Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Poco se ha avanzado en el arte de presentar desde Aristóteles. Escribió hace más de 2.300 años en su famosa Retórica
que existen tres tipos de argumentos persuasivos o modos de apelación en un discurso: los relativos al ethos, al pathos
y al logos.
Significado de Pathos
Para poder hacer un buen discurso persuasivo, Aristóteles también nos habla del pathos, un elemento básico que no
puede faltar en un buen orador. El significado de pathos se refiere a la efectividad de tus palabras, es decir, la
capacidad que estas tienen para provocar emociones y pensamientos entre las personas que te están escuchando.
Para entender claramente a qué se refiere el filósofo vamos a pensar un momento en algún discurso que haya hecho
que se te erizara la piel: alguna película, un político, etcétera. Seguro que alguno se te viene a la mente y esto es porque
las personas que han escrito o pronunciado dichos textos han hecho uso del pathos y, por tanto, han conseguido
emocionarnos y estimular nuestros sentimientos.
Un buen orador, para poder empatizar y llegar realmente al público, tiene que saber manejar las emociones, solo así,
conseguirá crear un discurso memorable y se ganará al público.
Cómo construir pathos
Apelar a las emociones en un discurso es básico para que este obtenga los resultados que deseas, pero ¿cómo hacerlo?
Lo primero de todo es que te muestres honesto y vulnerable, de nada te servirá aparecer como un "sabelotodo", es
más, puede ser que incluso llegues a caer mal o a producir un gran abismo entre tú y tus oyentes. Mostrarte vulnerable
y cercano es el primer paso para que las personas puedan verte como un ser humano.
Otra forma ideal de poder construir pathos y, así, hacer un buen discurso es que incluyas anécdotas o historias durante
tu discurso. Procura que sean narraciones que tengan sentido con lo que estás diciendo y que puedan usarse como
metáforas de lo que intentas relatar con palabras. Usar la ficción o los ejemplos es una buena manera de humanizar todo
lo que estás diciendo y, por tanto, de acercarte al público.
En este otro artículo de un COMO te damos algunos consejos para que sepas hablar en público.
Cómo tener logos en un discurso
Es sencillo: deberás incluir elementos que refuten tu teoría y que puedas explicar al auditorio para que entiendan mejor
a qué te refieres. Para ello, puedes introducir gráficas o estadísticas, también puedes hacer referencia a investigaciones
o expertos a los que has preguntado para, así, compartir tus hallazgos con el público.
Para dotar a tu discurso con logos necesitas, pues, hechos y pruebas demostrables de todo lo que estás exponiendo, sin
esto, tu discurso únicamente habrá sido una verborrea.
Descubre aquí las partes de una exposición oral para tener claro cómo estructurar tu discurso.
Pasos a seguir:
1.- Organícese. Escriba lo que desea hablar en un formato que sea fácil de recordar. Usted no quiere gastar demasiado
tiempo mirando hacia abajo a sus notas. Escriba los hechos y otros puntos clave en orden cronológico. Ponga la
información en tarjetas y enumere cada una de las tarjetas. La organización es hermana del control y el control le
dará tranquilidad para hablar bien en público.
2.- Practique su discurso frente a todo el que quiera escuchar - amigos, familia, sus mascotas, etc. Si nadie está
dispuesto a quedarse un rato quieto y en silencio para usted, póngase de pie delante de un espejo y practique su discurso.
Cuantas más veces diga el discurso, más simple se vuelve a recitar. Practique la velocidad y tono en el discurso e
incluso los movimientos físicos que va hacer durante la charla en público.
3.- Solicite información sobre la ubicación en la que se realiza la conferencia o charla. Visite previamente la sala si es
posible. Esto le permitirá saber el tamaño de la multitud que se está preparando para ver y le permitirá familiarizarse con
el escenario.
4.- Practique técnicas que le ayudarán a mantener la calma durante su charla en público. Si usted sabe que tiene tics
nerviosos, tales como masticar las uñas o jugar con su pelo, practique no hacer estas acciones. Aprenda a respirar
profundamente antes de empezar a hablar en público. También es bueno respirar profundamente durante la charla, pero
vigile que no se note mucho.
5.- Mantenga sus tarjetas de índice cerca - en sus manos, sobre una mesa o incluso en el bolsillo. Todo depende de
donde usted sienta más cómodo mantenerlas. Pero no lea su discurso de sus tarjetas. Tienen el propósito de ser
considerado como un recordatorio rápido. La lectura de sus notas significa menos contacto visual con su audiencia,
y en consecuencia perderá su interés.
6.- Preséntese a la multitud y el estado del tema del discurso. Para empezar, diga su información introductoria incluyendo
los principales puntos del discurso. Ayudará al público a ubicarse y a tener la sensación de orden, esto facilita la
comprensión de las charlas en público.
7.- Añada información detallada a cada uno de los puntos de su discurso y explique su relevancia con el tema. Use la
parte central de su discurso para proporcionar la información más importante. La charla en público debe tener una
estructura parecida a la de un libro, introducción, nudo y desenlace.
8.- Pasee por la parte frontal del escenario mientras usted está hablando, y mire a la multitud una y otra vez. Mire a la
gente mientras está hablando para que la gente sienta que se está comunicando con ellos. Sonría y haga movimientos
de los brazos mientras habla. Tómese su tiempo y no se permita apresurar o retrasar innecesariamente el discurso.
9.- Cierre su discurso con un agradecimiento. Dígale a la audiencia que está agradecido por la oportunidad de hablar y
ofrézcase a responder a cualquier pregunta que puedan tener. Agradezca a la gente por su tiempo.
La conclusión
Por último y no por ello menos importante, se encuentra la conclusión a nuestra presentación. Quizá es una de las
partes más importantes puesto que se trata del final de nuestra intervención y será lo último que escuche el público.
Por esta razón, es esencial resumir las ideas más importantes de manera esquemática. Además, si se considera
conveniente, se puede añadir alguna valoración o comentario personal acerca de las conclusiones obtenidas de la
investigación previa a la exposición oral.
Por otra parte, a diferencia de la introducción (que todo el público sabe que empieza cuando el ponente comienza a
hablar), la conclusión no está claramente delimitada dentro de la intervención. Por esta razón, es fundamental avisar al
auditorio de que, a continuación, se va a concluir la presentación porque se termina la conferencia. Para ello, algunas
de las expresiones más útiles son las siguientes:
En resumen, en pocas palabras, para concluir, a modo de conclusión, en suma, etc.