyentes de Cristo: M t 5,1; del sumo sacerdote, o de u n simple sacerdote, res: G e n 35,8; 1 Par 10,12; Is 44,14; Ez 6,13;
D i l e c c i ó n , v. C a r i d a d . 8,21—y principalmente sus doce apóstoles: M t o a u n de u n laico: Ex 28,6-8; 1 Sam 2,18; 22,18; 27,6; O s 4,13 (v. G e n 12,6; 14,13) (Vul. el
D i l u v i o : enviado por Dios para castigar las 9,14; 13,10; 16,13—oyentes de la fe por ía p r e - 2 Sam 6,14—se vestía cuando se consultaba a valle de M a m b r é ) . Es difícil determinar en m u -
maldades del género h u m a n o : G e n 6,5-13; Sab dicación de los apóstoles: Act 6,1.7; 9,1.10. D i o s por el urim y el thummim: 1 Sam 23,9; chos textos de la Escritura si se refieren a la
10,4; 14,6-7; Eclo 16,8; M t 24,37-39; L e 17, D i s c o r d i a : es odiosa a D i o s : Prov 6,19; 30,7 (v. Ex 28,15-30; L e v 8,7-8)—parece que encina o al terebinto.
26-27; 1 Pe 3.20; 2 Pe 2,5—del cual se salvó en I Cor 14,33—reprendida por el Apóstol: Gal 5, h a sido t o m a d o en sentido de una imagen sa-
g r a d a : Jue 8,27; 18,17; O s 3,4. E n e m i g o : no hay que odiarle: Lev 19,17;
el arca Noé por su santidad: G e n 6,9-22; Eclo 15; 2 T i m 2,23—de dónde procede: Prov 10,12; D t 7,2; 23,6; Esd 9,12—no hay que volver
44,17-19; H e b 11,7—y fue bendecido por el Se- 15,18; 16,28; 17,11; 18,6; 30,33. E f r a í m : hijo de José, el menor en edad
( G e n 41,52; 48,13-20), cuya tribu habitaba en mal por m a l : Prov 20,22; R o m 12,17; 1 T e s 5,
ñor como otro A d á n : G e n 8,20-9,17; Is 54,9 D i s c r e c i ó n - d e espíritus, v. Carísimas. 15; 1 Pe 3,9 (ejemplos d e José y de D a v i d :
—cuyas aguas, q u e purificaron la tierra de su co- D i s p e r s i ó n : se dice de los israelitas que habi- la región montañosa que está en medio de C a n á n :
Jos 16,1-10—su p o d e r : Jue 8,1-3; 12,1-6; 1 Re G e n 45,4-15; 50,19-21; 1 Sam 24,3-8; 26,7.
rrupción, son tipo del bautismo, por el cual se taban entre otros pueblos desde la cautividad: 12)—de ningún m o d o alegrarse de su ruina:
lavan las manchas de los pecados: 1 Pe 3,21. Jdt 5,23; 2 M a c 1,27; Jn 7,35—de aquí se tras- 12,16-19; Sal 59,9; 107,9; Eclo 47,26-29;—es
reprendido d u r a m e n t e por los profetas, y t a m - Job 31,29-30; Prov 24,17; Eclo 8,8—antes bien,
D i o s ( = hebr. Elohim, Eldah, El): O m n i p o - ladó el nombre para designar a los cristianos dis- hacerle bien: Ex 23,4; D t 22,1; Prov 25,21;
tente ( = h e b r . Saddai: G e n 17,1; 28,3; 35,11; persos entre los gentiles; Sant 1,1; 1 Pe 1,1. bién alabado: Is 28,1-4; Jer 31,9; 18,20; O s 4,
15-20; 5,3-9.14; 6,4; 11,8-9. R o m 12,20—su amor es sumamente recomen-
48,3; Ex 6,3) Señor ( = hebr. Yavé); creador del D i v o r c i o : a Israel le es permitido, cediendo d a d o en el Evangelio: M t 5,44; Le 6,27—ejem-
cielo y de la tierra: Gen 1,1; 2,4; Ex 20,4; Job a la dureza de su corazón: M t 19,8 (v. D t 24, E l e c t r o : metal compuesto de oro y plata: plo de Cristo: L e 23,34; R o m 2,6-10—manda
11,8-9; Sal 135,6; 145.6; 2 M a c 7,28; Gol 1,16-17 1-4); Is 5 0 , 1 ; Jer 3,8—pero tal precepto sobre E z 1,4-27; 8,2. que nos reconciliemos con él: M t 5,23-24;
—rige todas las cosas y domina sobre ellas: Job el libelo de repudio no tiene aplicación si la cau- E l i a s : predice la sequía en castigo de la ido- R o m 12,18; H e b 12,44 (v. C a r i d a d ) .
12,13-25; 28,25-27; 38,8-11; Sal 102,19.20; 55, sa del divorcio fuese u n adulterio, en cuyo caso latría d e A c a b : 1 Re 16,31-17,2 (v. D t 28,23) E s c á n d a l o : tropiezo, que en sentido meta-
i o - n ; Jer 5,22; 33,25; 40.26; Ecl 1,4-8; A p 4, se impone la pena de la ley: L e v 20,10; D t 12, —confunde y da muerte a los profetas de Baal: fórico se aplica al acto de inducir al pecado:
11—cuya gloria celebran todas las criaturas: 22-24; Ez 16,38-42; 23,45; Jn 8,1-11—Cristo 1 R e 18,1-46—marcha fugitivo al monte H o r e b : M t 13,41; 18,7; 16,23; L e 17,2; R o m 14,13
N ú m 14,21; Sal 8,1.8; 18,2-7; 49,6; 71,19; 88, vuelve a colocar el matrimonio en aquella digni- 1 Re 19,1-18—unge a Eliseo como profeta: (v. Sal 68,23; Prov 22,25; Is 8,14; Ez 7,19)-
6-13; 96,6; Sab 13.4-5; Is 6,6; H a b 3,3; Act 14, dad que le había sido conferida desde un prin- 1 R e 19,19-21—reprende a A c a b por la m u e r t e
14-17; 17,22-31—por lo cual no tienen excusa cipio: M t 5,31-32; 19,3-12; M e 10,2-12 (v. G e n d e N a b o t : 1 R e 21,17-29—último oráculo de E s c r i b a : secretario: 2 Sam 8,17; 20,25;
los que no le conocen: Sab 13,1-9; R o m 1,20-23 2,19-24)—San Pablo enseña la misma sentencia Elias: 2 Re 1,3-16—es arrebatado al cielo: 2 R e 2, 1 R e 4 , 3 ; 2 R e 12,10; 8,18; 22,3—del ejército:
—uno y solo verdadero; D t 4,35-39; 32,39,' [ como precepto del Señor: 1 Cor 7,10-11. 1-15—su elogio: Eclo 48,1-13—asiste a la trans- 2 P a r 26,10 (v. 2 Re 25,19)—en el gobierno
1 Sam 2,2; 2 Sam 22,32; Sal 113,1-18; 134,5-21; figuración d e Cristo: M t 17,3-4; M e 9,3-4; de una ciudad: Act 19,35—doctores de la ley
D o c t r i n a : una es d e iniciación o catequista que, junto con los sacerdotes y ancianos, cons-
Sab 12,13; Eclo 36,5; Is 41,4; 45,5.18.22; 46, previa al bautismo: 1 Cor 2,1-2; 11,23; 1 5 , 1 - n ; L e 9,30-33—testigo del Señor con Moisés: A p 11,
9; 48,12; Jer 2 , r i - i 3 ; 10,11-16; O s 13,4; Jn H e b 6,1-3—otra es más elevada, reservada a los 3-13—su espíritu resucitado en el Bautista: M a l tituían el Sanedrín: M t 2,4; 17,10; 21,15;
17,3; 1 Cor 8,6—El es Dios y padre de Israel: perfectos: 1 Cor 2,6; H e b 5,11-14—no se debe 4,5-6; M t 11,14; 17,10-13; M e 9,10-13; L e 1,17. 23,2; 27,41; M e 2,6; 12,28-34; i Cor 1,20
G e n 17,7-8; Ex 19,4-6; 20,2; L e v 26,1.12-13; admitir ninguna otra, aun cuando fuese predi- (v. Esd 7,6.10; N e h 8,1-13).
E l i s e o : es ungido por Elias como profeta:
D t 5,6; 27,9; Sal 80,11; Eclo 36,14; Jer 7,23; cada por u n ángel: R o m 16,17; 2 Cor 11,13-15; i R e 19,19-21—heredero del espíritu de Elias: E s c r i t u r a : ya en la más remota antigüedad
8,7; 11,4; 14,9; 31,9; Bar 2,15; D a n 9,18-19; Gal 1,6-ro; 1 T i m 1,18-20; 4 , 1 ; 2 T i m 2,16-19; 2 R e 2,1-15 (v. D t . 21,17)—padre de los profe- significaba entre los hebreos u n testimonio:
O s 11,1—vivo: G e n 16,14; 24,62; 25,11; D t T i t 1,10-11; 1 Jn 4 , 1 ; 2 Jn 10-11. t a s : 2 Re 2,16-25—obrador de milagros: 2 R e 3, Ex 17,14; 24,4; 34,27; 2 Sam 11,14; 1 Re 10,1
5,26; Sal 4 1 , 3 ; 8 3 , 3 ; Jer 10,1-16; 23,36—incor- 10-20; 4,1-8,15; 13,14-21—su elogio: Eclo 48,13. —se escribía sobre las piedras (Dt 27,8; Jos 8,
póreo y espiritual: Ex 20,4; 32,1-35; 34,17,' Lev D o l o : en el corazón y boca de los impíos: 32), b en sobre tablas (Is 30,8; Ez 32,16), bien
E m b r i a g u e z : reprendida d u r a m e n t e : Prov 23,
19,4; 2 6 , 1 ; D t 5,7; 16,21; Job 10,14; Is 31,3; Sal 34,20; 35.4,' 37,13; 49,19,' Prov 12,20; Eclo 1, 29-35; Is 5,11.22; 28,1-7—de ella se derivan sobre planchas d e bronce (1 M a c 8,22), ya en
Jn 4,24; 2 Cor 3,17—eterno e inmutable: Ex 15, 40; Jer 5,27; 6,13; 9,6.8; R o m 1,29—en los ene- papiros (Jer 36,23), y finalmente en membra-
m u c h o s vicios: Prov 20,1; 21,17; 31,4; Eclo 31,
18; Job 36,26; Sal 9,16; 47,15; 65,7; 89,2.4; migos de Jesús: M t 26,4; M e 14,1; L e 20,23 38—es impedimento de la salvación: M t 24,29; nas (2 T i m 4,13)—por medio de punzones o
105,25-29; 102,17; Is 40,6-8; 41,4; 4 3 , i o ; 48, —no se halla en los labios ni en el corazón del plumas (Job 19,24; Is 8,1) y empleando la tinta
L e 21,34; 1 Cor 5,11; 6,10; Gal 5,21—en senti-
12; Jer r o . i o ; D a n 7,13.22—inmenso y omnis- justo: Sal 14,3; 23,4; 31,2; 33,14; Eclo 15,17; d o t r a s l a d a d o : Is 29,9; Jer 13,13; Ez 23,23; (Jer 36,18; 2 Cor 3,3; 2 Jn 12).
ciente: Job 23,7-11; 28,23-24; 34.21-22; Sal 10, Jn 1,47; 1 T e s 2 , 3 ; r Pe 2,1—San Pablo usó
J n 2,10. E s c u a d r a : pelotón de cuatro soldados: cus-
5-8; 32,13; 101,20-21; 112,5; 138,1-16; Is 66,1; de dolo para ganar a los corintios: 2 Cor 12,16. E m m a n u e l (vocablo hebr. que significa «Dios todiaban a Pedro en las vigilias de la noche:
Jer 3,23-24; A m 9,2-4—fuerte y todopoderoso: D o r m i r : se dice en sentido trasladado del
con nosotros»): nombre impuesto por Dios al Act 12,4.
G e n 18,14; Ex 15,11; N ú m 11,23; Job 12,7-13- descuido y negligencia: R o m 13,1—de la m u e r t e : M e s í a s : Is 7,14; 8,8-10; M t 1,23. E s c u d o : cuéntase entre las armas defensivas:
1; 26,1-14; Sal 32,6-10; 9 2 , 1 ; Is 40,28; 43,16- 2 Sam 7,12; 1 R e 2,10; M t 9,24; Jn " » " ¡
E n t r a ñ a s (o visceras): 2 M a c 9,5; Act 1,18; 1 Sam 17,5; 2Sam 1,21; Is 21,5—en sentido tras-
20; Jer 32,17-25; Zac 8,6—santo y terrible: Lev i 1 Cor 7,39; 1 T e s 5,6.10. laticio, en orden a la salvación: 2 Sam 22,3.36;
D r a c m a : moneda de plata del mismo peso los hebreos las consideraban como la sede de los
10,17; 11,44; 20,26; Jos 24,17; 1 Sam 2,2; 6,20; Sal 5,13; 90,5; Ef 6,16.
afectos y sentimientos, y prácticamente venían a
Sal 98,9; 102,1; 104,3,' 110,9; 144,13; Is 1,4; que el denario; su valor era c. 0,90 ptas.; L e 15,8. E s d r a s : escriba instruido en la ley d e Dios
significar para ellos lo que para nosotros el
5,16.24; 6,3; 10,17; 43.15; Jer 3,12; 50,29; Ez que vino de Babilonia a Jerusalén: Esd 7,1-8,
c o r a z ó n : G e n 43,30; Prov 12,10; Jer 31,33;
20,39; 36,20-22; 39,7,' A m 2,7; H a b 1,12; 3,3,' 36—separa a las mujeres extranjeras casadas con
F l p 12,20; 1 Jn 3,17.
A p 3,7; 4,8—bueno y misericordioso en perdo- | E c l e s i a s t é s (hebr. coheleth): el q u e preside la los israelitas: Esd 9,1-10,44—siendo Nehemías
nar los pecados: G e n 18,23-33; Ex 20,6; 34, asamblea y dirige la palabra: Ecl 1,1-2.12; 7,28; E p i c ú r e o s : filósofos griegos que negaban la
inmortalidad del alma y ponían el último fin del gobernador del pueblo, declara la ley del Se-
6-7; N ú m 14,13-19; D t 5,10; 7,9; Sal 35,6; 88, 12,8-9. ñor: N e h 8,1-18.
3-6; 105,1; 106,1; 117,1-4.29; Sab 11,24-12.1; E d o m : sobrenombre de E s a ú : G e n 25,30 h o m b r e en los deleites: Act 17,18 (v. Sab 2,1-9).
E r a : lugar descubierto en el campo donde E s p a d a : se toma por guerra en general:
Eclo 18,12; Is 57,i5-r9,' Jer 3I.7-9J 3 3 , u ; Jn —posteridad de Esaú (edomitas o idumeos) y G e n 27,40; Lev 26,6; Is 1,20; 27,1—en sentido
4,1-4; L e 15,1-32; R o m 5,8-11—salvador y re- la región que ocupaban: G e n 36,9-3 I -43,' N ú m se trilla el g r a n o : D t 25,4; Rut 3,2; Is 30,24;
M t 3,12—algunas eras se expresan con nombre figurado, por el poder de la palabra de Dios:
dentor; G e n 15,14; Ex 3,7-10; 6,2-8; 20,2; 29, 20,14; Jue 11,17-18; 1 Sam 14,47,' 1 Re 11,15; Is 49,2; O s 6,5; Ef 6,17; 2 T e s 2,8; H e b 4,12;
4 5 ; L e v 26,13; 1 P a r 16,35; Job 13,16; Sal 17,3; 2 R e 14,7; 2 Par 28,17—los profetas dan vati- especial: G e n 50,10; 2 Sam 6,6; 24,16; 1 Par 13,9.
E r i z o (o puerco espín): animal que pasa la A p 1,16; 19,15.
18,15; 24,5; 61,7; 77,35; Sab 16,7; Eclo 50,1; cinios en contra de él: Jer 49,7-22; Ez 35,2-15;
vida en la soledad y el desierto, por lo cual los E s p e r a n z a : no se debe poner en los hom-
Is 12,1; 17,10; 41,14; 4 3 , 3 - n ; 4 5 , i 5 ; 47.4; 62, Jl 3,19; A m 1,11-12; A b d 1-21—tipo de todos
profetas le toman como señal de ruina y devas- bres: Sal 43,7; 51,7-9; 61,11; Sab 3,11; 5,15;
i ; Jer 14,8; D a n 6,27; O s 13,4—es caridad: Jn los q u e persiguen el reino de D i o s : Is 34,6,' 63,1.
E d u c a c i ó n d e los hijos: en la historia reli- tación: Is 14,23; 3 4 , n ; Sof 2,14- Is 20,5; 28,17—sino en D i o s : 1 Sam 22,3r;
3,16; R o m 5,8-9; Ef 2,4; 2 T e s 2,16; 1 Jn 3 , 1 ;
giosa de Israel: G e n 18,19; Ex 12,26-27; D t 4,9; E s a ú : hijo primogénito de Isaac y Rebeca: Sal 7,2; 15,1; 16,7; I 7 , 3 i ; 70,1; 72,28; Prov 16,
G e n 25,25—vendió los derechos de primogeni- 20 (v. Sal 13,6; 70,5; 90,9)—esperamos bienes
I3NDICE BÍBLICO DOCTRINAL 13Ü8 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINA!
1309
[Esperanza] [Estigma]
espirituales y temporales basados en la promesa radores d e los dioses: Lev 19,28—Pablo llama [Exequias] [Fe]
divina (Lev 26,1-3; D t 28,1-14; Sal 30,20-21; estigmas a los vestigios de los sufrimientos en 50,10; N ú m 20,29; D t 34,8; 1 Sam 28,3; 2 Sam 5; Act 14,21; 2 Cor 10,15; Ef 4,29; Col 1,23;
31,10; 32,18; 33,9-23; 146,11), la salud mesiá- su cuerpo por Cristo: Gal 6,17 (v. Act 14,18; 3.3U Jer 22,18; 34.5! 1 M a c 2,70; M t 8,2. 2,7; 2 T e s 1,3—es u n d o n d e D i o s : Jn 6,37-39.
nica (Act 28,20), la vida eterna (Jn 4,15.16; 16,23). E x h o r t a c i ó n al b i e n : Gen 45.24; Jos 22,5; 44-46.66; 1 Cor 13,13; Ef 1,17; 2,8; Col 1,23
6,40; Rom 5.2; 1 Cor 13,12; H e b 11,1). E s t i p e n d i o : la soldada por el servicio mili- 2 Par 30,6; N e h 5,9; Act 11,23; 20,28; T i t 2, —escudo del alma en las tentaciones: Ef 6,16;
E s p í r i t u : el aliento producido por la respira- t a r : 1 M a c 3,28; L e 3 , 1 4 ; 1 Cor 9,7 (v. R o m 6,23). 1-10—ha de ser mutuamente realizada: 1 T e s 5, 1 Pe 5.9; 1 Jn 5,4—no permanecerá en el cielo:
ción y q u e es signo de la vida: G e n 6,17; Ecl 3, E s t o i c o s : escuela filosófica, q u e se mencio- n ; H e b 3,13. 1 Cor 13,10-12—la infidelidad será castigada por
2 1 ; Is 11,4; 26,18; L a m 4,20; Ez 1,21; 37,5.9; na en Act 17,18. E x o r c i s t a : judío q u e para expulsar al d e m o - D i o s : M e 16,16; Jn 3,18; 5,38.45; T i t 3,10.11;
2 T e s 2,8 (v. Gen 2,7; Is 2,22)—el viento: nio añadía en sus fórmulas la invocación d e A p 21,8—se emplea en vez d e la revelación
E s t r e l l a s : creadas por D i o s : G e n 1,16; Job 9,
Gen 8,1; Ex 15,10; Sal 10,7; 47,8; 103,4; 9 ; Sal 8,4 (v. Job 38,31; Jer 31.35)—Dios cuenta Jesús: Act 19,13:14 (v. M t 12,27; L e 9,49)- divina, q u e es objeto d e la fe: M e 11,22; Jn 14,1;
Sab 17,17; Jn 3,18—vigor del alma o d é l a men- el n ú m e r o de estrellas y el h o m b r e n o : G e n 15, E x p i a c i ó n : d e los pecados por medio d e sa- Ef 4 , 5 ; 1 T e s 1,8—en vez d e la conciencia:
t e : G e n 45.27; 1 Re 10,5; Sab 5.3." Bar 3 , 1 ; 5; 22,17; Sal 146,4; Is 40,26—alaban al Señor crificios prescritos: Lev 4,1-7,10—en la fiesta de R o m 14,23.
M t 26,41; 1 Cor 2 , i r ; Gol 2,5—el valor h u m a n o con su resplandor: Job 38,7—lucharon contra la gran expiación se borran los pecados d e todo P é l e t e o s , v. C e r e í e o s .
informado e impulsado por Dios (Rom 8,9; Sisara: Jue 5,20—retraerán su luz para indicar el pueblo: Lev 16,1-34—tal expiación era figu- F e l i p e : apóstol, natural de Betsaida: Jn 1,
ra de la q u e se había d e obtener por la muerte 43-44; 6,5-6; 12,21; 14.7-9—diácono y evange-
1 Cor 6,17; 2 Cor 3,8; Gal 5.16), para cumplir el juicio d e D i o s : Is 13,10; Ez 32,7; Jl 2,10; lista o predicador del Evangelio: Act 6,5; 8,
algún m a n d a t o divino: 1 Par 6,26; 2 Par 21,16; M t 24,29; L e 21,25; A p 6,13; 8,12—represen- de Jesucristo: H e b 9,1-10.18—los pecados se
expían también mediante la contrición del al- 5-13.26-40; 21,8-9—tetrarca, v. H e r o d e s .
Esd 1,1; Est 15,11; Jer 51,11; Ag 1,14—influjo tan simbólicamente a las iglesias y a los obis-
d e Dios en los profetas o en el pueblo mesiá- p o s : A p 1,16.20; 2 , 1 ; 3,1. m a : Sal 50,19; D a n 3.38-39. F e r i a s : m u y célebre entre los tirios: Ez 27,
nico: Jue 6,34; 14,6; 1 Sam 11,6; 2 Re 2,9.15; E x t r a n j e r o : no ha de ser maltratado ni opri- 12.17.19 (v. Ez 46,11).
E t e r n i d a d : dícese del tiempo m u y remoto o F e r m e n t o : está excluido d e la festividad de
2 Par 24,20; Is i r , 2 - 3 ; 4 2 , 1 ; 6 2 , 1 ; Ez 11,19; de aquello que debe permanecer firmemente: mido: Ex 2 2 , 2 i ; Lev 19.33-34; N ú m 35,15;
D t 10,18-19; 26,11-13; 27,19; Jer 2,23; Ez 22, la Pascua: Ex 12,15-16.34.39-7^6 igual modo de
39.29; Jl 2,28—el efecto producido por Dios en Gen 49,26; Ex 28,29; Lev 25,46; Eclo 45,8 los sacrificios, como envolviendo corrupción:
las cosas: Ex 31,3; 35.3*; N ú m 11,29; Job 27.3; — d e Dios, v. D i o s — d e la vida, v. V i d a . 29; Zac 7,10—obligado a ciertas leyes: Ex 12,
19; 32,12; Lev 16,29; 17.8-15; 20,2—se le p r o - Ex 25,18; 29.2; 34.25; Lev 2,4-5.11; A m 4,5
Sal 50,13; Sab 9,17—el mismo poder divino E u c a r i s t í a : figurada en el Antiguo Testa- —en sentido simbólico se emplea para signi-
q u e obra en todo lo creado: Gen 1,2; Job 26, mento, ya en el pan y vino d e Melquisedec meten también los bienes mesiánícos: Is 54,
15; 56,3; Ez 47,22. ficar la doctrina o vida corrompida: M t 16,6.12;
13; 33,4; Sab 12,1; 2 M a c 3,24 (v. Ez 3,12. (Gen 14,18), ya en el cordero pascual (Ex 12, M e 8,15; L e 12,1; 1 Cor 5.6-8; Gal 5,9—la
14; 8,3; 11,24; Act 8,39)—naturaleza incorpó- i-44), ya en el maná del desierto: Ex 16,13-21; E z e q u i e l : sacerdote, hijo d e Buzi, llevado a
la cautividad: Ez 1,1-3 (v. 2 Re 24,10-17)—su eficacia q u e tiene de penetrar y transformar la
rea: M t 8,16; L e 24.39; Jn 4.24; Act 23,9—el Sab 16,20; Jn 6,31.49.59—es prometida por pasta es imagen de la doctrina evangélica obran-
afecto: Lev 20,27; O s 4.12; Zac 12,10; L e 9, C r i s t o : Jn 6,22-60—su institución: M t 22,26-29; vocación para el ministerio profiétíeo: Ez 1,
3-3,27—ministerio que ejerció m u c h o después do en el h o m b r e ; M t 13,33; L e 13,20-21.
55; 2 Cor 12,18; Gal 6,1. M e 14,22-25; L e 22,15-23; 1 Cor 11,23-25
E s p í r i t u S a n t o : ¡a tercera persona d e la —para tomarla es necesario hallarse p u r o : 1 Cor d e la destrucción d e Jerusaléa: Ea »S. I -39.29 F e s t i v i d a d : se regulan conforme a los movi-
—descripción simbólica d e la restauración de mientos de la luna: G e n 1,14; Sal 103,9; Eclo 43,
Santísima T r i n i d a d : M t 28,19—procede del 11,26-34—era recibida con frecuencia por los 6-8—mosaica, calendario completo: Lev 16,1-34;
Padre (Jn 15.26), el cual le envía para q u e per- primeros fieles: Act 2,42.46; 20,7. Israel: Ez 40,1-48,35—su elogio: Eclo 49,10-11.
N ú m 28,1-29.39—tres antiquísimas: Ex 23,14-
manezca en los discípulos de Cristo: Jn 14,16. E u n u c o : castrados a quienes se encomendaba 17; 34.22-25; D t 16,9-17—festividad de la Pas-
17.23.26—también es enviado por el Hijo: el cuidado de las mujeres del rey entre nacio- cua: Ex 12,1.20; Jos 5,10; 2 Re 23,21; 2 Par 30,
Jn 15,26; 16,14 (v. Jn 7.39). Por eso se llama: nes extranjeras: Est 2,15—están excluidos de la Fábula: se toma en sentido de irrisión y pro-
1; 3 5 , I ; Esd 6,19; Ez 45,21; Jn 2,13-23; 6,4;
Espíritu d e Dios, del Hijo y de Cristo: Rom 8, congregación de Israel: D t 23,1—se les prome- verbio: D t 28,37; 1 Re 9,7; T o b 3.4—en sen-
tido de doctrina inútil e inepta: Eclo 20,21; 11,56—fiesta de Pentecostés: 2 Par 8,13; 2 M a c
9; 1 Cor 2,10; Gal 4.6—habita en el templo de ten las bendiciones d e Dios en el reino mesiá- 12,32; Act 2 , 1 ; 20,16; 1 Cor 16,8—fiesta de los
nuestras a l m a s : 1 Cor 3,16; 6,19 (v. Jn 14,16. nico si observan la ley d e D i o s : Sab 3,14; Is 56, 1 T i m 1,4; 4,7; 2 T i m 4,4; T i t 1,14; 2 Pe 1,16.
Tabernáculos: D t 31,10; Esd 3,4; N e h 8,15-17;
2 3 ; T i t 3,5-7)—se le atribuye a El la obra de 4-5—en sentido más extenso se aplica también F a r a ó n ( = casa grande): nombre con q u e se
la regeneración del bautismo: M t 3,11; M e 1,8; a aquellos q u e no son eunucos: G e n 39,1-9; llamaba a los reyes de Egipto hasta la época 2 M a c 1,9; 10,6; Jn 7,2—fiesta introducida re-
Jn 3,5; Act 1,5; 2,4—se confiere por la impo- 2 Re 8,6; 25,19 (v. M t 19,11-12). griega: Ex 1,22; 2 Re 23,29; Jer 44,30. cientemente: Esd 9,29-32; 16,19-24; Jdt 16,31;
sición de las m a n o s : Act 8,17-18; 19,6—su Fariseos ( = separados) (v. 1 M a c 2,42; 7, 1 M a c 4 . 5 9 ; 7,49; 2 M a c 2 , 9 . i 2 . 2 o ; J n i o , 2 2 — s e n -
E v a (etim. = vida): dada en ayuda del va- timientos de los profetas sobre las fiestas celebra-
venida se manifiesta algunas veces visiblemente: rón: G e n 2,18—formada del varón; Gen 2, 13): partido religioso, cuyos prosélitos practi-
M t 3,16; Jn 1,32; Act 2,2-4; 10,44.46—coopera 21-22; 1 Cor 11,3.7-12. caban con escrupulosidad la observancia de la das sin verdadera piedad: Is 1,12-15; Jer 6,20;
a la concepción d e Cristo: M t 1,20; L e 1,35 Ley y de las tradiciones: M t 15,2; M e 2,18; O s 6,6; A m 15,21-22; M i q 6,6-8.
E v a n g e l i o : en sentido etimológico, buena nue- F i a d o r (el que promete por otro, d a n d o la
—argüirá al m u n d o de pecado, d e justicia y v a : Is 40,9; 60,6; L e 2,10—el reino de Dios 7,3; L e 5,21; Act 15,5; Gái 1,14—cultivaban
de juicio: Jn 16,8—lo escudriña t o d o : 1 Cor 10 predicado por Cristo: M t 4 , 2 3 ; 9,15; M e 1,1; la piedad externa, poniendo m u c h o esmero en m a n o ) : debe proceder con prudencia: Prov 6,1;
—dará testimonio de Cristo por medio d e los Act 15,7 (v. Act 20,24; Ef 1,13)—de Pablo, o las observancias de poca importancia, por lo 11,15; 17,18; 22,26-27; 27,13; Eclo 8,16; 29,
apóstoles: Jn 14.26; 15,26; 16,13 (v. 2 P e 1,21) el mismo Evangelio d e Cristo, pero del modo cual Cristo los reprendió d u r a m e n t e : M t 5, 19-24.
—da a los apóstoles el poder d e perdonar los particular como fue predicado por P a b l o : Rom 3, 20; 6,2; 1 5 . 3 - n ; 23,13-33; M e 7.2-5; L e 11, F i d u c i a : confianza en D i o s : 2 Re 18,19; 2 Par
pecados: Jn 20,22. 42-44 (v. M t 3,7)—no faltaban entre ellos varo- 14,11; Prov 3.5; Is 36,4-10; D a n 13.35—no s-s
16; 16,25; 2 Cor 4 , 3 ; 1 T e s *i5í 2 T e s 2,13.
nes honrados: Jn 3 , 1 ; Act 5.34; 23,6; F í p 3,5- ha d e poner en los ídolos ni en los hombres:
E s t a d i o : medida griega q u e consta de 600 pies E x c e l s o : santuario al aire libre situado en
F e : nombre correspondiente a muchos voca- D t 32,37; 2 Par 16,7; Is 30,2-3; 3 1 , 1 ; Jer 5,17;
y cuyo valor no es igual en todas las regiones; los montes o collados: Ex 20,24; Jue 6,26; 2 Sam 7,14—audaua en la predicación del Evangelio
el estadio vulgar = 198 m., el ptolemaico = 1 8 5 25,18; 2 Par r,3—una vez levantado el templo, blos griegos y hebreos, por lo cual tiene muchos
sentidos: la fidelidad en el cumplimiento de de Cristo: M t 14,27; Act 4,29-31; 19.8; 28,15;
metros, el olímpico = 192 m. ... (v. 2 M a c i r , se declara ilícito el culto en ellos celebrado:
5; 12,9; L e 24,13; Jn 6,19; 1 Cor 9,24; A p 14, D t 12,13-14; 1 Re 12,31-32; 15,14; 22,44—lugar las promesas para con Dios o para con los h o m - 2 Cor 3,12; Ef 3,12; F l p 3,3; 1 T e s 2,2; 1 T i m 3,
20; 21,r6). alto dedicado a los ídolos: 2 Re 17,9; 23,19; bres; de aquí procede la confianza: 2 Re 12,15; 13; H e b 3,6; 4,16.
22,7; 1 Par 9,22; Sal 32,4; Eclo 6,15; 22,28; Filacteria (palabra griega q u e significa lo mis-
E s t a t e r a : moneda d e plata equivalente a cua- 2 Par 14,2; 17,5. 1
m o que amuleto): entre los judíos era u n papel
tro dracmas: M t 17,26. 27,18; 40,12; 45,4; 46,17; Is 11,5; 33,6; Jer 5,
E x c o m u n i ó n (este vocablo no se encuentra d e pergamino en el que se escribían palabras de
E s t a t u a : n o m b r e genérico q u e no sólo signi- en la Sagrada Escritura, pero la cosa por él 1; L a m 3,23; O s 2,20; 5,9; H a b 2,4; i M a c 10,
27.37—credulidad o asentimiento de la mente la Ley y que solían llevar sujeto en la frente y en
fica una imagen d e madera, piedra..., sino t a m - significada, muchas veces): el q u e a los ocho el brazo izquierdo: M t 23,5 (v. Ex 13,9; D t 6,8).
bién u n pilar, columna, imagen informe: Ex 23, días no sea circuncidado será borrado (excluido) a dichos de los demás: G e n 15,6; Eclo 25,16;
27,17; i M a c 15,11; 2 M a c 9.26; 11,19; 12,8 Filosofía: d e la que San Pablo habla en
24; 34.13; D t 7.5; N ú m 35,52; 1 Sam 19,13; d e su p u e b l o : G e n 17,14—el q u e reconozca a Col 2,8, no se refiere a la filosofía común griega,
2 Par 28,2; 33.19; D a n 2,31 (v. G e n 19,16). Jesucristo será arrojado de la sinagoga por los —persuación firme del poder, benignidad, etc.,
de Dios: M t 8,8-13; 9,20-22; 15,28; R o m 4,3; sino a la filosofía neopitagórica mezclada con
Estiércol: debe estar alejado d e los campa- judíos: Jn 9,22—quien no preste oído a la Igle- muchos elementos d e las religiones orientales
mentos de Israel como algo i n m u n d o : D t 23, sia será tenido por un gentil y publicano: M t 18, H e b 11,1-40—esta fe se funda en la sabiduría
y virtud de Dios, no de los hombres: 1 Cor 2, (v. Col 2,16-23).
10-14—el d e las víctimas debe ser quemado 17—San Pablo prohibe tener sociedad con los
fuera del c a m p a m e n t o : Ex 29,14; L e v 4.H.* hermanos que se portan desordenadamente: 4-5—confiere al creyente la justicia y la paz F i r m a m e n t o : es descrito por los autores sa-
8,17; 16,27; N ú m 19,5—será arrojado por Dios 1 Cor 5,11; 2 T e s 3,6—Pablo entrega a u n in- de Cristo: R o m 3,22-5,11; 10,1-13; Gal 3,1-14; grados según la concepción de los antiguos, q u e
indignado al rostro de los sacerdotes: M a l 2,3 cestuoso a Satanás para muerte de su carne: Flp 3,9; 1 Pe 2,6—-debe ser vida u operativa por i se basaban en la apariencia d e las cosas como algo
—el de los bueyes se emplea para cocer los 1 Cor 5,5 (v. 1 T i m 1,20)—San Juan manda que la caridad: M t 9,2; M e 16,16; Jn 1,12; 3,15.36; I sólido semejante al cristal, al cual estaban fijas
panes: Ez 4,15—puerta del Estiércol en Jerusa- ni siquiera se salude con el Ave a los que pro- 7,38; 11,25; 14.12; 20,29; Act 10,43; 15,9; las estrellas y cuya parte superior estaba cubierta
lén: N e h 2,13; 3.14; 12,31. 16,29-30; Rom 1,8.16-17; 3,22; Gal 3,8-11; de a g u a s : Gen 1,6-8.14-19; Ex 24,10; Sal 18,2;
fesan doctrinas falsas: 2 Jn 10 (v. T i t 3.10).
Ef 2,9; H e b 11,6—porque la te muerta por de- 103,2; 150,1; Ez 1,22; D a n 12,3.
E s t i g m a : señal impresa en la carne con la j E x e q u i a s : funerales que entre los judíos se fecto de la caridad no justifica: 1 Cor 13,2; F l a g e l o (instrumento de tortura, hecho de co-
cual se distinguía a los siervos, soldados y a d o - | celebraban con gran luto y llanto: Gen 23,2-3; Gal 5,6; Sant 2,4-26—puede a u m e n t a r : L e 17, rreas, armado a veces con bolas de plomo o hue-
m u l l í s BÍBLICO DOCTRINAL 1310
1311 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL
[Flagelo] [ Gehena]
secillos, con que se martirizaba a los reos): está vo Testamento el nombre se ha derivado para
prohibido dar más de cuarenta: Dt 25,2-3; M t 10, designar el infierno: M t 5,22.29; L e 12,5 (v. I n - [Gracia] [Hambre]
17; Act 5,40; 2 Cor 11,24—la flagelación, m u y fierno). Ex 3,21; 11,3; Sal 44,3; Prov 1,9; i r , 1 6 ; 31,30— palabra de Dios, o sea la santidad: A m 8,11;
d u r a : Jue 8,7; 1 Re 12,11-14; 2 Par 10,11-14— G e n e a l o g í a : descripción d e los progenitores esa misma benevolencia o favor: Gen 30,27; 32, M t 5,6.
gravísima la introducida por Antíoco al modo de con el fin d e conocer por ella el origen de las per- 5; 33,8; Le 1,30; Act 7,46; H e b 4,16—los bienes H a r i n a : se toma por el p a n hecho de flor de
los romanos: 2 M a c 7 , 1 ; M t 27,26; M e 15,14; sonas : Esd 2,62; 7,1-5—forma abreviada de hacer q u e proceden de la benevolencia: R u t 2,20; harina (Gen 40,16) y por la masa de harina ama-
L e 23,16; Jn 19,1—los ciudadanos romanos es- una historia: G e n 5,1-31; 1 Par 1,1-52—forma 2 Sam 2,6; 15,20; Prov 4,9; Eclo 4,25; 7,37; sada con agua: Ex 12,34-39; 2 Sam 13,8—los
taban libres d e esta pena durísima: Act 16,37-38; permanente aún entre los árabes de describir 29,20—el beneplácito de Dios, de donde se deriva pobres podían usarla en lugar del sacrificio por
22,25-26—en sentido figurado se dice d e una la revista del p u e b l o : 1 Par 2,1-9.r—genealogía toda la economía de la redención: Rom 4,4; el pecado: Lev 5,11—se emplea en el sacrificio
gran calamidad: Job 5,21; Sal 34.15; Eclo 26,9. de Jesús por José, en M a t e o y en L u c a s : M t 1, 11,5-6; Ef 1,5-6.12; Sant 4,6 (v. Ex 33,19; Rom con incienso y aceite, o también sola: Lev 2,5;
F o r n i c a c i ó n : expresa tanto la fornicación sim- 1-16; L e 3,23-38—Pablo manda evitar las vanas 9,15)—esa misma economía o el Evangelio: Jn 1, 6,21; 7,9.
ple como el adulterio: Gen 38,24; D t 22,21; genealogías: 1 T i m 1,4; T i t 3,9. 17; Rom 5,20-21; 6,14; 1 Pe 5,12—los dones de H e b r e o : designa a los israelitas: Gen 39,14;
Eclo 9,6; 26,12; M t 5,32; 19,9; Act 15,20.29; G e n e r a c i ó n : poder o acto de procrear o p r o - la fe y de la justicia con que se santifica el alma: 40,15; 43,32; 2 Cor 11,22—se restringe a los
I Cor 6,18—en sentido figurado se aplica al culto ducir: Is 66,9; Ez 16,3; 1 T i m 2,15; 1 Jn 5,18— Rom 1,7; 4,4-5; n , 6 ; 1 Cor 16,23; 2 Cor 1,12; judíos que moraban en Palestina en oposición
d e los ídolos, por el cual se violaba el pacto de progenie, estirpe, posteridad; N ú m 1,20-42—los 12,9; Ef 2,5; 6,24; Flp 4-23; Col 1,6; 1 T e s 5, a los helenistas: Act 6,1—en el Nuevo Testa-
Dios con su p u e b l o : Jer 3,1-5.' Ez 16,8-63; 23, hombres que viven en una edad determinada: 28—los dones carismáticos q u e cooperan al pro- mento la lengua hebrea no es sino la aramea,
1-45; Os 2,2-5—el pacto o comercio con los pue- Gen 7 , 1 ; Is 53,8; d e aquí unidad cronológica greso del Evangelio: Rom 12,6; 15,15; 1 Cor 12, usual entre los judíos: Jn 5,2; 19,13; Act 21,40;
blos gentiles: Is 23,17,' Ez 16,26; 23,19-21.30 (Gen 15,16; Ex 29,42), equivalente a cuarenta 28; Ef 3,8—no debe ser estéril en nosotros, sino 22,2; 26,14.
(v. Ex 34,15; D t 7,2)—por la consulta a las divi- o setenta años: N ú m 14,33; 2 Par 36,21; Sal 94, fructuosa: Rom 5,2; 1 Cor 15,10; 2 Pe 3,18—se H e l í : sacerdote y juez de Israel en Silo:
nidades de los gentiles: Lev 20,6. 10; Is 23,15; Jer 29,10; Ez 29,11-13; ¿ a c 7,5—lo emplea también en el sentido de acción de gra- 1 Sam 1,3; 2,11; 3 , 1 ; 4 , i 5 ; 14,3—padre de San
cias: Le 6,32; 17,9; i Cor 10,30; i T i m 1,12; José: L e 3,23.
F r a t e r n i d a d : sumamente recomendada: Sal mismo que genealogía: M t 1,1; H e b 7,6. 2 T i m 1,3. H é r c u l e s : dios principal de Tiro, a quien lla-
132,1; Prov 6,16.19; 18,19; Eclo 25,2; R o m 12, G i g a n t e s : en el tiempo del diluvio: Gen 6,4;
10; 1 T e s 4,9; H e b 13,1; 1 Pe 1,22; 2,17; 5,9; Sab 14,6; Bar 3,26—también en tiempo de Moi- Griegos, helenos, helenistas: por los macedo- maban Melkart = rey de la ciudad; no debe ser
2 Pe 1,7. sés se habla de los gigantes (enacimj: N ú m 13, nios: Dan 8,2; 1 M a c 1,1; 6,2—por los sirio- confundido con el héroe d e los griegos: 2 M a c
macedonios: 1 M a c 1,11; 8,18—por los gentiles 4,18-20.
F u e g o : signo de la presencia divina: G e n 15, 33-34; D t 2,11.20; 3,11; 2 Sam 21,18—muchas H e r e j í a : elección o secesión: hombres que
que usaban de las costumbres y cultura de los
17; Ex 3,2; 13,21; 19,18; N ú m 16,35; D t 4,14; veces se hace alusión a los guerreros d e estatura
griegos: 2 Mac 4,9; 6,8; 11,24—en el Nuevo siguen una doctrina singular, verbigracia, la de
Sal 17,9—arderá sin interrupción en el altar de sobresaliente: 1 Sam 17,4; Sal 18,6; 32,16; los saduceos: Act 5,17; d é l o s fariseos: Act 15,15;
Testamento los griegos se oponen a los judíos,
los holocaustos: Lev 6,12-13; Is 31,9 (v. 2 M a c 1 M a c 3,3.
luego son los gentiles: Rom 1,16; 2,9; 3,9; 1 Cor de los cristianos: Act 24,5.14—cismas manteni-
1,19; ro,3)—no se encenderá el sábado para pre- G i m n a s i o : lugar público para ejercicios cor- 12,13; Gal 3,28; Col 3,11—con el mismo nom- dos con pertinacia, que se oponen a la doctrina
parar las comidas: Ex 35,3 (v. Ex 16,23)—se usa porales: 1 M a c 1,15; 2 M a c 4,9.12.
bre son designados también los judíos de la dis- verdadera: 1 Cor 11,19; T i t 3,10 (v. Gal 5,20;
con frecuencia metafóricamente: Sal 65,12; Prov G l o r i a : de Dios, resplandece en los cíelos y persión que vivían entre los gentiles: Act 6 , 1 ; 2 Pe 2,1).
17,3; Eclo 9 , i r ; M t 3,11; L e 12,49- en la tierra: Sal 18,1; 88,8; 96,6; Sab 13,4-6; 9,29; 11,20. H e r e n c i a (no fue única la ley de herencia
F u e n t e : siendo escasas las fuentes en la tierra Is 2,10.21; 6,3; 24,14—se manifiesta en la libe-
de Gañán, se las tiene en gran estima: Gen 26, ración d e su pueblo: Ex 1:4,4; 17-18; Is 66,5; G u a r d i a : se toma por la acción de guardar: entre los hebreos): en tiempo de A b r a h a m sola-
19-20; N ú m 2 1 , 1 7 — e n tiempo de guerra se t a - Ez 28,22; 39,13—a El le es debida y es incomu- N ú m 1,53; 31,30; L e 2,8—por el lugar donde se mente los hijos nacidos de la esposa libre, según
pan, para que los enemigos no gocen de tan nicable a los d e m á s : Jos 7,19; 1 Sam 6,5; Is 42,8; ejerce la guardia o cárcel: Gen 39,22; N e h 12,38; la ley caldea, podían ser herederos: Gen 21,10;
gran beneficio: 2 Re 3,19.25; 2 Par 32,3-4.30 48,11; Jer 13,16; M a l 2,2; Jn 9,24—resplandece 1 M a c 9,53; Act 5,18; 16,25—Por los encarcela- 25,5-6—en tiempo de Jacob, según ley aún
(v. Jdt 7,6-10)—fuente viva, bella imagen de la en el Verbo (Sab 7,26; Col 1,15; H e b 3,1) y en d o s : Act 27,1.42—por los mismos q u e hacen la vigente en el desierto, todos los hijos eran iguales
sabiduría, de la salud, de la gracia, de la vida sus obras divinas: Jn 1,14; 11,44; 17,5-21.24— guardia: 1 M a c 6,50; 10,75; Act 12,10—por los en la herencia, sin tener en cuenta la condición
eterna: Sal 35,10; Prov 13,14! 14,27; Is 12,3; constituirá la bienaventuranza de los santos: preceptos que se deben observar: Re 2,3—por el de la m a d r e : Gen 30,3.9; 46,8-27—en la legis-
Jer 2,13; Bar 3,12; Jn 4,6.14. Ex 33,18; Rom 8,18; 1 Cor 15,43; 2 Cor 4,17; tiempo señalado para la guardia o vigilia: Sal 89, lación mosaica la herencia del padre había que
4; 129.6 (v. Vigilia). I dividirla en partes iguales, con esta sola excep-
F u l : nombre que usaba Teglatfalasar I I I como F l p 2,11; Col 1,27; 1 Pe 5,1.4.10—Dios mismo
rey de Babilonia: 2 Re 15,19. es llamado Rey, Padre o Dios de la gloria: Sal 23, G u e r r a : impuesta contra los habitantes de la ! ción, q u e el primogénito tomaba dos partes:
1
F u n d a m e n t o : sólido, sobre piedra: Eclo 26, 7-10; Act 7,2; 1 Cor 2,8; Ef 1,17; Sant 2,1—la tierra de promisión a causa de sus horrendos j D t 21,15-17—si no había hijos, heredaban las
24; L e 6,48—de los montes o d e la tierra: 2 Sam nube o niebla en q u e se hace sensible la presen- crímenes: G e n 15,16; D t 9,4-5; 20,16-18—ley I hijas ( N ú m 2 7 , 1 - n ) , las cuales no podían casarse
22,8; Jdt 6,18; Job 38,4; Sal 17,8.16—del altar: cia de Dios es llamada gloria: Ex 16,7.10; 24, teocrática de la guerra: Lev 26,7-8.23-25; D t 28, I fuera de la propia t r i b u : N ú m 36,1-12—si alguno
Lev 5,9; 8,15—de la Jerusalén celestial: H e b 11, 16-17; 40,36; Lev 9,6.23; N ú m 14,10; 1 Re 8,11; 7-25; Jos 7,5-12; 8,1; Jue 2,14-18; 2 Re 17,18-20; hubiese muerto sin hijos, la ley del levirato
proveía acerca de la herencia (Dt 25,5-11; Rut 4,
10; A p 21,14-19—de la penitencia: H e b 6,1—de Ez 2 , 1 ; 3,23; 8,4; 9,3; 10,4.18-19; 43,2.5; 44,4; 2 Par 12,2; 20,12-17; Is 30,12-18; Jer 5,16— 1-12); pero si no había en la viuda esperanza
la fe, Cristo, y también de los apóstoles y profe- H e b 9,5—también al hombre le conviene la glo- marchaban a la guerra al sonido de la trompeta alguna de hijos, la herencia pasaba a los parientes:
t a s : 1 Cor 3,10-12; Ef 2,20—de la Iglesia, P e - ria, tanto por los dones d e naturaleza (1 Re 3,13; y con gran griterío: N ú m 10,9; Jos 6 , i o ; 1 Sam N ú m 26,8-11—toda la tierra de Canán es heredad
d r o : M t 16,17-18; L e 22,31; Jn 2 i , r 5 - i 7 . Sal 8,6) como por sus virtudes u obras excelen- 17,20.52; 2 Par 13,15—estaban exentos los levi- del pueblo israelita y había de dividirse por
t e s ; P r o v 2 0 , 3 ; 29,23; 26,1; E c l o 2 5 , 8 ; L e 14,11— tas, los miedosos y otros: N ú m 2,33; E)t 20,5-8; tribus y familias: Lev 20,24; N ú m 32,18; 33,54;
gloria del hombre se llama al alma del mismo: Jue 7,3; 1 M a c 3,56—diversas maneras de cruel- D t 3,18—se promete a los hijos de Dios posesión
Gen 49,6; Sal 7,6; 29,13; 56,9; 1:07,2—el Señor, d a d en la guerra: 2 Sam 12,31; 2 Re 8,12; 15,16; perpetua de esta tierra, y en esta promesa va
G a b r i e l : nombre por el cual se designa a u n gloria d e Israel (Sal 3,4; 105,20; Jer 2,11), el arca 2 Par 25,12; N a h 3,10—espiritual con ra los ene- incluida la bendición mesiánica: Sal 36,9.11.22.
ángel: D a n 8,16; 9,21; L e 1,19.26. de la alianza (i Sam 4,22), los héroes del pueblo migos de la salvación: R o m 13,12; 2 Cor 10,4; 29; Is 57,13; 65,9—sin embargo, la herencia
G a c e l a : cervillo conmemorado muchas veces I (Jdt 15,10). Ef 6,11-17.
en la santa Escritura, sobre todo en comparacio- principal del pueblo, máxime de los levitas, es
n e s : D t 14,15; 1 Par 12,8; Eclo 27,22; Cant 2,9; G ó l g o t a o Calvario: lugar en donde fue cru- el Señor mismo: Sal 15,5 (v. N ú m 18,1-32)—los
3,5; 8,14. [ cificado Cristo, que tomó el nombre de cráneo cristianos, como hijos de Dios Padre, serán sus
G a l l o : cuyo canto anuncia el tiempo medío por la forma q u e presentaba a la vista: M t 27,33; H a b a c u c : uno de los profetas menores, que herederos y coherederos d e Cristo: Rom 8,17;
entre la medianoche y la aurora: M e 13,35; M e 15,22; L e 23,33,' Jn 19,17-20; H e b 13,12. profetizó en Judá antes de la venida de los Gal 4,7; Ef 1,18; H e b 1,14; 9,15; * Pe 1,4; 3,22.
14,30-68.72. G o m o r : medida de áridos, décima parte d e caldeos: H a b 1,5—profeta de Judá en tiempo H e r m a n o s : los que han nacido de los mismos
de Daniel, distinto del anterior: D a n 14,32. padres (Gen 4,9), al menos del mismo padre o
G a v i l á n : ave rapaz contada entre las inmun- u n efá, cuyo valor era 3,88 litros: Ex 16,16.
d a s : Lev 11,16; D t 14,15- G o z o : lo mejor q u e procede de lo b u e n o : H a c h a : linterna o tea de madera resinosa o de la misma m a d r e : Gen 42,15; Jue 9,5—103
untada de pez que los judíos acostumbraban a parientes: Gen 13,8—los que pertenecen a una
Gazofilacio (etim. = custodia del tesoro re- r Par 29,9; N e h 12,42; Sal 67,4; L e 1,14; 1 Tes
llevar en las procesiones solemnes: Jdt 13,16; misma tribu (2 Sam 19,20) o pueblo: Ex 2,11
gio) : estancias colocadas en los atrios del templo 5,16—en el Señor o en el Espíritu Santo: L e 10,
Is 62,1; 2 M a c 4,22; M t 25,1 (v. Jue 15,4)—niu- i —los compañeros o que están unidos por algún
en que se guardaban los utensilios del templo, 2 1 ; R o m 14,17; Gal 5,22; F l p 4,4; 1 T e s i,6—
chas veces se usa en sentido figurado: Eclo 48,1; vinculo, verbigracia, por afecto, por la mili-
sus instrumentos, bienes, etc.: Jer 35,4; 36,10; en las persecuciones: M t 5,12; Act 5,41; 20,24;
D a n 10,6; A p 8,10. cia, etc.: Jos 14,8; 1 Sam 30,23; 2 Sam 1,26;
1 Mac 14,49; 2 M a c 3,6.10-11—arcas puestas en Rom 5,3; Col 1,24; H e b 10,34; 11,25—-de salud
el atrio d e las mujeres para recoger los donativos eterna: Is 12,3; 35,10; M t 5,12; L e 6,23; 10,20; H a m b r e : no es rara en Palestina ni en Egipto, A m 1,9—los q u e participan en una misma natu-
d é l o s fieles: M e 12,41; L e 2 1 , 1 ; Jn 8,20. 15,32; Jn 16,22; Act 8,39; Rom r 2 , i 2 — n o se a causa de la escasez de lluvia: Gen 12,10; 26,1; raleza h u m a n a : G e n 9,5; M t 5,22; 7,3; H e b 2,11
41,36; R u t 1,1-2; Act 11,28—Dios la emplea —los que, habiendo nacido de nuevo por la fe
G e h e n a (etim. = valle de E n n o m ) : valle que debe tener gozo a modo de los impíos: Ecl 2,2; para corregir a su pueblo: D t 28,19; 32,24; y el bautismo, invocan a un mismo Padre celes-
rodea a Jerusalén por el oriente y el mediodía, 7,3; Prov 2,14; O s 9 , 1 ; Sant 4,9. 1 Re 17,1—era extremada en las ciudades sitia- tial: M t 6,8-15; Jn 1,13; 3,5; Act 10,23; Col 1,2;
donde los israelitas inmolaron sus hijos al ídolo G r a c i a : dotes del cuerpo o del alma con que d a s : Lev 26,29; D t 28,53-57; 2 Re 6,26-29; 1 Jn 3,9-10; 5,1 (v. Rom 8,17)—del Señor,
Moloch: 2 Re 23,10; Jer 7,31; 32,35. E n el N u e - se gana la benevolencia o el favor de los demás: Jer 19,9; Bar 2 , 3 ; L a m 2,20; 4,10; Ez 5,10—en i. e. parientes, señalados cada uno por su nombre
sentido figurado significa el hambre de oir la
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1312 1313 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL

[Hermanos] [Hijo] [Hostia] [Imposición]


(Mt 10,3; 13.55; M e 6,3; Gal i , i f ) , o bien gracia santificante y adoptado por hijo de D i o s : 115,17; H e b 13,15), de nuestro cuerpo (Rom 5,22; 2 T i m 1,6—para conferir la gracia de la
se habla de ellos: M t 12,46-48; M e 3,31-32; M t 5,9-45; L e 6,35; Jn 1,13; Rom 8,14-17; 12,1), de limosna (Flp 4,18), etc. confirmación: Act 8,17-19; 19,6 (v. Act 9,12,17).
L e 8,19-21; Jn 2,12; 7,3.5-10; Act i»i4¡ 1 Coi" 9,5 2 Pe 1,14; Sant 1,18; Jn 3.9—el que posee H u e r t o : mencionado muchas veces en ía Sa- I m p r e c a c i ó n , por la que se pide u n mal para
(v. también M t 12,48-50; 25.40; 28,10; R o m 8, alguna virtud o vicio, derecho o demérito: 1 Sam grada Escritura, ya de hortalizas: D t 11,10; o t r o : para ía mujer sospechosa d e adulterio:
29, acerca de los que creen en El). 20,31; 2 Sam 7 , i o ; 12,5; M t 11,19; 23,15; 1 Re 22,2; ya de árboles frutales: Ecl 2,5; Cant 4, N ú m 5.21-27—para sí mismo, si deja de nacer
H e r o d e s : por sobrenombre M a g n o (de quien Jn 17,12; Ef 2,3; 5,8; 1 Pe 1,14—empleado 12-13; Is 5 8 , n ; Jer 31.12; M t 27,60; Jn 18, esto o aquello: R u t 1,17; 1 Sam 14,44; 2 Sam
se habla en M t 2,1-22), idumeo, hijo de Antípa- para designar relaciones muy diversas, conforme 1-2; 20,5. 3,35; 19,13; 1 Re 2,23; 2 Re 6,31—para los i m -
tro, q u e obtuvo de los romanos (año 37 a. J. C.) al modo hebreo d e hablar: hijo... de los años H u m a n i d a d : se emplea en lugar de «filantro- píos israelitas o extranjeros: N e h 6,14; 13,28-31;
el reino de Palestina y lo conservó hasta su (1 Sam 13,1); de la aurora, es decir, el lucero pía», es decir, amor o benevolencia hacia los Sal 34,4-8.26; 68,23-29; 108,6-19; 128,5-7; Jer
muerte, el año 750 d e la fundación de Roma, (Is 14,12); de la aljaba, es decir, la saeta (Lam 3, hombres: Est 16,11; 2 M a c 4,11; 6,22; 14,9; 11,20; 12,3; 18,18-23; 20,12—Dios mismo ame-
alrededor d e la fiesta de la Pascua. T u v o por su- 13); d e Basan, es decir, el carnero ( D t 32,14); Act 2 8 , 1 ; T i t 3,4. naza con frecuencia al pueblo con penas gravísi-
cesores: en Judea, Samaría e Idumea, a Arquelao, del aceite, es decir, ungido por el Señor (Zac 4 H ú m e r o : usado en sentido extensivo o figu- m a s : Lev 26,14-45; D t 28,15-68; Jer 23,10; 29,
el cual en el año 6 después d e J. G. fue destituido 14), etc. r a d o : del águila: D t 31,11; d e alguna región: 18; 42,18; 44,12—lo hacen también los profetas:
por Augusto, y agregado su reino a la provincia H i p ó c r i t a : en el Antiguo Testamento, igual a Is 11,13; Ez 25,9, etc.—para expresar en senti- Is 6,9-13; 10,15-19; 13,1-22; Lev 4 , 5 - i 8 ; Ez
d e Siria bajo u n procurador (Le 3.1); en Galilea inicuo e impío: Job 8,13; 15,34; 27,8; Is 9,17; do figurado la obediencia y la servidumbre: G e n 5,1-17; 16,35-50.
y Perea, a Herodes Antipas, q u e se unió con 33,i4—en el Evangelio se díce de los fariseos 49,15; Is 9,4; 10,27; Bar 2,21; Sof 3,9. I n c i e n s o (goma resinosa aromática, mezclada
Herodíades, mujer d e su hermano Filipo, en por su simulación de piedad: M t 6,2-18; 15,34; H u m i l d e : de u n hombre de bajo nacimien- frecuentemente con otras materias, muy grata a
matrimonio adulterino (Mt 14,1-12; M e 6,14-29; 22,18; 23.14' t o : impotente, afligido, miserable, oprimido, des- los orientales): usado en la vida profana: Ex 39,
L e 13,31-32; 23,7-12); fue destituido y deste- preciado: 2 Re 19,26; Sal 101,8; Is 10,2; A m 9; Sal 44,9; Prov 7,17; Cant 3,6—en el culto
rrado por Calígula en el año 39; en Iturea y H i s o p o : hierba q u e crece en las paredes
(1 Re 4.33), usada para teñir de sangre los 2,7—de ánimo y corazón que siente modesta- divino: Ex 30,7-8; Lev 2,1-12.16; 6,15; 2 Par
Traconítide (Mt 16,13; L e 3,1), a Filipo, que mente de sí: 2 Sam 6,22; Job 5,11; Sal 33,19; 26,18; L e 1,9.
tuvo su reino hasta su muerte, el a ñ o 34 d. de dinteles: Ex 12,22—empleada también en las
purificaciones prescritas por la L e y : Lev 14,6; Prov 29,23; Is 57,15; M t 11,29; L e 1,51; R o m I n c e s t o : m u y reprobado en la Sagrada Escri-
Cristo—Herodes Agripa I, hijo d e Aristóbulo y 12,16; 2 Cor 7,6; Sant 4,6; 1 Pe 5,5. t u r a : Lev 18,6-17; 1 Cor 5,r~8.
nieto d e Herodes Magno, q u e consiguió en N ú m 19,6; 1 Re 4.33; Sal 50,9.
H o l o c a u s t o (eí primero de los tres géneros H u r t o : prohibido por la L e y : Ex 20,15; Lev I n c r é d u l o : el q u e niega obediencia a Dios y
tiempo del emperador Cayo Calígula, en el se rebela contra sus mandamientos: N ú m 20,
año 40, el reino de Judea, y murió en el a ñ o 44 de sacrificios, así llamados porque se consumía 19,11—pena impuesta a los ladrones, sean de
por el fuego toda la víctima): su r i t o : Lev 1,1-17 una oveja, de u n buey: Ex 2 2 , 1 ; o d e u n h o m - 24; Ot 1,26; Is 65,2; Je: 5,25; H a b 2,4—que no
después de J. C : Act 12,1-25—Herodes Agri- asienten a la predicación evangélica: M t 13,58;
pa II, hijo del precedente^ que obtuvo de Claudio, —debía ofrecerse cada día y en algunas otras b r e : Ex 21,16; o de una cosa sagrada: Jos 7,24;
solemnidades: Ex 29,38-42; N ú m 28,1-29,39 1 Par 2,7; o d e otras cosas: Lev 6,23—expiación M e 6,6; R o m 3,3; 11,20; 1 T i m 1,10; H e b 3,
primero el reino de Calcis, luego la tetrarquía de 12.19.
Filipo y una p a r t e de la Galilea: Act 25,23-26.32. —podía ofrecerse también por devoción del del h u r t o : Lev 6,6—está permitido matar al la-
pueblo y de los fieles piadosos; N ú m 7,2-3;
H e r o d i a n o s : los adictos a la dinastía herodia- drón nocturno, no al que roba a la luz del día: I n f i e r n o : en el Antiguo Testamento es un lu-
na, contra el sentir del pueblo, principalmente 1 Sam 6,14; 2 Sam 6,17; 1 Re 3.4; Jdt 16,22 Ex 22,2-3—excluye del reino d e D i o s : Rom 2, gar subterráneo donde moran los muertos en un
de ios fariseos, q u e la aborrecían por su origen —Dios prefiere la obediencia, justicia y con- 22; i Cor 6,10 (v. Prov 29,24)—los que adulte- estado de tristeza tal, q u e ni a Dios pueden ben-
idumeo y sus costumbres gentílicas: M t 22,16; trición del espíritu a los holocaustos: 1 Sam, 15 ran la palabra de Dios son verdaderos ladrones: decir: Gen 37,35; N ú m 16,30-33; Job 10,21-22;
M e 3,6; 12,13- 22; Sal 39,7; 49,8-9; 50,18; Is 1,11-12; Jer 6, Jer 23,30; Jn 10,1; 2 Cor 2,17—el día del juicio 17,13; Sal 48,18; 5 4 , i 6 ; Prov 27,30; Ec 1 12,5;
20; 7,22. de Dios vendrá como u n ladrón: M e 24,43; Is 14.15; Ez 32,21—en el Nuevo Testamento es
H i e r r o : metal estimado en gran valor, aunque H o m i c i d i o : clama al Señor: G e n 4,10 (v. Gen 1 T e s 5,2; 2 P e 3.10; A p 3,3; 16,15. u n lugar de tormento (Le 16,12-31), que se de-
más vil que el oro y la plata: N ú m 31,22; Jos 22,8; 9,5-6)—debe ser castigado con la pena de m u e r t e : signa con diversos nombres: gehenna (Mt 10,
2 Par 2,7; Is 60,17; Eclo 39.31—introducido por Ex 20,13; 21,12; Lev 24,17; N ú m 35,33 ; D t 5,17; 28), horno de fuego (Mt 13,42), abismo (Le 8,
primera vez por Tubalcarin: Gen 4,22—se halla 1 R j 1,50; 2,28—ley acerca del vengador de I b i s : ave d e Egipto, m u y semejante a la cigüeña, 31), tártaro (2 Pe 2,4). lago de fuego (Ap 19,
en la tierra de Canán (Dt 8,9), en España y sangre: Ex 21,13: N ú m 35,11-28; D t 19,1-13; y q u e se considera entre los animales i m p u r o s : 20)—los condenados al infierno son privados de
en otras regiones: Jer 15,12; Ez 29,12.19—ima- Jos 20,1-9. L e v 11,17; D t 14,16. la visión de D i o s : M t 7.23; 25,10.41; L e 3,22-
gen de dureza: D t 28,48; 2 Par 18,10; Eclo 28,24; 28; 14,24; A p 2 , n ; 20,6; 21,8—otros tormen-
I d o l a t r í a : culto de los ídolos, reprendido m u -
H o r a : de la división del día en horas nada se tos se a ñ a d e n : M t 5,22; 8,12; 13.42; 22,13; 25,
Is 48,4—horno de hierro, imagen de la cautividad sabe en el Antiguo Testamento, a no ser quizá chas veces como apostasía o fornicación contra
o de la justicia divina: D t 4,20; Eclo 31,31; N e h 9,3; Sal 54,18; D a n 6,10—el día se divide Dios (v. F o r n i c a c i ó n ) . 30; M e 9,47; L e 3,17; Act r,25; A p 14,9-11.
Jer 11,4. en doce horas iguales en cualquier tiempo del I d u m e a , v. E d o m . I n m u n d i c i a : la que se opone a la pureza y
H i g o : se le cuenta entre los frutos más im- a ñ o : M t 20,1-12; Jn 1-30; 11,9—según otra Iglesia: reunión del pueblo (hebreo gahal): santidad, sobre la cual hay muchos preceptos en
portantes de la tierra prometida: N ú m 13,24; división, tomada tal vez de los campamentos, se N ú m 20,4; D t 2 3 , 1 ; Jue 20,2; 1 Sam 17.47; la ley: debe estar ausente de los campamentos:
D t 8,8; N e h 13,15; Gant 2,13; Jl 2,22—se le divide en cuatro horas: prima, tercia, sexta y 1 Par 2 9 , 1 ; Act 19,32.39; Rom 16,5— fundada D t 23,14—los géneros principales d e inmundi-
emplea frecuentemente en las comparaciones nona: M t 29,1.3.5; M e 19,25; Jn 19,14; Act 2,15; por Cristo: M t 16,18; 18,17; Act 5 , r i ; 8,3; Rom cias son t r e s : el cadáver (Lev 2 4 , i r - 4 o ; N ú m
bíblicas: Jer 24,1-8; M t 7,16; 24,32; L e 21,29; 3,t; 10,9—igualmente se divide también la no- i 6 , r ; 1 Cor 4,17; 11,16; 12,28; Gal 1,13; Ef 1, 19,11-19), especialmente para los sacerdotes
A p 6,13—imagen de paz y seguridad: 1 Re 4.25; che en cuatro horas o vigilias: Mt^i4,25; M e 13, 22; 5,23-32; F l p 3,6; Sant 5.4—local: Act 15, (Lev 21,1-11) y nazareos ( N ú m 6,6-12); el flujo
Miq 4,4; Zac 3,10; 1 M a c 14,12. 35-36; L e 12,38 (v. Ex 14,24; Jue 7,19). 4 j ; 20,17; Rom 16,4; 1 Cor 1,2.4-17; Gal 1,2; seminal (Lev 15,2-25) y la lepra (Lev 13,1-8)—
H i j o : bendición d e Dios para sus padres: A p 1,4; 3,6. se ha d e excluir la inmundicia legal como señal
H o r m i g a : es m u y alabada por su próvida
Gen 15,2; 30,23; 1 Sam 1,6; Sal 112,9; 126,3; diligencia e ingeniosidad: Prov 6,6-8; 30,25. I m a g e n : se prohibe estrictamente la de D i o s : de la pureza interna: v. D t 21,6; Is 1,16.
Prov 17,6—debe ser educado por sus padres: H o r n o : horno de cal apto para fundir metales: Ex 20,4; Lev 2 6 , 1 ; D t 4,16; Sal 14.15—el h o m - I n o c e n t e : quien no está abrumado con malas
Ex 12,26-27; 13,8.14; D t 4,9; 6,7,20; 11,19; Gen 19,28; Ex 19,18—en sentido trasladado se bre, hecho a imagen d e D i o s : Gen 1,26-27; 5,1; obras: Gen 37,22; Ex 34.7; Sal 23,4; 25,6; 72,
Is 4,6-7; Jl 1,3—debe honrar a los p a d r e s : toma por una tribulación grande con q u e son 9,6; Sab 8,5-9; Ecl 7.30; Eclo 17,1; Sal 2,23— 13; Jer 46,28; N a h 1,3—ejemplo, J o b : Job 2,3.
Ex 20,12; D t 5,16; M t 10,37; 15,4; 19,29; L e 9 , probados los hombres: D t 4,20; Prov 27,21; Cristo, imagen del P a d r e : 2 Cor 4.4; Col 1,15; 9 ; 27,5-
59; 14,26; Ef 6,2—el bueno, felicidad de sus Sab 3,6; Eclo 27,6; 43,3-4- H e b 1,3—los cristianos, imagen d e Cristo: Rom Isaías: profeta, hijo d e Amos (1,1): su voca-
p a d r e s : Sab 3,13; Eclo 3,6; 16,3-4—el rebelde H o s a n n a : voz hebrea ( = sálvanos, te roga- 8,29; 1 Cor 15.49; Gol 3.9-10. ción al oficio profético: Is 6,1-13 ( v - J n 12,41)—
a los padres debe ser castigado: Ex 2r.15.17; mos), con la q u e aclamó la turba de íos judíos a I m p í o : perseguidor de justos: 2 Sam 4,11; sus vaticinios en los días de Ajaz (7-12) y de Exe-
Lev 20,5; D t 21,18-21; Prov 20,20; M t 15,4 Cristo al entrar solemnemente en Jerusalén: Job 16,12; Sal 10,2-11; Sab 2,1-22—si no hace quias (36-39)—vaticinios contra las naciones
—será heredero de los bienes paternos: D t 21,17; M t 21,9; Jn 12,13 (v. Sal 118,25)- penitencia, no obtendrá de Dios perdón y pere- (13-23), apocalípticos (24-27), de restauración
Jue 11,1-2; 1 Par 5,1—no cargará con las ini- cerá: Sal 50,15; Ez 18,21; 33,11-12; Rom 4,5 (40-66)—su elogio: Eclo 48,25-28.
quidades de los padres: D t 24,16; Jer 31,30; H o s p i t a l i d a d : virtud preclara todavía en los
(v. Prov 5,22-23; i i , 5 ; 12,26; 16,14)—vana es I s m a e l : hijo de A b r a h a m y d e Agar: G e n t6,
Ez 18,20 (v. Ex 20,5; D t 5,9; Jer 32,18; O s 4,6; nómadas del desierto arábigo, y que era suma- su prosperidad: Job 21,7-34; 24.2-25; Sal 34, 15; 21,9-21; 25,18-28 (v. Gal 4,22-30).
A m 7*17)—con un significado más amplio, se mente honrada entre los hebreos: Gen 18,2-8;
35-36; 48,10-21; 63,9; Jer 12,1-3; Eclo 9,16; I s r a e l : nombre d e Jacob: Gen 32,28—todo
dice alguna vez por el sobrino: Gen 29,5; Esd 5,1 19,1-3; 24,17-41; Ex 2,20; D t 10,19; 126,1; L e 16,25. el p u e b l o nacido d e Jacob: G e n 32,32; 33,20;
—por los descendientes: Eclo 4 0 , 1 ; Is 66,8; Jue 19,17-21; Job 31,32—su violación constitu-
1 Re 1,3; 8,1—reino septentrional después de ía
I m p o s i c i ó n d e m a n o s : rito usado frecuente-
M t 23.37; Rom 9.7; Gal 3,7—por el discípulo: ye u n gran pecado: G e n 19,5-6; Jue 19,15.22- mente para significar la bendición paterna sacer- escisión en tiempo de Roboam: 1 Re 12,16-19.
1 Re 20,35; 2 Re 2 , 3 ; M e 10,24; Jn 13.33; 21,5; 28; Sab 19,13-15—se recomienda mucho en el
dotal, etc.: Gen 48,13-14—la potestad d e juzgar
1 Cor 4,17; Gal 4,19; 1 T i m 1,2—el q u e es Nuevo T e s t a m e n t o : M t 25.35-43; Rom 12,13; al pueblo: N ú m 27,18.23; D t 34,9—para trans-
distinguido con un amor filial: Ex 4,22; 19,5-6; 1 T i m 3,2; T i t 1,8: 1 Pe 4,9-
H o s t i a : víctima q u e se ofrece a Dios en el sa- mitir los pecados del pueblo a la víctima q u e va J a c o b : hijo de Isaac y d e Rebeca, hermano ge-
D t 32,6.18; Is 1,2; Jer 3.19; 31,20; O s 11,1 a ser sacrificada—en la consagración de los mi- melo d e Ésaú, que, persuadido por su madre,
—el justo, es decir, el q u e está dotado d e la crificio (v. Sacrificio)—figuradamente se habla nistros d e la Iglesia: Act 6,6; 13,3; 1 T i m 4,14; obtuvo por engaño la bendición paterna (Gen
d e hostia d e júbilo (Sal 26,6), d e alabanza (Sal
Nácar-Colunga 42
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1314 1315 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL
[Jacob] [Jesús]
[Justicia]
27,1-29), la cual fue signo d e la bendición de tado a la derecha del P a d r e : M e 14,62; 16,19;
E z 2 2 , 7 ; A m s . 1 2 ; 6,13; M i q 3,11; 7.3; Mal 3,5. 10,2-3; Sab 5,16-17; Eclo 4,33—en el Nuevo
Dios para con él: M a l 1,2-3; R o m 9,13—próxi- Act 7.55; Rom 8,34; Ef 1,20; 2,6; Col 1,1; H e b
Juicio: se toma por la potestad de juzgar Testamento se declara más la justicia como una
mo a la muerte, m a n d ó a sus hijos que sepulta- 1,3; 1 Pe 3,22—juez de los h o m b r e s : M t 19,28;
{Dt 1,17; Jn 5,27; A p 20,4); por la prudencia, forma infundida por Dios en el corazón de los
sen su cuerpo cerca de A b r a h a m y de Isaac, con 24,30-51; 25,31-40; Jn 5,22; Act 10,42; Rom
justicia y demás virtudes del juez perfecto (Sal 7, fieles, por la q u e se perdonan los pecados y nos
lo cual mostró su fe en las divinas promesas: 14,10; 2 Cor 5,10—se le designa con varios títu-
1; 98,4; Is 9,7); por los preceptos judiciales de configuramos con Cristo: R o m 1,17; 3,21-22;
G e n 49,29-50,13; H e b 11,21—con frecuencia se los: cordero d e D i o s : J n 1,29; b u e n pastor: J n
la Ley (Ex 21, r; 24,3); por la costumbre (Sal 118, 4.S; 9,30—esta forma es vida, que está en Cristo,
toma por el pueblo por él engendrado: Sal 13,7; 10,11; luz del m u n d o : Jn 8,12; imagen de Dios:
132); por la venganza divina (Ex 1,12; Sal 118,84; y de El la recibimos a fin d e que vivamos para
Is 48,12; 49,5; L e 1,32. 2 Cor 4,4; sacerdote sempiterno: H e b 7,24; m e -
Is 26,9), juntamente con la justicia por toda la Dios como hijos: Jn 1,4.12.17; 6.35-40-58; 15,5;
J a n n e s y M a m b r e s : así llama San Pablo a los diador del Nuevo T e s t a m e n t o : H e b 9,15; cabe-
perfección moral (Gen 18,19; Sal 118,121; Is 5, 2 Cor 5,21; Gal 2,20; F l p 1,11; 3,9; 1 Jn 3,1;
magos d e Egipto que con sus encantaciones imi- za de la Iglesia: Col 1,18; Señor de los señores:
7)—de Tas naciones al llegar la libertad de Israel 5,1—no se adquiere por las obras de la Ley,
taron lo hecho por Moisés: 2 T i m 3,8. A p 17,14, etc.
en los días mesiánicos: Is 24.1-25,12; 34,1-17; sino por la fe en Cristo: R o m 3,22-24; 4,5!
J e r e m í a s : hijo d e Helcfas, sacerdote de A n a - Joel: profeta, hijo de Fatuel, de quien sólo Ez 38,17-39,24; Dan 7.9-28; Sal 1,2-18; Z a c 14, 9,30; Gal 3 , n ; H e b 10,38.
tot: Jer 1,1—llamado al ministerio profético des- conocemos u n breve oráculo. San Pedro apela 1-15—previo a la instauración del reino mesiá-
de su juventud, año 13 d e Josías (626): Jer 1, a su vaticinio sobre la efusión del Espíritu San- nico: M t 3,10.12—final juntamente con la re-
2-19—desempeña el oficio profético en los rei- t o : Act 2,14-21. surrección: D a n 12,1-3—de Cristo, juez: 2 T e s
nados de Josías (638-608), Joacaz (608), Joa- L a g a r : cavado frecuentemente en roca y dentro
J o n á s : profeta, hijo de A m i t a l : 2 Re 14,25. 1,7-8 (v. Jn 5.27-29; At 17,31; 2 T i m 4 , 1 ;
quín (608-604), Jeconías (604-598), Sedecías Su ministerio en Nínive se narra en el libro de d e la misma viña: Is 5,2 (v. Jer 25,30; 48,33)—
1 Pe 4,5)—solemnidad del juicio: M t 25.31-46; símbolo del juicio divino sobre los impíos: Is 63,
(598-586) y, sobre todo, en el cerco de Jerusa- Jonás, compuesto por un profeta desconocido. A p 20,11-15—señales de su proximidad: M t 24,
lén (588-586)—tomada Jerusalén, es bien t r a - J o s é : hijo de Jacob, cuya historia se cuenta 3 ; Jl 3,13.
t a d o por los caldeos, y permanece en Judea para en Gen 37,1-50,25. Muchas veces con el nom- 29-30; M e 13,24; J-C 21,25- L a d r o n e s : banda de soldados merodeadores:
consolar allí al pueblo desamparado: Jer 40, bre de José se designan las dos tribus de Efraím J u r a m e n t o : invocación d e Dios como testigo 1 Sam 30,8; 2 Sam 4,2; 2 Re 5,2; 6,23; 13,20;
1-42,22—es llevado a Egipto, donde prosigue y Manases, hijos de José: N ú m 13,12; Jos 17,17; de una afirmación o promesa: Gen 31,50; Jue 8, Jer 18,22 (v. Job 19,12)—como a ladrones re-
su ministerio: Jer 43.1-44,30—su vida postu- Ez 47,13; o el reino de Israel en oposición al de 19; R u t 3,13; 2 Sam 2,17; Jer 38,16; 42,5—su prenden los profetas a los príncipes del pueblo
m a : D a n 9,2; 2 M a c 2,1-7; 15,14-15; M t 16,14. Judá: Ez 37,16; A m 5,15; es más, todo el pue- solemnidad: Gen 14,22-23; 24,3; 47,29—su vio- (Is 3,12-14; Miq 2,2) y Cristo a los fariseos:
blo escogido: A b d 18—esposo d e la Santísima lación es vengada por Dios: Ex 20,7; L e v 19,12; M t 23,25; L e 11,39—los ladrones no alcanzarán
J e r u s a l é n : su situación: Jos 15,8—es t o m a d a
Virgen (Mt 1,18.20.24), hijo legal de Jacob, pero D t 5,11; Zac 8,17—es alabado quien los cumple el reino d e Dios: I Cor 6,10.
por David: 2 Sam 5,6-9; v. Jos 15.43; J u e 19,
natural de Helí (Mt 1,16; Le 3,23), padre putati- (Sal 14,4), mas reprobada la costumbre d e jurar: L a n g o s t a : las había de muchas especies y
10-12—ciudad santa por el t e m p l o : 1 Re 6,18.
vo de Jesús (Le 2,41; 3,23), carpintero d e oficio Eclo 23,9.12; 27,15—no se ha de jurar por los todas son, multiplicadas, plaga de los campos:
66; Sal 45,5; 47.2—elegida por Dios como cen-
(Mt 13,55). falsos dioses, sino por sólo el Señor: Ex 23,13; Ex 10,4-13; D t 28,38; Jl 1,4-12 (v. A p 9 , 3 - n ) —
tro de la religión mosaica: D t 12,5.14; 14,23.25;
D t 6,13; 10,20; Jos 6,22; 9,19; 23,7; Is 19,18; eran comestibles: Lev 11,22; M t 3,4.
15,20; 16,5-7.11; 18,6; 26,2—fue destruida por J u a n B a u t i s t a : es anunciado (Le 1,4-25), san- 48,1; Jer ,4,2; Sof 1,5—Dios y sus ángeles juran L a p i d a c i ó n : pena capital que se aplicaba a
los caldeos: 2 Re 25,1.21; Jer 39.1-9—es res- tificado en el seno materno (Le 1,39-45); nace al modo humano; Gen 22,16; 24,7; Sal 109,4; los delitos de idolatría (Dt 17,5.7), blasfemia
taurada por Nehemías: N e h 2,1-4.26; 6,1.19; (Le 1,57-80); es presentado a Israel (Mt 3,1-12; 88,4.36; H e b 6,17-18; A p 16,6—se jura también (Lev 24,14), adivinación (Lev 20,27), adulterio
8,1-11.4; 12,27-46—cabeza del reino mesiánico: M e 1,8; L e 3,1-14); bautiza a Cristo y da testi- por el templo, por el cielo y por todo lo que se (Dt 22,23-24), violación del sábado ( N ú m 15,
Sal 86,1-7; 121,1-9; Is 2,2-5; 12,6; 37í2i.29; monio de El (Mt 3,13-17; M e 1,9-11; L e 3,15- reputa santo: Gen 42,15; 2 Sam n , u ; M t 5,33; 35)...—a u n reo de tal crimen no se le puede
40,1-11; 60,1-22; 66,10-16; Ef 48,30-35; D a n 22; Jn 1,15-42; le envia una embajada (Mt 11, 23,16-22—las alianzas se firman con juramento tocar con la m a n o : Ex 19,12-13.
9,2.24; Sof 3,14; 2Üac 1,14; 2,10-13; 8,1.20-22; 2-6); es alabado por Cristo (Mt 11,7-15); su y con él se pone fin a los litigios: 2 Par 15,14; L a v a r : los pies a los huéspedes y peregrinos:
14,6-21; 1 M a c 4,36.60—madre de los cristia- martirio (Mt 14,1-12; M e 6,14-29; Le 9,7-9); Esd 10,5; Neh 5,12; 13,25; H e b 6,16—al jura- G e n 18,4; 19,2; 24,32; L e 7,14; 1 T i m 5,10—
nos: Gal 4,25-26—ciudad celestial, esposa del él mismo es Elias (Mt 17,10-13; M e 10,12)— mento se añaden a veces maldiciones: R u t 1,17; a los niños recién nacidos: Ex 16,4—los vestidos
Cordero: A p 3,12; 11,8; 21,2-22.5. Evangelista: primer coloquio con Cristo (Jn 1, r Sam 3,17; 14,14,' 25,22; 2 Sam 3,9; 19,13; 0 vasos q u e hubieren contraído inmundicia legal:
Jesús (Yavé es salvación); nombre propio de 35-42); su vocación (Mt 4,18-22; M e 1,16-20; M t 26,74; M e I 4 , 7 I ( v - I m p r e c a c i ó n ) — C r i s t o
L e 5.2-11) y elección al apostolado (Mt 10,3; Lev 11,25.28; 13,6.34; 14,8.47; 15,5; 10,26;
nuestro Salvador (Mt 1,21; Le 1,31; v. Is 7,14), prohibe el juramento, ya que procede d e la 17,15—los sacerdotes y levitas se lavaban a me-
al que se suele añadir Cristo (en hebr.= Mesías) M e 3,13-18; Le 6,14); su celo por el honor del mutua desconfianza de los hombres: M t 5,33-37-
Maestro (Le 9,54) y ambición del primer puesto n u d o : Ex 29,4; 30,19; Lev 16,4; N ú m 8,7—los
como sobrenombre, resultando Jesu-Cristo. E n fariseos, sin lavarse las manos no comían: M t 15,
el Antiguo Testamento ya es anunciado: Gen (Mt 20,20-28; M e 10,35-45); descansa sobre Justificar: a Dios, conociendo q u e es justo,
el pecho de Jesús (Jn 13,21-39); testigo de su q u e obra justamente: Job 4 0 , 3 ; Sal 50,6; Eclo 2; M e 7,3-4; L e 11,38—en sentido figurado,
3,15; 22,18; 4 9 , i o ; N ú m 24ii7-' D t 18,15; 2 Sam purificación de pecados: Sal 50,4; Is 1,16; 4,4;
7,12-16; Sal 2,1-9; 44,7-8; 109,1-3; Is 7,14; 9, muerte (Jn 13,25-30) y resurrección (Jn 20,1-10); 18,1; Bar 2,17 (v. en el mismo sentido a Cristo
su senectud es vaticinada por Cristo (Jn 21,1 -25); y su sabiduría: Mt 11,19; L e 7,35; 1 T i m 3,16)— Jer 2,22; A p 1,5; 7,i4; 22,14 (v. Jn 13,10)—el
6; n , 1 ; 49,1; 50,4; 52,13; Jer 35,5; Ez 34,23- bautismo, lavatorio de regeneración: Jn 3,5; Ef 5,
24; D a n 7,13; Miq 5,2; Zac 6,12; 9,9," M a l 3,1 compañero de Pedro (Act 3,1-4,22; 8,14-24); al hombre, esto es, declararle justo: Job 4,17;
profeta en el Apocalipsis (Ap 1,1-3); presbítero 9,20; Sal 142,2; Prov 17,16; Eclo 7,5; Is 5,23; 26; T i t 3,5-
(v. L e 24,27)—Hijo de h o m b r e : M t 9,6; 13,37.
4 1 ; 16,27-28; 26,64; M e 8,31; L e 19,19; Jn 3, (2 Jn 1; 3 Jn 1). Ez 16,51-52; L e 16,15—Dios justifica al h o m b r e : L a z o : para coger las aves: Prov 7,23; E c l 9 , i 2
13-14; 5,27; Act 7,55 (v. D a n 7,i3-i4)__hijo de Gen 15,6; Dt 24,13; Sal 105,31; R o m 4,5; (v. Sal 90,3; 123,7; 139,6).
J u b i l e o : año quincuagésimo, el primero des- Sant 2,23—el hombre se justifica practicando L e c h e : m u y abundante en C a n á n : Gen 18,8;
David: M t 1,1; 9,27; 21,9; 22,42-45; Jn 7,42; pués de las siete semanas de a ñ o : Lev 25,8-10—
Rom 1,3; 2 T i m 2,8 (v. Sal 88,415)—hijo de M a - la justicia: Sab 6,11; Eclo 1,18; 18,22 (v. A p 22, Jue 4,19; Cant 5,1; Ez 25,4—la misma tierra
en él (como en el año sabático) la tierra debe 11)—Clristo por su pasión justificará a los hom- de promisión se describe como manando leche
ría: M t 1,21; M e 6,3; L e 2,7; Jn 19,25; Act r, descansar: Lev 25,4-5; 11,20-22—las posesiones
14—hijo (putativo) de José: Le 2,48; 3.23; 4,22; bres, es decir, los hará justos ante D i o s : Is 53,11 y miel: Ex 3.8.17," 13,5; N ú m 13,27," D t 6 , 3 ;
debían volver al primer d u e ñ o : Lev 25,14-16, (v. Rom 3,20-28; Gal 2,16; 1 Pe 2,24)—por Eclo 46,10—en sentido figurado, los elementos
Jn 1,45; 6,42—hijo de Dios: M t 3,17; 4 , 3 ; 14, 31—los que por deudas hubieren perdido la
33; 16,16; 21,37; 26,63; 27,43.54; M e 1,1; Le p a r t e del hombre se requiere no las obras de de la doctrina cristiana: 1 Cor 3,2; H e b 5,12-13;
libertad, la recuperarán: Lev 25,25-54. la Ley, sino la fe en Dios, que puso en Cristo
1,32; Jn 1,34; 10,36; 11,4-27; Act 8,37; 9,20; 1 Pe 2,2.
J u d a s Iscariote: aparece en el catálogo de los nuestra salvación: Rom 4,3.10-22; 6,11; 8,10— L e c h u g a s silvestres: hierbas amargas (no sa-
Rom 1,3; 8,32; Gal 4,4; 1 Jn 4,15; A p 2,18
apóstoles en último lugar: M t 10,4; M e 3,19; esta justificación se debe sólo a la gracia d e Dios bemos cuáles) con que se excitaba el apetito en
(v. Sal 2,7)—Dios verdadero igual al P a d r e : Jn
L e 6,16—traidor de Cristo: M t 25,14-16; 25,47 (Rom 5,16; 1 Cor 6,11; T i t 3,6-7), y debe mos- el convite pascual: Ex 12,8; N ú m 9,11.
1,1; 5,18; 10,30; 14,9; 16,15; 17,10; 20,28; Rom
(v. Jn 6,71-72; 12,5; 13,18)—su m u e r t e : M t 27, trarse en las obras: M t 16,27; 25,35-45; Sant 2, L e g i ó n : tropa de soldados, unidad del ejército
9,5; F l p 2,5-6; T i t 2,13; Act i , 8 ; 1 Jn 2,23;
5,10—todo fue hecho por E l : Jn 1,3-ro; 1 Cor
3-5; Act I,I8._ 14,26—tal gracia se ofrece a todos: M e 16,16; romano en número variable, compuesto d e diez
8,6; Col 1,16.17; H e b 2,ro—autor de milagros J u e z : el principal en Israel después de la Rom 5,18; Gal 3.8. cohortes, y éstas d e unos 600 hombres: 1 M a c 6,
(v. Milagro)—obediente al P a d r e : M t 11,25; salida de Egipto fue Moisés (Ex 18,13), a quien Justicia: por la cual Dios da a cada uno lo 38; 10,82—gran multitud: M t 26,53; M e 5,9;
M e 14,36; L e 2,49; 22,44; 23,46; Jn 4,34; 8,29. se añadieron otros para asuntos de poca impor- que debe dar, atendiendo a su bondad, sabiduría L e 8,30.36.
49; 17,14; F l p 2,8—inmune de pecado: Jn 8,46; tancia: Ex 18,17-26; D t 1,9-15—más tarde el 0 misericordia: Sab 5.6-9; Is 5,16; 56,1; 59, L e ó n : animal que abundaba en otro tiempo
2 Cor 5,25; H e b 4,15; 1 Pe 2,22; 1 J n 3 , 5 — m u e r - sumo sacerdote: Ex 28,30; D t 17,8-11—los pro- 16-17; D a n 9,7—por la cual venga las injurias en Palestina: Jue 14,5; 1 Sam 17,34; 1 Re 13,24;
to por todos los hombres: Jn 3,r7; 11,55; Rom fetas: Jue 4,4-5; 1 Sam 7,15-17; 12,1-5—los re- hechas contra sí o contra su ley: Sal 10,8; 2 Re 17,25; Jer 12,8; A m 3,4—término de
5,18; 14,15; 1 Cor 8,11; 2 Cor 5,15; 1 T i m 2, yes y juristas: 2 Sam 14,4; 15,2-6; 1 Re 3,9-28; Is 10,22; 28,17 (v. N ú m 25,10-13)—por la q u e comparación para expresar la bravura, la fuerza,
6; H e b 2,9; 1 Jn 2,2—resucitó de entre los muer- 2 Par 19,5-8; Jer 20,10.17—varones ilustres que juzga como buen juez y da a cada uno lo suyo: el peligro grave: Gen 49,9," 2 Sam 1,23; 1 Par 12,
tos y se apareció a muchos: M t 12,19-40; 28,6; en el libro de los Jueces son tratados como Sal 9,9; 34,14; A p 19,11—por la que el justo 8; Prov 19,12; 28,15; A p 5,5.
Act 1,22; 2,24; 17,18; Rom 4.24; 6,4; 8,11; jueces: Jue 3,10; 8,22-23; 10,2; 12,7-14 (v., sin guarda la equidad y fidelidad con el prójimo:
embargo, Jue 17,6; 18,1; 21,24)—los jueces son L e p r a : de los hombres, frecuente en Palesti-
14,9; 1 Cor 15,4.14; Gal 1,1; Ef 1,20; 2,6; 1 Tes 1 Re 3,6; Prov 2,8; 8,20; 10,2—en ella se inclu- na ( N ú m 5,2; 2 Sam 3,29; 2 Re 7,3; 15,5; M t 8,
4,13 (v. A p a r i c i ó n y R e s u r r e c c i ó n ) — e s t á sen- agriamente reprendidos, a causa de sus injusti-
cias, por los profetas: Is 1,23; 5,23; Jer 5,28; yen todas las virtudes q u e hacen a u n hombre 2; L e 4,27), descrita ampliamente en Lev 13,
perfecto: Ez 18,5.21.27; y amigo de D i o s : Prov 1-14,32—-de los vestidos d e lana, proveniente de
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1316 1317 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL

[Lepra] [Limosna] [Macabeo] [Maranata]


enfermedad de los anímales: Lev 13,47-59—de 6-7; Ez 16,49; M t 10,40-42; 19,21; L e 3,11; frente del pueblo judío hasta Herodes el G r a n - ñor viene, o más probablemente: Ven, Señor
las casas a causa del salitre que brota de las pie- 10,33-35; n , 4 i ; Act 9,36-43; Sant 1,27; 2, de, es llamada de los Asmoneos por Fíavio nuestro: 1 Cor 16,33 (v. A p 22,17-20).
dras murales: Lev 14,35-53- 13-16; r Jn 3,17-24—causa de muchos frutos: Josefo. M a r c o s : hijo de María y primo hermano de
L e v í a t á n : palabra hebrea q u e significa ani- T o b 4,7-12; 12,9-12; Eclo 3,33; 29,15; D a n 4, M a c h o c a b r í o , c a b r a , c a b r i t o : se hace men- Bernabé: Act 12,12; Col 4,10—compañero de
mal solapado, como las serpientes, y que después 24; M t 25,34-46; Act 10,4; 2 Cor 9,1-15; ción de ellos ya desde el tiempo de los patriar- Bernabé y de P a b l o : Act 13,13—rechazado por
se extiende al cocodrilo, a las bestias marinas o H e b 13,16. cas: G e n 30,32; 32,14; Jer 50,8—para diversos Pablo, sigue a Bernabé: Act. 15,37-39—coadju-
en sentido figurado a los reinos enemigos de D i o s : L i n o : planta textil m u y cultivada y trabaja- sacrificios en el culto sagrado: Lev 4,23.28; tor de Pablo- C o l 4 , i o - u ; F l m 24; 2 T i m 4,11—•
Job 3,8; 40,20; Is 27,1 (v. Sal 73,14; 103,26). da en Caldea y Egipto: Ex 9 , 3 1 ; 28,42; i Sam 2, N ú m 7,16; 28,15; Esd 6,17—en sentido figu- y de P e d r o : 1 Pe 5,13—autor del segundo Evan-
L e v i t a s : los miembros de la tribu de Leví que 18; Prov 31,13; Is 19,9. rado son llamados así los príncipes de los pue- gelio.
constituían un segundo orden después de los L i r i o : flor en general: Ex 25,23-34; 37,19-20; blos (porque el macho cabrío guía al rebaño): M a r í a : señora—madre de Cristo: M t 1,16-
sacerdotes: Ex 6,16-20; N ú m 3,14-20—eran ele- 1 Re 7,49—azucena: Cant 2 , 1 ; 4,5; Ecl 39,19; D a n 8,5; Zac 10,3; y los impíos: M t 25,33—sus 20; 2,11; 13,55; M e 6,3; L e 1,2-56; 2,5-34;
gidos en lugar de los primogénitos de Israel para 50,8; O s 14,6; M t 6,26. pelos se usaban para tejer tiendas de campaña Jn 2,11; 19,25; Act 1,14—Magdalena, proce-
el servicio de Dios: N ú m 3,6-50—por su po- L o r i g a : en sentido propio, la hecha de cue- y otras cosas: Ex 25,4; 36,14—macho cabrío, dente de la ciudad de Magdala, junto al lago
breza, la ley los recomienda a la piedad del pue- ro, de hierro o de otras materias d u r a s : 1 Sam emisario que cargaba con los pecados del p u e - de Genesaret: M t 25,56.62; 2 8 , 1 ; M e 15,40-
b l o : D t 12,12.18-19; 14,27; 16,6-7.11.14; 26, 17,5; 2 Par 26,14; Neh 4,16; Jer 46,4; Ez 33, b l o : Lev 16,8.10.26. 47; 16,1.9; L e 8,2; 24,10; Jn 19-25; 20,1.18—
11-13—sus oficios en el santuario: N ú m 4,1-33— 24—en sentido metafórico, el escudo de la fe: M a e s t r e s a l a : el q u e presidía el servicio de hermana de Lázaro: L e 10,38-42; Jn 11,1.5.
su consagración: N ú m 8,5-26—su oficios en el Ef 6,14; 1 T e s 5,8 (v. Is 59,17). la mesa y al cual tocaba preparar el banquete, 32; 12,3 (v. M t 26,7; M e 13,3)—de Santiago,
templo salomónico: 1 Par 23,1-26.32—sus ofi- L u c a s : compañero y cooperador de Pablo: gustar los vinos, etc.: Jn 2,8-9. prima de la Santísima Virgen: M t 27,56; M e 15,
cios después de Ja cautividad: Esd 2,70; N e h 7, Col 4,14; FIm 24; 2 T i m 4,11 (v. Act 10,10; M a e s t r o : doctor, que enseña a otros: Prov 5, 40.47; 6 , 1 ; L e 24,10; Jn 19,25.
73; 11,15-19; 12,46—en el libro de los Jueces el 20,6; 27,2)—médico: Col 4,14—escribió el ter- 13; 2 M a c 1,10—título honorífico (en hebr. r a b - M a t e o : llamado al apostolado por Cristo:
levita aparece como varón consagrado al servicio cer Evangelio y los Hechos de los Apóstoles. bí), que apetecían con ansia los escribas: M t 23, M t 9,9-13 (v. M e 2,14 y L e 5,27, donde apare-
de Dios, peregrinando por la tierra de Israel: L u c e r n a : las siete lámparas sobre el cande- 8-10; Jn 3,10. ce el mismo M a t e o con el nombre de Leví)—
Jue 17.7.9; 18,3-15; 19,1.8; 20,3. labro: Ex 25,31-37; 27,20-21; 30,7; 2 Par 29, M a g i s t r a d o : los jefes y principales del p u e - se cuenta entre los apóstoles: M t 10,2-4; M e 3,
L e y : mosaica, la cual se contiene en los cinco 7; 1 M a c 4,50—en sentido figurado se dice b l o : Esd 9,2; N e h 4,14; Is 41,25; Ex 23,6; 16-19; L e 6,14-16; Act 1,13- D e él no se halla
libros del Pentateuco (Mt 12,5; L e 2,22-24; lámpara la ley divina (Sal 118,105), lámpara de D a n 2,48—prefecto del templo encargado del mención especial en los Evangelios.
Act 7,53) y junto con los Profetas comprende prosperidad (Job 18,6; 21,17; 29,3), lámpara de orden exterior (Act 4 , 1 ; 5,24; 16,20.22.35-36. M a t í a s : apóstol elegido por suerte para ocu-
todo el Antiguo T e s t a m e n t o : M t 7,12; 11,13; la vida y del entendimiento (Prov 20,27; 21, 38), y que tiene a sus órdenes otros oficiales y par el lugar de J u d a s : Act 1,23-26. N o se hace
22,40; L e 16,16. A veces con el solo nombre de 4)—el hijo q u e conserva la gloria de la familia policías: Le 22,4.52. de él otra mención en la Sagrada Escritura.
Ley se entiende el Antiguo Testamento íntegro: (1 Re 11,36; 15,4; 2 Re 8,19; Prov 13,9; 20,20; M a g o g : hijo de Jafet: G e n 10,2—pueblo so- M a t r i m o n i o : pacto sagrado: Prov 2,18; Mal 2,
Jn 10,34; r5,25 (v. Sal 24,19; 81,6). T i p o y figu- 24,20). metido al rey Gog, que había de iniciar la gue- 14—institución en el paraíso: G e n 1,28; 2,18—
ra del Nuevo Testamento: 1 Cor. 9,9; Gal 4,29; L u c e r o : estrella de la m a ñ a n a : Job 11,17 rra contra el pueblo d e Dios y recibir la derro- su primera corrupción por la poligamia: Gen 4,
H e b 7,1-12.16 (v. M e 5,18)—el Apóstol le llama (v. Sal 109,3)—en sentido metafórico se dice t a : Ex 38,1-39,29—pueblo q u e junto con Gog 19; 26,34; 28,9; 30,3; Jue 8,30; 1 Re 11,3
letra, camino de muerte, ley de pecado, a lo que del rey de Babilonia (Is 14,12), d e Jesucristo atacará al fin de los tiempos al reino de Cristo: (v. Ex 21,9-10; D t 21,15-17)—otra corrupción
opone la fe, la gracia y el espíritu del Evangelio: (2 Pe 1,19)- A p 20,7. por la indulgencia del repudio: D t 24,1-4—se
Rom 4,15; 7,9; 8,2.13; 2 Cor 3,6-7. L u c h a (agón): combates griegos de los atle- M a g o s : adivinos y prestidigitadores, de quie- prohibe entre los parientes próximos: Lev 6,
L e y d e talión, v. P e n a . tas, corredores, etc., de los cuales se toma se- nes con frecuencia se habla en la Sagrada Es- 18; 20,10-17 (v., sin embargo, durante el tiem-
L i b a c i ó n : de vino en los sacrificios, derramán- mejanza para recomendar la virtud: Sal 4,2; c r i t u r a (v. E n c a n t a d o r e s ) — a s t r ó l o g o s , p r o - po premosaico: Gen 20,12; 29,27-28)—igual-
dolo al pie del altar de los holocaustos, olor sua- 1 Cor 9,24-27; Flp 3,13-14. cedentes probablemente de Babilonia, los cua- mente se prohibían los matrimonios con los
vísimo al Señor: Lev 23,18; N ú m 15,4-14.24; L u n a : luminar menor formado por Dios para les habían aprendido de los judíos q u e vivían cananeos: Ex 34,12-16; D t 7,3 (v. 1 Re 11,1-2)—
28,29; Eclo 50,14-17; 2 Sam 23,16-17. presidir la noche: Gen 1,16—signo de tiempos allí vaticinios mesiánicos: M t 2,1-12. la solemnidad de las bodas, a la que precedían
L í b a n o : monte que limita por el norte la Pa- sagrados: Sal 103,19; Eclo 43,7—se obscurecerá M a l : hay que evitarlo y hacer el bien: Prov 3, los esponsales, duraban siete días: Gen 29,
lestina, celebrado frecuentemente en el Antiguo antes del juicio de Dios: Is 13,10; 24,23; Ex 32, 7; 16,6; Ex 18,21—no hay q u e volver mal por 22-30; Jue 14,10-18; T o b 11,21; 1 M a c 9,
T e s t a m e n t o : D t 1,77; Jos 9 , 1 ; Jue 3,3; 1 Re 9, 7; Jl 2,10.31; M t 24,29; M e 13,24; Act 2,20. m a l : Prov 20,22; 24,19; Eclo 28,1-2; Rom 12, 37-39; M t 25,1-10—quien hubiese calumniado
19; Is 10,34; 33,9; 37.24; 60,13. L u n á t i c o : el q u e sufre una enfermedad epi- 14-17; 1 Cor 4,12; 1 Pe 3,9; M t 5,39-42—Dios a la mujer de virginidad corrompida será casti-
L i b e l o d e r e p u d i o : escrito que estaba obli- léptica, q u e se creía estar sometida a los movi- odia el m a l : 2 Par 19,7; Jdt 5,21; Job 3 4 , i o ; gado severamente y no podrá repudiarla: D t 22,
gado el marido a dar a la mujer que odiaba, mientos de la luna, a causa de sus intermiten- Sal 5,57; 44,8; Prov 15,8-9; Sal 14,9; Eclo 15, I3_2i—si alguno muriese sin hijos, su mujer
con el q u e podía comprobar su libertad y ca- cias: M t 4,24; 17,14. 21; Rom 9,14—mal de pena (infligida) por D i o s : se case con el hermano del difunto (ley del
sarse con otro: D t 24,1-4 (v. Is 50,1; Jer 3,8)— Dt 32,29; 1 Re 9.9; 21,29; Is 45.7; Jer 11,11; Ievirato): D t 25,5-10 (v. Gen 38,8)—matrimo-
L u p a n a r : prostíbulo; en sentido figurado, nio cristiano: M t 10,4-10; M e r o . i i ; Le 16,
exigía la intervención de un escriba q u e pudiera lugar donde se adoran los falsos dioses: N ú m 25, 32,42; Bar 2,2; A m 3,6; Jon 4,10; Miq 1,12;
servir de mediador de paz. Esta indulgencia, 8; Ez 16,24; 31,39 (v. I d o l a t r í a ) . 18; 1 Cor 7,3-16; Ef 5,25-33 (v. A d u l t e r i o ,
2,3- Castidad, Concubina, Desposorios, Divorcio,
concedida a los hebreos por la dureza de cora- L u z : se dice de Dios, q u e habita en una luz M a m b r e s , v. J a n n e s .
zón, será abrogada por Cristo: M t 5,31-32; inaccesible v sin tinieblas (Sal 103,2; 1 T i m 6, Herencia, l i b e l o de repudio, Virginidad...).
M a m m o n a : voz aramaica, q u e significa la
19,3-12. 16; i Jn 1,5), q u e es p a d r e de las luces (Sal 35, hacienda o riquezas, en q u e se pone la con- M é d i c o : ya desde muy antiguo: Gen 50,2;
L i b e r t o s : descendientes de los judíos que, 10; Job 1,17)—de Cristo, q u e es luz del m u n d o : fianza: M t 6,24; Le r 6 , i 3 . 2 Par 16,12; Col 4,14—-poco grato es caer en
habiendo caído prisioneros de guerra en poder Jn i,4-8; 8,12—de la sabiduría, que es albura M a n á : enviado por Dios: Ex 16,4.13-21; sus manos: Eclo 38,1-5; Le 8,43.
de Pompeyo, después recuperaron la libertad: de la eterna luz: Sal 7,25-26—de Dios: Rom 13, Dt 8,3; N e h 9,15-20; Sal 77.19-25; 105,15; M e d i d a : debe ser justa: Lev 19,35-36; Dt 25,
Act 6,9. 12; 2 Cor 4,6; Ef 5.8; 1 T e s 5,5; H e b 6,4 Jn 6,31—su descripción: Ex 16,14.31; N ú m 11, 13; Prov 20,10; Ez 45,10; M i q 6,10-11; A m 8,
L i b r a : peso equivalente a 12 onzas (327 grs.), (v. Sal 118,105; Sal 6,23)—de la felicidad o 7-9—sus propiedades: Sab 16,20-29—es recha- 5—con la medida con que medimos seremos
en uso entre los romanos: Jn 12,3; 19,39. vida dichosa: Job 18,5.18; 36,26. zado por el pueblo: N ú m 11,4-6—ha de guar- medidos: M t 7,2; M e 4,24; L e 6,38; Jue 1,7;
L i b r o : cualquier escrito que fuera: Is 37,14; darse u n gómer ante D i o s : Ex 16,32.34; H e b 9, 2 Sam 22,25; Sal 17,21; Prov 23.23; Is 33,H
3 9 . i ; Jer 32,12 (v. Neh. 7,5; M t 1,1)—volumen 4 (v. A p 2,17)—los hijos de Israel comerán Jer 50,29; Jl 3,7-
que consta de muchos folios cosidos entre sí: . L l a v e : usada ya desde la antigüedad: Jue 3, cuarenta años el m a n á : Ex 16,35; Jos 5,12 M e l q u i s e d e c : rey de Salem y sacerdote del
Jer 36,2.32; L e 4,17—de la vida, en q u e Dios 25; 1 Par 9,27; Cant 5,4-7—símbolo de potes- (v. N e h 9,21; Jdt 5,15). Dios Altísimo, q u e bendijo a Abraham y reci-
tiene escritos a sus amigos, a quienes se pro- t a d : Is 22,22; M t 16,19; L e 11,52; A p 1,18; M a n d r a g o r a : planta a la que atribuían vir- bió de éste los diezmos del bot/n: Gen 14,18-
meten largos años de vida en premio d e su jus- 3,7; 9 , i ; 20,1. tud para procurar la fecundidad de la mujer 20—tipo de Cristo: Sal 109,4; H e b 7,1-28.
ticia (Ex 32,32; Sal 68,29; 138,16)—de los pre- L l a n t o : señal de dolor, tristeza por la muer- estéril: Gen 30,14-16; Cant 7,13. M e n t i r a : prohibida por Dios: Ex 20,16; Lev
destinados a la gloría: F l p 4 , 3 ; A p 3,5; 13,8 te de algún pariente o por alguna calamidad M a n s e d u m b r e : se recomienda en Prov 15, 1 9 , Í I (v. Prov 6,17-19); 12,22; Sal i , u ; Eclo 7,
(v. Sal 86,6). pública: 1 Re 13,30-31; Is 20,2; Jer 22,18; 1; Eclo 1,29; M t 5,4; 11,29; Gal 5,23; 6 , 1 ; 13; 25,4; O s 4,2; Ef 4,25; Col 3,9—su padre
L i e b r e : animal asimilado a los rumiantes e 34,5; Miq 1,16; M t 9,23 (v. E x e q u i a s y P l a - Ef 4,2; Col 3-12; 2 T i m 2,25; T i t 3,2. es el diablo: Gen 3,4; Jn 8,44¡ 2 Cor 11,3;
i n m u n d o : Lev 11,6; D t 14,7. ñideras). M a r : designa el océano (Gen 1,10; Sal 8,9), A p 12,9-
L i m o s n a : sumamente recomendada: Ex 23, los mares particulares, v.gr., el Mediterráneo M e r c a d e r e s : Palestina era camino de carava-
11; Lev 19,10; 23,22; D t 24,19-22; 1 Re 17, (Jos 19,26; Act 10,6), el M u e r t o (Dt 3,17; na entre Egipto y las provincias asiáticas: Gen
10-16; Sal 4 0 , 1 ; 81,4; Prov 3,27; 11,25-26; . M i a c a b e o : sobrenombre d e Judas, tercer hijo Ex 47,18), el Rojo (Ex 10,19; Jue 11,16), el 38,25 ( N ú m 20,17.19; 21,22)—entre los antiguos
14,21; 21,13; 22,9; 28,27; 31,20; Ecl 11,1; de Matatías (1 M a c 2,4), de quien pasó a toda lago de Genesaret (Mt 4,18; M e 2,13; Jn 6,1). hebreos también se practicaba el comercio,
Eclo 4,2; 7,35.36; 14,11; 29,12; Is 1,17; 58, su familia. Esta misma familia, que estuvo al M a r a n a t a : palabra aramaica = Nuestro Se- aunque su principal ocupación era cultivar loi
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1318 1319 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL
[Mercaderes] [Milagro] [Nabucodonosor]
M u e r t e : no fue hecha por Dios; por el pecado
campos y pastorear los ganados: i Re 5,9.11; con estos milagros confirma que sus legados son enfermedad zoantrópica: v. D a » 4» T -34)—rey
entró en el m u n d o : Gen 2,17; 3.*9; Sal 1,13;
9,26.28; Prov 7,16; 31,24 (v. Jos 7,21)—los fe- enviados y aprobados por E l : Ex 4,1-9; N ú m 16, impío, perseguidor del pueblo escogido: Jdt i ,
Eclo 25,33; Rom 5.2; 1 Cor 15,22—a pesar de
nicios comerciaban con todo el orbe conoci- 28-33; 1 Re 18,21-40; M e 16,17.20—el mismo 1-2,6.
la miseria enorme que lleva consigo (Ecl 7,27;
d o : Ez 27,1-36. Cristo apelaba a sus milagros :Mt 9,6; Jn 10, N a c i o n e s : serán bendecidas en Abraham y
Eclo 37,1; 41,1; 2 Cor 5.4), no es raro que el
M e r e t r i z : vicio bastante frecuente entre las 38; 14,12; 15,24 (v. Signo). hombre desgraciado la desee: Job 3,1-26; Eclo su descendencia: G e n 12,3; 18,18; 22,18; Sal 71,
gentes con quienes vivían los israelitas, el cual M i l a n o : ave tenida entre las inmundas: 4 i , 3 ; Jer 20,14-18; Jon 4,3.9—la muerte prema- 17; Act 3,25; Gal 3,8.16—rendirán homenaje al
hasta se practicaba como cosa sagrada: N ú m 25, Lev 11,14; D t 14,13 (v. Is 34,15; Jer 8,7; tura se tiene ya como castigo (Sal 54,24), ya como Mesías: G e n 4 9 , i o ; Is 11,10; 42,4; 49,6-7; 55,5;
1-8; Bar 6,8-io—prohibido rigurosamente en Zac 5,9)- beneficio de Dios: Sab 4,7-12—según la opinión Ag 2,7-10; Sof 3,9; L e 2,30-32—buscarán al
la Ley (Lev 19.29; 21,9; D t 23,17), pero, con M i l c o m : dios de los amonitas: 1 Re 11,5-7; común, la visión de Dios causaba la m u e r t e : Señor: 1 Re 8,41; Sal 67,32; 85,9; Is 2,2; 19,18;
todo, n o era raro entre los hebreos: G e n 38, 2 R e 23,13; Jer 49.1-3; Sof r , 5 ; 2 R e 23,13; Gen 32,20; Jue 13,22 (v. Ex 19,12; 33.20)—para Jer 16,19; Miq 4,2; Zac 8,20; M t 2,6; 8,11;
15; Jn r 6 , r ; 1 Re 14,23.24; 22,47.' 2 Re 23,7; A m 1,15; que tenía una corona de oro de un castigo de ciertos pecados se estableció la pena 21,31-43; y le alabarán: D t 32,34; 2 Sam 22,50;
Prov 7,6-27; Jer 5,7; Os 4,14; A m 2,7—conde- talento: 1 Par 20,3; y a quien Salomón edificó de m u e r t e : Gen 9.6; 20,7; Ex 2,12-23; 22,19-20; Sal 21,28; 116,1; Sal 2,8; 71,8; Is 4 5 , i 4 ; Zac 9,
nado gravemente por San Pablo: 1 Cor 6,13- un santuario en Jerusalén: 1 Re 11,5. Jer 10,1-5; N ú m 21,6—al personificar la muerte 10; y el pueblo de D i o s : Sal 86,4-6; Jer 12,16;
20—de la penitencia de las meretrices: M t 2r, Milicia d e los cielos, o sea las estrellas, se la suele concebir como la señora (dueña) del Zac 2 , 1 1 ; M t 22,9; Jn 10,16; tabla de las nacio-
31,32 (v. Jos 2 , 1 ; 11,31)—en sentido figurado que como un ejército se mueven en perfecto infierno: Job 28,22; 38,17; Sal 9,15; Is 38,18; nes en G e n 10,1-32, i.e. descripción de las na-
se toma por idolatría: Is 1,21; Jer 2,20; Ez r6, orden en el firmamento: Dios las juzgará por A p 20,18—la muerte de los justos es como un ciones que nacieron de N o é y que habitaban las
30; M i q 1,7; A p 17,1 (v. F o r n i c a c i ó n ) . el culto que recibieron de los h o m b r e s : Is 24, s u e ñ o : D t 31,16; 1 Re 2,10; Sab 3,1-3; Act 7»6o; regiones vecinas de Palestina (excluidas otras
M e s : espacio que media entre dos novilu- 21 (v. 2 R e 17.16; 21,3.5; 23,4-5; Jer 8,2; 1 Tes 4,13—la hora de la muerte es incierta: bien conocidas por la Sagrada Escritura o por
nios. En la Biblia se conservan los nombres de 19,19)- Ecl 8,7-8; M t 2 4 , 4 3 - 4 4 ; i T e s 5,2; Sant4,13-14— los monumentos egipcios), según esta triple ra-
cuatro meses del calendario fenicio: Abibi, pri- M i n a , v. M n a . muchas veces se dice no de la muerte física, sino zón: etnografía (Gen 10,1), lingüística (10,5.20)
mer mes; Ziv, mes segundo; Etanim, mes sép- M i n i s t r o : en un sentido m u y amplio, es el de alguna desgracia o calamidad grande que se y geográfica (10,4.15-18).
timo, y Bul, mes octavo. Antes del destierro que cumple algún oficio en obsequio de los opone a la vida dichosa: Prov 10,2; 11,4; I3»i4í N a h u m : el séptimo entre los profetas meno-
los meses se contaban por los números ordinales reyes, jueces, de los señores, de Dios, de Cris- Ez 18,23; 3 3 . l i — d e la privación de la gracia, res, que vaticinó el castigo de Nínive poco antes
del sol: G e n 7 . u ; 8,4.13-14; Ex 16,1; 2 Re 25, t o . . . : G e n 41,37; Ex 24,13; 1 Sam 2 , 1 1 ; Ez 45, que se opone a la vida de Cristo: Jn 5,24; Rom 6, de la destrucción del reino asirio (a. 612 a. C ) .
27 (v., sin embargo, D t 16,1; r Re 6,1.38; 4; M t 26,58; 1 Cor 3,5; 2 Cor 6,4. 16.21; 8,6; Ez 2 , 1 ; 1 Jn'3,14; 5.16—de la muerte
8,2)—mas después de la cautividad éstos eran N a n e a : diosa de los persas, en cuyo templo
M i q u e a s : hijo de Jemla, profeta en tiempo eterna o condenación al infierno: A p 20,14. fue muerto Antíoco Epifanes: 1 M a c 1,13.15.
sus nombres: Nisán (marzo-abril), Jiar (abril- del rey A c a b : 1 Re 22,8.28; 2 Par 18,7-27—de
mayo), Jian (mayo-junio), T a m m u z (junio-julio), Morasti, no debe confundirse con el anterior, M u j e r : creada y bendecida juntamente con el N a t a n a e l , v. B a r t o l o m é .
A b (julio-agosto), Elul (agosto-septiembre), Tish- que profetizó en tiempo de Isaías: Jer 26,17-19; h o m b r e : Gen 1,27-28—dada para ayuda del va- N a t i v i d a d : la del hombre se describe: Job 3,
ri (septiembre-octubre), Marcheshvan (octubre- M i q 1,1. rón: G e n 2,18-24—sometida al h o m b r e : G e n 3, 12; Sal 7,3; Ez 16,4 (v. 50,22)—se celebraba con
noviembre), Gasleu (noviembre-diciembre), T e - 16; 1 Cor 11,7-12; Ef 5,22; Col 3,18; 1 Pe 3 , 1 — gran solemnidad el natalicio: Gen 40,18-23;
M i r r a : goma aromática que destilan varios con el mismo derecho que el h o m b r e : 1 Cor 7, M t 14,6; M e 6,21—en Siria, el natalicio del rey
lec (diciembre-enero), Sebat (enero-febrero), árboles y que utilizaban para embalsamar los
Adar (febrero-marzo). D e tiempo en tiempo, cadáveres y otros usos: Jn 19,39 (cf. Ex 30,23; 3-11 (v. D t 21,15-17)—si es repudiada, debe se celebraba cada m e s : 2 M a c 6,7.
para acomodarse al año solar, intercalaban un Est 2,12; C a n t 1,12; M t 2,11; M e 15,23). llevar el libelo del repudio: D t 24.1-4—no sea N a v e g a c i ó n : por las naciones extranjeras era
nuevo mes, que se llamaba Veadar o Adar heredera del padre si tiene hermanos: N ú m 36, muy conocida de los hebreos: G e n 43,13; N ú m
M i r t o (o arrayán): arbusto oloroso y siem- i_i2—mala, es reprendida con aspereza: Prov 5, 24,24; D t 33,9; Ez 27,3.36—solamente con el
Seni (segundo Adar) (v. Esd 6,15; N e h 2 , 1 ;
pre verde, cuyas hojas usaban los judíos para 1-23; 6,26; 7.5-27; Eclo 9,2-13; 25.28-30—bue- auxilio de los fenicios ensayaron las vías maríti-
6,15; Est 2,16; 8,9; Zac 1,7; 1 M a c 4,52).
levantar sus cabanas: N e h 8,15 (v Is 24,19; na, es alabada: Prov 31,10-31; Eclo 7,21; 9 , 1 ; mas a Ofir: 2 Re 10,21-22; 22,49; 2 Par 8,18;
M e s í a s : palabra hebrea = griego, Cristo; la- 55,13; Zac 1,10-11). 26,1.18-24—a veces dotada del don de profecía: 9,51; 20,36—muy bien descrita en el viaje de
tín, Ungido (v. Cristo). M i s e r i c o r d i a : de Dios para con los hombres: Jue 4 , 5 ; 1 Sam 2,1-10; 2 Re 22,14; Jl 3.28; Pablo a R o m a : Act 27,1-44.
M e t r e t a : medida griega equivalente al b a t o : Ex 3,7; 20,5; 34,6; N ú m 14,18-19; Sal 32,5; Act 21,9—su vida en la Iglesia: 1 T i m 2 , u - r 5 ; N a z a r e o (apartado): el que hacía el voto lla-
2 Par 2,10; Jn 2,6. 56,11; 62,4; 68,14; 85,5.15; 102,17; 105,1; 3 , i i ; T i t 2,3-5—el amor d e Cristo para con la m a d o del nazareato: N ú m 6,1-26 (v. Jue 13,
M i e l : abundante en Palestina: G e n 43,11; Eclo 2,19; Bar 3,5; Jl 2,13—-del hombre para Iglesia, ejemplo del amor del varón a su mujer: 2-5; 1 Sam 1,11; L a m 4,7; A m 2,11-12; 1 M a c
D t 8 , 8 ; 2 Re 18,32; Jer 41,8; Ef 27.17—se desig- con el prójimo: Prov 13,13; Eclo 4 , 1 0 - i r ; Ef 5,1-2.22-23. 3,49; Act 18,18; 21,23)—su palabra se toma de
na a Palestina como la tierra que mana leche y Os 12,6; Mal 5,7; L e 6,36 (v. C a r i d a d ) . José (Gen 49,20); de Cristo, aunque en este úl-
miel: Ex 3.8.17; 13.5; 33.3; Eclo 46,10—con M u n d o : todo el universo: 2 M a c 13,14; 8,18;
M i s t e r i o : cosa oculta que no puede revelar- 12,15 (v. C i e l o y T i e r r a ) — l o s hombres que vi- timo caso la palabra griega, mejor se debe tra-
frecuencia se la usa en las comparaciones para se: 2 M a c 13,21 (v. D a n 2,19.27-29)—los decre- ducir por nazareno,
designar cosas dulces y gratas: Ex 16,31; Sal 18, tos ocultos sobre la salvación de los h o m b r e s : ven en la tierra: Eclo 14,12; M t 5.4; Jn 8,12;
11; 80,17; Prov 16,24; Gant 5,1; Eclo 24,27; M t 13,11; L e 8,10; R o m r i , 2 5 - 2 6 ; 1 Cor 15, 12,19; Rom 3,19—la condición temporal o t e - N e h e m í a s : gobernador del pueblo y restau-
Ez 3,3; A p ro,g-io—se discute entre los in- 5 1 ; Ef 3,4; 6,19; 2 T e s 2,7. rrena de los hombres: Jn 8,23; 13,1; 16,28—los rador de Jerusalén; su oficio ante el rey de Pef-
térpretes si en todos los lugares se trata de la hombres perversos que siguen los consejos del sia: N e h 1,1-2.8—obra de la restauración mate-
M n a o m i n a : pesa o moneda que era la demonio: Jn 7,7; 12,31; 14,30; 1 Cor 11,32; rial: N e h 2,9-7,13—obra de la restauración es-
miel de abejas o algunas veces del jugo de cier- sexagésima parte del talento, equivalente a 50 si-
tos árboles que tiene un sabor parecido al de d o s : 1 Re 10,17; Esd 2,69; Ez 45,12—entre Sant 4,4—fue creado por Dios (v. C r e a c i ó n ) — s u piritual: N e h 8,1-13.31-
la miel: v. M t 3.4." M e r,6. fin o consumación: 2 P e 3,10-13 (v. Is 65,17; N e j u s t á n : nombre de u n a serpiente de bronce
los griegos la m n a valía 100 d r a c m a s : L e 19, M t 28,20; R o m 8,21; A p 21,1). que había hecho Moisés en el desierto y Exe-
M i g u e l (quién como Dios): nombre del arcán- I3 24
gel protector del pueblo israelita: D a n 10,13. " \ M u r m u r a c i ó n : de Israel en el desierto: Ex 14, quias la hizo pedazos porque los judíos le ofre-
M o i s é s : caudillo de Israel y profeta: su ori- 11; 15,24; 16,2.7-8—castigo puesto por D i o s : cían culto idolátrico: 2 Re 18,4 (v. N ú m 2,8).
2 1 ; 12,1; Jds 9; A p 12,7.
N ú m i t , 1 - 3 ; 12,1-14; 14,1-45—de los judíos N e r g a l : dios de los infiernos, según los asi-
M i l a g r o : la palabra empleada frecuentemen- gen: Ex 2,1-22—es llamado por D i o s : Ex 3, rlos y babilonios, cuyo culto fue introducido en
1-7,6—delante de Faraón: Ex 7,6-12,33—sale contra Cristo: L e r5,2; r9.7; Jn 6,41—se debe
te en el Antiguo Testamento no se refiere al Samaría por los habitantes de C u t a : 2 Re 17,30.
evitar la murmuración: Sab I , I I ; r Cor 10,10;
milagro en sentido estricto, sino a una cosa m a - con Israel de Egipto: Ex 12,37-18,27—da en el N e t i n e o s (etim. = donados): una tercera cla-
Sinaí la ley a Israel: Ex 19,1-40,36; Lev 1,1-27. Jds 16.
ravillosa hecha por Dios: Ex 11,7; N ú m 26,10; se del personal adscrito al templo que cumplía
1 Sam 14.15; Job 33,7; Is 21,4; 29,14; Jer 34; N ú m 1,1-10,10—el camino por el desierto: M ú s i c a : frecuente entre los hebreos para sig-
los oficios más bajos: 1 Par 3,2; Esd 2,58; 7,24;
23.32; 44.12—en cuanto a la materia misma N ú m 10,11-36,13; D t 1,1-33,29—muere en el nificar el gozo: Gen 31,27; Ex 15,1.20; 1 Sam 18,
8,20; N e h 7.60.
son muchos los milagros que se relatan en la m o n t e N e b o : D t 34,1-9—su elogio: D t 34,10- 6-7; 1 Re 1,4 (v. G e n 4,21)—para profetizar:
Sagrada Escritura obrados por medio de los 12; Eclo 45,1-6—su vida postuma: M t 17,3; 1 Sam 10,5; 2 Re 3,15—para diversas señales: N i b j a b a : nombre de un dios babilónico que
profetas, por Cristo y por los apóstoles... Con- M e 9,3; L e 9,30; A p 11,1-13 (v. Jds 9). N ú m 10,2-10; Jos 6,4-20; Is 18,3—para algunas llevaron consigo a Samaría los cautivos prisione-
siderados en particular los milagros de Cristo: M o l i n o : se compone de dos piedras super- diversiones, principalmente en los festines: Job ros procedentes de Siria: 2 Re 17,31.
acerca de las criaturas irracionales: M t 8,23.27; puestas: la superior era movida a m a n o : v. Ex 21,12; Ecl 2,8; Eclo 32,5-8; 40,20; 49,2; Is 5,12; N i e v e : es enviada por D i o s : Job 37.6; 38,22;
14,15-31; 15,32; Jn 2 , 1 - i r ; 6,19-21—acerca de i r , 5 ; D t 24,6; Is 47,2; M t 24,41; o por asnos A m 6,5 (v. Sam 16,23)—en el culto divino: Sal 147,16; Eclo 43,14.19—en las comparaciones
los demonios: M t 8,28-34; 9,32-33; 12,22-45; 0 m u í a s : v. M t 18,6; M e 9,41. 2 Sam 6,5.12-15; 1 Par 15,16-24; 16,5-6; 25, se la usa para designar la pureza y, sobre todo, la
15,21-28; 17,14.20; M e 1,23-27; L e 13,11-13 M o l o c (igual q u e Motee, deformación de 1-30; N e h 12,45; 1 M a c 4,54—en el cielo: blancura: Ex 4,6; Sal 50,9; Is 1,18; D a n 7,9;
(v. M t 8,1)—acerca de los enfermos: M t 8, Melec, rey): nombre apelativo de Dios y de A p 5,8; 14,2. M t 17,2; 28,3.
1-15; 9,1-7.20-22; 12,9-13; 20,29-34; M e 7, los dioses y propio de Ja divinidad principal de N i s á n : el primer mes del calendario caldeo:
32-37; 8,22-26; L e 14,2-6; 19,12-19; Jn 4, Biblos, cuyo culto estaba m u y extendido por adoptado por los israelitas: N e h 2 , 1 ; Est 3,7
46.51; 5 , i - r 5 ; 9.1-34 (v. Mt4,23)—acerca de los Canán y e n las colonias fenicias y que se gozaba N a b u c o d o n o s o r : rey de Babilonia, que tomó (v. M e s ) .
muertos: M t 9,18-26; L e 7,11-17; Jn 11,1-45— I en los sacrificios humanos; v. Lev 18,21; 20,2; a Jerusalén y quemó la ciudad con el templo de N i s r o c : forma alterada del nombre Assur,
1 Re 11,5-7.33; 2 Re 16,3; 2 Par 28,3. Dios: 2 Re 25,1-22; Jer 2 4 . 1 ; Ez 20,19 (de su dios de los asirios: 2 Re 13,37; ^ s 37,38.
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1320 1321 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL
N o d r i z a : la misma madre del n i ñ o : G e n 21,7; O b i s p o : inspector prefecto: N e h 11,22; Sal [Oración] [Pacto]
i Sam 1,23—a veces era otra distinta de la ma- 108,8—de nuestras almas, Cristo: 1 Pe 2,25— 14; 2,42; 4,24.35; 10,2; Rom 8,26; 12,12; 1 T i m 5; 19.5; 24,4-8; 3 i , 16; L e v 2,13; N ú m 18,19—
d r e : Gen 24,59; 35/8; 2 Re 11,2; 2 Sam 4,4. superiores de las iglesias: M t 20,28—dotes que 2 , i ; H e b 13,18; 1 Pe 3,12; Sant 1,6; 4,3—se renovado muchas veces: Jos 24,23-25; 2 R e 11,
N o é ; su historia; G e n 5,28-9,29—muchas ve- deben adornarlos según el Apóstol: 1 T i m 3» debe orar sin intermisión: Sal 118,62; M t 7,7; 17; 23,3; N e h 9,38—pacto con Lev! y David:
ces es alabado en la Sagrada Escritura: Eclo 44, 2-7; T i t 1,7-9. L e 11,9; 18,r; Act 10,2; Ef 6,18; Col 4,2; N ú m 18,19; 25,13; 2 Sam 7,14; 23,5; Mal 2,8—se
17; Ez 14,14.20; H e b 11,7; 2 Pe 2,5. O b l a c i ó n (de pan, d e flor de harina, de espi- 1 T e s 3,ro; 5,17; 1 T i m 5,5; 2 T i m 1,3—Dios promete un nuevo pacto para el tiempo mesiáni-
N o g a l : árbol frutal: C a n t 6,ro~~cada uno de gas, de aceite, de vino, de sal, d e incienso...): oye la oración: Ex 2,24; 3,7; 6,5; 22,23-24.27; c o : Is 42,6; 54,10; 55,3; 59,21; 61,8; Jer 31,31-
los cálices del candelabro tenía forma d e nuez: va unida a los sacrificios pacíficos y holocaustos: D t 4,7; 1 Sam 7,9-10; 2 Sam 2,7; T o b 3,24; 34; 32,40; 33,20; Ez 16,62; 34,25; 37.26; Mal
Ex 25,33; 37,19-20. Lev 2,1-16—a los pobres Les era lícito ofrecer Jdt 4 , 8 - Í O ; Sal 3,5; 4,4; 9,13; Prov 15,29; Eclo 3,1—tanto el pacto antiguo como él nuevo se
N o m b r e : supone por la misma persona: Ex una oblación en lugar de sacrificio: Lev 5,11— 21,6; 48,22; Is 30,19; 65,24; Jer 29,12; D a n 13, propone como u n contrato cuasi-matrimonial:
23,21; Sal 5,72; 8,2; 19.2; 2 4 . 1 ; Is 30,27; 5 o , i o ; también se hacen oblaciones sin el sacrificio: 44; Jon 2,3; Zac 13.9; M t 7,7.12; Jn 9,31; Is 5 0 , 1 ; 61,10; Jer 2,2; Ez 16,8; O s 2,2.19—el
Ez 20,39; 36,21; M t 19,29; Jn 5,43; Act 1,15; Lev 6,19-23,23, 10-14; 24,5-9; N ú m 29,39—se Act 10,4—la oración de los santos: Gen 32,9; nuevo pacto sancionado con la sangre de Cristo:
A p 11,13—su formación entre los hebreos era recomiendan las oblaciones al Señor: Prov 3,9; Es 32,11-13; 14,19; D t 9,25-29; r Re 8,15-24; M t 26,28; 2 Cor 3,6; H e b 7,22; 9,11.12.
frecuentísimamente del nombre divino (verbi- Eclo 7,33-36; 14,11-21; 35.10—las que son gratas 2 Re 20,3; Esd 9,6; T o b 3 , 1 ; 8,7; 13,1-23; P a c t o d e la sal, v. Sal y A l i a n z a .
gracia, Isaías, Ezequiel, Miguel, Natanael...), no a Dios: Is 66,20; M a l 1,11; Rom 15,16—las Jdt 9,2; D a n 9,6; 1 M a c 7,37; 2 M a c 6,30; Act P a d r e : en sentido amplio se llama al autor de
siempre explícito, que implicaba una depreca- que Dios rechaza: Job 36,18; Eclo 7,11; 34,21; 4,24—la oración de Jesucristo: M t 14,23; 26, una estirpe: G e n 10,21; 2 Re 14,3; Rom 4 , 1 ;
ción o profesión de fe (v.gr., Dan, Gad, Aser, 35,14; Is 43,23; A m 5,22; M t 5,23-24—el rito 39-46; L e 3 , 2 i ; 6,12; 9,18.28; 22,45; H e b 5, o también de una obra artística o d e una costum-
José): Gen 30,6.11.13.24—algunos nombres son de la oblación: Ex 29,24.26.27; Jer 7,34- 7-10—la oración en nombre d e Cristo: Jn 14,13; b r e : Gen 4,20.21—Dios es padre de Israel: D t
presagios d e cosas futuras: Is 7,3; M t 1,21; L e 1, O b r a s : se recomiendan mucho las b u e n a s : I5.7-I6; 16,23-26; 1 Jn 5,14. 32,6; Is 63,16; 64,8; Jer 3,4.19; M a l 1,6 (v. Ex
13; Jn 1,42—ser bautizado en nombre d e Cris- Ex 26,19; Sal 49,14; Prov 3 , 1 ; 14,31; Eclo 35, O r n a m e n t o s (en el adorno de una persona): 4,22)—padre del rey teocrático: 2 Sam 7,14; Sal
t o : Act 2,38; 8,16; 10,48; 19,5; 1 Cor 1,13; 6,ir 12-13; Is 1,17; 58,6-7; Jer 22,23; Ez 18,5-9; vestiduras preciosas de púrpura y de diversos 88,27—padre d e cada uno de los n o m b r e s : M t
(v. M t 28,19). M i q 6,8; Zac 7,9-10; 8,16-17; M t 5,25-39; colores: Jos 7,2i; Jue 5,30; 8,26; Ez 16,10; 23,26; 6,8.15; 10,20; L e 6,36; 11,2.13 (v. Sal 102,13;
N o v i l u n i o : fiesta celebrada con grande ale- L e i , 7 5 ; 3 , u ; Jn 12,26; Rom 12,13; I 4 , i 7 ¡ 4.4Í 1 M a c 10,20.62.64—variados aderezos q u e usa- Prov 3,12; Eclo 23,1.4)—padre de aquellos de
gría en el comienzo del mes o del novilunio; al 5,24; 6,8-9; 8,20.21; 22,16; 26,4-5; Ex 1,20; ban principalmente las mujeres: G e n 24,22; Ex quienes tiene particular providencia: Jn 20,17;
menos en los últimos tiempos durante dos días: 23,22; Sal 118,112; Prov 11,18; Eclo 36,18; 32,2; Is 3,18-26; 61,10; Jer 4,30; I M a c 11,58— Rom 8,15; 2 Cor 6,18; Gal 4,6; Ef 4,6; H e b
1 Sam 20,27; 2 Re 4.23; 1 Par 23,31; 2 Par 2,4; I s 3 , i o ; M t 5,12; 10,42; 6,27; 25,34-40; Rom 2,6; ungüentos y aromas de q u e gustaban mucho los 12,5; 1 Pe 1,17—padre d e Jesucristo: M t 7,21;
8,13; 3 i , 3 ; Is 1,13-14; Ez 45,17; 46,1.3; O s 2, 2 Cor 5,10; 9,6-11; 2 T i m 4,8; H e b 6 , r o - i 2 ; orientales: Jdt 10,3; Ex 2,12; Sal 44,9 (v. Anillo 11,17; M t 8,38; L e 10,22; Jn 5,17; Rom 15,6;
13; Cor 2,16—se ofrecían en el templo sacrificios 10,35; 11,26; A p 22,11—las malas desagradan a y Cabello), Ef r , 3 ; A p 2,27.
especiales: N ú m 28,11-15; Ez 46,6—revestía una Dios: Gen 3,11; 6,3-7; 7.4; 9.6; 18,20-26; Jn 3, O r o : metal precioso empleado ya desde la P a d r e s : su bendición es una descendencia n u -
solemnidad particular el novilunio del séptimo 19; 7,9; Rom 13,12; Gal 5,19; Col i , 2 i ; H e b 6,1; antigüedad para diversos usos: Gen 13,2; 24,22; merosa: G e n 1,28; 8,17; 9 , i ; D t 28,4; Sal 127,
mes (fiesta de las trompetas): Jer 23,23-25; N ú m 9,14; Jdt 15—los méritos de las buenas obras: Ex 3,22; 25,11; 32,4; 1 Re 6,32; r Par 21,5; 1-4; Prov 17,6 (v. Gen 12,2; 13,16) (véase E d u -
29,1-6; Esd 3,6; Neh 8,2. Sal 61,13; Prov 24,12.29; Sal 5,16; Eclo 16,15; Is 2,20—alábanse cinco ciudades célebres por el cación, Hijo, Herencia, M a t r i m o n i o ) .
N u b e : signo de la presencia de Dios en el M t 16,27; 25,31-40; Rom 2,6-7; 2 Cor 11,15; oro: Gen 2,12; 1 Re 9,28; 2 Par 3,7; Sal 71,15; P a l a b r a : frecuentemente equivale a cosa co-
pueblo-. Ex 13,21; 40,32; Núm. 14,14; 1 Re 8,12; 1 Pe 1,17; A p 2,26-28; 20,12-13; 22-12—las Jer 10,9. m o el daba? h e b r e o : 1 Sarn 3,11; 2 Sam 1,4;
N e h 9,19; Sab 10,17; 19,7 (v. la razón d e esto: obras de la fe y de la ley: Rom 4,1-25; Gal 3,6-12; O s e a s : profeta, hijo de Beri, del reino de Is- Jer 44,4; L e 1,37—el nombre del Hijo de Dios
D t 4,15-16)—carro de D i o s : M t 24,30; 26,64; Flp 3,3; Sant 2,26. rael, el primero de los profetas menores: O s 1,1 (en griego, Logos): Jn 1,1; 1 Jn 1,1; A p 9,13.
A c t 1,9; A p 1,7; 14,14-16—el Señor se ocultaba O b s e q u i o : don en señal de gratitud o para (v. Rom 9,5). P a l e s t i n a : se llama tierra de los hebreos (Gen
en la nube para demostrar que El era invisible: alcanzar u n favor: Gen 24,22; 3 3 , 1 0 - n ; 43,11; O v e j a : muy abundante en Palestina: G e n 12, 40,15), tierra de Israel (Jue 19,29; Ez 7,2; M t
Job 22,14; Sal 96,2; 103,3; Eclo 24,7; Ez 10,3-4. 2 Sam 18,11; 2 Re 16,18; M t 2,11—gravemente 16; 19,5; 20,14; 32,5; Jos 6,21; 1 Sam 14,32; 2,20), tierra santa (Zac 2,12; 2 M a c 1,7), tierra
N ú m e r o (entre los hebreos existía la concep- prohibido a los jueces: Ex 23,8; D t 10,17; 16,19; era la víctima más ordinaria de los sacrificios: del Señor (Lev 25.23; Is 8,8), tierra de promi-
ción recibida de los caldeos de q u e la naturaleza 27,25; 1 Sam 12,3; 8,3; Sal 14,5; 25,10; Prov Ex 29,38-39; Lev 1,10; 3,6-7; N ú m 6 , r 2 - i 4 ; sión (Heb ir,9)....—su situación geográfica: N ú m
de algunos números era sagrada y de que tenían 17,23; Is 1,23; 5,23; Miq 3,11. el esquileo: Gen 31,19; 38,13; 1 Sam 25,2; 94,2-12; Ez 47,15-20—sus habitantes antes de
valor simbólico): u n o : v. D t 6,4; 12,5; Mal 2,10; O f i r : región desconocida adonde iban los ma- 2 Sam 13,23—es frecuente el uso figurado de la la llegada de los israelitas: D t 7,1 (v. Jos 3,10;
Ez 34>231 M t 23,10; Jn 10,30; 17,22; Ef 5, rineros de Hiram y Salomón desde Asiongaber, oveja y d e la vida pastoril: Is 53,7; M t 26,63; 24,11).
25-27—cuatro: v. Gen 2,10; Is 11,12; Jer 49,36; en el mar Rojo, para traer oro y mercaderías L e 14,61; Jn 1,29; 19,9; 1 Pe 2,23. P a l m e r a : planta muy hermosa y bastante
Ez 1,5; D a n 4,37-40; 7-3! Zac 6,1; A p 4,6—sie- preciosas: 2 Re 9,28; 22,49; 2 Par 8,18. abundante en Palestina en otros tiempos: Dt
t e : v. Gen 1,3-2,3; 21,28; Ex 29,9-10; Lev 23, O j o : sencillo, recto, vicioso...; se toma por la 34,3,* Jue 1,16; 3,13; 4,5; N e h 8,15; Jl 1,12 (véa-
34; N ú m 28,11; Prov 5,1; A p 1,4; 3,1; 4,5; intención: Eclo 14,8; 31,14; 35,12; M t 6,22; . r a b i o : apóstol de las gentes: antes de la con- se Job 18; Sal 91,13; Cant 5,11).
5,i-—doce: v. Gen 17,20; 25,16; Ex 24,4; 28,21; M e 7,22; Le 11,34; 1 Jn 2,16—por el entendi- versión: Act 7,57-59", 8,2; 9,1-2 (v. Act 22,3; P a l m o : menor o corto, cuatro dedos de lon-
39,14; Ez 48,35; A p 2 i , i 2 ~ - c u a r e n t a : v. Dt 34, miento: N ú m 24,5; D t 29,5; Is 6,9; L e 24,31; Gal 1,13-14; F l p 3,6)—su conversión: Act 9, gitud: Ex 25,25; 2 Par 4,5; Ez 40,5—mayor (la
7; N ú m 13,26; 14,33; Jue 3,11; 5,32; 1 Re 2,21; Act 26,18; Ef 1,18-—cuan necesaria la custodia 3-30; 22,6-21; 26,12-18 (v. 2 Cor 11,32; Gal 1, mano extendida), q u e consta de tres palmos me-
11,42; Act 7,23. de los ojos: Gen 3,6; 34,2; 2 Sam 11,2; 13,1; 17-18)—primera misión apostólica: Act 13,1-14, nores y es la mitad del codo (v. Jue 3,16; 1 Sam
Prov 23,26.33; Eclo 9,5; 5 , 9 . i i ; 25,28; 41, 27—en el concilio de Jerusalén: Act 15,1-35— 17,4; Is 40,10) (v. C o d o ) ,
2 . 2 5 2 7 ; M t 5,28; 2 Pe 2,14. segunda misión de P a b l o : Act 15,36-18,22—ter- P a l o m a : empléase con frecuencia en las com-
O b e d i e n c i a : todas las cosas obedecen a Dios O l i v o : árbol muy abundante en Palestina: cera misión: Act 18,23-21,16—en Jerusalén es paraciones por su belleza y sencillez: Gen 8,7;
y a Cristo: Bar 3,33; M t 8,27; M e 1,27—se D t 6,11; 24,20; Jos 24,13; 1 Sam 8,14; 2 Re 5, encarcelado y pasa dos años en prisiones en Sal 67,14; Cant 1,14; 2,10; Is 38,14; 60,8; M t
debe obedecer a Dios y a su ley: Ex 15,26; 14; 18,32; 1 Par 27,28; N e h 5,11; 9,25; Is 17,6— Cesárea: Act 21,17-24,27—es enviado a Roma 10,16—para diversos sacrificios: Gen 15,8; Lev
Lev 26,3; D t 4,40; 11,3.27; 26,14.17—se debe su hermosura: Eclo 24,19; Jer 11,16—se usa con por el procurador Festo: Act 25,1-28. 12,6.8; L e 2,24; Jn 2,14—en el bautismo de
obedecer al Evangelio, a la v e r d a d . . . — : Eclo 3,1; frecuencia en las comparaciones: Sal 55,10; 127, Paciencia*. Dios es paciente: Ex 34,6•, N ú m 14, Cristo-. M t 3,16; 3^ ^.32.
Rom 1,5; 6,17; 10,16; 15,18; 16,21; 2 Cor 9,13; 3; Eclo 50,11; Jer 11,16; Zac 4,12-13; A p 11,4 18; Sal 86,15; 102,8; 144,8; Eclo 8,12; Sal 11,24; P a n (de trigo o de cebada; v., sin embargo,
Gal 3,1; 5,7; 2 T e s 1,8; 1 Pe 7,2.14.22—se debe (v. Rom 11,17, donde San Pablo llama a los 15,1; Is 30,18; Jl 2,13; M t 18,27; Rom 2,4; Ez 4,9): comúnmente se cocía al rescoldo, de
obedecer a Dios antes que a los hombres: 1 M a c gentiles acebuche u olivo silvestre)—la madera de 1 T i m 1,16; 2 Pe 4,9—los hombres deben ser ahí pan subeínericio: Gen 18,6; 1 Re 17,13;
2,20; 2 M a c 7,30; Act 5,29—se debe obedecer olivo es muy apreciada: 1 Re 6,23.31-33. sufridos en todo género d e aflicciones: 2 Sam 16, 19,6—y no en gruesas tortas, sino en delgadas,
a l o s p a d r e s . . . : Ex 20,12; D t 5,16; 12,17; 21,18; O n á n : hijo de Judá, q u e fue muerto por el 10; T o b 2,8; Job 1,20; 2,9; 7,2; Prov 3,11; y d e ahí el dicho: partir el p a n : Is 58,7; Jer
Eclo 3,7.14; 2 Cor 2,9; 7 , i 5 ; 10,6; Ef 6,1-5; crimen de onanismo, n o m b r e derivado de él: 14,29; 15,1; 16,32; 25,15; Eclo 1,20; 2,4; 2 M a c 16,7; L a m 4,4; 1 Cor 10,16—se pone por ali-
Col 3,20.22; 2 T e s 3,14; T i t 3 , 1 ; F í m 2 i ; H e b 18, Gen 38,4-10; 1 Par 2,3. 6,20; M t 5,39; Rom 7,3; 12,12; 2 Cor 6,4; m e n t o : Gen 3,19; r 8 , 5 ; Jue 19,5—los panes de
17—Israel prometió obediencia, pero no cumplió 2 T e s 1,4.7; 1 J i m 6,3.14.17; 4 , 1 ; 2 Pe 1,6. la proposición: Ex 25,30; Lev 24,5-9; 1 Sam
O o l a y O o l i b a : dos hermanas meretrices de
la promesa: Ex 24,7; Dt 30,2.20; 1 Sam 28,18; P a c t o (convenio ajustado con ciertas condicio- 21,6.
cuya imagen se vale Ezequiel para describir los
Jer 37,2; 42,6; 43,7; Act 7,39—el premio de la nes y ratificado con los ritos de la religión): los P a p i r o : planta, una especie d e junco, m u y
reinos de Israel y Judá: Ez 23,4-44.
obediencia y el castigo de la desobediencia: patriarcas establecen pactos con los cananeos: frecuente en las orillas del Nilo, de cuyo tallo
Lev 26,3-45; D t 28,1-68; Ex 20,12; Prov 30,17; O r a c i ó n : por otros: Jer 42,2; Bar 1,13; 2 Mac
1,6-15,14; Ez 6,18-19; Col 4,2-3; 1 Tes 5,25; Gen 14,13," 21,22-23; 26,28-31,44—después se sacaban los antiguos el papel de papiro, y hacían
Ef 6,3—desobediencia de los gentiles: Rom 1,30; prohibe a los israelitas pactar con los gentiles: vasos pequeños, cestas, embarcaciones peque-
2 T i m 3,2—ejemplos de obediencias: Gen 22,18; 2 T e s 3,1; Sant 5,16—por los enemigos: N ú m 16,
22.46; 2 M a c 3.33; M t 5,44; L e 6,28; 23,34; Ex 23,32; 34,15; D t 7,2; 2 Par 20,37; Is 28, ñas, chalupas...: Is 18,2 (v. Ex 2,3; Job 8,11;
26,5; 28,7.41.40; D t 34,5; Jos 1,17; Jer 35,8-18; 14-22; 30,1-5; 3 1 . i - 3 ; Jer 2,18—pacto de Dios Is 35,7)-
Act 11,8—Cristo obediente al P a d r e : T i t 2,8; Act 7.60—cómo debe ser: Jue 10,11.15; 1 Sam r,
t i ; 2 Sam 22,7; 1 Re 3,7; Job 3,11; Ecl 35,26; con N o é y A b r a h a m : G e n 6,18; 9,9-17; 15,7-21; P a r á b o l a (hebreo, mashal): se toma por u n
H e b 5,8 (v. Jesús). I7.9-I4—con Israel en el monte Sinaí: Ex 6, proverbio: 1 Re 4,32 (v. Job 2 7 , 1 ; Prov. 25,11;
M t 6,5.9-15; 18,19; 21,22; Jn 9,31; 14,13; Act 1,
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1322 1323 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL

(Parábola] [Pecado] [Perseverancia] [Pontífice!


Eclo 9,10; 21,31)—por u n a palabra d e burla y la remisión por Cristo: Is 53,4-13; M t 26,28; 15,22-25; 24.I3J Jn 6,6r-66; Act 2,42; 11,23; nombre eran designados también los q u e hablan
desprecio: 2 Par 7,20; Is 14.8; Jer 24.9; Miq Jn 1,29; 2 Cor 5,21; H e b 9,26-28; (v. M t 9,2-6; 13,43; 14,21; H e b 3.1-19; 2 P e 2,20; r Jn 2,24. desempeñado ese oficio: M t 26,3; L e 3,2.
2,4—por una narración ideada para exponer al M e 2,9; L e 7,18-19; 23,43; Jn 20,23)—se nos P e s c a : en el lago Genesaret se hacía con an- P o s e s i ó n : bienes q u e se tienen por derecho
vivo una verdad de u n orden más elevado: Ez exige perdonar las injurias: M t 5,23-26; 6,12; zuelo, con red pequeña o g r a n d e : Is 19,8; M t de propiedad: G e n 13,2; 26,14; 30,29; 47,20—
17.2; 24,3 (v. Jue 9,7-i5; 2 Sam 12,1-4)—<»n 18,22-35; L e 17,3-4; Ef 4,32; Col 3,13- 4,18; 13,47; 17,26; Jn 21,3-8. la tierra d e Canán, propiedad de Dios, fue dada
frecuencia Cristo usó d e ellas en la predicación: P e d r o A p ó s t o l (llamado antes Simón): hijo P e s t e : juntamente con el h a m b r e y la guerra a Israel con determinados límites: Lev 19,10;
M t 13,3.55; L e 15,3.16.30—la razón d e las pará- de J u a n de Betsaida: M t 16,17; Jn 1,44—su pri- es enviada por Dios para castigo de los pecados: 23,22; 25,23; D t 23,24-25; 24>i.
bolas del reino: M t 13,10-15; M e 4,10.12; L e mer llamamiento al seguimiento d e Cristo: Jn Lev 26,25; D t 28,21; Jer 14,12; 2,9; Ez 6,11. P r e c u r s o r : el q u e precede al rey o jefe para
8,9-10. 1,40-41—segundo llamamiento para seguirle P i e d a d y buenas obras, v. O b r a s . quitar todos los obstáculos del camino: 1 Sam 8,
P a r á c l i t o (abogado, el q u e defiende la causa siempre: M t 4,18-22; M e 1,16-20; L e 5,2-11— P i e d r a : angular (que da solidez al edificio), 11; 2 Sam 15,1—se llama así al ángel que iba
de alguno): se dice d e Cristo: 1 Jn 2,1—del E s - el primero entre los apóstoles: M t 10,2; M e 3, se toma en sentido figurado por el príncipe del delante del pueblo en el desierto: Ex 32,2—a Juan
píritu Santo: Jn 14,16.26; 15,26; 16,7 (véase 16; L e 6,14; Act 1,13—fundamento d e la Igle- p u e b l o : Jue 20,2; Is 19,13; Zac 10,4; y princi- Bautista, q u e preparaba el camino del Señor:
Rom 8,26). sia: M t . 16,13-20; L e 22,32-34; Jn 21,15-19— palmente por Cristo, q u e es el fundamento de M t 3,3; M e 1,3; L e 1,17; 3,4—a Cristo, que
P a r a í s o : lugar en donde Dios creó al h o m b r e : niega a Cristo: M t 26,33-35.69-74; M e 14,26-31. la casa de Dios: O s 8,1; y firme trabazón de ella: nos mostró el camino para llegar a la patria
G e n 2,8—lugar m u y a m e n o : C a n t 4,13; Ez 28, 66.72; L e 22,54-62; Jn 18,25-27—Pedro después Ef 2,20 (v. Sal 117,22; Is 28,16; M e 21,42; M e celestial: H e b 6,20.
13 (v. G e n 13,10)—'lugar de los bienaventura- d e la resurrección d e C r i s t o : M e 16,7; L e 24, 12,10; L e 20,17; Act 3,11). P r e d e s t i n a c i ó n (¡el gran misterio de la divina
d o s : L e 23,43; 2 Cor 12,13 (v. Eclo 44,16)—bajo 34; Jn 20,2-10; 21,1-23—después de Pentecos- P i l a t o : procurador romano q u e gobernó a Ju- Providencial): Dios quiere q u e todos los hom-
la imagen del paraíso se describe el reino mesia- t é s : Act 2,14-42; 3 , i - 4 - 3 i ; 5,1-11.17-32; 8,14- dea, a. 26-36 después de Cristo: L e 3 , 1 ; 13,1; bres se salven: 1 T i m 2,4; T i t 2,11; 2 Pe 3,9—
nico: Is 11,1-9; Ez 47.12; Zac 14,8; A p 2,7. 24; 10,1-11.8—libertado d e la cárcel: A c t 12, 23,1-2—fue el quinto de los procuradores roma- desde el principio, «ab aeterno», predestinó en
P a r a s c e v e (griego = preparación): se llama- T-17—en el concilio d e Jerusalén: Act 15,7-11 nos desde la destitución de Arquelao: v. H e r o - su sabiduría insondable la economía de la sal-
ba al viernes porque en ese día se debían prepa- (v. Gal 2 , i r - i 4 ) . des. vación h u m a n a : 1 Cor 2,7; Ef 3,11 (v. Rom 8,
rar los alimentos para el sábado: M t 27,62; M e P e n a : era distinta según los diversos delitos: P i l o t o : de la nave: Ef 27,8.27-29; Act 27,11; 29-30)—predestinó a los apóstoles para ser tes-
15.42; L e 23,54; Jer 19,14-31-42 (v. Ex 16,5.23). d e lapidación por el crimen d e idolatría, de blas- A p 18,17—en sentido figurado por el jefe de u n tigos d e la resurrección de Cristo y ministros
P a s c u a o F a s e ; la fiesta principal de Israel: femia... (v. L a p i d a c i ó n ) — d e l talión por el cri- p u e b l o : Prov 11,14; 23,34- del Evangelio: Act 10,41; 22,14-15 (v. Act 1,8;
Ex 12,13.23.27; N ú m 9,1-13;_ Jos 5,10; 2 Re men de m u e r t e o d e herida: Ex 21,24-25; Lev P i n á c u l o : fastigio o cúspide del templo o, co- 2,32; 9,15)—nos predestinó a la adopción de
23,22; Jn 18,28—la peregrinación debía hacerse 24,20; D t 19,19-21; 24,25; M t 5,38—de azotes: m o quieren algunos, el ángulo formado por el hijos para la alabanza de su gloria: Rom 8,29;
todos los años: D t 16,1-8 (v. L e 2,4*)—la inmo- Lev 19,20; D t 25,2; M t 10,17; 2 Cor 11,24-25— pórtico regio y el pórtico d e Salomón q u e se ele- Ef 1,5-6; 12,14 (v. Act 13,48)—esta predestina-
lación del cordero y modo d e realizarla: Ex 12, d e multa d e dinero: Ex 21,19-22; 22,1-17; Lev va sobre el valle Cedrón: M t 4 , 5 ; L e 4,9. ción, que sólo procede d e la gracia y d e la mise-
1-28; Lev 23,4-14; N ú m 28,16-25—es celebra- 6,2-5; N ú m 5,8; D t 22,19.28—de cárcel: 2 Par P i s c i n a : estanque para recoger las aguas, ya ricordia d e Dios (Rom 9,1-13; Ef 1,11), se ha
da por Cristo: M t 26,17-35; M e 14,12-31; L e 16,10; Jer 20,2; 32,2; 36,5; Esd 7.26; M t 11,2; d e las fuentes, ya de las lluvias: 2 Sam 2,3; 4,12; de alcanzar por la fe en Cristo y nuestra docili-
22,1-23; Jn 13,1-2—nuestra Pascua es Cristo: 18,30; Act 5,18.21; 12,4—-de diferente género 1 Re 22,38; 2 Re 18,17; N e h 3,15; Is 7,3; 22, dad a esa misma fe: 1 Cor 9,24; 10,12; Ef 2,10;
1 Cor 5,7 (referente a otras cosas v. Fiesta). entre los no judíos; Jer 29,22; D a n 8,20; 14,30; 9.11; Jn 5,2; 9,7- F l p 2,12; 2 Pe r , i o ; A p 3,11—a la ejecución
P a s o : medida de longitud entre los romanos 2 M a c 7,5; M t 27,32—con otras penas castigaba P l a g a s d e E g i p t o : Ex 7,14-12,36. de la predestinación Dios hace concurrir todas
q u e equivalía a 1,48 m t . : M t 5.41 (v. N ú m 35,4; Dios a su pueblo por ía violación del pacto: P l a ñ i d e r a s : mujeres pagadas q u e asistían a los las cosas: Rom 8,28—la misericordia y compa-
2 Sam 6,13; Act 27,28). Lev 26,14-39; D t 28,15-78. funerales para honrar al muerto con sus llantos: sión de Dios para con los predestinados: Rom 9,
P a s t o r : oficio muy conocido en Palestina y en P e n i t e n c i a : mutación d e la mente y conver- Jer 9,17-18 (v. Eclo 22,10; Jer 22,18; 34.5; M t T4-29—el juicio divino hecho por Cristo del
las regiones limítrofes: G e n 4,4.20; 12,16; 13, sión a D i o s : 1 Re 8,33; 2 Par 6,24.37; Eclo 49, 9,23; M e 5.38). modo d e obrar d e cada h o m b r e : M t 25,31-46.
51 3 7 , i 6 ; 47,3; N ú m 3 2 , 1 ; 1 Sam 77,34-36; 3 ; Jer 18,8; Ez 18,21; M t 3,2.8.11; 11,22; Act P l a t a : metal precioso empleado para hacer va- P r e g o n e r o : el que anuncia en alta voz los
2 Par 26,10—a los reyes y sacerdotes se les llama- 2,38; Rom 2,4 (v. C o n v e r s i ó n , I m p í o , P e - sos u otros útiles: Ex 12,35; 38,26; N ú m 7,13; mandatos de los príncipes al pueblo; Gen 31,43;
ba pastores del pueblo: 2 Sam 5,2; 7.7J Is 44. cado.) 10,2; 1 Re 7,51; Act 19,29—pesada servía en Ex 32,5; 36,6; 2 Re 22,36 (v. 2 Pe 2,5).
28; 56,11; Jer 2,8; 3,15; 10,21; Ez 34.2-8 (v. Jn P e n t e c o s t é s (quincuagésimo): el día quincua- lugar del dinero: G e n 20,16; 23,16; Jer 32,10; P r e s b í t e r o (anciano): nombre q u e en el A n -
2i,i5-i7>—el Mesías es también pastor: Ez 34, gésimo a partir d e la fiesta d e Pascua (o sea des- M t 26,15. tiguo Testamento significa a la vez la edad y
23-24; Jn 10,14; H e b 13,20; 1 Pe 2,25; 5,4— d e el 16 d e Nisán, en el q u e se ofrecía el primer P l o m o : metal m u y pesado, pero de poco va- la dignidad: Eclo 4,7; 6,35; 7,15; 8,9; 25,6;
Dios mismo es pastor de Israel: Sal 22,1-2; 74, manojo d e cebada). E n el q u e se celebraba el lor, del q u e se usa con frecuencia en sentido figu- D a n 13,34.36.61—en el Nuevo Testamento se
1; 79,2; Ez 34,9-31; M i q 7,14; Zac 10,2. final d e la mies y se ofrecían los primeros panes r a d o : Ex 15,10; Job 19,24; Eclo 22,17; 47,20; llama a los que, revestidos de la ordenación
P a z : es el saludo entre los hebreos: Jue 6, como primicias: Ex 23,16; 34,22; Lev 23,15-21; Ez 22,18-20; 27,12. sagrada, tienen el cuidado d e las iglesias: Act 14,
23 (v. G e n 37,14; 43.27; 1 Sam 17,18; 2 Sam N ú m 28,26; D t 16,9 (v. Fiesta)—fiesta memora- P o b r e : se debe ejercitar la misericordia para 22; 15,2; 1 T i m 5,17-19; Sant 5,14 (v. Act 17,28;
i r , 7 ; 2 Re io,r3)—el premio de la observancia ble en la q u e descendió el Espíritu Santo sobre con los pobres: D t 15,11; 24.20-21; Eclo 29, T i m 1,5.7).
d e la ley es la p a z : Is 9.6-7; 11.6-9; 65,25; Jer los discípulos de Cristo: Act 2,1-42. 11-12; Is 58,7-14—no sean oprimidos en las tri- P r e t o r i o : palacio en el q u e el prefecto romano
33.9; Ez 34,25; 37,26; M i q 4.4; 5,5! Ag 2,10; P e r e g r i n o : A b r a h a m y sus descendientes en bulaciones: Ex 23,6; D t 24,17; 27,19; Is 1,17; m o r a b a y a d m i n i s t r a b a j u s t i c i a : M t 2 7 , 2 7 ;
Z a c 9,10—la paz d e Cristo: M t 10,12; M e 5,34; C a n á n : G e n 17,8; 2 0 , 1 ; 26,3; 28,4; 37,7—Israel ro,i-2—el premio d e la misericordia: Prov 2 1 , M e 15,16; Jn 18,28; Act 23,35—los campa-
L e 2,14; 7,50; 8,48; Jn 14,27; 16,33; Rom 1,7; en Egipto: G e n 15,13; Ex 23,9—todos somos pe- 13; 22,9; 28,27; 29,7-14; Eclo 4 . 2 - n ; 7,36— mentos donde los soldados pretorianos perma-
5 , 1 ; 14,19; 1 Cor 1,3; 12,33; Ef 5,14-17; F l p 4 , regrinos sobre la tierra: Sal 38,13; 2 Cor 5,8; Dios cuida del p o b r e : Sal 10,12.14.17; 11,5—el necían: F l p 1,13 Cv- Act 28,16.30).
7; 1 Pe 1,2; 2 J n 3 . F l p 3 , 2 o ; H e b 11,13; 1 Pe 2 , u (referente a otras Mesías, defensor d e los pobres y Él mismo p o - P r i m i c i a s (los primeros frutos d e los campos,
P e c a d o : su raíz, la soberbia: Job 4,14; Eclo causas, v. E x t r a n j e r o . ) b r e : Sal 72,4.12-14; Is 11,4; 3 2 , i ; 2 Cor 8,9—los d e las viñas y de los árboles...): debían ser ofre-
10,15 (v. G e n 3.5; Sal 2,24; Jn 8,44)—en Adán P e r e z a : debe ser rechazada: Prov 6,8; 10, pobres son evangelizados: M t 5,3-11,5; L e 4, cidos al Señor en reconocimiento de su supremo
toctos pecaron: Job 14,4; Sal 50,7; R o m 3,23; 4.26; I 2 . I I ; r3,4; 18,8; 10,15.24; 20,4.13; 21, 18; 7,22—la pobreza evangélica: M t r 9 , 2 i ; M e dominio: D t 26,1-10; N e h 10,35.37; Prov 3,
5,12-21—diversos géneros d e pecados: M t 12, 2 5 ; 24,30; 26,13; 28,19; Eclo 33,26; Ez 16,49; 10,21.29; L e 12,33; Act 2,45; Sant 2,2-6. 9-10; Eclo 7.33-34; 3 5 . 1 0 - n ; M a l 3,8; 1 M a c 3,
22-23; 15,19; M e 3,22-30; Rom 1,27-32; 1 Cor Rom 12,11. P o n t í f i c e (o el gran sacerdote): el q u e ocupa- 49—quedaban para uso de los sacerdotes: Lev 2,
6,9-10; Gal 5,19-21—ocasiones del pecado: Eclo P e r j u r i o : pecado gravísimo prohibido por ba el primer lugar en el orden sacerdotal: Lev 12; 7.14; N ú m 5,9; 18,8; D t 12,6.17; 18,4;
21,2; 23,11; 36,28; 27,2; 28,10; M t 5,29-30; D i o s : Ex 20,7; Lev 19,12; 24,16; D t 5,11; Eclo 21,10; N ú m 35,25.28; Jos 20,6; 2 Par 19,11; Eclo 45.25—frecuentemente se toma la palabra
18,8-9—Dios aborrece el pecado: Sal 5.5-7; Prov 23,9; M t 5,33; 1 T i m 1,10—con frecuencia es A g I , I ; 1 M a c 12,7; 2 M a c 3,4—su rito d e con- en sentido figurado: Jer 2,3; 1 Cor 15,20.23;
15,9; Sal 14,9; M t 7,23; A p 21,8—no le deja sin recordado por los profetas: Jue 7,9; O s 4,2; sagración: Ex 29,1-37; 40,12-15; Lev 8,1-35— 16,15; Rom 8,23; A p 14,4.
castigo: Ex 23,21; Lev 20,20; Jos 24,19; Sal 74, Zac 5,3; M a c 3,5 (v. Eclo 9.2; Sal 14.25). sus vestiduras: Ex 28,2-43—sus oficios: Lev 16, P r i m o g é n i t o ( = e l q u e abre el seno de la
11; 88,31-33; Prov 22,8; Ez 18,4; D a n 9,11—los P e r l a : m u y estimada desde la antigüedad: 2-43; D t 17,8-12 (v. 1 Re 39; 2 Par 23,11)—cua- madre): es consagrado a D i o s : Ex 13,2; 22,29;
pecados d e los padres recaen sobre los hijos: Ex Prov 25,12; 1 T i m 2,9; A p 17,4; 18,12.16; 21,21 lidades en él requeridas: Lev 21,1-23—era d e la 34.10; Lev 27,26; N ú m 8,17; D t 15,19 (v. Ex 13,
20,5; 34,7; N ú m 14,18; D t 5,9; Sal 78,8; 108,54; (v. M t 13,45-46). familia de A r ó n : N ú m 20,28; 25,6-9; Jue 20, 14-15)—los animales q u e era lícito inmolar de-
Is 65,6-7; Jer 32,18; L a m 5,7 (v. Jer 31,29.30; P e r r o : animal despreciable (1 Sam 17.43; 28; 1 Re 20,27; 1 Par 6,4-15—su oficio era por bían ser sacrificados (Ex 13,12; D t 15,19-20),
Ez 18,1-32)—los primeros juicios d e Dios con- Prov 26,11; Eclo 9,4; M t 7,6), pero útil: T o b toda la vida: N ú m 35,25; H e b 7,23; pero a par- pero los q u e no era lícito inmolar debían ser
tra el pecado: G e n 3,16-24; 6,1-8,22—tiene mi- 6,1; Job 3 0 , 1 ; Is 56,10-11—nombre vil y desver- tir d e Antíoco Epifanes con frecuencia se elegían muertos o rescatados: Ex 13,13; 34,20; Lev 27,
sericordia con el pecador arrepentido: 2 Sam gonzado: 1 Sam 24,15; 2 Re 8,13; Sal 21,17; y se quitaban conforme a ía voluntad de la auto- 27; N ú m 18,15.18; D t 15,21-22—los hombres
12,13; Eclo 4 , 3 1 ; 17,21-28; 28,2; 3 5 , i - 5 ; Is 1, M t 7,6; F l p 3,2—el sodomita: D t 23,18; A p ridad civil, de la ambición de los aspirantes (véa- debían ser rescatados: Ex 13,15; N ú m 3,13;
16-18; 14,32; Jer 3,14; M t 3,6; Sant 5,16; 1 Jn 22,15. se 1 M a c 7,9; 10,20; 2 M a c 4,24), y así se expli- 8,18-19; D t 12,17; 14,23; L e 2,22-24—el dere-
1,9—la expiación del pecado por los sacrificios: P e r s e v e r a n c i a e n el b i e n : Job 2 , 3 ; Prov 23. ca por q u é en los Evangelios se hace mención d e cho d e primogenitura: Gen 25,31; 27,32; D t 2 1 ,
Jer 4,1-6,7; 16,1-34—la expiación del pecado y 17; Eclo 2,2-3; 11,12; Ez 18,24-26; M t 10,22; pontífices y sumos sacerdotes, ya q u e por ese 17; 1 Par 5,1; 2 Par 21,3*
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1324 1325 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL
P r i n c i p a d o : nombre con el q u e designa San [Púrpura] [Reino] [Rey]
Pablo uno de los órdenes angélicos y también la construcción del tabernáculo de la alianza: L e 3,3—el reino de nuestro Padre celestial, en 95,4-10; 98,1-6; 98,r-9—el Mesías será rey glo-
de los demonios, porque ejercen poder sobre Ex 25,4; 26,1; 35.6.23-25.35; N ú m 4,13 (v. 2 Par cuya providencia debemos confiar y a cuya vo- rioso y poderoso que establecerá la justicia en
otros: Rom 8,38; 1 Cor 15,24; Ef 1,12.21; 3.10; 14)—en las vestiduras del sumo pontífice: Ex 28, luntad debemos someternos: M t 6,5-14.26-32; la tierra: Sal 2,6-9; 71,1-20; 109,1-4.
Col 1,10; 2,10.15. 5-8; Eclo 45.12—también los nobles llevaban L e 15,3-32—la ley de este reino es la caridad R í ñ o n e s : son considerados como el centro de
P r í n c i p e : el que es cabeza d e una tribu, vestidos de p ú r p u r a : Jue 8,26; Jdt 10,19; Est 8, con Dios y con el prójimo (Mt 22,34-40; 1 Cor dolor, de gozo, deleites...: 1 Re 8,19; Sal 3,10;
familia... o ejerce alguna autoridad sobre otro: 15; Prov 31,22; C a n t 3 , i o ; E z 2 7 , 7 ; D a n 7,16.29; 13,1-13; 1 Jn 3,13-24), la cual es infundida en Ier 11,20.
N ú m 2,3.5.7.10; 1 Par 2,10; 5,2.6—el demonio, i M a c 4,23; L e 16,19 (v. M e 15,17; Jn 19,2). nuestras almas por el Espíritu Santo para que R i q u e z a s : provienen de la bendición de D i o s :
príncipe de este m u n d o : Jn 12,12; 14,30; 16,11. P u n z ó n : instrumento para escribir, uno de obremos como verdaderos hijos d e Dios: Rom G e n 12,16; 13,2.5; 24,35; 26,12-14; 30,43; 31,9;
P r o b á t i c a : la piscina de las ovejas: Jn 5,2. cuyos extremos era d e forma apuntada, para 5,5; 14,17; Gal 5,22—a este reino son llamados 1 Re 3,13; 4,21-24; 10,23-29; 2 Par 17,5-18,1—
P r o c ó n s u l : gobernador d e una provincia se- la escritura, y el otro pl^no, para borrar: 2 Re primeramente los judíos y después todos los se prometen a los que observen la ley: Lev 26,
natorial: Act 13,7.8.12; 18,12; 19.38. 21,12; Is 8,1; Jer 8,8. gentiles: M t 8,11-13; 10,5-6; 15.24; Jn 12,23-24; 3-5; D t 28,1-14; Sal 36,3.29; 111,1-3—por eso
P r o c u r a d o r : administrador, mayordomo o en- Act 10,1-11.18; Rom 3,19-31; Gal 3,23-29— serán fruto de la sabiduría (Prov 3,16; 22,4) y
cargado del gobierno económico de una casa: este reino tiene una fase temporal y otra eterna: acompañarán al reino mesiánico: Is 4,2; 23,18;
G e n 15,2; M t 20,8; L e 8,3—ayo que tenía por v 2 u e r u b í n : delante del paraíso para guardar el M t 13,3-9.18-52; 25,1-45—Cristo instituyó la 60,5-7.11; Ez 3 4 , i 3 - 3 i ; 25,27; 36,33-38; Os 2,
oficio el cuidado del rey joven: 2 M a c 11,1; camino del árbol d e la vida: Gen 3,24—sobre el Iglesia para realizar este reino en su fase tem- 21-23; Jl 2,21-27; A m 9,13-14; Ag 2,7—muchas
13.2—gobernador de una provincia: Est 8,9; propiciatorio: Ex 25,18-20; 1 Sam 4,4; H e b 9 , 5 — poral: M t 16,18-19; 28,16-20; Jn 2r,15-17; Act veces son condenadas por violación de la justi-
9,3 (v. M t 23,2; Act 23,24; 2 4 . 1 ; 26,30). en Ezequiel: Ez 1,10; 10,12; 28,14-16 (v. A p 1,4-8.15-26; 2,14-42; Ef 4,9-16; 5,22-23—a este cia y de la misericordia por parte de los ricos:
P r o f e t a : el que habla en nombre de D i o s : 4,6-9). reino se opone el reino del mundo, cuyo príncipe Is 3,13-26; 5,8; A m 3,10; 6 , 1 ; M i q 2,2; Sal 93,
v. Ex 4,15; 7,1—Dios promete a Israel profetas: Q u e s o : hacíase principalmente d e leche de es el diablo, vencido y aniquilado por Cristo, y 2-6—no se debe poner la confianza en ellas:
D t 18,14-22 (v. Eclo 36,r7; 1 M a c 4,46)—el vaca, d e oveja o de cabra: 1 Sam 17,18; J d t 10,5; cuyo reino será aniquilado por el mismo Cristo: Job 31,24; 48,7; Sal 51,9; 61,11; 75,6; Prov n ,
oficio de los profetas era enseñar, recriminar, Job 10,10 (v. 2 Sam 19,29), M t 4,1-11; 12,22-29; L e 11,14-20; Jn 12,31; 28; 30,8—son vanas e inútiles para dar la felici-
consolar al pueblo: Is 6,8-13; Jer L 4 - I 9 ; Ez 2, 1 Pe 5,8; A p 12,7-13,10; 19,19-20,15. dad al h o m b r e : Prov 28,6-8; Ecl 5,9; Eclo 14,4;
1-3.27; introduciendo con mucha frecuencia pro- R e l i g i ó n : ceremonias y observancias o esta- 18,25; Jer 9,23—por eso no se ha de admirar que
mesas mesiánicas: Is 2,2-4; 7,14-16; 9,i~7; " . Rabbí o R a b o n i : voz hebrea ( = ¡mi señor!) con t u t o s : Ex 12,26.43; Lev 16,31; Ex 18,17—el los impíos abunden en ellas: Sal 48,17-18; 51,9;
1-10; Jer 23,5; Ez 17,22-23; A m 9.8-15; Miq 4, la cual solían llamar los judíos a sus doctores: culto, ya genuino y verdadero (Sant 1,27), ya 72,2-20; 75,6—modo de emplearlas: M t 27,57;
1-8 (v. también 1 Sam 9,6.20; 2 Re 1,2-3)— M t 23,7; 26,25; M e 9,4; Jn 1,38; 20,16. supersticioso: Col 2,18 (v. Act 26,5). L e 10,9; 19,8; Jn 19,39; 2 Cor 0,6; Sant 2,15-16;
algunas veces se les mandaba predicar al pueblo R a c a : voz contumeliosa (Mt 5,22), derivada R e l i q u i a s (o vestidos de los santos): el poder 5,1-6; 1 Jn 3,17-18—las espirituales y eternas
con su género de vida: Jer 16,1-21; Ez 4,1-5-17; probablemente de la raíz aramea raga = vacío, q u e Dios les comunica: 2 Re 2,14; 13,21; M t 9, deben preferirse a las temporales: 1 Cor 1,5;
12,3; 21,6; O s 1,2; y llevaban a veces u n hábito vano, sin seso; según otros, reprobable, abominable. 20; 14,36; Act 19,12. 2 Cor 8,7; Ef 1,7; 2,7; 3,8; Col 1,27; 1 T i m 6 , i 8 ;
especial: 2 Re 1,8; Zac 13.4 (v. M t 3,4)—a éstos R a c i o n a l del juicio: bolsa hecha de u n tejido R e n f a m , de quien se habla en Act 7,43. es Act 11,26—en el Evangelio son antepuestos los
se oponen los seudoprofetas del Señor y los multicolor, en la cual se guardaban el un'm y el probablemente una lectura incorrecta de Rewan, pobres a los ricos: M t 5,3; 6,20.24; 13,22; 19,23;
profetas de los ídolos: 1 Re 18,19; 22,11-12; thummim, adornado de doce piedras preciosas nombre con el cual se designaba al planeta M e 10,24; L e 6,24; 12,16-21; 16,19-31.
Jer 14,14; 23,9; 29,8; Ez 13,2; Miq 3,5—cómo en las que estaban inscritos los nombres de las Saturno, adorado por dios de los asirios.
debe distinguirse eí verdadero efef faíso profeta: R o c a : se dice en sentido figurado del refugio
doce tribus: Ex 28,15-30. Se iíama también pecto- R e p u d i o , v. D i v o r c i o . donde uno puede acogerse, como a u n castillo
D t 18,20-22; Jer 28,9. ral porque el sumo sacerdote lo llevaba sobre el R e s u r r e c c i ó n : Cristo profetiza su resurrec- roquero: 2 Sam 22,2 (v. Sal 17,3).
P r o p i c i a t o r i o : cubierta del arca, sobre la que pecho. ción: M t 16,21; 17,9.22; 20,19; 26,32; 27.36 R o c í o : bastante abundante en Palestina de-
estaban colocados dos querubines (desde aquí R a h a b (etim. = insolencia, soberbia): aplica- (v. Sal 15,10; M t 12,39-40)—es comprobado el bido al frío de las noches; en tiempo de verano
hablaba Dios a Moisés): Ex 25,18; 37.6; 40,18. do a Egipto en sentido figurado: Sal 86,4 (v. Sal hecho de la resurrección de Cristo: M t 28,1-20; es m u y saluble para la vegetación, por lo cual
P r o s é l i t o : en el Nuevo Testamento, gentil 58,11; Is 51,9). M e 16,1-20; L e 24,1-53; Jn 20,1-21.25—y es en la Sagrada Escritura se hace muchas veces
q u e había aceptado la fe de los israelitas: M t 23, R a n a s : la segunda de la.s diez plagas de Egip- anunciado al pueblo: Act 2,14-36; 3,11-26; 4, mención de él: Gen 27,28.39; D a n 33,13.28;
15; Act 2 , n . t o : Ex 8,2-13; Sal 77.45; 104,30; Sab 19,10 1-22; 1 Cor 15,1-11—la resurrección de Cristo Jue 6,37; Prov 19,12; Cant 5,2; Os 14,6; Zac 8,12.
P t o l o m e o : nombre del primer rey de Egipto (v. A p 16,13). es u n argumento de nuestra propia resurrección: Rodilla (doblar l a ) : en señal de reverencia
después de la muerte de Alejandro Magno, y R e d e n t o r : Dios, redentor de los hombres pia- 1 Cor 15,22-34 (v. Job 19,25-26; D a n 12,2; ante los príncipes y magnates: Gen 41,43;
q u e llevaron después todos los sucesores de dosos: Job 19,35; Sal 18,15; 77,35; redentor del 2 M a c 7,11.14; 12,43-44; M t 24,31; L e 1:4,14; 2 Re 1,13; Est 3,2-3; 13,12-14; M t 17,14;
aquella dinastía: 1 M a c 1,19; 3.38; 16,11; 2 M a c pueblo de la esclavitud de Egipto: Ex 6,6; 15,13; Jn 5.29; H e b 6,2; A p 20,12)—nuestra resurrec- 27,29; M e 1,40; 10,17; 15,19—en señal de ado-
6,8; 10,12. D t 7,8; 13,5; Act 7,35; y de la cautividad de ción es la expresión de la gloria futura: Rom 8, ración ante D i o s : 1 Re 8,54; 18,42; Esd 9,5;
P r o v e r b i o , v. P a r á b o l a . Babilonia: Is 41.14; 43.14-15; 44,6-24; Jer 59, 18-25; 1 Cor 15,35-58; 2 Cor 15,1-10; 1 Tes 4, D a n 6,10; Act 7,59; 9,40; 20,36; 21,5; Ef 3,
P u b l i c a n o : nombre con el cual se designaba 31—Cristo, redentor por excelencia (Mt 20,28; 12-17—se relatan varias resurrecciones a la vida 14; F l p 2,10.
entre los romanos a los cobradores de tributos, M e 10,45; Ef 1,7; Col 1,14). temporal: 1 Re 17,17-24; 2 Re 4.36-38; M t 9, R o s a : probablemente no se introdujo en Pa-
m u y aborrecidos de los judíos y reputados como R e i n a del cielo: de la q u e habla Jer 7,18 y 18-26; L e 7,11-17; Jn 11,17-45; Act 9,36-43—a lestina hasta tiempos muy posteriores, porque
pecadores públicos, ya por su avaricia, ya por 44,17; se refiere probablemente a la estrella veces se atribuye el nombre d e resurrección al solamente se hace mención de ella en los libros
el servicio q u e prestaban a los opresores ex- matutina, que era muy venerada entre los asirios restablecimiento del pueblo en su prosperidad: deuterocanónicos: Sab 2,8; Eclo 24,18; 39,17;
tranjeros: M t 5,46; 9,11; 18,17; M e 2,16; L e 3, bajo el nombre de Isthar. Ez 37.1-28 (v. Is 26,19). 50,8 (v. Est 15,8).
12; 5.30; 6,32-33; 18,10 (v. L e 5,27; 19,2). R e i n o d e D i o s : su dominio perpetuo en todo R e v e l a c i ó n : de secretos entre amigos: Eclo R u b í : piedra preciosa apreciada ya en la
P u e r r o : verdura que los hebreos en Egipto el universo por razón de la creación y conser- 22,27; 42,1 (v. Eclo 27,17)—del juicio final: antigüedad: Ex 28,18; Eclo 32,7; Ez 28,13.
tenían por muy deleitable: N ú m 11,5. vación: r Par 29,11; Sal 102,19; 144,13 (v. Dan R o m 2,5-—de la gloria de Cristo (x Cor 1-7) y
P u e r t a : en las murallas de las ciudades: Jue 16, 7,1-28)—Dios es de un modo especial rey de d e los santos en el día del juicio: R o m 8,19;
3 ; 1 Sam 23,7; 2 Sam 18,24-33—a las puertas Israel por razón de la elección y consentimiento 2 T e s 1,7; 1 Pe 1,7-13; 4,13—el misterio de O á b a d o : día séptimo de la semana, y que los
de las ciudades, o sea en las plazas contiguas a del mismo pueblo: Ex 10,5; 24,3-8—El da las nuestra redención por Cristo (Le 2,32; Rom 16, hebreos consideraban como el día santo: Gen 2,
las puertas, se celebraban los juicios, contratos, leyes a este pueblo y les manifiesta su voluntad 2 5 ; Gal 1,12; Ez 3,3) o de la manifestación de 3; Ex 20,8-11—comienza con la puesta del sol
negocios—: D t 21,19; 25,7; R u t 4 , 1 1 ; 2 Sam por medio de profetas y sacerdotes ( N ú m 23, alguna verdad concerniente a este misterio: 1 Cor del día precedente hasta la víspera siguiente:
15,2; Job 31,21; Sal 68,13; Prov 31,23 ; í s 20,21; 21-23; D t 18,18; Jue 8,23; 1 Sam 8,7; 10,19; 14,6; 2 Cor 12,1-7; Gal 2,2; Ef 1,17. Lev 23,22 (v. L e 23,54)—solemnidad en el
A m 5,12—en sentido metafórico se dice de la 12,12), de donde el rey d e Israel gobierna al R e y : el pueblo de Israel pide tener u n rey santuario: Lev 24,8; N ú m 28,9-10; 1 Par 9,
puerta de la muerte, del infierno: Sal 9,15; 106, pueblo en nombre y como vicario d e Dios: 1 Sam como las demás naciones tienen el suyo: 1 Sam 8, 32; 2 Par 8,13; N e h 10,33; M t 12,5 (v. Lev 23,
18; Sab 16,13; M t 16-18. 12,13-15; 13.13-14; 16.1-13; 2 Sam 7,14; 1 Par 5-19; 12,12-25 (v. Ex T4.I4; Jue 8,23; i Sam 8, 2-3; Is 1,13; M e 1,21; L e 1,16-31; 13,10;
P u r e z a : moral: Gen 20,5; Jos 2,20; 2 Sam 28,5; 29,23—por la rebelión del pueblo contra la 7)—es rechazado Saúl, o mejor, su dinastía, por Act 15,21)—abstención d e todo trabajo: Ex 20,
22,21— legal o ritual: Lev 11,1-17,16; 21,1-22.33 divina voluntad, Dios elígre un pueblo dócil y su desobediencia (1 Sam 13,10-14; 15,1-35) y 8; 31,15-17; 3 4 , 2 i ; Lev 23,3; D t 5,12-15;
(v. I n m u n d i c i a o I m p u r e z a ) — d e todo contagio santo entre los gentiles: Sal 86,96-98; Is 2,2-4; elegido David teocrático para administrar el pue- N e h 10,31; 13.15; Jer 17,21-22; A m 8,5—la
d e materia: Sal 7,24. 9,24-25; Miq 4 > I " I 3 ; Zac 14,16—el Señor pone blo como vicario de D i o s : 1 Sam 16,1-13; 2 Sam ley sabática obliga no sólo a los israelitas, sino
P u r i m : fiesta que debía celebrarse todos los como príncipe de este refrío a u n rey de la casa 7,4-17; Sal 88,20-38 (v. R e i n o ) — a semejanza de también a los siervos y peregrinos: Ex 20,10;
años en los días 14 y 15 del mes d e Adar, en de David: Sal 2,6-9; 7 I . 1 ^ 2 0 ; 109,1-5; Is 9,6-7; los demás reyes, los de Israel ostentan el poder Lev 25,4; D t 5,14—la inobservancia del sábado
memoria de la liberacién de íos judíos en tiempo 11,1-10; Jer 23,5; Ez 37.24-25; O s 3,5; A m 9 . 1 1 ; y esplendor regio en la multitud de las mujeres: está sancionada con la pena capital: Ex 31,14;
d e Ester y M a r d o q u e o : Est 3,7; 9,20.32 (v. 2 M a c Miq 5,1-6—se instaura en e l Nuevo Testamento 2 Sam 5,13; 15,16; 2 Re 11,1; 2 Par 11,21; N ú m 15.35 (v. N e h 13,17; Is 56,2; 58,12-14;
15,36). con la predicación de la penitencia y conversión 13.21—a Dios se le considera como al rey domi- Ef 20,13.16.21.24)—aspecto religioso del sá-
P ú r p u r a (ensarnada o violácea): se empleó en de las mefttes a D i o s : M t 3,2; 4,17; M e I,4.I5J nador de dioses, reyes y naciones: Sal 9 2 , 1 ; 94.3; bado (Gen 2 , 3 ; Ex 31,13-17; L e v i9»3-3o;
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1326 1327 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL
[Sábado] [Sacrificio] [Samuel] [Saúl]
Ez 20,12-20), social (Ex 3**2; D t 6,14), histó- sangre se derrama sobre el altar y cuyo cuerpo dor del p u e b l o : 1 Sam 7,3-17—fundador de la por medio d e Samuel: 1 Sam 13,7-14; 15,10-
rico (Dt 5,15)—el sábado como día de gozo: todo o en parte se quema en honor a Dios): cla- monarquía: 1 Sam 8,4-1:0.25; 11,12-12,25—unge 35—le sucede D a v i d : 1 Sam 18,6-27,12—muere
N ú m 10,10; Jdt 8,6; Is 58,17; O s 2,11; 1 M a c 1, ses d e sacrificio con sus ritos respectivos: Lev 1, a David por rey y reprueba a Saúl: 1 Sam 13, en la batalla: 1 Sam 28,4-13.12—fin d e la casa
4 1 ; L e 14,1—observancia" del sábado en tiem- 1-7-38—sacrificio perenne o perpetuo, que de- 6-15; i 5 , i - 3 5 ; 16,1-13—Samuel, padre d e los de Saúl: 2 Sam 2,8-4,12.
po de C r i s t o : 1 M a c 2 , 4 1 ; 9,43-49'—observan- bía ofrecerse por la t a r d e y por la mañana por profetas: 1 Sam 10,5.10-11; 19,20.24—su apa- S e b a o t h ( = ejércitos): ejércitos d e Israel
cia según la doctrina y ejemplo d e Cristo: la salud del pueblo (Ex 29,38-42; N ú m 28, rición después de muerto a Saúl: 1 Sam 28, (Ex 7,4; 12,41; 1 Sam 17,26.45)—ejércitos an-
M t 23,4; 12,3-12; M e 1,21; 2,25-27; 6,2; Is 4, 3-8; 1 Par 16,40; Esd 3,3) y q u e el pueblo 4-25—elogio de Samuel: Eclo 46,16-23. gélicos (Jos 5,13; 1 Re 22,19; Sal 148,2; D a n
16; 6,6; 13,10; Gal 4,4—designa toda la sema- tenía en gran consideración: D a n 8,11; 9,21-27; S a n g r e : en ella está el alma o la vida: Lev 17,
7,10)—la multitud de estrellas q u e con u n orden
n a : M t 2 8 , 1 ; M e 16,2; L e 18,12; Jn 20,1-19; n , 3 i ; 12,11; 1 M a c 1,47-49; 4,36-59; 2 M a c n . 1 4 ; D t 12,23—con ella, por lo tanto, se ofrece admirable realizan su curso (Gen 2 , 1 ; Sal 18,
Act 20,7; 1 Cor 16,2—el a ñ o sabático o sépti- 10,1-8—los sacrificios q u e n o van acompaña- la vida y se borran los pecados: Lev 17,6.11 i - 5 ; Is 43,4; 45,12)—es como u n sobrenombre
mo, en el cual no se podía ni sembrar los cam- dos de una piedad sincera no agradan a D i o s : (v. H e b 9,22)'—por esta razón no es lícito b e - aplicado a Dios, q u e rige a Israel, a los ángeles
pos ni recoger los frutos: Ex 23,10-11; L e v 25, Prov 15,8; Ecl 34,23; Is 1,11; Jer 6,20; 7,22; bería: G e n 9,4; Lev 17,14; D t 12,16; 1 Sam 14, y el movimiento d e las estrellas: Jer 11,20;
1-7; ni exigir la paga de las d e u d a s : D t 15,1-4— A m 5,22-23—qué sacrificios considerados aná- 32; Act 15,20-29; 21,15—nosotros hemos sido R o m 9.29; Sant 5,4 (v. Jos 5,13; i Sam 17,45;
en dicho año debía leerse públicamente la L e y : logamente a éstos son más gratos a D i o s : Sal rescatados por la sangre d e Cristo: Act 20,28; Sal 23,10; 45,6.12; Is 1,9; A m 5,15).
Lev 26,34-35-43; 2 Par 36,21; N e h 10,31; Jer 35, 47,7-15.23,* 50,19; 140,2; Eclo 15,2-4; M t 9, H e b 9,14; 10,19; 12,24; 1 Pe 1,19; A p 5,9.
9-12; 2 M a c 6,49.53. Sello: los antiguos lo llevaban en el anillo o
13; F l p 2,7. S a n h e d r í n , v. C o n c i l i o . en eí brazalete para firmar los escritos: C a n t 8,
S á b a n a : lienzo d e lino fino empleado para S a c r i l e g o : el q u e ha robado algo del t e m p l o : S a n t i a g o : hijo d e Zebedeo, h e r m a n o d e Juan,
6; Eclo 17,18 (v. D a n 14,6; 1 Cor 9,2; A p 5,r).
muchos servicios: Prov 31,24; Is 3,23; M t 27, 2 M a c 4,39.42; 13,6; Act 19,37 (v. R o m 2, q u e se cuenta entre los apóstoles y q u e fue eí S e m a n a : espacio fijo d e siete días (cuyo ori-
58; M e 14,51-52; 15.46 (v- Jue 14,12-13). 22)—en sentido a m p l i o : N ú m 25,18; Jos 22, primero entre ellos q u e sufrió el martirio, en gen parece derivarse del cuarto del mes l u n a r ) :
S a b a t : el mes undécimo del calendario israe- 16; 2 M a c 4,38. el año 44: M t 4 , 2 1 ; M e 1,20; Act 12,22—hijo G e n 29,27; 50,10; E x 20,8-11—de años: Lev 25,
lita: Zac 1,7. S a d u c e o s (este n o m b r e es derivado del sacer- de Alfeo y de María, hermana (parienta próxi- 2-7; 2 Par 36,21; D a n 9,24-25; 1 M a c 6,53)—
S a b i d u r í a : u n atributo divino con q u e Dios dote Sadoc) (v. 2 Sam 8,17; 1 Re 1,8; Ef 43,19): ma) de la Santísima Virgen, llamado el M e n o r de las semanas de años q u e forman el año ju-
crea y gobierna todas las cosas: Job 12,12; una secta existente en tiempo d e Cristo, opues- (Me 15,40); hermano del Señor (Gal 1.19), bilar: Lev 25,8-13—acostumbraban a distinguir
Sal 103,24; 146,5; Prov 3,19; Eclo 1,3—personi- ta a los fariseos, a la cual pertenecían casi t o - q u e es contado también entre los apóstoles; los días d e la semana no por los nombres p r o -
ficada (Prov 5,12.16; Eclo 24,5) y como una hi- dos los sacerdotes: Act 5,17—habían rechazado fue obispo d e la iglesia de Jerusaién (Act r s , pios (excepto el sábado), sino por los números:
póstasis distinta de D i o s : Sab 7,24-26 (v. Col 1, todas las tradiciones farisaicas y solamente co- 12-21; 21,18-26; Gal 1,17-19) y escribió la G e n 1,5.8.13.19.23.31; Ex 16,5-22; M e 16,2.
15; H e b 1,3)—su comunicación a los hombres nocían los libros sagrados, negaban la resurrec- primera d e las epístolas católicas. S e ñ o r e s : su poder sobre los siervos: Ex 21,
hace de ellos amigos d e Dios y profetas: Prov 8, ción d e los muertos y la existencia d e los ánge- S a n t i d a d (algo separado del uso común y 2-20,26; Lev 25,39-58; D t 5,14-15; 15,12-18;
3 1 ; Sab 7,27-30—puede adquirirse e n la con- les: M t 22,23; M e 12,8; Act 23,8. dedicado al culto divino): Dios es santo por Job 31,13; Prov 29,10; Eclo 7,22-23; 33,25-33;
templación de las cosas creadas y en la medi- Sal: abundante en Palestina: 1 M a c ro,28; esencia, pues su naturaleza trasciende infinita- Jer 34,9-16; Ef 6,9; Col 4 , 1 .
tación de la ley divina: D t 4,6; 1 Re 4,29-34; I I , 3 5 (v. Gen 14,3; D t 3,17)—se emplea para mente en perfección a todo lo creado: Lev i r , S e p u l c r o : constaba d e una sepultura propia-
Prov 2,6; Eclo 24,13; Bar 3,37 (falsa sabiduría condimentar los alimentos y para los sacrificios: 44-45; 19,2; 20,3.26; 21,8; 22,32; Is 6,3—es mente dicha con una piedra superpuesta o u n
entre egipcios y caldeos: G e n 41,8; D a n 2, Lev 2,13; J o b 6,6; Eclo 29,31; Ez 43,24; M e 9, santo el lugar q u e Dios santifica con su presen- m o n u m e n t o en honor a la memoria del difunto:
12-14)—semejante adquisición supone en el 48—se usa también para rociar a los niños re- cia de algún m o d o : Ex 3,5; 19,10.13-21-22; G e n 35,19; Jos 7,26; 2 Sam 18,17-18; 2 Re 23,
h o m b r e eí temor d e D i o s : Sal 110,10; Prov 1, cién nacidos: Ez 16,4—se aplica d e u n m o d o 15,13; Lev 6,16.26—son santas todas las cosas 6.17; Job 21,32; Jer 20,23; 1 M a c 13,27-30—
7; 9,10; 14,27; Eclo 1,16—la principal mani- metafórico a los discípulos d e C r i s t o : M t 5, pertenecientes al culto divino: Ex 28,2; 29,6; en las g r u t a s : G e n 23,1-20; 25,9; 35,27-29;
festación d e la sabiduría consiste en el culto 13; M e 9,49; L e 14,34; Col 4,6—es señal de 30,25; 3 i , i o ; Ley 10,7; N ú m 31,6—son santas 49,29-31; 50,13 (v. M e 6,29; Jn 19,41)—en los
divino y la guarda d e los mandamientos: Prov u n pacto d e fidelidad (pacto d e la sal): Lev 2, por su consagración las personas, los sacerdo- sepulcros familiares: r Re 2,10; 11,43; 14,51;
3,1-12; Eclo 2,16-23. 13; N ú m 18,19; 2 Par 13,5 (v. Esd 4,14). tes, levitas, nazareos, t o d o el p u e b l o . . . : Ex 19,
15,18—el cadáver, después de lavado, perfuma-
S a c e r d o t e : antes de la ley mosaica ejercían S a l o m ó n : rey d e Israel, hijo d e D a v i d : 6; 22,5; Lev 11,4; N ú m 6,5-8; D t 14,21—el do y fajado, era depositado con gran pompa
este oficio los cabezas de las tribus o familias: 2 Sam 12,24-25—su elevación ai trono d e su tiempo cuando se dedica al culto de D i o s : fúnebre en el sepulcro: 2 Par 16,14; 21,19;
G e n 8,20; 15,9; 22,13; 3 i , 5 4 ; Ex 19,22.24; p a d r e : 1 Re 1,1-53; 1 Par 29,1-30—comienzos Ex 31,14; 25,2; Lev 23,4-32—quien tocare algo Jer 34,5; M t 27,59; Jn n , 4 4 ; 19,40; 20,7;
29,1 (v. G e n 14,18; 41,45; 47,22; Ex 2,16, de su reinado: 1 Re 2,1-3,28; 2 Par 1,1-16— santo queda santificado: Ex 29,37; 30,29; Lev 6, Act 9,37 (v. G e n 50,2.25)—era u n a gran igno-
donde se hace mención de los sacerdotes entre ordenación del reino y sabiduría del rey: 1 Re 4, 18.27—en Dios se da la santidad moral, en cuan- minia el carecer d e sepultura: 1 Sam 17,44-46;
los extranjeros)—la tribu d e Leví es elegida i-34—edificación y dedicación del t e m p l o : 1 Re to q u e odia el pecado y la iniquidad: Sal 5, 1 Re 13,22; 14,11; Jer 8 , 1 ; 9,22; 25,33; 2 M a c
para el sagrado ministerio: Ex 32,25-29; N ú m 3, 5,1-8.66; 2 Par 2,1-7.22—magnificencia de Sa- 5-7; Prov 15,9; Sab 14,9; M t 7,23; A p 21,8— 5,10—por eso era una obra d e misericordia en-
6-10; D t 33,8-11 (v. Levitas)—de la tribu d e lomón: 1 Re 9,1-10.29; 2 Par 8,1-9.30—sus Dios exige del h o m b r e esa santidad y justicia: terrar a los muertos: T o b 1,20; 2,4.9; 12,12;
Leví es elegido para el sacerdocio A r ó n con sus pecados y p e n a s : 1 R e 11,1-43—su elogio: Sal 50,4.9; Is 1,16-20; Jer 2,22; 4 , i 4 i M t 5, Eclo 7,37; 38,16.
hijos: Ex 2 8 , 1 ; M a l 2,4-7—rito d e su consagra- Ecl 1,12-18; Sal 9,1-19; Eclo 47,14-25—Salo- 48; Sant 4,8—alcanza su plena perfección por
S e r a f í n : ministros d e Dios q u e con suma
ción: Ex 29,1-46; Lev 8,1-10,5—vestiduras sacer- món, tipo d e Cristo por su sabiduría, magni- la infusión del Espíritu Santo: Sal 50,12; Act 2,
reverencia están ante su trono cantando sus
dotales: Ex 28,2-43,* 40,12-13—leyes santas q u e ficencia, edificación del templo y gobierno p a - 38-39; Rom 5,5; 8,7-11; 1 Cor 3,16-17; 6,9-11;
alabanzas y pregonando su santidad: Is 6,2-3.6
ellos h a n de observar: Lev 21,1-9—sus dere- cífico del reino: 2 Sam 7,12-17; Sal 88,20-38. 19-20; Gal 4,6; 5,22.24; 2 T i m 2,22; H e b 12,
(v. N ú m 21,6).
chos en los sacrificios y oblaciones: N ú m 18, S a l u d o : el más común entre los hebreos era 14—por eso son llamados santos todos los fie-
les: R o m 1,7; 8,28; 16,2.15; 1 Cor 1,2. S e r p i e n t e s : en Palestina existen varias espe-
1-32—son excluidos del sacerdocio los q u e tie- el «La paz sea contigo»: Jue 6,12; 19,20; 14, cies y son contadas entre los animales inmun-
nen u n defecto corporal: L e v 21,16-23—sedi- 27—a las palabras acompañan otras manifes-
S a n t u a r i o : templo o tabernáculo donde se dos : Lev 11,41. Acerca d e la serpiente d e bronce
ción contra el sacerdocio d e A r ó n : N ú m 16, taciones d e reverencia: G e n 18,2; 19,1; 23,7;
cree habita el Santo d e Israel: Ex 15,17; 25,8; véase N o h e s t a n .
1-17,13—David ordena las clases sacerdotales: 3 3 , 3 ; i S a m 25,23- S e s a c : el origen d e este nombre es obscuro
Ez 23,38; 24,21—la p a r t e interior del tabernácu-
1 Par 24,1-19—el sacerdocio después de la cau-
S a l v a d o r : aquel q u e libra d e la m u e r t e o d e lo o t e m p l o en la cual se guardaba el arca san- y con él se designa a Babilonia: Jer 27,26;
tividad: Esd 2,36-39.61-63; 8,15-20; N e h 7,
t a : Ex 26,33; 28,29; Lev 16,2.16-17; 20,23— 5 i , 4 i .
39-42; 11,10-14; 12,1-12; 13,28-29—juicio d e una gran calamidad, como José, Otoniel...:
G e n 4 i , 4 5 ; Jue 3,9; N e h 9,27—Dios, salvador del cielo, sede d e D i o s : D t 26,15 (v. O s 63,15; S k l o : el peso equivalente a 14,20 gramos:
los profetas acerca d e los sacerdotes: Is 28,7;
Bar 2,16; Zac 2,13). Ex 30,13; Jos 7,21—posteriormente significó la
Jer 5,31; 6,13; 8,10; 13,13; 2 0 , 1 ; Ez 22,26; d e t o d o s : 2 Sam 22,2; J o b 13,16; Sal 61,7;
O s 4,8—los sacerdotes en la edad mesiánica: Is 12,12; 43,15; O s 13,4—Cristo, salvador: S a t á n ( = adversario) (v. 2 Sam 12,22): el moneda d e plata u oro del mismo peso y con
Jer 31,14; 33,20; Ez 43,19-27; 4 4 , i 5 - 3 i ; Zac 14, Zac 9,9; L e 2,11; Jn 4,42; Act 5,21; Ef 5,23; diablo: M t 12.26; M e 3.23; L e 22,31; Jn 13, u n valor de c. 3 ptas. (plata), 44 ptas. (oro).
16-21—sacerdocio de Cristo: H e b 7,1-28; 9, F l p 3,20; 1 Jn 4,14. 27; Act 5,3 (v. Job 1,6; 2 Cor 12,7). V. D e - S i e r v o : existían entre los hebreos ya desde
1-28; 10,1-25—el sacerdocio, derivado d e Cris- S a m a r i t a n o s : su origen: 2 Re 17,6.24-40; monio. época m u y remota: G e n 12,16; 14,14; 17,12.
t o : M t 26,26-29; 28,19-20; M t 14,22-25; L e 22, Esd 4,2.10—rechazados por Zorobabel y N e - S a t o : medida hebrea equivalente a una ter- 23-27; Ex 12,14; N ú m 31,26; D t 20,13; Esd 2,
15; Jn 20,22-23; 1 Cor 11,23-29. hemias, se oponen a la restauración de Jerusa- cera p a r t e del efá ( = 12,99 litros): G e n 18,6; 64; N e h 7,66—-los judíos podían tener como
lén: Esd 4,2-23; N e h 4,1-23; 6,1-19—los sacer- 1 Sam 25,18; M t 13,33. esclavos a los gentiles d e una manera perpe-
S a c o : significación corriente: G e n 42,25.28. dotes judíos huyen a ellos (v. N e h 13,28)— S a ú l : primer rey de los hebreos y a quien tua (Lev 35,44-46); pero si eran judíos, sola-
3 5 ; 43,18; Jos 9,4—cilicio o vestidura d e ma- aversión entre judíos y samaritanos: Eclo 59, reprobó el Señor por su indocilidad: fue ungi- mente hasta el año séptimo o del jubileo:
teria dura c«n la cual se vestían algunos o ce- 28; L e 9,52; Jn 4,9—su obediencia a la gracia d o secretamente como rey por Samuel: 1 Sam 9, Ex 21,2-11; Lev 25,39-54; D t 15,12.18; N e h 5,
ñían sus lomos en señal d e duelo y penitencia: d e D i o s : L e 10,33; I 7 , I 5 ; Jn 4,39-40 (v. Act 8, 1-10.16—-su nombramiento público por sorteo: 1-19; Jer 34,8-22—los siervos hebreos debían
2 Sam 3,31; 1 Re 20,31; 2 Re 19,1; Sal 29,12; 5-24). 1 Sam 10,17-27—su primera victoria contra los ser tratados como mercenarios; los extranjeros,
Is 15,3; Bar 4,20; D a n 9,3; Jl 1,8; A p 11,3. S a m u e l : profeta y juez d e Israel: su naci- amonitas: 1 Sam 11,1-12,25—euerras c é n t r a l o s con h u m a n i d a d : Ex 20,10; 21,20-27; 23,12;
Sacrificio (inmolación de la víctima cuya | miento y niñez: 1 Sam 1,1-3.21—juez y liberta- filisteos: 1 Sam 13,1-14,52—Dios le reprueba Lev 22,11; D t 5,14; 12,12.18; 16,11-14; Job 3 1 ,
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1328
1329 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL
[Siervo] [Soltar el calzado]
13-15; Prov 17,2; 29,19-21; Eclo 7, 2 3 ; 3 3 , 3 i — significar diversas cosas—por la santidad del lu- [Terrado]
en Cristo Jesús no hay diferencia entre siervos gar: Ex 3,5; Jos 5,16—para designar luto: 2 Sam cuente en Palestina: Jos 2,6; Jue 16,27; 1 Sam 9, U l t r a j e : padecerlo por el nombre de Jesús:
y libres: 1 Cor 7,21-22; 12,13; Gal 3,28—se 15,30; Is 20,2; Ez 24, r7—para renunciar la 25-26; 2 Sam 11,2 (v. M t 24,17; M e 13,15). M t 5,11-12; Act 5,41; 2 Cor 12,10; 1 Pe 4,16.
manda a los dueños que traten a sus siervos posesión: D t 25,9; Rut 4,7—oficio de los escla- T e s o r o (corbona): el erario del templo: M t U n c i ó n : muy usada entre los hebreos y, en
como a hermanos en Cristo: Ef 6,9; Col 4,1—y vos: Sal 59,10; M t 3,11; M e 1,7; L e 15,22; 27,6. general, entre los orientales, ya para defender
a los siervos se les ordena que obedezcan a Jn 1,27. T e s t a m e n t o : alianza: N ú m 14,14; Sal 13.18; la salud contra el calor excesivo, ya para evitar
sus señores como a representantes de D i o s : S u e ñ o : Dios mismo dice cómo hablaba a los 24,14; 54,2i; Jer 3,16; 1 M a c 1,12.16; M t 26,28; el hedor del cuerpo: Jue 10,3; Rut 3,3; 2 Re 4,2;
Ef 6,5-8; Col 3.22.25; 1 T i m 6,1-2; T i t 2,9; profetas durante el sueño: N ú m 12,6 (v. Gen L e 1,72; Act 3,25—disposición de los bienes y Est 2,12; Sab 2,7; Ecl 9,8; D a n 13,17; L e 6,36-
1 Pe 2,18—todos, incluso el Mesías, somos 20,3; 28,12; 31,24; 1 Re 3,5; Eclo 34,5-7; M t 1, demás «causa mortis»; H e b 9,16—testimonio: 49; Jn 12,3—de los sacerdotes y cosas sagradas:
siervos de D i o s : Gen 18,3; D t 3,24; Jos 1,1; 20; 2,12)—los seudoprofetas inventan sueños Ex 30,26 (v., además, Is 16,13; 2 Cor 3,14). Ex 40,9-11; Lev 4,3.16; 8,12.16; 32; N ú m 6,7—
24,29; 1 Sam 3,9; 1 Re 3,6; Is 4 2 , 1 ; 49,6; para engañar a los demás: D t 13,r; Eclo 34,1-5; de los reyes y profetas: 1 Sam 9,16; 19,1; 15,1;
T e s t i m o n i o : declaración de los testigos: Ex
52,13; Rom 1,1; 2 Pe 1,1—aquel que trata a Jer 23,27; 29,8—los adivinos interpretan vana- 2 Sam 2,4; 1 Re 19,6—imagen del Espíritu San-
20,16; N ú m 35,30; D t 5,20 (v. D t 31,19-26;
otro con modestia le considera como señor, y mente los sueños ajenos: Lev 19,20; D t 18,10; M t 8,4)—la Ley divina y sus preceptos, que
t o : Sal 44,8; I S 6 I , I ; 2 Cor 1,21; 1 Jn 2,20.27—se
a sí mismo como a siervo: G e n 33.5-14; 42,10; Job 20,8; Ecl 5,6; Eclo 34,7. ungen las heridas para que sanen: Is 1,6; L e 10,
declaran la voluntad de D i o s : Ex 31,18; 32,15;
46,34; Jos 9,9- S u e r t e : los antiguos, creyendo que en ella 34—con ese remedio, los apóstoles curan a todos
D t 4.45; 2 Re 23,3; Sal 18,8; 77,5; " 8 , 2 .
Siglo: se emplea para expresar tiempos pa- interviene de un modo especial la Providencia los enfermos: M e 6,13—el apóstol Santiago
T e s t i g o : aquel que da testimonio ante el juez: manda a los presbíteros de la Iglesia emplear la
sados antiquísimos, de infinita duración: Gen 6, divina (Prov 16,33), sometían a suerte la solución Lev 5,1; N ú m 35,30; D t 17,6-7 (v. D t 19,16-21;
4 ; Sal 24,6; 108,52; Is 63.16; H a b 3,6; M a l 3, de muchas cuestiones: Lev 16,8; N ú m 26,55-56; unción para sanar a los enfermos y borrar los
Prov 19,5-9)—el que espera un suceso para dar pecados: Sant 5,14.
4; L e 1,70; Jn 9,32—también significa un tiem- Jos 1,6; 7,14; 1 Sam 10,20; 14,38; N e h 11,1; testimonio de él: Gen 44,34 (v. Job 16,20; Sal 88,
po futuro de duración indefinida: Ex 21,6; Act 1,23-26—se aplica el mismo nombre tam- 38; Jer 29,23)—monumentos (piedra, panteón) U r i m y t u m m i m (en la Vulg., Doctrina y
Sal 2r,27; Eclo 39,12—tratándose de Dios, in- bién para indicar la parte sorteada: Jue 1,3; erigidos en memoria de algún pacto: G e n 31, Verdad): piedras del pectoral del sumo sacerdote
dica su eternidad: Eclo 36,19; Sal 89,2; Is 9,6; Sal 30,16; 124,3; Sab 5.5; Eclo 6,4; 17,20; 48-52. con las cuales se echaban las suertes para consul-
D a n 6,26; H e b 1,8; 1 T i m 1,17—se aplica Jer 13,25; Act 26,18. T e t r a r c a (el que gobierna la cuarta parte de tar la voluntad de D i o s : Ex 28,30; Lev 8,8;
también al universo creado por Dios y a su du- S u p e r s t i c i ó n : la reverencia tributada a los una región): el príncipe de una pequeña comar- D t 33,8; 1 Sam 14,38.41; Eclo 33,3 (v. N ú m 27,
ración: Sal 13,9; Eclo 1,2; H e b 1,2—el siglo dioses: Act 17,22; 25,19 (v. Col 2,23). ca o región: M t 14,1; L e 3,1. 2 1 ; i Sam 28,6; N e h 7,65).
mesiánico: H e b 6,5—el siglo presente como U s u r a (ganancia que se exige por dinero pres-
contrapuesto a la eternidad: M t 12,32; 13,40; T i a r a : el sumo sacerdote la usaba en el mi-
nisterio sagrado: Ex 28,37.39; 29,6—los reyes tado u otras cosas parecidas): se les permitía a
M e 10,30; L e 18,30; 20,34; Tit 2,12—como los hebreos con los extranjeros: D t 15,6; 23,19;
opuesto al reino de D i o s : L e 16,8; Rom 12,2; T a b e r n á c u l o : de la alianza, contruido conforme asirios la llevaban como símbolo de su dignidad:
Ez 23,15 (v. Dan 3,21). 28,12—pero se les prohibe exigirla a sus herma-
2 Cor 4,4; 2 T i m 4,9; Sant 4.4 (v. 1 Jn 2,15-16). al ejemplar mostrado a Moisés en el Sinaí: Ex 25, nos israelitas: Ex 22,23; Lev 25,35-37; D t 23,19;
S i g n o : de alianza: G e n 9,12-13.17; 17,11 27; 36,38; Act 7,44; H e b 8,5—lugar en que T i m ó n : en la nave: Act 27,40; Sant 3,4—en N e h 5,7—más aún, se cuenta como una de las
(v. 2 Cor 12,12)—de un acontecimiento futuro: Moisés consultaba a D i o s : Ex 16,33-34; 19,22- sentido figurado se toma por el consejo con que bendiciones de D i o s : D t 15,6; 28,12, así como
Is 8,8; 19,20; M t 24,30; L e 21,11—de la misión 24; 3 3 , 7 - n ; 34,34-35—fiesta de los Tabernácu- uno se rige: Prov 1,5; 20,15 (v. Job 37.12). se cuenta entre las maldiciones que se obligue
divina de Cristo: M t 18,38; M e 8,11-12; L e 11, los, la tercera entre las fiestas prescritas por la T i r a n o : príncipe duro y cruel: Job 34,19; a los israelitas a pagar usura a los extranjeros:
16-29; Jn 2,11; 4,48 (v. M i l a g r o ) . Ley, en la cual se daba gracias por los frutos Sab 12,14; Eclo 1,4; Ez 23,33; D a n 1,3. D t 28,44—se Índica un modo útilísimo de pres-
cosechados y se imploraba la lluvia abundante T o m á s : apóstol a quien se añade el sobre- tar con usura: Prov 19,17; Eclo 29,1-2; Le 6,
S i n a g o g a : el edificio sagrado en que se reunían para el nuevo cultivo de los campos. A esta signi-
los sábados los judíos para orar y oir la lectura ficación se añadió la de la peregrinación por el nombre de Dídimo o gemelo; se le menciona 34-35—a pesar de este precepto se reprende a los
y exposición de la L e y : M t 4,33; 9,35; M e 6, desierto: Ex 23,14,17; Lev 23,39-43; N ú m 29, frecuentemente junto a M a t e o : M t 10,3; M e 3, ricos por sus opresiones con los pobres: Prov 28,
2; L e 4,15-16; Act 9,20; 13,15; 15,21; 17.10— 12-34; D t 16,16; Ez 45,25; Zac 14,16. 18; L e 6,5 (v. Jn 11,16; 14,5; 20,24-28; 21,2). 8; Ez 18,13; 22,12 (v. N e h 5,7-13)—por eso es
la reunión o congregación de Israel: Ex 34.31; T o r t a : se preparaba con harina de trigo, de alabado el justo de no hacer negocios usurarios
N ú m 4,34; 16,2; 27,20 (v. A p 2,9; 3.9)—con- T a l e n t o : peso equivalente a 60 minas: Ex 38, cebada y hasta con higos secos o con uvas, con el dinero: Sal 14,15; Ez 18,8.17—en el
gregación de los impíos: Sal 81,8; 85,14; 105, 26; M t 25,15. echando algunas veces miel, aceite, etc.: Jer 7, Evangelio: L e 6,35 (v. M t 25,27; L e 19,23).
18; Prov 5,14; Eclo 1,39 (v., además, 1 M a c 2, T a m a r i s c o : arbusto que crece en el desierto: 18; 44,19; v. Ex 16,31 (Vulg., flor de harina con
42; Act 13,43)- Jer 17,6; 48,6. miel), 2 Sam 13,6 (hojuelas), 1 Par 12,40 (masa
T a m b o r : muy usado entre los hebreos: Gen de higos), 1 Sam 25,18 (atados de uvas pasas).
Sión: nombre en un principio de la ciudadela V a l l e de Josafat: Jl 3,2.12. Los intérpretes dis-
de los jebuseos, que posteriormente designó la 31,27; Ex 15,20; Jue 11,34; 1 Sam 10,5; Sal i4°,3- T r a d i c i o n e s : preceptos y observancias que cuten si será una denominación alegórica o un
ciudad de D a v i d : 2 Sam 5,7;_ 1 Re 8,2; 1 Par T e a t r o : lugar de espectáculos y donde a veces los judíos guardaban con gran veneración ade- valle real que haya que identificarlo con el valle
11,5—y finalmente se extendió a toda Jerusa- se reunía el pueblo: Act 19,29-31 (v. 1 Cor 4,9). más de la ley escrita: M t 15,2; M e 7,3-13; de Beraca (2 Par 20,26) o con el torrente Cedrón.
lén: Is r , 8 ; 10,24; A m 6,1; Miq 1,13—así se T e m p l o : edificado por Salomón. Sucede al Act 6,14; Gal 1,14 (v. M t 12,2.10; 23,4; L e 11, Ciertamente «las palabras de Joel no dan funda-
llamó también al monte del t e m p l o : 1 M a c 4, tabernáculo y se llama casa de Dios o casa del 46)—estatutos impuestos por los apóstoles en mento alguno a la opinión de que el futuro juicio
37; 5,34; 7,33-36 (v. Sal 77,68-69; Jl 317)...., Señor, porque Dios habitaba en él y allí recibía las iglesias como norma de vida para los fieles: universal haya de tener lugar en este valle».
en un sentido típico significa lo mismo que Je- el culto que su pueblo le tributaba: r Sam 6,8; 2 Tes 2,14 (v. 1 Cor 11,34)- ' V a r a (o bastón): de Moisés, con la que realizó
rusalén: H e b 12,12. 2 Par 2-6—semejante a éste es el que Ezequiel T r a n s m i g r a c i ó n : del pueblo israelita, a. 734,
describe en su visión: Ez 40-43—al templo salo- tantos milagros: Ex 4,2.20; 7.9J 8,16; 9,23; 10,13;
Sirofenicia: natural de Fenicia, de la pro- mónico sucede el edificado por Zorobabel y por Teglatfalasar (2 Re 15,20; 2 Par 5,26), y 14,16; 17,5; N ú m 20,8—de Arón, guardada en
vincia de Siria: M e 7,26. en el a. 721 por Sargón (2 Re 17,2-6)—del pue- el tabernáculo de la alianza: N ú m 17,2-10; H e b
alabado por Ageo: Esd 3,7-4,5; 4,24-5,22; Ag 2, blo judío a Babilonia por Nabucodonosor en el
S o b e r b i a : Dios odia a los soberbios: T o b 4, 2-10—en el Nuevo Testamento, el templo de 9,4—el sostén que proporciona al hombre el p a n :
15; Jdt 9,16; Prov 6,17; 15,25; 16,5; 29,23; Dios lo constituyen los mismos fieles conside- año 598 (2 Re 24,14-17; Jer 37,6) y en el 586 Lev 26,26; Sal 104,16; Ez 4,16 (v. Is 36,6;
Eclo 10,9.16; 25,4; Jer 49,16; Ez 16,49; 28,2; rados colectiva o distributivamente: 1 Cor 3,16; después de la destrucción del templo y de la Jer 48,17)—látigo: Job 9,34; 1 Cor 4 , 2 1 — el ce-
31,16; L e 1,51-52; 14,7.11; 22,24; R o m 1,30; 6,19; 2 Cor 6,16—en el cielo no habrá templo, ciudad: 2 Re 25,1-21; 2 Par 36,13. tro: N ú m 24,17; Sal 109,2; Ez 19,12 (Sal 22,4)—
2 T i m 3,2; 1 Pe 5,5; 2 Pe 2,18 (v. G e n 3,5-6; porque Dios se manifiesta a sus santos: A p 21,22. T r i b u n a ! : plataforma elevada, adonde se sube símbolo del imperio: Sal 2,9; Is 10,5.24; 14,5—la
11,5-7; Ex 5,2; 1 Sam 17,8; 2 Re 18,19; Is 3, T e n t a c i ó n : Dios prueba a los suyos de muy por una gradería: 2 Re 9,13; 11,14; 2 Par 34,31; tribu o pueblo: Jer 10,16 (v. Ex 19,5).
16-17; 10,8; 37,24; 47,8; Jer 48,29; D a n 4,19.27; diversos modos: Gen 22,1; Ex 16,4; D t 8,2; 2 M a c 13,26; Act 27,19. V e l o : en el tabernáculo de la alianza había
5,22; 2 M a c 9,4; Act 12,21). 13.3; J u e 2 , 2 2 ; 3,1; T o b 12,13; Job 1,12; Sab 3,5; T r i b u n o : capitán de mil soldados: Ex 18,21. tres: uno para separar el lugar santo del lugar
S o c i e d a d : la de los malos ha de evitarse; al Eclo 2,4; 27,18; Zac 13,9; R o m 5,4; 2 Pe 2,9; 25; N ú m 31,14.48.52; 1 Sam 8,12; Act 21,31. santísimo; el segundo, entre el atrio y el santo,
contrario, la de los buenos ha de buscarse: Sant 1,2—no se debe tentar a D i o s : Ex 17,2; T r i g o : muy abundante en Egipto y también y finalmente, otro entre el atrio exterior y el atrio
N ú m 25,4; Jos 23.12; Sal 25,8; Prov 1,10; 13,20; D t 1,16; 8,11; M t 4,7; 1 Cor ro,9—tientan el en C a n á n : G e n 41,47-49; D t 8,7-8—en los sa- del santuario: Ex 26,31-36; 27,16; 36,35-37—en
20,19; 22,24; 23,6; 24,1.21; Eclo 6,35;8,i8;9,2i; diablo y la concupiscencia para inducir al pecado: crificios se ofrece la flor de harina de trigo: el templo permanecieron aún dos de ellos, ya
13,1-20; 2 Cor 6,14; 5 , n (v. G e n 19,15; 2 Par M t 4 . i ; 1 Cor 7,5; Gal 6,1; 1 Tes 3,5; Sant i , i 3 - Lev 2,2; N ú m 15,4-9; 28,5-13—del trigo se ha- que el primero o sea el más interior, se rasgó en
19,2; T o b 1,5; 2 T i m 4 , 1 4 ) . 14—Dios no consiente que se nos tiente sobre cen los panes ácimos: Ex 29,2—se emplea en vez la muerte de Cristo: 2 Par 3,14; 1 M a c 1,23;
Sol: creado por Dios como el astro del día: nuestras fuerzas: 1 Cor 10,13; 2 Pe 2,9; A p 2,10 de comida en general: G e n 4 4 , 1 ; Jdt 2,9—por el 4,51; M t 27,51 (v. H e b 10,19-20).
G e n r,16; Sal 135,8 (v. Sal 18,6; Eclo 33,7; 43, (v. M t 6,13; 26,41). grano con que se prepara la harina apta para ha- V e n g a n z a : la pena que sanciona una injuria.
3)—su luz se obscurecerá antes del gran día del cer p a n : G e n 27,28; 42,3; 2 Par 32,28—se toma Dios, como supremo juez, se reserva este dere-
Señor: Jl 2,10; M t 22,29; L e 25—en los días T e r a f i m : dioses domésticos: Jue 17,5; 18,14. por el trigo: D t 8,8; 2 Sam 17,28 (v. A g r i c u l - cho: Dt 32,35; Prov 20,22; Rom 32,43; Jdt 16,
mesiánicos brillará siete veces m á s : Is 30,27. 17; Os 3,4 (v. Gen 3I.I9-34). tura). 20; Sal 139,13; 149,7; Eclo 5,1-9; 12,4; 35,23;
Soltar el c a l z a d o : como acción simbólica para T e r r a d o : tejado plano de la casa, muy fre- T r o n o : la silla real: 1 Re 10,18-20; la potestad Is 1,24; L e 18,7—para que los hombres no se so-
regia: 2 Sam 3.10; 7,16 (v. L e 1,32.52). brepasen en las venganzas se establece la ley del
ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL 1330 1331 ÍNDICE BÍBLICO DOCTRINAL

[Venganza] V i g í a : el q u e desde u n puesto elevado vigila [VotoJ [Vugo]


talíón: Ex 21,24; L e v 24.20; D t 19,21—se prohi- al enemigo y avisa cuando éste se dispone al ata- den dispensarse: N ú m 30,4-17—voto d e naza- figurado es la servidumbre u opresión: D t 28,48;
be la venganza (Job 31,29; Prov 24,17.29; Eclo q u e : 1 Sam 14,16; 2 Sam 13,34; 18,24; 2 Re 9, reato: v. N a z a r e o . 1 Re 1 2 , 4 - u ; Is 9,4; Jer 2,20; 28,2-17—el d e
10,6; 28,1-8), e incluso el afecto a ella: M t 5, 17; 1 M a c 12,26—se aplica a los profetas en sen- Cristo es suave: M t 11,29-30.
22.39-41.44-48; 18,5.21-22; L e 17,3-5—satisfac- tido figurado: Is 56,10; Jer 6,17; Ez 3,17.
ción d e las injurias: M t 6,12-15; 18,35; R o m 12, Vigilia: entre los antiguos hebreos era la ter- X a n t i c o : mes del calendario macedónico, co-
14-21; 1 Cor 6,7; 1 T e s 5,15; 1 Pe 2,22; 3,9. cera p a r t e d e la n o c h e : Ex 14,24.* Jue 7.19; rrespondiente a abril: 2 M a c 11,30.33. C e l o t i p i a , o ley d e los celos, q u e trataba d e re-
V e n i d a d e l S e ñ o r , v. J e s u c r i s t o . 1 Sam 11,11; L a m 2,19—en el Nuevo Testa- primir por el rito sagrado: M ú m 5,14-30.
V e n t a : la venta d e hombres era lícita bajo mento, siguiendo la costumbre romana, se dis-
ciertas condiciones: Ex 21,7; 14,16; D t 24,7; tinguen cuatro vigilias en la n o c h e : M t 14,25; Y u g o : en sentido propio es el madero q u e u n e
2 Re 4,1—estaba prohibida en día de sábado: M e 13,35; L e 12,38 (v. 12,4). a la yunta: N ú m 19,2; 1 Sam 6,7—en sentido
N e h 13,16-21—Cristo prohibe q u e se haga den- V i n a g r e : prohibido a los nazareos: N ú m 6,3—
tro del t e m p l o : M t 21,12; M e 11,15; L e 19,45; empleado en tiempo de calor para apagar la sed:
Jn 2,14. R u t 2,14—dado por los soldados a Cristo en la
V e r d a d : la constancia en los propósitos y fide- cruz: M t 27,48; Jn 19,29 (entiéndase mejor de
lidad en las promesas: G e n 24,27-29; 47,29; la «posea» o cierta mezcla de vinagre y agua, de
Jos 2,14; 2 Sam 2,6; 2 Re 20,19; Is 39,8; Jer 14, q u e se servían los soldados romanos para templar
13—Cristo es la v e r d a d : Jn 1,14.17; 14,6. la sed).
V e s t i d o s : entre los hebreos se componía d e V i n o : descubierto por N o é : G e n 9,20-21—es
varias piezas: una túnica d e lino o lana a raíz de u n n ú m e r o de necesidad en los banquetes, pero
las carnes q u e llegaba hasta los talones, sujeta h a d e tomarse moderadamente: Eclo 31,22-35;
por u n cíngulo d e lino o cuero: M t 3,4 (v. 2 Re 1, Jn 2,3 (v. Prov 23,31; 1 T i m 5,23)—se m a n d a
8; Jer 13,1)—quien llevaba tan sólo esta túnica su empleo en las libaciones d e los sacrificios;
se le consideraba como desnudo: 1 Sam 19,21; Ex 29,40; N ú m 15,5-7, y a los sacerdotes cuando
Is 20,2; Jn 21,7—otra túnica preciosa y m u y fina ejercen su ministerio sagrado, pero se prohibe
q u e , a veces se llevaba bajo las demás prendas: a los nazareos: Lev 10,9; N ú m 6,3 (v. Jer 35,
Jue 14,12-13; Prov 31,24; Is 3,23—una túnica 2-14)—ha d e ofrecerse a los q u e tienen espíritu
más amplía y sín m a n g a s : 1 Sam 18,4; 24,5; amargado: Prov 31,6-7—se mezcla con agua:
28,14—la capa o manto, q u e los pobres utiliza- Prov 9,5; D a n 14,10; A p i8 t 6—• se emplea para
b a n además para d o r m i r : E x 2,26-27; D t 24,13 s a n a r l a s heridas: L e 10,34—mezclado con mirra
(v. Ex 12,34-35; 1 Sam 21,9)—los príncipes y embota los sentidos: M t 27,34; M e 15,23—en
gentes ricas, especialmente si se trataba de muje- sentido metafórico, designando la ira d e D i o s :
res, gastaban a ú n más prendas en su vestido; Sal 51,18; 47,9; Is 51,22; Jer 25,15; 5 i , 7 .
D t 22,5; 2 Sam 13,18; J d t 10,3; Prov 7,10; V i r g i n i d a d : h a d e observarse delicadamente:
Ez 16,10. Eclo 42,9-14—es m u y recomendada en el N u e -
V í c t i m a : destinada al sacrificio, y podía ser: vo T e s t a m e n t o : M t 19,10-12; L e 1,34; 1 Cor 7,
u n buey, una vaca, u n ternero, una oveja, una 7.34-40; A p 14,1-5. E n cuanto al Antiguo T e s -
cabra, u n cabrito, u n carnero, una tórtola, una tamento, v. Jue u , 3 7 — s u s señales: D t 22,14-17
paloma y aun u n pájaro en el sacrificio del le- —en u n sentido metafórico se d a el nombre d e
proso; debía ser íntegra, sin defecto: Lev 22, virgen a la ciudad y habitantes d e Jerusalén:
22-24; M a l 1,8. Is 37.22; 4 7 , 3 ; Jer 14,17; 3 i , 4 .
V i d : abundante en Palestina: Gen 49,10; D t 6, V i r t u d : se emplea a veces para expresar la
n ¡ 7,13; 8,8; 1 Sam 4,25; Miq 4,4; Zac 3,10— idea d e fortaleza: D t 4,37; Sal 17,40; 20,14—el
normas q u e regulaban su plantación y cultivo: ejército: Jdt 2,7; 1 M a c 5,56; 6,6; -9,43 (v. Sal
D t 22,9; Prov 24,31; Is 5 , 1 - 2 6 ; 7,25; 27,4—se 32,6—la pureza d e costumbres: R u t 3,11—el
cosechaba a principios d e otoño y era ocasión d e milagro: Sal 3,5; H e b 2,4—el fruto del árbol:
grandes alegrías: Jue 9,27; Is 16,10—era m u y Jl 2,22 (v. Job 3i,39)-
penoso plantar las vides y no percibir sus frutos V i u d a : se ha d e respetar a las viudas y a los
( D t 28,30-39; A m 5,i 1; Sof 1,13), y eran exclui- niños, n o maltratándolos, sino favoreciéndoles:
dos por eso del servicio militar los q u e no los Ex 22,22; D t 24,17; 27,19; Is 1,17; Jer 22,3;
habían cosechado: D t 20,6; 1 M a c 3,56—aten- D t 14,28-29; 16,11-14; 24,19 (v. 2 M a c 8,28-30)
diendo a las necesidades d e los pobres, no se —se echa en cara a los impíos el maltratar a las
cogía t o d o el fruto d e las vides: D t 24,21 (v. Lev v i u d a s : Sal 93,6; Sab 2,10; Is 1,23; Jer 5,28;
19,23-25; D t 23,24)—es m u y frecuente emplear- Ez 22,7 (v. M t 23,14; M e 12,40; L e 20,47)—
la en sentido figurado: Jue 8,2; Sal 79,9; 127.3! Dios es padre y defensor de las viudas y de los
Is 5,6; Jer 31.29; Ez 18,2; Jn 15,2 (v. Sal 79,13; huérfanos: D t 10,18; Sal 67,6; Prov. 15,25;
L a m 1,12). M a l 3,5 (v. Eclo 35,18-19)—Cristo alaba y p r o -
V i d a : la natural es breve y sujeta a grandes tege a las viudas: L e 2,36-38; 4,25; 7,12; 18,3;
miserias: Job 7 , 1 ; 9.25; 14,1-2; Ecl 5,15; Sab 5, 21,2—-la Iglesia primitiva socorre las necesida-
9-12; Eclo 14,18-20; i Cor 7,29; Sant 4,13-15; des d e las mismas: Act 6 , 1 ; Sant 1,27 (v. Act 9,
1 Pe 1,24—la sobrenatural o d e la gracia nos es 39)—San Pablo les aconseja no pasar a segundas
comunicada de Dios por medio d e Cristo, q u e nupcias: r Cor 7,8.40—sus oficios en la Iglesia:
por eso se íe llama y es la Vida: Jn 1,12; 3,5; 1 T i m 5,4-5; 5,9-io.
6,35.48; 8,12; 10,10; Act 3,5; R o m 8,15-17; V o c a c i ó n : impulso eficaz a la fe: Rom i r , 2 9 ;
1 Cor 2,12-16; 2 Cor 1,22; 5,17; Gal 1,15. 1 Cor 1,26; Ef 1,18; F l p 3,14 (v. también M t 20,
V i e n t o : fue creado por D i o s : Sal 134,7; Job 16; 22,14)—profesión o estado a q u e uno se de-
28,25; Jer 10,13; A m 4,13—Dios se sirve d e los dica: 1 Cor 7,20.24.
vientos como d e embajadores: Sal 103,4; 148,8— V o l u n t a d : benevolencia para con u n o : Sal 5,
anda sobre sus alas: Sal r 7 , n ; 103,3—es m u y 13; 29,6; 50,20; L e 2,14—la nuestra se ha d e
célebre e n Palestina el viento solano o del de- conformar con la divina: 1 M a c 3i6o; M t 6,10;
sierto, vehemente y abrasador: G e n 41,21; Ex 10, 7,21; 12,50; 16,39; M e 3,35; 14,36; L e 22,42;
13; Job 27,21; Jer 18,17; H a b 1,9—en la tierra Act 21,14; R o m 12,2; 1 Cor 4,19; H e b 6,3.
6e señalan las direcciones d e los vientos: 1 Par 9, V o t o : promesa hecha a D i o s : G e n 28,20; 3 1 ,
24; Jer 49,35: Ez 37,9; Zac 2,6; 6.5; M t 24,31— 13; D t 23,22—obliga estrictamente su cumpli-
es m u y corriente su sentido metafórico: Job 6,26; m i e n t o : Lev 27,1-8; 27,11-27; Dt 23,21; Prov 20,
Eclo 34,2; Is 41,29; O s 8,7; 12,1. 2 5 ; Ecl 5,4 (v. además D t 23,18)—qué votos p u e -
• Van
Lai/o Tóspilt*
J3*i MA R CASPIO
'Tabn
1
7.ai/ú t'iipaulii (hrlliii
Tarso Apai„^,\I:dZs" r, ¿ardía Zadramrta
CUTO.. -Bu tu a \' iísil
¿'r«?fto • *»)/«< Korsubqd Jicaüómpíics .
Aiiffoquia 2' * JUe'-tipoILs
titiribí .HepaitiaI •¿¡B¡m%
~n 3 - ¿íirpo.í W í JO t-• • A , J"™?1, ,
M.Jason

Ba
á e S A,« t u s Caspxns
^AmadL 2¿etron« ü chalaila

str -*-«ír. -
'„,. • I ' a m a s c o T
hro, - C-
;.,"
i •flor
«nutria,
•£dmi
g, • Boslnt
r*
v*
r > V V ? .Ctfsifoiitei
„ ^
Aciiti'Seleiíáa'--.
Wíutii
-BABILONIA,
^ñ'íX^abaLAmvn j£li{1'^i«/j (llttil «y ue
f'íT-«Melirtm ^ B
I ArMoitb*$
'• akrfp$ / . jí7«.SY
• («de* ; s \\

Palestina
Asiriay Babilonia
Escala^
(> .roe ?<>ii noojiil.
5 •{ a - fe

i
7,4o

ppj
CANi • Beirut

Repartida
t r i béunst r e l a s 12 *T
E s c ala
O 1P ZO .10 *ÍJ sokil.
Ki.lún <*• <> . < f
s DAMASCO
*| ''"'>"" . ^ M.Hermón
Cj N i
1
i i
Tiro , • I I, ÍUS
* .¡Axaf ¡ V>ÍUI>
Otiií
OaVles!
• Abitón •*> J
Ac'iih .17,"
ff-
AL co'
¡fe \ . , Arias
Gibul
M.Carmelo"''! s'¡ j » . a 3 Gonosaret - -'''"'"
aj-fiiiniiumJiiiiuit M A N A
A

s üosra
* .? -y v M.Belboe """'?'*-
4> •n 'Euiltuuiim •Jobos Oalaad
* m
^<:: Suco* i
I 5 "••"•ÍÍ'Í;. O N
5 p Fmatón «&WUC1B
M.Gari .§,;
ncim »2)
fl i' • Riuiuñ üiúaad
G A 1) ¡
Sita•Brtuiúm /
wTauiíia
1) A N
Lula
l'ida
m^r^s.
'••'''flu'.Wajiw^
í \ Jyttlón.Jl}TUl-\A1f\Sm
'Abel Satiin
¡ Bel Senara
BelWenura
~?, 'Bel Hariui
1 er

J
t
/iRc
R a b a t Amón
J32-

. • "A <ifu>m". J p r w o ? , 'tnrlmila, -rr-'.

31"
|K«*
3*7 JMPAI
JERUSALEN
e n tiempo de J e s u c r i s t o
Escala
100 1O0 300 w 300 M

Bab ez Zahirg,/---—'"
Fe i ' t *
P. de Damasco v'"
Vi- BetesdaS> í í a i
« r í í í /s/u/« rSitti líariaia
/ ' O
s'\ S -*- P.delosPeees
<~' * Í.Tieja JT
V\ ftÓifiOTA \
V'Torrc ¿ \
\Seftna T.E£rahn

o
TorrcHiiSca.. ¡P. d é l o s

b
Sixto M /Caballos
bríaleza
Talacio \"\\\ fl
• / "
1
P.ddA'ane gg

C; .T.delasAguas

5 ° r Fuente de

Eiimoi*1

¡tirtytib

-Martilla de (a atufad en (ífitipoilcjC

-Recinto actual

ft i Miélica de Autores Cristi an os


SAGRADA BIBLIA
VERSIÓN DIRECTA DE
LAS LENGUAS ORIGINALES

POR

E L O Í N O N Á C A R FUSTER (t)
CANÓNIGO LECIORAL DE LA S. I . C. DE SALAMANCA

A L B E R T O C O L U N G A , O . P.
PROFESOR DE SAGRADA ESCRITURA EN EL CONVENTO DE SAN
ESTEBAN ¥ EN LA PONTIFICIA U N I V E R S I D A D DE SALAMANCA

PRÓLOGO DK S. EMCIA. RVDMA. EL. CARDENAL

GAETANO CICOGNANI
ANTIGUO N U N C I O DE S U SANTIDAD EN ESPAÑA

UNDÉCIMA EDICIÓN

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS


MADRID . MCMLXI
BIBLIOTECA
D B

AUTORES CRISTIANOS
Declarada de interés nacional

ESTA COLECCIÓN SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA


DIRECCIÓN DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

LA COMISIÓN D E DICHA PONTIFICIA


U N I V E R S I D A D E N C A R G A D A D E LA
INMEDIATA RELACIÓN CON LA B. A. C ,
E S T A I N T E G R A D A E N E L ANO 1961
POR LOS S E Ñ O R E S S I G U I E N T E S :

PRESIDENTE:

Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. Fr. FRANCISCO BARBADO VIE-


JO, 0. P., Obispo de Salamanca y Gran Canciller de la
Pontificia Universidad.
VICEPRESIDENTE: limo. Sr. Dr. LORENZO TURRADO, Rec-
tor Magnifico.
VOCALES: R. p . Dr. Luis ARIAS, 0. S. A., Decano de
la Facultad de Teología; R. P. Dr. MARCELINO CABRE-
ROS, C. M. F., Decano de la Facultad de Derecho;
M. I. Sr. Dr. BERNARDO RINCÓN, Decano de la Facultad
de Filosofía; R. P. Dr. JOSÉ JIMÉNEZ, C. M. F., De-
cano de la Facultad de Humanidades Clásicas; reveren-
do P. Dr. Fr. MAXIMILIANO GARCÍA CORDERO, 0. P., Ca-
tedrático de Sagrada Escritura; R. P. Dr. BERNARDINO
LLORCA, S. I., Catedrático de Historia Eclesiástica.

SECRETARIO: M. I. Sr. Dr. Luis SALA BALUST, Profesor.

LA EDITORIAL CATÓLICA, S. A. APARTADO 466

MADRID . MCMLXI
Í N D I C E G E N E R A L
NihU obstat: Pr. E. Cuervo, O. P . , Bac. S. Theol.
l'r, K. ilt> Tuya, O. P . , S. Theol. Lect.
Imprimí potes!: l'r. A. l'i-rnandez, O. P. Prior Provincialis.
NIMl obstat: Dr. Iv. Turrado, Censor.
Imprimatur: t Fr. Franciscus, ü . P., Epise. Salmant.
Saloianticae, 30 octobris 1960. Págs.

Prólogo de S. Bmcia. Rvdtna. el Card. Gaetano Cicognani, antiguo


Nuncio de S. S. en España ix
Encíclica «Divino afilante Spiritu», de S. S. Pío X I I xxm
Prólogo de los traductores :
A la i. a edición xxxix
A la 2. a y 3. a edición xu
A la 4. a , 5. a , 6. a , 7. a , 8. a , 9. a , io.» y 11. a edición xuv
Consejos de San Agustín a los lectores de la Sagrada Escritura ... xuv
Siglas xuv
Introducción general a los libros de la Sagrada Escritura 1
Introducción especial a los libros históricos 12

ANTIGUO TESTAMENTO

Pentateuco 20
Génesis 24
Éxodo 84
I/evítico 131
Números 161
Deuteronomio 201
Josué 238
Jueces 262
Rut 286
Samuel 290
I Samuel 291
II Samuel 322
Reyes 348
I Reyes 349
II Reyes 384
Paralipómenos o Crónicas 414
I Crónicas 415
II Crónicas 439
Esdras y Nehemías 469
Esdras 470
Begistro núm. 5.786-1960 Nehemías 480
Depósito legal M 4.180-1961 Tobías 493
Judit 503
ÍNDICE GENERAL VI VII ÍNDICE GENERAL
PÍÍS. Págs.
Ester 516 A los Gálatas 1207
I Macabeoa 527 Epístolas de la cautividad 1213,
I I Macabeos 556 A los Efesios 1214
Libros sapienciales 576 A los Filipenses 1219
Job 578 A los Colosenses 1223
Salmos .' 601 Epístolas a los Tesalonicenses 1227
Proverbios 67a I a los Tesalonicenses 1228
Eclesiastés 694 I I a los Tesalonicenses 1231
Bl Cantar de los Cantares 702 Epístolas pastorales 1232
Sabiduría 711 I a Timoteo 1233
Eclesiástico 727 II a Timoteo 1237
I/ibros proféticos 767 A Tito 1240
Isaías 772 A Filemón 1241
Jeremías 819 A los Hebreos 1242
I/amentaciones 869 Santiago 1253
Baruc 874 Epístolas de San Pedro 1257
Ezequie1. , 881 I de San Pedro 1258
Daniel 926 II de San Pedro 1261
Oseas 946 Epístolas de San Juan 1264
Joel 952 I de San Juan 1265
Amos 956 II de San Juan 1268
Aibdías 961 III de San Juan 1269
Jonás 962 San Judas 1269
Miqueas 964 Apocalipsis 1271
Nahurn -. 969 índice bíblico doctrinal 1296
Habacuc 971 Mapas 1333
Sofonías 973
Aigeo 975
Zacarías 977
Malaquías 985

NUEVO TESTAMENTO

Introducción general al Nuevo Testamento 989


Introducción general a los Evangelios 999
San Mateo 1000
San Marcos 1041
San Lucas 1063
San Juan 1103
Hechos de los Apóstoles 1136
Epístolas de San Pablo 1167
A los Romanos U7°
I a los Corintios "85
I I a los Corintios ¡,. "99
21 fENTATEUCO

INTRODUCCIÓN ESPECIAL refieren al pueblo, dejando las del Código levitico, que se refieren a los sacerdotes
(12-2(1). El tercer discurso contiene las sanciones divinas de la Ley y la renovación
A L P E N T A T E U C O del pacto en la llanura de Moab (27-30). Los últimos capítulos vienen a ser como
un apéndice de la obra, y contienen el gran cántico de Moisés y la bendición de las
doce tribus, terminando con la muerte del profeta, a la vista de la tierra prome-
tida (31-34)-
i. Plan del Pentateuco 2. Los códigos del Pentateuco
Los cinco primeros libros que los judias pusieron siempre a la cabeza de su canon Sin prejuzgar cosa alguna sobre el progreso de la legislación mosaica y su redac-
recibieron conjuntamente el nombre de Tora o Ley, y cada uno de ellos se denominaba ción escrita, vamos a señalar las colecciones legales o, si se quiere, códigos que se pue-
con las palabras por que comenzaba, fuera del cuarto, los Números, que llamaron den distinguir en el Pentateuco, todos ellos precedidos de un amplio relato histórico
Bamidbar, «En el desierto». Los judíos alejandrinos, que leían los Libros sagrados en sobre los orígenes de Israel. Son cuatro, y corresponden, más o menos, a los cuatro
la versión griega de los LXX, dieron al conjunto el nombre de Pentateuco y a cada documentos principales que la critica distingue en el Pentateuco. En el Génesis, al
uno de ellos un título que expresaba su contenido: Génesis, Éxodo, Levitico, Números terminar la obra de los seis días, en 2,4*, echamos de ver un cambio notable de estilo,
y Deuteronomio. San Jerónimo, en su versión Vulgata, conservó ambos nombres; asi con la repetición de cosas ya relatadas en el capítulo 1. Es esto un argumento evidente
el primero: Génesis, hebraice Beresit, etc. de que empieza un documento nueuo, en ei cual se omite el comienzo, que contaría ¡a
El Pentateuco tiene por fin narrar los orígenes del pueblo de Israel y su constitución creación de la tierra y del cielo. Comienza el nuevo relato en 2,4b, describiéndonos la
como pueblo de Dios. Esto, que es también su argumento, da su unidad general a toda tierra desierta, porque aún no había llovido Yavé-Elohim. Con las mismas destaca-
la obra, que el autor desarrolló del modo siguiente: El Génesis es como la prehistoria das características literarias se prosigue la historia hasta el capítulo 34 del Éxodo, en
de Israel. Tiene su unidad literaria, constituida por la serie de diez genealogías, que que se nos habla de un pacto de Yavé con Israel y brevemente se exponen las condi-
comienzan por la del cielo y de la tierra y terminan con la de Jacob. Las cinco primeras ciones de ese pacto.
pertenecen a la historia general; las otras cinco, que comienzan con Tare, padre de A partir dei capítulo 20 del Génesis quieren distinguir los críticos un segundo do-
Abraham, se refieren a los patriarcas del pueblo elegido. En esta serie de generaciones cumento, paralelo al primero, en que se cuenta la historia de los patriarcas y la sali-
nos traza el autor sagrado el camino por el que las divinas promesas de un Redentor da de Egipto, y, al llegar al Sinaí, nos refiere detalladamente la promulgación de la
se transmiten de Adán a Abraham y de éste al pueblo de Israel, que las conservará ley y el solemne pacto de Dios con Israel. Las condiciones de ese pacto, escritas por
y preparará su cumplimiento. Tal es el pensamiento de San Agustín: Propositan Moisés en un libro, han dado origen al nombre de esta sección, que se llama código
quippe scriptoris illius fuit, per quem Spiritus Sanctus id agebat per successionem de la alianza.
certarum generationum ex uno homine propagatarum pervenire ad Abraham et Un tercer código, más amplio que los primeros, pero apoyado en ellos, es el Deute-
deinde ex eius semine ad populum Dei, in quo distincto a ceteris gentibus praefi- ronomio, que también va precedido de un preámbulo histórico, inspirado asimismo en
gurarentur et praenuntiarentur omnia quae de Civitate, cuius aeternum est reg- los documentos precedentes.
num, et de Rege eius eodemque Conditore in Spiritu praevidebantur esse ventura, El cuarto código, llamado código sacerdotal, empieza en el capítulo 1 del Génesis
los misterios del reino de Dios y de Cristo (De Civ. Dei. XV 8). Al mismo tiempo que y alcanza su gran desarrollo en el Levitico y en los Números, con la legislación sacer-
teje la historia de estas diez generaciones, va el autor inspirado intercalando algunas dotal de Israel.
leyes fundamentales de Israel, como la de no comer sangre (Gen 9,4), y la de la cir-
cuncisión, como señal de la alianza con Dios (Gen 17). Termina el Génesis con el 3. La autenticidad de la revelación mosaica
establecimiento de Jacob en Egipto, donde, según la promesa de Dios a Abraham y a
Jacob, se multiplicarla su descendencia, adquiriendo el suficiente desarrollo para Repetidamente hemos dicho que la Historia Sagrada es la historia de la divina
constituir un pueblo capaz de recibir la Ley. revelación, comunicada al pueblo por el ministerio de los profetas. Esto profesamos
Los tres libros que siguen forman un todo, y contienen la historia de la opresión cuando decimos: Credo in Spiritum Sanctum, qui locutus est per prophetas. Moi-
y la liberación de Egipto y la de la peregrinación por el desierto, con todas sus peripe- sés es el primero entre los profetas, pues, como dice Santo Tomás, habló a todo el pueblo
cias. Ocupa en ellos un lugar preeminente la permanencia en el Sinaí. En el curso en nombre de Dios y como promulgador de la Ley, mientras que todos los otros incul-
de esta historia va el autor intercalando la promulgación de las leyes que formarán caron la observancia de la misma, según estas palabras de Malaquías (4,4) : «Acor-
el Código mosaico. daos de la Ley de Moisés, mi siervo» fí-a q.174 a.4). Antes, pues, de tratar de la
autenticidad literaria del Pentateuco, conviene tratar de la autenticidad de la revela-
Los Números, que abarcan un período de treinta y siete años, es el libro que pre-
ción en él contenida, como cosa que está íntimamente ligada con la fe y que ha de ser-
senta menos unidad. Recibe el nombre de los empadronamientos del pueblo con que
vir de base para determinar luego la autenticidad literaria del Pentateuco.
comienza (1-4), y siguen luego algunas leyes, la -peregrinación por el desierto con
algunos episodios, la mayor parte de ellos desagradables, que muestran la dura cerviz El Pentateuco mismo y el libro de Josué nos ofrecen testimonios de haber recibido
de aquel pueblo y justifican plenamente el reproche que les dirigió San Esteban: Moisés revelaciones de Dios; y son tantos estos testimonios, que para reproducirlos
«Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo» (5-26). El Deuteronomio es una obra todos habríamos de citar una buena parte de estos libros. También abundan testimo-
aparte, una recopilación histórica y legal de todo lo sucedido desde la salida de Egipto nios semejantes en los otros libros del Antiguo y del Nuevo Testamento.
hasta aquel momento en la llanura de Moab, y está hecha por Moisés en tres discursos, En el primero de los Reyes exhorta David a Salomón a guardar la Ley del Señor,
en que recuerda al pueblo los beneficios recibidos de Dios y los exhorta a la observancia andar por sus caminos y guardar sus preceptos, ceremonias y testimonios, como están
de su Ley. El primer discurso (1-4) es una recopilación de la historia, y termina con escritos en la Ley de Moisés (2,3). En el segundo de los Reyes se alaba la piedad
la alianza del Sinaí. El segundo comienza con la repetición del Decálogo, sigue con y el celo de Ezequías, por haberse adherido a la Ley del Señor, no haberse apartado
apremiantes exhortaciones a la observancia de la Ley (5-11J y termina con la expli- de sus caminos y haber cumplido los mandatos que Dios dio a Moisés (18,6). Nehe-
cación de las leyes contenidas en los Códigos de la Alianza y de la Santidad, que se mías confiesa a Dios su pecado y el de sus padres, por haber olvidado los preceptos,
las ceremonias y los juicios que dio a Moisés, su siervo (1,7). En este mismo libro los
PENTATEUCO 22 23 PENTATEUCO

representantes del pueblo recuerdan los favores de Dios, que descendió y habló con ellos o diversidad de tiempos en que fueron dadas las leyes, acomodadas a las varias con-
desde el cielo y les dio sus juicios rectos, una Ley de verdad y ceremonias y preceptos diciones de vida del pueblo. Así, el Pentateuco sería una compilación, en la cual pueden
buenos, por medio de Moisés, su siervo (g,i; cf. 10,28). El Eclesiástico termina el distinguirse cuatro principales documentos: el Yavista, que comienza en Gen 2,4 a
elogio de Moisés diciendo: «Y dio Dios por su mano sus preceptos, una Ley de vida y comprende toda la historia junto con la legislación del Sinaí, y podría haber sido 1
y de inteligencia, para enseñar a Jacob sus estatutos y a Israel sus testimonios y sus redactado en los comienzos de la monarquía; el Elohista, que empieza en la época de
juicios» (46,6). El joven mártir de la Ley habla así a sus verdugos: «No obedezco Abraham y corre paralelo al precedente, narrando la historia y la legislación sinaítica,
las órdenes del rey, sino los preceptos de la Ley que nos ha sido dada por Moisés» y sería un tanto posterior al Yavista; el Deuteronómico, que comprende todo el libro
(2 Mac 7,30). del Deuteronomio y se continúa luego en el de Josué, escrito a fines de la monarquía;
A estos testimonios hemos de añadir el de los profetas, los cuales no se contentan y, finalmente, el Código Sacerdotal, que es el que da el plan general al Pentateuco
con exhortar al pueblo a la observancia de la Ley de Dios (Am 2,4; Os 4,6; 8,1; y abarca, por tanto, toda la obra, desde el primer capítulo del Génesis hasta el fin del
Is 1,10; 30,9; Jer 8,8; 16,11; Sof 3,4; Mal 4,4), sino que con dureza le echan en libro de Josué, incluyendo toda la legislación levítica y sacerdotal, redactado en la
cara la infracción del pacto que tienen hecho con Yavé y el olvido de su Ley, sin que época de la cautividad. Posterior a estos cuatro documentos sería la composición del
nadie proteste contra tales acusaciones (Is 33,8; Jer 11,1-8; 31,31-34; Ez 16,8,59). Pentateuco, que pudiera haber sido obra de Esdras, a quien atribuye una antigua tra-
Lo mismo podemos leer en los Salmos, que nos cuentan la historia antigua de Israel dición judía la restitución de los Libros Sagrados, perdidos en la universal ruina
o la historia de la conducta de Dios para con el pueblo (78; 105; 106). de la nación.
Esta tradición del Antiguo Testamento la confirman testimonios del Nuevo. El Bien se ve cuan mermada queda en estas opiniones la autenticidad de la obra mo-
Señor pone en boca de Abraham estas palabras, dirigidas al rico epulón: «Tienen saica, si es que algo queda de ella, y cuan poco crédito histórico se da a los relatos
a Moisés y a los profetas... Si a Moisés y a los profetas no oyen, tampoco oirán a un del Pentateuco.
muerto que resucite» (Le 16,39 *•)• El mismo Salvador, camino de Emaús, les va ex- Como suele acontecer, la crítica independiente ha vuelto sobre sí misma, renun-
plicando a los discípulos los vaticinios que a El se referían, comenzando por Moisés ciando a sus postulados filosóficos, para limitarse a los documentos que estudia con un
y siguiendo por todos los profetas (Le 24,24). De estas explicaciones parece hacerse criterio más histórico y a la luz que sobre ellos derrama la historia del Oriente, cada
eco el santo Protomártir, al citar ante el Sanedrín, como dicho por Moisés, el pasaje día renovada por los modernos descubrimientos.
del Deuteronomio (18,15). Asimismo San Pedro, ante la asamblea de los fieles, de-
clara que ni ellos ni sus padres pudieron guardar la Ley de Moisés (Act 28,23). &e 5. Decreto de la Comisión Pontificia Bíblica
la misma suerte habla el Apóstol en sus epístolas, como puede verse en Rom 5,1; Con el fin de encauzar el estudio de este complicado problema histórico-literario
2 Cor 3,13 ss.; Heb 3,2 ss.; 9,19). Estos testimonios prueban ser histórica y dogmá- entre los católicos, la Pontificia Comisión Bíblica promulgó un decreto, que lleva fe-
ticamente cierto que Moisés es el legislador inspirado de Israel y que su Ley se halla cha del 27 de junio de 1906, cuyo compendio es: I. Los argumentos acumulados por
contenida en el Pentateuco, único código conocido por el pueblo elegido. Esto ha de la crítica para negar la autenticidad mosaica del Pentateuco, comparados con los tes-
entenderse de la substancia de la Ley y de la revelación mosaica, puesto que mucho de timonios de uno y otro Testamento, con el asentimiento del pueblo judío y con la tra-
la una y de la otra lo habría recibido ya Israel de sus patriarcas, y algo más pudieron dición de la Iglesia y las pruebas que del texto mismo del libro se deducen, no son de
añadir luego los profetas posteriores, prometidos por Dios en la misma Ley como su- tal peso que autoricen para afirmar que tales libros no tienen a Moisés por autor,
cesores de Moisés y perfeccionadores de su obra (Dt 18,9 ss.). sino que han sido compuestos de fuentes en su máxima parte posteriores a Moisés.
II. La autenticidad mosaica del Pentateuco no exige que Moisés haya escrito todas
4. La autenticidad mosaica del Pentateuco y cada una de sus partes. Puede permitirse la hipótesis de que Moisés encomendara
a diversos amanuenses la ejecución de la obra, que él con divina inspiración había
Después de esta cuestión de la autenticidad de la revelación mosaica, que interesa planeado, confirmándola, después de la ejecución, con su autoridad.—ÍÍJ. Puede tam-
primordialmente a nuestra fe, sigúese otra acerca de la autenticidad del testimonio bién concederse, sin perjuicio de la autenticidad del Pentateuco, que Moisés haya hecho
histórico de esa revelación, que debe provenir de Moisés y hallarse contenida en do- uso, en la composición de su obra, de documentos escritos o tradiciones orales, sea trans-
cumentos que tendrán tanto más valor histórico cuanto más cerca estén de la persona cribiéndolos a la letra, sea resumiéndolos o ampliándolos, según viera convenir a su
del profeta legislador. plan, todo bajo la divina inspiración.—IV. Salvas la autenticidad y la substancial in-
Fuera de alguna pequeña parte como el capítulo último del Deuteronomio, y algu- tegridad del Pentateuco, puede admitirse que en tan largo espacio de siglos se hayan
nas otras consideradas como glosas o adiciones por algunos intérpretes, la total auten- introducido en él algunas modificaciones, tales como adiciones posteriores a la muerte
ticidad mosaica del Pentateuco fue indiscutida en la antigüedad. Es principalmente de Moisés, glosas explicativas del texto, correcciones de palabras anticuadas y leccio-
al fin del siglo XVIII cuando la crítica racionalista comienza a impugnarla y acaba nes incorrectas debidas al descuido de los amanuenses, y de las cuales puede juzgarse
por negarla del todo. conforme a las reglas de la crítica.
La crítica independiente del siglo XIX, que para nada tiene en cuenta el testimo-
nio de la Escritura y de la Tradición, ateniéndose sólo a los argumentos internos, de Con fecha del 16 de enero de 1948, la misma P. C. B., inspirándose en el estado
negación en negación ha venido a rechazar totalmente la autenticidad del Pentateuco actual de los estudios históricos del antiguo Oriente, se ha dignado dar, en carta diri-
y, lo que para la fe importa más, la autenticidad de la misión profética y legislativa gida a S. E. el Cardenal de París, una amplia declaración del precedente decreto
de su autor. Su principio fundamental es el evolucionismo, que, empezando por el y de otros varios tocantes a la historicidad del Pentateuco. De esta carta son las si-
mono, llega hasta el homo sapiens, y en el orden religioso comienza por el animismo guientes palabras: «En lo que concierne a la composición del Pentateuco, en el decreto
y acaba en el monoteísmo de los profetas. La historia de Israel que precede a la insti- de 27 de junio de 1906, la Comisión Bíblica reconocía ya poderse afirmar que «Motse's
tución de la monarquía carece totalmente de valor. Para justificar sus tesis, por lo que se hubiese servido de documentos escritos o de tradiciones orales para la composición
toca al Pentateuco, aducen como argumentos el carácter compuesto que dentro de su de su obra» y también admitía «modificaciones y adiciones posteriores a Moisés». (Ench.
unidad general tiene el Pentateuco; la diversidad de estiio y de lenguaje que se nota Biblicum, nn. 176-177). Hoy nadie duda de la existencia de estas fuentes y del cre-
en sus distintas partes; la repetición de algunos episodios históricos y de varias pres- cimiento progresivo de las leyes mosaicas, debido a las condiciones sociales y religiosas
cripciones legales, etc. Según la crítica, estos hechos arguyen, o diversidad de autores, de los tiempos posteriores, progreso que se echa también de ver en los relatos históricos.
CÉNKS1S 24 25 •ÉNE9H

Sin embargo, aun entre los exegetas no católicos corren hoy opiniones diversas sobre que no tiene el control de la razón y de la verdad. Por el contrario, el autor sagrado
la naturaleza y el número de estos documentos, sobre su denominación y su fecha. ha sabido llenar esta época de la historia con personajes de carne y hueso y con sucesos
Ni faltan autores, en diferetites países, que, movidos de razones puramente críticas comprobados por la tradición de los pueblos, y ha logrado encarnar en ellos las más
e históricas y sin ninguna preocupación apologética, resueltamente rechazan las teo- altas enseñanzas de la religión y de la moral. Las leyendas mitológicas, que muchos
rías más en boga hasta el presente y buscan la explicación de ciertas particularidades estudian con tanto afán, nos ofrecen principalmente la ventaja de hacernos ver el
redaccionales del Pentateuco, no tanto en la diversidad de supuestos documentos cuanto contraste entre los desvarios del hombre caído y las enseñanzas de aquellos de quienes
en la especial psicología, en los procedimientos particulares, hoy mejor conocidos, del Dios se proponía hacer antorchas que iluminasen las sendas de la humanidad.
pensamiento y de la expresión de los antiguos orientales, o también en diferente género En la carta de la Pontificia Comisión Bíblica que atrás dejamos mencionada se
literario exigido en conformidad con la diversidad de las materias. Por esto invitamos aclaran algunos decretos anteriores sobre la historicidad de la primera sección del
a los sabios católicos a estudiar sin prejuicios estos problemas a la luz de la sana crí- Génesis (1-11): «La cuestión de las formas literarias de los once primeros capítulos
tica y de los datos de las otras ciencias relacionadas con la materia, seguros de que este del Génesis es mucho más obscura y compleja. Tales formas literarias no corresponden
estudio establecerá la gran parte y la profunda influencia de Moisés como autor a ninguna de nuestras categorías clásicas ni se las puede juzgar a la luz de los géneros
y legislado». literarios grecolatinos o modernos. No se puede, pues, negar ni afirmar en bloque su
Según esta declaración sobre la tradición histórica acere» de la autenticidad mo- historicidad sin aplicarles indebidamente las normas de un género literario dentro del
saica del Pentateuco, tenernos que Moisés, profeta y legislador inspirado de Israel, cual no pueden ser clasificados. Mas, admitiendo que estos capítulos no son históricos
asentó la organización civil y religiosa de su pueblo sobre los principios revelados que en el sentido clásico y moderno, todavía hay que confesar que los datos científicos
el pueblo había recibido de sus patriarcas, y que él mismo había tenido de Dios más actuales no permiten dar una solución positiva a todos los problemas que plantean.
ampliados. Los profetas posteriores se encargaron de aportar nuevas luces, que ellos El primer deber de la exégesis científica consiste, ante todo, en el atento estudio de
recibían de Dios, a fin de ir completando la revelación y mejorando la ley, según el gra- todos los problemas literarios, científicos, históricos, culturales y religiosos conexos
dual progreso del pueblo, hasta la llegada del Mesías, a quien todo esto se ordenaba. con tales capítulos. Luego, será preciso examinar atentamente los procedimientos
literarios de los antiguos pueblos orientales, su psicología, su manera de expresarse
y hasta su noción de la verdad histórica; en una palabra, será preciso reunir, sin
prejuicios, todo el material de las ciencias paleontológica e histórica, epigráfica y
literaria. Sólo así se puede esperar ver más clara la naturaleza de ciertos relatos de
los primeros capítulos del Génesis. Declarar a priori que esos capítulos no contienen
historia en el sentido moderno de la palabra, podría dar a entender fácilmente que
G É N E S I S no la contienen en ningún sentido, siendo así que en ellos se nos relata en un lenguaje
sencillo y figurado, acomodado a las inteligencias de una humanidad menos desarro-
llada, las verdades fundamentales que se presuponen a la economía de la salvación
i. El Génesis abarca una larga época: desde los primeros orígenes de las cosas y, a la vez, la descripción popular de los orígenes del género humano y del pueblo
hasta el establecimiento de Israel en Egipto. Se divide en dos secciones bien claramente elegido».
distintas: la primera, que se refiere a la historia de la humanidad, llega hasta Abraham 3. La doctrina religiosa contenida en el Génesis es copiosa. Empecemos por la
(1-11,26); la segunda comprende la historia de los patriarcas, y podemos subdividirla verdad importantísima de la unidad de Dios, creador de todas las cosas; los divinos
en otras tres: Abraham (11,27-25,18); Isaac y sus hijos (25,19-36); los hijos de atributos de la omnipotencia, la justicia, la santidad, la verdad, la providencia, etc.;
Jacob (37-50). La primera división general comprende la prehistoria del género hu- las promesas de redención para remedio del primer pecado, y la transmisión de esa
mano; la segunda es la prehistoria del pueblo escogido, o historia de los patriarcas. promesa a través de las generaciones humanas desde Adán hasta Judá, que recibe
Cada una de estas partes comprende cinco generaciones: primera, la del cielo y con la bendición de su padre Jacob la promesa de la hegemonía sobre sus hermanos,
de la tierra (1-4); segunda, la de Adán (5-6,8); tercera, la de Noé (6,9-9,29); y sobre las naciones todas, que alcanzará por el Mesías. Y este Dios no lo es sólo de
cuarta, la de los hijos de Noé (10-11,9); quinta, la de Sem (11,10-26); sexta, Israel, sino del mundo entero y de todo el género humano, no obstante que en su sabia
\a de Teraj (11,27-25,11); séptima, la de Ismael (25,12-18); octava, la de Isaac y amorosa providencia haya escogido a Abraham a quien unirse con estrecho pacto,
(25,19-35); novena, la de Esaú (36), y décima, la de Jacob (37-50). De estas diez y a quien prometió multiplicarle hasta convertirle en un pueblo, que instalará en
generaciones, la cuarta, la séptima y la novena, junto con la de Caín (Gen 4), son Canán y a quien constituirá fuente de bendición, padre de todos los creyentes. Esta
líneas colaterales, mientras que las otras siete forman una línea recta, que va desde historia, con las enseñanzas que encierra, ha venido a ser patrimonio de los pueblos
Dios, Creador del cielo, de la tierra y del hombre, hasta Jacob. San Lucas, en la civilizados por el cristianismo. A esto se añaden las exigencias morales de ese Dios
genealogía del Salvador, sube por esta misma escala y se remonta hasta Dios, Creador único, que condena el derramamiento de sangre y los vicios contra naturaleza; que
de la humanidad. aborrece el orgullo del hombre y enseña a éste a vivir colgado de su paternal provi-
Pero conviene advertir que en esta narración no pretende el historiador sagrado dencia.
presentarnos la historia de la humanidad entera, sino destacar aquellos personajes Enfrente de estas doctrinas, los pueblos de la antigüedad, Caldea, Egipto, Grecia
y sucesos que, al decir de San Agustín, son como los hitos que marcan el curso seguido y Roma, no nos dan otra cosa que absurdos dioses; los elementos naturales, o los
por la promesa de salvación a través de las edades de la historia humana. Por esto fenómenos en que esos elementos se dan a conocer: el cielo, la tierra, los astros, los
vemos que con los ojos fijos en la línea recta de las generaciones privilegiadas va el ríos, las fuentes, los bosques, la fecundidad de los animales y del hombre, la fertilidad
autor sagrado descartando las colaterales como cosas que no interesan. de la tierra, son elevados a la categoría de divinidades. El culto que se les rendía en
2. Esta parte de la historia es la más obscura por ser la historia de la infancia muchos de estos pueblos civilizados era obsceno hasta el punto de no poder mencionarse
de la humanidad, pues, como dice San Agustín hablando de ella, ¿quién hay que sin ofensa del pudor y sin estremecimiento del corazón. Y aquellos hombres que, por
conserve el recuerdo de las cosas de su infancia ? Los pueblos cultos de la antigüedad su sabiduría, son tenidos por honra de la humanidad, sí lograron elevarse por encima
han llenado esta primera edad de su historia acerca del origen de las cosas y de la de esas aberraciones, pero no han llegado, sino después de muchos siglos de estudio.
humanidad con fábulas mitológicas absurdas, como creaciones de una imaginación
27 GÉNESIS 1
GÉNESIS' 26
5
PRIMERA PARTEde las tinieblas ;* y a la luz llamó día, y a
a las nociones elementales de la religión y de la moral, que sin largos razonamientos las tinieblas noche, y h u b o tarde y m a ñ a -
nos enseña el historiador sagrado. HISTORIA DEL GÉNERO HUMANO na, día primero.
6
4. Una observación sobre la moral de los patriarcas. Estos personajes, a quienes (I-II)
Dijo luego D i o s : « H a y a firmamento
generalmente veneramos como ejemplares de virtud, seguían en algunos casos normas en medio de las aguas, q u e separe u n a s
de o t r a s » ; y así fue.* ' É hizo D i o s el fir-
de vida que la Ley evangélica reprueba. San Agustín se lamenta en sus «Confesio- L a creación del universo m a m e n t o , separando aguas de aguas, las
nes» (III 7) de haberse dejado llevar de la ignorancia de los maniqueos al juzgar 1
Al principio creó Dios los cielos y la que estaban debajo del firmamento de las
estas cosas, y de no haber entendido que la verdadera justicia es la interior, el amor
de Dios y el amor del prójimo. «Con esta justicia eran santos Abraham, Isaac, Jacob,
I 2
tierra.* La tierra estaba confusa y que estaban sobre8 el firmamento. Y vio
vacía y las tinieblas cubrían la haz del D i o s ser b u e n o . L l a m ó D i o s al firma-
Moisés, David y todos los demás que son alabados de Dios, aunque los tenga por
inicuos la multitud de los ignorantes». La fe en Dios y en sus promesas, la obediencia
a su voluntad, la confianza en su providencia, la gratitud por los bienes que de El
recibían, el uso de estos bienes en socorro del prójimo con pleno desprendimiento de
ellos, el cuidado de no dañar a nadie; todas estas virtudes y muchas más eran las que
constituían su justicia; por lo cual los veneramos como justos, y creemos, fiados en la
palabra del Señor, que están sentados al banquete celestial en el reino de los cie-
los (Mt 8,11).
Pero la revelación divina, que Dios les comunicaba, y era la regla de su vida,
no se les dio perfecta desde el principio. Dios, como dice San Crisóstomo, considerando
la rudeza humana, siguió la norma de todo buen maestro con los niños, a quienes
enseña los primeros elementos de la instrucción, antes de introducirlos en las doctrinas
más altas (véase Introducción general, n.io). Así dice el Señor que, por la dureza
de su corazón, condescendió Moisés con los hebreos, permitiéndoles dar a la mujer
el libelo de repudio (Mt 10,3). No que los patriarcas fueran incapaces de observar
la Ley de Dios en su perfección, sino que habían de seguir las normas de los demás
para enseñarles cómo habían de gobernarse por ellas. Y así tenían varias mujeres,
no por liviandad, sino por el deseo de los hijos, que miraban como una bendición de
Dios. Y trataban a sus mujeres no como déspotas, sino como maridos, que en las
esposas veían a las madres de los hijos que Dios les daba. Se hallaban lejos de la per-
fección de la Ley evangélica, mas no lo estaban tanto del espíritu de la misma.

CTTiyí" A Tí J O PRIMERA P A R T E : HISTORIA DEL GÉNERO HUMANO (1-11):


La creación del cielo y de la tierra (1,1-2,4). Historia de
los primeros padres (2,4-3,24). Caín y su descendencia (4). Descendencia de Adán
por Set (5). El diluvio (6-8). Historia de Noé y de sus hijos después del diluvio (9,
1-11,9). Descendencia de Sem (11,10-32).—SEGUNDA P A R T E : HISTORIA DE
ABRAHAM (12,1-25,18). Abraham llamado por Dios y su bajada hasta Egipto (12). El mundo según la concepción de los orientales. (HASTING, Diction. of the Bibte; Biblia de Montserrat.)
Separación de Abraham y de Lot (13). Victoria de Abraham sobre los reyes elami-
tas (14). Alianza de Dios con Abraham (15). Nacimiento de Ismael (16). La abismo, pero el espíritu de Dios se cernía j mentó cielo, y hubo tarde y mañana, se-
circuncisión, señal de la alianza (17). Juicio divino sobre Sodoma (18-19). Sara en sobre
3
la superficie de las aguas.* gundo día.
casa de Abimelec (20,). Nacimiento de Isaac (21). Sacrificio de Isaac ^22^). La Dijo Dios: «Haya luz»; y hubo luz. I 9 Dijo luego: «Júntense en un lugar las
compra de Macpela (23). Rebeca, mujer de Isaac (24). Fin de la vida de Abra- * Y vio Dios ser buena la luz, y la separó I aguas de debajo de los cielos, y aparezca
ham (25,1-18).—TERCERA P A R T E : HISTORIA DE ISAAC Y DE SUS HIJOS (25, 1
Expresa en resumen la obra creadora d e Dios, q u e luego se declara e n el resto d e la sección.
19-36,43). Contienda entre Esaú y Jacob (25,19-34). Isaac en Guerara (^26). I Es el dogma fundamental de la religión, opuesto a todos los falsos sistemas filosóficos y a todas
las falsas religiones (cf. 2 M a c 7,28; Act 17,24).
Isaac bendice a sus hijos (27). Partida de Jacob a Siria (28). Prosperidad de Jacob 2
Comienza la exposición representándonos la tierra como un caos sin orden, sin distinción, sin
(29-30). Su vuelta a Canán (31)• Jacob, reconciliado con Esaú (32-33). Jacob en pobladores, sin luz; pero el espíritu d e Dios incubaba sobre*aquel caos, como la gallina sobre los
Siquem (34). Jacob en Betel (35). Descendencia de Esaú (36).—CUARTA PAR- huevos, para sacar el orden y la hermosura del universo (San Jerónimo). U n a cuestión se nos propo-
T E : HISTORIA DE JOSÉ Y DE SUS HERMANOS (37-50). José, vendido por sus herma- ne a q u í : si el autor sagrado da por creadas de Dios las aguas o por preexistentes a la formación del
m u n d o . Casi podemos asegurar que él no se propuso este problema, planteado luego por la filosofía
nos (37). Descendencia de Judá (38). José en casa de Puúfar (39). José, intérprete griega. El autor afirma que Dios creó el m u n d o y cuanto en él existe. C o n frecuencia la Escritura
de sueños (40). José, ministro de Faraón (41). Los hijos de Jacob en Egipto (42). exalta el poder y la sabiduría de Dios en esta obra creadora q u e es exclusivamente suya, y en la q u e
los dioses de las naciones no tuvieron parte alguna. Finalmente, el 2 M a c nos asegura que Dios creó
Benjamín ante su hermano (43-44). Manifestación de José a sus hermanos (45). todas las cosas de la nada y San Juan, que Dios lo hizo todo por su Verbo. E n suma, q u e de Dios
Jacob en Egipto (46,1-47,26). Fe de Jacob en las promesas divinas (47,27-48,22). tiene su origen cuanto existe fuera de Dios.
Jacob bendice a sus hijos (49). Muerte y sepultura de Jacob en Macpela (50). 4
N o la luz, q u e proviene del sol, creado el día cuarto, sino la del crepúsculo, que los antiguos
se imaginaban independiente del sol y difundida por todo el orbe, contraponiéndola a las tinieblas,
como causa de la distinción del día y de la noche (Job 37,18; SANTO TOMÁS, Suma Teológica, 1 q.70
a.2 ad 3).
6
Los antiguos concebían el firmamento como algo sólido d e bronce fundido (Job 37,18). Por
esto puede separar las aguas cósmicas y sostener las q u e están sobre los cielos (Sal 148,4).
GÉNESIS 1 28 29 GÉNESIS 2
lo seco». Así se hizo;* 10 y se juntaron las las aguas del mar, y multipliqúense sobre 1
Así fueron acabados los cielos y la dín el árbol de la ciencia del bien y del
aguas de debajo de los cielos en sus luga- la tierra las aves».* 2 3 Y h u b o tarde y m a -
res y apareció lo seco; y a lo seco llamó ñana, día quinto.
2 tierra y t o d o su cortejo. 2 Y remata-
da en el día sexto toda la obra que había
mal.* 10 Salia de Edén un río que regaba
el jardín y de allí se partía en cuatro bra-
24
Dros tierra, y a la reunión de las aguas, Dijo luego D i o s : «Brote la tierra se- hecho, descansó Dios el séptimo día de zos. 11 El primero se llamaba Pisón, y es
mares. Y vio Dios ser bueno. res animados según su especie, ganados, cuanto hiciera; 3 y bendijo al día séptimo el que rodea toda la tierra de Evila, donde
11
Dijo luego: «Haga brotar la tierra reptiles y bestias de la tierra según su es- y lo santificó, p o r q u e en él descansó Dios a b u n d a el oro, i 2 un oro muy fino, y a más
hierba verde, hierba con semilla, y árbo- pecie». Y así fue.* 25 H i z o D i o s todas las de cuanto había creado y hecho.* también bedelio y á g a t a ; 13 y el segundo
les frutales cada u n o con su fruto, según bestias de la tierra según su especie, los 4
Este es el origen de los cielos y la tie- se llama Guijón, y es el que rodea toda la
su especie, y con su simiente, sobre la tie- ganados según su especie y todos los rep- rra cuando fueron creados. tierra de C u s ; 1 4 el tercero se llama Tigris
rra». Y así fue.* 12 y produjo la tierra hier- tiles de la tierra según su especie. Y vio (Jidequel) y corre al oriente de Asiría; el
ba verde, hierba con semilla, y árboles de Dios ser bueno.
fruto con semilla cada u n o . Vio Dios ser 26
El paraíso cuarto es el Eufrates (Perat).* 1S T o m ó ,
Díjose entonces D i o s : «Hagamos al pues, Yavé Dios al hombre, y le puso en
b u e n o ; 13 y h u b o tarde y m a ñ a n a , día ter- h o m b r e a nuestra imagen y a nuestra se- Al tiempo de hacer Y ave D i o s la tierra
cero. el jardín de Edén para que lo cultivase y
mejanza, p a r a que domine sobre los pe- y los cielos,* 5 no h a b í a a ú n arbusto algu- guardase, 16 y le dio este m a n d a t o : «De
14
D i j o luego D i o s : «Haya en el fir- ces del mar, sobre las aves del cielo, so- no en el campo, ni germinaba la tierra todos los árboles del paraíso puedes co-
m a m e n t o de los cielos lumbreras para se- bre los ganados y sobre todas las bestias hierbas, p o r n o haber todavía llovido mer, 1 7 pero del árbol de la ciencia del
p a r a r el día de la noche, y servir de se- de la tierra y sobre cuantos animales se Yavé D i o s sobre la tierra, ni haber toda- bien y del mal n o comas, porque el día
ñales a estaciones, días y a ñ o s ; * ¡ 5 y luz- mueven sobre ella.* 2 7 Y creó D i o s al vía h o m b r e que la labrase, 6 ni rueda que que de él comieres ciertamente morirás».
can en el firmamento de los cielos, para h o m b r e a imagen suya, a imagen de Dios subiese el agua con que regarla.* 7 F o r m ó 18
Y se dijo Yavé D i o s : « N o es bueno que
alumbrar la tierra». Y así fue. I 6 Hizo lo creó, y los creó m a c h o y h e m b r a ; 2 S y Yavé D i o s al h o m b r e del polvo de la tie-
D i o s los dos grandes luminares, el m a y o r los bendijo Dios, diciéndoles: «Procread el h o m b r e esté solo, voy a hacerle u n a
rra, y le inspiró en el rostro aliento de ayuda semejante a él».* I 9 Y Yavé Dios
para presidir al día, y el menor p a r a pre- y multiplicaos, y henchid la tierra; some- vida, y fue así el h o m b r e ser animado.*
sidir a la noche, y las estrellas; 1 7 y los tedla y dominad sobre los peces del mar, trajo ante el h o m b r e todos cuantos ani-
8 Plantó luego Yavé D i o s u n jardín en males del campo y cuantas aves del cielo
puso en el firmamento de los cielos p a r a sobre las aves del cielo y sobre los gana- Edén, al oriente, y alli puso al h o m b r e
alumbrar la tierra la y presidir al día y a dos y sobre t o d o cuanto vive y se mueve formó de la tierra, para que viese cómo
a quien formara.* 9 Hizo Yavé Dios b r o - los llamaría, y fuese el nombre de lodos
la noche, y separar la luz de las tinieblas. sobre la tierra». 2 9 Dijo también D i o s : tar en él de la tierra t o d a clase de árboles
Y vio D i o s ser bueno, 1 9 y h u b o tarde y «Ahí os doy cuantas hierbas de semilla los vivientes el que él les diera.* 2 0 Y dio
hermosos a la vista y sabrosos al paladar el h o m b r e n o m b r e a todos los ganados, y
m a ñ a n a , día cuarto. hay sobre la h a z de la tierra toda, y cuan- y el árbol de la vida, y en el medio del jar-
20
Dijo luego D i o s : «Hiervan de anima- tos árboles producen fruto de simiente,
les las aguas y vuelen sobre la tierra aves para que todos os sirvan de alimento. O 3 La obra de Dios es, en el plan del autor sagrado, el ejemplar de la semana mosaica y del pre-
bajo el firmamento de los cielos». Y así 3° También a t o d o s los animales de la tie- ^ cepto sabático (Ex 20,11). En todo el capítulo 1, Dios es llamado EIohim; desde el capítulo 4,
fue.* 21 Y creó Dios los grandes mons- rra, y a todas las aves del cielo, y a todos Yavé; en los capítulos 2 y 3, Yavé-Elohim, para indicar que es siempre el mismo Dios.
4
truos del agua y todos los animales que los vivientes que sobre la tierra están y se Estas palabras convienen con I, y no hay duda que se refieren a la obra de los seis días, por
bullen en ella, según su especie, y todas mueven les doy p a r a comida cuanto de más que no aparezca clara la razón de hallarse al fin de la sección, cuando en otros lugares se halla
las aves aladas, según su especie. Y vio verde hierba la tierra produce». Y así fue. al principio (cf. 5,1; 10, etc.). La obra de Dios abarca ocho partes, divididas en dos grupos: las tres
D i o s ser bueno, 2 2 y los bendijo, dicien- 31 Y vio D i o s ser m u y bueno cuanto había primeras de distinción, en que el autor procede de lo más general, la luz, a lo más particular, la
tierra y las aguas. El segundo grupo es de ornato, que empieza por las obras más imperfectas, las
d o : «Procread y multiplicaos y henchid hecho, y h u b o tarde y m a ñ a n a , día sexto. plantas, hasta la más perfecta, el hombre. La sección siguiente nos ofrece un relato más detallado de
la creación del hombre en un cuadro distinto del anterior.
9
Las aguas que habían quedado debajo de los cielos se han de juntar para que aparezca la seca, En este relato ha de distinguirse entre el fondo y la forma literaria. El fondo contiene las princi-
la tierra, en que vivan los animales terrestres y el hombre. pales verdades de la religión; la creación del universo, en el tiempo, por la omnipotencia y la sabidu-
11
El reino vegetal brota de la tierra, de la cual vive. Lo divide en tres clases: la hierba verde, ría de Dios; la formación de los astros para servicio del hombre, no para ser por él adorados; el ori-
que brota por sí y sirve de pasto a los ganados; las plantas gramíneas, que el hombre cultiva y de que gen divino de toda fecundidad, también por error divinizada en las religiones paganas; la formación
principalmente se alimenta, y los árboles frutales. La división está hecha desde un punto de vista de del hombre a imagen y semejanza de Dios. La forma literaria es una especie de parábola, en que la
utilidad inmediata para el hombre. La fecundidad de la tierra, personiñcada en Astarté y objeto de obra de Dios, a tenor del precepto sabático, se presenta cual modelo de la obra del hombre. La obra
culto idolátrico en Gañán, es atribuida por el autor sagrado a Dios mismo, para combatir aquel de Dios está descrita no según la naturaleza de las cosas, sino según éstas aparecen a ios sentidos y
error14 (cf. Lev 26). conforme al lenguaje de la época (Introducción general, nn.13 y 15).
6
Según las apariencias, los astros están fijos en el firmamento. Los oficios de los astros están Tanto en Egipto como en Caldea la lluvia es escasa y la fertilidad del suelo procede de la inun-
indicados en orden al hombre, y muestran que para su provecho fueron creados por Dios. Así queda dación del Nilo y del Eufrates, completada luego con el riego mediante el cigüeñal o la noria, que
excluida la divinidad de los mismos y la razón de! culto que se les tributa por los caldeos (cf. Dt 4,19). han tenido orígenes desde muy antiguo. La palabra que generalmente se traduce por niebla, vapor
-° Los animales del agua y los del aire tienen entre sí estrecho parentesco por la semejante ma- o nube, puede significar también rueda o noria, impidiendo así la confusión que una niebla, vapor
nera de moverse (Suma TeoL, 1 q.71 a.l ad 2), y porque muchas aves viven también en el agua. o nube, que regase ia tierra, introduciría en el texto.
7
Divide los animales de este día en tres grupos: los monstruos del agua: cetáceos, cocodrilos, etc.; los Dios forma al hombre del polvo de la tierra, y le infunde su aliento de vida. Imagen distinta
demás animales del agua: peces y reptiles, y, finalmente, los.animales alados. de la empleada en 1,26 s., pero igualmente expresiva del origen divino del alma humana. En el re-
22 Además de crear los animales, Dios les confiere la fecundidad. Con esta observación elimina lato caldeo de la creación, Marduc amasa con su sangre el barro de que forma al hombre. El autor
el autor sagrado uno de los objetos de culto idolátrico más común entre los pueblos que rodean a 6agrado parte de la concepción espiritualista del Creador y del alma humana, creada a su imagen y
Israel (cf. Dt 28,4.11). semejanza,
8
2^ Los animales terrestres nacen en la tierra en que viven. La distribución es también en tres En medio del desierto, que era entonces la tierra, creó Dios un oasis para el hombre. Edén es
grupos: los ganados, que el hombre utiliza; las fieras, con que tiene que luchar; y los reptiles, que palabra de significación obscura. En sumeriano significa llanura, estepa, desierto. El Oriente es indi-
se arrastran por la tierra. cación general del sitio hacia donde se hallaba el paraíso y donde se desarrolla la primitiva historia
26 La solemnidad de la fórmula indica claramente que se trata de la obra más importante.—Dios de la humanidad.
9
entra en consejo consigo mismo, e invoca la plenitud de su ser, del cual es revelación la Trinidad. El árbol de la vida es así llamado porque daba la inmortalidad, como lo declaran Ez 17,12;
A nuestra imagen: imagen es la figura o representación de una cosa; semejanza es la proporción entre Prov 3,18; Ap 2,7; 22,2.14. El árbol de la ciencia daba la ciencia práctica de la vida de la felicidad.
la imagen y el prototipo; ambos unidos significan imagen perfecta, fiel representación del original. Se denomina así por la historia subsiguiente. Los documentos asirios mencionan el árbol de la verdad
Los Padres antioquenos ven esta semejanza en el señorío que, como a vicario y representante de Dios, y el árbol de la vida que están plantados a la entrada del cielo. La redacción del texto es un tanto
se confiere al hombre sobre todos los seres inferiores. El contexto confirma esta interpretación, y incorrecta y da lugar a las cavilaciones de los críticos. Estas desaparecerían suprimiendo la frase «en
asimismo los salmos 8,5 ss.; 10,2 y Eclo 17,1 s. Claro es que para ejercer este señorío dotó Dios al medio del jardín», que provendría de 3,3.
hombre de una naturaleza racional, en que está la semejanza formal con Dios y la raíz de la realeza 14
18
Los dos ríos primeros no se sabe cuáles son; el tercero es el Tigris; el cuarto, el Eufrates.
«obre las criaturas. El hombre es por naturaleza sociable. Aquí, como en el capítulo 1, el hombre es el rey de la
creación.
1 9 Sólo habla de los animales que viven en la tierra y en mayor contacto con el hombre. De los
GÉNESIS 2-3 ' SO SI GÉNESIS 3
a todas las aves del cielo, y a todas las boles todos del paraíso?»* 2 Y respondió
bestias del c a m p o ; pero entre todos ellos comido del árbol de que te prohibí co- 19
C o n el sudor de tu rostro comerás
la mujer a la serpiente: «Del fruto de los mer?»* 12 Y dijo el h o m b r e : «La mujer
n o había para el h o m b r e ayuda semejante árboles del paraíso comemos,* 3 pero del el pan
a el. 21 Hizo, pues, Yavé Dios caer sobre que m e diste por compañera me dio de Hasta que vuelvas a la tierra,
fruto del que está en medio del paraíso él y comí».* 13 Dijo, pues, Yavé Dios a
el h o m b r e un profundo sopor; y dormi- nos ha dicho D i o s : «No comáis de él, ni Pues de ella has sido t o m a d o ;
do, tomó una de sus costillas, cerrando la mujer: «¿Por qué has hecho eso?» Y Ya que polvo eres, y al polvo volve-
lo toquéis siquiera, n o vayáis a morir». contestó la mujer: «La serpiente me en-
en su lugar con carne,* 22 y de i a costilla 4 rás». *
Y dijo la serpiente a la mujer: « N o , no gañó y comí». 1 4 Dijo luego Yavé Dios
que del h o m b r e tomara, formó Yavé Dios moriréis; 5 es que sabe Dios que el día a la serpiente:
a la mujer, y se la presentó al hombre.* que de él comáis se os abrirán los ojos y
23 «Por haber hecho esto,
El hombre exclamó : seréis como Dios, conocedores del bien y
«Esto sí que es ya hueso de mis huesos del mal». * 6 Vio, pues, la mujer que el Maldita serás entre todos .los ganados
y carne de mi carne». árbol era bueno para comerse, hermoso Y entre todas las bestias del campo.
_ Esta se llamará varona, p o r q u e del va- a la vista y deseable para alcanzar p o r Te arrastrarás sobre tu pecho
ron ha sido tomada.* él sabiduría, y cogió de su fruto y co- Y comerás el polvo todo el tiempo de
24
Por eso dejará el h o m b r e a su padre mió, y dio también de él a su marido, tu vida.*
15
y a su m a d r e ; que también con ella comió. * 7 Abriéron- Pongo perpetua enemistad entre ti y
Y se adherirá a su mujer; se los ojos de ambos, y viendo que es- la mujer
Y vendrán a ser los dos una sola carne.* taban desnudos, cosieron unas hojas de Y entre tu linaje y el s u y o ;
25
Estaban a m b o s desnudos, el h o m b r e higuera y se hicieron unos cinturones. * Este te aplastará la cabeza,
y su mujer, sin avergonzarse de ello.* 8
Oyeron a Yavé Dios, que se paseaba Y tú le morderás a él el calcañal».*
Ifí
p o r el jardín al fresco del día, y se escon- A la mujer le dijo:
dieron de Yavé Dios el h o m b r e y su mu- «Multiplicaré los trabajos de tus pre-
Tentación, caída y p r i m e r a jer, en medio de la arboleda del jardín.* ñeces.
9
Pero llamó Yavé Dios al hombre, di- Parirás con dolor los hijos
promesa de redención
ciendo: «¿Dónde estás?»* 10 Y éste con- Y buscarás con ardor a tu marido,
El rayo, símbolo de la divinidad.
O ' Pero la serpiente, la más astuta de testó: «Te he oído en el jardín, y teme- Que te dominará». * (British Museum.J
17
*» cuantes bestias del campo hiciera Ya- roso p o r q u e estaba desnudo, me escon- Al hombre le dijo: «Por haber escu-
vé Dios, dijo a la mujer: «¿Conque os ha dí». * n «¿Y quién, le dijo, te ha hecho chado a tu mujer, comiendo del árbol 20
El h o m b r e llamó Eva a su mujer, p o r
m a n d a d o D i o s que n o comáis de los ár- saber que estabas desnudo? ¿Es que h a s de que te prohibí comer, díciéndote: no ser la madre de todos los vivientes. * 2 1 Hí-
comas de él: zoles Yavé Dios al h o m b r e y a su mujer
demás no se hace mención alguna. La imposición de los nombres arguye en Adán ciencia y dominio Por ti será maldita la tierra; túnicas de pieles, y los vistió.
sobre los animales, como en 1,28. Con trabajo comerás de ella todo el 22
Di ¡ose Yavé D i o s : «He ahí al h o m b r e
Examinados los animales, los halló de naturaleza distinta de la suya: en medio de ellos se tiempo de tu vida; hecho c o m o uno de nosotros, conocedor
18
encontraba solo. Te dará espinas y abrojos del bien y del m a l ; que no vaya ahora a
No es un sueño profético, sino un letargo, que hace las veces de-anestésico, para la operación Y comerás de las hierbas del c a m p o . tender su m a n o al árbol de la vida, v
que 2Dios
2
quiere practicar en él.
San Crisóstomo dice que el autor sagrado habla aquf acomodándose a la rudeza humana 11
En conformidad con el v.9. Dios pregunta, como si ignorase lo que había sucedido.
(fiom.ar<in
15,2). <San Pablo dice simplemente que no fue formado el varón de la mujer, sino la mujer 2
* Adán se disculpa diciendo que, no por desobedecer a su mandato, sino por guardar la paz
R?Kr ^ " or n ' 8 ) - E' varón es amasado del polvo, la mujer formada del varón. La Comisión con la compañera que Dios mismo le había dado, había comido del árbol prohibido.
a ret ene c o m o
23 i ' histórica la formación de la primera mujer «del primer hombre». Nada más. 14
La sentencia seguirá el orden inverso que el interrogatorio. La serpiente no es pregun-
Las palabras demuestran el ansia con que el hombre busca compañía. La vista de los aníma- tada; su culpa es manifiesta. La sentencia que Dios pronunciará contra ella está calcada en su con-
les, lejos de saciaría, la había más bien acrecentado Será llamada «varona». Todas las versiones se dición y en sus relaciones con el hombre; pero no hay duda de que, bajo estas imágenes de subido
esfuerzan por conservar la paronomasia, que tan natural resulta en el hebreo. Varona traducen el realismo, el autor mira al espíritu diabólico. La maldición expresa el horror que el hombre siente
2? ü ? n z ap ay aolt: r ° ass clásicos castellanos. hacia la serpiente, mayor que hacia otros animales más dañinos que ella. Arrastrarse sobre su vien-
u'i'j ' "' del autor sagrado que expresan la institución divina del matrimonio y su indi- tre es natural a la serpiente, pero es señal de su abatimiento, así como es indicio de la realeza del
solubilidad, según nos lo declaró el divino Maestro en Mt 19,4 s. Típicamente significan la unión hombre el andar derecho. Creían los antiguos que las serpientes comían el polvo, como se ve por
mas íntima de Cristo con la Iglesia (Ef 5,31). Esta unidad de los casados que comienza en el amor Isaías 65,25; Miqueas 7,17; expresión de la suma humillación del vencido (Sal 72,9; Is 49,23).
conyugal, alcanza en los frutos del matrimonio su expresión más alta. La imagen de enemistad está tomada de la natural aversión que el hombre siente hacia el reptil,
La desnudez expresa la inocencia en que la primera pareja humana fue creada por Dios, a al que, en cuanto lo ve, lo acecha para matarlo. Esta enemistad es perpetua, como no lo son las enemis-
semejanza de los niños, que no sienten la pasión ni la vergüenza. tades entre los hombres. Cuando perseguimos a una serpiente no nos creemos seguros de ella hasta
^ ' Como prueba del realismo del autor sagrado, tan notable en estos capítulos, debe advertirse haberle aplastado la cabeza. Ese es el origen de la imagen. El sentido es que esas perpetuas enemis-
que siempre habla de la serpiente y nunca del espíritu maligno por la serpiente representado. tades acabarán por la victoria del linaje de la mujer, en quien serán bendecidas todas las nacio-
n s ngu ar
2 ¿ ' astucia se maravilla la serpiente del precepto divino, que expresa exageradamente. nes (Gal 3,19). Esta victoria es la de Jesucristo, y luego la de aquellos que vencen por El y en quienes
Sin la menor muestra de admiración por oir hablar a la serpiente, le responde la mujer ponien- El vence a Satanás. La Virgen María ocupa el primer lugar entre éstos por su completa victoria
do la verdad en su punto, pero no dando a la conminación divina el tono de absoluta certeza que sobre el pecado (Ap 12,5 s.16 ss.).
tenía. 15
Nuestra palabra «linaje» no corresponde exactamente a la palabra hebrea aquí empleada,
5
La serpiente achaca a envidia de Dios la prohibición: la fruta les abriría los ojos y alcanzarían pues aquélla significa no sólo posteridad, que es lo que significa la palabra hebrea, sino también
ía ciencia del bien y del mal, esto es, la ciencia que lleva a la posesión de la felicidad, a la semejanza ascendencia; la hemos preferido, sin embargo, por ser de género masculino y convenir mucho en
con Dios, propia de los espíritus celestes, llamados en otras partes hijos de Dios (Sal 29,1: Job 1,6). este lugar hacer resaltar la contraposición, que, de no distinguir entre los dos géneros, queda obs-
6
Alucinada la mujer ante esta perspectiva, ve ya el fruto de muy distinta manera que antes, y curecida. Igual hizo San Jerónimo en la Vulgata.
se resuelve a comer de él. La palabra hebrea que responde a aplastar y morder es la misma para la acción del linaje de la
7
Se realizaron las promesas de la serpiente, pero de muy diverso modo de como ellos esperaban. mujer contra la serpiente y para la de la serpiente contra el linaje de la mujer. En ambos casos de-
8
Es muy de notar aquí el realismo del autor sagrado al representarnos a Dios como un señor bería traducirse del mismo modo. Sin embargo, como la palabra hebrea significa acechar o herir,
que, saliendo a media tarde a dar un paseo por su finca, se entera de la infidelidad cometida por sus prefiriendo esta última significación, la matizamos de aplastar o de morder, según las circunstancias
colonos. de la acción en el uno y el otro caso.
16
La sentencia sobre la mujer responde a las penas que llevan consigo sus oficios de esposa
' E l «¿dónde estás?» es un modo de introducir el diálogo. Llama a los que supone escondi- y de1 9madre.
dos cerca. En estas palabras de Dios a la mujer y al hombre resalta la diversa misión del uno y de la
1
° Siente vergüenza de su des nudez y se esconde, porque, sabiéndose culpable, no se atreve otra en la familia. La del hombre es ser jefe de ella y su mantenedor; la de la mujer, cumplir el
a presentarse a su Señor. ansiado oficio de la maternidad.
20
Eva en hebreo significa vida; aquí, fuente de vida humana.
GÉNESIS 3-4 •2 3» GÉNESIS 4-5
comiendo de él, viva pata siempre. * 23 Y obraras bien, andarías erguido, mientras sería éste siete veces vengado». Puso, pues, bre le hizo a imagen de Dios. 2 Hízolos
le arrojó Yavé Dios del jardín de Edén, a que, si no obras bien, estará el pecado a Yavé a Caín una señal, para que nadie macho y hembra, y los bendijo, y les dio,
labrar la tierra de que había sido toma- la puerta? Cesa, que él siente apego a ti, que le encontrase le matara. * i* Caín, ale- al crearlos, el nombre de Adán. 3 Tenía
do. * 24 Expulsó al hombre y puso delante y tú debes dominarle a él:. * 8 Dijo Caín jándose de la presencia de Yavé, habitó Adán ciento treinta años cuando engen-
del jardín de Edén un querubín, que blan- a Abel, su hermano: «Vamos al campo». la región de Nod, al oriente de Edén. dró un hijo a su imagen y semejanza, y
día flameante espada para guardar el ca- Y cuando estuvieron en el campo, se alzó
mino del árbol de la vida. * Caín contra Abel, su hermano, y le mató. * L a descendencia d e Caín
9 Preguntó Yavé a Caín: «¿Dónde está
C a í n y Abel Abel, tu hermano?» Contestóle: «No sé. l ' Conoció Caín a su mujer, que conci-
¿Soy acaso el guarda de mi hermano?» bió y parió a Enoc. Púsose aquél a edi-
4 i Conoció el hombre a su mujer, que
concibió y parió a Caín, diciendo:
i° «¿Qué has hecho?—le dijo El—. La voz
de la sangre de tu hermano está clamando
ficar una ciudad, a la que dio el nombre de
Enoc, su hijo. * 1 8 A Enoc le nació Irad,
«He alcanzado de Yavé un varón». 2 Vol- a mí desde la tierra. * n Ahora, pues, e Irad engendró a Maviael; Maviael a Ma-
vió a parir, y tuvo a Abel, su hermano. maldito serás de la tierra, que abrió so tusael y Matusael a Lamec. I 9 Lamec tomó
Fue Abel pastor y Caín labrador; * 3 y boca para recibir de mano tuya la sangre dos mujeres, una de nombre Ada, otra de
al cabo de tiempo hizo Caín ofrenda a de tu hermano. * i 2 Cuando la labres, te nombre Sela. * 2 0 Ada parió a Jabel, que
Yavé de los frutos de la tierra, * 4 y se la negará sus frutos, y andarás por ella fu- fue el padre de los que habitan tiendas y
hizo también Abel de los primogénitos gitivo y errante». 1 3 Dijo Caín a Yavé: pastorean. * 2 1 El nombre de su hermano
de su ganado, de lo mejor de ellos; y «Insoportable es mi castigo. * i* Ahora fue Jubal, el padre de cuantos tocan la
agradóse Yavé de Abel y su ofrenda, * me arrojas de esta tierra; oculto a tu cítara y la flauta. * 2 2 También Sela tuvo
5
pero no de Caín y la suya. Se enfureció rostro habré de andar fugitivo y errante un hijo, Tubalcaín, forjador de instru-
Caín y andaba cabizbajo; " y Yavé le dijo: por la tierra, y cualquiera que me encuen- mentos cortantes de bronce y de hierro.
«¿Por qué estás enfurecido y por qué an- tre me matará».* ls Pero Yavé le dijo: Hermana de Tubalcaín fue Noema. *
23
das cabizbajo? 7 ¿No es verdad que, si «No será así. Si alguien matara a Caín, Dijo, pues, Lamec a sus mujeres:
22
«Ada y Sela, oíd mi voz;
Ironía que conviene bien con el carácter realista de esta sección y contrasta con la promesa Mujeres de Lamec, dad oídos a mis
que les hizo la serpiente. Habla el Señor consigo mismo, como quien expresa la decisión que acaba palabras.
de tomar. No olvidemos el estilo altamente poético de esta sección (8,21).
23
Esta expulsión del jardín en que el hombre había sido colocado inmortal, implica ia pri- Por una herida mataré a un hombre,
vación definitiva de este don de la inmortalidad y de la felicidad del paraíso terrenal. Y a un joven por un cardenal. *
24 24
Los querubines son mencionados en varías partes de la Escritura como sostenedores del Si Caín sería vengado siete veces, La-
trono de Dios y los que tiran de su carro (Sal l 8 , n ; 99,1; Ez 1,4), Aquí son los guardianes del mec lo será setenta veces siete.»
jardín para impedir la vuelta del hombre a su anterior felicidad, como los sedu, lahmu, qaribu, re-
presentados en varias formas, que los asirios y egipcios colocaban a la puerta de los palacios reales
o de los templos para impedir el acceso a los malos espíritus. La espada es la imagen del rayo, el Set y su descendencia
arma potente de Dios, según Sal 18,15; 3,4.n- Los asirios representaban también a Adad blandien-
do una espada de fuego o unos dardos encendidos; el arma sola, emblema del dios, era la repre- 25 Conoció de nuevo Adán a su mujer,
sentación de su poder. En el texto sagrado son imágenes para decir al hombre que debe abandonar que parió un hijo, a quien puso por nom-
toda esperanza de recobrar la inmortalidad. bre Set, diciendo: «Hame dado Yavé otro Instrumentos de las
En todo este relato, como en el de la creación, hay que distinguir entre el fondo y la forma edades de la piedra
descendiente por Abel, a quien mató y del bronce. (Bi-
literaria. Esta es poética; y si absurdo serla tomar en significación propia las palabras, definir del Caín». * 26
También a Set le nació un
todo los límites entre la imagen y la realidad sería temerario. La Comisión Pontificia Bíblica, en blia de Montserrat.)
decreto de 30 de junio de 1908, después de condenar los sistemas que niegan todo valor histórico hijo, al que llamó Enós; éste comenzó a 4
a estos relatos, señala algunos puntos que en éste han de ser tenidos por históricos: haber sido invocar el nombre de Yavé. * lo llamó Set; vivió A d á n después d e en-
formada la mujer del cuerpo del primer hombre; la unidad específica del género humano; la feli- gendrar a Set ochocientos años, y engen-
cidad original de los primeros padres en el estado de justicia, integridad e inmortalidad; el pre- 1
Este es el libro de las generaciones d r ó hijos e hijas. 5 F u e r o n todos los días
cepto dado por Dios al hombre para probar su obediencia; el primer pecado cometido por el hom-
bre, a instigación del diablo en figura de serpiente; la pérdida, por parte del hombre, del privilegio
5 de Adán. Cuando creó Dios al hom- de la vida de A d á n novecientos treinta
de la justicia original y la promesa de un futuro redentor. 15
Esta señal es la señal del homicida, a quien «el temblor del cuerpo y la agitación de la mente
A 2 Caín y Abel representan los dos géneros de vida primitivos conocidos entre los hebreos, denuncian como digno de muerte» (San Jerónimo).
™ 3 que ignorarían la edad paleolítica y los medios de vivir que tenia el hombre. 17
Caín construye una ciudad murada para defenderse de sus enemigos, que piensa le han
El culto divino nace del agradecimiento al Creador: cada uno ofrece a Dios lo que recibe de perseguir.
de su providencia, en reconocimiento del beneficio. 19
Prosigue el autor sagrado indicándonos los orígenes de las principales instituciones hu-
* No dice de qué manera manifestó el Señor su agrado a Abel y a su ofrenda. Según Heb 2,4, manas. La poligamia tuvo su origen en la descendencia de Caín. Nunca en la Escritura sale bien
el motivo
7
fue la fe de Abel, que le movía a ofrecer a Dios lo más escogido de sus bienes. parada la multiplicidad de mujeres.
Ei_ texto es difícil de traducir, acaso por no estar bien conservado. Según algunos exegetas, 20
El texto hebreo no parece bien conservado, pero no cabe duda de que habla de la vida nó-
se describe la lucha que en la conciencia de Caín se realiza entre el amor fraterno y el odio fratri- mada, bien conocida, aun hoy, al oriente de Palestina.
cida, que tiende a consumar el crimen y que al fin triunfa. Pero más bien parece referirse al amor 21
22
Esto es, inventor de los instrumentos músicos más conocidos de la antigüedad.
que Abel sentía por Caín como hermano, que debía ser para éste un motivo para desistir de su Tubal es el iniciador de la industria metalúrgica. El texto sagrado nada nos dice de la edad
odio, junto con la seguridad de que, como primogénito que era, siempre había de dominar sobre él. de la piedra, que precedió en muchos siglos a la edad de los metales.
1 23
El autor sagrado nos pinta en este primer homicidio lo abominable que es ante Dios y ante Los versos de Lamec expresan los sentimientos de un ánimo engreído por la invención de
ios hombres
I
semejante crimen. las armas y dispuesto a tomar dura venganza de quien le ofenda. Se parece este fiero cántico de
° Clama la sangre al Dios vengador de todos los crímenes, y más de éste, que implica una Lamec a lo que los árabes llaman «canto de la espada».
graveII
ofensa contra la divina imagen (9.5 s.). Aquí termina el relato de la descendencia de Caín, que representa, según San Agustín, la ciudad
La maldición persigue al homicida, que, obsesionado por la imagen de su víctima y por del mundo, a la cual el autor sagrado atribuye la invención de los principales elementos de cultura
el temor
13
de la venganza, huye buscando un refugio donde ocultarse. material y los vicios que ésta suele llevar consigo.
25
El reo, aunque no arrepentido, se siente oprimido bajo el peso de su crimen. Set, que viene a ocupar el lugar de Abel, como lo dice su nombre, es el heredero del espí-
1* Parece como si Dios habitase en la región de Edén (cf. 1 Sam 26,19: Jon 1,3), y que Caín, ritu 26de su hermano y el principio de otra descendencia muy distinta de la de Caín.
sintiendo en su conciencia la voz de Dios que le arguye, piensa huir de ella, apartándose de> aquel La interpretación es dudosa. Algunos interpretan que entonces comenzó a invocarse el
lugar. El autor sagrado, además de la situación histórica de Caín, piensa en la de los homicidas, nombre de Yavé, es decir, que comenzó a dársele culto público; otros prefieren la interpretación
expuestos a caer en las manos del vengador de la sangre (Núm 35,19 ss.; Dt 19,11 s.; Jos 20,3 ss.). de que entonces la descendencia elegida comenzó a llamarse la descendencia de los hijos de Yavé.
Nácar-Colunea
34 35 GÉNESIS 6-7
r.ÍNrsr. .'> <<
hijas de los hombres eran hermosas, t o - un codo sobre éste acabarás el arca por
artos, y murió. « Era Set de ciento cinco pués de engendrar a Matusalén, trescien- m a r o n de entre ellas p o r mujeres las que arriba; la puerta la haces a un costado;
años cuando engendró a E n ó s ; 7 vivió tos años, y engendró hijos e hijas. 2i Fue- bien quisieron. 3 Y dijo Yavé: « N o per- harás en ella un primero, un segundo y
después de engendrar a F.nós ochocien- r o n todos los días de la vida de E n o c manecerá por siempre mi espíritu en el
tos siclc años, y engendró hijos e hijas. trescientos sesenta y cinco a ñ o s , 2 4 y andu- un tercer piso, pues voy a arrojar so-
hombre, porque no es más que carne. bre la tierra un diluvio de aguas que ex-
8 Fueron los días todos de su vida nove- vo constantemente en la presencia de Ciento veinte años serán sus días». terminará cuanto bajo el cielo tiene hálito
cientos doce años, y murió. " lira Enós Dios, y desapareció, pues se lo llevó 4
Existían entonces los gigantes en la de vida. C u a n t o hay en la tierra perecerá.
de noventa arios c u a n d o engendró a Cai- Dios. * 2 5 Era Matusalén de ciento ochen- tierra, y también después, cuando los hi- 18
Pero contigo haré yo mi alianza: y
n á n : to vivió después de engendrar a Cai- ta y siete años cuando engendró a Lamec;
n á n ochocientos quince años, y engendró jos de Dios se unieron con las hijas de entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mu-
26 vivió después de engendrar a Lamec los hombres y les engendraron hijos. Es- jer y las mujeres de tus hijos contigo.
hijps e hijas. n Fueron todos los días de setecientos ochenta y dos años, y engen- 19
la vida de Enós novecientos cinco años, tos son los héroes famosos muy de anti- D e todos los animales meterás en el
dró hijos e hijas. 2 7 Fueron todos los días guo. * arca parejas para que vivan contigo, *
y ' m u r i ó . 1 2 E r a Cainún de setenta años de Matusalén novecientos sesenta y nueve 5 20
c u a n d o engendró a M a h a l e e l ; ' ' vivió des- Viendo Yavé cuánto había crecido la de las aves, de las bestias y de toda es-
años, y murió. 2 8 Era Lamec de ciento maldad del h o m b r e sobre la tierra y
pués de engendrar a Mahaleel ochocientos pecie de animales, macho y hembra, y
ochenta y dos años cuando engendró un
cuarenta años, y engendró hijos e hijas. c ó m o todos sus pensamientos y deseos todos vendrán a ti de dos en dos. 2 1 Reco-
14 hijo, 2 9 al que puso p o r n o m b r e N o é , sólo tendían al mal, * 6 se arrepintió de
Fueron todos los días de su vida nove- ge alimentos de toda clase, para que a
diciendo: «Este nos consolará de nuestros h a b e r hecho al h o m b r e en la tierra, do- ti y a ellos os sirvan de comida». 2 2 Hizo,
liéndose grandemente en su corazón, 7 y p u e s , N o é e n t o d o c o m o D i o s se l o
dijo: «Voy a exterminar al h o m b r e que mandó.
hice de sobre la haz de la tierra; al h o m -
bre, a los animales, a los reptiles y hasta E n t r a N o é e n el arca
a las aves del cielo, pues me pesa de ha-
berlos hecho». 8 Pero N o é halló gracia a 1
Después dijo Yavé a N o é :
los ojos de Yavé. 7 «Entra en el arca tú y toda tu casa,
pues sólo tú has sido hallado justo en
N o é d i s p o n e el arca esta generación. * 2 De todos los anima-
les puros loma dos setenas, machos y
' Estas son las generaciones de N o é ; hembras, y de los impuros, dos parejas,
N o é era varón justo y perfecto entre sus machos y hembras. 3 También de las aves
contemporáneos y siempre anduvo con puras dos setenas, machos y hembras,
Dios. ¡o Engendró tres hijos: Sem, C a m para que se salve su prole sobre la haz
y Jafet. u La tierra estaba corrompida de la tierra toda, 4 porque dentro de siete
ante Dios y llena t o d a de iniquidad. * días voy a llover sobre la tierra cuarenta
12 Viendo, pues, Dios que todo en la tie- dias y cuarenta noches, y exterminaré de
rra era corrupción, pues toda carne había ella cuanto hice y vive. 5 Hizo Noé cuan-
corrompido su camino sobre la tierra, to D i o s le mandara. 6 Era N o é de seiscien-
13
El arca de Noé, según Calmet. dijo a N o é : «Veo venir el fin de toda car- tos años cuando el diluvio inundó la tie-
ne, pues la tierra está llena toda de sus ini- rra. 7 Y ante el diluvio entró en el arca
cientos diez años, y m u r i ó . 1 5 Era M a h a - quebrantos y del trabajo de nuestras m a - quidades, y voy a exterminarlos a ellos N o é con sus hijos, su mujer y las mujeres
leel de sesenta y cinco años cuando en- nos por la tierra que maldijo Yavé». *
30
con la t i e r r a . 1 4 H a z t e un arca de maderas de sus hijos 8 y los animales limpios y los
gendró a J a r e d . 1 6 Vivió después de engen- Vivió Lamec, después de engendrar a resinosas, divídela en compartimientos, y i n m u n d o s ; de las aves y de cuanto vive
drar a Jared ochocientos treinta años, y N o é , quinientos noventa y cinco años, y la calafateas con pez p o r dentro y por sobre la tierra 9 entraron con N o é en el
engendró hijos e hijas. 17 Fueron todos engendró hijos e hijas. 3 1 Fueron todos fuera. 15 Hazla así: trescientos codos de arca parejas, machos y hembras, según se
los días de su vida ochocientos noventa los días de Lamec setecientos setenta y largo, cincuenta de ancho y treinta de lo había ordenado Dios. 10 Pasados los
años, y murió. 1 8 Era Jared de ciento se- siete años, y murió. 3 2 Era N o é de qui- alto;* 1 6 harás en ella un tragaluz, y a siete días, las aguas del diluvio cubrieron
senta y dos años cuando engendró a nientos años, y engendró a Sem, C a m y
4
E n o c ; w vivió después de engendrar a Jafet. * La interpretación del lugar es difícil; la opinión más corriente es que se trata de las uniones
E n o c ochocientos años, y engendró hijos conyugales de los descendientes de la raza elegida, los hijos de Dios, con las mujeres de la raza
e hijas. 2 0 Fueron todos los días de su de Caín, las hijas de ios hombres; uniones que aun a aquéllos llevaran a la más profunda corrupción.
El diluvio, decretado por D i o s De los gigantes se hace después mención en la Escritura (Núm 13,33) y. aunque con nombres dis-
vida novecientos sesenta y dos años, y tintos, también en otros lugares. ,
1 C u a n d o comenzaron a multiplicarse 5
murió. 21 E r a Enoc de sesenta y cinco
años cuando engendró a Matusalén. 2 2 An- 6 los hombres sobre la tierra y tuvieron
Aquí comienza la introducción literaria, a la vez que histórica, del diluvio. A causa de la
corrupción humana, resuelve Dios hacer un juicio contra el hombre y contra las bestias que por
duvo Enoc en la presencia de Dios, des- hijas, * 2 viendo los hijos de D i o s que las él había creado. Sólo Noé encuentra gracia delante de Dios, y vendrá a ser el segundo padre de la
humanidad.
1
24
La expresión significa una desaparición misteriosa. La Escritura habla varias veces de * Es difícil no ver aquí el comienzo de una nueva redacción de las causas del diluvio, que se
5 Enoc y de su desaparición, pero sin levantar el velo del misterio que la envuelve (Eclo 44,16; prosiguen con las medidas tomadas por Dios para salvar a Noé y a su familia, y por él a la huma-
nidad entera.
49,16; Heb 11,5). 15
29
En 3,17 ss. Dios maldice la tierra, que será fuente de trabajos para el hombre; pero en 9,21, Había dos codos: el uno ordinario, que valía poco menos de medio metro, y el sagrado,
al terminar el diluvio y después del sacrificio de Noé, el Señor declara que no maldecirá más a la que 16valía algo más. Las dimensiones aproximadas del arca serían, pues, 150 por 25 por 15 metros.
tierra y otorga su bendición a Noé y a sus descendientes y establece con ellos un pacto. El texto es obscuro, pero la manera más natural de imaginarse el arca es suponer entre las
32
En esta genealogía, al contrario de la de los cainitas, se pone de relieve la piedad de los setitas paredes laterales y el techo un espacio libre, de un codo, para dar aire y luz al arca.
i9
para con Dios y se indica cuidadosamente el tiempo en que fue engendrado el patriarca, que entra Estos vy. 19-21 contienen las instrucciones dadas por Dios en orden a la conservación de
después en la genealogía del Mesías. Cuanto a ia longevidad y a la cronología que de estas genea- la vida en la tierra. El v.22 cierra este punto diciendo que Noé puso en ejecución cuanto Dios le
logías se deduce, véase Introducción general, n.8. había ordenado.
1
£L l Estos vv.1-4 parecen una primera introducción histórica del diluvio, aunque literalmente Estos w.1-5 son paralelos a los anteriores, con las mismas órdenes de Dios y la ejecución
" no tengan conexión con la narración del mismo. de ellas por Noé; mas añaden la clasificación de animales en puros y no puros.
GÉNESIS 7-8 86 *7 GÉNESIS 8-9

la tierra. n A los seiscientos años de la guando poco a poco sobre la haz de la males puros y de todas las aves puras, tiplicaos y henchid la tierra y dominad-
vida de Noé, el segundo mes, el día dieci- tierra. Comenzaron a bajar al cabo de ofreció sobre el altar un holocausto. * la». 8 Dijo también D i o s a N o é y a sus
siete de él, se rompieron todas las fuentes ciento cincuenta días. 4 El día veintisiete 21 Y aspiró Yavé el suave olor, y se dijo hijos: 9 «Ved, yo voy a establecer mi alian-
del abismo, se abrieron las cataratas del del séptimo mes se asentó el arca sobre en su corazón; « N o volveré ya m á s a mal- za con vosotros y con vuestra descenden-
cielo, * 12 y estuvo lloviendo sobre la tierra los montes de Ararat. * 5 Siguieron men- decir a la tierra por el hombre, pues los cia después de v o s o t r o s ; * i ° y con todo
durante cuarenta días y cuarenta noches. guando las aguas hasta el mes décimo, y deseos del corazón h u m a n o , desde la a d o - ser viviente que está con vosotros, aves,
13
Aquel mismo día entraron en el arca el día primero de este mes aparecieron lescencia, tienden al m a l ; no volveré ya ganados y fieras de la tierra, todos los
N o é y sus hijos, Sem, C a m y Jafet; su m u - las cumbres de los montes. <> Pasados cua- a exterminar t o d o viviente, como acabo salidos con vosotros del arca, u H a g o con
jer y las mujeres de sus tres hijos, 1 4 y las renta días más, abrió N o é la ventana que de hacer. * 2 2 Mientras dure la tierra ha- vosotros pacto de no volver a exterminar
fieras todas según su especie; todos los ga- había hecho en el arca, 7 y para ver cuán- brá sementera y cosecha, frío y calor, ve- a t o d o viviente por las aguas de un dilu-
nados, según su especie; t o d o reptil que to habían m e n g u a d o las aguas soltó u n rano e invierno, día y noche». * vio y de que n o h a b r á ya más un diluvio
se arrastra por la tierra, según su especie; cuervo, que volando iba y venía mien- que destruya la tierra». 12 Y añadió D i o s :
t o d a ave, según su especie. 1 5 E n t r a r o n tras se secaban las aguas sobre la tierra. «Ved aquí la señal del pacto que establez-
8
Alianza de D i o s con N o é co entre mí y vosotros, y cuantos vivien-
con N o é en el arca, de dos en dos, de Siete días después, p a r a ver si se habían
1 tes están con vosotros, p o r generaciones
t o d a carne que tiene hálito de vida. l6 D e secado ya las aguas sobre la haz de la Bendijo Dios a N o é y a sus hijos,
toda carne entraron mucho y hembra, tierra, soltó una paloma, 9 que como no 9 diciéndoles: «Procread y multipli-
sempiternas: i 3 pongo mi arco en las nu-
bes, p a r a señal de mi pacto con la tie-
como se lo había m a n d a d o D i o s , y tras hallase dónde posar el pie, se volvió a caos y llenad la tierra; 2 que os teman rra, i 4 y c u a n d o cubriere yo de nubes la
él cerró Yavé la puerta. Noé, al arca, p o r q u e las aguas cubrían y de vosotros se espanten todas las fieras tierra, aparecerá el a r c o , 1 5 y m e acordaré
todavía la superficie de la tierra. Sacó él de la tierra, y todos los ganados, y todas de m i pacto con vosotros y con todos los
la m a n o , y cogiéndola la metió en el arca. las aves del cielo, t o d o cuanto sobre la vivientes de la tierra, y n o volverán más
L a inundación
1° Esperó otros siete días, y al cabo de tierra se arrastra y todos los peces del las aguas del diluvio a destruirla. 16 Es-
17 Diluvió durante cuarenta días sobre ellos soltó otra vez la paloma, H que vol- mar, los pongo todos en vuestro poder. tará el arco en las nubes, y yo lo veré,
3
la tierra, crecieron las aguas y levantaron vió a él a la tarde, trayendo en el pico una C u a n t o vive y se mueve os servirá de para acordarme de mi pacto eterno entre
el arca, que se alzó sobre la tierra. * 1 8 Si- ramita verde dé olivo. Conoció p o r esto comida; y asimismo os entrego toda ver- Dios y t o d a alma viviente y t o d a carne
guieron creciendo, creciendo las aguas N o é que las aguas n o cubrían ya la tie- d u r a . 4 Solamente os abstendréis de co- que hay sobre la tierra». 1 7 «Esta es—dijo
sobre la tierra, y el arca flotaba sobre la r r a ; '2 pero todavía esperó otros siete días, mer carne con su sangre. * 5 Y ciertamen- Dios a Noé—la señal del pacto que esta-
superficie de las aguas. 1 9 T a n t o crecieron y volvió a soltar la paloma, que ya no vol- te yo demandaré vuestra sangre, que es blezco entre mí y t o d a carne que está so-
las aguas, que cubrieron los altos montes vió m á s a él. *3 El a ñ o seiscientos uno, en vuestra vida, de m a n o de cualquier vi- bre la tierra». *
de debajo del cielo. 20 Quince codos su- el primer mes, el día primero de él, co- viente, como la demandaré de m a n o del
bieron las aguas p o r encima de ellos. menzó a secarse la superficie de la tierra, hombre, extraño o deudo. * 6 El que de-
21 Perecieron cuantos animales se movían y abriendo N o é el techo del arca, miró, rramare la sangre h u m a n a , por m a n o de L o s hijos d e N o é
en la tierra: aves, ganados, bestias y todos y vio que estaba seca la superficie de la h o m b r e será derramada la suya; porque
los reptiles que se arrastran p o r la tierra, tierra. * 1 4 El día veintisiete del segundo el h o m b r e h a sido hecho a imagen de 1 8
F u e r o n los hijos de N o é salidos del
y todos los nombres, 22 y t o d o cuanto vi- mes estaba ya seca la tierra. Dios. * ^ Vosotros, pues, procread y mul- arca Sem, C a m y Jafet; C a m era padre
vía sobre la tierra seca murió. 2 3 Fueron 20
En acción de gracias y en memoria del beneficio recibido, como veremos luego en la histo-
exterminados todos Jos vivientes sobre la N o é fuera del arca ria de los patriarcas.
superficie de la tierra, desde el h o m b r e a la 21
La expresión tan realista «aspiró el Señor el olor suave» significa la aceptación del sacrificio
bestia, y los reptiles y las aves del cielo, 13
H a b l ó , pues, D i o s a N o é y le dijo: de parte de Dios (Lev 1,9.13; 2,9.12). El Señor, como entristecido por la catástrofe y teniendo com-
quedando sólo N o é y los que con él esta- 16 «Sal del arca tú y tu mujer, tus hijos pasión de la flaqueza humana, toma la resolución, principio del pacto que luego hará con Noé,
ban en el a r c a . 2 4 Ciento cincuenta días es- y las mujeres de tus hijos contigo. 1 7 Saca de no volver a maldecir la tierra.
22
tuvieron altas las aguas sobre la tierra. El relato, en su sentido obvio, nos da un diluvio universal con que castiga Dios la univer-
también todos los animales de t o d a es- sal corrupción de toda carne, y del cual se salva sólo el que en su generación era justo ante Dios.
pecie, aves, ganados y todos los reptiles Si en verdad el diluvio fue del todo universal, con universalidad geográfica, zoológica y antropoló-
C e s a el d i l u v i o que se arrastran sobre la tierra; llenad la gica, es muy dudoso y discutido. La mención que de él hace varias veces el Antiguo y Nuevo Tes-
tierra, procread y multiplicaos sobre tamentos no parece exigir una estricta y absoluta universalidad.
g
' Acordóse D i o s de N o é y de cuantos ella». * i Salió, pues, N o é , con sus hijos,
8 con él estaban en el arca, y m a n d ó su mujer y las mujeres de sus hijos, y sa-
19
9 5
* La ley insiste mucho en este precepto, porque la sangre, en que está la vida, debe ser ofre-
cida a Dios como señor de la misma vida (Lev 17,14; Act 15,20.29).
sobre la tierra un viento, y comenzaron a lieron también todas las fieras, ganados, El Señor se declara aquí vengador de la sangre humana, aun contra las mismas fieras, para
menguar las aguas. * 2 Cerráronse las fuen- aves y reptiles que se arrastran sobre la infundir
6
mayor respeto a la vida del hombre (4,9 ss.; Ex 21,28).
20
tes del abismo y las cataratas del cielo, tierra, según sus especies. Alzó N o é u n Repite Dios a Noé la bendición dada a Adán (Gen 1,28), y repite igualmente el mandato
cesó de llover, 3 y las aguas i b a n men- altar a Yavé, y t o m a n d o de todos los ani- de respetar
9
la vida del hombre, por ser éste imagen y semejanza de Dios.
El pacto consistía en la promesa de no enviar otro diluvio que destruya la vida de la tierra
11
Los hebreos, como los caldeos, suponían la tierra asentada sobre las aguas del grande abis- como el pasado. La señal de ese pacto es el arco iris, que precisamente se forma cuando amenaza
mo, del cual proceden los manantiales de los ríos y de las fuentes (Sal 24.2; 135,6)—«Se abrieron la lluvia, y servirá para tranquilizar al hombre más que para recordar a Dios su palabra.
17
las cataratas del cielo», expresión que supone la concepción del firmamento sólido que sostenía El propósito doctrinal de este relato de] diluvio es manifiestamente mostrarnos a Dios
las aguas superiores (1,6 s.). El significado real de estas expresiones, tomadas de la cosmografía juez vengador de la corrupción moral humana y misericordioso reparador de la humanidad pe-
antigua, es la lluvia torrencial enviada por las nubes, que a su vez acrece los manantiales de las cadora. La tradición de un diluvio que destruyó todos los hombres, menos algunos, salvados por
fuentes y el caudal de los ríos con sus naturales efectos. el favor de Dios, es bastante general en los pueblos antiguos, civilizados y salvajes. De éstos, el
17
Responde a los vv.4 y 12. Es de notar en éstos la insistencia con que se repite la universa- relato más interesante es el transmitido por Beroso, sacerdote babilónico de la época de Alejandro,
lidad de la invasión y la total ruina de todos los vivientes. cuyo original cuneiforme, hallado modernamente, remonta a la época de los patriarcas. Salvo su
teología politeísta, en lo puramente histórico el relato caldeo es muy semejante al bíblico y no puede
Q ! La providencia divina no abandona a los que se había propuesto salvar. dudarse que ambos representan una misma tradición. Los modernos estudios prehistóricos indu-
^ 4 Este país es, sin duda, el que los asirios llaman Urartu, situado al norte de Asiría y en la jeron a suponer que esta tradición se refiere al período glaciar y diluvial, que en la edad paleolítica
región del lago Van (cf. Is 37,38; Jer 51,27). invadió buena parte de la tierra, destruyendo la población humana y su cultura. A pesar del carác-
13
Según 7,n, empezó el diluvio el 17 del segundo mes, durando, por tanto, doce meses luna- ter de universalidad que aparece en el texto, algunos exegetas modernos, apoyados en argumentos
res y1 7 diez días, es decir, un año solar completo, que fue el 601 de la vida de Noé. bíblicos y científicos, restringen su sentido en el orden geográfico, zoológico y aun en el antropoló-
En este segundo comienzo de la vida sobre la tierra repite Dios la bendición que habla dado gico; aunque en este último punto muchos otros exegetas sostienen la destrucción total de la hu-
al principio (1,28). manidad, salvo la familia de Noé.
GÉNESIS 9-10 89 GÉNESIS 10-11
3
de Canán. 1 9 Estos tres eran los hijos de hijos de G o m e r : Asquenaz, Rifat y T o - nán. * 2 3 Hijos de A r a m : Uz, Jul, Gueter se entiendan unos a otros». 8 Y los dis-
Noé y de ellos se pobló toda la tierra. gorma; 4 hijos de J a v á n : Elisa y Tarsis, y Mas. 2 4 Arfaxad engendró a Salaj, y persó de allí Yavé p o r toda la h a z de la
20 Noé, agricultor, comenzó a labrar la Quitim y R o d a n i m . 5 D e éstos se pobla- Salaj a Heber. 2 5 A Heber le nacieron dos tierra, y así cesaron de edificar la ciudad.
tierra, y plantó una viña. * 21 Bebió de su ron las islas de las gentes en sus tierras, hijos; el uno se llamó Paleg, porque en 9 Por eso se llamó Babel, porque allí con-
vino, y se embriagó, y quedó desnudo en según sus lenguas, familias y naciones. su tiempo se dividió la tierra; su hermano
6
medio de su tienda. 2 2 Vio C a m , el padre Hijos d e C a m fueron: C u s , Misraím, se llamó Joctán; 26 Joctán engendró a Al-
de Canán, la desnudez de su padre, y fue Put y Canán. 7 Hijos de C u s : Seba, Evila, m o d a d , Salar, Jasarmavet, Jaraj, 2 7 Ado-
a decírselo a sus hermanos, q u e estaban Sabta, R a m a y Sabteca. Hijos de R a m a : ram, Uzal, Diclá, 2 8 Obad, Abimael, Se-
fuera; 2 3 y t o m a n d o Sem y Jafet el m a n t o , Seba y D a d á n . 8 Cus engendró a Nemrod, ba, 2 9 Ofir, Evila y J o b a b . Todos éstos
se lo pusieron sobre los hombros, y yen- que fue quien comenzó a dominar sobre son hijos de Joctán, 3 0 y habitaron desde
do de espaldas, vuelto el rostro, cubrie- la tierra, * 9 pues era u n robusto cazador Mesa, según se va a Sefar, el monte orien-
ron, sin verla, la desnudez de su padre. ante Yavé, y de ahí se dijo: «Como N e m - tal. 3 1 Estos son los hijos de Sem, según
24
Despierto N o é de su embriaguez, supo rod, robusto cazador ante Yavé». * i 0 Fue sus familias, lenguas, regiones y nacio-
lo q u e con él habia hecho el más peque- el comienzo de su reino Babel, Ereg, Acad nes. 3 2 Estas las familias de los hijos de
ño de sus hijos, 2 5 y dijo: y Calne, en tierra de Senaar. * 1' D e esta Noé, según sus generaciones y naciones.
«Maldito Canán, tierra salió para Asur, que edificó Nínive, De éstos se dividieron los pueblos en la
Siervo de los siervos de sus hermanos Rejobothir, Calaj 1 2 y Resen, entre Níni- tierra después del diluvio. *
será». ve y Calaj; ésta fue la ciudad grande.
13
26 Y a ñ a d i ó : «Bendito Yavé, Dios d e Misraím engendró a los Ludin, los Ana-
mim, los Leabim, los Naftujim, * 1 4 los La confusión de las lenguas
Sem.
Y sea Canán siervo suyo. Petrusim y los Caslujim y los Caftorim,
1 -t 1 Era la tierra toda de una sola len-
27
Dilate Dios a Jafet, de los cuales salieron los Pilistim. * 15 Ca-
^ ^ gua y de unas mismas palabras. *
Y habite éste en las tiendas d e Sem nán engendró a Sidón, su primogénito, 2
En su marcha desde Oriente hallaron una
Y sea C a n á n su siervo». * y a Jet, 1 6 al jebuseo, al amorreo, al guer-
llanura en la tierra de Senaar, y se estable- La torre de Korsabat restaurada.
28 Vivió N o é después del diluvio tres- gueseo, 1 7 al jeveo, al araqueo, al sineo,
18 cieron allí.* 3 Dijéronse unos a otros:
cientos cincuenta años, 29 siendo todos los al arvadeo, al semareo y al jamateo, de
«Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fundió Yavé la lengua de la tierra toda,
días de su vida novecientos cincuenta los q u e descendieron después las familias
fuego». Y se sirvieron de los ladrillos c o -
años, y murió. del cananeo. 1 9 Los límites del cananeo y de allí los dispersó por la haz de toda
m o d e piedra, y el betún les sirvió d e ce- la tierra. *
eran desde Sidón, viniendo hacia G u e r a r ,
mento ; 4 y dijeron: «Vamos a edificarnos
hasta Gaza, y viniendo hacia Sodoma,
Los pueblos descendientes de Noé u n a ciudad y u n a torre, cuya cúspide t o - Genealogía de A b r a m
G o m o r r a , A d a m a y Seboím hasta Lesa.
que a los cielos y n o s haga famosos, por
20 Estos son los hijos de Cam, según sus 10
4 n i Estas son las generaciones de si tenemos q u e dividirnos p o r la haz de Estas son las generaciones de S e m :
familias, lenguas, regiones y naciones.
* " Noé: Sem, Cam y Jafet. Naciéron- la tierra». * 5 Bajó Yavé a ver la ciudad era Sem de cien años cuando engendró a
21 También le nacieron hijos a Sem, p a -
les hijos a éstos después del diluvio. * y la torre q u e estaban haciendo los hijos Arfaxad, dos años después del diluvio. *
dre de todos los Bene Heber y h e r m a n o
2 de los hombres, 6 y se dijo: «He aquí un 11 Vivió Sem después de engendrar a A r -
Hijos de Jafet fueron Gomer, Magog, mayor de Jafet. * 22 Son hijos de S e m :
pueblo uno, pues tienen todos una lengua faxad quinientos años, y engendró hijos e
Madai, Javán, Tubal, Mosoc y Tiras; Elam, Asur, Arfaxad, L u d , Aram y Cai-
sola. Se han propuesto esto', y nada les im- hijas. 1 2 Vivió Arfaxad treinta y cinco años,
20
Parece este episodio una continuación de las invenciones mencionadas en el c.5 La viña pedirá llevarlo a cabo. * 7 Bajemos, pues, y y engendró a Sale; * 13 vivió después de
es muy cultivada en Palestina, y su primer origen lo ponen los historiadores precisamente en Ar- confundamos su lengua, de m o d o que n o engendrar a Sale trescientos años, y en-
menia. 22
27
Compárese con esta bendición la de Isaac a sus hiios (27,27-29.39-40), la de Jacob a los El centro de la habitación de Sem es Caldea, extendiéndose al este y al sur por Arabia y al
suyos (49,1-27), la de Moisés a las doce tribus (Dt 32). Las bendiciones de Sem y de Jafet son, norte y al oeste hasta el extremo del Asia Menor, donde moran los lidios.
indudablemente, mesiánicas. La maldición merecida por Cam no recae sobre éste, sino sobre su Añadimos a la genealogía el nombre de Cainán, por hallarse en los LXX y haberlo incluido San
hijo Cañan. Cam en la Biblia es Egipto (Sal 78,51; 105,23.27), por quien los hebreos tenían simpa- Lucas en la de Cristo (Le 3,36). La genealogía, aunque incompleta, es el documento etnográfico
tía, no obstante la historia del éxodo; pero Canán es el pueblo cananeo, condenado en la Ley a la más importante que nos ha transmitido la antigüedad, pues por él conocemos el lugar que ocupaba
destrucción y en la historia a la servidumbre. Se anuncia aquí lo que ha de suceder en Canán, con- el pueblo de las promesas mesiánicas en medio de las naciones.
32
quistada por los hebreos, los filisteos y los otros pueblos llamados del Mar, que en el siglo XII De este cuadro quedan excluidos todos los pueblos que moraban fuera del ámbito geográfico
invadieron Siria y Palestina, hasta amenazar el Egipto. del autor sagrado, que era el de sus contemporáneos. La divina inspiración no ampliaba los conoci-
mientos geográficos de los autores sagrados, que, por otra parte, no interesaban alfinque se propo-
1 f\" 1 La tabla etnográfica del Génesis está en forma de árbol genealógico; en ella los nom-
bres, más que personas, representan frecuentemente naciones, tribus o ciudades, abarcando el
nían.
mundo conocido de los hebreos desde el mar Caspio hasta España, límite occidental de las colonias •I I a
Como aquí falta totalmente la cronología, ignoramos a qué tiempo se refiere y cuáles de los
fenicias. Aquí aparece Israel entre los grandes pueblos de la antigüedad y antepuesto a ellos por • *2 hiios de Noé tomaron parte en este episodio.
la elección divina. El autor coloca todo el desarrollo de la historia primitiva en el Oriente, sin más determinación.
8
Los vv.8-12 son un paréntesis de la genealogía de los Cus. Implica una dificultad este pa- 4
Era su intento edificar una ciudad que fuera el centro de su vida y de sus relaciones. La torre
rentesco de Cus con el fundador del imperio semita en Mesopotamia (Miq 5,5). Para resolverla es semejante a un sikhurat de los que en Babilonia servían de templo, y que por hipérbole se dice
proponen unos leer Cas, i. e., los coseos o casitas, que habitaban al este de Asiría y luego reinaron que tocaba el cielo (Dt 1,28). Esta torre sería un monumento que perpetuaría la memoria de su
en Babilonia; otros prefieren leer Kis, nombre de una de las ciudades más antiguas de Caldea. nombre.
9
Era la caza un ejercicio muy beneficioso cuando la abundancia de las fieras hacía insegura la 6
Están unidos, y la unidad de lengua favorece la unión de los ánimos para emprender cosas
vida humana. Los monumentos asirios representan con frecuencia estas cacerías de las bestias sal- grandes. Ahora comienzan, y si la empresa les sale bien, no tendrán límite en sus ambiciones. La
vajes. unión engendra la fuerza, y de ésta nace el orgullo para desafiar a Dios mismo (Is 19,18; Sof 3,9;
1
° No parece que la enumeración de las ciudades corresponda a su antigüedad, sino a la impor- Act 2,5-11). En cambio, la diversidad de lenguas es causa de aversión y de división (Dt 28,49;
tancia
13
que luego alcanzaron. Jer 5,15).
Misraím es forma dual que significa el Alto y el Bajo Egipto, al cual se ligan muchos pueblos 9
El relato nos presenta a los hombres ensoberbecidos por su fuerza y su unidad, basada en la
que han tenido relaciones con él. unidad de lenguas. Los castiga Dios, confundiendo su lengua y obligándoles así a dispersarse.
14
Se ligan a Canán, además de Sidón, que representa la Fenicia, todos los pueblos de la costa 10
Esta genealogía está redactada en la misma forma que la del c.5, con la diferencia de que falta
sirja2 y la Palestina, tantas veces mencionados en la Escritura. el número total de los años y la mención de la muerte. El texto samaritano y los LXX añaden una
! Como antes se hacía especial mención de Canán, padre de los cananeos, así ahora se hace de y otra cosa.
Eber, padre de los hebreos. 12
Los LXX intercalan aquí a Cainán, como en 10,24.
GÉNESIS 11-12 40 41 GÉNESIS 12-13
3 6
gendró hijos e hijas, i* Vivió Sale treinta Melca y de Jesca. * « Era Sarai estéril y a ella. Penetró en ella A b r a m hasta el r o n mucho, y la mujer fue llamada al
años, y engendró a H e b e r ; 15 vivió des- no tenía hijos. 31 T o m ó , pues, Teraj a lugar de Siquem, hasta el encinar de M o - palacio del F a r a ó n . i<> A A b r a m le trata-
pués de engendrar a Heber cuatrocientos A b r a m , su hijo; a Lot, el hijo de A r a m , reh. Entonces estaban los cananeos en ron muy bien p o r a m o r de ella, y tuvo
tres arios, y engendró hijos e hijas. 16 Vi- hijo de su hijo, y a Sarai, su nuera, la la tierra. * 7 Y se le apareció Yavé a ovejas, ganados y asnos, siervos y siervas,
vió Heber treinta y cuatro años, y engen- mujer de su hijo A b r a m , y los sacó de A b r a m y le dijo: «A tu descendencia da- asnos y camellos. 1 7 Pero Yavé afligió con
d r ó a Paleq; 17 vivió después de engen- U r Casdim para dirigirse a la tierra de ré yo esta tierra». Alzó allí u n altar a grandes plagas al F a r a ó n y a su casa por
drar a Paleq cuatrocientos treinta años, y Canán, y llegados a J a r á n , se quedaron Yavé, que se le había aparecido, * 8 y sa- Sarai, la mujer de A b r a m ; * 18 y llaman-
engendró hijos e hijas. 1 8 Vivió Paleq trein- allí. * 3 2 Siendo Teraj de doscientos cinco liendo hacia el monte que está frente a do el F a r a ó n a A b r a m , le dijo: «¿Por qué
ta años, y engendró a R e u ; 1 9 vivió des- años, murió en Jarán. * Betel, asentó allí sus tiendas, teniendo a me has hecho esto? ¿Por qué no me diste
pués de engendrar a Reu doscientos nue-
ve años, y engendró hijos e hijas. 2 0 Vivió
R e u treinta y dos años, y engendró a Sa- S E G U N D A P A R T E
rug; 2 1 vivió después de engendrar a Sa-
rug doscientos siete años, y engendró hi- HISTORIA DE ABRAHAM
jos e hijas. 2 2 Vivió Sarug treinta años, y
(12,1-25,18)
engendró a N a j o r ; 2 3 vivió después de en-
gendrar a Najor doscientos años, y engen- i n ! Dijo Yavé a A b r a h a m i «Salte de
dró hijos e hijas. 2 4 Vivió Najor veintinue-
ve años, y engendró a Teraj; 2 5 vivió des-
1 *t tu tierra,
D e tu parentela,
* • ~\i- ^ ^ 3 L i ¿ . . B "lili" i « *»
pués de engendrar a TeMJ ciento diecinue- D e la casa de tu padre,
ve años, y engendró hijos e hijas. 2<> Vivió Para la tierra que yo te indicaré; > ¿.3 V — va^- « JMIÍSMM"^"
Teraj setenta años, y engendró a A b r a m , 2
Y o te haré un gran pueblo,
a Najor y a A r a m . * Te bendeciré y engrandeceré tu nombr»,
Que será una bendición.
Emigración de A b r a m a 3
Y bendeciré a los que te bendigan. Semitas camino de Egipto. (Sepulcros de Beni-Hassan. J
Palestina Y maldeciré a los que te maldigan. Y se-
r á n bendecidas en ti todas las familias de Betel al occidente y a Hai al oriente, y a saber que era tu mujer? " ¿Por qué
27
la tierra. * 4 Fuese A b r a m conforme le ha- alzó allí un altar a Yavé e invocó el n o m - dijiste: Es mi hermana, dando lugar a que
Estas son las generaciones de Teraj:
bía dicho Yavé, llevando consigo a Lot. bre de Yavé. la tomase yo por mujer? A h o r a , pues, ahí
Teraj engendró a A b r a m , Najor y Aram.
tienes a tu mujer; tómala y vete». 2U Y dio
Aram engendró a Eot, 2 8 y murió antes Al salir de Jarán era A b r a m de setenta
Bajada de A b r a m a Egipto
y cinco años. * 5 T o m ó , pues, A b r a m a Sa- el Faraón órdenes acerca de él a sus
de Teraj, su padre, en la tierra de su na-
hombres, y éstos le condujeron a él y a
cimiento, en U r Casdim. * 29 T o m a r o n rai, su mujer, y a Lot, su sobrino, y t o d a 9
Levantó A b r a m sus tiendas para ir al
su mujer con t o d o cuanto era suyo.
Abram y Najor mujer cada u n o ; el nom- su familia y la hacienda y ganados que N e g u e b ; 1 0 pero h u b o u n hambre en aque-
bre de la de A b r a m , Sarai, y el de la de en Jarán habían adquirido. Salieron p a r a lla tierra, y bajó a Egipto para peregrinar I O 1
Subió, pues, de Egipto A b r a m
Najor, Melca, hija de A r a m , el padre de dirigirse a la tierra de C a n á n , y llegaron allí, por haber en aquella tierra gran es- ^ «* con su mujer, t o d a su hacienda, y
ll
casez. * C u a n d o estaba ya próximo a con Lot hacia el Negueb. * 2 Era A b r a m
26 entrar en Egipto, dijo a Sarai, su mujer: muy rico en ganados y en plata y oro,
Abram es el término de la genealogía patriarcal, que comprende además todo el c.5 del Gé-
nesis. En cuanto al modo de la genealogía, su sentido mesiánico y su valor cronológico, véase la nota «Mira que sé que eres mujer h e r m o s a , l 2 y 3 y se volvió desde el Negueb hacia Betel,
a Génesis
28
5,31 (cf. Introducción a los libros históricos, n.8). c u a n d o te vean los egipcios dirán: «Es su 4 hasta el lugar donde estuvo antes acam-
Ur es una ciudad muy antigua de la Baja Caldea, a la derecha del Eufrates, en la cual era mujer», y me m a t a r á n a mí y a ti te de- p a d o entre Betel y Haí, al lugar del altar
muy venerado el dios Sin, Luna, que era también el dios principal de Jarán, jarán la vida; * 13 di, pues, te lo ruego, que allí alzara al principio, e invocó allí
29
Sarai significa en babilonio reina, soberana; Melca significa princesa. Ambas son de la fami-
lia de Teraj, lo cual acaso indica el autor sagrado para infundir horror a las uniones extranjeras, que eres mi hermana, p a r a que así me el n o m b r e de Yavé.
como luego en la historia de los hijos de Isaac. traten bien p o r ti, y por a m o r de ti salve
31
Jarán, o Harán, es ciudad principal de la Alta Mesopotamia y paso obligado para la Siria y yo mi vida. * 1 4 C u a n d o , pues, h u b o en- Separación de A b r a m y Lot
Canán. t r a d o A b r a m en Egipto, vieron los egip-
32 5
El texto samaritano lee 145, lo que cuadra mejor con la cronología posterior. cios que su mujer era muy hermosa; I 5 y También Lot, que a c o m p a ñ a b a a
Con este capítulo termina la primera parte del Génesis, que abarca la historia de la humanidad, viéndola los jefes del F a r a ó n , se la alaba- A b r a m , tenía rebaños, ganados y tien-
aunque concretándose más y más cada vez, hasta venir a la familia de Teraj, a quien debemos su-
poner como un jefe de tribu. No hay por qué buscar aquí un cuadro completo de la historia univer- 6
sal, para lo cual el autor sagrado carecía de datos, que la tradición humana no le suministraba. Con Siquem habla de ser memorable en la historia de sus descendientes. El encinar de Moreh es'á
los que tenía y con los que la revelación divina le daba sobre los orígenes del mundo y del hombre, cercano a Siquem, donde el patriarca fijó su campo, y es mencionado en Dt 11,30. Los cananeos
ilustrado con la luz divina, nos teje esta historia del linaje humano bajo la acción sobrenatural de habían llegado al país antes que Abram; la promesa divina implicaba así mayor dificultad.
7
Dios. Mirada desde el punto de vista histórico, no hay duda que es incompleta y ofrece dificultades; Estos sitios de apariciones divinas vienen a ser lugares sagrados para el patriarca, como luego
pero considerada desde el punto de vista religioso y comparada con las aberraciones mitológicas en lo serán
1
para sus descendientes (Ex 20,24).
las tradiciones primitivas de los otros pueblos, resultan claras sus enseñanzas acerca de los dogmas ° Egipto, a causa de su fertilidad y del distinto régimen climatológico, fue siempre el refugio
más fundamentales de la religión y de una superioridad incomparable sobre todos los demás rela- de Palestina en tiempos de carestía, y más para los nómadas, que con mayor facilidad se mueven.
12
tos de la historia primitiva de la humanidad. 13
Como nómada y extranjero teme la liviandad de los civilizados egipcios y toma precauciones.
Según Gen 20,12, Abram y Sara eran hermanos de padre, lo que no era en muchos pueblos
1 9 3 Las palabras de Dios a Abram contienen un mandato y una promesa, uno y otra dados antiguos impedimento del matrimonio. En Israel mismo, a pesar de la Ley (Lev 18,9.11; Dt 27,22),
• ^ en Ur Casdim (Act 7,2). La promesa se repite en términos casi idénticos, tres veces al mismo tal vez no se consideraban tales matrimonios como ilícitos, a juzgar por las palabras de Tamar a su
Abram, y después a Isaac y a Jacob. Promete Dios a Abram darle la tierra de Canán, a él y a su hermano Amnón (2 Sam 13,13).
descendencia; esto, si bien aquí está sólo indicado, se halla luego terminantemente en las promesas La medida no evitaba el peligro de adulterio. Para evitarlo, sin duda que el patriarca ponía su
siguientes (13,14 ss.): multiplicar su descendencia, hasta hacerla una gran nación; engrandecerle y confianza en Dios (SAN AGUSTÍN, Contra Faustum, XXII, 37).
darle por fuente de bendición; bendecir a los que le bendigan, maldecir a los que le maldigan y ser 1 7 No se nos dice en qué consistían estas plagas; pero ellas fueron tales, que hicieron al Faraón
objeto de bendición para todas las naciones de la tierra. La razón de todas estas bendiciones es el entrar dentro de si e informarse mejor de la condición de la mujer que había tomado. Así brilla U
Mesías, que de Abram descenderá. protección de Yavé sobre el patriarca.
4
Se pondera la fe y obediencia de Abram en dejar a los suyos para ir a un país lejano y desco-
nocido, confiado sólo en la palabra y protección de Dios. 13 1
£1 Negueb es el mediodía de Gañán.
GÉNESIS 13-14 42 43 GÉNESIS 14-15
das, 6 y no podían habitar juntos en aque- Bera, rey de Sodoma; a Birsa, rey de Go- 16
y recobró t o d o el botín y a Lot, su her- 4
criado quien me h e r e d e » . Pero en seguida
lla lierra por ser muy grandes sus hacien- morra; a Senab, rey de Adama; a Seme- m a n o , con toda su hacienda, y mujeres y le respondió Y a v é : « N o te heredará ése;
das para poder habitar juntamente. 7 H u - bar, rey de Seboyim, y al rey de Bela, p u e b l o . 1 7 Después que volvió de derrotar al contrario, u n o salido de tus entrañas,
bo contiendas entre los pastores del gana- que es Segor. 3 Estos se concentraron en a C o d o r l a o m o r y a los reyes que con él ése te heredará». 5 Y sacándole fuera le
do de A b r a m y los del ganado de Lot. el valle de Sidim, q u e es el m a r de la estaban, salióle al encuentro el rey de dijo: «Mira al cielo, y cuenta, si puedes,
Habitaban entonces aquella tierra cana- Sal. 4 Por doce años habían estado so- Sodoma en el valle de Save, q u e es el las estrellas; así de numerosa será tu des-
neos y fereceos. * 8 Dijo, pues, A b r a m a metidos a Codorlaomor, pero el a ñ o tre- valle del rey, * 1 8 y Melquisedec, rey d e cendencia». 6 Y creyó A b r a m a Yavé, y
L o t : «Que n o haya contiendas entre los ce se rebelaron.* 5 El catorce vino Codor- Salem, sacando p a n y vino, como era le fue reputado por justicia. * 7 Díjole des-
dos, ni entre mis pastores y los tuyos, laomor y los reyes con él coligados, y sacerdote del Dios Altísimo, * 1 9 bendijo pués Y a v é : « Y o soy Yavé, q u e te saqué
pues somos hermanos. 9 ¿No tienes ante derrotaron a los Refaím en Astarot C a r - a A b r a m , diciendo: de U r Casdim para darte esta tierra en po-
ti toda la región? Sepárate, pues, de mí, naím, y a ios Zurim en H a m , a los Emim «Bendito A b r a m del Dios Altísimo, el sesión». 8 Preguntóle A b r a m : «Señor. Y a -
te lo ruego; si t ú a la izquierda, yo a la en el llano de Quiriataím 6 y a los Jórreos dueño de cielos y tierra. * vé, ¿en qué conoceré que he d e poseerla?»
20 9
derecha; si t ú a la derecha, yo a la iz- en los montes de Seir hasta El F a r á n , q u e Y bendito el D i o s Altísimo, q u e h a Y le dijo Y a v é : «Elígeme u n a vaca de
quierda». i° Alzando Lot sus ojos, vio toda está junto al desierto; * 7 y volviéndose, puesto a tus enemigos en tus manos». tres años, una cabra de tres años también,
la hoya del Jordán, enteramente regada, vinieron a la fuente de Mispat (Juicio), Y le dio A b r a m el diezmo de todo. * y u n carnero igualmente de tres años, y
21
antes de q u e destruyera Yavé a Sodoma que es Cades, y talaron todos los campos Dijo el rey d e Sodoma a A b r a m : «Da- u n a tórtola y u n palomino». i0 T o m ó
y G o m o r r a , q u e era como u n jardín de de los amalecitas y los de los amorreos m e las personas, la hacienda tómala para A b r a m t o d o esto, y partió los animales
Yavé, y a partir de Segor se parecía al que habitaban en Jasason Tamar. 8 Sa- ti»; * 2 2 pero A b r a m dijo al rey de Sodo- por la mitad, pero n o las aves, y puso de
Egipto, según vas a Tanis. * u Eligió, pues, liéronles al encuentro el rey de Sodoma, m a : «Alzo mi m a n o a Yavé, al Dios Al- cada u n o u n a parte frente a la otra. " Ba-
Lot la hoya del Jordán, y se dirigió al el de G o m o r r a , el d e A d a m a , el de Se- tísimo, el dueño de cielos y tierra, 2 3 que jaban las aves sobre las carnes muertas, y
oriente, separándose el u n o del otro. boyim y el d e Bela, q u e es Segor, y pre- desde u n hilo hasta u n a correa de zapato A b r a m las espantaba. 1 2 C u a n d o estaba
12 A b r a m siguió en la tierra de C a n á n , y sentaron batalla en el valle de Sidim n o tomaré yo n a d a de cuanto es tuyo, para ya el sol para ponerse, cayó un sopor so-
9
Lot habitó en las ciudades d e la hoya del contra C o d o r l a o m o r , rey de E l a m ; T a - que n o digas: Y o enriquecí a A b r a m ; bre Abram, y fue presa de gran terror, y
24
Jordán, teniendo su m o r a d a en Sodoma.
13
dal, rey de G o y i m ; Amrafel, rey d e Se- salvo lo q u e h a n comido los mozos y le envolvió densa tiniebla. I 3 Y dijo a
Eran los habitantes de Sodoma malos naar, y Arioc, rey de Elasar; cuatro reyes la parte de los q u e m e han acompañado, A b r a m : «Has de saber q u e tu descen-
y pecadores ante Yavé en muy alto grado. contra cinco. 1 0 H a b í a en el valle de Si- Aner, Escol y M a m b r é . Estos cogerán dencia será extranjera en u n a tierra n o
l " P i j o Yavé a A b r a m después q u e L o t dim muchos pozos de betún. Los reyes sus partes». suya, y estará en servidumbre, y la opri-
se hubo separado de él: «Alza tus ojos, y de Sodoma y G o m o r r a se dieron a la mirán por cuatrocientos a ñ o s ; 1 4 p e r o yo
desde el lugar donde estás mira al norte fuga, y cayeron allí muchos, y los q u e juzgaré al pueblo q u e los esclavizará, y
y al mediodía, al oriente y al occidente. * se salvaron huyeron al monte. * lí Sa- Alianza de Yavé con Abram
saldrán de allí después con mucha h a -
W T o d a esa tierra q u e ves te la daré yo quearon todas las haciendas d e Sodoma 1 C ]
Después d e estos sucesos habló cienda; ' 5 pero t ú irás a reunirte en paz
a ti y a t u descendencia p a r a siempre. y G o m o r r a y todas sus provisiones, y se * O Yavé a A b r a m en visión, diciéndo- con tus padres, y serás sepultado en buena
16
Y naré t u descendencia c o m o el polvo retiraron. 1 2 Llevaron también con t o d a le: «No temas, A b r a m ; yo soy tu escudo; ancianidad, i ' A la cuarta generación vol-
de la tierra; si hay quien pueda contar el hacienda a L o t , q u e habitaba en Sodo- tu recompensa será m u y grande». 2 Con- verán acá, pues todavía n o se h a n consu-
polvo de la tierra, ése será quien pueda ma, 13 y fue u n o d e los fugitivos a decír- testóle A b r a m : «Señor, Yavé, ¿qué vas a m a d o las iniquidades de los amorreos». *
contar t u descendencia. 1 7 A n d a y ca- selo a A b r a m , el hebreo, que habitaba en darme? Y o me iré sin hijos, y será herede-
17
Puesto ya el sol, y en densísimas tinie-
mina p o r esta tierra a lo largo y a lo el encinar de M a m b r é , el amorreo, herma- r o de mi casa ese damasceno Eliezer. * blas, apareció u n a hornilla humeando y
ancho, q u e a ti te la daré toda». 1 8 Le- no de Escol y de Aner, que habían hecho ' N o m e has d a d o descendencia, y será mi u n fuego llameante, q u e pasó p o r entre
vantó, pues, Abram sus tiendas y se fue alianza c o n A b r a m ; * 1 4 y como supo
a habitar al encinar de Mambré, cerca A b r a m q u e había sido hecho cautivo su
de Hebrón, y alzó allí un altar a Yavé. hermano, reunió los capaces de llevar ar- dieron a éstos una completa victoria y los hicieron dueños del botín que en su expedición habían
m a s de entre sus domésticos, trescientos acumulado
17
los reyes orientales.
Las palabras «que es el valle del rey» son, sin duda, una glosa. De este valle se hace mención
Liberación de Lot dieciocho, y persiguió a los aprehensores en 21 8Sam 8,18, a propósito del monumento sepulcral levantado allí por Absalón.
•* » l Sucedió que en aquel tiempo hasta D a n , * 15 y dividiendo su tropa cayó Este personaje, rey y sacerdote, es el más interesante del capítulo. Salem es Jerusalem, Uru-
1 ^ Amrafel, rey de Senaar; Arioc, rey sobre ellos por la noche, él y sus siervos, salim en las cartas de El-Amarna (cf. Sal 76,2), donde era rey Adonisedec (Jos 10,2 s.). Su acto,
y los derrotaron, persiguiéndolos hasta más que un sacrificio, parece ser un obsequio a los vencedores, que desde Clemente Alejandrino
de Elasar; Codorlaomor, rey de Elam, y es mirado como tipo de la Eucaristía (Strom., IV, 25) y hasta del sacrificio de la misa. La razón de
Tadal, rey de Goyim, 2 hicieron guerra a Joba, que está al norte de Damasco,*
tipo no exige que la acción de Melquisedec sea un verdadero sacrificio.
19
7 Dios Altísimo, en hebreo El Elyon, que la Escritura retiene como uno de los nombres divinos
En 12,6, los cananeos venían a significar todos Jos habitantes de la Palestina: aquí tienen esta con que Dios era conocido y venerado. Ambos nombres nos eran conocidos como nombres de di-
significación estos dos nombres, cananeos y fereceos, que se hallan ¡untos también en 34,40. vinidades cananeas, pero hoy lo son mejor por los textos de Ras-Shamra.
Estando poblada la tierra, Abram y Lot no podían moverse con libertad. 2
0 Melquisedec es rey y sacerdote, y como tal, tipo del Mesías (Sal 110,4). Como sacerdote,
1 o Una depresión rodeada de montes, como es la región del Jordán, se llama frecuentemente bendice a Abraham (Núm 6,22-27) y recibe de él las décimas, en que ve San Pablo señalado el sacer-
hoya; por eso traducimos así, pues tal es el aspecto que presenta vista desde Betel, desde donde la docio levítico (Heb 5,5 ss.).
contemplan Abram y Lot. 21
14
Era uso de los pueblos antiguos, y fue luego ley en Israel, consagrar a la divinidad una parte
La confirmación de la promesa es el premio de su generosidad para con Lot y de su amor del botín alcanzado en la guerra (Núm 31,28).
por la paz.
/1 4 La arqueología muestra la influencia de Caldea sobre Palestina en estas remotas edades, •f K 2 Carecía de lo más estimable para él: los hijos, sin los cuales todas las otras promesas tem-
1 •* y Sargón el Antiguo reinó sobre todo el occidente. * ** porales eran de poca estima.
6
« Los invasores bajan por el este del Jordán hasta el desierto y suben luego hacia el mar Muerta La fe de Abram en la divina promesa, contra toda humana esperanza, fue un acto de justicia
Al sur de éste derrotan a los reyes de Sodoma, y después de saquear el país continúan su marcha ha- gratísimo al Señor. San Pablo la considera como expresión de la justificación por la fe. Santiago,
cia el
1
norte de Canán, donde los sorprende Abram. como ejemplo de la sinceridad de la fe, que se muestra en Abram, dispuesto a sacrificar a su hijo único
° Todavía hoy el mar Muerto arroja betón o asfalto en gran cantidad. por obedecer a Dios (Rom 4,18 ss.; Sant 2,20).
1' Son estas alianzas la base de la relativa paz y tranquilidad que hay entre los nómadas del de* 16
Efectivamente, asi resulta de Ex 6,16-20 y Núm 26,5-9. Pero sin duda que aquí la genera-
sierto.
14 ción es una unidad cronológica equivalente próximamente* a un siglo, la máxima longevidad del
Este detalle nos indica que Abram era jeque de una poderosa tribu. hombre en los tiempos históricos, igual que el saeculum y el aion. Amorreos, como en otros pasajes
15 Esta división de las tropas en tres grupos es aún la táctica de los nómadas. La excesiva con-
fianza que a los vencedores habían dado sus fáciles triunfos y la resolución de Abram y sus aliados cananeos, significa en éste los habitantes todos de Canán antes de Israel.
GÉNESIS 15-17 44 45 GÉNESIS 17-18
18
las mitades ele las víctimas. * En aquel «Yo multiplicaré tvt descendencia, blos. * s T e acrecentaré muy mucho, y te gendrará, y le haré un gran pueblo; 2 1 pero
día hizo Yavé pacto con A b r a m . dicién- que por lo numerosa n o podrá con- daré pueblos, y saldrán de ti reyes; ' y o m i pacto lo estableceré con Isaac, el que
dolc: «A tu descendencia he dado esta tarse. establezco contigo, y con tu descendencia te parirá Sara el a ñ o que viene p o r este
tierra desde el río de Egipto hasta el gran 11
Mira, has concebido y parirás u n después de ti por sus generaciones, mi pac- tiempo». 2 2 Y c o m o acabó de hablarle,
río, el Eufrates, * 19 al quineo, al quine- hijo, to eterno de ser tu Dios y el de tu descen- desapareció Dios. 2 3 T o m ó , pues, Abra-
ceo, al cadmoneo, 2 0 al jeveo, al fereceo, Y le llamarás Ismael, dencia, después de ti, 8 y de darte a ti, y h a m a Ismael, su hijo, y a todos los sier-
a los refaím, 2 1 al amorreo, al cananeo, al Porque h a escuchado Yavé tu aflic- a tu descendencia después de ti, la tierra vos, los nacidos en casa y los comprados,
guergueseo y al jebuseo». ción. de Canán, en eterna posesión. <J Tú, de todos los varones de su casa, y circunci-
12
Será un onagro de h o m b r e ; tu parte, guarda mi pacto, tú y tu descen- dó la carne de su prepucio aquel mismo
Su m a n o contra todos, y las m a n o s d* dencia después de ti, por sus generacio- día, c o m o se lo había m a n d a d o Yavé.
Nacimiento de Ismael
todos contra él. nes. 1 0 Esto es lo que has de observar tú 24
Era A b r a h a m de noventa y nueve años
4 C 1 Sarai, la mujer de Abram, no te- Y habitará al oriente de t o d o s sus her- y tu descendencia después de ti: u circun- cuando circuncidó la carne de su prepu-
4 ** nía hijos. Pero tenía una esclava manos». * cidad t o d o varón. Circuncidaréis la carne cio, 2 5 e Ismael de trece años cuando fue
2
egipcia, de nombre A g a r , y dijo a A b r a m :
13
D i o Agar a Yavé, que le había ha- de vuestro prepucio, y ésa será la señal circuncidado. z6 En el mismo día fueron
«Mira, Yavé m e h a hecho estéril; entra, blado, el n o m b r e de Atta-Ef-Roi, pues se del pacto entre mí y vosotros. * 1 2 A los circuncidados A b r a h a m e Ismael, su hijo,
27
pues, a mi esclava, a ver si por ella puedo dijo: «¿No he visto también aquí al que ocho días de nacido, t o d o varón será cir- y todos los varones de su casa, los na-
tener hijos». Escuchó Abram a Sarai. * m e ve? * 1 4 Por eso llamó al pozo Ber-Lai- cuncidado en vuestras generaciones; los cidos en ella y ios extraños comprados, se
3
T o m ó , pues, Sarai, la mujer de Abram, Roi. Es el que está entre Cades y Berid. * siervos, ya los nacidos en casa, ya los circuncidaron con él.
a Agar, su esclava egipcia, al cabo de diez 15 Parió Agar a A b r a m un hijo, y le dio comprados, serán circuncidados, aunque
años de habitar A b r a m en la tierra de A b r a m el n o m b r e de Ismael. "> Tenia n o sean de vuestra estirpe. >3 Todos, tanto
los criados en casa como los comprados, L a a p a r i c i ó n e n el e n c i n a l
Canán, y se la dio p o r mujer a su marido, A b r a m ochenta y seis años cuando Agar de M a m b r é
A b r a m . 4 E n t r ó éste a Agar, que concibió, le parió a Ismael. se circuncidarán, y llevaréis en vuestra car-
y viendo que había concebido, miraba ne la señal de mi pacto p o r s i e m p r e ; 1 4 y el
con desprecio a su señora. 5 Dijo, pues, incircunciso que n o circuncidare la carne i n * Aparecióse Yavé u n dia en el en-
Sarai a A b r a m : «Mi afrenta sobre ti cae; de su prepucio será b o r r a d o de su pue- » ** cinar de M a m b r é . Estaba sentado
R e n o v a c i ó n de l a a l i a n z a .
yo puse mi esclava en tu seno, y ella, b l o ; r o m p i ó mi pacto». * , 5 Dijo también a la puerta de la tienda a la hora del ca-
L a circuncisión Yavé a A b r a h a m : «Sarai, tu mujer, no se lor, 2 y alzando los ojos, vio parados cer-
viendo que ha concebido, me desprecia.
llamará ya Sarai, sino Sara, l(l pues la ca de él a tres varones. En cuanto los vio,
n
6
Juzgue Yavé entre ti y mí». Y A b r a m 1
Siendo A b r a m de noventa y nue-
dijo a Sarai: «Mira, en tus m a n o s está tu bendeciré, y t e d a r é d e ella u n hijo, a quien salióles al encuentro desde l a p u e r t a d e l a
esclava, haz con ella c o m o bien te parez-
ve años, se le apareció Yavé y le bendeciré, y engendrará pueblos, y sal- tienda y se postró en tierra, * 3 diciéndo-
ca». Corrigióla Sarai, y ella huyó de su
dijo: «Yo soy El Saddai; anda en mi d r á n de él reyes de pueblos», 1 7 Cayó les: «Señor mío, si he hallado gracia a tus
2
presencia; * 7 la encontró el ángel de Yavé presencia y sé perfecto. * Y o haré con- A b r a h a m sobre su rostro, y se reía, di- ojos, te ruego que no pases de largo j u n t o
junto a la fuente que hay en el desierto, tigo mi alianza, y te multiplicaré muy ciéndose en su corazón: «¿Conque a un a tu siervo; 4 haré traer un poco de agua
3 centenario le va a nacer u n hijo, y Sara,
camino del sur, 8 y le dijo: «Agar, escla- grandemente». Cayó A b r a m rostro a tie- para lavar vuestros pies, y descansaréis
va de Sarai, ¿de dónde vienes y adonde rra, y siguió diciéndole D i o s : * « H e aquí
4 ya nonagenaria, va a parir?» * ] s Y dijo debajo del árbol, 5 y os traeré un b o c a d o
vas?»; y le respondió ella i «Voy huyendo m i pacto contigo: serás 5padre de u n a m u - a Y a v é : «Ojalá que viva a tus ojos Is- de p a n y os confortaréis; después segui-
de Sarai, mi señora». 9 «Vuelve a tu se- chedumbre de p u e b l o s , y ya n o te llama- mael». 1 9 Pero le respondió D i o s : «De réis, pues no en vano habéis llegado has-
ñora—le dijo el ángel de Yavé—y humí- rás A b r a m , sino A b r a h a m , p o r q u e yo te cierto que Sara, tu mujer, te parirá un ta vuestro siervo». Ellos contestaron: «Haz
llate bajo su m a n o » ; i<>y a ñ a d i ó : haré padre de u n a muchedumbre de pue- hijo, a quien llamarás Isaac, con quien c o m o has dicho». 6 Y se apresuró A b r a -
estableceré yo mi pacto sempiterno, y con h a m a llegarse a la tienda, donde estaba
17
El paso por entre las partes de las víctimas es la forma ritual de consagrar un pacto entre su descendencia después de él. * 2 0 Tam- Sara, y le dijo: «Date prisa: amasa tres
hombres, poniendo a Dios por testigo (Jer 34,18 s.). Aquí el mismo Dios pasa entre las víctimas, bién te he escuchado en cuanto a Ismael. seas de flor de harina y cuece en el res-
simbolizado
1s
por el fuego. Y o le bendeciré y le acrecentaré, y multi- coldo unos panes». * 7 Corrió al ganado,
Los límites naturales de la Palestina son: el Líbano y ante-Líbano, al norte; al sur, el desierto; plicaré muy grandemente. D o c e jefes en- y cogió u n ternero muy tierno y muy gor-
al oeste, el Mediterráneo, y al esté, el Jordán. Este último parece ser el río aefluí señalado. Si aquí y
en otros lugares se dice el río grande, y a veces el Eufrates, esto parece ser una glosa interpretativa 5
fundada en la universalidad del reino mesiánico, según profecías subsiguientes. Abram o Abiram vale tanto como mi padre (Dios) es excelso, Abraham, compuesto, según la
etimología vulgar, de Ab y hamon, significa padre de la muchedumbre. El nombre impuesto por Dios
•ÍC 2 Ajustase aquí Abram al código de Hammurabí, que parece regular la vida conyugal de es un testimonio perenne de la promesa divina (Rom 4,16 s.).
11
' ** Abram e Isaac. Según él, la mujer estéril podía dar a su marido una esclava por mujer, per- Aunque la circuncisión era observada en otros pueblos, se da aquí como señal de la alianza
diendo así el derecho a repudiarla a ella. entre Dios y su pueblo. Por eso el que la omite queda excluido de él. Los profetas hablan de la cir-
6
El art.146 de la ley hammurabiana resuelve el conflicto de Sarai y Agar en la misma forma en cuncisión del corazón y de los oídos, significando la obediencia y la docilidad a la divina ley. Este
que 1lo hace el patriarca. rito es, según la tradición, tipo del bautismo, por el cual somos incorporados a la Iglesia, el pueblo
2 de Dios.
Véase la descripción del asno salvaje en Job 30,5-8. Comparación muy apropiada para pin- 14
La edad de la circuncisión varía en los diversos pueblos; en Israel se practica cuanto antes,
tar el carácter de Ismael y de sus descendientes, nómadas del desierto, amantes de su libertad, ene- en razón de su mismo significado, para que el niño no quede excluido de la alianza de Dios y de
migos
13
de toda sujeción y prontos a caer sobre los incautos viajeros. sus promesas.
«Tú eres el Dios de visión». Lo mismo que Jacob en 32,30 y en Ex 24,n y que los padres 17
Sería demasiada tanta dicha y fuera de lo natural; por eso se contenta con que viva Ismael.
de Sansón en Jue 13,22, Agar expresa su admiración de haber visto a Dios sin quedar herida por el 19
Es éste el punto substancial de la alianza, y por eso se repite tanto en la Escritura y cada vez
rayo de su majestad, según lo que se dice en Ex 23,30: «No me verá el hombre y vivirá». con un sentido más hondo, hasta llegar a significar la unión de los santos con Dios en el cielo (cf. Dt g,
14
«Pozo del Viviente, que me ves. 12 s.; Jer 7,23; 24,6 s.; Ez 11,19 s.; 2 Cor 6,16; Ap 21,3,7).
•I "7 t Yo soy El-Saddaij son los nombres que Dios tomó en sus relaciones con los patriarcas. Bf 1Q 2
La conducta de Abraham es enteramente la de un jeque nómada rico y generoso con los
* * significa Dios, y es común a todas las lenguas semíticas; el significado de Saddai es incierto; • ^6 huéspedes que Dios le envía.
las versiones lo traducen de diversas maneras, pero la más apropiada parece ser la que aquí nos dan El banquete es excesivo para tree personas, pero así lo reclama el honor de los huéspedes y el
la Vulgata y los LXX de Omnipotente, que suele ir asociada a la ¡dea de fidelidad de Dios en cumplir de Abraham. Tal es aún hoy la ley del desierto. Lo que sobra se da a los pobres de la tribu. El sea es
las promesas hechas a los patriarcas (cf. 28,3; 35,1, etc.). medida de capacidad para sólidos. Probablemente equivalía a unos 13 litros. Tanta cantidad de ha-
3 rina para obsequiar a tres huéspedes se explica por el hecho de que entre los nómadas es común
El nombre parece significar Dios omnipotente, quizá Dios de la fecundidad. Con él se mani-
festó Dios a los patriarcas (Ex 3,6). que del banquete participe luego toda la casa del anfitrión, cuando no toda la tribu. -
GÉNESIS 18-19 46 47 GÉNESIS 19
6 i9
do, y se lo dio a un mozo, que se apresuró cuenta justos? 2 3 Lejos de ti obrar así, p a r a que los conozcamos». Salió Lot a por favor, señor m í o ; vuestro siervo
a prepararlo; 8 y t o m a n d o leche cuajada matar al justo con el malvado, y que sea la puerta, y cerrándola tras sí 7 les dijo: ha hallado gracia a vuestros ojos, pues
y leche recién ordeñada y el ternero ya el justo c o m o el malvado, lejos eso de «Por favor, hermanos míos, no hagáis m e habéis hecho el gran beneficio de sal-
dispuesto, se lo puso t o d o delante, y él ti; el juez de la tierra toda, ¿no va a ha- semejante maldad. 8 Mirad, dos hijas ten- varme la vida, pero yo no podré salvar-
se quedó junto a ellos debajo del árbol, cer justicia?» 2 « Y le dijo Yavé: «Si ha- go que no h a n conocido varón; os las me en el monte sin riesgo de que me
mientras comían. 9 Dijéronle: «¿Dónde llare en Sodoma cincuenta justos, perdo- sacaré para que hagáis con ellas c o m o alcance la destrucción y perezca. 2 0 Mi-
está Sara, tu mujer?» «En la tienda está», naría por ellos a t o d o el lugar». 2 7 P r o - bien os parezca; pero a esos hombres no rad, ahí cerca está esa ciudad en que
contestó él.* i ° Y dijo uno de ellos: «A siguió A b r a h a m y dijo: «Mira, te ruego, les hagáis nada, pues para eso se han podré refugiarme; es bien pequeña; per-
otro año p o r este tiempo volveré sin falta, ya que he comenzado a hablar a mi Se- acogido a la sombra de mi techo.»* mitid que me salve en ella; ¿no es bien
y ya tendrá u n hijo Sara, tu mujer». Sara ñor, aunque soy polvo y ceniza: 28 s i de
9
Ellos le respondieron: «Quítate allá. pequeña?; así viviría». 2 1 Y le dijeron:
oía desde la puerta de la tienda, que estaba los cincuenta justos faltaran cinco, ¿des- Quien ha venido como extranjero, ¿va a «Mira, te concedo también la gracia de
a espaldas del que hablaba. ll Eran ya truirías por los cinco a toda la ciudad?» querer gobernarnos ahora? Te trataremos no destruir esta ciudad de que hablas.
22
A b r a h a m y Sara ancianos, muy entrados Y le contestó: « N o la destruiría si hallase a ti peor todavía que a ellos». Forcejea- Pero apresúrate a refugiarte en ella,
en a ñ o s ; habia cesado ya a Sara la mens- allí cuarenta y cinco justos». 2 9 Insistió ban con Lot violentamente, y estaban ya pues no puedo hacer nada mientras en
truación. 12 Rióse, pues, Sara, dentro, di- A b r a h a m todavía y dijo: «¿Y si se halla- p a r a romper la puerta, cuando, 1° sacan- ella no hayas entrado tú». Por eso se
ciendo: «¿Cuando estoy ya consumida, sen allí cuarenta?» Contestóle: «Tam- d o los hombres su m a n o , metieron a Lot dio a aquella ciudad el n o m b r e de Se-
voy a remocear, siendo ya también viejo bién p o r los cuarenta lo haría». 3 0 Volvió dentro de la casa y cerraron la puerta. gor. * 2 3 Salía el sol sobre la tierra cuando
mi señor?» '•' Y dijo Yavé a A b r a h a m : a insistir A b r a h a m : « N o te incomodes, 11 A los que estaban fuera los hirieron de entraba Lot en Segor, 2 4 e hizo Yavé llo-
«¿Por qué se ha reído Sara, diciéndose: Señor, si hablo todavía. ¿Y si se hallasen ceguera, desde el menor hasta el mayor, ver sobre Sodoma y G o m o r r a azufre.y
D e veras voy a parir, siendo tan vieja? allí treinta justos?» R e p u s o : «Tampoco lo y n o pudieron ya dar con la puerta. fuego de Yavé, desde el cielo. 25 Destru-
14
¿Hay algo imposible para Yavé? A otro haría si se hallasen treinta». 3 1 Volvió a 12 Dijeron los dos hombres a Lot: «¿Tie- yó estas ciudades y toda la hoya, y cuan-
año por este tiempo volveré, y Sara tendrá insistir: «Señor, ya que comencé: ¿Y si nes aquí alguno, yerno, hijo o hija? T o d o tos hombres había en ellas y hasta las
ya un hijo». 15 Temerosa Sara, negó ha- se hallasen allí veinte justos?» Y contestó: cuanto tengas en esta ciudad, sácalo de plantas de la tierra. 26 L a mujer de Lot
berse reído, diciendo: « N o m e he reído»; « N o la destruiría por los veinte». 3 2 T o - aquí, * l 3 porque vamos a destruir este miró atrás, y se convirtió en u n bloque
pero él le dijo: «Sí, te has reído». 16 Le- davía A b r a h a m : «Perdona, Señor, sólo lugar, pues es grande su clamor en la de sal. *
27
vantáronse los tres varones, y se dirigie- una vez m á s : ¿Y si se hallasen allí diez?» presencia de Yavé, y éste nos ha m a n d a d o Levantóse A b r a h a m de m a ñ a n a , y
ron hacia Sodoma, y A b r a h a m iba con Y le contestó: «Por los diez n o la des- p a r a destruirla». 14 Salió, pues, Lot para fue al lugar donde había estado con
ellos p a r a d e s p e d i r l o s » . * ¡ 7 Y a v é d i j o : truiría». 33 Fuese Yavé después de haber hablar a sus yernos, los que habían de Yavé, 28 y mirando hacia Sodoma y G o -
«¿He de encubrir yo a A b r a h a m lo que hablado así a A b r a h a m , y éste se volvió t o m a r p o r mujeres a sus hijas, y les dijo: m o r r a y t o d a la hoya, vio q u e salía d e
voy a hacer, 18 habiendo él de ser, como a su lugar. * «Levantaos y salid de este lugar, porque la tierra una humareda, como h u m a r e d a
será, un pueblo grande y fuerte, y habien- va a destruir Yavé la ciudad»; y les pa- de h o r n o . 2 9 C u a n d o destruyó Yavé las
do de bendecirle todos los pueblos de la reció a sus yernos que se burlaba. ciudades de la hoya, se acordó de A b r a -
tierra? t ' Pues bien sé que m a n d a r á a sus Corrupción de Sodoma h a m y salvó a Lot de la destrucción al
hijos, y a su casa después de él, que guar- Destrucción de Sodoma destruir las ciudades donde habitaba Lot.
1 Q i Llegaron a S o d o m a los dos án-
den los caminos de Yavé, y hagan justicia * «J geles ya de tarde, y Lot estaba y Gomorra
y juicio, para que cumpla Yavé a Abra- sentado a la puerta de la ciudad. Al ver- L a descendencia de Lot
ham cuanto le ha dicho». 20 Y prosiguió los, se levantó Lot y les salió al encuen- ts E n cuanto salió la aurora, dieron 30
Y a v é : «El clamor de Sodoma y G o m o - prisa los ángeles a Lot, diciéndole: «Le- Subió Lot desde Segor, y habitó en
tro, e inclinó su rostro a tierra, 2 dicien-
rra ha crecido mucho, y su pecado se ha vántate, coge a tu mujer y a las dos hijas el m o n t e con sus dos hijas, porque temía
d o : «Mirad, señores; os ruego que ven-
agravado en extremo; 2 I voy a bajar, a gáis a la casa de vuestro siervo, para que tienes, n o sea que perezcas tú tam- habitar en Segor, y m o r ó en una caverna
ver si sus obras h a n llegado a ser como bién por las iniquidades de la ciudad». con sus dos hijas. * 3 l Y dijo la mayor a la
pernoctar en ella y lavaros los pies. Cuan-
el clamor que ha venido hasta mí, y si no, do os levantéis por la mañana, seguiréis l 6 Y c o m o se retardase, cogiéronlos de la m e n o r : «Nuestro padre es ya viejo, y n o
lo sabré». 22 y partiéndose de allí dos de m a n o los hombres a él, a su mujer y a hay aquí hombres que entren a nosotras,
vuestro camino». Y le contestaron: « N o ,
los varones, se encaminaron a Sodoma. sus dos hijas, pues quería Yavé salvarle, como en todas partes se acostumbra.
pasaremos la noche en la plaza». 3 Instó- 32
A b r a h a m siguió en pie delante de Yavé. y sacándolos, los pusieron fuera de la Vamos a embriagar a nuestro padre y
les mucho, y se fueron con él a su casa,
donde les preparó de comer, y coció pa- ciudad. 17 Una vez fuera, le dijeron: «Sál- a acostarnos con él, a ver si tenemos de
vate. N o mires atrás y no te detengas en él descendencia». 33 Embriagaron, pues, a
Intercesión por S o d o m a nes ácimos, y comieron. 4 Antes que fue-
parte alguna del valle; huye al monte, si su padre aquella misma noche, y se acos-
ran a acostarse, los hombres de la ciudad,
23
Acercósele, pues, y le dijo: «¿Pero n o quieres perecer». 18 Díjoles L o t : « N o , tó con él la mayor, sin que él la sintiera,
los habitantes de Sodoma, rodearon la
vas a exterminar juntamente al justo con casa, mozos y viejos, todos, sin excep- 8
el malvado? 2 4 Si hubiera cincuenta jus- ción. * 5 L l a m a r o n a Lot y le dijeron: Las palabras de Lot ponen ante todo de relieve el horror que le causa ver holladas de aquel
modo las leyes de la hospitalidad. La propuesta que él hace al pueblo no debía horrorizarle menos.
tos en la ciudad, ¿los exterminarías aca- «¿Dónde están los hombres que han ve- San Agustín ve en esto una grande perturbación de ánimo, que no le permite hacerse cargo de lo
so, y no perdonarías al lugar por los cin- nido a tu casa esta noche? Sácanoslos que dice. (Véase también Jue 19,22-24.)
12
No figuran en el relato los hijos de Lot. La expresión hecha hijos e hijas significa la familia
9 de Lot.
La promesa de Isaac y la explicación de su nombre se halla ya declarada en el c.17. Sobre 22
estas16repeticiones véase la Introducción a los libros históricos, n.5. Segor o Zoar se hallaba a la falda del monte y duró hasta los tiempos modernos. En ella se
Aunque no ha habido una declaración expresa de lo que estos huéspedes representan, se producían
26
los mejores dátiles de Canán.
deja bien entender que no son humanos. En el v. 17 se declara ser uno de ellos el Señor, que había Contra la advertencia del v.17, se entretuvo en mirar y le alcanzó la catástrofe, dejándola
hecho sus promesas a Abraham, y esto con tanta naturalidad, que el patriarca no se maravilla. Los convertida en un pilar de sal, como los que siempre se han mostrado en la región del mar Muerto,
otros dos son sus ángeles, como se ve por el relato de Lot. en el monte de la Sal. La mujer de Lot es representada en Sab 10,7 como el tipo de la persona des-
33
En este admirable diálogo se pone de relieve la familiaridad con que trata Dios a Abraham, cuidada (cf. Le 17,32).
30
la influencia que a éste da sobre sí y la estima grande en que tiene Dios a los justos, por los cuales, Abundan en la región las cuevas, y en ellas creyó Lot encontrar más seguro refugio que
aun escasos en número, está dispuesto a librar de la destrucción a muchos pecadores. en la próxima ciudad de Segor. Está bien manifiesta la intención satírica del autor sagrado al ha-
cerse eco de la tradición sobre el origen de estos pueblos, hacia los cuales quería infundir aversión
4
Insiste en mostrar la universalidad de la corrupción para justificar la negativa del perdón a causa de sus abominaciones idolátricas y del peligro de contagio para Israel por su proximidad
prometido condicionalmente en 18,32. (cf. Núm 25,1 ss.; I Re 11,7.33; 2 Re 3,27)>
GÉNESIS 19-21 48 49 GÉNESIS 21-22
ni al acostarse elJd ni al levantarse. 3 4 Al h a m : «¿Qué es lo que has visto p a r a que su hijo, pues el hijo de u n a esclava n o mis descendientes y que como te favorecí
día siguiente dijo la mayor a la m e n o r : eso hicieras?» n Y le respondió A b r a h a m : b a de heredar con mi hijo, con Isaac». yo a ti, así harás tú conmigo y con la
«Ayer m e acosté yo con mi p a d r e ; em- «Es que m e dije: D e seguro que no hay n M u y duro se le hacía esto a A b r a h a m tierra por donde andas». * 2 4 Y dijo Abra-
briaguémosle también esta noche, y te temor de Dios en este lugar, y van a h a m : «Te lo juro». 2 5 Pero reconvino
p o r causa de su h i j o ; 1 2 pero le dijo D i o s :
acuestas tú con él, p a r a ver si tenemos m a t a r m e por causa de mi mujer. I 2 Aun- « N o te dé pena por el niño y la esclava; A b r a h a m a Abimelec por causa de u n
descendencia de nuestro padre». 3 5 Em- que es también en verdad mi hermana, haz lo que te dice Sara, que es por Isaac pozo de aguas de que se habían apoderado
briagaron, pues, también aquella noche hija de m i padre, pero no de mi madre, p o r quien será llamada tu descendencia. los siervos de Abimelec, * 2 6 y contestó
a su padre, y se acostó con él la menor, y la tomé p o r mujer; 13 y desde que m e 1 3 También al hijo de la esclava le haré Abimelec: « N o sé quién haya hecho eso;
sin que ni al acostarse elia, ni al levan- hizo D i o s errar fuera de la casa de mi u n pueblo, por ser descendencia tuya». * tú tampoco m e habías dicho n a d a de
tarse, la sintiera. 36 Y concibieron de su padre, le dije: H a s de hacerme la merced 14
Se levantó, pues, A b r a h a m de maña- ello, y n a d a he sabido hasta ahora».
padre las dos hijas de Lot. 3 7 Parió la de decir en todos los lugares adonde lle- n a ; y cogiendo pan y u n odre de agua,
27
T o m ó , pues, A b r a h a m ovejas y bueyes,
mayor un hijo, a quien llamó M o a b , di- guemos que eres mi hermana». t 4 T o m ó , se lo dio a Agar, poniéndoselo a la es- y se los dio a Abimelec, e hicieron entre
ciendo : D e mi padre. Este es el padre del pues, Abimelec ovejas y bueyes, siervos y palda, y con ello al niño, y la despidió. ambos alianza. 2> A p a r t ó A b r a h a m siete
M o a b de hoy. 3 8 También la menor parió siervas, y se los dio a A b r a h a m , y le de- Ella se fue, y anduvo errante por el desier- corderas del rebaño, 2 9 y le preguntó
un hijo, a quien llamó Ben Ammi, que es volvió a Sara, su m u j e r , í 5 y le dijo: «Tie- to de Berseba. 1 5 Se acabó el agua del odre, Abimelec: «¿Para qué son esas siete cor-
el padre de los Bene-Ammón de hoy. nes la tierra a tu disposición; m o r a donde y echó al niño bajo un arbusto, l e y fue deras que has apartado?» 3Ü A b r a h a m le
bien te p a r e z c a » . í 6 Y a Sara le dijo: «Mira, a sentarse frente a él a la distancia de contestó: «Para que las recibas de mi
Abraham, en Guerar. Abimelec a tu h e r m a n o le h e d a d o mil monedas de u n tiro de arco, diciéndose: « N o quiero m a n o y m e sirvan d e prueba de que yo
plata; sírvante de velo p a r a los ojos a ti ver morir al niño»; y se sentó enfrente he abierto este pozo». * 3 I Por eso se
« A ] Partióse de allí A b r a h a m p a r a la y a cuantos contigo están, y todo así del niño, que lloraba en voz alta. 1 7 Oyó llamó aquel lugar Berseba, * 3 2 porque
« " tierra del Negueb, y habitó entre estará en regla». * 1 7 R o g ó A b r a h a m Dios al niño, y el ángel de Dios llamó a allí juraron ambos, e hicieron alianza en
Cades y Sur, y m o r ó en Guerar. 2 Abra- p o r Abimelec, y curó Dios a Abimelec, Agar desde los cielos, diciendo: «¿Qué Berseba. Y se levantó Abimelec y Picol,
h a m decía de Sara, su mujer: «Es mi a su mujer y a sus siervos, y engendraron, tienes, Agar? N o temas, que h a escu- jefe de su ejército, y se volvieron a la
ls
hermana». Abimelec, rey de Guerar, man- pues había Y a vé cerrado enteramente c h a d o Yavé la voz del niño que aquí tierra de los filisteos. * 3 3 A b r a h a m plantó
dó t o m a r a S a r a ; * 3 p e r o vino D i o s a t o d o útero en la casa de Abimelec p o r lo está. 1 8 Levántate, t o m a el niño y cógele en Berseba u n tamarisco e invocó allí
Abimelec en sueños durante la noche y de Sara, la mujer de A b r a h a m . de la m a n o , pues he de hacerle u n gran el n o m b r e de Yavé, el Dios eterno, * 3 4 y
le dijo: «Mira que vas a morir, por la pueblo». 1 9 Y abrió D i o s los ojos a Agar, m o r ó m u c h o tiempo A b r a h a m p o r tierra
mujer que has t o m a d o , pues tiene ma- haciéndola ver u n pozo, adonde fue y de los filisteos.
rido». * •* Abimelec, que no se había acer- Nacimiento d e Isaac "*
llenó el odre de agua, d a n d o de beber
cado a ella, respondió: «Señor, ¿matarías Q1 1
Visitó, pues, Yavé a Sara, c o m o al niño. 2Ü F u e Dios con el niño, que E l sacrificio d e I s a a c
así al inocente? s ¿No m e h a dicho él: Es *i *• le dijera, e hizo con ella lo que creció y habitó en el desierto, y de mayor
mi hermana?, y ¿no m e h a dicho ella: le p r o m e t i ó ; 2 y concibió Sara, y dio a fue arquero. * 2 1 H a b i t ó en el desierto de n n 1 Después de todo esto quiso pro-
Es m i hermano? Con pureza de corazón A b r a h a m u n hijo en su ancianidad al F a r á n y su m a d r e t o m ó para él mujer **£* bar Dios a A b r a h a m , y llamándo-
y con m a n o s inocentes hice yo esto». tiempo que le había dicho Dios. 3 D i o de la tierra de Egipto. * le, dijo: «Abraham». Y éste contestó:
6
Y le dijo Dios en el sueño: «Bien sé A b r a h a m el n o m b r e de Isaac a su hijo, «Heme aquí». 2 Y le dijo D i o s : «Anda,
yo que lo has hecho con pureza de co- el que le nació de Sara. 4 Circuncidó Alianza de A b r a h a m con coge a tu hijo, a tu unigénito, a quien
razón, p o r eso te he impedido que peca- A b r a h a m a Isaac, su hijo, a los ocho días, tanto amas, a Isaac, y ve a la tierra de
ras contra mí y no he consentido que Abimelec
como se lo había m a n d a d o Dios. 5 Era Moriah, y ofrécemelo allí en holocausto
la tocaras. * 7 Ahora, pues, devuelve la A b r a h a m de cien años de edad c u a n d o
22
Sucedió por entonces que Abimelec sobre u n o de los montes que yo te indi-
3
mujer al marido, pues él, que es profeta, le nació Isaac, su hijo. 6 Y dijo Sara: con Picol, jefe de su ejército, dijo a Abra- caré». * Se levantó, pues, A b r a h a m de
rogará p o r ti, y vivirás; pero si n o se la « M e h a hecho reír Dios, y cuantos lo h a m : «Dios está contigo en todo cuanto mañana, aparejó su asno, y t o m a n d o
devuelves, sabe que ciertamente morirás s e p a n r e i r á n c o n m i g o » . "7Y a ñ a d i ó : haces. 2 3 J ú r a m e , pues, ahora por Dios consigo dos mozos y a Isaac, su hijo,
tú con todos los tuyos», s Por la m a ñ a n a «¿Quién habría de decir a A b r a h a m : que n o has de engañarme ni a mí ni a partió la leña p a r a el holocausto, y se
llamó Abimelec a sus servidores y les A m a m a n t a r á hijos Sara? Pues yo le h e 13
contó todo esto, y fueron presa de gran d a d o un hijo en su ancianidad». 8 Creció La ley de Hammurabf excluye de la herencia al hijo de la esclava. La expulsión obedece
terror. 9 Llamó después a A b r a h a m , y le a la necesidad de conservar la paz doméstica, siempre perturbada por la poligamia. En este caso se
el niño, y le destetaron, y dio A b r a h a m debe más bien al plan divino de hacer a Isaac el heredero de las promesas mesiánicas (Rom 9,6 ss.).
dijo: «¿Qué es lo que nos has hecho? ¿En un gran banquete el día del destete de 20
El autor sagrado atiende, sobre todo, a mostrarnos cómo Isaac quedó por único heredero
qué te he faltado yo para que trajeras Isaac. * 9 Y vio Sara al hijo de Agar, la de su padre, según las repetidas promesas de Dios, y cómo se cumplieron también las que había
sobre mí y sobre mi reino tan gran peca- egipcia, el que había ella parido a Abra- hecho a Ismael, dejando en la obscuridad muchas circunstancias sobre la expulsión. Esta no hizo
do? Lo que has hecho con nosotros no h a m , burlándose de su hijo Isaac; 1 0 y perder a Ismael su afecto para con su padre, como se ve en 25,9.
21
debe h a c e r s e » . l u Y dijo Abimelec a Abra- dijo a A b r a h a m : «Echa a esa esclava y a 23
El desierto de Farán está situado al sur de Berseba, entre la Palestina y el Egipto.
La protección de Dios sobre el patriarca era tan manifiesta, que hasta los reyezuelos de
2 Canán la reconocían y por ello buscaban su alianza.
2fcvQ Nuevo episodio semejante al de Egipto (12,13 ss.) y al de Rebeca (26). Según los relatos 25
Siendo escasas las fuentes en el desierto, se comprende que sean materia de disputa entre
que preceden, Sara seria muy anciana, siendo por eso extraño que el rey Guerar pusiera los pastores.
en ella los ojos. San Agustín propone a esta dificultad la única solución posible: que los episodios 30
El número siete es número sagrado, y como tal interviene en los juramentos. Abimelec,
de que consta la historia del patriarca no están ordenados cronológicamente. al recibir de mano de Abraham los siete corderos, confiesa que, efectivamente, el pozo era de Abra-
3
El sueñoera el medio más ordinario de las comunicaciones divinas (Núm 12,6 s.). ham, según el patriarca aseguraba.
_ 6 En atención a esto, Dios le preserva de cometer un pecado que traería más graves responsa- 31
Es la primera explicación del nombre de Berseba, pozo del juramento.
bilidades (cf. 2 Sam 12,9 ss.; 1 Tes 4,6). 32
16
No era una moneda, sino una unidad de peso equivalente a 8,416 gramos, unas tres pesetas. Llamada tierra de los filisteos por anticipación, pues estos pueblos pertenecientes a los
Este pasaje es obscuro, tal vez porque el texto no está bien conservado. Su sentido parece ser que pueblos
33
del mar no llegaron a Palestina sino en el siglo XIII.
estos mil siclos son una reparación hecha a Abraham por la injuria, aunque involuntaria; con esto A la sombra del tamarisco levantó un altar, como en Mambré y en Siquem, con lo cual
le lavaba, la cara, que diría un árabe; esto es, le restituía el honor. nos indica el origen del santuario de Berseba (1 Sam 8,2).
2
Insiste en las condiciones del hijo para ponderar la gravedad de la prueba a que el patriarca
Oí 8
La lactancia, según 2 Mac 7,27, duraba tres años; aún más larga fue la de Samuel (1 Sam 1,
™ ' 22 ss.; 2,11). Hoy entre los beduinos dura dos o tres años, y el fin de la misma es ocasióa
22 era sometido. Tierra de Moriah es nombre genérico de alguna región que los LXX traducen
por tierra alta, y el siríaco por tierra del amorreo, y que luego se quiso identificar con la montaña
de una gran fiesta. del templo, de donde debe provenir la incorrección del texto actual.
GÉNESIS 22-23 SO 51 GÉNESIS 23-24
puso en camino para el lugar que le ha- tu hijo, a tu unigénito». * u Alzó A b r a - 6
contestaron a A b r a h a m : «Óyenos, se- con la caverna que hay en él, vino a ser
bía dicho Dios. 4 Al tercer día alzó Abra- h a m los ojos, y vio tras sí un carnero ñor, por favor: T ú eres entre nosotros sepultura de propiedad de A b r a h a m , ad-
ham sus ojos, y vio de lejos el lugar. enredado por los cuernos en la espesura, un príncipe de D i o s ; sepulta a la muerta quirida de los hijos de Jet. *
5
Y dijo a sus dos mozos: «Quedaos aquí y cogió el carnero y le ofreció en holo- en el mejor de nuestros sepulcros; ningu-
con el a s n o ; yo y el niño iremos hasta causto en vez de su hijo. * 1 4 Llamó Abra- n o de nosotros te negará su sepulcro para C a s a m i e n t o de Isaac
allí, y después de haber adorado, volve- h a m al lugar aquel Yavé-yiré (Yavé ve); que en él sepultes a tu muerta». 7 Alzóse
remos a vosotros». 6 Y tomando Abra- por lo que todavía se dice: «En el monte A b r a h a m , e inclinándose profundamente O J 1 Era A b r a h a m ya viejo, muy en-
h a m la leña para el holocausto, se la de Yavé se proveerá». * 15 Llamó el án- ante el pueblo de aquella tierra, los hijos ^ " t r a d o en años, y Yavé le había
cargó a Isaac, su hijo; t o m ó él en su gel de Yavé a A b r a h a m p o r segunda de Jet, 8 les dijo: «Si de veras queréis bendecido en todo. 2 Dijo, pues, Abra-
m a n o el fuego y el cuchillo, y siguieron vez desde los cielos,* 16 y le dijo: «Por que pueda yo apartar a mi muerta de mi h a m al más antiguo de los siervos de
a m b o s juntos. * 7 Dijo Isaac a Abraham, mi mismo juro, palabra de Yavé, que vista, sepultándola, escuchadme y rogad su casa, el que administraba cuanto te-
su p a d r e : «Padre mío». «¿Qué quieres, p o r haber tú hecho cosa tal, de n o per- p o r mí a Efrón, el hijo de Seor, 9 que por nía: «Pon, te ruego, tu m a n o bajo mi
hijo mío?», le contestó. Y él dijo: «Aquí donar a tu hijo, a tu unigénito, ll te ben- su justo precio m e ceda para sepultura muslo, * 3 y júrame p o r Yavé, Dios de
deciré largamente, y multiplicaré grande- en propiedad, en presencia vuestra, su los cielos y de la tierra, que no tomarás
mente tu descendencia c o m o las estrellas caverna de Macpela, que está al término mujer para mi hijo de entre las hijas de
del cielo y como las arenas de las orillas de su campo». 10 Efrón estaba sentado los cananeos, en medio de los cuales ha-
del mar, y se a d u e ñ a r á tu descendencia entre los hijos de Jet, y respondió Efrón, bito, * 4 sino que irás a mi tierra, a mi
de las puertas de sus enemigos, * I 8 y se el jeteo, a A b r a h a m , en presencia de los parentela, a buscar mujer para mi hijo
gloriarán en tu descendencia t o d o s los hijos de Jet y de cuantos entraban por Isaac». 5 Y le dijo el siervo: «Y si la
pueblos de la tierra, p o r haberme tú las puertas de la ciudad: u « N o , señor mujer n o quiere venir conmigo a esta
obedecido». 19 Volvióse A b r a h a n a los mío, óyeme: Y o te doy el campo y la tierra, ¿habré de llevar allá a tu hijo, a
mozos, y levantándose, fueron todos jun- caverna que se halla a su extremo; te la tierra de donde saliste?» 6 Díjole Abra-
tos a Berseba, y habitó A b r a h a m en Ja doy ante los hijos de mi pueblo; se- h a m : « G u á r d a t e muy bien de llevar allá
Berseba. pulta a tu muerta». 12 A b r a h a m volvió a mi hijo. 7 Yavé, Dios de los cielos, que
20
Después de t o d o esto recibió A b r a - a prosternarse ante la gente de aquella me sacó de la casa de mi padre y de la
h a m noticia, diciéndole: «También Mel- tierra, 1 3 y habló así a Efrón, en presencia tierra de mi nacimiento, que me ha ha-
ca h a dado hijos a Najor, tu h e r m a n o ; de t o d o s : «Óyeme, te ruego; yo te daré el blado, y m e juró, diciendo: A tu descen-
21
Us es el primogénito, Buz su herma- precio del c a m p o . Recíbelo tú y sepultaré dencia daré yo esta tierra, enviará a su
Balanza egipcia para pesar los metales. n o , y Qumuel, padre de A r a m ; 2 2 Quesed, en él a mi muerta». 1 4 Y respondió Efrón ángel ante ti y traerás de allí mujer p a r a
(Tebas.) J a z ó , Peídas, Jidlaf y Batuel». 23 Ba- a A b r a h a m diciéndole: 15 «Señor mío, mi hijo. * 8 Si la mujer no quisiere venir
tuel fue el padre de Rebeca. Estos son óyeme: ¿Qué es p a r a mí ni para ti una contigo, quedarás libre de este juramento,
llevamos el fuego y la leña, pero la res los ocho hijos que dio Melca a Najor, tierra de cuatrocientos siclos de plata? pero de ninguna manera volverás allá
para el holocausto, ¿dónde está?» 8 Y hermano de A b r a h a m . 2 4 También su con- Sepulta a tu muerta». * 1 6 Oyó A b r a h a m a mi hijo. 9 Puso, pues, el siervo la m a n o
A b r a h a m le contestó: «Dios se proveerá cubina, de n o m b r e R a u m o , le parió a a Efrón y pesóle ante los hijos de Jet la bajo el muslo de A b r a h a m , su señor, y
de res para el holocausto, hijo mío»; y Tebai, Gajam, Tajas y M a a c a . plata que éste había dicho, cuatrocientos le juró.
siguieron juntos los dos. 9 Llegados al lu- siclos de plata corriente en el mercado. 10 Cogió el siervo diez de los camellos
gar que le dijo Dios, alzó allí Abraham Muerte de Sara 1 7 Vino, pues, a ser propiedad de A b r a h a m , de su señor, y se puso en camino, llevan-
el altar y dispuso sobre él la leña, ató a ante los hijos de Jet y de cuantos entraban do consigo de cuanto bueno tenía su se-
su hijo y le puso sobre el altar, encima o o ' Vivió Sara ciento veintisiete años. p o r la puerta de la ciudad, * is el campo ñor, y se dirigió a A r a m N a h a r a i m , a la
de la leña. 10 Cogió el cuchillo y tendió ítO 2 M u r i ó en Quiriat Arbe, que es de Efrón en Macpela, frente a M a m b r é , ciudad de Najor, * n Hizo que los came-
luego su brazo para degollar a su hijo. Hebrón, en la tierra de Canán. Vino con la caverna que hay en él, y todos los llos doblaran sus rodillas fuera de la ciu-
11
Pero le gritó desde los cielos el ángel A b r a h a m a llorar a Sara y hacer duelo árboles del campo y sus contornos. * dad, junto a un pozo de aguas, ya de tarde,
de Yavé, diciéndole: «Abraham, Abra- por ella, 3 y cuando se levantó de junto a 1 9 Después de esto sepultó A b r a h a m a a la hora de salir las que van a coger agua,
ham». Y éste contestó: «Heme aquí». 12
su muerta, habló así a ios hijos de J e t : Sara, su mujer, en la caverna del campo y dijo: «Yavé, Dios de mi a m o Abra-
12 4
« N o extiendas tu brazo sobre el niño «Soy entre vosotros extranjero y hués- de Macpela, frente a M a m b r é , que es h a m , haz que m e salga ahora buen en-
—le dijo—y no le hagas nada, porque ped. D a d m e en propiedad u n a sepultura H e b r ó n , en tierra de Canán. 2 0 El campo, cuentro, y muéstrate benigno con mi se-
a h o r a he visto que en verdad temes a donde pueda sepultar a mi muerta, apar-
Dios, pues p o r mí no h a s p e r d o n a d o a tándola de mi vista». * 5 Los hijos de Jet !5 Los cuatrocientos siclos equivalen a 1.200 pesetas, cantidad respetable para aquella época
6 y que indica el valor de las anteriores cortesías.
En este rasgo y en los que siguen se ve la intención de mostrar la obediencia del hijo, muy 17
En Babilonia se hubiera redactado la correspondiente tableta de arcilla con la firma de nu-
conforme
12
con la del padre. merosos testigos; aquí se acude al testimonio del pueblo (Rut 4,11).
Sin duda que Dios lo conocía de antes, pero ahora lo puso de. manifiesto a todos los que de- 18
Aquí se nos da una descripción detallada de la propiedad adquirida enfrente del sitio en
bían mirar al patriarca como padre espiritual y modelo de fe y obediencia. Santiago, hablando de que 2tanto tiempo había habitado.
que la fe sin las obras es muerta, nos trae a la memoria el ejemplo de Abraham, que se justificó por 0
Este sitio vendrá a ser la sepultura familiar de los patriarcas y la causa de veneración hacia
las obras sacrificando a su hijo en el altar (2,20 s.). Hebrón, que aún perdura. El empleo de las grutas naturales para sepultar era frecuente en Pales-
13
La prueba de la fe y obediencia de Abraham es realmente suprema. Se le manda sacrificar tina, de donde debió de proceder el uso posterior de excavar cuevas en la peña con ese mismo destino.
a su hijo único, tan pedido, tan deseado y al fin conseguido, en quien habían de tener realizai ion
las promesas mesiánicas. No parece explicarse fácilmente que Abraham recibiera como divino vnte
mandato si no hubieran sido de costumbre-entre los cananeos los'sacrificios humanos. Isaac, [urp- O * 2 Semejante forma de juramento sólo aquí y en 47,29 es mencionada. Según la exposición
tando resignado el sacrificio, es figura de la sumisión de Cristo a la voluntad del Padre. ^ ^ de Teodoreto, equivaldría a jurar por la circuncisión, señal de la alianza con Dios (ínter 74:
14
La extremada concisión y la incertidumbre del texto es causa de la obscuridad di* t-Mas PG 80,183).
3
palabras. Según el v.8, al cual parece aludir, debe de ser el sentido: Yavé verá o Yavé provivul Sin duda que el autor sagrado mira en este relato a inculcar la aversión que los hebreos de-
15
Ocasión excelente para confirmar al patriarca las promesas hechas y de mostrar con cu.uiU bían7 de tener hacia los cananeos, cuyas uniones tanto reprueba la Ley (Ex 34,16; Dt 7,3).
razón éstas se habían transmitido a Isaac. Volver a la tierra equivaldría a renunciar a las promesas que tan reiteradas veces Dios les
17
Quien es dueño de las puertas, lo es de la ciudad o fortaleza (24,60; Mt 16,18). había
10
hecho.
4
Aram Naharaim no es la Mesopotamia, sino la región comprendida entre el curso superior
O 3 Como extranjero, no poseía bienes raíces ni campo donde sepultar a Sara y totwcrvar del Eufrates y su afluente el Jabor. En medio de la región se halla precisamente Harán o Jarán,
~ ^ la sepultura libre de profanación perpetuamente. la ciudad de Nacor según 27,43.
GÉNESIS 24 52 58 GÉNESIS 24-25
flor A b r a h a m . * 13 Voy a ponerme junto te estás ahí fuera? Y a he preparado yo a Rebeca a la tienda de Sara, su m a d r e ;
32 de su h e r m a n o p o r mujer de su hijo.
al pozo de agua mientras las mujeres de la casa y lugar p a r a los camellos». Fue, 49
la t o m ó p o r mujer y la a m ó , consolándose
A h o r a , si queréis hacer gracia y fideli-
la ciudad vienen a buscar a g u a ; 1 4 la joven pues, el h o m b r e a casa. L a b á n desapare- de la muerte de su madre.
jó los camellos, dio a éstos paja y heno, dad a mi señor, decídmelo; si no, decíd-
a quien yo dijere: Inclina tu cántaro, te
melo también, y m e dirigiré a la derecha
ruego, p a r a que yo b e b a ; y ella me res- y agua al h o m b r e y a los que le acompa-
33 o a la izquierda», 5 0 L a b á n y su casa con- Muerte de Abraham
pondiere: Bebe tú y daré también de be- ñ a b a n p a r a lavarse los pies, y después
testaron, diciendo: « D e Yavé viene esto;
ber a tus camellos, sea la que destinas a le sirvió de comer; pero el h o m b r e dijo: O C * Volvió A b r a h a m a t o m a r mujer,
nosotros no podemos decirte ni bien ni
tu siervo Isaac, y conozca yo así que te « N o comeré mientras n o diga lo que ten-
34 m a l . * 5 1 Ahí tienes a Rebeca; tómala y *i «* de n o m b r e Quetura, * 2 que le pa-
muestras propicio a mi señor». ' 5 Y suce- go que decir». Respondióle: «Di». E s t e rió a Zimrán, Jocsán, Medán, Madián,
35 vete, y sea la mujer del hijo de tu señor,
dió que antes de que él acabara de hablar, dijo: «Yo soy siervo de A b r a h a m . Yavé
c o m o lo h a dicho Yavé». 5 2 C u a n d o el Jesboc y Sue. 3 Jocsán engendró a Saba y
salía con el cántaro al h o m b r o Rebeca, h a bendecido largamente a mi señor, y le a D a d á n . Hijos de D a d á n son los Asurim,
siervo de A b r a h a m h u b o oído estas pa-
bija de Batuel, hijo de Melca, la mujer h a engrandecido, dándole ovejas y bue-
labras, se postró en tierra ante Yavé; 53 y los Litusim y los Laumin. 4 Los hijos de
de Najor, h e r m a n o de A b r a h a m . "> La jo- yes, plata y oro, siervos y siervas, came- M a d i á n fueron Efa, Efer, Janoc, Abida y
36 sacando objetos de plata y o r o y ves-
ven era m u y hermosa, y virgen, que no llos y asnos. * Parióle Sara, la mujer de Elda. Estos son todos los hijos de Que-
tidos, se los dio a Rebeca, e hizo también
había conocido varón. Bajó al pozo, lle- mi señor, u n hijo en su ancianidad, y a él
37 presentes a su h e r m a n o y a su madre. tura. 5 A b r a h a m dio todos sus bienes a
I7
nó su cántaro y volvió a subir. Salióle le ha d a d o todos sus bienes. M i señor 54
Pusiéronse luego a comer y a beber, Isaac. 6 A los hijos de las concubinas les
al encuentro el siervo y le dijo: «Dame, m e h a hecho jurar, diciendo: N o t o m a - hizo donaciones, pero viviendo él todavía,
él y los que con él venían, y pasaron la
p o r favor, a beber un poco de agua de tu rás para mi hijo mujer de entre las hijas los separó de su hijo Isaac, hacia oriente,
noche. A la m a ñ a n a , c u a n d o se levan-
cántaro». l s « B e b e , señor mío», le contes- de los cananeos, de la tierra en que ha- a la tierra de oriente. 7 Vivió A b r a h a m
taron, dijo el siervo: «Dejad que m e vaya
tó ella; y bajando el cántaro lo cogió con b i t o ; 3S sino que irás a la casa de m i pa-
a mi señor». 5 5 El h e r m a n o y la m a d r e ciento setenta y cinco años. s Expiró y
sus m a n o s y le dio a beber. 1Q C u a n d o dre, a mi parentela, y de allí traerás mujer murió A b r a h a m en senectud buena, an-
39 de Rebeca dijeron: «Que esté la joven con
h u b o él bebido, le dijo: «También para p a r a mi hijo. Y o dije a mi señor: Quizá ciano y lleno de días, y fue a reunirse
40 nosotros todavía algunos días, unos diez,
tus camellos voy a sacar agua, hasta que n o quiera venir conmigo la mujer; y él
y después partirá». 5 6 El les contestó: « N o con su pueblo. 9 Isaac e Ismael, sus hijos,
hayan bebido lo que quieran». 2 0 Y se m e contestó: Yavé, ante quien yo camino, le sepultaron en la caverna de Macpela,
retraséis mi vuelta, ya que Yavé ha hecho
apresuró a vaciar el cántaro en el abre- m a n d a r á conmigo su ángel y h a r á que en el c a m p o de Efrón, hijo de Seor, el
feliz el éxito de mi viaje; dejadme partir,
vadero, y corrió de nuevo al pozo a sacar tu camino tenga buen éxito, y t o m a r á s
p a r a que vuelva a mi señor». 5 7 Dijéronle, jeteo, frente a M a m b r é . 10 Es el c a m p o
más, hasta que h u b o sacado p a r a todos mujer p a r a m i hijo de m i parentela y de que c o m p r ó A b r a h a m a los hijos de Jet.
41 p u e s : «Llamemos a la joven y pregunté-
los camellos. 2 1 El h o m b r e la contemplaba la casa de mi padre. Entonces quedarás Allí fue sepultado con Sara, su mujer.
mosle lo que ella quiere». * -,R Llamaron a 11
en silencio y se preguntaba si habría pros- desligado del juramento si fueses a mi p a - Después de la muerte de A b r a h a m ,
Rebeca y le p r e g u n t a r o n : «¿Quieres par-
perado Yavé su camino o n o . 2 2 C u a n d o rentela y n o te la dieren; libre quedarás en- Dios bendijo a Isaac, su hijo, y habitó
4 tir luego con este hombre?» Y ella res-
hubieron acabado de beber los camellos, tonces. 2 Llegué hoy a la fuente, y dije: Isaac junto al pozo de Lai Roi.
pondió : «Partiré». 5!> Dejaron, pues, ir a
t o m ó el siervo u n arillo de oro de medio Yavé, Dios de mi señor A b r a h a m , te ruego
Rebeca, su hermana, y a su nodriza con el
siclo de peso y dos brazaletes de diez si- que si en verdad quieres prosperar el cami- Descendencia de Ismael
43 siervo de A b r a h a m y sus hombres, 60 y
d o s , también de oro, y dándoselos, * 2 3 le no que t r a i g o , hagas que mientras yo me t2
bendecían a Rebeca diciendo: Estas son las generaciones de Ismael,
p r e g u n t ó : «¿De quién eres hija tú? Dime, quedo junto a la fuente, la joven que salga
p o r favor, si n o habría lugar en casa de a buscar agua y a quien diga y o : D a m e « H e r m a n a nuestra eres; hijo de A b r a h a m y de Agar, la egipcia,
tu padre p a r a pasar allí la noche». 2 4 Ella de beber, te ruego, u n poco de agua de Q u e crezcas en millares de millares esclava de Sara. * 13 H e aquí los nombres
44
le contestó: «Soy hija de Batuel, el hijo tu cántaro, y m e diga ella: Bebe, y sa- Y se adueñe tu descendencia de los hijos de Ismael, según sus nombres
que Melca dio a Najor». 2 5 Y a ñ a d i ó : caré también p a r a tus camellos, sea la D e las puertas de sus enemigos». y sus generaciones. El primogénito de Is-
61
«Hay en nuestra casa paja y heno en mujer que Yavé h a destinado p a r a mujer M o n t a r o n , pues, Rebeca, sus donce- mael fue N e b a y o t ; después, Quedar, A b -
abundancia y lugar p a r a pernoctar». del hijo de mi señor. N o había yo aca-
45 llas y su nodriza en los camellos, y se del, M a b a s a m , 1 4 Masema, D u m a , Masa,
fueron tras el h o m b r e , y éste se partió 15
26
Postróse entonces el h o m b r e y adoró b a d o de decir esto en mi corazón, c u a n d o A d a d , Tema, Jetur, Nafir y Quedma.
con Rebeca. 16
a Yavé, 27
diciendo: «Bendito sea Yavé, salía Rebeca con su cántaro al h o m b r o , Estos son los hijos de Ismael, éstos sus
62
Dios de mi señor A b r a h a m , que n o h a bajó a la fuente y sacó agua. Y o le dije: Volvía u n día Isaac del pozo Lai Roi, nombres, según sus pagos y campamen-
dejado de hacer gracia y mostrarse fiel a D a m e de beber, te lo ruego. 6 Bajó ella
4 pues habitaba entonces en el Negueb, <>3 y t o s ; éstos fueron los doce jefes de sus
mi señor y a mí me ha conducido dere- en seguida el cántaro de sobre su h o m - había salido p o r la tarde al c a m p o para t r i b u s . 1 7 Vivió Ismael ciento treinta y sie-
cho a la casa de los hermanos de mi se- b r o y dijo: Bebe, y daré también de beber lamentarse, y alzando los ojos vio venir te años, y expiró y m u r i ó , yendo a reunir-
ñor». 2 s Corrió la joven a contar en casa a tus camellos; y bebí yo, y ella dio tam- camellos. 6 4 También Rebeca alzó sus se con su pueblo. 1 8 Sus hijos habitaron
de su m a d r e lo que había pasado. 2 ' Te- bién de beber a mis camellos. 47 Y o le ojos, y viendo a Isaac, se apeó del ca- desde Evilá hasta Sur, que está frente al
nía Rebeca un hermano, de n o m b r e La- pregunté: ¿De quién eres hija? Ella m e mello, * 65 y preguntó al siervo: «¿Quién Egipto, según se va a Asiría, frente a
bán, que se apresuró a ir al pozo en busca respondió: Soy hija de Batuel, el hijo de es aquel h o m b r e que viene p o r el campo t o d o s sus h e r m a n o s .
del h o m b r e . 3 0 H a b í a visto el arillo y los Najor, que le dio Melca. Entonces puse a nuestro encuentro?» El siervo le res-
brazaletes en la m a n o de su hermana y yo el arillo en su nariz y los brazaletes p o n d i ó : «Es mi señor». Ella cogió el velo
le había oído decir: «Así me ha hablado en sus manos,
48
y me incliné postrándo- y se cubrió. 66 El siervo contó a Isaac
el hombre». Vino, pues, a él, que seguía m e ante Yavé, y bendije a Yavé, Dios de cuanto habia ocurrido, *7 e Isaac condujo
con sus camellos junto a la fuente, 31 y mi señor A b r a h a m , que m e había traído fi0
El texto masorético lee Laban y Batuel, pero sin duda que esto es una errata por bethn, su
le dijo: «Ven, bendito de Yavé; ¿por qué p o r camino derecho p a r a t o m a r a la hija casa,5 7esto es, su madre y los demás que en este asunto podían dar su consejo.
Se nota en estos asuntos matrimoniales de los patriarcas la influencia de las costumbres
1
2 El siervo obra animado de la misma fe de su amo y confía en la justicia de éste y en la pro- babilónicas contenidas en el código hammurabiano.
64
tección que Dios le dispensa. El procedimiento es propio de la sencillez antigua, a la cual Dios En señal de respeto se baja del camello para recibir al que se acercaba. Pero como no sabía
se acomoda. quién era, sigúese que estas palabras deben trasladarse al fin del v.65.
22 En Siria y Egipto todavía hoy llevan las mujeres un pendiente, neeem, colgado de uno de O ít 1 Según el plan general del Génesis, antes de comenzar la historia de Isaac el autor sagrado
los labios de la nariz, como mejor declara luego el v.47. ^ ^ nos da una idea de los otros hijos, sin duda para instruirnos sobre los orígenes de las tribus
35
Con sencillez, pero con elocuencia muy persuasiva, sabe el criado hacer el oficio de casa- árabes, que traían su origen del patriarca de los hebreos.
mentero ponderando las riquezas de su amo, que serán la herencia del novio, y poniendo al mismo 12
Más que a los hijos de Ismael, mira el autor sagrado a las tribus descendientes de él y que
tiempo de manifiesto cómo Dios habla mostrado su voluntad. habitaban a lo largo del desierto desde Siria hasta el mar Rojo (16,12).
GÉNESIS 26-26 54 GÉNESIS 26-27
55
27
TERCERA PARTE Crecieron los niños, y fue Esaú diestro 27
Y le contestó I s a a c : «Es que me dije: | col, jefe de su ejército; e Isaac les dijo:
cazador y h o m b r e agreste, mientras que
N o vaya yo a morir por causa suya». «¿Para qué habéis venido a mí vosotros,
HISTORIA DE ISAAC Y SUS DOS HIJOS era Jacob h o m b r e apacible y amante de 10
Respondióle A bimelec: «¿Cómo nos has que me odiáis y 2 8me habéis arrojado de
la tienda. * 2 S Isaac, p o r q u e le gustaba la
(25,19-36,43) hecho eso? Hubiera podido alguno to- entre vosotros?» Ellos dijeron: «Porque
caza, prefería a Esaú, y Rebeca prefería a
m a r a tu mujer, y hubieras arrojado so- hemos visto claramente que está Yavé
Jacob y Esaú Jacob. 2 9 Hizo u n día Jacob u n guiso, y
bre nosotros un delito». n Dio, pues, contigo, y nos hemos dicho: H a y a en-
llegando Esaú del campo, muy fatigado,
i* Estas son las generaciones de Isaac, 30 Abimelec u n a orden a t o d o el pueblo, di- tre nosotros un juramento entre ti y nos-
dijo a J a c o b : «Por favor, dame a comer
hijo de A b r a h a m . A b r a h a m engendró a ciendo: «El que t o q u e a este h o m b r e o 2otros Queremos hacer alianza contigo,*
de ese guiso rojo, que estoy desfallecido». 9
Isaac. 2 0 Era Isaac de cuarenta años cuan- a su mujer, morirá». 1 2 Sembró Isaac en de n o hacernos tú mal, como no te
Por esto se le dio a Esaú el n o m b r e de
aquella tierra, y cogió aquel a ñ o ciento hemos tocado nosotros a ti, haciéndo-
do t o m ó p o r mujer a Rebeca, hija de E d o m . 31 C o n t e s t ó l e J a c o b : « V é n d e m e
Batuel el arameo, de Padán A r a m , y her- p o r u n o , pues le bendijo Yavé. * 13 En- te sólo bien y dejándote partir en paz.
ahora mismo tu primogenitura». ^ R e s - Tú eres ahora el bendito de Yavé». *
m a n a de Labán, arameo. 21 Rogó Isaac grandecióse y fue creciendo, creciendo 30
pondió E s a ú : «Estoy que me m u e r o ; ¿qué Isaac les preparó u n banquete, y co-
cada vez más, hasta hacerse muy po-
a Yavé p o r su mujer, que era estéril, y me importa la primogenitura?» 33 «Júrame-
fue oído p o r Yavé, y concibió Rebeca, deroso. 14 Tenía m u c h a hacienda de ove- mieron y bebieron. * 31 A la m a ñ a n a si-
lo ahora mismo», le dijo J a c o b ; y j u r ó
su mujer. 2 2 Chocábanse en su seno los jas y bueyes y mucha servidumbre, y los guiente se levantaron, y se juraron unos
Esaú, vendiendo a Jacob su primogeni-
filisteos llegaron a envidiarle. 15 Todos a otros, y los despidió Isaac, yéndose
niños, y dijo: «Para esto, ¿a qué conce- tura. 3 4 Diole entonces Jacob pan y el 32
los pozos abiertos p o r los siervos de su ellos en p a z . Aquel mismo día vinieron
guiso de lentejas; y u n a vez que comió y
padre A b r a h a m los cegaron los filisteos, los siervos de Isaac a informarle acerca
bebió, se levantó Esaú y se fue, sin dár-
llenándolos de tierra. * 16 Dijo Abimelec del pozo que estaban haciendo,3 3 y le di-
sele n a d a de la primogenitura.
a I s a a c : «Vete de aquí porque has llegado jeron : « H e m o s hallado agua», * e Isaac
a ser mucho más poderoso que nosotros». llamó al pozo Seba; por eso se llamó la
Isaac e n G u e r a r . Alianza con Abi- I 7 Fuese Isaac, y a c a m p ó en el valle de ciudad Berseba hasta el día de hoy.
34
melec. Casamiento de Esaú Guerar, y habitó allí. l s Volvió a abrir E r a Esaú de cuarenta años, y t o m ó
los pozos abiertos en tiempo de Abra- por mujeres a Judit, hija de Beeri, jeteo,
35
O C J H u b o en aquella tierra un h a m - h a m , su padre, y cegados por los filisteos y a Basemat, hija de Elón, jeteo, * que
« " bre, distinta de la primera que después de la muerte de A b r a h a m , dán- fueron para Isaac y Rebeca u n a amarga
h u b o en tiempo de A b r a h a m ; y fue Isaac doles los mismos nombres que les había pesadumbre.
a Guerar, a Abimelec, rey de los filisteos, d a d o su padre. 1 9 Cavaron los siervos de
2
pues se le apareció Yavé y le dijo: « N o Isaac en el valle, y alumbraron una fuente S u p l a n t a J a c o b a E s a ú e n la
bajes a Egipto. 3 Sigue habitando en esta de aguas vivas; 2 0 pero los pastores de bendición paterna
tierra, donde yo te diga; peregrina p o r G u e r a r riñeron con los de Isaac, diciendo:
I
ella, que yo estaré contigo y te bendeciré, «Estas aguas son nuestras». Y llamó al tfl C u a n d o envejeció Isaac se debi-
pues a ti y a tu descendencia daré todas pozo Eseq, porque había habido riña por ™ * litaron sus ojos y no veía. Llamó,
estas tierras, cumpliendo el juramento que él. 2 1 Excavaron sus siervos otro pozo, pues, a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:
hice a A b r a h a m , tu padre, * 4 y multipli- p o r el cual h u b o también un altercado, «Hijo mío». Este contestó: «Heme aquí».
2
caré tu descendencia c o m o las estrellas y lo llamó Sitna. 2 2 Yéndose más lejos, «Mira—le dijo—, yo ya soy viejo y n o
3
del cielo, y le daré todas estas tierras, y excavó otro pozo, por el cual no h u b o ya sé cuál será el día de mi muerte. * T o m a ,
Cazador egipcio. (Biblia de Montserrat.) se gloriarán en tu descendencia todos los querellas, y le llamó Rejobot, diciendo: pues, tus armas, tu aljaba y tu arco,
4
pueblos de la tierra, 5 por haberme obe- «Ahora ya nos h a d a d o Yavé holgura y y sal al c a m p o a cazar, y me haces un
bir?» Y fue a consultar a Yavé, * 2 3 que prosperaremos en esta tierra». 2 3 Subió guiso c o m o sabes que a mí me gusta, y
decido A b r a h a m y haber guardado mi
le dijo: después a B e r s e b a , 2 4 y se le apareció Yavé me lo traes para que lo coma, y después
m a n d a t o , mis preceptos, mis ordenacio- 5
«Dos pueblos llevas en tu seno. nes y mis leyes». 6 H a b i t ó , pues, Isaac aquella noche y le dijo: «Yo soy el Dios te bendiga antes de morir». Oyó R e -
D o s pueblos que al salir de tus entra- en Guerar. * i Preguntábanle los hombres de A b r a h a m , tu p a d r e ; n a d a temas, que beca lo que Isaac decía a Esaú, su hijo.
ñas se separarán. del lugar por su mujer, y él decía: «Es yo estoy contigo: Y o te bendeciré y mul- Esaú salió al campo a cazar algo p a r a
U n a nación prevalecerá sobre la otra mi hermana». Pues temía decir que era tiplicaré tu descendencia por A b r a h a m , traerlo; 6 y Rebeca dijo a Jacob, su hi-
nación su mujer, n o fuera que le m a t a r a n los mi siervo». 2 5 Alzó allí un altar, e invocó j o : «Mira, he oído a tu padre hablar a
7
Y el mayor servirá al menor». * hombres del lugar p o r Rebeca, que era el n o m b r e de Y a v é ; plantó allí su cam- Esaú, tu hermano, y decirle: Tráeme
24
Llegó el tiempo del parto, y salieron muy hermosa. 8 C o m o se prolongase su p a m e n t o , y abrieron también allí sus sier- caza y prepáramela, para que la coma y
de su seno dos gemelos. 2 5 Salió pri- estancia en Guerar, m i r a n d o un día Abi- vos u n pozo. 2 6 Vinieron a él, desde Gue- te bendiga delante de Yavé antes de mi
mero uno rojo, t o d o él peludo, como un melec, rey de los filisteos, por la ventana, rar, Abimelec, Ajuzat, amigo suyo, y Pi- muerte. 8 A h o r a , pues, hijo mío, obedé-
m a n t o , y se le llamó Esaú. 26 Después vio que estaba Isaac acariciando a R e -
salió su hermano, agarrando con la m a n o beca, su mujer. 9 Llamó Abimelec a Isaac ' 2 Aún hoy los nómadas no desprecian del todo la agricultura, que ejercen por si mismos o
el talón de Esaú, y se le llamó Jacob. Era y le dijo: « D e cierto que es tu mujer. por otros.
Isaac de sesenta años cuando nacieron. ¿Por qué, pues, dices: Es mi hermana?» 15 Cf. 21,25.
28
Son sin duda los mismos personajes de antes (21,22 ss.), que, deseando vivir en paz con la
22 poderosa
29
tribu de los hebreos, ponderan la acogida medianamente cortés que les habían dispensado.
Rebeca siente en si la maldición pronunciada por Dios contra la primera mujer.
23 El autor sagrado trata de poner de relieve la prosperidad de patriarca, efecto de las bendi-
Tal suceso es un presagio de la historia y perpetua enemistad de los pueblos hermanos.
27 ciones divinas, que hasta por los mismos enemigos era confesada.
Con estos rasgos no sólo retrata a los hijos de Isaac, sino también, y acaso más, el carácter 30
El banquete lo exigía la ley de la cortesía y de la hospitalidad.
de los pueblos, como más tarde lo hace el padre en su bendición (27,27 ss.). 32
Sin duda se refiere al agua de los abundantes pozos de Bersabé, que aún existen y constitu-
3 yen la vida de la región.
0£ Dios le promete la misma providencia que había tenido con su padre. Es éste un punto 34
Es manifiesto el intento del autor sagrado de condenar los matrimonios con los cananeos,
"*" substancial en la historia de los patriarcas.
6
Por tercera vez vemos repetirse la historia. Dios vela con cuidado sobre los patriarcas. En anticipándose a la Ley, que con tanta insistencia los condena (Ex 23,32: 34,15).
este caso no nos ofrece el texto la solución que en los de Sara. Cabe, sin embargo, pensar que Isaac 2
Quiere hacer su testamento y transmitir con su bendición la herencia recibida de Abra-
dijera de Rebeca que era su hermana, apoyándose en la significación amplia que la palabra her-
mano tiene en las lenguas semíticas. En efecto, Rebeca era prima carnal de Isaac.
27 ham, ligada, según el derecho humano, al primogénito, pero libre de esta ley, según los
planes de Dios.
GÉNESIS 27 56
57 GÉNESIS 27-28
9
cerne y haz lo que yo te m a n d o . A n d a , caza p a r a que yo coma de ella, hijo m í o ,
vete al rebaño, y tráeme d o s cabritos y te bendiga». Acércesela Jacob y comió, y dijo a E s a ú : «Mira, le h e heoho señor Huida de Jacob a Mesopotamia
26 tuyo, y todos sus hermanos se los h e
gordos, p a r a que y o haga con ellos a y le trajo también vino, y bebió. Díjole 1
d a d o p o r siervos; le he atribuido el trigo 4 0 Llamó, pues, Isaac a Jacob y l e
tu padre u n guiso c o m o a él le gusta, después I s a a c : «Acércate y bésame, hijo
10 27
y se l o lleves a t u padre, y l o coma y m í o » . Acercóse él y le besó; y en cuanto y el m o s t o . A ti, pues, ¿qué voy a hacerte, " O bendijo, y le m a n d ó : « N o tomes
2
te bendiga antes d e su muerte», u Con- olió la fragancia de sus vestidos, le ben- hijo mío?» 3 8 Y dijo Esaú a su p a d r e : mujer de entre las hijas de Canán. A n d a ,
testó Jacob a Rebeca, su m a d r e : «Mira dijo, diciendo: «¿No tienes más que u n a bendición, pa- y vete a P a d á n A r a m , a casa de Batuel, el
que Esaú, mi hermano, es h o m b r e velludo «¡Oh, es el olor de mi hijo dre mío? Bendíceme también a mí, padre padre de t u madre, y t o m a allí mujer d e
y yo soy lampiño, * 1 2 y si m e toca m i C o m o el olor de un c a m p o m í o » ; y lloró e n voz alta. 3 9 Respondió entre las 3hijas de Labán, h e r m a n o de t u
Isaac diciendo) e: m a d r e ; * el D i o s omnipotente te bende-
padre, apareceré ante él c o m o u n men- Al que h a bendecido Yavé!
tiroso, y traeré sobre m í u n a maldición 28
Déte Dios el rocío del cielo y la gro- «Mira, fuera de la grosura de la tierra cirá, t e h a r á crecer y multiplicará,4 y te
será t u m o r a d a h a r á muchedumbre d e pueblos, * y t e
en vez de la bendición». 13 Díjole su m a - sura de la tierra dará la bendición de A b r a h a m a ti y a t u
d r e : «Sobre mí t u maldición, hijo m í o ; Y abundancia de trigo y mosto. * 29 Sír- Y fuera del rocío que baja de los cie-
descendencia contigo, p a r a que poseas la
pero tú, obedéceme. A n d a y tráemelos». vante pueblos los. * tierra en que como extranjero habitas, que
40
14
Fue, pues, allá él, los cogió y se los Y prostérnense ante ti naciones; Vivirás de t u espada y servirás a t u dio D i o s a A b r a h a m » . * 5 Despidió, pues,
trajo a su madre, que hizo el guiso como Sé señor de tus hermanos hermano; Isaac a Jacob, que se fue a P a d á n A r a m ,
a su padre le gustaba. 1 5 Cogió Rebeca Y póstrense ante ti los hijos d e t u M a s cuando te revuelvas, romperás su a Labán, hijo de Batuel, arameo, herma-
vestidos de Esaú, su hijo mayor, los me- madre. yugo d e sobre t u cuello». * n o d e Rebeca, m a d r e d e Jacob y Esaú.
4
jores que tenía en casa, y se los vistió a Maldito quien t e maldiga i Concibió Esaú contra su hermano 6 Viendo Esaú que Isaac había bendecido
Jacob, su hijo m e n o r ; 1 6 y con las pieles Y bendito quien t e bendiga». Jacob u n odio profundo, p o r lo d e la a Jacob y q u e al bendecirle le había
de los cabritos le cubrió las m a n o s y l o 3U
En cuanto a c a b ó Isaac d e bendecir bendición que le había dado su padre, m a n d a d o irse a P a d á n A r a m para t o m a r
desnudo del cuello; 17
puso el guiso y a Jacob, n o bien había salido éste de la y se dijo en su corazón: «Cerca están los mujer de allí, diciéndole: N o tomes mujer
pan, que había hecho, e n m a n o s d e Ja- presencia d e Isaac, su padre, Esaú, su días del duelo p o r mi p a d r e ; después ma- de entre las hijas de C a n á n ; * 7 y que obe-
cob, su hijo, 1 8 y éste se lo llevó a su pa- h e r m a n o , que venía del c a m p o 3 I y había taré a Jacob, mi hermano». 4 2 Supo Re- deciendo a su padre y a su m a d r e se había
dre, y le dijo: «Padre mío». «Heme aquí, hecho su guiso y se l o traía a su padre, beca lo que había dicho Esaú, su hijo ma- ido Jacob a P a d á n A r a m , 8 conoció Esaú
hijo mío», contestó Isaac. «¿Quién eres, dijo a éste: «Levántese mi padre y c o m a yor; y m a n d ó llamar a Jacob, su hijo me- que disgustaban a Isaac, su padre, las
hijo mío?» 1 9 Y le contestó J a c o b : «Yo de la caza de su hijo, p a r a que m e ben- nor, y le dijo: «Mira, t u h e r m a n o Esaú hijas de C a n á n ; 9 se fue a Ismael, y sobre
soy Esaú, t u hijo primogénito. H e hecho diga». 3 2 Díjole Isaac, su p a d r e : «¿Pues quiere matarte. 4 3 A n d a , pues, obedéce- las que y a tenía, t o m ó por mujer a M a -
c o m o me dijiste. Levántate, pues, te rue- quién eres tú?» Contestóle: «Yo soy t u me, hijo mío, y huye a J a r á n , a Labán, jalat, h e r m a n a d e Nebayot, hija d e I s -
go ; siéntate, y come de mi caza, p a r a que hijo primogénito, Esaú». 33 Pasmóse Isaac m i h e r m a n o , 4 4 y estáte algún tiempo con mael, hijo de A b r a h a m .
me bendigas». 2 ° Y dijo Isaac a su hijo: con p a s m o m u y grande y r e p u s o : «¿Y él, hasta q u e la cólera d e t u hermano 10
se aparte d e ti, 4 5 se aplaque su ira y se Salió, pues, Jacob d e Berseba para
«¿Cómo tan p r o n t o hallaste, hijo mío?» quién es entonces el que me h a traído l a n
Y le respondió: «Porque hizo Yavé, t u caza y he comido de t o d o ello antes que h a y a olvidado de lo que le has hecho; yo dirigirse a Jarán. * Llegó a un lugar don-
m a n d a r é allí a buscarte. ¿Habría de ver- de se dispuso a pasar la noche, pues el sol
Dios, que se m e pusiera delante». 2 I Dijo tú vinieras, y le he bendecido, y bendito
Isaac a J a c o b : «Anda, acércate p a r a que está?» * 3 4 Al oir Esaú las palabras de su m e privada d e vosotros dos e n u n solo se ponía ya, y t o m a n d o una de las piedras
día?» * que en el lugar había, la puso de cabecera
yo te palpe, hijo mío, a ver si eres o n o padre, r o m p i ó a gritar y a llorar a m a r - 46 y se acostó.
mi hijo Esaú». * 2 2 Acercóse Jacob a Isaac, gamente, y le dijo: «Bendíceme también Rebeca dijo a I s a a c : « M e pesa la vida
su padre, que le palpó y dijo: «La voz es a mí, p a d r e mío». 3S Isaac le contestó: a causa de las hijas de Jet; si Jacob toma
mujer d e entre las hijas d e esta tierra, Visión d e la escala
la voz de Jacob, pero las m a n o s son las «Tu h e r m a n o h a venido c o n engaño y
m a n o s de Esaú»; 23 y n o le conoció, por- se h a llevado la bendición». * 3(¡ Díjole ¿para qué quiero vivir?» 12
T u v o u n sueño en el que veía u n a es-
que estaban sus m a n o s velludas c o m o las E s a ú : «¿No es su n o m b r e Jacob? D o s cala que, apoyándose sobre la tierra, toca-
de Esaú, su hermano, y se dispuso a ben- veces m e h a s u p l a n t a d o : me quitó la pri- ba con la cabeza en los cielos, y que por
decirle. 2 4 Todavía le p r e g u n t ó : «¿De ver- mogenitura y a h o r a m e h a quitado m i I ella subían y bajaban los ángeles de Dios. *
dad eres tú mi hijo Esaú?» Y él contestó: bendición». Y a ñ a d i ó : «¿No tienes y a 3!)
«Yo soy». 2 5 Díjole, p u e s : «Acércame la bendición p a r a mí?» 3 7 Respondió Isaac Posesión de Esaú era la tierra de Seir, al este del Araba y al sur de Moab; era terreno estéril,
apetecible, sin embargo, para los hebreos (Dt 2,5: Jos 24,4). Con el tiempo, los idumeos sefueron
corriendo hacia el oeste hasta venir a instalarse al sur de Judea en la época del cautiverio babilónico.
11 Jacob tiene conciencia de que la madre le propone una acción poco recta y cuyos resultados 40
Vivirá siempre alerta para defender su territorio (Núm 20,14 ss.; Jue 11,17). David dio
pudieran
21
volverse contra él. cumplimiento a ese vaticinio conquistando la tierra de Edom (2 Sam 8,13; r Re 11,15 s.).—Cuando
Sintiendo algunas dudas sobre la persona que se le presenta, quiere cerciorarse déla verdad te revolvieres, etc. En tiempo de Joram recobraron los idumeos su libertad (2 Re 8,20 ss.; Ez 35,3).
con el tacto, mostrando con ello cuáles eran sus intenciones. Con todo esto, el autor pone más en En este relato se pone de manifiesto la lucha entre las preferencias paternas y maternas respecto
claro cuáles^ eran las de Dios sobre la herencia de Abraham. de los dos hijos; pero al mismo tiempo, y sobre todo, la providencia de Dios, que, sin atender a
28
Le pide primero la riqueza que nace de los campos, que tantas veces promete Dios a Israel la primogenitura de la carne, elige a quien quiere para que en él se realicen las promesas mesiánicas
en pago de la observancia de la Ley (Dt 8,7 ss.). Luego, el señorío sobre los pueblos cananeos, (Mal 1,2 s. y Rom 9,6 ss.).
que Dios habla prometido a Abraham y que David logró plenamente. Esto implica la soberanía 4
' El homicida había de pagar con su vida la que había quitado (Ex 21,12 ss.), si antes no huye
del Mesías, a la cual se ordenaba en los planes divinos la posesión de Gañán. El seas señor de tus donde el vengador de la sangre no pudiese alcanzarle. En cualquier caso la madre quedaría privada
hermanos se entiende en sentido estricto de los idumeos, sometidos también por David (2 Saín 8, de sus dos hijos, el uno por el homicidio y el otro por el destierro o por la justicia vengadora
13 ss.), y cuya sujeción se anuncia luego en la bendición de Esaú. Porfinrepite lo mismo que había (cf. 2 Sam 14,6 ss.). Rebeca debe expiar el pecado del engaño, no obstante haber servido a los planes
dicho a Abraham haciendo suya la causa del patriarca (12,3). Jacob es, pues, el heredero de las pro- de Dios.
mesas de Abraham.
33 Ofi 23 Padán Aram, en los campos de Siria, en la Mesopotamia del Norte (Os 12,13).
Claramente indica cuáles eran sus intenciones de antes. Pero el patriarca mira su acción ^^ 4 En hebreo El-Sadai, como en 17,1.
como el instrumento de Dios, que es quien da eficacia y cumple la bendición, y a pesar del engaño Todo este discurso indica cómo el patriarca había entendido que, bajo el fraude de su hijo,
asegura que será bendecido. El autor sagrado quiere mostrarnos aquí la mano de Dios, que realúea se escondía la voluntad de Dios.
sus propósitos de predilección sobre Israel (Mal 1,2 ss.; Rom 9,6 ss.). 6
Insiste siempre en lo que tanto había de inculcar la Ley (Ex 34,15 ss.; Dt 7,3 s.) de no tomar
35
A pesar del engaño se llevó la bendición, y ya no hay remedio. Dios se sirve de las causas mujer de entre las cananeas.
segundas, aunque no obren con toda rectitud, para ejecutar sus planes, sin que aquéllas se perca- ¿ 1
o El texto nos lo representa haciendo el viaje solo, con su bordón en la mano, para que mejor
ten de ello. El patriarca entrevé el misterio y lo acata. San Pablo nos declara por aquí el misterio i aparezca en él la providencia de Dios y la fidelidad a sus promesas.
de elección a la gracia mesiánica, que no depende de las causas humanas, sino de la voluntad solaf 12
La escala simboliza la comunicación entre el cielo y la tierra; los ángeles suben y bajan por
de Dios (Rom 0,10 ss.). S ella como ministros de Dios en el gobierno del mundo.
GÉNESIS 28-29 58 59 GÉNESIS 29-30
" J u n t o a él estaba Yavé, que le dijo: siguió preguntando Jacob. «Sí, bien está; 7
dos los hombres del lugar, y dio un con- le llamó D a n . Concibió otra vez Bala,
«Yo soy Yavé, el Dios de A b r a h a m , tu mira, ahí viene Raquel, su hija, con su vite; 2 3 y por la noche, t o m a n d o a Lía, sierva de Raquel, y parió un segundo
>adre, y el Dios de Isaac; la tierra sobre rebaño». 7 El les dijo: «Todavía es muy hijo a Jacob, 8 diciendo R a q u e l : «Lucha
f a cual estás acostado te la daré a ti y a tu de día; no es tiempo de recoger el gana-
descendencia. * 1 4 Será ésta como el polvo do. ¿Por qué no abreváis los rebaños y
su hija, se la llevó a Jacob, que entró a
ella. 24 D i o Labán a Lía, su hija, su sierva de Dios he luchado con mi hermana, y
Zelfa, p a r a que fuera sierva de ella. 25 Lle- la he vencido»; por eso le llamó Neftalí.
de la tierra, y te ensancharás a occidente los volvéis a que pasten?» 8 Ellos le res- gada la m a ñ a n a , vio Jacob que era Lía, 9
Viendo Lía que había dejado de te-
y a oriente, a norte y mediodía, y en ti pondieron: « N o podemos hacerlo hasta y dijo a L a b á n : «¿Por qué me has hecho ner hijos, t o m ó a Zelfa, su esclava, y se
y en tu descendencia serán bendecidas to- que se reúnan todos los rebaños y se qui- esto? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por la dio por mujer a Jacob. I 0 Zelfa, esclava
das las naciones de la tierra. 15 Yo estoy te la piedra de la boca del p o z o ; entonces qué me has engañado?» 26 Labán le res- de Lía, parió a Jacob un hijo, y Lía dijo:
contigo, y te bendeciré adondequiera que damos de beber al ganado». * Todavía es- pondió : « N o es en nuestro lugar costum- 11
«¡Qué buena fortuna!»; y le llamó G a d .
vayas, y volveré a traerte a esta tierra, y taba Jacob h a b l a n d o con ellos, cuando bre dar la menor antes que la mayor. * 12 Parió Zelfa, esclava de Lía, un segundo
no te abandonaré hasta cumplir lo que llegó Raquel con el rebaño de su padre,
te digo». pues ella era la pastora. 10 Y en cuanto
27 Acaba esta semana, y te daré también hijo a J a c o b ; 1 3 y dijo Lía: «Por dicha mía,
después la otra por el servicio que me pues los hijos me han hecho feliz», y le
6
1 Despertó Jacob de su sueño, y se vio Jacob a Raquel, hija de Labán, her-
prestes de otros siete años. 28 Hízolo así llamó Aser. 14- Salió R u b é n al tiempo de
dijo: «Ciertamente está Yavé en este lu- m a n o de su madre, se acercó, removió Jacob, y cumplida la semana, diole La- la siega del trigo, y halló en el campo unas
gar, y yo no lo sabía; * 17 y atemorizado, la piedra de sobre la boca del pozo, y
bán a Raquel, su hija, p o r mujer, 2 9 y con mandragoras, y se las trajo a Lía, su ma-
a ñ a d i ó : «¡Qué terrible es este lugar! N o abrevó el rebaño de Labán, hermano de ella a Bala, su sierva, para sierva de ella. dre, y dijo Raquel a Lía: «Dame, p o r
es sino la casa de Dios y la puerta de su madre. " Besó 12Jacob a Raquel, y alzó 3
0 Entró también a Raquel Jacob, y la favor, de las mandragoras de tu hijo». *
los cielos». I 8 Levantóse Jacob bien de la voz llorando. * D i o a saber a Raquel a m ó más que a Lía, y sirvió por ella otros 15
Lía le contestó: «¿Te parece poco to-
mañana, y t o m a n d o la piedra que había que era hermano de su padre e hijo de siete años. 31 Viendo Yavé que Lía era davía haberme quitado el marido, que
tenido de cabecera, la alzó, como memo- Rebeca, 3 y ella corrió a contárselo a su desamada, abrió su matriz, mientras que quieres también quitarme las mandrago-
ria, y vertió óleo sobre ella. " Llamó a padre. 1 En cuanto oyó Labán lo que de Raquel era estéril. * ras de mi hijo?» Y le dijo R a q u e l : «Mira,
este lugar Betel, aunque la ciudad se lla- Jacob, hijo de su hermana, le decía, co-
mó primero Luz. 20 g hizo Jacob voto di- rrió a su encuentro, le abrazó, le besó y que duerma esta noche contigo a cambio
ciendo : «Si Yavé está conmigo, y me pro- le llevó a su casa. Contó Jacob a Labán L o s hijos d e J a c o b de las mandragoras de tu hijo». * l 6 Vino
4
tege en mi viaje, y me da pan que comer lo que ocurría, l y éste le dijo: «Sí, eres 32 Jacob del campo por la tarde, y saliéndole
hueso mío y carne mía». Y m o r ó Jacob Concibió Lía, y parió un hijo, al que Lia al encuentro, le dijo: «Entra a mí,
y vestidos que vestir, * 21 y retorno en paz llamó R u b é n , diciendo: «Yavé ha mirado
a la casa de mi padre, Yavé será mi D i o s ; con Labán un mes entero. 15 Pasado éste, mi aflicción, y ahora mi marido me ama-
pues te he c o m p r a d o p o r unas mandra-
22 esta piedra que he alzado como memo- le dijo L a b á n : «¿Acaso porque eres her- rá». 3 3 Concibió de nuevo y parió un hijo,
goras de mi hijo». Y durmió con ella Ja-
ria será para mí casa de Dios, y de todo m a n o mío vas a servirme de balde? D i - cob aquella noche, 17 y oyó Yavé a Lía,
diciendo: «Yavé ha visto que yo era des-
cuanto a mí me dieres te daré el diezmo». m e cuál va a ser tu salario». a m a d a y m e ha dado éste más», y le lla-
que concibió y parió a Jacob el quinto
hijo. 1 8 Y dijo Lía: «Dios me ha pagado
m ó Simeón. 3 4 Concibió otra vez, y parió mi merced por haber d a d o mi sierva a mi
Jacob en casa de L a b á n Lía y Raquel un hijo, y dijo: «Ahora mi marido se m a r i d o » ; y le llamó Isacar. 19 Concibió
1 apegará a mí, pues le he parido tres hijos»; de nuevo Lía, y parió a Jacob un sexto
Volvió a emprender Jacob la mar- 16Tenía Labán dos hijas; una, la ma- y por eso le llamó Leví. 3 5 Concibió nueva-
29 cha, y llegó a la tierra de los hijos
de Oriente. 2 Vio en el campo un pozo,
yor, de n o m b r e Lía; otra, la menor, de
nombre Raquel. 1 7 Lía era tierna de ojos,
mente, y parió un hijo, diciendo: «Ahora
hijo, 2 0 y dijo: «Dios m e ha hecho un
buen d o n ; ahora mi marido morará con-
sí que he de alabar a Yavé»; y por eso le migo, pues le he dado seis hijos»; y le
junto al cual descansaban tres rebaños, pero Raquel era muy esbelta y hermosa. '
18
A m a b a Jacob a Raquel, y dijo a L a b á n : llamó Judá. Y cesó de tener hijos. llamó Zabulón.
pues era el pozo en que se abrevaban los 2
ganados. 3 Reuníanse allí, se quitaba una «Te serviré siete años por Raquel, tu hija
O A 1 Raquel, viendo que no daba hijos
i Después parió u n a hija, a la que
gran piedra que lo tapaba y se daba de menor». * 19 Y contestó L a b á n : «Mejor llamó Dina.
es que te la dé a ti que dársela a un ex- * » " a Jacob, estaba celosa de su her- 22
Acordóse Dios de Raquel, la oyó y
beber al ganado, volviendo a poner en su mana, y dijo a J a c o b : « D a m e hijos o me
lugar la piedra que cubría la boca del traño. Quédate conmigo». 2 0 Y sirvió Ja- la hizo fecunda. 2 3 Concibió, pues, y parió
cob por Raquel siete años, que le pare- muero». 2 Airóse Jacob contra Raquel, y
pozo. 4 Jacob preguntó a los pastores: le dijo: «¿Por ventura soy yo Dios, que
un hijo, y dijo: «Dios ha quitado mi
«¿De dónde sois, hermanos?» «De Jarán cieron sólo unos días, p o r el a m o r que afrenta»; 2 4 y le llamó José, pues dijo:
le tenía. 21 Jacob dijo a L a b á n : « D a m e te ha hecho estéril?» 3 Ella le dijo: «Ahí
somos», le respondieron ellos. 5 «¿Cono- tienes a mi sierva Bala; entra a ella, que
«Que m e a ñ a d a Yavé otro hijo».
céis a Labán, hijo de Najor?» «Le cono- mi mujer, pues se ha cumplido el tiempo,
y entraré a ella». 22 Reunió Labán a 10- para sobre mis rodillas, y tenga yo prole
cemos», contestaron. 6 «¿Y está bien?», por ella». * 4 Diole, pues, su sierva por P r o s p e r i d a d d e J a c o b e n casa
mujer, y Jacob entró a ella. 5 Concibió de Labán
1 3 El Señor está junto a Jacob, para mejor expresar la providencia que tendrá de él. Y habla 6
efectivamente para confirmarle las promesas que su padre le había hecho al bendecirle. Bala, y parió a Jacob u n hijo, y dijo
16 Expresión muy natural y muy conforme con e[ instinto religioso de mirar a Dios morando R a q u e l : «Dios me ha hecho justicia, me 25 C u a n d o Raquel parió a José, dijo
en los cielos, como en su propia morada (Sal 113,16), desde donde contempla la tierra, pero también h a oído y m e ha d a d o u n hijo»; por eso Jacob a L a b á n : «Déjame irme a mi lugar,
en ciertos lugares de ésta, en que particularmente se revela y se hace sentir de los hombres
(1 Re 8,27 ss.). La piedra recordará luego el lugar de la visión, que hace el sitio santo. La unción 26
Sin duda que esto es una excusa de Labán, que pretendía colocar la mercancía averiada
da a la piedra ese carácter sagrado (Lev 8,10; Núm 7,1). antes3 Í que la buena.
20
El voto es la respuesta del patriarca a las palabras de Dios. Si Yavé le cumple la palabra de En toda esta sección se deben notar varias cosas: la estima en que se tiene la maternidad
asistirle en su viaje, le tendrá por su único Dios, y en señal de esto le ofrecerá el diezmo de todos y el don de la fecundidad; el oprobio que implica la esterilidad: la manera de imponer los nom-
sus bienes. Este es el principio del precepto legal sobre los diezmos (Lev 27,30 ss.; Núm 18,21 ss.). bres que expresan un buen augurio, y el poco aprecio que la Escritura hace de la poligamia, que
aparece siempre como incompatible con la paz conyugal.
¿y(\ n Entre los hombres este saludo nada tenía que maravillar: mas lo extraordinario de las
**3 circunstancias puede explicar esta conducta de Jacob y Raquel al reconocer su parentesco, O A 3 Es lo que había hecho Sara. Según la ley hammurabiana, la esposa que hacia esto no podía
y también para indicar el amor que la vista de la joven había despertado en el peregrino desde el **" ser repudiada por causa de esterilidad. Sin embargo, esto ya no tenía razón de ser donde
primer momento. Eran varias ias mujeres.
14
18 En este capítulo se nota que la forma del matrimonio no era la babilónica, sino la de compra Según la opinión antigua, la mandragora favorecía la fecundidad, y en este sentido hablan
de la novia, que aún hoy rige entre los nómadas y rigió después en Israel. Jacob, que no tenía di- ;as dos
15
hermanas.
nero, paga el precio con su trabajo. Con razón decían luego las hijas que su padre las había tratado Son manifiestos los celos de Lía y Raquel. Es el cumplimiento de la sentencia divina: A tu
como extrañas y se habla comido su precio (31,15)- narido se volverá tu deseo (3,16). Pero la inobservancia de la otra sentencia: Eíizoles varón y hem-
bra (1,27), trae consigo la división de la familia (Mt IQ,4 S.).
GÉNESIS 80-81 60 61 GÉNESIS 11
a mi tierra. 26 Dame mis mujeres, por las 42 pero ante las débiles no las ponía, y la casa de nuestro padre? 15 ¿No nos ha irte a la casa de tu padre, ¿por qué me
que te he servido, y me iré, pues bien sa- así las crías débiles eran las de Labán y tratado como extrañas, vendiéndonos y has robado mis dioses?»*
bes tú qué buen servicio te he hecho». las fuertes las de Jacob. 43 Vino a ser Ja'-
27
comiéndose nuestro precio? * l s Y, ade- 31 Jacob respondió a Labán, diciendo:
Respondióle Labán: «Mira, por favor, cob rico en extremo, dueño de numero- más, cuanto Dios le ha quitado a él, nues- «Es que temía, pensando que quizá me
si he hallado gracia a tus ojos; yo sé por sos rebaños, de siervos y siervas, de ca- tro es y de nuestros hijos. Haz, pues, ya quitarías tus hijas. 32 Cuanto a lo de los
agüero que por 28
causa tuya me ha ben- mellos y asnos. lo que Dios te ha mandado». 17 Levan- dioses, aquel a quien se los encuentres,
decido Yavé.29
Fíjame tu salario, y yo tóse Jacob, e hizo montar a sus mujeres que muera. En presencia de nuestros her-
te lo daré». Contestóle Jacob: «Tú bien y a sus hijos sobre los camellos; y lle- manos busca cuanto sea tuyo, y tómalo».
sabes cómo te he servido y lo que con- Vuelta de Jacob a la tierra vando consigo todos sus ganados y todo Jacob no sabía que era Raquel la que los
migo ha venido a ser tu ganado. 3u Bien de Carian cuanto en Padán Aram había adquirido, había robado. *
33
poco era lo que antes tenías, pero se ha 18 se encaminó hacia Isaac, su padre, a Labán penetró en la tienda de Ja-
aumentado grandemente, y Yavé te ha 0"I * Oyó Jacob a los hijos de Labán tierra de Canán. 19 Labán había ido al cob, en la de Lía y en la de las dos siervas,
bendecido a mi paso. Ahora, pues, habré «** decir: «Ha cogido Jacob todo lo esquileo de sus ovejas 20
y Raquel robó los y no halló nada. Después de salir 34 de la
de hacer también yo por mi casa». 31 La- de nuestro padre, y con lo nuestro ha he- terafitn de su padre. * Jacob engañó a tienda de Lía entró en la de Raquel; pe-
bán le dijo: «Dime qué es lo que he de cho toda esa riqueza». 2 Y vio que la cara Labán,21arameo, y no le dio cuenta de su ro Raquel había cogido los terafim y los
darte». «Ño has de darme nada—le con- de Labán no era ya para él lo que había huida. Huyó con todo cuanto tenía, y había escondido bajo la albarda del came-
testó Jacob—, sino hacer lo que voy a sido antes, 3 y Yavé le dijo: «Vuélvete a ya en camino atravesó el río y se dirigió llo, sentándose encima. Labán rebuscó
decirte, y volveré a apacentar tu ganado la tierra de tu padre y a tu parentela, que al monte de Galad. por toda la tienda, pero no halló nada.
y a guardarlo. 32 Yo pasaré hoy por entre yo estaré contigo». 4 Mandó a llamar, 35 Raquel le dijo: «No se irrite mi señor
todos tus rebaños, y separaré toda res pues, Jacob a Raquel y a Lía, para que porque no pueda levantarme ante él, pues
manchada o rayada entre los corderos y fueran al campo adonde estaba con su L a b á n , en persecución de Jacob me hallo con lo que comúnmente tienen
toda res manchada entre las cabras. Eso ganado, s y les dijo: «Veo que el sem- 22
Al tercer día dijéronle a Labán que las mujeres». Así fue cómo, después de
será mi salario. * 33 Mi probidad respon- blante de vuestro padre no es para mí ya Jacob había huido; 23 y tomando consi- buscar y rebuscar Labán en toda36la tien-
derá así por mí a la mañana, cuando ven- el que antes era, aunque el Dios de mi go a sus parientes, le persiguió durante da, no pudo hallar los terafim. * Jacob
gas a reconocer mi salario; todo cuanto padre ha estado conmigo. 6 Bien sabéis siete días, hasta darle alcance en el mon- montó en cólera, y reprochó a Labán, di-
no sea manchado entre las cabras y ra- vosotras que yo he servido a vuestro pa- te de Galad. 24 Vino Dios en sueño du- ciéndole: «¿Qué crimen es el mío? ¿Cuál
yado entre los corderos, será en mí un dre con todas mis fuerzas, 7 y que vuestro rante la noche a Labán el arameo, 25 y le es mi pecado para que así me persigas? *
robo». 3<t Y respondió Labán: «Bien, sea padre se ha burlado de mí, mudando diez dijo: «Guárdate de decir a Jacob nada, 37
Después de buscar y rebuscar en todas
como dices». 3S Pero aquel mismo día se- veces mi salario; pero Dios no le ha per- ni en bien ni en mal». Cuando alcanzó mis cosas, ¿qué has hallado tuyo? Pre-
paró Labán todos los machos cabríos mitido perjudicarme. * 8 Cuando él decía: Labán a Jacob había éste fijado sus tien- séntalo aquí ante mis hermanos y los tu-
manchados, todas las cabras manchadas Tu salario serán las reses manchadas, to- das en el monte, y Labán fijó también la yos, y que juzguen ellos entre los dos.
y cuantas tenían algo de blanco, y entre das las ovejas parían corderos manchados; suya y las de sus parientes en el mismo 38 H e pasado en tu casa veinte años; tus
¡os corderos todos los rayados y mancha- y sí decía: Las reses rayadas serán tu sala- monte de Galad. 26 Dijo, pues, Labán a ovejas y tus cabras no abortaron, y yo
dos, y se los entregó a sus hijos, * 3* ha- rio, todas las ovejas parían corderos ra- Jacob: «¿Qué es lo que has hecho? ¡Es- no me he comido los corderos de tus re-
ciéndoselos llevar a tres días de camino yados. 9 Es, pues, Dios el que ha cogido caparte de mí, llevándote mis 27hijas como baños. 3S> Lo destrozado no te lo llevaba,
de donde estaba Jacob. Jacob siguió apa- lo de vuestro padre y me lo ha dado a si fuesen cautivas de guerra! ¿Por qué la pérdida iba a cuenta mía. M e reclama-
centando el resto del ganado de Labán. mí. 10 Cuando las ovejas entran en calor has huido secretamente, engañándome, en bas lo que me robaban 40 de día y lo que
37
Cogió Jacob varas verdes de estoraque, vi yo en sueños que los carneros que vez de advertirme, y te hubiera despedido me robaban de noche. * He vivido de-
de almendro y de plátano, y haciendo en cubrían a las ovejas eran rayados y man- yo jubilosamente con cantos, tímpanos y vorado por el calor del día y por el frío
ellas unos cortes, las descortezaba, dejan- chados, H y el ángel de Dios me dijo en el cítaras? 28 ¡Sin dejarme siquiera abrazar de la noche, y huía de mis ojos el sueño
41
do lo blanco de las varas al descubierto. sueño: 2«Jacob»; yo le respondí: «Heme a mis hijos y a29mis hijas! Has obrado in- He llevado en tu casa veinte años; ca-
38
Puso después las varas, asi descorteza- aquí». ' Y él dijo: «Alza tus ojos y mira: sensatamente. Mi mano es lo suficien- torce te he servido por tus dos hijas, seis
das, en los canales de los abrevaderos todos los carneros que cubren a las ovejas temente fuerte para hacerte mal, pero el por tus ganados, y me has mudado diez
adonde venía el ganado a beber;* 3 9 y las son rayados y manchados, porque yo he Dios de tu padre me ha hablado la pasa- veces el salario. 42 Si no hubiera sido por
que se apareaban a la vista de las varas, visto todo lo que te ha hecho Labán. 13 Yo da noche, diciéndome: «Guárdate de de- el Dios de mi padre, el Dios de Abraham,
40
parían crías rayadas y manchadas. Ja- soy el Dios que se te apareció en Betel, cir a Jacob cosa alguna, ni en bien ni en y por el temor de Isaac, ahora me hubie-
cob separó el ganado, y puso su grey apar- donde ungiste tú un monumento y me mal».3<l Y si es que te vas porque anhelas ras dejado ir de vacío. Dios ha visto mi
dejar que se mezclara con la de hiciste el voto. Levántate, pues, sal de
te, sin 41
Labán. Era cuando las reses vigorosas esta tierra y torna a la tierra de tu pa- 15 Efectivamente, las mujeres no tenían parte en la herencia paterna; por eso se desentienden
entraban en calor cuando ponía Jacob rentela». fácilmente de la casa de su padre y dan su aquiescencia a la propuesta de Jacob. La respuesta de las
14
las varas a su vista en los abrevaderos Raquel y Lía respondieron: «¿Tene- mujeres, a la vez que pone de relieve la avaricia de Labán, tal vez significa que el matrimonio por
para que se apareasen ante las varas; mos acaso nosotras parte o herencia en compra de la esposa no estaba aún radicado en la tierra.
19 Estos terafim eran los ídolos domésticos, de forma más o menos humana, según se colige
32 El color normal de las ovejas era el blanco; el de las cabras, el negro (Cant 4,2; 6,6; 4,1). de 1 Sam 19,13.16. Los hebreos, poco escrupulosos, los veneraban con frecuencia al lado de Yavé
Pide Jacob para si el ganado de color anormal, petición que a Labán debió de agradar; pero con y se servían de ellos para la adivinación (Os 3,4; Ez 21,29; Zac 10,2). En qué estima eran tenidos
esto se muestra cómo Dios está con Jacob y le favorece en todo. por algunos nos lo muestra Jue 17,5; 18,11 s. Raquel se los llevaba porque sin duda los tenia por
35
Labán manda lejos las reses que pudieran proporcionar a Jacob un aumento de su salario. los dioses protectores de la familia, al igual que su padre, y no quería separarse de ellos. Pero su
38 La ejecución del contrato retrata bien el carácter avaro de Labán. La industria de Jacob es modo de ocultarlos bajo la albarda muestra el desprecio del autor sagrado hacia ellos.
fácil de entender. Puesto que es en los abrevaderos donde los machos suelen cubrir a las hembras, 30 Todo este episodio de los terafim está impregnado de aguda sátira contra los Ídolos que ve-
pone en los canales esas varas parcialmente descortezadas, para que, impresionando a los animales, neran los cananeos y, a imitación de ellos, muchos hebreos.
venga el feto a tener el color variado de las mismas varas. El resultado correspondió a sus propósitos. 32
Se le aplica la pena debida al sacrilego, que era la pena de muerte.
San Crisóstomo y Teodoreto lo atribuyen a milagro. San Jerónimo, San Agustín y San Isidoro lo 35 Es el colmo de la burla ver los dioses así escondidos. La menstruación llevaba consigo la im-
tienen por natural y lo confirman con varios ejemplos. Lo que no ofrece duda es que el autor sagrado pureza legal, y esto aumenta la burla.
ve en esto un efecto de la providencia especial de Dios sobre el patriarca, y este así lo declara luego 36
Jacob toma ahora el desquite con tanto mayor motivo que la investigación no había dado
hablando con sus mujeres y con su suegro (31,9 ss.42). resultado alguno.
3 1 7 Nada de este trueque se dice en el capitulo precedente, tal vez porque la narración está 3» La declaración de este punto se halla en Ex 22,10 ss. Ezequiel, hablando de los pastores de
" * acortada o porque Jacob pondera la conducta de su suegro. Israel, lo alegoriza hermosamente (34,2 s.).
GÉNESIS 31-32 62 GÉNESIS 32-33
63
aflicción y el trabajo de mis manos, y ha D i o s . * 2 (3) AI verlos, dijo Jacob: «Este
cada uno de los hatos separadamente, articulación del muslo, por haber sido
juzgado la pasada noche». * 4 3 Respon- es el campamento de Dios»; y por eso
les dijo: «Id delante de mí, dejando un herido en él Jacob.
dió Labán y dijo a Jacob: «Las hijas, llamó a aquel lugar Majanaim. * 3 ( 4 ) En-
hijas mías son; los hijos son hijos míos; espacio entre hato y hato». 17 ( 18 ) Al pri-
vió Jacob ante sí mensajeros a Esaú, su
el ganado es mío también, y cuanto ves, mero le dio esta orden: «Si te encuentra Reconciliación con Esaú
hermano, a tierras de Seir, en los campos
Esaú, mi hermano, y te pregunta: ¿De
mió es; a estas mis hijas y a los hijos que de Edom, mandándoles: 4 ( 5 ) « A s í habéis O O ' Alzó Jacob los ojos, y vio venir
ellas han parido, ¿qué les haría yo hoy? * quién eres, adonde vas y de quién es
de decir a mi señor Esaú: He aquí lo
44
Ven, pues, hagamos alianza yo y tú, y eso que llevas?, l s ( 19 ) le responderás: D e «5 «* hacia él a Esaú con cuatrocientos
que dice Jacob, tu siervo: H e estado con hombres. Había repartido sus hijos entre
que Dios sea testigo entre ti y mí». tu siervo Jacob; es un presente que envía
Labán y he morado con él hasta ahora; * Lía, Raquel y las dos siervas, 2 poniendo
5 6 a mi señor, a Esaú, y él viene también
( ) tengo bueyes y asnos, ovejas, siervos
Pacto entre Labán y Jacob detrás de nosotros». 19 (20) La misma or- en cabeza a estas dos con sus hijos; des-
y siervas, y quiero hacérselo saber a mi pués a Lía con los suyos, y en último
den dio al segundo y al tercero y a todos
*5 Tomó, pues, Jacob una piedra, y la señor, para hallar gracia a sus ojos». lugar a Raquel con José. 3 El se puso
6 7 cuantos llevaban el ganado, diciéndoles:
alzó en monumento, * 4 6 y dijo a sus her- ( ) Los mensajeros volvieron, diciendo delante de todos y se postró en tierra
«Así habéis de hablar a Esaú cuando le
manos que cogieran piedras y las reunie- a Jacob: «Hemos ido a ver a tu hermano siete veces antes de llegar su hermano.
encontréis. 20 (21) Le diréis: Mira, tu sier-
ran en un montón, y comieron sobre él. Esaú, y viene él a tu encuentro con cua- 4
Esaú corrió a su encuentro, le abrazó,
vo Jacob viene detrás de nosotros». Pues
47
Le llamó Labán Jegar Saaduta, mien- trocientos hombres». 7 (8) Jacob se ate- cayó sobre su cuello y le besó. Ambos
se decía: Le aplacaré con los presentes
tras que le llamó Jacob Galad. 4 8 Y dijo morizó grandemente y se angustió; di- lloraban. 5 Luego, alzando los ojos, vio
que van delante y luego le veré; quizá
Labán: «Este montón es hoy testigo en- vidió en dos partes a los que le acompa- Esaú a las mujeres y a los niños, y pre-
me acoja bien. * 21 (22) L O S presentes pa-
tre ti y mí». Por eso se le llamó Galad, ñaban, a los rebaños, los ganados y los guntó: «¿Quiénes son estos que traes
saron delante de él, y él se quedó allí
49 camellos, diciéndose: 8 ( 9 ) «Si encuentra
y también Masfa, por haber dicho La- aquella noche en el campamento; 2 2 (23) y contigo?» Jacob le contestó: «Son los
bán : «Que vele Yavé entre los dos cuando Esaú una parte y la destroza, quizá pue- hijos que Dios ha dado a tu siervo».
levantándose todavía de noche, y toman-
nos hayamos separado uno de otro. 5 0 Si da salvarse la otra»; 9 ( 1 0 ) y dijo: «Dios 6 Aproximáronse las siervas con sus hijos
do a sus dos mujeres, a sus dos siervas y
tú maltratas a mis hijas o tomas otras de mi padre Abraham, Dios de mi padre y se postraron. 7 Aproximóse también Lía
a sus once hijos, les hizo pasar el vado
Isaac, Yavé, que me dijiste: Vuelve a
mujeres además de ellas, no habrá hombre de Jacob. 2 3 (2<>) Pasó también después con los suyos, y se postraron. Luego se
que pueda argüirte; pero mira que D i o s tu tierra, al lugar de tu nacimiento, que acercaron José y Raquel, y se postraron.
cuanto tenía.
es testigo entre ti y mí». 51 Y añadió La- yo te favoreceré. 1 0 (H) Muy poco soy 8
Esaú le preguntó: «¿Qué pretendes con
bán : «He aquí el monumento y he aquí el para todas las gracias que a tu siervo todos esos hatos que he ido encontran-
has hecho y toda la fidelidad que con L a l u c h a c o n el á n g e l
testigo que he alzado entre ti y mí. 5 2 Este do?» «Hallar gracia a los ojos de mi
él has tenido, pues pasé este río Jordán 24
montón es testigo de que yo no lo pasaré ( 25 ) Quedóse Jacob solo, y hasta ra- señor». 9 Contestóle Esaú: «Tengo mu-
yendo contra ti, ni tú lo pasarás para ha- llevando sólo mi cayado, y vuelvo ahora cho, hermano mío; sea lo tuyo para ti»,
yar la aurora estuvo luchando con él un
cerme darlo. 53 El Dios de Abraham y el con dos escuadras. n ( 12 ) Líbrame, te rue-
hombre, el cual, * 2 5 (26) viendo que no le w « N o , te ruego—respondió Jacob—, si
Dios de Najor juzgue entre nosotros». go, de la mano de mi hermano, de la es que he hallado gracia a tus ojos, acep-
podía, le dio un golpe en la articulación
Juró, pues, Jacob por el temor de Isaac, mano de Esaú, pues le temo, no sea que ta de mi mano el presente, ya que he
del muslo, y se relajó el tendón del muslo
su padre; 5 4 ofreció un sacrificio en el venga a matarnos a todos, la madre con visto tu faz como si viera la de Dios, y
de Jacob luchando con él. 26 (27) g j hom-
monte e invitó a sus hermanos a comer. los hijos. * i 2 ( 13 ) Tú me has dicho: Y o me has acogido favorablemente, n Acep-
bre dijo a Jacob: «Déjame ya que me
Comieron y pasaron la noche en el monte. te favoreceré grandemente y haré tu des- ta, pues, el presente que te hago, pues
vaya, que sale la aurora». Pero Jacob
55
Al día siguiente se levantó Labán de cendencia como las arenas del mar, que D i o s me ha favorecido y tengo de todo».
respondió: « N o te dejaré ir si no me
por lo numerosas no pueden contarse». * Tanto le instó, que aceptó Esaú. 1 2 Este
mañana, besó a sus hijos y a sus hijas y bendices». 2 7 (28) El le preguntó: «¿Cuál
los bendijo. Después se marchó para vol- 13(14) Pasó allí Jacob aquella noche, y es tu nombre?» «Jacob», contestó éste. le dijo: «Pongámonos en marcha; yo iré
verse a su lugar. de cuanto tenía tomó para hacer presentes 28 (29) y él le dijo: « N o te llamarás ya delante de ti». ] 3 Jacob le respondió:
a Esaú, su hermano: doscientas cabras y en adelante Jacob, sino Israel, pues has «Bien ve mi señor que hay niños tiernos,
T e m o r e s d e J a c o b a n t e el e n c u e n t r o veinte machos; 1 4 (15) doscientas ovejas y luchado con Dios y con hombres y has y que llevo ovejas y vacas que están
veinte carneros; 15 Ó 6 ) treinta camellas vencido». * 29 (30) Rogóle Jacob: «Dame, criando, y si durante un día se les hiciera
con Esaú
criando, con sus crías; cuarenta vacas y por favor, a conocer tu nombre»; pero marchar apresuradamente, todo el gana-
i (2) Jacob prosiguió su camino, y diez toros; veinte asnas y diez asnos; do moriría. 1 4 Pase, pues, mi señor de-
32 le salieron al encuentro ángeles de
1 6 17
( ) y poniendo en manos de sus siervos
él le contestó: «¿Para qué preguntas por
mi nombre?»; y le bendijo allí. 3o (31) Ja- lante de su siervo, y yo seguiré lentamente
cob llamó a aquel lugar Panuel, pues dijo: al paso de los rebaños que llevo delante
42
Jacob reconoce la providencia especial que Dios tiene de él. «He visto a Dios cara a cara y ha quedado y al paso de los niños, hasta llegar a
43
Labán, viéndose vencido, cambia de tono y de tema y se muestra muy interesado por el bien a salvo mi vida». 31 (32) Salía el sol cuando Seir, a mi señor». 15 Dijo Esaú: «Deja-
de sus hijas y de sus nietos, cuya dicha tiene por suya, y se da por muy contento de que sean ricos, ré, pues, contigo una parte de la gente
aun 4a5 costa de él mismo. pasó de Panuel e iba cojeando del muslo. *
Dos cosas distintas parece implicar este arreglo: un hito que sirva de límite entre Labán y 32 (33) por eso los hijos de Israel no comen, que llevo». Pero Jacob respondió: «¿Y
Jacob y un majano de piedras que será testigo del pacto que hacen. El sacrificio de Jacob y la comida todavía hoy, el tendón femoral de la para qué eso, si he hallado gracia a los
que sigue tienen por objeto sellar y hacer sagrado ese pacto.
2
O O * Esta presencia de los ángeles significa la protección de Dios, que a Jacob acompaña más o No sería una temeridad ver en estas angustias de Jacob y en la humillación ante su hermano la
** ^ especialmente desde este momento en que llega a la tierra de promisión y tiene que comenzar justa24 expiación de su conducta con el padre y con el hermano.
la lucha con su hermano Esaú. Esta lucha constituye un punto culminante en la historia de Jacob, que va a librar la batalla
2
Majanaim: El episodio explica el origen del nombre. Esta ciudad, según Jos 13,26, se hallaba decisiva con su hermano sobre la primogenitura y cuanto en ella iba implicado. Jarki supone que este
en el límite entre Manases y Gad, y era además ciudad de refugio (Jos 21,18): pero se ignora el sitio ángel era el ángel de Esaú, el cual, a semejanza del ángel de Persia en Dan 10,13.20, trata de oponerse
preciso que ocupaba al norte del Jaboc y cerca del Jordán. a que Jacob pase a la tierra de Canán y tome posesión con su familia de la región de las promesas.
4
En este discurso, igual que en los siguientes de Jacob con Esaú, se pone de relieve el empeño Vencida por Jacob esta batalla, queda virtualmente vencedor de su hermano, y no encontrará más
de Jacob de convencer a su hermano a fuerza de modestia y humildad, sin olvidar el recurso a Dios, oposición en su marcha. Oseas 12,4, parece confirmar esta exposición.
28
que 11le protegía y guiaba. Más que la etimología importa la declaración del ángel. Jacob había luchado con Dios re-
Herir la madre con los hijos significa una matanza universal (Os 10,14). presentado por el ángel, que, al defender la causa de Esaú, defendía el orden natural de la transmi-
12
Es claro el intento de Jacob al escalonar en el camino estos mensajeros acompañados de ricos sión de la primogenitura. Había luchado con Labán, estaba a punto de luchar con Esaú. y siempre
presentes. Solicitar el ánimo de su hermano y forzarle a aceptar el obsequio, con lo que quedaba había31
logrado la victoria, cuyo premio sería la bendición de Abraham y de Isaac.
obligado a respetarle y guardarle fidelidad fraterna. Para verse suelto de los brazos de Jacob le hirió en el muslo, y del golpe le quedó esta cojera
a la cual se refiere el uso de no comer el músculo isquíaco. La Ley no hace mención de esto.
GÉNESIS 33-34 64 65 GÉNESIS 34-35

ojos de mi señor?» i« Volvióse, pues, a a Siquem y a su padre dolosamente mujeres los cautivaron y se los llevaron, ca, y fue enterrada por debajo de Betel,
Soir Esaú aquel mismo día. 17 Jacob par- por el estupro de Dina, su hermana, y Jes y robaron
30
cuanto había en las casas. bajo una encina que se llamó Encina
lió para Sucot, y se hizo allí una casa dijeron: 14 «No podemos hacer eso de dar Dijo Jacob a Simeón y a Leví: «Ha- del9 llanto.
y apriscos para sus ganados; por eso se nuestra hermana a un incircunciso, por- béis perturbado mi vida, haciéndome Apareciósele de nuevo Dios a Jacob,
llamó Sucot aquel lugar, i 8 Llegó Jacob que eso sería para nosotros una afrenta. odioso a los habitantes de esta tierra, a de
10
vuelta de Padán Aram, y le bendijo,
en paz a la ciudad de Siquem, en tierra 15
Sólo podríamos venir en ello con esta cananeos y fereceos. Yo tengo poca gen- diciendo: «Tu nombre es Jacob, pero
de Canán, de vuelta de Padán Aram, y condición: que seáis como nosotros y se te. Ellos se reunirán contra mí y me ma- no serás llamado ya Jacob; n tu nombre
acampó frente a la ciudad. JtJ Compró a circunciden todos vuestros varones, i<> En- tarán, destruyéndome a mí y a mi casa».
31
será Israel»; y le llamó Israel. Y le dijo:
los hijos de Jamor, padre de Siquem, el tonces os daríamos nuestras hijas y to- Ellos le respondieron: «¿Y había de ser «Yo soy El-Saddai. Crece y multiplíca-
trozo de tierra donde había asentado sus maríamos las vuestras, y habitaríamos tratada nuestra hermana como una pros- te. De ti saldrá un pueblo, un conjun-
tiendas por cien quesitas, * 2 " y alzó allí juntos, y seríamos un solo pueblo; 17 pero tituta?» to de pueblos, y de tus lomos saldrán
un altar, que llamó «El Elohe israel» (El si no consentís en circuncidaros, cogere- reyes. 12 La tierra que di a Abraham
Dios de Israel). mos a nuestra hija y nos iremos». 18 Estas Jacob en Betel y a Isaac te la daré1 3a ti y a tu descenden-
palabras agradaron a Jamor y a Siquem, cia después de ti». Y ascendió4 Dios del
O C 1 Dijo Dios a Jacob: «Anda, sube lugar donde le había hablado, 1 en el que
Dina y los siquemitas hijo de Jamor. 19 El joven no dio largas <50 a Betel, y habita allí y alza allí
a la cosa, por lo enamorado que estaba levantó Jacob un monumento de piedras,
un altar al Dios que se te apareció cuando y en él hizo una libación y derramó óleo
O 4 ! Salió Dina, la hija que había pa- de la hija de Jacob y por ser el de más res- huías de Esaú, tu hermano». 2 Jacob dijo
* * " rido Lía a Jacob, para ver a las peto de la casa de su padre. 2 ° Fueron, sobre él, 15 dando el nombre de Betel al
a su familia y a cuantos estaban con él: lugar donde Dios le había hablado.
hijas de aquella tierra; * 2 y viéndola Si- pues, Jamor y Siquem, su hijo, a las puer- «Arrojad todos los dioses extraños que
quem, hijo de Jamor, jorreo, príncipe de tas de la ciudad, y hablaron a los hom- haya entre vosotros; purificaos y mudaos
aquella tierra, 3la arrebató, se acostó con bres de su ciudad, diciendo: 21 «Estos Muerte de Raquel y de Isaac
de ropas, * 3 pues vamos a subir a Betel
ella y la violó. De tal modo se prendó de hombres son gente de paz en medio de y a alzar allí un altar al Dios que me oyó
16
Partiéronse de Betel, y cuando esta-
Dina, la hija de Jacob, que la amó y le nosotros; que se establezcan en esta tierra el día de mi angustia y me acompañó en ban todavía a un quibrat de distancia de
habló tiernamente. 4 Y dijo Siquem a Ja- y la recorran; la tierra es a ambas manos el viaje que hice». Efrata, parió Raquel, teniendo un parto
mor, su padre: «Tómame esa joven por espaciosa para ellos. Tomaremos por mu- 4
Entregaron, pues, todos los dioses ex- muy difícil. * 17 Entre las angustias del
mujer». 5 Supo Jacob que Dina, su hija, jeres a sus22 hijas y les daremos a ellos las traños que pudieron haber a mano, y los parto, le dijo la partera: «Animo, que
había sido violada; pero como sus hijos nuestras; pero sólo consienten en habi- pendientes de sus orejas, a Jacob, que los también éste es hijo». 1S Y al dar el alma,
estaban en el campo con el ganado, se tar con nosotros y ser con nosotros un enterró bajo la encina que hay en Si- pues estaba ya moribunda, le llamó Be-
calló hasta su vuelta. * pueblo solo si se circuncida entre nosotros quem. * 5 Partieron, y se extendió el terror noni, pero su padre le llamó Benjamín. *
6
Jamor, padre de Siquem, salió para todo varón, como lo están ellos. 23 Sus de Dios por las ciudades del contorno, y
19
Murió Raquel, y fue sepultada en el
hablar a Jacob. 7 Cuando de vuelta del ganados, sus bienes y todas sus bestias, no6 los persiguieron. camino de Efrata, que es Belén, * 20 y al-
campo lo oyeron los hijos de Jacob, se ¿no serán así nuestros? Sólo falta que ac- Llegó Jacob, y cuantos con él iban, a zó Jacob sobre la tumba de Raquel un
llenaron de ira y de furor por el ultraje cedamos a su petición, y habitarán con Luz, que es Betel, en la tierra de Canán. monumento, que todavía subsiste.
hecho a Israel, acostándose con la hija nosotros». 24 Escucharon a Jamor y a Si- 7
Alzó allí un altar y llamó a este lugar 21 Partióse Israel y plantó sus tiendas
de
8
Jacob, cosa que no debía hacerse. * quem cuantos salían por las puertas de la Betel, porque allí se le apareció Dios cuan- más allá de Migdal Eder. 22 Durante su
Jamor les habló, diciendo: «Siquem, mi ciudad, y todo varón fue circuncidado.
25 do3 huía de su hermano. estancia en esta región vino Rubén, y se
hijo, está prendado de vuestra hija; dád- Al tercer día, cuando estaban con los Murió Débora, la nodriza de Rebe- acostó con Bala, la concubina de su pa-
sela, os ruego, por mujer; * 9 haced alian- dolores, dos de los hijos de Jacob, Simeón
za con nosotros; dadnos vuestras hijas, y Leví, hermanos de Dina, penetraron sin * Estas palabras van dirigidas tanto a los de su casa como «a los que estaban con él». Debe-
y tomad las nuestras para vosotros, y peligro en la ciudad, espada en mano, y 35 mos concebir a Jacob, como a Abraham, a la manera de un jeque poderoso. La idea de con-
cebir a todos los israelitas como descendientes de Abraham es una ficción de derecho, que da a la
habitad con nosotros. 1° La tierra estará mataron a todos los varones. * 26 Pasaron
a vuestra disposición para que habitéis a filo de espada a Jamor y a Siquem, su adopción el valor de una generación natural. Ya hemos visto que entre las mujeres de Jacob no era
tan pura la religión monoteísta; ahora, al cumplir el voto que habla hecho a Yavé de tenerlo por su
en ella, la recorráis y tengáis propiedades hijo; y sacando 27 a Dina de la casa de Si- único Dios, era natural que alejase de su campo todo rastro de culto idolátrico (Ex 20,3). La puri-
en ella», u Siquem, por su parte, dijo al quem, salieron. Los hijos de Jacob se ficación, como en Ex IO.IO ss.
padre y a los hermanos de Dina: «Halle arrojaron sobre los muertos, y saquearon * Los zarcillos tendrían la figura de alguna divinidad y entraban, por lo mismo, en la categoría
yo gracia a vuestros ojos, y os daré lo la ciudad, por haber sido deshonrada su de Ídolos. Jacob los enterró, y es otra burla de los dioses de piedra y leño, que no oyen. Esta encina
que me pidáis. 12 Acrecentad mucho la hermana. 28 Lleváronse sus ovejas, sus es ya mencionada en 12,6 y luego en Jos 24,26 s.; Jue 9,6. El terror de Dios es un terror pánico que
dote y las dádivas. Cuanto me digáis os bueyes, sus asnos, cuanto había en la ciu- cohibe a los cananeos y protege al patriarca, como en Ex 23,27; Vt 11,25; Jos 2,9.
>« Era una medida longitudinal, de equivalencia desconocida. Las medidas longitudinales en
lo daré, pero dadme a la joven por mu- dad y cuanto había en los campos. 29 To- uso entre los hebreos derivan sus nombres de ciertas partes del cuerpo, lo mismo que las de tantos
jer». , 3 Los hijos de Jacob respondieron dos sus bienes, todos sus niños, todas sus otros pueblos. Las que hallamos mencionadas en la Escritura son: el amma = codo; el zeret = pal-
mo; el tefa = coto, y el esba = dedo. En el codo se distinguían el vulgar y el sagrado o real. Este
ÍJ 3 1» Era la quesi a una pieza de valor desconocido y que tenia la forma de una oveja. último parece ser el codo de Egipto, que, según los monumentos egipcios, equivalía a mms. 525;
mientras que el vulgar parece que era el codo de Asiría, y equivalía a mms. 495. El palmo era la
34 ' ^ a mención de Dina en 30,21, después de los seis hermanos, no indica que haya nacido mitad del codo; el coto, la tercera parte del palmo, y el dedo, la cuarta parte del coto. A más de estas
^ después de ellos, sino el poco aprecio en que las hijas eran tenidas. Acaso no serla mencionada medidas, hallamos mencionadas en el Antiguo Testamento el gómed, de equivalencia desconocida,
si no fuera por este episodio. y sobre todo en Ezequiel; la caña, que más que una medida real y corriente era un instrumento para
5 medir, algo parecido, claro que no en la materia, a las cintas empleadas entre nosotros, y tenía seis
La conducta de Jacob produce la impresión de un anciano que ya sólo nominalmente ejerce codos y un palmo, es decir, ms. 3,237. En el Nuevo Testamento se mencionan ei camino de sábado,
la autoridad en su casa; son los hijos los que hablan y obran como dueños. Debe anotarse esto para unos 2.000 codos; el estadio, medida griega, equivalente a 600 pies, o sean 400 codos, unos 185 me-
apreciar la cronología del relato. tros; la braza = Vulg. passus, medida marina, equivalente, aproximadamente, a ms. T.,85.
' La violación y el homicidio son las dos cosas que, aún hoy, más encienden la sangre de los nó-
madas y los mueven a terribles venganzas. De medidas de superficie no hallamos en la Escritura mencionadas más que el semed = Vulg. yf¿-
!
En caso de violación, la Ley exigía el matrimonio o la dote. Siquem va más allá, proponiendo gerum, yugada, que no es una medida exacta, sino solamente aproximada; el espacio de tierra de
la unión de los dos pueblos. Pero tal vez esto les pareció demasiado a los hijos de Jacob. labor que puede arar en un día una yunta.
25
Hay motivos para dudar de la corrección del texto en este episodio. Se explica la muerte de 18 Ben-oní: Hijo de mi dolor, aludiendo a los del parto laborioso que había tenido—Ben-yamin:
Siquem y de su padre y el rescate de Dina, pero no la matanza de los siquemitas inocentes, sin ex- Hijo de la diestra o de la dicha: Buenaventura.
1
cluir los niños y las mujeres. Es probable que el texto haya sido alterado por los copistas, llevados ' Sin duda que las palabras «que es Belén» son una glosa, que debe eliminarse. Con esto queda
de su odio a los samaritanos (cf. Jos 7,15: Jue 9,2). resuelta la dificultad geográfica.
GÉNESIS 35-36 66 67 CÉNESl.s 36-37
dre, y lo supo Jacob. Los hijos de Jacob los jefes de Elifaz en la tierra de E d o m ; de Iram. Estos son los jefes de E d o m , tus h e r m a n o s ? » * U Sus hermanos le en-
eran doce. 23 Hijos de Lía: Rubén, el pri- son los hijos de Ada. 1 7 Hijos de Rauel, según sus m o r a d a s en la tierra que ocu- vidiaban, pero a su padre le d a b a esto
mogénito de J a c o b ; Simeón, Leví, Judá, hijo de Esaú: el jefe Najat, el jefe Zaraj, pan. Este es Esaú, padre de E d o m . que pensar. 1 2 Fueron sus hermanos a
Isacar y Z a b u l ó n . 2 4 Hijos de Raquel: José el jefe Samma y el jefe Meza. Estos son apacentar el ganado de su padre en Si-
y Benjamín. 25 Hijos de Bala, la sierva de los jefes de Rauel en la tierra de E d o m ; quem, 13 y dijo Israel a José: «Tus her-
R a q u e l : D a n y Neftalí. 2<> Hijos de Zelfa, éstos son los hijos de Basemat, mujer de C U A R T A P A R T E m a n o s están apacentando en Siquem. Ven
la sierva de Lía: G a d y Aser. Estos son Esaú. i 3 Hijos de Olibama, mujer de E s a ú : que te m a n d e a ellos». El le respondió:
los hijos que le nacieron a Jacob en Pa- el jefe Jeus, el jefe Jelón y el jefe Coré. H I S T O R I A D E J O S É Y DE SUS HERMANOS «Heme aquí». 1 4 «Pues vete a ver si están
dán Aram. Estos son los jefes de Olibama, hija de (37,50) bien tus hermanos y el ganado, y vuelve
27
F u e Jacob a donde estaba Isaac, su A n a y mujer de Esaú. 1 9 Estos son los hi- a decírmelo». Y le envió desde el valle
padre, a M a m b r é , a la ciudad de Arbé, jos de Esaú, éstos sus jefes; él es E d o m . José de H e b r ó n y se dirigió José a Siquem.
que es H e b r ó n , donde habitaron A braham 2 0 Los hijos de Seir, el jorreo, que habi- 15 Encontróle un h o m b r e errando por el
e Isaac. 28 Vivió Isaac ciento ochenta años taba la región: Lotán, Sobal, Sebeón, ntj i H a b i t ó Jacob en la tierra p o r campo, y le preguntó: «¿Qué buscas?»
29
y murió y se reunió con su pueblo, an- Ana, 2 1 Disón, Eser y Disán. Estos son ** * donde peregrinó su padre, en la 16
Y él le contestó: «A mis hermanos bus-
ciano y lleno de días. Esaú y Jacob, sus los jefes de los jórreos, hijos de Seir, en tierra de Canán.
2 co. H a z el favor de decirme dónde están
la tierra de E d o m . 2 2 Los hijos de L o t á n Estas son las generaciones de J a c o b :
hijos, le sepultaron. apacentando». 17 Contestóle el h o m b r e :
fueron: Jorí y H e m a n ; y T a m n a , herma- C u a n d o tenía José diecisiete años, sien-
«Se h a n ido de aquí, pues les oí decir:
na de Lotán. 2 3 Los hijos de Sobal: Al- do todavía un niño, iba con sus herma-
Descendencia de Esaú Vamonos a Dotayin». F u e José en busca
ván, Manajat, Ebal, Sefó y Onam. 2 4 Los nos, los hijos de Bala y de Zelfa, mujeres
de sus hermanos, y los halló en Dotayin.
hijos de Sebeón: Ava y Ana. Este A n a de su padre, a apacentar el ganado, e hizo
O j > i E s t a s s o n las g e n e r a c i o n e s d e 18 Viéronle ellos desde lejos, antes de que
llegar José a su padre la pésima fama de
«* « Esaú, que es E d o m . * 2 Esaú t o m ó es el que halló en el desierto los m a n a n - aquéllos. * 3 Israel a m a b a a José más que
a ellos se aproximara, y concibieron el
sus mujeres de entre las hijas de Canán, tiales de agua caliente mientras apacen- proyecto de matarle. * 1 9 Dijéronse unos
25 a todos sus otros hijos, por ser el hijo de
a Ada, hija de Elón, jeteo; a Olibama, taba el ganado de Sebeón, su p a d r e . Los su ancianidad, y le hizo una túnica ta-
a o t r o s : «Mirad, ahí viene el de los sue-
hija de Ana, hijo de Sebeón, j e v e o . 3 Ade- hijos de A n a : Disón y Olibama, hija de ños ; 2 0 vamos a matarle y le arrojaremos
2 lar. * 4 Viendo sus hermanos que su padre
más, a Basemat, hija de Ismael, h e r m a n a Ana. 6 Los hijos de D i s ó7 n : Jemdam, le a m a b a más que a todos, llegaron a
a u n o de estos pozos, y diremos que le ha
de Nebayot. 4 Ada le parió a Elifaz; Ba- Esebán, Jetram y Caram. 2 Los hijos 28
de
odiarle, y no podían hablarle amistosa-
devorado una fiera: así veremos de qué
semat a Rauel, 5 y Olibama a Jeus, Jelón Eser: Balam, Zaavam y Acam. Los le sirven sus sueños». 2 1 Rubén, que esto
mente. 5 Tuvo también José un sueño, que
y Coré. Estos son los hijos que le nacieron hijos 29
de Disán: Us y A r a m .
c o n t ó a sus h e r m a n o s y que acrecentó
oía, quería librarle de sus manos, y les
a Esaú en tierra de Canán. 6 Esaú t o m ó H e aquí los jefes de los jórreos: el dijo: «Matarle, n o ; 2 2 no vertáis sangre;
más todavía el odio de éstos contra él.
a sus mujeres, sus hijos y sus hijas y to- 3jefe 0
Lotán, el jefe Sobal, el jefe Sebeón, 6
Díjoles: «Oíd, si queréis, este sueño que
arrojadle a ese pozo que hay en el de-
das las gentes de su casa, sus ganados y el jefe Ana, el jefe Disón, el jefe Eser, sierto y no pongáis la m a n o sobre él».
he tenido. 7 Estábamos nosotros en el
todas sus bestias y todos los bienes que el jefe Disán. Estos son los jefes de los c a m p o a t a n d o haces, y vi que se levan-
Quería librarle de sus manos para devol-
había adquirido en la tierra de Canán, y jórreos, cada u n o de sus jefes en la tierra verlo a su padre. 2 3 C u a n d o llegó José
taba mi haz y se tenía en pie, y los vues-
se fue a una tierra lejos de Jacob, su her- de3 1 E d o m . tros lo rodeaban y se inclinaban ante el
hasta sus hermanos, despojáronle de su
m a n o ; 7 pues siendo muchos los bienes H e aquí los reyes que h a n reinado túnica, la túnica talar que llevaba, 24 y
mío, adorándole». 8 Y sus hermanos le
de u n o y otro, no podían habitar juntos, en tierra de E d o m antes que3 2reinara un dijeron: «¿Es que vas a reinar sobre nos-
cogiéndole, le arrojaron al pozo, un pozo
y la tierra en que se movían n o les basta- rey sobre los hijos de Israel: Bela, hijo otros y vas a dominarnos?» Estos sueños
vacío que no tenía agua. *
ba a causa de sus muchos ganados. 8 Es- de Beor, reinó en Edom, 33
y el n o m b r e de
y las palabras de José fueron causa de
tablecióse Esaú en el m o n t e de Seir; Esaú su capital era D e n a b a . M u r i ó Bela y le José, v e n d i d o p o r sus h e r m a n o s
que le odiaran todavía más. * 9 Tuvo José
es E d o m . sucedió J o b a b , hijo de Zara, de Bosra. 25
34 otro sueño, que contó también a sus her- Sentáronse a comer, y alzando los
9
H e aquí los nombres de los hijos de M u r i ó J o b a b y le sucedió Jusam, de la
35 manos, diciendo: «Mirad, he tenido otro ojos, vieron venir u n a caravana de ismae-
Esaú, padre de E d o m , en el monte Seir: tierra de Teman. M u r i ó Jusam y le su-
sueño, y he visto que el sol, la luna y once litas que venía de Galad, cuyos camellos
1° Elifaz, hijo de Ada, mujer de E s a ú ; cedió Adad, hijo de Badad, que derrotó estrellas me adoraban». 10 Contó el sue- iban cargados de estoraque, tragacanto y
Rajel, hijo de Basemat, mujer de Esaú. a Median en los campos de 3M 6
o a b ; el n o m -
ño a su padre y a sus hermanos, y aquél láudano, que llevaban a Egipto ; * 2 ' y dijo
11
Los hijos de Elifaz fueron: Teman, bre de su ciudad era Avit. M u r i ó Adad
37 le increpó, diciéndole: «¿Qué sueño es ese Judá a sus h e r m a n o s : «¿Qué sacaríamos
Ornar, Sefo, G a t a m y Quenez. 12 T a m n a y le sucedió Semla, de Masreca. Mu-
que has soñado? ¿Acaso vamos a pos- de m a t a r a nuestro hermano y ocultar su
fue concubina de Elifaz, hijo de Esaú, y rió Semla y le 38
sucedió Saúl, de Rejobot,
trarnos en tierra ante ti, yo, tu m a d r e y sangre? * 2 7 Vamos a vendérselo a esos is-
le parió a Amalee. Estos son los hijos junto al río. M u r i ó Saúl y le sucedió
39
de Ada, mujer de Esaú. t 3 Los hijos de Baaljamán, hijo de Acbor. M u r i ó Baal- O "7 2 Como en 25,19 narra, en la historia de Isaac, la de sus hijos, así aquí, con tanta mayor razón,
R a u e l : Najat, Zaraj, Samma y Meza. jamán, hijo de Acbor, y le sucedió H a - ^* *3 cuanto que los de Jacob habían de formar el pueblo de las promesas.
14
Estos son los hijos de Basemat, mujer d a r ; el n o m b r e de su capital era Pau y La gente trabajadora llevaba la túnica corta: los principales, larga, y si tenía mangas era señal
de Esaú. Los hijos de Olibama, hija de el de su mujer Metabel, hijo de M a t r a d , de distinción.
8
40 El sentido del sueño es bien claro, y los hermanos lo entienden. El autor sagrado nos muestra
Ana, hija de Sebeón, mujer de Esaú, fue- hija de Mezaab. Estos son los nombres
cómo la mano de Dios va dirigiendo los destinos de José y los de Israel por José.
r o n : Jeus, Jelón y Coré. de los jefes de Esaú, según sus tribus y 10
El texto nos indica que la reprensión del padre es un tanto económica, pues él presiente un
15
He aquí los jefes de tribu de los hi- sus territorios. El jefe de4 1 T a m n a , el jefe misterio de Dios en estos sueños. El sueño supone aún viva a Raquel, porque el relato es retros-
jos de Esaú: Hijos de Elifaz, primogéni- de Alva, el jefe de Jetet, el jefe de 4Oli- 2
pectivo.
18
to de Esaú, el jefe Teman, el jefe Ornar, b a m a , el jefe de Ela, el jefe de Finón, el La Escritura nos muestra cómo había nacido y crecido el odio, que ahora llega al colmo:
16
el jefe Sefo, el jefe Q u e n e z , el jefe Coré, jefe de Quenez, el jefe de Teman, el jefe el fratricidio.
24
43 Los pozos abundan en el campo para recoger el agua en la época de las lluvias.
el jefe G a t a m , el jefe Amalee. Estos son de Mabsar, el jefe de Magdiel, el jefe 25
La descendencia de Ismael es mencionada en 25,12 ss. Su primogénito, Nabayot, es e¡ pa-
dre de los nabateos, que habitaron luego al este del Araba, en el antiguo territorio de Edom. La
O £ 1 Muerto Isaac, el autor habla de su hijo Esaú, para dejarle luego de lado, como había hecho región de Dotain está en el camino de las caravanas que iban de Damasco y Galad a Egipto. Los pro-
^ " antes con Ismael, c. 25.—«Que es Edom», frase aquí tan repetida, indica que más que a la per- ductos que llevaban eran de gran consumo en el valle del Nilo para el culto en los templos, para la
sona de Esaú mira el autor a sus descendientes. El capitulo contiene varias estadísticas de esta na- medicina y para el embalsamamiento de los cadáveres.
ción correspondientes a épocas diversas, por donde se explican las divergencias de las mismas y la 26 La venta de una persona libre era un crimen grave, que la Ley castigaba con la pena capital,
repetición. pero sin duda menor que el homicidio (Ex 21,16).
GÉNESIS 37-38 69 GÉNESIS 38-39
maculas y no pongamos en él nuestra de Yavé, y Yavé le mató. 8 Entonces dijo
m a n o s de la mujer; pero éste no la halló. a los ojos de su señor, y le servía a él. *
muño, pues es hermano nuestro y carne Judá a O n á n : «Entra a la mujer de tu 21 5
Preguntó a las gentes del lugar, dicien- Hízole m a y o r d o m o de su casa, y puso
nuestra». Asintieron sus h e r m a n o s ; 2 8 y h e r m a n o , y tómala, como cufiado que
do : «¿Dónde está la meretriz que se sienta
cuando pasaban los mercaderes madiani- eres, para suscitar prole a tu hermano». * en su m a n o t o d o cuanto tenía. Bendijo
en Enaím a la vera del camino?» Y ellos Yavé p o r José a la casa de Putifar, y de-
tas, sacaron a José, subiéndole del pozo, ' Pero Onán, sabiendo que la prole n o
le respondieron: « N o ha habido ahí nunca r r a m ó Yavé su bendición sobre todo cuan-
y por veinte monedas de plata se lo ven- sería suya, c u a n d o entraba a la mujer de
ninguna meretriz». 2 2 Volvió, pues, a Judá, to tenía en casa y en el campo, <> y él lo
dieron a los ismaelitas, que le llevaron a su h e r m a n o se derramaba en tierra para
y le dijo: « N o la he hallado, y las gentes dejó t o d o en m a n o s de José, y no se cuida-
Egipto. * 2 9 Volvió R u b é n al pozo, pero no dar prole a su h e r m a n o . 10 Era malo
del lugar m e h a n dicho que no h a habido
no estaba en él José, y rasgando sus ves- a los ojos de Yavé lo que hacía Onán, y ba de nada, a n o ser de lo que comía. Era
allí ninguna meretriz». 23 Y dijo J u d á : José de hermosa presencia y bello rostro.
tiduras, 3 0 volvióse a donde estaban sus le m a t ó también a él. u Dijo entonces
«Que se quede con ello, no vaya a bur-
hermanos y dijo: «El niño no parece; J u d á a Tamar, su n u e r a : «Quédate como
larse de n o s o t r o s ; yo ya he m a n d a d o el Castidad de José
¿adonde iré yo ahora?» 31 T o m a r o n la viuda en casa de tu p a d r e hasta que sea
cabrito y tú no la has hallado». 2 4 Al cabo
túnica talar de José, y m a t a n d o u n macho grande mi hijo Sela». Pues se decía: « N o 7
Sucedió después de t o d o esto que la
de unos tres meses hicieron saber a Judá
cabrío, la empaparon en la sangre, 3 2 l a vaya a morir también éste como sus her-
la cosa, diciéndole: «Tamar, tu nuera, se mujer de su señor puso en él sus ojos, y
cogieron y se la llevaron a su padre, di- manos». Fuese, pues, T a m a r y habitaba le dijo: «Acuéstate conmigo». 8 Rehusó
h a prostituido, y de sus prostituciones está
ciendo: «Esto hemos e n c o n t r a d o ; mira en casa de su padre. I 2 Pasó mucho tiem- él, diciendo a la mujer de su señor: «Cuan-
encinta». Judá contestó: «Sacadla y que-
a ver si es o no la túnica d e t u hijo». p o , y murió la hija de Sué, mujer de Judá.
madla». * 2 s C u a n d o se la llevaban m a n d ó do mi señor n o m e pide cuentas de n a d a
33 Reconociéndola él, dijo: «La túnica de Pasado el duelo p o r ella, subió Judá con de la casa y ha puesto en mi m a n o cuanto
ella decir a su suegro: «Del h o m b r e cuyas
mi hijo e s ; u n a riera le h a devorado, h a su amigo Jira, el adulamita, al esquileo de
son estas cosas estoy yo encinta. Mira a
despedazado enteramente a José». 34 R a s - su g a n a d o a T a m n a . 13 Hiciéronselo saber
ver de quién son ese anillo, ese cordón y
gó Jacob sus vestiduras, vistióse de saco a T a m a r diciéndole: «Mira, tu suegro h a
ese báculo». * 2 6 Los reconoció Judá, y
e hizo duelo por su hijo durante mucho ido a T a m n a al esquileo de su ganado»,
dijo: «Mejor que yo es ella, pues n o se
tiempo. * 35 Venían todos sus hijos y sus t* Despojóse ella de sus vestidos de viuda,
la he d a d o a Sela, mi hijo». Pero n o
hijas a consolarle; pero él rechazaba t o d o se cubrió con un velo, y cubierta se sentó
volvió a conocerla más. * 2 7 C u a n d o llegó
consuelo, diciendo: «En duelo bajaré al a la entrada de Enaím, en el camino de
el tiempo del parto, tenía en el seno dos
sepulcro, a mi hijo». Y su padre le llora- T a m n a , pues veía que Sela era ya mayor
gemelos. * 2 8 Al darlos a luz, sacó u n o
ba. * 36 Los madianitas le vendieron en y n o le había sido d a d a p o r mujer. *
d e ellos u n a m a n o , y la partera la cogió
Egipto a Putifar, ministro del F a r a ó n y 15 Judá, al verla, la t o m ó p o r una mere-
y a t ó a ella u n hilo rojo, diciendo: «Este
jefe de la g u a r d i a . * triz, pues tenía tapada la cara. * 16 Diri-
h a sido el primero en salir», 29 pero él
gióse a donde estaba, y la dijo: «Déjame Sellos antiguos. (Biblia de Montserrat.)
retiró la m a n o y salió su hermano. «¡Vaya
Judá y Tamar entrar a ti», pues n o conoció que era su
r o t u r a que has hecho!», dijo ella, y le
nuera. Ella le respondió: «¿Qué vas a tiene " y n o hay en esta casa nadie su-
O O ' Sucedió p o r entonces que bajó llamó F a r e s ; * 30 luego salió su hermano,
darme p o r entrar a mí», 1 7 y él contestó: perior a mí, sin haberse reservado él n a d a
« » 0 J u d á , apartándose de sus herma- que tenía el hilo a t a d o a la m a n o , y le
«Te m a n d a r é u n cabrito del rebaño». Ella fuera de ti, por ser su mujer, ¿voy a hacer
nos, y llegó hasta un adulamita, de nom- llamó Zaraj.
le dijo: «Si m e das u n a prenda hasta que yo u n a cosa tan mala y a pecar contra
bre Jira. * 2 Vio allí a una cananea llamada lo m a n d e s . . . » l s «¿Qué prenda quieres que Dios?» 1 0 Y c o m o hablase ella a José un
Sué, y la t o m ó p o r mujer y entró a ella, te dé?», le dijo él. Ella contestó: «Tu sello, José en Egipto
día y otro día, y n o la escuchase él, negán-
3 que concibió y parió u n hijo, al que el cordón de que cuelga y el báculo que O Q * Entre tanto, a José, que había sido dose a acostarse con ella y a u n a estar
llamó Er. 4 Concibió de nuevo y parió llevas en la mano». El se los dio, y entró «* •» llevado a Egipto y c o m p r a d o a los con ella, 11 un día que entró José en la
u n hijo, a quien llamó O n á n ; 5 volvió a en ella, que concibió de él. * 19 Luego se ismaelitas p o r Putifar, ministro del F a r a ó n casa p a r a cumplir con su cargo, y n o
concebir y parió un hijo, a quien llamó levantó, se fue, y quitándose el velo vol- y jefe de la guardia egipcia, 2 le protegió había nadie en ella, 1 2 le cogió por el
Sela; c u a n d o le parió éste, hallábase en vió a vestirse sus ropas de v i u d a . 2 0 M a n d ó Yavé, que hizo prosperar todas sus cosas. m a n t o , diciendo: «Acuéstate conmigo».
Quizib. 6 T o m ó Judá p a r a Er, su pri- Judá el cabrito por medio de su amigo el Estaba en casa de su señor, el egipcio, * Pero él, dejando en su m a n o el m a n t o ,
mogénito, u n a mujer llamada T a m a r . 7 Er, adulamita p a r a que retirase la prenda de 3
que vio que Yavé estaba con él, y que huyó y se salió de la casa. * 13 Viendo ella
primogénito de J u d á , fue m a l o a los ojos t o d o cuanto hacía, Yavé lo prosperaba que había dejado el m a n t o en sus m a n o s
2
8 Los madianitas ñguran entre los descendientes de Cetura y moraban en la costa meridional p o r su m a n o . 4 Halló, pues, José gracia y se había ido huyendo, 1 4 se puso a
del golfo de Acaba (25,2). Hay aquí una dificultad histórica. Podría resolverse suponiendo que el 24
nombre de ismaelitas y madianitas equivale a mercaderes árabes, como en Jue 8,24. Como ligada al matrimonio con Sela, era tenida por culpable de adulterio, según se ve en
34 Lev 20,10 ss. y Dt 22,22 ss., y castigada con la pena de muerte, pero no con el fuego, que se reser-
El rasgar las vestiduras es señal de gran dolor y luto, muy natural en este caso.
3 5 Descenderé al seol, esto es, moriré de pena. El seol es la región subterránea en que moran vaba2 5para castigar el incesto (Lev 20,14).
las almas de los difuntos. Judá, jefe de la familia, era el juez en esta causa contra el honor de la misma.
26
5* Putifar: en egipcio, Poti-fere, el que Ra dio. Capitán de la guardia, a la letra; capitán de los Judá reconoce su culpa y excusa la de su nuera, que había querido redimir la injuria por
matarifes, sin duda por ser ellos los encargados de ejecutar las sentencias de muerte pronunciadas esta2 vía.
7
por el soberano. Episodio semejante al de 25,24 ss., origen de los nombres, y de importancia por la descen-
dencia
29
que ambos tuvieron en Judá, según puede verse en 1 Par 2,4 ss. y 4,10 ss.
O Q 1 San Agustín supone que este episodio ocurrió antes de la venta de José y que aquí se narra Fares, fruto de una unión incestuosa, es, sin embargo, uno de los anillos de la genealogía de
** ^8 per recapitulationem, según el uso de la Escritura. Cristo (Mt 1,3).
La ley del levirato, expuesta en Dt 25,5 ss., se funda en un sentimiento de piedad fraterna
para con el difunto, a fin de que, siquiera por una ficción jurídica, no careciera de sucesión. Por eso O Q 2 Insiste el texto en mostrar la asistencia divina sobre José, gracias a la cual se ganaba el
es tan mal mirado el olvido de este deber. De Onán se deriva el vicio de onanismo contra los fines del ** -* favor de sus amos y salía bien en cuanto hacía.
matrimonio, y que aquí nos describe el autor sagrado como detestado por Dios. 4
Era el mayordomo general, llamado en egipcio mer-eper y hoy en árabe wekil, en quien el amo
14
El motivo déla resolución de Tamar es claro y no ha de juzgársela según las normas de nues- descargaba todos sus cuidados.
tra conciencia
15
cristiana. 8
Pone de relieve la confianza que su señor tenía puesta en él y la obligación por esto de no serle
La antigüedad juzgaba con mucha indulgencia esta conducta, y más en personas libres, como infiel1 2 ni ofender a Dios con esta misma infidelidad a su amo.
Judá lo era por este tiempo. Según los monumentos, el traje de los hombres de trabajo era muy sencillo: un paño sujeto
i» El sello servía para autenticar los documentos y era común en Caldea y en Egipto; el cordón a la cintura y que descendía hasta la mitad de los muslos, a veces cosido entre las piernas para mayor
era para llevar el sello colgado de él. El bastón solía ser labrado y tenido por signo de autoridad. libertad en los movimientos. Pero el autor sagrado se imagina a José vestido como en Palestina: con
Tamar le pide las cosas personales para que más tarde le sirvan de prueba de su conducta. el manto sobre los hombros.
CÉNEM» 30-40 70 71 GÉNESIS 40-41

gritar, llamando a las gentes de su casa, sos en la casa de su señor, diciéndoles: pretado José. * 2 3 P e r o el jefe de los cope- sas, que se pusieron a pacer en la verdura
y les dijo a grandes voces: «Mirad, nos «¿ por qué tenéis hoy mala cara?» 8 Ellos le ros n o se a c o r d ó m á s de José, sino que de la orilla, 19 y he aquí que detrás de
ha traído íl ese hebreo para que se burle contestaron: «Hemos tenido un sueño, y se olvidó de él. ellas suben otras siete vacas m a l a s , feas
de nosotros; ha entrado a raí para acos- no hay quien lo interprete». D i joles José: y flacas, c o m o n o las he visto de malas
tarse conmigo, * 1 5 y c u a n d o vio que yo «¿No es de Dios la interpretación de los I n t e r p r e t a J o s é l o s s u e ñ o s d e l F a r a ó n en t o d a la tierra de Egipto, 20 y t a s vacas
alzaba mi voz p a r a llamar, h a dejado su sueños? C o n t á d m e l o , si queréis».* 9 E 1 malas y feas se comieron a las primeras
jefe de los coperos contó a José su sueño Al 1 Al c a b o de dos años soñó el Fa- siete vacas gordas, 21 que entraron en su
m a n t o junto a m í y h a huido fuera de la ™^ r a ó n q u e estaba a orillas del río, vientre sin que se conociera que habían
casa», i* Dejó ella el m a n t o de José cerca diciéndole: «En mi sueño tenía ante mí 2
una vid i° con tres sarmientos, que esta- y veía subir de él siete vacas hermosas entrado, pues el aspecto de aquéllas si-
de sí, hasta que vino su señor a casa, " y y muy gordas, que se pusieron a pacer la guió siendo tan m a l o c o m o al principio.
le habló así: «Ese siervo hebreo que nos ban c o m o echando brotes, subían y flo-
recían y m a d u r a b a n sus racimos, u Tenía verdura de la orilla; pero he aquí que
has traído h a entrado a mí p a r a burlarse después subieron del río * 3 otras siete
de mí, * 18 y c u a n d o vio que alzaba mi en mis m a n o s la copa del F a r a ó n , y co-
giendo los racimos, los exprimía en la vacas feas y m u y flacas, y se pusieron
voz y llamaba, dejó junto a mí su m a n t o junto a las siete que estaban a la orilla
y huyó fuera». 1 9 Al oir su señor lo que copa del F a r a ó n y la puse en sus manos».
del río, 4 y las siete vacas feas y flacas
le decía su mujer, esto y esto es lo que 12 José le dijo: «Esta es la interpretación
del s u e ñ o : Los tres sarmientos son tres se comieron a las siete hermosas y gor-
m e ha hecho tu siervo, m o n t ó en cólera, d a s ; y el F a r a ó n se despertó. 5 Volvió a
20 y cogiendo a José, le metió en la cárcel días. 13 D e n t r o de tres días el F a r a ó n
exaltará tu cabeza y te restablecerá en dormirse, y p o r segunda vez soñó que
donde estaban encerrados los presos del veía siete espigas q u e salían de una sola
rey, y allí en la cárcel quedó José. * tu cargo, y p o n d r á s la copa del F a r a ó n
en sus m a n o s , c o m o antes lo hacías, cuan- c a ñ a de trigo muy granadas y hermosas,
6
d o eras copero. 1 4 A ver si te acuerdas de pero detrás de ellas b r o t a r o n siete espi-
José e n la cárcel gas flacas y quemadas p o r el viento sola-
mí c u a n d o te vaya bien y m e haces la
21 Pero estaba Yavé con José, y exten- gracia de recordarme al F a r a ó n para que n o , ' y las siete espigas flacas y quemadas
dió sobre él su favor, haciéndole grato a m e saque de esta casa, 15 pues he sido devoraron a las siete espigas hermosas y
los ojos del jefe de la cárcel, 22 q u e puso furtivamente sacado de la tierra de los granadas, y se despertó el Faraón. Este
en su m a n o a todos los allí presos; y cuan- hebreos, y aun aquí n a d a he hecho p a r a fue el sueño. ! A la m a ñ a n a , estaba per-
to allí se hacía, era él quien lo hacía. 23 D e q u e me metieran en prisión». 16 Viendo t u r b a d o su espíritu y m a n d ó llamar a
n a d a se cuidaba por sí el jefe de la cárcel, el jefe de los reposteros cuan favorable- todos los adivinos y a t o d o s los sabios
porque estaba Yavé con José, y cuanto mente había interpretado el sueño, dijo de E g i p t o ; les c o n t ó su sueño, pero n o
hacía éste, Dios lo prosperaba. a José: «Pues he aquí el m í o : Llevaba yo h u b o quien lo interpretara. * 9 Entonces
sobre mi cabeza tres canastillas de p a n habló al F a r a ó n el jefe de los coperos,
blanco. 1 7 E n el canastillo de encima ha- diciendo: «Ahora me acuerdo de mi fal-
1 Sucedió después que, habiendo
40 faltado contra su señor, el rey de bía toda clase de pastas de las que hacen
para el F a r a ó n los reposteros, y las aves
ta. i° Estaba el F a r a ó n irritado contra
sus siervos y nos había hecho encerrar
Egipto, el copero y el repostero del rey, * en la casa del jefe de la guardia a mí y al
2
se encolerizó el F a r a ó n contra sus dos se las comían del canastillo que llevaba Trigo racimal.
sobre m i cabeza». v s Contestó José di- jefe d e los repostemos. u TuNimos a m b o s
ministros, el jefe de los coperos y el jefe un sueño, la misma noche yo y él, cada Y me desperté. 22 v i también en sueños
de los reposteros, 3 y los encarceló en la ciendo: «Esta es la interpretación: Los
tres canastillos son tres días. 19 D e n t r o u n o el suyo y de distinta interpretación. que salían de una misma caña siete es-
casa del jefe de la guardia, en la cárcel 12 Estaba allí con nosotros u n joven he- pigas granadas y hermosas, 23 y q U e s a _
d o n d e estaba preso José. 4 Púsolos el jefe de tres días te quitará el F a r a ó n la ca-
beza y te colgará de un árbol, y comerán breo, siervo del jefe de la guardia, y le lían después de ellas siete espigas malas,
de la guardia bajo la custodia de José, y contamos nuestros sueños, y él nos dio secas y quemadas del viento solano, 24 y
éste les servía el tiempo que estuvieron las aves tus carnes». 20 Al día tercero,
que era el del natalicio del F a r a ó n , dio la interpretación; a cada u n o le interpretó las siete espigas secas devoraron a las
en la cárcel. 5 El jefe de los coperos y el el suyo, 13 y c o m o lo interpretó él, así siete hermosas. Se lo he c o n t a d o a los
jefe de los reposteros del rey de Egipto, éste u n banquete a todos sus servidores,
y en medio de ellos trajo a la memoria al nos sucedió; yo fui restablecido en mi adivinos, y n o ha habido quien m e lo ex-
que estaban presos en la cárcel, tuvieron cargo y él fue colgado». 1 4 M a n d ó , pues, plique».
ambos un sueño en la misma noche, cada jefe de los coperos y al jefe de los repos- 25
teros, * 21 restableciendo al jefe de los co- el F a r a ó n llamar a José, y apresurada- José dijo al F a r a ó n : «El sueño del
u n o el suyo, y cada sueño de diversa sig- mente le sacaron de la prisión. Se cortó F a r a ó n es u n o solo. Dios ha d a d o a co-
nificación. * 6 C u a n d o p o r la m a ñ a n a vino peros en su cargo de poner la copa en
m a n o s del F a r a ó n , 2 2 y colgando al jefe el pelo, se m u d ó de ropas y se fue a ver nocer al F a r a ó n lo que va a hacer. 26 Las
a ellos José y los vio tristes, 7 preguntó a al F a r a ó n . * 15 Este le dijo: «He tenido siete vacas hermosas son siete años, y las
los dos ministros que con él estaban pre- de los reposteros, como les había í n t e r .
un sueño y n o hay quien me lo interprete, siete espigas hermosas, siete a ñ o s ; el sue-
14 y he oído decir de ti que en cuanto oyes ñ o es uno solo. 27 Las siete vacas flacas y
Acude a los otros siervos de la casa, en quienes fácilmente podía suscitar animosidades con- ur\ sueño lo interpretas». 16 J o s i respon- m a l a s q u e swWan detrás de las otras son
tra losé por ser superior suyo. dió: « N o y o ; Dios será el que dé u n a otros siete años, y las siete espigas secas y
" Dice: el amo «nos ha traído». Este plural puede dar a antender cuál serla la conducta de José
con los esclavos cuando con la señora tanto se atrevía. respuesta favorable al F a r a ó n » . 17 Habló, quemadas del viento solano son siete años
2 pues, el F a r a ó n a José: «Este es mi sue- de h a m b r e . 28 Es lo que he dicho al F a -
° Es extraña esta suavidad penal para tal delito y con un esclavo. Tal vez el amo no daba en-
tera fe' a las palabras de su mujer. Luego la Providencia velaba sobre José. Herodoto menciona una ñ o : Estaba yo en la ribera del río 18 y vi raón, que Dios le ha mostrado lo q u e
fortaleza en Tebas, en que estaban detenidos los presos políticos. De una así se trata aquí. subir del río siete vacas gordas y hermo- va a hacer. 29 Vendrán siete a ñ o s de gran
A A ' Entre la muchedumbre de oficiales de la corte faraónica no era el menos importante el 22
Luego de decapitado colgaban el cuerpo. Era éste un suplicio terrible para un egipcio sobre
* w jefe de las bodegas y encargado de servir la copa al rey. Nehemlas desempeñaba este oficio todo, por cuanto creía que la conservación del cuerpo era requisito indispensable para la vida fu-
en la corte persa (Neh 1,11). Lo mismo debe decirse del jefe de los reposteros. tura del alma.
5
La antigüedad miraba los sueños como comunicaciones divinas, y la misma Escritura dice
que Dios se comunicará por sueños con sus siervos (Núm 12,6; Jue 7,13: Mac 15,11; Job 23,14). 2
8
En Egipto, como en Babilonia, había adivinos que interpretaban los sueños. En Génesis y en Al La vaca era el símbolo de Isis y de Hator, diosa de la fertilidad, y que aquí debe ser com-
Daniel se pone especial empeño en mostrar que sólo Dios puede comunicar la ciencia de los sueños. "" * 8 pleta, como indica el número siete.
20
El texto dice que el Faraón levantó la cabeza de sus ministros, que significa sacarlos d<J la 14
Eran los representantes de la ciencia sagrada y los intérpretes de los sueños (Dan 2,2; 5,7).
prisión, aunque con muy diferente destino (cf. 2 Re 25,27). Los egipcios se rapaban a navaja la cabeza, cubriéndosela luego con una peluca.
GÉNESIS 41 72 73 GÉNESIS 41-42

abundancia en t o d a la tierra de Egipto, 3


no perezca de h a m b r e la tierra». ? Pare- ti no alzará nadie m a n o ni pie en toda la de aquella tierra, abrió José los graneros,
30
y detrás de ellos vendrán siete años de cieron muy bien estas palabras al F a r a ó n tierra de Egipto». 4 5 Llamó el F a r a ó n a y lo que en ellos había se lo vendía a los
escasez, que harán se olvide toda la abun- y a t o d a su corte, 3 8 y el F a r a ó n dijo a José con el n o m b r e de Zafnaí Paneaj y egipcios, pues crecía el h a m b r e en la tie-
dancia en la tierra de Egipto, y el h a m b r e sus cortesanos: «¿Podríamos por ventura le dio por mujer a Asenet, hija de Putifar, rra de Egipto. 5 7 D e todas las tierras ve-
consumirá la tierra. 31 N o se conocerá encontrar u n h o m b r e como éste, lleno del sacerdote de On. Salió José por t o d a la nían a Egipto a comprar a José, pues el
la abundancia en la tierra a causa de la espíritu de Dios?» * 3 9 Y dijo a J o s é : «To- tierra de Egipto. * 4 6 Tenía treinta años h a m b r e era grande en toda la tierra. *
escasez, p o r q u e ésta será muy grande. da vez que D i o s te h a d a d o a conocer cuando se presentó ante el Faraón, rey
32
C u a n t o a la repetición del sueno al estas cosas, no hay persona tan inteligen- de Egipto, y le dejó p a r a recorrer toda B a j a n a E g i p t o los h e r m a n o s d e J o s é
F a r a ó n por dos veces, es que el suceso te y sabia como tú. la tierra de Egipto. 4 7 La tierra produjo a en busca de mantenimientos
montones durante los siete años de abun-
dancia, 4 8 y José recogió el producto de A n 1 Viendo Jacob que había trigo en
los siete años que de ella h u b o en Egipto, " « Egipto, dijo a sus hijos: «¿Qué es-
y lo almacenó en las ciudades, deposi- táis ahí mirándoos unos a otros? 2 H e
t a n d o en cada u n a de ellas los productos oído decir que en Egipto hay trigo. Bajad,
de los campos que la rodeaban, 4 9 llegan- pues, allá p a r a comprárnoslo, y vivamos
do a reunir t a n t o trigo como las arenas y n o muramos». * 3 Bajaron, pues, diez
del m a r ; en tan gran cantidad, que h u b o de los h e r m a n o s de José a Egipto a com-
que dejar de contar, p o r q u e n o podía ya prar p a n ; * 4 a Benjamín, el hermano de
contarse. * José, no le m a n d ó Jacob con sus herma-
nos p o r temor de que le sucediera alguna
desgracia. 5 Llegaron los hijos de Tsrael
Hijos de José
con otros que venían también a comprar
50 trigo, pues había h a m b r e en t o d a la tierra
Antes que llegara el tiempo de la es-
casez, naciéronle a José dos hijos, que le de Canán. 6 C o m o era José el jefe de la
parió Asenet, hija de Putifar, sacerdote tierra y el que vendía el trigo a cuantos
de On. 51 D i o al primero el n o m b r e de venían a comprarlo, los hermanos de José
Manases, porque dijo: «Dios me ha he- entraron, y se postraron ante él, rostro a
cho olvidar todas mis penas y toda la tierra. * ' A) verlos, José los reconoció,
casa de mi p a d r e » ; 52 y a l segundo le pero disimuló, y les habló con dureza,
llamó Efraím, diciendo: «Dios me h a d a d o diciéndoles: «¿De dónde venís?»; y ellos
fruto en la tierra de mi aflicción». respondieron: «De la tierra de C a n á n
Granero egipcio. (Museo del Louvre.J p a r a comprar mantenimientos». 8 Y aun-
Medidas de gobierno durante que conoció José a sus hermanos, ellos
no le conocieron a él.
está firmemente decretado p o r D i o s y José, virrey d e todo E g i p t o la e s c a s e z 9
que Dios se apresurará a hacerlo. * 3 3 A h o - Acordóse José de los sueños que les
53
ra, pues, busque el F a r a ó n u n h o m b r e
40
T ú serás quien gobierne m i casa, y Acabáronse los siete años de abun- había contado, y les dijo: «Vosotros sois
inteligente y sabio, y póngale al frente t o d o mi pueblo te obedecerá; sólo p o r dancia que h u b o en Egipto, 5 4 y comen- unos espías, que habéis venido a recono-
de la tierra de Egipto. 3 4 N o m b r e el Fa- el t r o n o seré mayor que tú», * 4 1 y a ñ a d i ó : zaron los siete años de escasez, como lo cer las partes no fortificadas de la tierra». *
10
raón intendentes, que visiten la tierra y «Mira, te pongo sobre t o d a la tierra de había anunciado José; y h u b o h a m b r e en Ellos le dijeron: « N o , señor mío; tus
recojan el quinto de la cosecha de la Egipto». 4 2 Quitóse el F a r a ó n el anillo todas las tierras, mientras había pan en siervos h a n venido a comprar manteni-
tierra de Egipto en los aflos de la abun- de su m a n o y lo puso en la m a n o de toda la tierra de Egipto; 55 y clamaba el mientos; 11 todos nosotros somos hijos
dancia ; * 3 5 reúnan el producto de los José; hizo que le vistieran blancas ves- pueblo al F a r a ó n por pan, y el Faraón del mismo p a d r e ; somos gente b u e n a ;
años buenos que van a venir, y hagan tiduras de lino, y puso en su cuello u n decía a todos los egipcios: «Id a José y no son tus jsiervos unos espías». 1 2 El
acopio de trigo a disposición del F a r a ó n , collar de o r o , * 4 3 y m a n d ó que, m o n t a d o haced lo que él os diga». 5 6 C u a n d o el repuso: « N o ; sois unos espías que ha-
36
p a r a mantenimiento de las ciudades, y sobre el segundo de sus carros, se gritara hambre se extendió p o r toda la superficie béis venido a ver lo indefenso de la tie-
consérvenlo para que sirva a la tierra de ante él abrek, y así fue puesto al frente de 45
toda la tierra de Egipto. * 4 4 Díjole t a m - Para indicar la nueva condición de José por su ensalzamiento se le impone un nombre nue-
reserva para los siete años de hambre vo: su significación es obscura y acaso no esté bien trasmitido: los egiptólogos lo interpretan común-
que vendrán sobre la tierra de Egipto, y bién el F a r a ó n : «Yo soy el F a r a ó n , y sin mente : Dios habló y él (el que lleva el nombre) vino a la vida. Asenet significa perteneciente a Neit,
32
diosa del cielo.—Heliópolis en griego y On en hebreo era la ciudad que estaba situada cerca de El
A un Faraón de la III dinastía le hacen decir los sacerdotes de Knum en la época tolemaica: Cairo actual, en la que Ra, el sol, era preferentemente venerado (cf. Ez 30,17). De estos sacerdotes
«Estoy desolado porque el río no desborda en un período de siete años, falta el grano, los campos dice Herodoto que «eran los más eruditos y letrados de Egipto» (11,3).
están secos y escasea el alimento. ¿Acude un hombre a sus vecinos? Todos huyen para no volver. 49
En las escenas egipcias de la recogida del grano nunca falta el escriba, que lleva cuenta de
Los niños lloran, los jóvenes languidecen, el corazón de los ancianos desfallece, sus piernas no tienen las medidas.
fuerza y, cruzados los brazos, se sientan en tierra». 57
Corresponden bien al v.54, en que nos habla de los países vecinos, preparando con esto la
34
El quinto en estas circunstancias no era una carga excesiva, y menos en Egipto, donde la narración de la venida de los hermanos de José,
fertilidad de la tierra depende del riego del Nilo, y éste de la distribución de las aguas, que han
sido siempre el principal cuidado de los gobiernos en el país de los faraones. I O 32 Desde la antigüedad fue Egipto el granero de Palestina en tiempo de carestía.
3R
Supuesto que el Faraón era un rey hicso, y, por consiguiente, asiático, se explica mejor esta ^~ Después de la pérdida de José, Jacob tenía puesto en Benjamín todo el afecto que había
determinación,
40
que viene a realizar los planes de Dios sobre José. profesado a la madre de ambos, Raquel. Eran muchos ios que hacían el mismo camino a Egipto
Le confiere el cargo de primer ministro, en egipcio tati, sobre la casa real y sobre el reino. y por la misma causa. El sitio de la escena debe colocarse en la que era entonces capital del reino,
Tan4 2repentino encumbramiento no es de maravillar en los imperios absolutos del Oriente. en Tanis, en el norte del Delta.
El sello real es para autenticar los documentos. Le vistió de lino, de que en Egipto se fabri- 6
La Providencia va ordenando las cosas para el encuentro de José con sus hermanos. De otro
caban telas finas reservadas a los grandes. El collar es una distinción honorífica, muy usual en la modo parecería extraño que todo un ministro del Faraón se ocupe en este negocio.—Ysepostraron:
corte4 3 egipcia. Los monumentos nos ofrecen escenas semejantes de los asiáticos ante los prefectos egipcios.
Los carros ligeros, tirados por dos caballos, se dicen introducidos en Egipto por los hicsos. 9
La acusación no era inverosímil. Egipto, por la parte de oriente, estaba siempre expuesta a
Lo del segundo carro sin duda significa el segundo lugar que acababa de conceder el Faraón a las incursiones de los nómadas, contra los cuales hubo que establecer una serie de fortalezas a lo
José.—Abrek, vocablo obscuro, que las antiguas versiones entienden como una expresión de reveren- largo de la frontera.
cia hacia el nuevo ministro del Faraón.
GÉNESIS 42-43 74 75 GÉNESIS 4 3

rra». 13 Ellos dijeron: «Eramos tus siervos aquí está, en m i saco». Quedáronse estu- con vosotros a vuestro h e r m a n o menor. * le ordenó José, y condujo a aquellos
4
doce hermanos, todos del mismo padre pefactos, y unos a otros se decían, tem- Si m a n d a s con nosotros a nuestro her- hombres a casa. i 8 Mientras los llevaba
en la tierra de C a n á n ; el m á s pequeño se b l a n d o : «¿Qué será esto q u e h a hecho m a n o , bajaremos y te compraremos p r o - a casa de José, llenos de temor, se de-
q u e d ó con nuestro p a d r e y el otro n o Dios con nosotros?» visiones ; 5 pero si n o , n o bajaremos, pues cían: «Es p o r lo del dinero q u e volvió
vive ya», i" Insistió José: «Es lo q u e os 29
Llegaron a Jacob, su padre, a la el h o m b r e aquel n o s dijo: N o veréis m i en nuestros sacos p o r lo q u e n o s traen
he d i c h o : sois unos espías. 15 Pero voy a tierra de C a n á n , y le contaron cuanto les rostro a n o ser q u e venga c o n vosotros aquí p a r a asaltarnos, caer sobre nosotros
probaros. P o r la vida del F a r a ó n que había sucedido, diciendo: 3°«El h o m b r e vuestro hermano». 6Y dijo Israel: «¿Por y nacernos esclavos con nuestros asnos». *
19
n o saldréis d e aquí mientras n o venga que es el señor de aquella tierra n o s h a - qué m e habéis hecho ese mal, de d a r a Acercándose al m a y o r d o m o , le dije-
vuestro h e r m a n o menor. * i* M a n d a d a bló duramente y n o s t o m ó p o r espías d e conocer a aquel h o m b r e que teníais otro ron : 20 «Perdone, m i señor. Nosotros vi-
uno de vosotros a buscar a vuestro her- la tierra. 31 Nosotros le dijimos: Somos hermano?» 7 Y le contestaron: «Aquel nimos ya u n a vez a comprar víveres.
m a n o , y los demás quedaréis aquí presos. h o m b r e nos preguntó insistentemente so- 2i A l llegar al lugar donde a la vuelta
gente b u e n a ; n o somos espías. 32 E r a m o s b r e nosotros y sobre nuestra familia, y pasamos la noche, abrimos los sacos y
Así probaré si lo q u e decís es verdad, y
doce hermanos, hijos todos del mismo nos dijo: «¿Vive todavía vuestro padre? vimos q u e el dinero de cada u n o de
si n o , p o r la vida del F a r a ó n q u e sois
unos espías». * 17 Y los hizo meter a todos p a d r e ; u n o desaparecido, el más pequeño ¿Tenéis algún otro hermano?» Y nosotros nosotros estaba justo a la boca de nues-
juntos en prisión p o r espacio de tres días. está c o n nuestro padre en la tierra de contestamos según las preguntas. ¿Sabía- tros sacos. 22 H e m o s vuelto a traerlo con
18 A l tercero les dijo J o s é : «Haced esto y Canán. 33 y n o s ¿jijo e l h o m b r e señor m o s acaso nosotros q u e iba a decirnos: nosotros, y traemos al mismo tiempo
viviréis, pues yo temo a Dios. 1 9 Si en de la tierra: «Ved cómo sabré q u e sois «Traed a vuestro hermano?» 8 Y J u d á otra cantidad para c o m p r a r provisiones.
verdad sois gente buena, q u e se quede gente b u e n a : dejad aquí a u n o de vosotros, dijo a Israel, su p a d r e : «Deja ir al niño Nosotros n o sabemos quién puso nues-
u n o de los hermanos preso en la cárcel tomad c o n q u e atender a 3la4 necesidad de conmigo, p a r a q u e p o d a m o s ponernos en tro dinero en los sacos». 23 «Que la p a z
d o n d e estáis, y los otros id a llevar el vuestras casas, y partid, y traedme a camino, y p o d a m o s vivir y n o m u r a m o s sea c o n vosotros—les dijo el m a y o r d o -
trigo para remediar el h a m b r e de vues- vuestro h e r m a n o p e q u e ñ o ; asi sabré q u e nosotros, tú y nuestros pequeños. 9 Y o m o — ; n o temáis. H a sido vuestro D i o s ,
tras casas, 20 y m e traéis a vuestro her- n o sois unos espías, sino gente buena. te respondo de él; t ú le reclamarás d e m i el D i o s d e vuestro padre, el q u e o s puso
m a n o menor, p a r a p r o b a r la verdad de Entonces os devolveré vuestro h e r m a n o m a n o , y si n o te lo vuelvo a traer y te ese tesoro en los sacos. Y o recibí vuestro
vuestras palabras, y n o moriréis». 2l Ellos y podréis recorrer la tierra». 35 C u a n d o lo pongo delante, seré r e o ante ti p o r dinero». 2 4 Hizo traer con ellos a Simeón,
se dijeron unos a o t r o s : «Ciertamente so- vaciaron los sacos, cada u n o encontró el siempre. * i° Si n o n o s hubiéramos r e - y después de hacerlos entrar en la casa,
mos nosotros reos de culpa contra nuestro paquete d e su dinero en la boca d e su trasado t a n t o , estaríamos ya d o s veces les dio agua para que se lavaran los pies,
h e r m a n o , a quien vimos con angustia de saco, y al ver los paquetes de dinero, de vuelta». n Israel, su padre, les dijo: y dio también pienso a los asnos. 25 Ellos
su alma pedirnos compasión, y n o le es- ellos y su p a d r e se llenaron de temor. * «Si es asi, haced esto: tomad de los me- prepararon su presente, esperando que
cuchamos. POT eso h a venido s o b r e n o s - 36 Jacob, su padre, les dijo: «¡Vais a de- jores productos de esta tierra en vuestro viniera José a mediodía, pues habían sido
otros esta desventura». * 22 R u b é n les dijo: jarme sin hijos! José desapareció, Simeón equipaje y bajádselos al hombre aquel advertidos de que comerían allí. 26 Vino
« ¿ N o os advertí yo, diciéndoos: N o p e - desapareció, ¿y vais a llevaros a Benja- como presente: un poco de tragacanto, José a casa, y le presentaron el regalo q u e
quéis contra el niño, y n o m e escuchas- mín? T o d o esto h a venido sobre mí». * un poco de miel, astrágalo, láudano, al- habían traído con ellos, postrándose ante
teis? Ved c ó m o ahora se n o s demanda 3 7 R u b é n dijo a su p a d r e : «Haz morir a fónsigos y almendras. * 1 2 Coged dinero él, rostro a tierra. 27 Él les preguntó si
su sangre». * 23 Ellos n o sabían q u e José mis d o s hijos si y o n o t e devuelvo a do nuevo, y el q u e hallasteis en la boca estaban buenos y les dijo: «Vuestro a n -
los entendía, pues él les había h a b l a d o Benjamín. Entrégamelo, y y o t e lo d e - de vuestros sacos devolvedlo, pues quizá ciano padre, de quien me hablasteis, ¿está
p o r medio d e intérprete. 24 Alejóse José volveré». * 38 El le c o n t e s t ó : « N o bajará h a sido u n error. 13 T o m a d a vuestro her- bien? ¿Vive todavía?» 28 Ellos le contes-
llorando, y cuando volvió, les habló, y mi hijo con vosotros. Su h e r m a n o m u r i ó , m a n o , e id, y volved a ver a aquel hombre. t a r o n : « T u siervo, nuestro padre, está
14
eligió a Simeón entre ellos, y le puso y n o queda más que él. Si en el viaje q u e Q u e el D i o s omnipotente os haga h a - bien, vive todavía», y se inclinaron p r o -
en hierros ante los ojos de los otros. llar gracia ante ese h o m b r e p a r a que deje fundamente. 29 José alzó los ojos, y vio
vais a hacer le ocurre u n a desgracia, h a -
volver a vuestro h e r m a n o y a Benjamín. a Benjamín, su h e r m a n o , hijo de su m a -
réis descender en dolor mis canas al se-
Vuelven a su padre Jacob C u a n t o a m í , si h e de verme privado d e dre, y dijo: «¿Es éste vuestro h e r m a n o
pulcro». mis hijos, sea». 1 5 T o m a r o n ellos el pre- menor, de quien m e habéis hablado?»,
23 M a n d ó José q u e llenaran de trigo sus sente y el dinero doble y a Benjamín, y y a ñ a d i ó : «Que D i o s t e bendiga, hijo
sacos, que pusieran en el d e cada u n o su Viaje de Benjamín bajaron a Egipto, y se presentaron a J o s é mío». 30 Apresuróse José a buscar donde
dinero y les diesen provisiones p a r a el llorar, pues se conmovieron sus entrañas
camino, y así se hizo. * 26 Ellos cargaron i Pero el hambre era ya muy gran- a la vista de su h e r m a n o , y se e n t r ó en su
el trigo sobre los asnos, y se partieron de 43 de en la tierra, y 2 c u a n d o acaba-
José y Benjamín
cámara, y allí lloró. 31 Salió después d e
allí. 27 Abrió u n o de ellos el saco para ron d e comer las provisiones q u e h a b í a n i* Apenas vio José c o n ellos a Benja- haberse lavado la cara, y haciendo es-
d a r pienso a su asno en el lugar donde traído d e Egipto, les dijo su p a d r e : «Vol- mín, dijo a su m a y o r d o m o : «Lleva a casa fuerzos p o r contenerse, dijo: «Servid la
3
pernoctaron, y vio q u e su dinero estaba ved a c o m p r a r n o s algo que comer». Pero a esos varones y prepara u n a buena c o - comida». 3 2 Sirvieron a José aparte, apar-
en la boca del saco, 28 y <jijo a sus her- Judá le contestó: «Aquel hombre nos dijo mida, porque comerán conmigo a m e - te a sus h e r m a n o s y aparte también a los
m a n o s : « M e h a n devuelto m i d i n e r o : terminantemente: No me veréis si no traéis diodía». * 1 7 E 1 m a y o r d o m o hizo lo q u e
15
Entre los hebreos se decía: Vive el Señor y vive tu alma, o sea por el Señor y por tu alma; ' El papel preponderante que en esta parte del diálogo tiene Judá está en armonía con 37,26 ss.
los egipcios juraban por vida del Faraón.
16
43 9 Judá responde de la vuelta de Benjamín con su persona misma. La oferta de Rubén era
José pretende ver a su hermano sin descubrirse. Luego invierte los términos, contentándose menos natural, aunque significa los mismos sentimientos.
con que quede uno y los demás se partan. 1
1 Con toda la pena de su alma Jacob se resigna a dejar partir a Benjamín, que es presentado
21
Es verdaderamente hermosa esta confesión del crimen, sin saber que la víctima está presente. como niño, pero que, conforme los cálculos de A Lapide, tendría ya veinticuatro años.—Tomad de
22 lo míj'or <k la tierra, etc., es decir, los productos de Canán que en Egipto tenían más estima. La miel
La sangre pide la sangre, lo mismo ante la justicia divina que ante la justicia humana.
25
A pesar de su dureza exterior, no se olvida de que son sus hermanos ni desmiente su cariño parece fuese cierto mosto de uvas que se fabricaba en Canán y era muy estimado en el valle del
para con ellos. Esto aumentaba más la confusión de aquéllos y hacía su situación más complicada. Nilo (Ez 27,17). Aromas y láudano era la mercancía de los ismaelitas (37.25); el pistacho, una es-
3
s El hallazgo del dinero es algo misterioso, y esto les hace sentir el temor religioso de la mano pecie de almendra muy irritante.
de Dios. " Era día de alegría para José, y quiso solemnizarlo sin descubrirse ni abandonar sus propó-
36 sitos de averiguar los sentimientos de sus hermanos.
El corazón del padre es más sensible a lo que pierde que a lo que posee (cf. Le 15,3 ss.)* 18
37 Es muy natural este temor en aquellos pobres nómadas, no hechos a la vida ciudadana,
Rubén es siempre el mismo; sus palabras deben tomarse como expresión de las segurida- al verse tratar de aquella manera, cuando ellos creían que había motivos para otro trato muy distinto.
des que da a su padre sobre la vuelta de Benjamín.
GÉNESIS 43-44 76
77 GÉNESIS 44-43
egipcios que comían con él, pues los egip- Aquel a quien se le encuentre la copa será
palabras de mi señor; 2 ' y cuando mi pa- me vendido para aquí, pues para vuestra
cios no pueden comer con los hebreos, mi esclavo, y vosotros quedaréis en li-
dre nos dijo: Volved a bajar para com- vida me ha traído Dios aquí antes de vos-
por ser eslo para ellos cosa abominable. * bertad». * ii Bajó cada uno a tierra su saco
33 prar algunos víveres, 2 6 le contestamos: otros. * 6 Van dos años de hambre en esta
Pusieron ¡i los hermanos de José frente a toda prisa, y lo abrió. í 2 El mayordomo
N o podemos bajar, a no ser que vaya tierra, y durante otros cinco no habrá
a él: el primogénito, según su progeni- los reconoció, comenzando por el del
con nosotros nuestro hermano pequeño, arada ni cosecha. 7 Dios me ha enviado
tura, y el más joven, según su edad, y se mayor y acabando por el del más joven,
pues no podemos presentarnos a ese hom- delante de vosotros para dejaros un resto
miraban atónitos unos a o t r o s . 3 4 Cuando y se halló la copa en el saco de Benjamín.
bre si nuestro hermano no nos acompa- sobre la tierra y haceros vivir para una
les pusieron delante las porciones, la de 13 Rasgaron sus vestiduras, cargaron de
ña. 2 7 Tu siervo, nuestro padre, nos dijo: gran salvación*. 8 N o sois, pues, vos-
Benjamín era cinco veces mayor que la nuevo los asnos y volvieron a la ciudad.
14 Bien sabéis que mi mujer me dio dos hi- otros los que me habéis traído aquí; es
de cada uno de los otros, y bebieron y Judá llegó con sus hermanos a la casa
jos; 2 8 el uno salió de casa, y seguramente Dios quien me trajo y me ha hecho pa-
e s t u v i e r o n m u y alegres en c o m p a ñ í a de José, que estaba allí todavía, y pos-
fue devorado, pues no le he visto más; dre del Faraón y señor de toda su casa
suya. * tráronse rostro a tierra. 15 José les dijo: 29
si me arrancáis también a éste y le y me ha puesto al frente de toda la tierra
«¿Qué es lo que habéis hecho? ¿No sa-
ocurre una desgracia, haréis bajar mis de Egipto. * 9 Apresuraos, y subid a mi
B e n j a m í n , cogido e n el hurto bíais que un hombre como yo había de
canas en dolor al sepulcro. }o Ahora, padre, y decidle: «Así dice tu hijo José:
adivinarlo?»* 16 Judá respondió: «¿Qué
A A l José dio orden a su mayordomo cuando yo vuelva a tu siervo, mi padre, Me ha hecho D i o s señor de todo el Egip-
vamos a decir a mi señor? ¿Cómo hablar,
T«T» de llenar cuanto pudiera de víveres si no va con nosotros el joven, de cuya to ; baja, pues, a mí sin tardar, 10 y habi-
cómo justificarnos? Dios ha hallado la
los sacos de aquellas gentes y de poner el vida está pendiente la suya, 31 en cuanto tarás en la tierra de Gosen, y estarás cerca
iniquidad de tus siervos, y somos esclavos
dinero de cada uno en la boca de su vea que no está, morirá, y tus siervos de mí, tú, tus hijos y los hijos de tus hi-
tuyos, tanto nosotros cuanto aquel en
saco. * 2 «Pon también mi copa—le dijo—, cuyo poder se ha hallado la copa». *
habrán hecho bajar en dolor al sepulcro jos con tus rebaños, tus vacadas y todo
la copa de plata, en la boca del saco del 17 las canas de tu siervo, nuestro padre. 3 2 Tu cuanto tienes; n allí te mantendré yo, pues
«Lejos de mí hacer eso—dijo José—;
más joven, juntamente con el dinero». El siervo ha salido responsable del joven al quedan todavía otros cinco años de ham-
aquel a quien se le ha encontrado la copa
mayordomo hizo lo que le había manda- tomarlo a mi padre, y ha dicho: Si yo bre, y asi no pasarás hambre tú, tu casa y
será mi esclavo; vosotros subiréis en paz
do José. 3 Despuntaba el alba, cuando no le traigo otra vez, seré reo ante mi pa- todo cuanto tienes. 1 2 Con vuestros mis-
a vuestro padre», i 8 Acercóse entonces
despidieron a los hebreos con sus asnos. dre para siempre. 33 Permíteme, pues, que mos ojos veis, y ve mi hermano Benjamín
4 Judá y le dijo: «Por favor, señor mío;
Habían salido de la ciudad, pero no es- te ruegue que quede tu siervo por esclavo con los suyos, que soy yo mismo el que
que pueda decir tu siervo unas palabras
taban lejos, cuando José dijo a su ma- de mi señor, en vez del joven, y que éste os habla. 13 Contad a mi padre cuánta es
en tu oído, sin que contra tu siervo se
yordomo: «Anda, y sal en persecución vuelva con sus hermanos. 3 4 ¿Cómo voy mi gloria en Egipto y todo cuanto habéis
encienda tu cólera, pues eres como otro
de esas gentes, y cuando los alcances di- a poder yo subir a mi padre si no llevo visto, y apresuraos a bajar aquí a mi pa-
Faraón. * 1 9 Mi señor ha preguntado a
les: «¿Por qué habéis devuelto mal por al niño conmigo? N o , que no vea yo la dre». 1 4 Y se echó sobre el cuello de Ben-
tus siervos: ¿Tenéis padre todavía y te-
bien? ¿Por qué me habéis robado la copa aflicción en que caerá mi padre».* jamín, su hermano, y lloró; y lloraba
néis algún otro hermano? 2 0 Y nosotros
de plata? 5 Es donde bebe mi señor y contestamos: Tenemos un padre anciano
también Benjamín sobre el suyo. * 15 Besó
de la que se sirve para adivinar. Habéis J o s é se d a a c o n o c e r a sus h e r m a n o s también a todos sus hermanos, llorando
y tenemos otro hermano, hijo de su an-
obrado muy mal». * 6 Cuando los alcan- cianidad. Tenía éste un hermano, que
mientras los abrazaba, y después sus her-
i r i Entonces José, viendo que no po- manos estuvieron hablando con é l . i 6 Co-
zó les dijo estas mismas palabras. 7 Ellos murió, y ha quedado sólo él de su ma- T»«* día contenerse más ante todos los rrió por la casa del Faraón la voz de que
le contestaron: «¿Por qué habla así mi dre, y su padre le ama mucho. 2 i Tú di- que allí estaban, gritó: «Salgan todos». habían venido los hermanos de José, y se
señor? Lejos de tus siervos hacer seme- jiste a tus siervos: Traédmelo, que yo Y no quedó nadie con él cuando se dio complacieron de ello el Faraón y sus cor-
jante cosa. * 8 Hemos vuelto a traerte des- pueda verle. 2 2 Nosotros te dijimos: Mira, a conocer a sus hermanos. * 2 Lloraba tesanos. i 7 Y dijo el Faraón a José: «Di
de la tierra de Canán el dinero que halla- señor, no puede el niño dejar a su padre; José tan fuertemente, que lo oyeron todos a tus hermanos: Haced esto: Cargad vues-
mos en la boca de nuestros sacos; ¿cómo si le deja, morirá su padre. 2 3 Pero tú di- los egipcios, y lo oyó toda la casa del Fa- tros asnos, id a la tierra de Canán, * 18 to-
Íbamos a robar de la casa de tu señor pla- jiste a tus siervos: Si no baja con vos- raón. * 3 «Yo soy José—les dijo—. ¿Vive mad a vuestro padre y vuestras familias,
ta ni oro? ' Aquel de tus siervos en cuyo otros vuestro hermano menor, no veréis todavía mi padre?» Pero sus hermanos y venid a mí. Y o os daré lo mejor de la
poder sea hallada la copa, muera, y sea- más mi rostro. 2 4 Cuando subimos a tu no pudieron contestarle, pues se llenaron tierra de Egipto y comeréis lo mejor de
mos también nosotros esclavos de tu se- servidor, mi padre, le dimos cuenta de las de terror ante él. 4 El les dijo: «Acercaos
ñor». * 10 «Bien está; sea como decis. la tierra. l> Mándalos que lleven de Egip-
a mí». Acercáronse ellos, y les dijo: «Yo to carros para sus hijos y sus mujeres,
32
Los egipcios comían sentados a la mesa. La separación obedece no menos a etiqueta pala- soy José, vuestro hermano, a quien ven- traigan con ellos a su padre, y vengan;*
ciega que a prejuicios de orgullo nacional, a que la religión dio luego un carácter sagrado. El espíritu disteis para que fuese traído a Egipto. 2
<> que no les pese de tener que dejar sus
farisaico es más viejo que los fariseos (Herodoto, II, 41), 5 Pero no os aflijáis y no os pese haber-
34
Las porciones estaban en una mesa del centro, y de ella iban ios servidores dando a los 34
comensales. Los servidores aparecen, como el mayordomo antes, movidos por José y como sabe- Hermosa conclusión, que revela bien los sentimientos del que habla y que trae como por
dores de sus intenciones. la mano el desenlace final de este drama.

AA l
José prosigue en sus propósitos de probar la sinceridad de los sentimientos de sus her- AK ' La presencia de sus subordinados le obliga a hacerse una violencia que no podía conti-
*^ manos, sobre todo respecto de Benjamín. " ^2 nuar, y para dar rienda suelta a sus sentimientos los manda salir.
5
No era un vaso ordinario, era la copa preferida de su señor y la usada en los ritos dívinatorios, Esta era la primera y más sincera manifestación de quién era y de los sentimientos que le
lo que la hacía más estimable a su dueño y más codiciable a los otros. animaban.
5
7
Con razón se muestran maravillados de tal sospecha después de las muestras de probidad Los consuela haciéndoles ver la mano de la Providencia, que se vale de los mismos males
que9habían dado. para7 ejecutar sus designios de misericordia.
Tan seguros estaban de su inocencia, que no temen decretar este castigo contra el culpable. Anuncia las consecuencias de su venida a Egipto, a saber: la multiplicación y la liberación
10
Acepta la sentencia dada por ellos, pero reduciéndola a términos de equidad y a lo que maravillosa
8
pedia el papel que estaba representando. Padre del Faraón, es su primer ministro y gobernador desu casa y reino (cf. Is 22,21; Est 13,6;
15
El mayordomo les echa en rostro su ingratitud: José, su inconsideración, pues debían haber Me 111,32).
4
sospechado que a un personaje como él no se le ocultaría el hurto. La lógica del corazón, que también el corazón tiene su lógica, parecía pedir que estos vv. 14-16
16
Hallándose inocentes del hurto, se confiesan culpables ante Dios, que los hacía expiar otros estuviesen
17
antes del V.Q, como un desahogo del ánimo de los hermanos que acaban de reconocerse.
delitos (cf. 42,21 s.). Muy justamente se asocia el soberano a la alegría de su ministro y muestra para con la fa-
18
El razonamiento de Judá es tierno y conmovedor y responde bien a los esfuerzos que había milia19 de José su liberalidad real.
tenido que hacer para lograr de su padre la partida de Benjamín. Fuera de los carros de guerra, ligeros y tirados por dos caballos, usaban los egipcios otros
más pesados para carga y transporte de personas, tirados por caballos o por bueyes.
GÉNESIS 45-46 78 79 GÉNESIS 46-47
8
cosas, pues suyo será lo mejor de la tierra él en Egipto. * H e aquí los nombres de subiendo en él se fue a Gosen al encuentro años tienes?» ' Jacob contestó: «Ciento
de Egipto». 2 1 Hicieron asi los hijos de los hijos de Israel que llegaron a Egipto: de Israel, su padre. En cuanto le vio, se treinta son los años de mi peregrinación.
Israel, y les dio José carros, según la or- Jacob y sus hijos, el primogénito de Ja- echó a su cuello, y lloró largo tiempo sobre Corta y mala ha sido mi vida, y no llega
den del Faraón, y provisiones para el ca- cob, R u b é n . * 9 Hijos de R u b é n : Janoc, su c u e l l o . 3 0 Israel dijo a José: «Ya puedo al tiempo de la peregrinación de mis pa-
mino. 2 2 Dioles también a todos vestidos Falú, Jesrom y Carmí. 10 Hijos de Si- morir, pues he visto tu rostro y vives toda- dres». 10 Jacob saludó de nuevo al F a r a ó n
p a r a mudarse, y a Benjamín trescien- m e ó n : Jamuel, Jamín, Ohad, Jaquín y vía». 31 José dijo a sus h e r m a n o s : «Voy a y se retiró de su presencia.
tas monedas de plata y cinco vestidos. Sojar, y Saúl, hijo de la Cananea. n H i - subir a dar la noticia al F a r a ó n : han veni- 11
José estableció a su padre y a sus
23
M a n d ó también a su padre asnos car- jos de Leví: Gersón, Caat y Merari. do mis hermanos y toda la casa de mi pa- hermanos, asignándoles u n a propiedad en
gados con lo mejor de Egipto y diez asnos i 2 Hijos de J u d á : Er, Onán, Sela, Fares dre, que estaban en la tierra de Canán. * la tierra de Egipto, en la mejor paite de
32
cargados de trigo, de pan y de víveres para y Z a r a j ; pero E r y O n á n habían muerto Son pastores y tienen rebaños de ovejas la tierra, en el distrito de Rameses, como
su padre p a r a el camino. * 2 4 Después des- en la tierra de Canán. Hijos de Fares fue- y bueyes, que, con todo lo suyo, han traído lo había m a n d a d o el F a r a ó n , * 1 2 y pro-
pidió a sus hermanos, que partían, di- ron : Jesrom y Jamuel. 13 Hijos de Isacar: consigo. 33 C u a n d o el Faraón os llame y veyó de p a n a su padre y a sus hermanos
ciéndoles: « N o vayáis a reñir en el ca- Tola, F u á , Job y Semrón. 14 Hijos de Za- os pregunte: ¿Cuál es vuestra ocupa- y a t o d a la casa de su padre, según el
mino». 25 Subieron, pues, de Egipto, y b u l ó n : Sared, Elón y Jajleel. 15 Estos son ción?, * 34 le diréis: Tus siervos somos n ú m e r o de las familias.
13
llegaron a la tierra de C a n á n , a Jacob, los hijos que Lía parió a Jacob en P a d á n ganaderos desde nuestra infancia hasta Y a no había pan en t o d a aquella tie-
su padre, 2 6 y le dijeron: «Vive todavía A r a m , con su hija Dina. Sus hijos e hijas ahora, tanto nosotros como nuestros pa- rra, pues el h a m b r e era m u y grande, y
José y es el jefe de toda la tierra de Egip- eran en total treinta y tres personas. dres; p a r a que habitéis en la tierra de el Egipto y la tierra de C a n á n estaban
16
to». Pero él no se conmovió, pues n o los Hijos de G a d : Sefión, Jaguí, Suní, Gosen, p o r q u e los egipcios abominan de exhaustos por el hambre. * 1 4 José llegó
creía. 2 7 Dijeron le cuanto les había man- Esebón, Herí, Arodí y Areli. 1 7 Hijos de todos los pastores». a recoger a cambio de trigo t o d o cuanto
d a d o José y les había dicho; y al ver Jacob Aser: G i m n a , Jesua, Jesuí y Beria, y Sa- dinero había en la tierra de Egipto y en la
los carros que le m a n d a b a José para tras- raj, su hermana. Hijos de Beria eran Je- Jacob en Egipto tierra de Canán, e hizo entrar el dinero
ladarle, se reanimó 2 8 y dijo: «Basta, mi ber y Melquiel. 1 8 Estos son los hijos de en la casa del F a r a ó n . 15 C u a n d o se aca-
Zelfa, la esclava que había d a d o L a b á n Mrj i F u e José a anunciar al F a r a ó n :
hijo vive todavía; iré y le veré antes de b ó el dinero en la tierra de Egipto y en
a Lía, su hija, y que ella parió a J a c o b . ™ • «Mi padre y mis hermanos, con
morir». * la tierra de C a n á n , venían t o d o s los egip-
Dieciséis personas. sus ovejas y sus bueyes y t o d o cuanto tie-
cios a José, diciéndole: « D a n o s p a n . ¿Va-
19 nen, han venido de la tierra de Canán y
J a c o b y s u s hijos e n E g i p t o Hijos de Raquel, la mujer de J a c o b : mos a morir en tu presencia? Mira que
están en la tierra de Gosen». 2 Habiendo
José y Benjamín. 2 0 Nacieron a José, en ya nos falta dinero». 16 José les dijo:
AR 1
P a r t i ° s e Israel con t o d o cuanto llevado consigo a cinco de sus hermanos,
Egipto, de Asenet, hija de Putifar, sacer- «Puesto que os falta dinero, traedme vues-
se los presentó al F a r a ó n ; 3 y el F a r a ó n
T* " tenía, y al llegar a Berseba ofreció dote de On, Manases y Efraím. 2 I Hijos tros ganados y os daré p a n a cambio de
les preguntó: «¿Cuál es vuestra ocupa-
sacrificios al Dios de su padre, Isaac. de Benjamín: Bela, Bajor y Asbel. F u e r o n ellos». 1 7 Trajeron sus ganados, y José les
2
Dios habló a Israel en visión nocturna, ción?» Ellos respondieron: «Nosotros, tus
hijos de Bela: Güera, N a m á n , Eji, R o s , dio p a n a cambio de caballos, rebaños
siervos, somos ganaderos desde nuestra
diciéndole: «Jacob, J a c o b » ; él contestó; Mafim, Jufim y Ared. 2 2 Estos son los hi- de ovejas y de bueyes y de asnos. Aquel
«Heme aquí»; * 3 y le dijo: «Yo soy El, infancia hasta ahora, y lo mismo fueron
jos de R a q u e l que le nacieron a J a c o b : año los proveyó de trigo a cambio de to-
nuestros padres». * Dijéronle también:
el Dios de tu p a d r e ; no temas bajar a en total, catorce personas. dos sus ganados. 1 8 Pasado éste, vinieron
23 «Memos venido para habitar en esta tie-
Egipto, pues yo te haré allí u n gran pue- Hijos de D a n : Jusín. 2 4 Hijos de Nef- rrii, pues mi leñemos pasto para nuestros
al siguiente y le dijeron: « N o se le oculta
blo. * 4 Y o bajaré contigo a Egipto y te talí: Jaisiel y Gumí, Jeser y Salem. 2 S E s - a nuestro señor que se nos h a acabado el
haré volver a subir. 5 José te cerrará los rebaños, por sor grande el hambre en la
tos son los hijos de Bela, que dio L a b á n dinero y que le hemos d a d o nuestros ga-
ojos». Levantóse Jacob y dejó a Berseba, llerrn de (1111Í111. I'ormito, pues, que ha-
a Raquel, su hija, y de ella le nacieron nados, ni a nuestro señor se le oculta que
biten tu* Niervo» en la llena de Gosen».
y los hijos de Israel pusieron a Jacob, su a Jacob. En t o d o , siete personas. 2 6 El to- 1
I I liuiión dl|o 11 Juné: «Tu pudre y lus
no nos queda m á s que nuestro cuerpo y
padre, y a sus mujeres e hijos en los ca- tal de las personas que vinieron con Jacob nuestras tierras. I 9 ¿Vamos a perecer ante
rros que había m a n d a d o el F a r a ó n p a r a hciimino» liitn venido 11 ti; "tienes 11 tu
a Egipto, procedentes de él, sin contar las ti nosotros y nuestras tierras? C ó m p r a n o s
transportarlos. 6 Lleváronse también sus disposición luda ln tierra do l'.glpto; es-
mujeres de sus hijos, era de setenta y seis. y compra nuestras tierras p o r p a n ; sere-
ganados y los bienes que habían adquiri- 27 tablece a tu padre y a tus hermanos en lo
Los hijos de José nacidos en Egipto mos nosotros y nuestras tierras esclavos
do en la tierra de C a n á n , y Jacob se en- mejor de la tierra; que habiten en la tierra
eran dos. El total de las personas de la del F a r a ó n : danos para sembrar, para que
caminó a Egipto con t o d a su familia. de ( l o s e n ; y si sabes que hay entre ellos
familia de Jacob que vinieron a Egipto p o d a m o s vivir y no m u r a m o s y n o se que-
7 hombres capaces, hazlos mayorales de mis
Llevó con él a Egipto a sus hijos y a los fue de setenta. 2 8 Y m a n d ó Jacob a Judá den yermas nuestras tierras». 2 0 José ad-
hijos de sus hijos, a sus hijas y a las hijas ganados». 7 José hizo venir a su padre y
por delante a José para darle cita en G o - quirió p a r a el F a r a ó n todas las tierras de
le presentó al Faraón. Jacob saludó al
de sus hijas; toda su familia entró con sen. * 2 9 E hizo José preparar su carro, y F a r a ó n , 8 y éste le preguntó: «¿Cuántos
Egipto, pues los egipcios, obligados p o r
23
Por «lo mejor» de Egipto parece deben entenderse los objetos de arte y curiosidades de la
industria egipcia, pues las provisiones vienen luego. 3
28 * José pretende con esto cumplir un acto de cortesía para con el soberano y preparar el te-
Es el nunc dimittis de Jacob, cuando menos lo esperaba. Con ver a su hijo vivo se da ya por rreno para obtener la facultad de que su familia se estableciese en Gosen, donde más cómodamente
satisfecho y muere contento. pudieran continuar su género de vida, alejados del contagio religioso de los egipcios, que podía
A c 2 La morada preferida de su padre, que en aquel sitio había erigido un altar (26,25). En serles perjudicial.
33
^ * "3 visión nocturna: como a Abraham, 15,1; Núm 12,6. No era precisamente la profesión del pastoreo lo que abominaban los egipcios, pues en el
Como en 2-8,13, Dios se determina por su padre Abraham y le promete su asistencia y el Delta abundaban los ganados y los pastores, sino los pastores asiáticos, que los tenían entonces
cumplimiento de sus promesas. Cf. Mt 22,31 ss, dominados y que con sus correrías los molestaban siempre.
7
El cuadro que sigue, a pesar de la apariencia del v.8 y del 26 s., es un cuadro estadístico in-
tercalado en la narración de aquellos descendientes de Jacob que luego vinieron a ser jefes de tribu A "7 i 1 La tradición señala como primera habitación de Israel el país de Gosen. Era la tierra
o familia, y como tales se conservaron luego en otros cuadros semejantes, como Ex 6,14 ss.; Núm 26, " * más apta para la vida de los hijos de Jacob. Pero es natural que con el tiempo se extendieran
y 1 Par 2-8. La diferente manera de citarlos engendró alguna diferencia entre el texto masorético fuera de esta región. Aquí se menciona Rameses, que muy probablemente ocupaba el sitio de Pe-
y el de los LXX. lusio, a cuya región convenía el calificativo de «lo mejor de la tierra». El salmo 78,12.43 habla de
8
Enuméranse sin distinción todos los hijos de Jacob; y sin distinción, en cuanto a la condi- Tanis, que era la capital de la dinastía hicsa.
13
ción de la madre, entrarán luego a participar en la herencia paterna, siguiéndose en esto no el de- La fertilidad del Egipto depende del Nilo. Si crece poco, no riega las tierras lo suficiente; si
recho caldeo, sino el derecho del desierto. crece mucho y tarda en retirarse, no deja lugar para la sementera. Muy otro era el régimen de Canán,
28
Judá, que tan buen papel había representado antes, recibe aquí esta misión. La tierra de cuya mención es tal vez una glosa aquí y en el v.14, para poner más de relieve la providencia de
Gosen se encuentra al este del Delta, entre la rama pelusiana del Nilo y el desierto. Dios sobre Israel.
GÉNESIS 47-48 80 81 GÉNESIS 48-49
hijos, Manases y Efraím. 2 A n u n c i á r o n -
el h a m b r e , vendieron cada u n o su c a m p o , 6
existo hasta h o y ; i que el ángel que m e 2
Reunios y escuchad, hijos de Jacob.
y la tierra vino a ser propiedad del F a r a ó n ,
selo a Jacob, diciéndole: «Mira, tu hijo h a librado de t o d o mal, bendiga a estos Escuchad a Israel, vuestro padre.
21
y sometió a la servidumbre del F a r a ó n José viene a verte»; y haciendo un esfuer- niños. Q u e se llamen con mi n o m b r e y 3
R u b é n , tú eres mi primogénito,
tierras y pueblos, desde el u n o al otro zo, se sentó en el lecho. 3 Después dijo a con el n o m b r e de mi padre A b r a h a m e M i fuerza y el fruto de mi primer vigor,
extremo de la tierra de Egipto. * 2 2 Sólo José: «El Dios omnipotente se me apa- Isaac y se multipliquen grandemente en C u m b r e de dignidad y cumbre de fuer-
dejó de comprar las tierras de los sacerdo- reció en Luz, tierra de Canán, y me ben- medio de la tierra». 17 José, al ver que su za. *
dijo diciendo:* 4 « Y o te acrecentaré y te
tes, p o r q u e éstos recibían del F a r a ó n una padre ponía su m a n o derecha sobre la 4
Herviste c o m o el agua. N o tendrás la
porción y no tuvieron que vender sus tie- multiplicaré, y te haré muchedumbre de cabeza de Efraím, se disgustó; y t o m a n - primacía p o r q u e subiste al lecho de tu
rras. 2 3 Y dijo José al pueblo: «Hoy os pueblos, y daré esta tierra a tu descen- d o la m a n o de su padre de sobre la ca- padre.
he c o m p r a d o para el Faraón a vosotros y dencia después de ti, para que p o r siem- beza de Efraím, para ponerla sobre la de Cometiste entonces u n a profanación:
a vuestras tierras. Ahí tenéis para sem- pre la posea. 5 Los dos hijos que antes de M a n a s e s , 1 8 le dijo: « N o es así, padre mío, subiste a mi lecho. *
b r a r ; sembrad vuestras tierras. 2 4 Al tiem-mi venida a ti, a la tierra de Egipto, te pues el primogénito es éste; pon la m a n o 5
Simeón y Leví son hienas. Instrumen-
po de la recolección daréis el quinto al nacieron en ella, serán hijos míos. Efraím derecha sobre su cabeza». 1 9 Pero su pa- tos de violencia son sus espadas. *
F a r a ó n , y las otras cuatro partes serán y Manases serán hijos míos, como lo son dre rehusó, diciendo: «Lo sé, hijo mío, 6
N o entre mi alma en sus designios y
para vosotros, p a r a sembrar y p a r a m a n -R u b é n y Simeón; 6 pero los que tú has lo sé; también él será un pueblo, también n o se u n a a ellos mi aprobación,
teneros vosotros, los de vuestra casa y engendrado después de ellos serán tuyos, él será grande; pero su hermano menor P o r q u e en su furor degollaron hombres
vuestras familias». 2 5 Ellos le dijeron: y bajo el n o m b r e de sus hermanos serán será m á s grande que él, y su descen- y caprichosamente desjarretaron toros.
«Nos das la vida. Q u e hallemos gracia a llamados a la herencia. 7 C u a n d o volvía de dencia vendrá a ser muchedumbre de 7
Maldita su cólera, p o r violenta;
los ojos de nuestro señor, y seremos sier- P a d á n A r a m se m e murió tu madre, R a - pueblos». * 2 0 Los bendijo, pues, Israel Maldito, por cruel, su furor.
vos del Faraón». 2 6 D i o José u n a ley, que quel, en el camino en tierra de C a n á n , a aquel día, diciendo: «Por ti bendecirán Y o los dividiré en Jacob y los disper-
todavía hoy subsiste, p o r la cual perte- distancia de un quibrat de Efrata, y allí la a Israel, diciendo: Hágate Dios como a saré en Israel. *
nece al F a r a ó n el quinto del producto de sepulté en el camino de Efrata, que es Efraím y Manases». Y puso a Efraím an- 8
A ti, Judá, te alabarán tus hermanos.
las tierras de Egipto. Sólo las tierras de Belén». tes de Manases. T u m a n o pesará sobre la cerviz de tus
los sacerdotes no son del F a r a ó n . * 8
Vio Israel a los hijos de José y pre- 21
Israel dijo a J o s é : «Yo voy a morir, enemigos.
27
Habitó Israel en la tierra de Egipto, guntó : «Estos, ¿quiénes son?» ' José res- pero D i o s estará con vosotros y os re- Postraránse ante ti los hijos de tu pa-
en la región de Gosen, y adquirieron allí pondió a su p a d r e : «Son mis hijos, los conducirá a la tierra de vuestros padres. * dre. *
posesiones, creciendo y multiplicándose que me ha d a d o Dios aquí». «Acércalos, 22
Te doy a ti, a m á s de lo de tus herma-
9
C a c h o r r o de león, J u d á ; de la presa
grandemente. 2 8 Vivió Jacob en la tierra te ruego, p a r a que los bendiga». l 0 Los nos, una parte que yo tomé a los amorreos subes, hijo mío;
de Egipto diecisiete años, siendo todos ojos de Israel se habían obscurecido por con mi espada y mi arco». * Posando, te agachas como león, c o m o
los días de su vida ciento cuarenta y sie- ¡a edad, y no podía ya ver. José los acer- leona.
te años. 2 9 C u a n d o los días de Israel se có, y él los besó y los abrazó, ' 1 diciendo ¿Quién le hostigará p a r a que se le-
acercaban a su fin, llamó a su hijo José y a José: « N o creí ver ya más tu rostro, y B e n d i c e J a c o b a s u s hijos y muere
vante? *
le dijo: «Si he hallado gracia a tus ojos, he aquí que Dios me ha dejado verte a i A 1 Jacob llamó a sus hijos y les 10
N o faltará de Judá el cetro
pon, te ruego, la m a n o bajo m i muslo y ti y también a tu prole». ' 2 José los sacó " * * dijo: «Reunios, que voy a anun- N i de entre sus pies el báculo
haz conmigo favor y fidelidad. N o m e de entre las rodillas de su padre, y, pos- ciaros lo que os sucederá a lo último de H a s t a que venga aquél cuyo es,
sepultes en Egipto. * 30 C u a n d o me duer- trándose ante él en tierra, 13 los puso, a los dias. * Y a él darán obediencia los pueblos. *
ma con mis padres, sácame de Egipto y Efraím a su derecha y a la izquierda de 19
sepúltame en sus sepulturas». José le res- Israel, y a Manases a su izquierda y a la La tribu de Efraím fue siempre más poderosa que la de Manases y más influyente en la
pondió : «Haré lo que me dices». 3 1 «Jú- derecha de Israel, y los acercó. 14 Israel historia
21
de Israel.
ramelo», dijo Jacob. José se lo juró, e El patriarca no aparta de su mente la promesa divina ni quiere que sus hijos la olviden por
extendió su m a n o derecha y la puso so- la tierra en que moran.
Israel se p o s t r ó sobre la cabecera del bre la cabeza de Efraím, que era el me- 22
José está representado por sus dos hijos en la repartición de la herencia paterna, que es la
lecho. * nor, y su izquierda sobre la cabeza de tierra prometida.— Yo tomé con mi espada, etc. Verso obscuro y que no tiene explicación en la his-
Manases. D e intento lo hizo, aunque M a - toria del patriarca. El libro apócrifo de los Jubileos toma ocasión de aquí para tejer un relato legen-
B e n d i c e J a c o b a los hijos d e J o s é nases era el p r i m o g é n i t o . l s Bendijo a José dario y maravilloso.
diciendo: «Que el D i o s en cuya presencia l
A O 1 Después de t o d o esto, vinieron a anduvieron mis padres, A b r a h a m e Isaac, AQ Las bendiciones de Jacob, más que a las personas de sus hijos, miran a las tribus de ellos
^ ' - ' descendientes. Tienen algún paralelo con las bendiciones de Moisés (Dt 33). El texto ha
" O decir a José: «Mira, tu padre está el Dios que me ha sustentado desde que sufrido mucho y es de muy dudosa y difícil interpretación. Aun teniendo que recurrir a veces a
enfermo»; y cogió José consigo a sus dos la conjetura para su restitución, damos lo que más probable nos parece.
3
21
Para entender este trozo sobre ía política de José es preciso notar la naturaleza del suelo de Rubén, como primogénito, representa las primicias de la fuerza viril de su padre y de su
Egipto y su fertilidad, que depende del Nilo y exige grandes trabajos de canalización y conserva- madre,4
y por razón de estas primogenituras le correspondía una preeminencia sobre sus hermanos.
ción de los canales, que sólo el Gobierno puede ejecutar. Esto impuso siempre un régimen especial Como el agua que brota a borbotones de la tierra y luego se difunde por ella, así Rubén tuvo
en la propiedad agrícola, manifestada por la prestación personal, la requisa de los ganados y una en la conquista de la Tierra una parte importante; pero luego vino a perder su importancia, como
propiedad limitada sobre la tierra. En el imperio antiguo parece que eran los señores feudales los se ve por Jue 5,15 s.; 1 Par 5,1-10. Esta suerte de Rubén se atribuye al crimen narrado en 35,22.
5
que ejercían este aito dominio, que luego pasó a manos de los Faraones, y en ellas persistió en una Simeón y Leví son hermanos uterinos, hijos de Lía, que vengaron bárbaramente la violencia
u otra forma hasta el siglo XIX. hecha 7
a su hermana Dina (cf. 34).
26
De las tierras de los sacerdotes dice Herodoto que estaban exentas de tributo. Quedaron divididos porque Leví no tuvo territorio fijo en Israel, y Simeón, que se estableció
29
Las palabras de Jacob expresan el agradecimiento hacia su hijo, como salvador de su pue- en medio de Judá, vino a quedar absorbido por éste (Jos 19,1-9; Jue 1,3.17).
8
blo.—No me sepultes, etc. Egipto era para él tierra extraña, y por tal quena que la tuviesen sus hijos; Alabarán a Judá por su preponderancia en ¡a conquista de la Tierra (Jue i,3-I7) y luego en
su patria era la que Dios le había prometido, hacia la cual quería dirigir el corazón de sus hijos. la defensa de ía misma contra los invasores hasta las victorias de David.
La posesión de la tierra de Gañán tenia gran importancia en los destinos de Israel, y no es extraño » El león es imagen viva de la valentía de Judá. En los otros vaticinios que siguen son frecuen-
que el autor sagrado insista tanto en poner de reiieve estos rasgos de la historia, nacional más que tes estas comparaciones con los animales.
1
individual, de Jacob (Heb ll,2i). ° El cetro en el símbolo de la autoridad que Judá ejercerá sobre las tribus hermanas.—Hasta
31
Como David, ya anciano (i Re 1,47), se postró en su lecho para dar gracias a Dios por el que vengas: así traducen las versiones antiguas, que merecen en el presente caso ser preferidas. Es
favor que con el juramento de José acababa de nacerle. como si dijera: hasta que venga aquel a quien está destinado por Dios, para quien El lo reserva. Y al
mismo está guardado el homenaje de las naciones. El sentido de este versículo es obvio. Contiene
AQ 3 Enuncia la promesa divina de la multiplicación (28,10 ss.), de la cual va a declarar here- la promesa mesiánica vinculada a Judá, y luego a David, de la perpetuidad de la dinast.a por el rey
^ ^ deros a sus dos nietos, que ñguran efectivamente entre las tribus de Israel y entre las más Mesías. La promesa hecha a David, que se contiene en 2 Sam 7,14 ss., repetida y ampliada por los
numerosas. profetas, es el verdadero comentario de este vaticinio.
GÉNESIS 49 82 83 GÉNESIS 49-50
30
11
Atará a la vid su pollino, A la fuente se encamina. * po de Efrón, el jeteo, * en la caverna hermanos y la casa de su padre, no de-
A la vid generosa el hijo de la asna; 23
Los arqueros le hostigan, del campo de Macpela, frente a M a m b r é , jando en la tierra de Gosen más que a los
Lavará en vino sus vestidos, Los tiradores de saetas le atacan. * en tierra de Canán, que es la caverna que niños, las ovejas y los bueyes. 9 José lle-
Y en la sangre de las uvas su ropa. * 24
Pero la cuerda del arco se les rompe, c o m p r ó A b r a h a m a Efrón, el jeteo, con vaba también consigo carros y caballe-
12
Brillan por el vino sus ojos Y su poderoso brazo se encoge su c a m p o , para tener sepultura de su pro- ros, así que el cortejo era muy grande. *
10
Y de la leche blanquean sus dientes. * Por el poderío del fuerte de Jacob, piedad. 3 1 Allí están sepultados A b r a h a m Llegados a la era de Atad, que está al
13
Zabulón habitará la costa del mar. Por el nombre del pastor de Israel. * y Sara, su mujer; Isaac y Rebeca, su m u - o t r o lado del Jordán, hicieron allí muy
La costa de las naves. 25
En el Dios de tu padre hallarás tu jer, y allí sepulté yo a Lía. 3 2 El campo y grande llanto e hizo José u n duelo de
Y tendrá su flanco junto a Sidón. * socorro. la caverna que en él hay fueron compra- siete días por su padre. * n Los morado-
14
Isacar es un robusto asno En El-Sadai, que te bendecirá dos a los hijos de Jet». 33 C u a n d o acabó res de la tierra, los cananeos, al ver este
Que descansa en sus establos. Con bendiciones de cielo arriba- Jacob de dar estas órdenes a sus hijos, duelo en la era de Atad, se dijeron: «Gran
15
Vio que su lugar de reposo era bueno Bendiciones del abismo abajo, juntó sus pies en el lecho y expiró, yendo duelo este de los egipcios»; por eso se
Y que era deleitosa la tierra, Bendiciones del seno y de la matriz. * a reunirse con su pueblo. * dio el n o m b r e de Abel Misraím a este
Y prestó los lomos a la carga. 2
6 Las bendiciones de tu padre lugar, que está al lado de allá del Jordán. *
12
Y hubo de servir como tributario. * Sobrepasan a las bendiciones de los Sepultura de Jacob Los hijos de Jacob hicieron con su pa-
16
D a n juzgará a su pueblo montes eternos, 1 dre lo que les había m a n d a d o , 13 lleván-
Cayó José sobre el rostro de su
C o m o una de las tribus de Israel. *
17 Es D a n como serpiente en el ca-
Superan la belleza de las eternas co-
linas.
50
2
p a d r e , y lloró sobre él y le besó.
M a n d ó José a los médicos que tenía a
dole a la tierra de C a n á n y sepultándole
en la caverna del campo de Macpela, que
mino, Que caigan sobre la cabeza de José, había comprado A b r a h a m a Efrón, el
su servicio embalsamar a su padre, y los jeteo, p a r a tener sepultura de su propie-
C o m o víbora en el sendero, Sobre la frente del príncipe de sus her- médicos embalsamaron a Israel, * 3 em-
Que, mordiendo los talones al caballo, manos. * dad, frente a M a m b r é .
pleando en ello cuarenta días, que es el
Hace caer hacia atrás al caballero. * 27
Benjamín es lobo rapaz 1 4 Después de haber sepultado a su pa-
tiempo que se emplea p a r a embalsamar.
18
Tu salvación espero, ¡oh Yavé! * Que a la m a ñ a n a devora la presa dre, José volvióse a Egipto con sus her-
Los egipcios hicieron duelo por él du-
19
G a d : Salteadores le asaltan, Y a la tarde reparte los despojos». * m a n o s y cuantos habían subido con él
rante sesenta días. *
Y él les pica los talones. * 2
8 Estas son las doce tribus de Israel y 4 p a r a sepultar a su padre.
20
Pasados los días del duelo, habló José '5 C u a n d o los hermanos de José vieron
Aser: Su pan es suculento. esto es lo que les habló su padre, bendi- a las gentes de la casa del F a r a ó n , di-
H a r á las delicias de los reyes. * ciéndolas a cada una con una bendición. * que había muerto su padre, se dijeron:
21 29
ciéndoles: «Si he hallado gracia a vuestros «¿Si nos guardará rencor José y nos de-
Neftalí es una cierva en libertad. * Después les m a n d ó : «Yo voy a reunir- ojos, haced llegar esto, os lo ruego, a oídos
22
José es un novillo, un novillo hacia me con mi pueblo; sepultadme con mis volverá t o d o el mal que le hemos hecho?»
del F a r a ó n : 5 M i padre me hizo jurar, 16
Y m a n d a r o n a decir a José: «Tu padre,
la fuente, padres en la caverna que está en el cam- diciendo: Voy a morir; sepúltame en la antes de morir, nos m a n d ó que te dijéra-
sepultura que tengo en la tierra de Canán. m o s : 1 7 «Perdona el crimen de tus her-
11 Q u e me permita, pues, subir a sepultar
Indica la abundancia déla viña en el territorio de Judá. m a n o s y su pecado, pues ciertamente te
12
El vino que beberá le pondrá los ojos alegres, y los dientes blancos la leche, en Judá muy a mi padre, y volveré». 6 Y le contestó el hicieron mucho m a l ; pero, p o r favor, te
abundante. F a r a ó n : «Sube y sepulta a tu padre, se-
13
Según Dt 33,19, Zabulón e Isacar tenían por límites el mar. ruego, perdona el crimen de los servido-
15
gún tu juramento». 7 Subió, pues, José a res del Dios de tu padre». José lloró al
Se compara a Isacar con el asno de carga, echado en las majadas y gozando de la holganza. sepultar a su p a d r e ; y subieron con él
En vez de Juchar por someter a los cananeos, se dejó esclavizar por ellos. oirlos. * 1S Sus hermanos vinieron a pros-
16 todos los servidores del F a r a ó n , los an- ternarse ante él, y le dijeron: «Somos tus
Sansón, que figura entre los jueces o salvadores de Israel, era de esta tribu de Dan. cianos de su casa y los ancianos de la
17
Alude, sin duda, a la toma de Lais por sorpresa, a la cual llamaron luego Dan (Jue i8,7 ss.). siervos». ! 9 El les dijo: « N o temáis. ¿Es-
18 tierra de E g i p t o , 3 t o d a la casa de José, sus
Este verso es obscuro por la falta de conexión con los vv.17 y ig. Los LXX lo fgan al v.17.
expresando la fe de Dan, que, si bien echado por los amorreos de su territorio, pudo, sin embargo, 29
conquistar otro al norte del país (Jue 18). Insiste en sus deseos de que le entierren en el país de las promesas divinas, con el fin de
19
Gad, establecido en el fértil suelo de la TransJordania, estará expuesto a las incursiones de atraer33
a los hijos hacia ellas y evitar que echen raíces en Egipto.
los nómadas, pero sabrá defenderse, como lo muestra la historia de Jefté (Jue 11) y la ayuda pres- Juntó los pies en señal de la paz con que moría y «fue a juntarse con su pueblo»: expresión
tada2 0por David, según 1 Par 12,8 ss. equivalente a «juntarse con sus padres», que se emplea otras veces. Tales expresiones significan
El territorio de Aser, situado entre e* Carmelo y la Fenicia, era fértil en todo género de una le cierta en la supervivencia de las almas en el seo!. A falta de datos revelados y racionales más
frutos y especialmente en trigo, que exportaba a la Fenicia, como se ve por 1 Re 5,9.11; Act 12,20 t IIIIOH, concebían esta vida a semejanza de la que había tenido aquí el individuo, sobre todo ai fin
21
Alusión al territorio de Neftalí, que estaba al oeste del lago de Genesaret y que Josefo nos dr HLin días, en la hora de la partida.
describe como un paraíso (De Bello lud., III. 10,8). C í\ 2 La de los embalsamadores era una profesión que aquí el autor asimila a la de los médicos.
22
José es un toro por su fuerza, como Judá es un león por su valentía. La historia de sus tribus * J "3 Tal vez en las casas egipcias donde había muchos oficiales había también embalsamadores.
y, sobre todo, la importancia de Efraím justifican bien esta imagen (Jue 8,i ss.). Los procedimientos que empleaban los describe Herodoto (II, 86-88) y Diodoro (1,91) para
23
Alusión, sin duda, a las duras luchas que José hubo de sostener con los cananeos por la sus épocas. Y tal vez no serían muy diferentes los empleados en los días de José. Más de treinta o
conquista del territorio, según Jos 17,14 ss.; Jue 1,27 s.( y por la defensa del mismo en la época de cuarenta días dice Diodoro que duraba el embalsamamiento. Los egipcios lloran, asociándose a la
los jueces. pena de José. Diodoro dice que el llanto o lamentación por los reyes duraba setenta y dos días (1,72).
24
Por la protección de Dios logró José escapar de sus enemigos. Sobre el título de Pastor de Treinta lloraron los hebreos.a Arón (Núm 20,29) y otros tantos a Moisés (Dt 34,8).
Israel dado a Yavé, cí. Sal 23,1. tf
25
El autor sagrado se complace en describirnos la solemnidad de estas honras que Jacob obtuvo
Dios protegerá a José contra sus enemigos y le colmará de bendiciones, representadas por de los
1
extraños. Era esto una parte del morir en paz que Dios había prometido al patriarca.
la lluvia y el rocío, que vienen de arriba, y por las fuentes, que brotan de abajo, siendo unas y otras ° Se ignora el sitio de esta era de Atad o del espino, y es extraño que la comitiva hiciera el viaje
causa de la fertilidad de la tierra. A ésta se añade la fecundidad de los ganados y de los hombres de Egipto a Hebrón por el oriente del mar Muerto y del Jordán. El duelo aquí dura siete días, que
(cf. Dt 33,13 ss.). era lo ordinario en Israel, según la norma que da el Eclesiástico (22,13) y que vemos practicada en
26 la muerte de Saúl (1 Sam 31,r3) y en la de Judit (16,19).
Las bendiciones que José recibe de su padre se levantan sobre la altura de las montañas 1
y son firmes y estables como las montañas mismas. ' Son frecuentes en la Escritura los nombres compuestos de Abel, duelo o llanto; pero se desco-
27
Benjamín es un lobo, siempre peligroso para los rebaños por la mañana como por la tarde. noce el lugar de éste. Como en v. 10, es de extrañar su situación al otro lado del Jordán, que, sin duda,
Expresión de la valentía de Benjamín, probada por Aod benjaminita (Jue 4,15 ss.) y por toda la tribu debe entenderse al este de este río. Acaso este paréntesis: «que estaba al otro lado del Jordán», es una
en sus guerras contra los filisteos (r Par 8,20; 12,1 ss.). glosa o una corrupción del texto, nacida de alguna localidad conocida en la TransJordania.
17
28
Efectivamente, no a los individuos epónimos, sino a las tribus, se refieren los anteriores Muy bien se invoca aquí por motivo de perdón el respeto al Dios de su padre, que es el Dios
vaticinios, a su situación en la tierra de Canán y a su historia durante los primeros siglos del pueblo de ellos, y así viene a ser vínculo de unión de todos el Dios a quien su padre había servido y a quien
de Canán. ellos mismos servían.
ÉXODO 84 85 ÉXODO

toy yo acaso en el lugar de Dios? * 2 0 Vos- ligencia, muevan la voluntad al asentimiento. Tales argumentos no pueden ser de
M u e r t e de José orden puramente intelectual, que Israel, rudo, no entendería; han de ser acomodados
otros creíais hacerme mal, pero Dios ha 24
hecho de él un bien, cumpliendo lo que José dijo a sus h e r m a n o s : «Voy a a la inteligencia, grosera del pueblo. Tales argumentos son los milagros, señales que
hoy sucede, de poder conservar la vida morir, pero Dios ciertamente os visitará Dios da para comprobar la misión de sus enviados. Y como Jesucristo después, para
de un pueblo numeroso. * 2 1 N o temáis, y os h a r á subir de esta tierra a la tierra hacer creer en su persona y misión, también Moisés, que venía a ser el iniciador de
pues; yo seguiré manteniéndoos a vos- que juró dar a A b r a h a m , Isaac y Jacob». *
25 una nueva forma de vida religiosa, obra milagros. Por esto la tradición proclama
otros y a vuestros niños». Así los conso- Hizo jurar José a los hijos de Israel,
diciéndoles: «Ciertamente os visitará D i o s ; a una el poder taumatúrgico de Moisés. En esto no puede caber duda. Porque afirmar
ló, hallándoles al corazón. 2 2 Habitó José
entonces llevad de aquí mis huesos». que Moisés realizó su obra sin milagros sería afirmar un gran milagro, el mayor de
en Egipto, él y la casa de su padre. 23 v i - 26
vió ciento diez años y vio a los hijos de M u r i ó José en Egipto a los ciento diez todos. Mas para precisar la naturaleza de tales milagros y el valor de las descrip-
Efraím hasta la tercera generación; tam- años, y fue embalsamado y puesto en un ciones que de ellos da el autor sagrado, debe tenerse en cuenta, aparte del estilo po-
bién recibió sobre sus rodillas, al nacer, ataúd en Egipto. pular y a veces hiperbólico de la narración, que los autores sagrados, igual que los
hijos de Maquir, hijo de Manases. * profetas y, en general, los antiguos, se fijan preferentemente en la intervención de la
19 Causa Primera, que mueve y orienta las causas segundas hacia sus fines, y apenas
Gomo si dijera: No soy yo el que debe castigar los crímenes, sino Dios, juez supremo de
todos (Dt 32,35 s.). Es el primer paso de la divina revelación para elevarnos a la sublimidad del si mencionan la actividad de éstas. Por no tener esto presente, fallan muchas veces
Evangelio sobre el perdón de las ofensas (Mt 5,43 ss.). las apreciaciones de los críticos modernos, que pretenden aplicar a estos relatos otros
20
Esto que había ya dicho en 45,5 ss., no aminoraba en nada su culpa, pero era una considera- criterios de filosofía y lenguaje occidentales, que los alejan del verdadero sentido de los
ción eficaz para moverse al perdón, considerando cómo Dios había vuelto en bien lo que ellos habían
maquinado para el mal. autores sagrados.
23
Era el ideal de la longevidad, según los egipcios. La edad de los patriarcas decrece siempre, 4. Este criterio debe aplicarse, por ejemplo, a la descripción de las plagas de
pero aun en este caso de José es bastante larga para que pueda decirse de él que murió lleno de días.
Maquir era, según 1 Par 7,14 ss., hijo de Esriel, hijo de Manases, y, por tanto, representaba la Egipto, que, por su semejanza con diversos fenómenos comunes y ordinarios en la
tercera generación. Tal longevidad era un signo de la gracia de Dios; al contrario, la muerte tem- región, son por los críticos no católicos tenidas como desprovistas de todo carácter
prana y arrebatada. milagroso. Es evidente la intención del autor sagrado de ver en ellas hechos portento-
24
A sus hermanos: a los hijos de Israel, pues sus hermanos, más ancianos que él todos, menos
Benjamín, eran ya muertos seguramente, les hace la misma recomendación que su padre habíale sos, providenciales y no puramente naturales, aunque lo incompleto de la narración
hecho a él y expresando los mismos motivos. El ataúd de Egipto era la caja en que se colocaba la no nos permita siempre determinar en cada una de ellas el elemento estrictamente
momia una vez embalsamada, de las cuales tantas se encuentran en todos los museos arqueológicos. milagroso en el sentido de la Apologética moderna.
La Epístola a los Hebreos pondera la fe de José en las promesas divinas, manifestada en estas reco-
mendaciones que los hebreos cumplieron, según consta por Ex 13,19; Jos 2,32. Lo mismo pudo 5. Algo semejante debemos afirmar de los censos que, tanto en el Éxodo como
haberse dicho en Jacob (Heb ir,22}. en los Números, se nos dan del pueblo de Israel. El número de los israelitas que salen
de Egipto, atraviesan el desierto y penetran en Canán es, según el texto, de dos millo-
nes y medio, de los que no menos de 600.000 son hombres de armas. Y esta masa de
hombres llevaba consigo toda su hacienda, ganados, etc. Estas cifras tropiezan con
reales dificultades históricas y demográficas. Mas ello no autoriza para rechazar el
valor histórico de los relatos. Algunos autores católicos dan a las cifras un valor
E O D O no propiamente aritmético, sino simbólico, a la manera de muchos números de los
profetas. Otros buscan la solución en interpolaciones sistemáticas de los judíos poste-
1 ¡ores, que introdujeron estas cifras elevadas para hacer resaltar más la obra de la
I 'nwidencia divina, que había tantas veces prometido multiplicar a Israel, haciéndolo
1. El Éxodo es el segundo libro del Pentateuco, que recibe su nombre del gran nuiíwrmo como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Es éste uno de los puntos
suceso en él narrado: la salida de Israel de Egipto. Abarca, en cuarenta capítulos, iliip I'XI'K''" aún nuevo estudio de los interpretes católicos, en conformidad con las nor-
el relato desde la opresión de Israel por el Faraón hasta la erección del tabernáculo mas ile S. S. l'ío XII en la encíclica «Divino afflante Spiritu».
en el Sinaí. Se puede dividir en tres partes. La primera narra la lucha por la libertad
hasta obtenerla (1-12,36); la segunda cuenta el viaje de Israel desde Rameses hasta (1. O í r o pimío (|iíe necesita aclaración es la n u b e , con tanta frecuencia mencio-
el Sinaí (12,37-18), y la tercera, la alianza y la construcción del tabernáculo, sím- itildii *n «I lixmlo v nn lo» otros libros del Pentateuco. Primeramente, Dios se aparece
bolo de la morada de Dios en medio de su pueblo (19-40). .1/ /111W1I0 <<II nuil nii/ie sobre ni monte Sinaí (Ex 10,26; 24,15), que luego desciende
•.u/ui» Id (imilla 1I1» Motar** V suliri' el tabernáculo, cuando fue erigido, para tomar
2. En todo este libro, como en los tres siguientes, se destaca la figura de Moisés.
liosr'slilri rio <*l (Ex 40,34). Esta nube será la que, en adelante, guíe al pueblo por el
Libertado de las aguas, criado en la corte faraónica hasta la edad madura, la simpatía
./«¡itrio (Ex 40,36 ss.; Núm 0,15,). Desde Egipto conducía al pueblo otra nube,
por sus hermanos, manifestada de modo violento, le obliga a desterrarse, huyendo al
c|ii« por In noche ve convertía en columna de fuego, para hacer mejor su oficio de guía
desierto, como hicieron muchos egipcios antes y después de él. Con esto la Providencia
(Ex 1.1.3!; 14,20.24). Era la primera nube una imagen sensible de la presencia de
divina le prepara para su misión futura, con el conocimiento del terreno que ha de ser
Dios mi medio de su pueblo. La importancia de esta verdad en la historia del Antiguo
campo de su actividad. Ejerciendo el oficio de pastor, Dios le llama, como después
Testamento nos la evidencian los Profetas y los Salmos, sobre todo. La segunda nube
llamará a Isaías, a Jeremías y a Ezequiel, para una gran misión, y en este llamamiento
era otro signo de la presencia del mismo Dios (Ex 33,14), o mejor, de su ángel, que
Dios se le revela como el Dios de los patriarcas, que viene a cumplir las promesas a
Ktiiaba al pueblo por el desierto (Ex 14,19; 23,20; 33,2) El Señor, que había pro-
ellos hechas; pero a esto añade una nueva revelación, simbolizada con el nuevo nombre
hibido el uso de toda imagen en el cuito, satisfacía así a las necesidades psicológicas
que toma de Yavé, al iniciar sus relaciones con el pueblo nacido de los patriarcas.
de su pueblo, haciendo sensible su presencia por medio de cosas que no pudiera re-
Significa este nombre su asistencia en medio del pueblo como Dios de justicia y de
producir (Dt 4,1$ s.). Por estos signos el pueblo sentía a su Dios cerca de sí, sin
misericordia, en orden a realizar sus planes sobre Israel para hacerle principio de
peligro de confundirle con imágenes reproducibles.
salud y causa de bendición para el mundo.
3. Para llevar a cabo su misión necesita Moisés de la fe del pueblo en su persona, 7. El conjunto de leyes, que llenan los capítulos 20-23, forma el llamado Código
como delegado de Dios. Esta fe no se engendra sin argumentos que, ilustrando la inte- de la Alianza, porque sobre ellas se hizo luego el pacto sinaítico entre Dios y su pueblo.
ÉXODO 86 87 ÉXODO 1-2
Es evidente la superioridad religiosa y moral de esta legislación, que abarca todos los de Leví (6,14-30). Moisés y Arón otra vez ante el Faraón (7,1-13). Las nueve
aspectos de la vida humana, desde el penal hasta el litúrgico, sobre las legislaciones plagas de Egipto (7,14-10,9). Predicción de la última plaga (11). Institución de
antiguas, aunque algunas de éstas supongan un estado de cultura y organización la Pascua (12,1-28). La última plaga y la salida de Egipto (12,20-36).—SEGUN-
política más perfecta que la de Israel en los días de Moisés. Radica esta superioridad D A P A R T E : C A M I N O D E L S I N A Í (12,37-18,20.): Leyes sobre la Pascua y los
en el concepto del Dios único, justo, santo, que aborrece toda iniquidad y pecado, primogénitos (12,37-13,16). Marcha del pueblo hasta el mar (13,17-14,4). Paso
que ejerce sus sanciones premiando la justicia y castigando toda injusticia o violencia; del mar Rojo (14,5-15,27). Las codornices y el maná (16). El agua de la roca y
no obstante que la perfección de esta ley está muy lejos aún de la perfección que había la victoria sobre Amalee (17). Jetró en el campamento hebreo (18).—TERCERA
de alcanzar por el Evangelio. Basta para esto recordar la explicación que del Decá- P A R T E : E N EL S I N A Í (10-40): Preparativos para la gran teofanía (19). La
logo hace el Señor en el Sermón del Monte (Mt 5,17 ss.). promulgación del Decálogo (20,1-21). El Código de la Alianza (30,22-23,33). La
Moisés, al planear, inspirado por Dios, la nueva legislación de su pueblo, no podía alianza sinaítica (24,1-8). Revelación de la ordenación del culto en Israel (24,9-31,
hacer tabla rasa del código tradicional por que Israel se regía. Obrar así no sería 18). La prevaricación del becerro (32). La intercesión de Moisés (33). Nueva
conforme a la manera suave de obrar que Dios tiene. Además, contra tal modo de revelación del nombre de Yavé (34,1-28). La ejecución del tabernáculo (34,29-39,43).
ver protesta el código mismo con las imperfecciones que tiene, mirado a la luz del La erección del tabernáculo y su consagración (40),
Evangelio, y las analogías que ofrece con los códigos antiguos. Hemos de pensar que
el profeta, a quien Dios había dado grandes luces sobre su naturaleza y sobre las
exigencias de su santidad, pasó por la criba de este criterio el código usual de Israel,
y suprimiendo unas cosas, añadiendo otras y corrigiendo muchas, lo amoldó a las P R I M E R A P A R T E trabajos de mortero, de ladrillos y con
exigencias del monoteísmo, tal como Dios quería implantarlo en su pueblo. De esta todas las faenas del campo, obligándolos
LA LUCHA P O R LA LIBERTAD con dureza a ejecutar cuanto les impo-
suerte el código resultará imperfecto, como adaptado a un pueblo primitivo dedicado
(1,1-12,36) nían. l s Ordenó el rey de Egipto a las
al pastoreo y a una agricultura rudimentaria; pero muy superior a todos los códigos parteras de los hebreos, de las cuales
antiguos por su mayor pureza moral y religiosa. D u r a s e r v i d u m b r e d e Israel u n a se llamaba Sifrá y la otra Fuá, di-
8. Las costumbres que rigen aún en las tribus del desierto y las leyes caldeas en Egipto ciéndoles: 16 «Cuando asistáis al parto
nos ofrecen materia abundante para un estudio comparativo. Entre estas últimas a las hebreas y al lavar la criatura veáis
1
se destaca el código de Hammurabí, rey de Babilonia en el siglo XVIII a. C, y,
por tanto, muy anterior a Moisés. Supone dicho código un estado social superior al
I Estos son los nombres de los hijos
d e Israel que vinieron a Egipto, con
que es niño, le m a t á i s ; si es niña, que
viva». 17 Pero las parteras eran temero-
Jacob, cada u n o con su casa: 2 Rubén, sas de Dios y no hacían lo que les ha-
de Israel, aún seminómada; pero en muchas leyes es semejante al código mosaico. Simeón, Leví y J u d á ; 3 Isacar, Zabulón bía m a n d a d o el rey de Egipto, sino que
No es de extrañar, ya que Abraham procedía de la Caldea. Sin embargo, la superio- y Benjamín; 4 D a n y Neftalí; G a d y Aser. dejaban con vida a los niños. * 1 8 El rey
5
ridad de la legislación mosaica en el orden moral y religioso es tan evidente, que si de Setenta eran todas las almas salidas del de Egipto las m a n d ó llamar y les di-
una parte nos muestra la suave manera de gobernar Dios al hombre, por otra vemos muslo de J a c o b ; José estaba entonces en j o : «¿Por qué habéis hecho eso de de-
palpable la singular providencia de Yavé sobre su pueblo, por quien quería preparar Egipto. 6 M u r i ó José y murieron sus her- jar con vida a los niños?» 19 Y le dijeron
el camino a la plena revelación de su Hijo. m a n o s y toda aquella generación. 7 Los las parteras al F a r a ó n : «Es que no son las
hijos de Israel crecieron y se multipli- hebreas como las mujeres egipcias. Son
9. En el Deuteronomio (4,7 s.) se pondera la dicha incomparable de Israel en caron, llegando a ser muchos en nú- m á s robustas, y antes que llegue la parte-
tener a Dios en medio de él. Esto representaba aquel tabernáculo que Dios mandó a mero y muy poderosos, y llenaban aque- ra ya h a n parido». 2 0 Favoreció Dios a las
Moisés fabricar cuando estuvo con El cuarenta días en el monte Sinaí (Ex 24,12-18). lla tierra. 8 Alzóse en Egipto un rey nue- parteras, y el pueblo seguía creciendo y
En aquella tienda, verdaderamente regia, moraba Dios como rey en medio de su pueblo, vo, que n o sabía de José, y dijo a su multiplicándose. 2 1 Por haber temido a
para recibir de éste el homenaje de su culto, para guiarle por los caminos del desierto, pueblo: * 9 «Los hijos de Israel forman Dios las parteras, prosperó él sus casas.
22
para defenderle de sus enemigos. Este tabernáculo viene a servir de modelo para el un pueblo m á s numeroso que nosotros. M a n d ó , pues, el F a r a ó n a t o d o su pue-
1,1
Tenemos que obrar astutamente con él, blo que fueran arrojados al río cuantos
templo de Salomón, del cual tomó posesión Dios por medio de la nube (1 Re 8,10 s.),
para impedir que siga creciendo y que, niños nacieran a los hebreos, preservan-
lo mismo que la había tomado del tabernáculo en el Sinaí (Ex 40,34 s.). La realiza- si sobreviene u n a guerra, se una contra d o sólo a las niñas.
ción plena de esta presencia divina en medio de su pueblo es la que nos muestra San nosotros a nuestros enemigos y logre sa-
Juan en la Encarnación del Verbo, que «haciéndose carne estableció su tienda entre lir de esta tierra». ] 1 Pusieron, pues, so- Nacimiento de Moisés
nosotros» (Jn 1,14). Distinta de esta tienda, tan detalladamente descrita en el Éxodo, bre ellos capataces que los oprimiesen
parece ser la llamada «tienda de la reunión», de que se habla en algunos pasajes del con onerosos trabajos en la edificación 1 H a b i e n d o t o m a d o u n h o m b r e de la
mismo libro. En ésta habría sido depositado ante Yavé el vaso del maná (Ex 16,34). ilo l'itom y Rameses, ciudades almacenes
del Faraón. 12 Pero cuanto m á s se los
2 casa de Leví mujer de su linaje, 2 con-
Esta fue la que Moisés fijó fuera del campamento cuando la prevaricación del becerro cibió ésta y parió un hijo, y viéndole muy
oprimía, tanto más crecían y se multipli- hermoso, le tuvo oculto durante tres me-
(Ex 33,7), y sobre la que Yavé descendía para hablar con Moisés como un amigo
caban, y llegaron a temer mucho a los ses. 3 N o pudiendo tenerle ya escondido
con otro amigo (33,10 s.). Era ésta, sin duda, más modesta que el tabernáculo de la hijos de Israel. 13 Sometieron los egipcios más tiempo, cogió u n a cestita de papiro,
alianza; mas parece concordar mejor con el que, según la historia posterior, existió a los hijos de Israel a cruel servidumbre, la calafateó con betún y pez y, poniendo
14
luego en Silo, en el que servían Hell y sus hijos, y a donde acudieron los padres de haciéndoles amarga la vida con rudos en ella al niño, la dejó entre las plantas
Samuel a ofrecer a Dios sus sacrificios, y en el que fue dedicado el niño Samuel al
servicio divino (1 Sam 1-3), •I H Cuando Abraham y Jacob fueron a Egipto, hablan logrado dominar en el Delta, favorecidos
' por lu anarquía reinante, los hiesos, pueblo asiático. Estos recibieron con agrado a hombres de
MU inimnu ra/.n. Los hiesos se mantuvieron en el Delta durante varios siglos, hasta que el espíritu
11H1 inniil i-gipcio organizó al sur, en Tebas, bajo la dinastía XVIII, un nuevo reino, que, luchando con
mTMATJTO P R I M E R A P A R T E : L A LUCHA P O R LA LIBERTAD (1,1-13, ptirurveruncia, logró en la XIX arrojar a los extranjeros del suelo patrio. La historia de todo este
oUL\lJ\I\l\J 36). La 0presit¡n ¿e Israel (t). Orígenes de Moisés y SU prrlodo rs obscura, pero los hechos principales son claros (cf. Act 7,18).
17
fuga a Madián (2,1-13). La misión divina de Moisés (2,23-4,31). Moisés y Arón 1.11 expresión es hebrea: pero, sin duda, no quiere decir el texto que las parteras conocieran
11 Yavé, niño que, llevadas de un sentimiento de piedad y de justicia, no cumplían el mandato del
ante el Faraón (5). Nueva revelación de Dios a Moisés (6,1-13). La descendencia r«y (cf. Act 7,20 ».).
ÉXODO 2-8 88
4
89 ÉXODO 3-4
de papiro de la ribera del río. * La her- pastores y las echaron de allí, pero Moisés
7
m a n a del niño estaba a poca distancia, se levantó, salió en defensa de las jóvenes, Yavé le dijo: « H e visto la aflicción de tros padres, el Dios de Abraham, de Isaac
para ver qué pasaba, 5 Bajó la hija del y sacando agua abrevó su ganado, l 8 De mi pueblo en Egipto y he oído los clamo- y de Jacob, m e m a n d a a vosotros. Este es
F a r a ó n a bañarse en el río, y sus donce- vuelta ellas a la casa de Ragüel, su padre, res que le arrancara su opresión, y co- p a r a siempre mi n o m b r o ; éste m i m e m o -
llas se pusieron a pasear por la ribera. les preguntó éste: «¿Cómo venís hoy tan nozco sus angustias. 8 Y he bajado para rial, de generación en generación. 1 6 Ve,
Vio la cestilla entre las plantas de papiro, pronto?» 1 9 Ellas respondieron: «Es que librarle de las m a n o s de los egipcios y su- reúne a los ancianos de Israel, y diles:
y m a n d ó a una de sus doncellas que la u n egipcio nos ha librado de la m a n o de birle de esa tierra a u n a tierra fértil y es- Yavé, el D i o s de vuestros pudres, el D i o s
trajera. 6 Al abrirla, vio al niño que llo- los pastores, y a u n él mismo se puso a paciosa, u n a tierra que m a n a leche y de A b r a h a m , de Isaac y de Jacob, se m e
raba, y compadecida de él, se dijo: «Es sacar agua y abrevó nuestro ganado». miel, te tierra que habitan cananeos, jé- h a aparecido y m e h a encomendado que
20
u n hijo de los hebreos». 7 L a h e r m a n a Dijo él a sus hijas: «Y ¿dónde está? teos, amorreos, fereceos, jeveos y jebu- os diga: Os he visitado y h e visto lo que
del niflo dijo entonces a la hija del Fa- ¿Por qué habéis dejado allí a ese hombre? seos. * 9 El clamor de los hijos de Israel hacéis en Egipto, 1 7 y he d i c h o : Y o os
raón : «¿Quieres que vaya a buscarte entre Id a llamarle, p a r a que coma algo». h a llegado hasta mí, y h e visto la opresión sacaré de la opresión de los egipcios, y os
las mujeres de los hebreos una nodriza 2i Moisés accedió a quedarse en casa de que sobre ellos hacen pesar los egipcios. subiré a la tierra de los cananeos, de los
p a r a que críe al niño?» 8 «Ve», le dijo la aquel h o m b r e , que le dio p o r mujer a i ° V e , pues; yo te envío al F a r a ó n p a r a jéteos, de los amorreos, de los fereceos,
hija del F a r a ó n , y la joven fue a llamar su hija Séfora. 2 2 Séfora le parió un hijo, de los jeveos y de los jebuseos, a u n a
a la m a d r e del niño. 9 La hija del F a r a ó n a quien llamó él Gersom, pues dijo: tierra que m a n a leche y miel. t 8 Ellos te
le dijo: «Toma este niño, críamelo, y yo «Peregrino soy en tierra extranjera». escucharán, y tú, con los ancianos de Is-
23 rael, irás al rey de Egipto y le diréis:
te daré tu merced». La mujer t o m ó al Pasado m u c h o tiempo, murió el rey
niño y le crió. 10 C u a n d o fue grandecito de Egipto, y los hijos de Israel seguían Yavé, el D i o s de los hebreos, se nos h a
se lo llevó a la hija del F a r a ó n y fue p a r a gimiendo bajo dura servidumbre, y cla- m o s t r a d o . Deja, pues, que vayamos ca-
ella c o m o un hijo. Diole el n o m b r e de maron. Sus gritos, arrancados por la ser- mino de tres días p o r el desierto, p a r a
Moisés, pues se dijo: « D e las aguas le vidumbre, subieron hasta Dios. 2 4 D i o s sacrificar a Yavé, nuestro D i o s . 1 9 Bien
saqué». * oyó sus gemidos, y se acordó de su alian- sé yo que el rey de Egipto n o os permiti-
11
C u a n d o ya fue grande, Moisés salía za con Abraliam, Isaac y Jacob. 2 5 M i r ó rá ir sino en m a n o poderosa. 2 0 P e r o yo
a ver a sus hermanos, siendo testigo de D i o s a los hijos de Israel, y atendió. tenderé la mía, y castigaré a Egipto con
la opresión en que estaban; y un día vio t o d a suerte de prodigios, que obraré en
cómo un egipcio maltrataba a u n o de sus medio de ellos; y después os dejará salir.
L a v i s i ó n d e la z a r z a q u e ardía 2J
Y o haré que halle el pueblo gracia a los
hermanos, a un h e b r e o ; 1 2 miró a u n o y
otro lado, y n o viendo a nadie, m a t ó al sin c o n s u m i r s e ojos d e los egipcios; y c u a n d o salgáis, n o
egipcio y le enterró en la arena. 13 Salió 1 saldréis con las m a n o s vacías, 2 2 sino que
Apacentaba Moisés el ganado de
también al día siguiente, y vio a dos he-
breos riñendo, y dijo al agresor: «¿Por
3 Jetró, su suegro, sacerdote de M a -
cada mujer pedirá a su vecina y a la que
vive en su casa objetos de plata, objetos
dián. Llevóle un día más allá del desierto; de o r o y vestidos, que pondréis vosotros
qué maltratas a tu prójimo?» l 4 E s t e le y llegado al m o n t e de Dios, H o r e b , 2 se
respondió: «¿Y quién te ha puesto a ti a vuestros hijos y a vuestras hijas, y os
le apareció el ángel de Yavé en llama de llevaréis los despojos de Egipto».
como jefe y juez entre nosotros? ¿Es que fuego de en medio de u n a zarza. Veía
quieres m a t a r m e como mataste ayer al Moisés que la zarza ardía y n o se consu-
egipcio?» Moisés se atemorizó y se dijo: Señales dadas a M o i s é s
mía, 3 y se dijo: «Voy a ver qué gran vi-
«La cosa se sabe». * sión es ésta y por qué n o se consume la 1 Moisés respondió: « N o van a creer-
H u i d a de Moisés a M a d i á n
zarza». 4 Vio Yavé que se acercaba para
Papiro egipcio. (VIGOUROUX, Dict. de la Bible.J
4 me, n o van a escucharme; m e dirán
mirar, y le llamó de en medio de la que saques a m i pueblo, a los hijos de que n o se m e h a aparecido Yavé». 2 Yavé
15 El F a r a ó n supo lo que había pasado, zarza: «¡Moisés! ¡Moisés!» El respondió: Israel, de Egipto». le dijo: «¿Qué es lo que tienes en la m a -
y buscaba a Moisés p a r a darle m u e r t e ; «Heme aquí». 5 Yavé le dijo: « N o te acer- n
Moisés dijo a D i o s : «Y quién soy yo no?» El respondió: « U n cayado». 3 «Tíralo
pero éste huyó del F a r a ó n y se refugió en ques. Quita las sandalias de tus pies, que para ir al F a r a ó n y sacar de Egipto a los a tierra», le dijo Yavé. El lo tiró, y el
la tierra de Madián. * 16 Estando sentado el lugar en que estás es tierra santa»; *
6
hijos de Israel?» 12 Dios le dijo: «Yo es- cayado se convirtió en serpiente, y M o i -
junto a un pozo, siete hijas que tenía el y a ñ a d i ó : «Yo soy el Dios de tus pa- taré contigo, y ésta será la señal de que sés echó a correr, huyendo de ella. 4 Y a -
sacerdote de M a d i á n vinieron a sacar dres, el Dios de A b r a h a m , el Dios de soy yo quien te envía. C u a n d o hayas sa- vé dijo a Moisés: «Extiende la m a n o y
agua y llenar los canales p a r a abrevar el Isaac, el Dios de Jacob». Moisés se cu- cado de Egipto al pueblo, sacrificaréis a cógela p o r la cola». Moisés extendió la
ganado de su padre. 1 7 Llegaron unos brió el rostro, pues temía mirar a Dios. * Dios sobre este monte». 1 3 Moisés dijo m a n o y la cogió, y la serpiente volvió a
a Dios: «Pero si voy a los hijos de Is- ser cayado en su m a n o . 5 «Para que crean
3
O La literatura asiría nos ofrece la leyenda de Sargón el Antiguo, rey de Agadé, que también rael y les digo: El D i o s de vuestros pa- que se te ha aparecido Yavé, el D i o s de
~ 10
fue expuesto en las aguas de un río y, salvado, vino a ser un gran rey. dres me envía a vosotros, y me preguntan sus padres, el D i o s de A b r a h a m , de Isaac
Parece evidente el origen egipcio del nombre de Moisés, pero los egiptólogos no convienen y de Jacob».
sobre su etimología. cuál es su nombre, ¿qué voy a responder-
14
El texto sagrado pone de relieve los sentimientos de Moisés hacia su pueblo, como si pre- les?» I 4 Y Dios dijo a Moisés: «Yo SOY «Díjole además Y a v é : «Mete tu m a n o
tendiese darles la esperanza de alcanzar la salud por medio de él. Este pensamiento hace resaltar EL QUE SOY. Así responderás a los hijos en el seno». Metióla él, y c u a n d o la sacó
San Esteban en Act 7,26 s. Cuanto a la legitimidad de su acción, el texto no nos ofrece detalles su- de Israel: Y o SOY me m a n d a a vos- estaba cubierta de lepra como la nieve.
ficientes para juzgar de ella. En una lucha entre un egipcio y un hebreo, Moisés podrá ponerse de 7
o t r o s » . * 15 Y prosiguió: «Esto dirás a Yavé le dijo: «Vuelve a meterla». El vol-
parte de su hermano, que, sin duda, sería el agraviado. los hijos de Israel: Yavé, el Dios de vues- vió a meterla, y c u a n d o después la sacó
15
Parece que Moisés, siendo hijo adoptivo de una princesa, no tendría tanto que temer de su
hazaña: pero desde su adopción eran pasados cuarenta años y las cosas podrían haber cambiado
mucho en la corte. Además, la Providencia le llevaba por caminos ocultos a la realización de sus * La expresión «que mana ¡eche y miel» significa la fertilidad de Canán. Isaac promete a Jacob
altos destinos. la abundancia del trigo y el vino (Gen 27,27) y Jacob a Judá la abundancia de la leche y del vino
O 5 La presencia de Dios en aquel sitio comunicaba a éste algo de su santidad. Por esto el lugar (Gen4 49,11 ss.). Es una expresión aún hoy corriente entre los árabes.
** no debía ser hollado con pies calzados, contaminados de los caminos (Jos 5,r6; Act 7,33). 1 «El que es» es la explicación del nombre Yavé. Puede interpretarse este nombre en dos sen-
6
Esto significa que, siendo el Dios de los padres, es también el Dios del pueblo, el Dios suyo. tidos: en el metaflsico, el ser subsistente, la plenitud del ser, el acto puro, o en el histórico, el que
Jesucristo se basa en esta denominación divina para convencer a los saduceos de que los patriarcas está con vosotros para asistiros, defenderos, haceros felices. La última significación tendrá su plena
viven y esperan vivir más plenamente en cuerpo y alma en la resurrección (Mt 22,32). explicación en la frase de San Juan: «Dios es caridad» (1 Jn 4,8.16), en que se resume la amorosa
providencia del Padre celestial sobre los hombres.
ÉXODO 4-5 90
91 ÉXODO 5-6
estaba la m a n o como t o d a su carne. 8 «Si jará salir al pueblo; * 2 2 pero tú le dirás:
n o te creen a la primera señal, te creerán Así habla Y a v é : Israel es mi hijo, mi pri- vosotros, Moisés y A r ó n , distraéis al pue- Haced los mismos ladrillos; y azotan a
a la segunda; 9 y si ni aun a esta segunda mogénito. 2 3 Y o te m a n d o que dejes <a m i blo de sus trabajos? Idos al trabajo que tus siervos, como si In culpa fuera de tu
creyeran, coges agua del río y la derra- hijo ir a servirme, y si te niegas a dejarle os hayan impuesto». 5 Y se dijo: «Estos pueblo». 1 7 El F a r a ó n respondió: «Es que
m a s en el suelo, y el agua que cojas se ir, yo mataré a tu hijo, a tu primogéni- son ya más numerosos que el pueblo de la holgáis, holgáis, y por eso decís: «Quere-
volverá en el suelo sangre». '0 Moisés dijo to». * 2 4 Por el camino, en un lugar d o n - tierra; ¿qué será si se le deja holgar, re- mos ir a sacrificar a Yavé». 1 8 I d , pues,
a Y a v é : «Pero, Señor, yo no soy h o m b r e de pasaba la noche, salióle Yavé al en- levándole de sus trabajos forzados?» a trabajar; no se os dará la paja, y h a -
de palabra fácil, y esto no es ya de ayer ni de cuentro, y quería matarle; 2 5 pero Séfora, béis de hacer la misma cantidad de ladri-
anteayer, y aun ahora, que estás h a b l a n d o cogiendo en seguida un cuchillo de pie- L a s e r v i d u m b r e d e I s r a e l se a g r a v a llos». 1 9 Los escribas de los hijos de Israel
a tu siervo, se me t r á b a l a lengua». n Ya- dra, circuncidó a su hijo y arrojó el pre- cada vez m á s viéronse angustiados por decírseles que
vé le respondió: «¿Y quién ha d a d o al pucio a los pies de Moisés, diciendo: 6
n o se les disminuiría en n a d a la cantidad
h o m b r e la boca, y quién h a c e al sordo «Esposo de sangre eres p a r a mí», 2 6 y Aquel mismo día dio el F a r a ó n a los de ladrillos y que habían de hacer cada
y al m u d o , al que ve y al ciego? ¿ N o soy le dejó Yavé, al decir ella esposo de capataces del pueblo y a los escribas la día la misma tarea. 2 0 Encontráronse con
p o r ventura yo, Yavé? 1 2 Ve, pues; yo es- sangre, p o r la circuncisión. * orden 7 de n o facilitar, como hasta enton- Moisés y Arón, que estaban esperando
taré en tu boca y te enseñaré lo que has 27
Yavé dijo a A r ó n : «Ve al desierto,
ces, al pueblo la paja para hacer los la- a que saliesen de la casa del F a r a ó n , 2 l y
de decir». '3 Moisés replicó: «¡Ah, Se- al encuentro de Moisés». Partió A r ó n , y drillos, sino que fueran ellos a recoger- les dijeron: «Que vea Yavé y juzgue, pues
ñor!, m a n d a tu mensaje, te lo pido, p o r encontrándose con su h e r m a n o en el m o n - la. 8 «Pero exigidles la misma cantidad de vosotros habéis sido causa de q u e el F a -
m a n o del que debas enviar». * i* Encen- te de Dios, le besó. ladrillos que antes, sin quitar ni u n o , r a ó n no pueda vernos, y habéis puesto
9
dióse entonces en cólera Yavé contra Moi- 28 pues huelgan, y p o r eso gritan: «Tene- la espada en sus m a n o s p a r a que nos
sés, y le dijo: «¿No tienes a tu hermano Moisés dio a conocer a A r ó n t o d o
mos que ir a sacrificar a nuestro Dios». mate». *
Arón, el levita? El es de fácil palabra. El lo que Yavé le había dicho al encomen-
te saldrá al encuentro, y al verte se alegra- darle la misión y los2 9prodigios que le h a - P r o m e s a de liberación
rá su corazón. 1 5 Habíale a él, y pon en su bía m a n d a d o hacer. Prosiguieron M o i -
boca las palabras, y yo estaré en tu boca sés y A r ó n su c a m i n o ; y llegados, reunie- 22
Entonces Moisés se volvió a Yavé,
y en la suya, y os mostraré lo que habéis ron a los ancianos de Israel. 3 0 A r ó n re-
16 firió t o d o lo que D i o s había dicho a Moi- diciendo: «Señor, ¿por qué castigas a este
de hacer. El hablará p o r ti al pueblo pueblo? ¿Para qué me has e n v i a d o ? 2 3 Des-
y te servirá de boca, y tú serás Dios para sés, y éste hizo 31
los prodigios a los ojos
de que fui al F a r a ó n para hablarle en tu
él. * 1 7 El cayado que tienes en la m a n o , del pueblo. El pueblo creyó, y al ver
n o m b r e , maltrata al pueblo, y tú no h a -
llévalo, y con él harás las señales». que Yavé había visitado a los hijos de
Israel y había atendido a su aflicción, p o s - ces n a d a por librarle».
trándose, le adoraron. 1
Yavé dijo a Moisés: « P r o n t o verás
Vuelta de Moisés a Egipto
M o i s é s y A r ó n , delante del Faraón
ügipcio azotado. (Tebas.J
6 lo que yo voy a hacer al F a r a ó n . C o n
18 Fuese Moisés, y de vuelta a casa de Cargadlos de trabajo, que estén ocupa- m a n o fuerte los dejará ir, con m a n o fuer-
1 dos y no den oídos a embustes». 10 Fue- te los echará él mismo de su t i e r r a » . 2 Dios
su suegro, le dijo: «Hazme el favor de
dejarme partir, a ver a mis hermanos de 5 Presentáronse Moisés y A r ó n al F a -
raón, y le dijeron: « H e aquí lo que ron, pues, los capataces y los escribas,
y dijeron al p u e b l o : «Oíd lo que dice el
habló a Moisés y le dijo: «Yo soy Yavé.
3
Y o m e mostré a A b r a h a m , a Isaac y a
Egipto, si viven todavía». Jetró dijo a dice Yavé, Dios de Israel: «Deja ir a mi
Moisés: «Vete en paz». 1 9 En tierra de pueblo p a r a que m e ofrezca sacrificios en F a r a ó n : « N o os daré en adelante la paja; Jacob como El-Sadai, pero n o les m a n i -
11
M a d i á n dijo Yavé a Moisés: «Ve, retor- el desierto». 2 Pero el F a r a ó n respondió: id vosotros a cogerla donde podáis, pe- festé mi n o m b r e de Yavé. * 4 N o sólo hice
na a Egipto, pues han muerto ya los que «¿Y quién es Yavé p a r a que yo le obe- ro no se os disminuirá en n a d a la tarea con ellos mi alianza de darles la tierra
buscaban tu vida». 2 0 T o m ó , pues, Moi- dezca, dejando ir a Israel? N o conozco impuesta». 1 2 El pueblo se dispersó p o r de C a n á n , la tierra de sus peregrinacio-
sés a su mujer y a su hijo, y, montándolos a Yavé, y no dejaré ir a Israel». 3 Ellos le toda la tierra de Egipto en busca de paja. nes, donde habitaron c o m o extranjeros,
13 5
sobre un asno, volvió a Egipto, llevando dijeron: «El D i o s de los hebreos se nos Los capataces los apremiaban: «Aca- sino que ahora he escuchado los gemi-
en sus manos el cayado de Dios. 2 1 Yavé h a mostrado. Deja, pues, que vayamos bad la tarea impuesta para cada día, dos de los hijos de Israel, que tienen los
le dijo: «Partido p a r a volver a Egipto, al desierto, tres jornadas de camino, y como cuando se os d a b a la p a j a » . 1 4 Fue- egipcios en servidumbre, y m e he acor-
ten cuenta de hacer delante del F a r a ó n ofrezcamos sacrificios a Yavé, para que ron castigados los escribas de los hijos de dado de mi alianza. 6 D i , por t a n t o , a los
los prodigios que yo he puesto en tu ma- no venga sobre nosotros peste ni espada». Israel que habían puesto sobre ellos los hijos de Israel: «Yo soy Yavé, yo os li-
n o . Y o endureceré su corazón, y no de- I 4 Pero el rey de Egipto les dijo: «¿Por qué exactores del F a r a ó n , diciéndoles: «¿Por bertaré de los trabajos forzados de los
qué ni anteayer, ni ayer, ni hoy habéis egipcios, os libraré de su servidumbre y
1 3 A pesar de las razones alegadas por Dios, Moisés no se convence y pide que envíe uno cual- completado la tarea de ladrillos como an- os salvaré a brazo tendido y p o r grandes
4 quiera que sea más apto que él para semejante misión.
16 Poco después dice Dios que Moisés será Dios para el Faraón, a causa de los prodigios que
tes?» * 15 Fueron los escribas de los hijos juicios. 7 Y o os haré mi pueblo, y seré
de Israel a quejarse al Faraón, diciendo: vuestro Dios, y sabréis que yo soy Yavé,
hará, y Arón será su portavoz, su profeta (7,1). «¿Cómo haces así con tus s i e r v o s ? l 6 A tus vuestro Dios, que os librará de la servi-
21 En la lucha tenaz entablada entre Moisés y el Faraón, defendiendo éste los intereses políti-
cos de su pueblo contra la orden dada a Moisés por un Dios que él desconocía, muéstrase el Faraón siervos no se les da la paja y se nos dice: dumbre egipcia, * 8 y os introducirá en la
cada vez más recalcitrante, más endurecido de corazón; y este endurecimiento previsto y provisto
por Dios para hacer muestra de su poder y de su especial providencia para con Israel, es lo que C ' 4 El oficio de escriba era muy común en Egipto y nunca falta con su tableta y su cálamo en
expresa la Escritura con la frase «endureció Dios el corazón del Faraón» y otras semejantes. ** cualquier escena de trabajo para llevar la cuenta. No dejaba de ser una atención de parte del
23 Israel, como pueblo, es hijo de Dios, y como sugiere el final del verso, el hijo primogénito de Faraón poner escribas hebreos sobre los israelitas. Es, además, una señal de que éstos procuraban
Yavé. Estas palabras resultarán más claras a la luz de 19,5, donde se dice que todos los pueblos son asimilarse la cultura egipcia,
de Dios, dueño de toda la tierra: pero entreellos escogió a Israel por primogénito, para que desempe- 21 I .a opresión de los trabajos forzados no fue cosa de pocos días, pues había comenzado cuando
ñe el ministerio santo del sacerdocio, propio de los primogénitos en la organización patriarcal. nació Moisés, que a estas fechas, según la cronología del texto, tenía ya ochenta años. Era, además,
20 Abraham había recibido el precepto de la circuncisión, que era ya conocida y practicada en r\ modo de hacer las obras públicas.
Egipto y entre los árabes. Pero no era una misma, entre los que la practicaban, la fecha de su ejecu- / ' ' En este pasaje vemos una muestra del progreso de la revelación en orden a la naturaleza de
ción. Moisés, siguiendo tal vez la costumbre madianita, no había circuncidado a su hijo a los ocho ^ Dios. A los patriarcas se les reveló Dios como El-Sadai; sólo a Moisés se le mostró primero
días; lo dejó para más tarde. La íncircuncisión del hijo era un obstáculo a la misión de Moisés, y eso t nmii Yavé. No quiere esto decir que este nombre fuera desconocido antes, pues la madre de Moisés
significa el encuentro con Yavé. Séfora se da cuenta de ello, y al instante, con un cuchillo de sílex •« llamaba Jocabed, «Yavé es su gloria» (Ex 6,20: Núm 26,59); Pero era desconocida antes su signi-
(cf. Jos 5,2), circuncida a su hijo. Lo que sigue es obscuro. No tanto en el griego, que dice: «Se detuvo lícución, que se ñus da a conocer ahora por la revelación hecha a Moisés (Ex 34,6 s.).
la sangre de la circuncisión de mi hijo». 7
Dos cosas encierra este versículo: las relaciones entre Yavé y su pueblo y el conocimiento
«xperimianlul que el pueblo debe tener de la protección de su Dios. En estos dos juicios gira la his-
ÉXODO 6-7 93 ÉXODO 7<6
92
tierra que juré dar a A b r a h a m , a Isaac escuchó a Moisés y Arón, c o m o se lo llirán ranas, subirán y penetrarán en tu
sat. Estas son las familias de los coreítas. había dicho Yavé. casa, en tu dormitorio y en tu lecho, en
y a Jacob, y os la daré en posesión. Y o , 25
Eleazar, hijo de Arón, t o m ó por m u - las casas de todos lus servidores y de
Yavé». 9 Así habló Moisés a los hijos de jer a una hija de Futiel, que parió a Fi- P r i m e r a plaga t o d o tu pueblo, en los hornos y en las
Israel, pero ellos n o le escucharon, por nes. Tales son los jefes de los linajes de artesas; 2 9 subirán las runiis contra ti,
10 angustioso de su dura servidumbre. los levitas, según sus familias. 14 Yavé dijo a Moisés: «El corazón del contra tus servidores y contra todo tu
1 26
o H a b l ó Yavé a Moisés, y le dijo: Estos son el A r ó n y el Moisés, a F a r a ó n se ha endurecido y rehusa dejar pueblo». *
11
«Ve a hablar al F a r a ó n , rey de Egipto, quienes dijo Y a v é : «Sacad de Egipto a salir al pueblo. 15 Ve a verle m a ñ a n a por
para que deje salir a los hijos de Israel los hijos de Israel, según sus escuadras». la mañana. Saldrá para ir a las aguas; 1
Yavé dijo a Moisés: «Dile u A r ó n ;
fuera de su tierra». 1 2 Moisés le respon-
dió : «Los hijos de Israel no me escuchan,
27
Ellos son los que hablaron al F a r a ó n ,
rey de Egipto, p a r a sacar de Egipto a los
tú te estás esperándole a la orilla del río, 8 Extiende tu m a n o con el cayado so-
llevando en tu m a n o el cayado que se bre los ríos, sobre los canales y sobre
¿cómo va a escucharme el F a r a ó n a mí, hijos de Israel, Moisés y A r ó n . convirtió en serpiente, 1 6 y le dices: «Yavé, los estanques, y haz subir ranas sobre
que soy de labio incircunciso?» 13 Yavé Dios de los hebreos, me m a n d a a de- la tierra de Egipto». 2 A r ó n extendió su
habló a Moisés y a A r ó n , y les dio órde- M o i s é s y los m a g o s d e Egipto cirte: Deja ir a mi pueblo para que m e m a n o sobre las aguas de Egipto, y su-
nes p a r a los hijos de Israel y para el Fa- sacrifique en el desierto. Hasta ahora no bieron las ranas, y cubrieron la tierra
28
raón, rey de Egipto, con el fin de sacar C u a n d o habló Yavé a Moisés en tie- me has escuchado. 1 7 Pues he aquí lo de Egipto. 3 Pero los magos hicieron otro
de Egipto a los hijos de Israel. rra de Egipto, 2 » dijo a Moisés: «Yo soy que dice Yavé: Para que sepas que yo soy tanto con sus encantamientos, haciendo
Y a v é ; di al F a r a ó n , rey de Egipto, cuan- Yavé, voy a golpear con el cayado que subir ranas sobre la tierra de Egipto.
Genealogía de Moisés y A r ó n t o yo te diga», S O Y Moisés dijo a Y a v é : tengo en la m a n o las aguas del río, y se 4
El F a r a ó n llamó a Moisés y A r ó n y
14 «Yo soy de labios incircuncisos. ¿ C ó m o convertirán en sangre, i 8 Los peces que les dijo: «Pedid a Yavé que aleje de mí y
Estas son las cabezas de sus linajes: va a escucharme el Faraón?»
hay en el río m o r i r á n , el río se infectará, de mi pueblo las ranas, y dejaré ir al pue-
Hijos de R u b é n , primogénito de Israel;
1 y los egipcios repugnarán beber el agua blo a sacrificar a Yavé». 5 Moisés dijo al
Janoc, Falu, Jesrón y C a r m í ; éstos son
los linajes de R u b é n . 7 Dijo Yavé a Moisés: «Mira, te he
puesto como D i o s p a r a el F a r a ó n ,
1 5 Hijos de Simeón: Jamuel, Jasmin, y A r ó n , tu h e r m a n o , será tu profeta.
del río». F a r a ó n : «Dime c u á n d o he de rogar por
1 9 Yavé dijo a Moisés: «Di a A r ó n : T o - ti, por tus servidores y p o r t o d o tu pueblo,
A h o d , Jaguen, Sojar y Saúl, hijo de la 2 T ú le dirás a él lo que yo te diga a ti, ma el cayado y tiende tu m a n o sobre las para que aleje Yavé las ranas de ti y de
aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus tus casas y no queden más que en el río».
y A r ó n , tu h e r m a n o , se lo dirá al F a r a ó n , canales, sobre sus estanques y sobre todos 6 « M a ñ a n a » , respondió él. Moisés le dijo:
para que deje salir de su tierra a los hijos sus depósitos de aguas. Todas se converti- «Así será; y p a r a que sepas que no h a y
de Israel. 3 Y o endureceré el corazón del rán en sangre, y h a b r á sangre en todo c o m o Yavé, nuestro Dios, 7 las ranas se
F a r a ó n , y multiplicaré mis señales y mis Egipto, lo mismo en las vasijas de madera alejarán de ti y de tus casas, de tus ser-
prodigios en la tierra de Egipto. * 4 El F a - que en las vasijas de piedra». 2 0 Moisés y vidores y de tu pueblo, y n o q u e d a r á n
r a ó n no os escuchará, y yo p o n d r é m i A ron hicieron lo que Yavé les había man- más que en el río». 8 Salieron Moisés y
m a n o sobre Egipto, y sacaré de la tierra dado, y Arón, levantando el cayado, gol- A r ó n de la casa del F a r a ó n , y Moisés
de Egipto a mis ejércitos, a mí pueblo, peó las aguas del río a la vista del F a r a ó n y rogó a Yavé sobre lo que de las ranas
a los hijos de Israel, p o r grandes juicios. de todos sus servidores, y toda el agua del había prometido al F a r a ó n . 9 Hizo Yavé
Bastones egipcios antiguos. (VIGOUROUX, Bible 5 Y los egipcios sabrán que yo soy Yavé rio se volvió sangre. 2 i Los peces que ha- c o m o le pedía Moisés, y murieron las ra-
Polyglotte.) c u a n d o tienda yo mi m a n o sobre Egipto bí» en el río murieron, el río se inficionó, nas en las casas, en los atrios y en los
y saque de en medio de ellos a los hijos los egipcios n o podían beber el agua, y campos. 1 0 Reuniéronlas en m o n t o n e s , y
cananea; éstos son los linajes de Simeón. de Israel». 6 Moisés y A r ó n hicieron lo hubo en vez de ella sangre en toda la tie- se infestó la tierra. H Pero el F a r a ó n ,
16
H e aquí los nombres de los hijos de que Yavé les m a n d a b a ; tal cual se lo m a n - ITII ilc Egipto. * 2 2 Pero los magos de Egip- viendo que se le d a b a respiro, endureció
Leví, con sus linajes: Gersón, C a a t y M e - dó, así lo hicieron. I11 hicieron otro tanto con sus encanta- su corazón y no escuchó a Moisés y
7
rari. Vivió Leví ciento treinta y siete años. Tenía Moisés ochenta años, y A r ó n inicnlos, y el corazón del F a r a ó n se en- Arón, c o m o Yavé había dicho.
1 7 Hijos de G e r s ó n : L o b n i y Semei, con ochenta y tres, cuando hablaron^ al F a - dureció, y no escuchó a Moisés y Arón,
sus generaciones, n Hijos de C a a t : A m - raón. 8 Yavé dijo a Moisés y a". A r ó n : a t i n o había dicho Yavé». * 2i El F a r a ó n
ram, Jishar, H e b r ó n y Oziel. Vivió Caat 9 « C u a n d o el F a r a ó n os diga: Haced u n se volvió, y cnlró en su palacio sin hacer T e r c e r a plaga
ciento treinta y tres años. 1 9 Hijos de M e - prodigio, le dices a A r ó n : Coge tu ca- CUNO. ** I,os egipcios cavaron en las ori- 2
r a r i : Majli y M u s i . Estos son los linajes yado y échalo delante del F a r a ó n , y se i Yavé dijo a Moisés: «Dile a A r ó n :
llas del rio pin 11 buscar agua potable,
de los levitas, según sus familias. convertirá en serpiente». I 0 Moisés y A r ó n pues no podían beber la del rio.
«Extiende tu cayado y golpea el polvo de
20 A m r a m t o m ó p o r mujer a Jocabed, fueron al F a r a ó n e hicieron lo que Yavé la tierra, que se convertirá en mosquitos
que le parió a A r ó n y a Moisés. Vivió les había m a n d a d o . A r ó n arrojó su ca- en toda la tierra de Egipto». 1 3 A r ó n ex-
Segunda plaga
A m r a m ciento treinta y siete años. 21 Hi- yado delante del F a r a ó n y de sus corte- tendió su m a n o con el cayado y golpeó

jos de Jishar: Coré, Nefeg y Zicri. 22 Hi- sanos, y el cayado se convirtió en ser- Plisaron siete días desde que Yavé el polvo de la tierra, y vinieron mosqui-
26
jos de Oziel: Misael, Elisafán y Petri. piente, ii Hizo llamar también el F a r a ó n habla herido el río: y Yavé dijo a M o i - tos sobre los hombres y animales. T o d o
23 A r ó n t o m ó p o r mujer a Elisabet, hija a sus sabios y encantadores, i 2 y t a m - sés: «Ve 11 ver al Faraón, y dile: Deja el polvo de la tierra se convirtió en m o s -
4
de A m i n a d a b , h e r m a n a de Najsón, la bién ellos echaron cada uno su báculo, siilir 11 in¡ pueblo para que me sacrifique. quitos en t o d a la tierra de Egipto. 1 Los
cual parió a N a d a b , Abiu, Eleazar e Ita- que se convirtieron en serpientes. Pero el •'•' Si rehusas dejarle ir, voy a castigar con m a g o s quisieron hacer o t r o t a n t o c o n sus
28
mar. de A r ó n devoró a t o d o s los otros. * 1 3 El limas 11 (oda tu tierra. En el río bu- encantamientos, pero n o pudieron. H a b í a
24
Hijos de C o r é : Aser, Elcana y Abia- corazón del F a r a ó n se endureció, y n o
ir por Moisés, parece debe tomarse como efectos de prestidigitación, en que los egipcios ya de anti-
*oria de Israel. Por eso estas ideas se hallan repetidas en los profetas hasta el Apocalipsis de San cuo vAuvni nhora son famosos.
Juan (21,3). > l.¡i primera plaga tiene alguna semejanza con el Nilo rojo, que es el enrojecimiento de sus
HUMIIN ni empezar la crecida, a causa de ciertos infusorios que lleva en sus aguas. Mas aquí todo indica
y 3 El endurecimiento del Faraón se refiere a su tenacidad en defender los intereses del reino, i|ur MÍ Inilu ele alizo insólito y extraordinario.
* reteniendo alos cautivos. Según una forma de decir frecuente en la Escritura, esto se atribuye 11
Ktun ianiosos ios sabios y encantadores de Egipto; el texto sagrado se propone hacer resaltar
a Dios como si ninguna parte tuviera en ello la libertad. Es para poner más de relieve el propósito IH ¡huniíliiil de nú poder ante el de Yavé.
divino de buscar ocasión para mostrar su poder en favor del pueblo y de que éste aprendiera cuánto ' " l'ln i-I río. cuya corriente apenas es perceptible: en los canales y aguas estancadas de Egipto
debía al Señor. ibuiulun IUH ranún, que aquf se convierten en una verdadera plaga, providencialmente causada.
12
Esto de hacer los sabios y encantadores egipcios cosas semejantes a las hechas milagrosamen-
ÉXODO 8-9 94 95 ÉXODO 9-10

33
mosquitos sobre hombres y a n i m a l e s , 1 5 y Quinta plaga mis plagas contra ti, contra tus servidores Moisés dejó al I'nraón y salió de la
los magos dijeron al F a r a ó n : «El dedo 1
y contra tu pueblo, para que sepas que ciudad; alzó sus manos a Yavé, y cesaron
Yavé dijo a Moisés: «Ve al F a r a ó n no hay como yo en toda la tierra. 15 Si
de Dios está aquí». Pero el corazón del
Faraón se endureció, y como había di- 9 y dile: «Así habla Yavé, Dios de los yo hubiera tendido mi m a n o y te hubiera
los truenos y el granizo, y dejó de llover
sobre la tierra. 3 4 Viendo el Faraón que
cho Yavé, no escuchó. * hebreos: Deja ir a mi pueblo a que me herido con la peste, tú y tu pueblo ha- había cesado la lluvia, el granizo y los
sacrifique. 2 Si rehusas dejarlos ir y toda- bríais desaparecido de la tierra; 16 pero truenos, acrecentó su pecado, *5 y endu-
C u a r t a plaga vía los retienes, 3 caerá la m a n o de Yavé te he dejado con vida para que por ti reció su corazón hasta el extremo, y n o
sobre los ganados que están en tus cam- brille mi poder y mi n o m b r e sea cele- dejó salir a los hijos de Israel, como le
16 Yavé dijo a Moisés: «Levántate tem- pos, sobre los caballos, sobre los asnos, brado en toda la tierra. 17 Te opones to- había m a n d a d o Yavé p o r boca de Moisés.
prano y preséntate al F a r a ó n , al tiempo sobre los camellos, sobre los bueyes y davía c o m o un m u r o entre mí y mi pue-
que sale él para ir a las aguas, y dile: «Así sobre las 4
ovejas una peste muy mortí- blo para no dejarle ir; 18 pues sabe que Octava plaga
habla Yavé: Deja ir a mi pueblo a que fera. * Yavé h a r á distinción entre los m a ñ a n a a esta hora haré llover una gra-
me sacrifique. 17 Si no dejas ir a mi pue- ganados de Israel y los ganados de los nizada tan fuerte como no la h u b o jamás •I A t Yavé dijo a Moisés: «Ve al F a -
blo, voy a m a n d a r tábanos contra ti, y con- egipcios, y n a d a perecerá de lo pertene- en Egipto desde el día en que se fundó •1" raón, porque yo he endurecido su
tra tus servidores, y contra tu pueblo, ciente a los hijos de Israel». 5 Yavé fijó hasta hoy. 1 9 Retira, pues, tus ganados y corazón y el de sus servidores, para obrar
contra vuestras casas, y se llenarán de el m o m e n t o , diciendo: « M6a ñ a n a hará cuanto tienes en el c a m p o ; cuantos hom- en medio de todas estas señales, 2 para
ellos las casas de los egipcios y la tierra esto Yavé en esta tierra». Hízolo así bres y animales haya en el campo, y si que cuentes a tus hijos y a los hijos
que éstos h a b i t a n ; * : 8 pero distinguiré en Yavé al día siguiente. Pereció todo el no se retiran serán heridos por el granizo de tus hijos cuan grandes cosas hice yo
ese día al país de Gosen, donde habita ganado de los egipcios, y no murió un y morirán». 2 0 Aquellos de los servidores entre los egipcios, y qué prodigios obré
mi pueblo, y allí no h a b r á tábanos, para solo animal 7
de los ganados de los hijos del F a r a ó n que temieron la palabra de en medio de ellos, y sepáis que yo soy
que sepas que yo soy Yavé en medio de de Israel. El F a r a ó n se informó, y ni Yavé m a n d a r o n retirar a su casa siervos Y a v é » . 3 Moisés y A r ó n fueron al F a r a ó n
la tierra. 19 H a r é distinción entre mi pue- u n animal de los ganados de los hijos de y g a n a d o s ; 2 1 pero los que n o atendieron y le dijeron: «Así habla Yavé, el D i o s de
blo y el tuyo. M a ñ a n a será esta señal». Israel había muerto. Pero el corazón del la palabra de Yavé, dejaron a sus siervos los hebreos: ¿Hasta c u á n d o no querrás
20
Hízolo así Yavé, y vino una muche- F a r a ó n se endureció, y no dejó ir al y a sus ganados en el campo. someterte a mí? Deja ir a mi pueblo para
dumbre de tábanos sobre la casa del Fa- pueblo.
22
Yavé dijo a Moisés: «Tiende tu m a n o que m e sacrifique. 4 Si te resistes y n o
raón y las de sus servidores y sobre toda hacia el cielo, para que caiga el granizo quieres dejarle, m a ñ a n a traeré sobre tu
la tierra de Egipto, y se corrompió la Sexta plaga en t o d a la tierra de Egipto sobre h o m - territorio la langosta, * 5 que cubrirá t o d a
tierra por los tábanos. 2 1 Llamó el F a r a ó n 8
Yavé dijo a Moisés y A r ó n : «Coged
bres y animales y sobre todas las verduras la tierra, sin que se vea n a d a de ella; y
a Moisés y Arón, y les dijo: «Id y sacri- u n p u ñ a d o de ceniza del h o r n o y que la del campo». 2 3 Moisés tendió su cayado devorará todo el resto salvado del gra-
ficad a vuestro Dios en esta tierra». 2 2 Pero tire Moisés hacia el cielo, a la vista del hacia el cielo, y Yavé m a n d ó truenos y nizo, royendo todos los árboles que cre-
Moisés r e s p o n d i ó : « N o puede ser así, F a r a ó n , 9 p a r a que se convierta en u n granizo, y el fuego se precipitó sobre la cen en vuestros campos. 6 Y llenarán tus
pues para los egipcios es abominación el polvo fino sobre toda la tierra de Egipto tierra. * 2 4 Yavé llovió granizo sobre la casas y las casas de tus servidores y de
sacrificio que nosotros ofrecemos, y si y produzca en toda la tierra de Egipto tierra de Egipto, y mezclado con el gra- todos los egipcios. Tanta c o m o no la
a su vista lo ofreciéramos, nos apedrea- a hombres y animales pústulas eruptivas nizo cayó fuego; y tan fuerte era el gra- vieron ni tus padres ni tus abuelos desde
rían. 2 3 Tenemos que ir por el desierto y tumores». * 1 0 Cogieron la ceniza del nizo, que no lo h u b o semejante en toda que comenzaron a ser sobre la tierra y
tres dias de camino para sacrificar a Yavé, h o r n o , y se presentaron al F a r a ó n . Moisés la tierra de Egipto desde que comenzó a hasta hoy». Moisés se retiró y salió de la
nuestro Dios, como él nos diga». 2 4 El la tiró hacia el cielo, y se produjeron en ser pueblo. 2 ' El granizo hirió en t o d a la casa del Faraón.
7
F a r a ó n contestó: «Yo os dejaré que va- hombres y animales pústulas y tumores tierra de Egipto cuanto había en los cam- D i j e r o n al F a r a ó n sus s e r v i d o r e s :
yáis a sacrificar a Yavé, vuestro Dios, en en los hombres y en los ganados. n Los pos, hombres y animales. M a c h a c ó tam- «¿Hasta cuándo vamos a padecer esta ca-
el desierto; pero no os vayáis más lejos magos no pudieron continuar en pre- bién todas las hierbas del campo y des- lamidad? Deja a esa gente que vaya a
y rogad por mí». 2 5 Moisés respondió: sencia de Moisés, porque les salieron tu- irozó todos los árboles del campo. 2 S Sólo sacrificar a Yavé, su Dios. ¿Todavía n o
«En saliendo de tu casa rogaré por ti a mores como a todos los egipcios. 1 2 Y en la tierra de Gosen, donde habitaban ves que va a perecer el Egipto?» s E hi-
Yavé, y m a ñ a n a se alejarán los tábanos Yavé endureció el corazón del Faraón, los hijos de Israel, no cayó granizo. 2 7 El cieron venir a Moisés y Arón ante el
del Faraón, de sus servidores y de su que no escuchó a Moisés y Arón, c o m o Faraón m a n d ó llamar a Moisés y Arón, Faraón, que les dijo: «Id y sacrificad a
pueblo; pero que el F a r a ó n n o nos enga- Yavé se lo había dicho a Moisés. y les dijo: «Esta vez he pecado. Yavé es Yavé, vuestro Dios. ¿Quiénes sois los que
ñe más, y permita al pueblo ir a sacrificar justo, y v<> V mi pueblo, impíos. 2 8 Rogad habéis de ir?» ° Dijo Moisés: «Hemos de
a Yavé». 26 Salió Moisés de casa del Fa- 11 Yavé para que cesen los Inicuos de ir todos con nuestros niños y nuestros
Séptima plaga
raón, y rogó a Yavé. 2 7 Yavé hizo lo que Dios y el granizo, y os dejaré ir, y no ancianos, con nuestros hijos y nuestras
le pedía Moisés, y los t á b a n o s se alejaron 13
Dijo Yavé a Moisés: «Levántate tem- quedaréis más aquí». M Moisés dijo: hijas, con nuestras ovejas y nuestros bue-
del Faraón, de sus servidores y del pueblo, prano, preséntate al F a r a ó n y dile: «Así «Cuando haya salido de la ciudad alzaré yes, porque es la fiesta de Yavé». 10 El
sin quedar ni uno. 2 8 Pero el F a r a ó n en- habla Yavé, el Dios de los hebreos: Deja mis manos a Yavé. y cesarán los truenos, Faraón les contestó: «Así sea Yavé con
dureció su corazón también esta vez, y ir a mi pueblo a que me sacrifique, 1 4 por- y dejará de granizar, para que sepas que vosotros, como os dejaré yo ir a vosotros
no dejó salir al pueblo. que esta vez voy a desencadenar todas de Yavé es la tierra. , 0 aunque sé que ni tú y vuestros hijos. Y tened cuidado, pues
ni (us servidores teméis todavía a Yavé, se ve que obráis con malicia. 1 J N o , n o ;
Q ! 5 Los mosquitos son otra peste de Egipto por la misma razón de antes, pues es bien sabido Dios». " El lino y la cebada habían sido id los hombres solos, y sacrificad a Yavé,
" que éstos se crían en las aguas estancadas. Aquí el texto dice que proceden del polvo, o quizá dcsl rozados, pues la cebada estaba toda- pues eso fue lo que pedisteis». Y en se-
del fango,
17
por especial intervención divina. Los magos reconocen el poder de Yavé. vía en espiga y el lino en flor, 3 2 pero el guida fueron arrojados de la presencia
También los tábanos o moscas abundan en Egipto y constituyen una no leve molestia. El trigo y la escanda, n o , por ser tardíos. del F a r a ó n .
texto nos los presenta como una verdadera plaga de carácter milagroso.
Q 3 En el Delta, donde abundaba mucho el ganado, no podía faltar la epizootia. Un testigo dice 7
' El Rranizo cae frecuentemente en Egipto, y a veces con tal fuerza, que puede ser un azote.
-* de una ocurrida en 1903: «Pasando de Mezerib a Hosn Ogelum se veía a lo largo del camino I'!l do Moisés, no sólo por la manera de producirse, sino también por su violencia y la compañía de
la llanura de bueyes y vacas atacados por el terrible azote y abandonados por los habitantes, sin que los rayos, es una verdadera plaga, del mismo carácter que las anteriores.
nadie se cuidase de enterrarlos» (MALLON, S.I., Les Hebreux en Egypte, p.145). 4
9
En la época de la inundación, mes de junio, son frecuentes los tumores causados por el exce-
sivo calor. Causan mucha comezón, pero no son peligrosos. Estos «tumores del Nilo» no pueden 1 /k" La langosta, sin ser frecuente en Egipto, es allí muy conocida. Procede bien del este, bien
del oeste, y causa los estragos que todo el mundo sabe. La de Moisés acaba con lo que dejó
ser tenidos de ordinario por una plaga como la que describe el autor sagrado. •I granizo y es también extraordinaria.
ÉXODO 10-11 97 ÉXODO 12
96
12 I n s t i t u c i ó n d e la P a s c u a y d e
Pero Yavé dijo a Moisés: «Tiende tu que de ellos hemos de t o m a r lo que ofrez- m o saqué yo vuestros ejércitos de la tierra
m a n o sobre la tierra de Egipto, para que camos a Yavé, nuestro Dios, y ni nosotros los Á c i m o s de Egipto. Guardaréis ese día, de gene-
venga sobre ella la langosta; que suba so- siquiera lo sabemos, hasta que lleguemos ración en generación, c o m o institución
•I O 1 Yavé dijo a Moisés y A r ó n en perpetua. I 8 El primer mes, desde el día
bre la tierra de Egipto y la devore t o d o lo allá, las víctimas que a Yavé habremos •l « tierra de Egipto: * 2 «Este mes será
que dejó el granizo». 13 Moisés tendió su de ofrecer». 2 ? Yavé endureció el corazón para nosotros el comienzo del año, el
catorce del mes, comeréis pan sin levadu-
cayado sobre la tierra de Egipto, y Yavé del F a r a ó n , y el F a r a ó n no quiso dejarlos ra hasta el día veintiuno. " Por siete días
mes primero del a ñ o . 3 H a b l a d a toda la
hizo soplar sobre la tierra el viento solano ir. 2 8 Dijo a Moisés: «Sal de aquí y guár- asamblea de Israel y decidles: El día diez
no h a b r á levadura en vuestras casas, y
durante todo el día y toda la noche. A la date de volver a parecer en mi presencia, quien c o m a pan fermentado será borrado
de este mes tome cada u n o según las casas de la congregación de Israel, sea extran-
m a ñ a n a , el viento solano había traído la p o r q u e el día que parezcas delante de mí, paternas una res menor p o r cada casa. *
l a n g o s t a . 1 4 Subieron por t o d a la tierra de morirás». 29 «Tú lo has dicho—respondió 4 jero o indígena. 2 0 N o comeréis pan fer-
Si la casa fuere m e n o r de lo necesario m e n t a d o ; en todas vuestras m o r a d a s se
Egipto, y se posaron sobre t o d o el terri- Moisés—; n o volveré a parecer delante p a r a comer la res, tome a su vecino, al
torio de Egipto, en tan gran cantidad de ti». comerán panes ácimos».
de la casa cercana, según el n ú m e r o de 21
c o m o ni la h u b o ni la habrá n u n c a . 1 5 Cu- personas, computándolo para la res se- Convocó Moisés a todos los ancia-
brieron t o d a la superficie de la tierra, A n u n c i o d e la d é c i m a y ú l t i m a p l a g a gún lo que cada cual puede comer. 5 La nos de Israel, y les dijo: « T o m a d del
que se obscureció. Devoraron todas las res será sin defecto, macho, primal, cor- r e b a ñ o p a r a vuestras familias, e inmolad
la Pascua. 2 2 T o m a n d o un manojo de
hierbas de la tierra, todos cuantos fru-
tos de los árboles, t o d o cuanto había
1<*• ' Yavé dijo a Moisés: «Sólo u n a
plaga más voy a hacer venir sobre
_ dero o cabrito. 6 Lo reservaréis hasta el
día catorce de este mes y todo Israel lo hisopo, lo mojáis en la sangre del corde-
dejado el granizo; y no quedó n a d a de el F a r a ó n y sobre Egipto, y después de inmolará entre dos luces. 7 T o m a r á n de ro, untáis con ella el dintel y los dos pos-
verde, ni en los árboles, ni de las hierbas ella, no sólo os dejará ir, sino que os su sangre y u n t a r á n los postes y el dintel tes, y que nadie salga fuera de la puerta
de los campos, en t o d a la tierra de Egipto. echará de aquí. * 2 Di, pues, al pueblo de la casa donde se coma. 8 Comerán la de su casa hasta m a ñ a n a , 2 3 pues pasará
16 que cada h o m b r e pida a su vecino y cada carne esa misma noche, la comerán asada Yavé p o r Egipto, p a r a castigarle, y vien-
El F a r a ó n llamó en seguida a Moisés y
mujer a su vecina objetos de plata y oro». * al fuego, con panes ácimos y lechugas do la sangre en el dintel y en los dos pos-
A r ó n , y dijo: « H e pecado contra Yavé, •' Yavé hizo que hallase gracia el pueblo
vuestro Dios, y contra vosotros. " Per- silvestres. ' N o comerán n a d a de él crudo, tes, pasará de largo p o r vuestras puertas,
a los ojos de los egipcios, y aun el mismo ni cocido al a g u a ; t o d o asado al fuego, y no permitirá al exterminador entrar en
donad mi pecado por esta vez, y rogad
a Yavé, vuestro Dios, que aleje de mí
Moisés era muy estimado y respetado p o r cabeza, patas y entrañas. 10 N o dejaréis vuestras casas para herir. 2 4 Guardaréis
los servidores del F a r a ó n y por el pueblo. nada p a r a el día siguiente; si algo quedare, este rito, como rito perpetuo p a r a vos-
esta muerte». 1 8 Salió Moisés de la pre- 4
Moisés dijo: «He aquí lo que dice Y a v é : otros y p a r a vuestros hijos; 2 5 y cuando
sencia del F a r a ó n , y rogó a Yavé, 19 y En medio de la noche pasaré por la tierra
éste hizo dar vuelta al viento, que sopló 10 quemaréis. n Habéis de comerlo así: hayáis entrado en la tierra que Yavé os
de Egipto, 5 y morirá todo primogénito ceñidos los lomos, calzados los pies, y el dará, según su promesa, guardaréis este
muy fuertemente del poniente, y arras- de la tierra de Egipto, desde el primogé- rito. 2Ú C u a n d o os pregunten vuestros hi-
báculo en la m a n o , y comiendo de prisa,
t r a n d o la langosta, la precipitó en el mar nito del Faraón, que se sienta sobre su pues es el paso de Yavé. 1 2 Esa noche pa- jos: «¿Qué significa p a r a vosotros este
Rojo. N o quedó ni u n a en t o d o el terri- trono, hasta el primogénito de la esclava, saré yo p o r la tierra de Egipto y mataré rito?», 2 7 les responderéis: Es el sacrificio
torio de Egipto. 2 0 Pero Yavé endureció que está detrás de la muela, y todos los de la Pascua de Yavé, que pasó de largo,
11 lodos los primogénitos de la tierra de
el corazón del F a r a ó n y éste no dejó salir primogénitos del ganado. 6 Entonces se lílíipto, desde los hombres hasta los ani- p o r las casas de los hijos de Israel en
a los hijos de Israel. alzará en toda la tierra de Egipto gran Egipto, cuando hirió a Egipto, salvando
males, y castigaré a todos los dioses de
griterío, como ni lo h u b o ni lo h a b r á . li«ipto. Y o , Yavé. 13 La s a n g r e servirá nuestras casas». El pueblo se prosternó
7
Novena plaga Pero entre los hijos de Israel, en h o m - ilc señal en las casas donde estéis; yo y adoró. 2 8 Los hijos de Israel fueron e
21 bres y en animales, ni siquiera ladrará velé la sangre, y pasaré de largo, y n o hicieron lo que Yavé había m a n d a d o a
Dijo Yavé a Moisés: «Alza tu m a n o u n perro, p a r a que sepáis la diferencia habrá para vosotros plaga mortal cuando Moisés y Arón.
al cielo, y haya tinieblas sobre la tierra que hace Yavé entre Egipto e Israel. 8 T o -
de Egipto, tan densas, que se palpen». * v<> hiera la tierra de Egipto. 1 4 E s t e día
22
dos cuantos servidores tuyos están aquí, •iiMii para vosotros memorable y lo cele-
Alzó Moisés al cielo su m a n o , y h u b o irán entonces a decirme, prosternándose Muerte d e t o d o s los p r i m o g é n i t o s
densísimas tinieblas en t o d o Egipto du- braréis solemnemente en h o n o r de Yavé
ante m í : Sal tú y todo el pueblo que te de generación en generación; será una de Egipto
rante tres días. 2 3 D u r a n t e ellos no se obedece. Después de eso yo saldré». Y
veían unos a otros, y nadie se movía del licsui a perpetuidad. * 2
' En medio de la noche m a t ó Yavé a
muy encolerizado se retiró de la presencia
sitio donde estaba; pero los hijos de Is- del F a r a ó n . '•'' l'or siete illas comeréis panes ácimos; todos los primogénitos de la tierra de
rael tenían luz en la región que habitaban. «lc«de el primor día no habrá yu levadura Egiplo. desde el primogénito del Faraón,
24 9 «11 vuenliiiN cnins. y <|ii¡un del primero 111
El F a r a ó n llamó a Moisés y Arón, y Yavé había dicho a Moisés: «El F a - ipic se sienta sobre su trono, hasta el pri-
dijo: «Id, sacrificad a Yavé, pero que raón no os escuchará, para que se mul- «ípiimo din colillero pan r o n leviiiliira mogénito del preso en la cárcel, y a todos
queden aquí vuestras ovejas y vuestros tipliquen mis prodigios en la tierra de MOI'U hornillo do Israel. '" lil din primero los primogénitos de los animales. * 3 0 El
bueyes; a u n a los niños podéis lleváros- Egipto». Moisés y A r ó n habían o b r a d o (cutiréis iisunihlcu sania, y lo mismo el Faraón se levantó de noche, él, todos sus
los con vosotros». 2 S Moisés respondió: todos estos prodigios ante el Faraón, pero • lid séplinm. No haréis en ellos obra al- servidores y todos los egipcios, y resonó
«Tienes que poner en nuestras manos de Yavé endureció el corazón del F a r a ó n , unita. Inora do lo locante a aderezar lo en Egipto un gran clamor, pues no había
qué hacer sacrificios pacíficos y holocaus- y no quería dejar salir de su tierra a los i|iio cada cual huya de comer, " y guar- casa d o n d e no hubiera un m u e r t o .
tos a Yavé, nuestro Dios. 2 S Nuestros hijos de Israel. daréis los ácimos, porque en ese día mis- 31
Aquella noche llamó el F a r a ó n a M o i -
ganados h a n de venir también con nos-
o t r o s ; n o ha de quedar ni u n a u ñ a ; por- -| 2 ' ''•' comienzo y el fin del año varía mucho según las diversas regiones y épocas. En la Es-
' ^ (TÍlura comienza con la primavera, el mes de Nisán, o con el otoño, el mes del Tisri.
21
En Egipto y Siria se da con alguna frecuencia una obscuridad o especie de tinieblas produ- •' Ai|ul leñemos descrito el modo de celebrar la gran solemnidad de la Pascua tal como aún se
cidas por el viento jamsim, el cual, soplando con fuerza del desierto, levanta gran cantidad de arena I iaei vaha en Ja ('-poca del Señor, salvo, tal vez, algunos pequeños detalles, como el de comer recosta-
que, a manera de niebla, causa obscuridad por varios días. La de Moisés no puede identificarse con I<IN, 11 usanza griega.
14
ellas. Es muy digno de notar el comentario que la Sabiduría hace de esta plaga (17,1 ss.). 1.11 íiestu de la Pascua es más antigua que el éxodo, pues era la fiesta de las primicias del
1
huno y di'l comienzo de la siega; pero se añade ahora a estas razones la conmemorativa del gran
tu pin imi inniil, y este aspecto vino a absorber los demás, a medida que el pueblo judío fue dejando
I *• En este capítulo parece alterado el orden de los versículos, pues luego de la despedida
definitiva de io,2g, vuelve Moisés a hablar al Faraón en n , 8 . El orden lógico parece que t -IUI ¡1 ulliiiu y el pastoreo para darse al comercio y a la artesanía.
Ju
debe ser: 11,4-8.1-3.9-10. I.OH primogénitos se pueden mirar como primer fruto de la unión conyugal, y como tales,
2
Este hecho prueba que los hebreos no vivían entonces separados de los egipcios, sino mez- '«ni Niiifiitilon, debidos a Yavé; también como los hijos más amados, y por esto los escoge Dios como
clados con ellos, cosa que se debe tomar en consideración al calcular su número. ohjfln tic la postrera plaga que descarga sobre Egipto.
N Aiw-Colunua
«
ÉXODO 12-13 98 99 ÉXODO 13-14

de Yavé, porque con su poderosa m a n o los hijos de Israel que c u a n d o Yavé los
sés y Arón, y les dijo: «Id, salid de en L e y d e la P a s c u a te ha sacado Yavé de Egipto. 10 Obser- visitara se llevarían consigo sus huesos
medio de nosotros, vosotros y los hijos 43 varás esto al tiempo fijado, de año en a ñ o . de allí.
de Israel, e id a sacrificar a Yavé, como Dijo Yavé a Moisés y A r ó n : «Esta 2I
'1 C u a n d o te haya introducido Yavé en > Partieron de Sucot y acamparon en
habéis dicho. 3 2 Llevad vuestras ovejas y es la ley de la Pascua. 44
N o la comerá
la tierra de los cananeos, c o m o lo juró Etam, al extremo del desierto.
vuestros bueyes, c o m o habéis pedido; idos ningún extranjero. Al siervo comprado
a tus padres, y te la haya d a d o , 1 2 con- 21 Iba Yavé delante de ellos, de dia, en
y dejadme». a precio de plata le circuncidarás y la sagrarás a Yavé t o d o cuanto abre la vul- columna de nube, para guiarlos en su
comerá; 4 5 pero el adventicio y el merce- va; y de todo primer parto de los anima- camino, y de noche, en column.i de fue-
L a salida del p u e b l o nario no la comerán. 4 6 Se comerá t o d a les que tengas, el macho lo consagrarás a go, p a r a alumbrarlos y que pudiesen así
en cada casa, y no sacaréis fuera de ella Yavé; 13 el del asno lo redimirás p o r un
33 marchar lo mismo de día que de noche.
Los egipcios apremiaban al pueblo, nada de sus carnes, ni quebrantaréis nin- cordero, y si n o lo redimes, lo desnucarás. 22
La columna de n u b e no se apartaba
dándoles prisa para que salieran de su guno de sus huesos. 4 7 Toda la asamblea También redimirás a todo primogénito del pueblo de día, ni de noche la de fuego.
tierra, pues decían: «Vamos a morir to- de Israel comerá la Pascua. 4 8 Si alguno
dos». 3 4 Cogió, pues, el pueblo la masa de los extranjeros que habite contigo qui-
antes de que fermentara, y envolviendo siera comer la Pascua de Yavé. deberá
en sus m a n t o s las artesas que la conte- circuncidarse t o d o varón en su casa, y
nían, se las echaron al h o m b r o . 3 5 Los entonces podrá comerla, como si fuera
hijos de Israel habían hecho lo que les indígena, pero ningún incircunciso podrá
dijera Moisés, y habían pedido a los comerla. * 4 9 La misma ley será para el
egipcios objetos de plata y oro y vestidos. indígena y para el extranjero que habita
36 Yavé hizo que hallaran gracia a los con vosotros».
ojos de los egipcios, que accedieron a su 50
T o d o s los hijos de Israel hicieron lo
petición, y se llevaron aquéllos los des- que Yavé había m a n d a d o a Moisés y
pojos de Egipto. * Arón. 51 Aquel mismo día sacó Yavé de
la tierra de Egipto a los hijos de Israel
por escuadras.
SEGUNDA PARTE Carros de guerra egipcios. (Karnak.J
L e y s o b r e los p r i m o g é n i t o s 1
CAMINO DEL SINAÍ h u m a n o de entre tus h i j o s . 1 4 Y cuando tu Yavé dijo a Moisés: * 2 «Habla a
(12,37-18,27) •1 o * H a b l ó Yavé a Moisés y le dijo: hijo te pregunte m a ñ a n a : ¿Qué significa U los hijos de Israel; que cambien
37 A «5 2 «Conságrame todo primogénito. esto?, le dirás: C o n su poderosa m a n o de r u m b o y vayan a a c a m p a r en Piajirot,
Partieron los hijos de Israel de R a m e -
Todos los primogénitos de entre los hi- nos sacó Yavé de Egipto, de la casa de entre Migdal y el mar, frente a Baalse-
ses para Sucot en n ú m e r o de unos seis-
Cientos mil infantes, sin contar los niños. *
jos de Israel, tanto de los hombres cuanto la s e r v i d u m b r e . ¡ s C o m o el F a r a ó n se obs- fón; allí acamparéis, cerca del mar. 3 El
38 de los animales, míos son». tinaba en no dejarnos salir, Yavé mató a F a r a ó n se dirá, respecto a los hijos de
Subía, además, con ellos una gran mu- 3
Moisés dijo al p u e b l o : «Acordaos lodos los primogénitos de la tierra de Israel: «Andan errantes por la tierra; el
chedumbre de t o d a suerte de gentes, y
muchas ovejas y bueyes y muy gran nú-
siempre del día en que salisteis de Egipto, Egipto, desde los primogénitos de los desierto les cierra el paso». 4 Y o endure-
de la casa de la servidumbre, pues ha sido hombres hasta los primogénitos de los ceré el corazón del F a r a ó n y él os per-
mero de animales. 39 Cocieron bajo la
la poderosa m a n o de Yavé la que os h a nnimales; p o r eso yo sacrifico a Yavé seguirá, pero yo haré brillar mi gloria en
ceniza la masa que habían sacado de
sacado. N o se comerá pan fermentado. Indo primogénito de los animales y re- el F a r a ó n y en todo su ejército, y sabrán
Egipto, e hicieron panes ácimos, pues la 4
Salís hoy en el mes de Abib. * 5 C u a n d o dimo todo primogénito de mis hijos. * los egipcios que yo soy Yavé». Hicieron
masa no había podido fermentar, por la
te introduzca Yavé en la tierra de los ca- '" lisio será c o m o u n a señal en tu m a n o , así los hijos de Israel.
mucha prisa que para salir les d a b a n ; y
naneos, de los jéteos, de los amorreos, de i'oniii un recuerdo a tus ojos, porque fue 5 Anunciaron al rey de Egipto que ha-
ni para comer pudieron preparar nada.
40 los jeveos y de los jebuseos, que a tus con su poderosa m a n o como nos sacó bía huido el pueblo, y el corazón del Fa-
La estancia de los hijos de Israel en
padres juró darte, tierra que m a n a leche Ynvé de Egipto». raón y el de sus servidores se trocaron
Egipto duró cuatrocientos treinta años.
41 y miel, guardarás ese rito en este mismo en orden al pueblo, y dijeron: «¿Qué es
En aquel mismo día salieron de la tie-
mes. 6 D u r a n t e siete días comerás pan Puno d e Israel p o r e n medio lo que hemos hecho, dejando salir a Is-
rra de Egipto todos los ejércitos de Yavé.
Aquella noche en q u e salvó Yavé a Is-
ácimo, y el día séptimo será fiesta de
del m a r Rojo rael y privándonos de sus servicios?» 6 El
Yavé. 7 Se comerá p a n ácimo d u r a n t e Faraón hizo preparar su carro y t o m ó con-
rael y le sacó de la tierra de Egipto 4 2 será
noche de vigilias en h o n o r de Yavé, y
siete días, y no se verá pan fermentado " C u a n d o el F a r a ó n dejó salir al pue- sigo a su pueblo. 7 T o m ó seiscientos ca-
ni levadura en t o d o tu territorio. 8 Dirás blo, no le condujo Dios por el camino de rros escogidos y todos los carros de Egip-
con vigilias a Yavé la celebrarán todos
los hijos de Israel por todas sus gene-
entonces a tus hijos: Esto es en memoria la lierra de los filisteos, aunque más corto, to y jefes para el m a n d o de todos. 8 Yavé
de lo que por mí hizo Yavé al salir de pues se dijo: «No se arrepienta el pueblo endureció el corazón del F a r a ó n , rey de
raciones.
Egipto. 9 Esto será para ti c o m o u n a se- si se ve atacado y se vuelva a Egipto». Egipto, y el Faraón persiguió a los hijos
ñal en tu m a n o , c o m o un recuerdo a tus I" Ilí/olc Yavé rodear por el camino del de Israel, pero éstos habían salido con
ojos, p a r a que tengas en tu boca la Ley desierto, hacia el m a r Rojo. Los hijos muy alta m a n o .
de Israel subían en buen orden desde 9
36
Los egipcios llegaron en su perse-
Dios, como dueño supremo de todos y juez inapelable, da estos despojos a su pueblo para Egipto. • ' Moisés había cogido los huesos cución al lugar donde acampaban, cerca
compensarlo
37
de la dura servidumbre a que le habían reducido los egipcios durante muchos años. de José, pues había hecho jurar José a del mar. Todos los caballos de los carros
48
Sobre esta cifra véase lo dicho en la Introducción al Éxodo, n.5.
Este texto nos muestra abierta la puerta del pueblo de Dios a los extranjeros, con la partici- 15
pación en su culto y en sus promesas. Mediante la circuncisión quedaban adoptados y hechos del Los primogénitos, como todos los primeros frutos, son, según la Ley, sagrados y debidos a
mismo nombre y de la misma sangre, según la expresión de los nómadas de la región de Moab. Esto T>ioi. A esta razón se añade en este versículo una razón histórica: la de recordar la muerte de los
debe tenerse en cuenta cuando se trata de la descendencia natural abrahámica o israelita de la nación primogénitos de Egipto, como en la Pascua se recuerda la liberación del pueblo.
hebrea, pues tampoco podemos olvidar que en torno a Abraham habla en Palestina trescientos hom- 1 A ' Siguiendo el camino de las caravanas, el mismo que sus padres habían seguido, paralelo
bres capaces de tomar las armas y ejecutar una hazaña como la que se cuenta en Gen 14. ' ^ a la costa, llegarían en pocos días a Canán; pero Dios les ordena hacer rumbo hacia el sur
pura internarse en la península del Sinaí. Esto fue lo que movió al Faraón a salir en su persecución
•f "y 4 El mes de Abib es el que en 12,1 se llama el primero del año; era el mes de las espigas, creyendo que acabaría con ellos.
• ^ de la siega, según el primitivo calendario hebreo.
ÉXODO 14-15 100 101 ÉXODO 15-16
6
del Faraón, sus caballeros y su ejército desde la nube de fuego y h u m o a la hueste T u diestra, ¡oh Yavé!, engrandecida las mujeres seguían en pos de ella con
los alcanzaron en Piajirot, frente a Baal- egipcia y la perturbó. 2 5 Hizo que las rue- p o r la fortaleza; tímpanos y d a n z a n d o ; y 2 1 María les res-
sefón. I 0 El F a r a ó n se acercaba; los hijos das de los carros se enredasen unas con Tu diestra, ¡oh Yavé!, destrozó al ene- pondía :
de Israel, alzando los ojos, vieron a los otras de m o d o que sólo muy penosamen- migo. «Cantad a Yavé, que ha hecho res-
7
egipcios marchar contra ellos, y llenos de te avanzaban. Los egipcios dijeron enton- En la plenitud de tu poderío derri- plandecer su gloria
terror clamaron a Yavé, li y dijeron a ces : «Huyamos ante Israel, que Yavé com- baste a tus adversarios; Precipitando en el m a r al caballo y al
Moisés: «¿Es que n o había sepulcros en bate por él contra los egipcios». 2 6 Pero Diste rienda suelta a tu furor, y los de- caballero».
Egipto, que nos has traído al desierto a Yavé dijo a Moisés: «Tiende tu m a n o so- voró c o m o paja.
morir? ¿Qué es lo que nos has hecho con 8
bre el mar, y las aguas se reunirán sobre Al soplo de tu ira amontonáronse las Las aguas de M a r á
sacarnos de Egipto? 1 2 ¿ N o te decíamos los egipcios, sus carros y sus caballeros». aguas;
nosotros en E g i p t o : Deja que sirvamos 27 22
Moisés tendió su m a n o sobre el mar, Se p a r a r o n las corrientes olas; Al m a n d o de Moisés, los hijos de Is-
a los egipcios, que mejor nos es servir y al despuntar el día el m a r recobró su Cuajáronse los abismos en el fondo del rael se partieron del m a r Rojo. Avanza-
a los egipcios que morir en el desier- estado ordinario, y los egipcios en fuga mar. r o n hacia el desierto de Sur y marcharon
to?» 13 Moisés respondió al pueblo: « N o dieron en él, y arrojó Yavé a los egipcios
9
Díjose el enemigo: «Los perseguiré, por él tres días, sin hallar agua. 2 3 Llega-
temáis; estad tranquilos, y veréis la vic- en medio del mar. 2& Las aguas, al reunir- los alcanzaré; ron a M a r á , pero n o podían beber el agua
toria que en este día os dará Yavé, pues se, cubrieron carros, caballeros y t o d o el M e repartiré sus despojos, hartaré mi de M a r á , p o r ser a m a r g a ; p o r eso se dio
los egipcios que hoy veis no volveréis a
ejército del Faraón, que habían entrado alma. a este lugar el n o m b r e de M a r á . * 2 4 El
verlos jamás. 14 Yavé combatirá por vos- Desenvainaré m i espada pueblo m u r m u r a b a contra Moisés, dicien-
en el mar en seguimiento de Israel, y n o
o t r o s ; vosotros estaos tranquilos».
escapó uno solo. 29 Pero los hijos de Is- Y los despojará mi mano». do : «¿Qué vamos a beber?» 2 5 Moisés cla-
15
Yavé dijo a Moisés: «¿A qué esos rael pasaron a pie enjuto p o r en medio
10
Enviaste tu soplo, y los cubrió el m ó a Yavé, que le indicó u n madero que
gritos? D i a los hijos de Israel que se pon- mar; él echó en el agua, y ésta se endulzó. Allí
del mar, formando para ello las aguas
gan en marcha. 16 Tú alza tu cayado y Se hundieron como plomo en las p o d e - dio al pueblo leyes y estatutos y le puso
una muralla a derecha e izquierda. a prueba. 2f> Les dijo: «Si escuchas a Ya-
tiende el brazo sobre el mar, y divídelo 30 Aquel día libró Yavé a Israel de los rosas aguas.
p a r a que los hijos de Israel pasen por en 1 vé, tu D i o s ; si obras lo que es recto a sus
egipcios, cuyos cadáveres vio Israel en las ' ¿Quién c o m o tú, ¡oh Yavé!, entre los
medio, en seco. * 1 7 Y o endureceré el co- ojos; si das oído a sus mandatos y guardas
playas del mar. 3 ' Israel vio la m a n o p o - dioses?
todas sus leyes, no traeré sobre ti ninguna
razón de los egipcios, p a r a q u e entren tente que m o s t r ó Yavé p a r a con Egipto, ¿Quién c o m o lú, magnífico en santidad,
también detrás de ellos, y haré brillar m i de las plagas con que he afligido a Egipto,
y el pueblo temió a Yavé, y creyó en Ya- Terrible un maravillosas hazañas, obra- porque yo soy Yavé, tu sanador».
gloria sobre el F a r a ó n y sobre t o d o su vé y en Moisés, su siervo. dor de prodigios?
ejército, sus carros y sus caballeros, 1 8 y • 2 Tendiste tu diestra
27
Llegaron a Elim, donde había doce
los egipcios sabrán que yo soy Yavé, Y se los tragó la tierra. fuentes y setenta palmeras, y a c a m p a r o n
cuando el Faraón, sus carros y sus ca- C a n t o triunfal de Moisés 11
lín 111 misericordia, tú acaudillas al allí junio a las aguas.
balleros hagan resplandecer mi gloria». •í C l Entonces cantaron Moisés y los ptiol'li> que redimiste;
19
El ángel de Dios, que marchaba de- » •» hijos de Israel a Yavé este canto, Y por 111 poderío lo condujiste a tu san- L a s c o d o r n i c e s y el m a n á
lante de las huestes de Israel, se puso de- diciendo: lii inorada.
trás de ellas; la columna de nube que iba 1-1
delante de ellos se p u s o detrás, 2 0 entre
«Cantaré a Yavé, que se h a mostra- Supiéronlo los pueblos y temblaron; 1 R 1 P a r t ' e r o r i de Elim, y t o d a la con-
do sobre m o d o glorioso; lil lurrur se apoderó de los filisteos. m gregación de los hijos de Israel
el campo de los egipcios y el de Israel,
El arrojó al mar, al caballo y al caba- " Los principes de E d o m se estremecie- llegó al desierto de Sin, que está entre
y se hizo tenebrosa y sombría toda la no-
llero. * ron; Elim y el Sinaí, el día quince del segundo
che, y las dos huestes no se acercaron una
a otra durante toda la noche. 2 1 Moisés
2
Yavé es m i fortaleza y el objeto de Se apoderó la angustia de los fuertes de mes después de su salida de Egipto. 2 T o -
tendió su m a n o sobre el m a r e hizo so- mi c a n t o ; Moah. da la asamblea de los hijos de Israel se
plar Yavé sobre el m a r t o d a la noche u n El fue mi salvador. l o d o s los habitantes de Canán perdie- dio a m u r m u r a r contra Moisés y A r ó n .
3
tortísimo viento solano, que le secó, y se El es m i Dios, yo le alabaré; ron NII valor. Los hijos de Israel decían: «¿Por qué n o
dividieron las aguas. 2 2 Los hijos de Israel Es el D i o s de mi padre, yo le exaltaré, '" Cayeron sobre ellos el espanto y la hemos muerto de m a n o de Yavé en Egip-
entraron en medio del mar, a pie enjuto,
3
Yavé es un fuerte guerrero; llllUUMill to, cuando nos sentábamos junto a las
formando para ello las aguas u n a mura- Yavé es su n o m b r e . Por lu fuerza de tu brazo. olías de carne y nos h a r t á b a m o s de pan?
lla a derecha e izquierda. 2 3 Los egipcios
4
Precipitó en el m a r los carros del F a - No quedaron inmóviles como u n a pie- N o s habéis traído al desierto p a r a m a t a r
se pusieron a perseguirlos, y todos los ca- r a ó n y su ejército; dra de h a m b r e a toda esta muchedumbre».
4
ballos del Faraón, sus carros y sus caba- L a flor de sus capitanes se la tragó el lla.slu que lu pueblo, ¡oh Yavé!, p a s ó ; Yavé dijo a Moisés: «Voy a haceros
lleros entraron en el m a r en seguimiento m a r Rojo. I IIISÜI que pasó el pueblo que redimiste. llover comida de lo alto de los cielos. El
1
suyo. 2 4 A la vigilia matutina miró Yavé 5
Cubriéronlos los abismos; ' Tú lo introdujiste y le plantaste en el pueblo saldrá a recoger cada día la por-
Y cayeron al fondo, c o m o u n a piedra- iiioniu de lu heredad, ¡oh Yavé! ción necesaria para ponerle yo a prueba,
lin el santuario, ¡oh Señor!, que funda- viendo si marcha o n o según mi ley. 5 El
16
A pesar de las dificultades exegéticas del relato del paso de los israelitas por el mar Rojo, qua ron I us manos. día sexto preparen p a r a llevar el doble d e
por ser incompleto no nos permite formarnos idea del todo cabal de los hechos, una cosa queda IH
Ynvé r e i n a r á p o r s i e m p r e j a m á s . lo que recogen cada día».
indiscutible, y es el carácter providencial, extraordinario y milagroso de los mismos. Estos acon- |g 6
tecimientos han quedado grabados en el espíritu de los israelitas. A través de la historia, los legisla- I ni 1 ¡non en el m a r los caballos del Fa- Moisés y A r ó n dijeron a todos los hi-
dores, los profetas, los salmistas y los sabios tienen presentes los portentos de la salida de Egipto raón, sus carros y sus caballeros, y echó jos de Israel: «Esta tarde sabréis que es
y especialmente el paso del mar Rojo, y unas veces cantan las alabanzas del Dios libertador y otras Yavé sobre ellos las aguas del mar. M a s Yavé quien os ha sacado de Egipto, 7 y
recuerdan al pueblo sus favores y protección para moverles a agradecimiento y al cumplimiento ION hijos de Israel pasaron por en medio a la m a ñ a n a veréis la gloria de Yavé, pues
de su Ley. del mar a pie enjuto». ha oído vuestras murmuraciones que van
C ! Aunque algunos exegetas observan que la composición de este cántico parece posterior a '" Minia, la profetisa, hermana de Arón, contra Yavé; porque nosotros, ¿qué so-
I ** la época de Moisés, ello no obsta para que, con el autor sagrado, lo atribuyamos al mismo, lomó en sus manos un tímpano, y todas mos, p a r a que murmuréis contra nos-
al menos en cuanto a su contenido substancial. Como más tarde Débora (Jue 5), Ana (i Sam 2) u
otros en el Antiguo Testamento, y en el Nuevo la Virgen María (Le 1,47 ss.), Zacarías (Le 1,68 ss.) 2
y Simeón (Le 2,19 ss.), en momentos de elevación espiritual entonan cánticos de agradecimiento al ' I .UN dos estaciones de Mará y Elim son las primeras que se hallan en la ribera oriental del
Señor, así también aquí Moisés improvisa este cántico sublime que, a través de los siglos, renovará lilttr Kojo. Mará será Ayn Musa, fuentes de Moisés, cerca de Suez, o Ayn Hamara, más distante de
el agradecimiento de Israel por su liberación. Hutv; y Elim Garandel, muy abundante en aguas.
ÉXODO 16 102 103 ÉXODO 16-17
otros?» 8 Moisés dijo: «Esta tarde os dará de pan, y sabréis que yo soy Yavé, vues- q u e el que había recogido de más n o te- he alimentado en el desierto c u a n d o os sa-
a comer Yavé carnes, y m a ñ a n a pan a sa- tro Dios». i 3 A la tarde vieron subir co- nía nada de más, y el que había recogido qué de la tierra de Egipto». 33 Dijo, pues,
ciedad, pues ha oído vuestras murmura- dornices que cubrieron el c a m p o , y a la de menos no tenía nada de menos, sino Moisés a A r ó n : «Coge un vaso, pon en él
ciones contra él; pues nosotros, ¿qué? N o que tenía cada uno lo q u e p a r a su alimen- u n ómer de m a n á lleno y deposítalo ante
van contra nosotros vuestras m u r m u r a - t o necesitaba. Yavé, que se conserve para vuestros des-
ciones, sino contra Yavé». i ' Moisés dijo: «Que nadie deje n a d a cendientes». 3 4 A r ó n lo depositó ante el
9
Moisés dijo a A r ó n : «Di a toda la para mañana». 2 0 N o obedecieron a Moi- Testimonio, para que se conservase, co-
congregación de Israel que se acerque a sés, y muchos dejaron algo para el día m o se lo habia m a n d a d o Yavé a Moisés.
Yavé, pues ha oído Yavé sus murmura- -15 Comieron los hijos de Israel el m a n á
ciones». 1° Mientras hablaba Arón a toda durante cuarenta años, hasta que llegaron
la asamblea de los hijos de Israel, volvié- a la tierra habitada. Lo comieron hasta
ronse éstos de cara al desierto y apareció llegar a los confines de la tierra de C a n á n .
la gloria de Yavé en la nube. U Yavé dijo 36
El ómer es la décima parte del efá.

B r o t a el a g u a d e la r o c a d e Horeb
1 'J 1 Partióse la congregación de los
•1 • hijos de Israel del desierto de Sin,
Omer doble, (jerusalén.) según las etapas que Yavé les ordenaba,
y acamparon en Rafidim, donde n o halló
siguiente; pero se llenó de gusanos y se el pueblo agua que beber. 2 Entonces el
pudrió. Irritóse Moisés contra ellos. 2 1 T o - pueblo se querelló contra Moisés, dicien-
das las m a ñ a n a s recogían el maná, cada d o : «Danos agua que beber». Moisés les
ciin I según su consumo, y c u a n d o el sol respondió: «¿Por qué os querelláis con-
dejaba sentir sus ardores, el resto se li- tra mí? ¿Por qué tentáis a Yavé?» 3 Pe-
quidaba. ro el pueblo, sediento, m u r m u r a b a contra
12
I!l din sexto recogieron doble canti- Moisés y decía: «¿Por qué nos hiciste sa-
dad de alimento, dos ómer por cabeza. lir de Egipto, para m a t a r n o s de sed a n o s -
I os p r i n c i p a l e s del p u e b l o vinieron a
otros, a nuestros hijos y a nuestros gana-
decírselo a Moisés, " q u e les contestó: dos?» 4 Moisés clamó a Yavé diciendo:
«liso es lo que ha m a n d a d o Yavé. M a - «¿Qué voy a hacer yo con este pueblo?
ñana es sábado, día de descanso consa- Poco más y me apedrean». 5 Yavé dijo a
Coriandrum sativum*. (Biblia de Montserrat.) grado n Ynvé. Coced lo que hayáis de Moisés: «Vete delante del pueblo y lleva
cocer y hervid lo que hayáis de hervir, contigo a ancianos de Israel; lleva en tu
m a ñ a n a había en t o d o él una c a p a de r o - V lo que sobre guardadlo para mañana».
cío. * 1 4 C u a n d o el rocío se evaporó, vie- m a n o el cayado con que heriste el río, y
)* < liiardáronlo para el día siguiente, y n o ve, 6 que yo estaré allí delante de ti, en la
r o n sobre la superficie del desierto u n a ie pudrió ni se agusanó. 25 Moisés dijo:
cosa menuda, c o m o granos, parecida a la roca de H o r e b . Hiere la roca, y saldrá de
"Comed eso hoy, que es sábado, y hoy ella agua para que beba el pueblo». H í -
escarcha. * 15 Los hijos de Israel, al verla, mi lo hnbrá en el campo. 2 6 Recogeréis
se preguntaban unos a o t r o s : « ¿ M a n h u ? » zolo así Moisés en presencia de los ancia-
unln itln»; ni séptimo, el sábado, no lo ha- nos de Israel 7 y dio a este lugar el nom-
(«¿Qué es esto?»), pues n o sabían lo q u e ItoreN». " Al séptimo día salieron algunos
era. 1 6 Moisés les dijo: «Ese es el p a n que bre de M a s a y Meribá, por la querella
del pueblo 11 recoger, pero n o lo había. de los hijos de Israel y porque habían
os d a Yavé p a r a alimento. M i r a d q u e '* Y Y «vé dijo n Moisés: «¿Hasta c u á n d o
Yavé ha m a n d a d o q u e cada uno de vos- tentado a Yavé, diciendo: «¿Está Yavé
ichimiréli Kiuirdar niis mandatos y mis en medio de nosotros o n o ? » *
otros recoja la cantidad que necesita p a r a l<>vr»? , u Mirad que Yavé os ha dado el
alimentarse, u n ómer por cabeza, según nahndo, y por eso el día sexto os da pan
el n ú m e r o de personas; cada u n o reco- Victoria contra A m a l e e
*Tamarix manniferat. (Biblia de Montserrat.) Iuini 1I01 tlliis. Que se quede cada uno
8
gerá p a r a cuantos tenga en su tienda». n i 111 puesto, y no salga de él el día sép- Amalee vino a Rafidim a atacar a los
a Moisés: 1 2 «He oído las murmuraciones 17 Los hijos de Israel n o obedecieron, 9
timo». •><> F!l pueblo descansó el día sép- hijos de Israel, y Moisés dijo a J o s u é :
de los hijos de Israel. Diles: Entre dos lu- y recogieron u n o s m á s , otros menos. 18 P e - lllllll. «Elige hombres y ataca m a ñ a n a a A m a -
ees comeréis carne y m a ñ a n a os hartaréis ro al medir luego con el ómer, hallaron •" Los Israelitas dieron a este alimento lee. Y o estaré sobre el vértice de la colina 10
13 i-I nombre de maná. Era parecido a la se- con el cayado de Dios en la m a n o » . J o -
1 "C. El viaje del desierto nos lo describe la Escritura lleno de milagros, con que Yavé se quiere
dar a conocer a su pueblo. Salidos de Egipto con toda su hacienda y ganados, sienten deseos
milla del cilandro, blanco, y tenía u n sa- sué hizo lo que le había m a n d a d o Moisés,
bor como do torta de harina de trigo ama- y atacó a Amalee. A r ó n y Jur subieron
de comer carne, y Dios les manda grandes bandadas de codornices. Parece que en sus viajes de emi-
gración, estas aves, que no son de alto vuelo, atraviesan con frecuencia la península del Sinaí y, obli- mida con miel. -12 Moisés dijo: «Yavé ha con Moisés al vértice de la colina. 11 Mien-
gadas por el cansancio, se posan, y los beduinos las cogen con facilidad. Se puede admitir que Dios, ordenado que se llene un ómer de m a n á tras Moisés tenía alzada la m a n o llevaba
dueño de todo, haya orientado tales bandadas de aves emigrantes para satisfacer los deseos de su pina conservarlo y que puedan ver vues- Israel la ventaja, 1 2y cuando la bajaba, p r e -
pueblo. II os descendientes el pan con que yo os valecía Amalee. Moisés estaba cansado
I 4 Otro nuevo prodigio es el maná. En la península del Sinaí abunda un árbol llamado taifa,
y en botánica tamarix mannifera, que en los meses de mayo y junio da una substancia resinosa 7
comestible de gusto a miel, de que los árabes se aprovechan. El v.31 da pie para comparar con este
producto el maná de los israelitas. Mas el conjunto de la narración nos muestra la particular inter-
1 *7• Kn el desierto, tas fuentes o depósitos de agua son un tesoro que ios habitantes conocen
muv bien por la falta que les hace. Israel atraviesa una región que carece de aguas; la de
livi lidies »c habla acabado y claman a su caudillo pidiendo agua. Moisés acude a Yavé, que le da
vención divina proveyéndolos milagrosamente del sustento durante largo espacio de tiempo y en I14 «nluclón del conflicto con un milagro más.
regiones muy variadas. A este maná se le llama en el Salmo 77,25 «pan de ángeles», y en la Sabidu- Iurnel ha dejado ya el camino de la costa y se interna en el desierto; pero podiendo seguir varios
ría (16,20 s.) se dice que se ajusta a los gustos de cada uno de los hijos de Dios. Esto conviene muy 1 nminm, no podemos señalar con certeza el que seguirla. La mención de Horeb en el v.6 debe de ser
bien al pan que según la tradición litúrgica estaba figurado por el maná: «el Pan verdadero bajado IIIIN corrección textual, pues parece que aún estamos lejos de Horeb. Sobre esta roca, que signi-
del cielo y que da la vida al mundo», el Pan eucarístico (Jn 6,31,58). Ikuhu u Cristo, cf. 1 Cor 10,1.
ÉXODO 17-18 104 105 ÉXODO 18-19

y sus m a n o s le pesaban: t o m a n d o , pues, los egipcios: 1 0 «Bendito sea Yavé—dijo—, podrás sostenerte, y el pueblo podrá aten- sés: «Yo vendré a ti en densa nube, para
una piedra, la pusieron debajo de él para que os ha librado de la m a n o de los egip- der en paz a lo suyo». 2 4 Siguió Moisés el que vea el pueblo que yo hablo contigo
que se sentara, y al mismo tiempo A r ó n cios y de la del Faraón. ll A h o r a sé bien consejo de su suegro, e hizo lo que le ha- y tengan siempre fe en ti». U n a vez que
y J u r sostenían sus manos, uno de un lado que Yavé es más grande que todos los bía dicho. 2 5 Eligió entre todo el pueblo Moisés h u b o transmitido a Yavé las pa-
y otro del otro, y así no se le cansaron las dioses, pues se ha mostrado grande, ha- a hombres capaces, que puso sobre el pue- labras del pueblo, * 10 Yavé le dijo: «Ve al
m a n o s hasta la puesta del sol, 13 y Josué ciendo recaer sobre los egipcios su mal- blo como jefes de millar, de centena, de pueblo y santifícalos hoy y mañana. Que
derrotó a Amalee al fila de la espada. dad». 1 2 Jetró, suegro de Moisés, ofreció cincuentena y de decena. 2 6 Ellos juzga- laven sus vestidos u y estén prestos para
14
Yavé dijo a Moisés: «Pon eso por es- a D i o s u n holocausto y sacrificios pací- b a n al pueblo en t o d o tiempo y llevaban el día tercero, porque al tercer día bajará
crito para recuerdo, y di a Josué que yo ficos, y vinieron A r ó n y todos los ancianos a Moisés los asuntos graves, resolviendo Yavé a la vista de t o d o el pueblo, sobre
borraré a Amalee de debajo del cielo». de Israel y comieron con él ante Dios. * por sí todos los pequeños. 2 7 Despidió la m o n t a ñ a del Sinaí. 1 2 Tú marcarás al
15
Moisés alzó u n altar y le dio el nombre Moisés a su suegro, que se volvió a su pueblo u n límite en torno, diciendo: Guar-
de Yavé Nesi, ¡6 diciendo: «Pues que alzó Consejo de Jetró a Moisés tierra. daos de subir vosotros a la m o n t a ñ a y de
la m a n o contra el trono de Yavé, estará 13 tocar el límite, porque quien tocare la
Yavé en guerra contra Amalee de genera- Al día siguiente sentóse Moisés p a r a montaña, morirá. 13 Nadie p o n d r á la m a -
ción en generación». * juzgar al pueblo, y el pueblo estuvo de- no sobre él, sino que será lapidado o asae-
lante de él desde la m a ñ a n a hasta la tar- TERCERA PARTE teado. H o m b r e o bestia, no h a de quedar
V i e n e J e t r ó c o n la m u j e r y los hijos de. 1 4 El suegro de Moisés, viendo lo que con vida. C u a n d o las voces, la trompeta
de Moisés el pueblo hacía, dijo: «¿Cómo haces eso EN EL S I N A Í y la nube hayan desaparecido de la monta-
con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo ña, p o d r á n subir a ella». 1 4 B a j ó de la
a juzgar y todo el m u n d o está delante de (19-40)
•i Q ' Jetró, sacerdote de Madián, sue- m o n t a ñ a Moisés a donde estaba el pueblo,
* O g r o de Moisés, supo lo que había ti desde la m a ñ a n a hasta la tarde?» 1 5 M o i - y le santificó, y ellos lavaron sus vestidos.
hecho Dios en favor de Moisés y de Israel, sés respondió a su suegro: «Es que el pue- A p a r i c i ó n d e D i o s al p u e b l o e n el 15
Después dijo al pueblo: «Aprestaos du-
su pueblo, que había sacado Yavé de Egip- blo viene a mí para consultar a Dios. Sinaí rante tres días y nadie toque m u j e r » . í 6 Al
16
to. 2 T o m ó Jetró, suegro de Moisés, a Sé- C u a n d o tiene alguna querella, vienen tercer día por la m a ñ a n a h u b o truenos y
fora, mujer de Moisés, a quien éste había a mí, y yo pronuncio entre ellos, hacién- 1 Q ' E l día primero del tercer mes relámpagos, y una densa n u b e sobre la
hecho volverse, 3 y a los dos hijos de Sé- doles saber los mandatos de Dios y sus *• •» después de In salida de Egipto m o n t a ñ a , y un muy fuerte sonido de trom-
fora, de los cuales u n o se llamaba Gersón, leyes». 1 7 El suegro de Moisés dijo a éste: Mugaron ION hijo» de Israel al desierto del petas, y el pueblo temblaba en el campa-
porque Moisés había dicho: «Soy un pere- «Lo que haces no está bien. Te consumes Sitial. -'• l'iirliemn de Kiilidim, y llegados mento. 1 7 Moisés hizo salir de él al pueblo
grino en tierra extranjera», 4 y el otro neciamente y consumes al pueblo que tie- «I ihstvrto del Sinal acamparon en el para ir al encuentro de Dios, y se queda-
Eliezer, porque había dicho: «El Dios de ne que estar delante de ti. 1 8 Ese trabajo desierto. Israel acampó frente a la mon- ron al pie de la montaña. 18 T o d o el Sinaí
mi padre me h a socorrido y m e ha librado es superior a tus fuerzas, y no puedes lle- liiflu. ' Subió Moisés a Dios, y Yavé le humeaba, pues había descendido Yavé en
de la espada del Faraón». 5 Jetró, suegro varlo tú solo. * 1 9 Óyeme, voy a darte u n HHIIIÓ desde lo alto de la montaña, dicien- medio de fuego, y subía el h u m o , como el
de Moisés, con los hijos y la mujer de consejo, y que D i o s sea contigo. Sé tú el do: «Habla así a la casa de Jacob, di h u m o de un h o r n o , y lodo el pueblo tem-
Moisés, vino a éste al desierto, donde es- representante del pueblo ante Dios y lleva m i » 11 los hijos de Israel:* 4 « V o s o t r o s blaba. 19 El sonido de la trompeta se hacía
taba acampado, al m o n t e de Dios. 6 M a n - ante él los asuntos. 2 0 Enséñales los pre- Imitéis vislo lo que yo he hecho a Egipto cada vez más fuerte. Moisés hablaba, y
dó a decir a Moisés: «Yo, tu suegro Jetró, ceptos y la ley y dales a conocer el cami- y cómo os he llevado sobre alas de águila Yavé le respondía mediante el trueno.
voy a ti con tu mujer, y con ella sus dos n o que h a n de seguir y lo que deben ha- y OH lie unido a mi. 5 Ahora, si oís mi voz 20
Descendió Yavé sobre la m o n t a ñ a del
hijos». 7 Moisés salió al encuentro de su cer. 2 1 Pero escoge de entre t o d o el pueblo y n»'ii'di'iis mi alianza, vosotros seréis m i Sinaí, sobre la cumbre de la m o n t a ñ a , y
suegro, y prosternándose le besó. Después a hombres capaces y temerosos de Dios, propiedad entre lodos los pueblos; por- llamó a Moisés a la cumbre y Moisés
de preguntarse u n o a otro por la salud, íntegros, enemigos de la avaricia, y cons- qtw miii es loda la tierra, 6 pero vosotros subió a ella. 2 i Yavé dijo a Moisés: «Baja
entraron en la tienda de Moisés. 8 Moisés tituyelos sobre el pueblo como jefes de «•reís pura mi un reino de sacerdotes y y prohibe terminantemente al pueblo que
contó a su suegro t o d o cuanto había he- millar, de centena, de cincuentena y de nuil unción santa». Tales son las pala- traspase el término marcado para acer-
cho Yavé al F a r a ó n y a los egipcios en fa- decena. 2 2 Que juzguen ellos al pueblo en briiN que hus de decir a los hijos de Is- carse a Yavé y ver, no vayan a perecer
vor de Israel, y todas las contrariedades t o d o tiempo y te lleven a ti los asuntos de niel». * muchos de ellos. 2 2 Q u e aun los sacerdo-
que en el camino h a b í a n tenido, y cómo mayor importancia, decidiendo ellos mis- ' MoiiuJ* vino, y llamó a los ancianos tes, que son los que se acercan a Yavé,
Yavé le había librado de ellas. * Jetró se mos en los menores. Aligera tu carga, y lie INIIII'I, y les expuso todas estas pala- se santifiquen, no los hiera Yavé». 2 3 M o i -
felicitó de t o d o el bien que Yavé había que te ayuden ellos a soportarla. 2 3 Si esto hrWK, como Yuvé se lo habia m a n d a d o . sés dijo a Y a v é : «El pueblo n o podrá subir
hecho a Israel librándole de la m a n o de haces y Yavé te comunica sus m a n d a t o s , * l!l pueblo lodo entero respondió: «Nos- a la m o n t a ñ a del Sinaí, pues lo has pro-
otros liaremos lodo cuanto ha dicho Ya- hibido terminantemente, diciendo que se-
16 Amalee era una tribu árabe que vivía en la región desértica que se extiende entre el Negueb, vé». Moisés fue a transmitir a Yavé las ñalara u n límite en torno a la m o n t a ñ a y
al sur de Palestina, y el mar Rojo y Egipto. Como nómadas, están siempre prontos a lanzarse sobre palabra» del pueblo, * y Yavé dijo a M o i -
la presa dondequiera que se les ofrezca. Viendo a Israel cargado con el botín de Egipto, se lanzan
sobre él para despojarle. Cuando se halle Israel instalado en la tierra prometida harán lo mismo, •I Q ' l''n mes y medio llegó Israel al Sinaí, la montaña santa en que Dios muestra su especial
saqueando los campos y las ciudades (Jue 6,5ss.; Sam 30,1 ss.). Esta es la razón fundamental de * ' ' i>rt'msncia. Los poetas de Israel conservaron después esta concepción, como se ve por Dt 33,2:
la enemistad entre Israel y Amalee. La gente honrada y pacífica nunca puede tener paz con los luí 55,s¡ Snl Mt,i8.
ladrones. La ejecución de la amenaza del v.14 fue encomendada a Saúl (1 Sam 15,10 ss.). El nombre l.iis relaciones entre Yavé e Israel no son las naturales de otros pueblos con sus dioses, los
de Yavé Nesi significa: «Yavé es mi enseña». 1 uulrri no Huelen ser otra cosa que la misma naturaleza física divinizada. Estas relaciones son libres
ilr piule de Dios y de orden moral. Yavé, dueño de toda la tierra, y, por tanto, de todos los pue-
Q 12
En Ex 2,16 se nos dice que Jetró era sacerdote de Madián. No se dice que fuese sacer- I tloH, eNcoHi* libremente a Israel por pueblo peculiar suyo, por su reino de sacerdotes, por su nación
1 *-* dote del Dios Altísimo, como Melquisedec (Gen 14,18), pero esto no sería obstáculo a que niinlu, mediante la cual revela su santidad al mundo, y en esta revelación va implicado el mesianismo.
fl
KHT.«- concepto del sacerdocio y de la santidad del pueblo está estrechamente ligado con el
reconociese también a Yavé como Dios muy poderoso y le ofreciese sacrificios pacíficos, a los cuales
seguiría el banquete, ocasión de general regocijo (1 Re 8,41 ss.). di* PÍKI Ifirael el pueblo primogénito de Dios (4,22). Según el derecho primitivo, el sacerdocio estaba
18
Moisés, como caudillo del pueblo, era su juez autorizado: pero se comprende que le sería vlni uludo a la primogenitura, y, por tanto, Israel, el primogénito de los pueblos, es el pueblo sacer-
muy gravoso ocuparse de todas las pequeneces que a cada instante se suscitarían entre unos y otros. dote, que, por consiguiente, ha de ser santo, esto es, consagrado al culto divino.
w
El consejo del anciano suegro merecía ser atendido, y lo fue de buen grado por Moisés, aunque Kn esta teofanía, como en las siguientes, preséntase Dios al pueblo en forma de nube, figura
la jerarquía esta, más que judicial, parece militar para regir a Israel como el gran ejército de Dios, qur iNrael no puede reproducir, queriendo Dios con esto confirmar el segundo mandamiento del
según Ex 12,41; Dt 1,10 ss. Uucltlouo, como se nos explica en Dt 4,19.
ÍXODO 19-20 106 107 ÉXODO 20-21
24
la santificara». Yavé le respondió: «Ve, dia hasta mil generaciones de los que 15
No robarás. * subirás por gradaí a ral altar, para é¡ue
baja y subes luego con A r ó n ; pero q u e me aman y guardan mis mandamientos. i* No testificarás contra tu prójimo fal- no se descubra tu desnudez.
los sacerdotes y el pueblo n o traspasen los 7
No tomarás en falso el nombre de so testimonio. *
términos para acercarse a Yavé, n o los Yavé, tu Dios, porque no dejará Yavé i ' No desearás la casa de tu prójimo, L e y e s respecto de la vida y la
hiera». * 2 5 Moisés bajó y se l o dijo al sin castigo al que tome en falso su nom- ni la mujer de tu prójimo, ni su siervo, libertad
pueblo. bre. * ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni
8 n i 1 He aquí las leyes qne las darás:
Acuérdate del día del sábado para nada de cuanto le pertenece». *
El Decálogo santificarlo. » Seis días trabajarás y ha- *" * 2 Si adquieres un siervo hebreo, te
18 Todo el pueblo oía los truenos y el
*) í l ' ^ habló Dios todo esto, dicien- rás tus obras, K> p e r o e i séptimo día es sonido de la trompeta y veía las llamas y servirá por seis años; al séptimo saldrá
« " d o : * 2 «Yo soy Yavé, tu Dios, q u e día de descanso, consagrado a Yavé, tu la montaña humeante; y atemorizados, libre, sin pagar nada. 3 Si entró solo, solo
te ha sacado de la tierra de Egipto, de la Dios, y no harás en él trabajo alguno, ni llenos de pavor, se estaban lejos. * saldrá; si teniendo mujer, saldrá con él
casa de la servidumbre. * tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni 1» Dijeron a Moisés: «Habíanos tú, y su mujer. 4 Pero si el amo le dio mujer, y
3
N o tendrás otro Dios q u e a mí. * * N o tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero te escucharemos; pero que no nos hable ella le dio a él hijos o hijas, la mujer y los
te harás esculturas ni imagen alguna de que esté dentro de tus puertas, ll pues en Dios, no muramos». 2 0 Respondió Moi- hijos serán del amo, y él saldrá solo. 5 Si
lo que hay en lo alto de los cielos, ni seis días hizo Yavé los cielos y la tierra, sés: «No temáis, que para probaros ha el siervo dijere: Yo quiero a mi amo, a
de lo que hay abajo sobre la tierra, ni el mar y cuanto en ellos se contiene, y el venido Dios, para que tengáis siempre mi mujer y a mis hijos, no quiero salir
de lo q u e hay en las aguas debajo d e séptimo descansó; por eso bendijo Yavé ante vuestros ojos su temor y no pequéis». libre, 6 entonces el amo le llevará ante
la tierra. * 5 N o te postrarás ante ellas, el día del sábado y lo santificó. * 21
El pueblo se estuvo a distancia, pero Dios, y acercándose a la puerta de la
12 casa o a la jamba de ella, le perforará la
y n o las servirás, porque yo soy Yavé, Honra a tu padre y a tu madre, para Moisés se acercó a la nube donde estaba
t u Dios, un Dios celoso, q u e castiga en que vivas largos años en la tierra que Ya- Dios. oreja con un punzón, y el siervo lo será
los hijos las iniquidades de los padres vé, tu Dios, te da. * suyo de por vida. *
7
hasta la tercera y cuarta generación de 13
No matarás. * Si vendiere un hombre a su hija por
los q u e m e odian, * 6 y hago misericor- Preceptos sobre el culto divino
14
N o adulterarás.* sierva, no saldrá ésta como los otros
22
Yavé dijo a Moisés: «Habla así a los siervos. * 8 Si desplaciere a su amo y no
24
En toda esta teofanía, a pesar de algunas incorrecciones del texto, se destacan bien estas hijos de Israel: Vosotros mismos habéis la tomare por esposa, permitirá éste que
ideas: que Dios quiere mostrar su majestad ante el pueblo por medio de una tormenta, de una ima- visto cómo os he hablado desde el cielo. * sea redimida; pero no podrá venderla a
gen sensible, pero que Israel no pueda reproducir (Dt 4,15 s.). Para presenciar esa teofanía se exige 21 extraños después de haberla despreciado.
del pueblo el estado de santidad correspondiente, la limpieza del vestido y del cuerpo y la absten- No os hagáis conmigo dioses de plata 9
ción de todo acto de vida conyugal. Expresión imperfecta de las exigencias de la santidad divina, ni os hagáis dioses de oro. 2 4 Me alzarás Si la destinaba a su hijo, la tratará como
tan espiritual, pero acomodada a la rudeza del pueblo, imbuido de las concepciones antiguas. Es un altar de tierra, sobre el cual me ofre- se trata a las hijas; i° y si para éste tomare
una forma de la condescendencia divina con el hombre (cf. la encíclica Divino afflante Spiritu, p.xxni). cerás tus holocaustos, tus hostias pací- otra mujer, proveerá a la sierva de ali-
Será obra de Moisés y de los profetas ir poco a poco elevando al pueblo a la concepción espiritua- ficas, tus ovejas y tus bueyes. En todos los mento, vestido y lecho; •• y si de estas
lista de la santidad divina y de la afabilidad, que se nos revela en el Nuevo Testamento. Muy a lugares donde yo haga memorable mi tres cosas no la proveyere, podrá ella
propósito viene el texto de Baruc: «Además se dejó ver en la tierra y conversó con los hombres»,
palabras que el profeta dice de las teofanías del Sinaí, pero que tienen mayor realidad en la teofanía nombre vendré a ti y te bendeciré. * 2 5 Si salirse sin pagar nada, sin rescate.
de la Encarnación (3,38). • 11c alzas altar de piedras, no lo harás de i 2 El que hiera mortalmente a otro será
piedras labradas, porque al levantar tu castigado con la muerte; 13 pero si no
O Av 1 Según el v.io, confirmado por Dt 5,5, el pueblo presenció la gran teofanía, mas las pa- cincel sobre la piedra la profanas. 2 6 No pretendía herirle, y sólo porque Dios se
™ labras de Dios promulgando su Ley le fueron comunicadas por Moisés. El espectáculo
debió de ser grandioso. Agrupado el pueblo en la vasta llanura de er-Rahah, que rodean ingentes
peñascales graníticos, contemplaban ante si el macizo de Ras-Safsafeh, que se alza centenares de 1 s Los bienes, frutos del trabajo humano, son algo que toca a la personalidad humana e indis-
metros, cubierto por la tempestuosa nube. Con los ojos de la fe contemplaban a su Dios, que les IHHlNalik' para el sostenimiento de la vida.
intimaba su voluntad. I" La administración de justicia es esencial a la paz de la sociedad, y, como en gran parte
2
Contiene este versículo la presentación de Yavé y sus derechos a imponer su voluntad al •• apnvu «obre el testimonio de los testigos, es para ella necesario que los testigos sean veraces.
pueblo,
3
a quien acaba de rescatar del cautiverio egipcio. I» Este decálogo, que contiene los fundamentos de la ley mosaica, no tiene paralelo alguno
Se impone con todo rigor el culto único de Yavé, con exclusión de todo otro dios. Este ha
sido siempre el escándalo de los paganos, que no entendieron el sentido del monoteísmo judío y ni las religiones gentílicas ni en la filosofía antigua. Fuera del que aquí es el quinto, todos sus pre-
cristiano. Ni es de extrañar, cuando tanto costó a Dios y a sus profetas hacer arraigar esta idea en ceptor! ritmen forma negativa de prohibición. Tampoco se le ha de considerar como idéntico al
la mente de Israel. clriitlogn erial ¡ano. Es a él lo que la Ley es al Evangelio. Sus preceptos pueden dividirse en tres
4 gruño», Kl primero, que contiene los cuatro primeros precepto*, se refiere a Dios, excluyendo
Los gentiles empezaron por expresar en formas plásticas el concepto de sus dioses. Para
que Israel venga a concebir a Yavé como Dios inmaterial, se íe prohibe toda imagen. Algunos pue- luda idolatría, lee imágenes de Dios en el culto, el perjurio, pues el juramento llama e invoca a
blos antiquísimos parecen haber tenido esta misma práctica; mas lo común fue el uso y la venera- I >ios por testigo, y el trabajo en el sábado, que es la profanación del día por El santificado. El quinto
ción de las imágenes, de donde nació la idolatría o culto de los ídolos. precepto prescribe la honra a los padres y es el único a que expresamente se une una promesa.
5
La justicia de Dios se -halla expresada con una figura tomada de la rigurosa justicia de los nó- El tercer grupo se refiere a los bienes del prójimo, condenando el homicidio, el adulterio, el robo,
madas en los casos de sangre; pero por encima de tan severa justicia está la misericordia con los la calumnia y la codicia de los bienes del prójimo, incluyendo en éstos a la mujer.
que le temen. En fa manifestación de estos dos atributos, justicia y misericordia, se compendia 1» Semejantes formas de teofanía son frecuentes en la Biblia y apropiadas al ánimo del pueblo
toda la revelación de Dios al hombre (Ex 34,6 ss.).
7
El juramento, tomar a Dios por testigo, es un acto de religión y es en la vida social antigua para inculcarle la idea de la majestad de Dios. La petición del pueblo y la respuesta de Moisés
de grandísima importancia, a causa, sobre todo, de la fe que tenían de que Dios no dejaría impune non una justificación de la conducta que seguirá Dios en adelante para comunicar su voluntad
a quien profanase el juramento. por medio de su profeta en forma más secreta, sin el aparato de ía teofanía (Heb 12,18 ss.).
11 22
Lo de la semana es una institución enteramente desconocida fuera de Israel. El autor sa- El conjunto de leyes comprendido entre el 20,22 y 23,33 se llama comúnmente «Código
grado comenzó por presentarnos a Dios como modelo en la obra de la creación, y ahora trae aquí de la Alianza».
24
esto como argumento. El sábado se santifica no haciendo en él obra alguna, y esto los antiguos Estos versículos proscriben todos los elementos del culto cananeo, ateniéndose a la pri-
lo entendían con un rigor material muy grande (cf. Is 56,2; Jer 17,2; Mt 12,2; Me 2,27). mitiva simplicidad patriarcal.
12
En la familia patriarcal el respeto a los padres es el fundamento del orden familiar y social
y tiene como bendición los frutos de paz y hasta de riqueza que brotan de la unión entre los miem-
bros de la familia. p i 6 En el código hammurabíano se emplea también la expresión «llevar ante dios» para signi.
13
Desde la tríate historia de Caín (Gen 4,11) nos viene el texto sagrado inculcando el respeta ** * ficar sencillamente el juramento.
a la 1vida del hombre, creado a imagen de Dios. 7
4 La venta de que aquí se trata parece ser de ía concubina o mujer de seguada categoría. La
Más que la simple fornicación mira aquí el texto al adulteria, par ser la ruiaa ele la saz caa>- Ley admite la poligamia. El matrimonio se hacía por la compra de la mujer, corno todavía hoy se
yugal. No hay que alvidar el aspecto social de ia ley aaesaica. practica entre los beduinos de la región de Moab.
109 ÉXODO 22-23
ÉXODO 21-22 108
2ÍI
es», decídase p o r juramento ante Dios. puesta del sol, * porque con eso se
lo puso ante la m a n o le hirió, yo le se- u n a niña, se aplicará esta misma ley; Aquel a quien Dios condenare, restituirá cubre él, con eso viste su carne, y ¿con
ñalaré un lugar d o n d e p o d r á refugiarse. * 32 pero si el herido fuese u n siervo o u n a el doble a su prójimo. qué va a dormir? Clamará a mí, y yo
14
Si de propósito m a t a u n h o m b r e a su sierva, pagará el dueño del buey treinta 9
Si u n o entrega en depósito a su pró- le oiré, porque soy misericordioso. *
prójimo traidoramente, de mi altar mismo sidos de plata al dueño del esclavo o de 27
N o blasfemaras contra Dios, ni mal-
jimo asno, buey, oveja o cualquier otra
le arrancarás para darle muerte. 1 5 El q u e la esclava, y el buey será lapidado. * decirás a los príncipes de lu pueblo.
hiera a su padre o a su m a d r e será muer- 33
Si u n o abre u n a cisterna o cava u n a bestia, y lo depositado muere o se estro-
28
pea, o es cogido p o r los enemigos sin q u e N o dilatarás ofrecermo el diezmo de
to. 16 El que robe u n h o m b r e , háyalo ven- y n o la cubre y cayere en ella u n buey o
dido o téngalo en su poder, será muerto. un asno, 34
pagará el dueño de la cister- nadie lo haya visto, 1 0 se interpondrá en- tu era y de «1 lagar. M e darás el primo-
17
El q u e maldijere a su padre o a su na en dinero el precio al dueño de la tre a m b a s partes el juramento de Dios génito de tus hijos. 2 9 Así harás con el
madre será muerto. bestia, pero lo m u e r t o será p a r a él. de n o haber puesto el depositario m a n o primogénito de tus vacas y t u s ovejas;
18 35
Si el buey de u n o acornea a u n buey sobre el bien de su prójimo. El dueño quedará siete días con su madre, y al
Si riñen dos h o m b r e s , y u n o hiere al
otro con piedra o con el p u ñ o , sin causar- de o t r o , y éste muere, se venderá el buey aceptará el juramento, y el depositario octavo m e lo darás.
30
le la muerte, pero d e m o d o q u e éste tu- vivo, partiéndose el precio, y se reparti- no será obligado a restituir; n pero si la Sed p a r a mí santos. N o comeréis la
viese q u e hacer c a m a : i9 si el herido se rán igualmente el buey m u e r t o . 3 6 Pero bestia le fue r o b a d a , restituirá al dueño. carne despedazada en el c a m p o ; se la
12
levanta y puede salir fuera apoyado en su si se sabe que el buey acorneaba ya de Si la bestia fuere despedazada, presén- echaréis a los perros. *
bastón, el q u e le hirió será quito pagán- tiempo atrás, y su dueño n o lo tuvo ence- tese lo destrozado, y n o t e n d r á q u e res-
1
tituir. N o esparzas rumores falsos. N o
dole lo n o trabajado y lo gastado en la r r a d o , dará éste buey p o r buey, y el buey
cura. m u e r t o será para él.
13
Si u n o pide a otro prestada u n a bes- 23 te unas c o n los impíos p a r a tes-
20
Si u n o diere de palos a su siervo o a tia, y ésta se estropea o muere n o estando tificar en falso. 2 N o te dejes arrastrar
su sierva, de m o d o q u e muriere entre sus L e y e s relativas a la p r o p i e d a d presente el dueño, el prestatario será obli- al m a l p o r la muchedumbre.
m a n o s , el a m o será r e o ; 2 t pero si sobre- gado a restituir, 1 4 pero si estaba presente E n las causas n o respondas p o r q u e así
viviere u n día o dos, n o , pues hacienda 37 Si u n o roba u n buey o u n a oveja, y el dueño, n o tendrá q u e restituir el pres- responden otros, falseando la justicia; 3 n i
suya era. * la m a t a o la vende, restituirá cinco bueyes tatario. Si el préstamo fue p o r precio, a u n en las dé los pobres mentirás p o r
22
Si en riña de hombres golpeare u n o p o r buey y cuatro ovejas p o r oveja. reciba el dueño lo estipulado. compasión de ellos.
15 4
a u n a mujer encinta haciéndola parir y Si u n o seduce a u n a virgen n o des- Si encuentras el buey o el asno de t u
el niño naciere sin m á s d a ñ o , será multa- o o i Si el ladrón fuere sorprendido posada y tiene c o n ella comercio carnal, enemigo perdidos, llévaselos. * 5 Si en-
d o en la cantidad q u e el m a r i d o de la M « forzando d e noche y fuese herido pagará su dote y la t o m a r á p o r mujer. cuentras el asno de tu enemigo caído
23
mujer pida y decidan los jueces; pero y muriese, n o será el q u e le hiere reo de 1" Si el padre rehusa dársela, el seductor bajo la carga, n o pases de largo; ayúdale
2
si resultare algún d a ñ o , entonces dará sangre; pero si hubiese ya salido el sol, pagará la dote q u e se acostumbra d a r a levantarlo.
24 3 6
vida p o r vida, * ojo p o r ojo, diente p o r responderá de la sangre. * El ladrón res- por las vírgenes. N o tuerzas el derecho del p o b r e en sus
diente, m a n o p o r m a n o , pie p o r pie, tituirá ; y si n o tiene c o n qué, será vendido 17
25
N o dejarás c o n vida a la hechicera. * causas. 7 Aléjate de t o d a mentira, y n o
quemadura p o r q u e m a d u r a , herida p o r p o r lo q u e r o b ó ; y si lo q u e r o b ó , buey, 18
El reo d e bestialidad será muerto. hagas morir al inocente y al justo, p o r q u e
herida, cardenal p o r cardenal. asno u oveja, se encuentra todavía vivo ,v
I,os q u e ofrezcan sacrificios a dioses yo n o absolveré al culpable d e ello. 8 N o
4
26
Si u n o diere a su siervo o a su sierva en sus m a n o s , restituirá el doble. Si u n o cxlniños serán exterminados. recibas regalos, q u e ciegan a los pruden-
u n golpe en u n ojo, y se lo echare a perder, a ñ a u n c a m p o o u n a viña dejando pas-
d 211
N o maltratarás al extranjero, ni le tes y tuercen la justicia.
habrá de ponerle en libertad en compen- tar su ganado en el c a m p o o en la viña oprimirás, pues extranjeros fuisteis vos- 9
N o hagáis d a ñ o al extranjero; ya sa-
sación del ojo. 2 ? Y si le hiciera caer al de o t r o , restituirá p o r lo mejor de su cam- otros en la tierra de Egipto. * béis lo q u e es u n extranjero, pues ex-
siervo o a la sierva u n diente, le dará po o lo mejor de su viña. 21
N o dañarás a la viuda n i al huérfa- tranjeros fuisteis vosotros en la tierra d e
5
libertad en compensación de su diente. Si propagándose u n fuego p o r los es- no, "• Si eso haces, ellos clamarán a mi, Egipto.
28
Si u n buey acornea a un hombre o pinos q u e m a mieses recogidas o en pie, y yo oiré sus c l a m o r e s ; * 2 3 se encenderá
a u n a mujer, y se sigue la muerte, el o u n c a m p o , el que incendió el fuego mi 1'1'ileni y os destruiré p o r la espada, y D i v e r s a s leyes c e r e m o n i a l e s
buey será lapidado, n o se comerá su pagará el d a ñ o . 6 Si u n o da a o t r o en VtlOMnis mujeres serán viudas, y vuestros
carne, y el dueño sera quito. 2 9 Pero si depósito dinero o utensilios, y fueron IIIJON, huérfanos.
10
Sembrarás t u tierra seis años y reco-
ya de antes el buey acorneaba y requerido éstos r o b a d o s de la casa del otro, el la- •M Si prestas dinero a u n o de mi pueblo, gerás sus cosechas; u al séptimo la deja-
el dueño n o lo tuvo encerrado, el buey drón, si es hallado, restituirá el doble. H un pobre q u e habita en medio de vos- rás descansar, q u e c o m a n los pobres de
será lapidado, si mata a u n h o m b r e o a 7 Si n o parece el ladrón, el dueño d e la o t r o s no ¡a poiimiis con él como acreedor tu pueblo, y lo que quede lo c o m a n las
una mujer, pero el d u e ñ o será también casa se presentará ante Dios, j u r a n d o n o y no Ir oxlglni» usura. bestias del c a m p o . Éso h a r á s también
reo de muerte. 3 0 Si en vez de la muerte haber puesto su m a n o sobre lo ajeno. 2 con las viñas y los olivares. *
* SI lomiiN 011 premia el munlo de tu
le pidieran al dueño u n precio como res- 8 T o d a acusación d e fraude, sea de buey, 12
Seis días trabajarás, y descansarás al
cate de la vida, pagará lo q u e se le im- de asno, de oveja, de vestido, d e cualquier prójimo, se lo devolverás untes de la
17
ponga. 3 1 Si el buey hiere a u n niño o a cosa desaparecida, de q u e se diga «esto L11 Ley persigue con rigor todas estas supersticiones, que iban mezcladas con prácticas
Idolátricas (Lev 10,26.31; 20,6.27; Dt 18,9 ss.; 1 Sam 28,3.9).
13 No es siempre fácil determinar la culpabilidad en el homicidio, ni el ánimo excitado de los -"' l'll extranjero no es enemigo. La Ley recuerda al israelita que él lo fue, para que piense
parientes de la víctima es capaz de juzgar esto; por eso, con buen acuerdo se provee de un refugio lo que debe ser para ellos (23,9; Lev 19,3; Dt 10,18 s.; 24,17 s.).
al presunto homicida. Este refugio era el altar (i Re 2,28) o las ciudades de refugio. Hoy los árabes >l KH impresionante el lenguaje de la Ley sobre los desvalidos, y más lo es todavía el de los
buscan !a protección de un jeque poderoso que defienda al reo mientras se esclarece y resuelve la pioírlnii
/1
(c\~. Dt 24,17; 27,19; Sal 94,6; Is 1,17.23; Jer 5,28; Ez 22,7; Sant 1,27).
cuestión de la culpabilidad (Núm 35,r 1; Dt 4,41-43; 19,2). La Escritura reprueba la usura, que no sirve sino para arruinar más al prestatario. Nehe-
21 La vida de un siervo extranjero no vale igual que la del hombre libre. Todavía estamos lejos míiiM (5,1 ss.) nos refiere un episodio interesante acerca de lo que era la usura en la antigüedad
del Evangelio, que proclama por San Pablo la igualdad de todos en Cristo (Gal 3,28) V ile txjr qué la Escritura la prohibe, y manda, en cambio, la misericordia hacia los hermanos he-
2 3 Entre los beduinos rige todavía este principio; pero no entendido materialmente, sino en lireoi. La ocasión de practicarla con extraños, queautoriza Dt 23,19 s., sería muy rara, y se trataría
equivalencia pecuniaria. Jesucristo lo corrigió como principio moral, no precisamente como san- «le comerciantes
lf>
fenicios (Lev 25,35; Dt 23,19 s.; Sal 15,5; Prov 28,8; Ez 18,8; 22,12).
ción penal (Mt 5,38). l.o que de día servía de manto, de noche hacía de cobertor.
32 Treinta siclos es el valor legal de un esclavo (Zac 11,12; Mt 26,15). •lü La santidad, aquí y en algunas otras prescripciones, es la que pudiéramos llamar litúrgica.
Los profetas insisten más en la moral.
T Q * He aquí otra medida ordenada a fomentar el amor y a preparar los corazones para el perdón
2 Esta responsabilidad no significa, sin duda, que sea reo de muerte. ^ * ' de las injurias, que impone el Evangelio (Mt 5,43 ss.).
11
También las tierras y los árboles gozan del descanso sabático en beneficio de los po-
ÉXODO 23-24 110 ÉXODO 24
111
séptimo, para que descansen también tu veos y de los jebuseos, que yo extermina- das las palabras de Yavé. Levantóse de Uantes c o m o el mismo cielo, * n N o ex-
buey y tu asno y se recobre el hijo de tu ré. 2 4 N o adores a sus dioses ni les sirvas; mañana, y alzó al pie de la m o n t a ñ a u n tendió su m a n o contra los elegidos de
esclava y el extranjero. * no imites sus costumbres, derriba y des- altar y doce piedras, por las doce tribus Israel; le vieron, y comieron y bebieron. *
11
G u a r d a d cuanto os he m a n d a d o . N o truye sus cipos. 25 Servirás a Yavé, tu de Israel; 5 y m a n d ó a algunos jóvenes,
te acuerdes del n o m b r e de dioses extra- Dios, y El bendecirá tu p a n y tu agua, hijos de Israel, y ofrecieron a Yavé holo- S u b e M o i s é s s o l o a la c u m b r e
ños, ni se oiga de tus labios. y alejará de en medio de vosotros las caustos e inmolaron toros, víctimas pací-
14 d e l Sinai
Tres veces cada a ñ o celebraréis fiesta enfermedades, 2 6 y no habrá en vuestra ficas a Yavé. 6 T o m ó Moisés la mitad de
solemne en mi honor. * 1S G u a r d a la fiesta tierra mujer que se quede sin hijos ni la sangre, poniéndola en vasijas, y la
12
Dijo Yavé a Moisés: «Sube a mí al
de los ácimos, comiendo ácimo siete días, sea estéril, y vivirás largos años. 27 jyrj otra mitad la d e r r a m ó sobre el altar, i T o - m o n t e y estáte allí. T e daré unas tablas
como os he m a n d a d o , en el mes de A b i b , terror te precederá y perturbaré a todos
pues en ese mes saliste de Egipto. N o te los pueblos a que llegues, y todos tus
presentarás ante mí con las manos vacías. enemigos volverán ante ti las espaldas,
16
También la solemnidad de la recolec- 2 8 y mandaré ante ti tábanos, que pondrán
ción, de las primicias de tu trabajo, de en fuga a jeveos, cananeos y jéteos delante
cuanto hayas sembrado en tus campos. de ti. 29 N o los arrojaré en un solo año,
También la solemnidad del fin del a ñ o no quede la tierra desierta y se multipli-
y de la recolección, c u a n d o hubieres reco- quen contra ti las fieras. 30 Poco a poco
gido del c a m p o todos sus frutos. 1 7 Tres los haré desaparecer ante ti hasta que
veces en el a ñ o comparecerá t o d o varón crezcas y poseas la tierra. 3 ) Te doy por
ante Yavé, tu Dios. confines desde el m a r Rojo hasta el m a r
18 N o acompañarás de p a n fermentado de Palestina y desde el desierto hasta el
la sangre de mi sacrificio ni dejarás la río. Pondré en tus m a n o s a los habitantes
carne de ésta p a r a el día siguiente. de esa tierra y los arrojarás de ante ti.
19 32
Llevarás a la casa de Yavé, tu Dios, N o pactarás con ellos ni con sus dioses;
las primicias de los frutos de tu suelo. 33 no sea que habitando en tu tierra te
N o cocerás el cabrito en la leche de su hagan pecar contra mí y sirvas a sus dio-
madre. * ses, que sería tu ruina».
20
Y o m a n d a r é a un ángel ante ti, para
que te defienda en el camino y te haga Alianza e n t r e D i o s e Israel
llegar al lugar que te he dispuesto. * o * i Y dijo a Moisés: «Sube a Yavé tú,
21
Acátale, y escucha su voz, no le resistas, « » Arón, N a d a b y Abiú, con sesenta
porque no perdonará vuestras rebeliones de los ancianos 2
de Israel, y adoraréis des-
y porque lleva mi nombre. 22 Pero si le de lejos. "Sólo Moisés se acercará a Yavé,
escuchas y haces cuanto él te diga, yo pero ellos no se acercarán, 3
ni subirá con
seré enemigo de tus enemigos y afligiré ellos el pueblo». * Vino, pues, Moisés y
a los que te aflijan, * 23 p u e s mi ángel transmitió al pueblo todas las palabras de
marchará delante de ti y te conducirá a Yavé y sus leyes, y el pueblo a una voz
la tierra de losi amorreos, de los jéteos, de respondió: « T o d o cuanto ha dicho Yavé
los fereceos, de los cananeos, de los je- | lo cumpliremos». * 4 Escribió Moisés t o -

bres. En Lev 25,4: Dt 15,1 ss.: 1 Mac 6,49.53 se hace mención de la observancia de este precepto Arca de la alianza, según Nácar.
con 1las
2
consecuencias naturales de la escasez.
Este texto pone bien de relieve los sentimientos de humanidad, que luego se desarrollan mando después el libro de la alianza, se de piedra, y escritas en ellas las leyes y
mejor14
en Dt 5,12 ss. lo leyó al pueblo, que respondió: «Todo mandamientos que te he d a d o , para que
Estas fiestas tienen un doble carácter: son fiestas agrícolas, y en este aspecto, si no todas, cuunto dice Yavé lo cumpliremos y obe- se las enseñes». * 13 Y se levantó Moisés
alguna se halla entre los pueblos gentiles. Para Israel, el principal aspecto es el histórico. La Pas- deceremos». » T o m ó él la sangre y asper- con Josué, su ministro, y subieron a la
cua, conmemoración de la salida de Egipto; la fiesta de los Tabernáculos, memoria de la estancia en
el desierto: la de Pentecostés, si no lo fue desde el principio, quedó después como conmemoración gió ni pueblo, diciendo: «Esta es la san- m o n t a ñ a de Dios. 14 Y dijo a los ancia-
de la promulgación de la Ley. gre de la aliui)/a que hace con vosotros n o s : «Esperadnos aquí hasta que volva-
19
Según los textos de Ras Samra, la leche de la cabra en que se ha cocido el cabrito hace fértil Yavé sobre todos estos preceptos». 9 Su- mos. Quedan con vosotros A r ó n y Jur;
la tierra
20
en que se derrama. bió Moisés con Arón, N a d a b y Abiú y si alguna cosa grave hay, llevadla a ellos»,
Dios guía a su pueblo por medio de un ángel, pero no dice en qué forma ejercerá su minis- 15
setenta ancianos de Israel, * 10 y vieron al Subió Moisés a la m o n t a ñ a , y la n u b e
terio2 2(cf. Introducción al Éxodo, n.6). Dios de Israel. Bajo sus pies había como la cubrió. * 16 La gloria de Yavé estaba
A las leyes siguen las sanciones generales que traerá la observancia o la inobservancia de un pavimento de baldosas de zafiro, bri- sobre el m o n t e Sinaí y la nube la cubrió
ellas, ya que son expresiones de la voluntad de Dios (Lev 26; Dt 28).
2 • Aquí cambia un tanto el escenario. Según 24,1, Moisés no sube solo al monte; le acompa-
No cabe duda que el texto ha sufrido aquí una alteración. El c.23 se prosigue en 24,3
24 3
hasta el v.8; mientras que debe preceder 24,1-2. al v.o y dar comienzo a otra sección.
ñan ÍU hermano Arón, Nadab y Abiú, y hasta setenta ancianos de Israel, que nos traen a la me-
moria los escogidos por Moisés para que leayuden a llevar la carga del gobierno del pueblo (Núm 11,
Moisés recibió de Dios las leyes y, bajado del monte, da cuenta de ellas al pueblo, que las ib ib.), distintos de los citados en 18.24.
acepta. Luego le dispone a la ceremonia de la alianza, el acto más solemne de la historia de Israel, 10
Dios se le ofrece no en una nube tempestuosa, como antes, sino en una nube arrebolada
pues por ella quedó estrechamente ligado a Yavé. El altar representa a Yavé, las piedras a las doce y tranquila.
tribus, la sangre derramada sobre el altar, sobre el pueblo por aspersión y seguramente sobre las ' ' A pesar del dicho frecuente de que nadie puede ver a Dios y vivir, aquéllos nada sufrieron
piedras, une con un vínculo sagrado a las partes contratantes; las condiciones del pacto son el Código da la1 2 visión de Dios. Gran motivo de admiración para el pueblo.
de la Alianza. Más de una vez Israel renovó este pacto en señal de penitencia (2 Re 23,1 ss.; Neh 10, Aqui parece que tenemos la continuación de 3-8, donde se narra el pacto de Dios con Israel.
1 s.). Los profetas le invocan contra las transgresiones de Israel (Os 2,8; 6,7; Ez 2,3; Mal 2,10). 1
* Dejados en la falda de la montaña los acompañantes, Moisés sube arriba, donde permaneció
Jeremías lo da por anulado a causa de las transacciones del pueblo; mas para ser substituido por por ««pació de cuarenta dias con sus noches, y recibió de Yavé los planos maravillosos de la orga-
otro nuevo (Jer 31,33 ss.). Es el pacto de que nos habla Jesucristo al ofrecer el cáliz de su sangre nización del culto divino con las instrucciones necesarias para su ejecución (cf. Introducción al
a loa discípulos (Mt 26,28). lixodo, n.8).
ÉXODO 24-25 112 113 ÉXODO 25-26
33
durante seis días. Al séptimo llamó Yavé rán cubriendo c a d a u n o con sus dos alas y tres del otro. Tres cálices, a m o d o 11 drás lazos de púrpura violeta en el borde
a Moisés de en medio de la nube. 1 7 L a desde arriba el propiciatorio, de cara el de flores de almendro, tendrá el primer de la cortina que termina el primer con-
gloria de Yavé parecía a los hijos de Is- u n o ai o t r o , mirando al propiciatorio. brako, c o n sus globos y lirios; tres cáli- junto, y lo mismo en el extremo del se-
21
rael como un fuego devorador sobre la Pondrás el propiciatorio sobre el arca, ces, a m o d o de ñores de almendro, con gundo. 5 Cincuenta lazos en el borde del
cumbre de la m o n t a ñ a . 1 8 Moisés penetró encerrando en ella el testimonio q u e yo sus globos y lirios, el segundo; y lo mis- primero y cincuenta en el borde del se-
dentro de la nube, y subió a la m o n t a ñ a , te daré. 2 2 Allí m e revelaré a ti, y de so- gundo, correspondiéndose los lazos los
quedando allí cuarenta días y cuarenta bre el propiciatorio, de en medio de los unos a los otros. Pondrás cincuenta ani-
noches. dos querubines, te comunicaré yo t o d o llas en u n o de los conjuntos de cortinas
cuanto para los hijos d e Israel te m a n - y cincuenta en el otro, contrapuestas
M a n d a t o d e c o n s t r u i r e l t a b e r n á c u l o daré. * entre sí. 6 H a r á s cincuenta garfios de o r o ,
y unirás con ellos u n a cortina a la otra,
* t 1 Yavé habló a Moisés, diciendo:
La mesa p a r a q u e hagan u n a sola m o r a d a . 7 H a -
«w 2 « D i a los hijos d e Israel q u e m e
23 rás también once tapices de pelo de cabra
traigan ofrendas; vosotros las recibiréis H a r á s de m a d e r a d e acacia u n a mesa para el tabernáculo, que cubrirá la m o -
para mí, d e cualquiera q u e de buen co- de dos codos d e largo, u n codo de a n c h o rada. 8 Cada tapiz tendrá treinta codos
razón las ofrezca. 3 H e aquí las ofrendas y codo y medio de a l t o : * 2 4 la revestirás de largo y cuatro de ancho. 9 Los unirás
q u e recibiréis de ellos: o r o , plata y bron- de o r o p u r o , y h a r á s en ella u n a m o l d u r a en d o s grupos, u n o d e cinco y el o t r o
ce ; 4 p ú r p u r a violeta y p ú r p u r a escarlata, de o r o todo en derredor. 2 5 H a r á s t a m - de seis, de m o d o q u e el sexto tapiz del
carmesí; lino fino y pelo d e cabra; 5 pie- bién u n reborde de un codo de alto en segundo se doble sobre el frente del ta-
les de carnero teñidas de rojo y pieles de torno, enguirnaldado d e o r o . 2 « L e h a r á s bernáculo. i° H a r á s cincuenta anillos de
tejón, m a d e r a de acacia; 6 aceite para las también cuatro anillos d e o r o y los pon- bronce, para el borde de uno de los con-
lámparas, a r o m a s p a r a el óleo de unción drás e n los cuatro ángulos, c a d a u n o a juntos, para q u e pueda unirse al otro, y
y para el incienso a r o m á t i c o ; 7 piedras de su pie 2 7 y p o r debajo de la moldura de cincuenta para el borde del otro, para
ónice y otras piedras de engaste para el
que pueda unirse al primero. 11 H a r á s
efod y el pectoral. 8 H a z m e un santuario,
también cincuenta garfios de bronce, para

¿2
y habitaré en medio de ellos. * Os ajus-
unir anillos con anillos, de m o d o q u e
taréis a cuanto voy a mostrarte como
todo haga un solo tabernáculo. 1 2 L o so-
modelo del santuario y de todos sus uten-
brante de los tapices de la tienda, esto
silios. *
es, la mitad del tapiz sobrante, penderá
E l a r c a , el p r o p i c i a t o r i o , 5 sobre la parte posterior de la m o r a d a ;
13
un codo de u n lado, un codo del otro,
los q u e r u b i n e s que es lo q u e sobra de lo largo del ta-
10
H a r á s un arca de madera de aca- bernáculo, se extenderá sobre los lados
cia, dos codos y medio de largo, codo y de la morada, a u n o y a otro, para cu-
medio de ancho y codo y medio de alto. C andelero de oro, según Nácar. brirlos.
11
L a cubrirás de o r o puro, p o r dentro 1 4 H a r á s también para el tabernáculo
y p o r fuera, y en t o r n o de ella pondrás 111.. lodos los seis brazos q u e salen del una cubierta de pieles de carnero, teñidas
4
u n a moldura de o r o . 1 2 Fundirás para ella lullo. ' El tallo llevará cuatro cálices, a de escarlata, y otra sobre ésta, de pieles
cuatro anillos de o r o , q u e pondrás en Mesa de los panes, según Ná m u d o de llores de almendro, con sus glo- de tejón. 1 5 H a r á s también para la m o r a d a
los cuatro ángulos, dos de u n lado, dos bo» y lirios; 35 de cada d o s brazos saldrá tablones de madera de acacia, que pon-
oro, p a r a meter p o r ellos las barras p a r a
del otro. 13 H a r á s unas barras de madera muí flor, u n a sobre los dos inferiores y drás de pie, 1 6 y tendrán cada u n o diez
llevar la mesa. 2 8 L a s barras para llevar
de acacia, y las cubrirás de o r o , 1 4 y las olía sobre los dos siguientes, y otra so- codos de largo y codo y medio de ancho.
la mesa las h a r á s también de madera de bro los dos superiores. 3 6 T o d o h a r á u n 1 7 E n cada u n o habrá dos espigas para-
pasarás p o r los anillos de los lados del
acacia, q u e cubrirás de oro. 2!> H a r á s tam-
arca p a r a q u e p u e d a llevarse. I 5 Las ba- •mío cuerpo, y todo de o r o puro, batido. lelas entre sí. 1 8 D e estos tablones, veinte
bién sus platos, s u s navetas, sus copas, " MniíiN puní él siete lámparas, q u e pon- estarán en el lado del austro, hacia el
rras quedarán siempre en los anillos y n o
sus tazas para las libaciones, 30 y ten- tlrrtN NOIIIV el candelabro, para que luzcan mediodía. ,!> Harás cuarenta basas de
se sacarán.
16 drás sobre esa mesa perpetuamente ante ilo frente. IH I as despabiladeras y 'a c u _ plata para debajo de los veinte tablones,
E n el arca pondrás el testimonio q u e mí los panes de la proposición.
yo te daré. /olulii donde NO apaguen ION pabilos cor- dos basas para debajo de cada tablón,
17 lados serán de o r o puro. •''' Un talento de para las d o s espigas. 2<> E n el otro lado
H a r á s u n propiciatorio de o r o puro, El candelabro de oro
de dos codos y medio de largo y un codo uro puro se empleará para hacer el can- de la m o r a d a que mira al aquilón h a r á s
y medio de ancho. 1 8 H a r á s dos querubi- 31
H a r á s un candelabro de o r o puro, delabro con lodos sus utensilios. 4 0 M i r a , otros veinte tablones 2 1 y cuarenta basas
nes de o r o , d e o r o batido, a los dos ex- t o d o lo h a r á s de o r o p u r o , de o r o batido, V lia/lo conforme al modelo q u e en la de plata, dos basas para debajo de cada
tremos del propiciatorio, is> u n o al u n o , con su base, su tallo, sus cálices, sus glo- nioniiiñu se te h a mostrado. tablón. 2 2 Al lado q u e mira al occidente
otro al otro lado de él. Los dos querubi- bos y sus lirios saliendo de él. 3 2 Seis pondrás seis tablones, 2 3 y otros dos en
nes estarán a los dos extremos. 2 0 Esta- brazos saldrán de sus lados, tres del u n o L a m o r a d a o habitáculo cada u n o de los ángulos posteriores de
24
OIZ 9 Fue, pues, construido el tabernáculo y sus utensilios con los despojos de Egipto (12,34). o/j ' La m o r a d a la harás de diez cor- la m o r a d a , unidos ambos de abajo
* • " Minas de cobre para el bronce las había en la península del Sinaí, muy conocidas y explo- * < 0 linas; de hilo torzal de lino fino, arriba, de m o d o q u e cada dos vengan a
tadas por los egipcios. tenido de p ú r p u r a violeta, p ú r p u r a escar- hacer un tablón angular. 2 5 Son, pues, en-
22 Estas palabras expresan un hecho fundamentalísimo en la religión mosaica, la habitación íala y carmesí, entretejido y representan- tre todos ocho tablones 26
con sus dieciséis
de Dios en medio de su pueblo, hecha sensible en el tabernáculo y después en el templo, que la d o iiuerubines en tejido plumario. 2 Cada basas de plata. H a r á s también barras
gloria de Dios llena, al inaugurarse. Esta es la principal gloria de Israel ante las naciones: ser el t o l l i n a lendrá veintiocho codos de largo traveseras de madera de acacia,2 7 cinco
pueblo de Dios y ser Dios el Dios de este pueblo (Dt 4,7).
23
Las imágenes de la mesa y del candelabro aparecen en el arco de Tito, en Roma, entre los y ciiali'o codos de a n c h o ; todas las cor- p a r a los tablones de un lado, cinco
trofeos cogidos en Jerusalén por el vencedor. Pero, sin duda, no son las que se ordenan fabricar a tinas tendrán las mismas dimensiones. para los del otro y cinco p a r a los tablo-
Moisés, sino otras de la misma forma. J Lus unirás de cinco en cinco, y pon- 4 nes de la m o r a d a del lado, q u e cierra
115 ÉXODO 26-Z7
28
el fondo a occidente. La barra trave- violeta, púrpura escarlata y carmesí, en-
sera de en medio, que pasará por el tretejido en tejido plumario. 37 p a r a este
medio de los tablones, se extenderá a velo harás cinco columnas de madera
todo lo largo de cada pared desde el de acacia, recubiertas de oro y con cor-
uno al otro extremo. 29 Los tablones los chetes de oro, y fundirás para ellas cinco
recubrirás de oro y harás de oro los ani- basas de bronce.
llos en que han de entrar las barras tra-
veseras, 3 y éstas las recubrirás también El altar de los holocaustos
de oro. <> Toda la morada la harás con-
forme al modelo que en la montaña te O n i Harás un altar de madera de aca-
ha sido mostrado. « • cia de cinco codos de largo y cin-
co de2 ancho, cuadrado, y tres codos de
El velo de separación en la m o r a d a alto. A cada uno de sus cuatro ángu-
31
los pondrás un cuerno, que saldrá del al-
Haz también un velo de lino tor- tar, y lo revestirás de bronce. 3 Harás para
zal, de púrpura violeta, púrpura escarlata el altar un vaso para recoger las cenizas,
y carmesí, entretejido en32 tejido plumario, paleta, aspersorios, tenazas e incensario;
figurando querubines. Le colgarás de todos estos utensilios serán de bronce.
cuatro columnas de madera de acacia 4 Harás para él una rejilla de bronce en

Atrio con el altar de los holocaustos, según Nácar.


icoiliicrlas tic oro, provistas de corche- forma de malla, y a los cuatro ángulos
lea do oro, y sus cuatro basas de plata. de la rejilla pondrás cuatro anillos de
"Colgarás el velo de los corchetes, y bronce. 5 La colocarás debajo de la co-
ulll, detrás del velo, pondrás el arca del rona del 6 altar, a la mitad de la altura
Icatinionio. El velo servirá para 34separar el de éste. Harás para el altar barras de
limiir sanio del lugar santísimo. Pondrás madera 7de acacia, y las recubrirás de
«iMire el arca del testimonio el propicia- bronce. Pasarán por sus anillas y es-
torio, en el lugar santísimo. 35 La mesa tarán a ambos lados 8del altar cuando
la pondrás delante del velo, y frente a haya de transportarse. Lo harás hueco,
ln IMOHII, el candelabro. Este, del lado en tableros, como en la montaña te ha
meridional de la morada; la mesa, del sido mostrado.
ludo del norte.
El atrio
La cortina para la entrada del 9
Harás para la morada un atrio. Del
habitáculo lado del mediodía tendrá el atrio corti-
,B
lluras también para la entrada del nas de lino torzal en una extensión10
de
liuhliiiculo un velo de lino torzal, púrpura cien codos a lo largo del lado, y vein-
ÉXODO 27-28 116 117 ÉXODO 28-29
te columnas con sus basas de bronce. lata y carmesí, artísticamente entreteji- del pectoral; 24
pasarán los dos cordones de A r ó n ante Yavé, para que hallen gra-
Los corchetes de las columnas y sus ani- dos. 7 Tendrá dos hombreras para unirse de oro p o r los dos anillos fijados en los cia ante él.
llos serán de plata, n Lo mismo en el la u n a con la otra banda, dos p o r extre- extremos del pectoral; 2 S y fijarás dos
lado del norte, tendrá cortinas en u n mo, y así se unirán. 8 El cinturón que extremidades de los cordones a los en- L a t ú n i c a , la t i a r a y los c a l z o n e s
largo de cien codos, y veinte columnas llevará p a r a ceñírselo será del mismo teji- garces del pectoral y las otras dos ex- 39
La túnica la h a r á s de lino y u n a
con sus veinte basas de bronce. Los cor- d o que él, de lino torzal, oro, p ú r p u r a tremidades las unes a los engarces de tiara también de lino y un cinturón de
chetes de las columnas y sus anillos se- violeta, p ú r p u r a escarlata y carmesí. 9 T o - la parte anterior de las dos piedras de varios colores.
rán de plata. 1 2 Del lado del occidente m a dos piedras de ónice y graba en ellas los h o m b r o s del efod. 2 6 H a r á s otros dos 40
Para los hijos de A r ó n harás túnicas,
tendrá cortinas a lo largo de cincuenta los nombres de los hijos de Israel, 1 0 seis anillos de o r o , que p o n d r á s a los dos cinturones y tiaras, para gloria y orna-
codos, y diez columnas con sus diez ba- de ellos en u n a y seis en la otra, por el extremos inferiores del pectoral, en el mento. 4 1 D e estas vestiduras revestirás a
sas. 13 Del lado de oriente tendrá tam- orden de su generación. ' ' Las tallarás borde interior que se aplica al efod, 2 7 y A r ó n , tu h e r m a n o , y a sus hijos. Los
bién cincuenta codos, 1 4 y en él h a b r á como se tallan las piedras preciosas, y dos anillos de o r o , que p o n d r á s en la ungirás, les llenarás las m a n o s y los san-
cortinas, a lo largo de quince codos des- grabarás los nombres de los hijos de Is- parte superior de las h o m b r e r a s del efod, tificarás, para que m e sirvan de sacer-
de u n extremo 1 5 y quince desde el otro, rael, c o m o se graban los sellos, y las en- por delante, cerca de la unión, y p o r dotes. * 4 2 Hazles calzones de lino para
con tres columnas y tres basas en una garzarás en o r o , 1 2 y las pondrás en las encima del cinturón del efod. 2 8 Se unirá cubrir su desnudez, que lleguen desde la
parte y tres columnas y tres basas en h o m b r e r a s del efod, una en cada una, el pectoral por sus anillos a los anillos cintura hasta los muslos. 4 3 Los llevarán
la otra. 1 6 P a r a la entrada del atrio habrá para memoria de los hijos de Israel; y del efod con una cinta de jacinto, p a r a A r ó n y sus hijos cuando entren en el
un velo de veinte codos, de lino torzal así llevará A r ó n sus nombres sobre los que quede el pectoral p o r encima del tabernáculo de la reunión y cuando se
en p ú r p u r a violeta, p ú r p u r a escarlata y h o m b r o s ante Yavé, p a r a memoria. 13 H a - cinturón del efod, sin poder separarse de acerquen al altar para servir en el santua-
carmesí, entretejido en tejido plumario, rás también engarces de o r o 1 4 y dos ca- él. 2 9 Así, c u a n d o entre A r ó n en el san- rio; así n o incurrirán en falta y n o m o -
que colgará de cuatro columnas con sus denillas de o r o p u r o , a m o d o de c o r d ó n , tuario, llevará sobre su corazón los n o m - rirán. Es ley perpetua ésta p a r a A r ó n y
cuatro basas. 1 7 T o d a s las columnas que y las fijarás en los engarces. bres de los hijos de Israel en el pectoral p a r a sus descendientes después de él.
cierran el atrio tendrán corchetes de plata del juicio, en memoria perpetua ante
y basas de bronce. 1 8 Será el atrio de El pectoral Yavé. 3 0 P o n d r á s también en el pectoral La consagración d e los sacerdotes
cien codos de largo, cincuenta de ancho 15 del juicio los urim y tummim, p a r a que
de ambos lados y cinco de alto, de lino H a r á s u n pectoral del juicio artísti- OA ' H e aquí lo q u e has de hacer para
camente trabajado, del mismo tejido del estén sobre el corazón de A r ó n c u a n d o
torzal y basas de bronce. « » » consagrar los sacerdotes a mi ser-
efod, de hilo torzal de lino, o r o , p ú r p u r a se presente ante Yavé, y lleve así cons-
19
T o d o s los utensilios p a r a el servicio vicio. T o m a r á s de entre el ganado un
violeta, p ú r p u r a escarlata y carmesí. liintemente sobre su corazón ante Yavé
d e la m o r a d a , todos sus clavos y todos novillo y dos carneros, t o d o s sin m á c u l a ;
16
Será c u a d r a d o y doble, de u n p a l m o el juicio de los hijos de Israel. * 2
los clavos del atrio serán de bronce. panes ácimos, tortas ácimas, amasa-
20 M a n d a a los hijos de Israel que traigan La sobretúnica das con aceite, y frisuelos ácimos unta-
aceite de olivas molidas para alimentar 31
dos en aceite, t o d o ello hecho de flor
continuamente el candelabro. 2 1 E n el ta-
La tela de la sobretúnica del efod de harina de trigo; 3 y lo pondrás t o d o
In liarás toda enteriza de jacinto. 3 2 Ten- en u n cestillo, y lo presentarás así al
bernáculo de la reunión, del lado de acá dí á en medio u n a abertura para la cabeza,
del velo tendido delante del testimonio, tiempo de la presentación del novillo y
A r ó n y s u s h i j o s lo p r e p a r a r á n , p a r a
V osla abertura tendrá t o d o en t o r n o un de los dos carneros. 4 H a z a A r ó n y a
retuerzo, tejido como el que llevan las sus hijos avanzar a la entrada del taber-
que a r d a n de la noche a la m a ñ a n a en m í a s de 1os vestidos para que n o se r o m -
presencia de Yavé. Es ley perpetua p a r a náculo de la reunión y lávalos con agua.
|iiui. " fin la parte inferior pondrás gra- 5 Después, t o m a n d o las vestiduras, viste
los hijos de Israel de generación en ge- iiiiilnn do jacinto, de p ú r p u r a y de car-
neración. a A r ó n la túnica, la sobretúnica, el efod
me»!, allomando con campanillas de oro, y el pectoral, y cíñele el efod con el cin-
IIMIO en derredor; 3 4 u n a campanilla de turón. * Pon sobre su cabeza la tiara, y
Las vestiduras sacerdotales u n í y una granada sobre la orla de la en la tiara, la lámina de la santidad.
n o i Y tú h a z q u e se acerque A r ó n , n-Hliduní, lodo en t o r n o . 3 5 Arón se re- 7
T o m a el óleo de unciones, derrámalo
« O tu h e r m a n o , con sus hijos, de en vctilini de olla para su ministerio, para sobre su cabeza y le unges. 8 H a z que
medio de los hijos de Israel, para que que NO IIIIKII oír el sonido de las campa- se acerquen sus hijos, y les revistes las
sean mis sacerdotes: A r ó n y N a d a b , Abiú, IIIIIIIN Liiiintlo c u n e v siilgu del suntuario túnicas, 9 los ciñes con los cinturones y
Eleazar e Itamar, hijos de A r ó n . Pectoral egipcio. (Museo del Louvre.) do Ynvc, y no muera. les pones las tiaras. A ellos les corres-
2
H a r á s a A r ó n , tu h e r m a n o , vestidu- ponderá el sacerdocio por ley perpetua. T ú
de largo y u n o de ancho. " L o guarnece- La diadema consagrarás a Arón y a sus hijos. 1 0 Trae
ras sagradas, para gloria y ornamento.
3 Te servirás para ello de los hombres rás de pedrería en cuatro filas. E n la •1n l l u r a s una lámina de o r o puro, y luego el novillo ante el tabernáculo de
diestros que h a llenado el espíritu de primera fila p o n d r á s una sardónica, u n Hriihiirns en ella como se graban los se- la reunión, y Arón y sus hijos p o n d r á n
sabiduría, y ellos h a r á n las vestiduras de topacio y u n a esmeralda; 1 8 en la segun- HIIM; «Sumidad a Yavé». 3 7 La sujetarás sus m a n o s sobre la cabeza del novillo.
da, un rubí, u n zafiro y u n d i a m a n t e ; 11
A r ó n , p a r a consagrarle, y que ejerzan i u n una cinta de jacinto a la tiara por Degüella el novillo ante Yavé, a la
mi sacerdocio. 4 H e aquí lo que h a n de 19 en la tercera, un ópalo, un ágata y dolante. •"' listará sobre la frente de A r ó n , entrada del tabernáculo de la reunión;
hacer: un pectoral, un efod, una sobre- u n a amatista; 2 » y en la cuarta, u n cri- v Arón llcvuni las faltas cometidas en 12
t o m a la sangre del novillo, y con tu
túnica, u n a túnica a cuadros, u n a tiara sólito, u n ónice y un jaspe. 2 1 T o d a s estas lodo lo sanio que consagren los hijos dedo u n t a de ella los cuernos del altar,
y un ceñidor. 5 Se emplearán para ellas piedras irán engarzadas en o r o , doce en do Israol en toda suerte de santas ofren- y la derramas al pie del altar. 1 3 Coge
oro y telas tejidas en jacinto, p ú r p u r a y n ú m e r o , según el n ú m e r o de los hijos de diiN; osturá constantemente sobre la frente t o d o el sebo que cubre las entrañas, la
carmesí, y lino fino. Israel; como se graban los sellos, así se
grabará en cada u n a el n o m b r e de una '>U '" I.OH urim y los tummim eran el medio de que se servía el sumo sacerdote para consultar
de las doce tribus. 2 2 H a r á s para el pec- ~ ** u I )ion. Como vemos muchas veces, sobre todo en los libros de Samuel, se hacía la consulta
El efod
toral cadenillas de oro puro, retorcidas |iini><mi'-iiil<! una alternativa: ¿Haré esto o aquello?, y según salieran de la bolsa urim o tummim
23 MC iiuibiu In respuesta (i Sam 14,40 ss.; 2 Sam 30,8; 2,1).
6 El efod lo h a r á n de o r o e hilo torzal a m o d o de cordón, y dos anillos de 41
«Llenar lus manos» significa consagrar, porque al hacerlo les ponía en ellas los dones que
de lino, p ú r p u r a violeta, p ú r p u r a escar- oro, q u e p o n d r á s a dos de los extremos dvlijitn ofrecer.
ÉXODO 29 U9 ÉXODO 29-30

redecilla del hígado y los dos ríñones en los sacrificios eucarísticos de los hijos de
na 46
conocerán que yo, Yavé, soy su Dios, el testimonio, allí donde yo he de encon-
con el sebo que los envuelve, y lo que- Israel, la ofrenda de elevación es de Yavé. que los he sacado de la tierra de Egipto trarme contigo. ' Arón quemará en él el
mas todo en el altar. 14 La carne del no- 29
Las vestiduras sagradas que usará para habitar entre ellos, yo, Yavé, su incienso; lo quemará lodas las mañanas,
villo, la piel y los excrementos los que- Arón serán después de él las de sus hijos; Dios. al preparar las lámparas, * y entre dos
marás fuera del campamento. Este es el con ellas serán ungidos y con ellas se- luces, cuando las ponga en el candelabro.
sacrificio por el pecado. rán consagrados. 30 Siete días las lleva- El altar de los perfume» Así se quemará el incienso ante Yavé
15
Tomarás luego uno de los carneros, rá el que de sus hijos sea sacerdote en perpetuamente entre vuestros descen-
y Arón y sus hijos pondrán sus manos lugar suyo y entre en el tabernáculo de O A 1 Harás también un altar para que- dientes. 9 No ofreceréis sobre el altar
sobre la cabeza de aquél; 16 degüella el la 31reunión para ministrar en el santuario. « * " mar en él incienso. Lo harás de ningún perfume profano, ni holocausto,
carnero y riega con7 su sangre el altar Tomarás la carne del carnero de madera de acacia, 2 de un codo de largo, ni ofrendas, ni derramaréis sobre él nin-
todo en derredor. ' Descuartiza el car- inauguración y la harás cocer en lugar un codo de ancho, cuadrado, y de dos guna libación. 10 Arón hará la expiación
nero, y lavando las entrañas y las piernas, santo. 32 Arón y sus hijos comerán a la codos de alto. Sus cuernos harán un sobre los cuernos del altar, una vez por
las pones sobre los otros trozos y la cabe- entrada del tabernáculo de la reunión la año, con la sangre de la víctima expiato-
za, 18 y lo quemarás todo sobre el altar. carne del carnero y los ácimos del cesti- ria; y la expiación la hará una vez por
Es el holocausto a Yavé de suave olor; llo. 33 Comerán lo que ha servido para año, de generación en generación. Este
el sacrificio a Yavé por el fuego. su expiación, para llenarles las manos y altar es santísimo en honor de Yavé».
19
Toma luego el otro carnero, y Arón consagrarlos. No comerá de ello ningún
y sus hijos 20le pondrán sus manos sobre extraño porque son cosas santas. 34 si El rescate de la vida
la cabeza. Degüella el carnero, y to- algo queda de las carnes de la consagra-
mando su sangre, unta de ella el lóbulo ción o de los panes para el día siguiente, 12
11 Yavé habló a Moisés, diciendo:
de la oreja derecha de Arón y el lóbulo lo quemarás y no se comerá, porque es «Cuando enumeres a los hijos de Is-
de la oreja derecha de sus hijos, el pul- cosa santa. rael para hacer el censo, cada uno ofre-
gar de sus manos derechas y el pulgar 35 Cumplirás respecto de Arón y de sus
de sus pies derechos, y regarás21
de sangre hijos todo cuanto te he mandado. 36 Du-
el altar todo en derredor. Coge de la rante siete días los consagrarás, y cada
sangre que habrá sobre el altar y el óleo día ofrecerás el novillo en sacrificio por
de unción, y asperge y unge a Arón y el pecado sobre el altar, para expiación,
sus vestiduras, y a sus hijos y sus vesti- y le ungirás y le santificarás. 37 Durante
duras, y así será consagrado él y sus ves- siete días expiarás el altar y lo santifica-
tiduras, sus hijos y sus vestiduras. 22 Coge rás, y el altar será santísimo y cuanto a
el sebo del carnero, la cola, el sebo que él toque será santo.
cubre sus entrañas, la redecilla del híga-
do, los dos ríñones con el sebo que los El holocausto perpetuo Medio swlu de la época macabea. (VIGOUROUX,
envuelve y la pierna derecha, pues este 38 Bible Polyglotte.)
He aquí lo que sobre el altar ofre-
carnero es carnero de consagración. cerás: dos corderos primales cada día
23
También el cestillo de ácimos pues- perpetuamente, 38 u no por la mañana, el cera a Yavé un rescate por su vida, para
to ante Yavé;24 toma un pan, una torta y otro entre dos luces; 4 0 con el primero que no sean heridos l3de plaga alguna al
un frisuelo, y pon todo esto en las ofrecerás un décimo de harina de flor, ser empadronados». * Lo que dará cada
palmas de las manos de Arón y de sus amasado con un cuarto de hin de aceite uno de los que ha de componer el censo
hijos, y haz que las 25agiten como ofrenda de oliva machacada y una libación de será medio siclo del peso del siclo del
agitada ante Yavé. Luego los cogerás un cuarto de hin de vino. santuario, que es de veinte14 güeras: me-
41 dio siclo será el don a Yavé. Todo hom-
de sus manos y los quemarás en el altar; El segundo cordero lo ofrecerás en-
encima del holocausto, 26 en suave olor ante tre dos luces, con una ofrenda y una bre comprendido en el censo de veinte
Yavé, para ofrecérselo. Tomarás el me- libación iguales a las de la mañana, en años para arriba hará ese don a Yavé;
dio pecho del carnero de inauguración olor de suavidad; 4 2 es sacrificio por el 15 ni el rico dará más ni el pobre menos
que sería de Arón, y lo agitarás como fuego a Yavé, holocausto perpetuo en del medio siclo para pagar el don a
ofrenda agitada ante Yavé; ésa será tu vuestras generaciones, a la entrada del Yavé como rescate de vuestras vidas.
Altar de los perfumes, según Nácar,
parte. 27 Santificarás el otro medio pecho tabernáculo de la reunión, ante Yavé, allí 16 Tú recibirás de los hijos de Israel este
de agitación y la pierna de elevación, donde yo me haré presente para hablarte. rescate y lo aplicarás al servicio del ta-
que han sido agitados y elevados del car- 43 Allí me haré yo presente a los hijos cuurpo con él. 3 Lo revestirás de oro bernáculo de la reunión; será para los
nero de inauguración, lo que cede en de Israel y será consagrado por mi glo- puro por arriba, por los lados todo en hijos de Israel memoria ante Yavé en
favor de Arón y de sus hijos, y ésa28será ria. 4 4 Y o consagraré el tabernáculo de torno y los cuernos, y harás todo en rescate de sus vidas».
la parte de Arón y de sus hijos. Esa la reunión y el altar, y consagraré a derredor una moldura de oro. 4 Harás
será la parte de Arón y sus hijos por Arón y a sus hijos para que sean sacer- puní él dos anillos de oro para cada dos
ley perpetua que guardarán los hijos de dotes a mi servicio. 45 Habitaré en medio de «UN ludos y los pondrás debajo de la La pila de bronce
Israel, pues es ofrenda de elevación, y de los hijos de Israel y seré su Dios, * y moldura u ambos lados, para las 5
barras
con que pueda transportarse. Las ba- 18 17 Yavé habló a Moisés, diciendo:
OQ 4 5 Véase la declaración de esta promesa en Dt 4,7. Este capitulo nos describe muy al de- rra» sarán de madera de acacia y las re- «Haz u n pilón d e bronce con su base
^ -* talle todo el ceremonial de la consagración de los sacerdotes con la oblación del primer voiiiáa de oro, 6 Colocarás el altar de- de bronce para las abluciones. L o pon-
sacrificio. Más sencillamente, los apóstoles imponían las manos y oraban (Act 6,6; 13,3; 1 Tim 4, drás entre el tabernáculo de la reunión
14; 5,22; 2 Tim 1.6). lante dol velo que oculta el arca del tes- 9
Esta presencia de Yavé en medio de su pueblo, de que tanto habla la Ley, es de la mayor im- timonio y el propiciatorio que está sobre y el altar y pondrás agua en él, 1 de la
portancia en la religión mosaica, y recibe en los profetas y los Salmos una explicación mesiánica,
que luego completan los apóstoles con la exposición de los más altos misterios de la revelación U En creencia muy común entre los antiguos que no podían contarse las personas sin ex-
evangélica (Ex 25,8; Lev 26,12; 1 Re 8,27 ss.; jer 7,3.7; Ez 43,7.9; Zac2,íi; 8,3; Rom 8,9; 2 Cor 3,
16; 2 Tim 1,14; Ap 21,3; Jn 1,14).
30 IwmrlM a 1» muerte. El texto parece acomodarse a esta preocupación (cf. 2 Sam 24,15).
ÉXODO 30-31 120 121 ÉXODO 31-32
8
que tomarán A r ó n y sus hijos para la- monio en el tabernáculo de la reunión, profane será castigado con la muerte; el Bien pronto se han desviado del cami-
varse las manos y los píes. 2 0 C o n este donde he de encontrarme yo contigo. que en él trabaje será borrado de en medio no que les prescribí. Se han hecho un be-
agua se lavarán, para que no mueran, Será p a r a vosotros cosa santísima el per- de su pueblo. 15 Se trabajará seis días, pero cerro fundido y se hiin prosternado ante
cuando entren en el tabernáculo de la fume que hagas, 3 7 y nadie h a r á para sí el día séptimo será día de descanso com- él, diciendo: Israel, uhí Hurtes a tu Dios,
reunión, cuando se acerquen al altar para otro de la misma composición; lo mira- pleto, dedicado a Yavé. El que trabaje en el que te ha sacado de ln (ierra de Egip-
el ministerio, p a r a quemar un sacrificio a rás c o m o cosa sagrada, perteneciente a s á b a d o s e r á c a s t i g a d o c o n la m u e r t e . to». ' Y a v é dijo a Moisés: «Yn veo que
16
Yavé. 2 1 Se lavarán pies y manos, y así Yavé. 3 8 Cualquiera que haga otro seme- Los hijos de Israel guardarán el sábado este pueblo es un pueblo de cerviz dura.
10
no morirán. Esta será ley perpetua p a r a jante para aspirar su a r o m a será borra- y lo celebrarán por sus generaciones, ellos Déjame, pues, que se desfogue contra
ellos, para A r ó n y su descendencia de do de en medio de su pueblo». y sus descendientes, como alianza perpe- ellos mi cólera y los consuma. Yo (c haré
generación en generación». t u a ; 17 será entre mí y ellos una señal a ti u n a gran nación». * n Moisés implo-
perpetua, pues en seis días hizo Yavé los ró a Yavé, su Dios, y le dijo: «¿Por qué,
L o s artífices d e s t i n a d o s a la o b r a cielos y la tierra, y el séptimo día cesó ¡oh Yavé!, vas a desfogar tu cólera con-
E l ó l e o d e u n c i ó n y el t i m i a m a en su obra y descansó».
01 ' Yavé h a b l ó a Moisés, diciendo: tra tu pueblo, que sacaste de la tierra de
22
Yavé habló a Moisés, diciendo:- •* 1 2 «Sabrás que yo llamo p o r su 18
C u a n d o h u b o acabado Yavé de ha- Egipto con gran poder y brazo fuerte?
23
«Toma a r o m a s : quinientos siclos de mi- n o m b r e a Besalel, hijo de Uri, hijo de blar a Moisés en la montaña del Sinaí
rra de primera; la mitad, es decir, doscien- Jur, de la tribu de Judá. 3 Le he llenado le dio las dos tablas del testimonio, ta-
tos cincuenta siclos, de cinamomo aro- del espíritu de Dios, de sabiduría, de en- blas de piedra, escritas p o r el dedo de
Dios. *

El becerro de oro
O O ' E l pueblo, viendo que Moisés
Oít t a r d a b a en bajar de la m o n t a ñ a ,
se reunió en torno de A r ó n y le dijo:
«Anda, haznos un dios que vaya delante
de nosotros. Porque ese Moisés, ese hom-
bre que nos ha sacado de Egipto, n o sa-
bemos qué ha sido de él». 2 A r ó n les dijo:
«Coged los arillos de oro que tengan en
Utensilios en bronce de un templo egipcio. (Museo de Bevlm.j sus orejas vuestras mujeres, vuestros hi-
jos y vuestras hijas, y traédmelos». * 3 To- Danza litúrgica en torno a un árbol sagrado.
mático, y doscientos cincuenta siclos de tendimiento y de saber para toda clase dos se quitaron los arillos de oro que lle- {Biblia de Montserrat.)
caña aromática; 2 4 quinientos siclos de de obras, p a r a t o d a suerte de manufac- vaban en las orejas y se los trajeron a
casia, según el peso del siclo del santuario, turas, 4 p a r a proyectar, p a r a labrar el Arón. 4 El los recibió de sus manos, hizo 12
¿Por qué h a b r á n de poder decir los
y un hin de aceite de oliva. 2 5 Con esto oro, la plata y el bronce; 5 para tallar un molde y en él un becerro fundido, y egipcios: Para mal suyo los sacó de la
harás un aceite p a r a la unción sagrada piedras y engastarlas, p a r a tallar la m a - ellos dijeron: «Israel, ahí tienes a tu Dios, tierra de Egipto, p a r a hacerlos perecer en
y un perfume compuesto con arreglo al dera y ejecutar trabajos de toda suerte. el que te ha sacado de la tierra de Egip- las m o n t a ñ a s y p a r a exterminarlos de so-
arte de la perfumería, que será el óleo
6
Le asocio Odolías, hijo de Ajisamec, de to». 5 Al ver esto A r ó n alzó un altar ante bre la tierra? Apaga tu cólera y perdona
para la unción sagrada. 26 C o n él ungirás la tribu de D a n . H e puesto la sabiduría la imagen y c l a m ó : « M a ñ a n a habrá fiesta la iniquidad de tu pueblo. * 13 Acuérdate
el tabernáculo de la reunión, el arca del en el corazón de todos los hombres h á - en h o n o r de Yavé». * 6 Al día siguiente, de A b r a h a m , Isaac y Jacob, tus siervos,
testimonio, 2 7 la mesa, con todos sus uten- biles p a r a que ejecuten todo lo que te he levantándose de m a ñ a n a , ofrecieron h o - a los cuales, jurando p o r tu nombre, di-
silios; el candelero, con sus utensilios; el m a n d a d o hacer: 7 el tabernáculo de la locaustos y sacrificios eucarísticos, y el jiste: Y o multiplicaré vuestra descenden-
altar del incienso, 2 8 el altar de los holo- reunión, el arca del testimonio, el propi- pueblo se sentó luego a comer y beber cia c o m o las estrellas del cielo, y t o d a la
caustos, con sus utensilios, y el pilón con ciatorio de encima y todos los muebles y se levantaron para danzar. * tierra d e que os he hablado se la daré a
7
su base. 2 9 Así los consagrarán, y serán del tabernáculo; 8 la mesa con sus uten- Yavé dijo entonces a Moisés: «Ve, vuestros descendientes en eterna pose-
santísimos; cuanto los tocare será santo. silios ; el candelabro de oro con sus uten- baja, que tu pueblo, el que tú has sacado sión». I 4 Y se arrepintió Yavé del mal
30
Con él ungirás a A r ó n y a sus hijos y silios; el altar de los perfumes; 9 el altar de la tierra de Egipto, ha prevaricado. que h a b í a dicho haría a su pueblo.
los consagrarás para mi servicio como de los holocaustos con sus utensilios; la
sacerdotes. 3 1 Hablarás así a los hijos de pila con su base; 10 las vestiduras sagra- O í 18 Con el texto parece indicar la diferencia entre los diez preceptos fundamentales de la
das para A r ó n y sus hijos, para ejercer ** * Ley, promulgados por Dios tan solemnemente en el Sinaí, y las otras leyes promulgadas
Israel; ése será el óleo de la unción sagra- por Moisés con menos solemnidad.
da para mí de generación en generación. los ministerios sacerdotales; n el óleo de
32 unción y el timiama aromático para el O O 2 El texto sagrado en todo este relato muestra no poca ironía, como es muy frecuente en la
N o se derramará sobre cuerpo de hom- ^ ^ Biblia cuando de los ídolos se trata. Arón toma las joyas, las funde en un molde y sale un
bre alguno ni haréis parecido a él de la santuario. C u a n t o yo te he m a n d a d o h a - dios; luego Moisés lo redujo a polvo, lo echó en agua y se lo dio a beber al pueblo. Tal era el dios
misma composición; será cosa sagrada, cer, ellos lo h a r á n » . que Israel había adorado.
?
y como cosa sagrada lo miraréis. 3 3 Cual- Era aquélla una fiesta en honor del mismo Yavé. Esto nos da la clave para interpretar el epi-
quiera que haga otro semejante o de él sodio. El pueblo sin Moisés y sin una imagen sensible de su Dios se siente desamparado. Arón les
R e n o v a c i ó n d e la l e y d e l s á b a d o da una imagen de Yavé, y con ella ya sienten a Dios cerca de sí. Los semitas veneraban a Adad-
diere a un profano, será b o r r a d o de en K;imman, el dios de las tormentas, que representaban por el toro. Parece que aquí a su dios le asi-
12
medio de mi pueblo». Yavé habló a Moisés, diciendo: milaron a Adad, bajo la influencia de la teofanía pasada, contra el segundo precepto del Decálogo.
34 15 «Habla a los hijos de Israel y diles:
Yavé dijo a Moisés: «Toma a r o m a s : '' Los sacrificios eucarísticos o pacíficos llevaban consigo el banquete de comunión con las car-
estacte, uña aromática, gálbano e incien- N o dejéis de guardar mis sábados, por- nt'N de las víctimas sacrificadas. Las danzas tenían un carácter religioso y ritual, como están en uso
so purísimo. Aromas e incienso entrarán que el sábado es entre mí y vosotros u n a loduvía
1
hoy en algunos pueblos de España. Este verso se lee a la letra en Dt 9,13.
por cantidades iguales, 3 5 y harás con ellos señal para vuestras generaciones, p a r a 1
" Dios se siente cohibido por la oración de Moisés y le pide licencia para obrar con plena libertad
que sepáis que soy yo, Yavé, el que os ^ Se diría, hablando a lo humano, que Moisés quiere excitar el amor propio de Yavé para mo-
el timiama, compuesto según el arte de verle 11 perdonar al pueblo. En los profetas Dios enuncia la misma razón, aunque expresada en otro
perfumería, salado, p u r o , santo. 3 6 Lo pul- santifico. I 4 Guardaréis el sábado, por- millo, para justificar su cambio de conducta en favor del Israel cautivo; el celo por el honor de su
verizarás y lo p o n d r á s delante del testi- que es cosa santa p a r a vosotros. El que lo nombre (I» 9,7; 37,72; Zac 8,2).
ÉXODO 32-33 122 123 ÉXODO 33-34
3
1 Volvióse Moisés y bajó de la mon- haciéndole objeto de burla para sus ad- ya nadie se vistió sus galas. ' Entonces lugar, 1' pues ¿en qué vatnis % conocer
taña, llevando en sus manos las dos ta- versarios, * 2* se puso a la entrada del dijo Yavé a Moisés: «Di a los hijos de yo y tu pueblo que hemos hallado gra-
blas del testimonio, que estaban escritas campamento y gritó: «¡A mí los de Ya- Israel: Sois un pueblo de dura cerviz; si cia a tus ojos sino en que marches con
de ambos lados, por una y otra cara. vé!» Y todos los hijos de Leví se reunie- un solo instante subiera con vosotros, os nosotros, y nos gloriemos yo y tu pueblo
16
Eran obra de Dios, lo mismo que la ron en torno de él. 27 El les dijo: «Así ha- aniquilaría. Depon, pues, tu* galas, y ya entre todos los pueblos que habiían so-
escritura grabada sobre las tablas. bla Yavé, Dios de Israel: Cíñase cada uno sabré yo lo que he de hacer». * * Los hi- bre la tierra?» " D i j o Yavé a Moisés:
17
Josué oyó el ruido que el pueblo ha- su espada sobre su muslo, pasad y re- jos de Israel se despojaron de sus galas a «También a eso que me pides accedo,
cía lanzando gritos, y dijo a Moisés: «En pasad el campamento de la una a la otra partir del monte Horeb. pues has hallado gracia a mis ojos, y te
7
el campamento resuena ruido de batalla». puerta y mate cada uno a su hermano, Moisés cogía la tienda y la ponía fue- conozco por tu nombre. Yo mismo iré
18
Moisés respondió: «No son gritos de a su amigo, a su deudo». 28 Hicieron los ra del campamento, a alguna distancia; delante de ti y te guiaré». 1S Moisés le
victoria ni gritos de derrota; voces de al- hijos de Leví lo que mandaba Moisés, y le dio el nombre de tienda de reunión, dijo: «Muéstrame tu gloria», 19 y Yavé
gazara son las que oigo». 19 Cuando estu- perecieron aquel día unos tres mil del y todo el que buscaba a Yavé iba a la respondió: «Yo haré pasar ante ti toda
vo cerca del campamento, vio el becerro pueblo. 29 Moisés les dijo: «Hoy os ha- tienda de reunión, que estaba fuera del mi bondad y pronunciaré ante ti mi nom-
y las danzas; y encendido en cólera, tiró béis consagrado a Yavé, y haciéndole campamento. * > Cuando Moisés se di- bre, Yavé, pues yo hago gracia a quien
las tablas y las rompió al pie de la mon- cada uno oblación del hijo y del hermano; rigía a la tienda, se levantaba el pueblo hago gracia y tengo misericordia de quien
taña. 20 Cogió el becerro que habían hecho por ello recibiréis hoy bendición». * todo, estándose todos a la puerta de sus tengo misericordia; pero mi faz no po-
y lo quemó, desmenuzándolo hasta redu- tiendas, y seguían con sus ojos a Moisés, drás verla, porque no puede verla hom-
Intercesión de Moisés p o r el pueblo hasta que éste entraba en la tienda. 9 Una bre y vivir».*2oy añadió: «Hay aquí un
vez que entraba en ella Moisés, bajaba lugar cerca de mí; tú te pondrás sobre la
30
Al día siguiente dijo Moisés al pue- la columna de nube, y se paraba a la roca. 2 l Cuando pase mi gloria, yo te pon-
blo: «Habéis cometido un gran pecado. entrada de la tienda, y Yavé hablaba dré en la hendidura de la roca * 22 2y3 te cu-
Yo ahora voy a subir a Yavé, a ver si os con Moisés. i° Todo el pueblo, al ver la briré con mi mano mientras paso; luego
alcanzo el perdón». * 31 Volvióse Moisés columna de nube parada ante la entrada retiraré mi mano, y me verás las espaldas,
a Yavé y le dijo: «¡Oh, este pueblo ha de la tienda, se alzaba, y se lprosternaba pero mi faz no la verás».
cometido un gran 32pecado! Se han hecho a la entrada de sus tiendas. l Yavé ha-
un dios de oro. Pero perdónales su blaba a Moisés cara a cara, como habla Moisés d e nuevo en la cima del Sinai
pecado, o bórrame de tu libro, del que un hombre a su amigo. Luego volvía Moi-
tú tienes escrito». 33 Yavé dijo a Moisés: sés al campamento, pero su ministro, el o A 1 Yavé dijo a Moisés: «Haz dos
«Al que ha pecado contra mí es al que joven Josué, hijo de Nun, no ge apartaba w f ! tablas de piedra como las prime-
borraré de mi libro. 3* Ve ahora y conduce de la tienda. * ras y escribiré en ellas lo2 que tenían las
al pueblo a donde yo te he dicho. Mi án- i 2 Moisés dijo a Yavé: «Tú me dices: primeras que rompiste, * y está pronto
gel marchará delante de ti, pero cuando Haz subir a este pueblo, pero no me das para mañana subir temprano y presen-
llegue el día de mi visitación, yo los casti- n saber a quién mandarás conmigo, a 3tarte a mí en la cumbre de la montaña.
Júpiter Doliqueno, asimilado a Hadad Ramman, garé por su pecado». 35 y castigó Yavé pesar de que me has dicho: Te conozco Que no suba nadie contigo, ni parezca
v
el Júpiter Tañante de los semitas. al pueblo por el becerro de oro que les por tu nombre y has hallado gracia a mis nadie en ninguna parte de la montaña,
habia hecho Arón. ojos. * 13 Si, pues, en verdad he hallado ni oveja 4
ni buey paste junto a la monta-
cirio a polvo, q u e mezcló con agua, h a - gracia a tus ojos, dame a conocer el ca- ña». Moisés talló dos piedras como las
ciéndosela beber a los hijos de Israel. O r d e n d e partida mino, para que yo, conociéndolo, vea que dos primeras, y, levantándose muy tem-
21
Moisés dijo a A r ó n : «¿Qué te ha he- he hallado gracia a tus ojos. Considera prano, subió a la montaña del Sinaí, como
cho este pueblo para que tú hayas echado O O J Habló Yavé a Moisés y le dijo: • 111 c este pueblo es tu pueblo». , 4 Yavé le se lo había mandado Yavé, llevando en
sobre él tan gran pecado?» 2 2 Arón res- •*«* «Anda, subid ya de aquí, tú y el loupondió: «Iré yo mismo contigo y te sus5 manos las dos tablas de piedra.
p o n d i ó : «Que n o se encienda la cólera pueblo que has sacado de Egipto, e id •Inrc descanso». 15 Moisés añadió: «Si no Yavé descendió en la nube, y ponién-
de mi señor. T ú mismo sabes cuan incli- hacia la tierra que con juramento prome- vienes tú delante, no nos saques de este dose (Moisés) allí junto a El, invocó el
n a d o al mal es este pueblo. 2 3 M e dije- tí yo a Abraham, a Isaac y Jacob, di- 3
r o n : Haznos un dios q u e marche delante ciendo : A tu descendencia se la daré. * 7
Las postreras palabras del v.5 hacen presagiar el castigo impuesto en Númi4,24-38.
2 r.Nle tnisludo de la tienda sagrada, que hasta ahora no conocíamos, parece indicar una laguna
de nosotros, porque ese Moisés, ese h o m - Yo mandaré delante de ti un ángel entre hm vv.fi y 7.
bre que nos sacó de la tierra de Egipto, que arrojará al cananeo, al amorreo, al 1
' No en esta tienda IR de Moisés, es más bien una tienda sagrada, como un templo móvil, en
no sabemos q u é ha sido de él. 2 4 Y o les jeteo, al fereceo, al jeveo y al jebuseo. la cusí Dio* se cnimtnicRlxi con fu profeta. Moisés la pone al cuidado de su ayudante Josué. Los
3
dije: Que los que tienen o r o se despojen Sube a la tierra que mana leche y miel, W.K-11 no miran sólo a este CUSÍ), sino a lo que de ordinario hacía Dios con su profeta.
12
de él. M e lo dieron, lo eché al fuego, y pero ya no subiré en medio de ti, porque Comienza Moisés pidiendo que Yavé mismo sea quien guíe al pueblo, y Yavé se lo concede
de él salió ese becerro». eres un pueblo de dura cerviz, no sea que en gracia a Moisés. Esto da aliento al profeta para seguir pidiendo, y le pide que le muestre su glo-
ria. Dios también accede, añadiendo que le mostrará su bondad, que le dará a conocer su nombre,
25
Moisés, viendo que el pueblo estaba te destruya en el camino». 4 Al oir estas pero se niega a mostrarle su cara, porque no es posibleal hombre contemplarla sin morir.
sin freno, pues se lo había quitado Arón, duras palabras, el pueblo se acongojó y ,u
Las palabras del v.19 «pues hago gracia», etc., están llenas de misterio. Quieren decir que
25 Dios no hace gracia alguna sino por el amor de sí mismo, por su ingénita bondad y misericordia.
29
Para celebrar la fiesta habían dejado las pocas armas que tuvieran. Han Pablo trae este texto para explicarnos el misterio de nuestra predestinación, que no tiene razón
La tribu de Leví, con este acto de celo por la causa del culto de Yavé y este acto de justicia r» U« méritos del hombre, sino en la bondad de Dios (Rom 8,15). Esta idea la repiten en otra forma
(Ex 20,4; Lev 26,1; Dt 4,15: 27,15), se ha merecido la dignidad del sacerdocio como Finés el ponti- lo» profetas cuando, anunciando la vuelta de Israel del destierro y su restauración en la patria, insis-
ficado
30
(Núm 25,nss.). ten en que no por los méritos del pueblo, sino por el nombre de Yavé, por su misericordia, hará el
Moisés no sólo es el caudillo de Israel: es su intercesor ante Dios en todas las prevaricaciones Menor crta grande obra (Is 37,32; 48,9: Jer 14,7; Ez 20,14.22; 36,21 ss.). Los LXX leen, en vez de
del pueblo. Como después San Pablo (Rom 9,3), ofrece su vida por alcanzar la gracia para Israel. La •lotlu mi bondad», «mi gloria», conforme a los w.18 y 21.
respuesta de Dios no es clara. Si por una parte parece acceder a la súplica de su profeta, por otra 71
Discurso muy humano para expresar cosa tan divina acerca de Yavé, como el dejarse ver de
parece reservar su justicia para más adelante. Moisés sin permitirle ver la cara. Santo Tomás pone a Moisés a la cabeza de los profetas por las
O O 1 El tono del texto es irónico. Dios, conforme a 32,34, manda a Moisés que saque a su pue- UIIÍIH revelaciones que recibió sobre la naturaleza de Dios, y es en estos capítulos donde esto se deja
" " blo: el de él, el de Moisés. Un ángel los acompañará. Yavé no quiere ir, porque se vería obli- ver mejor (Suma Teol., 2-2 q.t74 a.4).
gado a aniquilarlo. La repetición de lo de no vestirse las galas parece suponer alguna incorrección •i* I Moisés antes habia recibido de Yavé las tablas; ahora debe prepararlas él; pero el Señor
del texto. La supresión de ellas desde Horeb parece una señal de penitencia o duelo por el pecado « * * ln» escribirá (34,28 y Dt 10.a).
del becerro de oro.
ÉXODO 34 124 125 ÉXODO 34-35
nombre de Yavé, * y mientras pasaba Ya- jas, al prostituirse ante sus dioses, arras- con Yavé. * 30
A r ó n y todos los hijos de la cortina de la puerta de entrada al ha-
vé delante de él, exclamó: «¡Yavé, Yavé!, tren a tus hijos a prostituirse también Israel, al ver cómo resplandecía la faz bitáculo; 1 6 e l altar de los holocaustos,
Dios misericordioso y clemente, tardo a ellos ante sus dioses. de Moisés, tuvieron miedo de acercarse su rejilla de bronce, sus barras y todos
la ira, rico en misericordia y fiel, * 7 que 17
N o te harás dioses de metal fundido. a él. 3 1 Llamólos Moisés, y A r ó n y los sus utensilios; la pila y su base; 1 7 l a s
18
mantiene su gracia por mil generaciones G u a r d a r á s la fiesta de los ácimos, jefes de la asamblea volvieron y se acer- cortinas del atrio, sus columnas, sus ba-
y perdona la iniquidad, la rebelión y el pe- durante siete días comerás p a n ácimo, caron, y él les habló. 3 2 Acercáronse luego sas y la cortina para la puerta del atrio;
cado, pero n o los deja impunes, y castiga como te lo he m a n d a d o , en el tiempo se- 18
todos los hijos de Israel, y él les comunicó los clavos del habitáculo y del atrio y
la iniquidad de los padres en los hijos has- ñalado, en el mes de Abib, pues en este t o d o lo que le había m a n d a d o Yavé en sus c u e r d a s ; 1 9 las vestiduras sagradas pa-
ta la tercera y cuarta generación». 8 Moi- mes saliste de Egipto. la m o n t a ñ a del Sinaí. 3 3 C u a n d o Moisés ra el servicio del santuario, las vesl¡duras
19
sés se echó en seguida a tierra, y proster- T o d o primogénito es mío. Y todo pri- h u b o a c a b a d o de hablar, se puso u n velo sagradas para el sacerdote A r ó n , y las
nándose, ' dijo: «Señor, si he hallado gra- mogénito macho de los bueyes y de ovejas, sobre el rostro. 3 4 Al entrar Moisés ante vestiduras de sus hijos p a r a los ministe-
cia a tus ojos, dígnate, Señor, marchar en mío es. 2 0 El primogénito del asno lo redi- Yavé para hablar con él, se quitaba el rios sacerdotales».
medio de nosotros, porque este pueblo es mirás con u n a oveja, y si no redimes a pre- velo hasta que salía; después salía para 20
U n a vez que la asamblea de Israel
de dura cerviz; perdona nuestras iniqui- cio, le desnucarás. Redimirás al primo- decir a los hijos de Israel lo q u e se le salió de la presencia de Moisés, vinieron
dades y nuestros pecados y t ó m a n o s por génito de tus hijos, y n o te presentarás ante había m a n d a d o . 3S Los hijos de Israel
heredad tuya». * 10 Yavé respondió: «Mi- mí con las m a n o s vacías. veían la radiante faz de Moisés, y Moisés
21
ra, voy a pactar alianza. Yo haré ante Seis días trabajarás; el séptimo des- volvía después a cubrir su rostro con el
cansarás; n o ararás en él ni recolectarás. velo hasta que entraba de nuevo a ha-
22
Celebrarás la fiesta de las semanas, blar con Yavé.
la de las primicias de la recolección del
trigo y la solemnidad de la recolección al Ofrendas p a r a la c o n s t r u c c i ó n del
fin del año. tabernáculo
23
Tres veces al aflo se prosternarán ante
el Señor, Yavé, Dios de Israel, todos los o C ' Convocó Moisés la asamblea de
varones; 2 4 p u e s yo arrojaré de ante ti «5O t o d o Israel y les dijo: «He aquí
a las gentes y dilataré tus fronteras, y na- 10 q u e Yavé h a m a n d a d o hacer: * 2 Seis
die insidiará tu tierra mientras subas p a r a días trabajaréis, pero el séptimo será
Telar egipcio, (Sepulcros de Beni-Hassan.)
presentarte ante Yavé, tu Dios, tres ve- para vosotros santo, día de descanso,
ces al año. consagrado a Yavé. El q u e en ese día
25 haga u n trabajo cualquiera, será casti-
todo tu pueblo prodigios cuales n o se N o asociarás a pan fermentado la
han hecho jamás en ninguna tierra ni en sangre de la víctima, y el sacrificio de la gado con la muerte. 3 El sábado n o en-
ninguna nación, p a r a que el pueblo que fiesta de la Pascua n o lo guardarás du- cenderéis la lumbre en ninguna de vues-
te rodea vea la obra de Yavé, porque he rante la noche hasta el siguiente día. tras moradas». 4 Moisés habló a toda la
de hacer cosas terribles. * n Atiende bien 26
Llevarás a la casa de Yavé, tu Dios, asamblea de los hijos de Israel, y les dijo:
a lo que te m a n d o hoy: Yo arrojaré de las primicias de los frutos de tu suelo. «He aquí lo que h a m a n d a d o Y a v é :
5
ante ti al amorreo, al cananeo, al jeteo, N o cocerás u n cabrito en la leche de su T o m a d de vuestros bienes, p a r a hacer
al fereceo, al jeveo y al jebuseo. 1 2 G u á r - madre». ofrenda a Yavé. Ofrezcan todos volunta-
date de pactar con los habitantes de la 27
Yavé dijo a Moisés: «Escribe estas riamente u n a ofrenda de oro, plata, bron- Fundición egipcia. (Tebas.)
tierra contra la cual vas, pues sería para palabras, según las cuales hago alianza ce, 6 jacinto, p ú r p u r a , carmesí, lino, pelo
vosotros la ruina. 1 3 Derribad sus altares, contigo y con Israel». de cabra, 7 pieles de tejón teñidas de t o d o s los de corazón generoso 2 1 y t o -
romped sus cipos y destrozad sus ase- 28
Estuvo Moisés allí cuarenta días y rojo y pieles de carnero teñidas de jacinto, dos aquellos a quienes impulsaba su
ras. * I 4 N o adores otro Dios que a mí, cuarenta noches, sin comer y sin beber, madera de acacia, 8 aceite p a r a el candela- á n i m o a ofrecer dones a Yavé para la
porque Yavé se llama celoso, es un Dios y escribió Yavé en las tablas los diez bro, aromas p a r a el óleo de unción y p a r a o b r a del tabernáculo del testimonio y
celoso. ' 3 N o pactes con los habitantes de Mandamientos de la Ley. 2 9 C u a n d o bajó el timiama, 9 piedras de ónice y piedras de t o d o c u a n t o para el culto y las vestidu-
esa tierra, n o sea que al prostituirse ellos Moisés de la m o n t a ñ a del Sinaí traía en engaste para el efod y el p e c t o r a l . 1 0 C u a n - ras sagradas era necesario. 2 2 Vinieron
ante sus dioses, ofreciéndoles sacrificios, sus m a n o s las dos tablas del testimonio, tos de vosotros seáis hábiles, vengan p a r a h o m b r e s y mujeres, y todos los de ánimo
te inviten, y comas de sus sacrificios, 16 y y no sabía que su faz se había hecho ra- ejecutar todo lo que Yavé ha m a n d a d o : dispuesto ofrecieron pendientes, arillos,
tomes a sus hijas para tus hijos, y sus hi- diante desde que había estado h a b l a n d o 11 el habitáculo, con su tabernáculo, su anillos, cadenas, brazaletes y t o d a suerte
cubierta, sus anillos, sus tablones, sus de objetos de o r o , presentando cada u n o
6
En cumplimiento de lo dicho en 33,ioss., Yavé pasa por delante de Moisés, y al pasar pronun- Iravesaños, sus columnas y sus b a s a s ; la ofrenda de o r o q u e dedicaba a Yavé.
23
cia su nombre y lo explica por estos atributos: la bondad, la clemencia y misericordia eterna de Dios, 12 el arca y sus b a r r a s ; el propiciatorio C u a n t o s tenían jacinto, p ú r p u r a , car-
y la justicia en castigar los pecados. Yavé, pues, revela su nombre en su providencia, que viene a y el velo de separación; 13 la mesa, con mesí, lino, pelo de cabra y pieles de
ser el ejercicio de estos dos atributos suyos: Quoniam in aeternum misericordiae eius. No cabe la menor MIS barras y los panes de la proposición; carnero teñidas de rojo y pieles de te-
duda de que este pasaje es la declaración de 3,14, y que, por consiguiente, el nombre divino de Yavé, >4cl candelabro, con sus utensilios, sus jón, las trajeron. 2 4 Los que tenían plata
en su sentido histórico literal, significa la presencia de Dios en medio de su pueblo y su asistencia o bronce se lo trajeron a Yavé. L o mis-
continua para ejercer la justicia si el pueblo obra mal, y la misericordia, si se mantiene fiel a Dios líimparas y el aceite p a r a el c a n d e l a b r o ;
(cf. Núm 14,17 ss.). Si Santo Tomás dice que en las palabras de San Pablo: Quod inquirentibus se remu- l ' o l altar del timiama y sus b a r r a s ; el m o hicieron los q u e tenían m a d e r a de
nerator sit, se halla encerrada toda la obra de la divina Providencia en orden a la salvación de los Aleo de unción y el timiama a r o m á t i c o ; acacia p a r a los objetos destinados a l
hombres, no menos podemos decir del nombre de Yavé, interpretado en la forma en que aquí lo
hace Dios mismo. « La significación de este fenómeno es manifiesta. Moisés habla permanecido cuarenta días
9
Moisés, a) oír las palabras en que Yavé declara su nombre, se postra en señal de adoración; tu In montaña envuelto en la gloria de Dios, hablando con él. Era muy natural que se le pegase algo
luego, renueva las súplicas de antes, animado por la misma revelación de Dios. de rnu uluiiu. El pueblo no puede mirarle, porque no tiene los ojos sanos para ver la gloria del Señor.
10
Esta alianza no es otra que la del capítulo 24, cuyas condiciones se repiten en forma más Aun atenuada en Moisés, necesita velarse. Según San Pablo, Israel, enfermo por sus sentimientos
breve, aunque insistiendo más en la destrucción de los cultos cananeos y en evitar las alianzas con t mnitlrN, no es capaz de entender los misterios del reino de Dios o de Cristo al desnudo. Sólo puede
ellos.
13
No|HirlitrtnN envueltos en las formas materiales de la Ley mosaica (2 Cor 3,13).
Grupos de troncos de árboles, con el arranque de algunas ramas, que simbolizaban un bosque, •J te 1 líl autor sagrado muestra empeño en poner de relieve la devoción del pueblo por el ta-
símbolo a su vez de Astarté, diosa de la fecundidad (cf. el grabado de 1 Re 13). * ' * ' btsmaculo. Igual que en 1 Par 29,6 ss., se pondera su concurso para edificar el templo.
ÉXODO 35-36 136 127 ÉXODO 36-3?
25
culto. Todas las mujeres que tenían O l í ' Besalel, Oliab y todos los hom- tinas en un conjunto y cinco en otro. , zados en un artístico tejido. 3« Se hicie-
habilidad para ello hilaron con sus ma- * * " bres hábiles, en cuyo corazón ha- 11
Se pusieron los lazos de jacinto al ron para él cuatro columnas de madera
nos lino, y trajeron su labor, el26jacinto, bía puesto Yavé inteligencia y se sentían borde de la cortina que terminaba el pri- de acacia revestida de oro, con garfios
la púrpura, el carmesí y el lino. Todas impulsados en su corazón para trabajar mer conjunto, y lo mismo se hizo al de oro, y se fundieron para ellas cuatro
las mujeres bien dispuestas y que tenían en esta obra, hicieron lo destinado al borde de la última cortina del segundo. basas de plata.
habilidad para ello hilaron pelo de ca- servicio del santuario como Dios se lo 12 Cincuenta lazos para la primera cor- 37
Se hizo para la entradu del taber-«
bra. 27 Los principales del pueblo traje- había mandado a Moisés. 2 Llamó Moi- tina y otros cincuenta para el borde de náculo un velo de jacinto, púrpura, car-
ron piedras de ónice y piedras28de engaste sés a Besalel y Oliab y a todos los hom- la última del segundo conjunto; corres- mesí e 38hilo torzal, en tejido de vario
para el efod y el pectoral; aromas y bres hábiles a quienes había dado Yavé pondiéndose los lazos unos con otros. dibujo. Se hicieron para este velo cin-
aceite para el candelabro, para el óleo de entendimiento y corazón dispuesto a po- 13 Se hicieron cincuenta garfios de oro, co columnas con sus garfios, revistiendo
unción y para el timiama. 29 Todos los nerse a la obra para realizarla, 3 y ellos con los que se unían unas a otras las cor- de oro los capiteles y los anillos, siendo
hijos de Israel, hombres y mujeres, de tomaron de Moisés los dones que los tinas, de modo 14que el habitáculo hiciera de bronce las cinco basas.
corazón bien dispuesto para contribuir hijos de Israel habían traído para ejecu- un solo todo. Se hicieron los tapices
a la obra que Yavé había mandado ha- tar las obras destinadas al servicio del de pelo de cabra, para servir de taber-
cer a Moisés, trajeron a Yavé ofrendas santuario, y cada mañana seguía el pue- náculo sobre el habitáculo; lacada uno El arca y la mesa d e los panes
voluntarias. blo trayendo a Moisés sus voluntarias de treinta codos de largo y cuatro16 de O "7 x Besalel hizo el arca de madera
ofrendas. 4 Pero un día los que hacían ancho; todos de la misma medida. Se *» • de acacia, de dos codos y medio
Los artistas las obras para el santuario dejaron el unieron estos tapices, cinco en una par- de largo y uno y medio de ancho y uno
trabajo 5 y vinieron a decir a Moisés: te y seis en otra. 17 Se pusieron cincuenta y medio de alto. 2 La revistió de oro puro
*• Moisés dijo a los hijos de Israel: «El pueblo trae bastante más de lo que lazos en el borde de la cortina que ter- por dentro y por fuera e hizo en ella
«Sabed que Yavé ha elegido a Besalel, se necesita para hacer lo que el Señor minaba una parte y cincuenta en el bor- una moldura todo en derredor. 3 Fundió
de de la que terminaba la otra, ' 8 y para ella cuatro anillos de oro, ponién-
cincuenta garfios de bronce para unir dolos a sus pies, dos a un lado y dos al
las cortinas, de modo que formasen un otro. 4 Hizo las barras de acacia, y las
todo. 19 Se hizo para el tabernáculo una revistió de oro, 5 y pasó las barras por
cubierta de pieles de tejón teñidas de los anillos de los lados para poder lle-
rojo, y encima otra de pieles de carnero varla. 6 Hizo el propiciatorio de oro puro,
teñidas de jacinto. de dos codos y medio de largo y codo
10
Hiciéronse los tablones para el ha- y medio de ancho; 7 y los dos querubi-
bitáculo; eran de21madera de acacia, para nes de oro, de oro batido, haciendo un
ponerse de pie: cada uno de diez co- cuerpo con los dos extremos del propi-
dos de largo y codo y medio de ancho. ciatorio ; 8 y los dos querubines salían
22
Cada tablón tenía dos espigas, cerca del propiciatorio mismo en sus dos ex-
una de otra, y así se hicieron todos los tremos ; 9 tenían las alas desplegadas ha-
tablones del habitáculo. 23 Se hicieron cia lo alto y cubrían con ellas el propi-
veinte tablones para el habitáculo para ciatorio, de cara el uno al otro y con el
el costado del mediodía, a la derecha. rostro vuelto hacia el propiciatorio. 10 Hi-
24
Se pusieron las cuarenta basas de pla- zo la mesa de madera de acacia, de dos
ta debajo de los veinte tablones, dos para codos y medio de largo, un codo de an-
cada una, para sus dos espigas. 25 Para cho y codo y medio de alto. ll La revistió
el segundo costado, el del norte, se hi- de oro puro e hizo la moldura todo en
cieron otros veinte tablones 26 con sus derredor. 12 Hizo el reborde de oro, de
cuarenta basas27de plata, dos para debajo un codo de alto, y en él una moldura
de cada uno. Se hicieron seis tablones de oro, todo en derredor. 13 Fundió para
Taller de carpintería lo. (Biblia de Montserrat.) para el fondo del habitáculo, al lado de la mesa cuatro anillos de oro y los puso
occidente, 28 y dos para los ángulos del a los cuatro pies de ella. 14 Los anillos
habitáculo en el fondo: 2 ' e r a n dobles estaban cerca del reborde y servían para
hijo de Uri, hijo de Jur, de la tribu de ha mandado»; 6 y Moisés hizo publicar desde la basa hasta arriba, junto al pri- recibir las barras con que transportarla.
Judá. 31 El le ha llenado del espíritu de en el campamento que ninguno, hombre mer anillo; así se hicieron estos tablones 15 Hizo las barras de acacia y las revistió
Dios, de sabiduría, de entendimiento y ni mujer, trajera ya más dones para el pura los dos ángulos. 30 Había, pues, ocho de oro; servían para llevarla mesa. ^ H i -
de saber para toda suerte de obras, 32 para santuario, y se impidió al pueblo traer tablones31con dieciséis basas, dos bajo cada zo todos los utensilios de la mesa, sus
proyectar, para trabajar el oro, la plata más. 7 Lo reunido bastaba y sobraba para Inhlón. Se hicieron cinco travesanos de platos, sus cazoletas, sus copas y sus
y el bronce 33 para grabar piedras y en- todo lo que había de hacerse. unidora de acacia para los32tablones de tazas para las libaciones, todo de oro
gastarlas, para tallar la madera y hacer un costado del habitáculo, cinco para puro.
toda clase de obras de arte. 34 El ha luí del o(ro costado y cinco para los del
Construcción del tabernáculo Cundo del lado de occidente. 33 El trave-
puesto en su corazón el don de ense-
ñanza, así como en el de Oliab, hijo de 8 Los hombres hábiles, de los que tra- uino ile en medio se extendía a todo lo
Ini'iio de 4los tablones del uno al otro ex- El candelabro y el altar de o r o
Ajisamec, de la tribu de Dan. 35 Los ha bajaban en la obra, hicieron el habitácu-
llenado de inteligencia para ejecutar toda lo de diez cortinas de hilo torzal, de lino, tremo. ' Se revistieron de oro los ta- 17
Hizo de oro puro el candelabro, con
obra de escultura de arte, para tejer en jacinto, púrpura y carmesí, con querubi- blones, y se hicieron de oro los anillos su pie y su tallo de oro batido; sus cálices,
diversos dibujos el jacinto, la púrpura, el nes, en un artístico tejido. ' El largo de pin Junde pasaban las barras traveseras,
carmesí y el lino; para ejecutar toda c»áa cortina era de veintiocho codos, y y na icvi*iioron éstas de oro. 35 Se hizo sus globos 18
y sus lirios hacían un cuerpo
suerte de trabajos y para proyectar com- el ancho, de cuatro, todas de las mismas el voló ilc jacinto, púrpura, carmesí e con él. De su tallo salían seis 19
brazos,
binaciones. medidas. >» Uniéronse cinco de estas cor- I|J< > Je lino torzal, con querubines tra- tres de un lado y tres de otro. Tenía en
el primer brazo tres cálices de flor de al»
138
129 ÉXODO 38-39
ÉXODO 37-38
botón q u e se abre, todos sus utensilios, los vasos p a r a la 20
p l a t a . T o d o s los clavos p a r a el habitácu- jacinto, p ú r p u r a y carmesí. « T a l l ó d o s
mendro figurando u n „ , ceniza, las palas, las bandejas, los tenedo- lo y el recinto del atrio eran d e bronce. piedras d e ónice, encerradas en d o s cáp-
y otros tres de la misma forma en el se- res y los braseros. Todos estos utensilios
gundo brazo, y lo mismo en todos los eran de bronce. 4 Hizo para el altar u n a sulas de o r o , p a r a el engaste, y c o n los
seis brazos q u e salían del candelabro. rejilla de bronce, a m o d o d e malla, y la nombres d e los hijos de Israel, grabados
20 Sumas según el arte de los grabadores de sellos,
E n el tallo del candelabro había otros colocó debajo de la cornisa del altar, h a - 7
cálices de flor de almendro figu- cia la mitad de él, p o r debajo. 5 F u n d i ó 2 y las puso a las hombreras del efod, para
cuatro i H e aquí el c ó m p u t o d e lo empleado memoria de los hijos de Israel, como a
• • - « 51 o í rvri
' r a n d o u n botón que »c »u.~, cuatro anillos para las cuatro puntas de p a r a el habitáculo; el habitáculo del tes- Moisés se lo m a n d ó Yavé. 8 Se hizo el pec-
en el arranque de los dos primeros brazos, la rejilla de bronce, para recibir las b a - timonio, hecho p o r los levitas, de orden toral, artísticamente trabajado, del mismo
el segundo en el de los dos siguientes, y rras. 6 Hizo las barras d e madera d e aca- de Moisés y bajo la dirección de Itamar, tejido del efod, o r o , jacinto, púrpura y
o t r o en el arranque d e los dos últimos. cia y las revistió de bronce, 7 y pasó las hijo del sacerdote A r ó n . 2 2 Besalel, hijo carmesí, en hilo torzal de lino. 9 Era cua-
22
Los brazos y sus cálices hacían t o d o u n barras p o r los anillos a los d o s lados del de Uri, hijo d e Jur, de la tribu de Judá, drado y doble, de un palmo de largo y u n o
cuerpo con el candelabro, y todo él era altar, para transportarlo. L o hizo hueco, hizo cuanto Yavé había m a n d a d o a M o i - de ancho doble, lo Se le guarneció de cua-
u n a sola masa de o r o puro. 2i Hizo siete en tableros. 8 Hizo el pilón de bronce, con sés, 23 teniendo por ayudante a Oliab, hijo tro filas de piedras; en la primera fila, u n a
lámparas con sus despabiladeras y su su base d e bronce, con los espejos de de Ajisamec, de la tribu de D a n , hábil sardónice, u n topacio y u n a esmeralda;
las mujeres q u e velaban a la entrada del escultor, dibujante, p a r a tejido en varios 11 en la segunda, u n rubí, u n zafiro y u n
tabernáculo de la reunión. dibujos en jacinto, p ú r p u r a y carmesí, d e diamante; í 2 e n la tercera, u n ópalo, u n
9
Hizo el atrio. Las cortinas del atrio lino t o r z a l . 2 4 El total del o r o empleado en ágata y u n a amatista; 13 y en la cuarta,
para el lado del mediodía, a la derecha, la o b r a del santuario, producto de las un crisólito, u n a ónice y u n jaspe. I 4 Las
eran de lino torzal y de cien codos d e lar- ofrendas, veintinueve talentos con sete- piedras estaban engastadas en cápsulas de
go. 1 0 H a b í a veinte columnas con sus vein- cientos treinta siclos, al peso del siclo del oro y correspondían a los nombres de los
te basas de bronce. Los garfios de las santuario. 2 S L a plata de los de la asam- hijos de Israel, las doce según sus n o m -
columnas y sus anillos eran de plata. blea q u e fueron incluidos en el censo se bres grabados en ellos como se graban
) ii Del lado del norte había cien codos d e elevó a cien talentos y mil setecientos se- los sellos, u n n o m b r e en cada una. 15 Se
cortina con veinte columnas y sus veinte tenta y cinco siclos, al peso del siclo del hicieron p a r a el pectoral cadenillas de oro
basas d e bronce. Los garfios de las c o - santuario. 2 6 Era u n beca p o r cabeza, torcidas en forma de cordones; l f > dos cáp-
lumnas y los anillos eran de plata. n Del medio siclo, según el siclo del santuario, sulas de o r o y dos anillos de oro, y se pu-
lado de occidente había cincuenta codos p a r a cada h o m b r e comprendido en el cen- sieron los anillos a los extremos superio-
de cortina y diez so, d e veinte años para arriba, o sea de res del p e c t o r a l . l 7 Se pasaron los dos cor-
columnas con sus seiscientos tres mil quinientos cincuenta. * dones de o r o p o r los d o s anillos de los
27
diez b a s a s . L o s Los cien talentos de plata se emplearon extremos del pectoral a las d o s cápsulas
corchetes de las para fundir las basas del santuario, las colocadas delante de las hombreras del
columnas y sus del velo; cien basas, u n talento p o r basa. efod. i 8 Se fijaron estos d o s cordones a
28
garfios eran d e C o n los mil setecientos setenta y cinco las d o s cápsulas puestas en las hombre-
p l a t a . 1 3 E n el la- siclos se hicieron los garfios para las c o - ras del efod. 1 9 Se hicieron otros d o s ani-
Bible Polyglotte.) do de delante, al lumnas, y se revistieron los capiteles. 2 9 El llos de oro, que se pusieron a los extre-
Talento harto. (VIGOUROUX, oriente, había bronce ofrendado subió a setenta talen- mos inferiores del pectoral, a la parte baja
cincuenta codos; tos y d o s mil cuatrocientos siclos. 3 0 D e del efod p o r defuera; 2 0 se hicieron otros
14
plato, de o r o puro todo. 2 4 Se empleó quince codos él se hicieron las basas de la entrada del dos anillos de oro, que se pusieron en las
para hacer el candelabro y sus utensilios de cortina de una labernáculo de la reunión, el altar de dos hombreras del efod, abajo, en la par-
parte y tres c o - bronce con su rejilla, y todos sus utensi- te delantera, cerca de la juntura, p o r en-
u n talento de oro p u r o . 2 5 Hizo el altar del
lumnas con sus lios, 31 las basas del recinto del atrio y las cima del cinturón del efod, 2 1 y fijaron el
timiama, de madera de acacia, de u n i5
basas y quince de la puerta y todas las otras piezas de pectoral, uniéndole p o r sus anillos a los
codo de largo, u n codo de ancho, cuadra- codos de cortina
bronce del habitáculo y del recinto del anillos del efod con u n a cinta d e jacinto,
do, y d o s codos d e alto; sus cuerpos de la otra, con
atrio. p a r a q u e se sostuviese el pectoral sobre
hacían con él u n solo cuerpo; 2 6 le revis- tres columnas y
tió de oro puro por encima, por los lados, tres b a s a s ; u n a la cintura del efod, sin separarse de él,
todo en derredor y los cuernos, y le ador- parte a u n lado Los vestidos sacerdotales c o m o Yavé se lo había m a n d a d o a Moisés.
22
nó con u n a moldura de o r o puro t o d o de la entrada del Se hizo la sobretúnica del efod, toda
23
en derredor. 2 7 Por debajo de la moldura atrio, la otra al Espejo egipcio. (VIGOUROUX, O Q ' C o n el jacinto, la púrpura y el de u n a pieza, tejida en jacinto. Tenía
colocó los anillos de oro a los dos ángulos, otro lado. i« T o - Dict. de la Bible.) •* & carmesí se hicieron también las ves- en medio u n a abertura semejante a la de
dos en cada lado, para recibir las2 Sbarras das las cortinas i¡lluras sagradas para el ministerio del u n a cota y con u n reborde 24
t o d o en torno
que servían para transportarlo. Hizo Niintuurio; l a s v e s t i d u r a s s a g r a d a s d e p a r a q u e n o se rasgase. Se pusieron en
las barras d e madera de acacia y las re- que cerraban el atrio eran de hilo torzal de Arón, como lo había m a n d a d o Yavé: la orla inferior granadas de jacinto, de
vistió de oro. 29
Hizo también el óleo de l i n o ; 1 7 las basas de las columnas, de bron- i rl I-I'IKI, de o r o , hilo torzal de lino, p ú r p u r a y carmesí, en hilo de lino torzal,
unción y el timiama según las reglas del ce; los garfios y los anillos, de plata, y los Indino, púrpura y carmesí, en obra plu- 25 y se hicieron las campanillas de o r o
arte de la perfumería. capiteles estaban revestidos de plata. l g L a iiiiirlii. ' Laminó el o r o , y cortó las lá- p u r o , poniéndolas entre las granadas, en
cortina de la entrada del atrio estaba te- IMIIIIIN en hilos para entretejerlos con el el borde inferior 26
de la vestidura, todo en
E l a l t a r d e l o s h o l o c a u s t o s y e l a t r i o jida en vario dibujo, en hilo torzal, ja- InWnio, ln púrpura y el carmesí, en obra derredor, una campanilla y u n a grana-
cinto, púrpura y carmesí; e r a de veinte liliiiiiiiiiii; 4 las dos hombreras que unían da, u n a campanilla y u n a granada, en el
«>Q x Hizo el altar de los holocaustos codos de largo y cinco de alto en lo ancho, nuil II i'lrn las dos bandas por dos ex- borde de la vestidura todo en derredor,
« 5 0 de madera de acacia, de cinco c o - según la medida d e las otras cortinas del IIMIIIOII: ' e l cinlurón del efod que éste p a r a el ministerio, c o m o se lo había m a n -
dos de largo, cinco de ancho, cuadrado, atrio, l ' Sus cuatro columnas y sus cuatro "•vil unido y es del mismo tejido, o r o , d a d o Yavé a Moisés.
y tres codos de alto. 2 A los cuatro ángu- basas, d e bronce; los garfios y los anillos,
los hizo los cuernos, formando con él u n de plata, y los capiteles, revestidos de IN "* lrl mimen> di* los 603.550 corresponde al censo de los Números i,44ss.
solo cuerpo, y lo revistió de b r o n c e . 3 Hizo
131 LEVlTICO
ÉXODO 39-40 130
27
bernáculo de la reunión, frente por frente del altar, y puso la cortina a la entrada
Se hicieron las túnicas de lino teji- Alza Moisés el tabernáculo de la mesa, al lado meridional del habi- del atrio. Así acabó Moisés la obra.
das para Arón y sus hijos; 2S las tiaras 1
táculo, 25 y colocó en él las lámparas, co-
de lino para el ministerio; los calzones de Yavé habló a Moisés, diciendo: mo Yavé se lo había mandado a Moisés.
hilo torzal de lino; 29 el cinturón de tor- 40 2
«El día primero de mes prepara- 26
Puso el altar de oro en el tabernáculo
L a gloria de Dios llena el tabernáculo
34
zal de lino, jacinto, púrpura y carmesí en rás el habitáculo y el tabernáculo de la de la reunión, delante del velo, 27 y que- Entonces la nube cubrió el taber-
tejido plumario, como se lo había man- reunión, 3 y pondrás en él el arca del tes- mó sobre él el timiama, como Yavé se lo náculo de la reunión, 35y la gloria de Yavé
dado Yavé a Moisés. timonio y la cubrirás con el velo; 4 lleva- había mandado a Moisés. 28 Puso29la cor- llenó el habitáculo. * Moisés no pudo
30
Hicieron de oro puro la lámina, dia- rás la mesa y dispondrás lo que en ella se tina a la entrada del habitáculo. Colo- ya entrar en el tabernáculo de la reunión,
dema sagrada, y grabaron en ella como ha de proponer; llevarás el candelabro, y có el altar de los holocaustos a la entra- porque estaba encima la nube, y la gloria
se graban los sellos, «Santidad a Yavé», colocarás en él las lámparas; 5 pondrás da del habitáculo, y ofreció el holocausto de Yavé llenaba el habitáculo. *
31 36
y se la ató con una cinta de jacinto a el altar de oro para el timiama delante y la oblación, como Yavé se lo había man- Todo el tiempo que los hijos de Is-
la tiara, arriba, como se lo había man- del arca del testimonio, y tenderás la cor- dado a Moisés. J0 Puso el pilón entre el rael hicieron sus marchas, se ponían en
dado Yavé a Moisés. tina a la entrada del tabernáculo de la tabernáculo de la reunión y el altar, y movimiento cuando se alzaba la nube so-
32
Así se acabó toda la obra del ha- reunión. * 6 Pondrás el altar de los holo- echó agua en él para las abluciones; bre el tabernáculo, " y si la nube no se
caustos delante de la 7entrada del taber- 31
bitáculo y del tabernáculo de la reunión, Moisés, Arón y sus hijos se lavaron alzaba, no38marchaban hasta el día en que
y los hijos de Israel hicieron todo lo que náculo de la reunión. Pondrás el pilón en ella manos y pies. 32 Siempre que en- se alzaba. Pues la nube de Yavé se po-
Yavé había mandado a Moisés, así lo hi- entre el tabernáculo de la reunión y el traban en el tabernáculo de la reunión saba durante el día sobre el tabernáculo,
cieron. altar, y echarás agua en él; 8 alzarás el para acercarse al altar se lavaban, como y durante la noche la nube se hacía ígnea
atrio en torno, y pondrás la cortina a la Yavé se lo había mandado a Moisés. a la vista de todos los hijos de Israel, todo
entrada del atrio. 9 Tomarás óleo de un- 33
Alzó el atrio en torno del habitáculo y el tiempo que duraron sus marchas,
Presentación de toda la obra a Moisés ción, ungirás el habitáculo y cuanto en 34
33
él se contiene; lo consagrarás con todos El texto habla del tabernáculo, que era la tienda, óhel, y el habitáculo, en hebreo miscan, era
Presentaron a Moisés el habitáculo, sus utensilios y será santo; io ungirás el el armazón
33
interior de madera cubierta de oro.
el tabernáculo y todos los objetos que ha- altar de los holocaustos y todos sus uten- La gloria de Dios en forma de nube llena el tabernáculo como llenará luego el templo. Es
cían parte de ellos, los garfios, las tablas, silios; consagrarás el altar y será santí- como la toma de posesión de éstos por Dios y una forma sensible de su habitación en medio del
pueblo. Así Israel, a quien se le prohibe toda representación sensible de la divinidad, tiene algo sen-
los travesanos, las columnas y las basas, simo ; ' l ungirás el pilón con su base,
34 sible en que apoyar su fe.
la cubierta de pieles de carnero teñidas y lo consagrarás. 12 Harás avanzar a Arón
de rojo, la cubierta de35 pieles de tejón y y a sus hijos cerca de la entrada del ta-
el velo de separación; el arca del testi- bernáculo, y los lavarás con el agua:
monio con sus barras y el propiciatorio; 13 y luego revestirás a Arón de sus vesti-
¡6 la mesa con todos sus 37utensilios y los duras sagradas, y le ungirás, y le consagra-
panes de la proposición; el candelabro rás, y será sacerdote a mi servicio; 14 ha-
de oro puro con sus lámparas; las lám- rás acercar a sus hijos, y después de re- E O
paras que habían de ponerse en él; todos vestirlos de sus túnicas, l s los ungirás co-
3
sus utensilios y el aceite para las lámparas; mo ungiste al padre, y serán sacerdotes
8 el altar de oro, el óleo de unción y el a mi servicio. Esta unción los ungirá
timiama; el39velo para la entrada del ta- sacerdotes perpetuamente entre sus des- 1. El Levítico, tercer libro del Pentateuco, contiene la «Ley de los sacerdotes»,
bernáculo ; el altar de bronce, y la re- cendientes». 'Hún la denominación de los rabinos. Se enlaza bien con aquella parte del Éxodo
jilla de bronce, sus barras y 40 todos sus n> nos describe el tabernáculo con todo su mobiliario. Podemos dividir en cuatro
'6 Moisés hizo todo lo que le ordenó
utensilios; el pilón con su base, las cor- Yavé; como se lo ordenó, así lo hizo. .irles los 27 capítulos de que consta: 1.a, de los sacrificios (1-7); 2. a , de la consa-
tinas del atrio, sus columnas, sus basas; 17
El día primero del año segundo fue i.lfiiilri de los sacerdotes (8-10); 3. a , de las cosas puras e impuras (11-16); 4. a , de
la cortina de la entrada del atrio, sus cuer- alzado el tabernáculo; * I s Moisés lo alzó, 1 1 í«v de santidad, con un apéndice sobre los votos (17-27).
das y sus clavos y todos los utensilios para puso los tablones, las barras, los travesa- El principio que informa toda la parte legislativa, igual que la última del Éxodo,
el servicio del habitáculo, para el taber- nos, y alzó las columnas; 19 extendió el
náculo de la reunión; 4I las vestiduras sa- tabernáculo sobre el habitáculo, y puso ; la santidad de Yavé. Esta santidad viene a ser la trascendencia y la perfección de
gradas para el servicio del santuario, las por encima la cubierta del tabernáculo Dios sobre todas las cosas creadas. Por lo mismo son, ante El, impuras todas las cosas,
del sacerdote Arón y las de42sus hijos para como se lo había mandado Yavé a Moi- v lobre todo cuando se hallan manchadas con la impureza del pecado, que particular-
las funciones sacerdotales. Los hijos de sés. 20 Tomó el testimonio y lo puso den- mente se opone a la perfección moral de Dios, que aborrece la iniquidad y el pecado.
Israel habían hecho todas sus obras con- tro del arca, y puso las barras del arca, I .os expositores notan estrecho parentesco entre este libro y el profeta Ezequiel. Nada
forme a 43lo que Yavé había mandado a y encima de ella el propiciatorio. 21 Llevó 1 ¡ene de extraño, puesto que el profeta era de familia sacerdotal y había ejercido el
Moisés. Moisés lo examinó todo, vien- el arca al habitáculo, y habiendo coloca- • iivrdocio en el templo por espacio de muchos años. Su educación y su vida le lleva-
do lo que habían hecho, y todo lo habían do el velo de separación, ocultó e¡ arca l;in a considerar las cosas bajo la razón de la santidad religiosa.
hecho como Yavé se lo había mandado, del testimonio, como Yavé se lo había
y Moisés ¡os bendijo. * Z. Es el sacrificio el acto más importante de la religión, y se halla en casi todas
mandado a Moisés.
22 las religiones. Santo Tomás llega a tenerlo como una manifestación religiosa impuesta
Puso la mesa en el tabernáculo de la
reunión al lado23norte del habitáculo, por 1 "ir la ley natural que Dios imprimió en el alma humana. Por el sacrificio rinde el
fuera del velo, y dispuso en ella los pa- 1 lumbre homenaje a Dios, reconociendo su soberano dominio; busca conciliarse su gra-
nes, como Yavé se lo había mandado a ' 1, obtener el perdón de sus ofensas y alcanzar favores del Señor, que ejerce su domi-
Moisés. 2 4 Puso el candelabro en el ta- 11 sobre todas las cosas.
Los historiadores de las religiones semíticas discuten mucho acerca de la natura-
OQ 43 Moisés examina la obra, y viéndola conforme a los modelos que a él le hablan sido ma- lii del sacrificio. En la Sagrada Escritura, el sacrificio, zebaj, es el ofrecimiento
" -* nifestados, !a aprueba y felicita a los artífices.
Aí\ 5
Véase Heb 9,4, que se ajusta a este versículo. I >/(« de un ser viviente que se le sacrifica, o inmola, en su honor. El rito esencial del
^ " 11 Todo quedó cumplido el día 1 del segundo año de la salida de Egipto, o sea nueve meses 1 r{ficií>, además de la muerte de la víctima, consiste en derramar la sangre «en la
después de la llegada al Sinaí.
133 LEVITICO
LEVÍTICO 132
5. La distinción de las cosas puras y las impuras es, de toda la legislación mo-
que está la vida», sobre el altar. La combustión de una porción de la víctima, mayor
saica, la que choca más con nuestra conciencia moral, informada por la doctrina evan-
o menor, también parece ser parte integrante del sacrificio israelítico.
gélica de que no mancha al hombre lo que entró en eí hombre, sino lo que sale del co-
Ya se comprende que, «siendo Dios espíritu, debe ser adorado en espíritu y en ver-
razón del hombre (Mt 15,11). Mediante una consagración, las cosas materiales, como
dad» (Jn 4,24); pero Dios condesciende con la rudeza de Israel, y en su Ley no sólo
el santuario y su mobiliario, quedan santificadas y dedicadas al servicio divino y ex-
admite, sino que hasta incorpora al culto que El pide aquellas formas a que su pueblo
cluidas de todo uso profano. Pero sin tal consagración, entre las cosas materiales se
estaba habituado. Por eso no es maravilla que hallemos grandes semejanzas entre las
establece la distinción de unas que son positivamente impuras y nunca pueden recibir
manifestaciones religiosas de los semitas y las de la religión mosaica. No es el sacri-
la consagración, sino que en su uso o su contacto comunican impureza, y otras que
ficio un banquete ofrecido a Yavé. Es un homenaje que se le rinde con aquellas mismas
podremos llamar negativamente impuras, o si se quiere neutras, porque si no tienen
cosas que de Dios recibe el hombre para sustento de su vida. Y en este homenaje va
la santidad positiva de las consagradas, tampoco entran en la categoría de las impu-
implicada la ofrenda de la vida misma del oferente, de su devoción hacia Dios. Tal es
ras y su contacto no mancha. Esta distinción no es exclusiva de Israel; se halla en
la idea que los profetas y los Salmos procuran inculcar al pueblo, en contra de la no-
otras muchas religiones. Cuál sea su origen no ha logrado aclararlo aún la historia
ción grosera que éste, con frecuencia, tenía de que Dios se contentaba con las víctimas,
de las religiones.
aunque faltara la justicia y la piedad en quien las ofrecía (Is 1,11 ss.; Sal 50,8 ss.).
En el sacrificio que Dios pidió a Abraham de su hijo amado, Isaac, nos quiso el Señor Los profetas y los salmistas no se levantan de esta concepción legal o ritual de la
mostrar cuanta verdad encierran aquellas palabras de su profeta: santidad a la concepción moral. Santo es igual que puro, y a esta pureza se opone
sólo la impureza del pecado mortal. Dios es santo, y en cuanto tal, incompatible con
«¿ No quiere mejor Yavé la obediencia a sus mandatos todo pecado, y de la presencia de Dios sólo hay una cosa que excluya: la mancha del
que los holocaustos y las víctimas? pecado. Oigamos a David:
Mejor es la obediencia que las víctimas,
y mejor escuchar que ofrecer el sebo de los carneros» «¿Quién subirá al monte de Yavé
(1 Sam 15,22). y se estará en su lugar santo?
El de limpias manos y puro corazón,
3. Los sacrificios son de cuatro especies. El primero es el holocausto, en el cual el que no lleva su alma al fraude
Xa víctima entera era consumida por el fuego en obsequio de la Divinidad, que lo exi- y no jura con mentira»
gía todo para sí. Es ordinario considerar este sacrificio como el más perfecto, y lo es, (Sal 24,31).
en efecto, si atendemos a la cantidad material de la víctima que a Dios se ofrecía y al
significado que implica. Vienen luego los sacrificios expiatorios, el sacrificio por el 6. La última sección del Levítico, los capítulos 17-26, con el 27 por apéndice,
pecado voluntario y el sacrificio por el delito involuntario. En estos sacrificios se que- forma un código que suele llamarse Código de santidad. Se trata de una miscelánea
maba en honor de Dios una parte de la víctima y otra porción era atribuida a los sacer- de leyes de diverso género, pero todas más especialmente informadas por la idea de
dotes por su ministerio. De aquí venía el decir que el sacerdote comía los pecados del santidad, sea ritual, sea moral. Esta doble santidad debe ser la nota característica
pueblo. El macho cabrío era la víctima preferida en sacrificio expiatorio. del pueblo de Yavé. Por esto se repite con frecuencia: «Sed santos, porque yo, vuestro
La última especie de sacrificios es el sacriñcio pacífico, ofrecido en cumplimiento Dios, soy santo» (Lev 19,2).
de un voto o en acción de gracias por un favor recibido de Dios. En éste se consumían,
por el fuego, las visceras y las partes grasas del animal; pero la carne se repartía entre U l IIVI A I f l O PRIMERA PARTE: LEYES CULTUALES (1-7): De los holo-
el sacerdote y el oferente, que debían comerla, como cosa santa, en el santuario. Era o U IVI/» IIILJ amstos (1). De las oblaciones (2). De los sacrificios eucarísti-
éste un banquete de comunión, que Dios preparaba a sus fieles con aquellos mismos do- 1 ni ( \), /),• /<>« sacrificios expiatorios del pecado f 4 , i - 5 , i 3 j . De los sacrificios expia-
nes que de ellos recibía. Quien entienda la alta significación de alianza o amistad que fiir/ii.\ del delito (5,14-23). Ritos especiales de los sacrificios y oblaciones (6-7).—SE-
para los orientales tiene el simple hecho de participar de la misma comida, podrá en- (¡LINDA PARTE: CONSAGRACIÓN DEL SACERDOCIO C&-10): Consagración de
tender el hondo sentido religioso de este sacrificio, el único que, de una manera mís- Arón y de sus hijos (8-9J. La santidad del sacerdocio fioj.—TERCERA P A R T E :
tica, perdura en la nueva alianza. Lr.yiíH HOURE LA PUREZA f u - i ó j : Animales puros e impuros (\\). Impureza de la
La Ley no admite más que cinco especies de animales sacrificables: la vaca, la recién parida (12). Impureza de la lepra (13-14). Efusión del semen (15). Fiesta de
oveja, la cabra, la paloma y la tórtola. la expiación (\b).—CUARTA P A R T E : CÓDIGO DE SANTIDAD (\7-27): Que es
4. La segunda parte del Levítico trata de la consagración de los sacerdotes, sagrado el degüello de todo animal (17). La santidad del matrimonio (18) • Misce-
cuyo ceremonial ya había sido descrito en el Éxodo (29). Dado el carácter eminente- lánea de diversos preceptos (19). Sanciones varias ^20^. Santidad del sacerdocio
mente social de la religión, era natural que en la organización patriarcal el sacerdo- (¿1,1-22,16). Cualidades de las víctimas ^22,17-33,). Santificación de las fiestas (23)
cio estuviera vinculado al jefe de la familia, al primogénito. Mas la complicación de Leyes varias (24). Año sabático y jubilar (25). Sanciones de la ley (26). De los
los ritos y la exigencia de su exacta observancia, bajo pena de incurrir en la cólera de votos (27).
la Divinidad, hizo necesaria la institución de un sacerdocio consagrado totalmente al
culto divino. En Israel hallamos indicadas otras dos razones. Primeramente la santi-
dad divina exige en quienes se acercan a ella un estado habitual de pureza, incompa-
tible con la vida del común de los hombres. De aquí procedían las numerosas reglas
a que vivían sujetos los sacerdotes para conservar la pureza legal, que les permitiera
acercarse a Dios. Según el Éxodo, la razón de escoger Dios a la tribu de Leví fue su
celo por Yavé. Es éste un tercer motivo para la institución del sacerdocio, que, vivien-
do consagrado al servicio de Dios, fuera maestro del pueblo en las cosas de religión
y celador del culto divino. La historia de esta consagración de Leví en los documentos
del Pentateuco parece bastante Clara.
LEVÍTICO 1-2 134 135 LEVÍTICO 2-4
17 cienso. Es minjá. 16 D e ella quemará el bustión la cola toda entera, que se corta-
P R I M E R A PARTE echa la ceniza. L e romperá las alas, y
sacerdote la memoria, una parte de la pas- rá desde la rabadilla; el sebo que envuel-
sin separarlas del todo, el sacerdote la que-
mará sobre la leña encendida en el altar. ta con aceite y todo el incienso. Es com- ve las entrañas y cimillo hay sobre ellas,
10
LEYES CULTUALES Es holocausto, ofrenda encendida de sua- bustión de Yavé. los dos ríñones, el subo que los recubre
(I-IO) ve olor para Yavé. y el que hay entre ellos y los lomos, y la
Sacrificios e u c a r í s t i c o s redecilla del hígado sobre los ríñones,
D e los h o l o c a u s t o s lí El sacerdote lo quemará sobre el altar.
Las oblaciones 1
Quien ofreciere un sacrificio pací- Es alimento de combustión pina Yavé.
1
Quien ofrezca a Yavé una oblación 3 fico, sí lo ofrece de ganado mayor, 12
Si ofreciere una cabra, la presentará
1 1 Llamó Yavé a Moisés y le habló
desde el tabernáculo de la reunión, 2 de ofrenda incruenta, su oblación se- macho o hembra, sin defecto lo ofrecerá a Yavé, 13 pondrá su m a n o sobre la ca-
2
diciendo: * 2 «Habla a los hijos de Israel, rá de flor de harina, sobre la cual habrá a Yavé. * Pondrá la m a n o sobre la ca- beza de la víctima y la degollará a la en-
y diles: Quien de vosotros ofreciere a Ya- derramado aceite y pondrá incienso. Es beza de la víctima y la degollará a la en- t r a d a del tabernáculo de la reunión, y los
vé una ofrenda de reses, puede ofrecer minjá. 2 La llevará a los sacerdotes, los hi-
ganado mayor o ganado menor. 3 Si su jos de Arón, quienes, tomando un p u ñ a d o
ofrenda es de holocausto de ganado ma- de la harina con aceite y todo el incienso,
yor, será de un macho inmaculado; lo lo quemarán sobre el altar, como combus-
traerá a la puerta del tabernáculo del tes- tión, en memoria, en olor suave para Ya-
timonio, para que sea grato a Y a v é ; 4 pon- vé. * 3 Lo que resta de la oblación será,
drá su mano sobre la cabeza de la víctima, para Arón y sus hijos, cosa santísima de
y será aceptada ésta para expiación su- las combustiones a Yavé.
4
ya, * 5 e inmolará la res ante Yavé. Los Si ofrecieres oblación de cosas coci-
sacerdotes, hijos de Arón, llevarán la san- das al h o r n o , será de pastas de flor de ha-
gre y la derramarán en torno del altar que rina, sin levadura, amasadas con aceite,
está a la entrada del tabernáculo de la o untadas con aceite, sin levadura. 5 Si
reunión. 6 Desollará el holocausto y lo la oblación fuere de frisuelos fritos en
descuartizará. 7 Los hijos del sacerdote sartén, será de flor de harina amasada con
Arón pondrán fuego en el altar y dispon- aceite, sin levadura; 6 la partirás en tro-
drán la leña sobre el fuego, s y ordenarán zos y echarás aceite encima, es minjá. 7 Si
sobre ella los trozos con la cabeza y el re- la oblación fuere de cosa cocida en ¡a pa-
daño sobre la leña que arde en el altar, rrilla, será de flor de harina amasada con
9
las entrañas y las patas, lavadas antes aceite. 8 Llevarás la minjá hecha de estas
en agua, y todo lo quemará el sacerdote cosas a Yavé, y la entregarás al sacerdo-
sobre el altar. Es holocausto, ofrenda en- te, quien la presentará ante el altar, y al
cendida de suave olor para Yavé. ofrecerla, 9 tomará de la minjá la m e m o -
i° Si la ofrenda es de ganado menor, ria y la quemará sobre el altar. Es sacri-
holocausto de oveja o cabra, ofrecerá un ficio, ofrenda encendida en olor de sua-
macho inmaculado, n y lo inmolará al vidad para Yavé. 10 El resto será de Arón
lado del altar que mira al norte ante Ya- y sus hijos, cosa santísima de las oblacio- Inmolación de las victimas. (Biblia de Montserrat.)
vé; y los sacerdotes, hijos de Arón, derra- nes de Yavé.
11 irada del tabernáculo de la reunión; y los hijos de Arón derramarán la sangre en
marán la sangre en torno al altar. 1 2 Lo Toda oblación que ofrezcáis a Yavé
descuartizarán, y con la cabeza y el sebo ha de ser sin levadura, pues nada fermen- sacerdotes, hijos de Arón, derramarán la torno del altar. 14 De la víctima se toma-
10 dispondrá el sacerdote sobre la leña tado, ni que contenga miel, ha de quemar- sangre en torno del altar. 3 De este sacri- rá, para ofrecer oblación de combustión
encendida del altar. I 3 Las entrañas y las se en el sacrificio a Yavé. * 1 2 Podréis, sí, ficio pacífico ofrecerá a Yavé en combus- a Yavé, el sebo que cubre las entrañas y
patas se lavarán en agua, y todo lo que- presentarlo como ofrenda de primicias, tión el sebo que envuelve las entrañas y cuanto hay sobre ellas, l 5 los dos ríñones,
mará el sacerdote sobre el altar. Es holo- pero no se pondrá sobre el altar como cuanto hay sobre ellas. 4 los dos ríñones, con el sebo que los recubre y el que hay
causto, ofrenda encendida de suave olor ofrenda de suave olor. l3 A toda oblación con el sebo que los recubre y el que hay entre ellos y los lomos, y la redecilla del
para Yavé. que presentes le pondrás sal; no dejarás entre los ríñones y los lomos, y el que hígado sobre los ríñones. 16 El sacerdote
14
Si la ofrenda a Yavé fuere un holo- que a tu ofrenda le falte la sal de la alianza hay en el hígado sobre los ríñones, 5 y lo lo quemará sobre el altar, alimento de
causto de aves, ofrecerá tórtolas o picho- de Yavé; en todas tus ofrendas ofrece- quemarán los hijos de Arón en el altar, combustión de suave olor para Yavé. T o -
nes. 15 El sacerdote llevará la víctima al rás sal. * encima del holocausto puesto sobre la le- do el sebo pertenece a Yavé. I 7 Esta es una
altar, y quitándole la cabeza, la quemará ' 4 S i hicieres a Yavé una oblación de ña encendida. Es sacrificio de combustión ley perpetua para vuestros descendientes
en el altar; la sangre la dejará correr so- primicias, la harás de espigas tostadas al de suave olor para Yavé. dondequiera que habitéis. Vosotros no co-
bre un lado del altar; 16 los intestinos con fuego y hechas una pasta. Así ofrecerás " Si lo que ofrece es ganado menor, ma- meréis ni sebo ni sangre».
sus excrementos los tirará junto al altar, la minjá de tus primicias. I 5 y derramarás cho o hembra, en sacrificio pacífico a Ya-
al lado de oriente, en el lugar donde se aceite sobre ella, y pondrás encima in- vé, lo ofrecerá inmaculado, i Si es corde- Sacrificios e x p i a t o r i o s p o r el p e c a d o
ro, lo presentará ante Yavé, s pondrá su
1
Sobre los sacrificios, véase lo dicho en la Introducción al Levitico, nn.2-4. muño sobre la cabeza de la víctima, y la A 1 Yavé habló a Moisés, diciendo:
I 4
La imposición de las manos sobre !a cabeza de la víctima significaba la transmisión a ella de decollará ante el tabernáculo de la re- " 2
«Habla a los hijos de Israel, y di-
la personalidad del oferente, constituyéndola en vicaria suya, y haciéndola morir en substitución de unión. Los hijos de Arón derramarán la les: Si pecare alguno por ignorancia, ha-
quien la ofrecía (16,20 ss.). ciendo algo contra cualquiera de los man-
2 «Hilare en torno del altar. 9 De este sacri-
La parte quemada de la minjá servirá para traer a «la memoria» de Yavé al oferente (cf datos prohibitivos de Yavé e hiciere al-
2 Núm 10,9).
11
llcio pacifico ofrecerán a Yavé en com-
guna de estas cosas:
La fermentación se miraba como una corrupción, y así se prohibía en los sacrificios el pan
fermentado
13
(6,17; Mt 16.12; I Cor 5,8; Gal 5,9). '» ' líl I Jeuteronomio exhorta con insistencia a que quien ofrece un sacrificio pacífico invite al
La sal era entre los orientales, y lo es aún entre los árabes, un símbolo de amistad, de lealtad, lunqui-te que le sigue a los pobres, al levita, al huérfano, a la viuda convirtiéndole en un ver-
de alianza perpetua (Ex 4,14; Núm 18,19; 2 Par 13,5). ilmlrio duajie, comida de caridad (26,13-14).
LEVÍTICO 4 136 137 LEVÍTICO 4-6
3
Si es sacerdote ungido el que peca, pamento, y lo quemará como el anterior. 34 13
haciendo así culpable al pueblo, ofrece- El sacerdote mojará su dedo en la san- Así le expiará el sacerdote p o r el peca-
Este es el sacrificio p o r el pecado de la
r á a Yavé por su pecado u n novillo sin gre de la víctima, y untará de ella los do cometido en una de aquellas tres cosas,
asamblea de los hijos de Israel.
defecto en sacrificio expiatorio. * * Lleva- 22 cuernos del altar de los holocaustos, y de- y le será perdonado. El resto será para el
Si el que pecó es u n príncipe del pue-
rá el novillo a la entrada del tabernáculo r r a m a r á la sangre al pie del altar. 35 Des- sacerdote, como en la oblación».
blo, haciendo p o r ignorancia algo de lo
de la reunión ante Yavé, y después de po- que los mandamientos de Yavé, su Dios, pués, t o m a n d o el sebo, como en el sacri-
ner la m a n o sobre su cabeza, lo degolla- prohiben, incurriendo así en culpa; * 2 3 al ficio pacífico, lo quemará en el altar so- Sacrificios e x p i a t o r i o s p o r el d e l i t o
rá ante Yavé. 5 El sacerdote ungido toma- darse cuenta del pecado cometido, lleva- bre las combustiones de Yavé. Así le ex- 14
piará el sacerdote p o r el pecado cometi- Y a v é habló a Moisés, diciendo:*
rá la sangre del novillo y la llevará al ta- rá como ofrenda ud macho cabrío sin de- 15
«Si u n o p o r ignorancia prevaricase, pe-
bernáculo de la reunión, 6 y mojando u n fecto, 2 4 p o n d r á su m a n o sobre la cabeza, d o , y le será perdonado.
cando contra las cosas santas que son de
dedo en la sangre, h a r á siete aspersiones y lo degollará en el lugar donde se degüe- Yavé, ofrecerá por el delito u n carnero
ante Yavé hacia el velo del santuario; llan los holocaustos a Y a v é ; es sacrificio Solución d e casos sin defecto, tomado del rebaño, estimado
7
untará de ella los cuernos del altar del 1 en dos siclos, según el peso del siclo del
timiama, y derramará todo el resto de la
sangre del novillo en torno del altar de
5 Si uno pecare, oyendo a o t r o im-
precar, y siendo testigo de la impre- santuario, 1* y restituirá el daño causado,
con el recargo de un quinto, entregándolo
cación, porque lo vio, o de otro m o d o lo
los holocaustos, que está a la entrada del al sacerdote, quien h a r á p o r él la expia-
conoció, y sin embargo n o lo denunció,
tabernáculo de la reunión. 8 Cogerá luego
contrayendo así reato, • 2 o si tocare sin ción del reato, y le será perdonado.
el sebo del novillo sacrificado por el pe- 17
Si u n o pecare por ignorancia, hacien-
darse cuenta algo impuro, sea el cadáver
cado, el sebo que cubre las entrañas y do sin darse cuenta algo de lo prohibido
impuro de una bestia, sea el cadáver im-
cuanto hay sobre ellas, 9 los dos ríñones p o r Yavé, contrayendo reato y llevando
puro de un reptil; haciéndose impuro él
con el sebo que los cubre y el que hay sobre sí la i n i q u i d a d , l s traerá al sacerdo-
mismo y contrayendo r e a t o ; 3 o tocare
entre ellos y los lomos, y la redecilla del te un carnero sin defecto del rebaño,
sin darse cuenta cualquier impureza hu-
hígado sobre los rifiones, I 0 como se coge según la cuantía del pecado. El sacerdote
m a n a , dándose cuenta de ello después,
en el novillo del sacrificio pacífico, y lo Panes ácimos amasadas cm aceite. (Biblia de contrayendo así r e a t o ; 4 o vanamente ju- le expiará p o r el pecado cometido por
quemará en el altar de los holocaustos. Montserrat.) ignorancia, y le será perdonado. 19 Este
11 rare de ligero hacer algo, de mal o de bien,
La piel del novillo, sus carnes, la cabe- es sacrificio por el delito, pues se hizo reo
de lo que uno suele jurar vanamente, sin
za, las piernas, las entrañas y los excre- por el pecado. 25 gl sacerdote mojará su darse cuenta, y cae después en ella: 5 el de delito contra Yavé».
mentos, 1 2 lo llevará todo fuera del cam- dedo en la sangre de la víctima y untará que de uno de estos m o d o s incurre en
p a m e n t o a va lugar p u r o , d o s d e se tiran d e ella tos cuernos d e l altas d e l o s holo- Sacrificio p o r fraude o e n g a ñ o
reato, p o r el reato de uno de estos modos
las cenizas, y lo quemará sobre leña. Se caustos, y la derramará al pie del altar.
26 contraído confesará su pecado, 6 y ofre- 20
H a b l ó Yavé a Moisés, diciendo: 2 l «El
q u e m a r á en el lugar donde se tiran las ce- Después quemará t o d o el sebo en el
cerá a Yavé por su pecado u n a hembra que con desprecio de Yavé pecare, negan-
nizas. altar, como se quema en los sacrificios
13
pacíficos. Así le expiará el sacerdote de de ganado menor, oveja o cabra, y el do a u n o de su pueblo un depósito, una
Si fuere la asamblea toda del pue- sacerdote le expiará de su pecado.
blo la que p o r ignorancia pecare sin dar- su pecado, y le será perdonado. 7 prenda puesta en sus manos, que injusta-
se cuenta, haciendo algo que los manda- 27 Si no pudiese ofrecer una res, ofrecerá a mente se apropió, o con violencia le qui-
Si el que por ignorancia pecó es u n o
tos de Yavé prohiben, incurriendo así en Yavé dos tórtolas o dos pichones, u n o p o r tase algo, 2 2 o se apropiase algo perdido
del pueblo, haciendo algo que Yavé ha
culpa; 14 al darse cuenta la asamblea del prohibido hacer, e incurriendo así en cul- el pecado y otro en holocausto, * 8 y los que encontró, y m á s si perjurase en cual-
pecado cometido, ofrecerá en sacrificio p a ; 2 8 al caer en la cuenta de su pecado, llevará al sacerdote, que ofrecerá primero quiera de estas cosas en que los hombres
expiatorio u n novillo, que se llevará a la llevará en ofrenda una cabra sin defecto, el que es p o r el pecado, quitándole la suelen perjurar, 2 3 pecando, y contrayendo
entrada del tabernáculo de la reunión. hembra, p o r el pecado cometido; 2 9 pon- cabeza sin separarla del todo, 9 y haciendo reato, restituirá íntegramente a su dueño
15
L o s ancianos de la asamblea pondrán drá su m a n o sobre la cabeza de la vícti- con la sangre la aspersión de un lado del lo r o b a d o , defraudado, confiádole en de-
sus m a n o s sobre la cabeza del novillo y m a por el pecado, y la degollará en el lu- altar, dejando que el resto fluya al pie del pósito, o encontrado y negado, 2 4 o aque-
lo degollarán ante Yavé; lf> el sacerdote gar donde se ofrecen los holocaustos. 3 0 El altar; es sacrificio por el pecado. 10 Des- llo sobre que falsamente juró, con el re-
ungido llevará la sangre del novillo ante sacerdote mojará su dedo en la sangre de pués el otro lo ofrecerá en holocausto, cargo de u n quinto del valor, el día de su
Yavé en el tabernáculo de la reunión, la víctima, untará en ella los cuernos del según suele hacerse, y así hará el sacer- sacrificio por el delito: 2 5 y ofrecerá a Yavé
17
y mojando su dedo en la sangre, asper- altar de los holocaustos y la derramará al dote la expiación del pecado cometido, y en sacrificio por el delito un carnero sin
gerá siete veces ante Yavé hacia el velo; pie del altar. 31 Después, t o m a n d o todo el le será perdonado. u Si tampoco pudiera defecto de la grey, según su estimación, y
18
untará de sangre los cuernos del altar, sebo, c o m o en el sacrificio pacífico, lo que- ofrecer dos tórtolas o dos pichones, lle- lo llevará al sacerdote; 2 6 el sacerdote h a r á
que está ante Yavé en el tabernáculo de mará en el altar en suave olor a Yavé. Así vará en ofrenda por su pecado un décimo p o r él la expiación ante Yavé, y le será
la reunión, y la derramará al pie del altar le expiará el sacerdote, y le será perdo- de efá de flor de harina, como ofrenda p e r d o n a d o el delito de que se hizo reo». *
de los holocaustos, que está a la entrada nado. por su pecado; no pondrá en ella ni aceite
del tabernáculo de la reunión. 1 9 Luego 32
Si lo que ofrece en sacrificio p o r el ni incienso, porque es ofrenda p o r el pe-
L o s holocaustos, oblaciones y sacri-
cogerá todo el sebo del novillo y lo que- pecado es cordero, llevará una cordera cado ; 1 2 lo llevará al sacerdote, quien to-
mando un p u ñ a d o p a r a memoria, lo que- ficios d e d i v e r s a e s p e c i e
m a r á en el altar, 20 haciendo con este no- sin defecto, 3 3 p o n d r á su m a n o sobre la
villo como con el novillo anterior. Así cabeza de la víctima por el pecado, y la mará en el altar, sobre las combustiones 1
Yavé habló a Moisés, diciendo:
los expiará el sacerdote y les será perdo- degollará en sacrificio de expiación en el de Yavé; así es ofrenda por el pecado. « M a n d a a Arón y a sus hijos, y
n a d o . 2 1 Llevará el novillo fuera del cam- lugar donde se ofrecen los holocaustos.
e ' Los w.j-13 parecen contener soluciones casuísticas, extrañas al texto que regula los sacrí-
M 3 Trata primero de la expiación de los pecados del sacerdote, ungido del Señor, que, en razón ** ficios,
7
^ de su oficio, eran más graves. Obligado por su ministerio a conservar las buenas relaciones en- Se provee a los casos en que el reo de pecado no pueda, por su pobreza, ofrecer los sacrificios
tre Dios y el pueblo por medio de la puntual observancia de los ritos, la inobservancia de éstos po- ordinarios exigidos por la Ley.
14
dría resultar muy perjudicial para el pueblo. Esta es la concepción litúrgica de la alianza; los profe- El capítulo de los sacrificios por el delito se reduce a tres artículos: 15-16, 17-19 y 20-26.
tas insisten en la concepción moral y, sin olvidar el culto divino, ligan la conservación de la alianza Un I11 Vulgata y en las versiones que la siguen, estos últimos w.20-26 forman parte del capitulo
a la justicia con Dios y con el prójimo (Is 1,16 ss.; Jer 7,3 ss.; Mt 3,9). niifuiente.
22
El principe del pueblo, en su razón de tal, tiene también ceremonias especiales que cumplir '" La sangre de los animales no tenía de suyo virtud para purificar de los pecados el alma
para la expiación de sus pecados. (I li-l > 0,0); 'o único que hacía era conferir la pureza legal o litúrgica y excitar la fe y la compunción.
|ini I» que se perdonan los pecados (Heb 10,1 ss.).
LEVÍT1C0 6-7 138 139 LEVÍTICO 7-8
2
diles: * Esta es la ley del holocausto: vestidura, será lavada en lugar santo. i 8 Si alguno comiere carne del sacrificio dado Yavé a los hijos de Israel dársela
El holocausto arderá sobre el hogar del 21 La vasija en que se cueza, si es de ba- pacífico el día tercero, el sacrificio no será desde el día de su unción, y será ley per-
altar de la noche a la mañana, y el fuego rro, se r o m p e r á ; si es de bronce, se fre- aceptado, no se le computará al que lo petua de generación en generación.
37
del altar se tendrá siempre encendido. gará y lavará en agua. 2 2 La comerán los ofreció, sino que será abominación, y el Tal es la ley del holocausto y la de
3
El sacerdote, revestido de la túnica de varones de los sacerdotes, es cosa san- que así comió contraerá reato. 1 9 La car- la minjá, del sacrificio por el pecado y
lino y puestos sobre su carne los calzones tísima. 23 Pero no se comerá ninguna víc- ne que haya tocado una cosa impura no p o r el delito, del sacrificio de consagra-
de lino, quitará la ceniza que deje el fuego tima expiatoria cuya sangre se haya de se comerá, se quemará. 2 0 La carne podrá ción y del sacrificio pacífico, * '» que d j 0
que consumió el holocausto, y la p o n d r á llevar al tabernáculo de la reunión para comerla quienquiera que esté p u r o ; pero Yavé a Moisés en el m o n t e Símil, el día
al lado del altar; 4 luego, quitándose esas hacer la expiación del santuario; será el que, estando impuro, comiere la carne en que m a n d ó a los hijos de Israel, que
vestiduras y poniéndose otras, llevará la q u e m a d a al fuego. de la víctima pacífica ofrecida a Yavé, ofrecieran sus oblaciones a Yavé en el
ceniza fuera del campamento a un lugar será b o r r a d o de su pueblo, 21 y todo aquel desierto del Sinaí».
puro. 5 El fuego arderá siempre en el al- 1 Esta es la ley del sacrificio por el que tocare inmundicia de hombre, de ani-
tar, sin apagarse; el sacerdote le alimen- 7 delito. Es cosa santísima. 2 La víctima mal o cualquier otra abominación in-
m u n d a , y comiere de esta carne, será
tará con leña todas las mañanas, pondrá del sacrificio por el delito será degollada SEGUNDA P A R T E
sobre ella el holocausto y quemará allí en el lugar donde se degüella el holo- b o r r a d o de su pueblo».
el sebo de los sacrificios pacíficos. 6 Es causto. La sangre se derramará en torno C O N S A G R A C I Ó N D E L SACERDOCIO
fuego perenne que ha de arder en el altar del altar. 3 Se ofrecerá todo el sebo: la Prescripciones especiales
(8,10)
sin apagarse». * cola, el sebo que recubre las entrañas, 22
Yavé habló a Moisés, diciendo: «Ha-
4
7 Esta es la ley de la minjá: «Los hijos los dos ríñones, con el sebo que los bla a los hijos de Israel y diles: 23 N o Consagración d e A r ó n y sus hijos
de A r ó n la presentarán a Yavé ante el cubre y el que hay entre los ríñones y los comeréis sebo de buey, de oveja ni de
altar. 8 El sacerdote t o m a r á un p u ñ a d o lomos, y la redecilla del hígado sobre cabra. 1
H a b l ó Yavé a Moisés, diciendo: *
de flor de harina con su aceite y todo el
incienso puesto sobre la ofrenda, y lo
los ríñones. 5 El sacerdote lo quemará en
el altar. Es combustión de Yavé, víctima
24
Del sebo de un animal muerto o 8 2
«Toma a Arón, y con él a sus hi-
destrozado por una alimaña, podréis ser- jos, las vestiduras, el óleo de unción, el
quemará en el altar, en olor de suavidad, por el delito. 6 Comerán la carne los va- viros p a r a cualquier uso, pero de ninguna novillo p a r a el sacrificio por el pecado,
como memoria a Yavé. ' Lo que resta de rones de entre los sacerdotes, en lugar manera lo comeréis. 2 5 Y quienquiera que los dos carneros y el cestito de panes
la ofrenda lo comerán Arón y sus hijos. s a n t o : es cosa santísima. ' C o m o el sa- comiere sebo de animales de los que se ácimos, 3 y convoca toda la asamblea a
L o comerán sin levadura, en lugar santo, crificio por el pecado, así se h a r á el sa- ofrecen a Yavé en holocausto, será bo- la entrada del tabernáculo de la reunión».
en el atrio del tabernáculo de la reunión. crificio por el delito. La ley p a r a u n o y rrado de su pueblo. 4
Hizo Moisés lo que le m a n d a b a Yavé
1" N o se cocerá con levadura. Es la parte otro es la misma. La víctima será del 26
N o comeréis sangre, ni de ave, ni y, reunida la asamblea a la entrada del
que yo les destino de mis ofrendas de sacerdote que la ofrezca. 8 Del sacerdote de bestia, en ninguno de los lugares en tabernáculo de la reunión, 5 les dijo Moi-
combustión: cosa santísima, como el sa- que ofrezca un holocausto será la piel de que habitéis. 27 El que comiere sangre de sés: «He aquí lo que Yavé ha m a n d a d o
crificio por el pecado y el sacrificio por la víctima que ha ofrecido. 9 T o d a minjá cualquier especie, será b o r r a d o de su pue- hacer».
el delito, n Lo comerán los varones, hi- cocida al horno en sartén o en cazuela blo». 6
Después hizo que se acercaran A r ó n
jos de Arón. Es ley perpetua para vues- será del sacerdote que la ofrece. 1 0 T o d a 28 Y a v é h a b l ó a M o i s é s , d i c i e n d o : y sus hijos y los lavó con agua. 7 Vistió
tros descendientes sobre las ofrendas he- ofrenda amasada con aceite o seca será 25
« H a b l a a los hijos de Israel y diles: a A r ó n la túnica, se la ciñó, le vistió
chas a Yavé por el fuego. Quienquiera p a r a los hijos de Arón, para todos. El que ofreciere a Yavé u n a víctima pa- la sobreveste y el efod, que le ciñó con
que la toque, se santificará». * 11 He aquí la ley del sacrificio pacífico cífica, 3 0 traerá él mismo a Yavé el d o n el cinturón del efod, atándoselo; 8 le puso
12 Yavé habló a Moisés, diciendo:13 «He que se ofrece a Y a v é : 12 Si se ofrece en de su hostia pacífica, tomará con sus ma- el pectoral con los urin y tummim; 9 cubrió
aquí la ofrenda que han de hacer Arón y acción de gracias, con la víctima euca- nos el sebo de la víctima y el pecho, ba- su cabeza con la tiara, poniendo en la
sus hijos el día de su unción: un décimo rística ofrecerán panes ácimos amasados lanceando éste ante Y a v é ; 3 ! el sacerdote parte anterior de ella la diadema de oro,
de efá de flor de harina, como oblación con aceite, tortas ácimas untadas de acei- q u e m a r á el sebo en el altar, y el pecho la diadema de la santidad, como le h a -
perpetua, la mitad p o r la mañana, la mi- te, frisuelos de flor de harina amasada será p a r a A r ó n y sus hijos. 3 2 Daréis tam- bía m a n d a d o Yavé; 1 0 y t o m a n d o luego
t a d por la tarde. * 1" Se freirá en la sartén, con aceite. 13 También podrán ofrecerse bién al sacerdote la pierna derecha c o m o el óleo de la unción, ungió el tabernáculo
amasada con aceite, y la ofrecerá caliente con la víctima del sacrificio pacífico ofre- ofrenda reservada de vuestras hostias pa- y cuanto en él había, y lo consagró.
en suave olor a Y a v é . 1 5 También el sacer- cido en acción de gracias panes fermen- cíficas. 33 La pierna será del sacerdote 11 Aspergió siete veces el altar, y lo ungió
dote ungido de su linaje ofrecerá esto tados. 14 D e cada u n a de estas ofrendas que ofrezca la sangre y el sebo, 3 4 pues con todos sus utensilios, c o m o también
como oblación. Es ley perpetua ante Ya- se presentará por elevación u n a pieza, yo me he reservado de las víctimas pací- el pilón y su base, y los c o n s a g r ó . 1 2 Derra-
vé; toda se quemará. 16 T o d a oblación de reservada a Yavé, que será del sacerdote ficas de los hijos de Israel el pecho de m ó el óleo de unción sobre la cabeza de
sacerdote se quemará toda, no se comerá». que haya hecho la aspersión de la sangre balanceo y la pierna de separación de Arón, y le ungió, consagrándole. 13 Hizo
17 Yavé habló a Moisés, d i c i e n d o : ' 8 «Di de la víctima pacífica. 15 La carne de la las hostias pacíficas de los hijos de Israel luego que se acercaran los hijos de A r ó n
a Arón y a sus hijos: Esta es la ley de la víctima del sacrificio pacífico eucarístico y se los he d a d o a Arón y a sus hijos, y les vistió sus túnicas, los ciñó y les puso
hostia p o r el pecado: Se inmolará donde se comerá el día mismo en que se ofrece, como ley perpetua para los hijos de Is- sus tiaras, c o m o se lo había m a n d a d o
se inmola ante Yavé el holocausto. Es sin dejar nada para el día siguiente, i 6 Si rael. Yavé. 1 4 Hizo traer el novillo p a r a el
cosa santísima. " El sacerdote que la la víctima se ofrece en cumplimiento de un 35 Esa es la parte de A r ó n y de sus hi- sacrificio por el pecado, y A r ó n y sus
ofrece la comerá en lugar santo, en el voto, o como ofrenda voluntaria, se co- jos en las combustiones a Yavé, desde el hijos pusieron sus m a n o s sobre el novillo
a t r i o del t a b e r n á c u l o d e la r e u n i ó n . merá el día en que se ofrece, l 7 y lo que día en que fueron promovidos a ejercer del sacrificio p o r el pecado. 1 5 Moisés lo
20
Quienquiera que tocare la carne, se reste se comerá el día siguiente: pero si unte mí el sacerdocio. 36 Por eso ha man- degolló, y t o m a n d o su sangre, u n t ó con
santificará. Si la sangre mojare alguna algo queda p a r a el tercer día, se quemará.
•T 3 7 Estos dos w.37-38 nos indican bien claramente la conclusión de esta primera sección de
{? ! Los capítulos 6 y 7 son un complemento de las ordenaciones anteriores sobre los sacrificios ' los sacrificios y oblaciones.
" y oblaciones, contenidas en los capítulos precedentes.
6
La razón histórica de conservar el fuego perennenaente debió de ser la dificultad de encen- Q ' La consagración de los sacerdotes reviste gran solemnidad, a fin de recomendar al pueblo la
derlo si no con otro fuego, que ya sería profano (Lev 10,1-3; 2 Mac 1,19; 10,3). " santidad de Yavé y la de aquellos que debían asistir en su presencia y acercarse a El. El ministro
11
Sobre la pureza legal, véase la Introducción, n.6. de ('ata consagración es Moisés, que hasta el presente desempeñaba eí oficio sacerdotal, al que re-
13
Sobre el efá, véase la nota sobre Gen 33,19. nuncia una vez instituido el nuevo sacerdocio. (Véase la Introducción al Levítico, n.5.)
LEVÍTTCO 8 140 141 LEVÍTICO 8-10
s u dedo los cuernos del altar t o d o en r r a m a n d o luego la sangre en t o r n o del sus hijos hicieron t o d o lo que Yavé les gún el rito. 1 7 Présenlo la ofrenda, y to-
t o r n o , y lo purificó, d e r r a m a n d o la san- altar. 2 s T o m ó después el sebo, la cola, había m a n d a d o p o r Moisés. m a n d o un puñado, lo quemó encima del
gre al pie del altar, y lo consagró para t o d o el sebo que cubre las entrañas, la holocausto de la muuiiiiu. '" Degolló el
hacer sobre él el sacrificio expiatorio. redecilla del hígado, los dos ríñones con P r i m e r o s sacrificios o f r e c i d o s t o r o y el carnero del sucriliuo pacífico
16
T o m ó todo el sebo que recubre las su sebo y la pierna derecha. 2 6 T o m ó p o r A r ó n y s u s hijos p o r el pueblo. Los hijos de Arón le pre-
entrañas, la redecilla del hígado y los del cestillo de los ácimos, puesto ante sentaron la sangre, que él derramó en
1 El día octavo Moisés llamó a Arón, t o r n o del a l t a r ; 1 9 y el sebo del (oro y del
dos ríñones c o n su sebo, y lo quemó
todo en el altar. 1 7 El novillo, su piel, sus
Yavé, u n p a n ácimo, u n a torta ácima
amasada con aceite y un frisuelo, y los 9 a sus hijos y a los ancianos de Is- carnero, la cola, el sebo que recubre las
carnes y sus excrementos se quemaron puso sobre el sebo y sobre la pierna dere- rael, * 2 y dijo a A r ó n : «Toma un novillo entrañas, los ríñones y la redecilla del
fuera del campamento, c o m o se lo había c h a ; 2 ? y después de haber puesto todo p a r a el sacrificio por el pecado, y u n hígado, 2 0 las partes grasas las puso so-
m a n d a d o Yavé a Moisés. esto en las m a n o s de A r ó n y sus hijos, carnero p a r a el holocausto, ambos sin bre los pechos. A r ó n quemó los sebos
18
Hizo que acercaran el carnero del lo balancearon éstos como ofrenda a Ya- defecto, y ofrécelos ante Yavé. 3 Hablarás en el a l t a r , 2 1 después balanceó los pechos
holocausto, y A r ó n y sus hijos le pusieron vé. 2 8 Moisés lo t o m ó de sus m a n o s y lo a los hijos de Israel, diciendo: T o m a d u n ante Yavé, y la pierna derecha en ofren-
q u e m ó en el altar encima del holocausto, m a c h o cabrío para el sacrificio de expia- da balanceada, como lo había m a n d a d o
pues era el sacrificio de inauguración de ción, un becerro y u n cordero primales Moisés.
22
suave olor, combustión a Yavé. 2 9 Moisés p a r a el holocausto, ambos sin defectos; A r ó n , alzando su m a n o hacia el pue-
4
t o m ó luego el pecho del carnero de inau- u n buey y un carnero para el sacrificio blo, le bendijo, y bajó después de haber
guración y lo balanceó ante Y a v é ; ésta pacífico, p a r a inmolarlos ante Y a v é ; y ofrecido el sacrificio p o r el pecado, el
fue la porción de Moisés, como se lo u n a ofrenda amasada con aceite; p o r q u e h o l o c a u s t o y el s a c r i f i c i o p a c í f i c o . *
23
había m a n d a d o Yavé. hoy se os d a r á a ver Yavé». Moisés y A r ó n entraron en el taber-
5 Trajeron ante el tabernáculo de la náculo de la reunión; y c u a n d o salieron
reunión cuanto había m a n d a d o Moisés, bendijeron al pueblo, y la gloria de Yavé
y t o d a la asamblea se acercó, poniéndose se apareció a t o d o el pueblo, * 2 4 y fuego
ante Yavé. 6 Moisés dijo: «Esto es lo que m a n d a d o p o r Yavé consumió en el altar
h a m a n d a d o Y a v é ; hacedlo, y se os mos- el holocausto y los sebos. A su vista el
trará la gloria de Yavé». 7 Dijo, pues, a pueblo t o d o lanzó gritos de júbilo y se
A r ó n : «Acércate al altar, ofrece tu sacri- postraron rostro a tierra.
ficio p o r el pecado y tu holocausto, y haz
la expiación p o r ti y por el p u e b l o ; pre- Nadab y Abiú, consumidos por
senta también la ofrenda del pueblo, y el f u e g o
haz la expiación p o r él, como lo h a m a n -
d a d o Yavé». •I A 1 Los hijos de Arón, N a d a b y Abiú,
8 A r ó n se acercó al altar y degolló el * " t o m a r o n cada u n o un incensario,
novillo, víctima del sacrificio por el pe- y poniendo fuego en ellos y echando in-
cado, ofrecido por él. * Los hijos de A r ó n cienso, presentaron ante Yavé u n fuego
le presentaron la sangre, y mojando él extraño, cosa que no les había sido orde-
2
su dedo, u n t ó de ella los cuernos del nada. * Entonces salió de ante Yavé un
Descuartizamiento de la víctima. (Sepulcro Mai.) altar y la derramó al pie del a l t a r . 1 0 Que- fuego que los abrasó, y murieron ante
3
mó en el altar el sebo, los ríñones y la Yavé. Dijo Moisés a A r ó n : «Esto es lo
30
T o m ó Moisés el óleo de unción y redecilla del hígado de la víctima por el que declaro Yavé al decir: Y o seré santi-
sangre de la que había en el altar, asper- pecado, como Yavé se lo había m a n d a d o ficado en aquellos que se m e acercan y
gió a A r ó n y sus vestiduras y a los hijos a Moisés; n pero la carne y la piel las glorificado ante el pueblo todo». A r ó n
de A r ó n y sus vestiduras, consagrando a quemó fuera del campamento. 1 2 Degolló calló.
4
A r ó n y sus vestiduras y a los hijos el holocausto, y sus hijos le presentaron Moisés llamó a Misael y Elisafán, hi-
El sumo sacerdote. (Biblia de Montserrat). la sangre, que él derramó en torno del jos de Oziel, tío de A r ó n , y les dijo:
de A r ó n y sus vestiduras. 13
31 altar. Le presentaron el holocausto des- «Venid y llevad a vuestros h e r m a n o s lejos
sus m a n o s sobre la cabeza. 1 9 Moisés lo Moisés dijo a A r ó n y a sus hijos:
«Coced la carne a la entrada del taber- cuartizado, con la cabeza, y él los quemó del santuario, fuera del campamento».
degolló, y derramó su sangre en torno
en el a l t a r . 1 4 Lavó las entrañas y las patas 5 Ellos se acercaron y los llevaron con
del altar. 2 0 Lo descuartizó, y Moisés que- náculo de la reunión; es allí donde ha-
y las quemó encima del holocausto. '5 Lue- sus túnicas fuera del c a m p a m e n t o , c o m o
m ó la cabeza y los trozos y el sebo. 21 Se béis de comerla con el p a n que hay en go presentó la ofrenda del pueblo. T o m ó se lo había m a n d a d o Moisés.
lavaron en agua las entrañas y las patas, el cestillo de la inauguración como yo 6
el macho cabrío por el pecado, ofrecido Moisés dijo a A r ó n , a Eleazar y a
y Moisés q u e m ó todo el carnero en el lo he m a n d a d o , diciendo: A r ó n y sus por el pueblo; y degollándolo, ofreció la Itamar, hijos de A r ó n : « N o desnudéis
altar; era holocausto de suave olor, un hijos lo comerán. 3 2 Lo que reste de la e x p i a c i ó n c o m o la v í c t i m a p r i m e r a , vuestras cabezas ni rasguéis vuestras ves-
sacrificio por el fuego, como se lo había carne y del pan, lo quemaréis. 33 D u r a n t e i* Ofreció el holocausto y lo sacrificó se- tiduras, n o sea que muráis y se irrite Yavé
m a n d a d o Yavé a Moisés. siete días no saldréis de la entrada del
22
Hizo que acercasen el otro carnero, tabernáculo de la reunión, hasta que se 1 Una vez consagrado, ordena Dios que ofrezcan las primicias de su ministerio, para dar una
el de la inauguración, y A r ó n y sus hijos
le pusieron la m a n o sobre la cabeza.
cumplan los días de vuestra inauguración, 9 «eftal de su aceptación ante el pueblo.
23 pues vuestra inauguración durará siete 22 lil sacerdote es mediador entre Dios y el pueblo. El presenta a Dios las ofrendas del pueblo
Moisés lo degolló, t o m ó su sangre y y «trae sobre éste las bendiciones de Dios.
untó con ella el lóbulo de la oreja derecha días, 3 4 c o m o se ha hecho hoy para ex- 23 Por ley que hasta cierto punto podemos decir natural, en la sociedad patriarcal los primogé-
de Arón, el pulgar de su m a n o derecha y piaros. Os quedaréis los siete días, día y nllon eran los sacerdotes, como eran los representantes de !a autoridad. Parece que los rubenítas
el de su pie derecho. 2 4 Hizo acercar los n o c h e , 3 5 a la entrada del tabernáculo de HNplrnban a esta dignidad en Israel. Para mostrar su voluntad, Dios se aparece en la nube. Era un
la reunión, y guardaréis lo que ha man- mundnto de respetar el nuevo sacerdocio.
hijos de Arón, y untó de la sangre el ló-
bulo de su oreja derecha, el pulgar de su dado Yavé, para n o morir, porque esto 1
Todo este capítulo, al referirnos un incidente tan trágico, mira a poner bien de relieve la
m a n o derecha y el de su pie derecho, de- es lo que él m e h a m a n d a d o » . 3 6 A r ó n y Hantidad del santuario, del sacerdocio y de su ministerio.
LEVÍTH'O 10-11 142 143 LEVÍTICO 11-12
conlru (oda la asamblea. Que vuestros her- Yavé?» 2" Oyóle Moisés, y se dio por sa- toda especie de langosta: de solam, de su vientre, sea de lo» que marchan sobre
manos, toda la casa de [srae], lloren el in- tisfecho. jargol, de jagab, según las especies. 2 3 T o - cuatro o sobre muchas patas; los tendréis
cendio que ha encendido Yavé. * 7 Vos- do otro volátil de cuatro patas lo ten- por abominación. 4 3 No os hagáis abomi-
otros no salgáis del tabernáculo de la re- dréis por inmundo y comiéndolos os ha- nables por los reptiles que reptan ni os ha-
unión, no sea que muráis, porque lleváis TERCERA P A R T E réis inmundos. 2 4 Quien tocare uno de sus gáis impuros por ellos; seréis manchados
sobre vosotros el óleo de la unción de cadáveres se contaminará y será inmun- por ellos. 4 4 Porque yo soy Yavé, vuestro
Yavé». Ellos hicieron lo que Moisés les L E Y E S SOBRE LA PUREZA do hasta la t a r d e ; 2 5 y si tocare algo de Dios, vosotros os santificaréis y seréis san-
mandaba. (II-I6) esto muerto, lavará sus vestiduras y será tos, porque yo soy santo, y no os mancha-
8 inmundo hasta la puesta del sol. 26 T o d o réis con ninguno de los reptiles que reptan
Yavé habló a A r ó n , diciendo: ' « N o
animal que tenga pezuña, pero n o par- sobre la tierra. 4 5 Pues yo soy Yavé, que
beberás vino ni bebida alguna inebriante L e y a c e r c a d e los a n i m a l e s p u r o s tida, ni rumie, será para vosotros inmun- os ha sacado de la tierra de Egipto para
tú ni tus hijos, c u a n d o hayáis de entrar en e impuros do, y quien tocare su cadáver será in- ser vuestro Dios. Santos seréis vosotros,
el tabernáculo de la reunión, no sea que m u n d o . 2 7 Los que andan sobre la plan- porque santo soy yo
muráis. Es ley perpetua entre tus descen-
dientes, 1 0 p a r a que sepáis discernir entre 1 |
*
' Yavé habló a Moisés y Arón,
diciendo: * 2 «Hablad a los hijos
ta de los pies serán para vosotros inmun-
dos, y quien tocare su cadáver será in-
46
Esta es la ley referente a los cuadrúpe-
dos, las aves, todos los seres vivientes que
10 santo y lo profano, lo puro y lo impuro, de Israel y decidles: H e aquí los animales m u n d o hasta la tarde, 2 8 y quien transpor- se mueven en las aguas y todos los que
11
y enseñar a los hijos de Israel todas las que comeréis 3
de entre las bestias de la tare su cadáver lavará sus vestiduras y reptan sobre la tierra, 4 7 para que distin-
leyes que p o r medio de Moisés les h a dado tierra. T o d o animal de casco partido y será inmundo hasta la tarde. 2 9 También gáis entre lo puro y lo impuro, entre lo
Yavé». pezuña hendida y que rumie lo comeréis; estos animales serán para vosotros in- que puede y lo que no puede comerse».
4
12 pero no comeréis los que sólo rumian o mundos de entre los que andan por la
Moisés dijo a A r ó n , a Eleazar y a
sólo tienen partida la pezuña. El camello, tierra: la comadreja, el ratón y la tortuga, L a purificación d e la r e c i é n parida
Itamar, los dos hijos que le quedaban a que rumia, pero no tiene partida la pezu-
A r ó n : «Tomad lo que resta de las ofrendas ña, será inmundo p a r a vosotros; 5 el co- en todas sus especies; 3 0 el musgaño, el
camaleón, la salamandra, el lagarto y el i n l Yavé habló a Moisés, diciendo: *
de combustión, las ofrendas de Yavé, y nejo, que rumia y n o parte la pezuña, es * « 2 «Habla a los hijos de Israel y diles:
comedio sin levadura cerca del altar, pues i n m u n d o ; 6 la liebre, que rumia y n o topo. 3 1 Estos son los para vosotros in-
mundos entre los reptiles; quien tocare C u a n d o dé a luz una mujer y tenga un
es cosa santísima. , 3 Lo comeréis en el parte la pezuña, es i n m u n d a ; 7 el cerdo, hijo, será impura durante siete días; será
su cadáver será inmundo hasta la tarde.
lugar santo. Es tu derecho y el derecho de que divide la pezuña y no rumia, es in- 12 impura como en el tiempo de su mens-
T o d o objeto sobre el que cayere uno
tus hijos sobre las ofrendas hechas a Yavé, m u n d o para vosotros. 8 N o comeréis su de estos cadáveres será m a n c h a d o ; y los truación. 3 El octavo día será circuncida-
como me ha sido ordenado. ' 4 Comeréis carne ni tocaréis sus cadáveres; serán utensilios de madera, vestidos, pieles, sa- do el hijo, 4 pero ella quedará todavía en
en lugar p u r o , tú y tus hijos y tus hijas, el inmundos para vosotros. cos, t o d o objeto de uso puesto será en casa durante treinta y tres días en la san-
9
pecho balanceado y la pierna reservada, H e aquí los animales que entre los agua y será inmundo hasta la t a r d e ; 3 3 to- gre de su purificación: no tocará n a d a
porque estos trozos se te dan como dere- acuáticos comeréis: t o d o cuanto tiene da vasija de barro donde algo de esto santo ni irá al santuario hasta que se cum-
cho tuyo y de tus hijos sobre los sacrificios aletas y escamas, tanto en10 el m a r c o m o caiga quedará manchada y la romperéis; plan los días de su purificación. 5 Si da a
pacíficos de los hijos de Israel. 1 5 La pierna en los ríos, lo comeréis; pero abomi- 14
todo alimento preparado con agua que- luz hija, será impura durante dos sema-
de separación y pecho de balanceo, que naréis de cuanto no tiene aletas y esca- dará manchado, y lo mismo toda bebida, nas, como al tiempo de su menstruación,
con el sebo destinado al fuego se presen- m a s en el m a r y en los ríos, de entre los cualquiera que sea el vaso que la conten- y se quedará en casa durante sesenta y
seis días en la sangre de s u purificación.
tan a Yavé p a r a hacer la ofrenda; a ti, animales que se mueven en el agua y de ga, ,5 todo aquello sobre lo cual caiga algo 6
entre todos los vivientes que en ella hay. do estos cadáveres quedará m a n c h a d o y Cuando se cumplan los días de su puri-
pues, y a tus hijos os pertenecen p o r ley 11 ficación, según que haya tenido hijo o hi-
Serán para vosotros abominación, no por manchado lo tendréis. 3 6 Las fuentes
perpetua, como lo h a m a n d a d o Yavé». comeréis sus carnes y tendréis como abo- ja, presentará ante el sacerdote, a la en-
16 Moisés preguntó p o r el macho cabrío minación sus cadáveres. , z T o d o cuanto V las cisternas donde hay cantidad de agua
quedarán puras, mas quien tocare el cadá- trada del tabernáculo de la reunión, un
que había sido sacrificado p o r el pecado, en las aguas no tiene aletas y escamas lo cordero primal en holocausto y un pi-
ver será impuro. 3 7 Si alguno de estos
y se encontró con que había sido quema- tendréis por abominación. l 3 H e aquí en- chón o una tórtola en sacrificio por el pe-
cuerpos muertos cayere sobre una simien-
d o ; y airado contra Eleazar e Itamar, los tre las aves las que tendréis por abomi- te que ha de sembrarse, la simiente que- cado. 7 El sacerdote los ofrecerá ante Ya-
hijos de A r ó n que quedaban, les dijo: nación, y no las comeréis por ser cosa dará p u r a ; 3 8 pero si se le hubiera echado vé y hará por ella la expiación, y será pura
17 14
«¿Por qué no habéis comido la víctima abominable: e l áijaila, el quebrantahue- it|iua encima y cae alguno de estos cuer- del flujo de su sangre. Esta es la ley para
por el pecado en el lugar santo? Es cosa sos y el halieto; el 5 .nilano y el buitre se- pos muertos, la tendréis por manchada. la mujer que da a luz hijo o hija. 8 Si no
santísima, y Yavé os lo ha d a d o para que gún sus especies; .' toda clase de cuervos; puede ofrecer un cordero, t o m a r á dos tór-
16 •w Si muere uno de los animales cuya
llevéis vosotros la iniquidad de la asam- el avestruz, la lechuza, el loro, la ga- tolas o dos pichones, uno para el holo-
carne podéis comer, quien tocare el ca-
blea y os hagáis por ella expiación ante viota y el gavilán de toda clase; " e l causto y o t r o para el sacrificio p o r el pe-
dáver lavará sus vestidos y quedará im-
Y a v é ; 1 8 y más no habiendo sido llevada buho, el mergo, el 19 ibis; 1 8 el cisne, el pe- puro hasta la tarde.
c a d o ; el sacerdote h a r á p o r ella la expia-
lícano, el calamón; la garza, la cigüeña, 411 ción y será pura».
la sangre dentro del santuario, debíais I ¡I que de estos cadáveres comiere,
en todas sus especies; la abubilla y ei lavará sus vestidos y será inmundo hasta
haber comido la carne en lugar santo, 20
murciélago. T o d o volátil que anda so- la lardo; y el que los llevare, lavará sus
como lo he mandado». bre cuatro patas lo tendréis por abomina-
19
Arón dijo a Moisés: «Hoy se h a n ción; 21 pero entre los insectos alados que voidkliiH y será inmundo hasta la tarde.
ofrecido ante Yavé la víctima por el pe- marchan sobre cuatro patas comeréis •" Será pura vosotros abominación todo
reptil que repta sobre la tierra. 4 2 N o co-
cado y el holocausto, y me ha pasado aquellos que tienen más largas las de
meréis ningún animal que repta sobre la
esto. ¿Podía comer hoy la víctima por atrás para saltar sobre la tierra. 2 2 H e tierra, vea de los que se arrastran sobre
el pecado? ¿Habría sido esto grato a aquí de entre éstos los que comeréis:
6
Estas prescripciones se ordenan a que los sacerdotes conserven la santidad de su carácter. •• 'y ' Flirece a primera vista extraño que el parto haga a la madre impura, cuando la fecundidad
' ™ r» mirada en la Ley como una bendición de Dios. Sin embargo, no sólo en Israel, también
flilip Ion Ambón la mujer que ha dado a luz es mirada como impura. La diferencia de los días, si el
Sobre la pureza o santidad de las cosas, véase la lntioducción al Levltwo, n.6. nni'liln ri» niño o niña, muestra el bajo concepto que merecía a los antiguos la mujer, no obstante
wr anuir» de lo» hombres como de las mujeres.
LEVÍTICO 18 144 145 LEVÍTICO 13-14
37 56
L e y a c e r c a d e la l e p r a reciere en ella una escamosidad blanca o IVtas si la llaga n o se ha extendido y el Pero si el sacerdote ve que después
rojiza, se presentará al sacerdote, 20 quien pelo1) está negro, la llaga está curada, es del lavado la parte manchada h a muda-
•I O ' Yavé habló a Moisés y Arón, di- le examinará. Si la mancha está más hun- purci, y p u r o le declarará el sacerdote. do el color, la arrancará del vestido o
* «* eiendo: * 2 «Cuando tenga u n o en dida que el resto de la piel y el pelo se ha 38
Si cualquier h o m b r e o mujer tiene del cuero, de la urdimbre o de la t r a m a ;
su carne alguna mancha escamosa, o un vuelto blanco, le declarará i m p u r o ; es le- en su piel manchas blancas, 3 9 el sacer-
57
y si después de esto se viera que en
conjunto de ellas, o u n a mancha blanca, pra que se ha presentado en la úlcera ci- d o t e : le examinará. Si las manchas son el vestido, o en la urdimbre, o en la
brillante, y se presente así en la piel de catrizada. 2 1 Si el color de los pelos n o se de u ¿ color subobscuro, es empeine que trama, o en el objeto de cuero cunde
su carne la plaga de la lepra, será llevado ha vuelto blanco y la escamosidad rojiza le ha salido en la piel; es puro. todavía la mancha, se quemarán. Sli Pero
a Arón, sacerdote, o a uno de sus hijos, no está más hundida que el resto de la 40
Si a u n o se le caen los pelos de la si después del lavado, en la urdimbre,
sacerdotes. 3 El sacerdote examinará la piel, le recluirá p o r siete d í a s ; 2 2 y si se h a cabeza y se queda calvo, es calvicie de o la trama, o el objeto de cuero, la man-
plaga de la piel de la carne; y si viere que extendido, le declarará i m p u r o ; es lepra; a t r á s ; es puro. 4 1 Si los pelos se le caen cha ha desaparecido, se lavará otra vez,
los pelos se h a n vuelto blancos y que la 23
pero si está como estaba, sin extenderse a los lados de la cara, es calvicie ante- y será puro. 5 9 Tal es la ley de la lepra
parte afectada está más hundida que el la mancha, es la cicatriz de la úlcera, y el rior; es puro. 4 2 Pero si en la calva, pos- del vestido, de lana o lino, de la urdim-
resto de la piel, es plaga de lepra; y el sacerdote le declarará p u r o . terior o anterior, apareciere llaga de co- bre o de la trama y de t o d o objeto de
sacerdote que le haya examinado le de- 2
* Si u n o tiene en su cuerpo, en la piel, lor blanco rojizo, es lepra que h a salido cuero, para declararlos m u n d o s o in-
clarará impuro. 4 Si tiene sobre la piel de una quemadura producida por el fuego, en el occipucio o en el sincipucio. 4 3 El mundos».
su carne u n a mancha blanca que no apa- y sobre la señal de la quemadura aparece sacerdote le examinará, y si la llaga esca-
rece más hundida que el resto de la piel, u n a mancha blanca o de u n blanco rojizo, mosa es de un blanco rojizo, como el L e y a c e r c a d e la p u r i f i c a c i ó n d e l
y el pelo no se ha vuelto blanco, el sacer- 25
el sacerdote le examinará. Si el pelo se de la lepra en la piel de la carne, 4 4 e s
dote le recluirá durante siete días. 5 El día leproso
h a vuelto blanco en la m a n c h a y ésta apa- leproso; es impuro, e impuro le decla-
séptimo le examinará; y si el mal no apa- rece más hundida que el resto de la piel, rará el sacerdote, pues es leproso de la •l A i Yavé habló a Moisés, diciendo: *
rece haber cundido ni haberse extendido es lepra que h a b r o t a d o en la q u e m a d u r a ; cabeza. 1 1 2 «Esta será la ley del leproso p a r a
sobre la piel, le recluirá por segunda vez el sacerdote le declarará impuro. 26 Pero 45
El leproso, manchado de lepra, lle- el día de su purificación: Será conduci-
otros siete días, 6 y al séptimo día le exa- si el sacerdote ve que el pelo de la m a n - vará rasgadas sus vestiduras, desnuda la do al sacerdote, 3 que saldrá a su encuen-
minará nuevamente; si la parte enferma cha no se ha vuelto blanco, y que ésta n o cabeza, y cubrirá su barba, e irá cla- tro fuera del campamento y le examina-
se h a puesto menos brillante y la mancha aparece más hundida que el resto de la m a n d o : «¡Inmundo, inmundo!» 16 T o d o rá. Si la plaga de lepra h a desaparecido
no se ha extendido sobre la piel, el sacer- piel, y fuere de un color subobscuro, le el tiempo que le dure la lepra será in- del leproso, 4 m a n d a r á t o m a r p a r a el que
dote le declarará p u r o ; es una erupción. recluirá durante siete días, y después, 2 7 al m u n d o . Es impuro y habitará solo; fue- ha de purificar dos avecillas vivas, pu-
Lavará sus vestiduras y será puro. 7 Pero séptimo, le examinaTá. Si la m a n c h a se ra del campamento tendrá su m o r a d a . ras, madera de cedro, u n hilo de púrpura
si, después de haber sido examinado por ha extendido sobre la piel, el sacerdote e hisopo; 5 degollará una de las aves
el sacerdote y declarado puro, la mancha le declarará i m p u r o ; es lepra. 2 8 Si está L e p r a d e los v e s t i d o s encima de u n a vasija llena de agua viva;
se extendiere, será llevado a él nuevamen- como estaba, sin extenderse sobre la piel,
6
y t o m a n d o el ave viva, el cedro, el hilo
te para que le vea; 8 y si la mancha brillan- y es de color subobscuro, es la quemadu-
47
Si apareciere mancha de lepra en de púrpura y el hisopo, los mojará, lo
te ha crecido en la piel, le declarará in- ra, y le declarará p u r o , pues es la cicatriz un vestido, sea de lana, sea de lino, * mismo que el ave viva, en la sangre del
m u n d o , que es lepra. 9 Si u n o tuviere la de la quemadura.
48
o en hilo de trama o de urdimbre; ave degollada sobre el agua viva; 7 as-
plaga de la lepra, será llevado al sacerdo- 29 o en u n a piel o un objeto cualquiera de pergerá siete veces al que h a de ser pu-
Si u n h o m b r e o u n a mujer tuviere
te, 10 que le examinará; y si viere éste en cuero: 4 9 si la m a n c h a es de color ver-
u n a llaga en la cabeza o en la barba, 3 0 el rificado de la lepra y le declarará p u r o ,
la piel la escama blanca y que se ha vuelto doso o rojizo, es plaga de lepra. 5 0 Se dando suelta en el campo al ave viva.
sacerdote la examinará. Si está m á s h u n -
el color de los pelos, y en la mancha esca- le enseñará al sacerdote, quien después 8
Luego, el que h a de ser purificado la-
dida que el resto de la piel y el pelo se h a
mosa se nota la carne viva, n será juzga- de examinar la mancha encerrará e! o b - vará sus vestidos, raerá t o d o su pelo y
vuelto rojizo y m á s delgado, el sacerdote
da lepra inveterada en la piel de su carne, jeto p o r siete días. 5 1 El séptimo exami- se bañará en agua, y será p u r o . P o d r á
le declarará i m p u r o ; es tifia, lepra de la
y el sacerdote le declarará i m p u r o ; no le nará de nuevo la m a n c h a ; si ésta se h a
cabeza o de la barba. 3 1 Pero si la llaga ya entrar en el campamento, pero que-
recluirá, pues es impuro. 12 Pero si la le- extendido sobre el vestido, el hilo de d a r á p o r siete días fuera de su tienda.
n o se h a extendido ni está m á s h u n d i d a
pra se ha extendido hasta llegar a cubrir trama o de urdimbre, la piel o el objeto 9
El día séptimo raerá t o d o su pelo,
que el resto de la piel, y el pelo n o está
t o d a la piel del enfermo desde la cabeza de cuero, es plaga de lepra tenaz; la sus cabellos, su barba, sus cejas, todo su
rojizo, recluirá al afectado p o r siete días,
hasta los pies, en cuanto a la vista del 32 cosa es impura. 5 2 Se quemará el vestido, pelo; lavará sus vestidos, y b a ñ a r á su
y al séptimo examinará la llaga. Si ésta
sacerdote aparece, le examinará, , 3 y si, el hilo de trama o de urdimbre, la piel cuerpo en agua, y será limpio. 10 El día
n o se h a extendido y el pelo no h a m u -
en efecto, cubre t o d o su cuerpo, declarará o el objeto de cuero en que se halla la octavo t o m a r á dos corderos sin defecto
d a d o el color ni está la llaga m á s hundi-
p u r o al enfermo; pues se h a puesto t o d o mancha, pues es lepra tenaz; el objeto
da que la piel, 33 le h a r á que se afeite fue- y una oveja primal sin defecto y tres
blanco, será puro. 1 4 Si en el asi afectado será quemado al fuego. 53 Pero si ve que décimos de efá de flor de harina, a m a -
ra de la parte afectada y le recluirá por
aparece la carne viva, será i m p u r o , 1 5 y el lu mancha del vestido, de la urdimbre,
otros siete días, 3 4 y al séptimo examina- sada con aceite, y u n log de aceite. " El
sacerdote, al ver la carne viva, le declara- de la trama o del objeto de cuero no se sacerdote que haga la purificación pre-
rá la llaga; si no se ha extendido ni está
rá impuro, pues la carne viva es impura, luí extendido, 5 4 m a n d a r á lavar aquello sentará ante Yavé al h o m b r e que h a de
m á s hundida que la piel, le declarará pu-
es lepra. 16 Si la carne viva se pone otra en que apareció la lepra y lo encerrará purificarse con todas esas cosas a la en-
ro ; el h o m b r e lavará sus vestiduras y será
vez blanca, se presentará el enfermo al por otros siete días. 55 Si después de la-
puro. 3 5 Pero si, después de declarado trada del tabernáculo de la reunión.
sacerdote, 1 7 que le examinará; y si la VII do ve que la mancha no ha m u d a d o
p u r o , la llaga se extendiere sobre la piel, 12
T o m a r á u n o de los dos corderos, p a r a
llaga se h a puesto en verdad blanca, el <lo aspecto, aunque no haya cundido, es
36 le examinará el sacerdote; y si en efec- ofrecerlo en sacrificio expiatorio, y el log
sacerdote le declarará p u r o ; es puro. inmundo, y se quemará porque está in-
t o se ha extendido, n o hay ya que mirar de aceite y lo agitará ante Y a v é ; 13 luego
i 8 C u a n d o uno tenga en su cuerpo, so- si el pelo ha m u d a d o de color; es impuro.
leclado en el reverso y en el anverso.
bre su piel, una úlcera cicatrizada 1 9 y apa-
•" No se sabe a qué se refiere lo que se dice de la lepra de los vestidos y de los cueros, de que
•f O l He aquí un punto que induce a buscar la razón de la impureza de las cosas en motivos de MC IIUIIIH a partir del v.47.
* higiene, porque, en efecto, la lepra es enfermedad contagiosa, y hasta el presente incurable.
En la lepra se comprenden aquí algunas otras enfermedades cutáneas, que la ciencia rudimentaria
de los antiguos no distinguía, como tampoco distinguía las dos especies de lepra, la tuberculosa j 1 4* 1 El leproso, en virtud de su impureza, quedaba excluido de la sociedad familiar y civil y
de la participación en el culto divino. Esta purificación tenia por objeto abrirle las puertas del
la anestésica, hoy bien diferenciadas. MliUmriu y Je la sociedad civil y doméstica (Mt 8,4).
tEvf'rtco 14 146 147 LEVÍTICO 14-16
degollará el cordero donde se inmola la pués ofrecerá una de las tórtolas o lino de barro con agua viva, 51 y t o m a n d o 16
El h o m b r e que efundiere su semen,
víctima expiatoria y el holocausto en lugar de los pichones que haya podido prueu- luego la madera de cedro, el hisopo y lavará con agua todo su cuerpo, l 7 y toda
santo, porque la victima del sacrificio ex- rarse, 3 ' el uno en sacrificio por el peca- la lana escarlata con la otra ave, lo m o - ropa o piel en que se chinda será lavada
piatorio, como la del sacrificio por el pe- do, el otro en holocausto con la ofren- jará t o d o en la sangre del ave degollada con agua, y será inmunda hasta la tarde.
cado, es para el sacerdote, es cosa santísi- d a ; y así, el sacerdote h a r á la expiación sobre el agua viva y aspergerá la casa 18
La mujer con quien se acostare con .
ma. 14 El sacerdote, t o m a n d o la sangre del ante Yavé del q ue se purifica. 3 2 Esta es siete veces. 5 2 Purificará la casa con la emisión del semen se lavará como él, y
sacrificio expiatorio, untará de ella el la ley de la purificación del que tiene sangre del ave, el agua viva, el ave viva, como él será inmunda hasta la tarde.
lóbulo de la oreja derecha del que se plaga de lepra y no puede presentar las la madera de cedro, el hisopo y la lana 19
La mujer que tiene su flujo, Unjo de
purifica y el pulgar de la m a n o derecha víctimas ordinarias». escarlata, 53 y dará suelta al ave viva fue-
y del pie derecho. 15 Tomará el log de sangre en su carne, estará siete días en
ra de la ciudad, en el campo. 5 4 T a l es su impureza. Quien la tocare será impu-
aceite, y echando de él en la palma de
su m a n o izquierda, 16 meterá el índice L a l e p r a d e las c a s a s la ley de toda clase de mancha de lepra, ro hasta la tarde. 2 0 Aquello sobre que
o de tina, * 55 y de la lepra de los vesti- durmiere o se sentare durante su impu-
de su m a n o derecha en el aceite que tiene 33
en la palma de su m a n o izquierda y
Yavé habló a Moisés y Arón, di- dos y de las casas, 5 6 de los tumores y reza será impuro, 2 1 y quien tocare su
ciendo : * 3 4 « C u a n d o hayáis entrado en postillas y de las manchas b l a n c a s , 5 7 para lecho lavará sus vestidos, se bañará en
hará con él por siete veces aspersión ante la tierra de Canán que yo voy a daros
Yavé. 17 Después, del aceite que le queda declarar lo m u n d o y lo inmundo. Esta agua y será impuro hasta la tarde. 2 2 Si
en posesión, y mandare yo la plaga de es la ley de la lepra». alguno tocare un mueble sobre el que ella
en la palma, untará el lóbulo de la oreja lepra a alguna casa de la tierra que po-
derecha del que se purifica y el pulgar se sentó, lavará sus vestidos, se bañará
seeréis, 3 5 el dueño de la casa irá a po- I m p u r e z a d e l h o m b r e y d e la m u j e r en agua y será impuro hasta la tarde.
de la m a n o derecha y el del pie derecho,
encima de la sangre de la víctima; 1 8 el nerlo en conocimiento del sacerdote, di- 23
Lo que hubiere sobre su lecho o sobre
ciéndole: N o t o que hay en mi casa una 4 C l Yavé habló a Moisés y Arón, di-
resto del aceite que le queda en la palma su asiento, quien lo tocare será impuro
lo echará sobre la cabeza del que se pu- mancha. 3 6 El sacerdote m a n d a r á desocu- * " ciendo: 2 «Hablad a los hijos de
hasta la tarde. 2 4 Pero si uno se acostare
par la casa antes de ir a examinar la Israel y decidles: Cualquier h o m b r e que
rifica, cumpliendo así la expiación por con ella, será sobre él su impureza, y será
mancha, p a r a que no se contamine cuan- padezca flujo seminal en su carne será
él ante Yavé. 1 9 Luego el sacerdote ofre- inmundo p o r siete días, y el lecho en que
cerá el sacrificio por el pecado, haciendo to hay en ella. Desocupada, irá el sacer- inmundo. 3 Esta es la ley de su inmun-
durmiere será inmundo.
la expiación del que se purifica de su dote a examinarla. 3 7 Examinará la man- dicia en el flujo, ya sea por destilar su 25
cha, y si en las paredes de la casa ha- carne el flujo, ya p o r retenerlo, es inmun- La mujer que tuviere flujo de san-
m a n c h a ; 2(> y después de inmolar el ho- gre p o r más tiempo del acostumbrado,
locausto, lo ofrecerá en el altar con la llare cavidades verdosas o rojizas como d o . 4 El lecho en que se acueste, el asien-
hundidas en la pared, 3 8 saldrá a la puer- to en que se siente será inmundo. 5 Quien prolongándose éste m á s allá de los días
oblación, y así h a r á p o r él la expiación de su impureza, será impura t o d o el tiem-
y será puro. t a d e la casa y la h a r á cerrar p o r siete tocare su lecho lavará sus vestidos, se b a -
días. 3 9 Al séptimo día volverá el sacer- ñará en agua y será impuro hasta la tar- po que dure el flujo, c o m o en el tiempo del
21
dote, y si ve que la mancha ha cundido de. * Quien se sentare sobre un objeto menstruo. 26 El lecho en el cual durante
Si fuere pobre y no pudiere procu-
rarse las víctimas ordinarias, tomará sólo en las paredes de la casa, 4 0 m a n d a r á sobre el que se sentó el que padece el él duerma y todo objeto sobre el que se
un cordero, que se ofrecerá en sacrificio quitar las piedras manchadas y arrojar- flujo, lavará sus vestidos, se bañará en siente será impuro, como en el tiempo
expiatorio, en ofrenda de expiación. Lle- las fuera de la ciudad, en un lugar im- agua y será impuro hasta la tarde. 7 Quien del menstruo, 2 7 y quien los toque será
vará una décima de flor de harina ama- puro ; 4 ' h a r á raspar la casa toda en lo tocare la carne del enfermo, lavará sus impuro y lavará sus vestidos, se bañará
sada con aceite, para la ofrenda, y un interior, arrojándose en un lugar impuro vestidos, se b a ñ a r á en agua y será impuro en agua y será impuro hasta la tarde.
28
log de aceite; 22 también dos tórtolas o el polvo que se raspe. 4 2 Se t o m a r á n otras hasta la tarde. 8 Si el enfermo escupe so- C u a n d o curare de su flujo contará sie-
dos pichones, según sus facultades, uno piedras y se pondrán en el lugar de las bre un h o m b r e puro, éste lavará sus ves- te días, después de los cuales será pura.
29
como víctima expiatoria, el otro para el quitadas, y se revocará de nuevo. 4 3 Si tidos, se bañará en agua y será impuro Al octavo día t o m a r á dos tórtolas o
holocausto. 23 Lo presentará el día octavo la mancha reapareciese nuevamente en hasta la tarde. 9 El carro en que viaje el dos pichones y los llevará al sacerdote a
al sacerdote para su purificación, a la la casa después de haber quitado las pie- enfermo será inmundo. 1° Quien tocare la entrada del tabernáculo de la reunión.
30
entrada del tabernáculo de la reunión, dras y de haberla raspado y revocado algo que haya estado debajo del enfermo El sacerdote los ofrecerá, uno en sacri-
ante Yavé. 2 4 El sacerdote tomará el cor- de nuevo, 4 4 volverá el sacerdote a exami- será impuro hasta la tarde, y quien lo ficio expiatorio y el otro en holocausto,
dero de la expiación y el log de aceite narla. Si la mancha hubiere cundido en la transportare lavará sus vestidos, se bañará y h a r á por ella la expiación ante Yavé de
y los agitará ante Y a v é ; 2S y después de casa, es lepra corrosiva de la casa: es en agua y será impuro hasta la tarde. la inmundicia de su flujo.
haber inmolado el cordero del sacrificio impura. 4 5 Se demolerá, y las piedras, >t T o d o aquel a quien el enfermo tocare 31
Enseñad a los hijos de Israel a pu-
de expiación, t o m a r á de su sangre y la la madera y todo el mortero se lleva- sin haberse antes lavado las manos en rificarse de sus inmundicias, no sea que
pondrá en el lóbulo de la oreja derecha agua, lavará sus vestidos, se bañará en por ellas mueran, por manchar el taber-
rán fuera de la ciudad a un lugar impuro.
del que se purifica y sobre el dedo pul- 46 agua y será impuro hasta la tarde, i 2 T o - náculo que está en medio de ellos.
gar de la m a n o derecha y el del pie de- Quien entrare en la casa durante el
da vasija de barro que tocare se romperá, 32
recho. 26 Echará luego aceite en la palma tiempo que se ha tenido cerrada será Esta es la ley del que padece flujo
impuro hasta la tarde. 4 7 Quien hubiere y la de madera se lavará en a g u a . 1 3 Cuan- y efunde el semen, haciéndose inmundo,
de su m a n o izquierda, 2 7 y con el dedo do esté curado de su flujo contará siete 33
índice de su m a n o derecha hará siete dormido en ella lavará sus vestidos, y y de la mujer en su flujo menstrual; de
quien en ella hubiere comido lavará sus días para su purificación, lavará sus ves- cuantos padecen flujo, hombres o muje-
veces aspersión ante Yavé; 2 8 u n t a r á del
aceite que tiene en la m a n o el lóbulo de vestidos. tidos, bañará su cuerpo en agua viva y res, y del hombre que se acuesta con u n a
la oreja derecha del que se purifica y
48
Pero si el sacerdote, al volver a la será puro. 14 Al octavo día, t o m a n d o dos mujer impura».
el pulgar de la m a n o derecha y el del casa, ve que la mancha no ha cundido tórtolas o dos pichones, se presentará
pie derecho en el lugar donde puso la en ella después que la casa ha sido revoca- ante Yavé a l a ' e n t r a d a del tabernáculo
de la reunión, y se los dará al sacerdote, La fiesta a n u a l d e la e x p i a c i ó n
sangre de la victima expiatoria. 2 9 Lo que da de nuevo, declarará pura la casa, pues
le quede en la m a n o lo echará sobre la el mal se ha curado. 4 9 Entonces tomará 15 que los ofrecerá, uno en sacrificio ex- 1
Después de la muerte de los dos
cabeza del que se purifica, para hacer para expiar la casa dos avecillas, madera piatorio, e! otro en holocausto, y hará por
él la expiación ante Yavé, por su flujo.
16 hijos de Arón, heridos al acercar-
por él la expiación ante Yavé. 3 " Des- de cedro, lana escarlata e hisopo; 50 de- ante Y a v é , * 2 dijo Yavé a Moisés:
gollará una de las aves sobre una vasija 34
Es claro que estos versículos son la conclusión del c.14.
33
Los w.33-53, de sentido muy obscuro, parecen insertados en este capítulo de la enfermedad •I £ ' E l precepto de la fiesta de la expiación se da con ocasión de la muerte de los dos sacerdotes,
de la lepra y su purificación. " hijos de Arón, que por una inadvertencia hablan profanado el culto divino. La alianza entre
LEVÍTICO 16 148 149 LEVÍTICO 16-17
« D i a tu h e r m a n o A r ó n q u e n o entre de sus impurezas. * 17 Q u e n o haya na- 30
p o r q u e en ese día se h a r á la expiación 6
el sacerdote derramará la sangre en el
nunca en el santuario a la parte interior die en el tabernáculo de la reunión desde p o r vosotros para que os purifiquéis y altar de Yavé a la entrada del tabernácu-
del velo, delante del propiciatorio que que él entre para hacer la expiación del seáis purificados ante Yavé de todos vues- lo de la reunión, y quemará el sebo en
está sobre el arca, n o sea que muera, pues santuario hasta que salga, hecha la ex- tros pecados. 3 i Será p a r a vosotros día olor de suavidad a Yavé. 7 Así n o ofre-
yo me muestro en la nube sobre el p r o - piación p o r sí y por su casa y por toda de descanso, sábado, y mortificaréis vues- cerán sus sacrificios a los sátiros con los
piciatorio. la asamblea de Israel, i 8 Después irá al tras personas. Es ley perpetua. cuales se prostituyen. Esta será para ellos
3
H e aquí el rito según el cual entrará altar q u e está ante Yavé y h a r á la expia- 32
La expiación la hará el sacerdote q u e ley perpetua de generación en generación.
A r ó n en el santuario: T o m a r á un novi- ción de él, y t o m a n d o sangre del novillo 8
haya sido ungido y haya sido iniciado Diles, pues: T o d o h o m b r e de la casa
llo para el sacrificio por el pecado y u n y sangre del macho cabrío, untará de ella p a r a ejercer las funciones sacerdotales en de Israel o de los extranjeros que habitan
carnero para el holocausto. 4 Se revestirá los cuernos del altar t o d o en t o r n o ; i ' ha- lugar de su padre. Se revestirá de las ves- en medio de ellos que ofrezca un holo-
de la túnica santa de lino y se pondrá rá con su dedo siete veces la aspersión tiduras de lino, las vestiduras sagradas, causto o un sacrificio pacífico ' y n o lle-
33
sobre sus carnes el calzón de l i n o ; se ce- de sangre, y le santificará y le purificará y h a r á la expiación del santuario de la vare la víctima a la entrada del taber-
ñirá un cinturón de lino y cubrirá su ca- de las impurezas de los hijos de Israel. santidad, del tabernáculo de la reunión y náculo de la reunión para ser sacrificado
20
beza con la tiara de lino vistiéndoselos Hecha la expiación del santuario, de] altar, la de los sacerdotes y la de t o d o a Yavé, será borrado de en medio del
después de haberse lavado en el agua. del tabernáculo de la reunión y del altar, el pueblo de la asamblea. 3 4 Será para pueblo.
5
Recibirá de la asamblea de los hijos de presentará el macho cabrío vivo; 21 pon- vosotros ley perpetua y se hará la expia-
Israel dos machos cabríos, p a r a el sacri- drá A r ó n sus dos m a n o s sobre la cabeza ción una vez por a ñ o para los hijos de
Israel por sus pecados». Prohibición d e c o m e r sangre, animal
ficio p o r el pecado, y u n carnero p a r a el del macho cabrío vivo, confesará sobre él
holocausto; 6 A r ó n ofrecerá su novillo todas las culpas, todas las iniquidades de mortecino o ahogado
Hízose lo que Yavé había m a n d a d o a
p o r el pecado, y h a r á la expiación por los hijos de Israel y todas las transgresio- Moisés. i ° T o d o h o m b r e de la casa de Israel,
sí y p o r su casa. 7 T o m a r á después los nes con que h a n pecado, y los echará o de los extranjeros que habitan en me-
dos machos cabríos, y presentándolos sobre la cabeza del macho cabrío, y lo dio de ellos, que coma sangre de un ani-
ante Yavé a la entrada del tabernáculo m a n d a r á al desierto p o r medio de un mal cualquiera, yo m e volveré contra el
de la reunión, 8 echará sobre ellos las h o m b r e designado para ello. 2 2 El m a c h o CUARTA PARTE
que come sangre y le borraré de en me-
suertes, una la de Yavé, otra la de Aza- cabrío llevará sobre sí todas las iniqui- dio de su p u e b l o , * u p o r q u e la vida de
CÓDIGO DE SANTIDAD
zel. * 9 A r ó n h a r á acercar el macho ca- dades de ellos a tierra inhabitada, y el la carne es la sangre, y yo os he m a n d a d o
brío sobre el que recayó la suerte de Yavé, que lo lleve lo dejará en el desierto. (17-27)
23 ponerla sobre el altar para expiación de
y lo ofrecerá en sacrificio p o r el pecado; Después A r ó n entrará en el tabernácu- vuestras almas, y la sangre expía en lu-
10 el macho cabrío sobre el que recayó la lo de la reunión y se desnudará de las L e y acerca del lugar del sacriñcio gar de la vida. 12 P o r eso he m a n d a d o a
suerte de Azazel le presentará vivo ante vestiduras de lino, que se vistió para en-
Yavé, para hacer la expiación y soltarle
después a Azazel. n A r ó n ofrecerá el n o -
villo del sacrificio p o r el pecado, haciendo
trar en el santuario; 2 4 y quitadas, se la-
vará su cuerpo con agua en lugar santo,
y se p o n d r á sus vestiduras. Saldrá luego,
n 1
2
Yavé habló a Moisés, diciendo: *
«Habla a A r ó n y a sus hijos y
a todos los hijos de Israel, y diles: H e
los hijos de Israel: N a d i e de entre vos-
otros ni de los extranjeros que habiten
en medio de vosotros comerá sangre.
aquí lo que h a m a n d a d o Y a v é : 1 3 T o d o h o m b r e de entre los hijos de
la expiación p o r sí y p o r su casa. Después ofrecerá su holocausto y el del pueblo, 3
A t o d o h o m b r e de la casa de Israel Israel, o de los extranjeros que habitan
de degollar su novillo p o r el pecado, h a r á la expiación p o r sí y p o r el pueblo,
25 que en el campamento o fuera del cam- en medio de ellos, que cazare un animal
12 tomará del altar u n incensario lleno de y quemará en el altar el sebo del sacri-
pamento degüelle un buey, u n a oveja o o un ave puros, verterá la sangre y la
brasas encendidas, de ante Yavé, y dos ficio p o r el pecado. 26 El que hubiere ido
una c a b r a * 4 sin haberla llevado a la en- cubrirá de tierra; 1 4 porque la vida de
puñados de timiama pulverizado, lo lle- a soltar el macho cabrío de Azazel, la- toda carne es la sangre; en la sangre está
vará todo detrás de la cortina; 1 3 echará vará sus vestidos y bañará en agua su irada del tabernáculo de la reunión para
presentarlo en ofrenda a Yavé ante el la vida. P o r eso he m a n d a d o yo a los hi-
el timiama en el fuego ante Yavé, para cuerpo, después de lo cual podrá entrar
santuario, le será imputada la sangre; h a jos de Israel: N o comeréis la sangre de
que la nube de incienso cubra el propi- en el campamento. 27 Serán llevados fue-
derramado sangre, y será b o r r a d o de en carne alguna, porque la vida de toda
ciatorio que está sobre el testimonio y n o ra del campamento el novillo y el macho carne es la sangre; quien la comiere será
muera. I 4 T o m a n d o luego la sangre del cabrío inmolados por el pecado, cuya medio de su pueblo.
5
P o r tanto, los hijos de Israel, en vez borrado.
novillo, aspergerá con su dedo el frente sangre se introdujo en el santuario p a r a
del propiciatorio, haciendo con el dedo hacer la expiación, y se consumirán p o r de inmolar sus víctimas en el campo, las 15 T o d o indígena o extranjero que co-
siete aspersiones. 15 Degollará el macho el fuego sus pieles, sus carnes y sus ex- 1 raerán al sacerdote ante Yavé a la en- miere carne mortecina o desgarrada la-
cabrío expiatorio del pueblo, y llevando crementos. 2 8 El que los queme lavará uncia del tabernáculo de la reunión, y las vará sus vestidos, se bañará en agua y
su sangre detrás del velo, h a r á como con luego sus vestidos, bañará en agua su ofrecerán a Yavé en sacrificio pacífico; será impuro hasta la t a r d e ; después será
la sangre del novillo, aspergiéndola so- cuerpo y después podrá entrar en el cam- 1
bre el propiciatorio y delante de él, 1 6 y Comienza aquí el llamado código de santidad, que termina en el c.26, con una larga y
pamento. 17 apremiante exhortación. Es una miscelánea legal, en la cual se repiten no pocas leyes antes
así purificará el santuario de las impure- 29 Esta será para todos ley perpetua; ^ pero que entran en él con un nuevo aspecto: el de la santidad. Por ser santo Dios, ha de ser
zas de los hijos de Israel y de todas las el séptimo mes, el día diez del mes, mor- •innlo el pueblo, en medio del cual habita el Santo, que es quien a él le santifica. Santo viene a ser puro,
transgresiones con que hayan pecado. tificaréis vuestras personas y n o haréis liiupi u. sin mancha, sin defecto: y es, entre los atributos de Dios en la Escritura, el que más íntima-
Lo mismo h a r á con el tabernáculo de la 1111-nl <• ligado está a la religión. «Tres veces santo proclaman a Dios los serafines» (Isó). Pero esta
trabajo alguno, ni el indígena ni el ex- Un liid se nos presenta como algo terrible y mortal para quien a ella se acerca sin estar en conso-
reunión, que está entre ellos, en medio tranjero que habita en medio de vosotros; ¡11 con ella (Is 6,5). Y por eso es impuro.
I'ur este precepto se lleva al último extremo el principio de la unidad del santuario, pues se
Dios y su pueblo podía ser perturbada, aun de una manera inconsciente, con pecados involuntarios ni HURriido el dar muerte a todo animal sacriricabJe, aunque sea para comer, y hay que llevarle
de los sacerdotes, de los príncipes o del pueblo. A borrar esos pecados y restablecer las buenas re- < I tabernáculo. Tal vez la ley era motivada por los abusos del pueblo. Todavía hoy entre los
laciones entre Yavé y su pueblo se ordenaba esta solemnidad. Después de esta purificación, Israel I.IM de la región de Moab no se mata una res sin pronunciar esta fórmula: «A la faz de Alá»,
se creía en perfecta paz con su Dios. San Pablo considera este rito como tipo del sacrificio redentor > inie a convertiría en un sacrificio. En Dt 12,4-14 se atenúa esta ley, conservando la unidad
de Jesucristo, que con su muerte expió todos los pecados del mundo una vez para siempre • i, mus solo para los verdaderos sacrificios. Para comer se permite matar en cualquier lugar
(Heb 9,15 ss.). . nifftnpre que no se coma la sangre (ibíd., 15,8).
8
Azazel, en el libro apócrifo de Henoc, es uno de los jefes de los ángeles prevaricadores, puesto I^fe precepto declara una vez más que no se debe comer la sangre, en que está la vida, y
luego en hierros por el ángel Rafael. No se sabe qué representa aquí este nombre. 1 T «irvir para expiar los pecados. También se declara impura la carne mortecina y desgarrada,
i« El santuario se contaminaba por la inobservancia de los ritos y de las leyes de santidad. Por . I11 que no ha sido sangrada. Cuánta importancia llegó a tener este doble precepto entre los
eso ahora se comienza por la expiación del mismo. «o «clin de ver por el decreto de los apóstoles en Jerusalén (Act 15,29).
LEVÍTICO 17-18 150
151 LEVÍTICO 18-19
puro. "' Si no lava sus vestidos y su cuer- l<> N o descubrirás la desnudez de la
po, contraerá reato». mujer de tu h e r m a n o ; es la desnudez de hacerle caer; has de temer a tu Dios.
antes de vosotros, y no os manchéis con
tu hermano. ellas. Y o , Yavé, vuestro Dios». Yo, Yavé.
U n c i o n e s ilícitas y p e c a d o s c o n t r a 1 7 N o descubrirás la desnudez de u n a 15 N o hagas injusticia en tus juicios,
naturaleza mujer y la de su hija, ni tomarás a la hija D i v e r s a s leyes religiosas, c e r e m o n i a - ni favoreciendo al pobre ni complacien-
de su hijo, ni a la hija de su hija para des- les y m o r a l e s do al poderoso; juzga a tu prójimo se-
4 o ' Yavé habló a Moisés, diciendo: * cubrir su desnudez; son parientes; es un
X O 2 «Habla a los hijos de Israel y crimen. gún justicia.
1 Q ' Yavé habló a Moisés, diciendo: i 6 N o vayas sembrando entre el pue-
diles: 3 Y o soy Yavé, vuestro Dios. N o 18 !• «J 2 «Habla a toda la asamblea de
haréis lo que se hace en la tierra de Egip- N o tomarás a la h e r m a n a de tu m u - blo la difamación; no depongas contra
los hijos de Israel y diles:
to, donde habéis m o r a d o , ni haréis lo que jer p a r a hacer de ella una rival suya des- 3
Sed santos, porque santo soy yo,
la sangre de tu prójimo. Yo, Yavé.
17
se hace en la tierra de Canán, adonde cubriendo su desnudez con la de tu mu- Yavé, vuestro Dios. *
N o odies en tu corazón a tu herma-
yo os llevo; n o seguiréis sus costumbres. jer1 9en vida de ésta. Tema cada u n o a su padre y a su ma-
no, pero repréndele para no cargarte tú
4
Practicaréis mis mandamientos y cum- N o te acercarás a u n a mujer duran- por él con un pecado.
dre y guardad mis sábados. Y o , Yavé, 18
pliréis mis leyes; las seguiréis. Y o , Yavé, te el tiempo de su impureza para descu- vuestro Dios. N o te vengues y no guardes rencor
vuestro Dios. brir su desnudez. 4 contra los hijos de tu pueblo. Amarás
20 N o vayáis tras los ídolos y n o os
5
Guardaréis mis leyes y mis m a n d a - N o tendrás c omercio con la mujer hagáis dioses fundidos. Y o , Yavé, vues- a tu prójimo como a ti mismo. Y o ,
mientos; el que los cumpliere vivirá p o r de tu prójimo, manchándote con ella. tro Dios. Yavé *.
19
ellos. Y o , Yavé. * 21 N o darás hijo tuyo para ser ofren- 5 C u a n d o ofrezcáis a Yavé u n sacri- G u a r d a d mis mandamientos.
6 Ninguno de vosotros se acercará a d a d o a M o l o c ; no profanarás el n o m b r e ficio pacífico, ofrecedlo de manera que N o aparearás bestias de diversa espe-
una consanguínea suya para descubrir su de2 2tu Dios. Yo, Yavé. * sea aceptable. 6 La víctima será comida cie, ni sembrarás en tu campo simiente
desnudez. Y o , Yavé. N o te ayuntarás con h o m b r e como el día de su inmolación o al día siguien- de dos especies, ni llevarás vestido teji-
7
N o descubrirás la desnudez de tu pa- con mujer; es una abominación. t e ; lo que quedare para el día tercero do de dos especies de hilo. *
20
dre ni la de tu m a d r e ; es tu m a d r e ; no
23
N o te ayuntarás con bestia, manchán- será quemado por el fuego. ^ Si alguno Si alguno yaciere con mujer esclava
descubrirás su desnudez. dote con ella. comiere de ello al tercer día, será una desposada a otro, no rescatada ni pues-
8
N o descubrirás la desnudez de la mu- La mujer no se pondrá ante una bes- abominación; el sacrificio no será acepto. ta en libertad, castigúeseles, no con la
8 muerte, pues ella no era libre. 21 Ofrece-
jer de tu p a d r e ; es la desnudez de tu tia, prostituyéndose ante ella; es una per- El que lo haga contraerá reato, porque
padre. versidad. profana lo consagrado a Yavé, y será rá con su pecado el h o m b r e ante Yavé,
9 24 b o r r a d o de en medio de su pueblo. a la entrada del tabernáculo de la reunión,
N o descubrirás la desnudez de tu N o os manchéis con ninguna de es- 9
C u a n d o hagáis la recolección de vues- un carnero en sacrificio de expiación; 2 2 el
hermana, hija de tu padre o hija de tu tas cosas, pues con ellas se h a n m a n -
tra tierra, no segarás hasta el límite extre- sacerdote hará por él la expiación ante
m a d r e ; nacida en la casa o nacida fuera chado los pueblos que yo voy a arrojar
m o de tu campo, ni recogerás las espigas Yavé, con el carnero del sacrificio expia-
de ella, n o descubrirás su desnudez. de delante de vosotros. 2 S H a n manchado torio por el pecado cometido, y le será
10
N o descubrirás la desnudez de la la tierra; yo castigaré sus maldades, y la caídas, 10 ni harás el rebusco de tus viñas
y olivares, ni recogerás la fruta caída de perdonado.
hija de tu hijo o de la hija de tu hija, tierra vomitará a sus habitantes. 2 6 Pero 23
los frutales; lo dejarás para el pobre y C u a n d o hubiereis entrado en la tie-
p o r q u e es tu propia desnudez. vosotros guardad mis leyes y mis man-
11 el extranjero. Y o , Yavé, tu Dios. rra y plantareis árboles frutales de cual-
N o descubrirás la desnudez de la damientos, y n o cometáis ninguna de esas 11
quier especie, sus frutos los miraréis como
N o hurtaréis ni os haréis engaño y
hija de la mujer de tu padre, nacida de abominaciones, ni indígena ni extranjero incircuncisos; durante tres años serán
mentira unos a otros.
tu p a d r e : es tu hermana. de los que habitan en medio de vosotros. 12
para vosotros incircuncisos y no los co-
12 N o jures en falso por mi n o m b r e ;
N o descubrirás la desnudez de la 2 7 Porque todas esas abominaciones son es profanar el n o m b r e de tu Dios. Y o , meréis. * 2 4 Al cuarto año, todos sus fru-
h e r m a n a de tu p a d r e ; es la carne de tu las que han cometido los hombres de Yavé. tos serán consagrados a Yavé. 2 5 Al quin-
padre. esa tierra que la habitaron antes de vos- 13
N o oprimas a tu prójimo ni le des- to a ñ o comeréis ya sus frutos, y el ár-
13
N o descubrirás la desnudez de la otros, y la tierra se ha manchado. 28 Que pojes violentamente. N o quede en tu m a n o bol aumentará vuestras utilidades. Y o ,
h e r m a n a de tu m a d r e ; es la carne de tu no os vomite la tierra por haberla man- hasta el siguiente día el salario del jor- Yavé, vuestro Dios.
madre. chado, como vomitó a los pueblos que nalero. 26
N o comeréis carne con sangre ni
14
N o descubrirás la desnudez del her- antes de vosotros la h a b i t a r o n ; 2 9 porque 14
N o profieras maldición contra el sor- practicaréis la adivinación ni la magia.
m a n o de tu padre acercándote a su mu- cualquiera que cometa una de esas abo- do ni pongas ante el ciego tropiezos p a r a 27
N o os raparéis en redondo la cabeza
jer; es tu tía. minaciones será borrado de en medio
15
N o descubrirás la desnudez de tu de su pueblo. 3 0 G u a r d a d mis manda- 1 Q 3 El llamado «código sacerdotal» insiste en este principio de que Dios mora en medio de su
nuera; es la mujer de tu hijo; no descu- mientos, no practicando ninguna de esas ' -* pueblo (Ex 29,44-46); y pues Dios es santo, exige que Israel lleve una vida de santidad en
brirás su desnudez. prácticas abominables que se practicaban armonía con la santidad de Dios. Este precepto de la santidad, que de muchas maneras se repite e
inculca en el Antiguo Testamento, lo perfeccionó Jesucristo diciendo: «Sed perfectos, como vuestro
1
Padre celestial es perfecto: sed misericordiosos, como vuestro Padre celestial es misericordioso»
"I 8 ^- ste c a Pi t u l° m ú" a a conservar la santidad de la vida conyugal. En él se contienen los im- (Mt 5,48; Le 6,36), donde eleva el ideal de la perfección cristiana tanto cuanto este concepto de
pedimentos matrimoniales (6,18). Con la condenación de los vicios contra la naturaleza, perfección y misericordia se eleva sobre la santidad de la Ley.
pretende el legislador conservar la santidad del pueblo y apartarle de las costumbres cananeas, 18
El amor al prójimo como a sí mismo no se limita aquí al amor de los connacionales: se ex-
profundamente
5
corrompidas. tiende al extranjero que habita en medio de ellos. Es un precedente del precepto evangélico, pero
San Pablo cita este versículo en Rom 10,5 y Gal 3,12, contraponiendo la justicia de la Ley a dista mucho de él, pues en éste el amor se extiende aun a los mismos enemigos.
19
la de2 la fe en Jesucristo, que conduce a la felicidad eterna. Después de los anteriores preceptos morales causa maravilla este de no aparear bestias de
' Desde antiguo se ha disputado mucho sobre el sentido de esta prohibición. A primera vista diversas especies, como la de no sembrar semillas diversas en un mismo campo ni tejer vestidos
se trata de sacrificios humanos a Moloc, según 1 Re 11,7. Esta sentencia se halla confirmada por con hilos de especie diferente. Tales leyes obedecen a las preocupaciones sociales de los hebreos,
Sal 106,37; Jer 7,31; 19,5 y 2 Par 28,3. Las excavaciones arqueológicas realizadas en Canán nos it liis (pie Moisés se acomodó.
li
convencen de su costumbre de sacrificar niños. Las palabras con que Yavé protesta por Jeremías «de Las primicias de los árboles, como las de los ganados, son debidas a Yavé, autor de la fe-
no haber mandado tales sacrificios» pudieran inducir a creer que, asi como en la adoración del bece- cundidad de los árboles. El artículo 60 del código de Hammurabí nos ofrece un caso que tiene cierto
rro adoraban los israelitas a Yavé, en la figura de Adad Ramman, dios de las tempestades, asi aquí pnriilfliumo con este precepto: «Si uno da en arrendamiento un campo para que se plante de árboles
se prohibe que ofrezcan esos sacrificios al mismo Yavé, asimilado a Moloc. Hay que advertir que inilttlcN, y el arrendatario lo planta y lo cuida durante cuatro años, al quinto se dividirán los frutos
la palabra Moloc o Molec es una deformación rabínica de Melec, rey, nombre que se da a Dios por pnrtea iguales el propietario y el arrendatario». En la Ley, Dios es considerado como el verda-
con frecuencia. Sin embargo, en 20,2-5 se ve que se trata de un culto verdaderamente idolátrico dero propietario de la tierra, en la que los israelitas son colonos, obligados a reconocer la propiedad
que Dios condena y castiga severlsimamente.
LEVÍTICO 19-20 152 153 LEVÍTICO 20-21
5
ni raeréis los lados de vuestra barba *. | te, yo me volveré contra él y contra 11
Si u n o se acuesta con la mujer de su 25
Distinguid entre animales puros e
2 su parentela y le exterminaré de en me-
» N<> »s haréis incisiones en vuestra padre, descubriendo así la desnudez de impuros, entre aves puras e impuras, y
carne por un muerto ni imprimiréis en dio de su pueblo y a cuantos como él su padre, los dos serán castigados con n o os hagáis abominables por los anima-
ella figura alguna. Y o , Yavé. se prostituyan ante Moloc. * la muerte; caiga sobre ellos su sangre. * les, por las aves ni por cuanto repta
6
2' No profanes a tu hija, prostituyén- Si alguno acudiere a los que evocan 12
Si uno se acuesta con su nuera, am- sobre la tierra que yo o» he enseñado
dola, que n o se entregue la tierra a la a los muertos y a los que adivinan, pros- bos serán castigados con la muerte; h a n a tener por impuro.
prostitución y se llene de crímenes. * tituyéndose ante ellos, yo me volveré cometido un crimen vergonzoso; caiga 26
Sed santos p a r a mi, porque yo,
30 Observad mis sábados y reveren- contra él y lo exterminaré de en medio su sangre sobre ellos. Yavé, soy santo, y os he sepurudo de
ciad mi santuario. Y o , Yavé. de su pueblo. * 13
Si uno se acuesta con otro como se las gentes para que seáis míos.
31 N o acudáis a los que evocan a los 27
hace con mujer, ambos hacen cosa a b o - T o d o hombre o mujer que evoque
muertos ni a los adivinos, ni los consul- minable y serán castigados con la muer- a los muertos y se dé a la adivinación,
téis, p a r a n o mancharos con su trato. te; caiga sobre ellos su sangre. será muerto, lapidado; caiga sobre ellos
Yo, Yavé, vuestro Dios. 14
Si uno toma p o r mujeres la hija y su sangre».
32
Álzate ante una cabeza blanca y la madre, es un crimen abominable; se-
h o n r a la persona del anciano. Teme a r á n quemados él y ellas, p a r a que n o L e y e s a c e r c a d e l a p u r e z a habitual
tu Dios, Yavé. se dé entre vosotros crimen semejante. d e los s a c e r d o t e s
33 Si viene un extranjero para habitar 15
El que tenga comercio con u n a bes-
en vuestra tierra, n o le oprimáis; * 34 tra- tia será castigado con la muerte, y la Q1 1 Yavé dijo a Moisés: «Habla a
tad al extranjero que habita en medio de bestia la mataréis. « *• los sacerdotes hijos de A r ó n y di-
2
vosotros como al indígena de entre vos- 16
Si u n a mujer se acerca a una bes- les: * Que ninguno se contamine por
o t r o s ; ámale como a ti mismo, p o r q u e tia, prostituyéndose ante ella, matarás a u n muerto de los de su pueblo, a n o
extranjeros fuisteis vosotros en la tie- la mujer y a la bestia; ambas serán muer- ser p o r un próximo consanguíneo, p o r
rra de Egipto. Y o , Yavé, vuestro Dios. tas; caiga sobre ellas su sangre. su madre, por su padre, p o r su hijo,
35 N o hagáis injusticia, ni en los jui- 17
Si u n o t o m a a su hermana, hija de por su hija, por su hermano, 3 por su
cios, ni en las medidas de longitud, ni su padre o de su madre, viendo él la des- hermana virgen, que viva con él y n o se
en los pesos, ni en las medidas de capa- nudez de ella y ella la desnudez de él, hubiera casado; por ésa puede conta-
cidad. 36 Tened balanzas justas, pesos es u n crimen, y los dos serán borrados minarse. 4 Pero no p o r sus otros parien-
justos, un efá justo y un hin justo. Y o , de su pueblo a la vista de los hijos de su tes, profanándose. 5 N o se raerán la ca-
Yavé, vuestro Dios, que os ha sacado pueblo; él ha descubierto la desnudez de beza ni los lados de la b a r b a ni se ha-
de la tierra de Egipto. su h e r m a n a ; lleve sobre sí su iniquidad. rán incisiones en la carne. * Serán san-
37 tos para su Dios y no profanarán su
G u a r d a d todas mis leyes y m a n d a - 18 Si uno se acuesta con mujer mien-
mientos y practicadlos. Yo, Yavé». tras tiene ésta el flujo menstrual y des- nombre, pues son ellos los que ofrecen
cubre su desnudez, su flujo, y ella des- las combustiones de Yavé, p a n de su
A l g u n a s leyes penales cubre el flujo de su sangre, serán a m b o s Dios, y h a n de ser santos. 7 N o t o m a r á n
borrados de en medio de su pueblo. mujer prostituida o deshonrada, ni des-
O A ! Yavé habló a Moisés, diciendo: 1 9 N o descubras la desnudez de la her- posada, ni mujer repudiada por su mari-
2
« " «Di a los hijos de Israel: Quien- m a n a de tu m a d r e ni la de la hermana do, porque el sacerdote está consagrado
quiera que de entre los hijos de Israel, (dolo de Moloc. (VÍNCENT, CanaanJ a su Dios. * s Por santo le tendrás, pues
de tu padre, porque es descubrir tu p r o -
o de los extranjeros que habitan en Is- pia carne. Llevarán sobre sí su iniqui- él ofrece el pan de tu Dios, y será santo
7
rael, ofrezca a Moloc un hijo suyo, será Santifícaos y sed santos, porque yo dad. para ti, porque santo soy yo, Yavé, que
castigado con la muerte; el pueblo le soy Yavé, vuestro Dios. 8 G u a r d a d mis 20
Si u n o se acuesta con su tía, des- los santifico. 9 Si la hija de u n sacerdote
lapidará. * 3 y 0 me volveré contra ese leyes y practicadlas. Y o , Yavé, que os cubre la desnudez de su tío. Llevarán se profana prostituyéndose, profana a su
h o m b r e y le exterminaré de en medio santifica. sobre sí su iniquidad; no tendrán hijos padre y será quemada en el fuego. 1° El
de su pueblo p o r haber entregado a M o - ' Q u i e n maldiga a su padre o a su 21
Si uno toma mujer de su hermano, sumo sacerdote, superior entre sus her-
loc a uno de sus hijos, manchando mi madre, sea castigado con la m u e r t e ; cai- es una inmundicia. Descubrió la desnu- m a n o s sobre cuya cabeza se d e r r a m ó el
santuario y profanando mi santo n o m - ga su sangre sobre él. * dez de su h e r m a n o ; no tendrán hijos. óleo de unción, a quien se le llenó la
bre. 4 Si el pueblo cerrase los ojos res- 1° Si adultera un h o m b r e con la mu- 22
Guardad todas mis leyes y todos m a n o p a r a vestirse las vestiduras sagra-
pecto de este h o m b r e que ofreció a M o - jer de su prójimo, h o m b r e y mujer adúl- mis mandamientos y ponedlos por obra, das, no rapará su cabeza, ni rasgará su
loc a uno de sus hijos y no le diera muer- teros serán castigados con la muerte. * para que no os vomite la tierra adonde vestido, n ni se acercará a ningún muerto,
27 os llevo. 2 3 N o imitéis las costumbres de ni se contaminará ni por su padre ni
Tanto el raparse la cabeza como las incisiones eran prácticas de los idólatras. La Ley las por su madre.
prohibe por esta única razón (Dt 14,1; Ez 44,20; Jer 9,26; 25,23; 49,32). las gentes que yo voy a arrojar de de-
29
La prostitución entre los paganos no sólo no era mirada como contraria a la ley moral, sino lante de vosotros; ellos hacían estas mal- i 2 N o se saldrá del santuario ni p r o -
que llegaba a veces la depravación al extremo de consagrarla en honor de una divinidad. La reli- dades, y yo los aborrecí. 2 4 Y o os he fanará el santuario de su Dios, pues el
gión de Yavé no sólo condena esta depravación (Dt 23,17), pero ni admite la ofrenda que sea pro- dicho: Vosotros poseeréis esa tierra, yo óleo de la unción de su D i o s es corona
ducto del pecado (21,9). La ley evangélica, como en todo, perfecciona la mosaica, condenando hasta os la daré en posesión; es u n a tierra que suya. Y o , Yavé. i 3 T o m a r á virgen p o r
las miradas y los malos deseos (Mt 5,28). mujer, 1 4 no viuda, ni repudiada, ni des-
33
Es muy digno de notar el respeto que la Ley preceptúa aquí hacia los extranjeros, haciendo mana leche y miel. Y o , Yavé, vuestro
recordar a los hebreos que ellos lo fueron en Egipto (cf. Ex 22,21; 23,9; Dt 10,19; Ez 47,22 ss.). Dios, que os he separado de las gentes. florada, ni prostituida. T o m a r á u n a vir-
2 ( j 2 Sobre estos sacrificios, cf. 18,21. 11
Sobre estos diversos pecados, véase 18,6 ss.
" " f Esta prostitución es la idolatría, con que Israel quebranta su alianza con Yavé, que tan
ordinariamente
6
los profetas asemejan al matrimonio. O "I ' Un cadáver es algo impuro, su contacto contamina, y el que por necesidad tiene que
La evocación de los muertos está prohibida ya en 19,31. Son de notar las severas medidas de ^ ' tocarlo, ha de purificarse. A los sacerdotes se les prohibe tocar cadáver que no sea de un
Saúl,
9
mencionadas en 1 Sam 28,9. próximo consanguíneo, y al sumo sacerdote se le prohibe tocar aun al del padre y la madre. La
En la organización casi patriarcal de los hebreos era de gran importancia mantener firmes NIUIIHIÍK! del sacerdote ha de ser mayor que la de los demás.
la autoridad de los padres (19,3; Ex 21,17; Ez 22,7; Prov 20,20; Mt 15,4). 7
10
La ley antigua no impone al sacerdote el celibato, pero en el matrimonio debe huir cuanto
Sobre el adulterio cf. Ex 20,14 y Dt 5,18; 18,20; 22,22; Ez 18,13; Jn 8,5. pueda hacerlo menos honorable en la estimación del pueblo.
LEVÍTIff) 21-22 154 LEVÍTICO 22-23
155
9
gen do liis de su pueblo, 15 y no deshon- manchándose con ello. Y o , Yavé. Q u e 24 réis ningún trabajo servil. 8 Ofreceréis a
guarden todos mis mandamientos, no sea N o ofreceréis a Yavé un animal que
rará su descendencia en medio de su pue- Yavé por siete días consecutivos sacri-
que por algo de esto incurran en pecado tenga los testículos aplastados, hundidos,
blo, porque soy yo, Yavé, quien le santi- ficios por el fuego. El séptimo día con-
y mueran p o r haber profanado las co- cortados o arrancados; no lo ofreceréis
fico». vocaréis asamblea sania y 110 haréis en
sas santas. Y o , Yavé, que los santifico. a Yavé; eso no lo haréis nunca en vues-
'" Yavé habló a Moisés, diciendo:
17 10
Ningún extraño comerá las cosas san- tra tierra. 2 5 Ni de la mano de un extran- él ningún trabajo servil».
«Habla a A r ó n y dile: Ninguno de
tas, ni el que habite en la casa del sacer- jero recibiréis tales víctimas para ofre-
tu estirpe según sus generaciones que Las primicias
dote ni el mercenario las comerán; u pero cerlas como alimento de vuestro Dios,
tenga una deformidad corporal se acer-
pues están corrompidas y manchadas y 9
cará a ofrecer el pan de tu Dios. * 18 Nin- el esclavo comprado a precio por el sacer- Yavé habló a Moisés, diciendo:*
dote y el nacido en su casa podrán co- no os serían aceptas». 10
gún deforme se acercará, ni ciego, ni « H a b l a a los hijos de Israel y diles:
merlas, pues son su alimento. 12 La hija 26 Yavé dijo a Moisés: * 2 7 «Al nacer
cojo, ni mutilado, ni monstruoso, 19 ni C u a n d o hayáis entrado en la tierra que
de un sacerdote casada con u n extraño un becerro, un cordero o un cabrito, que-
quebrado de pie o de mano, 20 n j joro- yo os daré y hagáis en ella la recolección,
no p o d r á comer de las cosas santas; darán siete días a la ubre de la m a d r e ;
bado, ni enano, ni bisojo, ni sarnoso, llevaréis al sacerdote una gavilla de espi-
13 a partir del día octavo serán ya en ade-
ni tinoso, ni hernioso. 21 Ninguno de la pero si enviudare o fuese repudiada, gas, primicias de vuestra recolección; u y
sin tener hijos, y vuelve a la casa de su lante agradables para ser ofrecidos a Yavé
estirpe de Arón que tenga una deformi- él agitará la gavilla ante Yavé, para que
padre, como estaba en ella en su juven- en sacrificio por el fuego; 28 s e a buey o
dad corporal se acercará pafa ofrecer os sea propicio; el sacerdote la agitará
cordero, no inmoléis en el mismo día
las combustiones de Yavé; es defectuoso; tud, podrá comer de las que come su el día siguiente al sábado, 1 2 y el día en
p a d r e ; mas ningún extraño lo comerá. el animal y su cría. 2 9 C u a n d o ofrezcáis a
no se acercará a ofrecer el pan de su que ofrezcáis la gavilla, sacrificaréis en
14
Quien p o r inadvertencia comiere una Yavé un sacrificio de acción de gracias,
Dios; 22 podrá comer el pan de su Dios, holocausto a Yavé un cordero primal sin
lo ofreceréis de manera que sea acepta-
lo santísimo y lo santo, 2 3 mas no en- cosa santa la restituirá al sacerdote con defecto; 13 acompañaréis la oblación de
u n quinto de más. ble; 30 la víctima será comida el día mis-
trar detrás del velo ni acercarse al altar, dos décimas de flor de harina, como ofren-
15
N o profanen los sacerdotes las co- mo, sin dejar nada para el día siguiente.
porque tiene defecto y no debe conta- da de combustión de olor suave a Yavé;
sas santas de los hijos de Israel, lo re- Yo, Yavé.
minar mi santuario. Yo, Yavé, que los la libación será de vino, un cuarto de
servado a Yavé, l6 y se carguen la feal- 31 G u a r d a d mis mandamientos y po- hin. 14 N o comeréis ni pan, ni trigo tos-
santifico». 24 Así habló Moisés a A r ó n
dad del delito c u a n d o coman las cosas nedlos por obra. Yo, Yavé. 3 2 No profa- tado, ni espigas frescas de lo nuevo has-
y a sus hijos y a todos los hijos de Israel.
santas. Y o , Yavé, que los santifico». néis mi santo n o m b r e ; sea yo santificado ta el día en que llevéis la ofrenda de vues-
en medio de los hijos de Israel. Y o , Yavé, tro Dios. Es ley perpetua para vuestros
L o s q u e p u e d e n c o m e r las c o s a s
L a s v í c t i m a s p a r a l o s sacrificios h a n que os santifico 33 y os he sacado de la descendientes, dondequiera que habitéis.
santas tierra de Egipto para ser vuestro Dios.
d e s e r sin d e f e c t o Yo, Yavé».
O O • Habló Yavé a Moisés, dicien- Pentecostés
17
~* ** d o : * 2 «Habla a A r ó n y a sus hijos Y a v é habló a Moisés, d i c i e n d o : *
18 Las solemnidades. El sábado
para que respeten Jas cosas santas que «Habla a A r ó n y a sus hijos y a to- 15 A partir del día siguiente al sábado,
me consagran los hijos de Israel y no dos los hijos de Israel, y diles: Quien- OO ' Yavé habló a Moisés, dicien- del día en que traigáis la gavilla de espi-
profanen mi santo nombre. Yo, Yavé. quiera de la casa de Israel o de los ex- d o d o : * 2 « H a b l a a los hijos de Is- gas, contaréis siete semanas completas,
3
Djles: Cualquiera de vuestra estirpe tranjeros que presente su ofrenda, sea en rael y diles: Estas son las solemnidades, i* Contados así cincuenta días hasta el
de vuestras generaciones que tenga so- cumplimiento de un voto, sea como ofren- asambleas santas, que convocaréis: 3 Seis día siguiente del séptimo sábado, ofrece-
bre sí alguna impureza, guárdese de acer- da voluntaria, si lo que ofrece a Yavé es dias trabajaréis, pero el séptimo, que es réis a Yavé una nueva oblación. 17 Lleva-
carse a las cosas santas que los hijos de holocausto, 1 9 p a r a que sea aceptable, la sábado, es santo, día de descanso y de réis de vuestra casa, para agitarlos, dos
Israel ofrecen a Yavé; si lo hiciere, será víctima ha de ser sin defecto de entre santa asamblea. N o haréis en él trabajo panes hechos con dos décimas de flor
borrado de ante mí. Y o , Yavé. los bueyes, las ovejas o las cabras. 2 0 N o alguno. Es e1 descanso consagrado a de harina y cocidos con levadura. Son
4
El que de la estirpe de Arón tuviere ofreceréis nada defectuoso, pues no sería Yavé, dondequiera que habitéis. las primicias de Yavé. * lts Con estos pa-
lepra o flujo, no comerá de las cosas acepto. 2 1 C u a n d o u n o ofrezca a Yavé 4 nes ofreceréis en holocausto a Yavé siete
Estas son las fiestas de Yavé, las
santas hasta no quedar puro. 5 Lo mis- ganado mayor o ganado menor en sa- asambleas santas que convocaréis a su
corderos primales sin defecto, un novi-
m o el que haya tocado a un inmundo crificio pacífico, sea para cumplir un llo y dos carneros a c o m p a ñ a n d o la ofren-
tiempo:
manchado por el contacto de un cadá- voto, sea como ofrenda voluntaría, la da y la libación, en sacrificio de combus-
ver, o que haya derramado el semen, o víctima, para ser aceptable, ha de ser per- La Pascua tión de suave olor a Yavé. 19 Inmolaréis
que haya tocado un reptil que lo impuri- también un macho cabrio en sacrificio
fecta, sin defecto. 2 2 Un animal ciego,
ficó, o que esté impurificado por haber 5 El mes primero, el día catorce del por el pecado y dos corderos primales
cojo o mutilado, ulcerado, sarnoso o ti-
tocado a un impuro que le transmitió mes, entre dos luces, es la pascua de en sacrificio pacífico. 2 0 El sacerdote los
noso no se lo ofreceréis a Yavé ni que-
su impureza, cualquiera que ésta sea. Yavé. * 6 El quince del mes es la fiesta mecerá con los panes de las primicias,
6 maréis nada de él en el altar a Yavé. en ofrenda mecida ante Yavé; y los pa-
Quien tocare algo de eso será impuro 23 de los ácimos de Yavé. Durante siete días
Podrás inmolar como ofrenda volunta- comeréis pan sin levadura. 7 El primer nes, lo mismo que los dos corderos con-
hasta la tarde y no comerá cosa santa;
se bañará en a g u a , 7 y después de la pues- ria un buey o una oveja que tenga un día convocaréis asamblea santa y no ha- sagrados a Yavé, serán para el sacerdote.
ta del sol será puro y podrá comer cosas miembro demasiado largo o demasiado
santas, pues son su comida. 8 No co- corto, pero esa víctima no sería acepta- 26
Esta parte del capítulo explica las condiciones correctas que deben tener las víctimas (Ex 22,30).
merá de animal mortecino ni desgarrado. ble p a r a el cumplimiento de un voto.
O "i ' Este capítulo expone las fiestas diversas del año y el modo de celebrarlas. Ante todo, el
17 * " 5 sábado, día de descanso en honor del Señor (Ex 20,8; 23,12: 34,21).
Es éste el capítulo de las irregularidades o defectos físicos que pudieran hacer despreciable
al sacerdote. La fiesta de la Pascua, a la que se dio luego el carácter conmemorativo de la salida de Egipto,
rru más antigua en Israel. Aquí se señala primeramente su carácter de fiesta de los ácimos (Ex 1,18;
O O ' Según el principio que después enunciará San Pablo, en el Viejo Testamento el sacerdote, lj,,l; Núm 9,2; 28,16; Dt 16,3).
u
*'*' que servía al altar, debía vivir del altar (i Cor 0,13). Pero el sacerdote no vivía solo, tenia su I,¡1 fiesta de la Pascua señalaba el comienzo de la siega, que se inauguraba con la presentación
familia; era preciso regular la participación de ésta en los manjares, que por haber sido ofrecidos en ilc un manojo de espigas, como ofrenda de las primicias, después de la cual podían segar y comer
el altar eran santificados. Estos son los principios en que se inspiran los preceptos contenidos en 1-16 dp I11 mit's (Ex 23,19; 34,26; Núm 28,26; Dt 26,1 ss.).
(cf. Lev 6,16.26; Núm 5,9 s.; Dt 18,1; Eclo 49,27). 17 Pentecostés, que marcaba el fin de la siega, era señalada con la ofrenda de los primeros panes
17
La víctimas que a Dios ofrecieran debían ser puras y perfectas (Mal 1,6 ss.). ÍKH .14,22; Núm 28,26; Dt 16,9). Su carácter conmemorativo de la promulgación de la Ley no se
ImlU en lu escritura.
LEVÍTICO 2 3 - 2 4 156
157 LEVÍTICO 24-25
1
Ese mismo día convocaréis asamblea ceréis a Yavé sacrificios de combustión.
santa y no haréis en él ningún trabajo El día octavo, asamblea santa, y ofrece.! iniquidad; ">y f i l e n blasfemare el norn,
L o s p a n e s d e la p r o p i c i a c i ó n
servil. Es ley perpetua para vuestros réis a Yavé sacrificios de combustión. E s bre de Yavé será CUNIÍ|UKIO con la m u e r .
5
descendientes, dondequiera que habitéis. asamblea santa; n o haréis en él n i n g u n T o m a r á s flor de harina y cocerás doce te; t o d a la asamblea lo lapidará. Extran-
22
C u a n d o hagáis la recolección en vues- trabajo servil. * panes de dos décimas cada u n o , 6 y los jero o indígena, quien blasfemare el norn,
tra tierra, no segarás hasta el límite ex-
37
Estas son las fiestas de Yavé q u e colocarás, en dos rimeros de seis cada bre de Yavé, morirá. *
tremo del c a m p o ni cogerás lo que queda convocaréis, p a r a tener en ellas asamblea uno, sobre la mesa de oro, delante de
para espigar; lo dejarás para el pobre y santa y ofrecer a Yavé sacrificios de com- Yavé. 7 Pondrás incienso puro sobre cada P e n a c o n t r a los h o m i c i d a s
el extranjero. Y o , Yavé, vuestro Dios». * bustión, holocaustos y oblaciones, vícti- rimero, que sea p a r a el p a n perfume de
8 7
mas y libaciones, cada día lo que corres- combustión a Yavé. C a d a sábado, de 1 Quien hiera a o t r o mortalmentc, mo-
Año nuevo ponda, * 38 además de los sábados de Ya- continuo, lo dispondrás así ante Yavé, rirá. * 1 8 Quien hiera mortalmenle una
23 vé, de vuestros dones, de vuestros votos de parte de los hijos de Israel, en per- bestia, restituirá bestia por bestia. Iv Al
Yavé h a b l ó a Moisés, diciendo: * y de todas las ofrendas voluntarias que petua alianza. 9 Serán p a r a A r ó n y sus que maltrata a su prójimo se le h a r á como
24
«Habla a los hijos de Israel y diles: presentéis a Yavé. hijos, que los comerán en lugar santo, él ha h e c h o : * 2 0 f r a c t u r a p o r fractura,
El séptimo mes, el día primero del mes 39 porque es para ellos cosa santísima, en- ojo por ojo, diente p o r diente; se le h a r á
tendréis fiesta solemne, anunciada a son El día quince del séptimo mes, cuan-
do hayáis recogido los frutos de la tie- tre las ofrendas de combustión hechas a la misma herida que él haya hecho a su
de trompetas, asamblea santa. 2 5 N o ha- Yavé. Es ley perpetua. * prójimo. 2 1 Quien matare u n a bestia, pa-
rra, celebraréis la fiesta de Yavé duran-
réis en él ningún trabajo servil y ofrece- te siete días. El primer día será de des- gúela; pero quien matare a un hombre,
réis a Yavé sacrificios de combustión». canso, e igualmente el octavo. 4() El pri- será muerto. 2 2 U n a sola ley tendréis para
Castigo de u n blasfemo
mer día tomaréis gajos de frutales her- el extranjero, igual que para el indígena,
L a expiación mosos, ramos de palmera, ramas de ár- 10 El hijo de u n a mujer israelita, pero porque yo soy Yavé, vuestro Dios.»*
26 23
Yavé habló así a Moisés: 2 7 «El día boles frondosos, de sauces de ribera, y de p a d r e egipcio, que habitaba entre los Moisés se lo comunicó a los hijos de
décimo del séptimo mes es el día de la os regocijaréis ante Yavé, vuestro Dios, hijos de Israel, riñó en el c a m p o con el Israel; y conducido el blasfemo fuera del
expiación; tendréis asamblea santa, os durante siete días. 4 I Celebraréis esta fies- campamento, le lapidaron, haciendo lo
mortificaréis y ofreceréis a Yavé sacri- ta durante siete días cada a ñ o . Es ley que Yavé había m a n d a d o a Moisés.
ficios de combustión. 2& N o haréis en ese perpetua p a r a vuestros descendientes, y la
día ningún trabajo servil, porque es día celebraréis el séptimo mes. 4 2 Moraréis El a ñ o sabático
de expiación y se h a de hacer la expia- los siete días en c a b a n a s ; t o d o indígena
ción por vosotros ante Yavé, vuestro Dios. de Israel m o r a r á en cabanas, 43 p a r a que n e 1 Yavé habló a Moisés en el m o n -
29
T o d o el que en ese día n o se afligiere, sepan sus descendientes que yo hice ha- ««* te Sinai, diciendo: * 2 « H a b l a a los
será borrado de en medio de su pueblo; bitar en cabanas a los hijos de Israel hijos de Israel y diles: C u a n d o hubiereis
30
y t o d o el que en ese día haga un tra- cuando los saqué de la tierra de Egipto. entrado en la tierra que Yavé os da, des-
bajo cualquiera, yo le exterminaré de en Yo, Yavé, vuestro Dios». *
cansará la tierra; será un descanso en
medio de su pueblo, M N o haréis trabajo 44
Moisés promulgó las fiestas de Yavé h o n o r de Yavé. 3 Seis años sembrarás t u
alguno. Es ley perpetua para vuestros a los hijos de Israel. campo y seis años vendimiarás tu viña y
descendientes, dondequiera que habitéis.
32
recogerás sus productos; 4 pero el sépti-
Será p a r a vosotros sábado día de re- L a s l á m p a r a s del santuario m o año será un sábado de descanso para
poso, de ofrenda mecida, y os afligiréis; el la tierra, sábado en h o n o r de Yavé. N i
noveno día del mes, desde la tarde hasta *)A ' Y a v é habló a Moisés, diciendo: sembrarás en él tu campo, ni podarás tu
la tarde siguiente, guardaréis vuestro des- ^ ™ 2 « M a n d a a los hijos de Israel que Libación sobre las ofrendas. (Luksor.)
viña, 5 ni recogerás lo que de sí dieren;
canso». te traigan p a r a el candelabro aceite puro
ni el trigo que dé tu campo ni las uvas
d e olivas molidas, p a r a alimentar conti-
hijo de u n a mujer israelita y de p a d r e is- que dé tu viña las vendimiarás; será para
nuamente las lámparas. 3 Por defuera del
F i e s t a d e los tabernáculos raelita; H y profirió el n o m b r e de Yavé la tierra año de descanso. 6 L o que la tie-
velo que está delante del testimonio, en el
33
Yavé habló a Moisés, diciendo: y le maldijo. Su m a d r e se llamaba Salu- rra diere de sí os servirá de comida a ti,
tabernáculo de la reunión, A r ó n las pre-
34
« H a b l a a los hijos de Israel y diles: mit, hija de Dabri, de la tribu de D a n . a tu siervo y a tu sierva, a tu jornalero
parará, p a r a que a r d a n continuamente, de 12
El día quince de este séptimo mes es la Le encarcelaron hasta que Moisés pro- y al extranjero que habita contigo, ^ a tus
la tarde a la mañana, en presencia de Yavé.
fiesta de los tabernáculos, durante siete nunciase de parte de Yavé lo que había bestias y a los animales de tu tierra; todo
Es ley perpetua p a r a vuestros descendien-
días, en h o n o r de Yavé. 35 El día primero, tes. 4 D i s p o n d r á siempre de lámparas de hacerse; 13 y Yavé habló a Moisés, su producto os servirá de alimento.
asamblea santa; n o haréis en él ningún en el candelabro de oro puro, p a r a que diciendo: 1 4 «Saca del campamento al
trabajo servil. 3 6 D u r a n t e siete días ofre- ardan continuamente delante de Yavé. * blasfemo; que cuantos le h a n oído le p o n - E l a ñ o jubilar
gan su m a n o sobre la cabeza y que t o d a
22 la asamblea le lapide. 15 Y hablarás a los
Este precepto está muy conforme con la ley del Deuteronomío, que tanto mira por los nece- 8 Contarás siete semanas de años, sie-
sitados (IQ.Q; D t 24,19). hijos de Israel, diciendo: Quienquiera que te veces siete años, viniendo a ser el tiem-
2
3 Este principio del año caía el i.° del mes séptimo, tisri; era el año que algunos llaman civil, maldijere a su D i o s llevará sobre sí su po de las siete semanas de cuarenta y nue-
distinto del religioso, que empezaba en nisan (Ex 12,2).
36
La Pascua duraba siete días; la fiesta de los tabernáculos, otros siete, más el octavo, que 9
Estos doce panes, que debían renovarse cada sábado, eran la ofrenda perpetua de las doce
será, como el séptimo de Pascua, día solemne y santo. Señalaba el fin del año agrícola y el principio tribus ante Yavé (Ex 25,23 s.; H e b 9,2).
del siguiente. 16
La blasfemia contra Dios en la ley mosaica, como entre los pueblos antiguos, era castigada
37 Los w.37-38 son la conclusión del capítulo todo. Después, en 30-43, se vuelve a hablar de con la pena capital. La ley del Islam, que castiga con la última pena toda blasfemia contra Alá o su
los tabernáculos,
4
que duraron sólo siete días. Profeta, no ha sido inventada por los musulmanes (Dt 13,9; D a n 13,34; M t 26,60; M e 14,64).
3 Las tiendas o cabanas, de donde tomaba nombre esta fiesta, debían recordar la vida del de- 17
19
Para el homicida no hay indulto (Gen 9,5 s.; Ex 21,22).
sierto. Era ésta una razón histórica añadida a la primitiva razón agrícola, de acción de gracias por Sobre la pena del taitón véase Ex 21,33 s.
los postreros frutos, y rogativa por la lluvia para la próxima sementera (Ex 23,16; 34,23; N ú m 29, 22
Es muy de notar esta igualdad en el derecho penal (19,34; Ex 12,49; Núm 15,16).
12 ss.; D t 16,16).
4 O C 1 La razón del año sabático es aquí únicamente religiosa. Como en el sábado descansan
El candelero del tabernáculo, como la lámpara del Santísimo en nuestras iglesias, era el
24 símbolo de la perpetua adoración del pueblo (Ex 27,29 s.; 39,36 ss.).
* • " aun los animales, así descansará en el año sabático la tierra. Pero tiene su razón natural
dejar la tierra de barbecho, aunque, si es general, las consecuencias pudieran ser desastrosas
(1 Mac 6,53).
LEVÍTICO 25 158
159 LEVÍTICO 25-26
ve años. * ' El día décimo del séptimo | sión daréis derecho a redimir la tierra.
mes harás que resuene el sonido de la 2 5 Si tu hermano empobreciere y vendie- 40
sea para ti como mercenario; te servirá
2
G u a r d a d mis sábados y reverenciad mi
cometa, el sonido de la expiación; ha- re algo de su propiedad, vendrá el que hasta el año del jubileo. 41 Saldrá de tu santuario. Y o , Yavé.
réis resonar el sonido de la corneta p o r tenga derecho, su pariente más próximo, casa él y sus hijos con él y volverá a su
toda vuestra tierra, 1 0 y santificaréis el y rescatará lo vendido por su hermano. familia, entrando de nuevo en la propie- P r o m e s a s a los fieles
a ñ o cincuenta, y pregonaréis la libertad 2 6 Si no tuviere rescatador, que busque dad de sus padres. 42 Porque son siervos 3
por toda la tierra para todos los habitan- él con qué hacer el rescate; 2 7 entonces míos que saqué yo de la tierra de Egipto, Si cumplís mis leyes, si guardáis mis
tes de ella. Será para vosotros jubileo, y descontará los años desde la venta y pa- y n o han de ser vendidos como esclavos. mandamientos y los ponéis por obra, 4 yo
cada uno de vosotros recobrará su pro- gará al comprador lo que reste, volviendo 43
N o le dominarás duramente, sino que mandaré las lluvias a su tiempo, la tierra
piedad, que volverá a su familia. '• El a su propiedad. 2 8 Si no halla de qué pa- temerás a Yavé, tu Dios. 4 4 Los esclavos dará sus frutos, y los árboles de los cam-
año cincuenta será para vosotros jubileo; gar el resto, lo vendido quedará en poder o esclavas que tengas, tomadlos de las pos darán los suyos. 5 La trilla se prolon-
no sembraréis, ni recogeréis lo que de sí del comprador hasta el año del jubileo, gentes que están en derredor vuestro; de gará entre vosotros hasta la vendimia, y
diere la tierra, ni vendimiaréis la viña no y entonces será libre y el vendedor tornará ellos compraréis siervos y siervas. 4 5 Tam- la vendimia hasta la sementera, y comeréis
p o d a d a ; <2 porque es el jubileo, que será a entrar en su propiedad. bién podréis comprar de entre los hijos vuestro pan a saciedad, y habitaréis en
sagrado para vosotros. Comeréis e' fru- 29
Si vendiere uno una casa en ciudad de los extranjeros que viven con vosotros seguridad en vuestra tierra. 6 D a r é paz a
to que de sí dieren los campos. 13 En este amurallada, tendrá derecho al rescate du- y de entre los que de su linaje han nacido la tierra, nadie turbará vuestro sueño, y
a ñ o jubilar volverá cada uno a su pose- rante un año a partir de la venta; su de- en medio de vosotros, y serán propiedad dormiréis sin que nadie os espante. H a r é
sión. 14 Sí vendéis a vuestro prójimo o le recho al rescate durará un a ñ o entero. * vuestra. 4 6 Se los dejaréis en herencia a desaparecer de vuestra tierra los animales
compráis alguna cosa, que nadie perjudi- 3 0 Si la casa situada en una ciudad amu- vuestros hijos después de vosotros, como dañinos y n o pasará por vuestro país la
que a su hermano. 15 Comprarás a tu rallada no es rescatada dentro del a ñ o posesión hereditaria, sirviéndoos de ellos espada. ^ Perseguiréis a vuestros enemi-
prójimo conforme al número de años completo, será por siempre del que la siempre; pero de vuestros hermanos, los gos, que caerán ante vosotros al filo de la
transcurridos después del jubileo, y con- compró y de sus descendientes; no que- hijos de Israel, ninguno de vosotros será espada. 8 Cinco de vosotros perseguirán
forme al número de años de cosecha te dará libre el año del jubileo. 31 Las casas para su h e r m a n o un amo duro. a ciento, ciento de vosotros perseguirán
venderá él a ti. ' 6 Cuantos más años que- de los pueblos no amurallados serán te- 47
Si el extranjero o peregrino que vive a diez mil, y vuestros enemigos caerán
den, tanto más aumentarás el precio; nidas como feudo de tierra, podrán ser entre vosotros se enriqueciere y un her- ante vosotros al filo de la espada. 9 Yo
cuantos menos queden, tanto más lo ba- rescatadas y serán liberadas el año del m a n o tuyo cerca de él empobreciere y volveré a vosotros mi rostro y os haré
jarás, porque es el número de las cose- jubileo. 32 Por lo que hace a las ciudades se vendiere al extranjero que vive contigo fecundos y os multiplicaré, y yo manten-
chas lo que se vende, l 7 Que nadie de vos- de los levitas, las casas que en ellas tengan o a uno de su linaje, 4 8 tendrá derecho a dré mi alianza con vosotros. 10 Come-
otros defraude a su h e r m a n o ; teme a tu los levitas serán perpetuamente rescata- su rescate después de haberse vendido; réis lo añejo, y habréis de sacar lo
Dios, porque yo soy Yavé, vuestro Dios. bles. 33 C u a n d o la casa de un levita no cualquiera de sus hermanos podrá redi- añejo para encerrar lo nuevo. " Estable-
18 ceré mi morada entre vosotros y no os
Cumplid mis leyes y poned por obra fuera rescatada, la casa vendida en ciudad m i r l e ; 4 9 su tío, o el hijo de su tío o un pa-
mis mandamientos, guardadlos y viviréis de las que les han sido dadas quedará li- riente próximo, podrá redimirle, o si él abominará mi alma. 1 2 Marcharé en me-
seguros en la tierra. i 9 La tierra dará sus berada en el jubileo, porque las casas de ganare con qué, él mismo se redimirá. dio de vosotros y seré vuestro Dios, y
frutos, comeréis a saciedad y habitaréis los levitas en sus ciudades son su posesión 50
C o n t a r á al que le compró los años des- vosotros seréis mi pueblo. 13 Y o , Yavé,
en ella en seguridad. 20 Si preguntáis : en medio de los hijos de Israel. 3 4 Los de su venta al año del jubileo, y el precio vuestro Dios, que os saqué de la tierra de
¿Qué comeremos el año séptimo, pues campos situados en derredor de las ciu- de venta se computará según el número Egipto p a r a que no fueseis esclavos en
que no sembramos ni cosechamos nues- dades de tos levitas no podrán venderse, de años, valorando sus jornadas de tra- ella, rompí las coyundas de vuestro yugo
tros frutos? 2 1 Yo os mandaré mi bendi- pues son su posesión a perpetuidad. bajo como las de un jornalero. 51 Si que- y hago que podáis andar erguida la ca-
ción el año sexto, y producirá frutos para dan todavía muchos años, pagará su res- beza.
35
tres años. 2 2 Sembraréis el año octavo, y Si empobreciere tu hermano y te ten- cate conforme al número de esos años,
comeréis de la cosecha añeja; hasta la diere su mano, acógele y viva contigo pagará el precio en que se vendió; 52 s ¡ A m e n a z a s c o n t r a los infieles
cosecha del a ñ o venidero comeréis frutos como peregrino y c o l o n o ; * " n o le da- quedan pocos años hasta el del jubileo,
añejos. rás tu dinero a usura ni de tus bienes a hará la cuenta, y conforme al número de 1 4 Pero si no m e escucháis y no ponéis
ganancia. Teme a tu Dios y viva contigo esos años pagará su rescate. 53 Le tratará por obra mis mandamientos, si desdeñáis
tu hermano. •" No le prestes tu dinero a como a un ajustado por año, y no con- mis leyes, 15 menospreciáis mis manda-
E l r e s c a t e d e las p r o p i e d a d e s y los usura ni tus bienes a ganancia. 3 8 Y o , mientos y no los ponéis todos por obra,
sentirás que a tus ojos le trate su a m o
siervos Yavé, vuestro Dios, que os saqué de la con dureza. 54 si no es rescatado p o r sus y rompéis mi alianza, 16 ved lo que tam-
23 tierra de Egipto para daros la tierra de parientes, quedará libre el año del jubi- bién yo haré con vosotros: 17 echaré so-
Las tierras no se venderán a perpe- Canán para ser vuestro Dios. bre vosotros el espanto, la consunción y
tuidad, porque la tierra es mía y vosotros leo, él y sus hijos consigo. 5S Porque son
39 míos los hijos de Israel, son siervos míos, la calentura, que debilitan los ojos y des-
,
sois en lo mío peregrinos 0 _,
y extranjeros. „. * s j empobreciere tu hermano cerca de trozan el alma; sembraréis en vano vues-
En todo el territorio de vuestra pose- ! ti y se te vende, no le trates como siervo; que saqué yo de la tierra de Egipto. Yo,
Yavé, vuestro Dios. tra simiente, pues serán los enemigos los
que la comerán; me volveré airado con-
El año jubilar, que viene a ser la última extensión de la ley sabática, es además una institución tra vosotros y seréis derrotados por vues-
6
Y 3 an . °-r s o c i a ' . Pues impediría la acumulación de la tierra en pocas manos. El culto del v e r d a d e r o Dios
tros enemigos; os dominarán los que o»
I S *!ra V e rproa seess .ómn'a>>c -e dice Yavé; los israelitas deben mirarse como simples colonos de su Dios, O n ! N o os hagáis ídolos, ni os alcéis aborrecen, y huiréis sin que os persiga
est hfl e c e lia r ' ' ' a tierra, pero no en propiedad perpetua. Por esto, a los cincuenta años ~ " cipos, ni pongáis en vuestra tierra nadie.
se . Ley una plena restitución de las cosas a sus orígenes, a los días de la conquista, cuando 18
aus^^!? t erra
's t e r i o-r Los anatemas de los profetas contra los ambiciosos de acumular tierras y la piedras esculpidas para prosternaros ante Si después de esto n o me obedecéis
r i ó ^ ' u - í d P° es referencias a esta ley en la Biblia nos inducirían a pensar que esta disposi- ellos, porque soy yo, Yavé, vuestro Dios. * todavía, echaré sobre vosotros plagas sie"
2Sr, c oes a s e r siempre letra muerta en Israel.
Por ot s.. productos de la actividad humana, podrían venderse para siempre. Su valor era, 0 £ l Las sanciones de la Ley son temporales (Dt 28). Santo Tomás da como razón de esto i a3
3 5 1 "F^ arte 'J >len e s c a s o ' a juzgar por lo que nos muestran las excavaciones. ^" imperfección del pueblo, incapaz de apreciar los bienes y males espirituales (Suma Teol., 2-
eco lo S i c , S adc ei o poos r p er 'o fnecesitado se renueva de continuo (Dt 15,17; Neh 5,5); de él se hacen q.oo a.6). Es muy de tener en cuenta esta condescendencia divina a la condición del pueblo, <V¿e
para 1 y ' etas
0 S M 7 ; Jer 7,6; 22,3). La esclavitud en sentido propio no existía desde la Ley se prolongó en casi todo el Antiguo Testamento, hasta los escritos de los postrer°0s
de sus°d l s j a t a s ' a ñ1 useé spót 'i °m 0debían ser considerados como jornaleros y obtener la libertad. Libres liempos del judaismo. El Espíritu Santo va poco a poco abriendo los horizontes celestiales al puebl '
Esta levril ° ' entraban en posesión de sus fincas el año del jubileo (Jer 34.14 ss.). que, sobre todo después de la vuelta del cautiverio, no gozaba de aquella felicidad que creían ^
V.40 no anulaba la otra del código de la alianza (Ex 21,1 ¡ habla sido prometida por los profetas.
LEVÍTICO 26-27 160
161 NÚMEROS
37
te veces mayores p o r vuestros pecados; los persiga; y tropezarán los unos con
19
quebrantaré la fuerza de vuestro or- los otros, como si huyeran delante de la m u d a d o , n o se p o n d r á u n o malo en vez heredad, 2 3 el sacerdote calculará el valor
gullo; haré c o m o de hierro vuestro cielo espada, aunque nadie los persiga; y n o de u n o bueno, ni uno bueno en vez de según tu estimación y los años que falten
y c o m o de bronce vuestra tierra. 2 " Serán podréis resistir ante vuestros enemigos; uno m a l o ; si se permutare un animal por para el jubileo, y el hombre pagará aquel
vanas vuestras fatigas, pues no os dará 3 8 y pereceréis entre las gentes, y la tierra otro, a m b o s serán cosa santa. n Si es de mismo día lo fijado, como cosa consagra-
la tierra sus productos, ni los árboles de de vuestros enemigos os devorará. 3!> Los animal impuro, de los que no pueden ofre- da a Yavé. 2 4 El a ñ o de jubileo el campo
ella sus frutos. 2 1 Y si todavía m e os o p o - que sobrevivan serán consumidos por sus cerse a Yavé en sacrificio, se le presentará volverá a quien lo había vendido, y de
néis y n o queréis obedecerme, os castiga- iniquidades en la tierra enemiga y con- al sacerdote, 1 2 que lo estimará según sea cuya heredad era parte. 2 5 Toda estima-
ré otras siete veces más p o r vuestros pe- sumidos p o r las iniquidades de sus padres. de bueno o de malo, y se estará a la esti- ción se h a r á según el siclo del saniuario,
cados; 2 2 lanzaré contra vosotros fieras 40
Confesarán sus iniquidades y las de mación del sacerdote. 1 3 Si se le quiere que es de veinte güeras.
que devoren a vuestros hijos, destrocen sus padres por las prevaricaciones con rescatar, se añadirá u n quinto a su valor.
26
Nadie, sin embargo, p o d r á consa-
vuestro g a n a d o y os reduzcan a escaso que contra mí prevaricaron, 4 ¡ y que p o r 14
Si uno santifica su casa, consagrán- grar el primogénito de su ganado, qmi
número, de m o d o que queden desiertos habérseme ellos opuesto a mí m e opuse dola a Yavé, el sacerdote h a r á la estima- como primogénito pertenece a Yavé; buey
vuestros caminos. yo a ellos y los eché a tierra de enemigos. ción de ella, según que sea de buena o de u oveja, de Yavé es. 2 7 Si se tratare de un
23
Si con tales castigos no os convertís Humillarán su corazón incircunciso 42
y re- mala, y se estará a la estimación del sacer- animal impuro, será redimido conforme
a mí y seguís contra mí, 24
yo a mi vez conocerán sus iniquidades; y yo en- dote. 15 Si se la quisiera rescatar, se aña- a tu estimación, añadiendo sobre ella un
marcharé contra vosotros y os rechazaré, tonces me acordaré de mi alianza con dirá un quinto al precio de su estimación, quinto, y si no lo redimieres será vendido
y os heriré también yo siete veces más p o r Jacob, de mi alianza con Isaac, de mi y será suya. conforme a tu estimación. 2 8 N a d a de
vuestros pecados; 2 S esgrimiré contra vos- alianza4 3con A b r a h a m , y me acordaré de su is Si uno santifica parte de la tierra de aquello que se consagre a Yavé con ana-
otros la espada, vengadora de mi alianza; tierra. Pero ellos tendrán que a b a n d o n a r su propiedad, tu estimación será confor- tema, sea h o m b r e o animal o campo de
os refugiaréis en vuestras ciudades, y yo la tierra, que gozará de sus sábados, yer- m e a su sembradura, a razón de cincuenta su propiedad, podrá ser vendido ni res-
m a n d a r é en medio de vosotros la peste, ma, lejos de ellos. Serán sometidos al siclos por cada jómer de cebada de sem- c a t a d o ; cuanto se consagra a Yavé con
y os entregaré en m a n o s de vuestros ene- castigo de sus iniquidades p o r haber me- anatema es cosa santísima. 2!> N a d a con-
bradura. 1 7 Si la santifica antes del año
migos, 26 quebrando t o d o vuestro sostén nospreciado mis mandamientos 44
y p o r ha-
sagrado con anatema podrá ser rescata-
de p a n ; diez mujeres cocerán el p a n en ber aborrecido mis leyes. Pero aun con del jubileo, habrá de atenerse a tu esti-
m a c i ó n ; 18 pero si es después del jubileo do, h a b r á de ser muerto. 3 0 T o d a décima
u n solo h o r n o , y os lo darán tasado; todo esto, cuando estén en tierra enemi- de la tierra, tanto de las semillas de la
comeréis y no os hartaréis. ga, yo n o los rechazaré, ni abominaré de c u a n d o santifica su campo, el sacerdote
27 ellos hasta consumirlos del todo, ni rom- la estimará según el n ú m e r o de años que tierra como de los frutos de los árboles,
Si todavía n o me obedecéis y seguís peré mi alianza con ellos, porque yo soy quedan hasta el jubileo, haciendo la re- es de Yavé, es cosa consagrada a Yavé.
oponiéndoos a mí, 2a yo m e opondré a Yavé, su Dios. 4 5 M e acordaré p o r ellos baja de tu estimación. 19 Si el que santi-
31
Si alguno quisiera rescatar parte de su
vosotros con furor y os castigaré siete de mi alianza antigua, cuando los saqué ficó el c a m p o quiere rescatarlo, añadirá décima, habrá de añadir el quinto. 3 2 Las
veces m á s p o r vuestros pecados. 29 Co- de la tierra de Egipto a los ojos de las un quinto al precio de tu estimación, y décimas del ganado mayor o menor, de
meréis las carnes de vuestros hijos; co- gentes p a r a ser su Dios. Y o , Yavé». el campo quedará suyo. 2 «Si no lo res- todo cuanto pasa bajo el cayado, son de
meréis las carnes de vuestras hijas; 3° des- Yavé. 33 N o se mirará si es bueno o si
cata o lo vende a u n o de otra familia, el
truiré vuestros excelsos; abatiré vuestros 46
Estos son los mandamientos, estatu-
altares consagrados al sol; amontonaré tos y leyes que Yavé estableció entre sí c a m p o no podrá ser rescatado m á s ; 2 I y es malo, ni se t r o c a r á ; y si se trocare, el
c u a n d o al jubileo quede libre, será con- animal y su trueque serán a m b o s cosa
vuestros cadáveres sobre los cadáveres de y los hijos de Israel, en el m o n t e Sinaí, santa, y no podrán ser rescatados».
vuestros ídolos, y m i alma os abomina- p o r medio de Moisés. sagrado a Yavé, como c a m p o de voto,
34
rá. * 3 1 Convertiré vuestras ciudades en y pasará a ser propiedad del sacerdote. Estos son los mandamientos que dio
22 Yavé a Moisés para los hijos de Israel en
desiertos, saquearé vuestros santuarios y Si u n o consagra a Yavé un campo
Votos c o m p r a d o p o r él, que no es parte de su el m o n t e Sinaí.
no aspiraré ya m á s el suave olor de vues-
tros perfumes. 3 2 Devastaré la tierra, y i Yavé habló a Moisés, diciendo:
vuestros enemigos, que serán los que la 27 2
«Habla a los hijos de Israel y di-
habiten, se quedarán p a s m a d o s ; 33 y a les: Si u n o hace voto a Yavé, se estimará
vosotros os dispersaré yo entre las gentes p a r a Yavé las personas, c o m o las estimas
y os perseguiré con la espada desenvaina- t ú : 3 U n h o m b r e de veinte a sesenta años
da en pos de vosotros; vuestra tierra será lo estimarás en cincuenta siclos de plata,
devastada y vuestras ciudades quedarán según el peso del siclo en el santuario.
N U M E R O
desiertas. 4
Una mujer la estimarás en treinta si-
5
34
Entonces disfrutará la tierra de sus clos. D e los cinco a los veinte años, es-
sábados, durante t o d o el tiempo que du- timarás un mozo en veinte siclos, y una 1. El libro cuarto del Pentateuco lleva entre los hebreos el título de V a y e d a b b e r ,
6
rare su soledad y estéis vosotros en la moza, en diez. D e un mes a cinco años, «y dijo», que es la primera palabra del libro, y también el de B a m i d b a r , «en el desierto",
tierra de vuestros enemigos. Entonces estimarás en cinco siclos un niño y en tres
7 porque en él se cuenta la historia de Israel en el desierto. Los LXX le pusieron nombre
descansará la tierra y gozará de sus sába- siclos una ñifla. D e sesenta aflos p a r a
dos. 35
T o d o el tiempo que quedará de- arriba, estimarás en quince8 siclos un h o m - alusivo a los empadronamientos que se cuentan al principio del libro y en el capítulo 26,
vastada tendrá el descanso que no tuvo bre y en diez una mujer. Si el que hizo y lo llamaron Números, nombre que pasó al latín y a nuestras lenguas. Su argumento
en vuestros sábados, c u a n d o erais vos- el voto es demasiado pobre para pagar es contar la historia de Israel desde el punto en que la deja el Levítico hasta la llegada
otros los que la habitabais. 3 6 A los que el valor de tu estimación, será presentado a la ribera izquierda del Jordán. Abarca el espacio de casi treinta y nueve años.
de vosotros sobrevivan yo les infundiré es- al sacerdote, que fijará el precio según El libro es una miscelánea, en la que va mezclada la historia con las leyes, siendo
p a n t o tal en sus corazones, en la tierra de los recursos del h o m b r e aquel.
sus enemigos, que el moverse de una hoja 9 imposible hacer en él división alguna general a base del contenido. Pero la división
Si el voto es de animales de los que se resulta fácil a base de la geografía. Así lo dividiremos en tres partes: i . a , Sinaí
los sobresaltará y los hará huir como se ofrecen a Yavé, cuanto así se ofrece en
huye de la espada, y caerán sin que nadie | d o n a Yavé, será cosa santa, i" N o será (1,1-10,10); 2 . a , desierto de Cadesbarne (10,11-22,1); 3 . a , orilla del Jordán o lla-
nura de Moab (22,2-36,13).
3° La palabra hebrea jamman, que hasta aquí se traducía por estela, según las últimos descubri. 2. En la primera parte se acaba la organización del pueblo y del tabernáculo,
alientos arqueológicos significa pebetero o altar de perfumes (Rev. Biblique [1948] 251).
aegún el plan comenzado en Éxodo (25). Al censo de las doce tribus, que nos dan Id
cifra de 603.550 hombres de guerra, sigue luego el de los levitas destinados al servicio
NAcar-Colunga
NÚMEROS 162 163 NÚMEROS 1
del santuario, 22.000, contando, no desde los veinte años, sino desde un mes para Sediciones contra Arón y Moisés (16-17). Oficios de los sacerdotes y levitas (18).
arriba. El segundo empadronamiento, referido en el capítulo 26, nos da la misma cifra. Preparación del agua lustral (19). Sentencia divina contra Minst's y Arón ^ 2 0 ^ .
De su interpretación ya hablamos en la introducción al Éxodo. Aquí sólo debemos no- Victoria de Jorma (21,1-3).—TERCERA P A R T E : E N LOS LLANOS DE M O A B
tar un hecho que nos revela la concepción del autor sagrado. Todo este número de (21,4-36,13): Camino de los llanos de Moab (21,4-20). Victoria sobre los amo-
hombres va ordenado según sus tribus, con sus propios jefes y bajo sus enseñas, y acam- rreos (21,21-35). Llegada de Balam (22). Oráculos de Balam (23-24). Prevari-
pan en torno del tabernáculo de una manera rigurosamente militar. Inmediatas al ta- cación de Baal-Fogor (25). Nuevo empadronamiento de las tribus (26). El derecho
bernáculo están las familias levíticas, y en torno de éstas, las doce tribus, tres a cada hereditario (27). La solemnidad litúrgica de las fiestas (28-29). De los votos (¡o).
lado. Cuando se trata de levantar el campo, el orden es riguroso, y el tabernáculo, Guerra contra los madianitas (31). Distribución de la TransJordania (32). Las
llevado por los levitas, va en medio, precedido de seis tribus y seguido de las otras seis. cuarenta etapas del desierto (33). Límites y división de la tierra prometida (34).
Y en todo este libro no se habla de un pueblo que emigra con toda su hacienda, sino Ciudades levíticas y de refugio (35). El matrimonio de la hija heredera (36).
de un ejército que se mueve, al parecer, hasta sin impedimenta.
Otro punto que aquí hemos de advertir es la generosa devoción del pueblo hacia
el santuario de su Dios. Este se había fabricado con los donativos de oro, plata, bronce, PRIMERA PARTE m a n d a d o Yavé a Moisés, así se hizo el
censo en el desierto del Sinaí.
madera, telas variadas, pieles, etc., ofrecidas con tanta generosidad, que fue preciso E N E L S I N A Í HASTA LA PARTIDA
20
Hijos de Rubén, primogénito de Is-
anunciar al pueblo que suspendiese sus ofrendas. Todavía después de erigido el taber- rael, sus descendientes por familias y li-
(l,I-IO,IO)
náculo y consagrado su mobiliario, los jefes de las tribus ofrendarán carros para el najes, contando por cabezas los nombres
transporte y otros más ricos dones para el culto. Las órdenes en el campo son dadas C e n s o d e las t r i b u s de todos los varones de veinte años para
con dos trompetas de plata. Con esto se acrecienta la imagen de campamento. Estas arriba, todos los hombres aptos para el
1
servicio de las armas, 21 fueron contados
descripciones ideales son semejantes a las que posteriormente hacen algunos profetas
de la futura vuelta de los israelitas de la cautividad y de la ordenación del pueblo de
I El día primero del segundo mes
del segundo a ñ o después de la salida de la tribu de R u b é n cuarenta y seis mil
de Egipto, habló Yavé a Moisés en el de- quinientos.
Dios en Palestina. 22
sierto del Sinaí, en el tabernáculo de la Hijos de Simeón, sus descendientes
3 . Comienza la segunda sección el día segundo del mes segundo en el segundo reunión, diciendo: * 2 «Haz un censo ge- por familias y linajes, contando los nom-
año de la salida de Egipto, al año de la llegada al Sinaí. El ejército del Señor se puso neral de toda la asamblea de los hijos de bres de todos los hombres de veinte años
en movimiento a la orden de Yavé, dada desde la nube que se alzó sobre el taber- Israel, por familias y por linajes, descri- para arriba aptos para el servicio de las
náculo, y la marcha se organiza conforme a la norma antes referida. El término de la biendo por cabezas los nombres de todos armas, 23 fueron contados de la tribu de
marcha fue Cadesbarne, en el desierto de Farán, unos cien kilómetros al sur de Ber- los varones* 5 de veinte años para arriba, Simeón cincuenta y nueve mil trescientos.
24
seba. Es una región más bien desértica que feraz, pero en que no falta el agua, los de todos los aptos para el servicio de las Hijos de G a d , sus descendientes por
armas en Israel. T ú y Arón haréis el cen- familias y linajes, contando los nombres
pastos no escasean tanto como en el desierto y hasta hay señales de cultivo. Desde aquí
so, según sus escuadras. * 4 Tendréis con de todos los de veinte años para arriba ap-
enviaron los exploradores a la tierra de Canán. Aquí tuvieron lugar diversas rebe- vosotros para asistiros un hombre p o r ca- tos para el servicio de las armas, 2 5 fueron
liones del pueblo, entre ellas la famosa del levita Coré, que se levantó contra el privi- da tribu, jefe de linaje. contados de la tribu de G a d cuarenta y
legio sacerdotal de la familia de Arón, y la de los rubenitas Datan y Abirón, que protes- 5
H e aquí los nombres de los que os cinco mil seiscientos cincuenta.
26
taron contra el privilegio de la tribu de Leví. Aquí se detuvo el pueblo «mucho tiempo», han de asistir: Hijos de Judá, sus descendientes por
dice el Deuteronomio (1,46), unos treinta y ocho años. Luego, impedidos por los idu- D e Rubén, Elisur, hijo de Sedeur. 6 D e familias y linajes, contando los nombres
meos de atravesar sus montes, tuvieron que rodearlos por el sur, para volverse hacia Simeón, Selamiel, hijo de Surisadai. 7 D e de todos los de veinte años para arriba a p -
el norte sin tocar en Moab ni en Idumea, pero ocupando las regiones de los amorreos Judá, Nasón, hijo de Aminadab. 8 D e Isa- tos para el servicio de las armas, 2 7 fue-
Og y Seón, y bajando luego a la ribera del Jordán, que el texto llama «llanura de car, Natanael, hijo de Suar. 9 D e Zabu- ron contados de la tribu de Judá setenta
lón, Eliab, hijo de Jelón. 'O D e los hijos y cuatro mil seiscientos.
Moab». Allí se prepararon para pasar el Jordán e invadir la tierra de Canán. ilc José: D e Efraím, Elisama, hijo de 28
Hijos de Isacar, sus descendientes por
4. En la última parte del libro se cuenta el interesante episodio de Balam. En él Amiud. D e Manases, Gamaliel, hijo de familias y linajes, contando los nombres
hemos de ver, ante todo, el propósito de Dios de convertir a un extraño al pueblo l'edasur. u D e Benjamín, Abidán, hijo de todos los varones de veinte años para
israelita en pregonero de las grandezas de Israel, corno en Daniel lo son Nabucodono- de Guedoni. 12 D e D a n , Ajiezer, hijo de arriba aptos para el servicio de las armas,
29
sor y Darío, Asuero en Ester, y en J u d i t , Ajior. La prevaricación de Baal-Fogor vie- Amisadai. 13 D e Aser, Fequiel, hijo de fueron contados de la tribu de Isacar
ne, sin duda, a justificar las repetidas intimaciones a destruir los santuarios cananeos < )crán. 1 4 D e G a d , Eliasab, hijo de Reuel. cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.
n 30
De Neftalí, Ajira, hijo de Enán. Hijos de Zabulón, sus descendientes
para evitar el peligro de la seducción que podrían ejercer en el pueblo. La guerra con- 1,1
Estos serán los nombrados de la por familias y linajes, contando los nom-
tra los madianitas es un ejemplo de cómo debían proceder en el castigo de los pueblos nsumblea, príncipes de sus tribus, jefes bres de todos los varones de veinte años
cananeos, condenados en el juicio de Yavé; la distribución de los dos reinos amorreos ile los millares de Israel». para arriba aptos para el servicio de las
entre las tribus de Gad, Rubén y Manases, con una multitud de leyes, señalan el fin 17 Moisés y Arón tomaron a estos va- armas, iJ fueron contados de la tribu de
de la obra de Moisés. lones designados por sus nombres, 1 8 y Zabulón cincuenta y siete mil cuatrocien-
1 (invocaron la asamblea toda para el día tos.
32
l>ihuero del segundo mes, y se hizo el Hijos de José, de los hijos de Efraím,
STTMATJTO PRIMERA PARTE: EN EL SINAÍ HASTA LA PARTIDA (X,I- < i-uso por familias y linajes, registrándo- por sus familias y linajes, contando los
10,10): Empadronamiento del pueblo (1). Orden de acam- >• por cabezas los nombres desde los vein- nombres de todos los varones de veinte
par (2). Empadronamiento de los levitas (3). Oficios de los levitas (4). Preceptos !•> unos para arriba. 1 9 C o m o se lo había años para arriba aptos para el servicio de
varios (5-6). Ofrendas de los jefes (y). Consagración de los levitas (8). Celebra-
ción de la Pascua (9,1-14). Señales para mover el campo (9,15-10,10).—SEGUN- I ' Sobre este censo, véase lo dicho en la Introducción al Éxodo y Números.
1
D A P A R T E : E N CADESBARNE (10,11-21,3): Orden de marcha (10,11-36). La lisia organización familiar es la que todavía subsiste entre los nómadas del desierto, al oriente
'MI Jortl.in. y conforme a ella se hace el recuento de la población.
institución de los setenta jueces (11). Arón y María contra Moisés (12). Explora- 1
l'J servicio militar era en Israel universal, sin excepción, obligatorio e ilimitado, desde los
ción de Canán (13). Condenación general del pueblo (14). Preceptos varios (x$) Jiule unos para arriba.
NÚMEROS 1-2 164 165 NÚMEROS 2-3
33 gregación de los hijos de Israel n o incu- 20
las armas, fueron contados de la tribu nientos h o m b r e s . A sus lados acampará m a a la tribu de Leví, que se acerque a
de Efraím cuarenta mil quinientos. rra en ira; los levitas tendrán la guarda la tribu de Manases; el jefe de la tri- A r ó n , el sacerdote, y se ponga a su ser-
34
Hijos de Manases, por sus familias del tabernáculo del testimonio». 5 4 Hicie- bu de Manases es Gamaliel, hijo de Pe- vicio. 7 Ellos se encargarán de todo cuanto
y linajes, contando los nombres de todos ron los hijos de Israel t o d o cuanto m a n - dasur, 2 i y su cuerpo de ejército es, se- sea necesario p a r a él y para toda la asam-
los varones de veinte años para arriba a p - dó Yavé a Moisés; así lo hicieron. gún el censo, de treinta y dos mil dos- blea ante el tabernáculo de reunión, ha-
tos para el servicio de las a r m a s , 3 5 se con- cientos h o m b r e s . 2 2 La tribu de Benjamín; ciendo así el servicio del tabernáculo.
8
taron de la tribu de Manases treinta y dos O r d e n del campamento el jefe de los hijos de Benjamín es Abidán, Tendrán a su cargo todos los utensilios
mil doscientos.
1 H a b l ó Yavé a Moisés, diciendo: hijo de Guedoni, 2 3 y su cuerpo de ejército del tabernáculo de reunión y cuanto ne-
36
Hijos de Benjamín, por sus familias
y linajes, contando todos los varones de
2 2
«Que acampen los hijos de Israel
cada u n o junto a su enseña, bajo las en-
es, según el censo, de treinta y cinco mil
cuatrocientos h o m b r e s . 2 4 El total del cam-
cesiten los hijos de Israel en el servicio del
tabernáculo. 9 D a r á s los levitas a Arón
veinte años para arriba aptos para el ser- I po de Efraím es, según el censo, de ciento y a sus hijos, se los darás con donación
señas de sus linajes, frente al tabernáculo
vicio de las armas, 3 7 se contaron de la f ocho mil cien n o m b r e s ; se p o n d r á n en perfecta de parte de los hijos de Israel.
de reunión y en torno de él. * 1° A A r ó n y a sus hijos les encomendarás
tribu de Benjamín treinta y cinco mil cua- 3 marcha los terceros.
trocientos. Delante, al oriente, acampará J u d á , 25
Al norte, la enseña del campo de D a n , las funciones de su sacerdocio; el extraño
ss Hijos de D a n , por familias y linajes, con su enseña y sus escuadras. D e los con sus tropas. El jefe de los hijos de D a n que se acercare al santuario será castigado
contando todos los varones de veinte años hijos de Judá es jefe Nasón, hijo de Ami- es Ajiezer, hijo de Amisadai, 2Í> y su cuer- con la muerte».
para arriba aptos para el servicio de las n a d a b ; 4 su cuerpo de ejército, según el po de ejército es, según el censo, de sesenta 11 Yavé habló a Moisés, diciendo: 12 «Yo
armas, 3 9 se contaron de la tribu de D a n censo, es de setenta y cuatro mil seiscientos y dos mil setecientos hombres. 2 7 A sus he t o m a d o de en medio de Israel a los le-
sesenta y dos mil setecientos. hombres. 5 A sus lados acampará la tribu lados acampará la tribu de Aser; el jefe vitas en lugar de t o d o primogénito, que
*o Hijos de Aser, p o r sus familias y lina- de Isacar; el jefe de los hijos de Isacar es de los hijos de Aser es Feguiel, hijo de abre la vulva de su madre, entre los hijos
jes, contando todos los varones de veinte Natanael, hijo de Suar, 6 y su cuerpo de Ocrán, 2 8 y su cuerpo de ejército es, se- de Israel, y los levitas serán míos, 13 por-
años para arriba aptos para el servicio de ejército es, según el censo, de cincuenta y gún el censo, de cuarenta y un mil qui- que mío es t o d o primogénito; el día en
las armas, 4 1 se contaron de la tribu de cuatro mil cuatrocientos hombres. 7 Des- nientos hombres. 2 9 La tribu de Neftalí; que yo maté a todos los primogénitos en
Aser cuarenta y un mil quinientos. pués, la tribu de Z a b u l ó n ; el jefe de los el jefe de los hijos de Neftalí es Ajira, la tierra de Egipto, m e consagré a mí
42
Hijos de Neftalí, por sus familias y hijos de Zabulón es Eliab, hijo de Jetón, hijo de E n á n , 3 » y su cuerpo de ejército es, todos los primogénitos de Israel, tanto
8
linajes, contando todos los varones de y su cuerpo de ejército es, según el censo, según el censo, de cincuenta y tres mil de hombres como de animales; son míos.
veinte años para arriba aptos para el ser- de cincuenta y siete mil cuatrocientos cuatrocientos hombres. 3 i El total del cam- Yo, Yavé». *
vicio de las armas, 4 3 se contaron de la hombres. 9 El total para el campo de po de D a n es, según el censo, de ciento
Judá es, según el censo, de ciento ochenta 1 4 Y habló Yavé a Moisés en el desierto
tribu de Neftalí cincuenta y tres mil cua- cincuenta y siete mil seiscientos hombres. del Sinaí, diciendo: 15 «Enumera a los hi-
trocientos. y seis mil cuatrocientos hombres, p o r sus Se p o n d r á n en marcha los últimos, según
44 escuadras. Serán los primeros que se p o n - jos de Leví según sus linajes y familias.
Estos fueron todos los contados de sus enseñas. 3 2 Estos fueron los hijos de 16 H a z el censo de todos los varones de
los hijos de Israel, por sus linajes, los que gan en marcha. Israel inscritos en el censo, según sus un mes p a r a arriba». Y Moisés hizo el
contaron Moisés y Arón con los doce i° Al mediodía, la enseña del c a m p o de linajes. El total de todos los hombres ins- censo, según la orden de Yavé, como
príncipes de Israel, uno por cada tribu; R u b é n , con sus escuadras. El jefe de los critos, repartidos en varios campos, según éste se lo había m a n d a d o . 1 7 Estos fueron
45 hijos de R u b é n es Elisur, hijo de Sedeur,
siendo todos los contados de los hijos sus cuerpos de ejército, fue de seiscientos los hijos de Leví, por sus n o m b r e s : Ger-
de Israel, según sus linajes, de veinte años H y su cuerpo de ejército, según el censo, (res mil quinientos cincuenta hombres. són, Caat y Merarí. ls N o m b r e s de los
es de cuarenta y seis mil quinientos h o m - 33
para arriba aptos para hacer la guerra Los levitas no fueron comprendidos en hijos de Gersón, por sus familias: Libni y
en Israel, 46 seiscientos tres mil quinientos bres. i 2 A sus lados acampará la tribu de el censo con los hijos de Israel, según la Semei. 1 9 Hijos de Caat, por sus familias:
cincuenta (603.550).* Simeón; el jefe de los hijos de Simeón es orden que Yavé había dado a Moisés. A m r a m , Jesuar, H e b r ó n y Oziel. 2 0 Hijos
47
Los levitas no fueron contados entre Salamiel, hijo de Surisadai, 1 3 y su cuerpo 14
Los hijos de Israel hicieron t o d o lo de Merarí, por sus familias: Mojli y Musí.
éstos según la tribu 4 8 porque había ha- de ejército es, según el censo, de cincuenta que a Moisés había m a n d a d o Yavé. Así Estas son las familias de Leví, según sus
blado Yavé a Moisés, diciendo: 4 9 « S ó l o y nueve mil trescientos hombres. 1 4 Des- acampaban, según sus enseñas, y así se linajes. 2 i D e Gersón proceden las fami-
dejarás de contar la tribu de Leví; no los pués, la tribu de G a d ; el jefe de los hijos ponían en marcha cada uno, según su lias de Libni y la de Semei; éstos son los
contarás entre los hijos de Israel, 5 0 sino de G a d es Eliasaf, hijo de Reuel, 15 y s u familia y su linaje. linajes de Gersón. 2 2 Los enumerados de
que pondrás a los levitas en el tabernácu- cuerpo de ejército es, según el censo, de ellos en el censo de todos los varones de
lo del testimonio, sobre todos sus utensi- cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta N ú m e r o y oficio d e los l e v i t a s un mes para arriba fueron siete mil qui-
lios y sobre todo cuanto le pertenece. hombres. 16 El total del campo de Rubén nientos. 23 Los linajes de Gersón sentarán
1 H e aquí la descendencia de A r ó n
Ellos llevarán el tabernáculo y todos sus
utensilios, y servirán en él y sentarán sus
es, según el censo, de ciento cincuenta y
un mil cuatrocientos cincuenta hombres. 3 al tiempo en que Yavé habló a M o i - sus tiendas a espaldas del tabernáculo, a
occidente. 2 4 El jefe del linaje de los gerso-
Se pondrán en marcha los segundos. r>cs en la montaña del Sinaí.
tiendas en derredor del tabernáculo. 51 Y 2 nitas es Eliasaf, hijo de Lael. 2 5 C u a n t o
cuando el tabernáculo hubiere de trasla- 1 7 Después avanzará el tabernáculo de He aquí los nombres de los hijos de
al tabernáculo de reunión, los hijos de
darse, los levitas lo desarmarán; y cuando reunión, yendo el campo de los levitas Arón: N a d a b , el primogénito; Abiú, Elea-
Gersón tenían a su cargo la tienda, y sus
hubiere de pararse, ellos lo armarán, y el en medio de los otros. Seguirán en la /.ur e Itamar. 3 Estos son los nombres de
cubiertas, el velo de la entrada en la tienda,
extraño que se acercare, morirá. 5 2 Los los hijos de Arón, sacerdotes ungidos y
marcha el orden de su campamento, cada la cortina de la entrada del atrio 2 6 y las
hijos de Israel sentarán sus tiendas cada uno según su puesto y su enseña. t'unsagrados para ejercer el sacerdocio.
1 de éste en torno del tabernáculo y del
uno en su cuartel bajo la propia enseña, 1 8 A occidente, la enseña de Efraím. El Nadab y Abiú murieron al llevar ante
altar y las cuerdas para t o d o su servicio.
por orden de escuadras; S3 pero los levi- jefe de los hijos de Efraím es Elisama, V11 vé un fuego extraño en el desierto del 27
D e Caat proceden los linajes de los
tas sentarán las suyas alrededor del ta- hijo de Amiud, 1 9 y su cuerpo de ejército Slnai, y n o dejaron hijos. Eleazar e Ita-
amramitas, los jezharitas, los hebronitas
bernáculo del testimonio para que la con- es, según el censo, de cuarenta mil qui- imir ejercieron el sacerdocio con A r ó n ,
y los uzielitas; éstos son los linajes de
«ii pudre.
46 Caat. 2 8 El censo de todos los varones de
Sobre el censo, véase lo dicho en la Introducción a los Números, n.2. ' Yavé habló a Moisés, diciendo: <> «Lla-
2
2 La organización del pueblo es militar, bajo la dirección de Dios, que es el jefe supremo, y
tiene su tienda en medio del campamento y dirige los movimientos por medio de la nube
'I 13 La Ley repite muchas veces, y en varias formas, que las primicias son debidas a Dios. De
•' tiqui el carácter sagrado de los primogénitos, sea del hombre, sea de los animales. A esta razón,
(9,15 ss.). Los levitas, que acampaban inmediatamente en torno del santuario, son la guardia de ho- 'Itíiliinida ya en Ex 13,2.11 ss., se añade esta otra histórica, la muerte de los primogénitos egipcios
nor y de servicio. V lu Mulud de los hebreos, idea también indicada en Ex. 13,15 ss.
NÚMEROS 3-4 166 167 NÚMEROS 4
un mes para arriba dio ocho mil seiscien- primogénitos de los hijos de Israel y el pondrán las barras. 12 Tomarán todos los 2» Haz el censo de los hijos de Merarí
tos, adscritos al servicio del santuario. ganado de los levitas en lugar de ios utensilios para el servicio del santuario, y según sus familias y linajes, 3<> contándo-
29
Los linajes de los hijos de Caat acam- primogénitos de sus ganados. Los levi- metiéndolos en una tela de jacinto, los los desde los treinta años para arriba has-
paban al mediodía del tabernáculo. 30 El tas46son míos. Yo, Yavé». cubrirán con pieles de tejón y los coloca- ta los cincuenta, todos los adscritos al
jefe de los linajes de las familias de Caat Para el rescate de los doscientos se- rán sobre unas angarillas. I3 Quitarán del servicio y para cumplir sus funciones en
era Elisafán, hijo de Oziel. 3i Estaban a tenta y tres primogénitos de los hijos de altar las cenizas y tenderán sobre él un el tabernáculo de la reunión. 3 ' He aquí
su cargo el arca, la mesa, el candelabro, Israel que sobrepasan el número de los paño de púrpura escarlata; apondrán lo que habrán de transportar, según sus
los altares y los utensilios sagrados de levitas, * 47 toma cinco siclos por cabeza, encima de él todos los utensilios de su servicios en el tabernáculo de la reunión:
su servicio y el velo con todo lo que per- según el siclo 48del santuario, que es de servicio, los braseros, los tenedores, las los tablones del habitáculo,32sus traveseras,
tenecía a su servicio. 32 El jefe supremo veinte güeras. Ese dinero se lo entre- paletas y las bandejas, todos los utensi- sus columnas y sus basas, y las colum-
de los levitas era Eleazar, hijo del sacer- garás a Arón y a sus hijos, como rescate nas del atrio en derredor, con sus basas,
de los que sobrepasan el número de los lios del altar, y lo cubrirán con pieles de sus estacas y sus cuerdas y todos los uten-
dote Arón, a quien correspondía la super- tejón y le pondrán las barras.
intendencia de todos los adscritos al ser- levitas». *9 Moisés tomó el dinero de los 15 silios de sus basas, y les indicaréis deter-
vicio del santuario. primogénitos de los hijos de Israel que Cuando Arón y sus hijos hayan aca- minadamente33 los utensilios que han de
33
De Merarí proceden los linajes de los sobrepasaban el número de los levitas, bado de cubrir el santuario y sus utensi- transportar. Este es el oficio del linaje
mojlitas y los musitas. Estos son los lina-
50
mil trescientos sesenta y cinco siclos, lios todos y se levante el campamento, de los hijos de Merarí, conforme a su
jes de Merarí. 34 Los enumerados de ellos, según el siclo del santuario. 51 Moisés en- vendrán los hijos de Caat para llevarlos, servicio en el tabernáculo de la reunión,
conforme al censo de todos los varones tregó a Arón y a sus hijos el dinero del pero sin tocar las cosas santas, no sea que bajo la vigilancia de Itamar, hijo del
de un mes 35 para arriba, fueron seis mil rescate, según la orden de Yavé, según lo mueran. He aquí lo que del tabernáculo de sacerdote Arón».
doscientos. El jefe de los linajes de que Yavé había dicho a Moisés. la reunión transportarán los hijos de Caat.
16
Merarí era Suriel, hijo de Abijail; acam- Eleazar, hijo de Arón, el sacerdote, ten- Censo de los levitas
paban al lado norte del tabernáculo. 3S Al Obligaciones de los levitas drá bajo su vigilancia el aceite del cande-
34
cargo de los hijos de Merarí estaban los 1 labro, el timiama, la oblación perpetua Moisés y Arón y los príncipes de la
Yavé habló a Moisés y Arón, di-
tablones del habitáculo con sus barras,
37
sus columnas y sus basas y todo su
4 ciendo : * 2 «Haz el censo de los hijos
y el óleo de unción, así como todo el
tabernáculo y cuanto él contiene, el san-
asamblea hicieron el censo de35 los hijos
de Caat por linajes y familias, de cuan-
servicio, y las columnas del atrio con sus de Caat de entre los hijos de Leví, según tuario con todos sus utensilios». tos eran de treinta años para arriba hasta
basas, sus clavos y sus cuerdas. sus familias y linajes, 3 desde los treinta 17
Yavé habló a Moisés y Arón, dicien- los cincuenta; 36 y los enumerados según
38
Delante del tabernáculo de reunión, años para arriba hasta los cincuenta, to- do: 18 «Tened cuidado de que los hijos sus familias y sus linajes fueron dos mil
a levante, acampaban Moisés, Arón y sus dos los que han de prestar servicio o del linaje de Caat no sean extirpados de setecientos cincuenta; 37 éstos fueron los
hijos, que velaban al cuidado del san- cumplir alguna 4 función en el tabernáculo en medio de los levitas, 19 y haced de enumerados del linaje de los caatitas, to-
tuario por los hijos de Israel; todo ex- de la reunión. Estos serán los servicios modo que tengan segura la vida y no dos los que hacían el servicio en el ta-
traño que se39 acercaba era castigado con de los hijos de Caat en el tabernáculo de mueran si se acercan a las cosas santísi- bernáculo de la reunión, que Moisés y
la muerte. Los levitas que Moisés y reunión; consistirán en lo tocante a las Arón enumeraron de orden de Yavé dada
cosas santísimas. 5 Cuando hubiere de le- mas; sean Arón y sus hijos los que en-
Arón enumeraron de orden de Yavé fue- tren para encargar a cada uno su servicio a Moisés. 38 Hízose el censo de los hijos
vantarse el campamento, vendrán Arón y de Gersón, por familias y linajes, 39 desde
ron, contando de todos los linajes los va-
sus hijos a bajar el velo6 y cubrirán con él y su cargo; 20 pero ellos que no entren
rones de un mes para arriba, veinti- para ver un solo instante las cosas san- los treinta años para arriba hasta los cin-
dós mil. el arca del testimonio; pondrán encima cuenta, de cuantos hacían servicio en el
una cubierta de pieles de tejón curtidas y tas, no sea que mueran».
21
Yavé habló a Moisés, diciendo: tabernáculo de la reunión, 40 y fueron
tenderán por encima de toda ella un paño 22 enumerados por familias y linajes dos
Rescate de los primogénitos de Israel de jacinto, y colocarán las barras del «Haz también el censo de los hijos de
Gersón según sus familias y linajes, 23 ha- mil seiscientos treinta. 4 i Estos son los
40
Yavé dijo a Moisés: «Haz el censo de arca. 7 Tenderán sobre la mesa de los enumerados de los linajes de Gersón,
todos los primogénitos de entre los hijos panes de la proposición una tela de ja- ciendo el censo de los de treinta años para todos los que hacían servicio en el ta-
de Israel de un mes para4I arriba, contán- cinto y pondrán encima de ella los platos, arriba hasta los cincuenta, de todos los bernáculo de la reunión, que Moisés y
dolos por sus nombres. Tomarás para los cálices, las cazoletas y los vasos de que han de prestar sus servicios y cum- Arón enumeraron de orden de Yavé.
mi servicio a los levitas, en lugar de todos las libaciones; el pan perpetuo irá sobre plir alguna función en el tabernáculo de 42
Hízose el censo de las familias de los
los primogénitos de los hijos de Israel, y el ella; 8 tenderán encima una tela carmesí, la reunión. 24 He aquí los servicios de los hijos de Merarí, por familias y linajes,
ganado de los levitas, en lugar de los con que la envolverán, y una cubierta de linajes de Gersón, lo que habrán de hacer 43
desde los treinta años para arriba hasta
primogénitos del ganado de los hijos de pieles de 9tejón, y pondrán las barras de y lo que habrán de llevar. 25 Llevarán las los cincuenta, de cuantos prestaban ser-
Israel. Yo, Yavé». la mesa. Tomarán una tela de jacinto, cortinas del habitáculo y tienda de la vicio en el tabernáculo de la reunión,
42
Moisés hizo el censo de todos los pri- con la que cubrirán el candelabro con sus reunión; su cubierta y la cubierta de pie- 44
y fueron enumerados por familias tres
mogénitos de los hijos de Israel, 43según la lámparas, sus despabiladeras, sus platos les de tejón con que se cubren, 26 las cor- mil doscientos. 45 Estos son los enumera-
orden que Yavé le había dado. Todos para los pabilos cortados y todos los uten- linas del atrio y la de la puerta de entrada dos de las familias de Merarí, que Moisés y
los primogénitos varones, contados por silios para el aceite que se emplea en su del atrio, todo lo que rodea la tienda y Arón enumeraron46 según la orden de Yavé
sus nombres, de un mes para arriba, servicio 10 y con todos sus utensilios; los el altar, sus cuerdas y todos los utensilios dada a Moisés. Todos los que fueron
fueron veintidós mil doscientos setenta cubrirán de pieles de tejón y lo pondrán de su servicio, y harán cuanto con ellos enumerados en el censo que Moisés y
y tres. sobre unas angarillas. " Tenderán un pa- no hu de hacer. 27 A las órdenes de Arón Arón y los príncipes de Israel hicieron de
44
Yavé habló a Moisés, diciendo: ño de jacinto sobre el altar de oro, y y sus hijos estará el servicio de los gerso- los levitas, por familias y linajes, 47 desde
45
«Toma a los levitas en lugar de los después de cubrirlo con pieles de tejón le nllns en todo cuanto éstos han de hacer los treinta48 años para arriba hasta los
46 V llevar; vosotros asignaréis a cada uno cincuenta, todos los que prestaban ser-
Los primogénitos que excedan del número de los levitas deben ser rescatados con dinero, vicio de ministerio o de transporte en el
por cuanto carecen de substituto que los reemplace en el servicio de Dios. Asi, ias doce tribus toman ilelurminadamente lo que hayan de trans-
a su cargo el servicio militar y forman el ejército de Yavé, mientras que los levitas son destinados portar. 2li Este es el servicio de los linajes tabernáculo de la reunión, vinieron a ser
a los oficios sagrados. ilc liersón en el tabernáculo de la re- ocho mil quinientos ochenta. 49 Según la
unión, y su vigilancia estará a cargo de orden dada por Yavé a Moisés, fueron
A 1 Ahora se prescribe un segundo censo de los levitas por familias para hacer la distribución liiiinar, hijo del sacerdote Arón. designados cada uno para su propio mi-
* de los ministerios sagrados y asignar luego a cada familia sus oficios. nisterio y su propio cargo, y los designa-
NÚMF.KOA 4-5 168 169 NÚMEROS 6-7

dos fueron aquellos que Yavé había m a n - lo, la echará en el agua. 18 Luego, el L e y del nazareato ts y un cestillo de panes ácimos de tortas
dado. sacerdote, haciendo estar a la mujer ante de flor de harina amasada con aceite, p a r a

L e y e s varias
Yavé, le descubrirá la cabeza y le pondrá
en las manos la minjá de memoria, la
6 1 H a b l ó Yavé a Moisés, diciendo:*
2
«Habla a los hijos de Israel y di-
la ofrenda y la libación. 16 El sacerdote
los presentará a Yavé, y ofrecerá su sa-
les : Si uno, h o m b r e o mujer, hiciere voto crificio p o r el pecado y su holocausto.
minjá de los celos, teniendo él en la m a - de consagración, consagrándose a Yavé,
1 Habló Yavé a Moisés, diciendo:* no el agua amarga de la maldición, * 17 Después presentará a Yavé el carnero
5 2
« M a n d a a los hijos de Israel que 1 9 y la conjurará, diciendo: «Si n o h a
3
se abstendrá de vino y de toda bebida de su sacrificio pacífico con el cestillo de
hagan salir del campamento a t o d o le- dormido contigo ninguno y si no te h a s embriagante; no beberá vinagre de vino panes ácimos, y h a r á la oblación y la
proso, a todo el que padece flujo y a t o d o descarriado, contaminándote y siendo in- ni bebida embriagante; n o comerá uvas, libación. 18 El nazareo raerá a la entrada
inmundo por un cadáver. 3 Hombres o fiel a tu marido, indemne seas del agua ni frescas ni secas; 4 durante todo el tiem- del tabernáculo de la reunión su cabeza
mujeres, todos los haréis salir del campa- amarga de la maldición; 2 0 pero si te des- po de su nazareato no comerá fruto algu- consagrada, y t o m a n d o los cabellos de
mento para que no contaminen el cam- carriaste y fornicaste infiel a tu marido, no de la vid, desde la piel hasta los gra- su cabeza consagrada, los echará al fuego
pamento en que habitan». Así lo hicieron contaminándote y durmiendo con o t r o nos de la uva. 5 D u r a n t e t o d o el tiempo q u e arde bajo el sacrificio pacífico. 1 9 Lue-
los hijos de Israel, haciéndolos salir del 2 1 (aquí el sacerdote la conjurará con el ju- de su voto de nazareo no pasará la na- go el sacerdote t o m a r á la pierna ya cocida
c a m p a m e n t o ; 4 como lo ordenó Moisés, ramento de execración, diciendo): Hágate vaja p o r su cabeza; hasta que se cumpla del carnero, un pan ácimo del cestillo y
así lo hicieron los hijos de Israel. el tiempo por el que se consagró a Yavé, una torta ácima, y se los pondrá en las
5 Yavé maldición y execración en medio será santo y dejará libremente crecer su
H a b l ó Yavé a Moisés, diciendo: * de tu pueblo y seqúense tus muslos e hín- manos al nazareo, después que se haya
6
«Di a los hijos de Israel: Si u n o , h o m - chese tu vientre, 2 2 entre esta agua de mal- cabellera. 6 D u r a n t e t o d o el tiempo de raído la cabeza consagrada; 2 0 y el sacer-
bre o mujer, comete u n o de esos pecados dición en tus entrañas para hacer que tu su consagración a Yavé no se acercará dote lo agitará ante Yavé. Es la cosa santa
que perjudican al prójimo, prevaricando vientre se hinche y se pudran tus mus- a cadáver alguno; ' n o se contaminará del sacerdote, además del pecho mecido y
contra Yavé y haciéndose culpable, 7 con- los». La mujer contestará: Amén, amén. ni por su padre, ni por su madre, ni por de la pierna reservada. Después ya podrá
fesará su pecado y restituirá enteramente 2 3 El sacerdote escribirá estas maldiciones su hermano, ni por su hermana, si m u - el nazareo beber vino.
el d a ñ o , añadiendo un q u i n t o ; restituirá en una hoja, y las diluirá en el agua amar- riesen; porque lleva sobre su cabeza la 2
i Esta es la ley del nazareo que hace
a aquel a quien perjudicó, 8 y si no hu- ga, 2 4 y h a r á beber a la mujer el agua consagración a su Dios. » T o d o el tiempo voto y de su ofrenda a Yavé por su na-
biere ya nadie a quien pertenezca la res- amarga de la maldición. 25 Luego toma- de su nazareato está consagrado a Yavé. zareato, fuera de aquello que sus posibi-
11
titución, la h a r á a Yavé, y será entregada rá de la m a n o de la mujer la minjá de los Si ante él muriere alguno repentinamen- lidades le consientan añadir. H a r á de
al sacerdote, además del carnero expia- celos y la agitará ante Yavé, y la llevará te, manchándose así su cabo/u consagra- conformidad con su voto, según la ley
torio con que se hará la expiación del al altar; 26 y t o m a n d o un puñado de la da, se raerá la caneza cu el día de su pu- del nazareato».
culpable. 9 T o d a ofrenda de cosas consa- ofrenda d e memoria, lo q u e m a r á en el rilicación; se la raerá el séptimo día, •*> y
gradas por los hijos de Israel que éstos altar, haciendo después beber el agua a al octavo presentará al sacerdote dos tór- La bendición litúrgica
presentan al sacerdote, de éste e s . I 0 Cuan- la mujer. 2 7 D a r á l e a beber el a g u a ; y si lolas o dos pichones a la entrada del ta-
22
to cada u n o consagre, de él es; lo que se hubiere contaminado, siendo infiel a su bernáculo de la reunión. 11 El sacerdote Yavé habló a Moisés, diciendo:
23
se presenta al sacerdote, de éste es». ofrecerá uno en sacrificio por el pecado «Habla a A r ó n y a sus hijos, dicien-
marido, el agua de maldición entrará en y el o l i o en holocausto, haciendo por él d o : D e este m o d o habréis de bendecir a
ella con su amargura, se le hinchará el la expiación de su pecado por el muerto.
L e y s o b r e los c e l o s los hijos de Israel; diréis: *
vientre, se le secarán los muslos, y será '•'• lisie día el nazareo consagrará otra vez 24
2 Que Yavé te bendiga y te guarde.
11 H a b l ó Y a v é a M o i s é s , d i c i e n d o : maldición en medio de su pueblo. « Si, ÑU cabe/a, la consagrará de nuevo a Yavé 2
5 Q u e haga resplandecer su faz sobre ti
12
«Habla a los hijos de Israel y diles: Si p o r el contrario, no se contaminó y es por el tiempo de su nazareato, y ofrecerá y te otorgue su gracia.
la mujer de u n o fornicare y le fuese in- pura, 29
quedará ilesa y será fecunda. un cordero primal en sacrificio de expia- 26
Q u e vuelva a ti su rostro y te dé
fiel, 13 durmiendo con otro en concúbito Esta es la ley de los celos, para cuan- • ion; el 1 lempo precedente no le será con- la paz.
de semen, sin que haya podido verlo el d o u n a mujer haya sido infiel a su mari- ludo, por haberse contaminado su na- 27
Así invocarán mi n o m b r e sobre los
marido ni haya testigos, p o r no haber si- do y se haya contaminado, 30 o que el es- zareólo. hijos de Israel y yo los bendeciré».
do hallada en el lecho, 1 4 y se apoderase píritu de los celos se haya apoderado de 11
lima es la ley del n a z a r e o : el día en
del marido el espíritu de los celos y tu- su marido y tenga celos de ella; presen- que NO cumpla el tiempo do su nazareato L a s o f r e n d a s d e los j e f e s d e tribu
viese celos de ella, hayase ella manchado tará a su mujer ante Yavé, y el sacerdote so presentará a l.i cumula del tabernáculo
en realidad o n o se h a y a manchado, 1 5 la h a r á con ella cuanto en esta ley se pres- de la reunión para hacer su ofrenda a 1
El día en que a c a b ó Moisés de eri-
llevará al sacerdote, y ofrecerá por ella cribe. 31 Así el marido quedará libre de Yiive: u ( i i i cordero primal, sin defecto, 7 gir el tabernáculo y de ungirlo y con-
una oblación de la décima parte de un culpa, y la mujer llevará sobre sí su pe- pnru ol holocausto; una oveja, sin defecto, sagrarlo con todos sus utensilios, el altar
efá de harina de cebada, sin derramar cado». piiiu ol sacrificio por el pecado; un c a m e - con todos sus utensilios, ungiéndolos y
aceite sobre ella ni poner encima incienso, lo, HIII defecto, para el sacrificio pacífico, consagrándolos, * 2 los príncipes de Is-
porque es minjá de celos, minjá de memo-
ria para traer el pecado a la memoria. ái ' KN(U consiiHración personal, singularísima, da al consagrado una especial santidad, que le
16 *' enluti ulwU'iHM'He de todo contacto de cosa impura, aun del cadáver de los mismos padres, y la
El sacerdote h a r á que se acerque y se
esté ante Y a v é ; t 7 tomará del agua santa nltllum ii'm de ttlmtcncnu' de todo fruto de la vid, cualquiera que sea. Al terminar, tiene que despo-
iiii'te 1I1' lodo el pelo de su cuerpo, que por considerarse santificado había de ser quemado en el altar,
en una vasija de barro, y cogiendo un purn itl volver 11 NW rutado ordinario debía despojarse de todo lo santo o consagrado de que podía
poco de la tierra del suelo del tabernácu- <l0i|>ii|nint< MII piTinmi.
lo ' La ley contenida en los vv.1-4 es una consecuencia de Lev 13,46 y 15,31, en que se declara Huimón tur niizureo toda su vida (Jue 13,4), lo mismo que el Bautista (Le 1,15). Por los Hechos
** impuros a los que padecen los accidentes aquí señalados. El campo de Israel, presidido por ilr liw ApoKlolcn vemos que algunos fieles practicaban esta forma de piedad aun después de su
Yavé, debe conservarse santo y puro. l>Miifiuiii<> (iH.ití; 21,23 8.; 24,17).
5
Nueva ley complementaria de Lev 5,20 ss. ' ' I "ln li'irmulu de bendecir al pueblo es de lo más espiritual, ya que en ella no se hace ninguna
18 Este rito tiene mucho parecido con las antiguas ordalías aplicables a casos semejantes, en que " n, mu iU* lumen materiales, sino sólo de la gracia de Dios. En Le 1,10 se dice cómo el pueblo
se buscaba el juicio divino. En el código hammurabíano también se acude al Eufrates, que traga los I|>I KIIIU «4I miuudole, al salir de ofrecer el incienso, sin duda para recibir esta bendición.
culpables, mientras rechaza los inocentes. Sin negar, ni mucho menos, el carácter sobrenatural que
este rito pudiera tener, todo este ceremonial parece que había de influir grandemente en la mujer 1.11 Imlm «tllil indicada corresponde a Ex 40,2.17. La ofrenda hecha después de verificado el
culpable para moverla a declararse tal. nuu ili<l puutili) true 11 la memoria lo que se dice en Ex 30,12. Ex 38,25 sugiere la idea de que
NÚMEROS 7 170 171 NÚMEROS 7
rael, jefe» de sus linajes, presentaron sus siclos; un jarro de plata de setenta siclos, bos llenos de flor de harina amasada con amasada con aceite, para la ofrenda;
ofrendas; eran los príncipes que habían al peso del siclo del santuario, llenos am- aceite, para la ofrenda; 50 una taza de oro
74
una taza de oro de diez siclos, llena de
presidido el censo. 3 Llevaron sus ofren- bos de flor de harina amasada con aceite, de diez siclos, llena de perfumes; 51 u n perfumes; 7 5 un novillo, un carnero y un
das ante Yavé: seis carros cubiertos y p a r a la ofrenda; 2 6 una taza de oro de novillo, un carnero y un cordero primal, cordero primal, para el holocausto; 7 S u n
doce bueyes, un carro p o r cada dos, y un diez siclos, llena de perfumes; 2 ' un n o - para el holocausto; 5 2 un macho cabrío, macho cabrío, para el sacrificio expiato-
buey por cada uno de los príncipes, y los villo, un carnero y un cordero primal, p a r a para el sacrificio expiatorio; 53 y para el rio ; 7 7 y para el sacrificio pacífico, dos
presentaron ante el tabernáculo.
4
el holocausto; 2 8 un macho cabrio, para sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco car- bueyes, cinco carneros, cinco machos ca-
Yavé habló a Moisés, diciendo: 5 «Re- el sacrificio expiatorio; 2 9 y para el sacri- neros, cinco m a c h o s cabríos y cinco cor- bríos y cinco corderos primales. Hsta fue
cibe de ellos eso, y que se destine al servi- ficio pacífico, dos bueyes, cinco carneros, deros primales. Esta fue la ofrenda de la ofrenda de Paquiel, hijo de Ocrán.
cio del tabernáculo de la reunión; se los cinco machos cabríos y cinco corderos Elisama, hijo de Amiud.
78
El duodécimo día, el príncipe de los
darás a los hijos de Leví, a cada u n o primales. Esta fue la ofrenda de Eliab, 54
El octavo día, el príncipe de los hijos hijos de Neftalí, Ajira, hijo de E n á n ;
según las necesidades de su servicio». hijo de Jelón. de Manases, Gamaliel, hijo de Pedasur,
79
ofreció: u n plato de plata de ciento
6 30
Moisés, t o m a n d o los carros y los bue- El cuarto día, el príncipe de los hijos 55 ofreció: u n plato de plata de ciento treinta siclos; un jarro de plata de setenta
yes, se los entregó a los levitas; 7 dio dos de Rubén, Elisur, hijo de Sedeur, 31 ofre- treinta siclos; un jarro de plata de seten- siclos, al peso del siclo del santuario, am-
carros y cuatro bueyes a los hijos de ció: un plato de plata de ciento treinta t a siclos, al peso del siclo del santuario, bos llenos de flor de harina amasada con
Gersón, según sus funciones; 8 cuatro ca- siclos; un jarro de plata de setenta siclos, a m b o s llenos de flor de harina amasada aceite, para la ofrenda; 80 u n a taza de
rros y ocho bueyes a los hijos de Merarí, al peso del siclo del santuario, ambos lle- con aceite, para la ofrenda; 56 una taza oro de diez siclos, llena de perfumes;
conforme a su servicio, bajo la vigilancia nos de flor de harina amasada con aceite, de o r o de diez siclos, llena de perfumes; 81 u n novillo, u n carnero y un cordero
de Itamar, hijo de Arón, sacerdote; 9 pero para la ofrenda; 3 2 una taza de o r o de 57 u n novillo, un carnero y un cordero primal, para el holocausto; 8 2 un macho
n o dio ninguno a los hijos de Caat, por- diez siclos, llena de perfumes; 33 u n no- primal, p a r a el holocausto; 5 8 u n macho cabrío, p a r a el sacrificio expiatorio; 8 3 y
que el servicio suyo de las cosas santas villo, un carnero y un cordero primal, para cabrío, para el sacrificio expiatorio; 59 y p a r a el sacrificio pacífico, dos bueyes,
habían de hacerlo llevándolas sobre sus el holocausto; 34 u n macho cabrío, para p a r a el sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y
h o m b r o s . 10 L o s p r í n c i p e s h i c i e r o n su el sacrificio expiatorio; 3 5 y para el sa- cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos primales. Esta fue la ofren-
ofrenda para la dedicación del altar cuan- crificio pacífico, dos bueyes, cinco car- cinco corderos primales. Esta fue la ofren- da de Ajira, hijo de Enán.
do fue ungido, presentando su ofrenda neros, cinco machos cabríos y cinco cor- da de Gamaliel, hijo de Pedasur. 84
Estos fueron los dones de los prínci-
ante el altar, u Yavé dijo a Moisés: «Que deros primales. Esta fue la ofrenda de 60
El noveno día, el príncipe de los hi- pes de Israel para la dedicación del altar
presenten los principes su ofrenda u n o a Elisur, hijo de Sedeur. jos de Benjamín, Abidán, hijo de Guedoni, el día en que se ungió: doce platos de
u n o para la dedicación del altar». 1 2 Aquel 36
El quinto día, el príncipe de los hi- 61
ofreció: un plato de plata de ciento plata, doce jarros de plata, doce tazas de
día, el primero, presentó su ofrenda N a - jos de Simeón, Salamiel, hijo de Surisa- treinta siclos; u n jarro de plata de seten- o r o ; 85 cada plato, de ciento treinta siclos
són, hijo de A m i n a d a b , de la tribu de daí, 3 7 ofreció: un plato de plata de ciento ta siclos, al peso del siclo del santuario, de peso; cada jarro, de setenta siclos;
Judá, 13 ofreciendo un plato de plata de treinta siclos; un jarro de plata de setenta a m b o s llenos de flor de harina amasada total de la plata de estos utensilios, dos
ciento treinta siclos de peso y un jarro siclos, al peso del siclo del santuario, am- con aceite, para la ofrenda; 6 2 u n a taza mil cuatrocientos siclos, al peso del siclo
de plata de setenta siclos, según el peso bos llenos de flor de harina amasada con de oro de diez siclos, llena de perfumes; del santuario; 8 6 doce tazas de oro llenas
del siclo del santuario, ambos llenos de aceite, para la ofrenda; 38 u n a taza de o r o 63
u n novillo, un carnero y un cordero pri- de perfume, de diez siclos cada una, al
flor de harina amasada con aceite, para las de diez siclos, llena de perfumes; 39 un mal, para el holocausto; « 4 un macho siclo del santuario; total del oro de las
o f r e n d a s ; 1 4 una taza de oro de diez siclos, novillo, un carnero y un cordero primal, cabrío, para el sacrificio expiatorio; 65 y tazas, ciento veinte siclos. 87 Total de los
llena de perfumes; 15 un novillo, un car- para el holocausto; 4 0 u n macho cabrío, para el sacrificio pacífico, dos bueyes, animales para el holocausto: doce novi-
nero y un cordero primal, para el holo- para el sacrificio expiatorio; 4 1 y para el cinco carneros, cinco machos cabríos y llos, doce carneros y doce corderos pri-
causto ; 1 6 u n macho cabrio, para el sacri- sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco car- cinco corderos primales. Esta fue la ofren- males, con sus ofrendas, y doce machos
ficio expiatorio; 1 7 y para el sacrificio pa- neros, cinco machos cabríos y cinco cor- da de Abidán, hijo de Guedoni. cabríos para el sacrificio expiatorio. 8 8 T o -
cífico, dos bueyes, cinco carneros, cinco deros primales. Esta fue la ofrenda de 6
* El décimo día, el príncipe de los hi- tal de los animales para el sacrificio pa-
machos cabrios y cinco corderos primales. Salamiel, hijo de Surisadai. jos de D a n , Ajiezer, hijo de Amisadán, cífico: veinticuatro bueyes, sesenta carne-
Esta fue la ofrenda de Nasón, hijo de 42
El sexto día, el príncipe de los hijos 67
ofreció: un plato de plata de ciento ros, sesenta machos cabríos y sesenta
Aminadab. de Gad, Eliasaf, hijo de Reuel, 4 3 ofreció: treinta siclos; un jarro de plata de setenta corderos primales. Estos fueron los dones
18 El segundo día hizo su ofrenda Na- un plato de plata de ciento treinta siclos; siclos, al peso del siclo del santuario, am- ofrecidos para la dedicación del altar
tanael, hijo de Suar, príncipe de Isacar. un jarro de plata de setenta siclos, al peso bos llenos de flor de harina amasada con cuando se ungió.
19 Ofreció u n plato de plata de ciento del siclo del santuario, ambos llenos de aceite, para la ofrenda; 6» una taza de 89
C u a n d o Moisés entraba en el taber-
treinta siclos; un jarro de plata de se- flor de harina amasada con aceite, para la o r o de diez siclos, llena de perfumes; náculo de la reunión para hablar con
tenta siclos, al peso del siclo del santuario, ofrenda; 4 4 una taza de oro de diez siclos, 69 u n novillo, un carnero y un cordero Yavé, oía la voz que le hablaba desde
llenos ambos de flor de harina amasada llena de perfumes; 45 un novillo, un car- primal, para el holocausto; 7 0 u n m a c h o encima del propiciatorio puesto sobre el
con aceite, p a r a la ofrenda; 2<> una taza de nero y un cordero primal, para el holo- cabrío, para el sacrificio expiatorio; 71 y arca del testimonio, entre los dos queru-
oro de diez siclos, llena de perfumes; 2 1 un causto; 4 6 u n macho cabrío, para el sa- para el sacrificio pacífico, dos bueyes, bines ; así le hablaba Yavé. *
novillo, un carnero y un cordero primal, crificio expiatorio; 4 7 y para el sacrificio cinco carneros, cinco machos cabríos y
para el holocausto; 2 2 un macho cabrío, pacífico, dos bueyes, cinco carneros, cinco cinco corderos primales. Esta fue la ofren-
para el sacrificio expiatorio; 2 3 y para el machos cabríos y cinco corderos primales. da de Ajieser, hijo de Amisadán.
sacrificio pacífico, dos bueyes, cinco car- Esta fue la ofrenda de Eliasaf, hijo de 72
El undécimo día, el príncipe de los
neros, cinco machos cabríos y cinco cor- Reuel. hijos de Aser, Paquiel, hijo de Ocrán,
deros primales. Esta fue la ofrenda de 18 El séptimo día, el principe de los 7
' ofreció: un plato de plata de ciento
Natanael, hijo de Suar. hijos de Efraím, Elisama, hijo de Amiud, treinta siclos; un jarro de plata de setenta
49
24 El tercer día, el príncipe de los hijos ofreció: u n plato de plata de ciento •lelos, ambos llenos de flor de harina
de Zabulón, Eliab, hijo de Jelón, 2 5 ofre- treinta siclos; un jarro de plata de setenta
ció: un plato de plata de ciento treinta siclos, al peso del siclo del santuario, ani- *g Kl arca con el testimonio (las tablas de la Ley) es el símbolo material de la presencia de
l>inn en medio de Israel, y por eso habla Dios desde ella a su profeta. Salta a la vista el sentido tí-
el censo fue hecho antes, y entonces se hizo el cómputo de los primogénitos y el rescate de los ex- pli'o triu'arlstico de la misma.
cedentes. [Ule versículo parece estar fuera de su lugar propio. Al fin del Éxodo parece que estarla bien.
NÚMEROS 8-9 172
17S HÚMEROS 9-10
El candelabro bres que los de los animales; el día en
que herí a todos los primogénitos de la Yavé a Moisés, así hicieron los hijos de 21 Cuando la nube se detenía desde la
1 Ya vé habló a Moisés, diciendo: *
8 2
«Habla a Arón y dile: Cuando
tierra de Egipto me los consagré, 18 y he
tomado a los levitas en lugar de todos los
Israel.
6
Había algunos hombres que estaban
tarde a la mañana, y a la mañana se le-
vantaba, partían; y si se 22 levantaba a la
pongas las lámparas en el candelabro, primogénitos de los hijos de Israel, 19 y impuros por un cadáver, y no pudieron noche, entonces partían. Fuesen dos
ponías de modo 3que las siete alumbren se los he dado enteramente a Arón y a celebrar la Pascua en ese día. Presentán- días, un mes o un año, mientras la nube
hacia adelante». Así lo hizo Arón, y sus hijos de en medio de los hijos de Is- dose aquel mismo día ante Moisés y se detenía sobre el tabernáculo, estándose
puso las lámparas en la parte anterior rael, para que hagan el servicio de los Arón, les dijeron: '«Estamos impuros sobre él, los hijos de Israel seguían acam-
del candelabro, como4 Yavé se lo había hijos de Israel en el tabernáculo de la por un cadáver; ¿por qué habremos de pados y no se movían;23cuando ella se
mandado a Moisés. El candelabro era reunión, y para que hagan la expiación vernos privados de presentar nuestra alzaba, se movían ellos. A la orden de
de oro batido; su pie, sus flores, todo de de los hijos de Israel, para que los hijos ofrenda a Yavé, a su tiempo, con los de- Yavé acampaban y a la orden de Yavé
oro batido; lo había hecho Moisés con- de Israel no sean castigados con plaga más hijos de Israel?» 8 Y Moisés les res- partían, guardando el mandato de Yavé,
forme al modelo que le había mostrado acercándose al santuario». pondió: «Esperad que sepa yo lo que como Yavé se lo habla dicho a Moisés.
Yavé. 20
Moisés, Arón y toda la asamblea de cuanto a vosotros dispone Yavé».
9 Las trompetas de plata
los hijos de Israel hicieron con los levi- Y a v é habló a Moisés, diciendo:
Consagración de los levitas tas cuanto Yavé había mandado a Moi- 10
«Habla a los hijos de Israel y diles: Si
5 1 A 21 Yavé habló a Moisés, diciendo:
Habló Yavé a Moisés, diciendo: * sés; eso 21
hicieron con ellos los hijos de alguno de vosotros o de vuestros descen- *•" «Hazte dos trompetas de plata ba-
<> «Toma a los levitas de en medio
7
de los Israel. Los levitas se purificaron, lava- dientes está impuro por un cadáver, o tida a martillo, que te sirvan para convo-
hijos de Israel y purifícalos. He aquí ron sus vestidos; Arón los ofreció en está en viaje lejos, celebrará la Pascua car la congregación y para hacer mover
lo que harás para purificarlos: Haz sobre ofrenda mecida ante Yavé; hizo la ex- de Yavé. u En el segundo mes, el día ca- el campamento. 3 Cuando se toquen las
ellos una aspersión con agua expiatoria; piación para purificarlos, 2 2 y luego vi- torce de él, entre dos luces, la celebrará. dos, acudirá a ti toda la asamblea a la
que pasen la navaja por todo su cuerpo, nieron los levitas a prestar sus servicios La comerán con pan ácimo y lechugas puerta del tabernáculo de la reunión;
laven sus vestidos y se purifiquen. 8 Que en el tabernáculo de la reunión a las amargas; 12 no dejarán de ella nada para 4
cuando se toque una sola, se congrega-
tomen un novillo, con su ofrenda de órdenes de Arón y sus hijos. Como Yavé el día siguiente, ni quebrantarán ninguno
flor de harina amasada con aceite; y toma se lo había mandado a Moisés respecto de rán a ti los5 príncipes jefes de los millares
de sus huesos; la celebrarán conforme a de Israel. A un toque estrepitoso, mo-

9
otro para el sacrificio por el pecado. los levitas, así se hizo con ellos.
23
todos sus ritos. 1 3 Si alguno, estando lim- verán su campamento los acampados al
Haz que se acerquen los levitas al ta- Yavé habló a Moisés, diciendo: pio y no estando de viaje, dejare de cele-
bernáculo y convoca a toda la asamblea 24 «Esto es lo que toca a los levitas; desde oriente. ' A u n segundo toque de la mis-
10 brarla, éste será borrado de su pueblo ma clase, moverán su campamento los
de los hijos de Israel. Una vez que los veinticinco años arriba, los levitas por no haber ofrecido a su tiempo su
hayas hecho a los levitas acercarse ante estarán al servicio del tabernáculo de la acampados al mediodía; estos toques son
ofrenda a Yavé, y llevará sobre sí su culpa. para ponerse en movimiento. *
Yavé, los hijos de Israel pondrán sus reunión para cumplir en él sus funciones. * 14
Si el extranjero que habita entre vos- 7
manos sobre ellos, " y Arón ofrecerá los 25 A los cincuenta cesarán en sus funcio- También para reunir la congregación
otros celebra la Pascua, guardará todas las tocaréis, pero no con ese toque. 8 Los
levitas en ofrenda mecida ante Yavé de nes y no servirán más; 26 ayudarán a sus las leyes y ritos que a ella se refieren. La
parte de los hijos de Israel, para que sir- hijos de Arón, los sacerdotes, serán los
van a Yavé. I 2 Los levitas pondrán sus hermanos en el tabernáculo de la reunión, ley será la misma para vosotros; la mis- que toquen las trompetas, y éstas serán
manos sobre la cabeza de los novillos, y en la guardia de él, pero no prestarán más ma para el extranjero que para el natural». para vosotros de uso obligatorio 9por siem-
tú los ofrecerás, uno en sacrificio por el servicio. Así has de hacer con los levitas, pre en vuestras generaciones. Cuando
pecado, el otro en holocausto a Yavé, en cuanto a sus funciones». La nube en vuestra tierra saliereis a la guerra con-
para hacer la expiación de los levitas.
13 l ' E l día en que fue alzado el taber- tra el enemigo que os atacare, tocaréis
Harás que los levitas estén en pie ante L a Pascua en el Sinaí náculo, la nube cubrió el tabernáculo, y alarma con trompetas, y servirán de
Arón y sus hijos, y los ofrecerás en ofren- desde la tarde hasta la mañana hubo recuerdo ante Yavé, vuestro Dios, para
1 Yavé habló a Moisés en el desierto
da mecida a Yavé. i* Así los separarás de
en medio de los hijos ls
de Israel, y los 9del Sinaí, el primer mes del año se- sobre el tabernáculo como un fuego. *
16
Así sucedía constantemente: de día lo
que os salve de vuestros enemigos. *
10
También en vuestros días de alegría,
levitas serán míos, y vendrán luego a gundo después de la2 salida de la tierra en vuestras solemnidades y en las fiestas
de Egipto. Dijo: * «Que celebren los cubría la nube, y de noche la nube pare-
servir en el tabernáculo de la reunión. cía de fuego. 17 Cuando la nube se alzaba del comienzo de mes tocaréis las trompe-
Así los purificarás,
16
y los ofrecerás en 3hijos de Israel la Pascua a su tiempo. del tabernáculo, partían los hijos de Israel; tas; y en vuestros holocaustos y vuestros
ofrenda mecida, porque son donados El día catorce de este mes, entre dos sacrificios pacíficos serán para vosotros
a mí enteramente de en medio de los luces, la celebraréis conforme a todas las y en el lugar en que se paraba la18nube,
allí acampaban los hijos de Israel. A la un recuerdo cerca de vuestro Dios. Yo,
hijos de Israel, y yo los he tomado para leyes y a todos los ritos que a ella se orden de Yavé partían los hijos de Israel, Yavé, vuestro Dios».
mí en lugar de todos los primogénitos refieren».
que abren la vulva de su madre, de los 4
Moisés habló a los hijos de Israel y a la orden de Yavé sentaban su campo;
primogénitos de entre los hijos de Israel; para que celebraran la Pascua; 5 y la cuanto tiempo estaba la nube sobre el
17
pues todo primogénito de los hijos de celebraron el día catorce del primer mes, tabernáculo, estábanse quietos. 19 Cuan-
Israel es mío, lo mismo los de los hom- entre dos luces, en el desierto del Sinaí. do la nube se detenía muchos días sobre
Conforme a todo cuanto había mandado el tabernáculo, aguardaban los hijos de
Israel la orden de Yavé y no se movían;
20
Q 51 Estos cuatro versículos son el complemento o repetición de Ex 37,17 s. y cuando la nube estaba pocos días
° Los levitas, que habrán de vivir en contacto más íntimo con las cosas santas, necesitan tam- sobre el tabernáculo, a la orden de Yavé
bién una especial consagración que los capacite para tocar los objetos santificados que tienen a su posaban y a la orden de Yavé partían.
cuidado.
24
En 4,3,47 se cuenta a los levitas desde los treinta años. Lo mismo se lee en i Par 23,3. Quizá 15
Dios mora en el tabernáculo y es el conductor del gran ejército de Israel. Siendo la nube
obedezca esta diferencia a un cambio introducido posteriormente en la Ley. eJ signo sensible de su presencia, de ella se sirve para dar las órdenes de partida y estado del campo.
Bobre el sentido real de este pasaje, cf. Introducción al Éxodo, n.6.
Q 1 Es la segunda Pascua que celebra Israel y el primer aniversario de su salida de Egipto.
** Como la Pascua exigía una perfecta pureza legal y la adquisición de ésta exigía a veces varios •• A 6 La versión griega de los LXX completa la orden de partida. A un tercer toque moverán
días, aparte de otros accidentes que pudieran ocurrir, se concede esta gracia de celebraría el se- * *" su cuerpo los que acampan al occidente. A un cuarto toque moverán su cuerpo los que
gundo mes (2 Par 30,2 ss.). ocumpan al norte. Estos toques son para ponerse en movimiento.
" Sobre el uso de las trompetas en la guerra, cf.2 Par 13,2; 15,1.
NÚMEROS 10-11 174 175 NÚMEROS 11
SEGUNDA PARTE Israel se pusieron en marcha con sus es- gerlo, y lo molían en molinos o lo ma- cual estoy, y me dices: Y o les daré car-
cuadras por este orden. jaban en morteros, y cociéndolo en una ne, y la comerán todo un mes. 22 ¿Bas-
EN CADESBARNE 29 Moisés dijo entonces a Jobab, hijo caldera, hacían de él tortas, que tenían tará para ello degollar todas las ovejas
(10,11-21,35) de Ragüel, madianita, su suegro: «Nos- u n sabor como de pasta amasada con y todos los bueyes? ¿Se juntarán todos
otros nos vamos para el lugar que Yavé aceite. ' C u a n d o de noche caía el rocío los peces del mar para darle abasto?»
23
P a r t i d a del Sinaí nos ha dicho: «Yo os lo daré»; ven con sobre el campo, caía también el maná. Yavé replicó a Moisés: «¿Acaso se ha
10
nosotros y te favoreceremos; porque Yavé Oyó Moisés las lamentaciones del acortado el brazo de Yavé? Ya verás si
U En el ano segundo, el segundo mes, ha prometido favorecer a Israel». 30 g i pueblo, que por familias se reunían a las es o no es como te he dicho».
24
a veinte del mes, se alzó la nube de sobre respondió: «No, me iré a mi tierra y a puertas de sus tiendas, encendiendo el Salió Moisés y transmitió al pueblo
el tabernáculo del testimonio, * 1 2 y los mi parentela». 3 1 Moisés insistió: « N o nos ardor de la ira de Yavé; y desagradó a lo que había dicho Y a v é ; y eligió los se-
hijos de Israel marcharon por etapas, del dejes, pues tú conoces bien los lugares Moisés, u que dijo a Y a v é : «¿Por qué tenta varones de entre los ancianos de
desierto del Sinaí al desierto de Farán, donde conviene acampar y podrás ser- tan mal tratas a tu siervo? ¿Por qué no Israel y los puso en derredor del taber-
donde la nube se p a r ó , 1 3 moviéndose por virnos de guía;* :
si vienes, nosotros ha hallado gracia a tus ojos y has echado náculo. 25 Descendió Yavé en la nube y
primera vez a la orden de Yavé por Moi- te daremos parte de lo que nos dé Yavé». sobre mí 1a carga de t o d o este pueblo? habló a Moisés: t o m a n d o del espíritu que
sés. 34 La primera en moverse fue Ja ense- 33
Así se marcharon del monte de Yavé,
12
¿Lo he concebido yo ni lo he parido, residía en él, lo puso sobre los setenta
ña del campo de los hijos de Judá, con e hicieron tres días de camino, y el arca para que me digas: Llévalo en tu regazo, ancianos; y cuando sobre ellos se posó
sus escuadras. Jefe de las escuadras de de la alianza de Yavé iba con ellos tres como lleva la nodriza al niño a quien el espíritu, pusiéronse a profetizar, y n o
aquéllos era Nasón, hijo de Aminadab. días de camino, buscando dónde acam- da de mamar, a la tierra que juraste dar cesaban. 2 6 Habíanse quedado en el cam-
15
Jefe de las escuadras de la tribu de los par. 3 4 La nube de Yavé los acompañaba a sus padres? l 3 ¿Dónde tengo yo carne pamento dos de ellos, uno llamado El-
hijos de Isacar, Natanael, hijo de Suar; de día, desde que levantaron el campa- para alimentar a todo este pueblo? ¿Por dad y otro llamado M e d a d ; y también
16
y jefe de las escuadras de la tribu de los mento. 35 Cuando movían el arca, decía qué llora a mí clamando: D a n o s carne sobre ellos se posó el espíritu; eran de
hijos de Zabulón, Eliab, hijo de Jelón. Moisés: que comer? 1 4 Y o no puedo soportar solo los nombrados, pero n o se presentaron
17
Desmontado que fue el tabernáculo, «Levántate, Y a v é ; dispérsense tus ene- a este pueblo. M e pesa demasiado. l 5 Si ante el tabernáculo, y se pusieron a pro-
pusiéronse luego en marcha los hijos de migos así has de hacer conmigo, dame la muer- fetizar en el campamento. 2 7 Corrió un
Gersón y los hijos de Merarí llevando el Y huyan ante ti los que te aborrecen». te, te lo ruego; y si es que he hallado m o z o a avisar a Moisés, diciendo: «Eldad
tabernáculo. 36
Y cuando el arca se posaba, decía: gracia a tus ojos, que no me vea ya más y M e d a d están profetizando en el campa-
18
Luego se puso en marcha la erfseña «Pósate, ¡oh Yavé!, entre las miríadas así afligido». mento». 2 8 Josué, hijo de N u n , ministro
del campo de Rubén, por sus escuadras. de Israel». de Moisés desde su juventud, dijo: «Mi
19
El jefe de sus escuadras era Elisur, L o s setenta ancianos señor Moisés, impídeselo». 29 Y Moisés
hijo de Sedeur; el jefe de las escuadras D e s c o n t e n t o del p u e b l o le respondió: «¿Tienes celos por mí? ¡Oja-
de la tribu de los hijos de Simeón, Sela- 16
Entonces dijo Yavé a Moisés: «Elí- lá que t o d o el pueblo de Yavé profetizara
miel, hijo de Surisadai; 2 0 y el jefe de 1
Aconteció que el pueblo se quejó geme a setenta varones de los hijos de y pusiese Yavé sobre ellos su espíritu!» *
las escuadras de la tribu de los hijos
de Gad, Eliasaf, hijo de Reuel. 2 1 Co-
11 a oídos de Yavé, y al oírlo Yavé Israel, de los que tú sabes que son ancia-
3
<> Volvióse Moisés al campamento, y con
ardió en ira, y encendió contra ellos u n nos del pueblo y de sus principales, y él los ancianos de Israel. * 31 Vino un
menzaron luego a marchar los hijos de fuego que abrasó una de las alas del cam- tráelos a la puerta del tabernáculo; que viento de Yavé, trayendo desde el mar co-
Caat, llevando el santuario; y en tanto pamento. 2 Clamó entonces el pueblo a' esperen allí contigo. * 17 Yo descenderé dornices, que dejó sobre el campamento,
que ellos llegaban, se disponía el taber- Moisés, y Moisés oró a Yavé, y el fuego y contigo hablaré allí, y tomaré del espí- hasta la altura de dos codos sobre la tie-
náculo. 22 Después se puso en marcha la se apagó. ' Y llamaron a aquel lugar Ta- ritu que hay en ti y lo pondré sobre ellos rra. * 3 2 El pueblo estuvo todo el día, toda
enseña del campo de los hijos de Efraím bera, porque allí se había encendido con- para que te ayuden a llevar la carga del la noche y t o d o el día siguiente recogiendo
p o r sus escuadras; jefe de sus escuadras tra ellos el fuego de Yavé. pueblo y n o la lleves tú solo. is Y di al codornices; el que menos, recogió diez jó-
era Elisama, hijo de Amiud; 2 3 jefe de las 4
El vulgo adventicio que en medio de mer, y las pusieron a secar en los alrede-
pueblo: Santifícaos para mañana, y co-
escuadras de la tribu de Manases, G a m a - dores del campamento. 3 3 A ú n tenían la
ellos habitaba tenía tantas ganas de c o - meréis carne, ya que habéis llorado a Ya-
liel, hijo de Pedasur; 2 4 jefe de las escua-
mer carne, que aun los hijos de Israel se vé diciendo: ¡Quién nos diera carne que carne entre sus dientes, antes de que hu-
dras de la tribu de los hijos de Benjamín,
Abigadán, hijo de Guedoni. pusieron a llorar y decir: «¡Quién nos comer! ¡Mejor ciertamente estábamos en biesen podido acabar de comerlas, y en-
diera carne que comer! * 5 ¡Cómo nos Egipto! Y a os dará Yavé carne que co- cendióse contra el pueblo el furor de Yave,
25 Después se puso en marcha la enseña acordamos de tanto pescado c o m o de mer. 1 9 N o comeréis un día, ni dos, ni y Yavé hirió al pueblo con una plaga;
34
de los hijos de Dan, por sus escuadras, a balde comíamos en Egipto, de los co- cinco, ni diez, ni veinte; 2 0 la comeréis siendo llamado aquel lugar Quibrot-hat-
retaguardia de los otros campos; jefe de hombros, de los melones, de los puerros, lodo un mes, hasta que se os salga por tava, porque allí quedó sepultado el pueblo
las escuadras de los hijos de D a n era de las cebollas, de los ajos! 6 Ahora está al la boca y os produzca náuseas, por ha- glotón. 35 D e Quibrot-hat-tava partieron
Ajiecer, hijo de Amisadai; 2 6 jefe de las seco nuestro apetito, y no vemos sino el ber menospreciado a Yavé, que está en para Jaserot y a c a m p a r o n allí.
escuadras de la tribu de los hijos de Aser, maná». medio de vosotros, y haber llorado di-
Fequiel, hijo de Ocrán; 2 7 jefe de las es- 7
El m a n á era parecido a la semilla del ciendo: ¿Por qué hemos salido de Egip-
cuadras de la tribu de los hijos de Nef- cilantro y tenia un color c o m o de bede- 10?» 2> Moisés le dijo: «Seiscientos mil
talí, Ajira, hijo de Enán. 2 8 Los hijos de | lio. * 8 Esparcíase el pueblo para reco- infantes cuenta el pueblo en medio del
1
! Conforme a la disposición que ocupaban en el campo, comienza la marcha en perfecto orden 1
militar, conducidos por Yavé. Sin señalarnos las etapas, llegan al desierto de Farán, donde la nube " Véase la nota a Ex 24,9. Distintos a estos setenta varones escogidos para ayudar a Moisé»
ron su consejo a llevar el peso del pueblo deben de serlos oficiales de diez, cincuenta, ciento y mil>
se detiene. ijue forman una verdadera jerarquía militar, con atribuciones judiciales en los asuntos de menor
31
A pesar de lo dicho en 9,15, de que el campamento se movía a la señal de la nube, este lugar Importancia (Ex 18,25 s.).
nos indica que no quería Dios se prescindiese del orden natural. ** Este deseo de Moisés de ver a todo el pueblo lleno del espíritu profético es lo que el pro'
Ipta Joel anuncia que se realizará en los días felices del Mesías (2,28: Act 2,16).
•f •! 4 Este vulgo adventicio que acompaña a los hijos de Israel, y de que se hace mención en Ju
Otra vez las codornices traídas por el viento de Yavé, pero esta vez en mayor cantidad qu«
' " varios lugares, estaría compuesto de asiáticos de diversas procedencias, sujetos a servidum- U primera.
bre, como los hebreos. Aprovechó la propicia ocasión que se le presentaba de escapar. Su presencia " Véase Ex 16,13 ss-
entre7 los israelitas podría servir de explicación a no pocos de los episodios del paso por el desierto, • * No podría expresarse con más energía la mala condición del pueblo y su propensión a mur-
Ya en Ex 16,31, al aparecer por primera vez el maná, se nos dan los mismos detalles. niiirnr y a quejarse.
NÚMEHOS 12-13 176 177 NÚMEROS 13-14
Cántico d e M a r í a , la h e r m a n a de Los exploradores años antes que Tanis en Egipto. 24 (23) Lle- de los que habían explorado la tierra,
Moisés garon hasta el valle de Escol, cortaron un rasgaron sus vestidunis; ' y hablaron a
1 O ' i16) Partióse después el pueblo de sarmiento con racimos de uvas, que tra- t o d a la asamblea de los hijos de Israel,
•| n i María y A r ó n m u r m u r a b a n de * »* Jaserot2
y acampó en el desierto de jeron dos en un palo, y granadas e hi- diciendo: «La tierra por lu que hemos pa-
A« Moisés p o r la mujer cusita que Farán. * (i) Yavé habló a Moisés, di- gos. * 25 (24) Llamaron a aquel lugar N a - sado en reconocimiento es sobremanera
éste había t o m a d o , pues, en efecto, había ciendo : « M a n d a a algunos hombres a ex- jal-Escol (Valle del Racimo), p o r el sar- buena. 8 Si agradamos a Yuvé, El nos
t o m a d o Moisés por mujer u n a cusita. * plorar 2la tierra de C a n á n que voy a da- miento de vid que allí habían cortado los h a r á entrar en esa tierra y nos l.\ dará.
2 Es una tierra que m a n a leche y miel. '> No
Decían: «¿Acaso sólo con Moisés habla ros ; 3 ( ) m a n d a a uno p o r cada tribu, y hijos de Israel. 26 (25) Volvieron de explo-
Yavé? ¿No nos ha hablado también a nos- que sean todos de los principales de en- r a r la tierra al cabo de cuarenta días; os rebeléis contra Yavé, y no tengáis mie-
4 3
otros?» Oyó esto Y a v é . 3 Era Moisés hom- tre ellos». ( ) Mandólos Moisés desde el 27 (26) y llegados, se presentaron a Moisés do de la gente de esa tierra, que nos los
bre mansísimo, m á s que cuantos hubiese desierto de F a r á n , según el m a n d a t o d e y A r ó n y a toda la asamblea de los hijos de comeremos c o m o pan. Ellos se h a n que-
sobre la haz de la tierra. 4 Y dijo luego a Yavé, 5todos de los jefes de los hijos de Israel en el desierto de F a r á n , en Cades; d a d o sin a m p a r o , y Yavé está con nos-
4 otros». 1° T o d a la asamblea de Israel que-
Moisés, a A r ó n y a M a r í a : «Id los tres al Israel. ( ) Sus nombres s o n : de la6 5tribu 23 (27) e hicieron relación a ellos y a t o d a la
tabernáculo de la reunión». 5 U n a vez allí, de Rubén, Samua, hijo de Zecur; ( ) de asamblea, mostrando los frutos de la tie- ría lapidarlos, pero la gloria de Yavé se
descendió Yavé en la columna de nube, y la 6tribu de Simeón, Safat, hijo de J u r i t ; rra, y contaron así: «Hemos llegado a la mostró en el tabernáculo de la reunión
poniéndose a la entrada del tabernáculo, ^ ( ) de la tribu de Judá, Caleb, hijo de a todos los hijos de Israel, " y Yavé dijo
tierra adonde nos mandasteis; en verdad
llamó a Arón y a María. Salieron ambos, Jefoné; ( ) de9 la
8 7
tribu de Isacar, Jigal, a Moisés: «¿Hasta cuándo ha de ultra-
8
m a n a leche y m i e l ; ved sus frutos. jarme este pueblo? ¿Hasta cuándo no ha
6 y él les dijo: «Oíd mis palabras: Si uno de hijo de José; ( ) de la tribu de Éfraím, 19 (28) Pero la gente que la habita es fuerte, d e creerme, después de todos los prodi-
vosotros profetizara, yo me revelaría en Osea, hijo de N u n ; io (») de la tribu 10
de y sus ciudades son muy grandes y están gios que en medio de ellos he hecho?
él en visión y le hablaría en sueños. * ^ N o Benjamín, Falti, hijo de Rafu; H ( ) d e amuralladas; hemos visto también allí a 12 Voy a herirle de m o r t a n d a d y a hacer
así a mi siervo Moisés, que es en t o d a mi la tribu I2
de Zabulón, Gadiel, hijo de So- los hijos de Enac. 30 (29) Los amalecitas ha- de ti una gran nación, más grande y más
casa el h o m b r e de confianza. 8 Cara a ca- dí; (H) de la tribu de José de Manases, bitan la región del N e g u e b ; los jéteos, je- fuerte que ellos». * ! 3 Pero Moisés respon-
ra hablo con él, y a las claras, no por figu- Gadi, hijo de Susi; I 3 ( 12 ) de la tribu de buseos y amorreos, la parte m o n t u o s a ; los dió a Y a v é : «Y lo sabrán los egipcios,
ras ; y él contempla el semblante de Yavé. D a n , Amiel, hijo de Guemalí; 14(13) de cananeos, las costas del m a r y a lo largo de cuyo poder sacaste a este pueblo, 1 4 y
¿Cómo, pues, os habéis atrevido a difa- la tribu de Aser, Setur, hijo de Micael; del Jordán». 3 1 ( 30 ) Caleb, imponiendo si- se lo dirán a los habitantes de esa tierra.
9
m a r a mi siervo Moisés?» Y encendido is (14) de la 16 ls
tribu de Neftalí, Najbí, hijo lencio al pueblo que m u r m u r a b a contra T o d o s ellos saben que tú, ¡oh Yavé!, ha-
en furor contra ellos, fuese Yavé. 10 Ape- de Vapsí; ( ) nde1 6la tribu de G a d , Güel, Moisés, c l a m ó : «¡Subamos, subamos lue- bitas en medio de este pueblo, que te de-
nas se había retirado del tabernáculo la hijo de Maqui. ( ) Estos son los n o m - go! ¡La conquistaremos, seremos m á s fuer- jas ver la cara, que se posa sobre ellos
nube, apareció María cubierta de lepra, bres de los m a n d a d o s p o r Moisés p a r a tes que ellos!» 3 2 (31) Pero los que habían tu nube, que vas delante de ellos, de día
como la nieve; y mirando A r ó n a María, explorar la tierra. * subido con él dijeron: « N o debemos subir en columna de nube y de noche en co-
la vio toda cubierta de lepra: u Dijo en- ) A Osea, hijo de N u n , le dio Moisés el
8 7
c o n t r a aquella gente; es m á s fuerte que lumna de fuego. 1 5 Si, pues, destruyes este
tonces Arón a Moisés: «¡Oh mi señor, no n o m b r e de Josué, i (1 ) Mandólos, pues, nosotros». 33 (32) y desacreditaban entre pueblo, como si fuera un solo hombre,
eches sobre nosotros el peso de nuestro Moisés a explorar la tierra de C a n á n , di- los hijos de Israel la tierra que habían ex- los pueblos a los que ha llegado tu fama
pecado! Neciamente hemos obrado, he- ciéndoles: «Subid de aquí al N egueb; plorado, diciendo: «Es una tierra que de- d i r á n : 1 6 Por no haber podido llevar a ese
8
mos pecado. 12 Que n o quede como el después subid a la m o n t a ñ a i ' O ) y o b - vora a sus habitantes, y t o d o s cuantos de pueblo a la tierra que le había prometido,
abortivo, que sale del vientre de su ma- servad la tierra cómo es, qué gente la ha- ella hemos visto eran de gran talla. los ha destruido Yavé en el desierto.
34
dre ya medio consumido», u Clamó en- bita, si fuerte o floja, si poca o m u c h a ; (33) H a s t a gigantes hemos visto allí; 17 Haz, pues, mi Señor, que resplandezca
tonces Moisés a Yavé, diciendo: «Rué- 20 (19) q U é tal es la tierra habitada, si bue- ante los cuales nos pareció a nosotros que tu fortaleza, como tú mismo dijiste. 18 Ya-
gote, ¡oh Dios!, que la sanes». 14 Respon- n a o m a l a ; cuáles son sus ciudades, si éramos c o m o langostas; así les parecía- vé, t a r d o a la ira y grande en misericordia,
dió Yavé: «Si su padre la hubiera escu- abiertas o amuralladas; 2 1 ( 2 Ü ) C U ¿ J S U te- mos nosotros a ellos». que perdona la iniquidad y la rebeldía,
pido en el rostro, ¿no quedaría por siete rreno, si fértil o pobre, si con árboles o sin aunque no la deja impune, y visita la ini-
días llena de vergüenza? Que sea echada ellos. Animaos y traed algunos frutos de Sedición quidad de los padres en los hijos hasta
fuera del campamento por siete días, y esa tierra». Era esto el tiempo de las pri- la tercera y la cuarta generación. 19 Per-
•I A ! Entonces t o d a la muchedumbre
después volverá». 15 Fue, pues, María meras uvas.
22
(2i) Subieron ellos y reco- dona, pues, la iniquidad de este pueblo
* ™ rompió a gritar, y el pueblo se pasó según tu gran misericordia, como desde
echada fuera del campamento, y el pue- nocieron la tierra desde el desierto de Sin toda la noche llorando; 2 y todos los hi-
blo no se movió hasta que no hubo tor- hasta Rejob, camino de Emat. 23 (22) s u _ Egipto hasta aquí le has perdonado».
jos de Israel m u r m u r a b a n contra Moisés 2
«Díjole entonces Y a v é : «Los perdono,
nado. bieron al Negueb y llegaron a Hebrón, y Arón, y todos decían: «¡Ah, si hubié-
donde estaban Ajiman, Sesaí y Tolmai, según m e lo pides; 21 mas por mi vida y
ramos muerto en la tierra de Egipto, o p o r mi gloria, que hinche la tierra toda,
hijos de Enac. H e b r ó n fue fundada siete muriéramos siquiera en este desierto!» 22 que todos aquellos que han visto mi
' ¿Por qué quiere llevarnos Yavé a esa gloria y todos los prodigios que yo he
•• O J Esta mujer etíope, o cusita, es la madianita Séfora, que nos es conocida, lo mismo que (ierra a perecer por la espada, y que sean
• ^ su familia, desde el comienzo del Éxodo (2,15 ss.). La tierra de Cusan aparece ligada a la o b r a d o en Egipto y en el desierto, y to-
de Median en Hab 3,7, ambas en Arabia. nuestras mujeres y nuestros hijos presa davía m e h a n tentado diez y diez veces,
ó Dios sale a la defensa de su siervo, y al hacerlo nos indica el modo ordinario de comunicarse de otros? ¿No sería mejor que n o s vol- desoyéndome, 2 3 no verán la tierra que a
con sus profetas y el más familiar que usaba con Moisés, con quien hablaba cara a cara, como un viéramos a Egipto?» 4 Y unos a otros se sus padres juré dar. N o , ninguno de los
amigo a otro (Eclo 45,4 ss.). San Pablo se sirve de este pasaje para ponderar la dignidad de Moisés, decían: «Elijamos u n jefe y volvámonos que así me han ultrajado la verá. 2 4 Sólo
a quien, sin embargo, aventaja Jesús (Heb 3,2 s.). 11 Egipto». a mi siervo Caleb, que con espíritu del
5
0 1 Ya en 10,12 se nos dice que, partidos del Sinai, llegaron al desierto de Farán, al sur de
1 " la Palestina, y, por lo que sigue, bastante al norte del desierto y cerca de las fronteras de
Entonces Moisés y A r ó n cayeron so-
bre sus rostros ante t o d a la asamblea
t o d o diferente me siguió enteramente, le
haré yo entrar en esa tierra donde ha es-
Canán. do los hijos de Israel. 6 Josué, hijo de
' 7 Este relato de los exploradores ofrece algunas dificultades. El punto de partida parece ser
unas veces el desierto de Farán; otras, el desierto de Sin; el término del viaje, en unos Hebrón, Nun, y Caleb, hijo de Jefoné, que eran
de donde traen los racimos y los otros frutos; en otros llegan hasta el norte de la Palestina, «la en- 24
trada del camino de Emat», y recorren todo el país, señalando los moradores de cada región, hasta Está al norte de Hebrón y se dan allí todavía las mejores uvas de mesa de la Palestina.
la raza gigante de Enac. La realidad histórica pudiera ser que los exploradores no fueron mandados 1 A l 2 ^i° s t cansado del pueblo, quiere destruirle para substituirle por otro que tuviera por
una sola vez ni por un solo camino, y siéndolo varias, fueron por diversos caminos (véase la In- ' ^ patriarca a Moisés; a lo que el caudillo, siempre humilde, generoso y amante de su pueblo,
troducción a U>s libros históricos, n.5). «e i««ÍNte, abogando muy bien por la causa de Israel (Ex 32,12; Dt 9,26; 3.2,27; Sal 106,23).
NÚMEROS 14-15 178 179 NÚMEROS 15-16
tado ya, y su descendencia la tendrá en sés: «¿Por qué queréis contravenir a la olor a Yavé, lo hará c o m o lo hagáis vos- de en medio de su pueblo; p o r haber m e -
posesión. * 2 5 M a ñ a n a mismo volveos y orden de Yavé? Eso no puede saliros bien. otros. l s U n a misma ley regirá ante Yavé nospreciado la palabra de Yavé y haber
partid al desierto, camino del mar Rojo». 4 2 N o subáis, porque no va Yavé en me- para vosotros, los de la congregación, y traspasado su m a n d a t o , será exterminado
dio de vosotros y seréis derrotados por el para el extranjero que con vosotros mora. y llevará sobre sí su iniquidad».
Castigo enemigo. 4 3 Los amalecitas y los cananeos 16
U n a misma ley, un mismo derecho ten-
están del lado de allá, frente a vosotros, y dréis vosotros y el extranjero que habita
26 Yavé habló a Moisés y Arón, di- caeréis bajo su espada; porque habiendo Castigo de u n violador del sábado
ciendo: 2 7 «¿Hasta cuándo voy a estar vuelto vosotros las espaldas a Yavé, El entre vosotros». *
17 32
oyendo lo que contra mí m u r m u r a esta no estará con vosotros». 4 4 Ellos temera- H a b l ó Yavé a Moisés, diciendo: Sucedió, cuando estaban los hijos de
18 Israel en el desierto, que encontraron a
turba depravada, las quejas contra mí de riamente se obstinaron en subir a la cum- «Habla a los hijos de Israel y diles:
los hijos de Israel? 2 8 Diles, pues: Por mi bre del monte, pero el arca de la alianza C u a n d o hubiereis entrado en la tierra a un hombre recogiendo leña en sábado;
33
vida, palabra de Yavé, que lo que a mis de Yavé y Moisés no se movieron de en la cual os llevo, 19 cuando comáis el pan y los que le encontraron le denunciaron
oídos habéis susurrado, eso haré yo con medio del c a m p a m e n t o . 4 S Bajaron el a m a - de esa tierra, ofreceréis de él ofrenda a a Moisés y a Arón y a toda la asamblea;
vosotros; 2 9 en este desierto yacerán vues- lecita y el cananeo, que habitaban en Yavé. 2 0 C o m o primicia de vuestra masa 34
y le encarcelaron, p o r q u e n o h a b í a sido
tros cadáveres. De todas vosotros, los aquellos montes, y los derrotaron, po- ofreceréis un pan, del mismo m o d o que todavía declarado lo que había de hacer-
ofrecéis las primicias de vuestra era. 21 D e se con él. 35 Yavé dijo a Moisés: «Sin
que en vuestro censo fuisteis contados de niéndolos en fuga y persiguiéndolos has-
las primicias de vuestras masas ofrece- remisión, muera ese h o m b r e . Que lo la-
veinte años arriba, que habéis murmu- ta Jorma. réis ofrenda a Yavé en vuestras genera-
r a d o contra mí, 3 0 ninguno entrará en la pide el pueblo todo fuera del campa-
tierra que con juramento os prometí por
ciones. mento». 3 6 Y fue llevado fuera del cam-
A l g u n a s l e y e s r e l a t i v a s a los sacrificios 22 pamento y fue lapidado, como se lo m a n -
habitación. Sólo Caleb, hijo de Jefoné, Si por inadvertencia faltareis, no po-
y Josué, hijo de N u n . 3 1 Pero a vuestros 1 C 1 Yavé habló a Moisés, diciendo: * niendo por obra todos estos mandamien- dó Yavé a Moisés.
hijos, los que dijisteis que serían presa * «* 2 «Habla a los hijos de Israel y di- tos que Yavé os h a dado por Moisés,
23 L a s filacterias
ajena, a ésos los introduciré y o ; y ellos les: C u a n d o hayáis entrado en la tierra todo lo que Yavé os ha m a n d a d o por
disfrutarán la tierra que vosotros habéis de vuestra habitación, que yo voy a da- Moisés desde el día en que para vosotros 37
Yavé habló a Moisés, diciendo: *
desdeñado. 3 2 C u a n t o a vosotros, en este ros, 3 y hagáis a Yavé ofrenda de com- lo dispuso para todas vuestras generacio- 38
«Habla a los hijos de Israel y diles que
nes en adelante, 2 4 entonces la inadver- de generación en generación se hagan fle-
d e s i e r t o y a c e r á n v u e s t r o s c a d á v e r e s . bustión, holocausto o sacrificio para cum-
33 tencia cometida por la congregación será cos en los bordes de sus mantos y aten los
Vuestros hijos errarán por el desierto plir un voto, o de vuestra libre voluntad expiada por la ofrenda de ella toda, de
cuarenta años, llevando sobre sí vuestras o en una de vuestras solemnidades, pre- flecos de cada borde con un cordón de
un novillo en holocausto de suave olor a color de jacinto, * 3 9 a fin de que les sirva,
rebeldías, hasta que vuestros cuerpos se sentando a Yavé suave olor en bueyes u Yavé, con la oblación y la libación de
consuman en el desierto. 3 4 Tantos como ovejas, 4 quien haga la ofrenda a Yavé le rito, y un macho cabrío por el pecado.
cuando lo vean, para acordarse de todos
fueron los días de la exploración de la presentará una ofrenda de flor de harina, 25 los mandamientos de Yavé; p a r a que los
El sacerdote haga la expiación por toda pongan por obra, sin irse detrás de los
tierra, cuarenta, tantos serán los años que un décimo de efá amasada con un cuarto la congregación de los hijos de Israel, y
llevaréis sobre vosotros vuestras rebeldías: de hin de aceite, que añadirá al holocaus- deseos de su corazón y de sus ojos, a los
les será perdonado, porque fue por igno- que se prostituyen; 4 0 porque así, acor-
cuarenta años, a ñ o por día; y experimen- to o al sacrificio pacífico, 5 y u n cuarto de rancia y han presentado a Yavé su ofren-
taréis así mi aversión por vosotros. 35 Y o , hin de vino para la libación, p o r cada dándoos de mis preceptos y poniéndolos
da de combustión y la víctima expiatoria p o r obra, seréis santos a vuestro Dios.
Yavé, yo lo he dicho. Eso haré con esta cordero. 6 Si es por carnero, añadirá p o r p o r su inadvertencia ante Yavé. 2 6 Y le 41
perversa muchedumbre que se ha confa- cada uno la ofrenda de dos décimas de Y o , Yavé, vuestro Dios, que os ha sa-
será perdonado a t o d a la congregación cado de la tierra de Egipto para ser vues-
bulado contra mi. En este desierto se con- efá de flor de harina amasada con un ter- de los hijos de Israel y al extranjero que tro Dios. Y o , Yavé, vuestro Dios».
sumirán; en él morirán».
3S
cio de hin de aceite; 7 y presentará un ter- en medio de ellos habita, porque del pue-
T o d o s a q u e l l o s a q u i e n e s m a n d ó cio de hin de vino para la libación, perfu- blo todo fue la inadvertencia. * 2 7 Si el que
Moisés a explorar la tierra y de vuelta me grato a Yavé. 8 Si fuere de buey el por inadvertencia pecó fuese u n o solo, L a sedición d e C o r é y su castigo
concitaron a la muchedumbre a murmu- holocausto, ya en cumplimiento de voto, ofrecerá un cabrito primal por el pecado,
rar contra él, desacreditando la tierra; ya de sacrificio pacífico a Yavé, 9 presen-
28
y el sacerdote hará la expiación ante 1 R 1 Coré, hijo de Isar, hijo de Caat,
37
todos cuantos habían hablado mal de tará a más de él a Yavé, como ofrenda, Yavé por el que pecó por inadvertencia *• O hijo de Leví; D a t a n y Abirón, hi-
ella, murieron de mala muerte ante Yavé. tres décimas de efá de flor de harina a m a - p a r a expiarle, y le será p e r d o n a d o . 2 9 P a r a jos de Eliab, y On, hijo de Felet, de los
38 el indígena de los hijos de Israel y para descendientes de R u b é n , * 2 se alzaron y
Sólo Josué, hijo de N u n , y Caleb, hijo sada con medio hin de aceite, 1 0 y medio
el extranjero que habita en medio de vos- se pusieron enfrente de Moisés, arrastran-
de Jefoné, quedaron con vida de todos de vino para la libación, combustión de do tras sí a doscientos cincuenta varones
aquellos hombres que fueron a explorar olor agradable a Yavé. >i Así hará p o r otros tendréis la misma ley cuanto al pe-
cado cometido por inadvertencia. 3 0 Pero de los hijos de Israel, todos de los princi-
la tierra. cada buey, carnero, cordero o cabrito. pales de la asamblea, de los del consejo,
i 2 Cualquiera que sea el número de las cualquiera que sea, indígena o extranjero,
Derrota el que con altiva mano obrare, ultrajando h o m b r e s d i s t i n g u i d o s . 3 Se c o n j u r a r o n
víctimas que ofrezcáis, eso haréis por cada contra Moisés y Arón y dijeron a éstos:
3 13 a Yavé, 31 ése será enteramente borrado
' Moisés refirió t o d o esto a los hijos u n a . Así lo harán todos los naturales al «Básteos ser uno de tantos, pues santos
de Israel, y el pueblo quedó desolado. * ofrecer víctimas 14
de combustión en olor
*o Subieron p o r la mañana a la cumbre grato a Yavé. Y si en vuestras genera- 16
Por la circuncisión, el extranjero se incorpora a Israel. Esto, como también el ser admitido
de un monte, diciendo: «Vamos a subir ciones un extranjero que habite en me- el extranjero a ofrecer sacrificios (Núm 14,15), rompe el cerco de religión nacional y hace a la reli-
a la tierra de que nos habló Yavé, aunque dio de vosotros o esté entre vosotros ofre- gión de Israel universal en potencia (cf. 1 Re 2,41 ss.).
26
hemos pecado». 4 i Díjoles entonces Moi- ciere ofrenda de combustión, de suave Esto de que aun el pecado cometido con inadvertencia impurifique, pone de relieve el al-
tísimo
37
concepto que de la santidad divina quería Dios que tuviera su pueblo.
24 La violación del sábado, día consagrado a Dios, era un sacrilegio; y el sacrilegio, no sólo
Según el v.6, no sólo Caleb, sino también Josué, se mantuvo fiel a su misión. Igual después
de los w.30.38. rn la religión de Israel, sino en las religiones gentílicas, era generalmente castigado con la muerte.
39 38
La sentencia de Dios excita en el pueblo el dolor por lo hecho, y, sin duda con el deseo Sobre los flecos, como recordatorio de la Ley, véase Dt 22,12: Mt 23,5.
de que Yavé se vuelva atrás de su juicio, se prepara a acometer la conquista, pero sufren una de- 1 C 1 En esta sedición intervienen dos facciones, que se unen en la rebelión. La de Coré, levita,
rrota. No era extraño, pues Yavé no estaba con ellos ni los acompañaba el arca de la alianza (Dt 1,41; • ^ y sus seguidores, levitas, que aspiran al sacerdocio, y la facción de Datan y Abirón, rube-
1 Sam 4,3). nltHH, que aspiran a la supremacía religiosa y política.
Al sacrificio debfa añadirse la ofrenda, minjd, como ya se dijo en Lev 2 (Introducción Hasta pudiera suceder que se tratara de dos episodios distintos, pues en Núm 27,3 se habla
15 al Lev., n.4). d* Coré y sus secuaces, y en Dt 11,6 y Sal 106,17, de Datan y Abirón.
HDIMIÍIIDS 16 180
181 NÚMEROS 16-17
son iodos los de la asamblea, y en medio la congregación y d i : Apartaos de en
3
do todos está Yavé. ¿Con qué derecho os derredor del tabernáculo y de las tien- dio de la asamblea. * T o d o Israel que perecido en aquella mortandad catorce
le van luis vosotros sobre la asamblea de das de Coré, D a t a n y Abirón». 2 S Levan- allí en torno se hallaba, al oir sus gritos, mil setecientos, sin contar los que mu-
Yavé?» 4 Apenas oyó esto Moisés, se echó tóse Moisés y se fue a donde estaban huyó p o r miedo de que los tragase tam- rieron por lo de Coré. 50 (15) Después,
rostro a tierra. 5 Después habló a Coré y D a t a n y Abirón, yendo tras él los ancia- bién a ellos la tierra. 3 5 También los dos- cuando h u b o cesado la mortandad, se
a toda su facción, diciendo: « M a ñ a n a nos, 2 6 y habló a la congregación, di- cientos cincuenta hombres que ofrecían volvió A r ó n a la entrada del labernáculo
dará Yavé a conocer quién es el suyo y ciendo: «Apartaos luego de las tiendas el incienso fueron abrasados p o r un fue- de la reunión, donde estaba Moisés.
quién es el santo que quiere cerca de sí; de estos impíos; no toquéis n a d a suyo, go de Yavé.
y el elegido, El a sí lo acercará. 6 H a - p a r a que no perezcáis por sus pecados». L a vara de A r ó n
ced esto: T o m a o s incensarios, Coré y 2 7 Apartóse la muchedumbre de en de-
toda su facción; 7 poned mañana fuego
en ellos, y sobre el fuego, el incienso ante
Yavé; aquel a quien elija Yavé, ése será
36
Otro tumulto
(17,!) Después Yavé habló a M o i - n i (16) H a b l ó Yavé a Moisés, di-
ciéndole:* 2 ( 1 7 ) «Habla a los hijos
sés, diciendo: 37 (2) « M a n d a a Eleazar, de Israel y haz que te entreguen una vara
el santo. Esto os bastará, hijos de Leví». hijo de Arón, sacerdote, que saque del cada u n o de los príncipes de casa pa-
8 Y volviéndose después a Coré, añadió : incendio los incensarios, a p a r t a n d o el fue- triarcal, u n a p o r cada u n a de las doce
9
«Oídme, hijos de Leví: ¿Os parece to- go, porque están santificados. 3 8 (3) Los casas patriarcales, y escribe en cada una
davía poco el haberos Yavé, Dios de Is- incensarios de esos que contra sus vidas el n o m b r e de u n a de ellas. 3 (18) El n o m -
rael, segregado de la congregación de Is- pecaron, hazlos laminar, y reviste con las bre de A r ó n lo escribirás en la vara de
rael, acercándoos a sí para que le sirváis láminas el altar, pues se ofreció con ellos Leví, pues cada vara h a de llevar el n o m -
en el tabernáculo de Yavé y estéis delan- ¡ a Yavé, quedando santificados, y servi- bre del cabeza de cada casa patriarcal.
te de la comunidad como ministros su- r á n de recuerdo p a r a los hijos de Israel», 4 (19) Ponías todas en el tabernáculo, de-
yos? 10 Porque El os ha allegado de ese 39 (4) T o m ó Eleazar los incensarios de lante del testimonio, desde el cual yo
m o d o a ti y a todos tus hermanos, hijos bronce con que habían ofrecido los abra- hablo. 5 ( 20 ) Florecerá la vara de aquel
de Leví, ¿ambicionáis también ahora el sados, y los m a n d ó laminar para revestir a quien elija yo, a ver si hago cesar de
sacerdocio? n Tú y tus partidarios habéis el altar, * 4 0 (5) p a r a memoria de los hijos u n a vez las quejas y murmuraciones de
conspirado contra Yavé. ¿Qué es A r ó n de Israel, para que ningún extraño a la los hijos de Israel contra vosotros».
para que contra él vayan vuestras mur- estirpe de A r ó n se acerque a ofrecer el 6 ( 2> ) H a b l ó Moisés a los hijos de Israel
muraciones?» I 2 Moisés m a n d ó llamar a timiama ante Yavé, p a r a no incurrir en y todos sus jefes le entregaron las varas,
Datan y Abirón, hijos de Eliab; pero la muerte de Coré y de sus secuaces, u n a p o r cada casa patriarcal, doce varas;
ellos respondieron: « N o queremos ir;
c o m o lo había m a n d a d o Yavé a Moisés. a ellas se unió la vara de Arón, 7 ( 2 2 ) y
ts ¿todavía te parece poco habernos sa-
cado de una tierra que mana leche y miel, 41 (6) Al día siguiente la muchedumbre Moisés las puso todas ante Yavé en el
para traernos a morir a un desierto, que de los hijos de Israel m u r m u r a b a contra tabernáculo de la reunión. 8 ( 23 ) Al día
también quieres seguir tiranizándonos? Moisés y Arón, diciendo: «Vosotros ha- siguiente vino Moisés al tabernáculo; y
14
N o es a una tierra que mana leche y béis exterminado al pueblo de Yavé». * la vara de A r ó n , la de la casa de Leví,
miel adonde nos has traído; ni un trozo 42 (7) Y mientras la asamblea se reunía había echado brotes, yemas, flores y al-
de tierra nos has dado en posesión, ni una contra Moisés y A r ó n , éstos se dirigie- mendras. 9 ( 24 ) Sacó Moisés las varas a
viña. ¿Crees que están ciegos todos estos r o n al tabernáculo de la reunión; y he los hijos de Israel, y t o m ó cada uno su
hombres? N o , no v a m o s » . l s Moisés, muy aquí que le cubrió la n u b e y apareció vara.
enojado, dijo a Yavé: «No atiendas a su la gloria de Yavé. 43 (8) Moisés y A r ó n lo (25) Yavé dijo a Moisés: «Vuelve la
oblación. Ni un asno siquiera he t o m a d o se acercaron al tabernáculo de la reunión, vara de A r ó n al testimonio, y guárdese
44
yo de ellos; a nadie he perjudicado». (') y Yavé habló a Moisés, diciendo: en él, p a r a que sirva de memoria a los
16 45
Y luego dijo a C o r é : «Tú y tus partida- Turíbulos egipcios. (Biblia de Montserrat.) ('O) «Quitaos de en medio de esa tur- hijos rebeldes, y que cesen así sus quejas
rios presentaos m a ñ a n a ante Yavé; tú y ba, que voy luego a destruirla». Ellos se contra mí y n o mueran», H (26) Hízolo
ellos y Arón. 1 7 Tomad cada uno un in- rredor de las tiendas de Coré, D a t a n y postraron rostro a tierra, 4 6 y Moisés dijo así Moisés; c o m o Yavé se lo había
censario y poned en él el incienso, y lle- Abirón. D a t a n y Abirón salieron a la a A r ó n : ( n ) « C o g e el incensario, pon en m a n d a d o , así lo hizo.
gaos a Yavé cada uno con su incensario, puerta de sus tiendas y se quedaron allí él fuego del altar e incienso, y corre a 12 (27) L o s hijos de Israel hablaron a
doscientos cincuenta incensarios; tú tam- en pie con sus mujeres, sus hijos y sus esa muchedumbre y expíala, porque se Moisés, diciendo: «Está visto, muertos
bién y Arón, con su incensario cada uno». p e q u e ñ o s . 2 8 Dijo entonces Moisés: «Aho- ha encendido la ira de Yavé y ha co- s o m o s , p e r d i d o s , p e r d i d o s t o d o s ;
18
Tomaron, pues, cada uno su incensa- ra vais a saber que es Yavé quien m e menzado ya la mortandad». 4 7 ( 12 ) T o m ó 13 (28) cuantos pretenden acercarse al ta-
rio, pusieron en ellos el fuego y echaron ha enviado para hacer cuanto he hecho Arón el incensario, como se lo m a n d a r a bernáculo de Yavé perecen. ¿En verdad
sobre él incienso, y se presentaron a la y que no lo hice de mi propio impulso. Moisés, y corrió a la asamblea; ya ha- habremos de perecer todos?»
entrada del tabernáculo del testimonio 2 9 Si éstos mueren de muerte natural, bía comenzado la plaga a hacer estragos
con Moisés y Arón. I 9 Coré había llevado como mueren los hombres, no ha sido en el pueblo; pero él t o m ó el incienso e
tras sí a toda la asamblea a la entrada del Yavé el que me ha enviado; 3 0 pero si, hizo expiación p o r el pueblo, 4 8 (13) y se
tabernáculo de la reunión, y la gloria de haciendo Yavé algo insólito, abre la tie- quedó entre los muertos y los vivos hasta
Yavé se mostró a toda la asamblea. rra su boca y se los traga con todo cuan- que cesó la mortandad, 49 (14) H a b í a n
20
Yavé dijo a Moisés y A r ó n : 2 1 «Apar- to es suyo y bajan vivos al seol, co-
taos de esa turba, que voy a destruirla noceréis que estos hombres han irritado 39
en seguida». 2 2 Ellos, postrándose ros- a Yavé». 31 Apenas acabó de decir estas Los incensarios empleados por los rebeldes y que quedaron entre sus cadáveres estaban
profanados y no podían ser empleados en el culto divino; por otra parte, estaban consagrados a
tro a rostro, dijeron: «¡Oh Dios, Dios palabras, rompióse el suelo debajo de Yuvé y no era lícito, en modo alguno, dedicarlos a usos profanos. Por eso Moisés ordena que, lami-
del espíritu de toda carne! ¿No es uno ellos, 3 2 abrió la tierra su boca y se los nados, se empleen en revestir el altar.
el que ha pecado? ¿Por qué airarte con- tragó a ellos, sus casas y todos los parti- 4
* En este otro suceso se nos muestra al pueblo siempre rebelde y objeto de la cólera de Yavé.
tra toda la congregación?» 2 3 Yavé habló darios de Coré con t o d o lo suyo. 33 Vivos I'l sacerdote va y con el incensario los purifica, mediante el incienso, de su pecado, y la cólera de
fntonces a Moisés, diciendo: 2 4 H a b l a a I se precipitaron en el abismo y los cubrió I >¡OH cesa.
la tierra, siendo exterminados de en me- •I y ' Este episodio de las varas sirvió para confirmar la divina elección de Arón para el sacer-
* ' docio. Los autores de los evangelios apócrifos se inspiraron en él para inventar otro seme-
Imite, que serviría para elegir esposo a la Virgen María. Tal es el origen de la vara florida de San José.
NÚMEROS 18 182
183 NÚMEROS 18-20
D e b e r e s y d e r e c h o s d e l o s s a c e r d o t e s rra, que h a n de traer a Yavé, tuyas s o n ;
y levitas todos los que de tu casa estén limpios, a Yavé u n a ofrenda d e todas las déci- se purificare, contamina el tabernáculo
comerán de ellos. 1 4 T o d o cuanto en Is- m a s que recibáis de los hijos de Israel, de Yavé, y será borrado de Israel, por-
•I O l Dijo Yavé a A r ó n : «Tú y tus hi- rael sea consagrado al anatema, te per- y esta ofrenda reservada a Yavé se la que n o se purificó con el agua lustral;
* O jos, y la casa de tu padre contigo, tenecerá. 15 T o d o primogénito de t o d a daréis al sacerdote A r ó n . 2 9 D e todos los será inmundo, quedando sobre él su in-
llevaréis sobre vosotros la iniquidad del carne, así de los hombres como de los dones que recibáis, reservaréis la ofrenda mundicia. I 4 Esta es la ley: Cuando mu-
santuario; tú y tus hijos contigo llevaréis animales que han de ofrecer a Yavé, será a Yavé, de t o d o lo mejor, la porción riere alguno en una tienda, todo el que
la iniquidad, la de vuestro sacerdocio. tuyo. 16 H a r á s rescatar los primogénitos santa que de ellos habéis de consagrarle. entre en la tienda y cuanto en ella hay
2 30
C u a n t o a ti, a tus hermanos, la tribu de de los hombres y los primogénitos de Les dirás: U n a vez reservado lo mejor, será i n m u n d o p o r siete días; 15 toda va-
Leví, la tribu de tu padre, admítelos conti- los animales impuros. H a r á s que sean la décima será para los levitas, c o m o sija que no tenga tapadera será i n m u n d a ;
go al servicio del santuario como adjuntos, rescatados cuando tengan u n mes, y se- fruto de la tierra o fruto del lagar; 3* la !6 y cualquiera que en c a m p o abierto toca-
, p a r a que te sirvan cuando tú y tus hijos gún tu estimación, en cinco siclos de comeréis en cualquier lugar, vosotros y re u n muerto de espada o un muerto cual-
' estéis en el tabernáculo de la reunión. plata, al siclo 1del 7
santuario, que es de vuestras familias, p o r q u e es vuestro sa- quiera, o huesos humanos, o un sepulcro,
3
Estarán a tu servicio y al de todo el veinte güeras; pero n o aceptarás res- lario p o r el servicio que prestáis en el será inmundo por siete d í a s . l 7 Para quien
tabernáculo; pero no han de acercarse cate p o r el primogénito de una vaca, de tabernáculo de la r e u n i ó n . 3 2 U n a vez ofre- esté inmundo, t o m a r á n de la ceniza de
ni a los utensilios del santuario ni al una oveja ni de una cabra; serán cosas cido lo mejor en ofrenda, n o incurrís ya la vaca quemada en sacrificio expiatorio,
altar, para no morir ellos y vosotros. santas; derramarás su sangre en t o r n o en culpa ni profanáis las cosas santas
y echarán sobre ella un vaso de agua viva;
4
Los tendrás como adjuntos, y tendrán del altar, quemarás su sebo en sacrificio de los hijos de Israel, y n o moriréis». 18
u n o que esté limpio tomará hisopo, y
a su cuidado el tabernáculo de la reunión, de combustión, de olor grato a Yavé, mojándolo en el agua aspergerá la tienda
p a r a hacer todo el servicio. Ningún ex- 18 y su carne será para ti como lo es el y todos los muebles y todas las personas
traño se acercará a vosotros. ¡ Tendréis pecho que se mece y la pierna derecha. E l a g u a lustral que en ella hubiere, o al que hubiera
el cuidado del santuario y del altar, para 19 T o d o cuanto de las cosas santas se tocado huesos h u m a n o s , o al matado,
que no se desfogue ya más la ira con- reserva, la que reserven los hijos de Is- •f A 1 H a b l ó Yavé a Moisés y Arón, o al muerto, o un sepulcro. 1' El limpio
tra los hijos de Israel. 6 Yo he tomado rael para Yave, te lo doy a ti, a tus * «* diciéndoles: 2 «He aquí la ordena- aspergerá al inmundo el tercero y el sép-
de entre los hijos de Israel a los levitas, hijos y a tus hijas contigo, en estatuto ción de ley que prescribe Y a v é : D i a timo día; y purificado el impuro el sép-
vuestros hermanos, y os los he dado a p e r p e t u o ; es pacto de sal perpetuo, ante los hijos de Israel que te traigan u n a timo día, lavará sus vestidos y a la tarde
vosotros, don de Yavé, para hacer el Yavé contigo y con toda tu descendencia». vaca roja perfecta, sin defecto, y que no será puro. -° El inmundo que no se pu-
servicio del tabernáculo de la reunión. 20
Dijo también Yavé a A r ó n : «Tú n o haya todavía llevado el yugo sobre sí; rifique será b o r r a d o de la congregación,
3
7
Pero tú y tus hijos ejerceréis vuestro tendrás tu parte de la heredad en su tie- se la entregaréis a Eleazar, sacerdote, por haber contaminado el santuario de
sacerdocio en cuanto concierne al altar rra, y no h a b r á parte para ti en medio y él la sacará fuera del campamento, la Yavé; n o habiendo sido rociado con el
y del velo a d e n t r o ; sois vosotros los que de ellos; soy yo tu parte y tu heredad h a r á degollar en su presencia, 4 y toman- agua lustral, es inmundo. 2 1 Será ley per-
habéis de hacer este servicio. Y o os he en medio de los hijos de Israel. 21 Y doy do de su sangre con el dedo, aspergerá petua; y el que haga aspersión al otro
d a d o en puro don vuestro sacerdocio, y como heredad a los hijos de Leví t o d o s con ella hacia el frente del tabernáculo con ei agua lustral, lavará sus vestidos,
el extraño que pretenda acercarse, mo- los diezmos, por el servicio que prestan, de la reunión siete veces. 5 H a r á quemar y quien tocare el agua lustral será in-
rirá». por el servicio del tabernáculo de la re- la vaca en su presencia, quemando la m u n d o hasta la tarde. 2 2 T o d o el que to-
22
8
Dijo también Yavé a A r ó n : «Te en- unión. Los hijos de Israel no h a n de piel, la carne y la sangre y los excremen- care el inmundo será inmundo, y quien
comiendo también la guarda de mis acercarse ya más al tabernáculo de la tos. 6 T o m a r á luego el sacerdote madera algo de ello tocare, será i n m u n d o hasta
ofrendas, y os doy todas las cosas san- reunión, no lleven sobre sí su pecado y de cedro, hisopo y púrpura, y lo echará la tarde».
23
tas de los hijos de Israel, p o r razón de mueran. Serán los levitas los que h a - en medio del fuego en que arde la vaca.
7
la unción, a ti y a tus hijos por ley per- rán el servicio del tabernáculo de la re- El sacerdote lavará luego sus vestidos
petua. ' H e aquí lo que de las combus- unión, y ellos los que sobre sí llevarán y su cuerpo con agua, y entrará después Las aguas d e M e r i b a
tiones de las cosas santísimas te corres- su iniquidad. Por ley perpetua entre vues- en el c a m p a m e n t o ; será inmundo el sacer-
ponderá. Todas sus ofrendas, toda obla- tros descendientes, n o tendrán heredad 24
dote hasta la tarde. 8 Lo mismo el que «A ! Llegaron los hijos de Israel, t o d a
ción, todo sacrificio p o r el pecado y todo en medio de los hijos de Israel, pues la quemó, lavará con agua sus vestidu- « " la congregación, al desierto de Sin,
yo les doy p o r heredad las décimas que ras y su cuerpo, y será inmundo hasta el primer mes, y acampó el pueblo en Ca-
sacrificio expiatorio que me ofrezcan, to-
los hijos de Israel h a n de entregar a la tarde. 9 U n n o m b r e limpio recogerá des. Allí murió María y allí fue sepulta-
das estas cosas, como cosas santísimas, Y a v é ; por eso les digo: N o tendréis he-
serán para ti y para tus hijos». * 10 Las redad en medio de Israel». las cenizas; las recogerá y las llevará da. * 2 N o había allí agua para la muche-
comeréis en lugar santísimo, las come- fuera del campamento a un lugar limpio, dumbre, y ésta se amotinó contra M o i -
rán todos los varones y serán cosas san- 25
H a b l ó Yavé a Moisés, diciendo: * y las guardará la asamblea de los hijos sés y Arón. 3 El pueblo se quejaba con-
tas para vosotros. n También será tuyo 2 6 «Habla a los levitas y diles: C u a n d o de Israel para el agua expiatoria. Es agua tra Moisés, y decía: «¡Ojalá hubiéramos
esto o t r o ; lo que de sus dones se reserva, recibáis de los hijos de Israel las déci- de expiación. perecido cuando perecieron nuestros her-
10
de toda ofrenda mecida de los hijos de mas de sus bienes, que yo os doy p o r El que recogió las cenizas de la m a n o s ante Yavé. 4 ¿Por qué has traído
Israel; os lo doy a ti y a tus hijos, y a heredad vuestra, presentaréis a Yavé 2 7en vaca lavará sus vestidos y será inmundo al pueblo de Yavé a este desierto a m o -
tus hijas contigo, p o r estatuto perpetuo; ofrenda una décima de la décima, y hasta la tarde. Será ésta para los hijos rir, nosotros y nuestros ganados? ¡ ¿Por
todo el que sea puro de tu casa, lo come- esta ofrenda os será contada como si de Israel, y para el extranjero que ha- qué nos sacaste de la tierra de Egipto,
rá. 12
T o d o lo mejor del aceite, del mos fuese el trigo de la era o el mosto del bita entre ellos, ley perpetua. n El que para traernos a un lugar tan horrible co-
t o y del trigo, 13 las primicias de su tie- ' lagar. 2 8 Así ofreceréis también vosotros tocare u n muerto, cualquier cadáver hu- m o éste, que ni puede sembrarse, ni tiene
mano, se hace i m p u r o p o r siete días, 1 2 y viñas, ni higueras, ni granados, y d o n d e
•t O 9 Señala aquí los emolumentos que por su servicio y a título de sustentación concede Dios se purificará con este agua al tercer día ni agua siquiera hay para beber?» 6 M o i -
* ^ a los sacerdotes, ya que Dios no les asigna parte en la posesión de la tierra, para que así, y al séptimo será p u r o ; no quedará lim- sés y A r ó n se apartaron de la muchedum-
viviendo del altar, vivan también para el altar (Lev 2,3.10; 6,10.18.22; 7,1.6.21.22).
25
pio hasta el séptimo. 13 Quien tocare un bre, a la entrada del tabernáculo de la
A los levitas se les conceden los diezmos de todas las otras tribus, de los cuales deben dar muerto, el cadáver de u n h o m b r e , y n o reunión, y postráronse rostro a tierra.
la décima parte a los sacerdotes. Siendo doce las otras tribus, parece que salían mejorados; pero
esto era en teoría, pues en realidad, a juzgar por el Deuteronomio y por la historia de los jueces,
los levitas llevaban una vida bien mísera. Señal de que o no estaba en vigor la ley de los diezmos O A * El desierto de Sin; otras veces se dice desierto de Farán. Cades se halla en los límites
o el pueblo la cumplía mal (Dt 12,12.18 s.; 16,11.14; Jue I7.7-9; 19,1.8). •• ^ entre el desierto y la tierra habitada de la Palestina; todavía subsiste y con el mismo nom-
bra. La estancia del pueblo allí fue muy larga.
NÚMEROS 20-21 184
7
185 NÚMEROS 21
Apareció la gloria de Yavé, * y Yavé el camino trillado, y si de tus aguas b e b o ,
3
habló a Moisés, diciendo: 8 « C o g e el ca- yo y mis ganados, te daremos el precio TERCERA PARTE r e d ; 1 y partidos de alli, acamparon a la
yado y reúne a la muchedumbre, tú y de ellas; es cosa de n a d a ; sólo con mis otra orilla del A r n ó n , en el desierto, que
Arón, tu hermano, y en su presencia h a - pies tocaré tu tierra». 2 0 Pero E d o m res- E N L O S LLANOS D E M O A B proviene del confín de los amorreos, pues
blad a la roca, y ésta dará sus a g u a s ; de p o n d i ó : « N o pasarás». Y salió E d o m el A r n ó n es confín de M o a b , entre M o a b
(21,4-36,13)
la roca sacarás agua para dar de beber a contra él con mucha gente fuertemente y los amorreos. 1 4 Por eso se decía en el
la muchedumbre y a sus ganados». 9 Moi- armada. * 21 N o dio E d o m paso p o r su La serpiente de bronce libro «Guerras de Yavé»:
sés t o m ó de delante de Yavé el cayado, territorio, e Israel se alejó d e él. Contra Vaheb de Sufa, *
c o m o se lo había él m a n d a d o ; 1 0 juntando 4 Partiéronse del m o n t e O r en direc- 1 5 Contra el torrente del Arnón,
Moisés y A r ó n a la muchedumbre delante Muerte de Arón ción al m a r Rojo, rodeando la tierra de la cuesta que baja hasta el campo de Ar
d e la roca, les dijo: «¡Oíd, rebeldes! ¿Po- 22 E d o m ; y el pueblo, impaciente, 5 mur- y se extiende hasta los confines de
dremos nosotros hacer brotar agua de esta Alzando de Cades el campamento, m u r a b a por el camino contra D i o s y Moab».
roca?» 11 Alzó Moisés su brazo e hirió llegó Israel con toda la muchedumbre al contra Moisés, diciendo: «¿Por qué nos 1* D e allí vinieron a Beer (Pozo). Este es
con el cayado la roca p o r dos veces, y m o n t e Or. 2 3 Yavé habló a Moisés y A r ó n habéis sacado de Egipto a morir en este el pozo a que se refería Yavé c u a n d o dijo a
brotaron de ella aguas en abundancia, y en el m o n t e Or, que está en los confines desierto? N o hay p a n ni agua, y estamos Moisés: «Reúne al pueblo y yo le daré
bebió la muchedumbre y sus ganados. de la tierra de E d o m , diciendo: 2 4 «Arón ya cansados de u n tan ligero manjar c o m o agua». 1 7 Entonces cantó Israel este canto.
12 va a reunirse con su pueblo, pues n o h a
Yavé dijo entonces a Moisés y A r ó n : éste». 6 M a n d ó entonces Yavé contra el «¡Sube, pozo! ¡Cantadle!
«Porque no habéis creído en mí, santifi- de entrar en la tierra que yo he d a d o is Pozo cavado p o r los príncipes,
cándome a los ojos de los hijos de Israel, a los hijos de Israel, porque fuisteis re- alumbrado por los nobles del pueblo
n o introduciréis vosotros a este pueblo en beldes a mi m a n d a t o en las aguas de con sus cetros, con sus bastones».
la tierra que yo les he dado». * 1 3 Estas Meriba. 2 5 T o m a a A r ó n y a su hijo D e Beer fueron a M a t a n a , 19 de M a -
son las aguas de Meriba (querella), donde Eleazar, y sube con ellos al m o n t e O r ; tana a Najaliel, de Najaliel a Bamot,
los hijos de Israel se querellaron contra y allí 2 6 que se despoje A r ó n de sus 20
de Bamot al valle que hay en los lla-
Yavé, que les dio u n a prueba de su san- vestiduras y revista de ellas a Eleazar, nos de M o a b , a la cima de Fasga, que
tidad. su hijo, p o r q u e allí se reunirá A r ó n c o n domina el desierto. 21 Israel m a n d ó em-
los suyos; allí morirá». 2 7 H i z o Moisés bajadores a Seón, rey de los amorreos,
lo que m a n d a b a Yavé, y a la vista de Serpientes de bronce halladas en Guezer.
(VINCENT, Canean.) que le dijeran: 2 2 « D é j a n o s pasar p o r tu
E d o m se n i e g a a d a r p a s o l i b r e a toda la muchedumbre subieron al m o n t e territorio; n o iremos ni por los campos
Israel Or *. 2 8 Moisés hizo que se desnudara pueblo serpientes venenosas que los mor- ni p o r las viñas, ni beberemos el agua de
Arón de sus vestiduras y revistió de ellas dían y murió m u c h a gente de Israel. 7 El tus pozos; iremos por el camino real,
1 4 M a n d ó Moisés embajadores desde a Eleazar, su hijo; 29 y alli murió A r ó n
Cades al rey de Edom, p a r a que le dije- pueblo fue entonces a Moisés y le dijo: hasta salir de tus fronteras». 2 3 Seón se
en la cumbre del m o n t e ; * 30(29)y vien- « H e m o s pecado, m u r m u r a d o contra Yavé negó a dejar pasar a Israel por su territo-
sen: «Israel, tu hermano, te dice: Tú do la muchedumbre que A r ó n había muer-
sabes todas las peripecias que nos han y contra t i ; pide a Yavé que aleje de nos- r i o ; y reuniendo a toda su gente, salió al
to, hicieron duelo p o r él todas las fami- otros las serpientes». Moisés intercedió encuentro de Israel en el desierto y le dio
ocurrido: 15 cómo nuestros padres baja- lias de Israel p o r treinta días.
p o r el pueblo, 8 y Yavé dijo a Moisés: la batalla en Jahsa. u Israel le derrotó al
r o n a Egipto, y hemos estado en Egipto filo de la espada, y se apoderó de su tierra,
largo tiempo, y cómo nos maltrataron los «Hazte u n a serpiente de bronce y ponía
V i c t o r i a c o n t r a el r e y d e A r a d sobre u n asta; y cuantos mordidos la desde el Arnón hasta el Jaboc, hasta los
egipcios a nosotros y a nuestros padres;
i 6 cómo clamamos a Yavé, y oyó éste miren, sanarán». 9 H i z o , pues, Moisés, hijos de A m m ó n , pues Jahsa era fron-
1 El cananeo, el rey de Arad, que tera de los amonitas. 2 5 Conquistó Israel
nuestra voz, y m a n d ó a su ángel, que
nos sacó de Egipto; y que estamos aquí
21 habitaba en el Negueb, al oir que
venía Israel por el camino de Atarim,
u n a serpiente de bronce, y la puso sobre
un asta; y c u a n d o alguno era mordido todas estas ciudades, y habitó en las
ciudades de los amorreos, en Hesebón y
en Cades, ciudad situada al extremo de por u n a serpiente, miraba a la serpiente
los atacó y cogió prisioneros. 2 Hizo en- de bronce y se curaba. * en todas las ciudades que de ella depen-
tu territorio. 1 7 Te rogamos, pues, que tonces Israel voto a Yavé, diciendo: «Si den, 2 6 pues Hesebón era la residencia
nos des paso libre p o r tu territorio. N o entregas a este pueblo en mis manos, yo de Seón, rey de los amorreos, que había
atravesaremos tus sembrados ni tus vi- Victoria contra los a m o r r e o s
destruiré sus ciudades». 3 Oyó Yavé la hecho antes la guerra al rey de M o a b y
ñas, ni beberemos el agua de tus pozos; voz de Israel, y le entregó el cananeo, 1° Partiéronse los hijos d e Israel y acam- se había apoderado de toda su tierra has-
iremos p o r el camino real, sin apartar- a quien dio al anatema, destruyéndolos a paron en Obot, * n y partidos de Obot, ta el Arnón. 2 7 P o r eso cantaban los tro-
nos, ni a derecha ni a izquierda, hasta ellos y a sus ciudades, p o r lo cual fue acamparon j u n t o a Iye-Abarim (Fuentes veros :
que salgamos de tu territorio», i 8 E d o m llamado aquel lugar Jorma. * de los Transeúntes), en el desierto que
respondió: « N o pasarás, o me opondré hay frente a M o a b , al oriente. i 2 Partidos «Venid a Hesebón, edificad y fortificad
con las armas contra ti». 1 9 Dijéronle de alli, acamparon j u n t o al torrente Za- la ciudad de Seón;
entonces los hijos de Israel: «Iremos p o r
9
6
La Vulgata añade: «Clamaron al Señor y dijeron: Señor, Dios, escucha el clamor de este pue- Una nueva sublevación atrajo un nuevo castigo. Los ministros de él fueron serpientes vene-
blo 1y2 ábrele tus tesoros, la fuente de agua viva, para que, saciados, cesen de murmurar». nosas, que con sus picaduras producían una fiebre ardiente seguida de la muerte. Para remedio,
No parece clara en el texto la culpa de Moisés y Arón. Tal vez su falta de fe, en vista de mandó Dios hacer una serpiente de bronce semejante a las que causaban el azote, con cuya vista
las prevaricaciones repetidas del pueblo. Esto los habría movido a herir dos veces la roca con la vara. sanaban los atacados. Jesucristo en San Juan menciona esta serpiente, con la que compara su exal-
20
Edom moraba en los montes de Seir, que limitan por el este el desierto de Farán y lo sepa- tación en la cruz (3,14 s.). Esto ha sugerido a los Santos Padres el sentido típico del Crucificado,
ran de la Arabia septentrional. que salva a los que creen en él.
27
Hoy se designa el monte del Profeta Harum, al norte de la cadena de los montes de Seir, La serpiente de bronce de Moisés se conservó y fue objeto de veneración supersticiosa en el
cerca de Petra. templo,
1
por lo cual la destruyó luego Ezequías (2 Re 18,4).
29
Una manera de honrar a los muertos, de celebrar sus honras fúnebres, era el duelo, el llanto, ° De Farán sigue Israel en dirección sur hasta Asiongaber, bordeando por el oeste los montes
las lamentaciones, que aquí, por la dignidad de la persona, duran hasta un mes entero. El Ecle- de Seir: luego pasan al este de ellos y siguen dirección norte, pero sin tocar la tierra de Moab y
Ammón, que dejan a la izquierda, hasta llegar a la tierra de los amorreos, Seón y Og, a quienes
siástico dedica a Arón un gran elogio (45,7-27). piden permiso para pasar hasta bajar al valle del Jordán, enfrente de Jericó. La negativa dio ocasión
Oí 3
En todas las naciones encontramos alguna ciudad que, por especiales razones, sus ene- a la conquista de sus tierras, en que se instalaron luego las tribus de Rubén, Gad y parte de la de
" * migos condenaron a la total destrucción. Este es el anatema, en hebreo jornia, a que loa Manases.
hebreos condenaron la ciudad de Arad, de que anticipadamente se habla ya en 14,15 (Dt 1,44; 1 4 Estos versos están tomados del libro de las «Guerras de Yavé», colección de cantos heroicos,
Jos 19,4; Jue 1,17). varias veces citada. Igual se debe decir délos versos citados en 27-31. Aunque el texto no indica la
luente.
NllMKNO» 21-22 186
187 NÚMEROS 22
i* fuego ha salido de Hesebón, llama Balam
de la ciudad de Seón, noche y yo os responderé según lo que un lado y pared de otro: 25 y al verle el
Q u e devoró las ciudades de M o a b y O O ' Partieron los hijos de Israel y me diga Yavé». Quedáronse los príncipes asna, echóse contra una de las paredes,
consumió las alturas del Arnón. ™ ™ acamparon en los llanos de M o a b , de M o a b con Balam; * 9 Dios vino en la cogiendo entre ella y la pared la pierna
29
¡Ay de ti, M o a b ! Has perecido, pue- al otro lado del Jordán, frente a Jericó. noche a Balam y le dijo «¿Quiénes son esos de Balam. Este se puso de nuevo a fus-
blo de Camos. 2
Balac, hijo de Sefor, supo cuanto había que están contigo?» 10 Balam respondió a tigarla. 2 6 El ángel de Yavé volvió a po-
D i o s : «Balac, hijo de Sefor, rey de M o a b , nerse en una angostura, de donde ni a
Fueron dados a la fuga sus hijos y sus hecho Israel a los amorreos; * 3 y M o a b
los ha m a n d a d o a mí para decirme: n U n derecha ni a izquierda podía desviarse;
hijas p o r cautivas del rey de los amorreos. temió grandemente al aparecer aquel pue- pueblo salido de Egipto está ya aquí y 27
30
Su prole ha perecido desde Hesebón blo tan numeroso, y se amedrentó ante y al verle el asna, se echó debajo de
cubre toda la superficie de la tierra; ven, Balam, quien enfurecido la fustigó más.
hasta D i b ó n ; sus mujeres, hasta N o f a h ; los hijos de Israel. 4 M o a b dijo a los an- pues, luego a maldecírmele, a ver si puedo 28
llega la devastación hasta Madaba». cianos de M a d i á n : «Esta multitud va a Abrió entonces Yavé la boca del asna,
3 derrotarle y rechazarle», l 2 Pero Dios dijo que dijo a Balam: «¿Qué te he hecho yo
> Asi habitó Israel en la tierra de los devorar nuestros confines, como devora a Balam: « N o vayas con ellos; no mal-
amorreos. un buey la hierba del campo». Era en- para que por tres veces me hayas fusti-
32 digas a ese pueblo, porque bendito es». gado?» 29 Y Balam respondió: «¿Por qué
M a n d ó Moisés a reconocer a Jazer, tonces rey de M o a b Balac, hijo de Sefor. 1 3 Balam, levantándose de mañana, dijo
y se apoderaron de las ciudades que de 5
M a n d ó , pues, mensajeros a Balam, hijo te burlas de mí? Si tuviera a m a n o una
a los príncipes de Balac: «Idos a vuestra espada, ahora mismo te mataría». 3 0 Y el
tierra, porque Yavé se niega a dejarme asna dijo a Balam: «¿No soy tu asna?
ir con vosotros». 14 Oído esto, los prín- Tú me has m o n t a d o desde que yo soy tuya
^•qjgPff-tl cipes de M o a b se levantaron, y tornados hasta hoy. ¿Te he hecho yo nunca cosa
a Balac, le dijeron: «Balam se ha negado
semejante?» Y él respondió: « N o » . 3 1 En-
a venir con nosotros». 1S Pero Balac man-
dó de nuevo a otros príncipes, más en tonces abrió Yavé los ojos a Balam, y
n ú m e r o y más respetables que los prime- éste vio al ángel de Yavé, que estaba en
ros, * 16 que, llegados a Balam, le dijeron: el camino con la espada desenvainada
«He aquí lo que te dice Balac, hijo de en la m a n o . Balam se postró, echándose
Sefor: N o te niegues a venir a verme, sobre el rostro, 3 2 y el ángel de Yavé le
17 que yo te colmaré de bienes, y haré dijo: «¿Por qué por tres veces has fus-
t o d o lo que tú me digas; ven, te ruego, tigado a tu asna? Es que he salido yo
a m a l d e c í r m e l o » . I 8 Balam respondió a los para cerrarte el camino, porque es malo
siervos de Balac: «Aunque me diese Balac ante mí el que llevas. 3 3 El asna me ha
su casa llena de plata y de oro, no podría visto y ha querido apartarse luego de
yo traspasar las órdenes de Yavé, mi delante de mí las tres veces; si ella no m e
D i o s , ni en poco ni en m u c h o ; 1 9 pero hubiera esquivado, te hubiera m a t a d o a
podéis quedaros aquí también esta no- ti, dejándola a ella viva». 3 4 Entonces
che, para saber lo que vuelve a decirme Balam dijo al ángel de Yavé: «He pecado;
Yavé. 2 0 D u r a n t e la noche vino Dios a no sabía que tú me cerrabas el c a m i n o ;
Balam, y le dijo: «Ya que ésos h a n ve- si te parece mal, ahora mismo me volve-
ú nido otra vez a llamarte, levántate y vete ré». 35 El ángel de Yavé respondió a
con ellos, pero no hagas m á s que lo que Balam: «Ve con esos hombres, pero di
Tipos amorreos. (GRESSMANN, Altorient. Bilder.J yo te digo». 2 1 Levantóse Balam de ma- solamente lo que te diga yo». Siguió,
ñana, aparejó su asna y se fue con los pues, Balam con los principes de Balac.
ella dependían, expulsando de ellas a los de Beor, a Petur, que está junto al río, príncipes de M o a b . 2 2 Pero Dios estaba 36
Este, en sabiendo que venía Balam, le
amorreos que allí habitaban; 33 y vol- en tierra de los hijos de A m m ó n , p a r a indignado de que fuese, y el ángel de Yavé salió al encuentro hasta Ir M o a b , que
viéndose, subieron camino de Basan, sa- que le llamasen, diciéndole: «Mira, h a se puso delante de él en el camino, para está en la frontera del A r n ó n , en lo últi-
liéndoles al encuentro Og, rey de Basan, cerrarle el paso. Iba Balam m o n t a d o en m o de la frontera. 3 7 Balac dijo a Balam:
salido de Egipto un pueblo que cubre la
con todo su pueblo, para dar la batalla su asna y llevaba consigo a dos de sus «He m a n d a d o a llamarte. ¿Por qué no
superficie de la tierra, y está ya cerca de criados. * 2 3 El asna, al ver el ángel de
en Edrai. 3 4 Yavé dijo a Moisés: «No le mí. * 6 Ven, pues, y maldíceme a este viniste? ¿No estoy acaso yo en situación
temas, que a tus manos te lo entrego a él, Yavé parado en el camino con la espada de tratarte con la debida honra?» 3 S Ba-
pueblo, pues es más fuerte que yo, a ver desenvainada en la m a n o , se salió del
a su pueblo y toda su tierra, y harás con si así podemos hacer que le derrotemos, lam respondió a Balac: «Aquí me tienes
él lo que hiciste de Seón, rey de los amo- camino y echó por el campo, y Balam se ya, pero ¿podré yo decir lo que quisieres?
pues sé que es bendito aquel a quien tú puso a fustigarla para retraerla al camino.
rreos, que habitaba en Hesebón». 3 5 Y le 24 La palabra que Dios ponga en mi boca,
derrotaron a él y a toda su gente, hasta bendices, y maldito aquel a quien maldi- Entonces el ángel se puso en una es-
ces tú». 7 Fueron, pues, ancianos de M o a b , trechura entre las viñas, entre pared de ésa será la que te diga». w Siguió Balam a
no dejar ni uno, y se apoderaron de su
y ancianos de Madián, llevando en sus Balac y llegaron a Quiriat Jusot. 4 0 Balac
tierra. inmoló bueyes y ovejas, y de ellas m a n d ó
m a n o s el precio del conjuro; y llegados
a Balam, le transmitieron las palabras 8
Este adivino, que no profeta, no se atreve a responder sin tener orden de Yavé. ¿Era ado-
de Balac. 8 El les dijo: «Pasad aquí esta rador de Yavé este arameo o madianita? Lo más natural es suponer que, siendo pagano, no negaba
la divinidad de Yavé y el gran poder con que protegía a Israel, y así no quiere ponerse enfrente de El,
O O 2 Es Balac, rey de Moab, a quien los israelitas habían perdonado, el que aparece como sino obrar con su consentimiento. Como es natural, Yavé responde que no vaya.
15
**^ jefe de esta maniobra contra Israel; pero con Balac aparecen Madián (v.4.7) y Ammón Esta segunda misión supone que no se hallaba a tan larga distancia el adivino como la que
(Dt 23,3). ¿Qué lazo los puede unir, cuando Israel no va contra ellos? Pudo ser el temor de su fuerza sería si viviera cerca del Eufrates. La respuesta de Balam es la misma de antes. La de Dios, a lo
cuando ios vieron instalados en la TransJordania. que ya se deja traslucir, es el propósito de volver contra Balac sus planes de maldecir a Israel, con-
5 virtiendo las maldiciones en bendiciones.
Balam no es un profeta, es un adivino, un hombre en quien el pueblo supone poderes ex- 22
traordinarios para pronunciar conjuros muy eficaces. Su origen es obscuro. Algunos pasajes le hacen Balam camina con la intención de satisfacer los deseos del rey moabita. Para impedir sus
venir de Petor, en asirio Pitru (22,5; Dt 23,4), cerca de Carquemis, a orillas del Eufrates, a muchos malvados planes se presenta el ángel, que el adivino no ve, pero que es visto por la pollina. Aquí
centenares de kilómetros de Moab; otros pasajes le muestran en tan íntima relación con amonitas iTíttó la primera parte del prodigio: que la pollina vea al ángel y procure evitar su encuentro; la se-
y madíanitas (22,5; Vulg 31,8; Jos 13,22), que todo parece indicar que pertenezca a uno de estos Uunda es que el animal habla como una persona; y la tercera, que Balam dialogue con su cabalga-
pueblos. dura. La intención del autor sagrado es satírica: mostrar la torpeza de este adivino, que no ve lo
que ve su bestia. Después de esto el ángel se deja ver de Balam y le intima la voluntad de Dios.
NÚMUHOS 22-23 188 189 NÚMEROS 23-24
desierto.* 2 9 B a l a m dijo a Balac: «Álza- p o r tres veces. Está muy bien: * " Ahora
a Rulam y a los príncipes que le acom- d a d o de proferir lo que en mis labios
pone Yavé?» t 3 Balac le dijo: «Ven con- me los siete altares aquí y dispónme los huye pronto a tu tierru; yo pensaba hon-
pañaban. siete novillos y los siete carneros». 3 0 Hí-
migo a otro sitio, desde donde puedas rarte grandemente, pero Yavé te ha pri-
zolo así Balac, como Balam le decía, y vado de conseguirlo». '2 Respondióle Ba-
B a l a m b e n d i c e a Israel contemplarlo, y maldícemelo hasta allí». ofreció un novillo y u n carnero en cada
M Llevólo al c a m p o de Sofim (de los l a m : «¿No dije yo a tus mensajeros:
41 13
A la m a ñ a n a siguiente t o m ó Balac centinelas), en la cumbre del m o n t e F a s g a ; u n o de los altares. A u n q u e m e diera Balac su casa llena
a Balam y le hizo subir a Bamot Baal, des- y después de alzar siete altares e inmolar de plata y oro, no podré yo contravenir
de donde se veía u n ala del pueblo. * Vaticinio de B a l a m la orden de Dios, haciendo por mí mismo
en cada u n o u n novillo y u n c a r n e r o , * cosa alguna, ni buena ni mala, uonini sus
15
o o l Balam dijo a Balac: «Álzame aquí dijo Balam a Balac: «Estáte ahí junto a QJ ! H a b í a visto Balam que Yavé se órdenes, y solamente lo que Yuvó mu
« « * siete altares y tenme prontos siete 1tu6 holocausto, mientras voy yo allá». * " complacía en bendecir a Israel, y diga, eso le diré? 14 Ahora, pues, que
novillos y siete carneros». * 2 Balac hizo Salió Yavé al encuentro de Balam y p o r eso no fue ya como las otras veces voy a irme a mi pueblo, ven que te diga
lo que Balam le había dicho, e inmolaron puso en su boca la palabra y le dijo: en busca del presagio, sino que se volvió lo que este pueblo h a de hacer al tuyo ul
u n novillo y un carnero en cada uno de «Vuelve a Balac y dile esto», n Volvióse de cara al desierto,* 2y alzando los ojos fin de los tiempos». * 15 Y volviendo u
los altares. 3 Después dijo Balam a Balac: él y vio que estaba Balac junto a su vio a Israel acampado, tribu p o r tribu. t o m a r la palabra, dijo:
«Tú, quédate ahí junto a tu holocausto, holocausto, y con él los príncipes de Vino sobre él el espíritu de Yavé, 3 y «Oráculo de Balam, hijo de Beor;
mientras m e alejo yo, a ver si m e sale M o a b ; y Balac le preguntó: «¿Qué es lo t o m a n d o la palabra, dijo: Oráculo del h o m b r e de los ojos ce-
Yavé al encuentro; y lo que me dé a que h a dicho Yavé?» «Oráculo de Balam, hijo de Beor; rrados,
conocer, eso te diré». Y se alejó hacia 18 Y t o m a n d o Balam su parábola, dijo: Oráculo del h o m b r e de los ojos ce- 16
Oráculo del que oye palabras de
u n monte desnudo. 4 Salió Dios al en- «Levántate, Balac, y oye; rrados, Dios,
cuentro de Balam, y éste le dijo: «He D a m e oídos, hijo de Sefor: 4
Oráculo de quien oye palabras de Del que conoce los consejos del Al-
dispuesto siete altares y he ofrecido en 1 9 N o es Dios u n h o m b r e , p a r a que Dios, tísimo,
cada u n o de ellos u n novillo y un car- mienta. Del que conoce los consejos del Altí- Del que ve visiones del Omnipotente,
nero». 5 Y Yavé puso en boca de Balam N i hijo de hombre, p a r a arrepentirse. simo, D e quien, al caer, se le abrieron los
su palabra y añadió después: «Tórnate a ¿Lo h a dicho El y no lo hará? D e quien ve se le abrieron los ojos. ojos.
Balac y dile esto». 6 Vuelto a él, lo vio ¿Lo h a prometido y no lo mantendrá? 5
¡Qué bellas son tus tiendas, oh Ja- 1 7 La veo, pero n o a h o r a ;
20
parado ante su holocausto, junto con los D e bendecir he recibido yo o r d e n ; cob! La contemplo, pero n o de cerca.
príncipes de M o a b ; 7 y comenzando su Bendición h a d a d o El, yo no puedo re- ¡Qué bellos tus tabernáculos, Israel! Alzase de Jacob u n a estrella,
parábola, dijo: vocarla. 6
Se extienden como u n extenso valle; Surge de Israel u n cetro,
« D e A r a m m e ha traído Balac, 21 N o se ve iniquidad en Jacob, C o m o un jardín a lo largo de un r í o ; Que aplasta los costados de M o a b
El rey de M o a b , de los montes de N o hay en Israel perversidad. C o m o áloe plantado p o r Y a v é ; Y el cráneo de todos los hijos de Set. *
Oriente: Yavé, su Dios, está con él. C o m o cedro que está junto a las aguas. i 8 E d o m es su posesión;
Ven y maldíceme a Jacob, Rey aclamado es en medio de él; 7
Desbórdanse de sus cubos las aguas; Seir, presa de sus enemigos;
Ven y exécrame a Israel. * 22 El Dios que de Egipto le h a sacado Su posteridad goza de aguas abun- Israel acrecienta su poder. *
8
¿Cómo voy a maldecir yo al que Dios Es para él la fuerza del unicornio. dantes. 19
D e Jacob sale el dominador
23
no maldice? N o hay en Jacob hechicería, Yérguese sobre Agag, su rey, Que devasta de las ciudades las re-
¿Cómo voy a execrar yo al que Yavé N i hay adivinación en Israel. Exaltaráse su reino. liquias».
n o execra? A su tiempo se le dirá a Jacob 8
El Dios que de Egipto le h a sacado, 20
Y mirando a Amalee, prosiguió:
9
Desde la cima de las rocas lo veo, Y a Israel lo que D i o s va a cumplirle. Es p a r a él como la fuerza del unicornio. «La primera de las naciones es Amalee,
24
Desde lo alto de los collados lo con- H e ahí un pueblo que se alza c o m o D e v o r a a las naciones enemigas, Pero su fin será eterna ruina». *
templo. leona Tritura sus huesos; 21 Luego, mirando a los quenítas, p r o -
Es u n pueblo que tiene aparte su m o - Y que se yergue como león. L a s traspasa con sus saetas. siguió su discurso:
N o se acostará sin haber devorado su 9
rada Se agacha, se posa como u n león, «Por fuerte que sea t u m o r a d a ,
Y que n o se cuenta entre las gentes. presa, C o m o u n a leona. ¿Quién le concitará? A u n q u e pongas en las rocas tu nido, *
10
¿Quién es capaz de contar el polvo Sin haber bebido la sangre de sus víc- El que te bendiga será bendecido; 22
El quenita será devastado,
de Jacob? timas». El que te maldiga, maldito será». Hasta que Asur le lleve cautivo».
¿Quién es capaz de enumerar las mi- 25 Y Balac dijo a B a l a m : « N o le mal- 1° Encendido en ira Balac contra Ba- 23
Y volviendo a t o m a r la palabra, p r o -
ríadas de Israel? digas, pero al menos n o le bendigas». lam y palmoteando, le dijo: «Te he lla- siguió :
26
Muera yo la muerte de los justos Balam, respondiendo, dijo a Balac: m a d o p a r a maldecir a mis enemigos, y «¿Quién vivirá c u a n d o Dios lo ponga
Y sea mi fin semejante al suyo». «¿No te dije ya que yo no puedo hacer tú los has colmado de bendiciones, ya p o r obra?
27
11
Balac dijo a Balam: «¿Qué es lo sino cuanto m e diga Yavé?» Entonces
28
que conmigo has hecho? Te he llamado dijo Balac a B a l a m : «Ven, que te lleve Por tercera vez insiste Balac en su propósito de alcanzar que el adivino maldiga a Israel,
pero sus planes resultan fallidos.
p a r a maldecir a mis enemigos, y n o h a s a o t r o sitio, a ver si quiere D i o s de u n a
hecho otra cosa que bendecirlos». 12 El vez que desde allí le maldigas». 28 Y llevó P¿ ' Balam habla esta vez sin consultar a Dios> y su entusiasmo sube de punto ponderando
respondió: «¿No he de tener yo el cui- a Balam a la cima del Fogor, que mira al " ^ la belleza del campo israelita, anunciando su exaltación y la victoria sobre Amalee (1 Sam 15,
K ss.) y sobre los reinos vecinos. El v.9 recuerda la bendición de Judá por Jacob (Gen 49,9) y la
41 de Dios a Abraham (Gen 12,3).
Bamot Baal es, sin duda, un santuario de Baal, pero no es el santuario lo que buscan, sino 1 ¡> Se explica la cólera de Balac, pero a ella opone Balam una firmeza inquebrantable en con-
la altura en que está para mejor dominar el campo de Israel y pronunciar desde allí los conjuros. formidad con sus primeras palabras.
2 3 ' B ? ' a m °fr« ce s us sacrificios a Yavé, para ponerse en comunicación con El y obtener la 14
Gomo para coronar su obra, quiere comunicar al rey de Moab lo que hará Israel a su pueblo
" • " gracia de la revelación, que antes se le habla prometido. En esto ejerce verdadera función y a otros vecinos en los días venideros.
de profeta de Yavé. 17
7
En la estrella y el cetro está indudablemente simbolizado el futuro Mesías; siendo, por tanto,
Empieza Balam indicando su origen, Aram, los montes del Oriente. Luego expresa la impo- itste18vaticinio de Balam estrictamente mesiánico.
sibilidad
14
de satisfacer los deseos de Balac maldiciendo al que Dios colma de tantas bendiciones. 2(í
Ese mismo dominará también sobre Edom o Seir, que es lo mismo.
El rey le lleva a otra parte para ver si logra allí lo que no alcanzó en el primer sitio. Balam 21
Ahora se vuelve a Amalee para anunciarle su ruina.
insiste en el mismo tema: no puede maldecir a Israel porque la voluntad de Dios no es ésta, sino Luego se vuelve a los quíneos, pueblo mencionado entre los moradores de Canán en Gen 15,
la contraria. La razón es que en Israel no hay pecado que irrite la cólera del Señor contra su pueblo • V. al sur de Judá (1 Sam 27,10; 30,29), y emparentado con los madianitas, a juzgar por Jue 1,16; 4,11.
(Jue 5,18 s.;Jdt 5,30 s.).
NÚMERO* 24-25 190 191 NÚMEROS 26
2< Vendrán naves de Quitim, u n sacerdocio eterno, 13 para él y p a r a los tragó con Coré, muriendo los de la Bequer, la familia de los bequeritas; de
Que oprimirán a Asur y oprimirán a su descendencia, por haber sido celador facción y devorando el fuego a doscien- Tajan, la familia de los tajanitas. 3 S Hi-
Eber; de su Dios y haber hecho la expiación tos cincuenta hombres, para servir de es- jos de Sutalaj: de Erón, la familia de los
También éste será dado a la ruina». * p o r los hijos de Israel». I 4 El israelita que carmiento al pueblo. 11 Pero los hijos de e r o n i t a s . 3 7 E s t a s s o n las f a m i l i a s d e
2
5 Partióse después Balam y se volvió fue muerto juntamente con la madianita Coré n o perecieron. Efraím. Se contaron treinta y dos mil qui-
a su tierra, y también Balac se fue p o r se llamaba Zamri, hijo de Salú, y era 12
Hijos de Simeón, p o r sus familias:nientos. Estos son los hijos de José, por
su camino. * jefe de u n a de las familias de la tribu de de Namuel, la familia de los namuelitas; sus familias.
Simeón. 15 La madianita se llamaba Coz- de Jamín, la familia de los jaminitas; de 38
Hijos de Benjamín, p o r sus familias:
C o r r u p c i ó n idolátrica en Baal F o g o r bi, hija de Sur, jefe de tribu de una de las Jaquin, la familia de los jaquinitas; 13 dede Bela, la familia de los belaitas; de
casas patriarcales de Madián. Zare, la familia de los zareítas; de Saúl, Asbel, la familia de los asbelitas; de Aji-
O C * Estaba Israel estacionado en Se-
~ « » tim, y el pueblo se prostituyó por
!6 Yavé habló a Moisés, diciéndole: la familia de los saulitas. 14 Estas son las
ram, la familia de los ajiramitas; 3 9 de
" « T r a t a d a los madianitas como enemi- familias de los simeonitas. Fueron conta- Sufam, la familia de los sufamitas; de
el trato con las hijas de M o a b . * 2 Invitá-
gos y destruidlos; 18 porque como ene- dos veintidós mil doscientos. Jufam, la familia de los jufamitas. 4 0 Hi-
banle éstas a los sacrificios de sus dioses,
migos os han tratado ellos, (18) seducién- 15
Hijos de Gad, por sus familias: de jos de Bela fueron Arde y N o a m á n : de
y el pueblo comía y se prosternaba ante
doos con sus malas artes, por medio de Arde, la familia de los arditas; de N o a -
ellos. 3 Israel se fue tras Baal Fogor, y la Safón, la familia de los safonitas; de Ja-
ira de Yavé se encendió contra Israel.
Fogor, por medio de Cozbi, hija del gui, la familia de los jaguitas; de Suni, mán, la familia de los noamitas. 4 I Estos
4 príncipe de Madián, su hermana, que la familia de los sunitas; 16 de Ozni, la son los hijos de Benjamín, por sus fami-
Dijo Yavé a Moisés: «Reúne a todos
murió cuando la plaga por lo de Fogor». familia de los oznitas; de Eri, la familia lias. Se contaron cuarenta y cinco mil
los príncipes del pueblo, y cuelga a éstos
del patíbulo ante Yavé, cara al sol, para de los e r i t a s ; 1 7 de Arod, la familia de los
seiscientos.
que se aparte de Israel la cólera encen- Nuevo censo aroditas; de Areli, la familia de los are- 42
Hijos de D a n , por sus familias: de
dida de Yavé». 5 Dijo, pues, Moisés a los 1 litas. 1 8 Éstas son las familias de los hijos
Sujam, la familia de los sujamitas. Estas
Después de esta plaga habló Yavé
jueces de Israel: « M a t a d a cualquiera de 26 a Moisés y a Eleazar, hijo de Arón,
los vuestros que haya servido a Baal sacerdote, diciéndoles: 2 «Haced el cen-
de G a d . Fueron contados cuarenta mil
quinientos.
son las familias de D a n , por sus familias.
43
Se contaron de la familia de Sujam se-
Fogor» 19 senta y cuatro mil cuatrocientos.
so de los hijos de Israel por sus casas pa- Hijos de J u d á : E r y Onán, que m u -
44
6
En esto llegó u n o de los hijos de Is- triarcales y sus linajes, de veinte años rieron en la tierra de Canán. 2 0 Hijos de Hijos de Aser, p o r sus familias: de
rael, e introdujo en medio de sus herma- arriba, de los hábiles para el servicio de Jemna, la familia de los jemnaitas; de
J u d á , por sus familias: de Sela, la fami-
3
nos a una madianita, a los ojos mismos las armas». * Moisés y Eleazar, sacerdo- lia de los selitas; 2 1 de Fares, la familiaJesuí, la familia de los jesuítas; de Bríe,
de Moisés y en presencia de toda la co- te, hablaron a los del pueblo en los lla- de los faresitas; de Zare, la familia de losla familia de los brieitas. 4 5 Hijos de Bríe:
munidad de los hijos de Israel, mientras nos de M o a b , cerca del Jordán, frente a zareítas. Hijos de Fares: de Esrón, la fa- de Jeber, la familia de los jeberitas; de
4
éstos lloraban a la entrada del tabernáculo Jericó, diciendo: «Hágase el censo de milia de los esronitas; de Jamul, la fami- Malquiel, la familia de los malquielitas.
de la reunión. 7 Viéndolo Finés, hijo de los veinte años para arriba, c o m o Yavé 46 La hija de Aser se llamaba S a r a j . 4 7 Es-
lia de los jamulitas. 2 2 Estas son las fami-
Eleazar, hijo de Arón, sacerdote, se alzó se lo m a n d ó a Moisés». lias de Judá. Fueron contados setenta y tas son las familias de los hijos de Aser.
de en medio de la asamblea; y cogiendo seis mil quinientos. Se contaron cincuenta y cuatro mil cua-
Los hijos de Israel salidos de la tierra 23 trocientos.
una lanza, 8 se fue tras el hijo de Israel, de Egipto: 5 Rubén, primogénito de Is- Hijos de Isacar, por sus familias: de
48
hasta la parte posterior de su tienda, y rael. Hijos de R u b é n : de Enoc, la familia Tola, la familia de los tolitas; de Fuá, la Hijos de Neftalí, por sus familias:
los alanceó a los dos, al hombre y a la de los enoquitas; de Falú, la familia de familia de los fuitas; 2 4 de Jasub, la fami-
de Jaisel, la familia de los jaiselitas; de
mujer, en sus vientres, y cesó el azote los faluitas; 6 de Esrón, la familia de los lia de los jasubitas; de Semran, la familia Guni, la familia de los g u n i t a s ; 4 9 de Jeser,
entre los hijos de Israel. ' En aquella esronitas; de Carmí, la familia de los car- de los semranitas. 2 5 Estas son las fami- la familia de los jeseritas; de Selem, la
plaga murieron veinticuatro mil. mitas. 7 Estas son las familias de los ru- lias de Isacar. Se contaron setenta y cua- familia de los selemitas. 5 0 Estas son las
10
H a b l ó Yavé a Moisés, diciéndole: benitas, y fueron contados cuarenta y tro mil trescientos. familias de Neftalí, p o r sus familias. Se
•1 «Finés, hijo de Eleazar, hijo de Arón, tres mil setecientos treinta.
26
Hijos de Zabulón, por sus familias: contaron cuarenta y cinco mil cuatro-
sacerdote, ha apartado mi furor de los de Sared, la familia de los sareditas; de cientos.
8 Hijos de Falú, Eliab; 9 hijos de Eliab: 51
hijos de Israel por el celo con que ha Namuel, D a t a n y A b i r ó n ; el D a t a n y el E d ó n , la familia de los edonitas; de Jailel, Los hijos de Israel incluidos en el
celado mi h o n o r ; por eso no he consu- Abirón, miembros del consejo, que se re- la familia de los jailelitas. 2 7 Estas son las
censo fueron seiscientos un mil setecien-
mido yo en el furor de mi celo a los hijos belaron contra Moisés y A r ó n con la familias de Zabulón. Se contaron setenta tos treinta hombres.
52
de Israel. 1 2 Por tanto, le dirás que yo facción de Coré, rebelándose contra Yavé, mil quinientos. Habló Yavé a Moisés, diciéndole:
28 53
hago con él una alianza de paz, alianza de 1 0 cuando abrió la tierra sus fauces y se Hijos de José, por sus familias, de «A éstos repartirás la tierra en heredad,
Manases y de Efraím: 29 Hijos de M a n a - según el número de sus hombres. 5 4 A los
24 m á s numerosos les darás u n a parte m a -
Termina anunciando la ruina de Asiría y de Eber, padre de los hebreos, de cuyos otros hijos ses: de Maquir, la familia de los maqui-
se habla en Gen !o,25 ss. Debe de referirse a pueblos vecinos de Asiría, contra los cuales vendrán ritas. Maquir engendró a G a l a d ; de Ga-yor; a los menos numerosos, u n a p a r t e /
los enemigos del Occidente (cf. Is 15-16; 25,10; Jer 48-40; Lam 4,21; Ez 25,35). lad, la familia de los galaditas. 3 0 Estosm á s pequeña. A cada u n o le será atribuid
La idea que de estos oráculos resalta es la grandeza futura de Israel y su dominación sobre da la heredad según el censo. 5 5 La distri-
son los hijos de G a l a d : de Jeser, la fami-
los pueblos circunvecinos. Tal idea, aunque no tenga el relieve que en otros oráculos proféticos, lia de los jeseritas; de Jelec, la familia bución de tierra se hará, sin embargo,
encierra, sin embargo, un sentido mesiánico. Balam fue en esta circunstancia verdadero profeta
de Yavé para pronosticar la futura gloria de Israel. de los jelequitas; 3 I de Asriel, la familia
por suertes. Recibirá cada u n o la tierra
25
Cumplida su misión, Balam se volvió a su tierra, y Balac a sus negocios. (Véase en la In- de los asrielitas; de Siquem, la familia desegún los nombres de las familias pa-
troducción a los Números, n.4). los siquemitas; 3 2 de Semida, la familia triarcales. 56 Por suertes se distribuirá la
tierra entre el mayor y el menor».
de los semiditas; de Jefer, la familia de los
0£ * Dos episodios parece que se hallan agrupados en este capítulo. Es el primero la prevari- jeferitas. 33 Salfad, hijo de Jefer, n o tuvo 57
" • ^ cación con los dioses de Moab en Baal Fogor, siendo incitadoras a ello las hijas de Moab. Este es el censo de los levitas por sus
El segundo es una prevaricación semejante, a la cual los incitaron las hijas de Madián, de las que hijos varones, sino solamente hijas, y los familias: de Gersón, la familia de los
era la principal Cozbi, princesa madianita, a quien atravesó Finés junto con Zamri. Esta hazaña nombres de las hijas de Salfad son: Mai- gersonitas; de Caat, la familia de los caati-
mereció a Finés el pacto del sacerdocio (31,16; Jos 22,17; Sal 105,28 s.; Os 9,10). la, Noa, Jagla, Merca y T e r s a . 3 4 Esas son
tas; de Merarí, la familia de los meraritas.
las familias de Manases. Se contaron cin- 58 Estas son las familias de Leví: la fami-
0 £ 2 El resultado de este nuevo censo, que comprende la generación siguiente a la que salió
~" de Egipto, muestra cómo el pueblo, a pesar de tantas muertes como produjeron los varios cuenta y dos mil setecientos. lia de los libnitas, la familia de los he-
castigos que sufrió, continuaba siendo tan numeroso como antes, pues los muertos pertenecían a 15
Hijos de Efraím, por sus familias: de bronitas, la familia de los majlitas, la fa-
la generación anterior. Suialaj, la familia de los sutalajitas; de milia de los musitas, la familia de los
NIÍMI;IIOS 26-28 192 193 NÚMEROS 28-29
22
coreitas. C a a t engendró a A m r a m , 59 y la heredad. i« Si n o hay hermanos, daréis la que ofreceréis a Yavé. C a d a día dos corde- Ofreceréis también un m a c h o cabrío
mujer de A m r a m se llamaba Joquebed, heredad a los hermanos de su p a d r e ; u y ros primales, sin defecto, c o m o holocaus- en sacrificio por el pecado, p a r a expia-
hija de Leví, que le nació a Leví en Egip- si n o hay hermanos de su padre, pasaréis to perpetuo. * 4 Ofrecerás u n o de los cor- ros ; 2 3 y lo ofreceréis a más del holocaus-
to, "° y le parió a A m r a m , A r ó n y Moisés, la heredad al más próximo pariente de la deros a la m a ñ a n a y el otro entre dos to de la m a ñ a n a , el holocausto perpetuo.
24
y María, hermana de éstos. D e A r ó n na- familia; de ésta será. Esta será p a r a los luces, 5 y p o r oblación u n décimo de efá Ofreceréis estos sacrificios cada día du-
cieron N a d a b y Abiú, Eleazar e Itamar. hijos de Israel regla de derecho, c o m o se de flor d e h a r i n a amasada con u n cuarto rante siete días; es el alimento consumido
fil
N a d a b y Abiú murieron cuando ofre- lo h a o r d e n a d o Yavé a Moisés».* de hin de aceite de olivas molidas. 6 Es p o r el fuego, de olor agradable a Y a v é ;
cían ante Yavé el fuego profano. <>2 H e - el holocausto perpetuo que se ofrecía en y los ofreceréis sin perjuicio del holocaus-
cho el censo de todos los varones de un Elección de Josué el m o n t e Sinaí, de olor suave, sacrificio to perpetuo y de su libación. 2 5 El séptimo
mes arriba, se contaron veintitrés mil. N o de combustión a Yavé. 7 L a libación será día tendréis asamblea santa y n o haréis
12 en él trabajo servil alguno.
se contaron entre los hijos de Israel, por- Dijo Yavé a Moisés: «Sube a ese de u n cuarto de hin por cada cordero, y
m o n t e de Abarim, p a r a ver la tierra q u e 26
q u e n o había de asignárseles heredad al- la libación de vino para Yavé la harás en Además, el día de las primicias en
guna en medio de los hijos de Israel. * voy a d a r a los hijos de I s r a e l ; 1 3 la verás, lugar santo. 8 El segundo cordero lo ofre- q u e presentaréis a Yavé u n a oblación de
63
Este es el censo que hicieron Moisés pero también tú te reunirás con tu pueblo, cerás entre dos luces, con una ofrenda y lo nuevo; y en vuestra fiesta de las Sema-
y Eleazar, sacerdote, en los llanos de como A r ó n , tu h e r m a n o , se ha reunido, u n a libación como para el de la m a ñ a n a : nas tendréis asamblea santa y n o haréis
14
M o a b , junto al J o r d á n , frente a Jericó. por haber sido rebeldes a mi m a n d a t o es sacrificio de combustión de suave olor trabajo servil alguno. 2 7 Ofreceréis, c o m o
64
Entre éstos n o había ninguno de los en el desierto de Sin, al rebelarse la m u - holocausto de olor suave a Yavé, dos n o -
a Yavé.
chedumbre, en vez de santificar ante ellos villos, u n carnero y siete corderos prima-
enumerados en el censo que había hecho 9 El día del sábado, dos corderos pri-
en el desierto del Sinaí, 6 5 pues les había
mi n o m b r e , con ocasión de las aguas de
males sin defecto, y c o m o oblación, dos les; 2 8 y c o m o oblación, flor de harina
Meriba, en Cades, en el desierto de Sin». amasada con aceite, tres décimas por cada
dicho Yavé que morirían en el desierto; décimas de flor de h a r i n a amasada con
n o quedó ni uno, excepto Caleb, hijo de
15
Moisés habló a Yavé, diciendo: aceite, y su libación. * 1 0 Este es el holo- novillo, dos p o r el carnero 2 9 y una por
Jefoné, y Josué, hijo de N u n .
16
«Que Yavé, el D i o s de los espíritus de cada u n o de los siete corderos. 3 0 Ofrece-
causto del sábado, para cada sábado, a
t o d a carne, constituya sobre la asamblea réis un m a c h o cabrío p a r a expiaros. 3 1 Es-
m á s del holocausto perpetuo y su liba-
L e y d e las h e r e n c i a s u n h o m b r e , 1 7 q u e los conduzca y acau- ción.
t o sin perjuicio del holocausto perpetuo
dille, para que la muchedumbre de Yavé 11 y de la oblación, eligiendo las víctimas
Al comienzo de vuestros meses ofre- sin defecto y añadiendo las libaciones or-
O fj t Acercándose las hijas de Salfad, n o sea como rebaño de ovejas sin pas-
« • hijo de Jefer, hijo de Galad, hijo ceréis c o m o holocausto a Yavé dos n o - dinarias.
tor», ts Yavé dijo a Moisés: «Toma a J o -
de Maquir, hijo de Manases, de las. fami- villos, u n carnero y siete corderos prima-
sué, hijo de N u n , h o m b r e sobre quien
lias de Manases, hijo de José, que se lla- reside el espíritu, y p o n t u m a n o sobre les, sin defecto; * 1 2 y c o m o oblación por
c a d a novillo, tres décimas d e flor d e h a - L a s fiestas d e o t o ñ o
m a b a n Majla, N o a , Jagla, Melca y Ter- é l . 1 9 Ponle ante Eleazar, sacerdote, y ante
sa ; 2 y presentándose a Moisés ante Elea- toda la asamblea, y le instalarás ante tus rina a m a s a d a con aceite; p o r el carnero, O Q i El séptimo mes, el día primero
zar, sacerdote, y ante todos los príncipes ojos. 2 0 Transmítele una parte de tu au- dos décimas de flor de harina amasada £* •» del mes, tendréis asamblea santa y
de la asamblea, a la entrada del taber- toridad, p a r a q u e la asamblea de los hijos con aceite; 1 3 y p o r cada u n o de los cor- n o haréis en él trabajo servil alguno. Será
náculo de la reunión, dijeron: 3 «Nuestro de Israel le obedezca. 2 1 Q u e se presente deros, u n a décima de flor de harina ama- para vosotros el día del sonar de las trom-
padre ha muerto en el desierto, y n o era al sacerdote Eleazar, que consultará p o r sada con aceite. Es holocausto de agra- petas. * 2 Ofreceréis, c o m o holocausto de
de la tropa de los que se confabularon él el juicio de los urim ante Y a v é ; y según dable olor, sacrificio de combustión a suave olor a Yavé, u n novillo, un carne-
contra Yavé, de la tropa de C o r é ; pero este juicio, saldrán y entrarán los hijos Y a v é . 1 4 Las libaciones serán de un medio r o y siete corderos primales, sin defecto;
3
ha m u e r t o por su pecado y n o ha dejado de Israel y toda la asamblea con él». * de hin de vino, p a r a u n novillo; de un tercio y como oblación, flor de harina amasa-
hijos. "• ¿Por qué va a ser el nombre de 22 de hin, p a r a u n carnero, y de un cuarto da con aceite, tres décimas p o r el novillo,
nuestro padre b o r r a d o de en medio de Hizo Moisés lo que le ordenó Y a v é ; de hin, para u n cordero. Este es el holo- dos por el carnero 4 y una por cada u n o
su familia p o r n o haber dejado hijos? D a - y t o m a n d o a Josué, le llevó ante Eleazar causto del comienzo de mes, para cada de los siete corderos. 5 Ofreceréis un ma-
23
nos una heredad entre los hermanos de y ante t o d a la asamblea; y poniendo uno de los meses del a ñ o . 1 5 Se ofrecerá cho cabrío en sacrificio p o r el pecado,
nuestro padre». sobre él sus m a n o s , le instituyó, c o m o se a Yavé un macho cabrío en sacrificio por p a r a expiaros. 6 Lo ofreceréis a más del
lo había dicho Yavé a Moisés. el pecado, a m á s del holocausto perpe- holocausto del mes y su oblación, y del
5
Moisés llevó la cosa ante Yavé, 6 y holocausto perpetuo y su oblación, y de
Yavé dijo a Moisés: 7 « L a s hijas de Sal- tuo y su oblación.
fad tienen razón. Dales en heredad una
F i e s t a s y sacrificios i fi El mes primero, a los catorce días sus libaciones, según lo prescrito. Son sa-
propiedad entre los hermanos de su pa- O Q del mes, será la Pascua de Yavé. t 7 El día crificios de combustión, de olor grato a
1 Yavé habló a Moisés, diciendo: * Yavé.
dre, y q u e pase a ellas la heredad de su « O 2 quince de ese mes será día de fiesta. Se
«Habla a los hijos de Israel y di-
padre. 8 H a b l a a los hijos de Israel y di- les: Cuidad de presentarme a sus tiempos comerá durante siete días p a n á c i m o . 1 8 El 7
El día diez de ese mismo mes tendréis
les: Si uno muere sin dejar hijos, haréis mis ofrendas, mis alimentos, sacrificios de primero habrá asamblea santa y n o ha- asamblea santa, y afligiréis vuestras a l - /
pasar su heredad a su hija; 9 y si n o hay combustión, de olor suave para mí. 3 D i - réis ningún trabajo servil. 1 9 Ofreceréis en mas, y n o haréis en él trabajo alguno.*!
t a m p o c o hija, pasará a sus hermanos la les: H e aquí el sacrificio de combustión sacrificio de combustión un holocausto a 8 Ofreceréis en holocausto de olor grato
Yavé, de dos novillos, u n carnero y siete a Yavé u n novillo, u n carnero y siete cor-
62
De esta conclusión parece colegirse que el fin del nuevo censo es comprobar cuántos eran corderos primales, sin defecto; 2 0 y como deros primales, sin d e f e c t o ; 9 y c o m o obla-
los que habían muerto, sentenciados por Dios a morir en el desierto y no ver la tierra prometida. oblación, flor de harina amasada con acei- ción, flor de harina amasada con aceite,
11
07 Gomo en los pueblos antiguos, y aun en el Oriente moderno, las hijas ocupan ante el to, tres décimas p o r novillo, dos p o r car- tres décimas por el novillo, dos por el
*• * _ derecho un lugar inferior al de los hijos, y por esto la Ley no les concedía derecho a la he- nero 2 1 y u n a por cada uno de los siete carnero 1 0 y una p o r cada u n o de los sie-
rencia paterna. Se hace una excepción en este caso, mirando a dos principios: a conservar en el corderos. te corderos. n Ofreceréis u n macho ca-
pueblo la memoria del padre que muere dejando sólo hijas y a conservar a las familias el patrimonio,
impidiendo la acumulación de los bienes raíces en manos de pocos. 3
Este era el sacrificio perpetuo (Ex 29,38-42), del que con tanta ponderación nos habla Da-
21
Josué sucede a Moisés, pero sólo en una parte de la autoridad de éste, enteramente extra- niel (88,12 s.; 11,31 y 1 Mac 4,53), al cual parece ligada la salud del pueblo.
ordinaria. Dios sigue siendo el jefe supremo de Israel; pero su lugarteniente, Josué, tiene ya que ' Estos sacrificios los recuerda Jesús (Mt 12,5).
recurrir al sacerdote para conocer por los urim y tummim la voluntad de Dios. Ya no le habla cara a 1
1 El calendario hebreo era lunar, y el mes empezaba con la luna nueva (10,10; Sal 89,4).
cara, como a Moisés.
O Q 1 La Ley habla muchas veces de los días festivos en Israel; en los dos capítulos 28-29 se OQ * Este era el día de Año Nuevo, principio del año civil (Lev 23,24).
^ ^ vuelve a la materia para señalar los sacrificios y ofrendas que debían ofrecerse en cada uno •» •' ' El 10 de tisri, o del mes séptimo, se celebraba la fiesta de la expiación nacional (Lev 16,
de ellos. Son dos capítulos de carácter netamente litúrgico. ao; 23,27 ss.).

NAcar-Colun&a T
NÚMEHOB 29'80 194 195 NÚMEROS 30-31

brío en sacrificio p o r el pecado, a m á s cabrío en sacrificio por el pecado, a más pudiada y la obligación que contrajere su posesión; ">y quemaron todas sus
del sacrificio expiatorio, en holocausto del holocausto perpetuo y de su obla- son válidos. ciudades y aldeas y tiendas; H y cogiendo
11
perpetuo y de sus oblaciones y libaciones. ción y su libación. Si, ya en la casa de su marido, una la presa, cuanto habían tomado en hom-
12
El día quince del séptimo mes ten- 32
El séptimo día ofreceréis siete novi- mujer hace un voto o se obliga a algo bres y animales, 1* llevaron a Moisés y
dréis asamblea santa y no haréis en él llos, dos carneros y catorce corderos pri- con juramento, n y su marido al saberlo Eleazar, sacerdote, y a toda la muche-
trabajo servil alguno; y celebraréis la fies- males, sin defecto, 33 con sus oblaciones n a d a dice y no lo desaprueba, todos sus dumbre de Israel, los prisioneros, los des-
ta en h o n o r de Yavé durante siete días, y libaciones por los novillos, los carneros votos serán válidos, así c o m o las obliga- pojos y el botín, al campamento en los
13
ofreciendo en holocausto, sacrificio de y los corderos, según su numero y con- ciones q u e contraiga. 13 Pero si su mari- llanos de M o a b , junto al Jordán, frente
combustión de olor grato a Yavé, trece forme al rito.
34
Ofreceréis un m a c h o ca- do al saberlo lo anula, todo cuanto salió a Jericó. 1 3 Moisés, el sacerdote Lleazar
novillos, dos carneros y catorce corderos brío en sacrificio p o r el pecado, a m á s de sus labios, votos y obligaciones, que- y todos los principes de la asamblea sa-
primales, sin d e f e c t o ; 1 4 y c o m o oblación, del holocausto perpetuo, de su oblación d a n sin valor; los anuló su marido, y lieron a su encuentro fuera del campa-
Yavé los perdonará. 1 4 T o d o voto y t o d o mento ; 14 y airado Moisés contra los
flor de harina amasada con aceite, tres y de su libación.
35 juramento por el cual se obligan a mor- jefes de las centenas que venían del com-
décimas p o r cada u n o de los trece novi- El día octavo tendréis asamblea so- tificar su persona, puede el marido rati- bate, 15 les dijo: «¿Por qué habéis dejado
llos, dos por cada u n o de los carneros lemne y n o haréis en él trabajo servil ficarlo o anularlo. 15 Pero si el marido la vida a las mujeres? 16 Fueron ellas las
15
y u n a por cada u n o de los catorce cor- alguno. 3 6 Ofreceréis en holocausto, sa- un día y otro guarda silencio, ratifica que por consejo de Balam arrastraron a
deros. ' 6 Ofreceréis u n m a c h o cabrío en crificio de combustión de olor grato a todos los votos que ella haya hecho y los hijos de Israel a ser infieles a Yavé
sacrificio p o r el pecado, a m á s del holo- Yavé, un toro, u n carnero y siete corde- todas las obligaciones que h a y a contraí- en lo de Fogor. 1 7 M a t a d de los niños a
37
causto perpetuo y de su oblación y sus ros primales, sin defecto, con sus obla- do, los ratifica por haber callado al te- todo varón, y de las mujeres a cuantas
libaciones. ciones y sus libaciones p o r el toro, el ner conocimiento de ello. i 6 Si en lo su- h a n conocido lecho de varón; 18 las que
17
El segundo día ofreceréis doce novi- carnero y los corderos, 3
según el n ú m e r o cesivo los anula, llevará sobre sí la ini- no h a n conocido lecho de varón, reser-
llos, dos carneros y catorce corderos pri- y conforme al rito. 8 Ofreceréis un m a - quidad de su mujer. 1 7 Esta es la ley que váoslas ; 1 9 y vosotros acampad fuera del
males, sin defecto; n con la oblación y cho cabrío en sacrificio p o r el pecado, a Yavé dio a Moisés para entre marido campamento durante siete días; quien hu-
las libaciones p o r los novillos, los carne- más del holocausto 3S> perpetuo y de su obla- y mujer y para entre padre e hija mien- biere m a t a d o a un h o m b r e o tocado a
ros y los corderos, según su número y ción y su libación. Estos son los sacri- • ras ésta es nubil en la casa de su padre. un muerto, purifiqúese al tercero y al
según el rito, I 9 y un m a c h o cabrío por ficios que en vuestras fiestas ofreceréis a séptimo días, vosotros y vuestros prisio-
el pecado, a más del holocausto perpe- Yavé, independientemente de vuestros vo- G u e r r a c o n t r a los m a d i a n i t a s neros. 2 0 Purificad también todos los ves-
tuo, su oblación y sus libaciones. tos y de vuestras ofrendas voluntarias, tidos, todo objeto de cuero o hecho de
20
El día tercero ofreceréis once novi- holocaustos, oblaciones y sacrificios pa- 01 * Yavé habló a Moisés, dicien- pelo de cabra y todo utensilio de maderas».
llos, dos carneros y catorce corderos pri- cíficos».
2
«* * d o : * 2 «Venga a los hijos de Is- i Eleazar, el sacerdote, dijo a los h o m -
males, sin defecto; 2 1 con sus oblaciones rael de los madianitas y después te reuni- bres de guerra que habían ido al com-
y libaciones por los novillos, los carne- L e y d e los v o t o s rás con tu pueblo». bate: «He aquí lo que m a n d a la ley de
ros y los corderos, según su número y O A ! Moisés habló a los jefes de las 3
Moisés habló al pueblo, diciendo: Yavé dada a Moisés: * 2 2 el oro, la plata,
conforme al rito, 2 2 y un macho cabrio ** " tribus de Israel, diciendo: * 2 « H e «Armad de entre vosotros hombres para el bronce, el hierro, el estaño y el plomo,
23
para el sacrificio p o r el pecado, a más aquí lo que m a n d a Y a v é : 3 Si u n o hace la guerra, que marchen contra M a d i á n todo lo que puede resistir el fuego, pa-
del holocausto perpetuo, su oblación y un voto a Yavé, o un juramento p o r el p a r a ejecutar en ellos la venganza de sadlo por el fuego, y será p u r o ; lo que
sus libaciones. cual se obliga a sí mismo, no faltará a su Yavé: 4 mil hombres p o r cada una de no resista el fuego, lo haréis pasar por
23
El cuarto día ofreceréis diez novillos, palabra; cuanto salió de su boca, hágalo. las tribus de Israel». el agua; 2 4 lavaréis vuestros vestidos el
dos carneros y catorce corderos primales, 4
5
Hízose, pues, entre las tribus de Is- día séptimo y seréis puros, y ya podréis
Si u n a mujer nubil en la casa de su luego entrar en el campamento».
sin defecto, 2 4 con sus oblaciones y liba- padre hace un voto a Yavé y se obliga rael la leva de mil hombres por tribu,
ciones por los novillos, los carneros y los a alguna privación, 5 y su padre, al co- doce mil hombres armados en guerra.
6
corderos, según su número y conforme al nocer el voto o la obligación contraída, Moisés los m a n d ó al combate, mil hom-
Distribución del botín
rito. 2 5 Ofreceréis u n macho cabrío en sa- n a d a dice, t o d o voto que haya hecho y bres por tribu, y con ellos m a n d ó a la
25
crificio p o r el pecado, a más del holo- toda obligación que haya contraído se- lucha a Finés, el hijo de Eleazar, el sacer- Dijo Yavé a Moisés: 2 6 «Tú y Elea-
causto perpetuo, de su oblación y de su rán válidos; 6 pero si al tener conoci- dote, que llevaba consigo los objetos sa- zar, sacerdote, y todos los cabezas de
libación. grados y las trompetas resonantes. 7 Avan- familia de la comunidad, haced el cómpu-
miento de ello el padre lo desaprueba,
26
El quinto día ofreceréis nueve novi- todos los votos que haya hecho y todas zaron contra Madián, conforme a la or- to de t o d o lo cogido, tanto en hombres
llos, dos carneros y catorce corderos pri- las obligaciones que haya contraído serán den que Yavé había dado a Moisés, y como en animales, 2 7 y distribuid el bo-
males, sin defecto, 2 7 con sus oblaciones nulos, y Yavé la perdonará, p o r haberlo mataron a todos los varones. 8 A más tín entre los combatientes que h a n ido
y libaciones por los novillos, los carne- desaprobado su padre. de los que habían caído, mataron a los a la guerra y el resto de la comunidad.
ros y los corderos, según su número y 7
reyes de Madián. Eví, Requem, Sur, Jur 2
8 D e lo de los combatientes que han ido
Si cuando se casa está ligada p o r al- y Reba, cinco reyes de M a d i á n ; y m a -
conforme al rito. 2 8 Ofreceréis un macho gún voto o por palabra salida de sus a la guerra tomarás como tributo a Yavé
taron también al filo de la espada a Ba- u n o por cada quinientos, tanto en hom-
cabrío en sacrificio por el pecado, a más labios; 8 si al saberlo su marido se calla
lam, hijo de Beor; 9 t o m a r o n todas sus bres como en bueyes, asnos y ovejas; *
del holocausto y de su oblación y liba- el día que lo ha sabido, sus votos son mujeres y sus niños, sus ganados y toda 29
ción. válidos, y asimismo las obligaciones que lo tomarás de su mitad, y lo entrega-
29
El sexto día ofreceréis ocho novi- haya contraído tendrán valor. 9 Pero si '}•% 1 En 25,16, Dios manda a Israel considerar a Madián como enemigo y destruirlo por la
llos, dos carneros y catorce corderos pri- al saberlo su marido lo desaprueba, anu- ^ ' seducción de Baal Fogor; aquí tenemos la ejecución de aquel mandato. Como quien ejecuta
males, sin defecto, 3 0 con sus oblaciones la el voto que hizo y la palabra que salió uim sentencia divina, el ejército va acompañado del sacerdote y de las trompetas sagradas. Esta
y libaciones, por los novillos, los corde- de sus labios, con la cual se obligó, y 1 mnpaña servirá para inculcar en el corazón de los hebreos la gravedad del delito de prevaricación
ros y los carneros, según su número y Yavé la perdonará. t nntra Yavé. El derecho de guerra es duro, como lo era en general en la antigüedad. Lo que dice
ilr la matanza no se debe tomar muy a la letra, pues veremos en el libro de los Jueces que los ma-
conforme al rito. 31 Ofreceréis un macho io El voto de una viuda o de una re- iliuuitas invaden la tierra de Israel y la dominan muchos años, hasta que Gedeón los arroja al otro
ludo del Jordán.
OA * Esta materia ha sido ya tratada en Lev 27 bajo distintos aspectos. Allí se trataba de la 2
' Aquí tenemos una aplicación de la ley de santidad. Los guerreros, no obstante ser la guerra
^ ^ forma de cumplir los votos que uno hubiera hecho; aquí, más bien de la emisión del voto •unta, deben purificarse del contacto de los muertos, y lo mismo el botín
y de su anulación por las personas a quienes la Ley reconoce potestad para hacerlo, que son el padre aK
Participa Yavé en la distribución del botín como jefe supremo del pueblo, que es quien
respecto de la hija y el marido respecto de la mujer. IM do la victoria, y esta parte suya es la que da El a los sacerdotes y levitas.
NÚMEH08 31-32 196 197 NÚMEROS 32-33
ras a Eleazar, sacerdote, como tributo pa tuvieron todos su botín para cada 6
i Ellos, acercándose a Moisés, le dije- conquistada la tierra les daréis por30 here-
a Yavé. 30 De la mitad de los hijos de uno. 54 Moisés y Eleazar, sacerdote, to- ron: «Nosotros edificaremos aquí apris- dad la tierra conquistada de Galad; pero
Israel tomarás el uno por cincuenta, tan- mando el oro de los cabos de millares cos para nuestros ganados y ciudades si no pasan con vosotros armados, se es-
to en hombres como en bueyes, asnos, y de los cabos de centenas, lo llevaron para nuestros niños; 17 pero, armados, tablecerán en medio de vosotros en la tie-
ovejas y animales de toda clase, y se lo al tabernáculo de la reunión, como me- iremos sin demora delante de los hijos rra de Canán». 31 Los hijos de Gad y los
darás a los levitas que velan31al servicio moria de los hijos de Israel ante Yavé. de Israel, hasta que los hayamos intro- hijos de Rubén respondieron: «Haremos
del tabernáculo de Yavé». Moisés y ducido en el lugar que ellos han de ocu- lo que Yavé ha dicho a sus siervos. 32 Pa-
Eleazar, sacerdote, hicieron lo que Yavé par; nuestros hijos quedarán en ciudades saremos armados ante Yavé a la tierra de
había mandado a Moisés; 3 2 y resultó División de la TransJordania
fortificadas 1S
a causa de los habitantes de Canán, y la posesión de nuestra heredad
que del botín cogido por las tropas com- O O 1 Eran muy numerosos los reba- esta tierra; pero nosotros no volvere- quedará del lado allá del Jordán».
batientes quedaban seiscientas setenta y «'—i ños de los hijos de Rubén y los mos a nuestras casas hasta que los hijos 33
Moisés dio a los hijos de Gad, a los
cinco mil ovejas, 33 setenta 34y dos mil ca- de los hijos de Gari; extraordinariamente de Israel hayan tomado cada uno pose- de Rubén y a la media tribu de Manases,
bezas de ganado bovino y sesenta y numeroso;* 2 y viendo que la tierra de sión de su heredad, 19 pues no queremos hijo de José, el reino de Seón, rey de los
un mil asnos; 35 y de mujeres que no Jazer y la del Galad sería una tierra tener heredad para nosotros al otro lado amorreos, y el reino de Og, rey de Basan;
habían compartido lecho de varón, trein- muy a propósito para apacentarlos, vi- del Jordán, ni más allá, porque tendría- la tierra con sus ciudades34y el territorio
ta y dos mil almas. 36 La mitad corres- nieron a Moisés y a Eleazar y a los prín- mos ya nuestra heredad de este lado del en torno de las ciudades. Los hijos de
pondiente a los que habían ido a la gue- cipes de la asamblea, y íes dijeron: Jordán al oriente». 20 Moisés les dijo: Gad edificaron Didón, Atarot, Aroer,
rra fue: de ovejas, trescientas treinta y 3 «Si eso hacéis, si, armados para combatir
siete mil quinientas, 3? y el tributo a «Atarot, Dibón, Jazer, Nemra, 4Hesebón, ante Yavé, 21 todos vuestros hombres de
35 Atarit-Sofá, Jazer, Jegboa, 36 Betnimra
y Betarán, ciudades fuertes, e hicieron
Yavé, de trescientas setenta y cinco; Eleale, Sabán, Nebó y Meón, esa tie- guerra pasan el Jordán ante Yavé, hasta apriscos para sus ganados. 37 Los hijos
38
de bueyes, treinta y seis mil, y el tributo rra que Yavé ha herido ante la congre- que hayan arrojado de ante si a sus ene- de Rubén edificaron Hesebón, Eleale,
a Yavé, setenta y dos; 39 de asnos, trein- gación de Israel, es tierra muy a propó- migos, 22 y no os volvéis a vuestras casas Quiriat-Jearim, 38 Nebo y Balmeón, cu-
ta mil quinientos, y el tributo a Yavé, sito para los 5
ganados, y vuestros siervos
hasta que la tierra quede sometida a yos nombres fueron mudados, y Sebama,
de sesenta y cinco; 40 de personas, dieci- los tienen. Si, pues—dijeron—, tus sier- Yavé, entonces inculpables seréis ante y dieron nuevos nombres a las ciudades
séis mil, y el tributo a Yavé, treinta y vos han hallado gracia a tus ojos, dése Yavé y ante Israel, y esta tierra será que edificaban.
dos almas; 41 Moisés dio a Eleazar, a tus siervos en heredad esta tierra y no vuestra posesión ante Yavé. 23 Pero si 39
sacerdote, el tributo reservado a Yavé, nos hagas pasar el Jordán». 6 Moisés res- no hacéis lo que prometéis, pecaréis ante Los hijos de Maquir, hijo de Mana-
como
42
éste se lo había mandado a Moisés. pondió a los hijos de Gad y a los hijos Yavé, y estad ciertos de que vuestro pe- ses, marcharon contra Galad, y, conquis-
La mitad correspondiente a los hijos de Rubén: «¿Van a ir a la guerra vuestros cado os alcanzará. 24 Edificad, pues, ciu- tándola, arrojaron a los amorreos que
de Israel, que Moisés había separado de hermanos 7
y vais a quedaros vosotros dades para vuestros hijos y apriscos para allí estaban. * 40 Moisés dio Galad a Ma-
la de los combatientes, 43 la mitad que aquí? ¿Por qué queréis desanimar a los vuestros ganados, y cumplid la palabra quir, 41hijo de Manases, que se estableció
tocaba a la comunidad, fue de treinta y hijos de Israel para que no pasen a la que ha salido de vuestra boca». allí. Jair, hijo de Manases, marchó
siete mil quinientas 45
ovejas, 44 treinta y tierra que les da Yavé? 8 Así hicieron ya también y se apoderó de sus burgos, que
seis mil bueyes, treinta mil quinientos vuestros padres, cuando yo los mandé des- 25
Los hijos de Gad y los hijos de Rubén llamó Javot Jair (Burgos de Jair). 42 Tam-
asnos 4S y dieciséis mil personas. •" De de Cadesbarne a explorar la tierra. 9 Su- dijeron a Moisés: «Tus siervos harán bién marchó Nobaj y se apoderó de Ca-
esta mitad correspondiente a los hijos de bieron hasta el valle de Escol, vieron la cuanto mi señor les mande; 26 nuestros nat y de las ciudades de ella pendientes,
Israel, tomó Moisés el uno por cincuenta tierra y acobardaron a los hijos de Is- hijos y nuestras mujeres, nuestros re- llamándola de su nombre, Nobaj.
en hombres y animales, y se lo dio a los rael para que no se atreviesen a ir a la baños y nuestros ganados quedarán en
levitas que velan al servicio del taber- tierra que les da Yavé; i"y la cólera de las ciudades de Galad; 2 7 y tus siervos, Las etapas del camino desde Egipto
náculo de Yavé, como éste se lo había Yavé se encendió aquel día, y juró, di- todos nuestros hombres, armados para
mandado a Moisés. 4 8 Entonces los jefes ciendo: H Estos que han subido de Egip- al Jordán
el combate, iremos a la guerra28ante Yavé,
de la expedición, cabos de los millares to, de los veinte años para arriba, no como mi señor lo ha dicho». Entonces n n 1 He aquí las estaciones de los hi-
y cabos de las centenas, se presentaron verán la tierra que con juramento pro- dio Moisés órdenes acerca de ellos a <5 «5 jos de Israel cuando salieron según
a Moisés * 49 y le dijeron: «Tus siervos metí yo a Abraham, Isaac y Jacob, por- Eleazar, sacerdote; a Josué, hijo de Nun, sus escuadras de la tierra de Egipto,
han hecho la lista de los hombres de que no han seguido fielmente mis cami- y a los29jefes de familia de las tribus de conducidos por Moisés y Arón. * 2 Moisés
guerra que han estado a nuestras órde- nos, 12 fuera de Caleb, hijo de Jefoné, Israel, diciendo: «Si los hijos de Gad describió su salida según sus estaciones a
nes, y no falta ni uno. 50 Traemos, pues, el quenecita, y Josué, hijo de Nun, que y los hijos de Rubén pasan con vosotros voluntad de Yavé, y 3son éstas las esta-
como ofrenda a Yavé, los objetos de fielmente han seguido los caminos de el Jordán con todos sus hombres arma-
oro que cada uno ha cogido: brazaletes, 13
ciones de su salida: Partieron de Ra-
dos, para combatir ante Yavé, una vez
cadenas, anillos, pendientes y collares, Yavé. Encendióse contra Israel la có- meses el primer mes, el día quince del
para hacer la expiación por nosotros ante lera de Yavé, y le ha hecho ir y venir
Yavé». 5I Moisés y Eleazar, sacerdote, re- por el desierto durante cuarenta años
39
La conquista no era tan completa que no les quedara a las tres tribus su tarea para llegar
cibieron de ellos el oro, 5 todos objetos hasta extinguirse toda la generación
4
que a la plena posesión de la tierra.
artísticamente trabajados. 2 Todo el oro había obrado mal ante Yavé. 1 Y ahora
que presentaron a Yavé, de parte de los vosotros sucedéis a vuestros padres, prole 'JO 1 El autor sagrado nos da aqui la serie de etapas que hizo Israel en su viaje desde Egipto
cabos de millares y de los cabos de las de pecadores, para encender más 5 todavía " * " hasta el sitio en que está. Son cuarenta, como los años de la peregrinación, número, sin duda,
nimbólico. De éstas, sólo 18 nos son conocidas. La critica introduce aqui una corrección textual
centenas, fue de dieciséis mil setecientos la cólera de Yavé contra Israel. 1 Porque muy justificada, que resuelve no pocas dificultades; los w.36b-4ia deben trasponerse después
cincuenta siclos. 53 Los hombres de tro- si os negáis a seguirle, El seguirá de- del 30a. No nos es posible hoy identificar todos los nombres de estos lugares, pero sí podemos se-
jando a Israel en el desierto, y seréis la Uiiir el itinerario general de Israel. Parten de Rameses, que es Pelusio, en dirección sur; hacia Suez,
causa de la ruina de todo el pueblo.» I ior los Lagos Amargos, pasan al este y siguen la costa del mar Rojo, y, pasado el valle de Garandel,
4
llenan a la playa de Dafca. Desde allí, por el valle de Magara y el de Feirán, se internan hacia el
» En todas estas secciones, que tanto se asemejan al código sacerdotal, se suele poner de relie- 1 miro del macizo granítico del Sinaí. De aquí parten para Cades, pero el camino seguido es dudoso.
ve la devoción grande del pueblo hacia el santuario. I Incw quieren que por el este, buscando el golfo de Acaba, y luego por el Araba hasta Cades; otros
iirrlicren el camino del norte, por intrincados valles, hasta salir al desierto de Tij y llegar a Cades.
O O ' L a tierra de Canán, prometida por Dios a los patriarcas, tenia por limite oriental el rio lÍNtii fue la estación más larga de los hebreos. De ella se dirigen primero hacia el este, al monte de
" ™ grande de la Palestina, el Jordán; pero como la derrota de los dos reyes amorreos, Seón y Arón; giran al sur, y por el Araba llegan a Asiongaber; rodean los montes de Seir, y vuelven luego
Og, habla hecho a los hebreos dueños de una buena porción de la Transjordania, tierra rica, sobre liuiiu el norte para venir a parar en la orilla oriental del Jordán, frente a Jericó. (Véase el mapa del
todo en pastos, las tribus de Rubén, Gad y Manases la piden para si, alegando su riqueza en ganados. Mlnul.)
NÚMERO! 33-34 198 199 HÚMEROS 34-35
40 29
primer mes. AI día siguiente a la Pascua, la cima del monte Or. F u e entonces ne, y continuará por Jasar Adar, pasan- Estos son aquellos a quienes m a n d a Ya-
los lujos de Israel salieron con m a n o cuando el cananeo, rey de Arad, que ha- d o p o r Asemón, 5 y desde Asemón irá vé distribuir la tierra de Canán entre los
alzada, a la vista de todos los egipcios. bitaba el Negueb, en la tierra de Canán, hasta el torrente de Egipto, para morir hijos de Israel.
4
Los egipcios estaban sepultando a sus tuvo conocimiento de la llegada de los en el mar. 6 Por frontera occidental ten-
4)
primogénitos, que había herido Yavé en- hijos de Israel. Partidos del m o n t e Or, dréis el m a r G r a n d e , que por este lado Las ciudades lcvíticas
42
tre ellos, haciendo así justicia contra sus acamparon en Salmona. Partidos de os servirá de confín. 7 El confín septen-
dioses, s Partieron, pues, los hijos de Is- Salmona, acamparon en Punón. 43 Par- trional será éste: a partir del mar G r a n - O C 1 H a b l ó Yavé a Moisés en los 11a-
rael de Rameses y acamparon en Sucot. 4tidos de Punón, acamparon en Obot. de, le trazaréis por el monte O r ; 8 del « ' O nos de M o a b , junto al Jordán,
6
Partidos de Sucot, acamparon en Etam,
4
Partidos de Obot, acamparon en Iye- m o n t e Or le llevaréis hasta la entrada de frente a Jericó, diciendo:* 2 « M a n d a a
7
que está en el extremo del desierto. Par- Jabarín, en los confines de M o a b . $ Par-
4
Jamat, llegando a Sedada, ' y continua- los hijos de Israel que de la heredad de
su posesión cedan a los levitas ciudades
tidos de Etam, volvieron hacia Piajirot, tidos de lye-Jabarín, acamparon en D i - rá por Zefrón, para terminar en Jasar
4 en las que puedan habitar. Dadles tam-
que está frente a Balsefón, y a c a m p a r o n bon Gad. 6 Partidos de Dibon G a d , E n á n ; éste será vuestro confín septentrio- bién lugares de pastos en los contornos
frente a Migdol. 8 Partidos de Piajirot, acamparon en Elmon Deblataim. 47 Par- nal. 1 0 La frontera oriental la llevaréis de esas ciudades. 3 Que tengan ciudades
pasaron por el medio del m a r hacia el tidos de Elmon Deblataim, acamparon desde Jasar Enán a Sefama; 1 ] bajará de en que habitar y pastos para sus anima-
desierto, e hicieron tres días de camino en los montes de Abarim, frente a Ne- Sefama a Rebla, al este de Ain, descen- les, para sus ganados y para todas sus
4S
en el desierto de Etam, y acamparon en bo. Partidos de los montes de Abarim, diendo de aquí al oriente hasta el mar de bestias. 4 Los lugares de pasto en t o r n o
M a r á . 9 P a r t i d o s de M a r á , llegaron a acamparon en los llanos de 4 9M o a b , j u n t o Queneret, 12 y llegando hasta el Jordán, de las ciudades que daréis a los levitas
Elim, donde había doce fuentes y setenta al Jordán, frente a Jericó; acamparon seguirá a lo largo de éste, para morir en serán: a partir de los muros de la ciudad,
palmeras, y acamparon allí. 1 0 Partidos a lo largo del Jordán, desde Bel Jesimot el mar de la Sal. Esta será vuestra tierra para afuera, de mil codos en t o r n o ; 5 y la
de Elim, acamparon junto al mar Rojo. hasta Abelsittim, en los llanos de M o a b . y las fronteras que la rodearán». extensión de fuera de la ciudad, dos mil
11
Partidos del mar Rojo, acamparon en 1 3 Moisés dio esta orden a los hijos codos a la parte de oriente, dos mil co-
el desierto de Sin. 12 Partidos del desierto D i s t r i b u c i ó n d e la t i e r r a p r o m e t i d a de Israel: «Esta es la tierra que por suer- dos a la parte del mediodía, dos mil co-
de Sin, acamparon en Dafca. 13 Partidos 50 E n los llanos de M o a b habló Yavé tes habéis de distribuir y que Yavé ha dos a la parte de occidente y dos mil co-
de Dafca, acamparon en Alus. 1 4 Partidos a Moisés, diciendo: 5 1 D i a los hijos de ordenado dar a las nueve y media tribus; dos a la parte del norte, quedando en me-
14
de Alus, acamparon en Rafidim, donde Israel: C u a n d o hubiereis pasado el Jor- porque la tribu de los hijos de Rubén dio de la ciudad. Estos serán los lugares
no había agua para que bebiera el pue- dán para la tierra de Canán, 52 arrojad y la de los hijos de G a d han recibido ya de pastos de sus ciudades. * 6 D e las ciu-
blo. 15 Partidos de Rafidim, acamparon de delante de vosotros a todos los habi- su heredad según sus familias, y la media dades mismas que daréis a los levitas,
en el desierto del Sinaí. 16 Partidos del tantes de la tierra, 53 y destruid todas sus tribu de Manases ha recibido también la seis serán las ciudades de refugio, donde
desierto del Sinaí, acamparon en Qui- esculturas y todas sus imágenes fundidas, suya. l s Estas tribus y la media tienen ya pueda refugiarse el homicida; y las otras,
brot-hat-tava. n Partidos de Quibrot-hat- y devastad todos sus excelsos. 54 T o m a d su heredad al lado de allá del Jordán, cuarenta y dos en n ú m e r o ; 7 en total, cua-
tava, acamparon en Jaserot. i 8 Partidos posesión de la tierra y habitadla, pues frente a Jericó, al oriente». renta y ocho ciudades con sus lugares de
de Jaserot, acamparon en Retma. I 9 Par- para que la poseáis os la doy. Distribuid- 16 H a b l ó Y a v é a M o i s é s , d i c i e n d o : pasto. En cuanto a las ciudades que de los
tidos de Retma, acamparon en R e m ó n la p o r suertes entre las familias. A las más II
«He aquí los nombres de los que han hijos de Israel habéis de dar a los levitas,
Pares. 20 Partidos de R e m ó n Pares, acam- numerosas les daréis m a y o r heredad, y de hacer la distribución de la tierra en- 8 tomaréis más de los que tengan mas y
paron en Leona. 21 Partidos de Lebna, una más pequeña heredad, a las menos tre vosotros: Eleazar, sacerdote, y Josué, menos de los que tengan menos. Cada
acamparon en Resa. 22 Partidos de Resa, numerosas. La que en suerte le tocare a hijo de N u n . i 8 Tomaréis también un uno cederá para los levitas sus ciudades
acamparon en Quelata. 23 Partidos de Que- cada una, ésa será su heredad, y la reci- príncipe de cada tribu p a r a distribuiros en proporción de la heredad que haya re-
lata, acamparon en el m o n t e Sefer. biréis en posesión según vuestras tribus cibido».
la tierra. 19 H e aquí los nombres de és-
24
Partidos del monte Sefer, acamparon patriarcales. 55 si n o arrojáis de delante t o s : por la tribu de Judá, Caleb, hijo de
en Jarada. 25 Partidos de Jarada, acam- de vosotros a los habitantes de la tierra, Jefoné; 20 p 0 r [ a tribu de los hijos de
Ciudades de refugio
paron en Maquelot. 26 Partidos de M a - los que de ellos dejéis en medio de vos- Simeón, Samuel, hijo de A m i u d ; 2 i por
quelot, a c a m p a r o n en Tajat. 27 Partidos otros serán como espinas en vuestros ojos la tribu de Benjamín, Elidad, hijo de Ca- 9 Yavé habló a Moisés, diciendo:*
de Tajat, acamparon en Taraj. 28 Partidos y aguijón en vuestros flancos, y os hosti- setón ; 22 por la tribu de los hijos de D a n , 10 «Habla a los hijos de Israel y diles:
de Taraj, acamparon en Mitca. 29 Partidos lizarán en la tierra que vais a habitar, el príncipe Boqui, hijo de Jogli; 23 por los C u a n d o hayáis pasado el Jordán, en la
de Mitca, a c a m p a r o n en Jasmona. 30 Par- 56 y yo mismo trataré a vosotros como hijos de José; por la tribu de los hijos de tierra de Canán, u elegiréis ciudades que
tidos de Jasmona, acamparon en Mose- había resuelto tratarlos a ellos». Manases, el príncipe Janiel, hijo de Efod; sean para vosotros ciudades de refugio,
24
rot. 31 Partidos de Moserot, acamparon por la tribu de los hijos de Efraím, el donde pueda refugiarse el homicida que
en Bene Jacán. 32 Partidos de Bene Jacán, príncipe Camuel, hijo de Seftán; 25 p e - hubiere muerto a alguno sin q u e r e r . , 2 Es-
acamparon en Jor Aggadgad. 33 Partidos L a s f r o n t e r a s d e la t i e r r a tas ciudades os servirán de asilo contra
la tribu de los hijos de Zabulón, el prín-
de Jor Aggadgad, acamparon en Jotbata. de promisión cipe Elisafán, hijo de P a r m a c ; 26 por la el vengador de la sangre, para que n o sea
34
P a r t i d o s de J o t b a t a , a c a m p a r o n en 1 Yavé habló a Moisés, dicien- iribú de los hijos de Isacar, el príncipe muerto el homicida antes de comparecer
Ebrona. 35 Partidos de Ebrona, acampa- 34 d o : * 2 «Habla a los hijos de Is-
ron en Asiongaber. 36 Partidos de Asion- rael y diles: C u a n d o hayáis entrado en
Paltiel, hijo de O z á n ; 27 p 0 r j a tribu de en juicio ante la asamblea. l} Las ciuda-
des a esto destinadas serán seis, que se-
los hijos de Aser, el príncipe Ajiud, hijo
gaber, acamparon en el desierto de Sin, la tierra de Canán, he aquí el territorio de Salomi; 28 p o r i a tribu de los hijos de rán para vosotros ciudades de refugio.
que es Cades. 37 Partidos de Cades, acam- que será vuestra p a r t e : la tierra de C a - Neftalí, el príncipe Pedael, hijo de Amiud. 1 4 Destinaréis tres del lado de allá del Jor-
paron en el m o n t e Or, al extremo de la nán según sus fronteras. 3 Del lado me-
tierra de E d o m . 38 A r ó n , sacerdote, subió ridional, irá por el desierto de Sin a lo O C í Dos puntos abarca este capítulo. Primeramente prescribe la asignación de 48 ciudades
a
¡ monte O r p o r orden de Yavé, y murió largo de E d o m . Vuestra frontera meri- ^ ^ con sus términos para los levitas, que, según lo dicho muchas veces, no tendrán heredad en-
allí el ario cuadragésimo después de la dional arrancará del extremo del m a r de tre sus hermanos. Estas ciudades se tomarán de las otras tribus, en proporción a la extensión de
cuda una.
salida de la tierra de Egipto, el quinto la Sal, a oriente; 4 se inclinará al sur p o r 5
El término de la ciudad sería de mil codos de radio en todas direcciones; por tanto, dos mil
mes, el primero del mes. 39 Tenía A r ó n la subida de Acrabim, pasará p o r Sin, iodos de diámetro, tomando la ciudad por centro de la circunferencia.
g
ciento veintitrés años cuando murió en llegando hasta el mediodía de Cadesbar- El segundo punto es señalar las ciudades de refugio adonde puedan huir los que hayan tenido
III desgracia de cometer un homicidio involuntariamente, hasta que el asunto se arregle con el ven-
34 ' Una vez más se nos señalan los limites de la tierra prometida, esta vez con más detalles
geográficos, que no siempre es posible identificar. r.rtdur de la sangre, encargado d e ejecutar la justicia. A la muerte del sumo sacerdote termina el
íliuio.
)
NIIMFROH 35-36 200
dan y tres en la tierra de Canán para ciu- rra y no puede la tierra purificarse de la
dades de refugio, 15 para los hijos de Is- sangre en ella vertida 3sino
rael, para el extranjero y para el que ha- de quien la derramó. 4 N o profanéis la
con la sangre D E U T E R O N O M I O
bita en medio de vosotros, para que quien tierra que habitéis, donde habito yo tam-
haya matado a alguno 16
sin querer pueda bién, porque yo soy Yavé, que habito en
refugiarse en ellas. Si le hirió con ins- medio de los hijos de Israel». i. El quinto y postrer libro del Pentateuco es el Deuteronomio, que los hebreos
trumento de hierro y se sigue la muerte, llaman Elleh habdebarim, o simplemente Debarim, y también Misneh hattorah.
es homicida, y el matador será muerto;
17
L e y de herencia de las mujeres Copia de la Ley, nombre derivado de 17,18. Casi todo este libro está puesto en boca
lo mismo si le hirió con piedra en ma- 1
de Moisés, en la llanura de Moab, y que se dirige al pueblo cuando éste se halla a pun-
no, capaz de causar la muerte, y ésta se O C Presentáronse ante Moisés y ante
sigue; es homicida y será castigado con **0 los príncipes jefes de las casas de to de pasar el Jordán, y Moisés de acabar su carrera. Considerando que la masa ge-
la muerte; 18 lo mismo si le hirió manejan- los hijos de Israel los jefes de las casas neral del pueblo no había visto las obras que Dios había realizado con ellos desde
do un instrumento de madera capaz de de los hijos de Galad, hijo de Maquir, Egipto, o por su corta edad no estaba en condiciones de entenderlas, se las trae a la
producir la muerte, y ésta se sigue; es ho- hijo de 2Manases, de entre las familias de memoria y al mismo tiempo les recuerda las leyes que les había dado en el Sinaí, para
micida y será muerto. 19 El vengador de José, * y hablaron, diciendo: «Yavé ha que las graben en su corazón y les sirvan de norma de vida cuando entren en la tierra
la sangre matará por sí mismo al homi- mandado a mi señor dar por suertes la que Dios les prometió.
cida; cuando le encuentre, le matará. 20 Si tierra de heredad a los hijos de Israel; mi
por odio le derribó o le arrojó de propó- señor ha recibido también orden de dar 2. Se divide en tres partes, más algunos apéndices. La primera (1,1-4,43) e s
sito21encima alguna cosa y se sigue la muer- la heredad3 de Salfad, nuestro hermano, a un resumen de los sucesos acaecidos desde Horeb hasta llegar a la llanura de Moab
te, o si por odio le golpeó con las ma- sus hijas. Si ellas se casan con uno de en que al presente están acampados. Cuenta cómo en Cadesbarne enviaron explorado-
nos y se sigue la muerte, el que hirió será otra tribu de los hijos de Israel, su here- res que subieron hasta el valle de Escol, junto a Hebrón, y tomando de los frutos de
castigado con la muerte; es homicida. El dad se substraerá a la heredad de nues- la tierra volvieron a dar cuenta de su misión. El pueblo se rebeló ante la dificultad de
vengador de la sangre le matará cuando tros padres, yendo a aumentar la heredad conquistar la tierra, y todos, menos Caleb, fueron condenados a perecer en el desierto.
le encuentre. 22 Mas si, al contrario, por de la tribu a que ellos pertenezcan, y dis- Arrepentidos, quisieron tomar las armas y atacar la tierra; pero fueron deshechos por
azar, sin odio, le derriba o le23 arroja en- 4minuirá lo que nos haya tocado en suerte. los amorreos en forma. Termina el relato con una apremiante exhortación a reconocer
cima alguna cosa sin querer, o sin ver- Y aun cuando llegase el jubileo para los
le le tira encima una piedra que puede hijos de Israel, la heredad quedaría aña- los beneficios de Dios y guardar la Ley que recibieron en medio de tantas maravillas,
causar la muerte, y la muerte se sigue, sin dida a la de la tribu a que pertenezcan y si no quieren incurrir en graves castigos.
que fuera su enemigo ni buscase su mal, substraída5 de la de la tribu de nuestros El segundo discurso (4,4.4-26) abarca dos partes bien distintas. Empieza por
24
juzgará la asamblea entre el que hirió padres». Moisés, por mandato de Ya- referir la promulgación del Decálogo y sigue una apremiante exhortación al amor
y entre el2S vengador de la sangre, según vé, dio esta orden a los hijos de Israel: de Dios. Este amor constituye el punto más alto de la Ley mosaica. De aquí se sigue
las leyes. La asamblea librará al homi- «La tribu de los hijos de José dice bien. la conducta que han de tener con los dioses paganos y con toda la religión cañonea
cida del vengador de la sangre, le volverá He aquí 6
lo que respecto de las hijas de
a la ciudad de asilo donde se refugió, y Salfad manda Yavé: Podrán casarse con que deben destruir, evitando toda alianza con los pueblos que la practican. Obrando
allí morará hasta la muerte del sumo quien quieran, siempre que sea dentro de de esta suerte merecerán las bendiciones de Dios, que los ha amado y escogido, que los
sacerdote ungido con el óleo sagrado. una de 7
las familias de la tribu de sus pa- colmará de bendiciones y está dispuesto a concederles más si le son fieles, pero también
26
Si el homicida sale del territorio de la dres. La heredad de los hijos de Israel a castigarlos duramente si se muestran rebeldes a su alianza (5-11,). Del capítulo 12
ciudad de asilo en que se refugió 2 7 y el no pasará de tribu a tribu, porque los hi- al 26 se exponen leyes particulares, empezando por el santuario único en una de las
vengador de la sangre lo encuentra fuera jos de Israel han de quedar ligados cada ciudades, la que Dios eligiere en una de las tribus de Israel. En general, las disposicio-
del territorio de su ciudad de refugio y lo uno 8
a la heredad de la tribu de sus padres.
nes legales contenidas en esta sección concuerdan con Éxodo 20-23 y 24, y pocas con
mata, no será responsable de su muerte; Toda hija que posea una heredad en al-
28
porque el homicida debe morar en su guna de las tribus de los hijos de Israel el Código sacerdotal, a no ser con el capítulo 10 del Levítico, que es una verdadera
ciudad de refugio hasta la muerte del su- tomará por marido un hombre de una de miscelánea.
mo sacerdote, y muerto ya el sumo sacer- las familias de la tribu de su padre, para La sección tercera (27-34) contiene una viva exhortación a renovar la alianza
dote, podrá retornar a la tierra donde está que los hijos de Israel conserven cada uno
de Horeb, aunque sin la ceremonia de aquélla; pero sí con la repetición de las mismas
su29posesión. la heredad de sus padres. 9 Ninguna here-
promesas y amenazas, que muchas veces ha hecho ya desde el principio y especial-
Estas disposiciones serán normas de dad pasará de una tribu a otra tribu, sino mente en Lev 26. A esta sección se añaden, a modo de apéndice, unos cánticos y el re-
derecho, y para todas vuestras 3generacio- que cada una de las tribus de Israel es-
nes, dondequiera que moréis. " En todo tará 10
ligada a su heredad». lato de la muerte de Moisés (32-34).
caso de homicidio, a deposición de testi- Como se lo ordenó Yavé a Moisés, ll 3. El Deuteronomio se distingue notablemente de los pasados libros, primera-
gos se quitará la vida al homicida; un tes- así lo hicieron las hijas de Salfad, Maj- mente por su estilo oratorio. Forman el libro una serie de discursos de Moisés escritos
tigo solo no basta para deponer contra la, Tersa, Jegla, Melca y Noa, hijas de
«n estilo fluido, aunque con frecuentes repeticiones. Las disposiciones legales no son
uno y condenarle a muerte. 31 No acep- Salfad: 12
se casaron con hijos de sus tíos.
nuevas, pero se hallan expuestas de una manera nueva, informada de principios,
taréis rescate por la vida del homicida que Se casaron en las familias de los hijos
si no del todo nuevos, pero si amplificados de un modo nuevo. Son principios de orden
deba ser32condenado a muerte: ha de ser de Manases, hijo de José, y su heredad
muerto. Tampoco aceptaréis rescate pa- quedó en la tribu de la familia de su pa- moral: el primero, el amor a Dios de todo corazón, lo que lleva como consecuencia
ra dejar salir al refugiado de su ciudad de dre. 13
ni odio a la idolatría y la huida de todo peligro de ella. El segundo es el amor del
asilo y habitar en su tierra 33antes de la Estas son las órdenes y las leyes que prójimo, comenzando por el de los necesitados, de las viudas, de los huérfanos, lospere-
muerte del sumo sacerdote. No dejéis dio Yavé por Moisés a los hijos de Israel Krinos, los levitas. Para inculcar estos preceptos recurre el autor con frecuencia a los
que se contamine la tierra en que habi- en los llanos de Moab, junto al Jordán, deberes de gratitud para con Dios y para con los prójimos. Desde el capitulo 12 ¿miste
téis; porque la sangre contamina la tie- frente a Jericó. «1 un precepto, sólo al parecer nuevo, la unidad del santuario, con exclusión de los
1 ulrns santuarios, hasta entonces tolerados; pero, en principio, condenados a causa
0£ ^ s ^ e rapftul0 e s e l complemento de 27,i-n. Y la razón de él es clara. Mira el legislador tl<» las contaminaciones idolátricas. Para borrar los vestigios de la idolatría se in-
" " a conservar los términos de las tribus: por esto las mujeres herederas del patrimonio paterno
no podrán casarse fuera de su propia tribu. nulca la peregrinación al sitio elegido por Dios, al santuario nacional, el tabernáculo.
DEUTERONt>MIO 1 202 DEUTERONOMIO 1
203
primero, y luego al templo de Jerusalán. Este precepto tiene estrecha relación con el y Jacob juró Yavé darles, a ellos y a su tribu. 2 4 Partieron, y después de atravesar
culto del solo Dios de Israel. descendencia después de ellos». la parte montuosa llegaron al valle de Es-
9
En suma, el Deuteronomio, más que un código legal, es un libro parenético, de Entonces os hablé así: « Y o n o pue- col y lo exploraron. * " Cogieron frutos
piedad, un catecismo, una exhortación viva y apremiante a la vista del peligro in- d o p o r mí solo soportaros. 1 0 Yavé, vues- de los de la tierra para traérnoslos, y nos
minente y grave de que el pueblo olvide los beneficios del Señor y se aparte de su culto tro Dios, os h a multiplicado hasta el pun- dijeron en su relato: Es una buena tierra
y de su Ley. Una especie de teología moral, deducida de la historia de Israel y ex- to de ser h o y t a n numerosos como las es- la q u e nos d a Yavé, nuestro Dios. 2 * Sin
trellas del cielo. * ll Q u e Yavé, Dios de embargo, vosotros os negasteis a subir y
puesta en forma exhortatoria. Confirman esto los apéndices, sobre todo el cántico del vuestros padres, os multiplique mil veces
capitulo 33, que debe servir de continua amonestación al pueblo. fuisteis rebeldes a las órdenes de Yavé,
más y os bendiga, como El os ha prome- vuestro Dios. 2 7 Murmurasteis en vues-
tido. 1 2 Pero ¿cómo soportar yo, p o r mí tras tiendas, diciendo: N o s odia Yavé, y
mTlVTARTO P R I M E R DISCURSO D E M O I S É S : L A HISTORIA (1,1-4,40). In- solo, vuestra carga, vuestro peso y vues-
tras lites? 1 3 Elegid de vuestras tribus hom- por eso nos ha sacado de Egipto para en-
OU1 HA1UU traducción (1,1-5). En Horeb (1,6-18). En Cades (19-46). tregarnos en manos de los amorreos y des-
Hacia Asiongaber (2,1-8). Por tierras de Moab y de Ammán (2,9-25). Ocupación bres sabios, inteligentes, probados, para
que yo los constituya sobre vosotros. 1 4 Y truirnos. 2 8 ¿Adonde vamos a subir? Nues-
de la tierra de los amorreos (2,26-3,11). Su distribución (3,12-20). Se niega a tros hermanos nos h a n acobardado al de-
vosotros m e respondisteis: Está bien lo
Moisés la entrada en Canán (3,21-29). Exhortación a la observancia de la Ley (4, que n o s mandas hacer. 1 5 Entonces tomé cirnos: Es una gente m á s numerosa y de
1-40).—SEGUNDO DISCURSO: L A E X P O S I C I Ó N D E LA L E Y (4,41-26,19). Introduc- yo de los principales de vuestras tribus mayor estatura que nosotros; son grandes
ción (4,41-49). Promulgación de la Ley en Horeb (5). Recomendación de la Ley hombres sabios y probados, y los consti- sus ciudades, y las murallas de éstas se
divina (6). Destrucción de la idolatría (7). Continua memoria de los beneficios tuí vuestros cabos, jefes de millar, de cen- alzan hasta el cielo, y hasta hemos visto
divinos (8). Rebeldías del pueblo en el desierto (9,1-10,11). Exhortación a la guarda tena, de cincuentena y de decena y m a - allí hijos de Enac. 2 9 Y o os dije: N o os
gistrados en vuestras tribus. 16 Al mismo acobardéis, n o les tengáis miedo; 3 0 Yavé,
de la Ley (10,12-11,32). El santuario único (12). Castigo de la idolatría (13).
tiempo di a vuestros jefes este m a n d a t o : vuestro Dios, q u e marcha delante de vos-
Los animales puros e impuros (14,1-21). Ley de los diezmos (14,22-29). La piedad «Oíd a vuestros hermanos, juzgad según otros, combatirá él mismo p o r vosotros,
para con los pobres (15). Las tres fiestas anuales (16,1-17). Ea administración de justicia las diferencias q u e pueda haber según cuanto p o r vosotros a vuestros mis-
justicia (16,18-17,13).El rey y los profetas (17,14-18,22). Ciudades de refugio (19). o entre ellos o con extranjeros. 1 7 N o aten- mos ojos hizo en Egipto 3 1 y en el de-
Leyes de la guerra (20). Expiación del homicidio oculto (21,1-9). La mujer pri- deréis en vuestros juicios a la apariencia sierto, p o r donde has visto cómo te h a lle-
sionera de guerra (21,10-14). Derechos del primogénito (21,15-17). Preceptos va- de las personas; oíd a los pequeños como
a los grandes, sin temor a nadie, porque vado Yavé, tu Dios, como lleva u n h o m -
rios (21,18-22,12). Pecados contra la honestidad (22,13-30). Ley de nacionalización bre a su hijo, p o r todo el camino que h a -
de Dios es el juicio; y si alguna causa ha-
en Israel (23,1-8). Santidad del campamento (23,9-14). Preceptos varios (23, lláis demasiado difícil, llevádmela a mí béis recorrido hasta llegar a este lugar.
32
15-25). Ley de repudio (24,1-4). Preceptos varios (24,5-16). Misericordia con para q u e yo la conozca». '8 Entonces os Con todo, vosotros ni p o r esto con-
los pobres (24,17-22). La pena de la flagelación (25,1-4). Ley del levirato (25, mandé c u a n t o en esto habíais de hacer. fiasteis en Yavé, vuestro D i o s , 3 3 que de-
5-10). Preceptos varios (25,11-19). Ley de las primicias y diezmos (26).—TERCER lante de vosotros marchaba p o r el cami-
DISCURSO: SANCIONES (27-30). Renovación de la alianza en el Hebal ^ 2 7 ^ . San- n o buscándoos los lugares de acampa-
En Cadesbarne mento, en fuego durante la noche, para
ciones (28-30).—CONCLUSIÓN DEL D E U T E R O N O M I O (31-34). Postrera amonesta-
mostraros el camino q u e habíais de se-
ción de Moisés (31). Cántico de Moisés (32). Bendición de las tribus (33). Muer- (Núm 13) guir, y en nube durante el día. 3 4 Yavé
te de Moisés (34). oyó el r u m o r d e vuestras palabras, y m o n -
19
Partidos de H o r e b , atravesamos todo tando en cólera juró, diciendo: 3 5 Ningu-
el vasto y horrible desierto que habéis vis- n o de los hombres de esta perversa gene-
5 to, en dirección a las m o n t a ñ a s d e los
DISCURSO PRIMERO Al lado de allá del Jordán, en tierra ración llegará a la buena tierra q u e yo
de M o a b , púsose Moisés a inculcarles esta amorreos, como n o s lo había m a n d a d o
juré d a r a vuestros padres, 3 6 excepto C a -
Proemio ley y dijo: Yavé, nuestro Dios, y llegamos a Cades-
barne. * 2 0 Entonces os dije: Habéis lle- leb, hijo de Jefoné; éste la verá, y yo le
gado ya a las m o n t a ñ a s de los amorreos, daré a él y a sus hijos la tierra q u e él h a
1 1 Estas son las palabras q u e dirigió
Moisés a todo Israel, al otro lado del
M i r a d a retrospectiva. L a elección d e
los j u e c e s que Yavé, vuestro Dios, va a daros. 21 M i - pisado, porque h a seguido fielmente a
Yavé.
Jordán, en el desierto, en el Araba, q u e r a : Yavé, t u Dios, te d a en posesión esa 37
está frente a Suf, entre Faran, Tofel, La- (Ex 18,13-26) tierra; sube y apodérate de ella, conforme Yavé se irritó también contra mí p o r
ban, Jaserot y Dizahab, * 2 a diez jorna- 6
Yavé, nuestro Dios, n o s habló en a la promesa que te h a hecho Yavé, Dios vosotros, y dijo: T a m p o c o tú entrarás en
das de camino del H o r e b a Cadesbarne, H o r e b , diciendo: «Ya habéis m o r a d o bas- de tus padres. N o temas, n o te acobardes. ella. 3 8 Josué, hijo de N u n , tu lugarte-
por el camino de los montes de Seir. tante tiempo en este monte. * 7 Ea, levan-
22
Pero os presentasteis a mí todos para niente, entrará; fortalécele, porque él h a
3 de poner a Israel en posesión de esa tie-
El a ñ o cuarenta, el undécimo mes, el tad el c a m p a m e n t o ; id a las m o n t a ñ a s de decirme: M a n d e m o s p o r delante hombres
día primero del mes, habló Moisés a los los amorreos y de todos sus otros habi- que nos exploren la tierra y nos informen rra. 3 9 Y vuestros niños, d e quienes habéis
hijos de Israel de todo aquello q u e Yavé tantes: al Araba, a la M o n t a ñ a , a la Se- acerca del camino p o r donde debemos su- dicho que serían presa del enemigo; vues-
le m a n d a r a hacer respecto de ellos, 4 des- felá, al Negueb, a las costas del mar, a la bir y de las ciudades a d o n d e hemos d e lle- tros hijos, que n o distinguen h o y todavía
pués de haber derrotado a Seón, rey tierra de los cananeos y al Líbano hasta gar. 2 3 Parecióme bien la propuesta y t o - entre el bien y el m a l , serán los q u e en-
de los amorreos, que habitaba en Hese- el gran río, el Eufrates. 8 Y o os entrego mé de entre vosotros doce, u n o p o r cada tren ; a ellos se la daré y ellos la poseerán.
bón, y a Og, rey de Basan, que habitaba esa tierra; id y tomad posesión de la tie-
en Astarot y Edraí. rra q u e a vuestros padres A b r a h a m , Isaac 1
° La multiplicación es una de las promesas hechas a Abraham, y aquí Moisés la pondera gran-
1 demente. Este suceso responde a lo contado en Ex 18,13 ss., antes del Sinaí. Es un indicio de que
I Empieza indicando el sitio en que Moisés pronunció sus discursos, que es el mismo en que se
desarrolla elfinde ia historia de los Números. Pero las palabras que van desde «en el desierto» rti|U««l relato no está en su lugar, y habría que colocarlo después de Núm 10,11.
1
* Aquí aparece claro cómo Cadesbarne fue la única etapa de su viaje desde Horeb, y allí per-
hasta «montes de Seir», indudablemente no son de este lugar.
6
Empieza recordando los sucesos pasados desde Horeb, En esta orden de partida se enumeran manecieron largo tiempo.
14
todas las regiones que forman la tierra de las promesas (Ex 23,31). «El Eufrates» hemos de mirarlo Es de notar cómo aquí (24-36) se recuerda la subida de los exploradores hasta Escol, la traída
como una glosa añadida por los copistas, imbuidos en los vaticinios mesiánicos (Sal 71,8-11: 88,26; il« Ion frutos, la murmuración y la sentencia divina, sin mencionar los otros sucesos que a éstos están
Zaco.io). iniKchidos en el relato de Núm 13.
DEUTEHONOMIO 1-2 204
205 DEUTERONOMIO 2-3
** Vosotros volveos y partid p o r el desier- I que habitan en Seir, camino del A r a b a a
to,4 1camino del m a r Rojo. * Elat y a Asiongaber, y dando vuelt a< jórreos, los expulsaron y se establecieron ro no te acercaste a la tierra de los hijos
" "Vosotros respondisteis, diciéndome: " avanzamos p o r el camino del desierto dñ en su lugar hasta el día de hoy.
23
de A m m ó n , ni a ningún lugar de la orilla
Hemos pecado contra Yavé; queremos su- M o a b . L o s heveos, que habitaban en corti- derecha del torrente de Jaboc, ni a las
bir y combatir c o m o Yavé, nuestro Dios, 9
Entonces m e dijo Y a v é : N o hosti. jos hasta Gaza, fueron destruidos p o r ciudades de la m o n t a ñ a , ni a ninguno de
ha m a n d a d o ; y ciñéndoos vuestras armas, guéis a los moabitas y n o trabéis l u c h a los caftorim, que, salidos de Caftor, se los lugares de que Yavé, nuestro Dios,
os dispusisteis inconsideradamente a su- con ellos, pues n o he de darte h a d a cj e establecieron en su lugar. 2 4 Levantaos, te había prohibido apoderarte.
bir a la montaña. 4 2 Yavé me dijo: Diles: su tierra en posesión; pues he d a d o a los pasad el torrente del A r n ó n ; yo entrego
1
en tus m a n o s a Seón, rey de Hesebón,
N o subáis y no combatáis, porque yo n o hijos de Lot el A r en posesión. * 10 A n ,
iré en medio de vosotros; no os hagáis tes habitaron allí los emitas, pueblo gran- amorreo, con su tierra; comienza la con- 3 Volviéndonos, subimos por el ca-
mino de Basan; y Og, rey de Basan,
derrotar por vuestros enemigos, 4 3 Y o os de, numeroso, de alta talla, c o m o l 0 s quista, hazle la guerra. 2 5 H o y mismo nos salió al encuentro con toda su gente,
lo dije; pero vosotros no me escuchasteis, enaquitas; H también ellos, como los e n a . comienzo a extender el terror y el miedo p a r a darnos la batalla en Edraí. * 2 Yavé
os resististeis a„ las
„„ „„;„*,-„*«,„ i„„ órdenes
X_J de
1- Yavé,
v „ . . í y.. *-..-•_
fuis' q U ¡t a S ) pasaban p o r refaítas, pero l o s a ti entre los pueblos que hay bajo el m e dijo: N o le temas, le he entregado en
teis tan presuntuosos, que os empeñasteis moabitas les daban el n o m b r e de emitas. cielo; al oír hablar de ti temblaran y tus manos, a él, a t o d o su pueblo y su
en subir a la montaña. 44
Entonces los 1 2 P o r lo contrario, en Seir habitaron sentirán espanto ante t u presencia. territorio; trátalo como trataste a Seón,
amorreos que habitan en esas m o n t a ñ a s antes los jorítas; pero los hijos de Esaú rey de los amorreos, que habitaba en He-
salieron contra vosotros, y os persiguie- los desposeyeron, y exterminándolos, se Victoria sobre Seón y O g y conquista sebón. 3 Y Yavé, nuestro Dios, entregó
r o n c o m o persiguen las abejas; os derro- establecieron en su tierra, c o m o lo hace d e sus territorios también en nuestras m a n o s a Og, rey de
taron en Seir hasta Jorma. *s Vinisteis y Israel en la tierra de su posesión, que l Basan, con t o d o su pueblo, y los derro-
llorasteis ante Yavé; pero Yavé n o escu- da Yavé. e ( N ú m . 21,21-35) tamos hasta destruirlos, 4 devastando to-
c h ó vuestra voz, n o os dio oídos. ** Así 13
2
* Entonces, desde el desierto de Cade- das sus ciudades, sin quedar lugar de
A h o r a , pues, levantaos y atravesad el habitación que nos escapara; sesenta ciu-
estuvisteis tanto tiempo en Cades, t o d o mot m a n d é embajadores a Seón, rey de
torrente Zared. Y atravesamos el torrente dades, t o d a la región de Argob, el reino
el tiempo que allí habéis m o r a d o . Hesebón, que le dijeran en términos amis-
Zared. 1 4 El tiempo que duraron nuestras de Og, en Basan. 5 Todas estas ciudades,
t o s o s : * 2 7 D é j a m e atravesar tu territorio;
marchas desde Cadesbarne al torrente que estaban amuralladas con muy altas
A través del desierto seguiré siempre el camino, sin apartarme
Zared fue de treinta y ocho años, hasta ni a la derecha ni a la izquierda; 2 8 m e murallas, con puertas y cerrojos, sin con-
( N ú m . 20,14-21,20) que h u b o desaparecido toda la genera- venderás p o r dinero los víveres que coma, tar las ciudades abiertas, que eran en
1 ción de hombres de guerra de en medio y p o r dinero m e darás el agua que b e b a ; gran número, *> las dimos al anatema,
2 M u d a n d o de dirección, partimos
p o r el desierto, camino del m a r Rojo, del campamento, 15
como Yavé m e lo había o r d e n a d o ; y an- jurado. * La m a n o de Yavé pesó sobre
c o m o Yavé se lo había déjame sólo atravesar a pie, 2 9 como lo
h a n hecho ya los hijos de Esaú, que ha-
c o m o habíamos hecho con Seón, rey de
Hesebón, dando al anatema ciudades,
duvimos largo tiempo, d a n d o vueltas en ellos en el campamento, hasta hacerlos bitan en Seir, y los moabitas, que habitan hombres, mujeres y niños, 7 pero con-
torno a las montañas de Seir. * 2 Yavé desaparecer 16
a todos. en el Ar, hasta que, a través del Jordán, servamos para nosotros t o d o el ganado
m e dijo: 3 H a r t o tiempo habéis estado C u a n d o la muerte h u b o hecho des- llegue a la tierra que Yavé, nuestro Dios, y el botín de las ciudades.
rodeando estas m o n t a ñ a s ; volved a to- aparecer de en medio del pueblo a todos nos da. 3 0 Pero Seón, rey de Hesebón, 8
17 T o m a m o s , pues, entonces a los dos
m a r la dirección norte. 4 D a esta orden al aquellos hombres de guerra, me habló no quiso dejarnos pasar por su territorio,
reyes de los amorreos toda la tierra del
pueblo: Vais a pasar p o r la frontera de Yavé, diciendo:* i S H o y vas a pasar la porque Yavé, t u Dios, hizo inflexible su
lado de allá del Jordán, desde el torrente
vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que frontera de M o a b , el Ar, y vas a acer- espíritu y endureció su corazón, para
del A r n ó n hasta el m o n t e H e r m ó n . 9 Los
habitan en Seir. Ellos os temerán; pero carte a los hijos de A m m ó n , pero sin entregarle en tus manos, c o m o hoy lo
sidonios al H e r m ó n le llaman Sarión, y
guardaos bien 5 de tener querellas con pasar sus confines, w N o los ataques y n o está. 3 1 Yavé me dijo: Comienzo ya por
los amorreos Sanir. 1 0 Todas las ciuda-
ellos, porque yo no os daré n a d a de su les hagas la guerra, porque yo n o he entregarte a Seón y su tierra. Emprende
des del llano, t o d o Galad y t o d o Basan,
tierra, ni siquiera lo que puede pisar la de darte en posesión n a d a de la tierra la conquista, para apoderarte de ella.
32 hasta Seija y Edraí, capitales del reino
planta de un pie. Y o he dado a Esaú las de los hijos de A m m ó n . Se la h e d a d o en Salió Seón a nuestro encuentro con
de Og, en Basan, u pues Og, rey de Ba-
montañas de Seir en posesión. 6 C o m - posesión a los hijos de Lot. 2(* También toda su gente, para darnos la batalla
san, era el solo que de la raza de los
praréis de ellos a precio de plata los ali- era tenida esta tierra p o r tierra de Refaim; en Jasa. 3 3 Yavé, nuestro Dios, nos lo
refaim q u e d a b a ; su lecho, u n lecho de
mentos que comáis y a u n el agua que habitaron antes allí los refaim, que los entregó y le derrotamos a él, a sus hijos
hierro, se ve en R a b a t de los hijos de A m -
bebáis; ' p o r q u e Yavé, tu Dios, te h a amonitas llamaban zomzomin, 2 I pueblo y a t o d o su pueblo. 3 4 T o m a m o s todas
món, largo de nueve codos y de cuatro
bendecido en todo el trabajo de tus m a - grande, numeroso, de alta talla, c o m o sus ciudades y dimos al anatema todos
codos ancho, codos h u m a n o s . *
nos y te h a provisto en tu viaje p o r este los enaquim. Yavé los destruyó ante los sus lugares de habitación, hombres, mu-
vasto desierto, y ya desde cuarenta años amonitas, que los expulsaron, y se esta- jeres y niños, sin dejar con vida uno solo.
15
h a estado contigo Yavé, sin que n a d a te blecieron en su tierra. 2 2 L o mismo hizo Sólo t o m a m o s para nosotros los gana- D i s t r i b u c i ó n d e lo c o n q u i s t a d o
haya faltado. 8 Pasamos, pues, flanquean- Yavé p o r los hijos de Esaú, que habita- dos y los despojos de las ciudades que ( N ú m . 32)
do a nuestros hermanos los hijos de Esaú, | b a n en Seir, destruyendo ante ellos a los habíamos conquistado. 3 6 Desde Aroer, 12
que está al borde del valle del A r n ó n , y T o m a m o s posesión de la tierra que
40 desde las ciudades que están en el valle di a los rubenitas y a los gaditas, a par-
Este verso indica que el primer plan era entrar en Canán por el Negueb; pero a consecuencia hasta Galad, no h u b o ciudad suficiente- tir de Aroer, en el valle del A r n ó n , así
de la sentencia divina, o tal vez de la derrota sufrida, cambiaron de ruta y se dirigieron por el sur mente fuerte p a r a poder resistirnos; Yavé, como de la mitad de la m o n t a ñ a de G a -
hacia el este de la Palestina (Núm 20,22: 21,4).
nuestro Dios, nos las entregó todas. 3 7 Pe- lad con sus ciudades. * 13 D i a la mitad
O l Israel, partiendo de Cadesbarne hacia el oriente, viene al Araba con el propósito de atra- de la tribu de Manases el resto de Galad
^ vesar las montañas de Seir; pero, impedido por éste, sigue el camino del Araba hasta Asion-
gaber,
9
para dar vuelta hacia el norte por el desierto de la región de Moab. 26
Siguiendo su relato, cuenta la diversa conducta habida con los amorreos y su rey Seón, cuya
Siguen su camino por los confines orientales de Moab. Los pueblos aquí mencionados son tierra ocuparon por no haberles dado paso libre (cf. Núm 21,23-30).
los aborígenes de la tierra, anteriores a Edom, Moab, etc. Los w.10-12.20-23 parecen extraños al
discurso de Moisés, pero muy interesantes por las noticias que nos dan de estos aborígenes de O 1 El reino de Or es también conquistado, tratado según la ley de la guerra y ocupado. N°
Canán y países vecinos (cf. Gen 14,5 s.; Núm 13,23). *' se dice que fuera porque les negaron el paso, sino porque les salió al encuentro, tal vez mo-
14
Éstos treinta y ocho años deben entenderse desde la llegada a Cadesbarne, donde permane- vido del temor de ser atacado (cf. Núm 21,33-35).
11
cieron «mucho tiempo» (2,46). Abundan en la Transjordania los monumentos megallticos construidos con bloques de ba-
17
Los moabitas y los amonitas son descendientes de Lot (Gen 19,30 ss.), y por esto ordena Mnlto.
12
Es probable que a uno de éstos se refiera el autor sagrado.
a Israel respetar sus términos, aunque luego dirá que no los admitan en su pueblo (23,3; Neh 13,1 s,). Una vez conquistada la tierra, Moisés la distribuye entre las tribus de Rubén, Gad y media
<lr Manases (cf. Núm 32).
207 DEUTERONOMIO 4
OSRTKNliNiiMln 3-4 206 u
Vosotros os acercasteis, quedándoos en hecho con vosotros, y guardaos de h a -
y toda ln p u n e de Basan que pertenecía i e s o ; 2 7 s u b e a la cima del monte Pasga la falda del monte, mientras éste ardía ceros imagen esculpida de cuanto Yavé,
«I reino do Og; toda la región de Argob, I y dirige tus ojos hacia el occidente, el en fuego, cuyas llamas se elevaban hasta tu Dios, te ha prohibido, 2 4 porque Yavé,
•otlo el Basan, lo que hoy se llama tierra | septentrión, el mediodía y el oriente, y el corazón del cielo: tiniebla, nube y tu Dios, es fuego abrasudor, es un D i o s
uc Rolaim. MJair, hijo de Manases, o b - contémplala con tus ojos, pues n o has o b s c u r i d a d . 1 2 Entonces os habló Yavé de celoso.
tuvo toda la región de A r g o b hasta la de pasar este Jordán. 2 8 M a n d a a J o - en medio del fuego y oísteis bien sus pa-
frontera de los gesuritas y d e los maca- sué, infúndele valor y fortaleza, pues él labras, pero np visteis figura alguna, sino Conminaciones
Mas, y dio su n o m b r e a los burgos de es quien lo pasará a la cabeza de este sólo una voz. * 13 Os promulgó su alian-
«asan, llamados hasta h a y Javot-Jair pueblo y le pondrá en posesión de la za y os m a n d ó guardarla: los diez man-
25
C u a n d o tengáis hijos e hijos do vues-
t T r f ? S d e J a i r ) - 15 A f a q u i r le di Ga- tierra que tú no puedes m á s que ver. damientos, que escribió sobre las tablas tros hijos y ya de mucho tiempo habi-
29
lad; lo a los rubenitas y a tas gaditas les N o s quedamos, pues, en el vaBt, de piedra. 1 4 Y a mí m e m a n d ó entonces téis en esa tierra, si corrompiéndoos os
di una parte de Galad y hasta el torrente . frente a Bet Fogor. Yavé que os enseñase las leyes y m a n d a - hacéis ídolos de cualquier clase, hacien-
Arnon, sirviendo de límite el medio del do el mal a los ojos de Yavé, vuestro
valle, y hasta el torrente de Jabee, fron- tos que habíais de guardar en la tierra
E x h o r t a c i ó n a la o b s e r v a n c i a d e a que vais a pasar p a r a poseerla. Dios, y provocando su indignación— 2 * yo
tera de los hijos de Aramóa, 17 como tam- la Ley invoco hoy como testigos a los cielos y
bién el Araba, con el J o r d á n p o r límite, 15 Puesto que el día en que os habló
desde Queneret hasta el m&v del Araba, 1 a la tierra—, de cierto desapareceréis de
Ahora, pues, Israel, guarda las le- Yavé de en medio del fuego, en H o r e b ,
el mar de la Sal, al pie d e Ms faldas del
r a s g a , a oriente.
4 yes y mandamientos que yo te in-
culco, y ponías p o r obra, p a r a que vivas,
la tierra de que, pasado el Jordán, vais
a posesionaros; no se prolongarán en
18 y entréis y os posesionéis de la tierra ella vuestros días; seréis enteramente des-
Entonces os di y o esta órete»: Ya vé, truidos. 2 7 Yavé os dispersará entre las
vuestro Dios, os h a dado, esa tierra para 2que os da Yavé, D i o s de vuestros padres. gentes, y sólo quedaréis de vosotros un
que sea posesión vuestra; y vosotros to- N o añadáis n a d a a lo que yo o s pres-
corto número en medio de las naciones
dos, hombres robustos, marcharéis de- cribo, ni n a d a quitéis, sino guardad. Jos a que Yavé os arrojará. * 2 8 Allí serviréis
lante de vuestros hermanes, te írijos de mandamientos de Yavé, vuestro Dios, q u e
3 a sus dioses, o b r a de las m a n o s de los
Israel; 19 s ó l 0 vuestras fflmrjeres, vuestros yo os prescribo. C o n vuestros, ojos b e - hombres, de madera y de piedra, que ni
niños y vuestros ganados*—y© sé <jue te- béis visto lo que hizo Yavé p o r lo de
néis muchos ganados—se quedarán en Baal Fogor. A cuantos se fueron tras ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 2 9 Allí
las ciudades que os he dado, 30 hasta Baal Fogor los exterminó Yavé, 4 vuestro buscaréis a Yavé, vuestro Dios, y le h a -
Símbolos de ios dioses. (GRESSMANN, llarás si con todo tu corazón y con toda
que Yavé conceda quieta BM»ada> a vues- Dios, de en medio de vosotros. Por l o
tros hermanos, como a vosotros, y to- contrario, vosotros, los que fuisteis fie-
Altorient. Bilder.) tu alma le buscas. * 3 0 En medio de las
men también ellos posesión d© la. tierra les a Yavé, vuestro Dios, estáis lodavía angustias, cuando t o d o esto haya venido
5 no visteis figura alguna, 16 guardaos bien sobre ti, en los últimos tiempos, te con-
que Yavé, vuestro Dios, les da al otro todos. M i r a d : Y o os he enseñado le- de corromperos, haciéndoos imagen al-
lado del Jordán. Volveréis entonces cada yes y mandamientos, como Yavé, vm vertirás a Yavé, tu Dios, y le oirás; 31 por-
uno a la heredad que o s he *«de\ Dios, m e los ha enseñado a¡ m í , pata guna tallada, ni de h o m b r e ni de mujer, que Yavé, tu Dios, es Dios misericordio-
17
21
Entonces di también, ósdienes a J o - que los pongáis p o r obra ea la tierra ni de animal ninguno de cuantos vi- so. N o te rechazará ni te destruirá del
en que vais a entrar p a r a poseerla-. ven sobre la tierra, ni de ave que vuela todo ni se olvidará de la alianza que a
sué, diciendo
diciendo:: C o n tus. ojos lías visto 6 Guardadlos y ponedlos p o r obra, p o e s
t o d o lo que Yavé, vuestro Dios, h a hecho en ellos está vuestra sabiduría y vuestro
en el cielo, 18 ni de animal que repta tus padres juró. 3 2 Pregunta a los días
sobre la tierra, ni de cuantos peces viven que te h a n precedido, desde aquel en
con esos dos reyes; así h a r á Y a v é tam- entendimiento a los ojos de los pueblos,
bién a todos los reinos; eemtva tos cuales que, al conocer todas esas leyes, se d i - en el agua, debajo de la tierra; 19 ni al- que Dios creó al h o m b r e sobre la tierra,
vas a marchar. 2 2 N o los. temas, q«e Yavé, r á n : Sabia e inteligente es, en, verdad, zando tus ojos al cielo, al sol, a la luna, y desde el u n o al otro cabo de los cielos,
vuestro Dios, combate- p o r vosotros. a las estrellas, a t o d o el ejército de los si se h a visto jamás cosa tan grande ni
esta gran nación. * 7 Porque ¿cuál es. en cielos, te engañes, adorándolos y dándo- se h a oído n a d a semejante. 33 ¿Qué pue-
verdad la gran nación que tenga- dio- les culto; porque es Yavé, tu Dios, quien blo ha oído la voz de su Dios hablándole
M o i s é s , p r i v a d o d e e n t r a r e n la t i e r r a ses tan cercanos a ella, como Yavé, nues-
se los ha d a d o a todos los pueblos de en medio del fuego, como la has oído
prometida tro Dios, siempre que le invocamos?' * Y tú, quedando con vida? 3 4 Jamás p r o b ó
¿cuál la gran nación que tenga leyes y bajo los cielos. 2 0 Pero a vosotros os t o m ó
(Núm. 27,12 ss.) Yavé y os sacó del h o r n o de hierro de un dios a venir a t o m a r para sí u n pue-
23 mandamientos justos, como toda esta blo de en medio de pueblos, a fuerza
Entonces pedí yo. ai Yavéusisericor- Ley que yo os p r o p o n g o hoy? * Cuida', Egipto para que fuerais el pueblo de su
dia, diciendo:* 2 4 ¡Seflor, Yavé! Tu has pues, con gran cuidado no olvidarte de heredad, c o m o lo sois hoy. de pruebas, de señales y prodigios, de
comenzado a mostrar a, t u steow> te gran- cuanto con tus ojos has visto y n o de- 21
Yavé se irritó contra mí p o r causa lucha, m a n o fuerte y brazo extendido,
deza y tu potente brazo.; pues ¿qué Dios jarlo escapar de tu corazón p o r todos vuestra, y juró que yo no pasaría el Jor- de tremendas hazañas, como las que hizo
hay, ni en los cielos ni en la tierra, que los días de tu vida; antes bien, enséna- dán y n o entraría en la buena tierra que p o r vosotros en Egipto Yavé, vuestro
pueda hacer las obras que tú. haces y selo a tus hijos y a los hijos de t u s hijos. Yavé, tu Dios, te da en heredad. 2 2 Voy Dios, viéndolas tú con tus mismos ojos. *
35
tan poderosas hazañas? ^ÜJéjame, te 1° Acuérdate del día en que estuviste a n t e a morir en esta tierra sin pasar el J o r d á n ; A ti se te hicieron ver para que co-
pido, atravesar, para q u e pueda ver la Yavé, tu Dios, en H o r e b , c u a n d o Y a w vosotros lo pasaréis y poseeréis esa bue- nocieras que Yavé es, en verdad, Dios,
excelente tierra del lado d » allá del Jor- me dijo: Convoca al pueblo a asamblea, na tierra. 2 3 G u a r d a o s , pues, de olvidaros y que n o hay otro Dios más que él.
dán, esas hermosas montabas y el' Líbano. para que yo le haga oir mis palabra» y
2
* Pero Yavé, como fuera- de sí' p o r causa sepan temerme todos los días de su vida de la alianza que Yavé, vuestro Dios, ha
vuestra, n o m e escuchó; antes bien, me sobre la tierra y se lo enseñen a sus hijos. 12
El pueblo vio la teofanía de la tempestad, pero no vio ñgura alguna que ellos pudieran imitar
dijo: Basta, n o vuelvas a hablarme de para representar a Dios. Estas palabras nos dan la explicación del segundo precepto del Decálogo,
de no27
representar a Dios en estatuas, para obligarlos a concebir a Dios como inmaterial.
2 3 Moisés, privado de la dicha de inteoducir al pueblo en Canán, debe traspasar sus poderes La idea del destierro, en castigo de su infidelidad, como en el discurso de Salomón (1 Re 8,
a Josué (cf. Núm 20,12). 46 ss.).
29
6
En la tierra de su cautiverio no habrá otros dioses que los ídolos, porque son los únicos a
Israel, pueblo pequeño e insignificante comparado con otros muchos desde el punto de quienes ae levantan templos y altares; ellos, sin embargo, se acordarán de su Dios y, como dirá Sa-
4 vista de la cultura material, es, sia¡ embargo, en el aspecto cultural religioso, la nación más. lomón, se volverán hacia el santuario de Jerusalén, y de allí subirán sus plegarias al trono de Dios
grande de toda la antigüedad'; y su patoimonio cultural religioso, perfeccionado por el cristianis- 011 el cielo (1 Re 8,44.47 ss.; Dan 6,10).
mo, ha venido a ser el de todo el mundo civilizado. 14
Puesto que los pueblos gentiles adoran la naturaleza divinizada, sus relaciones con los
dioses son naturales; no así las de Yavé con Israel, que se fundan en la libre elección de Dios, acep-
tada por el pueblo (Ex 24,3).
DEUTONONOMIO 4-5 208
209 f \ DEUTERONOMIO 5<6
36
Desde el cielo te habló, p a r a enseñarte, to. 4 7 S e apoderaron de su tierra y de la
13
y sobro la tierra te h a hecho ver su gran de Og, rey de Basan, dos de los reyes Seis días trabajarás y harás tus obras, oye lo que te diga Yavé, nuestro Dios, y
14
fuego, y de en medio del fuego has oído de los amorreos que habitaban al o t r o pero el séptimo es sábado de Yavé, transmítenos a nosotros cuanto Yavé,
sus palabras. 3 ' P o r q u e a m ó a tus pa- lado del Jordán, al oriente; 4 8 su terri- tu Dios. N o harás en él trabajo alguno, nuestro Dios, te diga, y nosotros lo es-
dres, eligió después de ellos a su des- torio se extendía desde Aroer, a orillas ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, cucharemos y lo haremos.
cendencia; y con su asistencia, con su del torrente del A r n ó n , 4 ' con t o d o el ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni 28
Yavé escuchó vuestras palabras,
gran poder, te sacó de Egipto, 3 8 arrojó A r a b a del otro lado del Jordán, al orien- ninguna de tus bestias, ni el extranjero cuando m e hablabais, y me dijo: «He
de ante ti a pueblos m á s numerosos y te, hasta el m a r del Araba, al pie del que está dentro de tus puertas; p a r a que oído las palabras que el pueblo te ha di-
más fuertes que tú, p a r a darte entrada Pasga. tu siervo y tu sierva descansen, c o m o rigido; está bien lo que dicen. 2 9 ¡Oh, si
en su tierra, y dártela en heredad, c o m o descansas tú. * 15 Acuérdate de que sier- tuvieran siempre ese mismo corazón y
hoy lo ves. 3 9 Reconoce, pues, hoy y 1 vo fuiste en la tierra de Egipto, y de que
revuelve en tu corazón que Yavé sí que
es Dios, arriba, allá en los cielos, y abajo,
5 Convocado t o d o Israel, Moisés les
dijo: Yavé, tu Dios, te sacó de allí con m a n o
fuerte y brazo tendido; y p o r eso Yavé,
siempre me temieran y guardaran mis
mandamientos, p a r a ser p o r siempre fe-
lices, ellos y sus hijos! 3 0 Ve y diles: Vol-
aquí sobre la tierra, y que n o hay otro El Decálogo tu Dios, te m a n d a guardar el sábado. veos a vuestras tiendas. 31 Pero tú quédate
sino él. to G u a r d a sus leyes y sus m a n - (Ex 20)
16
H o n r a a tu padre y a tu madre, co- aquí conmigo, y yo te diré todas las leyes,
damientos, que hoy yo te prescribo, p a r a m o Yavé, tu Dios, te lo h a m a n d a d o , mandamientos y preceptos que tú les has
que seas feliz tú y tus hijos después de Oye, Israel, las leyes y los m a n d a - para que vivas largos años y seas feliz de enseñar, p a r a que las pongan p o r obra
ti y permanezcas largos años en la tierra mientos que hoy h a g o resonar en tus en la tierra que Yavé, tu Dios, te da. en la tierra que yo les voy a dar en pose-
que te da Yavé, tu Dios. oídos; apréndetelos y p o n m u c h o cuidado 17
N o matarás. sión. 3 2 Poned, pues, mucho cuidado en
en guardarlos. * 18 hacer cuanto Yavé, vuestro Dios, os man-
2 N o adulterarás.
C i u d a d e s d e r e f u g i o al l a d o allá Yavé, nuestro Dios, hizo con vos- 19
N o robarás. d a ; no declinéis ni a la derecha ni a la
otros una alianza en H o r e b . 3 N o hizo 20
N o dirás falso testimonio contra tu izquierda; 3 3 seguid en todo los caminos
del Jordán Yavé esta alianza con nuestros padres, que Yavé, vuestro Dios, os prescribe, para
prójimo.
(19,1-10; Núm. 35,9-15) la hizo con nosotros, que hoy vivimos 21 que viváis y seáis dichosos y duréis largos
4 N o desearás la mujer de tu p r ó -
41
Entonces Moisés eligió tres ciudades todavía todos. Yavé nos habló cara a jimo, ni desearás su casa, ni su campo, años en la tierra que vais a poseer».
cara sobre la m o n t a ñ a , en medio de fue-
de la región al oriente del Jordán, * 4 2 que 5 ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni
go. * Yo estaba entonces entre Yavé y su asno, ni n a d a de cuanto a tu prójimo
sirviesen de refugio al homicida que hu- vosotros, p a r a traeros sus palabras, pues
biera m a t a d o involuntariamente a su p r ó - vosotros teníais miedo del fuego y n o pertenece». * E l a m o r d e D i o s y la o b s e r v a n c i a
22 d e la L e y
jimo, sin ser de antes enemigo suyo; p a r a subisteis a la cumbre de la m o n t a ñ a . El Estas son las palabras que Yavé di-
que, refugiándose en u n a de ellas, tu- dijo: 6 « Y o soy Yavé, tu Dios, que te rigió a toda vuestra comunidad desde la
viera salva la vida: 4 3 Bosor, en el desier- ha sacado de la tierra de Egipto, de la montaña, en medio de fuego, de n u b e y 1 Estos son los mandamientos, los
to, en la antiplanicie, p a r a los rubenitas; casa de servidumbre. de tinieblas, con fuerte voz, y no añadió 6 preceptos y los juicios que Yavé,
R a m o t , en Galad, p a r a los gaditas; y 7
más. Las escribió sobre dos tablas de pie- vuestro Dios, m e m a n d ó que os enseñase,
Golán, en Basan, p a r a los manaseítas. N o tendrás más Dios que a mí. dra que él me dio. p a r a que los cumpláis en la tierra en que
8
N o te harás imagen de escultura, ni 23
C u a n d o oísteis su voz de en medio vais a entrar y vais a poseer, 2 para que
figura alguna de cuanto h a y arriba, en de las tinieblas estando la m o n t a ñ a t o d a temas a Yavé, tu Dios, tú y tus hijos y los
los cielos, ni abajo, sobre la tierra, ni en fuego, os acercasteis luego a mí todos hijos de tus hijos, y guardes todos los días
SEGUNDO DISCURSO de cuanto 9hay en las aguas abajo de los jefes de tribus y todos los ancianos, * de tu vida todas sus leyes y todos sus man-
la tierra. * N o las adorarás ni les da- 24
y me dijisteis: Yavé, nuestro Dios, nos damientos que yo te inculco, vivas largos
Proemio rás culto, p o r q u e yo, Yavé, tu Dios, soy
un D i o s celoso, que castigo la iniqui-
ha hecho ver su gloria y su grandeza y años. 3 Escúchalos, Israel, y ten sumo
44
oir su voz en medio del fuego; hoy he- cuidado en ponerlos por obra, para que
Esta es la Ley que Moisés puso ante dad de los padres en los hijos hasta mos visto a Dios hablar al h o m b r e y seas dichoso y os multipliquéis grande-
los ojos de los hijos de Israel. * 4 5 Estos la tercera y la cuarta 10
generación de los quedar éste con vida. * 2 5 ¿Por qué, pues, mente, según lo que ha dicho Yavé, el
son los estatutos, leyes y mandamientos que me aborrecen, y hago misericordia morir devorados por ese gran fuego, si Dios de tus padres, de darte la tierra que
que Moisés había d a d o a los hijos de p o r mil generaciones a los que m e a m a n seguimos oyendo la voz de Yavé, nuestro m a n a leche y miel.
Israel, a su salida de Egipto, «* al o t r o y guardan mis mandamientos. Dios? 2 6 Porque, de t o d a carne, ¿quién 4
Oye, Israel: Yavé es nuestro Dios,
11
lado del Jordán, en el valle que hay N o tomarás el n o m b r e de Yavé, tu como nosotros ha oído la voz del Dios Yavé es único. * 5 Amarás a Yavé, tu Dios,
frente a Bet Fogor, en la tierra de Seón, Dios, en falso, p o r q u e Yavé no dejará vivo, hablando de en medio del fuego, y con todo tu corazón, con toda tu alma,
rey de los amorreos, que habitaba en H e - impune al que tome en falso su n o m b r e . ha quedado con vida? 2 7 Acércate tú y con todo tu poder, 6 y llevarás muy den-
12
sebón y había sido derrotado p o r Moisés G u a r d a el sábado, p a r a santificarlo,
y los hijos de Israel a su salida de Egip- c o m o te lo h a m a n d a d o Yavé, tu Dios. 14
En la redacción del Decálogo el texto del Deuteronomio no concuerda con Ex 20 sobre
41
algunos puntos. El precepto del sábado insiste más en el aspecto humanitario del descanso de los
Con el v.40 termina el primer discurso de Moisés, en que resume la historia de Israel desde trabajadores.
Horeb hasta el presente momento; los w.41-43 son una adición histórica al discurso. El hecho 21
También en este mandamiento parece establecerse una distinción bien marcada entre la
responde
44
a la disposición de Núm 35,1 ss. y Dt 19,1 s. mujer y los otros bienes del prójimo.
Los w.44-49 son un preámbulo al discurso siguiente, en que se resume la legislación mosaica 23
Todo este párrafo pondera la gloria de Israel, que gozó de la vista de Dios sin sufrir mal
con las circunstancias en que fue dicho. ulguno. Gracia singular que Dios le hizo y que impone la obligación de escuchar la voz de Yavé.
24
1 En la Escritura se dice frecuentemente de quien tiene una teofonía que no puede el hom-
5 En 1,35.39 y en 2,r6 se afirma que las personas mayores en la época de Horeb hablan muer-
to en castigo de sus rebeldías. Pero no con ellos solos, sino con toda su posteridad, que ahora bre soportar la visión de Dios sin morir. Esto expresa la persuasión de que es tan grande la majes-
lud de Dios, que quien llega a verla queda herido de muerte
está4presente, hizo Dios aquella alianza.
Yavé se hacia sensible al pueblo en el Sinaí; hablaba, pero sus palabras sólo las entendía el C. 4 Este mandamiento es la síntesis perfecta de toda la religión revelada. El Éxodo inculca con
profeta, que las comunicaba al pueblo. Después cesó la visión, que infundia terror al pueblo, y ^ el culto de un solo Dios el odio a los ídolos; el Levítico y los Números nos declaran las leyes
Moisés subía a Dios y comunicaba al pueblo las disposiciones divinas (Ex 19,16 ss.; 20,18 ss,; ix>r que se ha de regular este culto: sacrificios, ofrendas, votos, leyes de santidad o pureza legal;
Act 7,38 s.). San Pablo nos dirá luego (Gal 3,19) que la Ley fue dada por ministerio de los ángeles, <l Deuteronomio resume la Ley en el amor de Dios. Semejante forma del precepto es exclusiva
por mano del mediador, que fue Moisés. tlel Deuteronomio, pues en los libros que siguen, sobre todo en los Salmos, se inculca el amor de
8
El mundo, poblado de dioses, se divide en tres regiones; el cielo arriba, abajo la tierra, U Ley divina, pero no tan directamente el amor de Dios, como síntesis de toda la Ley. Jesús, inte-
y debajo de la tierra las aguas, sobre que ésta se sustenta. Es la concepción caldea del mundo. 1 rogado por el doctor sobre el mayor precepto de la Ley, responde con las palabras de este texto
y «prueba las del doctor, diciendo que amar a Dios vale más que los sacrificios (Mt 22,37).
DEtJTF.HONnMIO 6-7 210 211 ' DEUTERONOMIO 7-8
tro del corazón todos estos mandamien- que con juramento había prometido a alianza y la misericordia hasta mil gene- imágenes esculpidas de sus dioses; n o co-
tos, iiuc yo hoy te doy. 7 Incúlcaselos a nuestros padres. 24 Yavé nos ha manda- raciones a los q u e le a m a n y guardan sus dicies la plata ni el oro que haya sobre
tus hijos, y cuando estes en tu casa, cuan- d o poner por obra todas sus leyes, y te- mandamientos; 1 0 p e r o retribuye en cara ellas, apropiándotelo, y cayendo en una
do viajes, cuando te acuestes, cuando te mer a Yavé, nuestro Dios, para que sea- al que le aborrece, destruyéndole; n o tar- trampa, p o r q u e es abominación de Yavé,
levantes, habla siempre de ellos. 8 Átate- mos dichosos siempre, y El nos conserve da en darle en cara su merecido. n G u a r - tu D i o s , 26 y n o h a s de introducir en tu
los a tus manos, para que te sirvan de la vida, como hasta ahora ha h e c h o ; 25 y da, pues, tú sus mandamientos, las leyes casa abominación, p a r a n o hacerte como
señal; pomelos en la frente, entre tus es para nosotros la justicia guardar sus y estatutos que te prescribe h o y , ponién- ello es, anatema. Detéstalo y abomínalo
ojos; * 9 escríbelos en los postes de t u mandamientos y ponerlos por obra ante dolos por obra. como abominación p o r ser cosa dada al
casa y en tus puertas. Yavé, nuestro Dios, como El nos lo ha 12 anatema.
10 Si escucháis sus m a n d a t o s y los guar-
C u a n d o Yavé, tu Dios, te introduzca mandado. dáis y los ponéis p o r o b r a , en retorno
en la tierra que a tus padres, A b r a h a m , Yavé, t u D i o s , te guardará su alianza y la A g r a d e c i m i e n t o a D i o s p o r los
Isaac y Jacob, juró darte, ciudades gran- C o n d u c t a q u e h a b r á n d e seguir con misericordia que a tus padres juró. 1 3 Te
des y hermosas q u e t ú n o h a s edificado, beneficios recibidos
11 los c a n a n e o s y su culto amará, te bendecirá y te multiplicará;
casas llenas de toda suerte de bienes bendecirá el fruto de tus entrañas y el 1
Tened gran cuidado de poner por
que tú no has llenado, cisternas que tú
no has excavado, viñas y olivares que tú
n 1 C u a n d o Yavé, tu Dios, te introduz- fruto de tu suelo; tu trigo, tu mosto, tu 8 obra los mandamientos que os pres-
• ca en la tierra que vas a poseer y aceite, las crías de tus vacas y las crías cribo hoy para q u e viváis y os multipli-
n o has plantado; cuando comas y te har- arroje delante de ti a muchos pueblos, a de tus ovejas, en la tierra q u e a tus pa- quéis, y entréis, para poseerla, en la tie-
tes, l 2 guárdate de olvidarte de Yavé, que jéteos, guergueseos, amorreos, cananeos, dres juró darte. * 1 4 Serás bendito sobre r r a que Yavé juró dar a vuestros padres.
te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de fereceos, jeveos y jebuseos, siete naciones todos los pueblos, n o h a b r á estériles en ti 2
servidumbre. I 3 Teme a Yavé, tu D i o s ; Acuérdate de todo el camino que Yavé,
más numerosas y más poderosas que t ú ; ni en tus ganados. 1 5 Yavé alejará de tu Dios, te h a hecho hacer estos cuaren-
sírvele a él y jura por su nombre, i4 N o te 2
y Yavé, tu Dios, te las entregue, y tú ti las enfermedades, n o m a n d a r á sobre
vayas tras otros dioses, tras alguno de los ta años p o r el desierto, p a r a castigarte
las derrotes, las darás al anatema, n o ha- ti ninguna de las plagas malignas de Egip- y probarte, para conocer los sentimien-
dioses de los pueblos que te r o d e a n ; rás pactos con ellas, ni les harás gracia. * to, q u e tú conoces, y afligirá con ellas a
15
porque Yavé, tu Dios, que está en me- tos de tu corazón y saber si guardas o n o
3
N o contraigas matrimonios con ellas, los q u e te o d i e n . 1 6 D e v o r a r á s a t o d o s los sus mandamientos. 3 El t e afligió, te hizo
dio de ti, es un Dios celoso, y la cólera pueblos que Yavé, tu Dios, va a entre-
de Yavé, tu Dios, se encendería contra n o des tus hijas a sus hijos ni tomes sus pasar hambre, y te alimentó con el maná,
hijas para tus hijos, 4 porque ellas des- garte; tus ojos n o los p e r d o n a r á n y n o
ti y te exterminaría de sobre la tierra. que n o conocieron tus padres, para q u e
viarían a tus hijos de en pos de mí y los servirán a sus dioses, porque eso sería
16 para ti la ruina. 1 7 Y si se te ocurriese de- aprendieras que n o sólo de pan vive el
"No tentéis a Yavé, vuestro Dios, arrastrarían a servir a otros dioses, y la hombre, sino de cuanto procede de la
como lo tentasteis en Masa. * 17 G u a r d a d ira de Yavé se encendería contra vosotros cir: ¿ C ó m o voy a poder expulsar a esas
naciones, que son más numerosas que boca de Yavé. 4 Tus vestidos n o se en-
con gran cuidado los mandamientos de y os destruiría prontamente. 5 Así, por el vejecieron sobre ti, ni se hincharon t u s
Yavé, vuestro Dios, los preceptos y los es- contrario, habrás de hacer con ellos: de- yo?, I 8 n o las t e m a s ; acuérdate de lo que
Yavé, tu Dios, hizo con el F a r a ó n y con pies durante esos cuarenta años, * 5 para
tatutos que El os d a . 1 8 H a z lo que es rec- rribaréis sus altares, romperéis sus cipos, que reconocieras en tu corazón que Yavé,
to y bueno a los ojos de Yavé, para que abatiréis sus aseras y daréis al fuego sus t o d o el E g i p t o , I 9 las grandes pruebas que
vieron tus ojos, los portentos y prodi- tu Dios, te instruye, como instruye un
seas dichoso 1 9 y entres, para poseerla, en imágenes talladas; 6 porque eres u n pue-
gios, la m a n o fuerte y el brazo tendido h o m b r e a su hijo, 6 y guardaras los man-
la buena tierra que Yavé con juramento blo santo para Yavé, tu Dios.
con que Yavé, tu D i o s , te sacó; así h a r á damientos de Yavé, tu Dios, m a r c h a n d o
prometió a tus padres, cuando ante ti Yavé, tu Dios, te ha elegido para ser
arroje a todos tus enemigos, como El lo también Yavé, t u D i o s , con t o d o s los p o r sus caminos y temiéndole.
el pueblo de su porción entre todos los pueblos que tú temes. 20 A u n tábanos
7
A h o r a , Yavé, t u D i o s , va a introdu-
ha dicho. pueblos que hay sobre la haz de la tierra. *
20 7 m a n d a r á Yavé, t u Dios, contra ellos, has- cirte en una buena tierra, tierra de to-
C u a n d o un día te pregunte tu hijo, Si Yavé se ha ligado con vosotros y os ta hacer perecer a los sobrevivientes o a rrentes, de fuentes, de aguas profundas,
diciendo: ¿Qué son estos mandamientos, ha elegido, n o es por ser vosotros los m á s los q u e se escondiesen. 2 1 N o los temas, que b r o t a n en los valles y en los m o n t e s ;
estas leyes y preceptos que Yavé, nuestro en n ú m e r o entre todos los pueblos, pues porque en medio de ti está Yavé, tu Dios, 8
tierra de trigo, de cebada, de viñas, de
Dios, os ha prescrito?, * 21 tú responde- sois el más pequeño de todos. 8 P o r q u e el D i o s grande y terrible. 22 Yavé, t u Dios, higueras, de g r a n a d o s ; tierra de olivos,
rás a tu hijo: Nosotros éramos en Egipto Yavé os a m ó , y porque ha querido cum- expulsará a esas naciones poco a p o c o ; de aceite y de miel; 9 tierra d o n d e come-
esclavos del F a r a ó n , y Yavé nos sacó de plir el juramento que hizo a vuestros pa- n o p o d r á s exterminarlas en u n día, n o
dres, os h a sacado de Egipto Yavé c o n rás tu p a n en abundancia y n o carecerás
allí con su potente m a n o . 22 Yavé hizo a sea que las fieras salvajes se multipliquen
nuestros ojos grandes milagros y prodi- m a n o poderosa, redimiéndoos de la casa d e n a d a ; tierra cuyas piedras s o n hierro
contra t i . 2 3 Yavé, tu Dios, te los entregará y de cuyas m o n t a ñ a s sale el bronce. *
gios terribles contra Egipto, contra el de la servidumbre, de la m a n o del F a r a ó n , y los conturbará con gran conturbación,
F a r a ó n y contra toda su casa, 2 3 y nos rey de Egipto. * 9 H a s de saber, pues, que i° Comerás y te h a r t a r á s ; bendice, pues, a
hasta q u e desaparezcan; 24entregará en Yavé por la buena tierra que te h a d a d o .
sacó de allí para conducirnos a la tierra Yavé, tu Dios, es Dios fiel, que guarda la tus m a n o s sus reyes, y h a r á s desaparecer 11
G u á r d a t e bien de olvidarte de Yavé,
8
sus nombres de debajo de los cielos; na- tu D i o s , dejando de observar sus m a n d a -
En la época del Salvador los judíos entendían a la letra estas palabras, que más bien s-'gnifican die p o d r á resistirte hasta que los hayas
el cuidado que había de tenerse en guardar la Ley divina y en tenerla presente siempre para ajustar mientos, sus leyes y sus preceptos, que
destruido. 25 Consumirás por el fuego las hoy te prescribo y o ; 1 2 n o sea que cuando
a ella su conducta (Mt 23,5: Dt 22,12: Núm 15,38 s.).
16
Tentar a Dios es poner a prueba su paciencia en soportar el mal, exponiéndose a que, ago- comas y t e hartes, c u a n d o edifiques y
tada2 0la paciencia, descargue su cólera sobre quien se propasa a tentarle (Mt 4,7).
13
A los autores sagrados no se les aparta de la vista la liberación de Egipto, el gran favor, Las bendiciones de Dios a Israel son temporales (Lev 26: Dt 29); pero aun temporales y
que dio origen a la formación de! pueblo israelita como nación, y como nación santa, elegida de todo, son señales de las buenas relaciones entre Dios y su pueblo, y sirven a la vez para fomen-
Dios, para tan gloriosos destinos (Ex 20,1; 29,46; Lev 11,45; Is 11,16; Jer 2,6; 16,14 53.). tarlas. Sus bienes materiales, que ayudan en el plan divino a ir a Dios. Así se acomodaba Dios a
la rudeza de un pueblo incapaz de apreciar los bienes puramente espirituales. Por otra parte, los
f 2 La destrucción de estos pueblos, que a primera vista puede parecer inhumana, se justi- profetas y los sapienciales reprenden duramente la avaricia de los ricos, que buscan por todos los
* fica principalmente en dos aspectos, fundados ambos en la crueldad e inmoralidad de las re- medios acrecentar las riquezas (Is 5,8 s.; Miq 2,2: Hab 2,6). Igual que de las bendiciones hemos
ligiones de estos pueblos. Por ello los castiga Dios y toma por instrumento a Israel para destruirlos. de decir de los castigos y por la misma razón (SANTO TOMÁS, Suma Teológica, 1-2 q.99 a.6).
El contacto de ellos con Israel era, ademas, peligrosísimo, como lo demuestra la Historia.
6
8
El anatema del v.2 se reduce aquí a la destrucción de los santuarios cananeos. Q 4 Estas palabras no deben tomarse al pie de la letra; son ponderaciones oratorias de la par-
El motivo de la elección de Israel no fueron sus méritos, su número ni su valor como nación, " ticular providencia que Yavé tuvo de su pueblo, sustentándole en su larga peregrinación por
sino el amor de Dios hacia él, que no tiene causa sino en Dios mismo (Ex 33,IQ: Rom 9,15). De el desierto.
9
aquí nace que se muestre tan bondadoso con los que le obedecen, pero no hay que olvidar su justicia No. es precisamente la Palestina una región rica en metales; mas parece que, sobre todo en
para con los despreciadores de su Ley (Ex 20,5; 34,6 s.). I» TransJordania, había minas de hierro explotadas en la antigüedad, y de cobre en el Araba.
DEUTKRONOMIO 8-9 212
213 ' ) DEDTERONOMIO 9-10
habites hermosas casas, " y veas multi- Las infidelidades de Israel
6
plicarse tus bueyes y tus ovejas y acre- 7
eché el polvo en el agua del torrente que Los hijos de Israel partieron de Berot-
centarse tu plata, tu oro y todos tus bie- ¡Acuérdate! No olvides cuánto has baja de la montaña. Bene-Jacan para Moserá. Allí murió Arón
22
nes, 14 te ensoberbezcas en tu corazón y irritado a Yavé, tu Dios, en el desierto; En Taberá, en Masa y en Quibrot- y allí fue enterrado. Eleazar, su hijo, fue
te olvides de Yavé, tu Dios, que te sacó desde el día en que salisteis de la tierra hat-tava 23excitasteis también la cólera de sacerdote en su lugar. * 7 De allí partie-
de la tierra de Egipto, de la casa de la ser- de Egipto hasta que habéis llegado a8 este Yavé;* y cuando "Yavé os hizo subir ron para Gadgad, y de Gadgad para
vidumbre, 15 y te ha conducido a través lugar, habéis sido rebeldes a Yavé. Ya de Cadesbarne, diciendo: «Subid y to- Jetebata, región rica en aguas. 8 En ese
de vastó y horrible desierto de serpientes en Horeb provocasteis la ira de Yavé, y mad posesión de la tierra que os doy», tiempo separó Yavé la tribu de Leví,
de fuego y escorpiones, tierra árida y sin Yavé se irritó 9contra vosotros hasta que- fuisteis rebeldes a las órdenes de Yavé, para llevar el arca de la alianza de Yavé,
aguas; que hizo brotar para ti agua de rer destruiros. Cuando subí yo a la cum- vuestro Dios; no tuvisteis confianza en para que estuvieran en su presencia y le
la roca pedernaliza, 16 y te ha dado a co- bre de la montaña para recibir las tablas El y no obedecisteis su voz. 2 4 Habéis sirvieran y bendijeran su nombre, como
mer en el desierto el maná, que tus pa- de la alianza que Yavé hacía con vos- sido rebeldes a Yavé desde el día en que hasta hoy. * 9 Por eso Leví no tiene parta
dres no conocieron, castigándote y pro- otros, y estuve allí cuarenta días con cua- El comenzó a poner en vosotros sus ojos. ni heredad entre sus hermanos, porque
bándote para a la postre hacerte bien, renta noches sin comer pan ni beber agua 25 es Yavé su heredad, como Yavé, tu
17 Yo me postré ante Yavé aquellos
no dijeras: Mi fuerza y el poder de mi 1° y me dio Yavé las dos tablas de piedra cuarenta días y cuarenta noches que es- Dios, se lo ha dicho.
mano me ha dado esta riqueza, i 8 Acuér- escritas por el dedo de Dios, que conte- tuve postrado, porque Yavé hablaba de i" Yo me estuve en la montaña como
date, pues, de Yavé, tu Dios, que es quien nían todas las palabras que El os había destruiros, 26 y le rogué, diciendo: ¡Señor, anteriormente, cuarenta días y cuarenta
te da poder para adquirirla, cumpliendo dicho en la montaña, en medio del fue- Yavé, no destruyas a tu pueblo, a tu noches; y Yavé me escuchó esta vez tam-
como hoy la alianza que a tus padres go, el dia de la congregación; n al cabo heredad, redimida por tu grandeza, sa- bién, y no quiso ya destruiros, n Me dijo
juró. i» si olvidándote de Yavé te llega- de los cuarenta días y las cuarenta no- cándolo de Egipto con tu mano pode- Yavé: «Levántate y ve a ponerte a la
ras a ir tras otros dioses, y les sirvieras y ches me dio Yavé las dos tablas de piedra, rosa! 27 Acuérdate de tus siervos Abra- cabeza del pueblo, para que entren y se
te prosternaras ante ellos, yo doy testi- las tablas de la alianza, l 2 y me dijo en- ham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza posesionen de la tierra que a sus padres
monio hoy contra vosotros de que con tonces: «Anda, baja presto de aquí, por- de este pueblo, a su perversidad, a su juré darles».
toda certeza pereceréis; 2 "como las na- que tu pueblo, el que has sacado de Egip- pecado; 2S que no puedan decir los de
ciones que Yavé hace perecer ante vos- to, se ha corrompido; pronto se ha apar- la tierra de que nos has sacado: Por no Exhortación a la observancia.
otros, así vosotros pereceréis por no ha- tado del camino que yo le mandé, y se poder Yavé hacerlos entrar en la tierra Promesas y amenazas
ber escuchado la voz de Yavé, vuestro que les había prometido y porque los
Dios. han hecho una imagen fundida». 13 Y me
dijo Yavé: «Ya veo que este pueblo es un odiaba, los ha sacado fuera, para hacer- 12 Ahora, pues, Israel, ¿qué es lo que
pueblo de cerviz dura; 14 déjame que le los morir en el desierto. 29 Son tu pueblo, de ti exige Yavé, tu Dios, sino que temas
1
¡Escucha, Israel! Estáis hoy para destruya y que borre su nombre de bajo tu heredad, que con tu gran poder y a Yavé, tu Dios, siguiendo por todos sus
9 pasar el Jordán y marchar a la con- los cielos y te haré a ti una nación más brazo tendido has sacado fuera. caminos, amando y sirviendo a Yavé, tu
Dios, con todo tu corazón, con toda tu
quista de naciones más numerosas y más poderosa y más numerosa que ese pue-
poderosas que tú; de grandes ciudades, blo». 15 Yo me volví y bajé de la montaña Las tablas de la Ley alma, 13 y guardando los mandamientos
cuyas murallas se levantan hasta el cielo; * que estaba toda en fuego, trayendo en de Yavé, y sus leyes, que hoy te prescribo
2
de un pueblo numeroso y de elevada mis manos las dos tablas de la alianza; | A i Entonces me dijo Yavé: «Hazte yo, para que seas dichoso? 14 Mira: De
estatura, los hijos de Enac, que ya co- 16 miré y vi que habíais pecado contra * " dos tablas de piedra como las pri- Yavé, tu Dios, son los cielos de los cielos,
noces y de quienes has oído hablar: Yavé, vuestro Dios; os habíais hecho un meras, y sube a mí a la montaña; haz la tierra y todo cuanto en ella se contiene.
¿quién podrá resistir contra los hijos de becerro fundido, apartándoos bien pron- también un arca de madera; 2 yo escri- 15
Y sólo con tus padres se ligó amándo-
Enac? 3 Has de saber desde hoy que Yavé, to del camino que Yavé os había prescri- biré sobre esas tablas las palabras que los, y a su descendencia después de ellos,
tu Dios, irá El mismo delante de ti, como to; l 7 cogí entonces las dos tablas y con estaban escritas sobre las primeras que a vosotros, a quienes ha elegido de entre
fuego devorador, que El los destruirá, los mis manos las tiré, rompiéndolas ante tú
1
rompiste, y las guardarás en el arca». todos los pueblos, como lo muestra hoy.
humillará ante ti, y tú los arrojarás y los vuestros ojos. 18 Luego me postré en la Hice, pues, un arca de madera de acacia, 16 Circuncidad, pues, vuestros corazo-
destruirás pronto, como te lo ha dicho presencia de Yavé, como la primera vez, y habiendo cortado dos tablas de piedra nes y no endurezcáis más vuestra cerviz; *
Yavé. 4 No digas luego en tu corazón, durante cuarenta días y cuarenta noches, como las 4primeras, subí con ellas a la 17
porque Yavé, vuestro Dios, es el Dios
cuando Yavé, tu Dios, lo arroje de ante sin comer pan y sin beber agua, por todos montaña. El escribió sobre estas tablas de los dioses, el Señor de los señores, el
lo que estaba escrito en las primeras, los Dios grande, fuerte y terrible, que no
ti: Por mi justicia me ha puesto Yavé en I los pecado's que vosotros habíais cometí diez mandamientos que Yavé os había hace acepción de personas ni recibe re-
posesión de esta tierra. Por la iniquidad | do, haciendo lo malo a los ojos de Yavé, dicho en la montaña de en medio del galos, 18 hace justicia al huérfano y a la
de esos pueblos, Yavé los arrojará de irritándole. 19 Yo estaba espantado de ver fuego el 5 día de la congregación, y me 19
viuda, * ama al extranjero y le ali-
ante ti. 5 No por tu justicia ni por la rec- la cólera y el furor con que Yavé estaba las dio. Yo me volví, y bajando de la menta y le viste. Amad también vosotros
titud de tu corazón vas a entrar en pose- enojado contra vosotros, hasta querer des- montaña puse las tablas en el arca que al extranjero, porque extranjeros fuisteis
sión de esa tierra, sino por la maldad de truiros; pero todavía esta vez me escuchó había hecho, y allí han quedado, como en la tierra de Egipto. * 20 Teme a Yavé,
esas naciones las expulsa Yavé delante de Yavé. 20 Estaba Yavé también fuertemen- Yavé me lo mandó. tu Dios; sírvele, adhiérete a El y jura por
ti; para cumplir la palabra que con jura- te irritado contra Arón, hasta el punto 22
mento dio a tus padres Abraham, Isaac de querer hacerle perecer, y yo intercedí Estos tres w.22-24, que interrumpen el relato de la intercesión de Moisés, están fuera de
y Jacob. * 6 Entiende que no por tu jus- entonces también por Arón; 21 y cogí su lugar, que será después de 10,5.
6
ticia te da Yavé, tu Dios, la posesión de vuestro pecado, el que os habíais hecho,
esa buena tierra; que eres pueblo de dura | el becerro, y lo arrojé al fuego, y desme- 1 A^16
8
Los w.6-7, un poco alterados, son copia de Núm 33,30-33, la lista de las etapas de Israel.
Como premio de su celo por Yavé cuando la adoración del becerro (Ex 27,27 ss.).
cerviz, | nuzándolo bien hasta reducirlo a polvo, La circuncisión del corazón no es otra cosa que la obediencia a la Ley divina, igual que
la circuncisión de los oídos. Es una idea frecuente en los profetas, con que nos explican el verdade-
1 ro contenido de la circuncisión de la carne (30,6; Jer 4,4; 6,10; 9,25 s.).
Q Las excavaciones modernas, que han sacado a la luz las ciudades muradas del antiguo Canán, 18
La injusticia contra los débiles es lo que más irrita a Yavé y le mueve a ejercer sus venganzas
nos hacen comprender mejor lo que hay de hipérbole oriental en estas palabras y formar mejor (24,17; 27,19; Ex 22,22 s.; Is 1,17; Jer 7,5 s.).
idea del valor que tienen muchas expresiones bíblicas semejantes a éstas. 19
No sólo justicia, amor pide Dios. Otra idea característica del Deuteronomio y que viene
5
Una vez más (7,8) insiste en que no a la justicia de Israel, sino a la bondad de Dios, debe n completar el precepto del amor de Dios, a saber, el precepto del amor del prójimo. Yavé muestra
•^SL, Israel las bendiciones de que es objeto. Y para conñrmar su aserto recuerda las rebeldías de Israel »'n este libro una predilección especial por los pequeños y necesitados, los huérfanos, las viudas,
en el Sinaí y en el desierto. loa levitas, los peregrinos, a quienes manda amar y socorrer en todos los modos posibles (14,29;
16,11; 24,19 ss.; 26,12 ss.).
DEUTIíBONOMIO 10-11 214 215 / DEUTERONOMIO 11-12
su nombre. 2 1 El es tu gloria, El es tu ganados, y de ellos comerás y te saciarás. de los cananeos, que habitan en el A r a b a , Jordán, y habitaréis en la tierra que Yavé,
Dios, que por ti ha hecho cosas grandes ts Pero cuidad mucho de que no se deje frente a Galgal, junto al encinar de Moré. vuestro Dios, os dará en heredad; y en-
y terribles, que con tus mismos ojos has 31
seducir vuestro corazón, y, desviándoos, Porque vais a pasar el Jordán y a pose- tonces os dará reposo contra todos vues-
visto. 2 2 Tus padres bajaron a Egipto en sirváis a otros dioses y os prosternéis sionaros de la tierra que Yavé, vuestro tros enemigos que os rodean, y habitaréis
número de sesenta personas, y ahora ante ellos; 1' porque la cólera de Yavé se Dios, os da, y la poseeréis y habitaréis en seguridad. u Entonces, en el lugar que
Yavé, tu Dios, h a hecho de ti una mu- encendería contra vosotros y cerraría el en ella. 3 2 Tened, pues, gran cuidado de Yavé, vuestro Dios, elija para que en él
chedumbre como las estrellas del cielo. cielo, y n o habfía m á s lluvia, y la tierra cumplir t o d o s los mandamientos que hoy m o r e su santo nombre, allá llevaréis todo
no daría más frutos, y desapareceríais os propongo. lo que yo os m a n d o , vuestros holocaustos,
•I 1 l A m a , pues, a tu Dios y cumple presto de la buena tierra que Yavé os vuestros sacrificios, vuestras décimas, las
* •*• lo que de ti demanda, sus leyes, da. 1 8 Poned, pues, en vuestro corazón ofrendas elevadas de vuestras m a n o s y
sus preceptos, sus mandamientos. 2 R e - y en vuestra alma las palabras que yo L E Y E S ACERCA D E L CULTO las ofrendas escogidas de vuestros votos
conoced hoy, pues no hablo ahora a vues- os digo; atadlas p o r recuerdo a vuestras a Yavé. , 2 A U í os regocijaréis en la pre-
tros hijos, que no saben y no vieron la m a n o s y ponedlas c o m o frontal entre El santuario único sencia de Yavé, vuestro Dios, vosotros,
enseñanza de Yavé, vuestro Dios, su gran- vuestros ojos. lg Enseñádselas a vuestros vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros
deza, su m a n o fuerte y su brazo tendido; hijos, habladles-de ellas: ya cuando estés i n 1 H e aquí, pues, las leyes y precep-
3 * « tos que cuidaréis de poner por siervos y vuestras siervas, y el levita que
los prodigios y portentos que en medio en tu casa, ya c u a n d o vayas de viaje, al esté dentro de vuestras puertas, ya que
de Egipto obró contra el F a r a ó n , rey de acostarte y al levantarte. 2 0 Escríbelas en obra en la tierra que Yavé, Dios de
vuestros padres, os da en posesión, todo éste n o h a recibido parte y heredad con
Egipto, y contra toda su tierra; 4 l o que los postes de tu casa y en tus puertas, vosotros. 1 3 G u á r d a t e de ofrecer holocaus-
21
p a r a que vuestros días y los días de el tiempo que viváis sobre la tierra.
hizo con el ejército egipcio, con sus caba- 2 tos en cualquier lugar a que llegues; 1 4 los
llos y sus carros, arrojando sobre ellos vuestros hijos, sobre la tierra que a vues- Destruiréis enteramente todos los lu-
gares donde las gentes que vais a des- ofrecerás en el lugar que Yavé haya ele-
las aguas del m a r Rojo cuando os perse- tros padres Yavé juró darles, sean tan
poseer h a n d a d o culto a sus dioses, sobre gido en una de tus tribus; allí harás todo
guían y destruyéndolos hasta h o y ; 5 lo numerosos c o m o los días de los cielos
sobre la tierra. los altos montes, sobre los collados y lo que yo te m a n d o . *
que por vosotros h a hecho en el desierto, bajo todo árbol frondoso; 3 abatiréis sus
15
Pero cuando quieras, podrás matar
hasta que habéis llegado a este lugar; altares, romperéis sus cipos, destruiréis y comer la carne en todas tus ciudades,
6
lo que hizo con D a t a n y Abirón, hijos S a n c i o n e s d e la L e y sus aseras, quemaréis sus imágenes ta- conforme a la bendición que Yavé, tu
de Eliab, hijo de Rubén, cuando abriendo lladas y sus dioses y haréis desaparecer Dios, te haya otorgado. Podrán comerla
22
la tierra su boca se los tragó con sus casas, P o r q u e si cuidadosamente guardáis de la memoria sus nombres. * lo mismo el impuro que el puro, como
sus tiendas y todos sus secuaces, en medio estos mandamientos que yo os prescribo, 4 se hace con la gacela y el ciervo; * 16 mas
d e t o d o Israel. * 7 P o r q u e con vuestros a m a n d o a vuestro D i o s , m a r c h a n d o siem- N o haréis así cuanto a Yavé, vuestro
Dios, 5 sino que le buscaréis en el lugar no comeréis sangre; la derramaréis sobre
ojos habéis visto todos los grandes prodi- pre p o r sus sendas y adhiriéndoos a El, la tierra, como el agua.
que El elija entre todas las tribus, para
gios que ha hecho Yavé. 8 G u a r d a d , pues, 2 3 Yavé arrojará de ante vosotros a t o d o s 17
N o podrás comer en cualquiera de
poner en él su santo n o m b r e y hacer en
todos sus mandamientos que hoy os pres- los pueblos más numerosos y más p o - él su m o r a d a ; allá iréis; 6 allí le presen- tus ciudades las décimas de tu trigo, de ,
cribo yo, p a r a que seáis fuertes, y entréis derosos que v o s o t r o s ; * 2 4 cuanto pise taréis vuestros holocaustos y sacrificios tu mosto y de aceite, ni los primogénitos
y os adueñéis de la tierra a que vais a la planta de vuestros pies, vuestro se- pacíficos, vuestras décimas, vuestras pri- de tus vacas y tus ovejas, ni nada de
pasar, p a r a t o m a r posesión de ella, 9 y rá, y vuestras fronteras se extenderán micias y la ofrenda alzada de vuestras cuanto ofrezcas en cumplimiento de un
para que se dilaten vuestros días sobre la desde el desierto al Líbano, desde el manos, vuestros votos y vuestras obla- voto, ni tus ofrendas voluntarias, ni las
tierra que Yavé juró dar a vuestros pa- río, el Eufrates, hasta el m a r occidental; ciones voluntarias y los primogénitos de oblaciones de elevación. 18 Delante de
dres, a ellos y a su descendencia, la tierra t o d o será dominio vuestro. * 2 S Nadie p o - vuestras vacas y ovejas. 7 Allí comeréis Yavé, tu Dios, en el lugar que Yavé, tu
que m a n a leche y m i e l . 1 0 Porque la tierra drá resistir ante vosotros; Yavé, vuestro delante de Yavé, vuestro Dios, y os rego- Dios, elija, la comerás, tú, tu hijo y tu
en que vais a entrar p a r a poseerla no es Dios, esparcirá ante vosotros, como os cijaréis vosotros y vuestras familias, go- hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que
como la tierra de Egipto, de donde h a - lo h a dicho, el miedo y el terror sobre zando de los bienes que vuestras manos more en tus ciudades; allí te regocijarás
béis salido, donde echabas tu simiente y t o d a tierra donde pongáis vuestro pie. adquieran y con que Yavé, tu Dios, te ante Yavé, tu Dios, disfrutando de los
la regabas con tu pie, como se riega una 2 6 V e d ; yo os p o n g o hoy delante bendi- bendiga. 8 N o haréis cada u n o como bien bienes que adquiera tu m a n o . * 1 9 Guár-
huerta. H La tierra en que vais a entrar ción y maldición; 2 7 la bendición, si cum- le parezca, como lo hacemos nosotros date de desamparar al levita en todo el
para poseerla es u n a tierra de montes y plís los mandamientos de Yavé, vuestro aquí ahora, 9 porque no habéis llegado tiempo que vivas sobre tu tierra. 2 0 Cuan-
valles, que riega la lluvia del cielo; 1 2 es Dios, que yo os prescribo h o y ; 2 8 la mal- todavía al descanso y a la heredad que do Yavé, tu Dios, haya extendido tus
una tierra de que cuida Yavé, tu Dios, y so- dición, si no cumplís los mandamientos Yavé, tu Dios, te da. 10 Mas pasaréis el fronteras, como te lo ha prometido, y
bre la cual tiene siempre puestos sus ojos, de Yavé, vuestro Dios, y, a p a r t á n d o o s
desde el comienzo del a ñ o hasta el fin. del camino que yo os prescribo hoy, os 3
13 Si vosotros obedecéis los m a n d a t o s vais tras otros dioses que n o habéis co- 1 O* En este lugar tenemos una sucinta descripción de ios santuarios cananeos. Estaban situa-
dos, por lo general, en lugares altos, collados, colinas, y estaban al descubierto. Distingue
que yo os prescribo, a m a n d o a Yavé, nocido. 2 9 Y c u a n d o Yavé, tu Dios, te Moisés en ellos el altar, los Ídolos, el masebot ( = cipos) y las aseras. Estos últimos eran troncos de
vuestro Dios, y sirviéndole con todo vues- haya hecho entrar en la tierra de que arboles, con el arranque de algunas ramas, que, reunidos, venían a simbolizar un bosque, símbolo
tro corazón y con toda vuestra a l m a , 1 4 yo vas a t o m a r posesión, pronunciarás la a su vez de Astarté, la diosa de la fertilidad. (Véase el grabado de 1 Re 13.)
14
daré a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, bendición sobre el m o n t e Garizim y la Es nota característica del Deuteronomio la insistencia en señalar como centro religioso el
lugar elegido por Dios entre las tribus de Israel. Siempre el santuario nacional, el tabernáculo y
la temprana y la tardía; y tú cosecharás maldición sobre el m o n t e Ebal, * 3 0 esas ,-I templo era preferido por los buenos israelitas (1 Sam 1,3); pero las dificultades de acudir a él
tu trigo, tu mosto y tu aceite; 15 yo daré m o n t a ñ a s del o t r o lado del Jordán, de- v la precisión de satisfacer a las necesidades religiosas del pueblo eran causa de que se tolerasen
también hierba a tus campos para tus trás del camino de occidente en la tierra los otros santuarios en que Dios se había de alguna manera manifestado (1 Sam 9,12; 13,8 ss.;
2 Sam 15,7 s.; 1 Re 3,2 ss.). Andando los tiempos, en la época de Ezequías, y más aún en la de
•f1 1 *> Conviene advertir aquí la ausencia de Coré, que ya anotamos atrás, en confirmación de loslas, la necesidad de inculcar la unidad de Dios y de purificar el culto de las contaminaciones
* que se trata de dos episodios distintos, pero unidos en la narración de Núm 16. uentílicas y la reducción del pueblo, más tarde, después de la cautividad de Israel, obligaron a
23
Los cananeos no formaban una nación, sino muchos pueblos con frecuencia en lucha, como urgir más el cumplimiento de esta ley antigua (2 Re 18,4; 23,15 ss.).
15
nos lo prueban las cartas de El-Amarna. Contra la disposición dada en Levítico 17,1 ss., se permite aquí el sacrificio de los animales
24
Sobre las fronteras de la tierra y sobre el" Eufrates, nótese lo que en otros lugares" hemos ili-Hlinados al abastecimiento de la población, con la condición de no comer la sangre, sino derra-
dicho (i,7). marla en obsequio del Señor.
1H
29
Más adelante, en 27,11 ss., se detalla más esta disposición, que vemos luego cumplida en El levita que «mora dentro de tus puertas» es una de las preocupaciones constantes del Deu-
Josué (8,30 ss.). liTcmomio. Prueba clara de su precaria situación.
DEUTliHONOMIO 12-13 216 217 DEUTERONOMIO 13-14
digas: Quiero comer carne, porque sienta cumpliere la señal o el prodigio de que plaza, quemarás completamente la ciudad de cuervos; 6 l ' e l avestruz, el mochuelo,
deseo de ella tu alma, podrás comerla te habló, diciendo: Vamos tras de otros con su botín para Yavé, tu Dios; sea la lechuza; l el ibis, el buho y el pelícano;
cuantas veces quieras. 21 Si el lugar que dioses—dioses que tú no conoces—y sir- para siempre un montón de ruinas y no " l a cerceta, el mergo, lu cigüeña; " l a
Yavé, tu Dios, elija para poner en él vámosles; 3 no escuches las palabras de vuelva a ser edificada. 17 Que no se te garza de todas clases, la abubilla y el
su nombre está lejano, podrás matar tu ese profeta o ese soñador, porque te pegue a las manos nada de cuanto fue murciélago. 19 Tendréis también por in-
ganado mayor y menor, que Yavé te dé, prueba Yavé, tu Dios, para saber si amáis dado al anatema, para que se vuelva mundo todo insecto alado; no lo come-
según lo que te he prescrito, y comerlo a Yavé, vuestro Dios, con todo vuestro Yavé del furor de su ira, y te haga gracia réis. 20 Comeréis los volátiles puros. 21 No
en tu ciudad a tu deseo. 22 Lo comerás corazón y toda vuestra alma. 4 Tras de y misericordia, y te multiplique, como a comeréis mortecino de ningún animal;
como se come la gacela y el ciervo; el tus padres se lo juró, 18 si oyes la voz de podrás dárselo a comer al extranjero que
Yavé, vuestro Dios, habéis de ir; a El Yavé, tu Dios, y guardas todos sus man- reside en tus ciudades o vendérselo; vos-
puro y 23el impuro podrán comerlo uno habéis de temer, guardar sus mandamien-
y otro; pero atente siempre a la pro- damientos que yo hoy te prescribo, ha- otros sois un pueblo consagrado a Yavé,
tos, obedecer su voz, servirle y allegaros ciendo lo que es recto a los ojos de Yavé, tu Dios. No cocerás el cabrito en la lecho
hibición de comer sangre; es la vida, y no a El. 5 Y ese profeta o soñador será
debes comer la vida de la carne; 24 no la tu Dios. de su madre. *
condenado a muerte por haber aconse-
comerás; la derramarás sobre la tierra, jado la rebelión contra Yavé, vuestro
como el agua; 25 no la comerás, para-que Dios, que os sacó de Egipto y os libró de Animales puros y animales i m p u r o s Décimas
seas dichoso, tú y tus hijos después de ti, la casa de la servidumbre para apartaros (Lev 11,2-23) (Ex 22,20; Lev 27,30-33)
haciendo lo que es recto a los ojos de 22
Diezmarás todo producto de tus se-
Yavé. 26 Pero las ofrendas sagradas que del camino por donde Yavé, tu Dios, te 1 A 1 Vosotros sois hijos de Yavé, vues-
se te imponen y las que tú hagas en cum- ha mandado ir. Así harás desaparecer la * • tro Dios. No os hagáis incisiones ni menteras, de lo que dé tu campo cada
plimiento de un voto, ésas tómalas, y ve maldad de en medio de ti. * os decalvéis entre los ojos por un muerto. * año; * 23 y comerás delante de Yavé, tu
6
al lugar que Yavé elija; 27 y allí ofrecerás Si tu hermano, hijo de tu madre, o tu 2
Porque tú eres un pueblo consagrado a Dios, en el lugar que El elija para hacer
tus holocaustos, carne y sangre, en el hijo o tu hija, o la mujer que descansa en Yavé, tu Dios, y te ha elegido Yavé, tu habitar en él su nombre, la décima de tu
altar de Yavé, tu Dios; en los sacrificios, tu regazo, o tu amigo, aunque le quieras Dios, para que seas su pueblo singular, trigo, de tu mosto y de tu aceite, y los
la sangre será derramada en el altar de como a tu propia alma, te incitare en de entre todos los pueblos que hay sobre primogénitos de tus vacas y ovejas, para
Yavé, tu Dios, y la carne la comerás tú. secreto, diciendo: Vamos a servir a otros la haz de la tierra. que aprendas a temer siempre a Yavé,
28
Escucha y guarda todo esto que yo te dioses—dioses que no conocisteis ni tú 3
No comas abominación alguna. 4 He tu Dios; 2 4 pero si el camino fuere largo
mando, para que seas dichoso, tú y tus ni tus padres, i de entre los dioses de aquí los animales que comeréis: el buey, para poder llevarlos allá, por estar tú
hijos después de ti, por siempre, haciendo los pueblos que os rodean, cercanos o la oveja y la cabra; * 5 el ciervo, la gacela demasiado lejos del lugar que elija Yavé
lo que es recto a los ojos de Yavé, tu Dios. lejanos,8 del uno al otro cabo de la tie- y el corzo; la cabra montes, el antílope, para hacer habitar en él 2su nombre, cuan-
rra—, no asientas ni le escuches, ni tenga el búfalo; la gamuza; 6 todo animal que do Yavé te bendecirá, 5 lo venderás; y
tu ojo piedad de él,9 ni le tengas compa- tenga la pezuña dividida y el pie hendido tomando el dinero en tus manos, irás con
Contra los ritos gentílicos sión ni le encubras; denuncíale irremisi- y rumie; 7 pero no comeréis los que sola- él al lugar que Yavé, tu Dios, elija. 26 Allí
29 blemente, y sea tu mano la primera que mente rumian ni los que solamente tienen comprarás con el dinero lo que desees:
Cuando Yavé, tu Dios, haya exter- la pezuña dividida y el pie hendido; el bueyes, ovejas, vino u otro licor fermen-
minado a los pueblos que de delante de contra él se alce para matarle, lsiguiendo
ti va a arrojar, y ya los hayas destruido después las de todo el pueblo; ü le lapi- camello, la liebre, el conejo, que rumian, tado, lo que quieras; y comerás allí,
daréis hasta que muera, por haber busca- pero no tienen la pezuña dividida, son delante de Yavé, y te regocijarás tú y
y habites en la tierra, * 30 guárdate de inmundos para vosotros; 8 el puerco, que tu casa. 2? No dejarás de lado al levita
imitarlos, cayendo en una trampa, des- do apartarte de Yavé, tu Dios, que te
sacó de Egipto, de la casa de servidumbre. tiene la pezuña hendida, pero no rumia, que mora en tu ciudad, porque él no tiene
pués de haberlos exterminado delante 11 es inmundo para vosotros. TSIo comeréis parte ni heredad contigo.
ti y de indagar acerca de sus dioses, Así, todo Israel lo sabrá y temerá de
hacer más una semejante maldad en me- sus carnes ni tocaréis sus cadáveres. 28
Al fin de cada tercer año separarás
diciendo: ¿Cómo acostumbraban esas 9
gentes servir a sus dioses? Voy a hacer dio12 de ti. De los animales que viven en el agua todas las décimas de los productos de
también yo como ellas hacían. 31 No obres Si de una de las ciudades que Yavé, comeréis los que tienen aletas y escamas; aquel año y las depositarás en tu ciudad; *
10 29
así con Yavé, tu Dios; porque cuanto hay tu Dios, te ha dado por morada oyeren pero cuantos no tienen aletas y esca- allá vendrá el levita, que no tiene parte
de aborrecible y abominable a Yavé, lo decir: * 13 Gentes malvadas, salidas de en mas, no los comeréis; son para vosotros ni heredad contigo, y el extranjero, el
hacían ellos para sus dioses; hasta que- medio de ti, andan seduciendo a los habi- inmundos. H Comeréis toda ave pura. huérfano y la viuda que haya en tus
12
mar en el fuego a32sus hijos y a sus hijas tantes de la ciudad, diciendo: Vamos a He aquí las que no comeréis: 13
el águila, ciudades, y comerán y se saciarán, para
en honor suyo. Todo lo que yo te servir a otros dioses, dioses que no has el quebrantahuesos, el buitre, el milano que Yavé, tu Dios, te bendiga en todas
mando, guárdalo diligentemente, sin aña- conocido, 14 inquirirás, examinarás y pre- y toda suerte de halcones; 1 4 toda suerte las obras de tus manos. *
dir ni quitar nada. guntarás cuidadosamente; si el rumor es
verdadero y cierto el hecho, si se ha latrías de reyes y pueblos las leemos muchas veces; pero nunca otros castigos que los enviados di-
rectamente por Dios, excepto, tal vez, en la época macabea.
Prevenciones contra !a apostasía cometido en medio de ti tal abominación,
15 entonces, dando al anatema esa ciudad 1 A 4* Acerca de estas prácticas de duelo véase Lev 19,28.
•l O ' Si se alzare en medio de ti un con todo cuanto hay en ella y sus ganados, ' ^21 Sobre la distinción de los animales, Lev 11.
De la carne muerta, véase Lev 17,15 y Act 15,20.29. La prohibición de cocer un cabrito
* «* profeta o un soñador que te anun- no dejes de pasarla a filo de espada; i6 y «*i\ lu leche de su madre, que subsiste aún entre los nómadas del desierto arábigo, véase en Ex 23,
cia una señal o un prodigio, 2 aunque se reuniendo todo su botín en medio de la 10; ;I4,26.
12
29
Este párrafo supone el precepto de ofrecer a Dios el diezmo de los frutos del campo. Pero
La opinión antigua era que cada región tenía sus dioses, siendo obligación de sus mora- nlc diezmo no es el que, según Lev 27,30 ss., Núm 18,20 ss., destinaba Dios para sustentación de
dores rendirles culto en la forma por ellos exigida (cf. 2 Re 17,24 ss.). De esta preocupación no Ni* levitas y sacerdotes, que no tenían heredad en Israel (2 Par 31,7 ss.); sino el que se menciona
estaban libres los hebreos: por eso el autor les previene. Con razón el texto habla de abominaciones; •u 1.1,6.17, probablemente el mismo que ofreció Abraham después de la victoria sobre los reyes
el cuito cananeo estaba manchado por la prostitución, elevada a la categoría de acto cultual, y con ' leu [4,20) y que Jacob prometió como voto después de la visión de Betel (Gen 28,22; Am 4,4),
los sacrificios humanos. ' >i Iry nquí insiste en que se ofrezca a Dios en el templo, abrogando la práctica, que sin duda existía,
5 I. olivcerlo en los otros santuarios.
1 **0 Como la existencia misma del pueblo pendía de la observancia de su religión, todo delito
grave contra ésta era, al mismo tiempo, un atentado contra aquélla. Por eso se castigaban ** Aquí tenemos una disposición muy en armonía con el espíritu del Deuteronomio. Cada
• ivpr lirio un diezmo se dedicaba a los pobres del lugar, entre los cuales figuran siempre los le-
tan rigurosamente los delitos contra la religión. En el mismo capítulo, v.13, se expone cómo ha 'II HM (lO,l>; I 2 . I Q ; 2 6 , 1 2 SS.).
de ser
12
castigada la ciudad en que tal delito se cometa. JB
Ka de notar, como característica del Deuteronomio, el gran cuidado del legislador por el
La ley que se aplica a los individuos debe aplicarse también a las ciudades. Los libros his- >»>ltie, Incluyendo entre éstos al levita, al huérfano, a la viuda y al peregrino.
tóricos nos dejan la impresión de que estas disposiciones fueron siempre letra muerta. Las ido-
DEUTERONOMIO 15-16 218 219 DEUTERONOMIO 16.17

El a ñ o d e la r e m i s i ó n I4
casa no le mandarás vacío, sino quo le las vacas, en el lugar que Yavé, tu Dios, el producto de tu era y de tu lagar; * 14 te
darás algo de tu ganado, de tu era y do haya elegido p a r a poner en él su n o m b r e ; regocijarás en esta fiesta tú, tu hijo, tu
< C ' Cada séptimo a ñ o harás la remi- tu lagar, haciéndole partícipe de los bie- s
no comerás con ella p a n fermentado, hija, tu siervo y tu sierva. así c o m o el
» *» sión. * 2 H e aquí cómo se h a de nes con que Yavé, tu Dios, te bendice n sino que por siete días comerás pan ácimo, levita, el extranjero, el huérfano y la viu-
hacer la remisión: T o d o acreedor que ti. 15 Acuérdate de que esclavo fuiste en el p a n de la aflicción, porque de prisa d a que habitan en tu ciudad. IS Celebra-
haya prestado condonará al deudor lo la tierra de Egipto y de que Yavé, tu saliste de Egipto; para que así te acuer- rás la fiesta en h o n o r de Yavé, tu Dios,
prestado; no lo exigirá ya más a su Dios, te libertó; por eso te doy yo este des toda tu vida del día en que saliste de en el lugar que haya elegido para que
prójimo, una vez publicada la remisión mandato. 16 Y si tu esclavo te dice: No Egipto. 4 N o se verá levadura esos siete
de Yavé; 3 podrás exigirlo del extranjero, Yavé, tu Dios, te bendiga en todas tus
quiero salir de tu casa porque te amo a días en toda la extensión de tu territorio cosechas y en todo trabajo de tus manos,
pero no de tu hermano, al que harás la ti y a tu casa, y se halla bien c o n t i g o , I 7 en- y nada de la víctima que a la tarde in-
remisión, 4 para que no haya entre ti y te darás todo a la alegría.
tonces, t o m a n d o un punzón, le agujerea- molares quedará para la noche hasta la 16
Tres veces al ano, todo varón de
pobres; porque Yavé te bendecirá segura- rás la oreja junto a la puerta, y será esclavo mañana siguiente. 5 N o sacrificarás la Pas-
mente en la tierra que Yavé, tu Dios, te entre vosotros se presentará delante de
tuyo para siempre; lo mismo harás con tu cua en cualquiera de las ciudades que te Yavé, t u Dios, en el lugar que El haya
ha d a d o en heredad, para que la poseas, sierva. 18 Que no te pese darle p o r libre, dará Yavé, tu D i o s ; 6 sólo en el lugar
5
siempre que oigas la voz de Yavé, tu elegido; en la festividad de los Ácimos,
porque sirviéndote seis años te ha valido que Yavé, tu Dios, elija para hacer ha- en la de las Semanas y en la de los Taber-
Dios, poniendo por obra cuidadosamente el doble del salario de un jornalero, y bitar en él su nombre sacrificarás la
todos sus mandatos, que yo hoy te pres- náculos ; y no se presentará ante Yavé con
Yavé, tu Dios, te bendecirá en cuanto Pascua a la tarde, al ponerse el sol, al las manos vacías, n Cada cual h a r á sus
cribo. 6 Porque Yavé, tu Dios, te bende- hagas. tiempo de tu salida de Egipto. ^ La asarás
cirá, como él te lo ha dicho, y prestarás a ofrendas conforme a las bendiciones que
y la comerás en el lugar que Yavé, tu
muchos pueblos y no tendrás que t o m a r Dios, elija, y de allí te volverás a la Yavé, tu Dios, le haya otorgado.
prestado de nadie; dominarás a muchas Los primogénitos mañana siguiente, para irte a tus tiendas.
naciones y ellas no te dominarán a ti. * (Ex 13,11-16; Núm 13,14-19)
8
D u r a n t e seis días comerás pan ácimo, L a a d m i n i s t r a c i ó n d e justicia
y el día séptimo será la solemnidad de 18
Te constituirás jueces y escribas en
•9 Consagrarás a Yavé, tu Dios, todos Yavé, tu Dios, y no harás en él trabajo
L o s p o b r e s y los e s c l a v o s los primogénitos, todo primogénito ma- todas las ciudades que Yavé, tu Dios, te
alguno. dará según tus tribus, que juzguen al
7
Si hubiere en medio de ti un necesi- cho de tus vacas y ovejas; no harás tra-
bajar al primogénito de tu vaca ni esqui- pueblo justamente. * 19 N o tuerzas el de-
tado de entre tus hermanos, en tus ciu-
dades, en la tierra que Yavé, tu Dios, te larás al primogénito de tus ovejas, 2 0 sino recho, no hagas acepción de personas,
Pentecostés no recibas regalos, porque los regalos cie-
da, no endurecerás tu corazón ni cerra- que lo comerás cada año, tú y tu familia,
rás tu m a n o a tu hermano pobre, * 8 sino delante de Yavé, tu Dios, en el lugar que 9 gan los ojos de los sabios y corrompen las
Contarás siete semanas; desde el día palabras de los justos. 2 0 Sigue estricta-
que le abrirás tu m a n o y le prestarás con El elija. 2 1 Pero si es defectuoso, si ciego en que comienza a meterse la hoz en el mente la justicia, p a r a que vivas y po-
qué poder satisfacer sus necesidades, se- o cojo o con otro defecto, n o se lo ofre- trigo comenzarás a contar las siete sema- seas la tierra que te da Yavé, tu Dios.
gún lo que necesite. 9 Guárdate de que cerás en sacrificio a Yavé, tu Dios. 2 2 L o
nas ; * 10 y celebrarás la fiesta de las Se-
se alce en tu corazón este bajo pensa- comerás en tus ciudades, c o m o se come
la gacela o el ciervo; lo comerá el puro manas en h o n o r de Yavé, tu Dios, con
miento: Está ya cercano el año séptimo, ofrendas voluntarias, que harás confor- R e p r e s i ó n d e la a p o s t a s í a
el a ñ o de la remisión; y de mirar con y el i m p u r o ; 2 3 pero no comerás la san- 21
gre; la derramarás sobre la tierra, como me Yavé, tu Dios, te haya bendecido. N o plantarás árbol alguno a m o d o
malos ojos a tu hermano pobre y no darle 11
Te regocijarás en la presencia de Yavé, de asera junto al altar que elevares a Ya-
nada, no sea que él clame a Yavé contra el agua.
tu Dios, en el lugar que elija para hacer vé, tu D i o s ; * 2 2 ni alzarás cipos, que eso
ti y te cargues con un pecado. 1° Debes habitar en él su nombre, tú y tu hijo, tu lo detesta Yavé, tu Dios.
darle, sin que al darle se entristezca tu
hija, tu siervo, tu sierva, el levita que
corazón; porque p o r ello Yavé, tu Dios,
te bendecirá en todos tus trabajos y en
L A S TRES SOLEMNIDADES ANUALES

todas tus empresas. n N u n c a dejara de (Ex 12; 23,14-16; 34.18-23; Lev 23; Núm 28 ss.)
haber pobres en la tierra; por eso te doy
mora en tus ciudades, así como el extran-
jero, el huérfano y la viuda que habitan n 1
N o sacrificarás a Yavé, tu Dios,
buey ni oveja que tengan defecto,
en medio de ti. ' 2 Acuérdate de que sier- porque es abominación ante Yavé, tu
este m a n d a m i e n t o : abrirás tu m a n o a tu La Pascua vo fuiste en Egipto y cuida de poner en Dios.
hermano, al necesitado y al pobre d e t u obra estos mandamientos. 2
Si en medio de ti, en alguna de las
1
G u a r d a el mes de Abib, cele-
tierra.
12
16 brando la Pascua de Yavé, tu D i o s ;
L a fiesta d e l o s T a b e r n á c u l o s
ciudades que Yavé, t u Dios, te da, hu-
biere h o m b r e o mujer que hiciere lo que
Si uno de tus hermanos, un hebreo porque precisamente en el mes de Abib
es malo a los ojos de Yavé, tu Dios, tras-
o una hebrea, se te vende, te servirá seis te sacó Yavé, tu Dios, de Egipto, de
a ñ o s ; pero el séptimo le despedirás libre noche. * 2 Inmolarás la Pascua a Yavé,
13
Celebrarás la fiesta de los Tabernácu- pasando su alianza, 3 yéndose tras otros
de tu casa; 13 y al despedirle libre de tu tu Dios, de las crías de las ovejas y de los durante siete días, u n a vez recogido dioses para servirles y postrarse ante ellos,

•I C ' La ley del año sabático se lee en Ex 23,10 ss. y se repite en Lev 25,1 ss. En Ex 21,1 ss., o un cabrito, como en Ex 12,3 ss.; puede ser una res «de las crías de las ovejas o de las vacas»; la
• Lev 25,39 ss. se dan por canceladas el año séptimo las deudas, con la libertad de los que para segunda, el sitio; debe ser inmolada en el lugar que Yavé haya elegido para poner en él su nombre.
pagarlas se hayan visto en la triste necesidad de ponerse al servicio de su acreedor; aquí se da mayor (Jomo se haya de concordar esto con el texto del Éxodo, véase en la Introducción al Pentateuco, n.5,
amplitud a esta ley, imponiendo la condonación de toda deuda en el año sabático, que podría muy donde se habla del progreso de la ley.
9
bien no coincidir con el año séptimo de contraída la deuda. La fiesta de Pentecostés se celebraba siete semanas después de la Pascua, también en el lugar
6 i-legido por Dios, y a ella debía acudir todo buen israelita con su familia y con los menesterosos,
Podría alguien pensar que con estas palabras se autoriza a los hebreos para ejercer la usura
con los extranjeros. No hay tal. Este versículo promete la bendición de Dios a Israel por la obser- el levita, el peregrino, el huérfano y la viuda, para que todos se alegraran en el Señor, tomando
vancia de la ley, y el autor sagrado da a esta bendición la forma acomodada a ías circunstancias, parte
13
en el banquete sagrado que seguía a los sacrificios.
que aquí son las de los versículos anteriores. Es lo que observamos en los profetas con las bendicio- En la fiesta de los Tabernáculos echamos de ver que la fiesta debía durar siete días, como
nes mesiánicas, que toman infinitas formas de expresión, según las circunstancias en que se halla dice en Lev 23,36, mientras que en Núm 29,35 se añade un día, el octavo, de asamblea solemne,
el profeta (28,12.44; Is 23,17 s.; 60,6 ss.; Ag 2,8). «•i» que no se hará trabajo servil.
7 1
Las disposiciones contenidas en 7-18 ya las hemos visto en Lev 25,35; pero el Deuteronomio " Aquí ya se habla de una organización judicial en las ciudades de Israel muy diversa de la
les da una forma propia, toda impregnada del amor del prójimo. Acerca de la práctica de estas leyes 'l'ic existía en el desierto.
2
véase Jer 34,8 ss. ' La razón de esta norma se halla en que los cananeos solían preferir para santuarios los bos-
ques, en que se revelaba la fertilidad de la tierra, personificada en algunos de sus dioses, como
1|x * Es el último texto de los seis que tenemos sobre las fiestas de Israel. En esta de la Pascua •Vitarte. Cuando no tenían bosques, simbolizaban la misma idea por medio de oseras o tronco» de
• " hemos de notar dos cosas: la primera, que la víctima no ha de ser necesariamente un cordero libóles plantados.
DEU'I F.HONOMIO 1 7 - 1 8 22(1 221 DEÜTEHONOMIO 18-19
ante el sol o la luna o cualquier astro del do de ella y establecido en ella tu moruih 2
un levita sale de alguna de tus ciudades pediré cuenta. " Pero el profeta que ose
ejército de los cielos, cosa que yo no he si te dices: Voy a poner sobre mí un rey de todo Israel, donde paregrinó, para ve- decir en nombre mío lo que yo no le haya
mandado; * 4 cuando la cosa llegue a ti, como lo tienen todas las naciones que m> nir con todo el deseo de su alma al lugar mandado decir, o hable en nombre de
harás una escrupulosa investigación; si el rodean,* 15pondrás sobre ti el rey ipi. que Yavé elija, * 7 ministrará en nombre otros dioses, debe morir. * 2> Y si te dices
rumor es verdadero y el hecho cierto, si Yavé, tu Dios, elija; uno de tus hernin de Yavé, su Dios, como todos sus her- en tu corazón: ¿Cómo voy a conocer yo
se cometió tal abominación en Israel, nos tomarás para nacerle rey sobre ti; no manos los levitas que allí estén delante la palabra que no ha dicho Yavé'.'22 Cuan-
5 llevarás a tus puertas al hombre o mu- podrás darte por rey un extranjero qui- de Yavé, 8 y comerá una porción igual do un profeta te hable en nombre de
jer que tal maldad ha cometido y los la- no sea tu hermano. 16 Pero que no tenga a la de los otros, excluyendo a los sacer- Yavé, si lo que dijo no se cumple, no se
pidarás hasta que mueran. gran número de caballos ni pretenda vol- dotes de los ídolos y a los magos. realiza, es cosa que no ha dicho Yavé; en
6 ver al pueblo a Egipto; porque Yavé, tu
Sólo sobre la palabra de dos o tres su presunción habló el profeta; no lo
testigos se condenará a muerte al que ha- Dios, ha dicho: 17No volváis nunca jamás temas. *
ya de ser condenado; no será condenado por ese camino. Que no tenga mujeres Los profetas
a muerte sobre la palabra de un solo tes- en gran número, para que no se desvíe 9 Cuando hayas entrado en la tierra
tigo. * i Las manos de los testigos se alza- su corazón, ni grandes cantidades de pla- Ciudades de refugio
que Yavé, tu Dios, te da, no imites las
rán las primeras contra él para hacerle ta y oro. 18 En cuanto se siente en el tro- abominaciones de esas naciones, * 10 y no •| Q 1 Cuando Yavé, tu Dios, haya ex-
morir y después seguirán las del pueblo. no de su realeza escribirá para sí en un haya en medio de ti quien haga pasar por * *» terminado las naciones cuya tierra
Has de extirpar el mal de en medio de ti. libro una copia de esta Ley, que se 19halla el fuego a su hijo o a su hija, ni quien se te da y las hayas desposeído y2 habites en
en poder de los sacerdotes levíticos. La dé a la adivinación, ni a la magia, ni a sus ciudades y en sus casas, * te separa-
Diversas categorías de jueces tendrá consigo y la leerá todos los días de hechicerías n y encantamientos; ni quien rás tres ciudades de en medio de la tie-
su vida, para que aprenda a temer a Yavé, rra que Yavé, tu Dios, te da en posesión;
8
Si una causa te resultare difícil de re- su Dios, y a guardar todas las palabras de consulte a encantadores, ni a espíritus, ni 3
esta Ley y todos estos mandatos y los pon- u2 adivinos, ni pregunte a los muertos. allanarás los caminos y dividirás en tres
solver entre sangre y sangre, entre contes- Es abominación ante Yavé cualquiera regiones el territorio que Yavé, tu Dios,
tación y contestación, entre herida y he- ga por obra, 2 0 para que no se alce su co-
razón sobre el de sus hermanos y no se que esto hace, y precisamente por tales te da en heredad, para que todo homi-
rida, objeto de litigio en tus puertas, te abominaciones arroja Yavé, tu Dios, de cida pueda refugiarse en esas ciudades.
levantarás y subirás al lugar que Yavé, tu aparte ni a la derecha ni a la izquierda, 4
Dios, haya elegido, * 9 y te irás a los y así prolongue los días de su remado, delante de ti a esas
14
gentes. 13 Sé puro ante He aquí el caso en que el homicida que
él y sus hijos, en medio de Israel. * Yavé, tu Dios. Esas gentes que vas a allí se refugie tendrá salva la vida: Si
sacerdotes hijos de Leví y al juez entonces desposeer consultan a hechiceros y adí- mató a su prójimo sin querer, sin que
en funciones, y le consultarás; él te dirá anos; pero a ti nada de eso te permite antes fuera enemigo suyo ni ayer ni an-
la sentencia10que haya de darse conforme favé, tu Dios. 15 Yavé, tu Dios, te sus- teayer. 5 Así, si uno va a cortar leña en
a derecho. Obrarás según la sentencia L o s sacerdotes
itará de en medio de ti, de entre tus her- el bosque con otro y, mientras maneja con
que te hayan dado en el lugar que Yavé •I o l Los sacerdotes levíticos, toda la nanos, un profeta como yo; a él le oirás, fuerza el hacha para derribar el árbol,
ha elegido y pondrás cuidado en ajusfarte a A O tribu de Leví, no tendrán parte ni >> precisamente como a Yavé, tu Dios, salta del mango el hierro y da a su próji-
lo que ellos te hayan enseñado, n Obrarás heredad con Israel; se mantendrán de los pediste en el Horeb, el día de la congre- mo y le mata, ése huirá a una 6de las ciu-
conforme a la ley que ellos te enseñen y sacrificios de combustión a Yavé y la here- gación, diciendo: Que no oiga yo la voz dades y tendrá salva la vida. Si no, el
a la sentencia que te hayan dado, sin apar-dad de El comerán. * 2 No tendrán here- de Yavé, mi Dios,7 y no vea este gran fuego vengador de la sangre perseguirá en su
tarte ni a la derecha ni a la izquierda de dad en medio de sus hermanos; Yavé es su para no morir. 1 Entonces 18me dijo Yavé: furor al homicida, y si el camino era de-
lo que te hayan dado a conocer. 12 El que, heredad, como él se lo ha dicho. 3 Estos Dices bien hablando así. Yo les sus- masiado largo, le alcanzaría y le heriría
dejándose llevar de la soberbia, no escu- serán los derechos de los sacerdotes so- citaré de en medio de sus hermanos un de muerte; y, sin embargo, ese hombre
chare al sacerdote que está allí para servir
bre el pueblo, sobre aquellos que ofrez- profeta como tú, pondré en su boca mis no merecía la muerte, pues que ni de ayer
a Yavé, tu Dios, o no escuchare al juez,
can en sacrificio un buey o una oveja; se palabras y él 19
les comunicará todo cuanto ni de anteayer tenía odio. 7 Por eso te
será condenado a muerte. 13 Así extirpa- dará al sacerdote la pierna, las mandíbu- yo le mande. A quien no escuchare las doy este mandato: Separa tres ciudades;
rás el mal de en medio de Israel, y tu pue-las y el cuajar. 4 También le darás las palabras que él dirá en mi nombre, yo le
8
y si Yavé, tu Dios, ensancha tus fron-
blo, al saberlo, temerá y no se dejará lle-primicias de tu trigo, de tu mosto y de
var de la soberbia. * tu aceite y las primicias del esquileo de
6
El Deuteronomio supone a los miembros de la tribu de Leví dispersos por las tribus de Israel,
tus ovejas; 5 porque a él le ha elegido llevando una vida pobre, tal vez sirviendo en los santuarios tolerados, en que el pueblo solía sacri-
El rey licar (1 Re 3,2 ss.; 15,14.35; 22,44, etc.). La Ley pretende hacer desaparecer tales santuariosy fo-
Yavé, tu Dios, de entre todas las tribus, menta la concentración de los levitas en el templo (cf. Ez 44,10 ss.; 2 Re 23,9).
14 Cuando hayas entrado en la tierra que para estar ante El y ministrar en nombre 9
Los antiguos acudían con frecuencia a la divinidad para conocer el futuro o cosas ocultas
Yavé, tu Dios, te da y te hayas posesiona- de Yavé, él y sus hijos, por siempre. 6 Si IKir medio de la adivinación en formas variadísimas, las cuales todas tenían contacto con el culto
• le los ídolos. Para evitar este peligro, Yavé proveyó a su pueblo de profetas, a quienes podían con-
•i y 3 En el relato de la creación (Gen 1,14 ss.) se cuenta la formación de los astros por Dios sultar en sus necesidades (cf. 1 Sam 9,6 ss.; 2 Re 1,3 s.). El Señor les encomendó todavía una misión
• ' para utilidad del hombre. Era esto derruir por su base el culto de los astros divinizados, más alta: la de ser los maestros y los directores espirituales de los reyes y del pueblo. De esto nos
que desde Caldea se habla difundido por Canán, como nos dan de ello testimonio los profetas habla este párrafo, de la ley del profetismo. Aunque la forma en que está redactada la ley, que habla
(Is 24,21; Jer 8,2; 10,13; Sof 1,5). 1 le un profeta en singular, parece sugerir un profeta particular, que sería el Mesías, o un precursor
6 uyo (Me 6,15; Jn 1,25; Act 3,22; 7,37); pero el conjunto del texto muestra claro que se trata de
Los w.6-20 sobre procedimientos judiciales tienen su lugar propio después de 16,20, en que
se comenzó a tratar ese tema. I.IS profetas, que Dios presenta como guias de Israel. El oráculo sacerdotal del urim y el tummim,
8
El sacerdote debe ser el juez en los casos difíciles que puedan ocurrir a los jueces ordinarios. <• que se habla atrás (Ex 28,30; Lev 8,8), no lo menciona.
13 20
Este asunto queda expuesto en el c.13. Los libros de los profetas auténticos de Yavé nos dicen cuánto abundaban en Israel estos
14
Supone el texto que Israel vivía entonces bajo un régimen patriarcal, bueno para las condi- •udoprofetas,
22
siempre escuchados del pueblo, a quien halagaban.
ciones de entonces; pero, mudadas éstas, se hizo necesario un poder más fuerte, que se impusiera Como es evidente de todo el contexto, se refiere aquí el legislador no a un profeta particular
a todos, y así no sucediera lo que se dice en el libro de los Jueces, que cada uno obraba según su determinado, sino a una verdadera institución, como eran la de la judicatura, la del sacerdocio y
voluntad (17,6; 21,24). Entonces el pueblo sentirá necesidad de un rey. La ley establece que sea 1 de la realeza. Comprende a todos los profetas que en el transcurso del tiempo mandará Dios a su
un israelita que viva con sencillez y modestia. <i«-blo; pero no se excluye, antes por modo especialísimo se incluye, al profeta por antonomasia,
20 Mesías. Uno de los fines de esta institución es apartar al pueblo de acudir a hechiceros y adivinos,
Parece que el autor sagrado tiene ante los ojos la monarquía salomónica, que acabó eñ el
cisma de Israel. •uno acostumbraban los cananeos y en general los gentiles.
l
1 Q l En Núm 35,9 ss. se establece con muchos detalles esta ley de las ciudades de refugio, que,
1 ^0 En este párrafo no se habla de los diezmos debidos a los levitas, según Lev 27,30 ss.;
Núm 18,20 ss. Los emolumentos de los sacerdotes eran las primicias y la porción de los ' J por lo que toca a la TransJordania, ya las había señalado Moisés (4,41 ss.). Debe notarse que
sacrificios (Lev 7,30 s.; Núm 18,11 ss.). I«ley no favorecía sino al matador involuntario; para el culpable no habla asilo.
DKUTKKONOMIO 19-20 222 223 DEUTERONOMIO 20-21
tenis, como a tus padres se lo h a jurado, que tú, n o los temerás, p o r q u e Yavé, tu imitar las abominaciones a que esas gen- perdonada. 9 Así quitarás de en medio
y le da toda la tierra que a tus padres Dios, que te sacó de Egipto, está conti- tes se entregan para con sus dioses, y de ti la sangre inocente y harás lo que
juro darte, 9 siempre que guardes y pon- go. * 2 C u a n d o se vaya a dar la batalla, no pequéis contra Yavé, vuestro Dios. * es recto a los ojos de Yavé. *
gas por obra todos los mandamientos que avanzará el sacerdote y hablará al pue- 19
Si p a r a apoderarte de una ciudad
yo te prescribo hoy, amando a Yavé, tu blo, 3 y le dirá: ¡Oye, Israel! H o y vais a enemiga tienes que hacer un largo asedio,
Dios, y siguiendo todos sus caminos, aña- L a s m u j e r e s a p r e s a d a s e n la g u e r r a
dar la batalla a vuestros enemigos; que no destruyas la arboleda, metiendo en
dirás a esas tres otras tres ciudades, 10 pa- 10
no desfallezca vuestro c o r a z ó n ; no te- ella el h a c h a ; come sus frutos y no los C u a n d o hagas la guerra a los pue-
ra que no sea derramada sangre inocente máis, no os asustéis n¡ os aterréis ante lales, que no es un h o m b r e el árbol del blos enemigos, y Yavé, tu Dios, te los
en medio de la tierra que Yavé, tu Dios, ellos; 4 porque Yavé, vuestro Dios, m a r - campo para que pueda reforzar la de- dé en tus m a n o s y hagas cautivos, " si
te da por heredad y no caiga sangre so- cha con vosotros para combatir con vos- fensa contra ti. * 2 0 Los árboles que veas entre ellos vieres a una mujer hermosa y
bre ti. 11 Pero si uno que odiaba a su pró- otros contra vuestros enemigos, y El os que no son de fruto podrás destruirlos la deseas, la tomarás p o r mujer, i2 la en-
jimo le acechare, se echare sobre él y le salvará. 5 Luego hablarán al pueblo los y derribarlos, para hacer ingenios con trarás en tu casa, y ella se raerá la cabeza
hiriere mortalmente y huyere a una de
escribas, diciendo: ¿Quién ha construido que combatir a la ciudad en guerra con- y se cortará las uñas, 13 y quitándose los
esas c i u d a d e s , I 2 los ancianos de la ciudad tigo, hasta que caiga. vestidos de su cautividad, quedará en tu
le mandarán prender y le entregarán en una casa nueva y no la ha estrenado?
Que se vaya y vuelva a su casa, no muera casa; llorará a su padre y a su m a d r e
manos del vengador de la sangre para por tiempo de un m e s ; después entrarás
que muera. 13 N o tendréis piedad de él; en la batalla y sea otro el que la estrene. E x p i a c i ó n d e h o m i c i d i o c o m e t i d o a ella y serás su marido y ella será tu
6
¿Quién h a plantado u n a viña y n o la
quitarás de Israel sangre inocente y pros-
ha vendimiado todavía? Q u e se vaya y
por m a n o desconocida mujer.* ' 4 S i después te desagradare, le
perarás. darás la libertad y no la venderás p o r
14
vuelva a su casa, no sea que muera en n •! l Si en la tierra que Yavé, tu Dios, dinero ni la maltratarás, pues tú la hu-
N o moverás los términos de tu pró- la batalla y la vendimie otro. 7 ¿Quién se « ^ te da en posesión fuere encontra- millaste.
jimo de donde los pusieron los antepa- ha desposado con una mujer y todavía no do un h o m b r e muerto en el campo, sin
sados en la heredad de tu propiedad, en la ha tomado? Que se vaya y vuelva a su que se sepa quién lo m a t ó , 2 tus ancia-
la tierra que Yavé, tu Dios, va a darte casa, no sea que muera en la batalla y nos y los jueces irán a medir las distan- D e r e c h o s del p r i m o g é n i t o
en posesión. la tome otro. 8 Los escribas seguirán ha- cias del lugar donde esté el cadáver has- 15
C u a n d o u n h o m b r e tenga dos mu-
blando al pueblo y le d i r á n : ¿Quién tie- ta las ciudades del contorno. 3 Los an- jeres, la una amada, la otra aborrecida,
L a p r u e b a testifica) ne miedo y siente desfallecer su corazón? cianos de la ciudad más cercana al lugar si la a m a d a y la aborrecida le dieran
15
Un solo testigo no vale contra uno Que se vaya y vuelva a su casa, para que del cadáver tomarán una becerra que no hijos y el primogénito fuere de la aborre-
en cualquier delito o en cualquier peca- no desfallezca como el suyo el corazón haya trabajado, que no haya llevado so- cida, * 16 el día en que distribuya sus bie-
do, cualquiera que sea el pecado. E n la de sus hermanos. * 9 C u a n d o los escribas bre sí el yugo, 4 y la llevarán a u n valle n e s e n t r e s u s h i j o s n o p o d r á d a r a l
palabra de dos o tres testigos se apoyará hayan acabado de hablar al pueblo, los oculto, que nunca haya sido arado ni hijo de la a m a d a el derecho de la pri-
la sentencia. * jefes de las tropas se colocarán a la ca- sembrado; y allí, en el valle, la desnuca- mogenitura con preferencia al de la abo-
16
Si surgiere contra uno un testigo beza del ejército. rán. 5 Entonces vendrán los sacerdotes, rrecida, si éste es el primogénito; " m a s
10
malo acusándole de un delito, 17 los dos C u a n d o te acercares a una ciudad hijos de Leví, p o r q u e a ellos los eligió h a b r á de reconocer por primogénito al
interesados en la causa se presentarán para atacarla, le brindarás la paz. u Si Yavé, tu Dios, para que le sirvan y para hijo de la aborrecida, dándole de sus
ante Yavé, ante los sacerdotes y los jue- la acepta y te abre, la gente de ella será bendecir el n o m b r e de Yavé, y por su bienes dos tantos, porque es el primogé-
ces en funciones en ese t i e m p o , 1 8 quienes hecha tributaria y te servirá. 1 2 Si en vez palabra ha de decidirse toda contesta- nito de su robustez y suyo es el derecho
si, después de una escrupulosa investi- de hacer paces contigo quiere la guerra, ción y toda percusión. 6 Y se llegarán de la primogenitura.
gación, averiguasen que el testigo, min- la sitiarás; 13 y cuando Yavé, tu Dios, todos los ancianos de la ciudad que esté
tiendo, había dado falso testimonio con- la pusiere en tus manos, pasarás a todos más cerca del muerto, y lavarán sus ma- E l hijo r e b e l d e
tra su hermano, 19 le castigarán hacién- los varones al filo de la espada, 14 pero nos sobre la becerra degollada en el
,H
dole a él lo que él pretendía se hiciese las mujeres, los niños y los ganados y valle, 7 y responderán diciendo: «No h a n C u a n d o u n o tenga un hijo indócil y
con su h e r m a n o ; así quitarás el mal de cuanto haya en la ciudad, t o d o su botín, derramado nuestras manos esta sangre rebelde, que no obedece la voz de su
en medio de Israel. 2<> Los otros, al sa- lo tomarás p a r a ti y podrás comer los ni lo han visto nuestros ojos; s espía a padre ni la de su madre, y aun casti-
19
berlo, temerán y no cometerán esa mala despojos de tus enemigos, que Yavé, tu lu pueblo Israel, a quien redimiste, ¡oh gándole no los obedece, * lo cogerán
acción en medio de ti; 2 1 no tendrá tu Dios, te da. l5 Así harás con todas las Yavé!, y no imputes la sangre inocente su padre y su madre y lo llevarán a los
ojo piedad; vida por vida, ojo por ojo, ciudades situadas lejos de ti, que no sean a tu pueblo Israel». Y la sangre les será ancianos de su ciudad; y a la puerta de
diente por diente, mano por mano, pie de las ciudades de estas gentes. * 16 Pero
por pie. en las ciudades de las gentes que Yavé, ' 8 Si Israel había de adueñarse de la tierra y poseerla, era preciso arrojar de ella a sus habi-
tu Dios, te da por heredad, no dejarás 1 antes antiguos.
con vida a n a d a de cuanto respira: 17 da- 19 En los monumentos asirios se ve que los guerreros de Nínive no se atenían a esta ley; des-
La guerra 1 rulan por destruir, por dañar al enemigo, sin mirar a que luego podía ser su vasallo. Tampoco se
rás al anatema esos pueblos, a los jéteos,
uuardaban a veces en Israel (2 Re 3,19.25).
Ort ' C u a n d o vayas a hacer la guerra amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y je-
c
« " a tus enemigos, al ver los caballos buseos, como Yavé, tu Dios, te lo ha y •% 9 Tan grave delito se considera el homicidio, que cuando no puede ser descubierto el autor,
y los carros de un pueblo más poderoso m a n d a d o , 1 8 para que no aprendáis a ^ ' cuantos, por estar cerca del lugar en que se cometió, pudieran creerse complicados, manda
U Ley 13
que se purguen de la responsabilidad mediante el juramento dado por sus representantes.
15 Esta cautiva de guerra pasa de una nación a otra nueva, cosa en cierto modo equivalente a la
Estas disposiciones de procedimiento judicial pueden considerarse complemento de lo ex- muerte para su nación, y por eso ha de despojarse de cuanto recuerda su nación propia y guardar
puesto en 17,6 ss. y en Núm 35,30. En el precepto noveno del Decálogo se prohibe el falso testi- lulo por un mes (Núm 20,29; Dt 34,11). El derecho común antiguo miraba a tales mujeres como
monio: aquí se señala para el falso testigo la pena del talión (cf. Prov 19,5.9). - "flavas. El Deuteronomio es mucho más humano.
1
O í j J El ejército de Israel no se componía sino de infantería; la caballería, o mejor, la carrería ' La Ley tolera la poligamia, común en los pueblos semitas, por la dureza del pueblo (Mt 19,8);
^ ^ 8 de los cananeos, tenía que infundirles grande temor (cf. Jos 17,16; Jue 1,19; 4,3). 1 UTO en este lugar se trata de coartar la arbitrariedad del marido contra los derechos del primogé-
Miio, que se miraba como de ley natural (2 Sam 3,4; 1 Re 1,5.17 ss.). Nunca la poligamia queda bien
Aunque la ley del servicio militar era universal, pónense aquí estas excepciones para el mo- 1 •anida en las páginas de la Escritura.
mento mismo en que se va a dar la batalla, y parecen tender todas a retirar de en medio de las tro- 1
" La constitución patriarcal del Israel antiguo exigía conservar fuerte la autoridad paterna, y
pas 15
a los que pudieran ser causa de desmoralización y cobardía. I'i ir esto aquí la Ley se muestra dura con los hijos rebeldes; aunque ya se deja entender que con tan
Esta era entonces la ley común de la guerra; como el servicio de las armas en todos aquellos Uipnos abogados como eran el amor del padre y el de la madre, la aplicación de la Ley rarísima vez
pueblos era universal, todos los varones en edad de empuñarlas eran combatientes. i.'ndría lugar (Prov 19.18; 30,17).
DEUTERONOMIO 21-22 224 225 DEUTERONOMIO 22-23
ella 20 dirán a los ancianos de la ciudad: Mezcolanzas prohibidas 24
en la ciudad yace con ella, los lleva- tranjero fuiste en su tierra; 8 sus hi-
Este hijo nuestro es indócil y rebelde (Lov 19,19) réis a los dos a las puertas de la ciudad jos, a la tercera generación, podrán ser
y no obedece nuestra voz; es un desen- 9 y los lapidaréis hasta matarlos; a la jo- admitidos en la asamblea de Yavé.
frenado y un borracho; 21 y le lapidarán No plantes en tu vifia una segunda ven, por no haber gritado en la ciudad;
todos los hombres de la ciudad. Así qui- simiente, porque todo sería declarado cosa al hombre, por haber deshonrado a la Limpieza en los c a m p a m e n t o s
tarás el mal de en medio de ti, y todo Is- santa, lo sembrado y el producto de la mujer de su prójimo. 25 Pero si fue en 9
rael, al saberlo, temerá. viña. * el campo donde el hombre encontró a Cuando salgas en guerra contra tus
10 No ares con buey y asno uncidos la joven desposada, y haciéndole violen- enemigos, guárdate de toda cosa ma-
E l cadáver del ajusticiado juntos.
11 cia yació con ella, será sólo el hombre la. * 10 Si hubiere alguno impuro por ac-
No lleves vestido tejido de lana y el que muera. 2 6 A ella nada le harás; cidente nocturno, sálgase fuera del cam-
22
Cuando uno que cometió un crimen de12lino juntamente. no hay en ella reato de muerte, porque pamento " y no entre hasta que, al caer
digno de muerte sea muerto colgado de Te harás borlas en las cuatro pun- es como si un hombre se arroja •sobre de la tarde, se bañe en agua. A la puesta
un madero, * 23 su cadáver no quedará en tas del vestido con que te cubras. otro y le mata; el caso es igual. 27 Cogi- del sol podrá entrar en el campamento.
12
el madero durante la noche, no dejarás da en el campo, la joven gritó, 28 pero no Tendrás fuera del campamento un
de enterrarle el día mismo, porque el ahor- Delitos de los cónyuges y sus penas había nadie que la socorriese. Si un lugar donde I3agacharte para hacer tus
cado es maldición de Dios, y no has de 13
Si un hombre, después de haber to- hombre encuentra a una joven virgen no necesidades, llevando a más de las
manchar la tierra que Yavé, tu Dios, te mado mujer y haber entrado a ella, la desposada, la coge y29yace con ella y armas un palo; con él harás un hoyo
da en heredad. aborreciere * 14 y le imputare falsamente fueren sorprendidos, el hombre que para agacharte; y después de haberte aga-
delitos y la difamase, diciendo: «He to- yació con ella dará al padre de la joven chado taparás tus excrementos; 14 por-
mado a ésta por mujer, y cuando a ella cincuenta siclos de plata y ella será su que Yavé, tu Dios, anda en medio de tu
Las cosas perdidas mujer, por haberla él deshonrado, y no campamento para protegerte y entregar
(Ex 23,4-9)
entré no la hallé virgen»; is el padre y podrá repudiarla en su vida. en tu poder a tus enemigos, y tu campa-
la madre de ella tomarán las pruebas de mento debe ser santo, para que Yavé no
30
O O i Si encuentras perdidos el buey o su virginidad y las presentarán a los an- Nadie tomará mujer de su padre vea en ti nada de indecente y no aparte
« « la oveja de tu hermano, no te re- cianos de la ciudad en las puertas, i* El ni levantará la cubierta del lecho paterno. de ti sus ojos.
tires de ellos: llévaselos a tu hermano. * padre de la joven dirá: «Yo he dado por
2
Si tu hermano habita lejos de ti y no mujer mi hija a este hombre, y él, habién- Inclusión y exclusión de la comuni-
le conoces, recoge el animal en tu casa dola aborrecido, le imputa cosas deshon- Humanidad
17 dad de Israel
y tenlo contigo hasta que tu 3hermano rosas, diciendo: No la he hallado vir- 15 No entregarás a su amo un escla-
venga a buscarlo y devuélveselo. Lo mis- gen. Ahí están las pruebas de la virgini- O O ' No será admitido en la asam- vo huido que se haya refugiado en tu
mo harás con su asno, con su manto y dad de mi hija», y desplegarán la18sábana ** *» blea de Yavé aquel cuyos órganos casa. * i* Tenlo contigo en medio de
con todo cuanto perdido encontrares. cogerán ante los ancianos de la ciudad. Estos
4 al hombre y le castigarán, i» le genitales hayan sido aplastados o am- tu tierra, en el lugar que él elija, en una
Si ves el asno de tu hermano o su buey impondrán una multa de cien siclos de putados. * de tus ciudades, donde bien le viniere,
2
caídos en el camino, no te desentiendas; plata, que entregarán al padre de la jo- El fruto de una unión ilícita no se- sin17 causarle molestias.
ayúdale a levantarlos. ven, por haber esparcido la difamación rá admitido en la asamblea de Yavé; Que no haya prostituta de entre
de una virgen de Israel; tendrá que to- ni aun a la décima generación entrará. las hijas de Israel, ni prostituto de entre
3
Prohibición de ciertos usos marla por mujer,20y nunca en la vida Amonitas y moabitas no serán ad- los hijos de Israel. * 18 No lleves a la
5 podrá repudiarla. Pero si la acusación mitidos, ni aun a la 4décima generación; casa de Yavé ni la merced de una ra-
No llevará la mujer vestidos de hom- fuera verdad, habiéndose hallado no ser no entrarán jamás, porque no vinie- mera ni el precio de un perro para cum-
bre, ni el hombre vestidos de mujer, virgen la joven, 21 la llevará a la entrada ron a vuestro encuentro con el pan y el plir un voto, que lo uno y lo otro es abo-
porque el que tal hace es abominación de la casa de su padre, y las gentes de agua al camino, cuando salisteis de Egip- minación para Yavé, tu Dios. *
a Yavé, tu Dios. * 19
6
la ciudad la lapidarán hasta matarla, por to, y porque trajeron contra ti a Balam, No exijas de tus hermanos inte-
Si en tu camino encuentras un nido haber cometido una infamia en Israel, hijo de Beor, de Petur, de Aram Naha- rés alguno, ni por dinero, ni por víve-
de pájaros, en un árbol o en tierra, con prostituyéndose en la casa paterna; así raim, para que te maldijera; 5 aunque res, ni por nada de lo que con usura suele
pollos o con huevos y la madre sobre quitarás el mal de en medio de ti. Yavé, tu Dios, no quiso oir a Balam y prestarse. * 20 Puedes exigírselo al ex-
ellos,
7
no cojas la madre con los pollos; * 22
mudó su maldición en bendición porque tranjero, pero no a tu hermano, para que
deja libre a la madre y no cojas más Si un hombre fuere cogido yaciendo Yavé, tu Dios, te ama. 6 No buscarás Yavé, tu Dios, te bendiga en todas tus
que los pollos, para que seas dichoso y con una mujer casada, serán muertos su amistad, ni cuidarás de su bienes- empresas, en la tierra en que vas a en-
vivas largos años. los dos, el hombre que yació con la mu- tar jamás en los días de tu vida. 7 No trar para poseerla.
8
Cuando construyas una casa nueva jer y la mujer. Así quitarás el mal de en detestes al edomita, porque es hermano 21
Cuando hicieras un voto a Yavé,
pondrás un pretil en derredor de tu te- medio 23
de Israel. tuyo; no detestes al egipcio, porque ex- tu Dios, no retardes el cumplirlo; pues
rrado; no eches el delito de la sangre Si una joven virgen se desposó a un
sobre tu casa si alguien se cayera de él. hombre, y encontrándola en tanto otro O *3 l Como en las naciones civilizadas existe una legislación sobre la nacionalización de extran-
22
~gX* jeras, así hay también entre las tribus nómadas leyes sobre la incorporación de los extraños
U n cadáver, ya por sí, es u n foco de impureza. L o es m u c h o más el de ajusticiado, por razón ;i la tribu. L a presente disposición excluye a muchos por diversas razones y reguía la admisión de
d e su crimen (cf. Jn I9,3l). Por eso los judíos piden a Pilato retirar d e la cruz los cadáveres de los otros ( N ú m 22-24). D e los motivos alegados, acaso debe decirse lo q u e en Ex 17,18 dijimos de la
ajusticiados. Kuerra perpetua contra Amalee. Son motivos inspirados en la religión d e estos pueblos y en el espe-
cial peligro q u e éste era para Israel.
O O * T o d o s estos preceptos o exhortaciones morales tienden a fomentar el amor entre los p r ó - 9
Ya se ve q u e no por razones d e higiene, sino por respeto a la santidad de Dios, q u e mora en el
^ ^ jimos. campamento, se d a n estas disposiciones.
5
Esta disposición es una protesta contra los ritos religiosos d e Siria y Fenicia. 15
En contraposición con el derecho de otros pueblos, entre ellos los romanos, se manda respe-
6
Estas eran costumbres del pueblo de Israel, q u e el legislador sanciona con la mira de fomentar tiir ía libertad d e quien huyendo de su a m o la recobró.
la delicadeza d e los sentimientos en su pueblo (cf. Introducción al Éxodo). 17
Esta prostitución es la prostitución sagrada, con q u e los cananeos pretendían honrar a las
9
Estas disposiciones, q u e vendrían mejor después del v.5, deben de estar inspiradas en el mismo divinidades d e la fecundidad y merecer sus favores.
principio de protesta contra los ritos o supersticiones can.»neos (Lev 19,19; Is 17,10; 2 Cor 6,14). 1 fi
13 El decoro del santuario y la santidad de Dios rechazan estas ofrendas, admitidas en muchos
L a legislación antigua sobre delitos contra la honestidad era m u y severa, y lo es aún hoy la suntuarios semitas manchados por los vicios carnales. El perro es el prostituto, llamado con u n n o m -
de los nómadas del desierto arábigo. Estas ofensas contra el honor no se lavan sino con la sangre d e bre eufemístico: hieródulo (1 Re 14,24; 15,12; 22,47; O s 4,14).
los culpables. 1 9
Sobre el préstamo a interés, véase 15,3; Ex 22,24; Lev 25,36 8.

Niícar-Coihinpn |
DEOTERONOMIO 23-25 226 227 DEÜTERONOMIO 2S-2Í
tes, 3 pero no le hará dar más de cua- el camino y cayó sobre los rezagados
Yavó, tu Dios, de cierto te pedirá cuen- do cuanto te digan los sacerdotes levi- renta, no sea que pasando mucho de que venían detrás de ti cuando ibas tú
ta de ello y cargarlas con un pecado. tas; todo cuanto yo les he prescrito lo este número quede tu hermano afrentado cansado y fatigado. 19 Cuando Yavé, tu
22
Si no haces voto, no cometes peca- pondréis escrupulosamente por obra. ante ti. * Dios, te dé el reposo, librándote de todos
9
do ; 23 pero la palabra salida de tus la- Acuérdate de lo que con María hizo 4
¡No pongas bozal al buey que trilla! tus enemigos en derredor, en la tierra
bios la mantendrás y la cumplirás con- Yavé, tu Dios, durante el camino, a la que El te da en heredad, para que la
forme al voto libremente hecho a Yavé, salida de Egipto. poseas, extinguirás la memoria de Ama-
tu Dios, que tu boca pronunció. 10
Si prestas algo a tu prójimo, no L e y d e l levirato
24
lee de debajo del cielo; no lo olvides.
Si entras en la viña de tu próji- entrarás en su casa para tomar prenda; 5
Cuando dos hermanos habitan uno
11
mo, podrás comer uvas hasta saciar tu esperarás fuera de ella a que el presta- junto al otro y uno de los dos muere Primicias y décimas
apetito, pero no guardarlas en tu zurrón. tario te saque fuera la prenda. sin dejar hijos, la mujer del muerto no
25 12
Si éste es pobre, no te acostarás (14,22-29; Núm 18)
Si entras en la mies de tu pró- se casará fuera con un extraño; su cu-
jimo, podrás coger unas espigas con la sobré la prenda; I 3 se la devolverás al ñado irá a ella y la tomará por mujer, * O / J 1 Cuando hubieres entrado en la
mano, pero no meter la hoz en la mies ponerse el sol, para que él se acueste 6
y el primogénito que de ella tenga lle- « " tierra que Yavé, tu Dios, te da
de tu prójimo. * sobre su vestido y te bendiga, y esto será vará el nombre del hermano muerto, para por heredad y tomares posesión de ella
para ti justicia ante Yavé, tu Dios. que su nombre no desaparezca de Is- y te establecieres, * 2 tomarás una parte
Repudio i* N o oprimas al mercenario pobre e rael. 7 Si el hermano se negase a tomar de las primicias de todos los productos
indigente, sea uno de tus hermanos, sea por mujer a su cuñada, subirá ésta a (a de tu suelo, que coseches en la tierra
O A l Si un hombre toma una mujer y uno de los extranjeros que moran en tus puerta, a los ancianos, y les dirá: «Mi que Yavé, tu Dios, te da, y poniéndola
« ™ llega a ser su marido, y ésta luego no ciudades. 15 Dale cada día su salario, sin cuñado se niega a suscitar en Israel el en una cesta, irás al lugar que Yavé, tu
le agrada, porque ha notado en ella algo dejar pasar sobre esta deuda la puesta nombre de su hermano; no quiere cum- Dios, haya elegido para establecer en él
de torpe, le escribirá el libelo de repu- del sol, porque es pobre y lo necesita. plir su obligación de cuñado, tomándome su nombre. 3 Te presentarás al sacerdote
dio, y poniéndoselo en la mano, la man- D e otro modo, clamaría a Yavé contra por mujer». 8 Los ancianos de la ciudad entonces en funciones y le dirás: «Yo
dará a su casa. * 2 Una vez que de la ti o tú cargarías con un pecado. le harán venir y le hablarán. Si persiste reconozco hoy ante Yavé, tu Dios, que
casa de él salió, podrá ella ser mujer de 16 N o morirán los padres por la culpa en la negativa y dice: « N o me agrada he entrado en la tierra que Yavé juró
otro hombre. 3 Si también el segundo ma- de los hijos, ni los hijos por la culpa de los tomarla por mujer», ' su cuñada se acer- a nuestros padres darnos». 4 El sacerdote
rido la aborrece y le escribe el libelo padres; cada uno sea condenado a muer- cará a él en presencia de los ancianos, recibirá de tu mano la cesta y la pondrá
de repudio y, poniéndoselo en la mano, te por pecado suyo.* le quitará del pie un zapato y le escupirá delante del altar de Yavé, tu D i o s ; 5 y
la manda a su casa, o si el segundo ma- 1' N o hagas injusticia al extranjero ni en la cara, diciendo: «Esto se hace con tomando de nuevo la palabra, dirás: « U n
rido que la tomó por mujer muere, 4 no al huérfano, ni tomes en prenda las ro- el hombre que no sostiene la casa de su arameo errante fue mi padre, y bajó al
podrá el primer marido volver a tomarla pas de la viuda. 18 Acuérdate de que escla- hermano». 10 Y su casa será llamada en Egipto en corto número para peregrinar
vo fuiste en Egipto y de que Yavé, tu Dios, Israel la casa del descalzado. allí, y creció hasta hacerse gran muche-
por mujer después de haberse ella mar-
te libró; por eso te mando hacer así. dumbre, de mucha y robusta gente.
chado, porque esto es una abominación
6
para Yavé, y no has de llevar el pecado " Cuando en tu campo siegues tu mies, Afligiéronse los egipcios y nos persi-
Honestidad
a la tierra que Yavé, tu Dios, te da en si olvidas alguna gavilla, no vuelvas a bus- guieron, imponiéndonos rudísimas cargas,
carla; déjala para el extranjero, el huér- 11 7
heredad. Si mientras riñen dos hombres, uno y clamamos a Yavé, Dios de nuestros
5 fano y la viuda, para que te bendiga Yavé,
Cuando un hombre sea recién casa- con otro, la mujer del uno, interviniendo padres, que nos oyó y miró nuestra hu-
do, no irá a la guerra ni se le ocupará tu Dios, en todo trabajo de tus manos. para librar a su marido de las manos del millación, nuestro trabajo y nuestra an-
en cosa alguna; quede libre en su casa 2
0 Cuando sacudas tus olivos, no ha- que le golpea, cogiere a éste por las par- gustia, 8 y nos sacó de Egipto con m a n o
durante un año para contentar a la mu- gas tras de ti rebusco en sus ramas; dé- tes vergonzosas, *2 le cortará las manos poderosa y brazo tendido, en medio de
jer que tomó. jalo para el extranjero, el huérfano y la sin piedad. gran pavor, prodigios y portentos, 9 y
viuda. 21 Cuando vendimies tu viña, no 13 N o tendrás en tu bolso pesa grande nos introdujo en este lugar, dándonos
Equidad, humanidad y moderación hagas en ella rebusco; déjalo para el ex- y pesa chica. una tierra que mana leche y miel. 1" Por
6
tranjero, el huérfano y la viuda. 2 2 Acuér- 14 N o tendrás en tu casa dos efds, uno eso ofrezco ahora las primicias de la tie-
N o tomarás en prenda las dos pie- date de que esclavo fuiste en Egipto, y grande y otro chico. 15 Tendrás pesas ca- rra que Yavé me ha dado». Y las dejarás
dras de una muela, ni la piedra de enci- por eso te mando hacer así. bales y justas, y efds cabales y justos, ante Yavé, tu D i o s ; y adorado Yavé, tu
ma, porque es tomar la vida en prenda. * para que se alarguen tus días sobre la Dios, U te regocijarás con los bienes que
7
Si se descubriere que alguno secues- O C "Si cuando entre algunos hubiere tierra que Yavé, tu Dios, te da. 16 Por- Yavé, tu Dios, te ha dado a ti y a tu casa,
tró a su hermano de entre los hijos de « « * pleito, y llegado el juicio, absol- que es abominación para Yavé, tu Dios, tú y el levita y el peregrino que mora
Israel para hacerle esclavo, o que le ven- viendo los jueces al justo y condenando quien eso hace, cometiendo una iniqui- en medio de ti. 12 Cuando hubieres aca-
dió, el ladrón será condenado a muerte. al reo, 2 fuere el delincuente condenado dad. bado de separar la décima de los frutos
Quitarás el mal de en medio de ti. a la pena de azotes, el juez le hará echar- de tus campos, el año tercero, año del diez»
se en tierra y le hará azotar conforme 17 Acuérdate de lo que te hizo Ama-
* Ten cuidado con la plaga de la lepra, mo, darás de ella al levita, al peregrino,
a su delito, llevando cuenta de los azo- lee en el camino, a la salida de Egipto; *
guardando escrupulosamente y cumplien- al huérfano y a la viuda para que co«
1 s cómo sin temor de Dios te asaltó en
25
Véase
1
sobre el uso de este derecho Mt 12,1 ss. OÍS 3 El código de Hammurabí señalaba hasta 60 azotes; la ley romana era más dura. San Pablo
04 La Ley tiende a impedir la separación de los cónyuges; por eso prescribe que se entregue "'*' nos dice haber recibido tres veces 39 azotes; uno menos de los 40, por escrúpulo de pasar el
^ •* a la mujer el repudio por escrito, no sólo para que tenga ésta una prueba de su libertad, sino número de los 40. Tal era el límite para los ciudadanos romanos.
para dar lugar a que intervenga el escriba que pueda procurar la reconciliación. 5
La ley del levirato, que desde antiguo estaba en uso en Israel (Gen 38,8 ss.), se inspiraba en
Sobre esta materia la Ley se mostraba muy indulgente, sin llegar a la relajación de muchos pue- nn sentimiento de humanidad hacia el marido que moría sin dejar descendencia, perpetuando su
blos antiguos. El Señor nos da la razón: la dureza de corazón de los hebreos. Esto no autoriza para nombre en Israel. Cuánto se estimaba esta ley se nos muestra en Rut 4,1 ss. En el fondo no es más
pensar que, si en cosa tan grave se muestra el legislador tan condescendiente, mucho más en otras que una especie de adopción postuma.
indiferentes y de menor importancia (Mt 5,32; 19,3; 2 Cor 7,10 s.). 17
6 Sobre la conducta con Amalee, cf. Ex 17,14; 1 Sam 15,1 ss.; 30,17 s.
En lo que resta de este capítulo son de notar las prescripciones que tienden a fomentar el amor JfL ' L a ofrenda de las primicias, como la de los primogénitos, es un reconocimiento de que
al prójimo
16
y hasta al extranjero (Ex 21,16; Lev 25,39 ss.). ™ ** se reciben de Dios. Santo Tomás lo considera de ley natural; por eso se encuentra muy ge-
Esta ley de la responsabilidad en ios delitos de sangre está vigente aún entre ios nómadas neralizada entre los pueblos antiguos. Ofrecidas a Dios las primicias, el hombre se cree autorizado
de Moab. Que estuvo vigente en Israel nos lo prueban, aparte de 2 Sam 21, s., 2 Re 14,6; Jer 31, twra hacer uso de lo demás. Sobre esta misma materia véase 14,22 ss.; Núm l8,8 ss.
29 s.; Ez 18; Deut 7,10.
DEDTERONOMIO 26-27 228 229 DEUTERONOMIO 27-28
man y se sacien en tu ciudad, * 13 y di- el hierro; 6 alzarás con piedras brutas el 24
Maldito quien ocultamente hiera a su damientos que yo te prescribo hoy, no
rus ante Yavé, tu D i o s : «He t o m a d o de altar a Yavé, tu Dios, y ofrecerás sobre prójimo; y todo el pueblo responderá: yéndote tras otros dioses para servirles.
mi casa lo santo, y se lo he d a d o al levi- él holocaustos a Yavé, tu D i o s ; 7 le ofre- Amén.
ta, al peregrino, al huérfano y a la viuda, cerás sacrificios pacíficos, y allí comerás 15 Pero si no obedeces la voz de Yavé,
25
conforme a lo que me has m a n d a d o ; no y te regocijarás ante Yavé, tu D i o s ; 8 es- Maldito quien reciba dones para he- tu Dios, guardando todos sus m a n d a -
he traspasado tus m a n d a t o s ni los he cribirás sobre esas piedras todas las pa- rir de muerte u n a vida, sangre inocente; mientos y t o d a s sus leyes que yo te pres-
olvidado; 1 4 n o he comido n a d a de ello labras de esta Ley, con caracteres bien y t o d o el pueblo responderá: Amén. cribo hoy, he aquí las maldiciones que
26
en mi l u t o ; n o he consumido n a d a en claros». Maldito quien no mantenga las pa- vendrán sobre ti y te alcanzarán:
estado de impureza; no lo he d a d o a 9 labras de esta Ley, cumpliéndolas; y t o d o 16 Maldito serás en la ciudad y maldi-
Moisés y los sacerdotes levitas habla- el pueblo responderá: Amén. to en el campo.
los muertos; he obedecido la voz de Yavé, ron a todo Israel, diciendo: G u a r d a si-
mi Dios, y en todo he hecho lo que tú i ' Maldita tu canasta y maldita tu ar-
lencio, Israel, y escucha: H o y eres el pue- tesa.
me has m a n d a d o ; 15 mira desde tu santa blo de Yavé, tu Dios. 10 Obedece, pues, S a n c i o n e s d e la L e y . B e n d i c i o n e s y
morada, desde los cielos, y bendice a tu la voz de Yavé, tu Dios, y pon por obra maldiciones 18 Maldito será el fruto de tus entra-
pueblo, Israel, y la tierra que nos has sus mandamientos y sus leyes, que yo hoy ñas, el fruto de t u suelo y las crias de
d a d o , c o m o juraste a nuestros padres, te prescribo. 0 0 ' S i de verdad escuchas la voz de tus vacas y de tus ovejas.
19
la tierra que m a n a leche y miel». £ 0 Yavé, tu Dios, guardando diligen- Maldito serás en tu entrar y en tu
16 temente todos sus mandamientos, que salir.
H o y Yavé, tu Dios, te m a n d a que Maldiciones 20
hoy te prescribo, poniéndolos p o r obra, Y Yavé m a n d a r á contra ti la mal-
pongas p o r obra estos preceptos y man-
11 El mismo día dio Moisés al pueblo Yavé, t u Dios, te p o n d r á en alto sobre dición, la turbación y la amenaza, en t o -
datos, que los guardes y practiques con
t o d o tu corazón y toda tu alma. * 1 7 H o y esta orden: 1 2 C u a n d o hayáis pasado el todos los pueblos de la tierra, y vendrán d o cuanto emprendas, hasta que seas des-
has hecho que Yavé te diga que él será Jordán, Simeón, Leví, Judá, Isacar, José sobre ti * 2 y te alcanzarán todas estas truido y perezcas bien pronto, p o r la per-
y Benjamín se estarán sobre el m o n t e G a - bendiciones p o r haber escuchado la voz versidad de tus obras, con que te apar-
tu D i o s ; y has prometido seguir sus ca-
rizim, para la bendición del pueblo; * de Yavé, tu D i o s : taste de mí. 2 l Yavé h a r á que se te pe-
minos, guardar sus leyes, sus mandamien- 3
13 los otros, Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Serás bendito en la ciudad y bendito gue la mortandad, hasta consumirte so-
tos, sus preceptos, y obedecer su voz.
D a n y Neftalí, sobre el m o n t e Ebal, para en el c a m p o . bre la tierra en que vas a entrar para po-
18 Yavé te ha dicho hoy que serás p a r a
la maldición. 1 4 Los levitas alzarán la voz,
4
Será bendito el fruto de tu vientre y seerla. 2 2 Yavé te herirá de tisis, de fie-
él un pueblo singular, como yo te lo ha-
y en voz alta dirán a todos los hombres de el de tu suelo, el de tus bestias, las crías bre, de inflamación, de ardor, de sequía,
bía dicho antes, guardando todos sus m a n -
Israel: de tus vacas y las de tus rebaños. de quemadura y de podredumbre, que te
damientos; y dándote el Altísimo, sobre
15
Maldito quien haga escultura o ima-
5
Bendita será tu canasta y bendita tu perseguirán hasta destruirte. 2 3 Tu cielo,
todas las naciones que El ha hecho, la
artesa. sobre tu cabeza, será d e bronce, y el suelo,
superioridad en gloria, en fama y en es- gen fundida, abominación a Yavé, obra 6
Bendito serás en tu entrar y bendito bajo tus pies, de hierro. 2 4 Yavé m a n d a r á
plendor, para que vengas a ser un pueblo de artífice, y la ponga en lugar oculto.
en tu salir. sobre tu tierra, en vez de lluvia, polvo y
santo para Yavé, tu Dios, como El te Y todo el pueblo responderá: Amén. 7
P o n d r á Yavé a tus enemigos, los que arena, que bajarán del cielo sobre ti, has-
lo ha dicho. i* Maldito quien deshonre a su padre ta que perezcas.
o a su m a d r e ; y todo el pueblo respon- contra ti se alcen, en derrota delante de
25
derá: Amén. ti; vendrán contra ti p o r un camino, y Yavé h a r á que seas derrotado por
17 Maldito quien reduzca los términos por siete caminos huirán delante de ti. tus enemigos; marcharás contra ellos por
TERCER D I S C U R S O 8
Yavé m a n d a r á la bendición para que u n camino y huirás por siete delante de
de su prójimo; y todo el pueblo respon-
d e r á : Amén. te a c o m p a ñ e en tus graneros y en t o d o ellos, y serás vejado en todos los reinos
Solemne promulgación d e la Ley trabajo de tus manos. T e bendecirá en la de la tierra. 26 T u cuerpo será pasto de
is Maldito quien lleve al ciego fuera de
lyrj l Moisés, con todos los ancianos su camino; y t o d o el pueblo responderá: tierra que Yavé, tu Dios, te da. todas las aves del cielo y de todas las bes-
9 tias de la tierra, sin que haya nadie que
** I de Israel, dio al pueblo esta or- Amén. Yavé te confirmará p o r pueblo santo
den: « G u a r d a d t o d o el mandamiento que
19
Maldito quien haga entuerto al ex- suyo, c o m o te lo ha jurado, si guardas las espante.
27
yo os prescribo hoy. * tranjero, al huérfano y a la viuda; y t o d o los mandamientos de Yavé, tu Dios, y Yavé te herirá con las úlceras de
2
C u a n d o hayáis pasado el Jordán, a el pueblo responderá: Amén. andas p o r sus caminos; 1° y verán todos Egipto, con almorranas, con sarna, con
la tierra que Yavé, tu Dios, te da, levan-
20
Maldito quien yace con la mujer de los pueblos de la tierra que está sobre ti tina, de que no curarás. 2 8 Yavé te herirá
tarás grandes piedras, que revocarás de su padre, p a r a alzar la cubierta del lecho el n o m b r e de Yavé, y te temerán. de locura, de ceguera y de delirio; 2 9 en
cal, 3 y escribirás en ellas todas las pala- de su p a d r e ; y t o d o el pueblo responderá: 11 Yavé te colmará de dones y bendeci- pleno día andarás palpando, como palpa
bras de esta Ley apenas hayas pasado Amén. rá el fruto de tus entrañas, el fruto de tus el ciego en tinieblas. N o tendrá éxito nin-
para llegar a la tierra que Yavé, tu Dios,
21
Maldito quien tuviere parte con u n a ganados, el fruto de tu suelo, en la tierra guno de tus proyectos, y te verás siempre
te da, tierra que m a n a leche y miel, c o m o bestia cualquiera; y t o d o el pueblo res- que a tus padres juró darte. oprimido y despojado, sin que nadie te
Yavé, tu Dios, se lo prometió a tus pa- ponderá: Amén.
12
Yavé te abrirá sus tesoros, el cielo, socorra. 30 T o m a r á s una mujer y otro la
22 para dar a tu tierra la lluvia a su tiempo, gozará; construirás u n a casa y n o la ha-
dres. 4 C u a n d o paséis el J o r d á n alzaréis Maldito quien yace con su hermana,
hija de su padre o de su m a d r e ; y t o d o el bendiciendo t o d o el trabajo de tus m a - bitarás t ú ; plantarás una viña y no la ven-
esas piedras, como yo te lo m a n d o hoy, dimiarás tú. 31 T u buey será degollado a
sobre el m o n t e Ebal, y las revocarás con pueblo responderá: Amén. nos. Prestarás a muchas gentes y de nin-
2 guna tomarás prestado. 13 Pondráte Ya- tus ojos y no lo comerás t ú ; tu asno te lo
cal. 5 Alzarás allí un altar a Yavé, u n al- 3 Maldito quien yace con su suegra;
quitarán y n o te lo devolverán; tus ovejas
tar de piedras a las que no haya tocado y todo el pueblo responderá: Amén. vé a la cabeza y no a la cola; estarás siem-
pre en alto y nunca debajo, si obedeces las tomarán tus enemigos y nadie te so-
los mandamientos de Yavé, tu Dios, que correrá ; 3 2 tus hijos y tus hijas serán pre-
12 Sobre este segundo diezmo de cada tercer año véase 14,28 s. sa de otro pueblo; tus ojos lo verán y los
n> Los w.16-19 son el epilogo de! discurso que precede e Índice del alto destino de Israel, en yo te prescribo hoy, y los guardas y los
buscarás t o d o el día, pero tu m a n o n o
razón de las promesas mesiánicas (Ex 19,5 s.; Dt 7,6; 14,2). pones p o r obra, 1 4 sin apartarte ni a la tendrá fuerza para traértelos.
1 Parecería más natural, puesto que Moisés es el que da las leyes, que los ancianos del v.l y derecha ni a la izquierda de todos los m a n -
27 los sacerdotes del v.o fuesen los directamente aludidos por las palabras de Moisés, como apa- O Q ! En muchos pasajes hemos visto las sanciones de la Ley, las bendiciones y las maldiciones
rece luego en el v.ll. De esto ya se habló atrás (11,29 s.). Este mandato lo vemos cumplido en ^ ° (Lev 26}: pero en ninguno se halla este tema tan desarrollado como aquí. Será difícil excogitar
Jos 8,30 ss. alguna bendición o algún castigo que no se halle aquí muy agravado. Se comprende que, a la vista
12 Es evidente que el texto está incompleto, pues faltan las bendiciones que debían ser pronun- de estas amenazas, el piadoso corazón del rey Josías quedara consternado (2 Re 22,11 ss.). A propó-
ciadas por estas seis tribus. sito de los w.53 s. véase lo que se cuenta en 2 Re 6,28 s. y Sam 2,20; 4,10.
DEUTERONOMIO 28 230 231 DEUTERONOMIO 28-30
33
El fruto de tu suelo y el producto de brá dado. 53 Comerás el fruto de tus en-
tu trabajo se lo comerá un pueblo que trañas, la carne de tus hijos y tus hijas, haceros volver en naves a Egipto, por el tre
16
los pueblos por que habéis pasado;
no conoces; serás siempre oprimido y que Yavé, tu Dios, te habrá dado; tanta camino de que te había dicho: No volve- habéis visto sus abominaciones y sus
aplastado. será la angustia y el hambre a que te re- rás más por él; allí seréis ofrecidos a vues- ídolos, leño y piedra, plata y oro, que
34 Te volverás loco a la vista de lo q u e ducirá tu enemigo. 54 El hombre de entre tros enemigos en venta, como esclavos y hay entre ellos. 17 No haya, pues, entre
con tus ojos verás. vosotros más delicado y más hecho al esclavas,
69
y no habrá quien os compre». vosotros hombre ni mujer, familia ni tri-
35 Yavé te herirá en tus rodillas y en lujo, mirará con malos ojos a su hermano, Estas son las palabras de la alianza bu, que se aparte hoy de Yavé, nuestro
tus muslos de úlcera maligna, que no cu- a la mujer que en su seno reposa y a los que mandó Yavé a Moisés hacer con los Dios, para ir a servir a los dioses de esos
rará, y te cubrirá de ella desde la planta hijos que todavía le queden, para no
55 hijos de Israel en la tierra de Moab, ade- pueblos; no haya entre vosotros raíz que
de los pies hasta la coronilla de la cabeza. tener que dar a ninguno de ellos de la car- más de la alianza que con ellos hizo en produzca veneno ni ajenjo; I8 nadie al
Horeb. oir las palabras de este juramento se
36 Yavé te hará ir a ti y a tu rey, que so- ne de sus hijos, que él se comerá, por no
bre ti pongas, a u n pueblo que no has co- quedarle otra cosa que comer en el cerco bendiga en su corazón, diciéndose: Paz
nocido ni tú ni tus padres, y allí servirás y en la angustia a que te reducirá tu ene- tendré, aunque persista en el propósito
a otros dioses, a leños y a piedras, 37 y migo en todas tus ciudades. La mujer
56 CUARTO DISCURSO de mi corazón; de modoI9 que se una la
serás objeto de pasmo, de fábula y de de en medio de ti más delicada, la más sed a la gana de beber. Yavé no per-
burla en todos los pueblos a que Yavé hecha al lujo, demasiado blanda y delica- Recapitulación donará a ése, sino que se encenderá con-
te llevará. da para probar a poner sobre el suelo la O Q ' Convocó Moisés a los hijos de tra él la cólera y el celo de Yavé, se echa-
38 Echarás en tu campo mucha simien- planta de su pie, mirará con malos ojos « »» Israel y les dijo: «Habéis visto todo rán sobre él todas las maldiciones escri-
te y cosecharás poco, porque se lo come- al marido que 57 en su seno reposa, a su cuanto a vuestros ojos hizo Yavé en la tas en este libro, 20 y Yavé borrará su
rá la langosta. 39 Plantarás viñas y las la- hijo y a su hija, a las secundinas que sa- tierra de Egipto al Faraón, a todos sus nombre de debajo de los cielos. 21 Yavé
brarás, pero no beberás su vino ni vendi- len de entre sus pies y al hijo que acabará servidores y a toda su tierra; * 2 los gran- le elegirá para entregarle a la desven-
miarás40 nada, porque se lo comerá el gu- de dar a luz; porque, faltos de todo, lle- des portentos que tus ojos vieron, los tura, de entre todas las tribus de Israel,
sano. Tendrás en todo tu término oli- garéis hasta comer todo eso en secreto; milagros y los prodigios grandes. 3 Pero conforme a las maldiciones de esta alian-
vos, pero no te ungirás con su aceite, por- tanta será la angustia y el hambre a que Yavé no os ha dado todavía hasta hoy za, escritas en el libro de esta Ley. 22 Las
que la aceituna se caerá. te reducirá el enemigo dentro de tus ciu- generaciones venideras, los hijos que des-
dades. un corazón que entienda, ojos que vean
4
i Engendrarás hijos e hijas, pero no y oídos que escuchen. 4 Por cuarenta años pués de vosotros nacerán y los extran-
serán para ti, porque serán llevados cau- 58
Si no cuidas de poner por obra to- os ha conducido a través del desierto; jeros que de lejanas tierras vengan, a la
tivos. das las palabras de esta Ley, escritas en vuestros vestidos no se han envejecido vista de las plagas y de las calamidades
42 Todos tus árboles y todos los frutos este libro, temiendo este glorioso y59 terri- sobre vosotros; tu zapato no se ha en- con que habrá castigado Yavé a esta
de t u suelo los roerá la langosta. ble nombre, el de Yavé, tu Dios, hará vejecido en tu pie; 5 no habéis comido tierra—azufre y sal, quemada toda la
43 El extranjero que habita en medio de Yavé portentosos tus azotes y los azotes pan ni habéis bebido vino ni licor, para tierra, sin sembrarse ni germinar, sin que
ti subirá p o r encima de ti cada vez m á s de tu descendencia; azotes grandes y con- que sepáis que soy yo, Yavé, vuestro nazca en ella la hierba, como la catás-
alto, y tú bajarás cada vez más bajo; tinuos, enfermedades graves y obstinadas; Dios; 6 y al llegar a esta región, Seón, trofe de Sodoma y Gomorra, de Adama
44 60
te prestará él, pero tú no le prestarás; arrojará sobre ti todas las plagas de rey de Hesebón, y Og, rey de Basan, y Seboyim, que destruyó Yavé en su fu-
él vendrá a ser cabeza, y tú, cola. Egipto, ante las 61cuales te aterrorizaste, salieron contra ti en guerra, pero los ror—, 23 dirán todos: ¿Cómo es que así
45 Vendrán sobre ti todas estas maldi- i y se pegarán a ti. Vendrán sobre ti toda derrotamos 7 y nos apoderamos de su ha dejado Yavé a esta tierra? ¿Qué ira
ciones y te perseguirán y te alcanzarán, i otra clase de enfermedades y azotes, no tierra, dándosela en posesión a los rube- y qué furor tan grande ha sido éste?
24
hasta que del todo perezcas, por no haber ¡ escritos en el libro de esta Ley. Yavé te nitas y gaditas y a media tribu de la de Y les contestarán: Es por haber roto
obedecido la voz de Yavé, tu Dios, guar- ! los echará encima, hasta que seas exter- Manases. 8 Por eso debéis guardar todas el pacto de Yavé, el Dios de sus padres,
dando las leyes 46y los mandamientos que i minado ; 62 quedaréis pocos, cuando erais las palabras de esta alianza, para asegu- que con ellos hizo cuando los sacó de
El te prescribía, y serán prodigio y por- ! como las estrellas del cielo en muchedum- rar el feliz éxito de cuanto emprendáis». Egipto, 25 se fueron a servir a dioses ex-
tentó en ti y en tu descendencia para siem- ! bre, por no haber escuchado la voz de Ya- traños y los sirvieron, dioses que 26 no co-
pre. i vé, tu Dios. 63 Así como se gozaba Yavé Amenazas contra los infieles
nocían y que no eran sus dioses, y se
47 Por no haber servido a Yavé alegre : en vosotros haciéndoos beneficios y mul-
tiplicándoos, así se gozará sobre vosotros 9
encendió el furor de Yavé contra esta
y de buen corazón, en abundancia de bie- arruinándoos Hoy estáis todos ante Yavé, vuestro tierra, y echó sobre ella todas las maldi-
nes, 48 habrás de servir en hambre, en sed, exterminados ydedestruyéndoos. Así seréis
la tierra en que 64vais a Dios, los jefes de vuestras tribus, los ciones, que están escritas en este libro,
en desnudez y en la indigencia de todo a entrar para posesionaros ancianos, los oficiales, todos los varo- 27 y los arrancó Yavé de esta tierra, con
los enemigos que Yavé mandará contra dispersará Yavé por entre de ella, y te nes de Israel, 10 y vuestros hijos y vues- cólera, con furor, con gran indignación,
ti; El pondrá sobre tu cuello un yugo de blos del uno al otro cabo todos de
los pue-
la tierra; y tras mujeres y todos los peregrinos que y los arrojó a otras tierras, como están
hierro, hasta que te destruya. 49 Yavé ha- allí servirás a otros dioses, que se hallan dentro de tu campamento, des- hoy. 28 Las cosas ocultas sólo son para
rá venir contra ti, desde lejos, desde el tus padres conocisteis, leño y piedra. ni tú ni Yavé, pero las reveladas son para nos-
de tu leñador hasta tu aguador, n para
cabo de la tierra, una nación que vuela 65 Tampoco en medio de estos pueblos que hagas con Yavé,12 tu Dios, tu alian- otros y para nuestros hijos por siempre,
como el águila, cuya lengua no conoces, tendrás tranquilidad ni hallarás punto
50 za y tu juramento, de hacerte El su para que se cumplan todas las palabras
gente de feroz aspecto, que no tiene mi- donde posar tranquilamente la planta de pueblo y de tenerle tú a El por tu Dios, de esta Ley.
ramientos con el anciano ni perdona al tus pies; por lo contrario, te dará Yavé como se lo prometió y juró por ti a
niño, 51 que devorará las crías de tus ga- un Abraham. Isaac y Jacob. '3 Pero no sólo
nados y el fruto de tu suelo, hasta que un corazón pávido, unos ojos decaídos y
alma angustiada, 6(í y tendrás dia y con vosotros hago yo esta alianza y este
Promesas de redención
seas exterminado; no te dejará ni trigo, noche la vida pendiente como de un hilo juramento, I4 sino con todos los que estáis Q A ' Cuando te sobrevengan todas es-
ni mosto, ni aceite, ni las crías de tus va- hoy con nosotros ante Yavé, nuestro Dios, « í " tas cosas y traigas a la memoria
cas y de tus ovejas, hasta hacerte perecer. ante tendrás
ti, día y noche 67estarás temeroso y no
seguridad; a la mañana dirás: y? los que no están hoy aquí con nosotros. la bendición y la maldición que hoy te
52 Pondrá sitio a todas tus ciudades, has- ¡Oh, si fuese de noche! Y a la noche di- ' Sabéis cómo hemos morado en la tierra propongo, y en medio de las gentes a las
ta que caigan en tierra las altas y fuertes rás: ¡Oh, si fuese que te arrojará Yavé, tu Dios, 2 te con-
murallas en que habrás puesto tu con- que se apoderará dedetudía!, por el miedo
corazón y por lo
de Egipto y cómo hemos pasado por en-
fianza; te asediará en todas tus ciudades, que tus ojos verán. 6S Acabará Yavé por ' El autor vuelve a insistir sobre el tema del capitulo precedente. Recordando los beneficios
en toda la tierra que Yavé, tu Dios, te ha- 29 de Dios, les propone la renovación de la alianza y la observancia de la misma, bajo las seve-
ras penas que siguen. La renovación, sin embargo, falta en el texto.
DEUTünoNoMio 30-81 232 DEUTERONOMIO 31
233
viertas a Yavé, tu Dios, y obedezcas su 17
entrar para poseerla. Pero si se aparta de la remisión, en la fiesta de los Taber- de n u b e a la entrada del tabernáculo;
voz, conforme a todo lo que yo te m a n d o tu corazón y no escuchas, sino que te 16 y dijo Yavé a Moisés: «He aquí que
hoy, tú y tus hijos, con t o d o tu corazón náculos, H cuando vendrá t o d o Israel a
dejas arrastrar a la adoración y al servicio presentarse ante Yavé, tu Dios, en el vas ya a dormirte con tus padres, y este
y toda tu alma, 3 también Yavé, tu Dios, de otros dioses, í 8 hoy te anuncio que lugar que El elija, leerás esta Ley ante pueblo se levantará y se prostituirá ante
reducirá a tus cautivos, tendrá miseri- irás a la segura ruina y que n o durarás
cordia de ti y te reunirá de nuevo de en todo Israel, a sus oídos. xl Reunirás al dioses ajenos, los de la tierra adonde va,
largo tiempo sobre la tierra a cuya con- pueblo, hombres, mujeres y niños, y a y m e dejará y romperá mi pacto, el que
medio de todos los pueblos entre los quista vas en pasando el Jordán. 1 9 Y o todos los peregrinos que se hallen en con él he h e c h o ; i ' y se encenderá enton-
cuales te dispersó. * 4 Aunque se hallasen invoco hoy por testigos a los cielos y a la ces mi furor contra él, y yo los abando-
tus hijos dispersos en el último cabo de tus ciudades, para que la oigan y apren-
tierra de que os he propuesto la vida y d a n a temer a .Yavé, vuestro Dios, y naré y esconderé de ellos mi rostro, y los
los cielos, de allí los reunirá Yavé, tu la muerte, la bendición y la maldición. devorarán y vendrán sobre ellos muchos
Dios, y de allí irá a tomarlos. 5 Yavé, tu estén siempre atentos a cumplir todas las
Escoge la vida para que vivas, t ú y t u palabras de esta Ley. 13 Especialmente males y aflicciones; y entonces se dirán:
Dios, volverá a traerte a la tierra que descendencia, 2 0 a m a n d o a Yavé, tu Dios, vuestros hijos, que n a d a saben de ella, ¿No es por no estar ya mi Dios en medio
poseyeron tus padres, y volverás a p o - obedeciendo su voz y adhiriéndote a El, de mí p o r lo que s o b r e mí h a n venido
seerla, y El te bendecirá y te multipli- h a b r á n de oiría, para aprender a temer
porque en eso está tu vida y t u perdura-
cará más que a ellos. 6 Circuncidará Yavé, ción en habitar la tierra que Yavé j u r ó a
tu Dios, tu corazón y el corazón de tus tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que
descendientes, p a r a que ames a Yavé, tu les daría».
Dios, con t o d o tu corazón y con toda tu
alma, y vivas. 7 Por lo contrario, Yavé,
tu Dios, arrojará todas estas maldiciones U l t i m a s disposiciones. Elección de
sobre tus enemigos, sobre los que te odia- Josué
ron y te persiguieron. 8 Y tú obedecerás 1
la voz de Yavé, tu Dios, cumpliendo to- 01 Así que Moisés acabó de dirigir
dos sus mandamientos que hoy te p r o - *» * estas palabras a t o d o Israel, dijo
pongo. 9 Te h a r á abundar Yavé en toda de n u e v o : * 2 « Y o ya tengo ciento veinte
obra de tus manos, en el fruto de tu años, n o puedo ya salir ni entrar; además,
vientre, en el fruto de tus ganados, en m e ha dicho Yavé: T ú no pasarás el
el fruto de tu tierra, y te bendecirá, porque Jordán. 3 Yavé, t u Dios, pasará delante
volverá a complacerse Yavé en nacerte de ti y destruirá delante de ti a todas esas
bien, como se complacía en hacérselo a gentes, y tú las heredarás. Josué pasará
tus padres, lo si obedeciendo a la voz de delante de ti, como te lo h a dicho Yavé,
4
Yavé, tu Dios, guardas todos sus pre- y h a r á Yavé con ellos c o m o hizo con
ceptos y mandatos, como está escrito en Seón y Og, reyes de los amorreos, y con
esta Ley, y te conviertes a Yavé, tu Dios, su tierra, destruyéndolos; 5 y os los en-
con t o d o tu corazón y con toda tu alma. tregará Yavé, y haréis con ellos conforme
11
En verdad, esta Ley que hoy te impon- a t o d o cuanto yo os he m a n d a d o ; 6 es-
go n o es muy difícil p a r a ti ni es cosa forzaos, pues, tened ánimo y n o temáis
que esté lejos de ti. 1 2 N o está en los ante ellos, n o les tengáis miedo, que Yavé,
cielos para que puedas decir: ¿Quién pue- tu Dios, va contigo, y n o te dejará ni te
de subir por nosotros a los cielos, p a r a desamparará».
cogerla y dárnosla a conocer, y que así 7
Llamó, pues, Moisés a Josué, y le
la cumplamos? 13 N o está al otro lado dijo ante todo Israel: «Esfuérzate y ten
de los mares para que puedas decir: ánimo, porque tú has de entrar con este
¿Quién pasará p o r nosotros al otro lado ña llevada pur ¡os sacerdotes. (Harnak.)
Arca egipcia
pueblo en la tierra que a sus padres juró
de los mares, p a r a cogerla y dárnosla a Yavé darles, y tú los p o n d r á s en pose-
conocer y que así la cumplamos? u La a Yavé, vuestro Dios, t o d o el tiempo que todos estos males y aflicciones? " Y yo
sión de ella; 8 y Yavé marchará delante viváis sobre la tierra a la cual os dirigís, entonces ocultaré mí rostro de ellos, por
tienes enteramente cerca de ti, la tienes de ti, estará contigo y no te dejará ni
en t u boca, en tu mente, para poder en pasando el Jordán, p a r a apoderaros tanto mal como hicieron, yéndose tras
te a b a n d o n a r á ; p o r esto no has de temer otros dioses. 1 9 Escribid, pues, este cán-
cumplirla, is M i r a : hoy pongo ante ti la ni acobardarte». de ella».
vida con el bien, la muerte con el mal. tico; enseñádselo a los hijos de Israel,
16
Si oyes el precepto de Yavé, tu Dios, ponédselo en su boca, para que este cán-
L a futura apostasía d e Israel tico me sirva de testimonio contra los
que hoy te m a n d o , de amar a Yavé, tu L e c t u r a p e r i ó d i c a d e la Ley
Dios, seguir sus caminos y guardar sus i* Entonces dijo Yavé a Moisés: «Mira hijos de Israel; 2 0 porque cuando yo los
9
mandamientos, decretos y preceptos, vi- Escrita esta Ley, entregósela Moisés que ya se acerca para ti el día de tu muer- haga entrar en la tierra que con juramento
virás y te multiplicarás, y Yavé, tu Dios, a los sacerdotes hijos de Leví, que llevan te; llama, pues, a Josué, y esperad a la prometí a sus padres, tierra que m a n a
te bendecirá en la tierra en que vas a el arca de la alianza de Yavé, y a todos entrada del tabernáculo de la reunión leche y miel; cuando hayan comido y se
los ancianos de Israel,* 1 0 m a n d á n d o l e s : (|ue le dé yo mis órdenes». Fueron, pues, hayan h a r t a d o y hayan engordado, se
«Al fin de cada septenio, al llegar el arlo Moisés y Josué, y esperaron a la entrada volverán a otros dioses y les servirán, y
del tabernáculo de la reunión. * 15 A p a - a mí me despreciarán y romperán mi
O A 3 Por muchos y graves que sean los castigos con que por sus pecados aflija Dios al pueblo, alianza. 21 Y c u a n d o venga sobre ellos
* * " siempre acaba por prevalecer la misericordia y por cumplirse las divinas promesas en el resto recióse Yavé en el tabernáculo, en la
de los salvados. Esteconcepto, que desarrollan después tanto los profetas, está íntimamente ligado con columna de nube, poniéndose la columna u n a muchedumbre de males y aflicciones,
el pian de la redención por el Mesías.
Hura inculcar su observancia en el pueblo. En Neh 8,1 ss. tenemos la ejecución de este precepto,
O •% i Con lo dicho atrás se termina la promulgación de la Ley. Moisés recuerda la sentencia que v untes ya había dado el eiemplo Josfas, al descubrirse el Deuteronomio (2 Re 23,2 ss.).
" • pesa sobre él, y después de presentar a su sucesor, le alienta a cumplir la misión que Dios '* Como si la fidelidad de Israel al pacto divino dependiese toda de sus palabras, el autor no
le impone. ni ii'rta a terminar. Una vez más les pone delante los bienes y los males, y para que su palabra no se
*H <, 9 He aquí una disposición interesante: cada siete años, o sea en todo año sabático, unos ejerci- «luuiue, les presenta este cántico, que deberán aprender todos y cantarlo, para que siempre resuene
cios espirituales, o si se quiere una misión, con la lectura y explicación de la Ley deuteronómica, 111 MUS oídos la voz de su gran profeta.
DEDTEBONOMIO 31-32 234 235 BtUTÍRONOMIO 32
4
este cántico dará testimonio contra ellos, ¡El es la Roca! Sus obras son per-
porque no se dará al olvido en la boca fectas, * Y despreció al Dios de su salvación. * Y dirán: Ha vencido nuestra mano,
de sus descendientes. Porque yo conozco 16 Provocáronle con dioses ajenos, No es Yavé quien ha hecho todo esto.
Todos sus caminos son justísimos; Irritáronle con abominaciones; 28
su índole y veo lo que hoy hace, aun Es fidelísimo y no hay en El iniquidad; 17
Es gente sin consejo,
antes de haberle introducido en la tierra Es justo, es recto. Inmolaron a demonios, a no-dioses, No tienen conocimiento;*
A dioses que no habían conocido, 29
que juré darles». 5
Indignamente se portaron con El sus Si fueran sabios, comprenderían esto
22
Escribió, pues, Moisés este cántico Nuevos, de a poco advenedizos, Y atenderían a lo que les espera.
hijos, A los que no sirvieron sus padres. 30
aquel día, y se lo enseñó a los hijos de Generación malvada y perversa. 1
¿Cómo puede uno solo perseguir a
Israel. 6
¿Así pagas a Yavé, 8 De la Roca que te crió, te olvidaste, mil,
23
A Josué, hijo de Nun, le mandó y dijo: Diste al olvido a Dios, a tu Hacedor. Y dos poner en fuga a diez mil,
Pueblo loco y necio? 1» Y violo Yavé y se irritó,
«Esfuérzate y ten ánimo, que tú introdu- ¿No es El el padre que te crió, Sino porque su Roca los vendió
cirás a los hijos de Israel en la tierra que Hastiado por sus hijos y sus hijas. * Y Yavé los ha entregado?
El que por sí mismo te hizo y te formó? 20
Y dijo: «Esconderé de ellos mi rostro, 31
les24he jurado, y yo seré contigo». 7
Trae a la memoria los tiempos pa- Porque no es como nuestra Roca la
Y acabado que hubo Moisés de es- Veré cuál será su fin, Roca suya.
sados, Porque es una generación perversa,
cribir en un libro las palabras de esta Atiende a los años de todas las gene- Son
32
jueces nuestros mismos enemigos. *
Ley, hasta terminarla, 25 mandó a los Hijos sin fidelidad alguna. De cierto su vid es de la vid de So»
raciones; 21
Ellos me han provocado con no-
levitas que llevaban 26el arca de la alianza Pregunta a tu padre, y te enseñará; doma,
de Yavé, diciendo: «Tomad este libro dioses, De los campos de Gomorra sus sar-
A tus ancianos, y te dirán: * Me han irritado con vanidades;
de la Ley y ponedlo en el arca de la alian- 8 Cuando distribuyó el Altísimo su he- mientos,
za de Yavé, vuestro Dios, que esté allí redad entre las gentes, Yo los provocaré a ellos con no-pueblo Sus uvas son uvas ponzoñosas,
como testimonio contra ti; 27 porque yo Cuando dividió a los hijos de los hom- Y los irritaré con gente insensata. Sus racimos son racimos amarguísimos;
22 33
conozco tu rebeldía y tu dura cerviz; bres, Ya se ha encendido el fuego de mi Veneno de dragones es su vino,
aun viviendo yo hoy con vosotros, sois Estableció los términos de los pueblos ira, Veneno mortal de áspides.
34
rebeldes a Yavé, ¡cuánto más después Según el número de los hijos de Dios, * Y arderá hasta lo profundo del in- ¿Acaso no tengo yo esto guardado,
que yo muera! 28 Congregad a todos los 9 fierno, Encerrado en mis archivos, *
Pues la porción propia de Yavé es su Y devorará la tierra con sus frutos 35
ancianos de vuestras tribus y a vuestros pueblo, Para el día de la venganza y la re-
prefectos, que quiero proferir, oyéndolo Su lote hereditario es Jacob. Y abrasará los fundamentos de los tribución,
ellos, estas palabras, invocando como tes- 10 montes. * Para el tiempo en que resbalarán sus
Le halló en tierra desierta, 23
Amontonaré sobre ellos males y más
tigos contra ellos a los cielos y a la tierra; En región inculta, entre aullidos de pies?
29
pues sé bien que después de mi muerte soledad; males, Pues cerca está el día de su perdición,
os pervertiréis del todo y os apartaréis Le rodeó y le enseñó, Lanzaré contra ellos todas mis saetas; Y ya lo que les espera se aproxima.
24 36
del camino que os he m»ndado, y que Le guardó como a la niña de sus ojos. * Los consumirá el hambre y los de- De cierto hará Yavé justicia a su
en tiempos venideros os alcanzará la des- 11
Como el águila, que incita a su ni- vorará la fiebre pueblo
ventura, por haber hecho lo que es malo dada, Y la nauseabunda pestilencia. Y tendrá misericordia de sus siervos
a los ojos de Yavé, irritándole con las Revolotea sobre sus polluelos, Mandaré contra ellos los dientes de las Cuando vea que desapareció ya toda
obras de vuestras manos». fieras fuerza
Así El extendió sus alas y los cogió.
30 Y los llevó sobre sus pluma». Y el veneno de los reptiles que se arras- Y que no hay ya ni esclavo ni libre.
Moisés pronunció a oídos de la asam- tran por el polvo. 37
Y dirá entonces: ¿Dónde están aho-
blea de Israel las palabra* de este cántico, i 2 Sólo Yavé le guiaba; 25
A los que fuera estén los matará la
No estaba con El ningún dios ajeno. ra sus dioses,
hasta el fin. 13 espada, La Roca a que ellos se acogían?
Le subió a las alturas de la tierra, Y a los que dentro, el espanto, 38
Le nutrió de los frutos de los campos, ¿Los que comían las grasas de sus
Cántico d e Moisés Le dio a chupar miel de las rocas Lo mismo a mancebos que a doncellas, víctimas
Y aceite de durísimo sílice. Lo mismo al que mama que al enca- Y bebían el vino de sus libaciones?
O O ' «Escuchad, cielos, y hablaré. Y 14
La nata de las vacas y la leche ele las necido. Que se levanten ahora y os socorran
26
*»« oiga la tierra las palabras de mi ovejas Ya hubiera yo dicho: Voy a exter-
minarlos del todo, Y sean vuestros protectores.
boca. * Con la grosura de los corderos y «le los 39
2 Voy a borrar de entre los hombres su Ved, pues, que soy yo, yo solo,
Caiga a gota* como la lluvia mi doc- carneros, memoria, Y que no hay Dios alguno más que yo.
trina, De los toros de Basan y de los machos 27
Si no hubiera sido por la arrogancia Yo doy la vida, yo doy la muerte,
Destile como el roció mi discurso, cabríos. de los enemigos, Yo hiero y yo sano.
Como la llovizna sobre la yerba, Con la flor de trigo: Porque se envanecerían sus persegui- No hay nadie que se libre de mi mano.
Como las gotas de lluvia sobre el céiped, Bebiste la sangre de la uva, la espumosa 40
3
dores, Ciertamente yo alzo al cielo mi mano
Porque voy a celebrar el nombre de bebida.
Yavé: Comió Jacob y se hartó, 15
Pero todas estas bendiciones no fueron suficientes a inspirarle gratitud, antes volvió las es-
¡Dad gloria a nueitro Diosl Y 15 engordó el Jesurún, y tiró coces. paldas a su Dios y se entregó al culto de los ídolos (15-18).-— lesurún es lo mismo que niño mima-
do, predilecto.
19
O O 1 Los w. 1-3 son U introducción del cántico, una invitación a escuchar la palabra d<! profeta, Entonces Dios se irritó contra ellos, los rechazó: los entregó a una nación insensata, a fin de
~4 que sera como benéfica lluvia sobre la tierra. excitar la emulación de Israel y ver de volverlos a su Dios.
22
La primera estrofa (4-6) canta la bondad de Dios, defensor de Israel, y la ingratitud de esta Dios descargó sobre él la pesada mano de su justicia, y los hubiera de! todo aniquilado si no
generación malvada y perversa. fuera por no dar motivo de arrogancia a sus enemigos, que se atribuirían esa gloria (20-27).
7 28
8
Primera muestra de esta bondad de Dios es la elección de Israel desde los tiempos antiguos (7-0). En efecto: es una nación insensata esa de sus enemigos, y no entienden que ellos por si
El texto hebreo, así como las versiones, leen ei estico 4 «según el número de los hijos de Is- no podían hacer con Israel lo que hacen si Yavé no les hubiera entregado su pueblo (28-30).
rael», lección a todas luces incorrecta. El v.g habla de Israel como heredad especial que Yavé se re- 31 Los w.31-33 interrumpen el discurso de Yavé para dar lugar a unas reflexiones de los is-
servó: luego los pueblos deben ser la heredad de los «hijos de Dios», o sea los ángeles, a quienes se raelitas sobre lo dicho por Dios de la nación perseguidora.
encomendó su custodia, como aparece por Dan 10,13.20 s. 34
Yavé tiene tomada nota de los vanos pensamientos de la nación altiva para el día de la ven-
10
Celebra las bondades de Dios hacia su pueblo durante la peregrimación por el desierto y las ganza, que está cercano. Israel entonces entenderá dónde está su apoyo, si en Yavé o en los dioses
bendiciones de que le colmó dándole la posesión de Canán (10-14)- e que se entregó (34-39).
DEUTKHONOMIO 32-33 236 237 DEÜTEBONOMIO 33-34
Y j u r o por mi eterna vida: * Bendiciones de Moisés A m a d o de Yavé, reposará siempre en D a n es un cachorro de león, que salta
•'' C u a n d o yo afile el rayo de mi eapuilii seguridad. de Basan. *
Y tome en mis m a n o s el juicio, O O ' H e aquí las bendiciones con que Es el Altísimo su protección. 23
Y sobre Neftalí dijo:
Yo retribuiré con mi venganza u mis •*•* antes de morir bendijo Moisés a Y morará en los desfiladeros de sus Neftalí, colmado de favores,
enemigos los hijos de Israel. * 2 D i j o : montes. * Lleno de la bendición de Yavé,
Y daré su merecido a los que me abo- «Yavé, saliendo del Sinaí, 13
A José le dijo: La m a r y sus peces son su posesión. *
rrecen, Vino a Seir en favor nuestro. Bendita de Yavé sea su tierra, 24
Y sobre Aser dijo él:
42 Resplandeció desde la m o n t a ñ a de Fa-
Emborracharé de sangre mis saetas D e lo mejor del cielo arriba; Bendito entre los hijos de Aser,
Y mi espada se hartará de carne, rán, Abajo, de las aguas del abismo; * Sea él preferido entre sus hermanos;
D e la sangre de los muertos y de los Desde el desierto de Cades, 14
D e lo mejor de los frutos que ma- En el aceite meterá sus pies. *
cautivos, C o n los rayos en su diestra... dura el sol,
25
D e hierro y bronce son tus cerrojos,
D e las cabezas de los jefes enemigos. ... p a r a ellos. * D e los frutos selectos de la luna, Mientras vivas, goces de reposo.
43 3
Regocijaos, gentes, por su pueblo, H a hecho gracia a su pueblo, 15
D e lo mejor de los viejos montes,
26
N o hay p a r a Jesurún otro Dios,
Porque ha sido vengada la sangre de Todos sus santos están en su m a n o , D e lo mejor de los antiguos collados, El que en auxilio suyo marcha sobre
sus siervos, Que reanudando su marcha a pie, p r o - 16
D e los dones exquisitos de la tierra los cielos,
Le ha vengado de sus enemigos, siguieron p o r en niedio del desierto. * y de su abundancia. Y en su majestad sobre las nubes. *
4
Y hará la expiación de la tierra y de su Dionos Moisés la lora; Gracioso don del que se apareció en la
27
Su refugio es el Dios eterno.
pueblo». * Su heredad es la casa de J a c o b . zarza; Su sostén, los brazos eternos.
44 5
Vino Moisés e hizo oir al pueblo to- Hízose el rey de su Jesurún. Desciendan sobre la cabeza de José, Expulsa delante de ti al enemigo,
das las palabras de este canto. Con él C u a n d o se reunió la asamblea de los Sobre la frente del príncipe de sus her- Y dice: ¡Extermina!
estaba Josué, hijo de Nun. 4 5 Cuando jefes del pueblo, manos. Te adularán tus enemigos,
hubo acabado de dirigir al pueblo estas D e todas las tribus de Israel. 17
C o m o u n toro primogénito es su Pero tú les pisarás el cuello.
palabras, 4 6 afladió: «Meted en vuestro 6
Viva R u b é n , y n o se extinga, gloria,
28
Habite Israel en seguridad,
corazón todas las palabras que hoy os Y no sean pocos sus varones. * M o r e aparte la fuente de J a c o b ;
7 Son sus cuernos los cuernos del bú-
he pronunciado y enseñádselas a vuestros Y sobre J u d á dijo: En la tierra del trigo y del mosto,
hijos, para que escrupulosamente pongan falo,
Oye, ¡oh Yavé!, la voz de J u d á , C o n que postra a las gentes, Cuyos cielos difunden el rocío. *
por obra todas las palabras de esta Ley. Y tráele a su pueblo. 29
47
Porque no es cosa indiferente para vos- A los términos todos de la tierra. Venturoso tú, Israel;
P o r él luchó tu m a n o . Tales son las miríadas de Efraím, ¿Quién semejante a ti,
o t r o s ; es vuestra vida, y cumpliéndolo Fuiste ayuda contra sus enemigos. *
prolongaréis vuestros días sobre la tierra 8 L a s mirladas de Manases. Pueblo salvado p o r Yavé?
A Leví le dijo: I S A Zabulón le dijo: El es tu escudo de defensa,
que vais a poseer pasando el Jordán. D a a Leví tus tummim, Gózate, Zabulón, en tus negocios, El es la espada de tu gloria».
Y tus urim al favorito. Y tú, Isacar, en tus tiendas. *
E l ú l t i m o d í a d e la v i d a d e M o i s é s A quien probaste en M a s a 19
Ellos llaman a los pueblos a la mon-
Y con quien contendiste en las aguas M u e r t e de Moisés
48 taña
Aquel mismo día habló Yavé a Moi- de M e r i b a . * Y allí ofrecen sacrificios de justicia. O 4 1
Subió Moisés desde los llanos de
9
sés, diciendo: * 4 9 «Sube a este monte de El que dijo a su p a d r e : N o te c o n o z c o ; Ellos chupan la abundancia de los w " M o a b al monte N e b o , a la cima
Abarim—el monte Nebo, en tierra de Y a sus hermanos n o consideró, mares del Pasga, que está frente a Jericó; y
M o a b , frente a Jericó—y mira desde ahí Y desconoció a sus hijos, Y los escondidos tesoros en la arena. Yavé le mostró la tierra toda, desde G a -
la tierra de C a n á n , que voy a dar en po- Por haber guardado tus palabras, 20
Y sobre G a d dijo: lad hasta D a n , * 2 todo Neftalí, la tierra
sesión a los hijos de Israel; 50 y muere en P o r haber observado tu pacto. Bendito el que ensanchó a G a d ; de Efraím con Manases, toda la tierra de
10
ese m o n t e a que vas a subir, y reúnete Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, C o m o leona se halla t u m b a d o , Judá, hasta el m a r Occidental; 3 el N e -
con tu pueblo, como murió Arón, tu her- Y tu Ley a Israel, Y desgarra el brazo y la cabeza. * gueb y t o d o el c a m p o de Jericó, la ciudad
m a n o , en el m o n t e Or, y se reunió allí Y pondrán a tus narices el timiama, 21
El se proveyó de las primicias, de las palmas, hasta Segor; 4 y le dijo
a los suyos; 5 1 porque pecasteis contra Y el holocausto en tu altar. Pues allí fue decretada su parte Y a v é : «Ahí tienes la tierra que juré dar
11
mí en medio de los hijos de Israel, en las Bendice, ¡oh Yavé!, su heredad C u a n d o se reunieron los príncipes del a A b r a h a m , Isaac y Jacob, diciendo: A tu
aguas de Meriba, en Cades, en el desierto Y acepta las obras de sus m a n o s . pueblo; descendencia se la d a r é ; te la hago ver
de Sin, n o santificando mi nombre en me- Hiere el dorso de los que contra él se Ejecutó la justicia de Yavé con tus ojos, pero n o entrarás en ella».
dio de los hijos de Israel. 5 2 Tú verás ante alcen. Y sus fallos j u n t o con Israel. Moisés, el siervo de Dios, 5 murió allí en
ti la tierra, pero n o entrarás en esa tierra Y los que le odien, que n o se levanten. 22
Y sobre D a n dijo él: la tierra de M o a b , conforme a la volun-
que doy yo a los hijos de Israel». 1 2 A Benjamín le dijo:
12
40
Y, para asegurar mejor que su venganza llegará, Yavé jura por su vida que ejercerá un juicio Pondera la tranquilidad de Benjamín habitando entre sus montes.
severo sobre los enemigos de la nación escogida (40-42). 1 3 De José alaba la fertilidad de su tierra y la fuerza incontrastable de Efraím y Manases, se-
43
Concluye invitando a las naciones todas a celebrar la dicha de su pueblo, que ha sido ven- mejante a la de un búfalo.
18
gado4 8 por Dios, que ha purificado la tierra, antes manchada por sus abominaciones (43-44). Zabulón e Isacar tienen su riqueza en las costas del mar.
20
El único consuelo que a Moisés se concede es contemplar desde el monte Nebo la tierra por Gad vive con desahogo en la TransJordania, en las primicias de la conquista de Israel.
22
cuya posesión tanto suspiró y luchó. Pondera la valentía de Dan, comparable a un león de Basan, tal vez por la conquista de la
O O 1 Son paralelas a las de Job; su texto nos ha llegado tan deformado que es de muy difícil ciudad de Lais, a la que dio su nombre, Dan (Jue 18,1 ss.).
23
" ** interpretación. Neftalí posee una tierra fértil enriquecida por el mar de Galilea.
24
2
El v.i nos presenta a Dios partiendo del Sinaí, acompañado de los millares de sus ángeles De Aser celebra la riqueza de sus olivares, deseándole seguridad y prosperidad perpetua.
26
y armada la diestra con el rayo. Dios es el auxilio del Jesurún, el niño mimado de Yavé, que extermina a sus enemigos.
3 28
Aquí (3-5) nos pinta la bondad de Dios hacia su pueblo, a quien sirve de guía en el desierto, Israel habita en seguridad, siendo Yavé su escudo y su defensa.
a quien da su Ley y le engrandece hasta constituirle en reino.
6 O A * Por fin Moisés sube a las alturas del monte Nebo, a unos 1.500 metros sobre el valle del
7
Para Rubén pide la multiplicación de sus hijos.
Pondera la fuerza de Judá contra los enemigos del pueblo. " * Jordán, en que Israel tenía su campo, y desde aquella altura, con la vista que nunca se había
8
Leví recibe el sacerdocio y el ministerio de consultar a Yavé en pago de su celo por la causa debilitado (v.7), contempla toda la tierra de Gañán, desde lo que será luego heredad de Neftalí
del Señor, a la que pospuso hasta el amor de los padres. al norte, hasta el mediodía.
JOSUÉ 238
tad do Yavé. * 6 El le enterró en el valle, Israel le obedecieron, como Yavé se lo
en la tierra de Moab, frente a Bet Fogor, había mandado a Moisés.
y nadie hasta hoy conoce su sepulcro. 10
No ha vuelto a surgir en Israel pro-
' Tenía, cuando murió, ciento veinte años, feta semejante a Moisés, con quien cara
y ni se habían debilitado 8sus ojos ni se a cara tratase Yavé, n ni en cuanto a las
había mustiado su vigor. Los hijos de
Israel lloraron a Moisés en los llanos de maravillas y portentos que Yavé le man-
Moab durante treinta días, cumpliéndo- dó hacer en la tierra de Egipto contra el
se los días de llanto por el duelo de Moi- Faraón y contra todos sus servidores y
sés. todo su territorio, 12 ni en cuanto a su
9
Josué, hijo de Nun, estaba lleno del mano poderosa y a tantos terribles pro-
espíritu de sabiduría, pues había puesto digios como él hizo a los ojos de todo
Moisés sus manos sobre él. Los hijos de Israel. *
5 La triste muerte de Moisés, a la vista de la tierra de Canán, sin poner en ella el pie, y sobre
todo su sepultura por el mismo Yavé, es uno de los misterios históricos que nos ha dejado el Antiguo
Testamento, parecido a la desaparición de Henoc y al rapto de Elias en el carro de fuego. San Ju-
das (9 ss.) nos habla de un altercado entre San Miguel y Satanás por el cuerpo de Moisés, que, lejos
de explicar el misterio, lo acrecienta.
12
Santo Tomás (Suma Teológica 2-2 q.174 a.4) concluye que Moisés fue el más eximio de
los profetas en cuanto al oficio profético en general, aunque en alguna de las cosas que éste com-
prende haya habido algún otro profeta superior a él—por ejemplo, David—en cuanto al conoci-
miento de los misterios mesiánicos. Funda su conclusión en cuatro razones: en la superioridad de
la visión intelectual de Dios, en la familiaridad del trato con Dios, en ser el primero y universal
legislador y en haber sido obrador de numerosos y portentosos prodigios.
SAGRADA BIBLIA
VERSIÓN DIRECTA DE
LAS LENGUAS ORIGINALES

POR

E L O Í N O N Á C A R FUSTER (t)
CANÓNIGO LECIORAL DE LA S. I . C. DE SALAMANCA

A L B E R T O C O L U N G A , O . P.
PROFESOR DE SAGRADA ESCRITURA EN EL CONVENTO DE SAN
ESTEBAN ¥ EN LA PONTIFICIA U N I V E R S I D A D DE SALAMANCA

PRÓLOGO DK S. EMCIA. RVDMA. EL. CARDENAL

GAETANO CICOGNANI
ANTIGUO N U N C I O DE S U SANTIDAD EN ESPAÑA

UNDÉCIMA EDICIÓN

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS


MADRID . MCMLXI
Í N D I C E G E N E R A L
NihU obstat: Pr. E. Cuervo, O. P . , Bac. S. Theol.
l'r, K. ilt> Tuya, O. P . , S. Theol. Lect.
Imprimí potes!: l'r. A. l'i-rnandez, O. P. Prior Provincialis.
NIMl obstat: Dr. Iv. Turrado, Censor.
Imprimatur: t Fr. Franciscus, ü . P., Epise. Salmant.
Saloianticae, 30 octobris 1960. Págs.

Prólogo de S. Bmcia. Rvdtna. el Card. Gaetano Cicognani, antiguo


Nuncio de S. S. en España ix
Encíclica «Divino afilante Spiritu», de S. S. Pío X I I xxm
Prólogo de los traductores :
A la i. a edición xxxix
A la 2. a y 3. a edición xu
A la 4. a , 5. a , 6. a , 7. a , 8. a , 9. a , io.» y 11. a edición xuv
Consejos de San Agustín a los lectores de la Sagrada Escritura ... xuv
Siglas xuv
Introducción general a los libros de la Sagrada Escritura 1
Introducción especial a los libros históricos 12

ANTIGUO TESTAMENTO

Pentateuco 20
Génesis 24
Éxodo 84
I/evítico 131
Números 161
Deuteronomio 201
Josué 238
Jueces 262
Rut 286
Samuel 290
I Samuel 291
II Samuel 322
Reyes 348
I Reyes 349
II Reyes 384
Paralipómenos o Crónicas 414
I Crónicas 415
II Crónicas 439
Esdras y Nehemías 469
Esdras 470
Begistro núm. 5.786-1960 Nehemías 480
Depósito legal M 4.180-1961 Tobías 493
Judit 503
ÍNDICE GENERAL VI VII ÍNDICE GENERAL
PÍÍS. Págs.
Ester 516 A los Gálatas 1207
I Macabeos 527 Epístolas de la cautividad 1213,
I I Macabeos 556 A los Efesios 1214
Libros sapienciales 576 A los Filipenses 1219
Job 578 A los Colosenses 1223
Salmos .' 601 Epístolas a los Tesalonicenses 1227
Proverbios 67a I a los Tesalonicenses 1228
Eclesiastés 694 I I a los Tesalonicenses 1231
Bl Cantar de los Cantares 702 Epístolas pastorales 1232
Sabiduría 711 I a Timoteo 1233
Eclesiástico 727 II a Timoteo 1237
I/ibros proféticos 767 A Tito 1240
Isaías 772 A Filemón 1241
Jeremías 819 A los Hebreos 1242
I/amentaciones 869 Santiago 1253
Barnc 874 Epístolas de San Pedro 1257
Ezequie1. , 881 I de San Pedro 1258
Daniel 926 II de San Pedro 1261
Oseas 946 Epístolas de San Juan 1264
Joel 952 I de San Juan 1265
Amos 956 II de San Juan 1268
Aibdías 961 III de San Juan 1269
Jonás 962 San Judas 1269
Miqueas 964 Apocalipsis 1271
Nahurn _. 969 índice bíblico doctrinal 1296
Habacuc 971 Mapas 1333
Sofonías 973
Aigeo 975
Zacarías 977
Malaquías 985

NUEVO TESTAMENTO

Introducción general al Nuevo Testamento 989


Introducción general a los Evangelios 999
San Mateo 1000
San Marcos 1041
San i/ucas 1063
San Juan 1103
Hechos de los Apóstoles 1136
Epístolas de San Pablo 1167
A los Romanos 1170
I a los Corintios 1185
I I a los Corintios ¡. 1199
239 JOSUÉ I
el punto de vista humano, la conquista no se diferencia de las realizadas por tantos
pueblos que, careciendo de patria, buscan un territorio donde hacérsela apoyándose
en su propia fuerza.
5. Ignoramos cuándo el libro haya sido escrito y por quién; lo que sí podemos
comprobar es que su autor dispuso de documentos anteriores a la conquista de Jeru-
salen por David (Jos 15,63) y de Guezer por el Faraón, suegro de Salomón (Jos 16,10;
1 Re 9,17;.

PRIMERA P A R T E : CONQUISTA DE LA TIERRA PROMETIDA


SUMARIO ('i-r2 / ): Exhortación de Dios a Josué (1). Los exploradores
de Jericó (2). El paso del Jordán (3-3)- Conquista de Jericó (6), Conquista de
Hai (7-8). La batalla de Gabaón (9-10). La batalla del lago de Merón (11).
Lista de los reyes vencidos (12).—SEGUNDA PARTE: L A DISTRIBUCIÓN DE
LA TIERRA (13-22): La tierra que hay que distribuir (13-14). Primera distribu-
ción (15-17). Segunda distribución (18-19). Ciudades de refugio (20). Ciudades
levíticas (21). Despedida de las tribus transjordánicas ^22).—EPILOGO (23-24) :
Exhortación de Josué al pueblo y a sus jefes (23) • Despedida de Josué en Siquem (24),

PRIMERA P A R T E mas, porque Yavé, t u Dios, irá contigo


adondequiera q u e tú vayas».
C O N Q U I S T A D E LA TIERRA P R O M E T I D A 10 Dio, pues, Josué a los oficiales del
pueblo esta orden: n «Recorred el cam-
(1-12)
pamento y dad esta orden al pueblo: Pre-
L a o r d e n de partida paraos y proveeos, porque dentro de tres
J O S U É días pasaréis ese Jordán para ir a ocupar
1 Después de la muerte de Moisés, la tierra que Yavé, vuestro Dios, o s d a
1 siervo de Yavé, habló Yavé a Josué, en 12posesión». *
i. El libro de Josué recibe su nombre de este capitán, que en el Pentateuco se nos hijo 2de Nun, ministro de Moisés, dicien- A los rubenitas y gaditas y a la me-
presenta como ayudante de Moisés (Ex 24,13) y su lugarteniente en las empresas do: «Moisés, mi siervo, h a muerto. Ál- dia tribu de Manases les dijo: ^ « A c o r -
zate ya, pues, y pasa ese Jordán, tú y tu daos d e lo que os m a n d ó Moisés, siervo
guerreras (Ex 17,9). Por eso luego le sucede, con la misión de llevar a cabo la con- pueblo, a la tierra q u e yo doy a los hijos de Yavé, diciéndoos: Yavé, vuestro Dios,
quista de la tierra prometida (Núm 27-12-23), del lado de acá del Jordán. Canán d e Israel. 3 Cuantos lugares pise la planta os ha concedido el reposo, dándoos esta
estaba dividido en infinidad de reinos, independientes unos de otros y muy de ordina- d e vuestros pies, 4
o s los doy, c o m o pro- tierra. 1 4 Vuestras mujeres, vuestros n i -
rio enemigos y en guerra. Así nos los presentan las cartas de Tell-el-Amarna en los metí a Moisés. Desde el desierto hasta el ños y vuestros ganados quedarán en la
siglos XV-XVI, cuando el Egipto ejercía en Canán poderosa influencia ( I n t r o d u c - Líbano y el río grande, el Eufrates, y has- tierra q u e Moisés os d i o de este lado del
ción a los libros históricos); y esta situación no había mudado cuando Josué los ta el mar grande, a occidente, será vuestro J o r d á n ; pero vosotros, armados, iréis de-
acometió. La conquista de las primeras ciudades cananeas (Jericó y Hai) les hizo territorio. * 5 Nadie podrá resistir ante ti, lante de vuestros hermanos, todos vues-
p o r todos los días d e tu vida; y o seré tros hombres fuertes y valientes, y los
comprender la necesidad de unirse para resistir al invasor. Los gabaonitas no quisieron contigo como fui con Moisés; n o te de- auxiliaréis, '5 hasta q u e Yavé haya d a d o
entrar en esta coalición defensiva y fueron atacados por los demás. Esta fue la ocasión jaré ni te abandonaré. 6 Esfuérzate y ten a vuestros hermanos el reposo, como a
de la primera victoria de Josué en Gabaón, en la que la coalición de los reyes del ánimo, porque tú has de introducir a este vosotros, t o m a n d o también ellos posesión
Mediodía quedó deshecha y entregado cada príncipe a sus propias fuerzas (10,8-43). pueblo a posesionarse de la tierra q u e a de la tierra que Yavé, vuestro Dios, les
Otra batalla, junto a las aguas del Merón, acabó con la coalición de los del Norte, sus padres juré darles. 7 Esfuérzate, pues, da. Después volveréis a la tierra que Moi-
y con esto se allanó el camino para la ocupación de la tierra (11,1-15), y ten gran valor para cumplir cuidadosa- sés, siervo de Yavé, o s d i o al lado de acá
mente cuanto Moisés, mi siervo, te h a del Jordán, a oriente».
2. Josué la dividió toda en diez partes, excluidas las tribus que habían sido he- prescrito. N o te apartes ni a la derecha 1* EUos respondieron a Josué, diciendo:
redadas en la TransJordania. Cada tribu hubo de ocupar su porción por sus propios ni a la izquierda, para que triunfes en «Cuanto nos mandas lo haremos,17y adon-
esfuerzos. No fueron iguales los hechos por las diversas tribus para conseguirlo, ni todas tus empresas. 8 Que ese libro de la dequiera q u e nos envíes iremos. C o m o
iguales tampoco las dificultades que todas hallaron (17,16; 18,3). Por esto, la divi- Ley no se aparte nunca de tu boca, tenlo en todo obedecimos a Moisés, así te obe-
sión de Israel quedó al cabo de algún tiempo tan irregular. presente día y noche, para procurar ha- deceremos a ti. Que quiera Yavé, tu Dios,
3 . Dios había prometido a Josué que estaría con él y que autorizaría ante el cer cuanto en él está escrito, y así prospe- estar contigo, c o m o estuvo con Moisés.
pueblo su persona con grandes prodigios. No puede dudarse que el Señor cumpliría rarás en todos tus caminos y tendrás buen 18 Quien rebelándose contra tus órdenes
suceso. » ¿No te m a n d o yo? Esfuérzate, te desobedezca, morirá. Esfuérzate y ten
su palabra. Tres son los hechos prodigiosos que se consignan en el libro: el paso del pues, y ten valor; nada te asuste, nada te- valor».
Jordán, la toma de Jericó y la victoria de Gabaón. En los tres el texto, sea por su
deficiente conservación, sea por su obscuridad, no nos ofrece elementos suficientes •• tl4 Sobre «el rto grande», el Eufrates, véase la nota a Gen 15,18.
para hacernos una idea exacta de los milagros. Aun los intérpretes católicos, que no ' En 5,12 se nos dice que desde que pasaron el Jordán comieron los frutos de la región de
rehuyen el milagro, dan de ellos explicaciones muy diversas. Jericó y cesó de caer el mana. No debe olvidarse que el suelo de la Transjordania es fértil y que
los israelitas se habían apoderado de los dos reinos amorreos (Núm 21,21 ss.) y habían obtenido
4. La conquista de Canán, desde el punto de vista bíblico, está plenamente un gran botín de su guerra contra los madianitas (Núm 31,11), aparte de que poseían gran cantidad
justificada por los juicios de Dios a favor de Israel (Ex 23,27; 33,2; Dt 9,4). Desde de ganado, por lo que habían solicitado la tierra de la Transjordania (Núm 32,1 ss.).
JOSÜÉ 2-3 240 241 JOSUÉ 3-4

Espías a Jericó. R a h a b r r a haremos contigo misericordia v fide- dréis en marcha tras ella, 4 pero dejando M o n u m e n t o c o n m e m o r a t i v o del
1 lidad». 7 entre vosotros y ella u n a distancia de paso del J o r d á n
2 Josué, hijo de N u n , m a n d ó en se- 15
Ella los bajó con una cuerda p o r la
creto dos espías desde Setim, dicién- ventana, pues su casa estaba adosada a
dos mil codos, sin acercaros a ella, para 1
C u a n d o t o d a la gente hubo acaba-
doles: «Id a explorar la tierra y Jericó». la muralla. Antes les dijo: i««Idos al
Puestos en camino, llegaron los dos h o m - monte, n o sea que los que os persiguen
q u e podáis ver el camino que habéis de
seguir, pues n o habéis pasado n u n c a 4 d o de pasar el Jordán, Yavé dijo a
p o r él». Josué: 2 «Tomad de entre el pueblo doce
bres a Jericó y entraron en la casa de una den con vosotros; estad allí escondidos 5 hombres, u n o p o r cada tribu, 3 y dadles
Y Josué dijo al p u e b l o : «Santifícaos,
cortesana de n o m b r e R a h a b y p a r a r o n durante tres días, hasta que aquéllos es- esta o r d e n : D e ahí, del lecho del Jordán,
porque m a ñ a n a Yavé h a r á prodigios en
allí. * 2 Al rey de Jericó le dieron noticia, tén de vuelta, y luego id vuestro camino».
medio de vosotros». 6 Después habló d o n d e los sacerdotes h a n estado a pie
diciendo: «Hombres de entre los hijos de 1 7 Los hombres le dijeron: «Mira c ó m o firme, coged doce piedras, traedlas y de-
Josué a los sacerdotes, diciendo: «Llevad
Israel h a n llegado aquí durante la noche habrás de hacer p a r a que cumplamos el positadlas en el lugar donde acampéis
el arca de la alianza e id delante del pue-
para explorar la tierra». > El rey m a n d ó juramento que te h e m o s h e c h o : is C u a n - esta noche». 4 Josué llamó doce hombres,
blo». Ellos llevaron el arca de la alianza,
decir a R a h a b : «Saca a esos hombres q u e d o entremos en esta tierra, ata este cor- que eligió entre los hijos de Israel, u n o
adelantándose al pueblo.
h a n venido a ti y han entrado en tu casa, dón de hilo de p ú r p u r a a la ventana por 7 p o r tribu, 5 y les dijo: «Id al medio del
Yavé dijo a Josué: «Hoy voy a co-
porque h a n venido para explorar t o d a la la cual nos has descolgado y reúne con- Jordán, ante el arca de Yavé, vuestro
menzar a engrandecerte a los ojos de
tierra». 4 Cogió ella a los dos hombres y tigo en tu casa a tu padre, a tu madre, a Dios, y echaos al h o m b r o una piedra cada
t o d o Israel, para que sepan que yo estoy
los escondió en el terrado, y dijo: «Cierto tus hermanos y a toda la casa de tu padre.
contigo, como estuve con Moisés. 8 Tú u n o , según el número de las tribus de
que han venido hombres a mí, pero yo 1 9 Si alguno sale fuera de la puerta de tu los hijos de Israel, * p a r a que sea señal
da esta orden a los sacerdotes que llevan
no sabía de dónde eran, s y cuando esta casa, su sangre será sobre su cabeza y en medio de vosotros. C u a n d o un día os
el arca de la alianza: C u a n d o lleguéis
tarde se iban a cerrar las puertas h a n sa- nosotros seremos inocentes; pero si al- pregunten vuestros hijos: ¿Qué significan
al b o r d e de las aguas del Jordán, os pa-
lido y n o sé adonde han ido; daos prisa a guien pone la m a n o sobre alguno de los p a r a vosotros estas piedras?, 7 les respon-
ráis en el Jordán». 9 Josué dijo a los hijos
perseguirlos y de seguro los alcanzaréis». q u e contigo estén en tu2 0 casa, su sangre sea deréis: L a s aguas del J o r d á n se partie-
6 de Israel: «Acercaos y oíd las palabras
Pero ella los había subido al terrado y sobre nuestra cabeza. Si nos denuncias,
de Yavé, vuestro Dios». 1 0 Y dijo J o s u é : ron ante el arca de la alianza de Y a v é ;
los había escondido debajo de tascos de seremos libres del juramento que nos has cuando ella pasó el J o r d á n , las aguas del
«En esto vais a conocer que el Dios vivo
lino que para ello dispuso en el terrado. pedido». 21 Ella respondió: «Sea como río se dividieron; y esas piedras serán
está en medio de vosotros y que n o de-
7
Aquellos hombres fueron en su persecu- decís». Luego los despidió y se fueron, para siempre jamás u n memorial para
jará de arrojar delante de vosotros a
ción p o r el camino que va a los vados del y ella ató el cordón de p ú r p u r a a la ven- los hijos de Israel».
los cananeos, los jéteos, los jeveos, los
J o r d á n , y una vez que salieron, se cerra- tana. 8
Los hijos de Israel cumplieron la or-
Pereceos, los guergueseos, los amorreos y
ron las puertas. 22
8 Los espías se fueron al monte y se los jebuseos. n El arca de la alianza del den de Josué. Cogieron del medio del
Antes de que los espías se acostasen, estuvieron escondidos allí tres días. Los dueflo de toda la tierra va a entrar de- J o r d á n doce piedras, como se lo m a n d ó
subió R a h a b al terrado y les dijo: 9 «Yo que los perseguían los estuvieron buscan- lante de vosotros en el Jordán. 1 2 T o m a d Yavé a Josué, según el número de las
sé que Yavé os ha entregado esta tierra; d o por el camino, sin hallarlos. * 2 3 Los doce hombres de entre las tribus de Is- tribus de los hijos de Israel, y llevándo-
el terror de vuestro nombre se h a apode- dos espías, bajando del monte, repasaron rael, u n o por cada tribu: 1 3 y c u a n d o los las consigo al lugar d o n d e pasaron la
r a d o de nosotros, * 10 pues hemos sabi- el Jordán, se fueron a Josué, hijo de sacerdotes que llevan el arca de la alianza noche, las depositaron allí.
d o cómo Yavé, a vuestra salida de Egipto, N u n , y le contaron t o d o lo sucedido, del dueflo de toda la tierra pongan la
9
Josué alzó doce piedras en el lecho
secó las aguas del mar Rojo y cómo ha- 2 4 diciendo: «Cierto es q u e Yavé ha en- planta de sus pies en las aguas del Jor- del Jordán, en el lugar donde habían
béis tratado a los dos reyes de los a m o - tregado en nuestras m a n o s toda esa tie- dán, las aguas del J o r d á n se partirán, estado a pie firme los sacerdotes que lle-
rreos del lado de allá del Jordán, Seón rra, pues los habitantes de ella están y las que bajan de arriba se pararán en vaban el arca de la alianza, y allí h a n es-
y Og, que disteis al anatema, H Al sa- acobardados de nosotros». montón». t a d o hasta hoy.
berlo, nuestro corazón ha desmayado, y 14
C u a n d o h u b o salido el pueblo de i° Los sacerdotes que llevaban el arca
todos se han acobardado ante vosotros; Paso del J o r d á n sus tiendas para pasar el Jordán, prece- se estuvieron a pie quieto en medio del
porque Yavé, vuestro Dios, es Dios arri- dido por los sacerdotes q u e llevaban el Jordán, hasta que se hizo t o d o cuanto
1
ba, en los cielos, y abajo, sobre la tierra.
12
A h o r a , pues, os pido que me juréis por 3 Josué, levantándose bien de maña-
na, partió de Setim, él y todos los
arca de la alianza, 1 5 en el m o m e n t o en
que los que llevaban el arca llegaron al
Yavé había m a n d a d o a Josué decir al
pueblo, conforme a t o d o cuanto Moisés
Yavé que, como yo he tenido misericor- hijos de Israel; y llegados al J o r d á n , hi- J o r d á n , y los pies de los sacerdotes que había ordenado a Josué, y el pueblo se
dia de vosotros, la tendréis vosotros tam- cieron allí alto y p a s a r o n allí la noche llevaban el arca se mojaron en la orilla apresuró a pasar. " C u a n d o el pueblo
bién de la casa de mi padre 13 y dejaréis antes de atravesarlo. * 2 Al cabo de tres de las aguas—pues el J o r d á n se desborda h u b o acabado de pasar, el arca de Yavé
la vida a mi padre, a mi madre, a mis días, los oficiales recorrieron el c a m p a - por todas sus orillas al tiempo de la sie- y los sacerdotes se pusieron al frente del
hermanos y hermanas y a todos los su- mento 3 y dieron al pueblo esta o r d e n : ga *—, 1 6 las aguas q u e bajaban de arri- pueblo, i 2 Los hijos de Rubén, los de
yos, y que nos libraréis de la muerte». « C u a n d o veáis el arca de la alianza de ba se pararon, se a m o n t o n a r o n a mucha G a d y la media tribu de Manases, ar-
14
L o s hombres le dijeron: «Te juramos Yavé, vuestro D i o s , llevada p o r los sacer- distancia, desde la ciudad de Alam, que mados, iban en vanguardia delante de
p o r nuestra vida que, si n o nos denun- dotes, hijos de Leví, partiréis de este está cerca de Sartán, y las que bajaban los hijos de Israel, c o m o se lo había
cias, c u a n d o Yavé nos entregue esta tie- lugar d o n d e estáis a c a m p a d o s y os p o n - hacia el mar del Araba, el m a r de la Sal, m a n d a d o Moisés. >3 U n o s cuarenta mil
O 1 Probablemente la razón de ir los espías a la casa de Rahab fue que entonces, por lo general, quedaron enteramente partidas de las hombres de ellos, armados en guerra,
^ las cortesanas eran las mesoneras. La Epístola a los Hebreos (11,31) pondera la fe de Rahab otras, y el pueblo pasó frente a Jericó. pasaron ante Yavé a los llanos de Jeri-
en los destinos de Israel, y por eso fue incorporada a este pueblo y mereció figurar en la genealogía 17
L o s sacerdotes q u e llevaban el arca de có. 1 4 Aquel día engrandeció Yavé a Josué
del Salvador (Mt 1,5). la alianza de Yavé se estuvieron en seco a a los ojos de todo Israel, y éstos le res-
9
A través del desierto corren las noticias de un modo sorprendente. La de un pueblo numeroso pie firme en medio del Jordán, mientras petaron, c o m o habían respetado a M o i -
salido de Egipto, que venía en busca de una nueva patria y andaba por el desierto acechando la todo Israel pasaba en seco, hasta q u e sés, todos los días de su vida.
ocasión de invadir la tierra de Cañan, no pudo menos de llegar a oídos de los cananeos y causarles WYavé habló a Josué, diciendo:
gran2 2inquietud. todo el pueblo h u b o acabado de pasar el
Ése monte es el llamado de la Cuarentena, donde la tradición pone el ayuno, de Jesús (Mt 4,1). Jordán. i* « M a n d a a los sacerdotes que llevan
O l El valle del Jordán, en que Israel estaba acampado, es ancho y está flanqueado a una y otra 15
** parte de montes. Setim o Abel-Sittim estaba situado en la falda de los montes orientales, a Nos hallamos en la primavera, y con el deshielo del monte Hermón el río iba crecido. Los
varios kilómetros del Jordán. De aquí parten para acercarse al río que corre por medio del valle: «sacerdotes levitas», portadores del arca, llegan al río, y en cuanto tocansus pies las aguas, éstas
el Gor (Núm 33,49). se dividen, acumulándose a la derecha hasta muy lejos, quedando por la izquierda el cauce del rio
en seco, como había acontecido en el paso del mar Rojo.
JOSUÉ 4-5 242
243 JOSUÉ 5-6
el arca del testimonio que salgan del 1

J o r d á n » ; l 7 y Josué dio a los sacerdotes 5 C u a n d o todos los reyes de los a m o -


rreos, a occidente del Jordán, y to- d e comef de los frutos de la tierfa, n o blo, los siete sacerdotes con las siete
tuvieron ya el maná, y comieron ya aquel trompetas resonantes iban tocando las
esta orden: «Salid del J o r d á n » ; I8y en dos los reyes de los cananeos dé cerca
cuanto los sacerdotes que llevaban el del m a r supieron que Yavé había secado a ñ o de los frutos de la tierra de Canán. trompetas delante de Yavé, y el arca de
arca de la alianza de Yavé salieron del las aguas del J o r d á n hasta que ellos pa- la alianza de Yavé iba en pos de ellos.
9
medio del J o r d á n y asentaron la planta saron, desmayó su corazón y perdieron Aparición a Josué Los hombres de guerra iban delante de
de su pie en la tierra seca, las.aguas del todo su valor ante los hijos de Israel. 3 los sacerdotes que tocaban las trompe-
rio volvieron a su lugar y se desborda- 1 Estando Josué cerca de Jericó, alzó tas, y la retaguardia, detrás del arca.
ron, como antes estaban, por todas las los ojos y vio que estaba un hombre de- Durante la marcha se tocaban las trom-
Circuncisión lante de él, en pie, con la espada desnuda petas. 10 Josué había dado al pueblo esta
orillas.
2 en la m a n o ; y Josué se fue hacia él y orden: « N o gritéis, ni hagáis oir vuestra
19
El pueblo salió del Jordán el día Entonces dijo Yavé a Josué: «Hazte
diez del mes primero, y acampó en Gál- cuchillos de piedra y circuncida a los le dijo: «¿Eres de los nuestros o de los voz, ni salga de vuestra boca una pala-
gala, al límite oriental de Jericó. 2 0 Josué hijos de Israel». 3 Hízose Josué cuchillos enemigos?» 1 4 Y él le respondió: « N o : bra hasta el día en que yo os diga: Gritad.
alzó en Gálgala las doce piedras que ha- de piedra y circuncidó a los hijos de Is- soy un príncipe del ejército de Yavé, que Entonces gritaréis», n El arca de Yavé
rael en el collado de Aralot (collado de vengo ahora». * 15 Entonces Josué se dio una vuelta en derredor de la ciudad,
los Prepucios). * * H e aquí por qué los prosternó rostro a tierra, y a d o r a n d o , una vuelta sola, y se volvieron al cam-
circuncidó Josué; Todos los salidos de dijo: «¿Qué es lo que m a n d a mi señor pamento, donde pasaron la noche.
Egipto, los varones, todos los hombres a su siervo?» I 6 (15) El príncipe del ejér- 12
Al día siguiente se levantó Josué bien
de guerra, habían muerto en el desierto, cito de Yavé dijo a Josué: «Descalza tus de m a ñ a n a y los sacerdotes llevaron el
durante el camino, después de la salida pies, pues el lugar que pisas es santo». arca de Yavé. 13 Los siete sacerdotes que
de Egipto. 5 El pueblo que salió estaba Hízolo así Josué. llevaban las siete trompetas resonantes
circuncidado; pero los nacidos en el de- delante del arca de Yavé se pusieron en
sierto durante el camino después de la T o m a de Jericó marcha tocando las trompetas. Los h o m -
salida de Egipto no habían sido circun- 1
Tenía Jericó cerradas las puertas bres de guerra iban delante de ellos, y
cidados ; 6 pues los hijos de Israel andu-
vieron durante cuarenta años por el de-
6 y bien echados sus cerrojos por mie- detrás la retaguardia seguía el arca de
d o a los hijos de Israel, y nadie salía Yavé; y durante la marcha iban tocando
sierto, hasta que perecieron todos los ni entraba en ella. * las trompetas.
hombres de guerra salidos de Egipto, por 14
2
Yavé dijo a Josué: «Mira, he pues- Dieron el segundo dia la vuelta en
n o haber escuchado la voz de Yavé. Yavé t o en tus m a n o s a Jericó, a su rey y a derredor de la ciudad y se volvieron al
les habia j u r a d o que n o les dejaría ver todos sus hombres de guerra. 3 Marchad c a m p a m e n t o ; esto mismo hicieron por
la tierra que con juramento había p r o - vosotros, todos los hombres de guerra, seis días.
metido a sus padres darles, la tierra que 15
en torno a la ciudad, d a n d o una vuelta en Al día séptimo se levantaron con el
mana leche y miel. 7 Los hijos de aquéllos derredor suyo. Asi haréis por seis d í a s : * alba, y dieron del mismo m o d o16 siete
les sucedieron en su lugar; y éstos son 4
siete sacerdotes llevarán delante del arca vueltas en derredor de la ciudad. A la
Cuchillos de piedra. (GALLA™, Historia los que circuncidó Josué, porque estaban siete trompetas resonantes. Al séptimo séptima, mientras los sacerdotes tocaban
Universal) sin circuncidar, pues n o habían sido cir- día daréis siete vueltas en derredor de las trompetas, Josué dijo al pueblo: «Gri-
cuncidados durante el camino. * C u a n d o la ciudad, yendo los sacerdotes tocando tad, porque Yavé os entrega la ciudad.
todos se circuncidaron, quedáronse en el 17
bían cogido del Jordán, * 21 y dijo a los sus trompetas. * 5 C u a n d o etlos toquen La ciudad será dada a Yavé en ana-
hijos de Israel: «Cuando un día os pre- campamento hasta curarse; 9 y Yavé dijo repetidamente el cuerno potente y oigáis tema, con todo cuanto en ella hay. Sólo
gunten vuestros hijos: ¿Qué significan esas a Josué: «Hoy he quitado de sobre vos- el sonar de las trompetas, todo el pueblo R a h a b , la cortesana, vivirá, ella y cuan-
piedras? 2 2 instruid a vuestros hijos, di- otros el oprobio de Egipto». Y aquel se pondrá a gritar fuertemente, y las tos con ella estén en su casa, por haber
ciendo: «Israel pasó este J o r d á n a pie lugar fue llamado Gálgala hasta hoy. * murallas de la ciudad se derrumbarán. escondido a los lexploradores que había-
s
e n j u t o ; 2 3 porque Yavé, vuestro Dios, secó Entonces subirá el pueblo, cada uno en- mos m a n d a d o . G u a r d a o s bien de lo
La Pascua dado al anatema, no sea que, tomando
delante de vosotros las aguas del Jordán, frente de si». *
como lo había hecho Yavé, vuestro Dios, 1° Los hijos de Israel a c a m p a r o n en
6
Josué, hijo de N u n , llamó a los sacer- algo de lo que así habéis consagrado,
24
con las aguas del mar Rojo, que secó Gálgala; y allí, el día catorce del mes, dotes y les dijo: «Llevad el arca de la hagáis anatema el campamento de 19
Israel
delante de nosotros hasta que hubimos celebraron la Pascua, a la tarde, en los alianza, y que siete sacerdotes vayan con y traigáis sobre él la confusión. Toda
pasado, 2 5 ( 24 ) para que todos los pue- llanos de Jericó. * " Comieron de los fru- siete trompetas resonantes delante del arca la plata, todo el oro y todos los objetos
blos de la tierra sepan que es poderosa tos de la tierra, desde el día después de de Yavé». 7
Dijo también al pueblo: de bronce y de hierro serán consagrados
la m a n o de Yavé y vosotros conservéis la Pascua, panes ácimos y trigo tostado «Marchad y dad también una vuelta a a 2Yavé 0
y entrarán en su tesoro».
siempre el temor de Yavé, vuestro Dios». ya aquel mismo dia; 1 2 y el día siguiente la ciudad, yendo los a r m a d o s delante del Los sacerdotes tocaron las trompe-
arca de Yavé». tas, y cuando el pueblo, oído el sonido
20
4 El nombre de Gálgala significa rueda, rueda de piedras llamada cromlec, de donde procede
la denominación de ésta y de otras varias localidades que la Escritura menciona.
8
Así que Josué h u b o hablado al pue- de las trompetas, se puso a gritar clamo-
5 3 La circuncisión se practica con cuchillos de piedra. Esto nos lleva a la época neolítica a lo 14
Este ^príncipe del ejército de Yavé» es un ángel. Su actitud parece amenazadora, pues se
menos, en que todos les instrumentos cortantes eran de piedra, por desconocerse aún los me- presenta con la espada desenvainada. El relato está incompleto, y por él no podemos saber la causa
tales. Como cosa sagrada se conservó este uso en el rito religioso. de su aparición. Tal vez sea para urgir la circuncisión. (Véase Ex 4,24 ss.¡ Núm 22,23: Jue a,l;
9
En Gen 17 se cuenta que Dios impuso la circuncisión a Abraham y a su descendencia como 2 Sam 24,16; 1 Par 21,16.)
señal de la alianza y bajo la pena de que sería excluido de ésta todo varón que no fuera circuncidado
a los ocho días de nacido. Con grande sorpresa leemos aquí que Israel no había practicado la cir- £ 1 El emplazamiento y la forma de la primitiva ciudad cananea son hoy suficientemente cono-
cuncisión durante su viaje por el desierto. Ignoramos los motivos de esta omisión. Pero vemos que " cidos por las excavaciones que allí se han hecho desde el año 1907. El relato de la caída de la
en todo caso el autor sagrado se creyó en la necesidad de señalar el hecho. Ni vemos que lo atribuya ciudad presenta notables diferencias en los textos hebreo y griego. En cuanto a lo milagroso del
a pecado, el cual vendría a recaer sobre los conductores de! pueblo. El «oprobio de Egipto» de ver derrumbamiento de las murallas, no hay diferencia en los dos relatos (Rev. BibHque,^ 1935).
3
el estado de servidumbre, que desaparece totalmente al poner los pies en la tierra prometida. La orden divina en el griego es simplemente militar: disponer el asedio de la ciudad hasta
1
° La crecida del Jordán y esta solemnidad de la Pascua señalan la época del año en que tuvo que llegue el momento del ataque.
4
lugar la entrada en Canán, que fue el principio de la primavera, lo mismo que la salida de Egipto Estas trompetas no son las de plata, de que se trata en Núm 10,2, sino cometas de cuerno,
(Ex 12,6.48). de uso
5
militar.
Este grito es el grito de guerra, que daban al emprender el ataque.
JOSÜÉ 6-7 244 245 JOSDÉ 7-8
4
rosamente, las murallas de la ciudad se Pusiéronse, pues, en marcha unos tres 16
Al día siguiente, de mañana, Josué nuestro encuentro como la primera vez,
derrumbaron, y cada uno subió a la ciu- mil hombres, que emprendieron la fuga hizo que se acercara Israel por tribus, y huiremos ante ellos. * Ellos saldrán en
dad frente de sí. * 21 Apoderándose de la ante los hombres de Hai. 5 Las gentes de fue señalada la tribu de Judá. 17 Hizo persecución nuestra; y cuando los haya-
ciudad, dieron al anatema todo cuanto Hai les mataron unos treinta y seis hom- acercarse a las familias de Judá, y fue mos atraído lejos de la ciudad, porque
en ella había, y al filo de la espada a bres y los persiguieron desde la puerta señalada la familia de Zare. Hizo acer- se dirán: Huyen delante de nosotros,
hombres y mujeres, niños y viejos, bue- hasta Sebarim, batiéndolos en la bajada. carse a la familia de Zare, por casas, y como la primera vez; 7 entonces, saliendo
yes, ovejas y asnos. 22 Pero Josué dijo a El corazón del pueblo desmayó y perdió fue señalada la casa de Zabdi. 18 Hizo vosotros de la emboscada, os apoderáis
los dos exploradores: «Entrad en la casa todo valor. acercarse a la casa de Zabdi, por cabezas, de la ciudad. Yavé, vuestro Dios, la en-
de Rahab, la cortesana, y sacad a esa y fue señalado Acán, hijo de Jazmi, hijo tregará en vuestras manos. 8 Cuando la
mujer con todos los suyos, como se lo El castigo d e Acán de Labdi, hijo de Zare, de la tribu de hayáis tomado, la incendiaréis. Haced
habéis jurado». 23 Los jóvenes, los espías, Judá. según lo que ha dicho Yavé. Ved, ésas
6 19
entraron y sacaron a Rahab, a su padre, Josué rasgó sus vestiduras, y se pos- Josué dijo a Acán: «Hijo mío, anda, son mis órdenes». ' Josué los hizo partir;
a su madre, a sus hermanos y a todos los tró rostro en tierra ante el arca de Yavé, da gloria a Yavé, Dios de Israel, y rín- y ellos fueron a ponerse en emboscada
suyos, y los pusieron en lugar seguro, hasta por la tarde, él y los ancianos de dele honor. Confiésame lo que has hecho, entre Betel y Hai, al occidente de Hai.
fuera del campamento de Israel.
24
Israel, y echaron polvo sobre sus cabezas.
7
no me lo ocultes». 2 0 Acán respondió a Josué pasó la noche en medio del pueblo.
10
Los hijos de Israel quemaron la ciu- Josué dijo: «¡Oh Señor, Yavé!, ¿porqué Josué, diciendo: «Es cierto, soy yo el Levantóse Josué bien de mañana; y
dad con todo cuanto en ella había, salvo has hecho pasar el Jordán a este pueblo, que ha pecado contra Yavé, Dios de después de revisar al pueblo, avanzó a
la plata y el oro y todos los objetos de para entregarnos en manos de los amo- Israel. He aquí lo que he hecho: 21 Vi la cabeza de él, él y los ancianos de Israel,
bronce y de hierro, que pusieron en el neos, que nos destruyan? ¿Por qué no entre los despojos un hermoso manto de contra Hai. 11 Todos los hombres de gue-
tesoro de Yavé. hemos sabido quedarnos al otro lado del Senaar, doscientos siclos de plata y una rra que estaban con él subieron y se
25
Josué dejó la vida a Rahab, la corte- Jordán? 8 Por favor, Yavé, ¿qué voy a barra de oro de cincuenta siclos de peso; yacercaron; llegados frente a Hai, se de-
sana, y a la casa de su padre, que habitó poder decir yo después de haber vuelto codicioso los cogí, y los enterré en medio tuvieron al norte de la ciudad, teniendo
en medio de Israel hasta hoy, por haber Israel las espaldas ante los enemigos? ' Lo de mi tienda, poniendo debajo el dinero». el valle entre ellos y Hai. 1 2 Tomó Josué
22
ocultado a los enviados por Josué a explo- sabrán los camíneos y todos los habitan- Josué mandó entonces comisionados, unos cinco mil hombres, y los puso en
rar a Jericó. tes de la tierra, y nos envolverán y harán que fueron corriendo a la tienda y vieron emboscada entre Betel y Hai, al occidente
26
Entonces juró Josué, diciendo: «Mal- desaparecer de la tierra nuestro nombre. los objetos enterrados en la tienda de de la ciudad. U Luego que todo el pueblo
dito de Yavé quien se ponga a reedificar Y ¿qué harás tú por la gloria de tu nom- Acán, y debajo el dinero. 23 Tomáronlo hubo tomado posiciones al norte de la
esta ciudad de Jericó. Al precio de la bre?» de en medio de la tienda y se lo llevaron ciudad, y la emboscada al occidente de
10
vida de su primogénito ponga los cimien- Yavé dijo a Josué: «Levántate; ¿por a Josué y a los hijos de Israel, y lo depo-ella, avanzó Josué durante la noche al
tos, al precio de la de su hijo menor ponga qué te echas sobre tu rostro? n Israel ha sitaron ante Yavé.
24
medio del valle.
las puertas». * 14
27
pecado y ha llegado a traspasar mi alian- Josué cogió a Acán, hijo de Zare, y Cuando el rey de Hai vio esto, se
Yavé fue con Josué, y su fama se za, la que yo le he mandado guardar, le condujeron al valle de Acor. 25 Josué levantó de prisa, bien de mañana, para
extendió por toda la tierra. hasta tomar cosas de las dadas al anatema, dijo: «¿Por qué nos has puesto en per- combatir a los hijos de Israel. Y sin
robarlas, mentir y guardarlas entre sus turbación? Pertúrbete a ti hoy Yavé». saber que detrás de la ciudad había una
P e c a d o d e Acán enseres. 1 2 Por eso los hijos de Israel no Y todo Israel le lapidó. Después de lapi- emboscada contra ella, el rey con todo
1 Los hijos de Israel cometieron una han podido resistir ante sus enemigos y les dado, fue quemado en el fuego, 2<s y echa- su pueblo se dirigió a un cierto lugar del
7 prevaricación en lo del anatema. dieron las espaldas, porque han venido a
ser anatema. Ya no estaré yo en adelante
ron sobre Acán un gran montón de pie-
dras, que todavía hoy subsiste. Yavé apla-
llano. 15 Josué y todo Israel, fingiéndose
derrotados por ellos, huyeron por el ca-
Acán, hijo de Jarmi, hijo de Zabdi, hijo en medio de ellos, si no quitáis de en có el ardor de su cólera. Por eso se llamó
de Zare, de la tribu de Judá, se apropió mino del desierto; 1* se reunió toda la
objetos de los dados al anatema, y la medio de vosotros el anatema. 1} Leván- a aquel lugar valle de Acor hasta el día gente que había en la ciudad, para perse-
cólera de Yavé se encendió contra los tate, santifica al pueblo, y diles: Santifí- de hoy. guirlos con gran griterío, y persiguieron a
hijos de Israel. caos para mañana, porque así dice Yavé, Josué, que los alejó así de la ciudad.
T o m a de Hai 17
Dios de Israel: Hay en medio de ti, ¡oh No hubo ni uno de Hai que no saliera
Desastre en H a i Israel!, un anatema, y no podrás resistir 1
Yavé dijo a Josué: «No temas ni tras de Israel y le persiguiera, dejando
2
Josué mandó desde Jericó hombres
ante el enemigo mientras no hayas qui-
tado el anatema de en medio de vosotros.
8 te acobardes. Toma contigo a todos abierta la ciudad.
18 Yavé dijo a Josué: «Tiende hacia
14
Os acercaréis mañana por tribus; y la los hombres de guerra, levántate y sube
hacia Hai, que está al oriente de Betel, contra Hai. Mira, pongo en tus manos Hai el dardo que llevas en la mano,
y les dijo: «Id a explorar la tierra». Lle- tribu que Yavé señale, se acercará por al rey de Hai, a su pueblo, su ciudad y su porque voy a poner en tu poder la ciu-
garon y reconocieron Hai. 3 De vuelta a familias; y la familia que señale Yavé, territorio. * dad». Josué tendió hacia la ciudad el
Josué, le dijeron: «No se necesita que el se acercará por casas; y la casa señalada 2
Trata a Hai y a su rey como trataste dardo que tenía en la mano, 19 y las
pueblo todo se ponga en marcha contra por Yavé, se acercará por cabezas, u El a Jericó y a su rey; pero el botín y el gentes de la emboscada se levantaron
esa ciudad. Dos o tres mil hombres que que fuere cogido en el anatema, será ganado, tomadlo para vosotros. Pon una prestamente del lugar donde estaban, y
suban bastarían para tomar Hai, pues consumido por el fuego, por haber tras- emboscada detrás de la ciudad». 3 Josué corriendo, entraron en la ciudad, se apo-
sus habitantes son pocos en número; no pasado la alianza de Yavé y haber come- se dispuso a subir con todos los hombres 20 deraron de ella y le pusieron fuego.
es preciso que todo el pueblo se fatigue». tido en Israel una maldad». * de guerra contra Hai. Escogió treinta mil, Cuando los de Hai miraron atrás y
20
Las excavaciones realizadas en la ciudad de Jericó demuestran que la ciudad fue destruida todos ellos hombres valerosos, y los hizo vieron el humo que de la ciudad subía
por 2una catástrofe por ia fecha en que los israelitas entraron en Gañán. partir de noche, dándoles esta orden: al cielo, ya no pudieron ponerse en salvo
6
La conminación de Josué viene a significar que, si se reedificara Jericó, habría de ser esto
4
«Estad sobre aviso; poneos en embos- por ningún lado; pues el pueblo, que
considerado no como reedificación, sino más bien como fundación, la que, por tanto, había cada detrás de la ciudad, sin alejaros huía camino del desierto,21se volvió con-
de ir acompañada de las ceremonias con que iba acompañada la fundación de una ciudad. Los mucho, y estad todos prontos. 5 Yo, con tra los que le perseguían. Josué y todo
cananeos y los israelitas que los imitaban lo hacían con el sacrificio de niños (i Re 16,34). la gente que llevo conmigo, nos acerca- Israel, viendo que la ciudad había sido
Y 1 5 Es quizá uno de los puntos en que más se muestra la intervención de los copistas, ten- remos a la ciudad, y cuando salgan a tomada por los emboscados y cómo subía
diendo a agravar el castigo del sacrilegio con glosas que lo hacen extensivo a la familia y a
la hacienda del sacrilego. El texto de los LXX, que está más libre de estas intervenciones, reduce 1
Hai se halla en la meseta, cerca de Betel (Gen 13,3). Los israelitas han debido subir desde
el castigo a la lapidación del culpable, conforme al precepto de la Ley (Dt 24,16). el valle del Jordán, casi 400 metros bajo el nivel del mar, hasta unos 800 por encima de él.
JOSÜÉ 8-9 246 247 JOSDÉ 9-10
el h u m o de la ciudad, se volvieron y la Ley, la bendición y la maldición, con-
derrotaron a los de H a i ; 2 2 los otros sa- forme a todo lo que está escrito en el odres de vino eran nuevos c u a n d o los lle- Coalición d e los r e y e s del M e d i o d í a
lieron de la ciudad a su encuentro; los libro de la Ley. 3 5 Ni una palabra de cuan- n a m o s ; y ya los veis, r o t o s ; nuestros ves- y batalla d e G a b a ó n
de H a i se vieron envueltos por los de to había prescrito Moisés se omitió en tidos y nuestros zapatos se han hecho vie-
Israel, de un lado por unos, del otro la lectura que hizo Josué, en presencia de jos por lo largo del c a m i n o » . 1 4 Los de Is- J A t Al saber Adonisedec, rey de Je-
p o r o t r o s ; y los de Israel los batieron, toda la asamblea, de los hijos de Israel, rael t o m a r o n de sus provisiones, y sin con- *•" rusalén, que Josué se había a p o -
Sin dejar ni un superviviente ni un fugi- de mujeres y niños, y de los extranjeros sultar a Yavé, 15 Josué les otorgó la paz derado de H a i y que la había dado al ana-
tivo ; 2 3 cogieron vivo al rey de H a i y se que iban en medio de ellos. y concertó con ellos que les dejaría la vi- tema—como habia hecho con Jericó y su
lo llevaron a Josué. da, y también los príncipes de la asamblea rey, así hizo con H a i y su rey—y que los
24 les juraron. habitantes de G a b a ó n habían hecho pa-
C u a n d o Israel h u b o acabado de ex-
terminar en el campo a todos los habitan- E s t r a t a g e m a d e los g a b a o n í t a s 1* Tres días después de concertada la ces con Josué y con Israel y m o r a b a n en-
tes de Hai, camino del desierto, por donde alianza supieron que eran vecinos suyos tre ellos, * 2 temieron mucho, porque Ga-
1
C u a n d o supieron estos sucesos to- y que habitaban en medio de ellos. * 1 7 Los
los habían perseguido, y todos hasta el
último hubieron sido pasados a filo de
9 dos los reyes del lado acá del Jor- hijos de Israel partieron y llegaron a sus
b a ó n era una gran ciudad, como una de
las ciudades reales, más grande todavía
espada, todo Israel se volvió a la ciudad dán, los de la m o n t a ñ a y los del llano y ciudades al tercer día. Eran sus ciudades que H a i , y sus hombres eran valientes.
3
y la pasaron también a filo de espada. los de las costas del mar G r a n d e , frente G a b a ó n , Cafirá, Beriot y Quiriat-Jearim. Adonisedec, rey de Jerusalén, m a n d ó a
25 al Líbano, los jéteos, los amorreos, los is N o los destruyeron, por el juramento
El número de muertos aquel día fue cananeos, los fereceos, los jeveos y los q u e los príncipes de la asamblea les ha-
de doce mil hombres y mujeres, todas
jebuseos, 2 se unieron todos para comba- bían hecho por el nombre de Yavé, Dios
las gentes de H a i . 26 Josué no retiró la d e Israel; pero toda la asamblea m u r m u -
m a n o que tenía tendida con el d a r d o tir 3 a Josué y a Israel de común acuerdo. r a b a contra los príncipes. 1 9 Los prínci-
hasta que n o h u b o dado al anatema a Los habitantes de G a b a ó n , al saber
pes todos dijeron a la asamblea: «Nos-
todos los habitantes de Hai. 2 7 Los de cómo 4había tratado Josué a Jericó y a o t r o s les hemos jurado por Yavé, Dios
Israel sólo reservaron para ellos el ga- H a i , * recurrieron a la astucia y se pu- de Israel; n o podemos, pues, tocarlos;
nado y el botín de esta ciudad, como sieron en camino, llevando provisiones 20
pero he aquí cómo los t r a t a r e m o s : les
Yavé se lo había m a n d a d o a Josué. 2 8 Jo- para el viaje. T o m a r o n sacos viejos sobre dejaremos la vida, por n o traer sobre nos-
sué quemó a Hai, convirtiéndola en un sus asnos, cueros 5
viejos de vino, rotos y
otros la cólera de Yavé, por el juramento
montón de ruinas, que todavía hoy sub- remendados; zapatos viejos y recosidos q u e les hemos hecho»; 2 ' y añadieron los
M para sus pies, y se pusieron vestidos vie-
siste. Hizo colgar de un árbol al rey príncipes: «Que vivan, pues, pero que sir-
de Hai y le dejó allí hasta la t a r d e ; a la jos; todo el pan que traían p a r a el ca- van de leñadores y aguadores para toda
puesta del sol dio orden de coger el mino estaba d u r o y hecho migas. la congregación»; y se hizo c o m o los prín-
6
cadáver y arrojarlo a la puerta de la Llegaron a Josué, al campamento de cipes dijeron.
ciudad, echando sobre él un gran m o n t ó n Gálgala; y le dijeron a él y a los de Is- Un rey vencido bajo los pies de un monarca asmo.
22
de piedras, que todavía subsiste hoy. rael : «Venimos de muy lejanas tierras pa- Josué hizo llamar a los gabaonítas, (British Mus.)
ra hacer alianza con vosotros; hagámos- y les habló así: «¿Por qué nos habéis en-
la, pues». 7 Y los de Israel respondieron g a ñ a d o , diciendo: Estamos muy alejados
C o n f i r m a c i ó n d e la a l i a n z a decir a O h a m , rey de H e b r ó n ; a Faram,
a aquellos jeveos: «Quizá vosotros habi- de vosotros, c u a n d o habitáis en medio de
30
Entonces Josué edificó un altar a Ya- táis en medio nuestro; ¿cómo vamos a nosotros? 2 3 A h o r a , pues, malditos sois, rey de Jerimot; a Jafia, rey de Laquis, y a
vé sobre el monte Ebal, * 3 1 según la or- poder hacer alianza con vosotros?» Ellos
8
y n o dejaréis nunca de ser esclavos, para Dabír, rey de Eglón: 4 «Subid a mí y pres-
den que Moisés, siervo de Dios, habia respondieron a J o s u é : «Somos siervos tu- cortar la leña y sacar el agua para la casa tadme vuestra ayuda para combatir a Ga-
d a d o a los hijos de Israel, como está es- yos». Y Josué les dijo: «¿Quiénes sois y de mi Dios». baón, que ha hecho paces con Josué y con
crito en el libro de la Ley de Moisés; un de d ó n d e venís?» 9 Respondieron ellos: 24
Ellos respondieron a Josué, diciendo: los hijos de Israel». 5 Cinco reyes de los
altar de piedras brutas, a las cuales n o «Tus siervos vienen de muy lejanas tie- «Es que supimos la orden que Yavé, tu amorreos, el rey de Jerusalén, el rey de
había tocado el hierro. Ofrecieron en él rras, por la fama de Yavé, tu Dios, pues D i o s , había d a d o a Moisés, su siervo, de Hebrón, el rey de Jerimot, el rey de La-
holocaustos a Yavé y sacrificios eucarís- hemos oído hablar de cuanto hizo en q u e toda la tierra se os entregara y de quis y el rey de Eglón, se juntaron y su-
ticos. 3 2 Allí, sobre las piedras, escribió Egipto 1 0 y de lo que ha hecho a los reyes que t o d o s sus habitantes fueran extermi- bieron con todos sus ejércitos, y acampa-
Josué una copia de la ley que Moisés ha- de los amorreos de la otra parte del Jor- n a d o s delante de vosotros. Por eso tuvi- ron cerca de G a b a ó n , asediándola. 6 Los
bía escrito delante de los hijos de Israel. dán, Seón, rey de Hesebón, y Og, rey de mos gran miedo por nuestras vidas y por de G a b a ó n mandaron a decir a Josué, al
33
Todo Israel, sus ancianos, sus oficiales Basan, que habitaba en Astarot. " P o r eso hemos hecho esto. 2 * Estamos en tus c a m p a m e n t o de Gálgala: « N o dejes de
y sus jueces estaban a los dos lados del eso nuestros ancianos y todos los habi- m a n o s , trátanos c o m o te parezca bueno socorrer a tus siervos; sube prestamente
arca, ante los sacerdotes hijos de Leví tantes de nuestra tierra nos han dicho: y justo tratarnos». 2 6 Josué hizo de ellos a nosotros y socórrenos, porque se h a n
que llevaban el arca de la alianza de Ya- «Tomad con vosotros provisiones para el lo q u e había dicho, y los libró de la m a n o coligado contra nosotros todos los reyes
vé; los extranjeros, lo mismo que los hi- camino, e id a su encuentro y decidles: de los hijos de Israel, para que n o los ma- de los amorreos q u e habitan en la m o n -
jos de Israel, una mitad del lado del mon- Somos siervos vuestros, haced alianza con tasen; 2 7 pero los destinó desde entonces taña». 7 Josué subió de Gálgala, él y to-
te Garizim, otra mitad del lado del monte nosotros. 12 Aquí tienes nuestro p a n ; es- a c o r t a r la leña y a sacar el agua para la dos los hombres de guerra con él, todos
Ebal, según la orden que Moisés, siervo asamblea y para el altar de Yavé, en el los valientes guerreros. 8 Yavé había di-
taba caliente c u a n d o lo cogimos en nues-
de Dios, había dado antes, para comen- lugar que Yavé eligiese, lo q u e hacen to- cho a Josué: « N o los temas, porque te
zar a bendecir al pueblo de Israel. 3 4 Le- tras casas para el camino, el día en que davía hoy.
partimos para venir a vosotros; y ahora, los entregaré en tus m a n o s y ninguno de
y ó después Josué todas las palabras de I como veis, está seco y en m i g a j a s ; 1 3 estos 16
Descubierto el engaño, Josué les perdona la vida, pero los somete a servidumbre para aca-
30
Llegados a la meseta, deben atravesar los montes de Efraím para llegar al fértil valle de rrear afua y leña para el santuario. En 2 Sam 21,1-14 aparece como los gabaonitas vivian aún bajo
Siquem, flanqueado por los montes Garizim y Ebal. En él dieron cumplimiento a la orden de Moi- la salvaguardia del juramento que aquí le» hablan prestado Josué y los otros principes de respetar
sés (Dt 27,1 ss.). sus vidas
Q 3 Gabaón y las otras ciudades gabaonítas (9,17) se hallan al norte de Jerusalén y no lejos de •I A 1 Por primera vez aparece en el texto sagrado la ciudad de Jerusalén, que en las cartas de
^ las dos ciudades de Hai y Betel. La conducta de sus habitantes, que, viendo perdida la causa * ^ El-Amarna se llama UrusaUmu, ciudad de paz, y que tal vez te llamó antes Salim, confor-
de Canán, buscan someterse a los israelitas, pone más de relieve el pánico producido por la invasión me lo sugiere Gen 14,1-8 y Sal 76,1. Su rey Adonisedec, sintiéndose amenazado por los hebreos y
hebrea. viendo la defección de los gabaonitas, convocó a los otros reyes del Mediodía para forzar a Gabaón
a seguir la causa común.
JOSUÉ 10 249 JOSUÉ 10-11
248
ellos podrá resistir ante ti». * 9 Josué se lamente al campamento, a Josué en Ma- todos los vivientes que en ella había, co- hay a orillas del mar, con una gran mu-
echó sobre ellos de improviso; habían he- ceda, sin que hubiera quien moviese la m o había hecho en L i b n a . 3 3 Entonces H o - chedumbre de caballos y carros. 5 Reunié-
cho la marcha desde Gálgala, andando lengua contra los hijos de Israel. r a m , rey de Gazer, subió para socorrer a ronse todos y vinieron a acampar concen-
toda la noche. 10 Yavé arrojó en medio 22 L a q u i s ; pero Josué le derrotó a él y a su trados junto a las aguas de Merom, para
Josué dijo: «Abrid la boca de la ca- combatir a Israel. 6 Yavé dijo a Josué:
de ellos la turbación ante Israel, e Israel verna, sacad a los cinco reyes y traédme- pueblo, sin dejar escapar a nadie.
los derrotó junto a G a b a ó n ; y persiguién-
34
Josué, y con él t o d o Israel, pasó de «No los temas, p o r q u e mañana, a esta
los». 23 L o hicieron así, llevando a los cin- misma hora, yo te los daré traspasados
dolos p o r el camino que va a Betorón, los co reyes, que sacaron de la caverna: el rey Laquis a Eglón; pusieron su campo junto
batió hasta Azeca y Maceda. u Cuando a la ciudad y la atacaron. 3 5 Aquel mismo delante de Israel: desjarretarás sus caba-
de Jerusalén, el rey de H e b r ó n , el rey de llos y quemarás sus carros». 7 Josué y to-
iban huyendo delante de los hijos de Is- Jerimot, el rey de Laquis y el rey de Eglón. día la t o m a r o n y pasaron a filo de espada
rael en la bajada de Betorón, Yavé hizo 24 a todos los vivientes que había en ella, y dos los hombres de guerra llegaron de im-
U n a vez delante de Josué, llamó éste proviso cerca de las aguas de Merom, y
caer sobre ellos grandes piedras del cielo la dieron al anatema, c o m o habían hecho
a todos los hombres de Israel y dijo a los se precipitaron sobre ellos. 8 Yavé los dio
hasta Azeca, y murieron muchos, siendo con Laquis.
jefes de los hombres de guerra que le ha- 36 enteramente en m a n o s de Israel, que los
más los muertos por las piedras de gra- bían a c o m p a ñ a d o : «Acercaos y poned Josué, con todo Israel, subió de Eglón
nizo que los muertos por la espada de a H e b r ó n y atacaron la ciudad; 3 7 tomada, batió y los persiguió hasta Sidón la gran-
vuestro pie sobre el cuello». Ellos se acer- de, hasta las aguas de Misrefot y hasta
los hijos de Israel. I 2 Aquel día, el día en caron y pusieron su pie sobre su cuello, * la pasaron a filo de espada a ella y a su
que Yavé entregó a los amorreos en las rey, a todas las ciudades de ella dependien- el valle de Masfa, a oriente. Los batió,
25
manos de los hijos de Israel, habló Josué y Josué dijo: « N o temáis y no os acobar-
tes y a todos los vivientes que en ellas se sin dejar escapar u n o solo. 9 Josué los
a Yavé, y a la vista de Israel, dijo: déis, sed firmes y valientes, pues así tra- trató c o m o Yavé se lo había dicho; des-
hallaban, sin dejar a nadie, como lo había
tará Yavé a todos vuestros enemigos, con- jarretó sus caballos y dio al fuego sus ca-
hecho Josué en Eglón, y la dio al anatema
«Sol, detente sobre G a b a ó n ; tra los cuales combatís». 26 Después Josué rros. 10 Entonces se volvió Josué y t o m ó
con todos los vivientes que en ella había.
Y tú, luna, sobre el valle de Ayalón; hizo darles muerte y los m a n d ó colgar de 38 y pasó a su rey al filo de la espada. Jasor
13
Y el sol se detuvo, y se paró la luna, cinco árboles, y allí estuvieron colgados Josué, y t o d o Israel con él, se volvió era antes la capital de todos estos reinos.
Hasta que la gente se h u b o vengado de hasta la tarde. 27 Al ponerse del sol los contra Dabir y la atacó. 39 T o m a d a , con 11
Pasaron a filo de espada a todos los vi-
sus enemigos». hizo bajar de los árboles y echarlos en la su rey y todas las ciudades de ella depen- vientes que en ella se hallaban, dándolos
¿No está esto escrito en el libro de caverna donde se habían escondido, y pu- dientes, las pasaron a filo de espada, y die- todos al a n a t e m a ; n a d a quedó de cuanto
Jaser? El sol se detuvo en medio del cie- sieron a la boca de la caverna grandes pie- ron al anatema a todos los vivientes que vivía, y Jasor fue d a d o a las l l a m a s . 1 2 J o -
lo, y no se apresuró a ponerse, casi un dras, que todavía se ven hoy allí. * allí había, sin dejar escapar a nadie. Josué sué t o m ó todas las ciudades de estos re-
día entero. * 14 N o h u b o , ni antes ni des- trató a Dabir y a su rey como había tra- yes, y cogió a todos sus reyes y los pasó
pués, día como aquel en que obedeció tado a Hebrón. a filo de espada, dándolos al anatema, co-
C o n q u i s t a d e los t e r r i t o r i o * <!p; 40
Josué batió t o d a la tierra, la montaña,
Yavé a la voz de u n hombre, porque Ya- m o se lo había m a n d a d o Moisés, siervo
vé combatía por Israel. 15 Josué, con to- Mediodía el mediodía, los llanos y las pendientes, de Yavé. 13 Israel n o quemó ninguna de
d o Israel, se tornó al campamento, a Gál- 28
Aquel mismo día se apoderó Josiu - con todos sus reyes, sin dejar escapar a las ciudades de la m o n t a ñ a , fuera de Ja-
gala. de Maceda y la destruyó con todos lo- nadie y d a n d o al anatema a t o d o vivien- sor, que incendió Josué. 1 4 T o d o el botín
16
Los cinco reyes huyeron y se refu- vivientes que en ella había y su rey, pa- te, como lo h a b í a m a n d a d o Yavé, D i o s de estas ciudades y sus ganados los cogie-
giaron en la caverna de Maceda. I 7 Se lo sándola a filo de espada. Dio al anatema de Israel. 4 1 Batiólos Josué desde Cades- ron los hijos de Israel p a r a ellos; pero pa-
comunicaron a Josué, diciendo: «Han si- barne hasta Gaza, y todo el territorio de saron a filo de espada a todos los h o m -
la ciudad, y a todos los vivientes que en
d o hallados los cinco reyes, escondidos Gosen hasta G a b a ó n . 4 2 Cogió Josué a bres, hasta exterminarlos, sin dejar uno.
ella había, sin dejar uno solo, y trató a su todos sus reyes y toda su tierra en u n a 15
en la caverna de Maceda». 18 Josué dijo: Lo que había m a n d a d o Yavé a Moisés,
rey como había tratado al de Jericó. * sola expedición, porque Yavé, Dios de
«Rodad grandes piedras a la boca de la su siervo, lo m a n d ó éste a Josué, que lo
29 Pasó Josué con t o d o Israel de Maceda Israel, combatió por I s r a e l . 4 3 Después Jo- ejecutó sin quitar palabra de cuanto Ya-
caverna, y poned a unos cuantos h o m - a Libna y la atacó. 30 Yavé la entregó sué, y todo Israel con él, t o r n ó al campa- vé había m a n d a d o a Moisés.
bres que la guarden, 1 9 pero vosotros no también a las m a n o s de Israel, con su
os paréis; perseguid al enemigo y picadle mento, a Gálgala.
rey; y la pasó a filo de espada a ella y a 16
la retaguardia; no los dejéis entrar en sus cuantos en ella había, sin dejar escapar Así se apoderó Josué de t o d o este
ciudades, porque Yavé, vuestro Dios, los uno, y a su rey le trató como había tra- C o a l i c i ó n d e l o s r e y e s d e l N o r t e . S u territorio, de la m o n t a ñ a , de t o d o el me-
h a entregado en vuestras manos». tado al de Jericó. diodía, de todo el distrito de Gosen, de
20 31
d e r r o t a y c o n q u i s t a d e l o s t e r r i t o r i o s la llanura, del A r a b a , de la m o n t a ñ a de
C u a n d o Josué y los hijos de Israel P a s ó luego Josué, y con él t o d o Is- 7
1
Al tener noticia de estos sucesos Israel y de sus llanos, * 1 desde la mon-
los hubieron enteramente derrotado y ba-
tido, hasta exterminarlos, y se refugiaron
rael, de Libna a Laquis, y la atacó, acam-
pando ante ella. 3 2 Yavé entregó a Laquis H Jabín, rey de Jasor, m a n d ó u n a taña desnuda que se alza hacia Seir, has-
en las ciudades fuertes los que pudieron en las m a n o s de Israel, que la t o m ó al se- embajada a J o b a b , rey de M a d ó n , al rey ta Baal G a d , en el valle del Líbano, al pie
escapar, 2 i se vino todo el pueblo tranqui- gundo día, y la pasó a filo de espada, con de Simerón, al rey de Acsaf, * 2 y a los re- del m o n t e H e r m ó n . Cogió 8
a t o d o s sus re-
yes que estaban al norte de la montaña, yes y les dio muerte. ' L a guerra que
8
y en el Araba, al sur de Queneret, en la hizo Josué contra 19
todos estos reyes d u r ó
Para convencer a los israelitas, y aun a sus enemigos, de que Yavé protege a los primeros, llanura, y en las alturas de D o r , al occi- largo tiempo; no h u b o ciudad que hi-
Dios multiplica los elementos de destrucción de sus enemigos. Primero el pánico, que los pone en 3
dente, y a los cananeos de oriente y de ciese paces con los hijos de Israel, fuera
huida: luego, la espantosa granizada: y por si esto fuera poco, el día se prolonga para que los in-
vasores puedan completar su obra. Verdaderamente que aquel día fue un día grande para Josué y occidente, a los amorreos, a los jéteos, a de los jeveos que habitaban en G a b a ó n ;
su ejército, y se comprende que haya sido cantado por los antiguos poetas de Israel como Débora los fereceos, a los jebuseos de la montaña todas las 20
tomaron por la fuerza de las
cantó la victoria sobre Sisara (Jue 5,1 ss.; cf. Eclo 46,4 ss.). y a los jeveos del pie del H e r m ó n , en el a r m a s ; porque era designio de Yavé
13
La Vulgata traduce «ín libro iustorum»; otros en singular, el libro del justo. Nos parece territorio de Masfa. que estos pueblos endureciesen su cora-
mejor transcribirlo como nombre propio personal. No vuelve a mencionarse tal libro en la Escritura 4 zón en hacer la guerra a Israel, para que
Salieron con ellos todos sus ejércitos, Israel los diese al anatema, sin tener para
más que en 2 Sam 1,18, y quizá, más que un libro, fue una colección de cantos bélicos. Desde gente innumerable, como las arenas que
luego, las dos citas prueban que se trata de una composición poética. Por lo breve de ésta, es mucho
más difícil todavía determinar el sentido de las palabras citadas.
24
Acciones semejantes a ésta se ven representadas en los monumentos asirios, como expre- •I •! ! Como el Adonisedec de Jerusalén figura luego en Jue 1,8 ss., así este Jabín de Jaron apa-
sión2 7de la victoria sobre los enemigos. El intento de Josué aquí es infundir valor a su gente. ' * rece en Jue 4,2. Puesto que nuestro texto dice que Josué mató a todos los reyes, hay que
Conforme a la prescripción de la Ley (Dt 21,22 ss.; cf. 8,29). pensar
16
que se trata de otros personajes del mismo nombre.
28
Esta victoria puso en poder de Josué toda la región meridional de Canán. El acabar el relato Con esta segunda batalla, Josué aniquiló a la coalición de los restantes reyes de Canán. Esto
con la vuelta a Gálgala significa que no la ocuparon totalmente, contentándose con una algara de no era adueñarse realmente de la tierra y ocuparla: pero era destruir el obstáculo mayor para la
vencedores por la tierra, que más tarde ocuparon, no sin nuevas luchas. ocupación. El pueblo no tendría que luchar sino con las ciudades aisladas.
JOBUÉ 11-13 250 251 JOSDÉ 13,14

ellos misericordia, y los destruyera, c o m o torios dio Josué en heredad a las tribus tribuye p o r suertes esta tierra en heredad Gad
Yavé se lo había m a n d a d o a Moisés. de Israel, según sus familias, * 8 en la a los hijos de Israel, como yo lo he man- 24
21
E n este tiempo se puso Josué en mar- montaña, en la llanura, en el Araba, en dado. Moisés dio a la tribu de G a d un»
7 parte según sus familias. 25 s u territorio
cha y exterminó a los enaquim de la mon- las vertientes, en el desierto, en el N e - A h o r a , pues, distribuye esta tierra en-
taña de Hebrón, de Dabir y de A n a b , de gueb; de los jéteos, de los amorreos, de tre las nueve tribus y la media de Mana- comprendía: Jaser, todas las ciudades de
toda la m o n t a ñ a de J u d á y de toda la los cananeos, de los fereceos, de los je- ses. 8 Con la otra mitad, los rubenitas y Galad, la mitad de la tierra de los hijos
m o n t a ñ a de Israel. Josué los dio al ana- veos y de los jebuseos; ' el rey de Jericó, gaditas recibieron ya su heredad, que les de A m m ó n , hasta Aroer, que está en-
tema con todas sus ciudades. 2 2 N o que- el rey de Hai, cerca de Betel; 1 0 el rey de dio Moisés al otro lado del Jordán, a frente de R a b a , 2 6 desde Hesebón hasta
d ó un enaquim en todo el territorio de los Jerusalén; el rey de H e b r ó n ; " el rey de oriente, como se la distribuyó Moisés, R a m a t , Masfe y Betonim, y desde Ma-
hijos de Israel; sólo quedaron en G a z a , Jerimot; el rey de Laquis; I 2 el rey de siervo de Yavé: 9 desde Aroer, a orillas janaím hasta la frontera de Debir; 2 7 y
en G a t y en Azoto. Eglón; el rey de Guezer; ' 3 e l rey de D a - del torrente del Arnón, y desde la ciu- en el valle Bet Aram, Bet Nimra, Sucot
23 bir; el rey de Gueder; ' 4 el rey de J o r m a ; dad que está en medio del valle, toda la y Safón, parte del reino de Seón, rey
Se apoderó Josué de t o d o el territo- de Hesebón, el J o r d á n y sus riberas, hasta
rio, conforme a todo lo que Yavé ha- el rey de A r a d ; ' s el rey de Libna; el rey llanura de M a d a b a , hasta D i b ó n ; 10 to-
de O d u l a m ; l6 el rey de M a c e d a ; el rey das las ciudades de Seón, rey de los a m o - el cabo del mar de Queneret, del otro
bla dicho a Moisés, y se lo dio en here- lado del Jordán, a oriente.
dad a Israel por partes, según sus tribus, de Betel; 1 7 e l rey de Tafuaj; el rey de rreos, que reinaba en Hesebón, hasta la
y la tierra descansó de la guerra. O f e r ; ' 8 el rey de Afeg; el rey de L a s a r o n ; frontera de los hijos de A m m ó n ; " G a - 28
Esta fue la heredad, ciudades con sus
" el rey de M a d ó n ; el rey de Jasor; 2 0 el lad, el territorio de Gesur y de Macat, pueblos, de los hijos de G a d , según sus
rey de Simerón; el rey de Acsaf; 2 1 el rey t o d a la m o n t a ñ a de H e r m ó n y todo el familias.
Los reyes vencidos de T a n a c ; el rey de M a g e d d o ; 2 2 e l rey Basan, hasta Saleca; 12 todo el reino de
Og, en Basan, que remaba en Astarot,
1 4 ' H e aquí los reyes de la tierra q u e de C a d2 e3 s ; el rey de Jacneam, en el Car- y en Edraí, y eran los últimos restos de Media tribu de Manases
1& batió Israel, apoderándose de sus melo ; el rey de Dor, en las alturas2 4de los refaim. Moisés batió a estos reyes y 29
territorios, al otro lado del Jordán, a D o r ; el rey de Goyim, junto a Galil; e l Moisés dio a la media tribu de M a -
oriente, desde el torrente del A r n ó n hasta
rey de Tirsa. E n todo, treinta y un reyes. los desposeyó; " p e r o los hijos de Israel nases una parte, según sus familias. 3 0 T u -
no desposeyeron a los guesuritas y a los vieron por territorio, a partir de Maja-
el monte H e r m ó n , y todo el Araba, a macatitas, y Gesur y Macat habitan en naím, todo Basan, todo el reino de Og,
oriente: * 2 Seón, rey de los amorreos, re- medio de ellos hasta hoy. 1 4 La tribu de rey de Basan, y todos los burgos de Jair
sidente en Hesebón; su dominio se exten- SEGUNDA PARTE Leví fue la sola a que Moisés n o dio he- en Basan, sesenta ciudades; Ji la mitad
día desde Aroer, a orillas del torrente del redad, porque las combustiones de Ya- de Galad, Astarot y Edraí, ciudades del
Arnón, y desde el medio de este valle, so- D I S T R I B U C I Ó N DE LA TIERRA vé, Dios de Israel, son su heredad, co- reino de Og en Basan, fueron dadas a
bre la mitad de Galad, hasta el torrente (13-22) m o él se lo dijo. Maquir, hijo de Manases, a la mitad de
de Jaboc, en la frontera de los hijos de los hijos de Maquir, según sus familias.
3
A m m ó n : sobre el Araba hasta el mar •| o ' Josué era ya viejo, entrado en 32
Estas son las partes que distribuyó Moi-
de Queneret, a oriente, y sobre el mar del A «* años, y Yavé le dijo: «Eres ya vie- Rubén sés, cuando estaba en los llanos de M o a b ,
Araba, el mar de la Sal, a oriente, hacia jo, de edad avanzada, y queda todavía
1 Moisés había dado a los hijos de la del otro lado
5 del Jordán, frente a Jericó,
Betjesimot, y del lado del mediodía, al mucha tierra por conquistar. * 2 Mira lo tribu de R u b é n una parte según las fami- a oriente.
33
Pero Moisés n o dio parte a
pie de las pendientes del Pasga. 4 El te- que q u e d a : todos los distritos de los filis- lias. * 16
Tuvieron por territorio, a partir la tribu de Leví: Yavé, Dios de Israel, es
rritorio de Og, rey de Basan, de los restos teos y todo el territorio de Gesur; 3 desde de Aroer, a orillas del torrente del A r n ó n su parte, como él se lo h a dicho.
de los refaim, residente en Astarot y en el Sijor, que corre al oriente de Egipto, y de la ciudad situada en medio del valle,
Edraí. 5 Su dominio se extendía sobre la hasta la frontera de Acarón, hacia el nor- t o d a la llanura hasta M a d a b a ; 1 7 Hesebón
montaña de Hermón, sobre Saleja, sobre te, que se reputa como de los cananeos; y todas las ciudades del llano, D i b ó n , Hebrón, para Caleb
t o d o Basan, hasta la frontera de G a r u r los cinco príncipes de los filisteos, el de Bamot Baal, Bet Baal, M a ó n , 1 8 J a h s a , 1 A ' H e aquí lo que los hijos de Israel
y de Macat y hasta la mitad de Galad, Gaza, el de Azoto, el de Ascalón, el de Quedamot, Mefat, 19 Quiryataím Saba- * " recibieron en heredad en la tierra
territorio de Seón, rey de Hesebón. 6 Moi- G a t y el de A c a r ó n ; los jeveos al medio- m a , Sarat Asar, en el m o n t e del valle; de C a n á n ; lo que les distribuyeron Elea-
sés, siervo de Dios, y los hijos de Israel día ; * toda la tierra de los cananeos, y 2
<> Bet Fogor, las pendientes del Pasga, zar, sacerdote; Josué, hijo de Nun, y los
los batieron; y Moisés, siervo de Yavé, Meara, que es de los sidonios, hasta Afee, Bet Jesimot, 2 1 todas las ciudades del jefes de familia de las tribus de los hijos
dio sus territorios en heredad a los rube- hasta la frontera de los amorreos; 5 la llano y todo el reino de Seón, rey de de Israel. * 2 Fue la suerte la que asignó su
nitas y gaditas y a media tribu de M a - tierra de los gueblitas y todo el Líbano los amorreos, que reinaba en Hesebón; heredad, como Yavé se lo había m a n d a d o
nases. a oriente, desde Baal G a d , al pie del m o n - Moisés le derrotó a él y a los príncipes a Moisés, a las nueve tribus y a la media
7
Reyes de la tierra que batió Josué y te H e r m ó n , hasta la entrada de J a m a t ; de Madián, Eví, Requem, Sur, Jur y Rebe, tribu de Manases. 3 Pues Moisés había
6
los hijos de Israel, de este lado del Jor- todos los habitantes de la montaña, des- tributarios de Seón, que habitaban la ya dado su heredad a dos tribus y a
dán, a occidente, desde Baal G a d , en el de el Líbano hasta las aguas de Misre- tierra. 2 2 El adivino Balam, hijo de Beor, media de la de Manases, al otro lado del
valle del Líbano, hasta la m o n t a ñ a des- fot; todos los sidonios. Yo los arrojaré fue también del número de los que los Jordán. N o dio nada de la heredad a los
nuda que se alza hacia Seir, cuyos terri- de delante de los hijos de Israel. Pero dis- hijos de Israel pasaron a filo de espada. levitas en medio de ellos. 4 Los hijos de
23
Así el territorio de los hijos de Rubén José formaban dos tribus, Manases y
I O ] El autor recapitula aquí lo que ya queda dicho en el Pentateuco sobre los dos reyes de llegaba hasta el J o r d á n y sus riberas. Efraím, y n o se dio a los levitas parte en
* ~ la TransJordania, reyes poderosos en comparación de los cananeos, y como tales nos los Esta fue la heredad, las ciudades y sus el territorio, fuera de las ciudades de su
presenta la tradición (cf. 1 Re 4,19; Neh 9,22; Sal 134,10 s.; 135,1 s.). pueblos, de los hijos de R u b é n y sus habitación y los campos de pastos para
7
La extensión de la tierra de Canán, comprendida la Filistina, que aqui no figura, mide 15.000 ki-
lómetros cuadrados. Dividida en partes iguales, no llega a 500 kilómetros lo que toca a cada uno de familias. sus ganados y rebaños. 5 Los hijos de
estos reyes, que reinaban sobre una ciudad y su término. Las excavaciones modernas nos muestran Israel cumplieron lo que Yavé había man-
que tales ciudades eran de reducida extensión. Jericó tendría unos 500 metros de largo por la mitad d a d o a Moisés, y distribuyeron la tierra.
de ancho; sus muros eran de tierra apisonada, asegurada con vigas colocadas a lo largo, y las casas
eran de la misma materia, y formaban calles tan estrechas, que un camello cargado no podría pasar 15
por ellas. Estos datos son muy de tener en cuenta para apreciar el lenguaje oriental de los autores A pesar de lo dicho en el v.7 s., el autor, para completar el cuadro de la posesión de cada
sagrados. Por lo demás, los medios humanos de que hubieran podido valerse para su conquista tribu, empieza nuevamente por las de la TransJordania.
eran bastante inferiores. i A ' Esta distribución debe entenderse en el sentido de señalamiento de las regiones que cada
' ^ tribu debía conquistar por su propio esfuerzo después del esfuerzo común con que habían
1 O • José era ya entrado en años y no podía pensar en conquistar él las tierras que quedaban. quebrantado la potencia unida de los cananeos.
JOSUÉ 14-15
252 253
JOSDÉ 15-16
o Algunos de los hijos de Judá se acer- I a Caleb, hijo d e Jefoné, el quineceo, hasta 13
Se había d a d o a Caleb, hijo de Jefo- 4 9 D a n a , Quiriat Sana, que es D a b i r ;
carón a Josué, en Gálgala, y Caleb, hijo el día de hoy, p o r q u e siguió enteramente né, u n a parte en medio de los hijos de 50 A n a b , Istemo, Anim, 51 Gosem, Jalón
de Jefoné, el quineceo, le dijo: «Ya sabes a Yavé, Dios de Israel. 15 H e b r ó n se llamó Judá, c o m o Yavé se lo había m a n d a d o y Güilo; once ciudades con sus pueblos.
lo que a Moisés, siervo de Dios, dijo Ya- antes Quiriat-Arbé.
vérespecto de mí y de ti en Cadesbarne. * Arbé fue el h o m b r e más grande de los a J o s u é ; Quiriat Arbé, del padre de Enac, 5 2 A r a b , D u m a , Esán, 53 Janum, Bet Ta-
7 que es Hebrón. 14 Caleb arrojó de allí a fuaj, Afeca, 5 4 J u n t a Quiriat Arbe, que es
Cuarenta años tenía yo c u a n d o Moisés, enaquim.
siervo de Yavé, m e m a n d ó de Cadesbarne | La tierra descansó de la guerra. los tres hijos de E n a c : Sesai, Ajuman y H e b r ó n y Sior; nueve ciudades con sus
p a r a explorar la tierra, y yo le hice rela- Tolmar, descendientes de Enac. 15 D e allí p u e b l o s , 5 5 M a ó n , C a r m e l , Zif, J u t a ,
subió contra los habitantes de Dabir, que 5 6 Jezrael, Jocdam, Zanoe, 57 Acaín, Gue-
ción según la sinceridad de mi corazón.
8
Judá se llamaba antes Quiriat Sefer. 16 Caleb ba, T a m n a ; diez ciudades con sus pueblos.
Mientras que mis hermanos, los que I 1
L a parte que en suerte tocó a la dijo: «Al que bata y tome Quiriat Sefer 5 8 Jaljul, Besur, Guedor, 59 M a r a t , Bet
conmigo habían subido, descorazonaron
al pueblo, yo seguí enteramente a Yavé, 15 tribu de los hijos de Judá, según le daré por mujer a m i hija Acsa». 1 7 La
mi Dios. * Aquel día hizo Moisés este sus familias, se extendía hasta la frontera t o m ó Otoniel, hijo de Quenaz, hermano I Anot y Eltecón; 60
seis ciudades con sus
j u r a m e n t o : La tierra que pisaren tus pies de E d o m , en el desierto de Sin, 2al m e d i o - de Caleb, y éste le dio su hija Acsa p o r pueblos. Quiriat Baal, que es Quiriat
será tu heredad y la de tus hijos perpetua- día por el confín meridional. * Su fron- mujer. I S C u a n d o iba ella a la casa de Jearim, y 61H a r a b á ; dos ciudades con sus
mente, p o r q u e tú has seguido enteramente tera meridional partía desde la extremidad Otoniel, incitóla éste a que pidiera a su pueblos. En el desierto, Bet A r a b a ,
62
del m a r de la Sal, de la parte de este m a r padre u n c a m p o ; bajóse ella del asno, y Mendin Secaca, Nebsan, Ir Armelaj y
q u e se vuelve hacia el sur, 3 y se prolon- Caleb le dijo: «¿Qué tienes?» 19
Ella le E n g a d d í ; seis ciudades con sus pueblos.
63
gaba al mediodía de la subida de A c r a - respondió: «Hazme u n d o n ; pues que Los hijos de Judá no pudieron ex-
b i m ; pasaba a Sin, y subía al mediodía d e m e has heredado en tierra de secano, pulsar a los jebuseos; habitan en Jeru-
Cadesbarne; pasaba a Esrón, subía hacia dame también tierra de regadío». El le salén con los hijos de Judá, hasta hoy. *
A d a r y se volvía a C a r c a á ; 4 pasaba luego dio el Gulot (Fuentes) superior y el in-
a A s m ó n y continuaba hasta el torrente ferior. José
d e Egipto, p a r a m o r i r en el mar. Esta o s
20
será la frontera meridional. 5 La frontera Esta fue la heredad de la tribu de 1 fi ' ^ a P a r t e 1 u e tocó en suerte a los
oriental fue el m a r de la Sal, hasta l a los hijos de Judá, según sus familias. * ** hijos de José comenzaba en el lado
21
desembocadura del Jordán. L a frontera Las ciudades situadas al extremo de la de oriente, en el J o r d á n de Jericó, en las
septentrional partía de la parte del m a r tribu de los hijos de Judá, hacia la fron- aguas de j e r i c ó ; y p o r la m o n t a ñ a sube
de la Sal donde desemboca el J o r d á n ,
6
tera de Edom, en el Negueb, s o n : Cabsel, de Jericó al monte de Betel; * 2 seguía
subía hacia Bet Aglá, pasaba al n o r t e Edel, Jagur, 2 2 Quina, D i m o n a , Adada, de Betel, Luz, y pasando a lo largo del
de Bet Araba, subía hasta la peña de Boén, 23
Cades, Asor y J e t n á n ; 2 4 Zif, Telem, territorio de los arqueos, por Atorot,
hijo de R u b é n ; 7 seguía subiendo a D e - Balot, 2 5 Asor el nuevo y Cariot, Esrom, 3
bajaba a occidente hacia la frontera de
berá, a partir del valle, a Ajor, y volvía 26
A m a n , Sama, M o l a d a , 27 Asergada, los jefletitas hasta la de Betorón de Abajo
hacia el norte del lado de Gálgala, que Asemón, Bet Felet, 2 8 Asarsual, Berseba y hasta Gazer, para morir en el mar.
está enfrente al m o n t e de A d o m i m , al y Baciotia; 2 9 Bala, Jim, Esem, 3« Eltolad, 4
sur del torrente; pasaba a En Semes y Esta es la heredad que recibieron los
Quesil, Jorma, 3 1 Siceleg, Madniana, San- hijos de José, Manases y Efraím.
llegaba a En Rogel; 8 de allí subía p o r sana, 3Z Lebaot, Seljim, Ain y R e m ó n ;
el valle de Ben H i n ó n , viniendo p o r el en todo, veintinueve ciudades con sus
mediodía hasta tocar el límite de Jebús, Efraím
q u e es Jerusalén; y subía luego p o r la pueblos. 5
Tipofilisteo.(GRESSMANN, Altorient. BilderJ 33 H e aquí la frontera de los hijos de
cima del m o n t e que está frente al valle E n la Sefela (Llanura), Estaol, Sa- Efraím, según sus familias. El límite de
de H i n ó n , a occidente, y al extremo del rea, Asena, 3 4 Zanoe, Ain G a n i m , Tafuaj, su heredad era, a oriente, Atarot A d a r
a Yavé. 10 Ahora, pues, Yavé me ha con- valle de Refaím, al norte. 9 Desde la Enaím, 3S Jerimot, Adulam, Socó, Azeca,
servado la vida, como io prometió durante c u n a del m o n t e se inclinaba hacia los 36 hasta Betorón de A r r i b a ; 6 se dirigía por
Saraím, Aditaím, Guedera y Guedero- el lado de occidente hacia Micmetat, al
los cuarenta y cinco años transcurridos manantiales de agua de Neftoá, seguía t a í m ; catorce ciudades con sus pueblos.
desde que Yavé dirigió a Moisés esta hacia las ciudades de la m o n t a ñ a de n o r t e ; volvía luego a oriente hacia Tanat
" S e n á n , Adasa, Migdal-Gad, 3 8 De- Silo y pasaba por delante de ella, al
palabra, mientras caminaba Israel p o r el Efrón y se volvía en dirección a Bala, que leam, Masefa, Jactel, 3 9 Laquis, Bascat,
desierto, y tengo ahora ochenta y cinco es Quiriat-Jearim. i<> D e Bala se volvía la oriente, hasta J a n o a j ; 7 de Janoaj bajaba
Eglón, #> Cabón, Lejma, Cetlis, 4 I Guide- a Atarot y Narata, tocaba en Jericó y
a ñ o s ; J 1 pero ya ves que estoy robusto I frontera a occidente, hacia el m o n t e Seir; rot, Bet Dagón, N a h a m a y M a r c e d a ;
hoy, como lo estaba al tiempo en que p a s a b a p o r la vertiente septentrional del llegaba hasta el J o r d á n ; s de Tafuaj iba
dieciséis ciudades con sus pueblos. 4 2 Le- a occidente al torrente de Cana, para
Moisés me m a n d ó ; mi fuerza es ahora la m o n t e Jarim, que es Quesalón; bajaba a bana, Éter, Asan, 4 3 Jefta, Esna, Nesib,
misma de entonces p a r a luchar, p a r a salir Betsames y pasaba p o r T i m n a ; u con- 44 morir en el mar. Esta era la heredad
Queila, Ajzob, M a r e s a ; nueve ciuda- de los hijos de Efraím, según sus familias.
y para entrar. 1 2 D a m e , pues, este monte, t i n u a b a al norte p o r la vertiente de Aca- des con sus pueblos. 4 5 Acarón, con las 9
de que habló Yavé aquel día, pues allí r ó n y se dirigía hacia Secrona; pasaba Los hijos de Efraím tuvieron también
ciudades de ella dependientes y sus pue- ciudades separadas en medio de la he-
están los enaquim, y tienen ciudades gran- p o r el m o n t e de Bala y1 2llegaba a Jabnel, blos.
des y fuertes; quizá quiera Yavé estar p a r a morir en el m a r . La frontera oc- redad de los hijos de Manases. 10 N o ex-
46 pulsaron a los cananeos que habitaban
conmigo y logre arrojarlos, según la p a - cidental era el m a r G r a n d e ; éste era el A partir de Acarón, del lado de oc-
labra de Yavé». » Josué bendijo a Caleb, cidente, todas las ciudades cercanas a en Gazer, y los cananeos h a n habitado
hijo de Jefoné, y le dio H e b r ó n en heredad, límite. Estas fueron las fronteras de los Azoto, con sus pueblos; 4 7 Azoto, las hasta hoy en medio de Efraím, pero so-
14 Por eso Hebrón pertenece en heredad I hijos de Judá, según sus familias. ciudades dependientes de ella y sus pue- metidos a tributo.
blos; Gaza, las ciudades de su dependen-
« Caleb nos es conocido desde Núm 13,7, donde figura como representante de Judá entre los cia y sus pueblos, hasta el torrente de
vnloradores En premio de su lealtad pide ahora la región de Hebrón, pues, no obstante la valentía Egipto y el m a r Grande, que es la frontera.
de quienes la defienden, aún se siente con fuerzas para ganarla. En 15,13-10 y Jue 1,12 ss. se cuenta 48
cómo redondeó sus conquistas. En la montaña, Samir, Jeter, Socot, |
J La descripción de los limites de Judá y la enumeración de sus ciudades es la más completa 63
Jerusalén estaba entre los límites de Judá y de Benjamín; por eso se atribuye unas veces
15 de todas. a Judá, como aquí, y otras a Benjamín, como en Jue i,2i.
1
A grandes rasgos nos da los límites, sin la enumeración de las ciudades.
josoÉ 17-18 254 255 JOSUÉ 18-19
Manases dencia; los habitantes de Endor y las
ciudades de su dependencia; los habitantes teras, al mediodía, y la casa de José la vertiente septentrional, frente al Araba,
n 1
La tribu de Manases tuvo este
territorio, pues era el primogénito
de José. Maquir, primogénito de Mana-
de Tanac y las ciudades de su dependencia,
y los habitantes de Megiddo y las ciuda-
des12 de su dependencia.
dentro de las suyas, al norte. 6 Describid,
pues, la tierra en siete partes, traedme la
descripción, y yo haré el sorteo de ellas
bajaba al Araba, " y seguía por la ver-
tiente septentrional de Bet Jogla, para
morir en el extremo norte del mar de la
ses y padre de Galad, había recibido para vosotros, aquí ante Yavé, nuestro Sal, hacia la 20 desembocadura del Jordán,
Los hijos de Manases no pudieron Dios; 7 pues para los levitas no ha de
Galad y Basan, pues era hombre de gue- expulsar a los habitantes de estas ciuda- al mediodía. Esta era la frontera me-
rra. 2 También fue atribuida una parte haber parte en medio de vosotros, por ridional. El Jordán era el límite de la
des; y continuó el13 cananeo habitando en ser el sacerdocio de Yavé su heredad;
a los otros hijos de Manases, según sus aquella tierra; * sometieron a los ca- frontera oriental.
familias: a los hijos de Abezier, a los Gad, Rubén y media tribu de Manases Esta fue la heredad de los hijos de
naneos a tributo, pero no los expulsaron. han recibido ya su heredad al otro lado
hijos de Elec, a los hijos de Esriel, a los 14
Los hijos de José hablaron a Josué, Benjamín con todas sus fronteras, según
hijos de Siquem, a los hijos de Jefer y del Jordán, a oriente, la que les dio Moi- sus21 familias.
diciendo: «¿Cómo nos has dado en here- sés, siervo de Yavé».
a los hijos de Semida, éstos eran los hijos dad una sola suerte y una sola parte, a 8 Las ciudades de la tribu de Benjamín,
varones de Manases, hijo de José, según nosotros que somos un pueblo numeroso, Levantáronse los hombres y se pu- según sus familias, eran: Jericó, Bet Jogla,
sus familias. 3 Salfad, hijo de Jefer, hijo al que Yavé ha bendecido hasta ahora?»
sieron en camino, y al partirse para hacer Emec Casis, 22 Bet Araba,24Semaraím, Be-
de Galad, hijo de Maquir, hijo de Ma- 15 la descripción de la tierra, les dio Josué 23
tel, Avim, Afara, Ofra, Quefar Emo-
Josué les dijo: «Puesto que eres un sus órdenes, diciendo: «Id, recorred la
nases, no tuvo hijos, sino hijas, cuyos pueblo numeroso, sube al monte y rotura ra, Ofni 2y Gaba; doce ciudades con sus
nombres 4 son: Majla, Noa, Jogla, Milca tierra, describidla y volved a mí, y yo pueblos. ' Gabaón,27Rama Berot, 26 Mis-
una parte en la tierra de los fereceos y os haré9 el sorteo aquí ante Yavé, en
y Tirsa; presentáronse a Eleazar, sacer- los refaím, ya que la montaña16de Efraím fe, Catira, Amosa, Requem, Jirfel, Tá-
dote, delante de Josué, hijo de Nun, y Silo». Partieron, pues, recorrieron la rela, 2S Sela, Elef, Jebús, que es Jerusalén;
te viene demasiado estrecha». Los hijos tierra, la describieron en un rollo según
delante de los príncipes, y dijeron: «Yavé de José dijeron: «La montaña no nos Gabat y Quiriat; catorce ciudades con
mandó a Moisés que nos diera heredad sus ciudades, dividiéndola en siete partes, sus pueblos. Esta fue la heredad de los
basta, y todos los cananeos que habitan y10 volvieron a Josué, al campo en Silo.
en medio de nuestros hermanos». Se les en el valle disponen de carros de hierro, Josué les hizo el sorteo en Silo, en hijos de Benjamín, según sus familias.
dio, pues, según el mandato de Yavé, lo mismo que los de Betsán y las ciudades presencia de Yavé, y distribuyó allí la
heredad en medio de los hermanos de de su dependencia, y los que habitan el tierra entre los hijos de Israel, según sus Simeón
su padre. 5 Tocaron a Manases diez suer- valle de Jezrael». n Josué respondió a la familias. * 1
La suerte atribuyó la segunda
tes, además del territorio de Galad y de
Basan, que está al otro lado del Jordán,
casa de José, a Efraím y Manases: «Eres
un pueblo numeroso, tu fuerza es mucha,
19 parte a Simeón, a la tribu de los
6
pues las hijas de Manases tuvieron su Benjamín hijos de Simeón, según sus familias; tu-
no puedes tener una sola suerte, 18 pero vieron su heredad en medio de la heredad
heredad entre los hijos; la tierra de Galad la montaña será tuya; tú roturarás el n La parte de la tribu de Benjamín
fue para los otros hijos de Manases. 7 La de los hijos de Judá.* 23 Su heredad fue:
bosque y sus términos te pertenecerán; fue sacada a suerte según sus familias, y Berseba, Sabe, Molada, Aser Sual, Bala,
frontera de Manases partía de Aser ha- expulsarás a los cananeos, por carros de el territorio que les tocó en suerte tenía
cia Micmetat, que está junto a Siquem, Asem, 4 Eltolad Betul, Jarma, 3 Siceleg,
hierro que tengan y por fuertes que sean». sus fronteras entre 2los hijos de Judá y Bet Marcabot, Jasersusa, * Bet Lebaot y
e iba después a derecha8 hacia los habi- los hijos de José. > Del lado del norte
tantes de Em-Tafuaj; el territorio de Sarujen; trece ciudades con sus pueblos;
7
El tabernáculo en Silo partía su frontera del Jordán, subía al Aín, Remón, Atar y Asan, cuatro ciu-
Tafuaj tocó a Manases; pero Tafuaj, en norte sobre la vertiente de Jericó, se ele- dades con sus pueblos, 8 así como todos
la frontera de Manases, fue para los hijos l O 1 Se reunió en Silo toda la asam- vaba por la montaña a occidente y ter- los burgos de los alrededores de estas
de Efraím; ' bajaba la frontera del to- •*• O blea de los hijos de Israel y alzaron minaba en el desierto de Bet Aven; 13 de ciudades, hasta Baalat Beer, que es la
rrente de Cana, hasta el medio del to- allí el tabernáculo de la reunión, pues el allí iba a Luz, al mediodía, que es Betel; Ramat del Sur. Esta fue la heredad de
rrente. Las ciudades de este territorio que territorio estaba sometido. * 2 Quedaban luego bajaba a Atarot Adar por la mon- la tribu de los hijos de Simeón, según
tocaron a Efraím estaban en medio de siete tribus, de entre los hijos de Israel, que taña que hay al mediodía de Betorón de sus familias. 9 La heredad de los hijos
las ciudades de Manases. La frontera de todavía no habían recibido su heredad. Abajo. de Simeón se tomó de la parte de los
3
Manases pasaba al norte del torrente y Josué dijo a los hijos de Israel: «¿Hasta 14 Del lado de occidente se prolongaba hijos de Judá, demasiado grande para
terminaba en el mar;* 10 el territorio al cuándo vais a ser negligentes en apode- la frontera volviendo hacia el mediodía, ellos, y fue en medio de su territorio
mediodía era de Efraím y el del norte de raros de la tierra que Yavé, Dios de desde la montaña situada frente a Beto- donde los hijos de Simeón recibieron su
Manases, y su término era el mar; hacia vuestros padres, os ha dado? * 4 Elegid rón, al sur, y terminaba en Quiriat Baal, heredad.
el norte tocaban con Aser, hacia oriente tres hombres por cada tribu, y yo los que es Quiriat-Jearim, ciudad de los hijos
con Isacar. n Manases tuvo en los terri- enviaré para que vayan a recorrer la tie- de Judá; esto por el lado de occidente.
torios de Tsacar y de Aser: Betsán y las rra y hagan de ella una descripción, con Zabulón
15 Por el lado del mediodía, partía del
ciudades que de ella dependen, Jeblam y vistas a la distribución que hay que hacer, extremo de Quiriat-Jearim hasta la fuente 10 La tercera parte tocó en suerte a los
las ciudades de su dependencia; los habi- y me la traigan. 5 La dividiréis en siete de aguas de Naftoaj; >6 bajaba al extremo hijos de Zabulón, según sus familias; la
tantes de Dor y las ciudades de su depen- partes; Judá quedará dentro de sus fron- de la montaña que está frente al valle de frontera de su heredad se extendía hasta
9 Ben Hinón, y al norte del valle de Refaím, Sarid; u subía al occidente hacia Marala
1 7' Este hecho de que Efraím posea ciudades en el territorio de Manases nos muestra cómo
se llevó a cabo la toma de posesión de la tierra. Y de ahí las irregularidades en los limites y bajaba luego por el valle de Hinón
hacia el límite meridional de17los jebuseos,
y tocaba en Debaset, y luego al torrente,
ante Jocnam. 12 De Sarid se volvía a
y la imposibilidad de señalarlos con alguna precisión (cf. 17,9).
12
Estos cananeos se hicieron fuertes, y, gracias a su valor y a sus carros de guerra o a la flo- hasta la fuente de Rogel; volvíase al oriente, al sol levante, hasta los confines
jedad de Manases, quedaron ocupando lo mejor de la tierra, para servir de piedra de escándalo a norte y pasaba luego por En Semes, se- de Queselet Tabor; se prolongaba hacia
los hijos de Israel Que 1,27 s.). guía por Guelitot, que está frente a la Daberet y subía a Jafia; , 3 de allí pasaba
1 Q l La historia no nos dice cuándo y cómo fue instalado el tabernáculo en Silo, que vino a subida de Adomim, y bajaba a la peña a oriente a Guita Jefer por Itacasín, y
* ^ ser el centro religioso de Israel. A falta de unidad política, esta unidad religiosa de las tribus de Boen, hijo de Rubén; 18 pasaba por se dirigía a Remón, que confina con Noa;
era de gran importancia. 10
3 Concluido el estudio y señalados los lotes, se sortean ante el Señor, que por la suerte da a
Estas palabras de Josué nos indican más claramente con qué lentitud se realizó la conquista
efectiva de Canán por las tribus. No hemos de imaginarnos a estos comisionados como geógrafos cada tribu su parte (Prov. 16,33; 18,18; Sal 77,55; Ez 48,29).
que miden la tierra para repartirla luego, sino como expertos que examinan el territorio no ocupado
y aprecian las condiciones del terreno y las facilidades de la ocupación por las tribus que quedaban i Q ' La tribu de Simeón nunca tuvo gran importancia; y esto de que no haya logrado conquis-
sin haberse posesionado de la suya. ' •* tar un territorio fuera de los términos de otra tribu lo dice bien claro. En la bendición de
Moisés (Dt 33) no ñgura esta tribu, y en Jue 1,3 va a la conquista en la buena compañía de Judá.
JOSDÉ 19-20 256 257 JOSÜÉ 20-21

n volvía del lado norte hacia Anatón y dim, Ser, Jamat, Recat, Queneret Edema, y le darán habitación donde more con hijos de Israel dieron por suerte a los
terminaba en el valle de Jeftael; IS Catat,
36
Arama, Jasor, 37 Cades, Edraí, En Ja- ellos. 5 Si el vengador de la sangre le per- hijos de Leví esas ciudades y sus con-
Nalal, Seremón, Jedala y Betlejem; doce sor, 58 Jerón, Migdael, Joren, Bet Anat y sigue, no le entregarán en sus manos, por- tornos, como Yavé se lo había mandado
ciudades con sus pueblos. l 6 Esta fue la Bet Sames; diecinueve ciudades con sus que sin querer mató6 a su prójimo, a quien a 9Moisés.
heredad de los hijos de Zabulón, según pueblos. 39 Esta fue la heredad de la tribu de antes no odiaba. El homicida quedará Dieron de la tribu de los hijos de
sus familias; las ciudades y los pueblos. de los hijos de Neftalí, según sus familias; en la ciudad hasta que comparezca ante Judá y de la tribu de los hijos de Simeón
sus ciudades y sus pueblos. la asamblea para ser juzgado y hasta la estas ciudades; 10 pues la suerte de los
Isacar muerte del sumo sacerdote que entonces hijos de Arón, de la familia de Caat,
17 Dan lo sea. Luego se volverá y entrará en su de los hijos de Leví, fue la primera.
La cuarta parte tocó en suerte a Isa- 40 ciudad y en su casa, en la ciudad de don- 11
Diéronles, pues, en la montaña de Judá
car, a los hijos de Isacar, según sus fami- La séptima parte tocó en suerte a la de huyó».
lias. 1S Su territorio era: Jezrael, Quesu- tribu de los hijos de Dan, según sus fa- 7
la ciudad de Arbé, padre de Enac, que
lot, Sunem, 19 Jafaraím, Sión, Anajerat, milias. * 41 El territorio de su heredad
Señalaron, pues, a Cades en Galilea, es Hebrón, con sus contornos; I 2 pero
en la montaña de Neftalí; a Siquem, en los campos de esta ciudad y las ciuda-
20 Rabot, Quesyon, Abes, " Ramet, En comprendía Saraa, Estaol, Ir Semes, 42 Se- la montaña de Efraím, y a Quiriat Arbé,
Ganim, En Jadda y Bet Fases. 22 La fron- lebin, Ayalón, Jétela, 43
Elón, Temna, des de ella dependientes se las dieron a
tera tocaba en el Tabor, en Sejesima y Acrón, 44 Elteque, Guibetón, Balates j u ¿ t
que es Hebrón, en la montaña de Judá. Caleb, hijo de Jefoné, en heredad. 13 Die-
46 8 Del otro lado del Jordán, a oriente de ron a los hijos del sacerdote Arón la
en Betsames, y se extendía hasta el Jordán; Bene Barac, Gat Renon, Mejarcón y Jericó, designaron Bosor, en el desierto,
dieciséis ciudades con sus pueblos. 23 Esta Racón, con el territorio frente a Joppe. ciudad de refugio para los homicidas, He-
47 en la llanura, ciudad de la tribu de Ru- brón y su contorno, así como Libna y
fue la heredad de la tribu de los hijos de El territorio de los hijos de Dan se bén; Ramot, en Galad, de la tribu de
Isacar, según sus familias; las ciudades y extendió más allá de sus límites, pues su contorno, 14 Jeter yls su contorno, Es-
Gad, y Golán, en Basan, de la tribu de temo y su contorno, Jelón y su con-
los pueblos. los hijos de Dan subieron a combatir Manases. 9 Estas fueron las ciudades se- torno, Dabir y su contorno, 16 Asín, Juta,
contra Lesem, se apoderaron de ella y ñaladas a todos los hijos de Israel y a los
la pasaron a filo de espada; posesionán- extranjeros que habitan en medio de ellos Betsames con sus contornos; nueve ciu-
Aser dades de estas dos tribus.
dose de ella, se establecieron allí y la lla- para que cualquiera que matase a algu-
24
La quinta parte tocó en suerte a la maron Dan, del nombre de su padre. no impensadamente pudiera refugiarse en 17 De la tribu de Benjamín, Gabaón
tribu de los hijos de Aser, según sus fa- 48
Esta fue la heredad de la tribu de los ellas y no muriera a manos del vengador y18 su contorno, Gueba y su contorno,
milias. 2S Su 26territorio fue Jelcat, Jalí, hijos de Dan, según sus familias; sus de la sangre antes de comparecer ante la Anatot y Almón y sus contornos; cua-
Beten, Acsaf, Elmelec, Amad y Mesal; ciudades y sus pueblos. asamblea. tro 9ciudades.
la frontera tocaba a 27occidente al Carmelo 49
Terminada la distribución de la tie- 1 En todo, las ciudades de los sacer-
y a Sijor Lebanat; después se tornaba rra, según sus límites, los hijos de Israel dotes, hijos de 2 Arón, trece ciudades y
Las ciudades levíticas sus contornos; " pero a las familias de
a oriente hacia Bet Dagón, tocaba a la dieron a Josué, hijo de50Nun, una heredad
de Zabulón y al valle de Jeftael, al norte en medio de ellos. * Por mandato de 04 1 Los jefes de familia de los levi- los hijos de Caat, hijos de Leví, y a los
de Bec Emec, y de Nejiel, y se prolon- Yavé, le dieron la ciudad que él pidió, « •! tas se acercaron a Eleazar, sacer- otros hijos de Caat, les señaló la 21
suerte
gaba hacia Cabul, a la izquierda, 28 y Tannat-Sara, en la montaña de Efraím; dote; a Josué, hijo de Nun, y a los jefes ciudades de la tribu de Efraím. Se les
hacia Abrón, Rejob, Jamón y Cana, hasta Josué reedificó la ciudad y habitó allí. de familia de las tribus de los hijos de dio la ciudad de refugio para los homi-
Sidón, la grande; 29 se dirigía luego hacia 51
Estas fueron las heredades que Elea- Israel, * 2 y les hablaron en Silo, en tie- cidas, Siquem y su contorno, en la mon-
Rama, hasta la ciudad fuerte de Tiro, y zar, sacerdote; Josué, hijo de Nun, y los rra de Canán, diciendo: «Yavé mandó a taña de Efraím, y Gazer, con su contor-
hacia Josa, para morir en el mar, cerca jefes de familias de las tribus de los hijos Moisés que nos diese ciudades donde ha- no ; 22 Quisaím y Betorón,23 con sus con-
del distrito de Acziba; * 30 además, Ama, de Israel distribuyeron por suerte en Silo, bitar, con sus campos para nuestros ga- tornos; cuatro ciudades. De 24
la tribu
Afee y Rejob; veintidós ciudades con sus en presencia de Yavé, a la entrada del nados». 3 Los hijos de Israel dieron a los de Dan, Elteco, Guibetón, Ayalón y
pueblos. 31 Esta fue la heredad de la tribu tabernáculo de la reunión, terminando la levitas, de sus heredades, según el man- Gat Rimrnón,
25
con sus contornos; cuatro
de los hijos de Aser, según sus familias; distribución de la tierra. dato de Yavé, estas ciudades, con sus ciudades. De la media tribu de Mana-
sus ciudades y sus pueblos. campos. ses, Tanac, con su contorno, y Gat
Las ciudades de refugio 4 Rimmón, con su contorno; dos ciudades.
Salió la suerte para la familia de los 26
caatitas; y los hijos del sacerdote Arón, En todo, diez ciudades con sus con-
Neftalí
32
4 n 21 Yavé habló a Josué, diciendo: de entre los levitas, obtuvieron por suer- tornos para las 27
familias de los otros
La sexta parte tocó en suerte a3 3 los ~ " «Habla a los hijos de Israel y di- te tres ciudades de la tribu de Judá,5 de hijos de Caat. Se dio a los hijos de
hijos de Neftalí, según sus familias. Su les: Designad, como os lo mandó Moi- la de Simeón y de la de Benjamín; los Gersón, de entre las familias de los
frontera iba desde Jelef, a partir del en- sés, las ciudades de asilo, 3 donde pueda otros hijos de Caat obtuvieron por suer- hijos de Leví, de la media tribu de Ma-
cinar que hay en Señaníni, hacia Adami; refugiarse el homicida que haya matado te diez ciudades de las familias de la nases, la ciudad de refugio para los ho-
Negueb y Jabnel hasta Lecum, e iba hasta a alguno sin querer y le sirvan de refu- tribu de Efraím, de la tribu de Dan y micidas, Golán, en Basan, y su contorno,
el Jordán; 34 volvía hacia occidente a Azo- gio contra el vengador de la sangre. *
4
de la media tribu de Manases. 6 Los hijos como también 28
Bosra y su contorno; dos
not Tabor, y de allí seguía a Jucoca; El homicida huirá a una de estas ciuda- de Gersón obtuvieron por suerte trece ciudades. De 2 la 9
tribu de Isacar, Quis-
tocaba a la de Zabulón, al mediodía; a des, se detendrá a la puerta de la ciudad ciudades, de las familias de la tribu de yón, Daberet, Jaramut y En Ganim 3
la de Aser, a occidente, y al Jordán, a y expondrá su caso a los ancianos de ella; Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu y sus contornos; cuatro ciudades. <>De
oriente. 35 Las ciudades fuertes eran: Ase- éstos le recibirán entre ellos en la ciudad de Neftalí y de la 7
media tribu de Ma- la tribu de Aser, Masal, Abdón, 31 Jelcat
nases, en Basan. Los hijos de Merarí, y Rejob, con sus contornos; cuatro ciu-
29
40
Los límites de Aser por el norte eran los de las ciudades fenicias aquí mencionadas. según sus familias, obtuvieron doce ciu- dades. 32 De la tribu de Neftalí, la ciu-
También la tribu de Dan, situada igualmente en medio de Judá, quedó mal en este reparto, dades de la tribu de Rubén, de la 8tribu dad de refugio para los homicidas, Ca-
pues los cananeos ios estrecharon y los forzaron a emigrar al norte (cf. Jue 18). de Gad y de la tribu de Zabulón. Los des, en Galilea, con su contorno, como
49
Por fin, el caudillo recibe su parte en Tamnat-Sara, en la montaña de Efraím. Y con esto
se concluyó el reparto y quedó cumplida la misión'de Josué y la promesa de Dios a Abraham (Gen 13,
14 s.). 1
Oj Según se repite muchas veces en el Pentateuco, la tribu de Leví no tendrá parte en la
O A 3 Como la ejecución del castigo, en los delitos de sangre, la atribuye la Ley al más próximo ^ • distribución de la tierra: su heredad será Yavé, es decir, la porción que se les atribuye de
^ ^ pariente de la víctima, el vengador de ía sangre (Núm 35), para impedir en los casos de los sacrificios y las ofrendas hechas a Yavé. Mas necesitaba dónde habitar, y para esto se le atri-
homicidio involuntario que prevaleciera la pasión sobre la justicia, se constituyen las ciudades de buyen 48 ciudades con sus términos, tomadas de las otras tribus y distribuidas por suerte entre
refugio, en las cuales el tribunal competente juzgará el caso. las varias familias de Leví.
Náaar-Colunga
JOSUIÍ 21-22 258 259 JOSÜÉ 22-23

también Jamot, D o r y Cartan, con sus tierra que os pertenece, que Moisés, sier- en medio de los millares de Israel. 1 5 Lle- llegaran a decirnos eso a nosotros y a
c o n t o r n o s ; tres ciudades. 33 E n t o d o , las vo de Yavé, os dio al otro lado del Jor- gados a los hijos de Rubén, a los hijos nuestros descendientes, les respondería-
ciudades de los gersonitas, según sus fa- dán. 5 Pero tened gran cuidado de poner de G a d y a la media tribu de Manases, m o s : M i r a d la forma del altar que nues-
milias, trece ciudades con sus contornos. por obra los mandamientos y las leyes en tierra de Galad, les hablaron, dicien- tros padres edificaron n o con el fin de
34
A las familias de los hijos de M e - que Moisés, siervo de Dios, os ha pres- d o : i 6 «Así habla toda la asamblea de que sirviera para holocaustos y sacri-
rarí, al resto de los hijos de Leví, en la crito, a m a n d o a Yavé, vuestro D i o s ; mar- Y a v é : ¿Qué infidelidad es la que habéis ficios, sino para ser testimonio entre nos-
tribu de Zabulón, Jocneam, Carta, 35 D a ñ i - chando p o r todos sus caminos, guardan- cometido contra el Dios de Israel, apar- otros y vosotros. 2 9 Lejos de nosotros
na y Nalol, con sus contornos; cuatro d o sus mandamientos, apegándoos a él y t á n d o o s así de Yavé y edificándoos un querer rebelarnos contra Yavé y apartar-
ciudades; 3 6 de la tribu de Rubén, Besor sirviéndole con todo vuestro corazón y altar, volviéndoos contra Yavé? 1 7 ¿No nos hoy de él, alzando un altar para ho-
y Jasa, con sus contornos; 3 7 Q u e d e m o t con toda vuestra alma». 6 Josué los ben- os basta la maldad de Fogor, de que n o locaustos, oblaciones y sacrificios distin-
y Mefat, con sus c o n t o r n o s ; cuatro ciu- nos hemos purificado todavía hasta hoy, tos del altar de Yavé, nuestro Dios, que
dijo y los despidió, y ellos se fueron a
dades; 37 (38) y de la tribu de G a d , la sus tiendas.
a pesar de la plaga que afligió a la asam- está ante su tabernáculo». 3 0 El sacerdote
ciudad de refugio para los homicidas, R a - 7 blea de Yavé, 1 8 p a r a que os apartéis Fines y los príncipes de la asamblea que
Moisés había d a d o a u n a mitad de hoy vosotros de Yavé? Si hoy os volvéis
m o t , en Galad, y su contorno, así como la tribu de Manases u n territorio en Ba- le acompañaban, al oír las palabras de
contra Yavé, m a ñ a n a se volverá la ira los hijos de Rubén, de los hijos de G a d
Majanaím, ( 3 ') Jesebón y Jazer, con sus san, y Josué dio a la otra mitad un terri- de Yavé contra toda la asamblea de Is- y de la media tribu de Manases, se dieron
c o n t o r n o s ; cuatro ciudades. 3 8 ( 4 0 ) E n to- torio en medio de sus hermanos del lado rael. 1 9 Si miráis como impuro el territo-
do, las ciudades señaladas por la suerte p o r satisfechos; 3 1 y Fines, hijo del sacer-
de acá del Jordán, a occidente. Al m a n - rio que es vuestra propiedad, pasad a la dote Eleazar, dijo a los hijos de Rubén,
a los hijos de Merarí, según sus familias, darlos a sus tiendas, Josué los bendijo, tierra que es propiedad de Yavé, donde
el resto de las familias de los hijos de 8 a los hijos de G a d y a la media tribu
diciéndoles: «Volvéis a vuestras tien- Yavé ha establecido su morada, y esta- de los hijos de M a n a s e s : «Reconocemos
Leví, doce ciudades. das con grandes riquezas, rebaños muy bleceos en medio de nosotros, pero n o ahora que está Yavé en medio de nos-
39 (41) T o d a s las ciudades de los hijos numerosos y mucha plata, o r o , bronce os volváis contra Yavé y contra nos- otros, puesto q u e n o habéis cometido con-
de Leví, en medio de las posesiones de y hierro y vestidos; partid con vuestros otros, edificándoos un altar distinto del tra Yavé esa infidelidad, librando así de
los hijos de Israel; cuarenta y ocho ciu- hermanos los despojos de vuestros ene- ultar de Yavé, nuestro Dios. 2 0 Acán, hijo la m a n o de Yavé a los hijos de Israel».
dades y sus contornos. * 4 0 ( 42 ) C a d a u n a migos». de Zaré, cometió la infidelidad cuanto a 32
Fines, hijo del sacerdote Eleazar, y
de estas ciudades tenía en torno suyo un 9
Los hijos de R u b é n , los hijos de G a d las cosas dadas al anatema, y la cólera los principes dejaron a los hijos de Ru-
campo, y así para todas las ciudades. y la media tribu de Manases, dejando de Yavé vino sobre toda la asamblea de bén y a los hijos de Gad y a la media
41 (43) Yavé dio a Israel toda la tierra en Silo a los hijos de Israel, en la tierra Israel, y n o fue él solo el que pereció tribu de Manases y se volvieron de la
que a sus padres había jurado darles, y de Canán, se volvieron, para ir a la tie- por su crimen». tierra de Galad, a la tierra de Canán,
se posesionaron de ella y se establecieron rra de Galad, que era la propiedad que 21 a los hijos de Israel, a los cuales hicie-
allí. 42 (44) Yavé les concedió el descanso habían recibido, como Yavé se lo m a n d ó Los hijos de Rubén, los hijos de ron relación. 33 L a c o s a agradó a los
en t o r n o suyo, como se lo había jurado a Moisés. 10 C u a n d o llegaron a las re- G a d y la media tribu de Manases res- hijos de Israel; bendijeron a Dios y no
a sus padres; ninguno de sus enemigos pondieron así a los jefes de los millares hablaron m á s de subir armados contra
giones del J o r d á n que pertenecen a la
p u d o resistirles, y Yavé los entregó a de Israel: 2 2 «El Todopoderoso Dios, Ya- ellos p a r a devastar la tierra que habita-
tierra de Canán, los hijos de Rubén, los vé, sabe; el Todopoderoso Dios, Yavé,
todos en sus manos. 4 3 (45) L a s buenas hijos de G a d y la media tribu de M a n a - ban los hijos de R u b é n y los hijos de
palabras que Yavé había dicho a la casa sabe, y sabrá toda la asamblea de los Gad. 34 L O S j,ijos de Rubén y los hijos
ses edificaron allí un altar en la ribera hijos de Israel: Si ha sido p o r rebelión
de Israel, todas se cumplieron. del Jordán, un altar muy grande. * ll Los y p o r infidelidad contra Yavé, que n o
de G a d llamaron al altar Ed (testigo),
hijos de Israel lo supieron cuando se les porque es testimonio para nosotros de
nos salve hoy. 2 3 s i hemos edificado un que Yavé es Dios.
V u e l t a d e las tribus orientales a s u dijo: «Mirad que los hijos de Rubén, altar para apartarnos de Yavé, para ofre-
territorio los hijos de G a d y la media tribu de cer allí holocaustos y oblaciones y ha-
Manases h a n edificado u n altar en los cer sacrificios eucarísticos, que Yavé nos
n n i Entonces llamó Josué a los ru-
« ~ benitas, a los gaditas y a la media
confines de la tierra de Canán, en los pida cuenta de ello. 2 4 M á s bien hemos
distritos del Jordán, del lado de los hijos obrado p o r temor de que llegara algún
EPILOGO
tribu de Manases, y les dijo: 2 « H a b é i s de Israel». 1 2 C u a n d o los hijos de Israel
guardado todo lo que os m a n d ó Moisés, día en que vuestros hijos dijeran a los
lo supieron se reunió en Silo toda la nuestros: «¿Qué hay de común entre vos- E x h o r t a c i ó n d e J o s u é al p u e b l o
siervo de Yavé; habéis obedecido a m i asamblea de los hijos de Israel para su- otros y Yavé, el Dios de Israel? 2 5 Yavé
voz en todo cuanto os he m a n d a d o . 3 N o bir contra ellos y hacerles la guerra. n O 1 H a b í a pasado largo tiempo des-
ha puesto el Jordán como frontera entre
habéis a b a n d o n a d o a vuestros hermanos 13 &** de q u e Yavé diera a los hijos de
Los hijos de Israel m a n d a r o n a los vosotros y nosotros, hijos de Rubén y
durante este largo espacio de tiempo, has- Israel el descanso, librándolos en derre-
hijos de Rubén, a los hijos de G a d y a de G a d ; n o tenéis parte alguna con Ya-
ta hoy, y habéis observado fielmente el dor de todos sus enemigos; y Josué era
la media tribu de Manases, en tierra de vé». D e este m o d o vuestros hijos serían
m a n d a t o de Yavé, vuestro Dios. * 4 A h o - ya viejo, de edad avanzada. 2 Convocó
Galad, a Fines, hijo del sacerdote Elea- causa de que los nuestros n o temieran
ra, pues, que Yavé, vuestro Dios, h a entonces Josué a todo Israel, a sus an-
zar, * 14 y con él a diez príncipes, un prín- ya a Yavé. 2 6 Y nos dijimos: Pongámo-
concedido a vuestros hermanos el des- cianos, sus jefes, sus jueces y sus oficia-
cipe de casa por cada una de las tribus nos a edificar un altar, n o p a r a ofrecer
canso, como se lo había prometido, vol- les, y les dijo: «Yo soy ya viejo, de edad
holocaustos y sacrificios, 2 7 sino para que
veos y tornad a vuestras tiendas en la de Israel, todos jefes de casa patriarcal avanzada. * 3 Vosotros habéis visto todo
sea testimonio entre nosotros y vosotros,
cuanto Yavé, vuestro Dios, ha hecho
39 y nuestros descendientes después de nos-
Con estos versículos 39-41 se da por concluida la obra de Josué y cumplido cuanto Yavé con todas las naciones que teníais ante
otros, de que servimos a Yavé en su
le había dicho en 1,2 ss. vosotros; porque es Yavé, nuestro Dios,
presencia, con nuestros holocaustos, nues-
O O 3 Josué da testimonio a los de la TransJordania de haber sido fieles a la palabra dada a Moisés tros sacrificios y nuestras víctimas pací-
el que p o r vosotros ha combatido.
^ ^ 1 al recibir ellos su parte más allá del Jordán (Núm 32,25 ss.). 4
Ved: Y o os he distribuido por suer-
° Está bien claro el fin con que los habitantes de la TransJordania alzaron este altar. Es para ficas, p a r a que vuestros hijos n o digan
que sirva de monumento que recuerde siempre la comunidad nacional y religiosa con los que ha- un día a los nuestros: N o tenéis parte te en heredad para vuestras tribus esas
bitan en Gañán. Al mismo tiempo aparece que la TransJordania no forma propiamente parte de en Yavé. 2 8 N o s dijimos: Si algún día gentes que h a n quedado y aquellas que
la tierra prometida y santificada por la presencia de Dios y que el límite de ésta es el natural de la yo exterminé, desde el J o r d á n hasta el
Palestina, el Jordán.
13 2
Es muy de notar el celo que aquí muestran las tribus todas, las unas protestando contra lo Josué, ya anciano, se despide del pueblo con una apremiante exhortación al estilo de las
que creen una infracción de la Ley y las otras reconociendo la legitimidad del único altar y san- del Deuteronomio. No se menciona el lugar.
tuario de Israel.
JOSUÉ 23-24 260 261 JOSÜÉ 24
mar Grande, a occidente. 5 Yavé, vues- Despedida d e Josué quienes sirvieron vuestros padres al otro «Serviremos a Yavé, nuestro Dios, y obe-
tro Dios, las rechazará y las expulsará lado del río y en Egipto, y servid a Yavé.
15
deceremos su voz».
ante vosotros y os dará en posesión su O J l Josué reunió en Siquem a todas 25
Y si no os parece bien servirle, elegid Josué concluyó aquel día una alianza
territorio, como Yavé, vuestro Dios, os « " las tribus de Israel y convocó a los hoy a quien queréis servir, si a los dioses con el pueblo y le dio en Siquem leyes y
lo ha dicho. 6 Esforzaos, pues, en guar- ancianos, a los jefes, a los jueces y a los a quienes sirvieron vuestros padres al lado mandatos; 2 6 y escribió estas palabras en
dar y poner por obra todo lo que está oficiales. Todos se presentaron ante Dios, * allá del río, si a los dioses de los amorreos, el libro de la Ley de Dios, y tomando una
2
escrito en el libro de la Ley de Moisés, y Josué dijo a todo el pueblo: «He aquí cuya tierra habéis ocupado. En cuanto a gran piedra, la alzó allí debajo de la en-
sin apartaros ni a la derecha ni a la iz- 10 que dice Yavé, Dios de Israel: Vues- mí y a mi casa toca, nosotros serviremos cina que hay en el lugar consagrado a
quierda. 7 No os mezcléis con esas gen- tros padres Taré, padre de Abraham y a Yavé». Yavé. 27 Dijo a todo el pueblo: «Esta pie-
tes que han quedado en medio de vos- de Najor, habitaron al principio al otro 16
El pueblo respondió, diciendo: «Le- dra servirá de testimonio contra vosotros,
otros, no invoquéis el nombre de sus lado del río y servían a otros dioses. * jos de nosotros querer apartarnos de Ya- pues ella ha oído todas las palabras que
dioses, ni juréis por ellos, ni les sirváis, 3
Yo tomé a vuestro padre Abraham del vé para servir a otros dioses, 17 porque Yavé os ha dicho, y será testimonio con-
ni os prosternéis ante ellos, 8 sino adhe- lado allá del río, y le conduje a través de Yavé es nuestro Dios, el que nos sacó de tra vosotros para que no neguéis a vuestro
rios a Yavé, vuestro Dios, como hasta toda la tierra de Canán, y multipliqué su la tierra de Egipto, de la casa de la ser- Dios». , 2 S Y Josué mandó al pueblo que
ahora lo habéis hecho. 9 Yavé ha arro- prosperidad dándole Isaac. 4 A Isaac le vidumbre; el que ha hecho a nuestros se fuese cada uno a su heredad.
jado de delante de vosotros naciones di Jacob y Esaú, y yo di a Esaú en pose- ojos tan grandes prodigios; el que nos
grandes y poderosas, y ninguna ha podi- sión la montaña de Seir, y Jacob y sus ha guardado durante todo el largo cami-
do resistiros hasta hoy. 10 Uno solo de hijos bajaron a Egipto. 5 Después envié no que hemos recorrido y entre todos
vosotros perseguía a mil, porque Yavé, M u e r t e de Josué
a Moisés y Arón y herí a Egipto con mi los pueblos por en medio de los cuales
vuestro Dios, combatían por vosotros, co- mano, como en6 medio de él lo hice, y os hemos pasado. i ' Yavé ha arrojado de- 29
mo os lo había dicho. Tened gran cui- Después de esto, Josué, hijo de Nun,
saqué de allí. Saqué de Egipto a vues- lante de nosotros a todos los pueblos, a siervo de Yavé, murió a la edad de ciento
dado de vosotros mismos, amando a Ya- tros padres, y llegasteis al mar. Los egip- los amorreos, que habitaban en esta tie-
vé, vuestro Dios; 12 porque si os apar- diez años. 3 0 Fué sepultado en la tierra de
cios persiguieron a vuestros padres7 con rra. También nosotros serviremos a Yavé, su posesión, en Tamnat Saré, en la mon-
táis de El y os ligáis con los restos de carros y caballos hasta el mar Rojo. Cla- porque El es nuestro Dios».
esas gentes que han quedado entre vos- taña de Efraím, al norte del monte Gas. *
maron ellos a Yavé, y Yavé puso tinie- 19
Josué dijo al pueblo: «Vosotros no 31
Israel sirvió a Yavé durante toda la
otros, si contraéis matrimonios con ellas, blas entre vosotros y los egipcios y redujo
mezclándoos con13ellas y mezclándose ellas seréis capaces de servir a Yavé, que es vida de Josué y durante toda la vida de
sobre éstos las aguas del mar, que los cu- un Dios santo, un Dios celoso; El no los ancianos que le sobrevivieron y co-
con vosotros, * sabed bien que Yavé, brió. Vuestros ojos han visto lo que yo
vuestro Dios, no seguirá arrojándolas de- perdonará vuestras transgresiones y vues- nocían cuanto había hecho Yavé en fa-
hice en Egipto y habéis estado largo tiem- tros pecados; * 20 cuando os apartéis de vor de Israel.
lante de vosotros, sino que serán para po en el desierto. 8 Yo os traje a la tierra
vosotros un lazo y una trampa, aguijón Yavé y sirváis a dioses extraños, El se 32
Los huesos de José, que los hijos de
de los amorreos, que habitaban del otro volverá, y después de haberos hecho el
en vuestros costados y espinas en vues- lado del Jordán, y ellos combatieron con- Israel habían traído de Egipto, fueron
tros ojos, hasta que desaparezcáis de so- bien, os dará el mal y os consumirá». enterrados en Siquem, en el trozo de tie-
tra vosotros. Yo os los entregué en vues- 21
bre esta excelente tierra que os ha dado tras manos y os posesionasteis de su tie- El pueblo respondió: «No, no; que- rra que Jacob había comprado por cien
Yavé, vuestro Dios. rra, y yo los destruí delante de vosotros. remos servir a Yavé». 22 Y Josué dijo al quesitas a los hijos de Jamor, padre de
9
Balac, hijo de Sefor, rey de Moab, se pueblo: «Testigos sois hoy contra vos- Siquem, y fueron propiedad de los hijos
14 otros mismos de que habéis elegido a de José. *
Yo estoy ya para irme por el camino alzó para luchar contra Israel, e hizo lla-
de todos. Reconoced con todo vuestro mar a Balam, hijo de Beor, para que os Yavé para servirle. 23 Quitad, pues, los 33
Eleazar, hijo de Arón, murió, y fue
corazón y toda vuestra alma que todas maldijera. 10 Pero yo no quise dar oídos dioses ajenos que hay entre vosotros y sepultado en Gueba, ciudad de Fines, su
las buenas promesas que Yavé, vuestro a Balam, y él os bendijo repetidamente volved vuestros corazones a Yavé, Dios hijo, a quien había sido dada, en la mon-
Dios, os ha hecho se han cumplido; nin- y yo os libré de las manos de Balac. de Israel».* 2* Y el pueblo dijo a Josué: taña de Efraím.
guna ha quedado sin efecto, ninguna ha
caído. 15 Lo mismo, pues, que todas las 11
Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jeri-
19
Josué expresa sus temores sobre la fidelidad del pueblo a su palabra y expone las consecuen-
buenas palabras que Yavé, vuestro Dios, có. Las gentes de Jericó combatieron cias de la supuesta infidelidad. Yavé es un Dios santo y celoso, que castigará severamente las infrac-
os ha dado se han cumplido, lo mismo contra vosotros, los amorreos, los fere- ciones del pueblo. Es el pensamiento de Yavé en Ex 33,5.
23
también cumplirá Yavé contra vosotros Estas expresiones indican que la idolatría en una u otra forma era una enfermedad endémica
ceos, los cananeos, los jéteos, los guer- en Israel. Siempre se le podía decir: Echa de ti los dioses y vuélvete a Yavé (cf. v.14; Gen 35,2;
sus palabras de amenaza, hasta que os gueseos, los jeveos y los jebuseos, y yo Jue 10,16; 1 Sam 7,3).
haga desaparecer de sobre esta excelente os los puse en vuestras manos. 12 Mandé 27
Josué escribe, como notario, el acta de la promesa del pueblo y coloca un cipo como testigo
tierra que Yavé, vuestro Dios, os ha delante de vosotros tábanos, que los echa- perpetuo bajo la encina que señalaba el santuario de Yavé, consagrado por la tradición desde los
dado; * 16 si traspasáis la alianza de Yavé, ron delante de vosotros. No ha sido vues- patriarcas
30
(Gen 35,4; Jue 9,6; 1 Re 12,1; 2 Par 10,1; Act 7,16).
vuestro Dios, la que El os ha prescrito, tro arco ni vuestra espada. 13 Yo os he 32
La tradición señala aún hoy, en Tamnat Saré, el sepulcro del gran caudillo de Israel.
y os vais a servir a otros dioses y os pros- dado una tierra que no habéis cultivado, La elección de Siquem para sepulcro de José indica la veneración en que tenían este lugar
ternáis ante ellos, la cólera de Yavé se ciudades que no habéis edificado, y en (Gen 50,24 s.; Ex 13,19)- Hoy se muestra allí el sepulcro de José. A él debe referirse Act 7,16, más
bien que al de Jacob, sepultado en Hebrón, según Gen 50. Sobre la quesita véase Gen 33,19.
encenderá contra vosotros y desaparece- ellas habitáis, y coméis el fruto de viñas
réis bien pronto de sobre la tierra buena y olivares que no habéis plantado.
que El os ha dado». i* Temed a Yavé y servidle con inte-
gridad, y en verdad, quitad los dioses a
12
No obstante haber destruido Yavé a los cananeos como naciones, quedan aún muchos entre
los israelitas, que les pueden ser ocasión de escándalo y atraerles graves castigos, como en efecto
sucedió Que 2,i ss.).
15 Dios es siempre veraz y fiel a su palabra; y como cumplió las promesas antiguas, asi cum-
plirá sus amenazas nuevas. Veritas Domini manet in aeternum (Sal 116,2; 99,5; 145,6).
1
*\M Otra despedida de Josué después de la del c.23. Esta tiene lugar en Siquem, ciujfad vene-
^ ^ rada por la memoria de los patriarcas (Gen 12,6; 35,4; 37,12).
2
Es muy de notar esta confesión de la idolatría de Taré y su familia, sirviendo a los dioses
de Caldea (w.14 s.; Jdt 5,7 ss.).
263 JUECES 1
J U E C E S Nuevas conquistas de Moisés, subieron de la ciudad de las
Palmeras con los hijos de Judá al desierto
1
Después de muerto Josué, consul-
I taron los hijos de Israel a Yavé, di-
que está al mediodía de Judá, según se
baja de Arad, y vinieron a habitar con
ciendo: «¿Quién de nosotros subirá antes los amalecitas. *
contra
2
el cananeo y le combatirá?»* 17
Marchó después Judá con Simeón,
i. Los jueces son personajes que Dios, en momentos difíciles, suscitó para librar Y respondió Yavé: «Judá subirá, pues
a las tribus de Israel de sus opresores. Obtenida la victoria y la libertad, con el pres- he dado la tierra en sus manos». 3 Y dijo su hermano, y batieron a los cananeos
Judá a Simeón, su hermano: «Sube con- que habitaban en Sefat; la destruyeron
tigio que esto les daba, quedaban reconocidos como gobernantes, que ejercían su poder totalmente, y se llamó la ciudad Jorma.
principalmente juzgando al pueblo, de donde les vino el nombre de jueces. migo a la parte que me ha tocado, a hacer 18
Pero no se apoderó Judá de Gaza y de
2. Las tribus, aunque conscientes de su unidad étnica y religiosa, no formaban la guerra al cananeo, y también iré luego su territorio, ni de Ascalón y Acarón con
yo contigo a la que te ha tocado a ti». los suyos. * " Fué Yavé con Judá y se
por esta época una unidad politicamente organizada. Cada tribu vivía por sí, lu-
chando con los cananeos por adueñarse del territorio, o en paz con ellos, resignada en Y fue con él Simeón. * apoderó Judá de la parte montañosa, pero
4
Subió, pues, Judá, y puso Yavé en no pudo expulsar a los habitantes del
la estrechez de los ¡imites qie desde el principio habían logrado. Esto trajo otro mal sus manos al cananeo y al fereceo, y de- llano, que tenían carros de hierro. 20 Atri-
más grave, que el Legislador había puesto ya empeño en evitar: el trato íntimo con los rrotaron en Becez a diez mil hombres. buyóse Hebrón a Caleb, como lo había
5
cananeos, las alianzas matrimoniales y, con esto, la contaminación con los idólatras Habiendo encontrado en Becez a Ado- dicho Moisés, y aquél arrojó de allí a los
e inmorales cultos cananeos. nisedec, le atacaron 6y derrotaron a los tres hijos de Enac. 21 Los hijos de Benja-
3. Este libro es continuación del de Josué, aunque no está enlazado literariamente cananeos y fereceos. Huyó Adonisedec, mín no expulsaron a los jebuseos que ha-
y ellos le persiguieron, y cogiéndole, le bitaban en Jerusalén, y los jebuseos han
con él. Tiene dos prólogos. El primero, histórico (1,1-2,5), nos P>nta la situación amputaron7 los pulgares de las manos y de habitado hasta el día de hoy con los hi-
política y religiosa del pueblo, reproduciendo a veces a la letra textos de Josué. El los pies. Y dijo Adonisedec: «Setenta jos de Benjamín.
segundo (2,6-3,6) nos presenta las normas de la Providencia divina con Israel y el reyes con los pulgares de manos y pies 22
plan del libro. Israel prevarica, dándose al culto de los dioses cananeos, y Dios le amputados migajeaban debajo de mi me- También la casa de José subió con-
sa. Me devuelve Dios lo que yo les hice tra Betel, y Yavé estuvo con ellos. 23 La
castiga con invasiones; esto le induce a penitencia, y movido por ello, Dios le envía casa de José hizo una exploración cerca
un libertador. Este prólogo viene a expresar la idea fundamental contenida en el a ellos»; 8y le llevaron a Jerusalén y allí
murió. * Atacaron los hijos de Judá a de Betel, que antes se llamó Luz, * 24 y
nombre de Yavé, según la explicación dada en Ex 3,12-15; 34,6-7, que Dios está Jerusalén; y habiéndola tomado, pasaron los emboscados cogieron a un hombre
con su pueblo y le asiste lleno de misericordia y piedad, pero también lleno de justicia, a los habitantes a filo de espada y pega- que salía de la ciudad y le dijeron: «En-
para castigar las transgresiones de su pueblo, que así aprenderá a conocerlo. Al prólogo ron fuego a la ciudad. * ' Bajaron luego séñanos por dónde se entra en la ciudad
sigue luego la historia del juez. De los jueces, los mayores, tienen su historia más o los hijos de Judá para combatir a los y te haremos gracia». 25 El les enseñó por
cananeos que habitaban en el monte, en dónde podrían entrar en la ciudad, y ellos
menos desarrollada, y de los otros, los menores, no se hace más que una breve men- la pasaron a filo de espada, pero dejaron
ción (3,7-16,31)- el Negueb y en la Sefela. 10 Marchó Judá
contra los cananeos que habitaban en He- en libertad a aquel hombre y a toda su
Dos apéndices históricos (17-18 y 19-21) nos refieren sucesos de la misma época, brón, antes llamado Cariat Arbe, y batió familia. 26 Este nombre se fue a tierra de
pero que están fuera del plan general del libro. a Sesai, Ajimón y Tolmaí. H De allí mar- jéteos y edificó allí una ciudad, a la que
chó contra los habitantes de Debir, que dio el nombre de Luz, y así se llama to-
4. Quién sea el autor se desconoce en absoluto, ni aun de la época de su com- davía hoy.
posición sabemos cosa cierta. Pero sí que los documentos empleados eran antiguos, se llamó antes Quiriat Sefer. 12 Caleb
dijo: «Al que ataque y tome a Quiriat
anteriores, a lo menos algunos, a la conquista de Jerusalén por David (1,21; 19,10-13). Sefer le daré por mujer a mi hija Acsa». * Cananeos n o expulsados
La cronología resulta obscura. Todos coinciden en que no pueden sumarse los años 13 27
de gobierno de los jueces y los de las invasiones. Por excesiva, la suma no se ajustaría Otoniel, hijo de Quenaz, el hermano Manases no expulsó a los habitantes
a la realidad histórica. Alguien la reduce, suponiendo la coexistencia de varios jueces; menor de Caleb, se apoderó de ella, y de Betsán y de las ciudades de ellas de-
pero como no sabemos cuáles sean, quedaríamos sin cronología aiguna. Más razonable Caleb le dio su hija Acsa por mujer. pendientes, ni a los de Tanac, Dor, Je-
14
Cuando era llevada a la casa de Oto- blam, Mageddo y las ciudades dependien-
parece suponer que no entran en ésta los años de invasión, como de poder ilegítimo, niel, él la incitó a que pidiera a su padre tes de ellas, y los cananeos se arriesgaron
y que esos años van incluidos en los de los jueces, según el uso corriente en la antigüe- un campo. Bajóse ella del asno, y Caleb a permanecer en esta tierra. 28 Cuando
dad. En la cronología oficial de España no figura José Bonaparte. El rey legítimo de le preguntó: «¿Qué tienes?» 15 Ella dijo: Israel fue suficientemente fuerte, los hi-
España era Fernando VII (1808-1833). «Hazme una gracia. Ya que me has dado cieron tributarios, pero no los arrojaron.
tierra de secano, dame también regadíos». 29
Otra particularidad de la cronología del libro es la naturaleza de las cifras, Efraím no expulsó a los cananeos que
casi todas de una generación, cuarenta años; su duplo, ochenta, o los submúltiplos, Y le dio Caleb el Gulat superior y el Gu- habitaban Gazer, y los cananeos siguie-
lat inferior. ron habitando en medio de Efraím.
veinte, diez, etc. Como la Naturaleza no procede con esta regularidad, hay que 16 30
Los hijos de Jobab el quineo, suegro Zabulón no expulsó a los habitantes
suponer aquí algún artificio. El autor, no disponiendo de datos precisos, ordenó de
este modo los que poseía. Eso mismo veremos en el libro siguiente de Samuel. J
•I1 Después de la muerte de Josué y repartida por éste la tierra, queda todavía labor para cada
una
3
de las tribus (Jos 15,1 ss.).
La tribu de Simeón estaba enclavada en la de Judá (Jos 19,1 ss.).
SUMARIO Proemio: Del estado político y religioso de Israel (1,1-3,6). _ 7 Ya sabemos por Josué lo que eran estos reyes (cf. Jos 12,7). Esto de cortar los dedos de los
Judá (1,1-11),Caleb (1,12-21) José (1,22-20).Zabulón,etc. pies o de las manos, o los pies o las manos, era una costumbre bárbara no rara en Oriente, una de
tantas8 consecuencias del vae victis de todos los tiempos.
(1,30-36). El ángel del Señor (2,1-5). La vida religiosa de Israel en la época de 12
Sobre Jerusalén, véase Jos 15,63.
los jueces (2,6-23). Pueblos cananeos no sometidos (3,1-6). Parte única: Historia 16
Sobre Caleb, véase Job 14,6.
delosjueces (3,7-16,31). Otoniel (3,7-11). Aod, vencedor de los moabitas (3,12-31). De este suegro o pariente de Moisés se habla en Núm 10,39, cuando el caudillo le invitó para
servir
18
de guia. Se ve por aqui que aceptó la invitación y que luego se incorporó a Judá.
Déboray Barac (4-5). Gedeón (6-8). Abimelec, rey en Siquem (a).Jefté (10-12). En Josué (13,3) se asegura que la llanurafilisteano fue conquistada, y esto concuerda con
Sansón (13-16). Apéndices (17-21): Origen del santuario de Dan (17-18). La Jue 23
3,3 y con la historia subsiguiente.
destrucción de la tribu de Benjamín (19-21). Betel, antes Luz, es famosa por la visión de Jacob (Gen 28,11 ss.) y ocupa un tugar impor-
tante en la historia religiosa de Israel.
JUECES 1-2 264
265 JUECES 2-3
de Quotrom ni a los de Nalol, y los ca- heredad para posesionarse de la tierra,*
naneos siguieron habitando en medio de 7 el pueblo sirvió a Yavé durante toda la de los dioses extraños para servirlos y Cusan Risataim, rey de Edom, y los hijos
Zabulón, pero fueron hechos tributarios. vida de Josué y la de los ancianos que adorarlos, sin dejar de cometer sus crí- de Israel sirvieron a Cusan Risataim ocho
31
Aser no expulsó a los habitantes de le sobrevivieron y habían visto toda la menes, y persistían en sus caminos. *
20
años* 9 Clamaron a Yavé los hijos de
Acó ni a los de Sidón, ni a los de Ma- grande obra que Yavé había hecho en fa- Encendióse la cólera de Yavé con- Israel, y suscitó Yavé a los hijos de Is-
jaleb, de3 2 Aczib, de Jelba, de Afee y de vor de Israel. 8 Josué, hijo de Nun, sier- tra Israel y dijo: «Pues que este pueblo rael un libertador, que los libertó: Oto-
Rejob; y los hijos de Aser habitan en vo de Yavé, murió a la edad de ciento ha roto el pacto que yo había establecido niel, hijo de Quenaz, el hermano menor
la tierra en medio de los cananeos, por- diez años 9 y fue sepultado en el territo- con sus padres y no me obedece, 2 i tam- de Caleb. i° Vino sobre él el espíritu de
que no los expulsaron. poco seguiré yo arrojando de ante ellos Yavé, y juzgó a Israel y salió a hacer la
rio de su heredad, en Timnat Heres, en a ninguno de los pueblos que dejara
33
Neftalí no expulsó a los habitantes los montes de Efraím, al norte del monte guerra. Puso Yavé en sus manos a Cu-
Josué al morir, 22 para por ellos poner san Risataim, rey de Edom, y pesó su
de Bet Semes ni a los de Bet Anat, y Gas. w Toda aquella generación fue a re- a Israel a prueba, si seguiría o no los
habitó en medio de los cananeos habi- unirse con sus padres, y surgió una nueva mano sobre Cusan Risataim; n y estuvo
caminos de Yavé, andando por ellos como en paz la tierra durante cuarenta años, y
tantes de aquella tierra; pero los habi- generación, que no conocía a Yavé ni la sus padres». 23 Y Yavé dejó en paz, sin
tantes de Bet Semes y34de Bet Anat fueron obra que éste había hecho en favor de murió Otoniel, hijo de Quenaz. *
apresurarse a expulsarlos, a aquellos pue- 12
Volvieron otra vez a hacer mal los
sometidos a tributo. Los amorreos re- Israel. blos que no había entregado en manos
chazaron a los hijos de Dan hacia los 1
1 Los hijos de Israel hicieron el mal hijos de Israel a los ojos de Yavé. Y Yavé
de Josué. hizo fuerte a Eglón, rey de Moab, contra
montes y no los dejaban bajar al llano; a los ojos de Yavé y sirvieron a los Baales.
35
arriesgáronse los amorreos a quedarse 12 Se apartaron de Yavé, el Dios de sus 1 los hijos de Israel, porque3 hacían el mal
He aquí los pueblos que dejó Yavé
en el Har Jeres, en Ayalón y en Selebim,
pero la mano de la casa de José pesó mu-
padres, que los había sacado de Egipto,
y se fueron tras otros dioses, de entre los
3 para probar por ellos a Israel, a
a los ojos de Yavé. * 1 Eglón se unió
con los hijos de Ammón y con Amalee; y
cuantos2 no conocieron las guerras de Ca- marchó contra Israel, le derrotó y con-
cho sobre ellos y fueron sometidos a tri- dioses de los pueblos que los rodeaban, y ñan ; * sólo para probar a las genera-
buto. 3|S El territorio de los idumeos se se postraron ante ellos, irritando a Yavé. quistó la 4ciudad de Tamarín, o de las Pal-
13 ciones de los hijos de Israel, acostum- meras, 1 y sirvieron los hijos de Israel a
extendía desde la subida de Acrabim y Apartándose de Yavé, sirvieron a Baal brando a la guerra a los que no la habían
desde Sela para arriba. * y Astarté. l4 Encendióse en cólera Yavé Eglón, rey de Moab, dieciocho años. 15 Cla-
hecho antes: 3 cinco príncipes de los fi- maron los hijos de Israel a Yavé, y Yavé
contra Israel, y los entregó en manos de listeos; todos los cananeos; los sidonios,
Infidelidad del pueblo salteadores, que los asaltaban y los ven- les suscitó un libertador: Aod, hijo de Güe-
y los jéteos, que habitaban el monte Lí- ra, benjaminita, zurdo. Los hijos de Is-
1 Subió el ángel de Yavé de Gálgala dían a los enemigos del contorno, y lle- bano, desde el monte 4Baal Hermón hasta rael enviaron por medio de él un pre-
2 a Betel y dijo: «Yo os he hecho su-
bir de Egipto y os he traído a la tierra que
garon a no poder ya resistir a sus enemi-
gos. 15 En cualquier salida que hacían
la entrada de Jamat. Estos pueblos ha-
bían de servir para por ellos probar a
sento a Eglón, rey de Moab. 16 Habíase
pesaba sobre ellos para mal la mano de hecho Aod un puñal de dos filos, de un
juré a vuestros padres, y he dicho: No Israel y saber si obedecería los mandatos palmo de largo, que se ciñó bajo7 sus
romperé mi pacto eterno con vosotros* Yavé, como El se lo había dicho, como que Yavé había dado a sus padres por
se lo había jurado, y se vieron en muy vestidos, sobre el muslo derecho. 1 Pre-
2
si vosotros no pactáis con los habitan- medio de Moisés. 5 Los hijos de Israel sentó los dones a Eglón, rey de Moab,
tes de esta tierra; habéis de destruir sus gran aprieto. habitaban en medio de los cananeos, de
16
Yavé suscitó jueces, que los libraron que era un hombre muy gordo; I8y he-
altares. Pero vosotros no me habéis obe- los jéteos, de los amorreos, de los fere- cha la presentación, despidió9 a los que
decido; ¿por qué habéis obrado asi? de los salteadores; 17 pero desobedeciendo ceos, de los jeveos y de los jebuseos.
3 también a los jueces, se prostituyeron, 6 habían traído el presente. 1 Llegado a
Pues yo también me he dicho: No los Tomaron por mujeres a las hijas de Happesilim (los ídolos), cerca de Gálgala,
yéndose detrás de dioses extraños, y los éstos y dieron a los hijos de ellos las
arrojaré de ante vosotros, y los tendréis adoraron, apartándose bien pronto del se volvió y le dijo: «Tengo que decirte, ¡oh
por enemigos, y sus dioses serán para hijas propias y sirvieron a sus dioses. rey!, una cosa en secreto». El dijo: «Sa-
camino que habían seguido sus padres,
vosotros un lazo». 4 Cuando el ángel de obedeciendo los preceptos de Yavé; no lid»; y 20se salieron todos los que estaban
Yavé hubo dicho estas palabras a todos Otoniel, Aod, Samgar con él. Entró donde estaba él tomando
hicieron ellos así. 18 Cuando Yavé les sus-
los hijos de Israel, lloraron todos a voces.
5 citaba un juez, estaba con él y los libraba
7
Hicieron el mal los hijos de Israel el fresco en el cenador alto, que era sólo
Llamaron a este lugar Boquim, y ofre- de la opresión de sus enemigos durante a los ojos de Yavé, y olvidándose de para él, y le dijo: «Tengo que comuni-
cieron allí sacrificios a Yavé. la vida del juez, porque se compadecía Yavé, su Dios, sirvieron a los baales y carte una palabra de parte de Dios, 21¡oh
Yavé de sus gemidos, a causa de 9 los aseras. * 8 Encendióse la cólera de Yavé rey!» Eglón se levantó de su silla; y
Los jueces que los oprimían y los vejaban. 1 En contra Israel, y los entregó a manos de entonces Aod, cogiendo con su mano iz-
6
Cuando Josué despidió al pueblo y muriendo el juez, volvían a corromperse 19
se fueron los hijos de Israel cada uno a su más todavía que sus padres, yéndose tras Esta constante alternativa de pecado y castigo, conversión y misericordia, es el tema funda-
mental de este libro. (Véase Dt 28.)
36
En todo este capítulo, el autor sagrado recoge algunos breves pero interesantes documen- O J Israel no ocupó todo Canán. Las razones pudieron ser múltiples, ya se mire desde el punto
tos sobre la obra de la conquista. Aquí se ven los esfuerzos de algunas tribus, como Judá y José; la ** de vista humano, ya desde el divino. En este lugar el autor sagrado señala una de las que Dios
impotencia de otras para asegurarse la posesión de su lote, como Dan; la política de otras, que pudo tener: servirse de los cananeos para poner a prueba la fidelidad de su pueblo (2,21 s.; 3,4).
prefieren dejar en paz a los cananeos haciéndoles pagar algún tributo, y, finalmente, la pereza de 7
El^ pecado que el autor menciona como prevaricación de Israel es servir a los baales y aseras
otras, que se acomodan a vivir con ellos en un plan de igualdad. o astartés.—Baal significa señor, dueño. Es un dios que se considera como dueño del territorio, de
1 Este ángel sube de Gálgala, el antiguo campamento de Israel (Jos 4,19), y llega a Betel, como la ciudad y de los elementos que influyen en su vida, como la lluvia, el calor, etc. Lleva por comple-
2 leen los LXX, donde habla a sus moradores, y por ellos a todo Israel, echándoles en cara su mento el nombre de la ciudad, del santuario, etc., y según éstas se multiplican. Por su significación
se daba también a Yavé este nombre, por lo que es posible que a veces los hebreos lo identificasen
mala correspondencia a los favores de Yavé. Los sacrificios ofrecidos significan el afecto de las re- con su Dios.—Asera es una diosa, luego identificada con Astarté o Astoret, según la puntuación de
convenciones
6
del ángel. El nombre de Boquim, dado al sitio del llanto, no aparece más en la Biblia. los masoretas pareara del baal, que señoreaban sobre la fertilidad del suelo, la fecundidad de los
El comienzo de este versículo se enlaza bien con Jos 24,28, y el v.7-10 con 24,29-31, donde se animales o de >os hombres, de donde proceden la sustentación y la riqueza humana. En la época
habla de la fidelidad de Israel. Pero ésta no duró mucho; pronto los hijos de Israel se dieron al culto griega se los identificó con la fortuna de la ciudad. Su culto tenia con frecuencia un carácter obsceno,
de los dioses cananeos, irritando al Señor, que los entregó en manos de sus enemigos (Lev 26; por considerarlos dioses de la fecundidad.
Dt 28). La calamidad hizo volver en si al pueblo, que, arrepentido, clamó a Yavé. Este, entonces, 8
les mandó un libertador, que los libró y gobernó luego por largo tiempo (1 Re 8,4.6 ss.). El invasor viene del sur. Es el rey, no de Aram, Mesopotamia, sino de Edom. El mismo Cusan
En esta segunda introducción el autor sagrado nos muestra la conducta de Dios correspondien- aparece
11
emparentado con Madián en Hab 3,7.
do a la del pueblo. Es el esquema de todos los jueces mayores. El autor parte de esta alternativa 12
Sobre la cronología, véase la Introducción a los libros históricos, n.8.
continua, y debe advertirse la universalidad del pecado del pueblo de Israel, del arrepentimiento, La invasión viene ahora del otro lado del Jordán, por Jericó o ciudad de las Palmas (Jos 9,16),
del castigo y de la liberación. y son los moabítas, amonitas y amalecitas, los enemigos tradicionales de Israel que invaden los te-
rritorios de Benjamín y Efraim, a los que el acceso es más fácil.
JUECES 3-4 266 267 JUECES 4-5
quierda el puñal que sobre el muslo de- sara, que residía en Jaroset Goím. * 3 Cla- diez mil hombres que llevaba, y puso Yo cantaré a Yavé, Dios de Israel.
recho llevaba, se lo clavó en el vientre, * 4
22
maron los hijos de Israel a Yavé, pues te- Yavé en fuga a Sisara, a todos sus ca- Cuando tú, ¡oh Yavé!, salías de Seir,
entrándole también el puño tras la hoja nían aquéllos novecientos carros de hie- rros y a todo su ejército ante Barac. Cuando subías desde los campos de
y cerrándose la gordura en derredor de rro, y desde hacía veinte años oprimían Sisara se bajó de su carro y huyó a pie. * Edom,
la hoja, pues no sacó del vientre el duramente a los hijos de Israel. 4 Juz- 16 Barac persiguió con su infantería a los Tembló ante ti la tierra,
puñal; y saltando por la ventana 23 salió gaba en aquel tiempo a Israel Débora, carros y al ejército hasta Jaroset Goím, Destilaron los cielos,
Aod al pórtico, cerrando tras sí las puer- profetisa, mujer de Lapidot. s Sentábase y todo el ejército de Sisara cayó a filo Y las nubes se deshicieron en agua.
tas del cenador y echando el cerrojo. para juzgar debajo de la palmera de Dé- de espada, sin que quedara ni un solo 5
Derritiéronse los montes a la presen-
24
Una vez que hubo salido, vinieron los bora, entre Rama y Betel, en el monte hombre. 17 Sisara huyó a pie a la tienda cia de Yavé.
servidores; y viendo que las puertas del de Efraim; y los hijos 6de Israel iban a de Jael, la mujer de Jeber, el quineo, A la presencia de Yavé, Dios de Is-
cenador tenían echado el cerrojo, se dije- ella a pedir justicia. * Mandó llamar pues había paz entre Jabín, rey de Jasor, rael.
ron: «Seguramente está haciendo algu- Débora a Barac, hijo de Abinoam, de y la casa de Jeber, el quineo. * is Salió 6
En los días de Samgar, hijo de Anat,
na necesidad sn el cubículo de verano», Cades, de Neftalí, y le dijo: «¿No te Jael al encuentro de Sisara y le dijo: en los días de Jael.
25
Esperaron mucho tiempo, hasta perder manda Yavé, Dios de Israel? Ve a ocu- «Entra, señor mío; entra en mi casa y Estaban desiertos los caminos;
la paciencia, y como las puertas del ce- par el monte Tabor y lleva contigo diez no temas». Entró él en la tienda, y ella Los que antes andaban por caminos
náculo alto no se abrían, cogieron la mil hombres, de los hijos de Neftalí y le tapó con una alfombra. 19 Díjole él: trillados,
llave y abrieron, viendo que su amo yacía de los de Zabulón. 7 Yo te traeré allí, al «Dame, por favor, un poco de agua, que Ibanse por senderos desviados; *
en tierra, muerto. 26 Mientras estaban ellos tengo sed». Y sacando ella el odre de 7
torrente de Cisón, a Sisara, jefe del ejér- la leche, le dio a beber y volvió a cubrir- Desiertos estaban los lugares indefen-
perplejos, huyó velozmente Aod, pasó cito de Jabín, y a sus carros y sus tropas, sos,
de Happesilim y se puso en salvo en le. 20 Díjole él: «Estáte a la puerta de
y los pondré en tus manos». 8 Díjole la tienda, y si viene alguno preguntando Desiertos en Israel.
Seirat. 27 En cuanto llegó a la tierra de Barac: «Si vienes tú conmigo, voy; si no Hasta que me levanté yo,
Israel, hizo tocar las trompetas en el si hay aquí algún hombre, dile que no».
vienes tú, no voy. Porque yo no sé en 21
Cogió Jael, mujer de Jeber, un clavo Hasta que me levanté yo, madre en
monte de Efraim. Los hijos de Israel qué día el ángel de Yavé me dará el Israel.
bajaron con él de la 28 montaña, y él se de los de fijar la tienda y, tomando en 8
puso al frente de ellos y les dijo: «Se- éxito». 'Ella le contestó: «Iré, sí, iré su mano un martillo, se acercó a él ca- A las puertas estaba la guerra;
guidme, que Yavé ha entregado en vues- contigo; porque ya no será gloria tuya lladamente y le clavó en la sien el clavo, Y no se veía ni un escudo ni una lanza
tras manos a vuestros enemigos, los moa- la expedición que vas a emprender, por- que penetró en la tierra; y él, que estaba Entre los cuarenta mil de Israel.
9
bitas». Bajaron tras él y se apoderaron que a mano de una mujer entregará Ya- profundamente dormido, desfalleció y Se va mi corazón tras los príncipes
de los vados del Jordán, frente a Moab, vé a Sisara». Levantóse Débora y se fue murió. 22 Llegó entonces Barac, que iba de Israel.
sin dejar pasar a nadie. 29 Derrotaron con Barac a Cades. 10 Convocó Barac a persiguiendo a Sisara. Jael salió a su Los que del pueblo os ofrecisteis al
entonces a Moab. De unos diez mil hom- Zabulón y Neftalí y subió con diez mil encuentro y le dijo: «Ven que te enseñe peligro,
bres, todos robustos y valientes, no es- hombres, subiendo también con él Dé- al hombre a quien vienes buscando». En- Bendecid a Yavé. *
10
capó uno solo. 30 Aquel día quedó Moab bora. tró y halló a Sisara en tierra, muerto, cla- Los que montáis blancas asnas,
humillado bajo la mano de Israel; y la ii Jeber, el quineo, se había separado vado el clavo en la sien. 23 Aquel día hu- Los que os sentáis sobre tapices,
tierra quedó en paz durante ochenta de los otros quíneos, hijos de Jobab, milló Yavé a Jabín,2 4rey de Canán, ante Los que ya vais por los caminos, can-
años, mientras vivió Aod. * suegro de Moisés, y había plantado sus los hijos de Israel, y la mano de los tad.
31
tiendas en el encinar de Besananim, cer- hijos de Israel pesó cada vez más sobre El que fue lugar de rapiña,
Después de Aod, Samgar, hijo de ca 12de Cades. * Jabín, rey de Canán, hasta que le des- Es ya lugar de regocijo.
Anat, derrotó a seiscientos filisteos con Hicieron saber a Sisara que Barac. truyeron. 11
Cantad en él las justicias de Yavé,
una aijada de bueyes, libertando también hijo de Abinoam, subía al monte Tabor; Las justicias que ha hecho Yavé
él a Israel. * 13
y Sisara reunió todos sus carros, nove- A los lugares indefensos de Israel.
cientos carros de hierro, y todo el ejér- Cántico triunfal de Débora Entonces pudo ya el pueblo de Yavé
Débora cito de que disponía, y salió de Jaroset bajar a sus puertas.
1
Goím al torrente de Cisón. i 4 Dijo en- Aquel día cantaron Débora y Ba- 12 Despierta, despierta, Débora.
4
1
Muerto Aod, volvieron los hijos de
Israel a hacer mal a los ojos de tonces Débora a Barac: «Anda, que hoy 5 2
rac, hijo de Abinoam, este canto:* Despierta, despierta, entona un canto.
Yavé, 2 y los entregó Yavé en mano de es el día en que Yavé entrega a Sisara «Los príncipes de Israel al frente, Levántate, Barac;
Jabín, rey de Canán, que reinaba en Ja- en tus manos. ¿No va él delante de ti?» Ofrecióse el pueblo al peligro. Apresa a los que te aprisionaban, hijo
sor y tenía por jefe de su ejército a Si- 15 Bajó Barac del monte Tabor con los Bendecid a Yavé. *
3
de Abinoam. *
13
Oíd, reyes; dadme oído, principes. Entonces vencieron los pequeños a
21
La acción de Aod, zurdo (20.16), se explica sin dificultad, aunque no sea tan fácil de justi- Yo, yo cantaré a Yavé. los grandes;
ficar.
30
Después de esta hazaña, Israel gozó de paz dos generaciones, ochenta años; pero no se dice 1 5 El pánico se apodera del ejército de Sisara y él mismo huye a campo traviesa para salvar su
que 3Aod
1
haya desempeñado el oficio de juez de Israel. vida. La victoria de Israel es completa.
Los filisteos vienen más tarde, y algunas versiones antiguas ponen Samgar, Semagar o Same- " L a familia nómada de Jeber tenía alianza con el rey, cuyo era el ejército de Sisara, y allí corre
ra, hijo de Enán, después de Sansón (16-31). Este héroe que asi hace frente a tantos filisteos se pare- éste en busca de refugio. Esto agrava la conducta de Jael, que, ofreciéndole asilo en la tienda de su
ce al laureado de David, que se menciona en 2 Sam 23,11 s. marido, le quita la vida. Débora celebra a Jael en su canto por su patriotismo, o mejor, por su afecto
2
Los expositores encuentran difícil este relato a causa de «Jabín, rey de Canán, que reinaba
4 en Jasor», al norte de Canán, y cuyo ejército está concentrado todo él en la llanura de Esdrelón
hacia el pueblo que la había adoptado (5,24 ss. y 4,9); mas con ello no justifica moralmente su acción.
bajo las órdenes de un general que tiene su residencia en Jaroset Goím. Este general ser'a Sisara, 1
personaje principal de esta historia. 5 2
Este cántico se pone en boca de Débora y de Barac. Es de los más antiguos de la poesía de
Israel.
' Débora es una mujer que, por su inteligencia y grande ánimo, goza de gran crédito en la mon- La primera estrofa (2-5) sirve de introducción. El poeta invita a cantar a Yavé, Dios de Israel,
taña de Efraim y sirve de juez arbitro para resolver los pleitos del pueblo (2 Sam 20,19). Afligida por que, morando en el Sinai, viene a través de Edom en socorro de su pueblo (cf. Dt 33,2; Sal 67,8 s.;
la situación del pueblo, acude a Barac, personaje influyente en el norte, para que concentre las tribus Hab 3,3 s.).
de su región en el Tabor y allí presente la batalla a Sisara. Barac consiente si Débora viene con él, 6
Los w.6-8, que forman la segunda estrofa, nos describen la opresión en que vivía el pueblo.
esperando mucho de ella por la autoridad de que gozaba en el pueblo (2 Sam 14,2; 20,16; 2 Re 22,14). La situación militar de Israel corresponde bien a la de 1 Sam 13,19.22.
11 9
Jobab nos es conocido (1,16), y moraba en el Mediodía, en el territorio de Judá; este miem- La tercera estrofa (9-t t) celebra ya el triunfo de los principes de Israel.
12
bro de su familia se habla separado y moraba cerca de Isacar (2 Par 6,57), próximo al campo de ba- El poeta se dirige a los principales autores de la victoria, para volver a comenzar de nueve
talla. el argumento.
JUECES 5-6 268 269 JUECES 6

Prevaleció el pueblo de Yavé contra Porque no cooperaron a la victoria de hicieron los hijos de Israel los antros señal de que eres tú quien m e habla
los fuertes. * Yavé, que hay en los montes, las cavernas y ts y no te vayas de aquí hasta que vuelva
i 4 L o s de Efraím los exterminaron en A la ayuda de Yavé a sus valientes.* las alturas fortificadas. 3 C u a n d o Israel yo c o n u n a ofrenda y te la presente».
el valle. 2
4 Bendita entre las mujeres Jael, había sembrado, subía M a d i á n con Ama- Y él le dijo: «Aquí m e estaré hasta que
Detrás de ti (Déborá) iba Benjamín con Mujer de Jeber, el quineo; lee y con los Bene Quedem y marchaban tú vuelvas». * l9 Entróse Gedeón y pre-
tu ejército. Bendita entre las mujeres de su tien- contra ellos; 4 acampaban en medio de paró u n cabrito, y con un efá de harina
D e M a q u i r bajaron los jefes. da. * Israel y devastaban los campos hasta cer- hizo panes ácimos; y poniendo la carne
D e Zabulón, los capitanes; 2 5
Le pidió agua, y ella le dio leche; ca de G a t a , n o dejando subsistencia al- en u n cestillo y el caldo en una olla, los
15 Los príncipes de Isacar están con En el vaso de h o n o r le sirvió leche; guna en Israel, ni ove.,as, ni bueyes, ni llevó debajo del terebinto y se los pre-
Débora. 26
Cogió el clavo con la izquierda, asnos, 5 pues subían con sus ganados y sentó. 2 « El ángel de Yavé le dijo: «Coge
Barac se precipitó con los infantes en Con la derecha el pesado martillo, sus tiendas como una n u b e de langostas. la carne y los ácimos, ponlos encima de
el valle. Rompiéndole la cabeza, Ellos y sus camellos eran innumerables aquella piedra y vierte sobre ellos el cal-
En las filas de Rubén Rompióle la cabeza, y venían a la tierra para devastarla. 6 Is- do». Hízolo así G e d e ó n ; y el ángel de
H a y grandes ansiedades de corazón. * rael vino a ser muy pobre a causa de Yavé, 2 1 alzando el báculo que en la ma-
16
Le atravesó la sien. M a d i á n , y los hijos de Israel clamaron
¿Por qué te quedaste en tus apris- 2 7 no tenía, tocó con la punta la carne y
El se retorció, cayó, yació, a Yavé. 7 C u a n d o los hijos de Israel cla-
cos A sus pies se retorció, los panes. Surgió en seguida fuego de
m a r o n a Yavé contra Madián, 8 Yavé les
Oyendo las flautas de tus pastores? Cayó donde se retorció, la piedra, que consumió la carne y los
envió un profeta que les dijo: «Así habla
En las filas de Rubén Alh mismo quedó exánime. Yavé, D i o s de Israel: Y o os hice subir panes, y el ángel de Yavé desapareció
H a y grandes ansiedades de corazón. 28
Mira p o r la ventana la madre de de Egipto y os saqué de la servidum- de su vista. 2 2 Viendo Gedeón que era
17
Galad descansaba al o t r o lado del Sisara, b r e ; * 9 yo os libré de la m a n o de los el ángel de Yavé, dijo: «¡Ay, Señor, Ya-
Jordán. Por entre las celosías, y grita: egipcios y de la m a n o de todos vuestros vé! ¿Entonces he visto cara a cara al
Y D a n , ¿por qué se quedó junto a sus ¿Por qué tarda en venir su carro? opresores; yo los arrojé ante vosotros y ángel de Yavé?»* 2 3 Díjole Y a v é : «La
naves? ¿Por qué tardan en oírse los pasos de os di su tierra. 1 0 Entonces os dije: «Yo paz sea contigo; no temas, n o morirás».
24
Aser, a orillas del mar, descansaba en su cuadriga?* soy Yavé, vuestro D i o s ; no temáis a Gedeón alzó allí un altar a Yavé y
sus puertos; 29 le llamó Yavé Salom, que todavía existe
L a más avisada de sus mujeres le los dioses de los amorreos, en cuya tie-
18 pero Zabulón es u n pueblo que ofre- contesta, rra habitáis. Pero vosotros no habéis es- en Ofra de Abiezer. 2S Aquella misma n o -
ce su vida a la muerte. Y ella se repite las mismas palabras: c u c h a d o mi voz». n Vino el ángel de che le dijo Yavé a G e d e ó n : «Coge el
L o mismo es también Neftalí, desde lo 30 Seguramente está repartiendo los des- Yavé y se sentó bajo el terebinto de toro gordo de tu padre, el toro de siete
alto de sus campos. pojos, Ofra, que era propiedad de Joás, abiezeri- años; derriba el altar de Baal que tiene
19 Vinieron los reyes, combatieron; U n a joven, dos jóvenes para cada uno, ta, c u a n d o Gedeón, su hijo, estaba b a - tu padre y corta la asera que hay cerca, *
2
Lucharon entonces los reyes de Canán U n vestido, dos vestidos de varios co- tiendo el trigo en el lagar para escon- <¡ y construye con la leña un altar a Yavé,
En Tanac, junto a las aguas de M a - lores para Sisara. derlo de Madián. * 1 2 Apareciósele el án- tu Dios, en lo alto de este fuerte; y to-
geddo. U n vestido, dos vestidos bordados a gel de Yavé y le dijo: «Yavé contigo, va- m a n d o el t o r o segundo, lo ofreces en
N o cogieron plata por botín. * su cuello. liente héroe». 1 3 Gedeón le dijo: «Por holocausto sobre la leña de la asera que
20
Desde los cielos combatieron las es- 31
Perezcan así todos los enemigos, ¡oh favor, mi señor; si Yavé está con nos- cortarás». 2 7 T o m ó , pues, Gedeón diez
trellas ; Yavé! otros, ¿por qué nos sucede t o d o esto? hombres de entre sus criados e hizo como
Desde sus órbitas combatieron las es- Y sean, los que te aman, como el sol ¿ D ó n d e están todos los prodigios que le había m a n d a d o Yavé; pero como n o se
trellas cuando nace con t o d a su tuerza». * nos contaron nuestros padres, diciendo: atreviese a hacerlo de día, p o r temor de
Contra Sisara. 32
La tierra estuvo en paz durante cua- Yavé nos hizo subir de Egipto? Y ahora la casa de su padre y de la gente de la
?
i El torrente de Cisón los arrastró, renta años. Yavé nos ha a b a n d o n a d o y nos ha pues- ciudad, lo hizo de noche, a C u a n d o al le-
El torrente de Cisón pisó los cadáveres t o en las m a n o s de Madián». 1 4 El ángel vantarse a la m a ñ a n a siguiente las gen-
de los fuertes. de Yavé se volvió a él y le dijo: «Ve y tes de la ciudad vieron que el altar de
22 Gedeón con esa fuerza que tú tienes libra a Is-
Entonces resonaron los cascos de Baal había sido destruido, cortado la ase-
los caballos 1
Los hijos de Israel hicieron mal a rael de las m a n o s de M a d i á n ; ¿no soy ra que había cerca y el toro segundo
E n la veloz huida de los guerreros 6 los ojos de Yavé, y Yavé los entregó yo quien te envía?» , 5 Gedeón le dijo:
« D e gracia, Señor, ¿con qué voy a li-
ofrecido en holocausto sobre el altar
Maldecid a Meroz, dijo el ángel de en manos de Madián durante siete arlos. * construido, 29 se preguntaban unos a
Yavé; 2
L a m a n o de M a d i á n pesó fuertemente bertar yo a Israel? Mi familia es la más
otros: «¿Quién h a hecho esto?» Inquirie-
23 débil de las de Manases, y yo soy el más
Maldecid, maldecid a sus habitantes, sobre Israel. Por miedo a M a d i á n se pequeño de la casa de mi padre». *6 El ron, buscaron, y alguien dijo: «Gedeón,
ángel de Yavé le dijo: «Yo estaré conti- el hijo de Joás, h a hecho esto». Enton-
13
Los vv. 13-15 enumeran a todos los que tomaron parte en la lucha, los pequeños, que vencie- go y derrotarás a M a d i á n como si fuera ces dijeron a Joás las gentes de la ciudad:
ron 1a5 los grandes. un solo hombre». 1 7 Gedeón le dijo: «Si 3» «Saca a t u hijo p a r a que muera, pues
A la primera enumeración de los animosos contrapone la otra de los cobardes, empezando h a derribado el altar de Baal y h a cor-
por 1las tribus de la TransJordania (15D-18). be hallado gracia a tus ojos, dame una
9
Esta estrofa (19-22) nos da una brillante descripción de la batalla, en que hasta los mismos tado la asera que estaba cerca». 3 i J o á s
elementos, las estrellas, en descripción preapocalíptica, aparecen luchando por Israel. respondió a todos los que estaban de-
23
Meroz, una ciudad desconocida, es maldecida por no haberse asociado a los patriotas. Tal 8
vez 2debe
4
leerse Semerón, mencionada en Jos 19,15 entre las ciudades de Zabulón. Esta corrección trae a la memoria la de 2,2 ss., salvo que quien aquí la hace es un profeta.
11
Jael es bendecida por la parte tan importante que tuvo en la consumación de la victoria de Al contrario, aquí es un ángel, como en 2,2 ss. Gedeón está limpiando un poco de trigo,
Israel
28
(24-27). que ha podido substraer a las garras de los madianitas. Este terebinto debe de tener alguna relación
Hermosa descripción de las mujeres de la casa de Sisara, que están soñando con un gran con 1el8 santuario de Baal, que luego será destruido por Gedeón.
triunfo
31
y un gran botín (28-30). Gedeón toma al ángel por un profeta, y como a tal le ofrece lo que a un huésped de honor
La conclusión está muy en armonía con el cántico. Después de aquella victoria descansó la (Gen 18,6 s.; Jue 13,15). Con su acción el ángel se dio a conocer, y entonces, comoa sitio sagrado,
tierra cuarenta años, una generación (Sal 94,10; Ez 29,11.13). Gedeón lo declaró consagrado con la erección de un altar, que en los días del escritor existía aún.
22
1
El enemigo es ahora Madián, al que se juntan Amalee y otras tribus árabes, que vienen en Teme morir por haber visto la cara del ángel de Yavé (cf. Jue 13,22 s.).
6 algara por el Jordán y por el Mediodía, y aunque no se proponen dejar sus tiendas para estable-
25
En una visión nocturna Yavé ordena a Gedeón destruir el santuario de Baal y levantar un
altar a Yavé en cierto lugar fuerte, y ofrecer sobre él en sacrificio un buey de su padre. Por la res-
cerse en Canán, van despacio, y como dueños de la situación, no se parten hasta haber esquilmado
bien la tierra (cf. 2 Sam 30,1 ss.). puesta del padre en el v.31 se ve que Joás, su padre, participaba ya de los sentimientos de Gedeón.
JUECES 6-7 271 JUECES 7-8
270
1<¡
lante de él: «¿Os toca a vosotros defen- dián». ¿ N o ha sido mejor el rebusco de Efraím
Dividió en tres escuadras los
bres se volvieron y quedaron sólo diez
der a Baal? ¿Sois vosotros los que le trescientos hombres y les entregó a todos que la vendimia de Abiezer? 3 En vuestras
mil. 4 Yavé dijo a G e d e ó n : «Todavía es manos ha puesto Dios a los príncipes de
habéis de salvar a él? Quien tome parti- demasiada la gente. Hazlos bajar al agua trompetas, cántaros vacíos, y en los cán-
do p o r Baal será muerto hoy mismo. Si y allí te los seleccionaré; y aquel de quien taros teas encendidas, l J diciéndoles: «Mi-
Madián, Oreb y Zeb. ¿Qué he podido yo
Baal es dios, que se defienda a sí mismo, radme a mí y haced como me veáis hacer. hacer comparable a lo vuestro?» Calmó-
yo te diga: Ese irá contigo, vaya; y to- se su cólera contra él cuando así les habló.
ya que le h a n derribado su altar». 32 Aquel dos aquellos de quienes te diga: Esos no En cuanto llegue yo a los límites del cam-4
día dieron a Gedeón el n o m b r e de Jero- pamento, hacéis lo que yo haga. 18 Cuan- Llegó Gedeón al Jordán, lo pasó con
irán contigo, que n o vayan». 5 Hizo ba- los trescientos hombres que llevaba, can-
baal, diciendo: «Que sea Baal quien se jar al agua Gedeón a la gente, y dijo Yavé d o toque yo la trompeta y la toquen los
vengue de él, pues que ha derribado su que van conmigo, la tocaréis también sados de la persecución, 5 y dijo a las
a G e d e ó n : «Todos los que en su m a n o gentes de Sucot: «Dad, os ruego, unos
altar». laman el agua con la lengua, como la vosotros en derredor de todo el campa-
33 mento y gritaréis: «¡Por Yavé y por Ge- panes a la gente que me sigue, que están
T o d o Madián, Amalee y los hijos lamen los perros, ponlos aparte de los cansados y van en persecución de Zebaj
de Oriente se juntaron y pasaron el Jor- deón!»
que para beber doblen su rodilla». 6 Tres- y Salmana, reyes de Madián». 6 Respon-
d á n ; vinieron a acampar en el valle de cientos fueron los que al beber lamieron i ' Gedeón y el centenar de hombres
diéronle los jefes de Sucot: «¿Acaso tienes
Jezrael. * 34 El espíritu de Yavé revistió el agua en su m a n o , llevándola a la boca; que le acompañaban llegaron a los lími- ya en tus m a n o s el p u ñ o de Zebaj y Sal-
a Gedeón, que tocó la trompeta, y los todos los demás se arrodillaron p a r a be- tes del campamento al comienzo de la mana, para que demos pan a tu tropa?» *
abiezeritas le siguieron. 35 Envió mensa- ber. 7 Y dijo Yavé a G e d e ó n : «Con esos segunda vigilia, en cuanto acababan de 7
Y Gedeón les dijo: «Cuando Yavé haya
jeros a todo Manases, que se reunió tam- trescientos hombres que han lamido el relevarse los centinelas, y tocaron las puesto en mis manos a Zebaj y Salmana,
bién para seguirle. Mandólos también a agua os libertaré y entregaré a M a d i á n trompetas y rompieron los cántaros que yo desgarraré vuestras carnes con espinas
Aser, a Zabulón y a Neftalí, que subie- en tus manos. Todos los demás, que se llevaban en la m a n o . 2Ü Los tres cuerpos
y cardos del desierto». 8 Desde allí subió
ron a su encuentro. vaya cada uno a su casa». 8 Se proveye- tocaron las trompetas, rompieron los cán- a Fanuel, e hizo a las gentes de Fanuel la
36 Dijo Gedeón a D i o s : «Si en verdad ron de cántaros y cogieron las trompetas, t a r o s ; y cogiendo las teas con la m a n o
misma petición, recibiendo la misma res-
quieres salvar a Israel por m i m a n o , c o m o y a todos los otros israelitas los m a n d ó a izquierda y las trompetas con la derecha puesta de los hijos de Sucot. 9 Y dijo tam-
m e has dicho, * 3 7 voy a poner u n vellón cada uno a su tienda, quedándose con para tocarlas, gritaban: «¡Espada p o r Ya-
bién a las gentes de Fanuel: «Cuando
de lana al sereno; si sólo el vellón se cu- los trescientos hombres. El campamento vé y por Gedeón!» 21 Quedáronse cada vuelva vencedor, arrasaré esta fortaleza».
bre de rocío, quedando todo el suelo seco, de M a d i á n estaba abajo, en el valle. uno en su puesto en derredor del campa- 10 Zebaj y Salmana estaban en Carcor
conoceré que libertarás a Israel p o r m i 9
Aquella noche le dijo Yavé: «Leván- mento, y todo el campamento se puso a con su ejército, unos quince mil hombres,
m a n o , como me lo has dicho». Así su- tate y baja al campamento, porque te los correr, a gritar y a huir. 22 Mientras los los que habían quedado de todo el ejér-
sedió. 38 A la m a ñ a n a siguiente levantóse entrego en tus manos. 10 Y si temes ata- trescientos hombres tocaban las trompe- cito de los hijos d e Oriente, pues habían
muy temprano, y exprimiendo el vellón car, baja con F u r a , tu escudero, al cam- tas, hizo Yavé que volviesen t o d o s su perecido ciento veinte mil hombres de ar-
sacó de él el rocío, una cazuela llena de pamento, * i' y escucha lo que dicen, y espada los unos contra los otros en todo mas. 11 Gedeón subió por el camino de
agua. 39 Gedeón dijo a D i o s : «Que n o se el campamento, y huyó el campamento los que moran en tiendas, al oriente de
se fortalecerán tus m a n o s y atacarás el
encienda tu cólera contra mí si hablo to- hasta Bet Hassita en la dirección de Sa- Nobaj y de Jogbea, y atacó el campamen-
campamento». Bajó con Fura, su escu- to, que se creía a seguro. l2 Zebaj y Sal-
davía otra vez; quisiera hacer otra prue- dero, hasta el extremo del campamento, reda, hasta los límites del Abel Mejula,
ba con el vellón: que sea el vellón el que donde estaban los hombres de armas. junto a Tabat. * 2 3 Reuniéronse los hom- m a n a huyeron. El los persiguió y se apo-
se quede seco y caiga el rocío sobre todo 12 bres de Israel de Neftalí, de Aser y de deró de los dos reyes de Madián, Zebaj
M a d i á n , Amalee y los hijos de Oriente y Salmana, y derrotó a todo su ejército.
el suelo». 40 Así lo hizo Dios aquella no- se habían extendido por el valle, nume- t o d o Manases, y persiguieron a los de
13 Volvióse Gedeón, hijo de Joás, de la
M a d i á n . 2 4 Gedeón m a n d ó mensajeros por
che: sólo el vellón quedó seco, y t o d o el rosos como langostas, y sus camellos
todo el monte de Efraím para decirles: batalla por la subida de Jares: ) 4 y h a -
suelo estaba cubierto de rocío. eran innumerables, como las arenas del biendo cogido a un joven de los de Su-
mar. 13 C u a n d o llegó Gedeón, estaba u n «Bajad al encuentro de Madián y tomad,
antes que lleguen, los vados hasta Bet cot, le interrogó, y éste le dio por escrito
Victoria contra los madianitas h o m b r e contando a su compañero su sue- los nombres de los jefes y ancianos de
Bara, en el Jordán». Reuniéronse todos
ño, diciéndole: «He tenido un sueño. R o - Sucot, setenta y siete hombres. 15 E n t o n -
7 1 A la mañana siguiente, Jerobaal»
que es Gedeón, fue a acampar, con daba por el campamento de Madián u n
p a n de cebada, que llegó hasta u n a tien-
los hombres de Efraím y tomaron los
vados hasta Bet Bara, en el Jordán. 2 5 Se
ces vino Gedeón a las gentes de Sucot y
dijo: «Ved aquí a Zebaj y Salmana, con
t o d a la gente que estaba con él, p o r enci- apoderaron de dos príncipes de Madián,
m a de la fuente de Jarod. El campamento da y chocó contra ella, la derribó y la los que m e zaheristeis diciendo: ¿Acaso
hizo rodar por tierra, y la tienda quedó Oreb y Zeb, y dieron muerte a Oreb en tienes ya en tu poder el puño de Zebaj
de M a d i á n estaba debajo del de Gedeón, la roca de Oreb y ¡v Zeb en el lagar de
al norte de las colinas de More, en el p o r tierra».i* El compañero le dijo: «Eso y Salmana, para que demos de comer a
no es sino la espada de Gedeón, hijo de Zeb. Persiguieron a Madián y llevaron a tus tropas fatigadas?» r 6 Cogió, pues, a
valle. * 2 y dijo Yavé a G e d e ó n : «Es de- Gedeón las cabezas de Oreb y Zeb, del
masiada la gente que tienes contigo para Joás, jefe de Israel, de Jezrael. Dios ha los ancianos de la ciudad, y con espinas
puesto en sus m a n o s a M a d i á n y a t o d o o t r o lado del Jordán. y cardos del desierto castigó a los de Su-
que yo entregue en sus manos a M a d i á n
y se gloríe luego Israel contra mí, dicien- el campamento». 1 5 C o m o Gedeón oyó el cot. * i ' Arrasó la fortaleza de Fanuel y
1 Dijéronle los hombres de Efraím: m a t ó a los hombres de la ciudad.
d o : «Ha sido mi m a n o la que me ha li-
brado». 3 H a z llegar esto a oídos de la
sueño y la explicación, se prosternó; y
volviéndose al campamento de Israel, les
8 «¿Cómo has hecho con nosotros eso
de no llamarnos cuando ibas a combatir
gente: el que tema y tenga miedo, que se dijo: «Arriba, que Yavé h a entregado en
con Madián?» Y se querellaron violen- 18 Dijo a Zebaj y Salmana: «¿Cómo
nuestras m a n o s el campamento de M a -
vuelva y se retire». Veintidós mil hom- tamente contra él. * 2 El les dijo: «¿Qué eran los hombres que matasteis en el T a -
33
es lo que he hecho yo para lo vuestro? bor?» Ellos respondieron: «Eran c o m o
Una vez más los enemigos se presentan, y esta vez asientan todos juntos su campo en la
llanura de Esdrelón, cerca de la tribu de Manases. Es la ocasión que Dios ofrece a Gedeón. El es- 22 El golpe repentino de Gedeón sembró el pánico entre los enemigos, que se creyeron atacados
píritu
36
de Dios le impulsa a emprender la gran hazaña. por un numeroso ejército y emprendieron la fuga por la llanura de Betsán hacia el Jordán, el mismo
Pero Gedeón se muestra hombre de poca fe, y antes de proseguir su obra pide nuevas pruebas camino que habían traído desde la TransJordania.
de que Yavé le envía para salvar a su pueblo (Is 7,11; I Sam 2,34; IO,I ss.).
Q 6! Resalta aquí el orgullo de Efraím, como a lo largo de toda la historia (12,1 ss.).
0
Y ! Era una gran masa de hombres seguramente sin armas; cierto, sin instrucción, y así poco Sucot y Fanuel, al otro lado del Jordán, nos son conocidas por la historia de Jacob (Gen 32,30:
* apta para llevar a cabo el plan que se proponía. 33, 17). Los moradores no asienten a la petición de Gedeón porque no están seguros aún de su vic-
1
o Este «si temes» indica que, en efecto, Gedeón, al ver aquella muchedumbre y la escasez de toria,
16
y acaso porque sienten más simpatías por los vencidos que por los vencedores (15,9 ss.).
los suyos, temió. Dios quiso confortarle porl os sueños que siguen, tan conformes con el estilo de Con los cardos y espinas duras del desierto castigó a los jefes de Sucot, azotándolos desnudo
los antiguos (Gen 40,g.t6: 1 Sam 28,15). el cuerpo. La memoria de esta victoria la hallamos en Is 9,4; Sal 82,10.
JUECES 8-9 272 JUECES 9
273
tú. C a d a u n o de ellos parecía u n hijo de en Siquem le parió también un hijo, al 24
Apólogo de Jotán a Abimelec, para que el asesinato de los
rey». I9 El les dijo: «Eran hermanos míos, que puso por n o m b r e Abimelec. * 3 2 M u - setenta hijos de Jerobaal y la sangre de
7
hijos de mi madre. Vive Yavé, que no os rió Gedeón, hijo de Joás, en buena ancia- Súpolo Jotán y fue a ponerse en la ellos cayese sobre Abimelec, su hermano,
mataría si n o les hubierais dado muerte». nidad, y fue sepultado en la sepultura de cresta del monte Garizim; y alzando su que los había m a t a d o , y sobre los habi-
20
Y dijo a Jeter, su primogénito: «Anda, Joás, su padre, en Ofra de Abiezer. voz, les dijo a gritos desde allí: «Oídme, tantes de Siquem, que le habían presta-
mátalos». El joven no desenvainó la es- 3 3 M u e r t o Gedeón, los hijos de Israel se habitantes de Siquem, así os oiga Dios do ayuda para matar a sus hermanos.
p a d a p o r tener miedo, pues era todavía prostituyeron de nuevo ante los baales y a vosotros. * 8 Pusiéronse en camino los 2
5 Pusieron los habitantes de Siquem en
muy n i ñ o ; 2 l y Zebaj y Salmana dijeron: tomaron p o r su dios a Baal Berit, 34 y n o árboles para ungir un rey que reinase so- lo alto de los montes asechanzas, que des-
«Levántate y mátanos tú, p o r q u e eres u n se acordaron más de Yavé, su Dios, que bre ellos, y dijeron al olivo: Reina sobre pojaban a cuantos pasaban cerca de ellos
valiente». Levantóse Gedeón y los m a t ó , los había librado de los enemigos que los nosotros. 9 Contestóles el olivo: ¿Voy yo por los caminos, y llegó esto a conocimien-
y cogió las lunetas que llevaban al cuello rodeaban. 35 N o se mostraron agradeci- a renunciar a mi aceite, que es m i gloria to de Abimelec.
sus camellos. dos a la casa de Jerobaal (Gedeón), se- ante D i o s y ante los hombres, p a r a ir a 2
* Vino a Siquem Gaal, hijo de Obed,
22
Las gentes de Israel dijeron a Ge- gún el mucho bien que éste había hecho mecerme sobre los árboles? 1 0 Dijeron, con sus hermanos. Los de Siquem pusie-
d e ó n : «Reina sobre nosotros tú, tu hijo p o r Israel. * pues, los árboles a la higuera: Ven tú y ron en él su confianza; * 2 7 y salieron al
y los hijos de tu hijo, pues nos has liber- reina sobre nosotros. " Y les respondió campo, vendimiaron sus viñas, pisaron
tado de las m a n o s de Madián». * 2 3 Res- Abimelec la higuera: ¿Voy a renunciar yo a mis e hicieron gran fiesta; y entrando en la
pondióles G e d e ó n : « N o reinaré yo sobre dulces y ricos frutos p a r a ir a mecerme casa de su dios, comieron y bebieron, mal-
vosotros, ni reinará tampoco mi hijo. Ya- 1
sobre los árboles? 1 2 Dijeron, pues, los ár-
vé será vuestro rey»; 2 4 y a ñ a d i ó : «Voy 9 Abimelec, hijo de Jerobaal, se fue
a Siquem y habló a los hermanos de boles a la vid: Ven tú y reina sobre nos-
diciendo a Abimelec. «¿Quién es Abime-
lec y quién es Siquem— 2 8 dijo Gaal, hijo
a pediros u n a cosa. D a d m e cada u n o de su m a d r e y a toda la familia de la casa otros. 13 Y les contestó la vid: ¿Voy yo a de Obed—para que le sirvamos? ¿No sir-
su botín los arillos de nariz que habéis del padre de su madre, diciéndoles: 2 «Ha- renunciar a mi mosto, alegría de Dios y vieron el hijo de Jerobaal y Zebul, su go-
cogido». Los enemigos, como ismaelitas, blad al oído a todos los varones de Si- d e los hombres, para ir a mecerme sobre bernador, a los hombres de Jamor, padre
llevaban arillos de oro en la nariz. * q u e m : ¿Qué es mejor para vosotros: que los árboles? 1 4 Y dijeron t o d o s los árbo- de Siquem? ¿Por qué entonces vamos a
25
Ellos respondieron: «Con mucho gus- os dominen setenta hombres, todos hijos les a la zarza espinosa: Ven tú y reina so- servirles a ellos nosotros? 29 ¡Quién me
to te los daremos»; y extendiendo un de Jerobaal, o que os domine u n o solo? b r e nosotros. 1 5 Y dijo la zarza espinosa diera este pueblo en mis manos! Y o ex-
manto, fueron echando en él cada uno Acordaos de que 3 yo soy hueso vuestro a los árboles: Si en verdad queréis ungir- pulsaría a Abimelec. Le diría: Refuerza
los arillos del botín. 2 * Y fue el peso de y carne vuestra». Habiendo hablado de m e p o r rey vuestro, venid y poneos a mi tu ejército y sal». 30 Llegaron a oídos de
los arillos de oro que había pedido Ge- él los hermanos de su m a d r e a todos los sombra, y si n o , que salga fuego de la Zebul, gobernador de la ciudad, las pa-
deón de tres mil setecientos siclos de oro, habitantes de la ciudad conforme a aque- zarza espinosa y devore a los cedros del labras de Gaal, hijo de Obed; y montan-
sin contar las lunetas y los pendientes, llas palabras, se inclinó su corazón hacia Líbano. do en cólera, 31 m a n d ó secretamente men-
ni los vestidos de púrpura que llevaban Abimelec, pues se dijeron: «Este es her- 16
A h o r a bien: si al elegir rey a Abime- sajeros a Abimelec a Aruma, para decir-
los reyes de Madián, ni los collares que m a n o n u e s t r o » ; * *y le dieron setenta si- lec habéis o b r a d o bien y justamente; si le: «Mira que ha venido Gaal, hijo de
al cuello llevaban sus camellos. 2 7 Con es- clos de plata de la casa de Baal Berit, con os habéis portado con Jerobaal y su casa Obed, a Siquem con sus hermanos, y está
te oro hizo Gedeón u n efod, que puso en los que asoldó a los hombres vagos y per- c o m o ella merecía — 1 7 pues mi padre com- sublevando a la ciudad contra ti. 3 2 Sal,
su ciudad, en Ofra. T o d o Israel iba a pros- vertidos que le siguieron. 5 Bajó con ellos batió p o r vosotros y, exponiendo su vida, pues, de noche tú y la gente que tienes
a la casa de su padre, a Ofra, y m a t ó a sus
tituirse ante este efod, que fue un lazo os libró del poder de M a d i á n — , 1 8 levan- contigo, y ponte en el campo en embos-
hermanos, los hijos de Jerobaal, setenta
para Gedeón y para su casa. * 2 8 M a d i á n hombres, a todos sobre una misma piedra. tándoos hoy contra la casa de mi padre cada. 33 Por la mañana, al salir del sol,
quedó humillado ante los hijos de Israel Sólo se salvó Jotán, el hijo menor de Je- y m a t a n d o a sus hijos, setenta sobre u n a levántate y cae sobre la ciudad; y cuan-
y n o volvió a levantar la cabeza, quedan- robaal, que pudo esconderse. * 6 Reunié- misma piedra, y haciendo rey de las gen- do Gaal y los que le siguen salgan con-
do la tierra en paz durante cuarenta años, ronse entonces todos los habitantes de tes de Siquem a Abimelec, hijo de u n a tra ti, haz contra ellos lo que puedas».
los días de Gedeón. esclava suya, porque es hermano vues- 34
29 Siquem y t o d o s los de Bet M i l o , y, vi- Levantóse Abimelec y toda la gente que
Jerobaal, hijo de Joás, se volvió a niendo, proclamaron rey a Abimelec jun- t r o ; 1 9 si habéis o b r a d o leal y justamente con él tenía, de noche, y se pusieron en
su casa; 3 0 y tuvo Gedeón setenta hijos, to al terebinto de M u s a b , que está en Si- hoy con Jerobaal y su casa, que haga emboscada cerca de Siquem, divididos en
todos nacidos de él, pues fueron muchas quem. * Abimelec vuestra felicidad y que hagáis cuatro cuerpos. 35 Salió Gaal, hijo de
sus mujeres. 31 U n a concubina que tenía vosotros la suya. 2 0 Pero si no, que salga Obed, a la puerta de la ciudad; y se alzó
22
de Abimelec un fuego que devore a los Abimelec y el cuerpo que con él estaba
Estas palabras del pueblo indican cómo empieza a nacer la idea monárquica en Israel (cf. 1 Sam habitantes de Siquem y de Bet Milo, y de la emboscada. 3 6 Vio Gaal a la gente
8,7: 10,19). Las palabras de Gedeón no significan que él rechace la realeza, sino que quiere ejercerla salga de Siquem y de Bet Milo un fuego
en nombre de Yavé, como simple mandatario suyo. De cómo la haya ejercido no tenemos noticias. y dijo a Zebul: «Mira cómo baja gente
Pero sus 70 hijos no revelan que se ajustase al Deuteronomio 17,17. que devore a Abimelec». de las cumbres de los montes». Y le dijo
24
Las mujeres y aun los hombres solían llevar, como singular adorno, un anillo prendido en Zebul: «Son las sombras de los montes,
la pared central de la nariz o en una de las laterales. Estos anillos, recogidos de los muertos, pide
D e s a s t r o s o fin d e A b i m e l e c que se te hacen h o m b r e s » . 3 7 Volvió a mi-
Gedeón para hacer con ellos un efod. Este le servirá para consultar a Yavé, como vemos en 1 Sam 23, rar Gaal y dijo: «Es gente que baja del
6,9; 3°,7- 21 interior de la tierra y otro cuerpo que
27
Con el efod toma origen el santuario de Ofra, opuesto al santuario nacional y al oráculo del Retiróse Jotán y emprendió la huida,
sumo sacerdote por los urim y tummim; aquí estuvo el escándalo de que nos habla el texto. Sin em- yéndose a Ber, donde habitó, por miedo viene p o r el camino de la Encina de los
bargo, el castigo no viene hasta después del v.33. de Abimelec, su h e r m a n o . adivinos». 38Díjole entonces Zebul:
3 22
! Parece ser el caso, todavía frecuente entre los nómadas del desierto de Moab, de una mujer Tres años dominó Abimelec sobre Is- «¿Dónde está ahora tu boca, con que di-
que no habita en la casa del marido, sino que, por razones particulares, sigue habitando en su propia rael. 2 3 M a n d ó Dios u n mal espíritu entre jiste : ¿Quién es Abimelec para que le sir-
casa. Abimelec y los habitantes de Siquem, e hi- vamos? ¿No es ésa la gente para ti des-
3 5 Este versículo es introducción al capítulo siguiente, que comienza con la matanza de los hijos preciable? Sal, pues, a darle la batalla».
de Jerobaal o Gedeón. cieron traición los habitantes de Siquem
Q 3 Se nota aquí que la madre de Abimelec era de familia bastante influyente en Siquem para que 7se proclame rey, pero más todavía en la proclamación efectiva de Abimelec por los siquemitas.
•* 5aspirar a dar origen a una dinastía en Israel. El apólogo no revela simpatía por el régimen monárquico. Los personajes de valor no quie-
Abimelec pretende inaugurar su reinado matando a sus hermanos, procedimiento muy orien- ren abandonar sus ocupaciones para dedicarse a la vida ociosa de un rey. Sólo el que no hace cosa
tal para
6
eliminar competidores y cortar de raíz guerras civiles (cf. 2 Re 10,11: 11,1 ss.). de provecho acepta la dignidad para molestar a los otros. Tal es la moraleja.
El deseo de Israel de darse un rey, que obtiene satisfacción en tiempo de Samuel, comienza 26
Abimelec había dado muerte a sus setenta hermanos, pero con esto no había extirpado to-
ya a manifestarse después de la victoria de Gedeón (8,22), con el ofrecimiento que hacen a éste de das las posibilidades de sedición.
JUECES 9-10 274 JUECES 10-11
275
39 5e
Salió Gaal, y a la vista de los habitan- uno a su casa. Así hizo caer Dios sobre Israel de Egipto, se apoderó de mi tierra,
tes de Siquem combatió contra Abime- dioses que os habéis d a d o ; que os libren
la cabeza de Abimelec el mal que había ellos al tiempo de vuestra angustia». 1 5 Los desde el Arnón hasta el Jaboc y hasta el
lec, que le puso en fuga. 4 0 Gaal huyó de hecho a su padre asesinando a sus se- hijos de Israel dijeron a Y a v é : «Hemos Jordán. Devuélvemela, pues, ahora pa-
él, y cayeron muchos hasta la puerta de tenta hermanos; 5 7 y sobre las gentes de pecado; castíganos c o m o quieras, pero cíficamente». 1 4 Jefté m a n d ó nuevos men-
la ciudad. 4 1 Abimelec volvió a A r u m a Siquem, todo el mal que habían hecho,
mientras que Zebul impidió a Gaal y los líbranos ahora». 16 Quitaron de en medio sajeros al rey de los hijos de Ammón,
cumpliéndose en ellos la maldición de de ellos los dioses extraños y sirvieron a 15
que le dijeran: «He aqui lo que dice
suyos permanecer en la ciudad. 4 2 Al día Jotán, hijo de Jerobaal.
siguiente salió el pueblo al campo, y lo Yavé, que n o p u d o soportar la aflicción Jefté: Israel no se apoderó de la tierra
supo Abimelec, 43 que, cogiendo su gente, de Israel. de M o a b , ni de la tierra de los hijos de
la había dividido en tres cuerpos, los ha- T o l a y Jair
17
Reuniéronse los hijos de A m m ó n y A m m ó n . 16 C u a n d o Israel subió de Egip-
bía puesto en el campo en emboscada, y acamparon en G a l a d ; y se reunieron tam- to, marchó por el desierto hasta el mar
•I A • Después de Abimelec surgió para bién los hijos de Israel, acampando en Rojo y llegó a Cades. 1 7 Entonces envió
cuando vio que el pueblo salía de la ciu-
*•" librar a Israel Tola, hijo de Fuá, Masfa. 1 8 El pueblo, los jefes de Galad, Israel mensajeros al rey de Edom para
dad, se levantó, arremetió contra ellos,
44 hijo de D o d ó , h o m b r e de Isacar. H a b i t ó se dijeron unos a o t r o s : «¿Quién será el que le dijeran: T e ruego que me dejes
y avanzando Abimelec con el cuerpo
en Samir, en los montes de Efraím. * 2 Juz- que comenzará a combatir a los hijos de pasar por tu tierra; pero el rey de Edom
que le seguía, se puso a la puerta de la ciu-
gó a Israel durante veintitrés años y mu- A m m ó n ? Q u e sea él quien mande a to- no se lo consintió; también se los envió
dad, mientras que los otros dos cuerpos
rió, siendo sepultado en Samir. dos los habitantes de Galad». al rey de M o a b , que rehusó; e Israel se
se extendían por el campo y destrozaban 3
a cuantos en él había. 4 5 Abimelec com- Después de él surgió Jair, de Galad, quedó en Cades. 1 8 Después, marchando
batió a la ciudad durante todo aquel día
y se apoderó de ella, d a n d o muerte a
cuantos allí había; la destruyó y la sem-
4
que juzgó a Israel p o r veintidós años. *
Tuvo treinta hijos, que montaban treinta
asnos y eran dueños de treinta ciudades,
n 1
Era Jefté, el galadita, u n fuerte
guerrero, hijo de u n a meretriz, y
t u v o por padre a Galad. * 2 La mujer de
por el desierto, rodeó la tierra de E d o m
y la tierra de M o a b , y llegó al oriente
de la tierra de M o a b y acampó del lado
bró de sal. llamadas todavía Javot Jair, en la tierra G a l a d dio a éste otros hijos, que cuando de allá del A r n ó n , sin entrar en tierra de
de Galad. 5 M u r i ó Jair y fue sepultado M o a b , pues el A r n ó n es el límite de M o a b .
46 fueron grandes arrojaron de casa a Jefté,
Así que lo oyeron los que estaban en en C a m ó n . 19
diciendo: « N o vas tú a heredar en la Israel envió mensajeros a Seón, rey de
la fortaleza de Siquem, se retiraron a la
torre del templo de El Berit. 4 7 Supo Abi- casa de nuestro padre, pues eres hijo de los amorreos, rey de Hesebón, para decir-
melec que se habían reunido todos los ha- Jcfté otra mujer». 3 Jefté huyó de sus hermanos le: T e ruego que nos dejes pasar p o r tu
bitantes de la fortaleza de Siquem; 4 8 y 6 y habitó en tierra de T o b . Uniéronse con tierra hasta nuestro lugar. 20 Pero Seón
Volvieron los hijos de Israel a hacer
subió al monte Selmón con toda la gente mal a los ojos de Yavé, y sirvieron a los él gentes perdidas, que salían con él. 4 Al no se fio de Israel dejándole pasar p o r
que llevaba; y t o m a n d o en su m a n o un Baales y Astartés, a los dioses de Sidón, c a b o de días hicieron guerra a los hijos su tierra, y reuniendo a toda su gente,
hacha, cortó una rama de u n árbol y se a los de M o a b , a los de los hijos de Ara- de A m m ó n contra Israel; 5 y fueron en- acampó en Jahsa y luchó contra Israel.
la puso al h o m b r o , m a n d a n d o a su gente món, a los de los filisteos, y se apartaron tonces los ancianos de Galad a la tierra 21 Yavé, Dios de Israel, puso a Seón con
que hiciera prestamente lo que le veía de Yavé, no sirviéndole más. * i Encen- de T o d en busca de Jefté 6 y le dijeron: todo su pueblo en las manos de Israel,
hacer a él. 4 9 Cortó, pues, también toda dióse la ira de Yavé contra Israel y los «Ven, serás nuestro jefe en la guerra con- que los derrotó y se apoderó de la tierra
la gente cada uno su r a m a ; y siguiendo a entregó en m a n o s de los filisteos y en tra los hijos de A m m ó n » . 7 Respondió de los amorreos, que habitaban en aque-
Abimelec, las pusieron contra la fortaleza, manos de los hijos de Arrimón, 8 que Jefté a los ancianos de Galad, diciéndoles: lla región. 22 Se apoderó de toda la tierra
y prendiéndoles fuego, la incendiaron, durante dieciocho años oprimieron y afli- «¿No sois vosotros los que m e aborrecéis de los amorreos, desde el A r n ó n hasta el
muriendo allí todos los habitantes de la gieron con gran violencia a los hijos de y m e arrojasteis de la casa de mi padre? Jaboc y desde el desierto hasta el Jordán.
23
fortaleza de Siquem, unos mil entre hom- Israel, a todos los hijos de Israel que ha- ¿A qué venís a mi ahora, cuando os veis Ahora, pues, que Yavé, Dios de Israel,
bres y mujeres. 50 F u e luego Abimelec a bitaban al otro lado del Jordán, en la en aprieto?» 8 Los ancianos de Galad res- desposeyó a los amorreos ante su pueblo
Tebes, que sitió y tomó. 51 Pero había en tierra de los amorreos, en Galad. 9 Los pondieron: «Por eso venimos a ti ahora, Israel, ¿pretendes tú apoderarte de su
Tebes, en medio de la ciudad, una fuerte hijos de A m m ó n pasaron el J o r d á n para p a r a que vengas a combatir con nosotros tierra? 2 4 Eso que Camos, tu dios, te ha
torre, en la que se refugiaron todos los combatir a Judá, a Benjamín y a la casa a los hijos de A m m ó n y seas nuestro jefe dado en posesión, ¿no lo posees tú? ¿Y n o
habitantes de la ciudad, hombres y mu- de Efraím, viéndose Israel muy apretado. y el de todos los habitantes de Galad». vamos a poseer nosotros lo que Yavé,
jeres, y, cerrando tras sí, se subieron a lo 9
Contestóles Jefté: «Si me lleváis con nuestro Dios, nos h a dado en posesión?
alto de la torre. 52 Abimelec llegó a la 1° Clamaron a Yavé los hijos de Israel,
vosotros a combatir contra los hijos de 25 ¿Querrás tu ser mejor que Balac, hijo
torre, la atacó y se aproximó para pegar diciendo: «Hemos pecado contra ti, por- A m m ó n , en el caso de que Yavé m e los de Sefor, rey de M o a b ? ¿Acaso h a dis-
53
fuego a la puerta, y entonces una mujer que hemos dejado a nuestro Dios y hemos
entregue, seré vuestro jefe». i°Dijéronle putado éste a Israel su tierra? ¿Le h a
le lanzó contra la cabeza un pedazo de servido a los Baales». H Yavé dijo a los los ancianos de G a l a d : «Sea Yavé testigo hecho acaso la guerra? 26 Hace trescientos
rueda de molino y le rompió el cráneo. * hijos de Israel: «¿No os he hecho yo entre nosotros si no hiciéremos lo que años que habita Israel en Hesebón y en
54
Llamó él en seguida a su escudero y subir de Egipto? ¿Y los amorreos, ll
y los
dices». 11 Partió Jefté con los ancianos de Jazer y en las ciudades que de ellas de-
le dijo: «Saca tu espada y mátame, para hijos de A m m ó n , y los filisteos, y los
Galad y le hicieron su jefe y caudillo, y penden, lo mismo que en todas las que
que no pueda decirse que me m a t ó una de Sidón y Amalee os oprimieron, y cla-
masteis a mí y os salvé yo de sus manos? repitió Jefté sus palabras en presencia de están a orillas del Jordán. ¿Por qué no
mujer». El joven le traspasó, y murió Abi- 13 las habéis t o m a d o durante todo ese tiem-
melec. 55
Viendo los hijos de Israel que Pero vosotros me habéis dejado a mí Yavé, en Masfa.
12 M a n d ó Jefté mensajeros al rey de po? 27 Y o n o te he hecho mal alguno;
había muerto Abimelec, fuéíonse cada p a r a servir a dioses 1 4extraños. Por eso
no os libraré ya m á s . Id e invocad a los los hijos de A m m ó n , que le dijeran: «¿Qué pero tú obras mal conmigo, haciéndome
hay entre ti y mí para que hayas venido la guerra. Que Yavé sea juez y juzgue hoy
53
La muerte de Abimelec nos trae a la memoria la de Saúl (i Sam 31,4) y la de Seba (2 Sam contra mí a combatir la tierra?» * 1 3 El entre los hijos de Israel y los hijos de
20,21 S.). rey de los hijos de A m m ó n respondió a A m m ó n » . 28 El rey de los hijos de A m -
1 los mensajeros de Jefté: «Cuando subió m ó n desoyó lo que Jefté le m a n d ó a decir.
1 A" De Tola, originario de Isacar, pero morador de los montes de Efraim, no se cuenta nin-
guna hazaña guerrera: tal vez fue un hombre bueno e inteligente, que como arbitro adminis-
•1 1 l Los expositores encuentran obscuro el origen de Jefté, hijo de una meretriz y de padre
traba3 justicia, a la manera de Débora, bajo una palmera, entre Betel y Rama (4,5). Cf. Introducción.
Lo mismo debemos pensar de Jair, de quien tenemos noticias por Núm 32,41: Dt 3,14; ' desconocido. Lo que sacamos en claro es que era galadita y que, desechado de su pueblo,
Jos 13,30: 1 Par 2,22. 10 abandonó, yéndose a Tob, al norte de Galad. Allí reunió una tropa y se dio a hacer algaras contra
6
Otra vez la prevaricación, pero aquí es más universal. El castigo viene sobre la región de Ga- las tribus del desierto, con lo que se hizo famoso. Hallándose en grave aprieto, sus paisanos se acor-
lad, en la TransJordania, y es un hijo de esa tierra el llamado a reconquistar la libertad. Los opreso- daron12
de él.
res son esta vez los amonitas solos. Como buen capitán, Jefté quiere arreglar las cosas por vías de paz antes de acudir a las ar-
mas. Parece que el motivo del conflicto era cosa de fronteras
JlTEClíS 11-12 277 JUECES 12-13
276
21
El espíritu de Yavé fue sobre Jefté, y Elón, de Zabulón, y fue sepultado en marido. 1 0 Corrió ella en seguida a anun-
G u e r r a civil e n t r e e f r a i m í t a s Ayalón, en tierra de Zabulón. ciárselo a su marido, diciéndole: «El h o m -
pasando por Galad y Manases, llegó hasta
Masfa de Galad, y de Masfa de Galad y galaditas 13
Después de él juzgó a Israel A b d ó n , bre que vino a mí el otro día acaba de
paso a retaguardia de los hijos de Arri- 1 hijo de Hilel, de Faratón. 1 4 T u v o cua- aparecérseme». n Levantóse M a n u é , y si-
Los hijos de Efraím se reunieron,
m ó n . * 30 j e f t é h i z o v o t o a Y a v é _ d i c i e n d o .
<<M pones en mis m a n o s a los hijos de
12 y, pasando a Safón, dijeron a Jefté: renta hijos y treinta nietos, que m o n t a b a n
sobre setenta asnos. Juzgó a Israel durante
guiendo a su mujer, fue hacia el h o m b r e y
le dijo: «¿Eres tú el que has hablado a
«¿Por qué fuiste a combatir a los hijos
A m m ó n , 31 e i q U e a m¡ v u e i t a > C U a n d o de A m m ó n sin habernos llamado a com- ocho años, 1 5 murió y fue sepultado en esta mujer?» El respondió: «Yo soy».
12
venga yo en paz de vencerlos, salga de las batir contigo? Vamos a pegar fuego a tu F a r a t ó n , en el m o n t e d e Efraím, en tierra Repuso M a n u é : « C u a n d o tu palabra se
puertas de mi casa a mi encuentro será de casa». * 2 Jefté les respondió: «Estaba yo d e Salim. cumpla, ¿qué hay que guardar y qué
Yavé y se lo ofreceré en holocausto». y estaba mi pueblo en gran contienda con habremos de hacerle?» 1 3 El ángel de Yavé
^ A v a n z ó Jefté contra los hijos de A m - los hijos de A m m ó n . Entonces os llamé Sansón. Su nacimiento dijo a M a n u é : «La mujer, que se abstenga
m ó n y se los dio Yavé en sus manos, yo, pero n o m e habéis librado vosotros de cuanto le he d i c h o : 14 que no tome
33 1
batiéndolos desde Aroer hasta según de sus manos. 3 Viendo que n o había 1 4 Volvieron los hijos de Israel a nada de cuanto procede de la vid, n o
se va a Menit, veinte ciudades, y hasta quien m e librase, puse mi vida en mis 1 O hacer el mal a los ojos de Yavé, y beba vino ni o t r o licor inebriante y n o
Abel Queramim. Fue una gran derrota, manos, marché contra los hijos de A m - Yavé los dio en m a n o s de los filisteos coma n a d a i n m u n d o ; cuanto le mandé
y los hijos de A m m ó n quedaron humi- món, y Yavé me los entregó. ¿Por qué, durante cuarenta años. * ha de observarlo». 15 M a n u é dijo al án-
2
llados ante los hijos de Israel. pues, venís hoy a hacerme la guerra?» H a b í a u n h o m b r e de Sora, de la fa- gel de Y a v é : «Te ruego que permitas que
4 te retengamos mientras te traemos pre-
Reunió Jefté a todas las gentes de Galad milia de D a n , de n o m b r e M a n u é . Su
L a hija d e Jefté y libró batalla contra Efraím, y los h o m - mujer era estéril y no le había d a d o hijos. * parado u n cabrito». * 1* El ángel de Yavé
3
bres de Galad derrotaron a los de Efraím, El ángel de Yavé se apareció a la mujer dijo a M a n u é : «Aunque me retengas, n o
34 Al volver Jefté a Masfa, salió a re- que decían de ellos: «Vosotros, galaditas, y le dijo: «Eres estéril y sin hijos, pero comería tus manjares; pero si quieres
cibirle su hija con tímpanos y danzas. sois huidos de Efraím; ni sois de Efraím vas a concebir y parirás u n hijo. 4 Mira, preparar u n holocausto, ofréceselo a Ya-
Era su hija única, n o enía más hijos ni ni de Manases». 5 Los galaditas se a p o - vé». M a n u é , que no sabía que era el
hijas. * ^s A I verla rasgó él sus vestiduras pues, que n o bebas vino ni licor alguno
deraron de los vados del Jordán, enfrente inebriante ni comas n a d a i n m u n d o , 5 pues ángel de Yavé, 1 7 le dijo: «¿Cuál es tu
y dijo: «¡Ah, hija mía, me has abatido de Efraím; y cuando llegaba alguno de
del todo y tú misma te has abatido al vas a concebir y a parir u n hijo, a cuya nombre, para que te honremos cuando
mismo tiempo! H e abierto mi boca a
los fugitivos de Efraím, diciendo: «De- cabeza n o ha de tocar la navaja, porque tu palabra se cumpla?» 1 8 El ángel de
j a d m e p a s a r » , le p r e g u n t a b a n : «¿Eres será nazareo de D i o s el niño desde el Yavé le respondió: «¿Para qué me pre-
Yavé sobre ti y no puedo volverme atrás». efraimita?» Respondía: «No». * Entonces
36 vientre de su m a d r e y será el que primero guntas mi nombre, que es admirable?»
Ella le dijo: «Padre mío, si has abierto ellos le decían: «A ver, di: schibbolet», y
tu boca a Yavé, haz conmigo lo que de librará a Israel de la m a n o de los filis- 1 9 M a n u é t o m ó el cabrito y la oblación
él decía sibbolet, pues n o podían p r o n u n - teos». 6 F u e la mujer y dijo a su m a r i d o : para ofrecerlo a Yavé en holocausto sobre
tu boca salió, pues te ha vengado Yavé ciar asi. Los hombres de Galad le cogían
de tus enemigos, los hijos de A m m ó n » . « H a venido a mí u n h o m b r e de Dios. la roca, y sucedió un prodigio a la vista
37
y le degollaban junto a los vados del Tenía el aspecto de u n ángel de Dios muy de M a n u é y su mujer. 2 0 C u a n d o subía la
Y a ñ a d i ó : «Hazme esta gracia: Déjame Jordán. Murieron entonces cuarenta y dos
que p o r dos meses vaya con mis compa- temible. Y o no le pregunté de dónde llama de sobre el altar hacia el cielo, el
mil hombres de Efraím. venía ni me dio a conocer su nom- ángel de Yavé se puso sobre la llama del
ñeras p o r los montes, llorando mi virgi- 7
nidad». 38 «ve», le contestó él, y ella se Juzgó a Israel Jefté, galadita, durante bre, 7 pero m e dijo: Vas a concebir y a altar. Al verlo M a n u é y su mujer, cayeron
fue p o r los montes con sus compañeras seis años, y murió, siendo sepultado en parir u n hijo. N o bebas, pues, vino ni rostro a tierra 2 1 y ya no vieron más al
y lloró p o r dos meses su virginidad. * una de las ciudades de Galad. o t r o licor inebriante y n o comas nada ángel de Yavé. Entendió entonces M a n u é
39
Pasados los dos meses volvió a su casa i n m u n d o , porque el niño será nazareo que era el ángel de Yavé, 2 2 y dijo a su
y él cumplió en ella el voto que había de Dios desde el vientre de su m a d r e hasta mujer: «Vamos a morir porque hemos
hecho. N o había conocido varón. * 4<> D e Abesán, Elón y Abdón el día de su muerte». 8 Entonces M a n u é visto a Dios». 2 3 La mujer le contestó:
ahí viene la costumbre en Israel de que 8 o r ó a Yavé, diciendo: « D e gracia, Señor: «Si Yavé quisiera hacernos morir, n o
Después de él fue juez en Israel Abe- que el h o m b r e de D i o s que enviaste venga habría recibido de nuestras m a n o s el h o -
cada a ñ o se reúnan las hijas de Israel
sán, de Belén. * 9 Tuvo treinta hijos y locausto y la oblación, ni nos hubiera
para llorar a la hija de Jefté, galadita, p o r otra vez a nosotros para que nos enseñe
treinta hijas. Casó a éstas con gente de hecho ver todo esto, ni oir hoy todas
cuatro días. lo que h e m o s de hacer con el niño que
fuera, y trajo de fuera mujeres para sus
hijos. io Juzgó a Israel siete años, murió h a de nacer». 9 Oyó Dios la oración de estas cosas». *
24
y fue sepultado en Belén. M a n u é y volvió el ángel de Dios a la Parió la mujer un hijo y le dio el
H Después de él juzgó a Israel Elón, mujer de M a n u é c u a n d o estaba ésta sen- n o m b r e de Sansón. Creció el niño, y
| de Zabulón, durante diez a ñ o s ; 1 2 murió tada en el c a m p o y no estaba con ella su Yavé le bendijo, * 2 $ y comenzó a mos-
0 t El pecado es el de siempre, y es causa de la larga servidumbre a que los someten los filis-
29
Descartada la solución pacífica, Jefté se resuelve a emprender la guerra. No otra cosa signi-
fica esa acción del espíritu de Dios sobre él. A pesar de su vida anterior, le guía un espíritu religioso,
1 ** teos, instalados en la llanura de la costa, fuertes y con deseos de añadir a los ricos frutosde
su tierra los frutos de la región montañosa. Abundantes en cereales, no tenían ni vino, ni aceite,
y hace un voto a Yavé si le da la victoria. Las palabras con que está formulado parecen indicar que ni higos, cosas todas que en la montaña se dan con abundancia (Núm 13,24).
la materia
34
del voto será una persona de su familia. 2
Por todo este capítulo se ve que Sansón fué un hijo de bendición, nacido de madre estéril y
Alegres las doncellas, salen las primeras a recibir al vencedor, yendo a la cabeza la hija de predestinado por Dios para luchar por la liberación de Israel del poder de los filisteos, viviendo toda
Jefté, hija única. El padre se duele, como es natural: pero ni él ni la joven dudan un momento sobre su vida en aquel estado de consagración legal que en la Ley se llama nazareato. Este estado impli-
el cumplimiento
38
del voto ( n , 3 i ; Dt 12,31; Jer 7,31: 19,5). caba tres cosas: «la navaja no tocará su cabeza» (v.5), «no tome nada de cuanto produce la vid» y «no
39
Siempre era considerado una desgracia morir sin dejar descendencia. toque nada inmundo» (v.14). Era una santidad legal, uno de aquellos elementos que San Pablo
Son muchos los intérpretes que explican este sacrificio como simbólico, no real. Sin em- llama sin virtud (Gal 4,9), sin provecho para quienes los practican (Heb 13,9).
bargo, toda la descripción que del voto y de su cumplimiento se hace parece convencer de que Jefté 15
El buen matrimonio toma al ángel por un varón de Dios y quiere mostrarse agradecido,
realmente sacrificó su hija a Yavé- De aquí no se deduce que el acto fuera legítimo: fue contra obsequiándole como a huésped de honor. El ángel obra como el de Gedeón (6,17 ss.).
toda ley. Ni parece esto de extrañar, dado el ambiente religioso-moral que Israel respiraba y de que 23
muchas veces se dejó inficionar. 24
La mujer se muestra más inteligente y sensata que su marido en esta respuesta.
Sansón es entre los jueces un caso enteramente singular. No es el héroe que acaudilla al pue-
•JO 1 Otra vez los efraimítas muestran su altivez, considerándose con derecho a intervenir en blo y le lleva a la victoria. Es él solo quien realiza sus hazañas contra los filisteos, que oprimían a los
• ^8 todas partes. Esta vez su pretensión les salió mal. israelitas del mediodía. Su fuerza extraordinaria estaba ligada a su consagración como nazareo,
Abesán de Belén es otro como Tola (10,1) de quien no se cuenta hazañaguerrera y que debió cuyo signo principal es el no tocar la navaja a la cabeza del consagrado, y la conservación, por tanto,
de ser hombre bueno y juez inteligente y probo. Igual hemos de decir de los siguientes, Elón y Abdón. de su cabellera. Cuando perdió ésta, perdió su fuerza. Y la causa de la pérdida fue el amor de las
mujeres.
JUECES 13-15 278 JUECES 15-16
279
trurse en él el espíritu de Yavé en el c a m p o «Del que come salió lo que se come, y del
de D a n , entre Sora y Estaol. con cola, y puso entre ambas colas una tú el que p o r la m a n o de tu siervo has
fuerte, la dulzura». Tres días pasaron sin
tea. * 5 Encendió luego las teas y soltó a hecho esta gran liberación; ¿voy a caer
que pudieran descifrar el enigma. * '5 Lle-
las zorras en las mieses de los filisteos, ahora, muerto de sed, en la mano de los
B o d a d e S a n s ó n c o n u n a fílistea gó el día séptimo. A la mujer de Sansón
abrasando los montones de gavillas, los incircuncisos?» 1 9 Y abrió Yavé el pilón
1 le habían dicho: «Persuade a tu marido
Bajó Sansón a Timna y vio allí a que te dé la solución del enigma; si trigos todavía en pie y hasta los olivares. que hay en Leji y b r o t ó de él agua. Bebió,
14 u n a mujer de entre las hijas de n o , te quemaremos a ti y la casa de tu 6 Los filisteos se preguntaban: «¿Quién ha
hecho esto?» Y se les dijo: «Ha sido San-
se recobró y vivió, y la llamó por eso la
fuente de En Hacore, que es la que hay
los filisteos;* 2 y cuando volvió a subir padre. ¿Nos habéis invitado p a r a robar-
dijo a su padre y a su m a d r e : «He visto nos?» i 6 Ella lloraba y le decía: «Me són, el yerno del timneo, porque éste le todavía en Leji. * 2 " Sansón juzgó a Is-
en T i m n a una mujer de las hijas de los aborreces; has propuesto un enigma a ha quitado su mujer y se la ha dado a un rael, en tiempo de los filisteos, durante
compañero suyo». Los filisteos subieron veinte años. *
filisteos; id a tomármela por mujer». 3 Di- los hijos de mi pueblo y no quieres expli-
y la quemaron a ella y a la casa de su pa-
jéronle su padre y su m a d r e ; «¿Acaso no cármelo a mí». El le respondió: « N o se lo dre. 7 Sansón les dijo: «¿Esto habéis he-
hay mujeres entre las hijas de tus herma- he explicado ni a mi padre ni a mi madre, 1 fi * ^ u e Sansón a Gaza, donde había
cho? Pues yo no pararé hasta vengarme ^ " u n a meretriz, a la cual entró. * 2 Se
nos y entre todo tu pueblo p a r a que vayas ¿y voy a explicártelo a ti?» n Así le había de vosotros». 8 Y les tundió ancas y mus-
tú a t o m a r mujer de los filisteos, incir- estado llorando durante los siete días del les dijo a las gentes de G a z a : «Ha venido
los, haciendo en ellos un gran destrozo, y aquí Sansón». Y le cercaron y estuvieron
cuncisos?» Repuso Sansón y dijo a su convite; pero el séptimo día tanto lo se bajó luego a la caverna del roquedo
p a d r e : «Tómame ésa, pues me gusta». importunó, que él dio la explicación y toda la noche en acecho cerca de la puerta
4 de Etam. 9 Subieron entonces los filisteos de la ciudad. Se estuvieron tranquilos du-
Su padre y su m a d r e no sabían que ella se la comunicó a los hijos de su y acamparon en Judá, extendiéndose por
aquello venía de Yavé, que buscaba una pueblo. 1 8 Los de la ciudad dijeron a rante la noche, diciéndose: «Al alba le
Leji. i° Los de J u d á les preguntaron: mataremos». 3 Sansón estuvo acostado
ocasión de parte de los filisteos, que eran Sansón el día séptimo, antes de la puesta «¿Por qué habéis subido contra nosotros?»
los que entonces oprimían a Israel. 5 Bajó I del sol: hasta media noche. A media noche se le-
Ellos respondieron: «Hemos venido a atar vantó, y cogiendo las dos hojas de la
Sansón a Timna, cuando al llegar a los |' «¿Qué más dulce que la miel? a Sansón para tratarle como él nos ha puerta de la ciudad, con las jambas y el
olivares de Timna le salió al encuentro ¿Qué más fuerte que el león?» tratado a nosotros».* 1 ! Bajaron, pues, cerrojo, se las echó al hombro y las llevó
un joven león rugiendo. * 6 Apoderóse de El les contestó: tres mil hombres de Judá a la caverna a la cima del monte que mira hacia He-
Sansón el espíritu de Yavé; y sin tener «Si n o hubierais arado con mi novilla, del roquedo de Etam y dijeron a Sansón: brón.
nada a m a n o , destrozó al león como se N o hubierais descifrado mi enigma». «¿No sabes que los filisteos nos dominan?
destroza un cabrito. N o dijo n a d a a su 19
Apoderóse de él el espíritu de Yavé; ¿Por qué nos has hecho eso?» El les res-
padre ni a su madre de lo que había he- y bajando a Ascalón, m a t ó allí a treinta p o n d i ó : «He hecho con ellos como ellos Dalila
7
cho. Bajó y habló a la mujer que le hombres, los despojo y dio las túnicas h a n hecho conmigo». 12 Ellos repusieron: 4
había gustado. 8 Tiempo después, bajan- a los que habían descifrado el enigma. « H e m o s bajado para atarte y entregarte Después amó a una mujer del valle
do para desposarse con ella, se desvió p a r a M u y enfurecido, se subió a casa de sus a t a d o en manos de los filisteos». Sansón de Sorec, de nombre Dalila. * 3 Los prín-
respondió: «Jurad que no vais a matar- cipes de los filisteos subieron a ella y la
ver el cadáver del león, y vio que había padres. 2 0 L a mujer de Sansón fue entre-
me», w Ellos le dijeron: « N o ; solamente dijeron: «Sedúcele para saber en qué está
un enjambre de abejas con miel en la gada a uno de los mozos que le habían su gran fuerza y cómo podríamos apo-
osamenta del león. 9 Cogióla con sus ma- servido de compañeros. * a atarte para entregarte a los filisteos;
pero no te mataremos». Y atándole con derarnos de él, para atarle y castigarle.
nos y siguió andando y comiendo; y Si lo haces, te daremos cada uno mil cien
cuando llegó a su padre y a su madre, 1 t 1 dos cuerdas nuevas, le hicieron subir al
Al c a b o de días, al tiempo de la roquedo. 14 Llegados a Leji, los filisteos siclos de plata». Dijo, pues, 6 Dalila a
les dio de ella, sin decirles que la había * «* siega, fue Sansón a visitar a su mu- Sansón: «Dime, te ruego, en qué está tu
cogido de la osamenta del león, y ellos jer, llevando un cabrito, y dijo: «Quiero le salieron al encuentro, lanzando gritos
d e júbilo. Apoderóse entonces de él el gran fuerza y con qué habrías de ser ata-
la comieron. u> Bajó, pues, Sansón a casa entrar a mi mujer en su cámara». 2 Pero do para sujetarte». ~> Sansón respondió:
de la mujer, y Sansón dio allí u n banquete, el padre le negó la entrada, diciendo: espíritu de Yavé, y las cuerdas que a los
brazos tenía fueron como hilos de lino «Si me atasen con siete cuerdas húmedas,
según la costumbre de los m o z o s . u Y por- «Yo creí que la habías aborrecido ente- que no se hubieran secado todavía, m e
quemados por el fuego; las ligaduras ca-
que le temían, invitaron a treinta mozos ramente, y se la he entregado a tu compa- yeron de sus m a n o s , i 5 y viendo cerca una quedaría sin fuerzas y seria como otro
p a r a a c o m p a ñ a r l e . 1 2 S a n s ó n les d i j o : ñero. Su hermana menor es m á s hermosa quijada de asno fresca, la cogió y derrotó hombre cualquiera». 8 Subiéronle los prín-
«Quisiera que m e permitierais proponeros todavía que ella. Tómala p o r mujer en lu- con ella a mil hombres. 16 Dijo Sansón: cipes de los filisteos las siete cuerdas hú-
un enigma. Si dentro de los siete días del gar suyo». 3 S a n s ó n le dijo: «Ahora, ya medas, sin secar todavía, y ella le ató con
convite m e lo descifráis acertadamente, sin culpa de mi parte contra los filisteos, ellas. 9 C o m o tenía en su cuarto gentes en
yo tendré que daros treinta camisas y podré hacerles daño». «Con una quijada de asno los he apo- acecho, le gritó: «¡Sansón, los filisteos
treinta túnicas; " p e r o si n o podéis des- rreado bien; sobre ti!» El rompió las cuerdas como
cifrármelo, seréis vosotros los que habréis Con una quijada de asno he m a t a d o a se rompe un cordón de estopa cuando se
de darme a mí treinta camisas y treinta Hazañas de Sansón mil hombres». le pega fuego, y quedó desconocido el se-
17
túnicas». Ellos le dijeron: «Propon tu 4 Y dicho esto, tiró la quijada y llamó creto de su fuerza.
Se fué, y cogiendo trescientas zorras a aquel lugar R a m a t Leji. 18 D e v o r a d o
enigma, que lo oigamos». " E l les dijo: y teas, ató a las zorras dos a dos, cola 10
por la sed, clamó a Yavé, diciendo: «Eres D a i i l a dijo a Sansón: «Te has bur-
j ¿ ' L a conducta de Sansón dista mucho de ajustarse a la Ley. Esta, efectivamente, prohibfa 4
• ^ insistentemente las uniones con los habitantes de Canán, y los filisteos no estaban exceptua-
dos. Hablan, pues, los padres inspirados en la Ley. Ni hay motivo para suponer una inspiración
1 TT
J
Todavía hoy abundan en esta región los chacales, que por las noches hacen oir sus au-
llidos.
divina en quien el texto sagrado nos muestra tan poco respetuoso de la Ley de Dios en esta parte. 10 Este modo de proceder los de Judá nos dice bien claro que Sansón obra por cuenta propia,
Pero el Señor se aprovechaba de aquel capricho de Sansón y le daba ocasión para empezar la obra a aunque
19
en beneficio del pueblo, que, acobardado, no se atrevía a hacer con él causa común.
que le tenia destinado. De una roca en forma de mortero, que por ello llevó después ese nombre, bro-
5 tó una fuente, que San Jerónimo señalaba aún en su época.
David, que no tenia fuerza de gigante, dice que habla muerto un oso y un león (i Sam 34,35). 20 Se ve el sentido que aquí tiene la palabra juzgar a Israel: luchar o defender al pueblo como
Los chacales, abundantes en la región, habían dado buena cuenta de sus carnes, y las abejas, en la vengador suyo contra los filisteos.
época de las flores, habian podido fabricar en pocos días su panal.
14
El episodio anterior ofreció a Sansón materia para este precioso enigma. Los orientales gus- "| £ i Este episodio nos muestra la baja moralidad de Sansón, a pesar de su nazareato. Pero,
taban mucho de este juego, como se ve por i Re io,i. ' ^4 con todo, prosigue su obra contra los filisteos.
2° En los Jueces abunda mucho esa idea del espíritu de Vavé, que expresa un impulso para Este capítulo es el que más nos muestra el lado flaco de Sansón. Un héroe como él aparece
realizar alguna hazaña en beneficio del pueblo y en favor de su liberación. Sansón realiza ésta y rendido a los pies de una mujer, que le está traicionando y revelando a sus enemigos el secreto de
sus otras hazañas como «vengador del pueblo», ultrajado. su fuerza.
JUECES 16
280 281 JUECES 17-18
lado de mí y me has engañado. Dime, Culto cismático Conquista de Lais
Prisión de Sansón
pues, ahora, con qué hay que a t a r t e » . ' i El
le dijo: «Si me atan con cuerdas nuevas 21 Cogiéronle los filisteos, le sacaron los
que n o hayan sido empleadas para nin- ojos y, llevándole a Gaza, le encadena-
gún otro uso, me quedaré sin fuerzas y r o n con doble cadena de bronce, y en
n 1
Había u n h o m b r e de los montes
de Efraím, Mica de n o m b r e . 2 Dijo
éste a su m a d r e : «Los mil cien siclos de
J O 1 En aquellos días la tribu de D a n
* O andaba buscando dónde establecer-
se, pues n o le había tocado hasta en-
seré como otro h o m b r e cualquiera». >2 D a - la cárcel le pusieron a hacer dar vueltas plata que habías puesto aparte, por los tonces heredad en medio de las otras
lila cogió cuerdas nuevas y lo ató con a la muela. * 22 Entre tanto, volvieron a que te oí lamentarte a veces, yo los ten- tribus de Israel. * 2 M a n d a r o n , pues, los
ellas. Después le gritó: «¡Sansón, los filis- crecerle los pelos de la cabeza, después go, yo te los quité». 3 D ijóle su m a d r e : hijos de D a n de entre los suyos a cinco
teos sobre ti!», pues tenía en el cuarto de haber sido r a p a d a 2i Los príncipes «Bendito de Yavé seas, hijo mío». D e - exploradores, hombres fuertes; los man-
gentes en acecho. El rompió como un de los filisteos se congregaron para ofre- volvió, pues, los mil cien siclos de plata daron de Sora y de Estaol para que re-
hilo las cuerdas que tenía en los brazos. cer un gran sacrificio a Dagón, su dios; a su madre, que dijo: «Quiero consa- corriesen la tierra y la explorasen, di-
13 grar a Yavé este dinero y que de mi m a n o
D a l i l a dijo a Sansón: «Hasta ahora te y para regocijarse decían: «Nuestro dios ciéndoles: «Id a reconocer la tierra». Lle-
has burlado de mí y no me has dicho h a puesto en nuestras m a n o s a Sansón, pase a m i hijo, para que se haga u n a ima- garon los cinco hombres por los montes
m á s que mentiras. D i m e de una vez con nuestro enemigo». * 24 El pueblo, al ver- gen tallada y chapeada. Ahí, pues, te la de Efraím, hasta la casa de Mica, y pa-
qué hay que atarte». El le dijo: «Si en- le, alababa a su dios, diciendo: «Nuestro entrego». saron allí la noche. 3 Estando cerca de
tretejes con un lizo las siete trenzas de dios ha puesto en nuestras m a n o s a nues- 4
H a b i e n d o , pues, devuelto él a su ma- la casa de Mica, conocieron por la voz
mi cabeza y las fijas con una clavija de tro enemigo, al que asolaba nuestra tie- dre el dinero, t o m ó su m a d r e doscientos al joven levita; y acercándose a él, le
tejedor, me quedaré sin fuerzas y seré rra y m a t ó a tanta gente». 25 C u a n d o su siclos y se los dio a u n orífice, y éste preguntaron: «¿Quién te h a traído a ti
como otro hombre cualquiera». 1 4 D a l i l a corazón se alegró, dijeron: «Que traigan hizo u n a imagen tallada y chapeada, que aquí? ¿Qué haces aquí y qué tienes aquí?»
4
le adormeció y entretejió con un lizo a Sansón para que nos divierta». 26 San- quedó en la casa de M i c a ; * 5 y así un El les contestó: «Mica h a hecho por
las siete trenzas, las fijó con ia clavija són fue sacado de la cárcel y tuvo que h o m b r e c o m o Mica vino a tener u n a mí esto y lo otro, y m e he ajustado con
de tejedor y le gritó: «¡Sansón, los filis- bailar ante ellos. Habíanle puesto entre casa de Dios. Hízose también u n efod y él y le sirvo de sacerdote». 5 Ellos le di-
teos sobre ti!» Y despertando de su sue- las columnas, y Sansón dijo al mozo u n o s terafim, y llenó la m a n o de u n o de jeron: «Entonces consulta a Dios p a r a
ñ o , arrancó la clavija y el entretejido, y que le hacía de lazarillo: «Déjame tocar sus hijos p a r a que hiciera de sacerdote. que sepamos si prosperará el viaje que
quedó desconocido el secreto de su fuerza. las columnas que sostienen la casa para 6
N o había entonces rey en Israel y ha- hemos emprendido». * 6 y les dijo el
1 5 Ella le dijo: «¿Cómo puedes decir apoyarme». cía cada u n o lo que bien le parecía. sacerdote: «Id tranquilos; está ante Yavé
que me quieres, cuando tu corazón no 7 el camino que seguís». 7 Reemprendieron
está conmigo? Por tres veces te has bur- U n joven de Belén de Judá, de n o m -
su camino los cinco hombres y llegaron
lado de mí y no me has descubierto en bre Jonatán, levita, que habitaba allí, *
8 a Lais. Vieron que la gente de ella vivía
qué está tu gran fuerza». 16 Y le importu- Su última venganza saliendo d é l a ciudad de Belén de J u d á ,
en seguridad, a m o d o de los sidonios,
naba incesantemente, siempre insistiendo se puso a recorrer la tierra para buscar
27 Estaba la casa llena de hombres y pacífica y tranquilamente, sin que nadie
en su demanda, hasta llegar a producirle mujeres. Allí estaban los príncipes de los d ó n d e vivir; y pasando p o r los montes
dañase a nadie, y que eran ricos y esta-
un tedio de muerte. 17 Y le abrió de filisteos, y había sobre el techo m á s de d e Efraím, llegó en su camino a la casa
b a n alejados de los sidonios y no tenían
d e Mica. 9 Preguntóle M i c a : «¿De dónde
par en par su corazón, diciendo: «Nunca tres mil personas, hombres y mujeres, relación con la Siria. * 8 Volviéronse, pues,
ha tocado la navaja mi cabeza, pues soy viendo bailar a Sansón. 2 8 Entonces in- vienes?», y el levita le contestó: «Soy
a sus hermanos, a Sora y Estaol, que les
nazareo de D i o s desde el vientre de mi vocó Sansón a Yavé, diciendo: «Señor, de Belén de Judá y a n d o a ver si encuen-
preguntaron: «¿Qué traéis?» Ellos con-
t r o dónde vivir». lODíjole M i c a : «Qué-
madre. Si me rapasen, perdería mi fuer- Yavé, acuérdate de m í ; devuélveme la testaron: 9 «Hemos ido y recorrido el
za, quedaría débil y sería como todos fuerza sólo p o r esta vez, para que ahora date conmigo y me servirás de padre y
país hasta Lais y hemos visto u n pueblo
los otros hombres». 18 Dalila vio que en m e vengue de los filisteos p o r mis dos d e sacerdote. T e daré diez siclos de plata
que m o r a tranquilo según las costumbres
verdad le había abierto de par en par ojos». 29 Sansón se agarró a las dos co- al año, vestidos y comida». Y p a s ó allí
de los sidonios, alejado de éstos y sin
su corazón; y mandó llamar a los prín- lumnas centrales que sostenían la casa; el levita la noche y 11 consintió en que-
comunicación con la Siria. Subamos lue-
cipes de los filisteos, diciéndoles: «Subid, y haciendo fuerza sobre ellas, sobre la darse con Mica, para quien fue el joven
go contra ellos. Hemos visto la tierra
que esta vez ya me ha abierto de par en una con la m a n o derecha, sobre la otra c o m o otro hijo. 1 2 Llenó, pues, Mica la
y es muy buena. ¿Os estáis quietos? N o
par su corazón». Subieron, llevando el con la m a n o izquierda, 30 dijo: «¡Muera m a n o del levita, y el joven hizo con él
dilatéis la ida p a r a apoderarnos de esa
dinero en sus manos. 19 Le durmió ella yo con los filisteos!» Tan fuertemente de sacerdote, quedándose en casa d e
tierra. 10 Daréis con un pueblo que vive
sobre sus rodillas, y llamando un hom- sacudió las columnas, que la casa se Mica. 13 Dijo Mica: «Ahora sí que d e
seguro. L a tierra es amplia y Dios la
bre, hizo que raparan las siete trenzas h u n d i ó sobre los príncipes de los filisteos cierto me favorecerá Yavé, pues tengo
h a puesto en vuestras manos. Es u n a
p o r sacerdote a un levita». N o h a b í a p o r
de la cabellera de Sansón, que comenzó y sobre todo el pueblo que allí estaba, tierra que produce de todo». n Salieron,
a debilitarse. Había perdido su fuerza, siendo los muertos que hizo al morir aquel entonces rey en Israel.
pues, de Sora y de Estaol seiscientos
20y e lla le dijo entonces: «¡Sansón, los m á s que los que había hecho en vida. hombres de las familias de D a n , armados
filisteos sobre ti!» El se despertó, dicien- 31 Sus hermanos y toda la casa de su en guerra; 1 2 y subieron, acamparon en
d o : «Saldré como tantas otras veces y padre bajaron y se lo llevaron, y le se- Quiriat-Jearim, de Judá, por lo cual se
me sacudiré», pues no sabía que Yavé pultaron entre Sora y Estaol, en la se-
se había apartado de él. pultura de M a n u é , su padre. Juzgó a
4
Israel durante veinte años. *
1 y* Este relato nos da a conocer los orígenes del santuario de Dan, famoso en la historia de
Israel (1 Re 12,29). Fue en la montaña de Efraím donde Mica erigió un santuario domés-
21 tico 7con su (dolo, su efod y sus terafim, para el que consagró sacerdote a su hijo.
Como en Roma, en Oriente los criminales eran condenados a dar vueltas a un molino. Según Aquí se presenta este levita en busca de medios de vida y se pone al servicio de Mica para
los LXX en Jer 52,11, el último rey de Judá, Sedéelas, habría sido sometido a esta misma pena en
Babilonia actuar de sacerdote en vez del hijo. Mica se muestra muy satisfecho, esperando que el ministerio
23 de un levita sea más grato a Yavé que el de su hijo (1 Re 12,31).
Dagón, mencionado luego en i Sam 5,2 ss., era el dios de la federación íilistea, y en su tem-
plo se reúnen todos para celebrar una fiesta de acción de gracias por ia prisión de Sansón, reducido •f O l Nos hallamos-antes de la institución de la monarquía, y la tribu de Dan, instalada al prin-
a la impotencia. El mismo dios tenía otro templo en Azoto, mencionado en i Sam 5,i ss. y i Mac lo, ' ° cipio dentro de los términos de Judá, se ve forzada a emigrar, sin duda por las incursiones
84: 11,4. Era Dagón o Dagán una antigua divinidad de los amorreos venerada luego en toda la de los filisteos (Jos 19,40 ss.).
5
Mesopotamia y que representaba el grano de trigo, y con esto la fertilidad de la tierra. Se comprende Por aquí vemos el interés que tenía para Mica su santuario doméstico. El sacerdote consul-
que tal divinidad tuviera muchos devotos en la fértil llanura de los filisteos. taba al Señor a petición de los fieles, y no hemos de creer que lo hacía sin alguna remuneración
31 (1 Sam 3,7 ss.; Mt 16,19).
A pesar de lo sucedido, los filisteos no se oponen a que el cadáver de Sansón reciba honrosa 7
sepultura entre los suyos. Era para los antiguos cosa muy grave privar de sepultura aun a los ene- Lais, junto a una de las fuentes del Jordán, debía de pertenecer a los sidonios; pero hallándo-
migos (Dt 28,26; Ez 29,5). se lejos de ellos y sin contacto con la Siria (LXX), podía ser sorprendida y atacada con facilidad.
JUECES 18-19 283 JUECES 19
282
llamó hasta hoy este lugar Majarte D a n , más tu voz, si n o quieres que hombres tole su suegro, el padre de la joven, y limite septentrional de los montes de
al occidente de Quiriat-Jearim. 13 Pasaron irritados se arrojen sobre vosotros y pier- se quedó allí p o r tres dias, comiendo, Efraím, de donde soy yo. Había ido a Be-
de allí a los montes de Efraím y llegaron das tu vida y la de los de tu casa». 26 Pro- bebiendo y pasando la noche allí. 5 Al lén de Judá y voy a mi casa, pero nadie
hasta la casa de Mica. I 4 Los cinco hom- siguieron los hijos de D a n su camino; Cuarto día se levantó de m a ñ a n a y se m e admite en su casa. 1 9 Sin embargo,
bres que habían ido a explorar la tierra y Mica, viendo que eran más fuertes que dispuso a m a r c h a r ; pero el padre de tenemos paja y forraje para los asnos, y
de Lais dijeron a sus hermanos: «¿Sa- él, se volvió y tornó a su casa. 2 7 Lle- la joven dijo a su yerno: «Toma antes también p a n y vino p a r a mi, para tu sier-
béis que en esta casa hay un efod, y váronse, pues, lo que habia hecho Mica u n bocado de p a n , para refocilarte, y va y p a r a el mozo que acompaña a tus
terafim, y una imagen tallada y chapea- y el sacerdote que tenía; y marcharon luego partirás». ' Sentáronse ambos y co- siervos; n o necesitamos nada». 2 0 El an-
da? Ved vosotros lo que se ha de hacer». * contra Lais, contra el pueblo tranquilo y mieron y bebieron; y el padre de la joven ciano le dijo: «Sea contigo la paz; de
15
Pasaron adelante; y entrando en la confiado, y los pasaron a filo de espada dijo al m a r i d o : «Anda, quédate hoy a cuanto te es necesario te proveeré y o ; n o
casa del joven levita, la casa de Mica, y prendieron fuego a la ciudad. 2 8 N o pasar aquí la noche alegremente». 7 Le- te quedes en la plaza». * 2 1 Hízolos en-
le preguntaron por su salud. 16 Los seis- hubo quien la librara, por lo lejos que vantóse el marido p a r a marcharse, pero trar en su casa y dio forraje a los asnos.
cientos hombres de los hijos de D a n , estaba Sidón y p o r no tener relación le instó su suegro, y se quedó a pasar Laváronse los pies los viajeros y después
armados en guerra, se quedaron a la con la Siria. Estaba en el valle que se la noche allí. 8 Levantóse de m a ñ a n a el comieron y bebieron. 2 2 Mientras estaban
entrada de la puerta. " S u b i e r o n los cin- extiende hacia Bet Rejobot. Los hijos de día quinto, p a r a emprender la m a r c h a ; refocilándose, los hombres de la ciudad,
co exploradores y entraron para apode- D a n reedificaron la ciudad y habitaron y le dijo el padre de la joven: «Anda, gente perversa, aporrearon fuertemente la
rarse del efod, de los terafim y de la ima- en ella, 2 9 y la llamaron D a n , del nombre t o m a u n refrigerio y diferid la marcha puerta, diciendo al anciano, dueño de la
gen chapeada, mientras estaba el sacer- de su padre, hijo de Israel, pues antes hasta el caer del d í a » ; y se pusieron a
dote a la entrada de la puerta con los casa: «Sácanos al h o m b r e que h a entrado
se llamaba Lais. comer juntos. 9 Levantóse el marido p a r a
seiscientos hombres armados en guerra. en tu casa para que le conozcamos». *
marcharse él, la concubina y el m o z o ; 23
pero el suegro, el padre de la joven, le El dueño de la casa salió a ellos y les
18
Después que entraron en la casa de dijo: «Mira, comienza ya a caer la tar- dijo: « N o , hermanos míos; n o hagáis tal
Mica, se apoderaron del efod, de los te- C u l t o s a c r i l e g o e i l e g í t i m o e n D a n d e ; anda, pasad la noche aquí, que el maldad, os lo p i d o ; pues que este h o m -
rafim y de la imagen tallada y chapea- 30
Los hijos de D a n se erigieron la día se acaba y a ; pasa aquí la noche, que bre ha entrado en mi casa, n o cometáis
da, les dijo el sacerdote: «¿Qué hacéis?» imagen tallada de Mica; Jonatán, hijo se te alegre el corazón, y m a ñ a n a os le- semejante crimen. 2 4 Aquí están mi hija,
19
Ellos le dijeron: «Cállate; ponte la ma- de Gersón, hijo de Moisés, él y sus hijos, vantáis bien temprano para volveros a tu que es virgen, y la concubina de él; yo
no en la boca, vente con nosotros y fueron sacerdotes de la tribu de D a n casa». 10 El marido rehusó pasar allí la os las sacaré fuera para que abuséis de
serás nuestro padre y nuestro sacerdote. hasta el tiempo de la emigración de D a n . * noche, se levantó y partió. Llegó frente a ellas y hagáis con ellas como bien os pa-
¿Qué te es mejor, ser sacerdote de la 31 Permaneció entre ellos la imagen ta- Jebús, que es Jerusalén, con el par de as- rezca; pero a este hombre no le hagáis
casa de un solo hombre o serlo de una llada de Mica, que él se había hecho, nos y la concubina, n C u a n d o estaban semejante infamia». 2 5 Aquellos hombres
tribu y de una familia de Israel?» 2Í> Alé- todo el tiempo que estuvo en Silo la cerca de Jebús, el día había ya bajado no quisieron escucharle, y entonces el le-
gresele al sacerdote el corazón, y cogien- casa de Dios. * m u c h o , y dijo el mozo a su a m o : «Será vita cogió a su concubina y la sacó fuera.
do el efod, los terafim y la imagen ta- mejor que nos desviemos hacia la ciudad La conocieron y estuvieron abusando de
llada, se fue con aquella gente. * 21 Pu- de los jebuseos para pasar allí la noche». ella toda la noche, hasta la mañana, de-
siéronse en marcha de nuevo, llevando C r i m e n d e los d e G u e b a d e 12
El a m o le respondió: « N o , n o torcere- jándola al romper la aurora. 2 6 Al venir
por delante a los niños, a los animales Benjamín mos hacia u n a ciudad extraña, en la que la mañana, cayó la mujer a la entrada de
y las cosas de precio; 22
y estaban ya n o hay hijos de I s r a e l ; 1 3 lleguemos a Gue- la casa donde estaba su señor, y allí que-
lejos de la casa de Mica, cuando éste y 1
Q ! Sucedió por aquel tiempo, cuan-
»* do no había rey en Israel, que un
los hombres que habitaban las casas ve- levita que peregrinaba en el límite sep-
b a » ; y a ñ a d i ó : «Anda, vamos a acercar-
n o s a u n o de esos dos lugares, y pasare-
dó hasta que fue de día. 2 7 Su marido se
levantó de m a ñ a n a y abrió la puerta de
cinas de la de Mica se reunieron para tentrional de los montes de Efraím to- m o s la noche en Gueba o en Rama». * la casa para salir y continuar su camino,
salir en persecución de los hijos de Dan. m ó por mujer a una concubina de Belén 1 4 Prosiguieron la marcha, y al ponerse y vio que la mujer, su concubina, estaba
23
Gritaron a los hijos de D a n ; y éstos, de Judá. * 2 Se disgustó con él la con- el sol llegaron cerca de G u e b a de Ben- tendida a la entrada de la casa con las
volviendo la cara, dijeron a Mica: «¿Qué cubina y le dejó para irse a la casa de su jamín. 15 T o r n a r o n , pues, hacia allá para manos sobre el umbral. 2 S El le dijo:
te ocurre, para que nos vengas dando padre, a Belén de Judá, donde se estuvo pasar la noche en Gueba. Entraron y se «Levántate y vamonos»; pero nadie res-
voces?» 2 4 El contestó: «Mi dios, el que por espacio de cuatro meses. 3 Su marido, sentaron en la plaza de la ciudad; y n o pondió. Púsola entonces el marido sobre
yo he hecho, me lo habéis quitado junto llevando consigo un mozo y dos asnos, h u b o quien los admitiera en su casa para su asno y partió para su lugar. 29 Llegado
Con el sacerdote, y os marcháis. ¿Qué se encaminó donde ella estaba, para ha- pasar en ella la noche. * 1 6 Llegó en esto a su casa, cogió un cuchillo y la concu-
me queda entonces? ¿Y todavía me pre- blarle al corazón y reducirla. Hízole en- u n anciano, que venía de trabajar en el bina y partió miembro por miembro, en
guntáis qué me ocurre?» * 25 Dijéronle trar ella en la casa de su padre, que al c a m p o ; era un h o m b r e de los montes de doce trozos, que m a n d ó por toda la tierra
los hijos de D a n : «No nos hagas oir verle salió muy contento a recibirle. 4 Ins- Efraím que se hallaba en G u e b a ; los ha-
de Israel. * 3 0 Y a los enviados encargó
b i t a n t e s del l u g a r e r a n b e n j a m i n i t a s .
14
17
C u a n d o , al levantar los ojos, vio al via- que dijeran a todos los israelitas: «¿Se h a
El efod aquí no es una vestidura sacerdotal, como en Ex 28,6 ss., sino el instrumento de visto jamás tal cosa desde que los hijos
consultar a Dios, de que se habia en 1 Sam 14,18 ss. jero en la plaza de la ciudad, le d i j o :
20 «¿Adonde vas y de dónde vienes?» 1 8 El de Israel subieron de Egipto hasta el pre-
El levita se alegra, entreviendo una situación más honrosa en la futura ciudad de Dan. El
Deuteronomio nos pre^nta a los levitas llevando siempre una vida pobre (12,12.18: 18,6). le contestó: «Vamos de Belén de Judá al sente? Miradlo bien, deliberad y resol-
24
Mica llama su dios a la estatua de Yavé que le hablan llevado. No hay motivo para pensar ved». A su vista decian t o d o s : «Jamás h a
que se refiriese a los falsos dioses: era una estatua en que había querido representar a Yavé, contra
el segundo precepto del Decálogo (Ex 20,4 ss.; Dt 5,8 ss.). 13
Los viajeros pasan de largo por Jerusalén, que estaba todavía en poder de los jebuseos, y
30
Sólo una porción de la tribu de Dan emigró hacia el norte y fundó eí santuario con el ídolo siguen en busca de hospedaje en una ciudad israelita al norte de Jerusalén.
y sacerdote de Mica, mientras que Jonatán, descendiente de Moisés, había desempeñado el sacer- 1s
Sentados en la plaza, esperan que alguien les ofrezca hospedaje. La hospitalidad era un deber
docio
31
en la tribu hasta los días de la emigración. Así leen los LXX cód. A. sagrado en la antigüedad y lo es hoy en las tribus del desierto (Gen r8,3 ss.; 19,1 ss.).
El objeto de este pasaje parece ser darnos a conocer el origen histórico del santuario que, 20
El anciano efraimita, cumpliendo los deberes de la hospitalidad, empieza a poner de relieve
contra la Ley, erigieron los danitas en la ciudad de Lais, en el cual puso después Jeroboam uno de la mala condición de los habitantes de Gueba. No son hospitalarios (Job 31,32)-
los becerros que alzó; la gran prevaricación con que Jeroboam hizo prevaricar a Israel (1 Re 12,28). 22
El anciano pone ante los ojos de los criminales la ofensa que hacen a la ley déla hospitalidad.
1 Q * Los episodios que a continuación se relatan muestran cuánto había cundido en Israel El huésped es siempre sagrado. Para evitar su injuria ofréceles la hija. Entre dos males elige el que
* ** la corrupción, hasta llegar a ser Gueba una nueva Sodoma. Este crimen lo castiga la Ley a sus ojos es menor (cf. Gen 19,1 ss.).
29
con la muerte. El haber aprobado toda la tribu a la ciudad criminal agrava todavía el pecado (Rom 1, Lo hecho por el levita con el cadáver de su mujer (20,6) se parece a lo que hizo Saúl con sus
32) y explica lo cruento de la represión, que llega casi al total exterminio de Benjamín. bueyes, aunque sin la amenaza (1 Sam 11,17).
JUECES 19-20 284
285 JUECES 20-21
sucedido cosa parecida ni s« ha visto tal demos muerte y extirpemos el mal de
desde que los hijos de Israel subieron de en medio de Israel»; pero los benjamini- que toda41 la ciudad subía en fuego hacia
Egipto hasta hoy». tas no accedieron a la demanda de sus Derrota y casi total extinción de los
benjaminitas el cielo. Diéronles entonces la cara los
hermanos, los hijos de Israel;* í 4 y sa- hijos de Israel; y los de Benjamín, ate-
O A i Salieron, pues, los hijos de Is- liendo de sus ciudades, se reunieron en 27
« " rael, desde Dan hasta Berseba y la Por entonces estaba allí el arca de rrados ante el desastre que se les venía
región de Galad, y se reunieron como un
Gueba para combatir contra los hijos de la alianza de Dios; 28 y Fines, hijo de encima, 42 volvieron las espaldas ante los
Israel, w Los hijos de Benjamín que, sa- Eleazar, hijo de Arón, servía ante ella. hijos de Israel y emprendieron la huida,
solo hombre en Masfa, delante de Yavé. * lidos de sus ciudades, se reunieron enton- Preguntaron, pues: «¿Marcharé todavía camino del desierto; pero la batalla los
Guerra de Israel contra Benjamín bres ces en Gueba, fueron veintiséis mil hom- otra vez para combatir a los hijos de Ben- apretaba y los que venían de la ciudad
2
de guerra, sin contar los habitantes jamín, mi hermano, o debo desistir?» Ya- los exterminaron. 43 Cercaron a Benjamín,
Los jefes de todo el pueblo y todas de Gueba. 16 Había, de entre éstos, sete- vé respondió: «Marcha,29 que mañana lo le persiguieron sin descanso, le44aplastaron,
las tribus de Israel estuvieron presentes cientos hombres escogidos, zurdos, todos pondré en tu mano». Israel puso en hasta el oriente de Gueba. Dieciocho
en la asamblea del pueblo de Dios; cua- capaces de lanzar con la honda una pie- torno a Gueba una emboscada; 30 y al mil hombres cayeron de Benjamín, todos
trocientos mil hombres de a pie, armados. dra contra un cabello sin errar el blanco.
3 tercer día subieron los hijos de Israel gente valiente. 45 De entre los que huían
Supieron los de Benjamín que los hijos 17 El número de los hijos de Israel reuni- contra los hijos de Benjamín, y se orde- hacia el desierto, hacia la roca de Rimón,
de Israel habían subido a Masfa. Los hi- dos, no contando a los de Benjamín, fue naron en batalla ante Gueba, como las mataron los de Israel por las subidas cin-
jos de Israel dijeron: «Sepamos cómo se de cuatrocientos mil; todos hombres de otras veces. 51 Los hijos de Benjamín sa- co mil, y siguieron persiguiéndolos hasta
ha cometido el crimen». * 4 Tomó enton- guerra. lieron al encuentro del pueblo, dejándo- acabar con ellos, y mataron otros mil.
18
ces la palabra el levita, marido de la mu- Levantáronse, pues, los hijos de Is- se arrastrar lejos de la ciudad. Comenza- 46
El número total de los de Benjamín
jer que había sido muerta, y dijo: «Yo rael y subieron a Betel, y consultando a ron a herir y matar gente en el campo, que perecieron aquel día fue de veinticin-
había entrado en Gueba de Benjamín con Dios, preguntaron: «¿Quién subirá pri- como las otras veces, en los dos caminos, co mil hombres de guerra, todos valien-
mi concubina para pasar allí la noche. mero a combatir a los hijos de Benja-
5 de los cuales el uno sube a Betel y el otro tes. 47 Seiscientos hombres de los que em-
Los habitantes de Gueba se levantaron mín?» Respondió Yavé: «Judá subirá el a Gabaón, unos treinta hombres de Is- prendieron la huida hacia el desierto y
contra mí y rodearon de noche la casa primero». * 19 Pusiéronse en marcha de rael. -,2 Los hijos de Benjamín se decían: pudieron llegar a la roca de Rimón per-
donde estaba, con intención de matarme; mañana los hijos de Israel y acamparon «Derrotados ante nosotros como antes». manecieron allí durante cuatro meses.
hicieron fuerza a mi concubina, hasta de- contra Gueba. 20 Avanzaron los hijos de Y los hijos de Israel dijeron: «Huyamos 48
Los hijos de Israel se volvieron sobre
jarla muerta. 6 La cogí y la corté en tro- Israel para combatir a los de Benjamín, y atraigámoslos sobre estos caminos, le- Benjamín y pasaron a filo de espada las
zos, que mandé por todo el territorio de y se pusieron en orden de batalla contra jos de la ciudad»; y abandonando todos ciudades, hombres y ganados y todo cuan-
la heredad de Israel, porque han 7cometi- ellos delante de Gueba. 2l Salieron los sus posiciones, se pusieron en orden de to hallaron, e incendiaron cuantas ciuda-
do un crimen infame en Israel, Todos hijos de Benjamín de Gueba, y echaron batalla en Baal Tamar. 33 Los embosca- des encontraron.
estáis aquí, hijos de Israel; deliberad y de- por tierra en aquel día a veintidós mil dos de Israel, al occidente de Gueba, se
cidid aquí mismo». 8 Y poniéndose el pue- hombres de Israel. 22 Los hombres de Is- echaron fuera de su puesto; 3 4 y llegaron O í 1 Los hombres de Israel habían ju-
blo todo en pie, como un solo hombre, rael hiciéronse fuertes y presentaron nue- contra Gueba diez mil hombres escogi- « A rado en Masfa, diciendo: «Ningu-
dijeron: «No vuelva nadie a9 sus tiendas vamente batalla en el mismo lugar don- dos de todo Israel. El combate fue duro, no de nosotros dará 2por mujer su hija a
ni se vaya nadie a su casa. * Lo que hay de se pusieron el primer día; 23 habían pues los hijos de Benjamín no se dieron uno de Benjamín». * Vino el pueblo de
que hacer 10con Gueba es ir contra ella a subido antes a llorar ante Yavé, hasta la cuenta35del gran desastre que les amena- Betel y estuvo allí ante Dios toda la tar-
la suerte. Tómense de todas las tribus tarde, y habían consultado, diciendo: zaba. Yavé batió a Benjamín ante Is- de. Alzando su voz, lamentábase grande-
de Israel diez hombres por cada ciento, «¿Marchamos todavía a combatir a Ben- rael, y los hijos de Israel mataron aquel mente, diciendo: 3 «¿Por qué, ¡oh Yavé,
ciento por cada mil y mil por cada diez jamín, nuestro hermano?»; y Yavé había día veinticinco mil cien hombres de Ben- Dios de Israel!, ha sucedido que en Israel
mil; que vayan en busca de víveres para respondido: «Marchad contra él». 24 Acer- jamín, hombres de guerra. * 3S Viéronse venga hoy a faltar una tribu?» * 4 Al día
la gente; y cuando estén de vuelta, que cáronse, pues, los hijos de Israel a los hi- derrotados los hijos de Benjamín, y se siguiente, levantándose de mañana, alza-
sea tratada Gueba de Benjamín confor- jos de Benjamín el segundo día; 2 5 y sa- dieron cuenta de que Israel había cedi- ron allí un altar, ofrecieron holocaustos
me a la infamia que ha cometido en Is- lieron a su encuentro en Gueba los hijos do terreno ante ellos porque confiaba en y hostias pacíficas, 5 y se preguntaron:
rael», ti Quedáronse, pues, reunidos en de Benjamín, y echaron por tierra esta la emboscada que había puesto contra «¿Quién de entre las tribus de Israel no
torno a la ciudad todos los hijos de Israel, vez a dieciocho mil hombres de los hijos Gueba. 37 Los emboscados se echaron rá- ha subido a la asamblea de Yavé?» Por-
unidos como un solo hombre. 12 Habían de Israel, todos hombres de guerra. 26 Su- pidamente sobre la ciudad y, avanzando que habían jurado solemnemente contra
enviado las tribus de Israel mensajeros bió todo el pueblo, todos los hijos de Is- contra ella, la pasaron a filo de espada. quien no subiera ante Yavé a Masfa, di-
a todas las familias de Benjamín, que les rael, a Betel; y allí lloraron ante Yavé, 38
Los hijos de Israel habían convenido ciendo: «Será castigado con la muerte».
6
dijeran: «¿Qué crimen es13este que se ha ayunaron aquel día hasta la tarde y ofre- con los de la emboscada en una señal, di- Los hijos de Israel se compadecían de
cometido entre vosotros? Entregad lúe cieron holocaustos y hostias pacíficas ante ciendo: «Haced subir de la ciudad una Benjamín y su hermano, y se decían:
go a los perversos de Gueba para que les I Yavé. Luego consultaron a Yavé. * gran nube de humo». 39 Al verla los hijos «Hoy 7 ha sido amputada de Israel una
Ort 1 Desde este punto se nos presenta otra concepción del pueblo, muy distinta de la que de Israel, simularon la fuga. Los de Ben- tribu. ¿Qué haremos por ellos para pro-
" • " domina hasta aquí. Antes veíamos a las tribus obrar con independencia unas de otras; ahora jamín habían ya matado unos treinta curar mujeres a los que se quedan? Por-
obran de común acuerdo. El número de los hombres y su organización concuerda también con hombres y se decían: «Helos ahí batidos que hemos jurado por Yavé no darles por
la que nos presentan el Éxodo, el Levítico y los Números (Ex 12,37; Núm 1,46; 26,51). mujeres nuestras hijas». 8 Dijéronse, pues:
3
Masfa, el sitio de la reunión, es una ciudad de la tribu de Benjamín, en los confines de Efraím, ante 4nosotros, como en la primera bata-
cerca de Betel. Hasta en la época macabea se conservaba la memoria de ser ciudad santa (1 Sam 7, lla». o Cuando la nube de humo comen- «¿Hay alguno entre las tribus de Israel
5; Jer8 40,6.8; 1 Mac 3,46; 5,35). zó a alzarse como una columna sobre la que no haya subido ante Yavé a Mas-
El pueblo en masa se pone en pie y, como un solo hombre, resuelve hacer justicia. ciudad, volvieron los ojos atrás y vieron fa?» Y ninguno de Jabes Galad había ve-
13
Se piden los culpables para castigarlos al tenor de la Ley. Pero como los benjaminitas hacen 35
causa común con los culpables, a ellos se extenderá el castigo (cf. Dt 17,1 ss.). La derrota de los benjaminitas fue completa, y el número de los muertos en la batalla está,
18 como en las otras, en armonía con los censos del Pentateuco. Quedaron con vida sólo seiscientos,
En Masfa debía de haber un altar, pero no modo de consultar a Yavé. Para esto suben a
Betel, que estaba cercano. La consulta versa no sobre si han de hacer la guerra, sino sobre quién la que se salvaron en la roca de Rimón, hacia el desierto. El resto de la población benjaminita habría
ha de dirigir. Esta es la causa de la derrota. La pregunta y la respuesta nos traen a la memoria las perecido en un espantoso anatema.
de 1,1.
26 0M1 * Masfa es el sitio de la concentración y de las deliberaciones, mientras que Betel es el lugar
En el V.18 fue en Betel donde la consulta tuvo lugar, y es también en Betel donde ayunan ~ 3 de la oración (20,3.18.26).
y ofrecen sacriñcios. La victoria sobre un hermano es causa de llanto. Hay que reparar la desgracia, sin faltar al
juramento de que se habla en 21,1.
RUT
286
nido al campo, a la asamblea. * 9 Hicie- mujeres nuestras hijas, porque los hijos 287 RDT 1-2
ron un recuento del pueblo, y n o se halló de Israel h a n jurado diciendo: Maldito
ninguno de Jabes Galad. 1 0 Entonces en- quien dé a los de Benjamín su hija p o r fenecida. Aunque no parece que sea esto lo que preocupa al autor, sino el darnos a
vió contra ellos la asamblea doce mil mujer». 19 Y dijeron: «Cerca está la fiesta conocer la ascendencia del rey David.
hombres de los m á s valientes con esta de Yavé, que de año en a ñ o se celebra en Del autor de este precioso librito nada sabemos, ni aun de la época en que fue
o r d e n : «Id y pasad a filo de espada a los Silo»—ciudad situada al norte de Betel, escrito.
habitantes de Jabes Galad, con sus muje- al oriente del camino que de Betel sube a
res y niños. n Pero habéis de hacer así: Siquem y al mediodía de Lebona—. * STTMARTO Elimelec en Moab (1,1-6). Vuelta a Belén de Noemí, su
Anatematizar a todo h o m b r e y a toda 2 0 Y dieron a los de Benjamín esta o r d e n : viuda (1,6-22). Rut en el campo de Boz (2). Rut, mujer
mujer que haya conocido varón». 1 2 H a - 2 1 «Id y poneos en emboscada en las de Boz (3-4).
llaron entre los habitantes de Jabes Galad viñas. Estad atentos, y cuando veáis salir
cuatrocientas jóvenes vírgenes que n o h a - a las hijas de Silo para danzar en coro,
bían conocido varón compartiendo su le- salís vosotros de las viñas y os lleváis Rut noche estuviere casada y tuviera hijos,
cho, y las llevaron al campo de Silo, en la cada u n o a una de ellas p a r a mujer, y os 1
¿ibais a esperar vosotras hasta que fueran
Al tiempo en que gobernaban los
tierra de Canán. 1 3 M a n d ó entonces toda volvéis a la tierra de Benjamín. 2 2 Si los
la asamblea mensajeros que hablaran a padres o los hermanos vienen a recla-
I jueces, hubo hambre en la tierra; y
grandes? 13 ¿Ibais por eso a dejar de vol-
ver a casaros? N o , hijas mías; mi pena
salió de Belén de Judá un hombre con es m á s grande que la vuestra, porque
los hijos de Benjamín, que estaban en márnoslas, les diremos: Dejadlos en paz,
su mujer y dos hijos para habitar como pesa sobre mí la m a n o de Yavé». 1 4 Y al-
la roca de Rimón, y les ofrecieran la paz. pues con las de Jabes Galad tomadas en
14 extranjero en los campos de Moab. * 2 Lla- zando la voz, se pusieron otra vez a llorar.
Volvieron los de Benjamín entonces, y guerra n o ha habido una para cada uno,
mábase el hombre Elimelec; la mujer, Después Orfa besó a su suegra; pero R u t
se les dieron por mujeres las que habían y n o habéis sido vosotros los que se las
Noemí, y los dos hijos, Majalón el u n o se abrazó a ella. 15 Noemí le dijo: «Mira:
« i h > » , - J S r / i " " ' " . " ' " " "*?*, " « ^ i » " y n o nacéis sido vosotros ios que se las y Quelyón el o t r o ; efrateos, de Belén de
lari ™.,~ " ue'as/nuJeres d
« Jabes Ga- h a b é i s d a d o > e sólo
tu cuñada se h a vuelto a su pueblo y a
Judá. Llegaron a la tierra de M o a b y su dios; vuélvete tú como ella».* ' 6 R u t
? a n t e S entonces seríais habitaron allí. 3 Murió Elimelec, marido
ssee compadecía
c o m n a d e c de, ^ ^Benjamín,
' " H P "había
' porque * t o culpables». 23 Hicieron así entre
los hijos de le respondió: « N o insistas en que te deje
»e compadecía
abierto Yavé unade Ben amin.
brecha en Doraue a Benjamín,
h a bde
las tribus „ . „ , . . . . y cogieron
. de
. las
, que de Noemí, y se quedó la mujer con los y me vaya lejos de ti; donde vayas tú,
Israel; 16 y los ancianos de la asamblea se danzaban una cada u n o , llevándoselas y dos hijos, 4 que habían tomado mujeres iré y o ; donde mores tú, moraré y o ; tu
preguntaron: «¿Cómo haremos p a r a pro- volviéndose a su heredad. Reedificaron moabitas, una de n o m b r e Orfa y la otra pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi
curar mujeres a los de Benjamín, puesto las ciudades y habitaron en ellas. Rut. Permanecieron allí por unos diez D i o s ; " d o n d e mueras tú, allí moriré y
24
que sus mujeres h a n sido muertas?» " Y Fuéronse entonces los hijos de Israel años 5 y murieron ambos, Majalón y Quel- seré sepultada yo. Que Yavé me castigue
decían: «Quede en Benjamín la heredad cada uno a su tribu, a su familia, vol- yón, quedándose la mujer sin hijos y sin con dureza si algo, fuera de la muerte,
" e los que h a n escapado, para que n o viendo todos a su heredad. ( 2S ) N o había marido. me separa de ti». 1 8 Viendo que R u t es-
desaparezca una de las tribus de Israel entonces rey en Israel y hacía cada u n o taba decidida a seguirla, cesó Noemí en
pero nosotros n o podemos darles p o r I lo que bien le parecía P i e d a d filial d e R u t sus instancias. " Juntas hicieron el camino
6
Levantóse la mujer con sus dos nue- hasta llegar a Belén; y cuando entraron,
acud• f " e t a ^ e confirma la concepción antes mencionada en 20,i; todos estaban obligados a ras para dejar la tierra de M o a b , pues toda la ciudad se conmovió al verlas, y las
exce^'A , c o J l v o c a t o r i a - Situación bien distinta de la anterior. Jabes es condenada al anatema, con mujeres se decían: «¿Es ésta Noemí?»
i» p o?, l a se ds °ncellas, que reservan para los benjaminitas (Núm 31.18). había oído decir que había mirado Yavé 20
a su pueblo, dándole pan. 7 Salió con Y ella les contestaba: « N o me llaméis
Prescrit 1 t a b a e l tabernáculo, y ahí se celebraba la fiesta anual, sin duda una de las tres más N o e m i ; llamadme Mará, porque el
buian a ]S Pres° raur L e ^ ' ^ x 2 3 , 1 4 .' 34,23)- La solución es digna de un buen casuista. Con ella contri- las dos nueras del lugar donde estaba y
en i„, TL f ación de la tribu destruida, que pronto volverá a levantar cabeza, según veremos emprendió el camino para volver a la Omnipotente me h a llenado de amar-
24 4? r o s d e Sai ™el. tierra de Judá. 8 Y dijo Noemí a sus dos gura. 2 1 Salí con las manos llenas, y Yavé
ticia.
a s excesos
!ü .. • — . .^clamaban la institución
- V H U U O U U U la J H O l l t U t l u i J de una autoridad que impusiera el orden y la jus- nueras: «Andad, volveos cada una a la me h a hecho volver con las manos vacías.
•jue tanto se echaban de menos en Israel. casa de vuestra madre, y que os haga ¿Por qué, pues, habríais de llamarme m á s
Yavé gracia, como la habéis hecho vos- Noemí, una vez que Yavé da testimonio
otras c o n los muertos y conmigo. * 9 Que contra mí y m e h a afligido el Omnipo-
os dé Yavé hallar paz cada una en la casa tente?»
22
de su marido». Y las besó. Alzando la Así se volvió Noemí con R u t , la
voz, pusiéronse a llorar 10 y le decían: moabita, su nuera, y vino de la tierra
« N o ; nos iremos contigo a tu pueblo». de M o a b , llegando de los campos de
11
Noemí les dijo: «Volveos, hijas mías; M o a b a Belén cuando comenzaba la sie-
R V ¿para qué habéis de venir conmigo? ¿Ten- ga de las cebadas.
go por ventura todavía en mi seno hijos
que puedan ser maridos vuestros? 12 Vol- R u t e s p i g a n d o e n l o s c a m p o s d e B o z
veos, hijas mías; andad. Soy ya demasiado
vieja para volver a casarme. Y aunque me 1 Tenía Noemí un pariente por parte
necPY e 1 "' en ' a s colecciones antiguas, suele ir unido con el de los Jueces, por perte-
l a a misma época.
quedara todavía esperanza y esta misma 2
de su marido, Elimelec, h o m b r e p o -
•I l Esta introducción muestra, de una parte, las condiciones climatológicas de Canán, donde
de ia 5 °ro de Rut un verdadero idilio, en que se pintan las costumbres familiares * no era rara la sequía, que traía como consecuencia el hambre y la emigración (Gen 12,10;
Canán "" < -" o m o tantas veces hemos visto descender a Egipto a los moradores de 26,1 ss.; 42,51): de otra parte, la familiaridad de los hebreos con los otros pueblos, aun con aque-
en
casó apret,ad°s P°r la sequía y el hambre, así vemos aquí una familia betlemita, llos con quienes la Ley se mostraba más dura (Dt 23,3).
8
en Noemí no entraba en el número de las suegras de mala fama, sino en el de aquellas de quienes
aquelim^ante' ^uscar a s l ' ° en ' a región de Moab. Y no debía de encontrarse mal dijo 13Jesús: «He venido a separar al hombre de su padre..., a la nuera de su suegra» (Mt 10,35).
muere ét' f ^ 0 ' cuan^° deja Pasar ' o s años sin acordarse de volver a Belén. Allí se Cada pueblo tenía sus dioses. Así habla aquí Noemí y después Rut, en conformidad con
^ cabo d % ' - familia, allí se casan y se mueren también sus dos jóvenes hijos. la concepción antigua, a la que alude Jeremías cuando reprende la apostasía de Judá: «Id hasta las
ta
islas de los quititas y ved si jamás sucedió cosa como ésta: ¿Hubo jamás pueblo alguno que cambiase
mbién •* j l e ^ años' ' a madre, Noemí, resuelve tornar a su tierra, y con ella vuelve su dios, con no ser dioses ésos? Pues mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que de nada vale»
CUa C a e
' , en 1/ t j* ^ P^dad hacia su suegra, una de sus nueras, Rut, la moabita, la (2,10 s.). Orfa, volviéndose a su pueblo, se vuelve a los dioses de Moab, y Rut, incorporándose a
Israel, se une al pueblo de Yavé y entra en la ascendencia del Mesías.
" " de la ley del levirato, estaba destinada a dar vida a una familia ya
289 RUT 3-4
HtTT 2-8
que a sus pies estaba acostada una mu- ancianos de la ciudad que están aquí
deroso, de n o m b r e Boz. * 2 Dijo R u t a sin decirle n a d a » . « Estuvo espigando R u t
Noemí: «Si quieres, iré a espigar al campo en el campo hasta p o r la tarde; y después jer, * 9 y preguntó: «¿Quién eres tú?» Ella sentados. Si quieres usar de tu derecho
respondió: «Soy Rut, t u sierva; extiende de levirato, u s a ; y si no quieres, mani-
donde m e acojan benévolamente»; y Noe- de batir lo que había espigado, había
tu m a n t o sobre tu sierva, pues tienes so- fiéstalo p a r a que yo lo sepa, pues no hay
mí le dijo: «Ve, hija mía». ' Fue, pues, como u n efá de cebada, 18 Cogiólo y se
bre ella el derecho del levirato». 10 El nadie que antes que tú tenga ese derecho;
R u t , y se puso a espigar en un c a m p o de- volvió a la ciudad, y mostró a su suegra
dijo: «Bendita de Yavé seas, hija mía; después de ti vengo yo». El respondió:
trás de los segadores. Diose precisamente lo que había espigado. Sacó también lo tu proceder h a sido a lo último mejor «La compraré». 5 B o z le dijo: «Al com-
el caso de que el c a m p o era de Boz, el que había guardado, lo que después de todavía que al principio, pues n o has p r a r a Noemí el campo, tendrás que
pariente de N o e m í ; * y he aquí que vino comer le sobrara, y se lo dio. w Su suegra buscado ningún joven, pobre o rico. n N o recibir a Rut, la moabita, por mujer,
éste de Belén p a r a visitar a los segadores, le dijo: «¿Dónde h a s espigado hoy y temas, hija m í a ; yo haré p o r ti cuanto como mujer del difunto, para hacer vivir
a quienes dijo: «Yavé sea con vosotros»; dónde has trabajado? Bendito sea el que m e digas, pues sabe muy bien t o d o el el n o m b r e del difunto en su heredad».
contestándole ellos: «Yavé te bendiga». se ha interesado p o r ti». R u t dio a conocer pueblo que habita dentro de las puertas
5 6 El otro respondió: «Así no puedo com-
Y preguntó Boz al criado suyo que es- a su suegra dónde había trabajado, dicien- de m i ciudad que eres u n a mujer virtuosa. prarlo, por temor de perjudicar a mis
taba al frente de los segadores: «¿De d o : «El n o m b r e del h o m b r e en cuyo 12
Y o tengo en verdad el derecho del le- herederos. Cómpralo tú, pues yo no puedo
quién es esa joven?»; 6y él le contestó: campo h e trabajado es Boz»; 2" y dijo virato, pero hay otro que es pariente m á s hacerlo», i H a b í a en Israel la costumbre,
«Es u n a joven moabita que se h a venido Noeml a su n u e r a : «Bendito él de Yavé, próximo que yo. 13 Pasa ahí la noche, y en caso de compra o de cambio, para
con Noemí de la tierra de M o a b . 7 M e que la gracia que hizo a los vivos se la h a m a ñ a n a , si él quiere hacer uso de su de- convalidar el contrato, de quitarse el uno
dijo: Déjame espigar detrás de los sega- hecho también a los muertos»; y añadió recho, que lo haga, y si n o quiere hacerlo, un zapato y dárselo al otro. Esto servía
dores. Desde la m a ñ a n a hasta ahora está N o e m í : «Es pariente cercano nuestro ese yo lo haré, vive Yavé. Acuéstate hasta la de prueba en Israel. * 8 El pariente pró-
aquí, y bien poco que h a descansado en hombre, es de lo que tienen 2 sobre nos- m a ñ a n a » . 1 4 Quedóse ella acostada a sus ximo había dicho a Boz: «Cómpralo tú
la cabana». 8 Dijo Boz a R u t : «¿Oyes, otros el derecho del levirato»; i R u t aña- pies hasta la mañana, levantándose antes
d i ó : «También m e h a d i c h o : Sigue con por tu cuenta». Y se quitó el zapato.
hija mía? N o vayas a otros campos a de que los hombres puedan reconocerse 9
mis gentes hasta que se sieguen todas Boz dijo a los ancianos y a todos los
espigar ni te apartes de aquí. * 9 Únete a mis cosechas». 2 2 Y N o e m í dijo a R u t , unos a otros. El m a n d ó : «Que n o se sepa
que esta mujer h a venido a la era». presentes: «Testigos sois hoy de que yo
mis criadas y vete con ellas al campo su nuera: «Mejor es, hija mía, que vayas 15
Y a ñ a d i ó : «Coge el m a n t o que te cubre compro a Noemí cuanto perteneció a
donde se siegue. Y a diré a mis criados con sus criados, n o te vayan a tratar mal
y sosténlo». Sostúvolo ella, y le echó él Elimelec, a Quelyón y a Majalón, 10 y
que nadie te t o q u e ; y si tienes sed, te en otro campo». 2 3 Siguió, pues, R u t es-
seis medidas de cebada, que le cargó, y que tomo al mismo tiempo por mujer a
vas al hato y bebes de lo que beban los pigando con los criados de Boz hasta el
ella entró en la ciudad. 16 C u a n d o llegó Rut, la moabita, mujer de Majalón, p a r a
criados». i° Postróse R u t , rostro en tierra, fin de la siega de las cebadas y de los
R u t a casa de su suegra, le preguntó ésta: que no se borre de entre sus hermanos y
y dijo: «¿De dónde a mí haber hallado trigos y h a b i t a n d o con su suegra.
«¿Qué has hecho, hija mía?» Ella le contó de la puerta de la ciudad el n o m b r e del
gracia a tus ojos y serte conocida yo, u n a
lo que el h o m b r e había hecho por ella, difunto. Testigos sois de ello». » Respon-
mujer extraña?» 11 El le contestó: «Sé lo
que has hecho por tu suegra después de 1 7 y a ñ a d i ó : «Me ha d a d o , además, estas dió todo el pueblo que estaba en la puerta
R u t hace valer sus derechos seis medidas de cebada, diciéndome: N o y los ancianos: «Somos testigos. Haga
muerto su marido y que has dejado a sobre Boz vuelvas a casa de tu suegra con las manos Yavé que la mujer que entra en tu casa
tus parientes y la tierra en que naciste
vacías». 18 N o e m í le dijo: «Estáte tran- sea como Lía y Raquel, que edificaron la
p a r a venir con ella a u n pueblo p a r a ti O i Dijo Noemí, la suegra de R u t , a
quila, hija mía, hasta ver cómo acaba la casa de Israel. Que por ella seas poderoso
desconocido. ** ésta: «Hija mía, voy a procurarte
12 cosa, pues ese h o m b r e n o descansará hasta en Efrata y tengas renombre en Belén.
Que Yavé te pague lo que has hecho u n a posición p a r a que seas feliz. * 2 Boz, terminar hoy mismo este asunto». 12 Que sea tu casa como la casa de Fares,
y recibas cumplida recompensa de Yavé, con cuyos criados has estado, es pariente el que Tamar dio a Judá, por la descen-
Dios de Israel, a quien te has confiado y nuestro, y esta noche va a hacer en su dencia que de esa joven te dé Yavé».
bajo cuyas alas te has refugiado». 1 3 Ella era la limpia de la cebada. 3 Lávate, únge- 13 T o m ó Boz a R u t y la recibió por
le d i ' o : «Que halle yo gracia a tus ojos, te, vístete y baja a la era. Procura que Matrimonio de Boz y Rut mujer; y entró a ella, y Yavé le concedió
mi señor, que me has consolado y has no te vea hasta 4que n o haya acabado de concebir y parir un hijo. 1 4 L a s mujeres
1 Boz subió a la puerta de la ciudad
hablado al corazón de tu sierva, aunque comer y beber; y c u a n d o vaya a acos-
n o soy yo ni como u n a de tus criadas». tarse, mira bien dónde se acuesta; y entra
4 y se sentó allí. Vio pasar al pariente decían a N o e m í : «Bendito Yavé, que no
ha consentido que te faltase hoy un re-
14
A la hora de comer, dijo Boz a R u t : después, y levantando la cubierta de sus mencionado y le dijo: «Detente y siéntate
aquí, fulano». Detúvose el h o m b r e y se dentor. Que su n o m b r e sea celebrado en
«Acércate acá; come y moja tu p a n en pies, te acuestas a ellos. El mismo te
5 sentó. * 2 Llamó Boz a diez de los ancia- Israel. 15 Que sea el consuelo de tu alma
el vinagre». Ella se sentó al lado de los dirá qué es lo que has de hacer». Ella y el sostén de tu vejez, pues te lo ha d a d o
nos de la ciudad y dijo: «Sentaos aquí».
segadores, y él le dio u n a porción de le respondió: «Haré cuanto tú m e m a n - Una vez sentados, * 3 dijo al pariente pró- tu nuera, que tanto te quiere, y es para
trigo tostado, de que comió ella hasta des». ximo : «Noemí, que h a vuelto de la tierra ti mejor que siete hijos». 16 Noemí t o m ó
saciarse, y le s o b r ó ; y guardando lo que 6
Bajó, pues, a la era e hizo t o d o cuanto de M o a b , vende la porción de campo que al niño, se lo puso al seno y fue su ma-
le había sobrado, is se levantó para se- le había m a n d a d o su suegra. 7 Boz comió fue de nuestro hermano Elimelec. * 4 He drina. " Las vecinas le dieron nombre al
guir espigando. Boz m a n d ó a sus criados, y bebió y se alegró su corazón. F u e a querido darte cuenta de ello p a r a decirte: decir: «A Noemí le ha nacido un hijo»,
diciéndoles: «Dejadla espigar también en- acostarse al extremo de la hacina, y R u t Cómprala, si quieres, en presencia de los y le llamaron Obed. Este fue padre de
tre los haces, sin reñirle, * 16 y sacad vos- se acercó calladamente, descubrió sus pies
otros mismos algunas espigas de las ga- y se acostó. 8 A medianoche tuvo el h o m -
villas y tiradlas, p a r a que ella las recoja, bre un sobresalto, e incorporándose, vio 8
No hay en esta acción nada de indecoroso; es sencillamente el medio para conseguir que Boz
cumpla el deber que le impone la ley del levirato, según el consejo de Noemí.
O 1 La ley del Deuteronomio es tan humana o, por mejor decir, tan divina con los pobres, que
*• manda que ios segadores no se vuelvan a recoger las espigas que quedaren atrás, sino que
las dejen para los pobres espigadores (24,19 ss.). 1
8 A La puerta de la ciudad es siempre el sitio de reunión de Los vecinos, en que se comentan
15
Boz se muestra hombre de sentimientos humanitarios y pariente agradecido. ^ y tratan los negocios del pueblo (Dt 2,15; Job 29,7: Sal 9,15; 68,1).
Manera delicada de mostrar su generosidad con la que había sido buena mujer de un parien- 2
Ellos serán testigos del contrato que entre los dos parientes se va a realizar.
te suyo. 3
A fin de que los campos no salgan de la familia, la ley concede la preferencia a los parientes
O 1 La buena Noemí se muestra preocupada por la suerte de su nuera y de su propia descen- (cf. Núm 36,3 s.8 s.).
7
** dencia, que con triste corazón veía desaparecer. Y asi, en cuanto oyó hablar de Boz se acordó Este pariente se resigna a sufrir la afrenta de aquella ceremonia, con que renunciaba al de-
de su parentesco y de la ley del levirato, que le imponía la obligación de procurar descendencia al recho y al deber del levirato (Dt 25,7 ss.).
pariente fallecido sin hijos (Dt 25,5 ss.).
Nácar-Colunga 10
SAMIIKI. 290
Isnl, padre de David. * u> He a<|ul la pos- gendró a Nasón; Nasón engendró a Sal-
leridad de Fares: Fares engendró a Es- món;2i Salmón engendró a Boz;Boz en- I SAMUEL
rom; * i ' Esrom engendró a Aram; Aram gendró a Obed; 2¿ Obed engendró a Isal
engendró a Aminadab; ¿<> Aminadab en- e Isaí engendró a David.
17
El niño nacido, aunque en realidad nada tenía que ver con Noemí, legalmente era 3u nieto, STIMARTO PRIMERA PARTE: ÚLTIMOS JUECES DE ISRAEL (1-7):
hijo18del primer marido de Rut (Dt 25,6). -íiiA Elcana y su familia en el santuario de Silo (1,1-ig). El niño
Todos estos nombres entran en la genealogía del Salvador, que nos han dejado los evan- Samuel (1,20-2,10). Los hijos de Helí (2,11-36). Samuel, profeta del Señor (3).
gelistas en San Mateo (i,5) y San Lucas (3,31). Guerra de los filisteos (4). El arca de Dios en poder de los filisteos (5). Vuelta del
arca a Israel (6). Samuel, juez del pueblo (7).—SEGUNDA PARTE: INSTITU-
CIÓN DE LA MONARQUÍA (8-1$): El pueblo pide un rey (8). Orígenes de Saúl (g).
Saúl, rey de Israel (10). Primera hazaña del rey (11). Dimisión de Samuel del
cargo de juez (12). Guerra contra los filisteos (13). Hazaña de jonatdn (14).
S A M U E L Guerra de Saúl contra Amalee (15). — TERCERA P A R T E : SAÚL Y DAVID
(16-31) : David, ungido rey (16,1-13). David, músico de Saú! (16,14-23). David,
vencedor de Goliat (17). Amistad de David y jonatdn y envidia de Saúl contra
1. Los libros que en la Vulgata, como en la versión griega de los LXX, llevan David (18). Principios de la persecución de Saúl contra David (19). Alianza de
el nombre de 1-2 de los Reyes o de los Reinos, se denominan en hebreo de Samuel y Jonatán con David ( ^ o j . David, fugitivo en la tierra de Israel (21-26). David,
formaban un solo libro, sin enlace literario con los precedentes. Ha sido luego dividido fugitivo entre los filisteos (27-2g). David, victorioso de los amalecitas (30). Muerte
en dos, conforme a la división de las versiones latina y griega. de Saúl en la batalla (31).
Es su argumento uno de los períodos más importantes de la historia hebrea,
aquel en que salió Israel de su estado de disgregación política para constituir una
verdadera nación organizada. Se divide en tres partes, según los personajes que en PRIMERA P A R T E corazón? ¿No soy yo para ti mejor que
ellas dominan: Samuel (1 Sam 1-13), Saúl (14-31J y David (2 Sam i , 2 j . Al diez hijos?»
fin tenemos también dos capítulos de apéndices (23-24). ÚLTIMOS JUECES DE ISRAEL
2. Las acometidas persistentes de los enemigos acaban por hacer comprender a (1-7) El voto de A n a
las tribus de Israel la necesidad de renunciar a una parte de su libertad en pro del 9
Ana Un año, después que hubieron comido
bien común. Con esto se viene a formar una unidad política, si no tan coherente como y bebido en Silo, se levantó Ana. Helí,
1
sería razonable, lo suficiente para que poco a poco se reúnan las fuerzas de Israel y, Había entre las gentes de Rama un el sacerdote, estaba sentado en una silla
bajo la conducta de caudillos expertos, logren asegurar primero la independencia del I hombre de la familia de Suf, origi-
nario de los montes de Efraím, llamado
ante la puerta del tabernáculo de Yavé. *
10
pueblo y luego extender su autoridad sobre las naciones vecinas, hasta venir a formar Ella, amargada el alma, oraba a Yavé,
la nación más poderosa del mediodía de la Siria. Viuid Israel en este tiempo la época
Elcana, hijo de Jeroam, hijo de Eliú, hijo llorando muchas lágrimas, u e hizo un
de Toú, hijo de Suf, efraimita. * 2 Tenía voto diciendo: «¡Oh Yavé Sebaot!, si te
más gloriosa de su larga historia. dos mujeres, de nombre una Ana y otra dignas reparar en la angustia de tu es-
3. Cuando nació Samuel ejercía la suprema autoridad judicial en Israel Helí, Pcncna. Penena tenia hijos, pero Ana era clava, y te acuerdas de mí y no te olvidas
sumo sacerdote. Por este tiempo comenzaron los filisteos a apretar al pueblo, subiendo esléril. -1 Subía de su ciudad este hombre de tu esclava, y das a tu esclava hijo
del llano a la montaña de fudá y de Benjamín. Samuel, a título de profeta, sucede a de mío en año para adorar a Yavé Sebaot varón, yo lo consagraré a Yavé por todos
Helí. Su autoridad es religiosa y judicial; pero, llegado el caso, hace también la y ofrecerle sacrilicios en Silo. Estaban los días de su vida y no tocará la navaja
itlll los dos hijos de Helí, Ofni y Fines, su cabeza». * ' 2 Mientras así oraba reite-
guerra contra los invasores. La persistencia de e'stos en el ataque induce al pueblo a .sacerdotes de Yavé. * 4 El día en que
desear un rey que con mano fuerte los defienda. La petición del pueblo de tener un rey radamente a Yavé, Helí la estaba mirando
ofrecía Elcana su sacrificio, daba a Pe- la cara. 13 Ana hablaba para sí, moviendo
«como las demás naciones» es mirada por Dios y su profeta como una protesta contra nena, su mujer, su porción y la de sus los labios, pero sin que se oyera su voz,
la organización teocrática que hasta entonces había tenido; pero al fin Dios les otorga hijos e hijas. 3 A Ana le daba solamente y Helí la tomó por ebria l 4 y le dijo:
el rey, que será su vicario y el salvador de Israel. Saúl, a pesar de sus proezas contra una porción; pues, aunque amaba mucho «¿Hasta cuándo te va a durar la embria-
los filisteos, es rechazado por su falta de docilidad a las órdenes del profeta, que en a6 Ana, Yavé había cerrado su útero. guez?; anda a que se te pase el vino».
Irritábala su rival y la exasperaba por 15 Ana contestó: «No, mi señor; soy una
nombre de Dios conserva la dirección espiritual del reino y del rey. Le sucede David, haberla Yavé hecho estéril. * ' Así hacía
varón según el corazón de Dios, que es considerado como el más grande rey de Israel. cada año cuando subían a la casa de mujer que tiene el corazón afligido. No
En premio a su piedad, le promete Dios la perpetuidad de su dinastía, promesa que Yavé, y siempre la mortificaba del mismo he bebido vino ni otro ningún licor in-
modo. Ana lloraba y no comía. 8 Elcana, ebriante; es que estaba derramando mi
implica la promesa mesiánica. alma ante Yavé. lf> No tomes a tu sierva
su marido, le decía: «Ana, ¿por qué llo-
4. Del autor y de la época de la composición del libro no tenemos noticia cierta. ras y no comes? ¿Por qué está triste tu por una mujer cualquiera. Lo grande de
Pero sin duda que el autor dispuso de documentos antiguos y muy próximos a los mi dolor y mi aflicción exponía yo de
sucesos. La historia no está completa, pues no se cuenta de cada personaje más que •í l3 La patria de Elcana es Rama de Efraím, que el texto griego llama Arimatea, hoy Rentis.
algunos episodios de su vida. También la cronología es deficiente, bastando para darse • En Silo estaba por este tiempo el santuario nacional, al que concurría el pueblo en peregri-
cuenta de ello considerar que, según ésta, Helí juzgó a Israel cuarenta años (1 Sam 4, nación
6
(cf. Jue 21,19).
18); David reinó cuarenta años (2 Sam 5,4). Y nos faltan los años de Samuel y Saúl. La Ley admitía la poligamia, como admitía el repudio, por la dureza del pueblo, dice el Sal-
vador (Mt 19.8); pero los autores sagrados suelen pintarnos la familia poligámica privada de paz
Este último habría también reinado cuarenta años, según Act 13-21 (cf. Introduc- (cf. 9Gen 30,1.14 ss.).
ción a los libros históricos, n.8). Losfielesofrecen un sacrificio pacífico, que va seguido del banquete-comunión (Lev 3,1 ss.;
cf. Introducción
11
al Levítico, n.3).
Sansón fue nazareo perpetúo por la voluntad de Dios (Jue 13,13 s.). Samuel lo será por vo-
luntad de su madre. En qué consiste, véase Núm 6,1 ss.
I SAMIIDI 12 292 293 I SAMUEL 2-3
17
esc modo». Díjole entonces Helí: «Vete Porque esperé de él la salud. *
2 tenedor en la m a n o ; i 4 l o metía en la P r e d i c c i ó n d e la r u i n a d e la c a s a
cu paz y que el Dios de Israel te otorgue N o hay santo como Yavé,
18 caldera, caldero, olla o puchero, y cuanto de Helí
lo que tanto le has pedido». Ella le dijo: N o hay fuerte c o m o nuestro Dios. sacaba con el tenedor era para el sacer-
3
«Que halle gracia a tus ojos tu sierva». Dejaos de hablar altaneramente; dote. 1 5 Así hacían con cuantos de Israel
27
Vino a Helí un h o m b r e de Dios y le
Fuese, y comió y bebió con su marido, y N o salgan de vuestra boca arrogancias, venían allí, a Silo. A u n antes de que se dijo: «Así habla Yavé: Y o me revelé
I9 Que Yavé es D i o s sapientísimo
n o hizo ya la cara de antes. Levantá- quemara el sebo, venía el criado del sacer- claramente a la casa de tu padre cuando
ronse de mañana, y después de postrarse Y no se ocultan a su vista las mal- dote y decía al que sacrificaba: « D a m e la eran esclavos en Egipto, en la casa del
ante Yavé se marcharon, volviendo a su dades. * carne p a r a asársela al sacerdote; no re- Faraón. * 2 8 Y o m e le elegí de entre todas
4
casa, a R a m a . * Rompióse el arco de los poderosos, cibirá de ti carne cocida, sino cruda». * las tribus de Israel p a r a sacerdote, para
Ciñéronse los débiles de fortaleza; * 16 que subiese al altar a quemar el incienso
5
Los hartos pusiéronse a servir por la Y si el h o m b r e le decía: «Espera a que
Nacimiento de Samuel y para que llevase ante mí el efod. Y o
comida, se queme el sebo, como siempre, y luego
cogerás lo que tú quieras», le respondía di a la casa de tu padre todas las com-
Elcana conoció u Ana, su mujer, y Y se holgaron los h a m b r i e n t o s : bustiones de los hijos de Israel. 2 9 ¿Por
Yavé se acordó de olla. 2 0 Al volver del Parió la estéril siete hijos
el criado: « N o , tienes que dármela ahora
qué, pues, envidias mis víctimas y mis
tiempo, había concebido y parido A n a mismo, y si n o , la cojo yo por la fuerza».
Y se marchitó la que muchos tenia, ofrendas, las que yo m a n d é se ofreciesen
u n hijo, al que puso por nombre Samuel, 6 1 7 M u y grande era el pecado de aquellos en mi casa, y tienes en más a tus hijos
Que Yavé da la muerte y da la vida,
porque a Dios so lo había pedido; 2 1 y Hace bajar al sepulcro y subir de él.
jóvenes ante Yavé, pues hacían odioso a que a mí, engordándoos de lo mejor de
subió Elcana con (oda su casa a sacrificar los hombres el ofrecer ante Yavé. 1 8 Sa- todas las oblaciones de Israel, mi pueblo?
A u n o empobrece o enriquece, *
a Yavé el sacrificio anual y cumplir sus 7 muel ministraba ante Yavé, vestido de un 30 Por eso he aquí lo que dice Yavé, Dios
Humilla o exalta, efod de lino. 19 Hacíale su madre un
votos. 2 2 Ana no subió, sino que dijo a 8
Levanta del polvo al pobre, de Israel: Y o había dicho y repetido a tu
su m a r i d o : «Cuando el niño se haya mantito y se lo traía de a ñ o en año, casa y a la casa de tu padre que minis-
D e la basura saca al indigente, c u a n d o subía con su marido a ofrecer el
destetado, yo le llevaré, para presentár- Para hacer que se siente entre los prín- traríais ante mí por siempre; pero ahora
selo a Yavé y para que se quede ya allí cipes sacrificio anual. 20 u e i ¡ bendijo a Elcana dice Y a v é : Lejos de mí eso, porque yo
para siempre». 2 3 Elcana, su marido, le y a su mujer, diciendo: «Que te dé Yavé h o n r o a los que m e honran y desprecio a
Y darle parte en u n trono de gloria; hijos de esta mujer p o r el que le prestaste».
dijo: «Haz lo que mejor te parezca. Qué- Pues suyos son los fundamentos de la los que me desprecian. 3I Tiempo vendrá
date hasta que le destetes y que Yavé tierra Volviéronse ellos a su casa, 2I y Yavé en que yo amputaré tu brazo y el brazo
cumpla tu palabra». Quedóse la mujer visitó a Ana, que concibió y parió tres de la casa de lu padre, de m o d o que ya
Y El sobre ellos puso el orbe. * hijos y dos hijas.
en casa amamantando a su hijo hasta 9
El atiende a los pasos de los piadosos, no haya nunca ancianos en tu casa 32 y
que le destetó. * 2 4 Destetado, le subió Y los malvados perecerán en las ti-
El joven Samuel iba creciendo en la siempre veas ante ti un rival. A u n en las
consigo, llevando un toro de tres años, nieblas. presencia de Yavé. 22 Helí era ya muy prosperidades de Israel, no habrá nunca
un efá de harina y un odre de vino, y le viejo, y supo lo que sus hijos hacían a ancianos en lu casa. 3J N o haré desapare-
N o vence el h o m b r e por su fuerza, t o d o Israel y cómo dormían con las cer de mi altar a todos tus descendientes,
condujo a la casa de Yavé en Silo. El 10
A t e r r a d o s s e r á n los e n e m i g o s d e mujeres que velaban a la puerta del ta-
niño iba con ella. 2 5 Inmolaron el toro, de m o d o que se consuman sus ojos y
y Ana, la madre del niño, presentó éste Yavé; bernáculo de la congregación;* 2 3 y les desfallezca su a l m a ; pero todos los de
a Helí. 26
Ana le dijo: «Óyeme, por tu Desde los cielos t r o n a r á contra ellos. dijo: «¿Por qué hacéis cosas tales y tan tu casa morirán por la espada; 34 te ser-
vida, mi señor: Y o soy aquella mujer que Yavé juzga los confines de la tierra; malas como las que de vosotros he oído virá de señal lo que sucederá a tus hijos
estuvo aquí cerca de ti, orando a Yavé. Robustecerá a su Rey a lodo este pueblo? 2 4 N o , hijos míos, Ofni y Fines; ambos morirán en el mismo
27
Este niño le pedía yo, y Yavé me ha Y erguirá la frente de su U n g i d o » . * que no es bueno lo que de vosotros oigo, día. 35 Y o me suscitaré un sacerdote fiel,
concedido lo que pedí; 2 ¡* también ahora lisiáis haciendo que el pueblo de Yavé se que obrará según mi corazón y según mi
L o s hijos d e H e l í a p u n o de Al. ** Si un hombre ofende a alma; le edificaré u n a casa estable, y él
quiero yo dárselo a Yavé por todos los
• tiro hombre, esiii do por medio Dios andará siempre en presencia de mi un-
días de su vida, para que sea siempre 11 Volvióse A n a a R a m a , a su casa, y pin 11 |u/gurlo; pero si el hombre ofende gido ; * 36 y cuantos de tu casa queden,
d o n a d o a Yavé». Y adoraron allí a Yavé. el niño quedó sirviendo en el ministerio it Yuvé, ¿do quién puedo esperar la inter- vendrán a prosternarse ante él, pidiéndole
de Yavé, en presencia de Helí, sacerdote. vención?» No hicieron caso de lo que les una m o n e d a de plata y un pedazo de
Cántico de A n a 12
Los hijos de Helí eran hombres per- duela su padre, pues quería Yavé ma- p a n ; y le dirán: H a z el favor de colocarme
i Oró Ana diciendo: versos, que desconocían a Yavé y las tarlos.* 2<1 Entro tanto, el niño Samuel en alguna de tus funciones sacerdotales,
2 «Mi alma salta de júbilo en Yavé;
Yavé ha levantado mi frente
obligaciones de los sacerdotes para con
el pueblo. 13 C u a n d o alguno ofrecía sa-
I bu creciendo, y se hacía grato tanto a
Yuvé c o m o a los hombres. *
para que tenga u n pedazo de p a n que
comer». *
Y h a abierto mi boca contra mis ene- crificios, mientras estaba cociéndose la car-
migos, ne, venía un criado del sacerdote con u n
P r i m e r a visión d e S a m u e l
i» La concepción de Samuel es efecto de la bendición de Yavé sobre Ana, estéril (cf. Le 1,24).
23
Por aquí vemos que el concurso a la fiesta no se consideraba de tan rigurosa obligación que
por una causa razonable no pudieran dispensarse de él los fieles.
3 1 El joven Samuel ministraba a Yavé
en presencia de Helí. Era por enton-
1
La inserción del cántico no está hecha de igual modo en el texto masorético y en los LXX. 15 El uso exigía que se quemase la grasa en el altar y se cociese la carne ante el Señor, esto es,
2 Los dos primeros versículos expresan la exaltación del autor por el socorro de Yavé a favor en el santuario; luego, el sacerdote y los fieles se la repartían. La culpa de los sacerdotes está en
reclamar la carne cruda y antes de que se ofrezca en el altar la parte acostumbrada (Lev 3,3.9;
de los que esperan en El. Forman la primera estrofa.
1
En la segunda (v.3) se contrapone a la arrogancia de los malvados la sabiduría de Dios, a 7,39; 9,20).
22
quien nada se oculta. Cuál fuera la función que a la puerta del tabernáculo ejercían estas mujeres no podemos de-
4
La tercera estrofa (w.4-5) expresa cómo, gracias al sabio gobierno de Yavé, son abatidos los terminarlo
25
(cf. Ex 38,8).
poderosos y ensalzados los pobres y humildes. Dios como juez hará justicia e impondrá la paz.
26
6
Prosigue el mismo pensamiento de la estrofa cuarta (w.6-7), pero indicando expresamente 27
Es muy de notar la semejanza de este versículo con lo que de Jesús dice San Lucas (2,52).
ser obra de Yavé, que da la muerte y la vida. Cf. Jue 6,8, en que un profeta se presenta de análoga manera. El mensaiero echa en cara al
8
La misma idea hallamos desarrollada en la estrofa que forman los w.8-9. sacerdote el favor de Dios en haberlos elegido para sacerdotes suyos y su mala correspondencia
10
La última (v.io) nos anuncia la intervención de Yavé como Juez sobre los confines de la a este honor (Ex 28,1 ss.; 29,1 ss.;Núm 17,2 ss.).
tierra para fortalecer a su Rey y para levantar la frente de su Ungido. En esta estrofa resalta el me- 35 El nuevo sacerdote sera. Sadoc, a Quien instituyó Salomón en lugar de Abiatar, que se había
sianismo de este cántico, muy parecido al de algunos salmos, v.gr., Sal 17. declarado
36
por Adonías (i Re 2,35; cf. Ez 44,15).
Este versículo trae a la memoria la prescripción de Dt 18,6 ss.
I RAMIJKL 3-4 294 295 I SAMUEL 4-5
i6
ees rara la palabra de Yavé y no era fre- su visión; pero éste llamó a Samuel, des gritos6 de júbilo, que hacían retemblar nuera, la mujer de Fines, estaba encinta,
cuente la visión. * 2 Un dia, estando acos- diciendo: «Samuel, hijo 17
mío»; y éste con- la tierra. Oyeron los filisteos el vocerío ya para dar a luz. Al saber la noticia de
tado en su lugar Helí, cuyos ojos se habían testó: «Heme aquí». Helí le preguntó: y dijeron: «¿Qué vocerío es éste tan gran- la toma del arca de Dios, de la muerte de
obscurecido y no podían ver, cuando to- «¿Qué es lo que te ha dicho Yavé? Te de que se oye hoy en el campamento de su suegro y de su marido, se doblegó y
davía no se había apagado la lámpara de ruego que no me ocultes nada. Que Yavé los hebreos?» Y supieron que había sido parió, pues le sobrevinieron los dolores
Dios en el santuario, * •> Samuel, que dor- te castigue si me ocultas algo de cuanto 7
traída al campamento el arca de Yavé. del parto. 20 Como se veía morir, las mu-
mía en el santuario de Yavé, donde estaba te ha dicho». 18 Samuel se lo contó todo, Atemorizáronse los filisteos, y decían: jeres que estaban junto a ella le decían:
el arca de Dios, 4 oyó la voz de Yavé que sin ocultarle nada; y Helí dijo: «El es «Ha venido Dios al campamento. ¡Des- «Animo, que has parido un hijo»; pero
le llamaba: 5«¡Samuel!» El contestó: «He- Yavé; haga lo que parezca bien a sus graciados de nosotros! Cosa tal no había ella ni respondía ni entendía. 21 Llamó
me aquí»; y corrió a Helí y le dijo: ojos». * sucedido hasta ahora. * 8 ¡Desgraciados al hijo Icabod, 22 diciendo: «Ha pasado
19 de nosotros! ¿Quién nos librará de la de Israel la gloria», por haber sido to-
«Aquí estoy; me has llamado». Helí con- Samuel llegó a ser grande, y Yavé
testó: «No te he llamado, vuelve a acos- estaba con él y no dejó que cayera por mano de esos dioses poderosos? ¿Acaso mada el arca de Dios y por la muerte de
20 no son éstos los que castigaron a Egipto su suegro y de su marido. Ella dijo: «Ha
tarte». Y fue a acostarse. 6 Yavé llamó tierra nada de cuanto él decía. Todo
otra vez a Samuel; y éste se levantó, Israel, desde Dan hasta Berseba, recono- con
9
toda suerte de plagas y con peste? pasado la gloria de Israel, porque ha sido
y yendo a donde estaba Helí, le dijo: ció que era21 Samuel un verdadero profeta Esforzaos y sed hombres, filisteos; no tomada el arca de Dios».
«Heme aquí, pues me has llamado». Helí de Yavé. Yavé siguió apareciéndosele tengamos que servirles nosotros a ellos,
repuso: «No te he llamado, hijo mío; en Silo. Helí estaba ya muy viejo, y los como os sirven ellos a vosotros. Sed hom-
bres, luchad». i° Combatieron, pues, los E l arca, en tierra de los filisteos
vuélvete y acuéstate». 7 Samuel no cono- hijos de éste seguían por el mismo cami- filisteos, y fue derrotado Israel, huyendo
cía todavía a Yavé, pues todavía no se no, pésimo ante Yavé.
le había revelado la palabra de Yavé.
cada uno a sus tiendas. Fue una gran
derrota, en la que cayeron de Israel trein- a Azoto,
5
1 Cogieron, pues, los filisteos el arca
de Dios2 y la llevaron de Eben-Ezer
8 Yavé volvió a llamar a Samuel por ter- D e r r o t a de Israel, cautiverio del arca ta mil peones, H y fue cogida el arca de de Dagón*y la y. la metieron en el templo
pusieron junto a Dagón. *
cera vez; y éste se levantó y fue a Helí, y y m u e r t e de Helí y sus hijos Dios, y murieron los dos hijos de Helí, 3
le dijo: «Heme aquí, pues me has llama- Ofni y Fines. 12 Un hombre de Benjamín, ñana, Al día siguiente, levantándose de ma-
do». 9 Comprendió entonces Helí que era 1 Sucedió por entonces que los filis- vieron los filisteos a Dagón tendido
Yavé quien llamaba al joven, y le dijo: 4
teos se reunieron para hacer la gue-
de los huidos del campo de batalla, vino en tierra
corriendo a Silo aquel mismo día, con del arca de y con la cara contra ella, delante
Yavé. Le cogieron y volvieron
«Anda, acuéstate, y si vuelven a llamarte rra a Israel. Israel salió al encuentro de los vestidos desgarrados y la cabeza cu-
di. Habla, Yavé, que tu siervo escucha». los filisteos para combatir. Acamparon bierta de polvo. 13 Cuando llegó estaba cuando a ponerle en su sitio; 4 pero al otro día,
Samuel se fue y se acostó en su lugar. cerca de Eben-Ezer, y los filisteos esta- Helí sentado en una silla, a la vera del gón tendido se levantaron, encontraron a Da-
2 en tierra boca abajo y cor-
10 Vino Yavé, se paró y llamó como las ban acampados en Afee. * Habiendo pre- camino, cerca de la puerta, esperando, tadas la cabeza
otras veces: «¡Samuel, Samuel!» Samuel sentado batalla los filisteos contra Israel, pues su corazón temblaba por el arca de en el umbral, siny quedar las manos, que yacían
contestó: «Habla, Yavé, que tu siervo se empeñó el combate, e Israel fue derro- Dios. Entró el hombre en la ciudad para que el tronco. 3 Por esto de Dagón más
escucha»; * H y dijo Yavé a Samuel: «Voy tado por los filisteos, que mataron en el informarla, y toda ella fue un grito. * de Dagón y cuantos entranlosen sacerdotes el templo
a hacer en Israel una cosa que a cuantos combate, en el campo, unos cuatro mil l*Al oirlo Helí, preguntó: «¿Qué ruido, de Dagón en Azoto no pisan todavía
la oigan les retiñirán ambos oídos. 12 En- hombres. 3 El pueblo se recogió en el cam- qué tumulto es ése?» Entonces vino el umbral del templo. * <> La mano de Yavé el
15
tonces cumpliré cuanto a Helí le he dicho, pamento, y los ancianos se preguntaron: hombre para darle la noticia. Helí tenia pesó grandemente sobre los de Azoto, y
todo lo que de su casa le he dicho; co- «¿Por qué nos ha derrotado Yavé hoy noventa y ocho años, sus ojos se habían
menzaré y acabaré. 13 Yo le he dicho que ante los filisteos? Vamos a traer de Silo quedado rígidos y no veía. •<> El hombre ylossudesoló e hirió con tumores a Azoto
territorio. * 7 Viendo los de Azoto lo
iba a castigar a su casa para siempre por el arca de la alianza de Yavé para que elijo « Heli: «Vengo del campo de bata- que pasaba, dijeron: «Que no quede en-
el crimen que sabía cometían sus hijos, esté entre nosotros y nos salve de la mano llit, do donde he huido hoy». Helí le pre-
de hacer odiosos
4
los sacrificios, y que él de nuestros enemigos». * Mandaron a guntó: «¿Y qué ha pasado, hijo mío?» tre nosotros el arca del Dios de Israel,
porque su mano pesa mucho sobre nos-
14
no corrigió. Por eso he jurado a la casa Silo, y se trajo de allí el arca de la alianza "' l!l le contestó: «Israel ha huido ante otros y sobre Dagón, nuestro dios». *
de Helí que su crimen no será expiado de Yavé Sebaot, que se sienta sobre los Ion filisteos; ha habido muchos muertos
ni con sacrificios ni con oblaciones». * querubines, y con ella fueron5 los dos hi- del ; pueblo; también tus dos hijos, Ofni 8 Y convocando a todos los príncipes de
15
Samuel siguió acostado hasta la maña- jos de Helí, Ofni y Fines. * Cuando el y l ¡ne.s, han sido muertos, y el arca de los filisteos para que vinieran, se pregun-
na y después abrió las puertas de la casa arca de la alianza de Yavé entró en el Dios ha sido tomada». '8 Apenas hubo taron: «¿Qué haremos con el arca del
mentado el arca de Dios, cayó Helí de Dios de Israel?» Ellos contestaron: «Que
de Yavé. No se atrevía a contar a Helí 1 campamento, todo Israel lanzó tan gran- su silla hacia atrás, junto a la puerta, y lleven el arca del Dios de Israel a Gat».
0 * Las comunicaciones proféticas eran entonces raras en Israel, y esto da más valor a la que se desnucó y murió, pues era ya muy an- 9 La llevaron, y la mano de Yavé se dejó
" 2
recibe el niño Samuel (Dt 18,9 ss.). ciano y estaba muy pesado. Había juzga- sentir sobre la ciudad, y hubo en ella
El Éxodo nos habla del candelabro de siete brazos (25,31-40), en vez del cual Salomón habría do a Israel durante cuarenta años. 19 Su gran espanto; hirió a las gentes de la
colocado en el Santo cinco a cada lado del altar de los perfumes (1 Re 7,49); aqui se habla de la
«lámpara de Yavé», como si dijéramos la lámpara del Santísimo. ciudad, pequeños y grandes, y les salieron
10
Es de notar el lenguaje del autor sagrado, que presenta a Dios como morando en el santua- 7
rio y viniendo a llamar al joven, que duerme en sus dependencias (Ex 25,8; 29,45; Lev 26,12; Cuanta es la alegría y confianza de los hebreos de tener a su Dios en medio de ellos, tanto
1 Re 6,17). es el1 3temor de sus enemigos por la misma causa.
14 El sacerdote, ansioso por la suerte del arca, se sienta a la vera del camino para interrogar a
18
El «no será expiado» mira sólo a la pena, que no será retirada, no a la culpa de los sacerdotes.
Es de admirar la indiferencia de Helí al oír la pena impuesta: sería más de desear que ex- los que pasan y saber por ellos noticias sobre la suerte de la batalla.
presara su dolor por la causa de ella. R 1
La presencia del arca no produjo los efectos que de ella esperaba Israel. Dios quiere casti-
A 1 Los lugares aqui mencionados se hallan situados cerca de Masfa y de Betel, en los confines ^ gar al pueblo por sus pecados: sin embargo, aun en la cautividad del arca muestra Dios su
* de Benjamín y Efraím. Los filisteos debían de subir a la llanura por la cuesta de Bet-Horon, poderlo
2
en medio de los filisteos.
que veremos muchas veces mencionada (Jos 10,10 ss.). 5
ídolo cuyo cuerpo era de hombre de la cintura para arriba y de pez de la cintura para abajo.
3 La versión griega añade una glosa que fácilmente se deja entender: que los devotos de Dagón
Nótese que es Yavé quien derrotó a su pueblo, porque El, y no los dioses filisteos, es quien
da la victoria o causa la derrota (Jue 20,35). Los antiguos llevaban por enseñas las imágenes de los saltaban
6
por encima del umbral cuando entraban en el templo.
dioses. La imagen, o, mejor, el símbolo, de la presencia de Yavé era el arca de la alianza, que aquí La misma versión griega añade un detalle, aceptado por la Vulgata: la multiplicación de las
aparece tratada con más familiaridad que en otros pasajes (Jos 3,4). ratas,
7
que suelen ser las propagadoras de la peste bubónica.
4 El arca de Dios recorre toda la tierra de los filisteos, sembrando la peste en todas partes y
El arca es el símbolo de la presencia de Dios y de su habitación en medio del pueblo. La
derrota sufrida por el ejército de Israel mueve a éste a llevar al campamento el arca de Yavé, jefe haciendo sentir su poder sobre los dioses de los filisteos y sus adoradores. Israel quedó humillado
supremo de los ejércitos de Israel. ante sus enemigos, pero Yavé queda glorificado.
I RAMIIJX 5-6 296 297 I SAMUEL 6-8
10
t u m o r e s . Entonces m a n d a r o n el arca de c o m o ofrenda de desagravio, y la devol- decían: «¿Quién puede estar delante de la m a n o de los filisteos». 9 Samuel t o m ó
Dios a Acarón. Pero en c u a n t o entró el véis; que ella se vaya. 9 Seguidla con los Yavé, este Dios santo? ¿Y adonde habrá un cordero de leche y lo ofreció entero
ojos; si sube p o r el camino de su tierra de ir al alejarse de nosotros?» * 2 1 M a n - en holocausto a Yavé, y clamó a Yavé
arca de D i o s en Acarón, los acaronitas se
d a r o n mensajeros a los habitantes de por Israel, y Yavé le escuchó. * 10 Mien-
pusieron a gritar: « H a n traído aquí el arca hacia Bet Semes, será que Yavé nos h a
Quiriat-Jearim para que les dijeran: «Los tras Samuel ofrecía el holocausto, se acer-
del D i o s de Israel para que nos m a t e a infligido tanto m a l ; si n o , sabremos q u e filisteos h a n devuelto el arca de Y a v é ;
todos, a nosotros y a nuestro pueblo». n o ha sido su m a n o la que nos h a herido caron los filisteos para atacar a Israel;
11 bajad p a r a subirla con vosotros. pero Yavé hizo t r o n a r muy fuertemente
Y convocaron a todos los príncipes de y que esto h a sucedido p o r casualidad».
10 aquel día sobre los filisteos y los puso en
los filisteos, que dijeron: «Devolved el Hiriéronlo así; y t o m a n d o dos vacas 1
arca del Dios de Israel; que vuelva a su
sitio para que n o nos m a t e a nosotros y
que estaban criando, las uncieron al ca-
r r o y dejaron los terneros en el establo.
7 Las gentes de Quiriat-Jearim vinie-
r o n y subieron el arca, depositándo-
derrota, siendo batidos por los hijos de
Israel. 11 Los hombres de Israel, salien-
11 la en la casa de Abinadad, que está d o de Masfa, persiguieron a los filisteos
a nuestro pueblo»; pues había en t o d a la Pusieron sobre el carro el arca de Yavé sobre u n a colina; y consagraron a Elie- en derrota hasta más abajo de Bet-Ho-
ciudad u n terror mortal, y la m a n o de y el cofre con las ratas de o r o y la figura zer, su hijo, p a r a q u e custodiase el arca ron. * 1 2 Samuel cogió una piedra y la
Dios pesaba sobre ella muy fuertemente. de sus tumores. 1 2 Las vacas t o m a r o n el de Y a v é . * puso entre Masfa y Jesana; la llamó
12
Los que n o morían eran heridos de he- camino de Bet Semes y siguieron derecha- Eben-Ezer, diciendo: «Hasta aquí nos
morroides, y los desesperados gritos de la mente por él; iban a n d a n d o y mugiendo, D e r r o t a d e los ñlisteos e n M a s f a socorrió Yavé».
ciudad subían hasta el cielo. sin declinar ni a la derecha ni a la izquier-
da. Los príncipes de los filisteos fueron
2
M u c h o tiempo pasó, veinte años, des- !3 Así humillados, n o volvieron los filis»
D e v o l u c i ó n del arca a Israel tras ellas hasta llegar al territorio de Bet de que el arca fue depositada en Qui- teos más contra la tierra de Israel; y
Semes. riat-Jearim, y t o d a la casa de Israel se pesó la m a n o de Yavé sobre ellos d u .
i Siete meses estuvo el arca de Yavé rante toda la vida de Samuel. * 1 4 Las
6 en la tierra de los filisteos. 2 Con-
1 3 Las gentes de Bet Semes estaban se-
gando el trigo en el valle; y alzando los
volvió a Yavé. * 3 Dijo, pues, Samuel:
«Si de t o d o corazón os convertís a Yavé, ciudades que los filisteos habían t o m a d o
gregaron éstos a sacerdotes y adivinos y quitad de en medio de vosotros los dioses a Israel volvieron a poder de éste, desde
ojos, vieron el arca con gran a l e g r í a . 1 4 El
les preguntaron: «¿Qué hemos de hacer extraños y las astartés; enderezad vues- Acarón hasta Gat. Israel arrancó de las
carro llegó al campo de Josué, betsemita, manos de los filisteos su territorio, y
con el arca de Yavé? Decidnos cómo he- tro corazón a Yavé y servidle sólo a
y se p a r ó en él. H a b í a allí u n a gran piedra,
mos de devolverla a su sitio». * 3 Ellos El, y El os librará de 'as manos de los h u b o también paz entre Israel y los a m o -
y partieron las maderas del carro y ofre- rreos.
respondieron: «Si volvéis el arca del D i o s
cieron las vacas a Yavé en holocausto. filisteos». * 4 Los hijos de Israel quitaron
de Israel, n o la mandéis de vacío, y n o 15 todos los baales y astartés y sirvieron 15 Samuel juzgó a Israel todo el tiem-
Los levitas, bajando del carro el arca
dejéis de hacerle una ofrenda de desagra- sólo a Yavé. po de su vida. * "' C a d a a ñ o hacía un reco-
de Yavé y el cofre q u e estaba junto a ella
vio ; si os curáis, sabréis que era su m a n o 5 Samuel les dijo: «Congregad a todo rrido por Betel, Gálgala y Masfa, y allí,
y contenía los objetos de oro, los pusie-
la que pesaba sobre vosotros sin alzar- Israel en Masfa, y yo rogaré a Yavé en todos estos lugares, juzgaba a Israel.
ron sobre la gran piedra. Las gentes de
se». * 4 Preguntaron los filisteos: «¿Y qué por vosotros». * 6 Reuniéronse en Masfa,
17
Volvíase luego a R a m a , donde estaba
Bet Semes ofrecieron aquel día holocaus-
desagravio hemos de hacerle?» Respon- y sacando agua, la derramaron en tierra su casa, y allí juzgaba a Israel. Alzó allí
tos y sacrificios pacíficos a Yavé. * 16 Los un altar a Yavé.
dieron: «Cinco tumores de oro y cinco ante Y a v é ; y ayunaron aquel día, y cla-
cinco príncipes de los filisteos, después
ratas de o r o , según el número de los prín- m a b a n : «Hemos pecado contra Yavé».
de ver esto, se volvieron a Acarón aquel
cipes de los filisteos, pues u n a misma es Samuel juzgaba a los hijos de Israel en
mismo día.
la plaga que a vosotros y a vuestros prín- 17 Masfa. 7 Habiendo sabido los filisteos que SEGUNDA PARTE
cipes aflige. 5 Haced, pues, una imagen Estos son los tumores de oro q u e
los filisteos d o n a r o n a Yavé como ofren- los hijos de Israel se habían congregado
de vuestros tumores y de las ratas que cu Musfu, subieron sus príncipes contra INSTITUCIÓN DE LA MONARQUÍA
asuelan la tierra y h o n r a d al Dios de Is- da de desagravio: u n o p o r A z o t o , u n o (8-10)
Israel. Tuvieron miedo de los filisteos
rael; quizá deje así de hacer sentir su m a n o por Gaza, uno p o r Ascalón, uno p o r G a t lo* lil|o» de Israel, " y dijeron a Samuel: 1
y u n o por Acarón. i 8 También las ratas
sobre vosotros, sobre vuestros dioses y
sobre vuestra tierra. 6 ¿Para qué endure- de oro eran según el número de ciudades
" N o cosos do clamar por nosotros a Ya-
vc, nuestro Dios, para que nos libre de
8 2
C u a n d o envejeció Samuel, puso
para juzgar a Israel a sus dos hi-
de los cinco príncipes, tanto de las for- j o s ; e l primogénito, de n o m b r e Joel, y
cer vuestro corazón, como endurecieron
el suyo Egipto y el F a r a ó n ? ¿No tuvieron tificadas como de las n o amuralladas.
Testigo la gran piedra que todavía hoy cincuenta mil por otro, muertos por mirar el arca. Se impone la corrección del texto según la ver-
que dejar salir a los hijos de Israel des- itión de ION l.XX, que reduce los muertos a setenta.
pués que los h u b o castigado? 7 Haced, queda en el campo de Josué ; betsemita, 20
sobre la cual se depuso el arca de Yavé. * El urcu de Dios participa de su santidad divina, y Yavé es, a la vez que santo, terrible: «santo
pues, un carro nuevo, t o m a d dos vacas 19
y terrible es su nombre» (Sal 110,9).
que estén criando y que n o hayan sido Los hijos de Jeconías n o se alegraron
con las gentes de Bet Semes al ver el arca y 1 liet Semes está en la tribu de Judá, pero a la falda de los montes, y era, por tanto, lugar menos
nunca puestas al y u g o ; uncid las vacas ' seguro para guardar el arca; Quiriat-Jearim, en cambio, estaba en lo alto de la montaña y era
al carro y dejad los terneros lejos de de Yavé, e hirió éste de entre ellos a se- sitio más seguro. De Silo no vuelve a hacerse mención, probablemente por haber sido destruida
ellas, en el establo. * 8 Coged luego el tenta hombres. El pueblo hizo gran duelo por los filisteos (Jer 7,12.14; 26,6.9).
por haberlos herido Yavé con tan gran 2
arca, la ponéis sobre el carro, y junto a Estos veinte años significarían la opresión filistea, a partir de la derrota pasada hasta la victoria
ella, en un cofre, los objetos que haréis plaga; * 20 y i a s gentes de Bet Semes se que va a contar.
3
Helí desapareció de la escena y aparece Samuel a la cabeza del pueblo.
5
Como en Jueces (20,1; 21,1), Masfa es el sitio de reunión del pueblo y lugar de penitencia;
£ 2 Isaías nota que los filisteos son muy dados a la magia (Is 2,6). Pero aun sin esto, siguiendo >or tanto, lugar santo. El sacrificio, libación o derramamiento de agua podemos verlo en lo que
** las costumbres antiguas, hubieran consultado a sus dioses sobre la conducta que debían seguir
en tan graves circunstancias (cf. 28,6.15).
f fizo David (2 Sam 23,16).
9
3 Pero no sólo se ayuna y se derrama agua; también se ofrecen holocaustos a Yavé, y éstos por
Aun entre los hombres era uso no presentarse ante algún grande sin obsequio (16,20), cuanto un representante suyo: Samuel.
más7 ante un Dios ofendido, y a quien era necesario desagraviar (Ex 23,15: 34,20). 11
La batalla se desarrolla en el mismo sitio que la anterior, entre Eben-Ezer y Afee (4-1),
El carro ha de ser nuevo, es decir, no profanado por el uso ordinario. Igual las vacas, las y los filisteos, vencidos, se retiran por la misma cuesta de Bet-Horon.
cuales, para más mostrar la fuerza superior que las guía, tienen sus terneros, y, atraídas por ellos, 13
Después de esta victoria hubo paz, o mejor, una larga tregua entre Israel y los filisteos,
van mugiendo (2 Sam 6,3). durante los días de Samuel.
15
Según Núm 4,15.25, solamente los levitas podían llevar el arca y los utensilios del santua- 15
Samuel realiza otro tipo de juez distinto de la mayoría de los pasados. No es un caudillo
rio. La ocasión era propicia para ofrecer a Yavé sacrificios en señal de alegría y acción de gracias. militar, pero él convoca al pueblo, -le alienta a la lucha y, como Moisés, ora por él a Yavé para al-
18
La tradición señalaba en Bet Semes la piedra como el sitio en que se realizó tan memorable canzar la victoria. Como Moisés, también ejerce las funciones de sacerdote y las de juez, tallando
suceso. las causas del pueblo y conservando en él la justicia y la paz (12,1 ss.).
" El texto masorético y la Vulgata ponen aquí un estrago de setenta varones por un lado y
I SAM1IUI, 8-9 298 299 I SAMUEL 9-10
el Ncgundo, de nombre Abia, y juzgaban tro rey, y saldrá al frente de nosotros, dad, donde estaba el h o m b r e de Dios, cabeza de los invitados, que eran unos
on Berseba. 3 Pero los hijos de Samuel para combatir nuestros combates». * 2 1 Sa- n C u a n d o subían el repecho que conduce treinta hombres. 23 Samuel dijo al coci-
no siguieron los caminos de éste, sino muel, después de oír las palabras del pue- a la ciudad, encontraron a unas jóvenes n e r o : «Dame la porción que te m a n d é
que se apartaban de ellos por avaricia, blo, se las repitió a Yavé; 2 2 y Yavé le que habían salido a coger agua, y les pusieras aparte». 2 4 El cocinero cogió u n
recibiendo presentes y violando la justi- dijo: «Escúchalos y pon sobre ellos un preguntaron: «¿Está aquí el vidente?» pemil y lo puso ante Saúl. «Es la por-
cia. 4 Reuniéronse todos los ancianos de rey». Entonces dijo Samuel al p u e b l o : 12
Ellas le respondieron, diciendo: «Sí, ción que se te reservaba», dijo a éste
Israel, y vinieron a Samuel, en R a m a , «Vayase cada u n o a su ciudad». aquí está; mira, allí delante; pero ve Samuel: «Ponió delante de ti y come,
5 y le dijeron: «Tú eres ya viejo y tus p r o n t o , porque ha venido hoy a la ciu- pues la hice guardar cuando convoqué
hijos no siguen tus caminos; danos un Saúl dad por tener el pueblo un sacrificio en al pueblo para el m o m e n t o oportuno».
rey para que nos juzgue, como todos los la altura. * 13 En cuanto entréis en la Comió Saúl con Samuel aquel día. 2 5 Ba-
pueblos». 6 Desagradó a Samuel que le
dijeran: «Danos un rey para que nos 9 1 Había en Benjamín un h o m b r e lla-
m a d o Quis, hijo de Abiel, hijo de
ciudad id a verle, antes que suba a la
altura p a r a la comida, pues el pueblo
jaron de la altura a la ciudad, prepara-
ron el lecho a Saúl en la terraza, y luego
juzgue», y oró ante Yavé; * 1 pero Yavé Seror, hijo de Becorat, hijo de Afia, de n o comerá antes que llegue él, que es se acostó. 2 6 Al día siguiente, a la aurora,
dijo a Samuel: «Oye la voz del pueblo Gueba, de Benjamín. Era h o m b r e va- quien h a de bendecir el sacrificio, y des- llamó Samuel a Saúl, que estaba sobre
en cuanto te pide, pues no es a tí a quien liente, 2 y tenía un hijo de nombre Saúl, pués comerán los invitados. Subid, pues, la terraza, y le dijo: «Levántate y te
rechazan, sino a mí, para que no reine todo un buen mozo. N o había hijo de a h o r a mismo y le hallaréis». 1 4 Ellos su- despediré». Levantóse Saúl y salieron am-
sobre ellos. 8 C o m o h a n hecho conmigo Israel más alto que él, y a todos les sa- bieron a la ciudad. C u a n d o entraban en bos juntos. 2 7 C u a n d o hubieron bajado
desde que los saqué de Egipto hasta aho- caba la cabeza. 3 Extraviáronse las asnas ella encontraron a Samuel, que salía para al extremo de la ciudad, dijo Samuel a
ra, dejándome para irse a servir a otros de Quis, padre de Saúl; y dijo Quis a subir a la altura. >5 U n día antes de la Saúl: «Dile al mozo que pase delante de
dioses, así hacen ahora contigo. 9 Escú- Saúl, su hijo: «Lleva contigo un mozo llegada de Saúl había advertido Yavé a nosotros». T o m ó el mozo la delantera, y
chalos, pues; pero da testimonio contra y vete en busca de las asnas». 4 Recorrió Samuel, diciéndole: 16 « M a ñ a n a , a esta dijo Samuel: «Detente ahora, que te dé
ellos y dales a conocer cómo los tratará los montes de Efraím y atravesó la tie- hora, yo te m a n d a r é a un h o m b r e de a conocer lo que dice Yavé».
el rey que reinará sobre ellos». 10 Samuel rra de Salisa, sin hallarlas. Recorrieron Benjamín, y tú le ungirás p o r jefe de
transmitió al pueblo que le pedía rey también la región de Salim, y tampoco m i pueblo, de Israel, y él librará a mi
todo lo que le había dicho Yavé, n y estaban allí; volvieron a tierra de Benja- pueblo de la m a n o de los filisteos, pues U n c i ó n d e Saúl
les dijo: «Ved c ó m o os tratará el rey mín, y tampoco las hallaron. 5 C u a n d o h e visto la humillación de mi pueblo y
que reinará sobre vosotros: Cogerá a llegaron a la región de Suf, dijo Saúl al h a n llegado hasta mí sus clamores». * 1 fl * Cogió Samuel una redoma de
vuestros hijos y los pondrá sobre sus mozo que le a c o m p a ñ a b a : «Vamos a vol- *•" óleo, la vertió sobre la cabeza, de
17
carros y entre sus aurigas y los h a r á vernos, no sea que mi padre, más que Luego que Samuel vio a Saúl, le dijo Saúl y le besó, diciendo: «Yavé te unge
correr delante de su carro. * l 2 D e ellos por las asnas, esté ya intranquilo p o r Y a v é : «Este es el h o m b r e de quien te p o r príncipe de su heredad. Tú reinarás
hará jefes de mil, de ciento y de cincuen- nosotros». 6 El mozo le dijo: «Mira, en hablé ayer. Este reinará sobre mi pueblo». sobre el pueblo de Yavé y le salvarás
t a ; les hará labrar sus campos, recolec- 18 de la m a n o de los enemigos que le ro-
esta ciudad hay un h o m b r e de Dios muy Saúl se acercó a Samuel dentro de la
tar sus mieses, fabricar sus a r m a s de famoso. C u a n t o él dice, seguramente su- puerta y le dijo: «¿Harías el favor de dean. Esto te será señal de que Yavé
guerra y el atalaje de sus carros. l3 To- cede. Vamos, pues, allá, que quizá él indicarme dónde está la casa del viden- te h a ungido como jefe de su h e r e d a d : *
mará a vuestras hijas para perfumeras, nos diga el camino que hemos de seguir». te?» 19 Samuel le contestó: «Soy yo el 2
C u a n d o hoy m e dejes, encontrarás al
cocineras y panaderas. I 4 T o m a r á vues- 7
Saúl dijo al m o z o : «Vamos allá, pero vidente; sube delante de mí a la altura mediodía dos hombres cerca del sepul-
tros mejores campos, viñas y olivares, y ¿qué vamos a llevarle a ese h o m b r e de y comeréis hoy conmigo. M a ñ a n a te des- cro de Raquel, en tierra de Benjamín,
se los dará a sus servidores. 15 Diezmara Dios? Y a n o hay provisiones en las al- pediré y te diré cuanto tienes en tu cora- que te dirán: Las asnas que has ido a
vuestras cosechas y vuestros vinos para forjas, y nosotros no tenemos n a d a que zón. 2,) Por las asnas que hace tres días buscar h a n aparecido, y tu padre n o
sus eunucos y servidores. 16 Cogerá vues- podamos ofrecerle como presente». * 8 El ierdlsto, no te inquietes; h a n sido ha- piensa ya en ellas, sino en vosotros, y
tros siervos y vuestras siervas, vuestros
mejores bueyes y asnos para emplearlos
mozo le dijo: «Mira, he encontrado u n
cuarto de siclo de plata; se lo daré al
ÍImliii. ¿Do quién va a ser cuanto de dice: ¿Cómo haré yo para saber de m i
hijo? * 3 Siguiendo tu camino, llegarás a
IUPCIOMO hay en Israel? ¿ N o va a ser tuyo
en sus obras. 17 Diezmara vuestros reba- h o m b r e de Dios y él nos indicará nues- y de Ioda In casa de tu p a d r e ? » 2 1 Saúl res- la encina de la lamentación de Débora,
ños y vosotros mismos seréis esclavos tro camino». 9 En otro tiempo, en Is- p o n d i ó : «¿Pues no soy yo benjaminita? y te encontrarás con tres hombres su-
suyos. 1 8 Entonces clamaréis a Yavé, pero rael, los que iban a consultar a Dios se ¿ N o soy yo de la mínima tribu de Israel, biendo a adorar a Dios, a Betel, y lle-
Yavé no responderá, puesto que habéis decían unos a o t r o s : «Venid, vamos a de llenjuinín, y no es mi familia la me- vando u n o tres cabritos, el otro tres p a -
pedido un rey». " El pueblo desoyó a consultar al vidente», pues al que llaman nor de liis familias de Benjamín? ¿Por nes y el otro una bota de vino; * 4 des-
Samuel, y dijeron: « N o , no, que haya hoy profeta le llamaban antes vidente. qué me dices eso?» 2 2 Samuel, t o m a n d o pués de preguntarte por tu salud, te da-
sobre nosotros un rey, 2 0 y así seremos 10
Saúl dijo al m o z o : «Has tenido buena a Siiíil y a su mozo, les introdujo en el rán dos de los panes, que tú tomarás de
como todos los pueblos; nos juzgará nues- idea, vamos»; y se dirigieron a la ciu- comedor y les dio el primer lugar, a la sus m a n o s ; 5 luego llegarás a Gueba Elo-
12
Ya en 7,17 se nos habla dicho que Samuel había levantado en su ciudad. Rama de Efraím,
6 Hasta ahora el gobierno de Israel ha sido puramente teocrático. Sólo Dios gobernaba a su un altar a Yavé. En ese altar se celebra el sacrificio por un motivo que el texto no menciona, y al
8 pueblo, y de cuando en cuando suscitaba legados suyos, a quienes encomendaba funciones de sacrificio
16
sigue el banquete sagrado de comunión (cf. Lev 3,1 ss.).
gobierno. Por eso la petición del pueblo supone el deseo de mudar la forma de gobierno y, por tanto, Este versículo, que tiene completo paralelo con Ex 3,7 s., presenta un aspecto distinto al de
desagrada a Samuel y al mismo Dios. Sin embargo. Dios manda al profeta que acceda a la petición la primera actitud de Dios y de su profeta. Lo que allí era una señal de apostasía, aquí es un don de
porque el cambio en sí se había hecho casi necesario, para que Israel, políticamente organizado de salud, que Dios mismo da. Son dos aspectos que tiene la monarquía de Israel, que, de una parte,
un modo permanente, pudiera rechazar los persistentes ataques de sus enemigos, principalmente dio al pueblo la libertad y, de otra, fue su escándalo, induciéndolo a la idolatría.
de los filisteos (Os 8,3 ss.; 13,10-11).
11
La petición de rey desagradó a Yavé y a su profeta, por cuanto significaba una repulsa de 1 A ' L a unción es una consagración. Además, en Israel la unción del rey vino a tener una sig-
la teocracia hasta entonces vigente. Lo que aquí íes propone Samuel no es precisamente la ley cons- * ^ nificación equivalente a lo que nosotros decimos coronación. Es signo del especial carácter
titucional de la monarquía, sino la realidad práctica, mucho más gravosa para el pueblo que la teo- que en Israel tenía la realeza. No es el rey un poder meramente político, como en las demás naciones,
cracia que hasta ahora los había regido. sino2 el ministro de Dios, que vicariamente rige su pueblo.
20 «Seremos como los otros pueblos», es lo que desagrada a Dios y a su profeta; pero, con todo. El sepulcro de Raquel lo coloca el Gen 35,10 «en el camino de Efrata»; pero antes de Migdol-
Dios accede, porque en esa petición existía un motivo de justicia, que luego aparecerá. Eder (Gen 35,21), que Miqueas pone cerca de Jerusalén (Miq 4,8). Jeremías lo supone en la tribu de
7
Benjamín, al norte de Jerusalén, en el camino que los cautivos habían de seguir hacia Babilonia
Este sencillo episodio nos pone ante los ojos un aspecto del profetismo en Israel, de que (31.15)-
9 nos habla el Deuteronomio (18,11 s; cf. Introducción a los libros históricos, n.¿). Este cuarto no 3
Es el sitio de la muerte de Débora, nodriza de Rebeca (Gen 35,8), y donde se la lloró y dio
es una moneda acuñada, sino un pedazo de metal de peso un cuarto de siclo. sepultura. Allí se encontró con tr«s hombres qu< subían a Betel a adorar a Dios.
I SAMUEL 10-11 300 I SAMUEL 11-12
301
him, donde hay u n a guarnición de filis- Y o os saqué de E g i p t o : yo os he librado d a n d o Saúl y t o d o el pueblo muestras
p o n d i ó : «Pactaré a condición de sacaros
leos; y al entrar en la ciudad te encon- de la m a n o de los egipcios y de la de de gran regocijo.
a cada u n o de vosotros el ojo derecho
trarás con un grupo de profetas bajan- cuantos reyes os oprimieron; ls> y vos- y hacer de esto oprobio para todo Is-
do del excelso, precedidos de salterios, otros hoy rechazáis a vuestro Dios, que rael». 3 Dijéronle los ancianos de Jabes: S a m u e l r e s i g n a la j u d i c a t u r a
tímpanos, flautas y arpas, y profetizan- os ha librado de vuestros males y de «Danos tregua de siete días para man-
d o . * * El espíritu de Yavé se apoderará vuestras aflicciones, y le decís: ¡No, p o n •1 O t Dijo Samuel a t o d o Israel: «Ya
dar mensajeros p o r todo Israel; si no
de ti, y profetizarás con ellos y te trans- sobre nosotros un rey! Presentaos ahora •!•« veis que os he oído en cuanto me
viene nadie a socorrernos, nos rendire-
formarás en otro hombre. * ^ C u a n d o to- ante Yavé p o r tribus y p o r familias». mos a ti». 4 Vinieron mensajeros a Gue- habéis dicho y que h e puesto sobre vos-
das estas señales se hayan cumplido en 20
Samuel hizo que se acercasen todas las ba, de Saúl, y contaron al pueblo esto, otros un rey. * 2 Ahora, pues, tenéis ya
ti, haz lo que te venga a m a n o , pues tribus de Israel, y fue sacada la tribu de y el pueblo todo lloró a voz en grito. rey que marche a vuestra cabeza. Y o
Dios estará contigo. s Baja antes que yo 5
Benjamín. * 21 Hizo acercarse a la tribu Venía entonces Saúl del campo tras de ya soy viejo y he encanecido, y mis hi-
a Gálgala, adonde iré a reunirme conti-
de Benjamín p o r familias, y salió la fa- sus bueyes y p r e g u n t ó : «¿Qué tiene el jos ahí los tenéis entre vosotros, como
go para ofrecer holocaustos y sacrificios
milia de H a m m a t r i ; e hizo acercar a la pueblo para llorar así?» Contáronle lo unos de tantos. H e estado al frente de
eucarísticos. Espera siete días, hasta que
familia de H a m m a t r i , p o r varones, y fue que decían los de Jabes. 6 En cuanto lo vosotros desde mi juventud hasta hoy.
yo vaya y te diga lo que has de hacer». 3
9 elegido Saúl, hijo de Quis. Buscáronle, oyó, le arrebató el espíritu de Yavé y Aquí me tenéis. D a d testimonio de mí
En cuanto volvió Saúl las espaldas
pero no le hallaron. 22 Preguntaron en- se encendió en cólera. * i Cogió un par ante Yavé y ante su Ungido. ¿He quitado
para apartarse de Samuel, se sintió otro,
tonces de nuevo a Y a v é : «¿Ha venido?» de bueyes, los cortó en pedazos y m a n d ó a nadie u n buey? ¿He quitado a nadie
y todas las señales aquellas le sucedieron
Y Yavé respondió: «Está escondido entre éstos p o r t o d o el territorio de Israel, por
el mismo día. I 0 C u a n d o llegaron a Gue- un asno? ¿He oprimido a nadie? ¿He
los bagajes». 23 Corrieron a sacarle de medio de mensajeros que dijeran: «Así perjudicado a nadie? ¿He aceptado de
ba encontráronse con u n tropel de profe-
allí, y cuando estuvo en medio del pue- serán tratados los bueyes de cuantos no nadie presentes, ni aun un par de san-
tas, y le arrebató el espíritu de Dios y
blo sobresalía de entre todos, de los h o m - se pongan en marcha tras Saúl y Sa- dalias? D a d testimonio contra mí y yo
se puso a profetizar en medio de ellos.
11 bros arriba. 24 Samuel dijo al pueblo: muel». El terror de Yavé cayó sobre el responderé». 4 Ellos respondieron: « N o
Cuantos de antes le conocían se pre-
«Aquí tenéis al elegido de Yavé. N o hay pueblo, que se puso en marcha como nos has perjudicado, no nos has oprimi-
guntaban: «¿Qué le h a pasado al hijo
un solo hombre. 8 Saúl los revistó en
de Quis? ¡Saúl entre los profetas!» 12 U n o entre todos otro como él». Y el pueblo d o , de nadie has aceptado nada». 5 El
se puso a gritar: «¡Viva el rey!» 25 En- Bezec; y los hijos de Israel eran trescien-
de los presentes contestó: «¿Y quién es les dijo: «Testigo Yavé contra vosotros,
tos mil; los de Judá, treinta mil. " Dijo
el padre de esos otros?» P o r eso ha que- tonces expuso Samuel al pueblo el de- y lo es también hoy su ungido, de que
a los mensajeros que habían venido de
dado en proverbio «¿También Saúl entre recho real y lo escribió en un libro, que nada habéis hallado en mis manos». El
Jabes: «Decid a los hombres de Jabes
los profetas?» 13 C u a n d o h u b o acabado depositó ante Yavé; 26 y despidió Samuel pueblo respondió: «Testigo». 6 Samuel
G a l a d : M a ñ a n a , a mediodía, seréis so-
de profetizar, subió a Gueba. 1 4 U n tío al pueblo todo, cada u n o a su casa. a ñ a d i ó : «Yavé, que hizo a Moisés y A r ó n
corridos». Los mensajeros llevaron la no-
de Saúl preguntó a éste: «¿Adonde ha- También Saúl se fue a su casa, a Gue- y sacó a vuestros padres de Egipto, es
ticia a los hombres de Jabes, que se lle-
béis ido?» Saúl respondió: «A buscar ba, a c o m p a ñ a d o de una tropa de h o m - testigo. 7 Ahora, pues, poneos delante de
naron de alegría "> y dijeron a los amo-
las asnas, pero n o las hemos visto por bres robustos, cuyos corazones había to- Yavé, que quiero juzgaros ante Yavé por
nitas: « M a ñ a n a nos rendiremos a vos-
ninguna parte y fuimos a casa de Sa- cado Dios. * 27 s i n embargo, algunos per- todos los beneficios que os ha hecho a vos-
otros para que con nosotros hagáis lo
muel». 15 El tío le dijo: «Cuéntame lo versos decían: «¿Este va a salvarnos?» otros y a vuestros padres. 8 Cuando Jacob
que bien os parezca». n Al día siguiente
que te ha dicho Samuel». 16 y Saúl res- Y despreciándole, n o le hicieron presen- con sus hijos entró en Egipto y los hu-
dividió Saúl el pueblo en tres cuerpos;
p o n d i ó : «Nos dio a saber que las asnas tes. millaron los egipcios, y vuestros padres
y 11 la vigilia matutina penetraron en el
habían parecido»; pero en cuanto a lo clamaron a Yavé, Yavé les m a n d ó a
cumplimento de los amonitas y los estu-
del reino, nada le dijo de lo que le había Moisés y Arón, que los sacaron de Egip-
D e r r o t a d e los a m o n i t a s y liberación vieron batiendo hasta la hora de más
hablado Samuel.
. nliir, I os que eucupuron se dispersaron to y los establecieron en este lugar. 9 Pero
de Jabes Galad iln inl modo, quo 110 quedaron dos hom- se olvidaron de Yavé, su Dios, y éste
E l e c c i ó n d e Saúl a la s u e r t e n 1
Pasó cosa de u n mes, y subió
Najas, amonita, y sitió a Jabes Ga-
!7 Samuel convocó al pueblo ante Ya- lad. Los habitantes de Jabes dijeron a
l'H'N lllllllls.
'•' íil pueblo decía a Samuel: «¿Quié-
les entregó en manos de Sisara, jefe del
ejército de Jasor; en m a n o s de los filis-
teos, en m a n o s del rey de M o a b , que les
vé en M a s f a * 1 8 y dijo a los hijos de Najas: «Pacta con nosotros y te servire- noN son los que decían: Saúl va a reinar hicieron la guerra. I 0 Clamaron a Yavé,
Israel: «Así habla Yavé, D i o s de Israel: mos». * 2 Pero Najas, amonita, les res- ubre nosotros? Bntréganos esas gentes diciendo: «Hemos pecado, porque hemos
|inru que los demos muerte». * 13 Pero a b a n d o n a d o a Yavé y hemos servido a
5
Esta Gueba de Elohim es desconocida. Pudiera ser que la Ramala, altura de Alá, que hoy Surtí dijo: «Nadie será muerto hoy, pues los baales y a las astartés. Líbranos aho-
existe no lejos de Betel, fuera esa Gueba, Collado de Dios. Allí debía de existir un santuario, del que hoy luí salvado Yavé a Israel». 14 Y dijo ra y nosotros te serviremos». n Mandóles
volvía el grupo de profetas. Las palabras de profeta y profetizar tienen en el Antiguo Testamento Samuel al pueblo: «Venid y vayamos a Yavé a Jerobaal, A b d ó n , Jefté y Samuel,
muy varios sentidos. Uno de ellos es el de cantar himnos sagrados, y es el que viene a nuestro caso. Gálgala para renovar allí el reino».* y os libró de manos de los enemigos que
Estos «profetas» vienen cantando cánticos a Dios. Las ceremonias de que se acompañaban tienen
semejanza con las formas orientales. Pero bajo esta áspera corteza está el espíritu de Yavé, que lu- '* T o d o el pueblo fue a Gálgala, y res- teníais en torno vuestro, y habéis habi-
chaba contra la invasión del paganismo cananeo en Israel (cf. 19,20). tablecieron a Saúl rey ante Yavé en Gal- tado vuestras casas en seguridad. 1 2 Y
6 gula y ofrecieron sacrificios eucarísticos,
El «espíritu de Yavé», que tiene también varios sentidos (11,6; 16,13; Jue 14,6.19: 15,14), ahora, cuando habéis visto que Najas,
significa aquí el estado de fervor religioso de que Saúl se sintió invadido al juntarse con el grupo de
los profetas.
17
* Saúl se siente entonces rey de su pueblo, y, Heno de ardimiento, le convoca a la guerra en de-
En 8,22 Samuel habla enviado al pueblo a sus casas, después de prometerles que accedería fensa de Jabes. Pero no creyéndose aún bastante fuerte, los convoca en torno a su persona y a la de
a sus deseos; ahora los convoca de nuevo en Masfa para poner en ejecución la promesa, aunque no Siimuel.
sin 2antes
0
repetirles la reprimenda que entonces les había echado (8,6 ss.). 12 El entusiasmo producido por la victoria excita deseos de venganza contra la oposición an-
Saúl, que había sido ungido en privado, es ahora públicamente elegido por la suerte, que es terior.4
un medio
26
de conocer la voluntad de Dios (Prov 16,33; J o s 7>*4 ss-)- 1 Samuel, deseoso de consolidar la monarquía y dar con ella unidad a Israel, se aprovecha de
El rey está elegido; la organización del reino será obra dei tiempo, ayudado de las circunstan- iiquel buen comienzo y reúne al pueblo, esta vez en Gálgala, el antiguo campamento de Josué cerca
cias. Pero desde ahora ya se ve que al lado de los generosos y entusiastas del rey elegido hay otros de Jericó y santuario dedicado al Dios de Israel.
«hijos de Belial», que no se sienten satisfechos con la elección hecha por Dios.
• I O 1 Samuel, ante todo, empieza por descargarse del oficio de juez, que hasta entonces venía
1 * En la historia de Jefté (Jue 11,12 ss.) hemos visto las pretensiones de los amonitas sobre * ^ desempeñando, y que desea traspasar al rey, a quien de derecho pertenece. La cuenta que da
1 • el territorio de las tribus transjordánicas. Ahora vuelven a la carga y no cesarán hasta que del de su conducta ante el pueblo es una buena lección para el monarca, a la vez que una justificación
todo sean sometidos por David (2 Sam 12,29 ss.). Su actitud es insolente, como en 2 Sam 10,4. de su buen proceder. En adelante, ya nadie se atreva a acusarle de haber administrado mal la justicia.
I SAMUIÍ1. 12-13 302 303 I SAMUEL 13-14

rey de los hijos de A m m ó n , se ponía en N u e v a i n v a s i ó n d e los filisteos dije: Los filisteos van a venir a atacarme bod, hijo de Fines, hijo de Helí, era sacer-
mincha contra vosotros, me habéis di- a Gálgala y yo no he implorado a Yavé. dote de Yavé en Silo, y llevaba el efod.
c h o : No, que reine un rey sobre- nosotros; •l O > Era Saúl de ... años cuando co- Entonces, obligado por la necesidad, he T a m p o c o la gente sabía nada de adonde
cuando Yavé, vuestro Dios, era vuestro •*• *» menzó a reinar, y había ya reinado ofrecido el holocausto». 13 Samuel dijo a había ido Jonatán. * 4 Entre los pasos por
rey. 13 Ahí tenéis, pues, el rey que habéis dos áflos sobre Israel. * 2 Saúl eligió para Saúl: «Has o b r a d o neciamente y has des- donde J o n a t á n intentaba llegar al puesto
querido y habéis pedido; Yavé le ha sí tres mil hombres de Israel. D o s mil obedecido el m a n d a t o de Yavé, tu Dios. de los filisteos había un diente de roca
puesto por rey vuestro. l 4 S i (ornéis a estaban con él en Mijmas y sobre el Estaba Yavé para afirmar tu reino sobre de un lado y otro del otro, el uno de
Yavé, si le servís y obedecéis; si no sois monte de Betel, y mil con Jonatán en Israel para siempre; 1 4 pero ahora ya tu n o m b r e Boses y el otro Sene. ¡ U n o de
rebeldes a los mandamientos de Yavé, • Gueba de Benjamín. El resto del pueblo reino no persistirá. H a buscado Yavé un ellos se alza al norte, enfrente de Mijmas,
viviréis vosotros y vucsiro rey, que rei- lo m a n d ó cada uno a su tienda. 3 J o n a t á n h o m b r e según su corazón p a r a que sea y el otro al mediodía, enfrente de G u e -
nará sobre vosotros. '-, l'ero si no obede- batió a la guarnición de filisteos que h a - jefe de su pueblo, porque tú no has cum- ba. 6 Jonatán dijo a su escudero: «Anda,
céis a Yavé, si sois rebeldes a sus man- bía en G u e b a ; y al saberlo dijeron los plido lo que Dios te había mandado». vamos a pasar al puesto de los incircun-
15
datos, tendréis contra vosotros la m a n o filisteos: «Se han rebelado los hebreos». Levantóse Samuel y subió de Gálga- cisos; puede ser que Yavé nos ayude,
de Yavé y contrn vuestro rey para des- Saúl hizo que tocasen la trompeta p o r la, prosiguiendo su camino. El resto del pues n a d a le impide salvar con muchos
truiros. 16 Quedaos todavía, para que veáis toda la tierra; * 4 y t o d o Israel oyó que pueblo fue en pos de Saúl al encuentro o con pocos». 7 Su escudero le respon-
el prodigio que va a obrar Yavé a vues- decían: «Saúl ha batido a la guarnición del ejército y llegaron de Gálgala a Gue- dió: «Haz lo que quieras. D o n d e tú va-
tros ojos. , 7 ¿No estamos en el tiempo de de los filisteos», e Israel se hizo odioso a b a de Benjamín. Saúl revistó su tropa, y yas, pronto estoy a seguirte». 8 Jonatán
la siega de los trigos? Pues yo voy a los filisteos y fue convocado el pueblo quedaban con él unos seiscientos hom- le dijo: «Vamos a pasar hacia ésos y a
por Saúl a Gálgala. 5 Reuniéronse los bres. 16 Saúl, Jonatán, su hijo, y la gente
invocar a Yavé, y Yavé tronará y llove- dejarnos ver de ellos. 9 Si nos dicen: «Es-
rá, y veréis así cuan grande es a los ojos filisteos para combatir contra Israel; tres que con ellos quedaba, se apostaron en
mil carros y seis mil caballeros, y de pue- G u e b a de Benjamín, mientras los filisteos perad a que vayamos», nosotros nos que-
de Yavé el mal que habéis hecho pidien-
blo un número comparable a las arenas a c a m p a b a n en Mijmas. 17 Salieron del daremos 10donde estemos y no subiremos
do un rey». * c a m p a m e n t o de los filisteos tres tropas en a ellos; * pero si nos dicen: «Subid acá»,
18 del mar. Vinieron a acampar en Mijmas,
Invocó Samuel a Yavé, y aquel mis- algara para saquear la tierra. U n a tomó subiremos, porque Yavé nos los ha en-
m o día dio Yavé truenos y lluvia, y todo al oriente de Bet-Horon. 6 Los hombres
de Israel se vieron en gran aprieto, pues el camino de Ofra, hacia la tierra de Sual; tregado en nuestras umanos. Esa será para
el pueblo tuvo gran temor de Yavé y de 18
otra el de Bet-Horon, y la tercera el de nosotros la señal». Híciéronse ver am-
Samuel; 1 9 y dijeron a éste: «Ruega por estaban casi cercados, y se ocultaron en
G u e b a , que domina el valle de Seboim, bos del puesto de los filisteos, y éstos di-
tus siervos a Yavé, tu Dios, para que las cavernas, en la maleza y en las peñas, hacia el desierto. 1 9 N o había en t o d a la jeron: «Mirad, los hebreos salen de 1 2los
n o muramos, pues a t o d o s nuestros peca- en las torres y en las cisternas; 7 y los tierra de Israel herrero alguno, pues los agujeros d o n d e se habían metido»; y
dos hemos añadido el de pedirnos un de más lejos pasaron el Jordán y se in- filisteos se habían dicho: «Que no puedan dirigiéndose a Jonatán y a su escudero,
rey». 2 0 Samuel les dijo: «No temáis; ha- ternaron en tierra de G a d y de Galad. los hebreos forjar espadas ni lanzas». dijeron: «Subid a nosotros y os enseña-
béis hecho todo ese mal, pero no ceséis 20
T o d o Israel tenía que bajar a tierra de remos una cosa». Jonatán dijo al escu-
de seguir a Yavé y servirle con todo los filisteos para aguzar cada uno su reja, dero: «Sube detrás de mi, que Yavé los
vuestro corazón. 2 1 N o os apartéis de él, P e c a d o de Saúl su segur, su azadón o su pico. * 2 I N o se ha puesto en manos de Israel». >3 Y sir-
porque será ir tras vanidades que no os disponía más que de la lima para sacar el viéndose de manos y pies, subió Jonatán,
darían provecho ni ayuda alguna, porque Saúl estaba todavía en Gálgala, y la filo a t o d a clase de segures, tridentes y seguido de su escudero. Los filisteos vol-
de nada sirven. 2 2 Yavé, por la gloria de gente que estaba con él se dispersaba.* hoces, y para aguzar las aijadas. 2 2 Lle- vieron la espalda ante Jonatán, que los
8
su nombre, no abandonará a su pueblo, Esperó siete días, según el término que oudo el día del combate de Mijmas, no hería, mientras detrás de él los m a t a b a
ya que ha querido haceros el pueblo había fijado Samuel; pero Samuel no iiuhln en mano del pueblo todo, que es- el escudero. I 4 Esta primera matanza que
suyo. 2 3 Lejos también de mí pecar contra venía, y la gente se dispersaba cada vez lnbii con Saúl y Jonatán, espada ni lanza hizo Jonatán y su escudero fue de unos
Yavé, dejando de rogar por vosotros; yo más. ' Entonces dijo Saúl: «Traedme el inrts que las de Saúl y las de Jonatán, su veinte hombres; en un espacio como de
os mostraré el camino bueno y derecho. * holocausto y las hostias pacíficas»; y ofre- hijo. >•' Los filisteos habían salido para la mitad de una yugada. 15 Trascendió el
24
Temed sólo a Yavé, servidle fielmente ció el holocausto. * 10 Apenas ofrecido el Kuarnecer el paso de Mijmas. espanto al campamento, al llano y a to-
y con todo vuestro corazón, pues ya ha- holocausto, vino Samuel, y Saúl salió a
dos los puestos de los filisteos, y a u n las
béis visto los prodigios que ha hecho en su encuentro para saludarle. n Samuel le
tres columnas de saqueadores fueron pre-
medio de vosotros. 2 5 Pero si perseveráis dijo: «¿Qué has hecho?» Saúl respondió: H a z a ñ a d e J o n a t á n y d e r r o t a d e l o s sa del terror. Temblaba la tierra. F u e u n
«Viendo que la gente se dispersaba, que
en el mal, pereceréis vosotros y vuestro filisteos espanto de Dios. * 16 Los centinelas de
rey». tú no venías en el término fijado y que
Saúl que estaban en Gueba de Benjamín
los filisteos acampaban en Mijmas, 1 2 m e l U n din Joniitán dijo a su escu- vieron cómo la muchedumbre se disper-
17
En la época en que se hallaban, la de la siega, los truenos son cosa jamás vista en Palestina.
H d e r o : «Anda, vamos a pasar al saba y corría de un lado para o t r o . 1 7 Saúl
puesto de los filisteos que está allí del dijo a la gente que tenía con él: «Pasad
Su sonido
23
era como el sello que Dios ponía a todo lo que el profeta acababa de hablar. otro lado». N a d a había dicho a su pa- revista y ved quién falta de entre nos-
A petición del pueblo, Samuel continuará siendo ante Dios el amparador de Israel, y, además, dre. 2 Saúl estaba apostado al extremo de otros». Pasáronla, y se halló que faltaban
su consejero y guia.
Gueba, bajo el granado de Magrón, y te- Jonatán y su escudero. 18 Dijo entonces
•f O t Ni el texto ni las versiones antiguas nos dan el número, que parece haber desaparecido n i a c o n él u n o s s e i s c i e n t o s h o m b r e s . Saúl a Ajías: «Traed el efod»; pues había
' ** Los LXX omiten totalmente este versículo y empiezan el capítulo por ti v.2, que enlaza 3
Ajías, hijo de Ajitub, hermano de Ica-
perfectamente con e! fin del anterior. La lección de este cuerpo de tropa es una señal de que la mo-
narquía se consolida en la persona de Saúl. Por primera vez se nos presenta la simpática figura de 20 Este sencillo detalle dice mucho acerca del estado de Israel y de la opresión que sobre él
Jonatán al frente de mil hombres. Los lugares en que las tropas son colocadas significan que la lucha ejercían los filisteos. No habla herreros ni aun para arreglar los instrumentos de labranza; mucho
contra los filisteos se va a reanudar por el mismo sitio de antes. menos para fabricar armas. Conviene, sin embargo, notar que nos hallamos en los comienzos de la
3
En ro,5 se nos había hablado de una guarnición de filisteos en Gueba de Elohim. Esta batida Edad del Hierro, en el siglo xi a. G.
por 7Jonatán da origen a la guerra.
M 3 Al lado del rey se halla el sacerdote con el efod, instrumento para consultar a Yavé en todo
No se podía emprender la lucha sin consultar a Dios y ofrecer sacrificios para ganar su favor.
Para ello se reúnen de nuevo en Gálgala, tal vez porque Masía estuviera ocupado o amenazado por 1 ™ momento. La forma de consultar a Dios era por las suertes, comoa parece en el v.41. De aquí
los filisteos. la sentencia de Prov 16,33.
9 9
Esta intromisión de Saúl, así como la desobediencia en el cumplimiento de la orden de Dios 15
Este presagio nos trae a la memoria el de Gen 31,8 y 2 Sam 15,26.
de dar al anatema todo lo de Amalee, son muestras de la indocilidad de Saúl, indocilidad que se da Tales golpes de mano suelen resultar felices por el pánico que la sorptesa del ataque causa en
como causa de su reprobación y del cambio de dinastía. los atacados.
I SAMUEL 14 30* I SAMUEL 14-15
\305
llevado el efod y lo tenía allí aquel día el pueblo había pecado contra Yavé co- tos filisteos, y éstos llegaron a su tierra. la hasta Sut, frente a Egipto. 8 Cogió vivo
unte Israel. ' 9 Mientras Saúl hablaba con miendo la carne con su sangre, y dijo: 47
Mientras Saúl reinó sobre Israel, hizo a Agag, rey de Amalee, y dio al anatema
el sacerdote iba extendiéndose y crecien- «Habéis prevaricado. Traedme luego una la guerra a todos los enemigos de en tor- a t o d o el pueblo, pasándolo a filo de es-
do el tumulto en el campamento de los piedra g r a n d e » , 3 4 y a ñ a d i ó : «Id por todo n o : a M o a b , a los hijos de A m m ó n , a pada. * 9 Pero Saúl y el pueblo dejaron
filisteos; y Saúl dijo al sacerdote: «Reti- el pueblo y decidle que m e traiga cada u n o Edon Bet Rejob, al rey de Soba y a los con vida a Agag y las mejores ovejas y los
ra tu mano». * 2 0 Saúl y cuantos con él su buey o su oveja y que la degüelle aquí. filisteos, venciendo en todas partes adon- mejores bueyes, los más gordos y cebados,
estaban se reunieron y avanzaron hasta Después comeréis y no pecaréis contra de se volvía. * 4 8 Llegó a ser muy fuerte; y los corderos, no dándolos al anatema y
el lugar de la lucha, y vieron que los filis- Yavé comiendo carne con sangre». Llevó destruyendo solamente lo malo y sin va-
teos habían vuelto sus armas unos con- derrotó a Amalee y libró a Israel de las
cada cual lo que tenía en su mano y lo m a n o s de cuantos antes le saqueaban. lor.
tra otros y la confusión era grandísima.
21
degolló sobre la piedra. 35 Saúl alzó un 49
Los hijos de Saúl fueron Jonatán, Is-
Los hebreos que de antes estaban con altar a Yavé. F u e el primer altar que alzó ví y Melquisúa; sus dos hijas se llamaron: Saúl, rechaziado p o r D i o s
los filisteos y habían subido con ellos al Saúl a Yavé.
campamento, se pusieron también al lado 36 M e r o b la mayor y Micol la menor. 50 La 10
Saúl dijo: «Vamos a salir a perseguir Yavé dirigió a Samuel su palabra,
de los de Israel, que estaban con Saúl y mujer de Saúl se llamaba Ajinoam, hija
a los filisteos durante la noche, a destro- diciendo: n «Estoy arrepentido de haber
Jonatán. 2 2 Los que de Israel se habían de Ajimas. El n o m b r e del jefe de su ejér-
zarlos hasta que luzca el día, sin dejar hecho rey a Saúl, pues se aparta de mí
ocultado en los montes de Efraím, al te- cito era Abner, hijo de Ner, tío de Saúl.
uno solo con vida». Y le dijeron: «Haz y no hace lo que le digo». Samuel se en-
ner noticia de la huida de los filisteos, se si Quis, padre de Saúl, y Ner, padre de
cuanto bien te parezca». Y él dijo al sacer- tristeció y estuvo clamando a Yavé toda
pusieron igualmente a perseguirlos. 2 3 Así d o t e : «Acércate»; 3 7 y consultó a D i o s :
Abner, eran hijos de Abiel.
52 la n o c h e ; 1 2 y levantándose de m a ñ a n a
libró Yavé aquel día a Israel. El combate La guerra contra los filisteos fue en-
«¿He de bajar en persecución del enemi- para ir al encuentro de Saúl, supo que ha-
siguió hasta Bet-Horon. Vinieron a ser carnizada durante t o d a la vida de Saúl;
go? ¿Los entregarás en manos de Israel?» bía ido al Carmelo, donde se había alzado
los que se reunieron con Saúl unos diez y en cuanto veía Saúl u n h o m b r e robusto
Pero Yavé no dio aquel día respuesta. u n m o n u m e n t o , y de vuelta, pasando m á s
mil nombres, y se extendió la lucha p o r y valiente, le t o m a b a a su servicio.
38
Saúl dijo: «Acercaos aquí todos los je- allá, había bajado a G á l g a l a . 1 3 Dirigióse,
todos los montes de Efraím.
fes del pueblo y buscad a ver por quién D e s o b e d i e n c i a d e Saúl al m a n d a t o pues, Samuel a donde estaba Saúl, y le
haya sido cometido el pecado; 3 9 pues por dijo Saúl: «Bendito seas de Yavé. H e cum-
vida de Yavé, el salvador de Israel, que de Yavé plido la orden de Y a v é » . 1 4 Samuel le con-
T e m e r a r i o j u r a m e n t o d e Saúl
24
si hubiera sido p o r Jonatán, mi hijo, sin I C 1 Samuel dijo a Saúl: «A mí me testó : «¿Qué es entonces ese balar de ove-
Saúl cometió aquel día una gran im- remisión morirá». Nadie del pueblo osó * *» envió Yavé para que te ungiera rey jas que llega a mis oídos y ese mugir de
prudencia, pues conjuró al pueblo, dicien- responderle. * 4 0 Dijo, pues, a todo Is- de su pueblo, de Israel. Escucha, pues, bueyes que oigo?» I 5 Saúl respondió: «Los
d o : «Maldito el h o m b r e que coma n a d a rael: «Poneos todos vosotros de un lado, a h o r a lo que te dice Y a v é : 2 Así habla Ya- han traído de Amalee, pues el pueblo h a
hasta la tarde mientras no me haya ven- y yo y mi hijo, Jonatán, nos pondremos vé Sebaot: Tengo presente lo que hizo reservado las mejores ovejas y los mejores
gado de mis enemigos». Y nadie p r o b ó del otro». El pueblo contestó: «Haz co- Amalee contra Israel cuando le cerró el bueyes para sacrificios a Yavé, tu Dios-
b o c a d o . 2 5 El pueblo estaba extenuado por m o bien te parezca». 4 I Saúl dijo: «Yavé, c a m i n o a su salida de Egipto. Ve, pues, el resto ha sido dado al anatema». 16 s a I
la fatiga; 2 6 y llegó a un bosque donde ha- Dios de Israel, ¿cómo es que no respondes ahora, y castiga a Amalee, 3 y da al ana- muel dijo entonces a Saúl: «Basta; voy a
bía mucha miel en el suelo. A pesar de hoy a tu siervo? Si en mí o en Jonatán, mi tema cuanto es suyo. N o perdones; ma- darte a conocer lo que Yavé me ha dicho
ver la miel corriendo por el suelo, nadie hijo, está este pecado, Yavé, Dios de Is- ta a hombres, mujeres y niños, aun los esta noche». Saúl le dijo: «Habla». 17 § a _
la tomó para llevársela a la boca, por te- rael, da urim; y si está la iniquidad en el de p e c h o ; bueyes y ovejas, camellos y as- muel dijo: «¿No es verdad que, hallán-
m o r del juramento hecho. 2 7 Pero Jona- pueblo, da tummim». Y fueron señalados nos». * 4 Dio, pues, Saúl la orden al pue- dote tú pequeño a tus propios ojos, has
tán, que nada sabía del juramento que su por la suerte Jonatán y Saúl y librado el blo y lo congregó en Telam. Contó dos- venido a ser el jefe de las tribus de Israel
padre había hecho hacer al pueblo, metió p u e b l o . 4 2 Saúl dijo: «Echad ahora la suer- cientos mil infantes y diez mil hombres de y te h a ungido Yavé rey sobre Israel?*
la punta del bastón que llevaba en la ma- te entre mí y Jonatán, mi hijo, y aquel que J u d á . 5 Avanzó Saúl hasta las ciudades 18 Yavé te dio una misión, diciendo te: Ve
no en un panal de miel y se le llevó a la señalare Yavé, morirá». Pero el pueblo de Amalee y puso u n a emboscada en el y da al anatema a esos pecadores de Ama-
boca con la m a n o , y le brillaron los ojos.
28
dijo: « N o será así». Saúl persistió y fue torrente; 6y dijo a los quineos: «Id, re- lee y combátelos hasta exterminarlos.
U n o del pueblo le advirtió: «Tu padre echada la suerte entre él y Jonatán, su hi- tiraos, salid de en medio de Amalee, n o 19
¿Por qué no has obedecido al m a n d a t o
ha hecho jurar al pueblo, diciendo: Mal- jo ; y fue señalado Jonatán. 4 3 Saúl dijo sea que os veáis envueltos con él; pues de Yavé y te has echado sobre el botín
dito el h o m b r e que coma hoy». 2 9 Jona- a J o n a t á n : «Dime qué has hecho». Y J o - vosotros tratasteis con benevolencia a los haciendo mal a los ojos de Yavé?» 2o SSLÚI
tán respondió: «Mi padre ha hecho hoy natán respondió: «He gustado un poco hijos de Israel cuando subían de Egipto». contestó a Samuel: «Yo he obedecido el
mucho mal al pueblo. ¿ N o veis cómo han de miel con la punta del bastón que lleva- Retiráronse, pues, de Amalee los qui- m a n d a t o de Yavé y he seguido el cami-
brillado mis ojos sólo con haber p r o b a d o ba en la m a n o ; ¿por eso voy a morir?»
44
neos. * 7 Saúl batió a Amalee desde Evi- no que me ordenó Yavé: he destruido a
u n poco de miel? 30 Si el pueblo hubiera Saúl dijo: «Que m e castigue Dios con
comido hoy del botín cogido a los ene- todo rigor si n o mueres, Jonatán». 4$ E J a quien su propio padre habría condenado, obedeciendo a la errónea conciencia sobre la obligación
migos, ¡cuánto mayor habría sido la de- pueblo dijo entonces a Saúl: «¿Va a mo- de su
47
juramento.
rrota de los filisteos!» rir Jonatán, el que h a hecho en Israel esta Estos w.47-52 nos dan un resumen de la obra de Saúl, sus victorias contra los pueblos de l a
31
Batieron aquel día a los filisteos des- gran liberación? ¡Jamás! Vive Yavé, n o TransJordania al este, contra Amalee al sur y la lucha tenaz sostenida contra los filisteos, arrojados
de la montaña, que era la posesión de Israel. Con esto, Saúl había cumplido la misión de salvar a su
de Mijmas hasta Ayalón. El pueblo, des- caerá a tierra u n solo cabello de su ca- pueblo (9,16 ss.).
fallecido, 3 2 cuando volvió sobre el bo- beza, pues hoy h a o b r a d o con Dios». Así
tín, cogió ovejas, bueyes y terneros; y salvó el pueblo a Jonatán y no murió. * •f1 C 3 Entre Amalee, pueblo nómada, siempre dispuesto a echarse sobre un pueblo sedentario
46 ** como ya era Israel, y este último, no podia menos de haber perpetua guerra. Ya a la salida
matándolos en el suelo, comió la carne Saúl desistió de salir en persecución de
con su sangre. * 3 3 Dijéronle a Saúl que de Egipto se echó traidoramente Amalee sobre la retaguardia de Israel y apresó y mató a los reza,
gados por la fatiga: y después constantemente se registran incursiones de los amalecitas contra
19
Saúl, en vista del aspecto que presentaba la lucha, ordena suspender la consulta. Israel (Ex 17,8 ss.; Dt 26,17 ss.; 1 Sam 30).
6
32
Desde Gen 9,4 se halla rigurosamente prohibido comer la sangre de los animales. La sangre Los quíneos, a los que pertenecía Jobab, el suegro o pariente de Moisés (Jue 4,11), que había
debía servir para la expiación de los pecados (Lev 19,26; Heb 9,22). seguido en su vida nómada (cf. Jue 4,11.17), aparecen muchas veces unidos a los amalecitas (Núm 2 4
39
El juramento era tan sagrado para los antiguos, que aun su quebrantamiento involuntario 21; Jue
8
1,16). La benevolencia a que el texto alude es la mencionada en Núm 10,29 ss. "
daba lugar a escenas como las que siguen. El texto griego, mejor que el masorético y la Vulgata, nos 17
Ya hemos visto la misma pena impuesta a la ciudad de Jericó (Jos 6,24 ss.; 7,10 s.).
da aquí la manera de consultar a Dios por los urim y tummim. Amalee habitaba al mediodía de la Palestina, y Saúl, acabada la misión, se vuelve por el ca.
45
Sólo la intervención del pueblo salvó de la muerte al héroe de la jornada, del todo inocente. mino del desierto de Judá. En el Carmelo erige un monumento en memoria de su victoriosa exp e I
dldón (25,2 ss.), y continúa su camino hacia Gálgala, para dar allí gracias a Dios por la victoria.
I SAMUEL 15-16 306/ 307 I SAMUEL 16-17
los amalecitas y he traído a Agag, rey de T E R C E R A P A R t o m a n d o el cuerno de óleo, le ungió a
Amalee. 21 £1 pueblo ha tomado del bo- « M á n d a m e a David, tu hijo, el que está
la vista de sus h e r m a n o s ; y desde aquel con las ovejas». 20 i s l l | tomó un asno, lo
tín esas ovejas y esos bueyes, como pri- SAÚL Y D A V I D momento, en lo sucesivo, vino sobre Da-
micias de lo dado al anatema, para sacri- cargó con diez panes, un odre de vino y
06-30 vid el espíritu de Yavé. Samuel se levantó un cabrito, y se lo m a n d ó a Saúl por D a -
,ficarlos
, a Yavé,, — su „Dios,. „ - , en Gálgala». y se volvió a R a m a . * vid, su hijo. * 21 Llegado a cusa de Saúl,
•'i'ero Samuel r e p u s o : «¿No quiere me- Unción de David David se presentó a él. Saúl le cogió cariño
jor Yavé la obediencia a sus mandatos D a v i d , al s e r v i c i o d e S a ú l y le hizo escudero s u y o . 2 2 Saúl dijo 11 Isaí:
que no los holocaustos y las víctimas? 1 fi 1f->'¡° Y a r é a Samuel: «¿Hasta «Que se quede, te ruego, conmigo David, a
14
Mejor es la obediencia que las víctimas. •*• " cuándo vas a estar tú llorando so- El espíritu de Yavé se retiró de Saúl mi servicio, pues ha hallado gracia a mis
Y mejor escuchar que ofrecer el sebo de bre Saúl, a quien he rechazado para que y le turbaba un mal espíritu m a n d a d o de ojos». 23 C u a n d o el mal espíritu de Dios
los carneros. * 23 Tan pecado es la rebe- no reine más sobre Israel? Llena tu cuer- Yavé. * 15 Y dijeron a Saúl sus servidores: se apoderaba de Saúl, David cogía el arpa,
lión como la superstición, y la resisten- no de óleo y ve; te envío a casa de Isaí la tocaba, y Saúl se calmaba y se ponía
cia como la idolatría. Pues que tú has de Belén, pues he elegido entre sus hijos mejor, y el espíritu malo se alejaba de él. *
rechazado el m a n d a t o de Yavé, él te re- al rey que yo quiero». 2 « ¿ C ó m o voy a
chaza también a ti como rey». ir?—contestó Samuel—; lo sabrá Saúl y
24 El gigante Goliat
Dijo entonces Saúl a Samuel: «He me matará». Yavé le dijo: «Lleva conti-
pecado traspasando el m a n d a t o de Yavé go una ternera, y dirás: H e venido p a r a
y ' u s palabras; temí al pueblo y le escu- ofrecer a Yavé un sacrificio. 3 Invitarás
ché. Perdona, pues, te ruego, mi pecado, al sacrificio a Isaí, y ya te indicaré yo
n i Los filisteos, juntando sus tropas
para hacer la guerra, se reunieron
en Soco, que pertenece a Judá. Acampa-
y vuélvete conmigo para adorar a Ya- luego lo que has de hacer, ungiendo al ron entre Soco y Azeca, en Efes D o m i m . *
vé». 26 Samuel le contestó: « N o me vol- que yo te señale». 4 Hizo Samuel lo que 2 Reuniéronse también Saúl y los hombres
vere contigo, porque tú rechazaste el man- le mandaba Yavé, y llegó a Belén. Los de Israel, y vinieron al valle del Terebinto,
dato de Yavé, y Yavé te rechaza a ti para ancianos acudieron inquietos a él y dije- y pusiéronse allí en orden de batalla con-
que no reines en Israel». 27 Volvióse Sa- ron : «¿Tu llegada es para bien?» 5 El tra los filisteos. 3 Estaban éstos acampa-
muel para irse, pero Saúl le cogió p o r la contestó: «Sí, he venido para ofrecer un dos en u n monte, y los de Israel en u n
orla del manto, que se r o m p i ó ; * 28y j e sacrificio a Yavé. Santifícaos y venid con- monte opuesto, mediando entre ellos el
dijo Samuel: «Hoy ha roto Yavé de so- migo al sacrificio». Santificó a Isaí y a valle, que los separaba. 4 Salió al medio,
bre ti el reino para entregárselo a otro sus hijos y los invitó al sacrificio. * 6 Cuan- de las filas de los filisteos, un h o m b r e
mejor que tú; 29 y e j Esplendor de Israel do se presentaron ante él, al ver a Eliab, llamado Goliat, de Gat, que tenía de
no se doblegará, no se arrepentirá, pues se dijo Samuel: «Seguro que se halla ante talla seis codos y u n palmo. * s Cubría
no es un hombre para que se arrepienta». Yavé su ungido». 7 Pero Yavé dijo a su cabeza un casco de bronce y llevaba
3U
Saúl dijo: «He pecado; pero hónrame Samuel: «No tengas en cuenta su figura una coraza escamada, de bronce también,
ahora, te lo ruego, en presencia de los an- y su gran talla, que yo le he descartado. de cinco mil siclos de peso. 6 A los pies
cianos de mi pueblo y en presencia de N o ve Dios como el h o m b r e ; el h o m b r e Citarista egipcio llevaba botas de bronce, y a las espaldas
Israel, y ven conmigo a adorar a Yavé, tu ve la figura, pero Yavé mira al corazón.» * u n escudo, también de bronce. 7 El asta
Dios». 31 Volvióse Samuel y siguió a Saúl, 8 Isaí llamó a A b i n a d a b y le hizo pasar «Te ves turbado p o r u n mal espíritu de de su lanza era c o m o el enjullo de u n
y éste adoró a Yavé. 32 Samuel dijo: ante Samuel. Samuel dijo: «Tampoco es D i o s ; 1 6 permite, señor, que tus siervos te telar, y la punta de la lanza, de hierro,
«Traedme a Agag, rey de Amalee»; y éste el que ha elegido Yavé». 9 Hizo Isai digan que se busque a un diestro tañedor pesaba seiscientos siclos. Delante de él
Agag se acercó a él, temblando, y dijo: pasar a Sama, y Samuel dijo: «Tampoco de arpa que, cuando se apodere de ti el iba su escudero. 8 Goliat se paró, y diri-
«¡Qué amarga es la muerte!» * 33 Samuel es éste el que ha elegido Yavé». 10 Isaí mal espíritu de Dios, la toque y halles giéndose a las tropas de Israel, ordenadas
repuso: «Así como a tantas madres pri- hizo pasar ante Samuel a sus siete hijos, alivio». 1 7 Saúl les dijo: «Buscadme, pues, en batalla, les gritó: «¿Para qué os habéis
vó tu espada de hijos, así será entre las un buen músico y traédmelo». 1 8 T o m a n - puesto en orden de batalla? ¿No soy yo
mujeres tu madre privada de su hijo». y Samuel le dijo: «A ninguno de éstos do u n o de los servidores la palabra, dijo: u n filisteo, y vosotros siervos de Saúl?
. , „ . , „ „ „ «^ „„ „,j„„. ha elegido Yavé». " Preguntó entonces «Yo conozco a un hijo de Isaí, de Belén, Elcgid de entre vosotros un h o m b r e que
1 3 ? » 0 " 0 . , a A 8 a g ante Yavé, en Galga- Samuel a Isaí: «¿Son éstos todos tus hi- que sabe tocar el arpa. Es h o m b r e fuerte baje a pelear conmigo. 9 Si en la lucha
a
' Partióse Samuel para R a m a , y Saúl jos?» Y él le respondió: «Queda el más y valiente, h o m b r e de guerra y discreto m e vence, que me mate y os quedaremos
subió a su casa de Gueba de Saúl. 35 N o pequeño, que está apacentando las ove- en el hablar, y está Yavé con él». * l 9 Saúl sujetos; pero si soy yo el que le venzo y
volvio Samuel a ver a Saúl hasta el día jas». Samuel le dijo: « M a n d a a buscarle, e n v i ó m e n s a j e r o s a Isaí p a r a d e c i r l e :
de su muerte, pero se lamentaba por Saúl pues no nos sentaremos a comer mientras
13
de que se hubiera Yavé arrepentido de ha- no venga él». 12 Isaí m a n d ó a buscarle. Aunque no lo parezca, es claro que esta ceremonia de la unción hubo de realizarse en secreto.
berle hecho rey de Israel. Era rubio, de hermosos ojos y muy bella De tejas abajo era una conspiración contra el rey, y de saberlo éste, no podía menos de castigarla
presencia. Yavé dijo a Samuel: «Leván- duramente.
14
tate y úngele, pues ése es». 1} Samuel, Aquí hallamos opuestos el espíritu bueno, que es el de Yavé, y el espíritu malo. A éste acom-
pañaba una extrema sensibilidad, junto con grave tristeza y mal humor. Al otro, por el contrario,
junto con la paz interior, el bienestar, la alegría y el buen ánimo para toda obra buena. A ambos se
- ~ s muy de retener la doctrina contenida en estos versículos, que nos anuncian la de los pro- da el nombre de «espíritu de Dios», porque procedían de la disposición de ánimo de Saúl o de David
tetas y de los salmos acerca del culto espiritual y la obediencia a la ley divina, preferido al de los para1 8con el Señor.
sacrificios y fiestas (Is 1,11 ss.; Sal 50,7 ss.). Hermoso retrato este que nos hace de David. Yavé está con él, y por eso tiene buena maña
tsto significa la ruptura definitiva entre el profeta y el rey (v.35). De aquí debe de tener ori- para2 0todo, de suerte que cuanto emprende lo lleva a cabo con felicidad.
32 f f a V e m a l e s t . a r d e espíritu de Saúl de que nos hablan con insistencia los capítulos siguientes. David no podía presentarse ante el soberano con las manos vacías. Se imponía llevarle un
La reprobación de que se trata en los w. 17 ss. no es de la persona de Saúl, sino de su deseen- obsequio, fuera del de su persona. Es la ley en Oriente.
ciencia. Samuel accede por el momento a acompañar al rey para honrar su persona ante el pueblo: 23
Era ya conocida de los antiguos la benéfica influencia de la música sobre los hipocondriacos.
pero luego se irán a casa, cada uno por su camino. La muerte de Agag queda justificada en las pala- «I f * El relato que empieza parece ser continuación de 15,35. Los ejércitos se enfrentan, no ya
cras del profeta (v.33) y en las leyes de la época. t ' * en lo alto de la meseta en los términos de Efraim, como antes, sino más al sur, en las es-
1 O c o m esacrificio era ocasión de un banquete y podía servir para encubrir otros propósitos, ri baciones
4
de la montaña, al sudoeste de Jerusalén, no lejos de la ciudad filistea de Gat.
, x ° , n e ' Presente caso. El texto griego nos da sólo cuatro codos en vez de los seis, y esta lección parece preferible.
_, , T S m , b l é " a 1 u l vemos realizada la sentencia de San Pablo de que Dios escoge lo flaco para Es tendencia de los copistas aumentar lo maravilloso. Según Jos 11,22, los enaquim, gigantes, que
confundir lo fuerte (1 Cor 1,27 ss.). existían en Gaza, Gat y Azoto. Una figura de éstas en un ejército como el de Israel, sin armas ni
disciplina militar, era para poner espanto.
I SAMUEL 17 308/ 309 I SAMUEL 17-18

le repitió las mismas palabras, diciendo,/ m a n o de ese filisteo». Saúl entonces le la entrada de G a t y hasta las puertas de
le m a t o a él, seréis vosotros los que nos
dijo: «Ve, y que Yavé sea contigo». Acarón y cayeron filisteos en el camino
quedaréis sujetos y nos serviréis». 1 0 E 1 «Esto es lo que harán al que le mate». 38
filisteo a ñ a d i ó : «Yo arrojo este reto al 28
Eliab, su hermano, que le había oído Saúl hizo que vistieran a David sus de Seraim hasta G a t y Acarón. *
53
hablar a aquellos hombres, se encendió
ejército de Israel. D a d m e un h o m b r e y ropas, púsole sobre la cabeza u n casco A la vuelta de la persecución de los
lucharemos». Al oir las palabras del filis- en cólera contra David y le dijo: «¿Para de bronce y le cubrió de una coraza. filisteos, los hombres de Israel saquearon
39
teo, 11 Saúl y todo Israel se asombraron y qué has bajado y a quién has dejado tu Después David se ciñó la espada de su campamento. 5 4 David cogió la cabeza
se llenaron de miedo. rebañito en el desierto? Y a conozco tu Saúl sobre sus ropas y p r o b ó de andar, y las armas del filisteo y llevó a Jerusa-
orgullo y la malicia de tu corazón. Para pues nunca había ensayado la a r m a d u r a ; lén la cabeza, y las armas las puso en
ver la batalla has bajado tú». * 29 David y dijo a Saúl: « N o puedo andar con estas su tienda. * 5 5 C u a n d o Saúl h u b o visto
D a v i d m a t a al g i g a n t e armas, no estoy acostumbrado»; y des- a David avanzar contra el filisteo, dijo
le contestó: «¿Qué he hecho? Sencilla-
12
David era hijo de un efrateo, de mente, hablar una palabra». 3 0 Y apar- haciéndose de ellas, 4 0 cogió su cayado, a Abner, el jefe de su ejército: «¿De
Belén de Judá, que tenía ocho hijos, lla- tándose de él, se dirigió a otro, haciéndole eligió en el torrente cinco chinarros bien quién es hijo ese joven, Abner?» Abner
m a d o Isaí, y era al tiempo de Saúl u n o lisos y los metió en su zurrón de pastor, respondió: 56 «Por tu vida, que no lo sé,
de los hombres más ancianos. 13 Los tres y con la h o n d a en la m a n o avanzó hacia ¡oh rey!» Y el rey le dijo: «Infórmate,
hijos mayores de Isaí habían salido p a r a el filisteo. 4 i El filisteo se acercó poco a pues, a ver de quién es hijo». 5 7 D e vuel-
la guerra, y se llamaban, el mayor, Eliab; poco a David, precedido de su escudero. ta David de la muerte del filisteo, Abner
42
el segundo, Abinadab, y Sama el tercero. Miró, vio a David y le despreció por le cogió y le llevó ante Saúl, teniendo
14
David era el m e n o r ; y cuando las tro- muy joven de blondo y bello r o s t r o . 4 3 Dí- todavía en la m a n o la cabeza del filisteo.
58
pas marcharon tras de Saúl, 15 David iba jole, pues: «¿Crees que soy yo u n perro, Saúl le preguntó: «¿De quién eres hijo,
y venía y apacentaba las ovejas de su p a r a venir contra mí con un cayado?» mozo?» Y David le contestó: «Soy hijo
padre en Belén, lo El filisteo salía de su «No—contestó David—, eres todavía peor de tu siervo Isaí, de Belén».
campo mañana y tarde, y estuvo haciendo que u n perro». 4 4 Maldíjole el filisteo p o r
así por cuarenta días. " Isaí dijo a David, sus dioses y a ñ a d i ó : «Ven, que dé tus
su hijo: «Toma ese efá de trigo tostado y carnes a las aves del cielo y a las bestias Amistad m á s q u e fraternal entre
esos diez panes y corre al campamento del c a m p o » . 4 5 David respondió al filisteo: David y Jonatán
donde están tus h e r m a n o s ; 18 lleva tam- «Tú vienes contra mí con espada y lanza
bién esos diez requesones p a r a el jefe de y venablo, pero yo voy contra ti en el •1 Q ' C u a n d o h u b o acabado David de
su millar. Visitas a tus hermanos para n o m b r e de Yavé Sabaot, Dios de los •*• O hablar con Saúl, el alma de Jona-
ver cómo están y les preguntas si quieren ejércitos de Israel, a los que has insultado. tán so apegó a la de David y le a m ó
algo». 19 Saúl, ellos y todos los hombres 16 H o y te entregará Yavé en mis m a n o s ; Jonatán como a sí mismo. * 2 Aquel día
de Israel estaban en el valle del Terebinto yo te heriré, te cortaré la cabeza y daré t o m ó Saúl a David y n o le dejó que se
en campaña contra los filisteos. tu cadáver y los del ejército de los filisteos fuera a la casa de su padre. 3 Jonatán
a las aves del cielo y a los animales de la hizo pacto con David, pues le a m a b a
20
David se levantó de madrugada, y, tierra; y sabrá así t o d a la tierra que Israel como a su alma, 4 y quitándose el m a n t o
dejando las ovejas al cuidado de un pas- Honderos asirlos tiene un Dios, 4 ? y sabrán todos éstos que que llevaba, se lo puso a David, así como
tor, se fue cargado de lo que le mandara n o por la espada ni p o r la lanza salva sus arreos militares, su espada, su arco
Isaí. 21 Llegó al campamento cuando el la misma pregunta, recibió la misma Yavé, porque él es el Señor de la guerra, y su cinturón. 5 David salla a combatir
ejército salía a ordenarse en batalla, lan- respuesta. y os entregará en nuestras manos». 4 8 El donde le m a n d a b a Saúl, y siempre proce-
22
zando sus gritos de guerra. Israelitas y 31 Los que habían oído las palabras de filisteo se levantó, se puso en marcha y día con acierto. Saúl le puso al m a n d o
filisteos se ordenaban en batalla, ejército David se las repitieron a Saúl, que le avanzó hacia David. David echó a correr de hombres de guerra, y t o d a la gente
contra ejército. David dejó los objetos m a n d ó venir. 3 2 David dijo a Saúl: «Que a lo lingo del frente del ejército para ir estaba contenta con él, aun los servido-
que traía en m a n o de un guardia del n o desfallezca el corazón de mi señor al encuclillo del filisteo; 4 g metió la m a n o res de Saúl.
bagaje y corrió hacia las filas del ejército. por el filisteo ese. T u siervo irá a luchar en el zurrón, sacó de él un chinarro y lo
En cuanto llegó, preguntó a sus hermanos contra él». 33 Saúl le dijo: «Tú no puedes lanzó con la honda. El chinarro se clavó
cómo estaban; 2 3 pero mientras hablaba ir a batirte con ese filisteo; eres todavía en la frente del filisteo, y éste cayó de E n e m i g a d e Saúl contra D a v i d
con ellos, he aquí que el campeón, el un niño y él es h o m b r e de guerra desde bruces a lierra. ' " A s í David, con una 6
C u a n d o hicieron su entrada después
filisteo de Gat, Goliat de nombre, salió su juventud». 3 4 David dijo a Saúl: «Cuan- honda y una piedra, venció al filisteo y de haber muerto David al filisteo, salían
de las filas de los filisteos y se puso a d o tu siervo apacentaba las ovejas de su le hirió de muerte. 5I Corrió, parándose las mujeres de todas las ciudades de Is-
decir lo de los otros días, oyéndolo David. padre y venía un león o un oso y se lleva- a n t e el filisteo, y no teniendo espada a la rael, cantando y danzando delante del
En viendo a aquél, todos los hombres ba una oveja del rebaño, * 35 yo le perse- m a n o , cogió la de él, sacándola de la
rey Saúl, con tímpanos y triángulos ale-
de Israel se retiraron ante él, temblando guía, le golpeaba y le arrancaba de la vaina; le m a t ó y le cortó la cabeza. Viendo
los filisteos muerto a su campeón, pusié- gremente, 7 y alternando, cantaban las
de miedo. 25 Decíanse unos a otros: «¿Veis boca la oveja; y si se volvía contra mí,
a ese h o m b r e que avanza? Viene a desafiar le agarraba p o r la quijada, le hería y le ronse en fuga, 5 2 y los hombres de Israel, mujeres en c o r o :
a Israel. Al que le mate le colmará el rey mataba. 3 6 Tu siervo h a m a t a d o leones levantándose y lanzando los gritos de «Saúl m a t ó sus mil,
de riquezas, le dará su hija por mujer y y osos; y ese filisteo incircunciso será guerra, persiguieron a los filisteos hasta Pero David sus diez mil».
8
eximirá de tributos la casa de su padre». como u n o de ellos. ¿ N o seré capaz de ir, Saúl se irritó mucho, y esto le des-
26
David preguntó a los que tenía cerca: de batirle y quitar el oprobio de Israel? agradó, pues decía: « D a n diez mil a D a -
«¿Qué darán al que mate a ese filisteo y Porque ¿quién es este incircunciso que 52
No podemos menos de reconocer que en este relato del episodio David-Goliat hay ciertas
arranque a Israel la afrenta? ¿Quién es h a insultado al ejército del D i o s vivo?» divergencias en el texto, que no pueden explicarse más que suponiendo que en él se han contraído
ese filisteo, ese incircunciso, para insultar 3 7 Y a ñ a d i ó : «Yavé, que me libró del diversos documentos. Quizá esta divergencia, no fácilmente explicable, movió a los copistas de
así al ejército del Dios vivo?» 2 7 La gente león y del oso, m e librará también de la ciertos códices griegos a suprimir los w.17,55 a 18,6. (Véanse Introducción a los libros históricos y
la especial a Samuel.)
54
La ciudad de Jerusalén fue arrebatada a los jebuseos por David siendo ya rey de todo Is-
28 rael (2 Sam 5,6 ss.). Parece que este versículo es una adición posterior de algún copista distraído,
gUe
La reprensión de Eliab, el hermano mayor de David (16,6), refleja el interés de éste por la
^3 4a y su corazon
animoso para hacer frente a los peligros de la batalla. •JO 1 El corazón noble y generoso del joven Jonatán se alegra de haber hallado otro como él
Estas fieras no eran raras en la Palestina de entonces, y más en la región desértica del sudeste • ^ y se liga en estrecha amistad con el héroe del día; en cambio, Saúl recela de David y comienza
de Belén, donde David apacentaría los ganados de su padre. En la lucha con ellos se fortalecía el a dejarse dominar por la envidia, que no le dejará en toda la vida.
espíritu guerrero de los pastores (Jue 14,5; 2 Sam 23,20).
1 SAMDEL 18-19 310/ I SAMUEL 19-20
311
vid y a mi mil; nada le falta, si no es rienda». u
Fuéronle a contar a Saúl sus 6
el reino». 9 Desde entonces miraba Saúl servidores lo que decía David, 2 5 y él les pa suya?» Saúl escuchó a Jonatán y O t r a v e z Saúl e n t r e los p r o f e t a s
a David con malos ojos. dijo: «Habladle así: N o necesita el rey j u r ó : «¡Vive Yavé! N o morirá». 7 Jona- 19
10 tán llamó a David y le transmitió estas Dijéronle a Saúl: «Mira, David está
Al otro día se apoderó de Saúl el dote; sólo quiere cien prepucios de filis- 2I)
mal espíritu, y desvariaba en su casa. teos para vengarse de sus enemigos». Así palabras; le llevó luego a Saúl y se quedó en Nayot, en R a m a » . Saúl m a n d ó gen-
David tocaba el arpa, como otras veces. pensaba Saúl que caería David en m a n o s David a su servicio, c o m o estaba antes. te para prenderle, y viendo a la tropa de
profetas profetizando, con Samuel a la
Tenía Saúl en la m a n o su l a n z a , ' " y de los filisteos. cabeza, se apoderó de ellos el espíritu
blandiéndola, la lanzó contra David, di- 26 D a v i d h u y e d e Saúl
C u a n d o los servidores dijeron a D a - 8 de Yavé y pusiéronse ellos también a p r o -
ciendo: «Voy a clavar a David en la vid las palabras que había dicho Saúl, le Comenzó de nuevo la guerra, y D a - fetizar. * 2 1 Dieron a conocer esto a Saúl,
pared». Pero David esquivó el golpe por agradó a aquél la condición puesta para vid marchó contra los filisteos y les dio y éste m a n d ó nueva gente, y también és-
dos veces. 1 2 Comenzó Saúl a temer a ser yerno del rey. 2 7 Y salió David con la batalla, infligiéndoles una gran derrota tos se pusieron a profetizar. Por tercera
David, pues veía que estaba Yavé con los que estaban a su m a n d o y mató cien y poniéndolos en fuga. 9 U n espíritu malo vez envió otros, pero también éstos pro-
éste, mientras que de él se había aparta- filisteos, trayéndose sus prepucios, y los de Yavé se apoderó de Saúl, y estando fetizaron. 2 2 Entonces fue Saúl en persona
do. 13 Alejóle de sí, haciéndole jefe de entregó al rey. Y cuando se cumplieron éste sentado en su casa con la lanza en a R a m a , y al llegar a la cisterna de la era
millar, y David entraba y salía a la vista los días para ser su yerno, diole Saúl p o r la m a n o , mientras tocaba David el arpa, que hay en el teso preguntó: «¿Dónde
de todo el pueblo; I 4 en todas sus empre- mujer su hija Micol. 28 Saúl vio claramen- 10 quiso Saúl clavar a David en la pared, están Samuel y David?» Y le respondie-
sas se mostró acertado, porque Yavé es- te que Yavé estaba con David y que todo pero esquivó éste el golpe, y la lanza ron : «Están en Nayot de Rama». 2 3 Diri-
taba con él. >5 Vio, pues, Saúl que era Israel le amaba. 2 9 Temíale Saúl más y quedó clavada en el muro. H u y ó David; gióse allá, a Nayot de Rama. El espíritu
muy precavido, y le temía. 16 T o d o Is- más cada vez, y fue toda su vida enemi- 11 aquella noche Saúl m a n d ó gente a la de Dios se apoderó de él, e iba profeti-
rael y todo Judá amaba a David, que a go de David. 3 0 Los príncipes de los filis- casa de David para prenderle y matarle zando hasta que llegó a Nayot de R a m a , *
su vista entraba y salía. 1 7 Dijo Saúl a teos hacían incursiones; pero cada vez a la m a ñ a n a ; pero Micol, mujer de Da- 2 4 y quitándose sus vestiduras, profetizó
D a v i d : «Mira, te daré por mujer a mi que salían, David, p o r su habilidad, al-
vid, le informó de ello, diciéndole: «Si él también ante Samuel, y se estuvo des-
hija mayor, M e r o b ; pero has de mostrar- canzaba mejor suceso que todos los otros
te valiente y hacer las guerras de Yavé»; servidores de Saúl, y su n o m b r e llegó a n o te escapas esta misma noche, mañana n u d o por tierra t o d o aquel día y t o d a
pues se decía: «No quiero poner mis ma- ser muy celebrado. * mismo te matarán», i 2 y le descolgó por la noche. D e ahí el proverbio: «¿También
nos sobre él; que le maten las de los la ventana. Saúl entre los profetas?» *
filisteos». * David huyó, poniéndose en salvo. 1 3 Mi-
Intervención de Jonatán e n favor d e col cogió luego los terafim y los metió
18
David respondió a Saúl: «¿Quién soy en el lecho, puso una piel de cabra en el A l i a n z a e n t r e D a v i d y Jonatán
yo y qué es mi vida, qué la casa de mi David
lugar de la cabeza y echó sobre ella una
padre, para que sea yo yerno del rey?» 1 Q l Propuso Saúl a Jonatán, su hijo, cubierta. * , 4 C u a n d o Saúl m a n d ó gente o A ' David huyó de Nayot de R a m a ,
1* Pero cuando llegó el tiempo en que * «J y a todos sus servidores matar a p a r a prender a David, ella les dijo: «Está « " fue a ver a Jonatán y le dijo: «¿Qué
M e r o b , la hija mayor de Saúl, había de D a v i d ; y Jonatán, hijo de Saúl, que a m a - malo». 15 Saúl volvió a mandarlos para he hecho yo? ¿Qué crimen he cometido
ser entregada a David, se la dio por mu- ba mucho a David, * 2 se lo comunicó a que viesen a David, y les dijo: «Traédme- contra tu padre para que de muerte me
2
jer a Hadriel, de Mejolá. 2 0 Micol, la éste, diciéndole: «Saúl, mi padre, busca lo en su lecho para que lo haga matar». persiga?» Jonatán le dijo: « N o , no será
otra hija de Saúl, a m a b a a David; lo matarte. Ponte, pues, en guardia; m a ñ a - 16
Volvieron ellos, pero hallaron en el le- así, no morirás. ¿Había de celarme a mí
supo Saúl, y esto le agradó, * 2 I pues se na, por favor, no te dejes ver y escóndete. cho los terafim y la piel de cabra en el eso mi padre? N o hace mi padre cosa
decía: «Se la daré para que le sirva de 3 Y o saldré con mi padre al campo, adon- sitio de la cabeza. 1 7 Saúl dijo a Micol: alguna, ni grande ni pequeña, sin dárme-
lazo y le haga caer en las manos de los de tú estés; hablaré de ti a mi padre, veré «¿Por qué me has engañado así y has de- la a conocer. ¿Por qué había de 3 ocultar-
filisteos». Dijo, pues, Saúl a D a v i d : «Por qué piensa y te lo comunicaré». 4 Jona- jado escapar a mi enemigo para que se me ésta? N o hay nada de eso». Y juró
segunda vez voy a darte ocasión de ser tán habló a su padre en favor de David,
ponga en salvo?» Micol respondió a Saúl: nuevamente a David. Pero éste dijo: «Sa-
yerno mío». 2 2 Al mismo tiempo dio or- diciéndole: « N o peque el rey contra su be muy bien tu padre que me quieres, y
den a sus servidores, diciéndoles: «Ha- siervo David, pues él no ha pecado con- « M e dijo: Déjame ir o te mato».
blad a David a escondidas de mí y de- tra ti. Por el contrario, cuanto hace es I» Asi huyó David y se salvó. Fuese a se habrá dicho: Que n o lo sepa Jonatán,
cidle: El rey te estima y todos sus servi- para bien t u y o ; 5 ha expuesto su vida, ha casu de Samuel, en Rama, y le contó n o vaya a darle p e n a ; pero por Dios y
dores te queremos; haz por ser yerno derrotado al filisteo y Yavé ha obrado cuanto le habia hecho Saúl. Después se por tu vida, que no hay 4más que un paso
del rey». 2 3 Dijéronle a David esto los por él una gran liberación en t o d o Israel. fue con Samuel a habitar en Nayot, en entre mí y la muerte». Jonatán dijo a
Rama. D a v i d : «Di qué quieres que haga, que yo
servidores, y respondió David: «¿Os pa- Tú lo has visto y te has alegrado. ¿Por haré cuanto me pidas». 5 David le res-
rece cosa fácil eso de ser yerno del rey? qué, pues, vas a hacerte reo de sangre p o n d i ó : « M a ñ a n a es el novilunio, y yo
Y o soy hombre de poco y de poca ha- j inocente haciendo morir a David sin cul- debería sentarme junto al rey en el con-
10 13
Volvemos a la historia de 16,23. La melancolía se apodera de Saúl y, a pesar de la suavidad Se ve por aquí que los terafim, que no faltaban en casa de David, como en la de Jacob, tenían
de la música, en un arrebato de furor arroja la lanza que tenia en la mano, como símbolo de su reale- forma
20
humana (Gen 31,30 ss.).
za, contra el músico. Saúi mismo parte a buscar a David y realizar el propósito de darle muerte. Sobre estos prote-
17 tas véase 10,5. En este pasaje se ponen más de relieve las formas de estos profetas. No hay por qué
En 17,21 se refieren las grandes promesas hechas al vencedor de Goliat. Es probable que las
anularan los celos del rey. Pero ahora le propone el matrimonio como un medio de deshacerse de suponer que la desnudez de Saúl fuera completa, sino que se aligeró de ropa, como se dice de San
él. Entre los hebreos se hacía el matrimonio por compra de la mujer, o lo que era igual, que el novio Pedro en Jn 21,7. No hemos de maravillarnos de estas manifestaciones íeligiosas primitivas, que
debía satisfacer la dote convenida al padre de la novia. aún se ven hoy en Jerusalén entre los musulmanes. Lo divino de la religión mosaica está con fre-
20 cuencia envuelto en formas muy humanas, no nacidas de ella misma, sino recibidas de las costum-
Viéndole vencedor en las batallas, en que esperaba que pereciese, no le cumple la palabra,
tal vez tomando por pretexto las mismas excusas de David. Pero Saúl, firme en su propósito, quiere bres del pueblo y purificadas del sentido idolátrico que pudieran tener en sus orígenes y en los pue-
aprovecharse del amor de Micol por el héroe, sin duda correspondido por él, y le exige una hazaña blos circunvecinos.
23
concreta, pero difícil: la muerte de cien filisteos, con el fin de que perezca en la empresa. Por segunda ye? se nos presenta el origen de esta frase proverbial, que corría en Israel cuando
30 Entre Israel y los filisteos existía un estado de guerra permanente, y eran frecuentes las alga- esta historia se escribía (cf. 1,12).
24
ras de ios unos en el territorio de los otros. En estas turbas de profetas parece que debe distinguirse entre el fondo y las formas exterio-
O ' Saúl, viendo que por los medios indirectos no lograba el iminar a David, a quien conside- res. El primero era indudablemente religioso, deducido de la misma religión mosaica, pues eran
1 " raba su rival, resolvió acudir a otros más directos, y desde luego manifestó su propósito a hombres dedicados de una manera especial al cu'to de Yavé, por el canto de sus alabanzas. Las
formas exteriores, el acompañamiento de músicas estrepitosas, el danzar y bailar prolongados, etc.
sus consejeros, de los cuales parece debió de excluir a Jonatán, según pide la corrección grama-
tical del texto. parecen tomadas de los falsos profetas de las religiones cananeas. No todo en ello era divino, y no
debemos dejarnos engañar por la denominación de profeta, ya que la significación de este nombre
en la Escritura es múltiple.
I SAMUEL 20 312
313 I SAMUEL 20-22
vite. M e iré y me ocultaré en el c a m p o vive Yavé. 2 2 P e r o si le digo: «Mira, las
hasta la tarde. * 6 Si tu padre advierte mi flechas están más allá de ti», entonces chas que tiro». Corrió el mozo, y Jonatán, hoy están puros sus vasos». 7 Diole en-
ausencia, le dices: «David me rogó que le vete, porque es que Yavé quiere que te entre tanto, disparó otra flecha, de m o d o tonces el sacerdote panes santos, por n o
permitiera ir de una escapada a Belén, su vayas. 2 3 En cuanto a lo que u n o a otro que pasase más allá de él. 3 7 C u a n d o el tener m á s que panes de los de la proposi-
ciudad, porque se celebra el sacrificio nos hemos prometido, Yavé es testigo en- m o z o llegaba al lugar donde estaba la ción, de los que habían sido retirados de
anual de toda la familia». 7 Si contesta: tre los dos». flecha que Jonatán había tirado, éste le la presencia de Yavé para reemplazarlos
«Bien está», será que a tu siervo no le 24
David se escondió en el campo. Lle- gritó: «La flecha está más allá de ti», por otros recientes.
38 8
amenaza mal ninguno; pero si se enfu- gado el novilunio, el rey asistió a la co- y siguió diciendo, como si al mozo se Estaba allí aquel día u n o de los ser-
rece, sabrás que tiene resuelta mi pérdida. mida del festín. 2 5 Sentóse en su sitio, dirigiera: «Pronto, date prisa, n o te de- vidores de Saúl retenido en el santuario,
8
Hazme, pues, ese favor, ya que hemos c o m o de costumbre, en la silla cercana tengas». El mozo de J o n a t á n recogió la de n o m b r e Doeg, edomita, jefe de los
hecho entre los dos alianza por el n o m - a la pared. Jonatán se sentó enfrente, y flecha y se vino a donde estaba su señor. cursores de Saúl. 9 Preguntó David a Aji-
39
bre de Yavé. Si algún crimen hay en mí, Abner al lado de Saúl, pero la silla de N a d a sabía el mozo. Sólo Jonatán y melec: «¿Tienes a m a n o u n a lanza o u n a
quítame tú mismo la vida. ¿Para qué lle- David estaba vacía. 26 Saúl n a d a dijo David lo entendían. 4 o Jonatán dio sus espada?, pues n o he traído mis armas,
varme a tu padre?» aquel día, pensando que algo le habría armas al mozo que le acompañaba y le porque urgía la orden del rey». 1" El
9
Jonatán le dijo: «Lejos de ti ese pen- pasado y que se habría contaminado. dijo: «Anda, llévalas a la ciudad». * 4 1 I d o sacerdote respondió: «Ahí está la espada
samiento; pero si llego a saber que ver- «Seguramente es eso, que n o estará puro», el mozo, se alzó David de junto a la pie- de Goliat, el filisteo que t ú mataste en el
daderamente mi padre tiene resuelta tu se dijo. 2 7 Al siguiente día, segundo del d r a y echóse rostro a tierra p o r tres ve- valle del Terebinto. Allí la tienes envuel-
perdición, te lo daré a conocer, te lo ju- novilunio, la silla de David estaba tam- ces. Después ambos se abrazaron y llo- ta en u n p a ñ o , detrás del efod; si ésta
ro». * i" Preguntó David a J o n a t á n : «¿Y bién vacia, y Saúl preguntó a J o n a t á n : r a r o n , derramando David muchas lágri- quieres, cógela, pues otra n o hay». D a -
quién me va a informar de la cosa y de «¿Cómo el hijo de Isaí n o ha venido a co- mas. 4 2 Jonatán dijo a D a v i d : «Vete en vid le dijo: «Ninguna mejor; dámela».*
si tu padre decide algo contra mí?» n J o - mer ni ayer ni hoy?» 2 8 Jonatán contestó paz, ya que u n o a otro nos hemos jurado,
natán le contestó: «Ven, vamos al campo». a Saúl: «David me pidió poder ir con pre- en n o m b r e de Yavé, que El estará entre David, en Gat
Y salieron los dos al campo. * 1 2 Jonatán m u r a a Belén. 2 9 M e dijo: Te ruego que ti y mi y entre mi descendencia y la tuya
m e des permiso p a r a ir, pues tenemos p a r a siempre.» 11 Levantóse, pues, David, y huyendo
dijo allí a D a v i d : «Por Yavé, Dios de de Saúl, se encaminó aquel mismo día a
Israel, te juro que yo sondearé a mi pa- m a ñ a n a en la ciudad u n sacrificio de fa-
milia, y mis hermanos me h a n convoca- David, en Nob Aquis, rey de Gat. * 1 2 Los servidores de
dre m a ñ a n a o pasado mañana. Si la cosa Aquis dijeron a éste: «Ahí está David,
va bien p a r a David y n o m a n d o quien d o . Si, pues, he hallado gracia a tus ojos, n i 1 David se levantó y se fue, y Jo- rey de la tierra; aquel de quien c a n t a b a n :
te informe, t 3 que castigue Yavé a Jona- permíteme que vaya de una escapada a ** * n a t á n se volvió a la ciudad. í Lle- Mató Saúl sus mil, pero David sus diez
tán con t o d o rigor. Si mi padre trata de ver a mis hermanos. Esta es la causa de gó David a N o b , donde estaba Ajimelec,
que n o haya venido a sentarse a la mesa mil». 1' Duvid comprendió lo que aque-
hacerte mal, te informaré también para sacerdote, que le salió asustado al encuen- llas palabras encerraban, y temiendo mu-
que te vayas en paz y que te asista Yavé, del rey». tro y le dijo: «¿Cómo vienes tú solo sin cho de Aquis, rey de Gat, 1 4 fingió haber
c o m o asistió antes a mi padre. 1 4 Si to- 30 que nadie te acompañe?» * 3 David le perdido la razón y hacía entre ellos el
davía vivo entonces, usa conmigo de la Entonces se encendió en cólera Saúl
contra Jonatán y le increpó: «¡Hijo per- respondió: « M e h a d a d o el rey u n a orden loco; tocaba el t a m b o r en las puertas y
b o n d a d de Yavé; y si he muerto, 15 no y m e h a dicho: Que nadie sepa n a d a del dejaba caer la saliva sobre su barba.
dejes de usarla jamás con mi casa; y cuan- verso y contumaz! ¿ N o sé yo bien que tú 15
prefieres al hijo de Isaí, p a r a vergüenza asunto p o r que te envío ni de la orden Aquis dijo a sus servidores: «¿No veis
do Yavé haya arrancado de la tierra a que te he dado. A los mozos les he dicho que ese h o m b r e está loco? ¿Para qué me
todos los enemigos de David, l e persista tuya y vergüenza de la desnudez de tu
madre? 3 i Pues mientras el hijo de Isaí que se reúnan en tal lugar. 4 Mira, pues, lo habéis traído? 16 ¿ M e faltan a mí locos
el n o m b r e de Jonatán con la casa de D a - lo que tienes a m a n o y dame cinco panes y me traéis a ése p a r a que vea sus locu-
viva sobre la tierra, n o h a b r á seguridad
vid y tome Yavé venganza de los enemi-
ni para ti ni para tu reino. M a n d a , pues, o lo que encuentres». 5 El sacerdote res- ras? ¿Voy a tenerlo yo en m i casa?»
gos de David». pondió a David: « N o tengo a m a n o pan
a prenderle y tráemelo, porque hijo es
17 de muerte». 3 2 J o n a t á n respondió a Saúl, del ordinario; pero hay p a n santo, siem- O O 1 Partióse de allí David y huyó a
J o n a t á n juró una vez m á s a David pre que tus mozos se hayan abstenido de *<™ la caverna de Odulam. A l saberlo
p o r el gran a m o r que le tenía, pues le su padre, diciendole: «¿Por qué ha de
morir? ¿Qué ha hecho?» 3 3 Saúl blandió trato con mujeres». * 6 David le contestó: sus hermanos y t o d a la casa de su padre,
a m a b a como a su propia vida. l s Dijo «Eso sí, nos hemos abstenido ayer y an- bajaron a él, * 2 y todos los perseguidos,
J o n a t á n : « M a ñ a n a es el novilunio; se no-contra él su lanza para herirle. Compren-
dió Jonatán que su padre estaba entera- teayer, desde que salimos. Los vasos de los endeudados y descontentos se le unie-
tará tu ausencia, pues se echará de ver los mozos están puros, y como el camino ron, llegando así a m a n d a r a u n o s cuatro-
vacío tu asiento. 1 9 Pasado m a ñ a n a se mente resuelto a hacer morir a David.
34
Levantóse, pues, de la mesa muy eno- que llevamos es desviado, es seguro que I cientos hombres. * 3 D e allí fuese David
notará m á s ; pero tú vienes al mismo sitio
donde te escondiste el día aquel y te co- jado y n o asistió a la comida del segundo 40 Según lo dicho antes, David, ya informado de lo que a su suerte atañía, debía partir (v.22);
locas junto a esa piedra. 2 0 Y o lanzaré día del novilunio, por estar muy apenado pero la 2cosa era demasiado grave, y Jonatán despide a su escudero para hablar a solas con su amigo.
tres flechas hacia allá, como si tirara al por David, contra quien se había decla- Oí Ignoramos por qué David se dirigió al país de los filisteos. No está en su camino. Señalá-
blanco, y mandaré al mozo que vaya a rado francamente su padre. ¿* i banse dos ciudades de este nombre: una al norte de Jerusalén, y, por tanto, no lejos de la resi-
dencia de Saúl: otra cerca déla llanura, al noroeste de Emaús. No parece probable que el tabernácu-
buscarlas. 2 1 Si le digo: «Mira, las flechas 35
Al siguiente día p o r la m a ñ a n a salió lo, que cambió con frecuencia de sitio, estuviera en este último lugar, en los confines de Israel y de
están más acá de ti, cógelas», entonces J o n a t á n al campo, c o m o había conveni- los filisteos.
vienes, que es señal de que las cosas van do con David, a c o m p a ñ a d o de u n mozo, * 5 El sacerdote le ofrece los panes de la proposición, no obstante la prescripción de Lev 24,5 ss.
bien para ti y no hay nada que temer, 3 6 a quien dijo: «Corre a cogerme las fle- El Señor puso de relieve las consecuencias que de aquí se derivaban (Mt 12,3 s.).
10 La espada de Goliat, como un trofeo, había sido depositada en el tabernáculo y se guardaba
Oft 5 El novilunio señalaba el comienzo del mes lunar, por que se regían los hebreos, y es natu- detrás del efod, tantas veces mencionado (31,10).
^ ^ ral que fuera ocasión de sacrificios. Aquí se trata de un sacrificio familiar o de una fiesta anual 11 Estos w . l 1-16 nos cuentan un suceso en que se arriesgaba mucho David. Va a buscar refu-
de familia, semejante a las calendas de los romanos (cf. Núm 10,10: 28,11). gio a Gat, la patria misma de Goliat, y armado de la espada de éste. No es extraño que tuviera que
9
La explicación de este modo de hablar, distinto del del capítulo anterior, pudiera consistir en escapar.
que, considerando Jonatán la enfermedad de su padre, y dejándose llevar de su afecto filial, se resistía ryy 1 Huido de Gat, David se refugia en la gruta de Odulam, no lejos de Gat, al oriente, en la
a admitir
11
que fuera capaz de tal crimen, no obstante las pruebas en contrario. £*> tribu de Judá. Allí vienen a reunírsele todos los parientes, que no se creían seguros de las
Los w . u - 1 7 contienen la propuesta de Jonatán a David en el doble caso de que Saúl se iras del rey. Para asegurarlos los pone bajo la protección del rey de Moab. Tal vez se explique esto
muestre benévolo hacia David o airado y resuelto a darle muerte. por el origen moabita de David, por Rut, su abuela.
35
Los w 24-34 ponen bien de manifiesto las disposiciones de ánimo de Saúl, y Jonatán no 2 Como a Jefté (Jue 11,3), se une a David mucha gente, de los que nada tenían que perder y
puede ya dudar de ellas. La lealtad pide comunicárselo a su amigo. Los w.35-39 narran la ejecución que esperaban ganar algo.
de lo convenido en 18-22.
I SAMüKL 22-23 314
315 I SAMUEL 23-24
a Masfa, en tierra de M o a b , y dijo al rey que pesarían sobre toda la casa de mi pa-
de M o a b : «Te ruego que acojas entre dre, pues tu siervo no sabe nada de todo Saúl, e n persecución d e D a v i d haberos dolido de mi suerte. 2 2 Pero id,
vosotros a mi padre y a mi madre hasta eso, ni poco ni mucho». "> El rey le dijo: os ruego, y observad mejor todavía por
que yo sepa lo que de mi liara Dios». «Vas a morir, Ajimelec, tú y toda la casa 7
C u a n d o Saúl supo que David había dónde anda, inquirid y ved cuáles son
4
Y trajo a su padre y a su madre al rey de tu padre»; * 1 7 y m a n d ó a los guardias ido a Queila, se dijo: «Dios me lo entre- sus andanzas y quién le ha visto; por-
de M o a b , y allí con él habitaron mien- que tenía cerca: «Volveos y dad muerte ga, pues ha ido a encerrarse en una ciu- que, según me han dicho, es muy astuto.
tras estuvo David en la fortaleza. s El a los sacerdotes de Yavé, pues han d a d o dad que tiene puertas y cerrojos». 8 Saúl 23
Examinad y reconoced todos los escon-
profeta de G a d dijo a David: « N o sigas j m a n o a David, y sabiendo bien que huía, reunió al pueblo para la guerra, para drijos donde se oculta, y volved luego a
en la fortaleza; ve y vuelve a tierra de no me informaron de ello». bajar a Queila y sitiar en ella a David mí con informes exactos; y entonces iré
Judá». Volvióse David y se refugió en el Los guardias del rey no quisieron po- y a los suyos; 9 pero David supo el mal con vosotros, y si allí está, yo le descu-
bosque de Jaret. ner su m a n o sobre los sacerdotes de Yavé. designio que contra él t r a m a b a Saúl y briré entre todas las familias de Judá».
18 24
Entonces dijo el rey a D o e g : «Vuélvete dijo al sacerdote Abiatar: «Trae el efod»; Fuéronse, pues, otra vez a Zif, prece-
D a Saúl m u e r t e a los s a c e r d o t e s y mata a los sacerdotes». Y Doeg, edo- io y luego preguntó: «Yavé, Dios de Is- diendo a Saúl; pero David con los suyos
de Nob mita, se volvió, y él m a t ó aquel día a los rael: tu siervo sabe que Saúl se dispone se había retirado al desierto de M a ó n ,
sacerdotes: ochenta y cinco hombres de a venir a Queila para destruir la ciudad al mediodía del desierto, *
6
Supo Saúl que David y los suyos ha- los que vestían efod de lino. 1 9 Saúl pasó por causa mía. * u ¿Bajará contra ella 25
Saúl salió con su gente en busca de
bían sido vistos, y estando en Gueba en también a cuchillo a N o b , ciudad sacer- Saúl como a tu siervo le h a n dicho? Yavé, David; y habiéndolo sabido éste, bajó de
el alto, bajo el tamarindo, con la lanza dotal; hombres y mujeres, niños, hasta D i o s de Israel, dígnate descubrírselo a tu las rocas, quedándose en el desierto de
en la m a n o y rodeado de todos sus servi- los de pecho; bueyes, asnos y ovejas; to- siervo». Y Yavé respondió: «Bajará». M a ó n . 2 6 Informado de ello Saúl, fue
dores, 7 les dijo Saúl: «Escuchad, benja- dos fueron pasados a cuchillo. 2 " U n hijo l 2 Volvió a preguntar D a v i d : «Los ha- en persecución de David al desierto de
minitas: ¿Va a daros también a vosotros de Ajimelec, hijo de Ajitob, pudo esca- bitantes de Queila, ¿me entregarán a mí M a ó n . Marchaba él por un lado de la
el hijo de Isaí campos y viñas y va a ha- par. Llamábase Abiatar; fue a refugiarse y a los míos en m a n o s de Saúl?» Y Yavé m o n t a ñ a , y David y sus gentes, por el
ceros a todos jefes de mil y jefes de cien- a David 2 1 y le dio la noticia de que Saúl respondió: «Te entregarán». 13 Entonces opuesto lado. Mientras se apresuraba D a -
to, * 8 para que así todos os hayáis con- había m a t a d o a todos los sacerdotes de se levantó David con su gente, unos seis- vid para escapar de Saúl y éste y sus gen-
jurado contra mí y no haya nadie que Yavé; 2 2 David dijo a A b i a t a r : «Ya pen- cientos hombres, y saliendo de Queila, tes perseguían a David y los suyos para
me informe de que mi hijo se ha ligado sé yo aquel día que Doeg, edomita, que iban y venían a la ventura. Informado de apoderarse de ellos, 2 7 vino un mensajero
con el hijo de Isaí, y nadie de vosotros estaba en N o b , no dejaría de informar a que David había salido de Queila, sus- a decir a Saúl: «Apresúrate, pues los
se duela de mí y me advierta que mi hijo Saúl. Soy yo la causa de la muerte de toda pendió Saúl su marcha. filisteos han invadido la tierra»;* 2 8 y
ha sublevado contra mí a un servidor la casa de tu padre. 2 3 Quédate conmigo 14
David andaba por el desierto, aco- Saúl hubo de desistir de perseguir a D a -
mío para que me tienda asechanzas, co- y nada temas, que quien a ti te persigue giéndose a los lugares fuertes, y se esta- vid para salir al encuentro de los filis-
m o está haciendo?» 9 Doeg, el edomita, es quien me persigue a mí y aquí estarás bleció en la montaña del desierto de Zif. * teos. Por eso se llama todavía hoy aquel
que estaba entre los servidores de Saúl, bien guardado». 15
Saúl no dejaba de perseguirle constan- lugar R o c a de la Separación.
respondió: «Yo he visto al hijo de Isaí temeate, pero Dios no le puso en sus ma-
en N o b con Ajimelec, hijo de Ajitob. Libra David a Queila nos. Mientras andaba David por el de- D a v i d , e n la c a v e r n a d e E n g a d i .
10
Ajimelec consultó por él a Yavé y le sierto temió por saber que Saúl se había
1
Vinieron a decirle a David que R e s p e t a la v i d a d e S a ú l t e n i é n d o l e
dio víveres y la espada de Goliat, el
filisteo».
11
23 los filisteos estaban atacando a
2
puesto en campaña para quitarle la vida;
y estando en el desierto de Zif, en Joresa, e n su m a n o
El rey hizo llamar a Ajimelec, sacer- Queila y habían saqueado las eras; y is fue en su busca Jonatán, hijo de Saúl, a 1
Subió David y se estableció en
dote, hijo de Ajitob, y a toda la casa de David consultó a Yavé, p r e g u n t a n d o :
su padre, los sacerdotes que había en «¿Iré a batir a los filisteos?» Y Yavé res-
Joresa, y le animó en Dios, diciéndole:
i 7 « N a d a temas, pues la m a n o de Saúl,
24
los lugares fuertes de Engadi. * 2 D e
vuelta Saúl de perseguir a los filisteos,
N o b , y todos vinieron al rey, 1 2 que dijo: p o n d i ó : «Ve; batirás a los filisteos y li- mi padre, no te alcanzará. Tú reinarás supo que David estaba en el desierto
«¿Oyes, hijo de Ajitob?»; y éste contestó: brarás a Queila». * 3 Pero la gente de D a - sobre Israel y yo seré tu segundo. Saúl, de Engadi, 3 y t o m a n d o tres mil h o m -
«Aquí me tienes, mi señor». 13 Y añadió vid le dijo: «Aquí, en Judá, tenemos que mi padre, lo sabe muy bien». * i 8 Renova- bres escogidos de entre todo Israel, iba
Saúl: «¿Por qué os habéis ligado contra guardarnos; ¿qué será si vamos a Queila ron ambos su pacto ante Yavé, y quedán- en busca de David y los suyos por el ro-
4 dose David en Joresa, Jonatán se volvió
mí tú y el hijo de Isaí? Tú le has d a d o pan contra las tropas de los filisteos?» C o n - quedo de Jealim; 4 y llegado a unos redi-
y una espada, y consultaste por él a Yavé sultó David otra vez a Yavé, y Yavé le a casa. diles que había junto al camino, entró
para que él se sublevara contra mí y me respondió: «Álzate y baja a Queila, pues 19
Los de Zif habían ido a Gueba a en una caverna que allí había para hacer
tendiera emboscadas, como lo está ha- te he d a d o los filisteos en tus manos». decir a Saúl: «David está escondido en- una necesidad. David y sus gentes esta-
5
ciendo». 14 Ajimelec respondió al rey: Fue, pues, David a Queila con su gente tre nosotros en los lugares fuertes, en ban en el fondo de la caverna, y los
5

«¿Quién de entre todos tus servidores y atacó a los filisteos, los puso en fuga, Joresa; en la colina de Jaquila, que está hombres de David decían a éste: «Ahí
como David, de una probada fidelidad, apoderándose de su ganado y haciéndo- al mediodía del desierto. 2<> Baja, pues, tienes el día que Yavé te anunció, di-
yerno del rey, admitido a sus consejos les experimentar una gran derrota, li- joh rey!, c o m o estás deseándolo, que po- ciéndote que entregaría a tu enemigo en
y tan honrado por toda tu casa? 15 ¿Es brando así a los habitantes de Queila. nerle en tus manos es cosa nuestra». tus m a n o s ; trátale como bien te parezca».
acaso ese día el primero en que he con- * Abiatar, hijo de Ajimelec, que se había 21
Saúl les dijo: «Bendígaos Yavé por ' David se levantó y, acercándose callada-
sultado yo a Yavé por él? Lejos de mí acogido a David, bajó con él a Queila, 10
semejante cosa. N o me haga el rey cargos, llevando consigo el efod. David se instaló en la ciudad libertada, pero al saberlo el rey viene en su persecución. Esta
vez David tiene para la indispensable consulta a Yavé al sacerdote Abiatar,' escapado de la matanza
7 de su familia en Nob.
16
Las palabras de Saúl parecen indicar que sus oficiales tienen simpatías por David. 14
El desierto de Zif es parte del de Judá, al oeste del mar Muerto.
Este episodio nos muestra hasta qué punto llegaba el furor de Saúl contra David. Por todas 17
Es admirable la nobleza de Jonatán, que viene a] refugio de David para alentarle y renovar
partes veía aliados de su rival, y ni atendía a la manifiesta justificación del sacerdote, antes a él y a con juramento su antigua alianza. Esto significan las frases «le animó en Dios» y «renovaron el pacto
todos los suyos, como si fueran una sola persona, los condena a muerte, no obstante su carácter ante Yavé».
sagrado de sacerdotes. La sentencia pareció tan execrable a los guardias, que sólo un idumeo se 24
Maón está al sur de Zif, en el mismo desierto de Judá.
atrevió a ejecutarla. 27
La Providencia viene en socorro de David por medio de los filisteos, que de nuevo en algara
0*3 2 Una banda de filisteos, llegada en algara a Queila, un poco al sur de Odulam. Informado invaden la tierra de Israel; el texto no dice por dónde.
David, consulta a Yavé, y con la respuesta afirmativa, no obstante la oposición de su gente O A 1 ^ n D u s c a de nuevos refugios, David viene a la región de Engadi, al este de Zif. En el escar-
medrosa, cae sobre los filisteos, libra a Queila y rescata el botín que habían hecho los enemigos. ^ • ^ pado que media entre el desierto y el mar Muerto está la fuente de Engadi, que da nombre
al desierto.
317 I SAMUEL 25
i sAMina. 24-25 316 25
sus p a l a b r a s , se q u e d a r o n e s p e r a n d o : N o haga cuenta mi señor de ese malva-
meulc, corló la orla del m a n t o de Saúl. * 1 me ha puesto en tus m a n o s y tú no m e do de Nabal, porque es lo que su n o m b r e
" I i lugo le latía fuerte el corazón por has matado. 20 ¿ Q u j é n es el que se en- 10 pero N a b a l les respondió: «¿Quién es
David y quién el hijo de Isaí? Son hoy significa, un necio, y está loco. Y o , mi
haber cortado la orla del m a n t o de Saúl; cuentra con su enemigo y le deja seguir señor, n o vi a los que mi señor envió. *
7
y dijo a sus h o m b r e s : «Líbreme Yavé en paz su camino? Que Yavé te pague muchos los siervos que andan huidos de
26
de hacer cosa tal contra mi señor, el un- lo que conmigo has hecho hoy. 2 1 Bien su señor, n ¿Voy a t o m a r yo m i comida Y ahora, m i señor, como vive Yavé,
gido de Yavé; poner mi m a n o sobro el sé ya que tú reinarás y que la realeza y mi bebida y el ganado que he m a t a d o que te ha preservado Yavé de derramar
p a r a mis esquiladores para dárselo a gente sangre y t o m a r p o r tu m a n o la venganza,
que es el ungido de Yavé». * de Israel se afirmará en tus manos. 2 2 Jú- que no sé de dónde es?» 1 2 Los servidores ojalá que todos tus enemigos y cuantos
8
Reprimió David con sus palabras a rame, pues, p o r Yavé que n o destruirás de David, dando media vuelta, tomaron te persiguen sean como Nabal. 2 7 Ahí
los suyos y no dejó que se echasen sobre a mi descendencia después de mí y que el camino y se t o r n a r o n ; y una vez llega- tienes este presente, que tu sierva trae
Saúl. Levantóse luego Saúl para prose- no borrarás m i n o m b r e de la casa de dos, repitieron a David lo que N a b a l les a mi señor, que se reparta entre la gente
guir su c a m i n o ; 9 y entonces se levantó mi padre». * 23 David se lo juró a Saúl, había dicho. 13 Entonces David dijo: «Cí- que sigue a mi s e ñ o r . 2 8 Perdona, te ruego,
también David, y saliendo de la caverna, y éste se volvió a su casa, y David y sus ñase cada u n o su espada». Ciñéronsela, y la falta de t u sierva, pues, de cierto, Yavé
se puso a gritarle: «¡Oh rey, mi señor!» hombres subieron a un lugar fuerte. se ciñó también David la suya, y salió con h a r á a mi señor casa estable, ya que mi
Saúl miró atrás y David se echó rostro unos cuatrocientos hombres, dejando dos- señor combate los combates de Yavé, y
a tierra, prosternándose; 'O y dijo luego a cientos custodiando el bagaje. 1 4 U n o de n o vendrá sobre ti el mal en t o d o el
Saúl: «¿Por qué escuchas lo que te dicen El episodio de Nabal
los criados de Nabal fue a decirle a Abi- tiempo de tu vida. 2 9 Si alguno se levanta
algunos de que yo pretendo tu mal? n H o y 1
E n tanto murió Samuel, y t o d o gail, su mujer: «David ha m a n d a d o del p a r a perseguirte y buscar tu vida, la vida
ven tus ojos cómo Yavé te ha puesto en 25 Israel se reunió p a r a llorarle, y
mis manos en la caverna; pero yo te he fue sepultado en su ciudad, en R a m a .
desierto unos mensajeros a saludar a nues-
tro a m o , que los ha tratado duramente.
de mi señor estará atada en el haz de los
vivos ante Yavé, tu Dios, y la de tus ene-
preservado, diciéndome: « N o pondré yo David bajó al desierto de M a ó n . * 15
Siempre esas gentes se mostraron buenas migos será volteada dentro de lo cavo de
m i m a n o sobre mi señor, que es el un- 2 con nosotros y nunca nos molestaron ni la honda. * 3 0 C u a n d o Yavé haga a mi
H a b í a en M a ó n un h o m b r e muy rico,
gido de Yavé. 12 ¡Mira, padre m í o ; mi- n a d a nos faltó de nuestros rebaños cuando señor todo el bien que le ha prometido y
cuyos bienes estaban en el Carmel; te-
ra! En mi m a n o tengo la orla de tu man- estábamos en el campo. I<4 Ames nos ser- le haga jefe de Israel, 31 no sentirá mi
nía tres mil ovejas y mil cabras. Hallá-
to. Y o la he cortado con mi m a n o ; y vían de defensa de noche y do día lodo el señor el remordimiento de haber derrama-
base en el Carmel p a r a el esquileo de sus
cuando n o te he matado, reconoce y
ovejas. 3 Llamábase el h o m b r e Nabal, y tiempo que estuvimos con ellos guardando do sangre inocente y de haberse vengado
comprende que n o hay en mí ni maldad el ganado. I 7 Mira tú lo que has tío hacer, por su mano. C u a n d o , pues, Yavé favo-
su mujer, Abigail; era u n a mujer de mu-
ni rebeldía y que no he pecado contra ti. p o r q u e la pérdida de nuestro a m o y tío su rezca a mi señor, acuérdate de tu esclava».
cho entendimiento y muy hermosa, mien-
Tú, por el contrario, andas a la caza casa es segura, y es tan malo, que no se lo
tras que él era u n h o m b r e duro y m a l o :
de mi vida para quitármela. 13 Que juz- puede hablar».
32
David dijo a Abigail: «¡Bendito Yavé,
era del linaje de Caleb. * * Supo David
gue Yavé entre mí y ti y sea Yavé el Dios tic Israel, que te ha m a n d a d o hoy a
en el desierto que N a b a l estaba de es-
que m e vengue, que yo no pondré mi 18 En seguida Abigail cogió doscientos mi encuentro! " ¡Bendita tu sabiduría y
quileo ; 5 y le m a n d ó diez mozos, a los
m a n o sobre ti. 14 D e los malos, la mali- panes, dos odres de vino, cinco carneros bendita lú, que me has impedido hoy de-
que dijo: «Subid al Carmel e id en busca
cia, dice el proverbio; pero yo no pon- ya, compuestos, cinco medidas de trigo rramar sangre y vengarme por mi m a n o !
de N a b a l ; y después de saludarle de mi
dré nunca mi m a n o sobre ti. 15 ¿Y con- tostado, cien atados de uvas pasas y dos- 34
D e otro m o d o , ¡vive Yavé, Dios de
p a r t e , * 6 \e habláis de esta m a n e r a : La
tra quién se ha puesto en marcha el rey cientas masas de higos secos, y, hacién- Israel, que no me dejó hacer el mal!,
paz sea contigo, con tu casa y con cuanto
de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un dolo cargar t o d o sobre asnos, * 1 9 dijo a si tú no te hubieras apresurado a venir a
tienes. 7 H e sabido que estás de esquileo.
perro muerto, a una pulga? 16 Juzgue y sus criados: «Pasad vosotros delante, que mi encuentro, que de aquí al alba n o le
Pues bien: tus pastores h a n estado tiem-
pronuncie Yavé entre mí y ti. Que él yo os sigo». N a d a dijo a su m a r i d o ; 2 0 y hubiera quedado a N a b a l h o m b r e vivo». *
po con nosotros; nunca les hemos hecho
vea, que él tome mi causa y que su sen- c u a n d o montada en su asno bajaba por lo 35
David recibió de la m a n o de Abigail lo
ningún mal ni les h a faltado nada del
tencia m e libre de tus manos». cubierto del monle, se encontró con David que ella había traído, y le dijo: «Sube en
ganado mientras h a n estado en el Car-
17 mel. 8 Pregúntales a ellos y te lo dirán. y su nenie, que bajaban frente a ella. 2 1 D a - paz a tu casa; te he oído y he acogido tu
C u a n d o h u b o acabado de hablar Que hallen, pues, gracia a tus ojos estos vid se había dicho: «Muy en vano he petición».
David, dijo Saúl: «¿Eres tú, hijo mío, mozos, ya que llegamos en u n día de guardado yo todo cuanto ese h o m b r e tie- 36
David?» Y alzando la voz, se puso a júbilo. D a , pues, a tus siervos y a tu Volvióse Abigail a casa de N a b a l .
ne en el desierto, y he hecho que nada de Hallábase éste sentado a un gran ban-
llorar y dijo: l s «Mejor eres tú que yo, hijo David lo que halles a m a n o » . lo suyo le faltara; me ha pagado mal por quete, como de rey, y estaba enteramente
pues tú m e has hecho bien y yo te pago bien. 2 2 Que castigue Dios a su siervo ebrio. N a d a le dijo ella, ni poco ni m u c h o ,
con mal. 1 9 T ú has probado hoy que obras 9
C u a n d o llegaron los hombres de D a - David si de aquí al alba queda con vida
benévolamente conmigo, pues que Yavé vid y en n o m b r e de éste repitieron todas hasta ser de día; 3 7 pero a la m a ñ a n a ,
un solo hombre en t o d o lo de Nabal». * cuando ya había digerido el vino, le c o n t ó
5
23
En cuanto Abigail se dio cuenta de la su mujer lo que había pasado, y el cora-
El contexto pide que a las palabras de las gentes de David siga la respuesta del caudillo (v.7). presencia de David, bajóse del asno, y zón se le quedó como muerto, c o m o u n a
La Providencia ofrece a David la extraordinaria ocasión de mostrar su nobleza y el respeto religioso piedra. 3 8 U n o s diez días después, Yavé
Que siente por la unción sagrada de Saúl. Dar muerte al rey no sería eliminar un rival, sería cometer echándose ante David, rostro a tierra,
un sacrilegio en la persona sagrada del rey.
24
se prosternó a sus pies y le dijo: «Caiga hirió a N a b a l y murió éste. *
7
David dio siempre muestra de su espíritu religioso en el respeto a la unción sagrada, y pensaba sobre mí, señor, la falta. Deja que te
que 2poner
2
la mano sobre el rey fuese no sólo un homicidio, sino un verdadero sacrilegio. hable tu esclava y escucha sus palabras.
En este momento Saúl se resigna con la sentencia de Dios, que Samuel le había comunicado
sobre el fin de su dinastía, y pide a David el respeto de su familia, como Jonatán el de la suya. He-
mos de advertir que Saúl era el primer rey de Israel, y no existía aún ley alguna de sucesión en el t 8 Abigail se muestra no sólo discreta, sino perfecta ama de casa. Tal vez la condición del ma-
reino. rido2 2le daba más autoridad para ello.
El juramento de David es la expresión de su ánimo, irritado por la grosería de Nabal. Con
O C x Samuel es una figura nacional, y como tal todo el pueblo le llora, y celebra sus exequias en muy buen acuerdo no se creyó obligado a cumplirlo, una vez que Abigail le hubo aplacado con sus
* * " la forma acostumbrada (Eclo 46,16-23). Es enterrado, no en su casa, sino en su propiedad obsequios.
25
(Núm 20,29; Dt 34,8). Por este tiempo David se retira, no al desierto de Farán, que está muy abajo, La discreta Abigail, al excusar a su marido, no da muestra de grande amor hacia él.
29
sino al de Maón, que ya conocemos. Así lo dicen los LXX. En un saquito como el de la mirra de la esposa (Cant r,l2) guarda Dios a los que ama y con-
3
El nombre de Nabal, necio, bruto, corresponde bien a la pintura que el autor sagrado nos serva su vida; a los condenados a muerte los lanza lejos, como con una honda.
hace5 de él. Lo mismo digamos de Abigail, mi padre (Dios) es alegre. 34
«Hacer el mal» hubiera sido cumplir el juramento hecho, que implicaba la muerte de muchos.
El Carmel se halla al sur de Hebrón, en el desierto de Judá, donde la única riqueza que cabe 38
Nabal murió, sin duda, de un mal repentino, en que se mostró la mano de Yavé, que lo arro-
es la ganadería. Los días del esquileo son días de regocijo. David envía a su gente en demanda de) jó a la región de los muertos como piedra con la honda (v.26).
aguinaldo a que creía tener derecho por los servicios prestados.
AMnia 2ñ'2l< 318 319 I SAMUEL 26-28
UuvIiJ t o m a a A b i g a i l por mujtr llorru junto a la cabecera. Abner y la insensato y he faltado mucho». 2 2 David preguntaba: «¿A quién habéis atacado
gen le dormían en torno de é l . * 8 Abisai respondió: «Aquí tienes tu lanza, rey. hoy?» David contestaba: «Al mediodía de
-'• C u a n d o supo David In muerte ilo dijo a D a v i d : «Dios ha entregado hoy
Nabal, se dijo: «¡Bendilo YnvcJ, (|iic luí Q u e venga u n mozo a buscarla; 23 Yavé Judá, al mediodía de Jerameel, al medio-
en tus manos a tu enemigo. Déjame que dará a cada u n o según su justicia y su día de los guineos». u David no dejaba
defendido mi causa coniru el lili rujo que ahora mismo le atraviese con mi lanza
m e hizo N a b a l e impidió « su *lervo hacer fidelidad. H o y te ha puesto en mis manos, con vida hombre ni mujer, trayéndolos a
y de un golpe le clave en la tierra; n o y yo no he querido alzar mi m a n o contra Gat por temor de que informasen contra
el mal! Yavé ha hecho que In innUliul de
tendré que repetir». 9 Pero David le dijo: el ungido de Yavé. 2 4 C o m o ha sido hoy ellos, diciendo: «Esto es lo que ha hecho
N a b a l recayera sobre su CIIIKVII». Des-
pués m a n d ó mensajero* n Abigail para «No le mates. Quien pusiere su m a n o so- preciosa tu vida a mis ojos, así lo sea la David». Así procedió todo el tiempo que
proponerla que c|iit'rin lomarla por mu- bre el ungido de Yavé, ¿quedaría impu- mía a los ojos de Yavé y me libre El de e s t u v o en la t i e r r a d e los f i l i s t e o s . *
jer. * 4 0 Llegados a cusa de Abiguil, en el ne?» 10 Y a ñ a d i ó : «Tan cierto como vive t o d a a n g u s t i a » . 2 5 Saúl dijo a D a v i d : 12
Aquis se fiaba de David y se decía: «Se
Carmel, los mensajeros la hablaron de Yavé, que, si n o le hiere El y le llega su «¡Bendito seas, hijo mío, David! Afortu- está haciendo odioso a su pueblo y será
esta manera: «David nos envía a ti para día y muere, o muere en la g u e r r a , n Yavé n a d o serás en todas tus empresas». David para siempre mi servidor».
decirte que quiere tomarte por mujer». me libre de poner la m a n o sobre su ungi- prosiguió su camino y Saúl se volvió a
41
Ella se levantó y, postrándose rostro a do. Coge la lanza y el jarro que está j u n t o su casa. N u e v a i n v a s i ó n d e los filisteos
tierra, dijo: «Que tu sierva sea una esclava a la cabecera y vamonos». * 1 2 Llevóse
para lavar los pies a los servidores de mi David la lanza y el jarro que estaban D a v i d al servicio d e los filisteos O O 1 P o r aquel tiempo reunieron los
señor». 4 2 Levantóse luego Abigail, y mon- junto a la cabecera de Saúl, y se fueron. ™ ** filisteos sus tropas en un solo ejér-
Nadie los vio ni se dio nadie cuenta de O >] i David se dijo: « U n día u otro cito para ir contra Israel. Aquis dijo en-
tando sobre su asno, acompañada de cinco
de sus mozas, siguió a los mensajeros de n a d a ; nadie se despertó; todos dormían, « • voy a perecer a m a n o s de Saúl; tonces a D a v i d : «Sabrás que has de venir
David, y fue su mujer. pues había hecho caer Yavé sobre ellos lo mejor será que luego m e refugie en conmigo a la campaña, tú y tus h o m -
un profundo sopor. la tierra de los filisteos, para que desista bres». * 2 David le contestó: «Ya verás lo
43
David t o m ó también por mujer a 13
David pasó al otro lado y se puso Saúl de buscarme en la de Israel; así que hace tu siervo». Aquis a ñ a d i ó : «Yo
Ajinoam, de Jezrael. Una y otra fueron lejos, sobre la cumbre de una colina, se- escaparé de sus m a n o s » . 2 Levantóse, pues, te confiaré la guardia de mi persona p a r a
mujeres de David. 4 4 Saúl había dado su y pasó con los seiscientos hombres que le siempre».
parándolos largo trecho, 1 4 y gritó a la
hija Micol, mujer de David, a Paltí, de seguían a la tierra de Aquis, rujo de M a o c ,
gente y a Abner, hijo de N e r : «¡Abner!
Galim, hijo de Lais.
¿No contestas?» Abner respondió: rey de Gat. 3 Quedóse con sus gentes cerca V a S a ú l a c o n s u l t a r a la p i t o n i s a d e
«¿Quién eres tú, que así me llamas?» de Aquis, en G a t , cada uno con su familia. Endor
R e s p e t a o t r a v e z D a v i d la v i d a d e 15
David dijo a A b n e r : «¿No eres tú un David con sus dos mujeres, Ajinoam de
3
Saúl teniéndole e n sus m a n o s valiente? ¿Quién c o m o t ú en Israel? ¿Có- Jezrael y Abigail de Carmel, mujer de Había muerto Samuel. T o d o Israel le
m o no guardas a tu rey y s e ñ o r ? 1 6 Alguien N a b a l . 4 Sabiendo Saúl que David había había llorado, y había sido sepultado en
n c i Vinieron los de Zif a Saúl a Gue- huido a Gat, no volvió a perseguirle. R a m a , su ciudad. Saúl había hecho des-
" * • ba y le dijeron que David estaba ha venido a matar al rey, tu señor. Eso 5
no está bien. C o m o vive Yavé, que mere- David dijo a Aquis: «Si he hallado gracia aparecer de aquella tierra a todos los
en la colina de Jaquila, al mediodía del a tus ojos, que m e designen en una de las evocadores de los muertos y adivinos. *
d e s i e r t o ; 2 y levantándose, bajó al desierto ces la muerte por no guardar a tu señor, 4
el ungido de Yavé. Busca la lanza y el ciudades del campo un lugar donde habi- Los filisteos, reuniéndose, vinieron a
de Zif, llevando consigo tres mil hombres, tar. ¿Para qué h a de habitar tu siervo en acampar en Sunam, y Saúl, reuniendo a
escogidos de Israel, al desierto de Zif, en jarro que tenía el rey junto a su cabecera».
17
Saúl conoció la voz de David y dijo: la ciudad real?» 6 Entonces le designó todo Israel, acampó en Gélboe. * 5 A la
busca de David. 3 Acampó Saúl sobre la Aquis Siceleg, y por eso Siceleg pertenece vista del campamento de los filisteos, Saúl
colina de Jaquila, frente al desierto, jun- «¿Eres tú, hijo m í o , D a v i d ? » D a v i d
contestó: «Yo soy, ¡oh rey, mi señor!» hasta hoy a los reyes de Judá. tembló y se le agitó el corazón. 6 Con-
to al camino. David andaba por el de- 7
El tiempo que pasó David entre los sultó a Yavé, pero Yavé no le respondía
sierto. Sabiendo David que había venido !8 Y a ñ a d i ó : «¿Por qué persigue el rey a
su siervo? ¿Qué he hecho yo? ¿Qué cri- filisteos fue de un a ñ o y cuatro meses. ni por sueños, ni por los urim, ni p o r
Saúl al desierto en busca suya, 4 m a n d ó 8
David y sus gentes subían y hacían profetas, * 7 y dijo a sus servidores: «Bus-
espías, que le informaran que Saúl venía men he cometido? 1 9 Si es Yavé quien te
excita contra mí, que El reciba el olor incursiones contra los guesurianos, con- cadme una pitonisa para que vaya a con-
por el camino de Queila. 5 Levantóse y tra los pereceos y contra los amalecítas, sultarla». Sus servidores le dijeron: «En
fue al campo donde acampaba Saúl y de una ofrenda; pero si son hombres,
malditos sean de Yavé, pues me echan pues todos éstos habitaban la región, des- Endor hay una pitonisa»;* 8 y Saúl, dis-
exploró el lugar donde dormía con Abner, de Telam, según se va al sur, hasta el frazándose, fue allá, acompañado de dos
hijo de Ner, jefe de su ejército. D o r m í a ahora de mi puesto en la heredad de
Yavé, diciendo: «Vete a servir a dioses Egipto. * * David asolaba estas tierras, sin hombres. Llegados de noche a la casa de
Saúl en la barricada, en derredor de la dejar vivos hombre ni mujer, apoderán- la mujer, Saúl le dijo: «Predime lo por
cual acampaba la gente. 6 Dirigiéndose, ajenos». * 2 0 Que no caiga mi sangre so-
bre la tierra, lejos de la faz de Yavé; ya dose de ovejas, bueyes, asnos, camellos y venir, evocando a un muerto, el que yo
pues, a Ajimelec, jeteo, y a Abisai, hijo vestidos, y se volvía a Aquis. , 0 Este le te diga». ' Ella contestó: «Bien sabrás lo
de Sarvia, hermano de Joab, les dijo: que el rey se ha puesto a perseguirme
«¿Quién baja conmigo al campo de Saúl?» como se persigue p o r los montes a u n a 0 7 8 Gomo se cuenta de Jefté (Jue 11,3), David y su gente viven de lo que les producen las al-
Abisai contestó: «Yo bajaré contigo». perdiz». 2 I Saúl dijo: «He pecado. Vuelve, ^ ' garas en países enemigos. Aquis cree que las hace en el reino de Saúl; en realidad las hace
7
Llegaron David y Abisai y encontra- David, hijo mío, que yo no te haré ya sobre los amalecítas y otras tribus, cuyos nombres no se pueden precisar con seguridad por la inco-
ron a Saúl durmiendo en el medio del mal, puesto que mi vida ha sido hoy pre- rrección del texto, pero que moran en el desierto que se extiende entre Palestina y Egipto.
11
campamento, con la lanza clavada en ciosa a tus ojos. H e o b r a d o como u n La justicia de esta conducta hay que apreciarla según las costumbres duras de la guerra en
la antigüedad.
39 O f i \ Los engaños de antes ponen a David en un grave aprieto, que por el texto no parece sen-
Abigail, como viuda, podía disponer de sí; no se hallaba en la condición de una doncella,
sujeta a la autoridad paterna. No parece que tuviera hijos, los cuales pudieran haber sido un obstácu- _ tir, pero del que la Providencia le sacó felizmente. Sus palabras a Aquis, si no tienen doble
lo a este segundo matrimonio, sin luto por su primer marido. sentido,
3
muestran poco amor hacia su pueblo.
O C 7 A campo raso descansa todo el ejército, y el rey en el centro, rodeado de los bagajes, para Con esta medida Saúl había obrado muy conforme con las prescripciones de la Ley (Lev 19,31;
Dt 418,9 ss.).
" • " que esté más protegido. La batalla se prepara en los campos de Esdrelón, donde se dio la batalla contra Sisara
1
* Una vez más David muestra su ánimo noble y su respeto hacia el ungido de Yavé. (Jue 4,i ss.).
" Si es Yavé el que mueve a Saúl, que El mismo acepte como suave olor el sacrificio del rey; si 6
Era imposible tomar una decisión sin consultar a Yavé, que ahora no respondía por ninguno
los hombres malvados son los que incitan al rey a obrar asi, sean malditos, porque fuerzan a David de los modos empleados para consultarle. Gravísimo aprieto el del rey.
a desterrarse del territorio de Yavé (Jos 22,19 ss.), le privan de los sacrificios y, obligándole a vivir 7
Saúl, viendo que por ningún medio lícito le contestaba Dios, recurre al reprobado por la Ley,
bajo dioses extraños, le ponen por lo mismo en ocasión de rendirles homenaje y pedirles sus favores la evocación de los muertos. La evocación de Samuel es diversamente conocida por los Padres e
(cf. Rut 1,15 s.). Estas palabras de David anuncian su resolución de expatriarse. intérpretes, sin que podamos dar como cierta ninguna de las exposiciones.
i sAMiiiii, 28-29 320 I SAMUEL 29-30
321
que hu hecho Saúl, que h a b o r r a d o de qua tengas fuerzas para proseguir tu ca- cho yo y qué has hallado tú en tu siervo, vid; l 2 diéronle pan que comiera y agua
osla tierra a todos los evocadores y adivi- mino». 2 3 El contestó: « N o comeré nada». desde que estoy junto a ti hasta hoy, para que bebiera y u n trozo de torta de higos
nos. ¿Me tiendes u n lazo p a r a hacerme Sus servidores, uniéndose a la mujer, in- que no marche yo a combatir a los enemi- secos y un racimo de pasas. U n a vez que
morir?» 1° Saúl le juró p o r Yavé, diciendo: sistieron, y él se rindió a sus instancias. gos de mi señor, el rey?» * 9 Aquis respon- con el alimento se recobró, pues había es-
« C o m o vive Yavé, que p o r esto no (e lia Levantóse de tierra y se sentó sobre el dió a D a v i d : «Yo sé bien que tú has sido tado tres días y tres noches sin comer ni
de venir ningún mal», n Díjole la mujer: d i v á n . 2 4 Tenía en casa la mujer u n ternero bueno conmigo, como un ángel de D i o s ; beber, 13 le preguntó D a v i d : «¿De quién
«¿A quién he de evocar?» Y Saúl contestó: g o r d o ; matóle luego, y t o m a n d o harina y de dónde eres tú?» El respondió: «Soy
p e r o los jefes de los filisteos dicen: Que
«Evócame a Samuel». coció u n o s ázimos 2 5 y los presentó a Saúl n o suba con nosotros a la batalla. w Así u n esclavo egipcio al servicio de un ama-
12
A la vista de Samuel, la mujer lanzó y a sus servidores, quienes, después de que levántate de m a ñ a n a tú y los siervos lecita, y hace tres días me abandonó mi
u n grito y dijo a S a ú l : * <•*«¿Por qué me comer, se levantaron y partieron aquella a m o p o r q u e enfermé. * 1 4 Habíamos he-
de t u señor que h a n venido contigo; iréis
h a s engañado? Tú eres Saúl». El rey le misma noche. cho u n a incursión en el Negueb de Que-
al lugar que os he señalado; no guardes
dijo: « N o temas. ¿Qué es lo que ves?» resentimiento en tu corazón, p o r q u e m e ret, y en el de Judá, y en el Negueb de
L a mujer dijo a Saúl: «Veo un dios que C a l e b , y h e m o s i n c e n d i a d o Siceleg.»
D a v i d , d e s p e d i d o del ejército d e los eres g r a t o ; levantaos bien de mañana y
se alza de la tierra». * ' 4 « ¿ Y cuál es su 15
David le preguntó: «¿Quieres guiarme
figura?», preguntó Saúl. Ella respondió: filisteos partid en cuanto sea de día», u David y
sus gentes se levantaron bien temprano, hacia donde está la banda?» El le res-
«Es u n anciano que sube envuelto en su Q A 1 Reunieron los filisteos todas sus p o n d i ó : «Júrame p o r Dios que no me
manto». Comprendió Saúl que era Sa- y partieron de vuelta a la tierra de los
& «J tropas en Afee, e Israel acampaba filisteos, y los filisteos subieron a Jezrael. matarás ni m e entregarás a mi a m o , y te
muel y se prosternó rostro a tierra. 15 Sa- cerca de la fuente de Jezrael. 2 Mientras
muel dijo a Saúl: «¿Por qué has turbado guiaré a donde está la banda». 16 Guió-
avanzaban los príncipes de los filisteos a los, y vieron que estaban los amalecitas
mi reposo, evocándome?» Saúl respondió: la cabeza de sus centenas y sus millares, S a q u e o e i n c e n d i o d e Siceleg p o r los
«Estoy en gran aprieto. Los filisteos m e esparcidos p o r t o d o el campo, comiendo,
David y los suyos marchaban a retaguar- amalecitas
hacen la guerra y Yavé se ha retirado bebiendo y bailando, pues era muy gran-
dia con Aquis. 3 Y los jefes de los filisteos n A 1 C u a n d o al tercer día llegó David d e el botín que habían cogido en la tierra
de mí. N o m e h a respondido ni p o r p r o - preguntaron: «¿Qué hacen aquí estos he-
fetas ni p o r sueños. Te h e evocado para >5 " con sus hombres a Siceleg, los ama- de los filisteos y en la de Judá. 1 7 David
breos?» Aquis les dijo: «¿No veis que es los batió desde la aurora hasta la tarde,
que me digas qué he de hacer». * 1 6 Samuel David, siervo de Saúl, rey de Israel, que
lecitas habían irrumpido contra el Negueb
dijo: «¿Cómo me consultas tú, siendo así y contra Siceleg y la habían t o m a d o e y n o escapó ninguno de ellos, fuera de
está conmigo hace días y años, sin que incendiado. * 2 H a b í a n apresado a las mu- cuatrocientos mozos, que huyeron mon-
que Yavé se ha retirado de ti p a r a ponerse haya hallado yo la menor cosa que re-
al lado de tu prójimo? 1 7 Y a v é hace lo jeres y a todos los que allí estaban, peque- tados en camellos. 1 8 David recobró cuan-
procharle desde que se pasó a nosotros ños y grandes, pero sin matar a nadie,
que te había predicho por mi boca: arran- to los amalecitas se llevaran y rescató a
hasta ahora?» 4 Pero los jefes de los filis-
ca el reino de tus m a n o s para dárselo a teos se enfurecieron contra Aquis y le
y llevándoselos, se h a b l a n puesto en ca- sus dos m u j e r e s . I 9 N o faltó nadie, ni chi-
a otro, a David, n Porque n o obedeciste m i n o . 3 C u a n d o llegaron David y sus gen- co ni grande, ni niño ni niña, ni n a d a del
dijeron: «Despide a ese h o m b r e y que se tes a la ciudad y vieron que había sido
a Yavé y n o trataste a Amalee según el vuelva al lugar que le has designado; que botín y de cuanto se habían llevado. D a -
ardor de su cólera, p o r eso Yavé hace no venga a la batalla, n o se revuelva con-
q u e m a d a y que sus mujeres, hijos e hijas vid lo recobró t o d o ; 2 0 y cogiendo el ga-
eso contigo, w Entregará a Israel, ¡unta- habían sido llevados cautivos, 4 alzaron n a d o mayor y menor, se pusieron en mar-
tra nosotros durante el combate. ¿ C ó m o la voz y lloraron hasta m á s n o poder.
mente contigo, a m a n o s de los filisteos. podría él volver a la gracia de su a m o 5 cha delante de él, diciendo: «Este es el
M a ñ a n a tú y tus hijos estaréis conmigo, H a b í a n sido llevadas las dos mujeres botín de David».
mejor que ofreciéndole cabezas de nues- de D a v i d : Ajinoam, de Jezrael, y Abigail, 21
y Yavé entregará el campamento de Israel tros hombres? 5 ¿ N o es ese David del que Llegó David a los doscientos h o m -
a los filisteos». de Carmel, mujer de N a b a l . bres que, fatigados, n o habían podido se-
cantaban d a n z a n d o : Saúl m a t ó sus mil,
6
20 pero David sus diez mil?» David se vio muy angustiado, pues la guirle y se quedaron junto al torrente de
Saúl se turbó y cayó a tierra cuan gente hablaba de lapidarle, ya que todos Besor. Salieron éstos al encuentro de D a -
largo era, pues las palabras de Samuel le 6
Aquis llamó a David y le dijo: « C o m o estaban muy amargados, cada u n o por vid y de los que venían con él, y David
llenaron de espanto, y faltáronle las fuer- vive Yavé, que tú eres h o m b r e leal y que sus hijos y sus hijas. Pero David se con- se acercó a ellos y los saludó amistosa-
zas, pues no había t o m a d o n a d a ni en el yo veo con buenos ojos toda tu conducta fortó en Yavé, su Dios. 7 Dijo, pues, al mente. 2 2 Pero lo peor de cuanto de malo
dia ni en la noche. * 2 1 La mujer se acercó en esta expedición, sin haber visto en ti sacerdote Abiatar, hijo de Ajimelec: «Trae había en la tropa de David se puso a de-
a Saúl, y viendo su gran turbación, le n a d a malo desde que llegaste a mí hasta el efod». Aplicó Abiatar el efod, * 8 y D a - cir: «Pues que no h a n venido con nos-
dijo: «Tu sierva no ha hecho más que h o y ; pero a los príncipes no les agradas. * vid consultó a Yavé, diciendo: «¿He de otros, no les daremos parte del botín que
obedecerte, exponiendo su vida. 2 2 Escu- 7
Vuélvete, pues, y torna en paz, p a r a n o perseguir a esa banda? ¿La alcanzaré?» hemos cogido; que coja cada u n o su m u -
cha, pues, tú también a tu sierva, y per- desagradar a los príncipes de los filisteos». Yavé respondió: «Persigúela, porque de
mite que te ofrezca u n trozo de p a n para 8
jer y sus hijos y se los lleve y se vayan».
David respondió: «Pero ¿qué te he he- cierto la alcanzarás y recobrarás». 9 Pú- 23
Pero David dijo: « N o hagáis eso des-
sose David en marcha con los seiscientos pués de lo que nos h a dado Yavé; por-
12
La mujer evoca a Samuel a petición del visitante. ¿Por dónde conoce la bruja que éste es hombres que le seguían. C u a n d o llegaron que él nos ha guardado y ha puesto en
Saúl? Por las seguridades que le dio y por el hecho de evocar a Samuel en las graves circunstancias al torrente de Besor, doscientos quedaron
aquellas de la guerra. nuestras m a n o s la b a n d a que vino con-
13 sin pasar más allá, rezagados por la fa- tra nosotros. * 2 4 Eso, ni oirse siquiera.
La mujer habla como si viera algo extraordinario, que designa con el nombre de un «dios». tiga. 1() David continuó la persecución con
Tiene la figura de un anciano que viene envuelto en su manto. Esto bastó para que Saúl entendiese La parte debe ser la misma para el que
que era Samuel, y la visión habla como si de veras fuera el profeta. cuatrocientos hombres. 11 Encontraron en combate y para el que custodia el baga-
15
La visión habla, según la opinión común de que las evocaciones turban el reposo de los muer- el campo a un egipcio, que llevaron a D a -
je. Todos partirán por igual». 2 5 Y así se
tos. Sobre la naturaleza de esta visión se viene disputando desde Orígenes. Para unos sería, en efecto,
el alma del profeta, que, por especial permisión divina, viene a intimar al rey su próximo fin 8
David responde como si no creyera en la sinceridad de Aquis; pero la falta de sinceridad más
(cf. Eclo 46,23). Otros piensan que fuese el diablo, que hablaba en nombre de Samuel, en virtud
del pacto que la bruja tiene con el espíritu del mal. Para otros seria todo puro embuste de la bruja, bien estaba de parte de David, si cotejamos sus palabras con lo que se dice en 27,9 ss.
como sucede de ordinario en estas evocaciones antiguas y en las modernas. Y hasta algún antiguo O A l A pesar del exterminio de Saúl, Amalee vive aún, y vive para tomar el desquite de las
rabino se aventuró a decir que todo había sido producto de la excitada imaginación de Saúl. **™ acometidas de David (27,8). Noticiosos de que Siceleg estaba sin guarnición, la acometen
20 y se llevan cuanto en ella había.
Saúl, victima del engaño o de la realidad de la visión, que vino a agravar la depresión de su 7
espíritu, cae desmayado, y sólo después de pasado algún tiempo y de haber comido recobra la fuer- Aun en aquella circunstancia, David no se decide sin consultar a Yavé, lo que hace por medio
za para volverse al ejército. del sacerdote
13
Abiatar, que guarda el efod del santuario de Nob.
6 23
Triste suerte la de este esclavo, abandonado por su amo en el desierto porque estaba enfermo.
OQ Es curioso oirá un filisteo jurar por Yavé, pero los gentiles no negaban la divinidad de los La Ley mandaba que el botín se repartiese por igual entre los que habían combatido y los
"* ^ otros dioses distintos de los suyos, y Aquis jura por Yavé para hacerse creer mejor de David. que habían quedado a retaguardia (Núm 31,27; Jos 22.8).
Nácar-Colunga 11
II SAMUEL 322
323 II SAMUEL 1
hizo aquel día y en lo sucesivo, quedan- pia espada, se echó sobre la punta de
do esto como ley y norma, que todavía ella. * 5 El escudero, viéndole muerto, se (17,24-18,55). David, restituido a Jerusalén (19). Sedición de Seba (20).—
se observa. arrojó igualmente sobre la suya, y murió A P É N D I C E S (21-24): Fin de la casa de Saúl (21). Cántico de David ('22^.
2
<¡ De vuelta a Siceleg, David m a n d ó con él. 6 Así murieron aquel día juntos Ultimo cántico de David (23,1-17). Los laureados del ejército de David (23,18-39).
parte del botín a los ancianos de Judá, Saúl y sus tres hijos y su escudero. 7 Los
diciendo: «Ahí va para vosotros u n pre- de Israel, que estaban en las ciudades del Empadronamiento del pueblo (24).
sente del botín de los enemigos de Ya- lado acá del Jordán, viendo huir a los hi-
vé». * 2 7 M a n d ó a los de Betul, a los de jos de Israel y sabiendo que Saúl y sus
R a m a t del Negueb, a los de Jatir, 2 8 a los hijos habían muerto, abandonaron sus
de Arara, a los de Sifamot, a los de Es- ciudades para emprender también la fu- P R I M E R A P A R T E Yavé, que habían caído a la espada.
13
tamoa, 2 9 a i o s j e Carmel, a los de las ga, y viniendo los filisteos, las ocuparon. * David dijo al joven que le había (raí-
ciudades de los jeramelitas, a los de las 8 DAVID EN HEBRÓN do las noticias: «¿De dónde eres tú?» El
Al día siguiente vinieron los filisteos respondió: «Soy hijo de un extranjero, de
ciudades de los guenitas, 3 0 a los de Jor- para despojar a los muertos, y hallaron (1-4)
31
nia, a los de Borasán, a los de Atac, a a Saúl y a sus tres hijos, que yacían sobre un amalecita». 1 4 Y David le dijo: «¿Y có-
los de Hebrón y a los de todos los luga- los montes de Gélboe. * Cortaron la ca- C o m u n i c a n a D a v i d la noticia d e la m o te atreviste a tender tu m a n o para dar
res por donde David y sus gentes habían beza de Saúl, y se apoderaron de sus ar- m u e r t e d e Saúl muerte al ungido de Yavé?» 1 5 Y llaman-
estado. do a u n o de los suyos, le dijo: «Échate
mas, e hicieron publicar esta buena no- 1
sobre él y mátale». El hombre hirió al
D e r r o t a y m u e r t e d e Saúl
ticia p o r toda la tierra de los filisteos, en
los templos de sus ídolos y entre el pue-
I Después de la muerte de Saúl, cuan-
do hacía dos días que David, victo- amalecita, que m u r i ó . 1 6 David dijo: «Cai-
ga tu sangre sobre tu cabeza. Tu misma
10
rioso de los amalecitas, estaba en Siceleg,
blo. Las armas de Saúl las depositaron 2 boca h a atestiguado contra ti al decir:
1
Libraron batalla los filisteos, y en el templo de Astarté, y su cuerpo lo llegó el tercer día al campamento un
31 los hijos de Israel se pusieron en colgaron de las murallas de Betsán. hombre, que venía del campo de Saúl,
desgarrados los vestidos y cubierta la ca-
Y o he dado la muerte al ungido de
Yavé». *
fuga ante los filisteos, y cayeron muchos 11
Los habitantes de Jabes Galad, ha- beza de polvo. C u a n d o estuvo cerca de
en los montes de Gélboe. 2 Los filisteos
biendo sabido lo que los filisteos habían David, se echó a tierra, prosternándose,
se pusieron a perseguir a Saúl y a sus hi- E l e g í a d e D a v i d p o r Saúl y J o n a t á n
hecho con Saúl, * i 2 reunieron a los m á s 3
y David le preguntó: «¿De dónde vie-
jos, y mataron a Jonatán, a Abinadab y 17
3 valientes; y después de marchar durante nes?» El respondió: «Vengo huido del David cantó u n a elegía por Saúl y
a Melquisúa, hijos de Saúl. El peso de
la batalla cargó principalmente sobre Saúl.
toda la noche, llegaron hasta Betsán; y campamento de Israel». 4 David pregun- Jonatán, su hijo,* 1 8 y m a n d ó que se la
cogiendo de sus murallas el cadáver de t ó : «¿Qué ha sucedido? Cuéntamelo». El enseñasen a los hijos de Judá. Es el canto
Habiéndole descubierto los arqueros, se
Saúl y los de sus hijos, se volvieron con respondió: «El pueblo huyó de la bata- del arco y está escrito en el libro de Ja-
llenó de temor * y dijo a su escudero:
ellos a Jabes, donde los quemaron. 13 C o - lla, y gran número de hombres h a n caí- ser. *
«Saca tu espada y traspásame, no me
gieron sus huesos y los sepultaron bajo do. Saúl mismo y Jonatán, su hijo, han 19 «Tu gloria, Israel, ha perecido en tus
hieran esos incircuncisos y m e afrenten».
El escudero no obedeció p o r el gran te-
el terebinto de Jabes y ayunaron siete sido muertos». 5 David dijo al joven que montes;
días. le daba estas noticias: «¿Y cómo sabes tú ¿Cómo cayeron los héroes?
m o r que tenía; y cogiendo Saúl su pro- 2
que h a muerto Saúl y su hijo Jonatán?» <i N o lo propaléis en G a t ;
6
26 El joven que le daba las noticias respon- N o lo publiquéis por las calles de As-
Con estos dones David buscaba preparar los ánimos de las gentes de Judá para tenerlas de dió: «Yo me hallaba p o r casualidad en calón ;
su parte en los sucesos que sentía avecinarse (2 Sam 2,1 ss.).
el monte Gélboe, y vi a Saúl apoyado so- Que no se regocijen las hijas de los
O -f 4 Saúl, ante el peligro de caer vivo en manos de los filisteos y de venir a ser objeto de burla bre su lanza, mientras se acercaban a él filisteos
** * para ellos, hace lo que Radas (2 Mac 14,41 ss.), y manda a su escudero que le quite la vida.
El suceso tiene parecido con el de Abimelec (Jue 0,54). carros y caballeros, que estaban ya para Y no salten de júbilo las hijas de los
7
El pánico se apodera de Israel, y todos buscan su salvación del otro lado del Jordán. alcanzarle; 7 y volviéndose, me vio y me incircuncisos.
11 21
Jabes recuerda el eficaz socorro que tuvo de Saúl (n,1 ss.), y se apresura a rendir los pos- llamó. Y o respondí: «Aquí me tienes». ¡Montes de Gélboe! N o caiga sobre
treros homenajes a Saúl y a sus hijos. Notamos en este suceso un detalle singular: los cadáveres 8
M e dijo: «¿Quién eres tú?» Yo le res- vosotros ni rocío ni lluvia,
fueron quemados y los huesos recibieron honrosa sepultura. Único caso de incineración que la pondí : «Soy un amalecita». 9 Y él me di- N i seáis campos de primicias,
Biblia nos ofrece. El ayuno es señal de luto; viene a ser el funeral en honor de los muertos, igual jo : «Acércate a mí y mátame, porque me
que las lamentaciones (cf. 25,1). Porque allí fue abatido el escudo de
Tal fue el fin del primer rey de Israel, que por desobediencia y envidia perdió la protección siento presa de un espasmo, mientras to- los héroes,
del Señor. davía tengo en mí toda la v i d a » . 1 0 Y o me El escudo de Saúl, como si no fuera
acerqué a él y le maté, pues sabía muy ungido con el óleo.
22
bien que no sobreviviría a su derrota; y D e la sangre de los muertos, de la
cogiendo la diadema que llevaba en la ca- grasa de los valientes.
beza y el brazalete que tenía en su brazo, El arco de Jonatán no se hartaba nunca,
II SAMUEL se los he traído aquí a mi señor». *
11
David, cogiendo sus vestiduras, las
La espada de Saúl no se blandía en
vano.
23
rasgó, y también todos los hombres que Saúl y Jonatán, a m a d o s y queridos,
SUMARIO PRIMERA PARTE: DAVID EN HEBRÓN (I-4): Llega a con él estaban. 12 Hicieron duelo, lloran- inseparables en vida,
David la noticia de la muerte de Saúl (1). David, ungido do y ayunando hasta la tarde, por Saúl, Tampoco se separaron en la muerte,
por su hijo Jonatán y p o r el pueblo de Más ágiles que las águilas,
reydejudd (2 ) . Abner se declara por David (3). Muerte de Isbaal (4).—SEGUN-
D A P A R T E : D A V I D , REY E N JERUSALÉN (5-20): Conquista dejerusalén (5,1-16). •1 t ° En su relato, el amalecita se atribuye falsamente la muerte de Saúl a petición de éste, cre-
Guerras de David con los filisteos (5,17-25). Traslado del arca a Jerusalén (6). ' yendo que así se congraciaría con David y éste le recompensaría. Por el contrario, su falsa
Promesas de Dios a David (7). Guerra contra los sirios (8). Conducta de David confesión
16
es causa de su castigo.
Para David, Saúl es siempre el ungido de Yavé, que, como él mismo, había recibido de Sa-
con la familia de Jonatán (9). Guerra contra los amonitas (10). Adulterio de David muel17 la sagrada unción.
y muerte de Urías (11-12). Amnón, el primogénito de David, muerto por su hermano La nobleza de sentimientos de David, tantas veces mostrada en su proceder para con Saúl,
Absalón (13). Absalón vuelto a la gracia de su padre (14). Rebelión de Absalón se manifiesta en este canto elegiaco, en que David se lamenta no sólo de la muerte de Jonatán, su
entrañable amigo, sino de la de Saúl, su encarnizado perseguidor.
(15,1-16,14). Entra triunfante en Jerusalén (16,15-17,23). Muerte de Absalón 18
La elegía lleva por título «Canto del arco», tomado del elogio que se hace en el v.22 del arco
de Jonatán. Formaba parte de la colección de cánticos de guerra, ya citada en Jos 10,13.
ii NAMin i I 2 324 325 II SAMUEL 2-3
9
Miis fuertes que los leones. y llevándole a Majanaim, * le alzó por Azael rehusó retirarse, y Abner le hirió «Durante la guerra entre la casa de
•'•' Hijas de Israel, llorad por Saúl, rey de Galad, de Aser, de Jezrael, de entonces sin volverse con la lanza en el Saúl y la casa de David oru Abner7 el que
Que os vestía de lino fino tifiaím, de Benjamín y de todo Israel. abdomen, saliéndole la lanza por detrás, tenía fuerte por la casa de Saúl. Había
10
Y adornaba de oro vuestros vestidos.
25
Cuarenta años tenía Isbaal, hijo de y allí cayó y murió. Todos, al llegar al lu- tenido Saúl una concubina, de nombre
¿Cómo han caído las héroes en me- Saúl, cuando comenzó a reinar en Israel, gar donde había caído Azael, se detenían. Resfa, hija de Aya; e Isbaal dijo a Abner:
dio de la batalla? y reinó dos años. Sólo la casa de Judá 24
Joab y Abisai persiguieron a Abner, lle- «¿Por qué has entrado a la concubina de
¿Cómo fue traspasado Jonnlán en las seguía a David. gando al ponerse del sol a la colina de mi padre?» 8 Abner, muy irritado por lo
11
alturas? El tiempo que David reinó en He- Anima, que está frente a Guiaj, del lado que le decía Isbaal, respondió: «¿Soy yo
26
Angustiado estoy por l i, ¡oh Jo- brón, sobre la casa de Judá, fue de siete del desierto de Gabaón. acaso hoy una cabeza de perro? Hasla
natán, hermano mío! años y seis meses. 25
Los hijos de Benjamín se reunieron hoy he favorecido yo a la casa de Saúl,
Me eras carísimo. detrás de Abner en apretado haz y2 6se tu padre, y a sus hermanos y amigos, y
Y tu amor era para mi dulcísimo, La batalla de Gabaón apostaron en lo alto de la colina;* y no te he puesto en las manos de David;
Más que el amor de las mujeres. 12 Abner, llamando a Joab, le dijo a voces: ¿y tú me recriminas hoy por causa de esa
27
¿Cómo han caído los héroes? ¿Có- Abner, hijo de Ner, y los seguidores mujer? 9 Así haga Dios a Abner y así le
de Isbaal, hijo de Saúl, salieron de Maja- «¿Hasta cuándo no dejará de devorar la
mo han perecido las armas del combate?» espada? ¿No sabes que al fin viene la añada si no hago yo con David confor-
naim para Gabaón. * me a lo que le ha jurado Yavé, i ü que qui-
13
Joab, hijo de Sarvia, y los seguido- desesperación? ¿A cuándo esperas para
David, rey de Judá decir a los tuyos que dejen de perseguir taría el reino a la casa de Saúl y confirma-
res de David se pusieron en marcha. En- a sus hermanos?» 2 7 Y íoab respondió: ría el trono de David sobre Israel y sobre
' Después de esto, consultó David a contráronse cerca del estanque de Ga- Judá desde Dan hasta Berseba».
2 Yavé, diciendo: «¿He de subir a al-
guna de las ciudades de Judá?» Y Yavé
baón y acamparon los unos de 1un lado
del estanque y los otros del otro. 4 Abner
«Por Dios vivo que, si no hubieras habla-
do tú, el pueblo no habría dejado de perse- 11
No pudo Isbaal responder a Abner
dijo a Joab: «Salgan unos cuantos jóve- guir a sus hermanos hasta mañana». 28 Y palabra, porque le temía. 12 Envió, pues,
respondió: «Sube». Preguntó David: «¿A Joab hizo sonar la trompeta, y el pueblo Abner mensajeros de su parte a David
cuál de ellas subiré?» Y Yavé respondió: nes y combatan a nuestra15vista». Joab se detuvo, y no persiguieron ya a Israel,
«A Hebrón». 2 Subió, pues, allá David respondió: «Que salgan». Y salieron, para que le dijeran: «Haz alianza conmi-
avanzando en igual número, doce de Ben- cesando el combate. 29 Ab ner y sus gentes, go, y mi mano te ayudará a traer a ti a
con sus dos mujeres: Ajinoam, de Jezrael, después de marchar toda la noche por el todo Israel».
y Abigail, de Carmel, mujer de Nabal. jamín por Isbaal, hijo de Saúl, y doce de Araba, pasaron el Jordán, cruzaron todo
3 Hizo también que subieran los que es- los seguidores de David; l6y cogiendo el Bitrón y llegaron a Majanaim.
13
David respondió: «Está bien; yo haré
taban con él, cada uno con su familia, y cada uno a su adversario por la cabeza, alianza contigo; pero te pido una cosa:
30
habitaron en las ciudades de Hebrón. le hundió la espada en el costado y caye- Joab, cesando en la persecución de que no vengas a verme sin traer contigo
* Vinieron los hombres de Judá y ungie- ron todos a una, llamándose por eso aquel Abner, reunió a todo el pueblo. Faltaban a Micol, la14 hija de Saúl, cuando vengas
lugar Campo17 de los Costados, que está de los seguidores 31 de David diecinueve a verme». Después de esto mandó Da-
ron allí a David rey de la casa de Judá. en Gabaón. Hubo aquel día muy recia hombres y Azael. Los seguidores de vid mensajeros a Isbaal, hijo de Saúl, que
Supo David que las gentes de Jabes Ga- batalla, y Abner y los hombres de Israel David habían herido de muerte a tres- le dijeran: «Devuélveme mi mujer, Mi-
lad habían dado sepultura a Saúl;* 5 y fueron vencidos por los seguidores de Da- cientos sesenta hombres de los de Benja- col, que adquirí al s costa de cien prepu-
David envió mensajeros a los hombres de vid. * 18 Estaban allí los tres hijos de Sar- mín, de los de Abner. 32 Llevaron a Azael cios de filisteos». * Mandó Isbaal a qui-
Jabes Galad, que les dijeran: «Benditos via: Joab, Abisai y Azael. Azael era lige- y le sepultaron en el sepulcro de su padre, társela a su marido Paltiel, hijo de Lais,
seáis de Yavé por la misericordia que ha- ro de pies, como un corzo de los campos, en Belén. Joab y sus hombres marcharon y I 6 el marido se fue tras ella siguiéndola
béis hecho cons vuestro señor Saúl dán- !' y persiguió a Abner, sin apartarse de toda la noche y llegaron a Hebrón al des- y llorando hasta Bajurim. Abner le dijo:
dole sepultura. Que haga Yavé con vos- en pos de él ni a la derecha ni a la iz- puntar el día. «Anda7 y vuélvete»,, y él entonces se vol-
otros misericordia y verdad. Yo también quierda. 20 Abner miró detrás de sí y le vió. 1 Habló Abner a los ancianos de Is-
os pagaré con favores lo que habéis he- dijo: «¿Eres tú, Azael?» El respondió: rael, diciendo: «No es de ayer vuestro de-
cho. 7 Fortaleced vuestras manos y te- «Yo soy». 21 Y Abner le dijo: «Apártate Guerra civil entre la casa de David seo de que David reinase sobre vosotros;
ned valor, pues que, muerto Saúl, los o a la derecha o a la izquierda, coge a uno y la de Saúl 18 cumplido, pues, ahora, pues que Yavé
hombres de Judá me han ungido por rey de esos mozos y toma sus despojos». 22Pe- 1 ha hablado a David diciendo: Por ma-
Fue larga la guerra entre la casa
suyo». * ro Azael no quiso apartarse de él, y
Abner dijo entonces a Azael: «Apártate
3 de David y la casa de Saúl; pero Da-
no de mi siervo David libraré yo a mi pue-
blo Israel de la mano de los filisteos y de
de en pos de mí o te derribo en tierra, y vid iba fortaleciéndose cada vez más, y la la mano de todos sus enemigos».
Oposición de la casa de Saúl casa de Saúl cada vez más debilitándose. *
¿cómo podría yo levantar mis ojos de- 2 19
8 Pero Abner, hijo de Ner, jefe del ejér- lante de Joab, tu hermano?» * 23 p e ro En Hebrón naciéronle hijos a David; Habló también Abner a los hijos de
cito de Saúl, tomó a Isbaal, hijo de Saúl; su primogénito fue Amnón, hijo de Aji- Benjamín, y fue luego a Hebrón a comu-
noam, de Jezrael; 3 el segundo, Dodiya, nicar a David la disposición en que esta-
4
David era el candidato al trono de la tribu de Judá. La muerte de Saúl y de los hijos que de Abigail, de Carmel, mujer de Nabal; ba Israel y toda la casa de Benjamín.
2 7
podían sucederle deja el camino expedito a los de Judá para ungir a David por rey suyo. el tercero, Absalón, hijo de Maaca, hija
2
" Vino, pues, Abner a David, a Hebrón,
David se muestra buen diplomático. Como antes repartía su botín de guerra con los prima- de Talmai, rey de Guesur; 4 e l cuarto, con veinte hombres, y David dio un ban-
tes de su tribu (1 Sam 30,26), así ahora envía su felicitación a los de Jabes por la buena obra que quete a Abner y a los que con él habían
habían hecho con el rey caído. Al mismo tiempo les propone le reconozcan como sucesor en el Adonías, hijo de Agit; el quinto, Safatía,
trono. hijo de Abital; 5 el sexto, Jetram, de Egla, venido. 21 Y Abner dijo a David: «Voy
8 Abner, general del ejército, o por lealtad a la casa de Saúl o por apego a la privanza, alza mujer de David. Estos son los hijos que a levantarme, y partiré para reunir a todo
por rey a Isboset. Pero, por la mala situación en que el reino había quedado, trasladó su residencia nacieron a David en Hebrón. Israel y traerle a mi señor el rey. Ellos
a la TransJordania (1 Sam 31,7). Isboset equivale a Isbaal, que significa hombre de Baal. No se
dice nunca que Saúl rindiese homenaje a los Baales (véase la nota a Jue 3,7). Para expresar su aver- 25
Los fugitivos, que serían de la tribu de Benjamín, se hacen fuertes en torno a su jefe en una
sión a Baal, los escribas sustituyeron este nombre por boset, abominación. colina. Llegados a su pie, los capitanes de ambos bandos entran en coloquio y se da fin a la batalla.
12
Instalado en Majanaim (Gen 32,1 s.), el ejército de Isbaal, a las órdenes de Abner, repasa O ' La guerra se prolongaba: pero la causa de David se iba fortaleciendo cada día, hasta que
el Jordán y viene a Gabaón, donde le sale al encuentro la gente de David, mandada por Joab. Se ** Abner resuelve poner fin a la contienda entrando en tratos con David. El motivo que alega
empieza por un duelo de doce por cada parte, en que los de David quedan vencedores. debió de ser más bien pretexto para desentenderse de Isbaal y pasarse a David.
17
22
Sigue luego la batalla general, en la cual los de David obtuvieron también la victoria. 14
David pide su primera esposa, que nunca había repudiado, y por la que había pagado a su
Azael persigue al general enemigo Abner, deseoso de la gloria de acabar así la guerra, que pudre una rica dote, doble de la que el rey había pedido (1 Sam 18,25 ss.). Con ella podía presentarse
Abner solo sostenía. Este no teme enfrentarse con el perseguidor, pero teme la venganza de Joab, unte las tribus de Israel como yerno de Saúl y continuador de su casa. La petición va dirigida a Isbaal,
que luego, en efecto, le alcanzó (3,27). pero Abner será el encargado de obtener la aquiescencia de su rey a la petición de David.
II NAMIIF.L 3-4 326 327 II SAMUEL 4-5
harán alianza coatrig» y tú reinará! como T o d o el pueblo siguió llorando a A b - m ó n de Berot, les dijo: «Vive Yavé, que impedírtelo». Con lo que querían decir:
deseas». David despidió luego a Abner, ner, 3 5 y se acercaron a David p a r a ha- me salvó de toda angustia, 1 0 que si al «Jamás entrará David ui|iií». * 7 Pero D a -
y éste se fue en paz. cerle t o m a r algún alimento antes de que que m e anunció, diciendo: H a muerto vid se a p e d e r ó de la I orín laza de Sión,
22
Vinieron los servidores de David y acabase el día; pero David j u r ó : « H á g a m e Saúl, creyendo anunciarme cosa grata que es la ciudad de David. 8 Pues había
J o a b , de vuelta de una expedición, tra- esto Yavé y esto me a ñ a d a si como n a d a p a r a mí, le cogí y le maté en Siceleg, dicho: «¿Q»ién, batie»do al jcliuseo, lle-
yendo consigo gmn bolín. No estaba ya antes de la puesta del sol». 3 6 T o d o el c u a n d o parecía que era digno de albricias gará a alcanzar por el túnel a los ciegos y
Abner con David en Hebrón; ya le había pueblo lo supo, viendo con agrado lo por la noticia, ! 1 ¿cuánto más ahora, que cojos, aborrecidos del alma de David?»
despedido David y yu se había ido él en que hacía el rey; 3 7 y comprendió aquel
unos malvados h a n quitado la vida a un Por eso quedó en proverbio: « N o entrarán
p a z ; 23 pero al llagar J o a b con el ejército día que n o había sido obra del rey la
muerte de Abner, hijo de Ner. 38 El rey h o m b r e inocente, en su casa, en su lecho, en la casa los ciegos y los cojos». *
q u e m a n d a b a , dieron aviso a J o a b , di- n o habré de demandar su sangre de vues- 9
dijo a sus servidores: «¿No veis q u e ha David estableció su residencia en la
ciendo: «Abner, hijo do Ner, ha venido a
caído hoy en Israel un gran capitán y un tras m a n o s exterminándoos de sobre la fortaleza, y la llamó la ciudad de David
estar con el rey, y ésto le ha despedido,
y él se h a ido en pnz». 2 4 V i n o entonces gran h o m b r e ? 3 9 P o r lo que a mí hace, tierra?» I 2 D i o , pues, orden David a sus y edificó en derredor, desde el terraplén
J o a b al rey y lo dijo: «¿Cómo has hecho yo soy todavía débil, aunque ungido, y gentes de matarlos; y cortándoles manos para adentro. * 10 David iba creciendo en
esto? H a venido a estar contigo A b n e r ; esos nombres, los hijos de Sarvia, son y pies, los colgaron junto a la piscina de poder cada vez más, y Yavé, Dios Sebaot,
¿por qué, pues, le has dejado irse en paz? m á s duros que yo. Q u e Yavé pague al Hebrón, La cabeza de Isbaal la cogieron estaba con él. * n Hirán, rey de Tiro,
25
¿ N o sabes tú quo Abner, hijo de Ner, que h a hecho el mal según su malicia». y la sepultaron en el sepulcro de Abner, envió a David una embajada y maderas
ha venido a engañarle y a espiarte en tus en Hebrón. de cedro, carpinteros y canteros, que edi-
entradas y salidas y sorprender tus pla- ficaron la casa de David. *
12
nes?» lh Y en saliendo de estar con David, M u e r t e de Isbaal SEGUNDA P A R T E Conoció David que Yavé le había
m a n d ó J o a b algunos tras Abner, que le confirmado rey de Israel y que realzaba
1
trajeron desde la cisterna de Sira sin que C u a n d o supo Isbaal que Abner h a - su reino por a m o r de Israel, su pueblo.
David supiera nada. 2 7 C u a n d o Abner es- 4 bía muerto en H e b r ó n , se le cayeron
DAVID, REY EN JERÜSALÉN
(5-20)
13
T o m ó David más concubinas y muje-
tuvo de vuelta en Hebrón, Joab, lleván- los brazos, y todo Israel quedó conster- res en Jerüsalén después de venir de
dole aparte dentro de la puerta, como nado. * 2 Estaban con el hijo de Saúl dos Hebrón, y le nacieron hijos e hijas. 1 4 H e
p a r a hablarle en secreto, le hirió en el R e i n a D a v i d sobre t o d o Israel aquí los nombres de los que le nacieron
jefes de bandidos, u n o de nombre Baña y
vientre y le m a t ó en venganza de la san- 1 en Jerüsalén: Samúa, Sobab, N a t á n , Sa-
gre de Azael, su hermano. * 2S Al saberlo
David, dijo: «Inoeente soy yo para siem-
otro de n o m b r e Recab, hijos de R i m ó n
de Berot, de los hijos de Benjamín, pues 5 Vinieron a David, a Hebrón, todas
las tribus de Israel, y hablaron, di- lomón, 15 Jibjar, Eliua, Nefeg, Jafia, 1 6 Eli-
Berot se cuenta también como parte de ciendo : «Hueso tuyo y carne tuya somos; sama, Elijada y Elifelet.
pre, yo y mi reino, delante de Yavé, de 17
Benjamín. 3 Estos berotitas habían huido 2
ya antes, cuando reinaba Saúl sobre C u a n d o los filisteos supieron que D a -
la sangre de Abner, hijo de Ner. * 2 9 Caiga de Guitaim y habían habitado allí hasta nosotros, tú sacabas a Israel y entrabas vid había sido ungido rey de todo Israel,
su sangre sobre la cabeza de J o a b y sobre entonces. 4 U n hijo de Jonatán, hijo de con él. Además, Yavé te ha dicho: Apa- subieron todos en busca suya, y David
toda la casa de su padre. H a y a siempre Saúl, tenia cinco a ñ o s ; y al llegar de cienta a mi pueblo y sé el jefe de Israel». que lo supo, bajó a su encuentro. * 18 Los
en la casa de J o a b quien padezca el flujo, Jezrael la noticia de la muerte de Saúl y 3
Vinieron, pues, todos los ancianos de filisteos hicieron una incursión en el valle
leproso, quien ande con báculo, quien Jonatán, le cogió la nodriza para huir con Israel a David, a H e b r ó n ; y David hizo de Refaím, 1 9 y David consultó a Yavé,
muera a cuchillo, quien carezca de pan». él, y en la precipitación de la fuga le dejó diciendo: «¿Subiré contra los filisteos?
con ellos alianza en H e b r ó n ante Yavé y
30 J o a b y Abisai, su hermano, m a t a r o n caer y quedó cojo; se llamaba Mefibaal. ¿Los entregarás en mis manos?» Y Yavé
a Abner porque éste había muerto a ungieron a David rey sobre t o d o Israel. *
5 4
Los hijos de R i m ó n de Berot, Recab y Treinta años tenía David cuando co- dijo a David: «Sube, pues de cierto los
Azael, hermano de los dos, en la batalla entregaré en tus manos». 2 0 Vino, pues,
de G a b a ó n . Baña, vinieron d u r a n t e las horas de calor menzó a reinar, y reinó cuarenta años.
5 David a Baal Parasim, donde los derrotó,
« y entraron en la casa de Isbaal, que es- Reinó en Hebrón, sobre Judá, siete años
taba durmiendo la siesta; la portera, lim- y seis meses, y treinta y tres años en y dijo: «Yavé ha roto a mis enemigos
31 David dijo a Joab y a t o d o el pueblo piando trigo, se había d o r m i d o ; y Recab como rompen las aguas». Por eso se dio
que con él estaba: «Rasgad vuestras ves- Jerüsalén, sobre todo Israel y Judá.
y Baña 7 llegaron sin ser vistos hasta la 6
El rey se dirigió con su gente a Jerü- a aquel lugar el nombre de Baal Parasim.
tiduras, ceñios de saco y haced duelo por 21
Dejaron allí sus ídolos, que David y su
Abner». Y el rey David iba detrás del alcoba donde Isbaal dormía, e hiriéndole, salén, contra los jebuseos que habitaban
le mataron, y cortándole la cabeza, se la la tierra, que dijeron a D a v i d : « N o entra- gente se llevaron. 2 2 Volvieron los filisteos
féretro. 3 2 Sepultaron a Abner en H e b r ó n .
Y lloró el rey en alta voz sobre la t u m b a llevaron y huyeron p o r el camino de A r a - rás tú aquí; ciegos y cojos bastarán p a r a a subir y a invadir el valle de Refaím.
de Abner, y todo el pueblo lloró con él. ba t o d a la noche.
8 K ' La guerra civil está terminada. David es ahora reconocido y por tercera vez ungido rey de
33 El rey cantó una elegía por Abner y dijo: Trajeron a David, a Hebrón, la cabeza
de Isbaal, y dijeron al rey: «Ahí tienes la " todo Israel. Las predicciones de Samuel y los presentimientos del pueblo estaban cumplidos.
«¿Ha muerto Abner la muerte del cri- El héroe de las guerras contra los filisteos se hallaba ya a la cabeza de su pueblo.
cabeza de Isbaal, hijo de Saúl, tu enemigo, 6
La ciudad de Jebús está situada en un punto estratégico para cortar las comunicaciones entre
minal? que te perseguía; Yavé ha vengado hoy a las tribus del sur y las del norte. David se propuso quitar de en medio aquel escándalo de todo
34 m i señor, el rey, de Saúl y de su descen-
N o estaban atadas tus m a n o s buen israelita, y a la cabeza de sus huestes aguerridas se dirige contra ellos. La acogida que los ha-
N i encadenados tus pies. dencia». 9 Pero David, respondiendo a bitantes de la ciudad le hacen muestra lo confiados que estaban en la fuerza de sus fortificaciones.
8
Caíste como caen los malvados». Recab y Baña, su h e r m a n o , hijos de R i - La moderna arqueología de la ciudad pone en claro este versículo. En la falda oriental del
monte sobre que estaba edificada Jerüsalén se halla la fuente que los hebreos llamaron luego de
27
El texto sagrado nos ofrace muchos elementos para juzgar de las dotes guerreras de Joab, Guijón (1 Re 1,33). A fin de aprovecharse de sus aguas en caso de asedio, los jebuseos habían hecho
una galería subterránea, que comunicaba la ciudadela con la fuente. Por esta fuente y galería subió
pero también del ánimo ambicioso y vengativo de este sobrino de David, que a traición vengó la la gente de David y se hicieron dueños de la ciudad, contra todas las previsiones de sus habitantes.
muerte de un hermano caído en la batalla, a manos de quien, hiriéndole, no hacía más que defen- 9
Jerüsalén viene a ser desde ahora el centro político de Israel, como será también poco después
derse
28
(2,22). el centro religioso, con el traslado del arca. David mostró en la elección su buen ojo, pues nunca
Con tales muestras de duelo, David da testimonio de no haber tenido parte alguna en el después perdió Jerüsalén su preponderancia en Israel.
crimen. Los hijos da su hermana Sarvia le hacían pagar muy caros en disgustos los servicios grandes I
°_ David quiso hacer de Jerüsalén la capital de su reino. Para ello era preciso aumentar sus for-
que le prestaban (1 Par 2,16). tificaciones y disponer su interior, que debía recibir gran aumento de población. El escogió para
1 su residencia la ciudadela, que de esto recibió el nombre de ciudad de David (1 Re 2,10).
Se explica la constarna«¡é» da Isbaal y de sus parciales al oir la muerte de su caudillo (3,6).
4 Dos criminales, Baña y rUeah, que eran capitanes de las tropas ligeras del ejército de Isbaal,
II

vecinos,
No poseyendo Israel obreros capaces de construir una casa regia, acude a los fenicios, sus
como hará después Salomón (1 Re 5,6).
se propusieron acabar con aquella situación, a sus ojos insostenible, en provecho propio; pero su 17
avaricia los engañó, igual que al amalecita del capítulo 1. Los filisteos, recelosos del poder que va adquiriendo su antiguo huésped, tratan de atajarle
los pasos.
TT SAMIIKI. 5-7 328 329 II SAMUEL 7-8
21
Consultó David a Yavé, y El le respon- de Dios de la casa de Obededon a la 2
gos en derredor, dijo a N a t á n , profeta:
18
y entrándose el rey David, puesto de-
d i ó : « N o subas a su encuentro; rodea p o r ciudad de David con un jubiloso cortejo. «Ya ves; yo habito en casa de cedro, y el lante de Yavé, dijo: «Mi Señor, Yavé,
detrás de ellos y atácalos por la espalda 13 C o m o los que llevaban el arca de Yavé arca de Yavé está en u n a tienda». * 3 N a t á n ¿quién soy yo y qué es mi casa para que
desde el lado de las balsameras. 2 4 Cuan- hubieron a n d a d o seis pasos, 14
sacrificaba un respondió al rey: «Anda, haz lo que tienes hasta tal punto m e hayas traído? 1 9 Y a u n
d o entre las balsameras oigas ruido de buey y un carnero c e b a d o , David danza- en tu corazón, pues que Yavé está conti- esto ha sido poco a tus ojos, mi Señor,
pasos, ataca fuertemente, p o r q u e es Yavé, ba con toda su fuerza delante 1S
de Yavé y go». 4 Pero aquella misma noche tuvo Yavé, y has hablado acerca de la casa
que marcha delante de ti p a r a derrotar al vestía u n efod de lino. * Así subieron N a t á n palabra de Y a v é : «Anda 5 y ve de tu siervo para lo por venir, aventa-
25 David y t o d a la casa de Israel entre gritos
ejército de los filisteos». * David hizo a decir a David, mi siervo: Así habla jándome sobre los otros hombres, ¡mi
lo que Yavé le m a n d ó , y batió a los filis- de júbilo y sonar de trompetas. Yavé: ¿Vas a edificarme tú una casa para Señor, Yavé! 20 ¿Qué m á s podrá decirte
16
teos desde G a b a ó n hasta Guezer. C u a n d o el arca de Yavé llegó a la que yo habite en ella? 6 Mira, yo no he David? Tú, ¡oh mi Señor, Yavé!, conoces
ciudad de David, Micol, hija de Saúl, habitado en casa desde el día en que saqué a tu siervo. 21 Todas estas grandezas las
Traslado del arca a Jerusalén miró p o r la ventana; y al ver al rey David de Egipto a los hijos de Israel hasta hoy, haces según tu palabra y según tu cora-
1 saltando y danzando delante de Yavé, le sino que he a n d a d o en u n a tienda, en un zón, y se las has d a d o a conocer a tu
Volvió a reunir David a los selectos menospreció en su corazón. i ' U n a vez
6 de Israel, treinta mil hombres, * 2 y que el arca de Yavé fue introducida y tabernáculo. ' Y en t o d o el tiempo en
que anduve con los hijos de Israel, ¿he
siervo. 2 2 ¡Qué grande eres, mi Señor,
Yavé! N o hay nadie que se te asemeje
a c o m p a ñ a d o de t o d o el pueblo congre- puesta en su lugar, en medio del taber-
dicho yo palabra a ninguno de los jefes ni hay Dios fuera de ti, como lo hemos
gado tras él, se puso en marcha desde náculo que David había alzado para ella,
de Israel, a quienes m a n d é que apacen- oído con nuestros oídos. 23 ¿Y hay sobre
Baalat Judá, para subir el arca de Dios, David ofreció a Yavé holocaustos y sacri-
taran mi pueblo de Israel, de hacerme la tierra pueblo, c o m o tu pueblo, Israel,
sobre la cual se invoca el n o m b r e de ficios eucarísticos. 1 8 Acabado que h u b o
una casa de cedro? 8 D i , pues, a David, que haya rescatado Dios para hacerle el
Yavé Sebaot, sentado entre los queru- de ofrecer los holocaustos y los sacrificios
mi siervo: Así habla Yavé Sebaot: Y o te pueblo suyo, dándole su n o m b r e y ha-
bines. 3 Pusieron sobre un carro nuevo eucarísticos, bendijo al pueblo en n o m b r e
tomé de la majada de detrás de las ovejas ciendo p o r él tan terribles y portentosas
el arca de D i o s y la sacaron de la casa de Yavé Sebaot. 19 Repartió a t o d o el
para que fueses príncipe de mi pueblo, de maravillas como en favor de tu pueblo
de A b i n a d a b , que está sobre la colina. pueblo, a toda la muchedumbre de Israel,
Israel.* ' H e estado contigo por donde- hiciste, redimiéndole de Egipto y expul-
Oza y Ajio, hijos de A b i n a d a b , guiaban el hombres y mujeres, a cada uno una torta,
quiera que has i d o ; he exterminado de- sando las gentes? 2 4 H a s confirmado a
carro. 4 Iba Oza al lado del arca de Dios, un pedazo de carne y u n racimo de uvas,
lante de ti a todos tus enemigos y te tu pueblo, Israel, por pueblo tuyo, para
y Ajio iba delante; 5 David y t o d a la casa y el pueblo se fue cada u n o a su casa.
estoy haciendo un n o m b r e grande, como que sea tu pueblo para siempre jamás
de Israel iban d a n z a n d o delante de Yavé 20
con todas sus fuerzas, con arpas, salterios, C u a n d o se volvió David a la suya el de los grandes de la tierra, 10 estable- y seas tú su Dios. 25 Manten, pues, siem-
pre, mi Señor, Yavé, la palabra que has
adufes, flautas y címbalos. 6 C u a n d o lle- para bendecirla, Micol, la hija de Saúl, ciendo a mi pueblo, Israel, y plantándolo
dicho a tu siervo y de su casa, y obra
garon a la era de N a c ó n , tendió Oza la le salió al encuentro, diciendo: «¡Qué en su lugar, para que habite en él y no
según tu palabra, 26 y sea glorificado por
m a n o hacia el arca de D i o s y la cogió, gloria hoy para el rey de Israel haberse sea ya perturbado, y los hijos de la ini-
p o r q u e los bueyes daban sacudidas. * 7 En- desnudado a los ojos de las siervas de quidad no le aflijan como antes, n desde siempre tu n o m b r e ; y dígase: Yavé Sebaot
es el Dios de Israel. Sea firme ante ti la
cendióse de pronto contra Oza la cólera sus siervos como se desnuda u n juglar!» * el día en que constituí jueces sobre mi
casa de tu siervo David, 27 pues que tú
de Yavé, y cayó allí muerto, junto al arca 21 David respondió a Micol: «Delante de pueblo, Israel, y dándote descanso de
mismo, Yavé Sebaot, Dios de Israel, te
de Dios. 8 Entristecióse David de que Yavé, que con preferencia a tu p a d r e y t o d o s tus enemigos. Hácete, pues, saber
hubiese herido Yavé a Oza, y fue llamado a toda tu casa m e eligió p a r a hacerme Yavé que él te edificará casa a t i ; I 2 y has revelado a tu siervo, diciendo: Y o te
jefe de su pueblo, de Israel, danzaré yo, q u e cuando se cumplieren tus días y te edificaré a ti casa. 2 8 Por eso se atreve tu
aquel lugar Peres Oza hasta hoy.
siervo a dirigirte esta plegaria: «¡Oh mi
9
Atemorizóse entonces David de Yavé, 22 y a ú n m á s vil que esto quiero parecer duermas con tus padres, suscitaré a tu
Señor, Yavé! Tú eres Dios, y tus pala-
y dijo: «¿Cómo voy a llevar a mi casa el todavía y rebajarme m á s a tus ojos, y linaje, después de ti, el que saldrá de
arca de Yavé?» 10 Y desistió ya de llevar seré así h o n r a d o a los ojos de las siervas tus entrañas, y afirmaré su reino. 13 El bras son verdaderas, y has prometido a
tu siervo hacerle esta gracia. 29 Tenlo,
a su casa el arca de Yavé a la ciudad de de que tú has hablado». 23 y y a Micol, edificará casa a mi n o m b r e y yo estable-
David, y la hizo llevar a casa de Obede- hija de Saúl, no tuvo m á s hijos hasta el ceré su trono por siempre. 1 4 Y o le seré pues, a bien y bendice la casa de tu
siervo, para que subsista siempre delante
don de Gat. n Tres meses estuvo el arca día de su muerte. a él padre, y él me será a mí hijo. Si obrare
de t i ; porque tú, m i Señor, Yavé, h a s
de Yavé en casa de Obededon de Gat, y él m a l , yo le castigaré con varas de h o m -
bres y con azotes de hijos de hombres; hablado, y con tu bendición será por
Yavé le bendijo a él y a t o d a su casa. * P r o m e s a del t r o n o p e r p e t u o 15 siempre bendita la casa de tu siervo».
12
Dijéronle a D a v i d : «Yavé ha bendecido pero no apartaré de él mi misericordia,
a la casa de Obededon y a cuanto tiene c o m o la aparté de Saúl, arrojándole de
1 C u a n d o el rey se h u b o establecido
con él por causa del arca de D i o s » ; y po- 7
en su casa y le h u b o dado Yavé el
delante de ti. i« Permanente será tu casa
y tu reino para siempre ante mi rostro, y
G u e r r a s y triunfos de D a v i d
1
Después de esto batió David a los
niéndose David en camino, subió el arca descanso, librándole de todos sus enemi-
tu trono estable por la eternidad».
17
8 filisteos y los humilló, arrebatando
24
El ruido de las balsameras era la señal de que era llegado el momento oportuno del ataque. Conforme a todas estas palabras y a de las m a n o s de los filisteos G a t y las
El valle de Refafm lo ponen unos al sur de Jerusalén, en el camino de Belén; otros, más bien al t o d a esta visión, habló N a t á n a D a v i d ; * ciudades de su dependencia. * 2 Batió tam-
norte de la ciudad, no lejos de los antiguos campos de batalla de Saúl (1 Sam 4,1 s.).
T 2 David tenía instalada el arca en una tienda, que era un recuerdo del tabernáculo del de-
£ ! Desde su vuelta de los filisteos, el arca había permanecido en Quiriat-Jearim (1 Sam 6,21). * sierto; pero esto no le satisfacía. La majestad de Yavé y la dignidad de la corte real pedían
" Ahora David quiere trasladarla a Jerusalén, para atender mejor al culto de Yavé y para acre- algo más. Debía edificar un templo de piedra labrada y madera de cedro. Dio parte de su propósito
centar la autoridad de la nueva capital. al profeta
8
Natán, su consejero, el cual de primera intención lo aprobó.
6 Pero en revelación Yavé advierte a su profeta no ser ésa su voluntad, mas en premio de tal
Los expositores no dan con la razón de este accidente de Oza, hijo de Aminadab, el que acogió
en su propia casa el arca devuelta por los filisteos. Oza muere, a lo que parece, por castigo de Yavé. propósito concede a David lo que había negado a Saúl: la perpetuidad de su dinastía. Un hijo suyo
11 edificará a Yavé la casa que él deseaba. Esta promesa va ligada a la bendición de Jacob a Judá, la
Viendo David que en los tres meses que el arca permaneció en casa de Obededon, de Gat,
nada malo le había ocurrido, se animó a trasladarla a Jerusalén. Pero esta vez con más solemnidad permanencia del cetro en las manos de Judá hasta que venga Aquel para quien se destina (Gen 49,
y más prevenciones que la primera. Dejando el carro, la trasladaron a hombros de sacerdotes (15.24). 8 ss.). Los profetas a una declaran el sentido mesiánico de esa promesa (Miq 5,1 ss.), y su voz re-
14
Este detalle del culto de Yavé no tiene nada de extraño para nosotros, que vemos esto mis- suena en las narraciones evangélicas, en que vemos al Mesías apellidado «Hijo de David» (Mt 21,
mo en el culto cristiano en ciudades y pueblos de España. En los Sal 149,3 y 150,4, el salmista invita 9; 22,41 ss.).
17
a alabar a Yavé con danzas. Estas tenían en los tiempos primitivos un sentido religioso, y en mu- David, lleno de gratitud, se dirige al santuario para dar gracias a Yavé. Sus palabras revelan
chos cultos orientales eran actos rituales, que sólo practicaban los. sacerdotes (1 Re 18,16 ss.). la alta idea que tenía de los destinos de su pueblo.
20
Micol reputaba indigno de la majestad real lo que David había hecho; éste le replica de un Q 1 Este capítulo resume las guerras y los triunfos de David, primero contra los enemigos más
modo que demuestra su espíritu religioso. ** fieros de Israel, los filisteos.
II SAMUKL 8-9 330 331 II SAMUEL 9-10
3 7 7
hlén a los moabitas, y haciéndolos pos- 1 David adquirió gran fama, y de vuelta a tu siervo». * David le dijo: « N a d a Súpolo David, y m a n d ó salir contra ellos
trarse en tierra, los midió, echando sobre de la victoria de Siria combatió en el temas, porque quiero favorecerte por a Joab con todo el «jército y sus veteranos.
8
ellos las cuerdas; y dos de las medidas las valle de la Sal, derrotando a dieciocho mil a m o r a J o n a t á n , tu padre. T e devolveré SaHeron los hijos de A m m ó n , y se or-
condenó a muerte, y a la otra le dejó la edomitas. * l* Puso guarniciones en Edom, todas las tierras de Saúl, tu padre, y come- denaron en batalla a la entrada de la
vida. Los moabitas quedaron sometidos a y todo E d o m le quedó sometido. Yavé le rás siempre a m i mesa». 8 El se prosternó p u e r t a ; los sirios de Soba y de R o j o b ,
David y le pagaron tributo. * daba la victoria por dondequiera que iba. y dijo: «¿Qué es tu siervo para que pon- así como las gentes de T o b y de Maca,
3 gas tu vista en u n perro muerto como
Batió a Hadadezer, hijo de Rojob, 1 5 Reinó David sobre todo Israel, ha- estaban aparte en el campo. 9 Al ver J o a b
rey de Soba, cuando iba camino para ciendo derecho y justicia a todo su pue- yo?» 9 El rey llamó a Siba, servidor de que tenía un frente de batalla delante de
restablecer su dominio hasta el Eufrates * blo. * 16 Joab, hijo de Sarvia, era el jefe Saúl, y le dijo: «Todo cuanto pertenece a sí y otro detrás, escogió entre lo mejor
4
Tomóle David mil setecientos caballe- del ejército; Josafat, hijo de Ajilud, era Saúl y a toda su casa se lo doy al hijo de su ejército un cuerpo que oponer a los
ros y veinte mil infantes; desjarretó a cronista; " Sadoc y Abiatar, hijo de Aji- d e t u a m o . 10 T ú cultivarás p a r a él las
todos los caballos de los carros de guerra, melec, hijo de Ajitub, eran sacerdotes; y tierras, tú, tus hijos y tus siervos, y le
no dejando más de cien tiros de carros. Saraya, secretario. * 18 Banayas, hijo de traerás la cosecha, p a r a que la casa de
5
Habiendo venido en socorro de H a d a - Joyada, era el jefe de los cereteos y tu a m o tenga de qué vivir, y Mefibaal, tu
dezer, rey de Soba, los sirios de Damasco, los feleteos, y los hijos de David eran a m o , comerá siempre a mi mesa». Siba
tenía quince hijos y veinte siervos; 11 y
batió David a veinte mil de ellos; 6 puso sacerdotes. *
dijo al rey: «Todo se h a r á c o m o el rey,
guarniciones en la Siria de D a m a s c o y m i señor, se lo m a n d a a su siervo». Me-
se le sometieron los sirios, haciéndose M e f i b a a l , el hijo d e J o n a t á n fibaal comía a la mesa de David, como
tributarios. u n o de los hijos del r e y . 1 2 Mefibaal tenía
Yavé dio a David la victoria por don- A ' D a v i d preguntó: «¿Queda todavía u n hijo pequeño, que se llamaba Mica,
dequiera que fue. «J alguno de la casa de Saúl a quien y todos los que vivían en la casa de Siba
7
T o m ó David los escudos de oro que pueda favorecer p o r a m o r a Jonatán?» eran siervos de Mefibaal; 1 3 pero éste m o -
2
llevaban los de Hadadezer y los trajo a Había u n servidor de la casa de Saúl, de r a b a en Jerusalén, p o r q u e comía siempre
Jerusalén. 8 T o m ó también gran cantidad n o m b r e Siba; hiciéronle, pues, venir a a la mesa del rey; era cojo de ambos pies.
de bronce en Tebaj y Berotai, ciudades David, y el rey le dijo: «¿Eres tú Siba?»
de Hadadezer.
9
El respondió: «Tu siervo». 3 El rey le
C u a n d o Tou, rey de Jamat, supo que preguntó: «¿No queda ninguno de la casa G u e r r a c o n t r a l o s a m o n i t a s y los
David había derrotado a todas las fuer- de Saúl a quien pueda hacer yo miseri- sirios, s u s aliados
zas de Hadadezer, * 10 m a n d ó a H a d u r á n , cordia de Dios?» Siba respondió al rey:
su hijo, al rey David p a r a saludarle y «Queda todavía un hijo de Jonatán, que •1/1 ! Después de esto murió el rey de
felicitarle por haber atacado y vencido a está lisiado de a m b o s pies». * «¿Dónde * " los hijos de A m m ó n , y le sucedió
Hadadezer, pues T o u estaba constante- está?», preguntó el rey, y Siba respondió: Janón, su hijo. 2 David dijo: «Voy a mos-
mente en guerra con Hadadezer. H a d u r á n «Está en casa de M a q u i r , hijo de Amiel, trar benevolencia a Janón, hijo de Najas,
c o m o su padre m e la mostró a mí».
trajo vasos de oro, vasos de plata y vasos en Lodabar».
Y envió David embajadores p a r a darle
de bronce; n y el rey David los consagró 5 el pésame p o r la muerte de su padre.
también a Yavé, como había hecho con El rey David m a n d ó a buscarle a la Soldados jéteos
casa de Maquir, hijo de Amiel, a Loda- C u a n d o los embajadores de David llega-
la plata y el oro de las gentes que había r o n a la tierra de los hijos de A m m ó n , * 10
sometido, i 2 de Edom, de M o a b , de los b a r ; 6 y llegado a David Mefibaal, hijo de 3
sirios, y puso el resto del pueblo a las
dijeron los príncipes de los hijos de órdenes de Abisai, su hermano, para ha-
hijos de A m m ó n , de los filisteos, de Ama- Jonatán, hijo de Saúl, se echó sobre su A m m ó n a su señor: «¿Crees tú que para
lee, y el botín que había t o m a d o a Hada- rostro, prosternándose, y David le dijo: cer cara a los hijos de A m m ó n , n y
h o n r a r a tu padre h a m a n d a d o David dijo: «Si ves que los sirios m e superan,
dezer, hijo de Rojob, rey de Soba. «Mefibaal». El le respondió: «Aquí tienes
consoladores? ¿ N o los ha m a n d a d o más vienes en mi ayuda, y si los hijos de
2 bien para explorar la ciudad, con el fin A m m ó n te superan a tí, yo iré a socorrerte.
Por i Sam 22,3 sabemos las buenas relaciones de David con los moabitas, las cuales no sa- de destruirla?» 4 Entonces Janón, cogien- 12
bemos cuándo ni cómo se mudaron. La causa debió de ser muy grave para que David tomara de Esfuérzate y luchemos valientemente
d o a los embajadores de David, rapóles por nuestro pueblo y por las ciudades de
ellos las represalias aquí indicadas. la mitad de la barba y les cortó los ves-
3
Otro de los vencidos de David fue el rey de Soba, con ocasión en que, al parecer, había lo- nuestro Dios, y que haga Yavé lo que
grado llevar sus armas hasta el rio Eufrates (10,6 ss.). tidos hasta la mitad de las nalgas, y los mejor le parezca».
9
Tou, que, sin duda, había tenido que soportar el peso de las armas de Hadadezer, se alegra despachó. 5 E n cuanto lo supo David, 13
m a n d ó quienes les salieran al encuentro, Avanzó J o a b con su hueste para ata-
de su derrota y envía una embajada gratulatoria a David. car a los sirios, pero éstos se pusieron en
13
Los edomitas, que moraban al sudeste de Canán, fueron también sometidos por David, porque aquéllos estaban en gran confu-
sión, y les dijeran: «Quedaos en Jericó fuga ante él; 1 4 y los hijos de A m m ó n ,
cumpliéndose la primera parte del vaticinio de Isaac (Gen 27,4). Con estas victorias sobre los pue-
blos circunvecinos y tradicionales enemigos de Israel dio a éste una paz y seguridad cumplidas. hasta que os vuelva a crecer la barba, y viendo que huían los sirios, huyeron t a m -
15
La corte estaba organizada en la siguiente manera: Joab, sobrino de David, tenía el mando entonces volveréis». bién ellos ante Abisai, entrándose en la
del ejército: Josafat es el cronista del reino. Es ésta una noticia importante para la futura historia ciudad. J o a b se volvió contra los hijos,
de Israel (1 Re 4,1 ss.).
6
Viendo los hijos de A m m ó n que se de A m m ó n y retornó a Jerusalén; 15 pero
17
Los sacerdotes son dos, e ignoramos la diferencia de grado que hubiera entre ellos (1 Re 15, habían hecho odiosos a David, concer- los sirios, viéndose vencidos por Israel,
24: 19,11). Sadoc aparece ahora por primera vez; Abiatar, hijo de Ajimelec, asesinado por Saúl, taron t o m a r a sueldo a veinte mil infan- reconcentraron sus fuerzas; 16 y H a d a -
fue el compañero de David en sus peregrinaciones (2 Sam 22,20 s.) y ocuparía el puesto principal, tes de los sirios de Bet-Rojob y de Soba dezer hizo venir a los sirios que estaban
que deberá dejar luego a Sadoc. al fracasar la conspiración de Adonías (1 Re 2,26 ss.; I Sam 2, y doce mil de los reyes de M a c a y de T o b . al otro lado del río, que vinieron a Jelam,
27 ss.). Tampoco es fácil de precisar el sentido de los cargos de mazkir y sopher, introducidos por
David. A <¡ David cumple aquí la promesa hecha a su amigo, protegiendo al único que quedaba de su
18 J
Estos cereteos, con frecuencia mencionados en la historia de David, eran extranjeros y mer- descendencia (1 Sam 18,3; 20,14 s., 41 ss.). Su nombre es Mefibaal, que los escribas judíos
cenarios. Parecen pertenecer a los «pueblos del mar», que en el siglo XII, bajando por la costa, mudaron en Mefiboset (cf. 2,8).
llegaron hasta las fronteras de Egipto, donde los detuvo Ramsés III, que les permitió instalarse 1 0 a2 ja 8b e"so r a m ° s la ocasión a que alude David. El rey muerto, Najas, pudiera ser el que, atacando
en Canán. A ellos pertenecían los filisteos, que parecen emparentados con Gat, ciudad filistea ,. J - dio ocasión a la primera hazaña guerrera de Saúl (1 Sam I I,I ss.). El amonita corres-
(cf. 15,18). Donde el texto dice de los hijos de David «eran sacerdotes», el lugar paralelo de 1 Par pondió bien groseramente. A la ignominia de quitar la barba y cortar los vestidos añadió el ridiculo
18,17 corrige diciendo «eran los primeros cerca del rey». de afeitar una sola mejilla. Estos ultrajes a unos embajadores era motivo suficiente de una guerra.
II SAMUEL 10-11 332
333 II SAMUEL 11-12
m a n d a d o s por Sobac, j'efe del ejército de m a ñ a n a te despacharé». Quedóse, pues, 14
Hadadezer. 17 Súpolo David, y reuniendo Urías en Jerusalén aquel día, 13 y al si- za el ataque contra la ciudad y destru- morirás; m a s por hiiber hecho con esto
a t o d o Israel, pasó el Jordán y vino a guiente David le convidó a comer con yela». Y alentóle así. que menospreciasen u Y uve sus enemigos,
26
Jelam. Los sirios presentaron batalla a él, y Urías se embriagó, y salió ya tarde La mujer de Urías supo la muerte el hijo que te ha nacido morirá». 15 y N a -
David y se trabó el combate, 1 8 pero a acostarse con los servidores de su se- de su marido y le lloró. 2 7 Pasado el due- tán se fue a su casa. Hirió Yuvé al niño
huyeron delante de Israel, y David les ñor, y n o bajó a su casa. lo, m a n d ó David a buscarla y la intro- que había d a d o a luz la mujer de Urías,
m a t ó los caballos de setecientos carros 14
A la m a ñ a n a siguiente escribió D a - dujo en su casa, y la t o m ó por mujer, que enfermó gravemente. 16 Entonces ro-
y cuarenta mil hombres de a pie. M a t ó vid a J o a b una carta, y se la m a n d ó p o r y ella le dio u n hijo. gó David a Dios p o r el niño y ayunó
también al jefe del ejército, Sobac, que manos de Urías. 15 En esta carta había Lo que había hecho David fue desagra- y se recogió, pasando las noches acosta-
quedó muerto allí. ¡9 T o d o s los reyes va- escrito: «Poned a Urías en el p u n t o d o n - dable a los ojos de Yavé. do en tierra. 17 Los ancianos de su casa
sallos de Hadadezer, viéndose vencidos de más dura sea la lucha, y c u a n d o fueron a él para hacer que se levantase
p o r Israel, hicieron la paz con Israel y se arrecie el combate, retiraos y dejadle solo Reproches de Natán a David de la tierra, m a s él no quiso y ni comía
le sometieron, y los sirios no osaron ya p a r a que caiga muerto». 16 J o a b , que ase- •I O ! Yavé le envió el profeta N a t á n con ellos. 1 8 Al séptimo día murió el
socorrer a los hijos de A m m ó n . diaba la ciudad, puso a Urías en el sitio ^ A p a r a decirle: «Juzga este caso: H a - niño, y los servidores no se atrevieron
donde sabía que estaban los m á s valero- bía en una ciudad dos hombres, el uno a darle la noticia de su muerte, pues se
Adulterio y homicidio d e D a v i d sos defensores. 1 7 Los de la ciudad hicie- rico y el otro pobre. 2 El rico tenía mu- decían: «Si cuando a ú n vivía el niño le
chas ovejas y muchas vacas, 3 y el pobre hablábamos y no quería oir nuestra voz,
< i Al a ñ o siguiente, al tiempo en o n una salida contra J o a b , y cayeron
r
1 * que los reyes suelen ponerse en muchos del pueblo, de los servidores de no tenía más que u n a sola ovejuela, que ¿cuánto más no lo h a r á cuando le diga-
mos que el niño h a muerto?» 1 9 M a s
campaña, m a n d ó David a J o a b con to- David, y entre ellos cayó muerto Urías, él había comprado y criado, con él y
David, al ver que sus servidores cuchi-
dos sus servidores y t o d o Israel a talar el jeteo, n J o a b m a n d ó uno que informa- con sus hijos había crecido juntamente,
cheaban entre sí, comprendió que el niño
la tierra de los hijos de A m m ó n , y pu- 1ra9 a David de lo sucedido en el combate, comiendo de su pan y bebiendo de su
había muerto, y preguntó a sus servido-
sieron sitio a R a b a , pero David se quedó y le dio esta o r d e n : «Cuando hayas vaso y durmiendo en su seno, y era para
acabado de contar al rey lo sucedido en él como una hija. 4 Llegó un viajero a res: «¿Ha muerto el niño?» Y ellos le
en Jerusalén. * 20 respondieron: «Ha muerto».
casa del rico; y éste, no queriendo to-
2
U n a tarde levantóse del lecho y se el combate, si se enciende su cólera y
car a sus ovejas ni a sus bueyes, para dar
20
Levantóse entonces de tierra D a v i d ;
puso a pasear en la terraza de la casa dice: «¿Por qué os habéis acercado a la
de comer al viajero que a su casa llegó, se b a ñ ó , se ungió, se m u d ó sus ropas y,
real, y vio desde allí a una mujer que ciudad para trabar combate? ¿ N o sa- t o m ó la ovejuela del pobre y se la adere- entrando en la casa de Yavé, oró. Vuelto
estaba bañándose y era muy bella. 3 Hizo bíais que los sitiados habían 21
de arrojar
zó al huésped». 5 Encendido David fuer- a casa, pidió que le trajeran de comer, y
preguntar David quién era aquella mu- sus tiros contra vosotros? ¿Quién m a t ó temente en cólera contra aquel hombre, comió. 2 I Dijéronle sus servidores: «¿Qué
jer, y le dijeron: «Es Betsabé, hija de a Abimelec, hijo de Jerobaal? ¿ N o fue
dijo a N a t á n : «¡Vive Yavé que el que es lo que haces? Cuando el niño aún
Eliam, mujer de Urías, el jeteo». 4 David una mujer, que lanzó sobre él un pedazo tal hizo es digno de la muerte * y que vivía, ayunabas por él y llorabas, y aho-
envió gentes en busca suya; vino ella a de rueda de molino, de cuya herida m u - h a de pagar la oveja con siete tantos ra que ha muerto te has levantado y has
su casa y él durmió con ella. Purificada rió en Tebes? ¿Por qué, pues, os acer- encima p o r haber hecho tal cosa, obran- comido». 2 2 Y él respondió: «Cuando aún
de su inmundicia, volvióse a su casa. casteis a la muralla?», le dirás: «Tu siervo do sin piedad!» 7 N a t á n dijo entonces a vivía el niño, ayunaba y lloraba, dicien-
5
Quedó encinta, y lo hizo saber a D a - Urías, 22
el jeteo, h a muerto también».
D a v i d : «¡Tú eres ese hombre! He aquí d o : ¡Quién sabe si Yavé se apiadará de
vid, m a n d a n d o a decirle: «Estoy encin- Partió el mensajero al rey a Jerusa-
salén, y a su llegada contó a David t o d o lo que dice Yavé, Dios de Israel: Y o te mí y hará que el niño viva! 2 3 A h o r a
6
ta». Entonces David expidió a Joab esta ungí rey de Israel y te libré de las manos que ha muerto, ¿para qué he de ayunar?
orden: « M á n d a m e a Urías el jeteo». Y lo que J o a b le había ordenado y todos d e Saúl. 8 Y o te h e dado la casa de tu ¿Podré ya volverle la vida? Y o iré a él,
J o a b m a n d ó a Urías a David, i Presen- los episodios del combate. David se dejó señor, y he puesto en tu seno las muje- pero él no vendrá ya más a mí».
tóse Urías a David, y el rey le pidió nue- llevar de la cólera contra J o a b y dijo res de tu señor, y te he dado la casa de 24
Consoló David a Betsabé, su mujer;
vas de J o a b , del ejército y de las opera- al mensajero: «¿Por qué os habéis acer- Israel y de J u d á ; y por si esto fuera poco, y entrando a ella, durmió con ella, y
ciones militares, 8 y después dijo a U r í a s : cado a la ciudad? ¿ N o sabíais que lan- te añadiría todavía otras cosas mucho ella le dio un hijo, a quien llamó Salo-
«Baja a tu casa y lávate los pies». Salió zarían proyectiles desde lo alto de la m u - mayores. 9 ¿Cómo, pues, menospreciando
món, 2 5 al que a m ó Yavé, que envió a
Urías de la casa del rey, y detrás de él ralla? Pues ¿quién hirió a Abimelec, hijo a Yavé, has hecho lo que es malo a sus
N a t á n , profeta, el cual le dio el n o m b r e
un obsequio del rey; 9 pero Urías se acos- de Jerobaal? ¿ N o fue una mujer quien ojos? H a s herido a espada a Urías, je-
de Jedidia por causa de Yavé *
tó a la puerta del palacio real con los lanzó una muela de molino desde lo alto t e o ; tomaste p o r mujer a su mujer, y 26
demás servidores de su señor y n o bajó de la muralla y le hizo morir en Tebes? a él le mataste con la espada de los hijos J o a b , que asediaba R a b a , de los hi-
a su casa. ¿Por qué, pues, os habéis acercado a la de A m m ó n . 1° Por eso no se apartará jos de A m m ó n , se apoderó de la ciudad
10 muralla?» 2 3 El mensajero dijo a D a v i d : ya de tu casa la espada, por haberme de las aguas, 2 7 y m a n d ó mensajeros a
Dijéronle a David: «Urías no ha ba-
«Porque aquellas gentes, en más n ú m e r o menospreciado, t o m a n d o por mujer a la David para decirle: «He atacado a R a b a
jado a su casa». Y David le dijo: «Des-
pués de haber estado fuera, ¿cómo no has
que nosotros, hicieron una salida, pero mujer de Urías, jeteo. u Así dice Yavé: y ya me he apoderado de la ciudad de
los rechazamos hasta la puerta. 2 4 Sus Y o haré surgir el mal contra ti de tu las aguas; * 2 8 reúne, pues, al pueblo t o d o
bajado a tu casa?» u Urías respondió a
arqueros tiraban contra tus servidores des- misma casa, y tomaré ante tus mismos y ven a acampar contra la ciudad, p a r a
D a v i d : «El arca, Israel y Judá habitan
de lo alto de la muralla, y muchos de ojos tus mujeres, y se las daré a otro, que no sea yo quien por mí mismo la
en tiendas; mi señor, Joab y los servido- que yacerá con ellas a la cara misma de
los servidores del rey fueron m u e r t o s : tome, y se me atribuya a mí la victoria». *
res de mi señor acampan al raso, ¿e iba este sol; 1 2 porque tú has obrado oculta- 29
entre ellos tu siervo Urías, el jeteo, que- David reunió al pueblo, y m a r c h a n d o
yo a entrar en mi casa para comer y
dó muerto también». 2 5 David dijo al mente, pero yo haré esto a la presencia contra R a b a , la atacó y se apoderó de
beber y dormir con mi mujer? Por tu de t o d o Israel y a la cara del sol».
vida y p o r la vida de tu alma, que no
mensajero: « N o te apures demasiado p o r ella. 30 Quitó la corona de Milcón de
este asunto, porque la espada devora unas sobre su cabeza, que pesaba un talento
haré yo cosa semejante», l 2 David dijo
veces a uno, otras veces a otro. Refuer- !3 David dijo a N a t á n : «He pecado de oro. Tenía una piedra preciosa, y fue
a U r í a s : «Quédate aquí todavía hoy y
contra Yavé». Y Natán dijo a D a v i d : puesta en la cabeza de David, que t o m ó
°f •% 1 En el amplío relato de esta campaña, dirigida por Joab, el autor sagrado intercala este epi- «Yavé te ha perdonado tu pecado. N o
' * sodio de la vida privada de David, en que se pone de manifiesto la flaqueza de David y su 25
abuso del poder; la nobí'za y lealtad de Urías, no obstante su origen extraño; la autoridad del pro-
feta Natán, que tan hermosamente supo arrancar al rey su propia condenación, y, finalmente, el I O^
28
27
Jedidia, amado de Yavé.
La ciudad baja, por contraposición a la alta, donde se hallaba la acrópolis.
espíritu profundamente religioso de David. Aquí tenemos un rasgo que no era de esperar de Joab; quiere que sea del rey el honor de
tomar la ciudad.
II "AMM.I 12-13 II SAMUEL 13-14
334 335
n vosos». Y aunque le porfió, no quiso ir,
do lu ciudad muy gran bolín.* " A los la alcoba. C u a n d o se las puso delante Vuelta de Absalón
habitantes los sacó de In ciudad, y los > para que las comiese, él, , cogiéndola, le y le bendijo. 26 Entonces le dijo Absalón: 1
Conociendo Joab, hijo de Sarvia,
puso a las sierras, a los Irillos herrados,
a las hachas, a los molinos y n los hor-
dijo: «Ven, h e r m a n a mía, acuéstate con-
migo». 12 Ella le dijo: « N o , hermano mío,
«Al menos, permite que venga A m n ó n ,
mi hermano». «Y ¿para qué ha de ir?»,
14 que el corazón del rey estaba por
nos de ladrillos. Eso mismo ¡íizo con to- le dijo el rey; 27 mas como le importu- A b s a l ó n , * 2 m a n d ó a Tecua, y trajo de
no me hagas fuerza; mira que n o se hace allí una mujer ladina y le dijo: «Mira,
das las ciudades de los hijos de A m m ó n . eso en Israel. N o hagas tal infamia, nase Absalón, dejó ir con él a A m n ó n
Después se tornó David a Jerusalén con 13 y a todos los hijos del rey. enlútate, vístete las ropas de duelo, no te
porque ¿adonde iría yo con mi des- unjas con óleo, antes preséntate como
todo el pueblo. * honra? Y tú serías uno de los perversos Absalón había preparado un gran ban-
quete, como banquete de rey, 28 y había mujer que de tiempo atrás lleva luto
de Israel. Mira, habla al rey, que segu- por u n m u e r t o ; 3 y entrando al rey, ha-
Incesto de A m n ó n ramente no rehusará darme a ti». * l 4 Pe- dado orden a sus criados, diciendo: «Es-
tad atentos, y cuando el corazón de A m - bíale de esta m a n e r a » ; y puso Joab en
| O ' Después de esto sucedió que, te- ro él n o quiso darle oídos; y como era
nón se haya alegrado con el vino y os boca de la mujer lo que había de decir.
* <* niendo Absalón, hijo de David, m á s fuerte que ella, la violentó y se echó 4
Entró, pues, la mujer de Tecua al
una hermana, que era muy bella y se con ella. diga y o : Herid a A m n ó n , matadle y no
rey; y postrándose en tierra, le hizo re-
15
Aborrecióla luego A m n ó n , con tan temáis, que yo os lo m a n d o . Esforzaos,
llamaba Tamar, se prendó de ella A m -
2 pues, y tened valor». 29 Los criados de verencia y dijo: «¡Oh rey, sálvame!» 5 El
nón, hijo de David. * A m n ó n andaba gran aborrecimiento, que el odio que le rey le dijo: «¿Qué tienes?»; y ella res-
por ella atormentado, hasta enfermar por t o m ó fue todavía mayor que el a m o r con Absalón hicieron con A m n ó n lo que A b -
salón les había m a n d a d o ; y luego todos pondió : «Soy una mujer viuda; murió mi
• Tamar, su h e r m a n a ; pues siendo ella vir- que la había a m a d o ; y le dijo: «Leván- marido, 6 y tenía tu sierva dos hijos. R i -
gen, le parecía a Amnón difícil obtener tate y vete». 16 Ella le respondió: « N o , los hijos del rey se levantaron, monta-
ron en sus mulos y huyeron. * 3 " C u a n d o ñeron los dos en el campo, donde no
nada de e l l a . 3 Tenía Amnón un amigo de hermano mío, porque, si me echas, este había quien los separase, y el uno, hi-
n o m b r e J o n a d a b , hijo de Simea, herma- mal será mayor que el que acabas de todavía n o estaban de vuelta, llegó a oídos
riendo al otro, le m a t ó ; 7 y he aquí que
no de David, que era muy astuto, 4 y cometer contra mí». Pero él no quiso de David el r u m o r de que Absalón ha-
t o d a la parentela, alzándose contra tu
que le dijo: «Hijo de rey, ¿cómo y p o r oiría, 1 7 y llamando al mozo que le ser- bía m a t a d o a todos los hijos del rey,
sin que ninguno quedara; 3 1 y levantán- sierva, dice: Entréganos al que m a t ó a
qué de día en día vas enflaqueciendo? vía, le dijo: «Échame a ésta fuera de aquí
dose David, rasgó sus vestiduras y se su h e r m a n o , p a r a que le demos muerte
¿No me lo descubrirás a mí?» Y A m n ó n y cierra la puerta». 1 8 Estaba ella vesti-
le dijo: «Es que estoy enamorado de Ta- da con una túnica de mangas, traje que echó en tierra, y todos sus servidores p o r la vida de su hermano, a quien m a t ó
mar, la h e r m a n a de Absalón, mi herma- llevaban en otro tiempo las hijas del rey rasgaron delante de él sus vestiduras. él; y quieren matar al heredero, apagan-
no». 5 J o n a d a b le dijo: «Métete en cama vírgenes. El criado la echó fuera y cerró 32
J o n a d a b , hijo de Simea, h e r m a n o de do así el ascua que me ha quedado y
y hazte el enfermo, y cuando tu padre tras ella la puerta. " T a m a r echó ceniza David, habló y dijo: « N o crea mi señor no dejando a mi marido ni n o m b r e ni
venga a verte, dile: Ruégote que venga sobre su cabeza, rasgó la amplia túnica que h a n muerto todos los jóvenes hijos sobreviviente sobre la tierra». 8 El rey
mi h e r m a n a T a m a r para darme de co- que vestía y, puestas sobre la cabeza las del rey; es A m n ó n solo el que h a muer- dijo a la mujer: «Vete a tu casa, que ya
mer, y preparando delante de mí algún manos, se fue gritando. 2 0 Su h e r m a n o to, porque era cosa que estaba en los daré yo órdenes sobre tu asunto» 9 Enton-
manjar, lo coma yo de su mano». labios de Absalón desde que A m n ó n for- ces dijo la mujer de Tecua al rey: «Rey
Absalón le dijo: «¿De m o d o que tu her- mi señor, yo querría que la responsabili-
6
A m n ó n se metió en cama, fingiéndo- m a n o A m n ó n h a estado contigo? Pues zó a T a m a r , su hermana. 3 3 N o crea,
pues, mi señor el rey ese r u m o r que dice: dad recayera sobre mí y sobre la casa
se enfermo. Vino el rey a verle, y Am- calla p o r ahora, h e r m a n a ; es tu h e r m a n o ; de mi padre, no sobre el rey y sobre su
nón le dijo: «Te ruego que Tamar, mi no des demasiada importancia a la cosa»; « H a n muerto todos los hijos del rey»,
porque es sólo A m n ó n el m u e r t o , 3 4 mien- trono». 1 0 El rey entonces respondió: «Si
hermana, venga a hacerme delante de mí y T a m a r se quedó desconsolada en la alguno sigue inquietándote, tráelo a mí,
un par de hojuelas y las coma yo de su casa de Absalón, su hermano. *
21
Cuan- tras que los hermanos están sanos y sal-
7 vos». que n o te inquietará más». u Ella enton-
mano». David m a n d ó a decir a Tamar do el rey supo t o d o esto, enojóse gran- ces dijo: «Ruégote, ¡oh rey!, que inter-
a sus habitaciones: «Vete a las habita- demente, pero n o quiso castigar a A m - El joven que hacía de centinela, alzan-
do los ojos, vio venir gran tropel de gen- pongas el n o m b r e de Yavé, tu Dios, y
piones de tu hermano A m n ó n a prepa- nón, porque le a m a b a como a primogé- no dejes que el vengador de la sangre
rarle algo de comer». 8 F u e T a m a r a las nito. 22 Absalón n o dijo a A m n ó n nada, tes por el camino de Joronaim, en la
aumente la ruina m a t a n d o a mi hijo».
habitaciones de A m n ó n , que estaba en ni de bueno ni de malo, pero le odió bajada, y lo anunció al rey: «He visto
gentes que vienen por el camino de Jo- Y él respondió: «Vive Yavé que no caerá
la cama; y t o m a n d o la harina, la amasó, por la violación de su h e r m a n a Tamar. en tierra ni u n cabello de la cabeza de
hizo las hojuelas delante de él; 9 y to- 23
Al cabo de dos años tenía Absalón ronaim, por la falda de la montaña».
35
Entonces dijo J o n a d a b al rey: «Ya vie- tu hijo». 1 2 La mujer a ñ a d i ó : «Permite,
m a n d o la sartén, las frió y se las presen- el esquileo en Baljasor, que está cerca
tó, pero él no quiso comerlas y dijo: de Efraím, y quiso convidar Absalón a nen los hijos del rey; es lo que tu siervo ¡oh rey!, a tu sierva que diga u n a palabra
«Que salgan todos de aquí», y todos se todos los hijos del rey. 2 4 V i n o Absalón ha dicho»; 3 6 y apenas acabó de hablar, a mi señor». El rey dijo: «Habla». 13 Y
salieron. r o Entonces dijo Amnón a Ta- al rey y le dijo: «Tu siervo tiene ahora llegaron los hijos del rey, y, alzando la la mujer entonces dijo: «¿Por qué, pues,
m a r : «Trae las hojuelas a la alcoba para el esquileo; te ruego que venga el rey voz, lloraron. También el rey y sus servi- piensas tú de otro m o d o contra el pueblo
que yo las coma allí de tu mano», y y sus siervos a la casa de tu siervo». dores lloraron con grandes lamentos. de Dios? Pues con el juicio que el rey
tomando Tamar las hojuelas que había 25 El rey respondió a Absalón: « N o , hijo 37 ha pronunciado se hace como reo por
Absalón fuese huido a Talmai, hijo
preparado, se las llevó a su hermano a mío, no iremos todos para no serte gra- no hacer el rey que vuelva su fugitivo.
de Amiud, rey de Guesur, a la tierra de 14
Porque todos morimos y somos c o m o
Maaca, y el rey lloraba todos los días la
agua que se derrama en la tierra, que no
30
En vez de «su rey», que no podía llevar una tal corona, el texto griego lee «Melcom», el dios ausencia de su hijo. 3 8 Estuvo allí Absa-
puede volver a recogerse; que Dios no
de los amonitas, cuya corona tomaría David como trofeo de guerra (r Re 11,5 ss.). lón, después que huyó a Guesur, tres
31 hace volver las almas. Medite, pues, el
Según una costumbre antigua y en nuestros días renovada, los prisioneros de guerra son a ñ o s ; 39 y el rey David se consumía por
sometidos a trabajos forzados. rey cómo el fugitivo no quede arrojado
ver a Absalón, pues de A m n ó n , el muerto,
O 1 El autor nos trae muchas veces a la memoria la familia de David, sus mujeres y sus hijos de su presencia. 15 Si he venido yo a decir
T ^ (1 Sam 27,2 s.; 2 Sam 2,2: 5,13). Este capítulo es el primero de la triste historia familiar de
ya se había consolado.
esto al rey, mi señor, es porque el pueblo
David, que estuvo lejos de ser feliz. Todo ello fruto de la poligamia. Esta Tamar, hermana de 29
Absalón venga el ultraje hecho a su hermana, sin pensar que era un hermano de ambos el
Absalón, era hermana de Amnón sólo por parte del padre. autor de la violación. Y realizado el fratricidio, Absalón se refugia en tierras del rey de Guesur,
13
Tales uniones entre hermanos eran permitidas por las costumbres y leyes babilónicas, y, su abuelo materno, que le toma bajo su protección.
conforme a ellas, Abraham desposó a Sara, hermana suya de padre (Gen 12,13; 20,12): pero la
Ley las prohibe (Lev 18,g; 20,17; Dt 27,22). Acaso esta iey no estaba ya en vigor en Israel o Tamar 1 A ' J * oab t ( ? m a l a d e f e n s a d e s u primo Absalón ante el rey. En la mujer de Tecua se nos pre-
creía2 0que podría dispensarla el rey. • ^ senta la imagen de una mujer sabia que mediante una parábola sabe buscar solución a un
Tamar no va a su padre, sino a su hermano uterino Absalón, en busca de consuelo y refugio. tan grave negocio.
n MMiiia 14-15 336 II SAMUEL 15
337
me dio miedo, y me dije: «Voy u hablar viarle al rey, pero Joab se negó a ir, y pasaron el torrente de Cedrón el rey y
ul rey, a ver si hace lo quo su sierva le aunque por segunda vez le llamó, no qui- taba en Guesur, en Siria, prometí: Si
Yavé me 9 vuelve a Jerusalén, sacrificaré todo el pueblo, siguiendo el camino del
diga, w Seguramente el rey escuchará a so ir. * 3" Entonces dijo a sus siervos: olivar que se halla en el desierto. M Iban
su sierva y la librará de la mano del que «Ya sabéis que el campo de Joab está a Yavé». El rey le dijo: «Ve en paz»; y
él se levantó y se fue a Hebrón. 10 Absa- también Sadoc y Abiatar, y con ellos los
quiere raerme a mí, juntamente con mi junto al mío y que tiene allí su cebada; levitas, que llevaban el arca de la alianza
hijo, de la heredad de Dios. 17 Tu sierva id y prendedle fuego». Y los siervos de lón mandó mensajeros por todas las tri-
bus de Israel, diciendo: Cuando oigáis de Dios. Detuviéronse con el arca de la
ha dicho: Que me tranquilice la palabra Absalón pegaron fuego a las tierras de alianza de Dios hasta que toda25la gente
de mi señor el rey, ya que es el rey, mi Joab. Vinieron entonces los siervos de sonar la trompeta, gritad; «Absalón reina
señor, como el ángel de Dios para dis- Joab, rasgadas las vestiduras, y le dije- en Hebrón». n De Jerusalén fueron con se hubo salido de la ciudad. * Enton-
Absalón doscientos hombres invitados ces dijo el rey a Sadoc y a Abiatar: «Vol-
cernir entre lo bueno y lo malo. Y ahora, ron: «Los siervos de 31 Absalón han pegado ved el arca de Dios a la ciudad y quédese
que Yavé, tu Dios, sea contigo». fuego a tu campo». Levantóse Joab y con corazón sencillo, que nada sabían.
18
El rey entonces dijo a la mujer: «Mi- vino a casa de Absalón, y le dijo: «¿Por l 2 También mandó llamar Absalón a Aji- en su lugar. Si hallo gracia a los ojos de
tofel, guilonita, del consejo de David, a Yavé, El me volverá a traer, y me hará
ra, no me ocultes nada de lo que voy a qué han 32pegado fuego tus siervos a mis volver a ver el arca y el tabernáculo.
preguntarte». Y la mujerI 9 respondió: «Ha- tierras?» Y Absalón le respondió: «Dos su ciudad de Guiló, que estuvo con él 26
mientras hacía sus sacrificios. Pero si El dice: No me complazco en
ble el rey, mí señor». El rey le dijo: veces te he mandado llamar para que ti, aquí me tiene; haga El conmigo lo que
«¿No anda en todo esto la mano de Joab?» vinieses y fueses por mí al rey a decirle: La conjuración iba creciendo, y llegó
a ser grande, pues iban3 aumentando los bien le parezca». 2 7 Y siguió diciendo a
Y la mujer respondió: «Por tu vida, ¡oh ¿Para qué he venido de Guesur? Mejor Sadoc: «Tú y Abiatar volveos en paz a
rey!, mi señor, que no se aparta lo que el me hubiera sido estarme allí. Que pueda secuaces de Absalón. 1 Vinieron a avisar
a David, diciendo: «Todo Israel se va tras la ciudad con Ajimas, tu hijo, y con Jo-
rey, mi señor, dice ni a la derecha ni a la yo ver la 33 faz del rey, y si soy culpable,
izquierda. Joab, tu siervo, me ha man- máteme». Fue, pues, Joab al rey y le Absalón». 14 Entonces David dijo a todos natán, hijo de Abiatar.2S Vayan vuestros
sus servidores, que estaban con él en Je- dos hijos con vosotros. Yo esperaré en
dado y ha puesto en la boca de tu sierva dijo esto, y el rey llamó a Absalón, que las llanuras del desierto hasta que me lle-
todas estas palabras. 20 Joab, tu siervo, inclinó a tierra su rostro ante el rey, y el rusalén: «Levantaos y huyamos, porque
no podríamos escapar delante de Absa- gue de vosotros algún aviso». 29 Volvié-
ha hecho esto para ver de mudar el as- rey besó a Absalón. ronse entonces Sadoc y Abiatar a Jeru-
pecto de las cosas. Pero mi señor es sabio, lón. Daos prisa a salir, no sea que nos
sorprenda él y eche sobre nosotros el salén, llevando el arca de Dios, y se que-
con la sabiduría de un ángel de Dios, Rebelión de Absalón. Fuga de D a v i d daron allí.
para conocer cuanto pasa en la tierra». mal y pase la ciudad a filo de espada». *
15 30
2i Entonces el rey dijo a Joab: «Voy a
1
Después de esto se hizo Absalón Los servidores le dijeron: «Tus siervos Subía David la pendiente del monte
hacer según tu deseo. Ve, pues,22y haz que 15
con un carro y caballos, y2 cin- están dispuestos a hacer cuanto mande
el 16
rey nuestro señor».
de los Olivos, y subía llorando, cubierta la
cabeza y descalzos los pies. También cuan-
vuelva el joven Absalón». * Joab se cuenta hombres iban delante de él. * Le- tos le seguían cubriéronse todos la cabeza,
echó rostro a tierra y se prosternó, y ben- vantábase Absalón bien de mañana, y Partióse, pues, el rey a pie, seguido
diciendo al rey, dijo: «Ahora comprendo poniéndose junto al camino de la Puerta, de toda su familia, dejando diez concubi- y subían llorando. 31 Dieron aviso a Da-
que tu siervo ha hallado gracia a tus ojos, a cualquiera que tenía un pleito y venía nas al cuidado de la casa. 17 El rey salió vid de que Ajitofel estaba entre los con-
¡oh rey!, mi señor, pues ha hecho el rey a juicio ante el rey, le llamaba Absalón con toda su gente, a pie, y se detuvieron jurados, y dijo David: «Confunde, ¡oh
lo que su siervo le ha dicho». 23 Levan- y le decía: «¿De dónde eres?» Y él con- en una casa alejada, i 8 Todos sus servi- Yavé!, el consejo de Ajitofel». 32 Cuando
tóse luego Joab y se fue a Guesur y trajo testaba: «Tu siervo es de tal o cual de las dores iban a sus lados; los cereteos, los llegó David a la cumbre, donde se adora
consigo a Absalón a Jerusalén. 24 Pero el tribus de Israel». 3 Entonces Absalón le péleteos y las gentes de Itai, jeteo, en nú- a Yavé, llegó ante él Cusaí el arquita,
rey dijo: «Que se vaya a su casa y no se decía: «Mira, tu causa es buena y justa, mero de seiscientos, que desde Gat le amigo de David, rasgadas las vestiduras
me presente», y fuese Absalón a su casa 4pero no tendrás quien por el rey te oiga. habían seguido, marchaban a pie delante y cubierta de polvo la cabeza, * 33 y le
sin ver al rey. ¡Quién me pusiera a mí por juez de la del rey.* 19 El rey dijo a Itai, el jeteo: dijo David: «Si vienes conmigo, me se-
25 «¿Por qué has de venir tú también con rías una carga; 3 4 si, por el contrario, te
No había en todo Israel hombre tan tierra para que viniesen a mí cuantos nosotros? Vuélvete y quédate con el rey, vuelves a la ciudad y dices a Absalón:
hermoso como Absalón; desde la planta tienen algún pleito o 5 algún negocio, y yo pues tú eres un extranjero2 y estás fuera «¡Oh rey, siervo tuyo soy; como he ser-
de los pies hasta la cabeza, no había en les haría justicia!» Y cuando alguno de tu tierra sin domicilio. " Ayer llegas- vido a tu padre, así te serviré a ti!, podrás
él defecto; 26 y cuando se cortaba el pelo, quería postrarse ante él, él le 6tendía la te, ¿y voy a hacerte hoy errar con nos- confundir el consejo de Ajitofel en favor
cosa que hacía al fin de cada año, porque mano, le cogía y le besaba. De esta otros, cuando ni yo mismo sé siquiera mío», 35 tendrás contigo a los sacerdo-
le molestaba y por eso se lo cortaba, pe- suerte obraba Absalón con todos los is- adonde voy? Vuélvete y lleva contigo a tes Sadoc y Abiatar, y podrás comuni-
saba el cabello de27su cabeza doscientos raelitas que venían al rey en demanda de tus hermanos, y Yavé use contigo de gra- carles cuanto sepas de la casa del rey.
siclos, peso real. * Naciéronle a Absa- justicia, y así robaba el corazón de los de cia y de verdad». 21 Pero Itai respondió
36
Y como tendrán consigo a sus dos hijos,
lón tres hijos y una hija, de nombre Ta- Israel. al rey, diciendo: «Vive Dios, y vive mi Ajimas, hijo de Sadoc, y Jonatán, hijo
mar, que erp hermosísima. 28 Por dos 7
Al cabo de cuatro años dijo Absalón señor el rey, que donde mi señor22esté vivo de Abiatar, por ellos podréis informarme
años estuvo Absalón en Jerusalén sin po- al rey: «Te ruego que me permitas ir a o muerto, allí estará tu siervo». Enton- de lo que sepáis». 37 Cusaí, amigo de Da-
der ver al rey. Hebrón, a cumplir un voto que he hecho ces dijo David a Itai: «Ven, pasa»; y pasó vid, se tornó a la ciudad cuando Absalón
29
Mandó Absalón por Joab, para en- a Yavé;* 8 porque cuando tu siervo es- Itai, jeteo, con toda su gente y su familia. hacía su entrada en ella.
23
21
Estas palabras del rey muestran la influencia de Joab sobre su ánimo. _ Todos iban llorando en alta voz, y
26
El texto griego lee cien siclos, y esta lección parece deba ser preferida. Dado el peso del
siclo, pesaría la cabellera 1.420 gramos. debía de poseer un santuario venerando, tal vez el mismo que perduró y fue luego destruido por Cons-
29
Joab había empezado a favorecer a Absalón, y éste le exige que Heve hasta el cabo lo co- tantino Magno. A él acude Absalón a organizar la rebelión, bajo el pretexto de cumplir un voto.
14
menzado. En cuatro años, Absalón había logrado formar un partido poderoso; y el rey, tal vez rece-
oso del terreno que pisaba, se decide a poner por medio el Jordán y organizar la defensa en la Trans-
i r 1 En Israel no existía una ley sobre la sucesión del trono, necesaria para evitar guerras jordania.
* ^ civiles, tan comunes en otros reinos de Oriente. La sucesión dependía de la voluntad del 18
Le acompañan las fuerzas extranjeras, la guardia personal del rey y la gente de Itai, el jeteo.
soberano reinante, y éste se movía muchas veces por el amor de la esposa que hubiera logrado 24
El arca acompañaba con frecuencia al ejército (11,11), y en esta grave ocasión los sacerdotes
ganar su corazón (1 Re 1,17 ss.). En nuestro caso parece estar en la conciencia de todos que el de- quieren prestar esta ayuda al rey y quitársela al hijo rebelde. Pero el rey no la acepta, y, con una
recho de primogénito debe prevalecer (1 Re 2,15), y este derecho, contra una eventual oposición, resignación ejemplar, se pone totalmente en [as manos de Yavé.
es el que pretende hacer triunfar Absalón. Para ello, éste prepara el terreno, como luego hará Ado- 32
En la cumbre del monte Olívete había un santuario dedicado a Yavé. Pudiera esta rara
nías (1 Re 1,5.25).
7 expresión señalar el sitio desde el cual más tarde los peregrinos daban vista al santuario de Jeru-
Hebrón, la ciudad del sepulcro de los patriarcas y de su residencia (Gen 18,1; 14,13; 23,2 ss.). salén y se postraban adorando a Yavé.
II SAMUEL 16-17 338
339 II SAMUEL 17-18
pagará con favores las maldiciones de
I n f i d e l i d a d d e S i b a , el s i e r v o
de Mefibaal hoy», u Y David y sus gentes prosiguie- salón dijo: «Llamad a Cusaí, el arquita, h o m b r e de Bajurim quo tenía un pozo
ron su camino, mientras iba Semei por y sepamos su parecer». 6 Vino Cusaí a en el patio, y en él se metieron. 1 9 T o m ó
•I /? ' Cuando David hubo traspuesto el lado del monte, detrás de David, sin Absalón, y Absalón le dijo: «Esto ha di- la mujer u n a m a n t a y cubrió con ella la
* ™ la cumbre, Siba, el siervo de Me- dejar de maldecirle y tirarle piedras y cho Ajitofel. ¿Hemos de hacer lo que él boca del pozo, poniendo sobre ella el
fibaal, vino a él con dos asnos aparejados tierra. 1 4 El rey y los que con él iban llega- dice? Si no, habla tú». 7 Y Cusaí respon- grano trillado, y así nadie pudo perca-
y cargados de doscientos panes, cien col- ron extenuados, y descansaron allí. dió a Absalón: «Por esta vez el consejo tarse de la cosa. 2 0 Llegaron los seguido-
gajos de uvas pasas y un pellejo de vino; 15
2
Cuando Absalón, llevando con él a de Ajitofel n o es bueno. 8 T ú sabes bien res de Absalón a la casa de la mujer y le
y dijo el rey a Siba: «¿Qué es esto?» Ajitofel, entró en Jerusalén con todo el que tu padre y sus gentes son unos va- preguntaron: «¿Dónde están Ajimas y Jo-
Y Siba respondió: «Los asnos son para pueblo, ios hombres de Israel, 1 6 Cusaí, lientes, y exasperarlos sería como si en natán?» Y la mujer respondió: «Ya han
la familia del rey, para que monte en el arquita, amigo de David, vino a su en- el campo a una osa le arrebataran su pasado el arroyo». Y aunque los busca-
ellos; los panes y las tortas de higos y las cuentro, diciendo: «IViva el rey, viva el cría o c o m o u n jabalí enfurecido en el ron n o los hallaron, y se volvieron a Je-
pasas, para que c o m a n ; y el vino, para rey!» " A b s a l ó n dijo a Cusaí: «¿Es ése desierto. Tu padre es h o m b r e de guerra, rusalén. 2 I C u a n d o se hubieron ido, salie-
que beban los que destallezcan en el de- el pago que das a tu amigo? ¿Por qué n o y seguramente no pasará la noche entre r o n del pozo y fuéronse luego a dar el
sierto». 3 El rey le preguntó: «¿Con quién te has ido con tu amigo?» 18 Cusaí dijo los suyos. 9 D e cierto que estará escon- aviso a David, diciéndole: «Pasad luego
está el hijo de tu a m o ? » ; y Siba respondió: a Absalón: « N o , yo soy de aquel a quien dido en alguna caverna o en otro lugar, el vado, porque Ajitofel h a d a d o este
«Se ha quedado en Jerusalén, diciendo: Yavé y todo su pueblo, todos los h o m - y si a los comienzos cayeran algunos de consejo contra vosotros». 2 2 Levantóse en-
Hoy me devolverá la casa de Israel el rei- bres de Israel, han elegido, y con ése los tuyos, los que lo oyeran seguramente tonces David con t o d o el pueblo que con
no de mi padre». 4 Y el rey dijo a Siba: quiero estar, 1 9 Por lo demás, ¿a quién dirían: H a n sido derrotados los secuaces él estaba, y pasaron el Jordán, y al alba
«Tuyo será cuanto fue de Mefibaal». Siba voy a servir? ¿No es a un hijo suyo? C o m o de Absalón; 10 y entonces, a u n el valien- no quedaba uno que no hubiera pasado
respondió: «Que halle yo gracia a los serví a tu padre, así te serviré a ti». te, cuyo corazón sea como el corazón de el Jordán. 2 3 Ajitofel, viendo que no se
ojos del rey, mi señor». 20
Absalón dijo a Ajitofel: «Tened con- u n león, desmayaría, porque t o d o Israel había seguido su consejo, aparejó su asno,
sejo para ver lo que conviene hacer»; sabe que tu padre es u n valiente, y que levantóse, se fue a su casa de la ciudad
S e m e í ultraja a D a v i d 21
y Ajitofel dijo a Absalón: «Entra a las son valientes también los que con él es- y, después de t o m a r disposiciones acerca
5
Cuando llegó el rey a Bajurim salióle concubinas que tu padre ha dejado al cui- tán. 11 Aconsejóte, pues, que reúnas a todo de su casa, se a h o r c ó ; y muerto, fue se-
al encuentro un h o m b r e de los de la casa dado de la casa, y así sabrá todo Israel Israel, desde D a n hasta Berseba, en mu- pultado en el sepulcro de su padre. *
de Saúl, de nombre Semeí, hijo de Güera, que has roto del todo con tu padre, y se chedumbre c o m o las arenas que están en
que se adelantó profiriendo maldiciones * fortalecerán 22
las manos de cuantos te si- la orilla del mar, y que tú en persona Absalón, derrotado y muerto
6
y tirando piedras a David y a los ser- guen». * Levantóse, pues, para Absa- vayas a darle la batalla. 1 2 Entonces le 24
vidores de David, aunque iban los h o m - lón una tienda en la terraza, y entró a las atacaremos dondequiera que esté; y da- Llegó David a Majanaim, y Absa-
bres de guerra a la derecha y a la izquierda concubinas de su padre a los ojos de t o d o remos sobre él c o m o rocío que cae sobre lón pasó el J o r d á n con toda la gente de
del rey. 7 Semeí decía, maldiciendo: «¡Ve- Israel.
23
Consejo que daba Ajitofel era la tierra, y n o dejaremos ni u n o de cuan- Israel. 2 5 Absalón hizo jefe de su ejército
te, vete, hombre sanguinario y malvado! mirado como si fuera palabra de Yavé; tos con él están. 13 Y si se acogiera a la a A m a s a en vez de Joab. Era Amasa
8
Yavé hace recaer sobre tu cabeza toda tal era la confianza que el consejo de ciudad, todos los de Israel llevarán allá hijo de un varón ismaelita llamado Jitra,
la sangre de la casa de Saúl, cuyo reino Ajitofel inspiraba lo mismo a David que cuerdas, y la arrastraremos al arroyo, casado con Abigail, hija de Isaí, h e r m a n a
has usurpado, y ha entregado tu reino a Absalón. hasta n o quedar en ella piedra sobre de Sarvia, m a d r e de J o a b . 2 6 Asentó su
en manos de Absalón, tu hijo. Te ha dado piedra». campo Israel con Absalón en tierra de
lo que tú mereces, porque eres un h o m - E l c o n s e j o d e Ajitofel, f r u s t r a d o p o r
14
Entonces Absalón y todos los de Is- G a l a d ; 2 7 y en cuanto llegó David a M a -
bre sanguinario». 9 Entonces Abisaí, hijo Cusaí rael dijeron: «El consejo de Cusaí, arqui- janaim, 2 8 Sobi, hijo de Najas, de R a b a ,
de Sarvia, dijo al rey: «¿Cómo se atreve ta, es mejor que el de Ajitofel»; porque de los hijos de Arrimón, y Maquir, hijo
1
de Amiel, de Lobedan, con Barzilai, ga-
ese maldito perro muerto a maldecir al
rey? Déjame, te ruego, que vaya a cor-
>J
• 1Ajitofel dijo a Absalón: «Voy a
elegir doce mil hombres para salir
había dispuesto Yavé frustrar el acertado
consejo de Ajitofel p a r a traer Yavé el ladita, de Roguelim, trajeron a David
tarle la cabeza»; 10 pero el rey le respon- 2esta noche en persecución de David, * mal sobre Absalón. 15 Dijo luego Cusaí y a la gente que con él estaba camas,
d i ó : «¿Qué tenéis que ver conmigo, hijos y cargaré sobre él cuando esté cansado a Sadoc y Abiatar, sacerdotes: «Esto y alfombras, calderas y vasijas de barro,
de Sarvia? Dejadle que maldiga, que si y flaco de fuerzas; le atemorizaré, y cuan- esto h a aconsejado Ajitofel a Absalón y trigo, cebada y harina, grano tostado,
Yavé le ha dicho: Maldice a David, 3tos le siguen huirán, y heriré al rey solo, a los ancianos de Israel, y esto y esto habas, lentejas y legumbres tostadas,
29
¿quién va a decirle: Por qué lo haces? » y haré que vengan a ti todos sus parti- aconsejé yo. 1 6 Enviad, pues, inmediata- miel, manteca, ovejas y quesos de vaca,
mente a dar aviso a David diciendo: « N o y ofrecieron t o d o esto a David y a los
1
' David dijo a Abisaí y a todos sus se- darios, el pueblo todo, como viene la no-
te quedes esta noche en el campo del de- que con él estaban p a r a que comiesen,
guidores: «Ya veis que mi hijo, salido de via a su novio. Es el alma de un solo
sierto; pasa en seguida, para que n o sea pues se dijeron: «Seguramente están h a m -
mis entrañas, busca mi vida; con mucha h o m b r e lo que tú buscas, y todo el pueblo
destruido el rey con todos los que le si- brientos, fatigados y sedientos en el de-
más razón ese hijo de Benjamín. Dejadle quedará en paz».
4
Agradó este consejo a Absalón y a guen». sierto».
maldecir, pues se lo ha m a n d a d o Yavé. 17
12
Quizá Yavé mirará mi aflicción y me | todos los ancianos de Israel; 5 pero A b - Jonatán y Ajimas estaban junto a la
fuente de Roguel, porque no podían de- 1 Q 1 David revistó sus tropas, y puso
•f C ' Esta tribulación del rey es aprovechada por Siba, antiguo servidor de la casa de Saúl, jarse ver viniendo a la ciudad; y allá fue •!• O al frente de ellas jefes de millares
' " 5 para hacer traición a su amo Mefibaal, que, por ser cojo, no había podido seguir al rey. una sierva para darles aviso, y que ellos y de centenas; * 2 una tercera parte a las
Continuando la bajada hacia Jerícó, insulta a David este benjaminita, que, conservando lo hicieran luego llegar al rey David. órdenes de J o a b , una tercera a las de
afecto hacia Saúl, se goza de ver a su rival humillado por su propio hijo. Esto da ocasión a David 18
Violos, sin embargo, u n mozo, que dio Abisaí, hijo de Sarvia, hermano de Joab,
para2 1poner de relieve, una vez más, su resignación a las disposiciones de Yavé (15,26). cuenta de ello a Absalón; pero ellos se y la otra tercera, a las de Itai, el jeteo.
Era ley en Oriente que un pretendiente al trono tomase el harén de su predecesor. Claro
que esto no podía tener lugar cuando al padre sucedía el hijo. En el presente caso, esto servía para apresuraron y llegaron a la casa de un El rey dijo a su gente: «Yo saldré tam-
declarar la honda sima que existía entre el rey y su hijo. 23
Tal vez presiente, además de la pérdida de su influencia, la pérdida de la causa de Absalón,
I ^ ' E l consejo era, sin duda, acertado, y, puesto en ejecución, acababa fácilmente con el rey y el temor de la venganza del rey le impulsa al suicidio.
' ' y con su gente; pero la previsión de David en dejar a Cusaí desbarató tal consejo y dio tiempo 1 Q l David divide su ejército en tres cuerpos, cuyo mando encomienda a los dos sobrinos
a que el rey pasara el Jordán y se pusiera en seguro (15,32 ss.). * ^ Joab y Abisaí y al jeteo Itai, que hemos visto en 15,19 s., jefe de una tropa auxiliar o merce-
naria. El rey parece tener más solicitud por su hijo rebelde que por sí mismo.
II MAMIIKI, IB 340 341 II SAMUEL 18-19
bión con vosotros». 3 Pero tn gente res- Absalón en vida un monumento en el bien?» Y el cusita respondió: «Que lo nuestros enemigos; nos ha salvado del
pondió: «No, no salgas tú, porque, si valle del rey, diciendo: «Para que se con- que es de ese mozo sea de los enemigos poder de los filisteos y ahora ha tenido
somos vencidos, no importaría mucho, serve la memoria de mi nombre, pues de mi señor, el rey, y todos cuantos que huir de la tierra por miedo a Absa-
aunque sucumbiéramos la mitad de nos- que no tengo hijos»; y dio al monu- para mal se alcen contra ti». * lón;* 11 y Absalón, a quien habíamos
otros. Pero tú, tú eres para nosotros mento su nombre, y así se llama hoy nosotros ungido, ha muerto en la bata-
como diez mil, y es mejor que puedas todavía el cipo de Absalón. L u t o de David por su hijo lla. ¿Por qué, pues, no tratáis de hacer
salir de la ciudad a socorrernos». 4 El 19 Ajimas, hijo de Sadoc, dijo: «Déja- volver al rey?» 12 El rey David mandó
rey respondió: «Haró como os parece». me correr al rey para darle la noticia 1 Q ' Turbóse entonces el rey; y su- quien dijera a Sadoc y Abiatar, sacerdo-
Estúvose el rey cerca de la puerta, mien- de que Yavé le ha hecho justicia de las •l •* biendo a la estancia que había tes: «Hablad a los ancianos de Judá y
sobre la puerta, lloraba y decía: «¡Absa-
tras por grupos de mil y de ciento salía manos de sus enemigos». 20 Joab le dijo: lón, hijo mío! ¡Hijo mío! ¡Hijo mío, Ab-
decidles: ¿Vais a ser vosotros los últimos
la gente, 5 y dio osla orden a Joab, a «No le llevarás tú hoy la noticia; ya se salón! ¡Quién me diera que fuera yo el en volver al rey a su casa?» Pues lo que
Abisaí y a Itai: «Prcsurvad por amor mío la llevarás otra vez, pero no lo hagas muerto en vez de ti! ¡Absalón, hijo mío, por todo Israel se decía había llegado a
la vida del joven Absalón»; y todo el 21 hoy, pues que ha muerto el hijo del rey». hijo mío!» la casa del rey. 13 «Vosotros sois mis her-
pueblo oyó esta orden que dio David Y Joab dijo a un cusita: «Ve y anun- 2 manos, sois hueso mío y carne mía. ¿Por
a 6todos los jefes. cia al rey lo que has visto». El 22cusita Dijeron a Joab: «El rey llora a su qué, pues, habréis de seru los últimos en
hijo y se lamenta». 3 La victoria se trocó volver al rey a su casa? Decid asimis-
Salió, pues, la nenio al campo con- se prosternó ante Joab y corrió. Aji- aquel día en luto para todo el pueblo,
tra Israel, y trabóse la batalla en los mas, hijo de Sadoc, dijo a pesar de todo porque todos supieron que el rey estaba mo a Amasa: ¿No eres tú también hueso
bosques de Efruim.7 Allí sucumbió el pue- a Joab: «Ocurra lo que ocurra, déjame afligido por la muerte de su hijo; 4y la mío y carne mía? Esto me haga Dios
blo de Israel ante los seguidores de Da- que corra tras el cusita». Y Joab le dijo: gente entró en la ciudad calladamente, y esto me añada si no te hago jefe de
vid, y se hizo una gran matanza, de vein- «¿Por qué te empeñas en correr a él, como entra avergonzado el ejército que mi ejército para siempre en lugar de
te mil hombres. 8 Dispersóse la gente por hijo mío? Este mensaje no te aprovecha- huye de la batalla. 5 El rey, cubierto el Joab». 15 Inclinóse el corazón de todos
toda aquella tierra, y fueron más los que ría». 23 «Ocurra lo que ocurra, yo voy», rostro, gemía: «¡Absalón, hijo mío¡ ¡Hijo los de Judá para que como un solo hom-
devoró el bosque que los que aquel día repuso Ajimas, y Joab le respondió: mío, Absalón! ¡Hijo mío!» 6 Entró Joab bre mandasen a decir al, 6rey: «Vuelve con
hirió la espada. 9 Al encontrarse Absalón «Ve». Ajimas corrió por el camino de la en casa del rey y le dijo: «Hoy has llena- todos tus servidores». Volvióse, pues,
con las gentes de David iba montado en Hoya y se adelantó al cusita. do de confusión a todos tus siervos que el rey; y llegado al Jordán, vino Judá a
24
un mulo; y al pasar en el mulo debajo Estaba David sentado entre las dos han salvado tu vida y la vida de tus hijos Gálgala, a recibir al rey y acompañarle
de una encina muy grande y copuda, se puertas. El centinela que estaba en la y tus hijas, la de tus mujeres y tus con- en el paso del Jordán. 17 Semeí, hijo de
enredó su cabellera en el ramaje de la torre sobre la puerta alzó los ojos y cubinas. 7 Amas a los que te aborrecen Güera, hijo de Benjamín, que era de
encina, quedando colgado entre el cielo miró, y vio el hombre que corría solo y aborreces a los que te aman, pues has Bajurim, apresuróse a venir con los hom-
y la tierra, mientras el10
mulo en que iba hacia la ciudad, 2 5 y gritó para advertir demostrado hoy que nada te importan bres de Judá a recibir al rey David, *
18
montado escapaba. * Vio esto uno, y al rey. El rey dijo: «Si viene solo, es que tus príncipes y tus siervos y que, si vi- trayendo consigo mil hombres. Asimis-
le dijo a Joab: «He visto a Absalón pen- trae buenas noticias». En tanto el hom- viera Absalón, aunque todos nosotros hu- mo Siba, siervo de la casa de Saúl, con
diente de una encima», n Joab le dijo: bre siguió acercándose a la ciudad, 26 y biéramos
8
muerto, estarías contento. * sus quince hijos y sus veinte siervos, que
«¿Y por qué no le echaste a tierra, y yo el centinela descubrió al otro que corría Levántate, pues, y sal fuera, y habla pasaron el Jordán antes que el rey. 19 Se
te hubiera regalado diez siclos de plata también, y gritó del lado de la puerta: con el corazón a los que te siguen; pues dispusieron a hacer pasar la familia del
y un talabarte?» 12 Pero aquel hombre le «Otro que corre solo». El rey dijo:27«Es de lo contrario, por Yavé juro que, si rey y a hacer lo que bien le pareciera.
dijo: «Aunque me pesaras mil de plata, que también trae buenas noticias». El no sales, ni uno quedará esta noche con- Semeí, hijo de Güera, se echó a los pies
no pondría yo la mano sobre el hijo del centinela dijo: «Por el modo de correr, tigo; y te habrá de pesar de esto más del rey en el momento en que el rey iba
rey, pues bien oímos todos que a ti, a el primero me parece Ajimas, hijo de que de cuantos males han venido sobre a pasar el Jordán, 2<> y le dijo: «Que mi
Abisaí y a Itai os dijo el rey: Guardad- Sadoc». Y el rey dijo: «Es hombre de ti desde tu mocedad hasta ahora». ' Le- señor no me impute la iniquidad y olvide
me a Absalón. u Además, haría la trai- bien; seguramente trae buenas noticias». vantóse el rey, se sentó a la puerta, y las ofensas de su siervo el día en que
ción a mi vida, pues al rey nada se le 28
Ajimas, gritando, dijo al rey: «¡Vic- todo el pueblo se enteró de que el rey mi señor salió de 21 Jerusalén. ¡Oh rey!,
esconde, y tú mismo testificarías contra toria!» Prosternóse luego ante el rey, ros- estaba sentado a la puerta, y todos vi- no atiendas a ellas, pues tu siervo re-
mí», i* Joab dijo entonces: «No será asi; tro en tierra, y dijo: «Bendito Yavé, tu nieron ante el rey a la puerta. conoce que ha pecado, y hoy vengo el
yo mismo le atravesaré delante de ti»; Dios, que ha entregado a los que alza- primero de toda la casa de José delante
y cogiendo tres dardos en sus manos, se ban su mano contra mi señor, el rey». del22 rey, mi señor».
Vuelta de David a Jerusalén
los clavó en el corazón a Absalón, que 29 El rey preguntó: «Y el joven Absalón, Abisaí, hijo de Sarvia, tomó la pa-
todavía vivía pendiente de la encina. ¿está bien?» Ajimas respondió: «Yo vi un Los de Israel habían huido, cada uno labra y dijo: «Pero ¿no va a morir Se-
15
Cercáronle luego diez mozos, escude- gran alboroto cuando Joab envió al rey a su casa. I 0 Todo el pueblo, en todas meí por 23 haber maldecido al ungido de
ros de Joab, que hirieron a Absalón, tu siervo, pero no pude saber lo que pa- las tribus de Israel, se acusaba diciendo: Yavé?»* Mas David respondió: «¿Qué
acabándole.
16
saba». 30 El rey le dijo: «Pasa y ponte «El rey nos ha librado de la mano de tenéis que ver conmigo, hijos de Sarvia?
Entonces tocó Joab la trompeta, y allí». Pasó él y se paró. 31 Llegó luego 32
e\ pueblo cesó en la persecución de Is- el cusita y dijo: «Recibe, ¡oh rey, mi se- El mensajero quiere suavizar un poco la triste nueva; pero esto no basta para mitigar el
rael, porque Joab dio esta orden; 17y ñor!, la nueva de que Yavé ha defendi- dolor del padre, que de buena gana hubiera renunciado a la vida por conservar la del hijo. Her-
mosa prueba de la fuerza del amor paterno.
cogiendo a Absalón, echáronle en un do hoy tu causa contra todos los que se
gran hoyo en el bosque y le cubrieron con alzaron contra ti». 32 Y el rey preguntó 7

un gran montón de piedras, e Israel huyó al cusita: «Y el joven Absalón, ¿está 1 Q" Joab no es capaz de hacerse cargo de este sentimiento. Para él, Absalón no era más que
un rebelde y enemigo del rey, y acaso también suyo. La victoria le vuelve insolente, como si
cada uno a su casa. * 18 Habíase alzado hubiera
1
dado al rey la corona.
o Son significativas las palabras puestas en boca del pueblo. David era quien los había librado
9 del poder de los filisteos. Con todo, ellos habían ungido a su hijo rebelde. Ahora se vuelven al rey,
Absalón en persona manda su gente, montado en una muía (13,29; 1 Re 1,33). Su hermosa porque el hijo es muerto. Nuevo genero de lealtad, del cual no está exenta la misma tribu de Judá,
cabellera es la causa de su muerte. El matador es su mismo primo Joab, que antes tanto le había que, tal vez por haberse organizado la rebelión en su territorio, había mostrado más entusiasmo
favorecido (14,1 ss.). El cariño paterno no le valió nada contra el furor de Joab. por Absalón.
17 17
El cadáver de Absalón, arrojado en una hoya, queda cubierto con un montón de piedras, Semeí, para hacerse perdonar su pasada culpa, se muestra el más celoso por mover la gente
que viene a ser su sepultura y su monumento sepulcral, como se cuenta de Acán (Jos 7,26) y del y conducirla
22
al encuentro del rey. Con razón pensaba que su vida estaba en peligro.
rey de Haí (8,9). Es muy natural la conducta de estos sobrinos de David, hijos de su hermana. Ellos, que se
ii sAMiuií. iy-20 342
343 II SAMUEL 20-21
¿Por qué habéis de oponeros hoy a mí? ra yo en mi ciudad, cerca del sepulcro
¿Hoy va a morir nadie en Israel? ¿No de mi padre y de mi madre. 3 9 Pero ahí to, pero no volvió a entrar a ellas, y truir el muro. 16 D i o entonces voces des-
soy yo hoy rey de Israel?» 2 4 Y dijo a tienes a tu siervo Q u i m a m ; que vaya él encerradas estuvieron hasta el día de su de la ciudad una avisndü mujer: «¡Oíd,
Semeí: «No morirás»; y se lo juró el con el rey, mi señor, y haz por él lo que muerte, viviendo como v' das. oíd! Os pido que digáis a Joab que se
4
rey. 2 S También bajó a recibir al rey Me- quieras. Él rey le dijo: «Que venga con- El rey dijo a A m a s a : «Convócame llegue aquí para que yo le hable». " Y
fibaal, hijo de Saúl; n o se había hecho migo Quimam, y yo haré p o r él cuanto para dentro de tres días a los hombres una vez que se acercó, le dijo ella: «¿Eres
el aseo de sus pies, de sus m a n o s y de tú quieras, y todo cuanto tú m e pidas, de Judá y hállate tú también aquí pre- tú Joab?» Y él respondió: «Yo soy».
su bigote, ni había lavado sus vestidos yo te lo concederé». sente». 5 Fue, pues, Amasa a reunir a Ella siguió: «Pues oye las palabras de
desde el día en que el rey salió de Jeru- 40
C u a n d o todo el pueblo h u b o pasado Judá, pero se detuvo más del tiempo tu sierva». Y él respondió: «Oigo». 1» En-
salén hasta el día en que volvió en paz. *
26 el Jordán, lo pasó también el rey, y el señalado; 6 y David dijo a Abisaí: «Seba, tonces volvió ella a hablar, diciendo: «En
Vino de Jerusalén a recibir al rey, y rey abrazó a Barzilai y le bendijo, y hijo de Bicri, va ahora a hacernos más otros tiempos había costumbre de decir:
éste le dijo: «Mefibaal, ¿por qué no vi- mal que Absalón. T o m a , pues, a los sier- «Quien preguntare, pregunte en Abel y en
Barzilai se volvió a su casa. 4 1 Dirigióse
niste conmigo?» 2 7 Y él respondió: «Mi vos de tu señor y ve tras él, no sea que D a n » , y las querellas se arreglaban. 1 9 ¿Y
luego el rey a Gálgala, a c o m p a ñ a d o de tú procuras destruir u n a ciudad que es ma-
señor y rey, mi siervo me engañó, por- Quimam y de todo el pueblo de Judá y se acoja a las ciudades fuertes y se es-
que tu servidor le había dicho: Aparéja- cape de nuestra vista». 7 Marcharon con dre en Israel? ¿Por qué has de destruir
la mitad de Israel, que escoltaban al rey. la heredad de Yavé?» 2 0 Joab respondió:
m e la pollina y montaré en ella para ir 42 Abisaí las gentes de J o a b , los cereteos y
con el rey—pues que tu siervo está co- Pero he aquí que todos los hombres «Lejos de mí, lejos de mí querer des-
de Israel se llegaron al rey y le dijeron: péleteos y todos los valientes, y saliendo
de Jerusalén, fueron tras Seba, hijo de truirla y arruinarla. 2 1 N o es eso; es que
p- el ha calumniado a tu siervo «¿Por qué nuestros hermanos, los h o m - un h o m b r e de la montaña de Efraím,
ante mi señor, el rey; pero mi señor, el bres de Judá, te h a n secuestrado y h a n Bicri. 8 C u a n d o llegaron a la gran piedra
Seba, hijo de Bicri, ha alzado su m a n o
rey, que es como un ángel de Dios, h a r á pasado p o r el Jordán al rey y su casa? ¿ N o que hay en G a b a ó n , les salió al encuentro contra el rey D a v i d ; entregadle a él solo,
lo que bien le parezca; 2 9 pues todos los son pueblo de David todas sus gentes?» Amasa. y yo me alejaré de la ciudad». La mujer
de la casa de mi padre no podían espe- 43
Los hombres de Judá respondieron a Iba J o a b vestido de una túnica, y so- dijo a J o a b : «Se te echará su cabeza p o r
rar de mi señor, el rey, otra cosa que la los de Israel: «Es que el rey nos toca a bre ella llevaba ceñida a sus lomos una encima de la muralla». 2 2 La mujer vol-
muerte; y, sin embargo, tú has puesto a nosotros más de cerca; ¿por qué os ha espada en su vaina, y, según avanzó, se vió a la ciudad y se dirigió a todo el
tu siervo entre los que comen a tu mesa. de enojar eso? ¿Hemos vivido nosotros cayó de ella la espada. ' J o a b dijo a pueblo con mucha sabiduría, y cortando
¿Qué derecho tengo yo a pedir n a d a al a costa del rey? ¿Hemos recibido algo A m a s a : «¿Estás bien, hermano?»; y con la cabeza de Seba, hijo de Bicri, se la
rey?» 3 0 El rey le dijo: «¿Para qué tantas de él?» 4 4 Los hombres de Israel respon- la m a n o derecha tomó a Amasa de la echaron a Joab. Joab hizo sonar la trom-
palabras? Y a lo he dicho. T ú y Siba os dieron a los de J u d á : «Nosotros tenemos barba, como para besarle. * 10 Amasa no peta, y los asediantes y las gentes se re-
repartiréis las tierras». 3 1 Y Mefibaal dijo en el rey diez partes, y aún nos pertenece hizo atención a la espada que tenía Joab tiraron de la ciudad, cada uno a su casa.
al rey: «Que las coja todas, ya que mi David más que a vosotros. ¿Por qué nos en la mano, y éste le hirió con ella en Joab volvió a Jerusalén, al rey.
señor, el rey, ha vuelto a entrar en paz habéis hecho esta ofensa? ¿No hemos sido el vientre, echándole a tierra las entra-
23
en su casa». nosotros los primeros en proponer el res- ñas, sin repetir el golpe. Amasa murió. Joab m a n d a b a todo el ejército de
32 Después J o a b y Abisaí, su hermano, fue- Israel; Banayas, hijo de Joyada, era el
Barzilai, el galadita, bajó de Rogue- tablecimiento del rey?» Y la contestación
lim para acompañar al rey en el paso de los de J u d á fue todavía m á s fuerte ron en seguimiento de Seba, hijo de Bi- jefe de los cereteos y péleteos; * 2 4 Ado-
del río. 33 Barzilai era muy viejo, tenía que la de los de Israel. cri. 11 U n o de los servidores de Joab se niram, el inspector de los tributos; Jo-
ya ochenta años, y había proporcionado quedó junto a Amasa, y decía: «Los de safat, hijo de Ajilud, cronista; 2 5 Sisa,
alimentos al rey durante su estancia en J o a b , los de David, que sigan tras Joab». escriba; Sadoc y Abiatar, sacerdotes, e
Revuelta de Seba 12
Majanaim, pues era h o m b r e muy rico. Amasa, b a ñ a d o en sangre, yacía en el Ira, el jairita, consejero de David.
34 camino. Viendo aquel h o m b r e que todos
E l rey le dijo: «Vente conmigo y yo l H a b í a allí un h o m b r e perverso
te mantendré durante tu vejez en Jerusa- 20 llamado Seba, hijo de Bicri, ben- se paraban, apartó a Amasa del camino,
A P É N D I C E S
lén». 3 5 Pero Barzilai respondió al rey: jaminita, que se puso a tocar la trompe- lo llevó al campo y echó sobre él una
«¿Cuántos años voy a vivir yo para ir ta, diciendo: « N o tenemos nosotros parte cubierta, porque vio que cuantos venían L o s g a b a o n i t a s y la c a s a d e S a ú l
con el rey a Jerusalén? 3 6 Tengo ya ochen- con David ni heredad con el hijo de se paraban junto a él. I 3 U n a vez apar-
ta años. ¿Puedo ya distinguir entre lo Isaí. ¡Israel, a tus tiendas! ¡Cada u n o a tado del camino, iban ya todos tras Joab n •! 1 H u b o en tiempo de David un
2
bueno y lo malo? ¿Puede tu siervo sa- su casa!» * Y se fueron de con David en seguimiento de Seba, hijo de Bicri. ^ •*• hambre que duró tres años conti-
14
borear lo que come y lo que bebe? ¿Pue- todos los hombres de Israel, siguiendo a Pasó por todas las tribus de Israel, n u o s ; y David consultó a Yavé, que le
do ya oir la voz de cantores y cantoras? Seba, hijo de Bicri. Pero los de J u d á se pero no le hicieron caso. Llegó a Abel- respondió: «Es por la casa de Saúl y
¿Y por qué tu siervo h a de ser una carga adhirieron a su rey desde el J o r d á n hasta Bet-Maaca, y los de Bicri que le seguían por la sangre que hay sobre ella, por
p a r a mi señor el rey? 3 7 Tu siervo acom- Jerusalén. llegaron en pos de é l . 1 5 Vinieron los otros haber hecho perecer a los gabaonitas». *
3 2
p a ñ a r á hasta un poco más allá del Jor- C u a n d o llegó David a Jerusalén, co- y asediaron a Seba en Abel-Bet-Maaca, El rey llamó a los gabaonitas y les dijo:
d á n al rey. ¿Y por qué el rey me ha de gió a las diez concubinas que había de- y alzaron contra la ciudad un baluarte, «Los gabaonitas no eran de los hijos de
38 que llegaba a la explanada de la mura- Tsrael; eran un resto de los amorreos,
conceder esta recompensa? Permite, te jado al cuidado de su casa y las puso
o ruego, que tu siervo se vuelva, y mue- bajo guardia. Proveyó a su mantenimien- lla, y todo el pueblo se esforzaba por des- con el cual estaban los hijos de Israel liga-
9
han mantenido fieles al rey y han luchado por su causa, no quieren nada con los traidores. Pero Esta nueva traición de Joab, ya no excusable por el deseo de vengar a un hermano y ejecutada
David no puede acomodarse a tales sentimientos. Después de las revueltas pasadas, quiere procurar en un pariente (17,25), nos muestra el lado perverso de este general (19,14). Es la ambición y el
el orden y la paz con la indulgencia más que con el rigor. miedo a un competidor lo que le mueve al crimen.
25 23
Es lamentable que el rey no haga plena justicia al pobre Mefibaal, traicionado por su siervo. Otra vez, como en 8,16 ss., nos presenta la lista de algunos oficiales de la corte. Entre ellos
La memoria de Jonatán pedía algo más de lo que en este momento hizo David por el hijo de su leal hay que notar a Adoniram, inspector de los tributos, que diríamos ministro de Hacienda. Al lado
amigo. de Abiatar, sacerdote, ya bien conocido, tenemos aquí a Sadoc y a un cierto Ira, a quien el texto
atribuye también el sacerdocio como en 8,18 a los hijos de David. Otro punto igualmente oscuro.
O A l David tenía razón al adoptar aquella conducta generosa con los que se habían adherido
^ " a la rebelión. Los ánimos estaban aún exaltados, y la prueba la tenemos en esta segunda su- Oí ' En una época ignorada del reinado de David, la tierra padeció hambre por espacio de
blevación de Seba, otro benjaminita, el cual, sin duda, veía con dolor que la hegemonía sobre Israel *• * tres años. Esto fue tenido por cierto castigo de Dios, pero sin saberse por qué pecado. Se
hubiera pasado de las manos de su tribu a las de Judá. Luego veremos cómo la tribu de Efralm, acude a Yavé, y la respuesta fue que la causa era el crimen de Saúl. Este rey, movido de su celo por
siempre altiva Que 8,i ss.; i2,r ss.), se puso a la cabeza de un movimiento secesionista, que triunfo el bien del pueblo, había procurado acabar con los gabaonitas, a los cuales Josué y e! pueblo habían
al fin, para ruina de Israel (i Re 12, i ss.). jurado respetar (Jos 9,3 ss.). Saúl era un per juro, y Dios no podía menos de salir por su honor (Ex 20,7).
La sangre sólo con sangre puede ser expiada, y los ejecutores de la sentencia—«vengadores de la
II SAMUEL 21 344
dos con j u r a m e n t o ; y, sin embargo, Saúl cro de Quis, padre de Saúl, cumpliéndose
345 II SAMUEL 22
había procurado extinguirlos p o r celo de las órdenes del rey. Después de esto se Cántico de D a v i d en acción M e sacó de la muchedumbre de las
los hijos de Israel y de Judá». 3 Dijo, apiadó Yavé de la tierra. aguas,
pues, David a los gabaonitas: «¿Qué que- d e gracias 18
M e arrancó de mi feroz enemigo.
réis que os haga para expiaros y que H a z a ñ a s d e algunos valientes O O 1 David dirigió a Yavé las pala- D e los que me aborrecían y eran más
bendigáis a la heredad de Yavé?» 4 Los de David && bras de este cántico cuando le hu- fuertes que yo.
gabaonitas le dijeron: «Nuestra querella 15 bo librado Yavé de la m a n o de todos 19
Querían asaltarme en día fatal pa-
con Saúl y su casa no es cuestión de H u b o todavía guerra entre los filis- sus enemigos y de la m a n o de Saúl. * ra mí,
plata ni oro, ni pretendemos que muera teos e Israel, y bajó David con los suyos 2
Dijo: Pero fue Yavé mi fortaleza
nadie en Israel». Y él p r e g u n t ó : «Decid, y acamparon en G o b , y lucharon con «Yavé es mi roca, mi fortaleza, mi re- 20
Y m e puso en seguro,
pues, lo que queréis, p a r a que yo lo haga». los filisteos. Entonces se presentó D o d ó , * fugio, * Salvándome, p o r q u e se agradó de mí.
5
Ellos respondieron al rey: «Aquel h o m - !* hijo de Joás, u n o de los hijos de Rafa, 3
M i Dios, la roca en que me a m p a r o , 21
R e m u n e r á b a m e Yavé conforme a mi
bre nos destruyó y quería exterminarnos, que tenía una lanza que pesaba trescien- M i escudo, el cuerno de mi salvación, justicia,
haciéndonos desaparecer de toda la tierra tos siclos de bronce y ceñía una 1espada 7 mi inaccesible asilo, Según la pureza de mis m a n o s m e pa-
de Israel; * que se nos entreguen siete nueva, y trató de herir a David. * Abi- M i salvador de la violencia. gaba,
de sus hijos para que nosotros los col- saí, hijo de Sarvia, vino en socorro de 4
Y o invoqué, alabándole, a Yavé, 22
Pues yo había seguido los caminos
guemos ante Yavé en G a b a ó n , en el David, hirió al filisteo y le mató. E n t o n - Y quedé a salvo de mis enemigos. de Yavé
monte ante Yavé». El dijo: «Os los en- ces las gentes de David le conjuraron, 5
Y a m e rodeaban con estrépito las olas Y no m e había impíamente apartado
tregaré». diciendo: « N o salgas ya más con nosotros de la muerte, de mi Dios.
7
N o entregó el rey a Mefibaal, hijo de al combate p a r a que no extingas la lám- Y a m e aterrorizaban los torrentes del 23
Tenía ante mis ojos todos sus man-
Jonatán, hijo de Saúl, p o r el juramento para 18
de Israel». averno, datos
de Yavé que habían hecho entre sí D a - H u b o después de esto en G o b una 6
Y a m e aprisionaban las ataduras del Y no rehuía sus leyes,
vid y Jonatán, hijo de Saúl. Y t o m ó batalla con los filisteos, y entonces So-
8
sepulcro, 24
Sino que fui íntegro con El
el rey a los dos hijos que Risfa, hija Y a me habían cogido los lazos de la Y m e guardé de la iniquidad.
de Aya, había d a d o a Saúl, A r m o n i y muerte, 25
Y me retribuyó Yavé conforme a mi
7
Mefibaal, y a los cinco hijos que Merob, Y en mi angustia invocaba a Yavé, justicia
hija de Saúl, había d a d o a Adriel, hijo Imploraba el auxilio de mi Dios. Y según la limpieza de mis m a n o s ante
de Barzilai, de Abel Mejola, 9 y se los en- El oyó mi voz desde sus palacios, sus ojos.
tregó a los gabaonitas, que los colgaron M i clamor llegó a sus oídos. 26
Con el piadoso muéstrase piadoso,
en el monte ante Yavé. Todos siete mu- 8
Conmovióse y tembló la tierra, Integro con el íntegro; *
rieron juntos en los primeros días de la Vacilaron los fundamentos de los mon- 27
Muéstrase limpio con el limpio
cosecha, al comienzo de la siega de las tes Y sagaz con el astuto.
cebadas. 10 Risfa, hija de Aya, tomando Y se estremecieron, p o r q u e se airó con- 28
T ú salvas al humilde,
un saco, se lo tendió sobre la tierra, y tra ellos. * Pero humillas al soberbio.
estuvo desde el comienzo de la cosecha 9 29
Subía de sus narices el h u m o de su ira, Tú haces lucir mi lámpara, ¡oh Yavé!;
de las cebadas hasta que sobre ellos ca- Y de su boca fuego abrasador, M i Dios, ilumina mis tinieblas.
yeron del cielo las aguas de la lluvia, es- Rebeldes empalados por los asirios Carbones encendidos p o r él. 30
Ciertamente, fiado en ti, soy capaz de
pantando durante el día a las aves del 10
Y abajó los cielos y descendió. romper ejércitos:
cielo y durante la noche a las bestias bocai, jusatita, m a t ó a Saf, u n o de los Negra obscuridad tenía bajo sus pies. Fiado en mi Dios, asalto murallas.
del campo. 11
hijos de Rafa. Subió sobre los querubines y voló, 31
Es perfecto el camino de Dios,
11 19
Dieron noticia a David de lo que H u b o otra segunda batalla en G o b Voló sobre las alas de los vientos. La palabra de Yavé es acrisolada.
12
había hecho Risfa, hija de Aya, concu- con los filisteos, y Elijanán, hijo de Jari, Puso en derredor suyo tinieblas por Es el escudo de cuantos a El se acogen.
12
bina de Saúl; y fue David a recoger betlemita, m a t ó a Goliat, de G a t , que velo. 32
¿Qué Dios hay fuera de Yavé?
los huesos de Saúl y los de Jonatán, su tenía u n a lanza cuya asta era c o m o u n Se cubrió con calígine acuosa y densas ¿Qué R o c a hay fuera de nuestro Dios?
hijo, a la ciudad de íabes, en Galad, cu- enjullo de tejedor. nubes. 33
El Dios fuerte, que me ciñó de for-
2 13
yos habitantes los habían cogido de los » H u b o también una batalla en Gat, A n t e su resplandor se deshicieron sus taleza
muros de Betsán, donde los habían col- en que se halló u n h o m b r e de gran talla, nubes Y prosperó mis caminos.
gado los filisteos después de derrotar a que tenía seis dedos en cada m a n o y en En granizo y centellas de fuego. 34
Que m e dio pies como de ciervo
Saúl en Gélboe. i3 Llevó de allí los hue- cada pie, veinticuatro en todo, descen- 14
T r o n ó Yavé desde los cielos, Y me puso sobre las alturas.
sos de Saúl y los de Jonatán, su hijo, diente también de Rafa. 2 1 Insultó a Is- El Altísimo hizo resonar su voz, 35
Que adiestró mis manos para la lu-
15
y recogió también los de los que habían rael, y Jonatán, hijo de Sima, hermano de Lanzó sus saetas y los desbarató, cha,
sido colgados; 14 y fueron enterrados los David, le mató. 2 2 Estos cuatro hombres Fulminó sus muchos rayos y los cons- Y mis brazos para tender el arco.
huesos de Saúl y de su hijo Jonatán y eran de los hijos de Rafa, de G a t , y todos ternó. 36
16
M e entregaste tu escudo salvador,
los de los que habían sido colgados, en perecieron en m a n o s de David y de sus Y aparecieron arroyos de aguas, T u diestra me fortalecía;
tierra de Benjamín, en Sela, en el sepul- | servidores. Y quedaron al descubierto los funda- 37
M e hacías correr a largos pasos,
mentos del orbe Sin que se cansaran mis pies.
38
sangre»—serán los mismos ofendidos. Mas el culpable era ya muerto. Pagará su casa, esto es, sus Ante la increpadora ira de Yavé, Perseguía a mis enemigos y los al-
descendientes, porque contra la ley que dice: «No pagarán los hijos por los padres», está la otra: Al resoplido del huracán de su furor. canzaba,
que Dios «castiga los pecados de los padres en los hijos hasta la tercera (cf. Ez i8,l ss.) y cuarta 17
Extendió su m a n o desde lo alto, y me Y no m e volvía sin haberlos desbara-
generación» (Ex 20,5). De todo este hecho resalta cuan grave cosa es el juramento y cómo Dios
mira por la fidelidad de las palabras selladas con la invocación de su nombre. cogió, tado.
15
Estos w.15-17 nos cuentan un episodio guerrero de la contienda con los filisteos en época 22 1
Este cántico se lee en el Salterio con el número 17 y con la misma indicación histórica.
ignorada. ™" *• 2
Ante todo, expresa la firme confianza que David tiene en el Señor.
16 8
18
El peso de la lanza de bronce era de 300 siclos, equivalentes a 300 X 14,20 = 4.260 gramos. A las súplicas angustiosas de David, Yavé se presenta en una forma que es muy digna de no-
Los w . 18-22, que narran otros episodios guerreros, también con los filisteos, se leen en tar para entender un poco el estilo apocalíptico de la Biblia.
1 Par 20,4-8. 26
Dios trata a cada uno conforme él es; o sea, da a cada uno según sus obras, como tantas veces
»e repite en la Escritura.
ii HAMina 22-23 346
347 II SAMUEL 23-24
"' Los machacaba, sin que pudieran le- U n justo dominador de los hombres.
vantarse; D o m i n a d o r en el temor de Dios, lén. 15 Se le antojó a David decir: «¡Quién C e n s o del pueblo. Peste
Cafan bajo mis pies. 4
C o m o la luz de la m a ñ a n a cuando se me diera poder beber agua de la cisterna
40
M e ceñiste de fortaleza para la gue- levanta el sol, que está a la puerta de Belén!» i 6 Y luego *)A ' V o l v i ó a encenderse el furor de
los tres valientes, atravesando el campa- " ™ Yavé contra Israel, impulsando a
rra, En una mañana sin nubes.
mento de los filisteos, cogieron agua de David a que hiciera el censo de Israel y
Sometiste a los que se alzaban con- A sus rayos, después de la lluvia, de Judá. * 2 Dijo, pues, David a Joab, jefe
tra mí, la cisterna de Belén y se la llevaron a
Yérguese la hierba de la tierra. de su ejército: «Recorre todas las tribus
41
Obligaste a mis enemigos a darme las 5 D a v i d ; pero David no la bebió e hizo con
¿No es así mi casa para con Dios? ella u n a libación a Yavé, diciendo: 17 «¡Le- de Israel, desde D a n hasta Berseba, y haz
espaldas Porque El ha hecho conmigo una eterna el censo del pueblo para saber su núme-
jos de mí, oh Yavé. hacer tal cosa! ¿No
Y reducías al silencio a los que me odia- alianza, ro». 3 J o a b dijo al rey: «Aumente Yavé,
seria beber la sangre de estos hombres,
ban. En todo ordenada y que será cumplida. que con peligro de su vida han ido a bus- tu Dios, el pueblo cien veces otro tanto
42
Vociferaban, pero no había quien les El hará germinar toda mi salud y t o d o carla?» Y se negó a bebería. Esto hicieron como son, y véalo mi señor el rey. Mas
socorriese; su buen deseo, los tres valientes, i 8 Abisaí, hermano de ¿para qué quiere esto mi señor el rey?» *
6 4
A Yavé, pero El no los oía. Mientras que los impíos serán todos J o a b , hijo deSarvia, era el jefe de los trein- Pero prevaleció la orden del rey sobre
43
Y los dispersaba como el polvo lo dis- como espinas del desierto, ta. Blandiendo su lanza contra trescien- J o a b y sobre los jefes del ejército; y salió
persa el viento, Que nadie toca con sus manos. tos hombres, los derrotó y adquirió gran Joab con los jefes del ejército de la pre-
7
Y como al lodo de las plazas los pul- El que las coge se arma de un hierro renombre entre los treinta. 19 Era el más sencia del rey para hacer el censo del pue-
verizaba. o de un asta de lanza, considerado entre los treinta y jefe de blo de Israel; 5 y pasado el Jordán, co-
44
Me libraste de las sediciones del pue- Y son luego arrojadas al fuego». ellos, pero no igualaba a los tres. menzaron por Aroer, la ciudad que está
blo, 20
en medio del valle, y por G a d hasta Ja-
Me pusiste por cabeza de gentes. Los laureados de D a v i d Banayas, hijo de Joyada, h o m b r e va- zer. 6 Y fueron a Galad y a la tierra de
Pueblos que no conocía me servían. liente y hazañoso, de Cabsel. Este mató los jéteos hasta Cades, y luego desde D a n
8
45
Los extraños me halagaban. He aquí los nombres de los héroes de a los dos Ariel, de M o a b , y bajando a una hasta Sidón la grande, 7 fueron a la ciu-
Obedécenme con diligente o í d o ; David : cisterna en un día de nieve, mató en ella dad fuerte de Tiro y a todas las ciudades
46
Los extraños desfallecieron. Jesbal, jacamonita, era el primero de los a un león. 2 i También m a t ó a un egipcio de los jeveos y cananeos, y por fin al Ne-
Y salen temblando de sus refugios. tres; éste desnudó su espada contra ocho- de gran talla, que blandía una lanza; aco- gueb de Judá, a Berseba. 8 C u a n d o hubie-
47
¡Viva Yavé y bendito sea su n o m - cientos hombres y los derrotó de un solo metiéndole con un palo, le arrancó de las ron así recorrido toda la tierra, volvieron
ímpetu. * m a n o s la lanza y con su propia lanza le a Jerusalcn al cabo de nueve meses y vein-
bre! 9
Después de éste, Eleazar, hijo de D o - mató. 2 2 Esto hizo Banayas, hijo de Jo- te días; 9 y Joab remitió al rey el rollo del
Ensalzado sea el Dios, mi salvador. yada, de fama entre los treinta 23 y glorio-
48
El es el Dios que me otorga la ven- dó, ajojita; era uno de los tres más va- censo del pueblo. Había en Israel ocho-
lientes que estaban con David en Pas D a - so entre ellos, pero que no llegaba tampo- cientos mil hombres de guerra que esgri-
ganza, co a los tres. Hízole David jefe de su
El que me somete los pueblos. mim cuando los filisteos presentaron alli mían la espada, y quinientos mil en Judá.
49 batalla, y huyendo los de Israel, 10 se que- guardia.
El que me libra de mis enemigos, 24 1° David sintió latir su corazón cuan-
El que me hace superar a los que se dó él a pie firme, blandiendo su espada Azael, hermano de Joab, era de los
hasta que se le cansó la m a n o y se le que- treinta; también Eljanán, hijo de D o d ó , do hubo hecho el censo del pueblo, y dijo
alzan contra mí, a Yavé: «He pecado gravemente al hacer
El que me libra del hombre violento; dó pegada a ella la espada, consiguiendo de Belén; 2 5 Sama, de J a r o d ; Elica, de Ja-
50 aquel día Yavé una gran victoria, pues r o d ; 2 6 .leles, de Bet Palti; Ira, hijo de esto. Ahora, ¡oh Yavé!, perdona, te rue-
Por eso te daré gracias, ¡oh Yavé!, go, la iniquidad de tu siervo, pues he obra-
ante las gentes el pueblo se tornó a donde estaba Elea- Iques, de Tecua; 2 7 Abiezer, de A n a t o t ;
zar, pero sólo tuvo que recoger los des- Mebonai, j u s a t i t a ; 2 8 Selmón, ajojita; Ma- do como un insensato». *
Y cantaré yo salmos en tu honor.
rai, de Netofat; 2 9 Jeleb, hijo de Baña, de u Al día siguiente, cuando se levantó
51 El que da grandes victorias a su rey, pojos. 11 Netofat; Itai, hijo de Ribai, de Gueba, de David, había llegado a Gad, profeta, el
El que hace misericordia a su ungido, Después de él, Sama, hijo de Ela,
jaradita. Habíanse concentrado los filis- los hijos de Benjamín; 30 Banaya, de Pa_- vidente de David, palabra de Yavé, di-
David, r a t ó n ; Edi, de los valles de G a s ; 31 Abi ciendo: i 2 «Ve a decir a D a v i d : Así ha-
Y a su descendencia por la eternidad». * teos en un solo cuerpo, en un lugar don-
de había un trozo de terreno sembrado de Albón, del Araba; Azmavet, de Barjum; bla Yavé: Te doy a elegir entre tres cosas
lentejas, y el pueblo iba huyendo ante los 32
Eliajba, de Salabona; Jasen, de G u n í ; la que he de hacer yo, a tu elección».
Ultimas palabras de David
filisteos; i 2 Sama se puso en medio del 33
Jonatán, de Sama, arodita; Ajiam, hi- 13 Vino Gad a David y se lo comunicó,
jo de Sarar, arodita; 34 Elifelet. hijo de diciendo: «¿Qué quieres: tres años de
O Q ' Estas son las últimas palabras de campo aquel, lo defendió y derrotó a los hambre sobre la tierra, tres meses de
£ « > David: filisteos, obrando Yavé por él una gran Ajasbai, macatita; Eliam, hijo de Ajito-
fel, de Guilón; 35 Jesra, de Carmel; Para, derrotas ante los enemigos que te persi-
«Oráculo de David, hijo de Isaí. victoria. gan o tres días de peste en toda la tierra?
Oráculo del hombre puesto en lo alto, 13
Estos tres, los más valientes de los de A r b a ; 36 Jigal, hijo de N a t á n , y Soba,
de G a d ; 3 7 Selec, amonita; Najarai, de Reflexiona, pues, y ve lo que he de res-
Del ungido del Dios de Jacob, treinta, habían antes bajado al tiempo de ponder al que me envía». *
Del dulce cantor de Israel. * la cosecha a reunirse con David en la ca- Betot, escudero de J o a b , hijo de Sarvia;
38
2
El espíritu de Yavé habla por mí, verna de Odulam, mientras acampaba una Ira, jetrita; Gareb, jetrita; 3 9 Urias, je- 1 4 David respondió a G a d : «Estoy en
Y su palabra está en mis labios. tropa de filisteos en el valle de Refaím. teo. En total, treinta y siete. una cruel angustia. Caigamos en las m a -
3 14
H a hablado el Dios de Jacob, Estaba entonces David en la fortaleza l
La Roca de Israel me ha dicho: y los filisteos tenían guarnición en Be- OA E s t e capítulo contiene un episodio suelto de la historia de David, cuyo encuadramiento
^ ^ * cronológico desconocemos. El v.i, al decir que Yavé mismo impulsó a David a ejecutar una
51
Este último versículo expresa la firme creencia en la perpetuidad de la dinastía, según la acción que debía excitar la cólera divina, es un ejemplo de] modo como los hebreos expresaban la
promesa referida en i Sam 7,12 ss. acción de Dios y su influencia en las criaturas, y en especial en la libre voluntad humana. Donde
no hay más que una simple permisión, el texto expresa una acción positiva. En 1 Par 21,1 se-atri-
O O ' E l cántico de David, semejante al de Moisés en Dt 32 y 33, consta del v.l, que viene a ser buye a Satán, el adversario del pueblo israelita.
3
^ * * el título: 2-3a, una introducción, y 3b-4, la glorificación de un soberano justo; 5-7, que será Se deja entender por las palabras de Joab que éste ve en la orden del rey un mal. Por eso la
bendecido de Yavé, mientras que los impíos serán detestados de El. cumple de mala gana e imperfectamente.
8 I0-
Las guerras que podemos decir de independencia, sostenidas tan felizmente por David, exal- David se arrepiente y confiesa su falta. La sentencia común de los antiguos y aun modernos
taron el espíritu guerrero de Israel y dieron lugar a que se destacasen numerosos héroes. Lo que expositores es que David dio esa orden inducido por la vanidad y el orgullo. El texto no da pie para
resta de este capítulo contiene la lista de los laureados por David, divididos en categorías según sus fundamentar esta razón. Debemos más bien confesar que desconocemos el porqué de este castigo
méritos. y otros
13
semejantes. Acaso nos da alguna luz sobre este caso lo que se dice en Ex 30,12.
El arrepentimiento del rey no le exime de la pena, que el profeta le intima dándole a esco-
REYES 348 I REYES
349
nos de Yavé, cuya misericordia es gran- al mirar, vio al rey y a sus servidores que
de; pero que no caiga yo en las manos se dirigían hacia él; y, saliendo, se 21 pros- de las naciones gentílicas, y el resto, purificado de sus vicios idolátricos, volvió luego
de los hombres». I 5 David escogió para ternó delante del rey, rostro a tierra, di- a trabajar en la restauración de Jerusalén y a preparar la venida del Mesías. Tai es el
sí la peste. Eran los días de la mies del ciendo: «¿Cómo mi señor, el rey, viene a argumento de los dos libros de los Reyes.
trigo cuando la peste comenzó en el pue- su siervo?» David respondió: «Vengo a 3. Sirve de marco a la historia de cada uno de los reyes un esquema que contiene
blo, y murieron, desde Dan a Berseba, comprarte esta era y a alzar en ella un el sincronismo de ambos reinos, el juicio sobre la conducta religiosa del monarca, la
setenta mil hombres del pueblo. * 16 El altar a Yavé para que 22
se retire la plaga referencia de las fuentes históricas, que son las Crónicas de los dos reinos. En este mar-
ángel de Yavé tendía ya su mano sobre de sobre su pueblo». Areuna dijo a Da-
Jerusalén para destruirla; pero se arrepin- vid: «Tómela mi señor y ofrezca cuantos co van encuadrados los pocos hechos que el historiador sagrado nos cuenta de cada
tió Yavé del mal y dijo al ángel que hacía sacrificios le plazcan. Ahí están los bue- monarca. Se divide la obra en tres partes. La primera nos cuenta la historia de Sa-
perecer al pueblo: «Basta; retira ya tu yes para el holocausto; los trillos y los lomón, que reinó cuarenta años sobre las doce tribus (1 Re 1-11). La segunda com-
mano». yugos darán la leña; 2 3 todo eso, ¡oh rey!, prende la historia paralela de los dos reinos en que a la muerte de Salomón se dividió
El ángel de Yavé estaba cerca de la se lo regala Areuna al rey. 2
Que Yavé, tu Israel; sus relaciones, casi siempre hostiles, hasta la desaparición del reino de Sama-
era de Areuna, el jebuseo. 1 7 A la vista Dios, te sea favorable». * Pero el rey res- ría en 721, en que el pueblo fue llevado a Asiría (1 Re 12,22-2 Re 17) y substituido
del ángel, que hería al pueblo, dijo David pondió a Areuna: «No, quiero comprár-
a Yavé: «Yo he pecado; pero éstos, las telo por precio de plata; no voy a ofre- en la tierra por otras naciones orientales. La última parte cuenta la historia de
ovejas, ¿qué han hecho? Caiga tu mano cer yo a Yavé, mi Dios, holocaustos que Judá, ya solo, desde la caída y cautividad de Samaría hasta su propia ruina, en 587.
sobre mí y sobre la casa de mi padre», no me cuestan nada». Y compró David El autor es desconocido, mas parece pertenecer a la escuela de Jeremías. La época de
ts Aquel día vino Gad a David y le dijo: la era 2y5 los bueyes en cincuenta siclos de la composición está próxima al cautiverio. El plan de la primera parte es semejante
«Sube y alza a Yavé un altar en la era plata; alzó allí el altar a Yavé y ofreció al de los libros de Samuel, y asimismo la cronología. El resto tiene parecido con los
de Areuna, el jebuseo». * l9 Subió David holocaustos y sacrificios pacíficos. Asi se Jueces. Sirve de marco a los sinceros historiadores un esquema sobre la conducta reli-
conforme a la orden de Gad, como se lo aplacó Yavé con su pueblo y cesó la pla- giosa de los reyes y del pueblo, inspirado en la doctrina del Deuteronomio sobre la
había mandado a éste Yavé. 2 0 Areuna, I ga en Israel.
unidad del altar. La historia está tomada de las Crónicas de ambos reinos, que expre-
ger entre tres. En la primera leemos tres en vez de siete años, según i Par 21,12, en los LXX y la samente cita el autor. El juicio sobre los reyes de Israel o Samaría es constantemente
ítala.
15 el mismo, desfavorable, y por esto las dinastías se suceden unas a otras en medio de
Leemos el texto conforme a la versión griega, por todos considerada como preferible. La
peste comienza, pero Yavé se conmueve y manda suspender el azote. guerras civiles y regicidios. En Judd se distinguen algunos reyes piadosos, si bien los
18
Conforme al texto del Ex 20,24, de no ofrecer sacrificios sino donde hubiera memoria del bruscos cambios en la vida religiosa del pueblo nos hacen ver la gran influencia del
nombre de Yavé, en la era del jebuseo Areuna, donde el ángel se había aparecido, se levanta un al- paganismo de las naciones vecinas e invasoras, Asiría y Caldea. A pesar de esto, Dios
tar y se ofrecen sacrificios. Este sitio recibirá luego una mayor consagración por la edificación del
templo. mantiene la promesa de la perpetuidad de la dinastía davídica hasta el fin. Los pro-
fetas, sobre todo Ellas y Eliseo en el reino del Norte, ocupan una parte importante en
la historia del pueblo.
5. La cronología de las partes segunda y tercera, basada en los años de cada
reinado, es más detallada, aunque de difícil armonización, a causa de la deficiente
R E E conservación del texto o de los diferentes cómputos. Los documentos cuneiformes nos
dan aquí gran luz, tanto en la parte histórica como en la cronología (cf¿ Introducción
a los libros históricos, n.8). '\
i. Forman estos dos libros una sola obra, dividida también en dos libros, como ¿\_
la anterior, según la división introducida en las versiones.
Con la consolidación de la monarquía en Israel logró David asegurar la libertad I REYES
de su pueblo y colocarlo sobre todos los pueblos vecinos, que en los tiempos anteriores (Vulg. 3 Re)
le molestaban con sus continuas invasiones. Salomón representa el apogeo de la mo-
narquía hebrea. Afianzado en el trono que recibió de su padre, logró con las artes de
la paz hacerse respetar de los pueblos vecinos, entre los que Israel aparece como una SUMARIO PRIMERA PARTE: HISTORIA DEL REINADO DE SALOMÓN
potencia. La obra principal de Salomón fue la construcción del templo y la organiza- (1-11): Conjuración de Adonías (1,1-31). Entronización de
ción del culto de Yavé. Con esto, Jerusalén quedó constituida para siempre en el centro Salomón (1,32-53). El testamento de David y su ejecución por Salomón (2). So-
religioso de Israel. Pero toda obra humana es imperfecta, y la de Salomón no estuvo lemne sacrificio de Salomón en Gabaón (3). Ordenación del reino (4). Preparativos
exenta de esta ley. A su muerte, los vicios de su reinado trajeron la escisión de Israel, para la edificación del templo (5). Construcción del templo (6). Construcción del
que no se volvió a soldar, en los tres siglos y medio que duró la monarquía, hasta 587. palacio real ^7,1-12,). Enseres del templo (7,13-51). Dedicación del templo (8).
2. Los libros de los Reyes, que empiezan pintándonos con vivos colores la gloria Nueva aparición de Dios a Salomón (9,1-9). La administración del reino (9,10-28).
del reinado de Salomón, nos cuentan después la historia lamentable del pueblo, divi- La reina de Saba en Jerusalén (10). Flaquezas de Salomón ( n j . — S E G U N D A
dido en dos reinos, con frecuencia en guerra fratricida. Mas no es esto lo que, sobre P A R T E : HISTORIA SINCRONIZADA DE LOS REYES HASTA ACAB Y JoSAFAT (12-22J.
todo, preocupa al autor sagrado, sino la vida religiosa de la nación. Se resume ésta La escisión del reino de David (12-13). Reinado de Jeroboam (14,1-20). Reinados
en la lucha de la religión verdadera con los restos del paganismo cananeo, siempre de Roboam, Ablasy Asa (14,21-15,24). La dinastía de Basa en Israel (15,25-16,22).
vivaces por la tendencia de los hebreos a la veneración de muchos dioses y al culto La dinastía de Omri en Israel (16,23-34). Elias predice la sequía en Israel (17-18).
de las divinidades de los otros pueblos con quienes poco a poco se fue poniendo en con- Elias en el monte Horeb (19). Guerras entre Siria e Israel (20). Injusta muerte
tacto, Fenicia primero, luego Asiría y Caldea. Al fin, las dos monarquías en que se de Nabot (21). Josafat visita a Acab (22,1-28). Muerte de Acab, a quien sucede
dividió la de Salomón acabaron en la deportación, la una a Asiría y la otra a Caldea, Ococías (22,29-54).
donde la masa general del pueblo quedó como unas gotas de agua diluidas en el mar
I HKYKS 1 350 351 I REYES 1-2

P R I M E R A P A R T E pues de mí, él se sentará sobre1 4mi trono? dote Abiatar, que están comiendo y be- tados, cuando terininuba su banquete;
¿Cómo, pues, reina Adonías? Y mien- biendo con él, y han dicho: ¡Viva Ado- y Joab, al oir el sonido do las trompetas,
tras tú hablas con el rey, entraré yo de- rnas, rey! 2 6 Pero ni me lia invitado a mí, dijo: «¿Por qué con lunlo estrépito se
HISTORIA DEL REINADO DE SALOMÓN
trás y confirmaré tus palabras». tu siervo, ni al sacerdote Sadoc, ni a Ba- alborota la ciudad?» 4 2 Todavía estaba
d-ii) 15
Betsabé fue a la cámara del rey. Es- nayas, hijo de Joyada, ni a Salomón, tu él hablando, cuando llegó Jomitán, hijo
taba ya muy viejo y le servía Abisag, la siervo. 2 7 ¿Se ha hecho esto por voluntad del sacerdote Abiatar. Díjolc Adonías:
Abisag del rey, mi señor, sin dar a saber a tus
sunamita. 16 Inclinóse y prosternóse ante «Acércate, que tú eres un valiente y de
1
el rey, que le preguntó: «¿Qué quieres?» siervos quién es el que se ha de sentar en seguro traerás buenas nuevas». 4J Res-
I Era ya viejo el rey David, entrado
en años, y por más que le cubrían con
17
Ella le respondió: «¡Oh señor! Tú has el trono del rey, mi señor, después de él?»
28
El rey David respondió: «Que ven-
pondió Jonatán a Adonías: 4 4 « D e ciurto
ropas, no podía entrar en calor. * 2 Dijé- jurado a tu sierva por Yavé, diciendo: que nuestro señor el rey David ha hecho
Salomón, tu hijo, reinará después de mí, ga Betsabé». Entró ella y se puso ante el rey a Salomón. Ha enviado con él u
ronle entonces sus servidores: «Que bus- rey, 2 9 y el rey hizo este juramento: «Vive
quen para mi señor, e! rey, una joven vir- él se sentará sobre mi trono; 1 8 y he aqui Sadoc, sacerdote; Natán, profeta; Bana-
que Adonías se ha hecho rey sin que tú, Yavé, que libró mi alma de toda angustia, yas, hijo de Joyada; los cereteos y péle-
gen que le cuide y le sirva; durmiendo en 30
que así como he jurado por Yavé, Dios
su seno, el rey, mi señor, entrará en ca- mi señor, el rey, sepas nada. 19 Ha inmo- teos, y le han hecho montar sobre la
de Israel, diciendo: Salomón, tu hijo,
lor». 3 Buscaron por toda la tierra de Is- muía del rey; 4 s y Sadoc, sacerdote, y
reinará después de mí y se sentará en mi
rael una joven hermosa, y hallaron a Abi- trono en lugar mío, ahora mismo lo ha- Natán, profeta, le han ungido rey en
sag, sunamita, y la trajeron al rey. 4 Era ré». * 3 1 Betsabé se inclinó rostro a tierra, Guijón, y de allí han subido con grandes
esta joven muy hermosa y cuidaba al rey prosternándose ante el rey, y dijo: «Viva muestras de júbilo, y toda la ciudad está
y le servía, pero el rey no la conoció. por siempre raí señor, el rey David». en conmoción; ése es el alboroto que
32
Luego dijo el rey: «Que vengan Sadoc, habéis oído. 4 S Además, Salomón se ha
P r e t e n s i o n e s d e A d o n í a s al t r o n o sacerdote; Natán, profeta, y Banayas, hijo sentado en el trono real, 4 7 y los servi-
de Joyada». Cuando estuvieron éstos en dores del rey han ido a felicitar al rey
5
Adonías, hijo de Jaguit, había levan- presencia del rey, 3 3 el rey les dijo: «To- David, diciendo: «Que haga tu Dios el
tado sus pensamientos y decía: «Yo rei- mad con vosotros a los servidores de nombre de Salomón más grande que el
naré». Se había hecho con c a n o s y caba- vuestro señor, montad a mi hijo Salomón tuyo y eleve su trono sobre tu trono».
48
llos y cincuenta hombres que corrieran sobre mi muía y bajadle a Guijón. 3 4 Allí El rey mismo se prosternó en su lecho
delante de él; * 6 y su padre nunca se lo el sacerdote Sadoc y Natán, profeta, le y habló así: «Bendito Yavé, Dios de
había reprochado, diciéndole: «¿Por qué ungirán rey de Israel, y tocaréis las trom- Israel, que ha hecho sentarse hoy sobre
haces eso?» Era, además, Adonías de her- Batidores del Faraón petas, gritando: ¡Viva el rey Salomón! mi trono un sucesor de mi descendencia),
35
mosa presencia y había nacido después Después volveréis a subir tras él y se viéndolo mis ojos». ,
de Absalón. 7 Se entendía con Joab, hijo lado bueyes, becerros cebados y ovejas en sentará en mi trono para que reine en mi 49
Todos los convidados de Adoníai
de Sarvia, y con Abiatar, sacerdote, que gran número, y ha invitado a todos los lugar, pues a él le instituyo jefe de Israel se llenaron de miedo y, levantándose,^
se hicieron partidarios suyos; 8 pero el hijos del rey, a Abiatar, sacerdote; a Joab, y de Judá». 3 6 Banayas, hijo de Joyada, fuéronse cada uno por su lado. * 5 0 Ado-
sacerdote Sadoc, Banayas, hijo de Joya- jefe del ejército; pero no ha invitado a Sa- respondió al rey: «Amén. Hágalo así Ya- nías, temiendo de Salomón, se levantó
da; Natán, profeta; Semeí, amigo de Da- lomón, tu siervo. 2 0 En tanto, los ojos de vé, el Dios de mi señor el rey, 3 7 y como y fue al tabernáculo de Yavé a cogerse de
vid ; Reí y los valientes de David no le se- todo Israel están puestos en ti, ¡oh rey!, estuvo Yavé con el rey, mi señor, esté los cuernos del altar.
guían. mi señor, esperando que tú declares quién igualmente con Salomón y alce su trono 51 Vinieron a decir a Salomón: «Ado-
9
Inmoló Adonías ovejas, bueyes y be- es el que se ha de sentar sobre el trono del sobre el trono de mi señor el rey David». nías tiene miedo del rey Salomón y ha
cerros cebados junto a la piedra de Zo- rey, mi señor, después de él; 2 ' pues de lo ido a cogerse de los cuernos del altar,
jelet, que está al lado de En-Roguel, e in- contrario, cuando el rey mi señor se duer- diciendo: Que el rey Salomón me jure
vitó a todos sus hermanos y a todos los ma con sus padres, mi hijo Salomón y yo Unción de Salomón hoy que no hará morir por la espada a su
hombres de Judá que estaban al servicio seremos detenidos por culpables». * 38 siervo». 5 2 Salomón respondió: «Si él se
del rey; * , 0 pero no invitó a Natán, pro- 22
Mientras todavía estaba ella hablan- Bajó el sacerdote Sadoc con Natán, porta lealmente, ni uno de sus cabellos
feta, ni a Banayas, ni a los valientes, ni a d o c o n el rey, l l e g ó N a t á n , p r o f e t a . profeta; Banayas, hijo de Joyada; los caerá a tierra; pero si algo malo trama,
Salomón, su hermano. 23
Anunciáronselo a David, diciendo: cereteos y los péleteos, y montando a morirá». 53 Mandó, pues, Salomón gentes
11
Entonces dijo Natán a Betsabé, ma- «Natán, profeta, está ahí». Entró a la pre- Salomón sobre la muía de David, le lle- que le hicieron bajar del altar, y Adonías
dre de Salomón: «¿No sabes que Adonías, sencia del rey y se prosternó ante él ros- varon a Guijón; * 3 9 y tomando Sadoc, vino a prosternarse ante el rey Salomón,
hijo de Jaguit, pretende reinar, sin que tro a tierra, 2 4 y dijo: «¡Oh rey, mi señor! sacerdote, el cuerno de óleo del taber- que le dijo: «Vete a tu casa».
nuestro señor David lo sepa? * 1 2 Ven, ¿Has dicho tú: Adonías reinará después náculo, ungió a Salomón al son de las
pues, y sigue ahora mi consejo para que de mí y se sentará sobre mi trono? 2 5 Por- trompetas, y gritó todo el pueblo: «¡Viva Ultimas instrucciones d e D a v i d
salves tu vida y la de tu hijo Salomón. que hoy ha bajado y ha inmolado bueyes, Salomón, rey!» 4 0 Después subió con él a Salomón
13 Ve y entra al rey David y dile: ¡Oh rey, becerros cebados y ovejas en gran núme- todo el pueblo, tocando las flautas y
1
haciendo gran fiesta, y parecía retemblar Llegaron los días de la muerte para
mi señor! ¿No has jurado tú a tu sierva,
diciendo: Salomón, tu hijo, reinará des-
ro, y ha invitado a todos los hijos del rey
y a Joab, general del ejército, y al sacer- la tierra con sus aclamaciones.
41
2
David, y dio sus instrucciones a Sa-
Oyólo Adonías, así como sus invi- lomón, su hijo, diciéndole:* 2 « Y o me
1
Según la sentencia de los antiguos médicos, una doncella era el más eficaz calorífero para 30
I un anciano que no puede entrar en calor. La sunamita fue, por otra parte, una de las espossa 38
La ley de sucesión es la voluntad del rey (1,17).
Unos 600 metros por encima de la fuente de Roguel, al pie del monte sobre el que la ciudad
que 5tuvo David, la postrera de todas (2,13). estaba edificada, se halla la fuente Guijón, que, como la de Roguel, debía de ser lugar de reunión
Aqui tenemos repetido el caso de Absalón. Adonías, creyéndose, por razón de su mayorazgo, del pueblo. Ahí es consagrado el nuevo rey, Salomón, por el sacerdote Sadoc, con la asistencia del
con derecho al trono, trabaja a espaldas de su padre para hacer efectivo ese derecho. profeta Natán y siendo espectadores todos los soldados que formaban la guardia real, que por este
' Cuando cree llegado el momento de dar el golpe, Adonías reúne a sus parciales en un banquete acto se convierte en guardia de Salomón.
en el valle Cedrón, al sur de la ciudad. Al término del banquete se haría la proclamación del nuevo 49
La inesperada noticia desconcierta a los conspiradores, que huyen cada uno por su parte.
rey, con la esperanza de que el anciano David no tendría energías para oponerse al hecho consumado. Su jefe, que se sentía más culpable, corre a buscar asilo en el altar del tabernáculo (Ex 21,14).
1
1 Pero existia en la corte otro partido, que no dormía y contaba con la voluntad del rey. A él
acuden para prevenir el golpe que el otro bando preparaba. O ' David, sintiéndose morir, hace su testamento, y en él inculca, sobre todo, la fidelidad a Yavé.
21 Con razón temían Salomón, su madre y sus principales partidarios que no los dejarían con * La prudencia le había obligado a guardar durante su reinado cierta indulgencia con algunos
vida sus adversarios si lograsen triunfar. de sus vasallos; pero la hora de la justicia debe llegar, y encomienda a su hijo su ejecución
i MtYtm 2 352 353 I BEYES 2-3
voy por el camino de todos; esfuérzate, ojos para hacerme rey; pero el reino ha Salomón mandó decir a Joab: «¿Qué su- 4I
trajo con él. Informaron a Salomón
puoN, y sé hombre. 3 Sé fiel a Yavé, tu sido traspasado y dado a mi hermano, cedió para que huyeses al altar?» Y con- de que Semei había ido de Jerusalén a
Dios, marchando por sus caminos, guar- porque Yavé se lo había destinado. 16 Una testó Joab: «Es que he temido de ti y Gat y estaba ya de vuelta; 42 y mandando
dando sus mandamientos, sus leyes y sus sola cosa te pido ahora; no17me la nie- me he refugiado cerca del Señor». Y Sa- llamar a Semeí, le dijo: «¿No te conjuré
preceptos como están escritos en la Ley gues». Ella respondió: «Di». Y él pro- lomón mandó a Banayas, hijo de Joyada, yo por Yavé y no te adven í que el día
de Moisés, para que seas afortunado en siguió: «Te pido que digas a Salomón, diciendo: «Ve y hiérele». 30 Llegado al en que salieras acá o allá sería el de tu
4
cuanto hicieres y dondequiera que vayas; porque él no te lo negará, que me dé por tabernáculo de Yavé, Banayas dijo a Joab: muerte? Y me dijiste 43tú: La orden es
de manera que cumpla Yavé su pala- mujer a Abisag, la sunamita». 18 Betsabé «Así habla el rey: Sal». Pero él respondió: buena y la obedeceré, ¿Por qué, pues,
bra, la que a mí me ha dado, diciendo: dijo: «Bien, yo hablaré por ti al rey». «No; quiero morir aquí». Banayas llevó no has guardado el juramento de Yavé
19 al rey esta respuesta, diciendo: «Esto he
Si tus hijos siguen su camino ante mí en Betsabé fue a hablar a Salomón por y la orden que yo te di?» 44 Y siguió di-
verdad y con todo su corazón y toda su Adonías, y el rey se levantó para salir a dicho a Joab y esto me ha contestado». ciendo el rey a Semeí: «Bien sabes tú,
alma, no te faltará jamás un descendiente 31
su encuentro, la besó y, sentándose sobre El rey dijo a Banayas: «Haz como él tu corazón lo sabe muy bien, todo el mal
sobre el trono de Israel. 5 Bien sabes su trono, hizo poner otro para la madre dice: hiérele y sepúltale, y quita hoy de que hiciste a David, mi padre. Yavé hace
también tú mismo lo que me ha hecho del rey y la sentó a su derecha. sobre mí y de sobre la casa de mi padre la recaer tu maldad sobre tu cabeza, 4S mien-
20
Joab, hijo de Sarvia; lo que hizo con los Ella le dijo entonces: «Tengo una sangre inocente que Joab ha derramado. tras que el rey Salomón será bendecido,
dos jefes del ejército de Israel, Abner, 32
cosita que pedirte; no me la niegues». Haga caer Yavé esa sangre sobre su y el trono de David, afirmado por siempre
hijo de Ner, y Amasa, hijo de Jeter, que Y el rey le dijo: «Pide, madre mía, que cabeza, pues mató a dos hombres más ante Yavé».
los mató, derramando en la paz la sangre yo no te negaré nada». 21 Ella le dijo: rectos y mejores que él, dándoles la muer- *6 Dio el rey orden a Banayas, hijo de
de la guerra y manchando con la sangre «Que le des por mujer a Adonías, tu te con la espada, sin que nada supiera mi Joyada, que salió e hirió a Semeí, y
inocente el cinturón que ceñía sus 6lomos hermano, Abisag la sunamita». 22 El rey padre, David: a Abner, hijo de Ner, jefe Semeí murió. El reino se afirmó en las
y los zapatos que calzaban sus pies. Haz, Salomón preguntó a su madre: «¿Por de) ejército de Israel, y a Amasa, hijo de manos de Salomón, *
pues, con él conforme a tu sabiduría y no qué pides tú para Adonías a Abisag, la Jeter, jefe del ejército de Judá. 33 Su san-
dejes que sus canas bajen en paz a la sunamita? Pide ya el reino para él, pues gre caerá sobre la cabeza de Joab y sobre" Sacrificios de Salomón en G a b a ó n
morada de los muertos. 7 Trata con bene- que es mi hermano mayor y tiene con él la de sus descendientes por siempre, mien-
tras que sobre David y su descendencia, 1
volencia a los hijos de Barzilai, el galadita, a Abiatar,23sacerdote, y a Joab, hijo de Emparentó Salomón con el Faraón,
y sean de los invitados a tu mesa, pues Sarvia». * Y juró por Yavé, diciendo: sobre su casa y su trono, dará siempre
Yavé su paz». *
3 rey de Egipto, tomando a una hija del
hicieron así bien conmigo cuando yo iba «Así me haga Yavé y así me añada si no Faraón por mujer. Trájola a la ciudad de
34
huyendo de Absalón, tu hermano. 8 Ahí ha sido pronunciada 24contra su vida esta Subió entonces Banayas, hijo de Jo- David, hasta acabar de edificar su casa,
tienes también a Semeí, hijo de Güera, palabra de Adonías. Ahora, pues, vive yada, y le hirió, matándole, y Joab fue la casa de Yavé, y 2las murallas de Jerusa-
benjaminita de Bajurim, que profirió con- Yavé, que me ha confirmado y me ha sepultado en su sepulcro en el desierto. lén en derredor. * El pueblo sacrificaba
35
tra mi violentas maldiciones el día que establecido sobre el trono de David, mi Puso el rey en su lugar, por jefe del en los altos, porque no había sido hasta
iba yo a Majanaim. Cuando luego me padre, y me ha edificado mi casa, según ejército, a Banayas, hijo de Joyada, y al entonces edificada casa a Yavé. * 3 Salo-
salió al encuentro al Jordán, yo le juré su promesa, que hoy mismo morirá Ado- sacerdote Sadoc en el lugar de Abiatar. món amaba a Yavé y marchaba según las
36
por Yavé, diciendo: No te haré morir a nías». Hizo el rey llamar a Semeí, y !e dijo: órdenes de David, su padre, pero sacri-
espada. 9 Pero tú no le dejes impune, 25
El rey Salomón mandó a Banayas, «Hazte una casa en Jerusalén y habita en ficaba y quemaba perfumes en los altos.
4
pues como sabio que eres, sabes cómo hijo de 2SJoyada, que le hirió, y Adonías ella, sin salir ni entrar para nada. E¡ día Fue el rey a sacrificar a Gabaón, que
has de tratarle y harás que con sangre murió. Luego dijo el rey al sacerdote en que salgas y pases el torrente de Ce- era uno de los principales altos. Mil ho-
bajen sus canas al sepulcro. Abiatar: «Vete a tus tierras de Anatot. drón, 37 sabe que con toda certeza mori- locaustos ofreció Salomón en aquel al-
io Durmióse David con sus padres y Tú merecías la muerte, pero yo no quiero rás; será tu sangre sobre tu cabeza». 38 Se- tar. * 5 Yavé se le apareció en Gabaón
fue sepultado en la ciudad de David. * hacerte morir ahora, por haber llevado meí respondió al rey: «La orden es buena. durante la noche, en sueños, y le dijo:
11
El tiempo que reinó David sobre Is- el arca de Yavé delante de David, mi Como lo dice mi señor el rey, así* hará «Pídeme lo que quieras que te dé». 6 Sa-
rael fue de cuarenta arios: siete años padre, y porque participaste en los tra- tu siervo». lomón respondió: «Tú hiciste gran mise-
reinó en Hebrón y treinta y tres en Jeru- bajos de mi padre». * 27 Echó, pues, Salo- Semeí estuvo mucho tiempo en Jerusa- ricordia a David, mi padre, conforme mar-
salén. 12 Sentóse Salomón en el trono de món a Abiatar para que no fuese sacer- lén ; 39 pero al cabo .de tres años, dos chaba él en tu presencia en la fidelidad,
David, su padre, y su reino quedó muy dote de Yavé, cumpliéndose así la pala- siervos de Semeí huyeron a refugiarse en la justicia y en la rectitud de corazón
firme. bra que había pronunciado Yavé contra junto a Aquís, hijo de Maaca, rey de ante ti: le has guardado esta misericordia,
la 28casa de Helí en Silo. Gat. Le dijeron a Semeí: «Tus siervos dándole un hijo que se sentara sobre su
Primeros actos de Salomón Llegaron estas noticias a Joab, que están en Gat»; 4 0 y levantándose, montó trono como lo está hoy. * 7 Ahora, pues,
había seguido el partido de Adonías, aun- en su asno y se fue a Gat, a Aquís, en ¡oh Yavé!, mi Dios, me has hecho reinar,
13 Adonías, hijo de Jaguit, fue en busca que no había seguido el de Absalón, y busca de sus siervos, y de vuelta, se ¡os a tu siervo, en el lugar de David, mi
de Betsabé, madre de Salomón. Ella le se refugió en el tabernáculo de Yavé,
dijo: «¿Vienes de paz?» Y él respondió: cogiéndose a los cuernos del altar. * 29 Di-
33
Esto nos trae a la memoria io cfue se dice en Ex 21,14.
«De paz»; i*él añadió: «Quisiera decirte jeron a Salomón que Joab se había re-
46
Con estas medidas se afianza el trono de Salomón. Muertos los conspiradores, ya nadie se
una palabra». «Habla», le dijo ella. i s Y él fugiado en el tabernáculo de Yavé y esta- atrevió a contradecir la voluntad del rey difunto.
dijo: «Tú sabes que el reino era mío y ba cogido a los cuernos del altar; y O 1 Tal matrimonio es una señal de la importancia que Israel había adquirido en ei reinado de
que todo Israel había puesto en mí sus " David, y esta alianza con el Faraón de Egipto contribuirá a aumentarla. Se cree que el padre
deía princesa fue Siamón, penúltimo rey de la dinastía XXI, que reinó en Tanis(o76-g58). Según o,ig,
1
° La ciudad de David (2 Sam 5,7), donde David recibe sepultura, vendrá a ser el panteón de hizo una expedición militar a Palestina y conquistó Guezer a los filisteos y ía entregó al yerno, como
todos los reyes de Judá. dote de su hija.
22 Salomón ve en la petición de Adonlas la trama de una conspiración (cf. 2 Sam 16,20 ss.). . 2 Estos sacrificios de Gabaón, como tantos otros que hallamos en los libros precedentes, de-
Había prometido respetar la vida de su hermano si se conducía con lealtad: pero le condenó a muer- muestran que la ley de unidad del altar, en que tanto insiste el Deuteronomio (12,1 ss.), no estaba
te cuando vio que conspiraba (1,52), y la condena se extiende a los partidarios. en vigor, ni probablemente lo estuvo con rigor hasta que Josías la implantó en 621 (cf. introducción
" Abiatar, escapado de la matanza de Nob (1 Sam 22,20 ss.), se acogió a David, y a su lado al Pentateuco,
4
n.5).
perseveró en sus peregrinaciones al sur de Judá y entre los filisteos. Con su destierro se cumplió Este crecido número de víctimas significa no sólo la devoción del rey, sino también su magni-
la sentencia de Dios revelada al niño Samuel (1 Sam 3,11 ss.). liccncia,
6
nota característica del reinado de Salomón.
2* Joab, partidario de Adonías, era además reo de la sangre de Abner y de la de Amasa. Se- La plegaria de Salomón es una prueba de sus altos y nobles sentimientos y del concepto que
gún la Ley (Ex 21,14), debía ser arrancado del altar mismo para sufrir la pena capital. Irnía de su oficio de rey.
Nácar-Colunga Vi
I IIICYKN .'1-4 354 355 I REYES 4
pudre, no siendo yo m á s que u n mocito, msdio de la noche, m e quitó de mi lado de A b d a r , el prefecto de los tributos. * de harina común, diez bueyes cebados, *
7 23
que no sabe p o r dónde ha de entrar y a mi hijo, mientras tu sierva dormía, y Tenía Salomón sobre todo Israel doce (3) veinte bueyes de pasto y cien carne-
p o r d ó n d e h a de salir, 8 y que está tu púsolo a su lado, dejando al mío a su intendentes, que proveían al rey y a su ros, sin contar los ciervos, las cabras, los
siervo en medio del pueblo que tú te hijo muerto. 2 1 C u a n d o yo me levanté p o r casa, cada u n o durante un mes del año. * búfalos y las aves cebadas. 2 4 (4) Señorea-
elegiste; u n pueblo grande, que por su la m a ñ a n a para dar el pecho a mi hijo, * Sus nombres eran: Ben H u r , en la m o n - b a t o d a la tierra al lado de acá del río,
muchedumbre no puede contarse ni nu- hállele m u e r t o ; mas mirándole atenta- taña de Efraím; ' Ben Decar, en Maques, desde Tifsaj hasta Gaza, y tuvo paz por
m e r a r s e ; * 9 da a tu siervo un corazón mente a la m a ñ a n a , vi que no era m i hijo, en Salebin, en Betsames, y Elón, hasta todos lados en derredor suyo. 2 5 (5) Judá
prudente p a r a juzgar a tu pueblo y po- el que yo había parido». Betanán; 10 Ben Jesed, en A r u b o t ; éste e Israel habitaban seguros, cada uno de-
der discernir entre lo bueno y lo m a l o ; 22
La otra mujer dijo: « N o , mi hijo es tenía también Soco y toda la región de bajo de su parra y de su higuera, desde
porque ¿quién, si no, podrá gobernar a el que vive; es el tuyo el que ha muerto». Jefer; H Ben Abinadad, que tenía todas D a n hasta Berseba, durante toda la vida
u n pueblo tan grande?» Y la primera replicaba: « N o , tu hijo es las alturas de D o r , estaba casado con de Salomón.
10
Agradó al Señor que Salomón le hi- el muerto, y el mío el vivo». Y así dispu- Tafat, hija de S a l o m ó n ; 1 2 B a n a , hijo de 26 (6) Tenía Salomón en sus caballeri-
ciera esta petición;* n y Dios le dijo: taban en presencia del rey. Ajilud, tenía Tanac y Mageddo y todo zas cuatro mil pesebres para los caballos
«Por haberme pedido esto y no haber 23
T o m ó entonces el rey la palabra: «La Betsán, que está cerca de Sartana, por de sus carros y doce mil caballos de silla. *
pedido para ti ni vida larga, ni muchas una dice: Mi hijo es el que vive, el tuyo debajo de Jezrael, desde Betsán hasta 27 7
( ) Los intendentes proveían al rey Sa-
riquezas, ni la muerte de tus enemigos, h a ' m u e r t o ; y la otra dice: N o , es el tuyo Abelmejula y más allá de J o c m e á n ; 1 3 Ben lomón y a cuantos se sentaban a su mesa,
sino haberme pedido entendimiento para el que ha muerto y el mío vive», 2 4 y aña- Gaber, en R a m o t Galad, tenía los bur- cada uno un mes, sin dejar que n a d a
hacer justicia, 1 2 yo te concedo lo que me d i ó : «Traedme una espada». Trajeron al gos de Jair, hijo de Manases, en Galad, faltara. 2 S ( 8 ) Hacían llegar también la ce-
has pedido y te doy u n corazón sabio e rey la espada, 2 5 y él dijo: «Partid p o r sesenta grandes ciudades muradas y con b a d a y la paja p a r a los caballos de tiro
inteligente, tal como antes de ti no ha el medio al niño vivo y dad la mitad de cerrojos de bronce; 1 4 A j i n a d a b , hijo de y de carrera allí donde se hallaran, cada
habido o t r o ni lo habrá en adelante des- él a la una y la otra mitad a la otra». I d o , en Majanaim; 15 Ajimas, en Nefta- u n o según las órdenes recibidas.
pués de ti. I 3 Y aún te añado lo que no 26 lí, también casado con una hija de Salo- 29 9
Entonces la mujer cuyo era el niño m ó n , de n o m b r e Basemat; 1 6 B a n a , hijo ( ) D i o Yavé a Salomón sabiduría y
has pedido: riquezas y gloria tales, que vivo dijo al rey, pues se le conmovían u n gran entendimiento y anchura de co-
no habrá en tus días rey alguno como t ú ; de Jusi, en Aser y en A l o t ; 1 7 Josafat, hijo
todas las entrañas por su hijo: «¡Oh se- de F a r u a , en Isacar; i s Semeí, hijo de Ela, razón, como la arena que está a orillas
14
y si andas por mis caminos, guardando ñor rey!, dale a ésa el niño, pero vivo; que en Benjamín; 1 9 Guebar, hijo de Uri, en del mar. * 30 (10) La sabiduría de Salomón
mis leyes y mis mandamientos, como lo no le maten». Mientras que la otra de- la región de Galad, la tierra de Seón, rey sobrepasaba la de todos los hijos del
hizo David, tu padre, prolongaré tus días». cía : «Ni para mí ni para ti: que le partan». d e los amorreos, y de Og, rey de Basan; Oriente y la sabiduría toda del Egipto.
15 27
Despertóse Salomón de su sueño, y, de Entonces dijo el rey: «Dad a la prime- p a r a esta región había u n solo intenden- 31 (11) F u e m á s sabio que h o m b r e alguno;
vuelta a Jerusalén, se presentó ante el arca ra el niño vivo, sin matarle; ella es su te. 2 0 Judá e Israel eran numerosos como m á s que Etán, el ezraíta; m á s que Ernán,
de la alianza de Yavé y ofreció holocaus- madre». 2 8 T o d o Israel supo la sentencia las arenas que hay en la orilla del mar, Calcol y D o r d a , hijos de Majol, y su fama
tos y sacrificios eucarísticos y dio un que el rey había pronunciado, y todos y comían, bebían y se alegraban. * se extendió por todos los pueblos en
banquete a todos sus servidores. temieron al rey, viendo que había en él derredor. 32 (12) Profirió tres mil parábo-
una sabiduría divina para hacer justicia. 21
(5, i) Salomón señoreaba sobre todos las y sus cantos fueron mil cinco; *
Sabiduría de Salomón los reinos desde el río hasta la tierra de 33 (13) disertó acerca de los árboles, desde
Altos funcionarios d e S a l o m ó n los filisteos y hasta la frontera de Egipto; el cedro del Líbano hasta el hisopo que
16
Vinieron por entonces al rey, y se todos le pagaban tributo y le estuvieron nace en el m u r o , y acerca de los animales,
1
presentaron ante él, dos mujeres de mala Reinaba Salomón sobre todo Is-
vida.* i ' D i j o una de ellas: «Escucha, mi 4 rael. * 2 Los jefes que tenía a su ser-
sometidos t o d o el tiempo de su vida. *
22 2
( ) Consumía Salomón cada día trein-
de las aves, de los reptiles y los peces.
34 (14) D e todos los pueblos venían p a r a
«eñor: Yo moraba con esta mujer en la vicio eran: Azarías, hijo de Sadoc, sacer- ta coros de flor de harina y sesenta coros oir la sabiduría de Salomón, de parte de
misma casa y allí di a luz un n i ñ o . i * A los d o t e ; * 3 Elijoret y Ajías, hijos de Sisa,
tres días dio también ella a luz un niño. secretarios; Josafat, hijo de Ajilud, cro- Tolomeos y Seléucidas (cf. 1 Mac 10,19 s -05; 11,57). Debe suprimirse el sacerdocio que le atribu-
Habitábamos juntas y ningún extraño nista;* 4 Banayas, hijo de Joyada, m a n - yen 6el hebreo y la Vulgata.
había entrado en la casa; no había allí daba el ejército; * 5 Azarías, hijo de N a - La casa real había crecido y exigía un mayordomo para atender a su administración. El pre-
más que las dos. 1 9 El hijo de esta mujer tán, superintendente; Zabud, hijo de N a - fecto7 de los tributos o ministro >de Hacienda ya había sido establecido por David (2 Sam 20,24).
Estos intendentes tenían por oficio recoger los tributos destinados al sustento de la casa real.
murió una noche por haberse ella acos- tán, era el consejero del rey. * 6 Ajisar, Hay en los nombres algunas incorrecciones, que los LXX no permiten corregir del todo.
tado sobre él; 2 0 y ella, levantándose en m a y o r d o m o del palacio; Adoniram, hijo 20
Este versículo nos pinta la vida idílica de Israel bajo el gobierno de un rey tan sabio, pode-
8
roso2 1y bendecido de Yavé (Miq 4,4; Zac 3,10).
Según las promesas de Dios a Abraham, el pueblo será incontable, como las estrellas del cielo Según el texto hebreo, el c.5 empieza en 4,21 de la Vulgata y los LXX. Este capítulo nos da
y las arenas del mar. Tal vez haya aquí una alusión al error de su padre en querer contarlo (2 Sam 24). cuenta del reino de Salomón, que, aunque no fue guerrero ni conquistador, supo conservar la si-
De aquí resultará que las palabras de Salomón no serían una expresión ponderativa: tendrían un tuación adquirida por su padre y la influencia sobre los vecinos de Canán, de la TransJordania y
sentido propio. de Siria.
22
10
Yavé responde con generosidad divina a la súplica del rey, y su respuesta está en armonía En confirmación de la grandeza del reino de Salomón nos cuenta los bastimentos consumi-
con 16la idea que toda tradición iudía guardó siempre de Salomón y de su reinado. dos por su casa real, en la cual tal vez haya que incluir toda la guarnición de la capital.
Este episodio es una prueba de la sabiduría del rey, y a la vez nos da una idea de lo que era 26 Es de maravillar tanto ejército en un reino que vivía en paz, pero la obra de David era preciso
la sabiduría oriental, la agudeza de ingenio para resolver los graves problemas que la vida puede conservarla con el respeto que infunden las armas. David no tuvo carros de guerra (2 Sam 10,18);
presentar (cí. 2 Sam 14,5 ss.). fue Salomón quien los introdujo en Israel. El texto no debe estar bien conservado. Se habla de 40.000
1
troncos de caballos para otros tantos carros. El texto paralelo de 2 Par 9,25 pone 4.000, y con esto
A Todo este capítulo trata de la organización que con su sabiduría dio Salomón al reino, a cuya concuerdan los 12.000 jinetes, pues los carros asirios llevaban tres hombres cada uno. En 10,26 los
* cabeza está el rey, que impera sobre todo Israel, a diferencia de los que le sucedieron. carros no son más de 1.400. Por aquí se ve cómo la tradición judía tendía a acrecentar la gloria de
2
3
Este Azarías, hijo de Sadoc, sucede a su padre en el sacerdocio. Salomón y de su reino. Es un ejemplo que no debemos olvidar para formar juicio del valor de los
Estos son secretarios reales (2 Sam 8,17; 20,25), y el tercero, cronista o archivero, ya consti- números en otros casos análogos.
tuido por David (2 Sam 8,16; 20,24). 29
4 Este párrafo se enlaza con el fin del capítulo tercero, donde se habla de la sabiduría de Salo-
Banayas, antes jefe de la guardia real, sucede ahora a Joab en ei mando del ejército (2,35). món, en la que superaba a los árabes del desierto, a los egipcios y a todos los hombres. Y entre éstos
Sadoc y Abiatar sólo pudieron ser sacerdotes al principio del reinado (2 Sam 8,24: 20,25), pues señala a los cuatro hijos de Majol, que conocemos por 1 Par 2,6, aunque no precisamente como sa-
Abiatar fue desterrado a Anatot, y Sadoc dejó e. puesto a su hijo, habiendo gozado, no sabemos bios (cf. 6,31; 44,i5.i<j).
cuánto tiempo, de la confianza del rey (2,25 ss.35). 32
Por parábola, masal, se entiende proverbios, sentencias, en los cuales entraban como elemen-
5
Este segundo Azarías está a a cabeza de los intendentes o gobernadores de provincias, según to metafórico los animales y las plantas, igual que entran en muchos de nuestros refranes. Esta es
IOE vv.7 ss. Zabud, según ios LXX, es sólo «amigo del rey», título muy conocido en la corte de los la ciencia de la naturaleza de que habla el v.13 (cf. Prov 6,6; 30,24 s.).
I UICVKN I '• 356 357 I BEYES 6
todo» los icyes de la tierra, a los que ha- madera de cedro y de ciprés quiso éste; ventanas enrejadas. 5 Levantó un edificio rael y no abandonaré a mi pueblo, Israel».
14
bla llegado la fama de su sabiduría. u (25) y Salomón daba a Hiram veinte mil lateral en torno del hecal y del debir, ha- Así, pues, edificó Salomón la casa y la
coros de trigo para el mantenimiento de ciendo cámaras laterales t o d o en derre- terminó. 15 Revistió Salomón los muros
Alianza de Salomón con H i r a m , su casa y veinte mil batos de aceite de dor. * 6 El piso inferior era de cinco codos de la casa al interior con plunchas de ce-
rey de Tiro olivas molidas. Esto es lo que cada a ñ o de a n c h o ; el de en medio, de seis codos dro, desde el suelo hasta el lecho, revis-
1 5
entregaba Salomón a Hiram. * 12(26) Ya- de a n c h o , y el tercero, de siete codos, pues tiendo así de m a d e r a t o d o el interior; y
(1 ) Hiram, rey de Tiro, m a n d ó sus vé dio a Salomón la sabiduría, como se
5 embajadores a Salomón cuando supo lo había prometido, y h u b o entre Hiram
había hecho retallos en el m u r o , por fue-
ra, para n o tener que empotrar en los
el suelo lo revistió de planchas de ciprés.
1* Revistió también de planchas de cedro
que había sido ungido rey en lugar de su y Salomón paz e hicieron una alianza. m u r o s . 7 C u a n d o se construyó la casa los veinte codos del fondo de la casa,
padre, pues siempre había sido amigo 13 (27) Salomón hizo en todo Israel una hízose de "¡V-dras ya labradas, de m o d o desde el suelo, todo lo alto de los muros.
de David. * 2 ( 16 ) Salomón dijo a H i r a m : leva de treinta mil hombres para el tra-
3 17 1 4 28
( ) «Tú sabes que David, mi padre, no bajo, * ( ) que enviaba al Líbano. Diez
p u d o hacer casa para Yavé, su Dios, p o r mil por mes, alternativamente, estando
las guerras que tuvo en torno, hasta que un mes en el Líbano y dos en sus casas.
Yavé los puso bajo la planta de sus pies. El prefecto de estos15trabajadores obliga-
4
(18) A h o r a Yavé, mi Dios, me ha dado dos era Adoniram. (29) Tenía, además,
la paz por todas partes; rio tengo enemi- Salomón setenta mil hombres dedicados
gos ni querellas, 5 O9) y quiero edificar a al transporte 30 y ochenta mil cortadores en
Yavé, mi Dios, una casa, como se lo ma- el monte, i<> ( ) sin contar los principales
nifestó Yavé a mi padre, diciendo: «Tu jefes que había puesto Salomón al frente
hijo, el que pondré yo en tu lugar sobre de las obras, en n ú m e r o de tres mil tres-
tu trono, edificará casa a mi nombre». cientos, que m1 7a n31d a b a n a los grupos de
6 (20) M a n d a , pues, cortar para mí cedros trabajadores. ( ) M a n d ó el rey traer
grandes piedras escogidas p a r a los cimien-
en el L í b a n o ; mis siervos se unirán a los
tos de la casa, y los carpinteros 1 8 ( 32 ) y
tuyos y yo te daré lo que tú me pidas los canteros de Salomón y los de H i r a m
para el salario de los tuyos, pues bien cortaban con Jos guibalenses y labraban
sabes que no hay entre nosotros quien la madera y la cantería p a r a la casa.
sepa labrar la madera como los sido-
nios». *
1 (21) Alegróse mucho Hiram cuando Edificación del t e m p l o
oyó las palabras de Salomón, y dijo:
1
«Bendito Yavé, que ha dado a David un El a ñ o cuatrocientos ochenta des-
hijo sabio sobre ese gran pueblo». 8 ( 22 ) Y 6 pués de la salida de los hijos de Israel
IU 11 f T T I I ir 1 _»_C.
m a n d ó a Salomón esta respuesta: «He de Egipto, el cuarto a ñ o del reinado de Jt-Jt
oído lo que m e has m a n d a d o a decir. Salomón sobre Israel, el mes de Ziv, que
H a r é lo que me pides en cuanto a la ma- es el segundo mes, comenzó a edificar la Planta del templo. (GRESSMANN.)
dera de cedros y cipreses. 9 ( 23 ) Mis sier- casa de Yavé. * 2 Tenía la casa que Salo-
vos los bajarán del Líbano al m a r y yo m ó n edificó a Yavé sesenta codos de lar- que durante la edificación no se oyó allí reservando este espacio p a r a el debir.
los haré llegar en balsas hasta el lugar que go, veinte de ancho y treinta de alto. * el golpe del martillo, ni el del pico, ni i ' Los cuarenta codos de delante consti-
tú me digas. Allí se desatarán, y tú los 3 El vestíbulo (ulam), delante del templo de ningún otro instrumento de hierro. tuían el hecal delante del debir. * n El
8
tomarás, y cumplirás mi deseo proveyen- (hecal) de la casa, era de veinte codos de L a puerta de entrada a las habitaciones revestimiento del interior del cedro iba
do de víveres a mi casa». largo, el ancho de la casa, y diez de fondo del piso inferior estaba al costado derecho tallado por entalladuras de flores abiertas
10 (24) H i r a m facilitó a Salomón cuanta p o r delante de la casa. * 4 Hizo en la casa de la casa, y por u n a escalera de caracol y en botón, y todo era de cedro, sin que
se subía al del medio y de éste al tercero. se viera n a d a de piedra.
9
1
Esta embajada de congratulación da ocasión a Salomón para entablar relaciones con el amigo C u a n d o h u b o acabado de edificar la 1 9 Dispuso dentro, en lo m á s interior
5 de su padre en orden a la ejecución de los grandes proyectos que abrigaba su mente para levan- casa, la cubrió c o n artesonado de cedro.
10
d e la casa, el debir p a r a el arca de la
tar la gloria de su reino.
6
A cada u n o de los pisos de habitacio- alianza de Yavé. 2 0 El debir tenía veinte
Los reyes de Asiría nos cuentan en sus inscripciones y crónicas cómo en sus expediciones nes que rodeaban la casa les dio cinco codos de largo, veinte codos de ancho y
militares subían al Líbano y cortaban cedros y abetos, que llevaban a Ninive para sus construccio- codos de altura y los unió a la casa con veinte de alto. Hizo un altar de madera
nes. En Palestina escasea la madera de construcción y falta la de cedro.
11
Equivalentes a 80.000 hectolitros de trigo y 8.000 de aceite. vigas de cedro. n Entonces dirigió la pa- de cedro 2 1 p a r a delante del santuario y
13
Como en Egipto, los trabajos se van a ejecutar a base de prestaciones personales forzadas. labra Yavé a Salomón, diciendo: * 12 « r u lo recubrió de oro puro. * 2 2 T o d a la casa
Es de suponer que sobre los cananeos recaería principalmente esta carga, pero los hebreos no que- estás edificando esta casa. Si guardas mis la recubrió de oro p u r o , de arriba abajo,
daban exentos de ella. Y como carecían de todo género de máquinas y medios de transporte, todo leyes, y pones p o r obra mis mandamien- y recubrió también de o r o todo el altar
el trabajo debía llevarse a cabo a fuerza de brazos. tos, y guardas y observas todos mis pre- que estaba ante el santuario (debir).23 Hi-
1 ceptos, yo cumpliré contigo mi palabra, zo en el santuario dos querubines de m a -
En vista del evidente desorden del texto, damos a continuación el orden que creemos sería
6 el del texto primitivo, restituido el cual, la narración gana mucho en claridad y continuidad. la promesa que hice a David, tu padre,
13
dera de olivo. La altura del u n o era de
Serla, probablemente, 1 2 10. 16b 17 20a; 3 4 5 6 7 8 9 10 15 16a 18 29 21 20b 22 30 23a 26 23b 24 25 y habitaré en medio de los hijos de Is- diez codos, e igualmente de diez codos la
2728 31 32 33 34 35 36 II 12 13 14 37 38.
El suceso más importante del reinado de Salomón fue la construcción del templo. No es extra- se había colocado una gran portada, el ulam, que tenía de largo el ancho del templo y de ancho la
ño que el autor sagrado quiera fijar su fecha, que fue el año 480, o sea 12 X 40, doce generaciones mitad, 20 X 10 codos. De su altura no se dice nada.
de cuarenta años, a contar de la salida de Egipto. Sobre esta cronología véase la Introducción al libro 5
En torno al hecal y ai debir levantó para el servicio del templo un edificio de tres pisos, que
de los Jueces. Ziv es el nombre de] cuarto mes del antiguo calendario hebreo, del cual se conservan Bolo alcanzaba la mitad de la altura del templo, quedando las ventanas por encima.
otros2 tres: abid, bul y etanim. 1
El valor del codo no puede precisarse; equivalía a cosa de medio metro. Podemos, pues, dar * Es natural que esta visión estuviera al fin del capítulo.
17
como medidas del templo 30, 10 y 15 metros. Comparado con los templos egipcios, era bien mo- El hecal tenía 40 codos de largo, quedando 20 para el debir, que resultaba cuadrado, como lo
desto : pero en Israel no se había visto semejante cosa. dice el v.20.
3 21
El templo consta de dos partes: el hecal, o santo, y el debir, santísimo: delante del primero Desde muy antiguo, los egipcios conocían el arte del dorado.
I IIKYM ft-7 358 359 I BEYES 7
24
dol otro. • Cinco codos era el largo de mas y botones de flores, cubierto de oro. capiteles de cedro sobre las columnas. * grandes piedras de d t w y de oeko codos.
11
unn de las alas del querubín y cinco el de 33 Hizo igualmente para las puertas de 3 Estaba cubierta de tablones de cedro, D e ahí arriba te m f l u i n también
la otra, haciendo en todo diez codos des- entrada del templo (hecal) postes de ma- arriba, sobre arquitrabes que se apoyaban excelentes piedras cortuáM a la medida
de la punta de un ala hasta la punta de dera de olivo cuadrados. 3 4 Ambas puer- en las cuarenta y cinco columnas, quince y madera de cedro, i 2 En el gran atrio
la otra. 2S El segundo querubín tenía tam- tas eran de madera de ciprés, de dos hojas columnas en cada hilera, 4 pues había había todo en torno tres órdenes de pie-
bién diez codos. 2 6 La medida y la forma giratorias la una y de dos hojas girato- tres naves, y en cada una de ellas ventanas dras labradas y uno de vigas de cedro; lo
eran las mismas para ambos querubines. rias la otra. 35 Hizo esculpir en ellas que- que se correspondían unas enfrente de mismo que en el atrio interior de la casa
27
Puso los querubines en medio de la rubines, palmas y botones de flor, y todo otras. 5 Todas las puertas y ventanas eran de Yavé, así también en el atrio de la
casa, en el espacio interior. Tenían las lo recubrió de oro. 36 Hizo también el cuadradas y en las tres naves se corres- casa real. *
alas desplegadas, y la punta del ala del atrio interior, de tres órdenes de piedras

Palacio llamado «Bosque del Líbano». (GRESSMANN.)


pondían unas a otras. 6 Hizo además un Utensilios para el templo
vestíbulo de columnas de cincuenta codos 13
de largo y treinta de ancho, y delante de Trajo Salomón de Tiro a Hiram,
éste, un pórtico con columnas y gradas hijo de una viuda de la tribu de Neftalí
delante de él. * ' Hizo asimismo el salón y de padre natural de Tiro, que trabaja-
del trono, donde juzgaba; el pórtico de ba el bronce. * 1 4 Estaba Hiram lleno de
la justicia, cubriéndolo de cedro desde el sabiduría, de entendimiento y de conoci-
suelo hasta el techo. * 8 Del mismo modo miento para hacer toda suerte de obras
fue construida la casa donde había de de bronce; y vino al rey Salomón, y fue
habitar, en otro patio, detrás del pórtico. quien hizo para él toda la obra. 15 Fun-
Hizo también otra casa habitación, de dió dos columnas de bronce. Tenía cada
jtSU» una dieciocho codos de alto, y un hilo
obra semejante a la del pórtico, para la
hija del Faraón, que había tomado por de doce codos era el que podía rodear
Sección transversal del templo. (GRESSMANN.) a cada una de las columnas. l s N o eran
mujer. *
labradas, y uno de vigas de cedro. * 3 7 E!
9
Para todas estas construcciones se em- macizas, sino huecas; el grueso de sus
primero tocaba a uno de los muros, y la
año cuarto, el mes de Ziv, quedaron pues- plearon grandes piedras, que habían sido paredes era de cuatro dedos. Fundió ca-
punta del ala del segundo, al otro muro,
tos los cimientos de la casa de Ya vé; 38 y cortadas con la sierra a la medida, por el piteles de bronce para encima de las co-
tocándose una a otra las otras dos alas
lado de dentro y el de fuera, y esto desde lumnas, de cinco codos de alto el uno
en el medio de la casa. 2& También cubrió el año undécimo, el mes de Bull, que es
los cimientos hasta las cornisas, y asi- y de cinco codos de alto el otro. 1 7 Hizo
de oro los querubines. 2!> Hizo esculpir el octavo mes, estaba terminada en todas
sus partes y con todo lo necesario. L a mismo en el exterior, hasta el gran atrio. para los capiteles de encima de las co-
todo en torno de la casa, en los muros,
construyó en el espacio de siete años.
10
Los cimientos eran de excelentes y muy lumnas reticulados y trenzados, de tren-
por dentro y por fuera, querubines, pal-
mas y guirnaldas de flores. 30 También 2
recubrió de oro el piso de la casa, lo El primero de los edificios que formaban como el real alcázar fue este «Bosque del Líbano»
Construcción del palacio d e S a l o m ó n o «Salón de Columnas», de tres naves.
mismo en el espacio interior que en el 6
De la obra mencionada tan concisamente en este versículo no podemos formarnos idea tan
exterior. 31 A la entrada del santuario
(debir) hizo una puerta de dos hojas, de 7 1 También edificó Salomón su casa,
durando trece años la edificación
clara como del anterior, y menos de su posición con relación a la primera. Se trata de otra sala sos-
tenida
7
por columnas y precedida de un pórtico.
madera de olivo, y el dintel y las jambas hasta que estuvo completamente termi- Un tercer edificio era un salón del trono o sala de justicia, donde el rey administra justicia.
eran de cinco esquinas. * 32 Las dos hojas nada. * 2 Construyó la casa «Bosque del Sus 8paredes estaban recubiertas de cedro desde el piso hasta el techo.
Líbano», de cien codos de largo, cincuen- Por fin hizo el palacio para su propia morada, de la misma obra que los anteriores, y otro
eran de madera de olivo y talladas con semejante para la hija del Faraón. El texto sagrado no nos dice cuál haya sido la causa de otorgar
entalladuras de querubines, palmas y bo- ta codos de ancho y treinta codos de alto, esta distinción a la egipcia. Podemos razonablemente suponer que fue para mostrar cuánto estima-
tones de flores; y todo, querubines, pal- sobre tres filas de columnas de cedro y baeste parentesco con el Faraón y acaso por escrúpulos religiosos de la princesa, que también los
23
egipcios tenían mucho del espíritu fariseo.
12
El olivo aquí mencionado es el silvestre, el acebuche. Estas vigas de cedro están destinadas a dar más cohesión a los muros, que no necesitaran
31 si las piedras fueran grandes o estuviesen bien trabadas unas con otras.
Es decir, que el dintel era en forma de ángulo. 13
36 A las obras arquitectónicas se siguen las de fundición de utensilios destinados al templo,
Este atrio, cuya disposición respecto al templo ignoramos, en medio del cual debía de estar el
altar de los holocaustos, se llamó interior, con respecto a los otros edificios posteriores. Era el atrio y primero las dos colosales columnas de bronce con sus capiteles, que debían colocarse a la entrada.
llamado después de los sacerdotes. Vendría a ser un cercado con un muro semejante a los otros, de En los templetes egipcios, y aun fenicios, se colocaban dos obeliscos o dos columnas flanqueando el
tres hiladas de piedra y una de viga de cedro para mayor consistencia (cf. 7,12). ingreso. No carecían de simbolismo y acaso representaban divinidades. En nuestro caso son simples
1
adornos tomados por el artista tirio-hebreo del arte extranjero. Los nombres Joaquín y Boaz, con
David habla construido una casa de cedro (2 Sam 5,11; 7,2). Salomón aspira a casa más que fueron designados, tal vez querían decir primitivamente jiqam beoz, «que permanezca firme»
7 grande; quiere t«ner un palacio, o mejor dicho, un conjunto de edificios. el templo.
I HEYRS 7 360 361 I REYES 7-8

zas a m o d o de cadenas, u n o p a r a cada grueso, y su labio estaba en forma de cuatro esquinas de cada basa había cua- m a n d ó hacer a Hiram para la casa de
capitel. 1 8 Hizo granadas t o d o en derre- cáliz, c o m o una flor de lis. Hacía dos mil tro repisas, que hacían un mismo cuer- Yavé eran de bronco bruñido. 4 6 Hízolos
d o r del reticulado y el trenzado en dos batos. * po con la basa. 3 5 L a parte superior de fundir el rey en las llanuras del Jordán,
filas, 1 9 y para cubrir el capitel que es- 27
Hizo también diez basas de bronce, la basa terminaba en u n cilindro de me- de suelo arcilloso, entre Sucot y Sared.
47
taba sobre u n a de las columnas hizo lo cada una de cuatro codos de largo p o r dio codo de altura, cuyos apoyos y en- Salomón no inquirió el peso de bron-
mismo que p a r a el capitel de la otra. cuatro codos de ancho y tres de alto. * tables eran una sola pieza. 3 6 Hizo en ce de estos utensilios por su gran canti-
Los capiteles eran p o r arriba de forma 28
H e aquí c ó m o e r a n : Estaban hechas los tableros y en los marcos querubines, dad. * 4 8 Salomón hizo, además, lodos
de flor de loto y tenía cada u n o cuatro de tableros, encerrados dentro de sus leones y palmas en todos los espacios los otros utensilios para la casa de Ya-
codos. 2 0 Había en cada capitel sobre las marcos y unidos. 2!> En los tableros, den- vacíos y molduras en derredor. 3 7 Así fue vé: el altar de oro, la mesa de oro, sobre
columnas doscientas granadas, alrededor t r o de los marcos, había leones, toros y c o m o hizo las diez basas; la fundición, la cual se ponían los panes de la propo-
sición; 4 9 l o s candelabros de oro macizo,
cinco a la derecha y cinco a la izquierda
delante del santuario (debir), con sus flo-
res, sus lámparas y sus despabiladeras
de o r o ; 5 0 las fuentes, los cuchillos, las
copas, las tazas y los braseros de oro
macizo; los goznes de oro para la puerta
del interior de la casa, a la entrada del
santísimo, y para la puerta de entrada
del templo (hecal).
51
Así se acabó toda la obra que hizo
el rey Salomón para la casa de Yavé.
Después t o m ó el o r o y los utensilios y
lo puso t o d o en el tesoro de la casa de
Yavé.

D e d i c a c i ó n del t e m p l o
1
Entonces convocó Salomón a los
8 ancianos de Israel, a todos los ca-
bezas de las tribus y a los príncipes de
las familias de los hijos de Israel, para
Fuentes móviles de bronce. (GRESSMANN.) trasladar el arca de la alianza de Yavé
de la ciudad de David, que es Sión. *
2
la medida y la forma eran las mismas Reuniéronse con el rey Salomón todos
p a r a todas. los varones de Israel en el mes de Eta-
t-t-i. -i L J 1 1 L. r«M 38
Hizo también diez fuentes de bron- nlm, que es el séptimo mes, en el día so-
El mar de bronce. (GRESSMANN.) ce, cada una de cuarenta batos de cabida lemne de la fiesta; * 3 y llegados todos
y de cuatro codos cada una, para asen- los ancianos de Israel, llevaron los sacer-
de dos órdenes en lo alto de cada capi- querubines, y en los marcos, lo mismo tarlas en las diez b a s a s ; 3 9 y puso cinco dotes el arca. 4 Llevaban el arca de Yavé,
tel, junto al trenzado. 2 1 Alzó la prime- por encima que por debajo de los leones basas al lado derecho de la casa y cinco el tabernáculo de la reunión y todos los
ra al lado de la derecha, y la llamó Ja- y toros, había adornos en relieve. 3 0 C a d a al lado izquierdo, y el mar de bronce lo utensilios sagrados del tabernáculo. Los
q u í n ; luego la del lado de la izquierda, basa tenía cuatro ruedas de bronce con puso al lado derecho, al sudeste. sacerdotes y los levitas los llevaban. 5 El
40
y la llamó Boaz. 2 2 A s í terminó la obra sus ejes de bronce, y en las cuatro es- Hizo también H i r a m los cenice- rey Salomón y toda la asamblea de Is-
de las columnas. quinas había repisas de fundición, sobre ros, las tenazas y las copas. Así terminó rael, convocada p o r él, iban delante del
23
Hizo asimismo u n m a r de fundición, las cuales iba la fuente, y que sobresalían H i r a m toda la obra de bronce que Salo- arca. Sacrificaron ovejas y bueyes en nú-
de diez codos del u n o al otro lado, re- de los festones. 3 1 El coronamiento de m ó n le encargó para la casa de Y a v é : mero incontable p o r su muchedumbre.
41 6
d o n d o , y de cinco codos de alto, y ce- las basas tenía en lo interior un hueco dos columnas con sus capiteles para Los sacerdotes pusieron el arca de la
ñíalo en derredor u n cordón de treinta con u n a prolongación de un codo hacia encima de las columnas; sus reticulados alianza de Yavé en su sitio, en el santua-
codos. * 2 4 Por debajo del borde llevaba arriba; este hueco era redondo, de la y trenzados para los capiteles; 4 2 las cua- rio (debir) de la casa, en el lugar santísi-
t o d o en derredor coloquíntidas, diez por misma hechura del remate y de medio trocientas granadas p a r a los reticulados mo, bajo las alas de los querubines, 7 pues
cada codo, dispuestas en dos órdenes y codo de altura, y también esculpido; pero y trenzados; dos filas de granadas para los querubines tenían las alas extendidas
fundidas al mismo tiempo que el mar. los tableros eran cuadrados, no redondos. cada una en derredor de los capiteles; sobre el lugar del arca y la cubrían p o r
25
Estaba asentado sobre doce toros, de 32
Las cuatro ruedas estaban debajo de
43
las diez basas y las diez fuentes para encima, el arca y sus barras. 8 Se había
los cuales tres miraban al norte, tres al los tableros, y los ejes de las ruedas, fijos poner sobre estas basas; 4 4 el mar y los dado a las barras u n a longitud suficiente
poniente, tres al mediodía y tres al na- en la basa. Tenía cada rueda codo y doce toros que iban debajo de él; « l o s para que sus extremidades se viesen desde
ciente. Sobre éstos se apoyaba el mar, medio de a l t u r a , 3 3 y estaban hechas c o m o ceniceros, las tenazas y las copas. T o - el lugar santo, que está delante del san-
y la parte posterior de sus cuerpos que- las de u n c a r r o ; sus ejes, llantas, rayos dos estos utensilios que el rey Salomón tuario (debir), pero sin que pudieran ver-
d a b a por dentro. 26 Tenía u n palmo de y cubos t o d o era fundido; 3 4 y en las
47
23
Cuando se trataba dei templo de Yavé, Salomón no ponía reparo en los gastos; su generosi-
Se trata aquí de un gran pilón de bronce, sostenido por doce figuras de toro, que servía para dad era igual a su devoción y a su magnificencia.
depósito
26
del agua en los servicios del templo.
El pilón tenía 42.500 litros de capacidad. O * Terminada la obra del templo, es natural que la dedicación de él esté en armonía con el
0
27
Estas son pilas más pequeñas para el mismo fin. No hay que olvidar que el templo, con los esfuerzo realizado. Salomón convoca oficialmente a los ancianos de Israel—así dicen los LXX—,
sacrificios de animales, venía a convertirse en un gran macelo. El fin de estos sacrificios no quitaba esto2es, a los jefes de las tribus y familias de Israel. Pero el pueblo acude en masa a la solemnidad.
en modo alguno los inconvenientes de la operación. Sobre el mes de Etanim, cf. 6,1.
I III \ 362 363 I REYES 8

NO desde fuera, y así quedaron hasta el I 22 Púsose Salomón ante el altar de Yavé 34
esta casa, óyelos tú en los cielos, y mal, hemos w a t t M o mfMedad, 4g y se
día de hoy. 9 No había en el arca ninguna en presencia de toda la asamblea de Is- perdona el pecado de tu pueblo, Israel, conviertes a ti de teéo m s«««séa y de
otra cosa más que las dos tablas de pie- rael y, tendiendo sus manos al cielo, y restituyelos a la tierra que diste a sus toda su alma, en la tierra de los enemigos
dra que Moisés depositó en ella en Ho- 23 dijo: «Yavé, Dios de Israel: No hay padres. que los cautivaron, y oran a ti, hacia su
reb cuando hizo Yavé alianza con los Dios semejante a ti, ni en lo alto de los 35 «Cuando se cierre el cielo y no llue- tierra, la que diste a sus padres, y hacia
hijos
10
de Israel a su salida de Egipto. * cielos ni abajo sobre la tierra. Tú guar- va por haber ellos pecado contra ti, y la ciudad que elegiste y la casa que yo
En cuanto salieron los sacerdotes del das la alianza y la misericordia con tus te rueguen en este lugar, invocando tu he edificado a tu nombre, 49 o v e e n los
santuario,
11
la nube llenó la casa de Yavé, * siervos, los que de todo corazón andan nombre, convertidos del pecado por ha- cielos, en la habitación de tu morada, su
sin que pudieran permanecer allí los en tu presencia. 24 Así has mantenido tu berlos tú afligido, 36 oye tú en los cielos, oración y su súplica y hazles justicia.
sacerdotes para el servicio por causa de palabra a tu siervo David, mi padre, y y perdona el pecado de tus siervos y de 50 «Perdona, pues, a tu pueblo, que ha
la nube, pues la gloria de Yavé llenaba lo que por tu boca dijiste lo has cum- tu pueblo, Israel, enseñándoles el recto ca- pecado contra ti, todas las infracciones
la 12
casa. plido hoy con tu mano. 25 Ahora, pues, mino por donde han de ir, y dando las con que contra ti se rebelaron y haz que
Entonces dijo Salomón: «Yavé, has ¡oh Yavé!, Dios de Israel, guarda la pro- lluvias a su tierra,3 la que por heredad hagan con ellos misericordia los que los
dicho
13
que habitarías en la obscuridad. mesa que a David, mi padre, hiciste di- diste a tu pueblo. 'Cuando haya en la hubieran llevado cautivos; 51 porque son
Yo he edificado una casa para que ciendo: No faltará de ti varón delante tierra hambre o pestilencia, o tizón, añu- tu pueblo y tu heredad, que tú sacaste de
sea tu morada, el lugar de tu habitación de mí que se siente en el trono de Israel, blo, langosta o pulgón invadan la tierra; Egipto, de en medio del horno de hierro.
para siempre». siempre que tus hijos sigan mis caminos y cuando el enemigo asedie a tu pueblo 52 Que estén abiertos tus ojos a las ora-
14 Volvióse el rey y bendijo a toda y anden delante de mí como has andado en su tierra, en sus ciudades; cuando ciones de tu siervo y a la plegaria de tu
la asamblea de Israel, mientras toda la tú. 26 Cúmplase ahora, ¡oh Yavé, Dios haya enfermedades y plagas de cualquier pueblo, Israel, para oírlos en todo aque-
asamblea de Israel se tenía en pie, * 15 y de Israel!, la palabra que a David, tu clase; 38 si cada uno, si todo tu pueblo, llo en que te invoquen, 53 pues que tú
dijo: «Bendito Yavé, Dios de Israel, que siervo, mi padre, dijiste. 27 Pero, en ver- Israel, reconociendo la Uaga de su cora- los separaste para ti, por heredad tuya,
con su misma boca habló a David, mi dad, ¿morará Dios sobre la tierra? Los zón y alzando tas manos hacia este lu- de entre todos los pueblos de la tierra,
padre, y ha cumplido con su mano lo cielos y los cielos de los cielos no son ca- gar, te hiciere oraciones y súplicas, 3 ' óye- como lo dijiste por medio de Moisés, tn
que había prometido, diciendo: i««Des- paces de contenerte. ¡Cuánto menos esta las desde los cielos, desde el lugar de tu siervo, cuando sacaste de Egipto a nues-
de el día en que yo saqué de Egipto a casa que yo he edificado! 28 Mas, con morada, y perdona. Obra con cada uno tros padres, ¡oh Señor, Yavé!»
mi pueblo, Israel, no he elegido ciudad todo, atiende a la plegaria de tu siervo, según sus caminos, y según ellos retribu- 54 Cuando hubo acabado Salomón de
de entre todas las tribus de Israel para ¡oh Yavé, Dios mió!, y oye la oración yelos tú, que escudriñas el corazón de hacer esta oración y súplica, levantóse de
que en ella se me edificase una casa con- que ante ti hace hoy tu siervo. 29 Q u e todos los hijos de los hombres, 40 y ellos delante del altar de Yavé, donde estaba
sagrada a mi nombre, aunque elegí a Da- estén abiertos tus ojos noche y día sobre te temerán durante todo el tiempo que arrodillado, y con las manos tendidas al
vid para que reinase sobre mi pueblo, este lugar, del que has dicho: «En él estará habiten en la tierra que diste a nuestros cielo, 55 puesto en pie, bendijo a toda la
Israel». 17 David, mi padre, tuvo en su mi nombre», y oye toda oración que tu padres. asamblea de Israel, diciendo: 56«Bendito
corazón edificar una ca»a al nombre de siervo haga en este lugar. 3<> Oye, pues, 41 «Cuando el extranjero, el que no es Yavé, que ha dado el reposo a su pueblo,
Yavé, Dios de Israel; 18 pero Yavé dijo la oración de tu siervo y la de tu pueblo, de tu pueblo, Israel, venga de tierra le- conforme a lo que él había dicho; ninguna
a David, mi padre: «Tú tenías en tu Israel; cuando oren en este lugar, óyela jana por la fama de tu nombre, 42 porque de las promesas hechas por medio de
corazón el deseo de edificar una casa a tú también desde el lugar de tu morada se sabrá que tu nombre es grande, fuerte Moisés, su siervo, ha fallado. 5? Que Yavé,
mi nombre;9 has hecho bien en tener esa de los cielos, y oyendo, perdona. tu mano y tendido tu brazo; cuando nuestro Dios, sea con nosotros, como lo
3
voluntad, 1 pero no edificarás tú la casa; > «Cuando pecare alguno contra su venga a orar a ti en esta casa, 43 óyele fue con nuestros padres; que no nos deje
tu hijo, salido de tus 20
entrañas, edificará prójimo y, haciéndolo jurar, le tomen ju- desde los cielos, desde el lugar de tu mo- ni nos abandone, 58 sino que incline nues-
casa a mi nombre». Yavé ha cumplido ramento delante de tu altar en esta casa, rada, y otorga a ese extranjero lo que tros corazones hacia El, para que mar-
32
la palabra que dio. Yo me he levantado oye tú desde los cielos, y obra juzgan- pida, para que todos los pueblos de la chemos por todos sus caminos y sigamos
en el lugar de David, mi padre, y me do a tus siervos, condenando al impío, tierra conozcan tu nombre, para temerte sus mandamientos, los que El prescribió a
siento sobre el trono de Israel, como se haciendo recaer su maldad sobre su ca- como tu pueblo, Israel, y sepan que tu nuestros padres. 59 Que estas mis palabras
lo había anunciado Yavé, y he edificado beza y justificando al justo, para retri- nombre es invocado en esta casa que yo y el objeto de mis súplicas estén delante
la casa al nombre de Yavé, Dios de Is- buirle según su justicia. he edificado. de Yavé, día y noche presentes a Yavé,
rael. 2 ] He dispuesto un lugar para el 33
«Cuando tu pueblo, Israel, cayere an- 44»Cuando salga el pueblo para com- nuestro Dios, para que defienda la causa
arca de la alianza de Yavé, de la alianza te sus enemigos por haber pecado con- batir a sus enemigos por el camino que de su siervo y6 0la de su pueblo, Israel, en
que hizo con nuestros padres al sacarlos tra ti y, vueltos a ti, confiesen tu nombre tú les señalares, si dirigen a Yavé sus todo tiempo; para que todos los pue-
de la tierra de Egipto». y oren, y te nieguen, y te supliquen en plegarias, vueltos sus ojos a la ciudad blos de la tierra sepan que Yavé es Dios
9 que tú has elegido y a la casa que yo y no hay otro. *• Que vuestro corazón
El primer cuidado fue trasladar el arca desde el tabernáculo, en que David la había colocado,
hasta el templo, donde ocuparía, al fondo de la casa, el debir o santísimo. El arca era el símbolo de he edificado a tu nombre, 45 oye desde sea todo para Yavé, nuestro Dios, como
la presencia de la divinidad. En ella se guardaban las tablas del decálogo, expresión de su voluntad, los cielos sus oraciones y súplicas y hazles lo es hoy, para seguir sus leyes y guardar
según Ex 25,16.21 y Dt 10.2.5. justicia. 46 Si hubieren pecado contra ti, sus mandamientos».
10
Como en Ex 40,32 s-, la nube es la señal de la presencia de Yavé, que toma posesión de su pues no hay hombre que no peque, y 62 El rey y todo Israel ofrecieron sacri-
casa, y con esta presencia indica la importancia del templo y su significación religiosa. Ezequiel estuvieres tú airado contra ellos, y los ficios a Yavé. * 63 Salomón inmoló vein-
nos cuenta cómo la gloria de Yavé abandonó su morada al romper Yavé sus relaciones con el pueblo entregares al enemigo para que los cautive tidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas
y entregar el templo para ser destruido por los caldeos (ll,22 s.), y cómo volvió a ella al ser res-
taurado (43,2 ss.). y los lleve a tierra enemiga, lejana o cer- en sacrificios eucarísticos que ofreció a
14
Parece, por el relato que sigue, que Salomón es aquí el único que, como jefe del pueblo, cana; 4' si ellos vuelven en sí en la tierra Yavé. Así hizo el rey, y con él todos los
ejerce funciones sacerdotales. El quien bendice al pueblo y dirige a Dios la oración que pudiéramos de su cautividad y, convertidos a ti, te hijos de Israel, la dedicación del templo.
64
decir2 2 consecratoria. suplican en la tierra adonde los llevaren Aquel día consagró el rey el atrio
El pasado discurso (16-21) va dirigido al pueblo, mostrándole el cumplimiento de las pro- y dicen: Hemos pecado, hemos hecho el que está delante de la casa de Yavé, pues
mesas divinas. La presente oración, dicha con los brazos extendidos hacia el altar, va dirigida a
Yavé. En ella es de notar el elevado concepto sobre la inmensidad de Dios, que no puede habitar 62
Esos sacrificios son del rey y del pueblo, y deben contarse como tales las víctimas sacrifica-
en aquella estrecha casa, puesto que llena los cielos y la tierra. El templo, en que Dios ha queriod
poner su nombre, debe ser, como quiere el Deuteronomio (r2,5 ss.), el lugar de culto y oración no das para comer, que también tenían su carácter sagrado, según Lev 17,1 ss. El texto griego omite
sólo para los hebreos, sino para los extraños. Es ésta una afirmación importante por su sentido uni- las cien mil ovejas. Téngase en cuenta lo anotado otras veces respecto del aumento de las cifras
versalista y mesiánico. de los autores sagrados por los copistas posteriores.
I I I H Y I W II l> 364 365 I HEVES 9-10
ofreció "III holocaustos y ofrendas y los esta tierra y esta casa? ' Y responderán: empleó Salomón c o m o tales a los hijos tierra me dijeron de tus cosas y de tu
solios de los sacrificios eucaristicos, por- Porque a b a n d o n a r o n a Yavé, su Dios, de Israel, que eran sus hombres de guerra, sabiduría. 7 Y o no lo creía antes de venir
que el aliar de bronce que liay delante de que sacó de la tierra de Egipto a sus pa- sus servidores, sus jefes, sus oficiales y los y haberlo visto con mis propios ojos.
Yavé era demasiado pequeño para con- dres, y se ligaron a otros dioses, proster- comandantes de sus carros y su caballería. Pero cuanto me dijeron no es ni la mitad.
tener los holocaustos, las ofrendas y los nándose ante ellos y sirviéndolos. Por 23
Los jefes que Salomón puso al frente de Tienes más sabiduría y prosperidad que
sebos de los sacrificios eucaristicos. 6 5 Ce- eso ha hecho venir Yavé sobre ellos t o d o las obras eran quinientos cincuenta, en- la fama que a mí me había llegado. 8 Di-
lebró entonces la fiesta, y todo Israel con este mal». cargados de vigilar a los trabajadores. chosas tus gentes, dichosos tus servidores,
él, una gran muchedumbre venida de to- 24
La hija de F a r a ó n subió a la ciudad que están siempre ante ti y oyen 111 sabi-
das partes, desde J a m a t hasta el torrente C i u d a d e s edificadas p o r de David a la casa que Salomón le había duría. 9 Bendito Yavé, tu Dios, que Le
de Egipto, delante de Yavé, nuestro Dios, Salomón edificado. Entonces fue cuando se hizo el h a hecho la gracia de ponerte sobre el
en la casa que había edificado, comiendo 10 terraplén. * trono de Israel. P o r el a m o r que Yavé
y bebiendo y regocijándose en la presencia Al cabo de veinte años de haber edifi- 25
cado Salomón las dos casas, la casa de Tres veces cada a ñ o ofrecía Salomón tiene siempre a Israel, te h a hecho su
de Yavé, nuestro Dios, durante siete días. holocaustos y sacrificios pacíficos sobre el rey para que hagas derecho y justicia».
66 Yavé y la casa real, * 1 ] para las cuales
El día octavo despidió al pueblo, y ellos 10
H i r a m , rey de Tiro, había m a n d a d o a altar que él edificó a Yavé, y quemaba D i o al rey ciento veinte talentos de
bendijeron al rey, yéndose cada uno a su perfumes sobre el que estaba delante de oro, una gran cantidad de aromas y de
morada, alegre y lleno de gozo de corazón Salomón madera de cedro y de ciprés y
Yavé. El acabó t o d a la casa. piedras preciosas. N o se vieron nunca
por todos los beneficios que Yavé había cuanto oro quiso, dio Salomón a H i r a m 2Í
veinte ciudades en tierra de G a l i l e a . i 2 Sa- > Construyó también Salomón naves después tantos aromas como los que la
hecho a David, su siervo, y a su pueblo, en Asiongaber, que está junto a Elat, en reina de Saba dio al rey Salomón.
Israel. lió H i r a m de Tiro p a r a ver las ciudades 11
la costa del mar Rojo, en la tierra de Las flotas de Hiram, que traían el
que le daba Salomón; y n o gustándole,
13 E d o m ; * 2 7 y m a n d ó Hiram para estas oro de Ofir, trajeron también de Ofir
dijo: «¿Qué ciudades m e has d a d o , her- construcciones a sus siervos, diestros ma-
Segunda aparición d e Y a v é mano?» Y las llamó tierras de Cabul, gran cantidad de madera de sándalo y
1 14 rineros, con los siervos de Salomón, 2 8 y de piedras preciosas. * i 2 Con la madera
Cuando hubo acabado Salomón la nombre que tienen todavía hoy. Había
9 casa de Yavé, la casa real y t o d o m a n d a d o H i r a m a Salomón ciento veinte
fueron hasta Ofir, y trajeron de allí oro,
cuatrocientos veinte talentos, que lleva-
de sándalo hizo el rey las balaustradas de
la casa de Yavé y de la casa del rey, y
cuanto se había propuesto hacer, * 2 se talentos de oro. ron al rey Salomón. arpas y salterios para los cantores. N o
apareció Yavé por segunda vez a Salo- i ' H e aquí c ó m o se reguló el servicio vino después nunca más madera de ésta
món, como se le había aparecido en Ga- personal impuesto p o r el rey Salomón a L a reina- d e Saba e n Jerusalén y no se h a vuelto a ver hasta hoy. 13 El
baón, 3 y le dijo: « H e oído tu oración, los hombres cuya leva hizo para edificar
rey Salomón dio a la reina de Saba todo
el ruego que has hecho ante mí. H e san- la casa de Yavé y su propia casa, el terra- 1 í\ 1 Llegó a la reina de Saba la fama
cuanto ella deseó y le pidió, haciéndole,
tificado esa casa que has edificado para plén y las murallas de Jerusalén, y, ade- * " que para gloria de Yavé tenía Sa-
además, presentes dignos de un rey como
poner en ella mi n o m b r e para siempre, más, Jasor, Megido y Guezer. * lomón, y vino para probarle con enig-
2 Salomón. Después se volvió ella a su
y en ella estarán siempre mis ojos y mi 16
Había subido el F a r a ó n , rey de Egip- mas. * Llegó a Jerusalén con muy nu-
tierra con sus servidores.
corazón. 4 Si andas en mi presencia, como t o ; y apoderándose de Guezer, la había meroso séquito y con camellos cargados 14
El peso de oro que cada año llegaba
anduvo David, tu padre, en integridad incendiado, m a t a n d o a los cananeos que de aromas, de oro en gran cantidad y
a Salomón era de seiscientos sesenta y
de corazón y en equidad, haciendo cuanto habitaban en la ciudad. Después se la de piedras preciosas. Vino a Salomón y
seis talentos de oro, * I5 además del que
yo te he m a n d a d o y guardando mis leyes dio en dote a su hija, la mujer de Salo- le propuso cuanto quiso proponerle; 3 y
como tributo recibía de los grandes y
y mandamientos, = yo afirmaré el trono m ó n ; 1 7 y Salomón edificó a Guezer, Bet- a todas sus preguntas respondió Salomón,
pequeños mercaderes, de los principes de
de tu reino sobre Israel para siempre, Jorón de abajo, 1 8 Balat y T a m a r , en el sin que hubiera n a d a que el rey no pu-
los beduinos y de los intendentes de la
como se lo prometí a David, tu padre, desierto del mediodía. 1 9 Todas las ciu- diera explicarle. * 4 La reina de Saba, al
tierra. i 6 Hizo también el rey Salomón
diciendo: N o faltará de ti varón en el dades de almacenes, que le pertenecían, ver la sabiduría de Salomón, la casa que
doscientos grandes escudos de oro maci-
trono de Israel. 6 p e r o si os apartáis de y las destinadas a los carros y a la caba- había edificado, 5 los manjares de su mesa
zo, p a r a cada u n o de los cuales empleó
mí vosotros y vuestros hijos, si no guar- llería, y todo cuanto quiso Salomón edi- y las habitaciones de sus servidores, sus
seiscientos siclos de oro, 1 7 y otros tres-
dáis mis mandamientos, mis leyes, las ficar en Jerusalén, en el Líbano y en toda cometidos y los vestidos que vestían, los
cientos escudos de oro macizo, p a r a cada
que yo os he prescrito, y os vais tras dioses la tierra de su dominio. de los coperos y los holocaustos que se
uno de los cuales empleó tres minas de
ajenos para servirlos y prosternaros ante 20
T o d a la gente que había quedado ofrecían en la casa de Yavé, fuera de
oro, y los puso en la casa «Bosque del
ellos, 7 yo exterminaré a Israel de la tierra de los amorreos, de los jéteos, de los sí, 6 dijo al rey: «Verdad es cuanto en mi
que le he dado y echaré lejos de delante fereceos, de los jeveos y de los jebuseos, 24
de mí esta casa, que he consagrado a mi que no pertenecían al pueblo de Israel, * Este terraplén o milo parece haber sido el relleno que empezó David y acabó Salomón en
nombre, e Israel será el sarcasmo y la 2 1 sus descendientes que habían q u e d a d o el valle que separaba el monte en que se alzaba la ciudad cananea, o ciudad de David, de la mon-
taña en que se edificó el templo y el regio alcázar.
burla de todos los pueblos. 8 Y esta casa después de ellos en la tierra, y que los 26
Este episodio de la vida de Salomón nos indica cuáles eran sus planes de gobierno, con que
será una ruina, y cuantos pasen cerca de hijos de Israel no habían podido dar al pretendía transformar la vida del pueblo, dedicado hasta allí a la agricultura y a la ganadería. El
Ofir se hallaba por el mar Rojo abajo, sin que se pueda determinar si en la costa africana, en la ará-
ella se quedarán pasmados y silbarán, anatema, los obligó Salomón a prestación biga o más allá, en la índica.
»e dirá: ¿Por qué ha tratado así Yavé a personal, como lo están hasta hoy; 2 2 no
•• A * Para darnos una idea de la fama de Salomón, el autor sagrado nos trae este episodio de la
Q El discurso de Yavé en esta visión encierra todo el pensamiento de los profetas sobre las re- ' " reina de Saba. Este pueblo es ya conocido por Gen 10,7.28 y 25,3. Habitaba hacia el sudoeste
laciones de Dios con su pueblo. de la Arabia y era un pueblo traficante, según Ez 27,22 s.¡ Sal 71,15: Is 6o,ó; Jer 6,20; Job 6,19.
Terminadas las obras, era preciso liquidar las cuentas. Según 5,8 ss., Salomón debía proveer a Las crónicas de Senaquerib nos hablan de reinas de Arabia con quienes hubo de sostener guerra.
niram de trigo y aceite, y éste de maderas a Salomón, que tuvo que resignarse a ceder una parte del La de nuestro relato era, pues, reina de un pueblo de comerciantes árabes, de los que con frecuencia
territorio de Yavé a un rey gentil, cosa ininteligible para la posteridad en rey tan glorioso (2 Par 8,2). atravesaban la Palestina con sus caravanas, y eran obligados a pagar sus derechos de peaje. No
Hasta aquí se habló de la edificación del templo y del real alcázar; ahora se añaden las cons- sería extraño que en esta visita entrase por mucho también el interés de sus vasallos.
3
nH^Tr?* m i h t a r í f e n Jerusalén y en otras ciudades estratégicas, entre ellas Guezer, conquistada 11
Para formarnos idea de las cuestiones que la reina propuso a Salomón, véase Jue 14,14.
por ei faraón, y Tamar, en el desierto del Mediodía, al sur del mar Muerto. Miraban estas obras, El contexto pide que los w . l l s. se lean al fin del capítulo precedente, y así quedará el v.13
o J ^ T ' c 3 . a s e S u r a r s u reino, y luego, los caminos seguidos por las caravanas que hacían el comercio unido al 10 y como conclusión del relato. Como príncipes orientales, la reina y el rey se hicieron
entre el Egipto y el Asia. mutuamente obsequios.
14
Esta suma era en verdad fabulosa. El talento equivalía a 3.000 siclos, éste a unos 14 gramos,
• ? e ' ^ e r e P n ° antiguo, Salomón sujetó a la prestación personal como siervos a los cana- luego el talento a 42 kilos de oro. La suma de 666 equivale a unas 28 toneladas de oro, o sea 78 mi-
f„™ v e n c 'dos. Los hebreos también lo fueron, según 3,27; pero por tiempos y no en la misma llones de pesetas oro. Así podía deslumhrar a sus vasallos y a los extraños con el lujo de su corte.
torma que los cananeos.
1 IlliVlvS 10 366
367 I REYES 10-11
Líbano». " H i z o también el rey un gran las naves de Tarsis trayendo oro, plata,
iroiio de marfil, que cubrió con láminas marfil, monos y pavones. * tan numerosos c o m o los sicómoros que esto, que n o se fuese tras los dioses aje-
de oro purísimo. 1 9 Seis gradas tenía el 23
F u e el rey Salomón más grande que crecen en el llano. * 2 8 Los caballos los n o s ; pero él no siguió lo que Yavé le
trono, y el respaldo era arqueado, y tenía todos los reyes de la tierra por las rique- traía de Musri y de C o a ; una caravana había m a n d a d o . n Yavé dijo a Salomón:
dos brazos, uno a cada lado del asiento, y zas y la sabiduría. 24 T o d o el m u n d o bus- de comerciantes del rey los compraba a «Pues que así has obrado y has roto mi
junto a los brazos dos leones, 20 y doce caba ver a Salomón p a r a oir la sabiduría un precio determinado; * 2 9 un tiro de alianza y las leyes que yo te había pres-
carro venía a costar, al salir de Musri, crito, yo romperé de sobre ti tu reino y
seiscientos siclos de plata, y un caballo, se lo entregaré a un siervo tuyo. 12 N o lo
ciento cincuenta siclos. Traíanlos tam- haré, sin embargo, en tus días, por a m o r
bién al mismo tiempo para los reyes de de David, tu p a d r e ; lo arrancaré de las
los jéteos y los de Siria. manos de tu hijo. 13 N i le arrancaré t a m -
poco todo el reino, sino que dejaré a tu
L a s m u j e r e s extranjeras hijo u n a tribu, p o r a m o r de David, mi

n 1 siervo, y por a m o r de Jerusalén, que yo


El rey Salomón, además de la he elegido».
hija del Faraón, a m ó a muchas
mujeres extranjeras, moabitas, ammoni- Enemigos de Salomón
tas, edomitas, sidonias y jeteas, * 2 de las 14
naciones de que había dicho Yavé a los Suscitó Yavé a Salomón u n enemigo,
hijos de Israel: « N o entréis a ellas, ni A d a d , i d5u m e o , d e l a s a n g r e r e a l de
entren ellas a vosotros, porque de seguro Edom. * 1 C u a n d o David batió a E d o m ,
arrastrarán vuestros corazones tras sus J o a b , jefe del ejército, subió p a r a ente-
dioses». A éstas, pues, se unió Salomón rrar a los muertos 16
y m a t ó a todos lo-
con amor. 3 Tuvo setecientas mujeres de varones de E d o m , quedándose con t o d o
sangre real y trescientas concubinas, y Israel durante seis meses en E d o1 7m hasta
las mujeres torcieron su corazón. 4 Cuan- exterminar a todos los varones. Enton-
do envejeció Salomón, sus mujeres arras- ces Adad, con algunos edomitas, siervos
traron su corazón hacia los dioses ajenos; de su padre, huyó para refugiarse en
y no era su corazón enteramente de Yavé, Egipto, siendo todavía muchacho. 18 Par-
su Dios, c o m o lo había sido el de David, tiendo de Madián, se fueron a Paran y,
su p a d r e ; ' y se fue Salomón tras de uniéndose allí algunos de Paran, llegaron
Astarté, diosa de los sidonios, y tras de a Egipto, junto al Faraón, rey de Egipto.
Milcom, abominación de los ammonitas; El Faraón dio a Adad una casa, proveyó 9
6
e hizo Salomón el mal a los ojos de a su subsistencia y le dio tierras. 1 F u e
Yavé; y no siguió enteramente a Yavé, Adad muy grato al Faraón, que le dio
como David, su padre. 7 Entonces edificó por mujer a A n o , h e r m a n a mayor de 20
su
Salomón, en la montaña que está frente mujer, hermana de la reina Tafnes. La
a Jerusalén, un excelso a Camos, abomi- hermana de Tafnes le parió a G u e n u b a t ,
nación de M o a b , y a Milcom, abomina- a quien Tafnes educó en la casa del F a -
ción de los hijos de A m m ó n ; * 8 y de raón, estando en ella G u e n u b a t como u n
m o d o semejante hizo para todas sus mu- hijo del Faraón.
21
jeres extranjeras, que allí quemaban per- C u a n d o supo Adad, en Egipto, que
fumes y sacrificaban a sus dioses. David se había dormido con sus padres,
9 Irritóse Yavé contra Salomón porque ¡ y que J o a b , jefe del ejército, había muer-
había apartado su corazón de Yavé, Dios to, dijo al F a r a ó n : «Déjame ir a mi tie-
de Israel, que se le había aparecido dos r r a » ; 2 2 y el Faraón le respondió: «¿Qué
veces, * 10 y le había m a n d a d o , cuanto a te falta cerca de mí para que quieras
27
Trono real egipcio En estilo de hipérbole oriental, el autor sagrado nos dice cuánto abundaban los metales y
las otras materias preciosas en un reino antes pobre de ellas.
2
* Coa se halla en CiHcia, y Musri, al norte, en la región del Tauro. De allí traía Salomón los
leones en las gradas, uno a cada lado de que había puesto Yavé en su corazón; caballos para su ejército y para los príncipes vecinos. Con semejante tráfico hacía, sin duda, un buen
25
cada una de ellas. N o se h a hecho nada y todos le llevaban presentes, objetos negocio, y esto parece ser lo que el autor sagrado quiere decirnos. El caballo era poco conocido en
semejante para rey alguno. 2 1 Todas las de plata, de o r o ; vestidos, aromas, caba- Palestina hasta la época de Salomón; en vez de él se usaba el mulo o el asno (2 Sam 13,29; 18,9;
copas del rey Salomón eran de oro y llos y mulos, y todos los años era lo 1 Re 1,33).
toda la vajilla de la casa «Bosque del mismo. 26 Reunió carros y caballos. Tenía * l De Saúl no se menciona más que una esposa y una concubina o esposa de segundo orden
Líbano» era de oro macizo. N o había mil cuatrocientos carros y doce mil jinetes, I ' (1 Sam 14,50; 2 Sam 21,11); pero David creyó conveniente, siguiendo el uso oriental, aumentar
n a d a de plata, n o se hacía caso alguno de que puso en las ciudades donde tenía los su harén para acrecentar su autoridad real. Salomón en esto llegó al colmo, y el autor lamenta que
ésta en tiempos de Salomón, 22 porque muchas de las mujeres fueran extranjeras, que traían consigo sus dioses y sus devociones, siendo
carros, y en Jerusalén, cerca del rey. * 27 El por aquí causa de perversión para el rey. El Cantar de los Cantares (6,8) habla de 60 princesas y
el rey tenía en el m a r naves de Tarsis con rey hizo que en Jerusalén abundara la 80 de las otras. En ambos casos, las cifras han debido de ser aumentadas por los copistas posteriores.
las de Hiram, y cada tres años llegaban plata como las piedras, y los cedros fueran 7
Pero de todo esto, lo cierto fue que la condescendencia del rey con esas mujeres le condujeron
22
a la 9perversión y al culto de los ídolos.
Naves de Tarsis eran naves de alto bordo, los «transatlánticos» de la época. Los fenicios, Según las leyes del gobierno divino sobre Israel, tantas veces mencionadas, el pecado de
aliados y maestros de los hebreos en la navegación, eran los mejores marinos de la antigüedad. Salomón debía atraer sobre él un inmediato castigo. Desde luego, se anuncia la división del reino,
Tarsis se hallaba situada fuera del estrecho de Gibraltar, en España. Señalaba el extremo de las re- salva la promesa de Yavé a David.
giones occidentales frecuentadas por las naves fenicias. 14
26
Lo que sigue de este capítulo viene a ser declaración de la amenaza divina. Primero es un
Sobre esto véase 5,6 y 9,19. Adad, príncipe de Edom, que había huido a Egipto al ser conquistado su reino por David, y que
a I a muerte de éste volvió a su tierra, logrando reinar en Edom. Ignoramos los detalles.
I REYES 11-12
' "KVK„ i . 368 m
se durmió con sus padres y fue sepultado t ó con azotes y yo os azotaré con escor-
ios como lo hizo David, su padre. 34 N o en la ciudad de David, su padre. Le su- piones».
" 1 u íalta t l e r r a ? > > Y él contestó: «Nadn quitaré de sus m a n o s todo el « M « cedió R o b o a m , su hijo. 12 Vino a R o b o a m , pues, todo Israel al
" s " caía P | r ° d é J a m e ¡r»- Adad se volvió mantendré su reinado todos ¡os días d e día tercero, según lo que había dicho el
°Ue nrfjt'i. t e f u e e l m a l q u e Wz° Adad, su vida por a m o r a David, m i siervo a rey: Volved dentro d e tres días; 13 y el
E d o m 23,? a I s rael, y se alzó rey d e quien elegí yo y que guardó mis m a n d a -
en
emi¿rr. n U s c l t ó D i o s a Salomón otro S o s / m i s leyes. 35 Pero quitare el r e - rey respondió al pueblo duramente, de-
SEGUNDA PARTE jando el consejo que le habían dado los
°ía hnírf * e z o n > h i J ° d e Eliada, que ha- no d e las manos de su hijo y te daré a ti
Soba * 2 4 0 S U s e f i o r " a d a d e z e r , rey de diez tribus, 36 dejando a su hijo una tri- ancianos, 1 4 y le habló así, según el con-
b Re H I S T O R I A SINCRÓNICA D E LOS REYES sejo d e los jóvenes: «Mi padre hizo pe-
anda u n i ó gente y se hizo jefe d e bu, p a r a q u e David, m i siervo tenga
Pas ai- c u a n d ° David derrotó a las tro- siempre una lámpara ante mi en Jerusa- HASTA A C A B Y JOSAFAT sado vuestro yugo y yo lo haré más pe-
ame
co , a s . Fuese entonces a D a m a s - (12-22) sado todavía; mi padre os azotó con azo-
25
sienri c o n 1 u i s t ó y reinó en Damasco, tes y yo os azotaré con escorpiones». *
Po n i , e n e ™ g o de Israel t o d o el tiem- División del reino 15
Desoyó, pues, el rey al pueblo, porque
Vlda d e
tiemrJs Salomón. Al mismo así lo disponía Yavé p a r a cumplir la pa-
Pod a q u e A d a d l e h a c i a e l m a l 1ae 4 n 1 R o b o a m fue a Siquem, por ha- labra que E l había dicho por medio d e
POrque a b o r r e c f a a I s r a e l * « berse reunido en Siquem todo Is- Ajías, de Silo; de Jeroboam, hijo de N a -
en S¡ria y reinaba
rael para proclamarle rey. * 2 Así que lo bat.
Ta oyó Jeroboam, hijo d e Nabat, que esta-
m ó " i b i é n Jeroboam, siervo d e Salo- 16
Entonces t o d o Israel, viendo que el
N i h , S e a l z ó c o n t r a el rey. Era hijo d e ba en Egipto, adonde había huido de Sa-
rey n o le escuchaba, dijo al rey: «¿Qué
lomó e f r a t e ? - d e Sereda, siervo d e Sa- lomón, le enviaron a llamar y se volvió
llar,, 1 ' y t e r » a p o r m a d r e a una viuda tenemos que ver nosotros con David? N o
de Egipto, y Jeroboam y t o d o Israel vi-
tenemos heredad c o n el hijo d e Isaí.
« r n a d a Sarva. * 27 H e aquí la ocasión nieron. * 3 Y hablaron a R o b o a m di-
con . s e c o n t r a el rey. Estaba Salomón ¡A tus tiendas, Israel! ¡Provee ahora a t u
ciendo :
nstruyendo el terraplén para rellenar la 4 casa, David!»
«Tu padre hizo muy pesado nuestro
Presión que había en la ciudad de D a - Fuese Israel a sus tiendas ( 17 y R o b o a m
y u g o ; aligera t ú , pues, a h o r a esta dura
' ° . su padre. 2$ Jeroboam e r a h o m b r e 5 no reinó sobre más hijos de Israel de los
servidumbre, y t e serviremos». * El les
uuy capaz y fuerte; y habiéndole visto que habitaban en las ciudades d e Judá).
2 a l 0 ™ ° n a la obra, dio al joven el m a n d o respondió: «Id y volved a m í dentro d e 18
M a n d ó entonces R o b o a m a Adoni-
™ todas las gentes de trabajo de la casa tres días». Fuese el pueblo. 6 E] r e y R 0 .
ram, q u e era prefecto d e los tributos;
b o a m consultó a los ancianos que h a -
pero éste fue lapidado por todo Israel y
bían estado cerca de Salomón, su padre,
murió. Apresuróse R o b o a m a m o n t a r en
Sesac, rey de Egipto durante su vida, diciéndoles: «¿Qué m e
Ajías predice a Jeroboam que su carro para huir a Jerusalén; 1 9 y así
aconsejáis que responda a este pueblo?» *
reinará sobre Israel lén, la ciudad que yo he elegido p a r a po- se separó Israel de la casa de David has-
? Y ellos le dijeron: «Si ahora te rindes a
ta el día de hoy. *
9
Por aquel tiempo salió Jeroboam de ner allí mi nombre. 37 A ti te tomaré yo, este pueblo y le complaces hablándole 20
Jerusalén y le halló en el camino el pro- dominarás sobre cuanto t u corazón de- blandas palabras, te estará siempre suje- Sabiendo que había vuelto Jeroboam,
feta Ajías, de Silo. Iba éste cubierto con sea y serás rey de Israel. 38 Si me obede- 8
to». Pero R o b o a m n o siguió el consejo todo Israel le m a n d ó a llamar a la asam-
un m a n t o nuevo y estaban los dos solos ces en cuanto y o te m a n d e y sigues mis de los ancianos, y consultó a los jóvenes blea y le hicieron rey de todo Israel. L a
en el campo. * 30 Ajías cogió el m a n t o caminos, mis leyes y mandamientos, co- que se habían criado con él y le rodea- tribu de Judá fue 21
la sola que siguió a la
nuevo que llevaba sobre sí, lo partió en m o lo hizo David, mi siervo, yo seré con- ban, 9 diciéndoles: «¿Qué m e aconsejáis casa de David. Llegado R o b o a m a Je-
doce pedazos 31 y <j jjo a J e r o b o a m : «Co- tigo y te edificaré casa estable, como se que responda a este pueblo que así me rusalén, convocó a toda la casa d e Judá
ge diez pedazos, porque así habla Yavé, la edifiqué a David, y te daré Israel. h a b l a : Aligera el yugo que t u padre nos y a la tribu de Benjamín, ciento ochenta
Dios d e Israel: Voy a romper el reino 39 Humillaré a la descendencia 40
de David,
impuso?» 10 Y los jóvenes que se habían mil hombres de guerra, para hacer la gue-
en manos de Salomón y a darte a ti diez mas no p o r siempre». Salomón procu-
tribus. 32 E I tendrá uña tribu, p o r a m o r ró d a r muerte a J e r o b o a m ; pero Jero- criado con él le dijeron así: «Habla d e rra a la casa de Israel y reducirla a la obe-
de David, mi siervo, y de Jerusalén, que b o a m huyó, refugiándose en Egipto, cer- este m o d o al pueblo que te ha dicho: T u 2diencia2
d e R o b o a m , hijo d e Salomón:
padre hizo muy pesado su yugo sobre nos- pero Semeyas, varón d e Dios, recibió
yo h e elegido entre todas las tribus d e ca de Sesac, rey de Egipto, hasta la muer- palabras d e Yavé, diciendo: 2 3 «Habla a
Israel. 33 Porque m e h a a b a n d o n a d o y te de Salomón. o t r o s ; aligéralo tú. Habíales así: Mi dedo
se h a prosternado ante Astarté, diosa 41
Lo demás de los hechos de Salomón, meñique es más grueso que los lomos d e R o b o a m , hijo d e Salomón, rey de Judá,
de los sidonios; ante Camos, dios de de lo que hizo y de su sabiduría, ¿no está mi padre, u Ahora, pues, mi padre os car- y a t o d a la casa de Judá y de Benjamín, 24
M o a b , y ante Milcom, dios de los hijos escrito en el libro de los hechos de Salo- gó con pesado yugo y yo haré vuestro yu- y a todos los del pueblo, diciendo: «He
de A m m ó n . N o h a n m a r c h a d o p o r mis m ó n ? * go más pesado todavía. Mi padre os azo- | aquí lo que dice Yavé: N o subáis a ha-
caminos, haciendo lo que es bueno a mis 42
Reinó Salomón en Jerusalén cua-
ojos y guardando mis leyes y mandamien- renta años sobre t o d o Israel, * « y luego •JO l Siquem es bien conocido desde la edad patriarcal (Gen 12,6: 37,12; Jos 24,1; 25,32).
' "" Es seguro que Roboam va a ella para ser ungido o reconocidore y por las tribus del Norte,
23
Otro de los enemigos que Dios suscitó a Salomón fue Rezón, que logró adueñarse de Damasco cuya aspiración le era ya conocida.
2
y reinar allí. 4
Este versículo debe leerse al fin del capítulo precedente y unir el v.l con el v.3.
26
Pero lo más grave fue el conato de sublevación de Jeroboam, efraimita y capataz de los obreros La gloria exterior de los reyes y de los Estados se sostiene con frecuencia a costa de sus sub-
que trabajaban en el terraplén. Parece que en éste el tradicional orgullo de la tribu, que soportaba ditos. Las obras de Salomón y su magnificencia se realizaron en gran parte con la prestación personal
de mala gana la hegemonía de Judá, se avivó con las imposiciones de aquellos trabajos, que ante de su pueblo por espacio de muchos años. El pueblo, que no estaba hecho a ese régimen, protesta
todo29creía redundar en provecho de la tribu rival. contra él. Era lo que Samuel les había anunciado (1 Sam 8,10 ss.).
6
La tendencia idolátrica de Salomón tuvo que producir grave escándalo en los israelitas más En el consejo del rey existían dos tendencias: la tradicionalista, representada por los ancia-
fieles, sobre todo entre aquellos que seguían las inspiraciones de los profetas de Yavé. De tales nos, que prefería al esplendor externo la libertad y la paz interna, y la nueva, introducida por Sa-
sentimientos vino a hacerse portavoz este profeta, Ajías de Silo, que promete, en forma tan expre- lomón, amante del progreso en la vida material y de la pompa externa. El rey se inclinó hacia la
siva,4 1a Jeroboam el reino sobre diez de las doce tribus de Israel. última y respondió al pueblo con dureza.
14
Por primera vez se nos citan las fuentes de esta historia. En la_ crudeza y hasta insolencia de este lenguaje entiéndase la dureza de que habla el v.13.
19
42 Salomón reinó cuarenta años, sucediéndole su hijo Roboam, que reinó diecisiete años. En Prescindiendo de los divinos designios, la escisión, tan profunda y definitiva, que no tuvo
adelante la cronología cambiará de aspecto y no veremos repetirse el número cuarenta. soldadura en la vida de Israel, históricamente se explica por el concurso de varias causas: la riva-
lidad entre Judá y Lfraím, como causa remota; los gravámenes a que Salomón sometió al pueblo,
como causa inmediata. La persistencia principalmente se debió a la política de los reyes de Israel.
I IIKYKS 12-13 370 371 I REVÉS 13-14
cer la guerra a vuestros hermanos, los hi- gritó: «¡Altar, altar! Así habla Yavé: Na- jaron, y él, subiendo en el asno, 14 se fue enterrado el hombre de Dios, poniendo
jos de Israel. Vuélvase cada uno de vos- cerá de la casa de David un hijo que se tras el hombre de Dios; y una vez que lo mis huesos junto a los suyos para que mis
otros a su casa, porque de mí ha venido llamará Josías, que inmolará sobre ti a alcanzó, mientras estaba sentado bajo una huesos se conserven intactos junto a los
esto»; y ellos, obedeciendo la palabra los sacerdotes de los altos que en ti sacri- encina, le preguntó: «¿Eres tú el hombre suyos; 32 porque se ha de cumplir la pa-
de Dios, se volvieron, según la palabra de fican, 3y sobre ti quemarán huesos huma- de Dios que ha venido de Judá?» El le labra que de parte de Yavé gritó él con-
Yavé. * nos». Y dio entonces mismo una señal, respondió: «Yo soy». 15 Díjole entonces tra el altar de Betel y contra todos los al-
diciendo: «Esta es la señal que da Yavé: el otro: «Ven conmigo a casa para tomar tares de las ciudades de Samaría».
Reinado de Jeroboam en Israel El altar se quebrará y se derramará la ce- algún alimento». I 6 Pero él respondió: 33
A pesar de esto, no se apartó Jero-
25 niza que hay en él». «No17puedo ir contigo ni entrar en tu ca- boam de su mal camino; creó nuevos
Jeroboam edificó Siquem, en la mon- 4
Al oír el rey Jeroboam las palabras sa, porque la palabra de Yavé me ha sacerdotes de entre todo el pueblo para
taña de Efraím, y residió alli; salió des- del varón de Dios, lo que había gritado dicho: No comas pan, ni bebas agua, ni
pués y edificó Penuel. * 26 Jeroboam se contra el altar de Betel, extendió su bra- tomes
18
para la vuelta el camino de la ida».
dijo en su corazón: «El reino podría muy zo desde el altar, diciendo: «Prendedle»; Pero él le dijo: «Yo también soy pro-
bien volver otra vez a la casa de David. feta como tú, y un ángel me ha hablado
27
Si este pueblo sube a Jerusalén para ha- pero la mano que contra él extendió se de parte de Yavé, diciéndome: Tráele con-
cer sus sacrificios en la casa de Yavé, el quedó
5
rígida y no pudo volverla a sí. tigo a tu casa para que coma pan y beba
corazón del pueblo se volverá a su señor, El altar se quebró y las cenizas que so- agua». Mentía. 19 Volvióse entonces con
Roboam, rey de Judá, y me matarán a bre él había se derramaron, según la se- él el hombre de Dios, y en su casa comió
mí». 28 Después de pensarlo, hizo el rey ñal que el hombre de Dios había dado, pan y bebió agua. 20 Pero mientras esta-
dos becerros de oro y dijo al pueblo: conforme a la palabra de Yavé. 6 Enton- ban sentados a la mesa fue palabra de
«Bastante tiempo habéis subido a Jeru- ces el rey, dirigiéndose al hombre de Dios, Yavé21 al profeta que le había hecho vol-
salén; ahí tienes a tu Dios, Israel,29el que dijo: «Implora a Yavé, tu Dios, y ruégale ver, que gritó al venido de Judá: «Así
te sacó de la tierra de Egipto». Hizo por mí para que pueda volver a mí la ma- habla Yavé: Por haber sido rebelde al
poner uno de los becerros en Betel y el no». El hombre de Dios imploró a Yavé, mandato de Yavé y no haber guardado
otro en Dan; 30 y e s to indujo al pecado, y el rey pudo volver a sí7 la mano, que la orden que Yavé, tu Dios, te había da-
pues31iba el pueblo hasta Dan para ado- quedó como estaba antes. Entonces dijo do, 22 y porque volviéndote has comido
rar. Edificó también Jeroboam lugares el rey al hombre de Dios: «Vente con- pan y bebido agua en el lugar de que te
excelsos e hizo sacerdotes a gentes del migo a mi casa para tomar algo y te haré había dicho: No comas pan allí ni be-
pueblo que no eran de los hijos de Leví. un presente». 8 Pero el hombre de Dios bas allí agua, no entrará tu cadáver en
32 dijo al rey: «"No iré contigo a tu casa aun- la sepultura de tus padres».
Instituyó Jeroboam una solemnidad en que me dieras la mitad de ella, y no co-
el mes octavo, el quince del mes, confor- meré pan ni beberé agua en este lugar,
23
Cuando el profeta que le había he-
me a las de Judá, y sacrificó sobre el al- 9
porque esa orden me ha sido dada por cho volver acabó de comer pan y de be-
tar. Así puso también en Betel sacerdo- la palabra de Yavé: No comas pan, ni ber agua, hizo que aparejaran para el otro
tes en los altos que había construido, su asno, y el hombre de Dios se fue. 24 En- Santuario cañoneo situado en lo alto de un monte
para que sacrificasen a los becerros que bebas agua, ni tomes para 10 tu vuelta el ca-
mino por donde vayas». Fuese, pues, contró en el camino un león, que le ma-
había hecho; 33 y subió al altar que se ha- por otro camino, no tomando para vol- tó, quedando su cadáver tendido en el los altos. A cualquiera que quisiera serlo
bía hecho en Betel el día quinto del octa- camino; el asno siguió junto a él y el le 34
consagraba él sacerdote de los altos.
ver el camino por donde había venido a Esto fue causa de pecado para la ca-
vo mes, que él a su voluntad eligió. Insti- Betel. león junto al cadáver. 25 Los que pasaban
tuyó una fiesta para los hijos de Israel y 11 vieron el cadáver tendido en el camino sa de Jeroboam, y por eso fue extermina-
subió al altar para sacrificar. Habitaba en Betel a la sazón un vie- y junto a él el león, y hablaron de ello da y borrada de sobre la haz de la tierra.
jo profeta, cuyos hijos vinieron a contarle en la 2Sciudad donde moraba el viejo pro-
U n profeta r e p r e n d e a J e r o b o a m 10 que el hombre de Dios había hecho feta. Cuando el profeta que le había Ajías predice a J e r o b o a m su ruina
aquel díaI 2 en Betel y lo que había dicho hecho volver lo supo, dijo: «Es el hom-
•I O ' Llegó de Judá a Betel un hom- al rey; * y su padre les dijo: «¿Por qué bre de Dios, que ha sido rebelde a la or- 1 A ' Enfermó por entonces Abiya, hijo
•l «* bre de Dios, por mandato de Ya- camino ha ido?» Indicáronle sus hijos el den de Yavé, y por eso le ha entregado *• ™ de Jeroboam; * 2 Jeroboam dijo a
vé, mientras estaba jeroboam en el altar camino por donde se volvió el hombre Yavé al león, que le ha destrozado y su mujer: «Anda, levántate y disfrázate
para sacrificar; * 2 y alzando su voz con- de Dios venido de Judá; 13 y él les dijo: muerto, conforme a 27la palabra que Ya- de modo que nadie sepa que eres la mu-
tra el altar, según la palabra de Yavé, «Aparejadme el asno». Ellos se lo apare- vé le había dicho». Después, dirigién- jer de Jeroboam, y vete a Silo. Allí está
dose a sus hijos, dijo: «Aparejadme un Ajías, profeta, el que me anunció que se-
2* Roboam, aunque de momento pensó reducir al pueblo rebelde por la fuerza, al fin hubo
asno». Aparejáronlo ellos, 28 y se fue. ría rey de este pueblo. 3 Coge contigo diez
de resignarse a quedar sólo por rey de Jerusalén y Judá. panes, tortas y una vasija de miel y entra
25 Jeroboam, principal promotor de la rebelión, es declarado rey de las diez tribus. Comen- Halló el cadáver tendido en el camino y en su casa, y él te dirá lo que va a ser del
zando la organización de su reino, primero escogió a Siquem por capital, que luego trasladó a Penuel, el asno y el león, que estaban junto al ca- niño». 4 Hízolo asi la mujer de Jeroboam.
en la Trans Jordania. Después miró a combatir la atracción que sobre su pueblo tenía que ejercer dáver. Él león ni había devorado el ca- Se levantó, fue a Silo y entró en la casa
el templo de Jerusalén, y para esto organizó la religión de Yavé, no según la Ley entonces vigente, dáver ni había dañado al asno. 29 El pro- de Ajías. Ajías no veía ya, pues por la
sino conforme a las desviaciones que había sufrido o sufría aún por parte del pueblo. Asi opuso a feta levantó el cadáver del hombre de
Jerusalén los antiguos santuarios de Betel y Dan, a los que añadió otros muchos en los lugares altos, Dios, y, poniéndolo sobre el asno, se lo vejez se le habían quedado fijos los ojos;
que eran venerados, unos por los recuerdos históricos de Israel y sus patriarcas, otros por la tradición
llevó, y vino con él a la ciudad, donde le 5 pero Yavé había dicho a Ajías: «La mu-
cananea. En Betel y Dan, a falta de templo y del arca de la alianza, puso dos becerros de oro, a jer de Jeroboam va a venir a consultarte
semejanza del becerro del desierto, en los que Yavé quedaba asemejado a Adad, el dios semita de lloró y le sepultó. 30 Puso su cadáver en acerca de su hijo, que está enfermo; y
las tempestades. En vez del sacerdocio tradicional levltico instituyó un nuevo sacerdocio con nuevas la sepultura y le lloraba, diciendo: «¡Ay, esto le dirás».
fiestas y ritos. Mal principio, que irá poco a poco corrompiendo la religión del reino del Norte, a hermano mío!» 31 Después que le sepul-
pesar de los esfuerzos de los profetas. tó, dijo a sus hijos: «Cuando yo muera, Cuando llegó, quiso hacerse pasar por
o i Este episodio nos señala la oposición del espíritu de los profetas de Yavé contra la obra me sepultaréis en la sepultura donde está otra. 6 Así que oyó Ajías el ruido de sus
1 ** religiosa de Jeroboam. El profeta venido de Judá nos trae a la memoria la conducta de Amos pasos en el momento en que trasponía
bajo Jeroboam 11 (Am y s.).
1
' Un segundo profeta de Bá*el limjwti»» com al primara y aplaude su conducta, aunque el 1
Otro nuevo episodio que nos pone de relieve la oposición de los profetas al gobierno de
no se atreva tal vez a seguirle. La prohibición de tomar nada en Betel, cuya infracción le costó la Jeroboam, que tan mal había correspondido a sus esperanzas.
vida, significa la abominación por ese culto. «Con les que tal hacen, ni comer» (i Cor 5,n).
372 373 I REYES 15
I REYES 14-15
tado de ninguno de sus mandamientos Abel Bet Maca, todo el Quenefet y toda
Ja puerta, dijo: «Entra, mujer de Jero- E l r e i n o d e J u d á bajo R o b o a m durante toda su vida, fuera de lo de
boam. ¿Por qué te finges otra? Estoy en- la tierra de Neftalí. 2> Cuando Basa supo
21
R o b o a m , hijo de Salomón, reinó so- Urías, el jeteo. (6 H u b o guerra entre R o - esto, cesó de fortificar a K1111111 y se volvió
cargado de anunciarte cosas muy duras, b o a m y J e r o b o a m mientras vivió aquél.) *
ve y dile a J e r o b o a m : Así habla Yavé, bre Judá. Tenía cuarenta y un años cuan- 7
a Tirsa. 2 2 El rey Asa convocó a todo
JJios de Israel: «Yo te alcé de en medio do comenzó a reinar, y reinó diecisiete El resto de los hechos de Abiam, lo Judá, sin excepción, y se apoderó de las
del pueblo y te hice jefe de mi pueblo, Is- años en Jerusalén, la ciudad que Yavé se que hizo, ¿no está escrito en el libro de piedras y de la madera que Basa empleaba
rael, 8 rompiendo el reino de la casa de había elegido de entre todas las tribus de las crónicas de los reyes de J u d á ? en las fortificaciones de R a m a , y el rey
David y dándotelo a ti. Pero tú no has Israel p a r a poner allí su nombre. Su m a - H u b o guerra entre Abiam y Jeroboam. Asa se sirvió de ellas para fortificar a
8
sido como mi siervo David, que guardó dre se llamaba N o a m a , ammonita. * Abiam se durmió con sus padres y fue G u e b a de Benjamín y Misfa.
22 sepultado en la ciudad de David. Le su- 23
mis mandamientos y me siguió de todo R o b o a m hizo el mal a Jos ojos de Ya- El resto de los hechos de Asa, todas
su corazón, no haciendo más que lo recto vé, irritando su celo con los pecados que cedió Asa, su hijo. * sus hazañas, cuanto hizo, las ciudades
a mis ojos; 9 a n t e s hiciste el mal, más que cometía, más que cuanto lo habían he- que edificó, ¿no está escrito en el libro
cuantos han sido antes de ti, haciéndote cho antes sus padres. 2 3 Edificáronse al- Reinado de Asa en Judá de las crónicas de los reyes de J u d á ?
otros dioses y fundiendo imágenes p a r a tos, con cipos y oseras sobre todas las g Al tiempo de su vejez estuvo enfermo de
alturas y bajo todo árbol f r o n d o s o . 2 4 H a s - El a ñ o veinte del reinado de Jeroboam
io r í> t a r m e ' ecbándom^ tras de tus espaldas. comenzó a reinar Asa en Judá. 10 Reinó los pies.
Por eso voy a hacer venir el mal sobre ta consagrados a la prostitución idolátrica 24
Durmióse Asa con sus padres y fue
h u b o en la tierra. Imitaron todas las a b o - cuarenta y un años en Jerusalén, y su
la casa de J e r o b o a m y exterminaré a to- sepultado con ellos en la ciudad de D a -
aos cuantos a Jeroboam pertenecían, al minaciones de las gentes que Yavé había madre se llamaba Maca, hija de Abi-
salón. vid, su padre. Le sucedió Josafat, su hijo.
esclavo y al libre en Israel, y barreré a la echado de delante de los hijos de Israel. 11
casa de Jeroboam, como se barren las ba- 25
El a ñ o quinto del reinado de R o - Asa hizo lo recto a los ojos de Yavé,
boam, Sesac, rey de Egipto, subió contra como David, su padre. * l 2 Arrancó de R e i n a d o s d e N a d a b y B a s a e n Israel
n U S S ' h a S t a q u e d e I t o d o desaparezca. I Jerusalén. * 2 6 Saqueó los tesoros de la la tierra a los consagrados a la prosti-
fcl que de la casa de Jeroboam muera [ casa de Yavé y los tesoros de la casa del tución idolátrica e hizo desaparecer los 25
N a d a b , hijo de Jeroboam,- reinó so-
en la ciudad será devorado de los pe- rey; t o d o lo saqueó, con todos los escu- ídolos que sus padres se habían hecho; bre Israel; comenzó a reinar el segundo
rros, y el que muera en el campo será co- 13
y hasta despojó a su madre, Maca, de a ñ o de Asa, rey de Judá, y reinó dos
mido por las aves del cielo. Porque ha 2dos 7
de o r o que había hecho Salomón.
la dignidad de reina, porque se había años sobre Israel. * 2 6 Hizo lo malo a los
hablado Yavé». 12 Y tú álzate y vete a tu El rey R o b o a m hizo en su lugar escu-
hecho una asera abominable; cogió la ojos de Yavé y marchó por el camino de
casa. En cuanto tus pies entren en la ciu- dos de bronce y se los entregó a los jefes
dad, morirá el n i ñ o ; 1 3 t o d o Israel le llo- de la 2guardia de la entrada de la casa del abominación y la quemó en el torrente su padre, dándose a todas las abomina-
8
rara y será sepultado, pues será el único rey. * Cuantas veces iba el rey a la casa de Cedrón. 14 Pero no desaparecieron to- ciones que su padre había hecho cometer
de la casa de Jeroboam que será sepulta- de Yavé, los llevaban los de la guardia y dos los altos, aunque el corazón de Asa a Israel.
27
do, p o r ser el único de la casa de Jero- luego 29
los volvían al cuartel de la guardia. estuvo enteramente con Yavé durante to- Basa, hijo de Ajías, de la casa de
boam en quien se ha hallado algo de bue- El resto de los hechos de R o b o a m , da su vida. * 15 Llevó a la casa de Yavé Isacar, conspiró contra él y le mató en
no a
' ° s ojos de Yavé, Dios de Israel. cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro cosas consagradas por su padre y por él Guibetón, que pertenecía a los filisteos,
14
Yave alzará sobre Israel un rev, que ¡ 3de 0
las crónicas de los reyes de J u d á ? m i s m o : plata, oro y utensilios. mientras N a d a b y todo Israel asediaba a
16
exterminará en su día la casa de" Jero- Siempre h u b o guerra entre R o b o a m y
3
H u b o guerra entre Asa y Basa, rey Guibetón. 2 8 Le mató el a ñ o tercero de
boam. 15 Yavé sacudirá a Israel como en Jeroboam. ¡ Durmióse R o b o a m con sus de Israel, durante toda su vida. * 17 Basa, Asa, rey de Judá, y reinó en lugar suyo.
el agua se agita una caña, y arrancará a padres y fue sepultado en la ciudad de rey de Israel, subió contra Judá y forti- 2 9 C u a n d o reinó, destruyó toda la casa
Israel de esta buena tierra que dio a sus David. Le sucedió Abiam, hijo suyo. ficó R a m a para impedir a Asa, rey de de Jeroboam, sin dejar escapar a nadie,
padres, y le dispersará al otro lado del Judá, salir y entrar. 18 Asa tomó toda la m a t a n d o a cuanto respiraba, según la
no^ por haberse hecho ídolos, irritando plata y t o d o el oro que habían quedado palabra que Yavé había dicho, por medio
a Yave. n¡ Entregará a Israel por los peca- Abiam, rey de Judá en el tesoro de la casa de Yavé y el tesoro de Ajías, de Silo, su siervo, 3 0 por los
dos que ha cometido Jeroboam y los que
1 El año decimoctavo del reinado de la casa del rey y se lo entregó a sus pecados que Jeroboam había cometido y
ha hecho cometer a Israel».
15 de Jeroboam, hijo de Nabat, co-
' ' L e v a n t ó s e la mujer de Jeroboam y menzó a reinar en Judá Abiam. 2 Reinó tres
servidores, que envió a Ben Adad, hijo los que había hecho cometer a Israel,
de Tabrimón, hijo de Jezyón, rey de Si- irritando así a Yavé, Dios de Israel.
se fue. Llegó a Tirsa, y cuando tocaba años en Jerusalén. Su madre se llamaba 3
ria, que residía en Damasco. El rey Asa l El resto de los hechos de N a d a b ,
con sus pies el umbral de la puerta murió Maca, hija de Abisalón. 3 Diose a todos le dijo: 1 9 «Que haya alianza entre ti y cuanto hizo, ¿no está escrito en e) libro
el niño. * 18 Se le enterró, y todo Israel los pecados que antes de él había come- mí, como la hubo entre mi padre y tu de las crónicas de los reyes de Israel?
le lloro, según la palabra que Yavé había tido su padre, y su corazón no estuvo en- padre. Te m a n d o este presente de plata ( 32 H u b o guerra entre Asa y Basa to-
dicho por su siervo Ajías, profeta. teramente con Yavé, c o m o lo había esta- y oro. R o m p e la alianza con Basa, rey dos los días de su vida.) *
l9
Lo demás de los hechos de Jeroboam, do el de David, su padre. 4 Mas por a m o r de Israel, para que éste se aleje de mí». 33
El año tercero de Asa, rey de Judá,
de las guerras que hizo y de cómo reinó, de David, Yavé, su Dios, dio a éste una 20
Ben Adad escuchó a Asa y mandó reinó todo Israel, en Tirsa, Basa, hijo
todo ello está escrito en las crónicas de los lámpara en Jerusalén, estableciendo a su a los jefes de su ejército contra las ciuda- de Ajías. Reinó veinticuatro años. 3 4 Hizo
reyes de Israel. 20 Reinó veintidós años y hijo después de él y sosteniendo a Jeru- des de Israel; y devastó a Iyón, D a d , lo malo a los ojos de Yavé y marchó p o r
se durmió con sus padres. Le sucedió Na- salén ; 3 porque David había hecho lo rec-
C 6 Este versículo falta en el griego y es repetición del v.7.
dab, su hijo. to a los ojos de Yavé y no se había apar- 1 " 8 Tenemos en los w.1-8 el modelo del esquema adoptado por el autor en esta segunda parte
17
Se ve por este versículo que Jeroboam había escogido una tercera capital. Indicio de la falta para encuadrar los hechos históricos de cada uno de los reinados.
11
de solidez de ¡a organización de su reino. Asa es el primero de los reformadores religiosos que ha tenido Judá, el precursor de Jo-
Roboam, lejos de corregir los errores de su padre, los aumentó, y hasta qué punto ío haya safat, Ezequías y Josías. Con qué energía haya tomado la obra se ve por lo hecho con su madre.
hecho nos lo indica el v.23 al hablar de la prostitución idolátrica, el más abominable vicio de las Esta14asera, más abominable que las otras, debía de ser la diosa paredra que se había dado a Yavé.
religiones semíticas. Estos altos vienen mencionándose desde antiguo, y Asa, lo mismo que los otros reyes, ex-
25
Sesac. después de haber destruido la dinastía XXI, tanita, a que pertenecía el suegro de Sa- cepto Josías, los deja subsistir. Aunque dedicados a Yavé, con facilidad se contaminaban con supersti-
lomón, pretendió restablecer la influencia de Egipto sobre Canán y emprendió esta campaña el ciones y ritos idolátricos.
año 17 de su reinado (0.930), y de ella nos ha dejado el recuerdo en los muros del templo de Amón, 16
La guerra de Israel contra Judá fue constante, hasta que, atacado en serio Israel por Da-
en Karnak. masco, resolvió hacer paces con sus hermanos.
27 25
Los escudos de oro son substituidos por otros de bronce. Señal de cuánto había descendido El fin de este capítulo nos ofrece un ejemplo de lo que fue la historia política del reino del
el reino de Salomón en manos de su hijo. Norte: una serie de dinastías que caen por la violencia después de haber subido de igual modo.
32
Simple repetición del v.16.
I REYES 15-16 374 I BEYES 16-17
375
el camino de Jeroboam, dándose a los que Yavé había dicho contra Basa por y obró todavía peor que los que le habían además una asera, haciendo más que
pecados que Jeroboam había hecho co- medio de Jehú, profeta, 13 por todos los precedido. 26 Marchó por todos los ca- cuantos reyes le precedieron para pro-
meter a Israel. pecados que Basa y Ela, su hijo, habían minos de Jeroboam, hijo de Nabat, y se vocar la ira de Yavé, Dios de Israel.*
34
En su tiempo, Jiel, de Uclcl, reedificó
1 fi ' R e c i ° i ° J e hú, hijo de Janani, pa- cometido y habían hecho cometer a Is- dio a todos los pecados que Jeroboam
a Jericó; echó los fundamentos ni precio
•*•" labra de Yavé contra Basa, di- rael, irritando con sus ídolos a Yavé, había hecho cometer a Israel, irritando
de su primogénito, Abiram, y puso las
ciendo: * 2 «Yo te he levantado del polvo Dios 14
de Israel. con sus ídolos a Yavé. Dios de Israel.
y te hice jefe de mi pueblo, Israel; mas El resto de los hechos de Ela, cuanto
por haber tú marchado por el camino de hizo, ¿no está escrito en el libro de las
Jeroboam y haber hecho pecar a mi pue- crónicas 15
de los reyes de Israel?
blo, Israel, irritándome con sus pecados, El año veintisiete de Asa, rey de
3 voy yo a barrer a Basa y a su casa, y Judá, 16
reinó siete días Zimri en Tirsa. *
haré tu casa semejante a la de Jeroboam, Estaba el pueblo acampado contra Gui-
4
hijo de Nabat. El que de la casa de betón, que pertenecía a los filisteos, y
Basa muera en la ciudad será devorado supo la noticia: «Zimri ha conspirado
por los perros, y el que de los suyos muera contra el rey, y aun le ha dado muerte»;
en el campo será comido por las aves y aquel mismo día todo Israel alzó en el
del cielo». campamento por rey a Omri, jefe del
5
El resto de los hechos de Basa, cuanto ejército. 1? Omri, y con él todo Israel,
hizo, sus hazañas, ¿no está escrito en el subieron de Guibetón y pusieron cerco
libro de las crónicas de los reyes de Israel? a Tirsa. «Cuando Zimri vio que era
* Basa se durmió con sus padres y fue se- tomada la ciudad, se metió en el palacio
pultado en Tirsa. Le sucedió Ela, su hijo. real y puso fuego a la casa con él dentro,
7
La palabra de Yavé había sido diri- y así murió, W por los pecados que él
gida por medio del profeta Jehú, hijo de había cometido, haciendo lo malo a los
Janani, contra Basa y contra su casa, ojos de Yavé y marchando por el camino
no sólo por todo el mal que él había de Jeroboam y dándose a los pecados que
hecho a los ojos de Yavé, irritándole con Jeroboam había cometido, para hacer pe-
la obra de sus manos y haciéndose se- car20 a Israel.
mejante a la casa de Jeroboam, sino El resto de los hechos de Zimri, la
también por haber destruido a la casa conspiración que tramó, ¿no está escrito
de Jeroboam. * en el libro de las crónicas de los reyes tMasseboth* o cipos en un santuario de Guezer
de21Israel?
Reinados de Ela, Zimri y Omri Entonces el pueblo de Israel se di- 27 El resto de los hechos de Omri, cuan- puertas al precio de Segub, su hijo me-
en Israel vidió en dos partidos; una mitad del to hizo, sus hazañas, ¿no está escrito en nor, según la palabra que Yavé había
pueblo quería hacer rey a Tibni, hijo de el libro28de las crónicas de los reyes de dicho por medio de Josué, hijo de Nun. *
8 El año veintiséis de Asa, rey de Judá, Guinat, y la otra mitad estaba por Omri. * Israel? Se durmió Omri con sus pa-
comenzó a reinar sobre Israel en Tirsa 22 Los partidarios de Omri vencieron a los dres y fue sepultado en Samaría. Le su- El profeta Elias
Ela, hijo de Basa, y reinó dos años. * partidarios de Tibni, hijo de Guinat, y
9
Conspiró contra él Zimri, su siervo, Tibni fue muerto y reinó Omri.
jefe de la mitad de los carros. Estaba
Ela en Tirsa comiendo y embriagándose Judá,Elcomenzó
23
año treinta y uno de Asa, rey de
cedió Ajab, su hijo.
Reinado de Ajab en Israel
n
1
Elias, tesbita, que habitaba en
Galad, dijo a Ajab: «Vive Yavé,
Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá
en casa de Arsa, su mayordomo en Tirsa; rael, y reinó doce a reinar Omri sobre Is- 29 Ajab, hijo de Omri, comenzó a reinar en estos años ni roció ni lluvia sino por
años. Reinó en Tirsa 2
10
y entró Zimri y le hirió, matándole, seis años; 24 luego compró a Semer la en Israel el año30
treinta y ocho de Asa, mi palabra». * Y 3dirigió Yavé a Elias su
el año veintisiete de Asa, rey de Judá, y montaña de Samaría por dos talentos de rey de Judá, y reinó sobre Israel en palabra, diciendo: «Pártete de aquí, vete
reinó en su lugar. H Hecho rey, una vez Samaría veintidós años. hacia el oriente y escóndete junto al to-
que se sentó sobre el trono, ' 2 destruyó aplata y edificó sobre la montaña, dando
la ciudad que edificó el nombre de
Ajab, hijo de Omri, hizo el mal a los rrente de Querit, que está frente al Jor-
a toda la casa de Basa, sin dejar que ojos de Yavé, más que todos cuantos le dán. * Beberás el agua del torrente y yo
escapara nadie de cuantos le pertenecían, Samaría, del monte de Semer, el dueño habían precedido; •» y como si fuese to- mandaré a los 5
cuervos que te den de
ni pariente ni amigo. Destruyó Zimri del monte. * davía poco darse a los pecados de Jero- comer allí». Hizo según la palabra de
toda la casa de Basa, según la palabra 25
Omri hizo el mal a los ojos de Yavé boam, hijo de Nabat, tomó por mujer a Yavé, y fue a asentarse junto al torrente
Jezabel, hija de Etbal, rey de Sidón, y se de Querit, que está frente al Jordán. * Los
"1 (\ * Un nuevo profeta interviene para anunciar a Basa el fin de su casa por el doble pecado fue tras Baal, le sirvió y se prosternó cuervos le llevaban por la mañana pan,
* ^ del culto ilegítimo y de la crueldad con que había tratado a la casa de Jeroboam. El v.7 de- ante él. 32 Alzó a Baal un altar en33la casa y carne por la7 tarde, y bebía del agua
biera, sin duda, leerse después del v.4. Los w.5 s. señalan el fin de la historia de Basa. de Baal, que edificó en Samaría, hízose del torrente; pero al cabo de cierto
78 Aunque ejecutor de la sentencia divina, no carecía de responsabilidad el crimen de regicidio.
Es el cumplimiento de la profecía de Jehú en la persona de Ela, hijo de Basa, por uno de sus " Con Ajab se da en Israel una nueva y profunda invasión de la religión cananea, favorecida
generales,
15
codicioso del trono. por la reina Jezabel, sidonia. Para combatirla manda Dios a Elias, que con razón es considerado
Dios, que se sirve de los hombres para ejecutar su justicia, no aprueba las obras hechas como el príncipe de los profetas que se oponen a la corrupción idolátrica.
con malos fines y contra la ley de Dios. Así, Zimri, que dio muerte al soberano para ocupar su trono, ' * La maldición de Josué (Jos 6,26) significaba que Jericó quedaba borrada del número de las
tuvo bien pronto la paga de su crimen por mano de otro general, Omri. ciudades. Quien quisiera reedificarla debía proceder como si se tratara de una fundación nueva.
21
La anarquía es frecuente en Israel, donde las dinastías se suceden sin interrupción. Aquí Ahora bien, los ritos cananeos exigían el sacrificio de un niño al poner la primera piedra y de otro
tenemos, a la muerte de Ela, tres años de guerra civil, hasta que Omri logra imponerse por la fuerza al colocar la última. Asi lo hizo Jiel, mostrando con ello cuan imbuido estaba de las supersticiones
de las
24
armas. cananeas.
Omri es uno de los principales reyes de Israel, hasta el punto de que, en los monumentos
asirios, Israel es generalmente llamado Bi-Umri = la casa de Omri. La edificación de Samaría 7 ' En castigo de las idolatrías que la alianza con los fenicios había traído a Israel, manda
es igualmente un suceso importantísimo en la historia de Israel, que con ello tiene ya su capital
que oponer a la del reino de Judá. La elección del lugar, por su centralidad y su natural fortaleza,
1 * a su profeta predecir esta gran calamidad. Sabemos por la Escritura que la sequía no era
rara en Palestina (Gen 2,10; 26,1 ss.). El torrente Querit no está identificado; pero debía de hallarse
es muestra del buen ojo pelitico-milítar de Omri. en la TransJordania, de donde el profeta era natural.
I III,VI I , III 376
377 I REYES 18
liumpo so secó el torrente, pues no había | entrególo a su madre diciendo: «Mira,
24
caido lluvia alguna sobre la tierra. tu hijo vive». 2 4 L a mujer dijo a Elias: Sebaot, a quien sirvo, que hoy mismo Después invocad vosotros el nombre de
8
Entonces le dirigió Ya vé su palabra, ¡ «Ahora conozco que eres hombre de Dios me presentaré yo delante de Ajab». 16 Ab- vuestro dios y yo invocaré el n o m b r e de
diciendo: * ' «Levántate y vete a Sarepta, y que es verdad en tu boca la palabra días, yendo al encuentro de Ajab, le in- Yavé. El Dios que respondiere con el
de Sidón, y m o r a allí. Yo he dado orden de Yavé». formó, y Ajab se volvió para ir al en- fuego, ése sea Dios»; y t o d o el pueblo
a u n a mujer viuda para que te mantenga». cuentro de Elias. I 7 Apenas le vio Ajab, respondió: «Está muy bien».
10 Levantóse y fuese a Sarepta. Al llegar le dijo: «¿Eres tú, ruina de Israel?»* 25
Entonces dijo Elias a los profetas de
E l i a s y los p r o f e t a s d e B a a l 18
Y Elias le respondió: « N o soy yo la
a la entrada de la ciudad, vio a una mu- Baal: «Escogeos el buey y haced vos-
jer viuda que recogía serojos; la llamó y 1
Pasados muchos días, al tercer ruina de Israel, sino tú y la casa de tu otros primero, pues que sois los más, e
le dijo: «Vete a buscarme, p o r favor, un 18 año dirigió Yavé su palabra a Elias, padre, apartándoos de los mandamientos
de Yavé y yéndoos tras los baales. 1 9 A n -
invocad el n o m b r e de vuestro dios, pero
poco de agua en un vaso para que beba»; diciendo: «Ve, preséntate a Ajab, que voy sin poner fuego debajo». 26 T o m a r o n ellos
11
y ella fue a buscarla. Llamóla de nuevo a hacer que caiga la lluvia sobre la haz da, convoca a todo Israel al monte Car- el buey que les entregaron, aprestáronlo, y
cuando iba a traérselo, y le dijo: «Tráeme de la tierra». * 2 Fue, pues, Elias, p a r a mel, y a los cuatrocientos cincuenta pro- estuvieron invocando el n o m b r e de Baal
también, por favor, un bocado de p a n » ; presentarse ante Ajab. fetas de Baal, que comen de la mesa de desde la m a ñ a n a hasta el mediodía, di-
12
pero ella le contestó: «Vive Yavé, tu El h a m b r e era grande en Samaría, 3 y Jezabel». * 20 Convocó, pues, Ajab a todos
ciendo : «Baal, respóndenos». Pero no ha-
Dios, que no tengo n a d a de pan cocido Ajab m a n d ó a llamar a Abdías, su m a - los hijos de Israel y a todos los profetas
al monte Carmel; 21 y acercándose Elias bía voz ni quien respondiese, mientras
y que no me queda más que un puñado yordomo. Abdías era muy temeroso de estaban ellos saltando en torno del altar
de harina en la tinaja y un poco de aceite Yavé; * 4 y cuando Jezabel exterminaba a t o d o el pueblo, le dijo: «¿Hasta cuándo
habéis de estar vosotros claudicando de que habían hecho. * 2 7 Al mediodía bur-
en la vasija; precisamente estaba ahora a los profetas de Yavé escindió a cien lábase de ellos Elias, diciendo: «Gritad
cogiendo unos serojos para ir a prepa- profetas, de cincuenta en cincuenta, p o r bien fuerte; dios es, pero quizá está en-
rar esto para mí y para mi hijo; lo come- cincuenta días en cavernas, proveyéndoles tretenido conversando, o tiene algún ne-
remos y nos dejaremos morir». l 3 El le | de pan y de agua. 5 Ajab dijo a A.bdías gocio, o está de viaje. Acaso esté dormido,
dijo: «Ño temas; ve y haz lo que has «Vete por la tierra a todas las fuentes y así le despertaréis». 2S Ellos daban voces
dicho, pero prepárame para mí antes una de agua y a todos los torrentes, a ver si y más voces y se sajaban con cuchillos y
tortita cocida en el rescoldo y tráemela, por allí hay alguna hierba para que po- lancetas, según su costumbre, hasta cho-
y luego ya harás p a r a ti y para tu hijo; damos conservar con vida a los caballos rrear la sangre sobre ellos. 29 Pasado el
14
pues he aquí lo que dice Yavé: « N o y mulos y no nos quedemos sin ganado». mediodía, siguieron enfurecidos hasta la
faltará la harina que tienes en la tinaja 6 Dividiéronse, pues, la tierra para reco- hora en que suele hacerse la ofrenda de
ni disminuirá el aceite en la vasija hasta rrerla, y Ajab se fue solo por un camino la tarde; pero no hubo voz ni quien es-
el día en que Yavé haga caer la lluvia so- y Abdías se fue solo por otro. cuchase ni respondiese.
bre la haz de la tierra». I 5 Fue ella e hizo 7
C u a n d o iba Abdías por su camino
lo que le había dicho Elias, y durante encontróse con Elias, y como le recono- 30 Entonces dijo Elias a t o d o el pueblo:
«Acercaos». Y todo el pueblo se acercó
mucho tiempo tuvieron que comer ella I ció echóse sobre el rostro, diciendo: «¿Eres a él. Preparó el altar de Yavé, que estaba
8
y su familia y Elias, ' 6 sin que faltase la tú, mi señor, Elias?» El le respondió: «Sí. en ruinas; 31 y t o m a n d o Elias doce pie-
harina de la tinaja ni disminuyese el aceite yo soy; vete a decir a tu señor: Ahí está dras, según el número de las tribus de los
de la vasija, según lo que había dicho Elias». » Y Abdías le contestó: «¿Qué hijos de Jacob, a quien había dicho Yavé:
Yavé por Elias. pecado he cometido yo para que tú me
17 «Israel será tu nombre», 32 alzó con ellas
Después de esto enfermó el hijo de entregues en manos de Ajab, que segura- un altar al nombre de Yavé. Hizo en
la mujer, dueña de la casa; y su enfer- mente me hará morir? ¡o Vive Yavé, tu derredor una zanja tan grande como la
medad era tan violenta, que no podía Dios, que no hay nación ni reino adonde superficie en que se siembran dos satos
resollar.' 8 La mujer dijo entonces a Elias : no haya m a n d a d o mi amo a buscarte; de simiente; ' 3 compuso la leña, cortó
«¿Qué hay entre ti y mí, h o m b r e de Dios? cuando venían diciéndole que no estabas
el buey en pedazos y púsolo sobre la
¿Has venido por ventura a mi casa para allí, hacía jurar al reinoll y a la nación que
traer a la memoria mis pecados y hacer no te habían hallado. ¿Y ahora tú me leña. 3 4 Dijo luego: «Llenad de agua cua-
morir a mi hijo?» 1 9 El le respondió: dices: Ve a decir a tu a m o : Ahi está Musulmanes modernos practicándose incisiones. tro cántaros y echadla sobre el holocausto
«Dame acá tu hijo». El le t o m ó del re- Elias? '2 Además, en cuanto yo te deje, (Biblia de Montserrat.) y sobre la leña». Después dijo: «Haced lo
gazo de su madre, le subió a la habita- el espíritu de Yavé te llevará yo no sé mismo otra vez». Otra vez lo hicieron.
ción donde él dormía y le puso en su dónde, y cuando vaya a informar a Ajab, un lado y de otro? Si Yavé es Dios, se- Dijo a ú n : «Hacedlo por tercera vez».
cama, 20 e invocó a Yavé, diciendo: «¡Oh él no te hallará y me matará. Sin embargo, guidle a él; y si lo es Baal, id tras él». Y p o r tercera vez lo hicieron. * 35 Corría
Yavé, mi Dios! ¿Vas a afligir a la viuda 13 tu siervo teme a Yavé desde su juventud. El pueblo no respondió nada. el agua t o d o en derredor del altar y había
22
que en su casa me ha hospedado, ma- ¿No le han dicho a mi señor lo que Volvió a decir Elias al pueblo: «Sólo llenado el agua también la zanja. 36 Cuan-
tando a su hijo?» 2 1 Tendióse tres veces yo hice cuando Jezabel mataba a los quedo yo de los profetas de Yavé, mien- do llegó la hora de ofrecerse el holocausto,
sobre el niño, invocando a Yavé y di- profetas de Yavé? Y o oculté a cien pro- tras que hay cuatrocientos cincuenta pro- llegóse el profeta Elias y dijo: «Yavé,
ciendo: «¡Yavé, Dios mío! Que vuelva, fetas de Yavé, de cincuenta en cincuenta, fetas de Baal. 23 Que traigan bueyes para Dios de A b r a h a m , de Isaac y de Israel;
te ruego, el alma de este niño a entrar en cavernas, 14
y los proveí de pan y de que escojan ellos uno, lo corten en peda- que se sepa hoy que tú eres Dios de Israel
en él». 22 Yavé oyó la voz de Elias, y agua. Y ahora me m a n d a s : ¿Ve a decir zos y lo pongan sobre la leña, pero sin y que yo soy tu siervo, que t o d o esto
volvió dentro del niño su alma, y revivió. a tu a mJ 5o : Ahí está Elias, para que me poner fuego debajo; yo prepararé otro hago p o r m a n d a t o tuyo. 3 7 Respóndeme,
23 T o m ó entonces al niño Elias, bajó y mate?» Pero Elias le dijo: «Vive Yavé sobre la leña, sin poner fuego debajo. Y a v é ; respóndeme, para que t o d o este
17
8 Es impresionante este encuentro del profeta con el rey, echándose uno a otro la culpa de
Dios no manda a su profeta a ninguna casa de Israel, sino a la de esta viuda sidonia, donde la calamidad que sufría el pueblo.
Elias experimente la benevolencia de aquella pagana y él le responda con dos milagros. El Señor 19
El profeta de Yavé quiere poner fin a la sequía con un milagro que sea sonado y, confun-
declaró el sentido mesiánico de la vocación de los gentiles que implicaba este hecho (Le 4,26). diendo a los idólatras, fortalezca el ánimo de los fieles de Yavé.
26
El culto cananeo era muy ruidoso: pero aquí el autor sagrado acentúa la nota para poner
1 ^Q 3
! Estos tres años deben contarse desde el oráculo del profeta en 17,1.
Este Abdías era lo que su nombre significa: un verdadero siervo de Yavé, uno de ios en ridículo a los adoradores de Baal.
34
A fin de hacer más patente el prodigio que el profeta espera de Yavé, echa agua sobre el
siete mil que no habían doblado su rodilla ante Baal (19,18).
sacrificio. El fuego milagroso que consume la víctima es causa de la explosión de entusiasmo en
el pueblo, que se pone de parte del profeta.
I IIKYK» 18-19 378
379 I REYES 19-20
pueblo conozca que tú, ¡oh Yavé!, ares va ya mi alma, que no soy mejor que mis
Dios y que tú conviertes a ti m ••Hwón». padres». 5 Y echándose allí, se quedó le unges por rey de Israel. A Elíseo, su mano sobre cuanto de precioso en-
38 Bajó entonces fuego de Yavé, que con- dormido. Y he aquí que un ángel le hijo de Safat, de Abelmejola, le ungirás, cuentren y me lo traigan». *
sumió el holocausto y la leña, las piedras tocó, diciéndole: «Levántate y come». para que sea profeta en lugar tuyo. 17 Al 7
El rey de Israel convocó a todos los
y el polvo, y aun lamió las aguas que 6 Miró él y vio a su cabecera una torta que escapare de la espada de Jazael le ancianos de Israel y les dijo: «Oíd bien
había en la zanja. 3 9 Viendo esto el pueblo, cocida y una vasija de agua. Comió y matará Jehú; y al que escapare de la y entended que este hombre nos quiere
cayeron todos sobre sus rostros y dijeron: bebió y luego volvió a acostarse; 7 pero espada de Jehú le matará Elíseo. 18 Voy mal; porque él me ha pedido mis muje-
«¡Yavé es Dios, Yavé es Dios!» 4 0 Y di- el ángel de Yavé vino por segunda vez y a dejar con vida en Israel a siete mil, res y mis hijos, mi plata y mi oro, y yo
joles Elias: «Coged a los profetas de Baal, le tocó, diciendo: «Levántate y come, cuyas rodillas no se han doblado ante no se los he rehusado». 8 Todos los ancia-
sin dejar que escape ninguno». Cogiéron- porque te queda todavía mucho camino». Baal y cuyos labios no le han besado». nos del pueblo dijeron a Ajab: « N o le
los ellos y llevólos Elias al torrente de 8
Levantóse, pues, comió y bebió, y 1 9 Partió de allí y halló a Elíseo, hijo oigas y niégate a ello». 9 Y él les dijo a
Cisón, donde los degolló». * anduvo con la fuerza de aquella comida de Safat, que estaba arando con doce los mensajeros de Ben Adad: «Decid a
41
Entonces dijo Elias a Ajab: «Sube a cuarenta días y cuarenta noches hasta el yuntas, una de las cuales era la suya; y vuestro señor el rey: Y o haré todo lo
9
comer y a beber, porque ya suena gran monte de Dios, Horeb. * Allí metióse pasando Elias junto a él, echóle su man- que has mandado a decir a tu siervo la
ruido de lluvia». * Y subió Ajab a comer en una cueva, donde pasó la noche, y le
42 to; * 2o y él, dejando los bueyes, se vino primera vez, pero esto otro no puedo
y a beber. Elias subió a la cumbre del dirigió Yavé su palabra, diciendo: «¿Qué corriendo tras Elias y le dijo: «Déjame hacerlo». Los mensajeros se fueron y le
10
Carmel y se postró en tierra, poniendo haces aquí, Elias?» El respondió: «He ir a abrazar a mi padre y a mi madre, y llevaron la respuesta. 10 Ben Adad mandó
el rostro entre las rodillas; tí y dijo a sentido vivo celo por Yavé Sebaot; por- te seguiré». Elias respondió: «Ve y vuelve, a decir a Ajab: «Que esto me hagan los
su siervo: «Sube y mira hacia el mar». que los hijos de Israel han roto tu alianza, pues ya ves lo que he hecho contigo». dioses y esto me añadan si el polvo de
21
Subió él, miró y dijo: « N o se ve nada». han derribado tus altares y han pasado a Alejóse de Elias, y cuando volvió cogió Samaría basta para llenar el hueco de la
Elias le dijo: «Vuelve a hacerlo siete ve- cuchillo a tus profetas, de los que sólo el par de bueyes y los ofreció en sacrificio; mano del pueblo todo que me sigue».
con el yugo y el arado de los bueyes coció 11
ces». 4 4 Y a la séptima vez dijo el siervo: he quedado yo, y me están ll
buscando Y el rey de Israel respondió: «Decidle
«Veo una nubécula como la palma de la para quitarme la vida».* Dijóle Yavé: la carne e invitó a comer al pueblo; y que no ha de alabarse el que se ciñe
mano de un hombre, que sube del mar». «Sal afuera y ponte en el monte ante Yavé. levantándose, siguió a Elias y se puso a como el que ya se desciñe». l 2 Cuando
El le dijo: «Ve y dile a Ajab: Unce y baja, Y he aquí que va a pasar Yavé». Y de- su servicio. * Ben Adad recibió esta respuesta estaba
no te lo impida luego la lluvia». 4 5 Y en lante de él pasó un viento fuerte y pode- bebiendo en su tienda con los reyes va-
esto se cubrió el cielo de nubes, sopló roso que rompía los montes y quebraba sallos y dijo a sus servidores: «Preparaos».
el viento y cayó gran lluvia. las peñas; pero no estaba Yavé en el V i c t o r i a s d e A j a b s o b r e B e n A d a d , E hicieron sus preparativos contra la ciu-
viento. Y vino tras el viento un terremo- dad.
Subió Ajab y vino a Jezrael. 4 6 Fue so- to , pero no estaba Yavé en el terremoto. * r e y d e Siria
13
bre Elias la mano de Yavé, que ciñó sus 12 Vino tras el terremoto un fuego, pero O A ' Ben Adad, rey de Siria, reunió Acercóse a Ajab, rey de Israel, un
lomos, y vino corriendo a JeCTael delante no estaba Yavé en el fuego. Tras el fuego ™ " todo su ejército. Tenía consigo profeta, y le dijo: «Así habla Yavé, Dios
de Ajab. vino un ligero y blando susurro. 1 3 Cuando treinta y dos reyes vasallos, caballos y de Israel: ¿Ves toda esa muchedumbre?
lo oyó Elias, cubrióse el rostro con su carros. Subió y puso sitio a Samaría, * Voy a entregarla en tus14manos, y así sa-
Va Elias a H o r e b h u y e n d o d e J e z a b e l manto, y saliendo, se puso en pie a la 2
y mandó mensajeros que dijesen a Ajab, brás que yo soy Yavé». Ajab preguntó:
entrada de la caverna, y oyó una voz que «¿Por mano de quién?» Y él respondió:
1 rey de Israel: 3 «Así habla Ben Adad: «Así dice Yavé: Por mano de los servi-
Ajab hizo saber a Jezabel lo que le dirigía estas palabras: «¿Qué haces Tu plata y tu oro son míos, mías tus dores de los jefes de provincia». Ajab
19 había hecho Elias y cómo había aquí, Elias?»
2
14
Y él respondió: «He sen-
tido vivo celo por Yavé Sebaot, porque mujeres y míos tus hijos». * 4 El rey de preguntó m á s : «¿Quién comenzará el com-
pasado a cuchillo a los profetas, * y los hijos de Israel han roto tu alianza, Israel respondió: «Rey, mi señor, yo soy bate?» Y él respondió: «Tú mismo».
Jezabel mandó a Elias un mensajero para han derribado tus altares y han pasado tuyo, y tuyo es, como tú dices, todo lo 13 Entonces Ajab revistó a los servidores
decirle: «Así me hagan los dioses y así a cuchillo a tus profetas, de los que que yo tengo». 5 Volvieron los mensaje- de los jefes de provincia, en todo dos-
me añadan si mañana a estas horas no sólo quedo yo, y me buscan para qui- ros y dijeron: «Así habla Ben Adad: Y o cientos treinta y dos. Luego revistó a
estás tú como uno de ellos». 3 Temió, tarme la vida». te he mandado a decir: Entrégame tu todo el pueblo, a todos los hijos de Is-
pues, Elias y se levantó y huyó para plata y tu oro, tus mujeres y tus hijos. rael, que fueron siete mil.
salvar su vida, y llegó a Berseba, que 15 6 Mañana, pues, a estas horas, yo man- 16
está en Judá; y dejando allí a su siervo, Díjole entonces Yavé: «Vete; vuélvete Hicieron una salida al mediodía,
4 por tu camino, por el desierto de Damas- daré a mis servidores para que escudri- mientras Ben Adad estaba bebiendo y
siguió él por el desierto un día de ca- ñen tu casa y la de tus siervos y pongan embriagándose en las tiendas con los
co, y cuando llegues, unge a Jazael por
mino y sentóse bajo una mata de retama;
rey de Siria», * 1 6 y a Jehú, hijo de Nimsi,
deseó morirse, y dijo: «¡Basta, Yavé! Lle- mente; pero ignoramos la parte de Elias en su entronización (2 Re 8,12: 9,1 ss.). La historia del
40
El torrente Cisón, donde Débora y Barac hicieron correr la sangre de los cananeos (Jue 4, profeta
19
está, sin duda, incompleta.
12 ss.), recibe ahora la de estos falsos profetas, a quienes Elias ejecuta como enemigos de Yavé y Del Sinaí debía el profeta caminar hacia el oriente hasta la región de Madián, y luego di-
pervertidores de su pueblo, según lo escrito en Dt 13,6 ss. rigirse al norte, hacia Galad. La conducta de Elíseo nos recuerda la de San Mateo (9,9-10).
41 21
Este milagro era natural que fuese seguido de otro que trajese el remedio del pueblo. Fue Como la invasión religiosa del culto de Baal se prolongaba, Elias elige y se prepara un su-
aquél un día de triunfo de la religión de Yavé sobre los cultos fenicios. cesor, que continuará su lucha contra ella mediante prodigios y milagros que caracterizan la misión
"I Q J
Pero Jezabel, que reinaba más que su marido, tomó dura venganza de los profetas muertos, de estos dos profetas.
* " matando a su vez a los profetas de Yavé: enemigos de sus ídolos. Elias tuvo que huir de OH * El texto griego de los LXX nos ofrece los cuatro últimos capítulos del libro primero en
nuevo, y esta vez huye hacia el desierto del Mediodía hasta llegar al Sinaí, la cuna de la religión "*" este orden: 19, 21, 20 y 22. Y, en efecto, el 21 pertenece a la historia de Elias y el 20 tiene
de Israel
8
(Hab 3,3; Dt 33.2; Jue 5,4 s.; Sal 67,8 s.). en el 22 su continuación. Nos atenemos, sin embargo, al orden actúa! del texto masorético, que es
Este número 40 es uno de tantos números «legítimos» que dice San Agustín que no ha de el de la Vuígata. El v.34 indica que en los reinados pasados de Siria e Israel, éste había tenido que
tomarse a la letra. En mucho menos se puede hacer el camino hasta el monte Horeb. aceptar una paz desfavorable, impuesta por los sirios, y declararse su vasallo. A exigir el cumpli-
10
Tal era, en síntesis, la situación religiosa de Israel, a causa de la venganza de Jezabel. miento de esta alianza viene ahora Ben Adad con su ejército y hasta 32 reyezuelos o jeques, no más
11
Yavé va a confortar a su fiel profeta con una visión parecida a la de Moisés (Ex 33,18 ss.). poderosos cada uno que los 31 reyes cananeos vencidos por Josué (Jos 12).
3
En la gruta que !e servía de morada, y que hoy se muestra en uno de los montes del macizo sinaitico, Las exigencias del rey sirio se hallan expresadas en forma sobremanera cruda. Pero, a juzgar
Elias oye primero un viento huracanado, luego un terremoto, después ve un gran fuego. Yavé no por la respuesta de Ajab, esto no significaría más que un reconocimiento de vasallaje a que el rey
estaba en ninguno de esos fenómenos, destinados a llamar la atención de Elias. Después percibió de Israel se resignaba en vista de las fuerzas que vienen sobre él.
una suave brisa, y entonces le habló Dios y le dio sus órdenes. <• Ben Adad no se contenta con una simple declaración de vasallaje: quería hacerlo efectivo,
15
Tres son los mandatos que el profeta recibe, pero el texto no nos cuenta más que la eje- llevándose el oro y la plata para sus arcas, las mujeres para su harén o los de sus aliados y los hijos
cución del último. Jazael y Jehú llegaron, en efecto, a reinar en Damasco y en Israel respectiva- como rehenes. Ante esta exigencia, Ajab y su consejo se resisten y prefieren la guerra, de la que
Dios los sacó con ventaja, castigando el orgullo del rey sirio.
> HMYItk 30 380 381 I REYES 20-21
treinta y dos reyes, sus auxiliares. 1 7 Sa- . También Ben Adad se refugió en la y tu pueblo de su pueblo». 43
Fuese el bot ha maldecido a Dios y al rey». Lue-
llorón los primeros los servidores de los j ciudad, y andaba de cámara en cámara. rey para su casa triste e irritado, y llegó go le sacaron fuera de la ciudad y le la-
jefes de provincia. Ben Adad fue infor 31 Sus servidores le dijeron: «Nosotros he- a Samaría. pidaron, y murió. 1 4 Mandaron a decir
m a d o y le dijeron: «Los de Samaría han mos oído que los reyes de la casa de a Jezabel: « N a b o t ha sido lapidado y
hecho una salida». 18 Y él respondió: Israel son reyes misericordiosos; vamos a L a viña de Nabot m u e r t o » . I 5 C u a n d o Jezabel supo que N a -
«Si h a n salido de paz, traédmelos vivos, vestirnos sacos sobre nuestros lomos y a
y si han salido en guerra, traédmelos ponernos sogas al cuello, y a ir así al O •* l Después de esto, N a b o t , de Jez- bot había sido lapidado y muerto, dijo
vivos». rey de Israel, a ver si te deja la vida». ^ •!• rael, tenía en Jezrael una vifia jun- a A j a b : «Levántate y ve a posesionarte
19
U n a vez que los servidores de los 3 2 Vistiéronse sacos sobre los lomos y to al palacio de Ajab, rey de Samaría; * de la viña de N a b o t de Jezrael, que se
jefes de provincia salieron de la ciudad, pusiéronse sogas al cuello y se fueron
2
y Ajab dijo a N a b o t : «Cédeme tu viña negó a cedértela por su precio, 16porque
y tras ellos el ejército, 2« cada u n o de al rey de Israel y le dijeron: «Tu siervo para hacer un huerto p a r a legumbres, N a b o t no vive ya, ha muerto». Ajab,
ellos m a t ó a su hombre, y los sirios em- Ben Adad dice: Déjame la vida». Ajab pues está muy cerca de mi casa. Y o te al oir que N a b o t había muerto, se le-
prendieron la fuga. Israel los persiguió. respondió: «¿Vive todavía? Es mi herma- daré otra viña mejor, y si esto n o te vantó p a r a bajar a la viña de N a b o t de
Ben Adad, rey de Siria, se salvó en un no». 33 Tuvieron esto los hombres p o r conviene, te daré en dinero su valor». Jezrael 17
y t o m a r posesión de ella.
caballo con algunos de la caballería. 2 1 El buen agüero y se apresuraron a tomarle 3 Pero N a b o t le respondió: «Guárdeme Entonces fue la palabra de Yavé a
18
rey de Israel salió y destrozó a la caba- por la palabra, diciendo: «Ben Adad es Yavé de cederte la heredad de mis pa- Elias, tesbita, diciendo:* «Levántate y
llería y a los carros, haciendo en los si- tu hermano». Y él dijo: «Id y traédmelo». dres». 4 Volvióse Ajab a su casa entris- baja al encuentro de Ajab, rey de Israel,
rios gran estrago. Vino a él Ben Adad, y Ajab le hizo subir tecido e irritado p o r la respuesta que le a Samaría. Está en la viña de N a b o t ,
22
Entonces se acercó al rey de Israel a su carro. 34 g e n A d a d le dijo: «Yo te había dado N a b o t de Jezrael: «No te adonde ha bajado para posesionarse de
el profeta y le dijo: «Ve y fortifícate, y devolveré las ciudades que mi padre t o - cederé la heredad de mis padres». Acos- ella. l ' D i l e : «Así habla Y a v é : ¿No eres
mira lo que debes hacer, porque el rey m ó al tuyo y tendrás en D a m a s c o ca- tóse en su lecho, vuelto el rostro, y no tú un asesino y un ladrón? Y le dirás:
de Siria volverá contra ti a la vuelta del lles para ti, c o m o las tuvo mi padre en quiso comer. * 5 Jezabel, su mujer, vino Asi habla Y a v é : En el lugar mismo don-
año». 2 3 Los servidores del rey de Siria Samaría». «Y yo—repuso Ajab—te deja- a él y le dijo: «¿Por qué estás triste y de h a n lamiao los perros la sangre de
dijeron a éste: «Su dios es un dios de ré ir libre, hecha esta alianza». Hizo, no quieres comer?» ' E l le respondió: Nabot, 20
lamerán los perros tu propia san-
m o n t e ; por eso nos han vencido; pero pues, alianza con él y le dejó ir. * «He hablado a N a b o t de Jezrael, y le he gre». Ajab dijo a Elias: «¿Me has ha-
si peleamos con ellos en el llano, los 35 U n o de los profetas dijo a un su dicho: Cédeme tu viña en venta, y si no llado, enemigo mío?» Y Elias le respon-
venceremos. * 2 4 H a z , pues, así: quita a compañero, por m a n d a t o de Yavé: «Hié- quieres, yo te daré otra viña en su lugar. d i ó : «Te he hallado. Porque tú te has
los reyes sus mandos y pon jefes en lugar reme, te lo ruego»; pero éste se negó a Pero él me ha contestado: N o te daré vendido2 para hacer el mal a los ojos de
de ellos, 2 5 y hazte un ejército semejante herirle. 36 Entonces le dijo el o t r o : «Por mi viña». 7 Entonces Jezabel, su mujer, Yavé, ' yo haré venir el mal sobre ti,
al que has perdido, con otros tantos ca- no haber obedecido la voz de Yavé, en le dijo: «¿Y eres tú el rey de Israel? ya te barreré, yo exterminaré a cuantos
ballos y otros tantos carros. Después da- cuanto me dejes te herirá un león»; y Levántate, come, y que se alegre tu cora- pertenecen a Ajab, esclavo y libre en Is-
remos la batalla en el llano y se verá cuando se alejó, encontróse con un león, 22
zón. Y o te haré con la viña de N a b o t rael, y haré tu casa semejante a la de
si no los vencemos». El rey les dio oidos que le hirió. 37 Encontró el o t r o a otro de Jezrael». Jeroboam, hijo de N a b a t , y a la casa
e hizo así. 26 Pasado el año, Ben Adad h o m b r e y le dijo: «Hiéreme, te lo rue- 8
Escribió ella unas cartas en nombre de Basa, hijo de Ajiya, porque tú me has
reunió a todos los sirios y vino a Afee, go», y éste le dio un golpe y le hirió.
a dar la batalla a Israel. 2 7 Reuniéronse 38 F u e a ponerse el profeta en el camino de Ajab, sellólas con el sello de éste y 2provocado
3
y has hecho pecar a Israel.
se las m a n d ó a los ancianos y a los ma- Así habla Yavé de Jezabel: «Los perros
también los hijos de Israel y saliéronles del rey y se disfrazó cubriéndose el ros-
al encuentro. Asentaron su campo fren- tro con un velo. 39 C u a n d o pasaba el gistrados que habitaban con N a b o t en comerán 24
a Jezabel cerca del m u r o de Jez-
te a ellos, como dos rebañitos de cabras, rey, le gritó diciendo: «Tu siervo esta- su ciudad. 9 H e aquí lo que escribió en rael. El que de la casa de Ajab muera
mientras que los sirios llenaban la tierra. ba entre las tropas, y apartándose uno, las cartas: «Promulgad u n ayuno y traed en la ciudad será comido por los perros,
28
U n h o m b r e de Dios se acercó al rey me entregó a un h o m b r e , diciendo: G u a r - a N a b o t delante del pueblo, * 10 y poned y el que muera en el campo será comido
de Israel y le dijo: «Asi habla Yavé. da a este h o m b r e . Si llega a faltar, res- ante él a dos malvados que depongan por 25
las aves del cielo».
contra él, diciendo: T ú has maldecido N a d i e hubo que como Ajab se ven-
Porque los sirios h a n dicho: Yavé es un ponderás de su vida con la tuya o con
dios de monte y no de llano, entregaré un talento de plata. 40 Mientras tu sier- a Dios y al rey; y sacadle luego y lapi- diera para hacer el mal a los ojos de
en tus manos toda esa muchedumbre, y vo andaba de una parte para otra, el dadle hasta que muera». Yavé. Jezabel, su mujer, le incitaba a ello.
26
así sabréis que yo soy Yavé». 2 ' Siete h o m b r e desapareció. El rey de Israel le
11
Las gentes de la ciudad de Nabot, O b r ó de manera enteramente abomina-
días estuvieron acampando los unos fren- dijo: «Tú mismo te juzgas; ésa es tu ancianos y magistrados que habitaban ble, yéndose tras los ídolos, como lo ha-
te a los otros. El séptimo día se trabó sentencia». 4 1 Quitóse entonces el profe- en la ciudad, hicieron como Jezabel les cían los amorreos, que arrojó Yavé de
el combate; y los hijos de Israel hicieron ta el velo de sobre los ojos, y vio el rey decía, según las cartas que les mandó. delante 2 7
de los hijos de Israel.
a los sirios cien mil muertos de a pie en que era u n profeta. 4 2 Este le dijo enton- ' 2 Promulgaron un ayuno, trajeron a N a - C u a n d o hubo oído Ajab las palabras
un día. 30 El resto huyó a la ciudad de ces: «Así dice Y a v é : Por haber dejado bot ante el pueblo, ! 3 y dos malvados de Elias, rasgó sus vestiduras, se vistió
Afee, y las murallas se les caían encima ir de tus m a n o s al que yo había d a d o al vinieron a ponerse ante él y depusieron de saco y a y u n ó ; dormía 2S
con saco y ca-
a los veintisiete mil hombres que queda- anatema, tu vida responderá de la suya, así contra N a b o t delante del pueblo: «Na- minaba humillado, * y Yavé dirigió a
ban.
1
0*f Es la continuación del capítulo 19, y en él se pone más de relieve la valentía de Elias ante
29 "• * el rey, juguete de una mujer prepotente y despótica. La residencia real estaba en Samaría;
Los consejeros de Ben Adad echan primero la culpa de la derrota a los aliados, que no su- pero4 en Jezrael tenía una posesión, donde gustaba pasar el tiempo de invierno.
pieron cumplir con su deber.; luego la atribuyen al Dios de Israel, que, honrado sobre todo en los A la verdad, Nabot se muestra poco deferente con su rey. La razón que parece implicada
altos, podía más en el terreno montañoso, donde sus enemigos no podían hacer uso de los carros en sus palabras es un motivo de piedad hacia la memoria de sus padres. Esto era algo subjetivo,
y de la caballería; pero el resultado de la nueva batalla en la llanura fué desastroso más que el de pues9 en pasar por encima no había infracción alguna de la Ley.
la pasada, en las montañas. Como mujer inteligente y despótica, halla pronta salida al negocio. Manda convocar un día
3 4 Es de notar la cortesía de Ajab para con Ben Adad, bien opuesta a la conducta observada de penitencia por los males que sufrían o que podían amenazar. Era ocasión de que todos hicieran
por éste. Tal vez porque reconocía la potencia de Siria, la cual después de la derrota podría rehacerse examen de su conducta y confesión de sus pecados ante Dios; lo era también de delatar el crimen
fácilmente y volver a la carga, o bien por el temor de los asirios, que ya se mostraban amenazadores. de alguno que pudiera sospecharse fuera causa del mal. Nabot iba a ser la víctima expiatoria que
Se contenta Ajab con recobrar las ciudades antes perdidas y con un trato comercial tan favorable traería la remoción de la supuesta calamidad.
para Israel cuanto el anterior era desfavorable. Se ve por lo que sigue que esta conducta de política 17
El gran profeta aparece luego como el pregonero de la justicia, que vengará el crimen co-
humana no fué bien acogida de los profetas, que juzgaban las cosas desde el punto de vista religioso. metido en nombre del rey.
27
Ajab no era tan malo que no dejara de reconocer la injusticia cometida, ni tan destituido
de sentimiento religioso que no esperara obtener de Dios el perdón por la penitencia.
I REYTE8 21-22 382 383 I REYES 22
24
E l f a s , t e s b i t a , su p a l a b r a , d i c i e n d o : Cuernos de hierro, y decía: «Así habla Llegóse entonces Sedecías, hijo de en el libro de las crónicas de los reyes
29
«¿Has visto cómo se humilla Ajab anle Yavé: C o n estos cuernos heriré yo a los C a n a n a , que golpeó a Miqueas en la me- de Israel? 4 0 Ajab se durmió con sus pa-
mí? Porque se ha humillado ante mí, yo sirios hasta destruirlos»; 1 2 y todos los jilla, diciendo: «¿Cómo se ha retirado de dres, y le sucedió Ocozías, su hijo.
no haré venir el mal durante su vida; profetas profetizaban igualmente, dicien- m i el espíritu de Yavé para hablarte a ti?»
durante la vida de su hijo haré yo venir d o : «Sube a R a m o t Galad y tendrás buen " Y Miqueas respondió: «Ya lo sabrás
el mal sobre su casa». suceso, pues Yavé la p o n d r á en m a n o s el día en que vayas de cámara en cámara Josafat, r e y d e Juda* Ocozías, rey
del rey». p a r a esconderte». 2 6 El rey de Israel dijo: d e Israel
13
El mensajero que había ido en busca «Coge a Miqueas y llévalo a Arrimón,
A l i a n z a d e A j a b c o n Josafat prefecto de la ciudad, y a Joás, hijo del 41
de Miqueas le habló así: «Todos los p r o - Josafat, hijo de Asa, comenzó a rei-
O O i Tres años pasaron sin que hubie- fetas a una voz profetizan el bien al rey; rey, 2 7 y diles: «Así dice el rey de Israel. nar en Judá el a ñ o cuarto de Ajab, rey
&& ra guerra entre Siria e Israel. * 2 Al que sea, pues, tu palabra c o m o la de to- Poned preso a este h o m b r e y mantenedlo de Israel. 4 2 Tenía treinta y cinco años
tercer ario, Josafat, rey de Judá, bajó a dos ellos; anuncíale el bien». i 4 P e r o M i - con pan escaso y agua tasada hasta que cuando comenzó a reinar, y reinó en Je-
ver al rey de Israel. * 3 El rey de Israel queas le respondió: «Vive Yavé que yo yo vuelva en paz». 2 8 Y Miqueas respon- rusalén veinticinco años. Su madre se
dijo a sus servidores: «¿No sabéis que anunciaré lo que Yavé m e diga». 15 Lle- dió : «Si tú vuelves en paz, no ha hablado llamaba Azuba, hija de Silji. 4 3 M a r c h ó
R a m o t Galad es nuestra? Y nosotros nada gado al rey, díjole éste: «Miqueas, ¿iremos Yavé por mí». por todos los caminos de Asa, su padre,
a atacar a R a m o t Galad o hemos de de- 29
hacemos para tomársela al rey de Siria». * Subieron a R a m o t Galad el rey de sin apartarse, haciendo lo que es recto
4
Y dijo a Josafat: «¿Quieres venir con- sistir de ello?» El respondió: «Sube, ten- Israel y Josafat, rey de Judá. * 3 0 El rey a los ojos de Yavé. 4 4 Pero no desapare-
migo para atacar a R a m o t Galad?» Josa- drás buen éxito, y Yavé la entregará en de Israel dijo al de J u d á : «Voy a disfra- cieron los altos, y el pueblo siguió ofre-
fat respondió al rey de Israel: «Yo como m a n o s del rey». * 16 El rey le dijo enton- zarme para ir al combate, pero tú vístete ciendo sacrificios y perfumes en ellos.
ces: «¿Cuántas veces habré de conjurarte 45
tú, mi pueblo c o m o tu pueblo y mis ca- tus vestiduras». El rey de Israel se disfra- Josafat estuvo en paz con el rey de Is-
ballos como tus caballos». 5 Luego dijo que no m e digas m á s que la verdad en zó y fue al combate. 3 1 El rey de Siria rael.
Josafat al rey de Israel: «Consulta, te nombre de Yavé?» 1 7 Miqueas respondió: había d a d o a los jefes de sus carros esta 46
El resto de los hechos de Josafat,
ruego, la palabra de Yavé». «Yo he visto a t o d o Israel disperso p o r o r d e n : « N o ataquéis a ninguno, ni chico sus gestas y sus guerras, ¿no está escrito
6
El rey de Israel reunió a los profetas, los montes, como ovejas sin pastor, y ni grande, sino sólo al rey de Israel». en el libro de tas crónicas de los reyes de
Yavé m e dijo: Son gentes que no tienen 32
en número de unos cuatrocientos, y les C u a n d o los jefes de los carros vieron J u d á ? 4 7 Barrió también de la tierra el
preguntó: «¿Iré a atacar a R a m o t Galad señor, que se vuelva cada uno en paz a a Josafat, se dijeron: «Seguro que éste es resto de los consagrados a la prostitución
o he de desistir de ello?» Y ellos le res- su casa». el rey de Israel», y lodos se dirigieron a idolálricn que quedaban del tiempo de
pondieron: «Sube, que Yavé la entrega- 18 El rey de Israel dijo a Josafat: «¿No él para atacarle. Josafat gritó, " y viendo Asa, su padre. * 4 S N o había entonces rey
rá en manos del rey». * 7 Pero Josafat te lo había dicho yo? N o me profetiza los jefes de los carros que no eru el rey en lUlom; un gobernador la gobernaba.
preguntó: «¿No hay aquí ningún profeta n a d a bueno, no me profetiza más que de Israel, le dejaron. 3 4 Entonces uno dis- *' Josiilal construyó naves de Tarsis para
de Yavé para que podamos consultarle?» mal». " Dijole entonces Miqueas: «Oye, paró su arco al azar, e hirió al rey de ir a Olir en busca de o r o ; pero no fueron,
8
El rey de Israel respondió a Josafat: pues, la palabra de Yavé: He visto a Yavé Israel p o r entre las junturas de la arma- porque las naves se destrozaron en Asion-
sentado sobre su trono y rodeado de t o d o dura, y el rey dijo a su auriga: «Vuélvete
«Queda todavía aquí un h o m b r e por quien gaber. * 50 Entonces Ocozías, hijo de Ajab,
el ejército de los cielos, que estaba a su y sácame del campo, porque estoy he-
podríamos consultar a Yavé, Miqueas, rido». dijo a Josafat: «¿Quieres que vayan mis
hijo de Yemla, pero yo le aborrezco, por- derecha y a su izquierda; 2 0 y Yavé decía: servidores con los tuyos en las naves?»
¿Quién inducirá a Ajab para que suba a 3
que n o me profetiza bien alguno, nunca 5 El c o m b a t e fue m u y e n c a r n i z a d o Pero Josafat se negó.
R a m o t Galad y perezca allí? U n o s res- 51
m e profetiza más que mal»; y Josafat aquel día. El rey estuvo retenido en su Josafat se durmió con sus padres, y
dijo: « N o hable así el rey». * 9 Entonces pondieron de u n m o d o , otros de o t r o ; carro frente a los sirios, y por la tarde fue sepultado con ellos en la ciudad de
21
el rey de Israel llamó a un eunuco y le pero vino un espíritu a presentarse ante murió. La sangre de la herida corría por David, su padre. Le sucedió J o r a m , su
dijo: «Trae luego a Miqueas, hijo de Yavé y dijo: Y o , yo le induciré. ¿Cómo?, dentro de su carro. 3<í A la puesta del sol hijo.
Yemla». preguntó Yavé. 2 2 Y él respondió: Y o iré, se gritó por t o d o el c a m p o : «Cada uno 52
Ocozías, hijo de Ajab, comenzó a
10
Estaban el rey de Israel y Josafat, y seré espíritu de mentira en la boca de a su ciudad, cada uno a su tierra». reinar sobre Israel en Samaría el a ñ o die-
rey de Judá, sentados cada uno en su tro- todos sus profetas. Yavé le dijo: Sí, tú 3
? Así murió el rey, que fue llevado a cisiete de Josafat, rey de Judá, y reinó
no, vestidos de sus reales vestiduras en le inducirás y saldrás con ello. Ve, pues, Snmaria y en ella le sepultaron, ,B Cuan- dos años sobre Israel. 53 Hizo el mal a
y haz así. 23 A h o r a , pues, he aquí que do lavaron el curro en el estanque de Sa- los ojos de Yavé y marchó por los cami-
la plaza, cerca de la entrada de la puerta
Yavé ha puesto el espíritu de mentira en miirln, Ion perros lamieron la sangre de
de Samaría, y todos los profetas estaban nos de su padre y los de su madre y p o r
boca de todos tus profetas y ha decretado
delante de ellos profetizando. u Sedecías, perderte». *
A|nb y lio ramera* se lavaron en ella, se- el camino de Jeroboam, hijo de N a b a t ,
hijo de Canana, se había hecho unos gún las palabras que había dicho Y a v é . * que hizo pecar a Israel. 5 4 Sirvió a Baal
'" I'.I rosto de los hechos de Ajab, lo y se prosternó ante él, y provocó a Yavé,
O O 1 Este capítulo es una continuación del 20. que hizo, la casu do marfil que construyó,
^ ^ 2 En estos tres años, que no fueron de guerra entre Siria e Israel, sino de camaradería en Dios de Israel, c o m o lo había hecho su
la guerra contra Asiría, se dió la batalla de Carear (854), en que, según la crónica de Salmanasar, las ciudades que edificó, ¿no está escrito padre.
fueron deshechos doce reyes aliados, entre ellos Ajab, que mandaba 2.000 carros y 10.000 soldados.
Poco después de esta batalla tuvo lugar el extraordinario suceso de la visita del rey de Judá, Josafat, rión que MC nos hace del consejo de Dios, en el que hasta el espíritu malo toma parte, como en el
al de Israel. piólnuo iU-1 iíliru de Job. Dios, que todo lo tiene en sus manos, se vale hasta de los malos para reali-
3
Ben Adad se había comprometido a entregar a Ajab las ciudades israelitas que poseía; pero /111 19
MUÍ nlmir* <lr miNcrirordi» y justicia.
no lo había cumplido, según se ve, y Ajab quiso tomarlas por la fuerza. I 01 i'iuiniti tU* lm pronósticos de Miqueas, los reyes subieron contra Ramot, y Ajab fué he-
6
Como de ordinario, hay que consultarlo con Dios. Para ello se acude a los profetas que res- ildn umveinritlt' rn i*l combate, muriendo poco después.
ponden según el deseo del rey, como hacían de ordinario los falsos profetas. *f (Juf IIIH [irrrnH lamerían la sangre de Ajab lo había predicho Elias (21,9), pero no así lo que
8
Josafat, rey piadoso, no se contenta con aquella respuesta. Conocía bien a los que la daban y tyutf, uní' (Ifltp dr ser una adición de un copista que simpatizaba poco con el rey.
no les daba crédito. Por esto pide otro órgano de ia revelación, y es interesante la respuesta de Ajab. *' Pittr dftullc de la actividad reformadora de Josafat dice mucho sobre lo arraigada que estaba
t5 Tal era el criterio de los profetas auténticos de Yavé. Sin embargo, su respuesta conviene • 11 AvImlA ln ¡tlohilrlii, aun en sus formas más repugnantes.
con la de los primeros. Mas algo debía de haber en ella para que el rey no ia creyera sincera, y por TI i'kmpln de Salomón perduraba en la memoria de los reyes de Judá; pero tal vez les faltó
eso insiste para obtener la verdad. 11 1 nii|ii'iiu ion tlf los fenicios.
2 3 Este episodio pone de relieve, además de la necesidad que sentían de consultar a Dios antes
de emprender cualquier empresa, cómo eran los profetas falsos de Yavé, siempre prontos a lisonjear
a los príncipes y a los pueblos, y cómo el verdadero profeta de Dios, que solo contra tantos lucha,
guiado de la verdad, aun a riesgo de tener que sufrir la prisión y la muerte. Es curiosa la representa-
385 II REYES 1-2
II REYES he aquí lo que dice el rey: Baja en segui- y le dijeron: «¿Sabes tú que Yavé alzará
(Vulg. 4 Re) da». 12 Elias le respondió: «Si soy hombre hoy a tu señor sobre tu cabeza?» El res-
de Dios, que baje fuego del cielo y te pondió: «Sí, lo sé; callad».* 4 Elias le
devore a ti y a tus cincuenta hombres». dijo: «Eliseo, quédate aquí, te lo ruego,
Y bajó del cielo fuego que le devoró a él pues Yavé me manda ir a Jericó». El le
y a3 sus cincuenta hombres. respondió: «Por la vida de Yavé y por
S U M A R I O PRIMERA P A R T E : SIGUE LA HISTORIA SINCRÓNICA HAS- 1 Mandó de nuevo Ocozías, por ter- tu vida, 5que no te dejaré». Y llegaron
TA EL FIN (1-17): La muerte de Ocozías, predicha por cera vez, a un quincuagenario con sus a Jericó. Los hijos de los profetas que
Elias (i). Desaparición de Elias (2). Guerra contra Mesa, rey de Moab (3). Elí- cincuenta hombres. Este tercero subió, y había en Jericó se acercaron a Eliseo y
seo, taumaturgo (4,1-6,7). Samaría, asediada por los sirios, es librada por el profeta a su llegada se prosternó ante Elias su- le dijeron: «¿Sabes tú que hoy va elevar
(6,8-7,20). Nuevos prodigios de Elíseo (8,1-15). Joram y Ocozías, reyes de Judd plicándole, y le dijo: «Hombre de Dios, Yavé a tu señor sobre tu cabeza?» Y él
sea preciosa a tus ojos mi vida y la vida les respondió: «Sí, lo sé; callad». * 6 Elias
(8,16-29). Jehú, ungido rey por Elíseo (9-10). Atalía, reina de Jerusalén (n). de tus siervos. * l* Fuego del cielo ha ba- le dijo: «Quédate aquí, te lo ruego, pues
Reinado de Jods en Judd (12). Joacaz y Jods, reyes de Israel (13). Amasias, rey de jado y ha devorado a los dos primeros Yavé me manda ir al Jordán». Y él le
Judd (14,1-22). Jeroboam II de Israel (14,23-29). Azarlas, rey de Judd (15,1-7). quincuagenarios y a sus cincuenta hom- respondió: «Por la vida de Yavé y por
Últimos reyes de Israel (15,8-31). Jotam y Acaz, reyes de Judd (15,32-16,20). Fin bres, pero15ahora sea a tus ojos preciosa tu vida, que no te dejaré». Y siguieron
del reino de Samaría (17).—SEGUNDA P A R T E : REYES DE JUDÁ HASTA EL CAU- mi vida». El ángel de Yavé dijo a Elias: ambos
7
su camino.*
TIVERIO (18-25): Ezequías (18,1-12). Senaquerib invade el reino de Judd (18, «Baja con él. Nada temas de él». Elias Vinieron cincuenta hombres de los hi-
13-19,19). Vaticinio de halas sobre la libertad de Jerusalén (19,20-37). Curación se levantó y bajó con él para dirigirse al jos de los profetas y se pararon enfrente,
de Ezequías (20,1-11). Embajada de Merodacbaladán (20,12-21). Reinados de rey, w y dijo a éste: «Así habla Yavé: a distancia, y ellos dos siguieron, parán-
Por haber mandado mensajeros para con- dose a la oriÜa del Jordán. 8 Cogió enton-
Manases y de Amón (21). Josías y el hallazgo de la Ley ^22). Reforma religiosa sultar a Baalzebub, dios de Acarón, como ces Elias su manto, lo dobló y golpeó con
(23,1-27). Fin de Josías y de sus sucesores (23,28-37). Nabucodonosor y la primera si no hubiera en Israel Dios a quien poder él las aguas, que se partieron de un lado
cautividad (24). Sedéelas y el fin de Judá (25). consultar, no bajarás del lecho a que has y de otro, pasando los dos a pie enjuto.
subido, pues morirás». * 17 Ocozías mu- 9 Cuando hubieron pasado dijo Elias a
rió, según la palabra de Yavé por medio Eliseo: «Pídeme lo que quieras que haga
P R I M E R A P A R T E ha dicho: Id y volveos al rey que os ha de Elias, y le sucedió su hermano Joram, por ti antes que sea apartado de ti».
mandado y decidle: Así habla Yavé: ¿No el año segundo de Joram, hijo de Josa- Y Eliseo le dijo: «Que tenga yo dos par-
hay Dios en Israel, para que mandes tú fat, rey de Judá, pues aquél no tenía hijos. tes en tu espíritu». * 10 Elias le dijo: «Di-
SIGUE LA HISTORIA SINCRÓNICA a consultar a Baalzebub, dios de Aca- 18 El resto de los hechos de Ocozías, fícil cosa has pedido. Si cuando yo sea
HASTA EL FIN rón? Por eso no bajarás tú del lecho a lo que hizo, ¿no está escrito en el libro arrebatado de ti me vieres, así será; si
(1-17) que has subido, pues morirás». de las crónicas de los reyes de Israel? no, no». 11 Siguieron andando y hablando,
7 y he aquí que un carro de fuego con ca-
1 Después de la muerte de2 Ajab, teníaOcozías les preguntó: «¿Qué trazas
Elias, arrebatado al cielo
1 Moab se rebeló contra Israel. Oco- encuentro el hombre que ha salido a vuestro
ha dicho eso?» 8 Ellos le res- 1 Aconteció que cuando quiso Yavé
ballos de fuego separó a uno de otro, y
Ellas subía al cielo en el torbellino *.
zías se cayó por una ventana del piso su- pondieron:y «Era un hombre vestido de
perior de su casa en Samaría y se hirió; y pieles y con un cinturón
2 arrebatar al cielo a Elias en un tor-
bellino, salió Elias de Gálgala con Elí-
12 Eliseo miraba y clamaba: «¡Padre mío,
padre mío! ¡Carro de Israel y auriga
envió mensajeros, diciéndoles: «Id a con- cintura». de cuero a la
seo, * 2 y dijo a Eliseo: «Quédate aquí, te suyo!» Y no le vio más, y cogiendo sus
sultar a Baalzebub, dios de Acarón, si ta». * 9 Mandó a dijo:
Ocozías
él un
«Es Elias, tesbi-
quincuagenario ruego, pues Yavé me manda ir a Betel». vestidos los rasgó en dos trozos, * 13 y co-
curaré de estas mis heridas»; * 3 pero el con sus cincuenta hombres. Subió el jefe Eliseo respondió: «Vive Yavé, y vives tú, gió el manto de Elias, que éste había de-
ángel de Yavé dijo a Elias, tesbita: «Le- que3no te dejaré». Y bajaron ambos a Be- jado caer. Volvióse después y, parándose
vántate y sube al encuentro de los men- adeElias, que estaba sentado en la cumbre
la montaña, y le dijo: «Hombre de tel. Los hijos de los profetas que había a la orilla del Jordán, ' 4 cogió el manto
sajeros del rey de Samaría y diles: ¿No Dios, rey dice: Baja». * 10 Elias respon- en Betel salieron al encuentro de Eliseo de Elias, que éste había dejado caer, y
hay Dios en Israel, para que vayáis a dió alel
consultar a Baalzebub, dios de Acarón? bre dejefe
4
de los cincuenta: «Si soy hom-
Dios, que baje fuego del cielo y
13
La actitud de este tercer capitán, tan humilde, obtiene que el profeta le obedezca.
16
Por eso así dice Yavé: «No bajarás del te abrase a ti y a tus cincuenta hombres». Frente a frente se hallan la majestad de Yavé, representada en su profeta, y la del rey, que
lecho en que has subido, pues morirás». Y bajó fuego queda aniquilada ante la palabra de Elias.
Y Elias se fue. del cielo y le devoró con 1
Gálgala no es la conocida desde Josué, junto a Jericó, sino otra que se halla al norte de Betel.
5 sus cincuenta hombres. " Ocozías mandó
Volvieron los mensajeros a Ocozías y a él a otro quincuagenario con sus cin- 2 3
Es el punto de partida de esta curiosa peregrinación de los dos profetas: maestro y discípulo.
él les6 preguntó: «¿Cómo os habéis vuel- cuenta hombres. El quincuagenario ha- Betel, santuario real de la casa de Israel (Am 7,13), debía de ser sede de muchos fervorosos
celadores de Yavé, sobre los que veremos a Eliseo ejercer tanta influencia y recibir e!. nombre de
to?» Y ellos respondieron: «Ha salido bló a Elias y le dijo: «Hombre de Dios, «hijos de los profetas», que nosotros llamaríamos mejor «discípulos de los profetas».
a nuestro encuentro un hombre y nos 5 De Betel bajan hasta Jericó, donde también abundan los «hijos de los profetas».
6
2
De Jericó llegan al Jordán, y Eliseo, noticioso de que Yavé quiere llevarse a su maestro, se
Estas palabras d el rey nos revelan hasta qué punto era una necesidad entre los hebreos con- resiste a apartarse de él hasta el fin.
1 sultar a Dios en cualquier eventualidad de la vida (cf. Introducción a los libros proféticos, n.2). 9
El solemne momento se acerca y el maestro se franquea con su discípulo Eliseo, se considera
Cuan famoso era este oráculo de los filisteos se ve por lo que leemos en los Evangelios de este Baalze- como el primogénito del profeta y, como tal, pide una porción doblada en su herencia, según la ley
bub, señor de las moscas, elevado por los judíos a la categoría de principe de los demonios (Mt 12,24; del Dt 21,15 ss. Esta herencia no era otra que el espíritu de profecía.
Le 11,15)- 11
8
Una vida tan extraordinaria como la del gran campeón de la religión de Yavé contra las
Los rasgos con que aquí se nos presenta a Elias son los mismos con que en los Evangelios se divinidades cananeas debía tener un término extraordinario. Y, en efecto, el que el texto nos cuenta
pinta la austeridad del Bautista (Me 1,6). supera en la forma, aunque coincide en el fondo, con el fin de Moisés (Dt 34,5 s.) y con la desapa-
9 La vara de la justicia de Dios en manos de Elias se muestra siempre pesada. Este suceso no rición de Henoc (Gen 6,23). Lo misterioso de esa desaparición de Elias y las palabras de Malaquías
tiene explicación sino en el supuesto de que el rey, tomando por un maleficio las palabras del pro- (3.23) pueden en algún modo justificar la infinidad de leyendas que se había formado sobre el pro-
feta, le quiere hacer venir para castigarle u obligarle a anular su eficacia, y que los capitanes y sol- feta; mas todas se disipan ante la palabra del divino Maestro: «En verdad os digo que Elias ya vino
dados van a cumplir la orden del rey en forma irrespetuosa y con desprecio del profeta. «Hombre y que hicieron con él lo que quisieron». Y los discípulos entendieron que lo decía de Juan (Mt 17,
de Dios», o profeta, debía de ser entre la soldadesca, gente descreída, una expresión despectiva. El 10 ss.; Me 9,10 ss.; Le 1,17).
profeta, jugando con ella, muestra que de verdad es varón de Dios, pues Dios obra por él prodigios 12
Los carros eran la fuerza principal de los ejércitos; Elias era la defensa más poderosa de
terribles. iHrael, como luego se dirá del mismo Eliseo (13,14).
Náoar-Colunga 13
i> IIKYM 2-3 386
387 II REYES 3-4
(golpeo con él las aguas, diciendo: «¿Dón- i 25 D e allí subió al m o n t e Carmel, des-
de está ahora Yavé, el Dios de Elias?» I de donde ss volvió a Samaría. palabra de Yavé es con él». El rey de los manantiales de aguas y talaron los
Y en cuanto golpeó las aguas, se partie- Israel y el rey de Judá y el rey de Edom árboles frutales. Sólo quedó Quir Jare-
ron éstas de un lado y de otro y pasó J o r a m , rey d e Israel bajaron en busca suya. * 13 Eliseo dijo al set, que rodearon los honderos, arrojan-
1 rey de Israel: «¿Qué tengo yo que ver do sobre ella sus tiros. 2» Viendo el rey
Eliseo. *
15
Los hijos de los profetas que había 3 Joram, hijo de Ajab, comenzó a
reinar sobre Israel, en Samaría, el contigo? Ve a los profetas de tu padre».
El rey de Israel le dijo: « N o , es que ha
de M o a b que llevaba lo peor en la bata-
lla, hizo una salida con setecientos hom-
en Jericó, frente por frente, habiéndole arlo segundo de Joram, hijo de Josafat,
visto, dijeron: «El espíritu de Elias reposa rey de Judá, y reinó doce aflos. 2 Hizo reunido Yavé tres reyes para entregarlos bres de guerra para ver de desbaratar al
en m a n o s de M o a b » . 1 4 Eliseo dijo: «Vive rey de Edom. N o pudo conseguirlo;*
sobre Eliseo». Y le salieron al encuentro el mal a los ojos de Yavé, no tanto, sin 27
Yavé Sebaot, a quien sirvo, que, si no y entonces, t o m a n d o a su primogénito,
y se prosternaron ante él, rostro a tierra, * embargo, como su padre y su madre. D e - fuera por respeto al rey de Judá, a ti ni
16
diciendo: «Hay entre tus siervos cin- rribó los cipos de Baal que había hecho al que había de reinar después de él, le
te a t e n d e r í a ni te m i r a r í a s i q u i e r a . ofreció en holocausto sobre la muralla.
cuenta hombres fuorlcs que, si quieres, su padre, * 3 pero se dio a los pecados 15 Traedme, pues, un tañedor de arpa». Se desató entonces gran cólera contra
irán en busca de tu señor; quizá el espí- con que Jeroboam, hijo de Nabat, había Israel, que, retirándose de allí, se volvió
ritu de Yavé le ha llevado y le ha echado hecho pecar a Israel, y no se a p a r t ó de Mientras el arpista tocaba el arpa, fue
sobre Eliseo la m a n o de Yavé, * l6 y dijo: a su tierra.
contra algún monte o valle». El les res- ellos.
p o n d i ó : « N o , no los mandéis». " Pero 4
Mesa, rey de M o a b , tenía muchos ga- «Así habla Y a v é : Id y haced en el valle
ellos le importunaron, hasta que por fin nados y pagaba al rey de Israel cien mil muchas zanjas. 17 Porque así dice Y a v é : L o s prodigios d e Eliseo
N o veréis viento ni veréis lluvia, y el valle 1
U n a mujer de las de los hijos de
dijo: «Mandadlos». Mandaron ellos a los corderos y cien mil carneros con su lana. *
cincuenta, que estuvieron durante tres 5 A la muerte de Ajab, el rey de M o a b
se llenará de agua, y beberéis vosotros,
vuestro ejército y vuestro ganado. * 18 Pe-
4 los profetas clamó a Eliseo diciendo:
días buscando Elias, pero no le halla- se rebeló contra el rey de Israel. 6 Enton- «Tu siervo, mi marido, ha muerto, y bien
ro t o d o esto es poca cosa a los ojos de sabes tú que mi marido era temeroso de
ron. ' 8 C u a n d o estuvieron de vuelta, Eli- ces el rey Joram salió de Samaría y revis- Yavé. Yavé entregará a M o a b en vuestras
seo, que continuaba en Jericó, les dijo: tó a Israel y se puso en m a r c h a ; * 7 man- Yavé; ahora, un acreedor ha venido para
m a n o s ; 1 9 tomaréis todas las plazas fuer- cogerme a mis dos hijos y hacerlos escla-
«¿No os decía yo que no fuerais?» dando a decir a Josafat, rey de J u d á : «El
19 tes, talaréis todos los árboles frutales y vos». * 2 Eliseo le dijo: «¿Qué puedo yo
Las gentes de la ciudad dijeron a rey de M o a b se ha rebelado contra mí. cegaréis todos los manantiales de agua, y hacer por ti? D i m e : ¿Qué tienes en tu
Eliseo: «El sitio de la ciudad es bueno, ¿Quieres venir conmigo para atacar a destruiréis, cubriéndola de piedras, toda casa?» Ella le respondió: «Tu sierva no
como lo ve mi señor, pero las aguas son Moab?» Josafat respondió: «Iré yo como la tierra fértil». 2 0 Por la mañana, a la tiene en casa absolutamente nada más que
malas, y la tierra, estéril». * 2 0 El les dijo: tú, mi pueblo como tu pueblo, y mis ca- h o r a de la presentación de la ofrenda, una vasija de aceite». •' El le dijo: «Vete
«Traedme un plato nuevo y poned sal en ballos como tus caballos». * 8 Y p r e g u n t ó : vino el agua del camino del desierto de a pedir fuera a todos los vecinos vasijas
él». Trajéronselo ellos, 2 1 y yendo a la «¿Por qué camino subiremos?» Y J o r a m Sur por la parte de E d o m , y la tierra toda vacias, y no pidas pocas. 4 C u a n d o vuel-
fuente de las aguas, echó en ellas la sal, dijo: «Por el camino del desierto de E d o m » . se llenó de agua. vas a casa, cierra la puerta tras de ti y
9
diciendo: «Así dice Yavé: Y o saneo estas Partieron el rey de Israel, el rey de 21 tras de tus hijos y echa en todas esas va-
aguas y no saldrá de ellas en adelante ni Judá y el rey de E d o m ; y después de Entre tanto, los moabitas, sabiendo
que subían los reyes a atacarlos, reunie- sijas el aceite, poniéndolas aparte, con-
muerte ni esterilidad», 2 2 y las aguas que- siete días de marcha faltó el agua p a r a forme vayan llenándose». 5 Entonces ella
r o n a cuantos estaban en edad de empu-
daron saneadas hasta el día de hoy, como el ejército y para el ganado que le seguía. se alejó, cerró la puerta tras de sí y de
10 ñ a r las armas y se pusieron en la fronte-
lo había dicho Eliseo. Entonces el rey de Israel dijo: «¡Ay! ra. 2 2 Al levantarse por la mañana y ver sus hijos, y éstos fueron presentándole
23
D e allí subió a Betel; y según iba Yavé ha reunido a tres reyes p a r a entre- brillar el sol sobre las aguas, a los de M o a b las vasijas, y ella las llenaba. 6 C u a n d o
p o r la pendiente, salieron de la ciudad garlos en manos de Moab». n Pero Josafat les parecieron las aguas desde lejos como estuvieron llenas todas las vasijas, dijo
unos muchachos y se burlaban de él, di- dijo: «¿No hay aquí ningún profeta de si fueran sangre; 2 3 y se dijeron: «Es san- a su hijo: «Dame otra vasija»; pero él le
ciéndole: «¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!»* Yavé p o r quien p o d a m o s consultar a gre; los reyes se han vuelto uno contra respondió: «Ya n o hay más». Estacionó-
24
Volvióse él a mirarlos y los maldijo en Yavé?» U n o de los servidores del rey otro, y unos a otros se han matado. ¡Ha- se entonces el aceite, 7 y ella fue a dar
nombre de Yavé, y saliendo del bosque de Israel dijo: «Sí, aquí está Eliseo, hijo la, pues, M o a b , a la presa!» 2 4 Mas cuan- cuenta al h o m b r e de Dios, que le dijo:
dos osos, destrozaron a cuarenta y dos de de Safat, que es el que daba a g u a m a n o s do llegaron al campo de Israel, alzáronse «Vete a vender el aceite y paga la deuda,
los muchachos. I a Elias». * 1 2 El rey de Judá dijo: «La los israelitas y destrozaron a los de Moab, y de lo que te quede, vive tú y tus hijos».
que se pusieron en huida delante de ellos. 8 Pasaba un día Eliseo por Sunam. H a -
14
Dios, que tantos milagros había hecho por Elias, comenzaba ahora a mostrar que Elíseo era Siguieron en la fuga hiriendo a los de bía allí una mujer distinguida, que insis-
el heredero de su doble espíritu. M o a b , 2 5 y asolaron sus ciudades, y en tentemente le invitó a comer, y siempre
15 que por allí pasaba iba a comer a su ca-
Con este acto de humillación le reconocen por su maestro y por sucesor de Elias. Aquí co- lodas las tierras fértiles echó cada uno
mienza la actuación de Eliseo, semejante a la de Elias, pero narrada sin orden, ni cronológico ni su piedra, llenándolas de ellas; cegaron sa. 9 Ella dijo a su m a r i d o : «Yo sé que
geográfico.
19
Este milagro prueba a los ojos de todos que, en efecto, el espíritu de Elias había reposado 12
sobre Eliseo. Esta fuente lleva hoy el nombre del profeta entre los cristianos, pues los naturales la Las palabras de Eliseo a Joram son una expresión de las relaciones de los profetas de Yavé
llaman «Fuente del Sultán». con la dinastía de Omri, aunque no tanto con la persona de Joram, según el v.2.
23 15
También la severidad le acompaña, y el castigo de estos insolentes burlones lo confirma Siendo la profecía un carisma sobrenatural, la música no sirve para otra cosa que para cal-
bien a las claras. Esta burla lo era del profeta de Yavé, y se cumplió a la inversa el dicho de Jesús mar el ánimo excitado del profeta y disponer su espíritu a recibir la revelación (SANTO TOMÁS, Suma
(Mt 10,41). Ttiul., 2-2 q.172 a.3).
17
2
El agua brota del subsuelo y no viene de algún valle cercano donde hubiera llovido, como
O Es Joram una excepción entre los r~yes de Israel. Sin duda, obedeciendo a las influencias dice Josefo. Apreciar aquí el carácter natural del suceso no es posible, como tampoco la apariencia
^ 4
de Eliseo, destruyó los ídolos, pero dejó en pie los antiguos santuarios erigidos por Jeroboam. de sangre al ser herida por los rayos del sol.
Fué el padre de Mesa quien comenzó a pagar este tributo, y Omri, el rey de Israel que se lo 26
El acto del rey Mesa en aquel momento crítico nos revela lo que era la religión de aquellos
impuso.
6
La ganadería lanar es hoy aún la principal riqueza de la región de Moab. pueblos de que Israel se dejaba fascinar. Y esto mismo nos deja en duda de si la retirada de los reyes
Dada la situación geográfica de Moab respecto de las tribus israelitas de la TransJordania, no lúe motivada por el horror de tal sacrificio y un resto de compasión hacia aquel enemigo deri«e>tado,
se concibe que Joram se proponga atacar a los moabitas por el sur, si no es porque siente la necesi- que a tales medios debía recurrir, o si se debía más bien al temor de la eficacia de aquel sacrificio.
dad de la ayuda ajena para combatir a su adversario y también por el temor a un ataque por la es- Mesa, que en su inscripción nos cuenta las victorias sobre Israel y la ayuda de su dios nacional
palda de los sirios de Damasco. Cainos, no nos cuenta este episodio.
7
Joram invita a Josafat, cuando en 1,17 y 3,1 se dice que había comenzado a reinar el año se- Es más probable que la retirada se debiera a alguna acometida de los sirios. Y ésta sería «la gran
gundo de su hijo y homónimo Joram. Prueba clara de la incorrección del texto sagrado. cólera» de Yavé (cf. 9,1 ss.).
1
' En todos los aprietos es el profeta el refugio del pueblo, «su carro y su auriga». 1
4 Eliseo es el taumaturgo del Antiguo Testamento. Las deudas eran causa frecuente de es-
clavitud, v la Ley la admite, aunque restringiéndola (Lev 25,30 ss.; Neh 5,5 ss.; Prov 22,7).
II HIÍYKH 4 388 389 II REYES 5
osle hombre, que pasa siempre por nues- mi bordón, y si a alguno encuentras, no 1 Namán, jefe del ejército del rey de con todo su séquito, y cuando llegó se
tra casa, es un santo hombre de Dios. le saludes siquiera, y si alguno te saluda,
'0 Vamos a prepararle en lo alto una pe- no le respondas, y pon mi bordón sobre
5 Siria, gozaba el favor de su señor y presentó a él diciendo: «Ahora conozco
era tenido en mucha estima, pues por me- que no hay en toda la tierra Dios sino
queña habitación y a ponerle allí una ca- la cara del niño». 30 La madre del niño dio de él había salvado Yavé a Siria. Pero en Israel. Dígnate aceptar un presente de
ma, una mesa, una silla y un candelero, le dijo: «Por la vida de Yavé y la tuya parte de tu siervo». 16 Eliseo respondió:
para que él pueda retirarse a ella cuando que no te dejaré». 31 Levantóse entonces este hombre, robusto y valiente, era le-
venga a nuestra casa». n Habiendo vuel- y la siguió. proso. 2 Habían salido los sirios por es- «Vive Yavé, a quien sirvo, que no acep-
to un día Elíseo a Sunam, se retiró a la cuadras y habían cautivado a una joven- taré». Namán insistió, pero él se negó.
Guejazi había llegado antes que ellos cita de tierra de Israel que estaba al ser- 17Entonces Namán le dijo: «Pues te nie-
habitación alta y se acostó. 12 Dijo a su y había puesto el bordón sobre el rostro
siervo Guejazi: «Llama a esa sunamita». del niño; pero éste no tenía voz ni senti- vicio de la mujer de Namán; 3 y dijo un gas, permite que den a tu siervo tierra
Llamóla Guejazi, y ella se presentó a él. do ; así que se había vuelto para decírselo día a su señora: «¡Oh!, si mi señor estu- de ésta, la carga de dos mulos, pues en
13 viese cerca de un profeta que hay en Sa- adelante no ofrecerá tu siervo sacrificio
Eliseo dijo a Guejazi: «Dile: Tú nos a Eliseo y se lo manifestó, diciendo: «El maría, el profeta le curaría su lepra». ni holocausto a otros dioses, sino a Yavé. *
has mostrado toda esta solicitud por nos- niño no despierta». 32 Llegado Eliseo a la 4
Fue él a su señor y le dijo: «Esto y esto
18
Yavé perdonará a tu siervo que, cuando
otros y este esmero; ¿qué quieres que ha- casa, el niño estaba tendido, muerto, en
ha dicho una jovencita de tierra de Is- mi señor entre en el templo de Rimón para
ga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al la cama. 33 Entró entonces él, cerró la
rey o al jefe del ejército?» Y ella respon- puerta tras los dos y oró a Yavé. 34 Su- rael»; 5 y el rey de Siria dijo: «Pues anda, adorar y se apoye en mi mano, me pros-
dió : «Yo habito en medio de mi pueblo». bió a la cama y se acostó sobre el niño, vete a la tierra de Israel, y yo mandaré terne yo también en el templo de Rimón.
14 una carta al rey de Israel». Partió él, lle- Perdone Yavé a tu siervo si me9 prosterno
Y él dijo: «¿Qué haremos, pues, por poniendo su boca sobre la boca del ni- vando diez talentos de plata, seis6 mil si- en el templo de Rimón». 1 Eliseo le
ella?» Y Guejazi respondió: «Mira, no ño, sus ojos sobre los del niño y sus ma- dos de oro, diez vestidos nuevos y una dijo: «Vete en paz».
tiene hijos y su marido es viejo». 15 En- nos sobre las manos del niño, y se tendió carta para el rey de Israel, en que se de- Cuando Namán hubo dejado a Eliseo
tonces dijo Eliseo: «Llámala». La llamó 35 sobre él. La carne del niño se recalentó,
y ella se paró a la puerta. l6 El le dijo: y Eliseo se alejó, yendo y viniendo por cía: «Cuando recibas esta carta sabrás que y estaba ya a cierta distancia, 20 Guejazi,
«El año que viene, por este tiempo, abra- la habitación, y luego volvió a subirse en te mando a mi servidor Namán para que el criado de Eliseo, dijo para sí: «Mi
zarás a tu hijo». «No, por favor, mi se- la cama y se tendió sobre el niño. El niño le cures de la lepra». 7 Leída la carta, el señor ha tratado demasiado bien a Na-
ñor; no engañes a tu sierva». I 7 La mu- 3estornudó siete veces y abrió los ojos. rey de Israel rasgó sus vestiduras y dijo: mán, ese sirio, no queriendo aceptar de
jer quedó encinta, y al año siguiente, co- < Llamó entonces Eliseo a Guejazi y le «¿Soy yo acaso Dios para dar la vida o la él lo que traía. Vive Yavé que voy a
mo se lo anunciara Eliseo, por aquel mis- dijo: «Llama a esa sunamita». Llamóla muerte, que así se dirige a mí para que yo correr tras él a ver si me da algo».
mo tiempo dio a luz un hijo. 18 Creció el Guejazi, y ella vino 37a Eliseo, que le dijo: cure a un hombre de su lepra? Sabed, 2i Y Guejazi echó a correr tras Namán.
niño, y un día fue a donde estaba su pa- «Toma a tu hijo». Ella se echó a sus pues,
8
y ved que me busca querella». * Viéndole Namán correr tras él, bajó de
dre con los segadores 19 y dijo a su padre: pies y se prosternó ante él, rostro a tie- Cuando supo Eliseo que el rey de Israel su carro para ir a su encuentro y le
«¡Ay mi cabeza, ay mi cabeza!» El padre rra; cogió a su hijo y salió. había rasgado sus vestiduras, mandó a preguntó: «¿Hay novedad?»; 2 2 y él res-
dijo a un criado: 2o «Llévalo a su madre». 38
Eliseo volvió a Gálgala. Había gran
decir al rey: «¿Por qué has rasgado tus pondió: «No, todo está bien; pero me
El criado lo cogió y se lo llevó a su ma- hambre vestiduras? Hazle venir a mí, y sabrá que manda mi señor para decirte: Acaban
dre. El niño estuvo sobre las rodillas de de los profetas en la región, y estando los hijos hay en Israel un profeta». de llegar a mi casa dos jóvenes de la
su madre hasta el mediodía y luego mu- criado: «Coge lasentados ante él, dijo a su 9
Vino Namán con sus caballos y su montaña de Efraím, de los hijos de los
rió. Ella subió, le acostó en el lecho cer un potaje paraolla
21
los
grande y pon a co-
hijos de los profe- carro, y seI 0detuvo a la puerta de la casa profetas; haz el favor de darme para ellos
del hombre de Dios, cerró la puerta y se de Eliseo. Eliseo le mandó a decir por un talento de plata y dos vestidos nuevos».
fue. 22 Llamó a su marido y le dijo: «Mán- tas». 39 Salió uno de ellqs al campo para
un mensajero: «Ve y lávate siete veces en 23
Namán dijo: «Toma dos talentos», y
dame, te ruego, un criado y una asna, que coger hierbas, y encontró una vid silves-
tre, y cogió de ella coloquíntidas hasta el Jordán, y tu carne sanará y quedarás los metió en dos sacos, y le dio dos ves-
quiero ir en seguida al hombre de Dios llenar puro». * ii Enojóse Namán y se fue, di- tidos, haciendo que sus criados se los
y luego volveré». El le dijo: «¿Para qué ta, las su
23 vestido. Cuando estuvo de vuel-
ciendo: «¡Cómo! Yo esperaba que saldría llevasen a Guejazi. 24 Llegado a la altura,
quieres ir a verle hoy? No es ni novilu- I estaba cortó en pedazos en la olla donde
el potaje, pues él no las conocía. * en persona, se presentaría a mí, invoca- tomólos Guejazi de sus manos y los metió
nio ni sábado». Ella respondió: «Estáte 4
o Sirvióse la comida a aquellos hombres; ría el nombre de Yavé, su Dios; me toca- en casa, despidiendo a aquellas gentes,
tranquilo». 24 Hizo enalbardar la borrica pero en cuanto hubieron probado el po- ría y curaría así al leproso. 12 Los ríos de que se fueron. 25 Luego fue a presentarse
y dijo al criado: «Cógela y anda, y no me taje, se pusieron a gritar: «La muerte esta Damasco, el Abana y el Parpar, ¿no son a su señor, que le dijo: «¿De dónde
detengas más que cuando yo te lo diga». en la olla, hombre de Dios», y no pudie- mucho mejores que todas las aguas de vienes, Guejazi?» El le respondió: «Tu
Israel? ¿No podía yo lavarme allí y13que- siervo no ha ido a ninguna parte». 26 Pero
25
Partió, pues, y llegó al hombre de ron comerlo. « Eliseo dijo: «Traed hari- dar limpio?» Y se iba muy enojado. Pe- Eliseo le dijo: «¿Estaba yo ausente en
Dios en el monte Carmel. Cuando el na». El la echó en la olla y dijo: «Servid ro sus siervos se acercaron a él para ha- espíritu cuando el hombre se bajó de su
hombre de Dios la vio de lejos, dijo a a esas gentes; que coman». Y ya no había carro para salirte al encuentro? Ya tienes
su criado Guejazi: «Ahí está la sunamita. en la olla nada de malo. blarle y le dijeron: «Padre mío: Si el pro-
26
Vete corriendo a recibirla y pregúntale 42 feta te hubiera mandado algo muy difí- dinero y vestidos, y luego podrás tener
Llegó de Baalsalisa un hombre a traer cil, ¿no lo hubieras hecho? ¿Cuánto más olivares, viñas, ovejas y bueyes, siervos
si está bien ella y su marido y su hijo». al hombre de Dios el pan de las primicias,
27
Y ella contestó: «Sí, bien». Llegó luego veinte panes de cebada, y espigas nuevas habiéndote dicho: Lávate y quedarás lim- y siervas, 2 7 pero la lepra de Namán se
al hombre de Dios en el monte, y cogién- en su saco. Eliseo dijo: «Da a esas gentes pio?» 1 4 Bajó él entonces y se bañó siete te pegará a ti y a tu descendencia para
dose de sus pies, llegó Guejazi para des- que coman». 43 Su criado le contestó: veces en el Jordán según la orden del hom- siempre». Y Guejazi salió de la presencia
asirla; pero el hombre de Dios le dijo: «¿Cómo voy a poder dar a cien personas?» bro de Dios; y su carne quedó como la de Eliseo blanco de lepra como la nieve.
«Déjala, que su alma está angustiada y Pero Eliseo le repitió: «Da a esas gentes; carne de un niño, quedó limpio.
Yavé me lo ha ocultado y no me lo ha que coman. Así dice Yavé: Comerán y 15 Volvió Namán al hombre de Dios
revelado». 28 Ella le dijo: «¿Pedí yo a mi sobrará». 44 Puso entonces los panes an-
señor un hijo? ¿No te dije ya que no me te ellos, comieron y quedaron sobras, se- 1 Sin duda que hubo una falsa interpretación de parte del rey de Israel, ya que la intención
engañaras?» 29 Entonces dijo él a Gue- gún la palabra de Yavé. 5 del monarca sirio no era sino rogarle que procurase la curación de su vasallo.
jazi : «Cíñete los lomos, toma en tu mano >o La humildad y la fe son las condiciones necesarias de la salud, y esto es lo que muestra bien
claio la conducta del profeta en este caso (1 Cor 1,18 ss.).
17
39 Según la concepción de los antiguos, que aún vemos reflejada en Jos 22, cada dios ejerce
La coloquintida produce unos calabacines del tamaño de naranjas, pero muy amargos y em- •u dominación en su propio territorio y en él puede recibir culto. Por unaficciónjurídica vendrá a ser
pleados en farmacia como purgante. tierra de Yavé la huerta que, por ejemplo, Namán cubriera con tierra llevada de Israel.
II IIIÍYHK 6 390 391 II REYES 6-7
1
Los hijos de los profetas dijeron a con nosotros son más que los que están
6 Eliseo: «El lugar en que m o r a m o s con ellos». 1 7 Eliseo o r ó y dijo: «¡Oh
día siguiente yo le dije: Trae a tu hijo
para que lo comamos, pero ella ha es-
fuga, a b a n d o n a n d o sus tiendas, sus caba-
llos y sus asnos, el campamento tal cual
contigo nos es demasiado estrecho. * 2 Va- Ya vé! Ábrele los ojos p a r a que vea».
condido a su hijo». 30 C u a n d o oyó el rey
Y Yavé abrió los ojos del siervo, y vio estaba, y huyeron para salvar la vida.
mos a ir al Jordán, y tomaremos de allí las palabras de esta mujer, rasgó sus 8
éste la m o n t a ñ a llena de caballos y carros Los leprosos, llegados al campamento,
una viga cada uno para hacernos una vestiduras mientras iba por la muralla, y
de fuego que rodeaban a Eliseo. penetraron en una tienda, comieron y be-
habitación». Eliseo les respondió: «Id». la gente vio que por dentro estaba vestido
3 18 bieron y se llevaron de allí plata, oro y
U n o de ellos le dijo: «Ven tú también Los sirios bajaron al valle en busca de saco. * vestidos, que fueron a esconder. Volvieron
con nosotros». El dijo: «Iré»; 4 y partió de Eliseo, y éste dirigió entonces a Yavé si El rey dijo: «Que esto me haga Yavé y penetraron en otra tienda y se llevaron
con ellos. Llegados al Jordán, corlaron esta súplica: «Dígnate herir de ceguera
y esto me a ñ a d a si la cabeza de Eliseo, cosas, que fueron a esconder. * 9 Después
los árboles, 5 y mientras uno estaba cor- a esta gente». Y Yavé los hirió de ceguera,
hijo de Safat, quedare hoy sobre sus
conforme a la súplica de Eliseo. l 9 Eliseo se dijeron u n o a o t r o : «No está bien lo
tándolos, el hierro fue a caer en las aguas. hombros». * 3 2 Estando, pues, Eliseo sen-
les dijo: « N o es éste el camino ni ésta la que nacemos. Este día es un día de buena
Se puso a clamar: «¡Ah, mi señor! Era tado en casa, rodeado de los ancianos nueva, y si nosotros nos estamos callados
prestado». 6 Y el h o m b r e de Dios le pre- ciudad. Seguidme y yo os llevaré a donde
que se sentaban con él, m a n d ó el rey a
está el h o m b r e a quien buscáis»; y los y esperamos la luz del día, nos sucederá
g u n t ó : «¿Dónde ha caldo?» El lo indicó u n o delante de él, y antes que el mensa-
condujo a Samaría. 2 0 Entrados en Sa- mal. Venid, pues, y vayamos a dar cuenta
el lugar, y Eliseo, cortando un trozo de jero llegara, dijo Eliseo a los ancianos:
maría, dijo Eliseo: «¡Oh Yavé! Abre los a la casa del rey». 1° Partieron, dieron
madera, lo arrojó al mismo lugar, y el «¿No veis cómo ese hijo de asesino m a n d a
ojos de esta gente para que vea»; y Yavé voces a los centinelas de la ciudad e hi-
hierro sobrenadó. 7 Entonces le dijo: «Có- a que me quiten la cabeza? Estad atentos;
les abrió los ojos, y vieron que estaban cieron este relato: «Hemos entrado en el
jelo», y él tendió la m a n o y lo cogió. c u a n d o llegue el mensajero, cerrad y re-
en medio de Samaría. campamento de los sirios, y allí n o habla
8 El rey de Siria estaba en guerra con chazadle con la puerta; ¿no se oye ya
2) nadie ni se oye voz alguna de h o m b r e ;
Israel, y en un consejo que tuvo con sus El rey de Israel, viéndolos, preguntó tras él el ruido de los pasos de su amo?» * no hay más que caballos atados, asnos
servidores dijo: «En tal y en cual lugar a Eliseo: «¿Los hiero, padre mío?» 33
22 Todavía estaba hablándoles, cuando ya atados y las tiendas intactas».
acamparemos». 9 El h o m b r e de Dios man- Y Eliseo respondió: « N o los hieras,
el rey llegó a él y le dijo: «De Yavé cierta-
que no los has hecho tú prisioneros con u Los centinelas de la puerta dieron
dó a decir al rey de Israel: « G u á r d a t e de mente nos h a venido este mal. ¿Tendré yo
tu espada y t u arco. Dales p a n y agua, voces y transmitieron esta noticia a la
ir a tal lugar, p o r q u e los sirios bajarán todavía que esperar m á s de Y a v é ? » * casa del rey. ] 2 El rey se levantó de noche
allá». 10 El rey de Israel m a n d ó gentes para que coman y beban, y que se vayan
a su señor». * 2 3 El rey de Israel hizo que y dijo a sus servidores: «Voy a deciros lo
al lugar que el h o m b r e de Dios había 1 Entonces dijo Eliseo: «Oíd la pa-
señalado para que estuvieran al acecho.
Y esto sucedió no una ni dos veces sola-
les sirvieran una gran comida, y ellos
comieron y bebieron; luego los despidió
7 labra de Y a v é : Así dice Yavé: M a -
que pretenden los sirios: C o m o saben
que estamos hambrientos, se h a n salido
para que fueran a su señor. Las tropas ñ a n a a estas horas estará en las puertas del campamento para esconderse en los
mente. H El rey de Siria se inquietó con de Samaría el sea de flor de harina a un
sirias n o volvieron más a la tierra de campos, diciéndose: C u a n d o salgan de la
esto, y preguntó a sus servidores: «¿No siclo, y dos seas de harina de cebada, a un
Israel. ciudad, los cogeremos vivos y entraremos
me diréis vosotros quién nos traiciona siclo». 2 El oficial sobre cuyo brazo se
24 en la ciudad». >3 U n o de los servidores
ante el rey de Israel?» 12 U n o de los Después de esto, Ben A d a d , rey de
a p o y a b a el rey respondió al h o m b r e de
Siria, reunió todo su ejército, y subiendo, del rey dijo: «Que cojan cinco de los ca-
servidores le dijo: «Nadie, ¡oh rey, mi D i o s : « C u a n d o Yavé abra ventanas en
puso cerco a Samaría. * 2 5 H u b o en Sa- ballos que todavía quedan en la ciudad
señor! Es Eliseo, el profeta que hay en los cielos sucederá eso». Y él le dijo: «Con
maría mucha h a m b r e , y de tal m o d o la —porque también a ellos les sucede lo
Israel, que lleva al rey de Israel las pala- tus ojos lo verás, pero n o lo comerás».
apretaron, que un jómer de mosto valía que a la muchedumbre que ha perecido—
bras que tú pronuncias en tu misma al- 3
Había en la entrada de la puerta cua- y mandemos a ver». 1 4 Cogieron, pues,
coba». * 13 El rey le dijo: «Id y ved dónde ochenta siclos de plata, y el c u a r t o de
tro leprosos, que se decían unos a o t r o s :
un cab de harina fina, cinco siclos de dos carros con sus caballos, y el rey m a n -
está, y yo le haré prender». Vinieron, «¿Por qué nos vamos a estar aquí hasta
plata». * 2<> Pasando el rey p o r la muralla, dó gente que siguiera tras los sirios, di-
pues, a decirle: «Está en D o t a n » . * 1 4 M a n - morirnos? 4 Si nos decidimos a entrar
le gritó una mujer: «¡Sálvame, o h rey, ciendo: «Id y ved».
d ó él entonces caballos y carros, una en la ciudad, moriremos por el hambre 15
gran tropa, que llegaron de noche y cer- mi señor!» 2 7 Y el rey respondió: «Si F u e r o n tras ellos hasta el Jordán, y
Yavé no te salva, ¿cómo voy a salvarte que en ella hay, y sí nos quedamos aquí, t o d o el camino estaba sembrado de ves-
caron la ciudad. moriremos igualmente. Vamos a pasarnos
yo? ¿Con algo de la era o con algo del tidos y objetos que en su precipitación
1 5 El siervo del h o m b r e de Dios se le-
vantó muy de mañana, y vio que la ciudad lagar?» 2 S Preguntóle luego el rey: «¿Qué al campamento de los sirios, y si nos dejan habían tirado los sirios. Volvieron los
te pasa?» Y ella respondió: «Esta mujer vivir, viviremos, y si nos matan, morire- mensajeros y dieron cuenta al r e y . i 6 Salió
estaba cercada p o r una tropa con caballos mos». 5 Partieron, pues, al anochecer para
me dijo: Trae a tu hijo y lo comeremos el pueblo y saqueó el campamento de los
y carros, y dijo al h o m b r e de D i o s : «¡Ah,
hoy, y m a ñ a n a comeremos el mío. 2« C o - el campamento de los sirios, y cuando sirios, y se puso el sea de flor de harina
mi señor!, ¿qué haremos?» 1 6 El le res- cimos, pues, mi hijo y lo comimos, y al llegaron a la entrada del campamento, no a un siclo, y a un siclo los dos seas de
p o n d i ó : « N a d a temas, que los que están había en él nadie. 6 El Señor había hecho harina de cebada, según lo que había
1 oír en el c a m p a m e n t o de los sirios estré- dicho Yavé.
En 2,5 aparece muy numerosa esta colonia de discípulos de los profetas de Jericó, donde
6 12
Eliseo fue reconocido somo sucesor de Elias (2,15.12). pito de carros y estrépito de caballos, el
estrépito de un gran ejército, y se habían
17 El rey había entregado la custodia
de la puerta al oficial sobre cuyo brazo se
Con razón el rey Joás lloraba la muerte de Eliseo, llamándole «carro de Israel y su aurigas
(13,14 s.). El era el centinela divino puesto por Yavé para defensa de su pueblo. dicho unos a otros: «Es el rey de Israel, apoyaba el día antes, pero éste fue atro-
13
La ciudad de Dotan o Dotain, conocida ya desde la historia de José (Gen 37,17), estaba a! que ha t o m a d o a sueldo contra nosotros pellado p o r el pueblo a la puerta, y
norte de Samaría, y, como ciudad poco importante, era fácil que una columna de tropa ligera la a los reyes de los jéteos y a los reyes de murió, según la palabra que había p r o -
ocupara por sorpresa. Pero Elíseo contaba con otra defensa más poderosa. los egipcios y viene a atacarnos». 7 Y se nunciado el h o m b r e de Dios c u a n d o el
22
La conducta generosa del profeta debió de ser el motivo de dejar en paz a Israel, más bien
que 2el temor a las fuerzas del rey. levantaron, y al anochecer se pusieron en rey bajó a él. 1 8 El h o m b r e de D i o s h a b í a
4 30
La expresión «después de esto» sólo indica la continuación de la narración, no el orden cro- El hambre, llegado a los últimos extremos, priva de todo sentido que no sea el instinto de
nológico
2
de los sucesos. satisfacerle. Estos horrores ya los leemos en Lev 26,29: Dt 28,43 ss -; Ez 5,10.
5 Aunque en el texto y en las versiones antiguas hallamos «una cabeza de asno y un cuarto de 31
Ajab echaba sobre Elias la culpa de la larga sequía, o porque la hubiera anunciado o porque
cab de palomina», traducimos con algunos autores modernos como hemos hecho por parecemos con 3su poder intercesor o taumatúrgico no la había remediado; iguai hace aquí su hijo.
enteramente inverosímil lo que dice el texto. Este relato nos muestra hasta qué extremo ílegaban 2
El asesino es aquí el rey, por lo dicho arriba. Hijo vale lo mismo que mandatario.
los horrores del hambre en estos asedios con que el enemigo pretendía forzar la ciudad por hambre 33
El rey vuelve un tanto en sí. No es Eliseo; es Yavé el autor único de este mal. Pero si esto
y ésta resistía con desesperación, sabiendo la suerte que le estaba reservada. El Rabsaces asirio ame- es así, ¿qué pueden esperar de El? ¿Para qué servirle?
nazaba a los moradores de Jerusalén con un asedio tal, que se vieron obligados «a comerse sus ex-
crementos y beberse sus orines», según !a fuerte expresión de Isaías (36,12). 7 fi Los leprosos, excluidos de la sociedad, habitaban no lejos de las puertas de la ciudad, don-
• de pudieran ser socorridos por la caridad de ios que entraban o salían.
II REYES 7-8 392 393 II REYES 8-9
dicho al rey: «Mañana a estas horas a cuchillo a sus mancebos, estrellarás a habían hecho en Ramot cuando combatía 14 las trompetas, gritaron: «¡Jehú, rey!»*
estarán a siclo los dos seas de harina de sus niños y abrirás el seno a sus preña- contra Jazael, rey de Siria. Ocozías, hijo Así conspiró Jehú, hijo de Josafat, hijo
cebada,
19
y a siclo el sea de flor de harina»; das» 13 Y Jazael dijo: «Pues ¿qué es tu de Joram, rey de Judá, bajó a Jezrael de Nimsi, contra Joram.
y el oficial había respondido al hom- siervo, este perro, para hacer tan grandes para ver a Joram, hijo de Ajab, que es- Joram defendía con todo Israel a Ra-
bre de Dios: «Cuando Yavé abra venta- cosas?» Y Eliseo respondió: «Yavé 4 me taba allí herido. mot Galad contra Jazael, rey de Siria;
nas en los cielos, veremos eso». Y Eliseo ha revelado que serás rey de Siria». 1 Ja- 15 pero el rey Joram había tenido que
le había dicho: «Con tus ojos lo verás, zael dejó a Eliseo y volvió a su señor, Los reyes de Israel y de Judá, volverse para curarse en Jezrael de las
pero no lo comerás». 20 Fue en verdad que le preguntó: «¿Qué te ha dicho Eli-
asesinados p o r J e h ú heridas que los sirios le hablan hecho
lo que sucedió, pues el pueblo le atrope- seo?» Y él respondió: «Me ha dicho: cuando combatía contra Jazael, rey de
llo a la puerta y murió. Curarás». 15 Al día siguiente cogió Jazael 1
Eliseo, profeta, llamó a uno de los Siria. Jehú dijo: «Pues que lo queréis,
una manta, la empapó en agua y la puso
1 Eliseo dijo a la mujer a cuyo hijo sobre el rostro del rey, que murió. Ja-
9 hijos de los profetas y le dijo: «Cí- sea; pero que no salga de la ciudad na-
8 había resucitado: «Levántate y vete, zael le sucedió. ñete los lomos, toma esta redoma
óleo y vete a Ramot Galad. * 2 Cuando
die que pueda llevar la noticia a Jezrael». *
de 16
Jehú subió a su carro y partió para
tú y tu casa, y mora donde puedas, porque
Yavé llama al hambre y vendrá sobre la llegues, busca a Jehú, hijo de Josafat, Jezrael, pues Joram estaba allí en cama,
J o r a m y Ocozías, reyes de Judá hijo de Nimsi. Le haces que se levante y Ocozías, rey de Jada, había bajado a
tierra por siete años». * 2 Levantóse la 7
mujer e hizo lo que le decía el hombre 16
El año quinto de Joram, hijo de Ajab, de entre sus compañeros y le3 llevas apar- verle. 1 El centinela que estaba en la
de Dios, y se fue ella y su casa,3 y habitó rey de Israel, comenzó a reinar Joram, te, a una cámara retirada; y tomando torre de Jezrael vio venir a la tropa de
siete años en tierra de filisteos. Al cabo hijo de Josafat, rey de Judá. 17 Treinta y la redoma de óleo, lo derramas sobre Jehú y dio la noticia: «Veo venir una tro-
de siete años volvió la mujer de la tierra dos años tenía cuando comenzó a reinar, su cabeza, diciéndole: Así habla Yavé: pa». Joram dijo: «Manda que salga a
de los filisteos y fue a implorar al rey y reinó ocho años en Jerusalén. 18 Marchó Yo te unjo por rey de Israel. Abres 4lue- su encuentro uno de18 a caballo para sa-
por su casa y su campo. 4 Estaba el rey por los caminos de los reyes de Israel, go la puerta y huyes sin detenerte». El ber si es de paz». Salió el jinete, se
hablando con Guejazi, servidor del hom- como había hecho la casa de Ajab, pues joven servidor 5del profeta partió para presentó a Jehú y preguntó: «Así habla
bre de Dios, y le decía: «Anda y cuéntame tuvo por mujer a una hija de Ajab, e Ramot Galad; y cuando llegó estaban el rey: ¿Es la paz?» Jehú respondió:
todas esas grandes cosas que ha hecho hizo el mal a los ojos de Yavé. 1 9 Pero los jefes del ejército reunidos, y dijo: «¿Qué te importa a ti la paz? Vuélvete
5
Eliseo»; y mientras estaba contando al Yavé no quiso destruir a Judá por amor «Jefe, tengo que decirte una cosa». Jehú detrás de mí». El centinela dio luego el
le preguntó: «¿A quién de nosotros?» aviso, diciendo: «El mensajero ha lle-
rey cómo Eliseo había vuelto a la vida de David, su siervo, según la promesa que 19
a un muerto, llegó la mujer cuyo hijo le había hecho de darle siempre una lám- El respondió: «A ti, ¡oh jefe!» 6 Levan- gado hasta ellos, pero no vuelve». En-
había resucitado Eliseo para implorar al para perpetuamente. 2 »En su tiempo se tóse Jehú y entró en casa, y el joven de- tonces se mandó otro a caballo, que lle-
rey por su casa y su campo, y dijo Gueja- rebeló Edom contra 21 el dominio de Judá, rramó sobre su cabeza la redoma de gado a ellos preguntó: «Así habla el rey.
zi: «¡Oh mi señor, rey!, ésa es la mujer y y se dio un rey. * Joram marchó a óleo, diciéndole: «Así habla Yavé, Dios ¿Hay paz?» Y Jehú contestó: «¿Qué te
6
ése es su hijo, que Eliseo resucitó». Pre- Seir con todos sus carros. Una noche de Israel: Yo te7 unjo rey de Israel, del importa20
a ti la paz? Vuélvete detrás de
guntó el rey a la mujer, y ella le hizo el arriesgó combate con los edomitas, que pueblo de Yavé. Tú herirás a la casa de mí». El centinela volvió a decir: «Tam-
Ajab, tu señor, y vengarás en Jezabel la bién éste ha llegado a ellos y no vuelve;
relato; el rey le dio un eunuco, a quien le tenían cercado, y le derrotaron junta-
dijo: «Haz que le sea devuelto a esta mente con los jefes de los22 carros, y el sangre de mis siervos, los profetas, y la mas al parecer, por la marcha, el que
mujer todo lo que le pertenece, con todos pueblo huyó a sus tiendas. La rebelión sangre de todos los siervos de Yavé. viene es Jehú, hijo de Nimsi, 2
porque
los frutos de su campo, desde el día en de Edom contra el dominio de Judá dura 8 Toda la casa de Ajab perecerá; yo ex- viene con mucho ímpetu». i Entonces
que dejó la tierra hasta hoy». hasta hoy. Entonces se rebeló también terminaré a todos cuantos pertenecen9 a Joram dijo: «Engancha»; y enganchado
7
Fue Eliseo a Damasco. Estaba enfer- Libna. Ajab, al esclavo y al libre de Israel, y que fue su carro, salió Joram, rey de
mo Ben Adad, rey de Siria, y le avisaron, 23
El resto de los hechos de Joram, haré la casa de Ajab semejante a la casa Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno
diciendo: «Está aquí el hombre de Dios». cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de Jeroboam, hijo de Nabat, y a la casa en su carro. Salieron al encuentro de
8
El rey dijo a Jazael: «Toma contigo un de las crónicas de los reyes de Judá? de Basa, hijo de Ajiya. I 0 Los perros Jehú, a quien hallaron 22
en la heredad de
presente y vete a ver al hombre de Dios, y 24
Joram se durmió con sus padres y comerán a Jezabel en el campo de Jez- Nabot, de Jezrael. En cuanto vio Jo-
consulta por mí a Yavé si curaré de esta fue sepultado con ellos en la ciudad de rael y no habrá nadie que le dé sepultura». ram a Jehú le preguntó: «¿Hay paz, Je-
9
enfermedad». Fue Jazael a su encuentro, David. Le sucedió su hijo Ocozías. Después, el hombre abrió la puerta y hú?» Y éste respondió: «¿Qué paz mien-
huyó. tras duren las prostituciones de Jezabel,
llevando consigo un presente, todo lo 25 El año doce de Joram, hijo de Ajab, tu madre, y sus muchas hechicerías?»
mejor que había en Damasco, la carga rey de Israel, comenzó a reinar Ocozías, " Cuando salló Jehú para reunirse con 23
los servidores de su señor, le dijeron és- Entonces Joram, volviendo grupas, hu-
de cuarenta camellos. Llegado, se pre- hijo de Joram, rey de Judá. 26 Tenía Oco-
sentó a él y le dijo: «Tu hijo Ben Adad, zías veintidós años cuando comenzó a tos: «¿Va todo bien? ¿Por qué ha venido yó y 2dijo 4
a Ocozías: «¡Traición, Oco-
a ti esc loco'.'» Jehú respondió: «Segura- zías!» Pero Jehú tendió su arco e hirió
rey de Siria, me manda a ti para pregun- reinar, y reinó un año en Jerusalén. Su
tarte: ¿Curaré de esta enfermedad?»10 Eli- madre se llamaba Atalia, hija de Omri, mente conocéis al hombre y sabéis lo que a Joram entre las espaldas, saliéndole la
seo le respondió: «Ve y dile: Tú curarás, rey de Israel. 2? Marchó por los caminos me ha dicho». , 2 Ellos respondieron: «No flecha por 2 5el corazón, y Joram cayó en
pero Yavé me ha revelado que morirás» de la casa de Ajab e hizo el mal a los es verdad. Explícanos lo que ha dicho». su carro. J e h ú dijo a su oficial, Bid-
11
El hombre de Dios puso sus ojos sobre ojos de Yavé, como la casa de Ajab, con El entonces dijo: «Esto y esto es lo que ha car: «Cógele y tírale en el campo de
Jazael 12 y los fijó en él hasta hacerle la que estaba emparentado. 28 Acompañó dicho: Así habla3 Yavé: Yo te unjo por N a b o t de Jezrael, pues m e acuerdo de
enrojecer; luego se puso a llorar. El le a Joram, hijo de Ajab, en la guerra contra rey de Israel». 1 En seguida tomaron to- que cuando yo y tú íbamos juntos a ca-
preguntó: «¿Por qué llora mi señor?» Jazael, rey de Siria, a Ramot Galad. dos sus mantos y los pusieron debajo ballo detrás de Ajab, su padre, Yavé
Y Eliseo le respondió: «Porque sé el Los sirios hirieron a Joram, 29 y el rey de él en las gradas, y, haciendo sonar pronunció contra él la sentencia, dicien-
mal que vas a hacer a los hijos de Israel; Joram se volvió para hacerse curar en ' En 1 Re 10,16 se consigna la orden dada por Dios a Elias de ungir a Jehú, sin que allí vié-
incendiarás sus ciudades fuertes, pasarás Jezrael de las heridas que los sirios le 9 ramos su cumplimiento. En 21,21 ss.20, el mismo profeta anuncia los maies que Dios envia-
rá sobre la casa de Ajab. Eliseo cumple la orden de la unción y Jehú realiza las predicciones del
Q ' Otra vez tenemos sobre Israel el hambre, persistente durante muchos años, que obliga a gran13profeta.
" emigrar, como se lee en Rut 1,1. Pero no es el hambre lo principal del relato, sino el testimonio Por aquí se ve qué tales estaban los ánimos para derrocar una vez más la dinastía reinante
que20la mujer da de la resurrección de su hijo. y levantar un nuevo soberano. La unción tal vez vino sólo a designar la persona o a dar la señal de
Reinando Josafat no había rey en Edom (1 Re 22,48). Este versículo debe de significar la in- la insurrección.
dependencia que bajo Joram alcanzó Edom (cf. 3,0.12) según Gen 27,40. 15
Ya hemos visto que era Jezrael la ciudad invernal de los reyes de Israel (1 Re 21,1).
II HEVES 9-10
394 395 II BEYES 10
d o : 2 6 Y o he visto ayer la sangre de cibáis esta carta, pues que tenéis con ro». «Si es así—replicó Jehú—, dame la
N a b o t y de sus hijos, dice Yavé, y yo vosotros a los hijos de vuestro señor, y
te daré su merecido en esta misma here- m a n o » . J o n a d a b le dio la m a n o , y Jehú
además carros y caballos, ciudades for- le hizo subir a su carro junto a él, * 16 y
dad. Cógele, pues, y tírale a ese campo, tificadas y armas, 3 ved cuál de los hijos
según la palabra de Yavé». dijo: «Ven conmigo y verás mi celo p o r
de vuestro señor queréis mejor y os con- Yavé». Llevólo, pues, en su c a r r o ; I7y
27 Ocozías, rey de Judá, que vio esto, viene poner en el trono de su padre, y
huyó p o r el camino de Bet G a n i m ; pero c u a n d o llegó a Samaría m a t ó a cuantos
combatid p o r la casa de vuestro señor». de Ajab quedaban en Samaría, extermi-
Jehú le persiguió, diciendo: «También a 4
Ellos se llenaron de miedo y se dijeron: nándoles del todo, según la palabra que
él». Y le hirieron en el carro en la subida «Dos reyes no h a n podido resistirle, ¿có- Yavé había dicho a Elias. 1 8 Después
de Gur, cerca de Jibleam; él siguió hasta m o vamos a resistirle nosotros?» 5 Y el reunió a t o d o el pueblo y le dijo: «Ajab
Mageddo, pero allí murió. 2 8 Sus servi- jefe de la ciudad, los ancianos y los ayos
dores le trasladaron en un carro a Jeru- sirvió poco a Baal; Jehú le servirá más.
de los niños m a n d a r o n a decir a J e h ú :
salén y le sepultaron en la sepultura de «Nosotros somos servidores tuyos y ha- 1 9 Llamad, pues, a mí a todos los profe-
remos cuanto tú nos digas. N o elegire- tas de Baal, a todos los sacerdotes, sin
mos a ninguno p o r rey. H a z tú lo que que quede ni uno solo, porque quiero
bien te parezca». 6 Entonces les escribió ofrecer a Baal un gran sacrificio. El que
Jehú una segunda carta, en que les decía: falte no vivirá». Jehú obraba arteramen-
«Si estáis p o r mí y dispuestos a obede- te p a r a exterminar a los servidores de
cerme, t o m a d las cabezas de esos h o m - Baal. 20 Dijo, pues: «Promulgad u n a fiesta
bres, hijos de vuestro señor, y venid a en h o n o r de Baal». Promulgáronla, 2 1 en-
mi m a ñ a n a a estas horas a Jezrael». viando mensajeros por t o d o Israel, y lle-
7 garon todos los servidores de Baal, sin
C u a n d o éstos recibieron la carta, cogie-
ron a los hijos del rey, setenta h o m b r e s ; que ni u n o dejara de venir, y entraron
los degollaron y pusieron sus cabezas en en la casa de Baal, que se llenó de bote
canastillas, y se las m a n d a r o n a Jehú, a en bote. 2 2 Jehú dijo al que estaba al
Dama griega en su tocador Jezrael. 8 Vino u n o a informarle, diciendo: cuidado del vestuario: «Saca vestiduras
« H a n traído las cabezas de los hijos del p a r a todos los siervos de Baal». El las
sus padres, en la ciudad de David. M Oco- rey», y él dijo: «Ponedlas en dos montones sacó, 23 y fue Jehú con J o n a d a b a la
zías había comenzado a reinar el a ñ o a la entrada de la puerta hasta mañana». casa de Baal y dijo a los servidores de
9
once de Joram, hijo de Ajab. Por la m a ñ a n a salió y, presentándose B a a l : «Mirad y ved si por acaso hay aquí
30 Jehú entró en Jezrael. Sabiéndolo ante el pueblo todo, dijo: «Vosotros sois entre vosotros algún servidor de Yavé o
Jezabel, se pintó los ojos, se peinó y se justos. Y o he conspirado contra mi se- si están sólo los servidores de Baal».
puso a mirar a una ventana. 31 Al pasar ñ o r y le he d a d o muerte. Pero ¿quién 24
Y entró Jehú p a r a ofrecer sacrificios y
Jehú por la puerta, le gritó: «¿Le salió ha m a t a d o a todos éstos? 10 Sabed, pues, holocaustos.
bien la cosa a Zimri, asesino de su señor?» que no caerá p o r tierra ni una de las H a b í a apostado fuera a ochenta h o m -
32 palabras que Yavé h a pronunciado con-
El alzó el rostro hacia la ventana y bres, diciéndoles: «Cualquiera que dejare
p r e g u n t ó : «¿Quién eres tú para que quie- tra la casa de Ajab. Yavé cumple lo que escapar a alguno de estos que yo pongo
ras contender conmigo?» Entonces mi- declaró p o r medio de su siervo Elias». en vuestras manos, m e responderá de su
11
r a r o n p o r la ventana dos o tres eunucos, Y Jehú mató a todos cuantos de la vida con la suya». 2 5 C u a n d o hubieron
33 y él m a n d ó : «Echadla abajo»; y ellos casa de Ajab quedaban en Jezrael, a acabado de ofrecer los sacrificios y h o -
la echaron, y su sangre salpicó los mu- todos sus parientes, a sus familias y a
locaustos, Jehú dijo a los de su guardia
ros y los caballos; Jehú la pisoteó con sus sacerdotes, sin dejar escapar a u n o
solo. y a los oficiales: «Entrad y matadlos, sin
sus pies, 34 y después entró, comió, bebió que ni u n o quede». Los de la guardia
y dijo: «Id a ver a esa maldita y ente- 12 y los oficiales pasáronlos a todos a cu-
rradla, que al fin es hija de rey». 35 Fue- Después se levantó p a r a ir a Sa-
maría; y llegado a u n albergue de pas- chillo. Penetraron luego en el templo de
ron para enterrarla; pero no hallaron de Baal, a sacaron fuera la asera de Baal y
ella más que el cráneo, los pies y tas tores que había en el camino, 13 encon-
tró a los hermanos de Ocozías, rey de la quemaron. 2 7 Destrozaron los cipos de
palmas de las manos. 36 Volvieron a dar Baal, y derribando el templo, hicieron de
cuenta a Jehú, que dijo: «Es la amenaza Judá, y les preguntó: «¿Quiénes sois vos-
otros?» Y ellos le dijeron: «Somos los él u n a cloaca, que todavía subsiste hoy.
que había hecho Yavé p o r su siervo 28
hermanos de Ocozías, que hemos venido Así exterminó Jehú a Baal de en medio
Elias, tesbita, diciendo: «Los perros co-
merán la carne de Jezabel en el campo a saludar a los hijos del rey y a los hijos de Israel. *
29
de Jezrael, 37 y e ] cadáver de Jezabel seráde la reina». 1 4 J e h ú dijo: «Cogedlos vi- Con todo, no se apartó Jehú de los
vos». Cogiéronlos vivos y los degolla-
c o m o estiércol sobre la superficie del cam- pecados con que Jeroboam, hijo de N a -
ron, en número de cuarenta y dos, en
p o , en el campo de Jezrael, de m o d o que bat, hizo pecar a Israel, y dejó en pie
nadie podrá decir: Esta es Jezabel». la cisterna del albergue; Jehú no dejó los becerros de o r o que había en Betel
escapar ni a uno solo. * y Dan.
15 15
Partido de allí, encontró a J o n a d a b , Por Jer 35,1 ss., sabemos que este Jonadab
J e h ú , r e y d e Israel es padre o fundador de los recabitas, familia que
hijo de Recab, que venía a su encuen-
•j A i Jehú escribió cartas, que m a n d ó t r o ; le saludó y le dijo: «¿Es sincero con- por motivos religiosos hacía vida nómada y era
especialmente adicta al culto de Yavé y, por tan-
• l " a Samaría, a los príncipes de la migo tu corazón, c o m o lo es el mío con- to, adversa a los cultos cananeos. Jehú tomó con-
ciudad. En ellas decía: 2 «En cuanto re- tigo?» Y J o n a d a b le respondió: «Since- sigo a Jonadab como banderín para llamar a sí a
todos los devotos de Yavé.
28
I A 1 4 La casa de Ajab se hadaba emparentada con la de David, y sus relaciones, según ve- Jehú acabó con los cultos fenicios que la
• ^ mos, eran muy íntimas. Jehú, deseoso de asegurarse el trono, no quiere dejar rastro ni de la casa de Ajab había importado: pero los santua-
casa de David, ante el temor de que de ahí pueda venir la reacción. rios antiguos, erigidos por Jeroboam, quedaban Prisma de Salmanasar, en que aparece el rey Jehú
en pie, y el cisma religioso de Israel perduró. postrado ante el rey asirio
ii IIEYUS 1U-1I 396
30 397 II REYES 11-13
Yavó dijo a Jehú: «Por haber hecho tercera parte de vosotros que monta la
lo que es recto a mis ojos, haciendo guardia en el palacio real, 7 más las otras cereteos y a los guardias y a todo el pue- ros para el pago de las maderas y el ta-
desaparecer a la casa de Ajab, conforme dos partes de vosotros que montan la blo, y llevaron al rey desde el templo llado de las piedras necesarias para las
a mi voluntad, tus hijos se sentarán en guardia en el templo de Yavé, 8 con las de Yavé al palacio real, donde entró reparaciones. 14 Pero con todo lo que en-
el trono de Israel hasta la cuarta genera- armas en la mano, formaréis en torno por la puerta de la guardia. Sentóse allí traba en la casa de Yavé no hubo ni
ción». del rey y mataréis a cualquiera que pre- sobre el trono real, 20 y todo el pueblo para hacer ni fuentes de plata, ni cuchi-
31
Pero Jehú no se cuidó de andar con tenda penetrar en las filas. Estaréis junto estaba lleno de alegría, y la ciudad se llos, ni copas, ni trompetas; en suma,
todo su corazón en la Ley de Yavé, Dios al rey dondequiera que vaya». quedó tranquila. Atalia había sido muer- nada de oro ni de plata, 1 5 sino que hubo
9
de Israel, ni se apartó de los pecados con Cumplieron los capitanes las órdenes ta en el palacio real. que emplearlo todo en la reparación de
que Jeroboam había hecho pecar a Is- que les había dado el sacerdote Joyada. la casa. ' 6 No se tomaban cuentas a los
10
rael. Tomó cada uno sus gentes, las que ha- Reinado de Joás que recibían el dinero para entregarlo a
32
En aquellos días comenzó Yavé a cían el servicio el sábado, y se fueron los que hacían las obras, porque eran
cercenar el territorio de Israel, y los hi- al sacerdote Joyada. Este les entregó las •I O l Tenía Joás siete 2años cuando co- personas de fidelidad. 17 El dinero por el
rió Jazael en toda ia fronlera de Israel, * lanzas y los escudos del rey David, que *• ** menzó a reinar. Comenzó a rei- delito y el dinero por los pecados no
33 nar Joás el séptimo año de Jehú, y reinó
desde el Jordán, a oriente, toda la tie- se hallaban en la casa de Yavé, H y cuan- entraba en la casa de Yavé, porque era
rra de Galad, de Gad, de Rubén y de do los soldados de la guardia, todos con cuarenta años en Jerusalén. Su madre se de18los sacerdotes.
Manases, desde Aroer, que está junto al las armas en la mano, desplegaron desde llamaba Sibia, de Berseba. 3 Hizo Joás Entonces subió Jazael, rey de Siria,
torrente del Arnón, hasta Galad y Basan. el lado sur al 12
lado norte, entre el altar lo que era recto a los ojos de Yavé y atacó a Gat y la tomó. Jazael tenía el
34
El resto de los hechos de Jehú, cuan- y el templo, sacó al rey, púsole la dia- todo el tiempo que le dirigió el sacerdote designio de subir contra Jerusalén. *
to hizo, sus hazañas, ¿no está escrito en dema y los brazaletes y le ungió. Todos Joyada; 4 pero no desaparecieron los 19 Joás, rey de Judá, tomó todas las cosas
el libro35 de las crónicas de los reyes de entonces palmotearon y gritaron: «¡Viva altos, y seguía el pueblo sacrificando y consagradas, lo que habían consagrado
Israel? Jehú se durmió con sus padres el rey!» quemando perfumes en ellos. 5 Joás dijo Josafat, Joram y Ocozías, sus padres, re-
13 a los sacerdotes: «Todo el dinero que
y fue sepultado en Samaría. Le sucedió Cuando oyó Atalia el estrépito del yes de Judá, y lo que él mismo había
Joacaz, su hijo. 3S Había reinado Jehú pueblo, se vino a donde estaba la gente como ofrenda sagrada ha entrado en el consagrado, y todo el oro que había
veintiocho años sobre Israel en Samaría. reunida en la casa de Yavé 1 4 y miró. templo de Yavé, el dinero del rescate de en el tesoro de la casa de Yavé y en el
Y estaba el rey sobre el estrado, según personas según estimación y el que vo- del real palacio, y enviólo todo a Jazael,
Atalía, reina de J u d á costumbre, y cerca de él los jefes y las luntariamente se ofrece a la casa de Ya- rey de Siria, que desistió de subir contra
trompetas, y todo el pueblo daba mues- vé, 6 tómenlo los sacerdotes y empléenlo Jerusalén. 2<> El resto de los hechos de
1
Atalía, madre de Ocozías, vien- tras de gran júbilo, mientras sonaban las en reparar la casa de Yavé en todo lo
H do que había muerto su hijo, le-
vantóse y exterminó
trompetas. Atalia rasgó sus vestiduras
5
a toda la descenden- clamó: «¡Traición! ¡Traición!» 1 Enton-
y que necesite reparación», "i Pero sucedió
que el año veintitrés del reinado de Joás,
Joás, cuanto hizo, ¿no está escrito en el
libro de las crónicas de los reyes de
2
cia real. * Pero Josaba, hija del rey ces el sacerdote Joyada dio orden a los los sacerdotes no habían hecho las repa- Judá?
21
*
Joram y hermana de Ocozías, cogió a capitanes que estaban a la cabeza de las raciones necesarias en la casa. 8 Llamó Sus servidores conspiraron contra él,
Joás, hijo de su hermano, y le sacó furti- tropas: «Sacadla de las filas y matad a entonces el rey al sacerdote Joyada y a y, rebelándose, le mataron22cuando bajaba
vamente de entre los hijos del rey cuan- quienquiera que la siga». Pues el sacer- los otros sacerdotes y les dijo: «¿Por qué a la casa del terraplén. Josacar, hijo
do los estaban asesinando, ocultándole dote había dicho: «Que no la maten en no habéis reparado lo que había que re- de Simat, y Josabab, hijo de Somer, sus
16 siervos, le hirieron, y murió. Fue sepulta-
de Atalía, a él y a su nodriza, en la cá- la casa de Yavé». Hiciéronla sitio, y parar en la casa? En adelante no seréis
mara dormitorio y así pudo aquél esca- cuando llegó al palacio real, por la puer- vosotros los que dispongáis del dinero do con sus padres en la ciudad de David,
par a la muerte. 3 Seis años estuvo ocul- ta de los caballos, allí la mataron. del pueblo, sino que lo entregaréis, para y le sucedió Amasias, su hijo.
to con Josaba en la casa de Yavé, y en- !7 Joyada intervino en la alianza que que se haga la reparación de la casa».
tre tanto reinó Atalía en la tierra. 4 E1 con Yavé hicieron el rey y el pueblo de 9
Los sacerdotes asintieron a no ser ellos Joacaz y Joás, reyes de Israel
año séptimo, Joyada mandó a llamar a ser el pueblo de Yavé. * 18 Todo el pue- los que recogieran el dinero del pueblo I O ' E l año veintitrés de Joás, hijo
ios centuriones de los córeteos y de la blo penetró en el templo de Baal y lo para hacer las reparaciones de la casa. *• «* de Ocozías, rey de Judá, comen-
guardia y los introdujo en la casa de demolió, destruyendo del todo su altar y xo
Entonces el sacerdote Joyada tomó un zó a reinar Joacaz, hijo de Jehú, en Sa-
Yavé. Hizo pacto con ellos, juramentán- sus estatuas; y al sacerdote de Baal, Ma- cofre, hizo en su tapa un agujero y le maría, y reinó diecisiete años.
dolos en la casa 5de Yavé, y les mostró tan, diéronle muerte delante del altar. * puso al lado del altar, a la derecha, en 2
Hizo el mal a los ojos de Yavé y
el hijo del rey,* dándoles esta orden: 19 Después, dejando una guardia en el el paso para la entrada en la casa de siguió los pecados de Jeroboam, hijo de
«He aquí lo que habéis de hacer: * « La templo de Yavé, tomó a los jefes de los Yavé. Los sacerdotes de guardia metían Nabat, con que hizo pecar a Israel, y
allí todo el dinero que se traía a la casa no se apartó de ellos. 3 Encendióse el fu-
32 En la guerra con Damasco, que al subir Jehú al trono estaba comenzada, salió mal, pues Is- de Yavé; 11 y cuando se veía que en el ror de Yavé contra Israel, y los entregó
rael perdió todo el territorio de la TransJordania. Parece haber sido el motivo que, en la invasión cofre había bastante dinero, subía el se- en manos de Jazael, rey de Siria, y en
asiría de 842, Jehú no sólo no se unió a la coalición dirigida por Jazael de Damasco contra Salmana-
sar III, sino que se declaró vasallo de éste, y como tal figura en los monumentos del rey de Nínive. cretario del rey con el gran sacerdote y manos de Ben Adad, hijo de Jazael, todo
contaban 12el dinero que había en la casa el tiempo que estos reyes vivieron. * 4 Joa-
>f 1 Por aquí se nos muestra que Atalía era en todo semejante a su madre, Jezabel. La dinastía de Yavé. Iban entregando a los encar- caz imploró a Yavé, y Yavé le oyó,
1 I davídica está a punto de extinguirse; pero Dios cumple su promesa y preserva a este vastago,
en el cual se ve pronto restaurada la casa de David. gados de las obras de reparación lo ne- pues vio la opresión en que los reyes de
4 No era posible que una reina extranjera, idólatra y homicida de la familia real, pudiera conso- cesario para pagar a los carpinteros y Siria tenían a Israel. 5 Deparó a Israel
lidarse en el trono de David. Joyada, el depositario del vastago salvado, tiene que ser quien le colo- demás obreros que trabajaban en la casa un libertador, que les sacó de las manos
nue en el trono de sus padres, haciendo efectivos ios derechos del pueblo y los planes de Dios. de Yavé, 13 a los albañiles y a los cante- de los sirios, y habitaron en sus tiendas
5 El plan de la conspiración no es claro. Joyada buscó el apoyo de la guardia, compuesta, en
parte a lo menos, de extranjeros, y aprovechó un sábado en que se hacía el relevo y se juntaban en •• O * 8 Una prueba de cuánto hablan progresado las conquistas de Jazael sobre Israel en el rei-
lerusalén todas las fuerzas. , , , , , , . ' "• nado de Jehú la tenemos en que haya llegado a atacar a Judá por la antigua ciudad de Gat,
17 El rey de Israel debía ser un rey teocrático, que regía en nombre de Yavé al pueblo ligado a la patria de Goliat, situada al sudoeste de Jerusalén.
su Dios por la alianza. Con la renovación de ésta, el pueblo y el rey reconocen a Yavé por su Dios 20
Notemos esta diferencia entre los dos reinos. Los soberanos de Israel mueren en manos de
y el pueblo reconoce al niño por su rey. un conspirador, que sucede a su víctima en el trono; los de Judá, si alguna vez mueren de muerte
18 Era una consecuencia necesaria del pacto con Yavé la destrucción de este templo de Baal, violenta, tienen su legítimo sucesor, que hace justicia en los regicidas.
que además debía de ser el santuario real de Atalía. 3
1 "*0 Era el cumplimiento del vaticinio que, con los ojos llenos de lágrimas, habla hecho Eliseo
a Jazael (8,12 ss.).
399 II REYES 13-14
II IIKVKN I I 398
24
como « u l e s ; * <> pero no se apartaron de auriga!» 15
Eliseo le dijo: «Toma tu arco M u r i ó Jazael, rey de Siria, y le su- Israel, y cada uno huyó a su tienda.
13
los pecados de la casa de Jeroboam, que y unas flechas». El t o m ó el arco y fle- cedió su hijo Ben Adad. 2 5 Joás, hijo de Joás, rey de Israel, cogió prisionero en
había hecho pecar a Israel, sino que se chas, i* Luego dijo Eliseo al rey de Is- Joacaz, reconquistó de manos de Ben Betsames a Amasias, rey de Judá, hijo
dieron a ellos y a ú n una aseni quedaba rael: «Pon tus manos en el arco». Y él Adad, hijo de Jazael, las ciudades con- de Joás, hijo de Ocozias, y vino a Jeru-
erigida en medio d e Samaría. ' De todo las puso, y puso Eliseo las suyas sobre quistadas por Jazael a Joacaz, su pa- salén e hizo una brecha de cuatrocientos
el ejército que tenia Joacaz no le dejó las del rey. 17 Luego a ñ a d i ó : «Abre la dre, durante la guerra. Joás batió tres codos en la muralla de Jerusalén, des-
Yavé más que cincuenta caballeros, diez ventana que da al oriente». Abrióla, y veces a los sirios y recobró las ciudades de la puerta de Efraím hasta la puerta
carros y diez mil infames, porque el rey Eliseo le dijo: «Dispara»; y disparó. Eli- de Israel». * de la Esquina. 1 4 Se apoderó de todo el
de Siria les habla aniquilado, como si los seo exclamó: «Es una flecha de liberación oro y plata de los vasos que había en la
redujera a polvo. de Yavé; es una flecha de liberación con- Amasias, rey de Judá. Jeroboam, rey casa de Yavé y en el tesoro del palacio
8
El resto de los hechos de Joacaz, cuan- tra Siria. Tú batirás a los sirios en Afee d e Israel real, y t o m a n d o rehenes, retornó con
to hizo, sus hazañas, ¿no está escrito en hasta exterminarlos». I 8 Eliseo le dijo nue- ellos a Samaría.
1 15
El a ñ o segundo de Joás, hijo de El resto de los hechos de Joás, cuanto
el libro de las crónicas de los reyes de
Israel?
vamente: «Coge las flechas». El las t o m ó ,
y Eliseo le m a n d ó : «Hiere la tierra», y
U Joacaz, rey de Israel, comenzó a hizo, sus hazañas y la guerra que hizo a
Amasias, rey de Judá, ¿no está escrito
' J o a c a z se durmió con sus padres y el rey la hirió tres veces, y se detuvo. reinar Amasias, hijo de Joás, rey de Ju-
fue sepultado en Samaría. Le sucedió 19
El h o m b r e de Dios se irritó contra él dá. 2 Tenía veinticinco años cuando co- en el libro de las crónicas de los reyes
Joás, su hijo. y le dijo: «Debieras haber herido cinco menzó a reinar, y reinó veintinueve años de Israel?
16
10
El año truínla y siete de Joás. rey o seis veces, y entonces hubieras llegado en Jerusalén. Su madre se llamaba Joa- Joás se durmió con sus padres, y fue
dán, de Jerusalén. 3 Hizo lo recto a los sepultado en Samaría con los reyes de
ojos d e Yavé, n o , sin embargo, como Israel. Le sucedió Jeroboam, su hijo.
David, su padre. O b r ó enteramente como " A m a s i a s , hijo de Joás, rey de Judá,
había o b r a d o Joás, su padre. 4 N o des- vivió quince años después de la muerte
aparecieron los altos, y el pueblo siguió de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel.
18
ofreciendo sacrificios y perfumes en ellos. El resto de los hechos de Amasias,
5 C u a n d o h u b o afirmado en sus manos el ¿no está escrito en el libro de las crónicas
reino, castigó a los servidores que habían de los reyes de J u d á ?
m a t a d o al rey, su p a d r e ; * « pero no hizo " Se tramó contra él una conjuración
morir a los hijos de los asesinos, según en Jerusalén, y huyó a Laquis, pero le
10 que está escrito en el libro de la Ley persiguieron hasta Laquis y allí le dieron
de Moisés, donde m a n d a Y a v é : «No se muerte. • 2 " Le trajeron en caballos, y fue
h a r á morir a los padres por los hijos ni sepultado en Jerusalén con sus padres,
se h a r á morir a los hijos por los padres, en la ciudad de David. 2 ' T o d o el pueblo
sino que se h a r á morir a cada uno por de Judá t o m ó a Azarías, hijo de Amasias,
su pecado». y le puso sobre el trono, a la edad de
7
Batió a diez mil edomitas en el valle dieciséis años, en lugar de Amasias, su
Arqueos asirlos de la Sal. Conquistó en la guerra Sela, padre. 2 2 Azarías reedificó a Elat y la
y la llamó Joctel, n o m b r e que conserva restituyó al dominio de Judá después
de Judá, comenzó a reinar Joás, hijo de a batir a los sirios hasta la extermina- hoy todavía. * de dormirse el rey con sus padres.
23
Joacaz, en Israel, en Samaría, y reinó ción; ahora sólo tres veces los batirás». 8 Entonces m a n d ó Amasias mensajeros El a ñ o quince de Amasias, hijo de
dieciséis aflos. n Hizo el mal a los ojos 20
Eliseo murió y fue sepultado. P o r a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey Joás, rey de Judá, comenzó a reinar sobre
de Yavé y no se apartó de ninguno de entonces hacían incursión en la tierra, u n de Israel, para decirle: «Ven, que nos Israel en Samaría Jeroboam, hijo de Joás,
los pecados de Jeroboam, hijo de N a b a t , a ñ o y otro, las tropas de M o a b ; * a y veamos las caras». 9 Joás, rey de Is- rey de Israel, y reinó cuarenta y un años
24
que había hecho pecar a Israel, sino que sucedió que, mientras estaban unos se- rael, hizo decir a Amasias: «El cardo del Hizo el mal a los ojos de Yavé. N o
se dio a éstos como él. pultando a un muerto, vieron de p r o n t o Líbano m a n d ó decir al cedro del Líbano: se a p a r t ó de ninguno de los pecados de
12
El resto de los hechos de Joás, cuan- venir una de estas tropas, y arrojaron al D a m e tu hija por mujer para mi hijo. Jeroboam, hijo de N a b a t , que había he-
to hizo, sus hazañas y la guerra contra muerto en el sepulcro de Eliseo y se Las fieras del Líbano pasaron y pisotea- cho pecar a Israel. 2 S Recobró el territorio
Amasias, rey de Judá, ¿no está escrito fueron; y en cuanto el muerto llegó a ron el cardo. I 0 Tú has batido a los edo- de Israel desde la entrada de Jamat hasta
en el libro de las crónicas de los reyes de tocar los huesos de Eliseo, resucitó y se mitas, y tu corazón se ha envanecido. el mar del Araba, según la palabra que
Israel? puso en pie. G o z a tu gloria y quédate en casa. ¿Para había dicho Yavé, Dios de Israel, p o r
13
Joás se durmió con sus padres, y le 22
Jazael, rey de Siria, afligió a Israel qué meterte en una empresa desafortu- medio de su siervo Jonás, profeta, hijo
sucedió Jeroboam. Joás fue sepultado en todo el tiempo de la vida de Joacaz, nada, que será tu ruina y la de Judá?» de Amitai, de Gat Jefer. * 2 6 Porque ha-
Samaría con los reyes de Israel. 23
pero Yavé tuvo misericordia de ellos y 11 Pero Amasias no le escuchó, y Joás, bía visto Yavé la amarga aflicción de
14
Enfermó Eliseo de la enfermedad de los miró, p o r a m o r de su alianza con rey de Israel, subió y se vieron las caras Israel, a la que todos, esclavos y libres,
que m u r i ó ; y Joás, rey de Israel, bajó A b r a h a m , Isaac y Jacob, y no quiso des- él y Amasias, rey de Judá, en Betsames, habían sido reducidos, sin que hubiera
a verle, lloró sobre él y dijo: «¡Padre truirlos del todo, y no los arrojó de que está en Judá. 1 2 Judá fue batido por quien pudiera socorrer a Israel. 2 7 N o ha-
mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su [ ante sí. *
5
25 Es el cumplimiento del vaticinio de Eliseo (vv.15 ss.).
Este salvador parece haya sido el rey de Asiría, que, reanudando su expedición contra el M 5 El rey ejecuta un acto de justicia castigando a los regicidas; pero obedece la ley de que
occidente, obligaba a Siria a concentrar sus fuerzas y a procurar unir las de sus vecinos, o más bien
Jeroboam II (14,15 s.). 1 *7 no deben pagar los hijos por los padres (Dt 24,16; Ez 18,19 s.).
20
Después de haber realizado en vida tantos milagros, quiere Dios honrar sus huesos con Los reyes de Judá tenían gran interés en ejercer dominio sobre Sela o Joctel, porque por su
este nuevo prodigio. Para entender el hecho téngase presente que Eliseo habría sido depositado territorio pasaba el camino de las caravanas que hacían el comercio con el mar Rojo.
19
en una gruta o cámara tallada en la roca y cerrada luego con una piedra, a semejanza del sepulcro Sin duda que Amasias fue aquí la víctima de su gran imprudencia en entrar en guerra con
del Señor. Con mucha razón los Santos Padres aducen este hecho en favor del culto de las reliquias Israel.
25
No es raro que las guerras infortunadas conmuevan aun los tronos más bien asentados.
de los santos. La obra de restauración comenzada por Joás fue terminada felizmente por su hijo Jero-
23
La promesa de Yavé a David y los méritos de éste son el escudo protector de su dinastía; boam II, que logra reconquistar todo el antiguo territorio de Israel. Es la postrera señal de vida
a los reyes de Israel y a su pueblo sirven las promesas y los méritos de los patriarcas. que Dios otorga al reino del Norte.
il IIKVKH 14-15 400 401 II REYES 15-16
12
lila resuelto Yavé todavía raer el nombre Así se cumplió lo que Yavé había 26 El resto de los hechos de Pecajya, de Jotam, cuanto hizo, ¿no está escrito
«lo Israel de debajo del cielo, y le libró declarado a Jehú, diciendo: «Tus hijos cuanto hizo, escrito está en el libro de las en el libro de los reyes de Judá? 37 En
por28 medio de Jeroboam, hijo de Joás. se sentarán en el trono de Israel hasta crónicas de los reyes de Israel. este tiempo comenzó 11 mandar Yavé con-
El resto de los hechos de Jeroboam, la cuarta generación». 27 El año cincuenta y dos de Azarias, tra Judá a Rasín, rey de Siria, y a Pecaj,
cuanto hizo, sus hazañas en la guerra 13
Selum, hijo de Jabes, comenzó a rei- rey de Judá, comenzó a reinar en Israel, hijo de Romelía. *
y cómo restituyó al dominio de Israel nar el año treinta y nueve de Ozías (Aza- en Samaría, Pecaj,28 hijo de Romelía, y
38
Jotam se durmió con sus padres, y
Damasco y Jamat, ¿no está escrito en el rias), rey de Judá, y reinó u n mes en reinó veinte años. Hizo lo malo a los fue sepultado con ellos en la ciudad de
libro 2de las crónicas de los reyes de Is- Samaría. * 14 Menajem, hijo de Gadí, su- ojos de Yavé y no se apartó de los peca- David, su padre. Le sucedió Ajaz, su
rael? 9 Jeroboam se durmió con sus pa- bió de Tirsa a Samaría; hirió a Selum, hijo.
dres, los reyes de Israel, y le sucedió dos de Jeroboam, hijo de 29Nabat, que
hijo de Jabes, matándole, y le sucedió. había hecho pecar a Israel. En tiempo Ajaz, rey de Judá
Zacarías, su hijo. 15 El resto de los hechos de Selum y la de Pecaj, rey de Israel, Teglatfalasar, rey 4 /» 1 El año diecisiete de Pecaj, lujo
conspiración que tramó está escrito en el de Asiría, vino y tomó Ayón, Abel Bet
Azarias, rey de J u d á libro de las crónicas de los reyes de Israel. Maca, Janoaj, Quedes y Jasor, Galay y • 1 0 de Romelía, comenzó a reinar
1 C 1 El a ñ o veintisiete de Jeroboam,
16
Entonces Menajem castigó a Tapuaj Ajaz, hijo de Jotam, rey de Judá; 2 tenia
X O rey de Israel, comenzó a reinar y cuanto en ella había, con su territorio, Ajaz veinte años cuando comenzó a rei-
Azarias, hijo de Amasias, rey de Judá. desde Tirsa, porque no había querido nar, y reinó dieciséis años en Jerusalén.
2
Tenía dieciséis años cuando comenzó a abrirle sus puertas, y abrió el vientre d e No hizo lo recto a los ojos de Yavé, su
reinar, y reinó cincuenta y dos años en todas las mujeres encinta. Dios, como lo había hecho David, su
Jerusalén. Su madre se llamaba Jolía, de 1 7 El año treinta y nueve de Azarias, padre. * 3 Marchó por el camino de los
Jerusalén. rey de Judá, comenzó a reinar en Israel reyes de Israel, y hasta hizo pasar a su
3
Hizo lo que es recto a los ojos de Menajem, hijo de Gadí, y reinó diez años hijo por el fuego, según las abominacio-
Yavé, enteramente como lo había hecho en Samaría. nes de las gentes que Yavé había expulsa-
Amasias, su padre, 4 pero los altos n o
18
Hizo lo malo a los ojos de Yavé, y do ante los hijos de Israel. 4 Ofrecía sa-
desaparecieron, y el pueblo seguía ofre- no se apartó, mientras vivió, de los peca- crificios y perfumes en los altos, en los
ciendo sacrificios y perfumes en ellos. dos de Jeroboam, hijo de Nabat, que collados y bajo cualquier árbol frondoso.
5
Yavé hirió de lepra al rey, y leproso habla hecho pecar a Israel. i9 Ful, rey 5
Entonces Rasín, rey de Siria, y Pecaj,
estuvo hasta el día de su muerte, y m o - de Asiría, vino a Israel, y Menajem le hijo de Romelía, rey de Israel, subieron
raba en una casa aislada. Jotam, su hijo, dio a Ful mil talentos de plata para que Teglatfalasar, rey de Asiría, en su carro triunfal contra Jerusalén para atacarla, y sitiaron
estaba a la cabeza del palacio y juzgaba le ayudase20 a consolidar el reino en sus a Ajaz, pero n o pudieron vencerte. * 6 E n
al pueblo. * manos. * Menajem, para obtener esta la Galilea, todo el territorio de Neftalí, el mismo tiempo el rey de Edom sometió
6
El resto de los hechos de Azarias, cantidad, hizo una derrama sobre todos y llevó a sus habitantes cautivos a Asiría. * a Elat al dominio de Edom, expulsando
cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro los que en Israel eran ricos, imponiendo so Oseas, hijo de Ela, conspiró contra de ella a los judíos, y los edomitas se
de las crónicas de los reyes de Judá? a cada u n o cincuenta siclos de plata Pecaj, hijo de Romelía, y le hirió, dándole establecieron en Elat, y allí habitan hasta
7 para dárselos al rey de Asiría. El rey de muerte, y sucediéndole el año31veinte de el dia de hoy.
Azarias se durmió con sus padres, y Asiría se volvió, y por entonces n o se 7
fue sepultado con ellos en la ciudad de Jotam, hijo de Ozías (Azarias). El resto Ajaz mandó mensajeros a Teglatfala-
quedó en la tierra. * sar, rey de Asiría, para decirle: «Tu siervo
David. Le sucedió Jotam, su hijo. 2 de los hechos de Pecaj, cuanto hizo, escrito
' El resto de los hechos de Menajem, está en el libro de las crónicas de los reyes soy y tu hijo. Sube y librame de las manos
Zacarías, Selum, Menajem, Pecajya cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de Israel. del rey de Siria y de las del8 rey de Israel,
de las crónicas de los reyes de Israel? 32
El año segundo de Pecaj, hijo de que se alzan contra mí». * El rey cogió
y Pecaj, reyes de Israel 22
Menajem se durmió con sus padres, y
8 Romelía, rey de Israel, comenzó a reinar la plata y el o r o que había en la casa de
El año treinta y ocho de Azadas, le sucedió Pecajya, su hijo. Jotam, hijo de Ozías (Azarias), rey de Yavé y en el tesoro del palacio del rey y
23
rey de Judá, comenzó a reinar sobre Is- El año cincuenta de Azarias, rey de Judá. 33 Tenía veinticinco años cuando se lo mandó como presente al rey de Asiría.
9
rael, en Samaría, Zacarías,9 hijo de Jero- Judá, comenzó a reinar en Israel, en Sa- comenzó a reinar, y reinó dieciséis años El rey de Asiría le dio oídos, y subió
boam, y reinó seis meses. Hizo lo que maría, Pecajya, hijo de Menajem, y reinó en Jerusalén. Su madre se llamaba Jerusá, contra Damasco, la tomó y llevó a sus
era malo a los ojos de Yavé, como lo dos años. 2 4 H i z o lo malo a los ojos de hija de Sadoc. 34 Hizo lo recto a los ojos habitantes cautivos a Quir, y dio muerte
habían hecho sus padres, y no se apartó Yavé, y n o se apartó de los pecados de de Yavé, enteramente como lo había he- a Rasín. K>E1 rey Ajaz fue a Damasco
de los pecados de Jeroboam, hijo de Na- Jeroboam, hijo de Nabat, que hizo pecar cho Ozías (Azarias), su padre; 35 pero no para ver a Teglatfalasar. rey de Asiría, y
bat, que había hecho pecar a Israel. 10 Se- a Israel. 25 Pecaj, hijo de Romelía, su desaparecieron los altos, y el pueblo se- habiendo visto el altar que había en D a -
lum, hijo de Jabes, conspiró contra él, y oficial, conspiró contra él, y le hirió en guía ofreciendo sacrificios y perfumes en masco, mandó luego al sacerdote Urías
le hirió en Jiblaam, dándole muerte. El Samaría, en la torre del palacio del rey, el modelo y la forma exacta del altar.
en unión de Argob y Arie y de cincuenta ellos. Jotam edificó la puerta superior de
le sucedió. *
hombres de entre los hijos de Galad que la casa de Yavé. 36 El resto de los hechos 11 El sacerdote Urías construyó uno, ajus-
ii El resto de los hechos de Zacarías
escrito está en el libro de las crónicas le seguían. Así dio muerte a Pecajya, y 29
Teglatfalasar III, en los años 734-732, se lanzó sobre el occidente, venció a los sirios y redujo
de los reyes de Israel. le sucedió. el reino de Damasco a provincia asiría. Fue en esta ocasión cuando invadió el norte del reino de
Israel, llevándose cautiva la población. Tal vez Tobías pertenecía a esta cautividad, pero es indu-
•f C 5 La lepra era considerada como un castigo enviado por Yavé por algún pecado (2 Par 26, dable que a ella alude Isaías en 8,23 ss.
* " 20 s.). Jotam se hace cargo de la regencia del reino en nombre del rey enfermo. Rasgo este 37
Ocurrió este suceso, al que se liga la profecía de Emmanuel (Is 7,1 ss.), al comienzo del
muy laudable y que honra al hijo, el cual no siente prisa por ceñirse la corona. año 734, y el propósito de estos dos reyes parece haber sido obligar a Judá a entrar en la coalición
"10 Asi termina la dinastía de Jehú, a quien se había prometido que duraría hasta la cuarta contra los asirios. La llegada de éstos fue lo que libró a Jerusalén.
generación, esto es, que tendría cuatro reyes (10,30)^
13 fl 2 Maravilla ese cambio brusco, tan frecuente en la vida religiosa de Israel. Señal clara de
Selum experimentó bien pronto en sí la justicia de Dios.
i» Ful, en asirio Puiu, es el nombre de Teglatfalasar como rey de Babilonia, y reinó por los
I ^ que los juicios sobre la conducta de los reyes no responden del todo a la vida del pueblo.
años 745-728 a. C. El tributo fue pagado el año 738. Con Menajem figuran en los documentos Luchaban de una parte los fieles a Yavé, de otra los seguidores de los ídolos; pero la mayoría se
babilónicos Rasón, de Damasco; Hiram, de Tiro, y la reina de Arabia. dejaba llevar de un sincretismo religioso en que entraba el culto a Yavé con el de los dioses extran-
20 Los 1.000 talentos de plata hacían tres millones de siclos, que divididos por 50 nos dan jeros.
5
60.000 personas que debieron soportar el tributo. Dato interesante para conocer la potencia econó- 7
Es la invasión de que se habla en 16,37.
mica del reino: el valor del siclo era de 14 gr., unas tres pesetas. Esta embajada de Ajaz al asirio nos explica la respuesta de) rey a Isaías y la réplica de éste al
rey en Is 7,13 ss.
ic/íYKs 15-17 402
403 II REYES 17
tándose al modelo enviado de Damasco anual al rey de Asiría, y el rey de Asiría le ,
por el rey Ajaz, acabándole antes de que hizo encarcelar y encadenar en una priy dieron a la adivinación y a los encanta- menzaron a habitar allí, no temían a
Ajaz volviese a Damasco. I 2 Llegado de sión. 5 Recorrió el rey de Asiría todo mientos y se entregaron a cuanto era Yavé, y Yavé m a n d ó contra ellos leones,
Damasco, vio el rey el altar, y acercán- el territorio y subió contra Samaría, que malo a los ojos de Yavé para irritarle. que los devoraban. * 2C> Dijeron, pues, al
dose, subió a él; I 3 hizo quemar en él tuvo asediada durante tres años. <> El año 18
P o r eso Yavé se irritó fuertemente con- rey de Asiria: «Las gentes que tú has
su ofrenda y su holocausto, y libó en él noveno de Oseas, el rey de Asiria tomó tra Israel y le arrojó de su presencia, y trasladado para establecerlas en las ciu-
sus libaciones y derramó en él la sangre a Samaría y llevó cautivos a sus habitan- no quedó más que la tribu de J u d á . 1 9 Pero dades de Samaría n o conocen el m o d o de
de sus sacrificios eucarísticos. 1 4 Quitó de tes a Asiria, haciéndoles habitar en Ca- tampoco Judá guardó los mandamientos servir al dios de aquella tierra, y éste ha
ante la casa el altar de bronce que había lac y Jabor, junto al río Gozan, y en las m a n d a d o contra ellas leones, que los de-
de Yavé, su Dios, y ha imitado las cos-
ante Yavé, para que no estuviese entre el ciudades de la Media. * 7 Los hijos de Is-
nuevo altar y la casa de Yavé, y le puso rael habían pecado contra Yavé, su Dios, tumbres de Israel. 2 0 Por eso arrojó Yavé voran, p o r q u e no saben el m o d o de servir
de sí a toda la descendencia de Israel, la al dios de la tierra». 2 7 El rey de Asiria
cerca del nuevo altar, hacia el norte. que los había sacado de la tierra de Egip- humilló y la entregó en m a n o s de saltea- dio esta o r d e n : « M a n d a d que vaya allá
•5 El rey Ajaz dio al sacerdote Urías to, de bajo el dominio del Faraón, rey dores, hasta arrojarla de su presencia. uno de los sacerdotes que de allí habéis
esta orden: «Quema en el gran altar el de Egipto, temiendo a los dioses ajenos. 21
Israel se separó de la casa de David y traído en cautividad, que vaya a esta-
holocausto de la maflana y la ofrenda de 8 Siguieron las costumbres de las gentes
la tarde, el holocausto del rey y su ofren- que Yavé había expulsado ante los hijos
da, el holocausto de todo el pueblo y sus de Israel y las que habían introducido
ofrendas, derrama en él sus libaciones y la los reyes de Israel. 9 Los hijos de Is-
sangre de todos los holocaustos y todos rael hicieron contra Yavé ocultamente co-
los sacrificios. Del altar de bronce ya sas detestables, edificaron altos en todas
dispondré yo». I 6 El sacerdote Urías hizo sus ciudades, desde la torre de atalaya
en todo conforme a lo que el rey Ajaz le hasta la ciudad murada. "> Se alzaron
habia m a n d a d o , ' 7 y el rey Aiaz rompió cipos y aseras en todo collado alto y bajo
fuentes que había sobre ellas. Quitó el todo árbol frondoso, n y quemaron per-
mar de encima de los toros de bronce, fumes en todos los altos como las gentes
que estaban debajo, y le colocó sobre un
que Yavé había expulsado ante ellos, e hi-
solado de p i e d r a ; * 18 y para agradar al
rey de Asiría, m u d ó de la casa de Yavé cieron 12maldades, con las que irritaron a
el pórtico del sábado, que se había cons- Yavé. Sirvieron a los ídolos, de quienes
truido en ella, y la entrada exterior del rey. había3
dicho Yavé: « N o haréis tal».
1 Yavé advertía a Israel y a Judá p o r
19
El resto de los hechos de Ajaz, cuan- todos sus profetas, y les decía: «Conver-
to hizo, ¿no está escrito en el libro de tios de vuestros perversos caminos y guar-
las crónicas de los reyes de Judá? dad mis leyes y mis mandamientos, si-
20
Ajaz se durmió con sus padres, y fue guiendo fielmente la Ley que yo prescribí
se dio p o r rey a Jeroboam, hijo de N a b a t , blecerse allí y les enseñe el m o d o de
sepultado con ellos en la ciudad de D a - a vuestros padres y os he inculcado p o r
que los apartó de Yavé e hizo cometer a servir al dios de aquella tierra». *
vid. Le sucedió Ezequías, su hijo. medio de mis siervos los profetas. 14 Pero Israel u n gran pecado. 2 2 Los hijos de 28
Vino, pues, a establecerse en Betel
ellos no le escucharon y endurecieron su Israel se dieron a todos los pecados de u n sacerdote de los que habían sido lle-
O s e a s , ú l t i m o rey d e Israel cerviz, como lo habían hecho sus padres, Jeroboam, que él comenzó, y no se apar- vados cautivos a Samaría, y les enseñó
I rj 1 El a ñ o doce de Ajaz, rey de Judá, que no creyeron en Yavé, su Dios. '5 R e -
• comenzó a reinar en Israel, en Sa- chazaron sus leyes y la alianza que había
t a r o n de ellos 2 3 hasta que Yavé arrojó
a Israel lejos de su presencia, como lo
cómo habían de servir a Yavé. * 2 9 Pero
las gentes aquellas se hicieron cada una
maría, Oseas, hijo de Ela, y reinó nueve hecho con sus padres y las amonestaciones
había anunciado por todos sus siervos sus dioses en las ciudades que habitaban
años. * que les había hecho. Se fueron tras las va-
2 los profetas. E Israel ha sido llevado y los pusieron en los altos edificados por
Hizo lo malo a los ojos de Yavé, nidades, y cayeron así ellos mismos en la
cautivo lejos de su tierra, a Asiria, donde ios de Samaría. 3 0 Las gentes de Babilonia
aunque no tanto como los reyes de Is- vanidad, como los pueblos que los rodea-
está hasta el día de hoy. * se hicieron su Sucot Benot; las de Cuta,
rael que le precedieron. 3 Subió contra él ban, y a quienes Yavé les había prohibido 24
El rey de Asiria m a n d ó gentes de su Nergal; 3 I las de Jamat, su Asima;
Salmanasar, rey de Asiría, y Oseas se le imitar, i 6 Traspasaron todos los m a n d a -
Babilonia, de Cuta, de Ava, de Jamat y las de Ava, su Nibján y Tartac, y las de
sometió y le pagó tributo, * 4 pero el mientos de Yavé, su Dios, y se hicieron
de Sefarvaím, y las estableció en las ciuda- Sefarvaím pasaban a sus hijos p o r el
rey de Asiría descubrió luego una conspi- imágenes fundidas, dos becerros, aseras, y
des de Samaría, en lugar de los hijos de fuego, en h o n o r de Adramelec y A n a m e -
ración que tramaba Oseas, el cual había se postraron ante todo el ejército de los
Israel. Se posesionaron de Samaría y ha- lec, dioses de Sefarvaím. 3 2 También ser-
m a n d a d o embajadores a So, rey de Egip- cielos, y sirvieron a Baal. 17 Hicieron pa-
bitaron en sus ciudades. * 2 5 C u a n d o co- vían a Yavé, y se dieron sacerdotes de
to, y habia dejado de pagar el tributo sar por el fuego a sus hijos y a sus hijas, se
23
17 Es la definitiva destrucción y desaparición del reino del Norte. Las causas de esta ruina
Ajaz había comenzado por ofrecer voluntariamente su tributo al rey de Asiria: pero éste fueron muchas. La principal de todas, la corrupción religiosa. No dejaron de influir también pode-
debía renovarse cada año. No disponiendo de recursos, acude a despojar el templo, llevándose esta rosamente las constantes revueltas políticas, acompañadas muchas veces de regicidios y cambios
vez los doce toros sobre los que descansaba la gran pila o mar de bronce y las basas sobre las que de dinastías. La persistencia de esta desaparición se explica por la paganización de la inmensa ma-
asentaban las otras diez pilas pequeñas. yoría del pueblo, que se diluyó luego entre los pueblos a que fue llevado cautivo. Los pocos que se
conservaron fieles se incorporaron después a Judá.
•| "9 l En aquellos postreros dias de Israel, el proceso de descomposición se acelera. Pecaj, el 24
Era esto un verdadero trasiego de los pueblos. De estos orientales y de los pocos israelitas
* ' hijo de Romelía, fue destronado por Óseas, que comenzó a reinar con la benevolencia de que 2habían quedado en la patria salió luego la nación samaritana.
Teglatfalasar el año 732. Teglatfalasar dice haberlo puesto él en lugar de Pecai- Sin duda que sabía 5
Despoblado el país, lo invaden las rieras, y los pueblos, supersticiosos, lo atribuyen a que
lo que
3
decía. no honran al Dios de la tierra, el cual por eso se enoja y los castiga.
Salmanasar, que en 728 sucedió a Teglatfalasar, viendo la poca lealtad de Oseas, subió contra 27
Estas casi universales transmigraciones eran parte de la política de los reyes de Asiria. Los
Samaría;
6
mas por causas que ignoramos disimuló por entonces con él. nuevos colonos se creen obligados a adorar al Dios de la tierra, pero al mismo tiempo siguen dando
Según los documentos asirios, fue Sargón, sucesor de Salmanasar en 721, quien acabó con culto a los dioses, originando esa inconcebible mezcla cultual religiosa que caracterizó a los sama-
la rebeldía de Samaría el año primero de su reinado; por consiguiente, el 722 ó el 721 a. C ; y, se- ritanos y los hizo tan odiosos a los judíos (Jn 4,9).
gún la política asiria, para desarraigar del pueblo sus sentimientos de independencia arrancó a 28
Según Esd 4,2, el envío de estos pueblos a Samaría fue obra de Asaradón (681-668). Con
Israel de su patria y lo trasladó a las provincias orientales del imperio. ellos vino a consumarse la obra del sincretismo religioso de Israel. Con razón los judíos, al volver
del cautiverio purificados de sus antiguos errores, no quisieron unirse con este pueblo samaritano.
II IIKVM 17-lH 404 / \405 II REYES 18-19
26
ION IIIIOH <ie entre t o d o el pueblo; estos 4
hecho David, su padre. Hizo desapare- m o Ezequías, rey de Judá, había cubierto Eliaquin, hijo de Helcías; Sobna y
Niicerdotes ofrecían p o r ellos sacrificios cer los altos, r o m p i ó los cipos, derribó con láminas de o r o p a r a entregárselas al Joaj, dijeron al copero m a y o r : «Habla
en los templos de los altos. 3 3 Asf que las oseras y destrozó la serpiente de bronce rey de Asiría. a tus siervos en arameo, que lo entende-
temían a Yavé y le servían al mismo que había hecho Moisés, p o r q u e los hijos m o s ; no nos hables en judío delante de
Sitio d e J e r u s a l é n t o d o el pueblo que está en las murallas».
tiempo que a sus dioses, según la cos- de Israel hasta entonces habían q u e m a d o
t u m b r e d e las gentes de que provenían. incienso ante ella, dándole el n o m b r e d e 1 7 El rey de Asiría m a n d ó desde Laquis 2 7 E n t o n c e s el copero mayor respondió:
34 Todavía hoy siguen haciendo como hi- Nejustán. * a Ezequías al copero mayor con u n fuer- «¿Acaso es a tu señor y a ti a quienes mi
cieron al principio. N i temen a Yavé ni 5
Puso su confianza en Yavé, Dios de te ejército a Jerusalén. Pusiéronse en mar- señor m e h a m a n d a d o decir estas pala-
se conforman con sus leyes y m a n d a - Israel, y de todos los reyes de J u d á q u e cha, y cuando se acercaron a Jerusalén, bras, y n o m á s bien a la gente que hay
mientos, dados p o r Yavé a los hijos de le sucedieron o le precedieron, n o h u b o hicieron alto en el acueducto del estanque en la muralla, p a r a comerse sus propios
Jacob, a quien dio el n o m b r e de Israel. ninguno semejante a él. 6 Se allegó a superior, en el camino del c a m p o del excrementos y beberse su propia orina?»
35
Yavé había hecho alianza con ellos Yavé y n o se apartó de El, y guardó todos Batanero. * 18 Y preguntaron p o r el rey. 2 8 Entonces se acercó el copero mayor y
y les había d a d o este m a n d a t o : « N o te- los mandamientos que Yavé había pres- Vino entonces Eliaquin, hijo de Helcías, gritó en alta voz, en j u d í o : «Escuchad
meréis a otros dioses, ni os prosternaréis crito a Moisés. 7 Yavé fue con Ezequías, m a y o r d o m o del rey, con Sobna, el se- la palabra del rey grande, del rey de Asi-
ante ellos, ni les serviréis, ni les ofreceréis que salió bien en todas sus empresas. cretario, y Joaj, hijo de Asaf, cronista; ría: 2 9 Así habla el rey de Asiría: N o os
19
sacrificios. 3 6 Temeréis a Yavé, que os ha Se rebeló contra el rey de Asiría y n o le y el copero mayor les habló, diciendo: dejéis engañar de Ezequías, que n o p o -
sacado de la tierra de Egipto con gran estuvo sujeto. * 8 Batió a los filisteos h a s t a «Decid a Ezequías: Así habla el rey gran- drá libraros de m i m a n o . 3 0 Q u e n o o s
poder y brazo tendido. Sólo a El temeréis, Gaza y devastó su tierra desde las torres de, el rey de Asiría: ¿Qué confianza es haga confiar tampoco Ezequías en Ya-
sólo ante El os prosternaréis y sólo a El de atalaya hasta las ciudades fuertes. esa que manifiestas? 20 ¿Crees t ú que las vé, diciendo: Yavé nos librará y esta ciu-
ofreceréis sacrificios. 3 7 Guardaréis y p o n - 9
El a ñ o cuarto del rey Ezequías, q u e meras palabras son prudencia y fuerza dad n o será entregada en m a n o s del rey
dréis por o b r a las leyes y mandamientos, era el a ñ o séptimo de Oseas, hijo de Ela, para la guerra? ¿En quién realmente con- de Asiría. 3 1 N o deis oídos a Ezequías,
los estatutos y decretos que El h a escrito rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiría, fías p a r a querer re- p o r q u e así habla el rey de Asiría: Haced
para vosotros, y n o serviréis a otros dio- subió contra Samaría y la asedió. * lo L a belarte c o n t r a m í ? paces conmigo, rendios a mí, y cada u n o
21
ses. 3 8 N o olvidaréis la alianza que yo he t o m ó al cabo de tres a ñ o s ; el a ñ o sexto ¿Confías en Egip- de vosotros comerá de su viña y de su
hecho con vosotros y n o temeréis a otros de Ezequías, que era el a ñ o noveno de to, en esa caña rota higuera y beberá el agua de su cisterna,
32
dioses, 3 9 sino que temeréis a Yavé, vues- Oseas, rey de Israel, fue t o m a d a Samaría. que pincha y hiere hasta que yo venga y os lleve a otra
tro Dios, y El os librará de las m a n o s de 11
El rey de Asiría llevó cautivo a Israel la m a n o de quien- tierra como la vuestra, a u n a tierra de
todos vuestros enemigos». 4 0 Ellos n o le a Asiría y los estableció en Cala, en quiera que en ella trigo y de vino, tierra de p a n y de viñas,
h a n obedecido y siguen sus antiguas cos- Cabor, j u n t o al río G o z a n , y en las se apoya? Así les de olivos, de aceite y de miel, y allí vivi-
tumbres; *i estas gentes temen a Yavé ciudades de Medía, l 2 porque no h a b í a n sucede con el F a - réis y n o moriréis. N o escuchéis a Eze-
y sirven a sus ídolos, y sus hijos y los escuchado la voz de Yavé, su Dios, y raón, e l r e y d e quías; no hace más que engañaros cuan-
hijos de sus hijos h a n seguido haciendo habían r o t o su alianza, y n o habían obe- Egipto, a cuantos do dice: Yavé nos librará. 3 3 ¿Han libra-
22
siempre hasta hoy c o m o hicieron sus pa- decido y puesto p o r o b r a t o d o lo q u e confían en él. Y do los dioses de los pueblos a su tierra
dres. Yavé había m a n d a d o a Moisés, s u siervo. si me decís: Con- del poder del rey de Asiría? 3 4 ¿Dónde
fiamos en Y a v é , están los dioses de J a m a t y de Arfad?
Invasión de Senaquerib nuestro Dios, ¿no ¿Dónde los dioses de Sefarvaím, A n a y
S E G U N D A P A R T E h a hecho desapa- Ava? ¿Dónde están los dioses de la tierra
1 3 El a ñ o catorce del rey Ezequías, Se-
naquerib, rey de Asiría, subió contra t o - recer Ezequías sus de Samaría? ¿Han librado a Samaría de
R E Y E S DE JUDÁ HASTA E L CAUTIVERIO
das las ciudades fuertes de J u d á y se altos y sus altares, mi poder? 3 5 ¿Qué dios de éstos h a libra-
(18-25) apoderó d e ellas.* 1 4 E z e q u í a s , rey d e diciendo a Judá y do a su tierra de mi poder p a r a que pue-
J u d á , m a n d ó decir al rey de Asiría, a a Jerusalén: Ante Senaquerib, rey de Asi- da Yavé librar de mi m a n o a Jerusalén?»
Ezequías, rey de Judá L a q u i s : « H e pecado. Déjame y haré t o d o este altar de Jerusa- ría, en su trono
36
El pueblo estuvo callado y n o dijo
1 Q i El a ñ o tercero d e Oseas, hijo de lo que m e impongas». El rey de Asiría lén habéis de ofre- u n a sola palabra, porque el rey había da-
23
* ** Ela, rey de Israel, comenzó a reinar impuso a Ezequías, rey de Judá, tres- cer? H a z , pues, un convenio con mi do esta o r d e n : « N o les respondáis». 3 7 Elia-
Ezequías, hijo de Ajaz, rey de J u d á . * cientos talentos de plata y treinta talen- señor, el rey de Asiría, y yo te daré quin, hijo de Helcías, m a y o r d o m o del pa-
2
Tenía veinticinco años cuando comenzó tos d e o r o . I 5 Ezequías entregó t o d a la dos mil caballos, si estás en condi- lacio; Sobna, secretario, y Joaj, hijo de
a reinar, y reinó veintinueve años en plata que había en la casa d e Yavé y en ciones p a r a proveerlos d e caballeros. Asaf, cronista, vinieron a Ezequías, ras-
24
Jerusalén. Su madre se llamaba Abi, hija el tesoro del palacio real, i 6 F u e entonces ¿Cómo podrás resistir ni a un solo jefe gadas las vestiduras, y le refirieron las pa-
de Zacarías. 3 Hizo lo q u e es recto a los c u a n d o Ezequías destruyó las puertas del de los menores entre los siervos de m i labras que el copero mayor había dicho.
ojos de Yavé, enteramente c o m o lo había templo de Yavé y los dinteles que el mis- señor? ¿Confías en que Egipto te m a n d a r á
carros y caballeros? 2 5 Y además, ¿ha J e r u s a l é n , l i b e r t a d a , y el e j é r c i t o d e
1 Q ' La cronología de este período es la mas obscura, salvo en lo que la aclara la historia asiría, sido sin la voluntad de Yavé como he Senaquerib, destruido
* ^ y así no podemos fijar la fecha del reinado de Ezequías. Sólo como probable damos la fecha subido yo a este lugar para destruirlo? 1 A 1 C u a n d o Ezequías lo oyó, rasgó
de 720-692. Es Yavé quien me ha dicho: Sube contra *• •» sus vestiduras, se cubrió de saco
4
La actuación de Ezequías nos muestra en compendio la enorme corrupción religiosa a que esa tierra y destruyela».
había llegado el reino de Judá. Su obra queda enteramente anulada por su hijo y sucesor, Mana- y fue a la casa de Yavé. * 2 M a n d ó a Elia-
ses, que todavía aumentó la corrupción, lo cual prueba cuan arraigada estaba en el pueblo la ido- 17
Por esta misma fecha, Senaquerib, después de haber saqueado las ciudades de Judá y reci-
latría. Como otros reyes sus antecesores, Ezequías hace una purificación general de todas las ido- bido el tributo de Ezequías, quiso apoderarse de Jerusalén, en la que el rey se había fortificado,
latrías, hasta de los altos. Sin embargo, o éstos no desaparecieron todos o renacieron después en el o, como el asirio dice, «se había visto obligado a encerrarse como un pájaro en su jaula». Pero sin
reinado de Manases, según veremos en la obra de Josías. Una cosa nueva menciona el autor sagrado lograrlo, Senaquerib volvió a su tierra con el botín recogido, y Ezequías quedó satisfecho, hasta cierto
en este caso. Es el Nejustán o serpiente de bronce, mencionada en Núm 21,8; Sab 16,6. punto, por esa victoria muy relativa sobre el asirio.
7
Esta rebelión contra los asirios no puede ser otra que la narrada en 18,17; 19,37. Fue una 1
rebelión muy relativa, pero bastante costosa para Judá. Desde 18,17 y en lo que abarca este capítulo, que parece una simple continuación del
9
Estos w.9-12 no se hallan en su lugar; no fue en el reinado de Ezequías, sino en el de Ajaz, 19 precedente, la cronología obliga a suponer dos sucesos distintos, el uno del año 701 y el
su padre, cuando tuvo lugar la toma de Samaría. otro posterior al año 693, en el que Taraca (19,9) subió al trono de Egipto. Habría sido en esta
í3 última expedición cuando Senaquerib partió de Palestina sin ejército, que le destruyó una peste,
La invasión de Senaquerib a que alude en este pasaje fue el año 701, y de ella nos ha de-
jado su autor un relato muy detallado, que confirma cuanto el texto sagrado dice. y pasados pocos años fue asesinado en Babilonia por sus hijos (681).
ii n i ' w » IV 406 407 II REYES 19-20

uuln, mayordomo del palacio del rey; a han q u e m a d o sus dioses; pero ésos no charas; plantaréis viñas y comeréis su dado ante ti fielmente y con corazón ín-
Sobna, secretario, y a los sacerdotes más eran dioses; eran obra de la m a n o del fruto, * tegro y que he hecho lo que es bueno a
30
ancianos, cubiertos de saco, al profeta hombre, leño y piedra, y ellos los aniqui- Pues el resto de la casa de Judá que tus ojos». Y Ezequías lloraba con gran
Isaías, hijo de A m o s , 3 para que le dije- laron. 19 Líbranos, pues, Yavé, Dios nues- se salve y quede echará raices por debajo llanto. *
4
r a n : «Así habla Exequias: Hoy es día de tro, líbranos de la m a n o de Senaquerib, y dará frutos por arriba. Isaías había salido; pero antes que
angustia, de castigo y de oprobio, como y que todos los reinos de la tierra sepan 31 Porque saldrá de Jerusaién un resto, llegase al atrio central, recibió palabra de
si los hijos estuvieran pura salir del seno que sólo tú eres Dios, ¡oh Yavé!» y de la montaña de Sión los escapados. Yavé, que le dijo: 5 «Vuelve a Ezequías,
de sus madres y no hubiera fuerza para 20
Entonces Isaías, hijo de Amos, m a n - Y el celo de Yavé hará esto. jefe de mi pueblo, y dile: Así habla Yavé,
32
el alumbramiento. 4 ¿No habrá oído Dios dó a decir a Ezequías: «Así habla Yavé, Por eso, así dice Yavé del rey de el dios de David, tu padre: H e escuchado
las palabras del coporo mayor, que el rey Dios de Israel: H e escuchado la plegaria Asiria: tu oración y he visto tus lágrimas. Te cu-
de Asiría, su señor, ha m a n d a d o para in- que tú m e has dirigido a causa de Sena- N o entrará él en esta ciudad ni meterá raré. Dentro de tres días subirás a la casa
sultar al Dios vivo, y dejará Yavé, tu querib, rey de Asiria. * 2 1 H e aquí la p a - en ella una flecha. de Yavé. 6 Te añadiré otros quince años
Dios, de castigar las palabras que ha labra que Yavé ha pronunciado contra él: Ni la acordonará con escudos ni alzará a tus dias y te libraré a ti y a esta ciudad
oído? Haz, pues, subir a El una plega- contra ella empalizadas. de la mano del rey de Asiria, y protegeré
Te desprecia y se burla de ti, virgen
ria por el resto que aún queda».
33
Se volverá por el camino por donde a esta ciudad p o r a m o r de mí y por amor
hija de Sión; de David, mi siervo». *
5 ha venido. No entrará en esta ciudad. Pa-
Los servidores del rey Ezequías fue- Detrás de ti El mueve la cabeza, hija 7
ron a Isaías, <> e Isaías les dijo: «He aquí de Jerusaién. labra de Yavé. Isaías dijo: «Tomad una masa de hi-
34
lo que diréis a vuestro señor: Así habla 2 2
¿A quién has insultado y ultrajado Yo protegeré esta ciudad y la salva- gos». Tomáronla y se la pusieron sobre
Yavé: N o lo asusten las palabras que has tú? ¿Contra quién has alzado tu voz? ré por amor de mí y por amor de David, la úlcera, y Ezequías sanó. *
8
oído, con las que los servidores del rey ¿Contra quién alzaste tus ojos? ¡Con- mi siervo». Ezequías había preguntado a Isaías:
35
de Asiria me han ultrajado. 7 Yo voy a tra el Santo de Israel! Aquella misma noche salió el ángel «¿En qué señal conoceré yo que Yavé me
poner sobre él u n espíritu tal, que al oír 23 de Yavé e hirió en el campamento de los curará y que el tercer día subiré a la casa
P o r tus mensajeros h a s ultrajado al
una noticia que recibirá se volverá luego Señor y has dicho: asirios a ciento ochenta y cinco mil hom- de Yavé?» 9 Isaías le respondió: «He aquí
a su tierra, y allí, en su tierra, yo le haré bres; y al levantarse por la mañana, to- la señal por la que conocerás que Yavé
C o n el poder de mis carros subo yo a cumplirá la palabra que ha pronuncia-
morir a espada». 8 El copero mayor se las altas m o n t a ñ a s , a las cimas del Lí- dos eran muertos. *
36
retiró y se vio con el rey de Asiria, que b a n o . Entonces Senaquerib, rey de Asiria, d o : La sombra avanzará diez grados o re-
estaba atacando a Libna, pues se le dijo levantó el campo y partió: se volvió y se trocederá diez grados». * • ' Y Ezequías
Derribo los altos cedros, los selectos dijo: «Poca cosa es que avance diez gra-
que se había retirado de Laquis. 9 Dié- cipreses; quedó en Nínive. -'' Mientras estaba pros-
ronle noticia de Taraca, rey de Etiopía, ternado en el templo de Nisroc, su dios, d o s ; 110 así que retroceda diez grados».
11
Penetro en los más remotos lugares, Adramelec y Sarasar, sus hijos, le hirie- Entonces Isaías, profeta, invocó a Ya-
diciendo: «Se ha puesto en marcha para
en los m á s espesos bosques. ron con la espada y huyeron a la tierra de vé, que hizo retroceder diez grados la
atacarte». 24
Y o alumbro las aguas extranjeras pa- Ararat. Su hijo Asaradón reinó en su sombra en el reloj de Ajaz.
El rey de Asiria m a n d ó entonces de
ra refrescarme con ellas lugar. 12
Por este tiempo, Merodac Baladán,
nuevo mensajeros a Ezequías, diciendo:
10 Y con la planta de mi pie seco todos hijo de Baladán, rey de Babilonia, man-
«Hablad así a Ezequías, rey de J u d á : E n f e r m e d a d de Ezequías
los ríos de Egipto. dó una carta y un presente a Ezequías,
Que tu Dios, en quien confías, n o te en- 25
gañe, diciendo: Jerusaién no será entre- ¿No lo has oído tú? Desde m u c h o O A i Por entonces enfermó de muerte pues habia tenido noticia de su enferme-
gada en manos del rey de Asiria. n Bien ha lo he preparado y o ; ™" Ezequías, y el profeta Isaías, hijo dad. * 13 Ezequías dio audiencia a los men-
sabéis lo que los reyes de Asiria h a n he- Desde muy antiguo lo he planeado yo, de A m o s , vino a él y le dijo: «Así dice sajeros y les enseñó todos sus tesoros, la
cho con todos los pueblos y cómo los y a h o r a lo realizo; Yavé: Dispon de tu casa, porque vas a plata, el oro, los aromas y el aceite re-
h a n destruido; ¿y vas a librarte tú? 1 2 Los Q u e sirva para reducir a montones de morir y no vivirás más». * 2 Ezequías vol- finado, el arsenal y todo cuanto de pre-
dioses de los pueblos que mis padres han ruinas las ciudades fortificadas. vió su rostro contra la pared y oró a Ya- cioso había en el tesoro. Nada hubo que
destruido, ¿los libraron en Gozan, H a r á n , 26 Sean sus habitantes reducidos a la vé, diciendo: Ezequías no les enseñara en la casa y en
todas sus dependencias.
Resef, y libraron a los hijos de Edén, que impotencia, aterrorizados y confusos,
3
«¡Oh Yavé! Ten en cuenta que he an-
habitan en Telasar? 13 ¿Dónde está el rey C o m o la hierba de los campos, como 29
de Jamat, el rey de Arfad y el rey de la la hierba tierna, El asirio había devastado la tierra. No es extraño que la promesa de salud se dilate aún unos
C o m o las hierbas de los tejados, como años; pero al fin Jerusaién st' librará de! asedio, y los fieles de Yavé verán aquí una prueba de la
ciudad de Sefarvaím, de A n a y de Ava?» protección divina sobre Jerusaién y un premio de la piedad del rey.
14
Ezequías t o m ó las cartas de m a n o el 2 pasto
7
quemado p o r el viento solano. 35
Si este suceso tuvo luRar en la primera expedición de Senaquerib por los años 701-700, la
de los mensajeros y las leyó. Luego subió Y o sé muy bien cuándo te levantas muerte del rey asirio no se cumplió hasta pasados veinte años, 681: otra cosa sería si ocurrió en una
a la casa de Yavé y las desplegó ante Ya- y cuándo te sientas, y cuándo vienes y segunda expedición más próxima a la fecha de su muerte, como parecen persuadirlo algunos docu-
vé, * 15 a quien hizo esta plegaria: «Yavé, cuándo vas. mentos asirios y griegos. En todo caso murió mucho después de Ezequías.
28
Dios de Israel, que te sientas sobre los Porque te h a s enfurecido contra mí O A 1 Este capítulo se lee más completo en Is 38, en que se contiene además el cántico de
querubines: Tú, que eres el solo Dios de y h a n llegado a mis oídos tus bravatas, ^ " 3 Ezequías. Ignoramos cuándo haya tenido lugar el suceso.
todos los reinos de la tierra; tú, que h a s P o r eso yo p o n d r é m i anillo en tus La vida de ultratumba se presentaba muy triste a los antiguos, para quienes no lucían las
hecho los cielos y la tierra, ¡oh Yavé!, narices y mi freno en tus labios, esperanzas cristianas. Como la vida larga era una señal de la gracia de Dios, al contrario la vida corta,
y más la vida cortada de repente.
i* inclina tu oído y escucha. Abre, ¡oh Y te haré volver p o r el camino que has 6
Esa promesa de librar la ciudad significaría que este suceso tuvo lugar antes de 701, o sea
Yavé!, tus ojos y mira. Oye las palabras traído. 692 menos 15.
29 7
que Senaquerib ha m a n d a d o a decir para Y h e aquí lo que te servirá de señal: Este verso no parece hallarse en su lugar, a menos de ver en los siguientes una señal de que
insultar al Dios vivo. 17 Es verdad, ¡oh Este a ñ o se comerá lo que retoñe, y el Dios9 le concederá los quince años más de vida, y no de que le sanará, como se dice en el v.8.
Yavé!, que los reyes de Asiria h a n des- año que viene lo que de sí brote. Tenían en el palacio un reloj solar, llamado cuadrante de Ajaz porque este rey lo había puesto.
truido pueblos y asolado tierras i 8 y que Pero al tercer a ñ o sembrarás, y cose- El profeta promete hacer avanzar o retroceder la sombra que marcaba las horas. Ezequías elige lo
último como cosa en apariencia menos fácil.
12
14
Este príncipe caldeo combatió durante muchos años por la independencia de la Caldea y
Extiende Ezequías las cartas del asirio ante Dios, como pidiendo castigo por las blasfemias de Babilonia contra el poder de los asirios hasta que Senaquerib logró arrojarlo del país a la tierra
que contenían. de Elam por los años 694-693. No cabe duda de que esta embajada, cualquiera que fuera el pretexto,
20
La respuesta de Yavé la da el profeta Isaías, y sus palabras son una réplica enérgica a las miraba a organizar una resistencia contra el poder asirio. La ocasión más probable sería la de 705,
cartas blasfemas de Senaquerib. al morir Sargón, el gran batallador y padre de Senaquerib.
ii HcricK 20-21 408 409 II REYES 21-22
' 4 Isaías, profeta, vino luego a Eze- lomón, su hiio: «En esta casa, en Jerusa- 21
quías y le dijo: «¿Qué han dicho esas lén, que he elegido entre todas las tribus y siguió en todo el camino que había criba, lo leyó, 9 y fue luego a dar cuenta al
gentes que han venido a ti?» Ezequías de Israel, yo pondré para siempre mi seguido su padre. Sirvió a los ídolos a que rey, y le dijo: «Tus siervos han reunido
contestó: «Vienen de tierra lejana, de nombre. 8 N 0 haré errar más el pie de había servido su padre y se prosternó an- el dinero que había en el templo y se lo
Babilonia». 15 Isaías añadió: «¿Qué es lo Israel fuera de la tierra que yo he dado te ellos, 22 apartándose de Yavé, Dios de han entregado a los encargados de hacer
que han visto de tu casa?» Ezequías res- a sus padres, siempre que ellos cuiden de sus23 padres, y no siguiendo sus caminos. las obras en la casa de Yavé». i° Y aña-
pondió: «Han visto todo cuanto hay en poner por obra los mandamientos y las Los servidores de Amón conspiraron dió: «El sacerdote Helcías me ha entre-
la casa; les he enseñado todo mi tesoro, leyes que yo he prescrito a mi siervo Moi- contra él y mataron al rey en su casa;
24
gado este libro»; y lo llevó delante del
sin dejar nada». * 16 Entonces Isaías le sés». 9 Pero ellos no obedecieron, y Ma- pero el pueblo castigó a todos los que rey.*
dije a Ezequías: «Escucha la palabra de nases fue causa de que se descarriaran habían conspirado contra el rey Amón, 11 Cuando oyó el rey las palabras del
Yavé: 1? Tiempo vendrá en que será lle- e hicieran el mal, más todavía que las y puso por rey a Josías, su hijo, en lugar libro de la Ley, rasgó sus vestiduras I 2 y
vado a Babilonia todo cuanto hay en es- gentes que Yavé había destruido ante los suyo. dio esta orden al sacerdote Helcías, a Aji-
25
ta casa, todo cuanto atesoraron tus pa- hijos de Israel. El resto de los hechos de Amón, lo cam, hijo de Safan; a Acbor, hijo de Mi-
dres hasta hoy, sin quedar nada. 18 Y de que hizo, ¿no está escrito en el libro de queas; a Safan, secretario, y a Asaya, mi-
l° Entonces Yavé habló por medio de
los hijos que de ti saldrán, de los engen- las26crónicas de los reyes de Judá? nistro del rey: i 3 «Id a consultar a Yavé
drados por ti, tomarán para hacer de ellos sus siervos los profetas, diciendo: n « P o r Fue sepultado en su sepulcro en el por mí, por el pueblo y por todo Judá
eunucos del palacio del rey de Babilonia». haber cometido Manases, rey de Judá, jardín de Uza, y le sucedió Josías, su hijo. respecto de las palabras del libro que se
19
Ezequías respondió a Isaías: «Buena es todas esas abominaciones, por haber obra- ha encontrado, porque seguro que es
la palabra de Yavé que has pronunciado. do peor que antes de él obraron los amo- Josías, rey de Judá grande la cólera de Yavé contra nosotros
Que durante mi vida haya paz». rreos, por haber hecho pecar a Judá con
sus ídolos, i 2 he aquí lo que dice Yavé, O O ! Ocho años tenía Josías cuando
por no haber obedecido nuestros padres
20
El resto de los hechos de Exequias, Dios de Israel: Voy a echar sobre Jerusa- las palabras de este libro y no haber pues-
**£* comenzó a reinar, y reinó treinta to por obra cuanto en él se nos manda». *
todas sus hazañas, cómo hizo el estan- lén y sobre Judá males que a quien los. y un años en Jerusalén. Su madre se lla-
que y el acueducto y trajo las aguas a la oyere le retiñirán los oídos. 13 Yo echaré maba Jedida, hija de Adaya, de Boscat. * 14 El sacerdote Helcías, Ajicam, Acbor,
ciudad, ¿no está escrito en el libro de las sobre Jerusalén la cuerda de Samaría y 2 Safan y Asaya fueron a la profetisa Jolda,
crónicas de los reyes de Judá? * 21 Eze- la plomada de la casa de Ajab, y fregaré Hizo lo que es recto a los ojos de mujer de Salum, hijo de Tecua, hijo de
quías se durmió con sus padres, y le su- a Jerusalén como se friega un 1plato, vol- Yavé y siguió en todo el camino de Da- Jarjam, guardarropa, que moraba en Je-
cedió Manases, su hijo. viéndolo de un lado y de otro. 4 Abando- vid, su padre, sin apartarse ni a la dere- rusalén, en el otro barrio 15de la ciudad.
naré el resto de mi heredad y se la entre- cha3
ni a la izquierda. Una vez que le hablaron, * les dijo ella:
Manases, rey de Judá garé a sus enemigos; y serán la presa y el El año dieciocho del reinado de Jo- «Asi habla Yavé, Dios de16 Israel: Decid al
sías mandó el rey a la casa de Yavé a Sa-
n 4 1 Doce años tenía Manases cuan- botín de todos sus enemigos 15 por haber fan, secretario, hijo de Asalía, hijo de Me-
que a mí os ha enviado: Así dice Yavé:
« ^ do comenzó a reinar, y reinó cin- hecho lo malo a mis ojos y haberme irri- sulam, diciéndole: * 4 «Sube a Helcías, su-
Yo voy a hacer venir sobre este lugar y
cuenta y cinco años en Jerusalén. Su ma- tado desde el día en que sus padres salie- mo sacerdote, y que reúna el dinero que
sus habitantes los males de que habla7 este
dre se llamaba Jafsiba. * 2 Hizo el mal a ron de Egipto hasta hoy». haya en la casa de Yavé y que han recau-
libro que el rey de Judá ha leído; 1 por-
los ojos de Yavé, según todas las abomi- 10 Derramó también Manases mucha que me han dejado y han quemado per-
naciones de las gentes que Yavé había sangre inocente, hasta llenar a Jerusalén dado del pueblo los guardias de la puerta,
5 fumes a otros dioses, irritándome con la
arrojado ante los hijos de Israel. ' Reedi- de un cabo al otro, sobre los pecados que y lo entregue a los encargados de hacer obra de sus manos, y mi cólera se ha en-
ficó los altos que Ezequías, su padre, ha- él cometió y que hizo cometer a Judá, las obras en la casa de Yavé, empleándolo cendido8 contra este lugar, y no se apa-
bía destruido; alzó altares a Baal, levan- haciendo el mal a los ojos de Yavé. en pagar a los que trabajan en las6 obras gará; i pero diréis al rey de Judá, que
tó una osera, como había hecho Ajaz, rey de reparación de la casa de Yavé, a los os envía para consultar a Yavé: Así dice
!' El resto de los hechos de Manases, carpinteros, a los maestros y albañiles, y
de Israel, y se prosternó ante todo el ejér- cuanto hizo, los pecados a que se entre- Yavé, Dios de Israel: Acerca de las19pala-
cito de los cielos y le sirvió. 4 Alzó alta- gó, ¿no está escrito en el libro de las cró- en pagar la madera y las piedras talladas bras de este libro que tú has oído, por
res en la casa de Yavé, de la que Yavé nicas de los reyes de Judá? para la reparación de la casa. 7 Pero que haberse conmovido tu corazón y haberte
había dicho: «Pondré mi nombre en Je- no se les exijan cuentas del dinero que se
l 8 Manases se durmió con sus padres, humillado ante Yavé al oir lo que yo he
rusalén». 5 Alzó altares a todo el ejército y fue sepultado en el jardín de su casa, les entregue, por ser gente de probidad». anunciado contra este lugar y contra sus
de los cielos en los dos atrios de la casa en el jardín de Uza. Le sucedió Amón, habitantes, que serán objeto de espanto
de Yavé. 6 Hizo pasar a su hijo por el su hijo. Hallazgo del libro de la Ley y de execración; por haber rasgado tus
fuego; se dio a la observación de las nu- 8
Entonces Helcías, el sumo sacerdote, vestiduras y haber llorado ante mí, yo
bes y de las serpientes, para obtener pro- A m ó n , rey de Judá dijo a Safan, secretario: «He encontrado también te he oído a ti, dice Yavé, 20 y
nósticos, e instituyó evocadores de los es- en el templo de Yavé el libro de la Ley». por eso yo te recogeré a tus padres y se-
píritus y adivinadores del porvenir. Hizo i ' Veintidós años tenía Amón cuando
enteramente lo que es malo a los ojos de comenzó a reinar, y reinó dos años en Helcías dio el libro a Safan, y Safan, es- rás sepultado en paz, y no verán tus ojos
Yavé para irritarle. 1 También alzó en Jerusalén. Su madre se llamaba Mesule-
la casa de Yavé la asera, en la casa de met, hija de Jarus, de Yotbá. OO í El reinado de Josías abarca desde 638 hasta 607. El juicio de su conducta es bueno, como
" ^ no se lee de ningún otro rey, ya que éste tomó a pechos implantar la reforma según eí Deu-
que Yavé había dicho a David y a Sa-1 20 Hizo el mal a los ojos de Yavé, co- teronomio.
mo lo había hecho Manases, su padre, 3
Esta obra de restauración no comenzó hasta el 621 (cf. 12,4 ss.).
10
15
En el supuesto de lo dicho en la nota precedente, Ezequías habría mostrado a los caldeos Es de lamentar que el texto sagrado no nos ofrezca más detalles sobre este hallazgo. Parece
todos los recursos con que podía contar para la guerra que se proyectaba. El vaticinio del profeta natural suponer que el libro fué hallado en el santuario, donde estuvo olvidado en aquellos largos
viene muy a propósito. Esas riquezas vendrán a parar a Babilonia, pero un siglo más tarde. y tristes años de prevaricación.
13
20
Subsiste aún hoy la galería que conduce eí agua desde la fuente de Guijón hasta la piscina No cabe duda de que se trata del libro de la Ley, en el cual se leen largos capítulos sobre
de Siloé; en ella fue hallada una inscripción: el himno triunfal de los obreros cuando acabaron su las sanciones divinas contra la nación si olvida la observancia de la Ley (cf. Lev 26 y Dt 28). Dis-
tarea. El Eclesiástico hace mención de esta obra, que se ordenaba a asegurar a la ciudad las aguas cuten los autores si lo hallado file el Pentateuco, el Deuteronomio o una parte de éste. Sea de ello
de la fuente (48,19 ss.). lo que quiera, la sorpresa y gran conmoción que en el rey y en el pueblo produce el hallazgo mues-
tran claramente hasta qué punto habían dado al olvido la Ley de Dios. La reforma de Josías parece
1 enteramente ajustada al Deuteronomio.
Las líneas que siguen parecen significar que Ezequías no fue bastante previsor en lo que
21 toca a su sucesión, pues o la regencia a quien dejó encomendado a su hijo no era lo que 14
Como en todos los casos graves, se consulta al Señor por un profeta. En el presente es una
debía ser, o la fuerza del paganismo era tan poderosa que, al morir el rey, se sobrepuso a la obra profetisa, moradora de Jerusalén, la que es consultada, y la respuesta está en consonancia con lo
reformadora de tantos años. que se lee en 1 Re 21,29 s. Se hace gracia al rey en atención a su piedad, pero la nación sufrirá las
sanciones divinas.
n HUYU.W 22-23 410 411 II BEYES 23
I0
todos los males que yo haré venir sobre sus hermanos. El rey profanó el Tofet to hizo, ¿no está escrito en el libro de las
este lugar». Ellos llevaron al rey esta res- del valle de los hijos de Hinón, para que C e l e b r a c i ó n d e la p a s c u a
21
crónicas de los reyes de Judá?
puesta. nadie hiciera pasar a su hijo o su hija Luego m a n d ó Josías a todo el pueblo: 29
En su tiempo el faraón Necao, rey
p o r el fuego en h o n o r de Moloc, u Hizo «Celebrad la pascua en h o n o r de Yavé, de Egipto, subió contra el rey de Asiría,
OQ - E l rey hizo reunir junto a él a to- desaparecer de la entrada de la casa de vuestro Dios, como está escrito en el libro hacia el río Eufrates. El rey Josías le
« *» dos los ancianos de .luda y de Jeru- Yavé los caballos que los reyes de Judá de esta alianza». * 2 2 Ninguna pascua se- salió al paso, y el F a r a ó n le mató en
salén, * 2 y subió luego a la casa de Yavé habían dedicado al sol, cerca de la ha- mejante a ésta se había celebrado desde M a g e d d o en cuanto le vio. * 3 0 Sus ser-
con todos los hombres de .luda y todos bitación del camarero Natanmelec en el el tiempo en que los jueces juzgaban a vidores le llevaron muerto en el carro,
l2
los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, atrio. Quemó los carros del sol, de- Israel ni durante todo el tiempo de los trayéndolo de Mageddo a Jerusalén, y
los profetas y t o d o el pueblo, desde el molió los altares que había en la terraza reyes de Israel y de los reyes de Judá. le sepultaron en su sepulcro. El pueblo
23
más pequeño hasta el más grande, y leyó de la cámara alta de Ajaz, que habían El año dieciocho del reinado de Josías t o m ó a Joacaz, hijo de Josías, y le ungió
delante de ellos todas las palabras del alzado los reyes de Judá, y los altares que se celebró esta pascua en h o n o r de Yavé rey en lugar de su padre.
libro de la alianza que se había encontrado había hecho Manases en los dos atrios en Jerusalén.
en la casa de Yavé. 3 Estaba el rey en de la casa de Yavé; y después de destro- 24
Además, hizo Josías desaparecer a Joacaz, J o a q u i m y Joaquín, reyes de
pie j u m o a la columna; e hizo alianza zarlos y quitarlos de allí, arrojó el polvo los evocadores de los espíritus y a los Judá
13
con Yavé de seguir a Yavé y guardar sus al valle de Cedrón. Profanó el rey los adivinos, los terafim, los ídolos y todas
31
mandamientos, sus preceptos y sus leyes, altos que había al oriente de Jerusalén, las abominaciones que se veían en la Veintitrés años tenía Joacaz cuando
con todo su corazón y toda su alma, po- al mediodía del monte de los Olivos, que tierra de Judá y en Jerusalén, para poner comenzó a reinar, y reinó tres meses en
niendo por obra las palabras de esta Salomón, rey de Israel, había erigido a p o r obra las palabras de la Ley escritas Jerusalén. Su madre se llamaba Jamutal,
alianza escritas en el libro. T o d o el pueblo Astarté, la abominación de los sidonios;
confirmó esta alianza. a Camos, abominación de los moabitas, y
a Milcom, la abominación de los amoni-
D e s t r u c c i ó n d e la idolatría tas. , 4 Destrozó los cipos, derribó las ase-
4
El rey m a n d ó al sumo sacerdote, Hel- ras y llenó los lugares ls
donde estaban de
cías; a los sacerdotes de segundo orden huesos humanos. Derribó también el
y a los que hacían la guardia a la puerta altar de Betel, el alto que había hecho
que sacaran del templo de Yavé todos Jeroboam, hijo de Nabat, que había he-
los enseres que habían sido hechos para cho pecar a Israel; destrozó sus piedras y
Baal, para asera y para toda la milicia las redujo a polvo y quemó la asera.
16
del cielo, y los quemó fuera de Jerusalén, C u a n d o Josías se volvía de allí vio
en el valle de Cedrón, e hizo llevar las los sepulcros que había en la m o n t a ñ a ,
5
cenizas a Betel. * Expulsó a los sacer- y m a n d ó sacar de ellos los huesos y los
dotes de los ídolos, puestos por los reyes quemó sobre el altar, profanándolo, con-
de Judá para quemar perfumes en los forme a la palabra de Yavé, pronunciada
altos, en las ciudades de Judá y en los por el h o m b r e de Dios que había anun-
alrededores de Jerusalén; a los que ofre- ciado esto. 1 7 Y preguntó: «¿Qué m o n u -
cían perfumes a Baal, al Sol, a la Luna, mento es aquel que veo allí?» Los ha- Asedio de una ciudad por los asirlos
al Zodíaco y a toda la milicia de los cie- bitantes de la ciudad le respondieron:
los. 6 Sacó la asera fuera de la casa de «Es el sepulcro del hombre de Dios que en el libro que el sacerdote Helcías había hija de Jeremías, de Libna. * 3 2 Hizo el
Yavé, fuera de Jerusalén, al valle de Ce- vino de j u d á y anunció estas cosas que encontrado en la casa de Yavé. 2-> Antes mal a los ojos de Yavé, enteramente
drón, y la quemó allí, reduciéndola a tú has hecho con el altar de Betel». * de Josías no h u b o rey que como él vol- como lo habían hecho sus padres. 3 3 El
ceniza, que hizo arrojar a la sepultura 18 Entonces dijo él: «Dejadle en paz. Que viera a Yavé con todo su corazón, y con faraón Necao le encadenó en Ribla, en
común del pueblo. 7 Derribó los lugares nadie remueva sus huesos». Así se con- toda su alma, y con todas sus fuerzas, tierra de Jamat, y le destronó, e impuso
de prostitución idolátrica del templo de servaron intactos sus huesos, juntos con conforme a toda la Ley de Moisés; y a las gentes de la tierra una contribución
Yavé, donde las mujeres tejían tiendas los del profeta que procedía de Samaría. después de él no le ha habido tampoco de cien talentos de plata y un talento
para osera. 8 Hizo venir de las ciuda- 19 Josías hizo también desaparecer todos semejante. 2 " Pero, con todo, no desistió de oro.
34
des de Judá a todos los sacerdotes, pro- los templos de los altos de las ciudades Yavé del ardor de su gran cólera, encen- El faraón Necao puso por rey a
fanó los altos donde los sacerdotes que- de Samaría, que habían hecho los reyes dida contra Judá por todo lo que había Eliaquín, hijo de Josías, en lugar de J o -
maban perfumes, desde Gueba hasta Ber- de Israel para irritar a Yavé; hizo con hecho Manases para irritarle. 2 7 Yavé dijo: sías, su padre, y le m u d ó el nombre,
seba; derribó los altos de los sátiros que ellos enteramente c o m o había hecho con «Quitaré también de mi presencia a Judá, poniéndole el de Joaquim. Cogió a Joacaz
había delante de la puerta del gobernador Betel. 20 Inmoló sobre los altares a todos como lo he hecho con Israel, y rechazaré y lo llevó a Egipto, donde murió. 35 Joa-
Josué, a m a n o izquierda de la puerta de los sacerdotes de los altos que había allí a esta ciudad de Jerusalén, que yo había quim entregó al F a r a ó n la plata y el o r o ;
la ciudad. 9 Sin embargo, los sacerdotes y quemó huesos h u m a n o s en el sitio donde elegido, y la casa de que yo dije: Allí mas para reunir este dinero, según la
de los altos no subían al altar de Yavé en habían sido elevados. Después se volvió a estará mi nombre». imposición del Faraón, h u b o de sacarlo
2
Jerusalén, pero comían panes ácimos con Jerusalén. * El resto de los hechos de Josías, cuan- al pueblo, determinando lo que cada u n o
2
* La pascua, como fiesta conmemorativa de la salida de Egipto, tenia más íntima relación con
O "3 * Esta renovación de la alianza es un acto de penitencia nacional. En los años pasados, el la alianza, y así debía de ser en la intención del rey una ratificación de la misma.
29
"*** pueblo, con sus reyes, se había entregado a la idolatría y había roto la alianza con su Dios* En la región del Eufrates se debatía desde 613 la suerte del imperio ninivita. Parece que
ahora4
renuevan esa alianza, rompiendo con los ídolos y estrechando las relaciones con Yavé (Je 11 17)' Necao aspiraba a obtener alguna parte de sus despojos, y para tomarla se dirigía, a través de la Pa-
Como en 11,18, después de la alianza se procedió a la destrucción del templo de Baal' así lestina, hacia la Siria. Josías le sale al paso, a lo que parece, impulsado por la lealtad hacia el imperio
ahora se emprende la destrucción de toda superstición idolátrica como no se había hecho en nin- en ruinas; pero el resultado de la batalla fue la muerte del rey, llorada de todos los buenos. Con ella
guno de los reinados anteriores. La reforma se ajusta al Deuteronomio, sobre todo en lo que toca quiso Dios librarle de las próximas calamidades de su pueblo,
a la unidad del altar y a la supresión de los altos, hasta aquí tolerados aun bajo los reyes más piado- 31
Jeremías, que compuso unas lamentaciones a la muerte del rey (2 Par 35,25), dedicó tam-
sos. De aquí se deduce que el libro hallado era el Deuteronomio. Los detalles de esta reforma nos bién una endecha a la derrota de los egipcios en Carquemis (Jer 46). Pero, derrotado y todo por
muestran
17
hasta qué extremo había llegado la corrupción religiosa en Judá, y más en Jerusalén los caldeos, Necao volvió por Jerusalén, se llevó cautivo al rey Joacaz, que el pueblo se había dado,
Cf. 1 Re 13,2 ss. y puso en el trono a Joaquim, a quien cambió el nombre en señal de soberanía sobre él.
ii iiii.yim 23-25 412 413 II REYES 25

hnhiii de dar para entregarlo al faraón allí todos los tesoros del templo de Yavé los muros, cerca del jardín del rey, mien- 19 y de la ciudad, a un eunuco, que tenia
Nccao. y los tesoros del palacio real; rompió tras los caldeos tenían cercada la ciudad. a sus órdenes la gente de guerra; a cinco
36 Veinticinco años tenía Joaquim cuan- todos los utensilios que Salomón, rey de Los huidos tomaron el camino del Araba; hombres de los consejeros del rey, que
do comenzó a reinar, y reinri once años Israel, había hecho para el templo de 5 pero el ejército de los caldeos persiguió fueron encontrados en la ciudad; al se-
en Jerusalén. Su madre se Humaba Sebida, Yavé, conforme a lo que Yavé había al rey y le dio alcance en los llanos de cretario del jefe del ejército encargado del
hija de Pedaya, de Ruma. ->7 Hizo el mal anunciado. 14 Llevó cautiva a toda Jeru- Jericó, y 6todo su ejército se dispersó, alistamiento y a sesenta más del20 pueblo
a los ojos de Yavé, culeramente como lo salén, a todos los jefes y a todos los dejándole. Apresaron al rey y le llevaron que se hallaban en la ciudad. Nebu-
habían hecho sus padres. hombres de importancia, en número de al rey de Babilonia, a Ribla, y le senten- zardán, jefe de la guardia, los cogió y los
diez mil, con todos los carpinteros y ciaron, i Los hijos de Sedecías fueron llevó a Ribla, al rey de Babilonia. 21 El
O A ! En su tiempo, Nabucodonosor, herreros, no dejando más que a la gente degollados en su presencia; a Sedecías le rey de Babilonia les dio muerte en Ribla,
<" « rey de Babilonia, se puso en cam- pobre de la tierra. 15 Deportó a Joaquín sacaron los ojos, y cargado de cadenas en tierra de Jamat.
paña. Joaquim le había estado sujeto du- a Babilonia, y llevó cautivos, de Jerusalén de bronce, le llevaron a Babilonia. Así fue llevado cautivo Judá lejos de
rante tres años, pero luego se volvió y se a Babilonia, a la madre del rey, a las 8 El día séptimo del quinto mes—era el su tierra. * 2 2 Nabucodonosor puso el res-
rebeló contra él. * 2 Entonces mandó Yavé mujeres del rey, a 1sus eunucos, a los gran- año diecinueve del reinado de Nabucodo- to del pueblo que quedaba en la tierra
contra Joaquim tropas caldeas, tropas de des de la tierra; 6 a todos los hombres nosor en Babilonia—Nebuzardán, jefe de bajo el gobierno de 23Godolías, hijo de
los sirios, tropas de los moabitas y de los de armas, en número de siete mil, y a los la guardia, servidor del rey de Babilonia, Ajicán, hijo de Safan. Cuando los jefes
amonitas; las envió contra Judá para carpinteros y herreros, en número de mil. entró en Jerusalén, * 9 quemó el templo de de las tropas supieron, ellos y sus hom-
destruirle, según la palabra que Yavé A todos los hombres de valer aptos para Yavé, el palacio real y todas las casas de bres, que Godolías había sido puesto por
había pronunciado por sus siervos los la guerra, el rey de Babilonia los llevó Jerusalén. i°Todo el ejército de los cal- el rey de Babilonia como gobernador del
profetas. 3 No sucedió esto sino por orden cautivos a Babilonia. 17 Luego puso por deos, que estaba con el jefe de la guardia, territorio, vinieron a Godolías, a Misfa,
de Yavé, que quería arrojar a Judá de su rey, en lugar de Joaquín, a Matanías, demolió las murallas que rodeaban a Je- Ismael, hijo de Netanía; Jojanán, hijo
presencia a causa de los pecados come- su tío, mudándole el nombre en el de rusalén. 11 Nebuzardán, jefe de la guardia, de Careaj; Saraya, hijo de Tanjumet, de
tidos por Manases 4 y de la sangre ino- Sedéelas. llevó cautivos a los que habían quedado Neftoa, y Jazanía, hijo de un macateo,
cente derramada por Manases, que había en la ciudad, de los que se rindieron al con sus gentes. 24 Godolías les juró a
llenado a Jerusalén, que no quiso Yavé Sedéelas, último rey de J u d á . Asedio, rey de Babilonia, y al resto de la gente, ellos y a sus hombres, diciéndoles: «No
12 fuera de algunos pobres que dejó, como temáis nada de parte de los caldeos; que-
perdonar. daos en la tierra, servid al rey de Babi-
5 t o m a y destrucción d e Jerusalén viñadores y labradores.
El resto de los hechos de Joaquim, lonia, y os irá bien». 25 Pero el séptimo
cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro 18 Veintiún años tenía Sedéelas cuando !3 Los caldeos rompieron las columnas mes, Ismael, hijo de Netanía, hijo de
de las crónicas de los reyes de Judá? comenzó a reinar, y reinó once años en de bronce que había en la casa de Yavé, Elísama, de sangre real, vino acompañado
6
Joaquim se durmió con sus padres, y Jerusalén. Su madre se llamaba Jamutal, las basas, el mar de bronce que había de diez hombres, e hirieron mortalmente
le 7sucedió Joaquín, su hijo. hija de Jeremías, de Libna. en la casa de l Yavé, y se llevaron el bronce a Godolías, así como a los judíos y cal-
El rey de Egipto no salió ya más de 19 Hizo el mal a los ojos de Yavé, en- a Babilonia. * Cogieron los ceniceros, las deos que estaban con él en Misfa. 26 En-
su tierra, porque el rey de Babilonia se 20 teramente como lo había hecho Joaquín, tenazas, las palas, los cuchillos, las tazas tonces todo el pueblo, pequeños y grandes,
por la cólera de Yavé contra Jerusalén y todos los utensilios de bronce con que los jefes y sus tropas, se levantaron y se
había apoderado de cuanto era del rey se hacía el servicio, u El jefe de la guardia
de Egipto, desde el torrente de Egipto y contra Judá, que Yavé quería arrojar fueron a Egipto por temor de los caldeos.
de su presencia. Sedecías se rebeló contra cogió también los braseros y las copas y
hasta el Eufrates. todo cuanto era de oro y cuanto era de 27
El año treinta y siete de la cautividad
s
Dieciocho años tenía Joaquín cuando el rey de Babilonia. plata. 16 Las dos columnas, el mar, las de Joaquín, rey de Judá, el día veintisiete
comenzó a reinar, y reinó tres meses en basas que Salomón había hecho para la del duodécimo mes, Evil Merodac, rey de
Jerusalén. Su madre se llamaba9 Nejusta, (J l El año noveno del reinado de
hija de Elnatán, de Jerusalén. Hizo el 2
«•» Sedecías, el día diez del mes dé-
mal a los ojos de Yavé, enteramente como cimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia,
casa de Yavé; todos los utensilios17 de
bronce tenían un peso incalculable. La
Babilonia, el año primero de su reinado,
alzó la cabeza de Joaquín, rey de Judá,
altura de una columna era de dieciocho y le sacó de la prisión. * 2S Le habló con
lo había hecho su padre. vino con todo su ejército contra Jerusa- codos, y tenía encima un capitel de bronce benevolencia y puso su trono por encima
l°En este tiempo subieron contra Je- lén, acampó ante ella, y levantaron 2
contra de tres codos de altura, y en derredor del de los tronos de los reyes que con él
rusalén los servidores de Nabucodonosor, ella ingenios en derredor. * La ciudad capitel había trenzados y granadas, todo estaban en Babilonia. 2 9 L e hizo quitar
rey de Babilonia, y la ciudad fue ase- estuvo cercada hasta el 3año undécimo de bronce; y lo mismo la otra columna. sus vestidos de preso, y ya siempre comió
diada, il Nabucodonosor, rey de Babilo- del reinado de Sedecías. El día nueve 18 El jefe de la guardia cogió a Sarayas, a su mesa todo el tiempo de su vida.
30
nia, llegó a la ciudad mientras sus servi- del cuarto mes del año undécimo de Se- el sumo sacerdote; a Sofonías, el segundo El rey proveyó constantemente a su
dores la asediaban. 12 Entonces Joaquín, decías era grande el hambre en la ciudad, sacerdote, y a los tres guardias del atrio; mantenimiento todo el tiempo de su vida.
rey de Judá, salió al rey de Babilonia con y no había 4
ya pan para la gente del
su madre, sus servidores, sus jefes y sus pueblo. Entonces abrieron brecha en la * El mes quinto, que puede ser el de julio, la ciudad fue tomada y, con el templo, quemada
eunucos. El rey de Babilonia le prendió ciudad, y toda la gente de guerra huyó y destruida; sus riquezas, llevadas a Babilonia, y lo más granado de la población que había sobre-
el octavo año de su reinado. * " Sacó de de noche por el camino de la puerta entre vivido
21
fue conducido en cautiverio a las orillas del Eufrates (587).
La causa de la ruina y la cautividad fue la corrupción religiosa. Los reyes de Babilonia si-
2 4 ' ^ n 6 o 5 , Nabucodonosor, muerto su padre, Nabopolasar, subió al trono de Babilonia. guieron la política de los de Asiría. Al fin vino la prometida restauración, en la cual no participó
" ^ Poco después se presentó en occidente a tomar posesión de aquella parte del imperio asirio sino27un corto número de los cautivos, quedando otros muchos en medio de los pueblos paganos.
de que se crefa heredero. Joaquim fue dejado en pacifica posesión del trono de su padre, Josías, Es el hijo de Nabucodonosor y sucesor suyo el que saca a Jeconías de la prisión y le honra
pero bajo el vasallaje de Babilonia. Sin embargo, en Jerusalén prevalecía la tendencia egipcia, y el sentándole a su mesa (562). Ya era tarde.
rey comenzó a dar muestras de insurrección contra la Caldea. Noticioso Nabucodonosor, manda
sus tropas para obligarle a volver a la obediencia. Cuando éstas llegan, en 597, Joaquim era muerto
desde hacía tres meses, sucediéndoie en el trono Joaquín o Jeconías.
12
Muy prudentemente, Jeconías renunció a la resistencia, evitando la guerra. Con su madre,
una buena parte de la corte y lo más granado de la capital fue llevado cautivo a Babilonia, siendo
substituido en el trono por su tío Matanías, a quien se cambió el nombre por el de Sedéelas.
25 1 ? € 4 ec ' as había prestado juramento de vasallaje a Nabucodonosor; pero, seducido por los
egipcios, se olvidó de su deber. El año 589 se presentó el ejército caldeo ante Jerusalén y la
cercó. El profeta Jeremías nos ha conservado muchos episodios del cerco largo y duro que Jerusalén
padeció.
415 I PARALIPÓMENOS 1

PARALIPÓMENOS O CRÓNICAS cuenta la ejecución de la gran obra preparada por David y realizada por Saloman.
También guarda silencio sobre las caídas de éste. La cuarta parte (10-36) nos refiere
la historia de Judd hasta el decreto de Ciro, que permitió la restauración del templo.
Insiste en la historia de aquellos reyes que en diversas épocas más intervinieron en la
i. Los libros precedentes vienen a ser una historia seguida desde el principio del reforma religiosa.
mundo hasta la cautividad babilónica. Los Paralipómenos, con Esdras y Nehemías, 5. Para resolver ciertas dificultades históricas que algunos oponen, a causa de
contienen una historia paralela de la precedente, hecha con criterio distinto. Los dos varios documentos que se citan y de sucesos que se narran, el lector tendrá una solución
de los Paralipómenos formaban en el texto hebreo un solo libro, que luego se dividió general en la Introducción general, n.15.
en dos, tomada de las versiones la división. El nombre hebreo equivale a Crónicas, El autor de la obra es desconocido, aunque muchos la atribuyen a Esdras. La
Anales. El de Paralipómenos les viene del griego, y vale tanto como cosas preteridas, época de su composición, a juzgar por las genealogías de Zorobabel, que nos dan las
omitidas, porque los traductores creyeron erróneamente que el fin del autor había sido versiones antiguas, no sería anterior al siglo IV, en la época griega.
consignar las cosas omitidas de los libros de Samuel y de los Reyes. Siendo tan cara
la repetición de cosas, tomadas, según todas las apariencias, de aquellos libros, es ma-
nifiesto el error del nombre y su fundamento. Es, sin embargo, el nombre admitido. Los
Paralipómenos contienen una historia de Israel, narrada desde el punto de vista del I PARALIPÓMENOS O CRÓNICAS
templo y del culto legítimo.
2. Para hacerse cargo de la naturaleza especial de esta obra conviene considerar SUMARIO PRIMERA P A R T E : GENEALOGÍAS (1-0): De los primeros
la época en que fue compuesta. Al volver del cautiverio se sintió Israel reducido d una patriarcas hasta Abraham (1,1-27). Abraham y su descen-
provincia del gran imperio persa, sin más personalidad que la que provenía de su Ley dencia (1,28-45). Genealogía de Judd (2). Genealogía de David (3). Nuevagenea-
y de su religión. Por esto la vida del pueblo se concentró en torno del templo y de la logía de Judd (4,1-23). Genealogía de Simeón (4,24-43). Rubén (5,1-10). Gad
autoridad religiosa, el sumo sacerdote, con los escribas o doctores de la Ley. El templo (5,11-22). Manases (5,23-36). Leví (6). Isacar (7,1-5). Benjamín (7,6-12).
y la Ley eran para ellos lo más importante de su patrimonio nacional. A través de Neftalí y Manases (7,13-19). Efraím (7,20-29). Aser (7,30-40). Otra vez Ben-
este principio consideraban luego su pasada historia, y todo lo que no fuera esto tenía jamín (8,1-33). Saúl (8,34-40). Primeros moradores de Jerusalén después de la
para ellos poco valor. Esto, en efecto, si no era toda la historia de Israel, contenía los cautividad (9,1-38). Nueva genealogía de Saúl (9,39-44).—SEGUNDA PARTE:
elementos esenciales de la misma. Israel era el pueblo de Yavé, el Dios único verdadero, HISTORIA DE DAVID (10-29): Muerte de Saúl (10). Principios del reinado de
sólo por Israel reconocido y adorado. Con Israel se había ligado por una antigua David (11,1-9). El ejército de David (11,10-12,40). Traslación del arca a casa
alianza, y en medio de él había establecido su morada. Esta morada había sido pri- de Obededom (13). Guerras contra los filisteos (14). Traslación del arca a Jerusa-
meramente el tabernáculo levantado por Moisés en el desierto, al cual sucedió luego lén (15). Ordenación del culto divino fi6J. Promesas divinas a David f i 7 j . Guerra
el templo de Salomón. De uno y de otro había tomado Dios posesión mediante la nube en la TransJordania (18-20). Empadronamiento del pueblo (21). Preparación de
de su gloria, y allí había puesto su nombre, convirtiéndolos en símbolos de su presen- los materiales para la construcción del templo (22). Ordenes de los levitas y sacerdo-
cia en medio de Israel. Como el tabernáculo había sido el único lugar legítimo del tes (23-26). Ordenación militar del reino (27). Testamento de David (28-29).
culto durante la peregrinación por el desierto, así lo había sido el templo desde que fue
levantado por Salomón. Era, pues, el lugar santo de la tierra en el que Dios se comu- P R I M E R A P A R T E Pelistim y los Caftorim. 13 Canán engen-
nicaba con los hombres. Así lo decía Salomón en su plegaria consecratoria del templo dró a Sidón, su primogénito, 1 4 y a Jet,
(i Re 8). Los salmistas se hacen eco de estas ideas y sentimientos en muchos de los GENEALOGÍAS a los 15
jebuseos, los amorreos, los guergue-
salmos, y los profetas, cuando nos hablan de los tiempos mesiánicos, con frecuencia nos (1-9) seos, los jeveos, los arqueos, los sineos,
16
presentan el templo como el centro del reino mesidnico, el lugar en que Dios manifes- los arvadeos, los semareos y los jáma-
tará su gloria y adonde concurrirán todos los pueblos, ansiosos de participar de las Los primeros patriarcas hasta teos.
17
Abraham Hijos de Sem: Elam, Asur, Arfacsad,
bendiciones prometidas por Dios a su pueblo. Sobre esta idea tan alta y tan mesiá- Lud y Aram. Hijos de Aram: Us, Jul,
1 2
nica a la vez se apoya el autor de nuestra obra para componer esta nueva historia de Adán, Set, Enós, * Cainán, Mala- Gueter y Mesec. * l s Arfacsad engendró
su pueblo, en la que sólo el templo y lo que con el templo se relacione tendrá cabida. I
4
leel, Jared, •' Janoc, Metusela, Lamec, a Salaj, y Salaj engendró a Eber. 19 A
Y a través de esta idea contempla la historia pasada de Israel. Noé, Sem, Cam y Jaf'et. 5 Hijos de Jafet: Eber le nacieron dos hijos, el nombre
Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, del uno Peleg, porque en su tiempo se
3. El género de su composición es de compilación de documentos, retocados con Mesec y Tiras. * dividió la tierra, y el nombre de su her-
adiciones aclaratorias, supresiones, correcciones, para amoldarlos mejor a su propó- 6
Hijos de Gomer: Asquenas, Difat y mano, Joctán. 2« Joctán engendró a Al-
sito, aunque con alguna divergencia, para cuya explicación habrá que recurrir a la Togorma. ^ Hijos de Javán: Elisa, Tarsis, modad, Selef, Jasarmavet, Jeraj, 21 Ado-
doctrina de la encíclica de Pío XII acerca de los géneros literarios. El autor Quitim y Rodanim. ram, Uzal, Dicla, 22 Eval, Abimael, Seba,
cita cuidadosamente sus fuentes. Los títulos de éstas llegan a catorce, aunque tal vez 8 Hijos9 de Cani: Cus, Misraim, Put y 23 Ofir, Abila y Jobab. Todos éstos son
se reduzcan todas a una o dos obras generales de la historia de Israel. Canán. Hijos de Cus: Saba, Yavila, hijos de Joctán.
Sabta, Regma, Sabteca. Hijos de Regma:
4. Se dividen en cuatro partes: la primera (1 Par 1-9), que se extiende hasta Seba y Dadán.
David, está formada por listas genealógicas tomadas de los libros precedentes y de 10 Los diez patriarcas desde Sem
Cus engendró a Nimrod; éste co- a Abraham
otros documentos particulares. Las listas, a veces repetidas y discordantes, muestran menzó a ser potente sobre la tierra, u Mis-
24
que tales documentos son más bien empadronamientos de las tribus o familias, reali- raim engendró a los Ludim, 12
los Anamim, Sem, Arfacsad, Selaj, M Eber, Peleg,
zados en distintas épocas, y que reflejan el estado de las mismas en cada una. La se- los Leabim, los Naftujim, los Patrusim Reu, 26 Sarug, Najor, Teraj, 27 Abram,
gunda parte (10-20), omitido Saúl, abarca la historia de David, como fundador del y los Caslujim, de los que salieron los I que es Abraham.
reino y del nuevo tabernáculo de Jerusalén y preparador de todo lo necesario para la 1
Gen 5,r ss.
construcción del templo. Omite los pecados del rey. La tercera parte (2 Par 1-9) nos 1 i7
5
G e n 10,1 s.
Gen n , 10 ss.
I PAKAL1PÓMENOS 1-2 416 417 I PARALIPÓMENOS 2 - 3
Descendencia de Abraham Los doce hijos de Jacob y los que fue madre de Onam. 27
Los hijos escribas que habitan en Jabes; los tirea-
28 Hijos de A b r a h a m : Isaac e Ismael. * descendientes de Judá de Ram, primogénito de Jerajmeel, fue- cianos, los simeacianos y los socacianos.
29 28
Su posteridad: 1
He aqui los hijos de Israel: Rubén, ron : Maas, Jamín y Equer. Los hijos Estos son los quíneos, descendientes de
Nabot, primogénito de Ismael; Quedar, 2 Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabu-
Adbeel, Mibsam, 30 Misma, Duma, Masa, lón, * 2 Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad
de Onam fueron: Samai y29 Jada. Hijos de
Samai: Nadab y Abisur. El nombre de
Jamat, padre de la casa de Recab.
Jadad, Tema, Jetur, Nafls y Quedma. y Aser. la mujer de Abisur era Abijail y le parió Los descendientes de David
Estos son los hijos de Ismael. 3
Hijos de Judá: Er, Onán y Sela; estos a Ajbán y Molid. 30 Hijos de Nadab: 1
He aquí los hijos de David que le
31 Hijos de Quetura, concubina de Abra- tres le nacieron de la hija de Súa, la
ham: tuvo a Zimram, a Jocsam,32a Medán, cananea. Er, primogénito de Judá, fue
Seled y Apaim. Seled murió sin hijos.
31
Hijo de Apaim, Isei. Hijo de Iser, Se-
3 nacieron en Hebrón: el primogénito,
a Madián, a Jisbac y u Suaj. Hijos de malo a los ojos de Yavé, que le mató. * sán. Hijo de Sesán, Ajlai. 32 Hijos de Ammón, de Ajinoam, de Jezrael; el se-
Jocsam: Seba y Daban. -13 Hijos de Ma- 4 Tamar, nuera de Judá, le dio Fares y Jada, hermano de Samai: Jeter y Jonatán. gundo, Daniel, de Abigail, de Carmel; *
2
dián: Efa, Efer, Junoc. Abida y Elda. Zeraj. En todo, los hijos de Judá, cinco. Jeter murió sin hijos. 33 Hijos de Jonatán: el tercero, Absalón, de Maaca, hija de
Estos son todos los hijos de Quetura. Pelet y34 Zaza. Estos son los hijos de Jeraj- Talmai, rey de Guesur; el cuarto, Ado-
34
5 Hijos de Fares: Hesrón y Jamul. nías, hijo de Agit; 3 el quinto, Sefatía, de
Abraham engendró a Isaac. Hijos de 6
Hijos de Zeraj: Zimri, Hetán, Hernán, meel. Sesán no tuvo hijos, pero sí hijas.
35
Sesán tenía un esclavo egipcio llamado Abital; el sexto, Jitream, de Egla, su mu-
Isaac:
3
Esaú e Israel. Calcol y Dará. En todo, cinco. * 7 Hijo de jer. 4 Estos seis le nacieron en Hebrón.
5Hijcs de Esaú: Etlfaz, Reuel, Jeús, Carmi: Acar, que conturbó a Israel cuan- Jarja, y Sesán dio su hija por mujer a
Reinó allí siete afios y seis meses, y en Je-
Jtlam y Coré. * 3fl Hijos de Elifaz: Teman, do fue infiel acerca de las cosas dadas Jarja, 3su esclavo, a quien le parió ella a
rusalén treinta y tres años.
Ornar, Sen", Guctam, Quenaz, Timna y al anatema. Atai. 6 Atai engendró a Natán: Natán 5
engendró a Zabad; 37 Zabad engendró He aquí los que le nacieron en Jeru-
Amalee. -17 Hijos do Reuel: Najat, Zeraj, 8
Hijo de Etán: Azarías. a
salén: Simea, Solab, Natán y Salomón,
Samma y Miza. -18 Hijos de Seir: Lotán, 9
Hijos que le nacieron a Esrón: Je- Efilal; Efilal engendró a Obed; 3» Obed
engendró a Jehú; Jehú engendró a Aza- cuatro de Betsabé, hija de Ammiel;*
Sobal, Sibeón, Ana, Disón, Eser y Disán. rajmeel, Ram y Quelubai. * 10 R a m e n . 6
Jibiar, Elisama, Elifelet, 7 Noga, Nefeg,
39
Hijos de Lotán:40Jori y Omán. Hermana gendró a Aminadab. Aminadab engen- rías; 39 Azarías engendró a Jales; Jales
engendró a Elasa; 4 " Elasa engendró a Jafia, 8 Elisama, Elyada y Elifelet: nue-
de Lotán, Timna. Hijos de Sobal: Alian, dró a Nacsón, príncipe de los hijos de ve. 9 Todos éstos fueron hijos de David,
Manajat, Ebal, Sefi y Onam. Hijos de Judá; H Nacsón a Salma; Salma engen- Sismai; Sismai engendró a Salum; 41 Sa-
y además los hijos de10las concubinas. Ta-
Sibeón: Aya y Ana. Hijo de Ana: 41 Di- dró a Booz; 12 Booz engendró a Obed; Ium engendró a Jecamya; Jecamya en-
mar fue su hermana. Hijos de Salomón:
són. Hijos de Disón: Jamram, Esbam, Obed engendró a Isaí. 13 Isaí engendró a gendró a Elisama.
42 Roboam; Abiya, su hijo; Asa, su hijo;
Jitram y Queram. 42 Hijos de Eser: Bilán, Eliab, su primogénito; a Abinadab, su Hijos de Caleb, hermano de Jeraj-
Josafat, su hijo; * n Joram, su12hijo; Oco-
Zayán y Jacán. Hijos de Disán: Uz y segundo; a Simea, el tercero; * 14 a Neta- meel: Mesa, su primogénito, que fue pa-
dre de Zif, y 43 los hijos de Maresa, padre cias, su hijo; Joás, su hijo; Amasias,
Aran.
43
neel, el cuarto; a Radai, el quinto; I 5 a su hijo; Azarías, su hijo; íotam, su hijo;
He aquí los reyes que reinaron en la Osen, el sexto, y a David, el séptimo. de Hebrón. * Hijos de 44 Hebrón: Coré, 13
16 Tapuaj, Requén y Sama. Sama engen- Ajaz, su hijo;l 4 Ezequías, su hijo; Ma-
tierra de Edom antes que reinase rey Sus hermanas fueron Sarvia y Abigail. nases, su15hijo; Amón, su hijo; Josías,
alguno sobre los hijos de Israel: Bela, hijo Hijos de Sarvia: Abisai, Joab y Azael, dró a Rajam, padre de45Jorqueam; Requén
engendró a Samai. Hijo de Samai: su hijo. Hijos de Josias: ol primogé-
de Beor;44 el nombre de su ciudad fue tres. 17 Abigail parió a Amasa. El padre nito, Jojanán; el segundo, Joaquim; el
Dinaba. Murió Bela y le sucedió Jobab, de Amasa fue Jeter, ismaelita. Maón; y Maón, padre de Betsu. 46 Efa,
tercero, Sedecías; el cuarto, Salum. 1(í Hi-
hijo de Zeraj, de Bosra. 45 Murió Jobab 18 Caleb, hijo de Esrón, tuvo hijos de concubina de Caleb, parió a Jarán, 47 Mosa
jos de Joaquim:7 Jeconías, su hijo; Sede-
y le sucedió Jusam, de la tierra de los Azuba, su mujer, y de Jeriot. Los hijos y Gazez. Jarán engendró a Gazez. Hi-
cías, su hijo. 1 Hijos lsde Jeconías: Asir,
temanitas. 46 Murió Jusam y le sucedió que tuvo de Azuba fueron: Jeser, Sobab jos de Jodaim: Reguem, Jotán, Guesa,
cuyo hijo fue Salatiel; Malquiram, Pe-
Adad, hijo de Bedad. Este es el que des- y Ardón. * 19 Murió Azuba, y Caleb tomó Pelet, Efa y Saaf. 48 Maaca, concubina de
Caleb, parió a Seber y Tircana. 49 Tam- daya, Senasar, Jecamías, Hosama y Ne-
trozó a Madián en los campos de Moab. a Efrata, que le parió a Jur. 20 Jur engen- dabia. 19 Hijos de Pedaya: Zorobabel y
El nombre de su ciudad fue Avit. 47 Murió dró a Úri, y Uri engendró a Betsael. bién parió a Saaz, padre de Madmana, y
Simei. Hijos de Zorobabel: Mesulam y
Adad y reinó en su lugar Sambla, de 21 Luego entró Esrón a la hija de Maquír, a Seba, padre de Majbena y padre de Gui-
Hananía; Selomit, su hermana;* 20 Ha-
Marseca. 48 Murió Sambla y reinó en su padre de Galad, cuando tenia sesenta bea. Hija de Caleb fue Acsa.
50 saba, Ohel, 21 Berequia, Jasadla, Jusab, Je-
lugar Saúl, de Rejobot. 49 Murió Saúl y afios, y ella le parió a Segub. 22 Segub Estos fueron hijos de Caleb: Sobal, sed, cinco. Hijos de Jananía: Pelatía
le sucedió Baal-Janán, hijo de Acbor. engendró a Jair, que tuvo veintitrés ciuda- hijo de Jur, primogénito de Efrata, y Si- y Jisaya; los hijos de Refaya, los hijos
50
Murió Baal-Janán y le sucedió Hadad. des en la tierra de Galad. 2S Los quesureos bal, padre de Quinal-Jearim; 51 Salma, de Arnán, los hijos de Abdías, los hijos
El nombre de su ciudad fue Pahi, y el y los sirios les tomaron los burgos de padre de Betlejem; Jaret, padre de Bet- de Secanía. 22 Hijo de Secanía: Semae-
nombre de su mujer, Metabeel, hija de Jair, con Quenat, y las ciudades de su Gader.
52 ya. Hijos de Semaeya: Jatus, Jigueal, Ba-
M a t r e d , hijo de M e z a h a b . 51 Murió dependencia: sesenta ciudades. Todos és- Los hijos de Sobal, padre de Qui- riaj, Nearia y Safat, seis. 23 Hijos de
Hadad. tos eran hijos de Maquir, padre de Galad. riat-Jearim,
53
fueron Aroé, Jasi el menajita. Nearia: Elyoenai, Ezequías y Azricam,
Los jefes de Edom fueron: el jefe Tim- 24 Después de la muerte de Esrón vino Las familias de Quiriat-Jearim fueron: tres. 24 Hijos de Elyoenai: Jodavia, Elyo-
na, el jefe Alya, el jefe Jetet, sz el S3 jefe Caleb a Efrata, que le parió a Asjur, los jeturianos, los pucianos, los suma- sib, Pelaya, Acub, Jojanán, Delaya y Ana-
Olibama, el jefe Ela, el jefe Piñón, el padre de Tecua. cianos y los misreenos; de estas fami- ní, siete.
jefe Quenaz, el jefe Teman, el jefe Mibsar, 25
Los hijos de Jerajmeel, primogénito lias salieron los soreacianos y los estato-
54
el jefe Magdiel y el jefe Iram. Estos son de Esrón, fueron: Ram, el primogénito; lianos. 54 Hijos de Salma: Betlejem y los
los jefes de Edom. Buna, Oren y Osen, sus hermanos. 2S Je- netopacianos, Astoret, 55Bet-Joab, Jasí, los
rajmeel tuvo otra mujer llamada Atara manajteos, los soreos y las familias de
í8
3
Gen 25,1 ss. « Cf. 2,18 ss.
' Gen 36,1 ss. l
1 O 2 Sam 3,2 ss.; 14,4 ss.
G e n 35,21 ss.; 46,7 ss. 5
" 2 Sam 5,14.
' Gen 38,7- 1
° L a serie de los reyes la conocemos por los libros de este nombre.
6
1 Re 5 , u - 19
Zorobabel volvió al frente de la primera expedición de la cautividad y fue luego gobernador
« 9 Rut 4,19. de Jerusalén desde 538 hasta después de 515, cuando se terminó el templo. L a s generaciones q u e
'3 1 Sam 16,64; 17,13. siguen nos llevan hasta bien entrado el siglo IV, y este detalle viene a indicar la época de la com-
18
Cf. 2,50 ss. posición de la obra.

N&cwr-Colunga 14
I PABM.trÓMENOS 4-5 418 419 I PARAUPÓMENOS 5-6

jem. Estas son cosas antiguas. í3 Estos son to. * 2 Judá fue en verdad poderoso entre chos muertos, porque el combate venía
Descendientes de Judá sus hermano, y el príncipe de ellos, pero de Dios. Se establecieron en su lugar has-
alfareros y habitaban en Netaim y G u e -
1 Hijos de J u d á : Peres, Jesrón, Car- el derecho de primogenitura fue de José. ta el tiempo en que fueron llevados a la
4 mi, J u r y Sobal. * 2 Reava, hijo de
dera, cerca del rey, y trabajaban p a r a él. 3
Hijos de Rubén, primogénito de Is-
rael : Janoc, Palú, Hesrón y Carmí. * H i -
cautividad.
Sobal, engendró a Jajat; Jajat engendró
a Ajumai y Lahad. Estas son las familias Descendientes de Simeón jos de J o e l : Semeya, su hijo; Gog, su D e s c e n d i e n t e s d e la m e d i a t r i b u
de los sareotitas. 3 H e aquí los descendien- 24
Hijos de Simeón: Nemuel, Jamín, Ja- hijo; Simaí, su h i j o ; s Mica, su hijo; Rea- transjordánica de Manases
tes del padre de E t a m : Jezrael, Jisma y rib, Zerai y Saúl. Hijos de Saúl: * 25 Sa- yá, su hijo; Baal, su hijo, 6 y Beera, su 23
hijo, que llevó cautivo a Asiría Teglatfa- Los hijos de la media tribu de M a -
Jidbas. El nombre de su hermana era H a - lum, Mibsan, su hijo; Misma, su hijo. nases habitaban la región desde Basan
selponi. 4 Penuel fue padre de Guedor, y 26
Hijos de M i s m a : Hamuel, su hijo; Za-
lasar, rey de Asiría; era príncipe de los
Ezer, padre de Jusa. Estos son los hijos rubenitas. 7 Hermanos de Beram, según hasta Baal-Hermón, y Sanir, y la mon-
cur, su hijo; Simeí, su hijo; 2 7 Simeí tuvo sus familias, tal como fueron registrados taña de H e r m ó n . Eran numerosos. 2 4 H e
de Jur, primogénito de Efrata, padre de dieciséis hijos y seis hijas. Sus hermanos
Betlejem. en las genealogías según sus generacio- aquí los jefes de las casas de sus padres:
5
n o tuvieron muchos hijos y sus familias nes : el primero, Jeiel: Zacarías; 8 Bela, Efer, Jisui, Eliel, Azriel, Jeremías, H o d a -
Asjur, padre de Tecua, tuvo dos mu- no se multiplicaron tanto como las de los hijo de Azaz, hijo de Sema, hijo de Joel, vía y Jajdiel, hombres valerosos, gente de
jeres : Jeleá y Naará. 6 N a a r á le parió a hijos de Judá. 2 8 Habitaban en Berseba, habitó en Aroer hasta N e b o y Baal- fama, jefes de las casas de sus padres.
Ajuzam, Jefer, Temeni y Ajastari; éstos en M o l a d a , en Jasar Sual, * 2 9 en Bila, M e o n ; * 9 al oriente habitaba hasta la
25
Pero pecaron contra el Dios de sus pa-
son los hijos de N a a r á . 7 Hijos de Elea: en Esen, en Tolad, 3 0 en Batuel, en Jor- entrada del desierto, desde el río Eufra- dres y se prostituyeron tras los dioses de
Seret, Jesojar y Etnán. nia, en Siceleg, 3 ] en Bet-Marjabot, en Ja- tes, pues tenía muchos ganados en la tie- las gentes de la tierra que Dios había des-
8
Cos engendró a A n n u b y Asobeba sar Susin, en Bet-Bireí y en Saaraim. Estas rra de Galad. I 0 En tiempo de Saúl hicie- truido ante ellos; 2 6 y el Dios de Israel
y las familias de Ajarjel, hijo de Arum. fueron sus ciudades hasta el reino de r o n la guerra a los agareos, que cayeron incitó contra ellos el espíritu de Pul, rey
9
Jaebes fue más ilustre que sus herma- David, y sus pueblos. 3 2 Tenían también en su poder, y habitaron en sus tiendas en de Asiría (el espíritu de Teglatfalasar, rey
nos. Su madre le dio el nombre de Jae- Etam, Ain, R i m m ó n , Toquen y Asan, t o d o el lado oriental de Galad. de Asiría), y Teglatfalasar llevó cautivos a
bes, diciendo: «Porque le he parido con cinco ciudades, 3 3 y todos los pueblos en rubenitas, gaditas y a la media tribu de
dolor». 10 Jaebes invocó al Dios de Israel, derredor de estas ciudades hasta Baal. Manases, y los condujo a Calaj, Jahor,
diciendo: «Si me bendices y ensanchas mis Estas son sus habitaciones y sus genea- Descendientes de G a d H a r á y al río Gozan, donde habitan has-
términos y está conmigo tu m a n o y me logías.
preservas del mal de m o d o que yo no 34
11 Enfrente de ellos habitaban los hijos ta hoy. *
Mesebab, Jamlec; Josa, hijo de A m a - de Gad, en la tierra de Basan, hasta Sal-
padezca...» Y Dios le dio lo que le ha-
sia ; 3 5 Joel, Jehú, hijo de Josibia; hijo de ea. * , 2 Joel, el primero; Safan, el segun- Descendientes de Leví
bía pedido.
Seraya, hijo de Asiel. 36 Elyocani, Jaco- d o ; .laenai y Safat, en Basan. 1 3 Sus her- < (27> Hijos de Leví: Gersón, Caat y
11
Quelub, h e r m a n o de Suja, engendró
a Mejir, que fue padre de Estón. 1 2 Estón
ba, Jesojaia, Asaya, Adiel, Jesimiel, Be- manos, según las casas de sus padres: Mi- 6 Merarí.* 2 ( 2 8 ) Hijos de C a a t : A m -
naya, 3 7 Ziza, hijo de Sifei, hijo de Alón, cael, Mesulam, Sema, Joraim, Jaecam, ram, Jitsear, Hebrón y Uziel. 3 (2!>) Hijos
engendró a Bet Rafa, Paseaj y Tejina, pa- hijo de Jedaya, hijo de Simri, hijo de Se- Zía y Eber; siete. 1 4 H e aquí los hijos de de A m r a m : Arón, Moisés y María. Hi-
dre de la ciudad de Najas. Estos son los maya. 3 8 Estos, p o r sus nombres, eran Abigail, hijo de Juri, hijo de Jaroaj, hijo jos de A r ó n : N a d a b , Abiú, Eleazar e Ita-
hombres de Reca. 13 Hijos de Quenaz: príncipes en sus familias, y sus casas pa- de Galad, hijo de Micael, hijo de Jesisai, mar. 4 ( 3 0 ) Eleazar engendró a Fines; Fi-
Otoniel y Serai. Hijo de Otoniel: Jatat. ternas tomaron gran incremento. 3 9 F u e - hijo de Jaido, hijo de Buz; 1 5 Aii, hijo de nes engendró a Abisúa; 5 ( 3 l ) A b i s ú a en-
14
Meonatai engendró a Ofra. Sarvia en- ron del lado de Guedor, hasta el oriente Abdiel, hijo de Guni, era el jefe de las ca- f e n d r ó a Buqui; Buqui engendró a Uzi;
gendró a Joab, padre del valle de las he- del valle, en busca de pastos para sus ga- sas de sus padres. í e Habitaban en Galad, ( 32 ) Uzi engendró a Zerajya; Zerajya en-
rrerías, pues eran herreros. nados. 4 0 Hallaron hierba y buenos pas- en Basan y en las ciudades de su depen- gendró a Merajot; 7 (33) Merajot engen-
15
Hijos de Caleb, hijo de Jefoné: Iru, tos y u n a región vasta, tranquila y apaci- dencia, y en los ejidos de Sarón, hasta sus dró a A m a r í a ; Amaría engendró a Aji-
Ela y N a á n ; y el hijo de Ela, Quenaz. ble; los que antes la habitaron descendían límites. I 7 Fueron registrados todos en las i u b ; 8 ( 34 ) Ajitub engendró a Sadoc; Sa-
16
Hijos de Jabeel: Zif, Zifa, Tirya y de C a m . 4 1 Estos, descritos por sus n o m - genealogías en tiempo de Jotam, rey de doc engendró a Ajimas; 9 ( 3 5 ) Ajimas en-
Asarael. bres, vinieron en tiempo de Ezequías, rey Judá, y en tiempos de Jeroboam, rey de gendró a Azarías; Azarias engendró a J o -
17
Hijos de Esdras: Jeter, Mered, Efer de Judá, y atacaron sus tiendas y los mi- Israel. j a n á n ; 10 ( 36 ) Jojanán engendró a Aza-
y Jalom. Jeter engendró a Miriam, Sa- neos que allí hallaron, y los destruyeron 18 Los hijos de Rubén y de Gad y de rías, que ejerció el sacerdocio en la ca-
mai y Jisbaj, padre de Estemoa. I 8 Su mu- hasta hoy, habitando en su lugar, por ha- la media tribu de Manases eran valero- sa q u e S37a l o m ó n e d i f i c ó e n J e r u s a -
jer, Judaya, parió a Jered, padre de Gue- ber allí pastos para sus ganados. 4 2 T a m - sos, llevaban escudo y espada, tendían el 12 l é n ; 11 ( ) Azarías engendró a Amarías;
dor; a Jeber, padre de Soco, y a Jecutiel, bién quinientos de ellos, de los hijos de arco y eran diestros en la guerra, en nú- ( 38 ) Amarías engendró a Ajitub; Ajitub
padre de Zanoaj. Estos son los hijos de Simeón, se fueron al monte de Seir, lle- mero de cuarenta y cuatro mil setecientos engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Sa-
3 39
Bitia, hija de F a r a ó n , que Mered tomó vando por jefes a Pelatia, Nearias, R o - sesenta, aptos para la guerra. 19 Hicieron lum; 1 ( ) Salum engendró a4 Helcías; 40
por mujer. 19 Hijos de la mujer de Odias, faias y Oziel, hijos de Isi; 4 3 y derrotaron la guerra a los agareos, a los itureos, a Helcías engendró a Azarías; l ( ) Aza-
hermana de Najam, el padre de Queila, el 20
Natis y a N o d a b . Fueron ayudados con- rías engendró a Seraya; Seraya engendró
a las reliquias que habían quedado de 5 4
garmita, y Estemoa, el macateo.
Amalee, y habitaron allí hasta hoy. tra ellos, y los adareos y cuantos estaban a Jeosadec; 1 ( i) Jeosadec fue a la cau-
con ellos cayeron en sus manos, pues du- tividad cuando Yavé trasladó a Judá y a
20
Hijos de Simón: A m m ó n , Riña, Ben-
Janán y Tiloa. Hijos de Jisei: Zojet y Ben- Descendientes de R u b é n rante la lucha clamaron a Dios, que los Jerusalén 16
por m a n o de Nabucodonosor.
Zojet. oyó por haber confiado en E l . 2 ' T o m a r o n (6,') Hijos de Leví: Gersón, Caat y
l7 2
21
sus ganados, cincuenta mi! camellos, dos- Merarí. * ( ) H e aquí los nombres de los
Hijos de Sela, hijo de J u d á : Er, pa-
dre de Leca; Laeda, padre de Maresa; 5 1 Hijos de R u b é n , primogénito de Is-
rael. Era el primogénito; mas por ha- cientas cincuenta mil ovejas, dos mil as- hijos de Gersón: Libni y Semeí.
22 jos de C a a t : A m r a m , Jitsear, H
,8 3

e b
( ) Hi-
r ón y
y las familias de la casa donde se trabaja ber manchado el lecho de su padre, el de- nos y cien mil personas, pues h u b o mu-
el lino, la casa de Arseba, 2 2 y Joaquim recho de primogenitura fue d a d o a los
y los hombres de Cozeba, y Joás y Sarat, hijos de José, hijo de Israel, y no fue con- n| 1 Gen 35,22.' 46,9-
que dominaron en M o a b y Jasubí Le- 8
tado en las genealogías c o m o primogéni- " 1
Jos 13,15 ss.
26
1Jos 13,24 ss.
2 Re 15,2g.
> Cf. 2,4 SS.
4 24
28
Núm 26,12 ss. 6 1
16
Cf. 6,1 ss.
Es 6,1,6 ss.; Núm 3,17 ss.
Jos 19.2 ss.
I l'AHALIPÓMENOS 6 420 421 I PABALIPÓMENOS 6-7
Uziei. i ' (4) Hijos de Merarí: Majli y Mu- simo y haciendo la expiación por Israel,
si. Estas son las familias de Leví según según cuanto había mandado Moisés, sier- 71 (56) Se dio a los hijos de Gersón: hombres valerosos, en número de veinte
sus2 0 padres. de las familias de la media tribu de Ma- mil doscientos, w Hijo do Jediael: Bilán.
vo de Dios. nases, Golán, en Basan, y72 sus contornos; Hijos de Bilán: Jehús, Benjamín, Ehud,
( 5 )De Gersón: Libni, su hijo; Jalat, 50 (35) He aquí los hijos de Arón: Elea- Quenana, Zetán, Tarsis y A jisajar, u to-
su hijo; Zimma, su hijo; 21 (6) Joaj, su zar, su hijo; Fines, su hijo; Abisúa, su Astarot y sus contornos; (57) de la tribu
de Isacar, Quedes y sus contornos; Do- dos hijos de Jediael, jefes de las casas
hijo; Ido, su hijo; Zerai, su hijo; Jetrai, hijo; 51 (36) Buqui, su hijo; Uzi, su hijo; de sus padres, hombres valerosos, en nú-
su hijo. 22 (7) Hijos de Caat: Minadab, su Zerajya, su hijo; 52 (37) Merajot,53 su hijo; brat y sus contornos; 73 (58) Ramot y sus
contornos y Anem y sus contornos; mero de diecisiete mil doscientos, en esta-
hijo; Coré, su hijo; Asir, su hijo; 23 (8) El- Amaría, su hijo; Ajitub, su hijo; (38) Sa- do de tomar las armas para ir a la guerra.
cana, su hijo; Ebiasaf, su hijo; Asir, su doc, su hijo; Ajima, su hijo. 74 (59) (j e la tribu de Aser, Masal y sus con-
hijo; 24 ( 9 )Tajat, su hijo; Oriel, su hijo; tornos ; Abdón y sus contornos; 75 (60) Ja- 12 Los Supim y los Jupim fueron hijos
cob y sus contornos y Rejob y sus con- de Iri; y los Jusim, hijos de Ajer.
Ozias, su hijo; Saúl, su hijo. 25 (W) Hijos Ciudades levíticas 13 Hijos de Neftalí: Jaisiel, Guni, Jeser
de Elcana: Amasai y Ajimot; Elcana, su 54 39
tornos; 76 (61) y de la tribu de Neftalí:
í ) He aquí sus habitaciones según Quedes de Galilea y sus contornos; Jam- y Salum, hijos de Bila. *
hijo; 26 (H) Elcana Sofaim, su hijo; Na- sus términos
jat, su hijo; 27 (12) Eliab, 28 su hijo; Jerojam, señalados: a ylos los límites que les fueron
hijos de Arón, de Ja
món y sus contornos y Quiriat-Jearim y
Descendientes de la otra mitad de
su hijo; Elcana, su hijo; (I3) y los hijos familia de los caatitas, que fueron los sus contornos.
de Samuel: el primogénito, Joel, y el se- 77 (62) Al resto de los hijos de Merarí Manases
primeros señalados por la suerte, * 55 (40) se se les dieron: de la tribu de Zabulón,
gundo, Abías. 29 (14) Hijos de Merarí: les dio Hebrón, en la tierra de Judá, y sus 14 Hijos de Manases: Asriel, que le dio
Majli; Libni, su hijo; Simeí, su hijo; Uza, contornos; 5 6 ( 4 i)pero el territorio de la Rimmón y sus contornos; Tabor y sus
contornos; 78 (63) y <jel otro lado del Jor- su concubina siria, que parió también a
su hijo;30 (15) Simea, su hijo; Jaguiya, su ciudad y sus pueblos fueron atribuidos
dán, frente a Jericó, al oriente del Jordán: Maquir, padre de Galad. * ls Maquir to-
hijo; Asuya, su hijo. a Caleb, hijo de Jefone. 57 (42) A los hijos mó una mujer de los Jupim y Supim. La
31 i6
( ) He aquí los que puso David pa- de Arón se les dieron: la ciudad de refu- de la tribu de Rubén, Beser, en el de-
sierto, y sus contornos; Jasa y sus con- hermana se llamaba Maaca. El nombre
ra dirigir el canto en la casa de Yavé gio de Judá, Hebrón y Libna con sus de su segundo hijo fue Selofjad. Selofjad
después que el arca tuvo un lugar de re- contornos; 58 (43) j e t e r y Estemo con tornos ; 79 (64) Quedemot y sus contor-
nos ; Mefat y sus contornos; 80 (65) y de tuvo hijas. 16 Maaca, mujer de Maquir,
poso. 32 (!') Servían de cantores ante el sus contornos; Jelón y sus contornos; parió un hijo y le llamó Peres; su her-
tabernáculo, ante la tienda de la reunión, Davir y sus contornos; 59 (44) Asan y sus la tribu de Gad, Ramot de Galad y
sus contornos y 81 (66) Hesebón y sus con- mano se llamó Seres, 17 y fueron sus hijos
hasta que Salomón edificó la casa de Ya- contornos; Juta y sus contornos; Betsa- Ulam y Reguem. Hijo de Ulam: Bedán.
vé en Jerusalén, en la que hicieron su ser- mes y sus contornos. 60 (4S) De la tierra tornos; Jazer y sus contornos.
Estos son los hijos de Galad, hijo de
vicio según las reglas que les fueron pres- de Benjamín, Guebat con sus contornos Maquir, hijo de Manases, l 8 Su hermana
critas. 33 (l8) He aquí los que asistían con y Almat con sus contornos. Todas sus Descendientes de Isacar Hamolequet parió a Isjod, a Abiezer y a
sus hijos: De entre los hijos de Caat, He- ciudades fueron trece, según sus linajes. 1
Hijos de Isacar: Tola,
9
Púa, Jasub Majla. 1 Los hijos de Semida fueron:
rnán, cantor, hijo de Joel, hijo de Samuel,
6
i (46) A los otros hijos de Caat dio la
34 (19) hijo de Elcana, hijo de Jerojam, hi- suerte diez ciudades de familias de la
7 2
y Simron, cuatro. * Hijos de Tola: Ajiam, Siquem, Liqji y Aniam.
Uzi, Refaya, Jeriel, Jajmai, Jibsán y Sa-
jo de Eliel, hijo de Toaj, 35 (20) hijo de Suf, tribu de Efraím, de la tribu de Dan y de muel, jefes de las casas de sus padres de Descendientes de Efraím
hijo de Elcana, hijo de Majat, hijo de la media tribu de Manases.* 62 (47) Los Tola, hombres valerosos en sus gene-
Amasai, 36 (21) hijo de Elcana, hijo de hijos de Gersón, según sus familias, tu- 20 Hijos de Efraím: Sutelaj, Bered, su
raciones. Su número al tiempo de David hijo; Tajat, su hijo; Eleada, su hijo; Ta-
Joel, hijo de Azarías, hijo de Sofonía, vieron trece ciudades de la tribu de Isacar, era de veintidós mil seiscientos. 3 Hijo de jat, su hijo; * 21 Zabad, su hijo; Sutelaj,
37 (22) hijo de Tajat, hijo de Asir, hijo de de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí Uzi: Jizrayá. Hijos de Jizrayá: Micael, su hijo; Ezer y Elead. Los hombres de
Ebiasaf, hijo de Coré, 38 (23) hijo de Jit- yM de la tribu de Manases en Basan.
Abdías, Joel, Jisyá; en todo, cinco jefes. Gat naturales del territorio los mataron
sear, hijo de Caat, hijo de Leví, hijo de (48) Los hijos de Merarí, según sus fa- 4
Tenían según sus generaciones, según las cuando bajaban para recoger sus ganados.
Israel. 39 (24) g u hermano Asaf estaba a milias, tuvieron por suerte doce ciudades casas de sus padres, treinta y seis mil hom- 22 Efraím, su padre, hizo mucho tiempo
su derecha; Asaf, hijo de Baraquías, hijo de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad bres armados para la guerra, 5pues eran duelo por ellos, y sus hermanos vinieron a
de Sima, 40 (25) hijo de Micael, hijo de Ba- y de la tribu de Zabulón. muchas sus mujeres e hijos. Sus her- consolarle. 23 Después entró a su mujer,
sías,hijo de Malaquías, 41 (26) hijo42deEtni, 64 (49) L o s hijos de Israel dieron a los manos de todas las familias de Isacar, que concibió y parió un hijo, llamándole
hijo de Zeraj, hijo de Adaya, (27) hi- levitas estas ciudades y sus contornos. hombres valerosos, hacían un total de Beria, porque su casa estaba en la des-
jo de Etán, hijo de Zima, hijo de Simeí, 65 (50) Diéronles, por suerte de la tribu ochenta y siete mil, registrados en las gracia.
43 (28) hijo de Jojat, hijo de Gersón, hijo de los hijos de Judá, de la tribu de los genealogías. 24
de Leví. 44 (29) Además, los hijos de Me- hijos de Simeón y de la tribu de los hijos Tuvo por hijo a Sera, que edificó a
rarí estaban a su izquierda: Etán, hijo de Benjamín, las ciudades que designaron Betorón, el bajo y el alto, y a Uzensera;
Descendientes de Benjamín 25
Refa, su hijo,26y Reset; Telaj, su hijo;
de Cusí, hijo de Abdí, hijo de Maluc, con sus nombres. 66 (51) Para las otras
45 (30) hijo de Asabías, hijo de Amasias, familias de los hijos de Caat, las ciudades « Hijos de Benjamín: Bela, Bequer y Tajan, su hijo; Laedán, su hijo; 27
Ami-
hijo de Helcías, 46 (31) hijo de Amasai, de su territorio fueron de la tribu de Jediael, tres. * 7 Hijos de Bela: Esbón, hud, su hijo; Elisama, su hijo; Nun,
hijo de Bani, hijo de Semer, 17 (32) hijo Efraím. * 67 (52) Les dieron la ciudad de Ozi, Uziel, Jerimot e Iri, cinco jefes de su hijo; Josué, su hijo.
28
de Majalí, hijo de Musí, hijo de Merarí, refugio, Siquem y sus contornos en la las casas de sus padres, hombres valerosos, Tenían por posesión y habitación Be-
hijo de Leví. montaña de Efraím; Guezer y sus con- registrados en las genealogías, en número tel y las ciudades de su dependencia; al
8
48 (33) Sus hermanos los levitas fueron tornos; 68 (53) Jocmeam y sus contornos; de veintidós mil treinta y cuatro. Hijos oriente, Narón; al occidente, Guezer y
puestos a todo el ministerio del taber- Betorón y sus contornos; 69 (54) Ayalón de Bequer: Zemira, Joós, Eliezer, Elyoe- las ciudades de su dependencia; Siquem
náculo de la casa de Dios. 49 (34) Arón y y sus contornos; Gat-Rimmón y sus con- nai, Omri, Jeremot, Abiya, Anatot y Ala- y las ciudades de su dependencia, hasta
70
sus hijos eran los que ofrecían ios sacri- tornos ; (55) y de la media tribu de Ma- met, todos hijos de Bequer, 9 registrados Gaza y las ciudades de su dependencia.
ficios en el altar de los holocaustos y el nases, Aner y sus contornos; Bileam y en las genealogías, según sus generacio- 29 Los hijos de Manases poseían Betsán y
incienso en el altar de los perfumes, cum- sus contornos para las otras familias de nes, como jefes de las casas de sus padres, las ciudades de su dependencia, Tanac y
pliendo estos servicios en el lugar santí- los hijos de Caat. 1
Gen 46,13; Núm 26,23.
54
Jos 21,10 SS.
7 6
13
Gf. 8,1-6; Gen 46,21; Núm 26,38 ss.
61
Jos 21,5 ss. 4
Gen 46,24; Núm 26,48 s.
66
Jos 21,20 SS. 1 Cf. 5,23 ss.; Núm 26,29 ss.; Jos 17,2 ss.
2» Núm 26,35 ss.
I PAMAl.irOMENOS 7-9 422 423 I PARALIPÓMENOS 9-10
Ini ciudades de su dependencia, Megiddo Eliel, 23 A d ó n , Zicrí, Janán, 24 Jananía, 1° S a c e r d o t e s : J e d a y a , J e o v a r i b ; J a - de flor, el vino, el aceite, el incienso y
y las ciudades de su dependencia, D o r y Helam, Anatotias, 2 3 Jifdaías y Peniel, hi- quim, 11 Azarias, hijo de Helcias, hijo de los aromas. 30 Los hijos de los sacerdotes
las ciudades de su dependencia. En estas jos de Sasac. 2<> Samserai, Sejarías, Atalía, Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de Mera- hacian la mezcla da los perfumes aromá-
ciudades habitaron los hijos de José, hijo Atolía, 27 Jarsías, Elias, Zicri, hijos de yot, hijo de Ajitub, jefe de la casa de ticos. 31 Matitiya, u n o de los levitas, pri-
de Israel. Jerojam. D i o s ; 2 A d a y a , hijo de Jerojam, hijo de mogénito de Salum, corelta, se cuidaba
28 Estos era jefes de familias según sus Pasjur, hijo de Malquiva; Maesai, hijo de las tortas fritas en sartén; 32 y algunos
Descendientes de Aser linajes. H a b i t a b a n en Jerusalén. de Adiel, hijo de Jajzerat, hijo de Mesu- de sus hermanos de entre los caatitas
29
El padre de G a b a ó n h a b i t a b a en lam, hijo de Mesilamit, hijo de Immer, tenían a su cargo preparar para cada
' " H i j o s de Aser: Jimna, Jisva, Jisvi y G a b a ó n . El n o m b r e de su mujer fue M a a -
Beria y Seraj, su hermana. * 3 1 Hijos de 13 y sus hermanos, jefes de las casas de sábado los panas de la proposición. 33 Es-
ca; 30 A b d ó n , su hijo primogénito; des- sus padres, mil setecientos sesenta h o m - tos son los cantores, jefes de familia de
Beria: Jeber y Malquiel. Malquiel fue
pués, Sur, Quis, Baal, Ner, N a d a b , 3 ' G u e - bres vigorosos, ocupados en el servicio los levitas, que m o r a b a n en las cámaras,
padre de Birzavia, 32 y Jeber engendró a
Jaflet, Somer, Jotán y a Súa, hermana dor, Ajía y Zequer. 3 2 Mielot engendró a de la casa de Dios. exentos de t o d a o t r a función, porque de
14
de éstos. 3 3 Hijos de Jaflet: Pasac, Bimal Simea. Estos h a b i t a r o n también con sus Levitas: Semeya, hijo de Jasub, hijo día y de noche estaban en la suya. 3 4 E r a n
y Asevat. Estos son los hijos de Jaflet. hermanos en Jerusalén. 33 N e r engendró de Azricam, hijo de Jasabia, de los hijos los jefes de familia de los levitas, jefes
3 4 Hijos de Somer: Aji, Roega, J u b a y a Quis, Quis engendró a Saúl, Saúl en- de M e r a r í : 1 5 Bacbacar, Jeres, Galal, M a - según sus generaciones. H a b i t a b a n en Je-
Aram. 3 5 Hijos de Elem, su h e r m a n o : gendró a Jonatán, Malquisúa, A b i n a d a b tania, hijo de Miqueas, hijo de Zicrí, rusalén.
Sofaj, Jimna, Seles y Amal. 36 Hijos de y Esbal. 3 4 Hijo de J o n a t á n fue Meribaal, hijo de Asaf; 16 Abdías, hijo de Semeya, 35
El padre de G a b a ó n , Jeiel, habitaba
Soí'aj: Suaj, Jarnefer, Sual, Beri, Jimra, y Meribaal engendró a Mica. 35 Hijos de hijo de Galal, hijo de J e d u t ú n ; Berequías, en G a b a ó n , y el n o m b r e de su mujer era
37 Beser, Hod, Samma, Silsa, Jitrán y Bee- M i c a : Pitón, Melec, Tarea y Ajaz. 3 * Ajaz hijo de Asá, hijo de Elcana, que habitó Maaca. 36 A b d ó n , su hijo primogénito;
ra. 3 8 Hijos de Jeter: Jefoné, Pispa y Ara. engendró a J o a d a ; Joada engendró a Ale- en los poblados de Netopat. 1 7 P o r t e r o s : después Sur, Quis, Baal, Ner, N a d a b .
met, Azmavet y Z i m r i ; Zimri engendró 37
39 Hijos de U l a : Araj, Janiel y Risya. Salum, Acub, T a l m ó n , Ajmán y sus her- Guedor, Ajio, Zacarías y Mielot. 38 Mi-
a M o s a , 37 y M o s a engendró a Bina; m a n o s ; Salum era el jefe, y hasta ahora elot engendró a Samán. Estos habitaban
40 Todos estos hijos de Aser, jefes de las
casas de sus padres, hombres selectos y
Rafa, su hijo; Eleasa, su hijo; Asel, su está a la puerta del rey, a oriente, l 8 Estos también en Jerusalén junto a sus herma-
valerosos, jefes de príncipes, registrados en
hijo; 3s Asel tuvo seis hijos: Arricam, son los porteros de entre los levitas. 1 9 Sa- nos con sus hermanos. 39 N e r engendró a
número de veintitrés mil hombres en esta- Bocrú, Ismael, Searías, Obadías y J o n á n . lum, hijo de Coré, hijo de Ebiasaf, hijo de Q u i s ; Quis engendró a Saúl; Saúl engen-
d o de t o m a r las armas para la guerra. Estos fueron hijos de Asel. 3 9 Los hijos Coraj, y sus hermanos de la casa de su d r ó a Jonatán, Malquisúa, A b i n a d a b y
de Esec, su h e r m a n o : Ulan, su primogé- padre. Los coreítas tenían a su cargo la Esbaal. 4 o Hijo de J o n a t á n : Meribaal; M e -
nito ; Jehú, el segundo; Elifelet, el tercero.
40
guardia de la entrada de la tienda; sus ribaal engendró a Mica. *l Hijos de M i c a :
Descendientes de Benjamín Los hijos de U l a n eran fuertes y vale- padres h a b í a n hecho la guardia d e la Pitón, Melec, Tazrea y Ajaz. 4 2 Ajaz en-
1
Benjamín engendró a Bela, su pri- rosos, diestros arqueros. Tuvieron muchos entrada al c a m p o de Yavé, 20 y Fines, gendró a Jaera; Jaera engendró a Alemet,
8 mogénito; Asbel, el segundo; Ajraj, hijos y nietos, ciento cincuenta. T o d o s
éstos son hijos de Benjamín.
hijo de Eleazar, fue antes su jefe. Y Yavé
estuvo con él. 21 Zacarías, hijo de Mese-
Azmevet y Zimri; Zimri engendró a M o -
sa; 43 Mosa engendró a Binoa, Rafaya,
el tercero; * 2 Noja, el cuarto, y Rafa, el
quinto. 3 Hijos de Bela: Adar, Güera, lemía, era portero de la entrada de la su hijo; Eleasar, su hijo; Asel, su hijo.
H a b i t a n t e s d e J e r u s a l é n a la v u e l t a 44
Abihud, 4 Abisúa, N a m á n , Ajoaj, 5 Güe- tienda de la reunión. 22 Eran, en t o d o , Asel tuvo seis hijos, cuyos nombres s o n :
ra, Sefufán y Juram. 6 H e aquí los hijos d e la c a u t i v i d a d ciento doce elegidos para porteros de la Azricam, Bocru, Ismael, Searía, Abdías
de Ejud, que eran jefes de familias entre 1 entrada, y registrados en las genealogías y Janán. Estos son los hijos de Asel. *
los habitantes de Gueba y fueron a M a - 9 T o d o Israel está registrado en las
genealogías e inscrito en el libro de según sus ciudades. David y Samuel, el
najat: 7 N a m á n , Ajías y Güera. Este los los reyes de Israel. vidente, los h a b í a n n o m b r a d o para sus
condujo y engendro a Uza y Ajud. J u d á fue por sus infidelidades llevado funciones. 2 3 Ellos y sus hijos guardaban SEGUNDA P A R T E
8
Serajaim engendró hijos en la tie- cautivo a Babilonia. * 2 Los primeros ha- las puertas de la casa de Yavé y de la
rra de M o a b después de haber dejado a bitantes que entraron en sus posesiones, casa de la tienda. 2 4 H a b í a porteros a HISTORIA DE DAVID
Jusim y a Bara, que eran sus mujeres. en sus ciudades, eran israelitas, sacerdo- los cuatro vientos, a oriente y a occidente, (10-29)
» Tuvo de Jodes, su mujer: a Joab, Sibia, tes, levitas y netineos. 3 E n Jerusalén ha- a norte y a mediodía. 2 5 Sus hermanos,
Mesa, M a l c a m , 1 0 Jeús, Sequiya y Mirma. bitaron hijos de Judá, hijos'de Benjamín que habitaban en sus ciudades, tenían Muerte de Saúl
Estos son sus hijos, jefes de familias. e hijos de Efraím y Manases. D e los hijos q u e venir de tiempo en tiempo por siete
de Peres, hijo de J u d á : 4 Utai, hijo de •i A 1 Los filisteos dieron la batalla a
11 Tuvo de Jusim: Abitut y Elpaal. 1 2 Hi- días; 2f. pero estos cuatro jefes de los
Amihud, hijo de O m r i , hijo de Imri, * " Israel, y los hombres de Israel hu-
jos de Elpaal: Heber, Misan y Semer, porteros, estos levitas, estaban siempre
hijo de Bani. 5 D e los silonitas: Asava, yeron ante los filisteos, y cayeron mu-
que edificó O n o , Lod y las ciudades de en funciones, y tenían además a su cargo
el primogénito, y sus hijos. 6 D e los hijos chos muertos en el monte de Gélboe. *
su dependencia. 1 3 Beria y Sema, que eran la vigilancia de las cámaras y de los te- 2
Los filisteos persiguieron a Saúl y a sus
jefes de familia entre los habitantes de de Zerej: Jehuel y sus hermanos, seis- soros de la casa de D i o s ; 2 7 pasaban la hijos, y m a t a r o n a J o n a t á n , A b i n a d a b y
Ayalón, hicieron huir a los habitantes cientos noventa. 7 D e los hijos de Benja- noche en t o r n o a la casa de Dios, cuya
m í n : Salú, hijo de Mesulam, hijo de H o - Malquisúa, hijos de Saúl. 3 El peso de la
de Gat. guardia tenían y h a b í a n de abrir cada
davía, hijo de A s e n ú a ; 8 Jjbnea, hijo de batalla cargó sobre Saúl; y viéndose des-
14
Ajio, Sasac, J e r o m o t , 1 5 Z e b a d í a s , mañana. cubierto p o r los arqueros, se apoderó de
Jerojam; Ela, hijo de Uzi, hijo de Micri;
Arad, Heder, ]l> Micael, Jispa y Joja, hijos Mesulam, hijo de Sefatya, hijo de Reuel, 28 D e los levitas, algunos estaban al él la angustia ante sus dardos. 4 Entonces
de Beerías. ' 7 Zebadías, Mesulam, Jizgui, hijo de Jibniya, * y sus hermanos, según cuidado de los utensilios de servicio, que dijo Saúl a su escudero: «Saca tu espada
Jeber, i s j i s m e r a i , Jizlia y J o b a b , hijos sus generaciones, novecientos cincuenta recibían por cuenta y entregaban por y traspásame con ella, n o vengan esos
de Elpaal. i» Jaquim, Zicrí, Zabdí, 20 E I - y seis. Todos éstos eran jefes de familias cuenta. 29 Otros cuidaban de todos los incircuncisos y me escarnezcan»; pero su
yoenai, Silitai, Eliel, 21 Adaia, Baraya, Se- en las casas de sus padres. utensilios del santuario, sobre la harina escudero n o quiso, por temor. Entonces
marat, hijos de Semeí. 22ji S pán, Eber,
44
30 Todos estos documentos, al parecer sin interés para la historia de Israel, eran de grande
Gen 46,17; Núm 26,44. importancia para la comunidad israelita, que vivía en torno del templo, para conocer los orígenes
de las familias y para tejer las genealogías de las mismas (cf. Esd 2,62 s.).
8 • Cf. 7,6 ss. f\ t El relato de este capítulo concuerda con 1 Sam 31, al cual añade los w.!3 s., sobre las
9 1 Esd 2,1 ss.; Neh 7,1 ss.; 11,1 ss.
1 " causas de la muerte de Saúl y sus hijos y la reprobación de su dinastía. Son las únicas palabras
que nuestro autor consagra al primer rey de Israel que fue por Dios reprobado.
I I'AHAI.II'ÓMENOS 1 0 - 1 1 424
425 1 PARALIPÓMENOS 11-12
cogió Saúl su espada y se echó sobre que por esto se llamó la ciudad de David.
ella. 5 El escudero de Saúl, viéndole muer- 8 Edificó la ciudad en derredor, desde el tatura y cuya lanza era como un enjullo 8
También de entre los gaditas fueron
to, se echó también sobre su espada y terraplén, y Joab reconstruyó el resto de de tejedor. Bajó contra él con un palo y hombres valientes a unirse a David, en
murió. 6 Así perecieron Saúl y sus tres la ciudad. 9 David vino a ser de día en le arrancó 24de la mano la lanza, con la que la fortaleza del desierto, soldados dies-
hijos, pereciendo con ellos toda su casa. día más grande, y Yavé Sebaot estaba
7
le mató. Esto hizo Benaya, hijo de tros en la guerra, armados de escudo y
Todos los de Israel que estaban en el con él. Joyada, que25 tuvo gran renombre entre lanza, semejantes a leones y ligeros como
valle, viendo que habían huido los hom- los treinta. Fue muy considerado entre cabras monteses.
bres y que Saúl y sus hijos eran muertos, Los laureados de David los treinta, pero no llegaba a los tres 9
Ezer, el jefe; Abdías, el segundo;
dejaron sus ciudades para ponerse tam- ,0
primeros; David le puso al frente de su Eliab, el tercero; 10 Mismana, el cuarto;
bién en fuga, y los filisteos se apoderaron He aquí los primeros de los valientes guardia. Jeremías, el12quinto; l l Ataí, el sexto; Eliel,
de ellos. que siguieron a David y que le ayudaron 26
Los valientes del ejército: Azael, her- el séptimo; Jojanán, el octavo; Elzabad,
8
Al día siguiente vinieron los filisteos con todo Israel a asegurar su dominación mano de Joab; Elcana, hijo de Dodó, de el noveno; "Jeremías, el décimo; Mac-
para despojar a los muertos, y hallaron a y hacerle rey de Israel según la palabra de
27
Betlehem; Samot, de Haror, y Eles, pe- vanai, el undécimo. 14 Eran hijos de Gad,
Saúl y a9 sus hijos caídos en el monte de Yavé. * H He aquí por sus nombres los lonita; 2S Ira, hijo29de Iques, tecuita; Abie- jefes del ejército. Uno solo, el menor de
Gélboe. Los despojaron y se llevaron su valientes que siguieron a David: zer, de Anatot; Sibeca, cusafita; Ilal, todos, era capaz de atacar a cien hom-
cabeza y sus armas, e hicieron pregonar Jasobán, hijo de Jacmoni, jefe de los ajusita; so Maharai, netofatita; Jeled, hijo bres, y el mayor, a mil. l5 Estos fueron
las buenas noticias por toda la tierra de treinta. Blandió su lanza contra trescien- de Baña, netofatita; 31 Itaí, hijo de Ribai, los que pasaron el Jordán en el mes pri-
los filisteos, a sus ídolos y al pueblo. tos hombres, que derrotó de una vez. de Gueba, de los hijos de Benjamín; Ba- mero, cuando se desbordaba por todas
12
10
Pusieron las armas de Saúl en el tem- Después de él, Eleazar, hijo3
de Dodó, rtayas, faratonita; 32 Iurai, de los valles sus márgenes, y pusieron en fuga a todos
plo de su dios y colgaron su cabeza en el ajojita, otro de los tres, 1 Estaba éste de Gas; Abíel, arbatita; 33 Azmavet, ba- los habitantes de los valles, a oriente y a
n
templo de Dagón. En Jabes Galad, al con David en Pas Damim, donde los jarumita; Eliajba, salbonita; 3 4 Jasem, occidente.
saber lo que los filisteos habían hecho filisteos se habían reunido para la lucha; agunita; Jonatán, hijo de Sague, de Ha- !* Hubo también de entre los hijos de
con Saúl, 12 se levantaron todos los hom- había allí una haza de cebada, y1 4huyendo ror; 35 Aliam, hijo 36de Sacar, de Haror; Benjamín y de Judá quienes se unieron
bres útiles, y tomaron el cuerpo de Saúl ya el pueblo ante los filisteos, se puso Elifal, hijo de Ur; 37 Efer, de Mequera; a David en la fortaleza. 17 David les sa-
y los de sus hijos y los transportaron a en medio de la haza y la defendió, derro- Ajiya, de Palón; Jesro, del Carmel; lió al encuentro y les dijo: «Si venís a mí
Jabes, y allí los sepultaron bajo la encina tando a los filisteos y obrando Yavé una Narai, hijo de Esbaí; 38 Joel, hermano de con buenas intenciones, para ayudarme,
de Jabes, y ayunaron por siete días. gran salvación. Natán; Mibjar, hijo de Hagri; 59 Selec, mi corazón se apegará a vosotros; pero
15
13 Tres de los treinta bajaron a donde amonita; Najrai, de 40Berot, escudero de sí es para engañarme en provecho de mis
Murió Saúl porque se había hecho estaba David, a la roca de la caverna de Joab, hijo de Sarvia; Ira, deJeted; Ga-
culpable de infidelidad hacia Yavé, cuyas Odulam, 41 enemigos, estando mis manos limpias de
reb, de Jeter; Urías, jeteo; Zabad, hijo
palabras no guardó, y por haber pregun- filisteos encuando estaban acampados los
valle de Refafai. 16 Estaba
42
de Ajlai; Adina, hijo de Siza^rubenita,
iniquidad, véalo el Dios de nuestros pa-
tado y consultado
14
a los evocadores de los David en la elfortaleza y los filisteos tenían jefe de los rubenítas, y treinta con él;
dres y que El os lo demande». 18 Enton-
muertos. No obedeció a Yavé, y Yavé una guarnición en Betlehem. 43 ces se revistió del espirita Amasai, que
le mató, y transfirió el reino a David, rrió a David decir: «¡Quién me 17 Se le ocu- Jonán, hijo de Maaca; Josafat, de Mi- era el jefe, y dijo: «A ti y a tu pueblo, hijo
diera po- tui; 44 Ozías, de Astarot; Sama y Jetiel, de Isai, paz. Paz, paz a ti y paz a cuantos
hijo de Isaí. der beber agua de la cisterna que está hijos de Jotam, de Aroer; 45 Jediael, hijo te ayudan, pues te ayuda a ti tu Dios».
a la puerta de Betlehem!» 18 Y entonces de Simri; Joja, su hermano, tisaíta;
4
David, rey los tres, pasando a través del campamento * Eliel, de Majavim; Jeribai y Josavía, David los recibió y los hizo jefes de
I i Todo Israel se congregó en torno de los filisteos, cogieron agua de la cis- hijos de Elnaam; Jitma, moabita; 47 Eliel, las 9tropas.
I *• a David en Hebrón, diciendo: «Mi- terna que hay a la puerta de Betlehem; y Obed y Joasiel, de Mesobía. < También de los hijos de Manases vi-
nieron a unirse a David cuando vino con
ra : tú eres hueso de2 nuestro hueso y carne llevándola, se la presentaron a David; los filisteos a la batalla contra Saúl, aun-
de nuestra carne. * Ya antes, aun reinan- pero David se negó a bebería y la derramó Guerreros que se unieron a David que no combatió, porque los príncipes de
do Saúl, eras tú el que sacabas y volvías a ante Yavé, diciendo: i*«Líbreme Dios ya en tiempos de Saúl los filisteos, habido consejo, le despidie-
Israel. Yavé, tu Dios, te ha dicho: «Tú de hacer tal cosa. ¿Voy a beber yo la san- ron diciendo: «Se pasaría a Saúl con pe-
apacentarás a mi pueblo, Israel, y tú serás gre de estos hombres, que a riesgo de su •1 O • Estos son los que vinieron a unir-
ligro de nuestras cabezas». 20 Cuando re-
el jefe de mi pueblo, Israel». 3 Así todos vida han ido allá?» Porque era ciertamente *-•* se a David, en Siceleg, cuando es-
tornó a Siceleg, éstos fueron los que de
los ancianos de Israel vinieron al rey, a traído, y no de
con riesgo la vida como la habían
quiso bebería. Esto hicieron
taba alejado de Saúl, hijo de Quis, y fue-
Manases se le unieron: Adnas, Jozabad,
Hebrón, y David hizo con ellos alianza los tres valientes. ron parte de los valientes que le presta-
ron su ayudu durante la guerra. * 2 Eran Jediael, Micael, Jozabad, Eliú21y Siltaí, je-
en Hebrón, ante Yavé. Ungieron a David fes de millares de Manases. Ayudaron
por rey de Israel, según la palabra de
20
Abisaí, hermano de Joab, era jefe de arqueros y tiraban piedras lo mismo con
la mano derecha que con la izquierda y a David contra las bandas de ladrones,
Yavé pronunciada por Samuel. los treinta. Blandió su lanza contra tres- pues eran todos hombres valerosos y vi-
4 disparaban flechas con el arco. Eran de
Marchó David con todo Israel contra cientos, que mató,
21
y tuvo renombre entre
Benjamín, del número de los hermanos nieron a ser jefes en el ejército. 22 De día
Jerusalén, que5 es Jebús. Habitaban allí los treinta, * y era entre ellos muy con- de Saúl. 3 El jefe era Ajiezar; Joás, hijo en día llegaban gentes a unirse a David,
los jebuseos; y los de Jebús dijeron a siderado, pero no llegaba a los tres pri- de Sema, de Guibea; Jeriel y Pelet, hi- hasta que vino a tener un gran ejército,
David: «No entrarás tú aquí». Pero David meros. 22 jos de Azmavet; Beraca; Jehú, de Ana- como un ejército de Dios.
se apoderó de la fortaleza6 de Sión, que Benaya, hijo de Joyada, hombre de tot; * Jismaeya, de Gabaón, valiente en-
es la ciudad de David. David había mucho valor y célebre por sus hazañas, tre los treinta y jefe de los treinta; Jere- Guerreros de las doce tribus que
dicho: «El que primero hiera al jebuseo natural de Cabsiel, mató a dos valientes mías,3 Jajaziel, Jojanán, Jozabad, de Gue-
será jefe y príncipe». Y fue el primero de Moab, y un día de nieve, 23
bajando a una der; Eluzai, Jerimot, Bealia, Semarías, vinieron a Hebrón para hacer rey
en subir Joab, hijo de Sarvia, y fue hecho cisterna, mató a un león. Mató también Sefatías, de Jarif; 6 Elcana, Jisjiva,7 Aza- a David
jefe. David se estableció en la fortaleza, a un egipcio que tenía cinco codos de es-
7
zel, Joezer y Jesoveam, corejitas; Joela 23
He aquí el número de hombres de
y Zebadías, hijos de Jerojam, de Guedor. guerra que armados vinieron a David, a
Hj •! * El autor sagrado omite aquí lo que en 2 Sam se nos cuenta de la lucha civil hasta el re-
" *1 0 conocimiento de David por todas las tribus.
Los méritos de estos laureados de primera clase se leen en 2 Sam 23,8-17,
20
La lista de los treinta de segunda clase se halla casi completa a continuación de los primeros 1 O" ' Cuando David, huyendo de la persecución de Saúl, se retiró a la caverna de Odulam,
se encontró a la cabeza de 400 hombres, que acudieron a él y le tomaron por caudillo (1 Sam 22,
en 2 Sam 23,18-39. 1 ss.). Estos se elevaron a 600 cuando más tarde se retiró a la Filistea (27,2). En este capitulo de las
Crónicas (1-22) se nos da la lista de los campeones de esta tropa.
I I'AHALIPÓMEMOS 12-13 426 427 I FABALIPÓMENOS 1 4 - 1 5
Hebrón, para transferirlo el reino de Saúl, El arca, depositada por David en la Victoria de David sobre los filisteos manos, doscientos veinte; 7 de los hijos
según
24
el mandato de Yavé: * casa de O b e d e d o m de Gersón, Joel, jefe, y sus hermanos, dos-
1
Hijos de Judá armados de escudo y Hiram, rey de Tiro, mandó em- cientos; 8 de los hijos da Elisafán, Seme-
lanza, seis mil ochocientos hombres de
13
1
Tuvo David consejo con los jefes H bajadores a David, y le proporcio- ya, jefe, y sus hermanos, doscientos; 9 de
guerra. 25 De los hijos do Simeón, hom- de millares y2 de centenas, con to- nó madera de cedro, canteros y carpinte- ios hijos de Hebrón, Eliél, jefe, y sus her-
bres valerosos para la jiucrra, siete mil dos los príncipes, * y dijo a toda la asam- ros para que edificaran su casa. 2 Co- manos, ochenta; 1 0 de los hijos de Uziel,
ciento. 26 De los hijos de Lovi, cuatro mil blea de Israel: «Si os parece bien y que noció David que Yavé afirmaba su domi- Aminadab, jefe, y sus hermanos, ciento
seiscientos;27 y Joyadn, principe de Arón, la cosa viene de Yavé, nuestro Dios, va- nio sobre Israel y que ensalzaba su reino doce. 11 David llamó a los sacerdotes Sa-
y con él tres mil setecientos; 28 y Sadoc, mos a mandar a todas partes a nuestros por amor de Israel, su pueblo. 3 David to- doc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asa-
joven valeroso, con voicuidós de los prin- hermanos que están por todo Israel, a los mó entonces 4mujeres en Jerusalén, y tuvo ya, Joel, Semeya, Eliel y Aminadab, Hy
cipales de la casa de su padre. 29 De los sacerdotes y a los levitas que habitan en hijos e hijas. Los nombres de los que le
nacieron en Jerusalén son: Samúa, Sobab, les dijo: «Vosotros sois los jefes de fami-
hijos de Benjamín, hermano de Saúl, tres las ciudades, para que vengan a reunirse lia de los levitas; santifícaos vosotros y
raíl, pues hasta entonces la mayor parte con nosotros, 3 y traigamos el arca de Natán, Salomón, 5 Jibjar, Elisúa, Elfelet,
6
Noga, Nefeg, Jafia, ' EÍisama, Beeliada vuestros hermanos para subir el arca de
de ellos habían permanecido fieles a la nuestro Dios, pues no nos hemos cuida- Yavé, del Dios de3 Israel, al lugar que yo
casa de Saúl. 30 De los hijos de Efraím, do de esto desde el tiempo de Saúl». 4 To- y Elífelet.
8 le he preparado. I Por no estar vosotros
veinte mil ochocientos hombres valientes, da la asamblea resolvió hacer así, pues la Cuando los filisteos supieron que Da- allí la primera vez, Yavé, nuestro Dios,
gentes de renombre, según las casas de cosa pareció conveniente a todo el pueblo. vid había sido ungido rey de todo Israel, nos castigó, porque no fuimos a buscarle
sus padres. 31 Do lu media tribu de Ma- 5
Reunió, pues, David a todo el pue- subieron todos en busca suya,9 y David, según la ley».
nases, dieciocho mil, que fueron nominal- blo, desde el Sijor de Egipto hasta el ca- que lo supo, les salió al paso. Llegaron 14
Santificáronse los sacerdotes y los le-
mente designados para ir a proclamar rey mino de Jamat, para traer de Quiriat- los filisteos y se10desparramaron por el va- vitas para subir el arca de Yavé, Dios de
a David. 32 De los hijos de Isacar, doscien- Jearim el arca de Dios; 6 y subió David lle de Refaím. David consultó a Dios, Israel. 15 Los hijos de los levitas llevaban
tos jefes, hombres inteligentes, sabedores con todo Israel a Baala, de Quiriat-Jearim, preguntando: «¿Subiré contra los filis- el arca de Dios en hombros, con sus ba-
de lo que había de hacer Israel, y cuyo que está en Judá, para trasladar de allí el teos y los entregarás en mis manos?» Y
rras, como lo había ordenado Moisés, se-
consejo era respetado por todos. 33 De Za- arca de Dios, ante la cual se invoca el Yavé le dijo: «Sube y los entregaré en tus
gún el mandato de Yavé. ,6 David man-
bulón, cincuenta mil, en estado de tomar nombre de Yavé, que se sienta entre los manos». n Subieron ellos a Baal Perasim,
donde David los derrotó. Luego dijo: dó a los jefes de los levitas que dispusieran
las armas y provistos de toda clase de ar- querubines. 7 Pusieron el arca de Dios a sus hermanos los cantores, que hiciesen
mas para el combate, prestos a librar ba- sobre un carro nuevo y la llevaron de la «Dios ha dispersado por mi mano a mis
enemigos, como rotura de aguas que se resonar los instrumentos musicales, arpas,
talla con ánimo resuelto. 3 4 De Neftalí, casa de Abinadab. Conducían el carro salterios y címbalos, en señal de regocijo;
mil jefes, y con ellos treinta y siete mil Uza y Ajió. 8 David y todo Israel danza- derraman». Por eso se dio a12 aquel lugar 17
el nombre de Baal Perasim. Se dejaron y los levitas designaron a Hernán, hijo
soldados, que llevaban escudo y lanza. ban delante de Dios con todas sus fuerzas de Joel, y de entre sus hermanos, a Asaf,
33
De Dan, armados para la guerra, vein- y cantaban y tocaban arpas, salterios y allí sus dioses, que por orden de David
fueron quemados en el fuego. hijo de Baraquías, y de entre los hijos de
tiocho mil seiscientos. 36 De Aser, hom- tímpanos,
9
címbalos y trompetas. Merarí, sus hermanos, a Hetán, hijo de
bres de guerra37 prestos para el combate, Cuando llegaron a la era de Cidón, 13 Los filisteos invadieron de nuevo el Cusaya; 18 después, con ellos, sus herma-
cuarenta mil. Y del otro lado del Jor- Uza tendió la mano para coger el arca, valle, 14 y David consultó de nuevo a Dios, nos del segundo orden: Zacarías, Uziel,
dán, de los rubenitas, gaditas y de la me- porque los bueyes la ladeaban; 10 se en- y Dios Je dijo: «No subas contra ellos. Ro- Semiramot, Jejiel, Uní, Eliab, Benayas,
dia tribu de Manases, ciento veinte mil cendió la cólera de Yavé contra Uza, y déalos y échate sobre ellos desde delante Maaseyas, Matatías, Eíifele, ! 9Micneyas,
armados de todas armas. Yavé le hirió por haber tendido la mano de las balsameras. 15 Cuando por las ci- Obededom y Jejel, porteros. Los can-
38
Todos estos hombres, gente de gue- sobre el arca. Uza murió allí ante Dios, mas de las balsameras oigas un estruen- tores Hernán, Asaf y Etán llevaban cím-
rra, prestos para el combate, llegaron a u David se apesadumbró porque había do, sal luego y atácalos, que irá Dios de-
lante de ti 16para derrotar el campo de los balos de bronce para hacerlos resonar;
Hebrón con leal corazón para hacer a Da- herido Dios a Uza con tal castigo, y1 2aquel 20 Zacarías, Uziel, Semiramot, Jejiel, Uní,
vid rey de todo Israel, y todo el resto de lugar se llamó hasta hoy Peres Uza. Da- filisteos». Hizo David como Dios le
mandara, y derrotó a los filisteos desde Eliab, Maaseyas y Benayas llevaban 21 sal-
Israel estaba igualmente unánime en que- vid entró aquel día en temor y dijo: «¿Có- terios templados para las voces altas; y
rer a David por rey. 39 Estuvieron allí tres mo voy a traer a mi el arca de Dios?» Gabaón hasta Guezer. 17 La fama de Da-
vid se extendía por todas aquellas tierras, Matatías, Elifele, Micneyas, Obededom,
días con David, comiendo y bebiendo, 13 Y no Uevó el arca de Dios con él a la Jeiel y Azazías, con cítaras acordadas a
pues sus40hermanos los habían provisto de ciudad de David, sino que la hizo llevar y puso Yavé sobre todas las gentes el te-
mor de David. la octava; 22 y Quenanías, jefe de los levi-
víveres, y aun los que habitaban cerca, a la casa de Obededom, de Gat. HAllí tas, dirigía el canto, pues tenía mucho co-
hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron quedó por tres meses el arca en la casa nocimiento de él. 23 Berequías y Elcana
en asnos, camellos, mulos y bueyes pan, de Obededom, y Yavé bendijo la casa de Traslado del arca a Jerusalén eran los porteros del arca; 24 y Sebanías,
harina, masas de higos y pasas, vino, Obededom y cuanto le pertenecía. •| C • David hizo casa para sí en la ciu- Josafat, Natanael, Amasí, Zacarías, Be-
aceite, bueyes y ovejas en abundancia, * «* dad de David y preparó un lugar nayas y Eliezer, sacerdotes, tocaban las
porque Israel estaba en alegría. para el arca 2de Dios, alzando para ella trompetas delante del arca de Dios. Obe-
23
Muerto Isbaal, el único representante de la dinastía de Saúl, las tribus que le seguían se una tienda. * Entonces se dijo: «El arca dedom y Jijías eran también porteros del
volvieron a David, y en Hebrón le reconocieron como rey de todo Israel. En esta segunda porción de Dios no debe ser transportada sino arca.
del capítulo (23-40) se nos dan las cifras de los hombres que de las varias tribus de Israel vinieron por los levitas, porque son los que eligió 25 David, pues, los ancianos de Israel
a engrosar su ejército. La suma de todos alcanza la cifra de 235.500- Acerca de estas cifras, como Yavé para trasladarla3 y para hacer su ser- y los jefes de millares fueron a traer el
de otras muchas de este libro, habría que repetir lo dicho en casos análogos del Éxodo y de los Nú- vicio por siempre». Reunió, pues, Da- arca de la alianza de Yavé desde la casa
meros Ccf. Introducción al Éxodo, n.5). vid a todo Israel en Jerusalén para subir de Obededom, con gran alegría. 26 Y por
•• O * El primer cuidado de David después de instalado en Jerusalén fue tiasladar a ella el arca el arca de Yavé al lugar que le había dis- haber asistido Dios a los levitas que lleva-
* ** de Dios para atender mejor al culto de Yavé y al mismo tiempo realzar el prestigio de la nueva puesto. 4 Reunió a los hijos de Arón y a ban el arca de la alianza de Yavé, se sa-
capital, y con esto el de la monarquía. La primera etapa de este traslado hasta la casa de Obededom los levitas. 5 De los hijos de Caat, a Uriel,
se lee en 2 Sam 6,1-10. En las Crónicas se advierte como característico el concurso de los sacer- crificaron siete novillos y siete carneros.
dotes y levitas (13,2). La solemnidad se aumenta con las danzas sagradas de David y de todo Is- el jefe, y sus hermanos, ciento veinte; 6 de 27 David iba vestido de un manto de biso,
rael (v.8). ,os hijos de Merarí, Asaya, jefe, y sus her- lo mismo que todos los levitas que Ueva-

1 ^R ' El accidente de Uza interrumpió a medio camino el traslado del arca. La solemnidad de
la traslación, que ocupa dos capítulos, supera en mucho al relato breve de Samuel.
i i'Aiui.iri'iMUJvos 15-16 428
429 I PARALIPÓMENOS 16-17
hmi el arca, los cantores y Quenanías, jefe Por la tierra toda prevalecen sus jui-
de la música entre los cantores. Llevaba cios. 8
Reúnenos y líbranos de las gentes pueblo, Israel; he estado contigo por
David también sobre sí el efod de lino. 15 Fielmente se ha acordado siempre de Para que confesemos tu santo nombre dondequiera que tú has andado; he ex-
28 r j e e s t a m anera llevó todo Israel el su alianza. Y nos gloriemos alabándote. terminado ante ti a todos tus enemigos
36
arca de la alianza de Yavé entre gritos de De sus promesas para mil generaciones. Bendito Yavé, Dios de Israel, y he hecho tu nombre semejante9 al de los
júbilo, al son de las bocinas, las trompe- •* De lo que pactó con Abraham, Por eternidad de eternidades. grandes que hay en la tierra; he dado
tas, los címbalos, los salterios y las cíta- De lo que juró a Isaac. Y diga todo el pueblo: Amén. un lugar de habitación a mi pueblo, Is-
ras. 29 Cuando el arca de la alianza de 17
De lo que fielmente estableció con Alabad a Yavé». rael, y le he plantado para que se fije y no
Yavé llegó a la ciudad de David, Micol, | Jacob 37
David dejó allí, delante del arca de sea ya conmovido, ni los hijos de la ini-
hija de Saúl, mirando por una ventana, Y con Israel como pacto eterno, la alianza de Yavé, a Asaf y a sus herma- quidad le destruyan, 10 como antes en el
vio al rey David saltando y bailando de- 18 Diciendo: A ti te daré la tierra de nos, para que constantemente ministra- tiempo en que establecí los jueces sobre
lante del arca, y le menospreció en su co- Canán sen delante del arca, cada cosa en su mi pueblo, Israel. He humillado a todos
razón. Como porción de vuestra heredad. tiempo, 38 y a Obededom, hijo de Jedu- tus enemigos y te nanuncio que Yavé te
19 Eran entonces poco numerosos, po- tún, y a Josa y a sus hermanos, en nú- edificará a ti casa. Cuando se cumplan
co numerosos y extranjeros en ella. mero de 39 sesenta y ocho, estableció como tus días y vayas a reunirte con tus pa-
El arca, en el tabernáculo dres, yo alzaré tu descendencia, después
1
2° Iban de una gente a otra gente porteros. Asimismo a Sadoc y a sus her-
I {* Traída el arca de Dios, pusiéron- Y de un reino a otro pueblo. manos, sacerdotes, ante el tabernáculo de de ti, a uno de entre tus hijos, y yo afir-
* " la en medio de la tienda que Da- 21
Pero no consintió que nadie los opri- Yavé, en la altura de Gabaón. * 40 Para maré su trono. 12 El será quien me edifique
vid había alzado para ella, y ofrecieron miese que allí ofreciesen continuamente, maña- casa, y yo afirmaré para siempre su trono.
ante Dios2 holocaustos y sacrificios euca- Y por causa de ellos castigó a reyes. na y tarde, a Yavé holocaustos y cumplie- 13 Seré padre para él, y él será para mí un
rísticos. * Cuando hubo acabado David 22
Ño toquéis a mis ungidos, sen cuanto está escrito en la 41Ley de Ya- hijo, y no apartaré de él mi gracia, como
de ofrecer los holocaustos y los sacrificios No hagáis mal a mis profetas. vé, dada por Yavé a Israel. Con ellos la aparté del que te precedió. 14 Le esta-
eucarísticos, bendijo al pueblo en nombre 23
Cantad a Yavé, habitantes todos de estaban Hernán y Jedutún y los otros que bleceré para siempre en mi casa y en mi
de Yavé, 3 y distribuyó a todo Israel, hom- la tierra; nominalmente habían sido designados pa- reino, y su trono será firme por toda la
bres y mujeres, a cada uno una porción de Pregonad uno y otro día su salvación, ra alabar a Yavé: «Porque su misericor- eternidad». *
pan, de carne y de uvas pasas. 24
Contad a los pueblos su gloría, dia es eterna». 42 Estaban Hernán y Je- 15
Natán transmitió a David todas es-
4
Puso levitas al servicio del arca de Ya- Sus maravillas a los pueblos todos.
25
dutún con ellos, y las trompetas y los tas palabras y toda la visión, l6 y el rey
vé para que invocaran, alabaran5 y ensal- Porque Yavé es grande, digno de címbalos para los que los tocaban, y los David fue a ponerse ante Yavé y dijo:
zaran a Yavé, Dios de Israel. Fueron: toda alabanza, instrumentos para los cantos en honor de «¿Quién soy yo, Yavé Dios, y qué es mi
Asaf, el jefe; Zacarías, el segundo después Temible sobre todos los dioses. Dios. Los hijos de Jedutún eran los por- casa para que tú me hayas traído a donde
26
de él; Uziel, Semiramot, Jejiel, Matatías, Porque los dioses de las gentes son teros. estoy? I7 Y todavía esto, ¡oh Dios!, es poco
Eliab, 6 Benayas, Obededom y Jejel, con ídolos, 43
Todo el pueblo se fue luego cada uno a tus ojos. Hablas de la casa de tu siervo
instrumentos músicos, salterios y arpas, Pero Yavé es el hacedor de los cielos. a su casa, y David se volvió a bendecir para tiempo lejano y te dignas 8mirarme
y Asaf era el que hacía sonar los címbalos. 27
La gloria y la majestad sean ante El, a la suya. como un nombre de excelencia, 1 ¡oh Ya-
Los sacerdotes Benayas y Jozajiel tocaban La alabanza y el honor en su santuario. vé, Dios! ¿Qué más podrá decirte David
continuamente las trompetas delante del 28
Dad a Yavé, ¡oh familias de los pue- de la gloria que concedes a tu siervo? Tú
arca de la alianza de Dios. 7 Aquel día blos!, Proyecto de David de edificar conoces a tu siervo, ¡oh Yavé! 19 Y por
dio David a Asaf y a sus hermanos por Dad a Yavé la gloria y la alabanza, el t e m p l o amor de tu siervo y conforme a tu cora-
primera vez, para cantar las alabanzas de zón has hecho todas estas grandes cosas,
Yavé, este canto: *
29 D a d gloria al n o m b r e de Yavé.
Traed ofrendas y entrad en sus atrios.
A d o r a d a Yavé en ornamentos santos,
30
n 1
Una vez que David se hubo es-
tablecido en su casa, dijo a Natán,
profeta: «Yo estoy habitando una casa de
revelando todas estas grandezas, ¡oh Ya-
vé! 20 No hay semejante a ti, no hay otro
Dios como tú, como con nuestros oídos
Cántico Temblad ante El todos los de la tie- cedro, mientras que el arca de la2 alianza
rra. hemos oído. 21 ¿Hay sobre la tierra una
8 de Yavé está bajo una tienda». Natán sola nación que sea como tu pueblo, Is-
«Alabad a Yavé, invocad su nombre. El afirmó el orbe, y firme está. respondió a David: «Haz lo que tienes en
31 rael, cuyo Dios fuese a rescatar un pueblo
9
Pregonad a los pueblos sus hazañas. Alégrense los cielos y regocíjese la tu corazón, pues Dios está contigo». 3 Pe- para hacerse nombrar con tantos milagros
Cantadle, cantad salmos en su honor. tierra, ro aquella noche fue dirigida a Natán la y prodigios, y arrojando a naciones de-
Contad
10
todos sus portentos. Pregónese
32
entre las gentes: Yavé reina. palabra de Dios: 4 «Ve y dile a David, lante de tu pueblo, al que redimiste de
Gloriaos en su santo nombre; alé- Truene el mar con cuanto lo llena, mi siervo: Así habla Yavé: No serás tú
grese el corazón de los que buscan a Yavé. Salte de gozo el campo y cuanto hay Egipto? 22 Tú has hecho de tu pueblo,
II
quien a mí me edifique casa para que Israel, tu pueblo para siempre, y tú, ¡oh
Buscad a Yavé y fortaléceos. en33él, more en ella. ¡ Nunca, desde que saqué Yavé!, tú eres su Dios. 23 Ahora, pues,
Buscad siempre su rostro. Den gritos de júbilo los árboles de a Israel hasta hoy, he habitado en casa, ¡oh Yavé!, que la palabra que has dicho
i 2 Recordad cuántas maravillas ha las selvas sino que anduve de una parte a otra en de tu siervo y de su casa sea durable por
obrado. Al venir Yavé, pues viene para juzgar una tienda. 6 ¿Dije yo nunca a ninguno la eternidad, y cúmplela. 24 Que perdure,
Sus prodigios, los juicios de su boca. a 34
la tierra. de los jueces de Israel, a quienes mandé para que tu nombre sea glorificado por
13
D e s c e n d i e n t e s de A b r a h a m , su Dad gracias a Yavé, que es bueno apacentar a mi pueblo: Por qué no me siempre y se diga: Yavé Sebaot, Dios de
siervo; Y es eterna su misericordia.
3
hacéis una casa de cedro? 7 Di, pues, aho- Israel, es en verdad un Dios para Israel.
Hijos de Jacob, su elegido. $ Decid: Sálvanos, ¡oh Dios!, salud ra a mi siervo David: Así habla Yavé Se- Y que la casa de David, tu siervo, sea
14
Es Yavé nuestro Dios. nuestra; baot: Yo te cogí de la majada de detrás firme ante ti, 25 pues que tú mismo, Dios
l
del ganado para que fueras jefe de mi
1 £ Instalada el arca de Dios en la tienda que David le tenía preparada, el rey organizó el culto
• ^7 en una forma que preanunciaba la del templo salomónico, preparada por el mismo David. 39
El canto entregado por David a Asaf y sus hermanos es, con ligeras variantes, el salmo 106 El antiguo tabernáculo se hallaba en Gabaón y asimismo el altar construido en el desierto.
(Vulg. 105). El verso «Dad gracias a Yavé, que es bueno y es eterna su misericordia» es puesto David no creyó que debían quedar abandonados, y así encomendó su cuidado a estos sacerdotes
luego numerosas veces en boca de los levitas y del pueblo todo para alabar y bendecir a Yavé. Los y levitas, que celebraron en él un culto semejante al de Jerusalén. Dos lugares de culto no parecían
versos 28-33 son mesiánicos, por referirse al reinado universal de Yavé, que había de realizar el conformes a la Ley; pero era aquél un tiempo de transición hasta que se levantara el templo.
Mesías. •I "7 *4 La promesa del trono eterno hecha a David es estrictamente mesiánica, y de Cristo nues-
* * tro Señor la interpreta San Pedro (Act 2,30).
I 'MUUI'OMENOS 17-19 430 431 I PARALIPÓMENOS 19-21

que yo, vas tú en socorro mío, y si los liat, Lajmi, de G a t , que llevaba una lanza
mío, has revelado a tu siervo que le edi- ejército; Josafat, hijo de Ajilub, era cro- cuya asta era como un enjullo de tejedor.
hijos de A m m ó n son más fuertes que tú,
ficarás casa. Por eso ha osado tu siervo nista; i<> Sadoc, hijo de Ajitub, y Abime- 6
lec, hijo de Abiatar, eran sacerdotes; Sisa iré yo en socorro tuyo. I 3 Esfuérzate y es- H u b o otra batalla más en G a t , en la
orarte así. 26 Ahora, pues, ¡oh Yavé!, tú que se halló un h o m b r e de alta talla, que
eres Dios y tú has prometido esta gracia era s e c r e t a r i o ; 1 ? Banayas, hijo de Joyada, forcémonos por nuestro pueblo y por las
ciudades de nuestro Dios, y haga Yavé lo tenía seis dedos en cada m a n o y en cada
a tu siervo. 2 7 Bendice, pues, la casa de tu era jefe de los cereteos y péleteos, y los
siervo, para que subsista para siempre de- hijos de David, sus sacerdotes. que bien le parezca». pie, veinticuatro en t o d o , y que descendía
lante de ti. Porque tú, ¡oh Yavé!, la has
14
Avanzó J o a b con los suyos para ata- también de Rafa. 7 R e t ó a Israel, y J o -
bendecido, y bendita será p o r la eter- car a los sirios, que huyeron ante él, 15 y natán, hijo de Simea, h e r m a n o de David,
G u e r r a c o n t r a los a m o n i t a s y sus los hijos de A m m ó n , cuando vieron que le mató. 8 Estos hombres eran hijos de
nidad». aliados habían huido los sirios, se pusieron tam- Rafa, de G a t , y perecieron a m a n o s de
1 bién en fuga delante de Abisaí, hermano David y sus servidores.
Victorias d e D a v i d sobre filisteos,
m o a b i t a s , sirios y e d o m i t a s 19 deDespués de esto murió Najas, rey
los hijos de A m m ó n , sucedién-
2
dole su hijo. David dijo: «Voy a mos-
de J o a b , y se encerraron en la ciudad.
J o a b se volvió a Jerusalén. E l censo del pueblo
•J O 1 Después de esto batió David a los trar mi benevolencia a J a n ú n , hijo de ¡6 Viendo los sirios que habían sido de-
01 ' Alzóse Satán contra Israel e in-
» ** filisteos y los humilló, arrebatán- Najas, pues su padre se mostró conmigo rrotados p o r Israel, mandaron a buscar
£ *• citó a David a hacer el censo de
doles de las m a n o s Gat y las ciudades de benévolo»; y le envió u n a embajada para a los sirios del otro lado del rio, que vi-
Israel. * 2 David dijo a J o a b y a los jefes
su dependencia. * 2 Batió a los moabitas, consolarle por la muerte de su padre. nieron al m a n d o de Sofac, jefe del ejér-
del pueblo: «Id a hacer el censo de Israel,
que quedaron sujetos a David, pagándo- C u a n d o los enviados de David llegaron cito de Hadadezer. 17 Súpolo David y re-
desde Berseba hasta D a n , y traédmelo,
le tributo. 3 Batió también David a H a - a la tierra de los hijos de A m m ó n 3y se unió a todo Israel, y pasando el J o r d á n
para que sepa yo su número». 3 J o a b res-
dadezer, rey de Soba, en Jamat, cuando presentaron a J a n ú n para consolarle, los m a r c h ó contra ellos y se preparó a atacar-
pondió a D a v i d : «¡Ojalá hiciera Yavé a
iba éste a establecer su dominio sobre el jefes de los hijos de A m m ó n dijeron a Ja- los. Ordenóse David en batalla contra los
su pueblo cien veces m á s numeroso! Pe-
Eufrates, t Le t o m ó David mil carros, sie- n ú n : «¿Crees tú que para h o n r a r a tu pa- sirios, i* y los sirios, después de haberse
r o , rey y señor mío, ¿no son todos servi-
te mil caballeros y veinte mil infantes; dre te m a n d a David consoladores? ¿ N o batido con él, se pusieron en huida de-
dores tuyos? ¿Para qué pide esto mi se-
desjarretó a todos sus caballos de tiro, será más bien para reconocer la ciudad y lante de Israel, y David les m a t ó siete
ñor? ¿Para qué hacer u n a cosa que será
n o conservando más que los de cíen ca- destruirla y explorar la tierra para lo que mil hombres de los carros y cuarenta mil
rros. 5 Vinieron los sirios d e Damasco en han venido a ti sus servidores?» E n t o n -
4 imputada c o m o pecado a Israel?» 4 El rey
infantes. M a t ó también a Sofac, jefe del
persistió en la orden que había d a d o a
socorro de Hadadezer, rey de Soba, y ces Janún, cogiendo a los servidores de ejército, 1 9 Los hombres de Hadadezer,
David derrotó a veinte mil sirios, 6 puso David, los r a p ó y les cortó los vestidos J o a b , y J o a b partió y recorrió t o d o Is-
viéndose derrotados por Israel, concer-
guarniciones en la Siria de D a m a s c o , y por el medio hasta las nalgas, y luego los rael, y vino luego a Jerusalén. J o a b entre-
t a r o n paces con David y se le sometieron.
5
los sirios quedaron sujetos a David, pa- despachó. Fuéronse ellos, y David, que gó a David el rollo del censo del pueblo,
N o volvieron más los sirios a socorrer a 5
gándole tributo. supo lo que a sus hombres había sucedi- y habla en todo Israel un millón cien
los hijos de A m m ó n .
mil hombres de guerra, y en Judá cuatro-
Yavé protegía a David p o r dondequie- do, m a n d ó gentes que les salieran al en- cientos setenta mil. * N o hizo entre ellos
7
ra que iba. Cogió David los escudos de cuentro, pues se hallaban en gran confu- O A ! Al aflo siguiente, al tiempo en
el censo de Leví y Benjamín, porque abo-
oro que llevaban los servidores de H a - sión, y les dijeran: «Quedaos en Jericó « " que suelen los reyes salir a cam-
minaba J o a b la orden del rey. 7 Desagra-
dadezer y los llevó a Jerusalén. 8 También hasta que os crezca la barba, y volved paña, J o a b , a la cabeza de un fuerte ejér-
se apoderó de u n a gran cantidad de bron- luego». dó la orden a Dios y castigó a Israel. *
cito, fue a talar la tierra de los hijos de
ce en Tebaj y en Cun, ciudades de H a - 6 8 Entonces dijo David a D i o s : « H e co-
Los hijos de A m m ó n vieron que se A m m ó n , y puso sitio a R a b a . David se
dadezer. D e él hizo Salomón el mar de habían hecho odiosos a David, y J a n ú n metido con esto u n gran pecado. Perdona,
quedó en Jerusalén; J o a b se apoderó de
bronce, las columnas y los utensilios de y los hijos de A m m ó n m a n d a r o n mil ta- te ruego, la iniquidad de tu siervo, pues
R a b a y la destruyó. *
bronce. lentos d e plata para asoldar a los carros 2 he o b r a d o como un insensato».
Quitó David la corona de Milcón de 9
9
Supo Toú, rey de Jamat, que David y a los caballeros de los sirios de M e s o - Yavé habló así a Gad, el vidente de
encima de su cabeza, y hallóla del peso
había derrotado a t o d o el ejército de H a - potamia y de los sirios de M a a c á y Soba. D a v i d : 1° «Ve a decir a D a v i d : Asi habla
de un talento de oro y que tenía una pie-
dadezer, rey de S o b a , 1 0 y le m a n d ó como 7 T o m a r o n a sueldo treinta y dos mil ca- Y a v é : Tres plagas te propongo para que
dra preciosa, que fue puesta sobre la ca-
embajador a H a d o r a m , su hijo, para sa- rros y al rey de Maacá y su pueblo, que elijas una con que te heriré», u G a d vino
beza de David. Saqueó la ciudad y obtuvo
a David y le dijo: «Así habla Y a v é : 12 Eli-
ludarle y felicitarle por haber atacado a I vinieron a acampar delante de M a d a b a . de ella un gran botín. 3 Sacó de ella a los
Hadadezer, venciéndole, pues T o ú estaba Los hijos de A m m ó n se reunieron en sus ge: o tres años de hambre, o tres meses
habitantes y los puso a serrar con las sie-
en guerra con Hadadezer. M a n d ó l e tam- ciudades y salieron p a r a combatir. 8 Al durante los cuales huirás de tus enemigos
rras y a los trillos y a las hoces. Lo mismo
bién toda suerte d e vasos de oro, de plata recibir David estas nuevas, m a n d ó contra y te alcanzará la espada de tus enemigos,
hizo con todas las ciudades de los hijos
y de bronce, H que el rey David consagró ellos a J o a b y t o d o el ejército, hombres o tres días durante los cuales la espada
de A m m ó n . Volvióse luego David con
a Yavé con el o r o y la plata que había valerosos. de Yavé y la peste estarán sobre la tierra,
t o d o el pueblo a Jerusalén. *
t o m a d o a todas las naciones: a Edom, a 9
Salieron los hijos de A m m ó n y se or- y el ángel de Yavé llevará la destrucción
M o a b , a los hijos de A m m ó n , a los filis- denaron en batalla a la entrada de la ciu- a t o d o el territorio de Israel. Ve, pues,
V i c t o r i a s c o n t r a los filisteos
teos y a Amalee. d a d ; los reyes que habían venido toma- lo que he de responder al que me envia».
12
Abtsaí, hijo de Sarvia, batió en el ron posición aparte en el campo. 10 Vien-
4
Después de esto h u b o en Guezer una 13 David respondió a G a d : «En gran aprie-
valle d e la Sal a dieciocho mil edomitas, do J o a b que tenía contra quién combatir batalla contra los filisteos. Entonces fue to me veo. Pero caiga yo en las m a n o s
13 puso guarniciones en E d o m , y t o d o de frente y a la espalda, escogió de lo más c u a n d o Sibecai, jusatita, m a t ó a Sipai, de Yavé, cuya misericordia es inmensa, y
E d o m quedó sometido a David. Yavé pro- selecto de Israel u n cuerpo que o p o n e r a u n o de los refaím. Los filisteos quedaron no caiga en las manos de los hombres».
tegía a David p o r todas partes donde iba. los sirios, H y el resto del pueblo lo puso humillados. * 5 También h u b o otra bata- 1 4 M a n d ó Yavé la peste sobre Israel, y
14
David reinó sobre todo Israel, ha- a las órdenes de su hermano Abisal 1 2para lla con los filisteos, en la que Elianán, cayeron setenta mil hombres de Israel,
ciendo derecho y justicia a todo el pue- hacer cara a los hijos de A m m ó n , di- hijo de Jair, m a t ó a u n h e r m a n o de G o - is Dios m a n d ó un ángel a Jerusalén p a r a
blo. I S Joab, hijo de Sarvia, era jefe del I ciéndole: «Si los sirios son m á s fuertes 1
OA Esta guerra contra los amonitas responde a 2 Sam 11,1 y 12,26.
3
1 Q * La grande obra de David fue consolidar la seguridad de Israel con las victorias alcanzadas ~ " 4
El cronista omite el adulterio de David y la muerte de Urías, que no entraban en su plan.
• ° sobre los pueblos circunvecinos. El c.18 responde a 2 Sam 8, con la sola excepción de Nuevas victorias contra los filisteos. Es un compendio de 2 Sam 21,15-22.
1
2 Sam 8,2, que está muy simplificado. Esta narración del censo y de la peste procede de 2 Sam 24.
7
Eí censo ordenado por David atrae sobre Israel la ira del Señor. ¿Por qué? Véase 2 Sam 24,10.
U U I ll'l'lMKNOH 21-22 432 433 I PARALIPÓMENOS 22-24
ilwiiluirla, y cuando ya estaba destruyén- p a d a del ángel le había llenado de es- la casa de Yavé cien mil talentos de oro,
14
Los hijos de Moisés, h o m b r e de Dios,
dola, miró Yavé y se arrepintió de aquel panto. un millón de talentos de plata y u n a can- fueron contados en la tribu de Leví. 1 5 L o s
mal, y dijo al ángel destructor: «Basta. 1 tidad imponderable de bronce y de hierro, hijos de Moisés fueron Gersón y Elie-
Retira ya tu mano». El ángel de Yavé Y dijo D a v i d : «Esta será la casa
estaba junto a la era de O m á n , jebuseo, 22 de Yavé D i o s y aquí estará el al- en gran abundancia. H e aprestado asimis-
m o madera y piedra, que tú acrecentarás.
zer. 16 Hijo de Gersón fue Sebuel, el jefe,
17
Hijo de Eliezer fue Rejabía; el jefe.
16
y David alzó los ojos y vio al ángel de tar de los holocaustos p a r a Israel». 15
Tienes a la m a n o un gran n ú m e r o de Eliezer no tuvo m á s hijos, pero los hi-
Yavé entre la tierra y el cielo, teniendo obreros, de canteros, carpinteros y h o m - jos de Rejabía fueron muchos. 1 8 Hijo
en su m a n o , desnuda, la espada, vuelta P r e p a r a t i v o s d e D a v i d p a r a la
construcción del t e m p l o bres expertos en toda clase de obras. de Jisear fue Selomit, el jefe. 1 9 Los hi-
contra Jerusalén. jos de H e b r ó n : Jeería, el jefe; Amarías,
16 El oro, la plata, el bronce y el hierro
Entonces David y los ancianos, vesti- 2 M a n d ó David que se reuniesen todos son sin número. Levántate, pues, ponte el segundo; Jezaziel, el tercero, y Jaca-
dos de saco, cayeron sobre sus rostros, los extranjeros que había en la tierra de m á n , el cuarto. 2 0 Hijos de Uziel: Mica,
17 a la obra y que Yavé sea contigo».
y David dijo a D i o s : «¿No soy yo el Israel, y encargó a los canteros que fue- 17 el primero; Jisía, el segundo. 21 Hijos de
M a n d ó también David a todos los
que he m a n d a d o hacer el censo del pue- sen preparando piedras talladas p a r a la M e r a r í : Majlí y Musí. Hijos d e Majlí:
blo? Y o soy quien ha pecado y h a hecho construcción de la casa de Dios. * 3 Pre- principales de Israel que prestasen su
ayuda a Salomón, su hijo. i s « ¿ N o está Eleazar y Quis. 22 M u r i ó Eleazar sin hijos,
el m a l ; pero estas ovejas, ¿qué h a n hecho? p a r ó también hierro en abundancia p a r a pero dejó hijas, y los hijos de Quis, sus
¡Yavé, Dios mío! Pese tu m a n o sobre mí la clavazón de las puertas y p a r a las gra- c o n vosotros Yavé, vuestro D i o s , y no
os ha d a d o El paz en todas partes? El hermanos, las t o m a r o n p o r mujeres. 2 3 H i -
y sobre la casa de mi padre y n o haya pas, y bronce en cantidad imponderable,
h a puesto en mis m a n o s a los m o r a d o - jos de M u s í : Majlí, Eder y Jerimot, tres.
plaga en tu pueblo». 18 El ángel de Yavé y madera de cedro innumerable, 4 pues 24
dijo a G a d que hablase a David para que los sidonios y los tirios habían traído a res de la tierra, y la tierra está sometida Estos son los hijos de Leví, según las
subiese a alzar un altar en la era de Or- David maderas d e cedro en abundancia. ante Yavé y ante su pueblo. 1 9 Poned, familias de sus padres, cabezas de las
nan, jebuseo, i* y subió David, cumplien- I 5 David se decía: «Mi hijo Salomón es pues, t o d o vuestro corazón y vuestro casas paternas, según el censo hecho con-
do la orden que G a d había dado en nom- j todavía joven e inexperto, y la casa q u e ánimo en buscar a Yavé, vuestro D i o s ; tando por cabezas. Estaban dedicados al
levantaos y edificad el santuario de Yavé, ministerio de la casa de Yavé desde los
bre de Yavé."20 Ornan, que estaba trillan-1 ha de edificarse a Yavé ha de ser, p o r la veinte años arriba. 25 p U es David dijo:
do el trigo, se volvió y vio al ángel y se grandeza, p o r la magnificencia, p o r la Dios, para traer el arca de la alianza de
Yavé y los utensilios consagrados a D i o s «Yavé, D i o s de Israel, h a d a d o el reposo
escondió con sus cuatro hijos. belleza, reputada en todas las tierras; p o r a su pueblo, Israel, y habitará p o r siem-
21 a la casa edificada al n o m b r e de Yavé».
C u a n d o llegó David cerca de Ornan, eso quiero hacer preparativos; y los hizo, pre en Jerusalén, 26 y ios levitas no ten-
6
miró O r n a n y vio a David, y saliendo de antes de su muerte, en abundancia. D a - L o s levitas, su n ú m e r o y sus drán ya que transportar el tabernáculo
la era, se prosternó ante David rostro a vid llamó a Salomón, su hijo, y le dio funciones y todos los utensilios de su servicio».
tierra. 2 2 David dijo a O r n a n : «Cédeme orden de edificar u n a casa a Yavé, D i o s «O ' Viejo ya David y h a r t o de días, 27
Y asi, conforme a las últimas disposi-
7
el campo de tu era p a r a que yo alce en de Israel. L e dijo: «Hijo mío, yo tenía « « * hizo a Salomón, su hijo, rey de ciones de David, se hizo el censo de los
ella u n altar a Yavé; cédemelo por su el propósito de edificar u n templo al n o m - Israel. 2 Reunió a todos los jefes de
precio en plata, para que se retire la pla- bre de Yavé, mi D i o s ; pero Yavé me
8 hijos de Leví desde los veinte años p a r a
Israel, a los sacerdotes y a los levitas, arriba.
ga de sobre el pueblo». 2 3 Ornan respon- dijo: Tú has derramado mucha sangre y 3
Hízose el censo de los levitas de trein-
dió a D a v i d : «Tómala y que mi señor has hecho grandes guerras. N o serás tú 28 Puestos a las órdenes de los hijos
ta años arriba, y su número, contado de Arón, para el servicio de la casa de
el rey haga en ella lo que bien le parezca; quien edifique u n a casa a mi nombre,
mira, te doy los bueyes p a r a el holocaus- porque has derramado ante mí mucha p o r cabezas u n o a u n o , fue de treinta y Yavé, tenían a su cuidado los atrios y
to, los trillos para lefia, y el trigo para la sangre sobre la tierra. ' H e aquí que te ocho mil. 4 Y dijo D a v i d : «Que de ellos las cámaras, la limpieza de todas las
ofrenda. T o d o te lo doy». 2 4 Pero el rey nacerá un hijo, que será h o m b r e de paz veinticuatro mil se dediquen a los oficios cosas santas y las obras del servicio de
dijo a O r n a n : « N o , quiero comprártela y a quien daré yo paz, librándole de todos de la casa de Yavé, seis mil sean jueces la casa de D i o s : 2 9 los panes de la pro-
por su valor en plata, pues no voy a pre- sus enemigos en derredor. Su n o m b r e y oficiales, 5 cuatro mil porteros y cuatro posición, la harina de flor para las ofren-
sentar yo a Yavé lo que es tuyo ni a será Salomón, y durante su vida haré yo mil dedicados a alabar a Yavé con los das, las tortas de pan ácimo, las hojuelas
ofrecerle u n holocausto que n o m e cuesta venir sobre Israel la p a z y la tranquilidad. instrumentos que yo he hecho para ello». fritas en sartén y las cocidas y todas las
nada». * 2 S Y dio David a Ornan seiscien- iOEse edificará u n a casa a mi n o m b r e . * David los distribuyó en órdenes se- medidas de capacidad y de longitud. 3 0 T e -
tos siclos de oro p o r el lugar, 2 6 y edificó Será para mí un hijo, y yo seré para él gún los hijos de Leví, Gersón, Caat y nían que presentarse cada m a ñ a n a y cada
allí un altar a Yavé, y le ofreció holocaus- u n padre, y afirmaré p a r a siempre el tro-
n Merarí. tarde p a r a alabar y celebrar a Yavé 3 1 y
tos y sacrificios eucarísticos. Invocó a n o de su reino en Israel. A h o r a , pues, 7
Hijos de Gersón: l.adán y Simeí. ofrecer continuamente los holocaustos a
Yavé, y Yavé le respondió p o r el fuego hijo mío, que Yavé sea contigo, para que 8
Hijos de Laclan, tres: lejiel, el p r i m e r o ; Yavé los sábados, los novilunios y las
que del cielo descendió sobre el altar del prosperes y edifiques la casa de Yavé, tu Zetam y Joel. «Hijos de Simeí, tres: fiestas, según el número y los ritos pres-
h o l o c a u s t o . 2 7 Entonces habló Yavé al án- Dios, c o m o él de ti lo h a declarado. Selomit, Jaziel y H a r á n . Estos son los critos. 3 2 D a b a n la guardia al tabernácu-
gel, que volvió la espada a la vaina. lo de la reunión a las órdenes de los
12 Quiera darte Yavé la sabiduría y la jefes de las familias de Ladán. l0 Hijos
de Simeí: Jafat, Ziza, Jeus y Beria. n Es- hijos de Arón, sus hermanos, en el servi-
28 Viendo David que Yavé le había oído inteligencia p a r a reinar sobre Israel en
en la era de Ornan, jebuseo, sacrificaba la observancia de la Ley de Yavé, tu Dios. tos cuatro son los hijos de Simeí. Jafat cio de la casa de Yavé.
allí, 2 9 pues el tabernáculo de Yavé, que 13 Prosperarás si cuidas de poner por obra era el primero y Ziza el segundo. Jeus Los sacerdotes, distribuidos en
Moisés había hecho en el desierto, y el los mandamientos y preceptos que m a n d ó y Beria n o tuvieron muchos hijos y for-
v e i n t i c u a t r o clases
altar de los holocaustos estaban enton- Yavé á Moisés p a r a Israel. Esfuérzate, m a r o n en el censo u n a sola casa pater-
*t á ' H e aquí las clases de los hijos
ces en la altura de G a b a ó n , 3 0 y David no pues; ten ánimo y n o temas ni desmayes. na. 12 Hijos de C a a t : A m r a m , Jiscar, He-
podía ir alia a buscar a Yavé, pues la es- 1 4 Y o con mis esfuerzos h e reunido p a r a brón y Usiel, cuatro. 13 Hijos de A m - ™ " de A r ó n : Hijos de A r ó n : N a d a b ,
r a m : A r ó n y Moisés. A r ó n fue elegido Abiú, Eleazar e Jtamar. * 2 N a d a b y Abiú
24
Sólo son de notar algunas variantes (w.4-0), en que se acentúa la noción de pecado y el para servir en el santo de los santos, él murieron antes que su padre y no de-
castigo que, sin duda, traerá sobre el pueblo, y la adición de las w.2i,27b-22,i, en que se justifica y sus hijos perpetuamente, p a r a ofrecer jaron hijos. Eleazar e I t a m a r cumplieron
la elección de la era de Ornan (sicj para el altar de los holocaustos de Israel. los perfumes ante Yavé, para hacer su las funciones sacerdotales. 3 David distri-
2 9 2 La voluntad de David de edificar un templo al Señor está bien manifiesta en el c.17. Impe- ministerio y bendecir p o r siempre su nom- buyó a Sadoc, de los hijos de Eleazar,
*• "* dido por la voluntad de Dios dt realizar sus planes, hace todo lo que puede, preparando los y a Ajimelec, de los hijos de I t a m a r , en
materiales, los planos de la obra y la organización del culto. En el presente capítulo comienza el bre.
rey su tarea, tan grande que merecería David el nombre de fundador del templo con mejor título
1
que su hijo. Nada hay de esto en el libro de Samuel. 24 Organización de los sacerdotes en 24 el;lases (cf. Le 1,5).
1 PAHAUPÓMENOS 24-25 434 435 I PARALIPÓMENOS 25-26
turnos para el servicio. 4 H u b o entre los vid, Sadoc, Ajimelec y los jefes de las
18 el undécimo, Azareel, con sus hijos y los hermanos de Josa eran, en todo, trece.
hijos de Eleazar más jefes que entre los casas paternas de sacerdotes y levitas. hermanos en número de doce; i 9 e l d u o - i 2 A estos órdenes de porteros, a los
hijos de Itamar, y se hizo esta división: T o d o se hizo por suerte para distribuir jefes de ellos y a sus hermanos, fue enco-
los hijos de Eleazar tenían dieciséis jefes décimo, Asabías, con sus hijos y herma-
igualmente los oficios, siendo el jefe de nos en número de doce; 2 0 e l decimoter- m e n d a d a la guardia para el servicio de
de casas paternas, y los hijos de Itamar, familia como el menor de sus hermanos. la casa de Y a v é . 1 3 Fueron sorteados para
cero, Sabael, con sus hijos y hermanos
ocho. 5 Hízose la distribución por suerte, en número de doce; 2 l el decimocuarto, cada puerta, pequeños y grandes, según
unos con otros, y fueron jefes del san- Los cantores, distribuidos e n Matatías, con sus hijos y hermanos en sus casas paternas.
tuario y jefes de Dios tanlo los hijos v e i n t i c u a t r o clases n ú m e r o de doce; 2 2 el decimoquinto, Je- 11 Tocó p o r suerte a Selemía el lado de
de Eleazar como los hijos de Itamar. rimot, con sus hijos y hermanos en nú- oriente. Se echó la suerte para Zacarías,
6
Semeyas, hijo de Natanael, secreta- Of ' David y los jefes del ejército se- mero de d o c e ; 2 3 el decimosexto, Jananías, su hijo, que era un prudente consejero,
rio de la tribu de Leví, los inscribió de- " • • J pararon a los que de entre los con sus hijos y hermanos en número de y le tocó el lado del norte. 15 A Obede-
lante del rey y de los príncipes, delante hijos de Asaf, de Hernán y de Jedutún d o c e ; 2 4 el decimoséptimo, Jesbacasa, con dom, con sus hijos, le tocó el lado del
de Sadoc, sacerdote, y de Ajimelec, hijo habían de hacer el oficio de cantores, sus hijos y hermanos en n ú m e r o de doce; mediodía, donde estaban también las des-
de Abiatar, y de los jefes de familias de 25
acompañándose del arpa, del salterio y el decimoctavo, Janani, con sus hijos pensas. 1 6 A Josa le tocó el lado de occi-
sacerdotes y levitas, y se iba sacando por de los címbalos, cumpliendo cada u n o y hermanos en número de doce; 2 6 el dente, la puerta de Salequet, que sale a
s u e n e una casa paterna para Eleazar y el oficio a que se le destinaba en propor- decimonono, Melotí, con sus hijos y her- la calle empinada. Estos cuerpos de guar-
u n a casa paterna para llamar. 7 La pri- ción de su número. 2 D e los hijos de m a n o s en n ú m e r o de doce; 2 7 el vigési- dia se correspondían unos a otros. í 7 La
mera suerte tocó a Jojarib; la segunda, Asaf: Zacur, José, Natanía y Asarela, m o , Eliata, con sus hijos y hermanos en puerta de oriente estaba guardada p o r
a Jidaya; 8 la tercera, a Jorim; la cuarta, bajo la dirección de Asaf, cantor del n ú m e r o de doce; 2 8 el vigésimo primero, seis levitas, y la del norte por cuatro, q u e
a Seorim; "' la quinta, a Malaquías; la rey. 3 D e J e d u t ú n : los hijos de Jedutún, Otir, con sus hijos y hermanos en nú- se renovaban todos los días. H a b í a tam-
sexta, a Miamín; l 0 la séptima, a C o s ; la Godolías, Sori, Jeseías, Josabías, M a t a - m e r o de d o c e ; 2 9 e l vigésimo segundo, bién cuatro por día a la puerta del me-
octava, a A b í a s ; " la novena, a Jesúa; tías y Semeí, seis, bajo la dirección de Guedeltí, con sus hijos y hermanos en diodía, y otros cuatro que servían de dos
la décima, a Secanía; 12 la undécima, a su padre, Jedutún, que cantaba con el n ú m e r o de d o c e ; 3» el vigésimo tercero, en dos en el lugar de las despensas. 18 E n
Elyasib; la duodécima, a Jacim; ¡3 1a a r p a para alabar y celebrar a Yavé. 4 D e Majaziot, con sus hijos y hermanos en el Parvar (pórtico) al occidente, cuatro en
decimotercera, a J u p a ; la decimocuarta, Hernán: sus hijos, Buquías, Matanías, n ú m e r o de doce; 31 el vigésimo cuarto, la calle y dos en el Parvar. 1 9 D e este
a J e b a b ; 1 4 l a decimoquinta, a Bilga; la Oziel, Sabuel, Jerimot, Jamanías, Jana- Romemtiezer, con sus hijos y hermanos m o d o fueron distribuidos los porteros,
decimosexta, a Imer; 15 la decimoséptima, ní, Eliata, Guedeltí, Romemtiezer, Jesba- en número de doce. que eran todos hijos de Coré y de Merarí.
casa, Melotí, Otir y Majaziot. 5 Todos 211
a Jezir; la decimoctava, a Afses; 16 la Ajías tenía la guarda de los tesoros de
decimonona, a Peteya; la vigésima, a Je- éstos eran hijos de Hernán, vidente del la casa de ü i o s y de los utensilios sagra-
O r d e n e s d e los porteros del t e m p l o
z a q u i e l ; 1 7 la vigésimo primera, a J a q u i m ; rey, para cantar las alabanzas de Dios y dos. 21 De entre los hijos de Laedam, los
ensalzar su poder, pues Dios había d a d o *} R 1 t a m b i é n fueron distribuidos los hijos de Gersón, descendiente de Laedam,
la vigésimo segunda, a G a m u l ; 18 la vi-
a Hernán catorce hijos y tres hijas. * <w0 guardas de las puertas. jefe de las casas paternas de Laedam, ger-
gésimo tercera, a Delaya; la vigésimo cuar- 6
ta, a Mazia.
Todos éstos de Asaf, de Jedutún y de D e los hijos de C o r é : Meseelemías, sonita, e r a n : Jejielí y Zetán. 2 2 Los hijos
19 Hernán fueron puestos bajo la dirección hijo de Coré, de los hijos de Asaf. * de Jejielí, Zetán y Joel, su hermano, que
Asi fueron distribuidos para su mi- de sus padres para cantar en el templo 2
Hijos de Meseelemías: Zacarías, el pri-
nisterio, para que entrasen en la casa de guardaban los tesoros de la casa de Yavé.
de Yavé tocando los címbalos, las arpas mogénito; Jediael, el segundo; Zebadías, 23
Yavé a las órdenes de Arón, conforme a D e entre los amramitas, jisearitas, he-
y los salterios, cumpliendo los ministe- el tercero; Jataniel, el c u a r t o ; 3 Elam, el bronitas y uzelitas, 2 4 Sebuel, hijo de Ger-
los mandatos que les había dado Yavé, rios de la casa de Yavé según el orden q u i n t o ; Jeojanán, el sexto; Elyoenai, el són, hijo de Moisés, era intendente del
Dios de Israel. prescrito por el rey. 7 El n ú m e r o de ellos, séptimo. 4 Hijos de O b e d e d o m : Seme- tesoro. 2 5 D e entre sus h e r m a n o s los des-
con sus hermanos hábiles en el arte y yas, el primogénito; Jozabal, el segundo; cendientes de Eliezer, cuyo hijo fue Reja-
J e f e s d e las f a m i l i a s d e l o s l e v i t a s que enseñaban a los otros a cantar las Joaj, el tercero; Sacar, el c u a r t o ; Neta-
20
bía, hijo de éste Jesaya, hijo de éste Joram,
H e aquí los jefes de las otras fami- alabanzas a Yavé, era de doscientos nael, el q u i n t o ; 5 Amiel, el sexto; Isacar, hijo de éste Zicri, hijo de éste Selomit;
lias de los levitas: Subael, de los hijos ochenta y ocho. 8 Fueron sorteados en el séptimo; Peultai, el octavo, pues Dios 26
Selomit y sus hermanos guardaban los
de A m r a m , y Jejdaya, de los hijos de cada clase sin acepción de personas, j ó - le había bendecido. 6 A Semeyas, su hijo, tesoros de las cosas santas que habían
Subael. 2 1 D e los hijos de Rejabía, el venes y viejos, hábiles y menos hábiles. le nacieron hijos, que prevalecieron en sido consagradas por el rey David, p o r
9
jefe era Jisia. 2 2 Salemot era hijo de Isab, El primero por suerte fue José, de la casa de su padre y eran hombres los jefes de las casas paternas, los jefes
y Jajat, hijo de Salemot. 2 3 El primogé- la casa de Asaf; el segundo, Godolías, fuertes. 7 Hijos de Semeyas: Otni y Re- de millares y de centenas, y los jefes del
nito de los descendientes de Hebrón fue por él y por sus hijos y hermanos en fací, Obcd, El/ahiid y sus hermanos, hom- ejército, 2 7 del botín de guerra y dé los
Jeriyán; el segundo, A m a r í a s ; el tercero, número de doce; 1 0 e l tercero, Zacur, y bres va lerosos; Eliu y Samaquías. 8 T o - despojos para la casa de Yavé. 2 8 T o d o
Jajaziel; el cuarto, Jacmán. 2 4 H i j o de sus hijos y hermanos en número de doce; dos éstos eran hijos de Obededom. Ellos, lo que había sido consagrado por Samuel,
Uziel fue Mica, e hijo de Mica, Samit. 11 el cuarto, Jisrí, con sus hijos y herma- sus hijos y sus hermanos fueron hombres el vidente; p o r Saúl, hijo de Quis; p o r
25
Jisiya era hermano de Mica, y Zaca- nos en número de doce; i 2 el quinto, vigorosos y de mucha fuerza para el Abner, hijo de N e r ; p o r J o a b , hijo de
rías, hijo de Jisiya. Natanías, con sus hijos y hermanos en servicio; sesenta y dos de Obededom. Sarvia, todas las cosas consagradas, esta-
26
Los hijos de Merarí s o n : Majlí y n ú m e r o de d o c e ; ! J el sexto, Buquías, con 9
Los hijos y los hermanos de Meseele- b a n bajo la custodia de Selomit y sus
Musí. Uzías tuvo u n hijo, llamado Beño. sus hijos y hermanos en número de doce; mías, hombres valientes, eran en número hermanos.
27
Merarí tuvo además a Uzías, Soam, 1 4 el séptimo, Jisreela, con sus hijos y de dieciocho.
Zacur y Jibrí. 2 8 Majlí tuvo un hijo, lla- hermanos en número de doce; I 5 e l oc- 29
tavo, Jesaya, con sus hijos y hermanos 10 D e los hijos d e Merarí; Josa, que D e entre los jisearitas, quenayas y
m a d o Eleazar, que n o tuvo hijos. 2 9 Quis tuvo por hijos: Simrí, el jefe, hecho jefe sus hermanos ejercieron funciones exte-
en n ú m e r o de doce; i6 el noveno, M a -
tuvo un hijo, llamado Jerameel. 3" Los por su padre a pesar de n o ser el primo- riores, como oficiales y jueces en Israel.
tanías, con sus hijos y hermanos en nú-
hijos de Musí s o n : Majlí, Eder y Jeri- mero de doce; 1 7 el décimo, Semeya, con génito; i' Jilquiva, el segundo; Tebalía, el 30 D e entre los hebronitas, Josabía y sus
mot. Estos son los hijos de Leví según sus hijos y hermanos en número de doce; tercero; Zacarías, el cuarto. Los hijos y hermanos, hombres valientes, mil sete-
sus familias. 31 También ellos, como los
hijos de Arón, fueron sorteados ante D a - 1 Una obra tan colosal como la del templo exigía también numerosos servidores, a fin de
5
El título de «vidente del rey», que se da aquí a Hermán, en 21,9 a Gad y en 2 Par 35,15 a Je-
26 mantener el orden y velar por la santidad del templo y por la custodia de todas sus cosas.
De i a 19 se trata de los porteros; el resto del capítulo, 20-32, de los encargados de velar por las
dutún, parece indicar un profeta sacerdote, órgano de las divinas revelaciones cerca de David* cosas del santuario.
, i'AIMMFÓMENOS 26-27 436
cientos, gobernaban a los hnicHfnii del ii El octavo, para el octavo mes, era 437 I PARALIPÓMENOS 27-28
lado de allá del Jordán, en su parte occi- Sibcaí de Jusat, del linaje de Zarjí, que 29
dental, tanto en lo concermVnie al servi- tenía bajo él veinticuatro mil hombres. Joás, sobre las provisiones de aceite; Si- hijos
9
después de vosotros a perpetuidad.
12 Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios
cio de Yavé cuanto en lo citiicmiionte al El noveno, para el noveno mes, era traí, de Sarón, sobre el ganado vacuno
31
servicio del rey. Por lo qno huco a los Abiezer, de Anatot, de los hijos de Ben- que se apacentaba en Sarón; Safat, hijo de tu padre y sírvele con corazón perfec-
hebronitas, de" quienes eni jele Joriyá. se jamín, que mandaba veinticuatro mil de Adlaí, sobre el ganado30vacuno que se to y ánimo generoso; porque Yavé escu-
hicieron el año enmenia dol rehuido de hombres. apacentaba en los valles; Obid, ismae- driña los corazones de todos y penetra
David investigaciones en Jn/er de Cialad, 13
El décimo, para el décimo mes, era lita, sobre los camellos; Jejdía, de Mero- todos los designios y todos los pensamien-
según sus genealogías y NII.H casas paternas; Maraí, de Netofat, descendiente de Zarjí, not, sobre los asnos; 31 Jezis, agareno, so- tos. Si tú le buscas, le hallarás; mas si le
32 y se halló que los hermanos de Jeriyá, y tenía bajo sí veinticuatro mil hombres. bre las ovejas. Todos éstos eran intenden- dejas, te rechazará para siempre. ) 0 Mira
hombres valientes y robustos, eran dos 14
El undécimo, para el undécimo mes, tes32de la hacienda de David. que Yavé te ha elegido para edificar casa
mil setecientos, jelfes do casas paternas. era Benayas, de Faratón, de la tribu de Jonatán, tío de David, era consejero, que11
sea su santuario; esfuérzate y hazlo».
El rey David los constituyó sobre los Efraím; su tropa era de veinticuatro mil hombre de sentido y de saber; Jejiel, hijo Entregó David a su hijo la traza del
rubenitas, los gaditas y la media tribu de hombres. de Jacmoní, era mayordomo de los hijos pórtico y sus dependencias y oficinas, de
Manases para lo tocante a Dios y lo to- 15
El duodécimo, para el duodécimo del rey. 33 Ajitofel era consejero del rey; las salas, de las cámaras y de la casa del
cante al rey. Jusaí, arquita, era amigo del rey; 34 ade- propiciatorio. I 2 Asimismo, la traza de
mes, era Joldaí, de Netofat, descendiente cuanto él quería hacer para los atrios de
de Otoniel, y su tropa era de veinticuatro más de Ajitofel, eran consejeros Joyada,
Los jefes del ejército hijo de Banayas, y Abiatar. Joab era el la casa de Yavé, para las cámaras del alre-
mil hombres. jefe supremo del ejército del rey. dedor, para los tesoros de la casa de Ya-
*%rj ' E l número de los lujos de Israel vé y para los tesoros de las casas consa-
** • que entraban en servicio de (ropa Los jefes de las doce tribus 13
16 Recomendaciones de David a Salo- gradas. Diole también la distribución de
para la guardia del rey, que se relevaba Estos eran los jefes de las doce tribus:
En la de Rubén, Eliezer, hijo de Zicri; m ó n para la edificación del templo los órdenes de los sacerdotes y los levitas,
todos los meses del año según la distri- para todo el ministerio de la casa de Ya-
bución que de ellos se había hecho, era en la de Simeón, Safantías, hijo de Maa- O O * David convocó a Jerusalén a to- vé, y de los utensilios del ministerio de la
de veinticuatro mil cada vez; cada tropa cá; i ' e n la de Leví, Josabías, hijo de Ca- « O dos los jefes de Israel: a los jefes casa de Yavé; 1 4 el modelo de los utensi-
tenía sus jefes de casas paternas, sus jefes muel; de los aronitas, Sadoc; 18 en la de de las tribus, a los jefes de las divisiones lios de oro, con el peso que cada uno ha-
de millar y de centena y sus oficiales al Judá, Elihu, hermano de David; en la al servicio del rey, a los jefes de millares bía de tener, y el de los utensilios de plata,
servicio del rey. * de Isacar, Amri, hijo de Micael;« en la de y de centenas, a los intendentes de la ha- con el peso que había de tener cada uno
2
A la cabeza de la primera división Zabulón, Jismaías, hijo de Abdías; en 20
la cienda y de los ganados del rey, a los hi- de los utensilios para el servicio, is El
para el primer mes estaba Jasobeam, hijo de Neftalí, Jerimot, hijo de Azriel; en jos del rey, a los eunucos y oficiales del peso de los candeleras de oro, el de las
de Zabdiel; mandaba una división de la de Efraím, Oseas, hijo de Azacías; en palacio, a todos los hombres de valer; * lámparas de oro, con el peso de cada
2
veinticinco mil hombres. 3 Era de los hijos la media tribu de Manases, Joel, hijo de y levantándose en pie, dijo: «Oídme, her- candelero y de cada lámpara; el peso de
de Peres y mandaba a todos los jefes de Pedaya; 21 en la media tribu de Manases manos míos y pueblo mío: Yo tenía el los candeleros de plata y de sus lámpa-
la tropa del primer mes. en Galad, Jidom, hijo de Zacarías; en la propósito de edificar una casa de reposo ras, según el uso a que se destinaba cada
4
A la cabeza de la división del segundo tribu de Benjamín, Jasiel, hijo de Abner; para el arca de la alianza de Yavé, para candelero. 16 Le dio el peso de oro para
mes estaba Dodaí, ajotita; y tenía bajo 22
en la tribu de Dan, Ezriel, hijo de Jero- •el escabel de los pies de nuestro Dios, y las mesas de los panes de la proposición,
él a Miclot, que mandaba una parte de jam. Estos eran los príncipes de las tribus había ya hecho aprestos para ello; 3 pero para cadaI 7mesa, y la plata para las mesas
esta tropa, que era de veinticuatro mil de Israel. me dijo Dios: Tú no edificarás casa a mi de plata. Le dio el modelo de los tene-
hombres. 23
David no quiso contar a los que es- nombre, porque eres hombre de guerra y dores, de las fuentes, de los cálices de oro
5
El jefe de la tercera división, la del taban por debajo de los veinte años, por- has derramado mucha sangre. 4 Pero Ya- puro, el de las18copas de oro, con el peso
tercer mes, era Banayas, hijo de Joyada, que Yavé le había dicho que multiplica- vé, Dios de Israel, me eligió de toda la de cada copa; el del altar de los perfu-
sacerdote, y tenía a su mando veinticuatro ría a Israel como las estrellas del cielo. * casa de mi padre para que perpetuamen- mes de oro puro, con su peso de oro; el
mil hombres. «Este es el Banayas que i 24 Joab, hijo de Sarvia, había comenzado te fuese rey de Israel, pues eligió a Judá modelo del carro y de los querubines, que
era el más valiente de los treinta y los ' a hacer el censo; mas no lo acabó, porque por caudillo, y de la casa de Judá, a la fa- tienden sus alas y19 cubren el arca de la
superaba a todos. Su hijo Amisadab era esto trajo la ira sobre Israel, y por eso el milia de mi padre, y de entre los hijos de alianza de Yavé. «Todo esto, dijo, me
uno de los jefes de su división. número de los que habían sido contados mi padre, se agradó de mí para hacerme ha sido mostrado por la mano de Yavé,
7
El cuarto jefe, para las tropas del cuar- no está escrito en las crónicas de David. rey de todo Israel, s De todos mis hijos, que me dio a entender el diseño de todas
to mes, era Asael, hermano de Joab; y pues me ha dado Yavé muchos hijos, eli- las obras».
20
¿abdias, su hijo, después de él. El número Otros funcionarios de David gió a mi hijo Salomón para 6sentarse en el Dijo después David a Salomón, su
trono de Yavé sobre Israel; y me ha di- hijo: «Esfuérzate y anímate, y ponte a la
s 2 S t r o P a s e r a de veinticuatro mil 25
Azmavet, hijo de Adiel, tenía a su cho: Salomón, tu hijo, edificará mi casa obra; no temas ni desmayes, porque Yavé
El quinto jefe, para el mes quinto, era cargo el tesoro del rey; sobre los alma-
Samaor, de Jezer, y su tropa era de veinti- cenes y mis atrios, porque yo le he elegido por Dios, mi Dios, estará contigo y no te de-
cuatro mil. del campo, en las ciudades, en los hijo y yo seré padre para él. 7 Yo afirmaré jará ni te desamparará hasta que acabes
9 pueblos y en las torres estaba Jonatán, su reino para siempre si él se esfuerza en toda la obra para el servicio de la casa
El sexto, para el sexto mes, era Jira, hijo de Ozías. * 26 Ezri, hijo de Jelub, es-
hijo de Iques de Tecua, y tenía en su tropa taba sobre los obreros del campo, que poner por obra mis mandamientos y mis de Yavé. 2* Los órdenes de sacerdotes y
veinticuatro mil hombres. juicios como hoy. 8 Ahora, pues, ante to- levitas para todo el ministerio de la casa
10 labraban las tierras; 27 Simeí, de Rama, do Israel, la congregación de Yavé, y ante de Yavé, y todos los hombres de buena
El séptimo, para el séptimo mes, era sobre las viñas; Sabdí, de Sefam, sobre nuestro Dios, que nos oye, guardad y ob- voluntad y de habilidad para toda suer-
Jeles, de Falón, de la tribu de cEfraím;
su tropa era HP ™7«»~ '.""" ^° l I i t l r n ; I las bodegas; 28 Baal Anam, de Gueber, servad todos los mandamientos de Yavé, te de obras, y los príncipes y todo el pue-
iopa era de veinticuatro mil hombres. I sobre losl '
i olivares e higuerales, en el llano; vuestro Dios, para que poseáis la buena blo estarán contigo para ejecutar tus ór-
tierra y la dejéis en heredad a vuestros I denes».
* * empezar'o q reanilTíl!f n i al(: ^ l a pot £ nci; > militar de Israel sobre los pueblos vecinos, hubo de
ato de 24.000 hnmK„„ . " S . e l e J e rato. El presente capitulo nos habla de doce cuerpos de ejér-
23
Estos w' 2 7s"son ní,Ua Un°,' que h a c I a n 3 e r v i c i o P° r tumo. O O 1 Este capítulo es la continuación del 23, que termina con una exhortación de David a su
, 25 Lo que queda del ™ T l wE n2 t ° a l o q u e s e n o s d i c e e n e l c " sobre e l c e r > s o d e l Pueblo, ^ ° hijo sobre la edificación del templo. Delante de los príncipes de la nación hace entrega a su
probablemente este caDír,,l„ „ ' - 5-34, nos informa sobre otros funcionarios del rey. Muy hijo de todos los planos y proyectos del santuario, de los utensilios y de la organización del culto
«e capitulo no ocupa el lugar que le corresponde. divino, además de los materiales preciosos necesarios para la ejecución de las obras.
439 II PAKALIPÓMENOS 1
, A 1 22
' ' "* -"'ÓMENos 29 438 muchos sacrificios, p o r todo Israel; co- Muerte de David
mieron y bebieron ante Yavé aquel día 26
Así reinó David, hijo de Isai, sobre
Ofrendas voluntaria, p „ . .1 t e m p l o todo. E n tu m a n o está la fuerza y el p o - con gran gozo. Dieron por segunda vez t o d o Israel, * 2 ' siendo cuarenta años el
2 9 l D f ? P , u é s dijo D«vld a toda la derío. Es tu m a n o la que t o d o lo afirma y la investidura del reino a Salomón, hijo tiempo que reinó sobre Israel: siete años
•""jo h a e W ^ e a W . < S Ó , ° u Salomón, m i engrandece. '3 Por eso, Dios nuestro, nos- de David, y le ungieron rey ante Yavé, y reinó en H e b r ó n y treinta y tres años rei-
ta edad ¿ g , d o D i o , : °« i u v e " y d« cor- otros t e confesamos y alabamos tu glorio- a Sadoc, sacerdote. 2 3 Sentóse Salomón nó en Jerusalén.
casa ñ „ J e S &?nd0 ' " " b r a . porque la so nombre, i* Porque ¿quién soy y o y por rey en el trono de Yavé, en lugar de 28
D i o s * 2 v P a r a h o m h '<>». »¡no para Yavé M u r i ó en buena vejez, lleno de dias,
quién es m i pueblo para q u e p o d a m o s David, su p a d r e ; y fue prosperado, obe-
preDara^^ ' ? co lull
° ' " ' »sfuerzo, h e hacer estas voluntarias ofrendas? T o d o de riquezas y de gloria. Sucedióle Salo-
deciéndole todo Israel. 2 4 Todos los jefes món, su hijo.
Para ío l P a r a l a t u » " u o ™ Dios o r o viene de ti, y lo q u e voluntariamente te y los valientes y todos los hijos del rey 29
bronce D a r , T ° H P u l " p u r a I o d e P I a t a > ofrecemos, de ti lo hemos recibido. 15 So- Los hechos del rey David, los prime-
David prestaron homenaje al rey Salo-
de h £ t r P °. d e b r " " C Ü - l , i e r r o Para lo mos ante ti extranjeros y advenedizos, co- ros y los postreros, están escritos en el
piedraf ¿ " I a d e r a P u , u ' " d e madera, y món, 2 5 a quien Yavé engrandeció en ex- libro de Samuel, vidente, y en las crónicas
m o lo fueron nuestros padres. Son c o m o
P edrat w ° Ó m c e ' y P i c l l r l , s Preciosas y la sombra nuestros días sobre la tierra, y tremo a los ojos de todo Israel, dándole de N a t á n , profeta, y en las de Gad, vi-
d r a , rf„ Í a n C a s c o m o ü l «'''«astro, y pie- no d a n espera. 16 ¡Oh Yavé, Dios nues- un reinado glorioso, cual ningún rey lo dente, 3 0 con todo su reinado, sus haza-
niéd,.» d l v e r s ° s colore», toda suerte de tro!, toda esta abundancia que p a r a edi- tuvo antes de él en Israel. ñas y los sucesos de su tiempo que pasa-
pieoras preciosas y mármol de Sais, ficar la casa a tu santo n o m b r e te hemos ron sobre él, y sobre Israel, y sobre los
de v = i " ' e n m i '•evoción para la casa ofrecido, tuya es, de tu m a n o la hemos re- otros reinos de aquellas tierras.
„ , „ „ , ' guardo en mi tesoro particular cibido. 17 Y o sé, Dios mío, q u e tú escu- 2« Cf. 2 Sam 2,II ; 5,5.
l a r / » P . , ' a - u U e m á s del preparado para
<£. ™"r?- s a m u » r ¡ o . que doy para la casa
orn H A ^ - T , c s m i l "'lentos de oro, de
oro d e Ofir, y siete m ¡ i talentos de plata
™ a para recubrir las paredes de la casa,
u r o pues, p a r a las cosas de oro, plata Ií PARALIPOMENOS O CRÓNICAS
p a r a las cosas de plata, para todas las
obrasi de orfebrería. ¿Quién quiere hoy h a -
cer ofrenda a Yavé?»
6
Entonces todos los príncipes de las
SUMARIO (i-g):
P R I M E R A P A R T E : HISTORIA DEL REINADO DE SALOMÓN
Visita el santuario de Gabaón (i). Alianza con Hi-
ramujas, los príncipes de las tribus de Is- ram (2). Edificación del templo (3). Enseres del templo (4). Solemne dedicación
rael, los jefes de millares y de centenas y del templo ($,1-7,11). Nueva aparición de Dios al rey (7,12-22). Administración
de los intendentes de la hacienda real ofre- del reino (8). La reina de Saba en Jerusalén (g,i-28). Fin de Salomón (g,2g-3i).
S'?TO° v o l u n t a r i a m e n t e s u s o f r e n d a s , Cortesanos egipcios ante el Faraón
dando para la obra d e la casa de Dios S E G U N D A P A R T E : H I S T O R I A D E LOS OTROS REYES DE J U D Á (10-36): Escisión
cinco mil talentos de o r o y diez mil dá- del reino de David (10,1-11,4). Nueva ordenación de los dos reinos (11,5-23). El
ñ e o s , diez mil talentos de plata, dieciocho drifias el corazón y que amas la rectitud;
faraón Sesac en Jerusalén (12). Reinado de Abias (13). Reinado de Asa y su refor-
mil talentos de bronce y cien mil talentos p o r eso te he hecho yo todas mis ofrendas ma religiosa (14-1 5). Guerras de Judá con Israel (16). Reinado de Josafat (17).
de hierro. * > Y todo el que se halló con voluntarias en la rectitud de m i corazón, Su alianza con Acab de Israel (i8,i-ig,3). La administración de justicia (ig,4-n).
piedras preciosas diolas para el tesoro d e y veo ahora con alegría que t o d o tu pue-
la casa de Yavé, entregándoselas a Jejiel, blo, q u e está aquí, ls
te ofrece voluntaria- Guerra con Moab y Ammán (20). Impiedad de Jorán (21). Ococíasy su madre Ata-
gersonita. 9 Gozóse el pueblo de haber mente sus dones. Yavé, D i o s de Abra- lía (22). Entronización de Joás (23). Reparación del templo y fin del rey (24).
c o n t r i b u i d o v o l u n t a r i a m e n t e c o n s u s ham, de Isaac y de Israel, nuestros padres, Las guerras de Amasias (2$). Ozias y su enfermedad (26). Jotam ( ^ J . La impie-
ofrendas, porque con entero corazón se conserva p a r a siempre en el corazón d e dad de Acaz (28). La reforma religiosa de Ezequias (29-31). La invasión de los
las hacían a Yavé, y el rey David tuvo tu pueblo esta voluntad y estos pensamien-
de ello gran alegría. tos y encamina a ti su corazón. , 9 D a asi- asirlos (32,1-23). Fin de Ezequias (32,24-33). La impiedad de Manases y su pe-
mismo a mi hijo Salomón corazón perfec- nitencia (33,1-23). Amón (33,24-25). Josias, restaurador del templo (34,1-13).
to p a r a que guarde todos tus mandamien- Hallazgo de la Ley y reforma universal (34,14-35,19). Fin de Josias (35,20-27).
Oración de David tos, tus leyes y tus m a n d a t o s , y que todos
10 Últimos reyes de Judá (36,1-21). Edicto de libertad de Ciro, rey de Persia (36,22-23).
David bendijo a Yavé ante toda la los ponga p o r obra, y te edifique la casa
asamblea, diciendo: p a r a la que y o he hecho aprestos».
20
«Bendito tú, ¡oh Yavé!, Dios de Israel, Luego dijo David a toda la asamblea: 2
nuestro padre de siglo en siglo. n Tuya «Bendecid ahora a Yavé, vuestro Dios»; P R I M E R A P A R T E Salomón convocó a t o d o Israel, a los
es, ¡oh Yahvé!, la majestad, el poder, la y toda la asamblea bendijo a Yavé, Dios jefes de millares y centenas, a los jueces,
gloria y la victoria; tuyo el h o n o r y tuyo de sus padres, y postrándose, 21
oraron ante H I S T O R I A D E L R E I N A D O D E S A L O M Ó N a los príncipes de todo Israel, a los jefes
cuanto hay en los cielos y en la tierra. Tu- Yavé y ante el rey. * Sacrificaron victi- (1,9) de las casas paternas; * ' y fue Salomón
yo, ¡oh Yavé!, es el reino; tú te alzas so- mas a Yavé, y a l día siguiente ofrecieron con toda la asamblea al alto de G a b a ó n ,
beranamente sobre todo. I 2 Tuyas son las a Yavé holocaustos, mil becerros, mil car- donde estaba el tabernáculo del testimo-
riquezas y la gloria, tú eres el dueño de neros, mil corderos con sus libaciones y S a l o m ó n p i d e y o b t i e n e l a s a b i d u r í a nio de Dios, que Moisés, siervo de Yavé,
1 Salomón, hijo de David, se afirmó había hecho en el desierto. 4 El arca de
29
David se dirige al senado de los príncipes de Israel, exponiéndoles la cantidad enorme de
materiales, oro, plata, bronce, hierro, mármoles, etc., que tenía preparados. Y como si esta 1 en su reino; Yavé, su Dios, estaba Dios había sido ya trasladada p o r David
generosa devoción del rey les fuera un estímulo, todos en competencia ofrendaron oro, plata, bron- con él y le engrandeció sobremanera. * de Quiriat-Jearim al lugar que él la había
ce, hierro, piedras preciosas. Vemos aquí reproducida aquella devoción del pueblo en el Sinaí
1
(Ex 35,1-36,7: Núm 7).
7
El dárico es una moneda de oro persa, corriente entre los judíos que vivieron bajo el imperio I La idea de este versículo se halla en 1 Re 2,12.46b. Nuestro autor omite los conatos de Ado-
nías, como había omitido la rebelión de Absalón, que podían rebajar la gloria de David y de
persa. Salomón.
20 2
Después de esto no quedaba más que hacer sino sentar a Salomón en el trono de su padre La ida de Salomón al santuario de Gabaón, donde David había establecido el culto (1 Par 16,
v mostrar el cumplimiento de la promesa de Yavé en el c.17. 39 s.), se halla en 1 Re 3,4-15: pero aquí el rey va acompañado de toda la asamblea de Israel. Este
acto solemne de culto viene a ser la inauguración religiosa del reinado y la invocación de las bendi-
ciones de Yavé sobre el rey y el pueblo.
ii i'AiMi.iri'iMi'.ivo.s 1-2 440 441 II PARALIPÓMENOS 2-4
propiiriulo, pues había alzado para ella Concierto de Salomón con H i r a m tos de cebada, veinte mil batos de vino con otras. « Hizo el pavimento del templo
iinu lienda en Jerusalén. 5 Allí estabu tam- O i Destinó setenta mil hombres para y veinte mil de aceite». de mármoles preciosos y de gran belleza.
10
bién ante el tabernáculo de Yuvé el aliar ™ transportar las cargas, ochenta mil Hiram, rey de Tiro, respondió en un El oro de que recubrió los artesonados,
de bronce que había6 hecho Uesabel, hijo para los trabajos de las canteras en los escrito que dirigió a Salomón: «Porque las vigas, las pilastras, los muros y las
de Uri, hijo de Jur. Salomón y la asam- montes y tres mil seiscientos capataces ama Yavé a su pueblo, te ha hecho rey puertas era de lo más fino. 7 Hizo tam-
blea adoraron a Yavé, y Salomón ofreció para ello. * de él», u Y decía también: «Bendito Ya- bién
8
cincelar querubines sobre los muros.
allí, en el altar de bronce, que estaba ante 2 vé, Dios de Israel, que ha hecho los cielos Hizo también la casa del santísimo (de-
el tabernáculo del testimonio, mil holo- Mandó también decir a Hiram, rey y la tierra y ha dado al rey David un hijo bir), cuyo largo, que correspondía a la
caustos a Yavé. de Tiro: «Lo que hiciste con David, mi sabio, entendido, cuerdo y prudente,2 que anchura de la casa, era de veinte codos, y
7
Durante la noche aparecióse Dios a padre, mandándole madera dé cedro 3
para edifique casa a Yavé y casa real. l Yo, su ancho, igualmente de veinte codos; y
Salomón y le dijo: «Pide lo que quieres edificar el palacio en que habitara, hazlo pues, te envío un hombre hábil y enten- lo recubrió todo de oro,9 que venía a
que te dé»; 8 y Salomón respondió a Dios: también conmigo, para que pueda yo edi- dido, a Hiram-Abi, 13 hijo de una mujer pesar seiscientos talentos. Hizo también
«Tú hiciste con David, mi padre, gran mi- ficar un templo al nombre de Yavé, mi de las hijas de Dan, pero cuyo padre era de oro los clavos, cada uno de los cuales
sericordia, y a mí me has hecho reinar en Dios, y consagrarlo, para quemar incienso de Tiro, que sabe trabajar el oro, la plata, pesaba cincuenta siclos de oro. También
su lugar. 9 Ahora, pues, ¡oh Yavé!, cum- y aromas delante de El, tener siempre an- el bronce, el hierro, la piedra, la madera, los techos estaban revestidos de oro. i° Hi-
ple tu palabra a David, mi padre, ya que te El los panes de la proposición y ofrecer- la púrpura, el jacinto, el lino y la escarla- zo también para la casa del santísimo dos
me has hecho rey de un pueblo numeroso le holocaustos mañana y tarde, así como ta, y grabar toda suerte de figuras; y es querubines tallados, que cubrió de oro.
como el polvo de la (ierra, 'o Dame la sa- también los sábados, los novilunios y las ingenioso en inventar cuanto se necesita n El largo de las alas de los querubines
biduría y el entendimiento para que pue- para toda clase de obras. El trabajará con era de veinte codos, pues era cada uno
da conducir a este pueblo; porque ¿quién tus obreros 4y con los de David, mi señor, de cinco codos, y la una tocaba al muro
podrá
u
gobernar a este tu gran pueblo?» tu padre. 1 Manda tú, pues, mi señor, a de la casa y la otra llegaba hasta el ala del
Dios dijo a Salomón: «Pues que esto tus siervos el trigo y la cjbada, el aceite otro querubín; 12 y de igual modo las del
es lo que más deseas, y no me has pedido y el vino que has ofrecido. 15 Nosotros otro querubín, de cinco codos de largo,
riquezas, hacienda o gloria, ni la vida de cortaremos en el Líbano toda la madera tocaba la una al muro y la otra a la del
tus enemigos, ni muchedumbre de días, que necesites, y la pondremos en balsas, otro querubín. 13 Las alas de ambos que-
sino que me has pedido la sabiduría y el para llevarla por mar hasta Jope, y tú la rubines estaban desplegadas y tenían en
entendimiento para gobernar a mi pue- harás llevar de allí a Jerusalén». todo veinte codos de largo. Estaban en
blo, cuyo rey te he hecho, 12 la sabiduría 16
pie y con los 4rostros vueltos a la entrada
y el entendimiento te doy; pero te daré Salomón hizo el censo de todos los
también riquezas, hacienda y gloria tales extranjeros que había en la tierra de Is- de la casa. 1 Hizo también el velo, de
Transporte de maderas por el mar rael, después del hecho por David, su jacinto, de púrpura, de escarlata y de
como no las tuvieron nunca los reyes que lino, en el cual hizo dibujar querubines.
te han precedido, ni las tendrán los que otras solemnidades de Yavé, nuestro Dios, padre, y fueron hallados7 ciento cincuen-
te sucedan». ta y tres mil seiscientos. 1 Destinó de ellos 15 Hizo además, ante la puerta del templo,
por siempre, como El se lo ha mandado setenta mil para los transportes, y ochenta dos columnas de treinta y cinco codos
13 Tornóse Salomón a Jerusalén desde a Israel, * pues el templo que quiero edi- mil para las canteras en los montes, y tres de altura, con sus capiteles, cada uno de
lo alto de Gabaón, desde el tabernáculo ficar ha de ser grande, ya que grande es mil seiscientos capataces para vigilar a los los cuales tenía cinco codos de alto. lf> Hi-
del testimonio, y reinó sobre Israel. nuestro Dios, más que todos los dioses:
5 obreros. zo también en ellos cadenetas, como las
¿quién se creerá capaz de edificar una del santuario (debir), y las puso en los
Carros y caballos de Salomón casa digna de El? Si el cielo y los cielos Construcción del t e m p l o capiteles, y 7 con ellas se enlazaron cien
de los cielos no bastan a contenerle, ¿quién 1 Comenzó, pues, Salomón a edificar granadas. 1 Alzó las columnas en el ves-
14 Salomón juntó carros y caballería; soy yo para la empresa de edificarle una
tuvo mil cuatrocientos carros y doce mil casa? Gracias que sólo es para quemar in-
3 la casa en Jerusalén, en el monte tíbulo del templo, la una a la derecha y
la otra a la izquierda. A la que estaba a
Moría, que había sido mostrado a David,
jinetes, que distribuyó entre las ciudades cienso en su presencia. 6 Envíame, pues, su padre, en el lugar que David había la derecha la llamó Jaquín y a la de la
donde tenía los carros, y en Jerusalén, un hombre hábil, que sepa trabajar el oro, dispuesto en la era de Ornan, jebuseo. * izquierda Boaz.
cerca del rey. * 15 Hizo la plata y el oro la plata, el bronce, el hierro, la púrpura, 2 Comenzó la edificación a dos días del
en Jerusalén tan comunes como las pie- la escarlata y el jacinto; que sepa hacer El altar de bronce, el m a r de b r o n c e
mes segundo del año cuarto de su reinado.
dras, y los cedros tan numerosos como toda suerte de cincelados, para que dirija 3 He aquí el plano seguido por Salomón y otros utensilios
los sicómoros, que se dan con abundan- a los maestros que tengo yo en Judá y en para la construcción de la casa de Yavé: 1 Hizo además el altar de bronce, de
cia en los campos, w De Musri traía Sa- Jerusalén, los cuales previno ya David,
lomón los caballos. Iban a buscarlos a mi padre. 7 Envíame también maderas de
el largo era de sesenta codos, según la 4 veinte codos de largo, y veinte de
medida antigua; el ancho, de veinte co- ancho, y diez de alto.* 2 También hizo
Musri y a Coa mercaderes del rey, que cedro, cipreses y de sándalo, pues yo sé dos. 4 El vestíbulo (ulam), que iba de- un mar de fundición, que tenía diez co-
los compraban allí a un precio determi- que tus siervos entienden de cortar los ár- lante, tenía un largo, correspondiente al dos del uno al otro borde, enteramente
nado. 17 Un tiro de cuatro caballos cos- boles del Líbano; y los míos trabajarán ancho de la casa, de veinte codos, y su redondo; su altura era de cinco codos, y
taba seiscientos siclos de plata, y un ca- con los tuyos 8 para preparar la gran can- anchura era de diez codos, y ciento veinte un cordón de treinta codos lo ceñía en
ballo, ciento cincuenta, y los compraban tidad de madera, pues la casa que yo de- de alto; lo recubrió interiormente de oro derredor. 3 Había debajo de él figuras de
también para todos los reyes de los jéteos seo construir ha de ser grande y magní- puro. 5 Revistió la parte mayor de la casa toros, y estaba todo en derredor adornado
y para los de Siria. 18 Resolvió, pues, Sa- fica. 9 Yo daré a los siervos tuyos que (hecal) de madera de ciprés y la recubrió de dos filas de figuras de toros, diez por
lomón edificar una casa al nombre de Ya- se ocupen en cortar y derribar los árbo- de oro puro, haciendo grabar en ella cada codo, todo 4en torno, y todo de la
vé y un palacio real para sí. les veinte mil coros de trigo y otros tan- palmas y cadenetas que se enlazaban unas misma fundición. El mar descansaba so-
14 1
El cuadro que aquí se nos ofrece del poder de Salomón es un pequeño resumen de lo que se Este capitulo, que describe compendiosamente el templo y la riqueza de su construcción,
cuenta en 1 Re 10.23-29. 3 corresponde a 1 Re 6, y empieza consignando el señalamiento del sitio. En la narración se
echa bien de ver la insistencia en ponderar la riqueza de los materiales, sobre todo la abundancia
O ' Dispuesto a cumplir la voluntad de su padre, Salomón acude también a Hiram, rey de Tiro. del oro. La altura del ulam, de que antes no se hablaba, es de 120 codos.
^ El contenido de este capítulo concuerda con 1 Re 5. Sólo notamos la confesión religiosa de
1 Después de la construcción del edificio se cuenta la fabricación del mueblaje y de los utensi-
Salomón (4-6), a la que por cortesía responde el adorador de Melcart (v.12). A la relación de obre-
ros de 2,2, que concuerdan con la de 1 Re 5,15, se añaden ahora los cananeos, obligados a la presta- 4 lios del templo, resumiendo 1 Re 7,13-51 con algunas adiciones, como la de las diez mesas,
ción personal y cuya cifra se eleva a 153,000. correspondientes a los diez candeleros (v.8).
M r>*IUI H'ÓMUNOS 4-5 442 443 II PARALIPÓMENOS 5"6
bro doce toros, de los cuales tro» miraban T r a s l a d o d e l a r c a al s a n t u a r i o L a casa de Yavé se llenó de una n u b e ; tu siervo, prometiste, diciendo: N o fal-
al norte, tres al occidanta, t r u al medio- 14
y no pudieron ya estar allí los sacer- tará de ti varón delante de mí que se
día y tres al oriente, t o d o i • • p o r m n d o el
mar, y la parte posterior de los toros es- 5 1 A i í terminó Salomón t o d o lo que
había determinado hacer para la casa
dotes p a r a ministrar p o r causa de la nube,
p o r q u e la gloria de Yavé llenaba la casa
siente en el trono de Israel, siempre que
tus hijos guarden sus caminos, a n d a n d o
taba oculta debajo del innr. * El grueso de Yavé. Salomón hizo traer al templo de Dios. en mi Ley, como has a n d a d o tú delante
de este vaso era de un palmo y su borde t o d o cuanto su p a d r e había consagrado, de mí. 1 7 Ahora, pues, ¡oh Yavé!, Dios
era c o m o el de una copa o como el de u n y puso la plata, el o r o y t o d o s los vasos P l e g a r i a d e S a l o m ó n e n la d e d i c a c i ó n de Israel, que se cumpla la palabra d a d a
lirio abierto; hacia tres mil batos. 6 Hizo en el tesoro de la casa de Dios. * 2 Des- del t e m p l o a tu siervo David.
igualmente diez fuentes, y puso cinco de pués convocó a Jerusalén a todos los 1 Entonces dijo Salomón: «Yavé h a i s » P e r o ¿en verdad habitará Dios con
ellas a la derecha y cinco a la izquierda, ancianos de Israel, a todos los príncipes
para lavar allí lo que había de ser ofrecido de las tribus y a los jefes de familias de
6 dicho que habitaría en la obscuri- el h o m b r e en la tierra? Los cielos y los
cielos de los cielos n o pueden contenerte;
dad, * 2 y yo he edificado una casa de
en holocausto. Los sacerdotes se lavaban los hijos de Israel p a r a trasladar el arca m o r a d a p a r a que El la habite para siem- ¡cuánto menos esta casa que yo he edi-
en el mar. de la alianza de Yavé de la ciudad de pre». 3 Luego, el rey, volviéndose a toda ficado! i» Pero atiende, ¡oh Yavé, mi
7 3
Hizo diez candelabros de oro, de la David, que es Sión. Así se reunió t o d o la asamblea, la bendijo, estando toda en Dios!, a la oración de tu siervo y a su
forma que se le había ordenado, y los Israel en torno del rey el 4
día de la solem- pie; 4 y prosiguió: súplica; oye el clamor y la oración con
puso en el templo (hecal), cinco a u n nidad del séptimo m e s ; y cuando hubie- «Bendito Yavé, Dios de Israel, que ha que tu siervo ora delante de ti, 20 y q u e
lado y cinco al otro. ' Igualmente diez ron venido todos los ancianos de Israel, cumplido lo que por su boca prometió tus ojos estén siempre abiertos sobre esta
mesas, y las puso en el templo (hecal), t o m a r o n los levitas el arca 5 y l a llevaron a David, mi padre, diciendo: 5 Desde que casa día y noche, sobre este lugar de que
cinco a la derecha y cinco a la izquierda, al templo, con el tabernáculo de la re- saqué de Egipto a mi pueblo, ninguna has dicho: Allí estará mi n o m b r e ; 21 y
y cien tazas de oro. » Hizo a m á s el atrio unión y todos los utensilios del tabernácu- ciudad elegí de las tribus de Israel para que oigas la oración que en este lugar ora
de los sacerdotes, y el gran atrio, y las lo. Los sacerdotes y los levitas llevaron edificar casa donde estuviese mi nombre, tu siervo. Oye asimismo el ruego de t u
puertas del mismo, que cubrió de bronce. todos los vasos del santuario que había siervo y de tu pueblo, Israel, c u a n d o oren
10 ni elegí varón que fuese príncipe de mi
Asentó el m a r al lado derecho, al su- en el tabernáculo. 6 El rey Salomón y en este lugar; oye tú desde lo alto de
pueblo, Israel; 6 pero elegí a Jerusalén los cielos, desde el lugar de tu m o r a d a ;
deste. 11 Hizo también H i r a m las calderas, todo el pueblo, cuantos se habían reunido, p a r a que en ella esté mi n o m b r e , y elegí
las palas y las tazas, y acabó t o d a la obra iban delante del arca, e inmolaron car- oye y perdona.
a David para que esté a la cabeza de
que el rey había emprendido hacer en el neros y bueyes sin n ú m e r o ; tanta fue la
m i pueblo, Israel. 7 David, m i padre, tuvo 22 »Si alguno pecare contra su prójimo,
templo de Dios, es decir, 12 las dos co- muchedumbre de las víctimas. y él le pidiere que jure con juramento,
lumnas, los entrelazados, los dos capiteles 7
el propósito de edificar casa al nombre
Los sacerdotes pusieron el arca de la de Yavé, Dios de Israel; 8 pero Yavé y vinieren a jurar ante tu altar en esta
que la coronaban y entrelazados con las alianza de Yavé en el lugar p a r a ella casa, 23 óyele desde los cielos, y obra y
granadas que los cubrían. 13
Hizo cuatro- destinado; es decir, en el oráculo (debir) dijo a David, mi p a d r e : Bien has hecho
en querer edificar casa a mi n o m b r e ; juzga a tus siervos, d a n d o su merecido
cientas granadas y dos retículas, de m o d o del templo, en el santísimo, bajo las alas al impío, haciendo recaer su impiedad
que había dos filas de granadas unidas a de los querubines; 8 de m o d o que los bueno ha sido este propósito, 9 pero no
serás tú quien edifique la casa, sino tu sobre su cabeza, y justifica al justo, re-
cada una de estas retículas, que cubrían tribuyéndole según su justicia.
querubines cubrían con sus alas el lu- hijo, salido de tus entrañas; ése será
los capiteles de las columnas. 1 4 Hizo tam- 24
bién basas, sobre las que asentó las fuen- gar en que 9había sido puesta, así c o m o quien edificará casa a mi nombre. •" Yavé « C u a n d o tu pueblo, Israel, cayere de-
tes, 15 y el m a r ; los doce toros sobre los las b a r r a s ; y como las barras con que ha cumplido lo que dijo, pues me levanté lante de sus enemigos p o r haber prevari-
que se asentaban, '6 las calderas, las palas, había sido trasladada eran un poco lar- yo en lugar de David, mi padre, y me cado contra ti y, convirtiéndose, confe-
los tenedores; todos los enseres se los gas, salían las cabezas de ellas un poco he sentado en el t r o n o de Israel, como saren tu n o m b r e y rogaren delante de ti
hizo Hiram-Abi al rey Salomón para la fuera del santuario, pero n o se veían Yavé había dicho, y he edificado casa en esta casa, 25 óyelos desde los cielos,
casa de Yavé del bronce mejor. 1? Hízolos desde fuera. Allí h a estado siempre el al n o m b r e de Yavé, Dios de Israel, n y y perdona el pecado de tu pueblo, Israel,
fundir el rey en los llanos del Jordán, en arca hasta hoy. he puesto en ella el arca, en la cual está y vuélvelos a la tierra que a ellos y a sus
tierra arcillosa, entre Sucot y Sereda. 18 La 1° N o había en el arca más que las el pacto de Yavé concertado con los padres diste.
26
muchedumbre de estos utensilios era gran- dos tablas que en ella fueron puestas p o r hijos de Israel». »Si se cerraren los cielos y n o hu-
de y n o pudo saberse su peso en bronce. Moisés en H o r e b , cuando Yavé dio su 12
Púsose luego Salomón delante del al- biere lluvias, por haber pecado contra ti,
' ' Hizo, pues, Salomón de oro todos Ley a los hijos de Israel, a su salida de tar de Yavé, en presencia de toda la y oraren a ti en este lugar, y confesaren
los utensilios del templo de Yavé, con el Egipto. 11 C u a n d o los sacerdotes salieron asamblea de Israel; y tendiendo sus ma- tu nombre, convirtiéndose de sus peca-
altar y las mesas de los panes de la del santuario, pues todos los sacerdotes nos— 1 3 pues había hecho un estrado de dos al afligirlos tú, 27 oye en los cielos y
proposición. 20 Hizo también de u n oro que allí se encontraban fueron santifica- bronce de cinco codos de largo, otro perdona el pecado de tus siervos y de tu
purísimo los candeleras con sus lámparas, dos, sin observar la distribución de los tanto de ancho y tres de alto, que había pueblo, Israel, y enséñales el buen cami-
p a r a que ardieran delante del oráculo servicios, 12 los levitas cantores, los de m a n d a d o poner en medio del templo— no, para que anden p o r él, y dales la
(debir) según costumbre; 21 las flores, las Asaf, de Hernán y Jedutún, con sus hijos y puesto en pie, arrodillándose luego, lluvia sobre tu tierra, la que p o r heredad
lamparillas y las despabiladeras, t o d o de y hermanos, vestidos de lino fino, ha- vuelto a toda la muchedumbre y alzan- diste a tu pueblo.
o r o purísimo. 22 Igualmente las jofainas, cían resonar los címbalos, los salterios y d o las m a n o s al cielo, dijo: 28 »Si hubiere h a m b r e en la tierra, o
las cucharillas y los incensarios, de oro las cítaras, puestos al oriente del altar, i 4 « Y a v é , Dios de Israel, no hay Dios pestilencia, o tizón, o añublo, o langosta,
puro. Las puertas del templo interior, del p o r ciento veinte sacerdotes que tocaban semejante a ti, ni en el cielo ni en la o pulgón, o el enemigo los cercare en su
santísimo, así como las del templo exte- las trompetas. 13 T o d o s al mismo tiem- tierra; tú guardas la alianza y la miseri- tierra, en sus ciudades, o hubiere otra
rior (hecal), eran de oro. po cantaban a una, entre el sonar de las cualquiera plaga o enfermedad; 29 s ¡ U n
cordia a tus siervos que andan delante
trompetas, los címbalos y los otros ins- de ti con t o d o su corazón; ! 5 otorgaste a hombre, o todo Israel, hace oraciones y
trumentos músicos, y alababan y confe- David, mi padre, t o d o cuanto le prome- súplicas y, reconociendo su llaga y su
saban a Y a v é : «Porque es b u e n o , p o r q u e tiste, y has puesto por obra cuanto de dolor, tendiere sus m a n o s hacia esta casa,
30
su misericordia es eterna». palabra dijiste, c o m o lo vemos hoy. óyele desde los cielos, desde el lugar
16 Cumple, pues, ahora, Yavé, Dios de de tu m o r a d a , y perdona y da a cada
C T Ante todo, Salomón hace depositar en el templo el tesoro de Yavé y los vasos del culto. Lue- uno conforme a sus caminos, según su
** go, reunida toda la nación con el rey, trasladan el arca con gran solemnidad, y la colocan en lo Israel, todo cuanto a David, mi padre,
más interior del templo, en el santísimo. Dios manifestó su complacencia llenando con la nube de 1
su gloria la casa y tomando con esto posesión de ella. El autor insiste en la cantidad de los instru- Contiene este capítulo la oración consecratoria de Salomón, que nos cuenta 1 Re 8,12-53.
mentos músicos (cf. 1 Re 8,1-11). 6 Los dos últimos w.41 s. están tomados, con ligeras vanantes, del salmo 132,8-10.
ii I'AIUI.II'ÓMIÍNO.S 6-7 444
445 II PABALIPÓMEKOS 7 - 9
cora/oí), pues sólo tú conoces el corazón rael descender el fuego y la gloria de 11
ilo los hijos de los hombres; 3I para que Yavé sobre la casa, cayeron a tierra so- mi nombre y para morar en ella por Salomón subió a la hija del Faraón
le teman y anden por tus caminos todos bre sus rostros en el pavimento, y ado- siempre, y la tendré 17siempre ante mis de la ciudad de David, a la casa que para
los días de su vida en la tierra que diste raron y confesaron a Yavé: «Porque es ojos y en mi corazón. Y tú, si andas en ella había edificado, pues dijo: «Mi mu-
a nuestros padres. bueno, porque es eterna su misericor- mi presencia como anduvo David, tu pa- jer no ha de habitar en la casa de David,
32 «Cuando el extranjero, que no es de dia». dre, haciendo todo cuanto yo he manda- rey de Israel, porque los lugares en que
tu pueblo, Israel, venido de lejanas tie- 4
Entonces el rey y todo el pueblo sa- do, y guardas mis leyes y mis preceptos, ha12estado el arca de Yavé son sagrados».
rras por la fama de tu nombre y de tu crificaron víctimas delante de Yavé, 5 y 18 yo afirmaré el trono de tu reino, como Entonces ofreció Salomón a Yavé
fuerte mano y tu tendido brazo, viniere ofreció e! rey Salomón en sacrificio vein- se lo prometí a David, tu padre, dicien- holocaustos en el altar de Yavé que ha-
a orar en esta casa, 33 óyele tú desde los tidós mil bueyes y ciento veinte mil ove- do: No faltará jamás un hijo tuyo que bía alzado delante del pórtico, IJ ofre-
cielos, desde el lugar de tu morada, y jas, y así fue dedicada la casa de Dios reine en Israel. 19 Pero si os volvéis y ciendo lo que para cada día prescribió
haz lo que con clamores te pida el ex- por el rey y todo el pueblo. 6 Los sacer- dejáis los mandamientos y preceptos que Moisés para los sábados, los novilunios
tranjero, para que todos los pueblos de dotes asistían en su ministerio, y los le- yo os he prescrito y os vais a servir a y las tres solemnidades del año: la de los
la tierra conozcan tu nombre y te teman, vitas, con los instrumentos de música de dioses ajenos, adorándolos, 20 yo os arran- Ácimos, la de las Semanas y la de los Ta-
como tu pueblo, Israel, y sepan que tu Yavé, que había hecho el rey David para caré de mi tierra, que os he dado; y esta bernáculos. l 4 Estableció en sus funciones,
nombre es invocado sobre esta casa que alabar a Yavé, «cuya misericordia es eter- casa que a mi nombre he santificado, la como las había determinado David, su
yo te he edificado. na», y con los que le alababa también rechazaré de ante mí y será la burla y el padre, a los sacerdotes según su oficio, a
34
»Si saliere tu pueblo a la guerra con- David. Asimismo los sacerdotes tocaban escarnio de todas las gentes, 21 y por los levitas según su cargo de alabar a
tra sus enemigos, por el camino que les trompetas delante de ellos, y todo el ilustre que haya sido, será el espanto de Yavé y servir cada día a los sacerdotes
feflales, y oraren a ti, hacia esta ciudad pueblo estaba en pie. cuantos cerca de ella pasen, que dirán:
que tú has elegido, hacia la casa que a 7
También santificó Salomón el atrio ¿Por qué ha hecho2 2 Yavé así con esta
tu nombre he edificado, 35 oye tú desde que estaba delante de la casa de Yavé, tierra y esta casa? Y se responderán:
los cielos su oración, su ruego, y ampara ofreciendo allí los holocaustos y el sebo Porque dejaron a Yavé, Dios de sus pa-
su36derecho. de las víctimas, por ser el altar de bronce dres, que los había sacado de la tierra
»Si pecaren contra ti—pues no hay que Salomón había hecho insuficiente para de Egipto, y se adhirieron a dioses aje-
hombre que no peque— y, airado con- tantos holocaustos, la ofrenda y el sebo. nos, y los adoraron y los sirvieron; por
tra ellos, los entregares a sus enemigos, 8 Hizo Salomón fiesta con todo Israel eso ha traído El sobre ellos todos estos
que los lleven cautivos a tierra enemiga, por siete días, reuniéndose una gran mu- males».
lejana o cercana, 37 y ellos, volviendo en chedumbre desde la entrada de Jamat
sí en la tierra adonde fueren llevados hasta el torrente de Egipto. 9 Al octavo día O t r a s construcciones de Salomón
cautivos, se convirtieren y oraren a ti celebraron asamblea santa, pues habían 1
Al cabo de veinte afios, en los que
en la tierra de su cautividad y dijeren: hecho la dedicación del altar durante sie- 8 edificó Salomón la casa de Yavé y Nave mercante fenicia
Hemos pecado, hemos obrado inicua e te días y celebrado por siete días la so- su propia casa, * 2 reconstruyó las ciuda-
impíamente; 3S si se convirtieren a ti de lemnidad. 10 A veintitrés del séptimo mes des que le había dado Hiram y estableció en el ministerio, e igualmente a los por-
todo corazón y con toda su alma en la envió al pueblo a sus estancias, alegres en ellas a los hijos de Israel. teros asignados a cada puerta, según sus
tierra de su cautividad, donde los hu- y gozosos en su corazón por los bene- 3 Después marchó Salomón contra Ja- clases, como lo había ordenado David,
bieren llevado cautivos, y oraren hacia ficios que Yavé había hecho a David, a mat de Soba y la tomó. 4 Edificó a Tad- hombre de Dios. 15 Nada escapó a la or-
su tierra, la que diste a sus padres, ha- Salomón y a su pueblo, Israel. mor, en el desierto, y todas las ciudades denación del rey en cuanto a los sacerdo-
cia la ciudad que tú has elegido, y hacia de municiones en Jamat. 5 Edificó Betho- tes y levitas, ni en cuanto a cosa alguna
esta casa que yo he edificado a tu nom- Respuesta de Yavé a la plegaria de rón el alto y el bajo, ciudades fuertes, tocante a los tesoros. 16 Así fue dirigida
bre, 39 oye tú desde los cielos, desde el Salomón amuralladas, con puertas y barras; 6 Ba- toda la obra de Salomón, desde el día en
lugar de tu morada, su oración y su 11 lat y todas las ciudades de munición que que se pusieron los cimientos de la casa
ruego, y perdona a tu pueblo, que pecó Acabó, pues, Salomón la casa de le pertenecían, y las ciudades de los ca- de Yavé hasta el día en que fue termina-
contra ti. 4 0 Ten, pues, ¡oh Dios mío!, Yavé y la casa del rey; y todo cuanto rros y de la caballería, y todo lo que quiso da.17 Acabóse, pues, la casa de Yavé.
abiertos tus ojos y atentos tus oídos a se había propuesto hacer en la12casa de edificar en Jerusalén, en el Líbano y en Entonces partió Salomón para Asion-
la oración hecha en este lugar. Yavé y en su casa lo consiguió. Enton- toda la tierra de su dominio. 7 Todo el Gueber y Elat, a orillas del mar, en tierra
41
»¡Oh Yavé, Dios! Levántate y ven a ces se le apareció Yavé durante la noche pueblo que había quedado de los jéteos, de Edom, 18 pues Hiram, por medio de
tu lugar de reposo, tú y el arca de tu y le dijo: «He oído tu plegaria y he ele- amorreos, fereceos, jeveos y jebuseos, que sus siervos, le había enviado navios y ma-
majestad. Que tus sacerdotes, Yavé, Dios, gido este lugar como la casa en13 que se no era parte de Israel; 8 sus descendien- rineros diestros, conocedores del mar.
se revistan de salud, y tus santos gocen me habrán de ofrecer sacrificios. Cuan- tes, que habían quedado con ellos en la Fueron éstos con los siervos de Salomón
de tus bienes. do yo cierre el cielo y no haya lluvia, tierra y no habían exterminado los hijos a Ofir, y trajeron de allí cuatrocientos
42
»¡Yavé, Dios, no rechaces a tu ungi- cuando mande a la langosta devorar la de Israel, los hizo servir en los trabajos, cincuenta talentos de oro, que entregaron
do; acuérdate de tu misericordia con Da- tierra, cuando mande la peste entre mi y así se sigue haciendo hasta hoy. 9 No a Salomón.
vid, tu siervo!» pueblo, 1 4 si mi pueblo, sobre el que se empleó Salomón como esclavos para sus
1
invoca mi nombre, se humilla, ruega y trabajos a ningún hijo de Israel, pues és- L a reina de Saba, en Jerusalén
7 Cuando Salomón acabó de orar, me busca la cara, si se aparta de sus ma-
descendió del cielo fuego, que con- los caminos, yo oiré desde los cielos y
tos eran hombres de guerra, jefes, oficia-
les, comandantes de los carros y de la 9
1
Llegó a la reina de Saba la fama
de Salomón; y vino a Jerusalén para
sumió los holocaustos y las víctimas, y le perdonaré su pecado y curaré a la caballería. probarle con enigmas, acompañada de
la gloria de Yavé llenó la casa. * 2 No tierra. 15 Mis ojos estarán siempre abier- 1° Los jefes puestos por Salomón a la muy gran séquito de camellos, cargados
podían los sacerdotes estar en la casa de tos y atentos mis oídos a su plegaria cabeza del pueblo y encargados de la vi- de aromas y oro en abundancia y piedras
Yavé, porque la gloria de Yavé llenaba hecha en este lugar. i* Yo elijo y santifico gilancia eran doscientos cincuenta. preciosas. Vino a Salomón y le dijo cuan-
la casa de Yavé. 3 Al ver los hijos de Is- esta casa para que en ella sea invocado
Q l El templo era la obra magna de Salomón, pero no la única. El c.8 nos refiere las diversas
'J 1 La primera porción de este capítulo (I-IO), que corresponde a i Re 8,54-66, cuenta la con- ° obras llevadas a cabo por el rey para la buena organización del reino (cf. i Re 9). Entre las ciu-
* clusión de lasfiestas,de las que el pueblo volvió contentísimo a sus casas. La otra parte, que dades edificadas pone el texto Tadmor, Palmira, que debe ser Tamor, según 1 Re 9,18, al sur del
corresponde a 1 Re 9,1-9, es la respuesta de Dios a la plegaria de Salomón. mar Muerto.
II PAHALIPÓMENOS 9-10 446 447 II PARALIPOMENOS 10-11
to se le ocurrió, * 2 y Salomón respondió en la casa «Bosque del Líbano». n Hizo 19
estaba en Egipto, adonde había huido rusalén. Asi ge apartó Israel de la casa
a todas sus preguntas, sin que hubiera un gran trono de marfil, que recubrió de
nada que él no pudiera explicarle. p o r causa del rey Salomón, y volvió de de David, hasta hoy.
oro puro, is Tenía el trono seis gradas y
3
La reina de Saba, viendo la sabiduría un escabel de oro. Tenía brazos a uno y Egipto. 3 Enviaron a llamarle y vino Je-
1
Vino R o b o a m a Jerusalén, y re-
de Salomón, la casa que había construido,
4
los manjares de su mesa, el asiento de
o t r o lado de la silla, y cerca de los b r a z o s
dos leones, 1 9 y otros doce leones sobre
r o b o a m con t o d o Israel y hablaron a R o -
b o a m , d i c i e n d o ; 4 «Tu padre agravó nues- U unió a la casa de Judá y a la de
sus servidores, el porte y los vestidos de las seis gradas, de una y otra parte. P a r a tro yugo. Afloja, pues, ahora la dura ser- Benjamín, ciento ochenta mil hombres de
la servidumbre y la subida a la casa de ningún rey se hizo cosa semejante. 2 0 T o - vidumbre y el pesado yugo con que tu guerra escogidos, para combatir contra
Yavé, 5 fuera de sí, dijo al rey: «Verdad dos los vasos del rey Salomón eran de padre nos oprimió, y te serviremos». 5 El Israel y reducirle al dominio de R o b o a m ;
2
es cuanto de tu estado y tu sabiduría ha- oro, y t o d a la vajilla de la casa «Bosque les respondió: «Volved a mí de aquí a pero dirigió Yavé su palabra a Semo-
bía oído en mi tierra. 6 N o lo creía hasta del Líbano» era de oro puro. N a d a de tres días». El pueblo se fue. 6 Entonces yas, h o m b r e de Dios, diciéndole: 3 «Habla
que he venido y lo he visto con mis ojos; plata. N o se hacía de ella estima alguna R o b o a m pidió consejo a los ancianos que a R o b o a m , hijo de Salomón, rey de Judá,
y hallo a h o r a que no me habían dicho en tiempo de Salomón, 21 pues tenía el habían servido a Salomón, su padre, y a todos los de Israel en Judá y Benja-
ni la mitad de tu grandeza, de tu sabidu- rey naves de Tarsis que navegaban con mientras vivió, y díjoles: «¿Qué me acon- mín, y diles: 4 Así habla Y a v é : N o subáis
ría, pues sobrepuja la fama que a mí ha- las de los siervos de H i r a m ; y llegaban sejáis vosotros que responda a este pue- a luchar con vuestros h e r m a n o s ; vuélvase
bía llegado. 7 Dichosas tus gentes, dicho- cada tres años las naves de Tarsis, tra- blo?» 7 Ellos le hablaron diciendo: «Si tú cada u n o a su casa, porque soy yo quien
sos tus servidores, que continuamente es- yendo oro, plata, marfil, monos y pavos hoy te conduces h u m a n a m e n t e con este ha hecho esto». Y ellos, escuchando la
tán delante de ti y oyen tu sabiduría. reales. 2 2 F u e el rey Salomón más grande pueblo, y le complaces, y le das buenas palabra de Yavé, se tornaron y no fueron
8
Bendito Yavé, tu Dios, que te ha hecho que todos los reyes de la tierra por ri- palabras, ellos te servirán perpetuamen- contra Jeroboam.
la gracia de ponerte sobre su trono, por quezas y por sabiduría. 2 3 T o d o s los reyes te». 8 Pero él, dejando el consejo que los
rey para Yavé, tu Dios. Por a m o r de de la tierra buscaban ver a Salomón para ancianos le dieron, lo pidió a los mance- R o b o a m afirma su r e i n a d o
5
Yavé a su pueblo y por querer que por oir la sabiduría que había puesto D i o s b o s que se habían criado con él y le asis- H a b i t ó R o b o a m en Jerusalén y edi-
siempre subsista, te ha hecho rey de él, en su corazón, 24 y cada uno le traía su tían, 9 diciendo: «¿Qué m e aconsejáis vos- ficó y fortificó ciudades en Judá. * 6 For-
para que le hagas derecho y justicia». presente, objetos de plata, de oro, vestí- otros que responda a este pueblo, que me tificó Belén, E t a m , Tecua, 7 Betsur, Socó,
9 dos, armas, aromas, caballos y mulos. h a hablado diciendo: Alivia el yugo que Adulam, 8 G a t , Maresa, Ziv, » Adoraím,
D i o al rey ciento veinte talentos de Y así cada año. Laquis, A z e c a , 1 0 Sora, Ayalón y Hebrón,
oro, gran cantidad de aromas y de pie- tu padre nos impuso?» 10 Los mancebos
25 que se habían criado con él le hablaron que eran de Judá, y otras en Benjamín.
dras preciosas, y no h u b o nunca aromas Tenía Salomón cuatro mil troncos 11
Guarneció también las fortalezas, y
c o m o los que la reina de Saba dio a Sa- de caballos, y los carros, y doce mil jine- así: «Diles a los que te han pedido que
aligeres su yugo: Mi dedo meñique es puso en ellas jefes, y las avitualló de
lomón. tes, que puso en las ciudades de los ca-
10 26 m á s grueso q u e la cintura d e mi padre. aceite y vino, l2 las proveyó de a r m a s ,
También los siervos de H i r a m y los rros y cerca de sí en Jerusalén. Se ex- 11 escudos y lanzas, fortificándolas en gran
de Salomón, que habían traído el oro de tendió su dominio sobre todos los reyes, Si mi padre os cargó de pesado yugo,
yo lo agravaré. Mi padre os castigó con manera, y Judá y Benjamín le estuvieron
Ofir, trajeron madera de sándalo y pie- desde el rio hasta la tierra de los filisteos sujetos.
dras preciosas. n Con la madera de sán- y hasta las fronteras de Egipto. 27 Hizo azotes, y yo os azotaré con escorpiones».
dalo hizo el rey las gradas de la casa de que la plata fuera en Jerusalén tan c o m ú n i 2 Vino, pues, J e r o b o a m con todo el 13 Los sacerdotes y levitas de todo Is-
Yavé y 'as de la casa del rey, e hizo tam- como las piedras, y que los cedros fuesen pueblo a R o b o a m el tercer día, según lo rael venían a él de todos sus términos,
14
bién de ella arpas y salterios para los tantos como los sicómoros, que se dan que m a n d a r a el rey, diciendo: «Volved a y dejaban sus heredades y posesiones
cantores. Nunca en tierra de Judá se había en el llano. 28 Traíanle los caballos de mí de aquí a tres días»; u el rey les res- para venirse a Judá y a Jerusalén, pues
visto semejante. M u s u r y de todas partes. pondió ásperamente, pues se apartó el Jeroboam y sus hijos los echaban del mi-
12
El rey Salomón dio a la reina de Saba 29
El resto de los hechos de Salomón, rey R o b o a m del consejo de los ancianos, nisterio de Yavé. 15 El se hizo sacerdotes
Cuanto ella quiso y pidió, más que lo que los primeros y los postreros, ¿no está es- 14 y siguió el consejo de los jóvenes, di- p a r a los altos, p a r a los machos cabríos y
ella había traído al rey. Después volvióse crito en los libros de N a t á n , profeta; en el ciendo: «Mi padre agravó vuestro yugo, para los becerros que se había fabricado.
16
ella a su tierra con sus siervos. de Ajías, silonita, y en las profecías de y yo lo agravaré más todavía; mi padre Tras de aquéllos vinieron también, de
Ido, vidente, contra Jeroboam, hijo de os castigó con azotes, y yo os azotaré con todas las tribus de Israel, los que tenían
R i q u e z a s , m a g n i f i c e n c i a y g l o r i a d e N a b a t ? * 3 0 Reinó Salomón en Jerusalén, escorpiones». ' 5 N o escuchó el rey al pue- puesto su corazón en seguir a Yavé, D i o s
Salomón sobre todo Israel, cuarenta artos. 31 Se blo, p o r q u e era cosa de Dios, para que de Israel, para poder sacrificar en Jerusa-
13
El peso del oro que cada año llegaba durmió con sus padres y fue sepultado se cumpliera la palabra que había dicho lén a Yavé, el Dios de sus padres. " Así
a Salomón era de seiscientos sesenta y seis en la ciudad de David, su padre. Le su- Yavé por medio de Ajías, silonita, a Je- se fortaleció el reino de Judá y afirmaron
talentos de oro, * 1 4 fuera del que recibía cedió R o b o a m , su hijo. r o b o a m , hijo de N a b a t . a R o b o a m , hijo de Salomón, en el reino
de negociantes y comerciantes, de todos "í Viendo todo Israel que no los había por tres años, pues tres años siguieron
los reyes de Arabia y de los gobernadores S E G U N D A P A R T b escuchado el rey, respondió el pueblo al por el camino de David y Salomón.
de la tierra, que recaudaban o r o y plata H I S T O R I A D E LOS OTROS REYES DE J U D Á rey diciendo: «¿Qué tenemos que ver nos- !8 T o m ó R o b o a m p o r mujer a Majalat,
para Salomón. otros con David? N o tenemos heredad hija de Jerimot, hijo de Jerimot, hijo de
(10-36)
15
Hizo el rey Salomón doscientos gran- con el hijo de Isaí. ¡A tus tiendas, Israel! David, y a Abigail, hija de Eliab, hijo de
des escudos de oro batido, para cada uno D i v i s i ó n d e l r e i no: R o b o a m , rey d e Mira tú ahora por tu casa, David». Y todo Isaí, 1 9 que le parió hijos: Jeús, Sentarías
de los cuales empleó seiscientos siclos de J u d á . J e r o b o a m , rey de Israel Israel se fue a sus estancias. 17 Reinó R o - y Z a h a m . M T o m ó después a M a a c á , hija
o r o ; 1' y otros trescientos escudos de oro 1 fl ' ^ u e ^ b o a m a Siquem, donde se boam sobre los hijos de Israel que habi- de Absalón, que le parió a Abías, Ataí,
batido, para cada uno de los cuales em- * " había reunido todo Israel para pro- taban en las ciudades de Judá. '8 M a n d ó Ziza y Selomit. 2 i A m ó R o b o a m a Maacá,
pleó trescientos siclos de oro, y los puso clamarle rey. * 2 Súpolo Jeroboam, que luego el rey R o b o a m a Adoram, prefecto hija de Absalón, m á s que a todas sus mu-
de los tributos, pero los hijos de Israel le jeres y concubinas, pues tuvo dieciocho
Q 291 Cf. 1 Re 10,1-10. 13 Cf. 1 Re 10,14 ss. lapidaron, y murió. Entonces se apresuró mujeres y sesenta concubinas, y engendró
-* Estos versículos pertenecen al esquema del autor sagrado, muy semejante al del libro de los R o b o a m a subir a su carro y huyó a Je- veintiocho hijos y sesenta hijas.
Reyes. Con esto termina la historia de Salomón, sin decir una palabra que pudiera empañar su glo-
ria; antes bien, poniendo muy de relieve su devoción hacia el templo, su riqueza y su sabiduría. tribus y la constitución de dos reinos, con frecuencia enemigos entre si, con la consiguiente debi-
•I uA ' Este capítulo y los primeros cuatro versículos del siguiente son lo único que nuestro autor litación de su poder enfrente de los pueblos gentiles que los rodeaban (cf. 1 Re 12,1-24).
' consagra a un hecho tan trascendental de la historia de Israel como fue la escisión de las 11 1 ,', T o d , ° !° c K e r E s t a de este
capitulo (5-23) procede de documentos nuevos y no se lee en el
* libro de los Reyes.
II PAHALIPÓMENOS 11-13 448 449 II l'AKAUPÓMENOS 13-14
22
Puso Roboam a Abías, hijo de Maa- poner en ella su nombre. El nombre de candelero de oro con sus lámparas cada y abatió las oseras. * 3 Mandó a Judá a
cá, por cabeza y príncipe2 3de sus hermanos, su madre fue Naamá, amonita. 1 4 Hizo tarde, para que ardan, porque nosotros buscar a Yavé, el Dios de sus padres, y
pues quería hacerle rey; y le hizo educar el mal porque no aprestó su corazón para guardamos los mandatos de Yavé, nues- practicar la Ley y sus mandamientos.
4
y esparció a sus otros hijos por todas las buscar a Yavé.* " L o s hechos de Ro- tro Dios, mientras que vosotros los ha- Hizo desaparecer de todas las ciudades
tierras de Judá y Benjamín y por todas boam, los primeros y los postreros, ¿no béis dejado. I 2 Dios está, pues, con nos- de Judá los altos y los altares de incienso,
las ciudades fuertes, dándoles bienes en están escritos en los libros de Semeyas, otros a nuestra cabeza, y están con nos- y su reinado fue remado de paz. ' Edificó
abundancia y pidiendo para ellos muchas profeta, y de Ido, el vidente, y en los re- otros los sacerdotes con sus trompetas, ciudades fuertes en Judá, pues la tierra
mujeres. gistros de las genealogías? Hubo perpe- para hacerlas resonar contra vosotros. estaba tranquila, y no hubo guerra contra
tuamente guerra entre Roboam y Jero- Hijos de Israel, no hagáis la guerra a Yavé, él durante aquellos años, pues Yavé le
L a idolatría de R o b o a m , castigada boam. 16 Durmióse Roboam con sus pa- el Dios de vuestros padres, porque no os dio paz. 6 Dijo a Judá: «Edifiquemos estas
n 1
Cuando Roboam se hubo afir-
mado en el reino y se sintió fuer-
te, se apartó 2de la ley de Yavé, y con él
dres y fue sepultado en la ciudad de Da-
vid, y le sucedió Abías, su hijo.
Reinado de Abías. Guerra contra
irá bien».
13
Jeroboam hizo que rodeara una em-
boscada para acometer a los de Judá
ciudades y rodeémoslas de murallas y de
torres, con puertas y barras, mientras no
estamos en guerra, porque hemos bus-
todo Israel. * El año quinto del reinado por la espalda, atacándoles así de frente cado a Yavé, nuestro Dios, y por haberle
de Roboam subió Sesac, rey de Egipto, Jeroboam y por la espalda; 1 4 y cuando Judá se buscado nos ha dado el reposo de todas
contra Jerusalén, por haberse rebelado j o 1 A los dieciocho años del reinado percató, tenía a Israel de frente y a las partes». Edificáronlas, pues, sin que na-
contra Yavé, 3 con mil doscientos carros 1 «5 de Jeroboam comenzó a reinar en espaldas. 15 Clamaron los de Judá a Yavé, die lo impidiera. 7 Tenía Asa un ejército
y sesenta mil jinetes; y el pueblo que con Judá Abías, * 2 y reinó tres años en Jeru- y los sacerdotes tocaron las trompetas, de trescientos mil hombres de Judá, ar-
él venía de Egipto no tenía número, de salén. Su madre se llamaba Maacá, hija dieron sus gritos, y así como alzaron sus mados de escudo y lanza, y doscientos
libios, suquios y cusitas. 4 Tomó las ciu- de Absalón. Hubo guerra entre Abías y gritos, Dios desbarató a Jeroboam y a ochenta mil de Benjamín, armados de
dades fuertes de Judá y llegó hasta Jeru- Jeroboam. 3 Reunió Abías un ejército de todo Israel delante de Abías y de Judá. escudo, y arqueros, todos hombres va-
salén. 5 Entonces Semeyas, profeta, se hombres de guerra escogidos y valientes, 16
Huyeron los hijos de Israel ante Judá, lerosos.
presentó a Roboam y a los príncipes de de cuatrocientos mil hombres, y Jeroboam y Dios los entregó en sus manos, 1 7 y 8
Subió contra ellos Zerac, cusita, con
Judá, que estaban reunidos en Jerusalén se ordenó en batalla contra él con ocho- Abias y sus gentes hicieron en ellos gran un ejército de mil millares y trescientos
por miedo a Sesac, y les dijo: «Así dice cientos mil nombres de guerra escogidos mortandad, cayendo de Israel quinientos carros, y llegó hasta Maresa. * 9 Salióle
Yavé: Vosotros me habéis dejado a mi, y valerosos. 4 Alzóse Abías en el monte mil hombres escogidos. 18 Así fueron hu- Asa al encuentro y le presentó batalla en
y por eso también yo os he dejado a vos- de Semaron, de las montañas de Efraím, millados entonces los hijos de Israel, mien- el valle de Sefatá, junto a Maresa. 10 Cla-
otros en manos de Sesac». y5 gritó: «Oídme, Jeroboam y todo Israel: tras que los de Judá se fortalecieron, mó Asa a Yavé, su Dios, diciendo: «Yavé,
6
Los príncipes de Israel y el rey se hu- ¿No sabéis vosotros que Yavé, Dios de porque se apoyaron en Yavé, el Dios de no hay para ti diferencia entre socorrer
millaron y dijeron: «Justo es Yavé». Israel, dio a David el reino sobre Israel sus padres. 19 Persiguió Abías a Jeroboam al que tiene muchas fuerzas o al que tiene
7
Y viendo Yavé que se habían humillado, para siempre a él y a sus hijos en pacto y le tomó ciudades: Betel, con las ciuda- pocas. Ven, pues, en ayuda nuestra, Yavé,
dirigió su palabra a Semeyas, diciendo: de sal? 6 Pero Jeroboam, hijo de Nabat, des de su dependencia; Jesana, con sus nuestro Dios, porque en ti nos apoyamos
«Se me han humillado; no los destruiré, siervo de Salomón, hijo de David, se 7le- dependencias, y Efrón, con sus depen- nosotros, y a combatir en tu nombre he-
antes los salvaré pronto, y no derramaré vantó y se rebeló contra su señor, y dencias. 20 No tuvo ya Jeroboam fuer- mos venido contra toda esta muchedum-
mi ira sobre Jerusalén por medio de Se- allegándose a él hombres vanos y perver- za en tiempo de Abías; le hirió Yavé bre. Yavé, tú eres nuestro Dios; uque no
sac; 8 pero habrán de servirle para que sos, se sobrepusieron a Roboam, hijo de y murió. sea el hombre quien triunfe de ti». Yavé
Salomón, porque Roboam, mozo e inex- 21
sepan distinguir entre lo que es servirme Abías fue poderoso, tuvo catorce mu- deshizo a los cusitas ante Asa y ante Judá,
a mí y servir a los reyes de las gentes». perto, no se defendió contra ellos. 8 Aho- jeres y22engendró veintidós hijos y dieciséisy los cusitas se pusieron en fuga. n Asa
9
Subió, pues, Sesac, rey de Egipto, a ra tratáis vosotros de triunfar contra el hijas. El resto de los hechos de Abías, y la gente que llevaba los persiguieron
Jerusalén, y pilló los tesoros de la casa reino de Yavé, que está en manos de los sus hechos y sus cosas, está escrupulosa- hasta Guerar, y cayeron los cusitas sin
de Yavé y los de la casa del rey; todo se hijos de David, porque sois muchos. Pero mente escrito en el libro de Ido, profeta. poder salvar su vida, porque fueron des-
lo llevó. Tomó los escudos de oro que tenéis con vosotros a los becerros de oro 23
Durmióse Abías con sus padres y fue truidos por Yavé y su ejército. 13 Asa y
había hecho Salomón, 10 y en vez de ellos que Jeroboam os hizo por dioses. 9 ¿No sepultado en la ciudad de David. Le suce- su gente cogieron gran botín y batieron
hizo el rey Roboam escudos de bronce habéis arrojado de entre vosotros a los dió Asa, su hijo, en cuyo tiempo tuvo todas las ciudades que había cerca de
para los jefes de la guardia que custodia- sacerdotes de Yavé, a los hijos de Arón paz la tierra durante diez años. Guerar, porque el terror de Yavé se ha-
ban la entrada de la casa del rey. u Cuan- y a los levitas, y os habéis hecho sacerdo- bía apoderado de ellos, y saquearon todas
do iba el rey a la casa de Yavé, tomában- tes a la manera de las gentes de la tierra, Asa, rey de Judá. Victoria contra 14 las ciudades, siendo muchos los despojos.
los los de la guardia y los volvían luego para que cualquiera pueda consagrarse Dieron también contra los apriscos y
al 12cuartel de la guardia. con un becerro y siete carneros, y ser así Zerac y los etíopes establos de los ganados, llevándose gran
Como se humilló, apartóse de él la sacerdote de los que no son dioses? 10 Pa- 1
Asa hizo lo que es bueno y recto cantidad de ovejas y camellos. Después
ira de Yavé, por no destruirle del todo, y ra nosotros, Yavé es nuestro Dios; no le H a los ojos de Yavé, su Dios. * se volvieron a Jerusalén.
las cosas mejoraron en Judá. 13 Fortale- hemos dejado, y los sacerdotes ministros 2
Hizo desaparecer los altares de los cultos
cióse, pues, Roboam y reinó en Jerusa- de Yavé son los hijos de Arón, y los le- extranjeros y los altos, demolió los cipos
lén. Cuarenta y un aflos tenía Roboam vitas cumplen sus funciones. n Queman
cuando comenzó a reinar; reinó diecisiete a Yavé los holocaustos cada mañana y "I /L I ^ actividad de los cuarenta y un años que reinó Asa la reduce 1 Re 15,9-24 a la reforma
años en Jerusalén, la ciudad que eligió cada tarde y los perfumes aromáticos; po- • religiosa y a la defensa contra Israel mediante la alianza con Damasco, que compró a peso
Yavé entre todas las tribus de Israel para nen los panes sobre la mesa limpia y el de oro. Pero el cronista tiene más cosas que contarnos. Primeramente su devoción a Yavé, que le
indujo
2
a suprimir muchas supersticiones; luego, sus providencias para asegurar la paz del reino.
•i O 1 Comprende este capítulo la suma de la historia religiosa de Roboam, que se narra en La reforma religiosa de Asa hace desaparecer los excelsos que durante tanto tiempo persistie-
' * i Re 14,21.31; pero el cronista nos cuenta la subida del ejército de_ Sesac (v.2 s.) contra Je- ron ilegítimamente en Judá, pues aunque en ellos se sacrificaba a Yavé, eran enteramente contra
rusalén y la profecía de Semeyas (5-8,12), que explica el motivo de tal venida. la Ley, que mandaba sacrificar únicamente en el lugar elegido por Dios.
14 8
Son de notar las fuentes históricas citadas para Roboam (v.15), lo mismo que para David A pesar de la paz que Yavé le había dado, Asa tuvo un ejército de 580.000 hombres, reclutados
(1 Par 29,29) y Salomón (9,29). en solas las dos tribus de Judá y Benjamín. Con estas fuerzas hubo de hacer frente a Zerac, que
pretendía invadir la tierra de Judá con un millón de hombres y 300 carros de guerra. Con la ayuda
0 ' La fórmula de introducción, como en 1 Re 15,1 s., 6 y 7. En confirmación del v.2 intro-
1 ^ duce el relato de 3-20, característico del cronista. La derrota de Jeroboam fue tan decisiva (20)
de Dios, Asa los derrotó en el valle de Sefatá, cerca de Maresa. Estos cusitas no pueden ser los etío-
pes, que más tarde dominaron en Egipto; deben de ser los cusitas de Arabia, mencionados en Jue 3,8,
que en ella cayeron muertos 500.000 hombres de Israel (cf. Introducción al Éxodo, n.5). Hab 3,7 y 2 Par 21,16.
Náoar-Colunga 18
451 II I'ARALIPÓMENOS 16-18
II PARALIPÓMENOS 15-16 450
riendo el a ñ o cuarenta y uno de su reina- depósito. 1 3 Tuvo además muchas pro-
C e l o d e l r e y A s a p a r a destruir la no desaparecieron de Israel, a pesar de d o , 1 4 y fue sepultado en el sepulcro que visiones en las ciudades de Judá y hombres
idolatría que el corazón de Asa fue perfecto en él había hecho para sí en la ciudad de de guerra muy valerosos en Jerusalén.
todos los días de su vida. 1 8 Metió en la David. 15 Se le puso en un lecho lleno de 14
Este es el número de ellos, según las
F u e casa de Yavé lo que había sido consa-
1 C ' el espíritu de Yavé sobre a r o m a s y perfumes, preparados según el casas paternas: En Judá, jefes de millares,
•l O Azarías, hijo de Oded, * 2 y se pre- grado por su padre y 9por él mismo, de arte de la perfumería, y se quemó además su jefe era Adna, y con él trescientos mil
sentó Azarías a Asa y le dijo: «Óyeme, plata, oro y vasos. 1 N o h u b o guerra en h o n o r suyo u n a cantidad muy consi- hombres muy esforzados; J5 después de él,
Asa, y todo J u d á y Benjamín: Yavé está hasta los treinta y cinco años del reinado derable de ellos. * el jefe Jojanán, y con él doscientos ochen-
con vosotros cuando vosotros estáis con de Asa. ta mil; l 6 tras éste, Amasias, hijo de Zicrí,
E l ; si vosotros le buscáis, le hallaréis; pero Josafat, r e y d e J u d á que se había consagrado voluntariamente
si vosotros le abandonáis, El os abando-
n a r á a vosotros. 3 D u r a n t e mucho tiempo •I n
Pecado de Asa. Su muerte
1 El a ñ o treinta y seis del reinado
h a estado Israel sin verdadero Dios y sin •!• O de Asa subió contra J u d á Basa,
n i A Asa le sucedió Josafat, su hijo.
Se fortificó contra Israel * 2 y puso
guarniciones en todas las ciudades fuertes
a Yavé, y con él doscientos mil hombres
valientes; 1 7 de Benjamín: Eliada, h o m b r e
muy valeroso, y con él doscientos mil
sacerdote que enseñase su l e y ; 4 pero cuan- rey de Israel, y edificó R a m a p a r a impe- de Judá, así como en las de Efraím, de armados de escudo y a r c o ; i 8 después de
do en medio de la tribulación se volvían a dir la entrada 2y la salida a los de Asa, que Asa, su padre, se había apoderado. éste, Josafat, y con él ciento ochenta mil
Yavé, Dios de Israel, y le buscaban, siem- rey de Judá. * Asa sacó de los tesoros 3
Estuvo Yavé con Josafat, porque éste dispuestos para la guerra. 19 Estos eran
pre le hallaron. 5 N o había en aquellos de la casa de Yavé y de los de la casa del anduvo por los caminos primeros de D a - los que hacían el servicio del rey, sin
tiempos paz, ni p a r a quien entraba ni rey la plata y el oro, y se los m a n d ó con vid, su padre, y no buscó a los baales, contar los que él había puesto de guar-
p a r a quien salía, sino muchas aflicciones u n a embajada al rey de Siria, Benadad, 4
sino que se acogió al Dios de sus padres nición en todas las ciudades fuertes de
sobre todos los moradores de la tierra; que habitaba 3
en D a m a s c o . Hizo que le y siguió sus mandatos, sin imitar lo que Judá.
6
y una gente destruía a otra gente, y una dijeran: «Hagamos alianza entre los dos, hacía Israel. 5 Yavé afirmó el reino en las
ciudad a otra ciudad, p o r q u e las con- c o m o la h u b o entre mi padre y tu padre. manos de Josafat, a quien traía presentes E x p e d i c i ó n d e J o s a f a t , r e y d e Judá,
turbaba Dios con toda suerte de calami- Te m a n d o esta plata y este oro. R o m p e todo Judá, y tuvo gran abundancia de y Ajab, rey d e Israel, c o n t r a
dades. 7 Esforzaos, pues, vosotros y n o tu alianza con Basa,4 rey de Israel, para riquezas y mucha gloria. 6 Su corazón se
desfallezcan vuestras manos, porque mer- que se retire de mí». Benadad escuchó a fortaleció en los caminos de Yavé, e hizo los sirios
ced hay para vuestra obra». Asa y m a n d ó a los jefes de su ejército también desaparecer de J u d á los excelsos 1 Tuvo Josafat mucha riqueza y
8
C u a n d o oyó Asa las palabras y la
contra las ciudades de Israel, y batieron
a Ion, D a n , Abelmain y las ciudades de
y las aseras.
1
18 poder y emparentó con Ajab, * 2 y
profecía del hijo de Oded, profeta, se El año tercero de su reinado m a n d ó a al cabo de algunos años bajó a ver a
aprovisionamiento de Neftalí. 5 C u a n d o sus príncipes Benjail, Abdías, Zacarías, Ajab a Samaría. Ajab m a t ó para él y
sintió fortalecido e hizo desaparecer las
lo supo Basa cesó en la edificación de Nataniel y Miqueas por las ciudades de para su séquito gran número de ovejas
abominaciones de t o d a la tierra de J u d á
R a m a y suspendió su obra. e Entonces Judá para que enseñasen, * 8 y con ellos y bueyes, y le persuadió que subiese con
y Benjamín y de las ciudades que había
el rey Asa m a n d ó a t o d o J u d á a llevarse a los levitas Semeyas, Netanías, Zebadías, él contra R a m o t Galad. 3 Dijo Ajab, rey
t o m a d o en la m o n t a ñ a de Efraím, y res-
la piedra y la madera que empleaba Basa Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, T o - de Israel, a Josafat, rey de J u d á : «¿Quieres
t a u r ó el altar de Yavé que estaba delante
en la edificación de R a m a , y se sirvió de
del pórtico de Yavé. 9 Convocó a todo bías y Tobadonías, levitas, y con ellos a marchar conmigo a R a m o t Galad?» Y éste
ellas p a r a edificar G u e b a y Misfa. los sacerdotes Elisama y Joram, 9 que respondió: «Yo como tú y mi pueblo
Judá y Benjamín y a los de Efraím, 7
Manases y Simeón, que habitaban entre P o r aquel tiempo, Jananí, el vidente, enseñaron p o r las ciudades de Judá, te- como tu pueblo; iremos contigo». 4 Y dijo
ellos, pues gran número de gentes de fue a Asa, rey de J u d á , y le dijo: «Por niendo consigo el libro de la Ley de Yavé, Josafat al rey de Israel: «Pero consulta, te
Israel se unieron a ¿i cuando vieron que haberte apoyado sobre el rey de Siria y y recorriendo las ciudades de Judá ense- ruego, la palabra de Yavé». s J u n t ó enton-
con él estaba Yavé, su D i o s ; "> y se no sobre Yavé, tu Dios, se te ha escapado ñando al pueblo. 10 Cayó el terror de ces el rey de Israel cuatrocientos profetas
reunieron en Jerusalén el tercer mes del de 8
las m a n o s el ejército del rey de Siria. Yavé sobre todos los reinos de las tierras y les p r e g u n t ó : «¿Iremos contra R a m o t
ario quince del reinado de Asa. ¿No eran un gran ejército los cusitas y que había en torno de Judá, y no osaron Galad o m e estaré quieto?» Ellos le di-
11
Aquel día sacrificaron a Yavé, del los libios, con carros y u n a m u c h e d u m b r e hacer la guerra contra Josafat. * >' Los jeron: «Sube, que Dios la entregará en
botín que habían traído, setecientos bue- de jinetes? Y con t o d o , Yavé los p u s o en filisteos traían a Josafat presentes y tribu- m a n o s del rey». 6 P e r o Josafat d i j o :
yes y siete mil ovejas, 1 2 y juraron buscar tus 9
manos, p o r q u e te apoyaste en El. tos de plata. Traíanle también los árabes «¿Queda todavía aquí algún profeta de
a Yavé, el Dios de sus padres, con todo Pues tiende Yavé sus ojos p o r t o d a la ganados, siete mil setecientos carneros y Yavé por quien p o d a m o s preguntarle?»
13 7
su corazón y toda su a l m a ; y que cual- tierra para sostener a los que tienen p a r a siete mil s e t e c i e n t o s m a c h o s c a b r í o s . El rey de Israel respondió a Josafat:
12
quiera que no buscase a Yavé, Dios de con él corazón perfecto. H a s o b r a d o en Crecía, pues, Josafat grandemente y «Aún hay aquí un h o m b r e por quien po-
Israel, muriese, fuese grande o pequeño, esto insensatamente, y desde ahora ten- edificó en J u d á fortalezas y ciudades de demos preguntar a Y a v é ; pero yo le abo-
h o m b r e o mujer. 1 4 Este juramento hicie- drás guerra». 15
ron a Yavé en medio de voces de júbilo 1° Irritóse Asa contra el vidente, y le Por primera vez se menciona este rito funerario de quemar perfumes en honor del rey muer-
y al son de trompetas y bocinas. l s Ale- puso en prisión p o r q u e se encolerizó mu- to (cf. 21,19; Jer 34,5).
gráronse de este juramento todos los de cho contra él, y al mismo tiempo oprimió •1 y l Estos vv.1-6 son la introducción a la historia de Josafat, que abarca dos puntos: sus pro-
Judá, porque de todo corazón lo juraron también Asa a algunos del pueblo, n Los * ' videncias para asegurar las ciudades conquistadas por su padre y su fidelidad a Yavé
(cf. 1 Re 22,41 ss.).
y con toda su voluntad le buscaban; y hechos de Asa, los primeros y los postre- 7
Desde el año tercero de su reinado, Josafat envía sacerdotes y levitas por todas las ciudades
así le hallaron, y les dio Yavé reposo de ros, están escritos en los libros de los del reino para enseñar al pueblo la Ley del Señor. Estos w.7-9 parece deben ser seguidos de 19,4-11,
todas partes. 16 A u n a Maacá, su madre, reyes 12
de J u d á y de Israel. en que se trata de la administración de justicia, encomendada también a los sacerdotes y levitas,
el rey Asa la depuso de la dignidad de El a ñ o treinta y nueve de su reinado conocedores de la Ley del Señor. Datos propios del cronista.
reina porque se había hecho u n ídolo enfermó Asa de los pies, padeciendo m u - 10 Esta sección del capítulo (10-19) nos cuenta la riqueza y el poder de Josafat, señales de las
abominable en h o n o r de Asera. Abatió cho de ello; pero t a m p o c o en su enfer- bendiciones de que Dios le colmaba en premio de su piedad. Los hombres de guerra subían a
el ídolo y lo redujo a polvo, quemándolo medad buscó a Yavé, sino a los médicos. I.lóo.poo, sin contar las guarniciones de las ciudades fuertes de Judá. Estos datos no constan en la
13 historia de los reyes.
en el valle de Cedrón. 17 Pero los altos Durmióse Asa con sus padres, m u -
1 Q ' Josafat, a pesar de su piedad y su celo por continuar la reforma religiosa de su padre, Asa,
•I C * Este capítulo es una amplificación de lo que se narra en 1 Re 15,11-15 acerca de la refor- inicia las relaciones amistosas entre Israel y Judá y se aíía con Ajab, siendo por eilo repren-
dido por los profetas Miqueas y Jehú. Es curiosa la forma literaria en que se nos presenta la induc-
* ^ ma religiosa, ya contada compendiosamente en el capítulo precedente, 2-5. ción a Ajab para que vaya a atacar a Ramot Galad, donde hallará la muerte. Este capítulo lo leemos
•f C l El texto, en cuanto a las cifras, no debe de estar bien conservado, pues en 1 Rei6, 8 se dice en 1 Re 22,1-34.
' ** que Basa murió el año 26 de Asa.
H I-AUAI II'ÓMENOS 18-19 452 453 II l'AKALIPÓMENOS 19-20
rre/co, porque nunca me profetiza cosa Yavé para hablarte a ti?» 2 4 Y Miqueas
buena, sino siempre malas. Es Miqueas, le respondió: «Ya lo verás u n día, c u a n d o sino en lugar de Yavé, que está cerca de casa delante de ti, pues tu n o m b r e está
hijo de Jimia». Y respondió Josafat: «No andes de cámara en cámara p a r a escon- vosotros cuando sentenciáis. 7 Sea, pues, en esta casa, y clamaremos a ti en la tri-
diga eso el rey». 8 L l a m ó entonces el rey derte». sobre vosotros el temor de Yavé, y cuidad bulación, y tú nos oirás y nos salvarás.
10
de Israel a un eunuco y le dijo: «Haz que 25 de guardarlo, porque no hay en Yavé, Ahora, pues, he aquí que los hijos de
Entonces el rey de Israel dijo: «Coged nuestro Dios, iniquidad ni acepción de
venga luego Miqueas, hijo de Jimia». A m m ó n , y los de M o a b , y los del monte
a Miqueas y llevadlo a A m ó n , goberna- personas, ni recibe cohecho. 8 Puso tam-
9
El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, dor de la ciudad, y a Joás, hijo del rey, Seir, a cuyas tierras no dejaste que fuese
bién Josafat en Jerusalén levitas, sacerdo- Israel cuando venía de Egipto, sino que
estaban sentados cada u n o en su trono 26 y decid: Esto dice el rey: Meted a éste
y vestidos de sus vestiduras reales, en la en la cárcel y mantenedle con p a n de
tes y jefes de las familias de Israel p a r a se apartase y n o los destruyese, n nos pa-
que diesen a los habitantes el juicio de gan queriendo echarnos de tu heredad,
plaza que hay a la entrada de la puerta aflicción y agua de angustia hasta que Yavé y decidiesen las causas. ' Les dio
de Samaría, y estaban delante de ellos yo vuelva en paz». 2 7 Miqueas le dijo: que tú nos diste en posesión. 1 2 ¡Oh Dios
sus órdenes, diciendo: «Obrad en todo nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque nos-
todos los profetas. 1 0 Sedecías, hijo de «Si vuelves tú en paz, no ha hablado con temor de Yavé, fielmente y con cora-
Quenana, se había hecho unos cuernos Yavé p o r mí». otros n o tenemos fuerza contra tanta mu-
28
zón perfecto. ,0 En toda causa que venga chedumbre como contra nosotros viene
de hierro, y decía: «Así dice Y a v é : C o n Subió, pues, el rey de Israel, y con a vosotros, de vuestros hermanos que
éstos acornearás a los sirios hasta des- él Josafat, rey de Judá, a R a m o t G a l a d ; y no sabemos qué hacer; nuestros ojos
habitan en las ciudades, trátese de causas se vuelven a ti».
truirlos del todo», n Lo mismo profetiza- 2 9
y dijo el rey de Israel a Josafat: Y o de sangre, de cuestiones de la ley, de los
b a n también todos los profetas, diciendo: m e disfrazaré para entrar en la batalla; 1 3 T o d o Judá estaba en pie delante de
mandamientos, ceremonias y preceptos,
«Sube a R a m o t Galad y triunfarás, por- t ú vístete tus vestiduras». Disfrazóse el Yavé, con sus niños, sus mujeres y sus
instruidlos para que n o pequen contra
que Yavé la entregará en m a n o s del rey». rey de Israel y entró así en la batalla. Yavé y caiga su cólera sobre vosotros y hijos. 1 4 Estaba allí Jajaziel, hijo de Zaca-
12
El mensajero que había ido a buscar 3 0 El rey de Siria había m a n d a d o a los sobre vuestros hermanos, y así no peca- rías, hijo de Benaya, hijo de Jeiel, hijo de
a Miqueas le habló, diciendo: «Mira que jefes de los carros que con él tenía, di- réis. n Amarías, sacerdote, os presidirá Matanías, levita, de los hijos de Asaf, so-
todos los profetas a u n a profetizan bienes ciendo: « N o ataquéis a ninguno, ni chico en toda causa tocante a Yavé, y Zebadías, bre quien vino el espíritu de Yavé en me-
al rey; habla, pues, como ellos y anuncia ni grande, sino sólo al rey de Israel». hijo de Ismael, príncipe de la casa de dio de la asamblea, I 3 y dijo: «Oíd, Judá
bienes». 13 Miqueas respondió: «Vive Ya- 3 1 Y c u a n d o los jefes de los carros vieron Judá, en las causas tocantes al rey; tenéis todo, y vosotros, los moradores de Jeru-
vé que yo anunciaré lo que mi D i o s m e a Josafat, dijeron: «Este es el rey de Is- entre vosotros a los levitas, que serán salén, y tú, Josafat: Así dice Yavé: «No
diga». Llegó, pues, a la presencia del rael», y le cercaron p a r a combatirle. En- vuestros maestros. Esforzaos, pues, y a temáis ni os amedrentéis ante tan gran
rey, u que le preguntó: «Miqueas, ¿iremos tonces clamó Josafat, y Yavé le socorrió la obra, y que Yavé sea con quien bien muchedumbre, porque no es vuestra la
a combatir a R a m o t Galad o he de estar- apartándolos Dios de él. 3 2 Los jefes de lo haga». guerra, sino de Dios. 1< M a ñ a n a bajaréis
m e quieto?» Y él respondió: «Subid, que los carros se percataron de que n o era contra ellos; ellos van a subir p o r la cuesta
lo lograréis y será entregada en vuestras el rey de Israel, y se alejaron de él. 3 3 E n - de Sis, y los hallaréis al extremo del valle,
V i c t o r i a d e J o s a f a t c o n t r a m o a b i t a s frente al desierto de Jeruel. 1 7 N o habrá
m a n o s » . l s Entonces le dijo el rey: «¿Hasta tonces disparó u n h o m b r e su arco al y amonitas
cuántas veces tendré que conjurarte, p o r azar e hirió al rey de Israel p o r entre las p o r qué peleéis en esto vosotros; paraos,
rtn ' D e s p u é s d e e s t o , l o s h i j o s d e estaos quedos y veréis la salvación de Ya-
el n o m b r e de Yavé, que n o me digas sino junturas de la armadura. El rey dijo en- « " M o a b y los hijos de Arrimón y vé con vosotros. ¡Oh Judá y Jerusalén!,
la v e r d a d ? » I 6 Y él le contestó: «He visto a tonces a su auriga: « D a la vuelta y sácame algunos mineos vinieron en guerra contra no temáis ni desmayéis; salid m a ñ a n a con-
todo Israel disperso p o r los montes, como del campo, que estoy herido». 3 4 El com- Josafat. * 2 Dieron noticia a Josafat, di- tra ellos, que Yavé estará con vosotros».
ovejas sin pastor»; y dijo Y a v é : «Es que bate fue encarnizado aquel día y el rey ciendo: «Viene contra ti, desde el otro 18
no tienen señor; que se vuelva cada uno de Israel estuvo en su carro hasta la tarde Echóse entonces Josafat rostro a tie-
lado del mar, de E d o m , u n a gran muche- rra, y todo Judá y todos los moradores
en paz a su casa». frente a los sirios, muriendo a la puesta dumbre, y están ya en Jasasón Tamar, de Jerusalén se postraron ante Yavé, ado-
17
Y el rey de Israel dijo a Josafat: «¿No del sol. que es Engadi». 3 En su temor, se dispuso rándole. 1 9 Los levitas de los hijos de Caat
te decía yo que no m e profetiza bien, sino Josafat a buscar a Yavé, y promulgó un y de los hijos de Coré se levantaron para
mal?» 1 8 Y dijo entonces él: «Oíd, pues, la 1 n ! Josafat, rey de J u d á , se volvió ayuno p a r a todo Judá. 4 Reuniéronse los alabar a Yavé, Dios de Israel, con fuerte
palabra de Y a v é : Y o he visto a Yavé sen- " en paz a su casa, a Jerusalén. * de Judá para clamar a Yavé, y vinieron y alta voz.
2
tado en su trono, y a su derecha y a su Salióle al encuentro Jehú, el vidente, para buscar a Yavé de todas las ciudades 20
izquierda estaba todo el ejército de los hijo de Jananí, que dijo a Josafat: «¿So- Levantáronse p o r la m a ñ a n a y sa-
19
de Judá. 5 Puesto entonces en pie Josafat lieron p o r el desierto de Tecua, y mien-
cielos»; y Yavé dijo: «¿Quién inducirá corres al impío y ayudas a los que a b o - en medio de la asamblea de Judá en tras salían, Josafat, en pie, dijo: «Oídme,
a Ajab, rey de Israel, a que suba p a r a rrecen a Yavé? Por eso Yavé está irritado Jerusalén, en la casa de Yavé, delante del J u d á y habitantes de Jerusalén: Confiad
caer en R a m o t Galad?» Y u n o decía u n a contra ti. 3 Pero hay en ti buenas obras, atrio nuevo, 6 dijo: «Yavé, Dios de nues- en Yavé, vuestro Dios, y seréis seguros;
cosa y otro decía o t r a ; 2 0 p e r o salió u n porque has arrancado de la tierra las tros padres: ¿No eres tú Dios en los cielos c r e e d a sus p r o f e t a s y p r o s p e r a r é i s » .
espíritu, que se puso delante de Yavé y oseras y has puesto tu corazón en buscar y no eres tú quien domina a todos los 2 1 Después, habido consejo con el pueblo,
dijo: Y o le induciré. Y Yavé le p r e g u n t ó : a Yavé». reinos de las gentes? ¿No eres tú quien puso cantores de Yavé p a r a alabar la her-
¿Cómo? Y él le dijo: 21 Saldré y m e haré tiene en su m a n o la fuerza y la potencia, mosura de su santuario delante del ejér-
espíritu de mentira en la boca de todos R e f o r m a s e n la a d m i n i s t r a c i ó n
a que nadie puede resistir? 7 ¡Dios nues- cito:
sus profetas. Y Yavé le dijo: Tú le indu- d e justicia
4
tro! ¿No arrojaste tú delante de tu pueblo, «Alabad a Yavé, p o r q u e es eterna su
cirás; tú saldrás con la tuya; ve y haz así. H a b i t a b a Josafat en Jerusalén; pero Israel, a los moradores de esta tierra, y misericordia».
22
Y ahora h a puesto Yavé el espíritu de salió a recorrer el reino desde Berseba la diste para siempre a la posteridad de 22
mentira en la boca de todos estos tus hasta la m o n t a ñ a de Efraím p a r a traerlos Y en cuanto comenzaron los cantos
Abraham, tu amigo? 8 Ellos la habitan y y alabanzas arrojó Yavé discordias sobre
profetas, pues h a decretado Yavé el mal a todos a Yavé, el D i o s de sus padres. han edificado a tu n o m b r e un santuario, A m m ó n , M o a b y los del m o n t e Seir, que
contra ti». 2 3 Entonces Sedecías, hijo de 5 Puso en la tierra jueces p o r todas las diciendo: 9 Si nos sobreviene alguna cala- habían venido contra Judá, y se m a t a r o n
Quenana, se llegó a Miqueas y le dio ciudades fuertes de Judá, de ciudad en midad, la espada, el castigo, la peste o unos a otros. 2 3 Echáronse los hijos de
u n a bofetada en la mejilla, diciendo: «¿Por ciudad, 3 y les dijo: «Mirad lo que hacéis, el hambre, nos presentaremos en esta A m m ó n y M o a b sobre los moradores del
qué camino se ha ido de mí el espíritu de p o r q u e no juzgáis en lugar de hombres,
•| Q l Estos versículos (1-3) expresan el juicio de los profetas sobre la conducta de Josafat, que O A l Todo este capítulo es propio del cronista, que nos ofrece esta gran victoria de Josafat,
' •? tan malas consecuencias había de traer par;a Judá, no obstante las buenas intenciones del rey ¿•V obtenida no con las armas de sus numerosos soldados (17,10), sino con ios cánticos de los
de cortar de raíz las guerras fratricidas y fortalece:r el poderío del pueblo israelita contra los pueblos levitas en alabanza de Yavé. Dios hizo que los amonitas y moabitas se destruyesen unos a otros,
vecinos. Sobre este profeta, cf. 16,7 y 1 Re 16,1. no dejando a Josafat y a su pueblo otro trabajo que el de recoger el rico botín que los enemigos es
dejaron en el campo (cf. 2 Re 3). Sobre la flota de Asiongaber, cf. 1 Re 22,49.
II PARALIPÓMENOS 20-21 454 455 II PARALIPÓMENOS 21-23
m o n t e Seir, para destruirlos y extermi- Joram, rey de Judá con J o r a m al encuentro de Jehú, hijo de
entrañas se te salgan por la fuerza del
narlos; y cuando hubieron acabado con Nimsi, a quien Yavé había ungido para
o •* i Josafat se durmió con sus padres mal».
los habitantes del m o n t e Seir, unos a otros 16
exterminar a la casa de Ajab: 8 y mien-
M A y fue sepultado en la ciudad de D a - Despertó entonces Yavé contra J o -
se destruían. 2 4 C u a n d o Judá llegó a la al-
tura desde la cual se descubre el desierto vid. Le sucedió Joram, su hijo. * 2 J o r a m , ram el espíritu de los filisteos y de los tras Jehú hacía justicia con la casa de
hijo de Josafat, tuvo por hermanos a Aza- árabes, que habitan cerca de los cusi- Ajab, dio con los jefes de Judá y con
y miraron del lado donde estaba la mu-
d a s , Jejiel, Zacarías, Azarías, Micael y Se- tas, * 17 los cuales subieron contra Judá, los hijos de los hermanos de Ocozías que
chedumbre, no vieron más que cadáveres estaban al servicio de Ocozías, y los ma-
fatías, todos hijos de Josafat, rey de Judá. invadieron la tierra y pillaron toda la ha-
por tierra; ninguno había escapado. 2 5 Jo- 3 t ó ; ' b u s c ó a Ocozías, que fue hallado
Habíales hecho su padre grandes dona- cienda que hallaron en la casa del rey, y
safat y su gente fueron a apoderarse de los en Samaría, donde se había escondido;
ciones de plata, oro y objetos preciosos, se llevaron a sus hijos y a sus mujeres, n o
despojos, hallando entre los cadáveres mu- y le cogieron y llevaron a Jehú, que le
con ciudades fuertes en J u d á ; pero dejó quedándole otro hijo que Joacaz, el me-
chas riquezas y objetos preciosos; cogien-
el reino a J o r a m , por ser el primogénito. n o r de todos. ' 8 Después de esto le hirió dio m u e r t e ; sepultáronle, porque dije-
do tantos, que no pudieron llevárselo todo r o n : «Es hijo de Josafat, que buscó a
4
C u a n d o J o r a m se posesionó del reino y a él Yavé en las entrañas de una enferme-
de una vez, y emplearon tres días en re- Yavé de todo corazón».
se afirmó en él, pasó a cuchillo a todos dad incurable, " que fue creciendo de día
coger el botín; tan considerable fue. 26 Al
sus hermanos y a algunos jefes de Israel. en día, hasta que al fin del a ñ o segundo
cuarto día se reunieron en el valle de Be- Atalia, reina d e J u d á
5
Tenía J o r a m treinta y dos años c u a n d o se le salieron a J o r a m las entrañas p o r la
racá, donde alabaron a Yavé. P o r eso lla- N o quedaba de la casa de Ocozías
comenzó a reinar, y reinó ocho años en violencia del mal. Murió en medio de los
m a r o n a este valle Beracá (bendición), persona en edad de reinar, 10 y Atalia,
Jerusalén. 6 A n d u v o por los caminos de más acerbos dolores, y su pueblo no que-
nombre que lleva todavía hoy. m a d r e de Ocozías, viendo que era muer-
27 los reyes de Israel, como había hecho la m ó perfumes en su honor, como lo había
Los hombres de Judá y de Jerusalén, hecho con sus padres. to su hijo, se alzó y exterminó a toda la
casa de Ajab, pues tuvo por mujer a u n a
con Josafat a la cabeza, partieron gozo- 20
Treinta y dos años tenía cuando co- estirpe real de la casa de J u d á ; * u pero
sos para volverse a Jerusalén, pues Yavé hija de Ajab, e hizo lo malo a los ojos de
Josabat, hija del rey, cogió a Joás, hijo
los había llenado de alegría, librándolos Yavé. 7 Pero n o quiso Yavé destruir la menzó a reinar, y reinó ocho años en Je-
rusalén. Se fue sin ser llorado de nadie y de Ocozías, y le arrebató de en medio
de sus enemigos. 2ít Entraron en Jerusa- casa de David, p o r la alianza que había
le sepultaron en la ciudad de David, pe- de los hijos del rey cuando los mata-
lén, en la casa de Yavé, al son de las cí- hecho con David y la promesa que le
ro no en los sepulcros de los reyes. ban, escondiéndole a él y a su nodriza
taras, los salterios y las trompetas. 2 9 El hizo de darle siempre u n a lámpara a él
en el dormitorio. Así Josabat, hija del
terror de Yavé se apoderó de todos los y a sus hijos. Ocozías, rey de Judá, m u e r e a m a n o s rey Joram, mujer del sacerdote Joyada
reinos de las otras tierras cuando supie- 8 En su tiempo se rebeló E d o m contra de Jehú y hermana de Ocozías, le escondió de
ron que Yavé había combatido contra los el dominio de Judá y se dio un rey. * Alalia, que no pudo matarle. I 2 Seis años
enemigos de Israel. 3<> El reinado de Josa-
9
M a r c h ó J o r a m con sus jefes y todos sus n n 1 Los habitantes de Jerusalén pro-
« — clamaron sucesor de J o r a m a Oco- estuvo escondido con ellos en la casa de
fat fue tranquilo y su Dios le dio la paz carros, y levantándose de noche derrotó Dios, y era en tanto Atalia la que reinaba
de todas partes. a los de Edom, que le tenían cercado a él zías, el menor de sus hijos, porque la tro-
pa que había venido al campo con los en la tierra.
31 y a los jefes de sus carros, lo Sin embargo,
Josafat reinó sobre Judá. Tenía trein-
la rebelión de E d o m contra el dominio de árabes había d a d o muerte a todos los ma-
ta y cinco años cuando comenzó a reinar, P r o c l a m a c i ó n de Joás y m u e r t e
Judá dura hasta hoy. También se rebeló yores que él. Así Ocozías, hijo de Joram,
y reinó veinticinco anos en Jerusalén. Su de Atalia
contra su dominio Libna porque había fue rey de Judá. * 2 Tenía Ocozías veinti-
madre se llamaba Azuba, hija de Silji. t\ o 1 Al séptimo a ñ o revistióse Joyada
32 dejado a Yavé, Dios de sus padres. dós años cuando comenzó a reinar, y rei-
Anduvo por el camino de Asa, su pa- £áO de valor, y se concertó con los
11 nó un a ñ o en Jerusalén. Su madre se lla-
dre, sin apartarse de él, haciendo lo recto J o r a m se hizo altos en los montes de jefes de centenas: Azarías, hijo de Jero-
m a b a Atalia, hija de Omri.
a los ojos de Yavé. 33 Pero los altos no Judá, incitó a los habitantes de Jerusalén 3 j a m ; Ismael, hijo de Jojanán; Azarías,
Anduvo por los caminos de la casa de
desaparecieron y el pueblo no tenía su a la prostitución idolátrica e impelió a hijo de Obed; Masaya, hijo de Adaya, y
Ajab, pues su m a d r e le aconsejaba im-
corazón firmemente apegado al Dios de ella a Judá. * 12 Recibió un escrito del pro- píamente. 4 Hizo lo malo a los ojos de Elisafat, hijo de Zicri. * 2 Recorrieron Ju-
sus padres. feta Elias, que decía: «He aquí lo que di- dá y reunieron a los levitas de todas las
34 Yavé, como la casa de Ajab, que después
El resto de los hechos de Josafat, los ce Yavé, Dios de David, tu padre; Por no de la muerte de su padre le sirvió de con- ciudades de Judá y a los jefes de las
primeros y los postreros, está escrito en haber a n d a d o por los caminos de Josafat, sejero para su perdición. 5 Llevado de sus familias de Israel, que vinieron a Jeru-
la historia de Jehú, hijo de Jananí, que tu padre, ni por los de Asa, rey de Judá, * consejos, fue con Joram, hijo de Ajab, salén, 3 y toda la asamblea hizo alianza
13
fue inserta en el libro de los reyes de Is- antes bien por los de los reyes de Israel; rey de Israel, a la guerra contra Jazael, con el rey en la casa de Dios. Joyada les
rael. 35 Josafat, rey de Judá, se alió con por haber hecho fornicar a Judá y a los rey de Siria, a Ramot Galad, y los sirios dijo: «Ahí tenéis al hijo del rey que rei-
el rey de Israel, Ocozías, que fue un im- moradores de Jerusalén, como fornica la hirieron a Joram. 6 Volvióse éste a Jez- nará, como lo ha dicho Yavé, de los
pío, 36 y se asoció con él para construir casa de Ajab, y por haber dado muerte rael para curar las heridas que los sirios hijos de David. 4 Mirad lo que habéis
naves que fueran a Tarsis, haciéndose las a tus hermanos, a la casa de tu padre, le habían hecho en R a m o t , cuando lu- de hacer: el tercio de vosotros, que el
naves en Asiongaber. 3 7 Entonces Eliecer, que eran mejores que tú, i 4 Yavé castiga- chaba contra Jazael, rey de Siria. Bajó día del sábado entra de servicio, sacer-
hijo de Dodava, de Maresa, profetizó con- rá a tu pueblo con una plaga muy grande, Ocozías a ver a Joram, hijo de Ajab, a dotes y levitas, hará la guardia en los
tra Josafat, diciendo; «Por haberte aso- y a tus hijos, y a tus mujeres, y a tu ha- Jezrael, donde estaba herido; 7 y por vo- atrios; 5 otro tercio estará en el palacio
ciado con Ocozías, Yavé destruirá tu cienda, 15 y a ti con u n a violenta enferme- luntad de Dios, para su ruina, bajó Oco- del rey, y el otro, en la puerta de Jesod.
obra». Las naves se destrozaron y n o dad, con enfermedad de tus entrañas, que zías a ver a J o r a m ; pues llegado allí, salió T o d o el pueblo se reunirá en el atrio de
pudieron ir a Tarsis. a u m e n t a r á de día en día, hasta que las
16
1
Los filisteos y los árabes no vienen unidos, sino cada uno de su parte. Estos árabes, vecinos
Oí Esta introducción a la historia de Joram concuerda en el fondo con la de 2 Re 8,16-19. La de los cusitas, sin duda los de Zerac, vencidos por Asa (14,0 ss.), vienen, según costumbre, de al-
^ * 8 matanza de sus hermanos no desdice nada de las costumbres orientales (cf. 2 Re I I , I ) . gara, y en un golpe-atrevido llegan hasta Jerusalén, llevándose de ella bienes y personas. Nada tiene
La rebelión de Edom se lee con alguna variante en 2 Re 8,20 ss. de extraño que los males del rey se agravasen. Así se cumplía la justicia intimada por el profeta
11 en su carta.
Al piadoso Josafat le sucede un hijo impío, Joram, que destruye todo cuanto su padre
había hecho por reformar religiosamente a Judá. Lo mismo ocurre luego al suceder a Ezequías su 1
La historia, o mejor la muerte, de Ocozías es un resumen de 2 Re 9.
hijo Manases, siendo esto muestra de que las varias reformas religiosas tuvieron más de externas y
políticas que de internas y religiosas. A Joram le envía el profeta Elias una carta reprochándole su 22 10
Esta conducta criminal de Atalia contra la familia real nos mueve a acusarla como la in-
impía conducta y anunciándole severos castigos contra él y su casa. ductora de crimen de Joram, su marido, contra sus hermanos (cf. 2 Re 11,1-3).
12
La carta de Elias denuncia la justicia de Yavé contra Joram por todos los crímenes que ha- 1
Este capítulo corresponde a 2 Re 11,4-12, donde nos cuenta el golpe de Estado organizado
bía cometido. La conocemos sólo por el cronista. 23 por el sumo sacerdote Joyada para instalar al niño Joás en el trono de David.
II PARALIPÓMENOS 23-24 456 457 II l'AHAUPÓMENOS 24-25
la casa de Yavé. 6 Que no entre ni salga genes, y mataron delante del altar a Ma- 10 Todos los jefes y el pueblo todo se de Zacarías, y dio muerte a su hijo. Za-
nadie en la casa de Yavé, fuera de los tan,
18
sacerdote de Baal. * complacieron en ello, y traían y echaban carías dijo al morir: «Vea Yavé y él lo
sacerdotes y levitas que están de servi- Luego ordenó Joyada los oficios en en el arca lo que había de pagarse. n En requiera».
23
cio; éstos podrán entrar porque están la casa de Yavé por mano de los sacerdo- el momento oportuno, cuando los levi- A la vuelta del año subió contra él
consagrados. 7 Todo el pueblo hará la tes y levitas, según la ordenación hecha tas veían que en el arca había mucho el ejército de Siria, que vino a Judá y
guardia de Yavé y los levitas rodearán por David en la casa de Yavé, para ofre- dinero, que había que entregar a los in- Jerusalén. Mataron de entre el pueblo a
al rey por todas partes; cada uno tendrá cer a Yavé holocaustos, como está escri- tendentes del rey, el secretario del rey todos los príncipes de él y llevaron to-
las armas en su mano, y quienquiera que to en la Ley de Moisés, en medio de can- y el comisario del sumo sacerdote ve- 24 dos sus despojos al rey de Damasco. *
entrare en la casa, morirá. Estaréis con tos de júbilo, conforme a la ordenación nían a vaciar el arca, y luego volvían a El ejército de Siria había venido con
el 8rey cuando éste entre y salga». de David. 19 Puso también los porteros ponerla en su sitio, haciendo así todos poca gente; pero Yavé entregó en sus
Los levitas y todo Judá hicieron todo a las puertas de la casa de Yavé para que los días y recogiendo dinero en abun- manos un ejército muy considerable, por-
10 que el sacerdote Joyada había manda- por ninguna entrase ningún inmundo. dancia. que habían abandonado
25
a Yavé, Dios
20
do, y cada uno tomó a los suyos, los que Y tomando luego a los jefes de cente- 12
El rey y Joyada se lo entregaban a de sus padres. Los sirios hicieron jus-
entraban en servicio y los que salían na, a los jefes del pueblo y al pueblo los encargados de hacer las obras en la ticia en Joás, y una vez que se retiraron,
de servicio el sábado, pues el sacerdote todo de la tierra, llevaron al rey de la casa de Yavé para pagar a los canteros dejándole en gran dolor, conspiraron con-
Joyada no exceptuó a ninguna de las casa de Yavé; y llegados al medio de y carpinteros para la reparación de la tra él sus servidores para vengar la san-
divisiones. 9 El sacerdote Joyada entre- la puerta principal de la casa del rey, casa de Yavé, así como a los herreros gre de los hijos de Joyada, sacerdote, y
gó a los jefes de centenas las lanzas y sentaron al rey sobre el trono del reino.
21 y broncistas
13
para reparar la casa de Yavé. le dieron muerte en su lecho. Murió y
fue sepultado en la ciudad de David,
los escudos grandes y pequeños, que pro- Todo el pueblo de la tierra estaba lleno Los oficiales trabajaron e hicieron mas
venían del rey David y se hallaban en de júbilo, y la ciudad se estuvo tranquila. las reparaciones necesarias, restituyendo 2« Losnoque en los sepulcros de los reyes.
conspiraron contra él fueron
la casa de Dios. 10 Hizo que rodeasen al Atalía había sido muerta a espada. a su estado la casa de Dios y consoli- Zabud, hijo de Simat, la amonita, y Jo-
rey, poniendo a todo el pueblo cada uno 14
Joás, rey de J u d á dándola. Cuando se terminaron las zabad, hijo de Simrit, la moabita.
con las armas en la mano, desde el lado obras, llevaron al rey y a Joyada el resto
derecho hasta el lado izquierdo de la *) A. 1 Siete años tenía Joás cuando co- del dinero, y de él se hicieron utensilios
27
Lo que toca a sus hijos, a las gran-
casa, junto al altar y por toda la casa, £ T" menzó a reinar, y reinó cuarenta para la casa de Yavé, los utensilios para des amenazas que hubo de soportar y
11
y adelantando al hijo del rey, pusieron años en Jerusalén. Su madre se llamaba el servicio, copas para los holocaustos y a las reparaciones hechas en la casa de
sobre su cabeza la diadema y el testimo- Sibyá, de Berseba. * otros utensilios de oro y de plata. Du- Dios, escrito está en el midrás del libro
2
nio y le proclamaron rey. Joyada y sus Hizo Joás lo que es recto a los ojos rante toda la vida de Joyada se ofrecie- de los reyes. Le sucedió Amasias, su
hijos le ungieron y gritaron: «¡Viva el de Yavé todo el tiempo de vida del sacer- ron continuamente holocaustos en la casa hijo.
rey!» dote Joyada. 3 Joyada tomó para Joás de Yavé.
12
dos mujeres, y Joás engendró hijos e Amasias, rey de J u d á
Atalía oyó el estrépito del pueblo, 15 Murió Joyada viejo y harto de días;
que corría y aclamaba al rey; vino a hijas. tenía al morir ciento treinta años. 16 Fue 1 Veinticinco años tenía Amasias
donde I 3estaba el pueblo en la casa de
Yavé y miró. Estaba el rey sentado
4
Después de esto vino a Joás el pen-
samiento de reparar la casa de Yavé, *
sepultado en la ciudad de David, con 25 cuando comenzó a reinar, y rei-
5 los reyes, pues había hecho mucho bien nó veinticinco años en Jerusalén. Su ma-
en su estrado, a la entrada, y los jefes y y reuniendo a los sacerdotes y levitas, por Israel, por Dios y por su casa. dre2 se llamaba Jehoadán, úe Jerusalén, *
los trompetas estaban junto al rey, y les dijo: «Salid por todas las ciudades Hizo lo recto a los ojos de Yavé,
todo el pueblo de la tierra daba mues- de Judá y recoged cada año de todo 17
Idolatría y castigos pero no con un corazón perfecto del todo.
tras de gran alegría, y sonaban las trom- Israel dinero para reparar la casa de Después de la muerte de Joyada co- 3 Luego que se afirmó en el trono, dio
petas, y los cantores con los instrumentos vuestro Dios, y poned en esto gran di- menzaron los príncipes a adular al rey, muerte a los siervos que habían asesina-
de música entonaban cánticos de ala- ligencia». Pero los levitas no se dieron y éste los escuchó, I 8 y dejando la casa do a su padre, 4 pero no mató a sus
banza. Atalía rasgó sus vestiduras 14y gri- prisa, 6 y llamando el rey a Joyada, sumo de Yavé, Dios de sus padres, sirvieron hijos, conforme a lo que está escrito en
tó: «¡Conspiración, conspiración!» En- sacerdote, le dijo: «¿Por qué no has cui- a las oseras y a los ídolos; y vino la ira la Ley, en el libro de Moisés, donde
tonces el sacerdote Joyada, llamando a dado de que los levitas trajesen de Judá de Dios sobre Judá y sobre Jerusalén, manda Yavé: «No morirán los padres
los jefes de centena que estaban al fren- y de Jerusalén el tributo impuesto por porque se habían hecho culpables. 19 Ya- por los hijos, ni los hijos por los padres,
te de las tropas, les dijo: «Sacadla de Moisés, siervo de Dios, a toda la con- vé les mandó profetas para reducirlos a sino que cada uno morirá por su pecado».
las filas, y a quienquiera que la siga le gregación de Israel para el tabernáculo sí, pero no escucharon sus advertencias. s Reunió Amasias a Judá y constitu-
matáis». Pues el sacerdote dijo: «No la del testimonio? 7 Pues la impía Atalía y 20
El espíritu de Dios descendió sobre yó, según las casas paternas, jefes de
matéis en la casa de Yavé». 15 Hízosele sus hijos han saqueado la casa de Dios, Zacarías, hijo del sacerdote Joyada, que, millares y de centenas por todas las ciu-
lugar y se encaminó al palacio real por empleando para servir a los Baales todo presentándose ante el pueblo, dijo: «Así dades de Judá y Benjamín. Hizo el censo
la entrada de la puerta de los caballos, lo 8consagrado a la casa de Yavé». habla Dios: ¿Por qué quebrantáis los desde los veinte años arriba, y fueron
y allí la mataron. 16 Joyada hizo alianza Mandó entonces el rey que se hiciera mandamientos de Yavé? No os vendrá hallados trescientos mil aptos para la
entre Yavé, el pueblo 17todo y el rey, de un arca y la pusieran fuera, a la entra- bien por ello, pues si vosotros dejáis a guerra, armados de lanza y escudo. * 6 To-
ser el pueblo de Yavé. Después de esto da de la casa de Yavé; * ' y se pregonó Yavé, Yavé os dejará a vosotros.»* mó de Israel a sueldo cien mil hombres
entró todo el pueblo en el templo de por Judá y Jerusalén que trajesen a Yavé 21
Conjuráronse contra él, y de orden valientes por cien talentos de plata. 7 Vino
Baal y lo derribaron, echando por tierra el tributo que Moisés, siervo de Dios, del rey le 22lapidaron en el atrio de la casa a él un hombre de Dios y le dijo: «¡Oh
sus altares, haciendo pedazos sus imá- había impuesto a Israel en el desierto. * de Yavé. No se acordó el rey Joás del rey! Que no vaya contigo el ejército de
17
bien que le había hecho Joyada, padre Israel, pues no está Yavé con Israel,
El sacerdote Joyada renueva ¡a alianza entre Yavé y el pueblo de ser éste el pueblo de Yavé. 20
Zacarías, hijo de Joyada, es el profeta a quien se refiere Cristo nuestro Señor en Mt 23,35.
O J 4* El comienzo del reinado de Joás, igual que en 2 Re 12,i ss. Según San Jerónimo, en el Evangelio de los nazarenos se leía hijo de Joyada en vez de hijo de Bara-
~^ Joás encarga a los sacerdotes la reparación del templo, que había sufrido mucho en la qulas,
23
como se dice en este lugar. De este suceso nada se nos dice en los Reyes.
época de Atalía, como en i Re 12,4-6 se cuenta. La palabra del profeta se cumplió, y los sirios fueron los instrumentos de ella. En substancia,
8 lo mismo se nos cuenta en 2 Re 12,16-21.
Ambos textos están conformes en declarar el poco celo de los sacerdotes y levitas para pro-
mover las obras del santuario, por lo cual el rey mandó colocar en el templo un arca en que se reco- O C . ' La introducción del reinado de Amasias, como en 2 Re 14,1-6.
gieran
9
las ofrendas de los fieles (cf. 2 Re 12,7-16). **** 5 Esta guerra contra los edomitas (5-16) es la ampliación de la breve noticia contenida en
Puede referirse al rescate impuesto en Ex 30,11-16 y aludido en 38,25. 2 Re 14,7-
II PARAL1PÓMENOS 25-26 458 459 II PARALIPÓMENOS 26-28
8
con todos esos hijos de Efraím. Si vas había resuelto Dios entregarle en sus m a -
poderoso. 9 Alzó en Jerusalén torres en 22
El resto de los hechos de Ozías, los
con ellos, aunque tú hagas en el combate nos p o r haber buscado a los dioses de
la puerta del Ángulo, y en la del Valle, primeros y los postreros, fue escrito por
esfuerzos de valor, Dios te hará caer ante Edom. y en la de la Esquina, y las fortificó.
21
Subió, pues, Joás, rey de Israel, y Isaías, hijo de A m o s , profeta.
el enemigo, porque tiene Dios poder para 10
Construyó torres en el desierto y ex- 23
Ozías se durmió y fue sepultado en
levantar y para derribar». 9 Amasias dijo viéronse las caras él y Amasias, rey de cavó muchas cisternas, porque tenía mu-
Judá, en Betsames, que está en J u d á ; 2 2 y el c a m p o de los sepulcros, no con los
entonces al h o m b r e de D i o s : «¿Qué será, chos ganados en los valles y en el llano, reyes de Israel, por ser leproso. Le suce-
pues, de los cien talentos que he entre- cayó Judá delante de Israel y huyeron y labradores y viñadores en la montaña dió J o t a m , su hijo.
gado a las tropas de Israel?» Y el hom- cada uno a su casa. 2 3 Joás, rey de Is- y en el Carmel, pues era muy aficionado
bre de D i o s le respondió; «Mucho más rael, apresó en Betsames a Amasias, rey a la agricultura, n Tuvo un ejército de J o t a m , r e y d e Judá
que eso puede darte Yavé». 10 Entonces de Judá, hijo de Joás, hijo de Joacaz, y soldados, que iban a la guerra p o r ban-
le llevó a Jerusalén, donde abrió u n a O *1 1 V e i n t i c i n c o a ñ o s t e n í a J o t a m
Amasias apartó la tropa que había ve- das contadas según el censo que de ellas
brecha de cuatrocientos codos desde la " • cuando comenzó a reinar, y reinó
nido de Efraím, para que se volvieran hicieron el secretario Jeiel y el comisario dieciséis años en Jerusalén. Su m a d r e se
a sus casas; ellos se irritaron fuertemente puerta de Efraím hasta la puerta de la Maseya, a las órdenes de Jananías, uno llamaba Jerusa, hija de Sadoc. 2 Hizo lo
contra Judá, y se volvieron a sus casas Esquina. 2 4 T o m ó el oro y la plata y de los jefes del rey. 1 2 El número total de recto a los ojos de Yavé, enteramente
enfurecidos. ¡ 1 Amasias se esforzó, y a la todos los vasos sagrados que había en los jefes de casas paternas, de guerreros como había hecho Ozías, su padre, pero
cabeza de su pueblo vino al valle de la la casa de Dios al cuidado de Obede- valientes, era de dos mil seiscientos, 13 que no entró como él en el templo de Yavé.
Sal y deshizo a diez mil hombres de los d o m y los tesoros del palacio real, y a m a n d a b a n un ejército de trescientos siete Seguía, sin embargo, la corrupción del
hijos de Seir. 1 2 Los hijos de Judá apre- los rehenes, y se volvió a Samaría. mil quinientos soldados, capaces de soste- pueblo.
saron vivos a diez mil, y llevándolos a
25
Amasias, hijo de Joás, rey de Judá, ner al rey contra el e n e m i g o . 1 4 Ozías pro- 3
veyó a t o d o el ejército de escudos, lanzas, Jotam construyó la puerta superior
la cresta de una roca, los despeñaron, y vivió quince años después de la muerte
cascos, corazas, arcos y hondas. 15 Cons- de la casa de Yavé e hizo bastantes
todos se hicieron pedazos. de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel. edificaciones sobre los m u r o s de Ofel.
13 26 truyó en Jerusalén máquinas inventadas
Los de la tropa que Amasias había El resto de los hechos de Amasias, 4
Edificó ciudades en la m o n t a ñ a de Judá
despedido, para que n o fuesen con él a los primeros y los postreros, ¿no está es- p o r un ingeniero, destinadas a las torres y
a los ángulos, p a r a lanzar flechas y gruesas y fortalezas y torres en el bosque. * 3 Hizo
la guerra, se derramaron por las ciuda- crito en el libro de los reyes de J u d á y la guerra contra el rey de los hijos d e
des de Judá desde Samaría hasta Beto- de Israel? 2 7 Después que Amasias se apar- piedras. Su fama se extendió lejos, por-
que supo ayudarse maravillosamente has- A m m ó n y los venció. Los hijos de A m -
rón, y mataron a tres mil personas y to- tó de Yavé, tramaron una conjuración món le entregaron aquel año cien talen-
maron muchos despojos. 1 4 Al regresar contra él en Jerusalén; y como huyera ta llegar a ser fuerte. 16 Mas cuando se
h u b o fortalecido, se ensoberbeció su co- tos de plata, diez mil coros de trigo y
Amasias de la derrota de los edomitas a Laquis, m a n d a r o n tras él a Laquis los diez mil de cebada, y siguieron pagán-
conjurados, y le m a t a r o n allí. 2 8 Trajéron- razón hasta corromperse, y se rebeló con-
trajo también consigo los dioses de los
tra Yavé, su Dios, entrando en el templo dole el segundo y el tercer año. s J o t a m
hijos de Seir, y se los puso por dioses, le en caballos, y le sepultaron con sus llegó a ser poderoso, porque se afirmó
padres en la ciudad de David. de Yavé p a r a quemar incienso en el altar
prosternándose ante ellos y quemándoles de los perfumes. 1 7 El sacerdote Azarías en los caminos de Yavé, su Dios.
perfumes. 15 Encendióse el furor de Yavé entró tras él con ochenta sacerdotes de
7
El resto de los hechos de Jotam, t o -
contra Amasias, y le m a n d ó un profeta, Ozías, rey de Judá
O C ' T o d o el pueblo de Judá t o m ó a Yavé, hombres valerosos, * 1 8 que se opu- das sus guerras, todo cuanto hizo, está
que le dijo: «¿Por qué has buscado los sieron al rey Ozías y le dijeron: «Tú, escrito en el libro de los reyes de Israel
dioses de esas gentes, que no pudieron « » * Ozías, de edad de dieciséis años,
y le puso por rey en lugar de su padre, Ozías, no tienes derecho a ofrecer per- y de Judá. 8 Tenía veinticinco años cuan-
librar a su pueblo de tus m a n o s ? » 1 6 Cuan- fumes a Yavé. Eso pertenece a los sacer- do comenzó a reinar, y reinó dieciséis
Amasias. * 2 Ozías reconstruyó Elat y la
do esto le dijo el profeta, respondió él;
restituyó al dominio de Judá después que dotes, hijos de Arón, que h a n sido con- años en Jerusalén. 9 Se durmió con sus
«¿Y quién te ha hecho a ti consejero del sagrados p a r a ello. Sal del santuario, padres y fue sepultado en la ciudad de
rey? Quítate de ahí. ¿Es que quieres que el rey se durmió con sus padres. 3 Dieci-
p o r q u e estás prevaricando, y no te será David. Le sucedió Ajaz, su hijo.
te haga azotar?» El profeta se retiró, di- séis años tenía Ozías cuando comenzó a
reinar, y reinó cincuenta y dos años en esto de h o n o r ante Yavé, Dios».
ciendo: «Yo sé que D i o s h a decretado Ajaz, rey d e Judá
destruirte por haber hecho eso y no ha- Jerusalén. Su madre se llamaba Jecolía, O Q ' Veinte años tenía Ajaz c u a n d o
de Jerusalén. 4 Hizo lo recto a los ojos 19 Enfurecióse Ozías, que tenía u n in-
ber escuchado mi advertencia». censario en la m a n o ; y en esta su ira con- ^ O comenzó a reinar, y reinó dieci-
17
Amasias, después de haber tenido de Yavé, enteramente como lo había he- séis años en Jerusalén. N o hizo lo recto
cho Amasias, su padre. 5 Se dio a buscar tra los sacerdotes brotó la lepra en su
consejo, m a n d ó a decir a Joás, hijo de frente, en presencia de los sacerdotes, en a los ojos de Yavé, c o m o lo hizo David,
Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel: «Ven, a Yavé durante la vida de Zacarías, que su padre. * 2 M a r c h ó p o r los caminos de
le educó en el temor de D i o s ; y mien- la casa de Yavé, cerca del altar de los
que nos veamos las caras». * l s Entonces perfumes. 2 0 El sumo sacerdote, Azarías, los reyes de Israel, y a u n se hizo imáge-
Joás, rey de Israel, envió a decir a Ama- tras él buscó a Yavé, Dios le protegió. nes fundidas de Baal, 3 y quemó perfu-
6 y todos los sacerdotes pusieron en él
sias, rey de J u d á : «El cardo del Líbano Tuvo guerra contra los filisteos, y de- mes en el valle de los hijos de H i n ó n ,
sus ojos, vieron la lepra sobre su frente
m a n d ó a decir al cedro del L í b a n o : D a rribó las murallas de Gat, las de Jabne y le arrojaron precipitadamente fuera. El y pasó a sus hijos p o r el fuego, según
tu hija por mujer a mi hijo. Pero vinie- y las de Azoto, y reconstruyó ciudades en mismo apresuróse a salir, porque le ha- las abominaciones de las gentes que Yavé
ron las fieras del Líbano, pisaron y h o - el territorio de Azoto y en el de los bía herido Yavé. 2 l El rey Ozías fue le- había arrojado ante los hijos de Israel.
llaron el cardo. 1 9 T ú te dices: He de- filisteos. * 7 Dios le ayudó contra los filis- proso hasta el día de su muerte, y vivió 4
Ofrecía sacrificios y perfumes en los
rrotado a E d o m ; y tu corazón se ha enso- teos, contra los árabes, que habitaban apartado en u n a casa, excluido de la altos, sobre los collados y bajo t o d o
berbecido. Quédate en tu casa. ¿Para qué en G u r Baal, y contra los meunitas. casa de Yavé. J o t a m , su hijo, estaba al árbol frondoso. 5 Yavé, su Dios, le en-
8
has de meterte en una empresa desgracia- Los amonitas traían presentes a frente de la casa del rey y juzgaba al tregó en m a n o s del rey de Siria, y los
da, que será tu ruina y la ruina de Judá? Ozías, y su fama se extendió hasta las pueblo de la tierra. a sirios le derrotaron, haciéndole gran n ú -
20 fronteras de Egipto, pues llegó a ser muy
Pero Amasias no le escuchó, porque
17
Los Reyes is.s-ss. nos cuentan la lepra del rey y cómo vivía en una casa aislada; el cronista
17
Estaluchade Amasias con Joás y el fin de aquél se cuenta de igual modo en 2 Re 14,8-14; 17,20. nos declara que este hecho sucedió por los conatos de Ozías de injerirse en los oficios del sacerdo-
1 cio (17-23,1).
La introducción a la historia de Ozías o Azarías (1,5) corresponde al relato de 2 Re 14,21 s.;
26 15,2-7. La mención de esta ayuda de Yavé contra los árabes y los míneos prueba que eran 0 7 4 La noticia de sus construcciones y de la guerra feliz contra los amonitas no se lee en loa
frecuentes
6
por estos tiempos las algaras que por el sur hacían estos pueblos contra Judá. " " ' Reyes.
Toda esta labor administrativa y militar de Ozías es propia del cronista; la historia de los Re- 1
yes nada nos dice de ella. 28 La introducción (1-4), igual que 2 Re 16,1-4.
II PARALIPÓMENOS 28-29 460 461 II PARALIPÓMENOS 29

mero de prisioneros, que se llevaron a a pedir socorros al rey de Asiría. * i? Los sacerdotes y levitas, que reunió en el atrio mañana, reunió a los jefes 2de la ciudad
Damasco. Fue entregado también en ma- edomitas volvieron otra vez y derrota- oriental, 5 y les dijo: «Oídme, levitas: san- y subió a la casa de Yavé. i Ofrecieron
nos del rey de Israel, que le hizo experi- ron a Judá, llevándose cautivos. 18 Los tifícaos y santificad la casa de Yavé, el siete novillos, siete carneros, siete corde-
mentar una gran derrota. * 6 Pécaj, hijo filisteos invadieron las ciudades del llano Dios de vuestros padres, y echad la im- ros y siete machos cabríos, en sacrificio
de Romelía, mató en un solo día, en y del mediodía de Judá, tomaron a Bet- pureza del santuario 6 Porque han peca- expiatorio por el reino, por el santuario
Judá, a ciento veinte mil hombres, todos sames, Ayalón, Guederot, Soco y las ciu- do nuestros padres y han hecho el mal y por Judá. El rey mandó a los sacerdotes
valientes, porque habían dejado a Yavé, dades de su dependencia, Timna y las a los ojos de Yavé, nuestro Dios; le han hijos de Arón que los ofreciesen en el altar
Dios de sus padres, i Zicri, guerrero de ciudades de su dependencia, y se estable- abandonado, han apartado sus ojos del de Yavé. 2 2 Los sacerdotes inmolaron los
Efraím, mató a Maseva, hijo del rey; a cieron en ellas. 19 Así humillaba Yavé a tabernáculo de Yavé y le han vuelto las novillos, recibieron su sangre y la derra-
Azricam, jefe de la casa del rey, y a El- Judá por causa de Ajaz, rey de Judá, espaldas. 7 Hasta cerraron las puertas del maron en torno del altar; inmolaron los
cana, segundo después del rey. 8 Los hijos que había arrojado la disolución en Judá pórtico, apagaron las lámparas y dejaron carneros y derramaron su sangre en el
de Israel hicieron entre sus hermanos dos- y pecado contra Yavé. 20 Teglatfalasar, de ofrecer a Yavé, Dios de Israel, perfu- altar; inmolaron los corderos y derrama-
cientos mil prisioneros, mujeres, hijos e rey de Asiría, vino contra él y le estrechó mes y holocaustos en el santuario, spor ron su sangre en el altar. 23 Presentaron
hijas, y les hicieron mucho botín, que sin darle respiro. eso la cólera de Yavé pesa sobre Judá luego los machos cabríos expiatorios ante
se llevaron a Samaría. 21 el rey y ante la asamblea, que pusieron
Ajaz despojó la casa de Yavé, la del y sobre Jerusalén, y los ha entregado a la sus manos sobre ellos, 24 y los sacerdotes
9
Había un profeta de Yavé llamado rey y las de los príncipes, para hacer un confusión, a la desolación y a la burla, los inmolaron y derramaron la sangre al
Oded, que fue al encuentro del ejército presente al rey de Asiría, pero no le sirvió como
9
lo estáis viendo con vuestros ojos. pie del altar, en expiación por los pecados
que volvía a Samaría y les dijo: «Yavé, de nada. 2 2 A pesar de verse en gran Ya veis que por eso han caído nuestros de todo Israel, pues por todo Israel había
Dios de vuestros padres, en su cólera aprieto, el rey Ajaz seguía pecando con- padres por la espada, y nuestros hijos y ordenado el rey el holocausto y el sacri-
contra Judá, los ha entregado en vues- tra Yavé; 23 sacrificaba a los dioses de nuestras hijas están en cautividad. 1OY0 ficio expiatorio.
tras manos, y vosotros los habéis mata- Damasco, que le habían herido, dicién- quiero que hagamos alianza con Yavé, 25
do con furor, que ha subido hasta el dose: «Puesto que los dioses de los reyes Dios de Israel, para que sen aparte de nos- Hizo que los levitas se pusieran en la
cielo. 1" Ahora queréis hacer de los hijos de Siria los ayudan, voy a sacrificarles otros su encendida cólera. Ahora, pues, casa de Yavé con címbalos, salterios y ar-
de Judá y de Jerusalén vuestros esclavos para que me socorran a mí». Pero fueron hijos míos, basta de negligencias, pues pas, según la ordenación de David, de
y vuestras esclavas. Pero vosotros, ¿no la ocasión de su ruina y de la de todo Is- habéis sido elegidos por Yavé para mi- Gad, vidente del rey, y de Natán, profeta,
sois culpables contra Yavé, vuestro Dios? rael. 24 Ajaz reunió los utensilios de la
11 nistrar ante él en su servicio, para ser sus porque tal era la orden de Yavé,26transmi-
Oídme, pues, y devolved esos cautivos casa de Dios y los hizo pedazos; cerró servidores y ofrecerle perfumes». tida por medio de sus profetas. Los le-
que habéis hecho entre vuestros herma- las puertas de la casa de Yavé, se hizo vitas ocuparon su sitio con los instrumen-
nos, porque os amenaza la cólera encen- altares en todos los rincones de Jerusa- Reforma religiosa tos de David, y27los sacerdotes el suyo con
dida de Yavé». 12 Algunos de entre los lén 25 y levantó altos en todas las ciuda- 12 Levantáronse los levitas: Macat, hi- las trompetas. Ezequías mandó ofrecer
jefes de Efraím: Azarías, hijo de Joja- des de Judá, para ofrecer allí perfumes jo de Amasaí; Joel, hijo de Azarías, de el holocausto sobre el altar; y en cuanto
nán; Berequías, hijo de Meselimot; Eze- a otros dioses, irritando así a Yavé, Dios los hijos de Caat; y de los de Merarí, Quis, comenzó el holocausto, comenzó también
quías, hijo de Salum, y Amasa, hijo de de sus padres. hijo de Abdí; Azarías, hijo de Jelaleel; y el canto de Yavé al son de las trompetas
Jadlaí, se opusieron a los que venían 26 de los gersonitas, Joaj, hijo de Simma; y con el acompañamiento de los2 instru-
en el ejército 13 y les dijeron: «No en- El resto de sus hechos, todos sus ca- mentos de David, rey de Israel. 8 Pros-
Edén, hijo de Joaj; 13 y de los hijos de
tréis con esos cautivos, porque sería aña- minos, los primeros y los postreros, está Elisafán, Simrí y Jehiel; y de los hijos de ternóse toda la asamblea, se cantó el can-
dir pecados sobre pecados a los que nos- escrito en el libro de los reyes de Judá y to y se tocaron las trompetas, todo hasta
Asaf, Zacarías y Matanías; 1 4 y de los hi-
otros hemos cometido contra Yavé. De- de27Israel. jos de Hernán, Jejiel y Simeí; y de los hijos que el holocausto se terminó. 29 Cuando
masiado culpables somos ya, y la cólera Ajaz se durmió con sus padres, y fue de Jedutún, Semeyas y Uziel. u Reunie- se hubo acabado de ofrecer el holocausto,
encendida de Yavé está sobre Israel». sepultado en la ciudad de Jerusalén, pues
14 ron a sus hermanos, y después de santi- el rey con toda la asamblea30doblaron las
Los soldados abandonaron los cautivos no se le sepultó en los sepulcros de los re- ficarse ellos, vinieron a purificar la casa rodillas y se prosternaron. Después el
y el botín 15ante los jefes y ante toda la yes de Judá. Le sucedió Ezequías, su hijo. de Yavé, según las órdenes del rey y se- rey Ezequías y los jefes dijeron a los levi-
asamblea, y los nombres de que se gún las palabras de Yavé. 1(S Entraron los tas que alabasen a Dios con palabras de
ha hecho mención tomaron los cautivos, Ezequías, rey d e J u d á David y de Asaf, vidente, y ellos lo hicie-
sacerdotes en el interior de la casa de Ya-
empleando el botín en vestir a los desnu- O Q ' Veinticinco afios tenía Ezequías vé para purificarla; sacaron todas las im- ron con gran júbilo, e inclinándose, ado-
dos; les dieron vestidos y calzados, les « * ' cuando comenzó a reinar, y reinó purezas que hallaron en el templo de Ya- raron. 3 i Luego dijo Ezequías: «Vosotros
dieron de comer y de beber, los ungie- veintinueve años en Jerusalén. Su madre 2 vé y las arrojaron al atrio de la casa de habéis llenado seguramente vuestras ma-
ron; y montando en asnos a los que es- se llamaba Abiyá, hija de Zacarías. * Hi- Yavé, donde las recibieron los levitas, pa- nos para Yavé. Llegaos, pues, a ofrecer
taban fatigados, los condujeron a Jericó, zo lo recto a los ojos de Yavé, enteramen- ra llevarlas fuera, al valle del Cedrón. víctimas y sacrificios eucarísticos en la
la ciudad de las palmas, a sus hermanos, te como lo había hecho David, su padre. 17 Comenzaron las purificaciones el día casa de Yavé». Y así toda aquella muche-
3
y 16luego se volvieron a Samaría. En el primer año de su reinado, el primero del primer mes; el octavo día del dumbre ofreció hostias, sacrificios euca-
En aquel tiempo el rey Ajaz mandó mes primero, abrió las puertas de la casa mismo mes entraron en el pórtico del tem- rísticos y holocaustos con gran piedad y
de Yavé y la reparó. * 4 Hizo venir a los plo de Yavé, y emplearon ocho días en liberalidad.
5
purificar el templo de Yavé; el día dieci- 32
La guerra de los dos reyes de Damasco y Samaría contra Judá nos es más conocida por séis del mismo mes acabaron lo que ha- Los holocaustos que ofreció la asam-
2 Re r6,5 s; y por Isaías (7,1 ss ), que en aquella ocasión dio al rey como señal de otra más grave e bían comenzado. 18 Fueron luego al rey blea fueron setenta novillos, cien carne-
inminente invasión, la asiría, el nacimiento de Emmanuel, obligado a vivir sólo de leche y miel. Ezequías y le dijeron: «Hemos purifica- ros y doscientos33 corderos, todo en holo-
Nuestro cronista nos presenta un aspecto distinto de esta invasión extranjera (5-15). causto a Yavé. Consagraron también a
" Lo mismo en 2 Re 16,10 ss. que aquí (16-27), el recurso a Teglatfalasar y las prácticas do toda la casa de Yavé, el altar de los ho-
idolátricas aprendidas en Damasco están ligados a la guerra sirioefraimita; pero el cronista pone Yavé seiscientos bueyes y tres mil ovejas.
locaustos y todos sus utensilios y la mesa
34
más de relieve los sentimientos idolátricos del rey y añade a su relato la invasión de edomitas y fi- de los panes de la proposición, i* Y todos Como los sacerdotes eran pocos y no
listeos (17-19). bastaban para desollar las víctimas des-
sus utensilios, que el rey Ajaz profanó du-
rante su reinado con sus transgresiones,tinadas al holocausto, ayudáronlos sus
O QJ } Ezequías es uno de los reyes que los escritores sagrados alaban más por su piedad. La hermanos los levitas hasta acabar y has-
™ 3 introducción de su historia (1-2), igual que en 2 Re 18,2-3. están ya reparados y purificados y ante
La historia de los Reyes no nos cuenta nada de estas primeras providencias de Ezequías el altar de Yavé». ta que se hubieron purificado los sacerdo-
de purificar el templo y reanudar solemnemente el culto divino en él, todo ello narrado con muchos tes, pues los levitas se mostraban con co-
detalles por nuestro cronista (3-36) y muy relacionado con ras profanaciones de Ajaz. 20
El rey Ezequías se levantó bien de razón dispuesto a purificarse más que los
Tt IMKAI.M'ÓMKNOS 29-30 462
463 II PARALIPÓMENOS 30-32
sacerdotes. 35 Ofreciéronse, pues, muchos Zabulón se humillaron y vinieron a Jeru-
levitas, que la muchedumbre venida de hemos saciado y liemos dejado m u c h o de
holocaustos, muchos sebos de sacrificios salén. 12 También en Judá la m a n o de
Dios se dejó sentir sobre ellos dándoles Israel, que los extranjeros que habían ve- sobra, porque Yavé ha bendecido a su
eucarlsticos, quedando enteramente res- nido de la tierra de Israel o habitaban en pueblo, y he aquí la gran cantidad que
tablecido el culto de la casa de Yavé. corazón p r o n t o y dispuesto a cumplir el
36 Judá. 2 6 Fue grande la solemnidad cele- todavía queda».
Ezequías, lo mismo que todo el pue- mensaje del rey y de los príncipes, confor- brada en Jerusalén, tal cual nunca la hubo 11
m e a la palabra de Yavé. '3 Juntóse mucha Ezequías dio orden de preparar las
blo, dieron muestras de gran júbilo p o r desde los días de Salomón, hijo de David, cámaras de la casa de Yavé, y se prepa-
haber Yavé dispuesto al pueblo al resta- gente en Jerusalén para celebrar la solem-
nidad de los Ácimos en el segundo mes:
rey de Israel. raron. 12 Lleváronse a ellas fielmente las
blecimiento, pues la resolución de hacerlo 27
Levantáronse después los sacerdotes ofrendas, el diezmo y las cosas consagra-
había sido t o m a d a de pronto. una gran muchedumbre. 1 4 Levantáronse
y levitas, y bendijeron al pueblo, y fue das. El levita Cananías tuvo la intendencia
y quitaron los altares que había en Jeru-
S o l e m n e c e l e b r a c i ó n d e la P a s c u a salén, también los altares de los perfumes, y oída su voz, y llegó su oración al santua- de ellas y su hermano Simeí era su se-
O í\ ' M a n d ó el rey Ezequías p o r t o d o los echaron al torrente del Cedrón. 15 Sa- rio de los cielos. gundo. 13 Jejiel, Azazías, Najat, Asael,
« * " Israel y J u d á , y escribió cartas a crificaron la Pascua el día catorce del mes Jerimot, Jozabal, Eliei, Jismaquía, Majat y
Efraím y Manases para que viniesen a la segundo; y los sacerdotes y levitas, que, Benaya estaban empleados bajo la direc-
O r d e n a c i ó n del culto
casa de Yavé a celebrar la Pascua de Ya- llenos de confusión, se santificaron, p o r ción de Cananías y de su hermano Simeí,
vé, Dios de Israel. * 2 Habíase aconsejado fin, ofrecieron holocaustos en la casa de Oí 1
Después de todo esto, los de Is- según las órdenes del rey Ezequías y las
el rey de los príncipes y de toda la asam- Yavé 16 y se dispusieron p o r sus clases, ** *• rael que habían venido fueron por de Azarías, jefe de la casa de Dios. 14 El
blea en Jerusalén para celebrar solemne- según la ordenación y la Ley de Moisés, las ciudades de Judá y destrozaron los levita Coré, hijo de Jimna, portero de la
mente la Pascua en el mes segundo, 3 pues h o m b r e de Dios. Los sacerdotes recibían cipos, abatieron las aseras y derribaron puerta de oriente, tenía la intendencia de
no había podido celebrarla antes la otra de m a n o de los levitas la sangre que h a - del todo los altos y los altares de todo las donaciones voluntarias hechas a D i o s
vez por no haberse santificado muchos bía de derramarse; 1 7 y como muchos del J u d á y Benjamín, y en Efraím y Manases. para distribuir lo que se presentaba a
sacerdotes y no haberse reunido el pue- pueblo no se habían santificado todavía, Luego todos los hijos de Israel se volvie- Yavé p o r elevación y las cosas santísimas.
blo en Jerusalén. 4 Agradó esto al rey y los levitas inmolaron la Pascua p o r los r o n a sus ciudades, cada uno a su pose- ' 5 E n las c i u d a d e s s a c e r d o t a l e s , E d é n ,
a toda la a s a m b l e a , s y determinaron ha- que n o habían tenido el cuidado de san- sión. * 2 Ezequías restableció las clases Minyamín, Jesúa, Semeyas, Amarías y
cer publicar p o r todo Israel, desde Ber- tificarse para Yavé. l a U n a gran parte del de los sacerdotes y de los levitas, según Secamías estaban a sus órdenes para hacer
seba hasta D a n , que viniesen a Jerusalén pueblo de Efraím, de Manases, de Isacar sus divisiones, cada u n o según sus fun- fielmente las distribuciones a sus herma-
a celebrar la Pascua de Yavé, p o r q u e en y de Zabulón, que no se había purificado, ciones, sacerdotes y levitas, para los holo- nos, grandes o pequeños, según lo que
mucho tiempo n o la habían celebrado al comió la Pascua sin ajustarse a lo pres- caustos y los sacrificios eucarísticos, para les correspondía; l* a los varones registra-
m o d o prescrito. 6 Fueron, pues, emisa- crito; pero Ezequías rogó p o r ellos, di- el servicio, para los cantos y alabanzas, dos de tres años arriba, y a todos los que
rios con letras de m a n o del rey y de los ciendo : «Quiera Yavé, que es bueno, per- y las puertas de la casa de Yavé. 3 El diariamente entraban en la casa de Yavé
príncipes por todo Israel y Judá, como el d o n a r a todos aquellos que de t o d o co- rey dio una parte de sus bienes para los para hacer su servicio según sus funciones
rey lo había m a n d a d o , en que se decía: razón buscan 1 9 a Yavé, Dios de sus pa- holocaustos, para los holocaustos de la y según sus divisiones, " y a los sacerdotes
«Hijos de Israel: Volveos a Yavé, Dios dres; no les impute el n o estar suficiente- m a ñ a n a y de la tarde, para los holocaustos registrados según sus casas paternas, y a
de A b r a h a m , de Isaac y de Israel, y El mente purificados». 2 0 Escuchó Yavé a de los sábados, de los novilunios y de las los levitas de veinte años arriba según sus
se volverá a las reliquias que os han que- Ezequías y perdonó al pueblo. 2 1 Así ce- fiestas, como están prescritos en la ley funciones y según sus divisiones; 18 y a
dado de la m a n o de los reyes de Asiría. lebraron los hijos de Israel que se halla- de Yavé. 4 M a n d ó al pueblo y a los habi- los de toda la congregación registrados
7
N o seáis como vuestros padres y como r o n en Jerusalén la solemnidad de los tantes de Jerusalén que dieran su porción con todos sus niños, sus mujeres, sus
vuestros hermanos, que se rebelaron con- Ácimos durante siete días, con gran gozo, a los sacerdotes y a los levitas para que hijos y sus hijas, p o r q u e se consagraban
tra Yavé, Dios de sus padres, p o r lo que cantando todos los días las alabanzas de éstos observasen fielmente la Ley de Yavé. fielmente al servicio del s a n t u a r i o . l 9 Y pa-
los entregó El a la desolación, como es- Yavé, y tocando los levitas y los sacerdo- 5
C u a n d o la cosa se extendió, los hijos ra los hijos de Arón, los sacerdotes, que
táis viendo. 8 N o endurezcáis, pues, aho- tes los instrumentos con t o d a fuerza a de Israel dieron en abundancia las primi- habitaban en los campos, en los subur-
ra vuestra cerviz, como vuestros padres. Yavé. cias del trigo, del mosto, del aceite, de la bios de sus ciudades, había en cada ciudad
D a d vuestras m a n o s a Yavé, y venid a su 22 miel y de todos los productos del campo, hombres nominalmente designados p a r a
Ezequías habló con b o n d a d a los le- distribuirles sus porciones a todos los
santuario, que él ha santificado para siem- y trajeron también en abundancia el diez-
vitas que conocían mejor el culto de Yavé, varones de los sacerdotes y a todos los
pre, y servid a Yavé, vuestro Dios, y la
y éstos comieron las víctimas durante los m o de todo. 6 Igualmente, los hijos de
ira de su furor se apartará de vosotros. Israel y de Judá que habitaban en las levitas registrados.
9 siete días que duró la solemnidad, in- 20
Esto hizo Ezequías en t o d o J u d á ;
Porque si os volvéis a Yavé, vuestros ciudades de Judá dieron el diezmo del
molando hostias pacíficas y alabando a hizo lo bueno y lo recto y lo verdadero
hermanos y vuestros hijos hallarán mise- ganado mayor y menor y el diezmo de
Yavé, Dios de sus padres. 2} También la ante Yavé, su Dios. O b r a b a con t o d a la
ricordia ante los que los tienen cautivos las cosas santas que eran consagradas a
muchedumbre decidió alegremente cele- rectitud de su corazón, 21 y prosperó en
y volverán a esta tierra; pues Yavé, vues- Yavé, su Dios, y de que se hicieron mu-
b r a r la fiesta otros siete días, haciéndolo cuanto emprendió, buscando a su D i o s
tro Dios, es clemente y misericordioso y
con gran regocijo, 2 4 pues había regalado chos montones. 7 Comenzó a hacerse el
no apartará de vosotros su rostro si vos- cúmulo el tercer mes y se acabó el mes para el servicio de la casa de Dios, por la
Ezequías al pueblo mil toros y siete mil ley y los mandamientos.
otros os volvéis a El». séptimo. 8 Ezequías y los jefes vinieron a
ovejas; y también los príncipes, p o r su
10
Fueron, pues, los emisarios de ciu- parte, dieron al pueblo mil bueyes y diez ver los montones y bendijeron a Yavé y
dad en ciudad p o r tierra de Efraím y de mil ovejas. H u b o , pues, gran número de a su pueblo, Israel. 9 Preguntó Ezequías Invasión d e Senaquerib, r e y d e Asiría
Manases, hasta Zabulón, pero las gentes s a c e r d o t e s q u e se h a b í a n s a n t i f i c a d o . a los sacerdotes y a los levitas acerca de
se reían y se burlaban de ellos, H Con 2 5 T o d o el pueblo de Judá estaba rebo- los montones, 10 y el sumo sacerdote Aza- O O 1 Después de estas cosas y de estos
rías, de la casa de Sadoc, le respondió: « * ^ actos de fidelidad, vino Senaque-
todo, muchos de Aser, de Manases y de | sando de alegría, lo mismo sacerdotes y
«Desde que se ha comenzado a traer ofren- rib, rey de Asiría, que invadió Judá y
O A i Es la Pascua la fiesta más alegre de Israel, pues que en ella se conmemora la libertad del das a la casa de Yavé hemos comido, nos puso sitio a las ciudades fuertes p a r a a p o -
** ^ pueblo y su constitución en pueblo de Yavé. Por esto venía bien esta solemnidad para afianzar
más en los corazones del pueblo su conversión a Dios (Ex 12,3 ss.). Y porque a causa de las fiestas O Hj ! Dos cosas se contienen en este capítulo: la primera es la purificación de Israel con la des-
pasadas (20) no habían podido prepararse para celebrar la Pascua a su debido tiempo, el 14 del ^* ' trucción de todos los altares, estatuas, etc., que existían en el reino de Judá y en las tribus del
mes primero, lo dejaron para el segundo mes, según una prescripción de la Ley (Núm 9,6-14). Norte: la otra es la organización del culto en Jerusalén. Para ello mira a asegurar bien la subsis-
Sin hablarnos del cautiverio de Samaría, el cronista lo tiene en cuenta cuando nos dice que el rey tencia de los sacerdotes y levitas mediante la exacción y conveniente distribución del diezmo, al
invitó a los restos del reino del Norte, que habían quedado en su patria, para volverse al Señor. tenor de la Ley (Núm 18).
II PARAUPÓMEN08 32 464
465 II PARALIPÓMENOS 32-33
derarse de ellas. * 2 Ezequías, viendo que altares, diciendo a Judá y a Jerusalén:
había venido Senaquerib y que se propo- Sólo ante este altar adoraréis y quemaréis templo de su dios, hijos suyos, que de que los sepulcros de los reyes, hijos de Da-
nía atacar a Jerusalén, 3 tuvo consejo con perfumes? u ¿No sabéis lo que yo y mis él habían salido, le mataron a espada. vid, y todo Judá y Jerusalén celebraron sus
los príncipes y los más valerosos de los padres hemos hecho con todos los pue- 22 Así libró Yavé a Ezequías y a los mo- funerales. Le sucedió Manases, su hijo. *
oficiales, proponiendo si se cegarían las blos de la tierra? ¿Pudieron acaso los radores de Jerusalén de la mano de Sena-
fuentes de aguas que había fuera de la dioses de esas gentes librar sus tierras de querib, rey de los asirios, y de las manos Manases, rey de Judá
ciudad, y ellos le apoyaron. 4 Una gran mis manos? 14 ¿Qué dios de entre los de todos, y les dio la paz con todos sus 4 n * Doce años tenía Manases cuando
muchedumbre se reunió, y cegaron todas dioses de esas gentes que destruyeron reinos. 23 Muchos de éstos aún trajeron «*t> comenzó a reinar, y reinó cincuen-
las fuentes y el arroyo que corría por en mis padres pudo salvar a su pueblo de a Jerusalén víctimas para ofrecer allí sa- ta y cinco años en Jerusalén. * 2 Hizo el
medio del territorio, diciendo: «¿Por qué mis manos? ¿Cómo, pues, va a poder crificios a Yavé y presentes a Ezequías, mal a los ojos de Yavé, conforme a las
habrán de hallar los reyes de Asiría, cuan- vuestro Dios libraros de mi mano? 15 Que rey de Judá, cuya fama fue luego muy abominaciones de las gentes que Yavé
do vengan, provisión de agua?» no os engañe, pues, Ezequías; cuando tal grande entre todas las naciones. había arrojado ante los hijos de Israel,
5
Ezequías cobró ánimo y reparó tam- cosa quiera persuadiros, no le creáis; que 24 P o r aquel entonces cayó enfermo de 3 y volviéndose reedificó los altos que
bién con gran cuidado todas las murallas I si ningún dios de los de todas esas nacio- muerte Ezequías, y rogó a Yavé, que le había derribado Ezequías, su padre; le-
que habían sido derribadas, alzó en ellas | nes y reinos pudo librar a sus pueblos de escuchó, dándole u n a señal de su cura- vantó altares a los baales, se hizo oseras
ción. * y adoró a toda la milicia de los cielos y
25 Pero no correspondió Ezequías al íes sirvió. 4 Alzó también altares en la
bien que le había sido h e c h o ; antes se casa de Yavé, de la que había dicho Yavé:
ensoberbeció su corazón, y se encendió «En Jerusalén estará mi nombre perpetua-
la ira de Yavé contra él y contra Judá y mente»; 5 pero los alzó en honor de toda
Jerusalén. * 26 p e j r o Ezequías, después de la milicia del cielo, en los dos atrios del
haberse engreído su corazón, se humilló, templo de Yavé. 6 Pasó a sus hijos por
y se humillaron con él los moradores de el fuego en el valle de Ben Hinnón;
Jerusalén, y no vino sobre ellos la ira de observaba los sueños y los augurios, se
Yavé en los días de Ezequías. dio a la magia, teniendo cerca de sí
27 magos y encantadores, e 7hizo mucho mal
Tuvo Ezequías riquezas y gloria so-
bremanera, y reunió tesoros de plata y ante Yavé, irritándole. Puso, además,
oro, de piedras preciosas, de aromas, de una estatua fundida en la casa de Dios,
escudos y de cuantas alhajas son de de- de la que había dicho Yavé hablando a
sear. * 28 Asimismo tuvo depósitos para David y a Salomón, su hijo: «Estableceré
Legados de Ezequías ante Senaquerib en Laquis almacenar las rentas de trigo, vino y acei- para siempre mi nombre en esta casa y en
te, y establos para las bestias, y apriscos Jerusalén, que he elegido entre todas las
torres y una antemuralla; reparó el terra- mis manos y de las manos de mis padres, para sus ganados. tribus de Israel, 8 y no removeré el pie de
29 Israel de la tierra que yo di a vuestros
plén de la ciudad de David e hizo armas ¿cuánto menos podrá vuestro Dios libra- Hízose también ciudades para él, pues
de toda suerte y escudos. 6 Nombró jefes ros de mis manos?» ] s Otras cosas más tenía una gran muchedumbre de rebaños, padres, siempre que ellos guarden y pon-
para mandar el ejército y, reuniendo luego añadieron los emisarios de Senaquerib de ovejas y de toda suerte de ganado ma- gan por obra cuanto yo les he mandado,
a todo el mundo en la plaza de la puerta contra Yavé y contra Ezequías, su siervo. yor, por30haberle dado Dios mucha ha- toda la Ley, mandamientos y preceptos
17
de la ciudad, les habló al corazón, di- Escribió, además, cartas en que blas- cienda. Este mismo Ezequías fue el que9
les he dado por mano de Moisés».
ciendo: 7 «Esforzaos y confortaos; no te- femaba de Yavé, Dios de Israel; y ha- que cubrió los manantiales de las aguas Descarrió Manases a Judá y a los
máis; no os dé miedo el rey de Asiría y blaba contra El, diciendo: «Lo mismo de Guijón de Arriba, y condujo las aguas moradores de Jerusalén para hacer peor
toda esa muchedumbre que trae, porque que los dioses de las gentes de las tierras bajo tierra a occidente de la ciudad de todavía que las gentes que Yavé destruyó
más son los que con nosotros están que los no pudieron librar a sus pueblos de mis David, y salió con cuanto emprendió.
31
ante los hijos de Israel. 10 Habló Yavé a
que están con él. 8 El tiene el brazo de manos, tampoco el Dios de Ezequías li- Dios, sin embargo, para probarle y Manases y a su pueblo, pero ellos no le
carne; pero con nosotros está Yavé, nues- brará al suyo de mis manos». 18 Y ha- para que descubriese lo que tenía en su escucharon;* n por lo que trajo Yavé
tro Dios, para ayudarnos y combatir nues- blaban en voz muy alta, en judío, al corazón, le dejó en lo de los embajado- contra ellos a los jefes del ejército del
tros combates». El pueblo cobró valor con pueblo de Jerusalén que se hallaba en res de los príncipes de Babilonia, que rey de los asirios, que apresaron a Mana-
las palabras de Ezequías, rey de Judá. las murallas, para asustarlos y hacerlos vinieron a él para informarse del prodigio ses, y cargado de grillos y cadenas, le
9
Después de esto, Senaquerib, rey de entrar en19 temor, para apoderarse de la que había acaecido en la tierra. llevaron a Babilonia. 12 Cuando se vio
Asiría, que combatía a Laquis con todo ciudad. Hablaron contra el Dios de 32
El resto de los hechos de Ezequías, en la angustia, oró a Yavé, su Dios,
su poder, mandó emisarios a Jerusalén Jerusalén, lo mismo que contra los dio- de todas sus buenas obras, escrito está humillándose grandemente ante el Dios
para decir a Ezequías, rey de Judá, y a ses de las gentes de la tierra, obra de en las profecías de Isaías, profeta hijo de de sus padres. 13 Gimió y le dirigió instan-
todos los de Judá que estaban en Jeru- manos de hombres. Amos, y en el libro de los reyes de Judá tes súplicas, y fue atendido, pues oyó su
salén: '° «Así dice Senaquerib, rey de Asi- 20 Pero el rey Ezequías y el profeta y de Israel. oración y le volvió a Jerusalén, a su
ría : ¿En quién confiáis vosotros para esta- Isaías, hijo de Amos, opusieron sus ora- 33 Durmióse Ezequías con sus padres, reino. Entonces conoció Manases que Ya-
ros quietos, cercados en Jerusalén? n ¿No ciones a estas blasfemias y clamaron al y fue sepultado en un lugar más eminente vé es Dios. *
os engaña Ezequías para entregaros a la cielo; 21 y Yavé envió un ángel, que mató
muerte, al hambre, a la sed, diciendo: a cuantos fuertes y valerosos había en el 24
La enfermedad se halla más extensamente narrada en 2 Re 20,1-11 y en Is 38.
25
Yavé, nuestro Dios, nos librará de la ejército del rey de los asirios y al jefe que Esta mancha sobre la conducta de Ezequías se refiere, sin duda, a la embajada de Merodac-
mano del rey de Asiría? lz ¿No es Ezequías I los mandaba; y Senaquerib se volvió con Baladán, contada en 2 Re 20,12-19.
27
Las riquezas del rey son en la mente del cronista una prueba de cuan grata era a Dios su vida.
el que ha hecho desaparecer sus altos y sus I afrenta a su tierra, y allí, entrando en el 33
Era natural que las honras fúnebres de Ezequías correspondieran a su gloriosa vida.
* El relato tan entero que nos da la historia de los Reyes (18,13-19,37) nos lo compendia O "y x La triste descripción de las prevaricaciones de Manases (1-9,16) corresponde a la que
32 el cronista en este capítulo (1-23), añadiendo los detalles de la galería subterránea que conduce " " nos da la historia de los Reyes (21,1-9).
10
el agua de Guijón a la piscina de Siloé, poniendo de relieve las providencias de Ezequías por la de- A las amenazas generales de los profetas, que nos da 2 Re 21,10-15, el cronista substituye
fensa del reino y la protección de Dios, pero sin hablar de los saqueos de Senaquerib. una 1noticia concreta, su cautiverio en Babilonia, de que los Reyes no dicen nada.
3
La historia de los Reyes, que desconoce el cautiverio de Manases y su penitencia, ignora
asimismo las obras buenas que el cronista cuenta de él después de su vuelta a Judá.
ii FARAUPOMEÍVOS 33-34 466

M Después de esto reedificó la muralla I David, su padre, y a los doce años co- 467 II PARALIPÓMENOS 34-3S
exterior de la ciudad de David, a occidente menzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de
del Guijón, en el valle, desde la entrada altos, aseras, esculturas e imágenes de secretario: «He encontrado el libro de la de Judá y los habitantes de Jerusalén,
de la puerta del Pescado, continuándola fundición. 4 Derribaron en su presencia Ley en la casa de Yavé»; y se lo entregó los sacerdotes y los levitas y todo el pue-
hasta Ofel y elevándola considerablemen- los altares de los baales e hizo pedazos a Safan. 16 Safan llevó el libro al rey y blo, desde el más grande al más chico, y
te, y puso jefes del ejército en todas las los ídolos que estaban en ellos, abatió las le dio cuenta del hallazgo, diciendo: «Tus leyó delante de todos las palabras del li-
ciudades fuertes de Juila. aseras y desmenuzó las esculturas y fun- siervos han hecho cuanto les has manda- bro de la alianza que había sido encon-
15
Hizo desaparecer los dioses ajenos y diciones, esparciendo el polvo sobre las do, 17 reuniendo el dinero que había en trado en la casa de Yavé. 31 Estaba el rey
quitó de la casa de Yavé el ídolo y todos sepulturas de los que les habían sacrifi- la casa de Yavé y entregándoselo a los sobre su estrado y renovó la alianza ante
los altares que había alzado en el monte cado. 5 Quemó los huesos de los sacerdo- inspectores y a los obreros». 18 Y Safan, Yavé, obligándose a seguir a Yavé y a
de la casa de Yavé y en Jerusalén, y los tes de los ídolos sobre sus altares y lirn" secretario, añadió: «El sacerdote Helcías guardar sus mandamientos, sus preceptos
hizo arrojar todos fuera de la ciudad. pió a Judá y Jerusalén. 6 Igual hizo en me ha dado este libro»; y Safan lo leyó y sus leyes con todo el corazón y toda el
16
Restableció el altar de Yavé, y sobre las ciudades de M a n a s e s , Efraírn y ante el rey. 19 Cuando el rey oyó las alma, poniendo por obra las palabras de
él ofreció víctimas y sacrificios pacíficos y Simeón, hasta Neftalí, ^ y después de ha- palabras del libro de la Ley, rasgó sus la alianza escritas en el libro. 32 Hizo en-
eucarísticos, y mandó a Judá que sirviese ber deribado los altares y las aseras y de vestiduras 20 y dio esta orden a Helcías, trar en el pacto a todos los que se halla-
a Yavé, Dios de Israel. 17 Pero el pueblo haber roto y desmenuzado las esculturas a Ajicam, hijo de Safan; a Abdón, hijo ban en Judá y Benjamín, y los morado-
seguía sacrificando en los altos, aunque y destruido todos los ídolos por la tierra de Miqueas; a Safan, secretario, y a Asa- res de Jerusalén hicieron según la33alianza
sólo a Yavé, Dios de Israel. ya, servidor del rey: 21 «Id y consultad a de Yavé, Dios de sus padres. Josías
de Israel, se volvió a Jerusalén. Yavé, por mí y por el resto que queda en
18
El resto de los hechos de Manases, 8 A los dieciocho años de su reinado, Israel y en Judá, acerca de las palabras de hizo desaparecer todas las abominaciones
su oración a Dios y las palabras de los después de haber limpiado la tierra y e l este libro que se ha encontrado; porque de toda la tierra de los hijos de Israel y
videntes que le hablaron en nombre de templo, mandó a Safan, hijo de Asabas, grande es la cólera de Yavé, que se ha obligó a todos cuantos se hallaban en
Yavé, Dios de Israel, escrito 19está en el y a Maasías, gobernador de la ciudad, y derramado sobre nosotros por no haber Israel a servir a Yavé, su Dios. Durante
libro de los reyes de Israel. También a Joaj, hijo de Joajaz, cronista, que re- guardado nuestros padres la palabra de toda su vida no se apartó de Yavé, Dios
su oración, y cómo fue oído, y todos sus parasen la casa de Yavé, su Dios. * 9 » I _ Yavé y no haber puesto por obra todo de sus padres.
pecados y prevaricaciones, los lugares nieron éstos a Helcías, sumo sacerdote, y lo que en este libro está escrito».
donde edificó altos y puso aseras e ídolos recibido de él el dinero que había sido Solemne celebración de la Pascua
22
antes de humillarse, todo esto20está escrito puesto en la casa de Yavé y el que w s Helcías y los que con él había desig- O C ' Josías celebró la Pascua en honor
en la historia de los videntes. Durmióse levitas y porteros habían recaudado de nado el rey fueron a la profetisa Julda, ** ** de Yavé en Jerusalén, y se inmoló
Manases con sus padres y fue sepultado Manases y Efraím y de todo el resto de mujer de Salum, hijo de Tecua, hijo de la Pascua el día catorce del primer mes. *
en el jardín de su casa. Le sucedió Amón, Israel, así como de todo Judá y Benjamín Jasra, guarda del vestuario, que habitaba 2
Estableció a los sacerdotes en sus fun-
su hijo. * y de los habitantes de Jerusalén, 1 0 1 0 en Jerusalén, en el otro barrio de la ciones y los animó al servicio de la casa
ciudad. Después que ellos le23manifestaron
entregaron a los encargados de las obras lo que tenían que decirle, ella les res- de Yavé. 3 Dijo a los levitas que enseña-
A m ó n , rey de Judá de reparación del templo para restaurarlo ban a Israel y estaban consagrados a

Veintidós años tenía Amón cuando y reparar las ruinas. Estos dieron el dinero pondió : «Así habla Yavé, Dios de Israel:
Decid 2al que a mí os envía: Así habla Yavé: «Colocada el arca santa en la casa
comenzó a reinar, y reinó dos años en a los maestros encargados de las obras de que edificó Salomón, hijo de David, rey
Jerusalén. 22 Hizo el mal a los ojos de la casa de Yavé, n los cuales lo entrega- Yavé: 4 Y o voy a traer sobre este lugar
y sobre sus habitantes todas las maldicio- de Israel, ya no tenéis que trasladarla en
Yavé, como lo había hecho Manases, su ban a los obreros que trabajaban para res- hombros. Servid ahora a Yavé, vuestro
padre, pues sirvió y sacrificó Amón a taurar y reparar la casa, a los carpinteros nes escritas en el libro25que ha sido leído
ante el rey de Judá, porque me han Dios, y a su pueblo, Israel. * Aprestaos
todos los ídolos que había hecho su pa- y canteros, para que comprasen piedra abandonado y han ofrecido perfumes a todos según vuestras casas paternas, se-
dre ; 23 pero nunca se humilló delante de en las canteras y maderas para las te- otros dioses, irritándome con todas las gún vuestras divisiones, conforme a la
Yavé, como se humilló Manases, su pa- chumbres de los edificios que habían des- obras de sus manos; mi cólera se derra- ordenación escrita por David, rey de Is-
dre; antes cometió crímenes mucho más truido los reyes de Judá. 1 2 Estos hombres mará sobre este lugar y no se extinguirá. rael, y de Salomón, su hijo; 5 ocupad
grandes. se portaron con probidad en sus trabajos. 26 Pero decid al rey de Judá, que os ha vuestros puestos en el santuario según
24
Conspiraron contra él 25
sus servidores, Estaban bajo la vigilancia de Jajat y Ab- mandado a consultar a Yavé: Así habla las diversas casas paternas de vuestros
y le mataron en su casa. El pueblo dio días, levitas, de entre los hijos de Merarí, y" Yavé, Dios de Israel,27acerca de las pala- hermanos, los hijos del pueblo, y según
muerte a los que habían matado a Amón, de Zacarías y Mesulam, de entre los 13caati- bras que has oído: Por haberse con- la clasificación de tas casas paternas de
y puso por rey en su lugar a Josías, su tas, todos ellos hábiles músicos, que movido tu corazón y haberte humillado los levitas. 6 Inmolad la Pascua, santifí-
hijo, vigilaban las obras y dirigían a los obreros ante Dios al oir sus palabras contra este caos y preparadla para vuestros herma-
ocupados en los diversos trabajos; había lugar y contra sus habitantes; porque has nos, conformándoos a las palabras de
Josías, rey de J u d á además otros levitas que hacían de se- rasgado tus vestiduras y has llorado ante Yavé pronunciadas por Moisés». 7 Josías
O ^ ' Ocho años tenía Josías cuando cretarios, comisarios y porteros. Yavé, también yo te he oído, dice Yavé, dio a las gentes del pueblo, a cuantos allí
* * " comenzó a reinar, y reinó treinta 28 se hallaban, corderos y cabritos en núme-
y un años en Jerusalén. * 2 Hizo lo recto Hallazgo del libro de la Ley y tú te recogerás a tus padres y bajarás ro de treinta mil, todo para la Pascua, y
a los ojos de Yavé y anduvo por los ca- 14
Cuando se sacaba el dinero llevado en paz al sepulcro, y no verán tus ojos tres mil bueyes, todo de la hacienda del
minos de David, su padre, sin apartarse a la casa de Yavé, Helcías, sacerdote, todas las desventuras que yo he de hacer rey. 8 Sus jefes hicieron voluntariamente
de ellos ni a la derecha ni a la izquierda. encontró el libro de la Ley de Yavé, venir sobre este lugar y sobre sus habi- un presente al pueblo, a los sacerdotes y
3
A los ocho años de su reinado, siendo dado por mano de Moisés. 15 Entonces tantes». a los levitas. Helcías, Zacarías y Jejiel,
aún mozo, comenzó a buscar al Dios de Helcías, tomando la palabra, dijo a Safan, Reforma religiosa principes de la casa de Dios, dieron a los
20
sacerdotes para la Pascua dos mil seis-
La triste historia de Amón concuerda con lo que nos cuenta la historia de los Reyes (21,19-26). Ellos llevaron al rey esta respuesta. cientos corderos y trescientos bueyes.
29 9
1
La introducción a la historia de Josías corresponde a 2 Re 22,1 s. El rey hizo reunir a todos los ancianos Conaya, Semeyas y Natanael, sus her-
34 Esta obra de purificación (3-7) es el resumen de la más amplia narración de 2 Re 23, de Judá y de Jerusalén; 30 y subió luego manos Jasabía, Jeiel y Jozabad, jefes de
4-20,24.27 después del hallazgo del libro de la Ley. a la casa de Yavé con todos los hombres los levitas, dieron a los levitas para la
8
Este importante relato del hallazgo del libro de la Ley (8-33) corresponde, con algunas varian-
tes, a 2 Re 22,8-20. *}R 1 Como Ezequías, así Josias quiso celebrar la Pascua para que arraigase en el corazón de
^ ^ los fieles su adhesión a Yavé. Pero el relato es más amplio y detalla más la participación de
los levitas y sacerdotes (cf. 2 Re 23,21-23).
II PARALIPÓMENOS 35-36 468
469 ESDRAS Y NEHEMÍAS
Pascun cinco mil corderos y quinientos ti y mí, rey de Judá? N o es contra ti con-
bueyes. tra quien voy yo a h o r a ; es contra una 8
El resto de los hechos de Joaquim, medio. 1 7 Trajo contra ellos al rey de los
i" Organizóse el servicio, y los sacerdo- casa con la que estoy en guerra, y Dios las abominaciones que cometió y lo malo caldeos, que pasó a cuchillo a sus mance-
tes y levitas ocuparon sus puestos, según m e ha dicho que m e apresure. N o te que en él se halló, escrito está en el libro bos en la casa de su santuario, sin perdo-
sus divisiones, conforme « la orden del opongas, pues, a Dios, que está conmigo, de los reyes de Israel y de Judá. Le suce- nar a mancebo ni a doncella, a viejo ni
rey. n Inmolaron la Puscua; los sacerdo- n o te destruya». 2 2 Pero Josías n o se reti- dió Joaquín, su hijo. encanecido. A t o d o s los entregó en sus
tes derramaron la sangre que recibían de r ó y se disfrazó para entrar en el combate 9
Dieciocho años tenía Joaquín c u a n d o manos.
18
m a n o de los levitas, y los levitas desolla- sin escuchar las palabras de Necao, que comenzó a reinar, y reinó tres meses y N a b u c o d o n o s o r llevó a Babilonia to-
ron las víctimas. 12 Pusieron aparte los venían de la boca de Dios. Avanzó p a r a diez dias en Jerusalén. Hizo el mal a los dos los utensilios de la casa de Dios,
holocaustos para dárselos a las varias ca- atacarle en el valle de Megiddo. 2 3 Los ojos de Yavé. * 10 A la vuelta del a ñ o man- grandes y pequeños; los tesoros de la
sas paternas de las gentes del pueblo p a r a arqueros tiraron contra el rey Josías, y el dó el rey Nabucodonosor que le llevasen casa de Yavé y los del palacio del rey y
que se los ofreciesen a Yavé, como está rey dijo a sus servidores: «Retiradme, q u e a Babilonia con los vasos preciosos de la los de sus jefes. * ls> Quemaron la casa de
escrito en el libro de Moisés. L o mismo estoy gravemente herido». 2 4 Los servido- casa de Yavé, y puso en su lugar por rey Dios, demolieron las murallas de Jerusa-
hicieron con los b u e y e s . I 3 Asaron la Pas- res le sacaron de aquel carro y le pusie- a Sedecías, su hermano, sobre Judá y Je- lén, dieron al fuego todos sus palacios
cua al fuego, c o m o está ordenado, y co- ron en o t r o y le llevaron a Jerusalén. M u - rusalén. y destruyeron todos los objetos precio-
cieron las cosas santas en calderas, cal- rió y fue sepultado en el sepulcro de sus sos. 2 0 A los que habían escapado a la
deros y sartenes, distribuyéndolas diligen- padres. T o d o J u d á y Jerusalén lloraron Sedecías espada llevólos N a b u c o d o n o s o r cautivos
temente al pueblo. l 4 Luego prepararon a Josías, 2S y Jeremías compuso una la- 11 Veintiún años tenía Sedecías cuando a Babilonia; y allí le estuvieron sujetos
lo que era para ellos y p a r a los sacerdotes, mentación sobre Josías, que cantan t o - comenzó a reinar, y reinó once años en a él y a sus hijos hasta la dominación del
pues los sacerdotes, hijos de Arón, estu- davía hoy los cantores y cantoras en sus
Jerusalén. * 12 Hizo el mal a los ojos de reino de Persia, 2 1 para que se cumpliese
vieron hasta la noche ocupados en ofre- lamentaciones sobre Josías, habiendo ve- la palabra de Yavé pronunciada por boca
cer los holocaustos y sebos; p o r eso los nido a ser esta costumbre c o m o ley en Yavé, su Dios, y no se humilló ante Jere-
de Jeremías, hasta que la tierra h u b o re-
levitas hubieron de preparar para ellos y | Israel. Están escritas entre las lamenta- mías, profeta, que le habló de parte de
posado sus sábados, descansando todo el
para los sacerdotes, hijos de A r ó n . 15 Los ciones. Yavé. 13 Rebelóse asimismo contra N a - tiempo que estuvo devastada hasta que
cantores, hijos de Asaf, estaban en sus bucodonosor, al cual había por Dios ju- se cumplieron los setenta años.
2S
puestos, según las órdenes de David, de El resto de los hechos de Josías, t o - rado fidelidad y endurecido su cerviz, y
Asaf, de Hernán y de Jedutún, vidente del das sus buenas obras, conforme a lo m a n - obstinóse su corazón y no se volvió a
27
Yavé, el Dios de Israel. 1 4 También todos Edicto de Ciro
rey; y los porteros, cada uno en su puer- d a d o en la ley de Y a v é ; sus hechos pri- 22
t a ; no tuvieron que a b a n d o n a r sus oficios, meros y postreros, escrito está en el libro los principes de los sacerdotes y el pueblo El a ñ o primero de Ciro, rey de Per-
porque sus hermanos, los levitas, prepa- de los reyes de Israel y Judá. aumentaron sus prevaricaciones, siguien- sia, para que se cumpliese la palabra de
raron lo que era p a r a ellos. do las abominaciones de las gentes y con- Yavé pronunciada p o r boca de Jeremías,
Joajaz, J o a q u i m y Joaquín, reyes Yavé suscitó el espíritu de Ciro, rey de
taminando la casa de Yavé, que él había
16
Así se organizó aquel día todo el de Judá santificado en Jerusalén. Persia, que hizo publicar de viva voz y
] 15 p o r escrito, por t o d o su reino, este de-
servicio de Yavé, p a r a celebrar la Pascua El pueblo t o m ó a Joajaz, hijo de Yavé, Dios de sus padres, les m a n d ó
y para ofrecer holocaustos en el altar de 36 Josías, y le hicieron rey en lugar sus mensajeros constantemente para a m o - creto : *
23
Yavé, según las órdenes del rey Josías. de su padre, en Jerusalén. * 2 Veintitrés nestarlos, pues quería perdonar a su pue- «Así habla Ciro, rey de Persia: Yavé,
17
Los hijos de Israel que se hallaban años tenía Joajaz cuando comenzó a rei- blo y a su casa. l s Pero ellos hicieron el Dios de los cielos, m e h a d a d o todos
alli celebraron entonces la Pascua y la nar, y reinó tres meses en Jerusalén. * escarnio de los mensajeros de Dios y me- los reinos de la tierra y me ha m a n d a d o
fiesta de los Ácimos durante siete días. 3 edificarle una casa en Jerusalén, en Judá.
El rey de Egipto le depuso en Jeru- nospreciaron sus palabras, burlándose de
18 ¿Quién de entre vosotros es de su pueblo?
Ninguna Pascua semejante a ésta se ha- salén y castigó al pueblo con u n a contri- sus profetas, hasta que subió la ira de
bía celebrado en Israel desde los días de bución de cien talentos de plata y u n D i o s contra su pueblo y ya n o h u b o re- Que suba, y Yavé sea con éb>.
Samuel, profeta, y ningún rey de Israel talento de oro. 4 El rey de Egipto puso 9
había celebrado u n a Pascua semejante a p o r rey sobre Judá a Eliaquim, h e r m a n o Joaquín o Jeconías, que le sucedió, fue llevado cautivo, y de ello tenemos noticia en 2 Re 24,
esta que celebraron Josías, los sacerdotes de Joajaz, mudándole el n o m b r e p o r el 8-17, y por el profeta Jeremías (24,1 ss.), y por Ezequiel (1,1 ss.; 2,15), que fue uno de los cautivos
y los levitas, t o d o Judá e Israel que allí de Joaquim. Necao cogió a su h e r m a n o que 1acompañaron
1
al rey.
se hallaban y los habitantes de Jerusalén. Joajaz y se lo llevó a Egipto. Sedecías, hermano de Joaquín e hijo de Josías, fue puesto en el trono por Nabucodonosor,
19 5
que le exigió juramento de fidelidad. Por eso la rebelión le fue imputada como un perjurio contra
F u e el a ñ o dieciocho del reinado de Veinticinco años tenía Joaquim cuan- Yavé (cf. Ez 17,13 ss.).
18
Josías cuando se celebró esta Pascua. do comenzó a reinar, y reinó once años en 22
El fin de Judá se halla más extenso en 2 Re 25,1 ss. y Jer 52.
Jerusalén. Hizo el mal a los ojos de Yavé, Estos dos últimos versículos se leen también al principio del libro siguiente, en Esdras 1,1-2.
F i n d e Josías su Dios. Este primer año de Ciro es el primero de su reinado en Babilonia (538). El vaticinio de Jeremías
6 es el de los setenta años (cf. 25,11; 29,10).
20 Después de esto, después de haber Nabucodonosor, rey de Babilonia, su-
reparado Josías la casa de Yavé, Necao, bió contra él y le cargó de cadenas de
rey de Egipto, subió p a r a combatir en bronce p a r a conducirle a Babilonia, i Lle-
Carquemis, a orillas del Eufrates. Josías vóse Nabucodonosor a Babilonia los uten-
le salió al paso, * 21 y Necao le m a n d ó silios de la casa de Yavé y los puso en su E S D R A S NEHEMÍAS
emisarios que le dijeran: «¿Qué hay entre palacio de Babilonia.
20
La muerte de Josías, después de su celo por el culto de Yavé, fue un golpe mortal para los Estos dos libros son una continuación de los Paralipómenos, cuya terminación se
fieles de Judá. El relato del cronista, que concuerda en substancia con 2 Re 23,20 s., insiste en el repite al principio del de Esdras. También formaron antes un solo libro, dividido luego
llanto del pueblo por su querido rey,
en dos, Esdras y Nehemlas en el texto hebreo, I y II de Esdras en las versiones. Su
OC 1 Joacaz, inmediato sucesor de Josías, es historiado en 2 Re 23,30-35.
* * " 2 Joaquim, hijo de Josías, como el precedente, fue entronizado por Necao. Cuando en 605 argumento es la restauración material, religiosa y moral de la nación, después de la
Nabucodonosor vino a Palestina, le sometió al imperio caldeo. Sin embargo, Joaquim debió de vuelta del cautiverio, en virtud del decreto de Ciro (538). Empieza por la restaura-
excitar sospechas en Babilonia sobre su fidelidad, y tal vez por esto se vio obligado a acudir a la ción del altar y la cimentación del templo, añadiendo una lista de los que volvieron
Caldea para descargarse. A esta ida debe de aludir el cronista en 36,6 s.,y que concuerda con Daniel 1,
1 ss. El rey volvió a Jerusalén, donde al fin se declaró en abierta rebelión contra Babilonia, muriendo con Zorobabel de Babilonia, en número de 42.360 personas (1,1-4,6). La oposición
cuando los ejércitos caldeos se dirigían contra él (597). de los samaritanos, al ver rechazada su oferta de colaboración, impidió proseguir la
obra durante los reinados de Ciro y de Cambises. Los mismos obstáculos opusieron
ESDRAS 1 470 471 ESDRAS 1-2

5 15
después a la restauración de la ciudad y de sus muros en los reinados dejerjes I (485-65) Levantáronse entonces los jefes de las Hijos de Adín, cuatrocientos cincuen-
v Artajerjes I (465-42). Aprovechando las revueltas del principio del reinado de Da- familias d e J u d á y de Benjamín, los sacer- ta y cuatro.
16
río I (522-485), a instancias de los profetas Ageo y Zacarías, se acaba el templo dotes y levitas, y todos aquellos cuyo es- Hijos de Ater, de Ezequías, noventa
que es dedicado en 5 1 5 (4,24-6,22). píritu despertó Dios, para subir a edificar y ocho.
17
la casa de Yavé, que está en Jerusalén. Hijos de Besaí, trescientos veintitrés.
No puede caber duda sobre la inversión de estas dos secciones del primer libro. 18
Hijos de Jora, ciento doce.
o Todos los q u e habitaban en derredor
Lo que resta de él (7-10) cuenta la venida ajerusalén del anciano Esdras, en compa- 19
Hijos de Jasún, doscientos veintitrés.
suyo les dieron objetos de plata y oro,
ñía de seis mil nuevos repatriados y con autorización de un Artajerjes, ignoramos utensilios, ganados y cosas preciosas, a
20
Hijos de Gibaí, noventa y cinco.
21
cuál, para gobernar al pueblo. Llegado a Jerusalén el año séptimo del rey, halla la más de los dones voluntarios. 7 El rey Hijos de Betlehem, ciento veintitrés.
22
ciudad contaminada por los matrimonios con extranjeras, pero los ánimos tan bien Ciro devolvió los utensilios de la casa de D e las gentes de Neftoa, cincuenta
dispuestos, que, ante las lágrimas del anciano Esdras, todos se ofrecen a despedirlas. Yavé, q u e N a b u c o d o n o s o r había llevado y seis.
23
Sigue luego, con otros documentos, la autobiografía de Nehemías, que llega solo de Jerusalén y puesto en la casa de sus D e las gentes de Anatot, ciento vein-
con poderes de gobernador para restaurar la ciudad en ruinas, el año veinte de un dioses. 8 Ciro, rey de Persia, hizo q u e los tiocho.
24
sacara Mitrídates, tesorero, q u e se los Hijos de Asmavet, cuarenta y dos.
Artajerjes que tampoco sabemos cuál sea. Lleva a cabo su obra con gran energía. 25
Hijos de Quiriat-Jearim, Quefira y
entregó a Sesbasar, príncipe de Judá.
Levanta y dedica los muros y pone en orden la vida religiosa y moral del pueblo con 9
H e aquí la lista de ellos: Beerot, setecientos cuarenta y tres.
ayuda de Esdras, que figura con el título de escriba (1-12). Nehemías, acabados 26
Treinta fuentes de o r o , mil fuentes de Hijos de R a m a y Gueba, seiscientos
sus primeros poderes, retorna al rey; pero vuelve al poco tiempo y encuentra las plata, veintinueve cuchillos, 1 0 treinta ta- veintiuno.
27
cosas ya en desorden, teniendo que desplegar gran energía hasta con los sacerdotes zas de o r o , cuatrocientas diez tazas de D e las gentes de Mijmas, ciento vein-
uno de los cuales, que estaba casado con una hija del príncipe de los samaritanos plata y otros mil vasos de segundo or- tidós.
28
huye a Samaría (13). No obstante el orden de la narración actual, parece muy den. 11 L o s objetos de o r o y plata eran D e las gentes d e Betel y H a i , dos-
probable que la legación de Nehemías precedió a la de Esdras y que el libro de aquél en n ú m e r o d e cinco mil cuatrocientos. cientos veintitrés.
29
Sesbasar lo llevó todo de Babilonia a Hijos de Nebo, cincuenta y dos.
debiera insertarse antes de los capítulos 7-10 de éste. 30
Hijos de Megbis, ciento cincuenta y
Jerusalén a la vuelta de la cautividad
Estos libros están escritos en forma de compilación de diversos documentos. Ig- seis.
noramos el autor. No es improbable la sentencia de muchos que dicen haber sido su L o s israelitas q u e volvieron a J u d á 31
Hijos del otro Elam, mil doscientos
autor el mismo que el de los Paralipómenos. con Zorobabel cincuenta y cuatro.
32
1 Estos son los de la provincia que Hijos de Jarim, trescientos veinte.
2 volvieron del destierro, de los q u e
había llevado cautivos a Babilonia N a -
33
Hijos de Lod, Jadiel y O n o , setecien-
tos veinticinco,
ESDRA S bucodonosor, rey de Babilonia, y tor-
34
Hijos de Jerícó, trescientos cuarenta
n a r o n a Jerusalén y a Judá, cada u n o a su y cinco.
(Vlulg. 1 de Esdras) 35
ciudad. 2 Partieron c o n Zorobabel, J o - Hijos de Senaa, tres mil seiscientos
sué, Nehemías, Seraya, Raelayas, M a r - treinta.
36
doqueo, Bilsán, Mispar, Bigraí, Rejum Sacerdotes:
SUMARIO PRIMERA PARTE: LA VUELTA DE LOS PRIMEROS CAUTI- y Baana. Hijos de Jedaya, de la casa de Jesúa,
N ú m e r o de los hijos del pueblo de novecientos setenta y tres.
vos (1-6): El edicto de Ciro (1). Lista de los repatriados (2). 37
Israel: Hijos de Immer, mil cincuenta y dos.
Restauración del altar (3,1-8). La obra del templo, impedida por los gentiles (? 3 38
Hijos de Pasjur. mil doscientos cua-
Hijos de Paros, dos mil ciento se-
9-4,5). La obra de la ciudad, impedida por Artajerjes (4,6-23). Reedificación del tenta y dos. renta y siete.
templo (6).—SEGUNDA P A R T E : S E G U N D A CARAVANA D E REPATRIADOS Y R E - 4 39
Hijos de Sefatías, trescientos seten- Hijos de Jarim, mil diecisiete.
40
FORMAS D E ESDRAS (7-10) : Lista de los repatriados y su viaje hasta Jerusalén (8). ta y dos. Levitas:
5
Lamentaciones de Esdras sobre el estado de la ciudad (9). Penitencia del pueblo Hijos d e Araj, setecientos setenta y Hijos de Jesúa y de Cadmiel, de l o s
(10,1-17). Lista de los delincuentes (10,18-44). cinco. hijos de Odavías, setenta y cuatro.
6 41
Hijos de Paat M o a b , de los hijos de Cantores:
Josué y d e J o a b , d o s mil ochocientos Hijos de Asaf, ciento veintiocho.
PRIMERA PARTE Ciro, rey d e Persia: Yavé, Dios de los
doce.
42
Porteros:
cielos, m e h a dado todos los reinos de la 7
L A VUELTA D E L O S PRIMEROS CAUTIVOS
tierra, y m e h a m a n d a d o q u e le edifique Hijos de Elam, mil doscientos cin- Hijos de Salum, hijos de Ater, hijos
(1-6) casa en Jerusalén, en Judá. 3 ¿Quién hay cuenta y cuatro. de Taimó, hijos de Acub, hijos de Jeti-
8 ta, hijos de Sobaí, todos ciento treinta
entre vosotros de todo su pueblo? Sea Hijos d e Zatu, novecientos cuarenta
D a Ciro libertad a los judíos para y cinco. y nueve.
Dios con él y suba a Jerusalén, que está 9 43
volver a Jerusalén en Judá, y edifique la casa a Yavé, Dios Hijos de Zacaí, setecientos setenta. Netineos: Hijos de Sija, hijos de Ja-
1
El aflo primero de Ciro, rey de Per-
10
Hijos de Baní, seiscientos cuarenta sufa, hijos de Tabaot, 4 4 hijos de Queros,
I sia, para que se cumpliese la palabra
de Israel; El es el Dios q u e está en Jeru-
salén. 4 y en todo lugar donde habiten y dos.
11
Hijos d e Bebaí, seiscientos veintitrés.
hijos de Sía, hijos de Fadón, 4 5 hijos de
Lebana, hijos de Jagaba, hijos de Acub,
de Yavé p o r boca de Jeremías, profeta, restos del pueblo de Yavé, ayúdenles las 12 46
excitó Yavé el espíritu de Ciro, rey de gentes del lugar con plata, o r o , utensilios Hijos de Azgad, mil doscientos vein- hijos de Jagab, hijos de Sanlaí, hijos
Persia, q u e hizo pregonar de palabra y y ganados, con dones voluntarios para la tidós. de Janón, 4 7 hijos de Guidel, hijos de
por escrito p o r t o d o su reino: * 2 «Así dice casa de Yavé, q u e está en Jerusalén» *
13
Hijos de Adonicam, seiscientos se- Gajar, hijos de Reaya, 4 8 hijos de Resín,
senta y seis. hijos de Necoda, hijos de Gazam, 4 9 hi-
1 14 jos de U z a , hijos de Paseaj, hijos de
Ciro es el libertador anunciado en Is 44,24-45*25. Los persas creyeron ver cierta analogía Hijos de Bigvaí, d o s mil cincuenta
I religiosa entre ellos y los judíos; y a partir de la época persa, Dios es frecuentemente llamado y seis. Besaí, so hijos de Asena, hijos de ivleu-
Dios4 de los cielos, sobre todo en los documentos que aduce la Escritura.
La crónica babilónica de Ciro anuncia así el principio de gobierno en virtud del cual los sus domicilios, y los dioses de Sumer y Accad, que Nabonides, con grande enojo del señor de los
israelitas pudieron volver a su patria y restaurar el templo: «Yo reduje los dioses a los lugares que
habían habitado y los instalé en su morada eterna. Yo reuní a todas las gentes y las restablecí en dioses, había traído a Babilonia, por orden del dios Marduc, yo les hice ocupar en sus santuarios
la morada amada de su corazón».
ESDRAH 2-3 472
473 ESDRAS 3-4
51
nlm. hijos de Nefasim, hijos do Bnchud, R e s t a u r a c i ó n d e l a l t a r y d e l c u l t o
hijos de Jacuta, hijos do Jiujiir. '2 hijos y los levitas, los hijos de Asaf, con cím- rio, escribieron a Artajerjes, rey de Per-
i Llegado el séptimo mes, los hijos
de Baslut, hijos de Mejldn, hijos de Jar-
sa, 5 3 hijos de Barcos, hijos de Sisera,
3 de Israel que estaban ya en sus ciu-
balos para alabar a Dios, según la or-
denación de David, rey de Israel, u y
sia, acerca de Jerusalén esta carta:
9
R e h u m , gobernador; Simsaí, secreta-
dades se reunieron c o m o un solo h o m b r e cantaban alabando y confesando a Y a v é :
hijos de Tamaj, 5 4 hijos do Nesiaj, hijos rio, y el resto de sus colegas, los jueces
en Jerusalén. 2 Josué, hijo de Josadac, «Porque es bueno, porque es eterna su y oficiales persas y los hombres de Erec,
de Jatifa.
55 con sus hermanos, los sacerdotes, y Z o - misericordia para Israel». de Babilonia, de Susa, de Deha, de Elam
Hijos de los siervos de Salomón: hi-
robabel, hijo de Saaltiel, con sus h e r m a ' T o d o el pueblo lanzaba gritos jubilo- lo y de otros pueblos que el grande y
jos de Sotaí, hijos de Soferet, hijos de
nos, se levantaron p a r a edificar el altaí sos, alabando a Yavé, porque se ponían glorioso Asnapar trasladó y estableció en
Peruda, 5 6 hijos de .íaala, hijos de Darcón,
del Dios de Israel y ofrecer sobre él el los cimientos de la casa de Yavé. 12 M u - la ciudad de Samaría y otros lugares del
hijos de Gudel, 5 7 lujos de Sefatías, hijos
holocausto, c o m o está prescrito en la Ley chos de los sacerdotes y levitas y de los lado de acá del río, etc. *
de Jatil, hijos de Poqueret Asebaim, hi-
de Moisés, h o m b r e de Dios, i Asenta- jefes de familias, ya ancianos, que ha- 11
H e aquí la copia de la carta que
jos de Amí.
58 ron el altar sobre sus cimientos, aunque bían conocido la casa primera, lloraban m a n d a r o n al rey Artajerjes:
Todos los netineos e hijos de los
había que temer de los pueblos vecinos, en voz alta al ver poner los cimientos «Tus siervos, las gentes del lado de
siervos de Salomón, trescientos noventa
y ofrecieron en él holocaustos a Yavé, de esta obra, mientras que los demás acá del río, etc.
y dos.
59
Estos son los que subieron de Tel
el holocausto de la m a ñ a n a y el de la gritaban jubilosos, X3 n o pudiendo distin- 12 »Sepa el rey que los judíos que de
tarde. 4 Celebraron la fiesta de los Taber- guirse en el pueblo entre el clamor de ahí salieron y h a n llegado entre nosotros
Mela, Tel Harsa, Querub, A d d á n e Im-
náculos, como está escrito; ofrecieron día los gritos de alegría y el de los llantos, a Jerusalén están reedificando la ciudad
mer, sin poder dar razón de su casa p o r q u e clamaba el pueblo con júbilo y
por día holocaustos, según el n ú m e r o rebelde y mala, alzan sus murallas y res-
paterna y de su estirpe para probar que
prescrito p a r a cada día. 5 Después siguie- el ruido se oía hasta lejos. t a u r a r o n los cimientos. 1 3 Q u e sepa, pues,
eran de Israel, w Hijos de Delaya, hijos
r o n ofreciendo el holocausto perpetuo, el rey que, si esta ciudad es reedifica-
de Tobías, hijos de Necoda, seiscientos
los holocaustos de los novilunios y los I n t e r r u p c i ó n d e la o b r a d e l t e m p l o da y reconstruidas sus murallas, no pa-
cincuenta y dos.
61 de todas las solemnidades consagradas a garán tributo, ni impuestos, ni dere-
Y de los hijos de los sacerdotes, hi- 1 C u a n d o los enemigos de J u d á y
jos de Abaya, hijos de Cos, hijos de Bar-
zilai, que t o m ó p o r mujer a una de las
Yavé y los de todos aquellos que hacían
ofrendas voluntarias a Yavé. 6 Comenza- 4 Benjamín supieron que los vueltos
cho de peaje, y que de ellos se ha de
resentir el real tesoro. 1 4 Ahora, pues, co-
r o n a ofrecer holocaustos desde el día de la cautividad estaban reedificando el m o nosotros comemos la sal del palacio
hijas de Barzilai, galadita, y fue llamado templo de Yavé, Dios de Israel, 2 lle-
primero del mes séptimo. Todavia, sin y no creemos conveniente que el rey sea
con el n o m b r e de ellos; 6 2 éstos busca- gáronse a Zorobabel y a los jefes de fa-
embargo, no se habían puesto los cimien- menospreciado, m a n d a m o s al rey esta
ron sus registros genealógicos, pero no milias y les dijeron: «Queremos coope- información; 15 que se investiguen los li-
tos de la casa de Yavé.
los hallaron, y fueron excluidos del sacer- rar con vosotros en la reconstrucción, bros de las historias de tus padres, y en
docio, 63 y el gobernador les prohibió C o m i e n z a la o b r a d e l t e m p l o p o r q u e también nosotros buscamos a ellos verás que esta ciudad es u n a ciudad
comer las cosas santas mientras un sacer- 7 vuestro D i o s y a El sacrificamos desde rebelde, funesta para los reyes y sus pro-
dote no consultase los urim y tummim. Dieron dinero a los canteros y a los
64 los días de Asaradón, rey de Asiría, que vincias, y que ya de antiguo se movie-
La congregación toda entera era de carpinteros, y comida, bebida y aceite a aquí nos trajo». 3 Dijéronles Zorobabel, r o n en ella revueltas, habiendo sido p o r
cuarenta y dos mil trescientas sesenta los sidonios y a los tirios, para que tra- Josué y los demás jefes de familia de esto destruida. 16 Hacemos saber al rey
personas, 6S sin contar los siervos y sier- jesen maderas de cedro del Líbano, según Israel: « N o conviene que juntos edifique- que, si esta ciudad se reedifica y se le-
vas, en número de siete mil trescientos había dispuesto en cuanto a esto Ciro, rey m o s la casa de nuestro D i o s ; hemos de vantan sus murallas, perderás con esto
treinta y siete. Entre ellos había trescien- de Persia. * ser nosotros solos quienes la edifiquemos mismo tus posesiones del lado de acá
tos cantores y cantoras. « Tenían sete- 8 El a ñ o segundo después de la llega- del río».
a Yavé, Dios de Israel, pues así lo h a
cientos treinta y seis caballos, doscientos da a la casa de Yavé, a Jerusalén, el se- m a n d a d o el rey Ciro, rey de Persia».
7
cuarenta y cinco mulos, * cuatrocientos gundo mes, Zorobabel, hijo de Saaltiel; 4 1 7 Respuesta que m a n d ó el rey: A R e -
Entonces las gentes de aquella tierra h u m , gobernador; a Simsaí, secretario, y
treinta y cinco camellos y seis mil sete- Josué, hijo de Josadac, con el resto de intimidaron al pueblo de Judá, querien-
cientos veinte asnos. * sus hermanos los sacerdotes y los levi- al resto de sus colegas que habitaban en
do impedir la construcción; 5 y ganán- Samaría y otros lugares del lado acá del
68 M u c h o s de los jefes de familias, al tas, y todos los otros que habían venido dose con dinero algunos consejeros de
llegar a la casa de Yavé, en Jerusalén, de la cautividad, se pusieron a la obra río:
la corte, procuraron hacer fracasar su «Salud.
hicieron ofrendas voluntarias p a r a la casa y encargaron a los levitas de veinte años propósito durante todo el reinado de Ciro, 18
de Yavé, p a r a reedificarla en el lugar en arriba la vigilancia de los trabajos de la »La carta que nos habéis enviado
9 rey de Persia, hasta el reinado de D a r í o , h a sido exactamente leída en mi presen-
que había estado. * e 9 Dieron p a r a el te- casa de Yavé. Josué, con sus hijos y rey de Persia.
soro de la obra, según sus medios, se- sus h e r m a n o s ; Cadmiel.con sus hijos, los cia. 1 9 D i orden de que se hicieran in-
senta y u n mil dáricos de oro, y cinco hijos de H o d a b í a s ; los hijos de Jenadad vestigaciones, y h a sido hallado que ya
I n t e r r u p c i ó n d e las o b r a s d e la c i u d a d de antiguo esa ciudad se rebeló contra
mil minas de plata, y cien túnicas sacerdo- con sus hijos y sus hermanos, los levitas'
tales. '<• Los sacerdotes y levitas y parte se dispusieron todos a u n a a vigilar a los 6 E n el reinado de Asuero, al comien- los reyes y que se dio a la sedición y a
zo de él, escribieron u n a acusación con- la revuelta. 2 0 H u b o en Jerusalén reyes
del pueblo se instalaron en Jerusalén; los que trabajaban en la casa de Dios.
10
C u a n d o los obreros pusieron los ci- tra los moradores de J u d á y de Jerusa- poderosos, dueños de toda la tierra del
cantores, los porteros y los netineos se es-
tablecieron en sus ciudades. El resto de mientos de la casa de Yavé, asistieron l é n ; * 7 y en tiempos de Artajerjes, Bir- lado de allá del río, a los que se pagaba
los sacerdotes revestidos, con trompetas la, Mitrídates, Tabeel y el resto de sus tributo, impuesto y derecho de peaje.
Israel habitó en sus ciudades. 21 P o r consiguiente, m a n d o que cesen los
colegas escribieron a Artajerjes, rey de
67
Por la cifra de las bestias de carga, caballos, mulos, camellos y asnos, podemos formarnos Persia. La carta fue traducida al arameo trabajos de esas gentes, para que esa ciu-
idea de la condición de las personas que formaban aquella caravana de todo un pueblo que camina y transcrita con caracteres árameos. 8 R e - dad no sea reconstruida sin u n a autori-
hacia su patria, sostenido por la fe en los destinos mesiánicos, que su Dios le había prefijado. h u m , el gobernador, y Simsaí, secreta- zación mía. 22 N o dejéis de poner en esto
«8 La principal preocupación de todos es el santuario, y los personajes más importantes son
los sacerdotes, los levitas y los cantores. Este documento, con algunas variantes, lo tenemos en 6 Los w.6-23 no se refieren al templo, sino a la ciudad, a cuya restauración se opusieron los
Neh 7. 4 mismos de antes y con más empeño. Esta oposición duró, como dice el texto, los reinados de Jer-
1 Restaurados el altar y los sacrificios, se dedican los judíos a la reedificación del templo, q u e jes I (486-465) y de Artajerjes I (465-424), y debió de ser el año 20 de este Artajerjes, que seria el 465,
3 tienen que interrumpir por la enemiga de los samaritanos. Lo terminan empujados por el'pro cuando Nehemías logró el permiso de ir a Jerusalén. Los acusadores ponderan, de una parte, la
potencia antigua de Jerusalén, y de otra la fidelidad de ellos al rey, la cual los obliga a mirar por
feta Ageo; pero bien se ve por éste lo lejos que el nuevo templo estaba de la magnificencia del de
Salomón. los intereses del imperio.
10
Según el v.2, debe leerse Asaradón en vez de Asnapar.
ESDBAS 4-6 474 ESDBAS 6-7
475
gran diligencia, no sea que el mal au- telos a conocer, y hemos puesto por es- D e d i c a c i ó n del t e m p l o y celebración
a Babilonia, serán devueltos y llevados al
mente, con perjuicio de los reyes». crito los nombres de los que están al
23 templo de Jerusalén, al lugar donde es- d e la P a s c u a
En cuanto la copia de esta carta del frente suyo. •' H e aquí la respuesta que taban, y depositados en la casa de Dios. 16
rey Artajerjes fue leida ante R e h u m , go- nos dieron: «Nosotros somos servidores Los hijos de Israel, los sacerdotes y
6 «Por tanto, Tatnaí, gobernador del
bernador; Simsaí, secretario, y sus cole- del Dios de los cielos y la tierra y esta- levitas y los demás que habían venido
otro lado del r í o ; Setar-Boznaí y vues-
gas, fueron éstos apresuradamente a Je- mos reconstruyendo la casa que fue cons- de la cautividad hicieron con gozo la
truida muchos años ha. U n gran rey de tros colegas de Afarsac, que habitáis al
rusalén a los judíos e hicieron cesar los
lado de allá del río, alejaos de ahí 7 y dedicación de esta casa de Dios, ' 7 ofre-
trabajos p o r la fuerza. Israel la edificó y la terminó, l 2 Pero lue- ciendo en la dedicación de esta casa de
go que nuestros padres irritaron al Dios dejad que prosigan los trabajos de esa
casa de Dios y que el gobernador de los Dios cien novillos, doscientos carneros
S e r e a n u d a la r e c o n s t r u c c i ó n d e l de los cielos, él los entregó en manos de
judíos y los ancianos de los judíos la y cuatrocientos corderos; y como vícti-
templo Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cal- m a s expiatorias por todo Israel, doce m a -
reconstruyan en su lugar. 8 Esta es la
24
Entonces se pararon las obras de la deo, que destruyó esta casa13 y llevó cau- orden que os doy acerca de lo que ha- chos cabríos, según el número de las
casa de Yavé en Jerusalén, quedando tivo al pueblo a Babilonia. Pero el a ñ o
béis de hacer, respecto de esos ancianos de tribus de Israel, i 8 Establecieron a los
interrumpidas hasta el a ñ o segundo del primero del reinado de Ciro, rey de Ba- los judíos, para la reconstrucción de esa sacerdotes según sus clases y a los levi-
reinado de D a r í o , rey de Persia. * bilonia, el rey Ciro dio la orden de reedi-
casa de Dios. 9 El costo tomado de la tas según sus divisiones para el servicio
ficar esta casa de Dios, I 4 y el mismo rey
Ciro sacó del templo de Babilonia los hacienda del rey, proveniente de los tri- de Dios en Jerusalén, como está escrito
5 < Ageo, profeta, y Zacarías, hijo de
Ido, profeta, hablaron en nombre de utensilios de o r o y plata que N a b u c o d o -
butos de la parte de allá del río, será
íntegramente pagado a esos hombres, para
en el libro de Moisés.
19
Los hijos de la cautividad celebra-
Dios a los judíos que había en Judá y nosor habia tomado del templo de Je- ron la Pascua el día catorce del mes pri-
rusalén, llevándolos al templo de Babi- que no haya interrupciones. * 1° Lo nece-
en Jerusalén; * 2 y entonces Zorobabel, mero. * 2 0 Los sacerdotes y los levitas se
lonia, e hizo que fueran entregados al sario para los holocaustos al Dios de los
hijo de Saaltiel, y Josué, hijo de Josa- llamado Sesbasar, que n o m b r ó goberna- purificaron todos a u n a y todos estaban
cielos: novillos, carneros, corderos, trigo,
dac, se levantaron y comenzaron a edi- dor, 15 diciéndole: T o m a estos utensilios puros, e inmolaron los levitas para todos
sal, vino y aceite, será entregado, a peti-
ficar la casa de Dios en Jerusalén. Con y ve a llevarlos al templo de Jerusalén los hijos de la cautividad, p a r a sus her-
ción suya, a los sacerdotes de Jerusalén,
ellos estaban los profetas de Dios, que y que la casa de Dios sea reconstruida en manos los sacerdotes y para sí mismos.
día por día y sin falta, para que ofrez- I
los asistían. 3 Vinieron entonces a ellos su mismo lugar. >6 Este mismo Sesbasar 21
Los hijos de Israel que habían vuelto
can sacrificios de grato olor al Dios de
Tatnaí, gobernador del lado de acá del vino y puso los cimientos de la casa de de la transmigración comieron la Pascua
los cielos y rueguen por la vida del rey
río; Setar-Boznaí y sus colegas, y les di- Dios en Jerusalén; desde entonces está con todos aquellos que se habían apar-
y la de sus hijos. " Y ésta es la orden
jeron: «¿Quién os ha dado autorización reconstruyéndose y no se ha terminado. tado de las inmundicias de las gentes
17 que doy acerca de cualquiera que tras-
para levantar esta casa y levantar estos »Aliora, pues, si al rey le parece de aquella tierra y se habían unido a ellos
pasare este m a n d a t o : Se arrancará de su
muros?»; y preguntaron: «¿Cuáles son conveniente, que se hagan investigaciones para buscar a Yavé, el Dios de Israel.
casa u n a viga, que se alzará para colgar- 22
los nombres de los que construyen este en la casa del tesorero del rey de Babilo- Celebraron con alegría la fiesta de los
le en ella, y su casa será convertida en
edificio?» * 4 Entonces les respondieron, nia para ver si h u b o una orden del rey panes ácimos durante siete días, pues los
un m o n t ó n de escombros. 1 2 Que el Dios
dándoles los nombres de los que hacían Ciro para la reconstrucción de esta casa había regocijado Yavé, disponiendo al
que hace residir su nombre en ese lugar
la reconstrucción. 5 Pero los ojos de Dios de Dios en Jerusalén, y que el rey nos rey de Persia a apoyarlos en la obra de
derribe a t o d o rey y todo pueblo que
estaban sobre los ancianos de los judíos, t r a n s m i t a l u e g o su v o l u n t a d en este la casa de Yavé, D i o s de Israel.
tienda su m a n o para traspasar mi man-
y se permitió que continuasen las obras asunto».
dato, destruyendo esa casa de Dios en
mientras se consultaba al rey Darío, hasta
Jerusalén. Yo, D a r í o ; yo he dado esta S E G U N D A P A R T E
que se recibiese de él carta acerca de
Edicto de Darío orden. Que sea puntualmente cumplida».
esto.
6 1 1 3 Tatnaí, gobernador de la parte de S E G U N D A CARAVANA DE REPATRIADOS Y
H e aquí copia de la carta que al rey Entonces el rey Darío dio orden
Darío mandaron Tatnaí, gobernador del 6 de hacer investigaciones en la casa
acá del r í o ; Setar-Boznaí y sus colegas
se conformaron puntualmente a esta or- REFORMAS DE EsDRAS
lado de acá del río; Setar-Boznaí y sus de los archivos, donde se depositaban los den que les m a n d ó el rey D a r í o ; 1 4 y los (7-10)
colegas los persas, que habitaban del lado tesoros; 2 y se halló en Ecbatana, capital ancianos de los judíos prosiguieron con
de acá del río. 7 Le enviaron una relación de la provincia de Media, un rollo en buen suceso la reconstrucción, según las
Llegada de Esdras a Jerusalén
en estos términos: que estaba escrito lo que sigue: 1
Después de esto, en el reinado de
«Al rey Darío, salud.
8
3
«El a ñ o primero del rey Ciro ha dado
«Comunicamos al rey que hemos ido el rey Ciro esta orden respecto de la
profecías de Ageo, profeta, y de Zaca-
rías, hijo de I d o ; y terminaron la recons- 7 Artajerjes, rey de Persia, vino Esdras,
trucción, según la orden del Dios de Is- hijos de Serayas, hijo de Azarías, hijo de
a la provincia de Judá, a la casa del casa de Dios en Jerusalén: Que la casa rael y las de Ciro y Darío. * 15 La casa Helcías, * 2 hijo de Salum, hijo de Sadoc,
Dios grande. Está construyéndose en pie- sea reconstruida para ser un lugar en fue terminada el día tercero del mes de hijo de Ajitub, 3 hijo de Amarías, hijo
dras talladas, y se colocan las maderas que se ofrezcan sacrificios, y que tenga A d a r del año sexto del reinado de Darío. de Azarías, hijo de Merayot, 4 hijo de
en los muros, y el trabajo se hace rápi- sólidos fundamentos. Tendrá sesenta co- Zarajías, hijo de Uzi, hijo de Buqui, 5 hijo
damente y adelanta en sus manos. 9 He- dos de alto, sesenta de ancho * 4 y tres de Abisúa, hijo de Fines, hijo de Eleazar,
mos preguntado a los ancianos y les he- hiladas de piedra tallada y una de ma- hijo de Arón, sumo sacerdote. * Venía de
mos hablado así: «¿Quién os ha d a d o dera nueva, siendo a b o n a d o el importe
autorización para edificar esta casa y le- por la casa del rey. 5 Además, los utensi- 9
No sólo se confirma la orden de Ciro, sino que el rey toma a su cargo los gastos del culto.
vantar estos muros?» I 0 Les hemos pre- lios de oro y plata que Nabucodonosor No por esto ha de creerse que Darío se hiciera judío; pero, siendo politeísta, creía en los dioses de
guntado también los nombres para dar- I sacó del templo de Jerusalén, trayéndolos todos los pueblos y juzgaba de buena política tenerlos contentos a ellos y a sus dioses. Lo mismo
hacían los reyes de Siria (cf. 1 Mac 10,39 ss.; 2 Mac 3,3; 0,16), y es el sentido del decreto de Ciro,
24
En este lugar se vuelve a reanudar el hilo de la historia interrumpida en el v.6. según la crónica babilónica, cuyo texto hemos copiado en la nota al e l v.4.
1 4 El nombre de Artajerjes es, sin duda, añadido por algún copista, pues él nada tuvo que ver
C 3] Los textos de los profetas confirman la verdad del historiador sagrado. con el templo, que fue terminado al finalizar el año sexto de Darlo (515).
^ Se advierte bien que los gobernadores de la provincia del lado acá del Eufrates velaban mu- 19
Después de la dedicación, la Pascua, como en 2 Par 30 y 35.
cho sobre la conducta de los pueblos. Pero en este caso, sin duda, fueron estimulados por los sama-
ritanos. A pesar de esto, la conducta de los gobernadores fue prudente y benévola. "7 ! Uno de los puntos más discutidos de la cronología de este libro es el de precisar cuál de los
• tres Artajerjes fue el que dio este decreto tan generoso a favor de Esdras. El año séptimo de
O 3
Esta carta nos instruye acerca del modo de conservar los registros del gobierno persa. Artajerjes I sería el 47g; el de Artajerjes H, el 397, y el de Artajerjes III, el 352. En todo caso, entre
la dedicación del templo y la llegada de Esdras hay un lapso de muchos años.
ESDRAS 711 476 477 ESDRAS 8
Babilonia y era un escriba muy versado coros de trigo, cien batos de vino, cien los hijos de Joab, Abdías, hijo de Atalía,
en la Ley de Moisés, dada por Yavé, Dios batos de aceite y sal a discreción. 23 Que en sus manos seiscientos cincuenta talen-
de Israel; y como estaba sobre el la mano todo cuanto está mandado por el Dios y con él setenta varones; 8 (Je los hijos tos de plata, utensilios de plata por cien
de Yavé, su Dios, el rey le olorgó todo de los cielos se haga puntualmente para de Sefatías, Zebadías, hijo de Micael, y talentos, cien talentos de oro, 2 7 veinte co-
cuanto le pidió. 7 Muchos de los hijos de la casa del Dios de los cielos, para que con él ochenta varones; 9 de los hijos de pas de oro por valor de mil dáricos y dos
Israel, de los sacerdotes y levitas, de los no venga su cólera sobre nuestro reino, Joab, Abdías, hijo de Jejiel, y con él dos- vasos de un hermoso bronce bruñido tan
cantores, de los porteros y de los netineos sobre el rey y sobre sus hijos. 24 Os hace- cientos dieciocho varones; 10 de los hijos precioso como el oro. 28 Luego les dije:
vinieron también a Jerusalén el año sép- mos saber que no podrá ser impuesto de Baní, Selomit, hijo de Josifía, y con «Vosotros estáis consagrados a Yavé; es-
timo del rey Artajerjes. » Llegó Esdras a tributo, ni gabela, ni derecho de peaje a él ciento sesenta varones; * l l de los hijos tos utensilios son cosas santas, y esta pla-
Jerusalén9 el mes quinto del año séptimo ninguno de los sacerdotes, levitas, can- de Bebaí, Zacarías, hijol 2 de Bebaí, y con ta y este oro son ofrenda voluntaria 29 hecha
del rey. Habiendo salido de Babilonia tores, porteros y netineos ni a ningún él veintiocho varones; de los hijos de a Yavé, el Dios de vuestros padres. Ve-
el día primero del primer mes, llegó a | servidor de esa casa de Dios. Azgad, Jojanán, hijo de Acatan, y con lad y guardadlos hasta que los peséis ante
Jerusalén el día primero del quinto mes, 25 él ciento diez varones; 13 de los hijos de los jefes de los sacerdotes y levitas y ante
»Y tú, Esdras, según la sabiduría que Adonicam, los últimos; y he aquí los nom- los jefes de las familias de Israel en Jeru-
estando10 sobre él la buena mano de su de Dios tienes, establece jueces y magis- bres : Elifelet, Jeuel y Semeyas, y con ellos
Dios, porque Esdras había dispuesto salén, en las cámaras de la casa de Yavé».
su corazón para poner por obra la Ley sesenta varones; 14 de los hijos de Bigvaí,
de Yavé y enseñar en medio de Israel Utaí y Zabud, y con ellos sesenta varones.
sus mandamientos y preceptos. 15 Los reuní cerca del río que corre ha-
11
He aquí la copia de la carta entregada cia Ahavá, y acampamos allí tres días; y
por el rey Artajerjes a Esdras, sacerdote y habiendo buscado entre el pueblo y los
escriba, versado en los mandamientos y sacerdotes, no hallé ninguno de la casa
las leyes de Yavé a Israel: de Leví. 16 Entonces llamé a los jefes de
12 Eliezer, Ariel, Semeyas, Elnatán, Jabid,
«Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, Zacarías y Mesulam, 17 y los mandé al
sacerdote y escriba, versado en la Ley jefe Ido, que habitaba en Casifía, ponien-
del Dios de los cielos, salud: Bat o efah hebreo do en su boca lo que habían de decir a Oárico de oro persa
13 »He dado la orden de dejar a todos Ido y a sus hermanos los netineos que
los del pueblo de Israel, de sus sacerdotes trados que administren justicia a todo el había en Casifía, para que nos mandasen 30
y levitas, que hay en mi reino, que estén pueblo del otro lado del río, a todos los servidores para la casa de nuestro Dios. Los sacerdotes y levitas recibieron a pe-
dispuestos a partir contigo a Jerusalén. que conocen la Ley de tu Dios, y enséña-
14 t8 Como estaba con nosotros la buena ma- so la plata, el oro y los utensilios para lle-
Tú eres enviado del rey y de sus siete sela a los que no la conocen. no de nuestro Dios, nos trajeron a Sere- varlos a Jerusalén, a la casa de nuestro
26
consejeros para inspeccionar a Judá y «Cualquiera que no guarde puntual- bía, hombre de sentido, de entre los hijos Dios.
Jerusalén respecto de la Ley 15
de tu Dios, mente la Ley de tu Dios y la ley del rey de Majlí, hijo de Leví, hijo de Israel, y con 31
Partimos del río de Ahavá, para diri-
que está entre tus manos, y para llevar será condenado a muerte, a destierro, a él sus hijos y 19sus hermanos, en número girnos a Jerusalén, el día doce del mes
allá el oro y la plata que el rey y sus multa o a prisión». de dieciocho; Jasabía, y con él Isaías, primero. La mano de Dios fue con nos-
consejeros han ofrecido generosamente al 27
Bendito Yavé, Dios de nuestros pa- de entre los hijos de Merarí, sus herma- otros y nos preservó de ataques de ene-
Dios de los ls
cielos, cuya casa está en Je- dres, que ha dispuesto el corazón del rey nos y sus hijos, en número de veinte; 20 y migos y 32de toda emboscada durante el
rusalén; toda la plata y el oro que a glorificar así la casa de Yavé en Jeru- de entre los netineos, que David y los camino. Llegamos33 a Jerusalén y des-
puedas reunir en Babilonia, con las ofren- salén, 28 y que me hizo objeto de la bene- jefes habían puesto al servicio de los levi- cansamos tres días; el cuarto día pesa-
das voluntarias hechas por el pueblo y volencia del rey, de sus consejeros y de tas, doscientos veinte netineos, todos de- mos en la casa de nuestro Dios la plata,
los sacerdotes a la casa de Dios en Jeru- todos sus poderosos jefes. Fortalecido por signados por sus nombres. el oro y los utensilios, y lo entregamos
salén. 17 Cuidarás de adquirir con ese la mano de mi Dios, que estaba sobre mí,
dinero novillos, carneros, corderos y cuan- reuní a los jefes de Israel para que par- 21
Allí, cerca del río de Ahavá, publiqué todo a Merimot, hijo de Urías, sacerdote,
to es necesario para las ofrendas y las tieran un ayuno de penitencia ante nuestro Dios que tenía consigo a Eleazar, hijo de Fines,
libaciones, que ofrecerás sobre el altar conmigo. para implorar de él un feliz viaje para nos- y con ellos los levitas Josabad, 34
hijo de Jo-
de la casa de vuestro Dios en Jerusalén, otros, para nuestros hijos y para toda sué, y Noadías, hijo de Biní. Después
Los compañeros de Esdras de recontarlo y repesarlo todo, se puso
ts y con el resto de la plata y el oro harás nuestra hacienda. * 22 Me hubiera aver-
1 He aquí los jefes de familias y las por35 escrito el peso total.
lo que mejor te parezca a ti y a tus her-
manos, conforme a la voluntad de vuestro 8 genealogías de los que subieron con-
gonzado de pedir al rey una escolta y ca-
ballería para protegernos del enemigo du- Los hijos de la cautividad vueltos del
Dios, i* Deposita ante Dios en Jerusalén migo de Babilonia en el reinado de Ar- rante el camino, pues habíamos dicho al destierro ofrecieron en holocausto al Dios
los utensilios que se te entregan para el tajerjes 2
:* rey: «La mano de nuestro Dios está para de Israel doce novillos por todo Israel, no-
De los hijos de Fines, Gersón; de los bien de ellos sobre cuantos le buscan». venta y seis carneros, setenta y siete cor-
20
servicio de la casa de tu Dios y saca hijos de Itamar, 3
Daniel; de los hijos de 23
Por eso ayunamos e invocamos a nues- deros y doce machos cabríos, como vícti-
de los tesoros del rey lo que sea necesario David, Jatús; de los hijos de Secanías tro Dios, y El nos escuchó. mas3 expiatorias, todo en holocausto a Ya-
para las otras expensas que has de hacer y de los hijos de Paros, Zacarías, y con 24 vé. * Transmitieron las órdenes del rey
para la casa de tu Dios. él ciento cincuenta varones registrados; Elegí doce jefes de los sacerdotes:
21 4 Serebía, Josabía y diez de sus hermanos. a los sátrapas del rey y a los gobernadores
»Yo, el rey Artajerjes, doy orden a de los hijos de Pajat Moab, Elyoenai, hi- 25
Pesé delante de ellos la plata, el oro y del lado acá del río, y éstos honraron al
todos los tesoreros de la parte de allá jo de5 Zazajías, y con él doscientos varo- los utensilios, donados en ofrenda para pueblo y a la casa de Dios.
del río de entregar íntegramente a Esdras, nes; de los hijos de Zatú, Secanías, hijo la casa de nuestro Dios por el rey, sus
sacerdote y escriba, versado en la Ley del 6de Jacaziel, y con él trescientos varones; consejeros y sus jefes y por todos los de
Dios de los cielos, todo lo que él os pi- de los hijos de Joab, Abdías, hijo de Jo-
Israel que habían sido hallados, 2S y puse
diere, 22 hasta cien talentos de plata, cien I natán, y con él cincuenta varones; ^ de
10
Busca miembros de la tribu de Leví para que se hagan cargo de las cosas que llevaba desti-
Q l Aquí comienzan las memorias de Esdras, copiadas a la letra, de las cuales es probable nadas al templo; y como no los había, envía en su busca. Y, en efecto, logra mover la voluntad de
^ que estén tomadas las noticias del capítulo precedente. Ante todo nos da la lista de los que algunos
21
y resolverlos a repatriarse.
volvieron con él, cuyos orígenes indica como cosa muy importante para la vida de las familias en la Este río Ahavá es desconocido; se supone que sea uno de los muchos canales mediante los
comunidad de Judá. cuales se repartía el agua del Eufrates para regar la tierra. El camino que la caravana debía seguir
a lo largo del Eufrates bordeaba el desierto y era de temer alguna acometida de los árabes (v.31).
ESDRAS 9-10 478
A f l i c c i ó n d e E s d r a s p o r los m a t r i - en Jerusalén. lo ¿Qué podemos, pues, de- 479 ESDBAS 10
m o n i o s c o n m u j e r e s e x t r a n j e r a s , y cir después de todo esto, oh Dios nues- de todo Israel que harían lo que se aca-
tro? Pues hemos abandonado tus man- todos designados p o r sus nombres, y és-
sus plegarias baba de decir, y ellos lo juraron. 6 Des- tos se sentaron para resolver el asunto el
damientos, u los que nos prescribiste p o r
1 Después de t o d o esto se m e acer- medio de tus siervos los profetas, di- pués se retiró Esdras de la casa de Dios día primero del mes d é c i m o . 1 7 El día pri-
9 caron los jefes, diciendo: «El pueblo ciendo: La tierra que vais a poseer es y fue a la cámara de Jojanán, hijo de Elia-
sib, pero no comió allí pan ni bebió agua,
mero del mes primero acabaron de juzgar
a todos los que habían t o m a d o mujeres
de Israel, los sacerdotes y levitas no han u n a tierra manchada p o r las abominacio-
estado apartados de las gentes de esta tie- nes de los pueblos de esas regiones, que p o r q u e estaba en gran desolación por el extrañas.
18
rra, e imitan sus abominaciones, las de del uno al otro cabo la han llenado de pecado de los hijos de la cautividad *. i Se D e entre los sacerdotes fueron ha-
los cananeos, jéteos, fereceos, jebuseos, sus inmundicias; l 2 no deis vuestras hijas publicó p o r Judá y Jerusalén a todos los llados que habían t o m a d o mujeres extra-
a m o n i t a s , m o a b i t a s , e g i p c i o s y a m o - a sus hijos ni toméis sus hijas para vues- hijos de la cautividad que se reuniesen ñ a s : D e los hijos de Josué, hijo de Josa-
rreos; * 2 pues h a n t o m a d o de entre ellos tros hijos, ni os cuidéis nunca de su pros- en Jerusalén, 8 y que si alguno no se pre- dac, y sus h e r m a n o s : Maasías, Eliezer,
mujeres para sí y para sus hijos, y h a n peridad ni de su bienestar, y así vendréis sentaba dentro de los tres días, conforme Jarib y Godolías, * 1 9 que se comprome-
mezclado su raza santa con la de las gen- a ser fuertes y comeréis lo mejor de los al acuerdo de los príncipes y de los an- tieron, dando su m a n o , a echar a sus m u -
tes de esta tierra. Los jefes y magistrados frutos de la tierra, y la dejaréis a vuestros cianos, le fuesen confiscados todos sus jeres y a ofrecer un carnero p o r su peca-
han sido los primeros en cometer este hijos en heredad para s i e m p r e . 1 3 Después bienes, y él excluido de la congregación do ; 2 0 de los hijos de Immer, Jananí y
pecado». de todo lo que nos ha sucedido por nues- de los hijos de la cautividad. Zebadías; 2 1 de los hijos de Jarim, M a a -
9
3
Al oir esto rasgué mis vestiduras, mi tras maldades y grandes pecados que he- Todos los hombres de Judá y Benja- sías, Elias, Semeyas, jojiel y Ozías; 2 2 de
m a n t o y me arranqué cabellos de mi ca- mos cometido, porque tú, Dios nuestro, mín se reunieron en Jerusalén dentro de los hijos de Pasur, Elyoenai, Maasías, Is-
beza y de mi barba, y me senté, desola- no nos has castigado en proporción de los tres días. Era el día veinte del noveno mael, Natanael, Jozabad y Elasa.
mes, y t o d o el pueblo estaba en la plaza 23
do. * 4 Juntáronse conmigo todos los te- nuestras iniquidades, 1 4 ¿vamos a comen- D e entre los levitas, Jozabad, Simeí,
merosos de las palabras del Dios de Is- zar de nuevo a traspasar tus mandamien- de la casa de Dios temblando con m o - Quelaya, que es quelita; Petajya, Judá y
rael por la prevaricación de los hijos de tos, a emparentar con esos pueblos a b o - tivo de aquel negocio y a causa de la llu- Eliezer. 2 4 D e entre los cantores, Eliasib.
la cautividad. Y o estuve desolado hasta minables? ¿No se ensañaría contra nos- via. 10 Levantóse Esdras, sacerdote, y di- D e entre los porteros, Salum, Telem y
el sacrificio de la tarde; 5 y luego, al tiem- otros tu cólera hasta destruirnos del todo, j o : «Habéis prevaricado t o m a n d o muje- Urí.
res extrañas, añadiendo prevaricaciones a 25
po de la ofrenda de la tarde, m e levanté sin dejar ni resto ni escape? >5 Yavé, D i o s D e entre los hijos de Israel: D e los
de mi humillación, y con mis vestidos y de Israel: T ú eres justo, pues que hemos la iniquidad de Israel. u D a d ahora glo- hijos de Paros, Ramia, Jiziya, Malquiya,
mi m a n t o rasgados postróme de rodillas, quedado hoy u n resto de escapados. H e - ria a Yavé, el Dios de vuestros padres, Miyamim, Eleazar, Malquiya y Benaya;
y cumplid su voluntad. Apartaos de los 26
y tendiendo a Yavé, mi Dios, mis manos, nos aquí ante ti como culpables, sin p o - de los hijos de Elam, Matanías, Zaca-
6 dije: «¡Dios mío! Estoy confuso y aver- der p o r eso permanecer en tu presencia». pueblos de esta tierra y de las mujeres rías, Jejiel, Abdi, Jeremot y Elias; 2 7 de
gonzado, Dios mío, y no m e atrevo a le- extrañas». I 2 T o d a la asamblea respon- los hijos de Zatu, Elyoenai, Eliasib, M a -
vantar a ti mi rostro, porque nuestras ini- E x p u l s i ó n d e las m u j e r e s e x t r a n j e r a s dió a u n a y en alta voz: «Hágase así, con- tanías, Jeremot, Z a b a d y Aziza; 2 8 de los
quidades se han multiplicado p o r encima •I A i Mientras que Esdras lloraba pos- forme a tu palabra». hijos de Bebaí, Jojana, Ananías, Jabdu y
de nuestra cabeza, y nuestros delitos su- *•" trado ante la casa de Dios y hacía 1 3 «Pero como el pueblo es muy nume- Atlaí; 2 9 de los hijos de Baní, Mesulam,
ben hasta el cielo. 7 Desde los días de esta plegaria y esta confesión, habíase re- roso y está el tiempo de lluvias, no sien- Maluc, Adaya, Jasub, Seal y Jerimot;
30
nuestros padres hasta hoy hemos sido unido junto a él una gran muchedumbre do posible permanecer al descubierto y de los hijos de Pajat M o a b , Adna, Que-
muy culpables; y por nuestras iniquida- de gentes de Israel: hombres, mujeres, ni- como, además, no es cosa de un día o dos, lal, Banayas, Masías, Matanías, Besaleel,
des, nosotros, nuestros reyes y nuestros ños, y todos derramaban abundantes lá- p o r ser muchos los que de nosotros h a n Biní y Manases; 3 ' de los hijos de Jarim,
sacerdotes hemos sido entregados a las grimas. pecado en esto, , 4 que sean nuestros jefes Eliezer, Jisjiya, Malquiya, Semeyas, Si-
manos de los reyes extranjeros, a la es- 2
Entonces Secanías, hijo de Jejiel, de los que en lugar de la asamblea toda se meón, 3 2 Benjamín, Maluc y Semaría;
33
pada, a la cautividad, al saqueo, a la entre los hijos de Elam, t o m a n d o la pa- queden; y a todos los que de nuestras de los hijos de Jasum, Matnaí, M a t a -
vergüenza que cubre nuestro rostro. 8 Con labra, dijo a Esdras: «Hemos pecado con- ciudades han tomado mujeres extrañas les ta, Zabad, Elifelet, Jeremaí, Manases y
todo, Yavé, nuestro Dios, acaba de hacer tra Dios t o m a n d o mujeres extranjeras de hagan venir en tiempos determinados con S i m e i ; 3 4 de los hijos de Baní, Madaí, Ara-
con nosotros misericordia, dejándonos un entre los pueblos de esta tierra, pero Is- los ancianos y los jueces de cada ciudad, ram, Uel, 35 Benayas, Bedia, Queluyas,
36
resto de libertad y dándonos refugio en rael no queda por esto sin esperanza. hasta que la encendida cólera de nuestro Vania, Meremot, Eliasib, 3 7 Matanías,
su lugar santo para hacer brillar nues- 3 H a g a m o s pacto con nuestro Dios de Dios se aparte de nosotros en cuanto a Matnaí, Jasaí, 3 S Baní, Biní, Semeí, 3 9 Se-
tros ojos y darnos un poco de vida en echar a todas esas muejeres y a los na- esto». lemías, N a t á n , Adayas, 4 0 Macnadbaí, Sa-
15
nuestra servidumbre; 9 porque esclavos cidos de ellas, según el parecer de mi se- Jonatán, hijo de Azael, y Jajzía, hijo sai, Saraí, 4 1 Azareel, Selamías, Semarías,
42
somos, pero en medio de nuestra escla- ñ o r y de cuantos temen los mandamien- de Tecua, apoyados por Mesulam y por Salum, Amarías y José; 4 3 hijos de N e -
vitud, Dios no nos ha abandonado. N o s tos de nuestro Dios, y que se cumpla la Sabtaí, levitas, fueron los únicos que se bo, Jejel, Matatías, Zabat, Zebina, J a d a r
ha conciliado la benevolencia de los re- Ley. 4 Levántate, pues, ya que esto cosa opusieron a este parecer, 1 6 al que se ha- Joel y Banayas.
bían adherido todos los hijos de la cauti- 44
yes de Persia, conservándonos la vida tuya es. Nosotros seremos contigo. Ten T o d o s éstos habían t o m a d o mujeres
para que pudiéramos edificar la casa de valor, y a la obra». * vidad. Se eligió a Esdras, sacerdote, y a extranjeras y muchos tenían ya hijos de
nuestro Dios, levantando sus ruinas y 5
Levantóse Esdras e hizo jurar a los algunos de los jefes de las casas paternas, ellas.
dándonos un refugio seguro en J u d á y jefes de los sacerdotes, de los levitas y 6
Joianán, nieto de Eliasib, era el sumo sacerdote (Neh 12,22). Al llegar Nehemías a Jerusalén
Q J No será aventurado suponer que la mayor parte de los repatriados serían varones, los cuales lo era Eliasib, el abuelo de Jojanán (Neh 3,1). Este mismo Jojanán era sumo sacerdote el año 14
*^ buscarían luego esposa en las gentes de la tierra. Era esto cosa grave en aquellas circunstan- de Darío II, cuando la colonia judía de Elefantina escribía a Bagohi, gobernador de Judea, pidiendo
cias, en que se quería implantar en todo su rigor la observancia de la Ley. Esta, en Dt 7,35, prohibe favor para levantar el templo de Yavé, destruido por los egipcios. El año 14 de Darío corresponde
los matrimonios con ¡os cananeos. Tal precepto no había caducado; ahora más que nunca era pre- al 410, de donde sacamos en conclusión que el Artajerjes de Esdras es el segundo de este nombre,
ciso ponerlo en vigor para preservar al pueblo de la corrupción gentílica. que reinó de 404 a 359.
18
3
La actitud de Esdras en este caso nos revela la de un anciano; muy otro es el proceder de La lista de los culpables nos ofrece ante todo los miembros de la familia del sumo sacerdote,
Nehemías en semejante circunstancia (13,23 ss.). jgual que en Neh 13,28 ss. El mal ejemplo venía de lo alto.
1 A 4 Esta separación o repudio de las mujeres extranjeras no es más que el cumplimiento de
' " la Ley, que prohibía tales matrimonios. Es de notar, sin embargo, la buena disposición del
pueblo para cumplir la Ley.
481 NEHEMÍAS 2-3

N EH E M I A S po. 7 Después dije al rey: «Si al rey le pa- lo que hacéis ahí? ¿Os rebeláis contra el
(Vutyg. 2 de Eísdras)
rece bien, que se me den cartas para los rey?» 2 0 Y yo les di esta respuesta: «El
gobernadores del otro lado del río, para Dios de los cielos nos hará salir con
que me permitan pasar y entrar en Judá; nuestra empresa. Nosotros, sus siervos,
II 8 y otra carta para Asaf, guardabosques nos levantaremos y haremos la edifica-
del rey, para que me facilite maderas y ción. Vosotros no tenéis parte, ni derecho,
SU1VIART0 Nehemías en la corte persa (i). Viene a Jerusalén nombrado viguería para las puertas de la ciudadela ni recuerdos en Jerusalén».
_ gobernador (2). Comienza la obra de los muros (3). Contra- vecina a la casa, para las murallas de la
dicción de los enemigos (4). Quejas del pueblo contra los ricos (5). Asechanzas de ciudad y para la casa que yo he de habi- Reparación de las murallas de
los enemigos (5,1-7,5), Lista de los primeros repatriados (7,6-73). Lección de tar. Diome el rey estas cartas, pues la Jerusalén
la Ley al pueblo (8). Penitencia del pueblo (9). Renovación de la alianza (10). buena mano de mi Dios estaba sobre mí. 1
Eliasib, sumo sacerdote, se levantó
Repoblación de las ciudades (11). Sacerdotes y levitas repatriados (12,1-26). De-
Llegada a Jerusalén
3 con sus hermanos los sacerdotes y
dicación de los muros (12,27-42). Disposiciones para la conservación del culto (12, 9
edificaron la puerta de las Ovejas; la
43-i3>3)- Nehemías vuelve por segunda vez y corrige los abusos del pueblo (13,4-31). Presénteme a los gobernadores del consagraron y pusieron las puertas desde
otro lado del río y les entregué las cartas la torre de Mea hasta la torre de Jana-
del rey, que había hecho que me acompa- neel. 2 A continuación de Eliasib edi-
Plegaria de Nehemías por los hijos volveré al lugar que he elegido para ha- ñasen dos jefes del ejército y alguna gente ficaron los hombres de Jericó, y a conti-
de Israel cer residir en él mi nombre. l°Son tus de a caballo. * 1 0 Cuando lo supieron Sam- nuación de éstos edificó Zacur, hijo de
siervos, son tu pueblo, que redimiste tú balat, joronita, y Tobías, siervo amonita, Imri.
I 1 Palabras de Nehemías, hijo de Hel- con tu gran poder y tu fuerte mano. disgustóles en extremo que viniese un 3
Los hijos del Sena edificaron la puerta
* cías: 11 hombre para procurar el bien de los hijos del Pescado y la cubrieron, pusieron las
¡Oh Señor! Que esté atento tu oído a n
En el mes de Casleu del afio veinte,
2
es- la plegaria de tu siervo y a la de los sier- de Israel. Llegué a Jerusalén y estuve puertas, los cerrojos y los goznes. 4 Al
tando yo en Susa, en la capital, llega- vos tuyos que desean temer tu nombre. allí tres días; pasados los cuales, 1 2 me lado de ellos trabajó en las reparaciones
ron de Judá Janani y uno de mis herma- Concede ahora próspero suceso a tu sier- levanté de noche con algunos hombres, Meremoj, hijo de Ürías, hijo de Acus; y
nos con algunos otros. Yo les pregunté vo y haz que halle yo gracia a los ojos de sin decir a nadie lo que mi Dios me había al lado de éstos reconstruyó Mesulam,
por los judíos que habían sido libertados, puesto en el corazón hacer por Jerusalén. hijo de Berequías, hijo de Mesezabel; y
los restos de la cautividad y por Jerusa- este hombre»; pues servía yo entonces de No llevaba conmigo bestia alguna de car- al lado de éstos restauró Sadoc, hijo de
lén. 3 EII O S m e respondieron: «Los restos copero al rey.
ga; sólo mi propia cabalgadura. " Salí Baana. 5 Inmediatos a ellos restauraron
de la cautividad están en la provincia en de noche por la puerta del Valle y me los tecuitas, aunque sus nobles no dobla-
gran miseria y afrenta. Las murallas de Artajerjes da permiso a Nehemías dirigí hacia la fuente del Dragón y la ron su cerviz al servicio de sus señores.
Jerusalén están todavía en ruinas, y sus para ir a reedificar a Jerusalén puerta de la Escombrera, mirando las 6
puertas quemadas por el fuego». * Cuan- O l En el mes de Nisán del año veinte La puerta Vieja la restauraron Joyada,
murallas de Jerusalén en ruinas14 y sus hijo de Pasea, y Mesulam, hijo de Beso-
do oí esto sentóme y lloré, y estuve por del rey Artajerjes, estando ya el vino puertas consumidas por el fuego. Seguí días; la ensamblaron y pusieron a las
mucnos días desolado. Ayuné y oré ante delante de él, tomé el vino y se lo ofrecí a la puerta de la Fuente y al estanque del puertas sus cerrojos y sus goznes. 7 Junto
el Dios de los cielos,'diciendo: «Ruego- al rey. Jamás - - - -había
- . .triste
yo aparecido . Rey, y no había por allí sitio por15donde a éstos reedificaron Melatías, gabaonita,
te, Yavé, Dios de los cielos, Dios grande en su presencia, * 2 pero aquel día me di- pasar la cabalgadura en que iba. Subí, y Jadón, meronotita; y los hombres de
v todavía de noche, por el torrente e ins- Gabaón y Misfa trabajaron de orden del
terrible, que guardas tu alianza y haces jo: «¿Por qué estás con tal mala cara?
misericordia con los que te aman y guar- Enfermo no estás; no puede ser, pues, peccioné la muralla. Luego volví a entrar gobernador de este lado del río. 8 Junto a
dan tus mandatos: * <> Que esté atento tu sino alguna pena de tu corazón». Yo en- por la puerta del Valle, estando así de ellos trabajó Uziel, hijo de Jarayas, de
oído y abiertos tus ojos para escuchar la tonces me aterroricé sobremanera, 3 y res- vuelta. los fundidores, y a su lado Ananías, de
oración que tu siervo te dirige ahora día pondí al rey: «Viva el rey eternamente: los perfumistas; reconstruyeron Jerusalén
y noche por tus siervos, los hijos de Is- ¿Cómo no va a estar triste mi rostro cuan- '* Los magistrados no sabían adonde hasta la muralla ancha. 9 A continuación
rael, confesando los pecados de Israel, do la ciudad donde están los sepulcros de había ido y qué era lo que había hecho. de éstos trabajó Refaías, hijo de Hur,
nuestros pecados contra ti, porque yo y mis padres está en ruinas y quemadas por Hasta entonces no había dicho nada a gobernador de la mitad del distrito de
la casa de mi padre hemos pecado, ? te el fuego sus puertas?» los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los Jerusalén. 10 A continuación trabajó en-
fiemos ofendido y no hemos guardado los 4 jefes, ni a los magistrados, ni a ninguno frente de su casa Jedaya, hijo de Jaromat,
Y me dijo el rey: «¿Qué es lo que quie- de los que17 llevaban la dirección de los y a su lado Jatús, hijo de Jesabnia. H Otra
mandamientos, las leyes y los preceptos res?» Yo, rogando al rey de los cielos,
U
Í A *? P rescribis
t e a Moisés, tu siervo. 5 respondí al rey: «Si al rey le pareciera negocios. Entonces yo les dije: «Bien porción de la muralla y la torre del horno
Acuérdate de estas palabras que tú man- bien y hallara gracia tu siervo ante ti, que veis el lamentable estado en que nos ha- fue reparada por Malquiya, hijo de Jarim,
aaste decir a Moisés, tu siervo: Si peca- me mandaras a Judá, a la ciudad de los llamos. Jerusalén está destruida, y sus y Jasub, hijo de Pajat Moab. 1 2 A conti-
reis, yo os dispersaré entre los pueblos; sepulcros de mis padres, para reedificar- puertas consumidas por el fuego. Vamos, nuación de ellos trabajó con sus hijos
pues, a reedificar las murallas de Jerusa- Salum, hijo de Jaloes, jefe de la otra
pero si os volvéis a mí y guardáis mis . la». .„... * * „El rey,
Jt a cuyo
_,- lado estaba senta-
. lén,
18
y no estaremos más en el oprobio. mitad del distrito de Jerusalén. u Janum
mandamientos y los ponéis por obra, aun- da la reina, me dijo: «¿Cuánto durará tu Les conté cómo la buena mano de mi y los habitantes de Zanoaj repararon la
que hubiereis sido desterrados a los con- viaje? ¿Cuándo estarás de vuelta?» Plugo Dios había estado sobre mí y las palabras puerta del Valle, la edificaron, pusieron
mies de la tierra, de allí os reuniré yo y os | al rey dejarme partir, y yo le señalé tiem- que el rey me había dirigido; y entonces las puertas, los cerrojos y los goznes.
dijeron: «¡Andando, a edificarla!» Y to- Hicieron además mil codos de muralla,
Esta oración de Nehemías expresa bien su fe en los destinos de su nación. maron resueltamente esta buena deter- hasta la puerta de la Escombrera.
£ Los tres reyes con el nombre de Artajerjes que reinaron en Persia pasaron de los veinte.años; minación.
AJ " • ser* P ues - cualquiera de los tres. Pero si atendemos Esd 4,6 s., en que se habla de Jerjes
3 19
Cuando lo supieron Sambalat, joro- 14 Malquiya, hijo de Recab, jefe del
de <SfJer)es ', y a '° dicho de Esdras en 10,6, parece claro que en nuestro caso se habla del primero nita; Tobías, siervo amonita, y Guesem, distrito de Bet Maquelem, reedificó la
ue este nombre, que reinó 465-424. El suceso de Nehemías habría ocurrido en 445, casi un siglo
s N ÍT r e t o r n o de los primeros repatriados (538). árabe, se burlaban de nosotros y nos puerta de la Escombrera, poniendo sus
JNehemías no pide por la ciudad de sus padres, cosa que pudiera excitar temores en el sóbe- menospreciaron. Nos dijeron: «¿Qué es puertas, sus cerrojos y sus goznes.
los m S1^? P ° r c'udad de los sepulcros de sus padres. Los sepulcros son siempre sagrados, pero 9
muertos que en ellos descansan no son de temer para ningún gobernante. _ Estos gobernadores, a quienes Nehemías acude para presentarles sus credenciales, debían
de vivir en Samaría (Esd 4,17), y así pudieron enterarse los enemigos de los judíos.
Nácar-Colunga 16
NEHEMfAS 3-4 462 483 NEHEMÍAS 4-5
" Salum, hijo de Col José, jefe del dis- otra sección, y después de éste, Mesulam, advertirnos de todos los lugares de donde tras hijas lo están ya, sin que tengamos con
trito de Misfa, reconstruyó la puerta de hijo de Baraquías, reparó delante de su venían a nosotros. 7 Por eso puse detrás qué rescatarlas, por estar nuestras tierras
la Fuente, la levantó, la cubrió, puso las vivienda. 31 Después reparó Malquías, de de las murallas al pueblo por familias, y nuestras viñas en poder de otros».
puertas con sus cerrojos y sus goznes. entre los orífices, hasta la casa de los todos con sus espadas, sus lanzas y sus 6
Y o m e enojé en gran manera al oir
Construyó además el m u r o de la piscina netineos y de los comerciantes lo de frente arcos. 8 Fui a ver, y levantándome, dije estos clamores y estas quejas. 7 Pensando,
de Siloé, cerca del jardín del rey, hasta a la puerta de Mifcad y hasta la cámara a los jefes y a los magistrados y al resto resolví reprender a los grandes y a los
la escalinata que baja de la ciudad de alta del ángulo. 3 2 Entre la cámara alta del pueblo: «¡No los temáis! Acordaos magistrados, y les dije: «¡Cómo! ¿Prestáis
David. del ángulo y la puerta de las Ovejas tra- del Señor, grande y terrible, y luchad por a usura a vuestros hermanos?» Y reuní
16 vuestros hermanos, por vuestros hijos y
Después de él, Nehemfas, hijo de bajaron los orífices y los mercaderes. u n a gran asamblea contra ellos, 8 y dije:
Azbuc, jefe de la mitad del distrito de vuestras hijas, por vuestras mujeres y «Nosotros, según nuestras facultades, he-
Bet Sur, trabajó en las reparaciones hasta P r o s i g u e n l o s t r a b a j o s a p e s a r d e l o s vuestras casas». mos rescatado a nuestros hermanos los
enfrente de los sepulcros de David, y 9
obstáculos C u a n d o supieron los enemigos que judíos, vendidos a las gentes, ¿y ahora
hasta delante de la piscina, que había 33
C u a n d o supo Sambalat que estába- estábamos apercibidos, frustró D i o s su venderíais vosotros mismos a vuestros
sido artísticamente construida, y hasta el mos reconstruyendo la muralla, se enojó consejo, y volvimos todos a continuar la hermanos, y éstos serán vendidos a nos-
cuartel. 1 7 Después de él trabajaron los mucho y se encolerizó. Burlábase de los muralla, cada uno en su trabajo. io Desde otros?» Callaron, no teniendo nada que
levitas, Rehú, hijo de Bani, y a su lado judíos, 3 4 diciendo ante sus hermanos y entonces, la mitad de los míos trabajaban, responder. 9 Y yo añadí: «Lo que hacéis
trabajaba Jasabías, jefe de la mitad del ante los soldados de Samaría: «¿Para qué y la otra mitad estaba sobre las armas no está bien. ¿No marcharéis en el temor
distrito de Queila. 18 Después de él, sus trabajan esos impotentes judíos? ¿Acaso con las lanzas, los escudos, los arcos y de nuestro Dios, para no ser el oprobio
hermanos, Bimú, hijo de Jenadad, jefe van a dejarles hacer? ¿Van a sacrificar? las corazas. Los jefes estaban detrás de de las gentes enemigas nuestras? 1() Tam-
de la otra mitad del distrito de Queila; ¿Van a terminar? ¿Van a resucitar las pie- toda la casa de Judá. u Los que cons- bién yo, mis hermanos y mis servidores
19
y al lado de éste, Ezer, hijo de Josué, dras enterradas bajo montones de escom- truían la muralla y los que cargaban y les hemos prestado dinero y trigo. Vamos
jefe de Misfa, reparó otra porción de la bros y consumidas p o r el fuego?» 35 y T o - acarreaban las cargas, trabajaban con una a perdonarles lo que nos deben, n De-
muralla frente al arsenal, hacia el ángulo. bías, el amonita, que estaba junto a él, m a n o y tenían un arma en la otra; ' 2 todos volvedles luego sus campos, sus viñas, sus
20
Después de él, Baruc, hijo de Zabal, decía: «Ya pueden edificar. U n a zorra mientras trabajaban tenían las espadas olivares y sus casas, y restituidles el uno
reparó otra porción, desde el ángulo hasta que contra ella se lance derribará la m u - ceñidas a sus lomos. por ciento del dinero, del trigo, del vino
la entrada de la casa de Eliasib, sumo ralla de piedra». Y o tenía junto a mí al trompeta; 13 y y del aceite que les habéis exigido como
sacerdote. 2* Después de él reparó Mere- 36 dije a los jefes, a los magistrados y al interés». 12 Ellos dijeron: «Se los devolve-
Escucha, ¡oh D i o s nuestro!, cuántos remos y no les exigiremos nada. Haremos
mot, hijo de Uría, hijo de Hacos, otra nos menosprecian, y haz que sus insultos resto del pueblo: «La obra es mucha y
sección desde la entrada de la casa de recaigan sobre sus cabezas, y dalos al extensa, y estamos en la muralla aparta- como tú dices». Llamé entonces a los
Eliasib hasta el extremo de ella. dos, lejos unos de o t r o s ; 1 4 cuando oigáis, sacerdotes, y delante de ellos les hice
22
pillaje en una tierra de cautiverio. 3 7 N o jurar que harían así. 13 Yo sacudí mi
Después de él trabajaron en la repa- perdones su iniquidad y que no se borre pues, la trompeta, reunios, y nuestro Dios
combatirá por nosotros», u Seguimos, m a n t o , diciendo: «Que así sacuda Dios
ración los sacerdotes de la hoya del Jor- delante de ti su pecado, porque injurian fuera de esta casa y de sus bienes al que
dán, 2 3 y después de ellos Benjamín y Asub, a los que están edificando. * pues, trabajando en la obra, teniendo la
no cumpla su palabra; y que asi sea el
enfrente de sus casas. Después de éstos, 38 mitad de nosotros la lanza en la m a n o
Reedificamos, pues, la muralla, que- desde el levantarse de la aurora hasta el que tal haga, sacudido y vacío. Y toda
Azarías, hijo de Maasías, hijo de Ananía, dando del todo acabada, hasta la mitad la asamblea respondió «Amén». Y ala-
reparó lo cercano a su casa. 24
Después de su altura, y el pueblo se animó p a r a salir de las estrellas. 16 Al mismo tiempo
dije también al pueblo: «Que cada uno baron a Yavé. El pueblo hizo conforme
de él, Binuí, hijo de Jenadad, reparó el trabajo. a esto.
otra sección, desde la casa de Azarías con su criado pase la noche en Jerusalén,
hasta la vuelta del ángulo. 2 5 Palal, hijo A l Pero Sambalat, Tobías, los árabes, haciendo así de noche centinela y traba- 14 Desde el día en que el rey me puso
de Uzai, construyó lo de delante del án- " jando de día en la obra». 17 Ni yo, ni por gobernador de la tierra de Judea,
los amonitas y los de Azoto se en-
gulo y la torre que hay en el saliente, furecieron sobremanera al saber que la mis hermanos, ni mis mozos, ni la gente del a ñ o veinte al a ñ o treinta y dos del
sobre lo alto del palacio real en el patio reparación de las murallas avanzaba y de guardia que me seguía nos desnudá- rey Artajerjes, durante doce años ni yo
de la prisión. Después de él trabajó Pada- que comenzaban a cerrarse las brechas, bamos, si no era para bañarnos. ni mis hermanos habíamos vivido de las
yas, hijo de Paros. 2
y todos a una se confabularon p a r a ve- rentas del gobernador. 15 Antes de mí, los
26
Los netineos que habitan el Ofel tra- nir a atacar a Jerusalén y hacer el d a ñ o Q u e j a s d e l p u e b l o c o n t r a la c o d i c i a g o b e r n a d o r e s a n t e r i o r e s a b r u m a b a n al
bajaron hasta enfrente de la puerta de las posible. d e los g r a n d e s . I n t e r v e n c i ó n y pueblo tomando de él pan y vino por
Aguas, a oriente, y la torre en saliente. 3
Nosotros rogamos a nuestro Dios, y desinterés de Nehemías valor de cuarenta siclos de plata, y sus
27
Después de ellos los tecuitas repararon pusimos una guardia que de día y de servidores mismos oprimían al pueblo.
otra porción, frente a la gran torre en noche vigilara para defendernos de sus ' Alzáronse entre las gentes del pue- Y o , por temor de Dios, no hice a s í . 1 6 A n -
saliente, hasta el m u r o del Ofel. 2& A par- ataques. * 4 Sin embargo, Judá decía: «Ya 5 blo y sus mujeres muchas quejas con- tes bien, he trabajado en la construcción
tir de la puerta de los Caballos, los sacer- faltan las fuerzas a los acarreadores, y el tra sus hermanos judíos. 2 U n o s decían: de estas murallas, n o hemos adquirido
dotes trabajaron en la reparación, cada escombro es todavía m u c h o ; n o podemos «Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, campo alguno y todos mis servidores a
uno frente a su casa. 2 9 Después de ellos acabar la muralla». 3 Mientras que los somos muchos y tendremos que venderlos una estaban a la obra. 1 7 Tenía a mi
trabajó Sadoc, hijo de Immer, delante enemigos decían: « N a d a sabrán y n a d a por trigo para poder comer y vivir». mesa ciento cincuenta hombres, judíos y
de su casa; y después de él Semeyas, verán hasta que lleguemos en medio de 3
Otros decian: «Tenemos que empeñar magistrados, a más de los que a nosotros
hijo de Secanías, guarda de la puerta de ellos y los matemos, y así haremos que nuestros campos, nuestras viñas y nuestras v e n í a n de l o s p u e b l o s de en derredor.
18
Oriente. 3 " Después de él reparó Jananías, cesen las obras». 6 Los judíos que entre casas por trigo a causa del hambre». C a d a día se me aderezaba un buey,
hijo de Selemías, y J a n ú n , hijo de Salaf, ellos habitaban vinieron diez veces p a r a 4
Otros decian: «Hemos tenido que pedir seis ovejas escogidas y aves, y cada diez
a usura dinero sobre nuestros campos y días vino en abundancia. A pesar de esto
O " Palabras como éstas nos facilitan la inteligencia de las expresiones imprecatorias que se leen nuestras viñas para pagar los tributos del yo no he reclamado los derechos de go-
** tantas veces en los salmos. Nehemías, que siente la dignidad de su pueblo como pueblo de Yavé r e y ; 5 nuestra carne es, sin embargo, como bernador, porque la servidumbre del pue-
y de su ciudad como la ciudad de Dios, mira la injuria del pueblo como injuria hecha a Dios mismo la carne de nuestros hermanos, y nuestros blo era grave. I 9 Acuérdate de mí para
y pide que, saliendo por su honor, haga Dios brillar su justicia y reprima la insolencia de los enemigos. hijos son como sus hijos; pero tenemos bien, Dios mío, y de cuanto yo hice p o r
que sujetar a servidumbre a nuestros hi- este pueblo.
A 3 Este episodio origina históricamente la profunda enemistad entre judíos y samaritanos, aun-
^ que ésta procede principalmente del diverso origen y del culto híbrido de los samaritanos. jos y a nuestras hijas, y algunas de nues-
vt.ni.rvllAH n-l 484 485 NEHEMÍAS 7
Nuevas dificultades y dos días; 16 y cuando todos nuestros 9 Hijos de Sefatías, trescientos sesenta 44 Cantores: Hijos de Asaf, ciento cua-
enemigos
' Todavía no había acabado yo de que habitaban lo supieron, todas las gentes y dos. renta y ocho.
6 en torno nuestro entraron
poner las puertas, cuando Sambalat, en temor y experimentaron una gran hu-
10

y dos.
Hijos de Ara, seiscientos cincuenta 45 Porteros: Hijos de Salum, hijos de
Ater, hijos de Taiman, hijos de Acub,
Tobías, Guesem, el árabe, y los otros millación, teniendo que reconocer que la 11
enemigos nuestros, supieron que había obra se había llevado a cabo por la vo- Hijos de Jat Moab, los hijos de Josué hijos de Jatita, hijos de Sobai, ciento
reconstruido la muralla sin que ya que- luntad de Dios. y de Joab, dos mil ochocientos dieciocho. treinta y ocho.
dara brecha, aunque todavía no se habían 17 12 Hijos de Elam, mil doscientos cin- 46 Netineos: Hijos de Sija, hijos de Ja-
Había también entonces grandes de
puesto las hojas de las puertas. 2 Enton- Judá, que frecuentemente dirigían cartas cuenta y cuatro. sufa, hijos de Tabaot, 47 hijos de Queros,
ces Sambalat y Guesem mandaron a de- a Tobías y las recibían de éste,* '8 pues 1 3 Hijos de Zatu, ochocientos cuarenta hijos de Sia, hijos de Padón, 48 hijos de
cirme: «Ven, y entrevistémonos en los muchos de Judá se habían conjurado con y cinco. Lebana, hijos de Jegaba, hijos de Acub,
pueblos del valle de Ono». Ellos tenían él, p o r ser yerno de Secanía, hijo de Araí, 14
Hijos de Zacai, setecientos sesenta. hijos de Jabag, hijos de Salmeí, 49 h ¡ ¡ o s
pensado hacerme mal. 3 Y o les mandé y haber tomado su hijo Jojanán por mu- de Janón,
15 Hijos de Baní, seiscientos cuarenta y jar; 50
hijos de Guedel, hijos d e G a -
emisarios, diciendo: «Estoy ocupado en jer la hija de Mesulam, hijo de Baraquías. ocho. hijos de Rehaya, hijos de Rasín,
la grande obra, y no puedo ir, porque 19 Hablaban bien de él en mi presencia 16 hijos de Necada, 51 hijos de Gasam, hijos
Hijos de Bebai, seiscientos veintiocho. de Uza, hijos de Fasea, 52 hijos de Besai,
tendría que interrumpirla para verme con y le iban a contar lo que yo decía, y 17
Hijos de Azgad, dos mil trescientos hijos de Asna, hijos de Mehunim, hijos
vosotros». 4 P o r cuatro veces m e pidieron Tobías escribía sus cartas con el fin de veintidós.
lo mismo, y siempre les di la misma res- atemorizarme. de Nefisim, 53 hijos de Bacbuc, hijos de
18 Hijos de Adonicam, seiscientos se- Jacufa, hijos de íarjur, 54 hijos de Basut,
puesta. senta y siete.
5
La quinta vez me mandó Sambalat el Censo de los israelitas q u e volvieron 19 hijos de Mejidas, hijos de Jarsa, 55 hijos
Hijos d e Bigbai, d o s mil sesenta y de Barcos, hijos de Sisera, hijos de Temaj,
mismo mensaje por medio de un servidor a la tierra de Judá con Zorobabel siete. 56
suyo, que traía en la mano una carta 20
hijos de Nesiaj, hijos de Jatifa.
57
1 Hijos de Adín, seiscientos cincuenta y Hijos de los siervos de Salomón:
abierta. 6 En ella estaba escrito: «Corre
entre las gentes el rumor de que tú y los
7 Cuando estuvo terminada la mura-
lla y hube puesto las puertas, hice cinco.
21
hijos de Sotai, hijos de Hasoferet, hijos
Hijos de Ater de Jejisquía, noventa de Perida, 58 hijos de Jaala, hijos de D a r -
judíos pensáis rebelaros, y con ese fin la revisión de2 los porteros, los cantores
construís las murallas. Tú vas a ser, según y los levitas. D i mis órdenes a Jananí, y ocho. cón, hijos de Guidel, 59 hijos de Sefatías,
22
se dice, su rey, ^ y tienes ya profetas que mi hermano, y a Jananías, jefe d e la Hijos de Jasún, trescientos veintiocho. hijos de Jatil, hijos de Poqueret-Asebasim,
23
prediquen de ti por Jerusalén, diciendo: ciudadela de Jerusalén, hombre superior Hijos d e Besai, trescientos veinti- hijos 6,1
de Ammón.
«Rey en Judá». Ésto seguramente llegará a muchos 3por su fidelidad y por su temor cuatro. Todos los netineos e hijos de los
a8 oídos del rey. Ven, pues, y hablemos». de Dios, y les dije: «Las puertas de 24 Hijos de Jarif, ciento doce. siervos de Salomón, trescientos noventa
Entonces yo le mandé a decir: « N o hay Jerusalén n o h a n de abrirse hasta que 25 Varones de Gabaón, noventa y cinco. y dos. 61
nada de lo9 que dices; eres tú quien lo caliente el sol, y se cerrarán, echando los 26 Varones de Betlehem y de Netofa, Estos son los que subieron de Tel-
inventas». Pues todos querían asustar- cerrojos en presencia vuestra, y los habi- ciento ochenta y ocho. melaj, Teljarsa, Querub Addón e Immer,
27
nos, creyendo que así dejaríamos los tra- tantes de Jerusalén harán la guardia cada Varones de Anatot, ciento veintiocho. y n o pudieron probar la casa de sus pa-
bajos; por eso yo m e di a la obra con 4uno en su puesto delante de su casa». 28 Varones de Betazmavet, cuarenta dres ni su linaje y si eran de Israel;
más ardor todavía. 1 0 Fui luego en secreto L a ciudad era espaciosa y grande, pero y dos. 62 hijos de Delayas, hijos d e Tobías, hijos
29
a casa de Semeyas, hijo de Delayas, hijo estaba poco poblada y había muchas ca- Varones de Quiriat-Jearim, Quefira de 63
Necoda, seiscientos cuarenta y dos.
de Metabeel, que era cataléptico, y m e sass sin reedificar. y Beerot, setecientos cuarenta y tres. Y de los sacerdotes, hijos de Abaías,
dijo: «Vamos juntos a la casa de Dios, al Mi Dios me puso en el corazón re- 30 Varones de R a m a y Gabba, seiscien- hijos de Hacos, hijos de Barzilai, que t o m ó
medio del templo; y cerraremos las puer- unir a los grandes, a los magistrados y al tos veintiuno. mujer de las hijas de Barzilai, galadita, y
tas del templo, porque van a venir a pueblo para hacer el censo. Hallé un 31 Varones de Micmas, ciento veintidós. se llamó con el nombre de ellas. 64 Estos
matarte; esta noche vendrán a matarte». registro genealógico de los primeros que 32 Varones de Betel y de Jai, ciento buscaron su registro en las genealogías,
11
Yo le respondí: «¿Huir un hombre como habían vuelto, y vi escrito en él lo si- veintitrés. y n o se65halló, y fueron privados del sacer-
yo? ¿Un hombre como yo entrar en el guiente : * <> «Éstos son los hijos de la 33 Hijos de Nebo, de Magbis, cincuenta docio, y les m a n d ó el Tirsata que n o
templo para salvar la vida? N o entraré». provincia (Judea) que subieron del des- y dos. comiesen de las cosas santas hasta que
12 Entonces conocí que no era Dios quien tierro, los que había llevado cautivos Na- 34 Hijos de la otra Elem, mil doscientos hubiese66
sacerdote con urim y íummim. *
le enviaba, sino que m e aconsejaba esto bucodonosor, rey de Babilonia, y volvie- cincuenta y cuatro. La congregación toda era67de cuarenta
porque Sambalat y Tobías le habían ga- ron a Jerusalén y a Judá cada uno a su •s Hijos de Jiirim, trescientos veinte. y dos mil trescientos sesenta, sin contar
nado con dinero, I 3 y creían que así yo ciudad». "> Vurones de Jericó, trescientos cua- sus siervos y siervas, que eran siete mil
me atemorizaría y seguiría su consejo, Lista de las familias que volvieron renta y cinco. trescientos treinta y siete, habiendo entre
37
cometiendo un pecado que podrían apro- Varones de Lod, de Jadíd y O n o , ellos doscientos cuarenta y cinco cantores
vechar para infamarme y cubrirme de con Zorobabel setecientos veintiuno. y cantoras.
38
oprobio. 7
Partieron con Zorobabel, Josué, Ne- Hijos de Senaa, tres mil novecientos Sus caballos eran setecientos treinta y
14
Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de hemías, Azarías, Raamías, Najamaní, treinta. seis; sus mulos, doscientos cuarenta y
Sambalat y de sus obras. Acuérdate tam- Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigbai, Na- •"'Sacerdotes: Hijos de Idayas, de la cinco; 68 sus camellos, cuatrocientos trein-
bién de Noadía, la profetisa, y de los hum y Baana. CUHU de Josué, novecientos setenta y tres. ta y cinco, y sus asnos, seis mil setecientos
otros profetas que procuraban atemori- Número de los hombres del pueblo de 4<> Hijos de Immer, mil cincuenta y dos. veinte. #> Algunos de los príncipes de las
zarme. Israel: 41 Hijos de Pasjur, mil doscientos cua- familias dieron para las obras. El Tirsata
15
La muralla quedó terminada el día 8 Hijos de Paros, dos mil ciento se- renta y siete. dio para el tesoro mil dáñeos de oro,
42
veinticinco del mes de Elul, en cincuenta tenta y dos. Hijos de Jarim, mil diecisiete. cincuenta tazones y treinta vestiduras
4
3 Levitas: Hijos de Jesúa, de Cadniel, sacerdotales; ™ y de los príncipes de las
17
Los enemigos de Judá y de Nehemías contaban dentro de Jerusalén con auxiliares que es- de Bani, de Odebias, setenta y cuatro. familias dieron para el tesoro de la obra
piaban la conducta del gobernador para transmitirla a los de fuera.
65
5 Estos sacerdotes, temporalmente excluidos del ministerio, han de esperar a que un sacerdote
T Con ocasión del censo de la población judía, Nehemías incluye en sus memorias el docu- ungido pueda consultar a Yavé por medio de los urim y tummtm. El juicio definitivo ha de ser de
• mentó que conocemos por Esd 3, de los primeros que volvieron con Zorobabel el año 538. Yavé.
NEHEMÍAS 7-9 480 NEHEMÍAS 9
487
veinte mil dáricos de o r o y dos mil dos- que no h a n preparado, pues hoy es día C a d m i e l , B a n i , J a s á b a n l a s , Serebías,
cientas minas de plata; 7 1 y lo que dio el consagrado al Señor; y n o os entristez- P l e g a r i a d e los l e v i t a s
4 Odias, Sebanías y Patajya:
resto del pueblo fueron veinte mil dáricos cáis, porque la alegría de Yavé es vuestra Luego los levitas Josué, Bani, Cad-
«Levantaos, bendecid a Yavé, vuestro
de oro, dos mil minas de plata y sesenta fortaleza». n Los levitas hacían callar al miel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y
Dios, por los siglos de los siglos. Bendito
y siete vestiduras sacerdotales. 7 2 Habita- pueblo, diciendo: «Callad, que hoy es día Quenani se levantaron sobre la grada de
ron los sacerdotes, los levitas, los cantores, sea su glorioso n o m b r e sobre t o d a alaban-
santo, y no os entristezcáis». los levitas y clamaron en voz alta a Ya-
za y bendición». *
los porteros, los netineos y todo Israel en 12
Fuese t o d o el pueblo a comer, y a vé, su Dios. 5 Dijeron los levitas Josué,
sus ciudades. Llegado el séptimo mes, ya beber, y a enviar porciones, gozando de
estaban los hijos de Israel en sus ciudades. gran alegría, p o r q u e había entendido lo
que se le había enseñado. PLEGARIA DE LOS LEVITAS
E s d r a s l e e al p u e b l o el l i b r o d e l a L e y 13
El segundo día, los jefes de familia
de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, se 6 «Tú, ¡oh Yavé!, eres único;
1 Llegado el séptimo mes, los hijos
8 de Israel estaban ya en sus ciudades;
reunieron con Esdras, escriba, p a r a oir
la explicación de las palabras de la Ley;
tú hiciste los cielos
y entonces el pueblo, c o m o u n solo h o m - 14 y los cielos de los cielos y toda su milicia;
bre, se reunió en la plaza que hay delante y hallaron que en la Ley que había d a d o la tierra y cuanto hay en ella;
Yavé p o r m a n o de Moisés estaba escrito los mares y cuanto en ellos h a y ;
de la puerta de las Aguas y dijeron a
que los hijos de Israel habitasen en caba- tú das vida a todas las cosas,
Esdras que llevase el libro de la Ley de nas en la solemnidad del mes s é p t i m o ; *
Moisés, dada por Yavé. * 2 Llevólo Esdras y los ejércitos de los cielos te adoran.
1 5 y proclamaron esta publicación p o r to- 7
Tú eres, ¡oh Yavé!, el Dios que elegiste a A b r a m
ante la asamblea, compuesta de hombres
das las ciudades y en Jerusalén, diciendo: y le sacaste de U r Casdim,
y mujeres, de cuantos eran capaces de «Subid a los montes y traed ramas de
entenderla. Esto era el día primero del y le diste el n o m b r e de A b r a h a m .
acebuche, ramas de arrayán, ramas de 8
mes séptimo. palmera y de t o d o árbol frondoso p a r a Hallaste fiel su corazón ante ti,
3 Esdras estuvo leyendo el libro desde hacer las cabanas como está m a n d a d o » . e hiciste con él alianza
la m a ñ a n a hasta la tarde en la plaza que de darle la tierra del cananeo,
l 6 Salió, pues, el pueblo todo, y tra- del jeteo, del amorreo, del fereceo,
hay delante de la puerta de las Aguas,
yéndolas hicieron cabanas, unos en sus del jebuseo y del guergueseo,
y t o d o el pueblo seguía con atención la terrados, otros en sus patios y en los
lectura del libro de la Ley. 4 Estaba Es- atrios de la casa de Dios, en la plaza de
de dársela a su descendencia,
dras, escriba, sobre un estrado de ma- y cumpliste tu palabra,
la puerta de las Aguas y en la plaza de p o r q u e eres justo.
dera que se alzó c o n esta ocasión; y es- la puerta de Efraím; 1 7 y todos los de la 9
taban junto a él, a su derecha, Matatías, congregación q u e volvieron de la cauti- T ú miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto
Semeyas, Anaía, Urías, Helcías y M a a - vidad hicieron cabanas y habitaron en y oiste su clamor en el m a r Rojo.
10
sías, y a su izquierda, Jasdava, Misael, ellas, cosa que n o habían hecho los hijos Tú obraste prodigios y maravillas contra el F a r a ó n ,
Malquiva, Asum, Jasbadana, Zacarías y de Israel desde los días de Josué, hijo de contra sus siervos y contra todo el pueblo de su tierra,
Mesulam. 5 Abrió Esdras el libro, vién- N u n , hasta entonces. H u b o gran alegría. p o r q u e sabías con cuánta crueldad los habías tratado,
dolo todos, p o r estar él m á s alto que to- •8 Esdras leyó en el libro de la Ley de y engrandeciste tu n o m b r e como lo es hoy.
11
do el pueblo, y t o d o el pueblo estaba Dios cada día, desde el primero hasta el T ú dividiste el m a r ante ellos,
atento. 6 Bendijo entonces Esdras a Yavé, último. Celebraron la solemnidad siete y pasaron p o r en medio de él a pie enjuto,
Dios grande, y t o d o el pueblo, alzando días, y al octavo tuvieron gran asamblea, y a sus perseguidores los arrojaste a lo profundo,
las manos, respondió: «Amén, amén»; y según lo prescrito. c o m o cae una piedra en el abismo.
12
postrándose adoraron a Yavé, rostro a T ú en columna de nubes los guiaste de día,
tierra. 7 Josué, Bani, Serebías, Jamín, A y u n o y confesión d e los p e c a d o s y en columna de fuego de noche,
Acub, Sebtaí, Odias, Maasías, Quelita, para alumbrar el camino que habían de seguir.
Azarías, Josabad, J a n á n y Pelaya, levitas, del p u e b l o 1 3 Tú descendiste sobre el monte Sinaí,
explicaban la Ley al pueblo atento. 8 Leía 1
El día veinticuatro del mismo mes y hablaste desde el ciclo,
el libro de la Ley de Dios clara y distin- 9
se reunieron los hijos de Israel en y les diste juicios juslos,
leyes de verdad y mandamientos.
tamente, entendiendo el pueblo lo que se ayuno, vestidos de saco y cubiertos de
le leía. ' N e h e m í a s , gobernador; Esdras, polvo. * 2 Y a la estirpe de Israel se había ' 4 T ú les diste a conocer tu santo sábado,
sacerdote y escriba, y los levitas que ha- apartado de todos los extranjeros, y pues- y por Moisi's, tu siervo,
cían al pueblo la explicación dijeron a tos en pie confesaron sus pecados y las íes prescribiste mandamientos, preceptos y Ley.
15
t o d o el pueblo: «Hoy es día consagrado a iniquidades de sus padres. 3 En pie, cada T ú les diste en su hambre pan del cielo,
Yavé, vuestro D i o s ; no os entristezcáis ni u n o en su lugar, se leyó en el libro de la y en su sed hiciste que el agua brotara de la roca.
lloréis», pues todo el pueblo lloraba oyen- Ley de Yavé, su Dios, cuatro veces en el Tú les pusiste en posesión de la tierra
do las palabras de la Ley. 10 Y luego les día, y otras cuatro veces en el día confe- que alzando tu m a n o prometiste darles.
dijo: «Id y comed manjares grasos, y be- saron y a d o r a r o n a Yavé. 1 6 Pero nuestros padres fueron soberbios,
bed licores dulces, y m a n d a d parte a los | y endurecieron su cerviz
y no guardaron tus mandamientos.
Q * El contenido de este capítulo no pertenece a las memorias de Nehemías; pero tuvo lugar 17
N o quisieron oir,
° bajo su gobierno (8-9) y probablemente poco después de acabarse la obra de las murallas. no se acordaron de las maravillas que tú habías hecho por ellos;
Nehemías cree de su deber completar la obra material con otra más importante, la religiosa, y para antes, con dura cerviz y en rebelión,
ello empieza por la instrucción del pueblo. Para esto disponía de un gran auxiliar, Esdras, escriba,
docto en ia Ley de su Dios, a quien ayudaban varios levitas. pensaron en elegir caudillo
14
Este precepto se lee en Lev 23,39-43; pero el texto mismo confiésala novedad de esta práctica. para volverse a su servidumbre.
Q i Pasada la fiesta de los Tabernáculos, se prosigue ia misión empezada, a fin de inculcar bien 5
Esta plegaria, confesión de los muchos pecados de Israel, es un resumen de la historia del
** en el ánimo del pueblo la observancia de la Ley, y se termina todo con una renovación de la pueblo a través de los siglos y testimonio de la justicia de Dios al castigarle y de su gran miseri-
alianza, como la de Josías (2 Re 23,1 ss.). cordia al restaurarle.
NEHEMfAS 9 488 489 NEHEMÍAS 9-10
»Pero tú eres Dios de perdones, si pero en tu gran misericordia no los consumiste del todo
clemente y piadoso, tardo a la ira y de mucha misericordia, ni los abandonaste,
y no los abandonaste. porque eres un Dios clemente y misericordioso.
18 Y cuando se hicieron un becerro fundido 32
»Ahora, pues, Yavé, Dios nuestro,
y dijeron: «He aquí tu Dios, que te ha sacado de Egipto», Dios grande, fuerte, terrible,
y cometieron grandes abominaciones, que guardas la alianza y la misericordia,
19
tú, con todo, por tu mucha misericordia, no tengas en poco
no los abandonaste en el desierto, todas las aflicciones que nos han alcanzado a nosotros,
y la columna de nube no se apartó de ellos de día a nuestros reyes, príncipes, sacerdotes y profetas,
para guiarlos por el camino, a nuestros padres y a todo tu pueblo,
ni la columna de fuego de noche, desde los días de los reyes de Asiría
para20 alumbrarles el camino por donde habían de ir. hasta el día de hoy.
»Tú les diste tu buen espíritu, para enseñarlos, 33
Pero tú has sido justo en todo lo que sobre nosotros ha venido;
y no retiraste de su boca el maná, tú has obrado justamente, mientras nosotros hicimos el mal,
y les diste agua en su sed. 34
y nuestros reyes, príncipes, sacerdotes y nuestros padres
21
Los sustentaste por cuarenta arios en el desierto, no pusieron por obra tu Ley
y nada les faltó, y no atendieron a tus mandamientos,
y no se envejecieron sus vestidos a tus testimonios y a tus protestas;
ni se hincharon sus pies. 35
y en su reino, en medio de los muchos bienes que les concediste,
22
Tú les diste reinos y pueblos en la espaciosa y pingüe tierra que les diste,
y les distribuíste sus regiones, no te sirvieron,
y poseyeron la tierra de Seón, no se convirtieron de sus malas obras;
rey de Hesebón, 36 y hoy somos siervos
y la tierra de Og, rey de Basan.
23 en la tierra q u e diste a nuestros padres
Tú multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo p a r a que comiesen sus frutos y sus bienes.
y los introdujiste en la tierra de que dijiste a sus padres 37
Ella multiplica sus productos para los reyes
que entrarían a poseerla. que por nuestros pecados has puesto sobre nosotros,
24
Vinieron los hijos, y la poseyeron, que se enseñorean de nuestros cuerpos, de nuestras bestias,
y humillaste delante de ellos a los moradores de la tierra, conforme a su voluntad; y estamos en gran angustia».
entregándolos en sus manos,
y a sus reyes, y a los pueblos de la tierra,
para que hicieran con ellos lo que quisieran. Renovación de la alianza Sobeo, 2 í R e j u m , Jesabna,
27
Maaseas,
25
Y tomaron sus ciudades fuertes y su tierra pingüe, Ajías, Janán, Anán, 28 Maluc, Jarim,
1 A * ^ o r *°do e s t 0 ' n o s o t r o s hacemos Baana.
y heredaron casas llenas de toda suerte de bienes, * " hoy una fiel alianza, y la escribimos 29
cisternas hechas, viñas y olivares Y el resto del pueblo, los sacerdotes
signada por nuestros príncipes, nuestros y los levitas, porteros y cantores, los neti-
y muchos árboles frutales, levitas y nuestros sacerdotes.
y comieron y se hartaron y engordaron, 2
Los que firmaron con sus sellos fue- neos y todos los que se habían apartado
y se2 deleitaron con tu gran bondad. ron: de los pueblos de la región volviendo a la
« »Pero te irritaron rebelándose contra ti, Nehemías, el gobernador, hijo de Hel- Ley de Dios, sus mujeres, sus hijos y sus
y echaron tu Ley a sus espaldas; cías; 4Sedecías, 3 Serayas, Azarías, Jere- hijas y todos cuantos tenían conocimien-
y mataron a tus profetas, que los reprendían para convertirlos a ti, mías, Pasjur, Amarías,6 Malaquías, 5 Ja- to y discreción, 30 se adhirieron a sus her-
e hicieron grandes abominaciones. tús, Sebanías, Maluc, Jarín, Meremot, manos, sus príncipes, y convinieron en la
27
»Los entregaste en manos de sus enemigos, que los afligieron, Obadías, 7 Daniel, Guinetón, Baruc, 8 Me- protestación y el juramento de andar en
y clamaron a ti en el tiempo de su aflicción, sulam, Abías, Miyamín, 9 Maasías, Bilgai la Ley de Dios, que dio por mano de Moi-
y tú desde los cielos los oíste, y Semeyas. Éstos sacerdotes. sés, su siervo, y guardar y cumplir los
y según tus muchas misericordias los libraste dándoles libertadores i" Levitas: Josué, hijo de Azanías; Bi- mandamientos de Yavé, nuestro Señor, y
que los salvasen de las manos de sus enemigos. nuí, de los hijos de Jenadad; Cadmiel n y sus juicios y preceptos; * 31 de no dar
28
Pero en cuanto quedaban en paz se volvían sus hermanos; Sebanías, Odias, Quelita, nuestras hijas a los pueblos de aquella
para hacer lo malo a tus ojos, Pelayas, Jonán, i 2 Mica, Rejob, Jasabías, tierra, ni tomar sus hijas para nuestros
y los dejaste en manos de sus enemigos que los dominaban' 1 Zacur, Serebías, Sebanías, 14 Odias, Ba-
3 hijos; 32 de no comprar nada en día de
y de nuevo convertidos clamaban otra vez a ti; ní y Beninu. sábado, en día santificado, de las mercade-
y tú desde los cielos los oías, !5 Cabezas del pueblo: Paroso, Pajat- rías y comestibles que en sábado trajesen
y según tus misericordias los libraste muchas veces. Moab, Elam, Zatu, Baní, i<> Buni, Azgat, a vender los pueblos de la tierra; de libe-
29
Los amonestaste Babai, 17 Adonías,9 Bigval, Adim, 18 Ater, rar la tierra el año séptimo y remitir toda
para que se volviesen a tu Ley; Jelisquía, Azur, 1 Odias, Jasum, Besai, deuda. 33 Impusimos además por ley la
20
pero ellos en su soberbia Jarif, Anatot,
22
Nebaí, 2 i Magpías, Me- carga de contribuir cada año con un ter-
no escucharon tus mandamientos sulam,23 Jezir, Mesezabeel, Sadoc, Ja- cio de siclo para la obra de la casa de
y pecaron contra tus juicios dúa, Pelatías, Janán, 2SAnanías, 24 Ho- nuestro Dios, 34 para los panes de la pro-
—los juicios que, si los sigue, el hombre vivirá—, seas, Jonanías, Jasub, Halojes, Pilja, posición, para la ofrenda perpetua y para
y tuvieron hombros rebeldes,
y endurecieron su cerviz y no obedecieron. •I A 30 Desde aquí se enumeran aquellos puntos que en las circunstancias presentes se creyeron
30 ' ^ necesarios añadir a la promesa general de guardar la Ley de Dios. En ellos es de notar la in-
Los soportaste largos años,
amonestándolos con tu espíritu, sistencia sobre los matrimonios mixtos, el sábado, el año sabático con la remisión de las deudas,
según Dt 15,1, y para el sostenimiento del culto se impone un tributo de un tercio de siclo por
y no le dieron oídos. persona. Argumento de que, por este tiempo, los reyes no se hacían cargo del sostenimiento del cul-
Y entonces los entregaste en manos de pueblos extraños; to, como antes Darlo (Esd 6,9 ss.).
NEHEMÍAS 10-11 490 491 NEHEMÍAS 11-12
el holocausto continuo, el de los sábados, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo 2
4Petayas, hijo de Mezesabeel, de los lai; de Amoc, Eber; 21 de Helcías, Josa-
el de los novilunios y el de las solemni- de Sefatías, hijo de Malabeel, de los hi- hijos de Zera, hijo de Judá, era comisario bías; de Jedayas, Natanael.
dades, para las santificaciones y sacri- jos de Fares; 5 Maasías, hijo de Baruc, del rey para todos los negocios del pue- 22
En los días de Eliasib, Joyada, Jo-
ficios expiatorios por Israel y para toda hijo de Coljose, hijo de Jayas, hijo de blo. janán y Jadúa, los levitas jefes de fami-
la obra de la casa de nuestro Dios. Adías, hijo de Joyarib, hijo de Zacarías, 25
En cuanto a las aldeas y sus tierras, lias y los sacerdotes fueron inscritos has-
35
Echamos también suertes entre los hijo de Siloní. 6 Todos los hijos de Fares algunos de los hijos de Judá habitaron ta el reinado de Darío, persa. 23 Los je-
sacerdotes, los levitas y el pueblo sobre que moraron en Jerusalén fueron cuatro- en Cariartarbé y sus suburbios, en Di- fes de familias de los hijos de Leví se
la ofrenda de la lefia, y para traerla a la cientos setenta y ocho hombres fuertes. bón y los suyos y en Jacabseel y los su- inscribieron en el libro de los anales has-
casa de nuestro Dios, en tiempos deter- 7 Hijos de Benjamín: Salu, hijo de Me- yos. 2<> En Josuá, Molada, Betfale, 2728Ha- ta el tiempo de Jojanán, hijo de Eliasib.
minados cada afio, para quemarla sobre sulam, hijo de íoed, hijo de Pedaías, hijo sar Sual, Berseba y en sus aldeas; en 24
Eran los jefes de los levitas: Jasebias,
el altar de Yavé, nuestro Dios, según está de Colayas, hijo de Maasías, hijo de Itiel, Siceleq y Mecana y sus aldeas; 29 en En- Serebia, Josú, hijo de Cadmiel, y sus her-
• prescrito; 36 de traer cada año las primi- hijo de Isaías, 8 y sus hermanos, valientes rimón, Sarea, Jarmut, 30 Zanoaj, Adulam manos, que cada uno según su rango
cias de nuestra tierra y las primicias de guerreros, novecientos veintiocho. 9 Joel, y sus aldeas; en Laquis y sus tierras y cantaban las alabanzas y ensalzaban el
los frutos de nuestros árboles a la casa hijo de Cicrí, era su prefecto, y Judas, hijo en Azecá y sus aldeas. Habitaban desde poder de Dios, según la ordenación pres-
de Yavé, así como los primogénitos de de Senuá, el segundo en la ciudad. Berseba hasta el valle de Hinnón. crita por David,25hombre de Dios, y ser-
nuestros hijos y de nuestras bestias, como 10
está escrito en la Ley; 37 y de traer los pri- Sacerdotes: Jedayas, hijo de Joya- 31 Los hijos de Benjamín, desde Gue- vían por turno. Matanías, Bacbuquías,
mogénitos de nuestras vacas y de nues- rib; Joaquín, » Serayas, hijo de Helcías, ba, en Micmas, Aya, Betel y sus aldeas;
32
Obedías, Mesulam, Taiman y Acub eran
tras ovejas a la casa de nuestro Dios, a hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de en Anatot, Nob, Ananía, 33 Jasor, Ra- los guardas de las puertas y de los ves-
los sacerdotes que ministran en la casa Merayot, hijo 12de Ajitub, príncipe de la ma, Guitaim, 34ja(jid, Seboím, Nabalat, tíbulos de las puertas. 26 Estos lo eran
de nuestro Dios; 38 traer las primicias de casa de Dios, y sus hermanos, ocupa- 35 Lod y Ono, en el valle de los Artesa- en tiempo de Joaquín, hijo de Josué,
nuestras masas y nuestras ofrendas, y del dos en el servicio de la casa, ochocientos nos. 36 Hubo algunos levitas que se unie- hijo de Josedec, en tiempo de Nehemías,
fruto de todo árbol, del vino, del aceite, veintidós; Adayas, hijo de Jerojam, hijo ron a Benjamín, aunque pertenecían a gobernador, y de Esdras, sacerdote y es-
a los sacerdotes, a las cámaras de la casa de Pelayas, hijo de Amsí, hijo de Zaca- los repartimientos de Judá. criba.
de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra rías, 13
hijo de Pasjur, hijo de Malaquías,
tierra a los levitas; y de que recibirían los y sus hermanos príncipes de las fami- E n u m e r a c i ó n de los sacerdotes y Dedicación solemne de las murallas
levitas las décimas de nuestras labores en lias, doscientos cuarenta y dos. Amasai,
levitas de Jerusalén
todas las ciudades. 59 De que estaría el hijo de Azarael, hijo de Immer, 14 y sus 27
sacerdote hijo de Arón con los levitas hermanos, hombres de gran vigor, ciento | O i Estos son los sacerdotes y levl- Para la dedicación del muro de Je-
cuando los levitas recibieran el diezmo, veintiocho, de los cuales era jefe Zabdiel, *•** tas que subieron con Zorobabel, rusalén fueron llamados los levitas de to-
y que los levitas llevarían el diezmo del hijo de Guedolim. hijo de Saaltiel, y2 con Josué: Serayas, dos sus lugares, para venir a Jerusalén
diezmo a la casa de nuestro Dios, a las 15
Levitas: Semeyas, hijo de Jasub, hijo Jeremías, Esdras, * Amarías, Maluc, Ja- a celebrar la dedicación y la fiesta con
cámaras de la casa del tesoro, 40 pues a de Azricam, hijo de Jasabías, hijo de tus, 3 Secanías, Rejum, Meremot, 4 Ido, alabanzas y cánticos, címbalos, salterios
las cámaras han de llevar los hijos de Is- Buní; 16 Sabtaí y Jozabad, de los prínci- Guinetón, 5
Abías, Minyamín, Maadas, y cítaras; 28 reuniéronse, pues, los hijos
rael y los hijos de Leví la ofrenda del gra- pes entre los levitas, sobrestantes de la Bilgá, 6 Semeyas, Joyarib, Jedayas, 7 Sa- de los cantores, lo mismo los de la cam-
no, del vino y del aceite, y allí han de es- obra exterior de la casa de Dios; 17 Ma- lu, Amoc, Helcías, Jedayas. Estos eran piña alrededor de Jerusalén como los de
tar los vasos del santuario y los sacerdo- tatías, hijo de Mica, hijo de Zabdí, hijo los príncipes de los sacerdotes y sus her- las aldeas de Netofá, 29 de Bet Guilgal
tes que ministran, los porteros y los can- de Asaf, el primero, el que dirigía las manos en los días de Josué. y de los campos de Gueba y Azmavet,
tores, no abandonando la casa de nues- alabanzas y la acción de gracias al tiem- 8
Levitas: Jesuá, Benuí, Cadmiel, Se- pues los cantores se habían edificado al-
tro Dios. po de la oración; Bacbuquías, el segundo reblas, Judá y Matanías, que con sus deas en los alrededores de Jerusalén. 30 Pu-
de entre sus hermanos; y Abda, hijo de hermanos9 dirigían el canto de las ala- rificáronse los sacerdotes y levitas y puri-
Nueva repartición de los habitantes Samúa, hijo de Galad, hijo de Jedutún. banzas; Bacbuquías y Uní con sus her- ficaron al pueblo, las puertas y el muro.
en el territorio 18
Todos los levitas en la ciudad san- manos, cada cual en su ministerio, i* Je- 31 Hice luego subir al muro a los prín-
suá engendró a Joaquín, Joaquín engen- cipes de Judá y los dividí en dos grandes
n i Residían en Jerusalén los prínci- ta fueron doscientos ochenta y cuatro.
pes del pueblo, pero el resto del 19 Porteros: Acub, Taiman y sus herma-
pueblo echó suertes para traer de cada nos, guardas de las puertas, ciento se-
dró ua Eliasib, Eliasib engendró a Joya-
da, Joyada engendró a Jojanán y Jo-
janán engendró a Jadúa.
coros que fueran en procesión: uno por
la mano derecha sobre el32muro hacia la
puerta de la Escombrera; tras éste iban
diez uno a Jerusalén, a la ciudad santa, tenta 20
y dos.
i 2 En los días de Joaquín, los sacerdo- Osías y la mitad de los príncipes de Ju-
quedando los otros nueve en las ciuda- El resto de Israel, de los sacerdotes tes de cabezas de familias eran: de Se- dá, 33 Azarías, Esdras, Mesulam, 34 j u dá,
des. * 2 Bendijo el pueblo a todos los va- y de los levitas, en todas las ciudades rayas, Merayas; de Jeremías, Jananías; Benjamín, Semeyas y Jeremías; 35 y de
rones que voluntariamente se prestaron de Judá, cada uno en su heredad. 13
de Esdras, Mesulam; de Amarías, Jo- los hijos de los sacerdotes, con las trom-
a quedarse en Jerusalén. 3 Estos son los 21 Los netineos habitaban en Ofel, y janán; 1 54 de Melicu, Jonatán; deSebanías, petas, Zacarías, hijo de Jonatán, hijo de
principales de la provincia que habitaron sus jefes eran Sija y Guispa. 22 El jefe José; 16 de Jarim, Adúa; de Maragot, Semeyas, hijo de Matanías, hijo de Mica,
en Jerusalén. En las ciudades de Judá ha- de los levitas en Jerusalén era Uzí, hijo Elcaí; i de17 Ido, Zacarías; de Guinetón, hijo de Zacur, hijo de Asaf, 3* y sus her-
bitaba cada uno en su posesión. De Is- de Baní, hijo de Jasabías, hijo de Mata- Mesulam; de Abías, Zicrí; de Minya- manos, Semeyas, Azarael, Milalar, Gi-
rael, de los sacerdotes, levitas, netineos nías, hijo de Mica, de los cantores, 23
hijos mín y Moadías, Piltaí; l s de Bilgá, Sa- labai, Maal, Natanael, Judá y Jananí, con
4
y de los hijos de los siervos de Salomón, de Asaf, en la casa de Dios, porque múa; de Semeyas, Jonatán; i ' de Joiarib, los instrumentos músicos de David, hom-
habitaron en Jerusalén hijos de Judá e había cerca de ellos una ordenación es- Metenaí; de Idayas, Uzi; 2 " de Salaí, Ca- bre de Dios, y Esdras, escriba, delante de
hijos de Benjamín: pecial del rey y se les había asignado un
Hijos de Judá: Ataya, hijo de Uzías, salario fijo por cada día. l

I •% ! La ciudad de Jerusalén estaba casi despoblada. Los repatriados habían preferido insta-
I O*• Los censos de población eran particularmente interesantes para los miembros déla tribu
de Leví; por eso el autor sagrado incluye estas nuevas listas de los sacerdotes y levitas, que
* ' larse en sus propias ciudades, donde tenían sus campos y podían atender mejor a su subsis- en diversas épocas habían sido confeccionadas.
tencia. Jerusalén hubo de perder más en el asedio, y así eran menos los que vinieron a avecindarse Para la cronología de estos libros tiene particular importancia el v.22, donde se dice que desde
en ella. Nehemías mira ahora a aumentar su población, como cosa tan importante a la vida nacional. los días de Eliasib hasta el reinado de Darío el persa fueron hechos los censos de los sacerdotes y
Muchos se ofrecen voluntariamente a instalarse en la ciudad santa; para completar su población es- levitas. Aquí tenemos los nombres de cinco pontiñces, el primero nieto de Josué, que vino en la
cogen por suerte el décimo de los que vivían fuera. primera expedición y edificó el templo, y el último, que alcanzó los días de Alejandro Magno cuando
fue redactada esta nota.
NEHEMÍAS 12-13 492
493 TOBÍAS
ellos; 3 7 a la puerta de la Fuente subie-| tas y los moabitas no entrarían jamás
ron de /'rente las escaleras de la ciudad en la congregación de Dios, 2 p o r no bía también tirios que traían el pescado dios que habían tomado mujeres 2de 4
Azo-
de David, por la subida al palacio de haber salido a recibir a los hijos de Is- y toda clase de mercancías, vendiéndolas to, de Ammón y de Moab, cuyos
David y hasta la puerta de las Aguas, al rael con el pan y el agua, antes haber a los hijos de Judá en Jerusalén el día hijos por mitad hablaban azoteo o la
oriente. 38 El segundo coro iba por la incitado contra ellos a Balam para que del17 sábado. lengua de este o el 2otro pueblo, y no sa-
izquierda, y yo en pos de él con la mi- los maldijera, aunque nuestro Dios vol- Reprendí a los magistrados de Judá bían hablar judío. 5 Yo los reprendí y
tad de los príncipes del pueblo, sobre el vió la maldición en bendición. 3 Como y les dije: «¿Qué es esto tan malo que los maldije, hasta golpeé a algunos y les
muro, por encima de la torre del Horno, oyeron esta ley, luego fue apartado de nacéis, profanando así el día del sába- arranqué los pelos, y los conjuré en nom-
hasta la muralla Ancha, 3 ' y luego por Israel todo extranjero. do? 18 ¿No es eso lo que hicieron vues- bre de Dios, diciendo: «No daréis vues-
4
la puerta de Efraím, la puerta Nueva, la Antes de esto, Eliasib, sacerdote, tros padres, y por eso trajo nuestro Dios tras hijas a sus hijos ni tomaréis sus hi-
puerta del Pescado, la torre de Jananael siendo superintendente de las cámaras sobre nosotros y sobre esta ciudad tan- 26 jas para vuestros hijos o para vosotros.
y la torre de Mea, hasta la puerta de las de la casa de nuestro Dios, y habiendo tos males? ¿Y vosotros acumuláis ira con- ¿No pecó por esto Salomón, rey de
Ovejas, haciendo estación a la puerta de emparentado con Tobías, * 5 había cedi- tra Israel, profanando el sábado?» is> Man- Israel? Aunque no hubo en la muche-
la Prisión. do a éste una gran cámara, en la cual dé, pues, que al obscurecer antes del sá- dumbre de las gentes rey semejante a él,
40
Pararon ambos coros en la casa de se guardaban antes las ofrendas, los per- bado cerrasen las puertas de Jerusalén y que era amado de su Dios y fue puesto
Dios, y yo con la mitad de los magistra- fumes, los vasos y el diezmo del trigo, que no las abriesen hasta después del por El rey sobre todo Israel, aun a él le
dos, 41 y los sacerdotes Eliacim, Maasías, del vino y del aceite, mandado dar a los sábado. Puse a las puertas algunos de 27 hicieron pecar las mujeres extranjeras.
Minyamim, Mica, Elyoenai, Zacarías y levitas, a los cantores y a los porteros, mis servidores, para que en día de 20sá- ¿Vamos, pues, a consentir, sabiéndolo,
6
Ananías, con trompetas; 42 y Maasías y la ofrenda de los sacerdotes. Mas bado no dejasen entrar carga alguna; y que vosotros cometáis ese gran nial de
Semeyas, Eleazar, Usí, Joyanán, Mal- entonces no estaba yo en Jerusalén, pues así se quedaron una y dos veces fuera prevaricar contra nuestro Dios tomando
quías, Elam y Ezer. Los cantores canta- fue el año treinta y dos de Artajerjes, de Jerusalén los mercaderes, que vendían mujeres
28
extranjeras?»
ban alto, dirigidos por Jisrajías. 43 Sacri- rey de Babilonia; yo fui al rey, y al cabo toda suerte de mercancías. 2 i Yo les ad- Uno de los hijos de Joyada, hijo de
ficáronse aquel día muchas víctimas y se de algún tiempo pedí 7
y obtuve del rey vertí diciendo: «¿Por qué pasáis la noche Eliasib, sumo sacerdote, era yerno de
hicieron grandes regocijos, porque ha- volver a Jerusalén, donde supe el mal delante de la muralla? Si otra vez lo ha- Sambalat, joronita, y por eso le arrojé
bía dado Dios al pueblo un gran motivo que había hecho Eliasib en favor de To- céis, os mandaré prender». Y ya 22
no vi- lejos de mí. * 29 Acuérdate de ellos, Dios
de alegría. Regocijáronse también las mu- bías, haciendo para él cámara 8
en los nieron más en día de sábado. Enton- mío, de los que contaminan el sacerdo-
jeres y los muchachos, oyéndose de lejos atrios de la casa de Dios; y me dolió ces mandé a los levitas que se purifica- cio y el pacto del sacerdocio y de los
el alborozo de Jerusalén. en gran manera; y echando fuera de la sen y que viniesen a guardar las puertas levitas. 3" Por eso los limpié de todo lo
cámara todo cuanto pertenecía a To- para santificar el día de sábado. También extranjero y puse a sacerdotes y levitas
Restablecimiento de los diezmos bías, 9 mandé que purificasen la cámara por eso acuérdate de mí, Dios mío, y por clases, cada uno a su obra, 31 y para
44
Por entonces fueron puestos comisa- y volviesen a poner en ella las cosas de perdóname según la muchedumbre de tu la ofrenda de la lefia en los tiempos se-
rios de las cámaras de las despensas, la casa I 0de Dios, las ofrendas y los per- misericordia. ñalados y para las primicias.
23
de las ofrendas, de las primicias y de fumes. Supe asimismo que no se ha- Vi asimismo por aquellos días ju-1 ¡Acuérdate de mí, Dios mío, para bien!
los diezmos, para recibir de los campos bían dado a los levitas sus porciones 28
y de las ciudades las porciones legales y que los levitas y cantores habían te- Según Flavio Josefo, este hijo de Joyada y hermano del sumo sacerdote Jonatán, casado con
una samaritana, huyó con su mujer a Samaría y fundó el templo del Garizim, en contra del de Je-
para los sacerdotes y levitas; porque es- nido que retirarse cada uno a su here- rusalén. Este mismo debió de ser el que introdujo entre los samaritanos la ley por la que el culto debía
taba muy gozoso Judá de que los sacer- dad, n Reprendí a los magistrados y regirse. Tal sería el origen del Pentateuco samaritano, no distinto del hebreo sino en la escritura,
dotes 45 y los levitas estuvieran en sus pues- dije: «¿Por qué ha estado abandonada la que es la antigua de los judíos.
tos, * observando cuanto concierne al casa de Dios?» Y reuniendo a los levi-
servicio de Dios y a las purificaciones, tas y cantores, los restituí cada uno a su
y de que los cantores y porteros cumplie- puesto. 12 Todo Judá trajo el diezmo del
sen sus funciones según la ordenación trigo,13 del vino y del aceite a los almace- O
de David y de Salomón, su hijo; 46 pues nes, y puse por intendentes en ellos a B
desde el tiempo de David y de Asaf, Selemías, sacerdote, y a Sadoc, escriba;
ya de antiguo había jefes de cantores y y de los levitas, a Pedayas, y como ad- 1. Tobías, o Tobit, es un piadoso israelita del norte de la Palestina, que en medio
se cantaban cantos de alabanza y de junto, a Janán, hijo de Zacur, hijo de de la prevaricación general se mantuvo fiel a la Ley de Dios; y llevado luego cautivo
acción de gracias en honor de Dios. Matanías, que tenían reputación de fie-
47 a Asiría, perseveró en la misma fidelidad al Señor, manifestada por el ejercicio de
Todo Israel, en los días de Zorobabel les. Ellos fueron los encargados de ha-
y en los días de Nehemías, daba las por- cer la distribución a sus hermanos. las obras de misericordia. Para que más se destacara su piedad, le probó el Señor con
ciones de los cantores y de los porteros, 14 diversos trabajos, entre ellos la pobreza y la pérdida de la vista. De todas estas prue-
Acuérdate de mí, ¡oh Dios!, por todo bas salió su virtud más acrisolada, y el Señor le premió colmándole de bendiciones.
cada cosa en su día. Dábanse a los le- esto, y no olvides el bien que hice a la
vitas las cosas consagradas, y los levitas casa de mi Dios y en orden a la obser- Se ve claro el propósito de presentarnos a Tobías como modelo de piedad israelita.
daban a los hijos de Arón la parte de vancia. 2. No hay uniformidad de criterio, aun entre los exegetas católicos, respecto del
las cosas consagradas. " Por aquellos días vi en Judá que al- género literario en que fue compuesto este hermoso librito, que contiene, en forma
Varios abusos corregidos p o r gunos pisaban en sus lagares el sábado narrativa, preciosas lecciones de piedad, de paciencia y de obras de misericordia.
Nehemías y acarreaban haces, cargaban asnos con Su doctrina tiene gran semejanza con la expresada en forma poética en el libro de
1 vino, con uvas, con higos y toda suerte Job en cuanto a la prueba a que el uno y el otro son sometidos por Dios. En ambos
Leíase un día, en el libro de de cargas, y los traían a Jerusalén en día
13 Moisés, al pueblo, y salió el lu- de sábado. Los advertí acerca del día se plantea el mismo problema, el de la razón de los sufrimientos del justo, que tantas
gar en que se mandaba que los amoni- en que vendían sus mercancías. 16 Ha- veces hallamos planteado en el Antiguo Testamento, reclamando una solución que
44
Estos versos nos vuelven otra vez a los días de la misión, en que Esdras, con sus auxiliares
tranquilizara las almas piadosas, que sufrían no poco al ver que tantas veces la jus-
los levitas, instruía al pueblo en la Ley de Dios. El texto aludido se lee en Dt 23,3 ss. ticia de Dios, que da a cada uno según sus obras, parecía hallar en la realidad una
I O 4 Aquí volvemos a las memorias de Nehemías en su segunda venida a Jerusalén. Durante objeción insoluble. La solución de Tobías es la que hallamos en Job. Los sufrimientos
* ^ la ausencia, Eliasib, emparentado con los samaritanos, había cedido a este Tobías una cá- son una prueba de la virtud, después de la cual Dios se muestra más generoso en pre-
mara de las contiguas al templo, que se destinaban a los servicios del mismo. miar de lo que podían esperar los afligidos. De la determinación del género literario
TOB/AS 1 494
49X TOBÍAS 1-2
empleado por el autor depende principalmente la solución de ciertas dificultades que
el libro ofrece. Véase la encíclica de S. S. Pío XII. linaje comían los manjares de los genti- tés, la fiesta santa de las siete semanas;
les ; * H pero yo me abstenía de comer- y habiéndome sido preparado un ban-
3. Ignoramos quién haya sido el autor de este libro, que se debe suponer escrito en los, 12 porque con toda mi alma me acor- quete, me recosté para comer. 2 Al ver
la época posterior del judaismo. Se discute también en qué lengua, si en hebreo o daba de Dios. 13 Diome el Altísimo favor tantos manjares, dije a mi hijo: Vete y
arameo, pues el original no se conserva. Las versiones difieren bastante unas de otras. y gracia ante Emenasar, que me hizo su trae al primer necesitado que encuentres
El texto de la Vulgata es debido a San Jerónimo. El santo Doctor, que en cuanto al proveedor, * I 4 y viajando por la Media, de nuestros hermanos, que me recuerde
canon de las Escrituras daba mucha autoridad a la tradición judía, en su prólogo presté a Gabael, hermano de Gabrías, al Señor; yo espero por t i . * 3 C u a n d o
galeato no incluye entre los canónicos a Tobías, lo mismo que a Judit. Por eso no los en Ragúes de Media, diez talentos de volvió, dijo: «Padre, uno de nuestro linaje
plata. yace en la plaza estrangulado». 4 En se-
tradujo de su propia iniciativa; mas, cediendo a los ruegos de sus amigos Cromacw 15 guida, sin probar bocado, me lancé a la
Muerto Emenasar, le sucedió Sena-
y Heliodoro, preparó su versión del texto caldeo. Y como esta lengua, que él toma querib, su hijo. Los caminos se hicieron calle, le tomé y le metí en una habita-
por la original del libro, es parecida a la hebrea, se procuró un judío perito en ambas inseguros y ya no pude volver a la Me- ción hasta que se puso el sol. 5 Vuelto
lenguas; y en el espacio de un día, lo que el judío le iba traduciendo del caldeo al dia. * a casa, m e lavé y comí con tristeza,
6
hebreo, él lo dictaba a un escribiente, traducido del hebreo al latín. Entre las muchas i<5 En los días de Emenasar hacía yo porque me vino a la memoria la profe-
versiones que del libro tenemos, griegas, latinas y aun hebreas, etc., la de San Jerónimo muchas limosnas a mis hermanos, 17 dan- cía de A m o s :
hace grupo aparte. Es una abreviación del texto más amplio que nos ofrecen las otras do pan a los hambrientos y vistiendo a «Vuestras fiestas se convertirán en due-
versiones, sin excluir la antigua latina. los desnudos; y si veía muerto a alguno lo, y vuestras alegrías, en lamentaciones».
de mi linaje, arrojado junto a los muros 7
Lloré, y en poniéndose el sol, fui a
Nuestra versión está hecha sobre la versión griega, representada por el códice de Nínive, le daba sepultura, ts Si el rey cavar una hoya en que sepultar el ca-
Vaticano, el mismo que publicó Sixto V en su edición de los LXX (cf. I n t r o d u c c i ó n Senaquerib m a t a b a a alguno, luego que dáver.
genera], n.22). volvió huido de Judea, yo en secreto lo 8
Los vecinos se reían de mí, dicien-
enterraba. En su furor mató a muchos, d o : «Aún no ha escarmentado; ya tuvo
cuyos cadáveres buscaba luego él, y no que huir por eso, y ahora vuelve a ente-
STT1VT A R T O Orígenes de Tobías y su piedad (1). Tobías en el cautiverio los hallaba. * rrar a los muertos».
19
(2,1-9). Su resignación en las pruebas (2,10-3,6). Sara, Pero un ninivita hizo saber al rey
afligida, ora a Dios (3,7-25). Discurso de Tobías a su hijo (4). Emprende el viaje que era yo el que los enterraba, y en- La prueba
tonces tuve que ocultarme; y sabiendo 9
acompañado de un ángel (5,1-6,9). Bodas de Tobías hijo con Sara (6,10-8,9). Aquella misma noche, cuando acabé
que m e buscaba para darme muerte, te- de darle sepultura, aun antes de puri-
Gabael asiste a las bodas (9). Vuelta de Tobías a sus padres (10,11). Revelación meroso, hui. 2 0 Fui despojado de todos ficarme, me dormí en el atrio junto al
del ángel (12). Cántico de Tobías (13). Fin de ambos Tobías (14). mis bienes, no dejándome nada, sino a muro, quedando con el rostro descubier-
5
Ana, mi mujer, y a Tobías, mi hijo. to. lu N o sabía yo que había pájaros en
Tobías Todas las tribus, que a u n a habían 21
el m u r o ; y teniendo los ojos abiertos,
N o eran pasados cincuenta días y le
1 Historia de Tobit, hijo de Tobiel, apostatado, sacrificaban a Baal, al bece- los pájaros dejaron caer en mis ojos su
m a t a r o n dos de sus hijos, que huyeron a
1 hijo de Ananiel, hijo de Aduel, hijo rro, y asimismo la casa de Neftalí, mi
padre. 6 Y o iba, las más veces solo, a
los montes de Ararat, y le sucedió Sa-
querdón, su hijo, el cual puso a Ahikar,
estiércol caliente, que me produjo en ellos
unas manchas blancas que los médicos
de Gabael, de la familia de Asiel, de la
tribu de Neftalí, 2 que fue llevado cauti- jerusalén durante las fiestas, según está el hijo de mi hermano Anael, al frente no fueron capaces de curar. Por este
vo en tiempo de Emenasar, rey de los m a n d a d o a todo Israel por precepto eter- de toda la contabilidad administrativa tiempo, Ahikar proveía a mi sustento,
asirios, y era natural de Tisbe, que está no, y llevaba las primicias y los diezmos del reino. * hasta que partió para Elimaida. n Enton-
de las cosechas y las primicias del esqui- 22 ces Ana, mi mujer, se ocupaba de su
Ahikar me alcanzó el perdón y pude
a la derecha de Cades de Neftalí, en Ga-
leo, y los entregaba a los sacerdotes, volver a Nínive. Era Ahikar, mi sobrino,casa en 'rabajos femeniles 1 2 y llevaba su
lilea, por encima de Hasor.
hijos de Arón, en el altar. 7 El diezmo de copero, guardasellos, administrador y labor a los amos. Estos, al pagarle una
P i e d a d d e T o b i t e n su patria todas las cosas se lo entregaba yo a los contador, y Saquerdón le había hecho vez su salario, le regalaron un cabrito.
13
3 hijos de Leví que sirven en Jerusalén; su primer ministro. * C u a n d o volvió a su casa comenzó el
Yo, Tobit, caminé por las sendas de cabrito a balar. Y yo le dije: «¿De dónde
el segundo diezmo lo vendía e iba y lo
la verdad y de la justicia todos los días viene ese cabrito? ¿No será robado? D e -
gastaba en Jerusalén cada a ñ o ; 8 y el 1
Al volver a mi casa me fueron de-
de mi vida, haciendo muchas limosnas a
mis hermanos, los de mi nación, que
tercero lo daba a quienes correspondía,
según que me había recomendado la ma-
2 vuélvelo a los amos, que no es lícito
vueltos Ana, mi mujer, y Tobías, comer cosa robada». 1 4 Ella m e contestó:
mi hijo. Era por la fiesta de Pentecos-
conmigo habían sido llevados a tierra
dre de mi padre, Débora, pues yo era
de los asirios, a Nínive. * 10
4 huérfano de padre. * El año 721 fue tomada Samaría, y la mayor parte de la población del reino llevada a Nínive
Siendo yo joven, vivía en mi patria, 9 en cautiverio. Pero antes de este cautiverio, la tribu de Neftalí y otras del norte de Israel fueron
en la tierra de Israel, y toda la tribu de H o m b r e ya, tomé p o r mujer a Ana,
del linaje de nuestro padre, y de ella invadidas el año 732 por Teglatfalasar, y muchos de sus habitantes llevados al cautiverio (2 Re 15,29).
Neftalí, mí padre, se había apartado del A esta invasión alude el oráculo de Is 8,23.
templo de Jerusalén, de la ciudad elegida tuve a Tobías. 13
Emenasar, corrupción de Salmanasar (727-722).
15
entre todas las tribus de Israel para ofre- Hay aquí una incorrección del texto, que hemos de atribuir a los copistas: Salmanasar, hijo
cer sacrificios y ser morada del Altísi- E n el c a u t i v e r i o de Teglatfalasar (727-722), el que puso el cerco a Samaría, murió en 722, antes de tomar la ciudad.
10
C u a n d o fuimos llevados cautivos a El que la tomó fue su sucesor, Sargón (722-705), padre de Senaquerib, que no reinó hasta la muerte
m o santificada p o r todas las generacio- de su padre (705).
nes. * Nínive, todos mis hermanos y los de mi 18
En la época de Ezequías, hacia el año 700 o después del 693, Senaquerib vio su ejército des-
3
truido
21
por la peste en Judea y hubo de retirarse, humillado por la mano de Dios.
1 El texto griego que traducimos comienza la historia poniendo el relato en boca del mismo 22
Saquerdón por Asaradón, hijo y sucesor de Senaquerib (681-668).
* 4
Tobías. Este Ahikar figura como protagonista de una historia descubierta entre los papiros de Ele-
La división política del reino de David llevó consigo la escisión religiosa. Jeroboam erigió fantina, escrita en arameo, y que se remonta al siglo V antes de Jesucristo. Le veremos varias veces
contra el santuario nacional de Jerusalén otros dos, los de Betel y Dan, en que colocó los becerros mencionado en este libro (Introducción a los libros históricos, n.7).
como imágenes de Dios. Los israelitas que permanecieron fieles a la Ley acudían, contra las órde-
nes del rey, a Jerusalén para cumplir sus obligaciones y devociones religiosas. O 2 No se sabe cómo adquiriera Tobías en su cautiverio la posición desahogada que el relato
8
Sobre estos varios diezmos, cf. Dt 15,22 ss., a cuyas prescripciones se ajusta la conducta de ^ supone. Pero el autor insiste en mostrarnos el empleo que de sus bienes hacía, enteramente
Tobit. conforme al Deuteronomio, en que tanto se inculca el amor al prójimo y el socorro de los necesi-
tados.
TOBÍAS 2-4 496 497 TOBÍAS 4-5
5
«Es un regalo que han añadido a mi sa- ellos has gozado. ' ¿Por qué nos azo- mismo sepulcro. Acuérdate, hijo, siem- yan bien encaminados; porque n o es del
lario». Pero yo no la creia, y la instaba tas? Y a que ellos murieron, vete í ú con pre del Señor, nuestro Dios, y guárdate h o m b r e el consejo; sólo el Señor es quien
a que lo devolviese a los amos, enojado ellos y que no veamos jamás hija o hija de pecar; observa sus preceptos. Practi- da todos los bienes, y a quien quiere le
contra ella. Mas me replicó: «/.Dónde es- tuya». ' ca la justicia todos los días de tu vida humilla según su voluntad. Acuérdate,
tán tus limosnas y tus buenas obras? Y a 10 Oyéndolas se entristeció sobrema- y no sigas los caminos de la iniquidad, pues, hijo mío, de mis preceptos y n o
lo ves ahora». nera, tanto que quería ahorcarse. Pero 6 porque siguiendo la verdad serás feliz se borren de tu corazón.
20
decía: «Soy la hija única de mi p a d r e ; en todas tus obras como todos los que » H a s de saber también que tengo diez
l
Y o m e entristecí y lloré, y con do- si tal hiciera, el oprobio vendría sobre él practican la justicia. 7 Según tus faculta- talentos en poder de Gabael, hijo de G a -
3 lor m e puse a orar, diciendo: y de dolor conduciría su ancianidad al des, haz limosna y no se te vayan los brías, en Ragúes de Media. 2 Í N o temas,
2
«Justo eres, Seflor, y justas todas tus sepulcro». n Y oraba puesta a la ven- ojos tras lo que des. N o apartes el rostro hijo; somos pobres, pero rico serás si te-
obras; tana, y decía: «Bendito eres, Seflor Dios de ningún pobre, y Dios no los apartará mes a Dios y te apartas de t o d o pecado y
todos tus caminos son misericordia y mió, y bendito tu nombre, santo y ex- de ti. 8 Si abundares en bienes, h a z de haces lo que le es grato».
verdad; celso p o r los siglos. Bendígante todas ellos limosna, y si éstos fueren escasos,
juzgas siempre según verdad y justicia. tus obras p a r a siempre. 1 2 Y ahora, Se- según esa tu escasez, n o temas hacerla. P r e p a r a t i v o s d e viaje a Media
3
Muéstrate a mí y para en mí tus ñor, en ti pongo mis ojos y mi rostro. ' Con esto atesoras u n depósito para el
ojos.
13
Llévame de la tierra y que no oiga día de la necesidad, 10 pues la limosna 1
Respondió Tobías, diciéndole: «Pa-
N o m e castigues por mis pecados, ya más ultrajes. 1 4 Tú sabes, Señor, que
yo estoy limpia de t o d o pecado con h o m -
libra de la muerte y preserva de caer en
las tinieblas, l l y es un buen regalo la
5 dre, cuanto me has m a n d a d o lo cum-
2
ni p o r mis ignorancias, ni por las que pliré. Pero ¿cómo voy a poder recobrar
mis padres bre l s y que n o h e m a n c h a d o mi n o m b r e limosna en la presencia del Altísimo p a r a el dinero de Gabael, si no le conozco?»
cometieron contra ti. * ni el n o m b r e de mi m a d r e en esta tierra todos los que la hacen. 3
Diole su padre el recibo y le dijo: «Bus-
4
Porque ellos desoyeron tus preceptos de mi cautiverio. Hija única soy de mi 12
ca quien te acompañe, que yo le daré su
padre, el cual no tiene hijo que pueda «Guárdate, hijo, de toda fornicación,
tú nos h a s entregado en botín y ante t o d o toma esposa del linaje de tus recompensa, y ponte en camino p a r a co-
heredarle, ni pariente próximo con u n
al cautiverio y a la muerte,
hijo para quien yo deba guardarme p o r padres; no tomes mujer extranjera que no brar el dinero antes que yo muera». 4 F u e -
objeto de escarnio p a r a todas las na- sea del linaje de tu padre, que hijos somos se en busca de uno, y se encontró con
mujer; ya se h a n muerto siete m a r i d o s ;
ciones,
¿de qué me sirve la vida? Y si n o te pa- de profetas, N o é , A b r a h a m , Isaac y Ja- Rafael, que era u n ángel. 5 N o conocién-
entre las que hemos sido dispersa- rece bien quitármela, mírame y ten pie- cob, nuestros antiguos padres. Recuerda, dole, le dijo: «¿Podrías acompañarme a
dos. dad de mí y que n o escuche ya m á s estos hijo, que éstos tomaron mujeres de entre Ragúes de Media, si es que conoces el
5
Muchos son tus juicios y verdaderos, ultrajes». sus hermanos, y fueron bendecidos en hi- camino?» 6 El ángel le contestó: «Yo iré
para que vayas a t o m a r venganza jos, y heredó su descendencia la tierra. * contigo, que conozco bien el camino y
por mis pecados y los de mis padres; w F u e escuchada la oración del u n o y 1 3 Y ahora, hijo mío, ama a tus hermanos hasta he sido huésped de Gabael, nuestro
porque ni cumplimos tus preceptos de la otra en la presencia de la gloria •"t y no te ensoberbezcas en tu corazón ni hermano». 7 Tobías le contestó: «Espera
ni caminamos sinceramente delante de Dios. I 7 Rafael fue enviado p a r a re- desprecies a los hijos e hijas de tu pueblo, un poco, que voy a decírselo a mi padre».
de ti. mediarlos a los dos, para batir las cata- rehusando t o m a r de ellas mujer, porque 8 El le respondió: «Vete y no tardes».
6
Ea, pues, h a z conmigo según tu be- ratas de Tobit y p a r a casar a Sara, la hija en el orgullo está la perdición y el des- Se fue y dijo a su p a d r e : «Ya hallé
neplácito. de Ragüel, con Tobías, el hijo de Tobit, orden, y en la ruindad la penuria y el quien pueda acompañarme». El le dijo:
Quítame el aliento de vida y paralizar a Asmodeo, el maligno de- hambre, pues la m a d r e del h a m b r e es la «Llámale, que quiero saber de qué tribu
para que muera y m e convierta en monio, por cuanto a Tobías tocaba here- ruindad. N o retengas una noche el sala- es y si es de confianza para acompañarte».
polvo; darla. Al tiempo mismo en que se vol- rio de un obrero que trabajare para t i ; 9 Llamóle, entró y se saludaron. 10 Díjole
porque más prefiero morir que vivir, vía Tobit y entraba en su casa, bajaba entrégaselo luego. Si sirvieres a Dios, EÍ
T o b i t : «Dime, h e r m a n o : ¿de qué tribu y
Sara, la de Ragüel, del piso alto de la te recompensará. Atiende, hijo, a todas
pues he oído ultrajes mentirosos
tus obras y muéstrate prudente en tu con- familia eres tú?» n Y le contestó: «¿Quie-
y u n a gran tristeza se apodera de mí. suya. res conocer la tribu y la familia e infor-
H a z que sea yo libertado de esta an- versación. 15 Lo que no quieras para ti,
no lo hagas a nadie. N o bebas vino hasta marte de la persona que va a acompañar
gustia C o n s e j o s d e l p a d r e al h i j o a tu hijo?» Replicóle Tobit: «Quiero, her-
para ir al eterno lugar. embriagarte, no vaya contigo la embria-
N o apartes tu rostro de mi». 4 ' En aquel día se acordó Tobit de la
suma que tenía en poder de Gabael
guez. 16 D a de tu p a n al hambriento, y de
tus vestiduras al desnudo. T o d o cuanto
m a n o , conocer tu linaje y tu persona».
12
«Pues yo soy hijo de Azarías, hijo de
en Ragúes de Media; 2 y se dijo: «Yo m e te sobrare dalo en limosnas, y n o se te Ananías, grande entre tus hermanos».
L a p r u e b a de Sara he pedido la muerte; ¿por qué, pues, no 13
7 vayan los ojos tras lo que dieres. Respondióle él: «Seas, hermano, bien
Aquel mismo día aconteció en Ecba- llamar a Tobías, mi hijo, y comunicár- venido; pero no te enojes de que h a y a
tana de Media que Sara, hija de R a - selo antes de morir?» 3 Llamóle y le dijo: 1 7 »Pon tu pan y tu vino en los funera- querido saber tu tribu y tu familia. Por
güel, fue insultada p o r las esclavas de «Si muero, hijo mío, m e darás sepultura les de los justos y no comas ni bebas con suerte eres hermano mío, de u n a buena y
su padre, * 8 porque, habiendo sido dada y te guardarás de menospreciar a tu ma- los pecadores. * 1 8 Sigue el consejo de los noble ascendencia, pues yo conocía a A n a -
en matrimonio a siete maridos, el malig- d r e ; hónrala siempre t o d o s los días de prudentes y n o desprecies ningún buen nías y a Jonatán, hijos de Semeí, el gran-
n o demonio Asmodeo les había d a d o tu vida, obra según su beneplácito y n o consejo. l9 En t o d o tiempo bendice al Se- de, de cuando juntos íbamos a Jerusalén
muerte antes que con ella hubieran te- le causes tristeza. 4 Acuérdate, hijo, de ñor Dios y pídele que tus caminos sean para adorar, llevando las primicias y los
nido vida conyugal, y le decían: «¿No los muchos trabajos que ella pasó p o r rectos y todas tus sendas y consejos va-
ti c u a n d o te llevaba en su seno; c u a n d o diezmos de las cosechas; que no se des-
estás loca tú, que ahogas a tus maridos?
Siete has tenido ya, y de ninguno de muera, dale sepultura a mi lado, en el
£ 1 2 El Deuteronomio insiste mucho en la prohibición de las alianzas con los cananeos (Dt 7,
3 * 3 •)• Uno de los puntos de reforma por que tuvieron más que luchar Esdras y Nehemías fue
O Era un principio de la justicia antigua que los hijos llevasen la pena de los pecados de sus precisamente este de los matrimonios con mujeres extranjeras.
*•* padres. Ezequiel (18) declaró que Dios no seguiría esa norma, sino que cada uno pagaría por 17
Muchos pueblos antiguos, como los egipcios, hacían ofrendas a los muertos, llevados de la
sus pecados, salvo, claro es, la ley de la solidaridad social, que hace que los hijos paguen los pecados idea de que tenían necesidad de alimentos; otros, como los griegos, honraban a los muertos con
de los padres. juegos y banquetes; los hebreos los honraban con solemnes lamentaciones durante más o menos
7
Sólo la cruz de Cristo y su resurrección nos han enseñado el precio del sufrimiento; los an- días, según la condición del muerto. A estas lamentaciones se añadían también banquetes en obse-
tiguos, cuando se ven agobiados por el dolor, desean la muerte, pensando que la vida del seol, aun- quio de los lamentadores, que siempre se extendían a los necesitados de la ciudad. A estos banquetes
que triste, no lo sería más que la presente. Gomo Tobías, habla Sara (v.13), hablan Jeremías (20,14), es a los que mira Tobit, que tanto se distinguía por la práctica de la misericordia (cf. Jer 16,7; Éz 24,
Job (3,3 ss.) y Elias (i Re 10,4). 17; Bar 6,32; Eclo 7,37).
TOBÍAS 5-7 498 499 TOBÍAS 7-9
c a m a r ó n ellos como nuestros hermanos. puede darla a ningún otro marido, según ñero y les ofrecieron un suntuoso ban- ciste a A d á n y le diste por ayuda y auxilio
D e buena raíz eres, hermano. la Ley de Moisés, o sería reo de muerte, quete. a Eva, su mujer; de ellos nació todo el
14
» P e r o dime: ¿cuál será el salario que porque antes que a ningún otro te perte- ' Dijo luego Tobías a Rafael: «Herma- linaje h u m a n o . Tú dijiste: N o es bueno
habré de darte? ¿Bastaría un dniema por nece a ti la herencia». no Azarías, habla de aquel asunto de que que el h o m b r e esté solo: hagámosle una
día y el sustento para IÍ y para mí hijo?
15
' 3 Replicó entonces el joven al ángel: en el camino tratamos, y que se acabe este ayuda semejante a él. 7 Ahora, pues,
Y cuando felizmente volváis, te añadi- « H e r m a n o A z a d a s , he oído que la don- negocio». 1° Expuso Azarías el asunto a Señor, n o llevado de la pasión sexual, sino
ré algo». 16 Convinieron en ello, y dijo a cella fue dada a siete maridos y que todos Ragüel, que dijo a Tobías: «Come, bebe del a m o r de tu ley, recibo a esta mi her-
Tobías: «Prepárate para el camino y que perecieron en la cámara nupcial; i*y yo y alégrate; en efecto, a ti te toca recibir m a n a p o r mujer. Ten misericordia de mí
tengáis feliz viaje». Una vez que el hijo soy hijo único de mi padre, y temo que, a mi hija; pero antes tengo que advertir- y de ella y concédenos a a m b o s larga
preparó lo necesaria para el camino, dí- si me acerco a ella, voy a morir como los te u n a cosa: " H e d a d o ya mi hija a sie- vida». 8 Ella respondió: «Amén». ¡» Y pa-
jole su padre: «Parle con éste, y Dios, anteriores, porque la ama un demonio, y te maridos, pero en entrando a ella, en saron ambos dormidos aquella noche.
que mora en los cielos, os dé feliz viaje y a ella no le hace ningún d a ñ o , pero sí a la misma noche murieron. Tú ahora re- C u a n d o Ragüel se levantó, se fue a
un ángel os acompañe». Y se pusieron en los que se le acercan. T e m o ahora que gocíjate». M a s Tobías contestó: « N o gus- cavar u n a sepultura, w diciendo: «Segu-
camino, yendo con ellos el perro del mozo. si muero llevaré al sepulcro a mi p a d r e taré bocado hasta que no resolváis este r o que ha muerto éste también». u Vuelto
17
Su madre, Ana, se puso a llorar, di- y a mi madre, de dolor p o r mí, pues no negocio y m e lo confirméis». * , 2 Dijo R a - Ragüel a casa, i 2 dijo a Edna, su mujer:
ciendo a Tobit: «¿Por qué habrás enviado tienen otro hijo que les dé sepultura». güel : «Tómala desde ahora, según la Ley, « M a n d a a una de las siervas que vea si
13
a nuestro hijo? ¿No era él nuestro báculo Contestóle el ángel: «¿No te acuerdas porque tú eres su hermano y a ti se te de- está vivo, para enterrarle si n o y que
viviendo con nosotros? ' 8 N o tuviéra- de las palabras que tu padre te inculcó be. Que Dios misericordioso os colme de nadie se entere». 13 Abrió la sierva la
mos nunca ese dinero, si habia de costar- sobre t o m a r mujer de tu propio linaje? felicidades». ] 3 Llamó a Sara, su hija, y puerta y vio que a m b o s dormían, , 4 Salió
nos nuestro hijo. " Hasta el presente, el Escúchame, pues, h e r m a n o : Esa será tu cogiéndola de la m a n o , la entregó a T o - luego y les comunicó que estaba vivo.
Señor nos dio de qué vivir y vivíamos mujer, y del demonio no te preocupes, bías por mujer, diciendo: «Anda, según 15 Entonces bendijo Ragüel a Dios, di-
contentos». 2°Pero Tobit le dijo: «No que esta misma noche te será dada por la Ley de Moisés, tómala y llévala a tu ciendo: «Bendito seas tú, Dios, con t o d a
digas eso, mujer. Volverá sano y tus ojos mujer. 16 C u a n d o entres en la cámara n u p - padre». Y los bendijo. ] 4 Llamó a Edna, bendición pura y santa, y bendígante tus
lo verán. 2< Porque un ángel bueno le cial, toma un perfumador y pon en él tro- su mujer; t o m ó un rollo, escribió el con- santos, y todas tus criaturas, y todos tus
acompaña, tendrá un viaje feliz y volverá zos del corazón y del hígado del pez, que trato matrimonial, lo selló * I 5 y luego co- ángeles, y todos los elegidos; bendígante
sano». 2 2 Y ella dejó de llorar. hagan h u m o ; 17 que en cuanto lo huela menzaron a comer. por los siglos, i* Bendito tú, que me has
el demonio, huirá y no volverá por los si- alegrado, no sucediendo lo que yo me
glos de los siglos. Pero cuando a ella te 16 Llamó después Ragüel a Edna, su temía, sino que has obrado con nosotros
E n viaje h a c i a Media mujer, y le dijo: «Prepara, hermana, otra
acerques, levantaos a m b o s e invocad al según tu gran misericordia. 1 7 Bendito seas
1
Siguieron los caminantes su viaje y Dios misericordioso, que os salvará y ten- alcoba y llévala a ella». Hizo E d n a lo
6 llegaron al atardecer a las orillas del drá piedad de vosotros. N o temáis, que que le m a n d a b a , y llevó a su hija a la
cámara. Lloraba Sara, y enjugando la
tu, Señor, que tuviste misericordia de
estos dos hijos únicos; ten de ellos piedad
rio Tigris, donde pasaron la noche. 2 Bajó para ti está destinada desde la eternidad y concédeles acabar en bien su vida con
el muchacho a bañarse y salió del río un y tú la salvarás e irá contigo, y estoy se- m a d r e las lágrimas de su hija, le decía: alegría y misericordia». , 8 Y m a n d ó a
17
pez que quería devorarle. 3 Pero el ángel guro de que tendrás de ella hijos». «Ten buen ánimo, hija; el Señor del sus siervos rellenar la sepultura, i ' Hízo-
le dijo: «Cógelo». Cogiólo el joven y lo cielo y de la tierra te dará gracia en vez les fiesta de bodas por espacio de catorce
sacó a tierra. * 4 Díjole el ángel: «Des- Así que oyó Tobías estas palabras, sin- de esta tu tristeza; ten valor, hija mía». días, * 2 0 pues antes ya le había instado
cuartiza el pez y separa el corazón, el hí- tió grande a m o r por ella y se le apegó su a que no partieran hasta terminar los
gado con la hiél, y ponlos aparte». 5 Hizo corazón. En esto llegaron a Ecbatana. 1 C u a n d o hubieron terminado de co- catorce días de boda. 2 i Pasados, les daría
el muchacho lo que el ángel le decía, y
asando el pez, comieron. Continuaron su E l c a s a m i e n t o d e T o b í a s y Sara
8
2
mer, llevaron a la alcoba a Tobías. la mitad de su hacienda y le dejaría irse
El, recordando las palabras de Rafael, en paz a su padre, y el resto lo recibiría
camino y llegaron cerca de Ecbatana. •J i Llegados a casa de Ragüel, les sa- t o m ó un brasero y, poniendo encima de c u a n d o muriesen él y su mujer.
6
Dijo el joven al ángel: « H e r m a n o Aza- • lió al encuentro Sara, que los saludó, las brasas el corazón y el hígado del pez,
d a s , ¿para qué sirven el corazón y el hí- y ellos a ella, y los introdujo. 2 Dijo R a - hizo humo. 3 El demonio, en cuanto olió
gado con la hiél del pez?» 7 El le respon- aquel h u m o , huyó al Egipto superior, 1 Llamó entonces Tobías a Rafael y
dió : «Sirven para que, si un demonio o es-
píritu le atormenta a uno, quemándolos
güel a Edna, su mujer: «¡Cómo se pare-
ce este joven a Tobit, mi primo!» 3 En- donde el ángel le ató. * 4 Una vez que 9 le dijo: 2 « H e r m a n o Azarías, toma
tonces Ragüel les preguntó: «¿De dónde quedaron los dos solos, se levantó Tobías contigo u n siervo y dos camellos y vete
ante él, ya no vuelva a molestarle. 8 Cuan- sois, hermanos?» A lo que ellos contes- del estrado y dijo: «Levántate, h e r m a n a ; a Ragúes de Media, a casa de Gabael,
to a la hiél, sirve para ungir a quien tu- taron: «De los hijos de Neftalí, de los vamos a orar para que el Señor tenga y cóbrame el dinero y tráele a él a la
viese cataratas, pues con ella quedará cu- cautivos de Nínive». 4 «¿Conocéis a T o - misericordia de nosotros». 5 Y comenzó boda, 3 pues Ragüel me ha pedido con
rado». bit, nuestro hermano?» Respondiéronle: Tobías, diciendo: «Bendito eres, Dios de instancia que no me vaya, 4 y mi padre
9
Así que llegaron a Ecbatana, 10 dijo «Sí que le conocemos». «¿Está bien?» nuestros padres, y bendito por los siglos estará contando los días, y si ve que
5
el ángel al joven: «Hoy, hermano, habre- «Vive y está bien», contestaron ellos. tu n o m b r e santo y glorioso. Bendígante tardo mucho, se morirá de pena».
5
mos de pernoctar en casa de Ragüel, tu Y Tobías a ñ a d i ó : «Es mi padre». f R a - los cielos y todas las criaturas. 6 T ú hi- Partió Rafael y se hospedó en casa de
pariente, que tiene una hija llamada Sa- güel, saltando, se echó a su cuello y le
besó, derramando lágrimas. 7 Y bendíjo- 1
! La Ley prescribía que la hija única, heredera de sus padres, debía casarse dentro de su fa-
ra. Yo le hablaré para que te la den por
mujer, " q u e a ti te toca su herencia, le, diciendo: «Eres hijo de un varón bue- 7 milia para que el patrimonio no pasase de una a otra tribu (Núm 26,1 ss.). Claro que esto mi-
pues tú eres ya el único de su linaje; la no, bonísimo». Pero al saber que Tobit rando al patrimonio, que estaba constituido por los bienes inmuebles poseídos en Cañan.
14
La Ley de Hammurabi no reconoce validez a ningún contrato matrimonial que no se haga
joven es bella y discreta. l 2 Oye, pues, lo había perdido la vista, se entristeció hasta
por escrito. Entre los propios judíos de Elefantina se hallan algunos contratos matrimoniales (In-
que voy a hacer: Yo hablaré a su padre, derramar lágrimas. 8 Edna, su mujer, y troducción a los libros históricos, n.7).
y cuando volvamos de Ragúes celebrare- Sara, su hija, lloraron también; los reci-
mos la b o d a ; pues ya sé que Ragüel no I bieron cordialmente, sacrificaron un car- Q 3 San Agustín interpreta este pasaje del diablo que huye del olor del corazón y del hígado del
^ pez quemados y es atado en el desierto por el ángel, diciendo que el ángel coartó el poder del
diablo, «potestatem eius cohibuit et frenavit». Estas metáforas tienen, sin duda, un origen anterior.
C 3 No sabemos que en el Tigris existiera un pez como el que nos hace suponer el texto, capaz Así, por ejemplo, los egipcios y babilonios decían que los espíritus malos gustaban de morar en los
^ de devorar a una persona. Pero, si existía, no sería tal que se dejase coger y sacar a tierra por desiertos.
el joven Tobías. Esto parece tener un carácter sobrenatural, e igualmente las utilidades del corazón, 19
Las solemnidades nupciales solían durar siete días; ahora se duplican por lo excepcional del
de la hiél y el hígado del pez. En algo tenía que manifestarse la presencia del ángel de Dios. caso (Gen 29,27: Jue 14,12).
TOBÍAS 9-12 500 501 TOBÍAS 12-13
Gabael, a quien dio el recibo. Trajo Ga- cia els camino para ver si descubría a su de Dios. Habéis 8hecho el bien y nada que El es nuestro Señor y nuestro Dios,
bael los talegos sellados y se los entregó. hijo. Cuando creyó verle venir, dijo al malo os pasará. Buena es la oración El nuestro Padre por los siglos de los
6 con el ayuno, y la limosna con la justicia.
Madrugaron y juntos vinieron a la boda, padre: «Mira, viene nuestro hijo, y con siglos.
5
bendiciendo Gabael a Tobías y a su mujer. él 7su compañero». Mejor es poco en justicia que mucho en Nos azota por nuestras iniquidades,
Rafael dijo a Tobías: «Estoy seguro iniquidad. Mejor es dar limosna que acu- y luego se compadece y nos reunirá
Ansiedades de los padres de Tobías de que tu padre recobrará la vista. 8 Ún- mular tesoros, 9 pues la limosna libra de de las naciones en que nos ha dis-
•f A i Entre tanto, Tobit, su padre, es- tale los ojos con la hiél; al escocerle se la muerte y limpia de todo pecado. Los persado.
*•" taba contando los días que podía frotará, se desprenderán las cataratas y que practican la misericordia y10la justicia 6
Si os convertís a El de todo corazón
durar el viaje, y cuando éstos2 se pasaron verá». serán colmados de felicidad, mientras y con toda vuestra alma
y vio que su hijo no volvía, comenzó a 9
Ana, corriendo, se arrojó al cuello de que los pecadores
n
son enemigos de su para practicar la verdad en su pre-
decir: «Tal vez están retenidos por la su hijo, diciéndole: «¡Te veo, hijo mío! propia dicha. Nada os quiero ocultar. sencia,
cobranza del dinero, o acaso ha muerto Ya os lo he dicho: bueno es guardar los entonces se volverá a vosotros
¡Ahora ya puedo morir!» Y ambos llora- secretos del rey, pero es glorioso revelar
Gabael y no hay nadie que se lo4entregue». ban, i" Salió Tobit a la puerta, y tropezó; y no os ocultará su rostro.
3
Y se entristecía sobremanera. Su mujer las obras de Diosfi 2 Cuando orabais tú 7
Contemplad ahora lo que ha hecho
pero el hijo corrió a él " y, cogiéndole, y tu nuera, Sara,'yo presentaba ante el
le decía: «Sin duda que ha perecido nues- derramó la hiél sobre sus ojos, diciendo: con nosotros,
tro hijo, porque tarda mucho». Y comen- Santo vuestras oraciones. Cuando ente-
«¡Animo, padre!» 12 En cuanto le esco- rrabas a los muertos, también yo te asis- dadle gracias a boca llena,
zaba a llorarle, diciendo: 5«¡Ay de mí, cieron los ojos, se frotó, 13 y se despren- bendecid al Señor de la justicia
hijo mío! ¿Por qué te dejé ir, luz de mis tía. 13 Cuando sin pereza te levantabas
dieron las escamas. Al ver a su hijo se y dejabas de comer para ir a sepultarlos, y ensalzad al Rey de los siglos
ojos?» 6 Tobit le decía: «Calla, no te arrojó a su cuello 1 4 y, llorando, dijo:
8
Yo le confesaré en la tierra de mi
apures; seguro que está bien». 7 Pero ella no se me ocultaba esa buena obra, antes
«Bendito tú, ¡oh Dios!, y bendito sea tu contigo estaba yo. 1* Por eso me envió cautiverio
replicaba: «Calla, no pretendas engañar- nombre por los siglos, y benditos tam- y pregonaré su poder y su majestad al
me; seguro que ha muerto». Y todos los Dios a curarte a ti y a Sara, tu nuera.
bién todos tus santos ángeles, 15 porque 15 Yo soy Rafael, uno de los siete santos pueblo pecador.
días iba al camino por donde se fue, pa- después de azotarme has tenido miseri- ángeles que presentamos las oraciones de Convertios, pecadores, y practicad la
sando el día sin tomar bocado, y la cordia de mí y veo a Tobías, mi hijo». los justos y tienen entrada ante la majes- justicia delante de El;
noche llorando sin cesar a Tobías, su Entró su hijo contento y refirió a su tad del Santo». quizá tenga misericordia de nosotros.
hijo. padre todas las maravillas que le habían 9
Yo ensalzo a mi Dios, Rey de los
16
sucedido en Media. Los dos se quedaron turbados, y ca- cielos;
L a vuelta a sus padres 16 yeron sobre su rostro, llenos de temor. *
Salió Tobit a las puertas de Nínive 7 mi alma se regocijará en su grandeza.
8
Cumplidos los catorce días de la boda, al encuentro de su nuera, contento y 1 El les dijo: «No temáis; la paz sea con 111
Hablen todos y confiésenle en Jeru-
que Ragüel le había rogado que pasase bendiciendo a Dios. Y cuantos le veían vosotros. Bendecid a Dios siempre, pues salén;
con ellos, dijo Tobías a Ragüel: «Déjame se maravillaban de verle andar sin laza- no he venido por mi voluntad, sino por
la de Dios, por lo que a El debéis bendecir n Jerusalén, la ciudad del Santo.
partir, que mis padres habrán perdido ya rillo. 17 Tobías alababa delante de ellos Por las obras de tus hijos te azotará,
la 9esperanza de volver a verme». a Dios, porque había tenido misericordia siempre. la Todos los días me hacía ver
de vosotros; no comía ni bebía; 19lo que pero de nuevo se compadecerá de los
Pero su suegro le respondió: «Quédate de él. Así que llegó Tobit a Sara, su hijos de los justos.
aquí y yo enviaré un mensajero a tu padre nuera, la bendijo, diciendo: «Bien venida vosotros veíais era una apariencia. Aho- 12
ra alabad a Dios, que yo me subo al que Confiesa dignamente al Señor
para darle noticias de ti». Iü Mas Tobías seas, hija mía. Bendito sea Dios, que te me envió, y poned por escrito todo lo y bendice al Rey de los siglos
insistió: «Déjame ir a mi padre». u En- ha traído entre nosotros, y benditos sean sucedido». para que de nuevo sea en ti
trególe luego Ragüel su mujer, Sara, y tus padres». Fue todo esto motivo de 20 edificado su tabernáculo con alegría,
la mitad de la hacienda, siervos, ganados alegría para sus hermanos en Nínive. Se levantaron, pero no le volvieron a
ver. 21 Y confesaron las grandezas y ma- para que alegre en ti a los cautivos
y dinero; n y al despedirlos, los bendijo, 18 Llegaron Ahikar y Nadab, su sobrino, y muestre en ti su amor hacia los des-
diciendo: «Que el Dios del cielo os dé 19
y durante siete días se celebraron con ravillas de Dios y cómo el ángel del Señor
se les había aparecido. dichados
feliz viaje, hijos míos, y que vea yo vues- regocijo las bodas de Tobías. por todas las generaciones y genera-
tros hijos antes de morir». 13 y a su Cántico de alabanza ciones.
hija le dijo: «Honra a tus suegros, que L a revelación del ángel 13
ellos son ahora tus padres, y tenga yo •i O i Llamó Tobit a Tobías y le dijo: 1 4 ! Y Tobit, en un transporte de Pueblos numerosos vendrán de lejos,
buenas noticias de ti». Y la besó. Edna • 1 * «Mira, hijo mío, el salario que •1 «* júbilo, escribió una oración y al nombre del Señor, nuestro Dios,
dijo a Tobías: «Hijo mío, que el Señor has de dar a ese hombre que ha 2ido con- dijo: trayendo ofrendas en sus manos,
del cielo te dé una vida feliz, y a mí tigo y lo que conviene añadirle». «Padre «Bendito sea Dios, que vive por los ofrendas para el Rey del cielo.
ver a los hijos de Sara, mi hija, para que —contestó él—, no me parece mucho siglos, Las generaciones de las generaciones
me alegre en presencia del Señor. Yo te darle la mitad de lo que he traído, 3 pues por todos los siglos permanece su exultarán en ti.
la doy como en depósito; mi hija es, no me ha vuelto sano, curó a mi mujer, reino. * 14 Malditos todos los que te aborrecen
cobró el dinero y a ti también te ha 2
le des mala vida». Porque El azota y se compadece, y benditos para siempre todos los que
curado». 4 Respondió el anciano: «Todo lleva al sepulcro y saca de él; te aman.
se lo merece». 5 Y llamando al ángel, le
n 1
Al punto se puso Tobías en ca-
mino, bendiciendo a Dios, que le
había dado tan feliz viaje, y bendiciendo
dijo: «Toma la mitad de todo lo que
habéis traído y vete en paz». 6 Entonces
3
nadie hay que escape de su mano.
Confesadle, hijos de Israel, ante las na-
ciones,
15 Alégrate y salta de gozo por los
hijos de los justos,
que serán congregados, y al Señor de
también a Ragüel y a Edna, su mujer. el ángel, llamando a los dos aparte, les pues El nos dispersó entre ellas. los 6justos bendecirán.
Así caminaron hasta llegar cerca de Ní- dijo: •* Pregonad aquí su majestad, 1 Dichosos los que te aman;
nive. 2 Entonces dijo Rafael a Tobías: «Bendecid a Dios y glorificarle, ensal- ensalzadle ante todos los vivientes, en tu paz se alegrarán.
«Bien te acordarás, hermano, de cómo zadle, pregonad a todos los7 vivientes lo 16
hemos dejado a tu padre. 3 Vamos a ade- que ha hecho con vosotros, pues bueno Según el sentir tradicional, nadie puede ver a Dios sin morir, y esto se extendía también a
la vista de los ángeles. Por eso, padre e hijo se turban y temen y el ángel los tranquiliza.
lantarnos nosotros a tu mujer para pre- es bendecir a Dios y ensalzar su nombre,
parar la casa. 4 Lleva contigo la hiél del pregonando sus obras. No os canséis de 1
En este cántico resaltan las esperanzas de todo buen israelita. El Señor, en su justicia,
pez».
5
Partieron ellos, siguiéndoles el perro. confesarle. Bueno es guardar el secreto 13 castiga los pecados de su pueblo: pero en su misericordia tendrá piedad de él, le volverá a
Entre tanto, Ana, sentada, miraba ha- del rey, pero glorioso pregonar las obras la patria y hará resurgir a Jerusalén, centro del reino mesiánico.
TOBÍAS 13-14 502
Dichosos cuantos se entristecieron por Después de esto volverán de la cautividad J U D I T
tus azotes, y edificarán a Jerusalén magníficamente,
pues en ti se alegrarán, y en ella la casa de Dios, gloriosa, como
contemplando toda tu gloria, de ella han dicho los profetas. 6 Todas 1. Dios había dicho a Abraham que bendeciría a quien le bendijese y maldeciría a
y se regocijarán para siempre. las naciones se convertirán de veras al quien le maldijese, esto es, que tendría por amigos y por enemigos los amigos y enemigos
n Bendice, alma mía, a Dios, Rey temor del Señor Dios y enterrarán sus del patriarca (Gen 12,2-3). Cuando en el Sinaí hizo el pacto con Israel le aseguró
grande, ídolos. * 7 Bendecirán todas las naciones la promesa de su protección, siempre que se mantuviera fiel al pacto y a la observancia
porque Jerusalén con zafiros y esme- al Señor, y su pueblo le dará gracias, y de la Ley de Yavé, mientras que le castigaría entregándole a sus enemigos cuando
raldas será reedificada, el Señor ensalzará a su pueblo, y se
con piedras preciosas sus muros alegrarán todos los que aman al Señor echase en olvido la alianza a su Dios (Lev 26; Dt 28). Esta es la filosofía de la
y con oro puro sus torrentes y sus Dios en verdad y en justicia, practicando historia que los hagiógrafos, lo mismo que los profetas, repiten de continuo. El autor
almenas. la 8misericordia hacia nuestros hermanos. del libro de Judit quiere ofrecernos una prueba de esta amorosa providencia del Señor
18 »Vete, pues, hijo mío, de Nínive, por-
Y las plazas de Jerusalén serán pa- sobre su pueblo en una circunstancia gravísima, en la cual la fidelidad a su Dios y
vimentadas que enteramente se cumplirá lo que dijo la confianza en sus promesas le sacó con bien de gravísimos aprietos.
de berilo y rubí y piedra de Ofir, y el profeta Jonás. ' Pero tú guarda la Ley
y los preceptos, sé misericordioso y justo, 2. El libro recibe su nombre de la heroína que es el personaje principal de la obra:
todas sus calles dirán: ¡Aleluya, bendito El argumento sería un episodio importante de la historia de las naciones orientales,
sea Dios, que te ensalzó, por todos los y serás feliz. "> Dame digna sepultura, y
siglos!» a tu madre después conmigo, y no te y principalmente del pueblo israelita. Un rey de Nínive, capital del imperio asirio,
quedes más en Nínive. Hijo mío, mira lo por nombre Nabucodonosor, siente ansias de ser reconocido no sólo por soberano,
Conclusión de la historia que hizo Nadab a Ahikar, que le había sino también por dios, y por dios único de todos los pueblos. Para lograr su propósito
criado; cómo le llevó de la luz a las empieza por dirigir un mensaje, que es a la vez un ultimátum. El mensaje es rechazado,
1
Terminó Tobit su canto de ala- tinieblas y cuan mal le pagó. Pero Dios
H banza. 2 Era de cincuenta y ocho salvó a Ahikar, y aquél recibió su mere-
cido bajando a las tinieblas. Por haber
como era de esperar, y se viene entonces a ¡os medios de fuerza. Lograda la victoria
contra un cierto Arfacsad, rey de Media, el primer general de los ejércitos asirios,
años cuando perdió la vista, que recobró practicado la limosna, fue sacado del lazo Holofernes, se pone al frente de ciento veinte mil infantes, doce mil caballos, más un
al cabo de ocho años. Haciendo limosnas, de muerte que le había puesto, mientras ejército numeroso de tropas auxiliares que se le van agregando, con el encargo de
proseguía en temer al Señor Dios y en que Nadab cayó en la trampa y pereció. *
darle gracias. ' Siendo ya muy viejo, llamó someter el resto de las naciones a la obediencia y culto de Nabucodonosor. Y, en
i' Ved, hijos, lo que hace la limosna y efecto, la expedición, aunque geográficamente nada clara, procede con gran éxito
a su hijo y a los hijos de éste, y les habló cómo la justicia es salud».
así: hasta venir a enfrentarse con Israel por el norte de la región de Samaría.
«Hijo, yo estoy ya muy viejo y para Diciendo esto dio su alma en el lecho. 3. Hacía poco que el pueblo de Dios había vuelto del cautiverio, restaurado la
partir de esta vida. Toma a tus hijos 4 y Tenía ciento cincuenta y ocho años, y le ciudad de Jerusalén con su santuario y repoblado el resto de la tierra. La nación sama-
vete a la Media, pues estoy persuadido dieron honrosa sepultura. 12 Cuando mu- ritana no parece existir. Vive el pueblo tranquilo bajo el gobierno del sumo sacerdote y
de que cuanto dijo el profeta Jonás sobre rió Ana, la sepultó con su padre; y partió
Nínive se cumplirá y será destruida. En Tobías con su mujer y todos sus hijos a de un senado de ancianos (guerusía), muy confiados en la protección del Señor por la
la Media habrá más paz hasta un deter- Ecbatana, a casa de Ragüel, su suegro. * fiel observancia de su alianza. El ataque de los asirios se dirige contra la ciudad de
minado tiempo. Pasado éste, nuestros her- i' Tuvo Tobías una buena ancianidad y Betulia (Betylua), que, a pesar de los detalles que se dan en 4,4-8, no se ha logrado
manos que moran en la tierra feliz serán sepultó a sus suegros honrosamente, he- localizar. Más de un mes resiste el asedio de tan poderoso ejército; hasta que Judit
dispersados. Jerusalén quedará desolada redando su hacienda y la de Tobit, su sale de la ciudad, engaña al generalísimo asirio y le da muerte, causando la dispersión
y la casa de Dios entregada a las llamas, padre. 14 Murió en Ecbatana de Media, de todas sus fuerzas.
durando la desolación hasta cierto tiem- a la edad de ciento veintisiete años. I 5 An-
4. Los exegetas encuentran dificultades para encuadrar los episodios narrados en
po; * 5 pero otra vez Dios se compadecerá tes de morir tuvo noticia de la ruina de
de ellos y los volverá a su tierra y edificará Nínive, cuyos habitantes llevaron cautivos este libro en la historia general de los pueblos orientales. Algunos los colocan en tiempos
la casa, aunque no como la primera, hasta Nabucodonosor y Asuero, y se alegró de de Asurbanipal (668-626), no obstante lo que en el libro se dice de la vuelta del
que se cumplan los tiempos del mundo. | la suerte de Ninive antes de morir.* cautiverio; otros, en los de Darío I Histaspes (¡21-486); y otros, en los de Artajer-
jes III (359-338) o en los de Antíoco Epifanes (176-164).
1 ^4 * El profeta Jonás anunció la ruina de Nínive para dentro de cuarenta días; pero ésta era
una amenaza condicionada, que quedó anulada por la penitencia de los ninivitas. Nahum
5. Tampoco están del todo conformes, aun los católicos, en determinar el género
repitió la misma amenaza de la ruina de Nínive y de su imperio, y ésta se cumplió, porque esta vez literario de este librito, asunto que debe resolverse en conformidad con la luminosa
la amenaza no fue anulada por la penitencia. doctrina expresada en la citada encíclica de Pío XII, Divino afilante Spiritu, em-
6
Tobías remite aquí lo que en tantos vaticinios proféticos se dice de la agregación de las nacio- pezando por resolver el problema crítico de la conservación del texto primitivo.
nes 10
al pueblo de Dios y al reino mesiánico (Is 2,2 ss.; 6o.i s.; Zac 14,14 s.; Mal 1,11 ss.).
Según la historia de Ahikar, Nadab, sobrino de aquél, y que habla recibido de él los bene- 6. En (a conducta de Judit hay cosas que la tnoraí cristiana no justifica. Santo To-
ficios de un padre, le traicionó, acusándole falsamente al rey; pero Dios le libró de la sentencia de más dice de ellas: «Se recomiendan algunos en la Sagrada Escritura no por la per-
muerte que el rey había pronunciado contra él. fección de su virtud, sino por cierta índole virtuosa, es decir, por cierto afecto lauda-
12
En Tobías se realiza también la bendición otorgada a Job de ver su descendencia hasta la
* cuarta generación (Job 42,16). ble, que los movía a hacer cosas ilícitas. Así, es alabada Judit, no por haber mentido
15
En la Escritura hallamos predicha la ruina de Nínive, pero no la ejecución de la sentencia, a Holofernes, sino por el afecto que a ello la indujo, es decir, el amor a su pueblo,
si no es en este lugar. La capital del imperio asirio fue tomada y destruida por los caldeos y los me- por el cual se expuso al peligro» (Suma teol., 2-2 q.no a.3 ad 3).
dos el año 612, en el mes de julio-agosto. El libro comienza mencionando la cautividad de Israel
en Nínive y acaba con el fin de esta ciudad e imperio. La justicia de Yavé sobre las naciones, que 7. Del autor del libro nada podemos afirmar sino que era un judío conocedor de las
tanto predican los profetas (cf. Is 10,5 ss.; 14,24; Neh 1-3). Escrituras, lleno de fe en los destinos de su nación, devoto de la Ley, que escribió en
hebreo o arameo, hacia el fin del judaismo, un siglo o dos antes de Jesucristo.
8. Se desconoce el texto original, y las versiones que nos quedan se dividen en dos
grupos. Forman el primero los diversos códices de la versión griega, la antigua ítala
y la versión siríaca, de la griega derivadas. El segundo grupo lo forma la versión de
JUDIT 1 504 505 JUDIT 1-3
16
San Jerónimo, que tenemos en la Vulgata, de la cual dice el autor en su carta-prólogo: acabó con él. Vuelto Nabucodonosor ordenado su señor, hasta ciento veinte
«Al hacer este trabajillo he traducido más bien sentido de sentido que de la palabra a Nínive con todo su ejército y con todos mil infantes y doce mil arqueros a ca-
la palabra. He prescindido de las numerosas divergencias de los códices, dando en los que se le habían unido, muchedumbre ballo, 16 y los ordenó como se ordenan
incontable de guerreros, descansó allí y las muchedumbres guerreras, n Tomó,
latín sólo aquello que del texto caldeo logré sacar en limpio». Resulta, pues, que la además, camellos, asnos y mulos, para
banqueteó con su ejército por espacio de
versión del santo Doctor está hecha de los textos árameos en la forma que él mismo ciento veinte días. la impedimenta, en cantidad muy grande;
dice. Para la nuestra hemos tomado por base el texto griego, publicado en la edición ovejas, bueyes y cabras, 18 para su apro-
que Sixto V hizo de los LXX (cf. Introducción general, n.22). Guerra contra las naciones visionamiento, y vituallas en cantidad pa-
1
El año dieciocho, el veintidós del ra toda la gente, y asimismo mucho oro
SUMARIO PRIMERA PARTE: ANTECEDENTES AL ASEDIO DE BETU- 2 primer mes, se corrió la voz en el
palacio de Nabucodonosor, rey de los
y plata del tesoro del rey.
19
Luego se puso en marcha con todo
LIA (1-6): Potencia de Nabucodonosor (1). Expedición de su ejército; y adelantándose al rey Nabu-
asirios, de que iba a tomar venganza de
Holofernes (2). Cobarde conducta de las naciones gentiles (3). Los judíos se prepa- toda la tierra, como lo había dicho. 2 Lla- codonosor, cubrió toda la haz de la tierra,
ran para la guerra (4). Discurso de Aquior a Holofernes (5). Respuesta de Holo- mó a todos sus oficiales y a todos sus hacia el occidente, con sus carros, jinetes
fernes (6).~-SEGUNDA P A R T E : VICTORIA DEL PUEBLO JUDÍO (7-16): Grave grandes, y confirió con ellos sus secretos e infantes escogidos, 2 0 y una abigarrada
situación en Betulia (7). Judit ante los capitanes del pueblo (8). Su oración a planes, resolviendo poner en ejecución muchedumbre como la langosta, incon-
Dios (g). Camino del campo asirlo (10). En presencia de Holofernes (11). Judit en toda la maldad que había proferido su table como 2 el polvo de la tierra, que se
la cena de Holofernes (12). Vuelve triunfante a la ciudad (13). Ataque de los ju- boca contra la tierra. 3 Fueron de pare- les agregó. 1 Partieron de Nínive, cami-
cer que se destruyese a cuantos no se nando durante tres días por la llanura de
díos contra los asirios (14). La victoria completa (15). Cántico de Judit (16,1-22). sometieran a los decretos del rey. * Ter- Bectelet, y asentó su campamento desde
Fin de la historia de Judit (16,23-31). minado el consejo, llamó Nabucodonosor, Bectelet hasta cerca de la montaña, a la
rey de los asirios, a Holofernes, general derecha de la Cilicia superior. 2 2 Y to-
P R I M E R A P A R T E a Persia, a todos los habitantes del oc- de su ejército, que era el ssgundo después mando todo su ejército, sus infantes, sus
cidente, a Cilicia, Damasco, al Líbano y al de él, y le dijo: jinetes y sus carros, partió de allí en
ANTECEDENTES AL ASEDIO DE BETULIA Antelíbano, a cuantos moran en la cos- 5
«Esto ordena el rey grande, el señor dirección a la montaña. 2 J Rompió por
ta del mar, s a los del Carmelo, a Galad, a de toda la tierra: En saliendo de mi pre- Put y Lud, devastó a los hijos de Rarses
(1-6) y a los de Ismael, que habitan los linderos
Galilea la alta, a la gran llanura de Es- sencia, tomarás contigo hombres que con-
drelón, ' y a los moradores de Samaría y fíen en sus fuerzas; de infantes hasta del desierto hacia el mediodía de los
Arfacsad, rey de Ecbatana Quelos. 24 Pasó el Eufrates y, atravesando
1 a sus ciudades, al otro lado del Jordán, ciento veinte mil, y caballos con sus jine-
Era el año duodécimo del reinado hasta Jerusalén, Betana, Quelos, Cades;
I de Nabucodonosor, que reinó sobre hasta el río de Egipto, a Tafna, Rameses tes, doce mil; * 6 e invadirás toda la tierra
del occidente, por 7haber desobedecido la
la Mesopotamia, tomó por asalto todas
las ciudades fuertes del torrente Abrona
los asirios en la gran ciudad de Nínive y a toda la tierra de Guesen, 10 hasta por
orden de mi boca. Les intimarás que me hasta el mar. * 25 Se apoderó de todo el
en los días de Arfacsad, rey de los me- encima de Tafnis y de Menfis, y a todo territorio de Cilicia, derrotando a cuantos
dos, que reinó sobre los medos en Ecba- Egipto, hasta los confines de Etiopía. preparen la tierra y el agua, porque en se le opusieron, y llegó hasta los confines
tana, * 2 a la que rodeó de un muro cons- mi furor saldré contra ellos y cubriré toda de Jafet por la parte del mediodía, en-
truido de piedras labradas, de tres codos 11 Despreciaron todos los moradores de la haz de la tierra con los pies de mis frente de la Arabia. 2 6 Cercó a todos los
de ancho y seis de largo, siendo la altura la tierra el mensaje de Nabucodonosor, soldados y la entregaré al saqueo; 8 y hijos de Madián, dio al fuego sus tiendas
del muro de setenta codos y de cincuenta rey de los asirios, y no se aprestaron para sus heridos llenarán los barrancos y los y saqueó sus apriscos. 2 7 Descendió luego
su anchura. * 3 Levantó también torres en hacerle la guerra, porque no le temían, torrentes y el 9río se desbordará lleno de al territorio de Damasco en los días de
las puertas hasta la altura de cien codos, pues era a 12sus ojos como un hombre sus muertos; y conduciré sus cautivos la recolección del trigo, incendió todos
y el ancho de sus cimientos era de se- cualquiera. Se irritó grandemente Na- hasta los extremos confines de la tierra. los campos, destruyó sus rebaños y va-
senta codos. 4 Construyó sus puertas, que bucodonosor contra todas estas gentes, 1° Empezarás por ocupar todo su terri- cadas, saqueó sus ciudades, asoló sus
se levantaban hasta setenta codos, siendo juró por su trono y por su señorío que torio, y si no se te rinden, me los reservas campiñas e hirió toda su juventud al
su ancho de cuarenta, para dar paso a tomaría venganza de todos los confines para el día de su castigo, u Mas para los filo de la espada. 2 8 Temor y temblor se
sus fuerzas poderosas y a la muchedum- de Cilicia y de Damasco y de Siria, y rebeldes no haya perdón, sean entregados apoderó de toda la costa, de los morado-
bre de sus infantes. que aniquilaría con su espada a todos los a la muerte, y al saqueo toda su tierra.
12 res de Sidón y de Tiro y de los habitantes
moradores de Moab, y a los hijos de Por mi vida y por la fuerza de mi de Acco. Los habitantes de Azoto y As-
Ammón y a toda la Judea, y a todos los imperio, que cuanto dije lo ejecutaré por calón se llenaron asimismo de miedo.
Mensaje de Nabucodonosor a las na- que moran en Egipto hasta los confines mi mano. 13 No dejes de cumplir ni una
ciones y guerra contra Arfacsad de los dos mares. palabra de tu señor, antes las ejecutarás
5
En aquellos días combatió Nabuco- n
Había puesto en movimiento sus fuer- exactamentte según te lo ordeno y sin di- 1
Y le enviaron mensajeros con pro-
donosor contra Arfacsad en la gran pla- zas contra el rey Arfacsad en el año
nicie, esto es, en los confines de Ragau. diecisiete; le venció en batalla campal y
lación». *
4
3 puestas de paz, diciendo: * 2 «Mira,
6 Le habían salido al paso todos los habi- aniquiló todo el poder de Arfacsad, toda 1 Partió Holofernes de la presencia de nosotros somos siervos del rey grande
tantes de la montaña, todos los ribereños su caballería y todos sus carros, 14 y se su señor, y tomó consigo a todos los Nabucodonosor, nos postramos en tu pre-
del Eufrates, del Tigris y del Hidaspes; apoderó de sus ciudades, llegando hasta magnates, generales y capitanes del ejér- sencia para que hagas con nosotros según
y en la llanura de Arioc, el rey de los Ecbatana, haciéndose dueño de sus torres cito asirio; 15 pasó revista a las tropas tu arbitrio. 3 Nuestras majadas y todos
escogidas para la guerra, según le había nuestros trigales, nuestros rebaños y va-
elamitas y muchísimos pueblos se jun- y devastando sus calles y convirtiendo en
taron para hacer frente a los hijos de oprobio toda su belleza. 15 Se apoderó O 135 «El rey grande y Señor de toda la tierra», palabras del Sal 47,3.
Jeleal (caldeos). 7 Después mandó sus de Arfacsad en las montañas de Ragau, ^ Holofernes pudiera ser la forma griega del persa Horofernes. Se conoce un rey de Capadocia
fuerzas Nabucodonosor, rey de los asirios, y le atravesó con sus propias armas y de este
24
nombre del siglo II a. de C.
Tal vez a causa de la deficiencia del texto en la conservación de los nombres propios no es
•f 1 El nombre de Nabucodonosor era bien conocido de los judíos, y todos sabían que había sido posible precisar la dirección seguida por el ejército invasor. Sin embargo, como lo que más interesa
* rey de Babilonia. Sería posible que el texto primitivo pusiera Babilonia en vez de Nínive. Sin al autor es la Judea, nos lo muestra desde el principio camino de su destino.
embargo, el texto habla siempre de «asirios». O 1 El autor hace resaltar el temor y el servilismo de los pueblos gentiles, que a todo se acomo-
2 ^ dan, en contraposición a Israel, que, confiado en su Dios, resiste hasta lograr la humillación
Ecbatana era, en efecto, la capital del reino de los medos y, más tarde, residencia de estío de
los reyes de Persia. Cuanto a su rey Arfacsad, es desconocido en la historia. del invasor.
JUDIT 3-5 506 507 JTJDIT 5-6

cadas y los apriscos de nuestros ganados, de Israel, que tenía su asiento en Je- verdad acerca del pueblo que habita es- jeto de oprobio ante toda la tierra». *
22
t o d o está a tu disposición; dispon de rusalén. tas m o n t a ñ a s próximas a donde tú estás, Y así que acabó Aquior de pronun-
t o d o según te plazca. * Y nuestras ciuda- 9
Todos los hijos de Israel clamaron que no saldrá mentira de la boca de tu ciar estas palabras, todo el pueblo, que
des con sus moradores, siervos tuyos son; con gran instancia a Dios y se humi- siervo. 6 Este pueblo es originario de Cal- estaba en torno de la tienda, rompió en
ven y haz con ellos como bien le parezca». llaron con gran fervor; 10 ellos, sus m u - dea. 7 H a b i t a r o n primero en la Mesopo- murmullos de reprobación. Los magna-
5
Llegados los hombres de Holofernes, le jeres y sus hijos, todos los extranjeros o t a m i a ; y p o r no seguir a los dioses de sus tes de Holofernes y todos los moradores
hablaron de esta forma. jornaleros, y sus esclavos, vistiéronse de padres, que vivían en la Caldea, s la aban- de la costa y de la región de M o a b pidie-
6
saco, i ' Todos los israelitas, las mujeres d o n a r o n y dejaron su culto para adorar al ron que Aquior fuese descuartizado.
Descendió él con su ejército a la costa
y los niños, los moradores de Jerusalén, D i o s del cielo, el Dios que se les había 23 «Porque nunca temeremos—decían—
y puso guarniciones en las ciudades fuer-
se postraron ante el santuario, cubrieron d a d o a conocer. Los padres los arrojaron nada de los hijos de Israel. Es u n pueblo
tes, y de ellas enroló en su ejército gente
de la presencia de sus dioses, y ellos hu- sin ejército, sin fuerza para sostener una
escogida. 7 Toda la región le recibió con de ceniza sus cabezas, mostraron sus sacos
yeron a Mesopotamia, donde habitaron lucha dura. 24 Subamos, pues, y serán
coronas, danzas y panderos. 8 Devastó ante el Señor y revistieron de saco el
t o d o su territorio y laló sus bosques sa- altar. 12 Todos a una clamaron al D i o s muchos días. 9 Les dijo su Dios que salie- pasto de todo tu ejército, señor Holofer-
de Israel, pidiéndole con ardor que n o ran de sus moradas y se encaminaron a la nes».
grados, y ordenó destruir todos los dioses
de aquella tierra, para que sólo a Nabu- entregase al saqueo sus hijos, ni diese sus tierra de C a n á n , donde peregrinaron, en-
mujeres en botín, ni las ciudades de su riqueciéndose de o r o y plata y muchos F r u t o i n m e d i a t o del discurso de
codonosor adorasen todas las naciones y
le invocaran como a Dios todas las len- heredad a la destrucción, ni al santuario rebaños. 1° Bajaron a Egipto, porque el Aquior
guas y todas las tribus. * ' Llegado al a la profanación y el oprobio, regocijando h a m b r e había invadido la tierra de Ca- 1 E n cuanto cesó el tumulto de las
llano de Esdrelón, cerca de Dotan, frente a los gentiles. n á n , y se instalaron allí, donde hallaron
alimentos, multiplicándose hasta hacerse
6 gentes que rodeaban el consejo, dijo
a la gran llanura de Judá, l 0 asentó su i J Escuchó el Señor sus clamores y miró Holofernes, general en jefe del ejército asi-
campo entre G a b a y Escitópolis, donde incontable su número. u Pero se levantó
su aflicción. Ayunaba el pueblo todos los rio, a Aquior y a los moabitas en presen-
permaneció un mes esperando toda la contra ellos un rey de Egipto, que los
días en toda Judea y en Jerusalén, ante el oprimió con trabajos de hacer ladrillos, cia de todo el pueblo extranjero: «¿Quién
impedimenta de su ejército. santuario del Señor omnipotente. " J o a - eres tú, Aquior, y vosotros, mercenarios
y los humilló, convirtiéndolos en escla-
quim, sumo sacerdote, y todos los sacer- vos. 12 C l a m a n d o a su Dios, hirió éste de Efraím, para profetizar c o m o lo ha-
L l e g a la g u e r r a a J u d á dotes que asistían en la presencia del t o d a la tierra de Egipto con plagas, para béis hecho hoy, diciendo que no luche-
Señor y le servían, ceñían de saco su las cuales n o había cura, hasta que los m o s contra la nación israelita porque la
1 cintura al ofrecer el holocausto perpetuo protege su Dios? 2 ¿Qué Dios hay, si n o
4 Así que los hijos de Israel que mo-
raban en Judá oyeron todo cuanto y los votos y las ofrendas del pueblo,
15
arrojaron los egipcios de su presencia.
13 Secó su Dios el m a r Rojo delante de es Nabucodonosor? 3 Este ha enviado su
ejército y los borrará de la haz de la tie-
había hecho a los gentiles Holofernes, y echaban ceniza sobre sus tiaras, y ellos 1 4 y los encaminó al Sinaí y a Cades-
general en jefe del ejército de Nabucodo- clamaban al Señor con todas sus fuerzas b a r n e ; y arrojando a todos los que mora- rra, sin que su Dios pueda librarlos; pero
nosor, rey de los asirios, y cómo había pidiendo que se dignase visitar a toda la b a n en el desierto, 1 5 habitaron en la tie- nosotros, siervos de Nabucodonosor, los
saqueado todos los templos y los había casa de Israel. * rra de los amorreos, y con su poder ani- aplastaremos como a un solo hombre, y
destruido, 2 sintieron grandísimo miedo y quilaron a todos los habitantes de Hese- n o p o d r á n resistir el empuje de nuestra
se turbaron por Jerusalén y por el templo A c t i t u d d e H o l o f e r n e s a n t e la bón. Atravesaron luego el Jordán, y se caballería. 4 Con ella inundaremos su tie-
del Seflor, su D i o s ; * 3 pues recientemente resistencia d e Israel posesionaron de la m o n t a ñ a ; 16 hicieron rra y bañaremos en sangre sus montañas,
habían subido de la cautividad, y hacía huir delante de ellos a los cananeos, a los llenaremos de cadáveres sus valles, y n o
poco que se había reunido todo el pueblo
de Judea, y el mobiliario y el altar y la 5 ' Llegó a noticias de Holofernes, ge-
neralísimo del ejército asirio, que
fereceos, a los jebuseos, a los siquemitas
y a todos los guergueseos, y habitaron
p o d r á n mantenerse en pie delante de nos-
otros, y todos enteramente perecerán, di-
casa habían sido santificados después de los hijos de Israel se preparaban para la en esta tierra mucho tiempo. 17 T o d o les ce el rey Nabucodonosor, señor de to-
su profanación. 4 Enviaron, pues, a toda guerra; que habían cerrado las entradas fue bien mientras no pecaron contra su da la tierra, y sus palabras no quedarán
la región de Samaría y sus aldeas, a de las montañas y habían fortificado to- Dios, p o r q u e éste, que aborrece la injus- sin cumplimiento. 5 Pero tú, Aquior, mer-
Betorón, Belmain, Jericó, Joba, Aisora y das las cumbres de los montes altos y co- ticia, estaba con ellos. X8 Pero cuando se cenario de A m m ó n , que tales discur-
al valle de Salem; 5 y ocuparon todas las locado barreras en el llano. 2 M o n t a n d o a p a r t a r o n del camino que les había seña- sos has tenido en este día de tu insen-
cimas de los montes altos y amurallaron en cólera, llamó a todos los príncipes de lado, luego fueron destruidos con muchas satez, no volverás a ver mi rostro hasta
sus aldeas, y se aprovisionaron de vitua- M o a b , a los capitanes de A m m ó n y a to- guerras, y llevados cautivos a tierra ex- que yo no haya castigado a esa nación de
llas en previsión de la guerra, pues re- dos los sátrapas de la costa, 3 y les habló traña, y el templo de su Dios convertido huidos de Egipto. 6 C u a n d o yo vuelva,
cientemente habían recogido la cosecha en estos términos: «Decidme, hijos de Ca- en ruinas, y sus ciudades ocupadas por atravesará tu cuerpo el hierro de mi ejér-
de sus campos. ñan, ¿qué pueblo es ese que m o r a en las los enemigos. 1 9 A h o r a que se han con- cito, y la muchedumbre de mis lanceros
montañas? ¿Qué ciudades habitan? ¿Cuál vertido a su D i o s h a n subido de la región tu costado, y caerás b a ñ a d o en tu sangre.
* Escribió Joaquim, que por aquellos es el n ú m e r o de sus soldados? ¿En qué en donde estuvieron dispersos, y se apo-
días era sumo sacerdote en Jerusalén, a 1 Mis siervos te llevarán a la m o n t a ñ a y te
está su fuerza y su poder? ¿A quién tienen deraron de Jerusalén, donde está su san-
los moradores de Betulia y de Bet-Omes- pondrán en una de las ciudades de la su-
por rey y jefe de su ejército? 4 ¿Por qué tuario, y se establecieron en la monta-
taim, enfrente de Esdrelón, ante la lla- desdeñan venir a m i encuentro, a dife- ña, que estaba despoblada. 20 Ahora, bida, 8 y no perecerás hasta que con ellos
nura que está junto a D o t a n , i diciéndoles rencia de todos los moradores del oc- pues, dueño y señor: ¿Hay escándalo en seas aniquilado. ' Y a que tan firme espe-
que resistiesen en las subidas de la mon- cidente?» este pueblo? Si hay en él alguna culpa o ranza tienes de que n o sean conquistados,
taña, pues por ellas era el acceso a Judea, pecado contra su Dios, entonces suba- no se abata tu rostro. Pero de cuanto he
y como éste era estrecho, sería fácil aun mos, que los derrotaremos. 21 Pero si no dicho, ni una palabra caerá en el vacío».
Discurso de Aquior 10
a sólo dos hombres impedir el paso a los hubiese en ellos iniquidad, pase de largo Luego ordenó Holofernes a los sier-
que llegaban. 8 Ejecutaron los hijos de 5
Le contestó Aquior, jefe de todos los m i señor, p o r q u e su Dios los protegerá vos que estaban a su lado en la tienda que
Israel las órdenes de Joaquim, el sumo hijos de A m m ó n : «Escuche mi señor una y será con ellos, y vendremos a ser ob- tomasen a Aquior y le llevaran a Betulia,
sacerdote, y del senado de todo el pueblo palabra de boca de t u siervo, y te diré la entregándole a los israelitas. l l Cogiéronle
los siervos de Holofernes y le condujeron
8
Por aquí vemos que el ejército llega a la llanura de Esdrelón, entre Galilea y Samaría.
2
También Israel teme, pero no tatito por sí cuanto por la Ciudad Santa y el santuario de Dios, C 2 1 Este relato de Aquior, además de resumir la historia de Israel, pone de relieve una ley que
que acababan de levantar, y por el culto divino, que hacía poco habían restaurado. ^ en la historia sagrada hagiógrafos y profetas enseñan: que Dios es el refugio de Israel y que nada
15
El saco y la ceniza son señales de luto, de aflicción, con que mover a Dios. tiene éste que temer mientras se mantenga fíel a Yavé.
JÜDIT 6-7 508 509 JDDIT 7-8
fuera del campamento, que estaba en el grande, 3 acamparon en el valle junto a dicho. * i ' Los hijos de Ammón levanta- les volverá sobre nosotros su misericor-
llano, y le llevaron del llano a la monta- Betulia, cerca de la fuente, y se desplega- ron el campo, y con ellos cinco mil asi- dia el Señor, nuestro Dios, que no nos
ría, a las fuentes que están por debajo de ron a lo ancho, hasta Dotan, Belmain, y rios, que acamparon en el valle y ocupa- abandonará hasta el fin. 31 Si pasados es-
Betulia. 12 En cuanto los de la ciudad los a lo largo desde Betulia hasta Ciamón, ron las aguas y los manantiales de agua tos días no nos viniera ningún auxilio,
vieron, tomaron sus armas y salieron a la que está enfrente de Esdrelón. * de los israelitas. 18 Subieron los hijos de yo haré lo que pedís». 32 Despidió al pue-
4 blo y se fue cada uno a su puesto, a los
cima del monte. Los honderos se mantu- Cuando los israelitas vieron tanta mu- Esaú y los de Ammón y acamparon en
vieron en sus puestos y arrojaron piedras chedumbre, quedaron consternados, y la montaña, frente a Dotan. Pusieron lue- muros y a las torres de la ciudad, y a las
sobre los asirlos. I3 Pero ellos, ocultándo- unos a otros se dijeron: «Ahora sí que van go una división hacia el mediodía, hacia mujeres y a los niños los mandó a sus
se en los repliegues de la montaña, ama- a devorar éstos toda la haz de la tierra, y el este, contra Ecrebel, que cae cerca de casas. Grande era el abatimiento que do-
rraron a Aquior y le abandonaron a raíz ni los altos montes, ni los valles, ni los co- Husi, sobre el torrente de Mocmur, y el minaba en la ciudad.
del14monte, volviéndose a su amo. llados podrán soportar su peso». 5 y to- resto del ejército asirio acampó en el lla-
Bajaron de la ciudad los hijos de Is- mando cada uno sus armas, encendieron no, cubriendo toda la haz de la tierra. Judit
hogueras sobre las torres y permanecieron l
rael, dieron con él y le desataron, y lleván- Las tiendas y la impedimenta se extendían Entonces lo supo Judit, hija de Me-
dole a Betulia, le entregaron a los jefes de guardándolas toda aquella noche. 6 Al día
siguiente hizo desfilar Holofernes toda
en inmensa muchedumbre, con todas sus 8 rarí, hijo de Ox, hijo de José, hijo
la ciudad. 15 Eran éstos en aquellos días gentes, que eran en extremo numerosas. de Ociel, hijo de Helcías, hijo de Elias,
Ocias, hijo de Mica, de la tribu de Simeón; su caballería a la vista de los israelitas que 19 Los hijos de Israel clamaron al Señor, hijo de Quelcías, hijo de Eliab, hijo de
Abris, hijo de Otoniel, y Carmis, hijo de estaban en Betulia; 7 examinó las subidas su Dios, pues perdieron el ánimo al ver- Natanael, hijo de Salamiel, hijo de Sara-
Malquiel; i* los cuales convocaron luego de la ciudad y recorrió las fuentes de sus se cercados por sus enemigos, sin posible sadai, hijo de Israel. 2 Su marido, Mana-
a los ancianos de la ciudad. Todos los jó- aguas, apoderándose de ellas y estable- escape. 2 " El campo de los asirios, su in- ses, era de su misma tribu y familia, y ha-
venes y las mujeres concurrieron también ciendo puesto de 8 guardia, para volverse fantería, sus carros y su caballería los tu- bía muerto en los días de la siega de la
a la asamblea, y puesto Aquior en medio luego a su gente. Entonces se acercaron vieron cercados por espacio de treinta y cebada. 3 Hallándose con los atadores de
del pueblo, le interrogó Ocias acerca de a él los príncipes de Esaú, los jefes de cuatro días; de manera que a los habi- haces en el campo, cogió una insolación
Moab y los capitanes de la costa, dicién- tantes de Betulia se les agotaron todas las y cayó en el lecho, y murió en Betulia, su
lo sucedido. •' Dioles cuenta él de los dis- dole:*
cursos habidos en la sesión de Holofer- aguas, 2 i quedaron vacías las cisternas, ciudad. Diéronle sepultura en la de sus
nes y de lo que había dicho a los prínci- '«Escuche nuestro señor una palabra, sin que tuviesen para beber a saciedad padres, en el campo que hay entre Do-
pes asirios, y de las insolencias proferidas si quieres que no sufra quebranto tu ejér- un día, y el agua se les distribuía con me- tan4 y Belamón.
por Holofernes contra los israelitas. cito. 1° Este pueblo de los israelitas no dida. 22 Desmayaban las mujeres y los ni- Vivía en su casa Judit, guardando su
18 confía en sus lanzas, sino en las alturas
Postrándose en tierra el pueblo, clama- ños; los jóvenes desfallecían de sed y viudez hacía tres años y cuatro meses.
5
ron a Dios, diciendo: 19 «Señor, Dios del de los montes en que habitan; y, en efec- caían sin fuerza en las calles de la ciudad Habíase hecho un cobertizo en el terra-
cielo, mira el orgullo de ésos y apiádate to, no es fácil dominar las cimas de sus y en los pasos de las puertas. do de la casa y llevaba saco a la cintura,
de nuestro linaje humillado, y pon hoy montes. n Ahora bien, señor: no luches 23
Se amotinó todo el pueblo contra debajo de los vestidos de su viudez. *
contra ellos como se lucha en batalla cam- 6
los ojos en el rostro de tus santos.»* Ocias y contra los jefes de la ciudad: jó- Ayunaba todos los días, fuera de los sá-
20
Consolaron a Aquior y le alabaron gran- pal 12y evitarás que caiga ni un solo guerre- venes, mujeres y niños, y clamaron a bados, novilunios, las solemnidades y días
demente. 21 Ocias le sacó de la asamblea ro. Quédate tú en el campamento y ten grandes voces contra todos los ancianos, de regocijo de la casa de Israel. 7 Era be-
y le condujo a su casa, donde le dio un en guardia a todo tu ejército; pero haz diciendo: u «Sea Dios juez entre nosotros lla de formas y de muy agraciada presen-
banquete, al que invitó a todos los ancia- que tus siervos se apoderen de las fuen- y vosotros por habernos sometido a tama- cia. Su marido, Manases, le había dejado
nos. Toda aquella noche estuvieron in- tes de agua que brotan a raíz del monte,
13 ña injusticia, no25proponiendo tratos de oro y plata, siervos y siervas, ganados y
vocando el auxilio del Dios de Israel. porque de ella se abastecen todos los paz a los asirios. Ahora ya no hay para campos, que ella por sí administraba.
moradores de Betulia. La sed los matará, nosotros auxilio, y Dios nos ha entrega- 8
Nadie podía decir de ella una palabra
y acabarán por entregarte la ciudad, mien- do en sus manos para que ante ellos cai- mala, porque era muy temerosa de Dios.
S E G U N D A PARTE tras que nosotros y nuestro pueblo subi- gamos de sed y suframos completa ruina. 9
Llegaron a los oídos de Judit las
mos a las cimas de los montes próximos 26
y acampamos en ellas para guardarlas e Ahora, pues, llamadlos y entregad la desatinadas palabras que el pueblo ha-
VICTORIA DEL PUEBLO JUDÍO ciudad al saqueo de las gentes de Holo- bía dirigido al jefe; vio cuan abatidos es-
impedir4que salga de la ciudad hombre al-
(7-16)
guno. i Así el hambre los consumirá a fernes y de todo su ejército. 27 Más ven- taban por la escasez del agua y supo asi-
ellos, a sus mujeres y a sus hijos, y antes tajoso nos será entregarnos a ellos, por- mismo la respuesta de Ocias, jurando en-
Los asirios sobre Betulia que los alcance la espada quedarán ten- que siquiera, siendo siervos suyos, vivi- tregar la ciudad a los asirios pasados cinco
i Al día siguiente dio orden Holofer- remos y no veremos con nuestros ojos la días. 1° Envió a su sierva, la que tenía pues-
7 nes a todo su ejército y a las tropas
didos en las calles de su propia ciudad,
1S
dándoles tú el merecido por su malva- muerte de nuestros niños y consumidas ta sobre todos sus bienes, e hizo llamar a
auxiliares de prepararse para atacar a Be- da conducta de no haber salido a tu en- nuestras mujeres y nuestros hijos. 28 Os los ancianos de la ciudad, Ocias, Cabris
tulia, ocupando las subidas de los montes cuentro en son de paz». conjuramos por el cielo y la tierra, por y Carmis, n y cuando llegaron les dijo:
y haciendo ya la guerra contra los hijos de nuestro Dios y Señor de nuestros padres, «Escuchadme, príncipes de la ciudad de
Israel. 2 Entonces se dispusieron todos sus que nos castiga según nuestros pecados Betulia: No es acertado lo que hoy ha-
hombres de armas, y la masa de sus gue- El asedio de Betulia y según las transgresiones de nuestros pa- béis dicho al pueblo, como tampoco el
rreros, en número de ciento setenta mil 16
dres, que desistáis». 29 Se produjo un gran juramento que habéis interpuesto entre
infantes y doce mil jinetes, fuera de la im- Fueron bien recibidas por Holofer- llanto en medio de la asamblea, y todos Dios y vosotros diciendo que entregaríais
pedimenta y de la muchedumbre de los nes y todos sus siervos estas palabras, y a una clamaron a grandes voces al Señor la ciudad a vuestros enemigos si en esos
hombres que iban con ella, que era muy al punto ordenó ejecutar cuanto se había Dios. días no viniere el Señor en vuestro auxi-
30 Díjoles Ocias: «Tened ánimo, her- lio. i 2 ¿Quiénes sois vosotros para tentar
1» El relato de Aquior a los sitiados acrecienta en éstos la fe y la confianza en su Dios. ¿Como manos; esperemos cinco días, en los cua- a Dios, los que estáis constituidos en lu-
6 desconfiar ellos, cuando un extraño muestra tal seguridad? 16
3 Era la táctica antigua ante una ciudad fuertemente fortificada. Por eso el asedio de Samaría
No obstante los detalles que aquí se dan sobre la situación de Betulia, no ha sido posible por los asirios duró tres años y casi lo mismo el de Jerusalén por los caldeos. Por esto mismo, los
7 identificarla, y las diversas sentencias que se han propuesto prueban la imposibilidad de resol- extremos del hambre eran tan horrorosos en la ciudad sitiada (2 Re 6,26 ss.).
ver tal problema. 5
8 El autor hace resaltar la enemiga de los hijos de Esaú, los edomitas, contra los judíos (cf. Jer 40, Judit es el tipo de la piedad israelita, semejante a aquella viuda que San Lucas nos muestra
8 sirviendo
i ss.; Ez 36; Abd 1 ss.). al Señor en el templo, en oración y ayuno desde su temprana viudez.
JDDIT 8-9 S10 511 JUDIT 9-10
gar de Dios en medio de los hijos de los sino para examinar su corazón, así t a m - jos al cautiverio, y todos sus bienes en 4
rido Manases, calzóse las sandalias, se
hombres? 13 ¿Al Dios omnipotente pre- bién a nosotros nos azota, n o para cas- reparto a tus hijos predilectos, que se abra- puso los brazaletes, ajorcas, anillos y are-
tendéis poner a prueba? ¿No acabaréis tigo, sino para amonestación de los que saban en celo por ti, abominaban la im- tes y todas sus joyas, y quedó tan atavia-
de aprender? 14 Si n o podéis sondear la le servimos». * pureza de la sangre de aquéllos y te in- da, que seducía los ojos de cuantos h o m -
profundidad del corazón h u m a n o ni com- 28 Ocias le respondió: « T o d o cuanto vocaron en su auxilio. Dios, D i o s mío, bres la miraban. 5 Entregó a su sierva una
prender sus pensamientos, ¿cómo vais a has dicho es salido de un buen corazón, escucha a esta pobre viuda. 5 Tú, en efec- bota de vino y un frasco de aceite, llenó
escudriñar a Dios, el Creador de todas y no hay quien a tus palabras pueda o p o - to, ejecutas las hazañas, las antiguas, las una alforja de panes de cebada, de tortas
las cosas; a penetrar su mente y compren- ner nada. 2 9 N o es hoy cuando tu sabidu- siguientes, las de ahora, las que vendrán de higos y de panes limpios, envolviéndo-
der sus pensamientos? De ningún m o d o , ría se descubre; desde el principio de tus después; * t ú planeaste lo que estaba por lo t o d o en paquetes, y se lo puso a la
hermanos, irritéis al Señor, Dios nuestro; días conoció todo el pueblo tu inteligen- venir, y sucedía como tú lo habías decre- esclava a las espaldas.
15
que si no quisiere ayudarnos en los cin- cia y tu buen corazón. 30 Pero es mucho t a d o , y se presentaba a ti, diciendo: He- 6
co días, poder tiene para protegernos en lo que el pueblo padece por la sed, y esto Al salir por la puerta de la ciudad de
m e aquí. Pues todos tus caminos están Betulia, encontró al prefecto de la ciudad,
el día que quisiere o para destruirnos en nos obligó a hablar como hablamos y a dispuestos y previstos tus juicios. 7 Mira
presencia de nuestros enemigos. 1 6 N o pre- hacer el juramento que n o quebrantare- Ocias, y a los ancianos Cabris y Carmis,
que los asidos tienen un ejército podero- 7
los cuales, al verla y notar su rostro m u -
tendáis hacer fuerza a los consejos del Se- mos. 31 Ruega p o r nosotros, tú que eres so, se engríen de sus caballos y jinetes, se
ñor, Dios nuestro, que no es Dios como mujer piadosa, y el Señor enviará lluvia dado y sus ricos vestidos, quedaron so-
enorgullecen de la fuerza de sus infantes, bremanera maravillados de su belleza, y
un h o m b r e que se mueve con amenazas que llene nuestras cisternas p a r a que n o tienen puesta su confianza en sus broque-
ni como un hijo del hombre que se rinde. perezcamos». le dijeron: 8 « D i o s , el Dios de nuestros
17 les, en sus lanzas, en sus arcos y en sus padres, te dé gracia y lleve al c a b o tus
Por tanto, esperando la salud, clame- 32
Díjoles Judit: «Escuchadme: Y o m e h o n d a s , y no saben que tú eres el Señor
mos a El que nos socorra. Si fuese su be- proyectos para gloria de Israel y exalta-
propongo realizar u n a hazaña que se re- que decide las batallas, cuyo n o m b r e es ción de Jerusalén». Y adoraron a D i o s .
neplácito, oirá nuestra voz. " Porque no cordará de generación en generación en- Yavé. 8 Quebranta su fuerza con tu po-
hay en nuestra generación ni se conoce 9 Ella les dijo: «Ordenad que se me abran
tre los hijos de nuestra raza. 33 Vosotros der, pulveriza su fuerza con tu ira, por- las puertas de la ciudad, y saldré a reali-
en nuestros días tribu, ni familia, ni reli- estaos esta noche a la puerta; yo saldré que h a n resuelto violar tu santuario, pro-
gión, ni ciudad que adore dioses fabrica- zar lo que con vosotros he hablado».
con mi sierva, y en los días que pusisteis fanar el tabernáculo en que se posa tu glo- Y ordenaron a los jóvenes que le abriesen
dos, como sucedía en los tiempos anti- rioso n o m b r e y derribar con el hierro los
guos, 1* por causa de los cuales fueron
p o r término para entregar la ciudad a las puertas, como ella había dicho. I 0 Hi-
vuestros enemigos, visitará el Señor a Is- cuernos de tu altar. 9 Pon los ojos en su ciéronlo así, y Judit salió seguida de su
entregados nuestros padres a la espada y rael p o r mi m a n o . 3 4 N o tratéis de averi- soberbia, descarga tu cólera sobre su ca-
al saqueo y cayeron con gran estrago de- sierva. La gente de la ciudad estuvo mi-
guar mis planes, que no os los manifes- beza, d a m e a mí, pobre viuda, fuerza para rándola hasta que, bajando el monte, atra-
lante de sus enemigos. 20 Pero nosotros taré mientras no haya dado remate a lo ejecutar lo que he premeditado, lo Hiere
no conocemos otro Dios fuera de él, por vesó el valle y la perdieron de vista.
que me propongo ejecutar». con la seducción de mis labios al siervo
donde esperamos que n o nos desatenderá 35 con el príncipe y al príncipe con el siervo, 11 Siguiendo la dirección del valle, ca-
ni a nosotros ni a ninguno de nuestro li- Y le contestaron Ocias y los jefes: y quebranta su orgullo por m a n o de una minaron hasta que les salió al paso u n a
naje. 21 Considerad que si nosotros fuéra- «Vete en paz, y que el Señor vaya delan- mujer. n Que n o está tu poder en la mu- avanzada de los asirios, 12 que la cogieron
mos tomados, toda Judea sería destruida te de ti para que nos vengues de nuestros chedumbre ni en los valientes tu fuerza; y le preguntaron: «¿Quién eres tú y de
y nuestro santuario saqueado, y entonces enemigos». 3 6 Y saliendo del cobertizo se antes eres tú el Dios de los humildes, el dónde vienes y adonde vas?» A lo que
Dios nos pediría cuenta de su profana- fueron. a m p a r o de los pequeños, el defensor de ella contestó: «Soy una hija de los hebreos,
ción. 22 Y la matanza de nuestros herma- O r a c i ó n d e Judit los débiles, el refugio de los desampara- que voy huyendo de su presencia, p o r q u e
nos, y el cautiverio de la tierra, y la deso- dos y el salvador de los que no tienen es- están a punto de seros dados en presa.
lación de nuestra heredad !a haría el Se- 1 Judit, postrándose rostro a tierra, 13
peranza. 1 2 Sí, sí. D i o s de mis padres y
ñ o r recaer sobre nuestras cabezas, en me- 9 echó ceniza sobre su cabeza y descu- D i o s de la heredad de Israel, Señor de
Voy a presentarme a Holofernes, gene-
ral en jefe de vuestro ejército, para comu-
dio de las naciones a quienes sirviéramos, brió el cilicio que llevaba ceñido. Era pre- los cielos y de la tierra, Creador de las nicarle noticias verdaderas; quiero indi-
siendo escándalo y ludibrio a los ojos de cisamente la hora en que se ofrecía en aguas, Rey de toda la creación; escucha carle el camino por donde puede subir y
nuestros dueños. 23 Ni sería nuestra ser- Jerusalén, en la casa de Dios, el incienso mi plegaria 13 y dame una palabra seduc- dominar toda la m o n t a ñ a , sin que perez-
vidumbre para nuestro bien; antes, en de la tarde, cuando clamó Judit con gran tora que cause heridas y cardenales en ca ni uno solo de sus hombres».
nuestra deshonra la volvería el Señor, voz al Señor, diciendo: * aquellos que h a n resuelto crueldades con-
Dios nuestro. 2 4 Y ahora, hermanos, mos- 1 4 C u a n d o oyeron tales palabras y con-
2 «Señor, Dios de mi padre Simeón, en tra tu alianza, contra tu santa casa, con- templaron su rostro, que les pareció ma-
tremos a nuestros conciudadanos que de cuya m a n o pusiste una espada para to- tra el m o n t e de Síón, contra la casa que
nosotros pende no sólo nuestra vida, sino ravilloso p o r su extraordinaria belleza,
m a r venganza de los extranjeros que ha- es posesión de tus hijos. 14 H a z que todo le dijeron: 1 5 « H a s salvado tu vida apre-
que el santuario, el templo y el altar sobre bían violado a una doncella para su des- tu pueblo y cada una de sus tribus reco-
nosotros se apoyan. 25 D e m o s gracias al surándote a bajar a nuestro señor; ve,
honra, poniendo al descubierto sus mus- nozca y sepa que tú eres el Dios de toda pues, a su tienda, que de los nuestros te
Señor, nuestro Dios, que nos prueba, los para vergüenza y profanando su seno fortaleza y poder y que no hay otro fuera
igual que a nuestros padres. 26 Recordad a c o m p a ñ a r á n hasta e n t r e g a r t e a él.
para oprobio. 3 Contra lo que tú tenías de ti que proteja al linaje de Israel». ió
C u a n d o estés en su presencia, no temas,
cuanto hizo con A b r a h a m , cómo probó m a n d a d o que se hiciese obraron ellos, y
a Isaac y qué cosas sucedieron a Jacob en comunícale esas noticias y serás bien tra-
p o r eso entregaste sus príncipes a la muer- tada». 17 Escogieron de ellos cien h o m -
Mesopotamia de Siria cuando apacenta- te, y su lecho, testigo de sus engaños, lo
ba las ovejas de Labán, su tío. 2' Pues así S a l e J u d i t p a r a el c a m p o a s i r i o bres, que la acompañaron a ella y a su
cubriste de sangre; heriste a los siervos sierva, conduciéndolas a la tienda de H o -
como aquéllos no los pasó por el crisol con sus príncipes, y a éstos sobre su tro- i ft l U n a vez que cesó de clamar al
"•" D i o s de Israel y acabó todo esto, lofernes. '8 Corrió p o r las tiendas la voz
n o . 4 Diste sus mujeres en presa y sus hi- de su venida, y se juntó un gran concurso
2 se levantó de su postración, y, llamando
27 a la esclava, bajó a la casa en que solía en el campamento, que la rodeó mientras
Este discurso de Judit a los jefes del pueblo muestra la grandeza de su fe y el alto concepto m o r a r los sábados y las festividades. 3 Se estuvo fuera de la tienda de Holofernes,
que tiene del soberano poder de Dios, que, sin duda, cumplirá sus promesas, pero que es libre para esperando ser presentada. 19 T o d o s se ma-
elegir el tiempo y el modo de cumplirlas. Si tarda, es que quiere probarnos; pero no dejará de venir quitó el saco que llevaba ceñido y se des-
en nuestro auxilio. pojó de los vestidos de viudez; bañó en ravillaban de su belleza, y por ésta, de los
agua su cuerpo, se ungió con ungüentos, hijos de Israel, diciéndose unos a o t r o s :
Q 1 La oración se inspira en los mismos sentimientos antes expresados a los jefes del pueblo. aderezó los cabellos de su cabeza, púsose «¿Quién se atreverá a despreciar a este
-* Algo de extraño tiene la súplica pidiendo eficacia para los medios que se propone emplear. encima la mitra, se vistió el traje de fiesta pueblo que tales mujeres tiene? N o se debe
Véase lo dicho en la Introducción, según la doctrina de Santo Tomás. con que se adornaba cuando vivía su ma- dejar ni una sola de éstas, porque las que
JUDIT 10-11 512 513 JUDIT 11-13
quedaren serfan capaces de seducir a toda lo que había hablado en tu presencia. será mi Dios y tendrás un asiento en la 15
Al punto se vistió y se atavió de
la tierra». 2I> Salieron los que hacían la io Por esto, dueño y señor mío, no eches casa del rey Nabucodonosor y tu fama todo su aderezo femenil. Su sierva fue y
guardia cerca de Holofernes y todos sus en olvido ninguna de sus palabras; guár- se extenderá por toda la tierra. le preparó en el suelo, enfrente de Ho-
servidores
21
y la introdujeron en la tienda. dalas en tu corazón, que son verdaderas. lofernes, las pieles que había recibido de
Hallábase Holofernes descansando en Nunca nuestro linaje es castigado ni la El banquete de Holofernes Bagoas para su uso cotidiano, para que,
su lecho, bajo un dosel tejido de púrpura espada prevalece contra ellos si no han 1
Mandó Holofernes que la aloja- sentada en ellas, comiese. 16 Entró Judit
y oro y cuajado de esmeraldas y otras pie- pecado contra Dios. n Ahora, para que
dras preciosas. mi señor no sea rechazado y fracase, ya
U ran en donde guardaba su vajilla y se sentó. El corazón de Holofernes que-
22 de plata, y dispuso proveerle la mesa de dó prendado de ella, su alma hervía en
En cuanto se la anunciaron, salió a la muerte se abate sobre ellos y se apo- sus propios manjares y darle a beber de deseos de unirse a ella. Desde el día que
la antecámara, precedido de lámparas de dera de ellos el pecado con que han irri- su vino. 2 Pero Judit dijo: «No comeré la vio estaba aguardando una ocasión
plata. M Llegada Judit a presencia de Ho- tado a su Dios. Seguramente 12
que han co- de tus manjares, pues podrían ser para para rendirla. 17 Díjole Holofernes: «Bebe
lofernes y de sus servidores, todos se que- metido un gran pecado, * ya que se les mí tropiezo; comeré de lo que traigo y alégrate con nosotros». 18 Y contestó
daron maravillados de la belleza de su han agotado las provisiones, el agua es- conmigo». 3 Holofernes le contestó; «Y Judit: «Beberé, señor, que yo tengo este
rostro. Postróse ante él, pero los servido- casea y han resuelto matar sus ganados, cuando se agoten las provisiones que traes, día por el más grande de toda mi vida».
res la levantaron. y beber su sangre, y comer cuanto Dios ¿de dónde podremos traer otras semejan- 19 Tomó lo que la sierva le había prepa-
en sus leyes les ordenó que no comieran,
13 tes para darte? Porque no hay4 entre nos- rado, y comió en presencia de Holofer-
y hasta las primicias del trigo, los diez- otros ninguno de tu nación». A lo que
Judit, ante Holofernes 20
mos del vino y del aceite, que, como cosas Judit respondió: «Juro por tu vida, mi nes, ella,
el cual se alegró sobremanera con
y bebió tanto vino, cuanto jamás
santas, están reservadas a los sacerdotes
i Dijóle Holofernes: «Ten buen áni- que señor, que no consumirá tu sierva las lo había
H en Jerusalén asisten en la presencia
mo, mujer, y no te intimides, que de nuestro Dios, a pesar de que a ninguno provisiones que consigo trae antes que
Dios realice por mi mano lo que tiene
bebido desde el día que nació.
yo nunca hice daño a nadie que estuviera del pueblo le es lícito tocarlo con las ma- £1 golpe decisivo
dispuesto a servir 2a Nabucodonosor, rey nos. 1 4 Han enviado mensajeros a Jeru- resuelto».
•I O ' Cuando ya se hizo tarde, los sier-
de toda la tierra. Si ese tu pueblo que salén, donde también sus moradores han 5
La introdujeron los servidores de Ho- * *» vos de Holofernes se salieron apri-
habita en la montaña no me hubiera des- hecho lo mismo, para que obtengan el lofernes en la tienda, y durmió hasta la sa, y Bagoas cerró por fuera la tienda e
preciado, nunca yo levantara contra ellos perdón del senado; ls y sucederá que en medianoche; levantándose a la vigilia ma- hizo a todos retirarse de la presencia de
mi3 lanza; pero ellos lo han querido. cuanto les llegue la noticia lo harán, y tutina, * envió a decir a Holofernes: «Rue- su señor, y se fueron a sus lechos, pues
Ahora dime por qué has huido de entonces, para ruina suya, te serán en- go a mi señor ordene que sea permitido estaban rendidos, porque el banquete ha-
ellos, viniéndote a nosotros. En verdad tregados, i* Por lo cual yo, tu sierva, sa- a tu sierva salir a hacer oración». 7 Y bía sido largo. 2 Quedó Judit sola en la
te has salvado. Ten ánimo, que4 salva se- bedora de todas esas cosas, huí de ellos ordenó Holofernes a los de su guardia tienda, y Holofernes tendido sobre su
rás esta noche y en lo futuro. Nadie se y Dios me envía a ejecutar en ti una cosa que no la estorbasen. Así permaneció lecho, todo él bañado en vino. 3 Dijo
atreverá a ofenderte; antes todos te ha- de que se maravillará toda la tierra cuan- tres días en el campamento, saliendo cada Judit a su sierva que se quedase fuera
rán bien, como se hace a los siervos de mi do la oyeren. I7 Pues tu sierva es temerosa noche al valle de Betulia para bañarse de la alcoba y aguardara su salida como
señor el rey Nabucodonosor». del Dios del cielo, a quien día y noche en el agua de la fuente. 8 Cuando iba, en los días pasados, añadiéndole que sal-
5
Judit le respondió: «Oye las palabras sirve. Por ahora me quedaré aquí, señor oraba al Señor Dios de Israel que diri- dría a su oración. Lo mismo había dicho
de tu esclava y deja que te hable tu sierva, mío, y a la noche me iré al valle a orar a giese sus pasos, para exaltación de los a Bagoas. 4 Habíanse ido ya todos, sin
que no diré a mi señor esta noche cosa mi Dios; 18 y cuando ellos hayan come- hijos de su pueblo. * 9 Luego que entraba quedar nadie, ni pequeño ni grande, en
que no sea verdad. * Si sigues las indica- tido esos pecados, él me lo dirá y yo ven- limpia, permanecía en la tienda hasta que la estancia. Puesta entonces en pie junto
ciones de tu esclava, seguramente que dré a comunicártelo. Tú entonces saldrás le traían la comida, a la caída de la tarde. al lecho de Holofernes, dijo en su cora-
Dios acabará por ti el negocio7 y no fra- con tu ejército, al que nadie podrá resis- 10
Al cuarto día dio Holofernes un ban- zón: «Señor, Dios todopoderoso: Mira
casará mi señor en su empresa. Pues por tir, i» Yo misma te guiaré por en medio quete sólo a sus servidores, sin invitar a en esta hora la obra de 3mis manos para
la vida de Nabucodonosor, rey de toda de Judea hasta llegar a Jerusalén y haré ninguno de sus oficiales. u Y el eunuco Ba- exaltación de Jerusalén, pues ésta es la
la tierra, y por el poder de quien te ha que te sientes en medio de ella y los con- goas, que tenía la intendencia de todas ocasión de acoger tu heredad y de ejecu-
enviado para reducir al buen camino a duzcas como ovejas sin pastor. Ni un sus cosas, le dijo: «Ve y persuade a esa tar mis proyectos, para ruina de los ene-
todos los vivientes, que no sólo los hom- perro ladrará contra ti. Todo esto me ha mujer hebrea que tienes encomendada, migos que están sobre nosotros». «Y
bres serán por ti reducidos a su servidum- sido comunicado por revelación, y para que venga acá a comer y beber con nos- acercándose a la columna del lecho que
bre, sino que aun las mismas fieras del anunciártelo he sido yo enviada». otros. i 2 Sería vergonzoso que despidiéra- estaba a la cabeza de Holofernes, des-
campo y los ganados y las aves del cielo, mos a tal mujer sin tener comercio con colgó de ella su alfanje; ' llegándose al
por tu fortaleza, vivirán bajo el gobierno 20 Mucho agradaron semejantes discur- ella; porque si no la conquistáramos, se lecho, le cogió por los cabellos de su
de Nabucodonosor y de toda su casa. sos a Holofernes y a todos sus servidores, iría riendo de nosotros». 13 Salió Bagoas cabeza y dijo: «Fortaléceme, Dios de Is-
8 En verdad, a nuestros oídos ha llegado 21 maravillados de su sabiduría decían:*
y de la presencia de Holofernes, y vino a rael, en esta hora». 8 Y con toda su fuer-
la fama de tu sabiduría y la de tu gran «De un extremo a otro de la tierra no Judit, diciéndole: «No vacile esta hermo- za le hirió dos veces 9
en el cuello, cor-
inteligencia, y por toda la tierra se ha hay mujer de tan hermoso rostro y de sa sierva en venir a mi señor, para ser tándole la cabeza. Envolvió el cuerpo
22 en las ropas del lecho, quitó de las co-
corrido la noticia de que tú eres el mejor tan discretas palabras». Contestóle Ho- honrada de él y alegrarse bebiendo vino
de todo el reino, el que más vale por la lofernes: «Bien ha hecho Dios en enviarte con nosotros, naciéndose este día como lumnas el dosel y, cogiéndolo, salió en
ciencia y el 9más admirable por el arte de delante del pueblo para entregarlo en una hija de los asirios que asisten en e! seguida, entregando a la sierva la cabeza
la guerra. Sabemos las palabras que nuestras manos y perder a los que des- palacio de Nabucodonosor». 14 Judit le de Holofernes, i° que ésta echó en la
23
Aquior habló en tu consejo y hemos oído precian a mi señor. Cuanto a ti, muy contestó: «¿Quién soy yo para contrade- alforja de las provisiones, y ambas sa-
sus dichos, pues las gentes de Betulia se hermosa eres y muy discreta en tus pala- cir a mi señor? Todo lo que fuere grato lieron juntas como de costumbre.
apoderaron de él, y él les comunicó todo bras. Si haces cuanto has dicho, tu Dios a sus ojos lo haré con presteza, y será
Atravesado el campamento, rodearon
esto motivo de alegría para mí hasta
•f •! J 1 Confirma la sentencia de Aquior; pero añade que, sin duda, Israel tiene irritado a su el fin de mi vida». el valle y subieron al monte de Betulia,
' ' Dios y no podrá contar con él. En el aprieto en que se hallan se han atrevido a comete hasta llegar a las puertas de la ciudad.
graves sacrilegios contra las cosas santas.
20
Holofernes, el generalísimo del ejército asirio, carece ya de iniciativa. Subyugado por la her- 11 2 s Las leyes de la santidad aplicadas a las c jmidas eran muy graves, como vemos en el Nuevo
mosura de Judit, hasta se olvida del mandato que trae de hacer reconocer a Nabucodonosor por •* Testamento. Judit no quiere contaminara ;, y por eso lieva consigo sus manjares y sale al
único Dios. campo a hacer sus purificaciones sin ocultárselo a sus enemigos.
Nácar-Colunga 17
JÜDIT 13-14 514 515 JÜDIT 14-16
11 3
Gritó de lejos Judit a los que h a d a n dia de los asirios, pero sin bajar. Ellos, U n a mujer hebrea h a echado la confu- jamás». Y todo el pueblo r e s p o n d i ó :
la guardia sobre las puertas: «Abridnos, t o m a n d o sus armas, se encaminarán a sión en la casa del rey Nabucodonosor. «Amén».
abridnos las puertas; Dios, nuestro Dios, su campo para despertar a los jefes del Holofernes está en tierra y sin cabeza». 11 Por espacio de treinta días estuvie-
está con nosotros p a r a mostrar una vez 19
ejército asirio e irán a la tienda de H o - C u a n d o los jefes del ejército asirio oye- ron saqueando el campamento. A Judit
más su fuerza en Israel y su poderío lofernes; y al n o hallarle, se apoderará ron tales palabras, rasgaron sus vestidu- le dieron la tienda de Holofei nes con toda
contra los enemigos, como hoy acaba de de ellos el temor y huirán ante vosotros. ras y quedaron consternados, levantándo- la argentería, y los lechos, y los cojines,
4
hacerlo». 12 y en cuanto los hombres de Se unirán a vosotros en la persecución se en medio del campo gran griterío y y todos los muebles. Ella lo t o m ó y
la ciudad oyeron su voz, se dieron prisa todos los habitantes de toda la montaña alboroto. puso sobre la muía, y unciendo los ca-
en bajar a la puerta y avisaron a los an- de Israel y los desbarataréis p o r los ca- rros lo cargó sobre ellos. 12 T o d a s las
cianos de la ciudad. 13 Todos, desde el minos. 5 Pero antes de hacer esto llamad E l ejército invasor, d e s b a r a t a d o mujeres de Israel se reunieron para verla
pequeño hasta el grande, concurrieron, a Aquior el amonita, para que vea y y aclamarla, y organizaron danzas en
porque era para ellos inesperada la lle- reconozca la cabeza del que desprecio 1 C ' Llegada la noticia a los que es- su honor. Cogió tirsos en sus m a n o s y
gada de Judit. Abrieron la puerta, las a la casa de Israel y nos lo envió c o m o •l «* taban en las tiendas, quedaron fue- se los dio a las mujeres que iban con
recibieron y, encendiendo fuego para destinado a la muerte. ra de sí por lo sucedido, 2 apoderándo- ella, 13 todas coronadas de olivo, y a
alumbrar, la rodearon. 6 se de ellos el temor y el espanto tanto, cuantos las acompañaban. Delante d e to-
Hicieron venir a Aquior de casa de que ya no se vio h o m b r e al lado de su
14
J u d i t , levantando la voz, les dijo: Ocias. C u a n d o aquél llegó y vio la cabeza do el pueblo, guiando la danza de las
compañero, porque todos a una se dis-
«Alabad a Dios, alabadle, alabad a Dios, de Holofernes en las m a n o s de u n h o m - persaron, huyendo por los caminos del mujeres, iba Judit, y todos los hombres
que no ha apartado su misericordia de bre en medio de la asamblea del pueblo, llano y de la montaña. 3 Los que estaban de Israel la seguían armados, ceñidas las
la casa de Israel; antes, por mi m a n o , cayó sobre su rostro, sintiéndose desfa- acampados en la m o n t a ñ a en torno de sienes con coronas y cantando himnos.
h a herido esta noche a nuestros enemi- llecido. ^ Levantáronle, se arrojó a los Betulia se dieron a la fuga; y entonces
gos». 15 Y sacando de la alforja la ca- pies de Judit y, humillándose en su pre- los hijos de Israel, todos sus guerreros, Cántico de Judit
beza, se la mostró diciendo: «Ahí tenéis sencia, dijo: «Bendita seas tú en todas se lanzaron sobre ellos. 4 Envió Ocias
la cabeza de Holofernes, el general en las tiendas de Judá y en todas las nacio- J j j 1 Y comenzó Judit este canto de
mensajeros a Betmastaim, a C o b a y a * W acción de gracias, y todo Israel a
Jefe del ejército asirio, y ahí el dosel bajo nes. Cuantos oigan tu n o m b r e quedarán todos los confines de Israel que comuni-
el que yacía en su embriaguez aquel a asombrados. 8 D i m e a h o r a lo que has una respondía: *
casen lo sucedido, para que todos se 2 Entonad a mi Dios con tímpanos.
quien el Señor hirió por la m a n o de una hecho en estos días». Y en medio de t o d o lanzasen sobre los enemigos hasta aca-
mujer. 16 Yo juro p o r el Señor, que me el pueblo le contó Judit cuanto había bar c o n ellos. 5 C u a n d o esto oyeron los
Cantad a mi señor con címbalos,
h a guardado en todos mis pasos, que mi hecho desde el día de su salida hasta el entonadle un salmo nuevo,
hijos de Israel, todos a una se echaron ensalzad e invocad su nombre.
rostro le sedujo para perdición suya, pero m o m e n t o en que les hablaba. ' C u a n d o sobre ellos y los desbarataron hasta C o b a ; 3
que no cometió contra mí pecado alguno acabó de hablar prorrumpió el pueblo en y asimismo los que habían venido de Porque el Señor es Dios que acaba
que pudiera mancillarme o avergonzar- grandes aclamaciones y resonaron en la íerusalén y de toda la m o n t a ñ a , porque con las guerras;
4
me». 17 T o d o el pueblo quedó estupe- ciudad los gritos de alegría. también a ellos había llegado la noti- porque en su campamento, en medio
facto, y, doblando las rodillas, adoraron cia de lo acontecido en el campo enemigo. del ejército,
a Dios, diciendo a una voz: «Bendito 10 Viendo Aquior lo que el D i o s de
Los habitantes de Galaad y de Galilea me libró del poder de mis perseguido-
seas, Dios nuestro, que has aniquilado Israel había hecho, creyó en El, y se cir- les infligieron u n a gran derrota, hasta res.
en este día a los enemigos de tu pueblo». cuncidó la carne de su prepucio y hasta pasar de D a m a s c o y sus confines. 6 Los 5 Vino Asur de las m o n t a ñ a s del norte,
el día de hoy quedó agregado a la casa
18
Ocias le dijo: «Bendita tú, hija del de Israel. * restantes moradores de Betulia cayeron llegó con las miríadas de su ejército,
Dios Altísimo, sobre todas las mujeres 11
En cuanto despertó la aurora, col- sobre el campamento de los asirios y lo cuya muchedumbre obstruía los valles
de la tierra y bendito el Señor Dios, que garon del m u r o la cabeza de Holofernes, saquearon, enriqueciéndose grandemente. y cuya caballería cubría los collados.
7 * Pensó él que abrasaría mis térmi-
creó los cielos y la tierra y te ha dirigido y todos los hombres de Israel t o m a r o n Los hijos de Israel, al volver de la per-
hasta aplastar la cabeza del jefe de nues- sus armas y en escuadrones salieron a secución, se adueñaron de lo restante; nos,
tros enemigos. 1 9 Tus alabanzas estarán las subidas del monte. 12 Así que los asi- y las aldeas y las alquerías que había en que daría mi juventud a la espada,
siempre en la boca de cuantos tengan rios los vieron, dieron aviso a sus oficia- la m o n t a ñ a y en el llano se apoderaron que estrellaría contra el suelo mis ni-
memoria del poder de Dios. 2 0 Haga El les, y éstos a sus jefes y a sus generales. de mucho botín, p o r q u e era éste enorme- ños de pecho,
que esto sea para tu eterna gloria y cól- 13 Llegando a la tienda de Holofernes, mente grande. que daría en botín mis jóvenes,
mete de todo bien, pues no has perdona- dijeron al que estaba de guardia: «Di que repartiría mis doncellas.
7
do tu vida p o r librar a tu pueblo. En que despierten en seguida a nuestro se- 8 Joaquim, sumo sacerdote, y el sena- El Señor omnipotente los aniquiló
nuestra caída has sido su socorro, an- ñor, porque estos esclavos se h a n atre- d o de los hijos de Israel, que moraba en por m a n o de una mujer.
dando rectamente en la presencia de nues- vido a bajar contra nosotros en son de Jerusalén, vinieron para contemplar los 8 N o cayó su caudillo a m a n o s de jó-
tro Dios». Y el pueblo contestó: «Amén, guerra, pretendiendo aniquilarnos». bienes que el Señor había hecho a Israel venes,
amén». y para ver a Judit y darle la enhorabue- ni le hicieron tajos los titanes,
1 4 E n t r ó Bagoas y llamó agitando la
na. * 9 E n cuanto entraron en su casa, ni soberbios gigantes pusieron en él la
cortina de la tienda, pues suponía él que
E l g o l p e d e J u d i t , d e s c u b i e r t o e n el estaría durmiendo con Judit. 1S Y c o m o todos a una la aclamaron, diciendo: «Tú, mano;
c a m p o asirio orgullo de Jerusalén; tú, gloria de Israel; Judit, hija de Merarí,
nadie le respondía, corrió la cortina y,
I A ' Y dijoles Judit: «Oídme, herma- entrando en la alcoba, le encontró ten- tú, h o n r a de nuestra nación; 1" por tu con la hermosura de su rostro le pa-
* " n o s : Coged esta cabeza y colgadla dido sobre el estrado, muerto y con la m a n o has hecho t o d o esto; tú has reali- ralizó.
zado esta hazaña en favor de Israel. Que 9
Se despojó del hábito de su viudez
de las murallas. 2 Y en cuanto amanezca cabeza cortada. 1* Gritó en medio de llan-
se complazca Dios en ella. Bendita seas para exaltación de los que quedaban
y el sol se derrame sobre la tierra, tome tos, lamentos y fuertes voces y rasgó sus tú del Señor omnipotente por siempre
17
cada uno sus armas y salid todos los vestiduras E n t r ó luego en la tienda en en Israel.
hombres de guerra fuera de la ciudad, que estaba alojada Judit y, n o hallán-
con el jefe al frente; haréis ademán de 18 dola, salió corriendo al pueblo y gritó: •I 15 8 La autoridad suprema de la nación se halla encarnada en el sumo sacerdote y en el se-
«¡Ésas esclavas nos h a n traicionado! ' ** nado de ancianos, como después de la cautividad en la época griega, en que no había gober-
bajar al valle contra los puestos de guar- nador de los reyes persas, como lo fueron Zoroba bel, Nehemías y Esdras.
10 1
Aquior queda convertido en un prosélito del judaismo, al que se agregó por la fe en Hermoso canto de victoria, que es una glorificación de Dios, autor de tanto bien. Las
Dios y por la circuncisión (cf. Ez 12,48). naciones gentiles deben aprender a respetar al pueblo de Dios.
ESTER 516 517 ESTER *11-*12
20
10
Se ungió el rostro con perfumes, ¡Ay de las naciones que se levanten que de los dos que le preceden, y debe resolverse el problema en conformidad con la
prendió sus cabellos con la mitra, contra mi pueblo! doctrina de Su Santidad Pío XII.
se puso la túnica de lino para sedu- El Señor omnipotente los castigará en
cirle. el 21día del juicio, 2. Para entender el libro hay que hacerse cargo de la concepción antigua sobre las
11 relaciones entre las divinidades y los pueblos que las veneraban. Yavé es el Dios de
Sus sandalias arrebataron los ojos dando al fuego y a los gusanos sus
del asirio, carnes, Israel; éste es el único pueblo que le conoce y sirve, pues las demás naciones le ignoran.
y su belleza cautivó su alma, y gemirán de dolor para siempre. La causa de Dios en el mundo está, pues, ligada a la causa de Israel. De aquí nace
22
y el alfanje segó su garganta. Llegados a Jerusalén, adoraron a el alto concepto que de sí tiene ísraei. Ante él y sus derechos son nada en la presencia
i 2 Se estremecieron los persas de su Dios; y luego que el pueblo se hubo pu- de Dios las demás naciones. Para hacerse cargo de la narración, tenga presente el
audacia, rificado, ofrecieron sus holocaustos, sus lector que en estas vastas regiones del Asia, donde en el curso de los siglos se han
y los medos se pasmaron de su teme- votos y sus ofrendas. 23 Ofreció Judit to-
ridad. sucedido tantos imperios y han dominado tantas religiones y tantas razas, han exis-
dos los muebles de Holofernes, que el
i3
Dieron gritos de júbilo mis humil- pueblo le había regalado, y el dosel que tido desde muy antiguo odios profundos, causa de espantosas matanzas, como la que
des había cogido de la tienda, y lo dio en sufrió en los días de la primera guerra europea la nación cristiana de los armenios
y exultaron mis débiles. ofrenda al Señor. 24 E1 pueblo pasó tres de parte de los musulmanes, con el asentimiento y hasta con la cooperación de las
Mas los asirios se estremecieron de es- meses alegre en Jerusalén ante el santua- autoridades turcas. Este hecho hace verosímil la narración de las matanzas que
panto, rio, permaneciendo Judit con ellos. * cuenta el libro de Ester.
25
alzaron el grito y se dieron a la fuga.
14
Pasados aquellos días, se volvió cada
Hijos de madres jóvenes los atrave- uno a su heredad, y Judit partió para
saron Betulia y moró en su posesión, y fue STTlYTATiTO ^ sueño de Mardoqueo (11,1-11). La conjura de los eunu-
y como a siervos huidos los hirieron; por toda su vida ilustre en toda la tierra. cos (12,1-6). Banquete de Asuero (1). Ester, elegida rei-
26
perecieron de las filas de su señor. Muchos la pretendieron; pero ningún na (2). Aman, favorito del rey, furioso contra los judíos (3). Edicto del rey contra
15 Cantaré al Señor un cántico nuevo. varón la conoció en todos los días de
16 los judíos (13,1-y). Consternación de los judíos (4,1-8). Comunicación de Mardo-
Señor, grande eres tú y glorioso, su vida desde el día que murió Mana-
admirable en poder, insuperable. ses, su marido, y se reunió con su pue- queoaEster (15,1-3; 5,1-14). Honras del rey a Mardoqueo (6). Caída de Aman (7).
17 A ti te sirva la creación entera, blo. 2 'Llegó a 28muy anciana en la casa Cambio de la situación (8). Edicto en favor de los judíos (16). La venganza judía
porque tú dijiste, y todo fue hecho; de su marido, alcanzando la edad de (9,1-19). La fiesta de las Suertes (9,20-32; 10,5-13). Conclusión (10,1-3).
enviaste tu aliento y él lo vivificó, ciento cinco años. A la esclava le dio la
y18 no hay quien resista a tu voz. libertad. Murió Judit en Betulia y fue M a r d o q u e o . Su sueño rio caudaloso, de muchas aguas, 1° y apa-
Los montes se agitarán por las aguas sepultada en la gruta de Manases, su reció una lumbrerita que se hizo sol,
en sus cimientos, marido. 29 La lloró la casa de Israel por t l j 1 El año segundo del reinado del
1 * gran Artajerjes, el primero de y fueron ensalzados los humildes y de-
las rocas se derretirán como cera ante espacio de siete días. Antes de morir re- voraron a los gloriosos, n Mardoqueo,
tu rostro. partió su hacienda con los más próximos Nisán, tuvo un sueño Mardoqueo, hijo
de Jair, hijo de Semeí, hijo de Quis, de levantándose, luego de haber visto el sue-
A los que temen te muestras propicio, parientes de su marido, Manases, y con ño sobre lo que Dios se proponía ejecu-
19
porque es poco para ti el sacrificio los más próximos de su propia familia. la tribu de Benjamín, * 2 judío que mo-
raba en la ciudad de Susa, varón3 ilustre, tar, lo guardó en su corazón y a toda
de suave olor so En los días de Judit, y por mucho tiem- costa quería penetrar su sentido, hasta
y es nada toda la grasa para tus ho- po después de su muerte, no hubo nadie que servía en la corte del rey. Era de
los cautivos que Nabucodonosor, rey de que llegó la noche.
locaustos. que infundiese temor a los hijos de Is-
Sólo el que teme al Señor es siempre rael. Babilonia, había llevado en cautiverio de Conjuración contra el rey denuncia-
grande. 1 Jerusalén
4
con Jeconías, rey de Judá. * da p o r M a r d o q u e o
He aquí su sueño: 5 Soñó que oía # I n 1 Moraba Mardoqueo en el pa-
24
Judit obtuvo el premio de su vida piadosa, ia ancianidad y una muerte tranquila en medio voces y tumultos, truenos, terremotos y • l « lacio con Gabata y Tarra, eu-
de las bendiciones del pueblo, que la honra con solemnes funerales. En 8,7 se dice que había recibido gran alboroto en la tierra cuando dos
de su marido muchos bienes; aquí se cuenta cómo vinieron a parar a manos de los herederos natu- grandes dragones, prestos a acometerse nucos del rey, guardas del palacio, 2 y
rales del marido, a fin de que se cumpliese la Ley, que tanto miraba por la conservación del patri-
uno a otro, dieron fuertes rugidos, «y se enteró de sus planes y penetró sus pro-
monio de cada familia (Núm 36,7 s.). yectos, averiguando que trataban de apo-
a su voz se prepararon para la guerra
todas las naciones de la tierra, a fin de derarse del rey Artajerjes, y los denunció
combatir contra la nación de los justos. al rey. 3 Mandó éste interrogar a los
E E R 7
Fue aquel día día de tinieblas, de obscu- eunucos, que, habiendo confesado, fue-
ron condenados a muerte. 4 Para conser-
ridad, de tribulación y de angustia, de
oprobio8 y de turbación grande sobre la var la memoria de estos sucesos mandó
1. El libro de Ester es, en el fondo, parecido al de Judit, y uno mismo parece haber el rey ponerlos por escrito, y el mismo
sido el propósito del autor que lo escribió. Recibe su nombre de la heroína que er tierra. Toda la nación justa se turbó
ante el temor 9de sus males, y se dispo- Mardoqueo escribió un relato sobre
figura principal. Es su argumento una persecución de que la nación judía fue objeto nía a perecer. Pero clamaron a Dios, y ellos. * 5 Por el servicio prestado ordenó
en el imperio persa durante el reinado de Jerjes I (485-465) • Consta de dos partes. a su clamor una fuentecilla se hizo un el rey dar a Mardoqueo un cargo en el
La primera, protocanónica (1,1-10,3), en lengua hebrea, forma el núcleo de la
historia. La narración pone en claro que la causa de la persecución era la nacionalidad #•1 I 1 Las porciones deuterocanónicas (10,4-16,26), escritas en griego, fueron traducidas por
de Israel, sus leyes, sus instituciones, por las que se distingue de otros pueblos; pero * * San Jerónimo y añadidas al fin del libro, a continuación de las protocanónícas (1,1-10,13).
Gomo estas adiciones se ordenan a declarar distintos puntos de la historia, hemos optado por in-
no aparece en ella el nombre de Dios. Parece manifiesto el propósito del autor de troducirlas en los lugares que según su contenido les corresponde, señalándolas con un asterisco.
callarlo. A esta parte primera se añaden ciertos complementos deuterocanónicos (10, Este Artajerjes es una traducción equivocada del original Asuero, que corresponde a Jerjes I
4-16,24), que sólo se han conservado en griego, y en los que se encarece la piedad (485-465)-
3
de los protagonistas. Sobre el origen de esta distinción se dan diversas explicaciones, Es la primera cautividad del año 597, en la que fue también llevado el profeta Ezequiel. Ya
se deja entender que Mardoqueo no pudo ser de aquellos cautivos, sino descendiente de ellos.
sin que ninguna se acerque siquiera a la certeza. 4
Respecto de la forma literaria de este libro, deben hacerse las mismas observaciones $ 11 9 Este detalle histórico es la explicación de los honores concedidos luego a Mardoqueo
¿ (6,1 ss.).
ESTER "12-2 518 519 ESTER 2-3
palacio y le otorgó otras mercedes. * Pero los cuales tenía junto a si a Carsena, Se- de Vasti». A p r o b ó el rey este parecer y queo, que la había a d o p t a d o por hija,
Aman, hijo de Amasata, agagitn, que tar, A d m a t a , Tarsis, Meres, Marsena y se hizo así. * no pidió nada al que había sido designa-
gozaba de gran crédito ante el monarca, 5
Memucan, siete príncipes de Persia y de H a b í a en Susa, la capital, un judío do por Hegue, eunuco del rey y guarda
buscaba cómo perder a Mardoqueo y a Media, que asistían al rey y ocupaban llamado M a r d o q u e o , hijo de Jair, hijo de de las mujeres. Ester halló gracia a los
su pueblo por la delación do los eunucos el primer rango en su reino, u qué ley Semeí, hijo de Quis, del linaje de Benja- ojos del rey y de cuantos la veían. 1 6 F u e
del rey. habría de aplicarse a la reina Vasti por mín, 6 que había sido deportado de Jeru- conducida Ester a la presencia del rey
no haber hecho lo que el rey le había salén entre los cautivos llevados con Jeco- Asuero, a la casa real, el mes décimo,
G r a n festín d e A s u e r o m a n d a d o p o r medio de los eunucos. nías, rey de Judá, por Nabucodonosor, que es el mes de Tebet, en el a ñ o séptimo
1
16
Memucan respondió ante el rey y rey de Babilonia, 7 y había criado a H e - de su reinado.
I En tiempo de Asuero, el Asuero
que reinó, desde la India hasta la
los príncipes: « N o es sólo al rey a quien
ha ofendido la reina Vasti; es también
disa, que es Ester, hija de su tío, pues no
tenía padre ni madre. La joven era bella
17
El rey a m ó a Ester más que a todas las
otras mujeres, y halló ésta gracia y favor
Etiopía, sobre ciento veintisiete provin- de talle y de hermosa presencia y había ante él más que ninguna otra de las jóve-
a todos los principes y a todos los pue-
cias, * 2 mientras se sentaba sobre su trono sido a d o p t a d a por M a r d o q u e o cuando nes. Puso la corona real sobre su cabeza
blos de todas las provincias del rey
real en Susa, la capital, 3 el a ñ o tercero se quedó sin padre y sin m a d r e . 8 C u a n d o y la hizo reina en lugar de Vasti. * 18 El
Asuero, 17 porque lo hecho por la reina
de su reinado dio un festín a todos sus se publicó la orden del rey y su edicto al rey dio un festín a todos sus príncipes y
llegará a conocimiento de todas las mu-
príncipes y servidores. Los comandantes ser reunidas en Susa, la capital, jóvenes a sus servidores, un festín en h o n o r de
jeres y será causa de que menosprecien
del ejército de los persas y de los medos, en gran número, bajo la vigilancia de Ester, y dio alivio a las provincias e hizo
a sus maridos, pues dirán: El rey Asuero
los grandes y los jefes de las provincias, Hegue, fué también tomada Ester y lleva- mercedes con real liberalidad. i9 C u a n d o
m a n d ó que llevasen a su presencia a la
se reunieron en su presencia, 4 y él hizo da a la casa del rey bajo la vigilancia de p o r segunda vez reunieron a las jóvenes,
reina Vasfi y ella no fue; n y desde hoy
muestras de la espléndida riqueza de su Hegue, guarda de las mujeres. ' La joven estaba M a r d o q u e o sentado a la puerta
las princesas de Persia y de Media que
reino y de la brillante magnificencia de su le agradó y halló gracia a sus ojos, y él del rey. 2 0 Ester no había dado a conocer
sepan lo que ha hecho la reina se lo di-
grandeza durante muchos días, 5 durante se apresuró a proveerla de t o d o lo nece- su nacimiento ni su pueblo, porque se lo
rán a todos los príncipes del rey, y de
ciento ochenta días. Pasados éstos, el rey sario para su a d o r n o y su subsistencia, y había prohibido M a r d o q u e o , y seguía
aquí vendrán muchos desprecios y mucha
dio a todo el pueblo de Susa, la capital,
cólera. 19 Si al rey le parece bien, haga le dio siete doncellas escogidas de la casa cumpliendo las órdenes de Mardoqueo
desde el más grande hasta el más peque- del rey, y la aposentó con éstas en el tan fielmente como c u a n d o estaba bajo
publicar e inscribir entre las leyes de los
ño, un festín, que duró siete días, en los mejor departamento de la casa de las mu- su tutela.
persas y de los medos, con prohibición
jardines del palacio real. 6 Cortinajes jeres.
de traspasarlo, un real decreto m a n d a n - 21
blancos, verdes y azules pendían de co- En aquel mismo tiempo, c u a n d o M a r -
do que la reina Vasti no parezca más de-
lumnas de mármol, sujetos con cordones 10 Ester n o dio a conocer ni su pueblo doqueo se sentaba a la puerta del rey,
lante del rey Asuero, y dé el rey la digni-
de lino y de púrpura a anillos de plata. ni su nacimiento, pues M a r d o q u e o le ha- Birgán y Teres, dos eunucos del rey, de-
dad de reina a otra que sea mejor que
Lechos de oro y de plata estaban sobre
ella. 2 0 El edicto del rey será conocido bía prohibido que lo declarase. * n Todos jándose llevar de un movimiento de ira,
un pavimento de pórfido, alabastro, már- los días iba y venía M a r d o q u e o al ves- quisieron poner su m a n o sobre el rey
en t o d o su reino, p o r grande que es, y
moles de varios colores y nácar. 7 Ser-
todas las mujeres honrarán a sus maridos, tíbulo de la casa de las mujeres para saber Asuero. * 2 2 Mardoqueo tuvo conocimien-
víase el vino en vasos de oro de diversas c ó m o estaba Ester y c ó m o la trataban. to de ello e informó a la reina Ester, q u e
desde el más grande hasta el más pe- 12
configuraciones y se servía con real abun- Después de haber estado ya doce me- se lo comunicó al rey de parte de M a r d o -
queño».
dancia, gracias a la generosidad del rey; ses, conforme a la ley de las mujeres, queo. 2 3 Averiguada la cosa y hallada cier-
pero a nadie se le obligaba a beber, 21
A p r o b ó el rey este parecer e hizo lo ungiéndose seis meses con óleo y mirra ta, los dos eunucos fueron colgados de
8
pues había m a n d a d o el rey a todas las que le aconsejaba Memucan, 2 2 m a n d a n - y otros seis con los aromas y perfumes una horca, escribiéndose el caso en el
gentes de su casa que se hiciese confor- do cartas a todas las provincias del reino, de uso entre las mujeres, cuando le llegaba libro de las crónicas, delante del rey.
me a la voluntad de cada cual. 9 También a cada una según su escritura y a cada el turno era llevada cada joven a la pre-
la reina Vasti dio un festín a las mujeres pueblo según su lengua, en las que se sencia del rey. 13 Así iba cada una a la A m a n , favorito del rey
en el palacio real del rey Asuero. * m a n d a b a que todo h o m b r e había de ser presencia del rey, y c u a n d o pasaba de la 1
Después de esto, el rey Asuero ele-
el amo en su casa y que se divulgase
esto entre todos los pueblos.
casa de las mujeres a la casa del rey, se
le dejaba llevar cuanto ella quería; 1 4 i b a
3
vó al poder a A m a n , hijo de H a m e -
data, agagita, ensalzándole y poniendo
D e s o b e d i e n c i a d e la r e i n a V a s t i y s u allá por la tarde, y a la m a ñ a n a siguiente su silla sobre la de todos los príncipes
desgracia Ester, reina pasaba a la segunda casa de las mujeres que estaban con él. *
bajo la vigilancia de Saasgaz, eunuco del 2
10
El día séptimo, alegre por el vino 1 T o d o s los servidores del rey que esta-
el corazón del rey, m a n d ó éste a Mahu- 2 Después de esto, cuando ya se cal-
m ó la cólera del rey, pensó en Vasti
rey y guarda de las concubinas. N o volvía
ya más a la presencia del rey, a menos ban a la puerta del palacio doblaban ante
Aman la rodilla y se prosternaban ante él,
man, Bizta, H a r b o n a , Bigta, Abagta, Ze- y en lo que ésta había hecho y en la de- que éste la desease y fuese nominalmen-
tar y Carcas, los siete eunucos que ser- cisión que respecto de ella se había to- te llamada. pues tal era la orden del rey; pero M a r -
vían ante el rey Asuero, n que trajeran m a d o . 2 Los servidores del rey le dijeron: doqueo no doblaba sus rodillas ni se pros-
15 3
a su presencia a la reina Vasti, con su «Búsquense para el rey jóvenes vírgenes C u a n d o le llegó el turno para ir al ternaba, * y los servidores del rey que
real corona, para mostrar a los pueblos y bellas, 3 poniendo el rey en todas las rey, Ester, hija de Abigail, tío de M a r d o - estaban a la puerta dijeron a M a r d o q u e o :
y a los grandes su belleza, pues era de provincias de su reino comisarios que
hermosa figura; 1 2 pero la reina se negó hagan reunir todas las jóvenes vírgenes O 4 La descripción de estos festines nos da una idea de la fastuosidad oriental. Todavía en nues-
a venir con los eunucos, y el rey se irritó y de bella presencia en Susa, la capital, * tros clásicos vemos cómo jóvenes hermosas, que tuvieron la desgracia de caer cautivas en poder
de los corsarios moros, eran enviadas como obsequio para el harén del sultán de Gonstantinopla.
mucho y se encendió en cólera. 13 Pre- en la casa de las mujeres, bajo la vigi- 10
Esta reserva tiene su razón en lo que después se dirá de los judíos, que eran odiosos por su
guntó entonces el rey a los sabios cono- lancia de Hegue, eunuco del rey y guar- especial género de vida.
cedores del derecho, pues era éste el modo da de las mujeres, que les dará lo nece- 17
Los reyes tenían un harén numeroso; pero entre todas las mujeres había una que se des-
de tratar los negocios ante los conoce- sario para ataviarse, 4 y que la joven que tacaba y llevaba el título de reina. Lo primero podía ser exigencia de la sensualidad, que no se ve
dores de las leyes y del derecho, i* de más agrade al rey sea la reina en lugar saciada; lo segundo era una exigencia del corazón humano y también de la vida política.
21
Son los mismos que en 12,1 se llaman Gabata y Tarra.
•1 1 Efectivamente, desde Cambises, que conquistó Egipto, e! imperio persa se podía decir que O * Los rabinos han jugado mucho con estos nombres, queriendo ver en ellos a un macedonio
* llegaba desde la India hasta Etiopía, ambas inclusive. Según Herodoto, se dividía en veinte ** 2 o un descendiente de Agag, el rey de Amalee, muerto por Samuel (1 Sam 15,1 ss.).
satrapías; pero estas circunscripciones eran muy vastas y se subdividían luego en provincias. Parece indicar el texto que Mardoqueo se negaba a tales cortesías por ver en ellas actos de
9
Esta descripción nos da una idea de la proverbial fastuosidad oriental. culto, que sólo a Dios son debidos.
ESTER 3-*13 520 521 ESTER *13

«¿Por qué traspasas la orden del rey?» es el mes de Adar, y que sus bienes fue- día catorce del mes duodécimo de Adar bre o mujer, que entre al rey al atrio in-
4
Y como se lo repitiesen todos los días sen dados al pillaje. del presente año; 7 de suerte que los ene- terior sin haber sido llamado; sólo se libra
y él no les hiciese caso, se lo comunicaron *4 Las cartas encerraban una copia del migos de ayer y de hoy en un solo día de la muerte aquel a quien el rey tiende
a Aman, para ver si Mardoqueo persistía edicto, que debía publicarse en cada pro- desciendan al infierno por muerte violen- su cetro de oro, y yo no he sido llamada
en su resolución, pues les había dicho que vincia, invitando a los pueblos a estar ta, y para el tiempo venidero sea nuestro por12 el rey desde hace treinta días».
era judío. s Viendo Aman que Mardo- apercibidos para aquel día. 15 Los correos gobierno estable y perfectamente tran- Cuando recibió Mardoqueo la con-
queo no doblaba la rodilla y no se pros- partieron apresuradamente, según la or- quilo». testación de Ester, 13 mandó que le res-
ternaba ante él, se llenó de furor; < pero del del rey. El edicto se publicó en Susa, pondieran: «No vayas a creer tú que serás
teniendo en poco poner su mano sobre la capital; y mientras el rey y Aman be- Consternación de los judíos la única en escapar entre los judíos todos
Mardoqueo solamente, pues ya le habían bían, estaba la ciudad de Susa conster-
1
Cuando supo Mardoqueo lo que por estar en la casa del rey, 14 porque si
dicho a qué pueblo pertenecía, quiso des-
truir al pueblo de Mardoqueo, a todos
nada. * 4 pasaba, rasgó sus vestiduras, se vistió ahora callas y el socorro y la liberación
de saco y se cubrió de ceniza y se fue por viniera a los judíos de otra parte, tú y
los judíos que habitaban en el reino de * 1 9 1 La copia de la carta es del te- medio de la ciudad, dando fuertes, dolo- la casa de tu padre pereceríais. ¿Y quién
Asuero. *** ñor siguiente: rosos gemidos, 2 y llegó hasta la puerta sabe si no es precisamente para un tiem-
«Artaierjes, rey grande, a los sátrapas del rey, pues no3 era a nadie lícito entrar po como éste para lo que tú has llegado
El decreto de exterminio contra los y gobernadores subordinados de las cien- vestido de saco. En todas las provincias a la realeza?»
dondequiera que llegó la orden del rey 15
judíos to veintisiete provincias, desde la 2India Ester mandó decir a Mardoqueo:
hasta Etiopia, ordena lo que sigue: * Aun y su edicto hubo entre los judíos gran 16 «Ve y reúne a los judíos todos de Susa
7
El mes primero, que es el mes de Ni- cuando tenga el imperio de muchas na- desolación, y ayunaron, lloraron y cla- y ayunad por mí, sin comer ni beber por
sán, en el duodécimo año del rey Asuero, ciones y haya subyugado toda la tierra, maron, acostándose muchos sobre la ce- tres días, ni de noche ni de día. Yo tam-
se echó el pur, es decir, la suerte, ante jamás he querido engreírme con la con- niza y vestidos de saco. bién ayunaré igualmente con mis donce-
4
Aman, de día en día y de mes en mes, fianza del poder, sino gobernar con justi- Las doncellas de Ester y sus eunucos llas, y'después iré al rey, a pesar de la
hasta que salió el mes duodécimo, que es cia y moderación, asegurando a mis vasa- vinieron a decírselo. La reina se quedó ley, y si he de morir, moriré». *
17
el 8mes de Adar. llos una vida perpetuamente tranquila y muy atemorizada y mandó vestidos a Mardoqueo se fue e hizo lo que Es-
Dijo entonces Aman al rey Asuero: procurando la quietud y seguridad del Mardoqueo para que se los pusiese, qui- ter le había mandado.
«Hay en todas las provincias de tu reino reino hasta los extremos confines, para tándose 5 el saco; pero él se negó a acep-
un pueblo, disperso y separado de todos que florezca la paz, tan deseada de los tarlos. Entonces llamó Ester a Hatac, # f O 8 Y oró al Señor, haciendo me-
los otros pueblos, que tiene leyes dife- hombres. uno de los eunucos que había puesto cer- *• •* moría de todas sus obras, 9 di-
rentes de las de todos los otros y no 3 ca de ella el rey, y le mandó que fuera a ciendo:
«Consultando con mis consejeros có- «Señor, Señor, Rey omnipotente, en
guarda las leyes del rey. No conviene a mo podría llevarse esto a cabo, uno de preguntar a Mardoqueo qué era aquello
los intereses del rey dejarlos en paz. * 9 Si ellos, de nombre Aman, distinguido por y de dónde venía. 6 Fue Hatac a Mardo- cuyo poder se hallan todas las cosas, a
al rey le parece bien, escríbase orden de su discreción acerca de mí, de lealtad queo, a la plaza de7 la ciudad, delante de quien nada podrá oponerse si quisieres
exterminarlos y yo pesaré diez mil ta- bien probada, de firme fidelidad, que en la puerta del rey; y Mardoqueo le con- salvar a Israel: 1 0 Tú, que has hecho el
lentos de plata en manos de los superin- el palacio real ocupa la segunda dignidad, tó lo que pasaba y le dio noticia de la cielo y la tierra y todas41 las maravillas
tendentes de la hacienda para que se in-
4
me ha dado a conocer la existencia de suma que Aman habla ofrecido entregar que hay bajo los cielos, tú eres dueño
gresen en el tesoro real». 10 Entonces el un pueblo que vive mezclado con todas al tesoro del rey en pago del exterminio de todo y2 nada hay, Señor, que pueda re-
rey se quitó de la mano su anillo y se lo las tribus de la tierra, odioso por sus le- de los judíos. 8 Diole también copia del sistirte. l Tú lo sabes todo; tú sabes, Se-
entregó a Aman, hijo de Hamedata, aga- yes, opuesto a todas las naciones, que edicto que se había publicado en Susa ñor, que no por orgullo ni altivez ni por
para exterminarlos, a fin de que se la en- vanagloria hice yo13esto de no adorar al
gita, enemigo de los judíos, n y le dijo: continuamente traspasa los mandatos de
señase a Ester y le diese cuenta de todo,
«La plata que ofreces sea para ti y para los reyes e impide que tengan efecto las orgulloso Aman; que de buena gana
medidas de gobierno por mí intachable- y mandó a Ester presentarse al rey para besaría las huellas de sus pies por la salud
ti también ese pueblo, para que hagas
con él lo que bien te parezca». mente ordenadas. pedirle gracia y rogarle por su pueblo. de Israel; >4 que yo hice esto por no poner
12
Fueron entonces llamados los secre- 5
»He averiguado también que esta na- la gloria del hombre por encima de la
tarios del rey el día trece del mes primero, ción vive totalmente aislada, siempre en * í C i Le dijo que la mandaba que gloria de Dios; que no adoraré a nadie
y se escribió todo lo que ordenaba Aman abierta oposición con todo el género hu- *• «* entrase al rey y le pidiese gracia fuera de ti, mi Señor, y que obrando así
a los sátrapas del rey, a los gobernadores mano, y que al tenor de sus leyes observa para el pueblo: 2 «Acuérdate de los días no15lo hago por altivez.
de todas las provincias y a los jefes de un género de vida extraño, hostil a nues- de tu abatimiento, cuando eras criada por Ahora, pues, Señor, mi Dios y mi
todos los pueblos, a cada provincia se- tros intereses, y comete los más perversos mi mano; porque Aman, el primero des- Rey, Dios de Abraham, perdona a tu pue-
gún su escritura y a cada pueblo según excesos para impedir el buen orden del pués del rey, ha hablado contra nosotros blo cuando ponen en nosotros los ojos
su lengua. Se escribió el nombre del rey reino. para hacernos morir. 3 Invoca al Señor y para nuestra perdición, con el ansia de
Asuero y se13sellaron las cartas con el ani- 6
»En virtud de esto os ordeno que habla al rey por nosotros; líbranos de la destruir tu antigua heredad. I 6 No eches
llo del rey. Fueron mandadas las cartas todos los por mí señalados en las cartas muerte». * en olvido esta tu porción, que. 17para ti
por medio de los correos a todas las pro- de Aman, a quien he encomendado este rescataste de la tierra de Egipto. Escu-
9
Fue Hatac y comunicó a Ester lo cha mi plegaria y muéstrate propicio a
vincias del rey ordenando destruir, hacer
perecer y matar a todos los judíos, jóve-
negocio, siendo como es mi segundo pa-
dre, todos, con sus mujeres e hijos, sean 4 que le había dicho Mardoqueo. 10 Es- tu heredad; vuelve nuestro duelo en ale-
nes y viejos, niños y mujeres, en un solo de raíz exterminados por la espada de sus ter encargó a Hatac que fuera a decir a gría para que viviendo cantemos, Señor,
día, el día trece del duodécimo mes, que enemigos, sin misericordia ni piedad, el Mardoqueo: "«Todos los servidores del himnos a tu nombre, y no cierres, Señor,
rey y todo el pueblo de las provincias del la 18
boca de los que te alaban».
8
En las partes protocanónicas no aparece el motivo religioso, sino el nacional. Son las leyes rey saben que hay una ley que castiga Y todo Israel clamó con toda su
peculiares de Israel las que se alegan como causa de la persecución. La carta que sigue en griego con pena de muerte a cualquiera, hom- fuerza, porque tenían la muerte a la vista.
no menciona tampoco expresamente el motivo religioso; pero no hay duda de que, envuelta en
tantas razones la oposición de Israel a las demás naciones, está implícita su religión. 1 x) 3
No es la simple señal de luto, sino la oración al Señor, lo que aquí pide Mardoqueo.
15
Fueron los persas los que, para el buen gobierno de su vastísimo imperio, instituyeron el
servicio oficial de correos. M 16 Este ayuno no es ayuno de luto: es el ayuno que acompaña a la plegaria para mejor alcanzar
# 1 0 1 Esta carta viene a completar la narración del capítulo tercero, en que se habla de los *" piedad de Dios, aunque de esto nada se diga expresamente en el texto. La oración que sigue
• " motivos alegados para ordenar el exterminio de los judíos. en la porción deuterocanónica se ajusta bien a este concepto.
523 ESTER 5-7
ESTER *14-5 522
e n t r a d a ; 2 y cuando vio a la reina Ester en ro. * 3 El rey preguntó: «¿Qué honores y
# •! 4 ' La reina Ester, presa de mor- banquetes del rey, ni bebo el vino de las
* * tal angustia, acudió al Señor, 2 y, libaciones; 18 que no ha tenido tu sierva pie, en el atrio, halló ésta gracia a sus distinciones se h a n concedido por esto
despojándose de sus vestidos de corte, se día alegre desde el día de su encumbra- ojos y tendió sobre ella el rey el cetro de a Mardoqueo?» «Ninguna ha recibido»,
vistió de angustia y duelo, y en vez de los miento hasta hoy sino en ti, Señor, Dios o r o que tenía en su m a n o , 3 y le dijo: respondieron los servidores. 4 Entonces
ricos perfumes se cubrió la cabeza de pol- de A b r a h a m . 19 ¡Oh Dios sobre todos fuer- «¿Qué tienes, reina Ester, y qué es lo que dijo el rey: «¿Quién está en el atrio?»
vo y ceniza, humillándose. Todo cuanto te, oye la voz de los desamparados y quieres? A u n q u e fuera la mitad de mi A m a n había venido al atrio exterior de la
solía ella adornar por placer, lo cubrió líbranos del poder de los perversos, lí- reino, te sería otorgada». 4 Ester respon- casa para pedir al rey que mandara col-
ahora con sus cabellos. brame a mí de todo mal!» d i ó : «Si al rey le place, venga hoy el rey gar a M a r d o q u e o de la horca que le
3
Y oró al Señor, Dios de Israel, di-
con A m a n a un festín que yo le he prepa- había preparado. 5 Los servidores le res-
rado». 5 El rey dijo: «Id a llamar a A m a n pondieron: «Ahí está A m a n en el atrio».
ciendo: «Señor mío, tú que eres nuestro Intervención de Ester
único Rey, socórreme a mí, desolada, que * 1 C 4 El día tercero, así que acabó
c o m o lo desea Ester». Y dijo el rey: «Que entre». 6 Entró A m a n
no tengo ayuda sino en ti, 4 porque se *• «* su oración, se despojó de sus F u e el rey con A m a n al festín que ha- y el rey le dijo: «¿Qué ha de hacerse con
acerca el peligro. 5 Desde que nací he oído hábitos de penitencia y se vistió de gala. bía preparado Ester, y durante él 6 dijo aquel a quien el rey quiere honrar?»
en la tribu de mi familia que tú, Señor, 5 Y así, espléndidamente aderezada e in- el rey a Ester: «¿Qué es lo que pides? T o d o A m a n se dijo a sí m i s m o : «¿A quién otro
escogiste a Israel entre todas las naciones vocando a su Dios y Salvador, testigo de te será concedido. ¿Qué deseas? A u n q u e h a de querer h o n r a r el rey?» 7 Y contes-
y a nuestros padres entre todos sus pro- todas las cosas humanas, tomó a dos de fuera la mitad de mi reino la tendrías». t ó : «Para h o n r a r a quien el rey quiere
genitores por heredad perpetua, y que les sus siervas, 6 apoyándose en una de ellas, ' E s t e r respondió: «He aquí lo que pido honrar, 8 h a b r á n de tomarse las vestidu-
cumpliste cuanto les habías prometido. como quien no puede, de puro delicada, y lo que deseo: 8 Si he hallado gracia a ras reales que se viste el tey, y el caballo
6
Ahora nosotros hemos pecado delante sostenerse, 7 mientras la otra la seguía, los ojos del rey, y si place al rey conce- en que el rey cabalga, y la corona real
de ti y tú nos entregaste en poder de nues- llevando la cola de su manto. 8 Aparecía derme mi petición y satisfacer mi deseo, que ciñe su cabeza, 9 y dar el vestido, el
tros enemigos, ' en castigo de haber ado- enteramente hermosa, el rostro sonrosado, que vuelva el rey con A m a n al banquete caballo y la corona a uno de los más no-
r a d o a sus dioses. Justo eres, Señor. 8 M a s alegre y como encendido de amor, mas el que yo les prepararé, y m a ñ a n a yo daré bles príncipes del rey para que vistan a
ellos no se contentan con imponernos corazón oprimido por el miedo. 9 Y atra- la respuesta al rey según su mandato». aquel a quien el rey quiere honrar, y lle-
dura servidumbre, y han puesto sus manos vesando todas las puertas, se detuvo de- 9
A m a n salió aquel día gozoso y lleno vándole en el caballo por la plaza de la
sobre las manos de sus Ídolos, 9 jurando de contento el corazón; pero cuando vio ciudad, vayan pregonando ante él: Así
lante del rey.
anular las promesas de tu boca, borrar a la puerta del rey a M a r d o q u e o , que n o se hace con el h o m b r e a quien el rey
tu heredad, cerrar la boca de los que te Hallábase éste sentado en su trono, ves- se levantó ni se movió a su paso, se llenó quiere honrar».
alaban, extinguir la gloria de tu casa y tido con todo el aparato de su majestad, de ira contra M a r d o q u e o . 10 Supo, sin i" El rey dijo a A m a n : «Coge luego el
10
de t u a l t a r , abrir la b o c a d e los gentiles cubierto de oro y piedras preciosas, y embargo, contenerse, y se fue a su casa. vestido y el caballo, como has dicho, y
para celebrar las proezas de sus ídolos aparecía en gran manera terrible. 1° L e - Luego m a n d ó buscar a sus amigos y a haz eso con M a r d o q u e o , el judío que se
y hacer que un rey de carne sea por esto vantando el rostro radiante de majestad, Zeres, su mujer; n y A m a n les habló de sienta a la puerta del rey. N o omitas
ensalzado para siempre, n N o entregues, en el colmo de su ira, dirigió su mirada, la grandeza de sus riquezas, del n ú m e r o n a d a de cuanto has dicho». u Cogió
Señor, tu cetro a los que nada son, ni se y al punto la reina se desmayó, y demu- de sus hijos, de todo cuanto había hecho A m a n el vestido y el caballo, vistió a
rían de nuestra caída, antes bien, haz que dado el rostro, se dejó caer sobre la sierva el rey p a r a engrandecerle, dándole el pri- M a r d o q u e o y le paseó a caballo por la
sus consejos se vuelvan contra ellos; haz que le acompañaba. u Pero m u d ó Dios mer lugar, p o r encima de los jefes y los plaza de la ciudad, gritando delante de
para todos escarmiento al autor de esta el espíritu del rey en mansedumbre, y, servidores del rey. í2 Y a ñ a d i ó : «Sólo a él: «Así se hace con el h o m b r e a quien
guerra contra nosotros. 12 Acuérdate de asustado, se levantó de su trono y la puso mí también h a invitado la reina Ester al el rey quiere honrar».
nosotros, Señor; date a conocer en el día sobre sus rodillas hasta que ella volvió banquete que ha d a d o al rey, y m e ha
de nuestra tribulación y fortaléceme, Rey en sí. La consolaba con blandas palabras, 12 Volvióse M a r d o q u e o a la puerta del
invitado además p a r a m a ñ a n a en su casa rey, y A m a n se fue corriendo a su casa,
de los dioses, D o m i n a d o r de todo poder. 11 diciendo: «¿Qué es esto, Ester? Yo soy
13
con el rey. 13 Pero t o d o esto n o es n a d a desolado y cubierta la cabeza. 13 C o n t ó
P o n en mis labios palabras apropiadas tu hermano, cobra ánimo. 13 N o , no mo- para mí mientras vea a M a r d o q u e o , el
A m a n a Zeres, su mujer, y a todos sus
en presencia del león y m u d a su corazón rirás, que mi m a n d a t o es para el común judío, sentado a la puerta del rey». * 1 4 Ze-
en odio al que nos hace la guerra para de las gentes. 1 4 Acércate». 1S Y t o m a n d o res, su mujer, y todos sus amigos le dije- amigos t o d o lo que le había sucedido, y
ruina suya y de sus parciales. * 14 Líbrame el cetro de oro la tocó en el cuello y la r o n : «Prepara una horca de cincuenta co- sus amigos y Zeres, su mujer, le dijeron:
con tu m a n o y ayúdame a mí, que estoy besó, diciendo: «Habíame». Ni Ella le dijo: dos de alta y m a ñ a n a por la m a ñ a n a pide «Si el M a r d o q u e o ese, delante del cual
sola y no tengo sino a ti, Señor. ! 5 Tú lo «Te vi, señor, como a un ángel de Dios, al rey que sea colgado en ella M a r d o q u e o , has comenzado a caer, es de la raza de
sabes todo y sabes, por tanto, cómo abo- y mi corazón quedó turbado ante el te- y luego te irás satisfecho al festín con el los judíos, no le vencerás; antes de cierto
rrezco la gloria de los inicuos y detesto rey». Agradó a A m a n el consejo y m a n d ó sucumbirás ante él». i 4 Y cuando toda-
mor de tu majestad, * I 7 pues eres, señor, vía estaba ella hablando, vinieron los
el lecho de los incircuncisos y de todos preparar la horca.
los extraños. 1<s
Tú conoces que sólo por admirable y tu rostro está lleno de dig- eunucos del rey y se llevaron apresurada-
necesidad estoy donde estoy, que detesto nidad». 18 Y mientras 19
hablaba, volvió a mente a A m a n al festín que Ester había
las señales de mi gloria que llevo sobre la caer desmayada. Turbóse el rey, y toda H o n o r e s c o n c e d i d o s a M a r d o q u e o y preparado.
cabeza en los días de mi pública presen- la servidumbre la atendía. humillación de A m a n
A m a n , a c u s a d o p o r E s t e r , es c o n d e -
tación; que las abomino como paño de 1 Aquella noche, no pudiendo el rey
menstruación; que no las llevo en mis días 5
1 Al tercer día Ester se vistió sus ves-
tiduras reales y se presentó en el atrio
6 conciliar el sueño, hizo que le lleva- nado a muerte
de retiro; i ' que no ha participado tu sier-
interior de la casa, delante del aposento r a n el libro de los anales, las crónicas, y 7 1 F u e r o n el rey y A m a n al banquete
va de la mesa de Aman, ni aprecio los I leyéndolas ante el rey, 2 hallóse escrito lo a casa de Ester. 2 El segundo día dijo
del rey. Estaba éste sentado en su real
trono, en el palacio real, enfrente de la que había revelado M a r d o q u e o , descu- el rey a Ester otra vez durante el festín:
briendo que Bigtán y Teres, los dos eunu- «¿Cuál es t u petición, reina Ester? Te será
cos del rey, guardas del atrio, habían que- concedida. ¿Qué es lo que deseas? A u n -
* 11 & 13 ^ ^ e ó n e s e^ r e y ' p o r ' a s e v e r a I e y 9 u e P r °teg ía su majestad. Lo que aquí pide Ester rido llevar su m a n o sobre el rey Asue- que fuera la mitad de mi reino, la ten-
^ es que el rey cese en su odio contra los judíos y que este odio se vuelva contra Amáni.
Es el problema perpetuo de las imprecaciones, en que se pide la misericordia divina para el pueblo 13
de Dios y la justicia para sus enemigos, porque lo son también de Yavé. ir Viva pintura del orgullo de Aman. Toda su privanza con los reyes no basta a quitarle la
" amargura que le causa la que él llama descortesía de Mardoqueo.
# 1 I! 16 Los ángeles de Dios que asisten en su presencia participan en algo de su majestad, 2
En 2,21 ss. se habló ya del descubrimiento de esta conspiración por Mardoqueo y asimismo
* ** como Moisés al bajar del monte venía irradiando claridad. Por esto Ester se turba al ver
al rey «como un ángel de Dios».
6 en * u . i 2 ss.
ESTER 7-8 524
525 ESTER 8-9
drías». 3 La reina Ester respondió: «Si he Edicto en favor de los judíos
hallado gracia a tus ojos, ¡oh rey!, y si el 1 pia del edicto que había de publicarse en manera desconocedor de nuestra bondad,
Aquel mismo día, el rey Asuero dio por mí acogido hospitalariamente, u al-
rey lo cree bueno, concédeme la vida mía:
he ahí mi petición, y salva a mi pueblo:
8 a Ester la casa de Aman, el enemigo
cada provincia, e informaba a todos los
pueblos de que los judíos estarían aquel canzó la benevolencia que usamos con
4
he ahí mi deseo. Porque estamos vendi- de los judíos; y Mardoqueo fue presen- día14 prestos a vengarse de sus enemigos. todas las naciones, en tanto grado, que
dos yo y mi pueblo para ser extermina- tado al rey, pues le había dado a conocer 2 Los correos partieron en seguida con fuese apellidado nuestro padre y venerado
dos, degollados, aniquilados. Si siquiera Ester el parentesco que a él le unía. Qui- toda prisa por la posta según la orden del por todos como poseedor12 de la segunda
fuéramos vendidos por esclavos y siervos, tóse el rey el anillo que había retirado a rey. El edicto fue publicado también en dignidad del trono real. E incapaz de
me callaría, aunque no compensaría el Aman y se lo dio a Mardoqueo. Este, por Susa, la capital. I5 Mardoqueo salió de la llevar el peso de tanta grandeza, i 3intentó
enemigo al rey el perjuicio que le haría». su parte, estableció a Mardoqueo en la casa del rey, vestido con un vestido regio privarme del reino y de la vida, y con
5
Tomó el rey Asuero la palabra y dijo casa de Aman. * 3 Volvió después a ha- azul y blanco, con una gran corona y un toda suerte de maliciosos engaños trató
a la reina Ester: «¿Quién es y dónde está blar Ester al rey, y echándose a sus pies, manto de lino y de púrpura. 16 Hubo para de perder a mi salvador y bienhechor
el que eso se propone hacer?» * Y Ester le llorando, le suplicó impidiera los efectos los judíos luz y alegría, gozo y honra. La constante Mardoqueo y a la irreprochable
respondió: «El opresor, el enemigo, es de la maldad de Aman, agagita, y la rea- ciudad de Susa lanzaba gritos de regoci- compañera del reino, Ester, con toda su
Aman, ese malvado». Aman se sobreco- lización 4
de sus proyectos contra los ju-
jo, 17 y en cada provincia y cada ciudad, nación. 14 Así pensaba él aislarnos y pasar
gió de terror ante el rey y la reina. 7 El díos. El rey tendió a Ester el cetro de por dondequiera que llegaron la orden del a los macedonios el imperio de los persas.
rey, en su ira, se levantó y se salió del ban- oro, y ésta se levantó, quedándose en pie rey y su edicto, hubo entre los judíos gozo 15
»Pero hemos averiguado que los ju-
delante del rey, 5 y le dijo: «Si al rey le
place, y si he hallado gracia a sus ojos, y regocijo, banquetes y fiestas; y muchas díos, entregados a la muerte por este
que se escriba para revocar las cartas ins- de las gentes de los pueblos de las regio- consumado criminal, no son malhechores,
piradas por Aman, hijo de Hamedata, aga- nes se hicieron judíos, porque se había antes se gobiernan por leyes santísimas,
16
gita, y escritas por él para exterminar a apoderado de ellos el temor a los judíos. que son hijos del altísimo, sumo y
los judíoss que hay en todas las provincias viviente Dios, que conserva el reino en el
del rey; porque ¿cómo podría yo ver Copia del edicto en favor de los judíos mejor estado en favor 17nuestro, como de
que el infortunio alcanzara a mi pueblo? * 1 <¡ ' L a copia de la carta es como nuestros predecesores. Por esto haréis
¿Cómo podría yo ver el exterminio de mi • " * sigue: bien en no prestar atención a las cartas
raza?» «Artajerjes, rey grande, a los goberna- remitidas por Aman, hijo de Hamedata,
18
7 dores de las regiones de las ciento veinti- por cuanto el autor de ellas ha sido
El rey Asuero dijo a la reina Ester y siete satrapías desde la India hasta Etio- crucificado a las puertas de Susa con
al judio Mardoqueo: «Yo he dado a Es- pía, y a cuantos2 entiendan en nuestros toda su casa, habiéndole dado sin tar-
ter la casa de Aman, y él ha sido colgado negocios, salud. Muchos, después de ha- danza su merecido castigo el Dios om-
de la horca por haber extendido su mano ber recibido honores singulares de la ex- nipotente.
contra los judíos. 8 Escribid, pues, en fa- tremada bondad de sus 3bienhechores, as- 19
vor de los judíos lo que bien os parezca, »La copia de esta carta haréis pu-
en nombre del rey, y selladlo con el ani- piran a cosas más altas, y no sólo tratan blicarla en todas partes, para que sea
llo del rey, porque edicto escrito en nom- de oprimir a nuestros subditos, sino que, permitido a los judíos vivir según sus
bre del rey y sellado con el anillo del rey incapaces de sostener el peso de su digni- leyes, 2 0 y les prestaréis apoyo para que
no puede ser revocado». dad, conspiran hasta contra el que se la puedan rechazar a los que en el día de
9 confirió. 4 Y no sólo destierran de entre la tribulación los ataquen, el 2día trece
Fueron entonces llamados los secre- los hombres la gratitud, sino que, hincha- del mes duodécimo de Adar; > pues el
Los monarcas asirtos, sentados a la mesa tarios del rey, el día veintitrés del mes ter- dos con el fausto de su inesperada pros- Dios que todo lo domina ha convertido
cero, que es el mes de Siyán; y se escri- peridad, procuran escapar a la justicia en día de alegría el que estaba señalado
quete para ir al jardín del palacio, y Aman bió, conforme a lo que fue ordenado por vengadora de Dios, perpetuo testigo de para ruina de la nación escogida.
se quedó para pedir la gracia de la vida Mardoqueo, a los judíos, a los sátrapas, a todas las cosas. 5 Con frecuencia, a mu- 22
a la reina Ester, porque veía bien que su los gobernadores y a los jefes de las cien- «Vosotros, pues, celebraréis con todo
chos de los constituidos en la suprema regocijo, como una de vuestras festivida-
pérdida estaba resuelta en el ánimo del to veintisiete provincias, desde la India a
rey. la Etiopía, a cada provincia según su es- autoridad, la falaz adulación de aquellos des, el día señalado, 23 para que ahora y
8 a quienes encomendaron la dirección de en lo futuro sea día de salud para vos-
Cuando volvió el rey del jardín del critura y a cada pueblo según su lengua, los negocios los hace cómplices de san-
palacio a la sala del banquete, vio a Aman, y a los judíos según su escritura y su len- otros y para todos los leales a los persas,
10 gre inocente y les causa irremediables ma- y para los que maquinaban contra vos-
que se había precipitado hacia el lecho so- gua. Se escribió en nombre del rey Asue- les, 6 engañando con la mentirosa astucia
bre el cual estaba Ester, y dijo: «¡Qué! ro y se selló con el anillo del rey. Enviá- otros sea de infausta memoria. 24 Y toda
de su malignidad la noble sencillez de los ciudad o región en general que esto no
¿Será que pretende también hacer violen- ronse las cartas por correos montados en soberanos. 7 Esto podemos comprobarlo,
cia a la reina en mi casa, en el palacio?» ligeros caballos procedentes de los potre- cumpliere, sea inexorablemente destruida
no tanto por las historias antiguas, según por el hierro y el fuego, y hecha inacce-
En cuanto salieron estas palabras de la ros reales, u Se daba a los judíos, en cual- dejamos indicado, cuanto por el examen
boca del rey, cubrieron el rostro de Aman; quier ciudad en que estuviesen, permiso sible no sólo a los hombres, sino también
de sucesos que tenéis a la vista, hechos
9
y Harbona, uno de los eunucos, dijo en para reunirse y defender su vida, y de des-
truir, matar y exterminar a todos aque- impíamente consumados por la peste de
a las fieras y a las aves, y por siempre
presencia del rey: «En casa de Aman hay llos, odiosa».
los indignos gobernantes. * Por eso es pre-
una horca, alta de cincuenta codos, que blo ycon sus niños y mujeres, de cada pue-
de cada provincia que tomaran las ciso proveer para lo futuro, procurando Venganza de los judíos
Aman ha preparado para Mardoqueo, el armas para atacarlos, y de dar sus bienes con la paz9 un reino tranquilo a todos los 1
Al duodécimo mes, que es el mes
que habló para bien del rey». El rey dijo: al pillaje; 12 y esto en un solo día, en todas
«Que cuelguen de ella a Aman». 10 Y fue las provincias del rey Asuero el día trece
hombres, realizando los cambios nece- 9 de Adar, el día trece del mes, el
sarios y juzgando siempre con equidad día en que había de cumplirse el edicto
colgado Aman de la horca que él había del duodécimo mes, que es el mes de los negocios que se ofrecieren.
preparado para Mardoqueo, y se aplacó Adar. 1} Estas cartas contenían una co- 10
del rey y en que los enemigos de los
la ira del rey. «Vosotros sabéis cómo Aman, hijo judíos habían pensado dominarlos, fue
de Hamedata, macedonio, enteramente ex- lo contrario lo que sucedió, 2y los judíos
Q 2 Los judíos han sabido siempre introducirse en las cortes de los reyes. Sirva de ejemplo Da- traño a la sangre de los persas y sobre- dominaron a sus enemigos. * Reuniéron-
° niel. Aunque formando parte de un pueblo que debía vivir aislado de los otros, todavía eran
subditos de los reyes y procuraban explotar esta su condición. 1
Este capítulo es el más duro de todo el relato. Parece que los judíos no se limitaron a defen-
derse de sus enemigos, como el edicto anterior decía, sino que pasaron a la ofensiva y por su
ESTER 9 526 52T I MACABEOS
se los judíos en sus ciudades, en todas las I y de fiesta, en que se mandan presentes # •* rt 5 Y dijo Mardoqueo: «Del Señor tación, delante de Dios, de generación en
provincias del rey Asuero, para poner la los unos a los otros. ^ " viene esto. Recuerdo, en efecto, generación para siempre, en el pueblo
mano sobre todos aquellos que buscaban el sueño que acerca de estos sucesos tuve, de Israel».
su perdición; y nadie pudo resistirlos, La fiesta de los «purim»
20 de los cuales 6ninguno ha quedado sin Suscripción
porque el temor de ellos se 3había apode- Mardoqueo escribió estas cosas y en- cumplimiento: la fuentecilla que se con-
rado de todos los pueblos. Y todos los vió cartas a los judíos de todas las pro- virtió en río de muchas aguas y la lucecita
jefes de las provincias, los sátrapas, los vincias del rey Asuero, cercanas y lejanas, El año cuarto del reinado de Tolomeo
gobernadores y los funcionarios del rey, 21 mandándoles celebrar todos los años el convertida en sol. y Cleopatra, Dositeo, que se decía sacer-
apoyaron a los judíos, por el temor que día catorce y el quince del mes de Adar, »E1 río es Ester, a quien el rey tomó dote y levita, y Tolomeo, su hijo, trajeron
les inspiraba Mardoqueo; * pues era Mar- 22 como días en que habían obtenido el por esposa, haciéndola reina. * 7 Los dos la presente epístola sobre los purim, que
doqueo poderoso en la casa del rey, y su reposo, librándose de sus enemigos, y dragones éramos yo y Aman, 8 y las na- dicen ser auténtica y haber sido traducida
fama se esparció por todas las provincias, celebrar el mes en que su tristeza habíase ciones son las que se juntaron para acabar por Lisímaco el de Tolomeo, vecino de
porque se hacía de día en día más po- 1 convertido en alegría y su desolación en con el nombre judío. 9 Mi pueblo es este jerusalén.
deroso. regocijo; y hacer de estos días, días de mismo Israel, los que clamaron a Dios
5
Los judíos hirieron a espada a todos festín y de alegría, en que se mandan y fueron salvos. Salvó el Señor a su 1 A ' E l rey Asuero impuso un tributo
sus enemigos, los mataron y los hicieron presentes los unos a los otros y se distri- pueblo y nos sacó de todos estos males, •*•" a la tierra y a las islas del mar.
haciendo señales y prodigios grandes,10 cua- 2
perecer, y trataron como quisieron a los buyen dones a los indigentes. 23 Los ju- Todos los hechos concernientes a su
que les eran hostiles. 6 En Susa, la capi- díos se comprometieron a hacer lo que les no se vieron entre las naciones. Por poderío y a sus hazañas y los pormenores
tal, mataron los judíos, haciéndolos pe- ya habían comenzado y les mandaba Mar- esto estableció dos suertes: una para el de la grandeza a que elevó a Mardoqueo,
recer, a quinientos hombres, 7 y degolla- doqueo; u porque Aman, hijo de Hame- pueblo de Dios y otra para todas las ¿no están escritos en el libro de las cróni-
ron a Parsandata, Dalfon, Asfata, 8 Pora- data, agagita, enemigo de todos los judíos, otras naciones. " Y estas dos suertes han cas de los reyes de los medos y de los
ta, Adalla, Aridata, 9 Parmasta, Arisai, había concebido el proyecto de extermi- llegado a su hora y tiempo, es decir, en persas?
Aridai y Baizata, 10 los diez hijos de Aman, narlos y había echado el pur, es decir, la el día del juicio delante de Dios. 12 Y se 3
Pues el judío Mardoqueo era el primero
hijo de Hamedata, el enemigo de los ju- suerte, para matarlos y exterminarlos; acordó el Señor de su pueblo y salió por después del rey Asuero, muy considerado
díos; pero éstos no se dieron al pillaje. 25
pero habiéndose presentado Ester al la causa de su heredad. 13 Por esto serán entre los judíos y amado 4 de la muche-
11
Llegó aquel día a conocimiento del rey, mandó el rey por escrito hacer recaer celebrados por ellos estos días en el mes dumbre de sus hermanos: buscó el bien
rey el número de los muertos en Susa, la sobre la cabeza de Aman el maligno pro- de Adar, los días catorce y quince del de su pueblo y habló para el bien de su
capital; 1 2 y el rey dijo a Ester: «Los yecto que él había hecho contra los judíos mes, con grande concurso, alegría y exal- raza.
judíos han matado y hecho perecer en 2|y le colgó de la horca a él y a sus hijos. 6
Susa, la capital, a quinientos hombres y s Por eso se llaman estos días purim, *10 ^s*e Párrafo se corresponde con el sueño referido al principio y nos da el sentido del
a los diez hijos de Aman. ¿Qué habrán del nombre de pur. *^ libro: que Dios sale por la causa de su pueblo, defendiéndolo contra los impíos.
hecho en el resto de las provincias del Conforme al contenido de esta carta,
rey? ¿Qué más pides? ¿Qué más 13
quieres? según lo que ellos mismos habían visto y
Se te concederá, lo tendrás». Ester res- les había sucedido, * 27 los judíos tomaron
pondió: «Si al rey le parece bien, que les por ellos, por su descendencia y por todos
sea permitido a los judíos de Susa obrar aquellos que a ellos se unieran, la resolu-
/ M A B E O
también mañana conforme al edicto de ción y el compromiso irrevocable de cele-
hoy, y que se cuelgue en la horca a los brar cada año estos dos días al modo y al 1. Desde los días de Esdrásy Nehemías hasta los de Seleuco IV (187-175) la his-
diez hijos de Aman». J 4 El rey mandó tiempo prescritos. 2S Estos días habían de toria está muda. Israel, gobernado por un senado que presidía el sumo sacerdote, vivía
que así se hiciera, y se publicó el edicto ser recordados y celebrados de genera- en paz bajo el imperio persa, y cuando éste fue substituido por el macedónico, pasó
en Susa. 15 Los judíos de Susa se reunieron ción en generación, en cada familia, en automáticamente al dominio de Alejandro Magno. A la muerte de éste se organizó
de nuevo el día catorce del mes de Adar, cada provincia y en cada ciudad, y estos el reino de los Seléucidas en Siria y el de los Tolomeos en Egipto. Palestina, puesta
y mataron en Susa a trescientos hombres, días de purim no habían de ser jamás en medio, fue campo de batalla en las rivalidades de ambos reinos, y hubo de sufrir las
pero tampoco se dieron al pillaje. abolidos entre los judíos ni borrado su
16
Los otros judíos que había en las recuerdo entre sus descendientes. consecuencias. El fervor religioso se fue apagando en muchos israelitas, que, contami-
provincias del rey se reunieron y defen- 29
La reina Ester, hija de Abigail, y el nados con el paganismo griego, quisieron substituir las instituciones mosaicas por las
dieron su vida; y se procuraron reposo, judío Mardoqueo escribieron con instan- helénicas. Los reyes de Siria vieron con agrado estos propósitos y los hicieron suyos,
librándose de sus enemigos, y mataron cia a los judíos por segunda vez, para apoyando a los que prevaricaban de la Ley y alianza divinas y dando con esto ocasión
a setenta y cinco mil, pero no se dieron confirmar la carta acerca de los purim, a las guerras heroicas de los Macabeos, que casi tuvieron tanto de civiles como de
al pillaje. 30 y se mandaron cartas a todos los ju- nacionales. Estas guerras son el argumento de los libros de los Macabeos, que no son
• 7 Esto sucedió el día trece del mes de díos, a las ciento veintisiete provincias una sola obra dividida en dos libros, sino dos obras distintas y en gran parte paralelas.
Adar. Los judíos se aquietaron el catorce, del rey Asuero. Contenían palabras de
haciendo 8de él un día de banquetes y paz y fidelidad, prescribiendo los días 2. El libro primero, encabezado con un breve resumen histórico, que va desde Ale-
31
regocijo. ' Los que había en Susa, que de purim, al tiempo fijado, como el jandro Magno (336-323) hasta Antíoco IV Epifanes (1,1-10), nos cuenta: 1) el
se habían reunido el trece y el catorce, se judío Mardoqueo y la reina Ester los principio de la persecución religiosa promovida por Antíoco (11-67); 2) ' a suble-
aquietaron el quince, haciendo de él un habían establecido, para ellos y para toda vación de Matatías y de sus hijos (2,1-70); 3) el desarrollo de estas luchas bajo la
día de banquetes y regocijo. « P o r eso su posteridad, con 32
ocasión de su ayuno y
dirección sucesiva de Judas, apellidado el Macabeo (3,1-0,22); 4) de Jonatán (9,
los judíos del campo, que habitan ciuda- sus clamores. Así, la orden de Ester
des no amuralladas, hacen del día ca- confirmó la institución de los purim, y esto 23-12,54); 5) y de Simón (13-16). Abarca un período de cuarenta años (175-
torce del mes de Adar un día de banquete | fue escrito en el libro. 135 a. C). En ellos, el pueblo, bajo la dirección de esta familia, gracias al heroísmo
de la misma y a la habilidad con que supo aprovecharse de las contiendas civiles del
mano ejercieron la justicia contra los que hablan tenido el propósito de darles muerte. Cuanto a reino seléucida, alcanzó la independencia y creó una nueva dinastía levítica, la de
las cifras, tal vez ocurre con ellas lo que con tantas otras de la Escritura: que están alteradas. los Asmoneos, como la Historia denominó a la familia de Matatías.
2* Estafiestade los purim, o de las suertes, también llamada de Mardoqueo, de la que se hace
mención en 2 Mac 15,37, puede tomarse en testimonio permanente del valor histórico del libro. 3. Este libro fue escrito en hebreo, entre los años i04y 63 a. C.,por un judío de
Palestina, entusiasta de la nueva dinastía, cuyos orígenes parece que se propone
contar. Su cronología tiene por punto de partida la era griega, que comienza en
528/
I MAOtllKl l» 1
V:29 1 MACABEOS 1
oíiiflii del 312, aunque propirinumt* el punto de partida del autor es la Pascua prece-
les. 15 En virtud de esto, levantaron en y de los vasos preciosos, y se llevó los
dente. Perdido el original hehwa, que Orígenes y San Jerónimo conocieron, nos queda Jerusalén un gimnasio, conforme a los tesoros ocultos que p u d o hallar, y con
una versión griega, de la cu<d se derivó la antigua latina, que es la que se contiene usos paganos; í6 se restituyeron los pre- t o d o se volvió a su tierra.
en la Vulgata, un lanío corregida. 25
pucios, a b a n d o n a r o n la alianza santa, ha- Hicieron sus gentes gran matanza y
ciendo causa común con los gentiles, y p r o f i r i e r o n p a l a b r a s insolentes. * 2 6 U n
SUMARIO INTRODUCCIÓN fij.—PRIMERA PARTE: MATATÍAS (2). se vendieron al mal. gran duelo se levantó en Israel y en todos
-l-t*-li yj Llamada de los fieles a la rebelión (2,1-48). Fin de Matatías
1
? U n a vez que Antíoco se consolidó sus lugares, 2 7 y se lamentaron los prínci-
en el reino, concibió el propósito de adue- pes y los ancianos; las doncellas y los jó-
(2,49-70).—SEGUNDA P A R T E : JUDAS M A C A B E O (3,1-9,22): Primeras vic- venes perdieron su vigor y palideció la
ñarse de Egipto, a fin de reinar sobre las
torias del Macabeo (3,1-4,35). Purificación del templo (4,36-61); La guerra contra dos naciones. 18 Entró en él con u n po- belleza de las mujeres. 2 S Todos los novios
los pueblos vecinos (5). Muerte de Antíoco en Persia (6,1-17). Antíoco Eupator deroso ejército, con carros, elefantes y entonaron lamentaciones e hicieron duelo
acomete lajudeay hace la paz con los judíos (6,18-63). Demetrio, sucesor de Eupator, jinetes y con una gran flota, ls> e hizo la los que se sentaban en el lecho nupcial.
29
hace la guerra a Judas (7). El Macabeo hace alianza con los romanos (8). Muerte guerra a Tolomeo, rey de Egipto. Atemo- Se conmovió la tierra p o r la conster-
de Judas (9,1-22).—TERCERA P A R T E : J O N A T Á N , SUCESOR DE JUDAS (9,23-12,
54): Cambio en la situación de los judíos (9,23-73). Jonatdn se aprovecha de la
guerra civil de los sirios (10). Se confirma la situación de Jonatán con la misma
guerra civil (11). Alianza con los romanos y con los espartanos (12,1-23). Jonatdn,
en poder de Trifón (12,24-54).—CUARTA P A R T E : S I M Ó N , P R Í N C I P E DEL P U E -
BLO J U D Í O (13-16): Simón procura rescatar a su hermano (13,1-32). Asegura la
libertad de su pueblo (13,33-54). Simón, aclamado príncipe del pueblo judío (14).
Antíoco Soter hace la guerra a los judíos (15). Muerte de Simón a manos de su
yerno (16).

I N T R O D U C C I Ó N doce años cuando le arrebató la muerte.


9
En su lugar entraron a reinar sus
Alejandro M a g n o generales, 10 los cuales, en cuanto él m u -
rió, se ciñeron diadema, y sus hijos des-
1 Alejandro, hijo de Filipo, macedo- pués de ellos durante muchos años, mul-
1 nio, y el primero que reinó en Grecia, tiplicándose los males en la tierra.
partiendo del país de Macedonia, venció
a Darío, rey de los persas y los medos, y Antíoco IV
reinó en lugar suyo. * 2 Luego de esto
11
combatió muchas batallas, expugnó mu- D e ellos brotó aquella raíz de pecado
chas fortalezas y dio muerte a reyes de la Antíoco Epifanes, hijo del rey Antíoco,
tierra. 3 Atravesándola hasta sus confines, que estuvo en R o m a como rehén y se
se apoderó de los despojos de muchas apoderó del reino el año 137 de la era
naciones, y la tierra se le rindió. Su co- de los griegos. * 12 Salieron de Israel por
razón se engrió y se llenó de orgullo. aquellos días hijos inicuos, que persua-
4
J u n t ó poderosos ejércitos, 5 sometió a dieron al pueblo, diciéndole: «Ea, haga-
su imperio regiones y pueblos y los sobe- m o s alianza con las naciones vecinas,
ranos le pagaron tributo. 6 Después de pues desde que nos separamos de ellas
todo esto cayó en el lecho y vio que se nos h a n sobrevenido tantos males»; * 13 y rizado éste, huyó ante él, y fueron mu- nación de sus moradores, y toda la casa
moría. * 7 Llamando a sus oficiales, los a muchos les parecieron bien semejantes chos los que cayeron heridos. 2 0 Antíoco de Israel quedó cubierta de confusión.
30
nobles que con él se habían criado desde discursos. 1 4 Algunos del pueblo se ofre- se apoderó de las ciudades fuertes de Pasados dos años, envió el rey al
la juventud, dividió aún en vida su reino cieron a ir al rey, el cual les dio facultad Egipto y volvió cargado de despojos. 2 1 El jefe de los tributos a las ciudades de
entre ellos. 8 H a b í a reinado Alejandro para seguir las instituciones de los genti- año 143, después de haber vencido a J u d á y a Jerusalén con numerosas tro-
Egipto, Antíoco vino contra Israel 2 2 y pas, * 31 y con falsía les habló palabras
•j ! Alejandro, a quien la Historia llama el Magno, nació en 356. Sucedió a su padre en 336 subió a Jerusalén con un poderoso ejér- de paz, en las que ellos creyeron. 32 Pero
' y murió en Babilonia en 323. En los trece años de su reinado empezó por acabar la obra de su cito. 2 3 Entró altivo en el santuario, arre- de repente se arrojó sobre la ciudad,
padre, sometiendo a los griegos para lanzarlos luego a la conquista del imperio persa, cuyas fron-
teras pasó, llegando hasta la India. Su gran inteligencia aspiraba, más que a vengar a los griegos de bató el altar de oro, el candelabro de las causando en ella gran estrago y haciendo
las opresiones de los reyes persas, a difundir el helenismo y crear un gran imperio a base de la cul- luces con todos sus utensilios, la mesa perecer a muchos del pueblo de Israel.
33
tura helénica. Sus heroicos esfuerzos y su intemperancia agotaron pronto sus energías, muriendo de la proposición, las tazas de las liba- Saqueó la ciudad y la incendió, y des-
en plena juventud. ciones, las copas, los incensarios, la corti- truyó sus casas y los muros que la cer-
6
Todo lo que se refiere a la muerte de Alejandro y a su testamento es obscuro en los histo- na, las coronas, y arrancó t o d o el deco- caban. 3 4 Llevaron cautivas a las mujeres
riadores clásicos. Lo que el autor sagrado nos dice es lo que corría entre la gente culta y se mostró rado de oro que cubría el templo. 2 4 Se y a los niños y se apoderaron de los
por los hechos. Bien sabido es cómo del imperio de Alejandro nacieron, entre otros, los reinos de
Egipto y de Siria, que más interesan a la presente historia. a p o d e r ó asimismo de la plata, del oro ganados. 3 5 Edificaron en t o r n o a la ciu-
11
Éste Antíoco es el perseguidor de la religión judía, hijo de Antíoco III el Grande. Este, 25
vencido por los romanos en Magnesia (188) y obligado a firmar una humillante paz, tuvo que mandar El tratado de Magnesia, que obligaba a pagar a los romanos fuertes sumas, tenía siempre
a Roma a su hijo como rehén para asegurar el cumplimiento de lo pactado. A la muerte de su her- exhausto el tesoro real, y e! rey buscaba llenarlo con el saqueo de los templos. En el caso presente
mano Seleuco, logró salir de Roma y apoderarse del trono de Siria, excluyendo a sus sobrinos, hijos le daba pretexto para cometer «michos atropellos la lucha civil existente entre los judíos, que el rey
del difunto rey (175). miraba
30
como dirigida contra su autoridad.
12
Como antes la religión cananea o asiría ejercía sobre los hebreos una atracción poderosa, Apolonio era el jefe de esta tropa y el ejecutor de estas órdenes bárbaras del rey, que ter-
así ahora la cultura helénica los fascina y los impulsa a procurar civilizarse, avergonzándose de su minaron en la supresión del culto divino y en ia dedicación del templo a Júpiter Olímpico por el
tradicional modo de vivir. mes de Casleu en 168. Esta es la gran calamidad que obsesionaba la mente del profeta Daniel (7,7 s.
10 ss.; 8,9 ss. 23 ss.).
i MtrAHvnn 1-2 53i;</ §31 I MACABEOS 2

dnil de David un m u r o alio y fuerte y abandonaron la Ley. Fueron grandes los «¡Ay de mí! ¿Por qué nací yo, para ver L a sublevación
torres también fuertes, conviniéndola en males que cometieron en la tierra, 56 obli- la ruina de mi pueblo, y la ruina de la 2,7
Alzó luego el grito Matatías en la
ciudadela. 36 La guarnecieron de gentes gando a los verdaderos israelitas a ocul- ciudad santa, obligado a habitar aquí, ciudad, y dijo: «¡Todo el que sienta celo
impías, hombres malvmloN, que en ella tarse en todo género de escondrijos. cuando está en poder de enemigos 8 y p o r la Ley y sostenga la alianza, síga-
se hicieron fuertes. •" l.n aprovisionaron 57
El día quince del mes de Casleu del su santuario en poder de extraños? Su m e ! » * 2 8 Y huyeron él y sus hijos a los
de armas y vituallas, y juntando los des- a ñ o 145 edificaron sobre el altar la abo- pueblo ha sido tratado como u n infame;
pojos de Jerusulén, ios depositaron en montes, a b a n d o n a n d o cuanto tenían en
minación de la desolación, y en las ciu- ' sus vasos preciosos, llevados en b o t í n ;
ella, viniendo a sor para la ciudad un la ciudad. 29 Entonces muchos que sus-
dades de Judá de todo alrededor edifica- sus niños, muertos en las plazas, y sus
gran lazo. j ó v e n e s , c a í d o s a la e s p a d a e n e m i g a . piraban por la justicia y el juicio bajaron
ron altares; 58 ofrecieron incienso a las 10 al desierto, 30 p a r a habitar allí, así ellos
38 Fue una asechanza para el santuario, puertas de las casas y en las calles, 5 9 y ¿Qué nación no se h a adueñado de su
como sus hijos, sus mujeres y sus gana-
una grave y continua amenaza para Is- reino y no se h a apoderado de sus des-
pojos? n T o d o su ornato le fue arrebata- dos, pues la persecución había llegado al
rael. 3 9 Derramaban sangre inocente en
d o , y la que era libre fue hecha esclava. colmo. 31 Y así que llegó a noticia de
t o r n o del s a n t u a r i o y lo p r o f a n a r o n .
40
A causa de ellos huían los moradores 12 Y ved cómo nuestro santuario, que era los enviados del rey y de las fuerzas que
de Jerusalén, que vino a ser habitación nuestro h o n o r y nuestra gloria, está deso- había en Jerusalén, en la ciudad de D a -
de extraños. Se hizo extraña a su propia lado, profanado por las gentes. 13 ¿Para vid, que aquellos hombres, desobedecien-
prole, y sus hijos la abandonaron, "ti Su qué vivir?» do el decreto del rey, habían bajado para
santuario quedó desolado como el de- esconderse en el desierto, y que muchos
1 4 Rasgaron Matatías y sus hijos sus los habían seguido, 3 2 l o s sorprendieron;
sierto ; sus fiestas se convirtieron en duelo; vestiduras, y se vistieron de saco e hi-
sus sábados, en oprobio, y en desprecio y acampando enfrente de ellos, se dis-
Antíoco IV Epifanes ("173-164^ cieron gran duelo. 1 5 E n tanto llegaron a pusieron a atacarlos en día de sábado.
su honor. 4 2 A la medida de su gloria la ciudad de M o d í n los delegados del 33
creció su deshonra, y su magnificencia Y les decían: «Basta con lo hecho hasta
los libros de la Ley que hallaban los rey, forzando a la apostasía mediante la
se volvió en duelo. aquí. Salid y cumplid el decreto del rey,
rasgaban y echaban al fuego. 60 A quien ofrenda del incienso, i* M u c h o s israelitas
les obedecían, mientras Matatías y sus y viviréis». 3 4 Ellos contestaron: « N o sal-
se le hallaba con un libro de la alianza en dremos ni haremos lo m a n d a d o por el
La persecución religiosa su poder y observaba la Ley, en virtud del hijos se mantuvieron apartados. ' ? Los
enviados del rey dirigiéndose a Matatías rey, profanando el sábado».
decreto del rey se le condenaba a muerte.
43
El rey Antíoco publicó un decreto en 61
Así hacían a Israel, a cuantos habi- le dijeron: «Tú eres príncipe e ilustre y 35 En seguida los a c o m e t i e r o n ; 3 6 y ellos
todo su reino de que todos formasen un taban en sus ciudades, un mes y otro mes. grande en esta ciudad, apoyado por mu- no les respondieron, ni les lanzaron u n a
solo pueblo, dejando cada uno sus pecu- 62
El veinticinco del mes sacrificaron en chos hijos y parientes; 1 8 acércate, pues, piedra, ni taparon sus escondrijos, 3 7 di-
liares leyes. 4 4 T o d a s las naciones se avi- el ara levantada sobre el altar de los el primero y haz conforme al decreto del ciendo: « M u r a m o s todos en nuestra ino-
nieron a la disposición del rey. 45 Muchos holocaustos, 6 3 Las mujeres que circunci- rey, como hacen todas las naciones, los cencia, y el cielo y la tierra serán testigos
de Israel se acomodaron a este culto, daban a sus hijos eran muertas, según el hombres de J u d á y los que quedaron en de que injustamente nos hacéis morir».
sacrificando a los ídolos y profanando el decreto, 6 4 y los niños colgados por el Jerusalén. Y seréis tú y tu casa de los 38 Y acometidos en día de sábado, mu-
sábado. 46 Por medio de mensajeros, el cuello. Saqueaban las casas y daban muer- amigos del rey, y seréis enriquecidos, tú rieron ellos, sus mujeres, sus hijos y sus
rey envió a Jerusalén y a las ciudades de te a q u i e n e s se h a b í a n c i r c u n c i d a d o . y tus hijos, de plata y oro y muchas ganados, hasta mil nombres.
Judá órdenes escritas de que todos si- 65
Muchos en Israel se mantuvieron fuer- mercedes». 39
C u a n d o Matatías y sus amigos lo su-
guieran aquellas leyes, aunque extrañas al tes en su resolución de no comer cosa pieron, se dolieron grandemente, 4 0 pero
país; 4 7 que se suprimiesen en el santuario impura, prefiriendo morir a contaminarse 1 9 A lo que contestó Matatías, diciendo dijeron: «Si todos hacemos c o m o nues-
los holocaustos, el sacrificio y la libación; con los alimentos y profanar la santa en alta voz: «Aunque todas las naciones tros h e r m a n o s h a n hecho, n o combatiendo
48 que se profanasen los sábados y las alianza, y por ello murieron. 66 M u y gran- que formen el imperio abandonen el culto
contra los gentiles p o r nuestras vidas y
solemnidades; 4 9 que se contaminase el de fue la cólera que descargó sobre Is- de sus padres y se sometan a vuestros
nuestras leyes, p r o n t o nos exterminarán
santuario y el pueblo santo; 50 que se m a n d a t o s , 2 0 yo y mis hijos y mis herma-
rael.
n o s viviremos en la alianza de nuestros de la tierra». 4 1 Y t o m a r o n aquel dia esta
edificasen altares y santuarios e ídolos y
padres. 2 1 Líbrenos D i o s de a b a n d o n a r la resolución: T o d o hombre, quienquiera
se sacrificasen puercos y animales impu-
ros; 51 que dejasen a los hijos incircunci- P R I M E R A Ley y sus preceptos. 2 2 N o escucharemos que sea, que en día de sábado viniere a
P A R T E pelear contra nosotros, será de nosotros
sos; que manchasen sus almas con todo las órdenes del rey para salimos de nues-
género de impureza y abominación, de tro culto, ni a la derecha ni a la izquierda», combatido, y n o nos dejaremos m a t a r
MATATÍAS
suerte que diesen al olvido la Ley y 23 todos, como nuestros hermanos, en sus
(2) Apenas había terminado de hablar, escondrijos. *
mudasen todas sus instituciones, 5 2 y que c u a n d o en presencia de todos se acercó
quien se negase a obrar conforme a es-
te decreto del rey fuera condenado a 2
1 P o r entonces se levantó Matatías>
hijo de Juan, hijo de Simeón, sacer-
un judío para quemar incienso en el altar
que había en M o d í n , según el decreto 42
L o s asideos
Entonces se unió a ellos u n grupo de
muerte. * dote, de los hijos de Joarib, de Jerusalén, del rey. 2 4 Al verlo Matatías, se indignó
que habitaba en Modín. * 2 Tenía cinco hasta estremecerse; y llevado de justa
asideos, israelitas valientes, todos adictos
53 Tal fue el decreto publicado en todo hijos; Juan, apellidado Caddis; Simón,
3 a la Ley. 4 3 Cuantos buscaban escapar a
4 indignación, fue corriendo y lo degolló la persecución se unían a ellos, acrecen-
el reino. En todo Israel instituyó ins- llamado Tasi; Judas, apellidado Maca- sobre el altar. 2 5 Al mismo tiempo m a t ó
pectores, 5 4 y a las ciudades de Judá les b e o ; 5 Eleazar, apellidado Abarán, y J o - tándose así sus fuerzas, 4 4 hasta formar
al enviado del rey, que obligaba a sacri- u n ejército, con el cual hirieron a los
dio orden de que sacrificasen cada una natán, apellidado Apfos. « Y viendo las ficar, y destruyó el altar. 2<> Así mostró
por sí, ciudad por ciudad. 55 Se les unie- abominaciones cometidas en Judá y en su celo por la Ley, como había hecho
pecadores en su ira y a los impíos en su
7
ron muchos del pueblo, todos los que Jerusalén, dijo: Fines con Zambri, el hijo de Salom. furor. L o s restantes buscaban su salud
entre los gentiles. 4 5 Recorrieron M a t a -
52
Aquí ya tenemos la franca persecución religiosa. En los sucesos precedentes, tal vez la per- tías y sus amigos las ciudades, destruyen-
secución no fuera sino lucha política contra la nación; mas ahora la lucha comienza por el decreto 27
que trata de imponer la religión helénica y prohibe la judía. Las ciudades estaban dominadas por las tropas del rey, ayudadas de los judíos adictos a
su causa,
41
y así los leales a la patria se retiran a los montes para meditar y organizar la lucha.
O ' El anciano sacerdote Matatías es ía encarnación del sentimiento patriótico y religioso de Estos que se dejaron matar por no quebrantar el sábado eran del partido de los Hasidim,
*• Israel, sentimiento que supo infundir a sus hijos, los cuales, animados de él, luchan heroica- o devotos, que hacían especial profesión de piedad. Matatías y los suyos, aunque respetan la con-
mente hasta obtener la victoria. Lástima que sus descendientes no hayan sabido conservarla por ducta de; aquellos mártires, no creen que sea la más prudente ni la que ellos deben seguir, pues
mucho tiempo. sería dar a los enemigos la victoria.
I MAfAIIMOS 2-3 532/ 533 I MACABEOS 3
do (litares 4 *y obligando a circuncidar a 69
Y bendiciéndolos, fue a reunirse con 13
Cuando llegó a oídos de Serón, jefe las disensiones y las calamidades que él
cuantos niños encontraban incircuncisos sus padres. T> Murió el año 146, y los del ejército de Siria, que Judas había había traído sobre la tierra, en su empeño
en los confines de Israel. 47 Perseguían a hijos lo sepultaron en el sepulcro de sus juntado gente y que una muchedumbre de de suprimir las leyes que habían estado
los rebeldes a la Ley, y su fuerza crecía padres, en Modín, y todo Israel hizo fieles a la Ley combatía a su lado, * I 4 se en uso desde los días antiguos, 30 temió
más cada vez. 48 Defendían la Ley contra por él gran duelo. dijo: Me haré famoso y ganaré gloria en no tener, como otras veces le había su-
los gentiles y los reyes, y no se doblega- el reino, combatiendo a Judas y a los cedido, para los gastos y los donativos,
ban ante los pecadores. 49 Acercándose suyos, que desprecian los decretos del que solía repartir con más larga mano y
el fin de los días de Matatías, dijo éste a SEGUNDA P A R T E rey. 15 Y preparada la segunda expedición, mayor prodigalidad que sus antecesores. *
sus hijos: salió y subió con poderoso ejército, al 3
i En este grave aprieto, resolvió ir a Persia
JUDAS MACABEO cual se unieron los impíos, para apoyarle a cobrar los tributos de las regiones y re-
Testamento de Matatías y16 tomar venganza de los hijos de Israel. unir mucho dinero.
(3,1-9,22)
«Al presente triunfa la soberbia y el Llegaron hasta la subida de Betorón, 32
Dejó a Lisias, hombre ilustre y de li-
1 donde les salió17al paso Judas con una pe-
castigo,50es tiempo de ruina y de furiosa Le sucedió Judas, apellidado Ma-
cólera. Hijos míos, mostraos celadores 3 cabeo, * 2 a quien apoyaron sus her- queña tropa. Esta, viendo el ejército
que venía contra ellos, dijo a Judas: «¿Có-
naje real, al frente de los negocios del rei-
no, desde el Eufrates hasta los confines de
de la Ley, y dad la51vida por la alianza de manos y cuantos habían seguido a su Egipto, 33 y con el encargo de velar por
nuestros mayores. Acordaos de las ha- padre, y combatían alegremente los com- mo podremos nosotros, tan pocos, luchar su hijo Antíoco hasta su vuelta. 34 Puso a
zañas de vuestros padres en sus días y bates de Israel. contra tan poderosa muchedumbre, y me- su disposición la mitad del ejército y los
alcanzaréis gran gloria y nombre eterno. 3
Y dilató la gloria de su pueblo, y nos estando, como estamos hoy, extenua- elefantes, encomendándole la ejecución de
52
¿No fue Abraham hallado fiel en la como héroe se vistió la coraza, dos por el ayuno?» sus planes, y sobre todo lo de Judea y Je-
18
tentación y le fue imputado a justicia?
53
y se cifló sus armas para guerrear, Pero Judas les contestó: «Fácil cosa rusalén. 35 Debía enviar contra ellos el ejér-
En el tiempo de la tribulación, José y trabó batallas, protegiendo con su es- es entregar una muchedumbre en manos cito, aplastar y destruir la fuerza de Israel
guardó la Ley, y vino a ser señor de pada el campamento. de pocos, que para el Dios del cielo no y las reliquias de Jerusalén, hasta borrar
4
Egipto. 54 Fines, nuestro padre, por su Por sus hazañas se asemejó al león, hay diferencia 19entre salvar con muchos de la tierra su memoria, 36 e instalar a ex-
gran celo recibió
55
la promesa del sacerdo- y al cachorro que ruge en busca de la o con pocos; y no está en la muche- tranjeros en sus confines, distribuyéndole
cio eterno. Josué, por la observancia de presa. dumbre del ejército la victoria en la gue- la tierra por suerte. 37 La otra mitad del
la Ley, llegó a ser juez de Israel. 56 Caleb, 5
Persiguió en sus escondites a los im- rra: del cielo viene la fuerza. 20 Estos lle- ejército la llevó consigo el rey, que partió
por su testimonio ante el57 pueblo, recibió píos gan contra nosotros llenos de orgullo e de Antioquía, la capital de su reino, el
la heredad de la tierra. David, por su y entregó a las llamas a los perturbado- impiedad para apoderarse de nosotros, año 147, y atravesando el Eufrates se di-
misericordia, heredó58el trono real por los res de su pueblo. 2
de nuestras mujeres e hijos, y saquearnos, rigió hacia las regiones altas.
siglos de los siglos. Elias, por su gran 6 Los impíos se sobrecogieron de miedo l mientras que nosotros luchamos por 38
Luego eligió Lisias a Tolomeo, hijo
celo de la Ley, fue arrebatado al cielo. ante él, nuestras vidas y por nuestras leyes. 22 Dios de Dorimeno; a Nicanor y a Gorgias, va-
59
Ananías, Azarías y Misael, por su fe, los obradores de la iniquidad se tur- los aplastará a nuestros ojos; no tengáis rones valerosos de entre los amigos del
fueron librados del fuego, «o Daniel, en su baron. miedo de ellos». rey, 39 y envió con ellos cuarenta mil hom-
23
inocencia, fue libertado de la boca de En sus manos llegó a buen término la Así que acabó de hablar, los acome- bres y siete mil caballos para invadir la
los leones. 61 Recorred de este modo to- salud. tió con decisión, derrotando enteramente Judea y arrasarla, según el mandato del
7
das las generaciones, y veréis cómo nin- Dio en qué entender a muchos reyes a Serón y a su ejército. 24 Los persiguió rey. 40 Partieron con todo su ejército y vi-
guno
62
que confía en Dios es confundido. y fue el regocijo de Jacob con sus ha- Judas por la bajada de Betorón hasta el nieron a41acampar cerca de Emaús, en la
»No temáis las amenazas de ese mal- zañas. llano, quedando en el campo unos ocho- llanura. Cuando los mercaderes de la
vado, porque su gloria63 se volverá en Por los siglos perdurará su memoria en cientos hombres y huyendo los demás a región tuvieron noticias de su llegada, to-
estiércol y en gusanos. Hoy se engríe, bendición. tierra de los filisteos. 25 Con esto, el es- maron consigo muchísima plata, oro y
8 panto y el miedo a Judas y a sus herma-
pero mañana no será hallado, porque se Recorrió las ciudades de Judá, siervos y vinieron al campamento para
habrá vuelto al polvo y se habrán disi- exterminó a los impíos de ellas nos se apoderó de las naciones vecinas.
26 comprar los hijos de Israel por esclavos.
64 La fama de su nombre llegó hasta el
pado sus planes. Vosotros, hijos míos, y9 alejó de Israel la ira. También se agregaron a ellos fuerzas pro-
cobrad ánimo, combatid varonilmente por Llegó su nombre hasta los confines rey, y en todas las naciones se contaban cedentes de Idumea y de la tierra de los
la Ley, que con esto vendréis a ser glo- de la tierra sus batallas. filisteos. *
riosos. 42
65
y reunió a los dispersos. Viendo Judas y sus hermanos que
»Yo sé que Simón, vuestro hermano, Se p r e p a r a n m á s duros combates las calamidades se multiplicaban y que
es hombre de consejo; oídle siempre, y Sus primeras victorias 27
El rey Antíoco, en teniendo noticia los ejércitos estaban acampados en sus
sea él vuestro padre. 6« Judas el Macabeo 10
Apolonio reunió a las naciones, y de estos sucesos, se encendió en ira y dio confines, y conocedores de las órdenes da-
es fuerte y vigoroso desde su mocedad; vino de Samaría con gran ejército, para orden de juntar todas las fuerzas del rei- das por el rey de destruir y exterminar al
que sea el capitán del ejército y quien hacer la guerra contra Israel. * n Así que no, un ejército poderosísimo. 28 Abrió sus pueblo, 43 se dijeron unos a otros: «De-
dirija la guerra contra las naciones. lo supo Judas, le salió al encuentro, le
67
tesoros y pagó la soldada a su ejército por fendamos a nuestro pueblo contra esos
Atraed a vosotros a todos los cumpli- derrotó y le dio muerte; cayeron muchos un año, ordenando que estuviesen prepa- planes de destrucción y luchemos por
dores de la Ley, y tomad severa venganza y huyeron los demás. 12 Se apoderó de rados para todo evento. 29 Viendo el rey nuestra nación y por el santuario», 44 y re-
de los ultrajes a vuestro pueblo. 68 Dad a sus despojos y de la espada de Apolonio, que sus tesoros habían quedado exhaus- solvieron disponerse a la guerra, orando y
los gentiles su merecido, y atended a la de la cual se sirvió en la guerra todos los tos y que los tributos eran escasos, por pidiendo a Dios clemencia y misericordia.
observancia de los preceptos de la Ley». * días de su vida.
13
68
Un nuevo general sirio, que viene lleno de presunción contra los judíos. Por Betorón intenta
Tal es el testamento de este gran patriota, en cuyo corazón se junta el amor de la patria subir de la llanura a la meseta alta de Judea; allí es donde le sale al paso Judas y lo derrota, persi-
con el de la Ley de Dios y la religión, que es el alma y la vida de su pueblo (167). guiéndolo por la misma bajada en que Josué habla perseguido a los cananeos después de la batalla
de Gabaón (Jos 11,11-14).
O ] _ El autor empieza la historia de Judas Macabeo con un canto a sus proezas. Con esto ya nos 30
Estos donativos eran a modo de aguinaldos que empezaron por darse al ejército en ocasio-
** 1dice
0
el juicio que le merece su vida. nes extraordinarias y que tuego se convirtieron en regulares y obligatorios. Eran cosa importante
Apolonio reforzó su ejército con nuevos contingentes venidos de Samaría para someter a para mantener la lealtad de las tropas, casi todas mercenarias.
4
los rebeldes; pero fue vencido por Judas, que con esta primera victoria cobró ánimos para empren- * El comercio de esclavos era muy lucrativo; y como los prisioneros de guerra eran por derecho
der cosas mayores. común esclavos, los mercaderes vienen presurosos, esperando hacer un gran negocio.
I MAOAIIHOH 3-4 534 535 I MACABEOS 4
«' Jerusalén estaba despoblada como un po para atacar a los del rey que estaban
riña, y grandes riquezas. 2 4 A su vuelta ele- vieran en jaque a los de la ciudadela,
desierto; no había quien de sus hijos en- junto a Emaús, 4 en tanto que el grueso
trase o saliese. Su santuario estaba con- del ejército andaba aún disperso, lejos del
vaban al cielo cánticos y bendiciones al mientras purificaban el santuario. * 4 2 Eli-
culcado, y los hijos de los extranjeros m o - Señor: «Porque es bueno, porque es eter- gieron sacerdotes irreprochables, aman-
campamento.
raban en la ciudadela. Era ésta albergue 5 na su misericordia». 25 En aquel día o b - tes de la Ley, 4 3 los cuales purificaron el
Llegó Gorgias al campo de Judas p o r tuvo Israel u n a gran victoria.
de los gentiles; el gozo de Jacob había des- la noche; y no hallando a nadie, los bus- templo y echaron las piedras del altar ido-
26
aparecido, y habían enmudecido la flauta caba p o r los montes, diciendo: «Estos h a n
Cuantos extranjeros se salvaron llega- látrico en lugar inmundo. 4 4 Deliberaron
y la cítara. r o n a anunciar a Lisias lo sucedido, 27 y qué harían del altar de los holocaustos,
huido de nosotros». <> En cuanto fue de
46
Se reunieron y vinieron a Masfa, fren- día apareció Judas en el llano con tres mil
éste, al oir las noticias, se quedó conster- que había sido profanado, 4 5 y les pareció
n a d o y abatido, porque las cosas no ha- buen consejo destruirlo, por cuanto los
te a Jerusalén, pues en o t r o tiempo había hombres, que n o tenían ni los escudos ni
sido Masfa un lugar de oración p a r a Is- las espadas que deseaban. 7 Vieron el cam-
bían sucedido en Israel como el rey se lo gentiles lo habían profanado, 4 6 y depo-
había ordenado. 2íi Al año siguiente or- sitar las piedras en el monte del templo,
r a e l ; * 47 y ayunaron aquel día, se vistie- pamento de los gentiles, fuerte, atrinche- ganizó un ejército de sesenta mil hombres en lugar conveniente hasta que viniese un
ron de saco, pusieron ceniza sobre sus ca- r a d o , rodeado de la caballería, formado y cinco mil caballos p a r a acabar total- profeta que diese oráculo sobre ellas.
bezas, rasgaron sus vestiduras 4 8 y exten- p o r hombres diestros en la guerra. 8 Dijo mente con los judíos. 29 Vino por Idumea 47
T o m a r o n luego piedras sin labrar, con-
dieron el libro de la Ley, buscando en él Judas a los que le a c o m p a ñ a b a n : «No te- y acampó en Betsur. Para hacerles frente forme prescribe la Ley; repararon el san-
lo que los gentiles preguntan a las imá- máis a esa muchedumbre, ni su ímpetu os sólo disponía Judas de diez mil hombres. * tuario y el interior del templo, purificaron
genes de sus ídolos. * 4 9 Trajeron los ves- acobarde. 9 Recordad cómo fueron salva-
tidos sacerdotales, las primicias y los diez- dos nuestros padres en el m a r R o j o cuan-
30
A la vista de tan fuerte ejército, oró, di- los atrios, 4 8 hicieron nuevos vasos sagra-
mos, e hicieron venir a nazareos que ha- do el F a r a ó n los perseguía con su ejército. ciendo : «Bendito seas, Salvador de Israel, dos e introdujeron el candelabro, el altar
bían cumplido los días de su consagra- 1° Levantemos al cielo nuestra voz, en la que quebrantaste el ímpetu del gigante por de los perfumes y la mesa del templo.
49
ción, so y a voces clamaron al cielo, di- esperanza de que se compadezca de nos- m a n o de tu siervo David y entregaste el Quemaron incienso en el altar, encen-
ciendo: «¿Qué vamos a hacer con éstos y otros y, acordándose de la alianza con c a m p a m e n t o de los filisteos en poder de dieron las lámparas del candelabro que
adonde vamos a llevarlos? 5 1 Porque tu nuestros padres, aplaste hoy ante nues- Jonatán, hijo de Saúl, y de su escudero. lucían en el t e m p l o , 5 0 colocaron los panes
santuario está hollado y p r o f a n a d o ; tus tros ojos este campamento, u y conoce-
31
D a este campo a manos de tu pueblo sobre la mesa y colgaron las cortinas. De
sacerdotes, en luto y humillación, 5 2 y aho- r á n todas las gentes que hay quien rescata de Israel y queden avergonzados su ejér- esta manera dieron fin a la obra.
ra los gentiles se h a n reunido contra nos- y salva a Israel». cito y su caballería. 3 2 Infúndeles miedo, 51 En la m a ñ a n a del día veinticinco del
otros p a r a destruirnos. T ú sabes las cuen- 12
abate la presuntuosa confianza en su for- mes noveno, que es el de Casleu, del
tas que echan sobre nosotros. 53 ¿Cómo Alzando los enemigos sus ojos, vie- taleza y a v e r g ü é n c e n s e de su d e r r o t a . año 148, se levantaron de madrugada ' 2 y
podremos hacerles frente si tú no nos ayu- r o n que venían a atacarlos, 1 3 y salieron 33
Derrótalos por la espada de los que te ofrecieron el sacrificio prescrito por la Ley
das?» 5 4 Y tocaron las trompetas y clama- del campo p a r a combatirlos. L o s de J u - a m a n y entonen cánticos d e loor t o d o s los en el nuevo altar de los holocaustos que
r o n a grandes voces. das tocaron las cornetas, 1 4 y se t r a b ó la que conocen tu nombre». habían construido. 53 Precisamente en la
lucha, siendo derrotados los gentiles, que 34
Vinieron a las m a n o s ; cayeron del misma hora y día en que le habían pro-
55
Después de esto instituyó Judas jefes luego se dieron a huir p o r el l l a n o . 1 5 F u e - ejército de Lisias cinco mil hombres. 3 5 Al fanado los gentiles fue renovado con cán-
del pueblo, de millares, centenas, cincuen- r o n perseguidos hasta Guezer, los llanos ver Lisias la derrota de su ejército y la au- ticos, con cítaras, con arpas y con címba-
tenas y decenas, S6 y dijeron a los que edi- de Idumea, de Azoto y de J a m n i a ; los re- dacia del de Judas y cómo estaban dis- los. 5 4 T o d o el pueblo se postró sobre su
ficaban casas, a los que habían t o m a d o zagados cayeron todos al filo de la espa- puestos a vivir o morir gloriosamente, rostro, a d o r a n d o y elevando sus bendi-
mujer, a los que habían plantado una viña da, quedando en el c a m p o hasta tres mil partió para Antioquía y reclutó mercena- ciones al cielo, que les había dado tan fe-
y a los tímidos, que se volvieran cada u n o de ellos, l* Volviendo Judas con su ejér- rios para acrecentar su ejército, con el pro- liz suceso. 55 D u r a n t e ocho días celebra-
a su casa, conforme a la prescripción de cito d e perseguirlos, dijo a los s u y o s : pósito de volver contra Judas. ron la renovación del altar, y con alegría
la Ley, 57 y levantando el campo, vinieron 1 7 « N o codiciéis los despojos, que tenemos ofrecieron los holocaustos y sacrificios de
a ponerse al sur de Emaús. * 3 8 Dijo Judas ante nosotros el peligro, 18 pues Gorgias acción de gracias y alabanza. 56 Adorna-
a los suyos: «Preparaos y portaos como está con su ejército en los montes próxi- Restablecimiento del culto
ron la fachada del templo con coronas
valientes, prontos a luchar m a ñ a n a tem- mos. P o r el m o m e n t o haced frente a los 36 de oro y escudos y restauraron las por-
p r a n o contra estas gentes que se h a n re- enemigos y combatid contra ellos; des- Judas y sus hermanos se dijeron en-
tonces: «Nuestros enemigos están derro- tadas y las cámaras y les pusieron puertas.
unido contra nosotros para destruirnos pués ya podréis t o m a r los despojos con 57
y destruir nuestro santuario. 5s> Mejor es seguridad». t a d o s ; subamos, pues, y purifiquemos el Fue muy grande la alegría del pue-
morir combatiendo que contemplar las ca- 19
santuario y restablezcamos el culto». * blo por haber borrado el oprobio de 'os
lamidades de nuestro pueblo y del santua- Estaba aún Judas diciendo esto, cuan- 57 Y juntando el ejército, subieron al mon- gentiles. 3 8 Finalmente, mandaron Judas
rio. 60
En t o d o caso, hágase la voluntad do apareció, saliendo del monte, u n a di- te de Sión. 3 8 Al ver el santuario desolado, y sus hermanos y toda la asamblea de Is-
del cielo». visión de Gorgias; 2» la cual, al ver c ó m o profanado el altar, quemadas las puertas, rael celebrar los días de la renovación del
los suyos habían vuelto las espaldas y ar- la hierba crecida en los atrios como en un altar a su tiempo, de año en año, por
día en llamas el campamento, p o r q u e el bosque o en un monte, y las habitaciones ocho días, desde el veinticinco del mes de
Nuevas victorias h u m o que se veía d a b a bien a entender destruidas, 3 9 rasgaron sus vestiduras y al- Casleu, con alegría y regocijo. * 5 9 Por
1 21
Gorgias, t o m a n d o cinco mil infan" lo sucedido, se llenó de miedo, y m á s zaron gran llanto, se pusieron ceniza sobre
4 tes y mil jinetes escogidos, levantó el viendo al ejército2 2de Judas en el llano, en
2 orden de b a t a l l a . T o d o s se dieron a h u i r
la cabeza, 4 0 se postraron en tierra, toca-
aquel mismo tiempo levantaron en tor-
n o del m o n t e Sión muros altos y torres
c a m p o p o r la noche con el propósito de 23
ron las trompetas de señales y clamaron fuertes para que no pudieran los genti-
atacar al ejército judío y derrotarlo por hacia la tierra de los filisteos. Judas en- al cielo. les hollarle como habían hecho antes;
sorpresa. Llevaban p o r guías hombres de tonces se volvió y recogió el botín del 41
Luego ordenó Judas que algunos tu- 6" pusieron en él una guarnición que le
la ciudadela. Tuvo de ello noticia Judas, campamento, donde t o m a r o n mucho o r o
3

y con sus valientes movió también el cam- y plata, y telas de jacinto y de p ú r p u r a m a - 29


Esta vez los sirios buscan subir por la tierra de los idumeos, que desde el cautiverio ocu-
46
4 paban el sur de la antigua tribu de Judá.
36
No pudiendo acudir a Jerusalén, ocupada por los sirios, se reúnen en Masfa, bien conocida Judas se creyó dueño de toda la Judea, pues sólo quedaba en Jerusalén la guarnición de la
desde
48
la historia de los Jueces (20,3) y de Samuel (1 Sam 7,5). fortaleza levantada desde el principio, al norte del templo, para tener sujeta la ciudad y el santuario.
41
Es día de luto y de oración. A falta de profeta o de sacerdote que consulte al Señor por los Por lo dicho se comprende la importancia de este acto de Judas, primer fruto de sus victo-
urim y tummim, lo hacen por el texto de la Ley. Los nazareos terminaban su voto con un sacrificio rias: purificar el templo de las impurezas gentílicas y restablecer el culto legítimo del Dios ver-
que sólo en el templo podía ofrecerse. Pero el templo estaba profanado y en poder de los gentiles. dadero.
57 58
Ya no se combate en la meseta, sino en las primeras estribaciones de la montaña, cerca de La prueba más grande de la alta significación de este acontecimiento está en la institución
Emaús. Indicio de los progresos de Judas. de esta fiesta (165), que perduró hasta el fin del templo, o sea hasta el año 70 d. C.
I MACARROS 4-5 536 537 I MACÁBEOS 5-6
defendiera. Fortificaron asimismo a Bet- tidos por los gentiles. 17 Dijo Judas a Si-
sur para protegerla y que el pueblo tuvie- món, su hermano: «Toma gente contigo rrota, quedando aquel dia en el campo guerra tomaron posiciones y atacaron la
se una defensa por el lado de Idumea. y ve a librar a nuestros hermanos de Ga- hasta ocho mil hombres. 35 Luego se vol- ciudad todo aquel día y la noche siguien-
lilea; yo y mi hermano Jonatán iremos vió Judas contra Masfa, la atacó, adue- te hasta que se rindió, si Pasó al filo de
Guerra contra los pueblos vecinos a Galad». '8 A José, el de Zacarías, y a ñándose de ella, matando a todos sus la espada a todos los varones, arrasó la
1
Cuando las naciones de alrededor Azarías los dejó por jefes del pueblo con hombres, tomando sus despojos y entre- ciudad y se apoderó de sus despojos, atra-
5 oyeron que el altar había sido reedi- el resto9 del ejército para la defensa de Ju- gando la ciudad a las llamas. 3« Partien-
do de allí, tomó a Casfor, Maqued y Bo-
vesándola luego por encima de los cadá-
veres. S2 Pasado el Jordán, llegaron a la
ficado y restaurado como antes el santua- dea, 1 dándoles esta orden: «Quedaos al sor, con las demás ciudades de Galad.
rio, se enfurecieron sobremanera, 2 y de- frente del pueblo, pero no trabéis lucha 37
gran llanura de Betsán. 53 Judas, que man-
cidieron destruir a los de la raza de Jacob con los gentiles hasta nuestra vuelta». Después de esto juntó Timoteo otro daba la retaguardia, iba exhortando al
que vivían en medio de ellos, comenzan- 20 ejército y vino a acampar enfrente38 de Ra- pueblo todo el camino hasta llegar a la
Tomó Simón tres mil hombres para fón, del otro lado del torrente. Envió tierra de Judá. 5" Con gran gozo y alegría
do a ejecutar matanzas y destrucciones en ir a Galilea, y Judas ocho mil para ir a Judas a explorar el campo, y le trajeron subieron al monte de Sión y ofrecieron
el pueblo. * 3 Comenzó Judas por hacer Galad. 2 ' Partió Simón para Galilea, y estas noticias: «Se han juntado con Ti- holocaustos por no haber caído ninguno
la guerra a los hijos de Esaú, y se apode- después de muchos encuentros con los moteo todos los gentiles de alrededor, y de ellos y haber vuelto todos en paz.
ró de Acrabatane, en Idumea, desde la gentiles, los derrotó y persiguió 22
hasta las forman un ejército muy grande. 39 Ade- 55
cual hostigaban constantemente a Israel. puertas de Tolemaida, quedando en el En los días en que Judas y Jonatán
más, han tomado a sueldo a los árabes estaban en Galad, y Simón en Galilea,
Les infligió una gran derrota, humillán- campo unos tres mil de los gentiles y23 apo- como auxiliares, y están acampados del
dolos y llevándose sus despojos. 4 Se acor- derándose Simón de sus despojos. To- frente a Tolemaida, * s« llegaron a oídos
otro lado del torrente, prontos a venir de José, el de Zacarías, y Azarías, jefes
dó de la maldad de los hijos de Bayán, mó luego a los que moraban en Galilea y contra40ti». Salió Judas al encuentro de
que tendían al pueblo lazos y emboscadas en Arbata, con sus mujeres, hijos y cuan- del ejército, las hazañas y las batallas que
ellos. Timoteo había dado estas ins- llevaban a cabo, 57 y s e dijeron: «Haga-
en los caminos. 5 Los obligó a encerrarse to tenían, y los trajo con gran júbilo a trucciones a sus capitanes: «Si al llegar mos también nosotros célebre nuestro
en sus torres, los cercó y, dándolos al ana- Judea. Judas al torrente le permitiéramos pasar nombre peleando contra las naciones de
24
tema, puso fuego a las torres, que ardie- Judas el Macabeo y Jonatán, su her- hasta nosotros, no podríamos resistirle, alrededor». S8 Y dieron orden al ejército
ron con todos los que en ellas había. 6 Pa- mano, atravesaron el Jordán y caminaron porque tiene una fuerza incontrastable; que con ellos tenían de emprender la mar-
só luego a los hijos de Ammón, y se en- durante tres dias por el desierto, 25 encon- 41
mas si por temor acampara al otro lado cha hacia Jamnía. 59 Pero les salió al paso
contró con un ejército fuerte y un 7pueblo trándose con los nabateos, que los reci- del torrente, iremos contra él y le vence- Gorgias con su gente, 6° que derrotaron
numeroso, y a Timoteo por jefe. Tuvo bieron amigablemente y les contaron remos». a José y Azarías, persiguiéndolos hasta
con ellos muchos encuentros, hasta que cuanto a sus hermanos había sucedido en 42 los confines de Judea. Dos mil hombres
26
los derrotó y deshizo totalmente. 8 Se apo- la región de Galad, y cómo muchos de Cuando Judas se acercó al torrente
detuvo a los intendentes del ejército y les cayeron aquel día del pueblo de Israel.
deró de Jazer y sus aldeas y se volvió lue- ellos se hallaban prisioneros en Bosora, dio esta orden: «No permitáis que se que- Acaeció este gran descalabro 6 i por no ha-
go9 a Judea. en Bosor, en Alema, en Casfor, en Ma- ber obedecido a Judas y a sus hermanos,
de nadie en el campo; que vayan todos a
Los gentiles de Galad se conjuraron qued y en Carnaím, 27
ciudades todas fuer-
luchar». 43 Y atravesó el primero contra creyéndose capaces de grandes hañazas.
contra los israelitas que moraban en su tes y grandes; que también en las de- los enemigos, y todo el pueblo en pos de
62
Pero no eran ellos de la raza a que fue
territorio, con el propósito de aniquilar- más ciudades de Galad había prisioneros, él. Fueron deshechos los gentiles, que ti- dado salvar a Israel. 63 Por el contrario,
los, pero ellos huyeron a la fortaleza de y habían ordenado los enemigos para el raron las armas y huyeron al santuario el heroico Judas y sus hermanos alcanza-
Diatema. * 10 Escribieron a Judas y a sus día siguiente atacar las plazas fuertes, to- de Carnaím. 44 Pero los de Judas se apo- ron gran gloria ante Israel y ante todos
hermanos, diciéndoles: «Se han juntado marlas y acabar con todos los judíos en deraron de la ciudad y pusieron fuego al los pueblos a cuyos oídos llegó su fama,
contra nosotros las naciones de nuestro un solo día. santuario, que ardió con todos los que
64
y en medio de aclamaciones todos los
28
contorno, que se proponen destruirnos; Judas con su ejército, atravesando en él había. Así fue abatida Carnaím, sin rodeaban.
H están dispuestas a venir y apoderarse de el desierto, llegó de improviso a Bosora, que los enemigos pudieran hacer frente a 65
la fortaleza en que nos hemos refugiado; se apoderó de la ciudad, pasó al filo de Partieron luego Judas y sus herma-
Judas. nos en campaña contra los hijos de Esaú,
tienen a Timoteo por jefe de su ejército. la espada a todos los varones, se adueñó
12
43
Juntó Judas a todos los israelitas que hacia el mediodía, y se apoderaron de
Ven, pues, y líbranos de sus manos, por- de todos sus despojos y la puso fuego, moraban en Galad, desde el pequeño has- Hebrón y de sus aldeas, destruyeron su
que muchos de los nuestros han caído ya, 29 Levantando el campo por la noche, se
13 ta el grande, a sus mujeres e hijos y su ha- fortaleza y quemaron las torres de su re-
y todos nuestros hermanos de la región encaminó hacia la fortaleza de Diatema. cienda, una muchedumbre muy46grande, cinto. * 66 E n seguida se dirigió contra la
de Tobi han sido muertos y robadas sus 30 Al amanecer alzó los ojos y vio una para traerlos a la tierra de Judá. Al lle- tierra de61 los filisteos, atravesando por
mujeres, sus hijos y sus bienes, pereciendo muchedumbre innumerable con escalas y gar a Efrón, ciudad grande y muy fuerte Maresa. Cayeron aquel día en la bata-
allí14 unos seis mil hombres». máquinas de guerra dispuesta31
a atacar en la entrada de un desfiladero, no po- lla algunos sacerdotes, que inconsidera-
Estaban leyendo estas cartas, cuando y tomar la fortaleza. Entendió Judas dían desviarse ni a la derecha ni a la iz- damente salieron a luchar,68 queriendo dar
llegaron, rasgadas las15vestiduras, otros que el ataque comenzaba y oyó que de la quierda, sino que habían de pasar por en pruebas de su valentía. Se dirigieron
mensajeros de Galilea, los cuales comu- ciudad subía al cielo 32 un gran griterío y medio de ella. 47 Los de la ciudad se en- luego hacia Azoto, en tierra de filisteos,
nicaron que se habían juntado contra ellos sonido de trompetas. Dijo entonces a cerraron y muraron a cal y canto las puer- y destruyó sus altares, quemó las estatuas
gentes de Tolemaida, y de Tiro, y de Si- los de su ejército: «Luchad hoy por vues- tas. Les envió Judas un mensaje de paz, de sus dioses y se volvió a la tierra de
dón, y los gentiles de toda la Galilea, pa- tros hermanos». 33 Y en tres secciones se 48
diciéndoles: «Permitidnos atravesar por Judá.
ra aniquilarlos. ls Cuando Judas y el pue- dirigieron por la espalda, tocando las vuestra tierra, camino de la nuestra; nadie
blo oyeron semejantes noticias, se reunió 34 trompetas y clamando a Dios en oración. os molestará; sencillamente pasaremos a Muerte de Antíoco Epifanes
una gran asamblea, y deliberaron sobre Cuando el ejército de Timoteo se dio pie». Pero no quisieron abrirle. 1
Atravesaba el rey Antíoco las re-
lo que habían de hacer por sus hermanos,
que se hallaban en grave aprieto, comba-
cuenta
dieron
de que era el Macabeo, empren-
la fuga. Le infligió una gran de-
49
Ordenó Judas entonces pregonar en 6 giones altas de Persia, cuando tuvo
todo el campo que hiciesen todos alto en noticias de Elimaida, ciudad célebre por
ir 2 El ejemplo del rey cundió entre los pueblos vecinos a Jerusalén, que se dieron todos a per- el sitio en que estaban. 5<> Los hombres de su riqueza de plata y oro. 2 Había en ella
" seguir a los judíos. Judas estaba en su legítimo derecho de defender a sus hermanos. Comienza
la campaña por el sur contra los idumeos y la prosigue pasando al oriente del Jordán contra los 55
amonitas. Este desgraciado episodio de los dos lugartenientes de Judas sirve al autor para poner más
9 de relieve el valor de los hermanos Macabeos, a quienes parecía acompañar la victoria. _
Las noticias llegan de Galad, al este del Jordán, y de Galilea. A Galilea envía Judas a su her- 65
Después de la primera campaña feliz del Norte, otra nueva contra Idumea y la Filistea viene
mano Simón, y a Galad se dirige él mismo con su hermano Jonatán. El éxito no pudo ser más feliz. a completar el triunfo.
i iiAfAimos 6 538 I MACABEOS 6
539
un templo extraordinariamente rico, en el por esto me han sobrevenido tantas cala- 3
" Alcanzó el n ú m e r o de sus fuerzas a montes altos, otra en el llano, y todos
cual se guardaban armaduras do oro, co- midades y que de mi gran tristeza mori- cien mil hombres de a pie, veinte mil de iban con paso seguro y buen orden. 4 i Los
razas y armas, que había dejado allí Ale- ré en tierra extraña». 1 4 Y llamando a Fi- a caballo y treinta y dos elefantes adies- judíos quedaron espantados al oir el es-
jandro el de Filipo, rey de Macedonia, el lipo, uno de sus amigos, le instituyó p o r truendo de tal muchedumbre, el marchar
trados para la guerra; 3 i todos los cuales,
primero que reinó sobre los griegos. * regente de todo el reino, 15 entregándole de aquella masa y el chocar de sus ar-
3
Llegado a ella, internó apoderarse de llegando p o r la Idumea, acamparon en-
la diadema, el m a n t o real y el anillo, y en- mas. Era a la verdad un ejército extre-
la ciudad, pero no pudo, porque, conoci- frente de Betsur y la combatieron por
cargándole la tutela y educación de A n - madamente grande y poderoso.
dos sus propósitos en la ciudad, 4 le resis- tioco, su hijo, hasta ponerlo en el trono. largo tiempo con m á q u i n a s ; pero los cer- 42
cados hicieron una salida y, luchando va- Se acercó Judas con el suyo, se tra-
tieron con las armas, viéndose forzado a 16 Murió Antioco allí el a ñ o 149. * 17 Al sa- bó la lucha, y cayeron del ejército del
retirarse huyendo, para volverse con gran ber Lisias la muerte del rey, entronizó en lientemente, les prendieron fuego. *
32
J u d a s levantó el cerco que tenía pues- rey seiscientos hombres. 4 3 Eleazar, hijo
pena a Babilonia. lugar del padre a Antioco, su hijo, a quien de Savarán, vio una de las bestias pro-
5 de joven había educado, y le apellidó to a la ciudadela y vino a acampar junto
En Persia le alcanzó un correo, que tegidas con coraza regia que superaba a
le dio a saber c ó m o los ejércitos enviados Eupator. todas las otras, y pareciéndole que debía
a tierra de Judea habían sido d e r r o t a d o s ; ser la del rey, 4 4 se propuso salvar a su
que Lisias había ido contra ella * 6 con Expedición de Antioco Eupator y pueblo y hacerse un n o m b r e eterno.
un ejército fuerte si los hay y había huido 45
p a z c o n los j u d í o s Lleno de valor, corrió por en medio
ante los judíos, que se habían hecho muy de la falange hacia ella, m a t a n d o a de-
18 Entretanto, los de la ciudadela te- recha y a izquierda y haciendo que todos
nían a Israel asediado en el santuario, se apartasen de él. 4 6 Llegado al elefante,
molestándoles de continuo y apoyando la se puso debajo de él y le hirió. Cayó el
causa de los gentiles. * 1 9 Judas resolvió elefante encima de él y allí mismo murió.
quitarlos de en medio, y para ello con- 47
Viendo los de Judas la gran fuer-
vocó a todo el pueblo p a r a cercarlos za del rey y el empuje de su ejército, se
en forma. 2 0 Concentradas las tropas, pu- retiraron hacia Jerusalén. * 4 S Los del rey
sieron el cerco el año 150 y construyeron los siguieron, entraron en Judea y acam-
ballestas y máquinas. 2l Pero algunos de paron contra el m o n t e de Sión. 4 9 El rey
Antioco V Eupator (164-162) los cercados salieron y, juntándose con Elefantes armados de torres había hecho paces con los de Betsur,
ellos otros de los impíos de Israel, se que salieron de la ciudad por no tener
dirigieron al rey en queja, diciendo: a Betzacaría, enfrente del campamento
fuertes en armas y soldados con el botín del rey. 33 Este se levantó de madrugada ya vituallas para prolongar m á s la re-
grande que habían cogido a los ejércitos «¿Cuándo será que hagas justicia y de- sistencia, pues aquel año era a ñ o de re-
fiendas a nuestros h e r m a n o s ? * 2 2 N o s - y, moviendo el campo a toda prisa, se
por ellos vencidos; 7 que habían destrui- poso para la tierra. * 5(l Ocupó el rey
otros con gusto nos hemos sometido a dirigió p o r el camino de Betzacaría. Dis- Betsur y puso en ella guarnición para
do la abominación levantada p o r él sobre
tu padre y obedecimos sus decretos, vi- puestas las fuerzas para la batalla, dio defenderla. 51 D u r a n t e mucho tiempo es-
el altar de Jerusalén y habían cercado de
altos muros el santuario, como antes es- viendo según sus disposiciones, 2 3 y a h o - con las cornetas la señal de atacar. 3 4 Los tuvo a c a m p a d o contra el santuario, y
taba, y la ciudad de Betsur. ra los hijos de nuestro pueblo se h a n elefantes, a los que habían emborrachado puso allí ballestas, máquinas y lanzafue-
8 vuelto contra nosotros y tienen cercada con zumo de uvas y moras para excitar- gos, catapultas, escorpiones para lanzar
C u a n d o recibió estas noticias quedó los a la pelea, 35 fueron distribuidos por
la ciudadela. 2 4 A más de esto, a cuantos dardos y honderos. 5 2 Los judíos, por su
aterrado e intensamente conmovido; tan- las falanges, colocando al lado de cada
caen en sus manos los m a t a n y saquean parte, construyeron máquinas contra las
to, que cayó en el lecho enfermo de tris-
sus bienes. 2 5 Y no sólo contra nosotros elefante mil hombres protegidos con co- máquinas enemigas y lucharon durante
teza al ver que los sucesos no habían co-
rrespondido a sus deseos. ' Pasó allí mu-
han alzado la m a n o , sino contra todos tas de malla y con yelmos de bronce en muchos días, 53 pero escaseaban los ví-
los pueblos limítrofes. 2 6 A h o r a mismo la cabeza, y a más quinientos caballos veres en sus almacenes por ser el a ñ o
chos días, porque la tristeza se renovaba
sin cesar, y hasta creyó morir. 10 Hacien-
están acampados contra la ciudadela en escogidos 3 6 precedían a la bestia donde- séptimo y los que se habían refugiado
Jerusalén, con el intento de apoderarse quiera que iba y la a c o m p a ñ a b a n sin en Judea huyendo de los gentiles habían
do llamar a sus amigos, les dijo: «Huye
de mis ojos el sueño y mi corazón desfa-
de ella, y han fortificado el templo y la apartarse de ella. 3 7 Sobre éstas iban mon- consumido los restos de las reservas, 5 4 y
ciudad de Betsur, 2 7 y si no les tomas la tadas fuertes torres de madera, bien pro- como el h a m b r e se había apoderado de
llece por la preocupación, • 1 pensando en
delantera, harán cosas mayores y no p o - tegidas y sujetas al elefante, y en cada ellos, dejaron en el santuario una poca
qué tribulación y tempestad grande me
drás dominarlos». una dos o tres hombres valerosos que gente y los demás se dispersaron, yendo
hallo, yo, tan bueno, tan a m a d o por mi
suave gobierno. 12 Pero ahora me acuer- 28 combatían desde las torres y su indio cada u n o a su hogar.
El rey se irritó al oir estas noticias conductor. 3 8 El resto de la caballería lo
do de los males que hice en Jerusalén, de y convocó a todos sus amigos, a los ca-
colocó a la derecha y a la izquierda, en 55
los utensilios de oro y plata que de allí pitanes de su ejército y de la caballería. Supo en esto Lisias que Filipo, a
tomé, de los habitantes de Judea que sin 2 9 Hasta de otros reinos y de las islas las dos alas del ejército, para hostigar quien el rey Antioco antes de morir ha-
causa exterminé. 13 Ahora reconozco que del mar le vinieron tropas mercenarias. al enemigo y proteger las falanges. bía encomendado la crianza de su hijo
39
E n cuanto el sol comenzó a brillar Antioco hasta instalarle en el trono, s 6 ha-
sobre los escudos de oro y bronce, bri- bía vuelto de Persia y de Media, y con
£i 2 En los templos, fuera de los objetos del culto, que podían ser, como los de Jerusalén, de llaron los montes con ellos y resplande- él las tropas del rey, y que pretendía
** oro, se guardaban los exvotos, como estos aquí mencionados, que eran a veces de gran valor. apoderarse del gobierno del r e i n o . 5 7 D i o -
Además, eran los templos, sobre todo los santuarios más célebres, depósito donde los particulares cían como llamas de fuego. 4 0 U n a parte
guardaban su fortuna bajo la custodia de la religión. Antioco III murió en una expedición seme- del ejército del rey se desplegó en los se prisa Lisias entonces a volverse, di-
jante a la de su hijo.
5 3í
Tenemos de esta expedición y de la muerte de Antioco tres relatos (2 Mac 1,12 ss.; 9,1 ss.), A pesar de ser grandes las fuerzas que llevaron, el rey y su tutor Lisias dan la vuelta a Judea,
que no es fácil reducir a ta unidad, tal vez porque sean incompletos y cada uno de ellos refleje algu- siguiendo la costa, para seguir por la Idumea hasta acampar junto a Betsur, en las montañas de
na de las versiones que en Palestina corrían sobre esta remota expedición y su desastroso fin, Hebrón.
que fue para muchos motivo de alegría. 47
Judas, después de un encuentro con el enemigo, no se siente con fuerzas para hacer frente
16
18
El año 149 de la era griega, que viene a ser el 164 a. C. a las del rey, y se retira hacia Jerusalén con ánimo de defenderla. El rey le sigue después de rendir
Al norte del templo, los gentiles habían levantado una ciudadela, desde la que hostilizaban a Betsur y asienta su campo frente al templo: pero noticias llegadas de Antioquía le mueven a hacer
al pueblo
21
que acudía al templo. las paces con Judas, concediendo a los judíos el derecho de vivir según la Ley (cf. 2 Mac 11,16-33).
El rey era Antioco V Eupator, joven aún, que su padre había dejado bajo el cuidado de 49
Por primera vez en la historia sagrada se hace mención de la observancia del año sabático,
Lisias, pero a quien al morir encomendó a Filipo. en que, según Lev 25,2-7, no debía sembrarse la tierra (cf. Neh 10,31).
I MÁCASEOS 6-7 540
541 I MACABROS 7-8
ciendo al rey, a los generales del ejército y fiel al soberano;* ' y le envió en com-
y a la tropa: «De día en día perdemos pañía del impío Alcimo, a quien insti- que se apoderaron de la tierra de 23 Judea bre y de su ejército y caigan al filo de la
fuerzas, escasean las provisiones y la pla- tuyo sumo sacerdote, mandándole que y causaron a Israel muchos daños. Así espada. Acuérdate de sus blasfemias y
za que combatimos es muy tuerte y de- tomase venganza de los hijos de Israel. que vio Judas los grandes males que Al- no permitas que salga con sus intentos».
bemos ocuparnos en las cosas del reino. 10 Partieron con un gran ejército, y, lle-
58 cimo y los suyos traían sobre los hijos 39
Partió Nicanor de Jerusa lén y asen-
Tendamos, pues, la mano a estos hom- gados a la tierra de Judá, enviaron men- de Israel, mayores que los causados por tó su campo en Betorón, donde se le
bres, hagamos las paces con ellos y con sajeros a Judas y a sus amigos n
con pa- los gtntiles, 24 se puso en campaña y, agregó un cuerpo de sirios. 40 En tanto,
todo su pueblo, 59 y convengamos en que labras engañosas de paz, a las que recorriendo toda la tierra de Judea, cas- estaba Judas en Adasa 41 con tres mil hom-
vivan según sus leyes, como antes. Pre- ellos no dieron crédito porque veían el tigó a los apóstatas, que cesaron de an- bres, y, orando, dijo: «Señor, cuando
cisamente a causa de esas leyes, que nos- dar por ella. los mensajeros del rey de Asiría blasfe-
otros hemos pretendido abrogar, se han 25
Alcimo, viendo que Judas y los su- maron, un ángel tuyo vino e hirió a
irritado y han hecho todo esto». 60 Fue yos se hacían poderosos, y conociendo, ciento ochenta y cinco mil de ellos.
42
bien acogida la propuesta por el rey y por otra parte, que él no era capaz de Aplasta así hoy a este ejército ante
los generales, y enviaron mensajeros de nacerles frente, se volvió al rey, acusán- nosotros y que al verle castigado por su
paz a los judíos, que la aceptaron. 61 El dolos de muchos crímenes. 26 Envió el maldad reconozcan todos que fue por
rey y los generales les juraron, y en vir- rey a Nicanor, uno de sus capitanes más haber amenazado tu santuario».
tud de esto salieron de la fortaleza.
62
ilustres y enemigo jurado de Israel, en- 43
Los ejércitos vinieron a las manos
Entró el rey en el monte de Sión, y cargándole la destrucción del pueblo. * el día trece del mes de Adar, quedando
27
viendo lo fuerte del sitio, quebrantó el Llegó Nicanor a Jerusalén con un po- derrotado el de Nicanor y cayendo él
Demetrio I Soter (162-150)
juramento que había hecho y 63 mandó deroso ejército y envió a Judas y a sus mismo el primero en la lucha. 4 4 Cuando
destruir el muro que lo cercaba. Lue- hermanos engañosos mensajes de amis- el ejército se dio cuenta de que Nicanor
go se apresuró a partir, y, volviéndose gran ejército que traían. 12 Acudieron a tad, 28 diciéndoles: «No haya lucha entre había caído, arrojó las armas y huyó.
nosotros; yo iré a ti con poca gente; 45
a Antioquía, halló a Filipo dueño de Alcimo y a Báquides muchos escribas Los persiguieron una jornada de ca-
la ciudad y la atacó, logrando apode- reclamando justicia; 13 y los asideos, que nos veremos y hablaremos como amigos».
29 mino, desde Adasa hasta Gazer, tocando
rarse de ella por la fuerza. son los primeros entre los hijos de Is- Vino, en efecto, a Judas y se saludaron detrás de ellos las cornetas. * 46 De todas
rael, fueron a pedirles la paz;* 1 4 por- amistosamente; pero los enemigos esta- las aldeas próximas de Judea salían para
Báquides y Alcimo, en J u d á que se decían: «Es un sacerdote del linaje ban dispuestos a prenderle. 3" Mas cono- acosarlos; y, luchando contra ellos, los
1 El año 151 salió de Roma Deme- de Arón el que ha llegado con las tropas; ciendo Judas que venían a él con engaño, mataron al filo de 47 la espada, sin que
7 trio, hijo de Seleuco, con unos cuan- no nos engañará». l 5 En efecto, les habló temió y no quiso volver a verle más.
31
Nicanor, cuando vio descubiertos sus
quedase ni uno solo. Se apoderaron de
tos hombres, y desembarcó en una ciu- palabras de paz y les juró diciendo: «No sus despojos y de su botín y cortaron
dad marítima, logrando ser en ella re- os haremos mal ni a vosotros ni a vues- planes, salió a combatir contra Judas a Nicanor la cabeza y la mano derecha,
conocido por rey. * 2 Al entrar en el tros amigos». i6 Con esto le creyeron; cerca de Cafarsalama. 32 El resultado de que orgullosamente había alzado contra
palacio real de sus padres, el ejército se pero prendió a sesenta de ellos y en un la lucha fue que cayesen de las tropas Jerusalén. 48 El pueblo se alegró extra-
apoderó de 3Antíoco y de Lisias para en- solo día les dio muerte, según lo que de Nicanor unos cinco mil hombres, hu- ordinariamente y celebraron aquel día
tregárselos. Al saberlo, dijo: «No quie- está escrito: yendo los demás a la ciudad de David. con gran regocijo, * 49 y acordaron cele-
ro ni ver su cara». 4 Las tropas los mata- 17 «Las carnes de tus santos y su san- 33 brarlo cada año el mismo día trece de
Después de estos sucesos subió Ni- Adar. 50 Por algún tiempo gozó de paz
ron, y así se sentó Demetrio en su trono gre derramaron en torno de Jerusalén, y canor al monte de Sión y salieron del la tierra de Judá.
real. 5 Luego se llegaron a él todos los no18había quien los enterrase». * templo los sacerdotes y los ancianos del
malvados e impíos de Israel, con Alcimo El miedo y el espanto se apoderó pueblo para saludarle amigablemente y
a la cabeza, que pretendía el sumo sacer- de todo el pueblo, porque se decían: mostrarle los holocaustos que se ofrecían Embajada a R o m a
6
docio ; * y presentaron al rey muchas «No hay verdad ni justicia, pues han vio- por el rey. 34 Pero él, burlándose de ellos, 1 Llegó a oídos de Judas la fama de
acusaciones contra el pueblo, diciendo: lado los compromisos y juramentos que
«Judas y sus hermanos han dado muerte habían hecho».
los escarneció y profanó los holocaustos 8 los romanos de que eran muy po-
con altivez; 35 y, airado, juró diciendo: derosos, se mostraban benévolos con to-
19
a todos tus amigos, y a nosotros nos han Báquides, saliendo de Jerusalén, vino «Si Judas no se me entrega y su ejército dos los que se adherían a ellos y con
expulsado de nuestra tierra. 7 Te roga- a acampar en Bezeta y mandó prender no se me rinde ahora, cuando vuelva vic- quienes a ellos venían hacían alianza y
mos envíes una persona de tu confianza a muchos de los que habían desertado torioso daré al fuego este templo». Y amistad. * 2 Le contaron de sus guerras
que vaya y vea todos los estragos que de él y a algunos del pueblo, y los 20 mató, partió lleno de cólera. 36 Salieron los sacer- y de las hazañas que habían realizado
nos han causado a nosotros y al terri- arrojándolos en una gran cisterna. Pu- dotes y, de pie frente al altar y al tem- en Galacia, apoderándose de ella y so-
torio del rey y que los castigue a ellos so luego la tierra en manos de Alcimo, plo, clamaron diciendo: 37 «Tú, Señor, metiéndola a tributo; 3 cuanto habían he-
y a cuantos les prestan auxilio». con tropas para auxiliarle, y se volvió que has elegido esta casa para que en cho en España, apoderándose de las mi-
8
Eligió el rey a Báquides, uno de sus al rey. 21 Alcimo luchaba por asegurar- ella fuese invocado tu nombre y fuese
amigos, que gobernaba la región del otro se en el pontificado, 22 juntándose a el casa de 38oración y de plegaria para tu nas de oro y plata que allí hay y adue-
lado del río, hombre grande en el reino todos los perturbadores de su pueblo, pueblo, toma venganza de este hom- ñándose de toda la tierra con su pru-
dencia y paciencia, 4 no obstante estar
7 * Este Demetrio era el hijo de Seleuco, excluido del trono por Antíoco V. Con este acto inició 26
' una guerra civil, que no acabará sino cuando los romanos se apoderen del reino y hagan de Nicanor parece venir con propósitos de arreglar las cosas por vías pacíficas, y así comenzó
él la5 provincia de Siria. a tratar a Judas como amigo; pero los judíos, sus enemigos, no pudiendo consentirlo, le denuncian
En seguida los judíos prevaricadores de su Ley y los sacerdotes ambiciosos acuden al nuevo al rey,
45
y así se vio obligado a mudar de conducta.
rey,8buscando su apoyo contra Judas y los suyos. 48
Gazer es la antigua Guezer.
Las cosas estaban muy mudadas desde la paz concedida por Lisias, que había asegurado a La alegría de este triunfo se deja ver por la fiesta instituida en conmemoración de la misma
los judíos poder vivir conforme a su Ley. Por eso Báquides, con Alcimo, investido de la dignidad (cf. Jdt 16,30-31; Est 9,17).
pontifical, pueden llegar a Jerusalén sin que Judas se les oponga. Q l «Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija», y los romanos eran ese árbol fron-
13
La gente piadosa, poco amiga de guerras, se dejaba convencer de que, teniendo a su frente *^ doso, bajo el cual, quiso Judas cobijarse contra los reyes de Siria. Estaba convencido de que
a un1 7sacerdote, podrían vivir en paz bajo la ley de sus padres. Con esto se contentaban. la causa de la religión y de la Ley no quedaría asegurada contra los manejos de los prevaricadores
Son palabras del salmo 79,3. Báquides, cumplida su misión de instalar al sumo sacerdote en mientras no lograse la independencia de su pueblo. Los romanos, desde su victoria sobre Antíoco III,
Jerusalén, se volvió al rey; pero las cosas estaban lejos de quedar en paz en Judea, y pronto salió habían venido a ser los arbitros entre los antiguos reinos nacidos del imperio de Alejandro Magno.
Judas de su retiro, obligado por las violencias del sumo sacerdote. Judas, para asegurarse de su protección, resuelve enviar una embajada. La descripción de los ro-
manos y de su gobierno responde a lo que en Judea se decía de ellos.
I MACABEOS 8-9 542 543 I MACABEOS 9
este país muy alejado de ellos; y c ó m o que nos inscribáis en la lista de vuestros 22
Arbela, apoderándose de ella y matan- P o r lo demás, la historia de las gue-
a los reyes que desde los confines de la aliados y amigos». 2 1 Estas palabras fue- do a muchos. rras de Judas, sus ha/añas, su magnani-
tierra habían ido contra ellos los habían ron bien recibidas. 2 2 H e aquí ahora la 3
En el mes primero del a ñ o 152 asen- midad, son demasiado grandes para ser
derrotado, infligiéndoles tan gran desca- copia de la epístola que escribieron en taron su campo enfrente de Jerusalén; escritas. *
labro que los restantes les pagaban tri- tablas de bronce y que enviaron a Jeru- 4
pero veinte mil hombres de infantería
buto cada año. 5 y que a Filipo y a salén para que les fuese memorial de paz y dos mil caballos se dirigieron a Beer-
Perseo, reyes de Macedonia, y a los de- y de alianza: zat. 5 Entretanto. Judas había a c a m p a d o T E R C E R A P A R T E
más que se levantaron contra ellos los 23
«Salud a los r o m a n o s y al pueblo en Laisa con tres mil hombres escogidos,
habían derrotado en guerra y los habían judío p o r m a r y por tierra para siempre 6 los cuales, viendo la muchedumbre del J O N A T Á N , SUCESOR D E JUDAS
subyugado, 6 y a Antíoco el G r a n d e , rey y que la espada y el enemigo estén siem- ejército, temieron sobremanera, huyendo
de Asia, que estuvo en guerra con ellos (9,23-12,54)
pre lejos de ellos. 2 4 Si el pueblo de los muchos del campo y no quedando de
y que tenía ciento veinte elefantes y ca- romanos fuera primero atacado o lo fuese todos m á s que ochocientos. 23
M u e r t o Judas, cobraron ánimo los
ballería y carros v ejército muy numero- alguno de sus aliados en todo su impe- 7 apóstatas en t o d o el territorio de Israel
so, le habían vencido 7 y cogido prisio- Viendo Judas que el campo había
rio, 2 5 el pueblo de los judíos les prestará quedado desierto y que, sin embargo, la y levantaron cabeza los obradores de la
nero, imponiéndole un gran tributo a él iniquidad. * 2 4 H u b o por aquellos días un
y a los que en el reino le sucedieron, batalla era inminente, se sintió aplanado,
porque no le quedaba tiempo para vol- hambre grandísima y el pueblo se pasó
obligándole a dar rehenes 8 y a ceder la a ellos. 2 S Escogió entonces Báquides hom-
Jonja, la Media y la Lidia, esto es, sus verlos a juntar, 8 y sintiendo que se le
rompía el corazón, dijo a los que le que- bres impíos y los estableció por señores
mejores provincias, que aquéllos cedieron
al rey Eumenes. 9 Los griegos quisieron d a b a n : «Ea, vayamos al enemigo, a lu- de la tierra. 2 6 Buscaban éstos insistente-
ir contra ellos y aniquilarlos; pero en char contra él». ' Querían disuadirle, di- mente el paradero de los amigos de Ju-
cuanto les fue conocido el propósito ciendo: « N o podremos; mejor nos sería das y los llevaban a Báquides, que los
i° enviaron contra ellos un general que los conservar ahora nuestra vida y volver castigaba y escarnecía. 2 7 Fue ésta una
combatió, cayendo de los griegos muchos luego con nuestros h e r m a n o s ; entonces gran tribulación en Israel, cual no se
en el campo, siendo llevadas cautivas las Antíuco lll el Grande {223-187} podremos combatirlos, que ahora somos vio desde el tiempo en que no había
mujeres y los hijos, saqueados los bie- muy pocos». 1 0 Pero Judas contestó: «Dios entre ellos profetas. 2 8 Reuniéronse en-
nes, subyugada la tierra, destruidas las m e libre de hacer tal cosa, de huir ante tonces t o d o s los amigos de Judas y dije-
auxilio, según las circunstancias lo dic- ellos. Si nuestra hora ha llegado, mura-
fortalezas y reducidos a servidumbre has- ten, con plena lealtad. 2Ó Al enemigo no ron a J o n a t á n : 2 9 «Desde que murió tu
ta hoy. n A los demás reinos e islas, m o s valerosamente por nuestros herma- h e r m a n o Judas no apareció ninguno se-
le dará ni suministrará trigo, armas, pla- nos y no empañemos nuestro honor».
cuantos se les opusieron, totalmente los ta ni naves. Esta es la voluntad de los mejante a él capaz de hacer frente a los
subyugaron. 1 2 Pero a sus aliados y ami- romanos, y guardarán este convenio sin 11 En esto, el campo enemigo se movió enemigos, a Báquides y a los persegui-
gos que en ellos confían les guardan fide- compensación ninguna. 2 7 Asimismo, si y ellos le hicieron frente. La caballería dores de nuestro pueblo. 3 0 Pero hov te
lidad, y así habían logrado dominar los primero el pueblo judío es atacado, los se dividió en dos partes; los honderos y elegimos en su lugar para que seas nues-
reinos próximos y remotos. Cuantos sa- romanos le ayudarán lealmente, según las los arqueros del ejército, todos hombres tro jefe y capitán, para que nos lleves
ben de su fama los temen, 13 y cuantos circunstancias lo dicten, 2 s y al enemigo valientes, se adelantaron, ocupando la pri- a nuestras batallas». 3 ' Aceptó Jonatán
son por ellos ayudados para reinar, rei- no le darán ni trigo, ni armas, ni plata, mera fila. 1 2 Estaba Báquides en el ala el m a n d o y ocupó desde entonces el pues-
nan, y a los que no quieren los destitu- ni naves. Tal es la voluntad de los r o - derecha e hizo al sonido de las corne- to de Judas, su hermano. 3 2 C u a n d o Bá-
yen, y así han adquirido gran poder, manos. 2 ' Conforme a estas condiciones tas avanzar la falange, dividida en dos quides tuvo noticia de ello, le buscó para
i* Entre ellos nadie lleva diadema ni viste se conciertan los romanos con el pueblo cuerpos. 13 Los de Judas dieron también darle muerte. 33 Mas sabiéndolo Jonatán,
púrpura para engreírse con ella. 15 En judío. 30 Si después de este acuerdo unos la señal y la tierra tembló al estruendo su h e r m a n o Simeón y sus parciales, hu-
vez de esto se han creado un senado, y y otros quisieren añadir o quitar alguna de los ejércitos. La batalla fue encarni- yeron al desierto de Tecua y acamparon
cada día deliberan trescientos veinte se- cosa, p o d r á n hacerlo a su voluntad, y lo zada y d u r ó desde la m a ñ a n a hasta la junto a las aguas de la cisterna de As-
nadores, que de continuo miran por el añadido o quitado será o dejará de ser tarde. 1 4 Vio Judas que Báquides, con el far. 3 4 Súpolo Báquides en un día de
bien del pueblo y por su buen gobierno. valedero. 3 I C u a n t o a los daños que les núcleo m á s fuerte de su ejército, estaba sábado y vino con t o d o su ejército al
1* Cada aflo encomiendan a uno solo el h a causado el rey Demetrio, ya hemos en el ala derecha, y juntando a los más o t r o lado del Jordán.
mando y el dominio de t o d a su tierra, escrito a éste diciendo: ¿Por qué impones animosos, 15 se echó con ellos sobre el 35
Envió Jonatán a su hermano por
y todos obedecen a este único, sin que tan pesado yugo sobre nuestros amigos enemigo, derrotándolo y persiguiéndolos jefe de u n a tropa y rogó a los nabateos,
haya entre ellos envidias ni celos. y socios los judíos? 3 2 Si vuelven a que- hasta el pie de la m o n t a ñ a , i 6 Los del sus amigos, les permitieran dejar a su
jársenos de ti, les haremos justicia, ha- ala izquierda, viendo derrotada y en huida
custodia el bagaje, que era mucho. 3 6 Pero
17
Eligió Judas a Eupolemo, hijo de ciéndote la guerra por mar y por tierra». la derecha, pudieron perseguir a Judas y
a los suyos por la espalda. 1 7 La lucha se salieron de M a d a b a los hijos de Jambri
Juan, hijo de Acco, y a Jasón, hijo de y se apoderaron de Juan y de cuanto
Eleazar, y los envió a R o m a para hacer B á q u i d e s , o t r a v e z e n J u d e a . M u e r t e agravó, cayendo muchos de u n a y otra
parte. 1* Cayó también Judas, y los res- llevaba y se partieron con ello. 3 7 Llegó
con ellos amistad y alianza, i 8 librándose a J o n a t á n y a Simón, su h e r m a n o , la
así del yugo del reino griego, pues veían de Judas tantes huyeron, l* Jonatán y Simón to-
1 m a r o n a Judas, su hermano, y le dieron nueva de q u e los hijos de Jambri celebra-
que el designio de éste era someter a C u a n d o Demetrio supo que Nica-
Israel a servidumbre, l» Llegaron a R o m a 9
nor y su ejército habían caído en
sepultura en el sepulcro de sus padres,
en Modín. 2 0 Le lloraron y todo Israel
b a n una solemne boda con gran pompa
y conducían desde M a d a b a la novia, hija
después de un largo viaje, entraron en el la batalla, volvió a enviar por segunda de uno de los magnates de Canán. 3 8 Y
senado y, t o m a n d o la palabra, dijeron: vez a Báquides con Alcimo a tierra de hizo p o r él gran duelo y p o r muchos días
20
«Judas Macabeo, sus hermanos y el Judá, a la cabeza del ala derecha de su hicieron luto, diciendo: 2 1 «¡Cómo ha caí- acordándose de su hermano J u a n , salie-
do el valiente, el salvador de Israel!» ron, se ocultaron al abrigo de un monte,
pueblo de los judíos nos envían para ha- ejército. * 2 T o m a r o n el camino que llega 39
alzaron los ojos y vieron una caravana
cer con vosotros alianza de paz y pedir a Galilea y acamparon en Masalot de
22
Estas palabras nos dan una idea de la que el autor sagrado tenía del gran héroe de la libertad
Q ' El rey Demetrio trataba a los judíos como subditos rebeldes, y así las intimaciones de los nacional. Jonatán, que le sucede, después de un desastre, se ve forzado a ir poco a poco organizando
" romanos no tuvieron efecto por el momento. Contra Judas triunfante vuelve a enviar a Bá- sus fuerzas para proseguir la íucha.
quides, que esta vez pudo atribuirse una victoria completa, pues el jefe de la sedición caía muerto 23
Muerto Judas, quedaron sus parciales expuestos a las venganzas de los contrarios, que con-
en el campo de batalla. Judas, en efecto, cayó luchando heroicamente por la causa de su pueblo, taban ahora con el apoyo de Báquides victorioso, mientras que Jonatán, elegido para suceder a su
que le lloró amargamente. hermano, hubo de retirarse para organizar sus fuerzas y esperar ocasión favorable de emplearlas.
I MACABEOS 9-10 544 545 I MACABROS 10

regocijada y numerosa. Era el novio, que 58


Entonces todos los apóstatas toma- mado de ello el rey Demetrio, juntó mu- con palabras persuasivas, ofreciéndoles
con sus amigos y hermanos salían al en- ron de común acuerdo esta resolución: chas tropas y salió a campaña contra él.
3
ventajas y mercedes, para que se hagan
cuentro de la novia con panderos,4 instru- «Jonatán y los suyos viven muy tranqui- Al mismo tiempo envió Demetrio a Jo- auxiliares míos». 25 Efectivamente, les en-
mentos músicos y muchas armas. « Lan- los y confiados; pues bien, hagamos ve- natán cartas amistosas con promesas de vió una carta del tenor siguiente: «El rey
zándose fuera de su escondite, los de nir a Báquides y en una noche los pren- engrandecimiento, 4 p o r q u e se decía: Demetrio, al pueblo de los judíos, salud.
26
Jonatán los atacaron, quedando heridos deremos a todos». s9 Fuéronse a Báqui- «Apresurémonos a hacer las paces con él Con gran alegría hemos sabido que os
muchos y huyendo los restantes al mon- des con este consejo. 60 Y, en efecto, se antes que 5las haga con Alejandro contra habéis mantenido fieles a nuestra alianza
te, apoderándose los vencedores de todos dispuso para venir con mucha fuerza. En nosotros, acordándose de todos los ma- y habéis perseverado en nuestra amistad
los despojos. 41 Las bodas se convirtie- secreto envió cartas a todos sus parciales les que le hemos hecho a él, a sus herma- y no27os habéis unido a nuestros enemi-
ron en Uanto; el 4sonido de la música de Judea para que prendieran a Jonatán nos y a su pueblo». gos. Perseverad, pues, en vuestra fide-
en lamentaciones; 2 y tomada venganza y a los suyos; lo que no pudieron hacer, * Le dio autoridad para juntar ejército, lidad a nosotros, y os recompensaremos
de la sangre de su hermano, se volvieron por haber llegado tal designio a conoci- fabricar armas; le prometió que le conta- con grandes mercedes por lo que hicie-
a la ribera pantanosa del Jordán. miento de ellos. 61 Lejos de eso, cogieron ría entre sus aliados y le devolvería los
43
Supo el suceso Báquides, y en dia de ellos presos a unos cincuenta hombres de rehenes que tenía en la ciudadela.
la tierra, cabecillas de2 aquella conjura, y 7
sábado vino con mucha fuerza hasta las Vino Jonatán a Jerusalén y leyó las
márgenes del Jordán. 4 4 Dijo entonces Jo- les dieron muerte. * Luego, Jonatán y cartas en presencia del pueblo y de8 los
natán a los suyos: «Ea, luchemos por Simón, con los suyos, se retiraron a Bet- que se hallaban en la ciudadela. U n
nuestra vida. No es hoy como ayer y basí, en el desierto; 63levantaron sus rui- gran temor se apoderó de todos cuantos
anteayer. 45 El peligro nos acosa por de- nas y la fortificaron. Informado Báqui- oyeron que el rey le daba autoridad para
lante y por detrás; ahí y allí, las aguas des de esto, reunió toda su gente y avisó juntar ejército. 9 Los de la ciudadela le
del Jordán, las márgenes pantanosas y el a los de Judea. 64 Vino a acampar en- devolvieron los rehenes, que10 él entregó
bosque; no hay escape. 46 Clamad, pues, frente a Betbasí y durante muchos días luego a los padres de éstos; y estable-
al cielo para que os salve de vuestros la atacó con máquinas de guerra. ciendo su residencia en Jerusalén, ncomen-
enemigos». Trabóse la batalla. 47 Alzó Jo- 65 zó luego a restaurarla y renovarla. Man- Alejandro Bala y Cleopatra, su espusa (lS2'l47)
Jonatán dejó en la ciudad a su her- dó a los obreros construir los muros y
natán la mano para herir a Báquides; mano Simón y él salió al campo con po-
pero éste retrocedió, esquivando el golpe.
48 cos. *<> Atacó a Odoaren y a sus hermanos rodear el monte de Sión de un muro de reis en favor nuestro. 28 Os condonare-
Salvaron Jonatán y los suyos el Jor- y a los hijos de Fasirón en sus tiendas, y sillares, para mayor fortaleza, como se mos las deudas y os haremos muchas
dán, pasando a nado a la ribera opues- luchando comenzó a crecer en fuerza. hizo. 12 Huyeron todos los extranjeros que mercedes. 29 Desde luego, declaro a to-
ta; pero los enemigos no atravesaron el 67
Simón y los suyos salieron de la ciu- había en13 la fortaleza edificada por Bá- dos los judíos exentos de tributos y del
Jordán para perseguirlos. dad, pusieron fuego a las máquinas 6S y quides, y abandonó cada uno el14 lugar impuesto 30de la sal y del tributo de las
49 atacaron a Báquides, a quien causaron en que vivía para irse a su tierra. Sólo coronas. El tercio de la cosecha y la
Aquel día cayeron como unos mil en Betsur quedaron algunos de los que mitad de la de los árboles frutales, que
hombres de 50 los de Báquides. Vuelto éste una gran derrota; le pusieron en grave habían abandonado la Ley y los precep-
aprieto, haciendo fracasar con sus planes a mí me toca percibir, renuncio de hoy
a Jerusalén, edificó ciudades fuertes en tos porque les servía de refugio. en adelante a percibirlos en la tierra de
Judea, la fortaleza de Jericó, la de Emaús, su expedición. 69 El se enfureció contra
los impíos que le habían aconsejado ir 15
Pero al saber el rey Alejandro las Judá y en los tres distritos a ella anejos,
la de Betorón, la de Betel, la de Tam- tomados de Samaría y de Galilea, desde
nata, la de Faratón y la de Tefón,51 con a Judea, hizo dar muerte a muchos de promesas que Demetrio había hecho a
ellos y resolvió volverse a su tierra. 70 Así Jonatán, y asimismo las guerras, las ha- hoy para siempre. 31 Jerusalén será ciu-
muros altos y puertas y cerrojos, po- dad santa y exenta, igual que su territo-
niendo en ellas guarnición para hacer la que Jonatán tuvo noticia de ello, le envió zañas que éste y sus hermanos habían
embajadores para concertar la 7paz y ha- realizado y los trabajos que habían pasa- rio, de diezmos y tributos. 32 Renuncio
guerra a Israel. 52 Fortificó asimismo las también a la autoridad sobre la ciudadela
ciudades de Betsur y Gazer y la ciudadela cerle entrega de los prisioneros. I Asintió do, 16 se dijo: ¿Podremos encontrar otro
a ello Báquides y aceptó las proposicio- hombre como éste? Hagámosle nuestro de Jerusalén, y hago de ella entrega al su-
y puso 53guarniciones y las abasteció de mo sacerdote, que pondrá allí los hom-
víveres. Tomó luego a los hijos de los nes, jurando no causarle mal alguno en amigo y aliado. 17 Y le escribió una carta, bres que él escogiere para su guarnición.
principales del país como rehenes y los todos los días de su vida. * 72 Hízole en- cuyo tenor era el siguiente: 33
trega de los prisioneros que antes había Todos los judíos que hayan sido lleva-
recluyó en la ciudadela de Jerusalén. 1S«E1 rey Alejandro a nuestro herma- dos cautivos de tierra de Judá a cualquier
54 tomado de la tierra de Judá y partió para no Jonatán, salud. 19 Hemos oído de ti
El año 153, el mes segundo, ordenó su tierra, no volviendo más a los confines parte de mi reino, los doy por libres gra-
Alcimo derribar el muro del atrio inte- que eres hombre de valor y muy digno tuitamente, y todos quedarán exentos de
de Judea. 73 Cesó la guerra en Israel, y Jo- de ser amigo nuestro. 2 0 Hoy te consti-
rior del santuario, destruyendo la obra natán estableció su residencia en Majmas, tributos, aun de los de ganados. 34 Todas
de los profetas. Comenzó a ejecutarlo, tuimos, pues, sumo sacerdote de tu nación las fiestas, los sábados, las neomenias, los
donde comenzó a gobernar al pueblo y y te concedemos el título de amigo del
55 pero le sobrevino un ataque apoplético exterminar a los impíos de Israel. días señalados y los tres días que preceden
y quedaron suspendidas las obras. Se le rey—y le envió un vestido de púrpura y y siguen a las fiestas, serán días de exen-
cerró y paralizo la boca, de modo que una corona de oro—para que mires por ción y de franquicia para todos los judíos
no pudo ya hablar palabra ni disponer Prosperidad de Jonatán con ocasión nuestros negocios y guardes nuestra amis- de mi reino. 35 Nadie tendrá autoridad pa-
de su casa. Murió Alcimo en medio de de la guerra civil siria tad». ra intentar contra ellos acción judicial ni
grandes tormentos. 5S Luego que Báqui- 1 A l El año 160, Alejandro, hijo de An-
21
Vistióse Jonatán la túnica santa en molestarlos en cualquier negocio. 36 De
des 57vio muerto a Alcimo, se volvió al * " tíoco Epifanes, se alzó en armas el mes séptimo del año 160, en la fiesta los judíos serán incorporados al ejército
rey, y la tierra de Judá gozó de paz por y se apoderó de Tolemaida, siendo bien de los Tabernáculos; alistó tropas y fa- del rey hasta treinta mil hombres, dándo-
dos años.* acogido y reconocido como rey. * 2 Infor- bricó armas en gran cantidad. seles el sueldo como a todas las demás tro-
22
Oído esto por Demetrio, se entriste- pas del rey, 37 y de ellos serán puestos en
57
La muerte de Alcimo y la partida de Báquides hicieron cesar las campañas, pero sin que ció mucho y dijo: 23 «¿Qué es lo que he- las grandes fortalezas del rey y asimismo
acabara la guerra civil. mos hecho, que Alejandro se nos ha an- nombrados para los negocios del reino
7
* Báquides, vuelto de nuevo a Judea, acaba por enojarse contra los prevaricadores de la Ley, ticipado en hacer amistad con los judíos que exigen confianza. De ellos serán sus
que le resultan los verdaderos perturbadores del orden, y hace las paces con Jonatán, que se instala para ganarse su apoyo? 24 Les escribiré yo
como jefe de su nación en Majmas. Jerusalén estaba dominada aún por la guarnición de la ciudadela.
1 de ganarse a Jonatán para su causa. Jonatán se aprovechó de las ofertas de Demetrio, pero al fin se
Es probable que la mudanza de Báquides obedeciese a la que presentía en Siria, donde
otro hijo de Antíoco IV se alzó en armas contra Demetrio. Ambos contendientes trataron declaró por Alejandro Bala.
Nácarr-Colunga 18
I MACABEOS 10 546
55
547 I MACABEOS 10-11
jefes y vivirán según sus leyes, c o m o lo El rey Tolomeo le respondió dicien-
ha dispuesto el rey en la tierra de Judá. d o : «Dichoso el día en que has vuelto a fuerte en los montes contra nosotros? envió la fíbula de oro, como es costumbre
71
38 Y los tres distritos tomados a las regio- la tierra de tus padres y te sentaste en el Si tanto confías en tus fuerzas, des- darla a los parientes de los reyes, y le
nes de Samaría e incorporados a Judea trono real. 5« C o n gusto haré lo que tas ciende al llano y midamos las armas, dio Acarón con todos sus términos en
lo serán de m o d o que formen u n a sola dices. Ven a mi encuentro a Tolemaida, que conmigo está la fuerza de las ciuda- posesión.
circunscripción y n o obedezcan a otra p a r a que nos veamos y te haga yerno des. 7 2 Pregunta y sabrás quién soy yo y
autoridad que a la del sumo sacerdote. mío, según tú deseas». quiénes los que me prestan auxilio, los L a traición de T o l o m e o contra
39 r j e Tolemaida y su distrito hago obse- 57
Partió de Egipto Tolomeo con su cuales dicen que no podrás mantenerte a
quio al santuario de Jerusalén p a r a sufra- hija Cleopatra, y llegaron a Tolemaida pie firme ante nosotros, y que por dos Alejandro
gar los gastos del mismo. 40 D o y cada el a ñ o 162. 58 El rey Alejandro le salió veces fueron vencidos tus padres en esta
a ñ o quince mil siclos de plata, pagaderos | al encuentro, Tolomeo le dio su hija tierra. 7 3 N o podrás sostener el empuje
de mi caballería y de mi ejército en c a m p o
1 f•!• 1 El rey de Egipto juntó grandes
fuerzas, como las arenas del mar,
de los derechos del rey en los lugares que Cleopatra, y celebraron en Tolemaida las y muchas naves, con el intento de apo-
nos pertenecen. 4 i T o d o el sobrante que abierto, donde no hay piedras, ni gui- derarse por engaño del reino de Alejandro
los empleados del fisco n o hayan entre- jarros, ni lugar adonde huir». y agregarlo a su propio reino. * 2 C o n
gado, c o m o en los años anteriores, desde 74
C u a n d o Jonatán oyó las bravatas de pretextos de paz se encaminó a Siria,
a h o r a lo destino a las obras del templo. Apolonio, se llenó de indignación; y es- abriéndosele las puertas de las ciudades
42
Y los cinco mil siclos de plata que cada cogiendo diez mil hombres, salió de Je- y saliendo todos a recibirle, pues era
a ñ o percibíamos de los tributos del tem- rusalén, llevando consigo a Simón, su orden del rey Alejandro que le saliesen al
plo, también los condonamos y se los da- hermano. 7 5 A c a m p ó frente a Jope, que encuentro, como a suegro suyo. 3 Así
m o s a los sacerdotes que ejercen las fun- le cerró las puertas, porque había en ella que Tolomeo entraba en las ciudades,
ciones sagradas. 4 3 Cuantos se acojan al u n a guarnición de Apolonio. Pero la ata- ponía en ellas guarniciones. 4 Al entrar
templo de Jerusalén y a t o d o su recinto, Demetrio 11 Nicator (146*142 y 128-125) caron, 76 y atemorizados los ciudadanos, en Azoto le enseñaron el templo de D a -
deudores de los impuestos reales o de le abrieron las puertas, quedando J o n a t á n gón incendiado, la ciudad y sus cercanías
cualquier otra deuda, quedarán libres, y dueño de Jope. destruidas, arrojados en el c a m p o los
también cuanto tengan en mi r e i n o . 4 4 Los bodas con gran magnificencia, c o m o d e 77 cadáveres y al borde de los caminos los
gastos p a r a edificar y restaurar el templo reyes. 59 El rey Alejandro escribió a J o - Asi que Apolonio tuvo noticia del
montones de los que hablan caldo en la
serán pagados de la hacienda real. 4 5 Los n a t á n que viniese a su encuentro. * 60 Vino suceso, sacó al campo tres mil caballos y
batalla 5 Contáronle lo que había hecho
gastos p a r a la edificación de los muros con grande p o m p a a Tolemaida, se entre- u n a poderosa fuerza de infantería, 7S y
Jonatán, con el fin de hacérsele odioso,
de Jerusalén y las fortificaciones de su re- vistó con los dos reyes y les hizo obse- siguió el camino de Azoto, fingiendo pasar
pero el rey callaba.
cinto correrán también por cuenta del rey, quios de o r o y p l a t a ; también a sus cor- de largo frente a Jope, pero se volvió en
y asimismo la edificación de las murallas tesanos les hizo muchos regalos, ganán- seguida a la llanura, muy confiado en la <• Vino Jonatán al encuentro del rey a
en Judea». dose con ellos su favor. 61 Vinieron após- numerosa caballería que tenía. Jonatán Jope con gran aparato, se saludaron y
tatas, m a n d a d o s de Israel, p a r a acusarle, salió contra él hacia Azoto, y se trabó durmieron allí. 7 Jonatán le acompañó
46
C u a n d o J o n a t á n y el pueblo oyeron pero el rey no los atendió, 6 2 antes m a n d ó la lucha. 7 9 Apolonio había dejado em- luego hasta el río llamado Eleutero, y
estas palabras, no las creyeron ni las acep- quitar a J o n a t á n sus vestidos y vestirle d e boscados mil caballos. 8 0 Supo J o n a t á n la luego se volvió a Jerusalén. 8 El rey T o -
taron, acordándose de los grandes males púrpura, c 6o m o se hizo. Le sentó el rey asechanza que detrás de sí tenía, y aunque lomeo se adueñó de todas las ciudades
que había causado en Israel y cuánto los a su lado, 3 y dijo a sus grandes: «Salid unos y otros cercaron el campo y estu- de la costa hasta Seleucia del M a r , me-
había atribulado, 4 7 y se decidieron en fa- con él por medio de la ciudad y pregonad vieron lanzando flechas contra el pueblo ditando perversos planes contra Alejan-
vor de Alejandro, que les había hecho que nadie se atreva a acusarle sobre nin- desde la m a ñ a n a hasta la noche, 81 el dro. 9 Envió embajadores a Demetrio,
proposiciones de paz, y así le prestaron gún negocio y que nadie p o r ninguna cau- pueblo se m a n t u v o firme, según las órde- diciéndole: «Ven, hagamos alianza, y te
auxilio t o d o el tiempo. sa le moleste. 6 4 C u a n d o sus acusadores nes de Jonatán, hasta que la caballería se daré mi hija, la que tiene Alejandro, y
48 vieron los honores públicos que se le fatigó. 8 2 Luego movió Simón sus fuerzas reinarás sobre el reino de tus padres.
Reunió el rey Alejandro grandes fuer- hacían y le vieron vestido de púrpura,
y atacó a la falange, y como la caballería 10
M e pesa haberle dado mi hija, pues
zas y asentó su campo enfrente del de D e - huyeron todos. 65 L e h o n r ó m u c h o el
49 estaba ya agotada, los derrotaron y pu- ha buscado asesinarme». •• Y con calum-
metrio. T r a b a r o n la batalla los dos re- rey y le inscribió en el n ú m e r o de sus pri-
sieron en fuga. 8 3 La caballería se dispersó nias procuraba hacerle odioso, por co-
yes, y huyó el ejército de Demetrio, per- meros amigos, y le n o m b r ó general y
por la llanura, huyendo hacia Azoto, y se dicia de su reino. 1 2 Al fin le quitó la
seguido p o r Alejandro, que quedó vence- gobernador de provincia. 66 Después de
refugiaron en el templo de Dagón, su hija y se la dio a Demetrio, rompiendo
dor. 50 La batalla fue encarnizada y duró lo cual volvió J o n a t á n a Jerusalén en
ídolo, para salvarse. 8 4 Jonatán prendió con Alejandro y haciendo manifiestas sus
hasta la puesta del sol, cayendo en aquel paz y contento.
fuego a Azoto y a las ciudades cercanas, enemistades 13 Entró Tolomeo en Antio-
día el rey Demetrio.
51 67 se apoderó de sus despojos y dio a las quía y se ciñó a su cabeza dos diademas:
Después de esto, Alejandro envió El a ñ o 165, Demetrio, hijo de D e - llamas el templo de Dagón, abrasando a la de Asia y la de Egipto.
mensajeros a Tolomeo, rey de Egipto, metrio, vino de Creta a la tierra de sus los que en él se habían refugiado. 8 5 El
diciéndole: «Vuelvo a mi reino, he lo- padres. * 6 8 E n cuanto Alejandro lo supo,
52
número de los que perecieron por la
14
Hallábase por aquellos días el rey
grado sentarme en el trono de mis padres v o l v i ó a A n t i o q u í a m u y c o n t r a r i a d o . espada y por el incendio subió a ocho mil. Alejandro en Cilicia, por haberse rebe-
y recobrar el gobierno después de derro- 69 Demetrio confirmó p o r gobernador de lado los de aquellos lugares, 15 c u a n d o
tar a Demetrio y apoderarme de nuestra la Celesiria a Apolonio, que juntó un 86
D e allí levantó el c a m p o Jonatán y oyó que su suegro venía contra él en son
tierra. 53 Trabada la batalla, fue vencido poderoso ejército, y vino a acampar en se vino hacia Ascalón, cuyos moradores de guerra Tolomeo sacó su ejército y le
él y su ejército, y nos hemos sentado en j a m n i a , desde donde envió recado a J o - salieron a recibirle con gran honor. 8 7 Jo- fue al encuentro con poderosas fuerzas y
el trono de su reino. 5 4 Hagamos, pues, natán, diciéndole: 7 0 «¿Vas a ser tú el natán se volvió a Jerusalén con los suyos, le puso en huida. 16 H u y ó Alejandro a la
alianza; dame tu hija p o r mujer, y seré único que te levantes contra nosotros, y cargados de despojos. * 8 8 C u a n d o estos Arabia en busca de refugio, mientras que
tu yerno, y tanto a ti como a ella os haré voy a ser yo objeto de risa y burla p o r sucesos llegaron a oídos del rey Alejandro, el rey Tolomeo quedó triunfante. 17 El
presentes dignos de ti». causa tuya? ¿Por qué presumes hacerte concedió nuevos honores a Jonatán, 89 l e árabe Zabdiel cortó la cabeza a Alejandro
59
67
Jonatán llega a ser un gran personaje en el reino de Siria y en la corte de su rey. 87
Si Jonatán no igualó a Judas como guerrero, sin duda que le aventajó como diplomático, sa-
Nueva guerra civil en Siria. Otro hijo de Demetrio Soter, del mismo nombre que su padre biendo aprovecharse bien de la guerra civil que estalló en Siria.
y apellidado Nicator, se levanta en armas contra Alejandro. Jonatán se mantiene fiel a éste y alcanza
brillantes victorias contra Apolonio, general de Demetrio. Esto le mereció nuevos honores de Ale-
jandro. 1 -|• ' La intervención de Tolomeo Filometor en los negocios de Siria nos revela cuan baja era
la moralidad política de aquellos reinos helenistas. Jonatán en este caso se condujo como
fiel vasallo de Alejandro.
I MACÁBICOS 11 548
18 549 I MACABEOS 11-12
y se la envió a Tolomeo. Tres días nas y de las coronas, que nos pertenecen,
más larde moría el rey Tolomeo, y los desde ahora 3 6 se los c o n d o n a m o s todos, N u e v a s victorias d e J o n a t á n cada, 66 hasta que pidieron la paz, que
suyos, que estaban en las fortalezas, pe- y serán anulados desde ahora para siem- les otorgó. Los arrojó de allí, apoderán-
52
recían u manos de los moradores de las pre. 37 Así, pues, haced una copia de este Sentóse Demetrio en su trono y la dose de la ciudad y poniendo guarnición
m i s m a s . l 9 Y a s í r e i n ó D e m e t r i o el decreto y entregádsela a J o n a t á n para tierra calló ante él. * 53 N o cumplió el en ella.
a ñ o 167. que se deposite en el m o n t e santo y en rey lo que había prometido, y se enajenó 67
Entretanto acampó Jonatán con su
lugar visible». a Jonatán, porque, además de n o corres- ejército junto a las aguas de Genesaret, y
S i g u e n las p r o s p e r i d a d e s d e J o n a t á n 38 Viendo el rey Demetrio que había ponder a los beneficios que le había he- muy de madrugada se puso en marcha
llegado a dominar el reino y nadie se le cho, le molestaba mucho. 5 4 Después de hacia la llanura de Asor, 68 donde en-
20 P o r aquellos días reunió J o n a t á n a oponía, disolvió su ejército, enviándolo estos sucesos volvió Trifón con el niño contró al ejército extranjero, que había
los hombres de Judea para t o m a r la a sus casas, excepto a las fuerzas extran- Antíoco, a quien proclamó rey, ciñéndole puesto u n a emboscada en los montes Se
ciudadela de Jerusalén, contra la cual jeras que había reclutado de las islas de la corona. 55 Luego se juntaron a él todas t r a b ó la batalla, 69 y los emboscados sa-
construyó muchas máquinas de guerra. las gentes. Esto le atrajo la enemiga de las tropas que Demetrio había licenciado lieron de la celada, ™ y los de Jonatán
21 Pero algunos de los impíos, enemigos cuantos habían pertenecido al ejército de e hicieron a éste la guerra, obligándole a huyeron, no quedando a su lado sino
de su propia nación, se fueron al rey y sus padres. 3 9 Trifón, que había sido antes huir derrotado. 56 Trifón se apoderó de Matatías, hijo de Absalón, y Judas, hijo
le informaron de cómo J o n a t á n tenía de los parciales de Alejandro, c u a n d o los elefantes y ocupó Antioquía. de Calfi, capitanes del ejército. 71 Jonatán
vio que las tropas m u r m u r a b a n contra 57
asediada la fortaleza. 22 Oído lo cual se Antíoco el joven escribió a Jonatán, entonces rasgó sus vestiduras, se echó
irritó, y viniendo a Tolemaida, escribió Demetrio, se dirigió al árabe Emalcue, diciéndole: «Yo te confirmo en el sumo tierra sobre la cabeza y oró. 72 Volvió
a Jonatán que levantase el cerco de la que criaba a Antíoco, hijo de Alejandro, sacerdocio y te constituyo sobre las cua- luego a la lucha contra los enemigos, los
ciudadela y viniera a su encuentro a toda niño todavía, 4 0 apremiándole p a r a que tro ciudades, y serás de los amigos del derrotó y puso en fuga. 73 Viendo esto
prisa para conferir con él en Tolemaida. se lo entregase, a fin de sentarlo en el rey * 58 Y le envió vajilla de oro, dándole los que de los suyos huían, se volvieron
23 trono de su padre. Le comunicó cuanto
Recibido el mensaje, J o n a t á n ordenó el derecho de beber en vaso de oro, de de nuevo a él, y todos a u n a los persiguie-
continuar el asedio, y se rodeó de algunos había hecho Demetrio, y el descontento vestir púrpura y llevar la fíbula de oro. ron hasta Cades, hasta su campo, donde
de su ejército contra él, y permaneció allí 59
ancianos de Israel y sacerdotes, y resolvió A Simón, su hermano, le instituyó ge- hizo alto. 74 Cayeron de los extranjeros
aventurarse al peligro. 2 4 T o m a n d o consi- bastantes días. neral desde la Escalera de Tiro hasta los en aquel día unos tres mil hombres. J o -
go plata, oro, un vestido y otros muchos | 4 1 Entretanto, envió J o n a t á n al rey u n a confines de Egipto. n a t á n se volvió a Jerusalén.
presentes, fue a ver al rey a Tolemaida,' súplica para que retirase la guarnición 60
Partió J o n a t á n y recorrió las ciuda-
hallando en él buena acogida, 25 n o obs- de la ciudadela de Jerusalén y de las otras des del lado de acá del río, y se le incor-
tante que algunos impíos de su nación le fortalezas, porque hostigaban a Israel. Embajadas a Roma y Esparta
acusaban. 42
Respondió Demetrio a Jonatán, dicién- •i O 1 Viendo Jonatán que las circuns-
26 Hizo el rey según lo que habían he- dole: « N o sólo esto te haré a ti y a tu * ** tancias le eran favorables, escogió
cho sus antecesores, honrándole en pre- pueblo, sino que os colmaré de honores algunos hombres y los envió a R o m a para
4
sencia de todos sus enemigos. * 27 Le con- c u a n d o llegue la ocasión propicia. 3 Por concertar y renovar la alianza de amistad
firmó en el sacerdocio y en cuantos ho- el m o m e n t o me harías un gran favor con los romanos. * 2 Y a los espartanos y
nores tenía de antes y le hizo inscribir e n v i á n d o m e a l g u n a s t r o p a s auxiliares, a otros pueblos envió también cartas so-
44
en el número de sus primeros amigos. porque mi ejército está disuelto». Ac- bre lo mismo. 3 Partieron para R o m a , y
28
Jonatán solicitó del rey que hiciese li- cedió Jonatán, mandándole a Antioquía entrando en el senado, dijeron: «Jonatán,
bres de tributos la Judea y las tres topar- tres mil hombres escogidos, de 4 5cuya lle- Antíoco VI Dionisio (144-142) sumo sacerdote, y la nación de los judios
quías de Samaría, prometiéndole en cam- gada se alegró mucho el rey. Amoti- nos envían p a r a renovar con vosotros la
bio trescientos talentos. 29 Asintió el rey, náronse contra él los de la ciudad, en p o r a r o n todas las tropas auxiliares de antigua amistad y alianza». 4 Y les fueron
y de todas estas cosas escribió a J o n a t á n n ú m e r o de ciento veinte mil, pretendiendo Siria. Vino a Ascalón, y le hicieron los entregadas cartas para las autoridades de
una carta del tenor siguiente: matarle. 4 6 Se recluyó él en su palacio, de la ciudad un recibimiento muy hon- cada lugar, a fin de que pudieran volver
mientras los ciudadanos ocupaban las ca- roso. 61 D e allí pasó a Gaza, que le cerró en paz a la tierra de Judá.
30 «El rey Demetrio a Jonatán, su her- lles de la ciudad y comenzaba el asalto. sus puertas, pero él la asedió e incendió 5
mano, y a la nación de los judíos, salud. 47 H e aquí la copia de las cartas que
31 Llamó el rey en su auxilio a los ju- los arrabales, saqueándolos. 6 2 Entonces J o n a t á n escribió a los espartanos: * 6 «Jo-
Os enviamos, para que de ello os in- díos, que acudieron luego, se distribuye- los de Gaza le pidieron la paz, que les fue
forméis, copia de la carta que hemos r o n p o r la ciudad, 4 8 mataron aquel día natán, sumo sacerdote, y el senado de la
otorgada, dándole en rehenes los hijos nación, y los sacerdotes, y t o d o el pueblo
escrito a Lástenes, nuestro pariente, acer- hasta cien mil hombres, incendiaron la de sus jefes, que envió a Jerusalén, y
ca de vosotros: 3 2 El rey Demetrio a Lás- ciudad y la saquearon. Así libraron al de los judíos, a los de Esparta, sus her-
atravesó la tierra hasta llegar a Damasco. manos, salud. 7 Y a antes recibió Onías,
tenes, su padre, salud. 33 Hemos resuelto rey. 49 C u a n d o vieron los de la ciudad M En esto tuvo noticia J o n a t á n de que
favorecer a la nación de los judíos, nues- que los judíos eran dueños de ella a su sumo sacerdote, de Ario, vuestro rey,
algunos generales de Demetrio habían cartas en que decía que sois hermanos
tros amigos, que nos han sido fieles.34 Les arbitrio, perdieron el ánimo, y, suplican- llegado a Cades de Galilea con grandes
confirmamos, pues, la posesión de los tes, clamaron al rey, diciendo: 5 0 «Perdó- nuestros, como lo certifica la adjunta co-
fuerzas con el propósito de apartarle de pia. 8 Onías acogió con gran h o n o r al
territorios de la Judea y de los tres distri- nanos y haz que cesen ya los judíos de toda intervención en el gobierno. 64 D e .
tos de Aferema, Lida y R a m a t a , que combatir contra nosotros y contra la ciu- mensajero, y recibió letras en que clara-
jando a su h e r m a n o Simón en Judá, les mente se hablaba de alianza y amistad.
fueron desprendidos de Samaría e incor- dad». 5 1 Y depusieron las armas e hicieron salió al paso. 65 Simón fue contra Betsur; 9
porados a Judea. Todos los sacrificadores la paz Los judíos adquirieron grande Nosotros, aunque nada necesitamos,
la combatió muchos días, teniéndola cer- | pues tenemos nuestra confianza en las Es-
de Jerusalén quedan exentos de) tributo gloria ante el rey y ante todo su reino y
que el rey recibía antes de ellos cada año volvieron a Jerusalén cargados de botín. 52
de los frutos del campo y de los árboles. Nuevo cambio en el trono de Siria, en el que se sienta un niño, Antíoco VI Dionisio, hijo
35
Igualmente los restantes tributos que de Alejandro
57
Bala, bajo la tutela de Trifón, hombre de malos sentimientos y muy baja moralidad.
nos pagaban, de los diezmos, de las sali- El nuevo rey sigue la conducta de su padre en honrar a Jonatán, y éste responde comba-
tiendo a algunos generales de Demetrio, que pretendían entrar por la Galilea fw.63 ss.).
26 I O 1 Jonatán, cuya situación habla ido creciendo extraordinariamente a favor de la guerra civil
Muerto Alejandro y elevado Demetrio Nicator al trono, por de pronto Jonatán continuó go- * ~ de los reyes de Siria, creyó prudente robustecerla reanudando relaciones diplomáticas con
zando de los favores del nuevo monarca, a pesar de las instigaciones de los judíos apóstatas, que le otros estados.
eran contrarias, y mostró al nuevo rey la misma lealtad que antes había guardado a Alejandro. 5 Este Onías de quien habla la carta de Jonatán a los espartanos fue Onías I, hijo de Jadua,
pontífice en la época de Alejandro Magno, que tuvo por sucesor a su hijo por los años 323-300.
I MACABEOS 12 550 551 I MACABEOS 12-13
44
e n t u r a s santas que poseemos, w hemos cendieron fuegos en su c a m p a m e n t o y se mismo. vida, que n o valgo yo más que mis her-
D i j o luego a J o n a t á n : «¿Por
resuelto enviaros a quien renueve con retiraron. 2 9 N o lo advirtieron J o n a t á n y qué molestar a todo el pueblo, n o ha- m a n o s , 6 antes tomaré la defensa de m i
vosotros la fraternidad y amistad, a fin los suyos hasta la madrugada, engañados biendo guerras entre nosotros? 4 5 M á n d a -
nación y del santuario, de nuestras m u -
de n o hacernos extraños a vosotros, pues con la vista de los fuegos encendidos. los a sus casas, dejando contigo unos jeres e hijos, ahora que llevados del odio
h a n transcurrido ya muchos años desde 30
Los persiguió Jonatán, pero n o les dio cuantos que te acompañen, y vente con- se h a n juntado todas las naciones p a r a
vuestra embajada, n E n t o d o tiempo, en alcance, p o r q u e h a b í a n atravesado el rio migo a Tolemaida. T e la entregaré con aplastarnos», i Se enardeció el pueblo al
las solemnidades y en los restantes días Eleutero. 3 1 Entonces se volvió J o n a t á n las demás fortalezas y pondré a tus órde- oir estas palabras, 8 y a grandes voces
n o hemos cesado de hacer memoria con- hacia los árabes llamados zabadeos, a nes el resto del ejército y los oficíales respondió, diciendo: «Sé nuestro caudillo
tinua de vosotros en los sacrificios que los q u e d e r r o t ó , t o m á n d o l e s d e s p o j o s . del rey. Hecho esto, yo m e volveré, q u e en lugar de Judas y de Jonatán, tu her-
ofrecemos y en nuestras oraciones, pues 32
Poniéndose de nuevo en marcha, vino sólo para eso he venido». m a n o . * C o m b a t e nuestras batallas; cuan-
es justo y razonable acordarse de los a D a m a s c o , atravesando t o d o el territorio. 46 to nos digas lo haremos».
Diole fe J o n a t á n e hizo según lo
hermanos. 1 2 N o s alegramos de vuestra 33
Simón, entretanto, se había puesto decía, licenciando su ejército, que se vol- to J u n t a n d o todos los h o m b r e s d e gue-
prosperidad. 1 3 C u a n t o a nosotros, h a n en marcha, llegando hasta Ascalón y a vió a la tierra de Judá. 4 7 Sólo se reservórra, se dio prisa a concluir los m u r o s de
sido muchas la tribulaciones que nos h a n las próximas fortalezas; se volvió luego tres mil hombres, de los que dejó dos Jerusalén, que q u e d ó fortificada toda en
sobrevenido y muchas las guerras que hacia Jope y la t o m ó , 3 4 porque había mil en Galilea, llevándose consigo sólo derredor. 11 Envió a Jonatán, hijo de Abe-
nos h a n hecho los reyes vecinos. 14 N o oído que querían entregar la fortaleza a salom, con bastante fuerza a Jope, q u e
mil. 4 8 E n cuanto J o n a t á n entró en T o -
quisimos en ellas molestaros, ni a los los parciales de Demetrio, y puso allí echó de allí a los que la guarnecían, que-
lemaida, los tolemenses cerraron las puer-
demás aliados y amigos, 1 5 p o r q u e conta- guarnición p a r a conservarla en su poder. dándose en ella. 12 Trifón salió de Tole-
m o s con la ayuda que nos viene del cielo, 35 tas, le prendieron a él, y a los que le
Vuelto J o n a t á n , convocó a los ancianos maida con u n poderoso ejército p a r a
a c o m p a ñ a b a n los asesinaron. * 4 9 Luego
y con ella nos hemos librado de nuestros del pueblo y t o m ó con ellos la resolución invadir la Judea, llevando consigo a J o -
Trifón envió su ejército y su caballería a
enemigos, y éstos fueron humillados de edificar fortalezas en Judea, 3 6 de le- natán preso. 1 3 Simón a c a m p ó en Adida,
16
H e m o s elegido a N u m e n i o , hijo de la Galilea y a la gran llanura p a r a ani-
vantar los muros de Jerusalén, de erigir frente a la llanura.
Antíoco, y a Antípatro, hijo de Jasón, a un m u r o fuerte entre la ciudadela y la quilar a todos los parciales de Jonatán.
quienes enviamos a los r o m a n o s p a r a
50
Supieron que había sido preso y muerto 1 4 Al conocer Trifón que h a b í a n n o m -
ciudad, a fin de separar aquélla de ésta y b r a d o a Simón caudillo en lugar de su
renovar la antigua amistad y a l i a n z a , 1 7 yaislarla p a r a que los de allí n o pudiesen J o n a t á n y los que le acompañaban, y
unos a otros se animaron p a r a salir a h e r m a n o J o n a t á n y q u e estaba p r o n t o a
les hemos d a d o el encargo de acercarse a c o m p r a r ni vender en ésta. 3 ? Reunidos t r a b a r batalla, le envió mensajeros, 1 5 di-
vosotros y saludaros y entregaros nues- los obreros p a r a edificar la ciudad, se c a m p a ñ a para combatir. 51 Al ver sus
tras letras p a r a renovar la alianza y fra- perseguidores cuan resueltos estaban a ciendo: «Hemos detenido a tu h e r m a n o
vino al suelo u n trozo de la muralla que a causa do la deuda que tenía con el
ternidad, n Esperamos que nos contes- da al valle del este, y lo restauraron, dán- luchar p o r su vida, se volvieron.
52
Se fueron sin ser molestados a la tesoro real por los cargos que desempe-
téis favorablemente. dole el n o m b r e de Cafenata. 38 Simón ñaba. I 6 Envía, pues, cien talentos de plata
edificó también Adida, en la Sefela, y la tierra de J u d á y lloraron a J o n a t á n y a
9
1 »La carta enviada p o r vosotros era fortificó y puso puertas y cerrojos. y a dos do sus hijos c o m o rehenes, p o r
los suyos, temiendo m u c h o p o r sí. T o d o
del tenor siguiente: 2 0 A r i o , rey de los Israel hizo gran duelo. 53 Entonces todas que al ser libertado no se rebele contra
espartanos, a Onías, sumo sacerdote, sa- las naciones vecinas se propusieron ani- nosotros, y le dejaremos libre».> 7 A u n q u e
lud. 21 H e m o s hallado en documentos es- Prisión traidora de Jonatán entendía Simón que hablaban con enga-
quilarlos, diciéndose: «Ya n o tienen cau-
critos que los espartanos y los judíos ñ o , envió el dinero y los dos niños, p o r
39
T r a t a b a Trifón de apoderarse del rei- dillo q u e los proteja; luchemos, pues, n o concitar contra sí la enemiga del pue-
son hermanos unos y otros del linaje de contra ellos y borremos su memoria de
A b r a h a m . 2 2 Desde que esto supimos, juz- n o de Asia y ceñirse la diadema, quitando blo, que podría decir: l 8 « N o ha enviado
entre los hombres». el dinero y los niños, y por eso pereció
gamos que hacéis bien en darnos cuenta
de vuestra prosperidad. 2 3 Nosotros a la Jonatán». 19 Así, pues, envió los niños y
vez os correspondemos Vuestros ganados, los cien talentos; pero Trifón, faltando a
vuestra hacienda, es nuestra, y la nuestra, C U A R T A P A R T E su palabra, n o puso en libertad a J o -
vuestra es. P o r eso h e d a d o orden de co- natán.
municaros esto». SIMÓN, PRÍNCIPE DEL PUEBLO JUDÍO 2
° Trifón emprendió luego la m a r c h a
24 Tuvo J o n a t á n noticia de que los ca- (13-16) p a r a invadir la tierra y devastarla. P a r a
pitanes de Demetrio habían vuelto contra ello, r o d e a n d o , vino a A d o r a ; pero Simón,
él con fuerzas mayores q u e antes, * 25 y Trifón (142-139) 1 Q ' O y ° Simón q u e había reunido con su ejército, le salía al encuentro donde-
salió de Jerusalén a su encuentro, a la * «* Trifón un poderoso ejército para quiera que él iba. 2 i Los de la ciudadela
región de H a m a t , porque n o quiso darles de en medio al rey Antíoco. * 4 0 Pero venir contra la tierra de J u d á y aplastar- enviaron mensajeros a Trifón, rogándole
lugar a q u e invadiesen la tierra. 26 Los temiendo q u e se le opusiera J o n a t á n y le la ; * 2 y viendo al pueblo lleno de espanto que se diera prisa a venir en su socorro
exploradores enviados a espiar al ejército hiciera la guerra, buscaba un medio de y de temor, subió a Jerusalén y reunió al p o r el desierto y les trajese víveres. 2 2 Pre-
enemigo volvieron con la noticia de que apoderarse de él y darle muerte. Con este pueblo. 3 Los alentó, diciendo: «Ya sa- p a r ó Trifón toda su caballería p a r a llegar
tenían orden de caer sobre ellos aquella propósito se puso en camino de Betsán. béis lo que yo, mis hermanos y la casa aquella noche, pero n o p u d o a causa d e
noche. 2 ? Así que se puso el sol, ordenó 41 Salióle al encuentro J o n a t á n c o n cua- de mi padre hemos hecho por las leyes y la m u c h a nieve q u e había caído. Llegó a
J o n a t á n a los suyos velar y estar sobre renta mil hombres escogidos para la lucha, el santuario, las guerras y las angustias Galad, 2 3 y en Bascama dio muerte a
las armas, p r o n t o s a entrar en batalla y llegó a Betsán. 4 2 C u a n d o Trifón vio que hemos soportado. 4 P o r esta causa, J o n a t á n , que fue sepultado allí. 2 4 D e s -
durante la noche, y puso centinelas alre- que J o n a t á n venía con tanta fuerza, temió que es la de Israel, dieron la vida todos pués Trifón dio la vuelta y se volvió a su
dedor del campo. 2» C u a n d o los contra- poner m a n o s en él, 4 3 le acogió muy hon- mis h e r m a n o s , quedando yo solo. 5 N o tierra.
rios se dieron cuenta de que J o n a t á n y rosamente, le presentó a todos sus amigos qu'era Dios que en esta hora de tribula- 2
5 M a n d ó Simón p o r los restos de su
los suyos estaban preparados p a r a la lu- y le hizo m u c h o s obsequios, o r d e n a n d o a ción rehuya el peligro p o r amor de la h e r m a n o J o n a t á n y les dio sepultura en
cha, temieron, perdieron el ánimo, en- su ejército que le obedeciese c o m o a él
48
Judas murió en el campo de batalla. Jonatán, víctima de una traición de los sirios. Simón
24
39
Son los mismos de 11,57, 1 u e ahora se presentan por e! lado oriental del Líbano. morirá víctima de la villanía de un yerno suyo.
Después de tantas victorias guerreras y diplomáticas, Jonatán viene a perecer traicionado a !
de un villano, que teme le será obstáculo para ejecutar los dañados intentos que abriga con- La pérdida de Jonatán no tuvo las mismas consecuencias que la muerte de Judas, porque
la nación se hallaba ya fuerte y el poder de sus caudillos bien consolidado.
I MÁCASEOS 13-14 552 553 I MACABEOS 14
Modín, la ciudad de sus padres. * M Todo construyó máquinas de asedio y las apro- toma de Jope para puerto,6 teniendo así món a Numenio a Roma para renovar la
Israel hizo por él gran duelo y le lloró ximó a la ciudad, acometiendo una de las entrada a las islas del mar. Extendió los alianza con los romanos, mandando por
muchos días. 27 Edificó Simón sobre los torres y apoderándose de ella. 44 Invadie- términos de su nación y mantuvo el do- él, como presente, un escudo de oro de
sepulcros de sus padres y hermanos un ron la ciudad los que estaban en la má- minio de su tierra. 7 Redimió muchos cau- mil minas de peso.
monumento de piedras labradas por una quina, produciéndose en aquélla gran con- tivos, se adueñó de Gazer, de Betsur y de
y otra28 cara, alto y visible desde muy moción. 45 Los de la ciudad subieron a la ciudadela. Quitó de ella las impurezas Simón, reconocido principe
lejos. Encima levantó siete pirámides, las murallas con sus mujeres e hijos, ras- y no hubo quien le resistiera. 8 Cultivaban del pueblo
unas enfrente de otras, dedicadas a su gadas las vestiduras, y a grandes voces en paz la tierra, y la tierra daba sus co- 25 Cuando el pueblo oyó tales cosas, se
padre, a su madre y a sus cuatro herma- clamaban pidiendo a Simón la paz, *6 y sechas, y los árboles del campo, sus fru- dijeron: «¿Qué gracias podemos dar a
nos. 29 Las asentó sobre sus basas y las le decían: «No obres con nosotros según tos. 9 Los ancianos se sentaban en las Simón y a sus hijos? * 26 Porque valero-
rodeó de grandes columnas, y puso en merecen nuestras 47maldades, sino según plazas, todos hablaban de las prosperi- samente han combatido contra los ene-
ellas panoplias, naves esculpidas, que pu- tu misericordia». Simón se dejó apla- dades de la tierra, y los jóvenes vestían migos de Israel, tanto él como sus herma-
dieran ser vistas de lodos los que nave- car y suspendió las hostilidades contra como traje de honor el traje de guerra. nos y toda su familia, y han afianzado
gaban por el mar. 30 Ese sepulcro que ellas, pero expulsó a los de la ciudad, pu- i° Abasteció las ciudades y las puso en es- nuestra libertad». Y grabaron en placa de
erigió en Modín perdura hasta el día de rificó las casas en que había ídolos, y así tado de defensa. Llegó la fama de su nom- bronce, que colgaron de columnas en el
hoy. 31 Trifón, que procedía dolosamente hizo su entrada en ella en medio de cán- bre hasta los extremos confines de la tie- monte de Sión, 27 la siguiente escritura:
con el joven Antíoco, acabó por darle ticos y bendiciones. 48 Después de lim- rra, ii Hizo reinar la paz en toda la tie- «El día diecisiete del mes de Elul del año
muerte, * 32 s e declaró rey en su lugar y se piarla de toda impureza, instaló en ella rra y gozó Israel de gran bienestar. 12 Ca- 172, el año tercero del pontificado de Si-
ciñó la diadema del Asia, trayendo con gente observante de la Ley, la fortificó da uno se sentaba bajo su parra y su hi- món, príncipe del pueblo de Dios, 28 en
esto una gran calamidad sobre la tierra. y construyó allí para él una morada. guera, y nada había que les causara temor. la asamblea general de los sacerdotes y
49 13 Desapareció de la tierra el que les hacía del pueblo, de los príncipes y ancianos de
Los de la ciudadela de Jerusalén no la guerra y en sus días fueron vencidos la nación, se hizo saber esto: En las mu-
Simón consolida la libertad nacional podían salir de ella, ni entrar en la región reyes. 14 Dio seguridad a los humildes de chas guerras que ha habido en nuestras
para comprar o vender, y pasaban mu- su pueblo, tuvo celo por la Ley y desterró tierras, 29 Simón, hijo de Matatías, de los
33 Simón edificó las fortalezas de Ju- cha escasez, pereciendo de hambre mu- a todos los impíos y malvados. 15 Res-
dea, las rodeó de altas torres y muros chos de ellos. 50 Clamaron a Simón en de- hijos de Joarib, así como sus hermanos, se
fuertes, les puso puertas y cerrojos y las tauró la gloria del santuario y aumentó los expusieron al peligro e hicieron frente a
manda de paz, y él se la otorgó, echán- vasos sagrados. los adversarios de su nación por la con-
proveyó de vituallas. 34 Envió algunos dolos de allí5 y limpiando la ciudadela de
hombres escogidos al rey Demetrio, pi- impurezas. i El día veintitrés del mes se- servación del santuario y de la Ley, y ga-
i* Había llegado a Roma y a Esparta naron grande gloria para su pueblo. 30 Jo-
diendo que concediera al país la remisión gundo del año 171 entró en ella con cán- la noticia de la muerte de1J Jonatán, de la
de los tributos, por cuanto los actos de ticos, palmas y acompañamiento de cí- natán los congregó y fue sacerdote hasta
que se dolieron mucho. Pero al saber que se reunió con sus padres. 31 Resolvie-
Trifón habían sido actos de saqueo. taras, címbalos y arpas, con himnos y que Simón, su hermano, le había sucedido
35
Contestó el rey Demetrio a estas peti- cánticos, porque había sido aplastado un ron entonces los enemigos invadir la tie-
en el sumo sacerdocio y queí 8mandaba en rra, devastarla y hacerse dueños del san-
ciones enviándoles letras del tenor si- gran enemigo de Israel. 52 Estableció que la tierra y en sus ciudades, le escribie- tuario ; 32 pero se levantó Simón y salió
guiente: cada año se solemnizara este día con re- ron la renovación de la amistad y la alian-
36 gocijo. 53 Fortificó el monte del templo, a la defensa de su pueblo, y con grandes
«El rey Demetrio a Simón, sumo za antes hecha con Judas y Jonatán, sus expensas suyas armó a los valientes de su
sacerdote y amigo de los reyes, y a los que está próximo a la ciudadela, y habi- hermanos, en placas de bronce, 19 que fue- nación y les pagó la soldada. 33 Fortificó
ancianos y a la nación judia, salud. 37 He- tó allí él con los suyos. 54 Viendo Simón ron leídas en Jerusalén en la asamblea del las ciudades de Judea y a Betsur, en sus
mos recibido la corona de oro y la palma que Juan, su hijo, era hombre animoso, pueblo. He aquí la copia de las letras en- confines, donde antes dominaban las ar-
que nos habéis enviado, y estamos dis- le hizo jefe de todas las tropas, con re- viadas por los espartanos: mas de34los enemigos. Puso allí guarnición
puestos a hacer con vosotros una paz sidencia en Gazer. * 20 «Los príncipes y la ciudad de Espar- judía, fortificó a Jope, junto al mar, y
definitiva y a escribir a los intendentes ta, a Simón, sumo sacerdote, y a los an- a Gazer, en los confines de Azoto, en la
reales que os condonen las deudas. 38 To- cianos y a los sacerdotes y a todo el pue- que antes habitaban los enemigos, e ins-
do cuanto hemos pactado con vosotros Prosperidad de Simón
blo de los judíos, sus hermanos, salud. taló en ellas judíos y los proveyó de cuanto
sea firme, y las fortalezas que habéis 1 j i El año 172 reunió el rey Demetrio 21 Los mensajeros que habéis mandado a era necesario para su defensa. 35 Viendo
edificado sean vuestras. 39 Os perdonamos * « sus tropas y se puso en marcha ha- nuestro pueblo nos han dado noticias de el pueblo la conducta de Simón y la glo-
también las faltas y las ofensas cometidas cia la Media en busca de recursos para vuestra gloria y honor,22y de ello nos ale- ria que se proponía dar a su nación, le hi-
hasta este día, y la corona que debéis, y hacer la guerra a Trifón. 2 Sabido por gramos sobremanera. Hemos registra- cieron su caudillo y sumo sacerdote, en
si algún tributo se cobraba en Jerusalén, Arsaces, rey de Persia y de Media, que do en las deliberaciones del pueblo lo si- premio de haber realizado todas estas
ya no se cobre. 40 Si algunos de vosotros Demetrio había invadido su territorio, guiente: Numenio, hijo de Antíoco, y An- proezas y de la justicia y fidelidad que ha
estáis dispuestos a alistaros en nuestro mandó a su encuentro a uno de sus ge- típatro, hijo de Jasón, legados de los ju- guardado a su pueblo, procurando por
ejército, podéis hacerlo, y que reine entre nerales con el encargo de cogerle vivo. díos, han llegado a nosotros para reno- todos los medios el engrandecimiento de
nosotros la paz». 3
Partió éste y derrotó a Demetrio, ha- var la antigua amistad. 23 El pueblo re- éste. 36 En sus días todo prosperó, y los
41 El año 170 quedó Israel libre del yu- ciéndole prisionero y llevándole a Ar- solvió recibir honrosamente a los mensa- gentiles fueron exterminados de la tierra,
42
go de los gentiles, y comenzaron a en- saces, que le encarceló. jeros y depositar una copia de su discurso y en la misma Jerusalén, los que ocupaban
cabezarse así los documentos y contra- 4
Disfrutó de paz la tierra de Judá toda entre los documentos públicos, para que la ciudad de David, que habían convertido
tos: «El año primero de Simón, gran pon- la vida de Simón, que procuró la prospe- el pueblo espartano guarde la memoria en ciudadela, de donde hacían salidas,
tífice, general y caudillo de los judíos». ridad de su pueblo; a todos fue grato su de ello. Y hemos enviado una copia de profanando los alrededores del santuario,
43
En los días aquellos acampó Simón gobierno y gozó de fama todos los días esto a Simón, sumo sacerdote». con gran perjuicio de su santidad. 37 Instaló
contra Gazer y la cercó con sus fuerzas, de su vida. 5 Y añadió a esta gloria la 24
Después de estos sucesos envió Si-
25
Modín se halla situado en lo que podríamos decir la cornisa de la alta meseta judfa y mirando
al Mediterráneo. •• A 25 Hasta ahora, los tres caudillos que se hablan sucedido a la cabeza del pueblo judio en la
31 " ^ lucha por su religión y su Ley hablan recibido los poderes de los patriotas sublevados y de
54
Trifón acaba por dar muerte al niflo Antioco VI y ceñirse la corona. los reyes que venían a reconocer su alzamiento; pero ahora es la nación toda, en una asamblea ge-
Simón sucede a su hermano, consolida la próspera situación de Judá y recoge para su familia neral, la que ratifica su obra y confiere a Simón y a su familia la suprema dignidad religiosa y civil.
los frutos de tantas luchas como había sostenido; pero, al fin, acabó traidoramente asesinado por La lucha habla durado casi treinta años. El destronado rey Demetrio se alzó contra Trifón y reco-
su yerno. noció la obra del pueblo judío.
I MACABEOS 14-15 555 I MACABEOS 15-16
554
allf judíos, la fortificó para seguridad de 5
el reino y asolado sus ciudades. Te rati- Simón, sumo sacerdote, para que los cas- a Cendebeo general de la costa, poniendo
la tierra y de la ciudad y dio mayor al- fico, pues, todas las exenciones que te han tigue según la ley». 22 En la misma forma en su 39
mano fuerzas de infantería y caba-
tura a las murallas de Jerusalén. 38 Por hecho los reyes mis predecesores y todas escribieron al rey Demetrio, a Átalo, a llería, con el encargo de acampar fren-
todo esto, el rey Demetrio le confirió el las mercedes que te han otorgado. « Te Ariarates, a Arsaces 23 y a todas las na- te a Judea y educar a Cedrón y fortificar
sumo sacerdocio, 39 y le inscribió en el permito acuñar moneda propia para tu ciones: a Lampsaco, a los espartanos, a sus puertas, a fin de hostigar al pueblo de
número de sus amigos y le otorgó gran- tierra. 7 Que Jerusalén y su santuario sean Délos y a Mindo, a Sición, a Caria, a Sa- Israel. El rey se fue en persecución de
des honores, 4<> pues supo que los judíos libres; que cuantas armas has fabricado nios, a Panfilia, a Licia, a Halicarnaso, a Trifón.
Rodas, a Fasélida, a Coo, a Side, a Ara- 40
eran tenidos por los romanos como ami- y cuantas fortalezas has levantado y po- En cuanto Cendebeo llegó a Jamnia
gos, aliados y hermanos, y habían sido sees queden en tu poder; 8 que todas las dos, a 24Gortina, a Gnido, a Chipre y a comenzó a molestar al pueblo, invadiendo
acogidos con honor los legados de Simón. deudas al tesoro real y cuanto en adelante Cirene. Y copia de esas cartas se la en- la Judea, haciendo cautivos y muertos.
41
Los judíos y sacerdotes resolvieron ins- hubiere de percibir el rey te sea por siem- viaron a Simón, sumo sacerdote. Edificó a Cedrón, 41 y en ella colocó caba-
25
tituir a Simón por príncipe y sumo sacer- pre condonado. ' Y cuando nos hubié- Como hemos dicho, el rey Antíoco llería e infantería para hacer incursiones
dote por siempre, mientras no aparezca acampó enfrente de Dora la Nueva y la por Judea, como se lo había ordenado el
un profeta digno de fe, 42 y por su caudi- estrechó, y construyó máquinas de gue- rey.
llo, que defienda el santuario e instituya rra, quedando Trifón cercado, sin poder
inspectores de obras, gobernadores de la entrar ni salir. * 26 Simón envió en ayuda 1 R ' Subió Juan de Gazer y comunicó
tierra, capitanes de las tropas y alcaides del rey dos mil hombres escogidos y27 pla- 1 ™ a su padre lo que Cendebeo estaba
de las fortalezas; 43 que cuide de las co- ta y oro y mucho material de guerra. No haciendo. 2 Llamó entonces Simón a sus
sas sagradas; que sea de todos obedecido; quiso él recibirlos; antes bien revocó cuan- dos hijos mayores, Judas y Juan, y les dijo:
que se inscriban en su nombre todos los to había pactado antes y rompió con él. «Yo y mis hermanos y la casa de mi pa-
28
documentos públicos en la tierra, vista la Mandó a Atenobio, uno de sus amigos, dre hemos combatido por Israel desde
púrpura y lleve la fíbula de oro. 4 4 A nadie Antíoco VII Sidetes (137-128) para tratar con él y decirle: «Vosotros re- nuestra juventud hasta el presente, y nues-
será lícito, ya del pueblo, ya de los sacer- tenéis a Jope y a Gazer y la fortaleza de tros esfuerzos han sido tan felices, que lo-
dotes, traspasar ninguna de estas disposi- ramos apoderado del reino, os honrare- Jerusalén, ciudades de mi reino; 29 habéis gramos la libertad de Israel. 3 Al presente
ciones ni contravenir a lo que por él fuere mos, a ti y a tu nación y al templo, tan devastado sus territorios y causado gran- yo estoy ya viejo; pero vosotros, por la
ordenado, o convocar en la tierra asam- magníficamente, que vuestra gloria se ex- des daños a la tierra y os habéis adueñado misericordia de Dios, estáis en buena
blea sin su consentimiento, ni vestir la tenderá por toda la tierra». de muchos lugares de mi reino. 30 Entre- edad; tomad mi puesto y el de mi her-
púrpura, ni llevar la fíbula de oro. 45 El 10 gad, pues, luego las ciudades que habéis mano y salid a luchar por nuestra nación
que traspasare estas disposiciones o vio- El año 174 Antíoco se puso en mar- ocupado y los tributos de que os habéis
cha hacia su reino, y todas las tropas se y que
4
la ayuda del cielo sea con vosotros».
lare alguna de ellas incurrirá en castigo». apoderado fuera de los confines de la Ju- Eligieron de la gente de todo el terri-
declararon por él, de suerte que muy po- dea; 31 de no hacerlo, pagaréis por ello
46 cas fueron las que le quedaron a Trifón. torio los hombres más aguerridos y ca-
Todo el pueblo aprobó conferir a Si- 11 quinientos talentos de plata, y por los per- ballería, hasta veinte mil, y partieron con-
món estos poderes y honores, y 47 convino Perseguido por el rey Antíoco, vino juicios causados y por los tributos de las tra Cendebeo, pernoctando en Modín.
en que él obrase conforme a ellos. Acep- huyendo hasta Dora del Mar. 12 Vio en- ciudades percibidos, otros quinientos ta- 5
Puestos en marcha muy de mañana ha-
tó Simón, agradecido, el sumo sacerdocio tonces cuántos males se le venían encima, lentos ; y si no, iré y os haremos la guerra». cia la llanura, vieron un poderoso ejérci-
y ser caudillo y jefe de los judíos y de los pues las tropas le habían abandonado.
13 to de infantería y caballería que les venia
sacerdotes, ejerciendo el mando supremo. Acampó el rey Antíoco contra Dora al encuentro. Sólo un torrente había de
48
Mandaron que esto se escrioiese en con ciento14 veinte mil hombres y ocho mil Antíoco VII Sidetes se vuelve contra por medio. 6 Se detuvo enfrente de ellos
láminas de bronce y se pusiese en el atrio caballos. Cercaron la ciudad por mar y Juan con sus hombres; y viendo que los
por tierra y la estrecharon, de suerte que Simón
del templo en lugar visible, y que una co- suyos temían atravesar el torrente, lo hizo
pia de lo mismo se depositase en el tesoro nadie podía salir ni entrar en ella. 32 él el primero; y sus hombres, viéndole, le
13 Llegado Atenobio, el amigo del rey,
del templo, a disposición de Simón y de En esto llegó de Roma Numenio y
a Jerusalén, vio la magnificencia de Si- siguieron. 7 Dividió su gente, colocando
sus hijos. los que con él habían ido, trayendo copia la caballería en medio de los infantes, por-
de cartas escritas a los reyes y a las na- món, su vajilla de oro y plata y la numero-
sa servidumbre, y quedó maravillado. Oí- que la caballería de los contrarios era muy
Reconocimiento de esta situación p o r ciones del tenor siguiente :*16 «Lucio, cón- do el mensaje del rey, 33 respondió Simón: numerosa. s Resonaron las trompetas sa-
las naciones extranjeras sul
17
de los romanos, a Tolomeo, salud. «No hemos tomado tierra ajena, ni de bie- gradas, y Cendebeo y su ejército queda-
Han venido a nosotros embajadores de nes ajenos nos hemos apoderado, sino de ron deshechos, cayendo muchos de ellos
| t! ' Antíoco, hijo del rey Demetrio, los judíos, aliados y amigos nuestros, en- la heredad de nuestros padres, de la que y huyendo los restantes a la fortaleza.
*• «* envió desde las islas del mar cartas viados por Simón, sumo sacerdote, y por sin justicia 34nuestros enemigos se habían 9 Quedó herido Judas, el hermano de
a Simón, sumo sacerdote y2 jefe de los ju- la nación de los judíos, para renovar la adueñado. Aprovechando la ocasión, Juan; pero éste persiguió a los enemigos
díos, y a toda la nación. * Era el conte- antigua amistad y alianza, 18 y han sido hemos recobrado la heredad de nuestros hasta llegar a Cedrón, que Cendebeo ha-
nido de las cartas del tenor siguiente: «El portadores de un escudo de oro de mil 35
padres. Cuanto a Jope y a Gazer, que bía edificado, 10 y huyeron hasta las torres
rey Antíoco a Simón, sumo sacerdote y minas de peso. 19 En virtud de esto nos reclamáis, hacían a nuestro pueblo gran- que hay en el territorio de Azoto, que Juan
jefe de la nación judía, salud. 3 Como ha parecido bien escribir a reyes y na- des daños y asolaban la tierra; por ellas dio al fuego, cayendo de los enemigos
quiera que hombres malvados se hayan ciones que no les causen ningún mal ni les daremos cien talentos». Atenobio no le hasta tres mil hombres, y se volvió, vic-
apoderado del reino de nuestros padres, hagan la guerra, ni a sus ciudades ni a su respondió palabra, 3* pero se volvió fu- torioso, a Judá.
es mi voluntad recobrarlo y restablecerlo tierra, ni presten auxilio a quienes los rioso al rey y le comunicó las palabras de
en su forma antigua, para lo cual he reuni- combatan. zü Nos pareció21igualmente bien Simón, su magnificencia y todo cuanto
do un ejercito numeroso y equipado de recibir de ellos el escudo. Si, pues, hom- había visto. Airóse el rey con gran ira. M u e r t e alevosa de Simón
naves de guerra. 4 Me propongo desem- bres malhechores, huyendo de ellos, se 37
Entretanto, Trifón, embarcado en una 11
Tolomeo, hijo de Abubos, coman-
38
barcar y perseguir a los «jue han arruinado refugiaren entre vosotros, entregadlos a nave, huyó a Ortosiada. El rey instituyó dante del campo de Jericó, tenia mucha
1 C l Muerto Demetrio antes de haber logrado expulsar a Trifón, un hermano de aquél, An-
" ** tloco VII Sidetes, quiso contar co» el apoyo de Simón para conquistar el trono de su padre, 2
' El nuevo rey, Antioco VII, cuando se creyó asegurado en el trono, sintió recelos del poder
y empezó confirmándole todos los honores y privilegios de que gozaba. de Simón y comenzó una nueva contienda. En alia mostró sus dotes militaras Juan, que debía suce-
1s Obtenida la victoria por Antíoco, Simón tiene noticia de otra victoria diplomática, pues eso der a su padre.
significa la carta del senado raaaaao que le traerá Numenio.
II MACARKOg 556 557 II MACABEOS 1

plata y oro, * ' 2 y era yerno del sumo de poner en su mano la tierra y las ciu- INTRODUCCIÓN sistible, llegó a Persia, fueron heridos en
sacerdote. u Se engrió tanto, que quiso dades. 1* Envió otros a Gazer para que el templo de Nanea, gracias al engaño de
hacerse dueño de la tierra, para lo cual se apoderasen de Juan, y escribió a los los sacerdotes de ésta. 14 Antíoco, acom-
resolvió quitarI 4 a traición la vida a Simón oficiales de ésta pidiéndoles que se pasa- Carta de los judíos de Jerusalén pañado de sus amigos, vino al lugar como
y a sus hijos. Visitaba Simón las ciuda- sen a él, que les daría plata y oro y rega- a los judíos de Egipto para desposarse con ella y tomar en vir-
des del territorio, a fin de proveer a sus los. 20 Mandó otros para que se apode- tud de tal desposorio y a título de dote
necesidades, y bajó a Jericó con Mata- sus tesoros. l s Los sacerdotes de Nanea
tías y Judas, sus hijos, el año 177 en el
mes undécimo, que es el mes de Sabat.
rasen de Jerusalén y del monte del tem-
plo. 21 Pero alguno se adelantó a comu- 1díos 1ende«AEgipto,
los hermanos judíos que moran
salud. Los hermanos ju-
Jerusalén y de Judea, paz y fe-
le habían hecho esta propuesta, y él con
15
nicar a Juan, en Gazer, cómo habían sido escasa gente entró en el recinto dell0 tem-
Los recibió el hijo de Abubos con per- muertos su padre y sus hermanos y que licidad. 2 Que Dios os bendiga, acordán- plo. Cerraron aquéllos las puertas una
fidia en una fortaleza pequeña, llamada habían mandado quien le matase a él. dose de su alianza con Abraham Isaac y vez que Antíoco hubo entrado, y abrien-
Doc, que él habia levantado. Les ofreció 22 Quedó fuera de sí al oir tales noticias, Jacob, sus fieles siervos. 3 Que a todos os do luego una abertura disimulada en el
un gran banquete, pero ocultó a siete y prendiendo a los que venían a él para dé corazón dispuesto para venerarle y techo, a pedradas aplastaron al caudillo,
hombres, 16 que cuando Simón y sus hi- darle muerte, los mató, pues sabía lo que cumplir con todo 4ánimo y buena volun- y a sus acompañantes los descuartizaron,
jos estaban ebrios, a una señal de To- intentaban. tad sus preceptos. Que os abra el cora- les cortaron las cabezas y las tiraron fue-
íomeo, se levantaron y tomando las armas zón para entender su Ley y sus precep- ra. i ' P o r esto bendito sea Dios, que así
dieron sobre Simón, matándole a él, a 23 Los demás sucesos de Juan, sus gue- tos, os conceda la paz, 5 oiga vuestras sú- ha castigado a los impíos. 18 Estando,
sus hijos y a algunos de su séquito, 17 co- rras, las hazañas que realizó, los muros plicas, se reconcilie con vosotros y no os pues, para hacer la purificación del tem-
metiendo unu gran traición y devolvien- que levantó y sus obras todas, 24 escritas abandone en el tiempo de la desgracia. plo en el mes de Casleu, hemos creído
do mal por bien. están en los anales de su pontificado, des- * Esta es nuestra oración por vosotros. deber nuestro manifestároslo para que
18
de el día en que fue hecho sumo sacerdo- 7 también vosotros celebréis la fiesta de los
Luego escribió Tolomeo al rey para te después de su padre. Reinando Demetrio, el año 169, nos-
que enviase tropas en su auxilio, a fin otros, los judíos, os escribimos cuando Tabernáculos y del fuego que se encendió
nos hallábamos en la gran tribulación que cuando Nehemías, después de edificar el
"I u fi lI ^n y e r n o . e s e* t r a i d o r q u e m a t a a Simón y a sua hijos con el depravado intento d e en- nos sobrevino desde que Jasón y los suyos templo y el altar, ofreció sacrificios. •9 Pues
• tregar la nación en poder d e los sirios. Así acaba esta historia, triste presagio de la futura se marcharon de la tierra santa y del rei- al ser nuestros padres llevados a Persia,
historia de la dinastía asmonea, q u e terminará por dejar al pueblo en poder d e los extraños. no. * 8 Pues incendiaron el pórtico del los sacerdotes piadosos que había enton-
templo y derramaron mucha sangre ino- ces ocultamente tomaron del fuego del al-
cente. Pero suplicamos al Señor, y lo ofre- iar y lo escondieron en un hueco, a ma-
cimos sacrificios y flor de harina, y encen- neru de pozo seco, en el cual lo deposita-
dimos 9las lámparas, y presentamos los ron, lan en seguro, 2que el sitio quedó de
M A B E O panes. Ahora vosotros celebrad la fies- todos ignorado.* "Transcurridos mu-
chos años, cuando a Dios plugo, Nehe-
ta de los Tabernáculos en el mes de Cas-
leu. Dada el año 188». * mías, que había sido enviado por el rey
de Persia, mandó a los nietos de los sacer-
i. Este libro no es propiamente un libro segundo, una continuación del precedente; dotes que lo habían ocultado a buscar el
es otro libro sobre la misma materia, bastante amplia para poder ser argumento de Carta a Aristóbulo y a los judíos fuego, y, según ellos contaron, no2 I halla-
muchos libros. Un cierto Jasan de Cirene, desconocido de nosotros, compuso cinco de Egipto ron fuego, sino un agua espesa, de la
10 cual les mandó que sacasen. Cuando las
libros sobre Judas Macabeo; nuestro autor los compendió en este solo libro en favor «Los moradores de Jerusalén y de
de los lectores que no pudieran leer los cinco de Jasón. Abarca unos quince años (175- Judea, el senado y Judas, a Aristóbulo, víctimas estaban dispuestas en el altar, or-
161 a. C). El propósito del autor no es sólo contar los sucesos históricos, sino, me- maestro del rey Tolomeo, del linaje de denó Nehemías a los sacerdotes que con
los sacerdotes ungidos, y a los otros ju- el agua rociasen la leña y lo que encima
diante ellos, instruir y edificar a sus lectores. Escribe en griego y se sirve de los recursos de ella había. 22 Cumplido esto y pasado
díos de Egipto, salud y prosperidad. *
de la retórica griega para mejor lograr su intento. El prólogo (2,20-33) V el epílogo 11 Librados por Dios de grandes peligros, un poco de tiempo, salió el sol, que antes
(i5t38-4o) ponen de relieve la gran diferencia que hay entre este libro y todos los le damos muchas gracias, estando pron- estaba nublado, y se encendió un gran fue-
otros, escritos en lengua semítica. La. cronología seguida es la del libro primero, con tos a luchar de nuevo contra el rey. 12 Pe- go, quedando todos maravillados. 21Y
la diferencia de que éste sigue en todo el cómputo oficial, empezando a contar desde ro Dios mismo ha aniquilado a los que mientras oraban los sacerdotes y todos
el otoño de 312 a. C. combatían contra la ciudad santa.* los presentes, empezando Jonatán y res-
13 Pues cuando ese caudillo, con el ejér- pondiendo los restantes, 24 hasta Nehe-
2. La obra va precedida de dos a modo de apéndices, que son dos cartas (1,1-9 y cito que le acompañaba, que parecía irre-
1,10-2,19) dirigidas por los judíos de Jerusalén a los de Egipto, con el fin manifiesto
de recomendarles la santidad del santuario jerosolimitano y apartarlos del templo 1 L a fecha d e la carta a q u e se alude es el a ñ o 144 a. C , en q u e reinaba Demetrio II Nica-
cismático que habían levantado en Leontópolis. 1 tor C146-142): pero los sucesos a q u e en ella se hace referencia se remontan a la época de A n -
tíoco IV (1 M a c I, 39 ss.; 2 M a c 5,5 ss.).
9
Esta exhortación a celebrar la fiesta de los Tabernáculos, o mejor Dedicación, instituida por
Judas Macabeo al restaurar el culto en 165, implicaba el reconocimiento del templo de Jerusalén
SUMARIO I N T R O D U C C I Ó N (1-2): Epístola primera (1,1-9). Epís- como único legitimo. El texto habla d e la fiesta d e los Tabernáculos, q u e era la fiesta tradicional del
tola segunda (1,10-2,19)- Prólogo (2,20-33).—PRIMERA mes de tisri. La explicación d e este nombre nos la da el relato de la fundación de la fiesta en 2 M a c
PARTE: LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA DE ANTÍOCO (3-7): Preservación del templo 10,6 ss. San Juan la menciona bajo el nombre d e encenía (10,22). L a carta es del año 125 a. G.
•o Esta segunda carta está escrita por u n cierto Judas en n o m b r e del pueblo, después de la
(3). Onías, pontífice (4). Matanzas de Antíoco en Jerusalén (5). La persecución purificación del santuario (165), y va dirigida también a los judíos d e Egipto y nominalmente a
religiosa (6). Martirio de los siete hermanos (7).—SEGUNDA P A R T E : HISTORIA Aristóbulo, preceptor del rey, Tolomeo VI Fiíometor, q u e reinó d e 184-146.
12
DE JUDAS MACABEO (8-15): Primeras victorias del Macabeo (8). Muerte de An- E n esta carta se encuentran tres sucesos, ordenados todos ellos a exaltar la santidad del tem-
plo de Jerusalén. Es el primero la m u e r t e ignominiosa d e Antíoco IV, el gran profanador de la ciu-
tíoco (9). Purificación del templo y nuevas victorias de Judas (10). Paz entre los dad santa y del templo, en castigo de sus crímenes. L a versión es algo distinta de las otras; pero
sirios y los judíos (11). Victorias de Judas sobre los pueblos vecinos (12). Guerra y es u n a d e las q u e corrían en Judea sobre la m u e r t e del rey en las remotas regiones d e Persia, adonde
paz entre Antíoco Eupator y Judas Macabeo (13). Demetrio, rey de Siria, hace habia ido en busca de oro.
19
El segundo suceso había acaecido ya en los días de Nehemías, en q u e la nafta, extraída de
la guerra a Judas (14). Nicanor, general de los sirios, vencido por Judas (15,1-37). un pozo, se había encendido a los rayos del sol. Semejante prodigio había llegado hasta la corte per-
E P I L O G O (15,38-40). sa, produciendo en ella gran conmoción.
II MACABEOS 1-2 558
559 II MACABEOS 2-3
mías, se consumía el sacrificio. La ora- cual introdujo el tabernáculo, el arca y el
ción era ésta: Señor, Señor Dios, creador altar de los perfumes, m u r a n d o en seguida guerras de Antloco Epifanes y de su hijo P R I M E R A P A R T E
de todas las cosas, temible. Tuerte, justo, la entrada. 6 Algunos de los que le acom- Eupator, 2 2 las apariciones celestes a los
misericordioso y rey único bondadoso, p a ñ a b a n vinieron luego para poner seña- que gloriosamente combatían por el ju-
25 L A P E R S E C U C I Ó N RELIGIOSA DE A N T Í O C O
único liberal, único juslo, omnipoten- les en el camino, a fin de poder hallarlo daismo, para que, a u n siendo pocos, re-
te y eterno, que libras a Israel de todo después. ^ M a s así que Jeremías lo supo, cobrasen toda la tierra y pusieran en fu- (3-7)
mal, que elegiste a nuoslros padres y los los reprendió, diciéndoles: «Este lugar ga muchedumbres de bárbaros, 2 3 y re- L a preservación del tesoro
santificaste, 26 acepta osle sacrificio p o r quedará desconocido hasta que Dios vuel- cuperasen el templo famoso en toda la
t o d o tu pueblo de Israel, protege tu he- va a congregar a su pueblo y tenga de él tierra, y librasen la ciudad, y restablecie- del t e m p l o
redad y santifícala. 2 7 Congrega a nues- misericordia. 8 Entonces d a r á a conocer sen las leyes que estaban a p u n t o de que- 1 Hallándose la ciudad en completa
tros dispersos, vuelve la libertad a los que el paradero de estas cosas, aparecerá su dar abolidas, siéndoles el Señor propicio 3 paz, observándose exactamente las
viven en servidumbre entre las naciones, gloria, y asimismo la nube, como se m a - con toda bondad, 2 4 fue n a r r a d a p o r Ja- leyes, p o r la piedad del sumo sacerdote
pon los ojos en eslos despreciados y abo- nifestó al tiempo de Moisés y cuando Sa- són de Cirene en cinco libros, que nos- Onías y su odio a t o d a maldad, * 2 suce-
minados, conozcan las naciones que tú lomón pidió que el templo fuese glorio- otros nos proponemos compendiar en u n día que hasta los mismos reyes h o n r a b a n
eres nuestro Dios. 2 8 Aflige a los que samente santificado». 9 También allí se solo volumen. 2 5 Porque, considerando el el santuario y lo enriquecían con magní-
nos oprimen y con insolencia nos ultra- cuenta cómo el rey sabio ofreció el sacri- n ú m e r o excesivo de los libros y la dificul- ficos dones. 3 Y así, Seleuco, rey de Asia,
jan. 2 9 Trasplanta tu pueblo a tu lugar ficio de la dedicación y terminación del tad que hallan, por la muchedumbre de concedió de sus propias rentas todas las
santo, según dijo Moisés. templo; I 0 y que así como, c u a n d o M o i - las cosas, los que quieren aplicarse a co- expensas necesarias para el servicio de
30
Los sacerdotes entretanto cantaban sés o r ó al Señor, descendió fuego del cielo nocer las historias,26 hemos pensado pro- los sacrificios. * 4 Pero u n cierto Simón,
himnos. 31 C u a n d o el sacrificio se h u b o que consumió el sacrificio, así también, porcionar solaz del alma a los aficionados de la tribu de Benjamín, constituido ins-
consumido, m a n d ó Nehemías derramar o r a n d o Salomón, descendió fuego y con- a leer y dar a los estudiosos facilidad para pector del templo, se enemistó con el sumo
el agua restante sobre grandes piedras; sumió el holocausto. u Y dijo Moisés: aprender las cosas de memoria; en u n a sacerdote con motivo de la fiscalización
3
2 y en cuanto lo hicieron, de la luz del al- | «Por no haber sido comido el sacrificio p o r palabra, alguna utilidad a todos aque- del mercado de la ciudad. 5 N o pudiendo
tar se encendió una llama que la consumió. el pecado, fue consumido p o r el fuego». llos que tomen este libro en sus manos.
33
12
También Salomón celebró la fiesta p o r vencer la resistencia de Onías, se fue a
C u a n d o esto se hizo notorio y con- 27
M a s para nosotros esta obra que hemos Apolonio, de Tarso, que por aquel tiem-
taron al rey de Persia que en el lugar ocho días.
emprendido n o ha sido cosa fácil, sino po era general de la Celesiria y la Feni-
donde los sacerdotes llevados cautivos ha- 3
1 Esto mismo se refiere en los escritos de mucho trabajo, sudores y desvelos. cia, 6 y le hizo saber cómo el tesoro de
bían ocultado el fuego apareció agua, con y memorias de Nehemías, y se dice, ade- 28 C o m o el que prepara un festín, bus- Jerusalén estaba lleno de riquezas inde-
la cual los que acompañaban a Nehemías más, que había reunido u n a biblioteca y c a n d o complacer a otros, se echa encima cibles, y que la cantidad de dinero que
habían encendido el sacrificio, 3 4 después puesto en ella los libros de los reyes, los u n a pesada carga, así nosotros, para me- allí había era incalculable y no se desti-
de hechas averiguaciones, hizo cercar el de los profetas y los de David y las cartas recer la gratitud de muchos, hemos toma- naba al sostenimiento de los sacrificios,
sitio y lo declaró sagrado. 3 5 Aquel día de los reyes sobre las ofrendas. * M Así d o con gusto este trabajo. 29 Dejando al pudiendo el rey apoderarse de ello.
fue día de felicitaciones, en que el rey re- también Judas reunió todos los libros dis- historiador el oficio de narrar detallada- 7
Apolonio se fue luego a ver al rey y
partió y recibió ricos presentes. 36 Los de persos por la guerra que hubimos de su- mente las cosas, nos hemos esforzado por le dio cuenta de los tesoros referidos.
Nehemías llamaron a aquel sitio Nafta, frir, que ahora se hallan en nuestro p o - seguir las normas de la condensación. Este eligió a Heliodoro, su ministro de
que quiere decir purificación, pero m u - der, u Si, pues, tuviereis de ellos necesi- 3" Pues así como el arquitecto que se pro- hacienda, a quien envió con órdenes de
chos le llaman Neftai. dad, m a n d a d n o s quienes os los lleven. p o n e levantar una casa nueva ha de pen- apoderarse de las riquezas. 8 En seguida
16 Estando nosotros p a r a celebrar la sar en el conjunto de la construcción, se puso en viaje Heliodoro, con el pre-
1 Se halla en antiguos documentos fiesta de la purificación, os escribimos es- mientras que el decorador y pintor sólo texto de visitar las ciudades de Celesiria
2 que el profeta Jeremías, al m a n d a r
a los deportados t o m a r del fuego antes
tas letras: Haréis muy bien en solemni-
zar estos días. * 1 7 Dios, que ha librado a
tienen que cuidarse de lo que toca a la
ornamentación, así creo yo que nos su-
y Fenicia, pero en realidad p a r a ejecutar
el propósito del rey. 9 Llegado a Jerusa-
referido, les entregó un ejemplar de la su pueblo, nos h a devuelto a todos la he- cede a nosotros. 31 Investigar la materia lén, fue recibido cordialmente p o r la ciu-
Ley * 2 y les recomendó que n o diesen al redad, el reino, el sacerdocio y el santua- histórica, examinarla en todos sus aspec- dad y el sumo sacerdote, a quien dio
olvido los preceptos del Señor ni se per- rio, 18 c o m o lo prometió en la Ley. Espe- tos y detalles, eso compete al narrador de luego cuenta de lo que le había sido co-
virtiesen a la vista de los ídolos de oro ramos, pues, de Dios que p r o n t o tendrá la historia; 32 pero procurar el compen- municado y del motivo de su venida,
y de plata y sus adornos. 3 Muchas cosas misericordia de nosotros y nos congrega- dio de la narración, sin llegar a agotar el preguntando si lo que se les había dicho
como éstas les dijo, exhortándolos a no rá en el lugar santo de entre todas las n a - asunto, toca al compilador, 3 3 y con esto se ajustaba a la verdad.
apartarse jamás del a m o r de la Ley. ciones que existen bajo el cielo, 19 pues comenzamos nuestra narración, después
4 i° El sumo sacerdote le hizo ver que
También en documentos está escrito que nos ha librado ya de grandes calamidades de habernos extendido tanto en el prefa-
cio. Sería una simpleza mostrarse difusos se t r a t a b a de depósitos de viudas y huér-
el profeta, por revelación divina, m a n d ó y ha purificado el santuario». * fanos 11 y de u n a cantidad que pertenecía
que le siguiesen con el tabernáculo y el antes de entrar en materia, p a r a luego ser
breves en ésta. a Hircano, hijo de Tobías, h o m b r e de
arca, y salió hasta el monte donde había Prefacio muy noble condición, contra lo que ca-
subido Moisés para ver desde allí la here- 20
La historia de Judas el M a c a b e o y de lumniosamente había denunciado el im-
5
dad de Dios. Llegado a él, Jeremías ha- sus hermanos, la purificación del gran
pío Simón; y que, en fin, la suma de t o d o
lló una gruta a m o d o de estancia, en la templo y la dedicación del altar, * 21 ]
as el dinero era de cuatrocientos talentos de
O * El tercer suceso, del que habría sido agente principal el profeta Jeremías, es la ocultación plata y doscientos de oro, 12 siendo del
^ del tabernáculo y del arca de la alianza en un lugar secreto, que no será conocido hasta que t o d o imposible cometer tal injusticia con-
«Dios1
vuelva a congregar a su pueblo». tra los que habían confiado en la santidad
* La noticia de este versículo es importante, porque nos da a conocer el cuidado de Nehemías del lugar y en la majestad del templo,
en reunir
16
los libros sagrados, junto con los demás escritos de privilegios, etc., de los reyes persas. h o n r a d o en t o d a la tierra. , 3 Pero Helio-
Termina la carta exhortando a los judíos a celebrar la fiesta de la purificación del templo,
instituida por Judas Macabeo. d o r o , en virtud de las órdenes del rey,
19 contestó que aquellos tesoros habían de
El autor sagrado recoge estas cartas, pero sin dar juicio sobre la verdad de cuanto contienen.
20 Los w.20-23 contienen el prólogo con que presenta su trabajo el autor de la obra. Por él se O t Este pontífice Onías, de quien el autor hace tan magnífico elogio, es probablemente el jefe
echa de ver que es un helenista el que escribe. Su labor habría consistido en resumir los cinco libros ** ungido a que se refiere Daniel (g,26), y cuya muerte señala el término de las sesenta y dos se-
de Jasón. manas de años y el principio de la última semana, que es de grandes calamidades para el pueblo.
3
Este rey es Seleuco IV, rey de Siria (187-175), a quien sucedió su hermano Antloco IV Epifane».
II MACABEOS 3-4 560 II MACABEOS 4
S61
ser necesariamente entregados a) tesoro I parte, bendecían al Sefior, que había de- atrevía a llamarle traidor al reino. T a n3
en t o d o querían imitar, se volviesen luego
real. 14 Señalado día, se preparó a entrar, tendido el h o n o r de su casa. Y el templo, adelante fue esta enemistad, que hasta contra ellos y fuesen sus enemigos y opre-
dispuesto a apoderarse de tales riquezas, poco antes lleno de terror y de turbación, llegaron a cometerse homicidios p o r parte sores. 1 7 N o es cosa de poco ni q u e se
lo que produjo n o pequeña conmoción ahora rebosaba de alegría y regocijo, gra- de algunos parciales de Simón; 4 tanto, hace impunemente violar las leyes divi-
en toda la ciudad. cias a la intervención del Señor o m n i p o - que Onias, considerando lo peligroso de nas, c o m o lo mostrará el tiempo veni-
15
Los sacerdotes, vestidos de sus tú- tente. estas rivalidades y la furia de Apolonio, dero.
nicas sagradas, se arrojaron ante el al- 3i Pronto acudieron algunos de los de general de la Celesiria y la Fenicia, en i 8 Al celebrarse en Tiro los juegos quin-
t a r ; clamaban al cielo, invocando al que Heliodoro, suplicando a Onias que invo- favorecer la maldad de Simón, se fue a quenales con asistencia del rey, 1 9 el mal-
había d a d o ley sobre los depósitos de case al Altísimo para que hiciese gracia ver al rey, s no c o m o acusador de sus vado Jasón envió de Jerusalén espectado-
que les fueran guardados intactos a quie- de la vida al que se hallaba en el último conciudadanos, sino mirando al interés res, ciudadanos de Antioquía, portadores
nes los depositaron. '* Nadie podía mi- extremo. 3 2 Y temiendo el sumo sacerdote c o m ú n y en particular al de t o d a la na- de trescientas dracmas para el sacrificio
rar el rostro del sumo sacerdote sin quedar que el rey llegara a imaginarse que los ción, 6 pues veía que sin la intervención de Hércules. Pero los que las llevaban
traspasado, p o r q u e su aspecto y su color judíos habían cometido algún crimen con- del rey era imposible lograr la paz en el pidieron que no se empleasen en los sa-
demudado m o s t r a b a n la angustia de su tra Heliodoro, ofreció u n sacrificio p o r gobierno y que Simón n o cesaría en su crificios, porque n o convenía, sino q u e
alma, i? El temor que se reflejaba en aquel la salud de é s t e . 3 3 Mientras el sumo sacer- locura. se destinasen a otras expensas. * M Y así
varón y el temblor de su cuerpo revelaban dote ofrecía el sacrificio de propiciación, 7 aquella cantidad que iba enviada, según
a quien le miraba la h o n d a pena de su M u e r t o Seleuco y apoderado del rei-
los mismos jóvenes se aparecieron de nue- n o Antíoco, p o r sobrenombre Epifanes, la voluntad del donante, p a r a el sacrificio
corazón. n Los ciudadanos salían en tro- vo a Heliodoro, con las mismas vestiduras de Hércules, por deseo de los portadores
pel de sus casas para acudir a la pública Jasón, h e r m a n o de Onias, comenzó a am-
bicionar el sumo sacerdocio; * 8 y en u n a fue destinada a la construcción d e tri-
rogativa en favor del lugar santo, que rremes.
estaba a p u n t o de ser profanado. 19 Las audiencia prometió al rey trescientos se-
21
mujeres, ceñidos los pechos de saco, lle- senta talentos d e plata, ochenta talentos Habiendo sido enviado a Egipto A p o -
naban las calles, y las doncellas, recogi- m á s de otras rentas, 9 y sobre éstos, ciento lonio, de Menesteo, con motivo d e la
das, concurrían unas a las puertas del cincuenta más, si se le autorizaba p a r a entronización del rey Tolomeo Filome-
templo, otras sobre los muros, algunas instalar un gimnasio y u n a mancebía y tor, vino a saber Antíoco que aquel sobe-
miraban furtivamente p o r las ventanas, se concedía a los de Jerusalén la ciudada- r a n o era enemigo de su reino, y se p r o -
20
y todos, tendidas las m a n o s al cielo, nía antioquena. * 1° Accedió el rey; y Ja- puso prevenirse contra él. Llegado a J o p e ,
oraban. són, obtenido el poder, luego se dio a subió a Jerusalén, 2 2 donde Jasón y la
Seleuco IV Filopator (185-17$) introducir las costumbres griegas entre sus ciudad le hicieron un magnífico recibi-
21 Era p a r a mover a compasión ver la conciudadanos, n Abolió los privilegios miento, y entró en medio de a n t o r c h a s
confusa muchedumbre postrada en tierra otorgados a los judíos p o r el favor de los y aclamuciones. Condujo luego d e allí
de antes, y, acercándose a él, le dijeron: reyes, gracias a las gestiones de Juan, pa-
y la ansiedad del sumo sacerdote, lleno sus tropas a Fenicia.
« D a muchas gracias a Onias, el sumo
de angustia. 2 2 T o d o s invocaban al D i o s sacerdote, pues a él le debes que el Señor
dre de Eupolemo, el que desempeñó la 23
Pasados tres años, envió Jasón a M e -
omnipotente, pidiendo que los depósitos embajada p a r a obtener la amistad y la nelao, h e r m a n o del antes mencionado Si-
te haya dejado la vida. 34 Tú, pues, cas- alianza de los r o m a n o s ; contra los dere-
fuesen con plena seguridad conservados tigado p o r Dios, confiesa ante todos su m ó n , para llevar dinero al rey y p a r a ges-
intactos a los depositantes. 2i Heliodoro, gran poder». Dicho esto, desaparecieron.
chos ciudadanos introducía costumbres tionar ciertos asuntos importantes; * 2 4 pe-
p o r su parte, dispuesto a consumar su impías, i 2 y hasta bajo la misma acrópo- r o , ganada la gracia del rey, M e n e l a o le
'5 Heliodoro, después de ofrecer un sa- lis se atrevió a erigir el gimnasio, obli-
propósito, estaba ya a c o m p a ñ a d o de su crificio al Señor y de hacer grandes votos adulaba, dándose aires de h o m b r e influ-
escolta junto al gazofilacio, 2 4 c u a n d o el a quien le había concedido la vida, se
gando a educar allí a los jóvenes m á s yente, con lo que obtuvo para sí el s u m o
Señor de los espíritus y Rey de absoluto nobles. sacerdocio, ofreciendo trescientos talentos
, , . . , , - - despidió amigablemente de Onias v se
13 Así cundió en alto grado el helenis- m á s que Jasón. 2 5 Y así, con las creden-
poder hizo de el gran muestra a cuantos volvio con sus tro a, 36 d a n d j .
ciales del rey, se vino aquel h o m b r e , que
se habían atrevido a entrar en el. templo.
tempi blico
M\™ testimonio H»
t^tim,™;,, de ilas obras ,.„i
„ „u„* del r-,:„.
Dios m o y progresó la introducción de costum-
n o tenía n a d a que le hiciera digno del
Heridos a la vista del poder de Dios, que- altísimo, que con sus ojos había visto. bres extranjeras p o r la desalmada actitud
daron impotentes y atemorizados. 2S Se del impío, más que sumo sacerdote, Ja- sacerdocio, sino instintos de tirano cruel
3' Interrogado por el rey sobre quién sería
les apareció un jinete terrible. M o n t a b a són. * 14 Los sacerdotes ya n o se preocu- y sentimientos de fiera salvaje. 2 6 J a s ó n ,
el más apto para enviarlo a Jerusalén,
que había suplantado a su h e r m a n o , fue
un caballo adornado de riquísimo capa- dijo: 3 8 Si tienes algún enemigo o alguien p a b a n del servicio del altar; antes mos-
razón, que, acometiendo impetuosamen- t r a n d o poca estima del templo y descui- a su vez suplantado por otro y forzado
que conspire contra tu reino, mándalo
d a n d o los sacrificios, se apresuraban a to- a huir a la tierra de A m m ó n . 2 7 M a s c o m o
te a Heliodoro, le acoceó con las patas allá, que bien castigado vendrá, si es que
m a r parte en los prohibidos ejercicios de Menelao, u n a vez posesionado del p o d e r ,
traseras. El que lo montaba iba armado salva la vida, porque sin duda que hay
la palestra en cuanto eran invitados a no cumpliese las promesas hechas al rey,
de armadura de oro. 2 6 Aparecieron tam- en aquel lugar una fuerza divina. 39 El 28
a pesar de las reclamaciones de Sós-
bién dos jóvenes fuertes, llenos de majes- mismo que en los cielos habita tiene sus lanzar el disco. 1 5 Desdeñando los h o n o -
res patrios, estimaban en m u c h o las dis- trates, alcaide de la acrópolis, a quien
tad, magníficamente vestidos, los cuales, ojos puestos sobre aquel lugar para de-
tinciones griegas. 1 6 P o r lo cual vino sobre pertenecía la exacción de los tribuios, a m -
fenderlo y hiere de muerte a los que a él
colocándose uno a cada lado de Heliodo-
ellos la gran calamidad de que aquellos bos fueron llamados p o r el rey. 2 9 M e -
ro, le azotaban sin cesar, descargando se llegan con malos propósitos». 40 Xal
mismos a quienes envidiaban y a quienes nelao h u b o de dimitir el sumo sacer-
sobre él fuertes golpes. 2 7 Al instante, He- fue el episodio de Heliodoro y de la pre-
servación del gazofilacio.
liodoro, caido en el suelo y envuelto en 7
La conducta de este Jasón sirve para poner en claro las causas de la lucha que va a comen-
tenebrosa obscuridad, fue recogido y pues- 4 zar. Un sacerdote ambicioso y de corazón paganizado acude al rey de Siria y le promete gran-
to en una litera. 2 8 Y el que hacía poco, Onias, calumniado, destituido des riquezas a cambio del sumo sacerdocio y de la autorización para introducir las instituciones
con mucho acompañamiento y con segu- y asesinado helénicas en su pueblo. Y esto lo hace contra un hermano suyo, de todos grandemente venerado.
9
ra escolta, entraba en el gazofilacio, era Mancebía en el sentido clásico de juventud o mocedad, y aquí de lugar para la educación de
1
Simón, el delator del tesoro y de la juventud en las costumbres helénicas. Algo semejante al gimnasio.
ahora llevado, incapaz de auxiliarse a sí
mismo, habiendo experimentado mani-
4 la patria, hablaba mal de Onias, afir-
13
Casos como el de Jasón los vemos con alguna frecuencia en esta historia. Nos dan a conocer
a qué9 extremo habla descendido la moral en muchos primates de Judá.
m a n d o ser él quien había maltratado a
fiestamente el poder de D i o s ; 2 9 y por la Heliodoro y el autor de t o d o el mal. 2 Al
1 Estos enviados gozaban del titulo de ciudadanos en Antioquía, y así serían mejor recibidos.
23
divina virtud yacía m u d o , privado de toda El sumo sacerdocio vino a ser cosa vendible, más por la ambición de los judíos que por la ar-
bienhechor de la ciudad, al defensor de bitrariedad de los reyes. Este Menelao, hermano de Simón, era de la tribu de Benjamín, extraña al
esperanza de salud. 30 Los judíos, por su sus ciudadanos, al celador de la Ley, se sacerdocio levítico.
II MACABEOS 4-5 562 563 II MACABEOS 5-6

dorio en favor de su h e r m a n o Lisímaco, Lisímaco los atacaba, cogieron unos pie- ciudadanos, no teniendo en cuenta que el pie, reprimida su audacia p o r los
y Sóstrates fue n o m b r a d o gobernador de dras, otros estacas, y algunos hasta la una feliz jornada contra sus conciudada- azotes. 1 9 Pero no eligió el Señor la n a -
Chipre. ceniza que tenían a mano, y confusamente nos es el mayor infortunio; pensando, ción p o r el lugar, sino el lugar p o r la
30
Entre tanto, los tarsenses y los m a - las arrojaban contra los que rodeaban a por el contrario, que alcanzaba trofeos nación; 20 p 0 r i 0 c u a l aquél h a tenido
lotas se rebelaron p o r haber sido dados Lisímaco. 4 2 Fueron heridos muchos de de enemigos y no de connacionales. 7 M a s que participar de la desdicha del pueblo,
en regalo a Antioquida, concubina del ellos, algunos derribados y todos ahuyen- n o por eso logró adueñarse del poder, y así c o m o después participó en los bene-
rey. 3I A toda prisa partió éste para aquie- t a d o s ; el mismo sacrilego quedó muerto al fin recibió el oprobio como premio de ficios del Señor, y, a b a n d o n a d o a la có-
tarlos, dejando encargado del gobierno junto al gazofilacio. su traición, teniendo que huir de nuevo lera del Omnipotente, de nuevo ha sido
a A n d r ó n i c o , uno de sus dignatarios. 43
A propósito de estos hechos se en- a la tierra de A m m ó n . 8 El fin de su per- restaurado con gran gloria en la recon-
32
Menelao, juzgando la ocasión propicia, tabló juicio contra Menelao. 4 4 Habiendo versa vida fue éste: que, acosado p o r ciliación del altísimo Señor.
arrebató ciertos objetos del templo, que venido el rey a Tiro, tres varones envia- Aretas, rey de los árabes, huyendo de 21 En suma, que Antíoco, habiendo
regaló a Andrónico; otros logró venderlos dos por el senado propusieron ante él la ciudad en ciudad, de todos perseguido, arrebatado del templo mil ochocientos
en Tiro y en las ciudades vecinas. 3 3 Cuan- causa. 4 5 Menelao, viéndose ya perdido, detestado c o m o renegado de su Ley, exe- talentos, a toda prisa se retiró a A n t i o -
d o de esto supo con certeza Onías, que prometió mucho dinero a Tolomeo, hijo crado c o m o verdugo de su patria y de quía, pensando en su orgullo que podría
se hallaba retirado en su lugar de asilo, de Dorimenes, si le ganaba al rey. 4 * Y en sus conciudadanos, fue empujado hasta navegar p o r la tierra y andar por el m a r ,
j u n t o a Dafne, cerca de Antioquía, le efecto, Tolomeo, llevándole aparte hacia Egipto; 9 y el que a tantos había desterra- para vanagloria de su espíritu. 2 2 Todavía
reprendió, 3 4 Por lo cual Menelao, llaman- un peristilo, como para t o m a r el fresco, do de la patria, vino a acabar en tierra dejó prefectos que afligieron a la nación
do aparte a Andrónico, le pidió que ma- hizo m u d a r de sentencia al rey, 4? que extraña, huyendo a Lacedemonia con la en Jerusalén, a un tal Filipo, frigio de
tase a Onías; y aquél, yendo a verle, con absolvió de todos sus crímenes a Menelao, esperanza de lograr u n refugio en gracia nación, más cruel que el mismo que lo
dolo, dándole la m a n o y haciendo jura- autor de toda la maldad, y condenó a del parentesco; 10 y el que a tantos había había puesto, y en Garizim, a A n d r ó -
mento, persuadió a Onías (aunque a éste muerte a aquellos desdichados, que, si dejado sin sepultura, murió sin ser p o r nico. A los cuales hay que añadir Mene-
n o dejaba de serle sospechoso) a que sa- ante los escitas hubieran tenido que de- nadie llorado y privado de sepultura, n o lao, que a todos excedió en maldad con-
liese de su asilo, y al instante le m a t ó , sin fender su causa, habrían sido dados por sólo del sepulcro familiar. tra sus conciudadanos, 2 3 y era el q u e
respeto alguno de la justicia. * inocentes. 4 s Sin tardanza fueron al in- peores sentimientos tenía hacia sus com-
11 Llegados a noticia del rey estos su-
3
5 F u e esto motivo de que no sólo los justo castigo los que habían t o m a d o la patriotas.
cesos, sospechó que la Judea quería re-
judíos, sino también muchos de las otras defensa de la ciudad, del pueblo y de los belarse; y así al volver de Egipto hecho 24
M á s tarde envió todavía Antíoco al
naciones, se indignaran y llevasen muy vasos sagrados. 4 9 Pero hasta los tirios, u n a furia se apoderó de la ciudad por abominable Apolonio, con un ejército de
a mal la inicua muerte de tal varón. horrorizados de la maldad, les hicieron la fuerza de las armas * 12 y ordenó a veintidós mil hombres, con órdenes de
J« Vuelto de Cilicia el Tey, se le presenta- magníficos funerales. 5* Entretanto, M e - los soldados herir sin piedad a los que degollar a t o d o s los adultos y vender a
ron los judíos de Antioquía y muchos de nelao permanecía en el poder p o r la ava- les salieran al encuentro y degollar a los las mujeres y a los niños. * 2 5 Llegó
los griegos, que asimismo aborrecían la ricia de los gobernantes, y progresaba en que subiesen sobre las casas. I 3 Así fue- éste a Jerusalén simulando paz y hasta
maldad, para hablarle de la muerte injusta maldad, convertido en feroz perseguidor r o n muertos jóvenes y viejos, fenecieron el día santo del sábado se estuvo quieto.
de Onias. 3 7 Cordialmente se entristeció de sus conciudadanos. hombres y mujeres y niños, y fueron de- Entonces, mientras los judíos estaban en
Antíoco, y movido de compasión, derra- gollados doncellas y niños de p e c h o . 1 4 En fiesta, dio órdenes a sus soldados de h a -
m ó lágrimas, recordando la discreción y tres días enteros que duró, perecieron cer ejercicios, 26 y m a t ó a todos cuantos
gran modestia de Onías; 3& e indignado, al
instante despojó a Andrónico del manto
5 1 Por este tiempo preparó Antíoco
su segunda expedición contra Egip- ochenta mil personas; cuarenta mil ca- salieron a contemplarlos, e invadiendo
yeron asesinadas y otras tantas fueron luego la ciudad, dio muerte a una gran
t o ; * 2 y por espacio de casi cuarenta días,
de púrpura e hizo que, desgarrados los p o r toda la ciudad aparecieron en el aire vendidas por esclavos. 15 N o satisfecho muchedumbre. 2 7 Pero Judas Macabeo,
vestidos, le pasearan p o r toda la ciudad carreras de jinetes vestidos con túnicas con esto, se atrevió a entrar en el tem- con otros nueve, se retiró al desierto, y
hasta el sitio mismo en que había impía- doradas, a r m a d o s de lanzas, a semejanza plo, el m á s santo de t o d a la tierra, sien- con los suyos vivía a manera de las
mente asesinado a Onías. Allí fue ejecu- de cohortes, * 3 y escuadrones de caballos do su guía el traidor a la religión y a fieras en los montes, alimentándose d e
tado aquel criminal, dándole el Señor su en orden de batalla, ataques y cargas de la patria Menelao. 16 Con sus impuras hierbas p o r no contaminarse.
merecido. una y otra parte, movimiento de escudos, m a n o s t o m ó los vasos sagrados y arre-
39
Muchos fueron los robos sacrilegos multitud de lanzas, espadas desenvaina- bató los dones que por otros reyes ha- L a p e r s e c u c i ó n religiosa
c o m e t i d o s en Jerusalén p o r L i s i m a c o , das, lanzamiento de dardos, brillar de bían sido ofrecidos para realzar la glo- 1
N o mucho tiempo después m a n d ó
aconsejado de M e n e l a o ; tantos que, di-
fundida la fama, se amotinó el pueblo
armaduras de oro y corazas de todo gé-
nero. 4 Por lo cual todos rogaban que
ria y la dignidad del lugar, entregándose
a m a n o s impuras.
6 el rey a u n anciano ateniense p a r a
que obligara a los judíos a dejar la reli-
contra Lisímaco, pero cuando ya muchos tales apariciones fuesen buen presagio. 17 Llena el alma de orgullo, Antíoco gión de sus padres, prohibiéndoles vivir
objetos de oro habían desaparecido. •*<> Ex- 5
Difundido el r u m o r de que Antíoco n o veía que p o r los pecados de los m o - según las leyes de D i o s ; * 2 y con orden
citada la muchedumbre e inflamada en había muerto, t o m ó Jasón no menos de radores de la ciudad el Señor se había de que profanara el templo de Jerusalén
cólera, a r m ó Lisímaco unos tres mil hom- mil hombres y atacó de improviso a la p o r breve tiempo irritado y que por esto y lo dedicara a Júpiter Olímpico, y el
bres y comenzaron a obrar desaforada- ciudad. A u n q u e los moradores corrieron había ocurrido aquel desacato hacia el de Garizim, según la condición de los
mente. Era su jefe un cierto Tirano, no a los muros, la ciudad fue tomada, y M e - lugar. i g S i no hubiese sido p o r estar moradores del lugar, a Júpiter Hospita-
menos avanzado en años que en cruelda- nelao se refugió en la acrópolis. * « Jasón ellos cargados de tantos pecados, igual lario. 3 Grave e insoportable era para la
des. 4 1 C u a n d o se dieron cuenta de que hizo sin piedad gran matanza en sus con- que Heliodoro, el enviado del rey Se- muchedumbre el progreso de la m a l d a d ;
leuco, p a r a apoderarse del tesoro, hu- 4
34
Sucedía la llorada muerte de Onías en 171 a. C. Este Onías, ungido del Señor, como sumo biera éste sentido, en cuanto allí puso porque el templo era teatro de liberti-
sacerdote, y además digno del elogio que de él hace el autor, es el mismo de quien nos habla Daniel naje y orgías de los gentiles, que se s o -
en 9,26. castigo de sus crímenes tuvo que expatriarse, y murió, con el sello de la maldición divina, en el des-
C 1 Esta segunda expedición de Antíoco IV contra el Egipto tuvo lugar en 168. Los romanos tierro.
11
** le obligaron a levantar el cerco de Alejandría y a retirarse a su reino, y él vino a desahogar su Antíoco fue llamado por los griegos el «furioso», Epimanes, en vez de Epifanes- Aquí se nos
mal2humor contra los judíos. descubre
24
cómo sus arrebatos de furor estallaban contra los judíos.
El autor sagrado ya desde el prólogo nos habla de estas visiones como contadas por Jasón. Este Apolonio es el mismo de quien nos habla 1 Mac 3,10.
Eran un elemento de la retórica griega para anunciar grande» calamidades sobre los pueblos. Tam-
bién Josefo habla de ellas como presagios de la ruina de Jerusalén por Tito. C ! Este es el gran crimen de Antíoco, del que nos habla con tan hondo sentimiento el profeta
5
Jasón, suplantado por Menelao, al oír hablar de la muerte del rey, se alza en rebeldía. En justo " Daniel (7,23 ss.; 8,23 ss.; 9,26 s.; 11,30 ss.).
II MACABEOS 6-7 564 565 II MACABEOS 7
17
lazaban allí con las meretrices y en los afrentosa vida, iba de su propia volun- quería forzar a comer carnes de puerco Dios. Aguarda un poco y experimen-
atrios sagrados tenían comercio con las tad al suplicio, 20 y la escupía, como han prohibidas y por negarse a comerlas fue- tarás su gran poder y verás cómo te
mujeres, llenándolo todo de inmundicias. de hacer los que tienen valor para re- ron azotados con zurriagos y nervios de atormentará a ti y a tu descendencia».
5 18
El altar mismo estaba lleno de cosas chazar de sí cuanto no es lícito comer toro. * 2 Uno de ellos, tomando la pala- Después trajeron al sexto, que, es-
indecentes, execradas por la Ley. 6 No por amor a la vida. 2I Los que presidían bra, habló así: «¿A qué preguntas? ¿Qué tando ya para morir, dijo: «No te hagas
se observaban los sábados, ni se guarda- el inicuo sacrificio, por la amistad que quieres saber de nosotros? Estamos pron- ilusiones; por nuestras culpas padecemos
ban las fiestas patrias,7 ni siquiera podía de antiguo tenían con aquel varón, to- tos a morir 3antes que traspasar las pa- esto; por haber pecado contra nuestro
uno declararse judío. Al contrario, con mándole aparte, le exhortaban a traer trias leyes». Irritado el rey, ordenó po- Dios han sucedido entre nosotros cosas
inexorable violencia eran arrastrados a cosas de las permitidas, preparadas por ner al fuego sartenes y4 calderos. Cuando tan tremendas. w Pero tú no creas que
celebrar cada mes el natalicio del rey y él, para simular que había comido las comenzaron a hervir, dio orden de cor- quedarás impune por haber osado luchar
a participar en los sacrificios, y cuando sacrificadas, según mandato de] rey. * tar la lengua al que había hablado, y de contra Dios».
se celebraban las fiestas de Dionisio, eran 22 Haciendo asi se libraría de la muerte, arrancarle el cuero cabelludo, a modo 20
Admirable sobre toda ponderación y
forzados los judíos a tomar parte en las y por la antigua amistad hacían con él de los escitas, y cortarle manos y pies digna de eterna memoria se mostró la
procesiones coronados de hiedra. este acto de humanidad. ¿} Pero él, ele- a la vista de los otros hermanos y de su madre, que, viendo morir en un solo día
8
Por sugestión de los tolemenses se vándose a más altas consideraciones, dig- madre. 5 Mutilado de todos sus miem- a sus siete hijos, lo soportaba animosa
publicó un edicto en las ciudades griegas nas de su edad, de la nobleza de su vejez, bros, mandó el rey acercarle al fuego y, por la esperanza que tenía en Dios; 2I y
inmediatas para obrar de igual modo de su bien ganada y respetada canicie y vivo aún, freírle en la sartén. Mientras en su patria lengua los exhortaba llena
con los judíos, obligándolos a partici- de la ejemplar vida que desde niño ha- el vapor de ésta llegaba bastante lejos, de generosos sentimientos; y dando 22fuer-
par en los sacrificios ' y condenando a bía llevado, digna en todo de las leyes los otros, con la madre, se exhortaban a za varonil a sus palabras de mujer, les
muerte a los que no consintiesen en aco- santas establecidas por Dios, respondió morir generosamente, 6 diciendo: «El Se- decía: «Yo no sé cómo habéis aparecido
modarse a las costumbres gentílicas. Era diciendo que cuanto antes le enviasen al ñor Dios nuestro nos mira y tendrá com- en mi seno; no os he dado yo el aliento
24
de ver qué excesos de desolación tuvieron Ades; que era indigno de su anciani- pasión de nosotros, como lo dice Moisés de vida ni compuse vuestros miembros.
en el cántico de protesta contra Israel: 23
entonces lugar. Dos mujeres fueron de- dad simular, no fuera que pudiesen lue-
10 El creador del universo, autor del na-
latadas por haber circuncidado a sus hi- go decir los jóvenes que Eleazar, a sus «Tendrá piedad de sus siervos». cimiento del hombre y hacedor de las
jos, y, con los niños colgados de los pe- noventa años, se había paganizado con 7
Muerto de esta manera el primero, cosas todas, ése misericordiosamente os
chos, las pasearon por la ciudad Hy luego los extranjeros. tomaron al segundo para atormentarle. devolverá la vida si ahora por amor de
las precipitaron de las murallas. Otros 25
Y arrancando el cuero cabelludo, le pre- sus santas leyes la despreciáis». *
«Mi simulación—dijo—por amor de
que se habían reunido en próximas ca- esta corta y perecedera vida los induciría guntaron si estaba dispuesto a comer an- 24
Antíoco, a pesar de creer que se
vernas para celebrar ocultos el día sép- a error y echaría sobre mi vejez una afren- tes de ser atormentado en su cuerpo miem- burlaba de él y de sospechar que con
timo, denunciados a Filipo, fueron en- ta y un oprobio; 2<> pues aunque al pre- bro por miembro, s El, en su propia len- sus palabras le insultaba, todavía al más
tregados a las llamas. Ni pensaron en sente lograra librarme de los castigos hu- gua, respondió: «¡No!» Por lo cual en joven que quedaba, no sólo de palabra
defenderse, por el sumo respeto hacia manos, de las manos del Omnipotente seguida se le 9dio el mismo tormento que le exhortaba, sino que hasta con jura-
el día santo. no escaparé ni en vida ni en muerte. al primero. Estando para exhalar el mento le prometía, si dejaba las leyes
27
12
Por esto ruego a aquellos a cuyas Por lo cual animosamente entregaré Ja postrer aliento, dijo: «Tú, criminal, nos patrias, enriquecerle y hacerle dichoso,
manos venga a parar este libro que no vida y28 me mostraré digno de mi anciani- privas de la vida presente; pero el Rey tenerle por amigo y darle un honroso
se escandalicen de estos desdichados su- dad, dejando a los jóvenes un ejem- del universo nos resucitará a los que mo- empleo. 25 Mas como el joven no le pres-
cesos ni piensen que para ruina y no plo noble, para morir valiente y genero- rimos por sus leyes a una vida eterna», tase atención alguna, llamó el rey a la
para corrección de 13nuestro linaje suce- samente por nuestras venerables y santas 10
Después, el tercero fue expuesto a madre y la mandó26que diese al niño
dieron tales cosas. * Que no dejar mu- leyes». Diciendo esto, tomó el camino los insultos; y mandándole sacar la len- consejos saludables. Como insistiese él
cho tiempo impunes a los pecadores, sino del suplicio, »conducido por aquellos gua, luego al punto la sacó H y animo- mucho en ello, prometióle ella persuadir-
aplicarles luego el castigo, es gran bene- mismos que poco antes se mostraban samente extendió las manos, diciendo: le; 2 7 e inclinándose hacia el niño, bur-
ficio. i 4 El Señor aguanta con paciencia humanos para con él, pero que ahora, «Del cielo tenemos estos miembros, que lándose del cruel tirano, en lengua patria
a las otras naciones para castigarlas enfurecidos a causa de las palabras pro- por amor de sus leyes yo desdeño, espe- le dijo así: «Hijo, ten compasión de mí,
cuando han ISllenado la medida de sus feridas, le azotaban, teniéndole por insen- rando recibirlos otra vez de El», i 2 Tanto que por nueve meses te llevé en mi seno,
iniquidades. Mas no obra así con nos- sato. 3° Estando para morir de los azo- el rey como los que con él estaban se que por tres años te amamanté, que te
otros, que sólo cuando hayamos llegado tes, exhaló un gemido y dijo: «El Señor maravillaron del animoso joven, que en crié, te eduqué y te alimenté hasta ahora.
28
al colmo de nuestros pecados ejerce la santísimo ve bien que, pudiendo librar- nada temía los tormentos. Ruégote, hijo, que mires al cielo y a
venganza. 1S Nunca apartará su miseri- me de la muerte, doy mi cuerpo a los la tierra y veas cuanto hay en ellos y en-
13 Muerto éste, sometieron al cuarto a tiendas que de la nada lo hizo todo
cordia de nosotros; y corrigiendo a su crueles azotes; pero mi alma los 3 sufre las mismas torturas; 1 4 y estando para
pueblo con la adversidad, no le abando- gozosa por el temor de Dios». i Así Dios y todo el humano linaje ha venido
morir, dijo así: «Más vale morir a manos de igual modo. 2 9 N o temas a este ver-
na. 17 Sólo para memoria hemos dicho acabó la vida, dejando con su muerte, de los hombres, poniendo en Dios la es-
esto. Ahora prosigamos nuestra narra- no sólo a los jóvenes, sino a todos los dugo, antes muéstrate digno de tus her-
de su nación, un ejemplo de nobleza y peranza de ser de nuevo resucitado por manos y recibe la muerte para que en
ción. El. Pero tú no resucitarás para la vida».
una memoria de virtud. 15 el día de la misericordia me seas devuelto
Muerte de Eleazar En seguida trajeron al quinto, que mien- con ellos».
tras le atormentaban, puestos los ojos en
18
A Eleazar, uno de los primeros doc- Martirio de los siete hermanos con el rey, 16 le dijo: «Tú, aunque mortal, 30
Estando aún explicándole esto, dijo
tores, varón de avanzada edad y noble su madre por tener poder sobre los hombres, ha- el joven: «¿Qué esperas? No obedezco
aspecto, abriéndole la boca, querían for- 1
Es muy digno de memoria lo ocu- ces lo que quieres; pero no pienses que el decreto del rey, sino los mandamientos
zarle a comer carne de puerco. Pero 19
7
rrido a siete hermanos que con su
él, prefiriendo una muerte gloriosa a una | madre fueron presos y a quienes el rey
nuestro linaje haya sido abandonado de de la Ley dada a nuestros padres por
y 1 Este capítulo, en que tan alta se revela la fidelidad a la Ley por parte de los jóvenes Maca-
12
Es de notar esta observación del autor. ¿Cómo consentía Dios tales profanaciones de su san- * beos y de su madre, es el presagio de tantos martirios como en la historia de la Iglesia sufrieron
tuario y tales iniquidades contra su pueblo? Para corregir y purificar a éste y nacerle digno de ma- los fieles
23
de Cristo. Es de notar la viva fe en la resurrección, que tanto los alienta.
yor misericordia. En este versículo tenemos la plena explicación de las primeras palabras de la Biblia, conver-
21
Hermoso cuadro el de la pasión de este mártir de la Ley antigua, bien superior a Sócrates tidas en fundamento de esperanza: el Dios que nos creó de la nada, ese mismo nos devolverá la vida
y comparable a los mártires de la Ley de gracia. que entregamos por amor de sus santas leyes.
n MACABEOS 7-8 566 567 II MACABEOS 8-9
Moisés. 3] Tú, inventor de toda maldad tropa, se hizo irresistible a los gentiles, a la memoria las ayudas prestadas a sus 33
Mientras celebraban sus victorias en
contra los hebreos, no escaparás a las volviendo el Señor su cólera en miseri- padres, los de Senaquerib, en que cien- la capital de la patria, los que habían
manos de Dios. * 32 Nosotros por nues- cordia. 6 Llegando de improviso a las to ochenta y cinco mil hombres perecie-
tros pecados padecemos; 33 y si nuestro ciudades y aldeas, las incendiaba; y ocu- incendiado las puertas sagradas, Calíste-
Señor, que es el Dios vivo, se irrita por pando posiciones convenientes, triunfaba ron, 20 y la batalla dada en Babilonia nes y otros más se refugiaron en una
un momento para nuestra corrección, de y ponía en huida a no pocos enemigos. contra los gálatas, en la que, entrando casita, a la que aquéllos pusieron fuego,
nuevo se reconciliará con sus siervos; 7
Sobre todo aprovechaba la noche, como en lucha ocho mil judíos y cuatro mil recibiendo 3 4así éstos el merecido de su
34
pero tú, impio, el más criminal de los más acomodada para tales incursiones, y macedonios, y hallándose en grave aprie- impiedad. Y el muy criminal Nicanor,
hombres, no te engrías neciamente y, or- por todas partes se difundía la fama de to, los ocho mil derrotaron a un ejército que había traído a miles de mercaderes
gulloso y vanamente confiado, te encien- su valor. de ciento veinte mil gracias al auxilio del para la venta de los judíos, 35 con la
das contra sus siervos; 3 ' n o estás aún 8 cielo, logrando2 de aquella victoria gran- ayuda de Dios quedó humillado por los
Viendo Filipo cuánto había progresa- des ventajas. ' Con estos discursos los que despreció y, despojado de sus ricas
libre del juicio del Dios omnipotente, do aquél en poco tiempo y cómo iban alentó y estaban prontos a morir por las
que todo lo ve. 36 Mis hermanos, des- creciendo sus éxitos, escribió a Tolomeo, leyes y por la patria.
vestiduras, a través de los campos, como
pués de soportado un breve tormento, general de la Celesiria y la Fenicia, para 22
esclavo fugitivo, llegó solo a Antioquía,
beben el agua de la vida eterna en vir- que viniese en apoyo de los negocios del Dividiendo su ejército en cuatro cuer- hondamente acongojado por la pérdida
tud de la alianza de Dios; pero tú pa- rey. ' Este llamó al instante a Nicanor, pos, puso al frente de tres de ellos a sus de su ejército. 36 Y el que había tomado
garás en el juicio divino las justas penas hijo de Patroclo, uno de sus más fieles, hermanos Simón, Juan y Jonatán, asig- a su cargo reunir de la venta de los ju-
de tu soberbia. 37 Yo, como mis herma- y le mandó a Judea, poniendo bajo su nando a cada uno mil quinientos hom- díos en Jerusalén el tributo para los ro-
nos, entrego mi cuerpo y mi vida por las mando no menos de veinte mil hombres bres. 23 A Eleazar le mandó leer el libro manos, se hacía pregonero de que los
leyes patrias, pidiendo a Dios que pron- de todas las naciones, con el encargo de sagrado; dioles por santo y seña: «Auxi- judíos tenían un Dios que luchaba por
to se muestre propicio a su pueblo y que destruir todo el linaje de los judíos. Tam- lio de Dios»; y tomando bajo su mando ellos y los hacía invulnerables, porque se-
tú, a fuerza de torturas y 38azotes, confie- bién se le agregó Gorgias, general muy el primer cuerpo, cargó sobre Nicanor. guían las leyes dadas por El.
ses que sólo El es Dios. En mí y en 24
experimentado en las cosas de la guerra. Gracias a la ayuda del Omnipotente,
mis hermanos se aplacará la cólera del 10
Se proponía Nicanor proporcionar al mataron más de nueve mil hombres, des- Fin de Antfoco Epifanes
Omnipotente, que con encendida justi- rey, de la venta de los judíos cautivos, trozaron la mayor parte del ejército de 1 Acaeció por aquel tiempo que An-
cia39vino a caer sobre toda nuestra raza».
Furioso, el rey se ensañó contra éste
dos mil talentos, queu debían a los roma- Nicanor, obligando a los restantes a huir. 9 tíoco hubo de retirarse en desorden
nos como tributo, y así envió a las 25
Se apoderaron, además, de todo el di- de Persia. • 2 Había entrado en Persépolis
más cruelmente que contra los otros, lle- ciudades de la costa invitaciones para nero de los que habían venido con el con el propósito de saquear el templo y
vando muy a mal la burla que de él ha- que viniesen a comprar esclavos judíos, propósito de comprarlos. Después, 26ha- apoderarse de la ciudad. Pero, alborotada
cía. 4<> Así murió limpio de toda conta- prometiendo darles noventa esclavos por biéndolos perseguido largo trecho, se la muchedumbre, corrió a las armas, obli-
minación, enteramente confiado en el Se- talento. No presentía la venganza que volvieron obligados por la hora, pues era gándole a huir, y, puesto en fuga por los
ñor. 41 La última en morir fue la madre. el 12Omnipotente iba a descargar sobre él. víspera del sábado, y por eso no conti- naturales, hubo de3 emprender una reti-
42 Y esto baste a propósito de los sacri- En cuanto llegó a oídos de Judas nuaron la persecución. rada vergonzosa. Hallándose cerca de
ficios y de los martirios extraordinarios. que Nicanor se había puesto en marcha, 27
Recogidas las armas de los enemi- Ecbatana, recibió noticia de las derrotas
informó a los suyos de la venida de aquel gos y los despojos, celebraron el sábado, sufridas por Nicanor y Timoteo, 4 y, en-
ejército. *3 Unos, acobardados y sin fe bendiciendo de todo corazón al Señor y cendido en cólera, meditaba vengar en
en la venganza divina, se dieron a la dándole gracias por haberlos en aquel día los judíos la injuria de los que le habían
SEGUNDA P A R T E huida, yéndose a otros lugares. 14 Otros librado, haciéndoles experimentar las pri- puesto en fuga. Con esto dio orden al
vendían cuanto les quedaba, rogando al micias de su misericordia. 28 Pasado el conductor de su coche de avanzar sin
HISTORIA DE JUDAS MACABEO Señor los librara del impío Nicanor, que sábado, repartieron el botín con los que interrupción, apresurando la marcha,
(8-15) los había vendido antes de caer en sus habían sufrido persecución, con las viu- cuando se cernía ya sobre él el juicio di-
manos, u si no por ellos, siquiera por das y los huérfanos; el resto se Mlo dis- vino. Pues en su orgullo había dicho:
P r i m e r a s victorias de Judas M a c a b e o la alianza hecha con sus padres y por tribuyeron entre ellos y sus hijos. Aca- «En cuanto llegue allí haré de Jerusalén
1
su venerando y excelso nombre, que ellos bado esto, todos a una hicieron oración, un5 cementerio de judíos».
Entre tanto, Judas Macabeo y los llevaban.
8 suyos, entrando secretamente en las
pidiendo al Señor misericordioso se re-
conciliase plenamente con sus siervos.
Pero el Señor, Dios de Israel, que todo
lo ve, le hirió con una llaga incurable e
aldeas, invitaban a sus parientes y a los i* Juntando el Macabeo su gente, en 3
que habían permanecido fieles al judais- número de seis mil, los exhortó a no <> En combates con las tropas de Ti- invisible. Apenas había terminado de ha-
mo, y se les incorporaban, llegando a acobardarse ante el enemigo ni tener mie- moteo y Báquides mataron más de veinte blar se apoderaron de él intolerable do-
juntar hasta seis mil hombres; * 2 e in- do de la muchedumbre de los gentiles mil de ellos y valientemente se apodera- lor de entrañas y agudos tormentos inte-
vocaban al Señor para que mirase por que injustamente venían contra ellos, sino ron de altas fortalezas y se hicieron due- riores, 6 y muy justamente, puesto que
su pueblo, de todos conculcado; tuviese a combatir valientemente, i? teniendo ante ños de muchos despojos, compartiéndolos había atormentado con muchas y 7extra-
piedad del templo, profanado por impíos; los ojos el ultraje inferido por aquéllos con los perseguidos, los huérfanos, las ñas .torturas las entrañas de otros. Mas
3
se compadeciese de la ciudad, devasta- al lugar santo, la opresión de la ciudad viudas y los ancianos. 31 Las armas, re- no por eso desistió de su fiereza; lleno
da y casi enteramente arrasada; escucha- escarnecida y la disolución de las insti- cogidas cuidadosamente, las depositaron de orgullo y respirando fuego contra los
se los torrentes de sangre que a El cla- tuciones patrias. 18 Ellos, decía, vienen en sitios convenientes, y el resto de los judíos, dio orden de acelerar la marcha.
maban; 4 s e acordase de la inicua muer- confiados en sus armas y en su valor; despojos lo llevaron a Jerusalén. 32 Al Mas sucedió que, en medio del ímpetu
te de niños inocentes y de las blasfemias nosotros ponemos la confianza en el Dios filarca de los que venían con Timoteo le con que el coche se movía, cayó de él
proferidas contra su nombre y mostra- omnipotente, que puede con un solo ade- quitaron la vida por ser hombre impiisi- Antíoco, y con tan desgraciada caida, que
se 5 su ira contra los malvados. mán derribar a los que vienen contra mo, que había afligido mucho a los ju- todos los miembros de su cuerpo queda-
Puesto el Macabeo al frente de su nosotros y al mundo entero. 19 Y trajo díos. ron magullados. 8 El que con sobrehuma-
31
Q * En este capítulo tenemos el tercer relato de la muerte de Antíoco IV (cf. 1 Mac 6,l-r6;
Los mártires padecen por los pecados del pueblo y con la esperanza de la resurrección, pero •* 2 Mac l,lo-r7). Todos tres convienen en la substancia: en que murió miserablemente, herido
a Antfoco le aguarda la severa justicia de Dios. por el rayo de Dios, en su expedición al interior de Asia en butca de tesoros. Las diferencias que
en los detalles se notan provienen de los diversos aspectos de los acontecimientos narrados por di-
8 Las victorias narradas en este capitulo corresponden a las que se cuentan en Mac 3-4. versos autores, de hechos que seguramente las crónicas oficiales procurarían ocultar en lo que im-
plicaba desdoro. Antíoco murió en 164 a. C.
II MACAHKOH 9 - 1 0 568 569 II MACABEOS 10
na arrogancia se imaginaba dominar so- fermedad, 23 y teniendo en cuenta que tirsos, ramos verdes y palmas, cantaban derándose luego de las dos torres. 23 Dio
bre las olas del mar y pensaba poner en también mi padre, al partir en campaña himnos al que los había favorecido hasta feliz término a esta empresa matando a
balanza la altura de los montes, ahora, hacia las altas provincias, designó sucesor, purificar su templo. 8 Y de común acuer- más de veinte mil en las dos fortalezas.
caído en tierra, era llevado en una litera, 24 a fin de que, si algo inesperado le ocu- do dieron decreto a toda la nación judia 24
Timoteo, el que antes habia sido ven-
poniendo de manifiesto ante todos el po- rría o les tlegaban noticias desagradables, de celebrar cada año las mismas fiestas. cido por los judíos, juntó numerosa fuerza
der de Dios, 9 hasta el punto de manar no se inquietasen sus subditos,25sabiendo mercenaria; y reunida la caballería de
gusanos el cuerpo del impío y, vivo aún, a quién pertenecía el gobierno. Pensan- D e r r o t a de Gorgias y de T i m o t e o Asia en buen número, vino con el propó-
entre atroces dolores, caérsele las carnes do, además, que los príncipes limítrofes sito de hacer la Judea presa de guerra.
a pedazos, apestando con su hedor al y vecinos del reino acechan la ocasión 9
Tal fue el fin de Antíoco, apellidado 25
Al acercarse las tropas del Macabeo se
ejército. 10 Y al que poco antes parecía en espera de sucesos, he designado por Epifanes. 10 Ahora contaremos los suce- volvieron a Dios en la oración; y cu-
coger el cielo con sus manos, nadie ahora rey a mi hijo Antíoco, a quien muchas sos de Antíoco Eupator, hijo del impío, bierta de polvo 26la cabeza y ceñidos de
le 11quería llevar, por la intolerable fetidez. veces ya, recorriendo las satrapías supe- compendiando las calamitosas guerras. * saco los lomos, se postraron al pie del
Herido asi, comenzó a deponer su riores, recomendé a muchos de vosotros, 11
Así que se hizo cargo del reino, puso altar, rogando a Dios se les mostrase pro-
excesivo orgullo y a entrar dentro de sí y a él mismo le he escrito la carta que va al frente del gobierno a un cierto Lisias, picio a ellos y hostil a sus enemigos, opo-
mismo, azotado por Dios con punzantes a continuación. general en jefe de la Celesiria y la Fenicia. niéndose a los adversarios según las pro-
dolores. 12 No pudiendo él mismo sopor- 26
12 Tolomeo, llamado Macrón, que se ha-
tar su hedor, dijo: «Justo es someterse niendo Así, pues, os pido y ruego que, te- mesas de la Ley. 27 Terminada la oración,
a Dios y que el mortal no pretenda en en cuenta el bien común y el pri- bía distinguido por su amor a la justicia empuñaron las armas, salieron de la ciu-
su orgullo igualarse a El». 13 Y oraba yvado, conservéis vuestra lealtad hacia mí
hacia mi hijo, 27 persuadido de que,
en el trato con los judíos, reparando las
iniquidades que con ellos se habían co-
dad, e hicieron alto cuando estuvieron
el malvado al Señor, de quien no 14había siguiendo cerca
28
del enemigo.
de alcanzar misericordia, y decía que intenciones, se entenderá humanidad
con blandura y mis
con vosotros».
metido, procuraba tratarlos amigablemen-
te. 13 Mas por esto fue denunciado por
Antes que del todo amaneciera vi-
la ciudad santa, a la que antes a toda pri- 28 Así aquel homicida y blasfemo, nieron a las manos. Los unos tenían como
sa quería llegar para arrasarla y conver- de horribles sufrimientos, acabó su presa los cortesanos ante Eupator. y a cada ins- prenda de feliz éxito y de victoria, a más
tirla en un cementerio, la reedificaría y en tierra extranjera, sobre los montes, vida con
tante tenía que oír que le tachaban de
traidor; pues habiendo dejado Chipre,
de su valor, el recurso a su Dios; los otros
la declararía libre; 15 que a los judíos, a una muerte miserable, como la que él a que Filometor le había confiado, se había
iban al combate llevados de su pasión.
29
quienes antes no tenía por dignos de tantos 29 En lo más duro de la pelea se les apa-
había dado. Transportó
sepultura y cuyos hijos había de arrojar po Filipo, su hermano de leche, que, te- su cuer- pasado al bando de Antíoco Epifanes. recieron en el cielo a los adversarios cinco
en pasto a las fieras, los6 igualaría en miendo a Antíoco, el hijo, huyó a Egipto, Desesperado, viendo que no podía desem- varones resplandecientes, montados en ca-
todo con los atenienses; i que el tem- a Tolomeo Filometor. * peñar honrosamente su cargo, se enve- ballos con frenos de oro, que, poniéndose
plo santo, por él saqueado, lo enriquece- nenó. a la cabeza de los judíos 30 y tomando en
14
ría de los más preciosos dones y devol- Por entonces Gorgias, nombrado ge- medio dos de ellos al Macabeo, le prote-
vería multiplicados todos los vasos sa- L a restauración del culto neral de aquellas provincias, mantenía gían con sus armas, le guardaban incólu-
grados; que los gastos tocantes a los sa- •I A i El Macabeo y los suyos, con la tropas mercenarias y15con frecuencia hos- me y lanzaban flechas y rayos contra el
crificios, de sus propias rentas los sumi- *•" ayuda del Seflor,2 lograron ocupar tigaba a los judíos. Al mismo tiempo enemigo, que, herido de ceguera y espan-
nistraría; 17 finalmente, que él mismo se el templo y la ciudad. * Destruyeron las que él, los idumeos, dueños de fortalezas to, caía. 31 Mataron veinte mil32quinientos,
haría judío y recorrería toda la tierra aras alzadas por los extranjeros3
en las bien situadas, molestaban a los judíos, y de los jinetes, seiscientos. El mismo
habitada para pregonar el poder de Dios. plazas y los santuarios. Después de dos y acogiendo a los huidos de 16Jerusalén, Timoteo huyó a la fortaleza llamada Ga-
18 Mas como en ningún modo cesaban arlos de interrupción, purificado el tem- procuraban fomentar la guerra. Las tro- zer, plaza muy guarnecida, donde man-
sus tormentos, porque el justo juicio de plo, erigieron otro altar, y con fuego saca- pas del Macabeo, después de hacer ora- daba Quereas.
Dios había descargado sobre él, desespe- do de pedernales ofrecieron sacrificios; ción y pedir a Dios que viniese en su 33
Las fuerzas del Macabeo, llenas de
ranzado de su salud, escribió a los judíos encendieron de nuevo las luces, quema- ayuda, acometieron las fortalezas de los ardor, atacaron durante cuatro días la
una carta en forma de súplica del tenor ron el incienso y 4presentaron los panes idumeos; i ' y atacándolas con vigor, se fortaleza. 34 Los de dentro, confiados en
siguiente: i ' « A los honrados ciudadanos de la proposición. Hecho esto, rogaban hicieron dueños de las plazas, rechazaron la fuerza del lugar, los ultrajaban sin ce-
judíos, mucha salud, dicha y bienestar, al Señor, postrados en tierra, que no vol- a cuantos sobre los muros combatían, sar y proferían palabras impías y jactan-
el rey y general Antíoco. 2<> Puesta en el vieran a caer en semejantes males, sino degollaron a cuantos cayeron en sus ma- ciosas contra los asediantes. 35 Pero al
cielo mi esperanza, me alegraría mucho que, si volvían a pecar alguna vez, El nos y dieron muerte a no menos de veinte
de que gocéis de mucha salud vosotros y mismo los corrigiese con blandura y no mil hombres. amanecer el quinto día, veinte jóvenes
vuestros hijos y de que todos vuestros los entregase a los blasfemos y bárbaros 18
de los que seguían al Macabeo, encen-
negocios os salgan a deseo. 21 En cuanto gentiles. s El mismo día en que el templo Habiéndose refugiado unos nueve mil didos sus ánimos por las blasfemias, se
a mí, postrado sin fuerzas en el lecho, había sido por los extranjeros profanado en dos torres muy fuertes y bien abaste- lanzaron valerosamente a la muralla y
recuerdo las pruebas de honor y benevo- ese mismo fue purificado, el día veinti- cidas para resistir un largo asedio, 19 el la escalaron con ánimo viril, matando a
lencia que con amor me habéis dado. cinco del mes de Casleu. « Con gran re- Macabeo dejó, para mantener el cerco, a cuantos se oponían. }6 Y otros tras ellos
Volviendo de Persia he caído en una en- gocijo celebraron por ocho días la fiesta, Simón, a José y a Zaqueo, con bastante la escalaron igualmente en medio del des-
fermedad muy molesta y he creído conve- al modo de la fiesta de los Tabernáculos, gente, y él se dedicó a luchar donde más orden de los asediados, y poniendo fuego
niente pensar en la seguridad común; recordando cómo poco tiempo hacía hu- urgencia había. 20 Los de Simón, llevados a las torres y a las puertas, encendieron
22
no desesperando de mi estado, antes bieron de pasar la fiesta de los Tabernácu- de la avaricia, se dejaron comprar con hogueras, 37 en que quemaron vivos a los
confiando mucho que saldré de mi en- los en los montes y en las cavernas, a dinero por algunos de los que en las to- blasfemos. Francas las puertas, penetró
rres estaban, recibiendo setenta mil drac- el resto del ejército, se apoderó de la ciu-
modo de fieras. * 7 Por lo cual, llevando mas por dejarlos escapar. 2l Sabido esto dad, dando muerte a Timoteo, que se ha-
por el Macabeo, reunió a los jefes del pue- bía escondido en una cisterna; a su her-
29
El libro primero nos declara mejor el sentido de este versículo. Filipo, nombrado regente blo y los acusó de haber vendido a sus mano Quereas y a Apolofanes. 38 Reali-
del reino, se halló frente a Lisias, que desempeñaba ya el mismo oficio y que le forzó a huir a Egipto. hermanos,
22
dejando huir a sus enemigos, zada esta hazaña, con himnos y alabanzas
Antíoco IV murió el año 164 en Tabae, cerca de Ispahán, según los historiadores clásicos, con y como traidores los hizo matar, apo-
maniñestas señales de la venganza de los dioses, cuyos templos había saqueado o intentado saquear.
10
•I A * Fortalecido Judas con las pasadas victorias, se dirige a Jerusalén para purificar el templo Las acciones de guerra contenidas en el resto de este capítulo corresponden en parte a la
' " y restaurar el culto divino (cf. 1 Mac 4,36 ss.). narración más extensa de 1 Mac 5. Con ellas responde Judas a los ataques de los pueblos vecinos
6 contra los judíos.
Esta que aquí llama de los Tabernáculos es la de la Dedicación, en invierno.
II MÁCASEOS 10-11 570 571 n MACABROS 11-12
bendecían al Señor, qua tan grandes «osas ticiones de los judíos, fue otorgado por deber someter al rey, enviad luego alguno deada de foso y murallas altas, poblada
hacia por Israel, dándolas te.* ajraa vie- «1 rey. l é La carta da Lisias a los judíos con instrucciones precisas, a fin de que por gentes de todas las naciones, que se
toria. era «leí tenor siguiente: nosotros le apoyemos según vuestra con- llamaba Caspín. 14 Los de dentro, con-
«Lijiai, al pueblo judío, salud. 17 Juan veniencia. Nosotros nos dirigimos a An- fiados en la fortaleza de los muros y en
Nueva expedición de Lisia». Pax con y Abeialom, vuestros mensajeros, me han tioquía. 37 Por tanto, daos prisa y enviad el abastecimiento de víveres, insultaban
los judíos entregado una comunicación suplicando algunos3Sque nos informen de vuestros groseramente a los de Judas y les lanza-
1 respuesta a los puntos en ella contenidos.
Muy poco tiempo después Lisias, deseos. Pasadlo bien. El quince del mes ban afrentas y dicterios, is Los de Judas,
U tutor del rey, parianta suyo y re-
18
Cuanto ara preciso proponer al rey se
lo hice saber, y él ha otorgado cuanto le
de Xántico del año 148». * invocando al gran Señor del universo,
gente del reino, muy apasadumbrado por que en tiempos de Josué, sin arietes ni
lo sucedido, * 2 juntó alradador da ochen- pareció aceptable. 19 Por tanto, si tenéis Diversas victorias de Judas contra máquinas de guerra, había derribado los
ta mil hombres y toda la caballada y vino vosotros la misma buena voluntad hacia los pueblos vecinos muros de I6 Jericó, atacaron con fiereza las
contra los judíos, pensando bacar de la el reino, yo en adelante procuraré favore- i n ! Concluido este tratado, partió Li- murallas. Tomada por la voluntad de
ciudad una población griaga, 3 somatar cer vuestra causa. 20 En cuanto a los de- * «" sias al rey, y los judíos se2 entrega- Dios la ciudad, hicieron en ella atroz car-
el templo a tributo, como los santuarios talles, he dado encargo a vuestros men- ron a las labores del campo. * Pero de nicería, hasta parecer como lleno de la
gentiles, y hacer4 el sumo sacerdocio ven- sajeros y a los míos de que os los co- los jefes que quedaron en la región, Ti- sangre que a él había afluido un vecino
dible y anual, sin tener para nada en muniquen de palabra. 21 Pasadlo bien. moteo y Apolonio el de Genneo, y Jeróni- estanque de dos estadios de ancho.
cuenta el poder de Dios y muy pagado Año 148, a veinticuatro del mes de Dios- mo y Demofón, y a más de éstos Nicanor, 17
corintio». Después de una marcha de setecien-
de los millares de sus infantes y caballos gobernador de Chipre, no3 les permitían tos cincuenta estadios llegaron I8a Jaraca,
y de sus ochenta elefantes. 3 Entrando en 22
La carta del rey decía así: gozar de sosiego y de paz. Por otra par- a los judíos llamados tubienses. No pu-
Judea, se acercó a Betsur, plaza fuerte «El rey Antíoco a su hermano Lisias, te, los de Jope cometieron un enorme dieron entonces apoderarse de Timoteo,
situada en un desfiladero y distante de salud. 23 Trasladado a los dioses nuestro crimen. Invitaron a los judíos que entre porque sin emprender nada, se había ido
Jerusalén unos ciento cincuenta estadios, padre y queriendo que los subditos de ellos moraban, con sus mujeres e hijos, de aquella región, dejando en cierto lu-
y la atacó. s Asi que los del Macabeo su- nuestro reino vivan sin perturbaciones, a subir en barcas dispuestas por ellos, gar una muy fuerte guarnición '» Pero
pieron que Lisias estaba atacando la for- atentos a sus propios intereses, 24 hemos como sí no hubiera enemistad alguna 4 y Dositeo y Sosípatro, generales del Ma-
taleza, a una con la muchedumbre roga- sabido que los judíos se niegan a adop- obrasen conforme al común acuerdo de cabeo, marcharon contra ella y mataron
ban al Señor, entre llantos y gemidos, tar las costumbres helénicas, como quería la ciudad. Aceptaron aquéllos, como de- a más de diez mil de los que Timoteo ha-
que enviase un buen ángel para salvar a nuestro padre, y prefieren conservar sus seosos de la paz y no sospechando nada bía dejado en guarnición.
Israel. 7 El mismo Macabeo, tomando sus propias instituciones, y por esto piden malo; pero, llegados a alta mar, fueron 20
armas, se adelantaba a los demás para ir les sea otorgado vivir según sus leyes. El Macabeo organizó su ejército por
echadas al fondo no menos de doscientas
en socorro de sus hermanos; 8 y mientras 25
Queriendo, pues, que esta nación viva personas.
cohortes, puso a aquellos dos al frente de
con igual valor todos marchaban llenos tranquila, hemos resuelto que su templo 5
ellas y parlió en busca de Timoteo, que
de ardimiento, cerca todavía de Jerusalén Cuando Judas llegó a saber la cruel- tenía a sus órdenes ciento veinte mil in-
les sea restituido y vivan 2 según las cos- dad cometida contra los de su nación, fantes y mil quinientos jinetes. 21 Así que
se les apareció en cabeza un jinete vestido tumbres de sus mayores. <> Harás, pues,
de blanco, armado de armadura de oro y bien en comunicarles esto y concertar con dio luego orden a 6su gente; e invocando supo éste la llegada de Judas, envió las
vibrando la lanza. 9 Todos a una bendije- ellos la paz, para que, sabiendo nuestra a Dios, justo juez, vino contra los asesi- mujeres y los niños y toda la impedimenta
ron a Dios misericordioso y se enardecie- voluntad, vivan contentos y alegremente nos de sus hermanos, y de noche puso a un lugar llamado Camión, que era muy
ron, sintiéndose prontos no sólo a atacar atiendan a sus propios negocios». fuego al puerto, quemó las naves y mató fuerte y de difícil acceso a causa de lo
a los hombres y a los elefantes, sino a 27
a cuantos allí se habían refugiado. 7 Ha- montuoso y quebrado del terreno.
La carta del rey a los judíos es como 22
penetrar por muros de hierro. biéndole cerrado la plaza, se retiró, pero Al aparecer la primera cohorte de
sigue: con el propósito de volver de nuevo a Judas, se apoderó de los enemigos el páni-
!» Marchaban en orden de batalla, fia- «El rey Antíoco, al senado de los ju- exterminar de raíz a toda la población co. Una aparición del que todo lo ve les
dos en aquel auxiliar celestial, señal de díos y a los demás judíos, salud. 28 Si de Jope. 8 Informado de que los de Jam- infundió tal miedo que se dieron todos a
misericordia del Señor hacia ellos, " y gozáis de salud, me alegraré de ello; nos- nia se proponían hacer otro tanto con los la fuga, cada uno por su lado, de suerte
como leones se lanzaron sobre los ene- otros estamos bien. 29 Menelao nos co- judíos allí domiciliados, ' cayó de noche que unos a otros se molestaban y con las
migos, dejando fuera de combate once munica que deseáis volver a juntaros con sobre ellos e incendió el puerto y quemó puntas de las espadas se herían. 23 Judas
mil infantes y mil seiscientos jinetes 12 y los vuestros, 30 y a los que lo hagan hasta las naves, de modo que la claridad del persiguió con encarnizamiento a aquellos
haciendo huir a los demás. La mayor el treinta del mes de Xántico31les concede- fuego se veía desde Jerusalén, a distancia criminales, matando hasta treinta mil
parte de los que se salvaron quedaron mos la paz y la seguridad; y concede- de10doscientos cuarenta estadios. hombres. 24 El mismo Timoteo, caído en
desnudos y heridos, y el mismo Lisias se mos que los judíos puedan usar de sus A nueve estadios de allí, cuando se manos de Dositeo y Sosípatro, instaba
puso en salvo huyendo vergonzosamente. comidas y de sus leyes como antes, y dirigía contra Timoteo, le salieron al en- mucho que le dejasen libre, pues que tenía
13
Como no carecía de discreción, echando nadie sea en modo alguno molestado por cuentro no menos de cinco mil árabes y en su poder a muchos padres y hermanos
sobre si mismo la culpa de la sufrida de- los errores anteriores. 3 2 He mandado a quinientos jinetes. H Empeñada la lucha, de judíos que no lo pasarían bien si él
rrota y entendiendo que los hebreos eran Menelao que os confirme en estas segu- con la ayuda de Dios, los de Judas salie- moría. 25 Dada su palabra con muchas
invencibles por tener de su parte al Dios ridades. 33 Pasadlo bien. El año 148, el seguridades de que los restituiría incólu-
todopoderoso, les envió mensajeros l* pro- día quince del mes de Xántico». ron vencedores, y los árabes nómadas,
vencidos, pidieron la paz a Judas, com- mes, le dieron libertad por amor de los
poniéndoles la reconciliación en condicio- 34
También los romanos les enviaron prometiéndose a12 darles ganado y ayu- hermanos.
nes justas y prometiendo persuadir al rey una carta, que decía así: 2|
de la necesidad de hacérselos amigos. darles en todo. Judas, convencido de 5 Partió Judas contra Camión y con-
15 «Quinto Memrnio y Tito Manlio, le- que en mucho le podían ser útiles, hizo tra el santuario de Atargates, donde dio
Aceptó el Macabeo las proposiciones
de Lisias, mirando al interés público; y,
gados de los romanos, al pueblo de los paces con ellos; concluidas éstas, se re- muerte a veinticinco mil nombres. 27 Des-
judíos, salud. 35 Lo que Lisias, pariente tiraron los árabes a sus tiendas. pués de esta derrota y matanza emprendió
en efecto, todo cuanto el Macabeo pro- del rey, 3os ha otorgado, nosotros lo apro-
puso por escrito a Lisias, acarea de las pe- 13 Atacó también una ciudad fuerte, ro- Judas la marcha hacia Efrón, ciudad fuer-
bamos. <> Cuanto a lo que él ha creído
38
Tenemos aquí una muestra d« la diplomacia romana y del modo en que Judas y sus her-
•fl •! ' Este capitulo nos cuenta, en forma un ;HOCO diversa, la expedición de Lisias y de Antío- manos supieron aprovechar la alianaa cee Reala en favor de su eueblo.
• • co V, que terminó con la paz, otorgando Lisias a los judíos la facultad de vivir según sus •I1 O ' Este capítulo prosigue las luchas de Judas con los pueblos vecinos, comenzadas en 10,10.
leves (cf. i Mac 6,28 ss.). "• Cf. 2 Mac 5,1 ss.
II MACABEOS 12-13 572 573 II MACABEOS 13-14
te, donde moraba una muchedumbre de *i Todos bendijeron al Señor, justo juez, cometiera contra el altar, cuyo fuego y de Tolemaida hasta la región de los Gue-
diversas naciones. Jóvenes robustos, or- que descubre las cosas ocultas. 42 Volvie- cenizas son santos, en cenizas recibiera rrenios. 25 Pero al llegar a Tolemaida, sus
denados ante los muros, luchaban animo- ron a la oración, rogando que el pecado la muerte. habitantes llevaron muy a mal los con-
9
samente, y dentro había mucha provisión cometido les fuese totalmente perdona- Iba el rey animado de sentimientos ciertos, e indignados querían romper lo
de máquinas de guerra y de proyectiles. do; y el noble Judas exhortó a la tropa feroces, dispuesto a mostrarse más duro estipulado. 26 Subió entonces Lisias a la
28
Pero los judíos, invocando al Omni- a conservarse limpios de pecado, tenien- con los judíos que lo había sido su pa- tribuna, se esforzó por defender la causa,
potente, que con su poder aplasta las do a la vista el suceso de los que habían dre. 10 Informado de ello Judas, mandó logrando aplacarlos, y se volvió a Antio-
fuerzas enemigas, se apoderaron de la caído, 4i y mandó hacer una colecta en a su gente invocar día y noche al Señor, quía. Tal fue el suceso de la venida y re-
ciudad y mataron a veinticinco mil de las filas, recogiendo hasta dos mil drac- para que, como siempre, ahora les ayu- tirada del rey.
los que estaban dentro. 29 Partieron de allí, mas, que envió a Jerusalén para ofrecer dase, cuando el pueblo, que apenas ha-
atacaron a Escitópolis, que dista de Je- sacrificios por el pecado; obra digna y no- bía comenzado a respirar, n estaba a pun- L a paz con Nicanor
rusalén seiscientos estadios. 30 Pero ante to de quedar sin ley, sin patria y sin tem- 1
Al cabo de tres años supieron los
el testimonio de los judíos que allí mora-
ban de que los escitopolitanos habían
ble, inspirada en la esperanza de la resu-
rrección; ^ p u e s si no hubiera esperado plo, y sometido a la tiranía de las nacio-
nes blasfemas.12 Cuando todos a una hu-
H de Judas que Demetrio, hijo de
que los muertos resucitarían, superfluo y Seleuco, había desembarcado en Trípo-
sido benévolos con ellos, y en los días de vano era orar por ellos. 45 Mas creía que bieron rogado al Señor misericordioso li con poderoso ejército y flota, * 2 y se
su infortunio les habían guardado mu- a los muertos piadosamente les está re- con lágrimas y ayunos y postraciones du- había hecho dueño de la tierra, dando
chas deferencias, 31 les dieron las gracias, rante tres días continuos, Judas 13los ani- muerte a Antíoco y a Lisias, su tutor.
exhortándolos a continuar siendo benévo- servada una magnífica recompensa.* mó y ordenó que se preparasen; y des-
46
Obra santa y piadosa es orar por los 3 Cierto Alcimo, que había sido antes su-
los con los de su linaje; y se vinieron a pués de consultar a los ancianos, resolvió mo sacerdote y que en los tiempos de la
Jerusalén, próxima ya la fiesta de las Se- muertos. Por eso hizo que fuesen expiados emprender la marcha antes que el ejérci-
los muertos: para que fuesen absueltos de confusión se había voluntariamente con-
manas o Pentecostés. to del rey entrase en Judea y se hiciesen taminado, considerando que no había pa-
los pecados. dueños de la ciudad; poniendo la cosa en
32 Después de la fiesta marchó contra ra él otro modo4 de salvación y de acceso
Vuelve Lisias otra vez contra Judea manos del Señor, 14 encomendando al al altar santo, se vino al rey Demetrio
Gorgias, general de los idumeos. 33 Salió Creador del universo el resultado de la
con tres mil hombres de a pie y trescientos y hace la paz con los judíos el año 151, trayéndole una corona de
1 9 1 El año 149 supieron los de Judas batalla y exhortando a los suyos a lu- oro, una palma y unos ramos de olivo,
de a caballo; 34 y trabada la batalla,35 fue- char animosamente hasta morir por las
ron pocos los judíos que cayeron. Un * «* que Antíoco Eupator venía contra que se creían procedentes5 del templo.
Judea 2 con gran muchedumbre de tro- leyes, por el templo, por la ciudad, por Aquel día no pidió nada. Pero aprove-
cierto Dositeo bacenorense, bravo jinete, la patria y sus instituciones.
agarró a Gorgias por la clámide y tiraba pas, * y con él Lisias, su tutor y regente chando la ocasión, propicia a su demen-
de él vigorosamente, queriendo cogerle vi- del reino. Mandaba cada uno un ejército Ordenó su ejército en batalla junto a cia, de haber sido llamado a consejo
vo ; pero vino sobre él un jinete tracio que griego de ciento diez mil infantes, cinco Modín. 15 Dio a los suyos el santo y se- por Demetrio, para preguntarle cuáles
le derribó el hombro, y así pudo Gorgias mil trescientos jinetes, veintidós elefan- ña: «De Dios es la victoria», y con la flor eran las disposiciones y designios de los
huir a Maresa. 36 Los soldados de Esdras tes y3 trescientos carros armados de ho- de sus soldados acometió de noche el judíos, respondió: <>«EI partido de los
hallábanse fatigados de la larga lucha; pe- ces. A ellos se había juntado Menelao, campamento del rey, matando hasta dos judíos que llaman asideos, cuyo jefe es
ro Judas invocó al Señor para que se mos- que con grande astucia exhortaba a An- mil hombres y el mayor de los elefantes Judas Macabeo, fomenta las guerras y
trase su auxiliar y caudillo en la batalla. tíoco, no llevado de la solicitud por la con los que llevaba encima. l é Luego se las sediciones7 y no consiente que el reino
37 Entonó en lengua patria un canto de patria, sino esperando ser restituido en retiraron victoriosos, dejando el campa- goce de paz; por lo cual, yo, despojado
de la dignidad paterna, quiero decir, del
guerra, y cayendo de improviso sobre los el poder. 4 Pero el Rey de reyes excitó la mento lleno de pánico y de perturbación.
17 sumo sacerdocio, he venido ahora aquí,
de Gorgias. los puso en derrota. 38 Retra- cólera de Antíoco contra aquel criminal; Al ser de día, todo estaba acabado, gra- 8
jo Judas su ejército y lo condujo a Odo- cias a la ayuda del Señor, que le había so- mirando con toda lealtad por los inte-
pues como Lisias hiciera ver al rey que reses del rey y buscando también los de
lam. Llegado el día séptimo, purificados aquél había sido la causa de todos los corrido. 18 El rey, vista la audacia de los mis conciudadanos, pues, por la temeri-
según la costumbre, celebraron allí el sá- disturbios, ordenó fuese conducido a Be- judíos, intentaba adueñarse por astucia
bado. de las plazas. 19 Llevó su ejército contra dad de aquéllos, toda nuestra nación se
rea y muerto allí, al estilo del lugar. 5 Ha- halla en ruinas. 9 Date cuenta, pues, ¡oh
bía allí una torre como de cincuenta co- Betsur, plaza fuerte de los judíos, pero se rey!, de estas cosas; mira por nuestra
39 Al día siguiente, como era necesario, veía rechazado y derrotado y cada vez
vinieron los de Judas para recoger los ca- dos de alto, rodeada por todas partes de tierra y nuestra raza oprimida, llevado de
cenizas ardientes y coronada por una má- menos fuerte. tu desinteresado amor hacia t o d o s
dáveres de los caídos, y con sus parientes 10
depositarlos en los sepulcros de familia. quina giratoria, * con la cual arrojaban 20 Judas proveía de vituallas a los de Mientras Judas esté con vida, no podrá
40
Entonces, bajo las túnicas de los caí- a las cenizas al ladrón, sacrilego o 7al autor dentro. 2 I Un cierto Rodoco, del ejército el Estado gozar de paz».
dos, encontraron objetos consagrados a de algún otro crimen horrendo. De tal judío, descubrió al enemigo los secretos
muerte había de acabar el impío Mene- de la defensa. Fue buscado, cogido y en- 11
los ídolos de Jamnia, de los prohibidos Dicho esto, al punto los restantes
por la Ley a los judíos; siendo a todos lao,
8
sin lograr el honor de la sepultura. carcelado. 2 2 Por segunda vez el rey en- amigos, que se hallaban indispuestos con-
manifiesto que por aquello habían caído. Muy justo era que quien tantos pecados tró en tratos con los de Betsur, y hechas tra Judas, inflamaron más el ánimo de
las paces, se retiró. 23 Atacó a Judas, mas Demetrio, 12 logrando que éste llamase
45
Nuestro autor está lleno del pensamiento de la resurrección. Efectivamente, esos sacrificios fue vencido. Pero informado de que Fi- luego a Nicanor, comandante anterior-
expiatorios de los pecados no tendrían explicación en la creencia antigua del seol, pero sí en la de la lipo, quien había quedado por regente del mente del cuerpo de elefantes, a quien
resurrección. En el libro de la Sabiduría se promete al justo una corona de inmortalidad en el reino reino, se había sublevado en Antioquía, nombró general de Judea, 13 dándole or-
de Dios (3,4; 5,15 s.); nuestro autor añade a esto la resurrección corporal. Semejante corona no po- quedó consternado. Luego pidió la paz den de acabar con Judas, dispersar a
drá lograrse sin la justicia perfecta. Estos que murieron por la justicia, pero con alguna mancha de a los judíos, jurándoles atender sus jus- todos los suyos e instalar a Alcimo por
pecado, necesitan expiar esos pecados, lavar esas manchas antes de recibir la recompensa. Las ideas tas peticiones; y reconciliado con ellos,
no tienen la claridad que han alcanzado en nuestra teología; pero es fácil a la luz de ésta declarar el sumo sacerdote del santísimo templo.
14
sentido del texto y ver aquí el valor de los sufragios por los difuntos. ofreció sacrificios, honró el templo y ofre- En seguida los gentiles, que por temor
ció dones. 24 A1 Macabeo le acogió muy de Judas habían huido de la Judea, se
bien y le hizo general y gobernador des- agregaron como rebaño a Nicanor, pen-
1 "0 * Este capítulo presenta alguna dificultad cuando se le compara con el c.2. Este termina
con la paz otorgada por Lisias a los judíos y ratificada por los legados romanos, y el presen-
te empieza al año siguiente con una expedición guerrera. El libro es obra compendiada, y muy bien
pudieron haberse roto las paces sin que de ello nos conservara el relato. Por lo demás, en 1 Mac 6, 1 A. 1 Nuestro autor omite la venida de Báquides para instalar a Alcimo en el sumo sacerdocio
28 ss. se simplifica en una sola expedición del rey y de Lisias lo que aquí se expone en dos, de Li- ' ^ (1 Mac 7,8-24), y nos cuenta la de Nicanor, que empieza por tratar a Judas como amigo,
sias la primera y de Lisias con el rey la segunda. pero luego, obligado por el rey, rompe con Judas y con los suyos, declarándoles abierta guerra.
n MACABEOS 14 574
» 575 II MACABEOS 14-15
sando que el infortunio y la calamidad de amigables como de costumbre, pensó que
los judíos sería su ventura. tal conducta era mal indicio; y así reunió cando al Señor de la vida y del espíritu, mucho por el pueblo y por la ciudad
13 Al saber los judíos la venida de Ni- a muchos de los suyos y comenzó a que de nuevo se las devolviera. Y de s 5a n t a : J e r e m í a s , profeta de D i o s » .
canor y la invasión de los gentiles, se guardarse de Nicanor. 3I Dándose éste esta manera acabó. * 1 Y tendía Jeremías su diestra y entre-
cubrieron de polvo, orando al que eligió cuenta de cuan hábilmente había sido gaba a Judas una espada de oro, dicién-
a su pueblo para siempre y protegió en vencido por Judas, llegó al augustísimo
D e r r o t a de Nicanor dole: 16 «Toma esta espada santa, don
1 C ' Informado Nicanor de que Judas de Dios, con la cual triunfarás de los
todo tiempo con manifiestos prodigios su y santo templo en el momento mismo en * 3 andaba por los lugares de Samaría, enemigos».
heredad. 1 6 A las órdenes de su jefe, se que los sacerdotes ofrecían los acostum- pensó atacarle con entera seguridad en 17
pusieron luego en marcha, y vino a darse Alentados con estas nobles palabras
brados sacrificios y les mandó que le día de sábado. * 2 Los judíos que a la de Judas, capaces de vigorizar y exaltar
la batalla junto a la aldea de Desau. 17 Si- entregaran a Judas. 32 Asegurando ellos fuerza le seguían le dijeron: «No preten- hasta el heroísmo las almas de los jóvenes,
món, hermano de Judas, había venido a con juramento que ignoraban dónde es- das aniquilarlos tan salvaje y bárbara- resolvieron no atrincherarse en el campo,
las manos con Nicanor; pero, desconcer- taba, extendió su diestra hacia el templo, mente; respeta el día que desde el princi- sino arrojarse valientemente sobre el ene-
tado un momento por la repentina llegada 33 y juró así: «Si no me entregáis a Judas pio ha sido declarado santo por el que migo, y luchando con todo valor decidir
de sus enemigos, sufrió un revés. n A pe- preso, arrasaré este templo de Dios, des- todo lo ve». 3 A lo que aquel malvado la cosa, puesto que se hallaban en peligro
sar de lo cual, Nicanor, que sabía el valor truiré el altar y elevaré aquí un magnífico contestó si había Soberano en el cielo la ciudad, la religión y el templo; *8 pues
de los judíos y cuan animosamente com- templo a Baco». 34 Los sacerdotes tendie- que hubiera ordenado solemnizar el día la solicitud que por las mujeres, los hijos,
batían por la patria, temía encomendar ron las manos al cielo, e invocando al que del sábado. 4 Y como ellos le respondie- los hermanos y parientes tenían era me-
a las armas la resolución. 19 Por eso envió siempre se había mostrado defensor de sen: «Sí, hay un Señor, Dios vivo, sobe- nor que la que sentían por el templo
a Posidonio, a Teodoto y a Matatías a nuestro pueblo, dijeron: 35 «Tú, Señor de rano del cielo, que ha ordenado celebrar santo, la más grande y primera de todas
proponer conciertos de paz. 2<> Después todas las cosas, que de nada necesitas, el día séptimo». 5 «Pues yo—contestó él— las cosas.
de un largo examen de las condiciones y has tenido a bien establecer este templo digo que hay un soberano en la tierra que
de haberlo comunicado el general a la de tu morada en medio de nosotros. i ' N o era pequeña la ansiedad de los
manda tomar las armas y cumplir lo que que en la ciudad habían quedado, in-
muchedumbre, de común acuerdo con- 3* Preserva, pues, santísimo Señor, por conviene al rey». Con todo, no pudo lle- quietos como se hallaban por la lucha de
vinieron hacer conciertos de paz. 21 Se- siempre limpia esta casa, que hace poco var a cabo su malvado propósito.
ñalaron el día en que los dos jefes se ha sido purificada». 6
fuera. 20 Cuando todos esperaban el futu-
reunirían solos, y 22 pusieron dos sillas, una Mientras Nicanor, en su insensato ro desenlace, y los enemigos se acercaban
frente a la otra. Judas, sin embargo, El caso de Racías orgullo, pensaba levantar con Judas y dispuestos en orden de batalla, y los ele-
había apostado hombres en lugares con- 37
Un cierto Racías, de los ancianos de los suyos un monumental trofeo, 7 éste, fantes colocados en lugares oportunos, y
venientes, dispuestos a intervenir si los Jerusalén, fue denunciado a Nicanor co- puesta siempre su confianza en el socorro la caballería en las alas, 21 al ver el Maca-
enemigos cometían alguna perfidia. Así mo amante de la ciudad, donde gozaba del Señor, 8 exhortaba a los suyos a no beo la muchedumbre que se acercaba, el
tuvieron el amigable coloquio. de muy buena fama, y por su bondad temer el ataque de los paganos; antes variado aparato de las armas, la fuerza
23 En adelante, Nicanor moró en Jeru- era apellidado padre de los judíos. * 38 E n bien, recordando los auxilios que en tiem- de los elefantes apostados en lugares con-
salén, sin cometer injusticia, y hasta di- efecto, en los tiempos anteriores habla pos anteriores les habían venido del cielo, venientes, levantando las manos al cielo,
solvió las tropas que a manera de rebaños evitado todo contacto con los gentiles y esperasen también ahora del Todopode- invocó ai Señor, hacedor de prodigios.
se le habían juntado. 2 4 A Judas le había atraído sobre sí la acusación de roso la victoria. 9 Y los alentaba, propo- Sabía que no por la fuerza de las armas
tenía siempre a su lado, pues sentía hacia judaismo, exponiendo por ello su cuerpo niéndoles testimonios de la Ley y de los se alcanza la victoria, sino que Dios la
él cordial afecto. 2S Le exhortaba a que y su vida. 39 Deseando Nicanor dar mues- profetas y recordándoles los combates otorga a los que juzga dignos de ella.
se casase y criara hijos. Y, en efecto, se tra de su mala voluntad hacia los judíos, que habían sostenido, dándoles con esto 22 La invocación fue como sigue: «Tú,
casó, y viviendo26 tranquilamente, disfru- mandó40más de cincuenta soldados a pren- mucho ánimo. 10 Después de haber levan- Señor, que enviaste un ángel bajo Eze-
taba de la vida. Pero Alcimo, al ver la derle, pues creía inferir, prendiendo a tado sus espíritus, les puso de manifiesto quías, rey de Judá, que mató del ejército
buena inteligencia de ambos y los pactos éste, un golpe a todos los judíos. 41 Estaba la falta de fe de los gentiles y la trans- de Senaquerib a ciento ochenta y cinco
concertados, se vino a Demetrio, acusan- la tropa a punto de apoderarse de la gresión de sus juramentos; n animando mil hombres, 23 envía ahora, Señor de
do a Nicanor de traidora deserción con- torre de su casa, forzando la puerta de a todos, no tanto con la seguridad de sus los cielos, delante de nosotros, un ángel
tra el reino, puesto que se había dado entrada y dada ya la orden de prenderle escudos y lanzas cuanto con la confianza bueno que infunda a éstos temor y tem-
por sucesor a Judas, enemigo del reino. fuego. Racías, estando para ser apresado, de sus alentadoras palabras. Sobre todo, blor. 24 Con la fuerza de tu brazo sean
27
El rey se enojó, e inducido por las se echó sobre su espada, 42 prefiriendo los alegró con la relación de un sueño quebrantados los que llegan blasfemando
calumnias de aquel malvado, escribió a morir noblemente antes de caer en manos digno de toda fe. í 2 He aquí el sueño contra tu pueblo santo». Y con esto ter-
Nicanor, diciéndole cuánto le habían des- de criminales y recibir ultrajes indignos que había tenido: Onías, que había sido minó.
sumo sacerdote, hombre bueno y bonda- 25
agradado los conciertos hechos y orde- de su nobleza. 43 Mas como a causa de la Los de Nicanor avanzaban al son de
nándole que le enviase cuanto antes preso precipitación no hubiera acertado a ma- doso, de venerable aspecto, de suaves las cornetas y de los cantos guerreros;
al Macabeo a Antioquía. 28 Cuando re- tarse y la tropa invadiera ya la casa, re- maneras, de elegante lenguaje, que desde 26 en tanto que los de Judas llegaron a
cibió estas órdenes, Nicanor quedó con- sueltamente corrió al muro 44y virilmente su niñez se había ejercitado en toda vir- chocar con los enemigos en medio de
fuso y sintió gravemente tener que anular se arrojó encima de la tropa. En viéndo- tud, tendía sus manos, orando por toda súplicas y oraciones. 27 Y mientras lucha-
lo concertado sin haber recibido daño le, se retiraron y vino a caer en medio del la comunidad de los judíos. 13 Aparecióse- ban con las manos, oraban en su corazón
alguno de tal varón. 2 ' Mas, no siendo espacio libre. 4$ Aún respiraba, y enarde- le también otro varón, que se destacaba a Dios; y así, magníficamente fortalecidos
posible oponerse al rey, aguardó una oca- cido su ánimo, se levantó, y mientras a por la blancura de sus cabellos y por su por una aparición de Dios, echaron por
sión propicia para ejecutar sus mandatos. torrentes le corría la sangre de las graves gloriosa dignidad, nimbado de admirable tierra no menos de treinta y cinco mil
heridas, atravesó a la carrera por entre y magnífica majestad. ' 4 Onías dijo: «Este hombres. 28 Terminada la lucha y entre-
R u p t u r a de relaciones la muchedumbre, hasta erguirse sobre una es el amador de sus hermanos, que ora gados a la alegría, hallaron que, revestido
30
Observando de su parte el Macabeo roca escarpada. «Allí, totalmente exan- 46
que Nicanor se conducía con él más fría- güe, se arrancó las entrañas con ambas Al decir de Santo Tomás, el autor sagrado pondera en este acto, más de soberbia que de
mente y que sus relaciones no eran tan manos y las arrojó contra la tropa, invo- fortaleza, el sentimiento de amor a la patria y a la Ley, que le movía a evitar caer vivo en poder de
los gentiles y recibir de ellos la muerte. La verdadera fortaleza es la del anciano Eleazar, que por la
misma causa sufrió la muerte a manos de los gentiles.
37
La persecución de este patriota no tuvo otro motivo que mostrar la ruptura con los parciales
de Judas. l í ]
En este postrer capítulo se prosigue la narración del anterior. Nicanor sale a campaña
*" contra Judas y muere en la pelea, dando lugar al mayor triunfo del Macabeo (1 Mac 7,39-50).
LIBROS SAPIENCIALES 576 577 SAPIENCIALES

de sus armas, estaba Nicanor entre los de Nicanor se colgó de la ciudadela, En los Proverbios y el Eclesiástico, los sabios de Israel nos han dejado el fruto de sus
muertos. 29 Se produjo un gran clamor y visible a todos, como señal manifiesta del meditaciones, que nos enseñan a gobernarnos según la voluntad de Dios. Finalmente,
alborozo, bendiciendo al Señor en la len- auxilio divino; 36 y por público decreto el Cantar de los Cantares es obra de sabiduría por su exquisita forma poética y por
gua patria. 30 Judas, que en cuerpo y se mandó no dejar pasar este día sin su pensamiento, que es la idea mesiánica, contenida en los profetas y expuesta en una
alma estaba todo él atento a la defensa solemnizarlo, 37 y que se celebrase el trece serie de cantos que giran en torno de una imagen también prof ética, la del matrimonio,
de sus conciudadanos y habla guardado del mes duodécimo, que en lengua siriaca
la generosidad de la juventud para sus se llama Adar, un día antes del día de aplicada a las relaciones de Dios con su pueblo.
connacionales, ordenó cortar a Nicanor Mardoqueo. * 4. Como de lo dicho se colige, el principio de la sabiduría de Israel, más que su
la cabeza y el brazo hasta el hombro y ingenio, es la revelación divina. Por eso debieran colocarse los libros sapienciales des-
llevarlos a Jerusalén. " Llegado allí, con- 3
EPILOGO pués de los profetas. A la luz de las enseñanzas de éstos meditaban los sabios sobre
vocó a los ciudadanos y sacerdotes; y 8 Tal fue la historia de Nicanor. Y co-
puesto en pie ante el altar mandó venir mo desde aquellos días la ciudad ha estado la naturaleza y sobre la vida de los hombres, y de aquí se levantaban a escudriñar los
a los de la ciudadela, 32 mostró a todos en posesión de los hebreos, daré aquí fin misterios de la sabiduría divina. A esta consideración, que pudiéramos llamar teoló-
la cabeza del implo Nicanor y la mano a mi narración. * 3 ' Si está bien y como gica, de la naturaleza creada y de la providencia y misterios divinos, basada en la Ley
que el blasfemo habla tendido insolente conviene a la narración histórica, eso y los Profetas y en la historia de Israel, se añadía en los sabios que escribieron los libros
contra la santa casa del Todopoderoso.
33
quisiera yo; pero si imperfecta y medio- sagrados la iluminación del Espíritu Santo, que, al mismo tiempo que elevaba su mente,
Mandó picar en menudos trozos la cre, perdóneseme. 40 Como el beber vino daba valor a sus enseñanzas.
lengua, echarlos a las aves y suspender puro o sola agua no es grato, mientras
enfrente del templo la mano, como re- que el vino mezclado con agua es agra- 5. Decíamos que el arte de la poesía era una de las manifestaciones de la sabi-
compensa a su insensatez. 3 4 Y todos, dable y gustoso, así también la disposición duría hebrea. Porque es de saber que existe en la Biblia hebrea un arte poético. San
levantando los ojos al cielo, bendecían del relato siempre uniforme no agrada a Jerónimo y algunos antiguos asimilaron el verso hebreo al griego y al latino. Era, sin
al Señor, diciendo: «Bendito el que ha los oídos del lector. Y con esto damos duda, una equivocación. Pero los esfuerzos hasta ahora realizados para definir la natu-
conservado puro este lugar». 35 La cabeza fin a la obra. raleza del verso hebreo sólo han dado de sí una multitud de opiniones, que muestran
en su misma multitud la dificultad del asunto y la imposibilidad de llegar hasta ahora
" E l mes de Adar es el último del año, que precedía al de la Pascua; el día de Mardoqueo ha a conclusiones ciertas. Una cosa es clara: que además de ese artificio poético, el ritmo
de ser
3
la ñesta de los Purim o de las Suertes (Est 9,17; Jdt 16,30-34). tónico, hay en la poesía hebrea un ritmo lógico del pensamiento, que se ha llamado
* El epilogo corresponde al prólogo del principio. El v.40 parece querer dar razón de las for-
mas retóricas empleadas para amenizar la gravedad excesiva de la narración histórica. paralelismo de los miembros. A una línea o verso se añade otro que expresa el mismo
pensamiento (paralelismo sinónimo), o un pensamiento que desarrolla y completa el
primero (paralelismo sintético), o un pensamiento contrapuesto al primero (paralelis-
mo antitético). Véanse los siguientes ejemplos:
LIBROS SAPIENCIALES No prevalecerán los impíos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos (Sal i,s).
1. Tenemos que empezar por explicar lo que es la sabiduría para los hebreos. Bienaventurado el varón que no anda en consejo de impíos,
No es, como para Aristóteles, la ciencia de las últimas causas, sino cierta agudeza y Ni camina por las sendas de los pecadores,
prontitud de ingenio para hallar una salida en casos apurados. Tal era la sabiduría Ni se sienta en compañía de malvados (Sal 1,1).
de la mujer de Tecua (2 Sam 14,2 ss.), de la mujer de Abel (ibid. 20,16 ss.) y la Siéntate a mi diestra,
de Salomón (1 Re 3,12 ss.). Análoga a ésta es la agudeza para hallar solución a En tanto que pongo a tus enemigos
los enigmas y acertijos de que tanto gustaban los orientales. Véase en fue 14,10 ss. el Por escabel de tus pies (Sal 110,1).
enigma de Sansón a los filisteos, y en 1 Re 10,3 ss. los de Salomón y la reina de Soba. Extenderá Y ave desde Sión tu poderoso cetro:
2. Extiéndese esta sabiduría a la observación de la naturaleza, de los instintos «Domina en medio de tus enemigos» (Sal 110,2).
de los animales, del obrar del hombre, para sacar de todo esto enseñanzas útiles a la
dirección de la vida humana; pues Dios, al crear las cosas, derramó en ellas los ricos Una respuesta blanda calma la ira,
tesoros de su sabiduría. Pero más que en la naturaleza, depositó Dios su sabiduría en Una respuesta áspera la enciende.
la Ley, que, al decir de Moisés, viene a ser para los israelitas la sabiduría y la inteli- La boca del sabio hace amable la sabiduría,
gencia que los haga célebres entre todos los pueblos (Dt 4,6 ss.). Apoyados en este La del necio sólo profiere sandeces (Prov 15,1-2,).
doble principio, los sabios de Israel se levantan al conocimiento de aquella sabiduría 6. Estos versos paralelos se agrupan con frecuencia formando estrofas. El nú-
que asistió a Dios en la creación del mundo y que se derramó en las cosas creadas, mero de los versos de cada estrofa puede variar hasta en un mismo poema. La distin-
sobre todo en el hombre. ción de las estrofas supone, por lo general, un nuevo aspecto del tema que el poema
Otra forma más modesta de sabiduría era el ingenio artístico para ejecutar obras desarrolla. Mas este principio no suele ser en la práctica norma segura para distin-
de orfebrería, para componer poesías y para cantarlas con acompañamiento de ins- guir las estrofas. Lo es el alfabetismo de algunos salmos (g-io.111.112), de las La-
trumentos. mentaciones, del cántico de Habacuc, etc., o algún refrán, verso o estrofa intercalada
Todas estas manifestaciones de la sabiduría, así como podían ser naturales o que al fin de cada estrofa se repite, verbigracia, salmos 42-43, y el signo sela, que se
adquiridas, así también pueden ser infundidas por Dios, como se dice de José, Salo- halla con frecuencia en los salmos, aunque muchas veces fuera de lugar. Nótase tam-
món y Daniel. bién, a veces, la asonancia de las palabras y la repetición regular de ciertos vocablos
3. Conforme a esto, los sabios de Israel nos han dejado libros, como el de Job, o expresiones, y otros artificios literarios que muestran el ingenio de los poetas y su
el Eclesiastés y la Sabiduría, en que se debate el grave problema del proceder de Dios propósito de embellecer con ellos sus poemas.
con los justos y los impíos. En el Salterio nos han legado una riquísima colección de 7. Es muy digno de notar que no son sólo los libros sapienciales los que están
cantos, los cuales, en artística forma, exponen los misterios de Dios reflejados en la escritos en forma métrica: son numerosísimas las partes de otros libros, sobre todo los
naturaleza, su providencia con Israel, la que guarda con los justos y los malvados, etc. prof éticos, que nos ofrecen la misma forma y emplean idéntico lenguaje. Isaías habla
Nácar-Colunga 19
SAGRADA BIBLIA
VERSIÓN DIRECTA DE
LAS LENGUAS ORIGINALES

POR

E L O Í N O N Á C A R FUSTER (t)
CANÓNIGO LECTORAL DE LA S. I . C. DE SALAMANCA

A L B E R T O C O L U N G A , O . P.
PROFESOR DE SAGRADA ESCRITURA EN EL CONVENTO DE SAN
ESTEBAN Y EN LA PONTIFICIA U N I V E R S I D A D DE SALAMANCA

PRÓLOGO DK S. JCMCIA, RVDMA. El* CARDENAL

GAETANO CICOGNANI
ANTIGUO N U N C I O DE S U SANTIDAD EN ESPAÑA

UNDÉCIMA EDICIÓN

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS


MADRID . MCMLXI
Í N D I C E G E N E R A L
NihU obstat: Pr. E. Cuervo, O. P . , Bac. S. Theol.
l'r, K. ilt> Tuya, O. P . , S. Theol. Lect.
Imprimí potes!: l'r. A. l'i-rnandez, O. P. Prior Provincialis.
NIMl obstat: Dr. Iv. Turrado, Censor.
Imprimatur: t Fr. Franciscus, ü . P., Epise. Salmant.
Saloianticae, 30 octobris 1960. Págs.

Prólogo de S. Bmcia. Rvdtna. el Card. Gaetano Cicognani, antiguo


Nuncio de S. S. en España ix
Encíclica «Divino afilante Spiritu», de S. S. Pío X I I xxm
Prólogo de los traductores :
A la i. a edición xxxix
A la 2. a y 3. a edición xu
A la 4. a , 5. a , 6. a , 7. a , 8. a , 9. a , io.» y 11. a edición xuv
Consejos de San Agustín a los lectores de la Sagrada Escritura ... xuv
Siglas xuv
Introducción general a los libros de la Sagrada Escritura 1
Introducción especial a los libros históricos 12

ANTIGUO TESTAMENTO

Pentateuco 20
Génesis 24
Éxodo 84
I/evítico 131
Números 161
Deuteronomio 201
Josué 238
Jueces 262
Rut 286
Samuel 290
I Samuel 291
II Samuel 322
Reyes 348
I Reyes 349
II Reyes 384
Paralipómenos o Crónicas 414
I Crónicas 415
II Crónicas 439
Esdras y Nehemías 469
Esdras 470
Begistro núm. 5.786-1960 Nehemías 480
Depósito legal M 4.180-1961 Tobías 493
Judit 503
ÍNDICE GENERAL VI VII ÍNDICE GENERAL
PÍÍS. Págs.
Ester 516 A los Gálatas 1207
I Macabeos 527 Epístolas de la cautividad 1213,
I I Macabeos 556 A los Efesios 1214
Libros sapienciales 576 A los Filipenses 1219
Job 578 A los Colosenses 1223
Salmos .' 601 Epístolas a los Tesalonicenses 1227
Proverbios 67a I a los Tesalonicenses 1228
Eclesiastés 694 I I a los Tesalonicenses 1231
Bl Cantar de los Cantares 702 Epístolas pastorales 1232
Sabiduría 711 I a Timoteo 1233
Eclesiástico 727 II a Timoteo 1237
I/ibros proféticos 767 A Tito 1240
Isaías 772 A Filemón 1241
Jeremías 819 A los Hebreos 1242
I/amentaciones 869 Santiago 1253
Barnc 874 Epístolas de San Pedro 1257
Ezequie1. , 881 I de San Pedro 1258
Daniel 926 II de San Pedro 1261
Oseas 946 Epístolas de San Juan 1264
Joel 952 I de San Juan 1265
Amos 956 II de San Juan 1268
Aibdías 961 III de San Juan 1269
Jonás 962 San Judas 1269
Miqueas 964 Apocalipsis 1271
Nahurn _. 969 índice bíblico doctrinal 1296
Habacuc 971 Mapas 1333
Sofonías 973
Aigeo 975
Zacarías 977
Malaquías 985

NUEVO TESTAMENTO

Introducción general al Nuevo Testamento 989


Introducción general a los Evangelios 999
San Mateo 1000
San Marcos 1041
San i/ucas 1063
San Juan 1103
Hechos de los Apóstoles 1136
Epístolas de San Pablo 1167
A los Romanos 1170
I a los Corintios 1185
I I a los Corintios ¡. 1199
577 SAPIENCIALES
En los Proverbios y el Eclesiástico, los sabios de Israel nos han dejado el fruto de sus
meditaciones, que nos enseñan a gobernarnos según la voluntad de Dios. Finalmente,
el Cantar de los Cantares es obra de sabiduría por su exquisita forma poética y por
su pensamiento, que es la idea mesiánica, contenida en los profetas y expuesta en una
serie de cantos que giran en torno de una imagen también profética, la del matrimonio,
aplicada a las relaciones de Dios con su pueblo.
4. Como de lo dicho se colige, el principio de la sabiduría de Israel, más que su
ingenio, es la revelación divina. Por eso debieran colocarse los libros sapienciales des-
pués de los profetas. A la luz de las enseñanzas de éstos meditaban los sabios sobre
la naturaleza y sobre la vida de los hombres, y de aquí se levantaban a escudriñar los
misterios de la sabiduría divina. A esta consideración, que pudiéramos llamar teoló-
gica, de la naturaleza creada y de la providencia y misterios divinos, basada en la Ley
y los Profetas y en la historia de Israel, se añadía en los sabios que escribieron los libros
sagrados la iluminación del Espíritu Santo, que, al mismo tiempo que elevaba su mente,
daba valor a sus enseñanzas.
5. Decíamos que el arte de la poesía era una de las manifestaciones de la sabi-
duría hebrea. Porque es de saber que existe en la Biblia hebrea un arte poético. San
Jerónimo y algunos antiguos asimilaron el verso hebreo al griego y al latino. Era, sin
duda, una equivocación. Pero los esfuerzos hasta ahora realizados para definir la natu-
raleza del verso hebreo sólo han dado de sí una multitud de opiniones, que muestran
en su misma multitud la dificultad del asunto y la imposibilidad de llegar hasta ahora
a conclusiones ciertas. Una cosa es clara: que además de ese artificio poético, el ritmo
tónico, hay en la poesía hebrea un ritmo lógico del pensamiento, que se ha llamado
paralelismo de los miembros. A una línea o verso se añade otro que expresa el mismo
pensamiento (paralelismo sinónimo), o un pensamiento que desarrolla y completa el
primero (paralelismo sintético), o un pensamiento contrapuesto al primero (paralelis-
mo antitético), Véanse los siguientes ejemplos:
LIBROS SAPIENCIALES No prevalecerán los impíos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos (Sal 1,5).
i. Tenemos que empezar por explicar lo que es la sabiduría para los hebreos. Bienaventurado el varón que no anda en consejo de impíos,
No es, como para Aristóteles, la ciencia de las últimas causas, sino cierta agudeza y Ni camina por las sendas de los pecadores,
prontitud de ingenio para hallar una salida en casos apurados. Tal era la sabiduría Ni se sienta en compañía de malvados (Sal 1,1).
de la mujer de Tecua (2 Sam 14,2 ss.), de la mujer de Abel (ibid. 20,16 ss.) y la Siéntate a mi diestra,
de Salomón (1 Re 3,12 ss.). Análoga a ésta es la agudeza para hallar solución a En tanto que pongo a tus enemigos
los enigmas y acertijos de que tanto gustaban los orientales. Véase en Jue 14,10 ss. el Por escabel de tus pies (Sal 110,1).
enigma de Sansón a los filisteos, y en 1 Re 10,3 ss. los de Salomón y la reina de Soba. Extenderá Y ave desde Sión tu poderoso cetro:
2. Extiéndese esta sabiduría a la observación de la naturaleza, de los instintos «Domina en medio de tus enemigos» (Sal 110,2).
de los animales, del obrar del hombre, para sacar de todo esto enseñanzas útiles a la
Una respuesta blanda calma la ira,
dirección de la vida humana; pues Dios, al crear las cosas, derramó en ellas los ricos
tesoros de su sabiduría. Pero más que en la naturaleza, depositó Dios su sabiduría en Una respuesta áspera la enciende.
la Ley, que, al decir de Moisés, viene a ser para los israelitas la sabiduría y la inteli- La boca del sabio hace amable la sabiduría.
gencia que los haga célebres entre todos los pueblos (Dt 4,6 ss.). Apoyados en este La del necio sólo profiere sandeces (Prov 15,1-2).
doble principio, los sabios de Israel se levantan al conocimiento de aquella sabiduría 6. Estos versos paralelos se agrupan con frecuencia formando estrofas. El nú-
que asistió a Dios en la creación del mundo y que se derramó en las cosas creadas, mero de los versos de cada estrofa puede variar hasta en un mismo poema. La distin-
sobre todo en el hombre. ción de las estrofas supone, por lo general, un nuevo aspecto del tema que el poema
Otra forma más modesta de sabiduría era el ingenio artístico para ejecutar obras desarrolla. Mas este principio no suele ser en la práctica norma segura para distin-
de orfebrería, para componer poesías y para cantarlas con acompañamiento de ins- guir las estrofas. Lo es el alfabetismo de algunos salmos (g-10.111.112), de las La-
trumentos. mentaciones, del cántico de Habacuc, etc., o algún refrán, verso o estrofa intercalada
Todas estas manifestaciones de la sabiduría, así como podían ser naturales o que al fin de cada estrofa se repite, verbigracia, salmos 42-43, y el signo sela, que se
adquiridas, así también pueden ser infundidas por Dios, como se dice de José, Salo- halla con frecuencia en los salmos, aunque muchas veces fuera de lugar. Nótase tam-
món y Daniel. bién, a veces, la asonancia de las palabras y la repetición regular de ciertos vocablos
3. Conforme a esto, los sabios de Israel nos han dejado libros, como el de Job, o expresiones, y otros artificios literarios que muestran el ingenio de los poetas y su
el Eclesiastés y la Sabiduría, en que se debate el grave problema del proceder de Dios propósito de embellecer con ellos sus poemas.
con los justos y los impíos. En el Salterio nos han legado una riquísima colección de 7. Es muy digno de notar que no son sólo los libros sapienciales los que están
cantos, los cuales, en artística forma, exponen los misterios de Dios reflejados en la escritos en forma métrica: son numerosísimas las partes de otros libros, sobre todo los
naturaleza, su providencia con Israel, la que guarda con los justos y los malvados, etc. proféticos, que nos ofrecen la misma forma y emplean idéntico lenguaje. Isaías habla
Nácar-Colunga 18
JOB 578 579 JOB 1
casi siempre en verso; en Jeremías y Ezequiel abunda también la forma poética; y niendo la doctrina de que los castigos impuestos por Dios tienen un valor educativo.
los oráculos de Joel, Nahum y Habacuc son modelos maravillosos de poesía. La lite- Es la nueva idea que nos aporta Eliú—así se llama el nuevo orador—en los cuatro
ratura eclesiástica nos ofrece un ejemplo análogo, que conviene advertir. San Efrén, discursos que pronuncia, sin que el acusado profiera una palabra de respuesta (32-3 7).
en su lengua siriaca, compuso infinidad de sermones y tratados en forma poética, que 3. Finalmente, del seno de la tempestad, como en otro tiempo en el Sinaí, se
luego enseñaba al pueblo para que los cantase. Por este medio le adoctrinaba en los aparece el Señor, que hace oir su voz (38-1-42,6). El lector creerá que viene como
dogmas de la fe y en las normas de la vida cristiana. De igual modo los profetas com- maestro soberano a definir la cuestión, poniendo en claro el valor de los argumentos
ponían en verso sus oráculos para que mejor corriesen entre el pueblo. con tanta insistencia repetidos. Pero no es así, porque el Señor, dirigiéndose a Job,
8. Son siete los libros comprendidos en esta categoría de sapienciales: Job, los intenta aplanarle con la descripción de las obras en que se descubre la grandeza de su
Salmos, los Proverbios, el Eclesiastés, el Cantar de los Cantares, la Sabiduría y el poder y de su sabiduría, para que Job entienda que los juicios de Dios son inescruta-
Eclesiástico. Algunos apócrifos de la última época del judaismo podrían servirnos bles. Y así termina el cuerpo de la obra. En el epílogo, Dios se muestra irritado
también para estudiar este género literario. contra los tres amigos por no haber hablado según verdad, como su siervo Job, y
les manda ofrecer un sacrificio de siete toros y siete carneros y que Job ore por ellos.
Y termina el epílogo diciendo que Job recibió la salud, y los bienes que antes poseía se
J O B le duplicaron; que vivió ciento cuarenta años y murió harto de días.
4. Del autor del libro nada podemos decir sino que era un altísimo poeta. De
i . Se discute en el libro de Job una cuestión que hallamos muchas veces planteada, su época algo nos indica la comparación con Jeremías y con algunos salmos en que
o por lo menos indicada, en el Antiguo Testamento, y que es el tormento de todos los se expone el mismo problema. El libro de Job sería posterior a estos otros escritos,
ingenios de la literatura sagrada precristiana: el problema del infortunio del justo. del tiempo, por tanto, de la cautividad o inmediatamente posterior a ella.
La Escritura repite muchas veces, como un axioma, que Dios da a cada uno según
sus obras. Todos aceptamos este principio, que es de elemental justicia, como la cosa CTTTVr A P T O Prólogo histórico f i - 2 j . Primer debate entre Job y sus ami-
más natural, porque responde enteramente a los sentimientos de equidad impresos en OUlVlü.-rU-V; gQS (yl4)_ Segundo debate (15-21). Tercer debate (22-31).
el corazón del hombre. Pero cuando se miran las cosas de tejas abajo parece que tal Intervención de Eliú (32-37). Aparición de Dios (38,1-42,6). Epílogo (42.7-16).
principio flaquea no pocas veces, pues se ven justos en la miseria e impíos en la pros-
peridad. Y al flaquear el principio es como si la misma justicia divina se tambalease, Satán: «Vengo de dar una vuelta a la
viniendo a poner a dura prueba la fe de los creyentes en Dios. J o b , v a r ó n r e c t o y justo
tierra y pasearme por ella». 8 Y dijo Yavé
1 Había en tierra de Hus un varón
Los Salmos nos ofrecen con frecuencia el cuadro desgarrador que se desarrolla
en el corazón de los fieles; y es, a nuestro juicio, la mejor prueba de su gran fe el verlos 1 llamado Job, hombre recto y justo,
a Satán: «¿Y has reparado en mi siervo
Job, que no lo hay como él en la tierra,
sobreponerse a esta tentación en medio de la obscuridad en que vivían respecto a las temeroso de Dios y apartado del mal. * varón íntegro y justo, temeroso de Dios
2
Naciéronle siete hijos y tres hijas; 3 y y apartado del mal?» 9 Respondió Satán
sanciones de la vida futura. Ni es este problema sólo del pueblo hebreo. La literatura era su hacienda de siete mil ovejas, tres a Yavé: «¿Acaso teme Job a Dios en
caldea nos presenta una lamentación del justo que expresa ante sus dioses sentimientos mil camellos, quinientas yuntas de bue- balde? 10 ¿No le has rodeado de un va-
análogos a los del salmista. El autor de nuestro libro quiso estudiar el problema con yes, quinientas asnas y siervos en gran llado protector a él, a su casa y a todo
toda la amplitud que el estado de la revelación en su tiempo le permitía; y para ello número, siendo grande aquel varón entre cuanto tiene? Has bendecido el trabajo
acudió a este personaje, Job, que, a juzgar por la mención de Ezequiel (14,14), todos los orientales. de sus manos y ha crecido así su hacienda
había pasado a la posteridad como modelo de justicia y de paciencia.
4
Acostumbraban sus hijos a tener ban- sobre la tierra. u Pero anda, extiende tu
quetes en sus casas, cada uno en su día, mano y tócale en lo suyo, a ver si no
2. El libro consta de tres partes: un prólogo (1 -2) y un epílogo en prosa (42,7-16), te vuelve la espalda». 12 Entonces dijo
invitando a sus tres hermanas a comer y
y el cuerpo de la obra en verso. El prólogo nos da a conocer las pruebas a que Job fue beber con ellos; 5 cuando se completaba Yavé a Satán: «Mira, todo cuanto tiene
sometido por Dios y los motivos por que a ellas le sometió. la rueda de los días de convite, iba Job y lo dejo en tu mano, pero a é! no le toques».
Sigue luego la disputa. Tres amigos de Job, al saber las calamidades que de re- los purificaba, y levantándose de madru- Y salió Satán de la presencia de Yavé.
pente habían caído sobre él, vienen a visitarle y a condolerse con su amigo. Al verle gada, ofrecía por ellos holocaustos según 13
Estaban un día sus hijos y sus hijas
sentado en la ceniza, rayéndose con un tejón, la estupefacción se apodera de ellos, y su número; pues decía Job: « N o sea que comiendo y bebiendo vino en la casa de
por espacio de siete días y siete noches se están mirando sin hablar palabra. Al fin hayan pecado mis hijos y hayan bende- su hermano primogénito;* l 4 y llegó a
prorrumpe Job en un monólogo (3), en que expresa la grandeza de su dolor. Sus cido a Dios * en su corazón». Así hacía Job un mensajero, que le dijo: «Estaban
siempre. arando los bueyes y pacían cerca de ellos
palabras parecen una amplificación de las que en caso análogo profirió Jeremías las asnas, 1 5 y de repente se echaron sobre
(20,14 ss.). Esta queja de Job es la señal de ataque por parte de los amigos. Los que J o b , p r o b a d o p o r la a d v e r s i d a d ellos los sábeos y los cogieron, y a los
habían venido a consolarle se convierten en acusadores, aunque con la sana intención 6 Vinieron un día los hijos de Dios a siervos los hirieron a filo de espada. Y o
de reducirle a penitencia. No tienen prueba alguna concreta de la culpabilidad de presentarse delante de Yavé, y vino tam- solo he podido 6
escapar para darte la
Job, pero les basta verle de aquel modo herido de Dios. Era ésta una prueba que no bién entre ellos Satán, * 7 a quien pregun- noticia». ' Todavía estaba éste hablando,
admitía réplica, a menos de negar la justicia divina. Por espacio de once capítulos tó Yavé: «¿De dónde vienes?» Respondió cuando llegó otro, que dijo: «Ha caído
van los tres amigos repitiendo en variadas formas el mismo argumento, y Job respon-
1 No se conoce la patria precisa de Job. Sólo podemos asegurar que fue árabe, pues en el
diendo a cada uno (4-14). No contentos con esto, vuelven todavía a la carga y con-
sumen un segundo turno, respondiendo Job a cada réplica (i$-2i). Todavía insisten
1 v.3 se dice de él que era grande «entre todos los orientales».
56 Bendecir aquí es un eufemismo por maldecir, blasfemar u otro verbo.
con una réplica los amigos. Job les responde (22-31). Antes de esta respuesta se inter- Esta representación que aqui se nos hace de la corte divina, en que los ángeles, «los hijos de
cala un elogio de la Sabiduría que parece desprenderse del resto, pues no sabemos Dios», vienen como a presentar a Dios sus respetos en día solemne, y entre ellos Satanás, es de lo
más atrevido que hallamos en el Antiguo Testamento, sólo comparable al cuadro que nos ofrece
siquiera en boca de quién se pone (28). Los tres amigos desisten por fin de acusar a Miqueas de Jimia en i Re 22,18-23-
Job al ver cómo él persiste en declararse justo. Entonces aparece un cuarto acusador, J8 Después del cuadro de felicidad que nos trazó el autor en el v.3 ss., ahora, en un instante,
que, irritado, ataca a Job y a los tres amigos. Empieza en un tono ampuloso, expo- para que la impresión en Job sea más fuerte, se ve privado de cuanto poseía, con excepción de la
mujer, guardada para mayor tormento suyo.
JOB 1-3 580 581 JOB 3-5
del cielo fuego de Dios, que abrasó a las tejón y estaba sentado sobre ceniza. 9 Dí- y no haber substraído a mis ojos tanta
ovejas y a los mozos, consumiéndolos. ¿Qué justos fueron jamás exterminados? *
jole entonces su mujer: «¿Aún sigues tú [miseria,
Sólo he escapado yo p a r a darte la noti- 8 Por lo que siempre vi, los que aran la
aferrado a t u integridad? 10 ¡Bendice a n ¿Por qué no expiré en el seno de mi
cia», i ' T o d a v í a e s t a b a éste h a b l a n d o , Dios y muérete!» El le respondió: «Has [iniquidad
cuando vino otro, que dijo: «Los caldeos, [madre? y siembran la injusticia son los que cose-
hablado como habla la mujer necia. ¿No
divididos en tres tropeles, han dado sobre ¿Por qué no pereci al salir de sus entrañas? [chan sus frutos.
recibimos de Dios los bienes? ¿Por qué
los camellos, apoderándose de ellos, y a l 2 ¿ P o r qué hallé rodillas que me aco- 9
U n soplo de Dios los destruye,
no vamos a recibir también los males?»
los siervos los hirieron a filo de espada. y pechos que me a m a m a n t a r o n ? [gieron el aliento de sus narices los abate.
En t o d o esto no pecó J o b con sus labios. *
Y o solo he podido escapar para traerte 1 3 Pues ahora, muerto, descansaría, i" Los rugidos del león, los bramidos del
la noticia». ls Mientras hablaba éste to- V i e n e n a consolar a J o b tres d e sus dormiría y reposaría [rugiente,
davía llegó otro, que dijo: «Estaban tus 1 4 con los reyes y los grandes de la tierra, los dientes de los cachorros de león son
amigos que se construyen mausoleos; [quebrantados.
hijos y tus hijas comiendo y bebiendo
vino en la casa de su hermano el primo- 11 Tres amigos de J o b : Elifaz, temanita; 1 5 con los príncipes ricos en oro, 11 Perece el león falto de presa,
génito, 1 9 y vino del otro lado del desierto Bildad, suhita, y Sofar, namatita, cuando que llenan de plata sus moradas. y se dispersan los cachorros de la leona.
supieron todas las desgracias que le ha- 16
un torbellino y conmovió las cuatro es- O ni hubiera existido, c o m o aborto
quinas de la casa, que cayó sobre los bían sobrevenido, vinieron cada u n o de [secreto Aparición nocturna
jóvenes, y todos han muerto. Y o solo su lugar, habiendo convenido en juntarse o como los que, concebidos, no llegaron 12
he escapado para darte la noticia». p a r a condolerse y consolarle. * i 2 Y a de [a ver la luz. Llegóme calladamente una palabra,
lejos alzaron sus ojos y no le reconocie- 1 7 Allí n o perturban ya los impíos con sus mis orejas percibieron sólo u n murmullo,
3
r o n ; se pusieron a llorar a voz en grito, [perversidades, 1 al tiempo en que agitan el alma las
Fidelidad de J o b [visiones nocturnas,
20 rasgando cada u n o sus vestiduras y es- allí descansan los que codiciosos se afa-
Levantóse entonces J o b , rasgó sus parciendo al aire polvo sobre sus cabezas. [naron, cuando duermen los hombres profundo
vestiduras, rasuró su cabeza y, echándose 13
Estuvieron con él sentados en tierra por 1 8 allí están en paz los esclavos, [sueño.
en tierra, adoró, diciendo: 2i «Desnudo espacio de siete días y siete noches, y allí

Vous aimerez peut-être aussi