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r Lesley Byrd Simpson

LOS CONQUISTADORES
Y E L INDIO AMERICANO

ediciones península ®
de va la flor de la tierra 5 darían en nosotros y nos matarían IV. EL CABILDO DE LA CIUDAD DE GUATEMALA
y Vuestra Magestad perdería tan buena tierra y el demonio A CARLOS V
se enseñorearía de su heredad que perdió, fui a la posada (19 de septiembre de 1543){
del licenciado Matienzo y le dije la cosa como pasaba, y le
requerí de parte de Dios y de Vuestra Magestad lo reme- Es difícil escoger de entre la multitud de protestas
diase, porque yo no lo osaba reprender públicamente, pero contra las Leyes Nuevas que inundó al Consejo de
que a Vuestra Magestad avisaba dello, aunque me levanta- Indias la que mejor exprese el sentir de los conquis-
sen más testimonios de los que me han levantado, y que era tadores. La que aquí he extractado es típica y tam-
muy recio caso, y que cesase esta guerra, pues era infor- bién interesante por su expresión de agravio eviden-
temente sincera. No hay manera de evaluar el impac-
mado que al Presidente la iba hacer en las provincias con- to de estas protestas sobre la Corona. Pudo haber
quistadas que sirven a Vuestra Magestad, y a robar a los sido grande, pero más bien sospecho que fueron más
caciques dellas cuanto oro y plata toviesen, especial al Ca- efectivas en suavizar las disposiciones más rigurosas
zonzi de Mechuacan: él me respondió de tal manera, que el las violentas y costosas rebeliones de Perú y Panamá.
daño no se impide, antes todo queda a punto de asolar y
perder; por reverencia dando tumbos al abismo; que yo
terne cargo de escribir en esto siempre y en otras cosas lo Los más leales vasallos de Vuestra Magestad, los vecinos
que sucediere, porque el servicio de Dios y de Vuestra Ma- de Guatemala, besan los pies y las manos de Vuestra Ma-
gestad en esta tierra no perezca, donde más conviene florez- gestad.
ca que en todas las demás del mundo. En respuesta a ciertos informes que han venido a estas
Inbictísimo César, Dios Nuestro Señor, la vida y muy Real provincias... decimos que... no podemos creerlos y que esta-
persona y muy católico estado de Vuestra Sacra Magestad mos tan horrorizados como si lo que hubiera ordenado fuera
por largos tiempos guarde y conserbe, con acrecentamiento que nqs^jc^^ Si las noticias son verdaderas
de muchos más reinos y señoríos, como vuestro Real cora- es tanto como decir claramente que aquí todos nosotros so-
zón desea. De esta gran ciudad de Temixtitan, Méjico, veinte mos malos cristianos y traidores a Nuestro Dios y a Vuestra
y siete de Agosto de mil quinientos veinte y nueve años. Magestad, a quienes hemos servido con nuestras vidas y
De V. S. C. C. M. fiel servidor e capellán. haciendas...
Según esta información, César Católico, debemos aban-
Fray Juan de Zumárraga, electo obispo de Méjico donar la esperanza de que nuestros hijos disfruten las recom-
pensas que nosotros sus padres disfrutamos y poseemos en
nombre de Vuestra Magestad. Estamos aturdidos y fuera
de nuestros sentidos pues no comprendemos como nuestras
culpas han sido lo bastante graves para merecer tan rigu-
roso y despiadado castigo...
Ha sido afirmado por algunos que la fuente de esta cruel
sentencia es un tal Fray Bartolomé de Las Casas. Nos admi-
ramos grandemente, invencible Príncipe, de que un asunto
tan viejo, iniciado por vuestros abuelos, sopesado por tantas
personas, considerado como mentes buenas y despejadas,
tan bien versadas en leyes como abundantes en buenos de-
seos, se haya de trastocar por un fraile ignorante en leyes,
5. Ñuño de Guzmán estaba reclutando su hueste para la conquista
de Nueva Galicia. 1. «Libro de Consultas a su Magestad». Ms. Municipalidad de Gut-Vj
témala. J'\
impío, envidioso, jactancioso, alborotador, no libre de ambi- peración si lo que hemos dicho se lleva a cabo? Pues nece-
ción (por todo aquello se pueden ofrecer claras pruebas) sitaremos paciencia y_ben£y.olejacia_parajverL a los hijos que
y además, sobre todo, tan perturbador que no hay parte de dejemos tras nosotros reducidos a la miseria oá ñí^sTras
las Indias de donde no haya sido expulsado; no puede ser hijas perdidas en la tierra que sus padres conquistaron para
aguantado en ningún monasterio, ni le es dado obedecer a ellos. Lo más malo de esto es que esta tierra de este modo
nadie y por esta razón no para nunca en ningún lado... nunca se llenará con cristianos, ni con la fe y las buenas cos-
[Suplican a su Magestad que no les condene sin escuchar- tumbres. El religioso se engaña. Hay otros medios de traer
los]... a menos que en lugar de religioso sea un profeta y esta tierra a Dios y a Vuestra Magestad sin destruir a la
haya aprendido lo que conoce por inspiración —que no tiene, pobre gente que la ganó. Escuche Vuestr; Magestad am-
al igual que tampoco la experiencia. Dice que ha estado en bas partes... pues sólo deseamos y pedimos justicia y que
estas tierras treinta y tantos años; pero de ellos, treinta los seamos medidos con la misma medida con que vuestros an-
pasó en la Española y Cuba, donde los indios estaban ya tecesores midieron a los vasallos que ganaron para ellos sus
exterminados y donde el mismo participó en su extermi- reinos y señoríos...
nio, y debía haber dicho la verdad acerca de lo que ocu- Y suplicamos a V. M. que considere el repentino, grande
rrió [allí]. Decimos esto no por hablar mal de él, sino y cruel castigo con que Dios nos ha visitado por nuestras
porque no es competente para dar testimonio acerca de las culpas cuando Él destruyó la mayor parte de esta ciudad, 2
Indias, que es Nueva España (pues el resto no se llaman y los pesados e inmensurables gastos que hemos hecho en su
Indias) y en esta Nueva España que él vio [sólo] desde los reconstrucción. ¿Cómo, César Católico, podemos soportar o
caminos por donde pasó, hay más doctrina entre los indíge- sufrir esto, si Vuestra Magestad no extiende su imperial mano
nas y conocimiento de Dios y del Rey, en proporción al tiem- y otorga grandes favores a esta ciudad? Pues debe más [fa-
po que han estado aprendiendo en la doctrina, que ellos ex- vores] a ésta que a todas [las ciudades] de estas Indias por
ceden grandemente a los de todos los reinos y señoríos de sus grandes servicios y por la ayuda que las provincias ve-
Vuestra Magestad. Estamos asombrados al oír tales cosas cinas han recibido de ella. Si los reinos del Perú, donde se
por parte de este religioso. han logrado tantos tesoros, están bajo el yugo y gobierno de
[Alegan que el único camino por el que los dos objetivos Vuestra Magestad, ¿cuál fue la causa de ello? Fueron los
de S. M. pueden ser cumplidos, esto es, la salvación de los caballeros, caballos y armas que esta ciudad envió y envía
indios y el incremento de los ingresos reales, es asegurando cada día, como es notorio. 3 Pagúenos Vuestra Magestad lo
la estabilidad de los conquistadores en la posesión de sus que nos debe y recompénsenos como humildemente roga-
encomiendas.] mos de" rodilla ante V. M. y ténganos piedad pues somos
V. M. puede estar seguro de que si esto que se rumorea desterrados para siempre de nuestra tierra natal, y por esto
en las calles es verdadero, ni uno ni otro propósito se lo- sólo se nos debiera dar lo que aquí hay y nada se nos debía
grará... El padre religioso puede engañarse (Dios le per- negar, especialmente puesto que cada cosa que pedimos y
done); pero hay otros aquí que saben tanto como él y algo deseamos se gastará en vuestro real servicio.
más, y que con santo celo y sin pasión han considerado y Dios Omnipotente quiera conceder muchos días de vida
estudiado el asunto y que no desean sino la salvación de a V. M. para protección de Su Iglesia y aumento de Su Fe.
V. M., la suya propia y la de esta pobre gente... y son capa- De esta ciudad de Santiago de Guatemala a 10 de sep-
ces de tener cuidado para que los pueblos de españoles no tiembre de 1543.
se destruyan y que sus habitantes no dejen de vagar por las
. calles pidiendo a grito justicia a Dios y a Vuestra Magestad. 2 La primera capital de Guatemala, ahora Ciudad Vieja, fue casi
¿Cuál fue el propósito de V. M. al mandarnos expresa^ totalmente destruida por un terremoto e inundación en 1541.
\rnente casarnos? Y ahora que estamos* casados y cargados 3. Pedro de Alvarado organizó y equipó un pequeño ejército que
condujo a Perú, pensando tomar parte en la conquista. Él lo cedió a
; dé hijos, ¿qué recursos tenemos excepto morir en la deses- Pizarro por 100.000 pesos y regresó solo a Guatemala.

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