Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
2. OSTEOTOMIAS DE
RODILLA I
En la génesis y el desarrollo de la gonartrosis están claramente
implicados por un lado factores biológicos, comunes a la artrosis de
otras articulaciones, y por otro factores mecánicos entre los cuales,
además del peso del paciente y su actividad, está el aumento de
presión en el compartimento afectado secundario a alteraciones en el
eje de la extremidad (compartimento lateral en el genu valgo y
compartimento medial en el genu varo)
Fig. 2.
Contraindicaciones de las osteotomías de rodilla.
- Joven
Fig.4.
Fig.5.
Para el segundo trazo emplearemos siempre que sea posible una guía
que nos reproduzca el ángulo que hemos planificado previamente
para obtener una discreta hipercorrección de 2-3º, que consiga un eje
de carga postoperatorio próximo al punto de Fujisawa.
- Tornillos
- Fijadores externos
- Los más estables son las láminas-placa o las placas atornilladas (fig.
16) (6).
Fig.
16.
Fig. 17.
Posteriormente siguiendo el trayecto de las agujas, efectuaremos un
único trazo de osteotomía que debe ser proximal a la inserción del
tendón rotuliano en la tuberosidad tibial y debe finalizar unos 10 mms
antes de la cortical externa de la tibia.
A continuación introduciremos varios escoplos de forma progresiva en
la zona medial hasta conseguir la apertura planificada (fig. 18).
Fig.
18.
El defecto creado durante la apertura se rellenará con injerto
estructural autólogo (habitualmente cresta ilíaca) u homólogo, aunque
puede rellenarse con estructuras triangulares de hidroxiapatita o
incluso dejarse sin rellenar si el defecto no es muy grande (fig. 19).
Fig. 19.
Las cuñas que mantienen la apertura de la osteotomía deben ser más
anchas en la parte posterior que la anterior para intentar neutralizar la
tendencia al aumento de la pendiente posterior de la superficie
proximal de la tibia que se ha observado en la osteotomía de adición
medial (7).
Para la fijación emplearemos una placa atornillada con una cuña de
diferentes medidas para mantener la reducción, como la diseñada por
Puddu (fig. 20) (8) o una placa con tornillos de fijación angular.
Fig. 20.
Fig. 20b.
En el postoperatorio la mayoría de autores recomiendan mantener la
descarga de la extremidad de 4 a 6 semanas y posteriormente
autorizar la carga parcial durante 2-3 semanas más hasta la
consolidación de la osteotomía.
4. OSTEOTOMIAS DE
RODILLA III
1. Complicaciones.
Entre las complicaciones principales de las osteotomías valguizantes
de tibia cabe mencionar (9, 10):
- Infección
- Lesión nerviosa
- Pseudoartrosis
- Hipo o hipercorrección
- Rótula baja
Fig. 22.
● Las de apertura medial tienden a provocar un aumento de la
pendiente tibial posterior (fig. 21) (11,12).
2. Resultados.
Aunque los resultados son superiores, en algunos estudios de
cirujanos expertos en los que se ha tenido un especial cuidado tanto
en la selección de los pacientes como en la técnica quirúrgica,
considerando la revisión a PTR como parámetro de fracaso, el registro
finlandés con más de 3000 osteotomías controladas muestra una
supervivencia de las osteotomías tibiales del 89 % a los 5 años y del
73 % a 10 años (2), lo que permite retrasar la necesidad de PTR en un
número importante de pacientes jóvenes con artrosis
unicompartimental de rodilla.
Fig. 23.
Una excepción podría ser la deformidad de valgo secundaria a una
meniscectomía lateral total o subtotal en la que al no haber una
deformidad femoral significativa podríamos plantear una osteotomía
varizante en la tibia proximal.
Al igual que se ha comentado en la osteotomía valguizante en la tibia
proximal, la osteotomía varizante de fémur distal puede ser de adición
lateral o de sustracción medial.
Los criterios de selección del paciente serán similares a los expuestos
en las osteotomías valguizantes de tibia, siendo fundamental que los
signos degenerativos estén limitados al compartimento lateral y no
sean superiores al grado II de la clasificación de Ahlback.
Se aconseja reservar esta técnica quirúrgica para pacientes jóvenes y
activos.
A diferencia de las osteotomías valguizantes para el genu varo, en las
que hemos dicho que el objetivo debe ser una hipercorrección leve
(alrededor de 3º), en las osteotomías varizantes la mayoría de autores
recomiendan que el objetivo de corrección sea el normoeje (ángulo
femoro-tibial mecánico de 180º)
1. Técnica quirúrgica de la osteotomía varizante de
fémur de sustracción medial.
Se efectúa una incisión medial desde la interlínea medial del fémur en
sentido proximal de unos 12-15 cms. de longitud.
Tras la incisión de la fascia del vasto medial, se separa este músculo
hacia adelante exponiendo la zona distal de la diáfisis y la metáfisis
femoral medial hasta el epicóndilo medial.
Se colocan a continuación una aguja de Kirschner paralela a la
interlínea y una segunda aguja más proximal cuyo punto de entrada
habremos planificado preoperatoriamente y que será oblicua respecto
a la primera, cruzándose en un punto unos 10 mm. medial a la cortical
lateral.
Ambas agujas de Kirschner servirán de guía para la osteotomía de
una cuña de base medial que al ser retirada y posteriormente cerrada
sobre el fulcro de la cortical lateral servirá para la corrección del
ángulo de valgo planificado.
La utilización de una osteotomía biplanar, en la que un segundo plano
de osteotomía sirve para que la cortical anterior se corte a unos 70º de
los dos cortes explicados previamente (en este caso solo en los dos
tercios posteriores de la metáfisis femoral), consiguiendo una
estabilidad mecánica muy superior (fig.24).
Fig. 24.
Tras el cierre de la osteotomía se procede a la osteosíntesis con
lámina placa o más recientemente con una placa de estabilidad
angular (fig.25).
Fig. 25.
En el postoperatorio de una osteotomía de sustracción femoral medial
permitiremos la movilización inmediata de la rodilla y la carga parcial
inmediata si la estabilidad de la osteosíntesis es correcta.
2. Técnica quirúrgica de la osteotomía varizante de
fémur de adición lateral.
La incisión es lateral recta desde la interlínea articular en sentido
proximal y tras la incisión de la fascia del vasto lateral, éste se separa
en sentido anterior para la exposición de la zona metafisaria lateral del
fémur.
Una aguja de Kirschner introducida unos 3-4 cms. proximal a la
interlínea lateral se dirigirá hacia medial y ligeramente hacia distal y
tras la comprobación con escopia de su correcta colocación se
procederá a la osteotomía, manteniendo unos 10-15 mm de hueso
intacto en la cortical medial, que servirá de fulcro.
A continuación, se abrirá la osteotomía con ayuda de osteotomos de
forma progresiva hasta lograr la corrección planificada.
Posteriormente utilizaremos autoinjerto o aloinjerto óseo (es útil el
injerto tricortical tallado en forma triangular de cresta ilíaca de base
lateral).
Fig. 26.
La osteosíntesis la realizaremos con una placa con un espaciador
trapezoidal para mantener la corrección (8), con una lámina-placa (fig.
26) o con una placa de estabilidad angular.
En el postoperatorio podemos autorizar la flexo-extensión precoz de la
rodilla, pero deberemos evitar la carga inmediata para permitir la
correcta integración del injerto óseo.
Aunque los resultados de la osteotomía de varización femoral son
buenos en un porcentaje elevado de casos, la incidencia de
complicaciones mecánicas es superior a la de las osteotomías
valguizantes de tibia.
La puntuación del KSS mejora en la mayoría de estudios en unos 25
puntos, y la supervivencia de la osteotomía hasta la PTR es en los
diferentes estudios entre 64-82% a los 10 años, y alrededor del 45% a
los 15 años (14).
Una revisión sistemática de la literatura reciente no halla diferencias
entre los resultados de las osteotomías de sustracción o de adición en
el fémur distal en el genu valgo (15).
6. PRÓTESIS
UNICOMPARTIMENTAL
DE RODILLA
La prótesis unicompartimental (PUC) es una opción para el
tratamiento de la artrosis unicompartimental de rodilla.
Fig 28.
2. Técnica quirúrgica.
Habitualmente se practica una incisión anterior, algo medial en el caso
de PUC medial y algo lateral para una PUC lateral.
Fig. 31.
Corte tibial
Fig. 32.
Corte femoral
● Distal
● Posterior
● Chaflán (fig. 34).
Fig. 34.
Fig. 35.
Fig. 36.
3. Rehabilitación postoperatoria.
Habitualmente el protocolo postoperatorio tras una PUC es similar al
empleado tras PTR, aunque los objetivos de deambulación y flexo-
extensión de la rodilla se logran en un tiempo más corto.
4. Resultados de las PUC.
Aunque tras los primeros años de utilización algunos autores
desaconsejaron el uso de PUC (20), el posterior conocimiento de la
importancia de la correcta selección de los pacientes (18) y la
evolución de los instrumentales quirúrgicos han permitido una técnica
mucho más reproducible y mucho mejores resultados en las últimas
décadas, con supervivencias próximas al 90 % a los 10 años tanto en
series de PUC por unos mismos autores (21) como en series más
amplias con diferentes modelos de PUC y por numerosos cirujanos
(22).
Fig. 38.
Un estudio reciente (35) observó, al realizar una prótesis fémoro-
patelar con la implantación del componente rotuliano reproduciendo su
grueso original, unos cambios en la biomecánica fémoro-tibial en las
actividades motoras de la articulación de la rodilla. Una protetización
aislada del componente troclear no nos va a producir cambios
significativos a nivel de la rotación tibial o a la traslación de los centros
del cóndilo femoral, comparándolo con la situación natural.
Pero si a este gesto le añadimos la sustitución del componente
rotuliano manteniendo el mismo grosor inicial, obtenemos en media y
alta flexión de la rodilla una mayor rotación interna tibial y una mayor
traslación posterior de los centros del cóndilo femoral lateral.
Si además realizamos una resección menor del componente rotuliano,
teniendo un aumento de la presión a nivel de la articulación fémoro-
patelar, se observará una acentuación de dichos cambios.
Por el contrario si aumentamos la resección patelar estos cambios en
la rotación tibial y en la traslación posterior femoral se acercarán
mucho a la situación natural de la rodilla antes de la cirugía protésica
(35).
Esta variación dependiendo de si se sustituye la patela o no, se
pueden atribuir a la capacidad que tiene el cartílago articular en
adaptarse a una nueva situación de aumento de presión en el
compartimento.
Cuando protetizamos sólo el componente troclear el cartílago rotuliano
adapta el aumento de presión que el componente protésico femoral
nos produce.
Cuando protetizamos los dos componentes, sin mayor resección sobre
la rótula, ese aumento de presión no se va a poder compensar. Por
ello se intenta rebajar ligeramente el corte patelar para conseguir
adaptar mejor la nueva situación a la que existía en la articulación
nativa.
Si analizamos la biomecánica de la articulación fémoro-patelar
propiamente dicha observamos que al protetizar la rótula se consigue
adaptar mejor a la cinemática nativa.
Cuando dejamos sin protetizar la rótula en la prótesis fémoro-patelar
se observa una mayor rotación lateral e inclinación de la patela que si
se coloca un botón patelar.
8. PRÓTESIS FÉMORO
PATELAR II
1. Indicaciones y contraindicaciones de la prótesis
fémoro-patelar.
El éxito de la implantación de una artroplastia fémoro-patelar está en
el criterio de selección del paciente al que vamos a operar.
Fig.
39.
Las prótesis fémoro-patelares en la artrosis post-traumáticas tiene
buen resultado, con menor evolución a artrosis de los compartimentos
femoro-tibial interno y externo.
● Artrosis avanzada.
● Artropatía de Charcot.
● Poliomielitis.
● Reconstrucción después de una patología tumoral (40).
● Articulaciones con importantes pérdidas óseas.
● Balance ligamentoso inadecuado.
● Múltiples revisiones protésicas fallidas.
● Falta de cobertura de partes blandas con una alteración severa en
el mecanismo extensor.
● Infecciones con microorganismos asociados muy virulentos,
Fig.
40.
● Negativa del paciente a asumir una nueva revisión protésica (41).
Por todo ello, los pacientes con artrosis importante a nivel del raquis
son malos candidatos a plantear la posibilidad de una artrodesis de
rodilla (40).
10. ARTRODESIS DE
RODILLA II
1. Preparación preoperatoria.
Una buena planificación preoperatoria es básica para tener éxito en la
ejecución de una artrodesis de rodilla.
2. Consideraciones técnicas.
1. Gasto de energía.
2. Alineación ideal.
3. Procedimiento en 1 ó 2 tiempos.
4. Métodos de fijación.
a. Fijación endomedular
Las ventajas de este tipo de fijación son la rigidez del montaje (Fig.
41), la movilización precoz y los tiempos cortos de consolidación.
Fig. 41.
b. Fijación externa
c. Placas a compresión