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ANTIBIÓTICOS

La palabra antibiótico proviene del griego anti “contra” y bios “vida”. Un


antibiótico es un medicamento que combate las infecciones causadas por bacterias,
por esto también son llamados fármacos antimicrobianos. Actualmente, el término
antibiótico también es empleado para referirse a cualquier sustancia que mate o
inhiba la replicación de microorganismos patógenos tales como bacterias, hongos,
virus y parásitos. Los antibióticos tienen lo que se conoce como toxicidad selectiva,
es decir, que son nocivos para el organismo que se busca eliminar, pero no para la
persona o animal que los ingieren.

Existen varios tipos de antibióticos que se utilizan hoy en día. El primer


antibiótico que se descubrió fue la penicilina. La penicilina se obtuvo primeramente
del hongo Penicillium notatum, actualmente se obtiene de un mutante que la produce
en mayor cantidad, el hongo Penicillium chrisogenum. Se observó por primera vez el
efecto inhibidor del P. notatum en 1875 por el físico inglés John Tyndall cuando
trataba de conocer si las bacterias estaban dispersas en el aire de forma regular o
agrupadas haciendo experimentos con tubos de ensayos con caldo de cultivo.
Observó que no todos los tubos de ensayo presentaban desarrollo bacteriano y que
en algunos se desarrollaba este hongo en la superficie y en dichos tubos las
bacterias muertas formaban un sedimento en el fondo. Este descubrimiento no
resonó cómo debió haber ocurrido puesto que se realizó siete años antes de que
Robert Koch demostrara que las bacterias podían producir enfermedad, en 1882.

Más tarde, por motivo del azar, en 1926 el científico británico Alexander
Fleming se topó con el mismo hallazgo y realizó una publicación científica al respecto
que se dio a conocer a todo el mundo y es considerada la fecha oficial del
descubrimiento de la penicilina. Buscando cultivar unas cepas de la bacteria
Staphylococcus aureus notó como al cabo de dos semanas la placa que dejó a
temperatura ambiente se había contaminado con un hongo que había provocado una
inhibición en el crecimiento de la bacteria. Este hongo era el Penicillium notatum.
Tiempo después dejó de realizar investigaciones por los siguientes motivos, el no
haber pensado en la administración sistémica sino tópica solamente así como
también por rápida pérdida de la actividad del preparado.

Posteriormente, un joven bacteriólogo continuó experimentando con las cepas


de Penicillium de Fleming obteniendo resultados positivos en el tratamiento de niños
con infecciones oculares y le comunicó sus hallazgos al Dr. Howard Florey de la
Universidad de Sheffield, aunque no fue sino mucho después que este último se
dedicaría a producir penicilina. En 1935, Gerhard Domagk, utilizó Protonsil inyectado
para curar infecciones sistémicas estreptocócicas. La publicación de este hallazgo
llevó al Dr. George Dryer, profesor de patología de Oxford, a continuar con las
investigaciones, pero al no probar que la penicilina era un virus como él creía,
abandonó el trabajo. Afortunadamente la cepa del Penicillium fue conservada por su
ayudante y al morir el Dr. Dryer, el Dr. Howard Florey tomó su puesto. Tiempo
después el Dr. Ernst Boris Chain es convocado por Florey a unirse a su equipo y éste
al enterarse por la ayudante del fallecido Dr. Dryer que tenían cepas del Penicillium
que era conocido por sus propiedades antimicrobianas, le propone a Florey
investigar las características bioquímicas de la penicilina. Hasta ese momento ellos
no se plantearon elaborar un antibiótico que fuese útil para la guerra sino realizar un
estudio bioquímico básico sobre la capacidad de ciertos microorganismos de
secretar, producir o elaborar enzimas antimicrobianas.

Estos estudios de Chain llevaron a la conclusión que se podía producir un


polvo potente y estable que era útil en el tratamiento de infecciones bacterianas. Se
realizaron pruebas de seguridad en animales y se demostró que la penicilina se
distribuía por los fluidos corporales, por lo cual se podía plantear su aplicación
sistémica. Florey realizó un experimento con 8 ratas infectadas con dosis letales de
Streptococcus y se le inyectó a 4 de ellas penicilina, estas 4 ratas sobrevivieron y las
otras 4 sin tratamiento fallecieron. Este resultado marcó el inicio del desarrollo de los
antimicrobianos. A continuación se realizaron nuevas pruebas de seguridad y se
evaluó la efectividad del producto sobre otros microorganismos. Estos resultados
fueron publicados en Lancet el 24 de agosto de 1940.

Finalmente, se realizaron pruebas en humanos con infecciones bacterianas


obteniendo en su mayoría resultados positivos, pero demostrándose que era
necesario producir grandes cantidades de penicilina para tratar a los pacientes. Al
conocer los hallazgos, Fleming visitó en 1942 a Florey y Chain en Oxford y les pidió
un poco de penicilina para tratar él mismo a varios pacientes. Los excelentes
resultados que él mismo observó lo motivaron a solicitar ayudar del gobierno inglés
para producir penicilina. Gracias a esto se construyeron pequeñas plantas
productoras de penicilina para evitar que un posible bombardeo alemán destruyera
una única planta de mayor tamaño.

El primer paciente tratado con penicilina EV fue un norteamericano en el


Hospital Columbia Presbyterian de Nueva York por el grupo del Dr. Martin Henry
Dawson que, utilizando cepas del P. notatum cultivadas en Oxford, produjo
penicilina. El gran aporte de los estadounidenses fue el desarrollo de fermentación y
crecimiento del hongo que hicieron posibles que la penicilina se produjera en de
manera industrial. Por tanto, laboratorios ingleses y estadounidenses compartieron la
patente de la penicilina y su forma de producción. En 1945, Fleming, Florey y Chain
recibieron el Premio Nobel de Medicina por su gran descubrimiento.

La penicilina forma parte del grupo de antibióticos denominado betalactámicos


por su estructura química. El núcleo de la penicilina es un anillo de tiazolidina y uno
betalactámico unidos a cadenas laterales por enlaces amida. Su mecanismo de
acción consiste en la interferencia con la síntesis de la pared celular bacteriana. De
manera más detallada cuando la bacteria se replica, pasa por varias fases, en la
tercera fase (también conocida como de crecimiento logarítmico) es en la cual se
produce una pared celular deficiente si se está bajo los efectos de un antibiótico
betalactámico. El exterior de la bacteria es hiperosmótico y las paredes deficientes
permiten que ingrese líquido, por lo cual la bacteria se hincha y estalla. Es esta la
forma en la cual este tipo de antibióticos ejerce su acción bactericida.

Existen varios tipos de penicilinas que serán citadas a continuación. La


primera de ellas es la Penicilina G (Bencilpenicilina). Son penicilinas de espectro
reducido y su actividad se limita a las bacterias Gram positivas. Se utiliza para tratar
infecciones por Streptococcus spp., N. gonorrhoeae y N. meningitidis, B. anthracis,
Clostridium, Corynebacterium, entre otros. La penicilina G es uno de los antibióticos
con menor toxicidad. No debe ser utilizado por pacientes que hayan presentado
reacciones de hipersensibilidad a la penicilina previamente.

El segundo tipo de penicilinas son las que se conocen como penicilinas


semisintéticas. Éstas se producen mediante la combinación de cadenas laterales
específicas o incorporando precursores en los cultivos fúngicos. El objetivo de estas
penicilinas es eliminar las deficiencias de la Penicilina G tales como poca eficacia
oral, susceptibilidad a las penicilinasas (enzimas bacterianas que neutralizan la
penicilina), espectro estrecho de actividad y reacciones de hipersensibilidad.

El primer ejemplo de estas penicilinas semisintéticas es la Penicilina V


(fenoximetilpenicilina). Ésta difiere de la Penicilina G a pesar de que posee un
espectro antimicrobiano idéntico, puesto que es estable en medio ácido por lo que
tiene una mejor absorción oral. Se utiliza para tratar la mayoría de las infecciones
odontológicas leves, pero para infecciones más graves. Se utiliza en faringitis, otitis
media, sinusitis y en fiebre reumática.

El segundo ejemplo son las penicilinas resistentes a las penicilinasas tales


como Meticilina y Cloxacilina. Este tipo de penicilina tienen cadenas laterales que
protegen al anillo betalactámico de la acción de las penicilinasas. Se utilizan
únicamente para tratar infecciones causadas por estafilocosos productores de
penicilinasas. La meticilina se debe administrar por vía endovenosa, en cambio la
cloxacilina se puede administrar por vía oral.

El tercer ejemplo son las penicilininas de amplio espectro tales como


Aminopenicilinas, Carboxipenicilinas y Ureidopenicilinas. Entre las
Aminopenicilinas se encuentra la Ampicilina y la Amoxicilina. La Ampicilina
combate todos los microorganismos sensibles a la Penicilina G e inhibe bacilos Gram
negativos tales como H. influenzae, E. coli, Salmonella, Shigella y Proteus. Se
administra por vía oral. Dado su amplio espectro de acción se encuentra entre los
antibióticos más utilizados en odontología. Entre los efectos adversos se encuentra la
diarrea así como alta incidencia de erupciones cutáneas. No debe ser utilizado por
pacientes que hayan presentado reacciones de hipersensibilidad a la penicilina G
previamente. Tiene interacciones con anticonceptivos orales. Por otra parte, la
Amoxicilina es parecida a la Ampicilina, pero tiene mejor absorción oral. Es uno de
los antibióticos más indicados para tratar infecciones dentales porque éstas se
resuelven utilizando dosis bajas. Es el agente a escoger para prevenir infecciones en
heridas y de infecciones a distancia tales como la endocarditis bacteriana después
de una cirugía odontológica.

Entre las Carboxipenicilinas se puede nombrar a la Carbenicilina. Ésta es un


tipo de penicilina semisintética cuya característica resaltante es su efecto contra P.
aeruginosa y Proteus. No es resistente a las penicilinasas ni al ácido gástrico por lo
cual no se administra por vía oral.

De las Ureidopenicilinas se puede citar a la Piperacilina, la cual es una


penicilina semisintética antipseudomona, ocho veces más potente que la
Carbenicilina. Se puede utilizar contra Klebsiella y es usada en
inmunocomprometidos con infecciones graves por Gram negativos. Se sugiere usarla
en combinación con Gentamicina o Tobramicina.

El tercer tipo de penicilinas son las inhibidoras de betalactamasas. Las


betalactamasas son enzimas producidas por muchas bacterias que dejan sin efecto a
los antibióticos betalactámicos ya que degradan el anillo betalactámico. Actualmente
se indican tres inhibidores en la práctica clínica: Ácido Clavulánico, Sulbactam y
Tazobactam. El Ácido Clavulánico inhibe una gran variedad de betalactamasas.
Presenta una rápida absorción oral. Al combinar este antibiótico con amoxicilina se
utiliza para tratar infecciones contra S. aureus ya que la adición del ácido clavulánico
reestablece la actividad de la amoxicilina contra esta bacteria que es productora de
betalactamasa. Se utiliza esta combinación en infecciones dentales provocadas por
productores de betalactamasa. La tolerancia digestiva es mala, en especial en los
niños, puede aparecer estomatitis y erupciones cutáneas. El Sulbactam es un
inhibidor de betalactamasas menos potente que el ácido clavulánico. De preferencia
se administra por vía endovenosa. Se utiliza en combinación con Ampicilina. Se
indica para tratar infecciones mixtas de aerobios y anaerobios y abscesos dentales.
Los principales efectos adversos de este antibiótico son dolor en el sitio de inyección,
erupciones, tromboflebitis y diarrea. El Tazobactam es un inhibidor de
betalactamasas que se utiliza principalmente para tratar infecciones causadas por P.
aeruginosa. Es indicada en conjunto con piperacilina para ampliar su espectro de
acción. Entre sus efectos adversos se encuentran diarrea, náuseas, vómitos y
exantema.

Las penicilinas pueden causar reacciones alérgicas, mejor conocidas como


reacciones de hipersensibilidad las cuales presentan una incidencia del 1% al 5%.
Las reacciones graves no sobrepasan el 0,1% con una mortalidad del 0,001%. Estas
reacciones pueden ser inmediatas (ocurren de 1 a 30 minutos después de la
administración), aceleradas (ocurren de 1 a 72 horas después de la administración) o
tardías (ocurren después de las 72 horas de la administración) y los síntomas
pueden incluir urticaria, prurito, erupciones cutáneas, hipotensión arterial, edema de
glotis, entre otros. Los pacientes alérgicos a la penicilina no pueden tomar con
seguridad cefalosporinas ya que éstas son parte de un grupo de antibióticos
semisintéticos que derivan de la cefalosporina C que se obtiene del hongo
Cephalosporium, las cuales están relacionadas químicamente con las penicilinas y
son bactericidas, pero se unen a proteínas diferentes de la pared celular. Tienen
buena tolerancia generalmente, pero son más tóxicas que las penicilinas. Es una
alternativa de las penicilinas en pacientes que presentan erupciones cutáneas o
reacciones alérgicas menores (no hipersensibilidad), pero en los casos en los cuales
se hayan presentados reacciones de hipersensibilidad previas no deben ser
utilizadas, se debe optar por otro tipo de antibióticos con la finalidad de resguardar la
salud del paciente.

A continuación se presenta un cuadro conceptual donde se justifica el uso de


las penicilinas como antibióticos de primera elección al momento de tratar patologías
odontológicas:

¿Por qué las penicilinas son antibióticos de primera elección en patologías


odontológicas?

RAZONES
1. Porque
combaten las 3. Porque son de 4. Porque la mayoría
principales más fácil acceso se puede
2. Porque tienen
bacterias que para que los administrar por vía
baja toxicidad.
causan pacientes las oral y surten los
infecciones adquieran. efectos deseados.
dentales.

En conclusión, el descubrimiento de la penicilina como antibiótico fue un hito


importante en los avances de la ciencia y la medicina del siglo pasado que ha
ayudado a salvar numerosas vidas desde entonces. Es importante conocer su
historia para saber cómo los científicos realizaron los experimentos que condujeron a
su descubrimiento y también su modo de uso con la finalidad de ser más eficaces en
la terapia antimicrobiana para tratar numerosas infecciones, entre ellas las
odontológicas. Lamentablemente por el uso indiscriminado de la penicilina muchas
bacterias se han vuelto resistentes a ella, por lo que los nuevos científicos deben
estar en constante investigación para descubrir nuevos antibióticos o combinaciones
de éstos que permitan estar siempre un paso adelante en la batalla entre las
personas y los microbios, una batalla en la cual perder no puede ser una opción.
REFERENCIAS

Acuña, G. (2002) Descubrimiento de la Penicilina: Un hito de la medicina. Cómo el


azar puede ayudar al científico.

Antibióticos. Recuperado el 27 de mayo de 2017 de: http://www.areaciencias.com/


quimica/los-antibioticos.html

Antibióticos betalactámicos (s.a., s.f., s.l.) Material suministrado en clase.

Frías Iniesta, J. (s.f.) Tema 62: Penicilinas (láminas de clase). Universidad Autónoma
de Madrid: Madrid.

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