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Psicología Cognitiva
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La mente humana, uno de los más grandes misterios de todos los tiempos, no por la falta
de estudios sobre la misma, sino por la cantidad de estudios desarrollados en torno a ella, pero
aun así, después de cientos de años de investigación, análisis y estudios, no se ha logrado aún
La mente es considerada como algo fundamental del ser humano, pero verdaderamente
¿qué es la mente humana? ¿será un órgano tangible?, o por el contrario, ¿será algo de carácter
intangible?.
Desde hace miles de años “(…) la mente humana intrigó a los filósofos griegos durante
la época más boyante de la civilización griega, y durante todo el medioevo igualmente capturó
la atención de sabios y gente común” (Medina, 2007, p. 1) de esta forma se puede evidenciar que
la mente no es algo estudiado solo por la comunidad psicológica y/o científica actual, sino que,
por el contrario, durante cientos y miles de años, ésta ha sido objetivo de grandes
un órgano tangible, mientras que la mente, aunque hace parte del cerebro, no es un órgano, sino
que es una característica del cerebro la cual es totalmente intangible y, al no tener cualidades
físicas, posee la gran capacidad de sobrepasar los límites materiales, pudiendo de esta forma
trascender al tiempo y muchas otras limitaciones que no podría sobrepasar un órgano con
características físicas. Los griegos consideraban a la razón como la facultad encargada del poder
de discernimiento (Medina, 2007) planteamiento con el que coincido totalmente, debido a que la
mente, al tener la capacidad de trascender tiempo y leyes, puede tener, en sí misma, la capacidad
Platón con su mundo ideal proponía que el poder de discernimiento se alcanzaba solo
después de la muerte (Medina, 2007) postulado contrario a mis ideales, al considerar que el
discernimiento es una facultad y cualidad propia e intrínseca de la mente, por ello, el ser
humano, en vida, puede analizar, mediante sus sentidos, y la experiencia a lo largo de su vida, las
diferentes situaciones vivenciadas diariamente para, de esta forma, tomar las decisiones de su
diario vivir; respecto a ello Aristóteles proponía que el poder de discernimiento era una facultad
que resultaba de la organización de los datos de los sentidos, y que allí era la vista la que
El arduo estudio sobre la mente se ha adentrado más profundo de lo que se cree en cuanto
a cultura se refiere, es por ello que con el paso de los años el estudio de esta misteriosa cualidad
sufrió y enfrentó grandes cambios, uno de ellos tuvo lugar durante la edad media, momento
histórico en el que la cultura religiosa tomó gran poder e influencia, y fue allí cuando el término
“razón” fue sustituido de forma gradual por un nuevo concepto introducido gracias a la
Con el gran auge del pensamiento religioso dentro de todas las instancias y esferas
sociales, se empezó una lucha por dignificar al ser humano, como resultado de ello se pasó de
llamar “razón”, a darle el nombre de “alma”, enseñando a todos los seguidores de la iglesia que
era esta una entidad viva que vivía dentro del ser humano, y es ella la que permite ser salvos o
no, o dicho de otra forma, es el alma la que obtiene la vida eterna, o la condenación eterna, y
ello, debido a las cualidades sapienciales que posee en sí misma, por ello, todos esos fueron
motivos suficientes por los cuales fue que se propuso que el alma fue el atributo especial que
Durante varios siglos solo se habló de “la razón” como la facultad o cualidad especial del
ser humano, ésta era atribuida, en ocasiones, al cerebro, órgano físico y tangible, el cual también
causaba gran misterio y el cual también ha sido el objetivo de múltiples investigaciones, pero
como “la razón” no era algo físicamente tangible, y por consiguiente era invisible, no se logró
determinar su ubicación exacta, o su origen o causa, pero pocos siglos después fue el gran
dominio e influencia del pensamiento religioso que cambió el término “razón” por “alma” y
empezó a trasmitir la enseñanza que “(…) el alma era una entidad invisible e intangible”
(Medina, 2007, p. 3), y aunque era algo que no tenía una posible comprobación científica como
consecuencia de su invisibilidad e imposible demostración por medios físicos, aun así “(…) el
cristianismo convenció a sus feligreses de que existía y que habitaba en nuestro cuerpo”
Poco tiempo después, ya en medio del gran auge y dominio del pensamiento religioso,
apareció un gran filósofo y pensador griego llamado Descartes, él inició investigaciones sobre la
razón, o como ya era conocida, el alma, y concluyó que se trataba de dos entidades diferentes,
explicando que una cosa era el cuerpo, y otra muy diferente era el alma, lo que implica la
dicotomía de alma y cuerpo, con una división absoluta, y es a raíz de sus grandes avances en
características intangibles e invisibles, gracias a su carácter divino y espiritual, debo resaltar que
ello es así porque la mente está diseñada para ser más grande que nosotros, nuestros
pensamientos son más grandes que nosotros, y no cuentan con limitación alguna, mientras que
órganos físicos como el cerebro sí tienen limitaciones al no poder trascender más allá del tiempo
o el espacio, debido a su carácter humano, orgánico y físico, por ello mi postura respecto a la
mente es que es, no solo, la fuente de nuestra vida, porque de ella depende lo que somos, sino
que más allá de eso coincido perfectamente con los postulados de Descartes en los que él “(…)
fundaba la verdad última de su sistema en Dios” (Medina, 2007, p. 3) expresando que “(…) Dios
estaba en la base de todo y consistía la garantía final de todo conocimiento” (Medina, 2007, p.
3).
Poco tiempo después, “(…) en el siglo XX, la filosofía positivista y los trabajos de Iván
definitiva” (Medina, 2007, p. 4), fue hasta entonces que “la razón” o “el alma” empezaron a
quedar lentamente cortas ante las necesidades de explicaciones científicas y físicas, y se hacía
obsérvales, es por ello que se da lugar al positivismo, el cual “(…) tenía como credo lograr un
lenguaje preciso y ligado a un referente empírico directo” (Medina, 2007, p. 4) por ello “(…)
términos tales como “hambre”, “deseo”, “anhelo”, y, por supuesto, “mente” quedaron
sancionados como palabras ambiguas que difícilmente podrían dar lugar a una disciplina
Según Pavlov, “(…) todo podría explicarse mediante asociaciones entre estímulos y
respuestas que tenían su base material en las conexiones nerviosas” (Medina, 2007, p. 4) Watson
estudio” (Medina, 2007, p. 4) mientras que para Skinner, “(…) lo importante en una ciencia de la
conducta consiste en observar los estímulos del ambiente y relacionarlos sistemáticamente con
del ser humano, y aunque, en esencia, pueden seguir siendo lo mismo, los términos que son
utilizados actualmente pare referirse a ella pueden distar demasiado de los usados anteriormente
y es por ello que “(…) la psicología, a lo largo de su historia, perdió primero la razón, después el
alma y, finalmente, la mente” (Medina, 2007, p.5), no implicando esto que haya desaparecido
como tal, debido a que su esencia sigue estando innata, lo que ha cambiado, y se ha perdido, es la
concepción que se tenía sobre la misma debido a teorías y postulados científicos que, en
Considerando a la mente como la maestra del discernimiento, no puedo decir que ésta ha
desaparecido por el simple hecho que la percepción sobre la misma haya cambiado, y no debe
ser motivo de preocupación los diferentes cambios o interpretaciones frente a la mente, debido a
que a lo largo de la historia “(…) no existe ninguna definición de mente que haya sido aceptada
de manera unánime”. (Medina, 2007, p. 7) por ello sigo firmemente planteando que es la mente
la maestra del discernimiento humano, apoyando mi argumento en que “(…) lo único constante
su carácter constructivista” (Medina, 2007, p. 7) lo que deja en claro manifiesto que, aunque la
percepción sobre la mente enfrente algunos cambios en la terminología utilizada para referirse a
ella, en innegable que su esencia sigue aun siendo la misma, la de una cualidad intangible e
invisible, con la diferencia que, debido a los grandes avances, y al conocimiento adquirido, la
misma mente ha avanzado aún mucho más aumentando su nivel de evolución y su complejidad
es la misma en esencia, ¿por qué la ciencia ha intentado darle una muerte a la mente solo por su