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Ética es una rama de la filosofía dedicada a las cuestiones morales. La palabra ética proviene del
latín ethĭcus, y esta a su vez significa 'carácter' o 'perteneciente al carácter'.
Referida al ámbito laboral, se habla de ética profesional que se encarga de regular una actividad
profesional. La ética normativa presenta una serie de principios y reglas de cumplimiento
obligatorio.
La ética en el servicio público está directamente relacionada con la conducta de los funcionarios
que ocupan cargos públicos. Tales individuos deben actuar conforme un patrón ético, mostrando
valores morales y otros principios necesarios para una vida sana en la sociedad.
Cuando una persona es elegida para un cargo público, la sociedad pone en ella su confianza. Así,
esa persona debe de estar al mismo nivel de esa confianza y ejercer su función siguiendo ciertos
valores, principios, ideales y normas.
Del mismo modo, los trabajadores de un servicio público deben asumir un compromiso ético y
social hacia los ciudadanos, como la promoción de la igualdad social y el fortalecimiento de la
democracia. Para esto debe estar preparado para poner en práctica políticas que beneficien al país
y a la comunidad en los ámbitos social, económico y político.
Fenómenos como la corrupción en el ámbito del servicio público muestran que en ocasiones no se
actúa de forma ética.
El bien interno de una profesión tiene en su enfoque la ética, para alcanzarlo es preciso dominar
tanto las técnicas como las habilidades propias de la profesión, como saber hacer uso de ellas. El
bien interno de la enfermería consiste en el cuidado de las personas, familias y comunidades para
mantener la calidad de vida; identificar, disminuir o eliminar los riesgos de enfermar y ayudar la
capacidad del autocuidado.
La dimensión ética es obligada a establecer normas de calidad en todos los niveles, desde el
conocimiento científico hasta las relaciones interpersonales. El respeto, la preservación y fomento
de la autonomía, la búsqueda del bienestar y la protección de posibles riesgos son principios de
bioética que rigen en el ejercicio profesional. Se constituye en un deber moral asumirlos en el
momento de tomar decisiones, articular los recursos y las capacidades para dar respuesta a las
necesidades de cuidado.
Sin embargo, en el ámbito laboral, sucede que la información y los conocimientos no impactan en
la atención al paciente, ya que se aprecia que la ética y los valores se están perdiendo y en
consecuencia nuestro prestigio y reconocimiento social no progresa.
Pareciera que las enfermeras están más preocupadas por la profesionalización o la actualización
de la tecnología que por cultivar los valores de los cuidados que proporcionan. En la realidad
hospitalaria los pacientes solicitan que la enfermera sea sensible a su dolor.
Sin embargo, se observa preocupación por aspirar a cargos administrativos con mayor
remuneración, lo cual hace que nos dé la impresión de que la formación profesional y el campo
laboral se encuentran disociados, ya que entre la enfermera y el paciente siempre debería existir
un lazo de unión fraternal y profesional, tanto en el sufrimiento de la enfermedad como en la
esperanza de un mejor bienestar con una relación que se establece entre la enfermera y el
paciente, por lo que se deberían crear los vínculos para el logro de los objetivos, que, en este caso,
son la recuperación de la salud y el bienestar del paciente.
Las enfermeras tienen cuatro deberes fundamentales: promover la salud, prevenir la enfermedad,
restaurar la salud y aliviar el sufrimiento. La necesidad de la enfermería es universal.
El Código deontológico del CIE para la profesión de enfermería tiene cuatro elementos principales
que ponen de relieve las normas de conducta ética.
ELEMENTOS DEL CÓDIGO
La responsabilidad profesional primordial de la enfermera será para con las personas que
necesiten cuidados de enfermería. Al dispensar los cuidados, la enfermera promoverá un entorno
en el que se respeten los derechos humanos, valores, costumbres y creencias espirituales de la
persona, la familia y la comunidad. La enfermera se cerciorará de que la persona reciba
información suficiente para fundamentar el consentimiento que den a los cuidados y a los
tratamientos relacionados. La enfermera mantendrá confidencial toda información personal y
utilizará la discreción al compartirla.
2. LA ENFERMERA Y LA PRÁCTICA
3. LA ENFERMERA Y LA PROFESIÓN
La enfermera mantendrá una relación de cooperación con las personas con las que trabaje en la
enfermería y en otros sectores. La enfermera adoptará las medidas adecuadas para preservar a las
personas, familias y comunidades cuando un compañero u otra persona ponga en peligro su salud.
ASPECTOS LEGALES EN LA PRÁCTICA DE ENFERMERÍA
La responsabilidad legal del profesional de enfermería es un tema que cada vez adquiere mayor
importancia en la práctica diaria. Esto es fácil de entender si consideramos, por un lado, que la
salud es uno de los bienes más preciados en la vida humana. Por otro lado, la sociedad ha
adquirido una mayor conciencia sobre sus derechos en materia de prestación de servicios de
salud, así como el conocimiento de las diferentes instancias y herramientas jurídicas para hacer
valer esos derechos. Esto hace que el riesgo de demandas por mala práctica en el Sector Salud, así
como la acción al respecto por parte de las autoridades judiciales, se vean incrementados.
Ante este panorama, el conocimiento general respecto a la legislación sanitaria en nuestro país, es
un asunto relevante dentro de una práctica profesional, personal, colectiva y responsable.
En México, aún no se cuenta con la normatividad jurídica que regule específicamente la práctica
de enfermería. Sin embargo, los aspectos legales de este ejercicio están contemplados, de manera
implícita, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que es el cuerpo normativo
de más alto rango, nuestra “Carta Magna” o “Ley de Leyes”. En su artículo 4º, la Constitución
establece que: “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud”. De este artículo se deriva
la Ley General de Salud, que es el ordenamiento jurídico donde se consagra el Derecho a la Salud.
Esta ley establece los mecanismos, condiciones, modalidades en que se realizarán y
desempeñarán los servicios de salud. Esta ley, como cualquier otra, cuenta con reglamentos para
operarla, y en ellos queda incluida la prestación de los servicios de enfermería.
Abarca desde los efectos colaterales de los medicamentos, las secuelas de los procedimientos, los
daños ocasionados por el uso de tecnología, etc., hasta los errores por acción u omisión de los
prestadores de servicios. El profesional de enfermería puede verse involucrado en actos de
iatrogenia con pacientes en aspectos físicos o biológicos, psicológicos o de tipo social, y puede
hacerlo de manera voluntaria o involuntaria. La mala práctica (o malpraxis) es otra forma en que el
profesional de enfermería puede producir iatrogenia, y ésta puede deberse principalmente a tres
causas:
Delito culposo: Es aquella conducta ilícita y delictiva en la que se ocasiona daño a otra u
otras personas, pero en la que no hubo la intención de dañar (puede deberse a
negligencia, ignorancia o impericia).
Delito doloso: En este caso la conducta ilícita y delictiva tuvo intencionalidad. Esto es, que
el daño se ocasionó de manera consciente y voluntaria.
CONCLUSION
Tres cosas van a caracterizan el desempeño de una buena función cuidadora y, por lo tanto, de
una enfermería de calidad: un concepto de cuidado que incluya la participación de otros
profesionales y del propio paciente; el respeto de los principios éticos en que se apoya la tarea de
cuidar; y las actitudes que se exigen de la persona que cuida. Incorporar los tres elementos en los
programas formativos de la enfermería mejorará la capacidad de los profesionales para prevenir y
resolver los conflictos éticos en la práctica asistencial
REFERENCIAS
Barrio, I. M., Molina, A., Sánchez, C. M., & Ayudarte, M. L. (2006). Ética de enfermería y
nuevos retos. In Anales del sistema sanitario de Navarra (Vol. 29, pp. 41-47). Gobierno de
Navarra. Departamento de Salud.
Sierra, S. O., & Zapata, A. C. O. (2001). Calidad del cuidado de enfermería. Investigación y
Educación en enfermería, 19(2).