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Ficha I, Paz, Octavio.

(Eldls)

Paz, Octavio. (1998). El Laberinto de la Soledad. México. Ed. Fondo de la Cultura Económica, pp. 82
a 89.

Síntesis: Se hablará sobre aquellos problemas que aquejan al hombre durante su vida e incluso después
de ésta, en especial de la soledad. La soledad fungirá como un papel importante en la vida del ser
humano, del cual no podrá desprenderse en ningún momento. La soledad será también el pilar de su
forma de vida y de la constate búsqueda de su realización.
Ficha II, Paz, Octavio. (Eldls)

Paz, Octavio. (1998). El Laberinto de la Soledad. México. Ed. Fondo de la Cultura Económica, pp. 82.

[La soledad no es una sensación ajena al ser humano como tal, pero tiene un propósito que podría
traducirse en la búsqueda de uno mismo con base en el crecer].

“LA SOLEDAD, el sentirse y el saberse solo, desprendido del mundo y ajeno a sí mismo,
separado de sí, no es característica exclusiva del mexicano. Todos los hombres, en algún momento
de su vida, se sienten solos; y más: todos los hombres están solos. Vivir, es separarnos del que
fuimos para internarnos en el que vamos a ser, futuro extraño siempre.”.

[El hombre en cierta forma elige su soledad al no encontrarse y sentirse inferior a la par de otros
hombres, y es en sí ese sentimiento de inferioridad o de inconformidad consigo mismo al que podemos
denominar como soledad. También la soledad puede tener un sentido de dependencia, nos separan de
nuestra madre, nos sacan de nuestro refugio donde nada podía lastimarnos y de pronto, nos
encontramos solos sin aquella conexión. Y aunque no sepamos (como recién nacidos) que esa
sensación de temor e inseguridad es llamada soledad, sabemos que está ahí presente rondando nuestros
pensamientos. En la adolescencia uno ya es consciente de sí mismo, entonces nos arriesgamos a amar, a
perder, a luchar, todo en pro de no sentir tan cerca aquella soledad de la que en cierta manera queremos
huir y a la vez, conservar. Y en la madurez ya uno es más consciente de que es algo con lo que no
podemos luchar para siempre, aceptamos esa soledad y la volvemos nuestra “amiga”. Nos acompaña en
los momentos de gloria y de derrota, oculta, pero siempre ahí. Y cuando el hombre decide formar un
grupo para abatir aquel sentimiento de soledad, siempre llegará un periodo en el que ese grupo deba
separarse y de nuevo quede solo en ese espacio tan suyo como ningún otro, consigo mismo y con lo
que lo rodea. También se alimenta, el hombre, de mitos y creencias que le hacen ver que hay algo más
grande, que hay un ser omnipotente que siempre estará a tu lado y nunca va a dejarte solo. Que incluso
después de la muerte, estará ahí, esperándote.].
Ficha III, Paz, Octavio. (Eldls)

Paz, Octavio. (1998). El Laberinto de la Soledad. México. Ed. Fondo de la Cultura Económica, pp. 82.

[La vida y la muerte son procesos inevitables en los que siempre se hace presente la soledad].

“Nacer y morir son experiencias de soledad. Nacemos solos y morimos solos.”

[Estos dos procesos son completamente antagónicos pero uno no puede existir sin el otro, si la vida del
hombre ya es complicada se complica aún más con la constante duda de no saber cómo, dónde,
cuándo ha de ocurrir aquel hecho que termine con la vida, ¿o acaso la muerte genera nueva vida?
Existen tantas preguntar y pocas respuestas en torno a la vida y la muerte, generando aún más
preguntas el si existe algo después de la muerte; y éste tema, lamentablemente, genera muy pocas
respuestas por parte de la ciencia. Pero, ¿realmente nos gustaría ser inmortales? ¿En qué
emplearíamos tanto tiempo, tanta vida? Quizá sólo sea ese instinto que tenemos de aferrarnos a lo
que no sabemos cómo salvar, no sabemos de qué forma podríamos librarnos de tan triste final para
algunos. Dejamos atrás un sentimiento de vacío, de añoranza y sí, tal parece que cuando alguien se
va es cuando deciden recordar todas sus virtudes y describirle con palabras suaves y cálidas. A lo
largo de nuestra vida recibimos amor y es en nuestra muerte donde incluso, a mi parecer, se
demuestra un poco más. Y éste amor que se supone debería ser una elección libre, está manchado
por las influencias. Hombres y mujeres no se muestran como son, aparentan ser lo que para el resto
del mundo está “bien y es correcto”. El amor, que debería ser el sentimiento más puro, se ve
manchado por las expectativas, por las normas. Entonces está mal si no se ve a una familia “estable”
conformada por un esposo, (que provee de todo al hogar), una madre (que se encarga de cuidar a su
esposo, la casa y a los hijos) y a sus hijos (quienes deben respetar a ambos y aspirar a ser buenas
amas de casa o buenos hombres como su padre). Hay tanto de lo que nos estamos privando por
decidir complacer a alguien más, antes que a nosotros mismos; por decidir hacer feliz a la sociedad,
antes que tener una sonrisa genuina en la cara. Y el amor es una mentira, dependiendo del país en el
que lo mires. Aquí en México repudiamos a las prostitutas, mientras que en otros países las aclaman.
Y algo en lo que se coincide en el mundo es que defender un tipo distinto de amor al que siempre se
nos ha enseñado, es inmoral, peligroso y va contra las normas, según nuestra sociedad.].

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