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EYDER PATIÑO CABRERA

Magistrado Ponente

SP11876-2017
Radicación n.° 41467
Acta 239

Bogotá, D. C., dos (2) de agosto de dos mil diecisiete


(2017).

MOTIVO DE LA DECISIÓN

Decide la Sala los recursos de casación interpuestos


por los defensores de RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, la señora Fiscal 31 Seccional
y el apoderado judicial de la Sociedad Agropecuaria del
Norte Limitada, contra la sentencia proferida el 20 de
marzo de 2013 por el Tribunal Superior de Santa Marta,
mediante la cual revocó parcialmente el fallo del 12 de
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

marzo de 2012 dictado por el Juzgado Tercero Penal del


Circuito de la misma ciudad, y condenó a los procesados
como coautores del delito de falsedad en documento
privado, en tanto que confirmó la determinación de
absolverlos frente al injusto de fraude procesal.

HECHOS Y ACTUACIÓN PROCESAL

1. Según se extrae de la foliatura, el aspecto fáctico,


se puede reseñar de la siguiente manera

i) HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, en calidad de


representante legal de la empresa INTERASEO S.A. E.S.P,
y RAÚL ALBERTO GUAL MOZO, en condición de testigo,
suscribieron dos contratos de compraventa de unos
derechos de posesión, cuyo contenido es falso. En el
primero, aparecen como vendedores ALFREDO GRANADOS
SUÁREZ y MIRIAM MAIGUEL GALVIS DE GRANADOS, sobre un
predio rural denominado LA LOMA DE SANSON, con una
extensión de 172.664.33 M2, por valor de
$17.266.433.oo.

En el segundo contrato, JUAN BAUTISTA VARGAS


JIMÉNEZ y MARÍA ELENA GONZÁLEZ NIEVES, representados
por el Dr. AUGUSTO JOSÉ MOLINA GUTIÉRREZ, vendieron los
derechos de posesión del predio rural denominado LAS
MARÍAS, con una extensión aproximada de 66 hectáreas
2.026 metros, por un valor de $110.000.000.oo. Ambos
terrenos se encuentran ubicados en la vereda
PALANGANA, jurisdicción del Distrito de Santa Marta.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

ii) El contenido de los mencionados contratos es


falso, por cuanto el 24 de julio de 2002, fecha que se dice
fueron suscritos, HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, de
acuerdo a los certificados de existencia y representación
legal, no era el representante de INTERASEO y para esa
misma fecha, RAÚL ALBERTO GUAL MOZO era el Procurador
Agrario del Magdalena.

Así mismo en los contratos se estipuló por las partes,


que los vendedores se obligaban a coadyuvar la solicitud
de adjudicación de baldíos que haría INTERASEO ante la
Unidad Administrativa de Tierras Rurales (La UNAT),
siendo que esta fue creada por la Ley 1152 del 25 de julio
de 2007, es decir que no existía, para la fecha en que se
afirma fueron realizados los convenios. De otro lado, se
establece que el valor de las negociaciones se efectuó en
el 2008, muchos años después de la fecha de su
celebración.

iii) Los mencionados contratos fueron aportados por


GUAL MOZO, como apoderado de RAMÍREZ GARCÍA, en el
mes de marzo de 2009 ante la Secretaría de Gobierno
Distrital de Santa Marta, dentro de una querella policiva
que presentó contra la sociedad AGROPECUARIA DEL
NORTE LIMITADA, aduciendo que la empresa
INTERASEO S.A E.S.P. es poseedora de los terrenos en
ellos descritos desde hace más de diez (10) años, con el
fin de inducir en error al funcionario del distrito, pues
pretendían enervar similar acción policiva que meses

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Casación 41467
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HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

antes y sobre los mismos predios había promovido en su


contra la primera sociedad.

2. En audiencia preliminar celebrada el 5 de mayo


de 2011, ante el Juzgado Sexto Penal Municipal con
funciones de control de garantías de Santa Marta, la
fiscalía formuló imputación a los implicados, en calidad
de coautores de los delitos de fraude procesal, en
concurso heterogéneo con el de falsedad en documento
privado, conforme a los artículos 453, 289 y 31 del Código
Penal, con la circunstancia de mayor punibilidad relativa
a obrar en coparticipación criminal, prevista en el canon
58-10 ejusdem1. Los encartados fueron afectados con
detención preventiva en el lugar de residencia2.

3. El 31 de mayo de ese año, se presentó escrito de


acusación3 y la formulación correspondiente se llevó a
cabo el 14 de junio posterior, ante el Juzgado Tercero
Penal del Circuito de Santa Marta. En esa oportunidad,
se reconoció personería jurídica a los apoderados de las
empresas Agropecuaria del Norte Limitada y Moggio S.A.,
en su condición de víctimas4.

La audiencia preparatoria tuvo lugar los días 11 y 12


de julio de la misma anualidad5, y la de juicio oral en
sesiones que iniciaron el 16 de agosto y culminaron el 6

1 Así consta a folios 10 y 11 del escrito de acusación


2 Ib.
3 Folios 1 a 26 Cuaderno Principal.
4 Folios 36 y 37 Ib.
5 Folios 39 a 44 Ib.

4
Casación 41467
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HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

de octubre siguiente, fecha en que se emitió el sentido del


fallo de carácter condenatorio para RAÚL ALBERTO GUAL
MOZO por el delito de falsedad en documento privado y
absolutorio por el punible de fraude procesal.

A HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA lo halló inocente


de ambas conductas punibles.6.

En consecuencia, el 12 de marzo de 2012 el


despacho dictó la sentencia de primer grado, por cuyo
medio condenó a RAÚL ALBERTO GUAL MOZO como autor
responsable del delito de falsedad en documento privado.

Le impuso la pena principal de dieciséis (16) meses


de prisión y, por el mismo tiempo, la accesoria de
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas, con derecho a la suspensión condicional de la
ejecución de la pena, en tanto que lo absolvió del cargo de
fraude procesal.

4. En providencia del 20 de marzo de 2013, el


Tribunal Superior de Santa Marta, sala mayoritaria7, al
conocer del recurso de apelación incoado por la defensa
de RAÚL ALBERTO GUAL MOZO, la delegada de la Fiscalía y
los representantes de las empresas Agropecuaria del
Norte Limitada y Moggio S.A., revocó parcialmente la

6Fls 73 a 76 vto, 119 a 123 y 130 vto, Ib.


7Frente a la decisión adoptada, uno de los magistrados salvó el voto y otro lo
adicionó.

5
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

decisión del A quo, en el sentido de condenar a HUGO


HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA como coautor del delito de
falsedad en documento privado. Le impuso dieciséis (16)
meses de prisión, la accesoria de inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas por tiempo
igual y le concedió la suspensión condicional de la
ejecución de la pena.

En lo demás, confirmó el fallo de primera instancia8.

5. El 19 de diciembre de 2013, esta Corporación


admitió las demandas de casación identificadas al inicio
de esta providencia, por lo cual se llevó a cabo la
correspondiente audiencia de sustentación.

Se procede, entonces, a resolver de fondo.

LAS DEMANDAS

1. A nombre de RAÚL ALBERTO GUAL MOZO.

La defensora formula dos cargos contra la sentencia


de segunda instancia, así:

Primero (principal).

Con estribo en la causal primera de casación, acusa


la «falta de aplicación o exclusión evidente» de los artículos

8 Fls 36 a 87 Cuaderno del Tribunal.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

280 del Código de Procedimiento Civil, 126 del Código


Nacional de Policía, 83 de la Constitución Política, 5 de la
Ley 599 de 2000, 3 y 8 del Decreto 2664 de 1994 y 68 y
72 del Decreto 960 de 1970; y, como erróneamente
interpretado, el canon 289 del Código Penal.

Frente a ésta última disposición, señala que la


segunda instancia desatendió el deber de veracidad de
ambos procesados.

Según la censora, la inaplicación de los primeros,


que corresponden a preceptos reguladores de los
documentos privados, condujo a que el Tribunal no se
percatara de la existencia de una fecha cierta y que, como
tal, esa formalidad tiene una serie de implicaciones para
la vocación probatoria del instrumento.

De haberlos tenido en cuenta, los magistrados


habrían concluido que el valor probatorio de los contratos
solo se obtenía en el momento de la imposición de la fecha
cierta, es decir, noviembre y diciembre de 2008, pues con
antelación solo afectaban a las partes, no podían ser
utilizados contra terceros y no vulneraban la fe pública.

Así mismo, que la negociación se realizó en el 2008


y la circulación en el tráfico jurídico tuvo lugar en el 2009,
fecha cierta que era la que surtía efectos frente a terceros.

De igual modo, la aplicación del segundo inciso,


aparte final del artículo 158 de la Ley 1152 de 2007

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

(Estatuto de Desarrollo Rural) los llevaba a concluir que


el traspaso del predio era inocuo para efectos de la
adjudicación, si se determinaba que era baldío.

Además, que la imposición de la fecha de 2002, no


tendría validez para efectos de oponer a terceros, tanto así
que en los mismos contratos, los vendedores se obligaron
a coadyuvar las acciones que se iniciaran ante la Unidad
Administrativa de Tierras Rurales (UNAT); por
consiguiente, el Ad quem hubiese podido concluir que no
hubo dolo, ni riesgo, ni lesión del bien jurídico de la fe
pública y, por lo tanto, que el tipo penal del artículo 289
del Código Penal, «era inaplicable».

Al desconocer la segunda instancia, el Decreto 2664


de 1994, (por medio del cual se dictan los procedimientos
para la adjudicación de terrenos baldíos y su
recuperación), respecto a que «la ocupación anterior de
persona distinta del peticionario no es transferible a terceros
para los efectos contemplados en este inciso», excluyó la
posibilidad de entender que el traspaso no generaba
ningún derecho en lo relacionado con la adquisición de
baldíos y no se podía deducir que se falseó la verdad.

De esa manera, se sancionó un comportamiento que


no era antijurídico formal ni materialmente, por ser
hechos ciertos la ocupación, la posesión, la identidad de
las personas que acudieron y firmaron el documento, y el
recibo del precio.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

A juicio de la actora, la correcta aplicación de los


preceptos permitía concluir que la fecha plasmada en los
documentos, la cual solo obligaba a las partes, «lo que
pretendía es en el fondo es reflejar el tiempo que efectivamente
llevaban en posesión los vendedores de los derechos y por ende
el derecho subrogado por el comprador».

Solicita casar la sentencia impugnada y dictar la


absolutoria a favor de su representado, por atipicidad de
la conducta.

Segundo (subsidiario).

Acusa la sentencia del Tribunal por violación


indirecta de la ley sustancial, en la modalidad de falso
raciocinio, al momento de analizar las declaraciones de
ETIVIA MARÍA GARCÍA, JUAN BAUTISTA VARGAS JIMÉNEZ,
ALFREDO GRANADOS SUÁREZ, FREDY RIQUET DE LA HOZ, CÉSAR
RIASCOS NOGUERA, MIRIAM DÍAZ CAMARGO, CONCEPCIÓN
FERNÁNDEZ LÓPEZ, ALEXANDER TEJEDOR RAMÍREZ, CAMILO
ALEJANDRO CHAPARRO ROMERO, CÉSAR SEGUNDO ROVIRA
LOZANO y HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA.

Considera que «una valoración adecuada y juicio


acertado de raciocinio» de las anteriores pruebas, habría
llevado a concluir que la fecha de los contratos es la de
noviembre y diciembre 2008, respectivamente, y, por
tanto, no se faltaba a la verdad; que los señores VARGAS
JIMÉNEZ y GRANADOS SUÁREZ, tenían y ejercían una
ocupación de más de veinte (20) años; que la compra se

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

realizó y se hizo sobre una posesión cierta que subroga


los derechos de ocupación de épocas anteriores y,
precisamente, enajenan parte del tiempo que llevaban en
ese lugar; que los documentos fueron suscritos por los
testigos, el representante y el apoderado de Interaseo S.A.
E.S.P.; que los vendedores recibieron los cheques por las
cuantías indicadas, firmaron los contratos y se
comprometieron, como allí se indica, a coadyuvar las
acciones que incoara el comprador, hecho que resalta lo
inane de la fecha contenida en ellos, para efecto de la
adjudicación de baldíos.

Agrega que si se hubiera valorado correctamente la


decisión del 7 de enero de 2011, proferida por la
Secretaría de Gobierno, o la certificación de la misma
entidad, expedida el 10 de agosto siguiente, se habría
concluido que cuando se falló el proceso policivo,
Interaseo S.A. E.S.P. ya tenía la posesión.

De igual manera, el juez colegiado habría razonado


que la variación de las fechas era inocua frente a
cualquier trámite, pues solo tenían vocación probatoria
cuando la acción de adjudicación de baldíos fuera
presentada por el original poseedor, donde sus derechos
transmitidos no son aceptados para esta clase de
procesos. Y frente a la perturbación de la posesión, la
conclusión evidente había sido que para el momento de la
querella policiva, la empresa ya venía poseyendo de
manera directa y efectiva, como se demostró con las

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

inspecciones oculares de ese proceso adelantado por la


Alcaldía de Santa Marta.

Si se hubiera reparado en el hecho que Agropecuaria


del Norte Limitada instauró querella el 19 de diciembre de
2008, así como en enero y abril de 2009, y que «los
documentos fueron suscritos en Notaría» los días 26 de
noviembre y 3 de diciembre de 2008, era posible concluir
que no se elaboraron para presentar acción policiva
contra dicha firma y que no tenían vocación probatoria,
por ser anteriores a las querellas.

Concluye que hay un «falso juicio de raciocinio» que


condujo a una equivocada valoración probatoria.

Solicita se case la sentencia recurrida y, en su lugar,


se absuelva a su defendido.

2. A nombre de HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA.

El defensor formula tres cargos contra la sentencia


del Tribunal, así:

Primero.

Con estribo en la causal primera, del artículo 181 del


Código de Procedimiento Penal, acusa la violación directa
de la ley sustancial por aplicación indebida del artículo
289 de la Ley 599 de 2000, a causa de una errónea
interpretación del alcance del precepto.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Tras referir que la falsedad en documento privado


exige, para su estructuración, que el sujeto falsifique el
documento y posteriormente lo incorpore en el tráfico
jurídico, apunta que la acción de su defendido, de haber
suscrito dos contratos con fechas distintas a las que en
realidad fueron firmados, no es constitutiva del delito de
falsedad, contrario al criterio de la Sala mayoritaria del
Tribunal, cuyas consideraciones aprecia equivocadas y
obedecen a una interpretación errónea del alcance del
precepto que tipifica la conducta, de la jurisprudencia de
la Corte y, en general, del concepto de falsedad para
efectos penales.

En sustento de lo anterior, menciona que el principio


de la autonomía de la voluntad facultaba a su defendido
a actuar del modo en que lo hizo, por lo cual, su
comportamiento no puede considerarse constitutivo de
falsedad.

Con apoyo doctrinal y jurisprudencial,


especialmente de la Sala de Casación Civil de esta
Corporación, argumenta que los ciudadanos pueden dar
a sus negocios jurídicos el contenido y efectos que deseen
y que esa libertad contractual sólo está limitada por el
orden público y las buenas costumbres.

La misma Sala de Casación Civil9, cuando trató el


tema de las cláusulas inveraces, “no solamente reconoció la

9 Según dijo, en sentencia de Casación de 21 de enero de 1971.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

posibilidad de que las partes de un negocio jurídico documenten


en sus texto afirmaciones que no se compadecen con la
realidad, sino más significativo aún, expresamente señaló que
tales cláusulas inveraces surten plenos efectos jurídicos para
las partes involucradas; salvo que medie una prueba
documental que demuestre la real intención de los
contratantes”10.

Conforme a lo anterior, se debe aceptar que


Interaseo S.A. E.S.P., representada legalmente por su
prohijado, y los poseedores de los predios tantas veces
mencionados, tenían todo el derecho de darle efectos
jurídicos a los contratos que suscribieron, desde el
momento en que a bien lo tuvieran; por tal razón
decidieron, sin que constituya delito alguno, calendar
dichos contratos con una fecha anterior a la de su efectiva
celebración.

Dice que se encuentra probado, y así fue reconocido


por las instancias, que mucho antes de la suscripción de
los contratos que se reputan falsos, Interaseo S.A. E.S.P.
adelantó acercamientos con los poseedores tendientes a
lograr una negociación, lo cual justificaba que se
retrotrajeran sus efectos a la fecha en que empezó a
gestarse el acuerdo de voluntades; que además, JUAN
BAUTISTA VARGAS, ya había ejercido acciones policivas
contra la empresa, por problemas de vecindad
relacionados con la servidumbre, todo lo cual explicaba
que se dieran efectos jurídicos a la cesión de la posesión

10 Folio 354 Cuaderno Tribunal.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

desde antes de la firma del referido contrato, con miras a


salvar cualquier disputa futura entre las partes.

También se justificaba que, al tenor de lo dispuesto


en el artículo 778 del Código Civil, la empresa alegara
como suyas las posesiones ejercidas por los señores
VARGAS y GRANADOS, pues el objeto de la cesión lo
constituía la posesión de éstos, razón para calendar los
contratos con una fecha anterior a la de su firma, tal como
lo afirmó en juicio oral RAÚL ALBERTO GUAL MOZO.

Más adelante señala que la figura de simulación


prevista en el ordenamiento civil, supone la existencia de
un acto documental por esencia ficticio que esconde la
verdadera voluntad de las partes, al cual la propia ley le
reconoce determinados efectos jurídicos respecto de las
partes y en algunos casos frente a terceros.

Con sustento en jurisprudencia nacional y


extranjera y en la doctrina, concluye que “lo que es lícito a
la luz de las leyes civiles, no puede tornarse punible en el
escenario del derecho penal, de modo que las conductas
enjuiciadas, esto es, firmar un contrato con una fecha distinta
a la de su celebración, escapa alcance (sic) del tipo penal
consagrado en el artículo 289 del C.P” .

Aunque en este caso, agrega, ni siquiera están


presentes los elementos de una simulación relativa en un
negocio jurídico, pues en el juicio se demostró, y así lo
validaron las instancias, que Interaseo S.A. E.S.P.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
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adquirió, a título oneroso, las posesiones inveteradamente


ejercidas por los poseedores tantas veces mencionados
sobre los predios “Las Marías” y la “Loma de Sansón”, su
invocación obedece al propósito de ilustrar que nuestro
ordenamiento reconoce y da efectos jurídicos a las
declaraciones documentales aun cuando no se
compadezcan con la realidad y que esa modalidad de
ejercicio de la libertad contractual no se asoma como un
supuesto del delito en comento.

De contera, yerra el Tribunal al señalar que la


conducta de su defendido RAMÍREZ GARCÍA, al suscribir un
contrato que documenta una fecha distinta a la de su
efectiva firma, encuentra adecuación en el tipo penal
consagrado en el artículo 289 del Código Penal, lo que
amerita que se case la sentencia recurrida, y en su lugar
se profiera fallo absolutorio a favor de su prohijado.

A continuación manifiesta que la jurisprudencia de


esta Corporación no impone un deber de veracidad
absoluto en el ámbito de las relaciones contractuales,
como lo interpretó la Sala mayoritaria del Tribunal,
valorando de manera errada el criterio jurisprudencial
inserto en el radicado 13.231 del 29 de noviembre de
2000, que no resulta pertinente por tratar un supuesto de
hecho distinto al que es objeto de enjuiciamiento, pues se
analiza la responsabilidad de una persona que simuló un
contrato de obra para obtener el pago de unas cesantías.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

A partir de ese referente, el Ad quem supuso la


existencia de un deber general de veracidad en el ámbito
de las relaciones contractuales, que presuntamente obliga
a las partes de un convenio que por esencia tiene vocación
probatoria, a documentar fiel y exactamente la realidad
de la negociación, so pena de incurrir en el delito previsto
en el artículo 289 de la Ley 599 de 2000.

Para el actor, esa no es la correcta interpretación de


la ratio decidendi de la providencia en cita, pues si bien la
colegiatura consideró que en ciertos casos «la naturaleza
del documento, que no la ley en estricto sentido, impone el deber
de veracidad», ello sólo es válido frente a aquellos
documentos cuyo propósito único y específico es «servir de
prueba de una relación jurídica relevante que involucra o puede
llegar a comprometer intereses de terceras personas
determinadas», esto es, cuando la finalidad de su creación
sea oponerlo como medio de prueba frente a un tercero.

En el asunto concreto, Interaseo S.A. E.S.P.,


efectivamente, celebró dos contratos mediante los cuales
adquirió, a título oneroso, la posesión ejercida por los
señores VARGAS y GRANADOS, negocio jurídico lícito y real
en cuanto a la causa, objeto y contraprestación; el que
únicamente incumbía a sus contratantes y no estaba
llamado a ser oponible frente a terceros ni surtir efectos a
éstos.

Distinto es que, eventualmente, hubiera podido ser


empleado como prueba en una actuación judicial o

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HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

administrativa y, por ello, no hay lugar a condenar a su


defendido, pues el injusto requiere que el documento de
que se trate supere la esfera patrimonial de quienes lo
suscriben y tenga la aptitud para causar perjuicios a un
tercero; de lo contrario, las inveracidades en que incurran
sus firmantes quedan por fuera del ámbito del Derecho
Penal o, cuando menos, del de los delitos contra la fe
pública.

En el sub exámine el propio Tribunal reconoció que


los convenios de cesión de la posesión suscritos por
RAMÍREZ GARCÍA, carecían de trascendencia frente a los
presuntos intereses jurídicos de las sociedades que se
constituyeron como víctimas, pues así lo reflejan las
consideraciones relativas al fraude procesal, respecto de
las cuales no existe certeza acerca de su propiedad sobre
los predios; de lo que no quedó duda es que nunca fueron
poseedoras de los mismos y, por tanto, no podían ser
consideradas como terceros para efectos de estructurar el
tipo penal de falsedad en documento privado.

Por todo lo anterior, solicita se case la sentencia


impugnada y, en su reemplazo, se profiera fallo
absolutorio a favor de su defendido.

Segundo (subsidiario).

Postula el libelista sendos errores de hecho, que


condujeron al Tribunal a estimar que su defendido obró

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con el dolo propio del delito de falsedad en documento


privado.

Aduce que al mencionar ciertas pruebas y no


valorarlas integralmente, incurrió en un falso juicio de
identidad.

Son ellas:

(i) Los contratos de compraventa de derechos


posesorios, suscritos entre Interaseo S.A. E.S.P. y JUAN
BAUTISTA VARGAS y ALFREDO GRANADOS, respecto de los
cuales se omitió valorar las notas de presentación
personal ante notario público de las firmas de los
contrayentes, aspecto que acredita que los firmantes
acudieron, los días 26 de noviembre y 3 de diciembre de
2008, a la Notaría Cuarta de Santa Marta a declarar que
sus rúbricas efectivamente les pertenecen y descarta
cualquier intención falsaria por parte del procesado.

(ii) El interrogatorio rendido por HUGO HUMBERTO


RAMÍREZ GARCÍA en el desarrollo del juicio oral, del que
dejó de valorar los apartes en los que siempre reconoció
como únicos poseedores de los predios “Las Marías” y “La
Loma de Sansón” a JUAN BAUTISTA VARGAS y ALFREDO
GRANADOS SUÁREZ; que las minutas fueron elaboradas por
el abogado RAÚL ALBERTO GUAL MOZO, contratado
previamente para el efecto, bajo el entendido que no
estaba realizando nada ilegal porque en el acto
participaron dos abogados (GUAL MOZO y AUGUSTO JOSÉ

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Casación 41467
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MOLINA) y en la notaría no se formuló objeción alguna, y


que el valor se pagó con cheques, haciéndose evidente la
ausencia de interés en engañar a alguien.

Refiere el demandante que una valoración del


testimonio en cita, bajo los parámetros de la sana crítica,
muestra que no actuó con dolo, aserto que respalda con
el señalamiento que al respecto hizo el Magistrado
disidente de Sala de Decisión del Tribunal.

(iii) Intervención de RAÚL ALBERTO GUAL MOZO en la


audiencia de juicio oral. De su relato, el Ad quem no valoró
el aparte donde manifiesta que él elaboró las minutas de
los contratos y consignó en ellos la fecha del 24 de julio
de 2002 por considerar que se trataba de una suma de
posesiones de acuerdo a lo previsto en el artículo 778 del
Código Civil.

Destaca los apartes de dicho alegato y lo que al


respecto manifestó el Magistrado que salvó el voto.

Más adelante, aduce que conforme a las reglas de la


sana critica, se concluye que dicho abogado, dada la
experiencia como Procurador Agrario, estaba
completamente convencido que en relación con los
contratos sobre derechos posesorios, era absolutamente
válida y legal la figura de la suma de posesiones y, pese a
que los vendedores llevaban más de 20 años, estimó
necesario sumar solamente la posesión de los últimos 6
años.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Esa apreciación de GUAL MOZO, fue transmitida a su


defendido, siendo que la intervención de aquél muestra
que éste no influyó en la redacción de los aludidos
convenios.

(iv) Contrato de prestación de servicios suscrito entre


Interaseo S.A. E.S.P. y el abogado GUAL MOZO, el cual fue
introducido a juicio, sin que se valorara la estipulación
referida a que dicho profesional era el encargado de
elaborar las minutas de adquisición de los derechos
posesorios.

Dice el libelista que la conclusión del juez plural,


acerca de que los encartados actuaron de consuno en la
falsedad en documento privado, desconoce que la
existencia del aludido contrato desvirtuó cualquier indicio
de dolo y refleja la intención, por parte de su asistido, de
adquirir legalmente la posesión y luego la propiedad de
los predios.

(v) Declaración de JUAN BAUTISTA VARGAS rendida en


la sesión del 18 de agosto de 2011. El fallador no tuvo en
cuenta que este afirmó ser el poseedor del predio “Las
Marías” por más de 20 años, ejercer la posesión con ánimo
de señor y dueño y haber hecho la venta de manera
voluntaria, a través de su abogado AUGUSTO JOSÉ MOLINA.

A juicio del letrado, dicho relato evidencia que


ninguna de las empresas que se presentaron como
víctimas dentro de la actuación tenían posesión en dicho

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terreno y, por tal razón, al transferir sus legítimos


derechos a Interaseo S.A. E.S.P., en nada afectaba la
situación de las empresas Agropecuaria del Norte
Limitada y Moggio S.A.

Incluso, de los apartes no valorados se pone en


entredicho la propiedad que las supuestas víctimas
afirmaron tener y da mayor relevancia a lo aceptado por
el Tribunal, referente a la condición de baldíos de los
predios, aspecto que descarta la afectación de derechos
de terceras personas, requisito necesario para la
existencia del punible contra la fe pública, según la
jurisprudencia.

(vi) Declaración de ALFREDO GRANADOS SUÁREZ, cuyos


apartes omitidos demuestran que era el único poseedor
del predio “La Loma de Sansón” sobre el cual ejerció
posesión con ánimo de señor y dueño y luego de varios
años de negociación, vendió voluntariamente a la empresa
de aseo los derechos de posesión de una parte de ese
terreno.

Así mismo, descartó cualquier derecho posesorio por


parte de las empresas señaladas, al afirmar que jamás
compartió posesión con quienes se presentaron como
víctimas.

También comprueba que fue quien desde varios años


atrás le había ofrecido el predio a su defendido,
circunstancia que desvirtúa la equivocada conclusión del

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Tribunal al afirmar que éste compró los terrenos y falsificó


los contratos con el fin de utilizarlos como prueba dentro
del proceso policivo adelantado por la Secretaría de
Gobierno de Santa Marta.

El declarante también demostró que JUAN BAUTISTA


VARGAS era el único poseedor del predio “Las Marías”,
pues aseguró conocerlo desde hace más de 20 años.

De otra parte, el censor reprocha un falso juicio de


existencia, por omisión, respecto de las siguientes
pruebas:

(i) Querella policiva que redactó y presentó el


abogado RAÚL ALBERTO GUAL MOZO, ante la Secretaría de
Gobierno de Santa Marta, el 25 de marzo de 2009, esto
es, más de tres meses después de haber suscrito los
contratos sobre derechos de posesión celebrados entre
Interaseo S.A. y los señores JUAN BAUTISTA VARGAS y
ALFREDO GRANADOS SUÁREZ.

Dice que de ese documento, así como de los


convenios aludidos, se colige que no tuvo como propósito
enervar acción alguna, sino buscar el amparo de la
posesión que Interaseo S.A. E.S.P. venía ejerciendo sobre
los predios desde finales de noviembre y principios de
diciembre de 2008; no obedeció a la contestación o réplica
de una querella, sino a los actos perturbatorios a la
posesión que se presentaron a comienzos y mediados del
mes de marzo de 2009.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

(ii) Contrato de prestación de servicios profesionales,


suscrito entre la empresa de aseo y el abogado GUAL MOZO,
con el objeto de asesorar jurídicamente «en la atención
íntegra del amparo a la posesión adquirido por la empresa», y
comprendía la presentación de demandas, quejas y
solicitudes de amparos policivos a la posesión.

Según el actor, de ese documento se deduce que su


prohijado, con el ánimo de darle publicidad a sus actos,
suscribió dicho contrato y que el abogado lo desarrollaría
de manera independiente, sin ningún tipo de
subordinación, en consideración a su idoneidad y
experiencia.

Conforme a las reglas de la sana crítica,


especialmente de la experiencia, quien tiene intención de
usar un documento falso, a través de un tercero, no
suscribe un contrato de prestación de servicios que pueda
reflejar el acuerdo, sino que evita dejar evidencia del
mismo.

(iii) Declaración del Inspector de Policía CÉSAR


SEGUNDO ROVIRA LOZANO, rendida en la sesión del 7 de
septiembre de 2011, encargado de adelantar la inspección
ocular dentro del aludido proceso policivo.

Previa transcripción de algunos apartes textuales,


advierte el libelista que, dentro de la querella, el abogado
GUAL MOZO les dio a los predios la denominación de
Relleno Sanitario de Santa Marta y que aquél funcionario

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

solo advirtió actos posesorios por parte de Interaseo S.A.


E.S.P., negó la ocurrencia de actos posesorios por parte
de Agropecuaria del Norte Limitada y ratificó, bajo
juramento, la existencia de un carreteable y la remoción
de tierra por parte de la primera, actos constitutivos de la
posesión que venía ejerciendo.

De lo declarado por ROVIRA LOZANO, se concluye que


HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA no tuvo la intención de
engañar a nadie al suscribir los contratos porque, una vez
perfeccionada la venta, no requería utilizarlos para
demostrar su derecho sobre los inmuebles, sino para
ejercer los actos que estimara como poseedor, lo cuales se
evidenciaron de manera fehaciente dentro del trámite
policivo y fueron ratificados en el juicio oral por aquél
funcionario.

A continuación, el demandante dedica un capítulo a


demostrar la incidencia de la valoración en conjunto de
las pruebas objetadas frente al restante acervo probatorio,
efecto para el cual, en términos generales, reitera las
conclusiones ya aludidas. Además, recrimina al juez
plural porque ignoró que el verbo rector del delito de
falsedad supone un análisis normativo, no simplemente
fáctico, al tiempo que nuestro ordenamiento jurídico
continúa exigiendo la conciencia de antijuridicidad como
fundamento de la responsabilidad penal, así se ubique en
sede de culpabilidad, planteamiento que también apoya
en el salvamento de voto.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

En síntesis, el Tribunal supuso el elemento volitivo


del dolo de su asistido, porque la querella policiva fue
presentada por el abogado GUAL MOZO el 25 de marzo de
2009, a consecuencia de los actos de perturbación a la
posesión de que fue víctima la empresa de aseo en febrero
y marzo de 2009, por personas armadas, vinculadas a
Agropecuaria del Norte Limitada.

La única forma de predicarlo, sería considerar que


para la fecha en que se autenticaron los contratos de
derechos posesorios -26 de noviembre y 3 de diciembre de
2008- «predijo o vaticinó» los actos que desplegaría el
personal de la aludida sociedad, y una vez ocurrido esto,
presentar la querella y adjuntar los contratos.

Concluye, luego de traer apartes del salvamento de


voto, que los yerros denunciados dieron lugar a la
indebida aplicación del artículo 289 del Código Penal.

Tercero (subsidiario).

El casacionista reprocha el desconocimiento del


principio in dubio pro reo a causa de errores de hecho por
falso juicio de existencia y de identidad, toda vez que las
pruebas dejadas de valorar, total o parcialmente, no
revelan la existencia de un acuerdo previo entre su
asistido y RAÚL ALBERTO GUAL MOZO, para que éste
empleara los contratos presuntamente falsos, dentro del
proceso policivo adelantado por la Secretaría de Gobierno

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

de Santa Marta y, por ende, no concurren los


presupuestos de la coautoría.

Inicia señalando que el falso juicio de identidad, por


supresión, se presentó frente a las siguientes pruebas:

(i) Testimonio de HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA,


quien en el curso del juicio oral renunció a su derecho a
guardar silencio, con miras a explicar su participación en
los hechos por los cuales se le acusó.

Los apartes que no fueron valorados por el Tribunal,


demuestran que aquél no tuvo conocimiento del uso de
los contratos en el desarrollo del proceso policivo 172-08,
promovido por RAÚL ALBERTO GUAL MOZO en su condición
de apoderado judicial de la empresa Interaseo S.A. E.S.P.

Además, evidencian que su intención no fue crear


dos documentos ideológicamente falsos para emplearlos
como prueba en un «futuro proceso policivo», pues aclaró que
para el momento en que se suscribieron, ni siquiera se
avizoraba el conflicto de vecindad que se entablaría con la
Sociedad Agropecuaria del Norte Limitada.

Recalca que RAMÍREZ GARCÍA manifestó no haber


advertido la presencia de vigilantes de Agropecuaria del
Norte Limitada en predios cuya posesión ejercía JUAN
VARGAS y su familia, lo cual «refuerza el argumento de que
nuestro defendido no podía anticiparse al uso de los contratos

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

como prueba documental en un proceso policivo de amparo a la


posesión».

El fallador de segunda instancia ignoró, además, que


una vez RAMÍREZ GARCÍA se enteró de los actos
perturbatorios en los predios cuya posesión acaba de
adquirir, suscribió un nuevo contrato con GUAL MOZO para
que éste adelantara las gestiones a que hubiera lugar, en
forma independiente. De manera que, si hubiera tenido el
propósito de preconstituir prueba falsa, habría incluido la
promoción del proceso policivo como objeto del primer
contrato de prestación de servicios profesionales, lo cual
no ocurrió.

Tampoco valoró el Ad quem que el aparte donde


aquél refiere que no conoció el texto de la querella policiva
incoada por GUAL MOZO, no atendió personalmente
diligencias relacionadas con esa actuación, ni se notificó
de las decisiones allí adoptadas, razones suficientes para
concluir que RAMÍREZ GARCÍA ignoraba que los contratos
serían usados allí como prueba documental.

(ii) Declaración del procesado RAÚL ALBERTO GUAL


MOZO, en la sesión de juicio oral celebrada el 4 de octubre
de 2011, cuyos apartes confirman lo dicho por HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, en cuanto que éste buscó la
asesoría de un abogado a principios de noviembre de 2008
con miras a adquirir la posesión de los predios y que aquél
fue quien fijó la fecha del contrato, con el objeto reflejar el
fenómeno de la suma de posesiones.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

(iii) Proceso Policivo No 172-08, adelantado ante la


Secretaría de Gobierno de Santa Marta, a raíz de dos
solicitudes de amparo a la posesión presentadas, sobre el
mismo bien inmueble, por los apoderados de las sociedad
Agropecuaria del Norte Limitada e Interaseo S.A. E.S.P.,
del cual, específicamente, el Tribunal omitió valorar los
autos del 19 de febrero y 2 de abril del año 2009,
proferidos por el Secretario de Gobierno CÉSAR RIASCOS
NOGUERA.

Una vez extrae los contenidos del primero, aclara el


censor que la querella presentada por Agropecuaria del
Norte Limitada fue inicialmente inadmitida y solo se avocó
y se dispuso su notificación hasta el 2 de abril de 2009,
esto es, cuando ya se había presentado, por el abogado,
la solicitud de amparo a la posesión.

Hecho relevante desconocido por la segunda


instancia, que demuestra que solo hasta cuando se
inadmitió la querella presentada por aquella sociedad, fue
que GUAL MOZO advirtió que también se había accionado
contra la empresa de aseo. Por lo tanto, no es cierto que
el representante legal quisiera enervar las acciones con
contratos falsos, porque cuando fueron redactados por el
abogado y allegados por éste a la solicitud de amparo, no
se tenía conocimiento del trámite policivo incoado por
Agropecuaria del Norte Limitada.

En cuanto al falso juicio de existencia por omisión,


el recurrente hace recaer ese yerro en el contrato de

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

prestación de servicios profesionales suscrito el 1º de


febrero de 2009, entre RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y la
empresa Interaseo S.A. E.S.P., introducido como prueba
en la sesión del 7 de septiembre de 2011.

Apunta que este documento tiene la capacidad de


comprobar dos hechos relevantes; el primero, que en vista
de algunos actos perturbatorios a la posesión ejercida por
la empresa de aseo, por personal armado de la Sociedad
Agropecuaria del Norte Limitada, se acudió a los servicios
profesionales de aquel abogado para que de manera
autónoma adelantara las acciones pertinentes.

Lo anterior contradice el planteamiento del Tribunal,


al señalar que su defendido falsificó el contenido de los
contratos anticipándose a la querella de policía que sería
ejercida contra la empresa, pues, en caso tal, «hubiera
suscrito un solo contrato de servicios profesionales con el Dr.
GUAL MOZO que comprendiera la elaboración de los contratos
y el ejercicio de las acciones judiciales y administrativas a las
que hubiera lugar».

Demuestra, igualmente, que dicho apoderado ejerció


su labor profesional en forma autónoma e independiente,
lo cual reafirma el dicho de RAMÍREZ GARCÍA al señalar, en
el juicio oral, que no conoció el texto de la querella
presentada por aquél ni lo instruyó para que le anexara
los documentos que se reputan falsos.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Así lo confirma el mismo GUAL MOZO, quien en


ejercicio de su autonomía profesional decidió allegar los
contratos como una estrategia jurídica hacia los
poseedores cedentes, ante la posibilidad de estar detrás
de los actos perturbatorios a la posesión y para quienes sí
surtían efectos jurídicos.

En el acápite que dedica a demostrar la incidencia


de los yerros, al valorar en conjunto las pruebas objetadas
y el restante acervo probatorio, reitera los argumentos
anteriormente expuestos, justifica el cumplimiento de los
fines de la casación y solicita casar la sentencia recurrida
y, en su lugar, se dicte la absolutoria a favor de su
defendido.

3. Demanda presentada por la Fiscal 31 Seccional


(E) de Santa Marta.

Luego de identificar las partes de este proceso,


describir detalladamente la sentencia recurrida, los
hechos y la actuación procesal, y de fundamentar in
extenso las finalidades del recurso, formula tres cargos
contra la sentencia del Tribunal, así:

Primero (principal).

Acusa la violación directa de la ley sustancial, por


falta de aplicación de los artículos 58- 10 y 61 del Código
Penal; que consagran, en su orden, las causales de mayor

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

punibilidad y los fundamentos de individualización de la


condena.

Refiere la actora, que desde la presentación del


escrito de acusación, su formulación y en el juicio oral,
solicitó condena teniendo en cuenta la aludida
circunstancia de mayor punibilidad, lo que implica que la
sanción se debía imponer partiendo de los cuartos
medios, y no tasarse en el mínimo.

En sustento de su réplica, extracta las respectivas


consideraciones de los fallos de primera y segunda
instancia y reitera que al imponer a RAÚL ALBERTO GUAL
MOZO y Hugo HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA la pena de
dieciséis (16) años de prisión, como coautores del delito
de falsedad en documento privado, que corresponde al
mínimo del primer cuarto, implica que no se tuvo en
cuenta la circunstancia consistente en obrar en
coparticipación criminal.

Conforme a lo dispuesto en el artículo 61 de la


misma normativa, al converger circunstancias de menor
(la carencia de antecedentes) y mayor punibilidad (la
coparticipación criminal), el Ad quem debió ubicarse en
los cuartos medios, que prevén una sanción mínima de
39 meses y un día y una máxima de 85 meses de prisión.

Por lo anterior, solicita casar parcialmente la


sentencia recurrida, atendiendo a las previsiones
contenidas en el citado precepto.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Segundo (principal).

Con estribo en el numeral 1º del artículo 181 de la


Ley 906 de 2004, acusa la violación directa de la ley
sustancial, por falta de aplicación del artículo 453 del
Código Penal, toda vez que el sentenciador, al momento
de entrar en el análisis de fondo respecto de la
consumación o no del delito de fraude procesal,
desconoció el alcance de dicha preceptiva y procedió a
absolver a los procesados, a pesar de estar estructurados
todos los elementos.

Tras referir con amplitud jurisprudencia de esta


Corporación y exaltar las respectivas consideraciones de
los fallos de primera y segunda instancia, asegura, en
concreto, que el Tribunal se equivocó al considerar que la
conducta de fraude procesal exige una efectiva inducción
en error, dándole así el trato de delito de resultado.

Así mismo, en punto de la valoración realizada por


las instancias, en especial, cuando se afirma que los
contratos no se tuvieron en cuenta para la decisión
policiva, recuerda las consideraciones insertas en el auto
del 30 de junio de 2010, radicado 32397, y afirma que en
este caso se estructuran los elementos del tipo, pues se
cuenta con (i) la existencia de dos sujetos activos, los co-
procesados RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y HUGO HUMBERTO
RAMÍREZ GARCÍA; (ii) un medio fraudulento idóneo, los dos
contratos mediante los cuales Interaseo S.A. E.S.P.
adquirió la posesión sobre los predios “La Loma de

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Sansón” y “Las Marías” y (iii) los documentos falsos fueron


incorporados o introducidos al procedimiento policivo.

Agrega la recurrente que si no se indujo en error a


CÉSAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA, en su calidad de
Secretario de Gobierno del Distrito de Santa Marta, en
nada incide en la configuración del ilícito señalado, pues
lo realmente relevante eran los propósitos que tenían los
señores GUAL MOZO y RAMÍREZ GARCÍA.

En apoyo de lo anterior, transcribe las


consideraciones expuestas en la sentencia del 9 de mayo
de 2004, radicado 18367, advirtiendo que las negrillas y
subrayas son propias, con el objeto de darle fondo a su
reproche.

Solicita, en consecuencia, se case parcialmente la


sentencia censurada y, en su lugar, se condene a RAÚL
ALBERTO GUAL MOZO y HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA,
como coautores del delito de fraude procesal en concurso
heterogéneo con el de falsedad en documento privado

Tercero (subsidiario).

Acusa la violación indirecta de la ley sustancial


proveniente de errores de hecho por falso juicio de
identidad, por distorsión, en relación con la declaración
rendida en juicio por CÉSAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA, y
falso juicio de existencia por omisión, respecto del
expediente contentivo de la actuación policiva,

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

específicamente, la resolución del 19 de febrero de 2009 y


el escrito de querella signado por RAÚL ALBERTO GUAL
MOZO, los cuales motivaron la absolución de los
procesados frente al delito de fraude procesal.

Para demostrar lo anterior, transcribe el relato de


RIASCOS NOGUERA, Secretario de Gobierno Distrital, quien
señaló con claridad que los trámites policivos se regulan
por el procedimiento establecido en el Estatuto Distrital
de Policía (Decreto 4002 de 1992) y en los temas no
tratados se remite al Código Nacional de Policía y,
subsidiariamente, al Código de Procedimiento Civil.

En consecuencia, el Tribunal tergiversó esa


declaración cuando acudió al artículo 126 del Código
Nacional de Policía y, en ese sentido, partió de la base que
esa era la norma aplicable a este asunto, cuando en
realidad lo era la especial del Estatuto Distrital de Santa
Marta, como el mismo funcionario lo señaló
categóricamente en el marco de juicio oral.

Adicionalmente, el Ad quem suprimió apartes de la


exposición de RIASCOS NOGUERA, de los cuales se
desprende que para la admisión de la querella de policía
era esencial que al menos se presentara una prueba
sumaria de la condición de poseedor, pues no es posible
buscar la protección administrativa de un derecho
cuando no se justifique la titularidad del mismo.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

A juicio de la censora, los magistrados del Tribunal


nunca quisieron entender que, para la admisión de la
querella, se valoraban las pruebas aportadas por quien
alegara tener perturbada la posesión.

Razona, en ese sentido, que si los procesados


presentaron unos contratos falsos, para ser aceptados
como querellantes, aduciendo tener una posesión que
supuestamente era perturbada, es claro que se verifica el
fraude procesal porque se indujo en error y, en
consecuencia, el fallo no ha debido ser absolutorio.

La referida distorsión, según apunta más adelante,


condujo a desconocer que para la admisión de la querella
se requería acompañar prueba que acreditara el derecho
del peticionario y, para este caso, no es otra que los dos
contratos de compraventa de la posesión que
judicialmente fueron declarados espurios.

De esa manera, RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y HUGO


HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA buscaron a través de un medio
fraudulento (contratos espurios), inducir en error al
servidor público (Secretario de Gobierno) para la
expedición de un acto administrativo (admisión de la
querella) que le diera curso al procedimiento policivo.

Frente a los falsos juicios de existencia, por omisión,


argumenta que el Tribunal pretermitió la Resolución del
19 de febrero de 2009 y la querella de policía presentada

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

por Interaseo S.A. E.S.P., de las cuales transcribe lo


pertinente.

Según la funcionaria recurrente, de tales elementos,


con vocación probatoria, se desprende que para dar curso
a la acción policiva por perturbación de la posesión, RAÚL
ALBERTO GUAL MOZO como apoderado de Interaseo S.A.
E.S.P. aportó dos contratos de compraventa de posesión
que fueron judicialmente declarados como falsos y, como
lo reconoce en la demanda, con esos documentos se
pretendía acreditar «la posesión material con ánimo de señor
y dueño de la sociedad» que representaba.

Reitera que, en este caso, se estructura el delito de


fraude procesal, así el funcionario RIASCOS NOGUERA
manifieste que no se sintió engañado porque no valoró el
medio de prueba en la decisión final, pues surge evidente
que los contratos constituyeron los medios que le
permitieron «admitir» la querella de policía,
independientemente de la decisión de fondo a la
controversia.

Solicita se case parcialmente la sentencia de


segunda instancia y, en consecuencia, se condene a los
procesados como coautores del delito de fraude procesal,
en concurso heterogéneo con el de falsedad en documento
privado.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

4. Demanda presentada a nombre de


Agropecuaria del Norte Limitada.

Una vez el censor identifica los sujetos procesales y


la sentencia impugnada, concreta que la finalidad del
recurso es obtener la garantía de los derechos a la verdad,
la justicia y la reparación de los agravios inferidos a las
víctimas.

Más adelante, formula dos cargos, así:

Primero (principal).

Acusa la violación directa de la ley sustancial, por


falta de aplicación de los artículos 58, numeral 10º del
Código Penal, que consagra la circunstancia de mayor
punibilidad, consistente en obrar en coparticipación
criminal, y 61 ejusdem, que trata de los fundamentos para
la individualización de la pena.

Señala, al respecto, que la señora Fiscal 31 Seccional


de Santa Marta, al momento de formular la imputación
contra los procesados GUAL MOZO y RAMÍREZ GARCÍA,
sostuvo que debía deducirse la aludida causal, como igual
lo hizo en el escrito de acusación, en la sustentación del
mismo, en el juicio oral, al momento de su alegato
conclusivo y en el recurso de apelación contra el fallo de
primer grado.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Enfatiza que la decisión del Tribunal, de revocar la


absolución de RAMÍREZ GARCÍA, y condenarlo como
coautor del delito de falsedad en documento privado, le
imponía considerar la agravante genérica en comento al
momento de individualizar la pena para ambos
procesados y ubicarse en los cuartos medios, conforme a
las previsiones del artículo 61 del Código Penal.

En ese sentido, solicita se case la sentencia.

Segundo (principal).

A manera de introducción, el demandante hace un


recuento de las razones que motivaron la formulación de
la querella policiva de la sociedad que representa contra
Interaseo S.A. E.S.P. el día 19 de diciembre de 2008, y de
la misma acción promovida el 25 de marzo de 2009 por el
apoderado judicial de ésta última en contra de
Agropecuaria del Norte Limitada.

Transcribe el contenido de cada una de esas


acciones y precisa que los contratos de compraventa de
los derechos de posesión y ocupación de los predios
rurales “Las Marías” y “La Loma de Sansón”, fueron
autenticados ante la Notaría Primera del Círculo de Santa
Marta los días 26 de noviembre y 3 de diciembre de 2008,
y el escrito de querella a nombre de Interaseo S.A. E.S.P.,
se presentó el 25 de marzo de 2009, por hechos
supuestamente ocurridos los días 4 y 13 anteriores.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Según se colige de lo anterior, no puede ser cierto


que para el 29 de noviembre y el 3 de diciembre de 2008,
esta empresa tuviera la posesión de los aludidos terrenos,
porque de ser así, el representante legal de Agropecuaria
del Norte S.A., DAVID DÍAZ CAMARGO, jamás hubiese
promovido esa querella por perturbación a la propiedad,
por hechos acaecidos el 22 de noviembre de ese mismo
año.

A continuación, extracta variados apartes textuales


del escrito de acusación, de los fallos de primera y
segunda instancia y de la adición de voto por parte de uno
de los magistrados de la Sala de Decisión del Tribunal.

En el desarrollo de ese ejercicio, el letrado revela su


criterio frente a cada uno de los temas tratados por los
falladores de instancia. Es así como, en términos
generales, muestra su acuerdo con la postura de la
fiscalía en el devenir de la actuación y con la decisión de
condena por el delito de falsedad en documento privado,
no así frente a la absolución de los enjuiciados por el de
fraude procesal.

Por esa razón, destaca que los terrenos objeto de


querella policiva no tenía la calidad de baldío, sino que
eran de propiedad de la empresa Agropecuaria del Norte
Limitada, tal como lo declaró en juicio FREDY ENRIQUE
RIQUETT DE LA HOZ, quien formuló la noticia criminal que
originó la presente actuación.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Advierte que el Tribunal incurrió en abierta


incongruencia al sostener que la falsedad en documento
privado se consumó, entre otras cosas, porque los
contratos de compraventa de derechos de posesión y
ocupación fueron usados para demostrar que la empresa
de aseo poseía los predios rurales desde años antes de
instaurarse la querella policiva contra Agropecuaria del
Norte Limitada, pero, más adelante, aduce que el uso de
tales documentos no tuvo la entidad suficiente para que
se configurara el fraude procesal porque, en verdad, la
empresa tenía la posesión de los predios y, por esa razón,
el Secretario de Gobierno no pudo emitir un acto
administrativo contrario a la ley.

Con soporte en jurisprudencia de esta Corporación,


explica que, para considerar agotado el fraude procesal,
basta que se realice el comportamiento descrito en el
verbo rector –inducir- sin que sea necesaria la obtención
del resultado perseguido e, incluso, no se requiere que el
servidor público se haya sentido inducido en error.

A pesar de ello, el juzgador de segunda instancia


concluye que no se configuró el injusto, no obstante
reconocer que se usaron unos contratos falsos como
prueba en una querella policiva para demostrar que años
atrás Interaseo S.A. E.S.P. poseía los predios rurales, con
el propósito de enervar la misma acción promovida en su
contra, por las empresas Agropecuaria del Norte Limitada
y Moggio S.A.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

No se puede desconocer que una querella policiva


por perturbación a la posesión requiere que esta se
acredite sumariamente y, en este caso, los contratos
falsos cumplieron esa tarea, pues con ellos se evidenció
que Interaseo S.A. E.S.P. ejercía la posesión sobre los
terrenos en los cuales se estaban cometiendo los
supuestos actos perturbatorios por parte de Agropecuaria
del Norte, tal como se desprende del texto de la querella
presentada por RAÚL ALBERTO GUAL MOZO el 25 de marzo
de 2009, cuyo texto literal pertinente transcribe, y del
testimonio rendido por CÉSAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA,
situación que desvirtúa lo expuesto sobre este tópico en
los fallos de instancia.

De lo anterior se concluye que si los falsos contratos


fueron aportados a la querella civil por GUAL MOZO como
prueba sumaria de la posesión que alegaba, y si por los
hechos allí expuestos el Secretario de Gobierno avocó su
conocimiento, resulta evidente que tales documentos sí
fueron medios fraudulentos idóneos en este asunto
porque sirvieron para hacerle creer a dicho funcionario
que la empresa ejercía posesión sobre los terrenos “Las
Marías” y “La Loma de Sansón” desde el 24 de julio de
2002 , cuando ello ocurrió, desde el 26 de noviembre y el
3 de diciembre de 2008.

Estima el censor, que las conclusiones de los


falladores, en cuanto desconocen abiertamente la
naturaleza del delito de fraude procesal, son el producto
de un error de hecho por falso juicio de identidad, por

41
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

cercenamiento, que recayó sobre el testimonio del


Secretario de Gobierno de Santa Marta, CESAR MIGUEL
RIASCOS NOGUERA, porque el A quo no advirtió todo lo
expresado por éste sobre la exigencia de una «prueba
sumaria» que acompañe una querella de amparo a la
posesión y su insistencia en sostener que la acción
promovida por Interaseo S.A. E.S.P. contra la sociedad
que representa, estuvo respaldada por una «prueba
sumaria» y que dentro de los elementos se encontraban
relacionadas las copias del negocio jurídico de
compraventa de derechos de posesión y ocupación del
predio en cuestión.

El testigo jamás expresó, como lo señala el fallador,


que para la presentación de la querella y la decisión
correspondiente, no se necesitaba comprobar la posesión,
sino que bastaba con afirmar que ella se tenía para iniciar
el trámite y emitir la decisión correspondiente.

Tampoco es cierto que los mencionados contratos


devinieron intrascendentes en el trámite policivo, pues,
itera, hicieron parte de la «prueba sumaria» con que se
demostró que Interaseo S.A. E.S.P. ejercía posesión sobre
los terrenos objeto de los actos perturbatorios por parte
de Agropecuaria del Norte Limitada y con ellos se
demostró una falsa posesión por más de seis (6) años.

En tal sentido, es elemental inferir que los


procesados indujeron en error al señor Secretario de
Gobierno, pues al admitir la querella de la primera

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

empresa mediante el auto del 2 de abril de 2009, lo hizo


bajo esa creencia, al tiempo que ordenó acumular la
misma acción instaurada por la segunda compañía,
reconoció personería a los abogados y al iniciar la
correspondiente actuación procesal, valoró los falsos
contratos, en cuanto los tuvo en cuenta como prueba
sumaria de la condición de poseedor.

Con fundamento en lo anterior, solicita casar la


sentencia de segunda instancia y, en su lugar, condenar
a los procesados por el delito de fraude procesal.

AUDIENCIA DE SUSTENTACIÓN

1. El Fiscal delegado ante esta Corporación reitera,


en términos generales, los cargos formulados contra la
sentencia del Tribunal.

Así, frente al primero, exalta que se desconoció el


principio de legalidad de la pena y los parámetros
establecidos en el artículo 61 del Código Penal, por lo cual
solicita se imponga a los procesados la pena que
legalmente corresponde, con la circunstancia de mayor
punibilidad consistente en obrar en coparticipación
criminal.

En relación con el segundo reproche, afirma que el


Tribunal incurrió en error al interpretar los elementos
normativos del delito de fraude procesal porque, a pesar
de haber tenido como un hecho probado que RAÚL

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

ALBERTO GUAL MOZO, apoderado de HUGO HUMBERTO


RAMÍREZ GARCÍA, aportó con la querella policiva, dos
contratos espurios con una finalidad determinada,
predica la inocuidad del comportamiento, sin atender que
a partir de tales documentos, el funcionario sí podía
proferir un acto contrario a la ley.

Razona, que el soporte documental anexo a la


querella era potencialmente engañoso e idóneo para
producir una decisión contraria a derecho, porque si allí
se declara un tiempo de posesión falso y esa posesión es
trascendente para el objeto de la decisión, la conducta de
pretender un acto administrativo, a partir de un
documento falso, configura el injusto de fraude procesal.

En ese sentido, advierte desatinadas aquellas


referencias del Tribunal, en las que sugiere una
naturaleza dogmática de la conducta punible que en
verdad no tiene, como si se tratara de un delito de
resultado.

Agrega que, sin desconocer la autonomía de cada


bien jurídico tutelado, la falsedad en documento privado
se agotó con el uso del mismo. Ese uso, con el fin de
acreditar una posesión de tiempo atrás, que también
alegaba Agropecuaria del Norte Limitada, puso en peligro
el bien jurídico de la administración de justicia, con la
eventual decisión que debía proferir la Secretaría de
Gobierno. Así, se mantuvo en error al titular de esa
dependencia, lo cual configura la conducta de ejecución

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

permanente, en cuanto perdura mientras el servidor esté


convencido que la situación presentada en el medio
utilizado, es cierta.

Razones por las cuales considera que se debe casar


el fallo impugnado y, en su lugar, condenar a los
procesados como coautores del delito de fraude procesal
en concurso heterogéneo con el de falsedad en documento
privado.

2. La defensora de RAÚL ALBERTO GUAL MOZO reitera


que el cargo principal tiene que ver con la exclusión de
disposiciones normativas que no habían podido ser
ignoradas por el Ad quem, como son los artículos 280 del
Código de Procedimiento Civil y 126 del Código Nacional
de Policía.

En punto de los requisitos que estructuran el


punible de falsedad material en documento privado, no
los advierte cumplidos en este caso y, para el efecto,
invoca jurisprudencia de esta Corporación, acerca de la
trascendencia jurídica de los documentos y que puedan
servir de prueba de una relación jurídica relevante, que
comprometa intereses de terceras personas.

Frente al cargo subsidiario, solicita se analice el


raciocinio del fallador, porque una vez realiza la
evaluación probatoria, niega el principio de razón
suficiente, en punto de la idoneidad o aptitud
demostrativa de los documentos, porque su contenido no

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

es falso, pues se trata de la cesión de unos derechos de


posesión, Interaseo S.A. E.S.P. entregó un dinero para
adquirirlos y que su defendido intervino en condición de
testigo, todo lo cual impide afirmar que se estructura la
falsedad documental.

Solicita se case la sentencia y dicte la absolutoria a


favor de su asistido.

3. El defensor de HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA


concreta, frente a los dos cargos propuestos, por violación
directa e indirecta, respectivamente, que en relación con
su asistido, no se puede predicar el uso ni la intención
falsaria que exige el artículo 289 del Código Penal.

Refiere que, como gerente de la empresa de aseo,


decidió contratar al abogado GUAL MOZO, para que lo
asesorara en la adquisición de los predios, cerca al
Relleno Sanitario de Santa Marta, quienes los venían
poseyendo por más de veinte (20) años. Se trata, entonces,
de una asesoría, no de mala fe, sino equivocada en
relación con la verdad de los hechos, porque a estas
alturas, las víctimas no han demostrado ser propietarias
de los bienes objeto de posesión, pues los títulos no son
lo suficientemente claros para demostrar que
efectivamente pertenecen a las sociedades Agropecuaria
del Norte Limitada y Moggio S.A.

Al considerar el abogado, que se trataba de bienes


baldíos, se plasmó en los contratos una cláusula en la que

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

los vendedores ayudarían a reclamar la titularidad ante la


Unidad Nacional de Tierras Rurales (UNAT). Posición
jurídica que si bien resulta equivocada, no se hizo con la
intención de engañar a nadie.

Opina que la pretensión de la fiscalía y de las


víctimas, es obtener que el proceso policivo sea revocado,
dado que allí no fueron atendidas las pretensiones de
éstas, sin que en dicha actuación se vislumbre el fraude
procesal, según lo expuso uno de los integrantes de la
Sala de Decisión del Tribunal, que salvó el voto, donde se
habla de inexistencia de dolo y falta de legitimidad en la
causa.

Y si bien es cierto que su representado tenía la


intención de buscar la titularidad de los predios ante la
UNAT, como quedó plasmado en los contratos, era porque
no había nadie a quien engañar, no siendo válido señalar
que su intención era llevarlos al proceso policivo.

Tampoco es cierto que se hubiesen aducido a esa


actuación para enervar la querella policiva que había
interpuesto Agropecuaria del Norte y Moggio S.A., porque
efectivamente los documentos son suscritos el 28 de
noviembre y el 3 de diciembre de 2008 y la querella se
presentó cuatro (4) meses después, es decir, cuando la
empresa venía ejerciendo la posesión.

Reitera la solicitud de absolución a favor de su


defendido.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

4. El apoderado de la Sociedad Agropecuaria del


Norte S.A., luego de hacer un recuento de la situación
fáctica y de las consideraciones del Tribunal, reproduce
las razones por las cuales considera que se configuran los
punibles de falsedad en documento privado y fraude
procesal.

5. El representante de la empresa Moggio S.A., en


calidad de no recurrente, recuerda que esta sede no es
una tercera instancia y, por tanto, no es admisible un
replanteamiento probatorio.

Así mismo, que se atiene a los motivos expuestos en


las demandas de casación, pero pone de presente que el
tema a tratar es muy sencillo, pues se trata de un
problema de vecinos de tierras, pero las narraciones
efectuadas en las demandas de casación, por la bancada
de la defensa, no son verdaderas.

Tras hacer un recuento cronológico, comenta que la


falsedad de los contratos no radica solamente en las
fechas, sino también en aquella parte donde se manifiesta
que la empresa de aseo adquirió la posesión en el 2002,
información falsa que es reproducida en el escrito de
querella.

Se opone a la tesis defensiva de la autonomía de la


voluntad entre particulares que permite en algunos casos
la simulación y que las inveracidades no trascienden al
campo penal, en este caso, lo acordado no quedó en la

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

esfera de las partes, sino que fue expuesto contra un


tercero.

Llama la atención sobre la declaración, en juicio, del


servidor público CESAR RIASCOS NOGUERA, en punto de la
prueba sumaria para efectos de admitir la querella y
concluye que, en este caso, se estructuró el delito de
fraude procesal.

Solicita se acojan las pretensiones de la Fiscalía y del


apoderado judicial de Agropecuaria del Norte Limitada y
se desestimen las de la defensa.

CONSIDERACIONES

Cuestión previa. La Sala ha sido consistente en


advertir que, una vez admitido el libelo casacional, no hay
lugar a pronunciarse sobre los defectos de lógica y debida
argumentación que puedan contener los cargos
formulados contra la sentencia de segunda instancia y, lo
que procede, es pronunciarse de fondo.

1. Demanda a nombre de RAÚL ALBERTO GUAL MOZO

Cargo primero: violación directa.

Acusa la defensora la «falta de aplicación o exclusión


evidente» de las disposiciones legales que regulan el caso
concreto, esto es, los artículos 280 del Código de
Procedimiento Civil, 126 del Código Nacional de Policía,

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

83 de la Constitución Política, 5 (entiéndase 11) de la Ley


599 de 2000, 3 y 8 del Decreto 2664 de 1994 (Por el cual
se reglamenta el capítulo XII de la Ley 160 de 1994 y se
dictan los procedimientos para la adjudicación de
terrenos baldíos) y 68 y 72 del Decreto 960 de 1970; y,
como erróneamente interpretado, el canon 289 del Código
Penal.

Se debe comenzar por precisar que el delito previsto


en el artículo 289 del Código Penal, es de aquellos
denominados de peligro, en cuanto se exige la producción
de un daño, en el entendido que el comportamiento
falsario pone en riesgo el bien jurídicamente tutelado, es
decir, la fe pública, traducida en la confianza de la
colectividad en el tráfico jurídico de los documentos
privados.

Tiene dicho la Sala, de tiempo atrás, que a los


particulares les es exigible decir la verdad en virtud de la
capacidad probatoria de los documentos que suscriban y
su trascendencia, ante la posibilidad de afectar derechos
de terceros una vez son incorporados al tráfico jurídico.

Frente a los anteriores condicionamientos, la Corte,


en jurisprudencia que permanece inalterable (CSJ SP, 29
nov. 2000, rad. 13231), puntualizó:

La discusión se presenta en relación con los documentos


privados, toda vez que respecto de los particulares y el deber
jurídico de decir la verdad, surgen posiciones doctrinarias

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

contrapuestas: 1. Quienes son del criterio que no les asiste


compromiso con ella, y que por tal motivo, no pueden ser, en
ningún evento, sujetos activos de falsedad ideológica. 2.
Quienes consideran que lo tienen en determinados casos,
cuando la propia ley, expresa o tácitamente, les impone la
obligación de hacerlo, evento en el cual, por tanto, incurren
en el citado delito, si faltan al deber de veracidad que por
mandato legal les es exigible.

La Corte se ha identificado con este último criterio, que hoy,


en decisión mayoritaria reitera, aunque solo en cuanto la
fuente del deber de veracidad sea la propia ley, y se cumplan
otras condiciones, como que el documento tenga capacidad
probatoria, que sea utilizado con fines jurídicos, y que
determine la extinción o modificación de una relación jurídica
sustancial con perjuicio de un tercero (Cfr. Casación de 18 de
abril de 1985, con ponencia del Magistrado doctor Fabio
Calderón Botero, entre otras).

En relación con la primera exigencia (obligación de ser veraz)


debe decirse que el ordenamiento jurídico, con no poca
frecuencia, impone a los particulares, expresa o tácitamente,
el deber de decir la verdad en ciertos documentos privados,
en razón a la función probatoria que deben cumplir en el
ámbito de las relaciones jurídicas, haciendo que, frente a esta
clase de documentos, se genere un estado general de
confianza entre los asociados, derivado de la circunstancia de
encontrarse su forma y contenido protegidos por la ley, que
puede resultar afectada cuando el particular, contrariando la
disposición normativa que le impone el deber de ser veraz,
decide falsear ideológicamente el documento.
(…)
En otros eventos, el deber de veracidad surge de la naturaleza
del documento y su trascendencia jurídica, cuando está
destinado a servir de prueba de una relación jurídica

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

relevante, que involucra o puede llegar a comprometer


intereses de terceras personas determinadas, como acontece
cuando la relación que representa trasciende la esfera
interpersonal de quienes le dieron entidad legal con su firma,
para modificar o extinguir derechos ajenos, pues cuando esto
sucede, no solo se presenta menoscabo de la confianza
general que el documento suscita como elemento de prueba
en el ámbito de las relaciones sociales, y por consiguiente de
la fe pública, sino afectación de derechos de terceras
personas, ajenas al mismo.
(…)
La segunda exigencia para que la falsedad ideológica de
particular en documento privado pueda tener realización
típica, es que el documento tenga capacidad probatoria,
condición que se cumple cuando es jurídicamente idóneo
para establecer una relación de derecho, o para modificarla,
es decir, cuando prueba, per se, los hechos que en él se
declaran. Esto excluye como objeto posible de falsedad
ideológica en documento privado con implicaciones penales,
las afirmaciones mendaces que puedan llegar a hacerse en
documentos que carecen de aptitud para probar por sí
mismos lo que en ellos se afirma, y por ende para afectar el
tráfico jurídico, como ocurre, por ejemplo, con las
declaraciones de renta, o las declaraciones de bienes -aspecto
que en las discusiones de Sala tanto preocupó a los
Magistrados que se apartan de esta decisión-. Sus
implicaciones serán fiscales, o disciplinarias, según el caso,
pero en modo alguno penales, salvo, claro está, que se
acompañen de documentos que puedan tener una tal
connotación jurídica.

En tercer lugar debe ser constatado que el documento ha sido


introducido en el tráfico jurídico social, es decir, que fue
utilizado con el propósito de hacerlo valer como prueba de la
relación jurídica que representa, para la consecución de los

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

fines inherentes a su esencia, que determinaron su creación,


y paralelamente, que con dicho uso fueron afectadas
relaciones jurídicas de personas determinadas, ajenas a las
que concurrieron a su producción, porque significó la
extinción de un derecho concreto, o porque lo modifica,
exigencia que lleva ínsita la causación de un daño inmediato
a un tercero determinado.

Bajo los anteriores derroteros, procede la Sala a


examinar la propuesta de la demandante, quien orienta
su discurso a demostrar la atipicidad de la conducta por
la cual se condenó a su asistido.

Para comenzar, afirma que el Ad quem, quien se


fundamentó en el criterio jurisprudencial recién aludido,
interpretó erróneamente el deber de veracidad.

Bien está recordar, ante todo, que el fallador de


segunda instancia encontró que el comportamiento de los
procesados se adecua a la descripción típica prevista en
el artículo 289 del Código Penal, en cuanto se demostró:
(i) que para la fecha impuesta -24 de julio de 2002- en los
dos contratos de compraventa de los derechos de posesión
de los predios “La Loma de Sansón” y “Las Marías”, RAÚL
ALBERTO GUAL MOZO no podía ser testigo de la negociación
porque, para ese momento, estaba vinculado a la
Procuraduría General de la Nación, en tanto que HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA no era el representante legal
de Interaseo S.A.; (ii) la fecha que se hizo constar en ellos
tiene importancia para el derecho penal, porque fueron
usados para demostrar que la empresa poseía los predios

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
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rurales desde antes de instaurarse la querella contra


Agropecuaria del Norte Limitada y personas
indeterminadas, por perturbación de la posesión; y, (iii)
los enjuiciados falsificaron los dos contratos para usarlos
como prueba en dicha actuación.

La Sala advierte desde ahora, que el reclamo de la


actora no responde a la necesidad de corregir un yerro de
selección normativa, sino a una divergencia de criterios,
aduciendo que de haber tenido en cuenta los preceptos
señalados al inicio del cargo, se habría concluido que el
valor probatorio de los documentos solo se obtenía en el
momento de la imposición de la fecha cierta, esto es,
noviembre y diciembre de 2008, pues con antelación solo
afectaba a las partes y no podían ser utilizados contra
terceros.

El Ad quem, sin embargo, descartó ese tópico al


señalar que no es objeto de discusión el concepto civilista,
según el cual, el efecto de los contratos entre las partes se
genera desde la fecha en que se presentan ante una
Notaría o se registran, «porque lo relevante para el derecho
penal es que los contratos con fechas falsas se usaron no para
oponerlos a los vendedores sino para que sirvieran de prueba
en una querella policiva contra Agropecuaria del Norte y Moggio
S.A.».

Por fuera de ese marco de reproche, esto es, la


falsedad ideológica de los contratos para ser usados como
prueba en la actuación policiva, la casacionista encamina

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

su discurso a demostrar que la fecha a tener en cuenta,


es la del 2008, por ser la de reconocimiento y
autenticación, y que la del 2002 no tiene validez para
efectos de oponer a terceros los contratos, tanto así, que
los mismos vendedores se obligaron a coadyuvar las
acciones que iniciaran con la UNAT.

Con esa metodología de ataque le resta


trascendencia a la censura, porque apenas se queda en la
interpretación de la normas que, según entiende, regulan
los documentos privados, en punto de la fecha cierta y sus
implicaciones probatorias. Pero si se miran en su real
dimensión, todas las circunstancias que rodearon el
acontecer que dio origen a la presente actuación, se llega
a la conclusión que el asunto no se puede solucionar,
como lo sugiere la actora, por atipicidad de la conducta.

Y es que, como se dijo en el pronunciamiento que


viene de ser citado, la falsedad ideológica en documento
privado se presenta,

…[c]uando en un escrito genuino se insertan declaraciones


contrarias a la verdad, es decir, cuando siendo el documento
verdadero en su forma y origen (auténtico), contiene
afirmaciones falsas sobre la existencia histórica de un acto o
un hecho, o sus modalidades, bien porque se los hace
aparecer como verdaderos no habiendo ocurrido, o cuando
habiendo acontecido de determinada manera, son
presentados de una diferente.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

En ese sentido, surge incuestionable que los


contratos de marras contienen las afirmaciones falsas ya
referidas, las cuales trascienden al campo penal, toda vez
que, al ser presentados como prueba de una querella
policiva, ingresaron al tráfico jurídico y, como bien razonó
el Tribunal, la fecha consignada en ellos estaba destinada
a demostrar que Interaseo «poseía los predios rurales desde
años antes de instaurarse la querella policiva contra
Agropecuaria del Norte Limitada y personas desconocidas o
indeterminadas por perturbación de la posesión de esos
predios»11.

Acorde con ese criterio, el Ad quem puntualizó:

En el primer hecho de la querella el abogado Gual Mozo,


haciendo uso del poder que le otorgó Hugo Humberto Ramírez
García dijo: “Mi mandante La Sociedad (sic) denominada
INTERASEO S.A.E.P. es Poseedora (sic) material del inmueble
denominado Relleno Sanitario de Santa Marta, con animo
(sic) de señor y dueño, el cual ocupa hace mas (sic) de diez
(10) años…”.

El hecho segundo de la querella policiva: “Durante todo este


tiempo mi patrocinado en su condición de poseedor material
con animo (sic) de señor y dueño del inmueble en cuestión
desde la fecha que fue adquirida su posesión el día
veinticuatro (24) del mes de julio del Año (sic) Dos Mil (sic)
dos (2.002), ha mantenido tal ocupación de manera pública y
pacífica…”12.

11 Folio 76 Cuaderno del Tribunal.


12 Folios 77 y 78 Cuaderno del Tribunal.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

De lo anterior dedujo que el tipo penal se estructuró


a cabalidad, toda vez que los contratos con contenido falso
y con capacidad de producir efectos jurídicos, se
utilizaron como prueba en la querella instaurada contra
las empresas Agropecuaria del Norte S.A. y Moggio S.A.,
confluyendo así, los condicionamientos decantados por la
Sala para considerar tipificada la conducta punible.

Por manera que, ninguna incidencia tiene el


momento desde el cual, conforme a la normatividad civil,
se cuenta la fecha de los contratos para efectos de ser
utilizados contra terceros, como lo refiere la demandante
para hacer ver que no hubo dolo, ni lesión al bien jurídico,
pues, se insiste, la fecha que se hizo constar en ellos, 24
de julio de 2002, revela, precisamente, la pretensión de
demostrar la situación que allí se consigna, esto es, que
Interaseo S.A. poseía los predios “La Loma de Sansón” y
“Las Marías” mucho antes de promover el
plurimencionado trámite policivo.

Por esas mismas razones, se muestra refractario el


enfoque de la impugnante frente a las normas que dice
desconocidas por la segunda instancia, referentes al
procedimiento para la adjudicación de baldíos (Decreto
2664 de 1994, artículo 8, y Ley 1152 de 2007, artículo
158, inciso final), pues con independencia del contenido
de tales disposiciones y del propósito de animó a los
contratantes a pactar que los vendedores se obligaban a
coadyuvar las acciones que se iniciaran ante la Unidad
Administrativa de Tierras Rurales (UNAT), lo cierto y

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Casación 41467
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HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

probado es que se utilizaron, en el plurimencionado


trámite administrativo, los contratos ideológicamente
falsos.

La censura no prospera.

Cargo segundo: violación indirecta.

Afirma la demandante que el sentenciador incurrió


en error de hecho, por falso raciocinio, al momento de
analizar las declaraciones de ETILVIA MARÍA GARCÍA, JUAN
BAUTISTA VARGAS JIMÉNEZ, ALFREDO GRANADOS SUÁREZ,
FREDY RIQUET DE LA HOZ, CÉSAR RIASCOS NOGUERA, MIRIAM
DÍAZ CAMARGO, CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ LÓPEZ, ALEXANDER
TEJEDOR RAMÍREZ, CAMILO ALEJANDRO CHAPARRO ROMERO,
CÉSAR SEGUNDO ROVIRA LOZANO y HUMBERTO RAMÍREZ
GARCÍA.

En evidente distanciamiento de esa especie de yerro,


apunta que «una valoración adecuada y juicio acertado de
raciocinio» de las anteriores pruebas, no habría llevado a
concluir que el contenido de los contratos era falso, sino,
por el contrario, que la fecha es la de noviembre y
diciembre de 2008 y que, por lo tanto, no se faltaba a la
verdad «dentro del documento»; que VARGAS JIMÉNEZ y
GRANADOS SUÁREZ tenían y ejercían una ocupación del
predio de más de veinte (20) años y, de contera, era cierto
lo que allí se decía: que la compraventa «se realizó y se hizo
sobre una posesión cierta que subroga los derechos de
ocupación de épocas anteriores y, precisamente, enajenan

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

parte del tiempo que llevaban en ese lugar» ; que los


documentos fueron suscritos por los testigos, el
representante y el apoderado de Interaseo S.A.; que los
vendedores recibieron los cheques por las cuantías
indicadas, firmaron los contratos y se comprometieron,
como allí se indica, a coadyuvar las acciones que incoara
el comprador, hecho que resalta «lo inane de la fecha, para
efecto de la adjudicación de baldíos, sin la presencia del que
ostentó la posesión».

Dado que la propuesta no convoca a examinar,


puntualmente, alguna equivocación en el proceso de
valoración crítica de los medios de convicción al inicio
aludidos, que resulte contraria a los parámetros que
componen la sana crítica, sino que está direccionada a
hacer valer una solución distinta a la expuesta por el
fallador, fuerza advertir que, de acuerdo con el referente
conceptual precisado en el cargo anterior, la
improsperidad de este reclamo también surge
incuestionable.

De cara a los hechos que se declararon probados, en


punto de la conducta punible de falsedad ideológica en
documento privado, se advierte que el fallador de primer
grado, aparte de ilustrar la forma como se incorporaron
los respectivos contratos al juicio oral, dedujo la falsedad
de lo consignado en ellos, al encontrar demostrado lo
siguiente:

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

i) Que con las declaraciones de JUAN BAUTISTA VARGAS


y ALFREDO GRANADOS SUÁREZ, vendedores de los predios
“Las Marías” y “La Loma de Sansón”, los convenios se
suscribieron en el año 2008 y no, como se consignó
expresamente, el 24 de julio de 2002.

ii) Que la Unidad Administrativa de Tierras (UNAT)


no existía para el año 2002.

iii) Que para esta fecha, RAÚL ALBERTO GUAL MOZO


era Procurador Agrario del Magdalena, como lo certificó el
Jefe de Gestión Humana de la Procuraduría, y HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA no ostentaba la calidad de
representante legal de Interaseo S.A. E.S.P., según lo
certificó la Cámara de Comercio. Y,

iv) Que los vendedores ejercían posesión sobre esos


predios, tal como ellos mismos lo revelaron, y también el
asesor jurídico de Agropecuaria del Norte Limitada, FREDY
RIQUETT DE LA HOZ.

Lo anterior pone de presente la falta de fundamento


en el reclamo de la jurista porque, sin enfrentar estos
aspectos considerados por el juzgador para edificar el
juicio de reproche, limita su examen a otros presupuestos
con la clara intención de minimizar la trascendencia de la
fecha impuesta en los convenios y, por esa vía, acreditar
que en los convenios no se faltó a la verdad.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
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De ese modo, pasa por alto que los falladores no


desconocieron que los contratos fueron suscritos en
noviembre y diciembre de 2008, por lo cual, lógicamente,
detectaron los datos inexactos constitutivos de la
falsedad.

Adicionalmente, la libelista no distingue que el


acuerdo de voluntades inserto en un contrato civil, para
los propósitos que interesan a sus suscriptores, difiere del
compromiso penal que surge cuando ese pacto contiene
afirmaciones que no corresponden a la realidad y
trasciende la esfera interpersonal de sus firmantes al
momento de ser introducido al tráfico jurídico, conforme
ocurrió en este caso, pues, independientemente de los
fines para los cuales hayan sido elaborados, adjudicación
de baldíos, por ejemplo, lo cierto es que fueron usados
como prueba en una querella, con el fin de demostrar una
antigua ocupación de los predios rurales tantas veces
mencionados.

La censura es impróspera.

2. Demanda a nombre del procesado HUGO


HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA.

En relación con el primer cargo, también es


perceptible que la anunciada aplicación indebida del
artículo 289 del Código Penal, no es, como lo aduce el
casacionista, el resultado de un desatino del juzgador al
momento de adecuar los hechos en ese precepto a causa

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Casación 41467
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de una errada interpretación de su contenido, sino el


propósito de obtener una alternativa de solución distinta
y opuesta al criterio judicial inserto en la sentencia
recurrida.

En efecto, no obstante admitir que la falsedad en


documento privado exige, para que se estructure, que el
sujeto falsifique el documento y posteriormente lo
incorpore al tráfico jurídico, -presupuestos que confluyen en
el sub exánime- en el propósito de acreditar que la
conducta de su defendido no es constitutiva de ese delito,
parte de un supuesto equivocado al considerar que la
condena está motivada en la sola suscripción de los
contratos, cuando en verdad, el Tribunal advirtió la
participación de RAMÍREZ GARCÍA con el procesado GUAL
MOZO en el uso de los mismos.

Obsérvese:

No es válido, desde el punto de vista jurídico afirmar, o dar a


entender, que uno de los procesados falsificó sin que el otro
conociera lo que estaba sucediendo; lo que se pretende con
ello es desmembrar la falsificación del uso y convencer a la
Sala que el delito no se configuró pues se necesitan los dos
actos, como son falsificar y usar; puede suceder que una
persona falsifique y la otra use, presentándose así la figura
de la coautoría.

(…)

62
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

No es aceptable tampoco el argumento esgrimido por el


defensor del doctor Gual Mozo consistente en que si el cliente
de éste hizo afirmaciones no verdaderas al abogado le asistía
el sigilo profesional. Una cosa es que el abogado esté
amparado por el secreto profesional frente a lo que su
poderdante le confiese, hasta la comisión de un delito, y otra
distinta es que el profesional del derecho lo lleve a cabo con
el mandante, como ocurrió en el presente caso. Así las cosas,
el poderdante Hugo Humberto Ramírez García y el apoderado
Raúl Alberto Gual Mozo actuaron de consuno en la falsedad
en documento privado, esto es, el primero no se aprovechó de
error invencible como tampoco ejerció fuerza insuperable
sobre el segundo, como para llegar a afirmar justamente que
se estaría en presencia de la autoría mediata13.

Agréguese que el libelista intenta reforzar su reclamo


con el análisis de temáticas que, en estricto sentido, no
tocan con los verdaderos razonamientos que soportan el
juicio de reproche penal, pues el extenso discurso que
elabora en torno al principio de autonomía de la voluntad,
las cláusulas inveraces y la figura de la simulación, está
encaminado a ilustrar sobre presupuestos que distan
mucho de la actividad delictiva que se enrostró al
procesado, por lo cual, se muestra intrascendente para
desvirtuar el juicio de tipicidad, en cuanto desconoce las
específicas circunstancias ampliamente analizadas en las
instancias.

Fuerza recordar, entonces, que el Tribunal examinó


similar propuesta en estos términos:

13 Folios 38 a 40 Cuaderno del Tribunal.

63
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

No es como dice el defensor del doctor Raúl Gual Mozo que la


fecha plasmada en los contratos no tiene importancia y que
sólo fueron utilizados los documentos para probar la relación
de Interaseo S.A. con los vendedores, o como dice el defensor
del señor Ramírez García que los contratos no son
ideológicamente falsos porque el contenido responde a la
autonomía de voluntades y no se puede censurar que las
partes convinieran darle efectos jurídicos desde fecha
anterior a su efectiva celebración. La fecha que se hizo
constar en los mismos sí tiene importancia para el derecho
penal, luego es censurable la fecha que aparece en ellos, pues
no fueron usados sólo para lo que dicen los defensores sino
para demostrar que la empresa varias veces mencionada
poseía predios rurales desde años antes de instaurarse la
querella policiva contra Agropecuaria del Norte Limitada y
personas desconocidas o indeterminadas por perturbación de
la posesión de esos predios14.

Por manera que, de cara a esos acertados


razonamientos, no es posible desvirtuar la ocurrencia del
ilícito sin más consideraciones que la libertad contractual
de las partes interesadas en la celebración de un negocio
jurídico. En otras palabras, cuando lo afirmado en las
cláusulas no corresponde a la realidad, ello por sí solo no
trasciende al campo de la ilicitud, en el entendido que el
documento no ha salido de la esfera privada y personal de
los contratantes. Pero si el escrito se hace valer como
prueba, afectando derechos de terceros ajenos al mismo,
como ocurrió en este caso, donde los contratos
falsificados fueron usados en la plurimencionada querella
policiva, tal situación no deja duda de la afectación al bien

14 Folio 76 Cuaderno del Tribunal.

64
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

jurídico de la fe pública, entendido como la confianza del


conglomerado social en los documentos privados.

En ese sentido, la jurisprudencia de la Corte ha sido


consistente en advertir que el deber de verdad sobre un
aspecto que comporta quebrantamiento de las relaciones
sociales con efectos jurídicos, es una exigencia para la
tipificación del comportamiento, tal como se precisó en el
pronunciamiento CSJ SP, 29 nov. 2000, rad. 13231,
citado en el fallo de segunda instancia, y así se ha venido
reiterando en distintas oportunidades.

Una de ellas (CSJ SP 30 abr. 2008, rad. 23159) es


del siguiente tenor:

El delito de falsedad en documento privado tiene dos


connotaciones, una, producto de su alteración material,
como puede ocurrir cuando alguien enmienda, tacha, borra,
suprime o de cualquier manera altera su texto. La otra, la
falsedad ideológica, tiene lugar cuando el particular consigna
en el documento privado hechos o circunstancias ajenas a la
realidad, es decir, cuando falta a su deber de verdad sobre
un aspecto que comporta quebrantamiento de relaciones
sociales con efectos jurídicos.

Naturalmente, de conformidad con el principio de lesividad


que rige en el ámbito penal, no basta con que en el referido
instrumento privado se falte a la verdad, pues menester
resulta que quien así actúa esté llamado a ser veraz,
obligación que puede surgir de la ley o de la naturaleza misma
del documento.

65
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Como ejemplos de deber de verdad derivado de la ley se


encuentran los certificados de nacimiento, defunción, o de
muerte fetal que deben expedir los médicos (artículos 518,
524, 525 de la Ley 009/79, y 50 y 52 de la ley 23 de 1981), o
los certificados emitidos por los administradores de
sociedades y sus revisores fiscales por fuera de los casos
comprendidos en la regulación contenida en los artículos 43
de la Ley 222 de 1995 y 21 de la Ley 550 de 1999 (artículo
395 del Código del Comercio).

A su vez, a manera de ejemplo del deber de verdad


consecuencia de la naturaleza misma del documento se halla
la conducta del particular que falsea un acuerdo de
voluntades que es ley inter partes, con el propósito de derivar
de allí efectos jurídicos en perjuicio de otro o de un tercero y,
generalmente, percibir un beneficio.

Bajo esa línea de pensamiento, no acierta el


demandante cuando le atribuye al fallador de segunda
instancia una valoración errada del criterio
jurisprudencial inserto en el radicado 13231, porque aun
cuando allí se trata de un supuesto de hecho distinto, al
igual que el recién transcrito, lo relevante de esa postura
pacíficamente reiterada por ésta Sala de Casación, es que,
con independencia del propósito que anima a los
particulares a la suscripción de un acuerdo de
voluntades, el deber de verdad debe estar presente en
todos aquellos instrumentos con capacidad de perjudicar
derechos de terceras personas ajenas a los mismos.

La aludida doctrina no indica, como lo da a entender


el libelista, que el deber de veracidad solo aplica cuando

66
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

la finalidad de la creación del documento sea oponerlo


como medio de prueba frente a un tercero. Admitirlo así,
impondría al administrador de justicia la carga probatoria
de verificar, en cada caso, si esa fue o no la intención de
las partes al momento de suscribir un documento, únicas
que en realidad podrían dar fe de un aspecto tan subjetivo
y de difícil comprobación en el mundo exterior.

Entonces, si como aduce el censor, los contratos


celebrados por Interaseo S.A. E.S.P. con VARGAS y
GRANADOS, únicamente incumbían a sus contratantes y
no estaban llamados a ser oponibles a terceros ni surtir
efectos frente a estos, es asunto que no incide en la
estructura de la conducta punible, porque lo cierto es que
fueron usados como prueba en la demanda policiva que
la empresa representada por RAMÍREZ GARCÍA instauró,
mediante apoderado, contra Agropecuaria del Norte S.A.

De ese pronunciamiento citado en el fallo de segunda


instancia15, interpreta el actor que la falsedad ideológica
en documento privado requiere que el documento espurio
supere la esfera patrimonial de quienes lo suscriben y
tenga aptitud para causar perjuicios a un tercero, pero
que en el sub exámine el propio Tribunal reconoció que
los plurimencionados contratos carecían de
trascendencia frente a los presuntos intereses jurídicos de
las sociedades que se constituyeron como víctimas, pues

15 CSJ SP 29 nov. 2000, rad. 13231.

67
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

así lo reflejan las consideraciones relativas al punible de


fraude procesal.

La propuesta reclama varias precisiones. La primera,


que la conducta punible de falsedad se considera de
peligro, en el entendido de causar daño al bien jurídico
tutelado, esto es, la confianza pública, exigencia que no
se determina a partir del efectivo perjuicio causado a
terceros, sino de la aptitud probatoria del documento. La
segunda, que los argumentos del Tribunal destacados por
el censor, no aplican para el juicio de tipicidad del
comportamiento falsario porque, bien lo refiere, ellos
hacen relación al criterio fijado por ese juzgador para
descartar la ocurrencia del fraude procesal. La tercera, el
Ad quem no afirmó, como dice el actor, que los
documentos carecían de trascendencia frente a los
presuntos intereses jurídicos de las sociedades que se
constituyeron como víctimas, sino que «el uso de los
documentos no tuvo la entidad suficiente para que se
configurara el fraude procesal»16

Ese último argumento del actor, responde al interés


de desvirtuar la conducta falsaria atribuida a su asistido,
pues, sin fórmula de juicio y por fuera de la discusión
jurídica que impone la violación directa anunciada,
termina trasladando su discurso al campo de la
valoración probatoria, para introducir genéricos reclamos
con la finalidad de poner en entredicho la condición de

16 Folio 83 Cuaderno del Tribunal.

68
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

terceros de las sociedades Agropecuaria del Norte


Limitada y Moggio S.A., aserto que se examinará en el
siguiente cargo, por violación indirecta, donde es
reiterado.

En suma, dejó de atender, como corresponde al


cometido de acreditar un yerro de selección normativa por
la vía directa, a las precisas consideraciones del juzgador,
en torno a la responsabilidad de HUGO HUMBERTO RAMÍREZ
GARCÍA frente a la falsedad ideológica de los contratos y
su uso como prueba.

El cargo no prospera.

Segundo (subsidiario).

Asegura el demandante que el Ad quem incurrió en


variados errores de hecho, por falso juicio de identidad y
de existencia, en su orden, a causa de los cuales estimó
que su defendido obró con el dolo propio del delito de
falsedad en documento privado.

Constata la Sala, que la censura está dirigida a


demostrar que el procesado RAMÍREZ GARCÍA es por
completo ajeno a la conducta falsaria por la cual fue
condenado como coautor, a partir del examen individual
de determinados elementos de juicio testimoniales y
documentales, con precisión de la entidad demostrativa
que, a juicio del letrado, ellas ameritan, sin percatarse que

69
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

las conclusiones del juzgador están soportadas en el


análisis integral de las pruebas debatidas en el juicio.

Entonces, aduce como cercenados los contratos de


compraventa de derechos posesorios suscritos entre
Interaseo S.A. E.S.P. y JUAN BAUTISTA VARGAS y ALFREDO
GRANADOS SUÁREZ, los interrogatorios rendidos en juicio
por los procesados, el contrato de prestación de servicios
signado entre la empresa de aseo y el abogado GUAL MOZO
para que éste elaborara la minutas y las declaraciones de
los primeros mencionados, pero sin enseñar cómo, en
virtud del pregonado yerro, el juzgador les hizo decir a
tales elementos lo que ellos en verdad no revelan.

Con la misma finalidad de desvirtuar la intención de


faltar a la verdad, por parte de su defendido, atribuye al
juzgador un falso juicio de existencia por omisión de la
querella policiva que redactó y presentó el abogado GUAL
MOZO, así como del contrato del prestación de servicios
para que éste asesorara jurídicamente a la empresa y de
la declaración del Inspector de Policía CESAR SEGUNDO
ROVIRA LOZANO, sin acreditar que, verdaderamente, hubo
un total desconocimiento de los señalados contenidos
probatorios.

En realidad, la dialéctica del actor se reduce a


promover una alternativa de valoración que no cuestiona
directamente el componente demostrativo analizado por
el Tribunal, razón de peso que impide la viabilidad del
reclamo.

70
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Obsérvese:

i) Distinto al parecer del demandante, el Ad quem


dedujo el dolo de su prohijado, porque éste suscribió
contratos cuyo contenido no responde a la realidad, no
solo porque en ellos aparece una fecha distante en el
tiempo, 24 de julio de 2002, sino también, porque para
ese momento HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA no era
representante legal de Interaseo S.A. Documentos que
fueron utilizados para demostrar una ficta posesión de
varios años, dentro del trámite policivo.

En tal sentido, si los interesados acudieron a la


Notaría los días 26 de noviembre y 3 de diciembre de
2008, a efectos de autenticar sus rúbricas, como lo
pondera el censor, es asunto que se muestra refractario
al uso de los convenios en la querella y su finalidad de
acreditar una situación con trascendencia jurídica.

(ii) El cuestionamiento que formula al fallador de


segunda instancia, porque dejó de valorar el aparte del
interrogatorio rendido por su asistido, cuando reconoció
a los señores JUAN BAUTISTA VARGAS y ALFREDO GRANADOS
SUÁREZ como los únicos poseedores de los predios “Las
Marías” y “La Loma de Sansón”, tampoco incide en el
raciocinio del Tribunal, que expresamente descartó la
propuesta defensiva orientada a demostrar que RAMÍREZ
GARCÍA se limitó a contratar los servicios profesionales del
abogado GUAL MOZO.

71
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Expresamente declaró:

No se puede afirmar válidamente para descartar el dolo en el


señor Ramírez García que él desconocía lo sucedido; firmó los
contratos con fechas falsas y el doctor Gual Mozo aparece en
los mismos como testigo; en la audiencia de juicio oral
ninguno de los procesados dijo que el otro los firmó sin
leerlos17.

El intento del actor, por darle validez a las


expresiones de su defendido, ubica la controversia en la
simple discrepancia de criterios en torno a la valoración
probatoria, y por ende, ausente de fundamento, porque
con nitidez asoma que las excusas suministradas por el
encartado no fueron acogidas por la Sala Mayoritaria del
Tribunal.

(iii) Que el Ad quem hubiese desconocido que el


abogado RAÚL ALBERTO GUAL MOZO elaboró las minutas de
los convenios o que mediante contrato de prestación de
servicios se le encargó esa tarea, como enfatiza el
demandante, no es lo que se deriva del texto de la
sentencia. Lo que ocurre es que, en el ejercicio de valorar
los diferentes medios de convicción, el juzgador encontró
acreditada la responsabilidad de RAMÍREZ GARCÍA en
virtud de la suscripción de los plurimencionados
convenios y su aporte como medio de prueba de la
querella policiva, no sin antes precisar:

17 Folio 78 Cuaderno del Tribunal.

72
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Una cosa es que el abogado esté amparado por el secreto


profesional frente a lo que su poderdante le confiese, hasta la
comisión de un delito, y otra distinta es que el profesional del
derecho lo lleve a cabo con el mandante, como ocurrió en el
presente caso. Así las cosas, el poderdante Hugo Humberto
Ramírez García y el apoderado Raúl Alberto Gual Mozo
actuaron de consuno en la falsedad en documento privado,
esto es, el primero no se aprovechó de error invencible como
tampoco ejerció fuerza insuperable sobre el segundo, como
para llegar a afirmar justamente que se estaría en presencia
de la autoría mediata18.

En ese contexto, vano resulta insistir en que la


inocencia del enjuiciado no fue advertida a causa de
yerros de apreciación, cuando en su demostración no se
enfrenta la dialéctica del sentenciador al momento de
sopesar los elementos de prueba que respaldan su
determinación.

(iv) Similar inconexión se advierte frente a la queja


por, supuestamente, no haber analizado el juzgador
algunos apartes de las declaraciones rendidas por los
señores JUAN BAUTISTA VARGAS y ALFREDO GRANADOS
SUÁREZ, porque la posesión que estos afirmaron tener
sobre los predios cuyos derechos vendieron a Interaseo
S.A. E.S.P., no alcanza a desdibujar el deber de verdad
que ambos encartados estaban llamados a atender «por la
naturaleza de los documentos utilizados» 19, tal como lo
apuntó el Tribunal.

18 Folios 74 y 75 Ib.
19 Folio 73 Ib.

73
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Adicionalmente, por fuera del marco argumentativo


sobre el cual gravita el juicio de reproche, el letrado se da
a la tarea de desvirtuar la condición de víctimas de las
sociedades Agropecuaria del Norte Limitada y Moggio
S.A., efecto para el cual advera que no tenían la posesión
de los terrenos de marras y, por ende, la transferencia a
Interaseo S.A. E.S.P., en nada afectaba la situación de las
señaladas empresas.

Deducción que soporta, estrictamente, en el


testimonio de BAUTISTA VARGAS, quien negó conocer la
empresa Agropecuaria del Norte Limitada, sin atender que
tal señalamiento no conjuga con el restante material
probatorio. Por ejemplo, la misma ETILVIA MARÍA GARCÍA,
compañera del citado, admitió que ha visto de paso a doña
Conchita, «pasó una vez por allá, venía de abajo, de arriba,
de allá pa’ acá». ALFREDO GRANADOS SUÁREZ, vecino de los
anteriores, que se conocen con BAUTISTA VARGAS hace más
de veinte años, no solo dijo saber de la existencia de la
aludida empresa, sino también de su administradora,
CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ LÓPEZ, doña Conchita, pues
trabajó con ella. También refirió que los terrenos de la
sociedad denominada Moggio S.A., quedan por ahí frente
a donde él vive.

No obstante, el impugnante se aventura a afirmar


que con el precitado testimonio se pone en entredicho la
propiedad de los terrenos que las víctimas afirmaron
tener, siendo que, como bien lo apreció el juez de primer

74
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

grado, por parte de las indicadas sociedades, se adujeron


escrituras que formalmente así lo demostraban.

En ese sentido, necesario de hace precisar que si


bien el Tribunal admitió que los predios en discusión
tienen el carácter de baldíos, como lo destaca el
demandante, es asunto que no se estableció a cabalidad.

Sencillamente, señaló:

Predios que tienen el carácter de baldíos, los que


jurídicamente no se poseen sino que se ocupan. El Consejo
de Estado en sentencia de 11 de agosto de 2005 aclaró: “…el
bien que sale del patrimonio del Estado o que nunca le
perteneció, no puede ser adquirido a través del medio de la
“ocupación”, el cual como se vio está previsto únicamente para
las tierras baldías…”.»20.

A ello se suma, que el recaudo probatorio impide


llegar a tal conclusión, especialmente, si se atiende a la
información suministrada por el denunciante, FREDY
RIQUETT DE LA HOZ, quien según relató en el juicio, fue
contratado como asesor de Agropecuaria del Norte Ltda.,
y adelantó un estudio de títulos en el año 2005 sobre la
finca Villa Concha, cuya extensión es de 850 hectáreas,
para verificar las situaciones de las propiedades,
posesiones y terrenos, efecto para el cual obtuvo
escrituras, tradiciones y fallos; entre ellos, uno del
Tribunal Administrativo del Magdalena, concerniente a

20 Folios 76 y 77 Ib.

75
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

una sanción del Inderena por tala de árboles, donde se


dijo que los terrenos no eran baldíos.

Igualmente, en su testimonio, cuando justificó las


razones por las cuales formuló la denuncia penal que dio
origen a este trámite, mencionó, entre otros aspectos, que
el lote objeto de la querella policiva no tiene la calidad de
baldío porque esa zona había sido desafectada por un fallo
del Consejo de Estado.

El profesional, también informó sobre una solicitud


de rectificación de medidas, elevada desde el año 2005 al
Instituto Geográfico Agustín Codazzi y que estaban a la
espera de que les resolvieran la situación.

Así se desenvolvió ese segmento del interrogatorio


efectuado por la Fiscalía:

Señor Fredy Riquett puede indicarnos qué trámites realizó


para la rectificación de linderos que siguen intactos en el
Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Respuesta: nosotros
presentamos, Agropecuaria del Norte presentó desde el 2005
una petición para que se hicieran las rectificaciones de
medidas, después en septiembre del 2005 volvimos a
presentarla, no nos prestaron atención, solamente a partir
del 2007 nos elevaron respuesta. Nosotros les presentamos
rectificación y aclaración de la mayoría de predios, en el
presente año o a finales del año pasado el Agustín Codazzi de
tanto ir allá a exigir derechos de petición, incluso
presentando acciones de tutela, nos indicó que había iniciado
un proceso de rectificación en el sector. En la finca atendimos
al funcionario del Agustín Codazzi y le hicimos entrega de

76
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

todos los planos y pudimos hablar con ellos y entregarles toda


la documentación; nosotros esperamos que para (sic), esa
actualización entre a partir del 1° de enero del 2012.

Respalda lo anterior, CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ LÓPEZ,


administradora de la empresa Agropecuaria del Norte
Limitada, quien en su relato señaló ser la primera dueña
de la finca Valle de Concha y que desde el año 1999
comenzó a ser objeto de invasiones, por la margen
derecha y algunos terrenos fueron adjudicados por el
Incoder, siendo que los baldíos son los que se encuentran
por la margen izquierda.

En todo caso, la calidad de baldíos de los terrenos en


comento no fue el objeto central del debate en las
instancias, y aunque se suministraron datos de distintas
fuentes, en especial por parte de las víctimas negando esa
condición, también lo es que tal discusión debe ser objeto
de aclaración por parte de las autoridades competentes.

Ahora bien, continuando con el examen del libelo, la


censura que por falso juicio de existencia la hace recaer
el libelista en (i) la querella policiva, (ii) el contrato de
prestación de servicios profesionales suscrito entre la
empresa de aseo y el abogado GUAL MOZO y (iii) la
declaración del Inspector de Policía CÉSAR SEGUNDO ROVIRA
LOZANO, tiene como propósito desvirtuar las conclusiones
valorativas del sentenciador, no por razón del error de
apreciación anunciado, sino por el interés de anteponer
su personal interpretación alejada, por supuesto, del

77
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

análisis que soporta el juicio de responsabilidad penal


contra su asistido.

En ese esfuerzo por desvincular a RAMÍREZ GARCÍA


del hilo conductor que lo ata a la falsedad, se apoya en los
elementos de prueba que dice omitidos, para concluir que
su asistido no tuvo interés en enervar acción alguna; que
GUAL MOZO desarrollaría el objeto del contrato de
prestación de servicios profesionales frente al amparo a la
posesión de manera independiente y sin subordinación
alguna y desmiente su intención de querer faltar a la
verdad porque la presentación de la querella y las pruebas
aportadas con ella obedecieron únicamente a la asesoría
y voluntad del abogado, sin su participación en la
escogencia de la acción iniciada, ni en la decisión de
adjuntar los contratos sobre derechos posesorios.

La premisa de la que parte el actor es el fruto de una


apreciación incompleta de las manifestaciones de su
asistido, quien pese a negar cualquier injerencia en la
actividad de su apoderado, durante el trámite policivo,
admitió que le colaboró en ubicar a unos trabajadores que
estuvieran por el sitio para que rindieran declaración en
pro de los intereses de la empresa (récord 02:03), como en
efecto ocurrió, pues en la diligencia de inspección ocular
realizada el 6 de abril de 2009, por la Inspectora de Policía
de Bastidas, fueron escuchados JOSÉ DEL CARMEN VILLALBA
OVALLOS y EDUARDO MARIO FERNÁNDEZ RUIZ, quienes
aseguraron que los predios en discusión pertenecen a la

78
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

empresa; el primero aseguró que desde hace más cinco


años21.

De otra parte, la declaración rendida por CÉSAR


SEGUNDO ROVIRA LOZANO, Inspector de Policía del Rodadero
que fue comisionado para adelantar inspección ocular en
los sectores denominados “Calderito 1” y “Relleno
Sanitario de la ciudad de Santa Marta”, carece de
incidencia para efectos de descartar que RAMÍREZ GARCÍA
no tuvo la intención de engañar a nadie al suscribir los
contratos, porque si bien el citado funcionario manifestó
que no observó actividad agrícola o de otra naturaleza por
parte de Agropecuaria del Norte Limitada, y que, en
cambio, era notorio el ejercicio de actos posesorios por
parte de Interaseo S.A., es necesario tener en cuenta que
los vendedores de los derechos de posesión entregaron a
dicha firma los predios a finales de 2008 y, para el
momento de la diligencia, llevada a cabo durante los días
23 de noviembre22 y 10 de diciembre de 200923, era de
esperar que encontrara, como lo señaló el declarante, «un
carreteable, movimientos abundantes de tierras, adecuación de
las mismas que se unía (sic) entre El Calderito 1 y el predio
Relleno Sanitario de Santa Marta, se ve que es hecha con
maquinaria, con técnica acorde para ese trabajo» realizados por
Intersaseo S.A24.

21 Folios 170 a 172 Cuaderno No 9.


22 Folios 215 y 216 Ib.
23 Folios 194 y 195 Ib.
24 CD 2b récord 00:20:41 en adelante.

79
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Lo cierto es que, esta especie de argumentos, entre


muchos otros de los aludidos por el libelista, permite
reafirmar que su verdadero desacuerdo radica en la
valoración probatoria, específicamente, por haberse
concluido que los procesados actuaron de manera
conjunta, presupuesto que intenta desvirtuar haciendo
énfasis en aspectos que no desdibujan las conclusiones
del Tribunal.

La falta de fundamento de la censura, conduce a


desestimarla.

Tercero (subsidiario).

Recrimina el casacionista el desconocimiento del


principio in dubio pro reo a causa de errores de hecho por
falso juicio de existencia e identidad.

Asegura, que las pruebas dejadas de valorar total o


parcialmente no revelan un acuerdo previo entre su
asistido y RAÚL GUAL MOZO para que éste empleara los
contratos presuntamente falsos, dentro del proceso
policivo adelantado por la Secretaría de Gobierno de
Santa Marta y, por ende, no concurren los presupuestos
de la coautoría.

Más allá de la simple discrepancia que emerge de los


argumentos del demandante, fuerza insistir que en sede
del recurso extraordinario no es posible desacreditar los
hechos y la valoración de las pruebas, como tampoco la

80
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

aplicación del derecho –si ese fuese el objetivo del impugnante-


al menos sin atender a la estructura argumentativa de la
decisión, cuyo sentido necesariamente habrá de mutarse
ante la prosperidad de algún reproche.

Entonces, ningún sentido tiene la pretensión de


desvirtuar la doble presunción de acierto y legalidad que
cobija la sentencia, por fuera del marco de análisis y
valoración probatoria que sustenta la condena, porque de
esa manera es imposible advertir en qué consistió el yerro
del fallador al precisar, por ejemplo, que «se necesitan los
dos actos, como son, falsificar y usar; puede suceder que una
persona falsifique y otra use, presentándose así la figura de la
coautoría» y posteriormente declarar que «[s]e falsificaron
ideológicamente los contratos para utilizarlos como prueba
debido a que contra la empresa Interaseo cursaba una querella
policiva y el representante legal quería enervarla presentando
una semejante, y así Interaseo tuviera la posesión de los
inmuebles mencionados en (sic) antelación los implicados en la
falsificación de los documentos privados (sic) el comportamiento
no tiene justificación pues recuérdese que el uso puede ser
lícito»25.

La labor analítica del letrado se remite a destacar, en


todo momento, las explicaciones suministradas por su
defendido en el juicio oral, referidas al desconocimiento
de éste sobre el uso de los documentos en el desarrollo del
proceso policivo, su falta de intención de emplearlos como
prueba en un «futuro proceso policivo» en cuanto no se

25 Folios 73 y 78 Ib.

81
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

avizoraban conflictos de vecindad con la firma


Agropecuaria del Norte Limitada, pero que una vez se
enteró de ellos suscribió nuevo contrato con el abogado
GUAL MOZO para que éste, de manera independiente,
adelantara las gestiones pertinentes, sin que conociera el
texto de la querella, ni atendiera personalmente las
gestiones relacionadas con ese trámite.

Propuesta defensiva que procura afianzar con lo


manifestado en juicio por RAÚL GUAL MOZO, algunas
piezas procesales del trámite policivo y el contrato de
prestación de servicios profesionales suscrito el 1º de
febrero de 2009, sin atender, nuevamente, a las concretas
motivaciones del fallo, tantas veces destacadas en esta
decisión, soportadas en el haber probatorio y que llevaron
al juez plural a declarar que RAMÍREZ GARCÍA y su
apoderado, actuaron de consuno en la falsedad de los
contratos, para usarlos en el trámite policivo y que no es
posible afirmar que éste desconocía lo sucedido, pues
firmó los contratos con fechas falsas, GUAL MOZO aparece
como testigo y en el juicio oral ninguno dijo que el otro los
firmó sin leerlos.

En efecto, al escuchar la intervención de éste


procesado, en la fase de las alegaciones finales, informó
que en el mes de noviembre de 2008 fue contratado por
Interaseo S.A., para asesorarla en la adquisición de
derechos de posesión dos bienes inmuebles agrarios
rurales que colindan con el predio “Calderito 1” «y por los
conocimientos que poseo del derecho civil, transcribí la voluntad

82
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

de las partes, tal cual como me lo expresaron, en las


correspondientes minutas»26.

Contrario a esa manifestación, RAMÍREZ GARCÍA, en


respuesta al contrainterrogatorio de la defensa de GUAL
MOZO, señaló que la elaboración de los contratos la dejó
en manos de éste abogado porque confiaba plenamente en
él. Sin embargo, admite que le suministró los datos más
importantes y que, una vez elaboradas las minutas,
concurrió a la Notaría para firmarlas, pero solo le dio
lectura a lo que le interesaba, esto es, a los precios, la
cantidad de terreno, los linderos, «pero ya la parte menuda,
como no soy abogado, conseguí una persona en quien confiar»27.

No obstante, al cuestionarle que los convenios solo


constan de dos páginas cada uno, y que no tienen letra
menuda, simplemente respondió «no, vuelvo y repito, no leí
todo, sino que leí la parte que me interesaba»28.

El demandante pasa por alto tan importantes


incidencias en su discurso y se dedica a promover
distintas hipótesis, orientadas a demostrar el
desconocimiento de su asistido en las actividades
judiciales adelantadas GUAL MOZO, tanto en la adquisición
de la posesión de los predios, atribuyéndole,
exclusivamente, la fecha que se fijó en los contratos, como
la redacción de la querella policiva, acudiendo para ello al
examen individual y fraccionado de las pruebas

26 CD 2a, récord 6:19:44 a 6:19:52.


27 CD 2b, récord 03:02:33.
28 Ib, récord: 03:02:49.

83
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

enunciadas en el cargo, para darle fortaleza a su hipótesis


defensiva que, como ya se destacó, no fue admitida por el
Tribunal.

Nótese que en el propósito de desvirtuar el dolo de


su representado, asegura que éste no se enteró de los
actos perturbatorios en los predios cuya posesión había
adquirido, concretamente, el ocurrido el 22 de noviembre
de 2008 y que motivó la interposición de la querella de
Agropecuaria del Norte Ltda., contra Interaseo S.A., a la
que se anexaron las declaraciones rendidas ante Notario,
por FRANCISCO RAFAEL PÉREZ DE ORO y JAINER ALEXANDER
ORTIZ CANTILLO, con el siguiente relato:

QUINTO: El día 22 de noviembre del año 2008, en horas de


la mañana, al efectuar una ronda de vigilancia en los límites
de la Finca Valle de Concha en la cerca que divide la
propiedad que vigilamos de propiedad y posesión de
AGROPECUARIA DEL NORTE LTDA., en el sector que colinda
con el lote del relleno sanitario de Palangana de propiedad de
la Empresa Interaseo S.A., nos encontramos con una
cuadrilla de trabajadores ingenieros y topógrafos que habían
ingresado sin autorización al lote que vigilamos,
manifestando que se encontraban levantando unas cercas y
que continuarían su labor, a lo cual les advertimos que los
terrenos objeto de cercado pertenecen a la Sociedad
Agropecuaria del Norte Ltda., nosotros procedimos ese mismo
día a informar a nuestra jefe señora CONCEPCIÓN
FERNÁNDEZ LÓPEZ, quien nos indicó que no dejáramos
continuar los trabajos y que ella acudiría a la Policía y a la

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Inspección de Policía de Bonda a ordenar la suspensión de la


perturbación29.

El procesado niega tajantemente haber sido


informado de esos hechos, con la finalidad de justificar la
posterior interposición de la querella y el uso de los
contratos de compraventa de la posesión, pero la realidad
que revela la foliatura impide admitir tal desconocimiento.

Lo anterior, si se tiene en cuente que el topógrafo de


Interaseo S.A., CAMILO ALEJANDRO CHAPARRO, inició las
mediciones en los predios Las Marías y La Loma de
Sansón en octubre de 2008, como él mismo lo declaró en
el juicio oral y lo reconoce el propio RAMÍREZ GARCÍA,
situación indicativa que para la fecha de los actos
perturbatorios señalados en la querella de Agropecuaria
del Norte Ltda., funcionarios de la empresa de aseo se
encontraban en ese sitio.

Sin embargo, carece de justificación que tanto el


topógrafo, como el procesado, coincidan en desconocer
que para el 22 de noviembre de ese año, fueron retirados
de los predios por celadores de Agropecuaria y solo
refieran las acciones ocurridas en el mes de marzo de
2009, cuando ya se habían autenticado los contratos de
adquisición de derechos posesorios., señalando que el
citado topógrafo y su cuadrilla fueron sacados de allí por
unas personas armadas.

29 Folios 5 y 6 Cuaderno No 9.

85
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Inclusive, ambos niegan la presencia, en la zona, de


las empresas Agropecuaria del Norte Ltda., y Moggio S.A.,
y pese a que el procesado admite que conoció las
comunicaciones que la primera le remitió en los años
2005 y 2006, simplemente responde que ellas se refieren
al predio “Calderito1”.

Una lectura objetiva de las citadas comunicaciones,


ambas dirigidas por la representante legal de
Agropecuaria del Norte Ltda., al gerente, JORGE GÓMEZ
MEJÍA, impide admitirlo así.

En efecto, si bien en la primera de ellas, del 27 de


julio de 2005, se trató el tema de las irregularidades
presentadas en los títulos de propiedad de los terrenos de
“Calderito 1”, vendidos por JOSÉ IGNACIO DÍAZ GRANADOS al
señor WILLIAM VÉLEZ, dueño de la empresa de aseo, lo
cierto es que en la parte inicial de la comunicación se les
informa claramente que la empresa es propietaria de una
gran extensión de terreno y los previene de hacer
negociaciones con poseedores irregulares, en estos
términos:

Con suma extrañeza y preocupación tenemos conocimiento a


la fecha, que la empresa INTERASEO S.A.E.S.P. adelanta en
la ciudad de Santa Marta camino a Bahía Concha, una obras
civiles en terrenos de nuestra propiedad.

Nos permitimos informarles que nuestra empresa es Titular


de Ochocientas Cincuenta Hectáreas (850 Hect.) en la zona
adyacente al camino que conduce de Santa Marta a las playas

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

de Bahía Concha. Ostentamos título de pertenencia del año


1964, ratificado por el Consejo de Estado en Agosto 6 de
1971; sociedad constituida con la Señora Concepción
Fernández López, ampliamente conocida en la zona desde
hace más de treinta años.

Presumiendo que sus actos sean de buena fe, le


recomendamos abstenerse de continuar realizando
negociaciones con poseedores irregulares o Invasores de
Cuello Blanco, que no gozan de Derechos de Propiedad
alguna30.

En la comunicación del 6 de abril de 2006, la


información también es muy clara:

Nuevamente les manifestamos nuestra preocupación, en esta


ocasión por la actitud de sus Empleados de Vigilancia
quienes el 31 de marzo de 2006 dispararon Armas de Fuego
contra personal de Agropecuaria del Norte Ltda.

Nuestro personal de Vigilancia y Topografía, se encontraban


dentro de los terrenos de nuestra propiedad, cuando fueron
amedrentados con Tiros al Aire.

En nuestra calidad de Vecinos del Relleno Sanitario de


Palangana, contamos con el Derecho de revisar los linderos,
cercas y mojones de nuestro predio31.

Situación que corroboró FREDY RIQUETT en el juicio


oral, al indicar que en marzo de 2006, cuando se
encontraba recorriendo los terrenos para establecer
ciertos sitios geográficos, en compañía de MIRIAM DÍAZ,

30 Folio 1. Cuaderno No 27.


31 Folio 4 Ib.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ y un trabajador de Agropecuaria


del Norte Ltda., estando en la cerca que colinda con
Interaseo S.A., recibieron un tiros al aire, por lo cual
decidió que se hiciera una comunicación a esta empresa
señalándoles la situación que se había presentado e
invitándolos a reunirse para concertar y revisar linderos
y que, como respuesta, en comunicación signada por
HUGO RAMÍREZ GARCÍA, les manifestaron que no estaba
interesados porque estaban seguros de sus títulos de
propiedad.

Esta cadena de acontecimientos, impide admitir,


como lo aduce el casacionista, el desconocimiento de su
defendido, acerca de la presencia, en la zona, de las
empresas reconocidas como víctimas en este trámite y,
antes por el contrario, revela que de tiempo atrás se han
suscitado distintos inconvenientes, ampliamente
conocidos por la empresa de aseo, y en especial, por el
procesado.

En estas condiciones el cargo no puede prosperar.

3. Demandas presentadas por la Fiscal 31 ( E )


Seccional de Santa Marta y el apoderado de
Agropecuaria del Norte Limitada.

En atención a que los libelos contienen similares


pretensiones, la Sala asumirá su análisis de manera
conjunta y, cuando sea necesario, examinará
puntualmente los temas que no sean coincidentes.

88
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Primer Cargo (principal).

Con apoyo en la causal primera, acusan la violación


directa de la ley sustancial, por falta de aplicación de los
artículos 58, numeral 10, del Código Penal, que consagra
la circunstancia de mayor punibilidad consistente en
obrar en coparticipación criminal, y 61 ejusdem, acerca
de los fundamentos para la individualización de la pena.

Argumentan, en concreto, que tanto en el escrito de


acusación, como en la respectiva formulación y en el
juicio oral, el ente acusador aludió a dicha circunstancia,
situación que imponía al juzgador, al momento de
individualizar la pena, ubicarse en los cuartos medios de
movilidad, y no, en el mínimo, como aconteció, pese a que
el Tribunal, condenó a ambos procesados como coautores
del delito de falsedad en documento privado.

Es cierto, como se verifica en la foliatura, que la


Fiscalía, desde el escrito de acusación, señaló a los
acusados RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y HUGO HUMBERTO
RAMÍREZ GARCÍA, como coautores de los delitos de fraude
procesal y falsedad en documento privado, en concurso,
con la circunstancia de mayor punibilidad de haber
obrado en coparticipación criminal32, calificación jurídica
que reiteró en la audiencia de formulación de acusación y
también en el juicio oral33.

32 Folio 9 Cuaderno principal.


33 Folios 111 a 115 Ib.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

A su turno, el Tribunal, al revocar la absolución


dispuesta a favor de RAMÍREZ GARCÍA, por la primera
instancia, respecto del punible contra la fe pública, refirió
en sus consideraciones que ambos procesados,
«falsificaron los contratos ya conocidos para usarlos en la
querella policiva anotada»34, y, luego, en la parte resolutiva
apuntó que lo condenaba a título de «coautor» de dicho
punible.

No obstante, al momento de dosificar la pena,


terminó imponiendo el mismo quantum que el fallador de
primer grado determinó para GUAL MOZO, quien descartó
la circunstancia de mayor punibilidad alegada por la
fiscalía, porque no se estableció la coparticipación
criminal. En consecuencia, se ubicó en el cuarto mínimo
de movilidad, de 16 a 39 meses, y señaló que como solo
concurren circunstancias de menor punibilidad, carencia
de antecedentes penales, y «en consideración a la intensidad
del dolo», determinó la pena en dieciséis (16) meses de
prisión.

Razón le asiste a los impugnantes, al afirmar la falta


de aplicación del precepto en cita, por la vía de la violación
directa, porque pese al reiterado argumento del Ad quem,
de haber concurrido ambos procesados en la falsificación
de los contratos ya conocidos, y el expreso señalamiento,
por la funcionaria instructora, terminó por desconocer la
circunstancia agravante y, por esa vía, el principio de

34 Folio 78 Cuaderno del Tribunal.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

congruencia, toda vez que, en el escrito de acusación, en


la audiencia de verbalización e, incluso, en el alegato final
del debate probatorio, la Fiscalía mantuvo inalterable la
imputación jurídica.

El estricto acatamiento de ese postulado, impone al


fallador dosificar la pena, acorde a los lineamientos del
artículo 61 del Código Penal, específicamente, cuando
ordena que el sentenciador solo puede moverse dentro de
los cuartos medios cuando concurran circunstancias de
atenuación y agravación punitiva.

La prosperidad del cargo comporta redosificar la


sanción privativa de la libertad, y a ello se procederá,
luego de examinar las restantes censuras.

Segundo cargo (principal) presentado por la


Fiscalía.

Acusa la sentencia del Tribunal, por la vía de la


violación directa, por falta de aplicación del artículo 453
del Código Penal que tipifica el delito de fraude procesal,
toda vez que el sentenciador desconoció el alcance de
dicha preceptiva y procedió a absolver a los procesados,
pese a estar estructurados todos sus elementos.

Técnicamente, la propuesta no se ajustaría a la


hipótesis de error planteada y desarrollada por la
casacionista y sustentada por el Delegado de la Fiscalía
ante la Corte, pues al señalar que el Tribunal se equivocó

91
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

al considerar que la conducta exige una efectiva inducción


en error y que, por ende, le dio el trato de delito de
resultado, ello supone que el precepto fue aplicado y
correctamente seleccionado, pero que sus alcances no
corresponden a la verdad probatoria declarada en el fallo.

Con esa aclaración, que no crítica a los presupuestos


formales, que se entienden superados en esta fase del
recurso, la Sala estima necesario reiterar su criterio
jurídico en punto de la estructura del fraude procesal,
antes de proceder al examen de fondo del reproche.

La jurisprudencia de la Sala (CSJ AP, 21 ene.2015,


rad. 45078; CSJ AP 30 jul. 2014, rad. 42014 y CSJ AP,
30 jul.2014, rad. 44042, entre otros) ha sido consistente
en sostener que se trata de un delito de mera conducta,
es decir, que no requiere de la producción del resultado
perseguido. Por manera que, se entiende agotado cuando
el sujeto agente induce en error al servidor público, a
través de medios fraudulentos con capacidad de incidir en
la determinación de la pretensión cuyo reconocimiento se
postula al interior de una actuación judicial o
administrativa.

Así las cosas, se tienen como elementos del delito, i)


el uso del medio fraudulento; ii) la inducción en error a
un servidor público y iii) la intención de obtener
sentencia, resolución o acto administrativo contrario a la
ley.

92
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

En ese sentido, la Corte, en CSJ AP, 17 oct. 2012,


rad. 39659, puntualizó:

Se trata de un punible de mera conducta, cuya consumación


requiere el despliegue de medios engañosos idóneos, esto es,
con capacidad de inducir en error, sin que sea indispensable
la obtención de la decisión contraria a derecho. De esta
manera, el tipo penal exige en el sujeto activo la conciencia y
voluntad de obtener el resultado propuesto y su conocimiento
sobre la aptitud del medio utilizado para engañar al servidor
público, es decir, para presentarle una falsa realidad de los
hechos objeto de la decisión.
(…)
No se pierda de vista que los medios fraudulentos
desplegados con el fin de inducir en error al servidor público
deben comportar idoneidad o capacidad de engañar, aspecto
que debe revisarse en cada evento determinando la aptitud
procesal para provocar la equivocación.

Descendiendo al caso concreto, la queja de la


funcionaria recurrente, radica en que el Tribunal se
equivocó al considerar que el comportamiento punible en
comento, exige una efectiva inducción en error, dándole
así el trato de delito de resultado.

Al respecto, el juez plural, en sus consideraciones,


previa reseña de la jurisprudencia de esta Corporación,
donde describe al injusto como un tipo penal de mera
conducta, en el momento de determinar si se estructura
o no, señaló:

93
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

En el caso que se examina los contratos con fecha falsa se


usaron ante la Secretaría de Gobierno Distrital al ser
anexados en la querella policiva como prueba, pero el uso de
los documentos no tuvo la entidad suficiente para que se
configurara el fraude procesal pues en verdad Interaseo S.A.
tenía la posesión de los predios rurales cuya venta se hizo
constar en los anotados contratos así que dicho funcionario
no emitiría un acto administrativo contrario a la ley.

El uso que hicieron los procesados de los documentos con


fecha falsa no desnaturaliza la falsedad en documento
privado pero sí el fraude procesal porque, se insiste, si
Interaseo tenía la posesión de los predios anotados con
anterioridad no haría incurrir en error al Secretario de
Gobierno del Distrito de Santa Marta, cosa distinta que
consideraran necesario hacerlo con los contratos falsos35.

De lo anterior se constata que el Ad quem, una vez


admitió que los contratos falsos se anexaron como prueba
a la querella policiva, no se detuvo a examinar –como era
su deber- acerca de su idoneidad para inducir al
funcionario público, sino que, directamente, descartó la
posibilidad que el Secretario de Gobierno pudiera emitir
un acto administrativo contrario a la ley, bajo el
argumento que, en verdad, Interaseo S.A. E.S.P. tenía la
posesión de los predios rurales, cuya venta se hizo constar
en tales documentos.

Ello no implica que le esté dando al injusto el


tratamiento de delito de resultado, como lo entiende la
impugnante, porque la inducción en error, al cual se

35 Folios 83 y 83 Ib.

94
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

refiere el juzgador, sí es una exigencia del comportamiento


punible, no así la materialidad del resultado perseguido.

Así también lo entendió el fallador de primera


instancia, quien, con mayor detalle, discernió:

Como lo señalaron los intervinientes especiales en el juicio


oral, el delito de fraude procesal es de mera conducta, es
decir, no se requiere para su consumación la obtención del
fin perseguido, o sea una sentencia, resolución o acto
administrativo contrario a la ley.

Pero como en todos los delitos es necesario que el bien


jurídico que se tutela se haya efectivamente lesionado o
puesto en peligro, lo que se conoce como principio de
antijuridicidad material, por ello para la estructuración del
delito se requiere que el medio fraudulento utilizado tenga la
aptitud para engañar, o sea que supere la censura que un
servidor público le haría al momento de valorarlo como
elemento de juicio para producir la sentencia, la resolución o
el acto administrativo, de lo contrario se está frente a un
engaño inocuo y por ende incapaz de dañar o poner en peligro
el objeto de amparo, esto es, un comportamiento con
ausencia de antijuridicidad material.

En este caso concreto, el secretario de gobierno distrital


CESAR RIASCOS NOGUERA no tuvo en cuenta los
mencionados contratos de compraventa para decidir sobre
las querellas policivas que se habían interpuesto. Así lo dijo
en su declaración haciendo énfasis que las pruebas a tener
en cuenta en esta clase de procesos administrativos son las
que se obtengan en la diligencia de inspección ocular a los
inmuebles, cuya práctica es determinante en estos casos, de

95
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

donde los mencionados contratos devinieron intrascendentes


en este trámite36.

Con independencia de la conclusión a la que arribó


el Aquo, en punto de la intrascendencia que advirtió en
los documentos, lo expuesto hasta este momento permite
avizorar que no hay lugar a predicar el yerro de
interpretación reprochado por la vía directa y, por tanto,
el cargo no prospera.

Agréguese que cuando la censora apunta, más


adelante, que contrario al criterio del Tribunal, los
plurimencionados documentos sí fueron idóneos para
inducir en error, incursiona en una discusión que no toca
con el cuestionamiento netamente jurídico de
interpretación en torno a la naturaleza de la conducta
punible, sino con el ejercicio de valoración probatoria,
susceptible de rebatir por la vía de la violación indirecta,
como en efecto se hizo en el cargo que enseguida se
examinará.

Tercer cargo (subsidiario) de la Fiscalía.

Acusa la violación indirecta de la ley sustancial


proveniente de errores de hecho por falso juicio de
identidad, en relación con la declaración rendida en juicio
por CESAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA y falso juicio de
existencia, por omisión, respecto del expediente
contentivo de la actuación policiva.

36 Folios 143 y 144 Cuaderno principal.

96
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

En cuanto al primer yerro de apreciación, dice la


actora que la distorsión consistió en que dicho
funcionario, Secretario de Gobierno de Santa Marta,
señaló que el procedimiento establecido en el Estatuto
Distrital de Policía (Decreto 1002 de 1992) es el que regula
los trámites policivos y en los temas no tratados se remite
al Código Nacional de Policía y, subsidiariamente, al
Código de Procedimiento Civil.

En consecuencia, el Tribunal tergiversó aquella


declaración cuando acudió al artículo 126 del Código
Nacional de Policía dando por cierto que esa era la norma
aplicable.

Al respecto, observa la Sala, que RIASCOS NOGUERA,


en el juicio oral, efectivamente señaló que la norma
especial para el trámite de una querella es el Estatuto
Distrital de Policía, seguido del Código Nacional de Policía
y, subsidiariamente, de las previsiones del Código de
Procedimiento Civil.

Sin embargo, de las consideraciones del juez plural,


que la delegada de la fiscalía trae a colación, no surge el
yerro de alteración que proclama porque ellas no están
soportadas en dicho testimonio, sino en los argumentos
expuestos en la Resolución del 07 de enero de 2011, por
medio de la cual, dicho funcionario resolvió de fondo las
querellas promovidas por las empresas Agropecuaria del
Norte Limitada e Interaseo S.A. E.S.P.

97
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Así se pronunció:

Esto lo tuvo claro el Secretario de Gobierno del Distrito de


Santa Marta al considerar en el acto administrativo de 7 de
enero de 2011 –folios 571 y 572 de la carpeta de pruebas No
9 de la Fiscalía- lo siguiente: “De las pruebas documentales
aportadas por ambas partes al proceso policivo en estudio, por
tratar todas sobre titularidad, no se tendrán en cuenta por esta
Secretaría de Gobierno, en virtud del artículo 126 del Código
Nacional de Policía que establece: “En los procesos de policía
no se controvertirá el derecho de dominio, ni se considerará
(sic) las pruebas que exhiben para acreditarlo, los procesos de
amparo a la posesión son breves y sumarios y pretenden bajo
el amparo policivo evitar vías de hecho”37.

No es cierto, entonces, que, por este aspecto, se le


deba reprochar al Tribunal distorsión al contenido de la
declaración suministrada por el Secretario de Gobierno de
Santa Marta, porque los juicios objetados, en realidad
recayeron sobre un medio de prueba distinto.

De otra parte, afirma la funcionaria que los


Magistrados del Tribunal nunca quisieron entender que
para la admisión de la querella se valoraban las pruebas
sumarias aportadas por quien alegara tener perturbada la
posesión y, si para el efecto, se presentaron unos
contratos falsos, es claro que el fraude procesal se verificó
porque se indujo en error.

37 Folio 83 Ib.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Necesario resulta examinar, ante todo, el criterio


judicial que soporta la absolución dispuesta a favor de los
procesados por esa conducta punible.

En ese sentido, el fallador de primer grado, razonó:

En este caso concreto, el secretario de gobierno distrital


CESAR RIASCOS NOGUERA no tuvo en cuenta los
mencionados contratos de compraventa para decidir sobre
querellas policivas que se habían interpuesto. Así lo dijo en
su declaración haciendo énfasis que las pruebas a tener en
cuenta en esta clase de procesos administrativos son las que
se obtengan en la diligencia de inspección ocular a los
inmuebles, cuya práctica es determinante en estos casos, de
donde los mencionados contratos devinieron intrascendentes
en este trámite.

La decisión del 7 de enero de 2011 dictada por el secretario


de gobierno distrital en virtud de la cual amparaba los
derechos de posesión a INTERASEO, al igual que la que
admitió la querella policiva no son contrarias a derecho, pues
para la presentación de la querella no era necesario acreditar
la posesión, bastaba con que se cumpliera la carga de la
afirmación, es decir, se afirmara que se era poseedor de
determinado inmueble para que se le diera trámite, de allí que
los contratos sobre la venta de posesión, al igual que las
declaraciones extraproceso que se presentaron eran
jurídicamente irrelevantes para el proceso policivo, de allí que
no fueron tenidas en cuenta por el secretario de gobierno, ya
que según el código de policía las pruebas a tener en cuenta
son la inspección ocular y las declaraciones que en ella se
reciban, sujetas a contradicción por las partes.

99
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

No aparece establecido que al servidor público –Secretario de


Gobierno Distrital- se hubiese efectivamente inducido en
error, con lo que faltaría uno de los ingredientes del tipo de
Fraude Procesal y en estas circunstancias estaríamos en
presencia de una atipicidad relativa, por lo que se absolverá
a los acusados por este delito38 (negrillas no originales).

Según ese razonamiento del A quo, el funcionario


distrital no tuvo en cuenta los contratos para admitir ni
para decidir sobre las querellas policivas porque, frente a
lo primero, era suficiente con que se cumpliera la carga
de la afirmación de ser poseedor de determinado inmueble
y, en cuanto a la decisión de fondo, las pruebas a tener
en cuenta son las que se obtienen en la diligencia de
inspección judicial.

El Tribunal, por su parte, acogió esa postura al


señalar:

La Sala considera que en el caso concreto no se presentó el


concurso entre el mencionado ilícito contra la fe pública y el
fraude procesal. Una de las razones la expuso el Juez Tercero
Penal del Circuito de Santa Marta: para la presentación de la
querella y la decisión correspondiente no se necesitaba
acreditar la posesión sino que bastaba cumplir con afirmar
que ella se tenía para iniciar el trámite e iniciar la decisión
que correspondía39.

Pues bien, contrario a esas consideraciones,


escuchada la declaración del funcionario distrital,

38 Folios 143 y 144 Cuaderno principal.


39 Folio 83 Cuaderno del Tribunal.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

RIASCOS NOGUERA, es perceptible cómo, en varios apartes


de sus respuestas, refiere que la prueba sumaria es
necesaria para la admisión de la querella.

En una de ellas, señaló:

(…)[s]implemente debe reunirse que cuando se interponga


una querella al menos se presente una prueba sumaria de la
condición de poseedor que se tiene y alguna prueba que
pueda indicar que efectivamente se está dando una
perturbación en la posesión como dependiendo del tipo de
proceso policivo que se tramite, eso es en términos generales
los criterios adoptados por el despacho del Secretario de
Gobierno para proferir autos de admisión de querella.

Para responder si el auto que se emite para iniciar el


trámite posesivo, policivo tiene como fundamento la
querella y las demás pruebas que se aportan, señaló:

Por supuesto, lo fundamental en la querella es donde está


expresamente la declaración y la manifestación que hace el
querellante sobre la situación que se le está presentando, la
normatividad nos señala que podemos, como Juez
Administrativo, por lo menos tener la certeza de que puede
existir efectivamente esa posesión y que se está viendo
perturbada, es básicamente lo que se exige sin señalar
explícitamente qué tipo de documento debe ser allegado al
proceso40 (subraya la Sala).

Se deriva, entonces, que aquella fundamentación del


juzgador de primer grado, prohijada por el Tribunal, no

40 CD No 8, récord: 0:38 en adelante.

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RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

coincide con lo expuesto por el deponente y, en ese


sentido, le asiste razón a la representante de la Fiscalía
frente al predicado cercenamiento, porque el Secretario de
Gobierno no señaló que para la admisión de la querella
era suficiente con la manifestación del querellante.

Bueno es precisar, de una vez, que también acierta


el apoderado de Agropecuaria del Norte Limitada al
cuestionar, en el segundo cargo, un falso juicio de
identidad por cercenamiento del testimonio de RIASCOS
NOGUERA, porque el juez de primera instancia no advirtió
todo lo expresado por éste sobre la exigencia de una
«prueba sumaria», y entendió que bastaba con afirmar que
se tenía la posesión para iniciar el trámite.

Sobre la trascendencia del yerro, la Sala se


pronunciará más adelante, una vez superado el examen
del reproche que al interior del mismo cargo postula la
delegada de la Fiscalía, quien atribuye al Tribunal la
incursión en un falso juicio de existencia por omisión,
respecto del expediente contentivo de la actuación
policiva, específicamente, la Resolución del 19 de febrero
de 2009 y la querella presentada a nombre de Interaseo
S.A. E.S.P.

Pues bien, dilucidado, como quedó, que el testimonio


de CESAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA fue cercenado en su
contenido, la Sala además constata que, efectivamente,
aquellas piezas contenidas en la actuación policiva no

102
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

fueron valoradas y que ese desafuero incidió en la decisión


de absolver a los procesados.

En orden a contextualizar el acontecer fáctico que


dio origen a la presente actuación, es pertinente indicar
que, como consta en el expediente contentivo de la
querella policiva, legalmente aducido al juicio oral y
público, mediante escrito del 19 de diciembre de 2008,
el Representante Legal de la Sociedad Agropecuaria del
Norte Limitada instauró proceso policivo de amparo a la
posesión por perturbación sobre los potreros que
conforman la finca Villa Concha, por parte de personas
desconocidas que manifestaron trabajar con la firma
Interaseo S.A. E.S.P., quienes, según se lee en la
descripción de los hechos, debieron ser retirados por
celadores de la empresa, el día 22 de noviembre de ese
año41.

Por resolución del 19 de febrero de 2009, el


Secretario de Gobierno de Santa Marta inadmitió dicha
querella, porque no fue promovida por un abogado
titulado, tal como lo establece el artículo 307 del Estatuto
Distrital de Policía, concediendo cinco (5) días para
subsanar la falencia42.

A ello se procedió por el apoderado de esa sociedad,


en memorial que presentó el 27 de febrero siguiente43.

41 Folios 2 y 3 Cuaderno de pruebas No 9.


42 Folios 24 a 26 Ib.
43 Folios 28 a 30 Ib.

103
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

El 25 de marzo de 2009, RAÚL ALBERTO GUAL MOZO,


en representación de la empresa Interaseo S.A. E.S.P.,
promovió igual acción policiva, contra Agropecuaria del
Norte Limitada y personas indeterminadas o
desconocidas, por usurpación de tierras, daño en cosa
ajena y perturbación de la posesión, por los siguientes
hechos:

PRIMERO. Mi mandante La Sociedad denominada


INTERASEO S.A E.P (sic) es poseedora material del inmueble
denominado Relleno Sanitario de Santa Marta, con ánimo de
señor y dueño, el cual ocupa hace más de diez (10) años,
inmueble ubicado en el DISTRITO TURISTICO CULTURAL E
HISTORICO DE SANTA MARTA, DEPARTAMENTO DEL
MAGDALENA, vereda Palangana, denominado con el nombre
de EL RELLENO SANITARIO DE LA CIUDAD DE SANTA
MARTA, cuyas medidas y linderos son los siguientes: Norte:
con 247.90 Metros con Alfredo Granados Suárez y 1922.34
Metros con Luis Alfonso Peñaranda y Baldíos Nacionales;
Oeste 244 Metros, carretera en medio que conduce de Santa
Marta a Bahía Concha con predios de José Ignacio Díaz
Granados; Sur: 2.708.67 Metros, con predios de Interaseo, la
empresa prestadora del servicio público de recolección y
disposición final de residuos sólidos de Santa Marta y con
predios de Alberto Pío Dávila Abondano. Este: 806 mts, con
Baldíos Nacionales.

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y ECONÓMICAS DEL


PREDIO.

1. Tipo de predio según lo establece el ARTÍCULO SEGUNDO:


del Acuerdo Distrital de 2004 por medio del cual se

104
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

establecen directrices parciales en materia de Ordenamiento


Territorial y se dictan otras disposiciones.- PARAGRAFO
PRIMERO: Como Principal relleno Sanitario de Santa Marta.

2. Baldío Nacional, colindante con el actual Relleno Sanitario


de Santa Marta y no ha salido del Dominio del Estado.

AREA DEL PREDIO

EL PREDIO DENOMINADO EL RELLENO SANITARIO DE


SANTA MARTA, (…), tiene un área aproximada de ochenta y
tres (83) hectáreas cuatro mil seiscientos noventa metros
punto treinta y tres metros cuadrados (83.4690.33) o sea
ochocientos treinta y cuatro mil seiscientos noventa punto
treinta y tres metros cuadrados.

SEGUNDO. Durante todo este tiempo mi patrocinado en su


condición de poseedor material con ánimo de señor y dueño
del inmueble en cuestión desde la fecha que fue adquirida su
posesión el día veinticuatro (24) del mes de julio del año 2002
(2002) ha mantenido tal ocupación de manera pública y
pacífica, nunca ha tenido problemas con nadie y además ha
ejecutado actos positivos de dueño cumpliendo con la función
social que implica la propiedad. La posesión es pública e
ininterrumpida, acompañado (sic) con ánimo de señor y
dueño.

TERCERO. Mi mandante además adquirió la posesión


material del referido inmueble por compra efectuada a los
señores JUAN BAUTISTA VARGAS JIMENEZ, MARÍA ELENA
GONZÁLEZ NIEVES (sic) un predio y el otro predio a los
señores ALFREDO GRANADOS SUÀREZ Y MIRIAN (sic)
MAIGUEL OSUNA DE GRANADOS, tal como consta en los
documentos privados que anexo al presente lo que prueba la

105
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

posesión material con ánimo de señor y dueño de la Sociedad


que represento.

CUARTO. El día 4 de marzo del presente año, el


representante legal de la Sociedad denominada INTERAESEO
S.A E.S.P., la cual represento en este proceso, tuvo
conocimiento de parte del topógrafo y un número de
trabajadores los cuales tienen la necesidad imperiosa de
realizar un trabajo de levantamiento topográfico, adecuación
del terreno y encerramiento del predio alguna parte con
mallas y otra parte con cercas, para la ampliación del Relleno
Sanitario de Santa Marta y se encontraron con la sorpresa de
que un número de nueve personas desconocidas que
portaban armas de fuego y uniformados con vestuarios de
seguridad privada pero sin ningún logotipo o nombre que
identificara la compañía de seguridad, los amenazaron de
muerte si continuaban con el trabajo contratado para la
empresa que represento, al parecer invasores profesionales
que se (sic) desean invadir y usurpar la tierra de esta
Sociedad que por disposición legal está asignada únicamente
para la utilización del predio, según lo establece el artículo 1
del Acuerdo Distrital de 2004, por medio del cual se
establecen directrices parciales en materia de Ordenamiento
Territorial y se dictan otras disposiciones (…).

QUINTO : El día 13 de marzo del presente año, el


representante legal de la Sociedad denominada INTERASEO
S.A. E.P.S. (sic), recibió las mismas quejas del Topógrafo y
amenazándolos con la vida de los trabajadores, impidiéndoles
sus labores lo cual perjudica en forma ostensible la
salubridad de la comunidad de Santa Marta por lo que se
hace necesario la ampliación de EL RELLENO SANITARIO DE
LA CIUDAD DE SANTA MARTA, le incendian las máquinas, y
que no responden por el daño personal que le suceda a ellos,
tienen al personal amedrentado y asustado porque no

106
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

quieren trabajar dejando desprotegido el bien en manos de


los perturbadores, por este motivo esa usurpación de tierras
nos está ocasionando un daño y un perjuicio incalculable a
la Sociedad y a la comunidad de Santa Marta la cual se
caracteriza por lo siguiente:

(…)

MEDIOS DE PRUEBAS (sic)

PRIMERO.- Acuerdo Distrital No 005 del 19 de junio de 2004,


“MEDIANTE EL CUAL SE ESTABLECEN DIRECTRICES
PARCIALES EN MATERIA DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL
Y SE DICTAN OTRAS DISPOSICIONES.

SEGUNDO.-Copias de la resolución No 14224 de septiembre


22 de 1969 proferida por el Instituto Colombiano de la Reforma
Agraria –Incora, por medio de la cual se declara extinguido el
derecho de dominio privado sobre parte del inmueble
denominado Concha o Atajo de Concha y Palangana, ubicado
en Santa Marta Departamento del Magdalena.

TERCERO.- Copia de la resolución No 118 de septiembre 22 de


1969 proferida por la Junta Directiva del Instituto Colombiano
de la Reforma Agraria –Incora por medio de la cual se aprueba
la resolución antes mencionada.

CUARTO.- Dos copias del Negocio Jurídico de la compraventa


de los derechos de posesión y ocupación del predio en cuestión.

QUINTO. Certificado de Existencia y Representación expedido


por la Cámara de Comercio de Santa Marta, por medio de la

107
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

cual se acredita la representación legal de la Sociedad.44


(Mayúsculas originales-subraya la Sala)

Por resolución del 2 de abril de 2009, la Secretaría


de Gobierno Distrital de Santa Marta acumuló las
querellas policivas de amparo a la posesión por
perturbación, instauradas por los apoderados judiciales
de las referenciadas empresas, por considerar que
versaban sobre el mismo objeto, les correspondía idéntico
procedimiento y la parte demandada es la misma. En
consecuencia, avocó su conocimiento y reconoció
personería a los apoderados judiciales de las empresas en
conflicto.

Finalmente, tras el agotamiento de variadas


actuaciones, por resolución del 7 de enero de 2011, la
Secretaría de Gobierno de Santa Marta resolvió de fondo
el trámite, en el sentido de amparar la posesión ejercida
por Interaseo S.A. E.S.P. sobre el predio ubicado en la
vereda Palangana, denominado El Relleno Sanitario de la
ciudad de Santa Marta, y ordenar a las Sociedades
Agropecuaria del Norte Limitada y Moggio S.A., y demás
personas indeterminadas, cesar los actos perturbatorios
que se vienen ejecutando sobre el bien inmueble de
posesión de la Interaseo S.A. E.S.P45.

Según informó la delegada de la Fiscalía, en


audiencia de formulación de acusación46, los efectos de la

44 Folios 31 a 36 Ib.
45 Folios 749 a 779 Ib.
46 Récord 1:05 CD 3b.

108
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

anterior determinación fueron suspendidos por el Juez


Quinto Penal Municipal de Garantías de Santa Marta,
mediante auto del 31 de marzo de 2011.

Pues bien, si se parte del hecho probado con el


testimonio del propio Secretario de Gobierno Distrital,
CESAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA, de tener como criterio
adoptado por el despacho a su cargo que la interposición
de una querella requiere, al menos, que se presente
prueba sumaria de la condición de poseedor que se alega
y que el fundamento para iniciar el trámite es la querella,
porque es donde está expresamente la declaración y
manifestación que hace el peticionario sobre la situación
que se está presentando, para la Sala surge
incuestionable, que la solicitud de amparo policivo,
incoada por el apoderado de la empresa Interaseo S.A.
E.S.P. y los contratos que se anexaron, como prueba
sumaria, necesariamente fueron tenidos en cuenta por
dicho funcionario para admitir la acción.

Inclusive, así lo establece el artículo 307 del Decreto


1002 de 1992, Estatuto Distrital de Policía, normativa
especial referida por él mismo:

Las actuaciones en el proceso de amparo a la posesión


o mera tenencia, se inician mediante querella, por intermedio
de abogado, presentada ante la Secretaría de Gobierno
Distrital.

Si al escrito de querella no se acompaña los anexos que


corresponden: poder, prueba de la representación del

109
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

querellante, las pruebas anticipadas que se pretendan hacer


valer o si el mismo adolece de defectos, bien porque las
peticiones sean incompatibles entre sí o porque el objeto no
se aprecia debidamente determinado, este deberá ser
devuelto al interesado (subraya la Sala).

De lo anterior deriva, sin dificultad, la materialidad


de la conducta punible, porque incorporar al escrito de
querella policiva unos documentos cuyo contenido falso
se encuentra plenamente acreditado, según se vislumbró
en los cargos inicialmente examinados, traduce, por sí
solo, la utilización de medios fraudulentos encaminados a
provocar un error a la autoridad administrativa
encargada de tramitar el asunto.

Nótese que en el escrito de querella signado por RAÚL


ALBERTO GUAL MOZO47, se hizo expresa alusión al
contenido de los contratos espurios, en el sentido que el
inmueble objeto de perturbación, denominado Relleno
Sanitario de la ciudad de Santa Marta, corresponde a los
dos predios cuya posesión material adquirió HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, representante legal de
Interaseo S.A., por compra efectuada a JUAN BAUTISTA
VARGAS JIMÉNEZ y ALFREDO GRANADOS SUÁREZ, el 24 de julio
de 2002 y que desde esa fecha ha mantenido su
ocupación de manera pública y pacífica, con ánimo de
señor y dueño, lo cual no es cierto.

47 Folios 31 a 35 Ib.

110
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Las señaladas transacciones, como se ha venido


diciendo, tuvieron lugar los días 26 de noviembre y 3 de
diciembre de 2008, respectivamente, pues, no solo en
esas fechas aparecen autenticados los contratos48, sino
que los mismos vendedores así lo manifestaron en el juicio
oral; GRANADOS SUÁREZ, en la sesión del 18 de agosto de
2011, y BAUTISTA VARGAS, en la del 7 de septiembre de ese
año49.

Prueba sumaria que desdibuja la verdad, aludiendo


a una ficta una posesión que de tiempo atrás se ejercía,
con capacidad de inducir en error a la autoridad
administrativa, porque a partir de ese referente
demostrativo, el Secretario de Gobierno de Santa Marta
debía pronunciarse sobre el cumplimiento de los
presupuestos para la admisión de esa querella, cuya
controversia radicaba, justamente, en hechos de
perturbación que se atribuían a la sociedad Agropecuaria
del Norte Limitada.

Lo anterior adquiere mayor contundencia si se tiene


en cuenta que, para ese momento, dicho funcionario ya
conocía de la misma acción que, meses antes -19 de
diciembre de 2008-, ésta sociedad había promovido
contra Interaseo S.A. E.S.P., por actos de perturbación
acaecidos el 22 de noviembre de 2008, fecha para la cual
esta empresa de aseo no tenía la posesión de los predios
“Las Marías” y “La Loma de Sansón”.

48 Folios 65 y 67 Ib.
49 CD 4b Récord…

111
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Tanto es así, que el 19 de febrero de 2009 inadmitió


esa querella por vicios de forma y ordenó subsanarla.

Enmendada la inconsistencia, el día 27 posterior, el


apoderado de Agropecuaria del Norte Limitada
nuevamente la sometió a su consideración, pero antes de
resolver sobre su admisión, alcanzó a ser radicado el
escrito de querella de Interaseo S.A. E.S.P.

Esta cadena de acontecimientos permite inferir que


los procesados actuaron diligentemente en la consecución
y suscripción de los contratos de compraventa de
derechos posesorios de los mismos terrenos en relación
con los cuales, previamente, Agropecuaria del Norte
Limitada había incoado iguales pretensiones de amparo
policivo, haciéndole creer al funcionario de la
administración distrital el ejercicio de una posesión de
vieja data, que no es cierta, con miras a obtener una
decisión administrativa favorable a sus intereses.

Así lo entendió el Ad quem, cuando señaló que los


contratos se falsificaron ideológicamente «para utilizarlos
como prueba debido a que contra la empresa Interaseo cursaba
una querella policiva y el representante legal quería enervarla
presentando una semejante»50. Sin embargo, descartó la
existencia del punible, señalando que «el uso de los
documentos no tuvo la entidad suficiente para que se
configurara el fraude procesal pues en verdad Interaseo S.A.
tenía la posesión de los predios rurales cuya venta se hizo

50 Folio 78 Cuaderno del Tribunal.

112
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

constar en los anotados contratos, así que dicho funcionario no


emitiría un acto administrativo contrario a la ley 51».

Los juzgadores no advirtieron que los actos


perturbatorios alegados por Agropecuaria del Norte
Limitada se remontaban al 22 de noviembre de 2008,
mientras que los expuestos por Interaseo S.A., hacían
referencia a lo ocurrido los días 4 y 13 de marzo de 2009,
momento para el cual ya había adquirido la posesión de
los predios “Las Marías” y “La Loma de Sansón”. Por ello,
al exponer en su queja, el apoderado de la empresa de
aseo, la posesión de esos predios por más de diez (10)
años, refulge nítida la intención de engañar a la
administración distrital, con la clara finalidad de enervar
la acción promovida en su contra. Tanto así, que en la
decisión administrativa, se desecharon, sin mayor
análisis, las pretensiones incoadas por la inicial firma
querellante.

Por manera que, la precipitada conclusión expuesta


en las instancias, de descartar la posibilidad de dictar un
acto contrario a la ley, por parte del Secretario de
Gobierno Distrital, no encuentra espacio en aquellas
actuaciones que antecedieron a esa solicitud de amparo
policivo y que no fueron objeto de análisis por parte de los
juzgadores.

51 Folio 83 Ib.

113
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Fuerza insistir, que por tratarse de un delito de mera


conducta, se entiende consumado con el uso del
mecanismo artificioso, idóneo y eficaz para producir el
error, sin que surja necesario comprobar el resultado
perseguido, ni la emisión de un pronunciamiento ilegal,
según lo viene diciendo la Corte, de tiempo atrás.

Al respecto, en CSJ SP, 10 abr. 2000, rad. 11210, se


indicó:

El fraude procesal, por ser un delito de simple


conducta, se consuma con la inducción en error, previa
ejecución de los actos engañosos que desdibujan la realidad,
sin que sea necesario la materialización de un perjuicio o de
un beneficio, más allá de lo que el acto funcional mismo tenga
de perjudicial o beneficioso. No es por tanto una exigencia del
tipo, el que se obtenga un resultado, v. gr. en términos de un
efectivo desplazamiento patrimonial, porque se considera
agotado cuando se realiza el comportamiento descrito en el
verbo rector “inducir”, que es el que constituye el núcleo de
la acción.

En suma, se tiene, que la pretensión de hacer valer,


dentro de una querella, contratos de compraventa de
derechos de posesión y ocupación, con datos mentirosos,
especialmente, la fecha desde la cual se ejerce esa
facultad, constituye nada menos que un engaño al
servidor público porque se le está presentando una
realidad distorsionada con capacidad de determinar la
adopción de una decisión, en materia de amparo policivo
por perturbación a la posesión, basada en hechos ajenos
a la realidad que puede lesionar a terceros que discuten

114
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

los mismos derechos, como ocurre en este caso por las


sociedades Agropecuaria del Norte Limitada y Moggio
S.A., bajo la creencia que el único poseedor de los predios
en disputa, ha sido, de años atrás, la empresa de aseo.

De contera, surge incuestionable la lesión, sin justa


causa, al bien jurídico de la administración de justicia,
por lo cual habrá de revocarse la absolución dispuesta en
las instancias para, en su lugar, condenar a los
procesados RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y HUGO HUMBERTO
RAMÍREZ GARCÍA, como coautores del delito de fraude
procesal en concurso con el de falsedad en documento
privado, con la circunstancia de mayor punibilidad
descrita en el numeral 10 del artículo 58 del Código Penal,
tal como se anunció en precedencia.

Dosificación punitiva.

En consideración a los cargos que prosperaron, se


procede a determinar la pena a imponer a los procesados,
atendiendo a los lineamientos legalmente establecidos
para el efecto.

Se tiene entonces que el delito de fraude procesal


(artículo 453 modificado por la Ley 890 de 2004) está
sancionado con pena de prisión que va de 6 a 12 años o
72 a 144 meses, multa de 200 a 1.000 salarios mínimos
legales mensuales vigentes e inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas de 5 a 8 años.

115
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

El ámbito punitivo de movilidad es el siguiente:

El cuarto mínimo, de 72 a 90 meses y multa de 200


a 400 s.m.l.m.v e inhabilitación de 60 a 69 meses; los
cuartos medios, de 90 a 126 meses, multa de 400 a 800
s.m.l.m.v. e inhabilitación de 69 a 87 meses y, el último
cuarto va de 126 a 144 meses, multa de 800 a 1000
s.m.l.m.v. e inhabilitación de 87 a 96 meses.

El delito de falsedad en documento privado (artículo


289 del Código Penal, con el aumento de la Ley 890 de
2004) está sancionado con pena de prisión de 16 a 108
meses.

El ámbito punitivo de movilidad es el siguiente:

El cuarto mínimo, de 16 a 39 meses; los cuartos


medios, de 39 a 85 meses y el último cuarto va de 85 a
108 meses.

En atención a que concurren circunstancias de


menor punibilidad (carencia de antecedentes penales) y
de mayor punibilidad (obrar en coparticipación criminal),
la Sala, por mandato del artículo 61-2 del Código Penal,
se ubicará en los cuartos medios de movilidad.

Ahora, en punto de la gravedad de las conductas y


el daño real o potencial creado, se tiene que,
efectivamente, el comportamiento de los procesados no
solo lesionó la confianza de la colectividad al falsificar

116
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

documentos e incorporarlos a tráfico jurídico, sino


también a la administración pública, en cuanto diseñaron
una situación fáctica alejada de la realidad con la clara
finalidad de inducir en error a un servidor público y
obtener decisiones favorables a sus pretensiones.

Aspectos que indican la necesidad de imponer, por


el fraude procesal 95 meses de prisión, 405 salarios
mínimos legales mensuales de multa y 69.5 meses de
inhabilitación para el fraude procesal y 44 meses por el
de falsedad en documento privado.

Empero, por tratarse de un concurso de conductas


punibles, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 31 del
Código Penal, se debe partir de la pena más grave, esto es
95 meses, guarismo que se incrementará en 20 meses por
el delito concursante, para un total de pena a imponer de
115 meses de prisión, multa de 405 salarios mínimos
legales mensuales vigentes e inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas por el término
de sesenta y nueve punto cinco (69.5) meses.

Los procesados no se hacen acreedores a la


suspensión de la ejecución condicional de la pena, por
razón del factor objetivo previsto en los artículos 63 del
Código Penal (modificado por la Ley 1709 de 2014), pues
prevé como requisito que la pena impuesta sea de prisión
que no exceda de cuatro (4) años, monto ampliamente
superado.

117
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

En tanto que, se les debe conceder la prisión


domiciliaria, toda vez que 38 B del Código Penal
(adicionado por la Ley 1709 de 2014), prevé que la
sentencia se imponga por conducta punible cuya pena
mínima prevista en la ley sea de ocho (8) años de prisión
o menos y tanto el delito de fraude procesal como el de
falsedad en documento privado consagran penas mínimas
inferiores a ese monto.

Además, ninguno de esos comportamientos se


encuentra enlistado en el artículo 68 A del Código Penal,
(modificado por la Ley 1709 de 2014) y tampoco aparece
que dentro de los últimos cinco (5) años hubieran sido
condenados por delito doloso.

Igualmente, se encuentra acreditado el arraigo de los


procesados, pues según consta en la foliatura, RAÚL
ALBERTO GUAL MOZO es abogado especializado en derecho
ambiental y reside en la carrera 13 No 27-73, apto 702,
barrio Bavaria de Santa Marta y HUGO HUMBERTO RAMÍREZ
GARCÍA es ingeniero mecánico y tiene su lugar de
habitación en la carrera 2ª No 29 -144, barrio El Rodadero
de la misma ciudad.

Por consiguiente, se dispondrá que cumplan la pena


en su lugar de residencia arriba indicada o en la que
señalen en el momento de suscribir la diligencia en la que
se comprometan a cumplir las obligaciones descritas en
el numeral 4º del artículo 38B, que garantizaran mediante

118
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

la caución prendaria que prestaron para acceder a la


suspensión condicional de la pena.

En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Penal


de la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la Ley,

RESUELVE

Primero. NO CASAR el fallo impugnado, por razón


de los cargos formulados a nombre de los procesados,
conforme a lo expuesto en precedencia.

Segundo. Casar parcialmente la sentencia dictada


por el Tribunal Superior de Santa Marta el 20 de marzo
de 2013, en virtud de los cargos que prosperaron,
formulados por la Fiscalía y el representante de la víctima.

En consecuencia, condenar a RAÚL ALBERTO GUAL


MOZO y HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, como coautores
penalmente responsables del delito de fraude procesal en
concurso heterogéneo con el de falsedad en documento
privado, a la pena de ciento quince (115) meses de prisión,
multa de cuatrocientos cinco (405) salarios mínimos
legales mensuales vigentes e inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas por el término
de sesenta y nueve punto cinco (69.5) meses.

119
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Negar a los procesados la suspensión de la ejecución


de la pena y concederles la prisión domiciliaria, según lo
razonado en precedencia.

Tercero. Las demás determinaciones permanecen


sin modificación

Notifíquese y cúmplase

EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO

FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO

LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

GUSTAVO ENRIQUE MALO FERNÁNDEZ

120
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

EYDER PATIÑO CABRERA

PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR

LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

121

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