Reseñas Juan Velarde

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CUADERNOS de pensamiento político
Cien años de economía

española
Juan VELARDE FUERTES
Ediciones Encuentro. Madrid, 2009. 368 págs.
El prestigioso economista Juan Velarde Fuer- de un 20% desde 1600 hasta 1820. Y es que
tes ha sintetizado en su último libro Cien una vez alcanzada una cumbre es siempre un
años de economía española, la realidad error vivir de la herencia del crecimiento eco-
económica de nuestro país desde 1883 nómico, mientras por otro lado se llevan a
hasta la actualidad. Son, en la práctica, más cabo malas acciones y se cometen irregulari-
de cien años de historia económica relatada dades de todo tipo. Más próxima en el tiempo
con precisión en un texto salpicado por el fue la decadencia que sufrió Argentina en el
análisis certero y riguroso del autor. El libro siglo pasado tras la Segunda Guerra Mundial,
es generoso en la mención de hechos y pro- como consecuencia de un rosario de dispa-
tagonistas de la escena política y económica rates, y de estar entre los países que avanza-
RESEÑAS
(incluyendo citas textuales de estos últimos), ban a gran velocidad ha pasado a ser en la
relatados cronológicamente, con referencias actualidad un país con una economía en vías
de otros analistas, en un total de dieciséis de desarrollo.
capítulos más un epílogo con un título muy
sugerente: “La concienzuda preparación de Pero no es a esa etapa histórica a la que el
una crisis”, dedicado a la gestión del Go- autor dedica su atención en su más reciente
bierno de Rodríguez Zapatero. libro, sino que comienza su recorrido ya ini-
ciada la Restauración, cuyo período abarca
Quizás merece la pena empezar por una ad- desde el fin de la Primera República, con el
vertencia que al final del libro hace el autor, pronunciamiento del general Martínez Cam-
teniendo en cuenta el pasado de España, lo pos el 29 de diciembre de 1874, hasta el co-
cual da un sentido enormemente práctico a mienzo de la Segunda República el 14 de
la lectura de este libro, y es el riesgo de que abril de 1931. A este período entre repúbli-
España entre en la decadencia que ya siglos cas dedica el autor los ocho primeros capítu-
atrás experimentó, concretamente en el siglo los, en los que nos guía apuntando los
XVII, por una serie de errores muy graves en hechos relevantes que sustentan el rumbo
política económica: financiación con inflación, proteccionista que toma la política económica
problemas constantes de deuda pública por española, a través en primer lugar de Cánovas
falta de contención del gasto público, sin del Castillo, cuya contribución al sistema po-
avances en la industria, déficit exterior cre- lítico de finales del siglo XIX es quizás su faceta
ciente sólo compensado en parte con la plata más conocida y valorada, no tanto en cambio
americana…, lo que nos llevó a experimentar su contribución económica, menos positiva,
un crecimiento del PIB per cápita de no más en la que se centra fundamentalmente el
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autor, ofreciéndonos una visión más completa fue capaz de impulsar con fuerza la economía
del insigne político. española, al estar basados, salvo en el intento
truncado de estabilización de Villaverde, en el
Velarde juzga más positivo el intento de es- intervencionismo, en el corporativismo y en un
tabilización de Raimundo Fernández Villa- franco populismo social. El resultado fue un
verde, que finalmente quedó truncado, y que estancamiento que creó grandes tensiones.
a pesar del “Desastre” de 1898, del cual se Sin embargo, no puede afirmarse, en descargo
hizo eco el regeneracionismo, fue capaz de de nuestro país, que esa famosa “oligarquía y
poner orden en lo económico. La mayoría de caciquismo” fuera algo específicamente espa-
edad de Alfonso XIII marcó un cambio polí- ñol. Otros países optaban por la misma vía, y
tico que tuvo su reflejo económico en el es lo que explica que, ante ese escenario de
Arancel Salvador de 1906, otro hito del pro- fuertes tensiones tras la Primera Guerra Mun-
teccionismo, tratándose de mimetizar, sin dial, se optara por acentuar el nacionalismo
conseguirse, el éxito de la política económica económico.
alemana, lo que supuso la consagración del
modelo económico proteccionista impuesto La presencia de Cambó en la vida política y
por el partido liberal conservador en la Re- económica española es abordada en un ca-
gencia. A continuación, el libro describe las pítulo dedicado enteramente a su labor. Se
líneas fundamentales del “Gobierno largo” de alinea a favor de los intereses de los grupos
Maura, de enero de 1907 hasta octubre de empresariales catalanes, logrando unir a las
1909. Fue en síntesis un gobierno que pro- fuerzas catalanas las del nacionalismo vasco.
siguió con la decidida política proteccionista, Por otro lado, el autor nos aporta un dato his-
a la par que también corporativista en la or- tórico interesante al mencionar las primeras
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denación económica. incursiones nacionalistas de Cambó. El polí-

tico catalán luchó con ferocidad para lograr
Pero es en el capítulo V, el único en el que se un Estatuto autonómico para Cataluña, aun-
interrumpe levemente el criterio cronológico que sus intentos se vieron frustrados como
al abordar la realidad económica española, consecuencia de la crisis económica que gol-
en donde el autor se centra en la cuestión so- peaba a España tras la Gran Guerra. Parece
cial desde finales del siglo XIX, con la mención ser que no era momento oportuno para agi-
de tres políticos, habría que subrayar conser- taciones autonomistas… éstas sólo interesa-
vadores, Silvela, Fernández Villaverde y Dato, ban, como así constata Velarde, y sólo en
responsables de este primer cambio funda- parte, a la clase burguesa y no al sindica-
mental en el sistema de protección social. En lismo revolucionario. Fue entonces cuando
resumen, entre 1900 y 1909 se habían cons- cobró verdadero protagonismo el naciona-
truido los elementos esenciales para impul- lismo económico con un importante proceso
sar un Estado del Bienestar en España, industrializador.
especialmente con el impulso, como así se-
ñala Velarde, del Gobierno, también conser- Le toca ahora el turno al período de la Dicta-
vador, de Maura. dura de Primo de Rivera, de 1923 a 1930,
con el que se puso fin a la crisis surgida des-
Resulta oportuno por didáctico, pues favorece pués de la Primera Guerra Mundial gracias a
la asimilación de la lectura, el balance que un nuevo planteamiento político, social y eco-
hace Velarde entonces respecto a los tres mo- nómico, que en éste último aspecto se centró
delos anteriores, (Cánovas, Fernández Villa- en el deseo de luchar contra nuestra deca-
verde y Maura) al afirmar que ninguno de ellos dencia económica. Pero como apunta el autor,
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bajo la Dictadura no se consiguieron corregir teamericana. En este amplio período de la

tampoco las malas acciones que hasta en- posguerra, a pesar de que existieron numero-
tonces impedían salir del estancamiento. El sos traspiés económicos, también se produ-
principal motor económico, el espíritu de libre jeron avances muy importantes en las tasas
empresa, quedó relegado por un auténtico ré- de desarrollo de nuestro PIB, reflejados gráfi-
gimen de consorcios, permisos de instalación camente en el libro.
de nuevas industrias y monopolios múltiples.
En definitiva, la misma receta del proteccio- Y llegamos a la parte del libro, capítulo XII,
nismo y del intervencionismo corporativo. donde se sitúa el verdadero punto de infle-
xión que experimenta la economía española:
Comienza el capítulo IX con la Segunda Re- el Plan de Estabilización. El impulso para al-
pública, proclamada el 14 de abril de 1931, terar de forma radical en 1959 la política eco-
y con ella, como señala y desarrolla Velarde, nómica tenía dos orígenes: uno político, y fue
la acumulación en pocos meses de gran can- el hecho de que España abandonara la tradi-
tidad de desatinos políticos y económicos, a cional neutralidad ante conflictos en Europa,
pesar de los intentos de Alcalá Zamora de im- como eje supremo de nuestra política exte-
pedirlos, atinando al advertir qué se encon- rior. El otro, económico, y fue el desastre que
traba tras ellos. A lo que hay que añadir el acompañaba al modelo anterior, agravado por
impacto de la Gran Depresión, la carencia de la “respuesta populista” del ministro Girón al
la política económica que pedía Ortega, lide- subir desorbitadamente los salarios, el lla-
rada por las personas más autorizadas, tanto mado “error Girón”, “denunciado” ya por los
si son de España como del extranjero, que di- economistas de entonces, entre ellos, el pro-
señara un plan de reformas económicas, así pio Velarde. La medida impuesta por Girón im-
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como otra serie de errores mayúsculos, como pactó negativamente en los precios, en el
la persecución de la Iglesia, la actitud franca- empleo y en el comercio exterior. El “Plan” del
mente revolucionaria de instituciones como el 59 significó una rectificación radical de toda
PSOE y la CNT, o la política antimilitarista. la política económica. Los primeros indicios
de liberalización permitieron el despegue de
Velarde aborda la Guerra Civil centrándose en nuestra economía, que más que al de un
una serie de cuestiones relevantes para en- avión, se asemejaba al de un cohete por los
tender lo sucedido en ambos bandos desde fortísimos incrementos en el PIB per cápita re-
una perspectiva económica, cuestiones todas gistrados año tras año en la economía espa-
ellas llevadas de forma mucho más acertada ñola. Resulta muy ilustrativo en este sentido el
por el bando nacional, como así se concluye gráfico expuesto tanto en el preámbulo como
tras el análisis de todas ellas. Se distinguen a en el epílogo del libro. La incorporación de Es-
continuación cuatro etapas muy diferentes paña a los organismos y acuerdos internacio-
tras la Guerra Civil: la de economía de guerra nales, FMI, GATT, fueron igualmente señales
desde 1939 hasta 1945; la que abarca de de aceptación de lo que implicaba la aper-
1945 hasta mediados de 1947, inicio de la tura al exterior, es decir, un desarrollo basado
Guerra Fría, en la que se acentúa el aisla- en la estabilidad interior y exterior.
miento; la que abarca de 1947 hasta 1953,
y se inicia en lo económico con el Primer Plan El segundo hito importante resaltado por Ve-
de Estabilización, adoptando el modelo tradi- larde en el proceso aperturista de España fue
cional autárquico, con una considerable dosis el Acuerdo Preferencial Ullastres de 1970, con
de intervencionismo; y la etapa de 1953 a el que se consiguió dar un paso importante
1959, presidida por la ayuda económica nor- en el proceso de incorporación a Europa. Sin

embargo, este gran impulso que tuvo su ori- con la incorporación de España a la CEE en
gen inicial en el Plan de Estabilización, se vio 1986, lo que obligó a acelerar el proceso de
frenado por el shock petrolífero en la década reconversión industrial español, con el coro-
de los setenta. Hasta entonces se había apos- lario de multitud de desdichas, al tratar de for-
tado por una energía barata, y como acerta- zar el ministro una entrada indolora con una
damente señala el autor (haciendo un inciso, política presupuestaria expansiva. Tal catás-
pues corresponde este hecho a la etapa del trofe va a mantenerse en la segunda etapa,
primer Gobierno socialista), fue un error de desde 1991 a 1995, con Solbes como mi-
Felipe González el “parón nuclear”, cuando el nistro desde junio de 1993. Por otro lado, re-
sentido común económico apuntaba a cam- salta especialmente el autor el impacto
biar el modelo energético, reduciendo el peso negativo de los altos índices de corrupción y
de las energías más caras como el petróleo, el escándalo de los atentados del GAL, lo que
el gas y el carbón, a favor de las más baratas, generó una subida fortísima del riesgo país de
como la nuclear. Sin embargo, ahora, el ex España, que medía la baja cotización de los
presidente recomienda reabrir un debate nu- bonos españoles en el mercado financiero.
clear desde su posición como presidente del Todo ello llevó a un escenario de altísimos
Comité de Sabios de la UE, que sólo la Es- tipos de interés y contracción económica
paña de Zapatero dentro de Europa se niega hasta provocar la recesión de 1993-1995.
a reabrir. Volviendo al curso cronológico de los
hechos, también fueron causa de ralentiza- A partir de 1996 se inicia la tercera etapa de
ción del progreso económico la alteración ra- la incorporación, presidida por la necesidad de
dical del modelo laboral y la Transición integrar nuestra economía en la Zona euro. Es
política. Sin embargo, la conmoción que pro- la etapa Aznar-Rato-Montoro descrita en el úl-
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dujeron tales sucesos no desembocó en el timo capítulo, y las virtudes de su modelo de

hundimiento radical de la economía española crecimiento económico resaltadas acertada-
gracias al Pacto de la Moncloa en 1977, y a mente por el autor. El cierre del siglo se acom-
la importantísima contribución que tuvo para paña de una rectificación tal de los errores
su éxito la labor conciliadora de Enrique Fuen- anteriores que el éxito logrado pasa a ser es-
tes Quintana. Se logra así el acuerdo de todas pectacular. España parece transformarse en
las fuerzas políticas, eliminando las tensiones una nueva potencia económica con todas sus
sociales y económicas. Este acontecimiento consecuencias. Velarde resalta de Aznar espe-
es expuesto por Velarde como ejemplo afor- cialmente su apuesta por una disciplina im-
tunado de acción política, especialmente placable en política presupuestaria, con Barea
oportuno en la coyuntura actual. al frente de la Oficina Presupuestaria de la Pre-
sidencia del Gobierno. Por otro lado, la reforma
Comienza en 1982 la era socialista de Felipe fiscal y los procesos de liberalización y privati-
González, y a ella se refiere el autor estructu- zación descongestionaron la economía de la
rándola en tres etapas marcadas por sus mi- excesiva presencia del sector público, liberando
nistros económicos: la de Miguel Boyer, que recursos hacia el sector privado, logrando entrar
como consecuencia de abandonar en buena el país en el círculo virtuoso de la creación de
parte el modelo keynesiano-socialdemócrata riqueza y, en consecuencia, del progreso.
consiguió en principio alguna mejora. De esta
época es el estallido del “asunto Rumasa” y En el año 2003 ya se empezaban a apreciar
su estatificación hecha, tanto jurídica como desequilibrios en la economía española y la
técnicamente, de un modo más que defec- necesidad de efectuar reajustes, y algunos
tuoso. A continuación, el período Solchaga muy profundos. Sin embargo, como así se
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constata con hechos en el epílogo “La con- causas, ser consciente de los sacrificios ne-
cienzuda preparación de una crisis”, el Go- cesarios para corregir el rumbo económico,
bierno de Rodríguez Zapatero se encaminó, evitar las medidas populistas como recurrir a
desde marzo de 2004, a pesar de las adver- la panacea de resolverlo todo a través del
tencias, por un sendero que a la fuerza tenía gasto público, entrando, esta vez, en el círculo
que conducir a una crisis económica seria. vicioso del déficit y la deuda; y no escuchar la
Crisis de nuestra economía real, cuyos ele- opinión de los expertos económicos que
mentos específicos son descritos certera- desde diversos organismos nacionales e in-
mente por el autor, y a la que se ha agregado ternacionales proclaman la receta de las re-
otra grave crisis, la financiera, que comparte formas estructurales en todos los mercados,
España con las demás economías del mundo. de factores y de bienes, y acometerlas todas
De hecho estamos, como comenzaba en a un tiempo, de forma transparente, infor-
estas líneas, ante el riesgo de volver a una de- mando a la sociedad del porqué y del para
cadencia como la que ya sufrió España a lo qué de cada reforma. Como afirmaba Milton
largo del final de nuestra Edad Moderna. Friedman, en la cita que recoge el autor en
sus últimas líneas: “El trabajo efectivo de las
Como moraleja final a los hechos históricos fuerzas básicas… como el espíritu de em-
expuestos, resultan especialmente valiosos presa, la invención, el duro trabajo y la so-
las consejos que aporta Juan Velarde (algu- briedad, son aún los verdaderos resortes del
nos en clave metafórica), resaltando el valor desarrollo económico”.
que tiene el ser transparente ante la opinión
pública respecto a la presente crisis y sus Marta PÉREZ-CAMESELLE GARCÍA
RESEÑAS
La libertad a prueba
Los intelectuales frente
a la tentación totalitaria
Ralf DAHRENDORF
Editorial Trotta. Madrid, 2009. 224 págs.
Da la sensación de que proclamarse liberal Quizás por eso es de gran oportunidad la apa-
en 2009 es ir a contracorriente. Como ocu- rición ahora en España de este libro que Ralf
rriera en otras etapas recientes de la historia Dahrendorf (Hamburgo, 1929-Colonia 2009)
europea, se ha hecho responsable al libera- publicó en Alemania en 2006.
lismo de la crisis –en este caso económica–
que afecta a nuestra sociedad. Referencias No se trata, por tanto, de una obra escrita al
sobre la “muerte del liberalismo” o la “caída calor de la coyuntura actual. Precisamente
del muro del capitalismo” son lugares comu- lo valioso de esta obra es que Dahrendorf
nes que se repiten desde hace unos meses. ya observaba con anterioridad a la “crisis

subprime” que en muchos ámbitos sociales tancias que tuvieron que afrontar, no cedie-
y de la cultura había una reacción de cre- ron ni a la tentación totalitaria ni a la de lo
ciente hostilidad respecto al liberalismo y la políticamente correcto.
libertad.
El precio que tuvieron que pagar por su osa-
Quien entre 1987 y 1997 fuera rector de la día fue alto. En todos los casos el exilio. In-
London School of Economics ya detectaba cluso, una vez derrotado el totalitarismo
desde hacía algunos años la existencia en nazi, en la Francia liberada, quienes como
nuestra sociedad occidental de un “miedo a la Aron o Mauriac se enfrentaron a una clase
libertad” y la aparición de proyectos que tra- intelectual rendida al influjo de la ideología
taban de superar este temor a través de la in- comunista, se les intentó condenar a la mar-
tegración del Estado, de la economía y la ginalidad. Para esta cuestión quizás la mejor
sociedad en un solo sistema ideológico. Pa- obra sea la de Tony Judt, Pasado imperfecto.
radigmas –en algunos casos en el propio Los intelectuales franceses entre 1944-
nombre del liberalismo– que daban por supe- 1956, Madrid, 2007.
rada la vieja polémica entre estatistas y libe-
rales con el objetivo de “liberar al ser humano Dahrendof ya había escrito en 1965 sobre el
del tormento de tener que elegir”. Es decir, la papel de los intelectuales en la historia de
incitación a renunciar al pluralismo a cambio Alemania. Ahora trasciende el ámbito germá-
del bienestar sin política. Un fenómeno que nico, y nos presenta cómo respondieron al
no es nuevo en la cultura occidental y que re- desafío totalitario algunos de los más repre-
afirma que la historia sigue estando abierta e sentativos intelectuales europeos del siglo XX.
inacabada. No hay que olvidar la sarcástica y
RESEÑAS
aguda dedicatoria de Hayek de su conocido Al igual que muchos de sus contemporáneos,

libro Camino de Servidumbre; “a los socialis- los intelectuales liberales fueron plenamente
tas de todos los partidos”. conscientes de la profunda crisis cultural en la
que se encontraba su entorno social y polí-
Este hecho ha llevado a que a través de dife- tico, lo que denominó Popper “una insatisfac-
rentes vías se haya ido introduciendo un au- ción profundamente arraigada frente a un
toritarismo, que no se puede comparar a los mundo que no se acerca, ni siquiera lejana-
totalitarismos del siglo XX, pero que amenaza mente, a nuestros ideales morales ni a nues-
la existencia de una sociedad civil activa y ver- tros sueños de perfección” (Karl. R. Popper, La
daderamente libre. sociedad abierta y sus enemigos, p. 19, Bar-
celona 1957).
Ante el peligro de un deterioro de la libertad,
la propuesta de Dahrendorf es recuperar a los Pero sus respuestas fueron diferentes a las
clásicos del liberalismo del siglo XX. Unos clá- de quienes se inclinaron por alguna de las
sicos de quienes le importa el contenido real soluciones totalitarias. No fueron eruditos de
de sus aportaciones filosóficas pero, sobre salón ni pusieron su pluma al servicio de pro-
todo, las actitudes que adoptaron ante los yectos políticos coyunturales para ganar el
desafíos que les tocó vivir. aplauso fácil. Desde el aislamiento intelec-
tual buscaron advertir de los peligros y pro-
Concretamente se fija en una generación de poner reformas a una modernidad que ellos
intelectuales liberales –de modo especial Ber- también entendían en crisis. Parafraseando a
lin, Hayek, Popper, Arendt y Aron–, que a pesar J. Benda, estos clérigos liberales no fueron
de las extraordinariamente difíciles circuns- traidores.
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Frente al “Discurso del rectorado” de Heideg- erasmistas. Esto le lleva a desenfocar la bio-
ger en 1933, las obras de Jünger o los filtreos grafía del humanista renacentista y a forzar la
con la adaptación de Bobbio o Adorno, inte- de los protagonistas liberales del siglo XX, pero
lectuales como Hayek, Popper, Arendt y Aron le permite seguir sosteniendo su teoría socio-
no sólo tuvieron que refugiarse en Gran Bre- lógica de separación tajante entre individuo y
taña, Estados Unidos o Nueva Zelanda, sino los papeles que representa.
que se entregaron a la deslegitimación inte-
lectual tanto del fascismo como de aquellos Por ello, Dahrendorf reconoce que estos li-
planteamientos ilustrados que pudieran estar berales hicieron de la libertad y la llamada a
en el origen del totalitarismo. la responsabilidad personal el eje de su ac-
ción intelectual en un entorno muy difícil,
Dahrendorf justifica la capacidad de resisten- pero en sus vidas, al igual que Erasmo, fue-
cia que demostraron, no sólo por la fe en la li- ron fríos y distantes. Incluso a pesar de tener
bertad que tenían, sino en la fortaleza de sus que exiliarse nunca lamentaron su condición
virtudes. De esta forma reivindica la necesi- de expatriados.
dad de virtudes para la construcción de una
ética liberal, lo que supone una enmienda a la El problema de esta argumentación es que no
totalidad del discurso del liberalismo clásico es cierto que Erasmo mostrase frialdad ante
utilitarista de J. S. Mill. la muerte de Moro, “en la persona de Moro
me parece haberme extinguido yo mismo”, es-
Les reconoce en ellos virtudes como el coraje cribió a Piotr Tomicki. Del mismo modo que
civil en la lucha individual por la verdad a tra- Berlin no mostró frialdad ante Anna Ajmátova
vés de su labor académica, aunque esto les en 1945, momento que denominó como el
RESEÑAS
conduzca al aislamiento o la soledad por más emocionante de su vida y él mismo ha
tener que defender sus posiciones en entor- contado que respondió afirmativamente al
nos intelectuales desfavorables. La virtud de ofrecimiento de volver a Moscú para servir en
la justicia, que supone renunciar a paradig- la Embajada Británica una vez iniciada la
mas totalizadores, una utopía propia de la Guerra Mundial, incluso a pesar de las cir-
modernidad para alcanzar la síntesis de la cunstancias en las que había tenido que emi-
unidad social. Esto les lleva a aceptar como grar a Gran Bretaña después de la Revolución
inevitable la existencia de un conflicto refre- (Introducción de Isaiah Berlin en Washington
nado como consecuencia de un ineludible Despatches 1941-45, Chicago, 1981).
pluralismo social.
Estos liberales se comprometieron de forma
Otra virtud que se subraya de estos intelec- pública y activa en iniciativas políticas de ca-
tuales es la de la moderación. Este elemento lado tanto frente al fascismo como frente al
es clave para determinar un itinerario inte- totalitarismo soviético. Los Congresos para la
lectual en el que la búsqueda de la verdad Libertad de la Cultura durante la Guerra Fría
no sea desviada ni por la moda ni por los in- fueron un buen ejemplo de su vinculación a la
tereses. Por último, la prudencia para asumir defensa del espíritu de la Europa libre frente
los límites de una razón, que no puede ser a la amenaza totalitaria.
absoluta, pero que sí debe gobernar sobre
las pasiones. En los momentos clave de sus vidas tomaron
partido y lo hicieron de modo público. Durante
Aun así, para marcar distancias con la teoría la política de apaciguamiento anterior a la
de la virtud de MacIntyre, les denomina como Guerra Mundial y ante la confusión en am-

bientes “progresistas” sobre la naturaleza del Aun así sus postulados no están carentes de
régimen nazi, Hayek envió a William Beveridge, dogmas. Dahrendorf reconoce que Popper,
director de la London School of Economics un Hayek y Berlin, sin despreciar ni marginar la
informe crítico sobre el totalitarismo y publicó cuestión social, afirmaron que “la libertad es
un artículo en la Contemporary Review. más importante que la igualdad”. Una firmeza
que está en el núcleo de la reforma del libe-
En 1944, cuando la victoria de las democra- ralismo que aportaron a la cultura política
cias era casi un hecho y se abría la posibili- contemporánea.
dad de configurar un nuevo orden, Hayek editó
Camino de servidumbre; Aron, El hombre con- La vida intelectual y cultural del liberalismo
tra los tiranos y Popper terminaba La socie- del siglo XX en Europa fue mucho más rica y
dad abierta y sus enemigos, que publicaría variada que la que dibuja Dahrendorf, pero la
ya en 1945. Ante la nueva etapa que se inau- muestra que presenta da testimonio de que
guraba, dieron un paso al frente y alertaron hubo quienes se resistieron a un pensamiento
de la amenaza de un nuevo estatismo, de único. Unos intelectuales que entendieron que
corte diferente al derrotado, pero con la su labor no estaba en convertirse ellos en
misma inspiración hegeliana que trataba de “nuevos clérigos” sino en hacer comprender
sustituir la libertad de los ciudadanos en la que el progreso está en poner la responsabi-
toma de sus decisiones. lidad individual como centro de la historia y
que trataron de actuar en consecuencia.
No buscaron síntesis imposibles. Eran cons-
cientes de que las ideas tenían consecuen- Por ello, el hilo que puede ligarnos a estos re-
cias y que había que asumirlas sin formadores de la modernidad está en la re-
RESEÑAS
frivolidades. Si se quiere, más que erasmistas activación permanente de esa actitud. La

fueron luteranos, al reformar el liberalismo de- misma que hoy en día llevan a cabo intelec-
cimonónico en muchos de sus postulados. tuales como el economista Robert Barro, que
ante las promesas de que con intervenciones
Por ejemplo, ante el hecho religioso. El propio masivas de gasto público se resuelve la crisis
Dahrendorf da importancia a esta cuestión y se oponen a las mismas y afirman que los ciu-
señala que en lo personal fueron amusicales, dadanos siguen sabiendo gastar mejor que
pero carecieron del dogmatismo laicista que los Gobiernos.
había acompañado a la ilustración liberal du-
rante el siglo XIX. Pablo HISPÁN
226 RESEÑAS
La tentación liberal
Una defensa
del orden establecido
Miquel PORTA PERALES
Ediciones Península, Barcelona, 2009. 318 págs.
Como comienzo del excelente hilo conductor posible de consecuencias indeseables –uto-
que guía al lector a través de la senda del pen- pía igualitaria–, pero, como aclara Porta Pera-
samiento de los intelectuales, principalmente les, lejos de una concepción determinista del
del siglo XX, Miquel Porta alude a la crítica del devenir histórico que termina en un final feliz.
filósofo alemán, Franz Rosenzweig, a la “imagen
optimista de la historia entendida como el des- Sentada esta base, critica el autor la figura del
arrollo de la razón en marcha, como el camino ‘intelectual comprometido’, que en las primeras
que conduce a la realización del espíritu abso- décadas del siglo XX y en la época de la Gue-
luto y a la reconciliación de la humanidad con- rra Fría aludía en exclusiva a aquel que estaba
sigo misma”. Tras la Gran Guerra, el alemán, aun comprometido con la denuncia del sistema li-
RESEÑAS
sin tiempo de vida para conocer de la Segunda beral y con la construcción de una sociedad so-
Guerra Mundial, del exterminio de los judíos o cialista o comunista; aquel, principalmente de
de los nacionalismos exacerbados, concluyó raíz sartreana, para el que la denuncia del sis-
que Europa había ido hacia la catástrofe en tema liberal y la defensa de la Razón universal,
nombre de la misión histórica de los pueblos, la nueva religión laica, devinieron en verdades
de la revolución, del progreso, de la razón; que morales incuestionables.
la civilización europea no era la última fase de
la historia universal, no era el lugar en que lo ra- Resulta recurrente, en el paseo que por la his-
cional coincidía con lo real y lo real con lo ra- toria del pensamiento del siglo XX hace Porta, la
cional. La propuesta de Rosenzweig, que como pregunta de por qué todos estos intelectuales
testigo recoge Miquel Porta en su obra, no es creyeron y/o no denunciaron la mentira más
más –ni menos– que la vuelta al mundo real y grande y más transparente del siglo, en clara
la recuperación de la soberanía individual. alusión al comunismo. Oportuna conclusión:
frente al archiconocido “la religión es el opio del
Entregarse a la tentación liberal no significa sino pueblo”, Porta se postula en que el marxismo
afirmar la libertad, los derechos fundamentales, ha sido la religión y el opio de esos intelectua-
la dignidad del ser humano, la democracia, la les comprometidos.
igualdad de oportunidades; pero también sig-
nifica aceptar y afirmar la autoridad, la seguri- Ese opio, en forma de utopía igualitaria, ha
dad, la ley y el orden, el individualismo, la pro- devenido en delirio, seguido de desastre, en de-
piedad privada o, en fin, cierto grado de masiadas ocasiones. El comunismo ha dejado
desigualdad, renunciando así a ese ideal im- crueles ejemplos –como la República Demo-

crática Alemana, la República Popular China, intelectuales comprometidos aceptan la eco-

Cuba, o los Jemeres Rojos en Camboya– de las nomía de mercado –con los matices que se
consecuencias de un experimento que perse- quiera– pero no aceptan la ideología liberal que
guía la igualdad, la justicia y la felicidad. Ejem- la sustenta; y que ante la tan manida crisis de
plos de lo que ocurre cuando el dilema entre li- 2008, estos antiliberales, tras reivindicar de-
bertad e igualdad se resuelve a favor de la magógicamente la ética de la izquierda, brin-
igualdad mediante la supresión de la libertad. dan propuestas para refundar el Sistema y, por
supuesto, para administrarlo. Éste es el caso
Y es que estos experimentos, previamente te- de la izquierda española, y de la europea en
orizados por los intelectuales comprometidos general, que no ofrece más que una utopía ne-
(como en el caso de los Jemeres Rojos, nada gativa; y quien ose criticar este negacionismo
menos que en La Sorbona parisina), revelan será tildado, como dice Porta, de imperialista,
que la búsqueda del Bien absoluto conduce al reaccionario, conservador. Porque el discurso
Mal absoluto, y que el igualitarismo suprime la de la izquierda se autoverifica y autolegitima,
libertad. de modo que dentro de él vale todo, y nada
vale fuera.
Extiende Porta su paseo más allá de la histo-
ria del pensamiento, a la propia historia del si- Mientras, y paralelamente, los intelectuales
glo pasado, saltando de continente en conti- realmente críticos y comprometidos con la
nente, y tomando como otras muestras para su libertad y la democracia han sido demo-
crítica hacia esos intelectuales comprometidos nizados, frente a lo cual Miquel Porta reivindica
casos como el de la Nicaragua sandinista, o la el liberalismo –término que, en contra de lo que
propia Segunda República Española. Incluso suele creerse, no procede de libertad, sino de
RESEÑAS
retrocede a la Revolución Francesa, en tanto liberalis, o “propio de quien es libre”–, y el ci-

que origen de la moderna idea de nación, que nismo –en tanto que cuestionamiento de la
en la línea de los sueños de la razón impulsa- tradición establecida por el pensamiento polí-
dos por la Revolución, abre las puertas de la li- ticamente correcto–, y apuesta por la libertad in-
bertad frente al absolutismo; pero el monstruo dividual y la crítica desacomplejada propia de
que engendra la nación es el nacionalismo, personajes como Antístenes o Diógenes, y ello
otro origen de innumerables conflictos inter- en la convicción de que el liberalismo es la me-
nacionales de consecuencias dramáticas, si- jor propuesta para organizar la convivencia y ca-
nónimo de negación y exclusión, de homoge- nalizar los intereses existentes en nuestra so-
neización política y cultural. ciedad, que ya no admite unos sueños de la
razón que generan monstruos.
Como cabía esperar en una obra de Miquel
Porta Perales, no olvida en este contexto de na- Sin negar que, efectivamente, el liberalismo
ción y nacionalismos la cuestión catalana, con también haya podido tener efectos indesea-
la escuela como instrumento de nacionalización dos a lo largo de la historia, reivindica el autor
por excelencia; detrás de cuya ficción histórica que no es sino gracias a éste el aumento ge-
no se encuentra sino la realidad de un movi- neralizado de la calidad de vida de amplias ca-
miento que pretende modelar un colectivo na- pas de población en todo el planeta.
cional en detrimento del individuo.
Sin olvidar que, sucesivamente, el liberalismo
Como no podía ser de otro modo, la etapa fi- ha pulido sus defectos, destaca el autor el
nal del paseo desemboca en la actualidad, diagnóstico y la terapia respecto del pensa-
cuando se produce la curiosidad de que estos miento neocon actual. Del primero: crisis de au-
228 RESEÑAS
toridad de las democracias, deslegitimación lativista, apuesta por la vía interculturalista, no

del poder democrático, debilidad de las insti- sólo compartiendo valores, sino también ciu-
tuciones internacionales ante los peligros que dadanía –pero sin caer en la ingenuidad de
supone una sociedad abierta o falta de lide- pensar que la concesión de la ciudadanía con-
razgo de Occidente en cuestión de relaciones lleva necesariamente integración–. De la edu-
internacionales. En cuanto a la terapia, apela al cación, enfatiza sus problemas: igualitarismo,
refuerzo de la autoridad y el poder democráti- antiautoritarismo y educacionismo. Defensa
cos, la defensa de la ley, el refuerzo del liderazgo contra la tentación populista y el caudillismo
internacional de Occidente o la universalización que tantos estragos están haciendo en América
de los derechos y libertades fundamentales; la Latina y defensa de la globalización capita-
lucha sin cuartel contra el terrorismo y los Es- lista; ataque de los planes proteccionistas,
tados que lo subvencionan y amparan. Pero hay como la Política Agraria Común. Impulso de la
que añadir la afirmación de la libertad indivi- energía nuclear.
dual, del talento, del esfuerzo, de la autoorga-
nización de la sociedad civil, de la indepen- Esta variada temática envuelve ese paseo de
dencia de los poderes del Estado. Y la negación Miquel Porta para llevarle a concluir que los
del intervencionismo gubernamental en la vida enemigos de la sociedad abierta no han desa-
privada del individuo, del relativismo moral, del parecido, y que ésta debe seguir superando los
multiculturalismo… En fin, el pensamiento neo- obstáculos que se presenten, tengan el disfraz
con ha diagnosticado algunos males del pre- que tengan. Para ello se necesita una política
sente y ha propuesto una alternativa para in- conforme a la realidad –de vuelta al mundo
tentar vencerlos; en definitiva, en palabras de real, que dice el autor–, y es necesario creer en
Irving Kristol, “un neocon es un liberal asaltado la superioridad de la cultura de la libertad, sin
RESEÑAS
por la realidad”. olvidar que la libertad conquistada en las últi-
mas décadas puede retroceder.
De los sindicatos, demanda un sindicalismo li-
beral de cooperación con el capital para el in- Corona Miquel Porta este periplo con una ex-
cremento de la competitividad y la productivi- tensa bibliografía comentada, compuesta por
dad, la privatización de las empresas públicas, 84 títulos, que son textos de inexcusable refe-
el mercado y la iniciativa individual; del ecolo- rencia para liberarse de complejos y caer en
gismo, advierte de su devenir en ideología sus- una tentación realista y liberal. En definitiva, La
titutoria que ocupa la vacante dejada por la tentación liberal se muestra como un necesa-
quiebra de las llamadas ideologías emancipa- rio vademécum liberal de preguntas y respues-
torias; de la importante cuestión del islam, tas muy bien argumentadas; pedagogía liberal
aboga por la posibilidad de su democratización, pura y dura.
tarea en la que Occidente debería colaborar;
frente al multiculturalismo diferencialista y re- Ana COLLADO

La democracia
en 30 lecciones
Giovanni SARTORI
Edición a cargo de Lorenza Foschini
Taurus, Madrid, 2009. 150 págs.
Para comprender qué es un sistema democrático que los ciudadanos, mediante el depósito del
y cómo funciona éste, sólo se precisan 30 lec- voto libre y secreto, eligen a sus legítimos re-
ciones. Ése ha sido el nuevo reto del politólogo en presentantes. Así, según Sartori, es como se
Ciencia Política Giovanni Sartori. Tras numerosos configura el delicado proceso democrático, en
y densos volúmenes –Teoría de la democracia, donde “primero hay un movimiento ascendente,
¿Qué es la democracia? o Elementos de teoría de transmisión de poder del pueblo hacia el
política– en los que explicaba el funcionamiento vértice de un sistema democrático, y después
de la democracia, Sartori sintetiza ahora en po- un movimiento descendente del poder del go-
cas páginas conceptos tan amplios como libera- bierno sobre el pueblo” (p.21).
lismo, socialismo, pluralismo, mercado, igualdad
RESEÑAS
o libertad, entre otros; y responde también a in- En todas sus obras, Giovanni Sartori analiza las
terrogantes como “¿quién descubrió el plura- figuras del gobernante y del gobernado; no se
lismo?”, “¿cómo se consigue establecer lo que es requieren sabios ni eruditos, ni unos ciudada-
y lo que no es democracia?”, “¿es el hombre un nos excesivamente cultos, sino simplemente
ser verdaderamente libre?” o “¿cuáles son los re- gente informada. El autor da importancia a la
tos de la democracia?”. El libro, además, trata te- información, ya que ésta es la que vertebrará y
mas conflictivos como el papel del islam en la de- reforzará a una sociedad en su mayoría mi-
mocracia, el multiculturalismo y las opciones mada, débil e invertebrada. Sartori expresa su
ideológicas izquierda o derecha. pesimismo antropológico, al afirmar que la de-
mocracia está en peligro, entre otras causas,
La perfecta combinación entre la teoría política por la mala utilización que hacen los “maqui-
y el carácter político de Sartori ofrece pautas nistas” –ciudadanos– de una “máquina” exce-
guiadas de lo que debe ser una democracia li- sivamente generosa : la democracia.
beral con una visión ideológica implícita, que
poco a poco saca a la luz. Sartori sintetiza la de- En varias lecciones expresa su preocupación
finición de democracia liberal, dominante hoy por lo que él denomina “amenazas a la demo-
día, apelando al clásico “poder del pueblo”; cracia”. La democracia liberal, plural, que tiene
pero su reflexión va más allá al establecer quién al individuo libre como referente, es el modelo
y cómo debe ejercerse el poder. Para él, la de- vivo que más se ajusta a lo que hoy definimos
mocracia es una forma de Gobierno, con se- como democracia. Pero a su vez, es el sistema
guridad la mejor que se conoce en nuestro en- que más riesgo tiene de verse perjudicado por
torno, cuya característica principal es que la una serie de amenazas que le hacen peligrar.
titularidad del poder la posee el pueblo; en la Un punto en común podemos establecer en
230 RESEÑAS
cada amenaza: todas se sirven de la enorme lam. El islam radical ha declarado la guerra a
generosidad del sistema democrático para Occidente, y éste deberá defenderse de su
agredirlo. Es por ello que resulta más compli- agresor para mantener la estabilidad del sis-
cado atacar a un sistema autoritario o totalita- tema democrático en el futuro. Según el autor,
rio, ya que en ellos predomina la falta de liber- nada tiene que ver con un conflicto ideológico.
tad, de pluralismo y de movilización política. No debemos confundirnos en la terminología,
ya que “llamarlo con una palabra equivocada
Una de las principales amenazas que vive la de- consigue que nos equivoquemos de diagnós-
mocracia liberal es la penetración del multicul- tico y de terapia” (p.121), y esto sólo nos
turalismo. Sartori cree en una sociedad abierta, puede conducir a la derrota.
tolerante, con igualdad plena ante la ley, donde
los ciudadanos sean titulares de los mismos de- Pensar desde Europa que no hay amenazas a
rechos, y no una sociedad fragmentada en gru- la democracia es, en sí mismo, la última y
pos opuestos entre sí. Esta ideología diferencia grave amenaza para la libertad de todas las so-
a los ciudadanos en función de su etnia, sexo, ciedades democráticas europeas. Así, la falta
orientación sexual o religión. Sartori cree que “en de acuerdo, la negación de la amenaza, las
vez de promover una diversidad integrada, ‘las ocurrencias “magistrales” tipo “alianza de civi-
tesis multiculturalistas’ promueven una identidad lizaciones” y la falta de rigor en el proyecto an-
separada de cada grupo, que no supera el plu- titerrorista de Occidente, pueden poner en pe-
ralismo, lo destruye” (p. 124). ligro la estabilidad democrática y nuestro futuro
en libertad.
Otro desafío que analiza Sartori es la relación
conflictiva entre la sociedad occidental y el is- Jacob ISRAEL SANANES
RESEÑAS
Power rules
How common sense can rescue
American foreign policy
Leslie H. GELB
Harper Collins. New York, 2009. 302 págs.
Estados Unidos de América es la nación in- pequeños tienen la facultad de resistir frente al
dispensable. Pese a sus muchas dificultades grande. EE.UU. es el líder indispensable, pero
actuales, tiene una capacidad global para re- precisa de otras naciones para poder conseguir
solver problemas que nadie más tiene; es la sus objetivos; precisa de socios indispensa-
primera economía, la primera potencia militar bles. Y aquí es donde realmente reside el po-
mundial. Posee poder, aquella capacidad para der norteamericano; en su capacidad de forjar
lograr que otros hagan lo que no quieren ha- coaliciones y liderarlas. Leslie Gelb nos enseña
cer. Pero no es todopoderosa. En el siglo XXI los cómo.

Gelb es el autor de este sugerente libro, Power en Bahía Cochinos y su brillante estrategia en
Rules: How common sense can rescue Ameri- la crisis de los misiles; da pinceladas sobre
can foreign policy (Las reglas del poder: cómo Johnson y su obsesión con Vietnam (Gelb ya
el sentido común puede rescatar la política ex- trabajaba en el Departamento de Estado
terior americana). Uno de los analistas norte- cuando Johnson era presidente); sigue con
americanos con mayor experiencia en política Nixon y su estratega, y maestro del poder y de
exterior, que ocupó cargos en los Departa- las relaciones internacionales, Henry Kissinger,
mentos de Estado y de Defensa desde la Ad- y sobre cómo ambos, pese a perder la guerra,
ministración Johnson hasta Reagan; posterior- consiguieron reconducir la política exterior
mente columnista del New York Times, ganador americana al posicionar a EE.UU. como el
de un premio Pulitzer, y finalmente presidente único mediador internacional válido en asun-
del prestigioso Council on Foreign Relations, tos globales, asentándose en Oriente Medio y
think-tank del que actualmente es presidente convirtiéndose en un contrapeso a China...
emérito. Gelb nos regala un libro templado, ¡en la propia Asia, nada más perder una gue-
atractivo, plagado de anécdotas y de ejemplos rra allí!
reales, escapando así de la mera exposición
teórica que lastra otros libros semejantes. Se Nos habla de Reagan, de su política hacia la
agradece especialmente su lenguaje claro y URSS, sus tratos con Irán y sus manejos en Ni-
sencillo, sus explicaciones amenas, su tono caragua o Afganistán. Pasa a Bush padre, que
moderado. Todo esto hace que no sea nece- junto con Scowcroft y Baker vigilaron pruden-
sario estar totalmente de acuerdo con Gelb temente la liquidación de la URSS y la devo-
para disfrutar el libro, que está escrito en forma lución de las armas nucleares situadas en el
de consejos –lo que él llama reglas–, al presi- antiguo territorio soviético al control de Moscú,
RESEÑAS
dente y a los arquitectos de la política exterior y lidiaron con Sadam en la primera Guerra del
americana. Y eso sí, sin intentar reinventar la Golfo; de Clinton destaca su apatía e inactivi-
rueda; simplemente aplicando la lógica y el dad en sus primeros años, y su excesiva avidez
sentido común. en el ocaso de su mandato. Y llega finalmente
a Bush hijo, del que habla mucho en el libro,
Antes de empezar a delinear sus “reglas del po- pero curiosamente desde un cierto respeto
der”, verdadero epicentro del libro, Leslie Gelb pese al desacuerdo. En fin, una brillante clase
realiza una atractivísima recapitulación de la de historia en unas breves páginas.
política exterior norteamericana desde 1945,
presidente por presidente. Trazando un para- Gelb ve la distribución de poder actual de ma-
lelismo con dos de los padres fundadores, Ha- nera piramidal. Siguiendo la idea que predo-
milton y Jefferson, Gelb desmenuza dos gran- mina en todo el libro, la de “mutua indispen-
des corrientes en su política exterior, y nos va sabilidad” –esto es, que EE.UU. es el líder
narrando sucintamente las actuaciones de los indispensable, pero que precisa de la ayuda de
presidentes y sus equipos. Empieza por su ad- otras naciones que él llama socios indispen-
mirado Truman, quien junto con dos brillantes sables–, Gelb nos dibuja una pirámide, con
hombres –también admirados–, Acheson y EE.UU. en la cúspide, que representaría la dis-
Kennan, estructuraron el mundo posterior a la tribución del poder. Bajo EE.UU., en un se-
Segunda Guerra Mundial y desarrollaron insti- gundo escalón, se encontrarían “los Ocho”, un
tuciones como el Banco Mundial, la OTAN o grupo de ocho naciones que él considera de
idearon el Plan Marshall; continúa por Eisen- especial relevancia e influencia en el mundo;
hower, su famosa doctrina y su secretario de China, Japón, la India, Rusia, Reino Unido,
Estado, Dulles; pasa por Kennedy, su fracaso Francia, Alemania y, por los pelos, Brasil com-
232 RESEÑAS
pondrían este grupo. En un tercer peldaño se teligencia de manera efectiva. Es necesario

situarían aquellas naciones con recursos ener- entender las capacidades de la inteligencia,
géticos importantes, básicamente los exporta- que fundamentalmente pueden aportar cono-
dores de petróleo y gas, y otros tipos de ener- cimiento sobre la idiosincrasia de un país, co-
gía. Existirían un cuarto y quinto escalafones, nocimiento sobre la cultura, las relaciones de
pero ya de menor grado. poder y la forma de hacer las cosas de las na-
ciones. Es necesario dejar trabajar a los servi-
Es en este panorama donde Gelb explica sus cios de inteligencia libremente, sin interferen-
consejos, sus reglas para el planteamiento, el cias y sin presión, puesto que bajo presión las
desarrollo y la aplicación del poderío nortea- agencias acabarán por dar la información que
mericano en las relaciones internacionales. quien ostenta el poder quiere oír, no la que ne-
Criticando todas las posiciones existentes, cesita oír.
desde las neoconservadoras a las liberales, pa-
sando por las realistas y las moderadas (aun- Más adelante Gelb habla de la repercusión de
que claramente se nota su predilección por es- la política interna en las relaciones interna-
tas dos últimas corrientes) va desgranando, cionales. Explica que mientras es necesario te-
una a una, las distintas facetas que componen ner una idea clara de los objetivos, es bueno
el poder, que él lo define como la capacidad contar –o al menos hacer creer que cuentas–
de lograr que otros hagan lo que no quieren ha- con la opinión de otras fuerzas, como pueden
cer. Como si estuviese departiendo cara a cara ser senadores, congresistas, think-tanks u ONG.
con el presidente, Gelb subraya las ideas bá-
sicas que deberían guiar cada aspecto del po- Uno de las observaciones más recurrentes en
der y finalmente señala unas reglas que de- el libro es la visión de Gelb de la nueva dis-
RESEÑAS
berían respetarse en cada momento. posición de poder entre poder militar y poder
económico. En su opinión, la balanza se ha in-
Resulta imposible sintetizar en unas parcas clinado hacia una mayor importancia del poder
palabras los puntillosos análisis y los delicados económico. Sin ingenuamente pensar que el
consejos que Gelb transmite en su libro. Por poder militar carece de importancia, Leslie
dar una idea general, debemos comentar que Gelb sostiene que la fuerza económica es, en
Gelb divide el poder en apartados; de cada la era de la globalización, la más importante.
apartado hace un análisis, y concluye con sus Para empezar, es la que permite sufragar los
reglas. Comienza hablando de la estrategia gastos de material y capacidad militar, así
como punto de partida de la acción exterior. como de seguridad nacional. La economía es
Hay que fijarse unos objetivos claros, concre- lo que más puede llegar a influir a los gober-
tos, ambiciosos pero realizables. Para ello, hay nantes extranjeros a la hora de forzarles a
que evaluar cuidadosamente las fortalezas y adoptar una postura u otra. Pero incomprensi-
debilidades de los demás, y sobre todo las pro- blemente, dice Gelb, no se usa la influencia
pias. Hay que decidir un plan de ataque ba- económica como instrumento de política ex-
sado en estas consideraciones, y especial- terior, o se usa erróneamente, buscando lograr
mente relevante es decidir qué maniobra objetivos políticos en vez de ceñirse a cues-
realizar en primer lugar, qué puerta abrir en pri- tiones económicas.
mera instancia, lo que facilitará el proceso al
máximo. En cuanto al poder militar, Gelb es muy cons-
ciente de su importancia, y del estatus que le
En segundo lugar, el autor nos habla de “la in- otorga a EE.UU. ser una superpotencia militar,
teligencia”, de cómo utilizar los servicios de in- pero cree que ha perdido cierta relevancia res-

pecto a otros momentos de la historia en que realista del poder, teniendo en cuenta las li-
básicamente poder era sinónimo de gran ejér- mitaciones que pesan sobre EE.UU., que exis-
cito. Gelb es partidario de usarlo prudente- ten pese a la posición de superpotencia que
mente, cuando sea necesario; de amenazar ostenta. Y resulta muy recomendable su pers-
con su uso cuando realmente se está dis- pectiva final sobre la política debida hacia
puesto a usarlo; de concentrar esfuerzos en la Oriente Medio.
lucha contra el terrorismo y la proliferación
nuclear; y de desarrollar una verdadera y efec- Es aconsejable, en fin, leer este libro. No pre-
tiva política de seguridad nacional, más allá de tende descubrir la pólvora; no pretende la crí-
las palabras huecas sin las actuaciones que tica fácil. Tampoco pretende convencernos en
las deberían respaldar. todo, y ciertamente no lo hace. Sólo pretende
aportar una mirada, basada en algo tan simple
El autor ilustra todo el libro con multitud de como la lógica y el sentido común, de un gran
ejemplos y de vivencias reales, de estudio de experto en política exterior norteamericana. Y
políticas presidenciales y de anécdotas ame- esta mirada resulta muy interesante.
nas. Finalmente concluye insistiendo en la ne-
cesidad de la estrategia, del uso inteligente y Gonzalo FIGAR
RESEÑAS
Nixonland
The Rise of a President
and the Fracturing of America
Rick PERLSTEIN
Scribner, New York, 2008. 896 págs.
Rick Perlstein crea en este libro un tapiz ex- como la década de la diversión desenfrenada,
traordinariamente rico sobre la vida pública el idealismo pacifista y el amor al prójimo en
norteamericana de los años sesenta. Desde versión hippy.
las primeras páginas, que se abren con una
descripción aérea de los graves disturbios que En segundo lugar, Perlstein traslada al lector
explotaron en un barrio negro de Los Ángeles no especialista ciertas asunciones cada vez
en 1964, el lector es transportado a unos tur- más aceptadas entre los especialistas aca-
bulentos años marcados por elevados niveles démicos y que resitúan a Richard Nixon en un
de violencia, disturbios civiles y tensión social lugar central en la historia política de los Es-
que nos resultan difíciles de asumir (o recor- tados Unidos: según el autor, el malogrado
dar) cuarenta años más tarde. Nixonland pre- presidente norteamericano fue el principal ar-
senta los famosos años sesenta como una tífice del triunfo electoral del movimiento con-
década de división intestina muy alejada de servador en Estados Unidos. Por último, Perls-
las lecturas que presentan aquellos años tein mantiene que la atmósfera política de
234 RESEÑAS
finales de los sesenta y primeros setenta, pro- 1968, ni respondía solamente a la mera ne-
fundamente marcada por la ausencia de con- cesidad política. Desde su época universitaria,
senso público en ciertos asuntos clave, el sec- el futuro presidente se identificó a nivel per-
tarismo partidista y la polarización ideológica, sonal con las clases populares y trabajadoras
aún define la política norteamericana del pre- y contra las élites culturales y políticas. Es en
sente cuyos principales actores, siempre según esos años cuando Nixon funda los Orthogo-
el autor, siguen comportándose según las nians, un club universitario alternativo al de los
pautas establecidas por Richard Nixon. Franklins. Mientras el segundo estaba com-
puesto por los hijos de familias relativamente
Es difícil no concurrir con el autor cuando acomodadas, el suyo lo estaría por estudian-
éste enfatiza que una de las características tes procedentes de la clase media y trabaja-
más notables de la política norteamericana, dora.
desde luego la más distintiva con respecto a
la europea, es la persistente virulencia de las Las batallas de Nixon contra los Franklins con-
llamadas ‘guerras culturales’.Otra caracterís- tinuaron durante su primera etapa política,
tica, íntimamente ligada con la anterior, es la que le llevó a derrotar electoralmente al acau-
presencia de un movimiento social y político dalado Jerry Voorhis en 1946 y a la glamorosa
conservador notablemente resistente a los actriz Helen Gahagan Douglas en 1950. En
vaivenes electorales y exitoso hasta el punto ambos casos Nixon, deliberadamente y con
de haber situado la vida política norteameri- efectos devastadores en la cargada atmósfera
cana varios grados a la derecha de lo habitual política que generó la aparición del “McCar-
en este lado del Atlántico. thyismo”, asoció glamour y riqueza con falta
de nervio moral en la lucha contra el comu-
RESEÑAS
Tanto el ascenso del movimiento conservador nismo. No obstante, esta primera etapa en la
como el colapso del consenso político previo vida política del futuro presidente siempre
acerca de asuntos como el papel de la mujer será recordada por el célebre caso de Alger
o de la religión en la vida pública han sido efi- Hiss, un prominente demócrata que gozaba de
cazmente estudiados por una amplia panoplia la protección de la cúpula de su partido y que
de autores norteamericanos (por ejemplo jugó un papel fundamental en el estableci-
George H. Nash, The Conservative Intellectual miento de la ONU.
Movement in America) y europeos (destaca La
Nueva Revolución Americana de José María En 1948 la tenacidad del joven Nixon destapó
Marco). No obstante la literatura académica y la doble vida de Hiss como agente soviético y
los propios conservadores han enfatizado tra- condujo a su encarcelamiento por perjurio.
dicionalmente la figura de Ronald Reagan Para mayor fortuna de Nixon, Hiss también era
como actor político central en el desarrollo de un conocido miembro de la vida social más
estos fenómenos, Perlstein nos introduce a Ni- chic de Washington D.C. y, al menos en un
xon no sólo como a un precursor más o me- principio, recibió el apoyo de la Administración
nos afortunado de Reagan sino como un an- demócrata, la intelectualidad y la prensa pro-
tecesor necesario para el éxito posterior de gresista de su época. Ni los demócratas, ni la
Reagan. progresía intelectual olvidaron jamás las su-
cesivas afrentas del joven Nixon a quien hasta
En un giro interesante, especialmente en un el final de su carrera asociarían con el epíteto
autor claramente identificado con el progre- Ticky Dick (‘Ricardito el Sucio’) que una deses-
sismo político, este libro subraya que la es- perada Helen Gahagan Douglas le dedicó an-
trategia electoral de Nixon ni era nueva en tes de ser derrotada en las urnas.

Como contrapartida, el electorado conserva- las aspiraciones y los métodos de protesta de

dor siempre recordaría tanto la autoidentifi- la minoría negra y de los estudiantes univer-
cación de Nixon con el ‘hombre común’ frente sitarios opuestos a la guerra de Vietnam. En el
a las élites, como su triunfo frente a estas úl- proceso, nuestro protagonista proyectó por pri-
timas en el caso Hiss. Nixon trató de adoptar mera vez desde la Casa Blanca ciertos as-
una postura relativamente más conciliadora pectos cruciales del discurso conservador.
durante sus años como vicepresidente bajo Nixon denunció la tolerancia del ala más pro-
Dwight Eisenhower (1952-1960) y dilapidó gresista del Partido Demócrata hacia la disi-
buena parte de su capital político en una cadencia violenta y propuso en su lugar un
tastrófica derrota en su campaña a goberna- discurso que acentuaba el respeto por la ley
dor de California (1962). No obstante, su y el orden.
fracaso frente a John Kennedy contribuyó, pa-
radójicamente, a mantener su imagen de Así, el presidente de los Estados Unidos re-
‘hombre de a pie’. Kennedy, glamoroso, guapo chazaba (y contribuía a exorcizar) el senti-
y reivindicado como propio por la progresía miento de culpa hacia la minoría negra y la
intelectual constituía la encarnación perfecta admiración por el idealismo juvenil imperan-
del franklin detestado por Nixon. Las funda- tes en los círculos intelectuales y políticos
das sospechas de que la ajustada victoria de más influyentes de la época –la revista Time
Kennedy había sido producto del pucherazo llegó a elegir a los ‘menores de 25 años’ como
electoral en Estados dominados por la ma- personaje del año en 1976–. La estrategia de
quinaria política demócrata no hicieron sino la Casa Blanca de Nixon no sólo contribuyó a
incrementar el profundo desdén del futuro articular (y a endurecer) la resistencia contra
presidente, y el resentimiento de cierto sector los rápidos cambios socioculturales traídos
RESEÑAS
del electorado republicano, hacia todo lo que por los sesenta, además prestó a un discurso
JFK representaba. conservador previamente marginado el pres-
tigio de la Presidencia.
Todos estos elementos se combinaron para
situar a Nixon en una posición políticamente Por si eso fuera poco, en 1972 la Nueva Iz-
ganadora en las elecciones de 1968 e imba- quierda liderada por George McGorvern logró
tible en las de 1972. El anti-elitismo de Nixon, capturar la candidatura presidencial del Par-
en su versión anticomunista, bastó para pro- tido Demócrata. Nixon derrotó a su oponente
yectar su propia carrera política. A finales de con el mayor margen, tanto en términos de
los sesenta ese mismo populismo, en su ver- votos populares como en el colegio electoral,
sión ley-orden-esfuerzo personal, fue instru- en la historia de la nación. Los primeros efec-
mental en la destrucción de la hegemonía tos de semejante victoria fueron desterrar el
demócrata en vigor desde los años treinta. Y progresismo radical como fuerza electoral por
es que Nixon, como Perlstein nos recuerda, más de veinte años y erradicar cualquier duda
fue el primer presidente en detectar el agota- de que un mensaje puramente conservador
miento del electorado ante los excesos de los como el defendido, digamos, por Ronald Re-
movimientos por los derechos civiles y contra agan pudiera recibir el apoyo del público. Ade-
la guerra de Vietnam. más, en el sistema político norteamericano,
la pérdida de fuerza en las urnas no hizo sino
Con relativa timidez durante la campaña pre- resaltar la permanencia de ese mismo pro-
sidencial de 1968 y con ferocidad durante la gresismo en otras áreas de poder, en particu-
de 1972, Nixon explotó el creciente resenti- lar en la judicatura, en las universidades y en
miento de las clases medias blancas contra los medios de comunicación.
236 RESEÑAS
En este sentido, Perlstein refleja con enorme Sin embargo, a juzgar por las últimas eleccio-
talento cómo Nixon detectó, contribuyó a legi- nes presidenciales y las primeras acciones del
timar y por tanto fortaleció un creciente con- presidente Obama, tanto la estrategia electo-
servadurismo popular previamente marginado ral seguida por Nixon como el marco político
del discurso político nacional. La retórica de que él contribuyó a crear parecen gozar de
Spiro Agnew, su vicepresidente hasta 1973, buena salud. Así, las realidades del Partido
quizás sea el ejemplo más claro y conocido de Republicano forzaron sobre McCain la selec-
una estrategia diseñada para recoger el men- ción de Sarah Palin como compañera de tán-
saje, que el movimiento conservador venía dem. Palin colocó al movimiento conservador
pronunciando desde los años cincuenta, para de base en el centro mismo de la contienda
dirigir el resentimiento de las clases media y electoral y, además, procedió a arremeter con-
trabajadora, rebautizadas ahora como la “ma- tra el dominio progresista sobre los medios
yoría silenciosa”, contra esas élites instaladas de comunicación en términos indistinguibles
en los medios de comunicación y las universi- de los usados por Nixon y Spiro Agnew.
dades. Agnew (instigado por Nixon) se convir-
tió en el héroe de buena parte del electorado Entretanto, Obama se enfrentaba a las reali-
cuando describió a dichas élites como un dades de un Partido Demócrata a todas luces
“cuerpo de afectados snobs” divorciados del heredero de los turbulentos años sesenta con
público al que decían servir y dispuestos a im- un mensaje que enfatizaba el apoyo a la in-
poner un código ético nuevo y extraño. vestigación con células madre o el aborto en
términos no muy distintos a los empleados en
En este sentido, una de las principales apor- los sesenta por el feminismo más radical. Qui-
taciones de Perlstein es, por sorprendente que zás más revelador, las primarias demócratas
RESEÑAS
parezca, admitir el evidente apoyo popular ge- dejaron al descubierto que el partido conti-
nerado por el conservadurismo de Nixon. Las núa fracturado según las líneas demarcadas
páginas de Nixonland describen, en detalle y durante el ascenso de la nueva izquierda.
con gran eficacia, la profunda resistencia de
gran parte de la sociedad americana, incluido En términos impresionistas, Hillary Clinton
un importante sector de la juventud, firme- (más tarde el vice-presidente Joe Biden) re-
mente apegada a valores tradicionales en presentaba la candidatura del ‘aparato’ del
asuntos tan dispares como el patriotismo, la partido y de la gran masa de votantes demó-
familia o el consumo de drogas. cratas de clase media y trabajadora y resi-
dentes en el interior del país (es decir, el
Ahora bien, si hoy casi nadie duda del papel sector del partido que se decantó por Nixon
fundamental que Richard Nixon jugó en el as- en 1972 y por Reagan en los 80), mientras
censo conservador, otra cosa muy distinta es Obama, al menos en principio, representaba
afirmar que su influencia se extienda al marco las aspiraciones de los jóvenes, los negros y
político norteamericano actual. A fin de cuen- los habitantes de las costas.
tas controversias como el derecho al aborto
o la investigación con células madre son pos- Merece la pena señalar que, a pesar del entu-
teriores a su presidencia. Por otro lado, asun- siasmo semi-histérico posterior, incluso un can-
tos que fueron centrales en su vida política, didato con el extraordinario magnetismo
como el dominio progresista de la prensa o personal de Obama sólo logró una victoria in-
las presuntas bondades del consumo de dro- terna sorprendentemente ajustada –y práctica-
gas, han sido eficazmente resueltas por el po- mente inexistente si uno tiene en cuenta el
deroso moviento conservador. peso de los ‘superdelegados’, es decir, de la fi-

gura que los demócratas crearon para impedir bio’ no iría más allá de los límites aceptables
que otro McGovern llegara al poder–. Incluso para el electorado moderado, límites firme-
ante un Partido Republicano dividido y debili- mente establecidos por Richard Nixon.
tado, los demócratas sólo aceptaron a Barack
Obama cuando se aseguraron de que su ‘cam- David SARIAS
De las naciones
a las redes
David DE UGARTE, Pere QUINTANA,
Enrique GÓMEZ y Arnau FUENTES
Prólogo de Josu Jon Imaz
Ediciones El Cobre. Colección Planta 29. Barcelona, 2009.
162 págs.
A ocho manos: cuatro de investigadores en sola Atari de cartuchos a los nueve años, se
ciencias de la Tierra (Enrique Gómez y Pere metió en el mundo hacker madrileño a los
Quintana) y cuatro de tecnólogos y empresa- doce y en 1989, en el Berlín revolucionario, se
RESEÑAS
rios (Arnau Fuentes y David de Ugarte), De las conectó a Internet por primera vez. Autor de
naciones a las redes no tiene desperdicio. novelas por entregas para teléfonos móviles y
Configura una puesta a punto del estado del de varios ensayos, fundador y teórico del
debate sobre la sociedad red, originada hacia grupo ciberpunk español (1989-2007), fun-
fines de los años sesenta con la primera co- dador de la Sociedad Cooperativa de las In-
nexión entre computadoras de tres universi- dias Electrónicas (2002), director de la
dades de California y una de Utah, en los Colección Planta 29 (iniciativa de Ediciones
Estados Unidos. Y reflexiona también sobre el El Cobre, la Sociedad de las Indias Electróni-
significado y las consecuencias que ese cas y el BBVA) y fundador del Grupo coope-
mundo de redes, “hijo de Internet y la globa- rativo de los Exploradores Electrónicos
lización”, tiene sobre las concepciones de (2008), en donde analiza redes y diseña pro-
identidad y nación. ductos y nuevas líneas de negocio.
Los trabajos de Enrique Gómez, Pere Quintana De las naciones a las redes tiene como carta
y Arnau Fuentes han sido menos divulgados, de presentación la ciberactividad divulgativa
pero David de Ugarte (Madrid, 1970) cuenta de David de Ugarte. 11M: Redes para ganar
con una sólida lista de ensayos publicados en una guerra, en <http://www.lasindias.com/
papel y/o en red. Es economista y empresa- informes/11m.pdf>, el primer libro publicado
rio, en el sentido original de emprendedor de capítulo a capítulo en un blog que dio el salto
aventuras que tenía cuando el descubrimiento al papel (Editorial Icaria), en donde analizaba
de América por los españoles, y se considera los procesos (inmigración, terrorismo, redes ci-
a sí mismo como uno de los primeros nativos viles, tratamiento de la información de los par-
digitales. Aprendió a programar con una con- tidos políticos y del Gobierno) que entraron en
238 RESEÑAS

juego en aquellos días en que los españoles Siguiendo al Anderson de Comunidades ima-
recibimos una especie de bautismo de sangre ginadas (1983), los autores entienden que
en la sociedad red. El glosario razonado Breve en la formación de la nación participaron,
historia del análisis de redes sociales, en además de la regionalización de las creen-
< h t t p : / / w w w. d e u g a r t e . c o m / g o m i cias religiosas y la decadencia de los anti-
/historia_del_análisis_de_redes_sociales.pdf guos reinos, la relación entre capitalismo e
>, caja de herramientas lingüísticas para com- imprenta y el desarrollo de las lenguas ver-
prender los conceptos relacionados con la tec- náculas en tanto que motores de los nuevos
nología de la red y la blogsfera. Y El poder de campos unificados de intercambio y comer-
las redes, un útil manual en el que analiza y cio. Entre los siglos XVI y XIX el mundo se con-
define cómo es esa nueva forma de organiza- virtió en un todo compuesto de piezas o
ción y comunicación social derivada de las comunidades imaginadas sobre un territorio
redes, en <http://www.deugarte.com/ delimitado por mapas (simbología anticipa-
gomi/el_poder_de_las_redes.pdf> y Edicio- toria) que acabarían por ser entidades na-
nes El Cobre. cionales políticas, psicológicas (Chesterton),
raciales o étnicas. Antes de alcanzar cuerpo
Vivimos sumergidos en la sociedad red, tér- de Estado nacional, surgido de la Revolución
mino popularizado por el sociólogo Manuel francesa y las independencias americanas, y
Castells en el primer volumen de su trilogía La su derivado Estado de cultura. Antes de cris-
era de la información. Brevemente, la sociedad talizar en la nación de los siglos XIX y XX, hija
red es el resultado de la revolución tecnológica de nuevas tecnologías de la comunicación
basada en la información y el conocimiento que apenas añadían nada a ese concepto
que ha generado una economía informacional según el cual “lo internacional era producto
y global a través de empresas cada vez más de la agregación de lo nacional” al que se le
RESEÑAS
descentralizadas y autónomas, que funcionan opusieron ciertos resistentes, los segrega-
con y a través de Internet. En ella hay centena- cionistas del siglo XIX y XX.
res de personas que viajan de un lado a otro y
viven en países distintos, sin residencia, a las En el siglo XIX, Mordejai Manuel Noah refor-
que cada vez les resulta más difícil definir la mula el mito de las tribus perdidas de Israel
identidad en términos de nación, y con vida e imagina la fundación del Estado judío de
económica y social en comunidades online, ac- Ararat en los Estados Unidos. De cerca, Jo-
tores y gestores de “un proceso que habría de seph Smith funda la comunidad de mormo-
tener similitudes con el paso de la religión al nes del Estado de Utah. Y en el continente
ámbito de lo personal y privado que caracterizó europeo, Zamenhof crea el esperanto, convir-
el ascenso del Estado nacional”. tiéndose en el precursor del mundo red al vis-
lumbrar la posibilidad de que el sueño
Para explicar este proceso los autores han di- territorial sea superado por el sueño de un
vidido el libro en tres partes. La primera dedi- mundo interrelacionado gracias a la nueva
cada al análisis de las herramientas y los lengua común. Los segregacionistas del siglo
símbolos a partir de los que se imaginó la na- XX se estrenan en 1968 con las críticas a lo
ción. La segunda, al repaso de las experien- que creen estatismo totalitario del Gobierno
cias de los llamados segregacionistas de los de Nixon y a la guerra de Vietnam, y cristali-
siglos XIX y XX. Y la última, dedicada a la des- zan en proyectos individuales, privados y li-
cripción de algunas de esas comunidades vir- bertarios –Atlantis, isla de Minerva, Havenco–
tuales y reales a las que ha dado lugar en los que se buscan modos de funciona-
Internet y un esbozo de lo que significan las miento al margen, sea comprando islas,
identidades transnacionales. creando países o micronaciones artísticas pa-

rodias del Estado. Hasta llegar al momento en mentos y personas que no son del mismo ám-
que se experimenta por primera vez en Inter- bito nacional y en la que las empresas se con-
net con la comunidad virtual de Freedonia. vierten en comunidades de referencia
identitaria para sus miembros. En la sociedad
Se ha iniciado un nuevo orden social y eco- red del futuro, las ciudades ni son monolin-
nómico, y una nueva clase social, los netó- gües ni tienen lengua franca; en ellas se ha-
cratas, “definida por su capacidad de relación blan distintas lenguas en función de las
y ordenación en las redes globales…, por su actividades y las redes a las que se vinculen.
capacidad de liderazgo sobre el consumo de Un mundo postnacional y desnacionalizado
los miembros masivos de las redes sociales…, “en el que identidad y economía se van reti-
exploradores electrónicos de un mundo trans- cularizando, estallando en una multitud de
nacionalizado que no conoce territorios ni ca- nodos interconectados en redes que son ge-
pitales”. Sir Harry Schultz experimenta una neradoras de identidad y que se solapan a los
manera de vivir que evita las presiones del Es- Estados” (p. 159).
tado y una nueva forma de crear capital y
junto a Bill, el acrónimo PT (Permanent Tou- Escrito con sintaxis precisa y economía de
rist) para referirse a personas con elevado lenguaje, en De las naciones a las redes se
grado de soberanía individual, los neonóma- desarrolla un estilo que bebe de las fuentes
das que descubren el “sionismo digital”, tér- de expresión que aparecen y se metamorfo-
mino acuñado por Pere Quintana para explicar sean en Internet. Los autores han hecho
el comunitarismo pluriárquico característico suyos a clásicos bibliográficos (Castells, An-
de la netocracia. derson, Hobsbawn, Sterling…) e incorporan
cómodamente análisis y reflexiones desarro-
RESEÑAS
La sociedad red tiene su traducción en la eco- llados en la web. Proponen con naturalidad
nomía, de información y servicios, con mer- terminología y neologismos relacionados con
cados “dibujados sobre espacios culturales y los distintos aspectos de esa sociedad red
empresas transnacionalizadas que no exigen en que ya estamos sumergidos. En definitiva,
continuidad geográfica”, y cuenta con su pro- convierten la revolución tecnológica en un
pia cartografía de redes, sin fronteras inmuta- nuevo modo de pensarnos y pensar el
bles. La globalización no es la suma de mundo.
mercados nacionales, sino una gran red co-
mercial y productiva en la que participan ele- Leah BONNÍN
240 RESEÑAS
Bondad moral
e inteligencia ética
Redescubriendo el valor moral
Juan Miguel PALACIOS
Ediciones Encuentro, Madrid, 2008.155 págs.
Desde hace unos pocos decenios, los valores bien misteriosas que son los valores –y disva-
éticos parecen haber entrado por la Puerta lores– moralmente relevantes. Tal vez porque
Áurea de la ciencia política con intención de como confesaba Zubiri ya en 1975, “esta his-
no abandonar ya su morada. Tanto, que la toria de los valores ha sido la tortura de la fi-
praxis política misma parece inundada hoy losofía en los últimos sesenta años” y no está
por este concepto y así no hay día que no oi- la reflexión filosófica actual para soportar
gamos hablar de expresiones como “educa- grandes sufrimientos, más bien lo contrario.
ción en valores”, “valores democráticos” o
“valores ciudadanos”, cuando no apelamos a Claro que al mismo tiempo, como advertía
“los valores constitucionales” en esta hora Ortega, un tema tan radical como este del
RESEÑAS
grave nuestra. valor no tolera que se le pase por alto, por
mucho que lo desapercibamos. Pues a eso,
Y, sin embargo, a poco que nos paremos a a no pasar por alto la vexata quaestio del
pensar en ello, caeremos en la cuenta de que valor moral, se dirige todo el esfuerzo inte-
estas realidades que damos en llamar valo- lectual de Juan Miguel Palacios –profesor ti-
res morales son ciertamente problemáticas y tular de filosofía moral en la Universidad
aparecen más bien como una terra incognita Complutense– en este libro. En una prosa
ante el enorme vacío que hay de nuestro modelo de pulcritud y precisión destilan las
saber en torno a ellos. Y si el político en apu- páginas toda su inteligencia ética acumu-
ros comprensivos procura auxilio del filósofo lada tras una vida virtuosa de callado estu-
para que le aclare tal o cual punto de estas dio y fecundo magisterio en pos de
entidades tan esquivas, se encontrará con la determinar la realidad y naturaleza del valor
curiosa sorpresa de que éste muy probable- moral, los problemas inconclusos de su co-
mente dé la callada por respuesta. Como si nocimiento y existencia, y la posibilidad de
se hubiera puesto en huelga frente al pro- fundamentar una ética axiológica. Como
blema del valor. veíamos al principio, todo ciertamente pe-
rentorio para una ciencia y acción políticas
Porque acontece con los valores, como da en que usan –y abusan– del concepto de valor
señalar Juan Miguel Palacios en el prólogo, moral sin saber muy bien qué significa.
una extraña paradoja: nunca antes se ha ha-
blado tanto en nuestra vida privada y pública Y afronta el profesor Palacios esta indagación
de ellos y nunca como ahora la propia filoso- a la manera que en él es costumbre: acu-
fía ha abdicado de pensar en esas realidades diendo a los grandes autores de la cuestión

en curso, en este caso Kant, Brentano, Sche- dan nítidamente explicadas y pronosticadas
ler, Hildebrand, García-Morente, Zubiri, la es- en las tesis de Morente.
cuela de ética de Lublin y Cracovia con
Styczén y Karol Wojtyla a la cabeza y final- En cuanto al ensayo “Zubiri ante el problema
mente su buen amigo Seifert. Y al socaire de del valor”, Palacios rescata en él uno de sus
sus tesis, a veces francamente divergentes, va cursos de los años sesenta donde el pensador
indicándonos sutilmente nuestro autor el donostiarra discute a Scheler la irreductibilidad
mapa para que penetremos en el continente de los valores a sus portadores. Para Zubiri no
del valor y reparemos en todo lo que la filo- es que la cosa no “tiene” valor sino que “es”
sofía había logrado hace decenios poner en valiosa, remarcando de este modo frente a
claro respecto de la axiología y que misterio- Scheler la índole adjetiva –y no sustantiva– del
samente ha quedado en silencio. Justo, y da valor. No deja de tener la aclaración de Zubiri
qué pensar, cuando el subjetivismo y relati- implicaciones graves para la acción política: se
vismo rampantes de principios del siglo XX pa- nos ocurre así, por ejemplo, que la base teórica
recían consumirse ante la posibilidad bien común de los dos totalitarismos del siglo XX su-
cierta de restaurar las normas trascendentes ponía las cosas –y los seres todos irracionales
de una Estimativa. En este sentido magnífico, y racionales– como desprovistas de cualquier
Juan Miguel Palacios es un rescatador que valor y por tanto de respeto. El desprecio ca-
deja en bandeja los temas perfilados para racterístico de ambos hacia la Umwelt y la per-
que otros discípulos puedan concluirlos si no sona humana sería su funesta consecuencia. A
abdican de su misión de pensar, bien que en lo mejor eso explica parcialmente por qué se
solitario. ha orillado desde hace tantos decenios el pen-
samiento sobre el valor.
RESEÑAS
Mención aparte merecen para nuestro país

los ensayos dedicados a García-Morente y a Y al cerrar páginas tan ciertamente valiosas
Zubiri, tan dados como somos a minusvalorar como éstas, a uno le viene a la cabeza aque-
a los nuestros. Así en el dedicado a la evolu- llo que tanto gustaba de recordar Ortega:
ción del pensamiento ético de García-Morente cómo en los sitibundos desiertos de Libia se
se percibe el inmenso aprecio y familiaridad suele oír un proverbio de caravana que dice
que nuestro autor tiene para con la persona y así: “Bebe del pozo y deja tu puesto a otro”.
obra del pensador jienense –no en vano ha Precisamente eso viene haciendo desde hace
sido Juan Miguel Palacios quien ha coeditado varios años con admirable generosidad inte-
la obra completa de García-Morente, tan ne- lectual Juan Miguel Palacios tomando el tes-
cesitada de estudio–, que tanto pensó en la tigo de la egregia Universidad Central y
posibilidad de la axiología como una ciencia pasándolo a tantos y tantos discípulos con li-
estricta. Al lector no se le escapará el gran in- bros tan rigurosos, necesarios y abiertos como
terés político que tienen las tesis de Morente este que nos ocupa. Para que cada uno se
sobre el progreso, expuestas aquí admirable- sirva de tamaño brocal, tan pleno de valiosi-
mente por nuestro autor. Muchas cosas del dades.
progresismo actual –tan enemigo de cualquier
intento de fundamentar una Estimativa– que- Ignacio GARCÍA DE LEÁNIZ CAPRILE
242 RESEÑAS
La educación según
Gaspar Melchor
de Jovellanos
Contemplada desde
la perspectiva actual
Manuel MOURELLE DE LEMA
Grugalma Ediciones. Madrid, 2008. 199 págs.
Con este libro, el profesor Mourelle de Lema mosa en 1801, y que este libro recoge: “He
presta un nuevo servicio que debe serle reco- pasado por el bochorno de aparecer como
nocido en un país un tanto adanista y proclive reo en medio de mi Nación, que me vio llevar
a olvidar su larga historia. Conviene recordar con escándalo a más de doscientas leguas
con frecuencia la obra de aquellos españoles de mi domicilio y arrojar a esta otra parte de
que abrieron caminos de luz y de esperanza sus mares”. Todo ello sin que nadie le haya
hacia un futuro mejor, sobre todo si lo hicie- “hecho saber cuál puede ser la causa de tan
ron en las duras condiciones a que estuvo so- duro e ignominioso tratamiento”. En cualquier
metido el eminente asturiano que fue caso, esta conducta no debió sorprenderle
Jovellanos. No lo olvidemos: su “Memoria mucho puesto que ya antes había estado
RESEÑAS
sobre Educación Pública” fue escrita mientras “desterrado políticamente de la Corte, durante
estaba proscrito de su amada ciudad de once años”, visitando las minas de carbón, lo
Gijón, desde la que había sido trasladado que no es un gran deleite turístico como sa-
bajo custodia, en un incómodo viaje por tierra bemos quienes hemos hecho esa visita algu-
y mar, hasta Mallorca; y recluido allí como un nas veces.
preso de calidad, primero en la Cartuja de
Valldemosa y luego en el Castillo mallorquín En esas condiciones dedicó una parte de sus
de Bellver en virtud de una orden injustificada, casi siete años de inexplicable destierro a re-
lo que ocurrió cuando Jovellanos (formado en dactar, entre otros textos de gran valor para la
la buena época que fue el reinado de Carlos historia mallorquina, el que ha motivado este
III, en la que adquirió, dice nuestro autor, libro: su Memoria sobre la educación pública,
“fama y felicidad”), había sido ya ministro de prodigio de rigor y perspicacia en sí misma,
Gracia y Justicia por un breve periodo con el aun al margen de las tristes condiciones en
mismo monarca absoluto que así le trataba. que fue escrita. “Mi propósito –dice al comen-
Quería él entonces consagrarse a “la vida pri- zarla– es persuadir de la necesidad de la ins-
vada y a su querido Instituto asturiano”, en trucción pública”; y, aunque el texto se refiere
palabras de Mourelle. Pero sus deseos, como a todos los españoles, fue dedicado a los ma-
los de otros compatriotas, estuvieron someti- llorquines, a los que dice que “si deseáis el
dos a los caprichos de aquella gran desdicha bien de vuestro pueblo, debéis abrir a todos
nacional que fue el trío formado por Carlos IV, sus hijos el derecho de instruirse”. Por cierto:
María Luisa de Parma y Godoy. Son tremen- cuando el actual y variopinto Gobierno de la
das, en verdad, las palabras con las que el autonomía balear está cometiendo en este
gran ilustrado se dirige al Rey desde Vallde- campo no pocas tropelías, conviene recordar

que Jovellanos habla con naturalidad en su Una frase más nos permite completar nuestra
texto de las dos lenguas vivas empleadas en idea de lo que pensaba aquel ilustrado: “el
las islas, el castellano y el mallorquín, tratando domingo –nos dice– no es día para el diverti-
a ambas con naturalidad, como lenguas her- mento y el placer; lo es, en cambio, para de-
manas que son y sin pretender la imposición dicarlo al catecismo común, al catecismo
de la una sobre la otra. Con más fervor aún, histórico, al Símbolo de la Fe, a la Historia del
también recomienda Jovellanos que no se Nuevo y del Viejo Testamento y a la lectura de
abandone el estudio del latín y del griego, por- la Santa Biblia”. Nada menos… Incluso un
que tal abandono sería, dice, una “blasfemia gran historiador y ensayista que no compartió
literaria”. De todos modos, su buen sentido le estas creencias, don Salvador de Madariaga,
conduce siempre a dar prioridad a las que él reconoce su gran valía cuando cita única-
mismo llama lenguas vivas. Recomienda en- mente a Jovellanos como el “estadista” de
seguida que no se descuide la enseñanza de aquella época en la que alboreaba el siglo XIX.
la retórica, esto es, del arte del bien hablar, a
fin de que los jóvenes progresen, como él les Don Gaspar Melchor fue además un buen ju-
recomienda, “en la elocuencia castellana”. Le- rista, es decir, un hombre de leyes, que las es-
yendo esta frase suya me he acordado de tudió sobre todo en Oviedo y en Alcalá de
aquel gran mallorquín que fue don Antonio Henares y las sirvió, como alcalde del crimen
Maura a cuyo llamado “Gobierno largo” hemos y luego como oidor, en la Audiencia de Sevi-
dedicado un reciente seminario organizado por lla, todo ello cuando germinaba el movimiento
FAES, y editado en forma de libro; se recuerda romántico. Una obra suya de teatro que sus
en él la anécdota de que llegó como estu- contertulios conocieron en Sevilla y que se ti-
diante a la entonces Universidad Central tula, expresivamente, El delincuente honrado,
RESEÑAS
donde su escaso dominio de la lengua espa- es un buen reflejo de la nueva mentalidad que
ñola suscitó alguna burla… lo que no le impi- se abría camino en Europa con la llegada de
dió luego ser miembro de Número y, durante la Ilustración de la que él fue sin duda, con su
doce años, director de la Real Academia Es- maestro franco-español Francisco de Caba-
pañola. La lectura de nuestros clásicos y su rrús, la figura más destacada en la España de
magnífica oratoria parlamentaria hicieron el aquel tiempo. Fue además un innovador en
milagro. tradiciones que le parecían absurdas y gravo-
sas como las relativas a los expedientes de
Como es lógico, Jovellanos era exigente; y eso limpieza de sangre, una rémora para aquella
se ve en sus ejemplos, desde Horacio y Virgi- sociedad que persistía desde los tiempos de
lio hasta Moratín y Quintana. Ello no le im- la Inquisición y todavía estaba entonces vi-
pide, por cierto, recomendar el estudio de las gente. Como su maestro, que fue encarce-
lenguas extranjeras, con especial mención del lado, Jovellanos sufrió la persecución antes
francés y del inglés. mencionada. Los prometedores comienzos
del reinado de Fernando VII, el “rey deseado”
Por otro lado, sus ideas eran muy claras. Una que luego desmereció esa acogida popular,
parte notable de su estudio está dedicada a habían significado el indulto de personalida-
la ética, llegando a afirmar que la “ignorancia des tan relevantes como Jovellanos y Caba-
moral es el más fecundo y poderoso de los rrús, entre otros.
males y desórdenes que inficcionan y debili-
tan todas las sociedades.” Y añade: “Toda Nuestro protagonista, tal como el libro del
moral será vana que no coloque el sumo bien profesor Mourelle de Lema muy bien explica,
en el Supremo Criador de todas la cosas”. fue además un valiente patriota. Su negativa
244 RESEÑAS
a aceptar una cartera ministerial con el rey de cuarenta años tuve la honra de impulsar y
intruso, José Bonaparte, lo prueba, justa- llevar a buen término, se recuerda que su
mente porque los demás nombrados aquel texto probablemente más profundo y más
día sí aceptaron, sin reservas, y porque él si- completo, el “Informe sobre la ley agraria”, se
guió rechazando los mensajes continuos de anticipaba en cerca de dos siglos al informe
los afrancesados; por el contrario, representó sobre la economía española que el Banco
a Asturias en la Junta Central cuya reunión Mundial acababa de dar conocer en aquellas
del 25 de septiembre de 1808, como bien fechas. Y no puedo menos de recordar que,
ha escrito el profesor don Miguel Artola, “tiene hasta fechas recientes, el “Informe” de Jove-
un aire de golpe de Estado” porque “aparece llanos ha figurado… en la lista de libros pro-
una institución nueva que, al atribuirse una hibidos por la Iglesia.
soberanía nacional, creaba un nuevo Estado
español”. Lo que Jovellanos quería era la cre- A este ilustre ciudadano y a su libro educa-
ación de un Consejo de Regencia. Él formó tivo, ha dedicado el doctor Mourelle de Lema,
parte, finalmente, de la Junta Central Su- un gallego que estudió leyes en Oviedo, el
prema y Gubernativa del Reino, compuesta buen libro que hoy comentamos, cuando nos
de 35 miembros de los que sólo Florida- vamos acercando al segundo centenario de la
blanca, Valdés y él mismo eran conocidos de muerte de don Gaspar Melchor que será en
los españoles. Temeroso de que esta Junta el año 2011. Como él nos dice, fue la de Jo-
excediera sus poderes, insistió siempre en vellanos “una vida azarosa, trepidante y fruc-
que se creara una Regencia como poder eje- tífera”. Bien ha hecho en concentrar su
cutivo y en que la Junta organizara las Cortes esfuerzo en uno de estos frutos, el dedicado
Generales. Fue uno de los pocos –sólo cinco– a la educación, pilar de cualquier sociedad si
RESEÑAS
miembros de la Junta que integraron la co- es que está bien asentado y construido. Y,
misión de Cortes y, en ella, como también como el autor señala, esa vida coincidió con
dice Artola, se comprobó “la excepcional talla un tiempo que nos trajo, como a todos los eu-
política del asturiano” que, en efecto, preten- ropeos, las “ideas sensualistas de John Locke,
día nada menos que esto, según las justas del abate de Condillac y de Desttut de Tracy”,
palabras de este historiador: “reformar la es- que influyeron, incluso, en la filosofía del len-
tructura entera del país de manera progre- guaje. Fue también el tiempo en que pene-
siva, sin necesidad de sufrir las violencias y traron hasta en Salamanca, como reconoció
trastornos de la revolución”. Jovellanos, los monjes de la Abadía francesa
de Port Royal que acabaron siendo condena-
Como el paso del tiempo empezaba a nodos por el Vaticano. Y, también, cuando circu-
tarse, el gran Jovellanos hubo de volver a laba mucho la Enciclopedia francesa iniciada
Gijón; pronto viajó de nuevo en barco hacia en 1751, que exaltaba la razón y de la que
Cádiz, quizá escapando del ataque francés a –como recuerda bien nuestro autor– podía Es-
su ciudad; pero un temporal le detuvo en el paña ofrecer el muy digno precedente del Te-
puerto asturiano de Vega donde falleció en atro Crítico Universal de Feijóo publicado
1811 a la edad, entonces avanzada, de 67 treinta años antes, si es que no queremos re-
años. España, y muy especialmente su amada montarnos a las Etimologías que San Isidoro
tierra asturiana, perdieron a un hombre que de Sevilla había editado en el siglo VII de
supo honrar como pocos a sus dos patrias, la nuestra era.
chica y la grande. En la página que le está de-
dicada en la “Enciclopedia de la Cultura Es- El profesor Mourelle de Lema no rehúye,
pañola”, una obra importante que hace más como otros suelen hacer, su visión de la ac-

tualidad, lo que acrecienta la mucha que este maron contra el desprecio de nuestra lengua
libro ya tiene. Así, rechaza con claridad la ac- y la preferencia de la latina para nuestra en-
tual “educación para la ciudadanía”, “con la señanza”. En otra página no duda en hablar
que –nos dice– se va a ideologizar político- de “desidia socialista, promotora de un Es-
éticamente a los jóvenes bachilleres” y a la tado bilingüe o babélico”. Ha sido así con el
que faltan, añade, los criterios jovellanescos anterior Gobierno autonómico gallego o con
de “prudencia, adecuación, buen juicio y res- el actual de Cataluña, sin que el central
peto a la libertad de pensamiento y de con- (antes, nacional) parezca dispuesto a poner
ciencia de alumnos y padres de éstos”. En coto a tales desmanes. Y lo digo desde el re-
una página fácil de recordar, la número 100, cuerdo de aquellos muy oxidados años se-
y hablando de las relaciones entre el latín y senta en que, con el ministro Fraga, tuve la
el castellano, nuestro autor nos recuerda que honra de normalizar la natural publicación de
“Jovellanos no tiene empacho en sustituir el libros en catalán, gallego y vasco, por la sen-
testimonio de Cicerón por los de nuestra na- cilla razón de que también son lenguas es-
ción”, añadiendo este paréntesis: “(que lo pañolas.
era España, y plenamente entonces, señores
nacionalistas de nuevo cuño)”. Entre Jovella- Carlos ROBLES PIQUER
nos y el tiempo actual son citados aquí siete
ilustres humanistas que, dice Mourelle, “cla-
RESEÑAS
Moderantismo
Una reflexión para España
Valentí PUIG
Ediciones Península, Barcelona, 2008. 343 págs.
La reflexión sobre los temas de nuestro la cosa pública. En efecto, si en Por un fu-
tiempo que aborda esta obra se ve perme- turo imperfecto asistíamos al hilo narrativo
ada por un sentido de la historia, que aporta de las ideas de Valentí Puig en materia de
la gravedad y la hondura significativa que tie- política internacional, Moderantismo bien
nen los retratos frente a lo que podía ha- puede hacer pendant en clave hispánica.
berse quedado en instantánea del día a día.
De la bioética al “euroislam”, o a la inserción El mencionado estilo intelectual de Puig
de España en las corrientes de la globaliza- sabe conjugar, en su perfil político, algunas
ción, nada o casi nada escapa a este Mo- de las vetas históricamente más fértiles del
derantismo, que logra ser compendio de un pensamiento liberal-conservador: un apego
estilo intelectual de tanta utilidad como ca- racional a las formas institucionales –inclu-
pacidad de inspiración a la hora de pensar yendo a la Corona–, realismo sin cinismo, la
246 RESEÑAS
dialéctica de libertad y responsabilidad, de Al mismo tiempo, se hace difícil no realizar

vínculos y opciones; un catolicismo de corte una lectura de Moderantismo en clave rege-
actoniano, cierto clasicismo tory, la estima neracionista y como prospección de futuro.
por la política parlamentaria, el descrédito Ahí ya está el lector ante un discurso tocado
de la ideología frente a la experiencia, la in- por la exigencia moral del “gran estilo”. Y no
sistencia en la racionalidad como arma es tangencial, a propósito del estilo, resaltar
frente a la demagogia, atlantismo y euro-rea- la calidad de una prosa política capaz de
lismo, el discurso de Occidente, la necesi- sustanciar precisión y vuelo, bibliografía y
dad de una opinión pública articulada, el anécdota ejemplar.
posibilismo metódico contra la utopía, la re-
futación del determinismo histórico, la Es precisamente el ya aludido sentido de la
reforma frente a la ruptura, la apología re- historia el que hace posible una narración
signada del mal menor, la estima de los va- de ponderación positiva de la historia cons-
lores de la burguesía, la toma en titucional de España, que aleja a Puig de la
consideración de la tradición, así como la “tentación fatalista” como una de las peores
apuesta por la vigencia de la noción de bien reincidencias de la derecha española. La
común y por las aproximaciones a la reali- puesta en estima de la Transición no sólo
dad, con la mezcla de prudencia aristotélica aleja cualquier noción sobre la excepciona-
y common sense frente a las filosofías de la lidad hispánica, sino que constata, lejos de
sospecha. En materia económica, la postura cualquier edulcoración idealista, el pensa-
es de flexibilidad para acoger los postulados miento de que “la moderación consiste en
de la economía social de mercado según reducir la accidentalidad del progreso y el
Wilhelm Röpke –y la Constitución de 1978– regreso”, en un relato histórico paradigmá-
RESEÑAS
con las nuevas definiciones del capitalismo tico de la reforma como consecución de lo
del bienestar en el marco de una sociedad posible, tanto en lo que atañe a la siempre
que hace del conocimiento su meritocracia problemática “conllevancia” con los nacio-
más plausible. nalismos, como en el propio engranaje de
una derecha que conseguiría unidad y re-
En el fondo, queda implícita en Puig una an- presentación al aproximarse sin renuncias a
tropología del mejor corte conservador, cons- los caladeros del centro. Es ahí donde sigue
ciente del peso de un pecado original que, haciéndose necesaria una reverberación de
desde su imperfección, puede aspirar a la responsabilidad en una opinión pública es-
grandeza; atenta a la política también en su pañola impresionable y poco asentada, sus-
dimensión de pasión inevitablemente hu- ceptible de llevar a la derecha a recalar en
mana. En términos de concreción histórica, “los dominios del integrismo religioso, del
hay en el ensayista mallorquín algo del capitalismo libertario, del euro-escepticismo
“ethos” del doctrinarismo francés y, funda- pro-yanqui o de ser más neocon que los
mentalmente, un aprecio por la línea de eje- neoconservadores”, caminos todos alejados
cución que entronca a Jovellanos y Cánovas, del dinamismo de suma del reformismo por
a Suárez y Aznar: pragmatismo reformista sin oposición a una política de frentes.
merma de visión, comprensión de la política
como voluntad de transacción en todo La voluntad discordante del zapaterismo,
cuanto no afecta al núcleo sustancial. Es, en según Puig, no ha hecho sino agravar los pro-
definitiva, la línea moderantista en la que el blemas más radicalmente graves que afronta
autor contempla los mejores logros del cen- España: la desarticulación del sistema terri-
tro-derecha español a lo largo de la historia. torial y la rémora de futuro de un sistema

educativo alejado de cualquier idea de es- torias ciertas de la democracia liberal en

fuerzo y mérito. Son cuestiones de estricta convivencia con cierta incapacidad, por
contigüidad a una depauperación moral de parte de la derecha, de conseguir la ilación
las clases medias, que conoce sus manifes- de un discurso seductor. En parte, es conse-
taciones más preocupantes en el deterioro y cuencia de un menoscabo de la calidad de-
ataque de lo que se entendía por familia y en mocrática visible en la merma de la
la misma definición del europeo contempo- confianza como virtud pública, en la ideolo-
ráneo, en quien la suma de relativismo, nar- gización lesiva de la política y en el predo-
cisismo y cultura de la dependencia terminan minio del emotivismo discursivo. Así, no son
por configurar una personalidad en la prác- de extrañar las acechanzas de los nuevos
tica nihilista. El Estado así generado de fra- populismos como manifestación reactiva.
gilidad y desarraigo se hace evidente por
contraste con la pujanza del islam en Europa En Moderantismo conviven profundidad, ob-
y los desajustes vividos ante la inmigración. servación e intuición, dato actual y arraigo
Y aún se ha de hacer más evidente al encon- histórico, en una trama de actitud intelectual
trar los envites éticos que desde ya mismo que logra hacer sistema de una sensatez en-
ofrecen las magnas posibilidades de una bio- noblecida por la vocación de grandeza y aun
tecnología hábil para redefinirlo casi todo. Ahí de clasicismo. Tantos pasajes dignos de sub-
es donde cabe pensar a qué instancias de rayado confirman la capacidad de densidad
moral nos hemos de acoger ante la posibili- conceptual de un Valentí Puig cuya presencia
dad inminente de lo que Fukuyama dio en de maître à penser destaca por su rigor de
llamar “el futuro posthumano”. Para tales en- discreción de hombre que lee y escribe –no-
crucijadas, según Puig, siempre será de velas, ensayos, poemas, cuentos o artículos–
RESEÑAS
mayor utilidad redoblar la ética de la respon- entre la vociferación predominante. En reali-

sabilidad individual. dad, en esa elegancia en el pensar, de ge-
nética puramente moderantista, actúa
“Hemos dejado de hablar de modelos de so- también como una higiene, y se alza sobre el
cialismo para hablar de modelos de capita- momento actual del ensayismo hispánico.
lismo”. El sentido de la historia de Puig
vuelve a hacerse presente al subrayar las vic- Ignacio PEYRÓ
248 RESEÑAS

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retrocede a la Revolución Francesa, en tanto liberalis, o “propio de quien es libre”–, y el ci-

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toridad de las democracias, deslegitimación lativista, apuesta por la vía interculturalista, no

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