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¿Existe algún vínculo entre nuestra inmunidad, nuestro entusiasmo por la vida y
nuestra consciencia? Sí según el Ayurveda que llama este vínculo « Ojas » o néctar
de vida.
Ojas es una palabra en sánscrito que significa « vigor ». Se refiere a la energía sutil
y pura de nuestro cuerpo. Es la esencia de la digestión de las comidas, las
impresiones y los pensamientos. A un nivel profundo nos otorga calma, da soporte
y nutre nuestros estados elevados de conciencia.
Ojas es una sustancia bioquímica que tiene una influencia directa en la naturaleza
y calidad de nuestro cuerpo físico, nuestra mente y emociones. Es recolectado del
plasma, sangre, músculos, tejido adiposo, huesos, médula osea, semen y
óvulos. En términos occidentales, Ojas se asocia con el protoplasma, la sustancia
fundamental de todas las células. Pero, en realidad se trata de una esencia más
sutil.
Está relacionada a la fuerza de kapha dosha, es decir que está influenciada por los
elementos tierra y agua.
100 bocados de comida forman una gota de sangre; 100 gotas de sangre forman 1
gota de Ojas
La imagen resplandeciente de luminosidad, gracia y belleza que Ojas confiere a una
persona son sus efectos exteriores perceptibles. Su efecto interior es la sensación
de paz, de felicidad serena y una inmunidad muy, muy fuerte.
Prana, tejas y ojas son los doshas sutiles conocidos también como humores
mentales y son las energías sutiles que guían y regulan la psiquis humana. En
Ayurveda se sabe que son los componentes fundamentales que estabilizan las
funciones del cuerpo sutil. Aprender a trabajar con estas energías es un camino
seguro para recobrar la claridad y la paz en nuestros pensamientos y también, una
vía de evolución espiritual. Una mente estable y tranquila, satisfecha y paz consigo
mismo y con el entorno, permite un flujo elevado de energía pránica que finalmente
se traduce en estados concienciales mayores. Por el contrario, pensamientos
negativos y emociones densas bloquean la circulación regular de la energía y
obstruyen los nadis, los chakras, y perturban el equilibrio de los doshas sutiles.
Prana, tejas y ojas, son equivalentes a los tres doshas vata, pitta y kapha y están
compuestos por los mismo elementos. La diferencia principal recae en que en el
plano sutil el equilibrio no se establece a partir de prakruti o constitución. La
constitución psicológica está establecido por la presencia de los gunas (sattva,
rajas, tamas). A nivel sutil, las tres energías fluctúan todo el tiempo. En un mismo
días podemos reconocer ese movimiento pues atravesamos por diferentes estados
anímicos. Cuando hablamos de estabilidad en el plano sutil, lo hacemos en función
del equilibrio de las tres fuerzas en paralelo. La frecuencia pránica debe ser similar
o cercano entre las tres energías. En otras palabras, podríamos visualizarlas como
las tres patas de una mesa. Si la tres están al mismo nivel, conseguimos la solidez
de la mesa, en cambio si una o dos de ellas varían, la mesa pierde estabilidad y
deja de ser funcional. Si la diferencia entre prana, tejas y ojas es muy marcada, se
puede distinguir diferentes grados de perturbación mental. Sin embargo, una vez
reducida esa brecha, regresamos a la ecuanimidad. Revisemos cómo trabajan estas
fuerza sutiles.
Prana, cuya traducción del sanscrito significa “fuerza vital”, está relacionada con la
fuerza de vata. Prana es responsable del movimiento y coordinación del
pensamiento. Cuando esa energía está armonizada en relación a sus pares, los
pensamientos de una persona son claros, logra organizarlos coherentemente y la
memoria es buena. Las emociones relacionadas a prana son el entusiasmo, la
motivación y la alegría de vivir. Cuando hay un exceso de prana recorriendo el
cuerpo sutil, la persona experimenta nerviosismo, distracción, se agobia fácilmente
frente a las responsabilidades de la vida, la respiración se altera y suele hablar muy
rápido. Es frecuente que el ruido, las luces brillantes y los olores del exterior sean
molestos. Cuando el flujo de prana es deficiente, hay pérdida de la motivación, de
entusiasmo y el deseo por comunicarse disminuye. La persona se vuelve apática y
letárgica. En casos extremos pueden surgir ideas suicidas.
Tejas, se puede definir como luz o iluminación y esta relacionada con pitta dosha
Cuando tejas es estable, nuestra capacidad de discernimiento y de comprender
ideas complejas es óptima. El fuego y la luz en Ayurveda están relacionadas con la
agudeza de nuestro intelecto, con la capacidad de digerir información y darles forma
a partir de la razón. Cuando la persona esta en equilibrio, su flexibilidad y tolerancia
frente a otros puntos de vista es buena; su discurso es claro, alineado y ecuánime.
Sin embargo, si hay un exceso de tejas, la persona se vuelve muy crítico, irritable,
cínica, intenso. Hay una tendencia a cerrarse a nuevas ideas u opiniones, pues la
fijación por retener la verdad así como por controlar situaciones y a los demás es
alto. Cuando hay un flujo deficiente, el discernimiento recae también. La persona se
torna crédula, ingenua e impresionable. En otras palabras, aprueba todo sin mayor
cuestionamiento. En casos más severos, la percepción se distorsiona, la persona
puede perder la capacidad de separar los hechos de la realidad con los de la ficción.
Puede sufrir de delirios y alucinaciones e incluso puede presentar brotes psicóticos.