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Lectura

Definición
Hernández y Quintero (2001) conciben la lectura como la interacción que un lector establece con un texto, es decir, como un
proceso interactivo entre escritor y lector a través del cual el lector interpreta y construye un significado. Significado que no puede
considerarse como absoluto y que se encuentra influido, tal como afirman las teorías interactivas y transaccionales de la lectura, por el
lector, el texto y los factores contextuales específicos.
Vieiro y Gómez (2004), a su vez, manifiestan que la lectura es un proceso de construcción donde interactúan los conocimientos
previos del lector con lo que el autor del mensaje quiere transmitir.
Comprensión de lectura
Niveles de comprensión de lectura
La lectura es un proceso en el que el lector atribuye sentido al texto, interpretando los contenidos allí expuestos e infiriendo a partir
de ellos; es decir, traspasando los límites de la información explícita. En este sentido, comprender un texto implica ir de lo más simple -a
partir de información literal- a lo más complejo. Tal proceso da lugar a distintos niveles de comprensión de lectura.
Respecto a este punto, varios son los autores que plantean sus propuestas. Juana Pinzás (2001, 5), por ejemplo, establece dos
tipos básicos de comprensión de lectura: la literal y la inferencial. Por su parte, Barret (2003, 156) nos habla de tres niveles: nivel
explícito, que incluye comprensión literal y reorganización; nivel implícito, que abarca comprensión inferencial y nivel valorativo, que –
a su vez- está integrado por lectura crítica y apreciación. Allende y Condemarín (1999, 72), basados en la taxonomía de Barret, nos
hablan de cinco procesos o niveles de comprensión: comprensión literal, reorganización de la información, comprensión
inferencial, lectura crítica o juicio valorativo y apreciación lectora. Para Danilo Sánchez Lihón (1988, 13), en cambio, son siete los
niveles de realización de la lectura: literalidad, retención, organización, inferencia, interpretación, valoración y creación. María
Eugenia Dubois (1991, 43), por su lado, propone el conocimiento de las palabras como primer nivel de la lectura, la comprensión,
como segundo nivel y como tercero, la evaluación. PISA, desde su particular punto de vista, considera –en lugar de niveles- cinco
aspectos de la lectura que -según este proyecto- aseguran la plena comprensión de un texto: extracción de información, desarrollo de
una comprensión general amplia, desarrollo de una interpretación, reflexión sobre el contenido de un texto y valoración del
mismo y reflexión sobre la forma de un texto y valoración de la misma. En tanto que el MINEDU – Pinzás García (2007, 29), refiere
y desarrolla cuatro niveles de comprensión de lectura: comprensión literal, inferencial, afectiva y evaluativa o crítica.
Como se ve variadas son las taxonomías que existen sobre los niveles de comprensión lectora. Un criterio igualmente interesante lo
constituye la propuesta de Gispert (2002). Él expone los siguientes niveles de comprensión:

1. Comprensión cero
Supone la simple conversión de los signos escritos en signos mentales, signos identificados. En este nivel, se identifican
perfectamente las palabras pero no se llega a captar su significado. La comprensión, por tanto, es prácticamente nula. El nivel es notorio
en la etapa inicial del aprendizaje de la lectura (primer grado) o alfabetización; después, al generarse los automatismos básicos, el lector
deja de advertirlo.

2. Comprensión literal
La comprensión literal, conocida también como comprensión centrada en el texto, nos conduce por un proceso de identificación de
situaciones y relaciones espaciales, temporales y causales de todo lo que el autor manifiesta explícitamente en el texto. Se trata, pues,
de “entender lo que el texto dice” (Pinzás, 2001, 9). En otras palabras, la comprensión literal “se refiere a entender bien lo que el texto
comunica y recordarlo con precisión y corrección” (MINEDU, 2007, 16).

La comprensión literal permite recuperar la información explícitamente planteada en el texto. Es el nivel elemental de la lectura y se caracteriza
por la comprensión superficial de lo que el autor manifiesta a través del lenguaje.

En este nivel, el lector ha de hacer valer dos capacidades esenciales: reconocer y recordar. El reconocimiento consiste en la localización e
identificación de elementos del texto; el recuerdo requiere que el lector cite de memoria lugar, época, hechos, ideas (oraciones) claramente
expresados en el texto.

Para verificar el desarrollo de estas dos capacidades, se plantearán diversas preguntas, como: ¿Dónde sucedieron los hechos?, ¿cuándo se
produjeron?, ¿quiénes participaron?, ¿con quién lo hizo?, ¿qué hicieron?, ¿cuáles son las causas descritas?, ¿qué consecuencias se
enuncian?, ¿cómo se inicia?, ¿qué sucedió luego?, ¿cómo termina?, etc.

Veamos el siguiente texto:


EL CUERPO TIENE SU PROPIA MENTE

Cuando afirmé que ninguna persona puede proclamar honestamente que conoce la forma de curar el cáncer mamario, sólo dije una verdad a medias, pues
la verdadera curación del cáncer se produciría si el paciente pudiera fomentar el proceso de curación desde su interior. Los casos de curación como el de
Chitra suceden cuando ocurre un cambio radical interno, que elimina dudas y miedos, al mismo tiempo que aniquila la enfermedad. Sin embargo, la ubicación
exacta de este cambio es, en sí misma, un profundo misterio. Todo el conocimiento médico es insuficiente para responder, incluso, la pregunta más elemental:
¿El cambio ocurrió en la mente de Chitra, en su cuerpo, o en ambos? En el intento por encontrar una respuesta a este misterio, la medicina occidental ha
comenzado a alejarse de los fármacos y la cirugía, armas fundamentales en la práctica de cualquier médico, para aproximarse a ese terreno escabroso, y con
frecuencia desconcertante, al que en términos vagos se conoce como “medicina mente-cuerpo”. Este cambio ha sido prácticamente forzoso, pues la confianza
que se tenía en el cuerpo físico ha comenzado a desmoronarse.
Deepak Chopra, La curación cuántica, p. 35.

Algunas de las preguntas planteadas, respecto a la comprensión literal del texto presentado, serían: ¿Quién es Chitra?, ¿qué condición es
necesaria para que se produzca la verdadera curación del cáncer?, ¿cómo se consideran a los fármacos y cirugías?, ¿a qué llama -el autor
del texto- terreno escabroso y desconcertante?
Como ya se ha dicho, el nivel literal es apenas el primer escalón que el lector tiene que subir, el paso hacia la comprensión total. Si el lector no
comprende la información que ofrece el texto, difícilmente podrá establecer inferencias y -menos aún- llegar al nivel evaluativo de la comprensión
lectora.

3. Comprensión inferencial
El segundo nivel de comprensión de la lectura invita a ir más allá del texto. El lector ha de relacionar las ideas explícitamente planteadas con su
experiencia personal y, en base a ello, realizar conjeturas e hipótesis.
Este nivel favorece la interpretación de los textos. Estos –según el enfoque de Jesús Pérez (2005, 93)- contienen más información de la que
aparece expresada explícitamente. El inferir implica hacer uso –durante la lectura- de información e ideas que no aparecen explícitas; vale decir,
supone “descubrir aspectos implícitos en el texto” (Sánchez Lihón, 1988, 17), valiéndose –en mayor o menor medida- del conocimiento del mundo
que tiene el lector.

La comprensión inferencial está orientada a descubrir información, situaciones, relaciones, conclusiones, etc. que no están expresadas
explícitamente en el texto.
El nivel inferencial requiere un determinado grado de abstracción por parte del lector. Es en este nivel cuando se deducen o interpretan las
intenciones del autor, sus pensamientos, opiniones, sentimientos y actitudes.
Al discurrir por este nivel, el lector ha de obtener detalles que le permitan hacer deducciones lógicas o proyecciones sistematizaciones, etc. que
le permitan excogitar ideas principales, secuencias sobre acciones que pudieron ocurrir, relaciones de causa-efecto, etc. así como predecir sucesos
sobre la base de lectura atenta e interpretar un lenguaje figurativo. Para ello, habrá que plantearse disímiles preguntas. Juana Pinzás (2001, 26) las
clasifica en dos grupos: las preguntas inferenciales basadas en el texto y las basadas en el lector. Las primeras piden al lector que haga
inferencias relacionando las distintas partes del texto con la información que –sobre el tema- él ya posee, y las segundas son aquellas que le invitan
a extrapolar o extender lo leído a su vida (experiencias, características personales, cultura, etc.). Aquí algunas de ellas: ¿Cómo creen que…?, ¿qué
piensan de…?, ¿por qué…?, ¿con qué propósito creen que…?, ¿con qué finalidad…?, ¿qué sucedería si…?, ¿qué hubieran hecho en caso
de...?, ¿cuáles serían las causas de…?, ¿qué consecuencias acarrearía…?
Veamos:
En este caso, considerando el texto anterior, las preguntas formuladas podrían ser: ¿Qué otros logros se pueden conseguir, a partir de la
aplicación de la “medicina mente-cuerpo”?, ¿por qué creen que la curación del cáncer se debe dar desde el interior de una persona?, ¿qué
piensan de la medicina occidental tradicional?, ¿cómo podemos vencer el cáncer mamario u otros?, ¿por qué creen que la curación del
cáncer se debe dar desde el interior de una persona?

3. Comprensión crítica o evaluativa

Este tipo de comprensión -conocido también como nivel crítico de la lectura- está considerado como un nivel de alta complejidad y de enorme
productividad para el lector. Supone la emisión de juicios valorativos, comparándose las ideas expuestas en el texto con criterios externos a él, etc. El
lector -en este caso- “lee el texto no para informarse, recrearse o investigar, sino para detectar el hilo conductor del pensamiento del autor, detectar
sus intenciones, analizar sus argumentos, entender la organización y estructura del texto, si el texto tiene las partes que necesita o está incompleto y
si es coherente” (MINEDU, 2007). Se trata, pues, de un nivel que permite la reflexión sobre el contenido del texto leído, para lo cual el lector “necesita
establecer una relación entre la información del texto y los conocimientos que ha obtenido de otras fuentes, y evaluar las afirmaciones del texto
contrastándolas con su propio conocimiento del mundo” (Pérez, 2005).

La comprensión evaluativa o crítica se aboca a referenciar valoraciones y juicios sobre el texto leído, basado en principios y
fundamentos, así como en posiciones personales que permitan juzgar lo expresado por el autor.

La comprensión evaluativa, por su grado de complejidad, implica la formación de criterios y estructuras discursivas que reflejan la
representación de la realidad a partir de la posición personal del lector; es decir, el lector, al elaborar sus juicios de valor, además de
considerar el contenido textual, toma en cuenta la cultura y valores de la cual es partícipe.
Preguntar, por ejemplo, ¿Qué ideas nuevas me aporta el texto?, ¿qué valoración hago de las ideas del texto?, ¿estas ideas pueden ser
útiles para interpretar otros fenómenos o hechos de la realidad? lleva a desarrollar el nivel crítico de la comprensión lectora.

En relación con el texto “El cuerpo tiene su propia mente”, de acuerdo a este nivel, las preguntas planteadas serían: ¿Qué importancia tiene
la “medicina mente-cuerpo” en el hombre?, ¿creen que existe alguna contradicción entre la ciencia médica y la teoría “medicina mente-
cuerpo”?, ¿se podría incorporar la medicina folklórica en la “medicina mente-cuerpo”?, ¿en los pueblos, la curación con animales o
hierbas -realizada por chamanes o curanderos- en cuál de las mencionadas medicinas se inscribiría? También se podría plantear otras
preguntas: ¿Qué información que no sabías te aporta el texto?, ¿cómo ayudarías a personas con cáncer, según determinado tipo de
medicina?, ¿crees que es mejor la medicina tradicional o la “medicina mente-cuerpo”?

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