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La homosexualidad y el lesbianismo explicado a los adolescentes

Los padres son los principales educadores de los hijos, por esto deben estar muy al pendiente sobre las
inclinaciones, inquietudes, argumentos y dudas sobre la homosexualidad y lesbianismo que sus hijos puedan
tener.

La homosexualidad es la relación erótica o atracción sexual persistente y emocional,


hacia alguien del mismo sexo. El lesbianismo es la homosexualidad femenina.
Hay que amar con toda intensidad a los homosexuales y a las lesbianas, pero
hay que aborrecer la homosexualidad y el lesbianismo.

La Iglesia Católica, a diferencia de otras denominaciones, no se opone al amor entre


personas del mismo sexo. Se opone a la obsesión, adicción y relación erótica de
quienes tienen definida y comprometida la homosexualidad y el lesbianismo.
La gran mayoría de los homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales se sienten culpables, acerca de
su orientación sexual y les gustaría eliminar esta tendencia física y mental, bien sea que la hayan adquirido
desde el nacimiento o que la hayan fomentado voluntariamente, dándose cuenta o no. La frase de “salir del
armario” es la que clara y públicamente comunica a la sociedad, las inclinaciones o tendencias homosexuales
y lesbianas, y suele ser producida por la presión ejercida por su grupo social.

Los padres

Son los que mejor conocen a sus hijos y tienen que tener el conocimiento, la experiencia y la claridad
suficiente, para ver esas iniciales inclinaciones homosexuales, según comiencen a manifestarse. Tienen que
estar muy atentos a los signos externos, señales inequívocas de angustia que experimentan los adolescentes
y emociones relacionadas con estas actitudes, muchas veces inconfundibles, de las desviadas tendencias
sexuales de sus hijos, las cuales suelen aparecer desde muy pequeños y la mayoría de las veces, motivadas
por el ejemplo de otros niños o por ese deseo que tienen en sus primeros años, de copiar y experimentar
todo, para en cada caso particular, estar muy claros y bien preparados, a la hora de consultarlo con los
profesionales y poderles ofrecer el necesario apoyo emocional, familiar, religioso y social.
Es muy importante tener conversaciones bien preparadas con los hijos, que sean claras y tranquilas, para
conocer la realidad de la situación, por muy cruda que sea, para poder ver cómo van desarrollando su
tendencia sexual.
También es necesario investigar todas esas facetas, en las amistades que los hijos frecuentan, ya que ahí
puede estar la clave de ese querer copiar o emular las actitudes de otros.
En el caso de que las amistades fueran peligrosas, por su insistente influencia de querer involucrarles en
ciertas actitudes, o que intenten valerse de medios para abusar de ellos sexualmente. Los depredadores
conocen el posible eximente ante la ley que la edad, del consentimiento sexual, que en algunos países
comienza a los 14 años. Además cuentan con el posible silencio del adolescente, al que han sometido con
amenazas o premios.

El amor a los hijos se demuestra una vez más, en el sereno y constructivo diálogo con ellos, pero que antes
esté sólidamente preparado, para hacer frente a todas las preguntas e inquietudes. Que los hijos se sientan
que pueden dialogar con sus padres, es el principal paso para encontrar la claridad de sus inquietudes.
Explicar muy claramente a los hijos las características de las opciones sexuales, no quiere decir que haya que
apoyarles en las decisiones que quieran tomar, pues si están equivocados, es necesario y obligatorio para los
padres, explicarles con todo detalle y sólidos argumentos, los errores en los que pueden caer en función de
sus decisiones.
La definición de la inclinación sexual de los adolescentes, los padres no pueden tomarla como un juego, ni
como forma de llamar la atención, ni como una contrariedad, no asumible por los padres. Es una cosa muy
seria y delicada, que conlleva el máximo respeto de ambas partes, pues marca el futuro y deja señales
imborrables para toda la vida, en los padres y en los adolescentes.
Los padres tienen que tomar las medidas, a tiempo de poder modificar las inclinaciones sexuales anormales.
Nunca deben pregonarlo ni ocultarlo, deben hacer ver a los hijos adolescentes, que la sociedad les juzgará
por sus actitudes y talentos, así como por la forma de practicar sus virtudes y valores humanos. Los que les
critiquen, son los perversos, ya que las lesbianas, homosexuales, transexuales y bisexuales pueden ser por
origen psicológico y los doctores y profesionales especializados, deben examinar a los hijos para determinarlo
con certeza. Los padres en cuanto se den cuenta del problema que tienen sus hijos, deben intentan eliminar
ese padecimiento, recurriendo a los profesionales especializados.

El ejemplo de los padres.

Los hijos preadolescentes y adolescentes, continuamente están observando la actitud de los padres,
relacionada con su apariencia física y estética. Los comportamientos excesivos, relacionados con la
masculinidad o feminidad, les hacen copiar actitudes impropias de sus edades.
Para las hijas la imitación de la figura sexual de la madre, les queda mucho más confusa, ya que aunque sea
como un rol a seguir, también pueden tener por otra parte, su propia feminidad contraria, a lo que están
viendo en la casa. Esto suele ser, por el comportamiento algunas veces excesivamente deportivo de la madre
o su excesivo culto a la remodelación física del cuerpo, incluyendo sus vestimentas, peinados, maquillajes y
deportes violentos, propiamente masculinos.

Preadolescentes y adolescentes.

Durante las edades comprendidas entre los 12 y 18 años, según la edad física y mental de cada joven y de la
educación recibida, les empiezan las confusiones sobre su identidad sexual. Comienzan las ganas de explorar
y probar, en todo lo relacionado con la sexualidad masculina y femenina, para tratar de afianzar en su
definitiva orientación sexual, que aunque casi nunca a esa edad todavía es definitiva, para toda la vida. Ahí es
donde empiezan a considerar su lesbianismo, homosexualidad o bisexualidad.
En esas edades llenas de confusiones, es donde aparecen los inductores, poniendo mucha presión en el
abonado campo adolescente, para conseguir prosélitos. La mayoría de las veces, los adolescentes están en
manos de los inductores al lesbianismo o la homosexualidad, debido a que ya se creen mayores para tomar
decisiones propias, sin tener que consultar a los padres, profesores o consejeros espirituales.
Los adolescentes tienen que estar muy bien informados y preparados por sus padres, maestros y asesores
religiosos, para poder soportar las enormes presiones externas de los amigos y de los medios de
comunicación, que continuamente les insisten en intentan convencerles, de que esa homosexualidad
masculina o femenina, es normal. No es cierto que cada uno pueda hacer lo que quiera, sin que tenga que
importarle ni los principios morales, ni las consecuencias de sus actos.

Las graves consecuencias de la homosexualidad y del lesbianismo.

Los padres tienen que explicar bien a sus hijos, antes de que las tendencias homosexuales observadas, se
conviertan en actitudes, los peligros que conllevan para su salud, principalmente los relacionados con la
enfermedades de transmisión sexual clásicas, sífilis, gonorrea, infecciones o enfermedad del intestino gay,
hepatitis A, B, C, D, rotura de esfínteres, trauma que provoca incontinencia fecal, hemorroides, fisura anal;
edemas, SIDA, la infección por VIH, etc.
Según las estadísticas, la vida de los homosexuales activos, se disminuye en un 40% y es más letal que las
drogas y el alcoholismo. La conducta homosexual muestra una promiscuidad compulsiva, sexo anónimo, sexo
por dinero, sexo en lugares públicos, sexo con menores, alcoholismo, abuso de drogas, depresión y suicidio.

Deben hacerles saber que esas inclinaciones, les obligarán a aislarse socialmente de sus amistades, que les
llegarán problemas de concentración, autoestima y depresiones, además de que se sentirán muy diferentes
de sus familiares, amistades. Incluso a ser objetos de burlas y ridículos. Otras graves situaciones que
desgraciadamente tendrán que resolver, son el rechazo y la agresión de otros grupos, la discriminación social,
para participar en determinados deportes, ser admitidos en determinados clubs, universidades y trabajos.

Enfoque Doctrinal
El lesbianismo provoca rechazo de Dios, no así quien padece esta anomalía. 1ª Corintios 6, 9-11 “¿No sabéis
que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni
los afeminados, no los que se hechan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; más ya habéis sido lavados,
ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios”.
Romanos 12, 2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Lucas 1, 5 -11, Pesca Milagrosa, exige un esfuerzo constante de quien quiere ser sanado y vivir en libertad.
Enfoque Teoterápico: I. Efectos en El Espíritu:
Vacío espiritual: Aislamiento horizontal y vertical Pecado impide llegar a Dios Proyección de situaciones
negativas Culpa, Temor, Soledad, Búsqueda de falsos dioses.
II. Efectos en El cuerpo: Tratamientos quirúrgicos u hormonales para convertir su sexo, Tensión sicológica, ira,
soledad y angustia se traducen en enfermedades físicas Propensas a Sida (Drogas) Vestimenta e Identidad
III. Efectos en El Alma: Sus pensamientos, emociones y voluntad muy dañados; Conflictos en la personalidad
(inferioridad, inseguridad, culpa, etc.) Rechazo hacia su sexo, Justificación Necesidad de amor no suplida,
expresión sexual no adecuada, Enfado Temor, Resentimiento e ira, orgullo, autosatisfacción, autocompasión.
IV. Realizar los cambios: 2° Corintios 5, 17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Cristo lo dice, la curación es posible; pero para que
ésta sea total la persona que padece esta inclinación debe alcanzar algunos objetivos:
1. Aceptar intelectualmente que el acto homosexual es antinatural e inmoral, ya sea un acto plenamente
consentido de deseo o pensamiento como un acto externo. 1ª Corintios 6, 19-20
2. Entender que la tendencia homosexual no es pecado mientras no sea consentida, esforzarse por evitar
las consecuencias que esto puede acentuar o provocar. Gálatas 5,1
3. La curación implica desear la heterosexualidad. No es sólo enseñarles la resignación y la aceptación
del sacrificio que supone su situación, sino animarles y ayudarles a salir de ella, con paciencia y
perseverancia. Efesios 4, 22-24, Mateo 21, 22
4. Aun cuando el deseo de la heterosexualidad no pueda alcanzarse en algunos casos, la castidad sí es
posible. Es fundamental dejar en claro que el matrimonio no es una solución al problema de la
homosexualidad, sino por el contrario, un muy probable fracaso, aun cuando haya sido buscado para
escapar de los sentimientos homosexuales, lo que no quiere decir que no pueda vivir la castidad. 2ª
Timoteo 1, 7
5. Es esencial un profundo trabajo sobre el perdón, apropiarse del perdón de Dios y perdonar a otros por
las profundas heridas recibidas. Hebreos 10, 17, Isaías 43, 18
Se debe de perdonar en tres niveles: a) Cognitivo, en el cual se toma la decisión de perdonar aunque el
individuo no sienta ganas de hacerlo b) Emocional, en el cual se llega a comprender a aquellos que han
causado las heridas c) Espiritual, cuando la persona ha sido herida tan profundamente que de hecho no
puede perdonar por sí misma, por lo cual le pide a Dios la gracia de perdonar y de llevarse el enfado. Sin
alcanzar una auténtica actitud de perdón es poco probable que se terminen las tendencias a la
homosexualidad. Es necesario el apoyo de sanas amistades y el trabajo constante de evitar las ocasiones de
pecado, una vida espiritual ordenada e intensa. Salmo 119, 9-10 En esta tarea de recuperación cumplen
funciones muy importantes los familiares y Líderes espirituales. Dios es amor, por lo tanto a las personas con
tendencias homosexuales debemos darles esperanza y los medios para hacerla realidad. Génesis 2, 18
V. Consejos Prácticos:
1. Apartarse, evitar lugares y personas involucradas en el lesbianismo. 2º Corintios 6, 14
2. Armarse de una buena red de amigos y apoyo. Salmos 20, 1
3. Evitar la autocompasión, trabajar en el amor propio y autoestima. Jeremías 31, 3
4. Evitar alejarse de la realidad, para ello es importante que su entorno sea franco, directo y obviamente
no envuelto en esta misma situación. Jeremías 29, 11
5. Reforzar Fortaleza espiritual, memorizar versículos. Filipenses 4, 8
6. Mantener la comunión con Dios. Filipenses 4, 4, Juan 15, 5
7. Reconocer el problema para evitar la culpa, ansiedad e ira. 1º Pedro 5, 7
8. Terapias Familiares, encuentros con el Príncipe de Paz
9. Dejar el consumo de alcohol y drogas si este existe.
10. Evitar ver películas y escenas de prácticas lésbicas
11. Manejar el contacto físico con otras personas
VI. Conclusión:
1. No se conoce el origen de este desorden, pero si conocemos un tratamiento satisfactorio y eficaz,
el que el amor de Dios puede brindar a aquel que se dispone a la sanidad.
2. Es muy importante el esfuerzo de la propia voluntad, sin recurrir a métodos brutales e ineficaces
como la castración, inyección hormonal, etc. Colosenses 2, 8-10
3. La realidad nacional de la Homosexualidad, dista de ser comparada con la realidad internacional.
Debemos crear una cultura de no aceptación hacia la conducta del homosexual, pero si hacia la
persona. Como cristianos debemos estar preparados para ayudar y conocer lo que vive una
lesbiana hoy en día, sacar prejuicios y así como Cristo se acercó a dar una mano al que sufría,
también nosotros ofrecerla.
4. La familia es la célula fundamental de la sociedad, en la medida que es uno de los agentes
socializadores más importantes.
5. Existen consecuencias para menores que viven con homosexuales ya que los modelos de crianza
confusos afectan el desarrollo de su personalidad, están sujetos a discriminaciones sociales, que
los menores no han buscado.
6. Los efectos del lesbianismo sobre las personas afectadas son muchos, pero estamos ciertos que
sólo aquel que nos creó puede reparar los daños ocasionados en nuestra vida. Es por esto que
debemos motivarles a ir a los brazos de papá Dios, presentarles su amor y poder. Debemos ser
esos agentes de Cambio que muestren a una sociedad que se conforma con los cambios
negativos y su rapidez, la voluntad de Dios, agradable a ÉL y perfecta para nosotros. Juan 3, 16

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