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Definición
Las personas con fobias intentan evitar lo que les provoca miedo. Si eso no es
posible, pueden sentir:
Pánico y miedo
Taquicardia, cuando el corazón late muy rápido
Falta de aire
Temblores
Un fuerte deseo de huir
Más tarde, así como Watson elaboró una fobia, la curó. La terapia se basa en
romper el vínculo emocional existente entre el objeto temido y el ataque de pánico
o, en palabras de la Dra. Merlyn, en “desaprender” la fobia:
En un niño que tenía fobia a las ratas, Watson asoció la rata a otro estímulo
que no cause miedo. Entonces le daba un helado al niño para que esté chupando,
porque le gustaba, y le metían a la rata. Cada vez le iban acercando al animal un
poco más, hasta que perdió el miedo.
En una variación de esta terapia, se asocia al objeto del miedo con un estímulo
placentero, como describe la doctora Merlyn, para “distraer” la atención de la
mente del objeto del miedo.
Habituación. Ocurriría algo similar a lo que ocurre con los olores. Si nos
exponemos a ellos mucho tiempo, dejamos de percibirlos.
Debilitación de la respuesta condicionada por la eliminación del refuerzo. El
temor se mantiene por el refuerzo negativo que resulta de evitar el estímulo
temido.
Teorías sobre el procesamiento emocional. La exposición a una situación
temida proporciona información que es inconsistente con la información
almacenada previamente en la memoria emocional: ej., la habituación
durante una sesión de exposición muestra que el miedo no dura
eternamente y que el fóbico puede permanecer en presencia del estímulo
temido sin que ocurra nada malo, e incluso sin experimentar miedo.
COMPONENTES DE LA FOBIA
ETIOLOGÍA
DIAGNÓSTICO
Se tiene miedo de algo objetivamente peligroso ––un león, por ejemplo––, pero
se tiene fobia de algo objetivamente inocuo, un ratoncito. La fobia no proviene del
objeto fóbico en sí, sino de lo que ese objeto despierta en la mente del individuo
que sufre de la fobia.
Las fobias son una manera muy eficaz que utiliza el aparato psíquico para
deshacerse de la angustia interna de la que sufre el sujeto. En lugar de sentir la
angustia y el peligro dentro de sí mismo, una fobia tiene la ventaja de ser un
síntoma que localiza la angustia fuera del individuo, donde puede ser evitada.
Precisamente por esta cualidad que tienen las fobias de localizar el peligro
fuera de sí, muchas personas pueden convivir con sus fobias sin mayores
problemas ya que sencillamente evitan el objeto fóbico, y así evitan la angustia.
Cada edad tiene sus propios temores y miedos característicos, pero todos son
pasajeros y remitirán a medida que los niños maduren y comprendan que no hay
por qué asustarse ante este asunto. Sin embargo, en otros muchos casos este
pánico puede aumentar de intensidad y repercutir negativamente en el día a día
del menor. Es en estos casos cuando los padres deben ayudar a sus hijos para
tratar de calmarlos y ayudarlos en la superación de estos miedos.
La mayoría de los miedos que sienten los niños desaparecen cuando estos
alcanzan la madurez para comprender al problema al que se enfrentaban. Son los
que la Asociación Española de Pediatría, AEPED, denomina como "miedos
evolutivos". Sin embargo existen otros muchos que podrían requerir la ayuda
paternal para superarlos como es el caso de las fobias, que suponen una reacción
desproporcionada por parte del menor ante un temor y que generan en él un
sentimiento de ansiedad. AEPED señala los siguientes miedos como los más
comunes en los pequeños:
La mayor parte de los miedos infantiles desaparecen por sí solos a medida que
el niño madura y afronta las situaciones temidas. Conviene ayudar a los niños
miedosos a superar sus temores sin caer en la sobreprotección y fomentar que
sea el niño quien solucione las dificultades con ayuda, pero sin que se encuentre
siempre los problemas resueltos. Hay que tener en cuenta que a veces el miedo
se perpetúa por las ventajas que, sin proponérselo inicialmente, se obtienen con
ellos.