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Politicas Agrarias De Colombia

COMERCIO INTERNO
Seguro Agropecuario

El Seguro Agropecuario es un mecanismo de protección a la inversión de los productores, amparándolos


contra los riesgos climáticos que afecten los cultivos determinados en el Plan Anual de Seguros que expide
el Ministerio para todo el territorio nacional. Los productores pueden suscribir el seguro a través de las
diferentes compañías de seguros, en forma individual o colectiva, beneficiándose de un subsidio a la prima
por parte del Gobierno Nacional.

Durante el año 2008, se emitieron 6.088 pólizas para productores de algodón, plátano, banano, maíz,
tabaco, sorgo, arroz y café, cubriendo un área de 62.122 hectáreas, asegurando un valor de $283.753
millones, para lo cual el Gobierno a través del Fondo Nacional de Riesgos Agropecuarios destino
$10.805,4 millones para cubrir el costo del subsidio.

Para el año 2009, el plan anual de seguro cubre todos los cultivos, con lo cual se pretende asegurar un área
total de 402.200 hectáreas con un subsidio de $25.110 millones.
Caficultores

Apoyos para el Sector Cafetero


Como máxima expresión de la alianza entre los Cafeteros y el Gobierno, se firmó el Acuerdo de Política
Cafetera para los años 2008 a 2011. Una asociación público-privada, con una visión de largo plazo, de
modernidad y que busca darle al sector cafetero una visión empresarial.

En efecto, este Acuerdo se enfocará en seis ejes de política pública como son: 1) garantizar un ingreso
remunerativo, 2) potenciar la renovación de cafetales, 3) reconvertir cafetales localizados en zonas sub-
óptimas, 4) garantizar el flujo de asistencia técnica al sector, 5) inversión en investigación y desarrollo y 6)
promover la agregación de valor en el sector.
Dentro del segundo componente del Acuerdo, se encuentra el mantenimiento del Programa de Apoyo
Gubernamental a la Caficultura (AGC), el cual a partir del año 2008 modificó su objetivo para enfocarlo en
la renovación de cafetales. Con esta modalidad, el Ministerio...

La Reforma Agraria en Colombia: ¿Una tarea inconclusa?

Jairo Hernando Pulecio Franco


Universidad de Zaragoza
jairopuleciofranco@yahoo.es
http://jairopulecio.ya.st

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:


Pulecio Franco, J.H. (2006) "La Reforma Agraria en Colombia" en Observatorio de la
Economía Latinoamericana, número 61. Texto completo en www.eumed.net/cursecon/ecolat/la/

Resumen: El impacto de las reformas agrarias en Colombia no ha sido positivo en términos de


ingreso, porque no se ha satisfecho la condición de acceso al crédito formal. No ha sido
positivo en términos de calidad de vida, porque no se han satisfecho las condiciones de acceso
a capacitación y educación. Las reformas agrarias sólo han consistido en la redistribución de la
tierra, por lo que se ha tenido un impacto negativo sobre la calidad de vida de los beneficiarios
de estas reformas.
Palabras Clave: Colombia, Reforma Agraria, Crecimiento Económico

Agrarian Reform in Colombia: An inconclusive task?


Abstract: The impact of reform agrarian in Colombia has not been positive in terms of income,
because has not satisfied the condition of access to the formal credit. Has not been positive in
terms of quality of life, because have not satisfied the conditions of access to enable and
education. Reform agrarian alone have consisted in to redistribute the earth, why has had a
negative impact over the quality of life of the beneficiaries of these reform.
Keywords: Colombia, Agrarian Reform, Economic Growth.

Introducción

Con la entrada del nuevo milenio en América Latina se ha venido realizando un giro político
hacia la izquierda en sus gobiernos, esto hace que los países que aún no lo han hecho
empiecen a evaluar sus resultados frente a los principales debates que se generarán en el
continente, de cara a las reformas que estos gobiernos realizarán o han realizado y si sus
políticas dan como resultado un mejor alcance en torno a equidad y crecimiento, uno de estos
debates que se mantiene vigente es la distribución de la propiedad de la tierra, por lo que sería
interesante observar que ha pasado con la Reforma Agraria en nuestro país o si es una tarea
inconclusa?

El presente documento busca responder esta pregunta observando diferentes enfoques


ideológicos que defienden y atacan la Reforma Agraria en Colombia, para ello he estructurado
este documento de la siguiente manera: iniciare con un breve recuento histórico de la
legislación realizada frente a Reformas Agrarias, a continuación presentaré algunos
comentarios que se han hecho sobre como la política ha influido en estas reformas, como
tercer punto incluiré la doble vía del conflicto armado, seguiré con un breve bosquejo de la
situación de los cultivos ilícitos y en el quinto punto presentare las conclusiones del trabajo.

1. El Desarrollo legislativo.

En Colombia se ha desarrollo una serie de legislaciones que han demostrado el deseo de la


clase dirigente de la nación en establecer una reforma agraria, estas son las principales leyes
emitidas por el congreso en el ámbito de una reforma agraria (Balcazar, López, Orozco y Vega,
2001).

1. Ley 200 de 1936, cuyas motivaciones se centraron en la explotación económica de los


predios de manera obligatoria, otorgando el derecho de dominio sobre los mismos o su
restitución al Estado, y reconociendo el derecho de los trabajadores rurales al dominio de las
tierras
2. Ley 100 de 1944, que calificó a los contrato de arrendamiento y de aparcería como de
utilidad pública y decretó la ampliación de diez a quince años como causal de restitución al
Estado de los predios no explotados
3. Ley 135 de 1961, creó el Comité Nacional Agrario, conformado por representantes de los
partidos políticos, del Congreso, la Iglesia católica y las Fuerzas Armadas se fundamentaba en
tres lineamientos estratégicos para adelantar el proceso de reforma agraria en Colombia:
a. dotación de tierras a campesinos carentes de ellas;
b. adecuación de tierras para incorporarlas a la producción, y
c. dotación de servicios sociales básicos y otros apoyos complementarios.
Se crea el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA), como establecimiento público
encargado de la gestión en la materia, organismos como el Consejo Nacional Agrario, el Fondo
Nacional Agrario (FNA) y la figura de los Procuradores Agrarios.

4. Ley 1ª de 1968 ley, conocida también como de Arrendatarios y Aparceros, contribuyó a


agilizar los trámites y procedimientos y fijó nuevos causales de expropiación. Además, sirvió
para reglamentar la Unidad Agrícola Familiar (UAF) a fin de proteger y regular la tenencia y
explotación de las porciones de tierra distribuidas individualmente a los campesinos
beneficiarios, principalmente en lo relacionado con su venta o transferencia.

5. Ley 4ª de 1973, la reducción de los trámites de adquisición de tierras a través de


negociaciones directas, la agilización de la adjudicación de tierras a los beneficiarios y el
establecimiento de la renta presuntiva agrícola, como una manera de ejercer presión a favor del
uso productivo de la tierra y penalizar su apropiación improductiva.

6. Ley 5ª de 1973, mediante la cual se estableció un sistema de financiamiento para el agro a


través del Fondo Financiero Agropecuario,

7. Ley 6ª de 1975 sobre aparcería, la cual reformó la Ley 1ª de 1968.

8. Ley 35 de 1982, conocida también como Ley de Amnistía el INCORA fue encargado de la
dotación de tierras y provisión de otros servicios a las personas indultadas.

9. Ley 30 de 1988 que en términos generales fija como lineamientos: lograr una acción más
coordinada de las instituciones gubernamentales; elevar el nivel de vida de la población
campesina; simplificar los trámites para la adquisición y dotación de tierras a los campesinos,
eliminando la calificación de las tierras, y proveer una mayor cantidad de recursos al INCORA
para el desarrollo de los programas de su competencia.

10. Ley 160 de 1994, El principal cambio consiste en dinamizar la redistribución introduciendo
el concepto de propiedad a través del mercado de tierras, mediante un subsidio para la compra
directa por parte de los campesinos, El énfasis institucional se centra en facilitar la negociación
directa entre propietarios y campesinos.

2. La influencia del poder

Los defensores de una Reforma Agraria en Colombia lo han venido sustentado principalmente
en los siguientes cuatro argumentos (Balcazar, López, Orozco y Vega, 2001).

1. Los factores tradicionales de la producción son las principales fuentes de creación de valor y
de riqueza.
2. la distribución de la propiedad de los factores tradicionales (la tierra, entre ellos) determina la
distribución del ingreso, así como la distribución del poder político y social.
3. como un corolario del segundo supuesto, para construir democracia, equidad económica y
justicia social es imprescindible redistribuir la propiedad sobre los medios tradicionales de
producción (la tierra y el capital físico).
4. el alto precio de la tierra, originado en las distorsiones de política y en los privilegios
institucionales que están asociados a la propiedad rural, impide el desarrollo de la producción
agrícola.

Los principales programas que se han tratado para lograr llevar a cabo un distribución de la
propiedad de la tierra son (Heshusius, 2004):
La Titulación: Lo que se busca con este tipo de programas es aclarar los derechos de
propiedad. La principal meta es otorgar títulos de propiedad a aquellos hogares que vienen
haciendo uso de la tierra y que no tienen ningún documento formal que establezca la tenencia
legal de la propiedad.

Zonas de reserva campesina (ZRC): La frontera agrícola se expande cuando las oportunidades
de supervivencia (dadas las condiciones laborales, de violencia, etc.) son pocas. Las minorías
afectadas migran hacia zonas que en muchas ocasiones son ambientalmente frágiles o con
alta posibilidad de desastres naturales. Lo que se busca con las ZRC es fomentar y estabilizar
la economía campesina en zonas de colonización, controlando no sólo la expansión de la
frontera sino también asegurando una mayor participación de las comunidades rurales.

Reforma Agraria: ha sido la forma principal de intervención en el mercado de la tierra. Aunque


se supone una política estructural que busca una mejor distribución de la propiedad de la tierra,
promover mayor eficiencia en los patrones de uso de los suelos y un cambio en la estructura de
distribución de las tierras con potencial de uso agropecuario, la claridad conceptual y
operacional no va más allá de la búsqueda de una división más equitativa del recurso.

La clase dirigente se ha apoyado durante los diferentes periodos históricos de la evidencia


empírica la cual ha documentado la existencia de una relación positiva entre tierra e ingreso
(Heshusius, 2004), Sin embargo, en algunos casos, la simple provisión de tierra otorgada a
través de una reforma agraria tiene un bajo impacto sobre el ingreso. Estudios empíricos
(López y Valdés, 2000) muestran que para ocho países en Latinoamérica, el impacto de la
tierra proveniente de una reforma sobre el ingreso per capita, es bastante bajo.

Pero la marcada desigualdad del capital y de la propiedad privada hizo que los latifundistas
entorpecieran de diferentes formas las reformas agrarias emprendidas con el contubernio de la
clase dirigente, que en su mayoría siempre ha pertenecido a las minorías propietarios de la
tierra y del capital, las estimaciones del coeficiente Gini para la propiedad de la tierra,
concuerdan con que este está alrededor de 0.77, lo cual es bastante alto para los estándares
internacionales, aunque similar al promedio Latinoamericano (0.774).

Un estudio basado en encuestas familiares (Balcazar, López, Orozco y Vega, 2001) encontró
entre sus resultados, que en términos de ingreso familiar y per capita, y de indicadores de
calidad de vida, los campesinos que son beneficiarios de la ayuda gubernamental y de los
planes establecidos de reforma agraria están en peor condición que los que no lo han recibido.
Este impacto negativo lo adjudican en parte a la ineficiencia e inoperancia de las entidades
responsables de la redistribución y hacen hincapié en la importancia de impulsar tanto los que
promueve las capacidades de los campesinos para progresar y mejorar su bienestar, como el
ambiente institucional que favorece sus oportunidades de acceso a recursos productivos y, a la
tierra en particular, no necesariamente por la vía de la propiedad.

El los archivos del Instituto Agustín Codazzi podemos encontrar que la subutilización es del
30% del total de las tierras y que sólo la mitad de las tierras dedicadas a cultivo, explotan
totalmente su potencial. Con respecto a la sobre utilización, encontramos que el 71% de las
tierras que podrían ser destinadas a cultivos anuales, son utilizadas para ganadería; cerca de
un cuarto de las tierras de pastoreo están ubicadas en terrenos agrícolas de primera calidad, y
mas de la mitad de los pastos están localizados en áreas recomendadas para conservación.

Todo esto nos lleva a pensar que si bien se han realizado toda una serie de leyes en “favor de
los menos desfavorecidos” han sido los mas favorecidos los que se han beneficiado de dichas
leyes, ya sea por abuso de la normatividad o por utilizarlas como forma de distracción de
quienes solicitan el derecho a la propiedad en un país donde solo han contado con este
derecho una minoría “selecta”

3. El conflicto armado

Debido pues a una ocupación del territorio mediante formas de apropiación privada desde la
administración colonial española y continuada en épocas posteriores por políticas de
enajenamiento de los sectores más poderosos de la sociedad, la entrada en vigencia de leyes
que permitía que un colono pudiera obtener la propiedad de la tierra por la demostración de su
posesión, y de que el terrateniente utilizará las armas para expulsar a estos colonos, y el
establecimiento de un periodo llamado Frente Nacional donde los dos partidos políticos
tradicionales se turnaban en las elecciones al poder, se contribuyó de esta manera a que los
sin tierra y los que creían en opciones diferentes optaran por las armas para defender sus
ideales, todo esto acompañado por los movimientos ideológicos de izquierda que se estaban
realizando en el continente, ha conseguido que Colombia lleve más de 50 años en un conflicto
armado que muestras cifras de desplazamiento interno del campo a la ciudad iguales que las
que muestra países como Angola, Sudán, Afganistán e incluso el mismo Irak. Según datos de
la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES) se estima que
alrededor de 4 millones de hectáreas de tierras han sido abandonadas por personas
desplazadas; esta cifra es tres veces mayor que la cantidad redistribuida por el gobierno a
través de reformas agrarias desde 1961 (Proyecto global para personas desplazadas 2003).

La relatifundización se produjo como resultado de la conjunción de fenómenos económicos y


políticos:

• La expansión de los grupos paramilitares y del conflicto armado, que han propiciado
desplazamientos de población y apoyado procesos de concentración de la propiedad de la
tierra en cabeza de narcotraficantes, ganaderos, especuladores y de los mismos dirigentes del
paramilitarismo;
• La economía del narcotráfico que produjo en primer lugar una nueva capa de compradores de
tierra latifundistas, que elevó los costos del dinero y el crédito fortaleciendo las causas de
especulación con la tierra y que al mismo tiempo generó una salida económica en las zonas de
colonización a parte de los campesinos y jornaleros desplazados por la violencia o por causas
económicas;
• La apertura económica que aumentó en 700 % las importaciones de alimentos y provocó una
drástica reducción del área sembrada, especialmente en cereales.

4. Los cultivos Ilicitos

Desde los años setenta cuando se efectuó lo que se llamó la “Bonanza Marimbera”, que fue el
desarrollo de plantaciones de marihuana en zonas de la Costa Atlántica, se desarrolló una
clase social adinerada que empezó a demandar tierras como procedimiento para el lavado de
activos, a partir de allí cuando los Estados Unidos legalizaron sus plantaciones y acabaron con
las utilidades de este negocio se empezaron a gestar nuevos productos como han sido la
cocaína a partir de la hoja de coca y la heroína en base a la amapola, estos cultivos que tienen
garantizado un mercado ha sido una solución “por fuera de la ley” para los campesinos que han
visto que los cultivos tradicionales no les seguían siendo rentables, la falta de ocupación del
territorio por parte del estado, los altos índices de pobreza, la falta de política agropecuaria y la
apertura indiscriminada, crearon espacios para que los cultivos ilícitos crecieran de una manera
tal que este “cancer” se ha carcomido a la sociedad colombiana llegando inclusive a tocar hasta
la primera magistratura de la nación.

Conclusiones

Los argumentos frente a que una reforma agraria será necesario para el crecimiento económico
han perdido la vigencia hoy día, en lo que se ha denominado “la sociedad de la información”, lo
que verdaderamente hoy prima es la distribución del conocimiento, por lo que una reforma
agraria entendida como una mera distribución de tierra no aporta las mejoras sustanciales en
crecimiento, una reforma agraria que no venga acompañada de infraestructura, dotaciones y
capacitación no contribuirá a un desarrollo económico de la nación. Esto es una de las
principales diferencias con los casos exitosos de reforma agraria que están representados por
los países que forman la última generación de sociedades industriales, en las cuales el énfasis
más importante se puso en la promoción y el desarrollo del capital humano: los países del este
y sureste asiático.

El acceso a la tierra no reduce significativamente la pobreza rural. Se discute sobre los méritos
de distribuir los activos existentes (tierra) versus crear nuevos activos (inversión) con el objetivo
de disminuir la pobreza rural y generar mayor crecimiento económico. Pero con base en varios
estudios (Heshusius, 2004) se puede concluir que el impacto de un programa de reforma
agraria en Colombia, sobre el ingreso y la calidad de vida de los beneficiarios, seria significativo
y positivo si se satisficieran ciertas condiciones: acceso a crédito, capacitación y educación
secundaria. Esta afirmación va de la mano con lo dicho anteriormente tener acceso a la tierra
no necesariamente implica un aumento en los ingresos de los pobres rurales, ni un
mejoramiento en su calidad de vida.

La experiencia de Colombia demuestra que distribuir la tierra sin darle a los beneficiarios los
medios para hacerla productiva, no es efectivo y por lo tanto, no promueve el buen uso del
recurso escaso.

Referencias

Balcazar, Álvaro; López, Nelson; Orozco, Martha Lucia; Vega, Margarita. Colombia: Alcances
y Lecciones de su experiencia en reforma agraria. ONU – CEPAL, Red de Desarrollo
Agrario. http://www.eclac.cl . Septiembre 2001.

Deininger, Klaus y Lavadenz, Isabel. Colombia: Política Agraria en transición. Banco Mundial.
Notas en breve. http://wbln0018.worldbank.org . Octubre 2004.

Dussan López, Luís Enrique. Plan de Acción Reforma Agraria. INCORA.


http://www.incora.gov.co/ . 2001.

Fajardo M, Darío. La tierra y el poder político: la reforma agraria y la reforma rural en


Colombia. Revista Reforma Agraria colonización y cooperativas, FAO ISSN 0251-1894.
http://www.fao.org/ . 2002.

Heshusius Rodríguez, Karen. Medición del impacto de un programa de reforma agraria en


Colombia. Facultad de Economía, Universidad de los Andes, Bogotá – Colombia.
http://economia.uniandes.edu.co/ . Abril 2004.

López, Ramón y Valdés, Alberto. Rural poverty in Latin America. St. Martin‘s Press. New
York. Eds. 2000.

Mondragón, Héctor. Colombia: Mercado de Tierras o Reforma Agraria. ANUC UR.


FENSUAGRO. Coordinador Nacional Agrario. http://www.landaction.org/. Abril 2002.

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Comentarios sobre este artículo:


Página: [1]
Por: jorge ulises casas jerez Fecha: 10 del 09 de 2011 - 15:39

El fenómeno de las reformas agrarias es que han sido promulgadas para una estructura
familiar y, en consecuencia, de naturaleza parcelaria. El campesino sucumbe a las leyes de
concentración y acumulación del capital: se empobrece y sigue el problema agraria; de ahí
que no se haya solucionado con cientos de leyes. La salida es la asociación: mediante
estructuras asociativas, colectivas, de propiedad y explotación de la tierra se puede evitar
la concentración y mediante la organización empresarial pero colectiva solucionar el
problema agrario.
Por: alex pardo Fecha: 27 del 09 de 2010 - 09:22

Considero sensato el artículo y su concusión,solo agregría respetuosamente, que los


medios para que el agro sea productivo, no son otros que la INFRAESTRUCTURA para
cuya contrucción tributamos todos de manera directa.
Por: monro y silva giovanny Fecha: 28 del 07 de 2010 - 23:45

importante temaq
Por: pineda restrepo Fecha: 16 del 06 de 2010 - 00:42

que la reforma agraria fue solo elingreso de los campesinos y indigenas y mantenerlos en
la esclavitud y hacerla productiva
Por: miguel angel alvarez mayor Fecha: 08 del 06 de 2010 - 00:35

El solo intento de hacer reforma agraria, levantó los fusiles. Los latifundistas son los
gobernantes de hoy. Sólo una revolución agraria lo lograría, nadie quiere colaborar con los
descamisados, les interesa mantenerlos en la esclavi

LA AMBIGUA POLITICA AGRARIA COLOMBIANA

El actual escándalo generado alrededor del tema de AGRO INGRESO SEGURO no es


solamente un problema de corrupción, lo cual ya es grave, es la vez la expresión de dos
viejos problemas que la sociedad colombiana a aplazado durante décadas. De un lado, el
problema agrario no resuelto, que tiene su expresión en la estructura bimodal del sector
agrario. Es decir, la coexistencia simultánea de un sector moderno agroindustrial y de
agricultura capitalista que concentra las mejores tierras, a la par con un sector campesino
minifundista condenado a situarse en tierras sin vocación agrícola y ambientalmente no
sostenibles, es decir, los páramos, las laderas de las cordilleras, la Amazonía y la
Orinoquía y el Andén Pacífico. Queda al descubierto cómo durante muchos años las
políticas agrarias del Estado colombiano partieron del supuesto según el cual la economía
campesina no es viable, ni sostenible, ni eficiente económicamente, y por eso favorecieron
la agroindustria y la agricultura comercial en los años setenta y ochenta, y en los últimos
años a partir de la moda de los biocombustibles.
Esas políticas no solamente tenían como objetivo escamotear la reforma agraria como una
vía posible para solucionar el viejo problema del sector agropecuario en Colombia. El
escándalo actual es también la expresión de la íntima relación entre el poder político y el
poder económico, o más bien, entre el poder político y la tenencia de la tierra a nivel local y
regional en Colombia. Durante muchos años las élites regionales y nacionales han usado
el Estado de manera patrimonial para favorecer sus intereses. Esa ligazón entre poder
político y la tenencia y la concentración de la tierra ha implicado que tengamos unas élites
más bien ambiguas. Son “neoliberales” al momento de la desregulación estatal para
permitir el juego de la mano invisible, pero son profundamente estatistas y patrimoniales
cuando se trata de extraer rentas, subsidios o créditos del Estado. Más claramente ven el
Estado no como representante del interés público y general, sino como un “coto de caza”,
o mejor, lo manejan como si fuera su finca, hacienda o plantación. Pero tal vez el
equivocado sea yo, y lo que es una ambigüedad es precisamente lo que estas élites
consideran su máxima virtud.
Teófilo Vásquez
Investigador
CINEP - ODECOFI

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