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A. Resumen.
1. El 5 de mayo de 2018 la Comisión Interamericana de Derecho Humanos (de ahora en adelante la
Comisión) recibió una petición presentada por Luz María Bernal, (en adelante peticionaria) la
petición fue presentada inicialmente en relación a Fair Leonardo Porras, (en adelante la presunta
víctima)
B. Consideraciones Generales
3. La Comisión observa que de acuerdo con los hechos descritos en la presente petición, la
peticionaria alega la presunta violación de derechos humanos por parte del Estado de Colombia a
individuo. La presunta víctima fue identificada en la petición como Fair Leonardo Porras, quien
presuntamente fue asesinado por el Ejército Nacional de Colombia, organización que además lo
acusó de liderar una organización narcoterrorista que operaba en la zona de Ocaña en el
Departamento colombiano de Norte de Santander.
Encuentra importante la Comisión resaltar que de acuerdo con la petición, la supuesta víctima
presentaba una condición de discapacidad motriz fruto de un nacimiento prematuro, la cual le
impediría manejar una organización criminal. Tampoco le permitiría manipular de manera correcta
un arma de fuego como la que fue hallada en su mano tras el supuesto combate entre la
organización narcoterrorista que supuestamente lideraba y el Ejército, donde según este último se
le dio de baja.
C. Evaluación formal
La competencia ratione personae respecto del peticionario al tenor del artículo 441 de la
Convención Americana de Derechos Humanos (en adelante la CADH), ha sido entendida como
una competencia amplia que permite que en los casos en que la víctima se vea incapacitada para
actuar por cuenta propia, un tercero actué como peticionario en su defensa. Ello con el objetivo de
ampliar el alcance de la protección, así lo ha dicho la jurisprudencia de la Corte IDH:
“28. Pero la Convención Americana va más allá: la legitimatio ad causam, que extiende a todo y
cualquier peticionario, puede prescindir aún de alguna manifestación por parte de la propia víctima.
El derecho de petición individual, así ampliamente concebido, tiene como efecto inmediato ampliar
el alcance de la protección, sobre todo en casos en que las víctimas (v.g., detenidos
incomunicados, desaparecidos, entre otras situaciones) se vean imposibilitadas de actuar por
cuenta propia, y necesitan de la iniciativa de un tercero como peticionario en su defensa” 2.
6. En cuanto a las respuestas de las autoridades estatales, la petición se queda corta y no recoge
la posición expuesta por las autoridades estatales ante la supuesta vulneración de los derechos
de la convención. En ninguna parte de la petición se hay algo sobre la posición del estado, tan solo
se dedica a mencionar que la defensa del estado se basa en la idea de que fue algo desafortunado
y que se hizo en cumplimiento de las de los mandatos de seguridad democrática. Ya que los
militares estaban cumpliendo ordenes en el cumplimiento del conflicto (¿por qué esto es
incompleto?).
7. En el presente caso, la totalidad del proceso judicial que constituye el objeto de la denuncia, se
desarrolló con posterioridad a la fecha de la ratificación de la Convención Americana. En adición,
la Comisión posee competencia ratione temporis, porque las sentencias se dictaron en el 2012
fechas en que ya estaba en vigor para el Estado colombiano la obligación de respetar y garantizar
los derechos consagrados en el Convención Americana (¿está completo este análisis de la
ratione temporae?).
8. La Comisión posee competencia ratione loci, ya que las violaciones de derechos alegadas
ocurrieron dentro del territorio del estado colombiano como parte de la Convención Americana
(¿solo por haber ocurrido dentro del territorio de un Estado parte de la Convención se
cumple con la ratione loci? ¿por qué?)
9. El artículo 46(1)(b) de la Convención establece que toda petición debe presentarse dentro de un
plazo de seis meses contado a partir de la fecha en que se haya notificado a los peticionarios. El
peticionario alega que la última decisión de derecho interno fue emitida en 2012, sin especificar
día o mes. El peticionario presentó su denuncia el día 5 de mayo de 2019 sin embargo, El Estado
no alegó el incumplimiento de la regla de los seis meses, por lo cual cabe considerar que renunció
tácitamente a esa defensa. La Comisión concluye que la petición se presentó dentro del período
establecido en el artículo 46(1)(b) de la Convención (Revisar, el malparido de Coy dijo en un
mensaje que había que asumir que el plazo se había cumplido).[8]
10. La Comisión entiende que en lo sustancial la petición no está pendiente de otro procedimiento de
arreglo internacional, y que no es sustancialmente la reproducción de ninguna petición anterior ya
examinada por la Comisión u otro organismo internacional. Por lo tanto se cumplieron también los
requisitos establecidos en los 46(1)(c) y 47(d) de la Convención. (complementar)
11. Los hechos alegados por la peticionaria se fundamentan en la violación a los derechos de la
convención, así como pactos de derechos humanos ratificados por el estado colombiano como es
el caso del pacto contra la desaparición forzosa. Los hechos retratados si guardan relación con las
violaciones de derechos que indilga la peticionaria, aunque no en su totalidad.
12. Respecto a las pruebas mencionadas en la petición, es importante hacer las siguientes precisiones:
(i) la sentencia permite acreditar la existencia del proceso y de quienes formaron parte de este. (ii)
no es suficiente mencionar que un familiar murió de pena moral, es necesario acreditar este suceso
de a través de un medio pertinente.
13. La comisión también (¿?)
V. CONCLUSIÓN
14. En virtud de las consideraciones de hecho y de derecho que anteceden, la Comisión concluye
que el caso de que se trata cumple los requisitos de admisibilidad establecidos en el artículo 46 de
la Convención Americana y, sin prejuzgar sobre el fondo del asunto,
LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS,
DECIDE: