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EXP.

Nº : 2002-0075
ESCRITO N° : 01
CUADERNO : PRINCIPAL
SUMILLA : LO QUE SE
INDICA.

SEÑOR JUEZ CIVIL DE ILO:

PESQUERA BALSAMAR S.A.C. en los seguidos con Wiese Sudameris


Leasing y Otra, sobre Medida Cautelar Fuera del Proceso, ante Ud. con el
debido respeto nos presentamos y decimos:

I. PETITORIO:

Que, habiendo sido ejecutada la Medida Cautelar Fuera de Proceso


concedida por su Despacho a nuestro favor el día 07 de Marzo de los
corrientes, considerando que la materia sometida a controversia no es
una de naturaleza conciliable, dentro del plazo de ley, de conformidad
con lo dispuesto con los artículos 636 segundo párrafo y 87 del Código
Procesal Civil, proponemos demanda en vía de acumulación objetiva
originaria subordinada, por la cual solicitamos a su despacho se sirva
pronunciarse acerca de las siguientes pretensiones:

I.1. PRETENSION PRINCIPAL:

Se Declare la Nulidad de la Cláusula Trigésimo Sétima (37) del


Contrato de Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02 celebrado por
Wiese Sudameris Leasing S.A. (antes Sogewise Leasin S.A) con
Corporación Pesquera Ilo S.A. y Fima S.A., con la intervención de
Alberto Guillermo Liendo Pizarro, Olimpia Prado Ccama, Milagros
María Liendo Prado, Hotel Karina S.R.L., Varadero Sur Perú S.A.,
Pesquera Maria Milagros S.R.L. mediante Escritura Pública de fecha 7
de octubre de 1994, modificado por Escrituras Públicas del 26 de
octubre de 1995, 18 de marzo de 1998, 28 de setiembre de 1998, 30
de junio de 1999 y 4 de junio del 2001, suscritas las cuatro primeras
Escrituras Públicas ante el Notario Público de Lima, doctor Felipe De
Osma, y ante el Notario Público de Lima, doctor Percy Gonzales Vigil,
las dos últimas.

1.2. PRETENSION ACCESORIA DE LA PRETENSION PRINCIPAL:

Que, como consecuencia del amparo de la pretensión principal


reseñada, se declare la ineficacia de la resolución extrajudicial de
pleno derecho del Contrato de Arrendamiento Financiero N°
03.1022.01.02 efectuada por Wiese Sudameris Leasing S.A., mediante
carta notarial remitida a Fima S.A. con fecha 1 de febrero del 2002, a
través de la Notaria Pública del doctor Percy Gonzales Vigil.

1.3. PRETENSION SUBORDINADA:

Que, en caso se desestime la pretensión principal, se declare que la


Cláusula Trigésimo Sétima (37) del Contrato de Arrendamiento
Financiero N° 03.1022.01.02 celebrado por Wiese Sudameris Leasing
S.A. (antes Sogewise Leasin S.A) con Corporación Pesquera Ilo S.A. y
Fima S.A., con la intervención de Alberto Guillermo Liendo Pizarro,
Olimpia Prado Ccama, Milagros María Liendo Prado, Hotel Karina
S.R.L., Varadero Sur Perú S.A., Pesquera Maria Milagros S.R.L.
mediante Escritura Pública de fecha 7 de octubre de 1994, modificado
por Escrituras Públicas del 26 de octubre de 1995, 18 de marzo de
1998, 28 de setiembre de 1998, 30 de junio de 1999 y 4 de junio del
2001, suscritas las cuatro primeras Escrituras Públicas ante el Notario
Público de Lima, doctor Felipe De Osma, y ante el Notario Público de
Lima, doctor Percy Gonzales Vigil las dos últimas, carece de eficacia
legal.

1.4. PRETENSION ACCESORIA DE LA PRETENSION SUBORDINADA:


Como consecuencia del amparo de la pretensión subordinada
propuesta, se declare la ineficacia de la resolución extrajudicial de
pleno derecho del Contrato de Arrendamiento Financiero N°
03.1022.01.02 efectuada por Wiese Sudameris Leasing S.A., mediante
carta notarial remitida a Fima S.A. con fecha 1 de febrero del 2002, a
través de la Notaria Pública del doctor Percy Gonzales Vigil.

COMPETENCIA DE SU DESPACHO:

Su despacho es competente para conocer de la presente demanda,


puesto que una de las demandadas domicilia en la Ciudad de Ilo, en
armonía con lo dispuesto por el artículo 15 del C.P.C..

II. LEGITIMACION ACTIVA:

La circunstancia que justifica la interposición de la presente demanda


por nuestra empresa, tiene su origen en la Escritura Pública de fecha
17 de mayo del 2000, suscrita por FIMA, CPI, Pesquera Balsamar
S.A.C. Alberto Guillermo Liendo Pizarro, Milagros María Liendo Prado
Hotel Karina S.R.L. Varadero Sur Perú S.A. Pesquera María Milagros
S.R.L. ante el Notario Público de Lima, doctor José Moreyra Pelosi,
denominada “Transacción Extrajudicial, Reconocimiento de Deuda y
Constitución de Garantías”.

En efecto, conforme se puede corroborar del citado documento público


en su Cláusula Quinta, literal 5.1 se establece que FIMA se
compromete a otorgar en subarrendamiento financiero la embarcación
pesquera Alberto I a Pesquera Balsamar S.A.C., obligación que se
materializó mediante Escritura Pública suscrita en la misma fecha,
entre las mismas partes y ante el mismo Notario Público José Moreyra
Pelosi, la cual también se adjunta a la presente solicitud.

En tal sentido, valorando que la resolución extrajudicial de pleno


derecho del Contrato de Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02
ejercitada por WSL mediante carta notarial de fecha 01 de febrero
último, crea como consecuencia inmediata que Pesquera Balsamar
S.A.C. pueda verse privada de la posesión directa e inmediata de la
embarcación pesquera antes citada, es claro que detentamos legítimo
interés económico a fin de recurrir ante su despacho proponiendo la
presente demanda.

III. FUNDAMENTOS DE HECHO DE LA DEMANDA:

III .1. ANTECEDENTES:

1. Con fecha 07 de octubre de 1994, Corporación Pesquera Ilo S.A. (En


adelante CPI) suscribió contrato de subarredamiento financiero -
modalidad lease back - con Sogewise Leasin S.A. (hoy, Wiese
Sudameris leasing S.A. o WSL), por el cual ésta última adquirió de
aquella, dos embarcaciones denominadas Alberto I y Alberto II, las que
posteriormente se entregaron en arrendamiento financiero a CPI,
contrato que fue denominado por las partes, Contrato de
Arrendamiento Financiero N° 03.1022.01.02. Resulta importante
señalar, que - conforme se puede advertir de la cláusula Cuadragésimo
Tercera - los efectos del contrato en cita, se encontraron
suspensivamente condicionados a que CPI cumpliera lo establecido en
la cláusula Trigésima Sexta del Contrato de Arrendamiento Financiero
de Instalación de Planta de Procesamiento de Harina de Pescado,
signado con el N° 03.1022.01.011, celebrado entre las mismas partes y
en la misma fecha por CPI y WSL.

2. Habiendo incurrido en causal de resolución por no otorgar en la fecha


prevista el terreno objeto de contrato de arrendamiento financiero,
vinculado al presente y numerado con el N° 03.1022.01.01 (En
adelante Leasing de La Planta) el contrato de arrendamiento

1
Cláusula ésta que establecía que los efectos del contrato de arrendamiento financiero de La
Planta, se encontraban suspensivamente condicionados, a que CPI antes del 15 de octubre
de 1994, estuviera en actitud legal de transferir a WSL, el inmueble en donde se instalaría
ésta, completamente saneado, y con titulación completa a nombre de CPI.
financiero de las embarcaciones signado con el N° 03.1022.01.02 (En
adelante Leasing de Las Enbarcaciones) no llegó a surtir efecto
jurídico alguno, lo cual generó que tanto CPI como WSL, tuvieran que
celebrar un nuevo contrato a fin de reactivar el leasing de las
embarcaciones, el cual se materializó mediante la suscripción de la
escritura pública de fecha del 26 de octubre de 1995.

3. Ahora bien, debemos precisar que tanto en la Escritura Pública de


fecha 07 de octubre de 1994, como en la de fecha 26 de octubre de
1995, intervinieron las siguientes personas en calidad de fiadores
solidarios y garantes hipotecarios:

- Alberto Guillermo Liendo Pizarro.


- Olimpia Prado Ccama
- Milagros María Liendo Prado
- Hotel Karina S.R.L.
- Varadero Sur Perú S.A.
- Pesquera Maria Milagros S.R.L.

Sin embargo, se deja en claro que la intervención de las


personas antes mencionadas, es meramente enunciativa para
los fines de las pretensiones propuestas con la presente
demanda, puesto que su intervención en los contratos citados,
no repercute en lo absoluto en la decisión que el órgano
jurisdiccional deba tomar al respecto, ante lo cual nos eximimos
de abundar al respecto.

4. De igual forma, intervino en la celebración y suscripción de los


contratos, la empresa FIMA, en calidad de cesionaria obligatoria de
CPI, en caso que ésta última incurriera en causal de resolución
contractual por cualquier causa, esto es, de incurrir CPI en alguna de
las causales de resolución previstas en el contrato de leasing de las
embarcaciones, FIMA - a decisión de WSL - debería sustituirse como
cesionaria en la posición contractual de CPI, y como consecuencia, a
partir de dicha fecha, FIMA asumiría ante WSL todos los derechos y
obligaciones de CPI, la que quedaría apartada de la relación
contractual con WSL.

5. Durante el lapso de tiempo en que CPI integró la relación contractual


con WSL en el leasing de las embarcaciones, se modificaron en dos
ocasiones, el citado vínculo contractual, mediante Escrituras Públicas
del 18 de marzo de 1998 y 28 de setiembre del mismo año
respectivamente. Las modificaciones efectuadas por los citados
contratos, versaron sobre cuestiones ajenas a las pretensiones que
con la presente demanda se someten a tutela (ampliación de la
vigencia de plazo del contrato, número de cuotas y monto de éstas
etc.) pero, en estricto, ni la cláusula que se impugna en vía de nulidad,
ni la que establece la cesión de posición contractual, por la cual WLS
puede sustituir a CPI por FIMA en la relación jurídica obligacional
creada a mérito de la celebración y suscripción del contrato de leasing
de las embarcaciones, sufrieron modificación alguna, más por el
contrario, fueron ratificadas mediante la suscripción de cada uno de los
citados contratos modificatorios.

6. Mediante carta notarial de fecha 25 de febrero de 1999, WLS informa a


CPI que ésta última ha incurrido en causal de resolución contractual en
el leasing de las embarcaciones, al haber incumplido con el pago de
las cuotas correspondientes a los meses de enero y febrero de 1999.

7. De igual forma, WSL mediante carta notarial de fecha 11 de mayo de


1999, hizo de conocimiento de CPI su decisión de sustituir a ésta
última, en su condición de arrendataria del leasing de las
embarcaciones, posición contractual que a partir de dicha fecha, sería
asumida por FIMA.

8. Una vez asumida la posición contractual de arrendataria en el leasing


de la embarcaciones por FIMA, ésta conjuntamente con WSL,
modificaron hasta en dos ocasiones, el primigenio contrato de fecha 07
de octubre de 1994, mediante escrituras públicas de fechas 30 de junio
de 1998, y 04 de junio del 2001. Las modificaciones contractuales que
se refieren en el presente apartado, se relacionaron a las cuotas del
arrendamiento financiero, al plazo de vigencia del contrato, al importe
de la opción de compra y otros, quedando incólume la cláusula
contractual que con la demanda propuesta, se impugna en vía de
nulidad.

9. Finalmente, mediante carta notarial de fecha 01 de febrero del


presente año, WSL comunica a FIMA, que adeudando ésta última 07
cuotas de arrendamiento financiero correspondiente a los meses de
julio, agosto, setiembre, octubre, noviembre y diciembre del 2001 y
enero del 2002, de conformidad a lo dispuesto por el literal 2 de la
cláusula Trigésimo Sétima del leasing de las embarcaciones, había
optado la primera por ejercer la potestad prevista en dicha cláusula,
dando por resuelto el leasing de las embarcaciones, a partir de la
remisión de dicha comunicación, requiriendo además a FIMA, el pago
de la suma de $ 601,261.81, así como la entrega de la embarcación
Alberto I.

10. Mediante carta notarial de fecha 01 de febrero del 2002 dirigida a


Pesquera Balsamar S.A.C. (En adelante BALSAMAR) WSL nos
comunica la resolución contractual referida en el punto precedente,
requiriéndonos la entrega de la embarcación pesquera Alberto I.

III.2. LEGITIMACION ACTIVA:

La circunstancia que justifica la interposición de la presente demanda


por nuestra empresa, tiene su origen en la Escritura Pública de fecha
17 de mayo del 2000, suscrita por FIMA, CPI, Pesquera Balsamar
S.A.C. Alberto Guillermo Liendo Pizarro, Milagros María Liendo Prado
Hotel Karina S.R.L. Varadero Sur Perú S.A. Pesquera María Milagros
S.R.L. ante el Notario Público de Lima, doctor José Moreyra Pelosi,
denominada “Transacción Extrajudicial, Reconocimiento de Deuda y
Constitución de Garantías”.

En efecto, conforme se puede corroborar del citado documento público


en su Cláusula Quinta, literal 5.2 se establece que “FIMA se
compromete a ejercer la opción de compra en el plazo
establecido en el contrato de arrendamiento financiero N°
03.1022.01.02 por la Embarcación Pesquera Alberto I”; en esa
misma orientación, en el literal 5.3. de la cláusula bajo análisis, se
pacta que “Una vez cancelada la totalidad contenida en el
contrato de arrendamiento financiero N° 03.1022.01.02 y
ejercida la opción de compra de la embarcación pesquera por
parte de FIMA, ésta se compromete a la transferencia de
propiedad de la embarcación pesquera Alberto I, siempre que
se cumplan los siguientes requisitos…”.

En tal sentido, valorando que la resolución extrajudicial de pleno


derecho del Leasing de Las Embarcaciones ejercitada por WSL
mediante carta notarial de fecha 01 de febrero último, crea como
consecuencia inmediata, que Pesquera Balsamar S.A.C. pueda verse
privada de la posesión directa e inmediata de la embarcación pesquera
antes citada, es claro que detentamos legítimo interés económico a fin
de recurrir ante su despacho postulando la presente demanda, acorde
con lo prescrito por los artículos VI del T.P. y 220 del Código Civil.

III.3. CUESTION PRELIMINAR:

1. En primer término, por fines eminentemente explicativos, pasaremos a


transcribir un extremo de la cláusula Trigésimo Sétima del leasing de
las embarcaciones, que es materia de impugnación con la presente
demanda:
“Sin perjuicio de las causales de resolución señaladas
en las cláusulas anteriores la locadora podrá dar por
resuelto el presente contrato, de pleno derecho y sin
necesidad de declaración judicial previa, en los casos
detallados más adelante, bastando para que opere la
resolución que la locadora envíe una comunicación a la
arrendataria por telegrama, telex, fax o cualquier otro
medio a la dirección señalada por ésta en el presente
contrato, manifestando que se ha producido la
resolución del contrato e indicando la causal en que ha
incurrido así como los conceptos y montos exigibles de
acuerdo a lo establecido en el párrafo siguiente”

“La resolución operará en forma automática desde el


momento de emisión de la respectiva comunicación. A
partir del envío de tal comunicación, la locadora podrá
recuperar de inmediato las embarcaciones y exigir
acumulativamente el pago total de las cuotas de
arrendamiento vencidas, sus intereses y penalidades
de mora, los gastos en que haya incurrido, los
impuestos devengados y/o por devengarse, y,
atendiendo a la especial naturaleza del contrato del
contrato de arrendamiento financiero, exigir el pago
del íntegro de las cuotas por vencer hasta la
finalización del contrato”.

2. Resulta claro, que los párrafos subrayados en el punto que preceder,


son los que en definitiva sustentan las pretensiones a proponer.

III.4. DE LA PRIMERA PRETENSION AUTONOMA:

1. La declaración de nulidad que se peticiona, tiene su base en tres


hechos de connotación totalmente distinta:
a. El primero consiste en que, al haberse establecido en la cláusula
impugnada, un mecanismo de resolución extrajudicial basado en
que la simple remisión, emisión o envío de una comunicación a
la arrendataria, hacía operar automáticamente y de pleno
derecho la resolución extrajudicial del contrato, se ha incurrido
en causal de nulidad absoluta sancionada por ley, puesto que
contrarían normas imperativas que interesan al orden público
(Ver inciso 8 del artículo 219 del Código Civil) y que por tanto
resultan de vinculante cumplimiento, refiriéndonos a las normas
contenidas tanto en el artículo 1374 del Código Civil, así como lo
previsto por el último párrafo del artículo 1430 del citado Código.

b. En que, al posibilitarse a la locadora (WSL) que no sólo pueda


hacerse cobro de las cuotas impagas al momento de producirse
la causal que da mérito a la resolución, sino que además, pueda
exigir el pago del íntegro las cuotas por vencer hasta la
finalización del contrato, se está contraviniendo lo expresamente
dispuesto por el artículo 1428 del Código Civil, en cuanto señala
que “En los contratos con prestaciones recíprocas,
cuando alguna de las partes falta al cumplimiento
de su prestación, la otra puede solicitar el
cumplimiento o la resolución del contrato y, en
uno u otro caso, la indemnización de daños y
perjuicios”, la cual se constituye en norma imperativa que
interesa al orden público, violentándose por extensión, lo
previsto por el artículo 1354 del Código Civil.

c. Que, teniendo en consideración que a fin que pueda


considerarse a una cláusula resolutoria expresa como tal, y que
por tanto resulte aplicable la resolución de pleno derecho
prevista en el segundo párrafo del artículo 1430 del Código Civil,
resulta necesario e imprescindible que ésta se refiera
específicamente a determinadas obligaciones contractuales y no
a todas las obligaciones que se estipulen dentro del contrato
(puesto que de ser así, estaríamos ya no ante una cláusula
resolutoria expresa, sino frente a una cláusula de estilo, en
donde no resultaría aplicable lo dispuesto por el artículo 1430,
sino lo previsto por el artículo 1428 del Código Civil) y;
verificándose en el presente caso, del literal siete de la cláusula
Trigésimo Sétima del leasing de las embarcaciones, que se ha
establecido como causal de resolución de pleno derecho “si la
arrendataria incumpliera cualesquiera de las
obligaciones que asume por el presente contrato”
podemos concluir afirmando, que la supuesta cláusula
resolutoria expresa carece de los requisitos esenciales que la
pudieran hacer reputar como jurídicamente válida.

2. En cuanto respecta, al punto “a” precedente, debemos señalar que


nuestro ordenamiento sustantivo establece sin admitir pacto en
contrario, que toda declaración contractual dirigida a determinada
persona, se considera conocida en el momento en que llega a la
dirección del destinatario (ver artículo 1374 del C.C.).

En tal sentido es que se postula, que la declaración que se requiere a


fin que pueda resolverse de pleno derecho un contrato según la
fórmula que prevé el artículo 1430 del C.C., es una declaración
unilateral de carácter recepticio, puesto que deviene en imprescindible
que la misma esté dirigida a la parte que no cumplió su prestación, de
manera que ésta es la única a quien tal declaración interesa y frente a
la cual puede producir efectos.

En este punto, resulta pertinente efectuar un breve análisis de lo que


para la doctrina, constituyen normas de orden público, y su relación
con las normas imperativas, conceptos que serán de aplicación para
los demás hechos que configuran la pretensión autónoma bajo análisis.
Orden Público: Resulta una cuestión elemental que el negocio
jurídico es la manifestación más clara de la autonomía de la
voluntad, siendo reconocido por nuestra legislación material,
indistintamente, en sus artículos 140 y 1356 como fuente
principal de creación de relaciones jurídicas; de ahí que el
ordenamiento jurídico tenga que otorgar eficacia jurídica a la
voluntad de los sujetos cuando con ella autoregulan sus
intereses, determinando el contenido de la relación creada por el
negocio.

Pero dicha autonomía de la voluntad no es absoluta, al ser el


mismo ordenamiento jurídico quien la restringe dentro del orden
público. La definición de orden público ha evolucionado desde el
derecho romano hasta nuestros días, siendo una de las más
aceptadas aquella que lo considera como El conglomerado
de normas destinadas a regular las relaciones
individuales y las de la sociedad en su conjunto, y,
que además constituye la suma de principios
religiosos, morales, políticos y económicos,
predominantes en una sociedad determinada y
que son indispensables para la coexistencia
social. Constituye el instrumento adecuado para
que El Estado - tutelador del bien común - pueda
cumplir su función fundamental por conducto de
todos sus órganos de expresión jurídica, y no
exclusivamente del legislador.

En tal sentido, es que se considera en la actualidad, que la


autonomía privada o de la voluntad ha cedido ante el orden
público, pues la necesidad de dar vigencia activa a principios
superiores que integran la vida social y de cuya aplicación y
observancia depende la coexistencia social, ha dado lugar a una
creciente aparición de normas de carácter imperativo que
disminuyen las posibilidades de la voluntad privada para regular,
aisladamente, sus relaciones jurídicas; ésta necesidad es
consecuencia de las transformaciones sociales y económicas y
ha dado lugar, además, a que el Estado intervenga en ámbitos
hasta entonces librados a la voluntad privada.

Conforme lo señala Messineo2 “la autonomía de la


voluntad no es ni puede ser ilimitada; por el
contrario, está dirigida a límites, dirigidos a la
tutela de los intereses generales (aspecto social
de la autonomía de la voluntad) y de los intereses
de los terceros, los cuales no se pueden dejar a la
merced de la libertad del individuo”; en igual sentido
se pronuncia Betti3, quien refiere que “La autonomía es
reconocida por el orden jurídico, en el campo del
derecho privado, como presupuesto y fuente
generadora de relaciones jurídicas ya
disciplinadas, en abstracto, y, en general, por las
normas del orden público, es decir, como actividad
y potestad creadora, modificadora o extintiva de
relaciones jurídicas, pero cuya vida y viscisitudes
están ya disciplinadas por normas jurídicas
existentes”.

Asimismo se puede afirmar, que la libertad convencional no es


irrestricta y que sufre las limitaciones que le imponen el orden
público, ya que siendo el acto jurídico fuente de relaciones
jurídicas, puede operar en el ámbito correspondiente a aquellas,
pero con las reservas que la ley imponga, en cuanto a ciertos
elementos propios de tales relaciones que ésta (la ley) defiende
celosamente, de modo que no acepta que la voluntad del agente
creador del acto jurídico se desvíe de lo ordenado por ella con
2
Manual de Derecho Civil y Comercial, Tomo II, pág 340.
3
Teoría General del Negocio Jurídico, pág 47.
carácter imperativo; siendo claro entonces que la autonomía de
la voluntad rige entre las partes celebrantes del acto, pero ella
no puede prevalecer frente al interés de los demás ni frente a las
normas impuestas para la preservación del orden social.

Resulta por demás ilustrativo transcribir el comentario efectuado


por el maestro León Barandiarán 4 a colación de lo dispuesto por
el artículo V del Título Preliminar del Código Civil de 1984, en
cuanto trata el acto jurídico que contraría a las leyes que
interesan al orden público; en tal sentido expone el maestro que
“En lo que concierne al orden público se trata de
las decisiones legales establecidas con carácter
cogente, porque consagran y defienden ciertos
intereses y fines sociales que el legislador quiere
que sean respetados necesariamente. En el
derecho se da el encuentro de dos grandes
principios, que son como los fundamentos
ontológicos para el hombre en cuanto haya
inserto en el mundo del derecho, y estos dos
principios son: La libertad y el orden. El sujeto
jurídico puede actuar en su existencia con
libertad, pues existe el axioma de que nadie está
prohibido de hacer lo que la ley no prohibe. En
consecuencia, funciona la llamada autonomía de
la voluntad. El sujeto puede en términos
generales, celebrar pactos según su voluntad lo
quiera, pero ésta libertad no es absoluta, pues
ello representaría la arbitrariedad y esto no puede
ser consentido por el Derecho, ya que aquella es
algo contranaturalmente opuesto a éste. A esta
virtud no se admite pactos que se opongan a lo
que la ley establece de modo ineluctable; pues

4
Proyectos y Anteproyectos de la Reforma del Código Civil, Tomo I, pág 70.
son contrarios al principio de un orden, y aquí el
orden público, que para ciertos asuntos y
cuestiones hace que la ley ponga un veto a la
libertad de pactación, de modo pues que debe
prevalecer necesariamente lo establecido por las
normas respectivas con imperatividad forzosa”.
Debemos culminar señalando, que de la confrontación entre la
autonomía de la voluntad y el orden público en nuestro Código
Civil, se pone de manifiesto que su ordenamiento se integra, de
manera clara y terminante, con normas imperativas, con la
noción de orden público incorporada a ellas (ius cogens) y
normas dispositivas (ius dispositivum) que pueden ser
interpretativas o supletorias; en tal circunstancia la autonomía de
la voluntad permite constituir el acto jurídico y producir los
efectos jurídicos queridos, pero siempre que no
colisionen con las normas imperativas. Finalizando,
vale la pena señalar que, cuando una norma está impregnada
de carácter imperativo, por lo general, ella misma advierte que el
pacto que la contraria tiene sanción de nulidad y, cuando quiere
destacar que no tiene tal carácter, permite el pacto en contrario.
En el primer caso, también se suele usar las palabras “debe” o
“deberá” y, en el segundo, “puede” o “podrá”, pero en todo caso,
a falta de la expresión que permita identificar el carácter de las
normas, será necesario establecer su sentido en función de si
interesa o no al orden público.

Ahora bien, delimitados conceptos, llegamos a concluir, que toda


declaración contractual que persiga poner en conocimiento de
determinada persona cualquier situación relevante dentro de una
relación jurídica obligacional determinada (como la comunicación que
pone en conocimiento la resolución extrajudicial del contrato) es una
declaración unilateral recepticia, que no puede ser materia de pacto en
contrario por las partes, y que por tanto, se constituye como una norma
imperativa que interesa al orden público, puesto que la ley ha
establecido y diseñado de manera clara y sin ambages, el momento en
el cual las declaraciones contractuales producen efectos entre las
partes, y, para los fines propios de la resolución basada en una
cláusula resolutoria expresa, ha creado un mecanismo inderogable que
debe respetarse a efectos que una cláusula de ésta naturaleza, pueda
reputarse como tal, mecanismo éste según el cual, la recepción de la
comunicación por la cual la parte interesada informa a la parte infiel, su
decisión de valerse de la cláusula resolutoria expresa, es el hecho que
produce y genera la resolución de pleno derecho de la relación
obligacional creada con motivo del contrato.

En tal orden de ideas, advirtiéndose que en la cláusula materia de


nulidad, se ha estipulado que la resolución operará
automáticamente desde la emisión de la comunicación,
es claro que con dicha disposición, se transgreden las normas
imperativas que interesan al orden público contenidas en los artículos
1374 y 1430 segundo párrafo del Código Civil, al crearse un
mecanismo alterno al expresamente previsto por la ley, a efectos de
poner fin a la relación jurídica obligacional cuando se está frente a un
contrato con cláusula resolutoria expresa, no obstante ser claro el
ordenamiento sustantivo al establecer, que sólo podrá reputarse
resuelto de pleno derecho un contrato con cláusula resolutoria expresa,
cuando se efectúe una declaración unilateral recepticia por la parte no
infiel.

3. En cuanto concierne al punto “b” referido en el literal primero, debe


acotarse lo siguiente:

Uno de los efectos naturales de la resolución contractual, conforme lo


establece el artículo 1371 del Código Civil, es el que declarada u
operada ésta de pleno derecho, queda sin efecto la relación jurídica
obligacional creada por la celebración del contrato por causales
sobrevinientes a su celebración, acontecimientos que si bien inciden la
propia relación jurídica, no afecta la estructura del contrato. Por esa
razón se suele calificar a la resolución como un supuesto de ineficacia
funcional, a diferencia de otros fenómenos como la anulación o la
rescisión que se originan por defectos ubicados en la propia estructura
del contrato y que por ello se califican como supuestos de ineficacia
estructural.

Ahora bien, el artículo 1428 del Código Civil establece que “En los
contratos con prestaciones recíprocas, cuando alguna
de las partes falta al cumplimiento de su prestación, la
otra puede solicitar el cumplimiento o la resolución del
contrato y, en uno u otro caso, la indemnización de
daños y perjuicios”. Al comentar Arias Schereiber Pezet 5 éste
dispositivo señala que “El sistema establecido por el artículo
1428 es idóneo, pues confiere al perjudicado por el
incumplimiento, la facultad de optar por: 1. Requerir al
incumplido que satisfaga la prestación a su cargo, o; 2.
Solicitar la resolución del contrato”. En igual sentido se
pronuncia De La Puente Y Lavalle 6 al comentar el dispositivo bajo
análisis, puesto que refiere “En realidad, la primera opción, o
sea solicitar el cumplimiento, no es privativa del
contrato con prestaciones recíprocas, sino que se trata
de una regla general aplicable a toda clase de
contratos. En cambio, la opción de pedir la resolución
del contrato sólo puede ejercerse en los contratos con
prestaciones recíprocas”.

Es claro en tal sentido, que el ejercicio por la parte fiel de exigir a la


infiel el cumplimiento de su prestación, es optativo, puesto que la
primera se encontrará facultada de elegir entre, exigir el cumplimiento
de la prestación a cargo de su deudora, o resolver la relación jurídica
creada por el contrato, teniendo ambos supuestos como hecho

5
MAX ARIAS SCHEREIBER PEZET, Exégesis, Tomo I, Editorial Ediciones, pág. 204.
6
MANUEL DE LA PUENTE Y LAVALLE, El Contrato En General, Tomo IV, Fondo Editorial de
la Pontificia Universidad Católica del Perú, pág. 204.
generador, el incumplimiento voluntario de la parte infiel, y pudiendo
acumular en uno u otro caso, la indemnización de daños y perjuicios
que corresponda.

No obstante a la claridad antes expuesta, debe valorarse que no se


advierte que el artículo 1428 del Código Civil muestre algún rasgo de
los especificados anteriormente (ver punto 2) que nos permita afirmar,
que dicha norma pueda ser considerada como una norma imperativa
que interese al orden público, o lo que es lo mismo decir, falta las
expresiones adecuadas que permitan identificar el carácter de la norma
contenida en el dispositivo antes glosado, por lo cual, deberemos
establecer su real sentido y naturaleza jurídica, en función de si
interesa o no al orden público.

En consecuencia, teniendo en consideración que el orden público se


define como El conglomerado de normas destinadas a
regular las relaciones individuales y las de la sociedad
en su conjunto, y, que además constituye la suma de
principios religiosos, morales, políticos y económicos,
predominantes en una sociedad determinada y que son
indispensables para la coexistencia social. Constituye
el instrumento adecuado para que El Estado - tutelador
del bien común - pueda cumplir su función fundamental
por conducto de todos sus órganos de expresión
jurídica, y no exclusivamente del legislador, no resulta
nada complicado el establecer que la norma contenida en el artículo
1428 del Código Civil, es una que interesa al orden público, puesto que
no podría concebirse que la parte fiel dentro de una relación jurídica
obligacional creada a mérito de la celebración de un contrato con
prestaciones recíprocas, pueda conjuntamente resolver la relación
jurídica y exigir el cumplimiento de la prestación a cargo de su
deudora.
Claro, si la parte fiel opta por resolver el contrato, la relación jurídica
obligacional se torna en ineficaz, y en estricta aplicación de lo
dispuesto por el tercer párrafo del artículo 1372 del Código Civil, las
partes deben restituirse las prestaciones en el estado en que se
encontraran al momento en que se produjo la causal que lo motiva, y si
ello no fuera posible, debe reembolsar en dinero el valor que tenían en
dicho momento, mientras que si ésta opta por exigir el cumplimiento de
la prestación a cargo de su deudora o parte infiel, la relación jurídica
obligacional se mantiene vigente, debiendo restringirse dicha
exigencia, a compeler el cumplimiento de la prestación íntegra asumida
por la parte infiel, más la indemnización de daños y perjuicios, de así
considerarlo pertinente la parte afectada.

En tal sentido, es que somos de la convicción que la norma contenida


en el artículo 1428 del Código Civil - en el extremo que regula las
alternativas que tiene la parte fiel ante el incumplimiento de su
contraparte - es una norma de orden público, en la medida que de no
ser así considerada, abriría la posibilidad que la parte fiel dentro de una
relación jurídica obligacional creada como consecuencia de la
celebración de un contrato con prestaciones recíprocas, pueda
conjuntamente dejar sin efecto la relación jurídica a través de la
resolución contractual, y exigir el cumplimiento de la prestación a cargo
de su contraparte, posición ésta que no se condice en lo absoluto con
los principios morales y éticos que regulan las relaciones individuales y
de la sociedad en su conjunto, y que a su vez son indispensables para
la coexistencia social de los particulares, y que definen lo que en
esencia constituye el orden público.

De igual forma, siendo consecuentes con la primera pretensión


autónoma que se propone, en la cual hemos señalado que fuera de
impugnar la cláusula Trigésimo Sétima del leasing de las
embarcaciones, en base a lo previsto por el inciso 8 del artículo 219 del
Código Civil, impugnamos la citada cláusula además, a mérito de lo
prescrito por el inciso 3 del artículo antes glosado, sustentamos dicha
posición de la siguiente manera:

a. Por la resolución contractual, sea que ésta opera por


declaración judicial o extrajudicialmente, se deja sin efecto la
relación jurídica obligacional creada por el contrato, por causal
sobreviniente a su celebración.

b. Por la declaración judicial de cumplimiento de contrato, el


vínculo contractual o mejor dicho, la relación jurídica
obligacional, se mantiene vigente, siendo obligación de la parte
infiel el dar cumplimiento con la prestación a su cargo, y de
haber sido demandado y amparado, el pago de la indemnización
que se pudiera fijar.

c. En tal sentido, es claro que no se podría concebir que la parte


fiel resuelva el contrato, y que a su vez ésta pretenda que su
contraparte, cumpla con la prestación a su cargo, puesto que tal
posición engendraría la posibilidad, que por un lado la relación
jurídica haya quedado sin efecto (por mérito de la resolución) y
que por otro, se mantenga subsistente (por mérito de exigirse el
cumplimiento) lo cual indudablemente se constituye como un
imposible jurídico, a tenor de lo previsto por el inciso 3 del
artículo 219 del Código Civil.

Consiguientemente, al posibilitarse en la cláusula impugnada


que WSL no sólo pueda hacerse cobro de las cuotas impagas al
momento de producirse la causal que da mérito a la resolución
(efecto lógico de la resolución contractual) sino que además,
pueda exigir el pago del íntegro las cuotas por vencer hasta la
finalización del contrato (efecto lógico de exigir el cumplimiento
íntegro de la prestación a cargo de la parte infiel) es claro que se
incurre en causal de nulidad absoluta, al contravenirse la norma
de orden público contenida en el artículo 1428 del Código Civil
(inciso 8 del artículo 219 del C.C.) así como al ser el objeto que
contiene dicha cláusula, jurídicamente imposible, por las
razones de derecho precedentemente reseñadas (inciso 3 del
artículo 219 del C.C.).

4. En cuanto respecta al punto “c” del literal 1, a mérito del cual


denunciamos que la cláusula Trigésimo Sétima del leasing de las
embarcaciones no contiene una cláusula resolutoria expresa, sino una
cláusula de estilo, en donde no resulta aplicable lo dispuesto por el
artículo 1430, sino lo previsto por el artículo 1428 del Código Civil, por
lo que la misma se encuentra inmanada de causal de nulidad absoluta
prevista en el inciso 8 del artículo 219 del Código Civil, debemos
abundar señalando lo siguiente.

Conforme lo señala Mosco cita por De La Puente Y Lavalle 7 “Para


que se tenga una verdadera cláusula resolutoria
expresa y no una cláusula de estilo, es necesario que
se especifique y concrete que se trata de una cláusula
de tal clase, quedando patente que la voluntad de las
partes se ha referido a la misma, para que de ella se
derive la gravísima y excepcional sanción ipso iure, sin
intervención estimativa del juez y sin posibilidad de
dilación, y al propio tiempo, que el incumplimiento
quede bien determinado, esto es, que se concrete en
un suceso de fácil y material comprobación. Para darse
cuenta de ello, basta recordar que éste tipo de
cláusulas tiende a producir inmediatamente la
resolución ipso iure del contrato, con el sencillo
presupuesto del incumplimiento previsto por la
cláusula misma, cuya gravedad es sustraída a la
estimación de la cosa. De ahí que se sigue la cláusula
en cuestión, para que surta los efectos que persigue
debe contener claramente precisados: a) la condición
7
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Ob Cit, pág. 396.
previa, es decir, el incumplimiento que provocará la
resolución; b) el efecto especifico que tiende a
producir. Es necesario precisar este elemento, pese a la
disposición legislativa del art. 1456, párr. 2°, para
poder asegurar que el tipo de cláusula, que se quiere
emplear, es propiamente el regulado por la ley y no
otro. Referente al primer elemento de la cláusula (la
condición previa) destaquemos que la necesidad de su
determinación se advierte claramente a causa del
funcionamiento automático de la cláusula que consigue
la finalidad perseguida sin intervención judicial. Por lo
tanto, resulta cierto que no quedaría satisfecha esta
exigencia cuando se pactase que cualquier
incumplimiento de las obligaciones produciría la
resolución de derecho, ya que en tal caso, faltaría una
determinación precisa del incumplimiento que
constituye el presupuesto o condición previa deseada”

Culmina el comentario al artículo 1430 del Código Civil De La Puente Y


Lavalle8 señalando que “Según los códigos civiles de Italia y
Perú no cabe otra solución que establecer con toda
precisión cuales son las prestaciones cuyo
incumplimiento da lugar a la aplicación del pacto
comisorio (cláusula resolutoria expresa) quedando
excluidas las prestaciones a las que se haga referencia
de manera general, por claros que sean los términos
del pacto respecto de que el incumplimiento de tales
prestaciones da lugar a la resolución de pleno derecho”.

En tal orden de ideas, resulta claro que no se ha respetado en la


cláusula impugnada, la condición previa de establecer con toda
precisión que incumplimiento da lugar a la resolución de pleno

8
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Ob Cit, pág. 399.
derecho, conforme a lo dispuesto por la norma imperativa que interesa
al orden público contenida en el primer párrafo del artículo 1430 del
C.C., puesto que en el literal 7 de dicha cláusula, se ha hecho
referencia genérica a que el incumplimiento de cualquier obligación a
cargo de la arrendataria proveniente de dicho contrato, da lugar a que
la locadora pueda hacer valer la cláusula resolutoria expresa, lo cual
genera que al no haberse dado cumplimiento a la norma imperativa de
orden público antes citada, la cláusula Trigésimo Sétima en su
integridad del leasing de las embarcaciones, se encuentre incursa en
causal de nulidad absoluta, a tenor de lo dispuesto por el inciso 8 del
artículo 219 del C.C., deviniendo en aplicable, conforme fue material de
análisis previo, el artículo 1428 del C.C. y no el artículo 1430 del citado
cuerpo material, ante lo cual WSL a efectos de poder resolver el
leasing de las embarcaciones, deberá recurrir a la viía judicial.

III.5. DE LA PRETENSION ACCESORIA DE LA PRIMERA PRETENSION


AUTONOMA:

1. Amparada la Primera Pretensión Autónoma sometida a jurisdicción -


esto es, declarada la nulidad de la cláusula Trigésimo Sétima en su
integridad del leasing de las embarcaciones - el acto jurídico
unilateral impugnado con la pretensión accesoria analizada en este
apartado9 - como consecuencia inmediata y directa de tal
pronunciamiento judicial - deberá ser declarado ineficaz, al carecer el
mismo (negocio) de un aspecto estructural que condiciona la validez
del acto.

2. La afirmación realizada en el punto que antecede, se basa y tiene


sustrato, en la ausencia de uno de los elementos comunes inmanentes
a todo negocio jurídico (elementos que han sido establecidos por la
doctrina moderna, y que a saber son: (i) la manifestación o declaración
de voluntad y; (ii) la causa o finalidad del negocio) los cuales
9
Por la cual se peticiona la declaración de ineficacia de la resolución de pleno derecho del
leasing de las embarcaciones efectuada por WSL mediante comunicación notarial de fecha
1 de febrero del 2002, dirigida a FIMA.
conjuntamente con los presupuestos (objeto y sujeto del negocio
respectivamente) y los requisitos (capacidad legal de ejercicio, la
capacidad natural entendida como el actuar con discernimiento, la
licitud, la posibilidad física y jurídica, y que la voluntad manifesta no
haya estado influenciada por algún vicio) estructuran todo negocio
jurídico10.

En tal sentido debemos señalar, que la ausencia de posibilidad jurídica


en el negocio jurídico unilateral impugnado, es lo que en esencia da
lugar u origina el petitorio accesorio en trato, puesto que conforme se
puede corroborar del documento que contiene dicho negocio (Carta
Notarial de fecha 01 de febrero del 2002 remitida a FIMA por WSL por
la cual se hace de conocimiento de la primera, que la segunda procede
a hacer uso de la cláusula resolutoria expresa, y por tanto el leasing
de las embarcaciones queda resuelto de pleno derecho) el mismo si
bien deja constancia de una manifestación o declaración volitiva
externa y expresa, no deja de ser innegable, que la misma no detenta
de la juridicidad idónea para regular intereses, puesto que al
ampararse la nulidad de la cláusula Trigésimo Sétima del citado
contrato, resulta incuestionable que WSL no pudo amparar dicho
negocio unilateral recepticio, en una cláusula contractual que adolece
en su integridad de nulidad absoluta, deviniendo consiguientemente en
ineficaz, dicho negocio. Posición que es tratada por el profesor
Guillermo Lohmann Luca De Tena 11 quien señala que “Puede haber falta
de manifestación de voluntad cuando habiendo sujeto y estando acreditada
una declaración de voluntad, se le niege valor jurídico. Dicho de otro modo,
no es que falte manifestación externa de querer, sino que a tal manifestación
que formalmente existe, le falta juridicidad idónea o completa para regulñar
intereses y relaciones jurídicas que el ordenamiento ampare y tutele a
plenitud”.

10
Ver Obra de Lizardo Taboada Córdova, “Elementos de la Rresponsabilidad Civil”, Editorial
Grijley, Pag. 19.
11
Lohmamn Lluca de Tena Guillermo, El Negocio Jurídico, Editorial Grijley, 1997, Pag. 531.
3. Vale pena aclarar asimismo, que la ineficacia cuya declaración se
peticiona, es generada por la ausencia en el acto impugnado, de uno
de los aspectos estructurales que condicionan la formación válida de
todo negocio jurídico, y cuya inconcurrencia, genera la ineficacia
estructural del mismo, o lo que es lo mismo decir, la invalidez del
negocio. Abunda nuestra posisicón lo opinado por Taboada 12 quien
manifiesta “La invalidez es, pues, un supuesto de ineficacia consecuencia de
la ausencia de algún aspecto estructural del negocio jurídico, y es por ello
mismo que invalidez es lo mismo que ineficacia estructural”.

4. En consecuencia, por las consideraciones antes reseñadas debemos


concluir, que la resolución de pleno derecho ejercitada por WSL
mediante carta notarial de fecha 1 de febrero último por la cual
resuelve el leasing de las embarcaciones, se torna en un negocio
jurídico unilateral ineficaz en su estructura y por lo tanto inválido.

III.6. DE LA SEGUNDA PRETENSION AUTONOMA:

1. Con esta pretensión estamos solicitando, sin perjuicio de la Primera


Pretensión Autónoma, que - de conformidad a lo establecido por el
artículo 1399 del Código Civil - se declare que la Cláusula Trigésimo
Sétima (37) del leasing de la embarcaciones, carece de eficacia
legal.

2. El artículo 1399 del Código Civil establece que “En los contratos
nominados celebrados por adhesión o con arreglo a
cláusulas generales de contratación no aprobadas
administrativamente, carecen de eficacia las
estipulaciones contrarias a las normas establecidas
para el correspondiente contrato, a no ser que las
circunstancias de cada contrato particular justifiquen
su validez”.

12
Lizardo Taboada Córdova, Ob. Cit. Pag. 22.
3. Comencemos informando a esta judicatura, que el leasing de las
embarcaciones, fue celebrado - conforme se advierte de la cláusula
primera de la Escritura Pública de fecha 07 de octubre de 1994 - al
amparo de las normas legales concernientes a los contratos de
arrendamiento financiero, rigiéndose éste, por las normas
contractuales contenidas en dicho instrumento, y por las establecidas
en la Escritura Pública de Declaración de Condiciones Generales
de Arrendamiento Financiero, otorgado por WSL, y extendida ante
notario de Lima, Felipe de Osma con fecha: 19 de junio de 1986,
ampliada y modificada de fecha: 21 de agosto de 1991, y ante el
mismo notario. En la misma cláusula primera la arrendataria expresó
su conformidad y aceptación, y voluntario sometimiento a las
condiciones generales de arrendamiento financiero establecidas en la
referida escritura pública, cuyo texto declaró conocer a cabalidad con
diligente anticipación, y manifestó que su voluntad es que dichas
condiciones generales de arrendamiento financiero regulen la relación
materia del presente contrato con eficacia y fuerza vinculante plenas.

De la simple lectura de lo previsto por el artículo 1397 del Código Civil,


se llega establecer claramente, que ésta Declaración de Condiciones
Generales de Arrendamiento Financiero, no es más que cláusulas
generales de contratación no aprobadas administrativamente, por lo
que el artículo 1399 resulta aplicable a fin de resolver acerca de la
segunda pretensión autónoma propuesta.

4. El contrato de arrendamiento financiero, es uno típico y nominado, que


se regula supletoriamente por lo previsto por los artículos 1426 y
siguientes del Código Civil (Título VI, Contratos con Prestaciones
Recíprocas). En tal medida, resulta pertinente citar a De La Puente Y
Lavalle13 quien comentado el artículo 1399 del C.C., opina que “La
redacción del artículo 1399 del Código Civil, si bien
técnicamente más adecuada, pone a la sombra que el

13
DE LA PUENTE Y LAVALLE, El Contrato En General, Tomo III Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, pág. 223..
objetivo principal de éste artículo es hacer imperativas,
para los contratos a que él se refiere, las normas
dispositivas de los contratos nominados. Por ello
hubiera sido preferible que dijera “contrarias a las
normas tanto imperativas como dispositivas
establecidas..”, con lo cual se disiparía cualquier duda
sobre el particular. Muchas veces el lenguaje debe
perder elegancia para alcanzar precisión. El efecto
buscado por el artículo 1399 es que la falta de
aprobación administrativa de las cláusulas generales
de contratación dará lugar a que ellas no puedan
modificar las normas, tanto imperativas como
dispositivas, de los contratos típicos. En otras
palabras, la falta de aprobación administrativa
determina que todas las normas de los contratos
típicos adquieran carácter imperativo, por lo cual no
tiene efecto alguno el pacto en contrario”.

5. En tal contexto, es claro que las normas del Código Civil que por
supletoriedad se aplican a los contratos de arrendamiento financiero,
son de imperativo cumplimiento al presente caso, al estar sometido el
leasing de las embarcaciones, a cláusulas generales de contratación
no aprobadas administrativamente, llamada o denominada por la
otorgante WSL, Declaración de Condiciones Generales de
Arrendamiento Financiero.

6. En tal sentido, es que somos de la convicción, que carece de


efecto legal la cláusula Trigésimo Sétima del leasing de las
embarcaciones, que establece un mecanismo resolutorio que no se
ajusta a las previsión legal contenida en el artículo 1428 del Código
Civil, puesto que se desconoce la naturaleza jurídica de dicho
dispositivo, pactándose en contra del orden público, la posibilidad de
resolver una relación jurídica obligacional y exigir sin perjuicio de esto,
el cumplimiento de la prestación a cargo de la parte infiel, lo cual se
constituye como un imposible jurídico, que sin lugar a dudas genera
que la cláusula bajo análisis, carezca de validez legal, por ser contraria
a las normas sustantivas aplicables supletoriamente, al contrato de
arrendamiento financiero.

Nótese, que en caso que no se considerase que la norma


contenida en el artículo 1428 del Código Civil, es una imperativa que
interesa al orden público, dicha tesis para los fines de la pretensión
autónoma en trato, carecería de relevancia jurídica, puesto que
encontrándose sometido el leasing de las embarcaciones a las
normas que regulan las cláusulas generales de contratación no
aprobadas administrativamente, el artículo 1428 del C.C. en caso de
ser calificado como una norma dispositiva, por el sólo mérito de estar
regido por dichas cláusulas generales, se convierte en norma
imperativa.

7. Finalmente debemos señalar, que la parte final del primer


párrafo del artículo bajo análisis que establece que “A no ser que
las circunstancias de cada contrato justifiquen su
validez”, sólo se aplica a supuestos excepcionales, que por tal
circunstancia, no podrían ser interpretados ni aplicados en vía
analógica, por expresa prohibición de lo dispuesto por el artículo IV del
T.P. del Código Civil, puesto como bien señala De La Puente Y
Lavalle14, “No debe descartarse la posibilidad de que
determinadas cláusulas generales de contratación no
aprobadas administrativamente, obedezcan a razones
justificadas, o sea que efectivamente agilicen el tráfico
masivo de bienes y servicios, sin perjudicar a los
consumidores”.

Nótese, que si bien los contratos de arrendamiento financiero agilizan


el tráfico de bienes y servicio, no deja de ser cierto que en el presente
14
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Ob Cit, pág. 228.
caso, dicho hecho no podría justificar el notorio abuso que se ha
plasmado en el contrato en perjuicio de la parte arrendataria, mediante
la posibilidad de que no obstante dejarse sin efecto el vínculo
obligacional, la parte infiel tenga que cumplir con la prestación a su
cargo, como si la relación jurídica creada por el contrato, se encontrase
aún vigente, lo cual sin lugar a dudas, repudia y contraviene principios
elementales éticos, sociales y morales que son indispensables para la
coexistencia social, que el Estado protege a fin de evitar situaciones de
ésta índole, que no hacen sino generar una total desigualdad y
desproporción, entre las partes contratantes.

III.7. DE LA PRETENSION ACCESORIA DE LA SEGUNDA


PRETENSION AUTONOMA:

1. Amparada la Segunda Pretensión Autónoma sometida a


jurisdicción - esto es, declarada la carencia de eficacia legal de la
cláusula Trigésimo Sétima en su integridad del leasing de las
embarcaciones - el acto jurídico unilateral impugnado con la
pretensión accesoria analizada en este apartado 15 - como
consecuencia inmediata y directa de tal pronunciamiento judicial -
deberá ser declarado ineficaz, al carecer el mismo (negocio) de un
aspecto estructural que condiciona la validez del acto.

2. La afirmación realizada en el punto que antecede, se basa y tiene


sustrato, en la ausencia de uno de los elementos comunes inmanentes
a todo negocio jurídico (elementos que han sido establecidos por la
doctrina moderna, y que a saber son: (i) la manifestación o declaración
de voluntad y; (ii) la causa o finalidad del negocio) los cuales
conjuntamente con los presupuestos (objeto y sujeto del negocio
respectivamente) y los requisitos (capacidad legal de ejercicio, la
capacidad natural entendida como el actuar con discernimiento, la
licitud, la posibilidad física y jurídica, y que la voluntad manifesta no
15
Por la cual se peticiona la declaración de ineficacia de la resolución de pleno derecho del
leasing de las embarcaciones efectuada por WSL mediante comunicación notarial de fecha
1 de febrero del 2002, dirigida a FIMA.
haya estado influenciada por algún vicio) estructuran todo negocio
jurídico.

En tal sentido debemos señalar, que la ausencia de posibilidad jurídica


en el negocio jurídico unilateral impugnado, es lo que en esencia da
lugar u origina el petitorio accesorio en trato, puesto que conforme se
puede corroborar del documento que contiene dicho negocio (Carta
Notarial de fecha 01 de febrero del 2002 remitida a FIMA por WSL por
la cual se hace de conocimiento de la primera, que la segunda procede
a hacer uso de la cláusula resolutoria expresa, y por tanto el leasing
de las embarcaciones queda resuelto de pleno derecho) el mismo si
bien deja constancia de una manifestación o declaración volitiva
externa y expresa, no deja de ser innegable, que la misma no detenta
de la juridicidad idónea para regular intereses, puesto que al
ampararse la segunda pretensión autónoma, declarándose la carencia
de eficacia legal de la cláusula Trigésimo Sétima del citado contrato,
resulta incuestionable que WSL no pudo amparar dicho negocio
unilateral recepticio, en una cláusula contractual que carece de eficacia
legal en su integridad, deviniendo consiguientemente en ineficaz, dicho
negocio. Posición que es tratada por el profesor Guillermo Lohmann
Luca De Tena quien señala que “Puede haber falta de manifestación de
voluntad cuando habiendo sujeto y estando acreditada una declaración de
voluntad, se le niege valor jurídico. Dicho de otro modo, no es que falte
manifestación externa de querer, sino que a tal manifestación que
formalmente existe, le falta juridicidad idónea o completa para regulñar
intereses y relaciones jurídicas que el ordenamiento ampare y tutele a
plenitud”.

3. Vale pena aclarar asimismo, que la ineficacia cuya declaración se


peticiona, es generada por la ausencia en el acto impugnado, de uno
de los aspectos estructurales que condicionan la formación válida de
todo negocio jurídico, y cuya inconcurrencia, genera la ineficacia
estructural del mismo, o lo que es lo mismo decir, la invalidez del
negocio. Abunda nuestra posisicón lo opinado por Taboada 16 quien
manifiesta “La invalidez es, pues, un supuesto de ineficacia consecuencia de
la ausencia de algún aspecto estructural del negocio jurídico, y es por ello
mismo que invalidez es lo mismo que ineficacia estructural”.

4. En consecuencia, por las consideraciones antes reseñadas


debemos concluir, que la resolución de pleno derecho ejercitada por
WSL mediante carta notarial de fecha 1 de febrero último por la cual
resuelve el leasing de las embarcaciones, se torna en un negocio
jurídico unilateral ineficaz en su estructura y por lo tanto inválido.

IV. FUNDAMENTOS DE DERECHO:

Además de las diversas normas de derecho material y procesal


referidas en el texto del presente escrito, amparo la presente demanda
en lo dispuesto por el artículo VI del Título Preliminar del Código Civil,
así como en lo dispuesto por los artículos I, III, IV y VII del Título
Preliminar y artículos 3, 4, 5, 6, 15, 16, 85, 87, 424, 425, 426, 427 Y
475 incisos 1, 3 y 4 del Código Procesal Civil.

V. MONTO DEL PETITORIO:

Dada a la naturaleza declarativas y de puro derecho de las


pretensiones sometidas a tutela, la presente demanda no puede ser
materia de cuantificación patriimonial.

VI. VIA PROCEDIMENTAL:

Atendiendo a la naturaleza de la pretensión sometida a jurisdicción,


acorde con lo dispuesto por los incisos 1 y 4 del artículo 475 del
Código Procesal Civil, la presente demanda se tramitará en vía de
PROCESO DE CONOCIMIENTO.

16
Lizardo Taboada Córdova, Ob. Cit. Pag. 22.
VI. MEDIOS PROBATORIOS:

1. Ofrecemos en calidad de medios probatorios, las Escrituras Públicas


presentadas con nuestro escrito de solicitud de medida cautelar fuera
del proceso, para cuyos efectos solicitamos se sirva desglosar dejando
constancia en autos los citados documentos, y adherirlos al presente
cuaderno.

VII. ANEXOS

1..A Arancel judicial por ofrecimiento de pruebas.

POR TANTO:

Solicito al Juzgado se sirva admitir la


presente demanda, tramitarla con arreglo a su naturaleza, y
oportunamente declararla FUNDADA conforme corresponda, con
expresa condena de costas y costos.

AL PRIMER OTROSI DECIMOS: De conformidad con lo establecido en el


artículo 80º del Código Procesal Civil, delego las facultades a que se refiere el
artículo 74º del citado código, a los letrados que autorizan; a tal efecto,
declaro estar instruido del alcance de las facultades que delego, y reitero que
mi domicilio es el señalado en la introducción de la presente solicitud.

AL SEGUNDO OTROSI DIGO: Ratificamos nuestro domicilio procesal en


ésta Ciudad en Avenida 28 de Julio 539, Altos.

AL TERCER OTROSI DIGO: Suscribe el presente escrito nuestro apoderado


judicial doctor Juan Manuel Beltrán Magán, conforme al poder adjunto a
nuestro escrito de medida cautelar fuera del proceso.

Lima, 19 de Marzo del 2002.

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