Vous êtes sur la page 1sur 1

AYUDAS PARA EL EXAMEN DE LA ORACIÓN Y PARA EL DIÁLOGO ESPIRITUAL CON

EL DIRECTOR O CON EL ACOMPAÑANTE ESPIRITUAL DE LOS EJERCICIOS

I. EL EXAMEN DE LA ORACIÓN

1. Es fundamental, pues está estrechamente ligado al discernimiento y nos educa para orar como el
Señor lo quiere y necesita de nosotros.
2. Nos dice el libro de los Ejercicios en el n. 77: “Después de acabado el ejercicio, por espacio de un
cuarto de ora, sentado o paseándome, miraré cómo me ha ido en la contemplación o meditación; y
si mal, miraré la causa de donde procede, y al descubrirla, me arrepentiré, para enmendarme en
adelante, y si bien, daré gracias a Dios nuestro Señor, y haré otra vez de la misma manera”.
3. Cómo hacer este examen?
a. Pedir gracia a Dios para saber cómo me ha ido en la oración.
b. Constatar las mociones que hemos experimentado durante la oración: consolaciones o
desolaciones?
c. Analizar lo que realmente se me dio durante la oración: el por qué de las buenas mociones
experimentadas y también el por qué de los posibles engaños o tretas.
d. Considerar si obtuvimos la gracia que pedimos al comienzo de la oración, y ver por dónde me va
conduciendo el Señor.
e. Concluir con una acción de gracias.

N.B. Nos puede ayudar mucho para el discernimiento hacer el examen de la oración por escrito.

II. LA CONVERSACIÓN CON EL DIRECTOR O CON EL ACOMPAÑANTE


1. La ayuda principal que éstos pueden prestar al ejercitante está relacionada con el discernimiento de lo
que acontece durante los Ejercicios: comprobar cómo los estamos haciendo, animarnos y ayudarnos en
las dificultades y tentaciones; procurar disponernos para que seamos dóciles a la acción del Espíritu,
principal maestro en los Ejercicios. El director o los acompañantes conviene que sean informados de las
consolaciones y de las desolaciones que el ejercitante experimenta con el fin de discernir el significado
de esas mociones. Por último, habrán de ayudar al que hace los Ejercicios para que, poco a poco, vaya
descubriendo el ritmo y la forma de oración que más le convienen.
2. Esto supuesto, de ordinario la conversación o diálogo que tendrán con cierta regularidad el director o
los acompañantes con los que hacen los Ejercicios, versará sobre la experiencia misma espiritual que
se hace, y no es preciso que esa conversación sea muy extensa; más bien debe tenerse con cierta
frecuencia.
3. Es posible que haya otros temas que interesen al ejercitante o que estén afectando su vida. Para esto es
conveniente pedir una cita más amplia.

Vous aimerez peut-être aussi