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BATALLA DE NUESTRO INTERIOR

ESPÍRITU: CARNE:
 Anhela, gime  Es débil, quiere ser
satisfecha, quiere ser
Frutos del espíritu.- es amor, gozo,
complacida
paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre, templanza; contra Gálatas 5:16-23
tales cosas no hay ley.
Las obras de la carne que son:
adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías,
envidias, homicidios, borracheras,
orgías, y cosas semejantes a estas;
acerca de las cuales os amonesto,
como ya os lo he dicho antes, que los
que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios.

Romanos 3:23-24.- por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria


de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús.

 ¿Cuántas veces empezamos algo y no lo terminamos? ¿porque


empezamos algo y nunca terminamos?

- Como consecuencia de ello nos frustramos, nos sentimos abatidos,


fracasados, desilusionados, etc.
- O a veces es todo lo contrario empezamos algo pero queremos resultados
instantáneos, rápidos y cundo eso ni sucede nos damos por vencidos.
Algo similar ocurre con nuestro caminar con Dios, nos ponemos metas pero
quedamos a medias. Nos ponemos metas como:
- Adorar al Señor
- No contaminarme con las cosas del mundo
- Conocer, cumplir y compartir la palabra de Dios
- Sere fiel al Señor
Romanos 7:15-24.- Así que descubro esta ley: que, cuando quiero hacer el
bien, me acompaña el mal. 22 Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la
ley de Dios; 23 pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay
otra ley, que es la ley del pecado
1. Tenemos que reconocer que no podemos ganar una batalla que ni
siquiera es de nosotros.
Intentamos pelear con nuestras propias fuerzas, Dios ha vencido al mundo.
Debemos de exponer nuestras debilidades cada día y pedir fuerzas y dirección
a nuestro aba padre.
1 juan 1:8-10.- Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a
nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su
palabra no está en nosotros
2. Debemos vivir por medio de su espíritu.
Romanos 8:10-11.- Pero, si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a
causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la
justicia. Y, si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive
en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará
vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes.

 ¿Qué significa?
Romanos 8:15.- Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar
otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual
clamamos! Abba, Padre!
- Reposar en los brazos del padre y entregar nuestra confianza plena a él.
“Vivir según el espíritu” equivale a buscar a Dios por encima de todas las cosas
y a luchar, con su gracia, contra la propia inclinación al mal y al pecado. Esta
tarea podría parecer imposible, si contásemos sólo con nuestras fuerzas, pero
Cristo ha venido en la carne para condenar el pecado y para darnos su Espíritu.
De este modo, con la fuerza del Espíritu Santo que habita en nosotros, podemos
vencer el pecado y la muerte, la carne y la esclavitud de la Ley.

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