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(TDAH) es una terapia para ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar sus
capacidades cognitivas.
La terapia psicológica, resulta imprescindible de cara a aportar las estrategias
conductuales y cognitivas necesarias para su correcto abordaje por parte de la familia,
del entorno escolar y del propio niño.
Focos de intervención
• Cambiar los precedentes y las consecuencias de los comportamientos inapropiados
para modificar éstos.
• Establecer reglas claras y consistentes, lo que brinda la oportunidad de predicción de
consecuentes, dando lugar a la corrección oportuna.
• Incrementar las oportunidades de éxito en sus actividades y disminuir las situaciones
de fracaso.
• Darle valor y utilidad a las recompensas extrínsecas e intrínsecas.
• Desarrollar el autoconocimiento: Conocer más sobre el propio desarrollo y los
aspectos de la persona.
• Abordar los aspectos problemáticos y que generan malestar en la persona.
• Descubrir las potencialidades y posibilidades de la persona.
• Desarrollar competencias a través de métodos de entrenamiento.
• Identificar aquellos factores (internos y externos) que me generan malestar y aprender
a evitarlos y/o afrontarlos.
ABORDAJE PSICOEDUCACIONAL:
• Explicación del TDAH al afectado
• Posibles problemas o riesgos asociados al trastorno
• Las diferentes vías de intervención y tratamiento que existen
• Aceptación activa del diagnóstico por parte del afectado
• Acuerdos de compromiso y cumplimiento terapéutico
TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL:
• Entrenamiento en auto-instrucciones
Consiste en enseñar al alumno a hablarse a sí mismo para proporcionarse pautas en la
resolución de tareas, ayudarles a frenar y organizar el pensamiento impulsivo, pedirles
que verbalicen en voz alta sus pensamientos para después ayudarles a organizarlos
siguiendo una serie de pasos
• Autorregulación emocional
En cada situación podemos elegir el camino que mejor nos parezca antes de seguirlo.
Las emociones condicionan nuestra conducta, si estoy enfadado o preocupado o
nervisoso, me será dificil sentarme a estudiar. Si siento rabia, me rebelaré contra las
normas, si tengo miedo me costará iniciar una acción novedosa, etc. De tal modo, que
nuestro estado emocional regula nuestro comportamiento. Si no somos capaces de
regular nuestras emociones no seremos capaces de regular nuestras conductas.
• Normas y limites
El grado de autocontrol que tienen los niños depende, en gran medida, de la actitud de
los padres. El autocontrol y la capacidad para tolerar frustraciones y para auto-controlar
las expresiones de agrado o desagrado se educan.
Como ya hemos visto, es probable que las personas con TDAH tengan problemas
relacionados con el manejo de las habilidades sociales. Esto implica problemas para
relacionarse de forma satisfactoria con los demás, familiares, pareja, hermanos,
compañeros de colegio o trabajo.
Cuando hablamos de estas dificultades que desarrollan los niños con TDAH y que
influyen en sus relaciones a lo largo de su vida, hablamos de un problema que viene de
un escaso desarrollo de habilidades como la empatía, la asertividad, la comunicación
verbal y no verbal, la negociación o la resolución de conflictos sociales… Que son
imprescindibles para regular las relaciones sociales y evitan que se desarrollen
conductas inadecuadas, que pueden acarrear rechazo por parte de los demás, burlas,
críticas, etc.
• Entrenamiento asertivo
• Como cualquier otra habilidad humana, la asertividad es susceptible de aprenderse,
entrenarse y mejorarse. Esto se consigue mediante las Técnicas denominadas
Entrenamiento Asertivo (o también Entrenamiento en Habilidades sociales,
aunque esto engloba un mayor número de competencias).
• ¿Para qué un entrenamiento asertivo?
• Las habilidades sociales y más concretamente la asertividad son habilidades básicas
para nuestro desenvolvimiento en la vida diaria. Las personas tenemos intereses
y formas de ver el mundo distinto, por lo cual el conflicto interpersonal está a la
orden del día. Cuando estas habilidades no están lo suficientemente
desarrolladas o se emplean de forma equivocada surge la frustración y la
insatisfacción.
• Reglas de sociabilización
Los padres y familiares son un ejemplo muy importante de comportamiento para
el niño. Si se comportan correctamente, controlando su temperamento,
escuchando con tranquilidad, pidiendo las cosas “por favor”, si le hablan con
amabilidad y cariño le están enseñando un modelo positivo de relación con los
demás.
Observar su forma de comportase con otros niños y explicarle con calma lo que
hace bien (“refuerzo positivo”) y dónde están sus fallos, para poder mejorarlos.
Si ha agredido o pegado a otro niño, primero hay que interesarse por el estado
del niño agredido, luego hacer que se disculpe y finalmente explicarle que lo que
ha hecho no es correcto.
Centrarse en los aspectos positivos de su conducta siempre que sea posible.
Hay que reconocer y reforzar tanto sus logros como sus esfuerzos.
En casa los padres deben tener mucha paciencia e intentar no discutir con el
niño por cualquier cosa. Hay que valorar si vale la pena o no comenzar una
nueva discusión; si se trata de un tema menor quizás es mejor olvidarlo.
Hay que enseñarle a hacer y aceptar cumplidos (“muy bien hecho cariño”, “da
las gracias”…) y a pedir las cosas de forma adecuada (“¿me lo dejas, por
favor?”).
Mantener una buena comunicación con el niño, ganarse su confianza para que
nos cuente cómo se siente, qué problemas tiene y cómo podemos ayudarle.
No se le debe reñir, criticar ni ridiculizar ante sus amigos y compañeros cuando
haga algo inadecuado; hay que mantener la calma y hablar después a solas.
• Expresión corporal
Problemas como ansiedad, fobia escolar y falta de motivación, además de un bajo
rendimiento en estrategias de estudio. Sus relaciones personales pueden toparse con
falta de habilidades sociales que afecten su desenvolvimiento como persona, la timidez,
la soledad, ansiedad social o conductas antisociales (agresividad o consumo de drogas)
o relación con amigos conflictivos, son factores a los que un adolescente puede recurrir
al momento de relacionarse con los demás sin estar seguro de sí mismo.
• Psicomotricidad
El lenguaje interno o las autoinstrucciones son las que facilitan esta interiorización de
las reglas e instrucciones, ya que fomentan el pensamiento organizado y reflexivo. Los
procedimientos autoinstruccionales y las técnicas de resolución de problemas tienen
como objetivo que el sujeto interiorice pautas de actuación generalizables a distintas
situaciones con el fin de alcanzar los objetivos propuestos.
BIBLIOGRAFÍA
Orjales, I. y Polaino-Lorente, A. (2001), Programas de Intervención Cognitivo-conductual
para
niños con Déficit de Atención con Hiperactividad. CEPE.
Polaino, A.; Avila, C.; Cabanyes, J.; García Villamisar, D.; Orjales, I. y Moreno, C .
(1997).
Manual de Hiperactividad Infantil. Unión Editorial.
Rief, S. (1999). Cómo tratar y enseñar al niño con problemas de atención e
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Técnicas, estrategias e intervenciones para el tratamiento del niños con TDA/TDAH.
Paidós.