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IBERO-AMERICANA PRAGENSIA - SUPPLEMENTUM 19/2007 - PP.

157-173

LA BIBLIOTECA DEL MARQUÉS DE SOMERUELOS,


GOBÉRNADOR DE CUBA (1799-1812)

por Sigfrido VAZQUEZ CIENI'UEGOS, Juan B. AMORES CARREDANO

El análisis de la biblioteca personal, cuyo catálogo hemos encontrado en la Sección


Nobleza del Archivo Histórico Nacional I , nos permite de algún modo desentrañar
la atmósfera cultural y política en la que se desenvolvió la vida y acción política de
Salvador José Muro y Salazar, segundo marqués de Someruelos, cuyo mandato en
Cuba entre 1799 y 1812 ha sido el tema de la tesis doctoral de uno de los firman-
tes del presente trabajo~. Como señalaba Rodríguez Campomanes en su infonne de
1788 sobre bibliotecas y lecturas, "los ministros togados y algunos prelados ecle-
siásticos" habían sobresalido en la "adquisición y acopio de libros"3, lo que parece
ser también el caso de los primeros marqueses de Someruelos.
Somos conscientes de las limitaciones que ,suponen este tipo de estudios, sobre
todo porque es prácticamente imposible contrastar el uso real que el propietario hizo
de sus libros 4 • Pero el conocimiento de la biografía de Someruelos, y sobre todo de
su labor de gobierno en Cuba, nos permite establecer una relación contrastada entre
el contenido de su biblioteca, que hemos de suponer forjó en buena medida su pro-
pio pensamiento, y su acción política, así como el interés e inquietud que motivaron
la adquisición de determinados títulos.
En este sentido, un dato significativo para comprender la importancia que
debió de tener para el' marqués su biblioteca es que, aunque el recuerdo colec-
tivo de su actuación como gobernador quedó desdibujado por el paso del tiempo,
permaneció con fuerza en la memoria de la elite habanera la preocupación de
Someruelos por la cultura y su gusto por la lectura. En un artículo publicado
en La Habana, que se conserva en el archivo familiar, fechado en torno a 1857,
se le evocaba como un hombre que durante su gobierno "fomentó extraordina-
riamente la instrucción pública y el gusto a la literatura, a que era sumamente

Archivo Hislórico Nacional (AHN), Sección Nobleza (SN), Almodóvar, C.44, 0.1.
VAZQUEZ CIENFUEGOS, Sigfrido, Tan dij7ci/es tiempos para Cuba. E/ gobierno del marqllés de
Somerue/os (1799-1812), Universidad de Sevilla, 2007, en prensa. _
3 RODRÍGUEZ CAMPOMANES, "Noticia abreviada de las bibliotecas y monetarios de España",
publicado y comentado por J. Gurcía Morales, "Un informe de Campomanes sobre las bibliote-
cas españolas", in: Revista de Archivos. Bibliotecas y Museos, tomo 75, p. 95-126, cil. a su vez en
SOLANO, Francisco de, "Reformismo y cultura intelectual. La biblioteca privada de José de Gálvez,
Ministro de Indias", in: Quinto Centenario, n° 2 (1981), p. 12-13.
• Cf. RUIZ RIVERA, Julián, "Burguesía y cultura en el Cádiz Ilustrado: la biblioteca de los Maltínez
de Junquera", Actas de/llI Congreso de HislOria de Anda/licia. Córdoba, 2001. Historia Moderna
1lI, Publicaciones obra social y cultural Cajasur, Córdoba, 2002, p. 307.

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aficionado"5. Estamos, por tanto, ante una persona que adquiere libros, no sólo para
que le sirvan como fuente de consulta para el desempeño de sus obligaciones, sino
porque tenía esa aspiración de los ilustrados por adquirir un conocimiento lo más
extenso y profundo posible de los llamados saberes útiles,6 entre los que se encon-
traban, como veremos, no sólo los científico-naturales y más o menos "técnicos",
sino también la historia o la pedagogía.
Por todo ello, el objetivo principal de este estudio ha sido lograr una mejor
comprensión de las bases teóricas que pudieron sustentar la actuación política de
Someruelos durante su gobierno al frente de Cuba entre 1799 y 1812.

Composición de la biblioteca
En una primera una valoración general, se puede observar que en los 202 títu-
los que componen la biblioteca del marqués predominan los autores franceses de
la segunda mitad del siglo XVII y primera del XVIII, lo que se viene denomi-
nando el siglo de Luis XlV. Este hecho muestra ya unas preferencias y unas ten-
dencias determinadas. Sin embargo, también encontramos algunas de las obras
más difundidas de los ilustrados y enciclopedistas franceses, cuya circulación
en España provocó, como poco, grandes
o I
polémicas entre "antiguos" y moder-
nos. De hecho, el mayor número de ellos -hasta una cuarta parte- puede cata-
logarse como obras de ensayo y pensamiento sobre temas filosóficos, políticos
y económicos. Un capítulo especial dentro de este grupo lo constituyen las obras
de derecho patrio y de apologistas relacionados con la situación en España des-
pués de 1808.
La segunda temática más importante es la de carácter religioso, que cubre otra
cuarta parte del total, con obras de tipo moral, apologético o hagiográfico. A estas
dos temáticas generales le sigue de cerca la Historia, con 31 títulos, lo que tiene
mucho que ver con esa preferencia por los autores del "primer siglo de las Luces"
francés, cuando triunfa allí la historia academicista.
Muy cerca, con 30 volúmenes, se encuentran los títulos sobre materias cientí-
fico-naturales, como matemáticas, medicina, agronomía y geogratla universal, pero
también algunos con una clara utilidad práctica y otros que reflejan curiosidad por
nuevas invenciones, todo un conjunto de disciplinas muy en boga en el siglo ilus-
trado.
Un número menor, pero significativo, ocupan los 16 títulos dedicados a retórica,
poética y literatura clásica. A su vez, la biblioteca cuenta con una decena de títu-
los dedicados a la educación, principalmente de la mujer y los hij9s, y una cantidad
similar de títulos están dedicados a temas sobre las órdenes de caballería y asuntos
cortesanos. Aunque predominan claramente las obras en francés, tail1bién hay obras

5 AHN, SN, Someruelos, C.15, D. 11, <;Apuntes para la historia de La Habana", artículo de una publi-
cación periódica no especificada.
6 Barroco e Ilustración en las bibliotecas privadas españolas del siglo XVIII: discuno leído el día
17 de nUlrzo de 2002 en la recepción pública de D. Luis Miguel Enciso Recio, y contestación por el
Excmo. SI: D. Vicente Palacio Atard, Madrid, Real Academia de la Historia, 2002.

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en italiano e inglés, a parte por supuesto del castellano y ellatín, varios diccionarios
y algunos catálogos de títulos expurgad07•

La biblioteca de Somemelos
Tipo de obras Volúmenes
Ensayo 47 23.3%
Religiosas 46 22.8%
Historia 31 15.3%
Científico-naturales 29 14.3%
Retórica y poética 16 8%
Educación 10 4.9%
Cortesanas 10 4.9%
Diccionarios 8 4%
De dificil clasificación 5 2.5%
Total 202 100

Tras esta primera valoración y catalogación general, advertimos la existencia de


lo que podríamos llamar "dos bibliotecas": una formada antes de 1780, y muy proba-
blemente heredada por Salvador José de su padre, el primer marqués, y otra posterior,
con títulos editados ya en la segunda mitad o a finales del siglo xvrn y primeros años
del XIX, que aquél habría formado principalmente en su destino habanero.
Lo que sería esa "primera biblioteca" muestra en efecto los intereses aristocráti-
cos y academicistas propios de la nobleza ilustrada española de mediados del siglo
xvrn. y ése fue el ambiente en que también se educó nuestro marqués. Ante la dedi-
cación de sus dos hermanos mayores a la Iglesia, los padres de Salvador José, pro-
yectaron que él debía heredar el mayorazgo familiar. Con esta idea, y para prepararle
una carrera acorde a su condición, beneficiaron la jefatura de milicias del regimiento
provincial de Toro y una compañía en el regimiento de infantería de la Princesa en
1771, mientras el joven Salvador era enviado a estudiar al Real Seminario de Nobles
de Madrid, "cuna" de las carreras adminis1¡ativas y militares de muchos vástagos de
la mediana nobleza españolaS. La enseñanza impartida en estos colegios de nobles
seguía la ratio studiorum de los jesuitas, que los habían dirigido hasta su expulsión
en 1767, y que incluía la geograña universal, esfera o nociones de astronomía, his-
toria eclesiástica, cronología, ari1mética y heráldica, además de la retórica y el latín.
Probablemente fue aquí donde el joven Muro adquirió su afición por la geograña y la
historia.
Pero el joven estudiante pareció inclinarse a una vida de recogimiento ecle-
siástico, como había sido el caso de sus hermanos mayores. Y así, en 1772 recibió

7 Debido a la limitación espacial no reproducimos el listado completo de obras, dejando esta intención
para un próximo trabajo más extenso.
s AHN, SN, Someruelos, C.12, Do 46-480 Cfo Francisco Andújar Castillo, "El Seminario de Nobles de
Madrid en el siglo XVIII. Un estudio social", in: Cuadernos de Historia Modema. Anejos. n° 3, 204,
po 201-225.

159
el hábito franciscano y dos años más tarde profesó en dicha orden. La repentina
muerte de su padre en 1774 le obligó a abandonar el hábito y regresar a su casa
para convertirse en el segundo marqués de Someruelos, dedicándose los siguien-
tes quince años a sacar adelante la herencia y economía familiar9• De aquí que
encontremos en su biblioteca algunas obras clásicas sobre agricultura10 y diversos
títulos referentes a la Mesta, el gran gremio empresarial castellano de los ganade-
ros y negociantes de la lana ll • Pero su paso por el convento le dejó huella, como
queda reflejado en el elevado número de títulos de carácter religioso de su biblio-
teca, la mayoría de los cuales reflejan una piedad barroca tradicional, como los
devocionarios, calendarios litúrgicos, las vidas de santos y los autores místicos
castellanos.

La Historia en la biblioteca de Someruelos


La herencia de la pedagogía jesuítica queda bien reflejada en la biblioteca. Además
de una presencia notable de obras de geografía universal, encontramos en ella el
Compendio de la Historia de España, que en realidad se trata de la traducción rea-
lizada por el jesuita José Francisco de Isla (1703-1781) de la obra del mismo título
del jesuita francés André Duchesne12 . Obra didáctica para la formación de un "buen
príncipe", al estilo francés, en ella se relatan de forma sucinta y sintética, para faci-
litar su memorización, los principales hechos de la monarquía española y, además,
se introducen máximas morales, porque no se trata sólo de formar buenos príncipes
sino también buenos cristianos.
Aparte de las obras clásicas de Fleury y de Bossuet1 3, dominadas todavía por el
principio providencialista, predominan los títulos correspondientes a la nueva histo-
ria erudita y academicista de estilo francés sobre los reinos y reyes, o grandes hom-
bres, a veces con el título de "historia universal", un concepto éste que surge ahora,
cuando se da por conocido todo el globo. Es una historia que se presenta siempre
como "maestra" de vida, especialmente para los gobernantes y para los jóvenes,
pero que tiene una clara pretensión científica moderna, en contraste con las prime-

9 AHN, SN, Someruelos, C.21, D. 39.


10 Entre otros, la Agriculta lego de Juan de Andrés, obra de la que no hemos encontrado referencias,
y la clásica de Gabriel Alonso de Herrera (1470-1539), Agricultura general, que trata de la labranza
del campo y sus particularidades, crianza de animales, propiedades de las plantas que en ella...,
Madrid: Antonio de Sancho, 1777; se trata de una edición moderna de la publicada en 1513.
11 Andrés Dfez Navarro, Quaderno de leyes y privilegios del honrado Concejo de la mesta; con
[ndice y concordantes de leyes reales. autos acordados y capítulos de millones, Madrid, 1731. Otro
título: Memorial ajustado del expediente de concordia que trata el honrado concejo de la Mesta
con la Diputación general del Reyno y provincia de Estremadura... , Madrid: Por Bias Roman.
1783.
12 André Duchesne fue preceptor de los infantes españoles en la corte de Felipe V. La traducción de Isla
fue un éxito editorial (Cf. GARCfA CUADRADO, Amparo, "La edición española del 'Compendio
de la Historia de España' de Duchesne: una traducción del Padre Isla", in: Revista General de Infor-
mación y Documentación, vol. 10, n° 2, 2000, p. 105-134.
13 Bossuet, Jacques Bénigne (1627-1704). Discours sur l'histoire universelle (de la que cuenta con dos
ediciones diferentes), y el Discours sur l'Histoire ecclésiastique, de Claude Fleury (1640-1723).

160
ras. Algunas de las obras más representativas de esta nueva historia que encontra-
mos aquí serían la de Jean-Baptiste Ladvocat (1709-1765), Nouveau dictionnaire
historique portati! ou Histoire l 4, que este profesor de La Sorbona escribió con la
intención de dar a los jóvenes una idea "justa" de la historia y de la literatura; o Les
élémens de l'histoire, de Pierre Le Lorrain, entre otras l5 •
Al mismo registro historiográfico de origen francés y didáctica jesuita pertenece
la obra de Enrique Flórez (1702-1773), Clave historial (Madrid: Impta. de Ant. San-
cha, 1780), más conocido por su España sagrada, en 20 volúmenes, entre la abun-
dante producción de este popular historiador y naturalista de la primera ilustración
españolal6• Precisamente Flórez escribió su España sagrada a instancias del fabu-
lista Tomás de Iriarte (1750-1791), del que también encontramos aquí sus Leccio-
nes instructivas sobre la historia y la geografía (Madrid: Imp. Real, 1794), escrita
para la juventud. Y también puede incluirse aquí otra obra muy popular, la de Pas-
cual Gutiérrez de la Hacera, Descripción general de la Europa y particular de sus
Estados y Cortes especialmente de las ciudades, villas y pueblos mas notables de
España, con la cronología y sucesos memorables (Madrid: Josef Doblado, 1782).
Pero este interés por la historia se centra sobre todo en la de España, uno de los
temas preferidos de la ilustración peninsular. Aunque los Borbones contribuyeron

14 Ladvocat, Jean-Baptisle (1709-1765), Nouveau dictiomUJire historique portatifou Histoire abre-


gée de tous les hammes qui se font fait un Nom par des Faleus, des Vertus, des FOIfaits, des
Evreuvs, etc. etc. depuis le commencement du monde jusqu'á /ws jours: auvrage dalls le quelon
,expose sans jlatatterie & sans amertume, ce que les Ecrivaills les plus impartiaux ant pellSe sur
le Génie, le Caráctere & les Moeurs des Hommes célebres dans tous les Genres; avec des tables
chronologiques pour réduire en Corps d'Histoire les Artieles répandus dallS le Dictiollnaire / Par
UIle Sacieté de GellS de Lettres Nouvelle, Amsterdam: Marc, Michel Rep. Libr., 1769. Este autor
,era incluido por JoveIlanos en su Plan de estudios para el Colegio Imperial de Calatrava en 1790
(Cf. Jean SARRAILH, La Esparla Ilustrada de la segunda mitad del siglo XVIII, México, FCE,
1979, p. 161).
15 Le Lorrain, Pierre, abbé de Vallemont, Les élémellS de l'histoire, París, 1758. Pierre Le Lorrain
(1649-1721) fue uno de esos clérigos y teólogos que se convierten al naturalismo, como ocurrió
a otros muchos a principios del siglo XVIII. Otras obras franceses en esta misma linea que apare-
cen en la biblioteca: Raguenet, Franc;ois (1660?-1722), Histoire du Vicomte de Turenlle (Rague-
net escribió además una Historia de Oliverio Cromwell y también. Les monumellts de Rome ou
Descriptions des plus beaux ouvrages de peinture, de sculpture, et d'architecture); y Saint-Réal,
César de (1643-1692), Oeuvres choisies, Londres, 1783, una historia erudita pero novelada, que
le hizo ser un autor de mucho éxito, pero también muy criticado por ilustrados como Voltaire
(Cf. Chantal Carasco, "Salnt-Real, romancier de l'histoire: une cohérence estbétique et morale",
Mémoire ou these, Universidad de Nantes. 2005). No faltaba tampoco una de las más conocidas
de la época, la del antienciclopedista Claude-Marie Guyon (1699-1771), Histoire des Empires et
des Républiques, depuis le Délugejusqu'Q Jesus-Christ. Paris: Impr. de Joseph Bullot, 1736-1741.
Por último, hay que incluir aquí la obra de Frangois Timoleon, Abbé de Choisy, Historia general
de la Iglesia... traducida en castellano por Do/! Esteva/! Gazán..., Madrid: Eugenio Bieco-Anto-
nio Perez de Soto, 1754-1755.
16 Bl agustino P. Flórez es el primero en hacer hincapié en la geograffa, siguiendo la moda francesa. Flórez
se convirtió luego en un naturalista y a él se debe en buena medida la fundación del Gabinete de Historia
Natural de Madrid. er. Cristina BORREGUERO BELTRÁN, "El gigantesco legado del Padre Flórez", in:
Cristina Borreguero Beltrán (coord.), El Padre Flórez: tres siglos después, Bwgos, 2006, p. 9-20.

161
a que se despreciara la monarquía de los Austrias, como causante de la decadencia
española, al mismo tiempo y por eso mismo favorecieron una nueva historia "nacio-
nal" que, siguiendo la moda erudita y academicista francesa, hablara delpassldo
glorioso de España, comenzando por la Hispania romana y siguiendo por la primera
monarquía "nacionar', la visigótica. Uno de los más significativos ejemplos de este
esfuerzo es la obra de José Luis Velázquez de Velasco, Marqués de Valdeflores,
Anales de la nación española desde el tiempo más remoto hasta la entrada de los
romanos, quien se preocupa de advertir que ha sido elaborada "únicamente de los
escritores originales y monumentos contemporáneos"1?, para señalar que no hará
caso de leyendas y fábulas que todavía se podían encontrar en la Historia general
de España del jesuita Juan de Mariana (1536-1624), que también se encuentra en
esta biblioteca. Aunque ya en época de Mariana aparecieron obras que, de acuerdo
al nuevo espíritu humanista, rechazaban esas fábulas, como es el caso de Monar-
qufa de España de Pedro Salazar de Mendoza1s, que se convirtió en una autoridad
por lo monumental de su erudición.
Velázquez de Velasco era un protegido de Ensenada, filiación que puede tam-
bién atribuírsele al padre de Salvador José, el primer marqués de Someruelos19•
Fue precisamente durante la época de Ensenada cuando se extendió la moda del
academicismo y el neoclasicismo de gusto francés, y él mismo impulsó esa nueva
historia de "de la nación española", por lo que podemos suponer que fue el pri-
mer marqués de Someruelos quien adquirió muchas de estas obras. Y Ensena.da
fue un gran amigo de los jesuitas, lo que también puede explicar la presencia de
algunas obras significativas que más tarde serian proscritas, como la citada del
padre Mariana.
Esta historia erudita, tanto universal como de España, está también representada
en la biblioteca de Someruelos a través de otros títulos sobre numismática, monu-
mentos arqueológicos, heráldica y diplomática, es decir, el tipo de fuentes que la
nueva historia de origen francés consideraba de primera importancia para elabo-
rar una historia "científica". Entre ellas encontramos aquí la obra iconográfica de

17 Velázquez de Velasco, Luis José, Marqués de Valdeflores (1722-1772), Anales de la naci6n espa-
ñola desde el tiempo más remoto hasta la entrada de los romanos: sacados únicamente de los
escritores originales, y monumentos contempordneos, Málaga: En la oficina de Francisco Martí-
nez de Aguilar, 1759. Historiador, poeta y académico, protegido de Ensenada, que le encargó una
Historia monumental de Espaila, de la que publicó 67 vols. desde 1752. Fue también un polemi.sta
y crítico literario. Discípulo del famoso crítico literario Ignacio de Luzán (autor de una Poética,
1737), en su obra Orígenes de la poesía castellana (Málaga, 1754) defiende la superioridad del
neoclasicismo francés frente a la tradición barroca española del siglo de oro. Cf. Mathias, J., El
marqués de Valdejlores (su vida, su obra, su tiempo), Madrid, 1959; MORA RODRíGUEZ, Glo-
ria, "Luis José Velázquez de Velasco, marqués de Valdeflores", in: Zona arqueol6gica, n° 3, 2004,
p.39-42.
18 Pedro Salazar de Mendoza (1549-1629), M01larqu{a de España, Madrid, Joaquín Ibarra, 1770-1771,
publicada originalmente en 1625.
19 Pedro Salvador de Muro y Alonso, primer marqués de Someruelos, fue auditor general de la Arma.da,
subdelegado general de rentas reales, consejero de S. M. en los de Castilla y Hacienda y caballete> de
la orden de Calatrava. Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, Someruelos, C.12, D. 46.

162
Manuel Mariano Rodríguez (1729-1802), Retratos de los reyes de España 20, y otra
del famoso "heterodoxo" Juan Antonio Llorente21 .
Los títulos citados muestran, evidentemente, los gustos aristocráticos de un
noble de la época, que se completan con obras de poética, retórica y otras de lite-
ratura clásica22, además de algunos sobre la orden de caballería y la educación del
noble23 • Al mismo tipo de educación y a la misma mentalidad de un noble servidor
del absolutismo ilustrado, responde la presencia aquí de la obra de Gaspard de Real
de Curban, La science du gouvernament, uno de los principales teóricos franceses
de la monarquía absoluta que será muy leído en la posterior época de la restaura-
ción en Europa:1A.

Las ideas ilustradas en la biblioteca del marqués


Aunque se inició en la carrera de las armas como jefe de milicias del regimiento
provincial de Toro25, Someruelos labró realmente su carrera militar en la guerra con~
tra la Convención francesa (1793-1795), como coronel de las milicias provinciales
de Castilla la Vieja en el frente del Pirineo occidental. En esta contienda compartió
destino con hombres de la relevancia del marqués de la Romana o el cubano Gon-
zalo O'FarrilI, y su destacada participación en el conflicto le valió su pase automá-
tico de oficial de milicias a veterano y un fulgurante ascenso en el escalafón, pues si
en octubre de 1793 era nombrado coronel de infantería, al acabar la guerra, en julio
de 1795, ascendía nada menos que a mariscal de campo26.

20 Rodríguez, Manuel Mariano (1729-1802), ReÜ'atos de los reyes de España desde Ata17Llrico hasta nues-
lro católico monarca Don Carlos /l/.... tres vols., Madrid: Imp. Joachin !barra, 1802. Se trata de una
obra de iconografia real a base de retratos de gran formato de estilo academicista con un breve suma-
rio para dar noticia de cada reinado; toma la información de la obra de Mendoza, que también está en
la biblioteca; la de Rodríguez fue obra muy valorada en su época y estaba en las mejores bibliotecas del
siglo XIX.
21 L1orente. Juan Antonio (1756-1823). Monumento romano descubierto en Calahorra a 4 de Marzo de
l788: Con clrya ilustración se demuestra el uso del Cómputo de la Era Española antes de la venida
de los Godos. y aun del Redentor. Madrid: Bias Román. 1782.
22 Así. por ejemplo, las Oubres de Tacite de Sieur d'IAblancourt (1621-16%); El aJte poética de Aris-
tóteles en castellano. por José Gaya y Muniain; las Oraciones escogidas de Cicer(Jn, traducidas por
Rodrigo de Oviedo; o las Obras de Virgilio de Gregorio Hernández de Velasco.
23 Pierre de La Nove, La Cavalerie Fran~oise et ItaUenne, ou l'art de bien dresser les cheuaux.
selon les preceptes des bonnes ecoles de deux Nations: Fant pour le plaisir de la Carriere, et des
Carozels que pour le service de la Guerre. Strasbourg. 1620; y Antonio Víla y Camps. El noble
bien educado: instrucción polftico-moral para la pe/tecta educación de un caballero. Madrid:
D. Miguel Escribano, 1776.
24 Real de Curban, Gaspard de. La science du gouvernLlment: ouvrage de Morale, de Drait, el de Poli-
tique... / par Gapard de Real de Curban, Gran Sélléchal de Forcalquier, Amsterdam; Aix-La-Cha-
pelle: Arkstée & Medro, libr.• 1761-1764. Ésta es una de las obras que con casi toda seguridad
adquirió el padre de Salvador José, pues existe una traducción española de Mariano José de Salas de
1775. Cf. Oz-Salzberger. Fania, The Enlíghtenment in Translation: Regional and European Aspects",
iln:- European Review 01History. vol. 13. nO 3. septbre 2006. p. 385-409
25 Certificación de la copia original del nombramiento, Madrid, 18 de agosto de 1791, Expediente
Matrimonial. AGM, H-5079.
26 Archivo General de Simancas, Guerra Moderna, 6496. 6671, 6675.

163
La reputación como militar y hombre de mando adquirida en el Pirineo le valió
su primer nombramiento de confianza, la comandancia de un "cuerpo volante"
en Galicia en 1798, unidad veterana destinada a hacer frente a un eventual ata-
que inglés a aquellas costas Z7 • Parece que fue el mismo motivo -sus dotes milita-
res y de mando- junto a las relaciones familiares, lo que le valió ser nombrado al
año siguiente para hacerse cargo de la capitanía general de Cuba28, en un momento
extremadamente delicado\ para la defensa de la isla tras la ruptura de guerra con
Inglaterra.
Fue posiblemente a partir de esta designación cuando se produjo la fractura que
observamos en la composición de la biblioteca del marqués. y es que, junto a las
obras de corte más tradicional señaladas en el epígrafe anterior, encontramos a una
serie de autores ilustrados, sobre todo extranjeros, cuyas obras no se difunden abiler-
tamente en España hasta la década del setenta del siglo XVIII, tras la expulsión de
los jesuitas y el impulso reformista del gobierno de Carlos m29• Además, como es
conocido, tras el breve triunfo de los "antiguos" con ocasión del cierre de fronteras
intelectual ordenado por Floridablanca en 1790, especialmente de las obras fran-
cesas, la época de Godoy supuso un nuevo auge en la difusión del pensamiento
moderno, tanto porque él mismo era un ilustrado avanzado, como porque España
era ahora aliada de una Francia que, con Napoleón, pasó a ser más admirada que
temida. En todo caso, lo que parece claro es que Someruelos debió de adquirir un
buen número de estos títulos en La Habana, donde sin duda le surgieron nuevas
inquietudes y necesidades prácticas, y donde era más fácil encontrarlos, gracias
a la libertad de comercio y comunicación de que gozó la capital cubana durante la
mayor parte de su mandato.
En primer lugar hemos de mencionar una serie de obras que, o bien estaban
incluidas en el índice o su difusión en España -muy a menudo por obra de las
Sociedades Económicas de Amigos del País- no dejó de suscitar polémica.
La primera de ellas sería la famosísima Mathematical principIes 01natural phi-
losophy de Isaac Newton, que se convirtió en un autor de referencia, más por la
concepción del universo intrínseca en su descripción de los fenómenos físicos que
por sus avances científicos. De hecho, a Newton se le consideraba en el siglo XVIII
más como un revolucionario del pensamiento y, por tanto como un "philosopbe",
que como un científico en el sentido actual; esto se deja ver en el mismo título de
la obra, pero aún más en su contenido y, sobre todo, en el alcance de su influencia
sobre todo el saber humano de la época.
Algo parecido puede afirmarse de la Lógica de Condillac, la obra resumen de: su
pensamiento, bien conocida en España desde hacía décadas, y que supuso en rea-

27 AGS, GM, 5911.


28 AGS, GM, 6878. Su madre, Teresa de SaIazar, había contraído segundas nupcias en 1777 con Juan
Antonio de los Heros, conde de Montarco, personaje de gran relevancia política durante los rein~¡dos
de Carlos IV y José Bonaparte, y que influirla en gran medida en la carrera de Someruelos (AHN,
SN, Someruelos, C.21, D.21).
29 Cf. SARRAILH, J., La España Ilustrada... , pass/m.

164
lidad la introducción aquí de la filosofía empirista y sensualista de origen inglés30•
Otra obra también muy popular en España era la Vida del Conde de Buffon, de
Lacépede31 , autor laureado por la Sociedad Económica de Zaragoza por su contri-
bución a la difusión del famoso autor de la Historia Natural, la "biblia" de las cien-
cias naturales para los ilustrados32•
Encontramos también algunas muestras de la nueva historia ilustrada, ésa que
rompe con la tradición erudita y academicista francesa paras explicar los procesos
históricos no a través de las vidas de los príncipes sino por otras causas generales,
como el factor geográfico, con un sentido determinista, y lo que llaman "el espíritu
de los pueblos". Someruelos disponía al menos de una de las obras más conoci-
das de esta nueva historia, las Considérations sur les causes de la grandeur des
Romains, et de leur decadénce de Montesquieu33 •
La presencia de estos autores en la biblioteca del marqués todavía puede pare-
cer normal, como también, por otras razones, el drama de Voltaire La muerte de
César34. Pero no 10 era tanto la del poema filosófico Essay on Man de Alexander Pope
(1688-1744), uno de los grandes poetas ingleses que destaca la relación del hombre
con la naturaleza y el universo, hasta el punto de que su autor tuvo que defenderse en
su país de acusaciones de panteísta y espinozista35 • También llama la atención encon-
trar aquí la obra de Gabriel Bonnot de Mably, Le Droit Public de l'Europe (Geneve,
1798). Aunque partía del reconocimiento de que la naturaleza había creado a todos
los hombres libres e iguales, Mably se alzó contra el optimismo de los ilustrados para
preconizar una vuelta al comunitarismo primitivo, y en este sentido se le considera
una obra revolucionaria, que inspiró a los primeros socialistas utópicos36•

30 Cf. José CEPEDELLO BOlSO, La introducci6n de Condülac en Espaíía, tesis doctoral inédita, Uni-
versidad de Sevilla, Facultad de Filosofia, 2001.
31 Lacépede, Bernard Germain Etiennede la Ville sur IlIon, Comte de (1756-1825), Vida del Conde de
Buffon, d que acompañan el discurso pronunciado al tiempo de su recepci6n en la Academia Fran-
cesa, la relaci6n del viaje que Herault de Sechelles hizo d Montbard en 1758, y el elogiofúnebre que
tí la memoria de su maestro compuso el Conde de la Cepéde, su discipulo y continuador, Madrid:
J?antaleon Aznar, 1797.
32 J. SARRAILH, La España /lustrada..., p. 263.
33 Cf. Joseph FONTANA, La Historia de los hombres, Barcelona, Crítica, 2000, p. 91-92.
34 Voltaire (1694-1778), La muerte de Cesar: tragediafrancesa / traducida en verso castellano, yacom-
pañada de un discurso del traductor sobre el estado de nuestros teatros y necesidad de su reforma
por Don Mariano Luis de Urquijo, Madrid: BIas Roman, 1791. Este libro bien pudo ser un regalo del
mismo traductor --el conocido ministro de Carlos lV- al marqués, ya que Urquijo se encuentra entre
Ilos amigos y protectores de Someruelos.
35 lEn el catálogo que analizamos, la obra de Pope se atribuye a Bolingbroke, político inglés tory pro-
tegido de la reina Ana, que lo hizo lord Bolingbroke. Pope escribió su Essay en forma de cartas en
verso a Bolingbroke, de ahí posiblemente la confusión en el autor, aunque puede pensarse que el
autor del catálogo quisiera también ocultar el nombre del autor. Cf. HAZARD, Paul, El pensamiento
,~uropeo en el siglo XVlIl, Madrid, Alianza, 1978, p. 345-352; y David Cody, "The Alexander Pope's
Essay on Man. An Introduetion", en The Victorian Webb.
36 El conocido como abate Mably, hermanastro de Condillac, llegó a ser secretario del cardenal Ten-
dn, ministro de Asuntos Exteriores francés. Nutrido su ideario en la lectura de Locke y Rousseau,
,en 1746 se enfrentó a Tencin en nombre de la tolerancia. Mably propugnó la revolución como medio

165
Igualmente resulta llamativa la presencia de dos obras clásicas de la ilustración
europea que habían sido proscritas por el gobierno de Carlos m: la Historiapolíl'ica
de los establecimientos ultramarinos de las naciones europeas del abate Raynal,. en
traducción firmada por Eduardo Malo de Luque37, y las Instituciones políticas del
Baron de Belefeld38, en realidad la traducción de los capítulos referentes a España
y Portugal realizada por Valentín de Foronda, que le valió una sonada polémica
con el primer traductor de la obra, Domingo de la Torre y Mollinedo, quien acusó
a Foronda de no haber suprimido las opiniones abiertamente contrarias a la monar-
quía española y al catolicismo romano vertidas por el autor39•
Un capítulo especial lo forman los títulos más representativos de la nueva eco-
nomía política. En primer lugar, los Elementos del Comercio, de Fran~ois Véron du
Verger, más conocido como Forbonnais, un importante neocolbertista traducido tar-
díamente en España40 que tuvo mucha influencia en la dirección de la hacienda real
francesa a mediados del siglo xvm hasta que se ganó la enemistad de los fisi6cra-
taso Éstos últimos están aquí representados por uno de los más significados, Pierre-
Paul Le Mercier de la Riviere (1719-1801) y su L'Ordre naturel et essentiel des
sociétés politiques 41 , a quien se debe la famosa máxima "Laissez faire, laissez pas-
ser, le monde va de lui meme", y la fundamentación de las ideas básicas de la eco-
nomía liberal, como la de que "disfrutar de la propiedad y, en consecuencia, de la
seguridad y la libertad son la esencia del orden natural y fundamental de la socie-
dad"; o la que afirma "la necesidad de dejar el comercio doméstico tan libre como
sea posible"; o la de que "el orden natural y fundamental de la sociedad pide la
mayor libertad posible de comercio exterior en el interés común tanto del soberano
como de la nación42." Son principios que Someruelos utilizó casi literalmente para

válido para la liberación de la esclavitud, la abolición de los impuestos indirectos, leyes contra el
lujo, la restricción del derecho hereditario Y. en agricultura. la supresión de arrendamientos de las tie-
rras y la fijación de un máximo de extensión a la propiedad individual. Por esta.~ ideas se le ha consi-
derado un precursor del socialismo. Cf. HAZARD. Paul. El pensamiento europeo.... p. 156.
37 Eduardo Malo de Luque. Historia polftica de los establecimientos ultramarinos de las naciones euro-
peas (con mapas). 5 tomos, Madrid, 1789-1790. Malo de Luque era el seudónimo que utilizó Pedro
Francisco Jiménez de Góngora y Luján, duque de Almodóvar del Rfo (1727-1794).
38 Belefeld. Jacob Friedrich von. Baron de, Instituciones pollticas: Obra en que se trata de los Rey.rws y
de Portugal y España. de su situacion local, de sus posesiones, de sus Vecinos. y lfmites, de su clima.
y producciones, de sus manufacturas, y fabricas, de su Comercio, de los habitantes, y de su número...
del Soberano y de sus Titulos•.. de sus Exercitos, y Marina... I Escrita en Francés... y Trad"... aumen-
tada de muchas notas por Don Valentin de Foronda. Belefeld fue consejero y maestro de Federico 11
de Prusia (1740-1786). Sobre la introducción de Belefeld en España, ver Lluch. Emest, Las Espalías
vencidas del siglo XVlIl. Claroscuros de la Ilustración, Barcelona, Critica, 1999, p. 143-150.
39 Domingo de la Torre y Mollinedo formalizó sus acusaciones contra Foronda ante el Consejo de Cas-
tilla, que le dio la razón, sin que por eso el famoso publicista vasco dejara de difundir su traducción.
Cf. LLUCH, E., Las Españas vencidas del siglo XVlll.... p. 146-149. y BARRENECHEA, J,:>sé
Manuel, Valentln de Foronda, refomuuJor y economista ilustrado, Vitoria, 1984.
40 Maur, Carlos de. Elementos del Comercio; Madrid: Fco. J. Garcfa, 1765.
41 Le Mercier de la Riviere, P. F.. L'Ordre naturel et essentiel des sociétés politiques, Londres. 1767.
42 Ebeling, Ricahrd M. "El liberalismo clásico en el siglo XXI: libertad de comercio". The Future of
Freedom Foundation.

166
argumentar ante las autoridades metropolitanas de Madrid y Cádiz la necesidad de
mantener en la isla la libertad comercial -a través del llamado comercio de neutra-
les- ante las dificultades por las que pasó La Habana con ocasión del bloqueo britá-
nico y el contrabloqueo estadounidense en la primera década del siglo.
También encontramos las de los principales teóricos del liberalismo económico:
Le Commerce et le Gouvemement, de Condillaé, considerado uno de los textos
básicos de nueva ciencia económica y que tuvo mucha influencia en España43 ; y la
Riqueza de las naciones de Adam Smith (1723-1790), del que dispone hasta tres
versiones44•
En otro orden de cosas, el marqués parece interesado también por conocer a los
autores que, sin ser de "los antiguos", se oponen a las corrientes de moda, no en
la economía o en otras ciencias útiles, sino en las más profundas del pensamiento
filosófico y religioso. En este sentido, uno de los temas que más polémica suscitó
en los países católicos -Francia, España e ltalia- fue el jansenismo. Junto a Some-
ruelos y en la misma Habana, por cierto, se encontraba el obispo Espada, que fue
acusado de jansenista por sus numerosos enemigos45 • Pues bien, en su biblioteca
encontramos una de las más conocidas obras del famoso clérigo jansenista Joaquín
Lorenzo Villanueva46, junto a otras precisamente de ideología contraria, como la del
clérigo italiano Rocco Bonola47 , un crítico de la filosofia y la teología modernas,
abiertamente anti jansenista, o la del oratoriano portugués Teodoro de Almeida48,
que representa un término medio pues fue a la vez regalista y anti jansenista, lo que
le hizo muy popular en la península.

43 CondilIac, 'Étienne Bonnotde (1714-1780), Le Commerce et le Gouvernement: Considérés relative-


l1lent 1'un á l'autre Ouvrage elementaire, Ámsterdarn, 1776. Cf. cervera, P., El Pensamiento Econó-
mico de la !lustración Valenciana, Valencia, Biblioteca Valenciana, 2003, p. 103-122.
44 Recherches sur la nature et les causes de la richesse des nations I traduites de l'anglois sur la qua-
trieme édition par M. Roucher, París: Veuve Delaguette, 1790; Condorcet, Riqueza de las nacio-
nes (traducción de Carlos Martlnez de Irujo), 1 tomo, Madñd, 1792; y Roucher, J. A.: Richesse des
nations, 4 tomos, París, 1794.
4S El estudio más reciente realizado sobre la labor de Espada en La Habana y sus inclinaciones poIíti-
¡:as ha sido realizado por la investigadora Consolación FERNÁNDEZ MELL'ÉN, "Un prelado jove-
lIanista en La Habana: el obispo Espada y la restauración constitucional (1820)", en CAGIO VILA,
Pilar y Eduardo REY TRISTÁN, De ida y vuelta. América y España: los caminos de la cultura, Uni-
versidad de Santiago de Compostela, 2007, pp. 367-374.
46 Villanueva, Joaquín Lorenzo (1757-1837) De la reverencia con que se debe asistirá la misa. yde las
• faltas que en esto se cometen, Madrid: Imprenta Real, 1791. Villanueva fue diputado en las Cortes de
Cádiz dentro de la facción liberal, partidario de la separación de poderes y defensor del decreto que
llcabó con el tribunal espafiol de la Inquisición. Cf. LA PARRA LOPEZ, Emilio, El primer libera-
lismo y la Iglesia, Alicante, Instituto de Estudios Juan Gil-Albert, 1985.
47 La liga de la teologEa moderna con la filosofta en daño de la Iglesia de Jesuchristo... Con adición /
Escrita en idi01na italiano por... é impresa en dicho idioma en 1789, Madrid: Imp. de la adm. de la
Rifa del Real Estudio de Medicina practica, 1798.
48 Teodoro de Almeida (1722-1803), ArmonEa de la razón y la religión o Respuestas filosóficas a los
argumentos de los incrédulos, Francisco Vázquez Ir., Madrid, 1802. Almeida ha sido llamado "el Fei-
joo portugués" (Cf. Menéndez Pelayo, Marcelino, Historia de los heterodoxos españoles, Madrid,
eSIC, 1963 tomo 5, p. 406-407).

167
Más significación tiene para comprender la mentalidad del marqués la presen-
cia en su biblioteca de varios autores claramente antienciclopedistas, como las
obras apologéticas de conocidos teólogos franceses "anti-philosophes", como el
Examen du Materialisme de Nicolás Bergier49 en la que se refuta el deísmo y, más
en concreto, el materialismo del barón d'Holbach, que aparece en otras biblio-
tecas españolas famosas o estudiadas50 • Otro ejemplo sería Etudes de la Nature,
con la que Jacques Henri Bernardin de Saint-Pierre, tuvo un gran éxito editorial
sobre todo al introducir en ella la novela moralista y antiesclavista Paul et Virgi-
nie; publicada entre 1784 y 1788, fue calurosamente aplaudida por los medios
antifilosóficos51 •

Los saberes útiles y la práctica de gobierno de Someruelos


Una de las características del gobierno del marqués en Cuba fue su preocupación
efectiva por mejorar las pésimas condiciones culturaIes y sanitarias de la isla, mos-
trando así el carácter ilustrado de su pensamiento.
En la biblioteca hay una importante colección de obras que tiene como objetivo
la educación. Entre los títulos dedicados a esta materia hay una especial preocupa-
ción por la instrucción de las esposas y de los hijos, una temática recurrente en la
bibliotecas de la época, aunque en el caso de Someruelos posiblemente estuviese
condicionado por la situación de larga separación con su familia por el destino en
Cuba, durante el cual su mujer y sus dos hijos pequeños permanecieron en la penín-
sula hasta 1810 en que llegaron a La Habana. Por ello no es de extrañar la presen-
cia de obras como el Discurso sobre la educaciónfisica y nwral de las mugeres, de
la famosa ilustrada aragonesa Josefa Amar y Borbón52; el Tratado de la educación
de las hijas de Fénelon53 o los Consejos de un padre a su hijo del pedagogo alemán
Joachim Heinrich von Campe54, entre otras obras.

49 Bergier, Nicolás, Examen du Materialisme. ou réjutation du systeme de la Nature, París: Chez Hum-
blot, 1772. Un autor también recomendado por Jovellanos en su plan de estudios de 1790 (Samtilh.
J., La España ilustrada..., p. 162).
50 HAZARD, Paul. El pensamiento europeo..., po 114sso
51 Bernardin de Saint-Pierre, Henri (1737-1814). Etudes de la Natureo.oParis: De l'imp. de Monsieur.
1791-1792. Otro de los autores franceses bien conocidos en España (SARRAILH, Jo, La España ilus-
trada. ... po 314)0
52 Amar y Borbón, Josefa (n.1749), Discurso sobre la educaciónfisica y moral de las mugeres. Madrid:
Benito Cano. 1790. Cf. López-Cordón, Maria Victoria, Condición femenina y razón ilustrada: Josefa '
de Amar y Borbón, Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 20050 Josefa Amar y Borb6n
fue miembro de la Junta de Damas de la Sociedad Económica madrilefia del mismo modo que lo
era la madre de Someruelos desde 1788. DEMERSON, Paula de. Marfa Francisca de Sales Por-
tocarrero (Condesa del Montijo). Una figura de la /lustración, Editorial Nacional, Madrid. 1975,
ppo 140-142.
53 Fénelon, Fran~ois de Salignac de La Mothe (1651-1715), Tratado de la educacion de las hijas... /
traducido en español por D. Remigio Asensio, Madrid: Viuda de Eliseo Sánchez, 17690
54 Joachim Heinrich von Campe (1746-1818), Consejos de un padre a su hijo, Madrid: Vlllalpando,
1807, traducción de García Rodríguez. Campe, segnidor de Rousseau, fue tutor de los hermanos
Humboldt; su obra principal, El nuevo Robinson, fue traducida por Tomás de lriarte.

168
Esta preocupación por la cultura y la educación fue trasmitida por don Salva-
dor a su hijo Joaquín55, que llegó a ser ministro de gobernación y propuso en 1838
la conocida como "Ley Someruelos", primera ley general de educación antecesora
de la más conocida "Ley Moyano" de 185756•
Así mismo, se preocupó por incentivar el aprovechamiento de los resultados de
la Real Comisión de Guantánamo (1796-1802), el mayor esfuerzo hasta la época
por obtener un conocimiento sistemático de la isla de Cuba57• Patrocinó la visita de
los famosos viajeros científicos Alejandro de Humboldt y Aimé Bonpland58• Pero su
contribución más destacada fue el apoyo decidido de la i1,ltroducción de la vacuna
contra la viruela de manos del doctor cubano Tomás Romay en 1803, antes de la lle-
gada de la "Expedición Filantrópica de la Vacuna", dirigida por Francisco Javier de
Balmis, que recorrió toda la América española con este objetivo59• Someruelos, pre-
ocupado especialmente por el problema de la viruela60, conservó en su biblioteca el
manuscrito Tratados de las vacunas de Balmis, así como la obra traducida del fran-
cés por Pedro Hernández, Origen y descubrimiento de la vaccinif 1• Este aspecto
relacionado a cuestiones de salud está bien representado en su biblioteca, donde hay
diversas obras de tipo científico práctico, como El conservador de la dentadura 62
o el Sistemafisíco médico político de la Peste. 63

ss Su otra hija, Petra, murió en La Habana nada más llegar en 18I O.


56 M.E. C., Historia de la Educación en Espaíía. Textos y documentos, "De las Cortes de Cádiz a la Revo-
lución de 1868", Tomo n, Ministerio de Educación y Cultura, Madrid, 1985, p. 440. La "Ley somerue-
los" fue la primera en plantear la enseñanza de las ciencias físicas, químicas y naturales en la primaria
española, así como la creación de escuelas de adultos y un centro específico de formación del profe-
sorado: Cf. MoNZóN PINILLA, Carmen y Aurelio USÓN JAEGER, "Propuestas didácticas innova-
doras para la enseñanza de las ciencias físicas, químicas y naturales en el primer tercio del siglo XX
en la escuela primaria española", in: Revista Complutense de Educación, vol. 8. Universidad Complu-
tense, Madrid, 1997, p. 271-272; y LORENZO VICENTE, Juan Antonio, "Perspectiva histórica de la
educación de adultos y la animación sociocultural en España", in: Ibídem, vol. 4, 1993 p. 95; YANES
CABRERA, Cristina, "Análisis histórico sobre la creación y desaparición del primer centro español para
la formación del profesorado de educación secundaria", in: Revista de Educación, 339 (2006), p. 747.
57 HIGUERAS RODRíGUEZ. M" Dolores, Cuba Ilustrada. La Real Comisión de Guantánamo

1796-1802. Tomos I-II. Lunwerg Editores, Madrid, I99I.


ss HUMBOLDT, Alejandro de, Ensayo politico sobre la isla de Cuba, edición de Miguel Ángel
PUIG-SAMPER, Consuelo NARANJO OROVIO y Armando GARCíA GONZÁLEZ; Doce Calles,
Valladolid, 1998; edición de Francisco Ortiz, Cultura S. A., La Habana, 1998; traducción y edición
de Maria-Rosario Martí Marco e Irene Prüfer Leske, Universidad de Alicante, 2004.
59 Ver VÁZQUEZ CIENFUEGOS, Sigfrido, "La vacuna en Cuba durante el gobierno de Somerue-
los", en: Temas Americallistas 17, Seminario de Historia de América, Universidad de Sevilla, 2004,
p.34-4O.
60 La atención especial que Someruelos mostró por el problema de la viruela pudo estar motivado por
el hecho de que su hijo Joaquín sufriera esta dolencia.
61 Heruández, Pedro, Origen y descubrimiento de la vaccina I traducido del frances... y enriquecido
con varias notas por el doctor... Pedro He17landez. .., Madrid: en la oficina de Benito García, 1802.
62 Bustos y Angulo, Ventura de, El conservador de la dentadura: arte ó método sencillo con el que cual-
quiera puede por sí solo conservar su dentadura sana, firme y limpia: con otros avisos interesantes.
Madrid: Imprenta de Villalpando, 1806.
63 Díaz Salgado, Juan, Sistemaflsico médico político de la Peste Madrid: Villalpando, 1800.

169
Su interés por los saberes útiles alcanzaba también a la ciencia del gobierno que,
por lo que conocemos de su biografía, podemos afirmar que llegó a dominar con
soltura. Durante su dilatado mandato en Cuba -el más largo de su historia coJlo-
nial-, la isla pasó por una serie de vicisitudes que la convirtieron, de algún modo, en
centro de interés político internacional. Ya al inicio de su mandato hubo de preparar
la defensa de la isla contra una proyectada invasión británica, quizás la razón más
inmediata para su nombramiento dos años antes64 • Otro problema, en este caso here-
dado, fue la revuelta de esclavos que continuaba sacudiendo la vecina isla de Saint
Domingue y el proyecto de Napoleón de recuperar una parte del dominio francés
en América en 1802. El apoyó por parte del gobernador al ejército expedicionaJrio
napoleónico, que acabó con la humillante derrota francesa, trajo no pocos proble- .~.
mas a Someruelos6S •
Además, y desde los primeros compases de su gobierno, el capitán general hubo
de enfrentarse con las pretensiones anexionistas de los Estados Unidos sobre las
posesiones españolas en Norteamérica, con un prólogo en la entrega de La Luisiana
a Francia, y la posterior venta del territorio a los Estados Unidos. No podemos olvi-
dar que, al igual que lo había estado el territorio de la Luisiana; la Florida Occi-
dental y Oriental se encontró bajo la jurisdicción directa del capitán general de lLa
Habana hasta casi el final de su mandato66• Para poder acertar en su política en este
complicado contexto, en medio además de la política errática de Godoy y la poslte-
rior crisis de la monarquía, debió serIe muy útil el contar con una de las primeras
obras del moderno derecho internacional producidas en España, los Elementos del
Derecho publico de la paz, y de la guerra de José Olmeda y León67 , que se basaba
en el derecho de gentes fundado por Francisco de Vitoria y ampliamente desarro-
llado luego por Heinecio y Puffendorf, autores de referencia en la España de Car-
los III a pesar de sus numerosos contradictores68 •

64 VÁZQUEZ CIENFUEGOS, Sigfrido, "El proyecto de ataque británico a Cuba de 1800", GUTllÉ-
RREZ ESCUDERO, Antonio; LAVIANA CUETOS, Maria Luisa; Estudios sobre América, siglos
XV/-XX. La Asociación Española de Americanistas en su Vigésimo Aniversario, Sevilla, 2005,
p.1227-1236.
6S Ver VÁZQUEZ CIENFUEGOS, Sigfrido, "Someruelos y el fin del ejército francés de Hai!!",
en: Temas Americanistas 15, Seminario de Historia de América, Universidad de Sevilla, 2002,
p.39-4O.
66 Las ansias expansionistas de los Estados Unidos se concretaron en la expedición del general James
Wilkinson que llegó a La Habana en marzo de 1809 para negociar la cesión de las Floridas. Ante, la
negativa de Someruelos, los norteamericanos pasaron a la acción y apoyaron las revueltas en Bal.on
Rouge y Mobila, en la Florida Occidental, que a pesar de la resistencia inicial, cayeron bajo domi-
nio estadounidense en diciembre de 1810 (Cf. GUERRA y SÁNCHEZ, Ramiro, "Cuba, centro de
rivalidad internacional en el Caribe", en Historia de la nación cubana, Tomo Ill, Libro 1, La Habana,
1952; y Hoffman, Paul E., Luis/ana, Madrid, Mapfre, 1992, p. 290-297.
67 Olmeda y León, José (1740-1805), Elementos del Derecho publico de la paz. y de la guerra: ilustra-
dos con noticias históricas, leyes, y doctrinas del Derecho Español, Madrid: Viuda de Manuel Fer-
nández, 1771.
68 HERRERO RUBIO, Alejandro, Don Joseph de Olmeda y León (1740-1805). 1nternacionalis/as
españoles del siglo XVlll, Valladolid: Universidad de Valladolid, Semin,ario de estudios Internacio-
nales de Vázquez de Menchaca, 1947. Sobre la polémica en torno a estos autores y su introducción en

170
Los años políticamente más comprometidos para el mandato de Someruelos dis-
currieron entre 1808 y 1812. En el primero de ellos, y ante las noticias de invasión
francesa de la península, el gobernador participó en el proyecto de creación de una
Junta Superior de Gobierno en La Habana que, controlada por los principales líde-
res criollos, rigiese los destinos de la isla, manteniendo Someruelos la presidencia.
Sin embargo, el gobernador abandonó el proyecto ante la división que provocó en el
seno de la elite, y optó por gobernar la isla de manera autoritaria y sin concesiones69•
Luego se produjo el proceso de elecciones de representantes para la Junta Central,
que produjo un agrio debate en la isla sobre la representatividad del territorio70 y,
sin que éste se hubiera culminado, la nueva elección convocada por la Regencia en
1810 para las Cortes extraordinarias, en que resultaron elegidos los representantes
de los intereses de la elite habanera y de su aliado el gobernador7t .
En julio de 1810 llegó a La Habana la real orden que le relevaba del cargo.
Someruelos permaneció en su puesto mientras llegaba su sustituto aunque, final-
mente, el Consejo de Regencia examinó los antecedentes del gobernador consi-
derando su conducta "loable y digna", y lo confirmó en su destino por otros cinco
años, de lo que Someruelos tuvo conocimiento en enero de 1811. Desde la península
se tuvo en cuenta su actuación a partir de 1809, cuando el gobernador se enfrentó
con éxito a diferentes movimientos insurgentes. En ese último año 1809 se habían
producido algaradas en Santiago y La Habana, principalmente contra los intere-
ses franceses 72• Fue en esos momentos cuando se iniciaron las primeras propues-
tas autonomistas, concretados con la aparición de panfletos injuriosos en Puerto
Príincipe73. El gobierno de José 1 también trató atraerse a la sociedad cubana por
medio del envío del agente Manuel Rodríguez Alemán, de cuya presencia tuvo noti-
cia Someruelos desde el primer momento y al cual mandó ajusticiar en julio de
181074 . Sólo unos meses después, en octubre de ese año, fue abortada por la acción
directa del gobernador la conocida como Conspiración de 181075. Gracias al ser-
vicio de información que logró establecer, Someruelos estuvo siempre al tanto de

España, véanse, entre otras: MESTRE SANCHíS, A., Don Gregorio Mayans y Sisear, entre la erudi·
ción y la polftica. Valencia, 1999; y Robledo, Ricardo, "La difusión del pensamiento moderno en la
universidad de Salamanca a fines del siglo xvm", in: Revista electrónica de Historia Constitucio-
nal, n° 6, septiembre de 2005.
69 VÁZQUEZ CIENFUEGOS, Sigfrido, "Cuba ante la crisis de 1808: el proyecto juntista de La
Habana", SERRANO MANGAS, Fernando; ALVARO RUBIO, Joaquín; SANCHEZ RUBIO, Rocío;
• TESTÓN NúNEz, Isabel, IX Congreso Internacional de Historia de América (aetas), Tomo 1, Colec-
ción Documentos/Aetas, Mérida, 2002, p. 263-271.
70 AOHCH, Actas de Cabildo, 1808-1809, y AGI, Cuba, 1753.
71 AOHCH, Aetas de Cabildo, 1 de enero de 1810 16 de julio de 1810; AGI, Cuba, 1752.
12 VÁZQUEZ CIENFUEGOS, Sigfrido, "La élite habanera y los refugiados franceses de Saint Domin·
gue", Navarro García, Luis (Coord), Élites Urbanas en Hispanoamérica, Universidad de Sevilla,
sevilla, 2005, p. 213-227.
73 SEVILLA SOLER, "Cuba: Los primeros enfrentamientos politicos (1808-1826)", Arbor CXLIV,
567, marzo, 1993.
74 AGI, Cuba, 1710; Ultramar, 27.
75 FRANCO, José Luciano, Las conspiraciones de 1810 y 1812, La Habana, 1977.

171
todos estos movimientos y, al mismo tiempo que ponía los medios más adecuados
para frustrarlos y asegurar la tranquilidad interna, no dudó en administrar sus deci-
siones y el tiempo y forma de comunicarlos a las autoridades de Cádiz con la cIlllfa
intención de conseguir un rédito político, destinado principalmente a hacerse valler
ante esas autoridades. Esta habilidad para manejar a su favor los acontecimientos
nos lleva a preguntarnos si pudo aprender algo de Maquiavelo, cuyas Ouvres poli-
tiques se encontraban en su biblioteca. O quizás fue sólo prudencia de gobernante,
la virtud política más encomiada en otro título que encontramos aquí, el Norte de
Príncipes, de Baltasar Álamos de Barrientos, un tratadista español del XVII que
intentaba compaginar el pragmatismo de Maquiavelo con el eticismo o primacía de
la virtud moral en el príncipe76.
En marzo de 1812 la acción directa del gobernador frustró el movimiento anties-
cIavista dirigido por José Antonio Aponte, incitado por el abolicionismo preconi-
zado desde las Cortes de Cádiz77 • Someruelos, trató de presentar esta nueva victoria
como un logro ante los rumores de un nuevo cese. Sin embargo, sus cada vez más
numerosos enemigos en Cádiz -donde nunca se le perdonó su defensa de la libertad
comercial de Jos cubanos- lograron su cese, que le fue comunicado directamente
por su sucesor, el teniente general Juan Ruiz de Apodaca, el 14 de abril de 1812,
sin duda para evitar que maniobrara otra vez a favor de su continuidad al frente de
la isla78.
Estando aún en La Habana le llegó su nombramiento como consejero del Tribu-
nal especial de Guerra y Marina, en julio de 1812, pero no salió de la isla hasta abril
de 1813, llegando a Cádiz a finales de may079: ¿esperó el ya experimentado político
a tener noticia de la derrota francesa de Arapiles, en la primavera de 1812, y el ini-
cio de la retirada francesa? No nos extrañaría que así fuera. En todo caso, cuando
ya era del todo seguro, en octubre de 1813, se trasladó a Madrid con su esposa y su
único hijo. Quedó alojado en casa de su madre, desde donde trató de reorganizar sus
negocios en la península, maltrechos tras la guerra80•
Fue en este retorno a Europa cuando debió acopiar las obras relacionadas con los
sucesos políticos en la península entre 1808 y 1812, como eran las de Álvaro FIó-

76 Álamos de Barrientos, Baltasar, Norte de Príncipes virreyes, consejeros, y embajadores, con adver-
tencias polfticas muy importantes sobre lo particular y público de una Monarqufa, fundadas para
el Gobienw de Estado, y Guerra, Madrid: Imp. de D. Pedro Marin, 1788. Cf. CANTARINO, Elena,
"Tratadistas politico-morales de los siglos XVI y XVIr', in: El Basilisco, n021 Oviedo, 1996, p. 4-7.
Aetas de las JI Jornadas de Hispanismo Filosófico.1995.
77 FRANCO. Las conspiraciones de 1810 y 1812. A pesar de la posesión de obras claramente antiescia-
vista, como las de Mably o Bernardin de Saint-Pierre, Someruelos jamás mostró ninguna disposición
favorable a la abolición, al menos desde su mando en el palacio de los Capitanes Generales, aunque
si una cierta preocupación por la situación del esclavo.
78 ZARAGOZA, Justo, Las insurrecciones en Cuba, Tomo 1, Imprenta de Manuel G. Hernández,
Madrid,1872,p.258.
79 AHN, SN, SomerueloS'; C.21, D. 39. El Conciso, n° 24, Cádiz, 24 de julio de 1812, Biblioteca Nacio-
nal de España.
80 AHN, SN, Someruelos, C. 22 D. 1.

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rez Estrada8!, Manuel Salmón82 o Miguel de Lardizábal y Uribe83, obras que fueron
mandadas retirar en 1814, inmediatamente después de la restauración absolutista.
Pero antes de que esto ocurriera él ya se había puesto al corriente de la situación
en la que se encontró el país y las pugnas políticas del periodo revolucionario. Sin
embargo, estas obras debieron de ser más útiles a su hijo, pues el 13 de diciembre
de 1813 cuando se hallaba en tertulia con antiguos compañeros de armas y perso-
nas de distinción, se sintió mortalmente indispuesto, habiendo cumplido tan sólo
58 años84•

Conclusión
Tanto por la composición de su biblioteca, como por su acción política como gober-
nador y capitán general de La Habana, podemos llegar a la conclusión de que el
pensamiento de Someruelos evolucionó desde los principios de una formación con-
servadora y tradicional hasta esos otros propios de la ilustración tardía, caracterizada
por su preocupación por las nuevas ciencias y los saberes útiles, aunque sin abando-
nar nunca las firmes convicciones religiosas adquiridas en sus años de juventud.
Una vez que fue designado para ejercer el gobierno de la isla de Cuba, su menta-
lidad siempre práctica le llevó a adquirir nuevos conocimientos, sobre todo los rela-
cionados con la nueva ciencia económica y, en general, los principios del primer
li~:ralismo. Sin embargo, su actuación política se basó fundamentalmente en los
postulados del despotismo ilustrado, tanto en lo referente al concepto de soberanía
como en el mantenimiento de las bases de la sociedad estamental y la defensa de los
privilegios. Quizás radicó en ello el éxito y la desusada duración de su gobierno, ya
que esos principios eran los mismos que sustentaban el dominio de las clases domi-
nantes en Cuba en la primera mitad del siglo XIX.

81 Flórez Estrada. Álvaro. Introducción para la Historia de la Revolución de España Londres: en la


Imprenta de R. Juigné. 1810. y Examen imparcial de las disensiones de la América con la España
JI de los medios de su recfproco interés, Londres: R. Juigné. 1811.
82 Salmón. Manuel. Resumen histórico de la revolución de España...: año de 1808. Cádiz: Imp. Real.
1812.
83 Lardizábal y Uribe, Miguel de. Manifiesto que presenta á la Nación el Consejero de Estado D. Miguel
de Lardizabal y Uribe... sobre su conducta polftica en la noche del 24 de Setiembre de 1810. Ali-
cante: Nicolás Carratalá Menor y hermanos. 1811.
84 [GLESIA.Álvaro de la, Cuadros viejos. La Habana, 1915, p. 170-176. Ver AG!, Ultramar, 27.

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