Cómo Lograr Más y Tener Tiempo para Todo - Leo Alcalá

Copyright © 2007 por Leopoldo Alcalá.
Todos los derechos reservados.
1era. Edición Electrónica, agosto 2007
Ninguna porción de este libro puede ser reproducida o transmitida

en cualquier forma o por ningún medio, electrónico o mecánico,
incluyendo fotocopiado, grabación o por cualquier sistema de recuperación
o almacenamiento de información, sin el permiso por escrito de la editorial.
ISBN 980-6432-18-5
Portada, diseño y diagramación: Leopoldo Alcalá
www.leoalcala.com
info@leoalcala.com
Acerca del Autor
Por más de una década —como conferen-

cista, facilitador, coach, escritor y productor
venezolano— Leo Alcalá ha encendido, po-
tenciado y activado el poder en decenas de
miles de personas alrededor del mundo para
lograr mejores resultados.
Es autor del best-seller El Poder para Lograr lo

que Quieras (www.elpoderparalograr.com) y
editor del blog y boletín electrónico Pasión en Acción (www.pasionenaccion.com).
Ha diseñado, producido y presentado conferencias y talleres de alto impacto —so-

bre liderazgo, motivación, efectividad, óptimo desempeño, ventas y éxito total— ante
audiencias de hasta decenas de miles de personas en países como EE.UU., Japón y
México.
Con su estilo dinámico, entretenido, apasionado, profundo, reflexivo y de alta energía,

Leo Alcalá contribuye continuamente al éxito de individuos, equipos de trabajo y em-
presas como Microsoft Latin America, Procter & Gamble, Citibank, Alimentos Kellogg,
Ernst & Young, Colgate-Palmolive, Pfizer, CEMEX, Novartis, Cargill, Empresas Polar,
BOC Gases, Bristol-Myers Squibb.
Para mayor información sobre las conferencias, talleres,

servicios de coaching y productos de Leo Alcalá, llama al 1 (512) 535.0307 en USA
o al 58 (212) 415.5455 en Venezuela, o visita en Internet:
www.leoalcala.com
© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados iii www.leoalcala.com
A Thaís y a Luis Enrique,
por darme la vida que me impulsa cada día
a hacer el mejor uso posible de mi tiempo.
“
Como el tiempo es el objeto inmaterial sobre
el que no podemos influir—ni acelerar ni
hacer más lento, ni sumarle ni quitarle—es
un regalo imponderablemente valioso.
—Maya Angelou
”
Agradecimientos
Gracias a todos los que me dieron el mayor de todos los regalos, su tiempo
y energía, para contribuir a la materialización de este libro.
Especialmente a...
Carol, mi esposa, por darme el amor y los espacios de tiempo para crear.
Maya, mi hija, por inspirarme a vivir al máximo.
Luis Enrique, mi papá, por el coaching editorial que se evidencia en una

mejor comunicación de mis ideas.
Eugenia, mi hermana, quien a última hora le ha agregado valor y veloci-

dad a la edición y publicación de este libro.
Evelyn, mi gran amiga y Directora de Mercadeo, por liberar mis horas

mientras se multiplica el impacto de lo que hacemos.
Freya, mi Gerente Administrativa, que hace que lo cotidiano y necesario

funcione mientras yo estoy en otras cosas.
Giorgina, “La Flaca”, por regalarme tiempo al hacer lo que a mí no me

gusta.
© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados v www.leoalcala.com

Contenido
Acerca del Autor • iii

Agradecimientos • v
1. No Hay Tiempo para Todo

¿O Sí? • 1
2. Aduéñate de tu Tiempo,
Aduéñate de tu Vida • 12
3. El Secreto para
Optimizar tu Desempeño • 27
4. El Desafío del Mejor
Uso del Tiempo • 44
5. Los Virus que Atacan
la Productividad • 56
6. Energía para Exprimirle
el Jugo a tu Tiempo • 71
7. El Poder del Enfoque para
Lograr Mejores Resultados • 89
8. Músculos Mentales y Emocionales
para Máxima Productividad • 108
9. El Momento es ¡Ahora! • 125
© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados vi www.leoalcala.com

Cómo L og ra r M ás y Ten er T iemp o par a To do
CONT ENI DO
Apéndice
RECURSOS PARA POTENCIAR TU ÉXITO
127
Boletín Electrónico • 129

Programas de Audio • 130
Conferencias y Talleres de Alto Impacto • 134
© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados vii www.leoalcala.com
CAPÍTULO 1
No Hay Tiempo para Todo

¿O Sí?
“
Siempre tenemos suficiente tiempo,
si tan sólo lo usamos adecuadamente.
—Goethe
”
“No hay tiempo. ¡No tengo tiempo!”
En cuanto nos sentimos abrumados, inmediatamente comenzamos a repe-

tir frases como ésas en nuestra mente.
La sensación de estrés, de sentirnos ansiosos, de sentir que no podemos,

de que las cosas se nos están escapando, de que cada vez parece que es-
tuviéramos más atrasados, de que cada vez surgen más cosas de las que
realmente podemos manejar, empieza a ser enorme.
Pero es una trampa que llega a convertirse en la mayor excusa de todas.
© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados 1 www.leoalcala.com

Cómo L og rar Más y Ten er T iemp o par a To do
C A PÍTU LO 1 | NO HAY T I EMPO PA RA TO DO ¿O SÍ?
¡
Creer que no hay tiempo es una ilusión.
!
Estoy a punto de compartir contigo por qué me atrevo a decir esto y, más
aún, a demostrártelo.
Pero antes imagina lo siguiente:
Te encuentras en un día cualquiera en tu oficina o en tu casa,

o en el sitio donde usualmente estás durante el día. Visualiza
que estás disfrutando de una sensación de control sobre lo
que estás haciendo, lo que tienes pendiente por hacer, lo que
sabes que has dejado a un lado y lo que realmente quieres
hacer.
Una sensación de control que te brinda certeza y te permite

avanzar con una claridad de mente que te lleva a ser alta-
mente productivo—sin estrés y sin angustias; más bien con
entusiasmo y con la energía suficiente para mantenerte acti-
vo dando lo mejor de ti.
Imagina además que experimentas una libertad enorme por-

que sabes que estás haciendo lo que estás haciendo por elec-
ción y no por reacción—y también te sientes en paz con lo
que has decidido dejar de hacer.
La libertad surge porque sabes que más adelante, durante

este mismo día, podrás dedicarte a disfrutar de esas acti-
vidades que nutren tus variadas dimensiones de vida. Una
sensación de control y libertad, porque estás sintiendo que
eres dueño de tu tiempo... y de tu vida.
Esto es posible.

El igualador universal
El tiempo es el igualador universal: todas las personas, no importa su posi-
ción social y económica, su raza, su género, su nacionalidad, su profesión
o lo que hagan, tienen exactamente el mismo tiempo que tú y que yo.
Cada día se define por 24 horas, 1.440 minutos, 86 mil 400 segundos.
Desde Bill Gates hasta Nelson Mandela, desde Lance Amstrong hasta
Shakira, desde tu jefe hasta tus supervisados, todos tienen exactamente la
misma cantidad de tiempo.
Entonces ¿cómo es que hay quienes son más productivos que otros?
¡
El tiempo no hace la diferencia—la diferencia
está en lo que cada quien hace o deja de hacer
dentro del dominio de la temporalidad.
!
Lo que determina lo que tú eres capaz o no de lograr y experimentar en
tu vida tiene que ver con cómo empleas las veinticuatro horas que todos
tenemos día a día. En otras palabras, con tu habilidad para exprimirle el
jugo al tiempo.
La pobreza del siglo XXI

Para muchos, la mayor pobreza es la del tiempo. Hay quienes tienen gran-
des cantidades de dinero y posiciones tope en el escalafón social, pero
viven con una carencia insoslayable: tiempo para disfrutar, tiempo para
compartir, tiempo para vivir, tiempo para crear, tiempo para seguir sus
sueños. Tiempo para, simplemente, ser.
¿Conoces a alguien que tenga una gran riqueza material o de conocimien-

tos, pero que en el fondo vive en una gran pobreza de tiempo que lo man-

tiene apurado, estresado y quizá vacío de pasión y plenitud? Me refiero a

esas personas que constantemente se están perdiendo de los amaneceres,
los atardeceres, las sonrisas, los momentos mágicos y la posibilidad de
profundizar en sus relaciones... porque no les alcanza el tiempo.
¿
¿Eres tú uno de los que no les alcanza el tiempo?
?
Si te ves reflejado de alguna manera en la anterior descripción ¡felicitacio-
nes! Estás a punto de conocer ideas y estrategias con las que transformar
tu vida.
¡
La calidad de vida se mide, más que en dinero
y en lo material, en la cantidad de tiempo que tienes
disponible para disfrutar y compartir a plenitud
lo que enciende tu alma.
!
Mucha gente tiene sueños, ambiciones y deseos, pero no tiene el tiempo
para ir tras ellos. Puedes estar rodeado de todo lo demás—las posesiones
y las posiciones, los logros y las recompensas—pero ¿de qué sirve si no
tienes el tiempo para disfrutar, sentir, amar y sentirte vivo?
¿
¿Acaso tienes cosas que has querido hacer y lograr—
proyectos, aventuras, negocios, aprendizajes—pero
sientes que no tienes el tiempo para dedicarte a ellas?

Entonces ¿hay o no hay tiempo para todo?

Nuestro tiempo es limitado y eso impone unas restricciones ineludibles a
nuestro devenir. En este sentido, no hay tiempo para todo.
Pero la verdad es también que sí hay tiempo para todo—para todo lo que
determines que es realmente importante para ti.
Evidentemente, no nos alcanzan las 24 horas para todo lo que quisiéra-

mos, para todo lo que necesitamos hacer o para todo lo que se demanda
de nosotros. Pero lo que sí podemos buscar y garantizar es que no se nos
escapen—en el día a día, en la semana o en los meses—esas cosas que son
las realmente importantes, las verdaderamente trascendentes. Eso que, si
bien requiere tiempo, te conducirá a la realización de tus metas y sueños.
En este sentido, no todo es importante ni tiene la misma prioridad. Con

demasiada frecuencia miramos todo lo que está por hacerse como si tu-
viera el mismo valor y, por supuesto, llegamos a la conclusión de que no
hay tiempo.
Pero cuando empiezas a hilar fino, comienzas a diferenciar aquellas cosas

que tienen trascendencia de aquellas que no, esas que realmente te llenan
de entusiasmo en contraparte a las que simplemente te son interesantes.
Te pones a distinguir esas actividades que hasta ahora has estado haciendo
por necesidad, por hábito o porque simplemente otros esperan que tú las
hagas, pero que no son deseables ni mucho menos indispensables.
Es entonces cuando puedes darte cuenta de que si sólo te enfocas en aque-

llo que realmente es importante puedes encontrar el tiempo. Se abre la
posibilidad para organizar tus días de forma tal que no queden por fuera
esas cosas que verdaderamente llenan tu vida y determinan tu productivi-
dad y avance.
Definitivamente, el mejor uso del tiempo viene acompañado por la clarifi-

cación de tus prioridades, tus valores, tus metas. En síntesis:

¡
Descubres que el tiempo no es tu enemigo
sino tu aliado cuando orquestas tus actividades
como consecuencia de una mayor claridad sobre
la vida que realmente quieres vivir.
Una búsqueda personal por la optimización del tiempo
¿
¿Cuándo fue la última vez que te dijiste
“¡No me alcanza el tiempo!”?
?
Muchas veces yo he estado ahí, sintiéndome abrumado por la interminable
y siempre creciente lista de cosas por hacer. Con la sensación de que jamás
voy a tener el tiempo para hacer lo que tengo pendiente. Presionado por lo
urgente y por montones de procesos inconclusos que eran para anteayer.
En otros momentos he sentido un hambre que no puedo saciar: una ambi-

ción y un deseo de cosas mucho más allá de las posibilidades del momen-
to—queriendo lograr, avanzar, crear y alcanzar cosas para las que todavía
se necesita mucho tiempo. ¡Y las quiero ya!
También me he sentido frustrado cuando me hallo atrapado en un proceso

que se extiende y se extiende—comiéndose más de los cinco minutos que
ingenuamente había previsto inicialmente—atrasando esas otras cosas que
también son urgentes, que también se necesitan y que se siguen sumando
líneas a la interminable lista de pendientes.
En 1995 me encontraba en un momento crucial y de transición. Estaba

pasando de una carrera profesional a otra, enfocando y orientando mi vida

en direcciones diferentes a las que había llevado hasta ese momento. Pero
frustrado ante mis enormes ambiciones y deseos, sintiendo que avanzaba
demasiado lento.
En ese entonces entré en contacto con quienes representaban en Venezuela

la empresa de Stephen Covey—conocida para aquella época como el Co-
vey Leadership Center, hoy día FranklinCovey.
Recuerdo que el primer libro que tuve en mis manos del Dr. Covey no fue
el más famoso de todos (el de “los 7 hábitos”), sino “Primero lo prime-
ro”, un tratado sobre el hábito que justamente tiene que ver con cómo ser
eficaces en el manejo del tiempo y cómo ejercer el liderazgo personal en
el día a día.
El libro me atrapó—lo leí en un día. El deseo y la necesidad que tenía por

optimizar mi productividad me impulsó a comerme ese ejemplar de un
solo bocado.
Empecé a apasionarme por el tema. Esto me llevó a acercarme a quienes

dirigían la empresa representante, Bárbara Hauser y Mélida Quiñones, y
esto dio pie a que yo pasara a trabajar junto a ellas como Gerente de Pro-
ducto de los talleres de “Primero lo Primero” en Venezuela.
Mi búsqueda continuó. Cada vez estaba más consciente de que mi éxito, a

todo nivel, dependía del uso de mi tiempo. Sabía que en la medida en que
yo aprendiera a usar mi tiempo, mi capacidad para manifestar mi potencial
iba a aumentar.
Esto generó en mí una enorme sed por aprender todas aquellas cosas que
me permitieran optimizar mi desempeño. Exploré cómo usar mapas men-
tales para planificarme, estudié cantidades de libros y probé un sinnúmero
de sistemas—tanto en papel como en digital—de planificación personal.
Estaba a la búsqueda de cualquier principio, herramienta, estrategia o

práctica que me permitiera alcanzar un óptimo desempeño, una máxima
realización y una plena satisfacción personal y profesional.

¡Y sigo buscando!
Para qué invertir tu tiempo en este libro

Lo que tienes en tus manos es el producto de mi búsqueda. Este libro es la
síntesis de lo que he aprendido, integrado y generado a lo largo de los últi-
mos 10 años. Me entusiasma saber que tú vas, al involucrarte en su lectura
de manera activa, a comprimir una década de exploración y aprendizaje,
errores y aciertos, en apenas unas horas.
¡
Tu capacidad para ser feliz y disfrutar de una sensación de
tranquilidad, serenidad y certeza junto a la manifestación
de estados de alta productividad, depende enormemente
del grado de control que sientes sobre tu vida.
!
Este libro te va a dar múltiples maneras de aumentar esa sensación de
control. Y al aplicar las ideas y estrategias que encontrarás en las próximas
páginas, comenzarás a sentir una mayor capacidad para tomar las riendas
de tu éxito.
Vas a dejar de sentirte víctima del tiempo, víctima de lo urgente, víctima

de las cosas que tienes por hacer, víctima de lo que otros demandan de ti.
En contraposición, podrás sentirte dueño de tu tiempo.
Además se incrementará en ti una sensación de certeza: sabrás que, al po-

ner en práctica lo que estás a punto de aprender, vas a comenzar a generar
mejores resultados. Vas a sentirte mucho más seguro de lo que eres capaz
de hacer, y más claro acerca de aquello con lo que es mejor no compro-
meterte.
Vas a poder sentir paz y tranquilidad al saber que no se te está escapando

nada realmente importante en tu vida. No sólo podrás identificar exacta-

mente qué es vital para ti; también tendrás los mecanismos para garantizar
que en tu vida lo que es vital siga fortaleciéndose y expandiéndose.
Invitación a la acción
Por supuesto, el poder de este libro no está en su simple lectura. El poder
está en la aplicación de las cosas que tú estás a punto de aprender.
Imagina que has aumentando tu productividad como resultado de optimi-

zar el uso de tu tiempo. Visualiza que tus ingresos se multiplican y aho-
ra ganas más, porque eres más productivo. Siéntete experimentando una
mayor sensación de libertad personal—una libertad que disfrutas porque
ahora tienes más tiempo para dedicarte a esas cosas que son realmente
importantes para ti.
Todas estas cosas serán posibles cuando tú apliques lo que estás a punto
de aprender. Al poner en práctica lo que está plasmado en las páginas que
siguen, lo que ahora te parece imposible—porque sientes que no tienes
tiempo—estará a tu alcance.
La promesa de este libro es que, si cumples con tu parte, puedes adueñarte

de tu tiempo para vivir una vida de mayor éxito, productividad, prosperi-
dad, paz y plenitud.
Así que te invito a que desde ahora, desde ya, tomes la decisión de poner
en práctica lo que vas a aprender—o quizá simplemente recordar—en las
próximas páginas.
Poner en práctica cualquier idea implica un esfuerzo. Pero...

¿
¿Acaso no quieres mejorar tu vida?
¿No es cierto que estás leyendo éstas líneas porque hay

algo dentro de ti que te pide más?
¿Cuál es el costo de seguir como sigues?
¿Cuál es el costo de continuar sintiéndote abrumado,

estresado, acaparado por los demás, con un tiempo que
parece irse de tus manos cada día?
?
El costo es muy alto y la alternativa, lo que realmente se te abre como
posibilidad, es enormemente entusiasmante.

No Hay Tiempo para Todo... | Notas Poderosas

Algunas de las ideas, preguntas y estrategias principales de este capítulo
!
Creer que no hay tiempo es una ilusión.
Lo que determina lo que tú eres capaz o no de lograr

y experimentar en tu vida tiene que ver con cómo
empleas tus veinticuatro horas por día.
La calidad de vida se mide, más que en dinero y

en lo material, en la cantidad de tiempo que tienes
disponible para disfrutar y compartir a plenitud lo que
enciende tu alma.
Descubres que el tiempo no es tu enemigo sino

tu aliado cuando orquestas tus actividades como
consecuencia de una mayor claridad sobre la vida que
realmente quieres vivir.
?
¿Cuándo fue la última vez que te dijiste
“¡No me alcanza el tiempo!”?
¿Cuál es el costo de continuar sintiéndote abrumado,

estresado, acaparado por los demás, con un tiempo
que parece irse de tus manos cada día?
¿Qué vas hacer para aprender

a aprovechar mejor tu tiempo?
✔
Deja de sentirte víctima del tiempo.
Comienza a explorar cómo puedes

convertir al tiempo en tu aliado.

CAPÍTULO 2
Aduéñate de tu Tiempo,
Aduéñate de tu Vida
“
¿Acaso amas tu vida? Entonces
no puedes malgastar tu tiempo—porque es
de eso de lo que está hecha la vida misma.
—Benjamín Franklin
”
No es posible responder con precisión a la pregunta cuál es el mejor uso
de mi tiempo, sin tener al menos una noción sobre cuál es el mejor uso de
tu vida. Porque en esencia ¿sabes qué es el tiempo?
Tu vida.
Tu vida se va en el tiempo; o sea, tu tiempo es vida. Cómo usas tu tiempo

es cómo estás usando la vida misma.
¡
Como consumes o aprovechas los minutos, horas, días,
semanas y meses, es cómo se te está yendo la vida.

C A P Í T U LO 2 | A DUÉÑAT E DE T U T I EMPO, A DUÉNATE DE TU VIDA
Una definición operativa del éxito

Muchas y variadas son las definiciones del éxito—tantas como personas
existimos. Sin embargo, quiero presentar dos nociones relacionadas con
el éxito que, en la práctica, ayudarán a orientar eficazmente nuestro que-
hacer.
La primera:
¡
El éxito no es un destino sino un proceso continuo.
!
En su esencia, el éxito como proceso implica pasar de un punto “A” a un
punto “B”—de dónde estás a dónde realmente quieres estar—y el 99% del
tiempo lo vas a pasar transitando la distancia entre esos dos puntos. ¿Qué
sucede al llegar a un punto “B”? Se renueva el deseo de algo más; surgen
nuevas metas y el proceso continúa. De aquí que el éxito no es un status
que se obtiene al llegar, sino una manera de vivir.
La segunda:
¡
Hay cinco elementos que son comunes a la vida
de todos aquellos que son plenamente exitosos: logros,
crecimiento, disfrute, balance y contribución.
Lograr
El éxito tiene que ver con cerrar la brecha entre lo que tienes y lo que quie-
res. Sin resultados no hay avance. Pero esto por sí solo no es suficiente.

¿Conoces a alguien que ha logrado mucho, pero que vive en la amargura?

¿Te es familiar la idea de haber logrado cosas que luego dejan un vacío en
tus emociones? Hacen falta otros elementos.
Crecer
¡
Más importante que lograr, es en quién te conviertes
en el proceso de alcanzar las cosas que quieres.
!
El éxito también requiere de una sensación de crecimiento, expansión,
evolución y aprendizaje. Si este proceso no está acompañado por el avan-
ce y la expansión de tu vida, no sirve de mucho.
Piénsalo: ¿alguna vez te has sentido estancado? Quizás en un trabajo, en

una situación o en un lugar en el que sientes que no progresas. Sabes que
hay cosas por generar, resultados por alcanzar, pero te encuentras frena-
do.
Existe una gran necesidad psicológica por crecer, por experimentar la ex-
pansión continua de tu ser y el despliegue de tu potencial. Esto es perenne:
no basta con lograr y ya—para una vida plena hace falta estar en constante
evolución.
Esto es parte de la experiencia del dinamismo de la vida. Esto es sentir

que estás vivo.
Disfrutar
Hay una expresión de la existencia humana sin la cual el éxito pierde sen-
tido: la felicidad. Y ésta se manifiesta en la capacidad para disfrutar.

No sólo es celebrar cuando cruzas la meta, sino sobre todo disfrutar la

carrera misma.
Disfrute. Entusiasmo. Pasión. Felicidad. Sin estas emociones la vida se

torna vacía y hasta insoportable.
¡
La felicidad y la capacidad para disfrutar el proceso
de avanzar hacia tus metas no depende de un conjunto
particular de circunstancias, sino de un conjunto
determinado de actitudes—esas maneras de pensar
y asumir la cotidianidad con las que alimentas
emociones positivas y constructivas.
!
El que vive a plenitud y el que es realmente exitoso, es aquél que además
de lograr y crecer, goza la vida.
Cuidar
Somos seres multidimensionales: salud, pareja, familia, amigos, trabajo,

estudios, disfrute, espiritualidad.
No sirve de mucho un gran logro en lo laboral, por ejemplo, a costa del

deterioro irreparable de tu familia.
No es éxito amasar grandes sumas de dinero que luego se esfuman por

problemas de salud causados por la propia negligencia personal.

¡
El éxito, en su mayor expresión, requiere
cuidar una dinámica compleja: el balance entre
las cosas que te importan.
!
Aquello que desatiendes pasa a estar bajo el efecto de la entropía y co-
mienza a deteriorarse. Hablemos de tu relación de pareja, tu salud física,
tus finanzas personales o la relación con tu cliente, ser exitoso es mucho
más que simplemente lograr una meta. Es también cuidar todo lo que te
rodea y nutre tu calidad de vida.
Dar
La trascendencia del éxito no se mide según lo que uno ha obtenido, sino

de acuerdo con lo que uno ha brindado y entregado a otros.
Tiene que ver con cómo, a través del proceso continuo de disfrutar el logro
de lo que tú quieres mientras creces, cuidas el balance entre las cosas más
importantes para ti, das lo mejor de ti.
Esta faceta del éxito se experimenta en la sensación de orgullo, de ple-

nitud, de satisfacción, y de gratitud por haber aprovechado incontables
oportunidades en las que contribuiste con otros.
¡
El dar le da sentido a nuestra vida.
El entregar lo que somos y dejar un legado llena
nuestra vida de sentido. La trascendencia de la vida
está en el servicio, en el contribuir.

Combinando estos cinco elementos junto a la visión del éxito como proce-
so, podemos construir una definición:
¡
El éxito es el proceso continuo de crecer, dar lo mejor
y disfrutar el logro de lo que quieres, mientras cuidas
el balance entre lo que es más importante para ti.
!
Vivir, acelerar y amplificar este proceso es lo que estamos buscando cuan-
do de exprimirle el jugo al tiempo se trata.
La razón por la que estamos aquí: ¡Resultados!
¿
¿Qué tiene que darse para que tú puedas
lograr crecer, disfrutar, cuidar, dar?
¿Qué es lo que va a permitir que vivas tu éxito a plenitud?
?
Para cada quien son diferentes, pero definitivamente el éxito requiere la
concreción de ciertas condiciones. Si tus circunstancias actuales no au-
mentan, se transforman o se sustituyen por otras, el éxito se mantiene
como una quimera.

¿
¿Para qué estás tú aquí?
¿Para qué estás en esta vida?
¿Para qué estás en el trabajo en el cual

te desempeñas día a día?
¿Para qué estás en la nómina

de la empresa que te contrata?
¿Para qué te contrata un cliente?
¿Para qué estás dentro de una relación personal?
?
Para producir y contribuir al logro de esas condiciones que te permitan
vivir lo que tú quieres, que te permitan satisfacer al otro, que te permitan
avanzar en tu proceso de éxito y disfrutar una alta calidad de vida.
¡
Tu estás aquí—en la vida, en tu empresa,
en tus relaciones—para generar resultados.
!
¿Qué determina la evaluación que otros hacen de ti? Sea el grado de satis-
facción de tu pareja, de tu cliente o la apreciación que acabas de recibir en
tu gestión de evaluación continua en tu lugar de trabajo, son los resultados
que has generado lo que en gran medida determinan la percepción de otros
sobre ti.
Tu calidad de vida no es más que la suma de todas las condiciones y cir-

cunstancias que tú experimentas en las distintas áreas de tu vida. Es decir,
es producto de la suma de los resultados que actualmente obtienes a nivel

financiero, personal, relacional, laboral, espiritual y de salud. El conjunto

de esas condiciones es lo que determina tu calidad de vida en este instan-
te.
Por lo tanto, para mejorar tu calidad de vida tienes que ser capaz de ge-
nerar mejores resultados. Para eso estás aquí. Y el mejor uso de tu tiempo
tiene que conducirse hacia el logro de esas condiciones que te van a per-
mitir vivir la vida que tú realmente deseas.
¡
No estamos aquí para hacer;
estamos aquí para generar resultados.
Plan de vida primero

El hacer y el uso de tu tiempo cobran sentido y relevancia cuando te acer-
can a los resultados que quieres y necesitas obtener.
Por esto es vital que antes de definir un plan de carrera—o antes de ge-
nerar un plan de negocios si es que estás a punto de arrancar una nueva
empresa—lo primero es tener un plan de vida.
Pero cuánta gente anda por ahí avanzando de un trabajo hacia otro, de un
negocio al otro, o hasta de una relación a otra, sin realmente haberse pa-
rado primero a definir cuál es el tipo de vida que quiere vivir, el estilo de
vida del que quiere disfrutar, esa vida que quiere compartir con otros.
Es vital darle una orientación a tu vida, definir un norte, clarificar a dónde

quieres llegar.

¡
El proceso para aumentar tu eficacia
comienza por clarificar y definir el destino que deseas
para luego darle dirección a tu quehacer.
El tiempo se va y no regresa
Tu vida va pasando. Mañana va a ser un día más, la próxima semana será
una semana más. El tiempo está avanzando contigo o sin ti. La pregunta
es cómo lograr que pase una semana o un mes, un año o una década, y tú
puedas estar al menos más cerca del lugar donde quieres estar.
Es muy factible que treinta años en el futuro tú sigas vivo. La cuestión no

es si vas a llegar o no vas a llegar; la pregunta es ¿adónde vas a llegar? ¿En
dónde te vas a encontrar treinta años en el futuro? ¿Cuál es el momento
para comenzar a avanzar hacia lo que quieres?
¡
¡Ahora! El momento es éste.
!
Cuida que no se te vaya el tiempo sin invertirlo bien. Esto tiene que ver
con empezar a cuidarte a ti mismo, a valorarte, manifestando esta priori-
dad en la forma en que valores y cuidas tu tiempo. Porque el valor que te
das a ti mismo se expresa en cómo usas tu tiempo—en si dejas que se te
esté yendo la vida o en si aprovechas cada momento al máximo.
Hay una expresión en latín que es marca distintiva de la película La So-

ciedad de los Poetas Muertos: carpe diem –significa aprovecha el día... y
exprímele el jugo a tu vida.

Reflexiones al final de la vida
¿
Visualízate al final de tu vida, mirando hacia atrás
en retrospectiva. Evaluando y reflexionado sobre lo vivido
y lo que has dejado de vivir. ¿Cómo te vas a sentir?
?
Te vas a sentir de una o de otra forma: arrepentido o satisfecho. Arrepen-
tido por lo que no hiciste o satisfecho por lo que te atreviste a hacer. En
otras palabras, el contraste entre aquello a lo que no le dedicaste tiempo ni
energía y aquello a lo que sí.
Y más allá de si lo que hiciste fue lo correcto o no, tu plenitud se va a nutrir

de esos momentos de valentía en que te atreviste a seguir tu intuición en
pro de tus sueños y anhelos.
Expande tu perspectiva del tiempo

En un estudio realizado por el doctor Edward Bandfield, de la Universidad
de Harvard, se buscó determinar cuál era el factor psicológico actitudinal
que más podía predecir qué persona o grupo familiar iba a subir en la es-
cala socio-económica.
De las múltiples variables que se manejaron, lo que pasó a ser el factor

conclusivo del estudio es lo que estos psicólogos denominaron perspecti-
va del tiempo o perspectiva de largo plazo.

¡
Tener una perspectiva del tiempo significa contar
con la capacidad para tomar decisiones tomando en
cuenta el impacto y las consecuencias a futuro.
!
Para ejemplificar esta noción, te cuento una historia:
Mi abuelo nació de una familia muy humilde en una pequeña ciudad en el

interior de Venezuela. Para 1930, en ese pueblo no había bachillerato.
Resulta que mi abuelo tuvo una visión a futuro que lo impulsó un día,
cuando tenía 17 años, a subirse a la parte de atrás de un camión de naranjas
para venirse a la capital. Con dinero que apenas le alcanzaba para comer,
comenzó a trabajar para poder pagar sus estudios.
Fue a los 23 años que pudo graduarse de bachiller e ingresar a la universi-

dad, para luego graduarse como economista.
Desde temprano, él decidió que sería capaz, cuando llegara a la vejez, de

mantenerse por sus propios medios. Decidió que nunca iba a permitir que
sus hijos le dieran sustento económico en sus últimos días, sino que él se
valdría por sus propios medios para vivir una vida digna y cómoda. Esta
visión lo llevó a comprometerse a construir esas cosas que le permitirían,
décadas más tarde y ya encaminados los ochenta años de edad, disfrutar de
una calidad de vida que pocos se dan el lujo de disfrutar.
Lo que impulsó y llevó a mi abuelo a disfrutar hoy en día de una libertad

financiera, es que él construyó su camino siempre tomando en cuenta una
amplia perspectiva del tiempo.
¿Cómo es que un niño saliendo de un pueblo, sin dinero y sin educación,

llega a donde mi abuelo ha llegado?

¡
Por haber visto más allá de lo inmediato
y haber tomado esas decisiones que, aun cuando
no son fáciles en el momento, son las que
construyen futuro y determinan destinos.
Causa y efecto
Lo que determina tu destino no son los grandes eventos ni las grandes
cosas que tú hagas o dejes de hacer, sino lo cotidiano—tus hábitos, las
pequeñas decisiones que hoy tomas o dejas de tomar, esas cosas que pasas
para mañana o que definitivamente asumes con determinación.
¡
Hoy vives el resultado de tus decisiones del pasado,
de lo que hiciste o dejaste de hacer ayer. Mañana va a ser
un resultado de lo que tú hoy realices o escojas postergar.
En este sentido—el más pragmático de todos—
tu destino depende de ti.
!
Cuando expandes tu perspectiva de tiempo y desarrollas la conciencia so-
bre cómo el éxito se construye de manera simple y sencilla—minuto a mi-
nuto, momento a momento, acción tras acción—pasas a tener una mayor
conciencia sobre el valor de cada instante.
Y esto te llevará a tomar mejores decisiones acerca de cómo emplear tu

tiempo ¡ahora!

¡Aduéñate de tu tiempo!
Tu éxito no se genera automáticamente; no se da por casualidad. Tu éxito
y una vida plena van a depender de que te adueñes de lo que haces con tu
tiempo. Estarán determinados por cuán claro estés sobre:
¿
¿Dónde quieres llegar?
¿Cuáles son las cosas que quieres lograr en tu vida?
¿Qué tipo de capacidades quieres desarrollar?
¿Qué experiencias quieres disfrutar?
¿Cuáles son esas dimensiones importantes

en tu vida que quieres cuidar para que no se
deterioren por desatenderlas?
¿Qué quieres dar y cómo quieres trascender?
?
Tu óptimo desempeño y el incremento de tu calidad de vida se manifesta-
rán en la medida en que le des un uso deliberado y consciente a tu tiempo
en cada momento. Es entonces cuando puedes aumentar realmente tus
Recursos Gratuitos Adicionales

Además de las ideas y estrategias que presento en este libro, puedes encontrar re-
cursos adicionales—guías de aplicación, artículos, grabaciones de audio, etc.—
con los que potenciar tu capacidad para lograr más y tener tiempo para todo.
Para acceder de inmediato a estos recursos gratuitos, visita la siguiente dirección

en Internet:
www.leoalcala.com/tiempoparatodo

posibilidades para que, cada día que pasa, sientas que estás acercándote a
la vida que realmente quieres para ti y para los tuyos.
Si no te adueñas de tu tiempo, la alternativa es que quizás tus hábitos de

improductividad, las demandas de otros, o lo urgente, o aquello a lo cual
le tienes resistencia y miedo, sea lo que esté controlando tu vida y deter-
minando tu destino.
Si no asumes las riendas, tu tiempo va a estar siendo manejado por fac-

tores que pueden conducirte en direcciones y caminos que realmente no
quieres transitar.
¡
Aduéñate cada vez más de lo que estás haciendo
con tu tiempo. Tu éxito depende de eso.

Aduéñate de tu tiempo... | Notas Poderosas

!
El éxito es el proceso continuo de crecer, dar lo mejor
y disfrutar el logro de lo que quieres, mientras cuidas
el balance entre lo que es más importante para ti.
El proceso para aumentar tu eficacia comienza por

clarificar y definir el destino que deseas para luego
darle dirección a tu quehacer.
Lo que determina tu destino no son los grandes

eventos ni las grandes cosas que tú hagas o dejes de
hacer, sino lo cotidiano—tus hábitos, las pequeñas
decisiones que hoy tomas o dejas de tomar, esas
cosas que pasas para mañana o que definitivamente
asumes con determinación.
?
¿Cuál es el momento para comenzar
a avanzar hacia lo que quieres?
Visualízate al final de tu vida, mirando hacia atrás en

retrospectiva. Evaluando y reflexionando sobre lo vivido
y lo que has dejado de vivir. ¿Cómo te vas a sentir?
¿Dónde quieres llegar?
✔
¡Actúa ahora! El momento es éste.
Aduéñate cada vez más de lo que estás haciendo

con tu tiempo. Tu éxito depende de eso.

CAPÍTULO 3
El Secreto para
Optimizar tu Desempeño
“
Es en vano hacer con más
lo que puede hacerse con menos.
—William de Occam
”
Tú no puedes administrar el tiempo. Éste es implacable. El tiempo es un
recurso perecedero que no es moldeable.
Es probable que, más de una vez, hayas deseado la utopía de una tempora-
lidad ajustable a tus urgencias y necesidades. Pero por más que lo desees
y lo intentes, jamás llegarás a tener una hora de 65 minutos o un día de 36
horas.
Lo que sí es posible es administrar la acción. Lo que sí está bajo tu control,

lo que sí está dentro de tu abanico de posibilidades, es qué hacer o dejar de
hacer en un momento dado. En este sentido, la administración del tiempo
es un término errado.
La realidad es ésta:

C A P Í TU LO 3 | EL SECR ET O PA RA OPT I M I Z AR TU DESEMP EÑO
¡
La oportunidad para salir triunfante ante el desafío
de maximizar el uso de tu tiempo, está en la
administración de todo aquello que pueda impactar
tu capacidad de acción y generación de resultados.
!
Desde ese marco, entendemos cómo la optimización de tu desempeño
tiene que ver con cosas más allá de lo que usualmente se considera al
momento de tratar el tema. Por ejemplo, el mejor uso de tu tiempo está
relacionado con:
• Cuidar tu energía, porque dependiendo de si la misma está apaga-

da o encendida, tu capacidad de moverte más o menos rápidamen-
te en el tiempo y en la dirección de tus objetivos se verá afectada.
• Tus actitudes, porque según como observes e interpretes las cir-

cunstancias, responderás con mayor o menor eficacia ante tus
oportunidades.
• La calidad y cantidad de tus relaciones, porque si tienes en quién

apoyarte para compartir y delegar actividades, vas a ser capaz de
lograr más en menos tiempo.
En conclusión...
¡
El juego por el mejor aprovechamiento de tu tiempo
trata de una práctica esencial: que tú te adueñes de lo que
estás haciendo o dejando de hacer en todo momento.

Pero, para lograr esto, necesitas primero que nada asumir el control de
lo que precede tu acción—de aquello que te predispone a comportarte de
manera ineficaz o eficaz y de forma ineficiente o eficiente.
80% psicología y 20% mecánica

El óptimo uso de tu tiempo depende mucho más de tu psicología—de tus
creencias, valores, actitudes y emociones—que de técnicas y estrategias
particulares. En otras palabras: el éxito es 80% por ciento psicología y
20% mecánica.
Por mecánica me refiero a las herramientas y procesos que puedas estar

empleando para intentar administrar tus acciones y optimizar el uso de tu
tiempo—por ejemplo: la agenda electrónica, el software en tu computado-
ra, la libreta de notas o el planificador personal.
Sin embargo, lo que determina cuánto provecho le sacas a esas herramien-

tas son tus procesos mentales en relación con el tiempo y las actividades
y resultados por generar.
¡
De poco sirve contar con la más sofisticada tecnología
de punta si sigues pensando que nunca tienes tiempo
y te continúas viendo como una víctima de
la inexorable y estrecha prisión de la temporalidad.
!
Más allá de si cuentas con herramientas como una Pocket PC, una com-
putadora o un planificador personal, lo importante y trascendente es la
mentalidad y los principios de éxito que te llevarán a desaprovechar o
aprovechar las oportunidades que tienes ante ti.

El secreto del mejor uso de tu tiempo

Todo este libro, todo el tema y el reto de optimizar tu vida, de sacarle el
mayor provecho a tu tiempo, tiene que ver con tu capacidad para lograr
dos cosas:
1. Dedicar cada vez más tiempo a las cosas que te agregan valor.
2. Dedicar cada vez menos tiempo a aquellas cosas que

le restan valor a tu vida.
¡
Lo que te agrega valor es todo aquello que te permite
avanzar hacia lo que tú deseas. Es aquello que te acerca
o conecta con el tipo de experiencias, emociones y logros
que tú quieres experimentar en tu vida.
!
De manera simple, lo que te agrega valor es lo que le suma a tus posibili-
dades de vivir la vida que realmente deseas vivir. Es todo aquello que am-
plifica tu poder personal y tus posibilidades de éxito. Es lo que te enrique-
ce de alguna manera. Es toda actividad que está alineada con tus objetivos,
con tus metas y con los resultados que tienes que ser capaz de generar. Es
toda acción con el potencial de aumentar el valor de tu vida—que haga de
tus días y momentos cotidianos unos más enriquecedores, productivos y
plenos.
Aquello que le resta valor a tu vida tiene que ver con esas actividades que
dispersan tu energía, que hacen más lento de lo que realmente podría ser
tu camino hacia el éxito. Es lo que te hace perder tiempo, te divide y hace
perder tu enfoque, te retrasa y debilita.
Es toda actividad que en el fondo no está alineada con la vida que real-
mente quieres disfrutar. Todo aquello que está mermando tu capacidad de
avance, de progreso y de aprendizaje.

Lo que te resta valor apaga tu energía. Lo que te suma la enciende.
Lo que te resta valor frena tu avance. Lo que te agrega valor acelera tu

éxito.
Lo que te resta valor es lo que te distrae pero te deja vacío. Lo que te agre-
ga valor puede ser exigente, pero te conecta con la satisfacción personal.
¡
La clave es simple: busca cada vez más hacer que
tus minutos, horas y días estén cada vez menos
consumidos por actividades de poco valor—y apasiónate
por aumentar tu capacidad para invertir cada vez más
tiempo en aquello que te fortalece y te hace productivo,
en eso que te llena y te permite vivir a plenitud.
!
No permitas que aquellas cosas de poco valor agregado se coman el tiem-
po que podrías estar dedicando a cosas de mayor valor agregado.
La pregunta para develar la clave del óptimo desempeño

Aquí llegamos a una pregunta que sintetiza el principio, los fundamentos
y la filosofía detrás de la búsqueda por la optimización y el mejor aprove-
chamiento de tu vida:
¿
¿Cuál es el uso más valioso
de mi tiempo en este momento?
?
En cada instante tú tienes la posibilidad de escoger entre la gran canti-
dad de cosas que tienes por hacer—responder correos, hacer llamadas,

atender a alguien, escribir algo, investigar, leer, navegar por Internet, ir al

gimnasio, salir a buscar algo, hacer una diligencia. Siempre, entre todo el
abanico de posibles acciones en un momento dado, tú tienes la posibilidad
de elegir.
¡
Tu decisión, sea consciente o inconsciente, te llevará a
consumir tu tiempo con cosas de poco valor agregado,
o a invertirlo en actividades que suman a tu productividad
y riqueza de vida.
!
La decisión que tomes, sea consciente o inconsciente, te va a llevar a con-
sumir tu tiempo con cosas de poco valor agregado, o invertirlo en esas
actividades que le suman a tu productividad y riqueza de vida.
Sucede quizá con demasiada frecuencia que decidimos de modo automá-

tico, y no nos damos cuenta de las enormes cantidades de tiempo que se
nos están yendo en cosas de poco valor agregado.
La clave para evitar esta tendencia improductiva, y garantizar el avance y

conexión con lo importante y trascendente, está en hacerte constantemente
y en cada momento que puedas la pregunta ¿Cuál es el uso más valioso de
mi tiempo en este momento?
Hazte esta pregunta en la mañana, al mediodía, en la tarde; cada hora o

cada quince minutos si es necesario.
La respuesta será una expresión de esas actividades que puedes realizar,

ahora mismo, para sumar, fortalecer, avanzar o enriquecer quien eres y lo
que deseas alcanzar.

La base de todo:
un enfoque apasionado y eficazmente productivo
¡
El desafío del uso más valioso de nuestro tiempo
se fundamenta en el desarrollo de una competencia:
la capacidad para lograr y mantener un enfoque
apasionado y eficazmente productivo.
!
Esta idea tiene cuatro componentes—pasión, enfoque, productividad y
eficacia—que se combinan en dos elementos indispensables, no sólo para
el óptimo desempeño, sin también para el logro de una vida plena:
Enfoque apasionado: concentrarnos en aquellas me-

tas y objetivos que nos entusiasman, que nos apasio-
nan, por las cuales hay un propósito, una trascenden-
cia, un deseo de éxito y realización.
Eficacia productiva: mantener ese enfoque apasiona-

do mientras nos dedicamos a las actividades que nos
van a permitir lograr nuestros objetivos. Tiene que ver
con avanzar, con lograr, con generar resultados, pero
definitivamente de manera eficaz. Es decir, de manera
alineada a eso que te apasiona y en lo cual tú estás
enfocado.
¿Cómo generar y mantener ese enfoque apasionado y eficazmente produc-

tivo? Esto va a depender de tu capacidad de tomar conciencia sobre esas
cosas que te alejan o acercan de tu potencial productivo, para luego tomar
las decisiones que le agreguen valor a tu vida.

Tu enfoque determina tu avance

Aquello en lo que tú te enfocas—en dónde concentras tu atención, pensa-
miento y acción—se expande, desarrolla y fortalece.
Es una ley: enfócate en algo por suficiente tiempo y esto comenzará a flo-
recer en tu vida; deja de prestarle atención y, como la planta que dejas de
regar, empezará a debilitarse.
¡
Tu enfoque determina tu retroceso o tu avance.
!
Si tú te concentras en actividades de alto valor agregado alineadas al logro
de tus objetivos, tu velocidad va a incrementarse enormemente. Tu capa-
cidad de moverte hacia a aquello que quieres es directamente proporcional
a tu enfoque.
Además, aquello en lo que te enfocas te permite aumentar las posibilida-

des para aprender del proceso. Al concentrarte y dedicarle tiempo a una
actividad ininterrumpidamente, empiezan a generarse dentro de ti siner-
gias creativas de las que surgen nuevas ideas y aprendizajes. Esto se ma-
nifiesta en una curva ascendente de productividad.
No es lo mismo tratar de escribir un reporte con interrupciones constantes,

que dedicarte diez, veinte o sesenta minutos ininterrumpidos y de concen-
tración absoluta a producir el resultado.
En el segundo caso la calidad del producto va a ser muchísimo mayor,

porque en la medida en que te enfocas y mantienes tu concentración, tu
aceleración productiva irá in crescendo.

Entusiasmo productivo
Lo de que el enfoque sea uno apasionado se refiere a que eso en lo que
eliges concentrarte esté vinculado a lo que inspira entusiasmo en tu vida:
eso que deseas alcanzar y que le da sentido a tu vida.
¡
La mejor vida es la que se vive desde la pasión.
Es la vida que te permite construir, consolidar y compartir
aquellas cosas que te apasionan y te entusiasman.
!
Entonces, parte de la clave está en garantizar un enfoque que sea altamen-
te productivo en función de aquello que te enciende, que enriquece tu vida
y que le da un sentido de trascendencia a tus días.
No es hasta que cambias tus resultados, que los proyectos se materializan,

que transformas tus ideas a logros tangibles, que la posibilidad de una
mejor calidad de vida se consolida. Para ser capaz de transmutar intención
en efecto, tu enfoque debe ser productivo.
Emplea tanto tiempo como te sea posible en función de aquello que te

entusiasma en tu vida. Acompaña esa pasión con un enfoque pragmático
que te lleve a avanzar y lograr las cosas que quieres.
Factibilidad, eficiencia y eficacia

Para clarificar lo del enfoque eficazmente productivo, distingamos dos
conceptos que a veces se confunden: eficacia y eficiencia. Veamos cómo
ambos son muy importantes y por qué uno debe preponderar sobre el
otro.

En el proceso de avanzar hacia algo, hacia la concreción de una visión,

hacia un deseo, hacia un objetivo, hay tres elementos fundamentales que
entran en juego:
Metas
Lo que quieres
EFICACIA FACTIBILIDAD
Resultados Recursos
Lo que obtienes Lo que tienes
EFICIENCIA
Lo que quieres: tus objetivos, tus metas, sean los ob-

jetivos o las metas de la organización, sean tus propios
objetivos o metas o visiones personales. Es eso a lo
cual apuntas y que marca tu norte en el proceso.
Lo que obtienes: los resultados que consigues a me-

dida que avanzas.
Lo que tienes: los recursos con los que cuentas para

generar resultados.

Entre estos tres elementos es posibles definir tres relaciones, tres concep-
tos:
1. Factibilidad
La relación entre aquello que quieres—esos deseos, esas metas, esas vi-
siones—y aquello que tienes (tus recursos). A ésta la llamamos viabilidad
o factibilidad. Una meta, un proyecto, será viable en la medida en que tú
tengas suficientes recursos como para llevarlo a cabo.
Si tú te planteas algo muy grande y tus recursos son muy escasos, entonces
tu plan será inviable. Sea que estemos hablando de tiempo, de dinero o de
recursos materiales, si los recursos no son suficientes el objetivo se hace
inviable, al menos por los momentos.
2. Eficiencia
Otra relación que se establece entre aquello que tú tienes—tus recursos—

y los resultados que estás obteniendo, lo que tú eres capaz de generar con
esos recursos. A esto se le llama eficiencia.
Tú serás altamente eficiente en la medida en que seas capaz de lograr más

con menos—menos tiempo, dinero, materiales, menos de lo que sea. Eres
poco eficiente cuando para generar pequeños resultados has invertido y
consumido una enorme cantidad de recursos.
3. Eficacia
Existe una tercera relación: la eficacia, que es aquella que se establece

entre tus metas y tus resultados.
Tú eres altamente eficaz cuando lo que estás obteniendo, los resultados

que tú estás generando, están acercándote a tus objetivos. Eres poco efi-

caz cuando lo que haces y obtienes no te acerca a lo que realmente estás

buscando.
Si tu objetivo, tu visión, es ver el amanecer y estás corriendo hacia el oeste

¿estás siendo eficaz? Puedes ser tremendamente eficiente, puede ser que
estés corriendo a ritmo acelerado y haciendo un estupendo tiempo. Avan-
zas kilómetros y kilómetros. Pero...
¿
¿De qué te sirve tanta eficiencia si te está llevando
en la dirección contraria a lo que realmente quieres?
?
Puedes ser el mejor atleta del mundo, pero si estás avanzando en la direc-
ción contraria nunca llegarás a la meta.
Lo correcto, correctamente
Otra manera de decirlo muy sencillamente es que la eficacia tiene que ver
con hacer lo correcto. ¿Qué es lo correcto? Eso que te acerca a tus objeti-
vos, aquello que te funciona en pro de lograr lo que quieres. La eficiencia,
por su parte, tiene que ver con hacer las cosas correctamente, de la mejor
manera posible, con el mejor uso de los recursos.
Las dos, eficacia y eficiencia, son independientes. Tú puedes ser muy efi-
caz pero poco eficiente; también puedes ser muy eficiente pero alejándote
de lo que quieres.

¿
¿Alguna vez te ha pasado que has sentido que se te ha
ido un día, una semana a veces, y terminas agotado,
pero con una sensación de improductividad?
?
Hay una sensación de que no avanzaste; como que en el fondo se te fue el
día haciendo muchísimo, pero no hubo avance.
Incluso podemos llegar a sentirnos como una rata de laboratorio, de esas

que están en una rueda, dándole y dándole —con el corazón acelerado—
pero sin avanzar. No importa cuán rápido le des (eficiencia), no hay pro-
greso (eficacia).
Entre eficacia y eficiencia ¿cuál es la más importante? Definitivamente

ambas cosas son importantes.
¡
Necesitamos buscar la manera de hacer lo correcto,
correctamente—de lograr lo que queremos usando el
mejor uso de nuestros recursos.
!
Sin embargo, la prioridad la tiene la eficacia. ¿De qué sirve hacer excelen-
temente bien lo que al final no tiene que ver con tus objetivos?
¡A producir resultados!
¿Para qué te pagan a ti? ¿Para qué estás en la nómina de tu organización?
O, si eres un profesional independiente o dueño de tu propia empresa ¿de
qué depende tu ingreso? ¿Para qué es que tus clientes te entregan dinero?

La respuesta es simple: ¡resultados!
¡
A ti no te pagan por hacer, sino por producir.
No te premian por ocuparte, sino por conseguir.
!
Por supuesto, tienes que hacer cosas para generar resultados. Pero tu vida
progresa y tus ingresos se no se incrementan en la medida en que hagas
más, sino como consecuencia de ejecutar acciones que generen más y me-
jores resultados.
Un gerente le indica a su asistente que quiere hablar con Fulano. Dos

horas después, sin haber logrado la comunicación, él se reporta con una
abundante descripción de conductas: “¡Ay, señor Mengano! Mire, me he
cansado de llamarlo. He marcado el número no menos de veinte veces.
¡Ya tengo una ampolla en el dedo! Le dejé mensaje con su secretaria y en
su celular. Llamé a su casa, donde me dijeron que había salido”.
Acciones, conductas. Muchas, muy correctas. Pero el punto es que el se-

ñor Mengano no ha podido hablar con Fulano.
¿No sería excelente aprender a generar más con menos—a generar más
resultados con menor esfuerzo?
Reitero el punto: tu vida no va a progresar y no va a mejorar porque hagas

mucho. Tú vas a progresar y vas a mejorar cuando logres aquellos resulta-
dos que te permitan avanzar.
¡
Enfócate en producir resultados
más que en simplemente mantenerte ocupado.

De esta idea se desprenden dos claves:
1. Identifica los resultados que hacen falta y que determinan

tu capacidad para progresar personal y profesionalmente.
2. Aprende a generar más con menos. Concéntrate sólo en aquellas

acciones de alto impacto que te permitan avanzar de forma
contundente hacia tus objetivos, y delega en otros tanto
como te sea posible.
Adicción a la acción
Para el óptimo desempeño, una obsesión por la acción es necesaria. Y
no me estoy contradiciendo: acabo de exponerte la importancia de una
orientación hacia resultados, pero una vez que tienes claridad sobre lo que
necesitas producir, ha llegado el momento de actuar.
¡
Lo que realmente hace la diferencia entre las personas
altamente productivas versus aquellas que no avanzan aun
a pesar de sus intenciones, es que las primeras traducen
sus ideas en acciones eficaces: ésas que les llevan
a progresar, avanzar y consolidar resultados.
!
Si hay una clave para el éxito, es ésta: ¡Ponte en acción!
Es de locos querer que las cosas cambien... sin estar dispuestos a hacer
algo. Es disfuncional soñar con algo mejor, y nunca moverte hacia allá.
La adicción a la acción implica la disposición a equivocarte, porque esto

último es preferible a paralizarte. Del error puedes ganar aprendizajes y
sabiduría. Pero en la parálisis estás perdiendo tiempo.

¿
¿Qué puedo hacer hoy para
avanzar hacia lo que quiero?
?
Hazte constantemente esa pregunta. Asegúrate, por supuesto, de poner
en acción tus repuestas. No importa que no sea la acción “perfecta”; lo
importante es que tienes algo para seguir en movimiento y acelerará tu
progreso.
Alimenta tu adicción a la acción.
Puedes comenzar aquí mismo: con tu deseo, tu intención y tu compromiso

por comenzar a poner en práctica los aprendizajes que estás sacando de
este libro y los principios y estrategias que siguen a continuación.

El Secreto para Optimizar... | Notas Poderosas

!
Lo que te resta valor es lo que te distrae pero te deja
vacío. Lo que te agrega valor puede ser exigente, pero
te conecta con la satisfacción personal.
El secreto está en lograr y mantener un enfoque

apasionado y eficazmente productivo.
La idea es hacer lo correcto, correctamente—lograr lo

que quieres usando el mejor uso de tus recursos.
A ti no te pagan por hacer, sino por producir. No te

premian por ocuparte, sino por conseguir.
?
¿Cuál es el uso más valioso de
mi tiempo en este momento?
¿De qué sirve hacer excelentemente bien

lo que al final no tiene que ver con mis objetivos?
¿Qué puedo hacer hoy para avanzar

hacia lo que quiero?
✔
Dedica cada vez más tiempo a las cosas que te
agregan valor y dedica cada vez menos tiempo a
aquellas cosas que le restan valor a tu vida.
Enfócate en producir resultados más que

en simplemente mantenerte ocupado.
Concéntrate sólo en aquellas acciones de alto impacto

y delega en otros tanto como te sea posible.

CAPÍTULO 4
El Desafío del Mejor

Uso del Tiempo
“
No es el tiempo el que nos falta.
Somos nosotros quienes le faltamos a él.
—Paul Claudel
”
El mundo es cada vez más complejo: el conocimiento total de la humani-
dad se está duplicando cada pocos años y constantemente las demandas
de los clientes, la globalización y lo que otros esperan de nosotros, va
creciendo.
Incluso las expectativas que tenemos sobre nosotros mismos, también van
en aumento—afuera existen incontables ofertas que seducen a nuestra
imaginación, así como ejemplos del enorme potencial que llevamos por
dentro.
Nuestras ambiciones aumentan, nuestros deseos se incrementan. La oferta

de posibilidades que encontramos en el mundo exterior se multiplica y
con ellas las demandas sobre nuestro tiempo y energía. Otros quieren de
nosotros, otros dicen necesitar de nosotros, procesos que sin nosotros no
avanzan, se estancan o se paralizan.

C A PÍT U LO 4 | EL DESA FÍ O DEL M EJOR US O DEL TIEMP O
¡
Nos encontramos en el centro de un universo de personas,
de situaciones y condiciones, que exigen de nuestro
tiempo. Esto es algo que no va a parar. Las expectativas
y la complejidad van en aumento.
!
En algunas oportunidades andamos comprometiéndonos a mucho más de
lo que realmente podemos entregar, y con esto alimentamos nuestros nive-
les de estrés. (No en vano uno de nuestros mayores retos ante la búsqueda
por optimizar nuestro tiempo es el de gerenciar nuestros compromisos).
Una multiplicidad de roles
No sólo eso, sino que tenemos enormes cantidades de roles que cumplir.
Padre, hermano, vecino, ciudadano, estudiante; los roles en la empresa,

como líder o como miembro de un equipo, como gerente de tal proyecto,
como cliente de tal unidad. Nuestras facetas son múltiples.
Las responsabilidades que tenemos dentro de cada uno de estos roles tam-
bién son enormes. Tanto como las expectativas que otros tienen sobre el
desempeño de cada uno de nuestros roles. A esto súmale los deseos pro-
pios de alcanzar, mostrar y dar lo mejor en cada una de esas facetas de
nuestra vida.
Todo esto demanda tiempo.
Todas estas cosas requieren de nuestra energía.

Distracciones en aumento
Y como si lo anterior no fuera suficiente, cada día nos encontramos con

mayores distracciones. La cantidad de mensajes que recibimos, los correos
electrónicos que llegan a tu buzón de entrada, las llamadas telefónicas, las
interrupciones a la oficina.
La avalancha—de información, de las cosas que parecen ser urgentes y

de las situaciones imprevistas, de aquellas que seducen nuestra atención y
distraen nuestro enfoque—va en aumento cada día.
La adversidad a la vuelta de la esquina
También las adversidades con las que nos encontramos en el día a día son
cada vez mayores.
Según Paul Stoltz, creador de la teoría del Coeficiente de la Adversidad,

cada vez más experimentamos situaciones en donde lo que esperábamos
se sustituye por pequeños y a veces grandes problemas.
Stoltz afirma que el número de adversidades con las que nos encontramos
día a día, duplica la cantidad de circunstancias inesperadas que una perso-
na experimentaba en su cotidianidad hace 10 años.
¡
Desarrollar la capacidad para enfrentar, transformar,
manejar las adversidades, tanto las macro como las micro,
ya no es opcional. Es parte de las competencias
esenciales para vivir el proceso del éxito.
!
Y cada adversidad interrumpe el enfoque. Cada situación inesperada toma
tiempo y nos lleva a aumentar esa sensación de que el tiempo no nos

alcanza. Pareciera que hacer un uso óptimo de nuestro tiempo fuera una
utopía.
Además de lo que sucede afuera, está lo que en ti ocurre.
Dolor y la necesidad de escape
¿Te ocurre que en ocasiones sientes gran incomodidad ante tus circunstan-
cias y una necesidad de escapar de las mismas?
¿Te ocurre que en ocasiones experimentas enormes deseos de escaparte

del mundo—ese ante el que te sientes frustrado y desgastado? ¿Quieres
que el mundo se pare para que tú te puedas desconectar? ¿Te encuentras a
menudo con momentos en que lo que quieres es no hacer nada?
Pueden darse altos niveles de frustración porque hemos postergado dema-

siado o porque tenemos demasiada inercia acumulada en nosotros. Quizá
porque nos encontramos con patrones o tendencias poco eficaces, suma-
das a una creciente cantidad de adversidades e incertidumbre a nuestro
alrededor.
O podemos juzgar que no tenemos la capacidad para concentrarnos y

justificar que las distracciones son cada vez mayores, quizás porque nos
sentimos agobiados ante las expectativas dentro de nuestros múltiples y
diversos roles y dimensiones. Piden más de nosotros pero seguimos sien-
do los mismos: seres de 24 horas por día.
A veces, simplemente, nos sentimos agotados, frustrados. Con la sensa-

ción de que lo que hacemos carece de sentido, realizando actividades que
nos llevan a terminar cansados y sin energía, pero con la conciencia de que
no estamos ni un milímetro más cerca de nuestros objetivos.

¡
Pero hay una salida: tomar conciencia sobre qué de
lo que estás haciendo ante lo que te sucede no funciona,
para luego sustituirlo por conductas más productivas.
Tendencias y patrones de ineficacia e ineficiencia

Tú cuentas con conocimientos y competencias, habilidades, capacidades,
que te permiten lograr ciertas cosas. Se supone que mientras más sabes,
tanto en lo teórico como en lo práctico, más puedes lograr.
Sin embargo, la capacidad para hacer el mejor uso de tu tiempo merma

o se potencia según otros dos factores: tus actitudes y tus hábitos. Es la
mentalidad con la que respondes a las circunstancias—acompañada de las
emociones que de ahí brotan—junto a tus patrones de acción recurrentes
lo que más determina tu desempeño.
¿
¿Cuáles son los hábitos, los patrones de pensamiento,
emoción y acción, que están frenando tu desempeño?
?
Veamos algunas tendencias nada productivas:
Inercia paralizadora
La inercia es la tendencia a permanecer inactivo, paralizado o resistiendo

lo que sabes que tienes por hacer.

A veces tenemos más arraigado dentro de nosotros el hábito de no hacer

algo, que el de hacerlo. Porque así como hay hábitos de acción, también
existen hábitos de inacción. Como cuando no has iniciado un proceso y
ese primer paso que implica pasar de no hacer a hacer, de estar paralizado
a estar en movimiento, es muchas veces el que más cuesta.
¿Alguna vez te ha tocado empujar un automóvil accidentado? Al principio

se requiere mucho más esfuerzo, pero una vez que está en movimiento la
energía requerida para mantenerlo avanzando es mucho menor.
¿Tienes algo pendiente donde la inercia sea lo que está jugando en tu con-
tra?
¡
La gran ventaja es que la inercia merma su poder en la
medida en que tú decides dar un paso. Cuando tú decides
dar el primer paso, el segundo es mucho más fácil.
!
El antídoto para la inercia es sencillo: ¡Da el primer paso!
¿
¿Qué estás esperando?
El hábito de postergar
Dejar para después lo que sabemos que tenemos que hacer. ¿Por qué en
ocasiones postergamos lo que sabemos que nos va a beneficiar?
A veces es cuestión de dolor, en momentos es cuestión de placer y en otros

es una cuestión de miedo.

Dolor, cuando el hacer lo que tenemos que hacer lo asociamos de alguna

manera con la incomodidad, con el desagrado. Es algo que no nos gusta y
de alguna forma le sacamos el cuerpo.
Placer, cuando la alternativa a hacer lo que sabes que tienes que hacer—lo
que eres capaz de disfrutar mientras sigues postergando, evitando y dejan-
do para después lo que tienes pendiente—es mucho más placentero que
tomar la acción pendiente. Es la trampa del placer inmediato en la que rá-
pidamente encuentras una sensación intrascendente de bienestar, que dura
poco y que está jugando en contra del éxito a largo plazo.
Miedo, cuando hay temor asociado al hacer. Quizá porque no lo hemos

hecho antes o porque sentimos que no sabemos cómo hacerlo o porque no
sabemos por dónde comenzar.
Pero sea cual sea la fuente del acto de posponer—sea dolor, placer o mie-
do—comienza por alimentar la determinación de vencer esta tendencia.
La excusa principal
¡
Al ver que no avanzamos, caemos en la trampa del tiempo:
comenzamos a racionalizar que no hay suficiente.
!
“No tengo tiempo. No me alcanza el tiempo. ¿No te das cuen-
ta? Con todos los imprevistos, con todo lo que se espera de
mí, con todos los compromisos que tengo, con esto que no he
hecho, con lo que tengo acumulado. ¿Acaso no es evidente?
No tengo tiempo. Simplemente, no me alcanza el tiempo”.
Nos quedamos en la excusa justificando por qué no hemos avanzado, no

hemos logrado o no estamos haciendo lo que aun siendo importante y be-
neficioso para nosotros, seguimos sin hacer.

Comenzamos a contarnos el cuento que explica que todo eso se debe a

“una realidad”: no hay tiempo; el tiempo no es suficiente.
Y en este proceso de auto-convencimiento, terminamos creyendo y gra-

bando en nuestro subconsciente una actitud de derrota ante lo implacable
de la dimensión tiempo.
Pero tú sabes, tú intuyes, que sí hay una salida a la trampa. Por eso estás
leyendo este libro. Y pronto sabrás que ha valido la pena.
Creencias empobrecedoras
Tu productividad puede verse impactada negativamente por una serie de
creencias empobrecedoras. Creencias, como vivir convencido de que no
tienes tiempo, desde las cuales te has hipnotizado para suponer que el
tiempo es el enemigo.
“El tiempo jamás va alcanzar”.
“Yo estoy al efecto de las circunstancias de los demás, de las

exigencias de lo urgente, de las demandas, de los compromi-
sos, de todo”.
“El tiempo nunca es suficiente”.
“Lo que necesito son días de 28 horas o nunca voy a ser

capaz de lograrlo”.
¿
¿Cuáles son tus creencias sobre el tiempo
y tu capacidad para aprovecharlo?

Nunca vas a poder hacerlo todo

Si lo que piensas es que “nunca lo voy a poder hacer todo”, tienes razón.
Nunca vas a poder realizar todo. Porque siempre va a haber una mayor
cantidad de cosas por hacer de las que humanamente son posibles.
Las opciones en el mundo son enormes y cada vez se expanden más. Ja-
más vas a hacer todo lo que tú quieras hacer. Jamás vas a poder hacer todo
lo que tienes por hacer, y es importante que desde ya puedas aceptarlo.
La clave para lograr más y tener tiempo para todo está en tu capacidad
para garantizar que ese “todo” se refiera, no a la literal totalidad de lo que
podrías hacer, sino al subconjunto de lo más importante, más trascendente
y de mayor valor agregado.
Pero para que eso sea posible tienes que aceptar lo fáctico: vas a tener que
dejar un montón de cosas por fuera. Y esto está bien. Es parte del juego.
¡
El secreto está en discernir lo que tiene que quedar
por fuera para garantizar que lo vital quede por dentro.
El principio de Pareto
Cuando es asunto de lograr un objetivo, alcanzar una meta, conquistar
una visión o simplemente experimentar un día altamente productivo, nos
vemos ante un abanico de alternativas conformado por las múltiples ac-
ciones que pueden realizarse en función de lo que se busca.
Un concepto crucial a entender y aplicar en estos casos es el Principio de

Pareto (denominado así por Vilfredo Pareto, economista italiano que a
comienzos del siglo XX introdujo la esencia de esta idea).

Este principio declara que el ochenta por ciento de tus resultados va a

provenir del veinte por ciento de tus esfuerzos. El corolario es que hay
una gran cantidad de acciones posibles que contribuyen muy poco con tu
éxito.
Aprovecha un día tuyo cualquiera y escribe una lista de todas las cosas que
tienes por hacer. Verás que siempre habrá una minoría de esas actividades
que son las que van a contribuir en mayor cantidad a que ése sea un día
productivo. A la vez, habrá una gran cantidad de pequeñas acciones que,
las hagas o no las hagas, realmente van a hacer poca diferencia cuando te
toque evaluar el balance productivo de la jornada.
¡
¿Dónde está el mejor uso de tu tiempo?
En las pocas actividades que fundamentalmente
determinan tu capacidad para avanzar.
Es decir, en el 20% que te permite
generar el 80% de lo que buscas.
No todo es igual
Para el óptimo uso de tu tiempo es vital aprender a identificar aquello que
realmente te agrega valor, aquello que realmente es valioso, para distin-
guirlo de aquello que tiene poco impacto.
¡
Las acciones no son todas iguales.
No todo lo que tú puedas hacer en un momento
dado va a trascender de igual manera.

Ante la interrogante “¿Cuál es el mejor uso de mi tiempo en este momen-

to?”, puedes encontrarte con una amplia variedad de acciones posibles:
una llamada telefónica, revisar tu correo electrónico, tener una conversa-
ción con un compañero, ir a tomarte un café.
No todas las acciones van a ser igualmente eficaces. Hay cosas que al
hacerlas te van a permitir dar un “pequeño paso” hacia el frente—son el
ochenta por ciento de las acciones que sólo contribuyen al veinte por cien-
to de los resultados. Hay, en cambio, otras acciones que te van a permitir
avanzar a pasos agigantados hacia tus objetivos.
Pongamos un ejemplo: si tienes en una lista de veinte cosas por hacer, en-
contrarás una minoría de acciones de gran contundencia y relevancia a tu
éxito. El resto—la llamada opcional, la conversación con fulano, el paseo
por Internet—no harán gran cosa y más bien pueden distraer tu capacidad
de triunfar.
Movimiento no es igual a progreso. Puedes quedar cansado luego de un

día que se fue haciendo lo intrascendente. Para que haya verdadero avance
tienes que aprovechar tu tiempo en lo poco que es altamente productivo.
¡
Para generar un enfoque apasionado y eficazmente
productivo necesitas distinguir, entre todas las cosas
que tienes por hacer, cuáles son las que te permitirán
avanzar más rápidamente.
!
Puede que descubras que con tres, cuatro o cinco actividades de alto valor
por día, eres capaz de lograr mucho más que cuando se te desaparecen los
minutos abrumado por decenas de cosas que poco valor le suman a tus
procesos.
Sí es posible: optimizar el uso de tu tiempo es factible cuando sabes elegir

las actitudes y hábitos que impulsan tu progreso.

El Desafío del Mejor Uso del Tiempo | Notas Poderosas

!
Las expectativas y la complejidad van en aumento.
Jamás vas a poder hacer todo lo que tienes por hacer,

y es importante que desde ya puedas aceptarlo.
El secreto está en discernir lo que tiene que quedar

por fuera para garantizar que lo vital quede por dentro.
Las acciones no son todas iguales.

No todo lo que tú puedas hacer en un momento
dado va a trascender de igual manera.
?
¿Cuáles son los hábitos, los patrones de pensamiento,
emoción y acción, que están frenando mi desempeño?
¿Qué estoy esperando para dar el primer paso?
¿Cuáles son mis creencias sobre el tiempo y mi

capacidad para aprovecharlo?
¿Cuál es el uso más valioso de mi tiempo en este

momento?
✔
Alimenta la determinación de vencer
el hábito de postergar.
Evita esconderte en la excusa y

la justificación de tus fracasos.
Elige las actitudes y hábitos que impulsan tu progreso.

CAPÍTULO 5
Los Virus que

Atacan la Productivad
“
Lo más importante que aprendí a hacer después
de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.
—Gabriel García Márquez
”
¿Por qué a veces nos cuesta tanto mantenernos en el espacio del entusias-
mo y la productividad eficaz?
Hacemos el esfuerzo por mantener un enfoque apasionado y eficazmente

productivo, pero de pronto caemos en malas prácticas que nos desconec-
tan de la posibilidad de ser altamente eficaces.
Cuando esto sucede, hemos sido afectados por uno de los virus del tiempo:
actividades que roban momentos de productividad y que tienen la peculia-
ridad de reproducirse indiscriminadamente a través de tu horario.
A continuación viene un inventario de los parásitos más frecuentes e in-

convenientes. Observa con cuáles te identificas más, porque cada uno de
estos protozoarios infecciosos pueden estar cercenando tu tiempo y tu ca-
pacidad para ser eficaz. Y la primera vacuna contra ellos es la toma de
conciencia.

C A P ÍTU LO 5 | LOS VI R US QUE ATA CA N L A P RO DU CTIVIDAD
Dispersionis Desenfocatus: La falta de enfoque
La infección por Dispersionis Desenfocatus se manifiesta cuando experi-

mentas una falta de enfoque. Es cuando estás disperso y por lo tanto no
tienes concentración ni capacidad de avance.
Es cuando tu tiempo se ha esfumado, mientras has estado dividiendo tu

atención y tu energía en tantas cosas a la vez—tratando de actuar en modo
multi-tareas o multitasking—, que no has concluido nada.
Has hecho gran cantidad de cosas, pero tu dispersión no te ha permitido

avanzar. No sólo porque tu enfoque ha estado dividido entre varias acti-
vidades, sino porque además esa falta de concentración ha mermado tu
capacidad creativa y productiva.
La vacuna:
¡
Clarifica un objetivo a lograr y haz una sola cosa
a la vez hasta concretar el resultado.
Postergacionitis Perennus: El hábito de postergar
Quizá no hayas oído hablar nunca del debilitante parásito Postergacionis

Perennus, pero sí es probable que alguna vez hayas leído a Mafalda—la
tira cómica del genial caricaturista argentino Quino.
En una de sus entregas, está en su cuarto uno de los personajes, Felipe,

escribiendo en una cartulina grande. Escribe en letras gigantes “No dejes
para mañana lo que puedes hacer hoy”. Felipe de lo más orgulloso, deja
plasmado su lema. En el próximo cuadro aparece el niño colgando el
cartel con la poderosa frase encima de su cama. Luego baja de la cama y

en el último cuadro aparece señalando el cartel y declarando con determi-

nación: “¡A partir de mañana lo pongo en práctica!”.
A veces caemos en ese patrón de dejar para después. La enfermedad de

este virus trae muchas veces como consecuencia que asuntos, que hemos
podido atender o manejar cuando no eran urgentes, se transforman en ur-
gentes y desesperadamente estresantes por el hecho de que las dejamos
para última hora.
La vacuna:
¡
Haz hoy lo que estás tentado a dejar para mañana.
¡Hazlo ya!
Y desarrolla el hábito de la urgencia productiva.
Planificacionis Ausentus: La carencia de un camino eficaz
Este parásito nos hace perder tiempo por estar desorientados. Brota en
una falta de claridad—por no habernos tomado el tiempo para planificar y
definir cuál es el mejor plan de ataque, cuál es la mejor estrategia, cuáles
son los pasos que hay que dar, cómo es que vamos a hacer nuestras metas
realidad.
No planificamos porque toma tiempo hacerlo. Un tiempo que supuesta-

mente no tenemos. Pero resulta que luego malgastamos esos mismos esca-
sos minutos por no haber planificado el óptimo uso de nuestro tiempo.
La vacuna:

¡
Desarrolla el hábito de planificar tus objetivos, proyectos,
semanas y días. No en demasía—ya que definitivamente
hay quienes se exceden en esto como estrategia para
evadir la acción—pero sí lo suficiente como para generar
claridad sobre el destino y el camino a seguir.
Reunionis Proliferatus: El exceso de reuniones innecesarias
Reunionis Proliferatus genera una fiebre de exceso de reuniones que es

muy común. Hay reunión tras reunión… “deja todo lo que estás haciendo
porque en media hora hay una reunión”. Llegamos a la reunión, pasa el
encuentro y salimos con la sensación de “¿Para qué rayos vine yo a esta
reunión? No me dejó nada, yo no le agregué nada… ¿de que sirvió?”
A veces se nos va mucho tiempo—según la cultura organizacional en que

uno se desempeñe—en reuniones que al final son nada productivas: no
te agregan valor, no le agregan valor al negocio. Simplemente se hacen
por costumbre, por hábito, por procedimiento, por cumplir con un ritual,
cuando puede ser que esos procedimientos ya estén obsoletos y entonces
así nos restan.
La vacuna:
¡
Rompe con la tendencia a asistir a—o a convocar—
“en automático” una reunión. Evalúa con antelación, antes
de comprometerte a estar presente y dedicarle tiempo y
energía, la relevancia de una reunión.

¿
¿Te agrega valor?
Tu presencia ¿agregará valor al encuentro?
¿Es relevante para el negocio?
¿Es una reunión la mejor manera de

mover el proyecto hacia adelante?
¿Cuál podría ser una alternativa más eficiente y eficaz?
Telefonis Extensus: El abuso del teléfono
Este microbio hace que nos quedemos pegados, entrando y extendiéndo-

nos en conversaciones telefónicas innecesarias durante el tiempo de tra-
bajo.
Cuando estamos en el tiempo de la oficina lo mejor que podemos hacer,

el mejor uso de nuestro tiempo, es concentrarnos en lo que tenemos por
producir. Pero de pronto suena el teléfono e inmediatamente atendemos.
¿Acaso por el hecho de que suene el teléfono tienes que atender? No, para
eso existe la contestadora automática.
Tú decides si éste es el mejor momento para atender esa llamada o no.

Puedes elegir no atender, porque sabes que si te enganchas en esa llamada
vas a perder tu concentración cuando no tienes el tiempo como para darte
ese lujo. Esto lo puedes atender después, devolver la llamada en un mo-
mento de descanso o a la hora del almuerzo. Tú decides.
La vacuna:

¡
Recuerda que eres tú quien decide,
no el timbre del teléfono, el momento apropiado
para brindarle atención a una llamada.
!
También funciona estupendamente la estrategia de proteger momentos de
óptima productividad al definir horas específicas durante el día para hacer
y responder llamadas.
Emailis Demasiatus: La avalancha de correo electrónico
El Emailis Demasiatus es responsable de un verdadero bombardeo de

mensajes electrónicos. Hay empresas en donde proliferan malísimos há-
bitos de comunicación electrónica. Se envían cadenas interminables de
mensajes. Con la premisa ineficaz de que todos deberían estar enterado de
todo, terminan enviando los correos de todo el mundo a todo el mundo.
Por no tener un protocolo de normas que regulen y permitan clarificar

la relevancia y destino de los mensajes, se pierde enormes cantidades de
tiempo en procesar y distinguir aquello que en el fondo es basura y no
agrega valor de aquello que es realmente importante.
La vacuna:
¡
Racionaliza el uso del correo electrónico con acuerdos
internos sobre qué, cómo y cuándo comunicar algo
por ese medio, que en vez de restar, fastidiar y saturar,
aumenten tu eficacia y la del equipo.

También está: implementar sistemas alternativos para comunicación asin-

crónica—como por ejemplo un foro o una bitácora en la Intranet corpo-
rativa. En esencia, aplicar estrategias para dominar la avalancha de infor-
mación.
Chateis Abusivus: La dispersión por el chateo
Chateis Abusivus es un flagelo que hace que mucha gente, con el Messen-
ger y otros servicios de chat, se distraigan en actividades que no agregan
valor y que están restándole tiempo a lo productivo.
Además, quienes se han visto infectados suelen estar expuestos todo el

tiempo a las interrupciones que surgen en medio de algo importante, como
cuando salta sorpresivamente un mensaje irrelevante que destruye tu enfo-
que al preguntarte si viste la nueva película en cartelera.
La vacuna:
¡
Domina el uso de estas herramientas en vez de estar al
efecto de las interrupciones y distracciones continuas que
pueden ocurrir—la tecnología está para servirte, no para
que tú te esclavices o te vuelvas adicto a ella.
!
Aprende a usar los diferentes estados (disponible, trabajando, al teléfono,
etc.) de tu programa de mensajería instantánea. En ocasiones—con más
frecuencia de lo que inicialmente desearías—sé drástico: desconéctate del
todo y fija un horario específico para aparecer online.

Laboris Sobrecargatus: Más de lo que realmente se puede manejar
Éste es un típico parásito ambiental. Nos pone a comportarnos como si

estuviéramos haciendo malabarismos con más elementos de los que pode-
mos sostener en el aire.
De pronto, por exceso de trabajo y responsabilidades, empezamos a ser

ineficaces en cosas que ya veníamos haciendo bien. A veces hay que reco-
nocer que estamos sobrecargados: la distribución de actividades no es la
óptima y las expectativas que hay puestas sobre nuestro desempeño están
teniendo un impacto negativo sobre nuestro rendimiento.
La vacuna:
¡
Evalúa honestamente la relación demanda
versus capacidad y reestructura la carga.
En ocasiones se requiere la valentía para renegociar
compromisos, para recuperar energía mientras
preservas tu integridad personal.
Desordenosis Regatus: La dificultad para encontrar las cosas
Este virus se hace evidente: en el caos presente en tus archivos, en tu escri-

torio, en tus cosas, en tu casa. Hace que pierdas tiempo tratando de hurgar
en el desorden para encontrar las cosas que están allí tapiadas, sepultadas
bajo escombros.
La vacuna es muy simple:

¡
Cultiva hábitos de orden que proyecten
profesionalismo y la imagen de una persona
que está en control de su mundo.
Informacionis Obstructus: La falta de sistemas de información
Una mutación del virus anterior, Informationis Obstructus, prolifera cuan-

do el acceso a los datos o la información que necesitas para avanzar en tus
procesos es engorroso y lento.
Puede ser por la falta de sistemas adecuados de información, como por

ejemplo contar con una buena base de datos. O quizá tiene que ver con
procesos de comunicación enrevesados y burocráticos que te hacen perder
tiempo, cuando lo que necesitas es la capacidad para responder rápida-
mente ante lo que se espera de ti.
La vacuna:
¡
Trabaja sobre los procesos, canales de
comunicación y sistemas involucrados para optimizar
el flujo y acceso a la información.

Paralisis Perfeccionistus: La inalcanzable búsqueda

de las condiciones ideales
El terrible microbio Paralisis Perfeccionistus te induce a esperar a que sea

el momento perfecto. Y en la espera, con esa sensación de que si no va a
salir perfecto mejor no lo haces, te paralizas.
¿
¿Cuántas veces no estamos más bien postergando cosas,
no lanzándonos, no avanzando, no probando,
por el hecho de que estamos esperando el tiempo
perfecto o las condiciones ideales?
?
A lo que debemos apuntar no es a la perfección sino a la excelencia. La
perfección es imposible; es una ilusión. Y pretenderla te paraliza. Como
dice el refrán español: “Lo mejor es enemigo de lo bueno”.
Lo que sí puedes desarrollar es la excelencia, porque ésta tiene que ver con
dar lo mejor de lo que para ti es posible en un momento dado. Y en ese
proceso generar la mayor calidad de resultados que sea posible.
La vacuna:
¡
Dale prioridad a poner las cosas en movimiento, a tomar
acción, por encima de la pretensión de un ideal.

Vagueandus Frequentis: El desperdicio de tu tiempo productivo
¿Qué me dices del muy común parásito Vagueandus Frequentis? Éste es

el que hace que nos dediquemos simple y directamente a perder el tiempo
como actividad en sí misma.
Cuando en el tiempo que debiera ser productivo se te van preciosos minu-

tos haciendo nada o en aquello que es todo menos productivo y necesario,
ya estás infectado por el virus.
Después mucha gente no sabe por qué se ve obligada a quedarse hasta las
ocho, nueve o diez de la noche en su trabajo, cuando otros compañeros
salen mientras el sol todavía alumbra.
¿Qué es lo que ha pasado? Bueno, es que tenían el tiempo para ser alta-
mente productivos, pero lo desperdiciaron dispersándose en un montón de
cosas sin valor ni trascendencia.
La vacuna:
¡
Desarrolla la disciplina para segmentar tu tiempo
—cuando sea tiempo de trabajar, trabaja;
cuando sea tiempo de renovarte, descansa.
Afirmativus Incontinentis: Prometer en demasía

para luego cumplir con insuficiencia
No menos peligroso es Afirmativus Incontinentis, el bicho psicológico que

nos hace repetir sin control “¡Sí lo hago! Sí, sí, sí, yo puedo. Sí, sí, tran-
quilo, que yo te lo hago”. Es cuando empiezas a llenarte de compromisos
de los que luego te arrepientes, cuando caes en cuenta de que sobrepasaste

en demasía tu capacidad de respuesta—o cuando te arrepientes de haber

aceptado algo que en el fondo no quieres hacer.
Es la persona que tiene el ‘sí’ demasiado flojo: le pides algo y dice sí auto-
máticamente, sin pensarlo dos veces. “¿Me puedes ayudar con…” “¡Sí!”
Tiene los síes flojos el que no aguanta dos pedidas, el que se llena de
compromisos y después tiene tantos síes, tantas cosas a las cuales se ha
comprometido, que por sobrecarga empieza a fallar en varias de ellas.
La vacuna:
¡
¡Aprender a decir que no!
Autoestimis Diminutus: La baja valoración de ti mismo
En cierto sentido, este virus es la fuente de la proliferación de muchos

otros. Si estamos diciendo que tu tiempo es vida, que tu vida es tu tiempo,
el que cuides o no cuides tu tiempo tiene que ver con cuánto estás valoran-
do tu vida y más importante, cuánto te estas valorando tú como persona.
Si tienes una autoestima alta, por extensión vas a cuidar tu tiempo, porque
cómo usas tu tiempo es una expresión de lo que valoras en la acción. Pero
este virus se manifiesta en lo contrario: una baja autoestima que se eviden-
cia en el uso ineficaz e ineficiente de minutos, horas, días y semanas.
La vacuna:

¡
Aumenta tu autoestima—un recurso psicológico
fundamental para la inmunidad a los virus del tiempo—
para que puedas decir “¿Sabes qué? Por el hecho de que
yo me valoro, en ocasiones escojo decir que no.
Porque me cuido de no decirle que sí
a la urgencia de otra persona a costa de algo
que es realmente importante para mí”.
!
Es valorar tu vida lo suficiente como para traducir esa valoración en lo que
te va permitir hacer un buen uso de tu tiempo: un enfoque apasionado y
eficazmente productivo.
Diagnostica tu condición actual
¿
¿Te encuentras ante la presencia de estos virus en tu vida?
?
A continuación tienes los 14 virus. Revísalos y marca los que consideres
presentes en tu vida. Luego subraya o destaca los tres principales. Lo que
te queda es aplicar una vacuna triple: haz una prioridad deshacerte o redu-
cir el impacto que están teniendo sobre tu productividad.

Los Virus del Tiempo

 Dispersionis Desenfocatus
 Postergacionitis Perennus
 Planifcacionis Ausentus
 Reunionis Proliferatus
 Telefonitis Extensus
 Emailis Demasiatus
 Chateis Abusivus
 Laboris Sobrecargatus
 Desordenosis Regatus
 Informacionis Obstructus
 Paralisis Perfeccionistus
 Vagueandus Frequentis
 Afirmativus Incontinentis
 Autoestimis Diminutus
Todos y cada uno de esos “roba-tiempo” son controlables y pueden ser

erradicados. Sus vacunas, aunque compuestas por fórmulas diferentes,
presentan tres componentes comunes: conciencia, decisión y acción.
En los próximos capítulos encontrarás ideas y estrategias para vacunarte

contra la improductividad y robustecer tu capacidad para aprovechar tu
tiempo al máximo.

Los Virus del Tiempo | Notas Poderosas

!
Los virus del tiempo son actividades que roban
momentos de productividad y que se reproducen
indiscriminadamente a través de tu horario.
?
¿Te encuentras infectado por los virus que atacan la productividad?
✔
Dispersionis Desenfocatus: Clarifica tu objetivo y haz una sola cosa a la vez.
Postergacionitis Perennus: Desarrolla el hábito de la urgencia productiva.
Planifcacionis Ausentus: Planifica tus objetivos, proyectos, semanas y días.
Reunionis Proliferatus: Evalúa con antelación la relevancia de cada reunión.
Telefonitis Extensus: Discrimina cuándo emplear el teléfono.
Emailis Demasiatus: Racionaliza el uso del correo electrónico.
Chateis Abusivus: Domina las herramientas de mensajería instantánea.
Laboris Sobrecargatus: Evalúa la relación demanda versus capacidad.
Desordenosis Regatus: Cultiva hábitos de organización.
Informacionis Obstructus: Optimiza el flujo y acceso a la información.
Paralisis Perfeccionistus: Pon las cosas en marcha; ésa es tu prioridad.
Vagueandus Frequentis: Cuando es tiempo de trabajar, trabaja.
Afirmacionitis Incontinentis: ¡Aprender a decir que no!
Autoestimis Diminutus: Aumenta tu autoestima y cuida tu tiempo.

CAPÍTULO 6
Energía para Exprimirle

el Jugo a tu Tiempo
“
El desempeño, la salud y la felicidad tienen sus
cimientos en el manejo habilidoso de la energía.
—Jim Loehr y Tony Schwartz
”
Resultados, progreso, productividad, cambios, logros, cuidar lo que te
importa, disfrutar—todo esto requiere energía. La energía suficiente para
ponerte en movimiento y avanzar hacia eso que tú deseas.
Y no sólo movernos hacia algo requiere de energía, sino también nece-

sitamos la vitalidad suficiente para detener aquellos hábitos que son im-
productivos—para dejar de hacer eso que nos es automático, que es muy
fácil, pero que definitivamente no nos está llevando a ningún lado.
Hay momentos en los que no tenemos energía ni para pensar. En ocasio-

nes, cuando estamos ante la necesidad de tener una conversación impor-
tante, la postergamos porque sentimos que no tenemos la capacidad como
para enfrentar a esa persona ni para abrir ese tema en ese momento.
O sucede que no contamos con la energía para hacer aquello que está pen-
diente, que sabemos que tenemos que hacer, pero que sentimos que no es
el momento.

C A P Í T U LO 6 | ENER GÍ A PA RA EXPR I M I R L E EL JU GO A TU TIEMP O
Tu energía, definitivamente, tiene una relación directa con tu capacidad

de acción.
¡
Mientras más energía poseas, más vas a ser capaz de
tomar las acciones que te hacen falta para alcanzar tus
objetivos—no sólo acciones físicas sino también procesos
mentales como reflexionar, evaluar, clarificar.
!
Te confío algo: mi capacidad para postergar—para dejar las cosas para
después, para dejarlas para última hora, para no encarar lo que sé que
tengo que hacer, para seguir rodando en el tiempo aquellas cosas que son
importantes—es inversamente proporcional a mi nivel de energía.
¿
¿Te sucede que mientras menos energía tienes
más fácilmente postergas las cosas y viceversa:
cuando estás lleno de energía te es mucho
más fácil tomar acción inmediata?
Aduéñate de tu energía
¡
La energía predetermina la capacidad de acción.
!
Recuerda los virus del tiempo que exploramos en el capítulo anterior.
Cada uno de ellos representa patrones de acción en los que podemos caer
fácilmente cuando nuestra energía es baja. Y para superarlos hace falta

contar con una buena dosis de vacunación energética expresada en deter-

minación y decisiones productivas.
Explóralo tú mismo. Evalúa tus días y date cuenta de si los momentos

cuando empiezas a postergar y a perder tu enfoque productivo, son justa-
mente aquellos en los que te encuentras bajo de energía.
También observa aquellos instantes cuando entras en acción de manera

rápida e inmediata, poniéndote en movimiento para lograr resultados sin
resistir el ocuparte de los procesos que requieren de tu atención.
Te darás cuenta entonces de que una de las estrategias más importantes, en

lo que tiene que ver con el óptimo uso de tu tiempo, es cuidar y aumentar
tu energía.
¡
No es sólo cuestión de tiempo, es también una cuestión
de energía. Porque puedes llegar a tener el tiempo, pero si
no tienes la energía para disfrutar de ese momento o para
hacer de ese un momento productivo, de qué te sirve.
!
Más que administrar tu tiempo, se trata de administrar tus actividades.
Pero esto también requiere que te adueñes de uno de los requisitos indis-
pensables para generar cualquier cambio y aprovechar cualquier oportu-
nidad: energía.
Las 4 fuentes de energía

Hacerte cargo de tu energía implica identificar los espacios de donde ésta
surge o se debilita. Hay cuatro de ellos:
Tienes la vitalidad que proviene de tu cuerpo, la energía física. Está la

energía que emana de tu mente según estés dirigiendo tu atención y en-

focando tus pensamientos. Posees la energía de tus emociones, cuando te

estás conectando con esos estados emocionales que elevan tu energía o
que la tumban al piso. Y cuentas con la energía espiritual, que tiene que
ver con lo que brinda sentido de trascendencia o inspiración a tu vida.
Veamos cada fuente en más detalle.
Energía física
Es evidente que el estado actual de tus procesos bioquímicos y la integri-

dad estructural de tu organismo impactan tu vitalidad. En este sentido, una
estrategia para aumentar tu productividad es dedicarle tiempo a tu cuerpo.
En ocasiones es tan simple como hacer algún ejercicio físico que movilice
tu estructura y encienda tu energía.
¡
En la medida en que seas más sedentario tu energía
tenderá a bajar. Lo contrario es igualmente cierto: tu
energía va a aumentar en proporción al tiempo que
inviertas en ejercitarte de manera inteligente según tu
edad, contextura y lo que estés buscando lograr.
!
Hay una cosa curiosa con el ejercicio realizado de manera adecuada, y es
que en la medida en que inviertes más energía en tu actividad física, más
energía experimentas.
Es contra-intuitivo: se supone que mientras mas energía gastes más can-

sado te vas a sentir al final. Pero ¿alguna vez has hecho algún tipo de
ejercicio y luego te has sentido con la energía renovada? Aprovecha esta
estrategia.

Tu energía física también tiene mucho que ver con tu nutrición. ¿Estás
consciente del tipo de alimentos que estás suministrándole a tu organismo
y de cuál es el efecto que éstos están teniendo a nivel bioquímico?
Quizá consumes comidas que rápidamente suben tu energía, pero que lue-
go tienes una caída muy fuerte en el nivel de azúcar de la sangre, generando
un bajón de energía pocos minutos después de haber sido consumidos.
De pronto comes una comida muy pesada, difícil de digerir y poco natural
para tu organismo, y por varias horas gran parte de tu energía es consumi-
da por el sistema digestivo, lo que te hace sentir pesado y con sueño.
Tu sensación de vitalidad también tiene mucho que ver con la temperatura

corporal. Existe lo que se denomina ciclos circadianos, ritmos que influ-
yen sobre el ascenso y descenso de la temperatura corporal y los procesos
bioquímicos que están asociados a esos ciclos.
En la medida en que la temperatura corporal baja, por ejemplo, después

de mediodía y a principios de tarde, tu energía tiende a apagarse. Pero hay
maneras de mantener esa curva en alto a través de ejercicios y un ritmo de
sueño adecuado. De hecho, tu energía física también se ve impactada por
la calidad de tu sueño.
Cada uno de estos elementos—ejercicio, nutrición, ritmos circadianos,

sueño—representa temas complejos que escapan de la dimensión de este
libro.
¡
Aquí lo importante es que tomes conciencia de cómo tu
cuerpo juega un rol importante en tu capacidad productiva.
!
Si en algún momento te llegas a sentir poco productivo, pregúntate si eso
tiene que ver con bajos niveles de energía sobre los que puedes interve-
nir a través del cuerpo. Posiblemente sea una señal para que aumentes tu

grado de actividad física, comas un poco mejor o aumentes la calidad de

tu descanso.
Energía mental
Tu energía aumenta cuando tu mente está clara acerca de lo que tienes por
hacer; cuando te sientes enfocado, concentrado en aquellas actividades
que sabes que son productivas; cuando mentalmente tienes tu atención
puesta en aquello que te llena y te apasiona.
Al contrario, cuando tu mente se siente saturada, estás confuso y no sabes

qué hacer, no sabes cuál es la próxima acción, o cuándo estás enfocado en
aquellas cosas que son negativas o que no son las que tú deseas o realmen-
te quieres, inmediatamente tu energía se va hacia abajo.
Tu mente es un amplificador o reductor de tu energía.
Parte de la clave de un óptimo desempeño es mantener tu mente clara res-

pecto de los objetivos a lograr, enfocada en las posibilidades del momen-
to presente, y concentrada en el máximo aprovechamiento de tu tiempo.
Con la atención puesta en aquellas cosas que puedes agradecer y que re-
presentan oportunidades para lograr, crecer, disfrutar, cuidar y dar lo me-
jor de ti.
¡
Lo que piensas, y cómo piensas, tienen un efecto
inmediato sobre el resto de tu energía y, en consecuencia,
sobre tu capacidad de acción.

Energía emocional
Hay emociones que evidentemente tienen altos niveles de energía, así

como hay otras que son de bajo nivel.
¿Cuáles son algunas emociones de bajo nivel de energía? Seguramente

estarás pensando en estados como la depresión, tristeza, apatía. Emocio-
nes de alto nivel son el entusiasmo, la alegría, la pasión, la determinación.
Pero también lo es, por ejemplo, la rabia.
No sólo es cuestión de cuáles son de alta o baja energía, sino además dis-
tinguir las constructivas de las destructivas. Si bien la rabia es una emo-
ción de alta energía que puede impulsarte a la acción inmediata, tiende a
generar resultados negativos o poco constructivos. La razón: es una reac-
ción ante lo que no quieres.
Estamos más bien a la búsqueda de aquellas emociones que son de alta

energía constructiva.
¡
Si puedes evocar las emociones que elevan tu energía, te
estarás adueñando a través del espacio emocional de tu
capacidad productiva.
!
Emociones como la determinación, el deseo por lo que quieres lograr o el
entusiasmo que surge al imaginarte lo que estás a punto de alcanzar. Éstas
son energías que puedes utilizar en pro de lograr lo que tú quieres.
Sin embargo, hay ocasiones en las que bien nos sirve emplear otras emo-
ciones que, si bien no son lo que usualmente calificaríamos de positivas,
podemos aprovechar como gatillos para disparar la acción.
Hacerte la pregunta “¿Cómo me voy a sentir si continúo postergando?”

puede llevarte a sentir frustración, rabia o incluso dolor. Pero quizá es lo

que en una fase de estancamiento hace falta para impulsarte a decidirte

por el avance.
¡
Lo importante es que luego te enfoques
en lo constructivo, en lo que quieres, en lo que vas a
ganar, en cómo te vas a sentir una vez que superes el
desafío y alcances tu meta. Así, desde el entusiasmo,
la determinación y la alegría, impulsarás tu éxito.
Energía espiritual
Para algunas personas su mayor fuente de energía es la espiritual—no me

refiero a lo religioso, aun cuando para algunas personas ésta es una manera
de canalizar sus necesidades y experiencias espirituales.
En el contexto de este libro, por espiritual me refiero a cuando tú te co-

nectas con un sentido de trascendencia, con aquello que le da sentido a lo
que estás haciendo; cuando además sientes que lo que estás haciendo está
alineado con tus valores, con esas cosas que tienen un sentido más allá de
lo cotidiano.
¡
Cada vez que tú te alíneas con valores trascendentes, con
un para qué lo suficientemente inspirador que le da sentido
a tu hacer, estás empleando la fuente espiritual de energía.
!
Igualmente, cuando no sabes para qué estás haciendo algo ni le encuentras
sentido, tu energía decae. O si sientes que estás siendo incongruente con
las cosas que son realmente importantes para ti, tu energía se va a pique.

Una forma de elevar tu energía es evaluar dónde estás en relación con tus
valores y comenzar a explorar las decisiones que te van a permitir retomar
el rumbo. Es también darle sentido de trascendencia a lo que haces.
Flow—estado de máxima productividad

En el libro Flow, la Psicología del Óptimo Desempeño, el psicólogo Mi-
haly Csikszentmihalyi presenta la teoría de que nuestra capacidad para
entrar en un estado de óptimo desempeño—o flow, fluir, como él lo deno-
mina—depende de dos variables principales:
Una, nuestro grado de competencia. Es decir, cuán capaces somos de ha-

cer la tarea que en un momento dado estamos ejecutando.
La segunda variable es el reto, el tamaño del desafío al que nos enfrenta-

mos al momento de hacer lo que hacemos. Se mide en relación a si la tarea
que estamos realizando es algo que es demasiado fácil o algo que es muy
complejo y retador para nosotros.
Lo que Csikszentmihalyi mostró es que si nosotros tenemos una alta ca-

pacidad para realizar un trabajo determinado, y esta tarea es muy fácil—
porque está muy por debajo de nuestra competencia—rápidamente nos
aburrimos y nuestra productividad desciende.
Por otro lado si el grado de complejidad de una tarea es mucho mayor

que nuestro nivel de competencia, lo que surge es el estrés, cosa que igual
termina mermando nuestra capacidad productiva.
Csikszentmihalyi encontró que hay una relación óptima entre nuestro ni-
vel de competencia y el grado de desafío ante lo que tenemos por hacer en
un momento determinado.

¡
El estado de flow se manifiesta cuando la complejidad
es suficiente como para retar tus capacidades
creativas y demandar altos grados de concentración,
y a la vez es lo suficientemente cercana a tu habilidad
como para no disparar la ansiedad.
!
En la medida en que lo que haces esté un poco por encima de lo que eres
capaz de hacer con facilidad, tus capacidades creativas y de concentración
mental—así como tu posibilidad para desempeñarte al máximo—van a
incrementarse enormemente.
En este proceso tus competencias van a ir aumentando. Por tanto, para evi-
tar caer en el espacio del aburrimiento y el estancamiento que apagan tu
energía y recuperar tus estados de flow y óptima productividad, necesitas
incrementar progresivamente lo que exiges de ti mismo.
El estrés no es el enemigo
Para estar en flow necesitas un cierto grado de estrés, un adecuado nivel
de reto, que despierte tu sensación de vitalidad y te impulse a dar lo mejor
de ti.
El estrés no es el enemigo. El ser humano necesita ser desafiado para des-

cubrir que puede dar más de lo que ha demostrado hasta ahora.
¿
¿Acaso no son tus mejores días aquellos en
los que te has visto retado a dar lo mejor de ti?

El estrés es una herramienta que, bien usada y en la dosificación adecuada,

promueve tu óptima productividad.
El balance entre demanda y recuperación

El estrés positivo, que en su grado adecuado te conduce a un estado de
flow, debe ser compensado con momentos y espacios de recuperación.
Piensa en un atleta que busca desarrollar un músculo. Se ejercita llevando

el músculo a ser sobre-exigido ante el reto de levantar un peso mayor del
que suele aguantar. Inmediatamente el músculo se despierta, se producen
micro-rompimientos en sus fibras y el organismo dispara una señal para
reparar y “ensanchar” el músculo.
Sin embargo, este proceso de regeneración y fortalecimiento requiere del

opuesto que inició el ciclo: descanso. Sin suficiente descanso, no hay cre-
cimiento. En realidad, es en los períodos de recuperación cuando el mús-
culo se fortalece.
De igual manera, para lograr un óptimo desempeño y aumentar tu capaci-

dad productiva, no debes evitar el estrés ni los momentos de presión. Lo
que debes es acompañar estos períodos de alta exigencia con momentos
de recuperación.
¡
Te fortaleces cuando logras un balance entre la demanda
sobre tu capacidad productiva y los momentos en que te
das el permiso para recuperarte, no sólo a nivel físico, sino
también a nivel mental, emocional y espiritual.

Fuente versus desagüe

Imagina una persona que, al entrar en contacto contigo, chupa tu energía
y te desgasta apagando tu vitalidad. Por lo contrario, hay personas fuente;
son quienes brindan, traen, refrescan, abren posibilidades. Cuando estás
en su presencia tu propia energía se ve activada.
Una de las grandes influencias sobre tu propia energía son las personas
con quienes te rodeas. Porque los otros, más allá de lo que dicen, hacen o
piensan, tienen un impacto residual en tu nivel de energía.
Hay personas que tienden a ser más negativas que otras. Hay quienes se
compadecen de ti y se suman a tus excusas sobre por qué no estás logran-
do lo que quieres. Hay otras que más bien son proactivas y te inspiran a
la acción.
¡
Cuando buscas aumentar tu desempeño y tu capacidad
de avance, cuando quieres lograr más y tener más tiempo
para todo, es vital que te conectes con aquellas personas
que puedan ser fuente... y te cuides evitando los desagües.
Estrategias mentales para controlar tu energía

El tema de cómo activar, encender, aumentar y cuidar tu energía física, es
bien amplio y complejo. Lo mismo es con tu energía espiritual y emocio-
nal. Sin embargo, voy a concentrarme en algunas estrategias para conser-
var y elevar tu energía a través del uso eficaz de tu mente.
Cualquier fuente de energía tiene un impacto sobre las demás, así que la
forma en la tú estés empleando tu pensamiento va a tener un impacto sobre
tus otras fuentes de energía.

Voy a compartir contigo algunas estrategias que pondrán en evidencia una

relación inmediata entre tu enfoque—hacia dónde estás dirigiendo tu aten-
ción, tus pensamientos, en qué te estás concentrando—y tu energía.
Aprenderás cómo, haciendo cambios pequeños, simples y sutiles en tu

enfoque, puedes adueñarte de tu energía e incrementarla en aquellos mo-
mentos donde te hace falta para seguir adelante.
Enfócate en lo que quieres
Cuando preguntas a la mayoría de las personas qué es lo que quieren,

usualmente responden con una descripción de aquello que no quieren. Son
pocos los que responden con claridad sobre lo que sí quieren. Y esta dife-
rencia de enfoque es determinante en tu energía.
“No quiero seguir atrasándome en las cuentas. No quiero continuar sin-

tiéndome de esta manera. No quiero mantenerme en esta situación. No
quiero estar sin la capacidad para lograr lo que quiero”—es como piensa
la mayoría.
Al enfocarte en aquello que no quieres tu energía cae. La razón: estás

manteniendo en tu espacio mental aquellas cosas que ya de por sí están
restando energía.
Es clave que tú dirijas tu atención hacia aquello que sí quieres.
Una forma muy fácil de hacerlo, cuando te descubres pensando en aquello

que no quieres, es emplear esta estrategia:
1. Define lo que no quieres. Aprovecha tu pensamiento “negativo”

para precisar lo que no estás dispuesto a aceptar. Reconoce este
pensamiento como una oportunidad para tomar conciencia de lo
que puede estar frenándote y como un trampolín para saltar rápi-
damente al siguiente paso.

2. Clarifica lo que sí quieres. Ya sabes lo que no quieres; ahora des-

cribe su antítesis. Pregúntate “¿Qué es lo que sí quiero?” y enfóca-
te en eso que realmente deseas.
Enfócate en lo que puedes
Una de las frases más desenergizantes que hay es ésta: “Yo no puedo”.
Por supuesto que puede haber limitaciones y puedes encontrarte con cosas
que escapan a tu nivel de competencia. Pero conectarte con aquello que
tú no puedes hacer inmediatamente merma tu energía y te resta capacidad
para hacer aquellas cosas que sí están dentro de tus posibilidades.
Definitivamente, hay cosas que están fuera de tu control. Cosas que, por
más que tú quieras, no puedes cambiar en este momento ni influir sobre
ellas. Pero tú siempre tienes la posibilidad de ejercer control, sin importar
las circunstancias. Lo haces cuando decides enfocarte en aquellas cosas
que están dentro de la esfera de lo que sí puedes realizar. Tus “Yo pue-
do”.
Ante un obstáculo o adversidad, lo inesperado o lo que pareciera cerrar tus

posibilidades y bloquear tu capacidad de acción, pregúntate:
¿
¿Qué sí puedo hacer?
¿Qué sí está bajo mi control en este momento?
?
En esos momentos en que tu creatividad es desafiada, repite continuamen-
te las palabras “Yo puedo...”. Y busca completarlas con lo primero que te
surja para armar una frase que declare lo que sí te es posible.
Puede ser tan simple como enfocarte en que...

“Yo sí puedo decidir”.
“Yo sí puedo ocuparme de lo que está en mí hacer, en

vez de preocuparme de lo que no tengo control”.
“Yo sí puedo escoger mi actitud ante lo que sucede”.
“Yo sí puedo tener fe”.
“Yo sí puedo enfocarme en la solución”.
“Yo sí puedo dar el siguiente paso”.
Es enorme la cantidad de energía que se nos va mirando, pensando, que-

jándonos de aquello que no podemos hacer. Al contrario, en la medida en
que te conectes con tus “yo puedo” tu sensación de energía y control sobre
tu vida va a aumentar.
¡
Cambia tu enfoque y concéntrate en aquello sobre
lo que sí puedes hacer algo. Recuerda que siempre
hay cosas que están bajo tu control, así sea tan sólo tu
capacidad para elegir tu próximo pensamiento.
Enfócate en lo que vas a hacer
La confusión mental es una gran debilitadora de nuestra energía—cuando

no tenemos claro qué tenemos que hacer, nuestra vitalidad se debilita. Su
opuesto, la claridad mental, es un estado que hay que alcanzar para man-
tener la energía en alto.

¡
No es sólo claridad acerca de lo que quieres y puedes,
sino también es saber con precisión cuál es la próxima
acción física a ejecutar para moverte hacia adelante.
!
Por acción física me refiero a un movimiento concreto y específico en el
universo físico que depende de ti, y que usualmente requiere de muy poco
tiempo.
Me explico: hay una gran diferencia entre saber que tienes que ir al mé-
dico y clarificar cuál es la próxima acción simple y tangible que te va a
conducir hacia completar la ida al médico.
Quizás para ir al médico primero tienes que hacer una cita; y para hacer
esa cita tienes que hacer una llamada; y para hacer la llamada tienes que
antes que nada, buscar el teléfono del consultorio en tu agenda electrónica.
En este ejemplo, la próxima acción física relacionada con el objetivo de ir
al médico es buscar en tu agenda electrónica el teléfono del consultorio.
Como dice David Allen, autor del best-seller Getting Things Done y ex-
perto en productividad, tú no puedes “hacer” un proyecto, tú sólo puedes
hacer una acción. Ir al médico es el proyecto. Buscar el teléfono el próxi-
mo paso inmediato.
Por meses, en la cocina de mi casa hubo un bombillo de neón que estuvo

defectuoso—tardaba mucho tiempo en prender y una vez encendido ten-
día a titilar con cierta frecuencia.
Por meses esa lámpara estuvo así, y en mi mente, incluso en mis listas,
estaba como ítem “Cambiar bombillo de la cocina”.
Pero resulta que cambiar el bombillo era un proceso de múltiples pasos.

El primero, simple y fundamental para que eso se diera, era tomar una
escalera, montarme y desmontar el bombillo.

Y no fue hasta que luego de varios meses clarifiqué esto, que realmente me
puse en movimiento. Ya esa misma tarde el bombillo estuvo cambiado.
Pero ¿qué hizo la diferencia?
Que pasé de pensar en términos de “tengo que cambiar el bombillo”, a ha-

cerme la pregunta ¿cuál es la próxima acción física para que esto suceda?
Cuando precisé que lo siguiente era buscar la escalera para bajar el bombi-
llo, simplemente lo hice. Me puse en movimiento y clarifiqué la próxima
acción. De ahí terminé haciendo el resto de las cosas, un simple paso a la
vez, que me permitieron completar lo que había querido hacer por muchos
meses.
Quizá te parezca un tanto exagerado el ejemplo del cambio del bombillo

de mi cocina, pero lo que quiero mostrarte es cómo a veces lo que puede
frenarte es la ausencia de claridad sobre cuál es la próxima acción física a
ejecutar para moverte hacia adelante.
¿
Para exprimirle el jugo a tu tiempo
¿cuál es la próxima acción física a realizar?
?
Te sugiero una: pasar la página para comenzar a leer el próximo capítulo.

Energía para Exprimirle el Jugo... | Notas Poderosas

!
Mientras más energía poseas,
más vas a ser capaz de tomar las acciones que
hacen falta para alcanzar tus objetivos.
Tu energía predetermina tu capacidad de acción.
Lo que piensas y cómo lo piensas tiene un efecto

inmediato sobre el resto de tu energía y, en
consecuencia, sobre tu capacidad de acción.
Te fortaleces cuando logras un balance entre la

demanda sobre tu capacidad productiva y los
momentos en que te das el permiso para recuperarte.
?
¿Me sucede que mientras menos energía tengo
más fácilmente postergo las cosas y viceversa:
cuando estoy lleno de energía me es mucho
más fácil tomar acción inmediata?
¿Acaso no son mis mejores días aquellos en los que

me he visto retado a dar lo mejor de mí?
✔
Define lo que no quieres, enfócate
en aquello que sí quieres.
Incrementa progresivamente
lo que exiges de ti mismo.
Conéctate con aquellas personas que puedan ser

fuente de energía... y cuídate evitando los desagües.

CAPÍTULO 7
El Poder del Enfoque

para Lograr Mejores Resultados
“
Nada puede añadir más poder a tu vida
que concentrar todas tus energías en un
conjunto limitado de objetivos.
—Nido Qubein
”
Para dedicarle cada vez más tiempo a aquello que te potencia y cada vez
menos tiempo a lo que empobrece tu capacidad para avanzar, necesitas
distinguir entre lo productivo y aquello que no lo es.
Para esto te ofrezco dos modelos que te permitirán tener una mayor con-
ciencia—y por ende tomar mejores decisiones sobre en qué focalizar tu
atención y energía—en relación con lo que puedes hacer en un momento
determinado.
El primero de estos modelos es lo que yo denomino...
La encrucijada del tiempo

Son cuatro los caminos que puedes transitar para hacer uso de tu tiempo.

C A P Í T U LO 7 | EL PODER DEL ENFOQUE PA RA LOGRAR MEJO RES RESU LTADO S
Estos cuatro caminos vienen determinados por dos ejes que se cruzan: uno
es el eje que en un extremo tiene lo que es urgente—“Hay que hacerlo
ya, es para antes de ayer, es una emergencia, es una crisis”—y en el otro
extremo lo que no es urgente—si lo haces hoy o si lo haces mañana no
importa; “Tranquilo, que no es urgente”.
En el segundo eje está en una punta lo que te da valor—eso que es impor-

tante para ti, te ayuda a progresar y tiene consecuencias positivas—y en la
otra aquello que, por lo contrario, te resta.
Como definimos en el capítulo dos, lo que te agrega valor tiene que ver
con lo que es importante y te permite avanzar hacia tus objetivos. Es aque-
llo que te ayuda a progresar y acercarte cada vez más a lo que necesitas
lograr o quieres experimentar. En cambio, aquello que te resta valor es lo
que te frena, te separa de tus objetivos y hace más lento tu camino de éxi-
to. Es lo que merma tu capacidad para alcanzar lo que quieres.
Los 4 caminos
Líder
R
NO
LO
UR
VA
GE
GA
NT
RE
E
AG
Mata-Tiempo Apaga-Fuegos
R
LO
VA
UR
A
GE
ST
NT
Iluso
RE

Del cruce de estas dos dimensiones—la de lo urgente o no urgente y la de

lo importante o carente de valor—se forman los cuatro caminos:
• El camino del “mata-tiempo” lo transitas cuando te involucras

en actividades que no son importantes ni urgentes. En esa ruta no
hay presión, no hay estrés, no hay urgencia... pero tampoco con-
sigues valor. Por ese camino lo único que logras es, literalmente,
matar el tiempo.
• El camino del iluso está lleno de cosas que no te agregan valor

pero que sí son urgentes y claman por tu atención. Quien lo re-
corre vive la ilusión de creer que el simple hecho de que algo es
urgente significa que debe ser importante.
• El camino del “apaga-fuegos” se vive cuando el tiempo se con-

sume en las urgencias que tienen trascendencia. El hacerlas o dejar
de hacerlas tiene un impacto marcado por consecuencias importan-
tes. Son vitales, te agregan valor y encima de todo son perentorias.
• El camino del líder es el camino de nuestra gran productividad.

Es la vía para mantener, la mayor parte del tiempo, ese enfoque
apasionado y eficazmente productivo. El líder es el que dedica
tiempo a hacer aquellas cosas que son de alto valor agregado, vita-
les, importantes, mas no urgentes.
Exploremos cada camino en más detalle.
El camino del “mata-tiempo”
Es el camino que tomamos para hacer cosas que no son urgentes y que no
te agregan valor. Por ejemplo: trivialidades, ciertas cosas intrascendentes,
algunas llamadas, la televisión en exceso.
Este es el camino que usamos para escapar de nuestras tensiones. De los

cuatro caminos el mata-tiempo está opuesto al apaga-fuegos que lidia con
lo urgente y vital.

Quizá hemos estado tan ocupados apagando fuegos que lo que queremos
hacer es echarnos en la cama a no hacer nada o desplomarnos en el sofá a
dejarnos hipnotizar por el televisor—actividades impulsadas por una ne-
cesidad de escapar del estrés al que nos hemos sometido.
¡
Como un péndulo que rápidamente se desplaza al extremo
opuesto cuando es liberado, podemos estar pasando
demasiado tiempo en este camino producto de la agitación
o el vacío de nuestra vida.
!
Imagina pasar mucho tiempo—demasiado tiempo—en actividades impro-
ductivas que carecen no sólo de la adrenalina de lo urgente, sino también
del valor de lo importante. ¿Cómo crees que terminarás sintiéndote?
Vas a terminar decaído. Como consecuencia tu alegría se irá al piso y de

ahí la depresión estará a la vuelta de la esquina. Porque el tiempo y la vida
se te estarán escapando en cosas que no agregan valor.
El camino del iluso
Este camino lo transitamos al dejar que las interrupciones—como algunas

llamadas, e-mails, reportes, reuniones, mensajes de chat—nos desvíen de
nuestro enfoque productivo.
Aquí el tiempo se nos va haciendo cosas que nos restan valor pero que son
urgentes. Por el hecho de que es urgente crees que es importante, crees
que hay que hacerlo cuando no es así. Estamos rodeados por un montón
de cosas que se muestran como demandantes, cuando en el fondo no hace
ninguna diferencia el que las hagas o no.
En ocasiones caemos en la ilusión de que sólo por el hecho de que algo

aparece en nuestro radar de atención—el teléfono que suena, el sonido

de un e-mail que llega a tu bandeja de entrada, la visita inesperada de un

compañero—hay que dejar de hacer todo lo que se esté haciendo para
responder a la interrupción. ¿Quién dijo?
¡
Tú puedes decidir conscientemente cuál es el mejor uso
de tu tiempo en vez de reaccionar de modo automático.
!
Imagina que llega alguien intempestivamente y te dice: “¡Oye! Necesito
algo ya!”. Tú tienes la capacidad de decir “Ya va. Espérate un momento
porque ahora de verdad estoy concentrado en algo. Yo quiero atenderte
como te mereces, pero vamos a hacer lo siguiente: te propongo que dentro
de una hora nos reunamos”.
Tú tienes la posibilidad de negociar las demandas que surgen inesperada-

mente sobre tu tiempo. Algunas exigencias de otros podrán ser urgentes
para ellos, pero no necesariamente son importantes para ti . A lo mejor
restan, en cambio, a tu capacidad de ser productivo. En estos casos tendrás
que decidir si la relación con el otro hace que valga la pena que lo que sea
importante para él lo sea también para ti.
¿
¿Cómo terminarías sintiéndote si se te va
demasiado tiempo en el camino del iluso?
¿Qué tipo de emociones puede surgir en ti cuando

el tiempo se te va haciendo cosas urgentes pero
que en el fondo no brindan valor agregado?
?
Estancamiento. Esa sensación de sentir que no avanzas. Y, lo que es peor,
estás cansado pero en vez de haber avanzado, te has desgastado. Hay mu-

cho estrés pero no hay progreso, y por lo tanto va surgir la frustración. Una
gran frustración porque tu cansancio y tu desgaste no son proporcionales
a tu avance.
El camino del apaga-fuegos
Este es el camino que transita aquél a quien se le va el tiempo en cosas

que son urgentes y además de trascendencia—el hacerlas o no hacerlas
generan consecuencias.
Aquí nos encontramos con las crisis, los problemas acuciantes, los pro-
yectos dejados para último momento.
Se incrementa nuestro tránsito por esta vía cuando, por ejemplo, algo que
se ha podido atender dos meses antes con calma hoy pasa a ser una crisis,
una urgencia. Si alguna vez dejaste de estudiar hasta la última noche antes
del examen, sabes a qué me refiero.
Otros ejemplos de crisis innecesarias:
Ejercicio luego del infarto. Es después de que te da el infarto cuando el

médico te dice: “O te pones a hacer ejercicio o ya el próximo te fulmina”.
Entonces entras a hacer cosas porque estás presionado por la crisis.
O darte cuenta de que creías que todo estaba bien en la relación con tu
hijo, cuando de pronto te enteras de que está con problemas de droga-
dicción. Entonces ahí sí reaccionas y comienzas a pasar tiempo con él y
prestarle atención.
Es muy importante no dejar que las cosas lleguen a esos extremos, y por
esto las cosas importantes debemos cuidarlas antes de que se transformen
en crisis.

“
El mejor momento para reparar el techo
es cuando el sol está afuera.
—John F. Kennedy
”
Por supuesto, hay una enorme cantidad de problemas y situaciones peren-
torias de alto impacto en nuestra vida que son impredecibles. De hecho la
vida por sí sola te brindará una dosis suficiente de crisis como para que tú
le sumes más estrés a tu vida por no haber atendido las cosas a tiempo.
¿
¿Cómo te sientes cuando pasas
demasiado tiempo apagando fuegos?
?
Seguramente experimentas altos niveles de desgaste y estrés. Definitiva-
mente, es bien agotador caminar por aquí.
El camino del líder
El líder elige dedicar tiempo a aquellas cosas que aun no siendo urgentes
son importantes—esas que le suman, le agregan valor, son buenas para él,
son vitales y le ayudan a progresar. Es quien se dedica a hacer lo trascen-
dente cuando no hay nada externo que lo esté presionando.

¡
El líder genera la urgencia de adentro hacia fuera—una
urgencia alimentada por su motivación, por su pasión, por
su entusiasmo, su ambición y su propio deseo de avanzar.
!
Dedicar tiempo a la preparación, prevención, planificación, creación, de-
sarrollo; al aprendizaje y al fortalecimiento de relaciones; a la expansión
de tu energía y a tu conexión espiritual; a cuidarte y renovarte; a adquirir
competencias y optimizar procesos. Todas éstas son actividades posibles
desde este camino.
Como no son urgentes, que las hagas o no las hagas en este instante no
tendrá un impacto inmediato visible, pero, definitivamente, en el mediano
y largo plazo habrá gran diferencia en tu productividad, balance y bien-
estar.
Es como regar las plantas para no dejar que se marchiten. “Bueno si yo no

riego la planta hoy no le va a pasar nada”. No la riego mañana y tampoco
le va a pasar nada… hasta que llega el momento en que no puedes escapar
a la realidad: la planta se marchitó.
La recreación también entra en esta vía. Recreación no es lo mismo que

evasión (cualidad de varias de las actividades del camino del mata tiem-
po). Recreación es re-crearte, volverte a crear, recuperar tu energía y re-
novar tu capacidad productiva. Echarte en la hamaca, irte para la playa,
tomarte una vacaciones, ir al cine, ver un poco de televisión. Todas estas
cosas pueden entrar en el camino del líder siempre y cuando te ayuden a
recuperar fuerzas y a reactivar tu energía.
Como en todo, según comentábamos antes, lo que hay que hacer es cui-
dar los excesos. Algo que en algún momento puede ser parte del camino
del líder—como por ejemplo ver un rato de televisión para relajarnos o
refrescarnos—al excedernos sin mesura, puede conducirnos al camino del
mata tiempo.

Imagina organizar tu vida y orquestar tus actividades para pasar la mayor

parte del tiempo en este camino. Definitivamente vas a estar progresando
aceleradamente hacia tus objetivos, disfrutando del proceso y adueñado
de tu éxito.
¡
Desde el camino del líder vas a experimentar
la plenitud de sentir que estás viviendo una vida que vale la
pena y que estás cuidando y valorando tu tiempo. También
vas a experimentar libertad: la libertad de sentir que no
estás determinado por la urgencia.
!
En lugar de estar determinado por lo externo eres el líder que recorre su
éxito desde este camino.
4 caminos, 4 destinos
“
“No nos podemos permitir el lujo de gastar
demasiado tiempo en cosas pequeñas, mucho
menos invertir poco tiempo en grandes cosas”.
—Jim Rohn
”
Tenemos que cuidar en qué se nos va el tiempo. Naturalmente, como nos
recuerda Jim Rohn, lo que tenemos que hacer es que a lo grande—las acti-
vidades de alto valor agregado—dediquemos grandes cantidades de tiem-
po y a lo pequeño—lo que te resta valor o es de poca trascendencia—poco
tiempo. No al revés.

Una buena pregunta ¿en qué se te está yendo el tiempo?
Si fueras a medir una semana tuya típica, asignando porcentajes a cada

uno de los cuatro caminos...
¿
¿Qué porcentaje de tu tiempo estás
gastando en la ruta mata-tiempo?
¿Qué porcentaje de tu tiempo se

consume caminando como un iluso?
¿Qué porcentaje empleas como

apaga-fuegos o como líder?
?
Para tener una pista acerca de por dónde se te está yendo el tiempo, toma
conciencia de las emociones que estás experimentando.
Si te experimentas decaído, con tendencias depresivas, puede ser que se

esté yendo tu tiempo en cosas que no te agregan valor, que no son urgentes
ni importantes. Estarías, claramente, matando el tiempo en demasía.
Si te experimentas estancado y sientes frustración, si no avanzas pero a

la vez estás cansado, es muy factible que estés pasando una gran cantidad
de tu tiempo como iluso, haciendo cosas que no te están agregando valor
atendiendo al espejismo de lo urgente.
Si estás experimentando desgaste y estrés excesivo es muy factible que

una buena parte de tu tiempo se te esté yendo como apaga-fuegos.

¡
Si definitivamente experimentas plenitud, éxito y libertad
¡magnífico! Estás en el camino del líder.
!
Todos vamos a transitar por cada uno de esos cuatro caminos. Es irreal
pensar que vamos a ponerle cero al camino mata-tiempo. Yo “mato” el
tiempo; todos “matamos” el tiempo. Va a haber una parte de nuestras vidas
que se nos va a ir ahí. Y eso está bien, si es poco. Lo importante es que la
proporción de tu tiempo que se te vaya matándolo sea bien reducida.
Todos caminaremos alguna vez por la ruta del iluso porque hay cosas de
las que no sabremos si eran realmente importantes o no, si eran de valor
agregado o no, hasta que las atendamos. Siempre se nos va a ir un cierta
porción de tiempo por ese camino. Por esto la idea es reducir su propor-
ción.
Siempre habrá crisis. Habrá problemas que surgirán repentinamente. Las

adversidades, los obstáculos, son parte de la vida. Todos caminaremos
como apaga-fuegos—no podemos dejar que se nos queme la casa. Lo im-
portante será que vayamos por ese camino sólo el tiempo necesario y no
mas allá de eso.
En el camino del líder es donde encontraremos el mayor poder de elec-

ción. Por definición, el camino del líder requiere deliberación: la decisión
de desconectarte de las tentaciones de lo urgente y lo trivial para enfocarte
en las cosas realmente importantes.
Nuestro tiempo es limitado. Para dedicar más tiempo a la caminata de los

líderes tenemos que sacar tiempo de algún otro lado. Ahora bien, como
hay que seguir atendiendo lo urgente si es importante, siempre habrá que
apagar fuegos. Por tanto, los únicos caminos a los que podremos quitar
tiempo para caminar como líderes son la ruta de los ilusos y el camino de
los asesinos del tiempo.

Será importante pasear poco por estas dos últimas vías y transitar más por
la del liderazgo. Una estupenda consecuencia de ser más líder es que cada
vez serás menos apaga-fuegos.
¡
Cuando atiendes lo importante a tiempo no necesitas
ocuparte de lo urgente a destiempo.
4 tipos de actividad
El segundo modelo para precisar qué hacer y dejar de hacer para lograr
mejores resultados, es el de los cuatro tipos de actividad.
J
Te Gusta
L
No Te Gusta
+
Te Agrega Valor 1 2
–
Te Resta Valor 3 4
Aquí evaluamos dos conceptos: lo que te gusta o no te gusta, y lo que es
bueno o malo para ti.
Por un lado hay actividades que te producen placer y otras que no; algu-
nas las disfrutas mientras otras puedes hasta detestarlas. A la vez está la
dimensión de aquellas cosas que son buenas para ti y aquellas cosas que
no son buenas para ti. Dicho de otra manera, aquellas cosas que te agregan
valor y aquellas que te restan valor.
Por supuesto, estos términos son totalmente relativos. Eres tú quien decide
qué te agrada, qué no, qué te agrega valor, qué te resta valor. Eso depende-
rá de lo que tú quieras lograr.
Jugando con estas dos variables encontramos cuatro tipo de actividades.
Tipo 1: lo que te gusta y te agrega valor
Las del primer tipo son aquellas que son buenas para ti—te agregan va-
lor—y además te gustan. Por ejemplo (y según tus preferencias perso-
nales), hacer ejercicio, hacer lo que te apasiona, aprender, leer, hacer el
amor.
Un punto a tener en cuenta: cuidado con los excesos. Casi todo, en la me-
dida adecuada, puede ser magnífico. Pero te pasas de la raya y más bien
comienza a ser contraproducente. El dormir es necesario; te permite estar
con tu energía en alto y es fundamental para tu salud. Pero dormir en ex-
ceso produce los efectos contrarios y deja de ser una actividad del primer
tipo para convertirse en una del tercer tipo. Todo es, por tanto, relativo.
Tipo 2: lo que no te gusta pero te agrega valor
Definitivamente hay cosas que, aun cuando no te agradan e incluso re-

sistes hacerlas, son buenas para ti. Pueden hasta ser determinantes de tu
progreso.
Quizá es realizar la presentación que te aterra pero que podría permitirte

cerrar el negocio. O es esa conversación con tu pareja que has pospuesto
una y otra vez por lo incómodo que te sientes de tan sólo pensar en ella,
pero que sabes que es necesaria para superar el problema actual.
O en tu caso es dedicar tiempo a ejercitar tu cuerpo—actividad que, si bien

para algunos es del primer tipo, es una a la que le huyes.
¡
Pero más allá de si las cosas te agradan o no,
lo importante es distinguir entre aquellas que
te agregan valor y las que lo restan.
Tipo 3: lo que te gusta pero te resta valor
Estas son las actividades que siendo placenteras no te agregan valor y te

alejan día tras día de lo que realmente tú deseas.
Por ejemplo, fumar. Naturalmente, el que fuma lo hace por placer (en
general nadie es masoquista). Pero la pregunta es si aquello que estás
disfrutando a su vez te está agregando valor o lo contrario, está restándole
a tu capacidad de alcanzar tus metas.
¿
¿En qué actividades tipo tres se te va el tiempo?
¿Viendo demasiada televisión?
¿Distrayéndote al hablar mucho tiempo con tus

compañeros de trabajo cuando es momento de producir?
¿Navegando por Internet?
Tipo 4: lo que no te gusta ni te agrega valor
Finalmente están las actividades que ni te gustan ni te agregan valor, esas

que ni disfrutas ni contribuyen con nada.
Por ejemplo, el efecto del virus Reunionis Proliferatus: esas reuniones a

las que a veces nos vemos obligados a asistir pero que ni son placenteras
ni suman a nuestra capacidad para realizar nuestro trabajo.
2 secretos para aumentar

tu desempeño y mejorar tu vida
Si quieres optimizar el uso de tu tiempo, aumentar tu productividad y me-
jorar tu calidad de vida, la fórmula básica es simple:
¡
Busca invertir cada vez más tu tiempo en actividades
que te enriquecen, y asegúrate de que cada vez sean
menos los minutos que se te vayan en actividades vacías,
intrascendentes y debilitadoras.
!
Aprovechando el modelo de los cuatro tipo de actividades, surgen dos
estrategias fundamentales para lograr lo anterior.
La primera: elimina las actividades del tercer tipo. No hace falta hacer én-
fasis en las del cuarto tipo, ya que ni nos sirven ni nos gustan, lo cual hace
que en general no caigamos en ellas a menos que el entorno nos empuje.
¡
El gran peligro está el tercer tipo de actividades
—en ellas encuentras placer cuando en realidad
van en tu contra impidiendo o haciendo más
lento el progreso hacia tus metas.
!
La segunda estrategia es transformar las actividades del segundo tipo en
actividades del primer tipo. Es asunto de lograr que aquello que no te
gusta pero que sí te agrega valor y que es bueno para ti, puedas aprender
a disfrutarlo.
¡
Cuando tú conviertes una actividad del segundo
tipo en una del primer tipo, has logrado algo importante:
ahora te verás atraído a hacer aquello que antes resistías
y por lo tanto se abrirán ante ti las posibilidades
de nuevos resultados.
!
Nadie, ni tú mismo, va a tener que obligarte. La motivación va a surgir
simplemente por el hecho de que te es placentero, de que lo disfrutas.
Imagina lograr esto con actividades que para muchos son del tipo dos:
ejercitarte, estudiar, comer sanamente, escribir, hablar en público, etc.
Voy con una analogía: ¿Acaso tú comes hoy algo algún tipo de comida que
cuando eras niño aborrecías? ¿La lechosa, por ejemplo? ¿O los champiño-
nes? Conmigo se trataba de varias cosas. Por ejemplo los frijoles negros
que detestaba en mi niñez. ¡Ahora me fascinan!
El gusto y el sabor del alimento está en tu paladar. Y éste cambia. Tú pue-

des entrenar a tu paladar para que disfrute alimentos que antes aborrecías.
De la misma manera tú puedes entrenarte para que te agraden actividades
que antes no te gustaban.
No utilices el que te guste o no te guste algo como criterio para decidir lo

que haces o dejas de hacer—podrías correr el riesgo de negarte algo que
podría ayudarte enormemente a progresar.
Te ofrezco una breve anécdota. Hace tiempo que a mí me aburría trotar. Lo

resistía, no me gustaba para nada. Evidentemente era algo que era bueno
para mí, en función del tipo de salud, vitalidad y resistencia que yo quería
lograr. Un día me pregunté cómo empezar a hacer que eso que para mí
era del segundo tipo—que si bien era bueno para mí no me gustaba—se
transformara en una actividad del tipo uno.
Continué con una segunda inquietud: “¿Qué me gusta y eleva mi energía

que además podría combinar con el trotar?”.
Una de las cosas que me agradan es cierta clase de música “¿Por qué no
hago un casette—hoy sería un archivo MP3 en un iPod último modelo—
con la música que a mí me gusta y cuando salga a trotar me conecto con la
música para disfrutar del momento?”.
Así logré transformar algo que antes era tipo dos en tipo uno.
Con la intención de ser reiterativo, la clave está en cada vez más hacer
aquellas cosas que son buenas para ti y cada vez menos aquellas cosas que
te restan.
Emplea el modelo de la encrucijada del tiempo y el de los cuatro tipos de

actividades para evaluar cómo y en qué se te está yendo tu tiempo.
¡
La idea es que tomes mejores decisiones
—las decisiones de un líder que está adueñado de su vida
y de su principal recurso: el tiempo.
Cómo Emplear el Poder del Enfoque | Notas Poderosas

!
Desde el camino del líder, dedicándote a hacer lo
trascendente cuando no hay nada externo que te esté
presionando, vas a experimentar libertad: la libertad de
sentir que no estás determinado por la urgencia.
Busca invertir cada vez más tu tiempo en actividades

que te enriquecen, y asegúrate de que cada vez sean
menos los minutos que se te vayan en actividades
vacías, intrascendentes y debilitadoras.
?
¿Qué porcentaje de tu tiempo estás
gastando en la ruta mata-tiempo?
¿Qué porcentaje de tu tiempo

se consume caminando como un iluso?
¿Qué porcentaje de tu tiempo

empleas como apaga-fuegos?
¿Qué puedes hacer para transitar

más por el camino del líder?
✔
Elimina o reduce las actividades que te restan
valor, inclusive si te gustan.
Atiende las cosas urgentes sólo si son importantes.
Aumenta el porcentaje de tu tiempo que pasas en el

camino del líder, de forma que cada vez menos tengas
que funcionar como apaga-fuegos.
CAPÍTULO 8
Músculos Mentales
y Emocionales para Máxima
Productividad
“
El destino no es cuestión de suerte,
es cuestión de elección;
no es algo para esperar, es algo para lograr.
—William Jennings
”
Aumentar tu desempeño. Acelerar tu éxito. Cuidar el balance. Disfrutar de
una mayor conexión con la vida. Experimentar un enfoque apasionado y
eficazmente productivo. Todo esto es posible, pero requiere esfuerzo.
¡
Hacen falta fuerza mental y energía emocional para
contrarrestar el bombardeo de distracciones y tentaciones
en las que fácilmente podemos perder nuestro camino.
!
Imagina...
• Fortalecer una auto-imagen positiva.
C A P Í T U LO 8 | M Ú SCULOS MENTA L ES Y EM OCI ONA L ES PARA MÁXIMA P RO DU CTIVIDAD
• Desarrollar una disciplina que potencie tu progreso y plenitud.
• Aumentar la consistencia de tus acciones productivas.
• Despertar un sentido de urgencia.
• Tomar de manera deliberada las decisiones que te fortalecen y

acercan a tus objetivos.
• Tener la valentía para asumir los compromisos necesarios y soltar

aquellos que merman tu éxito.
• Afianzar creencias para potenciar tu rendimiento y sensación de

control.
Estos son algunos de los músculos que, al ser desarrollados, fortalecerán

tu habilidad para lograr más y tener tiempo para todo. Veámoslos en más
detalle.
Auto-imagen Positiva
¿
¿Cómo te ves a ti mismo en función
del tiempo y de tu productividad?
¿Te percibes como una persona

medianamente o altamente productiva?
¿O te ves como una persona distraída, quizás lenta?
?
La manera como tú te ves a ti mismo determina lo que estás dispuesto a
hacer o no hacer. Delimita los resultados que tú puedes generar. Es una
profecía que se cumple a sí misma.
Tú te ves de una manera; de ahí haces o no ciertas cosas en coherencia con

esa imagen de ti mismo. Tus resultados pasan a ser consecuencia de eso
que has hecho—o lo que no has realizado—y esto termina reforzando la
imagen con que te percibes a ti mismo.
Por ejemplo: si te consideras desordenado o nada puntual, vas a hacer y

dejar de hacer cosas que sean consistentes con esa visión de ti mismo.
Este es el poder de la auto-imagen: el conjunto de creencias que mantienes
sobre quién eres y de lo que eres capaz.
¡
Si quieres aumentar tu desempeño y capacidad para lograr
más y mantener tu balance de vida, tienes primero que
nada que comenzar a desarrollar en tu mente la imagen de
lo que quieres ser.
!
Se trata de generar en tu mente la versión mejorada de quien eres tú. Por-
que es desde esa nueva auto-imagen que luego vas a estar dispuesto a
hacer y dejar de hacer aquellas cosas que te conducirán al reforzamiento
de la nueva visión de ti mismo.
Primero está tu auto-imagen, luego tus comportamientos, por último tus

resultados. Comienza a generar dentro de ti una imagen en la que te veas
como alguien altamente productivo, que está adueñado de su tiempo y
que ha encontrado la manera de enfocarse cada vez más en cosas de alto
valor.
Esto no es un tema de auto-engaño, sino de auto-programación.
En la medida en que puedas verte como quieres ser, como quieres com-
portarte, como quieres aprovechar tu tiempo, como quieres vivir esa vida
de éxito llena de logros, disfrute y compartir, tú vas a aumentar las posi-
bilidades de alcanzarlo.
Porque todo lo demás, todas las técnicas, todas las estrategias habidas y
por haber no van a servir de nada a menos que tú comiences a generar
dentro de ti la idea de que es posible—la visión de que en ti está la semilla
que te va a permitir conquistar esos comportamientos que se manifestarán
en un enfoque apasionado y eficazmente productivo.
Disciplina Potenciadora
Hay quienes asocian disciplina con lo militar, con lo obligado, con eso que
nos mandaban a hacer sin que tuviéramos otra alternativa. Pero éste es un
concepto que hay que redefinir porque, definitivamente, es un músculo
que hace falta para desarrollar tu máximo potencial de productividad y
felicidad.
Recuerdo claramente cómo en mi adolescencia—y para serte sincero en

gran parte de mi vida adulta—resistí la idea de ser disciplinado. Disciplina
era castigo, limitación, pérdida de libertad. No es de asombrarnos que mu-
chas personas tienen esa misma resistencia a la idea de ser disciplinados.
Pero llegó el momento en que mis frustraciones ante lo poco que estaba
logrando, comparado con lo mucho que deseaba, me confrontaron con la
exploración por lo que me estaba faltando. Una buena parte del diagnósti-
co apuntó a un músculo que por desuso estaba flácido: el de la capacidad
para hacer lo que necesito hacer cuando hace falta hacerlo, independiente-
mente de si me apetece hacerlo o no.
Entendí que si quería hacer las paces con la idea de la disciplina tenía que
darle un significado diferente. Tenía que encontrar una manera de entender
la disciplina que me potenciara y estimulara a ejercitarla. Y así la redefi-
ní:
¡
Disciplina es la capacidad para ser,
dar y disfrutar lo mejor que hay en ti.
!
Date cuenta. La disciplina te permite ser lo suficientemente consistente
como para desarrollar tus habilidades, tus talentos y una extraordinaria ca-
pacidad para hacer que las cosas sucedan—una cualidad que, por sí sola,
puede convertirse en una de tus principales ventajas competitivas en el
mundo profesional.
La disciplina—o la carencia de esta cualidad—es lo que en muchos casos

hace la diferencia entre bajo y alto desempeño, entre pocos y muchos lo-
gros, entre una vida caótica y otra plena y balanceada.
¡
El éxito se sustenta en la capacidad para
hacer cosas simples, una y otra vez. En desarrollar
hábitos de excelencia que impulsen tu camino.
Y para esto se requiere disciplina.
!
La disciplina es una de las principales herramientas del éxito.
Desarrolla una amistad con la disciplina. Hazla tu aliada. Identifícala no

como aquello que te resta libertad o te impone la obligación, sino como el
músculo que te permitirá ser, dar y disfrutar lo mejor que hay en ti.
Constancia Productiva
“
“O eres consistente o eres inexistente”.
—Mike Litman
”
Es lo cotidiano, lo que se repite una y otra vez, lo que tiene el poder de
generar grandes consecuencias. Es eso que es simple y sencillo, y que, por
repetición, te permite lograr grandes resultados.
En este sentido, ser constante en la búsqueda y la puesta en práctica de

aquellas ideas, estrategias y herramientas que te permitan el mejor uso de
tu tiempo, es algo vital.
Constante en concentrarte en aquellas cosas que son de real valor agrega-

do. Es ser cada vez más consciente de aquello que merma tu desempeño y,
por lo tanto, constante en la toma de esas decisiones que te van a llevar a
hacer más de lo que es de alto valor para tu vida.
Sentido de Urgencia
La velocidad de tu éxito es determinada principalmente por una cosa: cuán
rápido entras en acción.
¿
¿Con cuánta diligencia y urgencia pasas de
la idea y el deseo a los pasos que te van a permitir
concretar los resultados que deseas?
Las oportunidades no son de quien las quiere, sino del que se atreve a
moverse para hacerlas suyas.
Es cuando estás hambriento por ver eso que sueñas manifestado en tu

realidad, y de ahí, de ese sentido de urgencia, te ves impulsado a hacer lo
que hace falta hacer...
¡
No mañana, no después ¡ahora!
Porque sabes que el día es hoy y el momento es ya.
!
Porque sabes que cada día que pasa es un día menos que te queda de vida,
así que decides aprovecharlo al máximo.
Eso es tener sentido de urgencia—una urgencia que surge de adentro por

tu ambición, por tu deseo y entusiasmo por ver ideas manifestadas en re-
sultados concretos.
Decisión Consciente
La decisión es el músculo que te permite cambiar el rumbo de tu vida en
un instante. Si quieres mejores resultados, tienes que ejercer tu capacidad
para soltar, asumir o renegociar tus compromisos—con otros y contigo
mismo.
Tu decisión es lo que te permitirá iniciar los cambios que quieres. Tu de-

cisión es lo que define en primera instancia si vas a aprovechar las oportu-
nidades que tienes ante ti. También necesitas tomar decisiones para dejar
a un lado esas cosas que le están restando a tu vida.
Este es un músculo importante a desarrollar, no sólo en fortaleza sino

también en velocidad. Las personas altamente exitosas se acostumbran a
decidir rápidamente. Puede que se equivoquen y que en el camino apren-
dan, pero deciden. Escogen con rapidez moverse, progresar, avanzar y

enfocarse apasionada, productiva y eficazmente.
¿
¿Hay procesos en tu vida que están
a la espera de que tú decidas?
¿Hay oportunidades que podrían escaparse de tus

posibilidades si no tomas una decisión pronto?
¿Hay cosas que soltar?
¿Cosas que confrontar y asumir?
¿Situaciones por resolver?
?
Quizá descubras que la decisión—aún la más difícil—puede ser tremen-
damente liberadora.
Valentía para atreverte

Hay decisiones y acciones que requieren de un músculo adicional: el co-
raje, la valentía.
Lograr las cosas que quieres exige que tú estés dispuesto a pagar el precio
que implica el logro de eso. Y para esto hace falta la disposición para ir
más allá de tu zona de comodidad.
Lo que hoy eres es producto de lo que ayer hiciste y dejaste de hacer. Por
lo tanto, si hoy quieres más, si tú te quieres encontrar mañana en un mejor
lugar, sintiéndote mucho más libre y en control de tu vida, de tu tiempo y
de tu progreso, necesitas estar dispuesto a hacer lo que aún no has inten-
tado.
Medita en esto:
¡
Si quieres lograr lo que aún no has alcanzado, tienes que
estar dispuesto a hacer lo que aún no has intentado.
!
Para esto necesitas ejercitar el valor de atreverte a dar el próximo paso.
Tus creencias sobre el tiempo

La forma en que actualmente empleas tu tiempo tiene mucho que ver con
las creencias que tienes acerca del tiempo, de tu capacidad para ser pro-
ductivo, de tus talentos, de tus posibilidades.
Lo que tú haces o dejas de hacer—a lo que eres capaz de comprometerte

y a lo que eres capaz de atreverte—tiene que ver con las historias que te
cuentas de lo que es posible o no es posible para ti.
Por lo tanto, un músculo vital a desarrollar es el de las creencias potencia-

doras. Es el músculo cuyas fibras están conformadas por convicciones que
aumentan tu capacidad productiva y te permiten adueñarte de tu tiempo.
Aquí te presento varias creencias que en mi experiencia son fundamenta-

les para un óptimo desempeño.
El tiempo es mi aliado
Tú no puedes pretender sacarle el mejor uso a tu tiempo si te relacionas

con el fenómeno de la temporalidad desde la creencia de que es tu enemi-
go—como si de alguna manera macabra el reloj conspirara en tu contra.
El tiempo es neutral. Al tiempo no le importa si tú lo malgastas o lo usas

bien. El tiempo simplemente es, simplemente transcurre.
El significado de cada minuto se lo das tú. En este sentido es importante

que tú establezcas una amistad, por así decirlo, con tu tiempo.
Para que tú puedas aprovecharlo al máximo, tienes que aceptar que si en

algún momento puedes estar estresándote y alimentando sensaciones de
frustración, no es que no haya tiempo. Lo que hace falta son las decisiones
y acciones necesarias para hacer el mejor uso de este recurso.
¡
El tiempo es tu aliado porque está allí para servirte
en la manera que tú decidas. La clave está en
dirigir tus acciones de manera consciente y deliberada
para hacer que el tiempo juegue a tu favor.
El tiempo lo genero yo
La antítesis de la excusa no tengo tiempo es la creencia “el tiempo lo ge-

nero yo”.
El tiempo lo generas tú. Creer lo contrario es mantener en tu psique un

status de víctima.
¡
Aduéñate del hecho de que está en ti abrir los espacios
de tiempo que te permitan ser altamente productivo y que
te permitan cuidar esas cosas que para ti son importantes.
Si te está haciendo falta tiempo, lo que realmente necesitas es tomar las

decisiones acerca de aquello a lo que le vas a decir que no y aquello a lo
que le vas a decir que sí. Esto es lo que te permitirá encontrarte teniendo
la capacidad de dedicarle tiempo a eso que es importante, transcendente y
de alto valor para tu desarrollo personal y profesional.
Tener tiempo... eso es algo que depende de ti.
No todas las acciones son iguales
Una fórmula para el estrés es creer que todas las cosas que tienes por ha-
cer, que todo lo que en algún momento dado está demandando tu atención
y tu energía, es igualmente prioritario. Eso no es cierto.
No, no todas las acciones son iguales. No todas las actividades que tú tie-
nes por hacer tienen el mismo peso ni la misma importancia. No todas le
suman valor a tu vida en igual medida.
¿Sabes cuál es la manera de determinar la diferencia entre distintos cami-

nos, acciones y cosas por hacer? Pregúntate por su consecuencias.
¡
Algo es realmente importante cuando hacerlo
o dejarlo de hacer tiene consecuencias de alto impacto.
Algo es poco importante en la medida en
que tiene pocas consecuencias.
!
A veces nos ahogamos en un vaso de agua porque se nos olvida hacernos
este tipo de preguntas:
¿
¿Qué pasaría si no hago esto?
¿Cuál es la consecuencia de esto?
¿Va a tener trascendencia?
¿Es realmente importante?
¿Qué es lo realmente importante aquí?
?
Es cuando analizas tus alternativas de acción desde la convicción de que
no todo es igual, cuando puedes encontrar el principio de Pareto: esas
pocas cosas que son de real transcendencia y en las que realmente está
concentrada la posibilidad para progresar.
Es más importante ser eficaz que ser eficiente
A veces creemos que por ir más rápido vamos a lograr más. Pero en oca-
siones la cosa es al revés.
A veces tenemos que desacelerar un poco para poder garantizar que esta-
mos en el rumbo adecuado.
¿
¿De qué sirve escalar la montaña rápidamente
para después descubrir que la cima a la que llegaste
no era la que tú realmente querías?
?
La eficacia está por encima de la eficiencia porque lo más importante es
garantizar que tú logres los resultados que estén alineados con tus metas.
La eficiencia es importante; por supuesto que sí. Pero aquí lo que te estoy
diciendo es que no permitas que la eficiencia disminuya tu capacidad para
ser eficaz. No sacrifiques tu eficacia por pretender ser más eficiente.
¡
Muchas veces lo que nos está haciendo falta es lo que
menos hacemos: detenernos a observar, reflexionar,
evaluar, reafirmar y corregir. Luego podremos continuar
—a mayor velocidad quizás, con mayor eficiencia tal vez,
pero garantizando que llegarás al destino deseado.
El universo premia la acción más que el pensamiento
No porque tú tengas la intención o el deseo de algo, eso se va a manifes-

tar. Además de cultivar la intención de que algo suceda, debes ponerte en
movimiento.
Pensar es importante. Reflexionar es crucial. Planificar es fundamental, y

puede ahorrarte tiempo en la ejecución. Pero, en última instancia, lo que
realmente genera resultados diferentes es que estés dispuesto a ponerte en
acción.
Al entrar en movimiento las cosas comienzan a suceder a tu alrededor. Ge-

neras retroalimentación y adquieres experiencia. Hasta las caídas y errores
las transformas en aprendizaje. Pero de todo esto te pierdes si no pasas del
pensamiento a la acción.
La próxima vez que...
...te surja una idea,
...quieras anotar algo,
...tengas el deseo de hacerle un comentario a alguien,
...sientas el impulso por iniciar algo,
...necesites completar un proceso,
...detectes una oportunidad,
...quieras cambiar,
...clarifiques lo que quieres,
...te decidas por algo mejor,
recuerda y repítete: el universo premia la acción más que el pensamiento.
Luego, busca ponerte en acción inmediatamente. Haz algo, por simple que
sea, que encienda el moméntum hacia eso que ha surgido en tu mente.
Sí es posible
Tú solo vas a poder optimizar el uso que estás dándole a tu tiempo en la

medida en que estés dispuesto a creer que sí es posible aumentar tu pro-
ductividad, que sí es posible aumentar tu rendimiento, que sí es posible
reducir tu nivel de estrés, que sí es posible aumentar el balance en tu vida,
que sí es posible generar mejores resultados, que sí es posible ser más efi-
caz, que sí es posible desarrollar un enfoque apasionado y eficaz.
Creer que es posible no es garantía de que puedas lograrlo, pero es in-

dispensable para hacer el mejor intento. Piénsalo de esta manera: tú no
puedes pretender ganar un juego al cual entras a jugar con pensamiento
de perdedor.
¿
Si pretendes entrar al juego de la optimización de tu
tiempo—de adueñarte de tu vida, de lograr más y tener
tiempo para todo—con la creencia de que no hay manera

de lograrlo ¿para qué entras a jugar?
?
Tienes que estar dispuesto a apostar a que sí hay una probabilidad. Tienes
que estar dispuesto a confiar en que vas a encontrar o generar ideas que te
permitirán lograr lo que buscas.
Creer que sí es posible no es suficiente, pero es indispensable para ganar

el juego.
Sí hay con qué
Al creer que sí es posible tienes que acompañarlo con la creencia de que sí

hay, de que sí tienes los recursos dentro de ti, de que sí tienes capacidades
y talentos, de que sí hay con qué.
¡
Es la apuesta a tu potencial y a tus recursos.
Es saber que sí tienes en tu interior todo lo que necesitas...
y que aquello que no está en ti lo puedes encontrar
a tu alrededor.
!
Es saber que los músculos de la disciplina y la constancia, del sentido de
urgencia y la decisión, de la valentía y la auto-imagen, están en ti. Quizá
haga falta desarrollarlos, pero afirmas con convicción que en ti se encuen-
tra la materia prima para lograr mejores resultados.
Depende de mí—en un 100%, el 100% del tiempo
A través de la lectura de este libro tú puedes decidir transformar tu vida...

o no.
Al contar con las ideas que estás leyendo, tú puedes decidir aumentar tu
desempeño... o no.
Impulsado por los retos que tienes en tu vida puedes escoger esas decisio-
nes que te van a fortalecer... o no.
¡Depende de ti!
¡
Las personas altamente exitosas se aceptan como dueñas
de su vida. Suponen que su vida, su éxito y su destino son
su responsabilidad y deciden creer en un cien por ciento
que esto es así, el cien por ciento del tiempo.
!
No de vez en cuando, sino todo el tiempo. No en unos casos y en otros
no, sino en cualquier circunstancia. Porque, en última instancia, lo que tú
decides hacer o dejar de hacer... depende de ti.
Si decides enfocarte en aquellas cosas de valor agregado, o distraerte con

aquellas cosas que le restan valor a tu vida... depende de ti.
Lograr más y tener tiempo para todo... depende de ti.
Cuando adoptas esta creencia se abre ante ti un mundo de posibilidades

extraordinarias. Lo contrario es verte como una víctima. Lo opuesto es
creer que el éxito y el óptimo desempeño son producto de la casualidad.
Es creer que una vida exitosa, plena y satisfactoria depende de factores
incontrolables.
Afortunadamente este no es el caso.
Músculos Mentales y Emocionales... | Notas Poderosas

!
Disciplina es la capacidad para ser, dar
y disfrutar lo mejor que hay en ti.
El éxito se sustenta en la capacidad para

hacer cosas simples, una y otra vez. En desarrollar
hábitos de excelencia.
La velocidad de tu éxito es determinada principalmente

por una cosa: cuán rápido entras en acción.
Si quieres lograr lo que aún no has alcanzado,

tienes que estar dispuesto a hacer lo que
aún no has intentado.
¡Depende de ti!
?
¿Con cuánta diligencia y urgencia pasas de la idea
y el deseo a los pasos que te van a permitir concretar
los resultados que deseas?
¿Hay oportunidades que podrían escaparse de tus

posibilidades si no tomas prontamente una decisión?
✔
Decide hacer lo que te falta por intentar.
Haz algo, por simple que sea, que genere

el moméntum para lo que quieres.
Cultiva creencias y pensamientos que fortalezcan tu

capacidad para aprovechar el tiempo al máximo.
CAPÍTULO 9
El Momento es ¡Ahora!
“
Tú puedes esperar, pero el tiempo no.
—Benjamín Franklin
”
Tic. Tac.
Tic. Tac.
Tic. Tac.
Los segundos se van y no vuelven jamás.
Tic. Tac.
Tic. Tac.
Tic. Tac.
La vida no espera. Con o sin ti, ella transcurre. La oportunidad para avan-
zar o la posibilidad de retroceder son las dos caras del potencial producti-
vo de cada segundo.
Te toca a ti escoger. Te toca a ti hacer el esfuerzo de hacer hábito lo que

ya sabes.
C A PÍTU LO 9 | EL M OM ENT O ES ¡ AH O RA!
Te toca a ti ser líder de tu propio destino—de ese que se constituye progre-

sivamente en tu hacer o dejar de hacer.
Depende de ti que te adueñes de las decisiones que te van a llevar a hacer

más de lo que te suma y menos de lo que te resta, te impide o te deja poco
en relación con el preciado tiempo que consume.
Está en ti escoger por qué camino—el del mata tiempo, el iluso, el apaga
fuegos, o el líder—transitar mayormente la travesía temporal de tu vida.
Pero recuerda que el camino del líder, en realidad, no carece de la urgen-

cia. Es sólo que la urgencia surge en ese andar de adentro hacia afuera.
Es la urgencia que proviene de la ambición. Del entusiasmo. De la visión

de oportunidad. Del deseo por lo que es posible. Del amor por vivir lo que
no aguanta ni un segundo más por manifestarse.
Es la urgencia que te lleva a hacer con celeridad lo que sabes que tienes
que hacer para lograr lo que quieres alcanzar.
Es la urgencia que impulsa tu andar porque sabe que el momento para

vivir tu vida al máximo no es después.
Es ¡Ahora!
APÉNDICE
RECURSOS
PARA
POTENCIAR
TU ÉXITO
R ECUR SOS PA RA AUM ENTA R T U P O DER
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Cómo Desarrollar una Actitud Vencedora, Transformar Obstáculos
en Oportunidades y Avanzar en Medio de la Incertidumbre
“Obtienes las claves

para aprender a manejar
postivamente el cambio, la
incertidumbre, la adversidad
y el fracaso. Te brinda
estrategias para hacerte más
fuerte y superar cualquier
obstáculo”.

otras cosas:
• El poder del enfoque y lo esencial que es aprender a adueñarte de él.
• La diferencia entre aquellas cosas que te potencian y las que te empobrecen.
• Cómo es que el 80% de lo que pueda frenarte está dentro de ti —y qué hacer
al respecto.
• Lo que determina tu respuesta ante las circunstancias —y cómo garantizar
que esta sea constructiva.
• La fuerza del significado y cómo determina tu vida.
• El secreto para elevar tu energía emocional y superar tus retos.
• 5 pasos para transformar el fracaso en aprendizaje y determinación.
• Cómo disolver y manejar los problemas de la mejor manera posible.
• Los hábitos que potencian tu capacidad para vencer la adversidad.

Cómo Lograr Más
y Tener Tiempo para Todo
Los Secretos para Aumentar tu Eficacia,
Optimizar tus Resultados y Exprimirle el Jugo al Tiempo
“¿Cómo hacer el mejor uso

de nuestro tiempo? Este
programa ofrece conceptos
y estrategias esenciales
—y muy poderosas— para
optimizar lo que somos
capaces de hacer con cada
una de nuestras 24 horas”.

otras cosas:
• La diferencia entre eficacia y eficiencia y cuál de las dos es más importante.
• La clave para responder exitosamente a la pregunta sobre el mejor uso de tu tiempo.
• El secreto del enfoque apasionado y eficazmente productivo.
• Las principales “patologías” del tiempo que frenan nuestra productividad.
• 3 preguntas para activar el poder de la claridad, de las emociones y de la acción.
• Los cuatro caminos del tiempo que están determinando hacia dónde te diriges.
• Cómo transitar el camino del liderazgo personal para lograr y disfrutar lo que quieres.
• Lo que separa a las personas de poco rendimiento con las de óptimo desempeño.
• 20 hábitos para aumentar tu productividad de inmediato.
• Las preguntas esenciales para lograr el mejor uso de tu tiempo en función de una
vida llena de pasióon, productividad, prosperidad, paz y plenitud.

Visión en Acción: Estrategias
para Conquistar el Futuro
Cómo Emplear el Poder de una Visión para
Encender tu Entusiasmo y Activar tu Potencial de Éxito
“Para adueñarte de tu
destino —y acelerar el
camino de tu éxito— te
muestra cómo desarrollar la
esencia del liderazgo; esa
fuerza que impulsa y le da
dirección a tu capacidad
para lograr tus metas”.

otras cosas:
• El secreto para activar tu potencial y mejorar tus resultados actuales.
• La profecía que se auto-cumple y que determina si te contraes o te expandes.
• Lo que realmente determina tu destino —y cómo es que puedes cambiarlo.
• La diferencia entre movimiento y progreso —el primero es automático, el segundo
depende de que emplees activamente el poder una visión.
• Las 3 claves que te permitirán tomar las riendas de tu vida y conquistar tu futuro.
• Cómo definir tu propia “VIA” al éxito.
• Los principios universales que encausan tu vida —y por qué su desconocimiento te
puede estar costando muy caro.
• 7 estrategias para poner tu visión en acción y lograr lo que quieres.
• El mayor reto que tenemos todos nosotros.

—Conferencias de Alto Impacto—
¿Necesita Encender la Motivación

y Aumentar la Productividad de su Gente?
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Optimizar el Desempeño?
Garantice y Aumente
el Éxito de su Próximo Evento
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una Conferencia de Alto Impacto
Leo Alcalá es uno de los conferencistas latinoamericanos con mayor energía y capacidad
para inspirar, educar y potenciar a la gente para asumir el reto del liderazgo personal
y generar mejores resultados tanto a nivel personal como profesional.
Sus conferencias son descritas como “inspiradores, motivadores, entretenidos,

dinámicos, reflexivos y profundos. Además, entrega las herramientas para modificar,
implementar o eliminar las actitudes y comportamientos necesarios para el éxito”.
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También visite en Internet la página www.leoalcala.com/conferencias
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Copyright © 2007 por Leopoldo Alcalá.

Todos los derechos reservados.

1era. Edición Electrónica, agosto 2007

Ninguna porción de este libro puede ser reproducida o transmitida

Portada, diseño y diagramación: Leopoldo Alcalá

Por más de una década —como conferen-

Es autor del best-seller El Poder para Lograr lo

Ha diseñado, producido y presentado conferencias y talleres de alto impacto —so-

Con su estilo dinámico, entretenido, apasionado, profundo, reflexivo y de alta energía,

Para mayor información sobre las conferencias, talleres,

Maya, mi hija, por inspirarme a vivir al máximo.

Luis Enrique, mi papá, por el coaching editorial que se evidencia en una

Eugenia, mi hermana, quien a última hora le ha agregado valor y veloci-

Evelyn, mi gran amiga y Directora de Mercadeo, por liberar mis horas

Freya, mi Gerente Administrativa, que hace que lo cotidiano y necesario

Giorgina, “La Flaca”, por regalarme tiempo al hacer lo que a mí no me

© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados v www.leoalcala.com

Acerca del Autor • iii

1. No Hay Tiempo para Todo

© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados vi www.leoalcala.com

Boletín Electrónico • 129

Conferencias y Talleres de Alto Impacto • 134

No Hay Tiempo para Todo

En cuanto nos sentimos abrumados, inmediatamente comenzamos a repe-

La sensación de estrés, de sentirnos ansiosos, de sentir que no podemos,

Pero es una trampa que llega a convertirse en la mayor excusa de todas.

© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados 1 www.leoalcala.com

Pero antes imagina lo siguiente:

Te encuentras en un día cualquiera en tu oficina o en tu casa,

Una sensación de control que te brinda certeza y te permite

Imagina además que experimentas una libertad enorme por-

La libertad surge porque sabes que más adelante, durante

© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados 2 www.leoalcala.com

La pobreza del siglo XXI

¿Conoces a alguien que tenga una gran riqueza material o de conocimien-

© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados 3 www.leoalcala.com

tiene apurado, estresado y quizá vacío de pasión y plenitud? Me refiero a

© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados 4 www.leoalcala.com

Entonces ¿hay o no hay tiempo para todo?

Evidentemente, no nos alcanzan las 24 horas para todo lo que quisiéra-

En este sentido, no todo es importante ni tiene la misma prioridad. Con

Pero cuando empiezas a hilar fino, comienzas a diferenciar aquellas cosas

Es entonces cuando puedes darte cuenta de que si sólo te enfocas en aque-

Definitivamente, el mejor uso del tiempo viene acompañado por la clarifi-

© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados 5 www.leoalcala.com

Una búsqueda personal por la optimización del tiempo

En otros momentos he sentido un hambre que no puedo saciar: una ambi-

También me he sentido frustrado cuando me hallo atrapado en un proceso

En 1995 me encontraba en un momento crucial y de transición. Estaba

© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados 6 www.leoalcala.com

En ese entonces entré en contacto con quienes representaban en Venezuela

El libro me atrapó—lo leí en un día. El deseo y la necesidad que tenía por

Empecé a apasionarme por el tema. Esto me llevó a acercarme a quienes

Mi búsqueda continuó. Cada vez estaba más consciente de que mi éxito, a

Estaba a la búsqueda de cualquier principio, herramienta, estrategia o

© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados 7 www.leoalcala.com

Para qué invertir tu tiempo en este libro

Vas a dejar de sentirte víctima del tiempo, víctima de lo urgente, víctima

Además se incrementará en ti una sensación de certeza: sabrás que, al po-

Vas a poder sentir paz y tranquilidad al saber que no se te está escapando

© 2007 por Leo Alcalá. Todos los Derechos Reservados 8 www.leoalcala.com

Imagina que has aumentando tu productividad como resultado de optimi-

La promesa de este libro es que, si cumples con tu parte, puedes adueñarte