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Veamos breve y superficialmente qué es el apego: se trata del vínculo que une y

mantiene unidas a las personas, o a personas con cosas o situaciones. Hay muchísimas
teorías sobre el apego, tanto en la infancia y adolescencia, como en la etapa adulta y
también sobre los distintos tipos de relaciones: de adultos hacia niños o ancianos, en las
relaciones amorosas, respecto de las relaciones sexuales, etc.

Apego es, para que nos entendamos, lo que hace a un perro llorar sin consuelo cuando
su amigo humano se va a trabajar, lo que hace que un niño no se calme con nadie más
que con su madre, lo que nos une a esa pareja a la que ya no queremos pero que no
terminamos de dejar y, como dije el martes, al abrigo que hace temporadas que no nos
ponemos.

El apego es instintivo, el problema es que tal y como ocurre con otras muchas conductas
instintivas, el humano ha terminado distorsionándola hasta el punto de apegarse a cosas
materiales que desde el punto de vista del instinto, no tienen ningún sentido.

Teniendo en cuenta que se trata de algo natural en nosotros, si conseguimos devolver


ese estado natural a nuestro sentimiento de apego, no habrá sufrimiento o dolor que se
exceda de lo normal, justo y necesario. Es decir, es lógico sufrir si un ser querido fallece,
lo que no es lógico, ni normal, ni justo, es que ese sufrimiento nos paralice y nos ahogue
y, ni que decir tiene, que no es normal, ni justo ni necesario, pasarlo mal al deshacernos
de cosas como ropa, libros o recuerdos.

Vamos a tratar, con este ejercicio de diez días, de trabajar el desapego para hacernos
más libres y ligeros; de este modo aprenderemos cómo es la maravillosa sensación de
separarse de cosas innecesarias y comprenderemos que, en caso de tocarnos un evento
triste o emocionalmente intenso, deberemos dejar que el apego nos duela hasta un
punto natural y no más.

Este ejercicio que redacto a continuación y que yo misma voy a hacer estos próximas 10
días, del 28 de octubre al 6 de noviembre, constituye una especie de guía que te
facilitará la tarea de romper con el pasado, trabajar desde la razón y liberarte de la culpa
que vas a sentir.

Recuerda que puedes compartir imágenes de tu ejercicio, tus listas, tus cosas, y ¡tu cara
al deshacerte de cosas! con el hashtag #retodejarloir.

¡TRABAJEMOS EL APEGO!

Antes de empezar es necesario saber tres cosas:

– Si llegaste tarde al reto no pasa nada porque puedes hacerlo en cualquier momento,
es más, si dentro de unas semanas o meses sientes que quieres volver a trabajarlo ¡puedes
volver a iniciar y culminar tu propio reto de 10 días!

– Si te sientes muy mal deshaciéndote de cosas o ya sabes que el apego es un fuerte


problema que padeces, te aconsejo que acudas a terapia o realices, para empezar,
algunas lecturas sobre ello.

– Se trata de un ejercicio muy genérico nacido de mi propia experiencia, esto quiere


decir que cabe la posibilidad de que tú quieras hacerlo con mayor o menor intensidad,
en distinto orden o te apetezca aplicar lógicas distintas. ¡Siéntete libre de actuar como
te nazca!

¡Empecemos!

DÍA #1

Cuando te has apuntado a este reto apuesto a que se te han ocurrido miles de cosas de
las que te puedes deshacer, o quizás eres de esas personas a las que no les sobra
absolutamente nada, pero hay algo que debemos tener en cuenta, y es que según
pasen los días nuestra imaginación puede ser cada vez menos eficaz y podemos terminar
sin tener ideas o motivos por los cuales debemos soltar.

Te invito a que inviertas este primer día del reto en elaborar una lista de cosas que, a
priori, se te ocurran que debes dejar marchar.

Piensa que en la tarea de deshacerte de cosas, también pueden ser recuerdos, culpas
y demás lastres: haz tu lista y anota el porqué de tu deseo de soltar esas cosas. Además
recuerda algo y tenlo muy en cuenta, no se trata de tirar a la basura cosas que ya no se
usan, están rotas o son inútiles, un pintalabios es muy útil porque siempre pinta y ¡estoy
segura de que tienes más de uno y más de dos que hace años que no usas!

Si eres de culo inquieto y te apetece comenzar ya a deshacerte de cosas, ¡adelante! Eso


sí, ten presente que hay cosas que pueden donarse o regalarse.

DÍA #2

¡Vamos a empezar por lo más fácil! La cocina.

La cocina nos ofrece la posibilidad de trabajar sin culpa y con una lógica asombrosa, lo
que utilizas habitualmente es útil y necesario y lo que no, no. ¿Has visto?

Las salsas para perritos que llevan un año en la nevera, fuera. Los tuppers sin tapa, que
no uses para cosas muy importantes tales como hacer la masa de las arepas, fuera. Los
paquetes semiterminados de legumbres, pastas, pan y demás, sácalos, cocina lo que
puedas cocinar y comételo en los próximos días. ¡Ni te lo pienses!

La sartén dañada que te da lástima tirar, pero que no usas porque la comida se pega,
fuera. La mopa y el plumero de teletienda, fuera.

Tú conoces tu cocina mejor que yo, así que dale rienda suelta a tu imaginación. Para
completar este día tendrás que haberte deshecho de, al menos, un aparato, cazuela o
cualquier otro útil de cocina que no se use habitualmente (y, por supuesto, si no eres muy
de hacer limpieza muy a menudo, tendrás que haberte deshecho de, al menos, dos o
tres cosas).

¡Cuantas más, mejor! Recuérdalo.


DÍA #3

En el tercer día del reto le tocan a los abrigos y los zapatos. ¿Por qué? Porque también es
muy fácil saber cuáles te pones o te valen y cuáles no.

Por ejemplo, ahora llega el invierno en España y todos nosotros sabemos cuáles fueron
los abrigos qué usamos el invierno pasado y cuáles no. ¡Y no me digas que te los pusiste
todos, porque a menos que tengas dos, no me lo creo!

Lo mismo ocurre con los zapatos, las mujeres tendemos a amar los zapatos, algunas de
nosotras tenemos mucho amor a los zapatos que no nos podemos poner porque nos
duelen los pies, yo por lo menos. Te invito a que saques TODOS tus zapatos, tacón, botas,
sandalias, las zapatillas de deporte, las chanclas de la playa, etc.

Cuando tengas todos los zapatos fuera, detente delante de ellos y trabaja con
sinceridad, ¿son todos necesarios?

Tenemos que tener en cuenta que todos somos distintos, yo personalmente necesito unas
chanclas de playa o piscina, pero quizás una bloguera de moda, amante de las
chanclas, necesita tres pares… ¡Pues deshazte de todo lo que no necesites!

Si en algún momento, con los abrigos, las chaquetas y demás, o los zapatos, te sientes
mal por regalarlos (porque no los has usado mucho o porque los usaste mucho pero
luego te olvidaste de ellos, por ejemplo), recuerda sostenerlos en tus manos y darles las
gracias por abrigarte o calzarte durante el tiempo que lo hayan hecho. Este es un truco
que leí en “La magia del orden” de Marie Kondo y me parece francamente maravilloso.

Guarda con mimo lo que sí hayas decidido quedarte y duerme feliz, ahora tienes sólo los
abrigos y los zapatos que necesitas.

DÍA #4

Hoy le toca a los recuerdos. Sí, sé que es muy difícil, pero es necesario. No es normal que
guardes los apuntes de la universidad, los recuerditos de las bodas de todas tus amigas
o las tarjetas de Navidad de todos los años.

Es probable que hayas pensando que atesorando esas cosas nunca te olvidarás de los
buenos momentos que vinculas con ellas, que siempre permanecerá contigo el bonito
recuerdo de ser estudiante o de las Navidades pasadas, etc. Sin embargo, déjame
decirte que el recuerdo está en tu mente, es tu cabeza la que recuerda, no tus cajones
ni tus armarios.

No te vas a olvidar de tu infancia porque te deshagas de tu primer pijama, ni vas a olvidar


una etapa o, incluso, una relación por deshacerte de tus cartas de amor. ¡Déjalo ir!

Tus vivencias y aprendizajes permanecen en ti. No hagas que tu espacio, que tanto te
preocupas en limpiar y ordenar cargue con tu culpa. Entiende que no pasa nada por
dejar marchar esas cosas, pues los recuerdos que te traen están en ti, no en ellas mismas.

Mucho ánimo y mucha paciencia contigo, no pasa nada porque te sientas apegada a
algo inútil, no ahora que ya quieres trabajar en ello.
DÍA #5

En el quinto día podemos detenernos a reflexionar sobre algunos aspectos:

– ¿Algunas de las cosas de las que te has deshecho entraron en tu lista inicial?
– ¿Has necesitado en estos días algo de la cocina que ya no tengas?
– ¿Cómo te sientes hoy acerca de los recuerdos que tiraste ayer?
– Repasa las temáticas vistas hasta el momento: de la cocina, abrigos, zapatos o
recuerdos, ¿hay algo más de lo que te puedas deshacer?

Por supuesto, si has entrado en la dinámica de deshacerte de cosas y tienes en mente


algo más, ¡déjalo ir! Pero ten en cuenta que aún quedan cosas como: ropa interior y
calcetines, cosméticos y el salón, entre otros, y todos ellos tienen su día.

Este día de reflexión puedes descansar, salir y despejarte, tomar té elaborando un


malvado plan para hacer que la persona o personas que viven contigo hagan este reto,
etc.

DÍA #6

¡Hoy toca… cosméticos!

No importa si tienes muchos o pocos, vas a tener que hacer limpieza igual.

Veamos, para tener claro que entra en cosméticos, hagamos una lista: botes de cremas,
champús, geles, etc que no nos gustaron o que están a medio terminar, muestras de las
revistas o las farmacias; pintauñas, endurecedores, top coats (¡no se salva nada!);
maquillaje en general y brochas y, por supuesto, cualquier otra cosa que entra en
cosmética y que los demás no sabemos que ni existe pero que tú lo descubriste, lo
probaste, pasaste de ello y allí está.

Esto sí que sí, coge una bolsa de basura y con mucho cariño ve tirándolo todo.

Piensa algo, si quieres claro, una sombra de ojos que no usas es una sombra de ojos que
cumplió su función y debes dejar que se jubile. Quizás llegó a ti para una fiesta o quizás
para enseñarte que no debes gastar en cosas que no vas a usar, pero en cualquier caso
ya no debe estar en tu neceser. Debes dejar que marche libre y liberarte tú de la culpa
de los 20€ que vas a tirar.

A veces pienso, Dios, lástima de dinero que gasto y que voy a tirar a la basura sin ningún
uso, ¿y qué? Bueno, el no uso ya se lo he dado. O sea, ya tiré el dinero el día que lo
compré sin necesidad, ¿de qué sirve guardarlo ahora?

Apuesto a que tienes un gusto muy específico por el tono de los esmaltes de uñas, ¿qué
pintan entonces todos los demás colores? Si algún día te disfrazas y necesitas un negro o
un verde que tú normalmente no usas, seguro que podrás comprar uno por un euro y
usarlo, y luego prestarlo a alguien que le guste para su día a día. ¡Di no a los colores de
pintauñas que no te gustan!
DÍA #7

Y llegó el momento más esperado para muchos, ¡los libros! Sí, hay personas que no tienen
muchos libros, pero hay otras que compran libros sin parar, los acumulan y les encanta
tenerlos, ahora bien: a menos que la pasión de tu vida sean los libros, puedes
tranquilamente ir deshaciéndote de ellos según vayan cumpliendo su función.

Veamos, cómo saber si los libros son tu pasión más pasional, creo que es fácil: si sientes
que tener libros te llena como ninguna otra cosa, que eres feliz sabiendo que tienes una
biblioteca, eres intelectual o bohemia y demás… puede que sí, ¡tú pasión son los libros!
Sin embargo, si te llena leer pero no tener libros, sueles prestarlos o regalarlos sin problema,
o sientes que podrías deshacerte de algunos… ¡pues enhorabuena! Vas a poder hacer
limpieza sin remordimientos.

Deshacerse de libros es algo doloroso, al menos para mí. Sin embargo, es muy fácil saber,
en una primera ronda, cuáles son los que ya han hecho su trabajo y pueden ser regalados
o donados. Novelas que no te gustaron mucho o que te encantaron pero que no
volverás a leer, pueden marcharse. Es imprescindible que hagas el ejercicio de observar
cada libro y pensar de qué tipo es, si es un libro de consulta, si lo necesitas para el trabajo
o si, simplemente, te da lástima tirarlo. Esta última opción es que la te llevará
directamente a deshacerte de él.

Regálalos. Préstalos. Dónalos. Si tienes una amiga apasionada por las novelas históricas y
tú tienes una, coméntale que vas a donar el libro y que si quiere leerlo antes, ¡quizás lo
disfrute!

Es importante que seas consciente de que el espacio de tu casa te cuesta dinero (mucho
más del que crees), y no puedes usarlo en cosas que ya no tienen utilidad para ti.

¿Cuántos libros puedes dejar marchar?

DÍA #8

La tarea de hoy es algo más tediosa y larga, ¡la ropa de calle y del gimnasio!

Seré breve aquí. Sólo tú sabes cuáles son las prendas que no te pones nunca, cuáles te
pones una vez cada tres años y cuáles son tus must diarios. ¡No te engañes!

Si tienes cinco pantalones vaqueros y hay unos que no te valen, no los conserves para
cuando recuperes la línea o para cuando engordes un poquito, ¿y si nada de eso pasa
en los próximos tres años? ¿Conservarás toda tu ropa a la espera de la ocasión perfecta?

Creo que después de toda una semana deshaciéndote de todo tipo de objetos y
reflexionando acerca de las virtudes de dejar ir, ya estamos todos preparados para
poder sincerarnos con nosotros mismos y regalar la mitad de la ropa que tenemos. Es
importante que sepas que ¡no estoy exagerando! En el primer mundo tendemos a darle
mucha importancia a no repetir ropa, tener de varios estilos y demás, cosa que está muy
bien, pero terminamos exagerándolo (como todo).

Si quieres empieza por la ropa de la estación que toca ahora, por ejemplo, como dije
antes en España está llegando el frío; podemos revisar la ropa de invierno y ver cuánta
de la que tenemos realmente sí la usamos el invierno pasado. ¡Lo mismo que con los
abrigos, pero con más prendas!

Lo mismo ocurre con la ropa del gimnasio, si unos leggins o una camiseta están
permanentemente sin usar por la talla, el color o la tela… ¡Ya has aprendido qué no
debes volver a comprar! Es hora de dejar a esa prenda ir.

DIA #9

Para terminar con la ropa, quizás te apetezca revisar tu ropa interior, calcetines, pijamas
y ropa de estar por casa. ¡Imagina lo lindos que van a estar tus cajones cuando termines
de deshacerte de toda la ropa vieja, la que ya no usas, la que no te gusta, etc!

Incluso podrás guardar en esos cajones las joyas o collares que tienes, velas de olor y
todo aquello que te apetezca tener junto en el mismo espacio.

Cómo todos los días, tú mejor que nadie sabes qué cosas ya no tienen cabida en tu día
a día, qué cosas estás lastrando e, incluso, cuáles son las que conservas solo por
sentimientos como lástima, pena o culpa. Si tratas cada día de desterrar de tu vida todas
esas energías negativas, ¿crees lógico conservar cosas con esa energía?

DÍA #10

Llegó el último día, el día de hacer balance, deshacernos de sentimientos y terminar con
la limpieza de la casa.

Empecemos por los sentimientos.

Hasta ahora hemos estado dejando ir cosas de nuestra vida, trabajando el apego,
trabajando la culpa, la tristeza, la compasión, muchísimas cuestiones que se ven
involucradas en la mala maña de atesorar. Quizás te hayas dado cuenta ya que tu vida
y tú, tus recuerdos y vivencias, no dependen de las cosas, sino de lo que las cosas han
dejado en ti. Es por ello que has podido regalar, honestamente, ropa que ya no necesitas,
zapatos que no usas habitualmente, bolsos, etc. Incluso has podido deshacerte de
cosméticos, útiles de cocina, libros y otros muchos objetos de los que es muy difícil
desprendernos.

Ahora bien, ¿qué pasa con los sentimientos? Es posible que tengas una mochila llena de
piedras de las que te tienes que deshacer si quieres seguir avanzando.

Piensa en un hermoso árbol cuyas hojas ya están marrones y amarillas a punto de caer
por el otoño. Cada una de esas hojas ha sido un objeto y ahora también van a ser
recuerdos o sentimientos de los que te quieres liberar. Deja que tu árbol se libere de todas
las hojas marchitas, que el viento te sacuda liberándote de todo aquello que quieres
dejar ir y siéntete libre. Abrázate, felicítate y se agradecida contigo misma, tu trabajo de
liberación ha sido, y es, muy duro, pero has hecho todo lo que has podido y lo has hecho
muy bien.

Recuérdate que podrás hacer este reto siempre que quieras y podrás mejorar en todos
los aspectos que necesites.
Terminemos con la limpieza de nuestra casa o habitación.

Deberías tener tu espacio visiblemente más vacío que hace 10 días, ¿hay algo que
necesite ser liberado? Quizás un adorno que te hayas resistido a tirar, ropa que no pudo
ser jubilada en la primera vuelta, libros o documentos que hayas pasado por alto.
Cuantas más cosas dejas ir, más cosas puedes dejar ir. Así funciona.

Cuando trabajamos el apego tirando cosas (tirando, regalando, reciclando, etc), la


mejora es exponencial. Siempre empezamos la tarea con ciertas reticencias, pero
finalmente nos sentimos libres de culpa y podemos liberarnos y liberar todas las cosas que
ya no cumplen ninguna función.
Si hay algo de lo que todavía puedas deshacerte, es el momento de agradecer su
función y dejarlo ir.

Por último, hagamos balance.

Escribe en un cuaderno la respuesta a las siguientes preguntas, es importante que las


respuestas sean escritas para que tus pensamientos no divaguen.

– ¿Cómo me siento después de deshacerme de todas estas cosas?


– ¿Podría empezar el reto de nuevo y continuar liberando más objetos o ropa?
– ¿Compraría ahora algo sin tener en cuenta el uso efectivo que le puedo dar?
– Si compro mañana algo nuevo que dejo de usar semanas más tarde, ¿me costaría
agradecer y dejar marchar?
– ¿Es mejor la vida cuánto más simple?

FIN

Deshacerse de cosas es una tarea maravillosa y liberadora que muy pocos se atreven a
probar, y es lógico, no es fácil dejar a un lado el apego y el cariño para dar paso a la
razón y la liberación.

Si has terminado el reto, y cada día te has desecho de algo, ¡té felicito! Has hecho un
buen trabajo y te has regalado unas sensaciones que pronto querrás volver a vivir, el
orden y el espacio nos llenan de calma y paz interior. Vivimos en la era del tener y no
podemos evitarlo, ¡pero no tener es mucho mejor!

Cuando uno se libera de toda la carga puede adoptar nuevas tareas, comprar nuevas
cosas que realmente sí le gusten y emplear el espacio en energía positiva.

¡Muchas gracias por acompañarme en este reto durante 10 días! ¡Y espero que el
ejercicio haya sido tan liberador para ti como lo ha sido para mi

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