En el De Anima de Aristóteles, el filósofo pretende explicar el alma
del hombre, pero leyendo sólo tal libro no se puede hacer una antropología completa según Aristóteles, sino que es menester la lectura de más textos. Ahora bien, el filósofo decide abordar tal explicación desde la totalidad del hombre, ya que sería absurdo pensar a la ousía, en sentido primario, como 2 cosas (alma y cuerpo). Por el contrario, es una única realidad, la cual se manifiesta y entiende en cuatro dimensiones. Es aquí cuando aparece el importantísimo concepto de principio (arjé), haciendo referencia tanto al origen de algo como a aquello que permite y rige el despliegue de aquello de lo que es principio. El principio es causa y viceversa, sin embargo no son lo mismo, pues la causa explica el por qué, y también el proceder. Es entonces que, para saber qué es el hombre se lo debe analizar en sus cuatro causas: 1- Material: De lo que está hecho. Es la más fácil de captar pero ella sola no es ni explica la totalidad del hombre. 2- Eficiente: Principio primero de donde proviene el cambio o reposo. 3- Formal: Principio organizador, configurante de la materia el cual permite que la cosa se muestre tal cual es. 4- Final: La más importante de todas las causas, permite lograr la unidad, hace referencia no al término, sino al sentido. Ahora bien, avocándonos en concreto ahora a determinar qué es el alma, debemos mencionar como primera característica, que es PRINCIPIO de MOVIMIENTO, motor, es decir, capacidad de moverse. Luego, debemos considerar a la primera de las categorías, la ousía (lo que está siendo de un modo determinado), y comprender en los sentidos en que ésta puede ser entendida. En primer lugar, como materia, aquello que por sí no es algo determinado, pero que marca una determinada singularidad. En segundo lugar como FORMA, la cual es entelequia (en posesión del fin), actualidad, mientras que la materia es potencia. Por último, puedo entender a la ousía como lo que resulta de materia y forma, un singular, unidad actual de ambos aspectos. Ahora bien, citando a Aristóteles “el alma es necesariamente ousía en cuanto forma específica de un cuerpo natural que en potencia tiene vida. La ousía es entelequia, luego el alma es entelequia de tal cuerpo.” El alma es forma y como tal es específica, da la especie y lo da a un cuerpo natural que tiene en sí la potencia de vivir, es decir, en los gametos está dicha potencia, pueden desplegar la vida porque la tienen en potencia. Pero necesitan de algo que actualice dicha vida, que la mueva (nada se mueve a sí mismo por el principio de no contradicción) y es aquí cuando aparece el ALMA, como entelequia primera, aquello que siempre está, actualidad básica sobre la cual se basan las demás. Es el primero y más importante de los actos. La actividad del alma, como núcleo fundante, va desplegando la potencia en sus dimensiones (sentidos externos, internos) pero desde el feto ya está todo el hombre, se va a desplegar con el tiempo pero ya está (el acto siempre es primero y anterior a la potencia). “Lo animado se distingue de lo inanimado por vivir” dice el filósofo, pero la vida tiene muchas operaciones, el moverse por sí, continuo, tiene muchos modos de realizarse y el alma es principio de todos estos géneros de vida. En ellos encontramos, la nutritiva (se da en las plantas, crecimiento y disminución), luego la sensitiva (hallada en los animales, cuyo acto más propio es el de sentir) y luego la racional, que es la vida propiamente humana (las demás vidas están vistas desde nuestra racionalidad). Por último, ya vimos que el alma es principio de movimiento, ousía en cuanto entelequia, y además, es también CAUSA FINAL, ya que tanto la Naturaleza como el intelecto obran siempre por un fin, el cual constituye su perfección, y todos los cuerpos naturales, ya sea de los animales, ya de las plantas, son órganos del alma, lo que demuestra que su fin es el alma.